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Departamento de Prensa
prensa@proa.org
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alexander calder: teatro de encuentros
Gacetilla
Presentación
Alexander S. C. Rower / Fundación Calder
Adriana Rosenberg / Fundación Proa
Teatro de Encuentros
Sandra Antelo-Suárez
Textos
– La movilidad de Calder (fragmento) / George Baker
– Alexander Calder (fragmento) / James Johnson Sweeney
– Los móviles de Calder/ Jean-Paul Sartre
– Habla con diecisiete artistas: Calder / Katharine Kuh
– Varèse sobre Calder: extracto de una entrevista ficcional
(fragmento) / Alexander S. C. Rower
gacetilla
Alexander S. C. Rower
Presidente
Calder Foundation, New York
presentación
por Adriana Rosenberg
Las piezas dibujan el espacio, cada mirada crea una nueva forma que, en diálogo
con sus sombras, fascinan en su lento desplazamiento. Las obras de los setenta,
muestran la etapa en que el artista participa activamente de la escena de la New
York School, junto con John Cage, Marta Graham y Earl Brown, y compone objetos,
escenografías, joyas, piezas en miniatura y algunos de sus personajes monumentales
culminan la exhibición extasiando al visitante.
La erótica de la duda
En 1964, Sontag hizo un llamado para que se reestructuraran obsoletas jerarquías
críticas y evaluativas y escribió que “en lugar de una hermeneútica necesitamos
un ‘erótica del arte’”.20 En 1996, aclaró que esto significaba la presencia del
intelecto, que ofrece una experimentación especulativa, un placer intelectual, y
la presencia del arte como pensamiento apasionado en medio de lo que sería,
de lo contrario, un vacío de circunstancias estáticas y respuestas concretas. Yo
propongo una “erótica de la duda” como la columna vertebral de la fuerza creativa
en la obra de Calder.
Calder revela y se goza el potencial y las posibilidades de su medio. La
disparidad está entremezclada con una “erótica de la duda” en la cual la duda se
mueve de la especulación a la participación. La duda es el motor del pensamiento
y la observación.
Esa incontenible “erótica de la duda” se convierte en el modus operandi de
la obra de Calder. Cualquier móvil o stabile fragmenta el espacio. Fragmentadas
y articuladas, evasivas y opacas, sus obras comunican el poder expresivo de
fuerzas poéticas y diagramáticas. Están listas para participar en circunstancias
de infinita variación, en un devenir continuo, fertilizado por los encuentros.
En palabras de Calder: “Siempre me ha encantado la manera en que las
cosas enganchan las unas con las otras… Es igualito a un diagrama de fuerzas”.21
El móvil, un diagrama/modelo de relaciones, está listo para “enganchar”22 con
un encuentro violento o con su contraparte, un itinerario de viaje que resulta en
encuentros sensuales y armoniosos, ensayados sobre el escenario de la vida —
increíblemente, también es casi siempre explícitamente personal—. Calder dice
lo siguiente acerca de este enganche: “Al manipularlos —es decir, al tocarlos
con la mano para ponerlos en movimiento— se debe considerar la dirección en la
que el objeto está diseñado para moverse, y la inercia de su masa… En todo caso,
‘suave’ es la palabra clave”.23
Fuerzas fugitivas
En 1926, en su constante búsqueda de un encuentro en el medio social (por
medio de colaboraciones abiertas, de acciones y reacciones), Calder publicó un
intrigante dibujo-manual titulado Animal Sketching (Bocetos de animales). Es
otro ejemplo de la complicidad que estableció con otros artistas: en ese libro
articulará los principios básicos del dibujo. A pesar de que es una especie de
manual, también es una proposición que presenta una estrategia para sintetizar
gestos.
La clave de estos esbozos didácticos es la reducción del dibujo a líneas
gestuales en el espacio cuyo fin es definir la acción. Como eco de la caligrafía
japonesa, las líneas son gestos rápidos y pequeños en los cuales la pincelada de
tinta no se detiene en el camino. Si estos dibujos no estuvieran sobre el papel
habría un parecido directo con las esculturas de alambre, en las cuales la línea
define el volumen.
Como esculturas de alambre, las líneas van desempacando sus actos
sobre el escenario; sus siluetas y sombras se hacen eco unas a otras, volviendo
líquida la arquitectura en la que existen.
Las obras de Calder, desde su Cirque Calder (El circo de Calder) y las
esculturas de alambre hasta los móviles y los stabiles, son puentes que borran
la separación entre el escenario y el auditorio y, más generalmente, entre el
arte y el mundo. Como tal, el componente social-conceptual de la presentación
en vivo de su obra se reactiva constantemente en un esfuerzo por generar
encuentros fortuitos con la materialidad fundamental del mundo: los objetos y
sus propiedades, el espacio y el tiempo, la causa y el efecto, la posibilidad y la
certeza.
En su forma de acercarse tanto al arte como al mundo, Calder es un relativista,
un realista protoespeculativo que marca la ubicación espacio-temporal de todas
las posibles circunstancias de actuación para un objeto.
Calder se cercioró de que cada incertidumbre y toda la kinética explosiva
en las relaciones espaciales y conceptuales que se debaten y se exploran en
sus objetos se desarrollara, se desplegara y se amplificara al participar en la
ceremonia de cada recreación activa.
