Elias M Capriles - Budismo y DzogcheÌ N
Elias M Capriles - Budismo y DzogcheÌ N
Elias M Capriles - Budismo y DzogcheÌ N
Elías Capriles
budismo y dzogchen
La doctrina del Buda
y el vehículo supremo del budismo tibetano
ISBN: 978-84-16145-61-4
DL nº: B 17914-2021
Impreso en Estilo Estugraf
Este libro está dedicado a la memoria de Chöguîal Namkhai Norbu,
maestro de Dzogchen —tibetano por nacimiento y linaje familiar,
italiano por nacionalidad— quien comunicó la enseñanza con auten-
ticidad, de la manera original, reveló enseñanzas que corresponden a
nuestra época y fue una fuente de medios hábiles inconcebibles.
índice
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Muy importante nota terminológica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
Agredecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
I. BUDISMO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
El budismo primitivo (que el Mahayana llama Hinayana
o vehículo estrecho) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
El Mahayana o vehículo amplio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
La Vía de renuncia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
La Vía de transformación o vehículo de los Tantras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107
La Vía de autoliberación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121
Origen de las tres Vías discutidas, sentido del Refugio
y rol del maestro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131
El compromiso y los preceptos en las tres Vías . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 141
Linajes de transmisión de los Tantra internos:
Ñingma kama y terma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149
Esquema de las Vías y los vehículos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 155
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introducción
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Introducción
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Introducción
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Elías Capriles
Mérida, Venezuela, 24 de junio de 1999.
Revisado y mejorado en la primera mitad de 2020.
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muy importante
nota terminológica
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Muy importante nota terminológica
Puesto que me parece que hay una relación genética entre el sáns-
crito jñana y el griego gnosis (que son ambos indoeuropeos), he verti-
do como gnosis el término sánscrito jñana y su equivalente tibetano,
îeshe —a menudo seguido del término ‘primordial’, pues el tibetano
îeshe contiene la partícula îe que significa primordial. Ahora bien,
mientras que para los gnósticos la gnosis hacía posible el conocimiento
de Dios, para los budistas desoculta la verdadera condición, que no es
una deidad supramundana ni se concibe de forma personalizada.
Del mismo modo, para indicar lo que normalmente se traduce
como esencia o naturaleza de la mente (semñí en tibetano; chittata o
chitta eva en sánscrito), he acuñado el neologismo «Gnitividad»,
constituido por las letras que restan cuando al término «cognitivi-
dad» le quitamos el prefijo «co» que responde a la dualidad del suje-
to y el objeto: la Gnitividad es como un espejo, libre de separación
entre reflejos y capacidad reflectante, aunque en ella surge, cual re-
flejo, la consciencia dualista que se vivencia como hallándose a una
distancia de los innumerables objetos. Esto se discutirá en detalle en
el texto principal.14
Por su parte, el término ‘Dzogchen’ es la combinación de ‘dzo-
gpa’ —que puede significar ‘pleno’ (cuando un vaso está lleno, se
dice que está dzogpa) o ‘perfecto’ (cuando una bailarina cumple su
rutina a la perfección, también se dice que está dzogpa)— y ‘chen-
po’ —que quiere decir ‘grande’, pero que, como señala Chöguîal
Namkhai Norbu, en este término tiene el sentido de ‘total’, pues
grande puede ser más grande o menos grande, pero nada puede ser
más total o menos total—. Así pues, el término significa «total ple-
nitud y perfección» y se refiere a nuestra verdadera condición, que la
enseñanza Dzogchen denomina «la Base». Puesto que en nuestra
condición actual dicha Base está oculta para nuestra consciencia y su
funcionamiento es obstruido por esta última, para descubrirla nece-
sitamos seguir el Sendero del Dzogchen, que consiste en redescubrir
una y otra vez esta condición de total plenitud y perfección, me-
diante el método basado en el principio de liberación espontánea o
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Muy importante nota terminológica
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agradecimientos
Antes que nada, a todos los maestros de quienes recibí las enseñan-
zas: Khyabllé Dudllom Îeshe Dorlle, Khyabllé Dungse Thinle Nor-
bu, Khyabllé Dingo Chyentse, Khyabllé Dodbrud Chen, Khyabllé
Chatral Sanguîe Dorlle, y Khyabllé Namkhai Norbu.
Seguidamente, a los autores de quienes recibí enseñanzas a través
de sus libros y de quienes asimilé ideas y doctrinas; aunque son mu-
chos para nombrarlos a todos, los primeros que vienen a mi mente
son: Alan W. Watts, Khyabllé Chögyam Trungpa, Ronald D. Laing,
David E. Cooper, Gregory Bateson, Jean-Paul Sartre, Herbert V.
Guenther, Blaise Pascal, Sayed Idries Shah y tantos otros... No in-
tento nombrarlos a todos por miedo de dejar fuera a alguna de las
personalidades más importantes entre aquellos de quienes recibí
aportes.
Finalmente, a los revisores de este libro, José Alias y Mayda Ho-
cevar, quienes, no obstante, no deben considerarse responsables por
cualesquiera errores que hayan quedado en la obra, ya que no acogí
todas sus recomendaciones y, además, puedo haber cometido erro-
res al hacer las correcciones sugeridas, o intentar correcciones alter-
nativas. Del mismo modo, a David Barba, director de Ediciones La
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Llave, por pedir que preparase esta segunda edición, y al autor del
arte final. Y, finalmente, aunque no en menor medida, a Fernando
Orozco y Laura Edroso por haberme acogido en su vivienda en
Ozaeta (Barrundia, Álava, Euskadi, España) mientras preparaba
esta segunda edición, sin que hayan querido recibir nada a cambio.
A todos ellos y a todos aquellos cuyos nombres hube de omitir,
les manifiesto mi más profundo agradecimiento por su inestimable
aporte.
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I
BUDISMO
Luego de haber sido atiborrado de placeres por sus padres y aislado
de las durezas del mundo, el príncipe Siddhartha Gautama —quien,
según la mayoría de los estudiosos occidentales, habría vivido en los
siglos vi y v a.E.C.— se enamoró de una princesa de un reino cerca-
no y, luego de una serie de pruebas, logró casarse con ella —reci-
biendo, al mismo tiempo, un harem de quinientas lindas donce-
llas—. Tras el nacimiento de su primogénito, comenzó a sentir un
gigantesco vacío existencial, que lo llevó a explorar los aspectos de la
vida —con todas sus durezas y sufrimientos— de los que sistemáti-
camente había sido apartado. De este modo descubrió que la vida
humana era intrínsecamente sufriente —lo cual le produjo un gran
desasosiego y le condujo a buscar el sentido de la existencia y la for-
ma de poner fin, tanto en sí mismo como en los demás, al vacío
existencial y el malestar que había descubierto—.
Esta búsqueda le llevó a abandonar su hogar y sus privilegios rea-
les para deambular como asceta mendicante y buscar maestros espiri-
tuales realizados. Los dos maestros espirituales a quienes, debido a sus
logros y fama, escogió entre los muchos que por aquel entonces ofre-
cían sus servicios en la India, accedían a los más altos estados medita-
tivos intencionales, condicionados, constreñidos, producidos o com-
puestos, pero luego volvían a ser presa de las pasiones y las aflicciones
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el budismo primitivo
(que el mahayana llama hinayana
o «vehículo estrecho»)
Todas las enseñanzas budistas, incluyendo las del Theravada (la úni-
ca escuela de lo que el Mahayana llama Hinayana que sigue tenien-
do adherentes) están de acuerdo en que el nirvana no es intencional,
condicionado, constreñido, producido o compuesto. Sin embargo,
los métodos de todas ellas —a excepción de los del Dzogchen Atiyo-
ga— son en su mayoría intencionales, constreñidos, productores,
condicionadores o amalgamadores. Como se mostrará en la segunda
parte, esto es lo que hace que el Dzogchen sea el Sendero Directo al
Despertar: su método es el único cien por ciento congruente con las
características del auténtico Fruto del budismo.
En vez de afirmar que había descubierto algo desconocido, el
Buda dijo haber hallado la verdad «de los rishi de antaño». Los rishi
eran los sabios que aplicaban y transmitían los elementos de las doc-
trinas espirituales prearias que todavía se conservaban luego de la
invasión de la India por quienes más adelante se conocerían como
indoeuropeos —los cuales se infiltraron en las doctrinas espirituales
de los nuevos amos y quedaron asociados, en forma de «doctrinas
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No creáis en la fuerza de las tradiciones, por más que se las haya honra-
do desde hace muchas generaciones y en muchos lugares; no creáis
algo porque muchos hablen de ello; no creáis en la fuerza de los sabios
de antaño; no creáis lo que vosotros mismos hayáis imaginado, creyen-
do que un dios os ha inspirado. No creáis en nada solo porque lo sos-
tenga la autoridad de vuestros maestros o sacerdotes. Luego de exami-
narlo, creed solo lo que vosotros mismos hayáis experimentado y
reconocido como razonable, y que resulte en vuestro bien y en el bien
de otros.
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el mahayana o «vehículo amplio»
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apropiadas, es más rápida y eficaz que la Vía gradual del mismo ve-
hículo. Según el Sutra de Hui Neng, durante el llamado Sermón si-
lente, Shakyamuni transmitió a su discípulo Mahakashyapa, más
allá de las palabras, la esencia del estado Despierto. Esta transmisión
habría pasado de maestro a discípulo por muchas generaciones
(entre sus eslabones se hallarían Ashvagosha, Nagarjuna, Aryadeva
[Kanadeva], Vasubandhu, etc.) hasta recaer en Bodhidharma, quien
habría viajado a China, donde la habría transmitido a Dàzǔ Huìkě
—quedando desde entonces en posesión de maestros chinos, quie-
nes más adelante las transmitieron a miembros de otras naciones en
su zona de influencia cultural—. Aunque el Chán o Zen afirma
constituir una transmisión viviente más allá de las fuentes doctrina-
les, en esta escuela se citan a menudo diversos sutra, tales como el
Vajrachchedika y el Prajñaparamitahridaya (del segundo dharma-
chakra), el Vimalakirtinirdesha, el Buddhavatamsaka, el Saddharma-
pundarika, el Lankavatara, el Shurangama, el Mahaparinirvana, etc.
En el Tíbet varios maestros (entre quienes destacan Namkhai Ñing-
po, Nubchén Sanguîe Îeshe y Aro Îeshe Llungné) fueron eslabones
clave en la transmisión tanto del Chán o Zen como del Dzogchen.
Del mismo modo, en China algunos de los más reconocidos maes-
tros Chán o Zen fueron al mismo tiempo patriarcas o maestros de
importancia en las escuelas Jìngtǔ (Zōng) o de la Tierra Pura, Huáyán
(Zōng) y/o Tiāntái (Zōng).
Quienes se autodenominan «maestros del Tripitaka» se conside-
ran a sí mismos como custodios de la ortodoxia, pues afirman ser ex-
pertos en la totalidad de aquellas enseñanzas del Sutrayana o «vía de
la renuncia» que provienen de Shakyamuni y están contenidas en la
«triple canasta» o Tripitaka (Sutrapitaka, Abhidharmapitaka [com-
pilado por las escuelas] y Vinayapitaka), así como en enseñanzas del
Sutrayana contenidas en comentarios por maestros chinos.31 La es-
cuela Vinaya está basada en las enseñanzas sobre disciplina agrupadas
en el Vinayapitaka. La escuela del Nirvana o Nièpánzōng, basada en
interpretaciones del a veces objetado sutra Mahaparinirvana,32 acepta
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activa que nos permita ayudar a todos los seres a liberarse del
duhkha.
2. El trishna que el Hinayana considera como la causa del duhkha
también se explica como triple ansia: [a] la de obtener placer y
plenitud (kamatrishna); [b] la de confirmar la propia existencia
en cuanto yo substancial (bhavatrishna) y, sobre todo en prac-
ticantes del Hinayana, [c] la de alcanzar la extinción en el nir-
vana (vibhavatrishna). Sin embargo, la cadena de originación
interdependiente (pratitya samutpada), que es la enseñanza
más característica y esencial de la Vía Hinayana de los realiza-
dos solitarios, tiene como primer eslabón la avidya (en tib.,
marigpa)36 y el trishna como el octavo: el Hinayana reconocía
que el trishna o ansia que según dicho vehículo constituía la
segunda noble verdad, tenía a su vez una causa, que era la
avidyā. Para el Mahayana, esta última es una combinación de
ignorancia de la verdadera condición de nosotros mismos y to-
dos los fenómenos, con un error o una distorsión que nos hace
sentir como entidades intrínsecamente separadas del resto del
universo y vivenciar todos los sujetos y los objetos como si fue-
sen substanciales, cuando en verdad no lo son, y en general to-
mar lo dependiente como independiente, lo relativo como ab-
soluto, lo insubstancial como substancial, lo condicionado
como incondicionado, lo insatisfactorio como capaz de pro-
porcionar satisfacción, y así sucesivamente: esta es la segunda
noble verdad.37 En efecto, al sentirnos separados de la totalidad,
tenemos una sensación de incompletud o de carencia de pleni-
tud que exige ser colmada —la cual es la raíz misma del an-
sia—. O bien, si, aunque fuera de manera muy imprecisa, usá-
ramos como símbolo de nuestra verdadera condición la
plenitud del continuo que, para las teorías físicas de nuestra era,
es el universo, podría decirse que, al sentirnos separados de di-
cho continuo, experimentamos carencia de su plenitud —sien-
do esta la raíz del ansia—.38
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grupo social y encarnar los valores por ellos compartidos, con el obje-
to de hacer que se proyecte en nosotros el valor que los miembros de
dicha sociedad o grupo han puesto en dichos valores. No obstante,
jamás lograremos que ininterrumpidamente todos nos aprecien —y,
mientras más dependamos del reconocimiento de otros, más angus-
tiados viviremos ante la posibilidad de que se nos ignore, se nos re-
chace, se nos desprecie, se nos repruebe o se nos odie—.42
El deseo de ser valorados entra en juego también en el enamora-
miento: primero un «no sé qué» nos atraerá en la persona,43 y a esta
atracción se sumará el autoengaño necesario para creerla especial.
Ello nos hará secretar dopamina, lo que nos hará sentir placer y
bienestar. Luego, habiendo entablado una relación con esa persona,
secretaremos endorfinas, que seguirán proporcionándonos bienestar
y placer. Gracias a las endorfinas, los enamorados abrazados bajo la
lluvia no sienten frío ni incomodidad. Ahora bien, esto no dura
mucho: se ha determinado que la producción extraordinaria de en-
dorfinas asociada al enamoramiento no dura, en el mejor de los
casos, más de tres años. Ahora bien, mucho antes habrá entrado en
juego la compulsión a ser lo más valioso e importante para esa perso-
na, en la creencia de que el valor y la importancia que ella proyecte
en nosotros colmarán nuestra carencia. Por supuesto, podemos
creer esto porque el enamoramiento nos ha hecho proyectar a nues-
tra vez en ella un alto grado de valor e importancia, ya que de otro
modo no podríamos atribuir validez al valor que ella proyectase en
nosotros (un estúpido, un loco o un ignorante se equivocan y, por
ende, el valor que nos atribuyan no valdrá nada; en cambio, el valor
que proyecte alguien que no se equivoque y valga mucho, segura-
mente «valdrá de veras»). Así, pues, cada enamorado, en la medida
en que valore a su pareja, deseará que la pareja le considere como
valor supremo —de modo que cada uno valora a su propio yo por lo
menos tanto como a la pareja—. Así pues, tal como le sucedió a la
bruja mala del cuento de Blancanieves, el enamoramiento nos habrá
hecho dependientes del espejo mágico que nos dice que somos lo
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Los grandes y los pequeños tienen los mismos accidentes, los mismos
pesares y las mismas pasiones; pero el uno está en lo alto (o sea, en la
periferia) de la rueda y el otro (más) cerca del centro, y por ello (es)
menos agitado por los mismos movimientos.
