La filosofía trata de dar una explicación racional del universo. Surge de la necesidad humana de entender el mundo y encontrarle sentido a la existencia. Se desarrolló inicialmente a través de mitos, pero la razón griega sustituyó las explicaciones míticas por teorías racionales. La filosofía es plural y heterogénea, ya que a lo largo de la historia ha habido múltiples sistemas filosóficos que buscan explicar la realidad de distintas maneras.
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La filosofía trata de dar una explicación racional del universo. Surge de la necesidad humana de entender el mundo y encontrarle sentido a la existencia. Se desarrolló inicialmente a través de mitos, pero la razón griega sustituyó las explicaciones míticas por teorías racionales. La filosofía es plural y heterogénea, ya que a lo largo de la historia ha habido múltiples sistemas filosóficos que buscan explicar la realidad de distintas maneras.
La filosofía trata de dar una explicación racional del universo. Surge de la necesidad humana de entender el mundo y encontrarle sentido a la existencia. Se desarrolló inicialmente a través de mitos, pero la razón griega sustituyó las explicaciones míticas por teorías racionales. La filosofía es plural y heterogénea, ya que a lo largo de la historia ha habido múltiples sistemas filosóficos que buscan explicar la realidad de distintas maneras.
La filosofía trata de dar una explicación racional del universo. Surge de la necesidad humana de entender el mundo y encontrarle sentido a la existencia. Se desarrolló inicialmente a través de mitos, pero la razón griega sustituyó las explicaciones míticas por teorías racionales. La filosofía es plural y heterogénea, ya que a lo largo de la historia ha habido múltiples sistemas filosóficos que buscan explicar la realidad de distintas maneras.
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Tema 1: ¿Qué es Filosofía?
1. La Filosofía como actitud humana.
1.1. Del Mito al Logos. 2. El fundamento antropológico de la Filosofía. 3. La Filosofía es algo plural y heterogéneo. 3.1. Filosofía teórica y filosofía práctica. 4. La Filosofía y su relación con la Ciencia. 5. Las cuatro etapas de la Filosofía y su función en la Histori
1. LA FILOSOFÍA COMO ACTITUD HUMANA
Los problemas de los que se ocupa la Filosofía son problemas que todos los seres humanos nos hemos planteado alguna vez. Nos planteamos cuestiones filosóficas como: ¿Quién no se siente inquieto por saber qué somos, a dónde vamos, de dónde venimos, qué sentido tiene nuestra existencia, si hay un Dios o si, por el contrario, estamos solos en el universo? Incluso los niños y niñas hacen preguntas sobre estas cuestiones, aunque sea de un modo difuso. Y es que la razón humana necesita de estas explicaciones sobre el mundo. Los seres humanos no nos conformamos con estar en el mundo, con aceptar el mundo como un hecho, como hacen los animales. Los seres humanos necesitamos una visión de conjunto, una "concepción del universo" que nos permita orientarnos, que nos permita saber a qué atenernos, que nos permita encontrar un sentido a nuestra vida. Nuestro afán de saber, en principio, no tiene límites. Si nos conformamos con menos, es a la fuerza. A veces, ni siquiera intentamos pensar más a fondo los problemas porque nos da vértigo, porque sentimos el abismo de la existencia y preferimos dejar de lado las dudas y las inquietudes. Otras veces, nos conformamos con cualquier explicación, más o menos rudimentaria, de las que constituyen el conjunto de creencias tradicionales de nuestro medio sociocultural. Pero, de un modo u otro, aceptando del todo o a medias estas explicaciones, los seres humanos nos encontramos con ellos; aunque tratemos de evadirnos, aunque tratemos de sumergirnos en una vida de acción y diversiones, estos problemas últimos tornan una y otra vez a nuestro horizonte mental. Y es que lo queramos o no los seres humanos somos irrenunciablemente filósofos.
