Grupo 1 - Monografia - Deontología.
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POLÍTICAS
DEONTOLOGIA FORENSE
Monografía sobre estudio ético y moral de la abogacía.
DOCENTE
Coronado Ojeda Katherine Elizabeth
ALUMNOS
Benites Granda, Alexander Moreno Castillo Adriano
Calderón Barrientos Maythe Prieto Román Cristopher
Heras Farias Liseth Ruiz Guaranda Roxy
Saavedra Rondoy Aracely Velásquez Peña Hailyn
Silva Mulatillo Iris
Valladolid Cespedes Manuel
Tumbes. Perú
2023
Trabajo monográfico acerca del estudio ético y moral de la abogacía
Benites Granda, A., Calderón Barrientos M., Heras Farias L., Moreno Castillo A.,
Prieto Román C., Ruiz Guaranda R., Saavedra Rondoy A., Silva Mulatillo I.,
Valladolid Cespedes M. & Velásquez Peña H.
3. La abogacía .................................................................................................................... 6
9. Conclusiones ............................................................................................................... 22
El estudio ético y moral de la abogacía es una disciplina fundamental que aborda los
principios, valores y normas que guían el comportamiento de los profesionales del derecho
en el ejercicio de su labor. Se centra en examinar las responsabilidades éticas y morales
que los abogados tienen hacia sus clientes, la sociedad y el sistema legal en su conjunto.
La abogacía es una profesión con un papel crucial en la administración de justicia y en la
defensa de los derechos individuales y colectivos. Bajo este contexto, la ética y la moral se
convierten en pilares fundamentales para garantizar la integridad, la imparcialidad y la
equidad en el ejercicio de nuestra profesión.
Este campo de estudio se ocupa de cuestiones variadas, que van desde la confidencialidad
y lealtad hacia el cliente, hasta la obligación de actuar con honestidad y diligencia en la
representación legal. También aborda dilemas éticos que pueden surgir en la toma de
decisiones, especialmente en situaciones donde los intereses de distintos actores puedan
entrar en conflicto. El estudio ético y moral de la abogacía no solo se enfoca en la conducta
individual de los profesionales del derecho, sino también en la estructura y funcionamiento
del sistema legal peruano. Examina, por ejemplo, el acceso a la justicia y el papel de los
abogados en la promoción de la equidad y la protección de los derechos fundamentales.
Por último, podemos decir que, este campo busca fomentar una cultura de responsabilidad
y transparencia en la práctica legal, fortaleciendo la confianza de la sociedad en el sistema
de justicia. Proporciona las herramientas conceptuales y normativas necesarias para que
los abogados puedan tomar decisiones éticas informadas y actuar en beneficio de la justicia
y el bien común.
1. ¿Qué es la ética?
El concepto de la ética, según la Real Academia Española (RAE) la define como el conjunto
de normas morales que rigen la conducta de la persona en cualquier ámbito de la vida.
Podemos decir también que la ética es una disciplina de la filosofía que se encarga de
estudiar la conducta o comportamiento humano y su relación con las nociones del “bien y
del mal, los preceptos morales, el deber, la felicidad y el bienestar común o colectivo”.
Para ello la función de la ética como disciplina es analizar los preceptos de la moral, el
deber y la virtud que guían el comportamiento humano hacia la libertad y la justicia.
Esta disciplina sólo define normas explícitas para los profesionales en ejercicio de sus
funciones, con el fin de garantizar que actúen adecuada y correctamente, en caso de que
la moral personal entre en conflicto con el deber profesional.
Por ejemplo, supongamos que un médico recibe a un asesino herido de bala por la policía
como paciente de emergencias. Ante esta situación los valores morales del médico le hacen
reprobar al “paciente” y pensar que es injusto que él viva cuando ha matado a tantas
personas inocentes.
Sin embargo, el código ético de su profesión le obliga a hacer todo lo posible por salvar la
vida del asesino, pues si lo deja morir, deliberadamente, el médico puede perder su licencia
profesional. Podemos concluir con ello que el cumplimiento del deber profesional se impone
sobre la moral del individuo, así se garantiza que todo profesional actúe de manera
imparcial a la hora de ejercer sus funciones.