A la vez, su obra reúne una comunidad —personas y objetos— hecha de
sujetos entrelazados en la que no existen dos variantes iguales o reproducibles y
la energía y la resonancia de cada objeto cargado se condensa en una económica
poesía de la acción, en esa esencia de frecuencias vacilantes que es la sintaxis de
Calder.
Además de la dimensión física de sus obras, Calder capta nuestros sueños,
magnifica nuestros miedos y muestra fracasos y límites, pero sus presentaciones
también nos ofrecen la posibilidad de evitar la estática suficiencia institucional
de una galería de arte o un museo. Al evitarla, nos activamos en la reunión de ese
teatro de encuentros.
En otra carta a Sweeney, esta del 19 de julio de 1934, Calder propone:
Como tal, Calder es un gran reformador del teatro, quien desdibuja límites
y carga los objetos presentes con duda en los semiobjetos y con un erotismo casi
real.
Entretanto, tú y yo trazamos nuestra experiencia colectiva sobre un teatro de
encuentros en expansión, extasiados sobre el escenario de la exposición, el
espacio social donde todo (objetos, público y espacio) actúa, como en el concepto
de Bruno Laour, en el que el actor transforma, modifica, perturba o crea otro
actor momentáneo. La exposición se convierte, por lo tanto, en el registro de la
coreografía y la sinfonía de todos nosotros. “La sinfonía se completa cuando se
suman el color y el sonido, haciendo un llamado a que nuestros sentidos sigan una
partitura invisible”, escribe Duchamp sobre la obra de Calder.25
Al idealismo y a su compañera de viaje, la duda, los mueve una creencia falsa en
la perfección. Si la perfección y el idealismo son satisfactorios, el
fracaso y la duda nos enganchan, son una fuerza creativa concre-
ta, y uno de los dos —o ambos— nos llevan hacia lo desconocido.
Es el vacío. La nada. La apertura.
Notas 4.
Duchamp no especificó que la
interacción con la obra debía ser
física; en el caso de Calder, sí
1.
Duchamp, Marcel, Apropos Readymade. implica el aspecto físico de la obra.
La obra que le llamó la atención a Duchamp, Marcel, “The Creative
Duchamp en el estudio de Calder fue Act”, presentación en la reunión del
un móvil motorizado de 1931. De este American Federation of the Arts,
solo existe en una fotografía tomada Houston, abril de 1957, reproducido en
por Marc Vaux (ver p. 28 en este libro). Art News, vol. 56, nº 4, verano de 1957.
Duchamp ya había creado su pintura Duchamp, que se autodenominaba
Nude Descending a Staircase (Desnudo un “mero artista”, participó en una
bajando una escalera) en 1913, pero mesa redonda con William C. Seitz de
también estaba interesado en las Princeton University, Rudolf Arnheim
estrategias de los móviles y en los de Sarah Lawrence College y Gregory
juegos semánticos. Bateson. Duchamp mismo tradujo
2.
Farago, Jason, “Same Work, Always la conversación al francés, la cual
Different”, en The New York Times, 9 de se publicó en Sanouillet, Michel y
junio de 2017. Peterson, Elmer (eds.), The Writings
3.
Para Calder, el medio es tan solo un of Marcel Duchamp, Boston, Da Capo
soporte técnico. Como dice Rosalind Press, 1973, pp. 138-140.
Krass, “el ‘soporte técnico’ queda 5.
Baker, George, “Calder’s Mobility”, en
abierto, con la posibilidad de elaborarse Alexander Calder and Contemporary
hacia las reglas del automatismo de Art: Form, Balance, Joy, exh. cat.,
Cavell. Su uso del automatismo es Chicago, Museum of Contemporary Art,
una versión más generalizada del 2010, pp. 97–98. Reproducido en este
medio es otro síntoma del abandono libro, pp. 29–48.
posmodernista del medio específico... 6.
Durante estos años comenzó la
El automatismo me resulta tentador, expansión cultural de los Estados
pues implica una serie de reglas, a Unidos en la Guerra Fría. Los Estados
pesar de que comparto la ambivalencia Unidos necesitaban mandar una señal
de Cavell. [...] Es solo la palabra medio clara al mundo —por eso, Nueva
la que conjura la naturaleza recursiva York le robó la escena a París, por así
Alexander Calder de un nuevo soporte técnico... y ella decirlo—.
Carta de Calder a James Johnson Swee- propone que se debe ‘insistir en la 7.
Calder hizo dos reconstrucciones, una
ney ilustrando A Merry Can Ballet (1933), absoluta necesidad de prolongar el de las cuales (Une boule noire, une
19 de medio específico como base de la boule blanche [Una bola negra, una
julio de 1934, pp. 1 - 4 © 2018 Calder coherencia estética’”. En Krauss, bola blanca]) se exhibió en la galería
Foundation, New York / Artists Rights
Rosalind, Under Blue Cup, Cambridge, Maeght en 1969.
Society (ARS), New York / SAVA Buenos
Massachussetts, MIT Press, 2011, p. 8.
El recorte curatorial es crítico,
Aires.
