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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE SANTIAGO, (UTESA)

SISTEMA CORPORATIVO
Facultad de Ciencias de la Salud
Carrera de Medicina

Prevalencia del deterioro cognitivo y su relación con la


depresión, en pacientes Geriátricos del Hospital José María
Cabral y Báez, en el período Septiembre -Diciembre 2017.

Anteproyecto de Grado

AUTORES:
Yeimy Saholy Morel
Mary Leidy Jiménez
Héctor Eduardo Cadet

ASESORA:
Julissa Reyes M.A

CO - ASESOR:
Carlos Manuel Madera Paulino M.A

Santiago de los Caballeros


República Dominicana
Diciembre 2017

1
UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE SANTIAGO, (UTESA)
SISTEMA CORPORATIVO
Facultad de Ciencias de la Salud
Carrera de Medicina

Prevalencia del deterioro cognitivo y su relación con la


depresión, en pacientes Geriátricos del Hospital José María
Cabral y Báez, en el período Septiembre -Diciembre 2017.

Anteproyecto de Grado

AUTORES:
Yeimy Saholy Morel 1-12-0283
Mary Leidy Jiménez 2-12-0899
Héctor Eduardo Cadet 1-12-0039

ASESORA:
Julissa Reyes M.A.

CO - ASESOR:
Carlos Manuel Madera Paulino M.A.

Santiago de los Caballeros


República Dominicana
Diciembre 2017

2
Prevalencia del deterioro cognitivo y su relación con la
depresión en pacientes Geriátricos del Hospital José María
Cabral y Báez, en el período Septiembre -Diciembre 2017.

3
ÍNDICE TEMÁTICO

PAG.

CAPÍTULO I: ASPECTOS INTRODUCTORIOS

1.1 Introducción y Antecedentes ...........................................................................7


1.2 Importancia y Justificación..............................................................................13
1.3 Planteamiento del problema...........................................................................14
1.4 Objetivos.........................................................................................................16
1.4.1 Objetivo general....................................................................................16
1.4.2 Objetivos específicos............................................................................16

CAPÍTULO II: MARCO TEÓRICO

2.1 Concepto de paciente senil............................................................................18


2.1.1 Demencia senil......................................................................................18
2.1.2 Causas de demencia senil.....................................................................20
2.1.3 Prevención de demencia senil...............................................................21
2.1.4 Tipos de demencia senil........................................................................21
2.1.5 Tratamientos de demencia senil............................................................22
2.1.6 Otros datos............................................................................................23
2.1.7 Cambios cognitivos................................................................................24
2.1.8 Fisiopatologías Conductuales................................................................25
2.1.9 Cambios en el estilo de vida de paciente senil.....................................26
2.2 Deterioro cognitivo..........................................................................................27
2.2.1 Cuadro clínico en deterioro cognitivo....................................................27
2.2.2 Evaluación clínica del deterioro cognitivo..............................................30
2.3 Concepto Depresión.......................................................................................31
2.3.1 Antecedentes de la Depresión.............................................................32
2.3.2 Causas de la depresión en paciente senil.............................................37
2.3.3 Biología de la Depresión en paciente senil...........................................38
2.3.4 Etiología................................................................................................39
2.3.5 Depresión en pacientes senil.................................................................39
2.3.6 Trastornos cognitivos asociados a la depresión en paciente senil.......42

BIBLIOGRAFÍA

ANEXOS

4
CAPÍTULO I
ASPECTOS INTRODUCTORIOS

5
1.1 Introducción y Antecedentes

América Latina será la región del mundo que más envejecerá en los
próximos 50 años, debido principalmente a la baja de la natalidad y a una
mejora en la sobrevida, según proyecciones de la Organización Mundial de
la Salud (OMS). Esta situación enfrentará al continente al desafío del
deterioro cognitivo, para el que muchos de los sistemas de salud de esos
países no están aún preparados.

"El deterioro cognitivo es un proceso silencioso y lento que afecta a


personas en una franja de edad de la cual existe la falsa creencia de pensar
'es normal que se olvide'". Según establece la Federación Mundial de
Neurología (WFN-RGD) ,2010.

Si bien algunos olvidos son aceptables con el paso de los años, es


necesario que el individuo, la familia y el profesional de atención primaria
destierren la idea de que las fallas de memoria, la falta de atención, la
dificultad para seguir el hilo de una conversación y otras manifestaciones
similares son sólo consecuencia de los años y no síntomas precoces de
compromiso cerebral.

Una de las principales necesidades de la región, es la educación al


médico de cabecera que muchas veces está desinformado por lo que el
diagnóstico de una persona con deterioro cognitivo se realiza tarde.

6
Es necesario trabajar, combatir y detectar el deterioro cognitivo,
porque la demencia es la expresión máxima de ese deterioro por lo que
tenemos que identificarlo antes de llegar a ese estadío. Se estima que el 7%
de los mayores de 65 años tienen algún grado de demencia, y esa cifra va
aumentando a medida que aumenta la edad.

La edad es el principal factor de riesgo de desarrollo de la


enfermedad, el aumento en la expectativa de vida explica por lo tanto el
aumento de personas afectadas: en el año 1840 la expectativa de vida era
sólo de 45 años; y se espera que para el 2040 sea de 90 años. La educación
médica fue uno de los ejes centrales de la reunión.

Se estima que entre el 30 al 50% de los casos, existe una influencia


genética en el deterioro cognitivo; y los otros factores no genéticos
relacionados con el estilo de vida, se llevan entre el 50 al 70% del deterioro
cognitivo.

Una persona que tiene una 'mala base' genética, con un estilo de vida
adecuado puede hacer que ese deterioro cognitivo que tenía determinado
genéticamente, se manifieste de manera más leve o empiece más tarde. Por
otra parte, personas sin esa base genética pero que no se cuidan pueden
incurrir en un deterioro cognitivo.

7
El 11.7% de los habitantes de la República Dominicana sufre de
demencia, mientras el porcentaje entre las mujeres del país caribeño es más
bajo que el de los hombres, pero por encima del 9%, determinó un estudio
del Grupo de Investigación 10/66 especializado en la materia y que hizo un
sondeo entre 15, 000 personas en 11 países del mundo. Cruz Tejada, M.
(2008).Estudio demencia en dominicanos.

