Informe de Lectura 3
Informe de Lectura 3
Informe de Lectura 3
Informe de Lectura
Romina Mazzachiodi
Matías Hernández
- Ossa Santa Cruz, J.L. (2020) Chile Constitucional. Santiago de Chile: Fondo de
Cultura Económica Chile S.A., pp. 57–97.
El extracto a analizar del texto en cuestión, consta de dos capítulos, concretamente del IV y V
capitulo, nombrados “La constitución de 1925 en disputa” y “La constitución de 1980:
legitimidad e ilegitimidad” respectivamente. Capítulos que se desglosará a continuación.
El capítulo IV inicia planteando su hipótesis, contenida en la frase “para 1973 la Carta de 1925
había alcanzado altos niveles de legitimidad”, basando esta afirmación en dos argumentos
principales. El primero se basa en los dos bandos enfrentados en vísperas del golpe militar y
durante este, ocuparon la Constitución de 1925 para legitimar sus acciones, legitimando en
consecuencia, dicha Carta. El segundo, se refiere cuestionar la literatura que le ha adjudicado
responsabilidad al régimen presidencialista de lo ocurrido en 1973. Niega a su vez la relación
causa y efecto entre estos dos elementos históricos.
Para adentrarse en este hilo argumentativo, el autor se detiene primero en ciertas reformas a la
Carta de 1833, para establecer ciertos antecedentes históricos que nos permitan entender de
mejor manera el proceso constituyente de 1925.
Se señalan reformas importantes como las lideradas por los liberales en la década de 1860,
específicamente acerca de la Ley interpretativa de libertad de cultos, que viene a “encaminar
hacia la tolerancia y libertad de cultos” al país, permitiendo a los disidentes una enseñanza
privada del culto profesado. Esto contrastándose con la idea del artículo 5° de la Carta de 1833,
sobre una República Católica Apostólica Romana.
También se consagran nuevos derechos fundamentales en 1874, como el de reunión en lugares
públicos sin previo aviso a la autoridad y el de libertad de enseñanza. Por otro lado, se aprueba
la Ley Electoral, modificando los requisitos del derecho a sufragio, lo que da paso hacia el fin
del voto censitario en 1888.
Se habla de este período de reformas, como uno tranquilo, de acuerdo político y de búsqueda de
corregir la Constitución, más que destruir sus bases y principios.
La guerra civil produce durante la década de 1890 el conflicto político plasmado por
diferencias presupuestarias, lo que establece discordia entre el Ejecutivo y el Congreso,
teniendo como consecuencia una disminución progresiva de la legitimidad presidencial. Uno de
los síntomas de la debacle presidencial fueron los constantes cambios ministeriales.
Junto con eso, se gestaba un fenómeno derivado del gran crecimiento demográfico de las
ciudades, el cual generó barrios de extrema pobreza. Este fenómeno llamado la “Cuestión
Social” se establece como tal la primera década del sigo XX. Esta también fue determinada por
los crecientes movimientos generados por el descontento de las condiciones de los trabajadores,
principalmente los relacionados a la producción minera.
Los movimientos obreros se politizan y radicalizan, estableciendo la llamada “crisis del
centenario”, en donde variadas fuerzas políticas concluyen que “el régimen político de la
Constitución de 1833 estaba agotado”. . Es la misma época en que Alessandri Palma con un
discurso anti-oligárquico llega al poder en 1920, dictando normas sociales hasta que, en 1924,
queda el poder en manos de la Junta Militar comandada por Luis Altamirano.
Posteriormente, Carlos Ibáñez del Campo lidera otro golpe de estado que produce finalmente
un proceso constituyente cuya finalidad para algunos “era regresar a un sistema
presidencialista”3 que estuvo compuesta por “dos comisiones: la primera ampliada, la segunda
formada por quince individuos cercanos a Alessandri. Esta última, llamada Subcomisión de
Reforma, fue la que finalmente elaboro la Constitución de 1925” 4. Si bien se optó por un
plebiscito ratificatorio este fue criticado por algunos debido a su baja participación que, a pesar
de ello, algunos destacan la estabilidad que logra esta constitución al incorporar soluciones
sociales.
En los años posteriores a la promulgación de la constitución de 1925 y por consecuencia de que
esta lo permitía se pudieron crear “diversas reparticiones públicas en los ámbitos de la
economía y comercio; administración y regulación; bienestar; y educación y ciencia” 5 , además
de “que se implementó el sufragio femenino (primero las elecciones municipales, luego para las
presidenciales y parlamentarias), aprobándose además en 1958 la ley de cedula única” 6 otras de
las cosas destacadas de este periodo que se implementaron como lo fue el rango constitucional
que se le dio a la Contraloría General de la República, el aumento de las materias que cuentan
con iniciativa exclusiva del presidente, la rebaja de la edad para ejercer el derecho a sufragio, la
creación del Tribunal Constitucional.
A pesar de que dentro de este periodo constitucional al igual que en otros periodos existieron
reformas destacan las 2 reformas realizadas en el año 1971. La primera reforma de 1971
(1971a) en donde a los partidos políticos se les otorgo la calidad de personas jurídicas, se
otorgó la libertad de expresión, la educación básica obligatoria. La segunda reforma de 1971
(1971b) fue la responsable de la nacionalización de la minería.
