Metanol Verde Expo
Metanol Verde Expo
Metanol Verde Expo
Se denomina metanol verde a aquel metanol que se produce de forma renovable y sin
generar emisiones contaminantes, siendo una de sus variantes generada a partir de
hidrógeno verde. Este compuesto químico puede utilizarse como combustible líquido bajo
en carbono y plantea una alternativa prometedora al combustible fósil en áreas con un gran
desafío de descarbonización como el transporte marítimo.
El metanol (CH₃OH), también conocido como alcohol metílico, es un compuesto químico
muy demandado dada su multitud de aplicaciones industriales: como disolvente,
anticongelante, en materiales de construcción y en la producción de combustibles
sintéticos, entre otras. Gracias a su presentación en forma de líquido ligero a temperatura
ambiente resulta sencillo de transportar y almacenar. Hasta hoy, la inmensa mayoría del
metanol que se produce se genera a partir de gas natural, lo que lo vincula directamente con
las emisiones de gases de efecto invernadero. La llegada del metanol verde, proveniente
de fuentes de energía limpias, pretende dar un fuerte impulso a este compuesto
convirtiéndolo en una alternativa a los combustibles fósiles muy prometedora a la hora de
reducir la huella de carbono de industrias fuertemente emisoras como el transporte
marítimo.
METANOL GRIS, AZUL Y VERDE
Al igual que otros compuestos o materiales, el metanol se clasifica hoy en día en base
al grado de sostenibilidad de su proceso de producción, convirtiéndolo en una materia
prima más o menos respetuosa con el medio ambiente, y por tanto más o menos útil para
contribuir a la descarbonización. Así, debemos distinguir claramente el metanol verde del
metanol azul o el gris.
METANOL GRIS
Se obtiene por reacción de síntesis a partir del metano presente en el gas natural (o en
algunos casos, como en China, proveniente todavía del carbón). No es por tanto una energía
renovable o limpia.
METANOL AZUL
También se obtiene por síntesis derivado del gas natural, pero incluye como parte del
proceso la captura y almacenamiento del carbono generado durante su producción,
convirtiéndolo en un producto menos contaminante.
METANOL VERDE
Se produce utilizando solo fuentes de energía renovables en el proceso y asegurándose de
que no se emiten gases nocivos a la atmósfera. Así, el metanol verde es sinónimo de
metanol renovable y limpio.
Desde luego, son tecnologías muy innovadoras, pero también muy, muy caras. La
inversión en una planta de captura de CO2 e hidrógeno verde es casi un 50% mayor
que la de una planta con un proceso convencional y tiene un consumo de electricidad 80
veces superior porque se necesita mucha energía para fabricar hidrógeno verde por
electrolisis.
Además, esta tecnología todavía no alcanza la producción convencional. Una planta
estándar de metanol de origen fósil genera 1,2 millones de toneladas al año. Se necesitarían
muchos electrolizadores para crear hidrógeno verde y conseguir la misma producción de
metanol renovable. La planta de Islandia que fue la pionera en 2012 en fabricar este
combustible obtiene 4.000 toneladas al año.
Los proyectos piloto más avanzados de metanol bajo en emisiones pueden fabricar una
tonelada al día.
3. Descripción de proceso describiendo los equipos principales y su modo de
funcionamiento
El ultimo informe del grupo intergubernamental de expertos sobre el cambio climático fue
categórico. Las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) atribuibles al ser humano
son responsables de un calentamiento de aproximadamente 1,1 °C en los últimos 150 años
y se prevé que esta cifra aumente a los 1.5°C en los próximos 20 años. De la misma forma,
el informe indica que a menos que las emisiones de GEI se reduzcan de manera inmediata,
rápida y a gran escala, limitar el calentamiento a cerca de 1,5°C o incluso a 2°C será un
objetivo inalcanzable. Los efectos adversos del calentamiento global son amplios y se
manifiestan en aumentos de sequias, nivel del mar, inundaciones, olas de calor,
derretimiento de hielos, entre muchos otros.
Fuente:
La electrolisis del agua puede ser realizada mediante diversas tecnologías, siendo las
principales la electrolisis alcalina, la electrolisis de membrana de intercambio de protones
(PEM) y la electrolisis de óxido sólido.
Electrolisis alcalina
−¿ 1 −¿¿
Ánodo:2 OH (ac ) → O2 ( g) + H 2 O (L ) +2 e ¿
2
Los electrodos están sumergidos en el electrolito líquido y, las cámaras anódica y catódica
están separadas por un diafragma poroso que impide la mezcla de los gases.
El rango de temperatura al cual operan es de 50-100 °C. Al ser la tecnología más
desarrollada, son los equipos más duraderos y de menor coste. Es por ello, que es la
tecnología más empleada en la industria, disponiendo ya de productos a escala MW.