El estudio publicado fue co dirigido por el doctor Martin Prince del


King´s Collage de Londres en colaboración con especialistas de Estados
Unidos y de otras naciones entre las que figuran La India, China, México,
República Dominicana y Cuba.

Sólo el 10% de la investigación se centra en el 66% de pacientes con


demencia que viven en los países de bajos y medianos ingresos", explica el
reporte científico. Sostiene que el estándar de criterios para hacer la
investigación se basó en la tabla DSM-IV para el diagnóstico de demencia y
aclara que la medición es demasiado restrictiva y recuerda que la memoria
no es una característica temprana en algunos subtipos de demencia, ni una
prueba clara de inserción social y profesional. "El deterioro de la mente
puede ser difícil de establecer en países de bajos ingresos", señala el
estudio.

El grupo 10/66 aclara que ha desarrollado sus propios prototipo de


investigación de la demencia sobre la base de una evaluación a las casas de

8
las personas involucradas, entrevistas clínicas, pruebas cognitivas y
entrevistas con familiares y amigos. "Este enfoque puede revelar más leve y
moderados los casos de demencia", explica el estudio.

Dice que utilizando el parámetro DSM-IV las tasas de demencia en


los países en desarrollo varían entre 0.3% en zonas rurales de la India al
6.3% en Cuba. "La prevalencia de demencia en los países de América
Latina es del 80% en relación a los mismos sitios de Europa, en China es la
mitad que en Europa y en la India y América Latina una cuarta parte".

El Grupo 10/66 dijo que el estudio reveló índices más altos de


demencia en países en desarrollo y es más coherente en zonas rurales entre
cada país oscilando en un 5.6% en China a un 11.7% en la República
Dominicana.

Explica el grupo que 847 de los 1,345 de los casos de demencia


identificados, no se registraron con el método DSM-VI y que la validez de
los mismos fue apoyada por los altos niveles de discapacidad asociada a la
demencia.

Según la Organización de las Naciones Unidas en su informe sobre


envejecimiento de la población mundial, entre el 2015 y el 2030 la
población con edad de 60 años o superior tendrá un crecimiento del 56%,

9
pasando de 901 millones a 1.4 billones, calculando que hacia el 2050 la
población global de personas ancianas será más del doble en tamaño que en
el 2015; cerca de 2.1 billones de personas. Organización de las Naciones
Unidas,(2015).

En Latinoamérica y el Caribe en los próximos 15 años la expectativa


de crecimiento de la población de adultos mayores es de un 71%, siendo la
más alta a nivel mundial, seguida por Asia (66%), África (64%), Oceanía
(47%), Norte América (41%) y Europa (23%).

El crecimiento de la población de adultos mayores implica


necesariamente realizar cambios sociales, económicos y políticos y parte de
esos cambios recaen de manera importante en el sistema de salud, algunos
no necesariamente requieren grandes inversiones en tecnología y dinero,
sino un mayor énfasis en la prevención de patologías propias del adulto
mayor y del manejo primario del concepto de anciano sano; en esta
definición se incluyen la supervivencia hasta una edad determinada,
autonomía de las actividades de la vida diaria, bienestar, participación
social, no padecer enfermedades crónicas y no tener alteración funcional o
cognitiva o sólo alteración leve.

Esta revisión se enfoca en la identificación del deterioro cognitivo


como una de las patologías más frecuentes en este grupo de edad con

10
efectos muy importantes desde el punto de vista de calidad de vida del
paciente mayor y desenlace postoperatorio.

De acuerdo con la doctora Alexandra Hichez, médico psiquiatra, la


cifra de pacientes adultos mayores con depresión en República Dominicana
es alarmante. Se estima que más de la mitad de los envejecientes padece
este trastorno. Hichez, A. (2017).

Dijo que ésta prepara el campo para la demencia. Esto, debido a los
cambios estructurales a nivel cerebral que se producen al llegar a la tercera
edad en el ciclo de la vida. “La depresión es un predisponente para la
demencia. Cuando se producen cambios en la estructura cerebral, se altera
el hipocampo, que regula las emociones”.

A pesar de los análisis, no han determinado si la diferencia en la


forma de esta parte del cerebro produce la depresión, o si ésta es la
consecuencia de los trastornos depresivos.

En cuanto a la demencia, no existe un registro acertado. Pues, según


explicó Hichez los familiares de los pacientes no detectan esta enfermedad,
a menos que no esté avanzada y que sus síntomas sean más notorios.
Cuando la demencia empieza a llamarles la atención a los familiares es
porque se trata de una demencia secundaria o ya es una patología. Las

11
personas que han tenido episodios depresivos en etapas anteriores de su
vida, tienen más un 90% de probabilidad de padecer depresión en la vejez y
también demencia. Por esto destaca la importancia de un diagnóstico a
tiempo y tratar esta afección.

Muchas personas con depresión no son diagnosticadas a tiempo


porque “son examinados por todos los especialistas menos por los de salud
mental”. Dijo que por esto más del 79% de los pacientes que tienen todos
los síntomas depresivos no se identifican con la consulta con los doctores.
Cuatro de las diez enfermedades más incapacitantes son neurosiquiátricas.
Sin embargo, las dolencias de este tipo no reciben mucha atención y no hay
inversión económica suficiente para tratar a los pacientes que las padecen.

1.2 Importancia y Justificación

En los últimos 50 años han mejorado los cuidados en salud, lo que ha


dado lugar a un incremento en la esperanza de vida, aumentando
sustancialmente el número de personas mayores de 65 años. Un adulto que
tiene actualmente 60 años vivirá en promedio 21,6 años más. Se espera que
en el año 2.050 existan dos billones de adultos mayores de 60 años en el
mundo. Junto con aumentar los años de vida, aumentarán las enfermedades
asociadas a la edad, siendo el deterioro cognitivo asociado a la depresión
geriátrica uno de ellos, por lo que constituye hoy un tema central de
discusión social y prioridad en salud pública, entre otras patologías.

12
¨El envejecimiento como una realidad innata del ser humano, un
fenómeno que sucede desde el momento de la concepción hasta la muerte,
un fenómeno propio del ciclo vital¨.(Lozano, 2011) Alvarado y Salazar
(2014).

