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Simbolos de La Biblia

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LOS PRINCIPALES SÍMBOLOS DE LA BIBLIA

1. Espejo: Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es


semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se
considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Más el que mira
atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo
oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que
hace>>.(Stg.1:23-25). Se le llama espejo porque refleja la mente de Dios y a la
misma vez la verdadera condición del hombre. ¡Qué privilegio más grande, es
tener un espejo, en el cual Dios se de a conocer, y también nos muestre nuestra
pecaminosidad…!
II. Una semilla. Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible,
por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P. 1:23) 5 El, de su
voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de
sus criaturas (Stg.1:18). Se le llama semilla porque una vez que es plantada
correctamente, produce vida, crecimiento y fruto. La simiente implantada en
nuestros corazones, es la que realmente nos libra de permanecer en la vida de
pecado. 1Juan 3:9 Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado,
porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido
de Dios. Cada vez que pensemos en la Palabra, como semilla, recordemos el valor
de simiente preciosa implantada en nuestros corazones, y su efecto preservador en
nuestras vidas.
III. Agua. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se
entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el
lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia
gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa
y sin mancha.(Ef. 5:25-27) Cada vez que consideremos, a la palabra de Dios como
agua, necesitamos reflexionar en su bondad y misericordia para con nuestras
vidas, al obrar su santidad en nuestros corazones. Se la llama agua por sus
propiedades para limpiar. El agua es un excelente solvente, que disuelve la
suciedad, además de refrescar, hacer germinar, saciar la sed y ser un ingrediente
vital para la vida del ser humano. Isaías 55:10 “Porque como desciende de los
cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace
germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, 11 así será mi
palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero,
y será prosperada en aquello para que la envié”.
IV. Una lámpara. “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino”
(Sal.119:105). Se la llama lámpara porque nos muestra dónde estamos ahora, nos
guía en el próximo paso y nos protege de las caídas. ¡Cuán misericordioso es
nuestro Dios, que no nos deja andar a ciegas… !
V. Una espada. Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda
espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los
tuétanos y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón (He.4:12) 6 Se
le llama espada por su capacidad para cortar, obrando una verdadera operación de
corazón abierto. Cuántas veces, hemos inútilmente tratado de cambiar nuestra
conducta, o la de nuestro prójimo. El cambio auténtico y efectivo se logra mediante
una verdadera operación de corazón abierto, que nuestro Señor realiza en lo más
profundo de nuestros corazones, obrando no en lo externo de nuestra conducta,
sino más bien en lo interno, en “las intenciones de nuestro corazón.” Y si cambia lo
interno, seguramente este cambio repercutirá en nuestra conducta externa. El
deseo o intención del corazón, precede a toda acción. Nuestra conducta es el
resultado de las intenciones de nuestro corazón. Y el método Divino para cambiar
nuestro corazón es Su santa y bendita palabra.

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