19. especialmente en muestras de
mitad de carrera. Uno se pregunta qué Orozco: Sí, en términos sociales, la de la interacción, el de la apertura que
habría pasado con la obra de Calder obra estaba ahí, en Chachoeira (Brasil), inaugura el diálogo (Georges Bataille
si esta pieza se hubiera incluido en y cuatro personas la vieron. Esa fue la habría escrito ‘desgarro’)...”. Nicolas
la exposición. ¿Leeríamos el trabajo acción. Pero entonces, por medio de la Bourriaud, Estética relacional, Fabián
de Calder solamente a través de una fotografía, la obra realmente empieza Lebenglik (ed.) y Cecilia Beceyro y Sergio
perspectiva constructivista o tal vez más a funcionar como un signo en términos Delgado (trad.), Buenos Aires, Adriana
a través de una perspectiva dadaísta? más generales y circula entre más Hidalgo Editora, 2006, p. 53.
9.
Carta de Calder a James Johnson personas. Así que de pronto tenemos 14.
P a r a m a y o r i n f o r m a c i ó n s o b r e l o s
Sweeney, 28 de agosto de 1943, archivos que preguntarnos si cuatro personas objetos-ballet en la obra de Calder,
del Calder Foundation. son suficientes para darle el nombre ver Arnauld Pierre, “Las puestas en
10.
Se usa el término “proposición”, pues de “obra”. Pero entonces, cuando mil escena del movimiento: dispositivos
a través de Small Sphere and Heavy personas han visto la fotografía, ¿es espectaculares en la obra de Calder”, pp.
Sphere, Calder activó tres aspectos de otra cosa, como las noticias en un 57-85.
una proposición: es una declaración, periódico? Orozco, Gabriel, “Interview 15.
Arp, citado en Jean Davidson (ed.), Calder:
es la propuesta de un esquema para with Benjamin Buchloh, 1998”, An Autobiography with Pictures, Nueva
que otra persona lo ejecutara en su en Claire Doherty (ed.), York, Pantheon Books, 1966, p. 130. Es
totalidad —desde el montaje hasta Situation, Documents of interesante cómo Calder permitió que
su activación— y también es similar a Contemporary Art., Cambridge, otros artistas colaboraran con él para
una insinuación sexual que lleva a la Massachussetts, MIT Press, 2009, p. 91. nombrar sus obras. Pocos artistas estarían
intimidad. 13.
C a l d e r e s u n p r e c u r s o r d e l a dispuestos o dispuestas a reconocer y
11.
Se podría mencionar una generación más desintegración de formas estáticas y desarrollar estas colaboraciones.
joven de artistas brasileros y brasileras fijas. No podemos negar las posibles 16.
C a l d e r , A l e x a n d e r , “ A P r o p o s o f
que crecieron viendo el trabajo de Calder influencias que tendría una obra Measuring a Mobile”, manuscrito,
desde su primera exposición en Brasil como Small Sphere and Heavy Sphere archivos de Calder Foundation, 1943.
en 1939; aunque para ellos es algo —o las dos cartas relacionadas que Reproducido en este libro, pp. 186.
second nature (natural), tal vez no se dan enmarcan mi práctica curatorial 17.
Raskin, David, “Disparity is a method”, en
cuenta de que puede haber un vínculo e n T e a t r o d e e n c u e n t r o s ( y e n e s t e Donald Judd, New Haven, Yale University
por explorar con Calder. En sus cartas, ensayo)— en las prácticas artísticas de Press, 2017, p. 65. Es interesante que
Lygya Clark y Helio Oiticica discuten la época de los años sesenta a los años una nueva generación de artistas, tal
el concepto de la obra de arte como noventa, las cuales siguen retando, de como Donald Judd, se apoyen en la
mediadora para la participación; en su tantas maneras distintas, el modelo disparidad. Explicar la transición entre
proposición, es el objeto (de arte) el que formalista de la obra autosuficiente Calder y Donald Judd en relación con la
se convierte en el esquema para que otra y autónoma como objeto unificado, disparidad de acuerdo a la lectura de
persona lo ejecute, la obra se transpone compuesto, estable, intrínsecamente David Raskin.
como mediadora. Lygia Clark y Hélio c o m p ac t o , a f a v o r d e l a a p e r t u r a y 18.
En “A Propos of Measuring the Mobile”,
Oiticica, Cartas 1968-1969, 26 de octubre las interacciones. Como sostiene Calder habla sobre la aproximación al
de 1968. Participación, edición de Claire Nicolas Bourriaud: “El arte relacional no ideal en relación con el papel vital de
Bishop, p. 110. es el ‘renacimiento’ de un movimiento la disparidad: “Es preciso admitir la
12.
La situación gestual de la obra, que o estilo. Nace de la observación del aproximación, pues no se puede esperar
uno podría llamar la obra misma, se presente y de una reflexión sobre el llegar a la precisión absoluta”. Calder, “A
encuentra en este itinerario de viaje. destino de la actividad artística. Su Alexander, Propos” op. cit., p. 186.
Sin embargo, ¿existe como obra solo postulado fundamental —la esfera de 19.