Si el búho es el símbolo de la filosofía, lo es porque sus ojos representan la
inteligencia, simbolizando la sabiduría y el conocimiento. A esta ave que ve de noche, como al sabio, ninguna cosa se le esconde por más encubierta que parezca. Es su visión siempre a medias, revocable, que siempre exige volver a mirar, abrir perspectivas, superar apariencias, reconsiderar la cosas para adquirir de ellas el conocimiento menos distorsionado posible.
1.1. DEL MITO AL LOGOS
El mundo ha sido siempre para el ser humano un colosal repertorio de problemas: el nacimiento, la muerte, el paso de las estaciones, etc. He aquí una serie de cuestiones, entre otras muchas, que necesitan ser explicadas. En un principio, los seres humanos intentaron dar respuesta a estas cuestiones a través del mito. El mito es el conjunto de respuestas IMAGINATIVAS que el ser humano da a estas cuestiones. Ahora bien, es importante darse cuenta de que el mito responde a una exigencia racional e inteligente: el ser humano imagina mitos, pero lo hace para satisfacer la necesidad de responder a unas preguntas. Lo que no es racional es la respuesta, precisamente por ser una respuesta imaginada. El mito consiste, pues, en imaginar explicaciones sobre el universo. Es un recurso a lo invisible y oculto, de modo que los hechos se explican en virtud de algo que no es hecho ni dato. Ahora bien, el imaginar no basta para orientarse en el mundo, hace falta saber cómo se comporta la realidad. Así, los mitos empiezan a fallar, entran en crisis, poco a poco se va poniendo de manifiesto su insuficiencia explicativa. Y, frente al mito, puramente imaginado, surge el saber racional -la Filosofía- como un conocimiento por causas. Naturalmente, esta crisis se irá produciendo poco a poco, y explicaciones claramente mágicas o míticas irán coexistiendo con otras ya claramente racionales. Así pues, el saber racional -la Filosofía- es un conocimiento por causas. La actitud racional consiste en buscar causas, es decir, en relacionar unas cosas con otras de tal modo que unas aparezcan como fundamento de otras en tanto que explican su origen, su modo de llegar a ser. Mientras que el pensamiento mítico da respuestas imaginarias y fabulosas, el pensar racional se caracteriza porque busca respuestas homogéneas con lo que motivó la pregunta, porque el fundamento lo busca entre las realidades conocidas. He aquí lo que puede entenderse por razón filosófica: parte de unas preguntas referidas a la totalidad y trata de dar una respuesta racional, es decir, busca un fundamento, una explicación o causa a esa totalidad. Fueron los griegos - al menos por lo que a la cultura occidental se refiere- los que descubrieron la razón filosófica, es decir, la sustitución de los mitos, como grandes explicaciones del universo, por teorías racionales. La Filosofía surge en Grecia, aproximadamente a comienzos del siglo VI a. de C., cuando las inteligencias más despiertas sintieron la necesidad de sustituir las explicaciones míticas por otro tipo de explicaciones justificadas de un modo racional.
2. EL FUNDAMENTO ANTROPOLÓGICO DE LA FILOSOFÍA
La Filosofía tiene su origen en la propia constitución del ser humano, es una necesidad constitutiva del ser humano ya que se admira ante el mundo que le rodea, se angustia al darse cuenta de que es responsable de su propia vida y se percata de que necesita abrirse al mundo para fabricar su vida. Aristóteles señala en su Metafísica que “Lo que en un principio movió a los seres humanos a hacer las primeras indagaciones filosóficas fue, como lo es hoy, la admiración”. La Filosofía nace, pues, de la admiración por el mundo que nos rodea. En la admiración hay un reconocimiento implícito de la ignorancia y, al mismo tiempo, una aspiración a saberlo todo sobre aquello que se admira. El reconocimiento de la ignorancia es el inicio, es el impulso que nos mueve a plantear todo tipo de interrogantes. La Filosofía comienza justo en el momento en que el ser humano