El envejecimiento trae consigo cambios a nivel fisiológico como


biológico, hablamos del peso, talla, visión, audición que son aspectos que
van cambiando en las diferentes etapas de la vida; pero también a nivel
psicológico. Envejecer no es sinónimo de enfermedad o discapacidad, pero
es una etapa de la vida que ha sido cargada de preconceptos sociales que de
alguna manera afectan a las personas mayores. (Lozano, 2011) Alvarado y
Salazar (2014).

Es frecuente que los adultos mayores con patologías médicas


crónicas, deterioro cognitivo o pérdida de funcionalidad, presenten cuadros
depresivos, causando sufrimiento, conflictos familiares y disminución de la
funcionalidad en el paciente, evidenciándose además, un empeoramiento de
las patologías.

En estos y otros aspectos el tema Prevalencia del deterioro cognitivo


y su relación con la depresión en pacientes geriátricos, haya su justicación e
importancia, ya que mediante temas como este es posible llegar a
diagnósticos concretos y una mejor atención de los pacientes geriátricos.

1.3 Planteamiento del problema

13
La presencia de trastornos cognitivos en cuadros depresivos es
frecuente y contribuye a la pérdida de independencia y autonomía de los
pacientes geriátricos. En Latinoamérica un estudio sobre la prevalencia del
deterioro cognitivo realizado en una población mayor de 65 años en la
republica dominicana, se encontró una prevalencia de 3.8 al 6.3%,
dependiendo de los grupos de edad y étnica.

La cognición en términos generales se entiende como el


funcionamiento intelectual que nos permite interactuar con el medio en el
que nos desenvolvemos. Con el envejecimiento se presentan en el cerebro
de forma normal cambios morfológicos, bioquímicos, metabólicos y
circulatorios que dependiendo de la plasticidad cerebral y de la actividad
redundante de muchas funciones cerebrales pueden llevar a presentar
alteraciones cognitivas o continuar su función normal.

Sin embargo, el deterioro cognitivo definido como la pérdida de


funciones cognitivas, depende tanto de factores fisiológicos como
ambientales y está sujeto a una gran variabilidad interindividual, el
mantenimiento de la cognición del paciente mayor está ligado a variables
como las patologías del paciente, el soporte social, el estado anímico y la
presencia de síndromes geriátricos.

La depresión en el anciano constituye un problema de salud. Los


cambios biológicos, psicológicos, económicos y sociales que se observan en
el proceso de envejecimiento, asociados a las numerosas patologías que

14
aparecen en esta etapa de la vida, conllevan a pensar que irremediablemente
los ancianos tengan todas las condiciones creadas para deprimirse. En cada
una de estas etapas antes mencionadas con relación al deterioro cognitivo
asociados a la depresión en pacientes geriátricos, se centra la problemática
de esta investigación, dirigida al logro de los objetivos planteados.

1.4 Objetivos

1.4.1 General

Analizar la Prevalencia del deterioro cognitivo y su relación con la


depresión en pacientes geriátricos del Hospital José María Cabral y Báez,
en el período Septiembre -Diciembre 2017.

1.4.2 Objetivos Específicos


 Determinar las causas más frecuentes que ocasionan el deterioro
cognitivo en pacientes geriátricos.
 Establecer cuáles son los trastornos cognitivos asociados a la
depresión.
 Establecer el nivel de depresión en los pacientes geriátricos
atendidos en consulta.
 Establecer el nivel de deterioro cognitivo de los pacientes geriátricos
atendidos en consulta.
 Relación del nivel de deterioro cognitivo con la depresión en los
pacientes geriátricos atendidos en consulta.

15
 Relación del nivel de deterioro cognitivo con el sexo y la edad en los
pacientes geriátricos atendidos en consulta.
 Relación del nivel de depresión con el sexo y la edad en los
pacientes geriátricos atendidos en consulta.

CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO

16
2.1 Concepto de paciente senil
De acuerdo con criterios DSM-III-R, es un adjetivo que se refiere a la
persona de edad avanzada en la que se advierte decadencia física o mental.
En medicina se refiere generalmente a la pérdida de facultades fisiológicas
o intelectuales derivadas de la edad o del envejecimiento, especialmente la
demencia senil.

Es una condición que afecta a la capacidad del adulto mayor para


razonar y aprender. Con el tiempo la demencia no solo toma los recuerdos
de uno, sino que también altera su personalidad. Al relacionarse con
ancianos que sufren de esta enfermedad dolorosa, la paciencia y una actitud
positiva son imprescindibles para los cercanos, miembros de la familia y el
cuidador. Tener un sentido del humor ayuda.

2.1.1 Demencia senil


Hamilton, I. (2002), establece que el nombre dado en español a un
síndrome que se caracteriza porque el sujeto afectado va perdiendo muchas
de sus capacidades psíquicas, especialmente las cognitivas. El nombre

17
clínico proviene del latín: de, "lejos" + mens (cuyo genitivo es mentis):
"mente"; por su parte, senil es un adjetivo que alude a la senectud o
ancianidad, aunque los actuales estudios médicos evidencian una minoría
de cuadros de demencia senil a edades cronológicas relativamente
tempranas.

La demencia no es exclusiva de los ancianos, aunque se suele


presentar con más frecuencia entre personas de la tercera edad. Solamente
la padece una minoría, pero con la edad aumenta la probabilidad de
desarrollarla: de los 65 a los 90 años aproximadamente, la probabilidad se
duplica cada cinco años.

La demencia se refiere a un conjunto de síntomas adquiridos de tipo


cognitivo (confusión mental, pérdida de memoria, deterioro intelectual,
desorientación, disturbios en lenguaje, anormalidades visuoespaciales, etc.)
y conductual, mas no a una enfermedad en específico, puesto que se puede
deber a múltiples causas.

Asimismo se muestra una declinación a nivel funcional (interrupción


en las actividades diarias de la persona) y se le considera independiente de
alteraciones generadas por alguna condición médica como, por ejemplo, la
infección urinaria, neumonía, deshidratación, tumor cerebral, hipoglucemia,
así como por el consumo de medicamentos y drogas. Se realiza esta
diferenciación, puesto que, en tales casos, los síntomas, que podrían
coincidir, reciben el nombre de delirio, afección que se caracteriza por ser

18
aguda y reversible, a diferencia de la demencia, cuya enfermedad más
común es el alzheimer y multi-infarto.

