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Tema 1

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Tema 1: ¿Qué es Filosofía?

1. La Filosofía como actitud humana.


1.1. Del Mito al Logos.
2. El fundamento antropológico de la Filosofía.
3. La Filosofía es algo plural y heterogéneo.
3.1. Filosofía teórica y filosofía práctica.
4. La Filosofía y su relación con la Ciencia.
5. Las cuatro etapas de la Filosofía y su función en la Histori

1. LA FILOSOFÍA COMO ACTITUD HUMANA


Los problemas de los que se ocupa la Filosofía son problemas que todos los
seres humanos nos hemos planteado alguna vez. Nos planteamos cuestiones
filosóficas como:
¿Quién no se siente inquieto por saber qué somos, a dónde vamos, de dónde
venimos, qué sentido tiene nuestra existencia, si hay un Dios o si, por el contrario,
estamos solos en el universo? Incluso los niños y niñas hacen preguntas sobre estas
cuestiones, aunque sea de un modo difuso. Y es que la razón humana necesita de
estas explicaciones sobre el mundo.
Los seres humanos no nos conformamos con estar en el mundo, con aceptar el
mundo como un hecho, como hacen los animales. Los seres humanos necesitamos
una visión de conjunto, una "concepción del universo" que nos permita orientarnos,
que nos permita saber a qué atenernos, que nos permita encontrar un sentido a
nuestra vida.
Nuestro afán de saber, en principio, no tiene límites. Si nos conformamos con
menos, es a la fuerza. A veces, ni siquiera intentamos pensar más a fondo los
problemas porque nos da vértigo, porque sentimos el abismo de la existencia y
preferimos dejar de lado las dudas y las inquietudes. Otras veces, nos conformamos
con cualquier explicación, más o menos rudimentaria, de las que constituyen el
conjunto de creencias tradicionales de nuestro medio sociocultural.
Pero, de un modo u otro, aceptando del todo o a medias estas explicaciones,
los seres humanos nos encontramos con ellos; aunque tratemos de evadirnos, aunque
tratemos de sumergirnos en una vida de acción y diversiones, estos problemas últimos
tornan una y otra vez a nuestro horizonte mental. Y es que lo queramos o no los seres
humanos somos irrenunciablemente filósofos.

Si el búho es el símbolo de la filosofía, lo es porque sus ojos representan la


inteligencia, simbolizando la sabiduría y el conocimiento. A esta ave que ve de noche,
como al sabio, ninguna cosa se le esconde por más encubierta que parezca. Es su
visión siempre a medias, revocable, que siempre exige volver a mirar, abrir
perspectivas, superar apariencias, reconsiderar la cosas para adquirir de ellas el
conocimiento menos distorsionado posible.

1.1. DEL MITO AL LOGOS


El mundo ha sido siempre para el ser humano un colosal repertorio de
problemas: el nacimiento, la muerte, el paso de las estaciones, etc. He aquí una serie
de cuestiones, entre otras muchas, que necesitan ser explicadas. En un principio, los
seres humanos intentaron dar respuesta a estas cuestiones a través del mito.
El mito es el conjunto de respuestas IMAGINATIVAS que el ser humano da a
estas cuestiones. Ahora bien, es importante darse cuenta de que el mito responde a
una exigencia racional e inteligente: el ser humano imagina mitos, pero lo hace para
satisfacer la necesidad de responder a unas preguntas. Lo que no es racional es la
respuesta, precisamente por ser una respuesta imaginada.
El mito consiste, pues, en imaginar explicaciones sobre el universo. Es un
recurso a lo invisible y oculto, de modo que los hechos se explican en virtud de algo
que no es hecho ni dato. Ahora bien, el imaginar no basta para orientarse en el
mundo, hace falta saber cómo se comporta la realidad. Así, los mitos empiezan a
fallar, entran en crisis, poco a poco se va poniendo de manifiesto su insuficiencia
explicativa. Y, frente al mito, puramente imaginado, surge el saber racional -la
Filosofía- como un conocimiento por causas.
Naturalmente, esta crisis se irá produciendo poco a poco, y explicaciones
claramente mágicas o míticas irán coexistiendo con otras ya claramente racionales.
Así pues, el saber racional -la Filosofía- es un conocimiento por causas.
La actitud racional consiste en buscar causas, es decir, en relacionar unas
cosas con otras de tal modo que unas aparezcan como fundamento de otras en tanto
que explican su origen, su modo de llegar a ser. Mientras que el pensamiento mítico
da respuestas imaginarias y fabulosas, el pensar racional se caracteriza porque busca
respuestas homogéneas con lo que motivó la pregunta, porque el fundamento lo busca
entre las realidades conocidas.
He aquí lo que puede entenderse por razón filosófica: parte de unas preguntas
referidas a la totalidad y trata de dar una respuesta racional, es decir, busca un
fundamento, una explicación o causa a esa totalidad. Fueron los griegos - al menos
por lo que a la cultura occidental se refiere- los que descubrieron la razón filosófica, es
decir, la sustitución de los mitos, como grandes explicaciones del universo, por teorías
racionales.
La Filosofía surge en Grecia, aproximadamente a comienzos del siglo VI a. de
C., cuando las inteligencias más despiertas sintieron la necesidad de sustituir las
explicaciones míticas por otro tipo de explicaciones justificadas de un modo racional.