Frente a esto el autor reflexiona que a pesar de tener teorías de lo que hubiera evitado ciertos
hechos históricos nada garantiza que un sistema parlamentarista hubiera evitado el golpe militar
de 1973, que a pesar de tener un espíritu reformista en vez de refundacional frente a su
antecesora y de que conto con una baja participación en la plebiscito ratificatorio fueron los
mismos partidos y el gobierno que al final de la vigencia de esta, la legitimaron al utilizar la
para justificar cada una de sus acciones incluyendo el golpe de Estado que se amparó en la
constitución, además de destacar el contexto histórico que se vivía en aquellos tiempos
marcado por la guerra fría.
El segundo capítulo, podemos observar como la junta militar recién llegada al poder justificar
su accionar, al señalar que el gobierno recién derrocado había caído en una grave ilegitimidad
de acuerdo a lo establecido en la constitución de 1925. No obstante, la vigencia solo duró hasta
noviembre fecha en la cual la junta militar abolió la Constitución de facto comenzando por
consecuencia un cuarto proceso constituyente con un carácter refundacional a diferencia de sus
antecesoras.
También dentro de este periodo existió un consejo de estado de carácter consultivo designado
por Pinochet el cual jugo un rol de intermediario entre las dos propuestas presentadas sin
embargo esto no evito que Alessandri que presidia este consejo y optara por tomar distancia del
gobierno. Este puede deberse por la cercanía que tenía Alessandri con la constitución de 1925
lo cual generaba que dentro del consejo jugara con un rol opositor, esto se ve reflejado en las
normas transitorias en donde en una de estas que establecía el consejo hubiera terminado con el
gobierno de Pinochet para el año 1986.
Mas allá de las normas establecidas en la comisión o en el consejo se destacan las normas que
fueron desarrolladas por la Junta de Gobierno en materia de Seguridad en donde se le otorgaban
amplias atribuciones Pinochet sobre esta materia.
Lo anterior nos da como conclusión de este período es que la afirmación que la constitución del
80 es la constitución de Jaime Guzmán es un tanto inexacta si bien jugo un rol protagónico
dentro de la comisión y pudo haber ejercido el cargo de asesor de la junta militar, el solo hecho
que los textos finales de cada uno tengan diferencias tan grandes nos da atisbos de que más de
una persona seria autora de dicha constitución.
En base lo anterior surge la duda de cuan tensionado podría haber estado de manera interna el
gobierno en esos momentos y si alguna de las ideas del grupo de oposición fue considerada
dentro del texto. Si bien este grupo tenía un espíritu reformista al igual que Alessandri estas
intenciones fueron rechazadas esto queda de manifiesto por Pinochet el 10 de agosto de 1980 al
decir “[…] ha llegado el instante de decidir nuestro futuro, encontrándonos ante dos
alternativas:
-volver, paulatinamente pero inexorablemente la noche de los mil días negros de Chile, con
todo ese cumulo de angustias y miserias que nos azoto sin piedad.
-O, tomar la ruta que patrióticamente estamos señalando a nuestros conciudadanos.
Es aquí, chilenos y chilenas, donde radica nuestro dilema al pronunciarnos por esta nueva Carta
Fundamental que será sometida a vuestra consideración.”
Algunas de las diferencias entre estas dos constituciones están en que la de 1925 el “estado de
chile es unitario y que su Gobierno es republicano y democrático representativo” a diferencia
de la constitución del 80 que no indica el tipo de democracia del país, pero si da a entender que
esta es autoritaria y protegida defendiendo así al país de los que veían a la democracia como un
medio para el marxismo y de aquellos liberales cuya errada idea de la democracia los hizo
responsable de la caída de esta en el año 1973.
Es así como la constitución del 80 entrega al gobierno la responsabilidad se sentar las bases de
una nueva sociedad es así que dentro de la versión original de esta se encuentra el articulo 8°
que indicaba “Todo acto de persona o grupo destinado a propagar doctrinas que atenten contra
la familia, propugnen la violencia o una concepción de la sociedad del estado o del orden
jurídico, de carácter totalitario o fundada en la lucha de clases, es ilícito y contrario al
ordenamiento institucional de la Republica. Las organizaciones y los movimientos o partidos
políticos que por sus fines o por la actividad de sus adherentes tiendan a esos objetivos, son
inconstitucionales”
Si bien con la vuelta de la democracia existen dos grandes reformas constitucionales ocurridos
en 1989 y en 2005 siendo en la primera en donde se derogará el articulo anteriormente
mencionado no fue fueron capaces de quitar la carga que de nacimiento que esta trae al
mantener su esencia. Ricardo Lagos a propósito de la reforma de 2005 digo que “tenemos
razones para celebrar. Tenemos hoy por fin una Constitución democrática, acorde con el
espíritu de Chile” (91) pero esta idea de una nueva constitución solo duraría aproximadamente
10 años ya que en 2015 el mismo Ricardo Lagos expresaba que su constitución ya había
cumplido su ciclo, que si bien había ido un paso adelante para recuperar la dignidad de chile
aún estaba “impregnada por una visión neoliberal que obliga al establecimiento del estado
subsidiario”.
En 2016 en el segundo Gobierno de Michel Bachelet avanzando hacia una nueva constitución
se realizaron diversos encuentros participativos no vinculantes los cuales al termino de estos
debido a su metodología dejaron más dudas que certezas. No obstante, al término de su
mandato fue presentado un proyecto de ley para avanzar en la confección de una nueva
constitución el cual no tubo cabida en el gobierno siguiente.