Puesto que «en el fondo» sabemos muy bien que jamás lograre-
mos colmar nuestra carencia con posesiones, con valor o con placer,
intentamos por lo menos evadirla, junto con las molestias que la
acompañan, emprendiendo actividades que distraigan nuestra aten-
ción. Y para que la actividad que emprendemos a este fin pueda ab-
sorber nuestra atención, tenemos que creer que lo que perseguimos
es el objeto de dicha actividad y no la actividad misma. Como bien
señala Pascal, aunque el cazador no quiere la liebre, sino divertirse
persiguiéndola, tiene que hacerse creer que lo que desea es obtener la
liebre pues, de otro modo, no podría ir tras ella. Y lo mismo el apos-
tador con el premio y así sucesivamente.
Podría seguir considerando por qué la existencia normal del in-
dividuo poseído por el error llamado avidya o marigpa está signada
por la carencia de plenitud, la insatisfacción, la incomodidad, la
frustración y el sufrimiento (o sea, por el duhkha), pero creo que lo
breve puede tener un mayor impacto. Lo esencial es entender que,
en tanto que persista nuestra ilusión de ser entes substanciales, sepa-
rados del resto del universo —y, en consecuencia, de encontrarnos a
distancia de la plenitud de la totalidad— o, en breve, la combina-
ción de ignorancia y error llamada avidya o marigpa, jamás alcanza-
remos una total plenitud, un absoluto valor, un consumado placer o
una verdadera felicidad, y no podremos escapar del duhkha. La pa-
radoja es que, en todos nuestros intentos por alcanzar la plenitud y la
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Como se dejó claro, para los «vehículos superiores» la causa del duh-
kha (así como del trishna o sed de existencia que para el Hinayana
es la causa del duhkha) es la avidya o marigpa, la cual, combinando
dos clasificaciones propias de la enseñanza Dzogchen que se expre-
sarán abajo, son: (1) ignorancia o inconsciencia de la verdadera
condición de nosotros mismos y todos los fenómenos; (2) un error
o distorsión que nos hace experimentar un ilusorio abismo entre
perceptor y percibido; (3) un error o distorsión que consiste en abs-
traer segmentos del continuo de sensaciones, sentir que ellos son en
sí mismos separados, percibirlos en términos de los contenidos de
pensamientos, y sentir y creer firmemente que ellos son el pensa-
miento en términos del cual los experimentamos, y (4) una confu-
sión que consiste en sentir que la visión ilusoria que surge de todo
lo anterior es la verdadera realidad y que nos hace percibir lo relati-
vo como absoluto, lo dependiente como independiente, lo insubs-
tancial como substancial, lo condicionado como incondicionado,
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Se explica que los Budas y los seres que sienten no existen en el Tiem-
po Total. Aunque en la verdadera [condición] de rigpa no hay distor-
sión, la distorsión parece surgir en las apariencias [que constituyen] el
método. Por lo tanto, se dice que los Budas y los seres que sienten
nunca se mueven de la misma Base...
...Siempre se ha explicado que en el Tiempo Total no hay separa-
ción entre el rigpa y su espacio o dimensión (dhatu).
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Chui el artesano podía dibujar círculos a mano mejor que con compás.
Sus dedos parecían acomodarse tan fácilmente a la cosa en que estaba
trabajando que no necesitaba fijar su atención. Sus facultades mentales
así permanecían una (es decir, integradas) y no sufrían impedimento.
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El rey avisó a sus ministros y súbditos, de modo que cada uno prepa-
ró una provisión de agua bien tapada; ahora bien, los súbditos, menos
pudientes, acabaron rápidamente sus reservas y tuvieron que beber el
agua que enloquecía. Puesto que el rey y los ministros no se compor-
taban como quienes habían bebido esa agua, la gente del pueblo con-
cluyó que habían enloquecido. Cuando los ministros acabaron sus
raciones y bebieron el agua, al pueblo le pareció que ellos se habían
normalizado y que solo el rey seguía estando loco. A fin de conservar
su reino e impedir que le enajenasen, el rey no tuvo otra opción que
beber también el agua.75
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...para aquellos que se han elevado por encima de sus yoes egoístas...
no existe la posibilidad de hacer el mal... Hasta que no se obtenga la
vida espiritual, la ley moral parece un mandato externo que el hom-
bre tiene que obedecer con esfuerzo y dolor. Pero cuando se obtiene
la luz, se vuelve la vida interna del espíritu, que funciona inconscien-
te y espontáneamente. La acción del sabio es un absoluto rendirse
ante la espontaneidad del espíritu, y no una obediencia no deseada a
leyes impuestas externamente. Se trata del libre fluir de un espíritu
libre de egoísmo que no calcula los premios a los actos ni los castigos
a sus omisiones.
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lo mantenía oculto a fin de evitar que, por envidia o celos, otros per-
judicasen a su pupilo. Al acercarse el momento de establecer su suce-
sión, el patriarca convocó un concurso de poesía, cuyo ganador ob-
tendría el patriarcado. El poema de Shénxiù, guía de meditación y
principal erudito del monasterio, fue alabado tan efusivamente por
Hóngrěn, que nadie más se atrevió a competir en su contra. Huìnéng
no había podido entrar en el concurso ni leer el poema de Shénxiù,
pues era analfabeta; en consecuencia, para que el futuro sexto patriar-
ca pudiese enterarse de su contenido, Hóngrěn pidió que se lo escri-
biese en un muro y que todos lo recitasen. El poema decía:
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sentido del refugio y rol del maestro
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en las tres vías
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vigilia; sin embargo, nada le prohíbe tener un sueño erótico una vez
que se haya dormido, e incluso llegar a eyacular durante el mismo.
En la Vía de transformación constituida por el Vajrayana o tan-
trismo, la regulación de la propia conducta está basada en un princi-
pio diferente a los que son propios de la Vía de renuncia: el de la
promesa o compromiso tántrico, que se conoce como samaya. Pues-
to que esta Vía está relacionada con el nivel de la energía, que no se
interrumpe con el sueño ni se trunca con la muerte, como lo hace la
existencia material, los preceptos tántricos o samaya no se circuns-
criben a la vigilia, ni se cancelan con el deceso del practicante.
Cuando uno recibe una iniciación de los Tantra externos o in-
feriores, debe prometer —quizás tocando, durante la iniciación, el
mala o rosario que le muestra el maestro— que recitará diariamente
el sadhana con los mantras, o por lo menos un mala del mantra que
le ha sido transmitido, y que mantendrá ciertos tipos de conducta
considerados como «puros». Este es el samaya de dichos Tantra.
Si uno recibe una transmisión del sendero del método de un
nivel interno de Tantra —el ejemplo paradigmático es en este caso el
Mahayogatantra—, en vez del compromiso de mantener ciertos tipos
de conducta «puros», uno tendrá, entre otros, el compromiso de ir
más allá de la discriminación entre «puro» e «impuro». Sucede que,
en este nivel de Tantra —al igual que en la enseñanza Mahamudra de
la escuela Kagyu— es imperativo trascender la discriminación y el
juicio en el estado de «único sabor» o rochik; ahora bien, mientras que
en la enseñanza Mahamudra no se exige la realización de algún tipo
específico de acto, en el sendero del método de los Tantra internos es
imperativo manifestar una «conducta resuelta» o tülzhug136 que exige
la realización de actos que vehículos «inferiores» considerarían «impu-
ras».137 Como señala el maestro Namkhai Norbu, «único sabor» no
significa juntar mentalmente todos los fenómenos y convencerse de
que todos tienen el mismo sabor, sino descubrir la Presencia única
que subyace bajo la experiencia de los innumerables fenómenos, lo
cual puede compararse con vivenciar la naturaleza no-dual del espejo
143
Budismo y Dzogchen
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El compromiso y los preceptos en las tres Vías
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Budismo y Dzogchen
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El compromiso y los preceptos en las tres Vías
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Budismo y Dzogchen
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linajes de transmisión
de los tantra internos:
Ñingma kama y terma
149
Budismo y Dzogchen
150
Linajes de transmisión de los Tantra internos
más allá del propósito de este libro.143 Para nuestros fines, baste
con señalar que, aunque en el término kama la partícula «ka» sig-
nifica literalmente «palabra de Buda», esto no implica que la tradi-
ción que lleva ese nombre solo contenga palabras del Buda Shakya-
muni; por ejemplo, en el caso de la transmisión kama de las
enseñanzas del Dzogchen-Atiyoga, la partícula «ka» indica que
ellas tienen su origen en el dharmakaya —o sea, en el Buda pri-
mordial, el adi Buddha Samantabhadra— y que, hallándose más
allá del tiempo, aparecen en todas las épocas y direcciones. Cuan-
do se dice, pues, que la enseñanza del Dzogchen-Atiyoga proviene
de Garab Dorlle, se está haciendo referencia a la enseñanza del
Dzogchen-Atiyoga budista que existe en nuestra época, ya que
Garab Dorlle fue el primer maestro en forma humana en recibir
dicha enseñanza en su forma actual.144
(2) La segunda de las vías por las cuales se comunican las ense-
ñanzas, los textos, las prácticas, los sadhana y el estado mismo de
rigpa o Presencia inmediata en los Tantra internos de las Vías de
transformación y autoliberación —y por la cual se transmiten tam-
bién realizaciones mundanas, imágenes, substancias medicinales,
objetos rituales, etc.— es, como se ha señalado, la tradición terma.
Esta implica un número mucho menor de eslabones humanos que
la kama, pues en ella la transmisión pasa directamente de Padma-
sambhava (siglo viii d.C.) a un revelador o tertön (el cual podría ser
algún contemporáneo nuestro), quien lo transmite a su(s)
sucesor(es). Es por esto que en este caso se habla de un «linaje corto»
y se afirma que la enseñanza puede ser mucho más efectiva: habien-
do pasado por un menor número de mentes, es menos probable que
la transmisión haya sido dañada a causa de la ruptura del samaya por
parte de alguno de sus eslabones (y, si el tertön es nuestro propio
maestro, no hay ninguna posibilidad de que la misma haya sido da-
ñada, a menos que la hayamos dañado nosotros mismos). Este tipo
de transmisión ha hecho posible que, cuando la época y las circuns-
tancias son propicias, se revelen enseñanzas u objetos que no eran
151
Budismo y Dzogchen
152
Linajes de transmisión de los Tantra internos
153
Budismo y Dzogchen
Por último, cabe señalar que también existe una categoría de en-
señanzas reveladas que se conocen como «enseñanzas de la visión
pura» o dagnang, pero que no son terma, y que individuos menos
realizados pueden descubrir. Lo que se ha explicado en esta sección se
ha simplificado lo más posible, pues este no es el lugar para dar una
descripción detallada de todos los tipos posibles de tesoros; para una
explicación de extensión intermedia y otra más extensa, refiero al lec-
tor a dos textos específicos publicados en lenguas occidentales.149
154
esquema de las vías y los vehículos
155
Budismo y Dzogchen
(1) Shravakayana
Hinayana
(I) Vía de renuncia (2) Pratyekabuddhayana
Sutrayana o Hetuyana
(3a) Bodhisattvayana o M. gradual
Mahayana
(3b) Mahayana abrupto (Chán/Zen)
______________
______________
156
II
DZOGCHEN
orígenes del dzogchen
159
Budismo y Dzogchen
160
Orígenes del Dzogchen
Los próximos tres versos expresan las tres características del es-
tado natural, que son: (1) inoriginado, (2) ininterrumpido y (3)
libre de la dualidad originación / interrupción:
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Budismo y Dzogchen
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Orígenes del Dzogchen
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Budismo y Dzogchen
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Orígenes del Dzogchen
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Budismo y Dzogchen
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Orígenes del Dzogchen
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los tres aspectos del dzogchen
como vía
la base
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Los tres aspectos del Dzogchen como Vía
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Los tres aspectos del Dzogchen como Vía
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Budismo y Dzogchen
entre ellos en cuanto proceso que tiene lugar en el tiempo. Así pues,
los tres aspectos son indivisibles.
También en el Semdé, en un tipo de rushén del Menngagdé o
Upadeshavarga, y en el Mahamudra, se observan los pensamientos,
su aparición y su disolución, a fin de descubrir que son vacíos en los
tres tiempos: pasado, presente y futuro. Cuando uno intenta esta-
blecer de dónde surge el pensamiento, no encuentra algo concreto,
sino una nada (en cuanto ausencia de fenómenos particulares) abier-
ta a todas las posibilidades. Cuando uno observa el pensamiento
presente a fin de determinar dónde se encuentra o qué lo constituye,
tampoco encuentra algo concreto, sino la misma nada que al buscar
su lugar de origen. Y cuando uno intenta determinar dónde o en
qué se disuelve el pensamiento, no encuentra algo concreto, sino esa
misma nada.181 Dicha nada no es una mera ausencia, sino la pura
potencialidad que se manifiesta como naturaleza: una nada que,
como la de un espejo, está siempre lista para «llenarse» con cualquier
contenido, pero que, aun cuando está «llena», sigue siendo vacía.
Esta es la vacuidad característica de la enseñanza Dzogchen182 —la
cual constituye la esencia y pureza primordial (katak), tanto de nues-
tra propia capacidad Gnitiva, como de la totalidad de los fenómenos
que ella manifiesta—.
En el samsara, los tres aspectos de la Base parecen divorciados
los unos de los otros, pues los fenómenos de la energía se perciben
como substanciales y por ende como intrínsecamente otros con res-
pecto a la esencia que es vacuidad, y uno no se percata de que surgen
por medio de la naturaleza. En el nirvana no estático, la Presencia
inmediata no-dual e indivisa que se llama rigpa o Presencia inme-
diata hace patente la verdadera condición de la Base, de modo que
los tres aspectos de esta ya no parecen estar desmembrados: ellos son
los tres kaya, dimensiones, «cuerpos» o aspectos de la budeidad, in-
divisos en cuanto continuo del trikaya (kusum).
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Los tres aspectos del Dzogchen como Vía
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Budismo y Dzogchen
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Los tres aspectos del Dzogchen como Vía
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Budismo y Dzogchen
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Los tres aspectos del Dzogchen como Vía
la vía
Todo vehículo o Vía budista tiene que tener tres aspectos, que son:
(a) tawa, (b) gompa y (c) chöpa. En vehículos distintos del Dzog-
chen Atiyoga, estos términos significan: (a) punto de vista teórico;
(b) práctica basada en concentración, análisis, meditación, contem-
plación, visualización, etc.; y (c) conducta o comportamiento cons-
treñido en base a normas o principios. Como ya se ha dado a enten-
der, en la enseñanza Dzogchen dichos términos tienen un sentido
muy diferente.