Por lo tanto, aunque la demencia es un problema grave a cualquier


edad, este se agrava en el caso del adulto mayor por el debilitamiento de su
salud general, así como de sus habilidades intelectuales. Actualmente, el
número de personas mayores va en aumento, por lo que sucede lo mismo
con los casos de demencia senil, produciendo cuadros de ansiedad y
depresión en los cuidadores.
2.1.2 Causas de demencia senil
En términos generales, la demencia suele ocurrir a una edad
avanzada, entendiendo ésta a partir de los 60 años. Por lo que el
envejecimiento supone uno de los factores de riesgo más significativos.

En la mayoría de los casos, la demencia es una enfermedad de


carácter degenerativo y, por lo tanto, irreversible. Por ello, las funciones o
capacidades que se pierdan no podrán volver a ser recuperadas por el
paciente. Como excepción, existen algunas causas de la demencia que, si
son detectadas a tiempo, pueden ser reversibles.

Éstas son, por ejemplo, algunas lesiones cerebrales, tumores en el


cerebro, cambios en los niveles de glucosa, calcio o sodio (en estos casos la
demencia se considera de origen metabólico), o niveles bajos de vitamina
B12 en sangre.

Dentro de las causas que pueden provocar la demencia están:

19
La enfermedad de Huntington: Trastorno en el que determinadas partes del
cerebro se degeneran. Es una enfermedad que se transmite de padres a hijos.

Lesiones cerebrales.
Esclerosis múltiple: Enfermedad auto inmunitaria que afecta al cerebro y a
la médula espinal.

Parkinson: Afección en la que las células que ayudan a controlar el


movimiento y la coordinación se van degenerando. La enfermedad provoca
temblores y dificultad para moverse o andar.

Parálisis supra nuclear progresiva: Trastorno que provoca dificultad en el


movimiento debido a un daño producido en las neuronas. Infecciones como
sida, sífilis o la enfermedad de Lyme. Evalúa tus síntomas

2.1.3 Prevención de demencia senil


La mayoría de las enfermedades de tipo psiquiátrico carecen de
medidas preventivas concretas. En el caso de la demencia, es fundamental
consumir alimentos saludables y practicar ejercicio de forma rutinaria para
mantener el bienestar del organismo.

Además, es importante controlar otro tipo de enfermedades que


pueden suponer factores de riesgo, como la diabetes. Por último, los

20
especialistas recomiendan que el paciente acuda con frecuencia a
controlarse la tensión arterial y que evite fumar en la medida de lo posible.

2.1.4 Tipos de demencia senil


Existen varios tipos de demencia, pero las más comunes son:

Enfermedad de Alzheimer: Es la forma más común de demencia entre las


personas mayores. Suele afectar a las partes del cerebro que se encargan del
pensamiento, la memoria y el lenguaje.

Demencia vascular: Es aquella que se produce después de un problema


grave de carácter cerebrovascular (ictus) a lo largo de un periodo de tiempo
prolongado y es el segundo tipo de demencia más común.

Diagnóstico:Para diagnosticar la demencia, el especialista llevará a


cabo las siguientes pruebas con carácter genérico:

 Un examen físico completo, revisando, sobre todo, el funcionamiento


del sistema nervioso.

 El médico llevará a cabo preguntas acerca de la historia clínica y la


sintomatología.

 Examen de la función mental del paciente para determinar si tiene


alguna capacidad afectada o disminuida.

21
2.1.5 Tratamientos de demencia senil

Para tratar la enfermedad, es preciso conocer cuáles son los factores


causantes e intentar erradicarlos o controlar sus síntomas.
En algunas ocasiones, los medicamentos para tratar la demencia
pueden empeorar la situación del paciente, por lo que se pueden llevar a
cabo suspensión o cambios de los mismos.

En general, pueden tratarse los daños colaterales que se produzcan


(anemia, infecciones o trastornos nutricionales), o disminuir el ritmo al cual
empeoran los síntomas a través de fármacos, pero en el segundo caso, los
cambios suelen ser imperceptibles.

Por último, se puede iniciar una terapia para ayudar en el


comportamiento del paciente, su pérdida de juicio o las confusiones que
padece. Una persona con esta enfermedad requerirá de apoyo en el hogar, el
cual deberá aumentar a medida que la patología empeora.

2.1.6 Otros datos


Es posible que un paciente sufra un deterioro cognitivo leve pero que
no llegue a padecer ningún tipo de demencia.

Pero en los casos en los que sí se padece, esta enfermedad reduce


considerablemente la calidad de vida y las expectativas de la misma.

22
En estas circunstancias, los familiares de los pacientes suelen
aumentar la atención de las personas con este trastorno junto con el apoyo
de las asociaciones que se dedican a la causa.

2.1.7 Cambios cognitivos


La demencia senil incluye el deterioro de funciones cognitivas. Una
de las funciones más sensibles y, por tanto, una de las más afectadas es la
memoria. La capacidad para almacenar nueva información se reduce en los
pacientes que sufren de demencia senil (amnesia anterógrada) y, al mismo
tiempo, puede haber pérdida de las memorias que previamente se habían
formado (amnesia retrógrada).

Asimismo, los pacientes pueden presentar dificultades en el


reconocimiento de caras o reconocimiento de lugares destacados. Otra
función cognitiva que afecta al paciente con demencia senil es la dificultad
para producir y comprender el lenguaje. Este problema se puede manifestar
cuando haya una incapacidad de nombrar a personas u objetos, lo que
pueden impedir una buena interacción y relación con las personas de su
entorno.

En ciertos casos, se puede llegar a perder el contenido semántico al


momento de hablar. Otras funciones cognitivas también pueden verse

23
perturbadas por la enfermedad. Estas funciones incluyen la habilidad para
abstraer, organizar, anticipar, iniciar y controlar conductas complejas. El
declive en estos procesos cognitivos impide la inhibición de respuestas para
el paso de una actividad a otra y para realizar diferentes actividades al
mismo tiempo.

2.1.8 Fisiopatologías Conductuales


Los cambios en la conducta pueden darse en cualquier momento de la
enfermedad. Su intensidad y frecuencia no es necesariamente progresiva y
no aparecen en todos los casos de demencia senil. Los más recurrentes son
la deambulación errática, agitación-agresividad, reacciones catastróficas,
desinhibición, quejas, negativismo, intrusividad y trastornos del
comportamiento alimentario y sexual.