2. ¿Qué es la moral?
Cultura: Las normas morales pueden variar de una cultura a otra. Lo que se considera
moralmente aceptable en una cultura puede no serlo en otra, debido a las diferencias en
valores, tradiciones y costumbres.
Es importante destacar que la moral puede ser subjetiva y que las opiniones sobre lo que
es correcto o incorrecto pueden variar entre individuos y grupos. Sin embargo, en muchas
sociedades, existen ciertos principios morales comunes que suelen incluir la honestidad, la
justicia, la empatía, el respeto por los demás y la responsabilidad.
3. La abogacía
Asimismo, en la asesoría, consejo jurídico y asistencia que se presta a otras personas para
el desarrollo de sus relaciones de carácter social, y la intervención en la prevención y
solución de conflictos.
En el derecho existen diversas “profesiones jurídicas”, que, si bien todas ellas requieren,
para su preparación inicial, del estudio del derecho, en su ejercicio se diferencian de manera
importante y en un momento dado los requisitos para su práctica pueden variar. El título de
licenciado en derecho, cualquiera que sea la denominación con la que se expida por las
instituciones autorizadas, faculta a quien lo ostenta para el ejercicio de las diversas
profesiones jurídicas; así se estudia derecho, pero profesionalmente se ejerce la abogacía,
la judicatura, el notariado, la correduría, la asesoría o consejo jurídico, la asistencia, la
intervención en la prevención y solución de conflictos o la academia en su aspecto tanto de
investigación científica como de docencia jurídica. En el ejercicio profesional, es
responsabilidad del ejerciente tener presentes las incompatibilidades que existen entre las
diversas profesiones jurídicas.
-Evolución de la Abogacía.
Se pueden dar muchos ejemplos. Así, al remontarnos hasta Egipto, descubrimos que en el
sistema legal de esta antiquísima cultura no existió la defensa con abogado. Durante el
proceso, las partes se dirigían por escrito al tribunal, explicando su caso, el que luego de
hacer el estudio pertinente, emitía la sentencia.
El hecho que no existiera un defensor en el sistema legal se debió a la idea que tenían los
egipcios respecto a los juicios orales, en donde un intermediario podía asumir la defensa; y
es que la jurisprudencia de la época, encontrada en un antiguo papiro, decía que la
presencia de un orador hábil podría influir sobre las decisiones de los jueces y hacerles
perder objetividad. La última instancia consistía en apelar al Faraón, quien no representaba
a la justicia, sino que era la «justicia».
Las partes recurrían a los jueces y luego apelaban al rey o emperador, según las épocas
históricas. El rey, que era el brazo de la justicia, tenía la última palabra. Igualmente, entre
los hebreos, el sistema legal tampoco se distinguió de los anteriores.
Recordemos el juicio ante Salomón, en donde no hay defensor. Cristo tampoco lo tuvo
porque fue juzgado según las leyes judías, pero si hubiese sido juzgado por las leyes
romanas, el Estado le hubiera asignado un abogado para su defensa.
Además, periódicamente las autoridades judiciales chinas publicaban las decisiones de los
tribunales con las leyes que había aplicado para cada caso, lo que permitía una mejor
información. En la India, tanto en el período budista como en el brahmánico, tampoco existió
la figura del defensor.
Pero en la medida que los litigios aumentaban, esta profesión de orador-escritor adquirió
prestigio y quienes ejercían comenzaron a oficiar como defensores. Lysias (440-360 a.c.)
fue el abogado más notable entre los atenienses.
Fue en Roma donde se desarrolló plenamente y, por primera vez, de manera sistemática y
socialmente organizada, la profesión de abogado, palabra que viene del vocablo latino
advocatus, que significa llamado, porque entre los romanos se llamaba así a quienes
conocían las leyes para socorro y ayuda.
