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INMOVILIDAD:
Ocurre cuando la movilidad y la tolerancia a la actividad se ven afectadas por trastornos
que deterioran la capacidad del sistema nervioso, del sistema musculoesquelético, del
sistema cardiovascular, del aparato respiratorio y del aparato vestibular. Los problemas
que pueden afectar la funcionalidad motriz son: displasia de cadera, espina bífida, parálisis
cerebral y distrofia muscular. También puede ser efecto de trastornos del sistema nervioso
como: Parkinson, esclerosis múltiple, tumores del sistema nervioso central, accidentes
cerebrovasculares, procesos infecciosos como la meningitis y lesiones de cabeza y médula
espinal.
Clasificación:
En cuanto a su forma de presentación pueden presentarse en forma SÚBITA o
GRADUAL.
En cuanto a su intensidad, pueden clasificarse en:
• ALTERACION LEVE: dificultad para deambular distancias largas o subir escaleras.
• ALTERACION MODERADA: dificultad para realizar en forma independiente su
movilización dentro del hogar.
• ALTERACION SEVERA: va desde la dificultad para la movilización independiente
de su cama o sillón para realizar las actividades básicas de la vida diaria, hasta la
inmovilidad total.
• Factores emocionales
Cada persona manifiesta sus emociones y sus sentimientos por medio de la postura y de los
gestos u otras actividades físicas. Los movimientos que realiza un individuo, ya sea de
forma consciente o inconsciente, reflejan claramente sus impulsos psicológicos internos o
la falta de ellos. No obstante, algunas emociones, como el miedo, pueden disminuir de
forma considerable los movimientos y la actividad del individuo.
Los valores que cada persona concede a la postura corporal también influyen de manera
importante en esta necesidad. Un individuo alto, sobre todo joven, que no valore su
estatura o que se sienta acomplejado por ser más alto que sus compañeros adoptará una
mala postura; su alineación corporal no será la correcta, ya que intentará encorvarse para
resultar más bajo. Por el contrario, una persona que conceda importancia a la alineación
corporal, que considere que la postura correcta beneficia el estado de salud por su in-
fluencia sobre los distintos órganos del cuerpo, mantendrá intencionadamente una buena
alineación corporal.
• Factores socioculturales
De entre los factores socioculturales que influyen en la necesidad de movimiento cabe
destacar los patrones culturales, la actividad laboral, la vivienda y la política social.
Patrones culturales
La cultura entendida como tradiciones, costumbres y modas puede determinar el ritmo de
la actividad diaria y la realización de deportes específicos ligados a ella. Algunas culturas
conceden mayor importancia a la actividad física que otras.
Por otra parte, los valores culturales y las creencias de un individuo pueden motivarle a que
realice ejercicio físico, con el fin de mantenerse en forma, conseguir niveles adecuados de
relajación, etc. La importancia de la actividad con respecto a la salud es algo que el niño
aprende muy pronto de las personas que le rodean. Mientras algunos niños practican
deportes en las escuelas y sus familias los animan a que jueguen al aire libre, en otros niños
las actividades que se potencian son más sedentarias, como los juegos de mesa, ver la
televisión, etc.
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Actividad laboral
La realización de ejercicio físico y el mantenimiento de determinadas posturas tiene una
relación evidente con el trabajo o la profesión que desempeña cada individuo.
Las posturas incorrectas que se adoptan de forma continuada durante las horas de trabajo
pueden provocar alteraciones permanentes en la alineación corporal. En este sentido, es
importante que en las escuelas se enseñe a los niños a mantener una postura correcta
mientras permanecen sentados.
También deben valorarse las características de los objetos relacionados con la mecánica
corporal que utiliza habitualmente el individuo durante las horas de trabajo. Las sillas, los
bancos, las mesas, los escritorios, etc. deben proyectarse y seleccionarse de forma que
favorezcan la buena postura del estudiante y del trabajador.
