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Perfecto Latino

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El Perfecto latino: ¿valor aspectual?

María Rosa Ruiz DE ELVIRA Y SERRA

1. OniETivo

El objetivo del presente trabajo es, en primer lugar, examinar y


valorar los argumentos que se han aducido para demostrar que en latín
existe expresión gramatical de diferencias aspectuales o para demostrar
que no la hay; en segundo lugar, presentar una propuesta acerca de este
tema.

2. TEMA

Ante todo debemos determinar lo que entendemos por «aspecto», que


es algo que los estudiosos no siempre dejan totalmente claro cuando
tratan el tema. Se ha definido el aspecto como aquello que identifica un
proceso y no se refiere al momento donde se sitúa la locución, sino al
desarrollo interno del proceso en si mismo (P. Monteil, 265). Es decir, el
aspecto describe, por una parte, si la acción o situación está a punto de
empezar o de tener lugar (prospectiva), si está empezando a desarrollarse
(ingresiva), si está a la mitad de su desarrollo (progresiva), está en el
principio del fin (egresiva), o ha terminado (perfectiva); lo que según la
terminología de 5. Oik (9), es el aspecto fasal, noción secuencial según la
terminología empleada por B. García Hernández (1977, 66 ssj. Por otra
parte, el aspecto describe también si una acción o situación sucede
generalmente (habitual), todo el tiempo (continua), una vez (semelfacti-
va), repetidas veces (iterativa), muchas veces (frecuentativa); lo que,
según la terminología de 5. Dik es el aspecto cuantificativo, y en la de B.
García Hernández noción extensional.
Muchos estudiosos, entendiendo que en latín no existen diferencias

Cuadernos de FiloIog~a Clásica. Nr 22-115-132-1989. Ed. Universidad Complutense. Madrid.


116 María Rosa Ruiz de Elvira y Serra

aspectuales gramaticales tan marcadas como en griego (en donde el


Imperfecto tiene valor durativo, el Aoristo valor puntual o neutro, cf. M. S.
Ruipérez, 89, y el Perfecto es la consideración del contenido verbal
después de su término, cf. idem, 65), han considerado que el aspecto en
latín viene expresado por otras marcas como, por ejemplo, los prefijos.
Así, A. Ernout -F. Thomas (216-219) señalan la diferencia aspectual entre,
por ejemplo bello «hago la guerra» (indeterminado) y debello «termino la
guerra» (determinado). Pero lo que A. Ernout-F. Thomas tratan no son
propiamente las diferencias aspectuales expresadas por las formas verba-
les, como las del griego, sino el tipo de acción o situación que expresa el
lexema verbal lo que se ha dado en llamar por el término alemán
<Aktionsart».
Esta se refiere a si la acción expresada por el verbo es durativa (en
español, por ejemplo, «buscar») o puntual (en español «encontrar»). Es
decir, la «Aktionsart» designa el modo de la situación que viene expresado
por el significado léxico, no por el significado gramatical. A. Szantyr
(303 s.) diferencia claramente entre aspecto y «Aktionsart» y realiza un
intento de clasificación desde el punto de vista de esta última, es decir, del
lexema verbal, en verbos perfectivos o imperfectivos. Un intento también
realiza H. Pinkster (283) cuando clasifica los verbos en dinámicos y no
dinámicos; los dinámicos en terminativos y no terminativos; los termina-
tivos en instantáneos y no instantáneos. Pero como él mismo indica (286),
no hay criterios suficientemente establecidos en la investigación actual
que permitan una clasificación de los verbos según la «Aktionsart» que
expresan.
E. García Hernández (1985, 515 ss.) considera que no hay que distin-
guir entre aspecto y «Aktionsart», pues para él el aspecto constituye una
única categoría semántica con diferentes niveles expresivos; añade ade-
más que la distinción entre ambos no puede ser neta en la medida en que
existen niveles expresivos intermedios, como las perífrasis verbales que
emplea, por ejemplo, el español. E. García Hernández, en un artículo
anterior (1977, 66 ss.), señala que en la categoría del aspecto verbal
operan dos náciones matrices: la secuencial y la extensional, y que dichas
nociones se pueden expresar en el nivel gramatical y en el nivel léxico. La
noción secuencial, de índole dinámica, considera, por un lado, una acción
en dos grados distintos de su desarrollo (acción no acabada/acabada),
para lo cual pone ejemplos de oposiciones gramaticales (paritipariebad
peperit) y, por otro lado, un proceso compuesto de dos o más acciones que
jalonan la perspectiva del desarrollo mismo, para lo cual pone ejemplos
de oposiciones de «Aktionsart» (parturio/pario). La noción extensional, de
índole no dinámica, considera, por un lado, la duración (indelimitada!
delimitada, «buscaba>’/«busqué>’) de una misma acción, y, por otro lado,
la duración relativa de dos acciones (durativa/puntual, «buscar»!
«encontrar»).
El Perfecto latino: ¿valor aspectual? 117

Ahora bien, el punto de vista de B. García Hernández acerca de los


niveles gramatical y léxico, que podemos esquematizar del siguiente
modo:

Aspecto

Nivel gramatical Nivel léxico


expresión de una acción expresión de dos o más acciones
en distintos gra- duración de una que jalonan la duración relativa
dos de desarrollo misma acción perspectiva del de dos o más ac-
Noción secuencial Noción extensio- proceso ciones
nal Noción secuencial Noción extensio-
nal

muestra, a pesar de todo, que se deben considerar por separado el aspecto


y la «Aktionsart» ya que la elección de una expresión u otra (la gramatical
y la léxica) depende del punto de vista del hablante: si quiere expresar el
desarrollo interno o la duración de una acción (aspecto) o si quiere expre-
sar la relación de dos o más acciones («Aktionsart»).
Por otra parte, creemos que adentramos en el campo léxico es tarea
ingente, como el propio B. García Hernández señala (1985, 517): «il a de
solides structures dans le plan du contenu; reconnaitre ces structures
exige un effort beaucoup plus grand que celui qui est requis kour identi-
fier les systémes grammaticaux». Por esa razón nuestro objetivo es más
modesto; intentemos precisar primero si existe una expresión gramatical
de los valores aspectuales en el sistema verbal latino. Por eso creemos que
sigue siendo conveniente diferenciar entre aspecto y «Aktionsart», enten-
diendo por aspecto lo que entiende B. Comrie (1976, 3): la expresión
gramatical de la constitución temporal interna de la situación.
El objetivo del presente trabajo no es, pues, el estudio de la «Aktion-
sart» de los verbos latinos, sino determinar si el Perfecto latino tiene valor
gramatical aspectual. Es decir, nuestro cometido no es estudiar el signifi-
cado de los lexemas ama- y adama-, sino el de los morfemas del Perfecto.

3. Et VALOR DEL PERFECTO EN ALGUNOS ESTUDIOS RECIENTES

No es nuestra intención hacer una detallada historia de la cuestión,


pues éste ha sido un tema muy debatido en todas las épocas. Si queremos
señalar que en los últimos años ha recibido bastante atención por parte de
los estudiosos, como lo prueba, por ejemplo, la organización por parte de
G. Serbat de un coloquio en Morigny sobre El sentido delperfecto latino, en
diciembre de 1978. En el presente trabajo tan sólo queremos exponer los
principales argumentos que se han presentado a favor y en contra de la
existencia del aspecto así como valorar los mismos.
118 María Rosa Ruiz de Elvira y Serra

Ya en la Antiguedad Varrón L. L. 9.96 testimonia la existencia de una


cierta polémica entre los gramáticos. Los detractores de la teoría de la
analogía sostenían que lo que se presentaba como una serie semántica-
mente coherente: légo, légi, légam no tenía una correlación de coherencia
en la estructura morfológica de estos tiempos verbales. A lo cual objetaba
Varrón la oposición existente entre los verba de infectum que son como los
tiempos que han comenzado (pero no han terminado), y ahí sitúa légo y
légain, y los verba de perfectunz como tiempos que señalan una acción
terminada que sería lo que expresa légi.
Se han intentado explicar los diferentes valores atribuibles al Perfecto
latino, a saber, puntual y perfectivo, a partir del indoeuropeo. Así, A.
Meillet basaba su concepción acerca de la estructura temporal en las
indicaciones de Varrón. Según él el latín tiene dos paradigmas aspectua-
les: infectuni/perfectum, y ambos tienen tiempos de presente, de pasado y
de futuro. Así pues, A. Meillet defendía la existencia de un valor puramen-
te aspectual, influido por su conocimiento de las lenguas eslavas y del
griego, en donde el aspecto si está claramente expresado de forma grama-
tical.
La opinión generalizada que aparece en los manuales, bajo la influen-
cia de la concepción de A. Meillet, es que el Perfeéto latino tenía origina-
riamente un valor aspectual de acción acabada o perfectiva, al igual que el
perfecto griego, pero que después, desequilibrado por el sincretismo del
aoristo y del perfecto indoeuropeos en un ático tema, el tema de perfec-
tum, se inclinó casi por completo hacia úna orgánización meramente
temporal. Esta idea la defienden A. Ernout-F. Thomas (discipulo el prime-
ro de A. Meillet y el segundo de A. Ernout, Pp. 219, 222 ss.), A. Szantyr
(300 s.) y P. Monteil (268).
El artículo de C Sérbat «Le parfait de l’indicatif actif en latin» del
Coloquio de Morigny hace una revisión exhaustiva de las teorías de los
gramáticos antiguos (18-26), de los puntos de vista de A. Meillet (32-42), y,
después dé un estudio estadístico del De amicitia de Cicerón, concluye (43)
que el Perfectolatino tiene un valor puramente temporal, porque el 90%
de los Perfectos que aparecen en el De amicitia expresan tiempo pasado
(«passé acompli>’), sin precisión del aspecto. Pues, según G. Serbat, la idea
de que expresan un resultado en el presente es más bien el efecto de una
«deducción lógica» (48) en el lector u oyente; según él, la eventual
interpretación resultativa y presente de los perfectos revelaría la psicolo-
gía del lector, bajo el efecto del contexto, y no sería algo gramatical.
M. Poirier (89-93), en cambio, se basa en la existencia de perfectos con
valor de presente, como el del siguiente ejemplo:

(1) Nondum satis constitui, molestiaene plus an voluptatis attulerit mihi


Trebatius noster.
«Todavía no estoy bien seguro de si ha sido mayor el disgusto o el
El Perfecto latino: ¿valor aspectual? 119

agrado que me ha producido nuestro amigo Trebacio» (Cic. Fam. II,


27, 1).

para el cual sostiene, así como para otros ejemplos, que la equivalencia
lógica y psicológica con un presente, a saber, con nondum mi/ii satis constat
es también una equivalencia gramatical. Así, tomando como punto de
partida el artículo de O. Serbat de 1975 en el que éste defiende que el
Presente en latín y en bastantes lenguas es en realidad un tiempo no
marcado que sirve para expresar una verdad intemporal, M. Poirier
sostiene que se puede decir lo mismo del Perfecto: que se trata de un
perfectivo no marcado («accompli non marqué») que no necesita ninguna
indicación temporal que se añada a la propia idea de lo perfectivo. Para
M. Poirier, al igual que para A. Meillet, pues, el valor del Perfecto es
puramente aspectual, pues considera que importa poco si se trata de una
acción acabada hace un millar de años o de ayer, si se trata de un
acontecimiento único o de una verdad general considerada como un hecho
establecido (perfecto gnómico o de experiencia), si la acción implica
terminación o si implica permanencia en un resultado duradero. Porque
es fundamentalmente una acción acabada, y si es también a menudo un
pasado no lo es exclusivamente. M. Poirier se apoya, entre otras cosas, en
los casos que no cumplen las reglas habituales de la consecutio temporum
(cf. mfra), en los usos del Perfecto pro futuro, del tipo del ejemplo (2), y del
perfecto pro praesente como memini, novi, cansueví, adj.

(2) perii si me aspexerit


<‘estoy perdido si llega a yerme» (Pl. Amplz. 320).

H. Vairel (67-86) sostiene que hay que distinguir, siguiendo a O.


Guillaume, entre dos niveles: el de la «langue» yel del «discours», y que el
perfecto latino tiene en el nivel de la lengua una birreferencia temporal al
pasado y al presente, lo que le permite ser utilizado en el nivel del discurso
como pasado o como presente. Se apoya en el hecho de que el perfecto
latino puede aparecer tanto con adverbios de referencia temporal presen-
te como con adverbios de referencia temporal pretérita:

(3) Nunc intellexi


<‘ahora he comprendido» (Pl. Ci. 624).

G. Serbat (105-108) critica esta teoría alegando que nunc aparece


también con Futuro:

(4) Quem... vocabo ad cenam meorum aequalium potissumum nunc?


<‘¿a quién voy a invitar a cenar ahora preferentemente entre mis
compañeros?» (Ter. Andr. 453).
120 María Rosa Ruiz de Elvira y Serra

y además señala (104) que la birreferencia temporal existe en todos los


tiempos, pues dabam es pretérito porque está visto desde un presente.
H. Pinkster (273-280) realiza un examen y valoración de las opiniones,
acerca del tiempo y del aspecto, de los últimos años. Propone la considera-
ción de dos ejes: el eje de la orientación del discurso con respecto al
hablante, y el eje de la ordenación de las situaciones expresadas en el
discurso. Sostiene que el Perfecto expresa anterioridad con respecto al
Presente, y por tanto lo considera como un tiempo relativo, y concluye que
no expresa gramaticalmente ningún valor aspectual. Propone el siguiente
esquema para el Perfecto (295):

momento de la orientación

antes tiempo de la locución después

laudavi laudo laudabo

momento de momento de
antes orientación pasada después antes orientación futura post

laudaveratn laudabam laudaturus laudavero


eranl

Se apoya en ejemplos en los que se hallan yuxtapuestas dos expresio-


nes temporales, una referida al momento de la orientación de la locución y
otra al orden, es decir, al momento en el que el hecho tuvo lugar:

(5) nunc huc remisit nuper ad me epistulam


«ahora me acaba de remitir una carta» (Pl. Truc. 397).
(6) idem Menandri Phasma nunc nuper dedit
«el mismo ahora ha puesto en escena recientemente el Fantasma de
Menandro» (Ter. Eun. prol. 9).

Sostiene H. Pinkster (296) que no es necesario introducir la categoría


de aspecto para explicar el valor diferente que tienen en un contexto
narrativo el Perfecto y el Imperfecto, y que tal «efecto aspectual>’ deriva
de su valor semántico. Las formas de Imperfecto, según H. Pinkster, no
expresan hechos en una relación sucesiva, sino que simplemente marcan
los acontecimientos como desarrollándose en algún momento en el pasa-
do. Para este autor la prueba de que no existe diferencia aspectual entre
Perfecto e Imperfecto, y de que ese «efecto» deriva de la diferencia
semántica, la constituyen ejemplos en los que el Imperfecto aparece
coordinado con Presente o con Perfecto.
El Perfecto latino: ¿valor aspectual? 121

(7) conticuere omnes intentique ora tenebant


«callaron todos y mantenían sus miradas atentas a él» (Verg. Aen. II
1).