S o n t a g , S u s a n , “ C o n t r a l a
para las personas que la han visto? ¿O las relaciones humanas como lugar para interpretación”, en Horacio Vázquez Rial
es suficiente saber que ocurrió? Como la obra de arte— no tiene ejemplos en (trad.), Contra la interpretación y otros
parte de una generación posterior la historia del arte, aunque aparezca a ensayos, Barcelona, Seix Barral, 1984
de artistas, Gabriel Orozco dice lo p o s t e r i o r i c o m o e l s e g u n d o p l a n o [1966], p. 23.
siguiente: “Me gusta considerar mi evidente para la práctica estética y el 20.
Ibid, p. 27.
trabajo como el resultado o derivado o tema modernista por excelencia: basta 21.
Calder, citado en Gray, Cleve, “Calder’s
la sobra de situaciones específicas. Creo con volver a leer la conferencia de Marcel Circus”, en Art in America, vol. 52, n.º 5,
que esta es la razón por la cual no puedo Duchamp en 1954 sobre ‘el proceso octubre de 1964, p. 25.
separar la fotografía de mi práctica creativo’, para convencerse de que la 22.
Taillandier, Yvon, “Calder: Personne
como escultor. No sé con anterioridad si actividad no es una noción nueva. Lo ne pense à moi quand on a un cheval
voy a necesitar la fotografía o si al final nuevo está en otro lado: esta generación á faire”, declaraciones de Alexander
se va a convertir en objeto. [...] y en una de artistas no considera lo intersubjetivo Calder, XXe Siècle, n.º 2, 15 de marzo de
conversación con Benjamin Buchloch, le y lo interactivo como juegos teóricos de 1959. Reproducido en este libro, p. 225.
pregunta: Como Turista Maluco (1991) moda, ni como tratamiento (coartada) 23.
Calder, Alexander, op. cit. p. 225.
[una fotografía que capta la colocación de una práctica tradicional del arte: 24.
Carta de Calder a Sweeney, 19 de julio de
de naranjas individuales en las mesas de los toma como punto de partida y 1934, archivos del Calder Foundation.
un mercado cerrado al aire libre]: ¿sería como resultado, como los informantes 25.
Duchamp, Marcel, “Alexander Calder”, en
este un buen ejemplo de cómo usar la principales de su actividad. El espacio Collection of the Société Anonyme, New
fotografía para documentar una acción? en el que las obras se despliegan es el Haven, Yale, 1950.
biografía de la curadora
Sandra Antelo-Suárez
En 1995 Antelo-Suarez fundó la organización sin fines de lucro TRANS> y la revista TRANS>
arts.cultures.media, de la cual fue editora. Primera publicación interdisciplinaria y multilenguaje con
un enfoque en la contextualización cultural americana, TRANS> arts.cultures.media publicó ensayos
fundamentales de Ernesto Laclau, Judith Butler, Juan Goytisolo y Silvère Lotringer; y debates sobre
el arte acompañados por obras de arte publicadas, como la TRANS> gum edition de Paul McCarthy,
que sirvió como portada de TRANS> arts.cultures.media no. 8, 2008. Entre los editores se encontraba
Carlos Basualdo, y entre sus colaboradores se incluyeron traductores y escritores como Nicolas
Guagnini, Reinaldo Laddaga y Fabián Marcaccio.
En su Chelsea, Nueva York, espacio de exposición, área TRANS>, que Antelo-Suárez fundó en 2001,
fue comisaria de las primeras exposiciones individuales en Nueva York de artistas como Anri Sala,
Yang Fudong, Daniel Guzmán, Joan Jonas, Marine Hugonnier, Mircia Cantor, Koo Jeong-a, y muchos
otros.
ALEXANDER CALDER
Alexander Calder (1898–1976), es uno de los más aclamados e influyentes
escultores del siglo XX. Nacido en una familia de celebrados artistas de formación
clásica, utilizó su genialidad innovadora para cambiar profundamente el curso del
arte moderno. Comenzó por desarrollar un nuevo método de esculpir: torciendo
alambre, delineó la masa al sugerir su volumen, “dibujando” figuras tridimensionales
en el espacio. Tras una visita al estudio de Mondrian en octubre de 1930, en donde
quedó impresionado por el ambiente y la activación del espacio, creó sus primeras
composiciones completamente abstractas e inventó una forma de escultura
cinética conocida como “mobile” (móvil), un término acuñado por Marcel Duchamp
en 1931 que hace referencia tanto a “movimiento” como a “motivo” en Francés. Los
primeros móviles de Calder operaban a través de un sistema de manijas y motores,
pero luego abandonó estos mecanismos tras desarrollar móviles que respondían
a las corrientes de aire, luz, humedad e interacción humana. También creó obras
abstractas estacionarias que Jean Arp llamó “stabiles”.
En 1948, Calder hizo el primero de sus tres viajes a Brasil –pasando por la
ciudad de México– donde se presentaron exposiciones exitosas en Río de Janeiro
y São Paulo. En 1952, aceptó el diseño por encargo de Acoustic Ceiling (1954) para
el Aula Magna del auditorio de la Universidad Central de Venezuela. El mismo año,
representó a Estados Unidos en la Bienal de Venecia, ganando el Gran Premio de
escultura. Hacia finales de los años cincuenta, Calder se dedicó a hacer esculturas
de gran escala a partir de placas de acero atornilladas destinadas para espacios
exteriores.