La vivienda
El tipo y la situación de la vivienda pueden influir de forma notable en la actividad que
desarrolla un individuo. Una vivienda situada en un piso alto y que no disponga de
ascensor puede favorecer la actividad en aquellas personas que no tienen problemas de
movilización en individuos con ocupaciones muy sedentarias, subir las escaleras a menudo
es el único ejercicio físico que realizan. Por el contrario, en personas ancianas limita
mucho sus movimientos, ya que presentan mayores problemas para subir y bajar escaleras,
dificultando de esta forma la posibilidad de dar un paseo diario.
El interior de la vivienda debe acondicionarse de manera que haya espacio suficiente para
proporcionar libertad de movimientos.
Política social
Generalmente las grandes ciudades, y de forma especial los barrios más deprimidos,
poseen una infraestructura insuficiente en cuanto a parques y jardines, iluminación
adecuada de las calles, pavimentos en buen estado, etc., todo lo cual dificulta que los
ancianos y los niños puedan andar y realizar actividades que les resultarían beneficiosas.
Por otro lado, las Administraciones no contemplan suficientemente la necesidad de
modificación y adaptación de las ciudades a las necesidades particulares de desplazamiento
que presentan aquellas personas que sufren una disminución física.
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Las técnicas de ayuda a la deambulación tienen como fin facilitar al paciente el
mantenimiento de su movilidad y, en consecuencia, de su nivel de independencia
con todos los beneficios que esto conlleva, proporcionándole un apoyo que le facilite
el moverse y una seguridad a la hora de desplazarse.
En todos los casos será el personal facultativo el que determine qué tipos de ayuda a
la deambulación requiere cada paciente y el tipo de marcha que realizará.
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Los aparatos de ayuda son una serie de elementos cuya función es favorecer la movilidad
del individuo. Algunos de estos dispositivos pueden usarse con un solo brazo, mientras que
otros requieren de los dos para su correcta utilización.
Estos aparatos son eficaces si se prescriben en el momento adecuado y si el paciente reúne
unas condiciones físicas mínimas para su utilización; de lo contrario, resultan inútiles por
completo.
1. Bastones.
Los bastones sirven para facilitar la deambulación, ya que aumentan la estabilidad del
paciente al incrementar la base de apoyo y disminuir la carga sobre las piernas. Los
bastones suelen estar hechos de madera y/o aluminio y deben tener en su base un taco de
goma para evitar deslizamientos. Además, han de ser ajustables en altura: se considera
como altura óptima aquélla igual a la distancia existente entre la cadera y el suelo.
Además de los bastones convencionales, existen otros con varios puntos de apoyo que
proporcionan mayor estabilidad porque aumentan la base de sustentación, a la vez que
distribuyen mejor el peso.
La forma correcta de usar el bastón consiste en agarrarlo con la mano en la que se tenga
más fuerza, normalmente la derecha si el paciente es diestro, o la izquierda si es zurdo.
Partiendo de la posición de parado con los pies juntos, el asistido adelantará primero el
bastón, moviendo a continuación la pierna contraria. Para finalizar, se hace avanzar la otra
pierna quedando de nuevo en la posición inicial.
En caso de existir lesión o debilidad en alguna de las dos piernas, se agarrará el bastón con
la mano correspondiente a dicha pierna.
2. Muletas.
Tienen la misma función que los bastones y se basan en el mismo principio, aunque se
prefieren a éstos cuando los déficits funcionales son más importantes, ya que proporcionan
mayor soporte y estabilidad.
En el caso de las muletas hay que distinguir si el paciente usa una o dos:
• Si el paciente sólo usa una muleta, ésta se utilizará del mismo modo que el bastón.
• Si usa dos muletas, existen tres tipos de marcha, diferenciadas entre sí según los puntos
de apoyo:
⁃ En cuatro puntos: se usa cuando el paciente tiene poca fuerza en las piernas y/o falta
de estabilidad. La secuencia a seguir será la siguiente: se adelanta una de las muletas;
luego, el pie opuesto; se adelanta la otra muleta; y, por último, el otro pie.