 Deambulación errática: el paciente camina sin un rumbo en


particular, se puede presentar en cualquier momento y se relaciona
con la desorientación. En este sentido, se recomienda mantener el
entorno del paciente iluminado y sin obstáculos que pudieran
provocar accidentes.
 Desinhibición: consiste en la emisión de agresiones verbales,
acciones impulsivas y pérdida de vergüenza. Por ejemplo, si el
paciente siente excesivo calor, es capaz de desnudarse por completo.
Ante estas situaciones, se recomienda al cuidador actuar con calma y
paciencia, y no ponerse nerviosos ante ninguna circunstancia.

24
 Fenómeno del Sundown: también conocido como empeoramiento al
anochecer. Existen varias causas por las que el comportamiento del
paciente puede alterarse negativamente al llegar la noche, ya sea el
ruido, la disminución de la luz o la gente. La Asociación de
familiares de enfermo de Alzheimer (AFATE) recomienda identificar
la causa de la alteración, además de acompañar al paciente
permanentemente y evitar los conflictos a dicha hora.

Los cambios conductuales pueden afectar la vida diaria del paciente,


dichos cambios requieren de un ambiente apropiado para facilitar la
adaptación del paciente.

2.1.9 Cambios en el estilo de vida de paciente senil

Organización de las tareas del hogar y modificación del ambiente. La


literatura recomienda que cada familiar del paciente posea tareas específicas
a realizar, para que, de ese modo, exista una organización y que se sepa
quién y en qué momento se cuidará de la persona.

Esta organización de las tareas también puede incluir al paciente,


siempre y cuando este esté en la capacidad de realizarlas. Para ello, se
necesita que las actividades se descompongan en una serie de pasos, lo que
ayudará a que las tareas del hogar sean más sencillas y amenas para la
persona en cuestión.

25
Si el paciente puede realizar la actividad parcialmente, también es de
gran importancia que haya alguien que realice los pasos que él no pueda
para que, de esa manera, sienta que es ayuda para las actividades que se
realizan.

Además, los horarios estructurados con los hábitos diarios del


paciente y la constante explicación de los mismos permiten que la persona
no se desoriente y pueda llegar a adquirir la sensación de seguridad. En
cuanto al ambiente, el centro Family Caregiver Alliance (FCA) menciona
que el espacio debe estar. Además, el ambiente incluye a las personas que
están a su alrededor, pues es de gran importancia que exista una interacción
entre estos últimos y el paciente, para que este no se sienta solo.

La actitud de cada miembro es importante, así como su lenguaje


corporal, ya que- en muchos casos- serán estos los que comunicarán las
ideas y sentimientos con mayor fuerza que las palabras. Por tanto, se debe
crear un ambiente positivo, tanto en lo físico, como en la interacción con
otros y de ese modo, ayudar a que la persona se ocupe de actividades que
impidan el avance inmediato de la enfermedad

2.2 Deterioro cognitivo

Se define DC al deterioro cognitivo que supera lo normalmente


esperable para la edad, pero que no cumple con criterios de demencia, pues

26
la funcionalidad está preservada. Se ha propuesto varios criterios, pero los
del International Working Group on Mild Cognitive Impairment,
publicados en 2001, son los más utilizados.

2.2.1 Cuadro clínico en deterioro cognitivo

Los pacientes con DC manifiestan principalmente deterioro de


memoria, sobre todo memoria episódica; siendo conscientes de sus
deficiencias, a diferencia de lo que ocurre en EA, en que la conciencia de
sus déficits está comprometida.

Estudios prospectivos y retrospectivos han demostrado que el


compromiso en memoria episódica es predictivo de EA en los próximos 1 a
7 años de la evaluación inicial. Ello parece indicar que los primeros
cambios patológicos en EA se producen en el LTM, área crítica para
memoria episódica, y consistente con la teoría de la consolidación de la
memoria, la cual plantea que el LTM se encarga de la codificación y
recuerdo de eventos recientes; mientras que, la memoria semántica se
consolida en los circuitos neocorticales, motivo por el cual se ve afectada
después, en los estadios iniciales de EA.

Otras molestias cognitivas, como trastornos del lenguaje (dificultad


para encontrar la palabra deseada), de atención (dificultad para seguir o
centrarse en una conversación), y de habilidades viso-espaciales

27
(desorientación en entornos familiares) podrían configurar un DCL-mult,
teniendo alta sensibilidad para predecir EA y DV.

La memoria no es la única función cognitiva afectada en los estadios


pre-demencia de la EA, pues el compromiso de múltiples dominios
caracteriza a la EA varios años antes del diagnóstico clínico.

Los pacientes con DC presentan frecuentemente síntomas


psicológicos y conductuales (SPC), que incluyen alteraciones en conducta,
afecto y síntomas psicóticos. La presencia de SPC favorece la progresión
del DCL a EA, disminuye la calidad de vida, exacerba las alteraciones
funcionales, aumenta el desgaste del cuidador y acelera la
institucionalización (117).

Los pacientes con depresión simulan un cuadro clínico de DCL-


mult; asimismo, las deficiencias cognitivas pueden persistir luego del
tratamiento de la depresión; estudios longitudinales han encontrado que el
humor depresivo es un factor de riesgo para desarrollar EA.

En un ensayo clínico con 1 010 pacientes con DC, el 59% presentó


síntomas conductuales, y la depresión fue el más prevalente, seguido por
irritabilidad, ansiedad, agresión y apatía; asimismo, se observó un mayor

28
deterioro cognitivo estadísticamente significativo en aquellos que
presentaron SPC respecto a quienes no los presentaron.

Contradictoriamente, se ha observado que el deterioro cognitivo basal


se asocia con un incremento de la sintomatología depresiva durante los
cuatro años de seguimiento, aunque la depresión basal no se asoció con una
aceleración del deterioro cognitivo. Mediante el análisis de los criterios
diagnósticos para DCL utilizados en seis ensayos clínicos se encontró que
la exclusión de los pacientes con depresión reduciría significativamente la
sensibilidad diagnóstica para los casos de DCL que desarrollarán EA.

2.2.2 Evaluación clínica del deterioro cognitivo

Es importante considerar que el déficit sensorial (pérdida de agudeza


visual o auditiva) y los déficit motores coexistentes en esta población
pueden dificultar el diagnóstico de DC. La evaluación de pacientes con DC
se orienta a descartar condiciones médicas tratables y determinar el estado
basal, para el seguimiento.

