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El Latín en El Contexto de Las Lenguas Indoeuropeas. Alfabetos Griego Y Latino. Tendencia Fonológica Del Alfabeto Latino

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EL LATÍN EN EL CONTEXTO DE LAS LENGUAS

INDOEUROPEAS. ALFABETOS GRIEGO Y LATINO.


TENDENCIA FONOLÓGICA DEL ALFABETO LATINO.

1. Introducción.
En el siguiente tema vamos a comenzar ubicando la lengua latina dentro del
contexto de las lenguas indoeuropeas para después realizar un estudio del origen de su
alfabeto y su relación con el alfabeto griego.

Los contenidos de este tema concuerdan con los establecidos por el RD 1105/2014
para latín de 4º de ESO y 1º de Bachillerato, en el bloque 1 (relación del latín con el IE),
el bloque 2 (conocimiento del alfabeto y trascripción de términos) y el bloque 7
dedicado al léxico, tanto en latín I como II, los conocimientos de transcripción y
transliteración serán igualmente de gran utilidad.

2. El latín entre las lenguas IE.

2.1 El indoeuropeo.

Llamamos ‘’indoeuropeas’’ a un amplio grupo de lenguas europeas y asiáticas


atestiguadas en diversas épocas y derivadas de un origen común. De la lengua IE no
tenemos testimonios directos, sino que lo que sabemos de ella deriva de los datos que
nos suministran las lenguas que proceden de ella. Se trata, pues, de una protolengua, el
antecedente desaparecido de un grupo de lenguas existentes.

El idioma común ancestral es denominado protoindoeuropeo y no hay acuerdo


sobre su ubicación geográfica en esa época, siendo Armenia y el área ucraniana al norte
o noreste del Mar Negro los candidatos más aceptados.

Durante mucho tiempo se ha atribuido a Sir William Jones la paternidad de la


existencia de una lengua común, al percibir similitudes entre cuatro de los idiomas mas
conocidos en su tiempo: el sánscrito, el griego, el latín y el persa. Sin embargo, estudios
más recientes atribuyen a Laurent-Cordoux el primer planteamiento de la idea. Por otro
lado, Franz Bopp apoyó esta teoría al comparar sistemáticamente estas lenguas con
otras lenguas. Desde el S.XIX, los estudiosos llamaron a esta familia lenguas
indogermánicas, pero cuando se hizo evidente que la conexión es pertinente a la
mayoría de los idiomas de Europa, la denominación cambió a indoeuropeo.

Se distinguen diversas subfamilias:

 Albanesa
 Báltica
 Eslava
 Celta
 Germánica
 Griega
 Armenia
 Indoirania
 Itálica
 Anatolia
 Tocaria

Así pues, el IE es una lengua reconstruida y datada ca. 3000 a.C., en general, las
lenguas IE muestran una pérdida progresiva de la flexión. Por lo que se sabe, el PIE fue
una lengua muy flexiva, como lo demuestran el sánscrito, el griego y el avéstico. En
gran parte, la pérdida de los elementos flexivos ha sido el resultado de un largo proceso
que ha conducido a la pérdida de las sílabas finales de las palabras, además, en otras
lenguas ha tenido lugar el desarrollo de nuevos procedimientos gramaticales y han
ocurrido numerosos cambios de significado en palabras concretas.

2.2 Clasificación de las lenguas IE

El autor alemán A. Schlaicher propuso en 1868 su teoría del árbol genealógico,


según la cual, las semejanzas observables entre las lenguas IE se deben a que todas
remontan a un antepasado común, el IE, que se fragmentó en dos ramas dialectales: la
rama eslavo-germánica y la rama ario-greco-italo-celta, de las que más tarde surgieron
varias ramificaciones. Otros partidarios de esta teoría establecieron una clasificación
diferente: las lenguas satem y las lenguas centum, que recibieron esos nombres según
patalizara o no el fonema PIE [*k]

La rama oriental, satem:

 Lenguas bálticas
 Lenguas eslavas
 Albanés
 Tracio
 Frigio
 Armenio
 Lenguas indo-iranias
 Lenguas anatolias

La rama occidental, centum:


 Lenguas germanas: gótico, alemán, inglés…
 Venético
 -Ilirio
 -Lenguas celtas
 Itálico
 Lenguas griegas: jónico, ático, eolio-beocio, dórico, arcadio-chipriota

2.3 Las lenguas itálicas y el latín

La denominación de itálico es algo confusa, ya que la Italia antigua era una


verdadera amalgama de lenguas, muchas de ellas no emparentadas con las que
llamamos convencionalmente ‘’itálicas’’, como el véneto y el mesapio, el céltico
hablado en el valle del Po o el griego en la Magna Grecia, el etrusco… Lo que
llamamos en la investigación IE ‘’lenguas itálicas’’ son un grupo de lenguas con
considerables afinidades entre sí, principalmente el latín, el osco y el umbro.

