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Filosofía - Lógica 2

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LÓGICA

El reconocimiento de argumentos
Un elemento central de la práctica científica es la presentación de argumentos y contra-argumentos. Al mismo
tiempo, la práctica argumentativa es una práctica lingüística, en la medida en que un argumento se articula
mediante el lenguaje. En términos generales, un argumento es un fragmento del lenguaje. Pero, si somos un poco
más específicos, podríamos decir que es un conjunto de proposiciones. Por ello, es fundamental diferenciar el
soporte material, la articulación discursiva (llámese “oración”) de aquello que la oración afirma, su contenido
(llámese “proposición”). De este modo, podemos encontrarnos con distintas oraciones que expresan la misma
proposición (“ El gato está sobre la mesa” y “Arriba de la mesa se encuentra el gato” son dos oraciones que
expresan la misma proposición) o bien una misma oración que expresa distintas proposiciones (“Se rompió la
vela” es una oración que expresa dos proposiciones; por un lado, puede estar haciendo referencia a una vela de cera
que se utiliza para iluminar el ambiente que se quebró por la mitad y, por otro, puede estar haciendo referencia a la
vela de un barco velero que se rompió por la potencia del viento).
Ahora bien, no toda oración expresa una proposición. Para que una oración cumpla esa función debe ser
declarativa o informativa, es decir, debe afirmar algo de modo tal que tenga sentido preguntarse por su verdad o
falsedad. De esta manera, las oraciones “Buen día” o “No tomes ese tren” no expresan proposición alguna en tanto
no están afirmando o negando algo y no es posible determinar si son oraciones verdaderas o falsas. Por su parte, las
oraciones “esta hoja es blanca” o “aprobé el
examen con seis” sí expresan proposiciones, en tanto se puede determinar su condición de verdad.

Si nos ponemos más precisos todavía, podemos dar una definición técnica afirmando que un argumento es un
conjunto de proposiciones dentro del cual algunas cumplen la función de ser premisas y otras cumplen la
función de ser conclusión. Las premisas son aquellas proposiciones que pretenden dar razones a favor de la
conclusión. La conclusión es aquella proposición que se deduce de las premisas.

Para que podamos hablar de un argumento, debe tenerse en cuenta lo siguiente:


- Deben existir una o más premisa/s y una única conclusión. Esta última puede ser compleja pero siempre ha de
ser única.
- Un argumento puede ser formulado en una o en varias oraciones.
- Si bien se puede distinguir cierta estructura en los argumentos, su formulación no suele respetar un orden
preciso. En otras palabras, la conclusión no necesariamente estará al final del argumento, sino que puede estar al
comienzo ola mitad del argumento.

Hay ciertas expresiones que facilitan el reconocimiento de premisas y de conclusión:


-Llamamos indicadores de premisas a las expresiones luego de las cuales se encuentra una premisa. Ejemplo:
“Dado que…”, “puesto que…”, “porque…”, “pues…”, “además”, “debido a”, “teniendo en cuenta que…”,
etc.
-Llamamos indicadores de conclusión a las expresiones luego de las cuales se encuentra la conclusión. Ejemplo:
“luego…”, “por lo tanto…”, “por consiguiente…”, “en consecuencia…”, “concluyo que…”, “se sigue que…”,
“consecuentemente…”, etc.

Finalmente, es necesario hacer una aclaración para que se entienda correctamente por qué hemos utilizado comillas
en algunas expresiones de esta lección. Entender esto implica entender la distinción entre uso y mención del
lenguaje.
Usamos el lenguaje cuando utilizamos las palabras para referirnos a personas, cosas u objetos, es decir, a entidades
extra- linguísticas (más allá del lenguaje). Hacemos mención cuando utilizamos palabras para referirnos a otras
palabras, es decir, a entidades lingüísticas. En este caso, aquello que se menciona se entrecomilla. Tomemos los
siguientes ej:
- El papel es blanco.
- “Papel” tiene dos sílabas.
En el primer caso tenemos un ejemplo de uso, ya que con las palabras estamos haciendo referencia a cosas del
mundo, a un papel y su condición de blanco. Estas son entidades extralingüísticas. En el segundo caso tenemos un
ejemplo de mención, ya que con la palabra “papel” se está haciendo referencia a la palabra “papel”, no a un papel
sobre el que podemos escribir. En otras palabras, estamos utilizando el lenguaje para referirnos al lenguaje. Aquí
nos referimos a entidades lingüísticas.
Los argumentos deductivos y su evaluación
A la hora de evaluar argumentos, hay que tener en cuenta dos cuestiones fundamentales: En principio, si las premisas
apoyan a la conclusión y en qué medida lo hacen. En segundo lugar, hay que analizar si las premisas son verdaderas
o bien qué tan confiables son. La lógica nos permite únicamente evaluar los argumentos en el primer sentido, es
decir, nos permite considerar si la conclusión se encuentra apoyada por las premisas y en qué grado.