H. Pinkster (309) indica que el Imperfecto puede explicarse como la


descripción del escenario en el que el estado de cosas expresado en el
Presente o en el Perfecto tiene lugar.
Como se observa, las opiniones acerca del mismo tema son diferentes.
A. Meillet decía que el valor del Perfecto era puramente aspectual, con lo
cual está de acuerdo M. Poirier. Los manuales de A. Ernout-F. Thomas, A.
Szantyr y P. Monteil explican los valores del Perfecto desde un punto de
vista historicista: primero aspectual y luego temporal. O. Serbat sostiene
que el Perfecto tiene un valor puramente temporal, que es el de expresar
tiempo pasado. H. Vairel defiende la existencia de una birreferencia
temporal, y H. Pinkster sostiene que se trata de un tiempo relativo y que el
Perfecto expresa anterioridad con respecto al Presente.

4. EL PUNTODE VISTA DE B. COMRIE

La idea que subyace en todas las explicaciones precedentes es que para


definir los elementos gramaticales hay que presentar una serie de condi-
ciones suficientes y necesarias. E. Comrie (1981), en cambio, sostiene que
pocas veces en la gramática se puede definir algo mediante una serie de
condiciones necesarias y suficientes, pues en los casos más característicos
de la clase de palabras que se quiere definir, o de las funciones desempe-
ñadas en la frase que se pretenden describir es posible que se den todas
esas condiciones, pero que no se den en los otros casos. Así, por ejemplo, si
se define el sujeto como agente y como tópico, es probable que esas
condiciones se cumplan en muchos casos, pero no en otros; por ejemplo,
en «Juan tiene una pierna rota>’ Juan no es agente, y en «A Juan le gusta el
deporte» Juan es tópico pero no es sujeto. Para definir el sujeto de estas
frases se utiliza un criterio formal: el sujeto es el elemento de la oración
que concierta con el verbo. Sin embargo en la oración copulativa esa regla
no aclara nada, pues no está claramente precisado en «Juan es aquél» o
«aquél es Juan» cuál es el sujeto y cuál el predicado, puesto que no se
percibe con claridad cuál de los dos elementos tiene mayor extensión, si es
que uno de los dos la tiene mayor que el otro.
Por estas razones E. Comrie considera que hay que definir los elemen-
tos gramaticales mediante «poíos», es decir, él considera que no hay
fronteras totalmente claras entre unos elementos y otros, y, por tanto,
cuando un elemento esté en el poío opuesto de aquel que se ha empezado a
definir mediante una serie de condiciones que se pueden llamar típicas
122 María Rosa Ruiz dc Elvira y Serra

puede decirse que se trata de un elemento diferente. Pone como ejemplo


los adjetivos numerales en ruso (1981, 103):

1,2,3 100 1.000 1.000.000

En los primeros se cumplen las condiciones necesarias y suficientes


para que se les pueda calificar de adjetivos. Sin embargo el 100 y el millar
reúnen más condiciones para ser sustantivos que para ser adjetivos y el
millón es únicamente un sustantivo.
Así pues, según B. Comrie, las fronteras entre los elementos gramatica-
les no están necesaria y suficientemente definidas. Conviene tener presen-
tes estos puntos de vista antes de intentar demostrar la existencia de
valores aspectuales.

5. SIoNíncADo E IMPLICACIÓN

Por otro lado, conviene diferenciar con B. Comrie (1985, 23-26) entre lo
que un tiempo verbal significa y lo que implica. El significado permanece
mientras que la implicación se puede anular con una frase ulterior o con
adverbios. Así, por ejemplo, en la frase «Juan vivió en Londres» la
implicación es que esa situación no se ha prolongado hasta el presente.
Pero la prueba de que eso es sólo la implicación y no el significado es que
la idea de que esa situación se ha terminado se puede anular con una frase
ulterior «y todavía vive allí».
Igualmente, si se comparan los tiempos ingleses del Perfecto, Pasado
Simple y Pluscuamperfecto, se obtiene la impresión de un movimiento
regular retrospectivo en el tiempo, aunque los tres se refieran a hechos
pasados. Así «John has broken his leg» parece ser el más cercano en el
tiempo, y «John had broken his leg>’ el más alejado en el tiempo: sin
embargo ése no es el significado de esos tiempos, sino la implicación. El
Perfecto significa que la situación pasada tiene una relevancia en el
momento presente (la interpretación es que la pierna de Juan sigue rota),
mientras que el Pasado Simple no tiene ese elemento de significado. Es
claro que es más frecuente que los acontecimientos recientes tengan
mayor relevancia para el presente que los más remotos, de donde la
tendencia, fuera de contexto, a interpretar el Perfecto como referido a
acontecimientos más recientes que el Pasado Simple. Sin embargo, tam-
bién se puede emplear el Perfecto aunque el hecho haya tenido lugar hace
seis meses, con tal de que la pierna de Juan siga rota en el momento de
hablar. Por tanto el significado del Perfecto en inglés es la expresión de la
relevancia de una situación pasada en el momento presente, y la implica-
ElPerfecto latino: ¿valor aspectual? 123

ción suele ser la de pasado reciente, pero puede ser también la de pasado
lejano, y serán los adverbios y las adiciones las que eventualmente anulen
la primera implicación.
El Pasado Simple, en cambio, expresa en inglés, según B. Comrie
(1985, 25), un significado puntual que no tiene el Perfecto, ya que éste no
puede ir acompañado de una expresión adverbial que sitúe en un punto
específico del pasado la situación:

