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El Huésped - Amparo Dávila (v.1.0)

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EL HUÉSPED

Cuento - Nivel B2

AMPARO DÁVILA
Vamos a leer un relato titulado El huésped de la escritora mexicana Amparo Dávila. Lee

VERSIÓN
DIGITAL
los 5 capítulos y completa las actividades. En los recuadros de la derecha tienes espacio
para anotar el significado de las palabas que no entiendes.

Capítulo 1
Nunca olvidaré el día en que vino a vivir con nosotros. Mi marido
lo trajo al regreso de un viaje.
Llevábamos entonces cerca de tres años de matrimonio, teníamos
dos niños y yo no era feliz. Representaba para mi marido algo así
como un mueble, que se acostumbra uno a ver en determinado
sitio, pero que no causa la menor impresión. Vivíamos en un
pueblo pequeño, incomunicado y distante de la ciudad. Un pueblo
casi muerto o a punto de desaparecer.
No pude reprimir un grito de horror, cuando lo vi por primera vez.
Era lúgubre, siniestro. Con grandes ojos amarillentos, casi redondos
y sin parpadeo, que parecían penetrar a través de las cosas y de las
personas.

Vamos a jugar a la cápsula del tiempo. Vas a escribir en un papel tus


respuestas a las siguientes preguntas. Vuestro/a profe las va a recoger y
guardar en una caja. Al terminar la lectura, abrirá la caja y comprobaremos A
quién se ha acercado más a resolver el misterio de El huésped.

¿Quién / qué crees que es el huésped?

¿Por qué piensas que la mujer tiene horror al huésped?

¿Qué relación crees que tiene el huésped con el marido?

¿Por qué el marido trajo al huésped a su casa?

¿Qué crees que va a pasar?

1
Capítulo 2
Mi vida desdichada¹ se convirtió en un infierno. La misma noche
¹ desdichado, a: infeliz.
de su llegada supliqué a mi marido que no me condenara a la ² quehacer: ocupación, labor.
tortura de su compañía. No podía resistirlo; me inspiraba ³ pavor: miedo.
desconfianza y horror. «Es completamente inofensivo» —dijo mi ⁴ pieza: habitación.
⁵ casona: casa señorial antigua.
marido mirándome con marcada indiferencia. «Te acostumbrarás a
⁶ mandado: compra de lo necesario
su compañía y, si no lo consigues…“ No hubo manera de para la comida.
convencerlo de que se lo llevara. Se quedó en nuestra casa. ⁷ enredadera: planta que trepa por las
No fui la única en sufrir con su presencia. Todos los de la casa — paredes.
mis niños, la mujer que me ayudaba en los quehaceres², su hijito— ⁸ manguera: tubo flexible de goma
que sirve para sacar agua.
sentíamos pavor³ de él. Sólo mi marido gozaba teniéndolo allí.
Desde el primer día mi marido le asignó el cuarto de la esquina. Era
ésta una pieza⁴ grande, pero húmeda y oscura. Por esos
inconvenientes yo nunca la ocupaba. Sin embargo él pareció
sentirse contento con la habitación. Como era bastante oscura, se
acomodaba a sus necesidades. Dormía hasta el oscurecer y nunca
supe a qué hora se acostaba.
Perdí la poca paz de que gozaba en la casona⁵. Durante el día, todo
marchaba con aparente normalidad. Yo me levantaba siempre muy
temprano, vestía a los niños que ya estaban despiertos, les daba el
desayuno y los entretenía mientras Guadalupe arreglaba la casa y
salía a comprar el mandado⁶.
La casa era muy grande, con un jardín en el centro y los cuartos
distribuidos a su alrededor. Entre las piezas y el jardín había
corredores que protegían las habitaciones del rigor de las lluvias y
del viento que eran frecuentes. Tener arreglada una casa tan grande
y cuidado el jardín, mi diaria ocupación de la mañana, era tarea
dura. Pero yo amaba mi jardín. Los corredores estaban cubiertos
por enredaderas⁷ que floreaban casi todo el año. Recuerdo cuánto
me gustaba, por las tardes, sentarme en uno de aquellos corredores
a coser la ropa de los niños, entre el perfume de las madreselvas y
de las bugambilias.
En el jardín cultivaba crisantemos, pensamientos, violetas de los
Alpes, begonias y heliotropos. Mientras yo regaba las plantas, los
niños se entretenían buscando gusanos entre las hojas. A veces
pasaban horas, callados y muy atentos, tratando de coger las gotas
de agua que se escapaban de la vieja manguera⁸.