También como en Grecia, se les llamó «oradores» o «voceris», porque era propio de su
oficio el uso de voces y palabras. Como en ninguna sociedad del mundo antiguo, los
romanos permitieron que ciertas mujeres, las de la clase alta, pudieran ejercer la abogacía.
Es en «Las Siete Partidas de Alfonso el Sabio», donde aparece por primera vez en un texto
legal la definición de abogado, en lengua española. «Bozero es nome que razona por otro
en Juycio, o el suyo mesmo, en demandando o en respondiendo. E así nome, porque con
boze e con palabra usa de su oficio».
Las Siete Partidas dice que los abogados eran ciudadanos útiles, porque «ellos aperciben
a los juzgadores y les dan luces para el acierto y sostienen a los litigantes, de manera, que
por mengua, o por miedo o por venganza o por no ser usados de los pleitos no pierden su
derecho, y porque la ciencia de las leyes, es la ciencia y la fuente de justicia, y
aprovechándose de ella el mundo más que de otras ciencias.
Pero a pesar de los elogios de las Siete Partidas, la profesión de abogado en España fue
grisácea y oscura, no gozaban de la necesaria libertad para ejercer su profesión. Asimilados
a burócratas como funcionarios públicos, jamás pudieron cumplir su misión de proteger al
oprimido y al injustamente perseguido.
Muy diferente fue la situación del abogado en Francia. Su papel fue preponderante en la
sociedad, respetando y acatando las leyes. La «Ciudad de los Reyes», el 13 de septiembre
de 1538, tres años después de haberse fundado Lima, el Cabildo, preocupado por los
conflictos entre partes decidió que era indispensable la intervención de abogados y
procuradores en los litigios.
En conformidad con este criterio se procedió a nombrar por pregones en la plaza pública
dos defensores, don Alonso de Navarrete y don Pedro de Avendaño, los primeros abogados
que registra nuestra historia oficial.
Estos defensores deberían proteger al ciudadano, al poco tiempo se autorizó que se pudiera
ejercer libremente la abogacía previa licencia del juez que era el alcalde. Cabe destacar
que el Colegio de Abogados de Lima se fundó durante el Virreinato en 1808 por el virrey
Abascal. El primer decano fue Antonio de Oquendo.
Ya en la República, los abogados organizados en el Colegio, participaron en el proceso
emancipatorio y libertario de la República Dominicana.
A partir de esa fecha muchos han sido los abogados ilustres en la República Dominicana.
Desde nuestra independencia, «un ser independiente que no pretende sino a sí mismo, y
que sólo da cuenta a su conciencia de sus trabajos y de sus actos. Libre de las trabas que
oprimen a los demás hombres, demasiado altivo para tener protectores y demasiado
modesto para tener protegidos; sin esclavos y sin señores», como diría Lic. Pedro Francisco
Bono.
-San Alfonso María del Ligorio, (San Ivo, Patrono de los Abogados).
San Ivo, patrono de los abogados, representa no solamente un ejemplo espiritual, moral o
religioso sino, el precursor de la ética y la deontología profesional del abogado. Ivo de Ker-
Martín fue hijo de Heroly de Ker-Martín y nació en 1253 en el castillo de ese nombre, en el
Departamento de Coste-du-Nord, República Francesa (no debe confundirse con SAINT
IVES, que es un santo asiático).
Como su familia era noble y disponía de bienes de fortuna, recibió una educación esmerada,
la cual perfeccionó por medio de continuos viajes. En Paris, Orleáns y Rennes cursó
estudios de Derecho Canónico. En 1280 fue nombrado por Mauricio, Arcediano de Rennes,
Oficial o Juez Eclesiástico y, en 1284, se le confió igual cargo en la Diócesis de Treguier a
cargo del Obispo- Alain de Bruce.
Durante todos estos años ejerció la abogacía con gran celo y mansedumbre.
Predicó principios de moral altísima y en relación con nuestro gremio, ellos pueden
resumirse en sus famosos Mandamientos de los Abogados, acogidos posteriormente como
norma de la Orden de los Abogados de Francia.
La ética profesional del abogado son las obligaciones y deberes que rigen la práctica de su
profesión. De esta manera se garantiza la máxima protección a cada cliente.