se encuentra desorientado ante los fenómenos y el mundo que le circunda y empieza a caer en la cuenta de que la realidad es mucho más compleja de lo que a simple vista parece. El ser humano es la necesidad de curiosear, que, si bien se da en todas las especies, es típica de las especies animales no especializadas, de aquellas que por tener menos instintos fijos necesitan aprender por medio de la exploración o curioseo cuáles son sus enemigos y cuáles son sus presas. La Filosofía es la expresión de ese ansia inacabada de saber que caracteriza al ser humano. El ser humano es una realidad que se hace y se construye, es decir, una realidad emergente. Los demás seres no se hacen a sí mismos, mientras que el ser humano es el ser que se hace a sí mismo. La manera de obrar de los seres humanos no está fijada por naturaleza, no está determinada por el instinto, de ahí que la existencia humana y la libertad sean inseparables desde un principio. A este respecto escribe Ortega: es un ser biológicamente débil e inacabado porque no está programado por la naturaleza. Este hecho, como ha señalado K. Lorenz, repercute de forma considerable en su comportamiento. Así, por ejemplo, un rasgo importante: "El hombre ... Al no estar adscrito a una consistencia fija e inmutable -a una 'naturaleza'- está en franquía para ser, por lo menos para intentar ser lo que quiera. Por eso el hombre es libre y ... no por casualidad. Es libre, porque no poseyendo un ser dado y perpetuo, no tiene más remedio que írselo buscando. Y esto -lo que va a ser en todo futuro inmediato o remoto- tiene que elegirlo y decidirlo él mismo. De suerte que el hombre es libre a la fuerza. No es libre de no ser libre". Vemos, por tanto, que el ser humano es un ser desnaturalizado, inacabado, abierto, con palabras de Ortega, "una entidad infinitamente plástica de la que se puede hacer lo que se quiera”; precisamente, por eso, no es de suyo nada, sino mera potencia o posibilidad de ser. El ser humano, al ser libre, es responsable de su vida, de su mundo; y esta responsabilidad le crea una angustia existencial que justifica y fundamenta la existencia de la Filosofía. Y es en este estar abierto al mundo lleno de enigmas y posibilidades donde encuentra su campo de actuación la razón humana y donde tiene su sentido la Filosofía. Pues, la Filosofía (el pensamiento) no es más que la faena desesperada de un ser -el ser humano- que se encuentra perdido en el mundo y aspira a orientarse.
3. LA FILOSOFÍA ES ALGO PLURAL Y HETEROGÉNEO
Más arriba, definíamos la Filosofía como el intento de dar una explicación racional del Universo. La aspiración de la Filosofía es conocer la realidad total y conocerla con absoluta profundidad, esto es, conocer su último fundamento. Pues bien, no existe un único camino para alcanzar esta aspiración, y es que la Filosofía, a pesar de ser un sustantivo singular, es algo plural y heterogéneo. Mientras otras disciplinas del conocimiento son relativamente homogéneas, unívocas y claramente definibles, con la Filosofía no sucede nada semejante. Desde que comenzó la Filosofía ha recorrido un largo camino y este largo camino no ha sido recorrido por una sola filosofía, sino por múltiples sistemas filosóficos y cada uno, a su manera, ha buscado esa explicación radical de la realidad. Por ello, más que de Filosofía, tendríamos que hablar de filosofías, en plural. Podríamos decir que la Filosofía, más que como una ciencia efectiva, más que como una sabiduría efectivamente poseída, se presenta, desde el comienzo, como un intento por alcanzar dicha sabiduría. La palabra misma "filosofía" nos indica el carácter de "ciencia buscada" que le es propio. La palabra "filosofía" viene del latín Philosophia, y éste -a su vez- de una voz griega de análoga fonética. Dicha palabra griega está compuesta por los términos filo, que significa amar, y sofía, que significa sabiduría. Así pues, desde un punto de vista etimológico, la Filosofía es el amor a la sabiduría.
