Artritis Reactiva - Caso Clinico
Artritis Reactiva - Caso Clinico
Artritis Reactiva - Caso Clinico
CARMEN
UNIDAD ACADÉMICA CAMPUS III
DES. CIENCIAS DE LA SALUD
LICENCIATURA EN FISIOTERAPIA
Integrantes
Alberto Rubén Rubio López
Alicia Rocío de los Ángeles Chávez Sandoval
Emmanuel de Jesús Garcia Castillo
Marel Camila Pérez Elorza
Daniela Velasco León
Karime Yamillet May Pérez
Dina E. Tamay
Emiliano García Cadenas
Docente
Martha Patricia Kent Sulú
Tema
Caso Clínico
Fecha de entrega:
27 de agosto, 2023
CASO CLÍNICO
Varón de 22 años que, en el momento de su presentación, tenía un dolor en el talón
izquierdo que le había comenzado 3 semanas antes de pedir cita en la consulta de
fisioterapia. No podía atribuirlo a ningún traumatismo del pie, y tampoco practicaba
ninguna actividad deportiva o atlética. Los antecedentes médicos eran mínimos, a
excepción de una apendicectomía cuando tenía 18 años.
El fisioterapeuta trató a este paciente con un método para fascitis plantar, que
incluía ultrasonidos, masaje de fricción profunda y ejercicios de estiramiento. Los
síntomas remitieron y fue dado de alta. Seis semanas más tarde volvió, porque
habían vuelto los síntomas originales y, además, había comenzado a sentir dolor en
la región lumbar.
Resultado: Una llamada de seguimiento puso al descubierto que este joven había
presentado otros síntomas, como fiebre, enrojecimiento y prurito en los ojos, y
aumento de la frecuencia urinaria.
DIAGNÓSTICO MÉDICO: ARTRITIS REACTIVA
FISIOPATOLOGÍA
El término artritis reactiva se utiliza para describir la artritis que aparece tras una
infección intestinal o génito-urinaria. Antes conocida como síndrome de Reiter, se
caracteriza por presentar diversos síntomas como inflamación de las articulaciones
(artritis), inflamación en algunas partes del ojo (conjuntivitis o uveítis), inflamación
del conducto por el que se expulsa la orina llamado uretra (uretritis), lesiones
cutáneas, úlceras o llagas en la boca y diarrea.
En muchos pacientes está causada por una infección localizada en el tracto urinario
o en el intestino. Existen dos formas de presentación de la artritis reactiva:
2) La forma disentérica (que comienza con diarrea) es producida por las bacterias
Salmonella, Shigella, Yersinia o Campylobacter, al ingerir alimentos contaminados
por dichos gérmenes.
Uno de los factores que influye es la presencia del gen HLAB27, presente en el
50-80% de los pacientes, si bien debemos saber que hasta el 6% de las personas
sanas pueden tenerlo y no por ello están enfermas. El HLAB27 es un miembro de la
familia de genes que están involucrados en el sistema inmunológico, el cual
defiende al cuerpo contra las infecciones. La artritis reactiva tiene predilección por la
raza blanca, especialmente varones jóvenes de entre 20 y 40 años, aunque se han
descrito casos en niños y en ancianos. Se ha encontrado un aumento de la
frecuencia de artritis reactiva en los enfermos con infección por el virus de la
inmunodeficiencia humana (SIDA).
El paciente con artritis comienza, sin un golpe previo, con dolor e hinchazón en el
tobillo, la rodilla, los dedos del pie o el talón, aunque también pueden afectarse la
parte baja de la espalda, las manos o los codos. La artritis reactiva puede afectar a
las articulaciones, a los tendones (por ejemplo, el tendón de Aquiles en el talón) y a
la parte baja de la espalda.
Los síntomas articulares son comunes a cualquier tipo de artritis: dolor, calor,
enrojecimiento, incapacidad de movilizar la articulación y, en ocasiones,
deformación de la misma. Si la inflamación ha tenido lugar en la columna,
preferentemente en la unión del sacro con la pelvis (las articulaciones sacroilíacas),
uno de los síntomas más dominantes es el dolor nocturno en la región lumbar baja.
