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Clemente Estable

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Universidad de la Repblica

Licenciatura en Ciencias de la Comunicacin

Seminario Taller de Anlisis de la Comunicacin

DETRS DEL PARLAMENTO Y LO QUE CLEMENTE ESTABLE DESCUBRI ALL


Cmo es que todas ustedes hablan tan bien?- pregunt Alicia, con la esperanza de ponerla de mejor humor con un cumplido -. Estuve en muchos jardines antes, pero ninguna flor saba hablar. - Baja la mano y siente el suelo- dijo la Tigridia -. Entonces sabrs por qu. Alicia lo hizo - Es muy duro dijo -, pero no veo qu tiene que ver. - En la mayora de los jardines - dijo la Tigridia - los jardineros hacen las camas demasiado blandas... de modo que las flores estn siempre dormidas-.
Lewis Carroll, Detrs del Espejo y lo que Alicia encontr all, Edicomunicacin S.A., Barcelona, 1996, pg. 36

CLEMENTE ESTABLE

Sandra Del Ro C.I. 2.550.734-4 N de estudiante: 980665

INDICE

.................................................... INTRODUCCIN

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............................................. BIOGRAFA ............................................. SOPORTE ............................................. CONTEXTO HISTRICO ............................................. ANCDOTA ............................................ ANLISIS DEL TTULO ............................................ ANLISIS ............................................ REFLEXIN ............................................ BIBLIOGRAFA ............................................ ANEXOS

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INTRODUCCIN

INICIO DE LA PARTIDA

Mediante el presente trabajo se pretende resaltar el aporte de Clemente Estable en la multiplicidad de mbitos en las que desarroll su labor a travs de su experiencia de vida. Consideraremos relevante su desempeo en el campo educativo y de la psicologa desde su circunstancia histrica precisa, manifestada en su calidad de pensador, sin olvidar su destacada funcin en las tareas de investigacin y divulgacin cientfica. En estos terrenos traz su camino mediante formacin e inclinacin natural, desarrollando su propia vocacin, a la vez que defendi esta propiedad como el derecho inalienable de la condicin humana, para el desarrollo saludable de los hombres y del pas. En particular, se destaca su presencia en un medio que le imprime su condicin de excepcional. A travs del anlisis del artculo, que fuera publicado en la revista La cruz del sur, en el ao 1926, puede observarse sintticamente, tanto su labor como educador, su postura humanista, su condicin humana y su exquisita capacidad expresiva, fruto de una formacin disciplinada a partir de una voluntad natural conducida sobre rieles. Conducimos el anlisis propiamente dicho, asumiendo al autor bajo su concepcin integral de la vida, a travs de los mbitos profesionales que fueron pilar de su constitucin. Podr notarse la especial atencin prestada, en este contexto, a la presencia de la norma como instrumento de control en los procesos educativos institucionalizados y la posicin de Clemente Estable frente a ella. Asimismo se observar un paralelismo entre su concepcin y algunas nociones marxistas, al igual que consideraciones freudianas expuestas desde las vanguardias artsticas de entonces.

BIOGRAFA

UN HOMBRE SIN SOMBRA


Mucho hay escrito sobre Clemente Estable y su vasta trayectoria como uno de los representantes ms ilustres de nuestra historia nacional. A travs del exhaustivo aprovechamiento de su condicin, de sus oportunidades y su tiempo, el legado manifiesto de su obra, y de su ejemplo, denotan y promueven la accin comprometida del hombre por su propia condicin de tal. Ante la imposibilidad de brindar aqu la totalidad de una biografa nos hemos propuesto atender a los aspectos ms importantes de su recorrido, en los cuales se puede observar el sustento que da sentido a la conformacin de nuestro artculo. Desde su faceta de pensador, podemos observar que la coherencia con que conduca su vida, como ser humano integral, hace que, el hombre se refleje en cada escrito, y su expresin sea fiel reflejo de cada una de sus experiencias. Por tanto procuraremos hacer espejo de esta circunstancia, atendiendo a los compromisos ms relevantes de su vida que hacen emergente este acontecimiento. La armona como modo de produccin y camino de conduccin, y la costumbre de verter su expresin a manera de aforismos se manifiestan en la frase Simetra y ritmo en la naturaleza; simetra y ritmo en la expresin1, en la cual formula la ley que bajo su disposicin deja huellas en todo su recorrido. A partir de su condicin de educador, formado en el Instituto Normal de Maestros, la educacin era vista por Clemente Estable como el medio necesario para el buen desarrollo de la democracia. Ms all del rgimen, desde su concepcin humanista, la educacin del pueblo era fundamental para el avance de la sociedad, si se tena presente que la formacin de todo ser humano contribua al dominio, no slo de s mismo, sino tambin al desarrollo social en la bsqueda de un mejoramiento en las condiciones de vida. En este sentido, el proceso de aprendizaje es una leccin aprendida para la vida que no debe olvidarse, por eso, a lo largo de toda su existencia la transform en su leit motiv, en un proceso de
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Constenla, Susana; Un Ser de Excepcin y ... un Estilo Excepcional, El Da, Montevideo, 23 de mayo de 1969

retroalimentacin en el que, cada fin se convirtiera nuevamente en un comienzo del cual partir para una nueva produccin de conocimiento, tornando as, el crculo virtuoso en una constante. La honestidad, el compromiso y la dedicacin, constituyeron su proceder, mas el conocimiento de s mismo y de sus propios intereses fueron los pilares fundamentales para su construccin permanentemente en obra. El sentido de su vocacin que subyace a la metodologa, y que se expresa, como una consciente condicin epistemolgica, hace a la circunstancia, de que muchos de sus estudios fueran dictados por su permanente actitud inquieta, transformndolo en autodidacta. De esta forma se inici, paralelamente a sus estudios formales en educacin, en sus investigaciones acerca de las ciencias naturales y la psicologa. En este ltimo campo, fue uno de los fundadores de la sociedad de psicologa del Uruguay; muy vinculada a la UNESCO, y entre otras cosas, particip en congresos cientficos y pedaggicos internacionales representando a nuestro pas. La fidelidad a sus intereses y convicciones hizo que trascendiera las circunstancias materiales que pudieron haber delimitado su destino. No conform para l un obstculo el hecho de haber nacido en una familia humilde y por dems numerosa, su tenacidad y su inteligencia le hicieron merecedor de experiencias de especial relevancia para el desarrollo de sus capacidades. A travs de una beca brindada por el gobierno espaol, se convirti en el nico latinoamericano que tuvo la oportunidad de especializarse en histologa y fisiologa del sistema nervioso, estudiando con Santiago Ramn y Cajal, premio Nobel de 1906, e incluso publicar trabajos cientficos en su revista. Este ambiente propicio que despert, ya plenamente su inters por la investigacin, forj los cimientos para posteriores descubrimientos en el campo de la neurobiologa que, adems de haber obtenido reconocimiento internacional, mantienen plena vigencia an en nuestros das. A pesar de sus logros, la humildad y la sencillez, consistieron siempre en los valores constitutivos de su carta de presentacin. Estable nunca tuvo casa propia, tampoco tuvo automvil y realizaba largas caminatas o viajaba en tranva y en