(a) En la enseñanza Dzogchen, puesto que la práctica hace evi-
dente el hecho de que descubrir la verdadera condición de la Base
implica la disolución de todas las interpretaciones conceptuales, de
que ninguna explicación puede corresponder a la Base, y de que el
tomar explicaciones como descripciones precisas de ella es avidya o
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Budismo y Dzogchen
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Los tres aspectos del Dzogchen como Vía
Puesto que no hay nada que aceptar o rechazar al vérnoslas con todo lo
que es como una aparición, incluso las condiciones perjudiciales se
vuelven la Vía que nos hace obtener la verdadera Visión. A fin de fun-
dir los estados de Reposo y post-Reposo, cuando hayas llegado a luga-
res en los que objetos tales como cumbres de montaña, vertederos de
cadáveres, islas, ferias comerciales, etc., agitan la mente, canta y baila y
deja que surjan pensamientos de todo tipo; y, cada momento libre en
sí mismo, la Visión y su secuela se funden. Luego todo se habrá trans-
formado en la Vía. Pero, mientras tanto, [respeta] el mundo de apa-
riencias, la devoción al Gurú, la acumulación de méritos, la elimina-
ción de los obstáculos intelectuales y emocionales, la meditación sobre
la transitoriedad y la muerte, [y considera] todas las realidades del
mundo de apariencias como un sueño, una aparición, un eco, un espe-
jismo, un reflejo, un espectáculo mágico.
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el fruto
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El dharmakaya
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El sambhogakaya
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Los tres aspectos del Dzogchen como Vía
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El nirmanakaya
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Los tres aspectos del Dzogchen como Vía
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Los tres aspectos del Dzogchen como Vía
Conclusión
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Budismo y Dzogchen
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las tres series de enseñanzas
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Budismo y Dzogchen
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el semdé y los cuatro nal-llor
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El Semdé y los cuatro nal-llor
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El Semdé y los cuatro nal-llor
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Budismo y Dzogchen
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El Semdé y los cuatro nal-llor
gnóstico» o îeshe tsa que tiene que estar abierto para que pueda ma-
nifestarse el estado de rigpa o Presencia instantánea. Si el estado de
nepa que se manifiesta de esta manera es lo suficientemente impac-
tante, lo usamos para descubrir la Gnitividad en la que, como en un
espejo, se manifiesta —lo cual implica aplicar una instrucción como
la que indica el mudra de Introducción directa de Guru Garab Dor-
je, o como las que ofrecía en sus enseñanzas el maestro Namkhai
Norbu, o las que se encuentran en el texto del Bön que se citó ante-
riormente—. Entonces habremos pasado del mero estado de nepa al
nepe nal-llor (yoga del nepa) o nepe tingnguedzín (samadhi del esta-
do calmo), pues nal-llor significa hallarse en la condición [original]
inalterada de algo, y en este caso particular tinnguedzín indica el
permanecer en el estado de rigpa.
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Budismo y Dzogchen
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El Semdé y los cuatro nal-llor
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Budismo y Dzogchen
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el longdé y los cuatro da
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Budismo y Dzogchen
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El Longdé y los cuatro da
(i) Selwa o selwe da: «claridad»: los ojos están abiertos «de par en
par», entre otras cosas porque, como se señaló en una nota anterior,
en la enseñanza Dzogchen se conoce la existencia de un canal gnósti-
co (en sánscr.: jñana nadi; en tibetano, îeshe tsa) llamado kati, kati
chelguîi guchén (canal kati de cristal) o karllam tsa (canal blanco su-
til) que sale del corazón, el cual en quienes no han desarrollado las
prácticas de Thögäl o Îangti solo está abierto cuando los ojos tam-
bién lo están, y el cual tiene que estar abierto para que pueda mani-
festarse la gnosis primordial que hace patente el rigpa —y, por medio
de este, nuestra verdadera condición—. La mirada puede dirigirse
hacia arriba, tanto como se pueda sin que ello obstruya el Reposo,
pues mirar hacia arriba tiende a incrementar la claridad —no en
cuanto claridad intelectual, ni en cuanto visiones autoluminosas,
sino en cuanto patencia de la verdadera condición—. Claro está, si el
individuo no tiene la capacidad necesaria, ello podría agitar su mente
en exceso y, en consecuencia, obstruir el Reposo220 —pero, si posee la
capacidad de autoliberación suficiente, maximizará la patencia del
rigpa y, al mismo tiempo, el proceso de activación de las propensio-
nes en la raíz del samsara y la simultánea autoliberación de los pensa-
mientos que surgen, acelerando significativamente el proceso de
neutralización de dichas propensiones—.
A fin de mantener la visión panorámica propia del Longdé, al
comienzo puede ser útil mirar el cielo o el espacio desde la cima de
una montaña, o desde algún otro lugar desde donde no se vean entes
sólidos que puedan atraer la atención. Ahora bien, una vez que se
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Budismo y Dzogchen
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El Longdé y los cuatro da
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Budismo y Dzogchen
gente dice que Milarepa está oyendo las quejas de todos los seres
sensibles en el mísero océano del samsara, la verdad es que para escu-
char extrasensorial o empáticamente no es necesario poner la mano
tras el oído: lo que hace el famoso yogui es controlar un importante
punto de energía situado bajo la oreja (cosa que sería muy peligrosa
sin la supervisión adecuada).224
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El Longdé y los cuatro da
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Budismo y Dzogchen
precisas, por lo que bajo ningún respecto debe uno intentar aplicarlas
sin haber recibido de un maestro que las domine la imprescindible
instrucción oral, haber visto al maestro ejemplificarlas, y haberlas
aplicado uno mismo bajo la supervisión de ese maestro para que le
haga a uno las correcciones necesarias.
Chöguîal Namkhai Norbu señala que, según las enseñanzas de
esta serie, gracias a todo lo descrito es esta sección, se liberan los
cuatro elementos principales, pues dejamos de aferrarnos a ellos, y
que en dichas enseñanzas se da una explicación compleja de cómo
alcanzar un balance entre los mismos. Es importante recordar, una
vez más, que el Longdé es una práctica sumamente delicada que
bajo ningún respecto debe emprenderse sin la guía y la supervisión
necesarias.
Para terminar, cabe señalar que, tal y como, a pesar del abismo
existente entre ellas, algunos han comparado las prácticas del Semdé
con las de la Vía de renuncia o Sutrayana, algunos han comparado el
Longdé con la Vía de transformación del Vajrayana o tantrismo.
Aunque el principio del Longdé no es la transformación, que es pro-
pia del Vajrayana o tantrismo, sino la autoliberación, propia del
Dzogchen-Atiyoga, es cierto que en el Longdé, como en el estadio
de perfección de los tantra internos, se realiza un trabajo con el siste-
ma bioenergético (en tibetano, tsa-lung-thiglé). El maestro Nam-
khai Norbu reconoce esta convergencia, pero insiste en que ella no
se debe a ninguna característica esencial originaria del Longdé, sino
a que, durante los últimos siglos, este ha recibido constantemente
influencias del tantrismo. En todo caso, es necesario advertir contra
el deseo de llevar las comparaciones más allá de lo razonable; a pesar
de que en el Longdé hay un trabajo efectivo con el cuerpo bioener-
gético y de que muchas de las prácticas tántricas también trabajan
con dicho cuerpo, el principio de aquel es radicalmente diferente al
de estas.
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el upadeshavarga o menngagdé
y los cuatro chogzhag
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Budismo y Dzogchen
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El Upadeshavarga o Menngagdé y los cuatro chogzhag
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Budismo y Dzogchen
retornar a ese estado tantas veces como sea necesario para no perma-
necer en la duda y adquirir confianza en la autoliberación; si, en
cambio, en el ritual tuvo la vivencia del rigpa, pues las aplica para
revivenciar el estado tantas veces como sea necesario hasta no per-
manecer en la duda y adquirir confianza en la autoliberación.
En todo caso, ni los lollong ni los semdzín ni los rushén produ-
cen el estado de rigpa o Presencia inmediata; ellos no hacen más
que inducir experiencias ilusorias de vacuidad, luminosidad o clari-
dad, y placer —bien sea separadas, en combinaciones de dos, o las
tres juntas— que ofrecen preciosas oportunidades para el reGnos-
cimiento no-causado de la Base o estado primordial. Como se ha
señalado, por medio de estas experiencias, que podemos comparar
con apariencias en un espejo, podemos descubrir la naturaleza del
espejo mismo, que no puede ser conocida, pues no puede aparecer
como objeto ni puede entenderse en términos de contenidos de
pensamientos, pero que puede hacerse patente de manera directa y
espontánea al disolverse instantáneamente los tres tipos o aspectos
de la avidya o marigpa.
Ya se ha dicho que el término lollong significa «entrenamiento
mental», y que el séptimo comprende tres entrenamientos. Estos no
se pueden aplicar si no se ha dominado la respiración del jarrón o
kumbhaka y, en el caso del primero, si no se ha desarrollado una
buena capacidad de retención del aliento mediante la práctica de la
respiración rítmica del yantra yoga. El primero de los entrenamien-
tos en este séptimo lollong permite obtener resultados análogos a los
de la práctica tántrica del tummo, alcanzando placer total indivisi-
ble de la vacuidad mediante la generación de calor, pero sin aplicar
la transformación en una deidad tántrica; el practicante que la ha
dominado, puede combinarla con la unión de la îum y el îab. El se-
gundo induce experiencias ilusorias o ñam de claridad o luminosi-
dad indivisibles de la vacuidad. Y el tercero genera vivencias de indi-
visibilidad de vacuidad y Gnitividad. Habiendo obtenido estas
vivencias, se las emplea para encontrar el rigpa que hace patente la
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Budismo y Dzogchen
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los dos niveles de práctica
del upadeshavarga o menngagdé
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Budismo y Dzogchen
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Los dos niveles de práctica del Upadeshavarga o Menngagdé
El Tekchö y el Ñingthik
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Los dos niveles de práctica del Upadeshavarga o Menngagdé
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Los dos niveles de práctica del Upadeshavarga o Menngagdé
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Budismo y Dzogchen
reflejo alguno. Puesto que ya no hay un sujeto mental que pueda ser
perjudicado por lo que surja, en este estadio las pasiones y todo lo
que pueda surgir son como un ladrón en una casa vacía.248
Como ya se ha señalado, las otras dos capacidades o formas de
autoliberación no son la verdadera autoliberación del Dzogchen:
por algo se los llama liberación al observar y liberación al surgir, re-
servándose la etiqueta autoliberación o liberación espontánea para
designar esta tercera capacidad o modo de autoliberación, propia
del estado mismo de realización. Los tres tipos de autoliberación no
son tres niveles claramente delineados que se sucedan los unos a los
otros: no es que para comenzar el primer tipo deba manifestarse ex-
clusivamente durante un cierto periodo; que al cabo de cierto tiem-
po el segundo se manifieste exclusivamente durante otra etapa; y
que, finalmente, tarde o temprano, se manifieste ininterrumpida-
mente el tercero. Los tres pueden alternarse sin ningún orden apa-
rente, aunque por lo general el primero en manifestarse, y que pre-
domina durante un periodo al comienzo de la práctica, es el que se
conoce como cherdröl o «liberación al observar».
Quien lleva la práctica del Tekchö hasta sus últimas consecuen-
cias y obtiene la cuarta visión de este sendero, conocida como «diso-
lución en la dharmata», habrá consolidado irreversiblemente el
dharmakaya que se le ha manifestado una y otra vez en su práctica,
mas no habrá obtenido un rupakaya de energía rölpa que pueda se-
guir enseñando al término de la vida; en cambio, obtendrá la realiza-
ción que se conoce como «cuerpo de partículas infinitesimales» o lü
dül tren du deng, que se obtiene mediante el modo de poner fin a la
existencia humana que se denomina «forma de morir de los poseso-
res-del-rigpa (vidyadharas)», logrando la disolución del cuerpo ma-
terial de energía tsel después de la muerte, pero sin obtener un cuer-
po de luz. No he tenido noticias de la obtención de esta realización
en los últimos siglos.
Como se había ya señalado, el Ñingthik no distingue entre Tek-
chö y Thögäl, pero sus instrucciones enfatizan sobre todo la práctica
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Los dos niveles de práctica del Upadeshavarga o Menngagdé
del Tekchö. Cabe señalar que las explicaciones sobre el Tekchö que
se comunicaron en esta sección distan mucho de capacitar al indivi-
duo para emprender la práctica. A este fin, es indispensable haber
accedido a la Introducción directa, no permanecer en la duda y haber
recibido instrucción personalizada de parte de un maestro que posea
un linaje del Dzogchen Upadeshavarga o Menngagdé. En lo perso-
nal, aunque he escrito varias obras sobre el Ñingthik y el Tekchö, no
soy un maestro de Dzogchen Menngagdé —y, siguiendo las instruc-
ciones al respecto de Chöguîal Namkhai Norbu, he restringido el
acceso a las obras en cuestión a quienes hayan recibido esas enseñan-
zas de mi persona—.
El Thögäl y el Îangthik
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Los dos niveles de práctica del Upadeshavarga o Menngagdé
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Los dos niveles de práctica del Upadeshavarga o Menngagdé
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Budismo y Dzogchen
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Los dos niveles de práctica del Upadeshavarga o Menngagdé
Para emplear de nuevo la metáfora del espejo, esta realización del cuer-
po de luz significa que uno ya no se encuentra en la condición de
quien se refleja en un espejo y percibe dualísticamente su reflejo y en
general la totalidad de lo reflejado, sino que se ha establecido en la
condición del espejo mismo y su energía en su totalidad se ha manifes-
tado como corresponde a la energía del espejo.
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Budismo y Dzogchen
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Los dos niveles de práctica del Upadeshavarga o Menngagdé
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Budismo y Dzogchen
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Los dos niveles de práctica del Upadeshavarga o Menngagdé
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Budismo y Dzogchen
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Los dos niveles de práctica del Upadeshavarga o Menngagdé
299
Budismo y Dzogchen
300
indivisibilidad
del tekchö y el thögäl
301
Budismo y Dzogchen
302
Indivisibilidad del Tekchö y el Thögäl
303
Budismo y Dzogchen
304
Indivisibilidad del Tekchö y el Thögäl
305
III
EN LA PRÁCTICA
la dinámica del mándala
309
Budismo y Dzogchen
310
La dinámica del mándala
311
Budismo y Dzogchen
312
La dinámica del mándala
313
Budismo y Dzogchen
314
La dinámica del mándala
315
Budismo y Dzogchen
316
La dinámica del mándala
317
Budismo y Dzogchen
318
La dinámica del mándala
319
Budismo y Dzogchen
320
La dinámica del mándala
321
Budismo y Dzogchen
322
La dinámica del mándala
323
Budismo y Dzogchen
324
La dinámica del mándala
325
el yantra yoga (y la danza vajra)
327
Budismo y Dzogchen
328
El yantra yoga (y la danza vajra)
329
Budismo y Dzogchen
330
El yantra yoga (y la danza vajra)
331
Budismo y Dzogchen
332
El yantra yoga (y la danza vajra)
333
el alcohol y la carne
335
Budismo y Dzogchen
336
El alcohol y la carne
337
Budismo y Dzogchen
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El alcohol y la carne
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Budismo y Dzogchen
340
los guardianes y las prácticas
a ellos asociadas
341
Budismo y Dzogchen
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Los guardianes y las prácticas a ellos asociadas
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Budismo y Dzogchen
344
Los guardianes y las prácticas a ellos asociadas
345
Budismo y Dzogchen
346
la práctica del chö
347
Budismo y Dzogchen
348
La práctica del Chö
349
Budismo y Dzogchen
350
La práctica del Chö
351
Budismo y Dzogchen
352
La práctica del Chö
353
el ciclo del día y la noche
355
Budismo y Dzogchen
356
El ciclo del día y la noche
357
Budismo y Dzogchen
358
El ciclo del día y la noche
359
Budismo y Dzogchen
360
El ciclo del día y la noche
361
Budismo y Dzogchen
362
El ciclo del día y la noche
363
índice de términos orientales
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Budismo y Dzogchen
366
Índice de términos orientales
(s.) akasha (s.d.) ākāśa (t.) namkha (t.w.) nam mkha’ (ch.) 虚空 (ch.h.p.)
xūkōng (ch.w.g.) hsü1-k’ung1
(s.) akúshala (s.d.) akuśala (p. / p.d.) akusala (t.) migewa (t.w.) mi dge ba
(ch.) 不善 (ch.h.p.) bùshàn (ch.w.g.) pu4-shan4 (j.r.) fuzen (k.r.) pulsŏn
(s.) alaya (s.d.) ālaya (t.) kunzhi (t.w.) kun gzhi (ch.) 阿賴耶 (ch.h.p.) ālàiyē
(ch.w.g.) a1-lai4-yeh1 quizás también 来源 (¿fuente?) (ch.h.p.) láiyuán
(ch.w.g.) lai2-yüan2
(s.) alaya vijñana (s.d.) ālayavijñāna (t.) kunzhi namshé / kunzhi nampar
shepa (t.w.) kun gzhi rnam [par] shes [pa]) (ch.) 阿賴耶識 (ch.h.p.)