En términos generales, la evaluación del paciente con DC es similar a


los pacientes con sospecha de demencia, incluyendo estudios de
neuroimágenes cerebrales y pruebas de sangre, para evaluar deficiencia de
vitamina B12, ácido fólico e hipotiroidismo, determinar el nivel de enzimas
hepáticas, función renal y hemograma completo; es necesario descartar
depresión y evaluar medicamentos habituales, como antiespasmódicos,
opioides, relajantes musculares, antihistamínicos, biperideno,

29
trihexifenidilo, antidepresivos, antipsicóticos, antieméticos, ansiolíticos,
antiarrítmicos y antiepilépticos, pues podrían disminuir el rendimiento
cognitivo.

La evaluación neuropsicológica a cargo de un profesional con


experiencia en su realización es la única prueba que permite confirmar el
diagnóstico de DC o descartarlo.

No existe consenso para una evaluación inicial de individuos con


sospecha de DC, pero se ha encontrado que las pruebas de cribado son
útiles, pero no sustituyen la evaluación neuropsicológica. Una vez que el
paciente cumple con criterios para DC y se establece el diagnóstico, se
recomienda una evaluación neuropsicológica anual para el seguimiento
cognitivo y funcional, aumentando la probabilidad de demencia si se
evidencia declinación cognitiva, pero disminuyendo el riesgo en caso
contrario.

No hay criterios homogéneos para el diagnóstico de DC mediante


aplicación de pruebas neuropsicológicas. Se ha sugerido un umbral de 1,5
DE para la valoración del deterioro de memoria en las pruebas respectivas
de la evaluación neuropsicológica.

2.3 Concepto Depresión

30
De La Garza (2004) afirma que la depresión “es una enfermedad
caracterizada por un estado de ánimo triste, con pérdida de interés o
capacidad para sentir placer por situaciones que antes lo producían, pérdida
de confianza en sí mismo y un sentimiento de inutilidad” (pág. 7).

El trastorno depresivo es una enfermedad que afecta al organismo,


estado de ánimo y manera de pensar y concebir la realidad. Asimismo,
altera el ciclo normal de sueño-vigilia y la alimentación, así como el sentido
de auto valía y autoestima. La depresión afecta a cada persona de una
manera distinta en cuanto a la severidad, intensidad y duración de la
sintomatología (Asociación Psiquiátrica Americana, 2003).

La depresión es uno de los problemas psicológicos más frecuentes en


la historia de la humanidad. La Organización Mundial de la Salud estima
que “340 millones de personas en la actualidad sufren de algún tipo de
depresión clínica, y que la depresión se convertirá en la causa principal de
inhabilidad y la segunda causa contribuyente a la carga mundial de
enfermedad en el año 2020”. (OMS, 2001).

2.3.1 Antecedentes de la Depresión

En la Antigüedad Clásica, la depresión aparece descrita en numerosos


escritos y tratados médicos de la Antigüedad; aunque es la cultura griega
clásica la primera en abordar explícitamente este trastorno del ánimo, en el

31
que su modelo médico se fundaba en las variaciones hereditarias, cuya
influencia determinaba la aparición de las diferentes enfermedades. El
predominio o desequilibrio de un humor sobre los otros humores podía
explicar un temperamento, y la aparición de diferentes enfermedades. El
primer médico en describir clínicamente la melancolía o depresión es
Hipócrates; él afirmaba que los temperamentos posibles eran el sanguíneo,
el colérico, el melancólico y el flemático.

El temperamento (temperamentum, medida) viene a ser la


peculiaridad e intensidad individual de los afectos psíquicos y de la
estructura dominante de humor y motivación; es la manera individual de
reaccionar a los estímulos ambientales. Aquellos con mucha flema, eran
denominados flemáticos (equilibrados), aquellos con mucha bilis eran
coléricos (irascibles, violentos, rápidos, muy activos, prácticos en sus
decisiones, autosuficientes y sobre todo independientes, muy determinados,
y se enojan con facilidad), aquellos con un exceso de sangre se
consideraban sanguíneos (emocionales), que provocaba comportamientos
hiperactivos (maniacos, en la terminología actual), mientras que el exceso
de bilis negra se denominaban melancólicos, que provocaba un
comportamiento abatido, apático y un manifiesto sentimiento de tristeza, es
sensible, aunque poco reactivo; tiende al pesimismo y la pasividad. Según
Hipócrates, si el miedo y la tristeza se prolongan, es melancolía.

32
Durante la Edad Media se gestan muchos de los simbolismos actuales
sobre la depresión, como la relación entre Saturno y la melancolía. Debido a
su posición orbital que es más lejana que Júpiter, los antiguos romanos
otorgaron el nombre del padre de Júpiter al planeta Saturno. Saturno
(Crono) es capaz de otorgar poder y riqueza, pero sólo a cambio de la
felicidad. Este mito será desarrollado siglos después por Sigmund Freud, el
padre del psicoanálisis.

La medicina Árabe Medieval: produce una relación sincrética y muy


productiva Ishaq Ibn Imran, en el siglo X, en Bagdad describe en su Maqâla
fî âl-Malîhûliyâ (Tratado de la melancolía, única obra árabe dedicada
exclusivamente a este trastorno) que en estos pacientes melancólicos hay
sentimientos de angustia y soledad debidos a una idea irreal. Incluye
algunos síntomas somáticos como la pérdida de peso y sueño. La
melancolía puede surgir por motivos como el miedo, el tedio o la ira.
Distingue, entonces, entre tristeza, ansiedad, angustia, trastornos
psicosomáticos y somato psíquicos y propone tratamientos ambientales
(una incipiente propuesta de psicoterapia) y farmacéuticos.

Europa Occidental: Constantino el Africano, representante de la


Escuela Médica Salernitana, traduce la obra de Ishaq Ibn Imran en el siglo
XI, y asume que la melancolía puede aquejar al espíritu más que otras
enfermedades somáticas. La definición de la tristeza es (anticipando
posteriores interpretaciones psicoanalíticas) la pérdida del objeto amado.

33
"Cuando los efluvios de la bilis negra, suben al cerebro y al lugar de la
mente, oscurecen su luz, la perturban y sumergen, impidiéndole que
comprenda lo que solía comprender, y que es menester que comprenda.