mnibus, de igual manera, su sentimiento altruista lo llev a donar su sueldo de la universidad destinndolo a becas para estudiantes del Instituto de Neurobiologa. De regreso de Espaa, en 1925, pas a trabajar honorariamente, como asistente en el Laboratorio de Anatoma Patolgica de la Facultad de Medicina y posteriormente en el Laboratorio de Tcnicas e Investigaciones Histolgicas del Instituto de Neurologa. Asimismo, su trayectoria le vali la colaboracin financiera de la Fundacin Rockeffeller con destino al Laboratorio de Ciencias Biolgicas que l mismo haba fundado y diriga, y que desde 1976 se design en Instituto con el nombre Clemente Estable, luego de obtener prestigio continental y mundial. Nada hubiera resultado ms pertinente a su condicin que establecer su presencia permanente desde el comienzo en este Instituto, obsesionado por su propio trabajo y porque los jvenes cumplieran su vocacin, y as efectivamente lo hizo. En 1928, cre y se constituy en el primer presidente, de la Sociedad de Biologa de Montevideo, que edit la revista Archivos de la Sociedad de Biologa. Durante sus cuarenta aos de trayectoria, esta revista expuso la casi totalidad de la investigacin en biologa experimental efectuada en el pas y su prestigio fue tal que los resmenes de estas publicaciones fueron divulgados en la Compte Rentas de la Societ de Biologie de Paris. En 1933, la facultad de medicina le confiri el Ttulo de Profesor Ad Honorem y en 1959, la Universidad de la Repblica le nombr Doctor Honoris Causa. En 1964 el Gobierno de Francia le design Oficial de la Legin de Honor. Puede considerarse en nuestro medio como el fundador de la profesin de investigador, tenindose en cuenta que Para Estable los hombres y mujeres deban de ganarse el sustento, trabajando de acuerdo a sus vocaciones. La investigacin cientfica, la creacin artstica o la reflexin filosfica deban de brindar la posibilidad de vivir en forma decorosa. 2, y consideraba, por tanto, que era responsabilidad del Estado reconocer este derecho y crear tanto las condiciones propicias para la formacin como para el trabajo de los investigadores.
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http://iibce.edu.uy/uas/cestable/estable.htm

Introdujo el mtodo cientfico en la escuela y mantuvo siempre una dedicacin constante a la labor pedaggica y cientfica, desarrollando tanto prctica como teora. En ste sentido, su pensamiento fue plasmado en algunas de sus obras como: El reino de las vocaciones en 1921 y El Plan Estable en 1946, consistiendo, este ltimo, en un compendio de planes y mtodos de enseanza que fueron aplicados luego en diversas escuelas. El pensamiento y la obra establiana se han proyectado hasta nuestros das a travs de los programas escolares y Magisteriales, en la formacin de varias generaciones, particularmente de maestros y su pensamiento pedaggico tiene an hoy plena vigencia. Un participante de sus conferencias cuenta que Estable ... tiene un modo peculiar de analizar los hechos, a los que va descomponiendo, como disecando en sus innumerable aspectos y cuando parece que no va a quedar nada, la sntesis surge clara, concisa, luminosa3 Tambin Integr la Academia Nacional de Letras y el primer Consejo directivo de la Facultad de Humanidades y Ciencias, en defensa de la cual se manifiesta en el artculo que aqu se presenta, contribuyendo activamente al desarrollo de la sociedad uruguaya, una vez ms. Clemente Estable, el hombre, fallece el 27 de octubre de 1976 a los 82 aos, si bien su historia y los caminos que comenzara a trazar en vida continan expandiendo sus horizontes desde mltiples mbitos, en beneficio del conocimiento y de ste como formacin para la vida.

Lasa, Julio; Clemente Estable. Original y vigente, Almanaque de BSE 1994, Impresora Gordon S.A. Dic. 1993, Pg. 71

SOPORTE
EL ESPACIO DE LAS FLORES VIVIENTES
La revista La cruz del sur, dedicada a las artes e ideas fue publicada en Montevideo en perodo de entre guerras. Su primer nmero data del 15 de mayo de 1924 y su ltima publicacin fue emitida en el ao 1931. En un principio se llev adelante con la promesa de una edicin quincenal, no obstante, a partir de diciembre del ao 1925 se convierte en una publicacin de carcter mensual. Asimismo, exista la posibilidad de suscribirse a la revista a travs de diferentes propuestas que se publicitaban en avisos destacados dentro de la seccin dedicada a los mismos. Desde su primer nmero la figura de director fue encarnada por Alberto Lasplaces (escritor, ensayista, periodista y profesor, Montevideo 1887-1950). Si bien los cargos de secretario de redaccin, administrador y dibujante fueron variando sus ocupantes en los perodos siguientes, a partir de abril de 1927 y hasta abril de 1930, la direccin estuvo a cargo de un comit artstico y literario integrado por: Alberto Lasplaces, Julio J Casal, Alvaro y Gervasio Guillot Muoz, J.L. Morenza y M. Mendez Magarios. En adelante, y hasta su ltimo nmero la direccin estuvo a cargo de Alfredo Vila, reconocido como editor. Su formato tradicional estaba constituido por papel de rstico y espeso grosor en hoja. Mientras que la cantidad de sus pginas variaba de un nmero a otro, se puede decir que mantena un mismo patrn de conformacin. En primer lugar, la tapa o cartula - designacin que se le daba en la propia revista - en un principio, se constituy por la ilustracin muy simplificada a dos tintas de la constelacin La cruz del sur y el nombre de la revista, en letras, que haca referencia al propio dibujo. Con el tiempo fueron agregando color y desde el Ao II, 1926, con el nmero 12, las cartulas comienzan a contener fotografas de obras artsticas o personalidades, alusin consecuente con la informacin contenida en el nmero.

En adelante, las dos primeras hojas, al igual que las dos ltimas de la publicacin, no numeradas estas, eran dedicadas a los avisos publicitarios que sostenan econmicamente el emprendimiento. Comercios y productos se promovan en estas pginas en forma muy parca, donde el color negro de la nica tinta utilizada daba el trazo, tanto a las palabras como al recuadro siempre presente que demarcaba el espacio pagado por el anunciante, exclusivos componentes de aquel. La Cruz del sur se posicion como una revista de artes e ideas donde se podan encontrar las manifestaciones de los propios artistas que la llevaban a cabo. As lo indicaba el lema autorreferencial que promulgaba el espritu que los identificaba Nuestro programa es nuestra obra. En tanto que en Francia Pierre Narville y Benjamine Pret dirigan la revista La Rvolution Suerraliste, como sucesora de la anteriormente dirigida por el surrealista Andr Bretn, la revista Littrature; asimismo, Alberto Lasplaces haca lo propio en nuestro pas, introduciendo tambin los movimientos emergentes de las vanguardias y sus mayores exponentes, tanto franceses como uruguayos camuflados, que se incorporaron en forma destacada a aquellos movimientos transgresores. Es el caso de Isidoro Ducasse o Conde de Lautramont, Jules Laforgue y Julio Supervielle. La cruz del sur conformaba uno de los medios a travs del cual se imprima el nuevo espritu de sinceridad4 en la que se expresaban tambin nuestras propias vanguardias.