Estos majestuosos titanes, entre ellos El
sol rojo (1968), continúan agraciando parques
y plazas públicas de numerosas ciudades del
mundo. Durante su vida, se presentaron grandes
retrospectivas de su trabajo en el Solomon R,
Guggenheim Museum, Nueva York (1964); The
Museum of Fine Arts, Houston (1964); Musée
National d’Art Moderne, París (1965); Fondation
Maeght, Saint-Paul-deVence, Francia (1969); y
el Whitney Museum of American Art, Nueva York
(1976). Calder murió en Nueva York, en 1976, a los
setenta y ocho años de edad.
Cuando utilizo dos círculos de alambre que se cruzan en ángulo recto, para mí esto es
una esfera… y cuando uso dos o más chapas de metal de formas recortadas y montadas
formando ángulo entre ellas, tengo la impresión de que una forma compacta, tal vez
cóncava o tal vez convexa, está rellenando los ángulos diedros entre ellas. No tengo
una idea precisa de lo que esto pueda parecer, simplemente lo percibo y me ocupo de
las formas que realmente veo.
Luego, está la idea de un objeto que flota… sin sujeción… la utilización de un hilo muy
largo o el brazo largo de una mensual como medio de apoyo parece ser la mejor aprox-
imación a esta libertad con respecto a la Tierra.
Así que lo que hago no es exactamente lo que pienso… sino una especie de esbozo, una
aproximación hecha por la mano del hombre.
Que otros capten lo que tengo en mente me parece accesorio, por lo menos mientras
ellos tengan sus propias ideas.
“Móviles”
Calder, Alexander, “Mobiles”, The Painter’s
Object, Londres, Myfanwy Evans (ed.), 1937, pp.
62-67.
Las teorías pueden estar muy bien para el propio artista, pero
este no debería divulgarlas a la gente. Solo hablaré aquí acerca
de lo que ya he hecho, no sobre lo que voy a hacer…
1. 4. 7.
Untitled (Trapeze
Untitled (Rooster), 1925
Rigging), 1925
Sin título (Gallo) Untitled (Rooster), 1925
Sin título (Trapecio)
Tinta sobre papel Sin título (Gallo)
Lápiz sobre papel
10,5 x 5,4 cm Tinta sobre papel
27,8 x 21,1 cm
7,6 x 5 cm
5.
2.
8.
Untitled (Figures on
Trapeze), 1925 Untitled (Rooster), 1925 Untitled (Rooster), 1925
Sin título (Figuras en el Sin título (Gallo) Sin título (Gallo)
trapecio) Tinta sobre papel Tinta sobre papel
Lápiz sobre papel 9,8 x 7 cm 10,8 x 10,8 cm
27,8 x 21,3 cm
11.
15.
13. 21.
2
© 2018 Calder Foundation, New York / SAVA, Buenos
Aires
CALDER
27. 31.
Elephant, 1928
Elefante
Alambre
24,7 x 30 x 12 cm Jimmy Durante, ca.1928, Untitled, 1930
Alambre Sin Título
25. 30,4 x 30,4 x 23,8 cm Óleo sobre tela
46 x 37,7 cm
29.
33.
34. 41.
38.
In-Perspective, 1931
En-Perspectiva
Tinta sobre papel
48,2 x 62, 8 cm Machine Motoriseé, 1933
35. Máquina motorizada
Small Sphere and Heavy
Sphere, 1932 Madera, alambre,
Esfera pequeña y esfera pintura, motor
pesada 95,3 x 50,2 x 48,9 cm
Hierro, madera, vidrio,
chapa, hilo, varilla, 42.
pintura
Altura 317,5 cm,
Setting Sun, 1931 instalación dimensiones
Puesta de sol variables
Tinta sobre papel
78 x 57,7 cm 39.
36.
Untitled, ca. 1934
Sin Título
Tubo, varilla, madera,
hilo de alambre, cuerda
Untitled, 1932 114,5 x 94 cm
Sin Título
Two Spheres within the Tinta sobre papel 43.
Sphere, 1931 57 x 78,1 cm
Dos esferas dentro de la
esfera 40.
Madera, alambre, pintura
95,3 x 81,3 x 35,6 cm
37.
Snake and the Cross,
Untitled, ca.1932 1936
Sin Título Serpiente y la cruz
Madera, alambre, pintura Lámina de metal,
147,3 x 370 x 15,2 cm madera, varilla, hilo de
Rod and Punky, 1932 alambre, pintura
Rod y Punky 205,7 x 129,5 x 111,8 cm
Tinta sobre papel
55,9 x 80,6 cm
Untitled, 1936
Tiara, ca. 1940
Sin Título
Cable de latón Untitled, ca.1941
Lámina de acero, pintura
50 cm de diámetro, Sin Título
28,3 x 27,9 x 22,9 cm
17 x 17 x 10 cm Lámina de metal,
45. alambre
49. 127 x 76,2 x 40,6 cm
53.
Untitled, 1941
Sin Título
Lámina de metal,
Untitled, 1938 alambre, pintura
Sin título 30,48 x 101 x 55,2 cm Red Sticks, ca.1942
Alambre, madera, acero, Varas rojas
cuerda, varilla, motor 51. Madera, alambre,
220 x 114 x 99 cm cuerda, pintura
120 x 157 cm
47.