Como ves, en el Capítulo II se describen dos espacios que tendrán gran importancia
en el cuento: el interior de la casa y el jardín. Vamos a pasear por el jardín de la B
protagonista. Relaciona los nombres de las flores con su imagen

begonias

bugambilias

violetas

madreselvas pensamientos crisantemos heliótropos 2


Capítulo 3
Yo no podía dejar de mirar, de vez en cuando, hacia el cuarto de la
¹ estufa: aparato destinado a calentar
esquina. Aunque pasaba todo el día durmiendo no podía confiarme. un recinto por electricidad o
Hubo muchas veces que cuando estaba preparando la comida veía de combustión de madera, gas...
pronto su sombra proyectándose sobre la estufa¹ de leña. Lo sentía ² acechar: observar a alguien o a algo
a escondidas.
detrás de mí… yo arrojaba al suelo lo que tenía en las manos y salía
³ cenador: espacio, normalmente
de la cocina corriendo y gritando como una loca. Él volvía redondo, situado en un jardín y
nuevamente a su cuarto, como si nada hubiera pasado cerrado por arbustos o ramas.
Creo que ignoraba por completo a Guadalupe, nunca se acercaba a ⁴ inflamarse: hacer arder una materia.
ella ni la perseguía. No así a los niños y a mí. A ellos los odiaba y a
mí me acechaba² siempre.
Cuando salía de su cuarto comenzaba la más terrible pesadilla que
alguien pueda vivir. Se situaba siempre en un pequeño cenador³,
enfrente de la puerta de mi cuarto. Yo no salía más. Algunas veces,
pensando que aún dormía, yo iba hacia la cocina por la merienda de
los niños, de pronto lo descubría en algún oscuro rincón del
corredor, bajo las enredaderas. «¡Allí está ya, Guadalupe!»; gritaba
desesperada.
Guadalupe y yo nunca lo nombrábamos, nos parecía que al hacerlo
cobraba realidad aquel ser tenebroso. Siempre decíamos: —Allí está,
ya salió, está durmiendo, él, él, él..
Solamente hacía dos comidas, una cuando se levantaba al anochecer
y otra, tal vez, en la madrugada antes de acostarse. Guadalupe era la
encargada de llevarle la bandeja, puedo asegurar que la arrojaba
dentro del cuarto pues la pobre mujer sufría el mismo terror que yo.
Toda su alimentación se reducía a carne, no probaba nada más.
Cuando los niños se dormían, Guadalupe me llevaba la cena al
cuarto. Yo no podía dejarlos solos, sabiendo que se había levantado o
estaba por hacerlo. Una vez terminadas sus tareas, Guadalupe se iba
con su pequeño a dormir y yo me quedaba sola, contemplando el
sueño de mis hijos. Como la puerta de mi cuarto quedaba
siempre abierta, no me atrevía a acostarme, temiendo que en
cualquier momento pudiera entrar y atacarnos. Y no era
posible cerrarla; mi marido llegaba siempre tarde y al no
encontrarla abierta habría pensado… Y llegaba bien tarde.
Que tenía mucho trabajo, dijo alguna vez. Pienso que otras
cosas también lo entretenían…
Una noche estuve despierta hasta cerca de las dos de la mañana,
oyéndolo afuera… Cuando desperté, lo vi junto a mi cama,
mirándome con su mirada fija, penetrante… Salté dé la cama y le
arrojé la lámpara de gasolina que dejaba encendida toda la noche.
No había luz eléctrica en aquel pueblo y no hubiera soportado
quedarme a oscuras, sabiendo que en cualquier momento… Él se
libró del golpe y salió de la pieza. La lámpara se estrelló en el piso de
ladrillo y la gasolina se inflamó⁴ rápidamente. De no haber sido por
Guadalupe que acudió a mis gritos, habría ardido toda la casa.