ālàiyē shì (ch.w.g.) a1-lai4-yeh1 shih4 / (ch.) 藏識 (ch.h.p.) zàngshì
(ch.w.g.) tsang4-shih4
(g.r.) aletheia (g.) ἀλήθεια : desolvido, que en Heráclito tiene el sentido de
desocultación
(s.) Amitabhasutra (s.d.) Amitābhasūtra
(s.) Amitayurdhyanasutra (s.d.) Amitāyurdhyānasūtra
(s. / s.d.) Amoghavajra (ch.) 不空 (ch.h.p.) Bùkōng (chw.g.) Pu 4-k’ung1
(j.r.) Fukū
(s.) amrita (s.d.) am ṛta (p. / p.d.) amata (t.) dütsi (t.w.) bdud rtsi (a veces
[t.] chimé [t.w.] ’chi med) (ch.) 甘露 (ch.h.p.) gānlòu (ch.w.g.)
kan1-lou4
(p.) anagami (p.d.) anāgāmī (s.) anagamin (s.d.) anāgāmin (t.) chîir mi
ongwa (t.w.) phy ir mi ’ong ba (ch.) 阿那含 (ch.h.p.) anàhán (ch.w.g.)
a5-na4-han2 / (ch.) 不還 (ch.h.p.) bùhuán (ch.w.g.) pu4-huan2 / (ch.)
不來 (ch.h.p.) bùlái; (ch.w.g.) pu4-lai2
(s.) anatman / nairatmya (s.d.) anātman / nairātmya (p.) anatta (p.d.)
anattā (t.) dagmé (t.w.) bdag med (ch.) 無我 (ch.h.p.) wúwǒ (ch.w.g.)
wu2-wo3 (j.r.) muga (k.r.) mua
(s.) aninjyakarma / aninjyakarmán (s.d.) āninjyakarma / aniñjanakarman
(p. / p.d.) aniñjitakamma (t.) migyowai lé (t.w.) mi gyo ba’ i las (ch.) 不
動業 (ch.h.p) bùdòng yè (ch.w.g.) pu4-tung4 yeh4
(t.) Andzom Drukpa (t.w.) A ’ dzom ’Brug pa
(s.) Angulimaliyasutra (s.d.) Aṅgulimālīya Sūtra
(s.) anutpada / anutpanna (s.d.) anutpāda / anutpanna (t.) kîemé (t.w.) skye
med (ch.) 無生 (ch.h.p) wúshēng (ch.w.g.) wu2-sheng1 (j.r.) mushō
(k.r.) musaeng
(s.) anuttara samyak sambodhi (s.d.) anuttarāsamyaksa ṃbodhi (t.) îang-
dakpar îongsu dzogpe changchub (t.w.) yang dag par yongs su rdzogs
pa’ i byang chub); (ch.) 阿耨多罗三藐三菩提 (ch.h.p) ānòuduōluó
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Budismo y Dzogchen
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Índice de términos orientales
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Budismo y Dzogchen
(o.) Atiyogatantrayana (t.o.) atiyoga (t.) shintu nal-llor guîü thekpa (t.w.) a
ti yo ga / gdod ma’ i rnal ’byor rgyud theg pa / shin tu rnal ’byor rgyud
theg pa (s./s.d.) adiyogatantrayāna (ch.) 阿底瑜伽(大圆满) 乘
(ch.h.p.) ēdǐyújiā shèng (ch.w.g.) o1-ti3-yü2-chia1 sheng 4 / 本瑜伽 (大
圆满) 乘 (ch.h.p.) běnyújiā shèng (ch.w.g.) pen3-yü2-chia1 sheng 4 ?
(s.) atmagraha (s.d.) ātmagrāha (t.) dakdzín (t.w.) bdag ’ dzin (ch.) 我執
(ch.h.p.) wǒzhí (ch.w.g.) wo3-chih2
(s.) atman (s.d.) ātman (p./p.d.) attan (t.) dag (t.w.) bdag (ch.) 我 (ch.h.p.)
wǒ (ch.w.g.) wo3
(pe.r) ʿAṭṭ ār (“el Farmaceuta”) (pe.) ; su nombre era Abū Ḥamīd bin
Abū Bakr Ibrāhīm [c. 1145 – c. 1221; (pe.) ,
pero era más conocido por sus nombres de pluma, que eran el que ya
usamos, y, Farīd ud-Dīn [ ].
(s.) avachya (/ ashasta) (s.d.) avācya (/ aśasta) (t.) mar mepa (t.w.) smrar
med pa (ch.) 不言説 (ch.h.p.) bùyánshuō (ch.w.g.) pu4-yen2 shuo1
(s.) Avalokiteshwara (s.d.) Avalokiteśvara (t.) Chenrezig (t.w.) spyan ras
gzigs (ch.) 觀世音 (ch.h.p.) Guānshì Yīn (ch.w.g.) Kuan1-shih4-yin1 o
觀音 (ch.h.p.) Guān Yīn (ch.w.g.) Kuan1-yin1
(s.) avarana (s.d.) āvara ṇa (t.) dribpa (t.w.) sgrib pa (ch.) 障 (ch.h.p.) zhàng
(ch.w.g.) chang 4
(s.) Avatamsakasutra (Buddhavatamsakasutra) (s.d.) Avataṃsakasūtra
(Buddhāvataṃsakasūtra) (t.) Do Phalpoche (t.w.) Mdo phal po che (ch.)
華嚴經 (ch.h.p.) huá yán jīng (ch.w.g.) hua2-yen2-ching1 (j.r.) kegongyō
(k.r.) hwaŏm kyŏng
(s.) avidya (s.d.) avidyā (p.) avija (p.d.) avijjā (t.) marigpa (t.w.) ma rig pa
(ch.) 無明 (ch.h.p.) wúmíng (ch.w.g.) wu2-ming 2
(t.) bagchag (t.w.) bag chags (s.) vasana (s.d.) vāsanā (ch.) 氣習 (ch.h.p.)
qìxí (ch.w.g.) ch’ i 4-hsi 2 / 習氣 (ch.h.p.) xíqì (ch.w.g.) hsi 2-ch’ i 4
(t.) bagchagkîi kunzhi (t.w.) bag chags kyi kun gzhi
(t.) Bairo Dradak (t.w.) rJe btsun thams cad mkhyen pa bai ro tsa na’ i rnam
tar ’ dra ’bag chen mo
(t.) Bairo Gyu Bum (t.w.) Bai ro rgyud ’bum
(s.d.) bala pāramitā (t.) tob pharpin (t.w.) stobs phar phyin (ch.) 力 (波羅
蜜) (ch.h.p.) lì bōluómì (ch.w.g.) li4-po1-luo2-mi4
(t.) bardo (t.w.) bar do (s.) antarabhava (s.d.) antarābhava (s.d.) 中有
(ch.h.p.) zhōngyǒu (ch.w.g.) chung1-yu3 / 中陰 (ch.h.p.) zhōngyīn
(ch.w.g.) chung1-yin1
(t.) bardo chöñí / de la dharmata (t.) chönyí bardo (t.w.) chos nyid bar do
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Índice de términos orientales
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Budismo y Dzogchen
(s.) Brahma (s.d.) Brahmā (t.) Tsangpa (t.w.) Tshangs pa (ch.) 梵天 (ch.h.p.)
Fàntiān (ch.w.g.) Fan4-t’ ien1
(s./s.d.) brahman
(s.) Buda (s.d.) Buddha (t.) sanguîé (t.w.) sangs rgyas (ch.) 佛 (ch.h.p.) fó
(ch.w.g.) fo2
(s.) Buddhapalita (s.d.) Buddhapālita (t.) Sanguîe Kyang (t.w.) sangs rgyas
bskyang
(s) Butön (t.w.) Bu ston
(t.) chagchén rigdzin (t.w.) phyag chen rig ’ dzin (s.) mahamudra vidyadhara
(s.d.) mahāmudrā vidyādhara (ch.) 大印持明 (c h.h.p.) dàiyìn
chímíng (ch.w.g.) tai 4-yin4 ch’ ih2-ming2
(t.) Chagguîa Chenpo / Chagchén (t.w.) phyag chen / phyag rgya chen po
(ch.) 大印/大手印 (ch.h.p.) dài[shòu]yìn (ch.w.g.) tai4-[shou4]-yin4
(j.r.) daiin/daishuin (k.r.) taein/taesuin
(s.) chaitta / chaitasika (s.d.) caitta / caitasika (p. / p.d.) cetasika (t.) semjung
(t.w.) sems byung (ch.) 心所 (ch.h.p.) xīnsuǒ (ch.w.g.) hsin1-so3
(ch.h.p.) Chán (ch.) 禪 (ch.w.g.) Ch’an2 (j.) Zen (k.r.) Seon (k.) 성 (viet.)
Thiền. Escuela: (ch.h.p.) Chánzōng (ch.) 禪宗 (ch.w.g.) Ch’an2-
tsung1 (j.h.) ぜんしゅう (j.r.) / Zen-shū (k.r.) Seonjong (k.) 성종
(viet.) Thiền Tông
(s.) Chakrasamvara (s.d.) Cakrasa ṃvara (t.) Khorlo demchok (t.w.) ’Khor lo
bde mchog
(t.) changchub ki lam îenlag dün (t.w.) byang chub kyi lam yan lag bdun
(t.) changchubsem (t.w.) byang chub sems (s.) bodhichitta (s.d.) bodhicitta
(ch.) 菩提心 (ch.h.p.) pútíxīn (ch.w.g.) p’u2-t’ i2-hsin1 (j.r.) bodaishin
(s.) Chandrakirti (s.d.) Candrakīrti (t.) Dawa Drakpa (t.w.) zla ba grags pa
(s.) Charyatantra (s.d.) Caryātantra (t.) chöpe guîükîi thekpa (t.w.) spyod
pa’ i rgyud kyi theg pa (ch.) 行部乘 (ch.h.p.) xíngbù shèng (ch.w.g.)
hsing2-pu4 sheng 4
(t.) chatral (t.w.) bya bral
(t.) Chatral Sanguîe Dorlle Rimpoché (t.w.) Bya ’bral Sangs rgyas rdo rje
Rin po che
(t.) Chekawa Îeshe Dorlle (t.w.) ’Chad kha ba ye shes rdo rje
(ch.h.p.) Chéngshí (ch.) 成實 (ch.w.g.) Ch’eng2-shih2. Escuela: (ch.h.p.)
Chéngshízōng (ch.) 成實宗 (ch.w.g.) Ch’eng2-shih2 Tsung1 (j.r.) Jojitsu-
shū: Escuela de la Trascendencia de la Sabiduría
(t.) Cherchen Nangsher Löpo (t.w.) Gyer chen sNang bzher Lod po
(t.) cherdröl (t.w.) gcer grol
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Índice de términos orientales
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Budismo y Dzogchen
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Índice de términos orientales
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Budismo y Dzogchen
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Índice de términos orientales
(t.) dröl-lam / tharlam (t.w.) grol lam / thar lam (s.) ¿mokshamarga? (s.d.)
¿mok ṣamārga? (ch.) 解道 (ch.h.p.) xièdào (ch.w.g.) hsieh4-tao4 (j.r.)
gedatsudō (k.r.) haet’alto
(t.) Dro Rinchenwar (t.w.) ’bro rin chen ’bar
(t.) Drusha (t.w.) bru sha
(t.) Dudllom Lingpa (t.w.) bdud ’ joms gling pa
(t.) Dudjom Rimpoché, Lligdräl Îeshe Dorlle (t.w.) bdud ’ joms rin po che,
’ jigs ’bral ye shes rdo rje
(t.) Dudllom Tersar / Düdllom Tersar (t.w.) bdud ’ joms gter gsar
(s.) duhkha (s.d.) duḥkha (p./p.d.) dukkha (t.) dugngäl (t.w.) sdug bsngal
(ch.) 苦 (ch.h.p.) k ǔ (ch.w.g.) k’u3 (j.r.) ku (k.r.) ko
(s.) duhkhaduhkhata (s.d.) duḥkhaduḥkhatā (p.) dukkhadukkhata (p.d.)
dukkhadukkhatā (t.) dugngälguîi dugngäl (t.w.) sdug bsngal gyi sdug
bsngal (ch.) 苦苦 (ch.h.p.) k ǔk ǔ (ch.w.g.) k’u3-k’u3
(t.) dümache (t.w.) ’ dus ma byas (s.) asámskrita (s.d.) asa ṃskṛta (p.)
asankhata (p.d.) asa ṅkhata (ch.) 無爲 (ch.h.p.) wúwéi (ch.w.g.)
wu2-wei2
(t.) dung (t.w.) gdung
(t.) Dungso Repa (t.w.) Dung mtsho Ras pa
(ch.h.p.) Dùnhuáng (ch.) 燉煌 (ch.w.g.) Tun4-huang2 / (ch.) 敦煌 (ch.h.p.)
Dūnhuáng (ch.w.g.) Tun1-huang2
(t.) Düpe do (t.w.) ’ dus-pa’ i mdo
(t.) [Lle] Düsum Chenpa (t.w.) [rje] Dus gsum mkhyen pa
(t.) dütsi (t.w.) bdud rtsi (s.) amrta (s.d.) amṛta (p./p.d.) amata (ch.) 甘露
(ch.h.p.) gānlòu (ch.w.g.) kan1-lou4
(t.) Dwagpo (t.w.) Dvags po
(s) dwesha (s.d.) dves ̣a (p./p.d.) dosa (t.) zhedang (t.w.) zhe sdang (ch.) 瞋
(ch.h.p.) chēn (ch.w.g.) ch’en1 (j.r.) shin (k.r.) chin
(t.) Dza Petrül (Lligme Chökîi Wangpó) Rimpoché (t.w.) Dza dpal sprul
(’ jigs med chos kyi dbang po) rin po che
(t.) dzatekwó (t.w.) dza khregs bo
(t.) dzepa (t.w.) mdzad pa (s./s.d.) ¿karoti?