55.
57. 60.
63.
Crag, 1974
Risco
Triple Gong, ca. 1948
Lámina de metal,
Chapa de latón, alambre,
alambre, pintura
pintura
381 x 243, 8 x 96,5 cm
99,1 x 190,5 x 7 cm
Crag, 1974
© 2018 Calder Foundation,
New York / SAVA, Buenos Aires
La movilidad de Calder (fragmento)
George Baker
Baker, George, “Calder’s Mobility,” Alexander Calder: Form, Balance, and Joy, exh. cat.
(Chicago: Museum of Contemporary Art, 2010).
Sería difícil encontrar un contraste más grande entre dos cosas que entre Calder,
que pesa cien kilos, y sus esbeltos móviles de telaraña. Calder es un poco como
un tronco de árbol andante, desplazando mucho aire al moverse y bloqueando el
viento.
Disparidad, evidentemente, apunta en una dirección diferente a la abstracción; se dirige a una conexión
ilógica y contradictoria entre las cosas más incongruentes.
También apunta hacia una de las dimensiones reprimidas de los orígenes de la estética de Calder, una muy
distante (dispar) del paisaje del modernismo abstracto, porque todo milita en contra de ubicar este punto
de origen en la visita que Calder hizo al estudio de Piet Mondrian en 1930, donde decidió producir obras
“abstractas”. Tal es el cuento que todo historiador aprovecha al anunciar la aparición de los móviles de
Calder. Pero las esculturas tardías de Calder se originan en relación
con un conjunto muy distinto de artistas. Estos eran artistas que, no-
toriamente, nombraron su práctica, que la reconocieron, podríamos
decir: Marcel Duchamp (1887-1968) y Jean Arp (1886-1966). Fue
Duchamp el que los bautizó mobiles; fue Arp el que, apenas un poco
más tarde, llamó a las obras inmóviles stabiles. Es un reconocimiento
que nos obliga a considerar
los vínculos entre la obra de Calder y dadá.
go la palabra mobile, un término que había usado previamente para sus propios
objetos móviles (alguno de ellos, readymades). Se enfocó en el aspecto inclasificable de la
“línea” de Calder: “la línea de Calder estaba tan alejada de cualquier fórmula establecida
que se hizo necesario inventar una palabra nueva para sus formas en movimiento.” La
línea se aleja del readymade y se acerca a las imágenes de Duchamp y dadá a obras como
The Large Glass (El gran vidrio) de Duchamp, The Bride Stripped Bare by Her Bachelors,
Even (La novia desnudada por sus solteros, incluso) (1915-1923) o las “mecanomórficas”
de Picabia creadas en el mismo tiempo que The Large Glass y, de ese modo, a lo que se ha
llamado la relación de dadá con las “máquinas solteras”.
Como se imaginó en The Large Glass de Duchamp, una máquina soltera contempla una
fusión imposible entre cuerpos y máquinas. El “molino de agua” rotante de Duchamp, sus
“trituradoras de chocolate” sus “moldes fálicos”: una máquina soltera opera una lógica
de conjunción que nunca será lograda la interpenetración de cuerpo y máquina, el soltero
buscando la unión erótica con la “novia” una combinación que no puede ser resuelta. Son
máquinas que entonces alegorizan estados de hibridez, incompletud y movimiento per-
petuo. Su impulso frustrado hacia la fusión erótica produce tanto fracaso como violencia Marc Vaux
una inscripción infinita, una especie de “escritura”, como ha afirmado Michel de Certau, Alexander Calder,
Untitled, 1931 (Sin
que también es una forma de autoabnegación, una “tortura” incesante. Girando sin fin, título) (El móvil a
motor que le gustaba
conectando sin fin, produciendo sin fin, la máquina soltera logra solo una deriva díscola. a Duchamp)
Duchamp compuso para ellas un himno que llamó “Litanies of the Chariot” (Letanías de © Bibliothèque
Kandinsky, Centre
la carreta), el canto incesantemente repetido de la máquina: “Vida lenta. Círculo vicioso. Pompidou, fonds
Onanismo. Horizontal. Viaje de ida y vuelta. Vida de chatarra. Construcción barata. Lata, Marc Vaux
cuerdas, cable de acero. Poleas excéntricas de madera. Volante de inercia monótona. Pro-
fesor de cerveza”.
Exuberancia, empuje y vigor son las características de un arte joven. El humor, cuando resulta una fuer-
za revitalizadora y no una distracción superficial, le agrega una dimensión a la dignidad. La dignidad
es el producto de la entrega total del artista a su trabajo. Todas estas son características de la obra de
Alexander Calder, junto con una sensibilidad hacia los materiales que induce nuevas formas y un interés
insaciable en nuevos patrones de orden.
Calder es un americano (estadounidense). Las características más conspicuas de su arte son las que se le
han atribuido al patrimonio de frontera de América —“esa aspereza y fuerza combinadas con agudeza e
inquisición; ese giro de la mente práctico e inventivo, rápido para encontrar objetivos; esa comprensión
magistral de las cosas materiales”... “esa energía inquieta”… “ese empuje y exuberancia que vienen con
la libertad”—. Pero Calder es un hijo de su propio tiempo. Su lenguaje corriente es el de su época en
América —una época en la que las fronteras de la ciencia, la ingeniería y la mecánica han dominado la
imaginación popular del mismo modo que la frontera nacional la dominaba hace un siglo—.