⁃ En tres puntos: se usa cuando el paciente tiene toda la fuerza en una de las piernas. Se
adelantan primero las muletas, moviendo después la pierna en la que se disponga de
menos fuerza; por último, la otra pierna, llegando de nuevo a la posición inicial.
⁃ En dos puntos: se usa si el paciente no tiene mucha fuerza en las piernas, pero sí en los
brazos y, además, tiene buena estabilidad. Se adelantan simultáneamente una muleta y
el pie opuesto y, a continuación, la otra muleta y el otro pie.
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3. Andadores.
Están indicados cuando el individuo presenta una gran inestabilidad, bien sea por
problemas musculares, de estabilidad o porque tenga miedo a caerse. El andador aumenta
la base de sustentación y aporta seguridad y estabilidad al paciente.
Existen dos tipos:
• Andadores con ruedas incorporadas. Facilitan el movimiento, aunque no son muy
recomendables porque pueden provocar la caída del anciano.
• Andadores sin ruedas. Dentro de este grupo distinguimos dos tipos:
⁃ Estacionarios: son aquéllos que tienen una estructura fija. El movimiento se hará
adelantando primero el andador; a continuación, una de las piernas; y, por último, la
otra.
⁃ Recíprocos: son aquéllos que se doblan permitiendo que un lado avance antes que
el otro.
Al igual que con las muletas, según la estabilidad y la fuerza que presente el paciente en
sus miembros, la marcha se realizará con dos, tres o cuatro puntos de apoyo.
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• Frenar la cama.
• Tener cuidado con sueros, drenajes, sondas, etc.
• Pedir colaboración al paciente.
• Guardar en todo momento la intimidad del paciente.
• Evitar movimientos bruscos en la movilización del paciente. La movilización no debe
suponer un proceso traumático o doloroso para el paciente.
• Utilizar ayudas mecánicas cuando sea posible.
Normas generales:
⁃ Lavarse las manos antes y después de ponerse en contacto con el paciente.
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⁃ Preparar los recursos materiales necesarios para cada situación: bata, zapatillas, sábanas,
manta, cojines, butaca, silla de ruedas, camilla, etc.
⁃ Explicar el procedimiento al paciente y pedir su colaboración.
⁃ Procurarle intimidad, colocando un biombo, si es preciso.
⁃ Frenar la cama y colocarla en la posición apropiada.
⁃ Realizar la técnica con seguridad, evitando lesionar o incomodar excesivamente al
paciente. Para ello, se tendrá en cuenta que:
⁃ La sujeción del paciente debe ser firme para evitar posibles caídas.
⁃ Es preferible realizar el transporte entre dos, tres o más personas, según el caso.
⁃ La necesidad de una buena coordinación entre las personas que realicen la técnica exige
que, previamente, se acuerde un procedimiento (contar hasta tres, que una persona diga
una palabra concreta, etc.) para conseguir que el movimiento sea simultáneo.
⁃ Si el paciente lleva insertadas sondas o sueros, la enfermera los pinzará o elevará durante
la maniobra.
⁃ Una vez transportado el paciente, se le acomodará con almohadas o cojines y se le cubrirá
con una sábana o manta.
⁃ Durante el traslado no se le debe abandonar en los pasillos ni pararle entre corrientes.
⁃ Si en el desplazamiento es necesario atravesar alguna rampa, deben extremarse las
precauciones, colocando las cintas de sujeción de la camilla y situándose la persona que
realiza el transporte delante del paciente y de espaldas a la pendiente, cuando se
desciende.
⁃ Comunicar a la enfermera lo observado durante la realización de la técnica y
cumplimentar los registros, si fuera necesario.
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7)Una vez en la silla, los pies deberán de estar planos sobre el suelo o apoya pies.
8) Las rodillas y las caderas estarán en ángulo recto, liberando hueco poplíteo.
9) Los glúteos firmemente apoyados hacia el respaldo de la silla. Cabeza, hombros y
tronco rectos.
10)Se mantendrán los brazos apoyados. Si la silla no tuviera apoyabrazos o fuera más
ancha, se cubrirá esta deficiencia con unas almohadas a los lados.