(t.) dzeter (t.w.) rdzas gter
(t.) Dzogchen (t.w.) rdzogs [pa] chen [po] (s.) Mahāsa ṅdhi (ö.) Santimaha
(ch.) 大圆满 (ch.h.p.) dàiyuánmǎn (ch.w.g.) tai4-yüan2-man3
(t.) Dzogpa chenpoi nesum shenllé (t.w.) rdzogs pa chen po’ i gnad gsum shan
’byed
(t.) Dzogpa chenpo semñí ngälsó (t.w.) rdzogs pa chen po sems nyid ngal gso
377
Budismo y Dzogchen
(t.) Dzogpa chenpo zhang zhung ñenguîü (t.w.) rdzogs pa chen po zhang
zhung snyan brgyud
(t.) dzutrül kangzhí (t.w.) rdzu ’phrul rkang bzhi
(ch.h.p.) Fǎxiàng (ch.) 法相 (ch.w.g.) Fa3-hsiang4. Escuela: (ch.h.p.) Fǎxiàng
zōng (ch.) 法相宗 (ch.w.g.) Fa3-hsiang4 Tsung1 (j.r.) Hossō-shǔ
(ch.h.p.) fènghuáng (ch.) 鳳凰 (ch.w.g.) fêng4-huang2
(g.r.) füsis / physis (g.) φύσις
(g.r.) füsis kruptesthai filei / physis kruptesthai philei (g.) φύσις κρύπτεσθαι
φιλεῖ
(t.) Gampopa / Gampopa Dwagpo Lharllé (t.w.) sGam po pa (t.w.) sGam
po pa dvags po lha rje
(s.) ganapuja (s.d.) ga ṇapūja (t.) tsogkîi chöpa (t.w.) tshogs kyi mchod pa
(ch.) 荟供 (ch.h.p.) huìgòng (ch.w.g.) hui4-kung4
(s.) Gandavyuhasutra (t.w.) Gaṇḍavyūha / Gaṇḍavyūhasūtra (ch.) 大方廣
佛華嚴 經 dàfāngguǎng fó huáyán jīng / ta4-fang1-kuang3 fo2 hua2-
yen2 ching1
(t.) gangzag ñenkhungui guîüpa (t.w.) gang zag snyan khung gi brgyud pa
(t.) Garab Dorlle (t.w.) dGa’ rab rdo rje (ö. / s.) Prahevajra / Pramodavajra /
Surativajra
(t.) garuda (t.w.) garu ḍa (p.) garuḍa / garuḍa (t.) mkha’ lding / nam mkha’ i
lding (el cual en Tíbet asimiló el (t.) chung (t.w.) khyung: el ave de
fuego prebudista del Bön) (ch.) 迦樓羅 (ch.h.p.) jiālóuluó (ch.w.g.)
chia1-lou2-lo2
(s. / s.d.) gati o loka (t.) gati (t) drowa rig (t.w.) ’gro ba rigs (ch.) 趣 (ch.h.p.)
qù (ch.w.g.) ch’ ü4
(s.) Gautama Siddhartha / Siddhartha Gautama (s. d.) Siddhārtha
Gautama (p.) Siddhattha Gotama
(ch.h.p.) Gěhóng (ch.) 葛洪 (ch.w.g.) Ko3-hung2
(t.) gommé (t.w.) sgom med
(t.) gompa (t.w.) sgom pa (s.) bhavana (s.d.) bhāvanā (ch.) 修習 (ch.h,p.)
xiūxí (ch.w.g.) Wade-Giles, hsiu1-hsi2
(ch.h.p.) gōng’ àn (ch.) 公案 (ch.w.g.) kung an (j.r.) kōan
(t.) gongter /t.w.) dgongs gter (estos tesoros también se llaman thukter /
thugs gter, pues en este contexto thugs es un sinónimo aproximado de
dgongs: ambos se refieren al rigpa)
(s.) Gorakhnath (s.d.) Gorakhnātha = Gorak ṣa
(t.) Gorampa Sönam Senghé (t.w.) Go rams pa bsod nams seng ge
(1429-1489)
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Índice de términos orientales
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Budismo y Dzogchen
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Índice de términos orientales
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Budismo y Dzogchen
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Índice de términos orientales
döchagkyi sepa (t.w.) ’ dod chags kyi sred pa (ch.) 欲愛 (t.h.p.) yùài
(t.w.g.) yü4-ai4
(s.) Kambojatantra (s.d.) Kāmbojatantra
(s) Kamphata [yoguis] (s.d.) kānphaṭa [yoguis]
(t.) kangling (t.w.) rkang gling
(t.) Kanguîur (t.w.) bka’ ’gyur
(j.r.) Kanna Zen (ch./j.k.) 看話禪 (ch.h.p.) Kànhuà Chán (ch.w.g.) K’an4-
hua4 Ch’an2
(s) kapala (s.d.) kapāla (t. tomado del sánscrito) kapala (t.w. tomado del
sánscrito) ka pa la
(t.) Karma Lingpa (t.w.) Kar ma gling pa, resumido como (t.) Karling
(t.w.) kar gling
(s.) kartika (s.d.) kartikā (t.) drigu (t.w.) gri gu cuchillo de luna creciente
de las dakinis
(s.) Kashyapiya (s.d.) Kāśyapīya (p.) Kassapiya/Kassapika (p.d.)
Kassapīya/Kassapika (t.) Ösungwe de (t.w.) ’Od srung ba’ i sde (ch.)
迦葉遺部 (ch.h.p.) Jiāshěyíbù (ch.w.g.) Chia1-she3-i2-pu4 / 飮光部
(ch.h.p.) Y ǐnguāngbù (ch.w.g.) Yin3-kuang 1-pu4 (j.r.) Kashōyuibu /
Onkshō (k.r.) Kasŏbyubu/ Ŭmgwangbu
(t.) katak (t.w.) ka dag (posible s.) kashudha (posible s.d.) kaśuddha
(t.) Karma Pakshí (t.w.) Kar ma Pak shi
(t.) Kathang Dengá (t.w.) bKa’-thang sde-lnga
(g.r.) kátharsis (g.) κάθαρσις
(t.) kati (canales) (t.w.) ka ti (in extenso, [t.] kati shelguîi buguchen [t.w.]
ka ti shel gyi sbu gu can también llamados: (t.) îeshe tsa (t.w.) ye shes
rtsa / (t.) karllam tsa (t.w.) dkar ’ jam rtsa (canales sutiles blancos)
Según el caso: (t.) kham (t.w.) khams (s.) dhatu (s.d.) dhātu (ch.) 界
(ch.h.p) jiè (ch.w.g.) chieh4 / (t.) ying (t.w.) dbyings (ch.) 法界
(ch.h.p) f ǎjiè (ch.w.g.) fa3- chieh4 : principio, esfera, extensión, etc.
(t.) Kham (t.w.) Khams (región sudoriental del Tíbet)
(t.) khandro (t.w.) mkha’ ’gro (s.) dakini (s.d.) ḍākinī (ch.) 荼枳尼
(ch.h.p) túzhǐní (ch.w.g.) t’u2-chih3-ni2 (j.r.) dakini (k.r.) tojini
(t.) Khandro Ñingthik, Îabshí (t.w.) mKha’ ’gro snying thig, ya bzhi
(t.) khandro teguiá (t.w.) mkha’ ’gro gtad rgya
(t.) Khellug (t.w.) mKhas ’ jug
(t.) Khellug chendrel (t.w.) mKhas ’ jug mchan ’grel
(t.) Khenpo Nüldén (t.w.) mKhan po Nus ldan
(t.) Khepe gatön (t.w.) mKhas pa’ i dGa’ ston
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Budismo y Dzogchen
384
Índice de términos orientales
(t.) Kongtrül Ngagwang Îöntén Guîamtso (t.w.) Kong sprul Ngag dbang
yon tan rgya mtsho
(t.) kor (t.w.) skor : ciclos
(s.) Kriyatantrayana (s.d.) Kriyātantrayāna (t.) Chawa guîükîi thekpa
(t.w.) bya ba rgyud kyi theg pa (ch.) 事部乘 (ch.h.p.) Shìbùshèng
(ch.w.g.) Shih4-pu4-sheng4
(g.r.) kruptesthai (g.) κρύπτεσθαι
(s.) kshanti paramita (s.d.) k ṣānti pāramitā (t.) zopa pharpin (t.w.) bzod
pa phar phyin (ch.) 忍辱 波羅 蜜 (ch.h.p.) rěnr ǔ bōluomi (ch.w.g.)
jen3-ju3 po1-luo2-mi4
(j.r.) Kūkai (j.k.) 空海
(s.) kumbhaka (s.d.) (t.) lung bum chen / bumpa chen / bumpe llorwa
(t.w.) rlung bum can / bum pa can / bum pa’ i sbyor ba
(t.) Kunchén Pema Karpo (t.w.) Kun mkhyen Pad ma dkar po
(t.) Kunchén zhalug düdtsii thigpa (t.w.) Kun mkhyen zhal lug bdud rtsi’ i
thigs pa (comentario al gNas lugs rdo rje’ i tshig rkang)
(s.) kundalini (s.d.) kuṇḍalinī
(t.) Kunlle Guîalpo (t.w.) Kun byed rgyalpo
(t.) kuntu takpe marigpa (t.w.) kun tu brtags pa’ i ma rig pa
(s.) Kunzang îab-îum (t.w.) Kun bzang yab yum
(s.) kunzhí (s.d.) kun gzhi (s.) alaya (s.d.) ālaya (ch.) 阿賴耶 (ch.h.p.)
ālàiyē (ch.w.g.) a1-lai4-yeh1 / perhaps also 来源 (source?) (ch.h.p.)
láiyuán (ch.w.g.) lai2-yüan2
(t.) kunzhi lungmatén (t.w.) kun gzhi lung ma bstan
(s.) kunzhí namshe / kunzhí nampar shepa (t.w.) kun gzhi rnam [par]
shes [pa] (s.) alayavijñana (s.d.) ālayavijñāna (ch.) 阿賴耶識 (ch.h.p.)
ālàiyē shì (ch.w.g.) a1-lai4-yeh1 shih4 / 藏識 (ch.h.p.) zàngshì (ch.w.g.)
tsang4-shih4
(s.) Lakshashva (rey) (s.d.) Lak ṣāśva (rey)
(t.) lam (t.w.) lam (s.) marga (s.d.) mārga(ḥ) (p./p.d.) magga (ch.) 道
(ch.h.p.) dào (ch.w.g.) tao4
(t.) lama (t.w.) bla ma (s./s.d.) guru (ch.) 師 (ch.h.p.) shī (ch.w.g.) shih1 / 上
師 (ch.h.p.) shàngshī (ch.w.g.) shang4-shih1 Sin embargo la traducción
palabra por palabra de bla ma es 藏文 (ch.h.p.) zàngwén (ch.w.g.)
tsang4-wen2
(t.) lamrim / changchub lamkîi rimpa (t.w.) lam rim / byang chub lam gyi
rim pa
(s.) Lankavatarasutra (s.d.) La ṅkāvatārasūtra (t.) Langkar shegpe do (t.w.)
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Budismo y Dzogchen
Lang kar gshegs pa’ i mdo (ch.) 入楞伽經 (ch.h.p.) rù lèngqié jīng
(ch.w.g.) ju4 leng4-ch’ ieh2 ching 1 (j.r) Nyū Ryōgakyō (k.r.) Ip Nŭngga
kyŏng
(ch.h.p.) Lǎoz ǐ (ch.) 老子 (ch.w.g.) Lao3-tzu3
(ch.h.p.) lèngqié shīzī jì (ch.) 楞伽师资记 (ch.w.g.) leng4-ch’ ieh2 shih1-tzu1
chi4 (t.) samtén guîa lung chenpo (t.w.) bsam gtan rgya lung chen po
(g.r.) lethe (g.) λήθη : olvido, que en Heráclito tiene el sentido de
ocultación (de la verdadera condición)
(t.) lhangthong (t.w.) lhag mthong (s.) vipashyana (s.d.) vipaśyanā (p.)
vipassana (p.d.) vipassanā (ch.) 觀 (ch.h.p.) guān (quizás también
guàn) (ch.w.g.) kuan1 (quizás también kuan4) (j.r.) kan
(t.) lhenchik kîepe marigpa (t.w.) lhan cig skyes pa’ i ma rig pa
(t.) lhundrub (t.w.) lhun grub (s.) nirabogha / anabogha (s.d.) nirābogha
/ anābogha
(t.) lhundrubkîi goguîé (t.w.) lhun grub kyi sgo bgyad
(t.) lhundrubkîi zhingnang (t.w.) lhun grub kyi zhing snang
(t.) lhundrub rigdzin (t.w.) lhun grub rig ’ dzin
(ch.h.p.) Lièz ĭ (ch.) 列子 (ch.w.g.) Lieh4-tzu3
(t.) Lingtsang Tashí Öser (t.w.) gLing tshang bkra shis ’od-ser
(t.) llalü (t.w.) dja lus
(t.) llalü powa chenpo (t.w.) dja lus ’pho ba chen po
(t.) Llamgön Khongtrul (t.w.) ’Jam dgon skong sprul
(t.) Llamgön Kongtrul Lodrö Tayé (t.w.) ’Jam mgon kong sprul blo gros
mtha’ yas (1813-99)
(t.) Llamîang Chentze Wangpó (t.w.) ’Jam dbyangs mkhyen brtse dbang
po (ch.) 妙吉祥智悲自在 (ch.h.p) miàojíxiáng zhìbēi zìzai (ch.w.g.)
miao4-chi2-hsiang 2 chih4-pei1 tzu4-tsai5
(t.) Llampelkú (t.w.) ’Jam dpal sku : Mañjushri el Cuerpo (Nirmanakaya)
(t.) llencherwa (t.w.) rjen gcer ba
(t.) llethob (t.w.) rjes thob (s.) prishthalabda (s.d.) pṛṣṭhalabdha (ch.) 後得
(ch.h.p) hòudé (ch.w.g.) hou4-te 2
(t.) Lligme Lingpa (t.w.) ’Jigs med gling pa
(t.) llin (t.w.) sbyin
(t.) Llonangpa (t.w.) Jo nang pa
(t.) llorwa (t.w.) ’byor ba
(t.) Llu Mipham Llamiang Namguîäl / Llamgön Llu Mipham Guîamtso
(t.w.) ’ ju mi pham ’ jam dbyangs rnam rgyal / ’ jam mgon ’ ju mi
pham rgya mtsho, 1846-1912
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Índice de términos orientales
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Budismo y Dzogchen
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Índice de términos orientales
(s.) mahasiddha (s.d.) mahāsiddha (t.) drubchen (t.w.) sgrub chen (ch.) 大
聖 (ch.h.p.) dàshèng (ch.w.g.) ta 4-sheng4
(s.) Mahasiddha Kukuraja (s.d.) mahāsiddha Kukkurāja
(s.) Mahayana (s.d.) Mahāyāna (t.) Thekpa chenpo (t.w.) Theg pa chen po
(ch.) 大乘 (ch.h.p.) Dàshèng (ch.w.g.) Ta4-ch’eng4 (j.r.) Daijō (k.r.)
Taes ŭng
(s.) Mahayogatantrayana (s.d.) Mahāyogatantrayāna (t.) Nal-llor
chenpo guîü (t.w.) rNal ’ byor chen po rgyud / Ma hā yo ga (ch.) 玛
哈瑜伽 乘 (ch.h.p.) Mǎh ǎyújiā shèng (ch.w.g.) Ma3 -ha3 -yü2 -chia1
sheng4
(s.) Mahishasaka (s.d.) Mahīśāsaka [alt. Mahi ṃśāsaka] (p.)