Vuelve a leer el texto en negrita. ¿Qué habría pensado el marido si no hubiera encontrado
¿? la puerta abierta? ¿Qué otras cosas piensa la protagonista que entretenían a su marido? C
3
Capítulo 4
Mi marido no tenía tiempo para escucharme ni le importaba lo que
¹ tranca: palo grueso y fuerte.
sucediera en la casa. Sólo hablábamos lo indispensable. Entre ² araño: arañazo, rasgadura ligera en
nosotros, desde hacía tiempo el afecto y las palabras se habían la piel hecha con las uñas o con un
agotado. objeto cortante.
Vuelvo a sentirme enferma cuando recuerdo… Guadalupe había
salido a la compra y dejó al pequeño Martín dormido en un cajón
donde lo acostaba durante el día. Fui a verlo varias veces, dormía
tranquilo. Era cerca del mediodía. Estaba peinando a mis niños
cuando oí el llanto del pequeño mezclado con extraños gritos.
Cuando llegué al cuarto lo encontré golpeando cruelmente al niño.
Aún no sabría explicar cómo le quité al pequeño y cómo me lancé
contra él con una tranca¹ que encontré a la mano, y lo ataqué con
toda la furia contenida por tanto tiempo. No sé si llegué a causarle
mucho daño, pues caí sin sentido. Cuando Guadalupe volvió del
mandado, me encontró desmayada y a su pequeño lleno de golpes
y de araños² que sangraban. El dolor y el coraje que sintió fueron
terribles. Afortunadamente el niño no murió y se recuperó pronto.
Temí que Guadalupe se fuera y me dejara sola. Si no lo hizo, fue
porque era una mujer noble y valiente que sentía gran afecto por
los niños y por mí. Pero ese día nació en ella un odio que clamaba
venganza.
Cuando conté lo que había pasado a mi marido, le exigí que se lo
llevara, alegando que podía matar a nuestros niños como trató de
hacerlo con el pequeño Martín. «Cada día estás más histérica, es
realmente doloroso y deprimente contemplarte así… te he
explicado mil veces que es un ser inofensivo.»
Pensé entonces en huir de aquella casa, de mi marido, de él… Pero
no tenía dinero y los medios de comunicación eran difíciles. Sin
amigos ni parientes a quienes recurrir, me sentía tan sola como un
huérfano.
Mis niños estaban atemorizados, ya no querían jugar en el jardín y
no se separaban de mi lado. Cuando Guadalupe salía al mercado,
me encerraba con ellos en mi cuarto.
— Esta situación no puede continuar —le dije un día a Guadalupe.
— Tendremos que hacer algo y pronto – me contestó.
— ¿Pero qué podemos hacer las dos solas? —Solas, es verdad, pero
con un odio…
Sus ojos tenían un brillo extraño. Sentí miedo y alegría.

«Cada día estás más histérica, es realmente doloroso y deprimente


contemplarte así… te he explicado mil veces que es un ser inofensivo.»

La escritora Mado Martínez tiene un libro titulado Putas, brujas y locas. En la


contraportada se explica que putas, brujas y locas (o histéricas) son los apelativos con los
que la historia oficial ha descrito a las mujeres que desafiaron las convenciones. D
¿Por qué crees que se usan esos adjetivos para descalificar a las mujeres? 4
El maltrato psicológico llamado luz de gas debe su nombre a la película Luz de gas, y consiste
en hacer creer a la víctima que la realidad que vive es falsa y que esa distorsión puede ser debida
a fallos en la memoria o alteraciones mentales. ¿En qué sentido crees que el marido de la
protagonista emplea esa técnica?