11)Si es necesario se colocarán rollos en las manos
12)Si no tiene respaldo adecuado o queda bajo se deberá corregir con una almohada.
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Otra variante con Dos Personas es situarse cada una en un extremo, una en un
extremo de la cama y otra en el extremo contrario de la camilla, y movilizar al
. paciente desplazando la entremetida que está debajo del mismo.
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PROTOCOLO DE MOVILIZACION DE PACIENTES CON GRÚA
La grúa es un elemento auxiliar del que dispone el personal sanitario para movilizar al
enfermo dependiente con la mayor seguridad y menor riesgo de lesiones para él y para el
personal.
Recursos Materiales:
Grúa para movilización de paciente
Arnés
Guantes
Recursos Humanos:
Enfermera
Auxiliar de enfermería
Celador
Preparación del Personal:
Lavar las manos.
Poner los guantes.
Preparación del Paciente:
Informar al paciente de lo que se le va hacer y pedir su
colaboración.
Preservar su intimidad en todo momento.
Procedimiento:
Frenar la cama y colocarla en posición horizontal.
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2. DESDE LA POSICIÓN DE SENTADO
Incorporar al enfermo hasta la posición de
sentado, colocar el arnés de arriba a abajo,
por debajo de una sábana entremetida, - del
mimo modo que se hace si el enfermo está
sentado en una silla -, hasta la altura de la
cintura.
Acostar de nuevo al enfermo y hacer pasar la
banda de las piernas, justo por debajo de los
muslos y cruzarlas como se explicó arriba en
el método de Decúbito Lateral.
Una vez colocado el arnés al enfermo por uno u otro método, elevar un poco el brazo de la
grúa, y acercar a la cama o silla desde donde se desee movilizar al enfermo y colocar las
bandas más cortas (hombros) en los enganches del lado correspondiente o en la percha
supletoria si se dispone de ella, en la posición más corta, es decir más cercana al cuerpo del
arnés. Y a continuación las bandas más largas (piernas) en la posición más alejada, o sea,
la de la punta de la banda y entrecruzarlas de modo que la derecha se coloque en el
enganche izquierdo y la izquierda en el derecho; así el enfermo, irá más sentado al
elevarlo.
Transporte paciente
Cuando la situación o el tipo de desplazamiento lo requiera, el transporte del enfermo se ha
de realizar mediante la propia cama, camilla o silla de ruedas. Para ello deberemos tener en
cuenta una serie de Consideraciones Generales:
1) Explicarle al paciente el recorrido que van a realizar y cómo lo van a hacer.
2) Elegir el medio de transporte más adecuado, atendiendo a las indicaciones del personal
sanitario sobre la movilidad del paciente.
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3) Si lo que vamos a movilizar es una cama eléctrica, comprobar que no está enchufada a
la red.
4) Antes de mover la Camilla, Cama o Silla de Ruedas debemos verificar que todos los
componentes, sueros, bombas, sondas, bala de oxígeno, etc. están en el lugar adecuado
y asegurarnos que no nos van a entorpecer el traslado cuando entremos en un ascensor,
atravesemos una puerta, etc.
5) El paciente deberá estar bien sujeto para evitar caídas en su desplazamiento.
6) Evitar situaciones donde existan corrientes de aire o en lugares donde el enfermo pueda
sentirse incómodo.
7) Los movimientos en el traslado deben ser rápidos y coordinados.
8) Una vez llegado al destino, planta de hospitalización, servicio de radiología, quirófano,
etc. no abandonar al paciente hasta que no se hagan cargo de él el personal
correspondiente.
Como Norma General, empujaremos la Cama o Camilla desde la cabecera de la misma,
de tal manera que los pies del paciente sean los que vayan abriendo camino. Igualmente, la
Silla de Ruedas se empujará desde la parte de atrás de la misma, agarrándola por las
empuñaduras.