2. EL FUNDAMENTO ANTROPOLÓGICO DE LA FILOSOFÍA


La Filosofía tiene su origen en la propia constitución del ser humano, es una
necesidad constitutiva del ser humano ya que se admira ante el mundo que le rodea,
se angustia al darse cuenta de que es responsable de su propia vida y se percata de
que necesita abrirse al mundo para fabricar su vida.
Aristóteles señala en su Metafísica que “Lo que en un principio movió a los
seres humanos a hacer las primeras indagaciones filosóficas fue, como lo es hoy, la
admiración”. La Filosofía nace, pues, de la admiración por el mundo que nos rodea. En
la admiración hay un reconocimiento implícito de la ignorancia y, al mismo tiempo, una
aspiración a saberlo todo sobre aquello que se admira. El reconocimiento de la
ignorancia es el inicio, es el impulso que nos mueve a plantear todo tipo de
interrogantes.
La Filosofía comienza justo en el momento en que el ser humano se encuentra
desorientado ante los fenómenos y el mundo que le circunda y empieza a caer en la
cuenta de que la realidad es mucho más compleja de lo que a simple vista parece. El
ser humano es la necesidad de curiosear, que, si bien se da en todas las especies, es
típica de las especies animales no especializadas, de aquellas que por tener menos
instintos fijos necesitan aprender por medio de la exploración o curioseo cuáles son
sus enemigos y cuáles son sus presas. La Filosofía es la expresión de ese ansia
inacabada de saber que caracteriza al ser humano. El ser humano es una realidad
que se hace y se construye, es decir, una realidad emergente. Los demás seres no se
hacen a sí mismos, mientras que el ser humano es el ser que se hace a sí mismo. La
manera de obrar de los seres humanos no está fijada por naturaleza, no está
determinada por el instinto, de ahí que la existencia humana y la libertad sean
inseparables desde un principio. A este respecto escribe Ortega: es un ser
biológicamente débil e inacabado porque no está programado por la naturaleza. Este
hecho, como ha señalado K. Lorenz, repercute de forma considerable en su
comportamiento. Así, por ejemplo, un rasgo importante:
"El hombre ... Al no estar adscrito a una consistencia fija e inmutable -a una
'naturaleza'- está en franquía para ser, por lo menos para intentar ser lo que quiera.
Por eso el hombre es libre y ... no por casualidad. Es libre, porque no poseyendo un
ser dado y perpetuo, no tiene más remedio que írselo buscando. Y esto -lo que va a
ser en todo futuro inmediato o remoto- tiene que elegirlo y decidirlo él mismo. De
suerte que el hombre es libre a la fuerza. No es libre de no ser libre".
Vemos, por tanto, que el ser humano es un ser desnaturalizado, inacabado,
abierto, con palabras de Ortega, "una entidad infinitamente plástica de la
que se puede hacer lo que se quiera”; precisamente, por eso, no es de suyo nada,
sino mera potencia o posibilidad de ser. El ser humano, al ser libre, es responsable de
su vida, de su mundo; y esta responsabilidad le crea una angustia existencial que
justifica y fundamenta la existencia de la Filosofía. Y es en este estar abierto al mundo
lleno de enigmas y posibilidades donde encuentra su campo de actuación la razón
humana y donde tiene su sentido la Filosofía.
Pues, la Filosofía (el pensamiento) no es más que la faena desesperada de un
ser -el ser humano- que se encuentra perdido en el mundo y aspira a orientarse.