Respecto al contenido especfico de la revista, la misma inclua entrevistas a los ms destacados artistas del medio, notas sobre exposiciones artsticas, novedades sobre arte y ciencia, as como filosofa e incluso psicologa, actualidades, crticas, reflexiones y discusiones; por supuesto, poemas, fragmentos de obras literarias, cuentos, homenajes, tambin notas y comentarios. Asimismo, era soporte de fotografas, muchas de las cuales eran adheridas con
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Diaz, Jos Pedro; El Espectculo Imaginario, Ed. Arca, Montevideo, 1986. Las Corrientes de Vanguardia y el Magisterio de Vaz Ferreira. Citado en: Curso Panormico de literatura uruguaya de los orgenes del Centenario, Ficha 2, parte II, Roca, Pablo, Publicaciones Universitarias, 2000, pg. 9

pegamento al papel del nmero, ilustraciones, lineums, e incluso, hasta muy discretas caricaturas. A partir del Ao II, en diciembre de 1925, en el suplemento n 1 se incluye la Section Francaise escrita en francs y dedicada a las corrientes artsticas y filosficas emergentes entonces y provenientes de dicho pas europeo, as como a sus exponentes ms prominentes, como Marcel Proust, Paul Valery, etc., esta seccin era conducida por les Directeurs Gervasio y Alvaro Guillot Muoz. El ngulo visual de nuestra enseanza es mucho ms estrecho que el ngulo vocacional de la vida, el artculo analizado a continuacin, fue extrado, en este marco, de las pginas 2 y 3 del n 11 de la revista perteneciente al Ao II publicada en febrero de 1926.

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CONTEXTO HISTRICO

LOS MOVIMIENTOS EN EL TABLERO


Es conveniente comprender las circunstancias precisas que motivaron la emergencia de nuestro objeto de estudio a partir de una concepcin propia de su tiempo y los elementos que desde su pasado ms cercano contribuyeron, tambin, a su constitucin de tal. Es por ello que haremos una breve resea histrica tanto a nivel nacional como internacional, presentando los aspectos fundamentales que hacen a nuestro abordaje. El siglo XX comenzaba en nuestro pas con la presidencia de Jos Batlle y Ordez, quien en dos perodos de gobierno, 1903 -1907 y 1911-1915, con sus ideales progresistas, se constituy en una personalidad de especial relevancia para la transformacin histrica del Uruguay. Favorables a la clase trabajadora urbana y a la clase media baja, su legislacin y su rgimen de gobierno contribuyeron en formar en el largo plazo, mediante ciertos privilegios, una clase media aptica y complaciente con el orden establecido, ya que este aseguraba, adems de una fuerte intervencin estatal financiera e industrial, empleos pblicos, buenos sistemas de seguridad social, salud y educacin. De esta forma, bajo el imperativo democrtico, en el perodo batllista, la poblacin se encauz en ciudadana, los nuevos sistemas modernos de partidos polticos constituan un elemento de integracin tendiente a ...establecer una identificacin de la nacin con la comunidad poltica...5. Si bien puede observarse aqu un fuerte impulso positivo, este movimiento conlleva la consecucin de una inconveniente complacencia para el posterior desarrollo evolutivo de nuestra nacin, mediante un consenso integrador que, en el largo plazo implicara un freno a las capacidades de innovacin. En 1917 se llev a cabo una reforma constitucional que estableca la divisin de la autoridad del poder ejecutivo entre el presidente y el Consejo Administrativo Nacional, asimismo, promulgaba la separacin entre Iglesia y Estado.
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Rama, Germn; La democracia en Uuruguay, una perspectiva de Interpretacin; Buenos Aires; GEL; 1987; Pg. 29 11

Ya en 1926, ao en que fuera concebido el escrito analizado aqu, el gobierno de nuestro pas contaba con la presidencia de Jos Serrato, miembro del partido colorado. En esta coyuntura, la oposicin que efectivamente se gener respecto de la creacin de la facultad de Ciencias, Filosofa y Letras, y que extendi su debate hasta su fundacin recin en el ao 1945, quizs no hubiera tenido lugar bajo un gobierno batllista con ideales progresistas. A nivel Internacional debemos tener presente que nos posicionamos en un perodo de entre guerras. Si bien la primera Guerra Mundial consigui reflotar la economa de Uruguay mediante el aumento de los precios de los productos que exportaba nuestro pas en apoyo a las fuerzas aliadas, este perodo dio surgimiento tanto al desencanto respecto de la nocin de progreso, que se manifest en diferentes aspectos revolucionarios de la vida social e intelectual; como al nacimiento de utopas totalitarias en el mundo occidental. La ruptura de horizontes impregn una nueva cartografa donde el Imperio se traslad de Inglaterra a Estados Unidos, la crisis del capitalismo puso al descubierto sus cuestionables atributos y surgieron las ideologas socialistas; la Revolucin Rusa, ya en 1917 haba otorgado el poder a los bolcheviques. Muy pertinente en dicho entorno resultaba la exposicin de Jos Serrato, ya desde su cargo de ministro en el ao 1911, considerando necesario sealar que la ideologa del gobierno uruguayo no era socialista, ... ni se pronunciaba contra el capitalismo(...) sino que se propona el desarrollo del pas en condiciones de autonoma y la distribucin ms racional de la riqueza el mejoramiento de las clases obreras y trabajadoras, tendiendo a elevar su cultura, sus medios de existencia y su dignidad humana6 Desde este contexto Clemente Estable es un emergente del idealismo, tambin eclctico, nacido a partir de la superacin del positivismo en nuestro pas, que se ha dado en llamar La generacin del centenario7 ubicada entre los aos
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Rama, Germn; La democracia en Uuruguay, una perspectiva de Interpretacin; Buenos Aires; GEL; 1987; Pg. 31
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Zum Felde, Alberto. Proceso intelectual del Uruguay Vol. III La generacin del Centenario. Ediciones del nuevo Mundo, 1987, Pg. 22

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1920 y 1940. Sus figuras internacionalmente ms influyentes son: Ortega y Gasset, William James, Alejandro Korn y sobre todo Henry Bergson. Aqu en Uruguay, las propuestas instauradas por Carlos Vaz Ferreira en la filosofa de entonces y trasladadas a la propia Universidad tenan el propsito de promover una enseanza ms libre y liberadora en que se impartiera la simpata por todas las escuelas filosficas, eliminando las intransigencias y dogmatismo que espiritualismo, materialismo y positivismo representaban como sistemas cerrados en pro de una filosofa ms abarcadora. En sus lecciones predicaba esta actitud constantemente, retomando nociones desde la concepcin humanista, ya incluso de Michel de Montaigne. Reflejada en sus obras, la exposicin de su prctica pedaggica se imparta con esa expresa claridad y conciencia. Lo que puede notarse en extractos donde manifiesta, por ejemplo: ... todo mi esfuerzo en esta clase, en que he puesto, por lo menos, tanto amor, ha tendido a mostrar que lo importante no es llegar a una escuela, si no a un estado de espritu. En general, la tendencia a sistematizar demasiado en moral, falsea o entrena; todos los sistemas han conducido y tienden a conducir a puntos de vista exclusivos.8 Carlos Vaz Ferreira atiende a la crisis de la cultura universitaria que se visualizaba ya entonces, a partir de un contexto socio econmico que en particular haca confluir dos grandes causas que incidan en esta circunstancia, por un lado un pas nuevo en su constitucin sin bases firmes por sus guerras civiles constantes; y por otro, su conformacin como pueblo trasplantado9, a partir de inmigrantes, sobre todo espaoles e italianos, que vean en la universidad la posibilidad de que sus hijos superaran sus propios destinos laborales y se forjaran una profesin de prestigio. La masificacin y el denominado profesionalismo eran causas de preocupacin, que ya se perfilaban en la Universidad.