John broke bis leg five minutes ago


* John tas broken bis ]eg five minutes ago

El significado del Pluscuamperfecto en inglés, según E. Comrie, es la


localización de una situación anterior a un punto de referencia que es por
sí mismo pasado. Expresa por tanto tiempo relativo, y su implicación
habitual, por ese carácter de anterioridad a un tiempo pasado, es la de
acción remota. Sin embargo, puede referirse a una acción pasada reciente,
como prueba el ejemplo siguiente:

«John arrived an hour ago, but he had already left again before Jane
arrived».

Así pues, teniendo en cuenta esta distinción entre significado e impli-


cación, B. Comrie considera que el valor de anterioridad que suele tener el
perfecto en muchas lenguas es una implicación de los valores aspectuales
de éste. En efecto, éstos implican siempre la anterioridad o posterioridad
de las dos situaciones puestas en contacto, aunque no la expresan grama-
ticalmente. Así, el valor de pasado reciente es una implicación derivada
del Perfecto con valor de resultado, puesto que lo relevante para una
situación presente es la situación pasada, que suele ser una situación
próxima.
Igualmente, el tiempo relativo puede estar implicado sin que esté
expresado gramaticalmente. Así, en la sucesión de los tres famosos perfec-
tos cesarianos vení, vidí, vid, vemos que no está expresado el tiempo
relativo, pero si implicado en la sucesión, puesto que en las narraciones lo
normal es que haya un punto de vista lineal que reproduce el orden de los
acontecimientos.
Así pues, si tenemos en cuenta la consideración de E. Comrie acerca de
las condiciones típicas que definen los elementos gramaticales, y si consi-
deramos la distinción que él hace entre significado e implicación, pode-
mos deducir, en lo que se refiere a los problemas que afectan al sistema
verbal, que nos encontramos ante un continuunz en el que unas veces el
significado de las formas es aspectual con implicaciones de tiempo relati-
yo, otras el significado es de tiempo relativo con implicaciones de tiempo
absoluto, y otras el significado es temporal con implicaciones aspectuales
124 María Rosa Ruiz de Elvira y Serra

o de tiempo relativo. Así pues, si tomamos una forma como vixit, veremos
que expresa acción terminada, pero también expresa acción pretérita, y
acción anterior al momento de la locución. De ahí que pueda haber
defensores del valor aspectual (Meillet, Poirier) o temporal (Serbat) o de
tiempo relativo (Pinkster) para dicha forma. Por esa razón lo que procede
hacer es examinar esos valores, y si alguno de ellos se puele anular, no son
significados sino implicaciones.

6. TIEMPO, TIEMPO RELATIVO Y ASPECTO EN EL PERFECTO LATINO

Debemos preguntarnos ahora cuál de estos tres significados expresan


las formas verbales latinas.

6.1. Tiempo

Aunque se ha puesto en duda que las formas temporales localicen un


acontecimiento en el tiempo (W. F. Bulí, 22, y H. Weinrich, 41) se admite
generalmente que las formas verbales expresan tiempo. Sin embargo hay
que tener en cuenta, como indica U. Pinkster (273), que el tiempo indica
algo acerca del orden de los acontecimientos en relación con el tiempo del
hablante. Por tanto, más que de tiempo o de tiempo absoluto, se trata de
un tiempo absoluto-relativo que expresa una referencia temporal en
relación con la locución. No obstante, para simplificar, en el presente
trabajo lo vamos a denominar simplemente tiempo. La referencia tempo-
ral está expresada por el siguiente esquema:

Pasado Presente Futuro

Los Tiempos que expresan acción o situación pretérita son el Imperfec-


to y el Perfecto.
¿Qué expresa el Perfecto latino?, ¿tiempo, tiempo relativo o aspecto?
El hecho de que existan formas como inemini, odí, novi, consuevi quiere
decir que existen referencias temporales al presente. Ello quiere decir que
el valor temporal pretérito, que es el más frecuente en el Perfecto, está
anulado, y, por tanto, resulta ser una pura implicación. Puede aparecer
incluso en otros verbos:

(8) multi illum (florem) pueri, multa optavere pueflae


«esta flor muchos chicos, muchas jovencitas la desean» (Cat. 62, 42).
(9) ludus... genuit... iram
«el juego (sc. de palabras)... engendra... la ira» (Hor. 119, 48).
El Perfecto latino: ¿valor aspectual? 125

Pero también puede tener referencias temporales al futuro, lo que


también quiere decir que la implicación temporal pretérita está anulada,
como ocurre en el ejemplo (2) citado más arriba. Por tanto si el Perfecto
latino puede tener referencias temporales al presente, al pasado y al
futuro quiere decir que no expresa un significado estrictamente temporal.
En latín existe una consecutio temporum, principalmente para la
subordinada de subjuntivo, aunque por extensión se puede hablar de
consecutio también para la subordinada de indicativo. Puede ocurrir que
el Perfecto no se comporte siempre de acuerdo con las reglas de ésta:

Or. principal Sub. md.