El latín era el habla del Lacio, convertida en lengua de cultura y civilización y


llevada luego con la expansión del Imperio Romano a una zona progresivamente mayor,
romanizada lingüística y culturalmente.

2.4. Periodos en la historia de la lingua latina.

La historia del latín comienza en el s. VIII a.C y llega, por lo menos, hasta la
Edad Media. Se pueden distinguir varios periodos: arcaico, clásico, postclásico, tardío,
medieval y renacentista.
Llamamos latín arcaico al de los textos hasta el s. II a.C (Plauto, Terencio) y
latín clásico al de los documentos del s. I a.C. en adelante (Cicerón, César, Tito Livio,
Virgilio, Horacio, Catulo, Ovidio…) En los siglos siguientes se va produciendo una
separación cada vez más profunda entre la norma literaria y la lengua popular
(postclásico) (sermo vulgaris), mientras la primera se mantuvo de una forma un tanto
fosilizada y conoció una continuación cuando se utilizó como lengua de la Iglesia y de
la cultura europea (tardío, medieval y renacentista, con Petrarca) la segunda tuvo una
descendencia muy rica dando lugar, tras la caída del Imperio Romano, a las lenguas
romances. Igualmente, la lengua latina sobrevive en escritores científicos hasta bien
entrado el s. XVIII con Descartes, Newton, Spinoza…

2.5 Influencias en la lengua latina.

La lengua original de los grupos latinos cuando se instalaron en la península


itálica se vio influida por el contacto con hablantes de otros grupos, tanto IE (oscos,
umbros, griegos, celtas) como no IE (etruscos) Se suelen distinguir tres tipos de
influencia sociolingüística:

- Influencia substrato: debida a hablantes que fueron asimilados y cuyas lenguas habrían
ocupado la región antes de la difusión de la lengua latina en ellas.

- Influencia adstrato: debida al contacto con otros pueblos que convivieron con los
latinos, sin dominarlos ni depender de ellos (osco, umbro, griego)

- Influencia superestrato: debida a pueblos que temporalmente sometieron a los latinos


(etruscos)

3. Alfabetos griego y latino.

3.1 Alfabeto griego.

Con anterioridad al arcontado de Euclides (403-402), fecha de la introducción oficial


del alfabeto jonio en Atenas y en el resto de los territorios de Grecia, encontramos
notables diferencias locales en la escritura alfabética. Estos alfabetos epicóricos han
sido nombrados abreviadamente según la coloración del mapa creado por Kirchhoff:

- Alfabeto verde: alfabetos arcaicos de Tera, Melos y Creta, donde los fonemas ph, kh,
ps, ks, se escribían con las grafías analíticas.
- Alfabeto azul: alfabetos orientales de Asia Menor, islas del Egeo, Ática, Mégara y
Corinto, los fonemas ph = f; kh = X; ps = Y; ks = C

- Alfabeto rojo: alfabetos occidentales del resto de Grecia continental, Eubea y Rodas,
donde los fonemas ph = F; kh = Y; ks = X; ps = Ps, Fs, no tienen el signo C.

Al principio de la época alfabética, el fonema w subsistía en todos los dialectos,


menos en jónico-ático y los dorios orientales de Tera, Cirene, Cos y Rodas, como la
grafía fenicia (el alfabeto griego procede de los fenicios) Y notaba la u vocálica, para la
consonántica usaban la digamma (F); del mismo modo, las cuatro grafías para las
silbantes del alfabeto fenicio fueron empleadas en griego de distinta manera en los
alfabetos epicóricos, Igualmente, en la mayor parte de los alfabetos se utilizó el signo H
(invento jonio) para marcar la aspiración que conocemos en los textos modernos como
espíritu áspero, pero en jonio del este, dialecto que había perdido la aspiración inicial
(psilosis) el signo se utilizó para representar la e larga procedente de la a larga antigua;
en jonio central sí sobrevivió la aspiración.

3.2. El alfabeto latino.

El alfabeto latino deriva del griego, aunque es una cuestión muy discutida si
procede directamente de éste o de un alfabeto etrusco inspirado en el griego, pero no del
jónico-ático, sino del que se usaba en las colonias griegas de calcídicas de Italia y
Sicilia.

Constaba originalmente de 21 letras: A, B, C, D, E, F, Z, H, I, L, M, N, O, P, Q,


R, S, T, V, X.