Pueden producirse lesiones descamativas en las palmas de las manos y las plantas
de los pies.
En el ojo: conjuntivitis, se trata de una simple irritación que dura de uno a tres días o
iritis o uveítis anterior que causa enrojecimiento y dolor en el ojo que empeora
cuando se mira a la luz brillante, que requiere atención médica urgente.
La artritis reactiva muy rara vez afecta a órganos internos como el pulmón, el
corazón o el riñón.
DIAGNÓSTICO FISIOTERAPÉUTICO
Buena disposición
Cambiar y Regular
Actividades mantener la
posición del
cuerpo
e320 Amigos
e325
Conocidos,
compañeros,
colegas,
vecinos y
miembros de
la comunidad
Objetivo general: Aliviar el dolor localizado en dichas zonas, restaurar los arcos de
movilidad al igual que mejorar la estabilidad en pie.
Específico: Mejorar la capacidad, aliviar el dolor y la sintomatología generada por la
artritis reactiva.
Medible: Alcanzar una mejoría del dolor menor de 2 en escala de EVA.
Alcanzable:Realizar una evaluación del estado del paciente, planear su intervención
y evolución en el tiempo y forma alcanzable.
Relevante: Mejorar el estado del paciente para así poder reincorporarse a sus
actividades sin verse afectado en su estado físico y emocional.
Tiempo: Dependiendo la evolución del paciente, no mayor a 2 meses.
Plan de intervención:
Fisioterapia:
Terapia manual: Técnicas de terapia manual como masajes y movilizaciones
articulares para reducir el dolor y mejorar la función articular.
Ejercicios de fortalecimiento: Ejercicios específicos para fortalecer los músculos
que rodean las articulaciones afectadas. Esto ayuda a estabilizar las articulaciones y
reducir la tensión sobre los nervios.
Estiramientos:Los estiramientos suaves pueden ayudar a mejorar la flexibilidad y
reducir la rigidez en las articulaciones afectadas.
Modalidades físicas: Uso de modalidades físicas como calor, frío o electroterapia
para aliviar el dolor y reducir la inflamación.
Corrección en la deambulación y arcos de movilidad
Identificación y la corrección de alteraciones en la movilidad, en la pisada y
desalineaciones o dismetrías.
Movilizaciones pasivas y activas del área para mejorar los rangos de movimiento de
dorsiflexión.
Compresa caliente La aplicación de compresa caliente, puede ayudar a relajar los
músculos y aumentar el flujo sanguíneo a la zona afectada.
Aplicar de 15-20 min.
Etapa Aguda:
En esta etapa, el enfoque principal es reducir el dolor y la inflamación, así como
preservar la función y la movilidad
1. Control del Dolor:
- Modalidades como el uso de hielo para reducir la inflamación y el dolor.
- Utilización de técnicas de posicionamiento para minimizar la presión sobre la zona
afectada.
4. Educación al Paciente:
- Información sobre la importancia del reposo relativo y evitar actividades que
puedan agravar los síntomas.
Etapa Subaguda:
En esta etapa, el dolor y la inflamación pueden estar disminuyendo, y se enfoca en
mejorar la función y la estabilidad.
4. Técnicas de Neurodinámica:
- Ejercicios de neurodinámica para mejorar la movilidad de los nervios y reducir la
irritación.
5. Estabilización y Equilibrio:
- Ejercicios para mejorar la estabilidad y el equilibrio, reduciendo el riesgo de
caídas.
Etapa Crónica:
En esta etapa, el enfoque se centra en el mantenimiento de la función, la prevención
de recaídas y el manejo a largo plazo.
1. Ejercicios de Mantenimiento:
- Continuar con ejercicios de rango de movimiento y fortalecimiento para mantener
la función articular y muscular.
3. Educación en Autogestión:
- Enseñar al paciente estrategias para manejar los síntomas y prevenir recaídas.
4. Seguimiento Regular:
- Programar citas de seguimiento con el fisioterapeuta para evaluar el progreso y
realizar ajustes según sea necesario.
Bibliografía