A partir de lo cual la desconfianza se vuelve tan mala que se imagina


lo que no debe ser imaginado y hace temer al corazón cosas temibles. Todo
el cuerpo es afectado por estas pasiones, pues necesariamente el cuerpo
sigue al alma (El cuerpo sigue al alma en sus acciones y el alma sigue al
cuerpo en sus accidentes). Por consiguiente se padece vigilia, malicia,
demacración, alteración de las virtudes naturales, que no se comportan
según lo que solían, mientras estaban sanas". En la segunda parte de la
traducción de Constantino se enumeran algunas pócimas y jarabes útiles
frente a los diferentes tipos de melancolía. Desde una perspectiva religiosa a
la melancolía se la categorizó como "demonio", entendido como tentación o
pecado, pasando a denominarse asedia o apátheia (desidia, apatía).

En la Época del Renacimiento en el siglo XIV, se origina en la


península Itálica (especialmente en Florencia, Roma y Venecia en la que
despunta el período humanista). La figura más importante del Renacimiento
en relación con la melancolía fue Robert Burton (1577-1640), quien dedicó
casi toda una vida a redactar su Anatomía de la Melancolía (publicada en
1621), que es un largo ensayo médico y filosófico en el que resume todos
los conocimientos habidos hasta esa fecha sobre el tema. En sus tres tomos
se ofrece una concepción multifactorial de la depresión, según la cual la

34
enfermedad no tiene una única causa, sino que puede tener varias causas:
desde el amor a la religión, pasando por la política, la influencia de las
estrellas o el simple aburrimiento.

Edad moderna La transformación de la sociedad a partir del siglo


XVII determinaron una ruptura con las teorías clásicas sobre la melancolía.
Thomas Willis (1621-1675) será el primer médico en rechazar activamente
la teoría de los cuatro humores y, al hilo de la corriente imperante en su
época, atribuirá a procesos químicos del cerebro y del corazón las causas de
esta enfermedad. Menciona cuatro tipos de melancolía, de acuerdo a su
propio origen: La debida a una alteración en el cerebro, la originada por una
mala función del bazo, una tercera que tiene origen y efecto en todo el
cuerpo, y una última clase de melancolía "histérica", cuyo origen se
encontraría en el útero.

Es considerado el pionero de la neuroanatomía, y sus trabajos en el


campo de la depresión lo llevaron a publicar en 1672 un tratado sobre el
tema, en el que mantiene la base del miedo y de la tristeza en cuanto a
sintomatología, pero en el que introduce por primera vez el concepto de
afectación de la conciencia frente a la afectación de la conducta, lo que dará
origen a los conceptos de locura parcial y locura general desarrollados poco
después por John Locke, 10 el más notable de sus discípulos.

35
Los siglos XIX y XX. En 1808 hacia el siglo XIX, el término
depresión va ganando terreno y se usa junto al de melancolía para designar
a la enfermedad; mientras tanto, este último término siguió conservando su
uso popular y literario. Wilhem Griesinger empleó por primera vez el
término estados de depresión mental como sinónimo de melancolía.

Emil Kraepelin la designa como locura depresiva en una de sus


clasificaciones, sin abandonar el término melancolía para nombrar la
enfermedad, y manteniendo depresión para referirse a un estado de ánimo;
él afirmaba que las melancolías eran formas de depresión mental, siendo
ésta, una expresión que se le atribuye.

2.3.2 Causas de la depresión en paciente senil


Tomando en cuenta que el hombre es una unidad biopsicosocial, la
etiología de la depresión obedece también a la influencia de múltiples
factores, entre los que merecen mencionar como causas: factores genéticos,
psicológicos, ecológicos y sociales (Calderón, 2001; pág. 29).

La causa genética se refiere a las predisposiciones biogénicas de la


persona, como herencia o portador vulnerable para padecer de trastornos del
estado de ánimo o depresión, entre ellas, la psicosis maníaco depresivo.
Una evidencia del factor genético como posible causa de la depresión, son
los estudios realizados con gemelos idénticos, donde se demuestra que
existe un 50% de probabilidad como factor predisponente para desarrollar

36
depresión, cuando uno de ellos sufre de ese mal, lo que no sucede cuando se
trata de gemelos no idénticos (De La Garza, 2004).

Las causas psicológicas de la depresión, son los factores


determinantes que están relacionados con las experiencias o vivencias
traumáticas en la vida de la persona, llámese violaciones, frustraciones,
desvalorizaciones, críticas, etc. En tanto que las causas ecológicas de la
depresión, está relacionado con la modificación de su hábitat o ecosistema,
ya sea por contaminación ambiental o el desorden climático, problemas de
tránsito, ruido molesto, entre otros.

Las causas sociales de la depresión, está relacionado con la


desintegración de la familia, migraciones que causan desadaptaciones,
incremento de la violencia y de la delincuencia, falta de vínculos con los
vecinos, sentirse marginado por los demás, el ser criticado, etc. Son
problemas desencadenantes de la depresión (Calderón, 2001).

2.3.3 Biología de la Depresión en paciente senil


Los trastornos Depresivos interfieren significativamente en la
Bioquímica del Cerebro identificando que las personas con depresión grave
típicamente presentan desequilibrios de ciertas substancias químicas en el
cerebro, conocidas como neurotransmisores; los patrones del sueño se
encuentran alterados por la bioquímica del organismo ya que generalmente

37
son diferentes en personas que presentan depresión. Algunas hormonas
pueden alterar el estado de ánimo, estabilizándoles con ciertos
medicamentos.

Hasta la actualidad no se conoce si el desequilibrio bioquímico de la


depresión tiene un origen genético o es producido por estrés, por un trauma
o por una enfermedad física u otro factor ambiental.

El cerebro es un órgano que posee una estructura extremadamente


complejo es por ello que los investigadores no han establecido aún con
certeza que es lo que se altera en el cerebro que es lo que causa la
depresión.
2.3.4 Etiología
El origen de la depresión es complejo, ya que en su aparición
influyen factores psicológicos, genéticos, biológicos (Trastornos
bioquímicos a nivel del sistema límbico que desregula varios sistemas del
NT), y sociales (aprendizajes, condicionamientos educación). Después del
episodio inicial, otros episodios depresivos casi siempre son
desencadenados por un estrés leve, e incluso pueden ocurrir sin que haya
una situación de estrés.