Así un código deontológico obligará al profesional jurídico de manera positiva a cumplir con
ciertas obligaciones. De ahí la importancia de la ética profesional de un abogado. Estas te
ayudarán tanto a su trabajo como a la protección de tu cliente:
•Ante un cambio de abogado, hay que solicitar la venia: si te contratan durante el curso de
un proceso debes solicitar la venia del abogado anterior. El abogado anterior está obligado
a hacerte llegar toda la documentación que tenga sobre el caso.
•Comunicación fluida con la parte contraria a través de su abogado: es un principio ético y
procesal básico. Las partes solo deben comunicarse a través de sus abogados. Así pues,
la comunicación que tengas con otros profesionales debe ser fluida y cordial.
2.Confianza del cliente: Los clientes necesitan confiar en sus abogados para que los
representen de manera efectiva y justa, y la moral es fundamental para establecer y
mantener esa confianza.
3.Responsabilidad social: Los abogados tienen una responsabilidad social para promover
la justicia y la igualdad en la sociedad, y la moral es fundamental para guiar sus acciones
en este sentido.
4.Integridad personal: Los abogados deben actuar de acuerdo con sus valores personales
y morales para mantener una conciencia clara y una buena reputación en su profesión.
Malos no en el sentimiento, porque nada exige ser buena persona para ser
«buen abogado», sino malo en la práctica de la profesión.
En los últimos años, han crecido y prosperado notablemente, demandas por mala praxis
contra abogados, que, por ejercer su profesión de manera negligente, han perjudicado las
acciones judiciales de sus clientes, provocando de esta manera un menoscabo económico
en su patrimonio. La mala praxis de los «malos abogados» encuentra su fundamento en los
presupuestos de las obligaciones y la responsabilidad civil.
Muchos de los abogados con la finalidad de ganar dinero no toman en cuenta una
«obligación de medios», y en su gran mayoría los «malos abogados» toman
responsabilidad por la decisión final del juez, sin haber estudiado el caso.
Ejemplo: Caso de abogado que aconsejó a su cliente esconder un cadáver causa polémica
Así también, denunció que dicho abogado le pidió a Gómez la suma de ocho mil dólares
americanos, supuestamente para ser entregados a la prensa, a la Policía y a la DIVINCRI
Callao, para que apoyen la versión del secuestro, de manera que nadie encuentre el
cadáver de su hija, circunstancia que aprovecharía Gómez para huir.
El ser «buen abogado», no solo involucra saber de normas legales y procesos de litigio, es
mucho más que eso. Aprender conceptos y hablar con palabras difíciles tampoco significa
ser apasionado del derecho.
En definitiva, lo relevante de un abogado que estudió por «pasión del derecho» es que: «de
vez en cuando, no muy a menudo, pero alguna vez, uno puede participar en el hecho de
hacer justicia, y realmente cuando ocurre eso, es apasionante».
Quien elige seguir la profesión de abogado, debe estar motivado por una gran pasión por
buscar la verdad, evitar los abusos y defender la justicia.
Además, como obligación personal del buen abogado «apasionado por el derecho», debería
ser aportar con los conocimientos adquiridos durante su trayectoria, para que los
futuros abogados se nutran de los conocimientos tanto en la universidad como en el ejercicio
mismo de la profesión.
5. Conflictos éticos en la práctica legal
c) Lealtad al cliente: Los abogados tienen el deber de ser leales a sus clientes, respetar su
autonomía y representar sus intereses de manera competente y diligente. Así, la lealtad al
cliente requiere, por ejemplo, que el abogado le comunique a su cliente los pasos que
pretende adoptar para llevar adelante esta tarea. No obstante, puede surgir un conflicto
ético si un abogado tiene información privilegiada sobre el comportamiento incorrecto de su
cliente y no está seguro de cómo actuar. En este caso, el abogado no puede aprovecharse
de los resquicios que la norma deja para favorecer los intereses de su cliente y frustrar los
fines que la propia norma busca alcanzar. La fidelidad al derecho, y a sus fines, es el valor
que funda el deber de lealtad al cliente y, por tanto, el que establece también sus límites.