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Vaz Ferreira, Carlos; Moral para Intelectuales, Ed. La Plata, Repblica Argentina, 1957, Pg 240 Categora atribuda por Darcy Ribeiro a aqul pas que en su conformacin recibi una enorme corriente migratoria europea. Extrado de: Rama, Germn; La democracia en Uuruguay, una perspectiva de Interpretacin; Buenos Aires; GEL; 1987; Pg. 17

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ANCDOTA

LA COMUNIDAD DEL JARDN


Recomencemos la historia mientras que desde nuestra actual perspectiva se ha llegado a concluir, incluso, el final de la historia, quizs hagamos hermenutica. Dilucidemos la mstica, la casualidad y la sabidura cuando convienen en un punto del tiempo, para que el instante, como manifestacin de este, congregue la mnima unidad de verdad absoluta que emerge como la dimensin buscada por los propios sabios. Sentmonos en un viejo banco de plaza a disfrutar del paisaje, el aire fresco y ver como el mundo, manifestado en los seres, se mueve alrededor, mientras el tiempo interior se detiene. Saboreemos el ao 1924, sentados, en la Plaza Artola, a la que hoy conocemos con el nombre de Plaza de los Treinta y Tres Orientales, ubicada en 18 de julio, entre Minas y Magallanes. Instalmonos en la banca en una circunstancia de absoluta invisibilidad y desvelemos la mstica del acontecimiento, la actualizacin de un hecho dentro del universo de posibilidades. All mismo, un reconocido filsofo montevideano, Carlos Vaz Ferreira, aguarda ansioso la llegada de un genio, que el da anterior le haba inhibido por su condicin de tal, el encuentro con calidad de formal que tendra lugar en casa del Seor Rosenblatt. La espera, y la ansiedad, parecen preceder al encuentro del cambio, de la sabidura o quizs de una revelacin, en definitiva la incertidumbre. Luego de un tiempo pasado, sin nocin de su transcurso, el genio aparece caminando apaciblemente, ante la estupefaccin de nuestro coterrneo. El Genio, Albert Einstein, se apersona con una bolsa en cuyo interior se destina alimento para las palomas, rebrotando la naturaleza y la naturalidad con que se expresa la sabidura. En ese mismo instante, y casi como por casualidad, suponiendo que esta existiera, aparece en la escena el fotgrafo Juan Caruso, con la clara conciencia
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de la transversalidad de su destino, de captar, de la nica manera posible, el instante de vida, de nacimiento de la imagen de tal encuentro y la muerte del mismo, con el objetivo de que este trascendiera las pocas como documento de una expresin modificadora del mundo, ms precisamente relativista. De ahora en ms, instalemos la imaginacin de la escena ya no como un relato no vivido, sintmoslo como una reminiscencia, de forma tal que, el sentido de la historia emane espontneamente a partir de la fluidez con que transcurren los encuentros.

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ANLISIS DEL TTULO

SIN TEMOR A ATRAVESAR EL ESPEJO


Haciendo uso de la condicin anafrica el ttulo del artculo es referencial. El ngulo visual de nuestra enseanza es mucho ms estrecho que el ngulo vocacional de la vida, hace directa referencia al libro de Clemente Estable El Reino de las Vocaciones, y es por tanto, necesario remitirse en todo momento a esta obra, para comprender la concepcin plasmada en el artculo. Por un lado, Estable personifica a la enseanza adjudicndole una propiedad tan humana como es la capacidad de ver, la cual slo se manifiesta en condiciones de claridad por efecto de la luz, del mismo modo que el conocimiento se manifiesta en condiciones de conciencia como sinnimo de luz. La visin, por otra parte, es angular. Percibimos el mundo mediante los sentidos, el sentido de la visin y ms sutilmente mediante una observacin, que influenciada por la propia subjetividad se aprecia como una mirada, la misma confluye en un punto, el del vrtice del ngulo, en este caso del ojo como metfora de la subjetividad y de la conciencia de s, extrapolada a la sociedad uruguaya en su conjunto. Asimismo, la desigualdad manifiesta en la comparacin entre enseanza y vida canaliza la idea de que no es suficiente con ver, sino que es necesario reflexionar, conducir y asimilar. Esa es una caracterstica diferencial de la humanidad con respecto a otras especies y en la que consiste su verdadera vocacin. Transmitir es ensear, para ensear es necesario ser consciente de tal vocacin de inters por la emancipacin y la transmisin de la evolucin de este conocimiento. La vida no slo se ve, se experimenta, la enseanza forma para la vida y por tanto requiere de la propia luz que hace a la conciencia con que el ser humano debe forjar su existencia. Por tanto, la enseanza no es esttica, se investiga, se desarrolla, y mediante ella se trasmite el conocimiento adquirido para que contine su proceso natural de ampliacin. Para ello el autor considera necesaria la apertura del campo visual de la enseanza, para que no ocurra lo que

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ya el Dr. Vaz Ferreira consideraba anlogamente a lo expresado por Estable, un estrechamiento de horizontes10 Cabe acotar que Clemente Estable proviene del campo educativo y fue formado en el Instituto Normal de Enseanza. El espritu de la denominacin Normal en este mbito proviene de la nocin de norma, procedente del latn, y hace referencia a un instrumento de medicin, una escuadra usada por los carpinteros para medir uniformemente los ngulos en sus trabajos11 En este sentido, se articula la idea de ajustar materiales en bruto y al mismo tiempo normalizar al sujeto desde su ms temprana edad a un estndar. Es la norma como instrumento o escuadra, que se caracteriza por formar en ngulo, que en la enseanza arregla y ajusta, de acuerdo a los mtodos expuestos. En este caso la norma no posee un ngulo maleable, esta es quizs la intencin revolucionaria de Estable, al considerar que el ngulo de la enseanza es ms estrecho que el de la vida, y por tanto, exhibir la necesidad de modificar los argumentos para esta condicin. De esta manera Clemente Estable, comienza haciendo alusin al aporte que en el campo de la psicopedagoga manifiesta en su libro, entonces recientemente publicado, El Reino de las vocaciones. En este sentido afirmo que el ttulo es referencial, ya que, como expresa textualmente en las ltimas pginas de dicha obra El ngulo visual no abarcar jams el vasto panorama de la vida ni desde las aulas, ni desde ningn punto de la Tierra12. Sin embargo, su contribucin es desde y para el aula fundamentalmente, defendiendo la concepcin de Henry Bergson del lan, una fuerza vital hipottica, que sera la causa de evolucin y desarrollo del individuo.

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Cmara de Senadores, Facultad de Humanidades y Ciencias, Ley, antecedentes y discusin parlamentaria, Repblica Oriental del Uruguay, Imprenta Nacional, 1945, Pg. 23 11 Palomeque, Agapo Luis. Juan Francisco Gir. Seleccin de Obras Pedaggicas, Cmara de Representantes, Montevideo, Uruguay. 1999. Pg. 34 12 Estable, Clemente; El reino de las vocaciones, Editor Claudio Garca, 1923, pg. 92

