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Documental LOS DIENTES

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Hace aproximadamente dos sexenios, al encontrarse gobernando el presidente

Felipe Calderón Hinojosa en la república mexicana, inició con uno de los peores
calvarios de la historia en el país. Pues decreto la famosa denominada "guerra
contra el narcotráfico" En donde, el gobierno federal buscaba abatir a todos los
criminales, es por ello que a través de las fuerzas armadas se iniciaban masacres
en zonas "problemáticas” del país. Mismas que eran dominadas por grupos
delictivos.

Se inició a marchas forzadas con una especie de militarización de seguridad


pública y la policitación de las fuerzas armadas, lo cual dio pie a la creación de
una política criminal nada funcional.

El documental, habla principalmente de dos personas civiles, llamados Jorge y


Javier, ambos eran alumnos del doctorado en el Tecnológico de Monterrey, los
cuales “por una confusión”, fueron abatidos por parte de militares.

El caso es que se reportó un vehículo con armas y distintos objetos no permitidos


en su interior, es por ello que los militares comenzaron a resguardarlo con la
finalidad de llevar el aseguramiento del mismo y su posterior puesta a disposición
ante la autoridad competente, al encontrarse en ese lugar, les arrojaron una
bomba desde un Angulo superior. En ese momento, se inició una persecución que
terminó en las instalaciones del Tecnológico de Monterrey, reportaban a dos
personas del sexo hombre “armadas hasta los dientes”, por lo que inmediatamente
los militares privaron de la vida a ambos jóvenes.

Las controversias del presente asunto iniciaron al momento de que los familiares
de las víctimas no daban con el paradero de los mismos, existían teorías sobre
que habían sido llevados ante el ministerio público a declarar sobre los hechos, sin
embargo, esta información era extra oficial. Por lo que al pasar el tiempo, se
dieron cuenta que la realidad iba más allá de ese pensamiento, pues al llegar al
ministerio público lograron identificar a las dos personas fallecidas como Jorge y
Javier.

Para este momento, en las notas de todo el país, se ventilaba que el ejército había
logrado abatir a dos sicarios peligrosos. La sociedad en general, comenzó a
dividirse en pensamientos, algunos creían que efectivamente se trataba de
jóvenes que andaban en malos pasos, sin embargo, otros tantos sabían la
realidad, que ellos simplemente estuvieron en el lugar equivocado.

Al no encontrar respuestas de este multi homicidio, la familia comenzó a realizar


todos los actos necesarios para proteger los derechos de quienes perdieron la
vida, acudieron a la CNDH, siendo esta organización la que emitió una
recomendación 45/2010 en agosto de 2010 afirmando la violación flagrante a los
derechos de ambos jóvenes.

En primer lugar, señalaron la falta de colaboración por parte de la Procuraduría


General de Justicia en Nuevo León, La Procuraduría General de la República y la
Procuraduría General de Justicia Militar, quienes fueron omisas en llevar a cabo
los actos tendientes a la investigación de estos hechos.

Posteriormente, se encontraron más anomalías, entre ellas se advierte una


violación enorme a la presunción de inocencia de ambas víctimas, una falta al
trato digno, libre de crueldad, uso de la fuerza pública sin apegarse a la Ley, así
como alteración en la escena de los hechos.

La comisión, estableció que los fallecidos no portaban armas y tampoco tenían


una relación con la camioneta llena de armamento.

Se estableció que Jorge contaba con 6 heridas, dos de ellas fueron a corta
distancia y Javier contaba con siete heridas producidas por arma de fuego. Ambas
víctimas, presentaban lesiones en el rostro derivadas de un traumatismo directo
realizado mientras aún tenían vida.

Los militares fueron omisos en resguardar el área perimetral del enfrentamiento,


en donde no pusieran en peligro la integridad física de la sociedad en general.
Uno de los puntos más relevantes fue, que los cuerpos de las víctimas fueron
removidos de su posición original y además se les colocaron armas para hacer
creer a la sociedad que realmente estaban armados.

Todo lo anterior, se derivó gracias al estudio pormenorizado de la carpeta de


investigación, mediante la cual la CNDH logró hacer valer ciertos puntos muy
importantes a favor de las víctimas y ofendidos.

Se establecieron diversas recomendaciones, tendientes a la protección de los


Derechos Humanos en particular. Sin embargo, pese a la recomendación de la
CNDH que fue aceptada tanto por el gobierno del estado de Nuevo León, el
ejército y distintas dependencias judiciales, la versión sobre los estudiantes como
criminales fue sostenida en los años siguientes desde el gobierno mexicano.

En 2010 un soldado del ejército presuntamente participe de los hechos fue


encarcelado bajo jurisdicción militar y fue exonerado. En 2016 el caso pasó a
jurisdicción civil, por lo cual hay indiciados judicialmente seis soldados, tres de
ellos detenidos sin sentencia, dos más habrían desertado y se encuentran
prófugos y otro se encuentra desaparecido.

Dentro de este asunto, se desprende que no se apegaron a la ética como


servidores públicos, dentro de los principales valores que deben contar lo militares
se encuentra el Honor, la lealtad y el Valor, es por ello que actuar de una manera
tan arbitraria trae aparejada una falta de ética muy notoria.

En cuanto hace al segundo punto, tenemos que la debida diligencia se traduce en


la medida que el estado a través del ejercicio de sus facultades, demuestre sus
capacidades para ofrecer la protección debida de un derecho.

En este caso, desde el inicio se demuestra la falta de diligencia, al momento de la


primera intervención los militares simplemente abatieron con fuego a las víctimas,
sin embargo no hicieron uso de ningún modelo de uso de la fuerza permitido en
nuestro país. Posteriormente, al procesamiento del lugar del hecho, le hizo falta
que se llevara con apego a las normas y además, nunca se preservo el lugar para
que este no fuera manipulado.
No se ofreció una garantía de protección adecuada a las víctimas y finalmente en
cuanto al esclarecimiento de los hechos, es más que claro que no se fue diligente
pues no se ha logrado la sanción necesaria para los sujetos activos del delito.

Desde mi punto de vista, cuando ocurre un abuso de autoridad se tiene que


establecer todos y cada uno de los puntos que se cuentan dentro de una carpeta
de investigación observándolos sin ningún tipo de sesgo, es decir, no por ser un
militar o servidor público debes omitir la integración de una carpeta de
investigación. Como servidor público, no puedes convertirte en cómplice de un
acto atroz, pues se supone que nuestra función es brindar certeza jurídica y paz a
la sociedad en general. Con estos hechos, me doy cuenta que la impunidad existe
y no basta con que una fiscalía señale que existe una investigación en contra de
ciertas personas, esto va más allá, es decir, se tiene que llegar al punto de lograr
demostrar a la sociedad cual es la culminación de esa carpeta de investigación y
con ello realmente enseñarles que un hecho bien investigado puede traer una
sanción a quien lo comete. De igual manera, es importante tomar en cuenta que
no es justo para nuestro país que la CNDH este emitiendo recomendaciones, por
cosas que como servidores públicos debemos hacer desde un inicio. Considero
que esto solo trae más dolor a los ofendidos y con ello una re victimización
institucional muy grande que la propia perdida del ser querido.

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