Los argumentos pueden clasificarse en argumentos válidos y argumentos inválidos (no se puede decir que son
verdaderos o falsos). Dentro de los primeros, tenemos los argumentos deductivos; en ellos, podemos diferenciar
tipos específicos de argumentos deductivos que llamamos reglas lógicas. Dentro de los argumentos inválidos,
tenemos los argumentos inductivos (dentro de los cuales distinguimos, argumentos por enumeración incompleta,
por analogía y silogismos inductivos) y las falacias formales, que constituyen una violación de algunas de las reglas
lógicas.

Definimos argumentos válidos como aquellos argumentos que, en caso de tener premisas verdaderas, tendrán
siempre conclusión verdadera. Esto no quiere decir que tengan siempre premisas y conclusión verdaderas (si
una premisa es falsa, la conclusión puede ser falsa), sino que si se da el caso de que las premisas sean verdaderas la
conclusión será también verdadera.
Ahora bien, si dentro de los argumentos válidos situamos a los argumentos deductivos es porque es lo mismo decir
que un argumento es válido que decir que es deductivo. De esta manera, lo que dijimos de los argumentos válidos se
aplica también a los deductivos: definimos los argumentos deductivos como aquellos argumentos en los que la
conclusión queda establecida concluyentemente a partir de las premisas, de modo que si estas son verdaderas,
la conclusión será también necesariamente verdadera.
Estos argumentos son siempre válidos, más allá del significado de las premisas. Simplemente se dice que, en caso de
que las premisas fueran verdaderas, lo conclusión también lo sería. Esto quiere decir que la validez de un
argumentos no depende del significado de las proposiciones que lo compone (premisas y/o conclusión, sean v o
f), sino de su estructura (Se podría formular una crítica a dicho argumento ya que la verdad de este no implica que
las premisas sean verdaderas). Los argumentos son válidos por su estructura lógica; son formalmente válidos.

Aun así, no sólo es deseable que un argumento sea válido sino que también se pide que un argumento tenga premisas
verdaderas. Si un razonamiento (o argumentos) es válido y tiene además premisas verdaderas, se dice que es
un razonamiento sólido (un argumento puede ser válido y no sólido; pero si es sólido si o si es válido). De modo
que un argumento puede ser juzgado por dos cuestiones: por un lado, respecto a si es válido o inválido, y, por
otro, si tiene premisas verdaderas o falsas.

Pues bien, si hemos dicho que un razonamiento deductivo o válido es un razonamiento que en caso de tener premisas
verdaderas tendrá necesariamente conclusión verdadera o bien, para utilizar una expresión sinónima, la verdad de
las premisas garantiza la verdad de la conclusión, o la conclusión se sigue necesariamente de las premisas. Si
decimos esto, se prohíbe entonces la posibilidad de tener un razonamiento válido con premisas y conclusión falsa.

-Premisa verdadera y conclusión verdadera. (válido)


-Premisa verdadera y conclusión falsa (no se puede). (inválido)
Ahora bien, en caso de que las premisas sean falsas es incierto cómo serán las premisas. De modo que, puede:
-Premisa falsa y conclusión falsas. (válido)
-Premisa falsa y conclusión verdadera. (válido)

Si tenemos un argumento y no sabemos si es válido o no, una manera de determinar qué tipo de razonamiento es
buscando un caso en que las premisas sean verdaderas y la conclusión sea falsa. Este caso se suele llamar
contraejemplo. Si encontramos un contraejemplo, entonces podemos estar seguros de que el argumento es inválido.
Otro modo de identificar si el argumento es válido es identificando su forma y analizando si ésta coincide con
alguna forma deductiva conocida.
Ej:
(No es válido) La forma del argumento es inválida y un contraejemplo seria:

A o B: La tierra gira alrededor de la Luna o la Luna gira alrededor de la Tierra

A: La Tierra gira alrededor de la Luna


Hay ciertas estructuras lógicas deductivas que se llaman reglas lógicas (reglas de inferencia). Se las llama “reglas”
en la medida en que pueden servirnos en una deducción, es decir, pueden servirnos como reglas que legitiman
nuestras transformaciones inferenciales, nuestros pasos de premisas a conclusión (las reglas de inferencia transmiten
verdad de premisas a conclusión pues son argumentos validos, es decir que si las premisas son verdaderas, los pasos
que siguen también). Las reglas lógicas son las siguientes:

Modus Ponens
Si A entonces B Si me caigo, entonces me levanto
A Me caigo
B Me levanto

Modus Tollens
Si A entonces B Si llueve, entonces me mojo
No B No me mojo
No A No llueve

Silogismo
hipotético Si A entonces B Si aumenta el transporte, tendré menos dinero
(Admite casos Si B entonces C Si tengo menos dinero, dejare de comprar cosas
dondela Si A entonces C Si aumenta el transporte, dejare de comprar cosas
premisas son
verdaderas y la
conclusión falsa)
Simplificación
AyB Se cantar y se bailar
A (o B) Se cantar

Adición
A Leo
B Estudio
AyB Leo y estudio

Silogismo
disyuntivo AoB Salimos campeones o echan al entrenados
No A (o No No salimos campeones
B) B (o A) Echan al entrenador

Instanciación del Todos los R son P Todos lo perros son mamíferos


universal X es R Pluto es un perro
X es P Pluto es un mamífero

Antes de pasar a ver la aplicación de estas reglas, es necesario que analicemos ciertas estructuras lógicas que
constituyen una violación de las primeras dos reglas, es decir, del Modus Ponens y del Modus Tollens. Estas estructuras
que analizaremos son argumentos inválidos y se denominan falacias formales.
La primera que analizamos se llama Falacia de Afirmación del Consecuente y es una violación del Modus Ponens.
Tiene la siguiente forma:

Falacia Ej Modus Ponens


A entonces B Si hace calor, vamos al mar Si A entonces B
B Vamos al mar A

A Hace calor B

Como se verá, este razonamiento es similar al Modus Ponens, pero, en la segunda premisa, en lugar de afirmar el
Antecedente (A), se afirma el Consecuente (B). De esta manera, se invalida el argumento, ya que la primer premisa nos
dice que en caso de que se dé A, se dará necesariamente B; el hecho de que se dé B no nos habilita para determinar que
se dio A, como conclusión.

Además de esta falacia, tenemos la Falacia de Negación del Antecedente que constituye una violación del Modus
Tollens. Su estructura es la siguiente:

Falacia Ej Modus Tollens


Si A entonces B Si obtengo un cuatro, aprobaré Si A entonces B
No A No obtuvo un cuatro No B

No B No aprobé No A

Si bien la estructura es similar al Modus Tollens, en este caso, en la segunda premisa se niega el antecedente (A) en
lugar de negar el consecuente (B). De este modo se invalida el argumento, ya que el hecho de que no se dé A, no es
motivo como para afirmar que no se haya dado B. El condicional afirma que A es condición suficiente para B, pero no
condición necesaria (las premisas deben ser verdaderas y la conclusión falsa, pero la misma estructura). Ej:

‘María ira a la playa’ -Si maría se pone ojotas, irá a la playa o a la pileta.
-María se puso ojotas y malla.
-María no irá a la pileta.

1-Si maría se pone ojotas, irá a la playa o a la pileta.