3.1. FILOSOFÍA TEÓRICA Y FILOSOFÍA PRÁCTICA
Aunque hay muchas formas de entender y definir la Filosofía, podemos distinguir dos formas globales de entenderla: la Filosofía como interpretación de la realidad, Filosofía teórica y la Filosofía como transformación de la realidad,Filosofía práctica. La Filosofía entendida como interpretación de la realidad, da lugar a una Filosofía contemplativa cuyo objetivo fundamental es la reflexión sobre la realidad para explicarla. Por su parte, la Filosofía entendida como transformación de la realidad, da lugar a una Filosofía activa cuya principal categoría es la práctica y que tiene como función principal transformar la realidad social. Esta segunda forma de entender la Filosofía hace hincapié en la función crítica. En esta segunda forma de entender la Filosofía, nos encontramos con una filosofía más viva, más dinámica, una filosofía que actúa directamente sobre la realidad que le rodea y que es capaz de transformar, determinadas estructuras sociales. No obstante, tanto los que solo insisten en el aspecto teórico de la Filosofía, como los que solo insisten en el práctico, están desvirtuando el verdadero sentido de la Filosofía y olvidando una de sus funciones básicas: situar al ser humano en el mundo, como un sujeto capaz de crear su propio universo (el universo humano) y, además, capaz de reflexionar sobre él y sus propias acciones.
4. LA FILOSOFÍA Y SU RELACIÓN CON LA CIENCIA
Las dos características fundamentales del saber científico son:: 1. La ciencia se ciñe a una parte del universo; su objeto es siempre limitado en extensión, a veces esta limitación puede llegar a la más increíble especialización. Es más, en ello se basa, en gran parte, el éxito de la ciencia. 2. La ciencia se atiene a los aspectos "fenoménicos" de su objeto; esto es, más que preocuparse por lo que las cosas son, se preocupa por explicar las apariencias, sin cuestionarse si ese aparecer es real o no. En otras palabras, la ciencia se desentiende del carácter de "realidad" de sus objetos y se conforma con explicar las leyes que rigen los fenómenos. Pues bien, frente a la ciencia, la Filosofía se caracteriza por: 1. No ser un saber parcial sino un saber de TOTALIDAD. La Filosofía busca siempre una VISIÓN DE CONJUNTO del universo; nunca se reduce a ser parcela, es decir, a estudiar una parte del universo. 2. De esta totalidad, a la Filosofía no le interesa conocer solo los aspectos fenoménicos -las apariencias-, las meras leyes de comportamiento). Lo que la Filosofía busca es el ÚLTIMO FUNDAMENTO de su objeto: LA ESENCIA. No se conforma con explicar cómo se comportan los objetos sino que quiere saber qué son. Podríamos afirmar que, mientras que la ciencia se ocupa de aspectos parciales y limitados de la realidad, la Filosofía tiende a ofrecer una visión TOTALIZADORA y GLOBALIZANTE de dicha realidad. Las relaciones entre Filosofía y Ciencia han ido variando a lo largo de la historia. En un principio, en la Antigüedad, ambas estaban indisolublemente unidas. Con el paso del tiempo, en la Edad Media, la Ciencia se fue separando de la Filosofía, convertida fundamentalmente en teología. Más tarde, en la época Moderna, con Newton, se produjo la conjunción perfecta entre la ciencia y la filosofía del siglo XVIII. En los siglos XIX y XX con el Positivismo y el Neopositivismo se produce la separación total entre Ciencia y Filosofía. En la actualidad, este positivismo radical ya no es tan aceptado. Tanto científicos como filósofos de la ciencia han caído en la cuenta de que la ciencia no es independiente del ambiente cultural y social en el que surge y que, muchas veces, ella se nutre de elementos extracientíficos que a su vez permiten el avance de la ciencia misma. Así pues, la línea divisoria entre Filosofía y Ciencia no estaría claramente definida. Podríamos afirmar que la Ciencia y la Filosofía deben considerarse como complementarias y no como opuestas. La ciencia necesita de la Filosofía para no correr el peligro de desconocer su método de trabajo y para establecer todas sus investigaciones dentro de un marco global. Además, la Filosofía es a menudo el trabajo especulativo que anticipa y preludia los futuros desarrollos de la Ciencia. Y, a su vez, la Filosofía necesita de la Ciencia, ya que los descubrimientos científicos van abriendo nuevos caminos a la especulación filosófica, otorgándole elementos parciales para construir una visión global de la
realidad.