Del lado de la tradición, dos generaciones de escultores —padre y abuelo— le otorgaron una familiar-
idad íntima con la gramática y las convenciones del arte. En París, llegó a conocer las indagaciones de
algunos de los más audaces pioneros contemporáneos en un momento en el que él mismo estaba bus-
cando una ruptura más radical. El resultado en la obra tardía de Calder es la unión de una sensibilidad
educada internacionalmente con la ingenuidad de un americano de nacimiento. A través de la individu-
alidad de su obra, tiene un lugar establecido en el arte contemporáneo tanto aquí como en el extranjero.
Los últimos cincuenta años han visto una profunda reacción contra la delicuescencia de la forma que
había marcado a la escultura occidental desde el Renacimiento. El arte de Calder encarna esta reacción.
Desde los tiempos de Miguel Ángel hasta el comienzo del siglo XX, la nobleza de estilo y la simplici-
dad de la técnica parecían, generalmente, incompatibles. El escultor, a menudo, buscaba disfrazar sus
materiales tanto como mostrarlos. El artista desarrolló una virtuosidad fácil, que durante el período Bar-
roco se transformó en una cualidad primordial. El modelado en arcilla para la reproducción en bronce o
mármol tendía, generalmente, a reemplazar el tallado directo. La fluidez de la forma escultórica alcanzó
su nivel más alto con Bernini en el siglo XVII, pero, en general, la relajación de las disciplinas materi-
ales llevó a una decadencia de unidad y fuerza escultural.
Con el siglo XX comenzó a reaparecer el deseo por las formas simples y la expresión. En la escultura, la
ruta más directa hacia ambos fines se daba a través del reestablecimiento de la disciplina de materiales.
Las peculiaridades de la materia prima—el grano de la madera, la textura y dureza de una piedra, las
cualidades de la superficie del metal— si se respetaban ejercería una restricción tónica en el escultor
y sus formas. El arte negro africano ilustraba claramente las ventajas de esta disciplina. Aceptaba y
explotaba la forma cilíndrica del tronco de los árboles, como así también las sugerencias incidentales
de sus granos y nudos.
Con Brancusi, la virtuosidad en el manejo viró hacia la simplicidad más despojada y directa. Los
materiales ortodoxos de la escultura —metal, madera, piedra—se emplearon otra vez para demostrar
propiedades individuales, no para simular los de unos en los otros. La liviandad y aparente insustan-
cialidad de una superficie pulida de metal fueron explotadas para sugerir un Bird in Flight (Pájaro en
vuelo) o el brillo de un Fish (Pez). Entre los jóvenes que seguían a Brancusi, encontramos a Calder,
como Henry Moore, “siempre dispuesto a compartir el crédito de su obra con el material”.
El material característico de Calder es el metal. Siempre rehusó del moldeado a favor de la ma-
nipulación directa —cortando, moldeando o ensamblando parte por parte—. Semejante enfoque ha
fomentado una simplicidad de forma y claridad de contorno en su obra. Lo hace aliado de Brancusi,
Arp, Moore y Giacometti en el repudio de la virtuosidad.
Al mismo tiempo, el interés de Calder, como artista, por formas y organizaciones mecánicas y el uso
de materiales nuevos o poco convencionales lo emparentan con los constructivistas rusos de comien-
zos de los años veinte. Ellos estaban interesados en la composición abierta, en contraposición a la
unidad comprimida de Brancusi. Su propósito era expandir la concepción de la forma escultórica que
durante tanto tiempo había permanecido ligada a la naturaleza y a los materiales convencionales. En
vez de promover una mera reforma en el uso de materiales convencionales, los constructivistas ex-
ploraron nuevos materiales —acero, vidrio, celuloide, celulosa y demás—.
Los pintores cubistas de París sentían que un volumen podía ser representado más sinceramente trans-
parentando su forma o una sección de esta. Así, otras facetas que normalmente permanecían ocultas,
se podían mostrar. Los escultores constructivistas llevaron esta teoría un paso más allá, empleando
materiales transparentes como el vidrio y el celuloide con el mismo propósito. Las superficies trans-
parentes llevaron a superficies que, de hecho, eran inexistentes, pero indicadas con líneas —cables,
tiras de madera— o simplemente sugeridas por otros planos. Estas superficies definían “vacío” o,
más precisamente, volúmenes virtuales. Ciertas construcciones organizaban volúmenes encerrados;
otras, por medio de proyecciones sugeridas de sus líneas y planos, estaban diseñadas para organizar
el espacio lindante; o el espacio dentro de un volumen se empleaba en contraste con una composición
escultórica sólida. Hasta el movimiento fue tentativamente introducido por Gabo en 1920 para agre-
gar un elemento temporal y seguir las formas virtuales en el espacio.