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ANLISIS LA MARAVILLOSA PRDICA DEL NONSENSE


Es necesario en este punto, volver sobre la consideracin de que la obra de Clemente Estable es fiel a sus notables capacidades como educador, cientfico, psiclogo, conferencista, y filsofo, de esta forma los expertos se congregan en cada uno de sus escritos dando lugar a relatos expresivamente muy ricos, como se podr observar en la realizacin del artculo que estamos analizando. Permanentemente hace uso de sus habilidades retricas sumergiendo la conciencia ms all del pensamiento prctico mediante la utilizacin incesante de metforas, personificaciones, analogas, irona y citas que son firme expresin de su vasto universo de conocimiento. En ste artculo Clemente Estable parece dejarse conducir por los ordenados pasos propios de un mtodo cientfico para su estructura, consolidando su perspectiva y su razn acerca del tema tratado. Primeramente postula su hiptesis, en este caso, que es necesaria la creacin de nuevos mbitos educativos para ampliar el crculo de formacin de los individuos. Seguidamente manifiesta los argumentos que construyen el sentido de su discurso. Desde su extensa prctica como educador y la experiencia que le permiti desarrollarse en una multiplicidad de terrenos, Clemente Estable expresa mediante slidas sentencias, todos los puntos considerados de relevancia para sostener su posicin. Luego expone la realidad de su contexto permitiendo una toma de conciencia, como si fueran los elementos sobre los que se forja el mtodo experimental, incluso elaborando supuestos. La realidad de la enseanza abre escasos campos de formacin, y esto, resumidamente, dice, contribuye a la ignorancia de un pueblo servil. Posteriormente, haciendo gala de un proceso dialctico se cuestiona y responde, dando lugar a las resoluciones que adopta como sntesis, en este acto de conseguir, por medio de la oposicin, sus resultados mediante procedimientos consecuentes con la lgica. En ltima instancia contesta al legislador, incluso
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valindose de casos hipotticos, apoyado en la evidente conveniencia, tanto para los individuos como para el sistema poltico y econmico, de la creacin de la facultad de la que l mismo es defensor. Acto seguido, elabora un procedimiento hipottico terico para la resolucin del problema, establecido este como la inexistencia de la facultad ya antes mencionada. Las justificaciones ms racionales estn ya pensadas para su creacin y para mayor transparencia, los tems son, de esta forma, puntualizados. Para demostrar sus argumentos, extrae de su posicin, las conclusiones mediante leyes implcitas, que para su verificacin, extrapola, posteriormente a casos ya resueltos, de personalidades universales que para conseguir sus conquistas cientficas debieron ser previamente formadas en un propicio ambiente intelectual. Finalmente sintetiza sus conclusiones en una cita muy pertinente Como expusiramos anteriormente, Vaz Ferreira ya haba notado una crisis universitaria configurada a partir de la necesidad de profesionalismo, que deriv en el pasaje de la universidad como fin de cultura a ser la universidad un medio para la obtencin de un ttulo profesional que permitir su ejercicio como modus vivendi. La masificacin universitaria era un problema que comenzaba a visualizarse, y en ese marco, el examen se constituye como el nico rgimen posible de evaluacin y al mismo tiempo como el enemigo fundamental del saber. No se estudia para saber, sino para rendir un examen, salvar un curso y terminar con la mayor velocidad posible una carrera. En el siguiente prrafo se puede vislumbrar un problema de la sociedad postmoderna atravesada por una cultura de la repeticin, falta de creatividad y el desinters, as como la ausencia de proyecto, en oposicin al ideal constitutivo de una vocacin plena ... En lugar de tender cada alumno a dar su mximo, tienden casi todos a realizar una especie de promedio. Todos los estudiantes son iguales, todos repiten las mismas cosas, todos ponen los mismos ejemplos, todos han ledo los mismos autores13 He aqu
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Zum Felde, Alberto. Proceso intelectual del Uruguay Vol. III La generacin del Centenario. Ediciones del nuevo Mundo, 1987.

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el conflicto fundamental entre formacin profesional y educacin vocacional, cuando esta ltima abarca la amplitud del sentido de la vida toda, en que la profesin se constituye como uno de todos ellos. Este es el contexto base de la formacin de Clemente Estable, y es de considerar que con Vaz Ferreira compartan tanto conocimiento como amistad. Debemos tener presente que la atencin prestada al reino de las vocaciones, tiene un hondo perfil humanista. El mismo se sustenta en la necesidad de deteccin, a partir de la institucin escolar, de las diferencias de espritu que en cada sujeto, busca tanto la felicidad del hombre como la mejor realizacin productiva, partiendo de las diferencias, ya no como desvo de la norma, si no como un saber propio de cada individuo, que debe readaptarse a las condiciones del sistema de produccin. En el surco que se abre siguiendo las lneas de fuerza del espritu, la criatura humana obtiene el mximo rendimiento. Al cambiar de direccin toda energa vital deja residuos mecanismos que se abandonan- cuya perdida repercute en el coeficiente econmico...14 Puede notarse la toma de conciencia, por parte del visionario educador de que las instituciones slo propendan a normalizar al sujeto en funcin de las necesidades del sistema imperante. As, en El reino de las vocaciones postula explcitamente el fin de la enseanza, poniendo en tela de juicio la finalidad, perseguida entonces por las instituciones educativas, en tal contexto, la finalidad de la produccin. Como ya antes lo habra observado Vaz Ferreira, en lugar de forjar en el conjunto social un estado de cultura que no solo sirviera a la preparacin profesional, sino que tambin creara un ambiente favorable al florecimiento de las ciencias humanas y las letras. Podemos advertir entonces el punto clave de la discusin. La oposicin se quedaba sin argumentos en este caso. Tras el primer proyecto de ley presentado para la creacin de un denominado entonces Instituto de Cultura, con similares caractersticas a las de la Facultad de Humanidades, el 25 de junio de 1925 por el Ministro de Instruccin Pblica Carlos Mara Prando, el hecho de que el parlamento se manifestara, con la muletilla jurdica no hay ambiente, juzgndolo
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Estable, Clemente. El reino de las vocaciones, Editor Claudio Garca, 1923, pg. 23 20

inconveniente por razones de oportunidad15, no era para Estable una postura vlida, desde el momento en que existan suficientes fundamentos y la necesidad prioritaria de formacin, estas solas causas puntualizadas en el artculo, conformaban el ambiente adecuado. Bajo su concepcin El fin de la enseanza vocacional no radica en desenvolver la personalidad en cualquier direccin: la aptitud dominante es su norte16. Y a partir de la siguiente cita a Amado Nervo se abre paso en su territorio pedaggico An para abrirte camino en la selva, an para levantar un muro, an para tender un puente, has de buscar antes, en ti, el secreto. Dentro de ti hay tendidos ya todos los puentes En funcin del precepto socrtico de Concete a ti mismo los objetivos que promueve su pensamiento, en trminos de estudios desinteresados y enseanza vocacional, se condicen con la nocin que Karl Marx contrapone al concepto de trabajo enajenado. El hombre y la obra se dignifican cuando esta es aquel mismo continundose, cuando el hombre que hace retrata al hombre que piensa y cuando el hombre que piensa ama al hombre que hace.17 Marx define al trabajo enajenado como aquel que en las condiciones propias de la clase proletaria, el trabajador queda rebajado a mercanca y a la ms miserable, en cuanto es ms pobre, cuanta mayor riqueza produce. La desvalorizacin del mundo humano crece en relacin directa de la valorizacin del mundo de las cosas.18 Esto se traduce en realizacin del trabajo y desrealizacin del trabajador. La relacin del sujeto con el producto de su trabajo es de extraamiento, el objeto le es extrao y por lo tanto ...cuanto ms se vuelca el trabajador en su trabajo, tanto ms poderoso es el mundo extrao, objetivo que crea frente a s y tanto ms pobres son l mismo y su mundo interior, tanto menos dueo de si mismo es.19 Clemente Estable advierte, en este sentido, porque el producto de la enseanza no reproduzca este sistema de subjetivacin. En tanto que el trabajo enajenado se convierte en un medio para solamente satisfacer las necesidades
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Cmara de Senadores, Facultad de Humanidades y Ciencias, Ley, antecedentes y discusin parlamentaria, Repblica Oriental del Uruguay, Imprenta Nacional, 1945, Pg. 72 16 Estable, Clemente; El reino de las vocaciones, Editor Claudio Garca, 1923, pg. 18 17 Ibid, pg. 19 18 Marx, Karl; Manuscritos: economa y filosofa. Ed. Altaya, Barcelona Pg. 109 19 Marx, Karl; Manuscritos: economa y filosofa. Ed. Altaya, Barcelona Pg. 110 21