2-María se puso ojotas y malla.
3- María no irá a la pileta.
4- Maria se puso ojotas (simplificación en 2).
5- Maria irá a la playa o a la pileta (Modus Ponens entre 1 y 4).
6-Maria ira a la playa (silogismo disyuntivo entre 3 y 5).
Los argumentos inductivos y su evaluación
Cuando hablamos de argumentos inductivos nos encontramos dentro de los argumentos inválidos (argumentos en
los que la verdad de las premisas no garantiza la verdad de la conclusión; es decir, se permite el caso de
premisas verdaderas y conclusión falsa). Aun así, este tipo de argumentos son útiles. De este modo, cuando nos
refiramos a este tipo de argumentos no hablaremos de validez, sino de correcto o incorrecto, bueno o malo.
Un argumento inductivo correcto (o fuerte) es aquel cuyas premisas ofrecen buenas razones para que creamos
que ha de darse la conclusión (en los argumentos inductivos las premisas dan un apoyo parcial a la conclusión).
Veamos ahora los tipos de argumentos inductivos:

Argumentos inductivos por analogía: En este tipo de argumentos se establece una comparación entre dos o más
cosas, entidades o eventos y, a partir de la constatación de que ellos son similares en ciertos aspectos, se concluye que
también lo son en otro.

Forma Ej
X1 tiene las características F, G… Z La naranja es un cítrico y tiene vitamina c
X2 tiene las características F, G… Z El limón es un cítrico y tiene vitamina c
Xn tiene las características F, G… El pomelo es un cítrico

Poe lo tanto Xn tiene la característica Z El pomelo tiene vitamina c

Argumentos inductivos por enumeración incompleta: En este tipo de argumentos se parte de una serie de casos
observados y se generaliza en su conclusión para casos que van más allá de la evidencia disponible.

Forma Ej
X1 es Z Juan, que es estudiante de la UBA, lee muchos libros
X2 es Z María, que es estudiante de la UBA, lee muchos libros
X3es Z Pablo, que es estudiante de la UBA, lee muchos libros

Por lo tanto todos los X son Z Todos los estudiantes de la UBA leen muchos libros

Silogismos inductivos: En este tipo de argumentos se parte de una premisa articulada como una generalización
estadística (“la mayoría de los A son B”) y de una premisa que subsume un caso en dicha generalización (“x es A”),
para concluir que dicho caso cumple con lo establecido en la generalización (“x es B”).

Forma Ej
El N por ciento (o la mayoría, o muchos) de los F son G La mayoría de los canadienses hablan inglés
X es F John es canadiense

Por lo tanto X es G John habla ingles

Habiendo visto ya los tipos de razonamientos inductivos, es momento de analizar los criterios que nos permiten
diferenciar cuándo un argumento inductivo es bueno/correcto o malo/incorrecto. Para esto, no nos servirá en absoluto
fijarnos en la estructura lógica del argumento (necesario pero no suficiente). En los inductivos, no alcanza con
atender a la forma, sino que aquí cobra vital importancia el contenido de los enunciados. No existe un criterio único
que permita distinguir buenos (hay algunos argumentos que no establecen de modo concluyente la conclusión pero que
son buenos) y malos argumentos inductivos, sino que hay distintos criterios según el tipo de argumento inductivo
que se trate.
Argumentos inductivos por analogía:

1) Las propiedades a partir de las cuales planteamos la analogía sean relevantes para la propiedad que
inferimos.
(a) (b)
Juan tiene dos ojos, dos brazos y es inteligente Juan estudia Ingeniería, es estudioso y es inteligente
Pepe tiene dos ojos, dos brazos y es inteligente Pepe estudia Ingeniería, es estudioso y es inteligente
María tiene dos ojos y dos brazos María estudia Ingeniería y es estudiosa
-
María es inteligente María es inteligente

En el caso (a), la analogía que estamos estableciendo es mala y no cumple con 1), ya que los aspectos de tener dos
brazos y dos ojos son aspectos irrelevantes a la hora de juzgar la inteligencia de alguien. De hecho, en principio
todo humano tiene dos brazos y dos ojos. El siguiente caso (b) ejemplifica una buena analogía.