Presente Presente -r Perfecto (10)

Pasado Imp. Imperfecto Plusc.

Perf.

Futuro Fut. Imp. Fut. Peri.

Simultan. o poste- Anterioridad a or.


rioridad a or. principal.
principal.

Or. principal Sub. Subj.

Presente o Fut.
mf. histórico Pres (11) PerI. (13)
Pres.histórico’~R (12)

Pasado Imp.
Perf.. Imp.(14) Plusc.

Si,nultan o post. Anterioridad a or.


a or. principal principal.

Así, vemos que puede ocurrir lo siguiente:

1) Subordinada de indicativo: que haya un tiempo en 2? serie en la


principal y que lleve L~ en la subordinada, es decir, Perfecto de Indicativo
en la principal y Perfecto de Indicativo en la subordinada, como se
observa en el siguiente ejemplo:

(10) quia Tarquinios esse in excercitu Latinorum auditum est,


sustineri ira non potuit, quin... confligerent.
126 María Rosa Ruiz de Elvira y Serra

«Como se oyó que los Tarquinios estaban en el ejército de los latinos


no se pudo contener la ira y evitar que lucharan» (Liv. 2, 19, 4).

2) Subordinada de subjuntivo: que esté la oración principal en 2?


serie y la subordinada en 1 .t como se observa en los siguientes ejemplos,
en donde hay Perfecto en la principal y Presente en la Subordinada:

(11) dlxi equidem tibi quo pacto id fien possit clementissume


<‘ya te he dicho de qué modo se puede hacer eso muy discretamente»
(Pl. Mil. 1.097).
(12) imperavit, ut... iubeant
«exigió que ordenaran» (Liv. 3, 28, 1).

O bien Perfecto en la principal y Perfecto en la subordinada:

(13) tu me hostem Capitolinum appellare ausus es, quod eo venerim


«tú te atreviste a llamarme enemigo capitolino porque había ido
allí» (Cic. dom. 7).

También puede ocurrir que la principal vaya en 17 serie (Infinitivo


histórico, Presente histórico) y la subordinada en 2.». Cuando en la
principal hay un infinitivo histórico el tiempo de la subordinada de
subjuntivo va en Cicerón siempre sin excepción en segunda serie (Imper-
fecto o Pluscuamperfecto). También hay ejemplos en los que hay Presente
histórico en la principal e Imperfecto en la subordinada de subjuntivo:

(14) omnes Verres certiores facit quid opus esset


<‘Verres informó a todos de qué habia que hacer» (Cic. Verr. 1,66).

En los ejemplos (10), (11), (12) y (13) observamos que el Perfecto se


comporta como un Presente. Así mismo el Infinitivo histórico y el Presente
histórico, Presentes morfológicamente, se pueden comportar como Perfec-
tos, lo que indica que pueden tener dos valores, de presente y de pasado.
Igualmente si el Perfecto se puede comportar como pasado y como
presente quiere decir que tiene referencias temporales a los dos; por tanto
su significado no puede ser estrictamente temporal.
lxi. Vairel y H. Pinkster aducen que el hecho de que aparezcan Perfectos
con los adverbios nunc y nuper es prueba de la birreferencia temporal del
Perfecto. En cualquier caso la aparición de Perfectos con nunc y nuper [cf.
ejemplos (3), (5) y (6)] indica que la implicación temporal pretérita,
frecuente en el Perfecto puede estar anulada. Por tanto el Perfecto latino
no tiene un significado esencialmente temporal.
El Perfecto latino: ¿valor aspectual? 127