fuera del trabajo, su carcter de extrao hace que tan pronto como se puede se huye del trabajo como de la peste20. La actividad del trabajador no le pertenece a l si no a otro, y ... solo se siente libre en sus funciones animales, en el comer, beber, engendrar, y todo lo ms en aquello que toca a la habitacin y al atavo, y en cambio en sus funciones humanas se siente como animal. Lo animal se convierte en humano y lo humano se convierte en animal21. De esta manera, as como la vida misma aparece como un medio de vida, la relacin del hombre con el otro se convierte en la enajenacin del hombre respecto del hombre 22, el otro tambin es un medio para sus fines. De acuerdo con Clemente Estable y tomando en consideracin la vocacin como principio fundamental, la educacin debe diversificarse para atender las necesidades de desarrollo de cada hombre para, con este fin, generar un ser indiviso y no diviso, un individuo. Vela, asimismo, por la formacin para la generacin de un sujeto trascendente. Bajo este enunciado es que justifica su postura a favor de la creacin de una Facultad de Ciencias, Filosofa y Letras, con el siguiente argumento, expuesto en el artculo analizado Misin muy importante de la Facultad de Ciencias sera la formacin del profesorado de Segunda Enseanza, Preparatorios. La lgica es clara desde su perspectiva, la formacin en trminos vocacionales, debe impartirse siendo coherentes, desde la vocacin formada, en los profesores. Es as, que un nuevo argumento se manifiesta desde su consideracin: Sin cario por lo que se ensea, sin profesores con vocacin, toda enseanza est minada de defectos incorregibles y toda reforma no pasar de pesadas confecciones de programas, de complicaciones intiles a favor de una prctica terica: vista en escorzo de los hechos. Debemos atender a la definicin de la palabra escorzo. Escorzo significa representar, acortndo segn las reglas
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Institutos Normales

Ibid. Pg. 113 Op. Cit. Pg. 113 22 Op. Cit. Pg. 117 22

de la perspectiva, las cosas que se extienden en sentido oblicuo al plano del papel o lienzo sobre el que se dibuja o pinta.23 En esta ltima expresin contrapone la idea de vista en escorzo, que se efecta en un plano, espacio bidimensional, a la actualizacin de los hechos, que se manifiestan como tomo de la vida, remitindose como lo hiciera desde el ttulo a la misma, fuera de estos lmites bidimensionales, en su amplitud tridimensional del espacio, y tiempo como la cuarta dimensin relativa. Confinado en un contexto intelectual mundial cuestionador de la nocin de progreso, Clemente Estable se hace eco de esta dura crtica a los modelos imperantes mediante su sabia lucha humanista, predicando con su palabra y su ejemplo. Si la propiedad privada, la adquisicin de bienes y la formacin de un individuo aislado y enajenado, impedan el trnsito liviano por las sendas de la reflexin, el sabio se saba lo suficientemente partcipe de su indiviso mundo como para compartir los ambientes y propiciar nuevos espacios de comunin. Manifestaba, as, su preferencia por las largas caminatas o el transporte colectivo, entregndose al clido contacto con el bien comn de la naturaleza y la propia humanidad. Las corrientes vanguardistas desde el mbito artstico expresaban tambin su disconformidad con la actitud racionalista inspirada en el positivismo. As por ejemplo en las primeras pginas del primer Manifiesto del Surrealismo, editado en 1924 se expresa: Tanta fe se tiene en la vida, en la vida en su aspecto ms precario, en la vida real, naturalmente, que al fin esta fe acaba por desaparecer. El hombre, soador sin remedio, al sentirse de da en da ms descontento de su sino, examina con dolor los objetos que le han enseado a utilizar, y que ha obtenido al travs de su indiferencia o de su inters, ya que ha consentido someterse al trabajo, o, por lo menos no se ha negado a aprovechar las oportunidades... Lo que l llama oportunidades! 24 Al momento de esta toma de conciencia el artista resalta la modestia del hombre ante su condicin. El
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Real Academia Espaola; Diccionario de la Lengua Espaola, Madrid, 1992, Pg. 879 Breton, Andr; Manifiestos del surrealismo, Editorial Labor, S.A. 1995 Pg. 17 23

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mecanismo de defensa psicolgica implcito, sustentado en el saber freudiano, le conduce a conmoverse ante s mismo, retrotrayndose, volviendo al pasado que lo constituy en la infancia. Como sabemos, es en esta etapa de la vida que la escuela juega un papel preponderante. De este modo, se resigna en su instancia ante la ausencia de proyecto, el inconsciente aparece as, como el fracaso de la moral, y la represin proporciona la posibilidad de poder cumplir con su instinto de autoconservacin ... sabe cmo fueron las risibles aventuras que ha emprendido, la riqueza y la pobreza nada le importan, y en este aspecto el hombre vuelve a ser como un nio recin nacido; y en cuanto se refiere a la aprobacin de su conciencia moral, reconozco que el hombre puede prescindir de ella sin grandes dificultades. Si le queda un poco de lucidez, no tiene ms remedio que dirigir la vista hacia atrs, hacia su infancia que siempre le parecer maravillosa, por mucho que los cuidados de sus educadores la hayan destrozado. En la infancia, la ausencia de toda norma conocida ofrece al hombre la perspectiva de mltiples vidas vividas al mismo tiempo; el hombre hace suya esta ilusin; solo le interesa la facilidad momentnea, extremada, que todas las cosas ofrecen25

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Breton, Andr; Manifiestos del surrealismo, Editorial Labor, S.A. 1995 Pg. 17 24

REFLEXIN

EL SACERDOTE Y EL PROFESOR: MOMENTO DE SACUDIR Y DESPERTAR.


En el camino de bsqueda que nos condujera a la elaboracin de ste anlisis, el sacerdote de 85 aos Felix Bruno nos atendi en el Colegio Juan XXIII para echar luz sobre la cita a San Agustn, de la que Clemente Estable hace expresin, concluyendo de forma compendiada su pensamiento, que no es nuevo, pero s renovador en su contexto. El Padre Bruno, quien nos confes- valga la inversin de roles- haber hecho su tesis en educacin sobre educacin vocacional, nos reforz la siguiente nocin: -Siempre hay que recordar que la vocacin va mucho ms all de la profesin, es el sentido con que se construye la vida, la profesin puede formar parte de la vocacin, pero esta consiste en la construccin da a da de un sentido propio que complementa familia, profesin, y todos los mbitos de la existencia. Ah est el ejemplo de Einstein...-. La Historia cuenta que Albert Einstein no era un buen escolar. Fiel representante de su propia concepcin relativista, de acuerdo a la cual ... esta realidad es la que el observador percibe desde el lugar que ocupa; por tanto, una realidad relativa26, Albert Einstein no se ajust, en este sentido, precisamente a la norma que en su realidad educativa se le impona como regularizador de su formacin civilizatoria. Su sentido propio lo condujo a la construccin de su original teora y sin la cual quizs no se hubiera destacado. He aqu una contradiccin que se percibe como el mensaje comunicacional que, por su propia condicin genera la confusin, causa posible de los mayores defectos de calidad del sujeto posmoderno. El mensaje paradjico es bien conocido: eres nico e irrepetible, pero naces igual a todos los hombres. Para ser aceptado debes ajustarte a las normas, pero para demostrar que eres nico e irrepetible debes ser original.
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Albert Einstein y otros, La teora de la relatividad, Editorial Altaya, 1993, pg. 166 (de Jos Ortega y Gasset El sentido histrico de la teora de Einstein, Obras Completas, Revista de occidente, Madrid, 1947, vol.III, pg. 231-242) 25