2) Mientras más aspectos compartan los casos analizados, más fuerte será el argumento.
(a) (b)
Luis trabaja en IBM y llega puntual todos los días Luis trabaja en IBM, es disciplinado, acaba de entrar a la
Pablo trabaja en IBM y llega puntual todos los días empresa y llega puntual todos los días
Anabel trabaja en IBM Pablo trabaja en IBM, es disciplinado, acaba de entrar a
-------------------------------------------------------------- la empresa y llega puntual todos lo días
Anabel llega puntual todos los días Anabel trabaja en IBM, es disciplinada y acaba de entrar
a la empresa
-
Anabel llega puntual todos los días

Si se analizan ambos casos, se verá que el segundo ejemplo dado (b) es un caso donde la analogía es más fuerte, en
la medida en que aparecen tres aspectos en común a los tres individuos, en tanto que en el primer ejemplo (a) tan
sólo aparecía un aspecto en común.

3) Mientras más casos análogos se consignen, más fuerte será el argumento por analogía.
(a) (b)
Ernesto es lindo e inteligente Ernesto es lindo e inteligente
Juan es lindo e inteligente Juan es lindo e inteligente
José es lindo Néstor es lindo e inteligente
---------------------------------- Luciano es lindo e inteligente
José es inteligente ------------------------------------------
José es inteligente

En estos ejemplos, podemos apreciar que el segundo ejemplo (b) es más fuerte que en el primero, en la medida en
que se comparan más casos (cinco personas, en este ejemplo), en tanto en que el primer ejemplo (a) sólo comparaba
dos casos.

Argumentos inductivos por enumeración incompleta:

1) Cuán grande sea la muestra desde la cual partimos, es decir, cuántos casos tenemos en las premisas.
(a) (b)
El cobre se dilata con el calor El cobre se dilata con el calor
El oro se dilata con el calor El oro se dilata con el calor
La plata se dilata con el calor
Todos los metales se dilatan con el calor El hierro se dilata con el calor

Todos los metales se dilatan con el calor

Como se podrá apreciar, el segundo caso (b) es más fuerte que el primero (a) en la medida en que el muestreo es
más grande, es decir, tenemos más casos y por ende la conclusión se apoya en las premisas con mayor probabilidad.
2) Que la muestra sea representativa, es decir, que sea heterogénea.
(a) (b)
Martina, que es porteña, es comunista Martina, que es porteña, es comunista
Anabela, que es porteña, es comunista Anabela, que es cordobesa, es comunista
Luisa, que es porteña, es comunista Luisa, que es salteña, es comunista

Todos los argentinos son comunistas Todos los argentinos son comunistas

El segundo caso (b) es el más fuerte de los dos, en tanto en el primer caso (a) el muestreo está sesgado, es decir, no
es lo suficientemente representativo, ya que para hablar del conjunto de los argentinos se toman casos de personas
que nacieron únicamente en CABA; por su parte, el muestreo del segundo ejemplo (b) podría considerarse lo
suficientemente representativo, al tomar casos de distintas localidades el país.

Silogismos inductivos:

1) La frecuencia relativa que se establece en la generalización estadística, es decir, cuán grande es la relación
entre A y B cuando se afirma “La mayoría de los A son B”.
(a) (b)
El 50% de los argentinos son engreídos El 90% de los argentinos son engreídos
Jonathan es argentino Jonathan es argentino

Jonathan es engreído Jonathan es engreído

Como se verá, la frecuencia relativa en que sucede B (ser engreído) cuando sucede A (ser argentino) es mayor en
el segundo caso (b) que en el primero (a), por lo que podemos considerar al segundo ejemplo como un silogismo
inductivo más fuerte que al primero.

2) La totalidad y especificidad de la evidencia disponible.


(a) (b)
El 90% de los alumnos del profesor “x” aprueban El 90% de los alumnos del profesor “x” aprueban, son
Cristian es alumno del profesor “x” estudiosos y asisten a clase regularmente
-------------------------------------------------- Cristian es alumno del profesor “x”, es estudioso y asiste
Cristian aprobó a las clases regularmente

Cristian aprobó

Podemos observar que el segundo ejemplo (b) es más fuerte que el primero (a), en la medida en que la evidencia
disponible es mayor y aporta mayor especificidad. En el primer ejemplo, la conclusión se apoyaba únicamente en
el hecho de que Cristian es alumno del profesor “x”. En cambio, en el segundo ejemplo se aporta mayor
información que da más peso a la conclusión; es decir, no sólo se afirma que Cristian es alumno del profesor “x”,
sino también que estudioso y asiste a clases regularmente. En conclusión el argumento b) es más fuerte que el
argumento a

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