6.2. Tiempo relativo

El tiempo relativo con frecuencia está implicado en el aspecto y en el


tiempo. Debemos ahora preguntarnos si está expresado gramaticalmente
en las formas verbales latinas. Se suele admitir que tanto el Futuro
Perfecto como el Pluscuamperfecto expresan tiempo relativo. En cambio
hay opiniones contradictorias acerca del Perfecto, pues unos piensan (H.
Pinkster) que expresa tiempo relativo, y otros (A. Meillet, M. Poirier) que
expresa aspecto. Para averiguarlo hay que analizar primero por qué
decimos que Pluscuamperfecto y Futuro Perfecto expresan tiempo relati-
vo. Si las razones aducidas pueden aplicarse al perfecto entonces éste
expresa tiempo relativo. Si no pueden aplicarse es que no lo expresa, y
habrá que considerar que expresa aspecto, es decir, la constitución tempo-
ral interna de la situación, según definición de fi. Comrie (1976, 3).
El Pluscuamperfecto expresa anterioridad con respecto a (tiempo
relativo) un tiempo pasado (tiempo). ¿Cuál es aquí el significado y cuál la
implicación?
Para averiguarlo hay que observar si tiene referencia temporal contra-
dictoria. Es decir, si alguna vez se refiere a una situación anterior al futuro
y en el propio futuro, o anterior al presente y en el propio presente. Es
difícil averiguar si tiene referencia temporal contradictoria, puesto que
siempre indica referencia temporal pasada respecto a otro pasado. Ahora
bien, si el otro pasado es un perfecto con valor de presente (mernini), si
podríamos decir que tiene referencia temporal contradictoria: ej. ¡‘¡odie
me>nini quod veneras heri. Pero aquí se puede explicar por una consecutio
mecánica; luego en lo que se refiere al Pluscuamperfecto no hemos
encontrado ejemplos que sean demostrativos de una referencia temporal
contradictoria que permitan determinar cuál es el significado y cuál la
implicación, si el tiempo relativo o el tiempo, porque al expresar la
anterioridad respecto a un pretérito siempre expresa tiempo pretérito.
Del Futuro Perfecto se admite que expresa anterioridad respecto a
(tiempo relativo) un futuro (tiempo). ¿Cuál es aquí el significado, el de
tiempo relativo o el de tiempo? Si es el de tiempo el Futuro Perfecto
únicamente podrá tener referencia temporal futura. Pero si su significado
es el de tiempo relativo, podrá estar anulada la implicación de referencia
temporal futura, es decir, podrá tener referencias temporales al presente y
al pasado. El cuadro de fi. Comrie (1985, 70) expone bien claramente los
tres tipos de referencias temporales del Futuro Perfecto, que demuestran
que, en inglés, expresa tiempo relativo y que el tiempo es una implicación:
momento presente punto de momento presente punto de
situació?~’ referencia situación referencia
«Ahora habrá terminado
«Yo habré redactado esta
carta antes de fin de mes» de hablar Juan»
128 María Rosa Ruíz de Elvira y Se~ra
momento presente
punto de
situación 1=:::referencia
<‘«Si mañana llueve
ayer habremos trabaja
do en vano»

El tercer ejemplo es perfectamente posible en inglés mientras que en


español habría que sustituirlo por una perífrasis («el resultado será que
hemos/habremos trabajado en vano»).
Es difícil encontrar en latín ejemplos de Futuro Perfecto que expresen
referencias temporales contradictorias. Como más próximos se citan el
Futuro de suposición o potencial (tan frecuente en español y que tiene
referencias temporales al presente):

(15) interibi attulerint exta


«entretanto [me imagino ahora que antes] habrán traído las entra-
ñas» (Pl. Poen. 617).

y el Futuro deliberativo:

(16) cogitabat secum Antonius: quod Ciceroni excogitabo supplicium?


occidi iussero?
«Pensaba consigo mismo Antonio: ¿qué suplicio inventaré para
Cicerón?, ¿lo mandaré matar?» o bien «¿supongamos que he man-
dado matarlo?» (Sen. Conír. 7, 2, 10);

en donde no está claro si iussero tiene referencia temporal futura o


pretérita, de donde podemos traducirlo de una u otra forma.
En las subordinadas de subjuntivo las reglas de la consecutio tempo-
rum enmascaran la forma verbal:

(17) confitebere quam vehementer erraveris


«confesarás cuán vehemente has errado (ahora)/habrás errado
(ayer) (mañana)»

(A. Szantyr, 553).

en donde erraveris puede referirse a erravisti o a erraveris (Fut. Perf.).


Por tanto no podemos demostrar claramente que en el Futuro Perfecto
existan referencias temporales contradictorias, aunque los ejemplos cita-
dos pueden constituir un indicio de que el significado del Futuro Perfecto
(y por analogía del Pluscuamperfecto) fuera la expresión de tiempo relati-
yo, es decir, anterioridad con respecto al futuro para el Futuro Perfecto y
El Perfecto latino: ¿valor aspectual? 129

anterioridad con respecto al pasado para el Pluscuamperfecto, y la impli-


cación la referencia temporal futura para el Futuro Perfecto y pretérita
para el Pluscuamperfecto.
Examinemos ahora el caso del Perfecto para ver si se dan las mismas
condiciones que en el Pluscuamperfecto y Futuro Perfecto y ver por tanto
si expresa tiempo relativo o aspecto.
Como ya hemos indicado en 6.1. el Perfecto tiene claramente referen-
cias temporales contradictorias siempre que expresa presente, pasado o
futuro. Ya hemos visto, por esa razón, que la implicación temporal
pretérita, frecuente en el Perfecto> podía estar anulada y que, por tanto, el
Perfecto no puede expresar esencialmente tiempo.
H. Pinkster sostiene que expresa tiempo relativo en la medida en que
expresa anterioridad respecto al presente; pero no debemos engañamos y
tratar de ver un tiempo relativo en esa idea de «anterioridad respecto al
presente», pues ésta no es otra cosa más que situación pretérita. Lógica-
mente anterioridad respecto al presente y situación pretérita son sinóni-
mos, ya que, como ha quedado dicho supra al principio de 6.1., no hay
tiempos absolutos sino absoluto-relativos en relación con el momento de
la locución; por tanto no podemos pretender hacer una distinción de
tiempo relativo para «anterioridad respecto al presente» y de tiempo
absoluto para «situación pretérita» pues vienen a ser lo mismo. Pero
además existen otras razones que permiten considerar que no se trata de
tiempo relativo: algunos usos llamados idiomáticos por H. Pinkster (296-
300), como la existencia del giro ne feceris al que es imposible atribuir un
valor de tiempo relativo porque no expresa anterioridad. A esto se añade
el Perfecto de Subjuntivo con valor potencial del tipo del siguiente
ejemplo, que tampoco expresa anterioridad:

(18) dixerit hic aliquis


«tal vez aquí diga alguien» (Cat. 67, 37).