La electrolisis alcalina es la tecnología más desarrollada de las tres y es la que predomina
en las plantas de electrólisis de gran escala. Entre las ventajas de esta tecnología destacan
su menor costo relativo, porque su ánodo y cátodo utilizan elementos químicos “no nobles”
como catalizadores, además de la prolongada vida útil de la celda, la cual se estima en torno
a 90 mil horas. Sin embargo, la electrolisis alcalina requiere de una fuente de energía
constante e ininterrumpida, por lo que son poco compatibles con generación a partir de
ERNC sin respaldo.
Electrólisis de membrana de intercambio de protones (electrólisis PEM)
Biomasa natural: Es la que se produce en la naturaleza sin que para ello intervenga el ser
humano.
Biomasa residual: Se trata de los residuos orgánicos producidos a partir de la actividad del
hombre. Por ejemplo, los residuos sólidos urbanos (RSU) o los que proceden de las
actividades agrícolas, ganaderas o industriales. Esta, a su vez, puede clasificarse en húmeda
o seca.
Biomasa producida por cultivos energéticos: Se trata de aquellos cultivos cuyo fin es el
aprovechamiento energético y en los que se planta una especie concreta para maximizar la
producción de materia viva.
En la gasificación, un material orgánico sólido o líquido, como la biomasa, es convertido a
través de una oxidación parcial a un producto gaseoso denominado gas de síntesis, el cual
está compuesto de hidrógeno (H2) y monóxido de carbono (CO), y en menor cantidad por
CO2, agua, metano (CH4), hidrocarburos pesados (C2+) y nitrógeno (N2). Las reacciones
son llevadas a cabo a temperaturas comprendidas entre 500°C y 1400°C y a presiones que
van desde valores atmosféricos hasta presiones elevadas de 33bar. El agente oxidante
empleado puede ser aire, oxigeno (O2) puro, vapor o mezclas de éstos.
En un proceso de gasificación se distinguen cuatro procesos principales que pueden ocurrir
de manera paralela en diferentes zonas del gasificador y a una determinada temperatura: el
secado (T>150°C), 2) la pirolisis o devolatilización (150-700°C), 3) la oxidación (700-
1500°C) y 4) la reducción (800- 1100°C).
En el secado, la humedad del sólido combustible es removida mediante evaporación. En la
pirolisis ocurre una descomposición debido a que el vapor de agua, líquidos orgánicos y
gases no condensables se separan del carbón sólido presente en el combustible. En la
oxidación los constituyentes del combustible reaccionan de manera exotérmica con el O 2,
mientras que las reacciones en donde se reduce el gas combustible son endotérmicas.
El secado de la biomasa se produce en las zonas más frías del gasificador, y de manera
prácticamente instantánea. Mediante esta primera etapa el sustrato pierde el agua que aún
pudiese contener después de las etapas de pretratamiento de la biomasa, utilizando el calor
“residual” del resto de etapas del gasificador.
La siguiente etapa que experimenta la biomasa es la pirólisis. Supone la descomposición
térmica de la biomasa en presencia de un agente de oxidación que se encuentra en bajas
concentraciones. Los productos obtenidos se pueden diferenciar en base al estado de
agregación, presentándose compuestos gaseosos, líquidos y sólidos. La pirólisis, además,
está acompañada de reacciones de craqueo que también ayudan a la descomposición del
sustrato carbonoso. Durante esta etapa se inicia ya la formación de los compuestos que
componen el gas de síntesis (fracción gaseosa), sin embargo, las fracciones líquidas y
sólidas deben seguir reaccionando para producir más gas de síntesis.
El último proceso que experimenta la biomasa es la gasificación en sí misma. Mediante este
proceso se transformar las fracciones líquidas y sólidas de la etapa pirolítica en la mezcla
gaseosa denominada gas de síntesis, además de establecerse numerosas interacciones
químicas entre los productos de todas las etapas anteriores.
Pirolisis o devolatilización
En esta etapa, la cual empieza cerca de los 350°C y se acelera rápidamente al estar cerca
los 700°C, ocurren una serie de complejos procesos químicos y físicos. La composición de
los productos formados durante la devolatilización es función de la temperatura, presión y
composición del gas. El proceso de pirolisis puede ser representado por la reacción general:
Biomasa+Calor →Carbono+Gases +Vapores o liquidos
Los productos de la pirolisis se agrupan en:
1) Gases tales como H2, CO, CO2, H2O, CH4
2) Alquitranes: líquido viscoso y corrosivo compuesto de hidrocarburos pesados y
moléculas inorgánicas
3) Carbono en forma de sólidos residuales.