3. LA FILOSOFÍA ES ALGO PLURAL Y HETEROGÉNEO


Más arriba, definíamos la Filosofía como el intento de dar una explicación
racional del Universo. La aspiración de la Filosofía es conocer la realidad total y
conocerla con absoluta profundidad, esto es, conocer su último fundamento. Pues
bien, no existe un único camino para alcanzar esta aspiración, y es que la Filosofía, a
pesar de ser un sustantivo singular, es algo plural y heterogéneo.
Mientras otras disciplinas del conocimiento son relativamente homogéneas,
unívocas y claramente definibles, con la Filosofía no sucede nada semejante. Desde
que comenzó la Filosofía ha recorrido un largo camino y este largo camino no ha sido
recorrido por una sola filosofía, sino por múltiples sistemas filosóficos y cada uno, a su
manera, ha buscado esa explicación radical de la realidad. Por ello, más que de
Filosofía, tendríamos que hablar de filosofías, en plural.
Podríamos decir que la Filosofía, más que como una ciencia efectiva, más que
como una sabiduría efectivamente poseída, se presenta, desde el comienzo, como un
intento por alcanzar dicha sabiduría. La palabra misma "filosofía" nos indica el
carácter de "ciencia buscada" que le es propio. La palabra "filosofía" viene del
latín Philosophia, y éste -a su vez- de una voz griega de análoga fonética. Dicha
palabra griega está compuesta por los términos filo, que significa amar, y sofía,
que significa sabiduría. Así pues, desde un punto de vista etimológico, la Filosofía es
el amor a la sabiduría.

3.1. FILOSOFÍA TEÓRICA Y FILOSOFÍA PRÁCTICA


Aunque hay muchas formas de entender y definir la Filosofía, podemos
distinguir dos formas globales de entenderla: la Filosofía como interpretación de la
realidad, Filosofía teórica y la Filosofía como transformación de la realidad,Filosofía
práctica.
La Filosofía entendida como interpretación de la realidad, da lugar a una
Filosofía contemplativa cuyo objetivo fundamental es la reflexión sobre la realidad para
explicarla. Por su parte, la Filosofía entendida como transformación de la realidad, da
lugar a una Filosofía activa cuya principal categoría es la práctica y que tiene como
función principal transformar la realidad social. Esta segunda forma de entender la
Filosofía hace hincapié en la función crítica. En esta segunda forma de entender la
Filosofía, nos encontramos con una filosofía más viva, más dinámica, una filosofía que
actúa directamente sobre la realidad que le rodea y que es capaz de transformar,
determinadas estructuras sociales. No obstante, tanto los que solo insisten en el
aspecto teórico de la Filosofía, como los que solo insisten en el práctico, están
desvirtuando el verdadero sentido de la Filosofía y olvidando una de sus funciones
básicas: situar al ser humano en el mundo, como un sujeto capaz de crear su propio
universo (el universo humano) y, además, capaz de reflexionar sobre él y sus propias
acciones.

4. LA FILOSOFÍA Y SU RELACIÓN CON LA CIENCIA


Las dos características fundamentales del saber científico son::
1. La ciencia se ciñe a una parte del universo; su objeto es siempre limitado en
extensión, a veces esta limitación puede llegar a la más increíble especialización. Es
más, en ello se basa, en gran parte, el éxito de la ciencia.
2. La ciencia se atiene a los aspectos "fenoménicos" de su objeto; esto es,
más que preocuparse por lo que las cosas son, se preocupa por explicar las
apariencias, sin cuestionarse si ese aparecer es real o no. En otras palabras, la ciencia
se desentiende del carácter de "realidad" de sus objetos y se conforma con explicar
las leyes que rigen los fenómenos.
Pues bien, frente a la ciencia, la Filosofía se caracteriza por:
1. No ser un saber parcial sino un saber de TOTALIDAD. La Filosofía busca
siempre una VISIÓN DE CONJUNTO del universo; nunca se reduce a ser parcela, es
decir, a estudiar una parte del universo.
2. De esta totalidad, a la Filosofía no le interesa conocer solo los aspectos
fenoménicos -las apariencias-, las meras leyes de comportamiento). Lo que la
Filosofía busca es el ÚLTIMO FUNDAMENTO de su objeto: LA ESENCIA. No se
conforma con explicar cómo se comportan los objetos sino que quiere saber qué son.
Podríamos afirmar que, mientras que la ciencia se ocupa de aspectos parciales y
limitados de la realidad, la Filosofía tiende a ofrecer una visión TOTALIZADORA y
GLOBALIZANTE de dicha realidad. Las relaciones entre Filosofía y Ciencia han ido
variando a lo largo de la historia. En un principio, en la Antigüedad, ambas estaban
indisolublemente unidas. Con el paso del tiempo, en la Edad Media, la Ciencia se fue
separando de la Filosofía, convertida fundamentalmente en teología. Más tarde, en la
época Moderna, con Newton, se produjo la conjunción perfecta entre la ciencia y la
filosofía del siglo XVIII. En los siglos XIX y XX con el Positivismo y el Neopositivismo
se produce la separación total entre Ciencia y Filosofía. En la actualidad, este
positivismo radical ya no es tan aceptado. Tanto científicos como filósofos de la ciencia
han caído en la cuenta de que la ciencia no es independiente del ambiente cultural y
social en el que surge y que, muchas veces, ella se nutre de elementos extracientíficos
que a su vez permiten el avance de la ciencia misma. Así pues, la línea divisoria entre
Filosofía y Ciencia no estaría claramente definida. Podríamos afirmar que la Ciencia y
la Filosofía deben considerarse como complementarias y no como opuestas. La
ciencia necesita de la Filosofía para no correr el peligro de desconocer su método de
trabajo y para establecer todas sus investigaciones dentro de un marco global.
Además, la Filosofía es a menudo el trabajo especulativo que anticipa y preludia los
futuros desarrollos de la Ciencia. Y, a su vez, la Filosofía necesita de la Ciencia, ya
que los descubrimientos científicos van abriendo nuevos caminos a la especulación
filosófica, otorgándole elementos parciales para construir una visión global de la

realidad.