Situaciones especiales:
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ENTRADA Y SALIDA DEL ASCENSOR CON CAMA O CAMILLA
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Las caídas representan un importante problema de salud pública, especialmente para las
personas mayores, con notables repercusiones de salud y económicas. Se estima que el
30% de los mayores de 65 años y el 50% de los mayores de 80 tienen, al menos, una caída
al año ligados al normal proceso de envejecimiento o a la presencia de patologías, cuya
frecuencia también aumenta con la edad y que por sí mismas o por la asociación con otros
factores favorecen las caídas.
Hay que resaltar que el 57% de los accidentes se producen dentro del domicilio.
Una población que aparece con menos frecuencia en las guías de práctica clínica (GPC) y
revisiones es la ingresada en centros o unidades psiquiátricas, pese a que, según algunos
estudios, la tasa de caídas es superior a la que se produce entre otros pacientes ingresados
(7,97 frente a 2,29). Los factores relacionados con las caídas en este tipo de pacientes son:
diagnóstico de depresión, confusión, desorientación y uso de terapia electroconvulsiva.
La prevención de caídas es uno de los indicadores de calidad de los cuidados de enfermería
cuyo seguimiento es común en todos los programas de calidad de los distintos hospitales.
Definimos riesgo de caídas como: Aumento de la susceptibilidad a las caídas que pueden
causar daño físico (Taxonomía NANDA-I 2009-2011).
FACTORES DE RIESGO
Los factores de riesgo más importantes para la caída son antecedentes de caídas previas y
alteraciones en la marcha o el equilibrio.
A todo paciente que ingrese en el hospital se le realizará la valoración enfermera para
detectar aquellos pacientes con riesgo de caída. En caso de producirse una caída, la
enfermera realizará una valoración del estado del paciente y posibles lesiones que se
puedan haber producido, aplicará los cuidados pertinentes y avisará al facultativo
responsable del paciente, en caso necesario, según su criterio. Evaluará la efectividad de
las medidas aplicadas hasta ese momento y programará las intervenciones necesarias en
relación con la prevención de caídas.
De todo ello debe quedar constancia escrita en la historia clínica del paciente, tanto de las
actividades de prevención como de las realizadas cuando se produce una caída y las
posteriores actividades, de acuerdo al formato de registro establecido en cada hospital.
Existen numerosos factores que pueden incrementar el riesgo de caídas de los pacientes.
Este riesgo aumenta cuantos más factores se asocien. Se pueden clasificar en:
1. FACTORES INTRÍNSECOS O PERSONALES. Son los factores relacionados con la
condición o comportamiento de la persona.
2. FACTORES EXTRÍNSECOS O AMBIENTALES. Son los factores relacionados con el
ambiente de la persona o su interacción con el entorno.
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FACTORES DE RIESGO IINTRINSECOSOS
Relacionados con Actividades Preventivas
⁃ Proporcionar, a menudo, ayuda para acudir al
baño y recomendarle que orine en la botella
Eliminación: durante la noche (pacientes varones).
⁃ Colocar a los pacientes con incontinencia
Nicturia, Urgencia miccional cerca de los baños.
⁃ Vigilar a los pacientes que estén tomando
Diarreas, Fármacos laxantes y diuréticos.
⁃ Recomendar a los pacientes masculinos orinar
sentados.
⁃ Disminuir el aporte de líquidos por la tarde, o
a partir de las 19 horas y administrar los
diuréticos por la mañana.
Medicación: la administración de los ⁃ Observar los efectos que producen en el
siguientes grupos de fármacos: paciente los medicamentos administrados e
Diuréticos, Hipoglucemiantes instruir a la familia / paciente acerca de las
Antihipertensivos, Betabloqueantes acciones y efectos esperados de la medicación
Antiarrítmicos, Anticoagulantes, Inotrópicos
Historia anterior de caídas Conocer la historia previa de caídas e investigar
N.º Caídas último año y actuar sobre los factores desencadenantes.
Estado cognitivo Observar las modificaciones en el estado de
Agitado, Confuso y Desorientado severo y leve conciencia de los pacientes.
Otros factores
Enfermedad neurológica, cardiaca,
respiratoria
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FACTORES DE RIESGO EXTRÍNSECOS
Relacionados con Actividades Preventivas
Cama Mantener la cama en la posición más baja
• Ausencia o mal estado de las barandillas de la posible excepto cuando se realice algún tipo
cama, del freno de la cama. de cuidado.