Oxidación
En gasificadores de calentamiento directo las reacciones de oxidación o combustión son las
que proveen el calor que requieren las reacciones endotérmicas. Las reacciones de
oxidación representan el proceso por medio del cual el O 2 suministrado al gasificador
reacciona con el combustible presente, lo cual resulta en la formación de CO 2 y H2O que
posteriormente se reducen en la zona de gasificación (C+O2= CO2+393,77kJ/ mol de
carbón). Igualmente tiene lugar la oxidación del H 2 para producir vapor (H2+½O2=
H2O+742kJ/mol de H2).
Gasificación
La gasificación involucra una serie de reacciones endotérmicas, estimuladas por el calor
producido en las reacciones de combustión, las cuales transforman la biomasa a un gas
combustible.
Tipos de gasificador
CO 2+ 3 H 2 ↔CH 3 OH + H 2 O
CO+ H 2 O ↔CO 2 + H 2
Todas son reacciones exotérmicas y dos de ellas implican una contracción molar, por lo que
el proceso se ve favorecido por bajas temperaturas y altas presiones.
Existen dos tipos principales de reactores en los procesos de síntesis de metanol: los
adiabáticos y los isotérmicos.
Los sistemas que trabajan con reactores adiabáticos comúnmente presentan entre dos y tres
reactores de lecho fijo en serie con intercambiadores de calor a la salida de cada uno de
ellos
Pila de reactores adiabáticos
A esta configuración se la denomina habitualmente como sistema de enfriamiento indirecto.
El problema de esta configuración es que, debido a la exotermicidad del proceso de síntesis
de metanol, la conversión se ve muy reducida por el equilibrio, por lo que se necesitan altos
ratios de recirculación y mayor volumen de catalizador. Este tipo de instalaciones se
caracterizan por bajos costes de instalación y altas capacidades de producción.
Dentro de este grupo de reactores, otra configuración típica es la que utiliza una
alimentación refrigerada, la cual entra a distintos niveles a lo largo del reactor, permitiendo
controlar el calor en su interior y aumentando la conversión del gas de síntesis. A este tipo
de reactores se les denomina quench
Simulación de la planta GIDARA 3-D Model, que Técnicas Ruinads está diseñando para
constuir en Ámsterdam
Por una u otra ruta se están decantando diferentes empresas con proyectos piloto. Técnicas
Reunidas es otro ejemplo. Diseña una planta de biometanol en Amsterdam para la empresa
Global Industrial Dymamics (GID) a partir de la gasificación de residuos de madera no
reciclables y combustible sólido recuperado. El biometanol resultante se mezclará después
con gasolina. «Utilizamos residuos orgánicos domésticos, comerciales, las basuras de
nuestras casas, y residuos de valor añadido como telas, cartones y plásticos. Estas materias
primas generan un gas sintético y a través de distintos procesos industriales puede derivar
en metanol. El reto es que esta planta tenga la materia prima asegurada a largo plazo, que el
biometanol puede competir con el metanol convencional y que la planta se pueda instalar
en otros países europeos», señala Joaquín Pérez de Ayala, director de Desarrollo
Corporativo de Técnicas Reunidas.
Desde luego, el metanol renovable está despertando mucho interés. Es un combustible
emergente, además de una materia prima con muchas posibilidades para la industria
petroquímica. «Es un líquido que se almacena muy bien, es fácil de manipular, de
transportar en un camión cisterna», matiza el profesor Cortés. «En la medida que se
incrementen los usos del metanol renovable —continua—, la demanda crecerá. Para que
sea competitivo necesitamos que baje el precio de la electricidad y que los electrolizadores
(para obtener hidrógeno verde) sean más eficientes y con menor coste».
Se mira hacia este combustible sobre todo para satisfacer la demanda del transporte pesado.
«Para trenes o barcos ofrece la posibilidad de usarse directamente o almacenarse en tanques
que alimenten pilas de combustible», añade Cortés. La industria naviera es una de las que le
hace guiños. «El metanol neutro en carbono es un magnífico candidato para la
descarbonización del transporte marítimo. Se puede usar en motores de propulsión
interna o como fuente de alimentación para pilas de combustible dando así una gran
versatilidad en función de las necesidades de cada armador, siendo un combustible apto
para navegación costera o transoceánica», asegura Jorge Dahl, Business Development
Manager de DNV GL.
Ante este escenario, el metanol verde bien puede ser uno de los inesperados combustible
del futuro.
5. Referencias
síntesis de metanol.pdf
Reportes de IEA, IRENA
El metanol verde reclama su lugar en la ruta de la descarbonización (abc.es)
La revolución del hidrógeno verde y sus derivados en Magallanes - Google Books