Por otro lado podría ser lógico suponer que el Perfecto expresa anterio-
ridad si el Futuro Perfecto y el Pluscuamperfecto también la expresan (sin
que podamos determinar con seguridad si es ése su significado o su
implicación) y los tres están formados sobre el mismo tema. Sin embargo,
teniendo en cuenta las razones aducidas (anterioridad respecto al presen-
te: situación pretérita, ejemplos en los que no existe la expresión de
anterioridad) es difícil que se pueda demostrar que gramaticalmente
expresa tiempo relativo. Si es más lógico suponer que, puesto que la
referencia temporal pretérita es la más frecuente (dixi), la anterioridad
respecto al presente está implicada.
Así pues, el Perfecto no puede tener significación temporal por sus
referencias temporales al presente, al pasado y al futuro. Y no puede tener
un significado de tiempo relativo porque la anterioridad respecto al
130 A4aría Rosa Ruiz de Elvira y Sen-a

presente es lo mismo que el valor de tiempo pretérito, que, como se ha


explicado a propósito del tiempo es una implicación frecuente del Perfec-
to, no un significado. Por tanto, si no puede significar tiempo ni tiempo
relativo, debemos considerar la posibilidad de que tenga un valor aspec-
tual.

6.3. Aspecto

fi. Comrie (1976, cap. III) observa que el Perfecto de la mayoría de las
lenguas tiene uno o varios de los siguientes valores:

1) Perfecto de resultado: ~ox~xa («me he puesto de pie», «estoy de


pie»).
2) Perfecto de experiencia: «he estado en América».
3) Perfecto de situación persistente: «hemos vivido en Madrid 10
años».
4) Perfecto de pasado reciente: «he llegado hace un momento».

En griego el Perfecto tiene estos cuatro valores. Pero puede ocurrir que
en otra lengua el Perfecto sólo tenga uno de esos valores, lo que hace que
no sea un Perfecto típico como el del griego. Así pues, se puede aplicar el
esquema al que nos hemos referido en 4, acerca de los numerales en ruso,
a los tipos de Perfecto según las lenguas:

Griego lengua x
1)
2) 1)
3)
4)

Por tanto, no hay que definir el Perfecto mediante condiciones suficien-


tes y necesarias, sino mediante la presencia mayor o menor de condiciones
típicas.
Estos cuatro valores se caracterizan por tener un birreferencia tempo-
ral al presente y al pretérito. Dicha birreferencia temporal está en los
siguientes elementos en el Perfecto latino:

—Posibilidad de aparición con adverbios de referencia temporal pre-


sente (nunc, nuper, cf. ejemplos (3), (5) y (6).
—Implicación (como mínimo) de la anterioridad.
—Formación de los tiempos compuestos pasivos y deponentes median-
te formas del tema de presente de sum.
El Perfecto latino: ¿valor aspectual? 131

De estos cuatro valores aspectuales existen ejemplos en latín:

1) Perfecto de resultado:
memini: «recuerdo»
odi: «odio»
consuevi: «tengo la costumbre»
novi, percepi: «sé»
didici: «conozco»
decrevi: «estoy decidido»
consedi: «estoy sentado»
constiti: «esto¡parado»
2) Perfecto de experiencia:

(19) et studium nobis, quod fuit ante, manet.


«Y pennanece en mí el afán que hubo antes» (0v. Trist. IV 10, 30).

3) Perfecto de situación persistente:

(20) omnes profecto mulieres te amant, ut quaeque aspexit


«todas las mujeres te aman, creo yo, tan pronto como cada una te
ve» (Pl. Mil. 1.264)

4) Perfecto de pasado reciente:

<21) quis tibi, saeve puer, dedit hoc in carmina iuris?


«¿quién, niño cruel, te ha dado esos derechos sobre la poesía?» (0v.
Am. 1 5).

Pero además existen otros valores que resultan de las implicaciones de


los valores aspectuales del Perfecto (implicación de tiempo relativo y de
tiempo).
Así> si por aspecto entendemos algunos de los cuatro valores enuncia-
dos por fi. Comrie, dichos valores están expresados gramaticalmente por
el Perfecto latino; así pues, tiene significado aspectual. En ese continuum
en el que se encuentran las formas verbales: tiempo tiempo relativo -
-

aspecto, el perfecto ocuparía la zona del aspecto y del tiempo relativo, sin
que se pueda poner una línea tajante y divisoria entre aquellos Perfectos
que expresan aspecto y aquellos que expresan tiempo relativo. Más bien
habrá que-definirlos como Perfectos típicos o Perfectos menos típicos.
¿Por qué en latín el Perfecto expresa generalmente referencia temporal
pretérita? Porque es en el marco de una situación pasada donde hay más
posibilidades de distinguir la constitución temporal interna de la situa-
cion.
132 María Rosa Ruiz de Elvira y Sen-a

REFERENCIAS BIBILIOGRAFICAS

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