Calder ha explorado este último problema más a fondo que cualquier otro artista, después de toparse
con este de una manera bastante independiente del constructivismo. Sin embargo, la contribución
más original de Calder es volver al arte abstracto más vivaz a partir del humor. A través del humor,
satisface el apetito del observador por sentimientos o emociones sin el recurso de la representación
directa. La atracción de la representación evidentemente había sido la culpable, en el pasado, de alter-
ar el equilibrio entre forma y tema en el arte. En el esfuerzo por reajustar el equilibrio, la tentación había
sido limitar lo atrayente de la representación drásticamente, incluso hasta expurgarla. Como resultado, el
arte producido por los extremistas muchas veces resultaba frío hasta el punto del sopor. Cada experiencia
viviente le debe su riqueza a lo que Santayana llama “reverberaciones calladas”. Incluso sin la represent-
ación directa, los materiales naturales —madera y piedra— tienen sus asociaciones fundamentadas para
nosotros. El énfasis en la “era de la máquina” en los materiales de los constructivistas era una limitación.
Cuando existían asociaciones, usualmente eran de carácter impersonal, científicas o industriales. Para
su efecto estético, los constructivistas solo podían ir a relaciones formales de carácter arquitectónico o
geométrico. Calder, sin embargo, con materiales similares, encontró un modo de infundirle una nueva
vitalidad a sus estructuras, sin comprometer el enfoque de la no representación. Los juguetes señalaban
el camino, si uno puede disfrutar de ciertas cualidades que predominan en un juguete, como ritmos poco
conocidos y sorpresa provocativa, ¿por qué estas características no deberían estar encarnadas en expre-
siones estéticas más ambiciosas —siempre que, por supuesto, estén en equilibrio adecuado con la forma
y el material—?
El resultado en la obra de Calder es el reemplazo de intereses figurativos por un humor que no mueve
ninguna asociación específica ni recuerdo emocional que distraiga la atención del observador de la obra
de arte en sí misma. A través de una infusión consciente de este elemento lúdico, Calder ha mantenido
su independencia de la escuela doctrinaria del arte abstracto,
como así también del surrealismo ortodoxo. Al mismo tiempo,
el humor en su obra es una protesta contra la falsa seriedad en
el arte y la vanagloria tanto del pintor de vanguardia como así
también del académico. Desde este punto de vista, resulta un
agradable desprendimiento de ciertos aspectos del movimiento
dadá.
Untitled,1938
© 2018 Calder Foundation,
New York / SAVA, Buenos Aires
Entrevista Alexander Calder
Katharine Kuh
Kuh, Katherine, “Talks with Seventeen Artists: Calder”, en The Artist´s Voice, Nueva York
¿Qué le parecen sus móviles motorizados? ¿Considera que su obra es específicamente ameri-
Los móviles motorizados son demasiado penosos… cana?
demasiados espantajos mecánicos. Hasta los mejores El primer impulso para hacer cosas a mi manera lo re-
son propensos a ser mecánicamente reiterativos. Hay cibí en París, de modo que, en realidad, no sabría qué
uno de 9,14 m de altura delante del Museo Moderno de decirle.
Estocolmo, hechosegún un modelo mío. Tiene cuatro
elementos y cada uno funciona con un motor distinto. ¿Qué artistas admira usted más?
Goya, Miró, Matisse, El Bosco y Klee.
¿Cómo logró hacer móviles plegables?
Cuando hice mi exposición en París durante 1946, en
la galería de Louis Carré, el proyecto exigía escultur-
as pequeñas que pudieran ser enviadas por correo. El
tamaño límite para enviar cosas de aquella manera era
Los móviles de Calder
Jean-Paul Sartre
Soy nieto de Alexander Calder y he conocido a algunos de sus ilustres amigos (entre ellos,
Marcel Duchamp, Joan Miró, James Johnson Sweeney y Edgard Varèse). En ocasiones, cuando estoy
estudiando la vida y obra de mi abuelo, me encuentro con que me gustaría esclarecer detalles de lo
sucedido. Esta entrevista ficcional es un intento de apaciguar ese deseo. Es una amalgama de mi
experiencia personal y profesional, ubicada en un tipo de marco distinto.
Alexander S. C. Rower: ¿Cuándo conoció a Calder sentimiento similar al que provocan los rayos de
por primera vez? luz emitidos por un reflector– tanto para el oído como
para el ojo, esa sensación de proyección, de un viaje
Edgard Varèse: Frederick Kiesler nos presentó en al espacio. 2 Su abuelo entendió esto. Entendió que el
el otoño de 1930. Visité el estudio de Calder que, en ruido era otra dimensión por completo, e incluso dijo
ese entonces, estaba en la Rue de la Colonie, en el eso acerca de sus propios trabajos.
Treizième Arrondissement. Eventualmente, realizó un
fantástico retrato de mí con alambre. Como ha sufrido
numerosas intervenciones y desmanejos a través de los
años, ahora se parece más a mí como un hombre viejo,
en vez de representar mi juventud vigorosa… ¡un poco
como Dorian Gray! [risas]. Entonces, de ahí en más,
me convertí en un visitante frecuente, especialmente
alrededor de la época en la que preparaba su exhibición
en la galería Percier, en 1930-1931. Me gustaba verlo
trabajar, ya que sus composiciones abstractas resonaban
con algunas de mis propias composiciones, como
Intégrales 1924-1925] o Ionisation [1929-1931].