Capítulo 5
La oportunidad llegó cuando menos la esperábamos. Mi marido
¹ estorbar: molestar.
partió para la ciudad a arreglar unos negocios. Tardaría en regresar, ² entornado: casi cerrado.
según me dijo, unos veinte días. ³ pasador: pequeña barra metálica.
No sé si él se enteró de que mi marido se había marchado, pero ese ⁴ arañar: hacer rayas superficiales en
algunas cosas.
día despertó antes de lo acostumbrado y se situó frente a mi cuarto.
Guadalupe y su niño durmieron en mi cuarto y por primera vez
pude cerrar la puerta.
Guadalupe y yo pasamos casi toda la noche haciendo planes. Los
niños dormían tranquilamente. De cuando en cuando oíamos que
llegaba hasta la puerta del cuarto y la golpeaba con furia…
Al día siguiente dimos de desayunar a los tres niños y, para estar
tranquilas y que no nos estorbaran¹ en nuestros planes, los
encerramos en mi cuarto. Guadalupe y yo teníamos muchas cosas
por hacer y tanta prisa en realizarlas que no podíamos perder
tiempo ni en comer.
Guadalupe cortó varias tablas, grandes y resistentes, mientras yo
buscaba martillo y clavos. Cuando todo estuvo listo, llegamos sin
hacer ruido hasta el cuarto de la esquina. Las hojas de la puerta
estaban entornadas². Conteniendo la respiración, bajamos los
pasadores³, después cerramos la puerta con llave y comenzamos a
clavar las tablas hasta clausurarla totalmente. Mientras trabajábamos,
gruesas gotas de sudor nos corrían por la frente. No hizo entonces
ruido, parecía que estaba durmiendo profundamente. Cuando todo
estuvo terminado, Guadalupe y yo nos abrazamos llorando.
Los días que siguieron fueron espantosos. Vivió muchos días sin
aire, sin luz, sin alimento… Al principio golpeaba la puerta,
tirándose contra ella, gritaba desesperado, arañaba⁴… Ni
Guadalupe ni yo podíamos comer ni dormir, ¡eran terribles los
gritos…! A veces pensábamos que mi marido regresaría antes de
que hubiera muerto. ¡Si lo encontrara así…! Su resistencia fue
mucha, creo que vivió cerca de dos semanas…
Un día ya no se oyó ningún ruido. Ni un lamento… Sin embargo,
esperamos dos días más, antes de abrir el cuarto.
Cuando mi marido regresó, lo recibimos con la noticia de su
muerte repentina y desconcertante.

Vamos a abrir la cápsula del tiempo. ¿Quién se aproximó más al final de El


huésped? Resume el final en dos líneas:
E

5
Ordena los siguientes acontecimientos de El huésped.
F
El huésped muere El huésped ataca a Martín, el hijo de Guadalupe

El huésped asusta a la protagonista mientras muere

El marido trae al huésped a casa Guadalupe y la protagonista encierran al huésped

El huésped empieza a vivir en una pieza grande, húmeda y oscura

El marido regresa a casa y recibe la noticia de la muerte del huésped

Localiza en el cuento frases que describan Localiza en el cuento frases que describan
cómo es y cómo se comporta el marido de la cómo es y cómo se comporta el huésped. G
protagonista. Señala cómo es la personalidad Dibuja cómo crees que es el huésped.
del marido de la protagonista y dibújalo.

6
Localiza en la sopa de letras las palabras de El huésped correspondientes a las
¿? siguientes definiciones: H
– Sinónimo de miedo

– Planta que trepa por las


paredes

– Tubo flexible de goma


que sirve para sacar agua

– Aparato destinado a
calentar un recinto por
electricidad, combustión
de madera, gas…

– Sinónimo de molestar

– Hacer rayas superficiales


en algunas cosas

Vas a escribir en 220-250 palabras un análisis comparativo entre El almohadón


de pluma de Horacio Quiroga y El huésped de Amparo Dávila.
I
Compara los narradores de los dos relatos: si están en primera o tercera persona
Compara las casas de los dos relatos: cómo se describen y qué función tienen en la
historia
Compara las protagonistas femeninas de los dos relatos: si evolucionan o no a lo
largo del relato o si tienen una actitud más activa o pasiva
Compara los protagonistas masculinos de los dos relatos: cómo son y qué actitud y
relación tienen con sus esposas
Compara el papel de las criadas en los dos relatos: si tienen más o menos importancia
en la historia
Compara los monstruos de los dos relatos: cómo son, qué representan, qué función
tienen en la historia
Compara cómo aparece el tema de la violencia de género en los dos relatos
Compara el final de los dos relatos, cómo se resuelve el conflicto entre el monstruo y
la protagonista
Elabora un juicio personal sobre los dos relatos: cuál te ha gustado más y por qué
Justifica tus opiniones con citas de los textos
7
SOLUCIONARIO

begonias bugambilias crisantemos heliótropos madreselvas pensamientos violetas

1- El marido trae al huésped a casa


F 2- El huésped empieza a vivir en una pieza grande, húmeda y oscura
3- El huésped asusta a la protagonista mientras duerme
4- El huésped ataca a Martín, el hijo de Guadalupe
5- Guadalupe y la protagonista encierran al huésped
6- El huésped muere
7- El marido regresa a casa y recibe la noticia de la muerte del huésped

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