5. LAS CUATRO ETAPAS DE LA FILOSOFÍA Y SU FUNCIÓN EN LA
HISTORIA La Filosofía, pues, no es una actividad aislada, al margen de la vida ya que se haya vinculada a las necesidades de los seres humanos. No obstante, las necesidades humanas o problemas vitales no han sido siempre los mismos o no han sido siempre los mismos los más importantes, sino que dependiendo de distintos condicionamientos -culturales, sociales, políticos, económicos, etc.-, se ha primado la necesidad de resolver unos u otros problemas. De ahí que la Filosofía haya ido tomando diversos rumbos y haya ido adquiriendo diversas funciones a lo largo de la Historia, en consonancia con las urgencias vitales de cada época. Podemos distinguir cuatro etapas a lo largo de la Historia de la Filosofía, a saber: * Filosofía Antigua (ss. VI a. C. -IV d. C.): Presocráticos, Sócrates y los Sofistas, Platón y Aristóteles y las Escuelas Helenísticas. * Filosofía Medieval (ss. V – XIV): San Agustín, Santo Tomás de Aquino y Guillermo de Ockham. *Filosofía Moderna (ss. XVII – XVIII): el Racionalismo de Descartes, el Empirismo de Locke y Hume y el Criticismo de Kant. * Filosofía Contemporánea (ss. XIX – XX): Destacan autores como Hegel, Marx, Nietzsche, Sartre, Unamuno, Ortega y Gasset, Hannah Arendt, María Zambrano, etc. En un principio, la Filosofía fue entendida como cosmología (Ciencia del Cosmos). Los primeros filósofos griegos -los Presocráticos- buscaban, a través del Logos (razón), un único principio explicativo de la realidad que justificase y diese sentido a la multiplicidad. Después, con Sócrates y los Sofistas, la Filosofía se ocupó de problemas éticos y políticos. Posteriormente con Platón y Aristóteles, la Filosofía tomará un doble sentido que permanecerá a lo largo de toda la historia: a) La Filosofía como saber teórico, conocimiento de tipo contemplativo. b) La Filosofía como saber práctico, como conocimiento que sirve para la vida. Con las escuelas helenísticas (Epicureísmo, Estoicismo y Escepticismo, la Filosofía se transforma sobre todo en moral para poco a poco dar paso al Neoplatonismo y, posteriormente, al Cristianismo. En esta época, la Edad Media, la Filosofía se encuentra al servicio de la fe y su única misión es esclarecer mediante la razón los contenidos del dogma (San Agustín y Santo Tomás de Aquino). Paulatinamente, la Filosofía va ganando terreno a la fe, hasta que en el siglo XIV aparecen figuras, como la de Guillermo de Ockham, que plantean la necesidad de separar Filosofía y Teología, puesto que dichos saberes deben cubrir ámbitos bien distintos: la función de la Filosofía no debe ser esclarecer los contenidos de la Teología, ya que la Filosofía debe ser un saber autónomo que no ha de estar limitado por instancias ajenas a ella misma. Así, poco a poco la Filosofía va convirtiéndose en teoría del conocimiento. En la Época Moderna (Descartes, Hume y Kant) - siglos XVII y XVIII- el saber filosófico es un saber orientado hacia la búsqueda de la verdad, una verdad que debe ser evidente y sobre la que se comenzará a edificar el edificio del conocimiento de una manera sólida. En la Época Contemporánea, no se precisa demasiado cuál debe ser la función de la Filosofía. Así, para Schöpenhauer, la Filosofía es el fundamento de todos los demás saberes ya que es la reflexión de la voluntad sobre sí misma; para los vitalistas, la Filosofía no debe ser otra cosa que la expresión de la vida misma, con sus paradojas y contradicciones, y no debe estar sometida al dominio de la razón, sino al del sentimiento. Para la Escuela de Franckfort, la Filosofía tendría una función crítica y vendría a ser la "autoconciencia crítica de la sociedad". Esto ocurriría igualmente en autores existencialistas entre los que cabe citar a Sartre.