Mahimsasaka (p.d.) Mahi ṃsāsaka (t.) Satönpa (t.w.) Sa ston pa
(ch.) 化地部 (ch.h.p.) huàdìbù (ch.w.g.) hua 4-ti 4-pu 4 (j.r.) Kejibu
(k.r.) Hwaji pu
(s./s.d.) Maitreya (p./p.d.) Metteya (t.) Llampa (t.w.) Byams pa (ch.) 彌勒
(ch.h.p.) Mílè (ch.w.g.) Mi2-le4 (j.r.) Miroku (k.r.) Mir ŭk
(s.) Maitreyanatha (s.d.) Maitreyanātha (t.) Llamgön (t.w.) Byams mgon
(ch.) 慈尊 (ch.h.p.) Cízūn (ch.w.g.) Tz’u2-tsun1 (j.r.) Jison (k.r.)
Chajon
(s.) makardhwaj (s.d.) makaradhvaja (मकरध्वज)
(s.) makshika (s.d.) mākṣika
(s.) mala (s.d.) mālā (t.) trenwa (t.w.) ’phreng ba (ch.) 鬘 (ch.h.p.) mán
(ch.w.g.) man2 (j.r.) man (k.r.) man
(s.) mandala (s.d.) maṇḍala (t.) kîilkhor / llilkhor (t.w.) dkyil ’ khor (ch.)
曼荼羅 (ch.h.p.) màntúluó (ch.w.g.) man4-t’u2-lo2 (j.r.) mandara
(j.h.) まんだら (k.r.) mandara
(s.) mani (s.d.) manị (t.) norbu (t.w.) nor bu (ch.) 摩尼 (ch.h.p.) móní
(ch.w.g.) mo2-ni2 / 珠 (ch.h.p.) zhū (ch.w.g.) chu1 (j.r.) mani/shu (k.r.)
mani/chu
(s.) Manjushri (s.d.) Mañjuśrī (t.) Llampal (t.w.) ’Jam dpal (ch.) 文
殊師利 (ch.h.p.) Wénshūshīlì (ch.w.g.) Wen2-shu1-shih1-li4 (j.r.)
Monjushiri (k.r.) Munsusari
(s.) Manjushrimitra (s.d.) Mañjuśrīmitra (t.) Llampal señén (t.w.) ’Jam
dpal bshes gnyen
(t.) menngag (t.w.) man ngag (s) upadesha (s.d.) upadeśa (p./p.d.) upadesa
(ch.) 優波提舍 (ch.h.p) yōubōtíshě (ch.w.g.) yu1-po1-t’ i2-she3 (j.r.)
upadaisha (k.r.) ubajesa
(s.) manovijñana (s.d.) manovijñāna (t.) îikîi namshe (t.w.) yid kyi rnam
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Índice de términos orientales
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Budismo y Dzogchen
(t.) Nangsi semchén yöpa ganwe dagpo (t.w.) sNang srid sems can yod pa
dga’ ba’ i bdag po
(t.) nangwa chogzhak (t.w.) snang ba cog bzhag
(t.) nangwa zhi (t.w.) snang ba bzhi
(ch.h.p.) Nányuè Huáiràng (ch.) 南嶽懷讓 (ch.w.g.) Nan2-yüeh4 Huai2-
jang4 (j.r.) Nangaku Ejō.
(pe.r.) Naqshbandi (pe.r.d.) Naqshbandī (pe.) (a.r.)
Naqshbandiyah a.r.d. Naqshbandīyah (a) (s./s.d.) naraka
(p./p.d.) nerayika (t.) ñälwa (t.w.) dmyal ba (ch.) 那落 (ch.h.p.)
nàluò (ch.w.g.) na4-lo4
(s./s.d.) narakagati / narakaloka (p./p.d.) nerayikagati (t.) ñälwe drowa
(t.w.) dmyal ba’ i ’gro ba (ch.) 那落迦 (ch.h.p.) nàluòjiā (ch.w.g.)
na4-lo4-chia1
(t.) ne (t.w.) gnas (s.) ashraya (s.d.) āśraya (ch.) 所依 (ch.h.p.) suǒyī
(ch.w.g.) so3-i1 (j.r.) sho’e (k.r) soŭi
(t.) Nelug dorllei tsigkang (t.w.) gnas lugs rdo rje’ i tshig rkang
(t.) nepa / nepe tingnguedzín (t.w.) gnas pa / gnas pa’ i ting nge ’ dzin
(t.) ngardzín / dagdzín (t.w.) ngar ’ dzin / bdag ’ dzin (s.) ahamkara /
atmagraha (s.d.) ahaṃkāra / ātmagraha (ch.) 我執 / 我慢 (ch.h.p.)
wǒzhí / wǒmàn (ch.w.g.) wo3-chih2 / wo3-man4
(t.) Ngaggui Wangpó (t.w.) Ngag gi dbang po
(t.) ngagpa (t.e.) sngags pa (s./s.d.) mantrika (un ngagpa realizado es un
ngagchang [t.w.] sngag ’chang [s./s.d.] mantradhara)
(t.) ngöndro (t.w.) sngon ’gro
(t.) ngo shepa (t.w.) ngo shes pa
(t.) ngotsawe tag (t.w.) ngo mtsha ba’ i rtags
(t.) ngowo (t.w.) ngo bo (s.)
(t.) ngowo shi (t.w.) ngo bo’ i gshis
(t.) ngözung (t.w.) ngos bzung
(j.r.) Nichiren (j.k.) 日蓮 (j.r.) Nichiren-shū (j.k.) 日蓮宗 (j.r.) Nichiren-
Shōshū (j.k.) 日蓮正宗
(j.r.) Nichiren Daishōnin (j.k.) 日蓮大聖人
(s./p.) nidana (s.d./p.d.) nidāna (t.) drel [pa] (t.w.) ’brel [pa] (ch.) 尼陀那
(ch.h.p.) nítuónà (ch.w.g.) ni-t’o-na
(ch.h.p.) Nièpán (ch.) 涅槃 (ch.w.g.) Nieh4-p’an2 o del Nirvana (por el
nombre del Parinirvanasutra). Escuela: (ch.h.p.) Nièpánzōng (ch.)
涅槃宗 (ch.w.g.) Nieh4-p’an2-tsung 1 (j.r.) Nehanshū
(s.) nirmanakaya (s.d.) nirmanakāya (t.w.) sprul sku / sprul pa’ i sku
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Budismo y Dzogchen
(t.) semñí (t.w.) sems nyid (s.) chittata / chitta eva (s.d.) cittatā / citta eva
(ch.) 元心 (ch.h.p.) yuán xīn (ch.w.g.) yüan2-hsin1 (equivalente al 一
心 del Despertar de la fe en el Mahayana y el 森羅萬象之元)
(t.) Semnyi Rangdröl (t.w.) Sems nyid rang grol
(s.) shabdasamanya (s.d.) śabdasāmānya (t.) drachí (t.w.) sgra spyi (ch.) 論
聲總 (ch.h.p.) lùnshēngz ǒng (ch.w.g.) lun4-sheng 1-tsung 3
(j.r.) shakubuku (j.k./ch.) 折伏 (ch.h.p.) zhé fú (ch.w.g.) che 2-fu2
(originalmente «subyugar»)
(s.) Shakyadeva (s.d.) Śākyadeva
(s.) Shakyamuni (s.d.) Śākyamuni (p./p.d.) Sakkamuni (t.) Shakîa
thubpa (t.w.) Shākya thub pa (ch.) 釋迦牟尼 (ch.h.p.) Shìjiāmóuní
(ch.w.g.) Shih4-chia1-mou2-ni2 (j.r.) Shakamuni (k.r.) Sŏkkamoni
(s.) shamatha (s.d.) śamatha (p. / p.d.) samatha (t.) zhine (t.w.) zhi gnas
(ch.) 止 (ch.h.p.) zhǐ (ch.w.g.) chih3 (j.r.) shi
(ch.h.p.) Shàngdì (ch.) 上帝 (ch.w.g.) Shang4-ti4
(s.) Shantideva (s.d.) Śāntideva
(s.) Shantigarbha (s.d.) Śāntigarbha (t.) Zhiiwé ñingpo (t.w.) Zhi ba’ i
snying po
(t.) shardröl (t.w.) shar grol liberación al surgir
(t.) Shenrab Miwoche (t.w.) gShen rab mi bo che, nacido, según los textos
más antiguos, en 1856 a.E.C., introdujo la «transmisión oral del
Dzogchen de Zhang-zhung».
(t.) Shense Lhallé (t.w.) gShen sras lha rje / gShen gsas lha rje
(ch.h.p.) shénxiān (ch.) 神仙 (ch.w.g.) shen2-hsien1
(ch.h.p.) Shénxiù (ch.) 神秀 (ch.w.g.) Shen2-hsiu4 (j.r.) Jinshū
(t.) sherab nampar drölwe lam (t.w.) shes rab rnam par grol ba’ i lam
(j.r.) shikantaza (j.k./ch.) 只管打坐 (ch.h.p.) zhǐguǎn (ch.w.g.)
(t./t.w.) shing
(t.) shingtekwó (t.w.) shing khregs bo
(j.r.) Shingon-shū (Escuela del Mantra) (j.k./ch.) 真言宗 (ch.h.p.)
Zhēnyánzōng (ch.w.g.) Chen1-yan2 Tsung 1
(s.) Shiva (s.d.) Śiva
(t.) shogser (t.w.) shog ser
(s.) Shravakabhumi (s.d.) Śrāvakabhūmi
(s.) Shravakayana (s.d.) Śrāvakayāna (t.) Ñenthö thekpa (t.w.) Nyan thos
theg pa (ch.) 聲聞 乘 (ch.h.p.) shēngwèn shèng (ch.w.g.) sheng 1-wen4
sheng 4 (j.r) Shōmon (k.r.) Sŏngmun
(s.) Shravasti (s.d.) Śrāvastī
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Índice de términos orientales
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Budismo y Dzogchen
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Índice de términos orientales
(p.) tanha (p.d.) taṇhā (s.) trishna (s.d.) t ṛṣṇā (t.) sepa (t.w.) sred pa Ch.
愛 (ch.h.p.) ài; (ch.w.g.) ai4 (j.r.) ai (k.r.) ae. 3 typos de t ṛṣṇā: (1)
(s.) kamatrishna (s.d.) kāmat ṛṣnā (p.) kamatanha (p.d.) kāmataṇhā
(t.) döchagkyi sepa (t.w.) ’ dod chags kyi sred pa (ch.) 欲愛 (ch.h.p.)
yùài (ch.w.g.) yü4-ai4 (2) (s.) bhavatrishna (s.d.) bhavat ṛṣnā (p.)
bhavagtanha (p.d.) bhavataṇhā (t.) sidpai sepa (t.w.) srid pa’ i sred pa
(ch.) 有愛 (ch.h.p.) yǒuài; (ch.w.g.) yu3-ai4. (3) (s.) vibhavatrishna
(s.d.) vibhavat ṛṣna (p.) vibhavatanha (p.d.) vibhavataṇhā (t.) mepe
sepa (t.w.) med pa’ i sred pa (ch.) 無有愛 (ch.h.p.) wúyǒuài (ch.w.g.)
wu2-yu3-ai4
(s./s.d.) Tantra (t.) Guîü (t.w.) rGyud (ch.) 檀特羅 (ch.h.p.) tántèluó
(ch.w.g.) t’an2-t’e4-lo2 (j.r.) Dantokura (k.r.) Tant’ŭngna
(s./s.d.) Tantratattvasamuccaya
(s.) Tantrayana (s.d.) Tantrayāna (t.) Gyükîi thekpa (t.w.) rGyud kyi theg
pa (ch.) 檀特羅 乘 (ch.h.p.) tántèluó shèng (ch.w.g.) t’an2-t’e4-lo2
sheng 4
(t.) Tarthang Tulku (t.w.) Dar thang sprul sku
(s.) tathagata(s) (s.d.) tathāgata(s) (t.) dezhín shegpa (t.w.) de bzhin gshegs
pa (ch.) 如來 (ch.h.p.) rúlái (ch.w.g.) ju2-lai2 (j.r.) nyorai (k.r.) yŏrae
(s.) Tathagatagarbhasutra (s.d.) Tathāgatagarbhasūtra (t.) Dezhín shegpe
ñingpoi do (t.w.) De bzhin gshegs pa’ i snying po’ i mdo (ch.) 大方等如
來藏經 Dàfāngděng rúláizàng jīng / Ta4-fang 1-teng 3 ju2-lai2-tsang4
ching 1 (j.r.) Daihōdō nyoraizōkyō (k.r.) Taebangd ŭng yŏraejang kyŏng
(s.) tathata (s.d.) tathatā (t.) dezhinnîí (t.w.) de bzhin nyid (ch.) 眞如[性]
(ch.h.p) zhēnrú [xìng] (ch.w.g.) chen1-ju2 [hsing4]
(t.) tawa (t.w.) lta ba (s.) drishti (s.d.) dṛṣṭi (also darśana; especially when
referring to nonBuddhist systems) (t.) tawa (t.w.) lta ba (ch.) 見
(ch.h.p) jiàn (ch.w.g.) chien4 (ch.) 见
(t.) teguîá (t.w.) gtad rgya
(t.) tekchö (t.w.) khregs chod (ch.) 彻却 (ch.h.p) chèquè (ch.w.g.) ch’e-
ch’ üeh
(t.) Tekchog dzö (t.w.) Theg mchog mdzod (en los [t.] Dzödün [t.w.] mDzod
bdun: 7 Tesoros)
(t.) Tänguîur (t.w.) bsTan ’gyur
(t.) tenpa dang shezhín (t.w.) dran pa dang shes bzhin
(t.) tenpa ñerzhag zhi (t.w.) dran pa nyer bzhag bzhi
(t.) teguiá (t.w.) gtad rgya
(t.) terma (t.w.) gter ma
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Budismo y Dzogchen
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Índice de términos orientales
(t.) timug (t.w.) gti mug (s./s.d.) moha (ch.) 癡 (ch.h.p.) chī (ch.w.g.)
ch’ ih1
(s./s.d.) tiryagyonigati / tiryagyoniloka (p./p.d.) tiracchāna-yoni (t.)
düdro drowa (t.w.) dud ’gro ’gro ba (ch.) [三]畜生 道 (ch.h.p.) [sān]
chùshēng dào (ch.w.g.) [san]ch’u-sheng tao / ¿también? 畜生 趣
(ch.h.p.) chùshēng qù (ch.w.g.) ch’u4-sheng 1 ch’ ü4
(s./s.d.) tiryak (p.) tiracchana (p.d.) tiracchāna (t.) düdro (t.w.) dud ’gro
(ch.) 畜生 (ch.h.p.) chùshēng (ch.w.g.) ch’u4-sheng 1
(ch.h.p.) Tiāntái (ch.) 天台 (ch.w.g.) T’ ien1-t’ai2 (j.r.) Tendai. Escue-
la: (ch) 天台宗 (ch.h.p.) Tiāntái Zōng (ch.w.g.) T’ ien1-t’ai2 Tsung1
(j.r.) Tendai-shū
(t.) tingdzín sum (t.w.) ting ’ dzin gsum
(t.) tödrel / töpa dang dralwa (t.w.) spros ’bral / spros pa dang bral ba (s.)