El abogado que ofrece una interpretación irrazonable de la norma jurídica, torciendo su
sentido con el objetivo de favorecer los intereses del cliente, ha excedido su deber de lealtad
fundado en la fidelidad al derecho.
De acuerdo con Merlano (2010), el abogado está sujeto a una serie de pautas de
comportamiento durante su trabajo, la más importante de las cuales es su deontología
jurídica. En este contexto, la deontología, un campo que estudia los deberes éticos y
morales, se enfoca en cómo los abogados deben comportarse de manera adecuada y
obligatoria en su trabajo. En la búsqueda de lo que debe ser la conducta profesional,
siempre guiada por la misión especial que tiene el abogado: el respeto por la justicia, que
se manifiesta en su actuación legal y sujeción a los principios y deberes que rigen la práctica
del Derecho.
En sus manifestaciones, el abogado debe exponer con claridad los hechos, el derecho
aplicable al caso, y las pretensiones de su cliente. No debe declarar con falsedad. El
abogado no debe realizar citas doctrinarias o jurisprudenciales inexistentes”.
El abogado debe esforzarse por ser un ejemplo de idoneidad ética para sus colegas, en
especial para los futuros profesionales del Derecho”.
La violación de las normas del colegio y del código actual son ejemplos de comportamiento
que van en contra de la ética profesional. Además, incluyen comportamientos que, aunque
no ocurran en el ejercicio profesional, afectan la calidad del servicio y desacreditan a los
abogados.
a) Amonestación escrita, la cual quedará registrada en los archivos por un periodo de tres
(03) meses.
b) Amonestación con multa, la que quedará registrada en los archivos por un periodo de
seis (06)
de los Abogados
Resulta necesario hacer algunas breves observaciones sobre el papel que desempeñan
actualmente las facultades de derecho en la preparación integral de los futuros abogados.
En otras palabras, sobre su idoneidad para lograr tal objetivo en la formación de abogados.
d.Inclusión de la perspectiva social: La capacitación legal debe incluir una perspectiva social
y un compromiso con la justicia social. Esto implica sensibilizar a los estudiantes sobre
cuestiones de equidad, derechos humanos y acceso a la justicia, y alentarlos a considerar
cómo su práctica legal puede contribuir al bienestar de la sociedad.
e.Fomento de la reflexión crítica: Las facultades de derecho deben alentar a los estudiantes
a cuestionar, analizar y reflexionar críticamente sobre la ley y la justicia. Esto ayuda a
desarrollar abogados que sean pensadores independientes y capaces de abordar desafíos
legales y éticos de manera informada.
f.Actualización constante: Dado que el derecho y la ética legal evolucionan con el tiempo,
las facultades de derecho deben estar comprometidas con la actualización constante de
sus programas educativos para reflejar cambios en la ley y las normas éticas.
El abogado debe cumplir con aquellos deberes y responsabilidades para con la sociedad
que se derivan de su profesión y que, si bien interesan a su propio valor, afectan
indirectamente al valor y prestigio del abogado. Tales deberes determinan las reglas
deontológicas, cuya redacción corresponde a la experiencia y a la tradición de varias
generaciones de abogados, que se han transmitido durante siglos y como herencia valiosa
los valores básicos de una importante profesión. sociedad:
a.En primer lugar, debe comportarse para cumplir su función social: como asistente
principal en la administración de justicia, un abogado debe ser apasionado y honesto, tener
una autoestima muy alta y ser celoso. proteger su independencia. a otros, clientes,
autoridades y especialmente jueces. Debe actuar con dignidad impecable, está llamado a
juzgar, a veces a juzgar las acciones de los demás; realiza un servicio que no puede realizar
por autoridad, a menos que él mismo sea honorable. En resumen, su conducta profesional
o privada nunca debe violar las reglas del honor y la decencia de un buen hombre.
b.En la vida privada, el abogado debe evitar todo lo que pueda afectar su independencia
pecuniaria, poner en peligro su civismo o incluso disminuir en lo más mínimo la atención
pública que siempre debe merecer. Debe evitar protesta documental, persecución judicial
o medidas preventivas, ya que la repetición de tales acciones revelaría una conducta poco
profesional. En resumen, debes intentar comportarte lo más moralmente posible para
asegurar el mayor aprecio de la audiencia.