Desde una perspectiva psicolgica esta clase de confusiones son el fundamento del modus operandis de enfermedades como la esquizofrenia, la depresin, el desamparo moral.27 La importancia de dar al lan su lugar, su firmeza y su espacio de construccin, se convierte desde la perspectiva de Clemente Estable en la condicin indispensable para el desarrollo posterior del individuo, su formacin opera en funcin de ste. La vocacin como desarrollo de la propia personalidad siembra sentidos de la existencia, que si bien en un individuo, deben complementarse, amalgamarse, para conducirse con un mismo proyecto de vida sin permitir la disgregacin de la persona, vocacin y profesin no son sinnimos. La vocacin se construye haciendo uso de las herramientas, de las cuales la profesin es una, con el objetivo de forjar un camino en el que confluyen indeterminada cantidad de senderos. Poner luz y despejar esos senderos brindando los espacios frtiles para esos potenciales naturales, es segn el autor, responsabilidad de la enseanza. Ms all de que, de acuerdo con la informacin recabada de mltiples fuentes abordadas, la frase citada como conclusin, atribuida por Clemente Estable a San Agustn, correspondera efectivamente a Santo Toms, el contenido expreso de Circulus et calamus fecerunt me doctorem, manifiesta el siguiente legado: crculo y pluma me hicieron doctor. Siguiendo la interpretacin del Padre Bruno y de Juan Introini, profesor de Latn de la Facultad de Humanidades de la Universidad de la Repblica, el crculo alude al mbito de intercambio y de discusin que se constituye en el ambiente formativo, y la pluma que permite la escritura, al instrumento proporcionado al hombre, con el cual puede forjar su propia labor. Ambas conformaran, en palabras de Clemente Estable, las condiciones para generar el mejor doctorado, agregando el laboratorio como la fuente experimental verificadora de los atributos cientficos de un trabajo actualizado.

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Segn Watzlawick, Paul; Es real la realidad? Confusin, desinformacin, comunicacin. Ed. Herder, Barcelona, 1994

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BIBLIOGRAFA

Albert Einstein y otros, La teora de la relatividad, Editorial Altaya, 1993, pg. 166 (de Jos Ortega y Gasset El sentido histrico de la teora de Einstein, Obras Completas, Revista de occidente, Madrid, 1947, vol. III, pg. 231-242) Breton, Andr; Manifiestos del surrealismo, Editorial Labor, S.A., 1995. Cmara de Senadores, Facultad de Humanidades y Ciencias, Ley, antecedentes y discusin parlamentaria, Repblica Oriental del Uruguay, Imprenta Nacional, 1945 Diaz, Jos Pedro; El Espectculo Imaginario, Ed. Arca, Montevideo, 1986. Las Corrientes de Vanguardia y el Magisterio de Vaz Ferreira. Citado en: Curso Panormico de literatura uruguaya de los orgenes del Centenario, Ficha 2, parte II, Roca, Pablo, Publicaciones Universitarias, 2000. Estable, Clemente; El reino de las vocaciones, Editor Claudio Garca, 1923. Marx, Karl; Manuscritos: economa y filosofa. Ed. Altaya, Barcelona, 1993 Palomeque, Agapo Luis. Juan Francisco Gir Seleccin de Obras Pedaggicas, Cmara de Representantes, Montevideo, Uruguay. 1999. Pars de Oddone, M. Blanca; Medio siglo de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educacin, Dpto. de publicaciones de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educacin, 1995 Rama, Germn; La democracia en Uruguay, Una perspectiva de Interpretacin; Buenos Aires; GEL; 1987. Real Academia Espaola; Diccionario de la Lengua Espaola, Madrid, 1992. Vaz Ferreira, Carlos; Moral para Intelectuales, Ed. La Plata, Repblica Argentina, 1957 Watzlawick, Paul; Es real la realidad? comunicacin. Ed. Herder, Barcelona, 1994 Confusin, desinformacin,

Zum Felde, Alberto. Proceso intelectual del Uruguay Vol. III La generacin del Centenario. Ediciones del nuevo Mundo, 1987

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PRENSA

Morey Otero, Sebastin; Clemente Estable, La cruz del Sur, Montevideo, Octubre 1925. Constenla, Susana; Un Ser de Excepcin y ...un Estilo Excepcional, El Da, Montevideo, 23 de mayo de 1969 Lasa, Julio; Clemente Estable. Original y vigente, Almanaque de BSE 1994, Impresora Gordon S.A., Dic. 1993. Rossani, Uruguay; El viaje al Sur (acerca del Diario de Montevideo 1925, de Albert Einstein) El Pas Cultural, N 827, 9 de setiembre de 2005 Russell, Dora Isella; Cuando el Hombre y el Sabio coinciden, Especial para el Diario El Da, Montevideo, 21 de julio de 1957

PAGINAS DE INTERNET

http://www.histoemb.fmed.edu.uy/cestable.html http://www.fhuce.edu.uy/eventos/clemente/Libertati.htm http://iibce.edu.uy/uas/cestable/estable.htm

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ANEXOS

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Quisiera dedicar este trabajo a mi abuelo Diego. A medida que yo me acercaba al final de esta labor, y de mi trayectoria como estudiante de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicacin, mi abuelo se acercaba al final de sus das. Y si algo debo recordar de su persona son sus relatos de los das en que particip en la construccin de la represa de Rincn del Bonete. De esta manera se dedic a construir, muy a pesar de no haber obtenido jams un ttulo. Si asumo mi formacin como parte de mi propia construccin, algo ronda en mi memoria en estos momentos, son las palabras de una profesora, cuya lucidez supo transmitirme ms que conocimiento. Una vez en su clase mencion que el azar tiene mucho que ver con los finales.

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EL ANGULO VISUAL DE NUESTRA ENSEANZA ES MUCHO MS ESTRECHO QUE EL ANGULO VOCACIONAL DE LA VIDA