̣
nishprapañcha (s.d.) nis prapañca ̣
[ta. nihprapañca] (p./p.d.) nip-
papañca (ch.) 不戲論 (ch.h.p.) bùxìlùn (ch.w.g.) pu4-hsi4-lun4 (j.r.)
fukeron (k.r.) purhŭ iron
(t.) togdén Örguien Tendzin (t.w.) rtogs ldan O rgyan bstan ’ dzin
(t.) tömé / töpa mepa (t.w.) spros med / spros [pa] med [pa] (s./s.d.) aprapañ-
ca (ch.) 無戲論 (ch.h.p.) wúxìlùn (ch.w.g.) wu2-hsi4-lun4
(t.) tonglén (t.w.) gtong len
(t.) tongsel (t.w.) stong gsal : «Tong» (stong) = «vacuidad», «sel» (gsal) =
«claridad»
(t.) tönpa (t.w.) ston pa
(t.) tönpa chuñí (t.w.) ston pa bcu gnyis
(t.) Tönpa Shenrab Miwoche (t.w.) ston pa gShen rab mi bo che
(t.) Tragmar Gön [de] Tö Khungrong (t.w.) Brag dmar dgon [de] sTod khu-
ng rong
(t.) tri (t.w.) khrid (s) niya (s.d.) nīya
(s.) trikaya (s.d.) trikāya (t.w.) kusum (t.w.) sku gsum (ch.) 三身 (ch.h.p)
sānshēn (ch.w.g.) san1-shen1 (j.r.) sanshin (k.r.) samsin
(s.) trimandala (s.d.) trimaṇḍala (t.) khorsum (t.w.) ’ khor gsum (ch.) 三輪
相 (ch.h.p) sānlúnxiàng (ch.w.g.) san1-lun2-hsiang4
(s.) Trímshika (s.d.) Triṃśikā (t.) Sum chupa (t.w.) Sum cu pa (ch.) 唯識三
十論頌 (ch.h.p) wéishì sānshí lùn sòng (ch.w.g.) wei2-shih4 san1-shih2
lun4 sung4 (j.r.) Yuishiki sanjūronju (k.r.) Yusik samsip non song
(s.) Tripitaka (s.d.) Tripiṭaka (p.) Tipitaka (p.d.) Tipiṭaka (t.) Denö sum
(t.w.) sDe snod gsum (ch.) 三藏 (ch.h.p.) Sānzàng (ch.w.g.) San-tsang
(j.r.) Sanzō (k.r.) Samjang
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Índice de términos orientales
(p.) Udana (p.d.) Udāna (t.) Chedu llöpa (t.w.) Ched du brjod pa (ch.)
優陀那 (ch.h.p.) yōutuónà (ch.w.g.) yu1-t’o2-na4 (j.r.) Udana (k.r.)
Udana
(s.) ughyur practicantes laicos de la tradición de yoguis (s.) Kamphata
(s.d.) Kānphaṭa
(t.) Upadeshavarga (t.w.) Upadeśavarga (s.d.) 大圆满窍诀部 (ch.h.p.)
dàyuánm ǎnqiàojuébù (ch.w.g.) ta 4-yüan2-man3 -ch’ iao4-chüeh 2 -pu 4
(s.) upadhyaya (s.d.) upādhyāyā (p.) upajjhaya (p.d.) upajjhāyā (t.)
khenpo (t.w.) mkhan mo (ch.) 和尚尼 (ch.h.p.) héshangní (ch.w.g.)
ho2-shang 5-ni2 (j.r.) oshōni (k.r.) hwasangni
(s.) upaklesha (s.d.) upakleśa (p./p.d.) upakkilesa (t.) ñewe ñönmong (t.w.)
nye ba’ i nyon mongs (ch.) 隨煩惱 (ch.h.p.) suí fánnǎo (ch.w.g.) sui2
fan2-nao3 (j.r.) zuibonnō (k.r.) su pŏnnoe
(s.) Upanishad (s.d.) Upaniṣad
(s) upaya (s.d.) upāya (t.) thab (t.w.) thabs (ch.) 方便 (ch.h.p.) fāngbiàn
(ch.w.g.) fang 1-pien4
(s) upaya paramita (s.d.) upāya pāramitā (t.) thab pharpin (t.w.) thabs
phar phyin (ch.) 方便 (波羅蜜) (ch.h.p.) fāngbiàn bōluómì (ch.w.g.)
fang 1-pien4 po-1luo2-mi4
(t.) Uru (t.w.) dbu ru
(s.) Vaibhashika (s.d.) Vaibhā ṣika (t.) Chedrak mawa (t.w.) Bye brag smra
ba (ch.) 毘婆沙師 (ch.h.p.) Pípóshāshī (ch.w.g.) P’ i2-p’o2-sha1-shih1
(j.r.) Bibashashi (k.r.) Pibasa sa
(s.) Vaipulyasutra (s.d.) Vaipulyasūtra (t.) Shintugyapa do (t.w.) Shin tu
rgyas pa mdo (ch.) 大乘方等經典 (ch.h.p.) Dàshèngfāngděng jīng
diǎn (ch.w.g.) Ta4-sheng4-fang 1-teng 3 ching 1 tien3
(s./s.d.) vajra (t.) dorlle (t.w.) rdo rje (ch.) 金剛 (ch.h.p.) jīngāng (ch.w.g.)
chin1-kang 1
(s./s.d.) Vajrabodhi (ch.) 金剛智 (ch.h.p.) Jīngāngzhì (ch.w.g.) Chin1-
kang 1-chih4 (j.r.) Kongō chi
(s.) vajracharya (s.d.) vajrācārya (t.) dorlle lopön (t.w.) rdo rje slob dpon
(ch.) 金剛阿闍梨 jīngāng āshélí / chin1-kang 1 a1-she 2-li2 (j.r.)
kongōajari (k.r.) k ŭmgang asari
(s.) Vajrachchedikasutra / Vajracchedikaprajñaaparamitasutra (s.d.)
Vajracchedikāsūtra / Vajracchedikāprajñāpāramitāsūtra (t.) Dorlle
chöpa sherabkîi pha röl tu chîinpe do (t.w.) rDo rje gcod pa shes rab kyi
pha rol tu phyin pa’ i mdo (ch.) 金剛經 金剛經 (ch.h.p.) Jīngāng jīng
(ch.w.g.) Chin1-kang 1 ching 1 (j.r.) Kongōkyō (k.r.) Kŭmgang kyŏng
409
Budismo y Dzogchen
(s.) Vajrayana (s.d.) Vajrayāna (t.) Dorlle Thekpa (t.w.) rDo rje theg pa
(ch.) 金剛乘 (ch.h.p.) Jīngāng shèng (ch.w.g.) Chin1-kang 1 sheng4
(j.r.) Kongōjō (k.r.) Kŭmgang sŭng
(s.) vasana (s.d.) vāsanā (t.) bagchag (t.w.) bag chags (ch.) 氣習 (ch.h.p.)
qìxí (ch.w.g.) ch’ i4-hsi2 / 習氣 (ch.h.p.) xíqì (ch.w.g.) hsi2-ch’ i4
(s./s.d.) Vasubandhu (t.) Lligñén (t.w.) dByig gnyen (ch.) 世親 (ch.h.p.)
shìqīn (ch.w.g.) shih4- ch’ in1
(s.) Vasudhara (s.d.) Vasudhāra
(s./s.d.) Veda
(s. / p.) vedana (s.d. / p.d.) vedanā (t.) tsorwa (t.w.) tshor ba (ch.) 受
(ch.h.p.) shòu (ch.w.g.) shou4
(s.) vedanta (s.d.) vedānta
(s.) vibhavatrishna (s.d.) vibhavat ṛṣna (p.) vibhavatanha (p.d.)
vibhavataṇhā (t.) mepe sepa (t.w.) med pa’ i sred pa (ch.) 無有愛
(ch.h.p.) wúyǒuài (ch.w.g.) wu2-yu3-ai4
(s) vidya (s.d.) vidyā (p.) vijja (p.d.) vijjā (t.) rigpa (t.w.) rig pa (ch.) 明
(ch.h.p.) míng (ch.w.g.) ming 2
(s.) vidyadhara (s.d.) vidyādhara (t.) rigdzin / rigpa dzinpa (t.w.) rig
’ dzin / rig pa ’ dzin pa (p.) vijjādhara (p.d.) vijjādhara (ch.) 持明仙
(ch.h.p.) chímíngxiān (ch.w.g.) ch’ ih2-ming 2 hsien1
(s.) Vijñananavada (s.d.) Vijñānavāda (t.) Nampar shepa mawa (t.w.)
rNam par shes pa smra ba (ch.) 唯識宗 (ch.h.p.) Wéishí zōng
(ch.w.g.) Wei2-shih2 tsung 1 (j.r.) Yuishikishū (k.r.) Yusik chong
(s.) Vijñaptimatra / Vijñaptimatrata (s.d.) Vvijñaptimātratā (t.) Nampar
rigpa tsamñí (t.w.) rNam par rig pa tsam nyid (ch.) 唯識宗 (ch.h.p.)
Wéishí zōng (ch.w.g.) Wei2-shih2 tsung 1 (j.r.) Yuishikishū (k.r.) Yusik
chong
(s.) Vimalakirti (s.d.) Vimalakīrti (t.) Drime drakpa (t.w.) Dri med grags
pa (ch.) 維摩詰 (ch.h.p.) Wéimójié (ch.w.g.) Wei2-mo2-chieh2 (j.r.)
Yuimakitsu (k.r.) Yumahil
(s.) Vimalakirti Nirdesa (Sutra) (s.d.) Vimalakīrtinirdeśasūtra (t.) Drime
dragpe tenpe do (t.w.) Dri med grags pas bstan pa’ i mdo (ch.) 維摩詰經
(ch.h.p.) Wéimójié jīng (ch.w.g.) Wei2-mo2-chieh2 ching1
(s./s.d.) Vimalamitra (t.) Drime sheñén (t.w.) Dri med bshes gnyen
(s.) Vimshatika (s.d.) Viṃśatikā / Vimśatikāvijñaptimātratāsiddhi (t.) Ñi
shupa (t.w.) Nyi shu pa (ch.) 唯識二十 (ch.h.p.) Wéishì èrshí lùn
(ch.w.g.) Wei2-shih4 erh4-shih2 lun4 (j.r.) Yuishiki nijūron (k.r.) Yusik
isip non
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Índice de términos orientales
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Budismo y Dzogchen
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Índice de términos orientales
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referencias
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Budismo y Dzogchen
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Referencias
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Budismo y Dzogchen
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Referencias
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Budismo y Dzogchen
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Referencias
421
Budismo y Dzogchen
422
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chellewe drelpa (sDe gsum snying po’i don ’grel gnas lugs rin po che’i
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Norbu, Namkhai, terma 1. Longsel khandro ñingthik (klong chen ’od gsal
423
Budismo y Dzogchen
mkha’ ’gro’i snying thig); específicamente, lta ba blo ’das chen po’i gnad
byang.
Norbu, Namkhai, texto 1 (1992, traducción Adriano Clemente bajo la
guía del autor), The 21 Semzìn of Dzog-chen Upadesha. Singapur: Rin-
chen Edition. Existe una edición anterior en inglés sobre los 21 sem-
dzín que, en base a las enseñanzas de Namkhai Norbu, mas sin referen-
cia a un texto original tibetano, quien esto escribe, en colaboración con
Enrico dell’Angello, realizó en los años 80, cuya versión final en inglés
se publicó como: Norbu, Namkhai (1989, compilación, traducción y
notas, Elías Capriles). Semzìn. Practices for Inducing Experiences which
may Serve as a Basis for Discovering Rigba. Mérida, Venezuela: Editorial
Reflejos. Privadamente, tengo una traducción española del libro de
Singapur realizada por John Nott que incluye las notas al pie del otro
texto preparado por mí, además de una nueva serie de notas, así como
un estudio introductorio de mi autoría.
Norbu, Namkhai, texto 2 (1992, compilado por Gina Perini). The song of
the Vajra. Conway (MA): Dzogchen Community of America.
Norbu, Namkhai, texto 3 (1988) Un’introduzione allo Dzog-chen. Risposte
a sedici domande. Arcidosso, Grosseto: Shang Shung Edizioni.
Norbu, Namkhai, texto 4 (compilado por Cheh-Ngee Goh y Brian Be-
resford, 1985). Zernga—The five principal points. A Dzogchen Upades-
ha practice. Londres: Shang-Shung Editions. Hay traducción española
(circulación restringida): Norbu, Namkhai (compilado por Cheh-
Ngee Goh y Brian Beresford, 1985; traducción española de Yone Ca-
talá, 1986): Zer-Nga. Los cinco puntos principales. Una práctica del
Dzogchen upadesha. Caracas: Comunidad Dzogchen.
Norbu Rimpoché, Namkhai, texto 5 (sin publicar; E. Capriles, compila-
dor). La vía de autoliberación y nuestra total plenitud y perfección.
Norbu, Namkhai, texto 6 (1986, español 1996, 2ª ed. en inglés 1999). El
cristal y la vía de la luz. Barcelona: Kairós (las ediciones española de
1986 e inglesa de 1999 fueron revisadas y corregidas, pero tienen erro-
res en los ejemplos de las energías dang y rölpa, que son responsabili-
dad de quien esto escribe).
Norbu, Namkhai, texto 7 (español 1996; 2ª ed. en inglés, 1999). El espejo:
Un consejo sobre la presencia y la consciencia. Barcelona: Kairós.
Norbu, Namkhai, texto 8 (italiano 1993, español 1994). La jarra que col-
ma los deseos (San ti ma ha sangha rmang gzhi’i khrid ’dod ’jo’i bum
bzang). Mérida, Venezuela: Editorial Reflejos.
424
Referencias
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cious vase: Instructions on the Base of Santi Maha Sangha. Arcidosso
(GR), Italia: Shang Shung Edizioni.
Norbu, Namkhai, texto 10 (1994). The treasure that introduces the Knowl-
edge of Ati Contemplation (libro de circulación restringida). Arcidosso
(GR): Shang Shung Edizioni.
Namkhai Norbu, Chöguîal, texto 11 (autor intérprete y resumidor del
sentido del Tantra) y Adriano Clemente (traductor y anotador)
(1997). La suprema sorgente. Kunjed Gyalpo, il Tantra fondamentale
dello Dzogchen. Roma: Ubaldini Editore. Traducción inglesa: (1999).
The supreme source. The fundamental Tantra of the Dzogchen Semde.
Ithaca, N.Y., Snow Lion. Traducción castellana: (2008). La fuente su-
prema. Barcelona: Kairós.
Namkhai Norbu, Chögyal, texto 12 (1997). La collana di zi. Arcidosso
(GR): Shang- Shung Edizioni. Inglés (2004). The necklace of zi: On
the history and culture of Tibet. Arcidosso (GR): Shang-Shung
Edizioni. (Hay una versión inglesa más temprana publicada por la
Library of Tibetan Works and Archives en Dharamsala, India; la
edición inglesa de la que acá se tradujo al español es una traducción al
inglés de la traducción italiana de 1997 por Barrie Simmons con agra-
decimiento a Nancy Simmons).
Namkhai Norbu, Chögyal, textos 13 (1: 2009). The light of Kailash: A
history of Zhang Zhung and Tibet, Vol. I. Arcidosso (GR): Shang-
Shung Edizioni. (2: 2013). The light of Kailash: A history of Zhang
Zhung and Tibet, Vol. II. Arcidosso (GR): Shang-Shung Edizioni. (3:
2015). The light of Kailash: A history of Zhang Zhung and Tibet, Vol.