• Altura de la cama
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⁃ Orientar a los pacientes y familiares en el uso
de zapatillas cerradas y suela antideslizante.
⁃ Evitar suelos irregulares, mojados o
Infraestructuras resbaladizos; si de momento no es posible,
• Suelo mojado deslizante. señalizar adecuadamente la zona.
• Organización inadecuada de la unidad en ⁃ Valorar la inclusión de las mejoras en los
cuanto a recursos personales y / o materiales correspondientes planes funcionales, obra
nueva,
LA AUXILIAR DE ENFERMERÍA:
Comunica a la enfermera si observa alguna situación de riesgo para el paciente y si
observa alteración del equilibrio o cansancio en la deambulación.
Observa la adecuación del mobiliario y del ambiente, al ingreso del paciente, durante su
permanencia y al alta, solicitando asistencia técnica ante defecto de mobiliario o avería.
Comprueba tras la realización de la higiene a paciente encamado o cambio de ropa de
cama que ésta se encuentra frenada y adaptada a la situación del paciente.
Solicita asistencia técnica, si observa algún deterioro o avería en mobiliario o estructura.
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Informa a la supervisora de la Unidad la realización de cualquier solicitud de asistencia
técnica, si no ha sido resuelto el defecto durante su turno.
Instruye al paciente/familia en el momento del ingreso sobre el uso de la cama mecánica,
timbre de llamada, puntos de iluminación...
Proporciona Ayuda al paciente para el aseo, uso del WC, y para la deambulación en caso
de necesidad.
cuada. Siempre que sea posible, debes poner la cama en posición horizontal y regularla a
la altura de la cadera.
• Transfer: Siempre que sea posible utiliza las ayudas técnicas o productos de apoyo
disponibles para realizar las transferencias (tabla, sábana de transferencia, disco giratorio
o cinturón ergonómico). De esta forma se minimizan las posturas forzadas y el esfuerzo.
Además:
• Usar vestido y calzado adecuados:
Se recomienda usar ropa holgada y transpirable, que permita un movimiento libre. Evita
llevar objetos punzantes en los bolsillos, así como colgantes, anillos o relojes que puedan
interferir en las tareas de movilización. El calzado debe ser cerrado y sujetar firmemente el
pie.
En caso de utilizar medias, es recomendable que tengan banda de sujeción anticompresiva
para favorecer la circulación sanguínea.
• Aplicar las técnicas correctas de movilización manual:
⁃ Valora primero la fuerza a realizar en función del peso, el grado de cooperación del
usuario y el tipo de movilización.
⁃ Explica al usuario los movimientos que se van a realizar.
⁃ Cuando el usuario colabore, dale órdenes claras y concretas.
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⁃ Quita los obstáculos que interfieran en la movilización (baja los laterales protectores de
la cama, extrae los reposabrazos de la silla de ruedas).
⁃ En caso necesario, pide ayuda a otro compañero para realizar la movilización.
Mantén la espalda recta y la musculatura del abdomen contraída.
⁃ Evitar que el usuario se apoye demasiado sobre nosotros. En caso de necesitar más
apoyo, solicita una muleta o andador.
⁃ Usa la silla de ruedas para usuarios con baja autonomía o inestabilidad en la
deambulación
Levantamiento de cajas u otros objetos:
Intenta manipular y depositar las cargas como cajas de material sanitario, ropa de cama,
etc., preferentemente a la altura de las caderas, evitando posiciones por debajo de las
rodillas o por encima de los hombros. Si debes coger una carga a nivel del suelo, sigue los
siguientes pasos:
1-Aproxímate a la carga, separa ligeramente los pies y flexiona las rodillas.
2-Inclina ligeramente la espalda hacia delante manteniendo la columna alineada.
3-Recoge la carga lo más cerca posible del cuerpo y vuelve a la posición derecha estirando
las piernas y manteniendo la columna recta.
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