5. LAS CUATRO ETAPAS DE LA FILOSOFÍA Y SU FUNCIÓN EN LA


HISTORIA
La Filosofía, pues, no es una actividad aislada, al margen de la vida ya que se
haya vinculada a las necesidades de los seres humanos. No obstante, las
necesidades humanas o problemas vitales no han sido siempre los mismos o no han
sido siempre los mismos los más importantes, sino que dependiendo de distintos
condicionamientos -culturales, sociales, políticos, económicos, etc.-, se ha primado la
necesidad de resolver unos u otros problemas. De ahí que la Filosofía haya ido
tomando diversos rumbos y haya ido adquiriendo diversas funciones a lo largo de la
Historia, en consonancia con las urgencias vitales de cada época.
Podemos distinguir cuatro etapas a lo largo de la Historia de la Filosofía, a saber:
* Filosofía Antigua (ss. VI a. C. -IV d. C.): Presocráticos, Sócrates y los
Sofistas, Platón y Aristóteles y las Escuelas Helenísticas.
* Filosofía Medieval (ss. V – XIV): San Agustín, Santo Tomás de Aquino y
Guillermo de Ockham.
*Filosofía Moderna (ss. XVII – XVIII): el Racionalismo de Descartes, el
Empirismo de Locke y Hume y el Criticismo de Kant.
* Filosofía Contemporánea (ss. XIX – XX): Destacan autores como Hegel,
Marx, Nietzsche, Sartre, Unamuno, Ortega y Gasset, Hannah Arendt, María
Zambrano, etc.
En un principio, la Filosofía fue entendida como cosmología (Ciencia del
Cosmos). Los primeros filósofos griegos -los Presocráticos- buscaban, a través del
Logos (razón), un único principio explicativo de la realidad que justificase y diese
sentido a la multiplicidad. Después, con Sócrates y los Sofistas, la Filosofía se ocupó
de problemas éticos y políticos. Posteriormente con Platón y Aristóteles, la Filosofía
tomará un doble sentido que permanecerá a lo largo de toda la historia: a) La Filosofía
como saber teórico, conocimiento de tipo contemplativo. b) La Filosofía como saber
práctico, como conocimiento que sirve para la vida. Con las escuelas helenísticas
(Epicureísmo, Estoicismo y Escepticismo, la Filosofía se transforma sobre todo en
moral para poco a poco dar paso al Neoplatonismo y, posteriormente, al Cristianismo.
En esta época, la Edad Media, la Filosofía se encuentra al servicio de la fe y
su única misión es esclarecer mediante la razón los contenidos del dogma (San
Agustín y Santo Tomás de Aquino). Paulatinamente, la Filosofía va ganando terreno a
la fe, hasta que en el siglo XIV aparecen figuras, como la de Guillermo de Ockham,
que plantean la necesidad de separar Filosofía y Teología, puesto que dichos saberes
deben cubrir ámbitos bien distintos: la función de la Filosofía no debe ser esclarecer
los contenidos de la Teología, ya que la Filosofía debe ser un saber autónomo que no
ha de estar limitado por instancias ajenas a ella misma. Así, poco a poco la Filosofía
va convirtiéndose en teoría del conocimiento.
En la Época Moderna (Descartes, Hume y Kant) - siglos XVII y XVIII- el saber
filosófico es un saber orientado hacia la búsqueda de la verdad, una verdad que debe
ser evidente y sobre la que se comenzará a edificar el edificio del conocimiento de una
manera sólida.
En la Época Contemporánea, no se precisa demasiado cuál debe ser la función
de la Filosofía. Así, para Schöpenhauer, la Filosofía es el fundamento de todos los
demás saberes ya que es la reflexión de la voluntad sobre sí misma; para los vitalistas,
la Filosofía no debe ser otra cosa que la expresión de la vida misma, con sus
paradojas y contradicciones, y no debe estar sometida al dominio de la razón, sino al
del sentimiento. Para la Escuela de Franckfort, la Filosofía tendría una función crítica y
vendría a ser la "autoconciencia crítica de la sociedad". Esto ocurriría igualmente en
autores existencialistas entre los que cabe citar a Sartre.

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