2.3.5 Depresión en pacientes senil

38
La depresión geriátrica está descrita en el Manual Diagnóstico y
Estadístico de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM-IV) y en la
Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD-10 como un síndrome
depresivo que se presenta en personas mayores de 65 años. Es frecuente que
los adultos mayores con patologías médicas crónicas, deterioro cognitivo o
pérdida de funcionalidad, presenten cuadros depresivos, causando
sufrimiento, conflictos familiares y disminución de la funcionalidad en el
paciente, evidenciándose además, un empeoramiento de las patologías de
base.

Es importante destacar la existencia de heterogeneidad y amplitud de


los síntomas relacionados con la depresión, tanto a nivel anímico, cognitivo
como somático, lo que hace que exista discrepancia respecto de las
características distintivas de la depresión en el adulto mayor; sin embargo,
existe consenso respecto a diferenciar la depresión de inicio temprano con
la depresión de inicio tardío, cuyo primer episodio depresivo ocurre después
de los 60 años.

En la depresión de inicio tardío, existe menor frecuencia de


antecedentes familiares psiquiátricos, alteraciones de la personalidad y
mayor presencia de síntomas psicóticos (alucinaciones o ideas delirantes),
que motivarían el diagnóstico de depresión psicótica. Además, existe mayor
asociación con factores de riesgo cardiovascular, motivando el diagnóstico
de depresión vascular y presencia de comorbilidad con otras enfermedades

39
médicas (cáncer, dolor crónico, insuficiencia renal crónica, enfermedades
del sistema nervioso, infarto agudo al miocardio, entre otras).

Es relevante mencionar que los adultos mayores con depresión,


presentan frecuentemente polifarmacia, debido tanto a comorbilidades y
automedicación, como a mantención de tratamientos no necesarios, lo que
puede inducir, potenciar o interferir con el tratamiento del cuadro
depresivo.
Otro elemento particular de la depresión geriátrica es la presencia de
síntomas cognitivos, aunque se debe destacar que no todo paciente adulto
mayor con depresión presenta alteraciones cognitivas.

Se puede distinguir de esta forma, la depresión sin alteración


cognitiva, la depresión con síntomas cognitivos asociados
(pseudodemencia) presumiblemente reversible posterior al tratamiento, la
depresión con alteraciones cognitivas concomitantes y la depresión con
disfunción ejecutiva, siendo esta última altamente resistente al tratamiento
farmacológico.

Como última distinción con la depresión a edades más tempranas, la


depresión en el anciano se asocia con una mayor tendencia a la cronicidad
y/o respuesta incompleta o tardía a fármacos con un alto riesgo de recaídas
y/o de evolucionar a demencia. No existe una clasificación específica para

40
los cuadros depresivos en el anciano, por lo que se han de utilizar las
construidas para la edad adulta, DSM-IV y CIE-10.

Aunque numerosos pacientes no cumplen los criterios establecidos en


estos manuales de clasificación, el criterio clínico del especialista
constituye un elemento fundamental en el diagnóstico de la depresión
subclínica, por cuanto es frecuente que estos cuadros afecten
significativamente tanto en la funcionalidad y cognición como en el curso
de las enfermedades de base, haciendo necesaria su consideración y
tratamiento.

Dichas clasificaciones incluyen la depresión mayor, depresión menor,


trastorno distímico y trastorno adaptativo. Autores sostienen y enfatizan la
importancia de la existencia de la depresión subsindrómica, que además de
la alta frecuencia en el anciano, tienen un riesgo alto de convertir a
depresión mayor y se asocia a morbilidad, discapacidad y mayor
mortalidad. Más del 50% de los pacientes con formas leves de depresión
continúan deprimidos al año.

2.3.6 Trastornos cognitivos asociados a la depresión en paciente senil


La presencia de trastornos cognitivos en cuadros depresivos es
frecuente y contribuye a la pérdida de independencia y autonomía de los
pacientes. La entidad de deterioro cognitivo leve (DCL), se halla presente

41
en más del 60% de los pacientes con depresión geriátrica. Investigadores
compararon sujetos depresivos sin alteraciones cognitivas con pacientes con
deterioro cognitivo leve y moderado, encontrando similitudes en los
patrones neuropsicológicos y de EEG entre los grupos, constituyéndose en
una herramienta que discrimina entre estas presentaciones clínicas con una
sensibilidad del 88% y una especificidad del 81%.

Entre 30 y 40% de los pacientes con enfermedad de Alzheimer


presentan síntomas depresivos o psicóticos. En la Encuesta Nacional de
Salud (2003) se encontró en el grupo 60-69 años una prevalencia de
deterioro cognitivo del 6,3% (hombres: 6,9; mujeres:(5,7). En el grupo 70-
79 años, una prevalencia total de 18% (hombres: 19,5; mujeres: 16,9). En el
caso de los mayores de 80 años, la prevalencia ascendió a 43% (hombre:
42,1; mujeres: 43,5).

Si evaluamos las detecciones de las alteraciones cognitivas se hace


necesario que cada paciente adulto mayor que acuda a algún sistema de
salud, ya sea público o privado y en cualquiera de los tres niveles de
atención, primaria, secundaria o terciaria, se le realice una evaluación
cognitiva de screening, con el fin de detectar en forma precoz
sintomatología depresiva y/o cognitiva para su consecuente tratamiento.

En caso de detectar alteraciones depresivas y/o cognitivas, lo


pertinente es derivar a servicios especializados (geriatría, neurología,

42
psiquiatría y psicología); sin embargo, de no ser posible, es perentorio tratar
tanto con intervenciones farmacológicas como no farmacológicas
(intervención psicoterapéuticas y rehabilitadoras, entre otras), con la
finalidad además de tratar la sintomatología directamente detectable,
prevenir recaídas, deterioro cognitivo y funcional y cuadros discapacitantes.

Una de las principales dificultades para la detección de los trastornos


depresivos, es que generalmente las personas consultan por otros síntomas
como dolores difusos, trastornos del sueño, cansancio, trastornos de la
memoria, entre otros, lo que aumenta el riesgo de ser subdiagnosticados por
los profesionales de la salud. De ahí la importancia de profundizar y
precisar el diagnóstico para su correcto y oportuno tratamiento.

43
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ANEXOS

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