Finalmente, el abogado debe seguir estrictamente las disposiciones de la ley que indican
las incompatibilidades de la profesión y abstenerse estrictamente de hacerlo si se descubre
en alguno de los casos mencionados en las normas éticas. Si es posible, debes evitar
acumularlo en puestos o tareas que puedan poner en peligro tu independencia, consumir
demasiado tiempo o ser contrarias al espíritu de la profesión.
¿Qué casos debe llevar un abogado, quiénes son sus clientes? En primer lugar, un abogado
tiene plena libertad para aceptar o rechazar los casos en los que se solicita su patrocinio
sin tener que dar motivos. Pero que tome una decisión enteramente abstraída de sus
intereses y tenga cuidado de no dejarse llevar por el valor monetario del caso o por
consideraciones derivadas del poder, la importancia o la riqueza de su adversario. Es
aconsejable abstenerse de defender una tesis que contradiga creencias políticas o
religiosas. También deberá abstenerse de intervenir si no está de acuerdo con el cliente
sobre cómo implementar la protección, o si un motivo relacionado con la amistad o el
parentesco puede impedir su independencia. En definitiva, sólo debe aceptarse aquello que
permita una discusión seria, sincera y fiel.
No cabe duda de que un abogado, ante un caso, debe decidir su actitud de acuerdo con las
reglas morales establecidas para su conducta. Las reglas de ética profesional ayudan a
encontrar una solución. Pero siempre debe ser esencialmente una solución moral, que de
ninguna manera entre en conflicto con la conciencia de quien la recibe. 10 en ninguna
profesión, como en la nuestra, los conflictos morales ocurren con más frecuencia, a nadie
se le puede exigir una personalidad más fuerte y responsable que a un profesional cuyo
objetivo en la vida es la justicia. Un abogado (legislador, juez, abogado o profesor)
desempeña una actividad tan importante que puede crear un grave desequilibrio en la
sociedad que le ha otorgado el título de honor y confianza, maliciosamente, por cobardía o
por interés.
a. La masificación de la profesión.
c.El papel cada vez más dominante de las autoridades y servicios públicos y sus
funcionarios, que coloca a actores procesales relevantes, como la defensa, en una posición
desventajosa cuando se difunde una idea o género que dificulta la labor administrativa.
justicia, haciéndolos innecesarios o incluso perjudiciales.
8. Conclusiones
Primero, la ética corresponde a una disciplina filosófica que reflexiona acerca de la conducta
humana o la moral, mientras que, la moral viene a ser un conjunto de principios valores,
costumbres que rigen en el comportamiento humano; esta puede estar influenciada por
factores como la religión, la cultura, la educación y las experiencias personales, por lo que
es subjetiva y desempeña un papel fundamental en la toma de decisiones éticas.
Es importante mencionar que en la realidad peruana existen abogados “de todo tipo”. Se
cree pertinente mencionar dos: abogados que estudiaron solo para ganar dinero y aquellos
que lo hicieron por pasión o vocación.
9. Referencias bibliográficas
Castillo, J. (s, f.). Cuando se produce un conflicto de intereses en la abogacía. IMF Blog
Corporativo. https://blogs.imf-formacion.com/blog/corporativo/abogacia/cuando-se-
produce-un-conflicto-de-intereses-en-la-abogacia/
Colegio de Abogados del Perú. (2023). CÓDIGO DE ÉTICA DEL ABOGADO. Pontificia
Universidad Católica el Perú.
https://repositorio.pucp.edu.pe/index/bitstream/handle/123456789/194217/C%C3%
B3digo%20de%20%C3%89tica%20del%20Abogado%20%282023%29.pdf?seque
nce=8&isAllowed=y