Debemos observar que la letra C, que en el alfabeto calcídico se usaba con el


valor de G, en el latino se utiliza para el sonido K; figuran, además, en el alfabeto latino
dos signos que no conserva el jónico-ático, pero que poseen otros alfabetos griegos: la
koppa Q y la digamma F. Igualmente, la H y la X no se usan con el valor fonético del
jónico-ático, sino que la primera se emplea como signo de aspiración y la segunda con
el valor de ks.

Aunque los romanos escribían de izquierda a derecha, en algunas inscripciones


antiguas se observa la dirección contraria, incluso se conserva una inscripción hallada
en el foro de Roma con la escritura denominada por los griegos como boustrofedón, es
decir, simulando las evoluciones de un arado.
En el periodo más arcaico del latín existía una s sonora, para representarla se
usaba probablemente la dseta griega, cuyo valor fonético era [ts, ds], sin embargo, como
la s sonora en virtud del rotacismo se convirtió en r a mediados del s. IV a.C., la Z
acabó por ser superflua y eliminada del alfabeto, su lugar fue ocupado por la letra G, de
nueva creación, posteriormente, al acentuarse la influencia griega en el s. I d.C., volvió
a restablecerse para el sonido dseta, pero colocada en posición final. Se fue imponiendo
el uso de C y K persistió sólo en algunas palabras del lenguaje oficial, como kalendae y
Q sólo persiste ante u. Por otra parte, a medida que la C fue extendiéndose a costa de K
y Q, resultaba más incómodo su uso como velar sonora, por lo que se le añadió un trazo
dando lugar a la G.

El primitivo alfabeto latino terminaba en la letra X, sin embargo, en el s. I a.C. y


por influencia griega, se incrementó el alfabeto con la letra Y para poder adaptar mejor
las palabras griegas, finalmente la Z se incorporó al mismo, cerrándolo.

El alfabeto latino no disponía de signos adecuados para distinguir la cantidad


vocálica, aunque hubo varios intentos de señalarla, por ejemplo, el poeta Appio propuso
escribir dos veces la misma vocal para representar la cantidad larga que tuvo cierta
aceptación, pero finalmente cayó en desuso. En época de Sulla se generalizó bastante el
uso de la llamada I longa para denotar una i larga, pero a partir de época de Augusto se
usa indistintamente para i larga o breve. También se intentó marcar la cantidad con
ápices.

4. Tendencia fonológica del alfabeto latino.

La información sobre cómo pronunciaban los romanos la tenemos a partir de:

- los errores: la notación de aurum como *orum nos da idea de que [au] es un
diptongo y de su tendencia fonológica.

- las transcripciones a otras lenguas.

- onomatopeyas y aliteraciones.

Las consonantes oclusivas se pronunciaban de forma similar a nuestra lengua, ya


fueran seguidas por vocales palatales (e, i), velares (o, u) o neutras (a). Las consonantes
dobles o geminadas ll, pp, nn, cc representaban el mismo sonido de las simples, pero se
pronunciaban dos veces. Algunas palabras latinas empezaban por la llamada s líquida y
se pronunciaba sin la necesidad de añadir delante una e de apoyo. La H era una
aspiración muy suave, su uso correcto se consideraba un rasgo de cultura. Las vocales
se pronunciaban de manera similar al español, sin embargo, los diptongos en latín son
[ae], [oe] y [au].

Por otro lado, el latín no establece diferenciación entre vocales largas y breves. Las
sílabas largas pueden serlo por tres motivos: los diptongos, las sílabas trabadas, es decir,
que terminan en consonantes seguidas de consonante y las vocales largas por naturaleza.

El alfabeto latino no utiliza tilde, lo que no significa que no haya acento. La inmensa
mayoría de las palabras tenía acento, excepto las proclíticas y las enclíticas. Las
palabras, según su acento, podían ser llanas: todas las palabras bisílabas y algunas de
tres sílabas, como regina; esdrújulas: algunas de tres o más sílabas; y agudas: no
existen, excepto los monosílabos y algunos adverbios procedentes de apócopes. Las
palabras de tres o más sílabas se acentúan en función de la penúltima sílaba. Si ésta es
larga, la palabra será llana, si es breve, entonces esdrújula.

5. Conclusión.

Hemos expuesto la relación de la lengua latina con el IE y el proceso de adopción y


modificación del alfabeto griego, básica y primitiva muestra de la capital influencia de
la cultura griega en Roma. Hemos mostrado también las semejanzas entre la
pronunciación del latín y la del castellano, si bien, en la llamada pronuntiatio restituta
hay incógnitas como la naturaleza exacta de la h o de las silbantes. En suma, una
muestra indiscutible de la influencia del latín en la escritura y la pronunciación de las
lenguas modernas.

Los contenidos de este tema permitirán al alumno adquirir especialmente las


competencias lingüísticas y Conciencia y expresiones culturales.

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