NECESIDAD DE FACULTADES PARA ESTUDIOS DESINTERESADOS Y PARA LA FORMACIN DE PROFESORES Cuando se descubre una cabeza bien dotada es cuando realmente se descubre un monumento nacional, no cuando se descubre un mrmol. El descubrimiento de los hombres es el ms grande descubrimiento de un pas * hay que salvar para la prosperidad y enaltecimiento patrios, todos los ros que se pierden en el mar y todos los talentos que se pierden en la ignorancia* segn el noble decir del incomparable maestro hispano. Cada vez ms se va comprendiendo que la vocacin constituye el mejor arado para roturar los campos del cerebro y que es fundamento de toda reforma substancial y duradera de la enseanza. No de otro modo se llega al subsuelo de la cultura en la geologa interior. Ciertamente que es mucha la maleza a desbrozar, pero esto tiene traduccin unvoca en el lenguaje de los labriegos: hay trabajo. La vocacin es actualmente el norte del movimiento pedaggico de mayor trascendencia en pases conscientes y celosos administradores de su capital fsico y mental. La capacidad creadora de una nacin llegara al mximo cuando todos sus ciudadanos ejercitasen, con preferencia, sus aptitudes dominantes. Fuera de peregrinas excepciones, la produccin original es obra de los especialistas sobre la base de la vocacin, que desgraciadamente no es lo mismo que sobre la base de la profesin, aunque debiera serlo. Sin la porfiada labor de los polarizados, no hay ms que diletantes (variedad humana similar a esos escarabajos sagrados de ltima hora, que simulando colaborar en el movimiento de la esfera asisten al banquete). Y qu hacemos nosotros para favorecer la revelacin de los cerebros y para evitar que los revelados por convulsa erupcin del fuego central queden sepultados en la propia lava? El ngulo abierto a las posibilidades vocacionales es estrechsimo en nuestra enseanza universitaria. Quien quiera hacer ciencia por la ciencia misma - vaya en va de ejemplo tiene que hacerse primero profesional, pero cuando se es profesional ya no se quiere hacer ciencia por la ciencia misma. Esa es la regla. De manera que una Universidad destinada toda ella a formar profesionales no slo est hermticamente cerrada a muchas vocaciones superiores, sino que suele descaminarlas. Los intelectuales europeos no se explican que nosotros carezcamos de facultades de Ciencias, Filosofa y Letras. Al enterarse de esto, el concepto que de nuestra cultura se estaba forjando, va plano inclinado abajo: un pas vive tanto ms de la repeticin servil y de la confusin mental cuanto menos especialistas tiene. Todos invaden todo cuando nadie sabe nada. Y en la cerrazn, se exalta la audacia de los trasnochadores... El torpe estribillo *no hay ambiente* para las facultades de Ciencias, Filosofa y Letras nos hace enorme dao, hiriendo nuestra dignidad de nacin civilizada y emprendedora: es el ndice de un atraso y la declaracin plaidera de una voluntad puesta de hinojos. Y ahora hablemos solamente de la Facultad de Ciencias.

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De veras en el Uruguay *no hay ambiente* para una Facultad de Ciencias? Nuestro pas sera, entonces, uno de los pases ms retardados del mundo... En qu nuestro medio es intelectualmente inferior al medio de la Argentina, de Chile, del Per? Es que Montevideo, capital de nacin, est a un nivel cultural ms lejos que Crdoba y Santa Fe, capitales de provincias an adolescentes? He ah lo que en definitiva afirma el legislador que se opone a la creacin de una Facultad de Ciencias en nuestro pas, con el dogma *no hay ambiente* Y cul es el ambiente para una Facultad de Ciencias? He ah una cuestin previa. Desde luego, notemos que todo organismo de cultura, por su poder modificador, lleva una potencialidad de ambiente, como fosforescencia de su propia sustancia, y que no debe encerrarse en un cuadro primitivo, porque su funcin es precisamente mejorar el medio. Dos cosas cabe preguntarse al analizar el contenido del dogma *no hay ambiente*, tantas veces repetido por nuestros profetas de mal agero y tan religiosamente respetado por quienes todo lo esperan de Al; es la primera una Facultad de Ciencias, en el Uruguay, tendra profesores y alumnos?; y es la segunda qu destino reservara el porvenir a sus egresados? Una de las rmoras del progreso es querer resolver todo a priori, con mxima comodidad, sin arquitecturar el pensamiento con los datos de la experiencia directa, como si nuestra cabeza fuese el nico granero de la Naturaleza... Solo un alucinado repetira hoy esta afirmacin del filsofo de Priene: todo lo traigo conmigo. Hay que ensayar y juzgar a posteriori. Es lo menos que debe hacerse si no queremos retardarnos, en el camino del progreso, con la muletilla *no hay ambiente*, como si furamos paralticos. Qu sabemos nosotros de las vocaciones por la Ciencia pura, si nuestros organismos universitarios an carecen del rgano fotgeno para descubrirlas, del centro de gravitacin para a traerlas y de la rosa de los vientos para orientarlas? Nuestros investigadores de la Ciencia desinteresada, son escassimos, entre otras razones, porque emigran o porque no resisten vegetar a duras penas... Son muy excepcionales las vocaciones acompaadas de la vocacin por la miseria. Hay hombres, lo que no hay son instituciones que permitan dedicarse a las investigaciones cientficas. Una pregunta muy humana nos sale al atajo: para qu sirve? slo es legtimo como acicate de la voluntad, nunca como inhibidor: son innumerables las veces que saltando por encima del para qu sirve? Ciertamente el hombre debe esforzarse por colmar las necesidades del hombre, pero l para qu sirve? Es como mejor se responde al imperativo de las necesidades humanas. Hanssen, inventor del microscopio; Hooke, descubridor de la clula y Leeuwenhoek y Malpighi y Spallanzani y Virehow... hubieran sido desterrados de una repblica en cuya constitucin fuese ley primera, primer mandamiento, un para qu sirve? Como nico canalizador de las energas del hombre. Y hoy, qu valor humano, prctico, no tienen los estudios microscpicos en general, y microbiolgicos en especial! Segn refiere Pasteur en uno de sus discursos cuando Morse hizo pblica demostracin de su clebre aparato, pregunt un espectador ocioso, con aspecto despectivo, eso para qu sirve?,

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a la cual pregunta respondi Franklin con esta penetrante contrapregunta: y para qu sirve un recin nacido? Quin iba a imaginarse que aquel aparatito de Morse, que entonces era como un juguete de inventor, llegara a significar tanto en el progreso humano! Misin muy importante de la Facultad de Ciencias sera la formacin del profesorado de Segunda Enseanza, Institutos Normales y Preparatorios. Sin cario por lo que se ensea, sin profesores con vocacin, toda enseanza est minada de defectos incorregibles y toda reforma no pasar de pesadas confecciones de programas, de complicaciones intiles a favor de una prctica terica: vista en escorzo de los hechos. En el Instituto Escuela de la Junta de Ampliacin de Estudios, cuyo presidente es Cajal, el profesor de Segunda Enseanza es un licenciado en la materia respectiva, que ha hecho prctica pedaggica con el profesor titular. En muchos pases (Alemania, Francia, Holanda, etc.) los profesores de Segunda Enseanza obtienen su preparacin en las facultades de Ciencias, Filosofa y Letras. En Italia hay dos categoras de licenciados: 1, los destinados a la investigacin, los cuales tienen que realizar labor original para doctorarse; y 2, los destinados a la enseanza, que son los que completan sus cursos en la Escuela Superior del Magisterio, y solo se les exige tesis de erudicin. Hay otro camino: crear una Facultad para profesores. Es lo que se ha hecho, por ejemplo, en la Argentina y lo que han aconsejado, entre nosotros, Samonati, Schinca y Mezzera. Plausible iniciativa la de los autores susomentados y serios sus fundamentos. Pero nosotros opinamos que los organismos de especializacin de cuyo seno saldran investigadores y profesores, responden mejor a nuestras necesidades de cultura y a los fines superiores de la enseanza: una Facultad para profesores tendra que contener todas las facultades en una sola es llevar a la Facultad un enciclopedismo superficial. Dudamos mucho de que as pudieramos tener profesores verdaderamente encariados con lo que ensean (el amor por las ideas brota, como el agua, cuando se horada hondo) En el supuesto de que alguna vez no hubiese alumnos en la Facultad de Ciencias, quedara justificado su sostenimiento con la produccin cientfica de los profesores. El reglamento cabe en una lnea: quien no publique trabajos con algn contenido original, queda cesante sin proceso ni apelacin. El mejor doctorado es el de San Agustn: Circulus et calamos fecerunt me doctorem, con la variante Laboratorium et calamus...

Clemente Estable

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PORTADA DE LA CRUZ DEL SUR FEBRERO DE 1926

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SUMARIO DE LA CRUZ DEL SUR FEBRERO DE 1926

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ARTICULO DE LA CRUZ DEL SUR OCTUBRE DE 1925

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