III. Arcidosso (GR): Shang-Shung Edizioni. Este libro en tres tomos
es un desarrollo del Zhang bod gna’ rabs kyi lo rgyus nor bu’i me long,
dkar mdzes bod rigs rang skying khul rtsom sgyur cus (Kanze, 1990); lu-
ego apareció un texto más largo en tibetano como Zhang bod kyi lo
rgyus ti se’i ’od (Beijing/Qinghai: Krung go’i bod kyi shes rig dpe skrun
khang). Los tres tomos acá citados son la versión definitiva.
Namkhai Norbu, texto 14 (con K. Lipman, trad. y B. Simmons, estilo,
1987). Primordial experience: An introduction to rDzogs-chen medita-
tion. Boston: Shambhala.
Namkhai Norbu, texto 15 (2013) (aparecen Padmasambhava y Karma
Lingpa como autores; versión de E. Guarisco). The Tibetan Book of
the Dead. Arcidosso (GR): Shang Shung Editions.
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Referencias
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notas
1. Según algunas de las obras más importantes sobre la historia del bu-
dismo en Tíbet, Nubchén Sanguîe Îeshe habría sido discípulo directo
de Padmasambhava, y no solo de él, sino también de Shri Simha, Vi-
malamitra, Kamalashila, Dhanadhala, Thraktung Nagpó, Shantigar-
bha, el brahmín Prakashalamkara, Dhanasamskrita, Shakyadeva,
Dhanarakshita, Tsuglag Pelgué, Dharmabodhi, Dharmaraja, Vasud-
hara y lotsawa Chetsenkye —al igual que del erudito traductor Ñak
Gñanakumara y sus ocho discípulos principales, y, en particular el
Sogdián Pelguî Îeshe y Zhang Guielwei Îöntén (cfr., p. ej., Dudjom
Rinpoché, 1991, pp. 607-14)—. En cambio, según otras obras de im-
portancia y según Chöguîäl Namkhai Norbu, él no habría sido discí-
pulo directo del gran maestro de Oddiyana, sino, probablemente, un
discípulo de tercera generación.
2. Es curioso que los dos maestros que nos han legado la división de los
enfoques teóricos, métodos y prácticas budistas en (1) Vía de renun-
cia, que corresponde al Sutrayana y comprende el Hinayana y el
Mahayana, (2) Vía de transformación, que corresponde al Vajraya-
na o tantrismo, y Vía de autoliberación, que es el Dzogchen-Atiyo-
ga, y que postulan la superioridad del Chán o Zen sobre el Mahaya-
na gradual, provengan ambos de la región tibetana de Nub. Ahora
bien, a pesar de la coincidencia en cuestión, a Namkhai Ñingpo no
se lo incluye en el «linaje de Nub» constituido por Nubchén Sanguîe
Îeshe, Khulung Îöntén Guîamtso, Îeshe Guîamtso, Pema Wanguîal
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Notas
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Oriente —que tuvo que repartirse con esos otros grandes invasores
que fueron los semitas— y la India, habían sido por siglos depreda-
dores de sus vecinos. En esa amplísima región habían imperado con
anterioridad una elevada cultura y una tradición mística de carácter
no-dualista y metodología prototántrica (y probablemente Dzog-
chen), vertiente «blanca» de las tradiciones espirituales locales: para
los dravidianos de la India, el shivaísmo; para los tibetobirmanos de
las faldas, el altiplano y las montañas de los Himalayas, el Bön; para
los persas, el protozurvanismo; para los cretenses minoicos, el dioni-
sismo —y, según Alain Daniélou (1987), para los egipcios, el culto a
Osiris—. Los indoeuropeos suprimieron las tradiciones existentes en
las tierras que dominaron, pero luego estas resurgieron —quizás con
mayor ímpetu en India—, de modo que algo de su elevada espiritua-
lidad se infiltró entre los conquistadores (quienes, sin embargo, ex-
purgaron de ella todo lo que pudiese amenazar su dominio, incluyen-
do muchos de sus métodos místicos más directos: puesto que la
represión es inherente a las estructuras de dominación, excluyeron
los métodos que aprovechaban la energía asociada al impulso erótico
como medio para acceder a vivencias transpersonales; del mismo
modo, eliminaron las bacanales en las cuales había sido inadmisible
la estratificación social).
19. El budismo más antiguo niega la existencia de un «sí-mismo» inde-
pendiente y permanente, dentro o fuera de la existencia física o psí-
quica del individuo. La substancialidad de lo que el vedanta designa
como paratman se niega por implicación en cuanto se niega la existen-
cia de una substancia permanente (el brahmán, que para el adwaita
vedanta era uno con el paratman, y que los Upanishad comparan con
la arcilla) que adopte las múltiples formas transitorias que son los en-
tes (los cuales los Upanishad comparan con distintos utensilios que se
hacen con la arcilla): estos surgen y desaparecen con cada instante sin
que haya substrato alguno. En el Mahayana, en cambio, se afirma que
los entes son todos tathata o dharmatá, pero estas no son substancias.
20. Esta Tercera verdad se enuncia a menudo con la frase «deteniendo las
causas (que son los karma) cesan los efectos», y se explica que el nirva-
na es lo incondicionado (asamskrita). Es un error creer que el Thera-
vada concibe el nirvana como aniquilación o como extinción de la
vida humana (error por el cual Albert Schweitzer clasificó el budismo
entre las religiones «negadoras de la vida»); muchos textos ilustran ese
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Budismo y Dzogchen
nirvana estático con una llama que parece apagarse, pero cuyo fuego
en verdad no se aniquila, sino que desaparece de la vista al entrar al
espacio puro (akasha); de manera similar, el nirvana, que no es un no-
ser (se lo califica como no no-ser), sería la transición a una dimensión
de experiencia diferente (no como irse más allá de nuestro mundo,
sino como vivenciarlo de otra manera). De hecho, el Hinayana postu-
la dos tipos de nirvana: el nirvana con residuo de condición o sopa-
dhishesha nirvana, que se obtiene en vida (y que es aquel al que acabo
de referirme diciendo que no consiste en irse más allá de nuestro
mundo), y el nirvana sin residuo de condición o nirupadhishesha nir-
vana, que se obtiene póstumamente.
21. El canon del budismo primitivo o Hinayana está escrito en lengua
pali, y el del Mahayana en sánscrito. Muchos textos del Vajrayana o
tantrismo también están en sánscrito, aunque otros lo están en lengua
de Oddiyana (en cierta medida similar al sánscrito) o en prakrits del
norte de la India. Los del Atiyoga o Dzogchen budista en general se
hallan en lengua de Oddiyana.
22. El Theravada se dividió en mahishasaka (del cual derivaron los dhar-
maguptaka) y kashyapiya.
23. Para el Shravakayana, aunque no había un «yo» ni un alma, sí había
una sucesión de instantes de consciencia que existían de manera abso-
luta, y también innumerables partículas infinitesimales absolutamen-
te reales que conformaban los objetos materiales. Todas las escuelas
del Mahayana negaron la existencia substancial de los átomos; en
cambio, los «instantes de consciencia» fueron negados por el Madhya-
maka, pero el Yogachara los conservó en el plano relativo, designando
su supuesta sucesión ininterrumpida como samtana (t. semguîü /
guîün) o «corriente mental».
24. Para la escuela Tiāntái Zōng de budismo chino, hay cinco periodos en
la prédica de Shakyamuni: (1) el del sutra Buddhavatamsaka, en el que
se estableció que el universo era la manifestación de lo absoluto, que
contiene el método «redondo» o «total», que comprende tanto el mé-
todo gradual del Mahayana como el abrupto de este mismo vehículo;
(2) el de los agama o de los sutra del Hinayana contenidos en el Tripi-
taka, que Shakyamuni habría dictado al comprobar que sus alumnos
no habían entendido el sentido de lo predicado en el primer periodo,
y que contiene solo enseñanzas del Hinayana; (3) el de los sutra Vai-
pulya o sutras más extensos del Mahayana, como primer grado de este
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curso; o nos tornamos al pasado para detenerlo, como (si se nos esca-
para) demasiado rápido: tan imprudentemente andamos errantes en
tiempos que no son nuestros, y no podemos nada en el único que nos
pertenece (que es el Ahora); y tan vanos, que pensamos en los que no
son nada y escapamos sin reflexión del único que subsiste (que es el
Ahora de cada instante).
»Es que el presente, de ordinario, nos lastima. Lo ocultamos a
nuestra vista, porque nos aflige; y si nos es agradable nos lamentamos
al verlo escapar. Tratamos de sostenerlo en el porvenir, y pensamos en
disponer las cosas que no están en nuestro poder para un tiempo al
que nosotros no tenemos seguridad alguna de llegar. (...)
»Examine cada uno sus pensamientos y los hallará ocupados
todos en el pasado y en el porvenir. No pensamos casi nada acerca
del presente; y si pensamos en él no es más que para que nos dé luz
para disponer del porvenir. El presente no es jamás nuestro fin: el
pasado y el presente son nuestros medios; solo el porvenir es nuestro
fin. Así nosotros no vivimos nunca, sino que esperamos vivir, y dis-
poniéndonos siempre para ser dichosos es inevitable que no lo sea-
mos jamás...
»La sensación de la falsedad de los placeres presentes y la ignoran-
cia de la vanidad de los ausentes causan la inconstancia...
»Los hombres se ocupan de seguir una pelota y una liebre; es el
placer de los mismos reyes.»
Más adelante Pascal nos recordará cómo el jugador de juegos de
azar no desea el dinero de la apuesta sino el olvido de sí que le propor-
ciona el apostar y estar totalmente volcado hacia afuera mientras gira
la ruleta, y cómo lo mismo sucede al cazador, quien no desearía la lie-
bre si se la regalasen, pues lo que desea es perseguirla, para olvidarse de
sí y de la miseria de vivir fuera del Ahora. Ahora bien, para perseguirla
tiene que engañarse y hacerse creer que lo que desea es la liebre, ya que
de otra manera no podría ir tras ella.
Es tal el temor al aburrimiento que los hombres gustosos van a la
guerra con tal de escapar de él, aunque luego en la guerra desean la paz y
la tranquilidad del hogar y de la vida de tiempos de paz; entonces cuan-
do acaba la guerra, vuelven a casa a disfrutar la paz, mas no encuentran
tal disfrute, pues lo que encuentran es de nuevo aburrimiento.
Toda la sección de los Pensamientos sobre «La diversión» cons-
tituye una maravillosa descripción de la primera noble verdad del
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64. Según una explicación que ofrecí en la primera edición de este libro,
los instantes son matemáticos —no tienen duración alguna, como la
tendrían si fueran físicos— y el sujeto mental no ocupa espacio algu-
no —y, por eso, sería una ilusoria nada lo que interrumpiría tanto el
eterno Ahora como el continuo espacial—. Sin embargo, algunas
teorías de la física actual afirman que la realidad es tanto analógica-
continua como digital-discontinua, pues postulan que el espacio-
tiempo, a pesar de ser un continuo en cuanto está «hecho» de una
única energía, estaría granulado —lo cual, no obstante, no se ha de-
mostrado y no todos los físicos lo aceptan (y, en todo caso, también
se ha señalado que la epistemología imperante no acepta que las cien-
cias demuestren verdades)—. Es interesante, no obstante, que tanto
físicos como ciertas escuelas budistas del Hinayana hayan postulado
un tamaño mínimo posible (Wallace, 2007, pp. 86-87), así como un
tiempo mínimo posible —y, lo que es más interesante, como señala
B. Allan Wallace (2007, p. 87), la magnitud del tiempo mínimo pos-
tulado por unos y otros es muy similar: para la física es de alrededor
de 10-24-1016 segundos, mientras que para algún sistema budista es de
alrededor de 10-3 segundos—. Ahora bien, las escuelas budistas supe-
riores clarifican que el espacio y el tiempo, en vez de existir en sí
mismos y por sí mismos, sin depender de nada, son meras categorías
dependientes de la percepción. En términos de Espacio-Tiempo-
Gnitividad, lo esencial no es que los instantes no tengan duración al-
guna, sino que es solo cuando el conocimiento se separa del continuo
de espaciotiempo, que la plenitud del Ahora eterno se nos escapa,
pues nos hallamos a una ilusoria distancia de dicho Ahora —distan-
cia que, siendo ilusoria, no es nada—. El resultado es, pues el mismo:
es una ilusoria nada lo que interrumpe la plenitud de plenitud del
Espacio-Tiempo-Gnitividad.
65. Como señaló A. Watts (1956), una planta de una determinada espe-
cie, o bien tiene una virtud curativa, o bien carece de ella. Si la posee,
no hay que hacer nada para que dicha virtud tenga efecto; si no la tie-
ne, no importa lo que se hiciere a ese fin, no podría desarrollarla. El
significado de «virtud» en el sentido de la palabra china dé que aparece
en el título del Dàodéjīng es semejante al que tiene el vocablo castella-
no en el ejemplo anterior; sin embargo, cabría agregar que, en el caso
del término dé, la virtud depende, no de la existencia del Dào (Tao),
sino de la patencia de la vivencia desnuda de este (que no es otra cosa
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es algo, pues, que los jóvenes de hoy que aspiren a transformar la cons-
ciencia y la sociedad deberán evitar.
71. Pero ¿será verdad que el proyecto científico-tecnológico ha producido
resultados tan terribles? Cuando escribí la primera edición de este libro
todavía había quienes se resistían a creer que nos encontrábamos al
borde de ocasionar la desintegración de la sociedad humana, provocar
grandes desastres que harían de nuestras vidas un infierno y eventual-
mente ocasionar la extinción de nuestra especie, pero ahora, cuando
comités científicos constituidos por la ONU afirman que si no hemos
logrado la transformación necesaria para 2030, el cambio climático se
habrá desbocado y no habrá manera de frenar la destrucción que ello
provocará, creo que no hace falta citar una gran cantidad de «evidencia
científica». Basta con abrir https://www.un.org/sustainabledevelop-
ment/climate-action/ y leer los 17 objetivos de la ONU, y señalar que
aunque las predicciones de los científicos raramente se han cumplido
con precisión, las actuales del comité en cuestión se corresponden con
las del conocido manifiesto A Blueprint for Survival (equipo editorial
de la revista The Ecologist, 1971), que fue apoyado en un documento
por muchos de los científicos más notables del Reino Unido y por or-
ganizaciones tales como The Conservation Society, Friends of the Ear-
th, The Henry Doubleday Research Association, The Soil Association
y Survival International:
«Un examen de la información relevante asequible nos ha hecho
tomar consciencia de la extrema gravedad de la situación global en
nuestros días. Pues, si permitimos que persistan las tendencias impe-
rantes, la ruptura de la sociedad y la destrucción irreversible de los siste-
mas que sostienen la vida en este planeta, posiblemente hacia el final del
siglo, sin duda dentro de la vida de nuestros hijos, serán inevitables.»
También se corresponden con las que hizo Lester Brown (1990),
del Worldwatch Institute en Washington, D. C., en el Foro Global
sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo para la Supervivencia que
tuvo lugar en Moscú del 15 al 19 de enero de 1990:
«Si no podemos invertir en el futuro próximo algunas de (las)
tendencias (imperantes), corremos el riesgo muy real de que la degra-
dación ambiental pueda producir ruina económica, como ya lo ha
hecho en partes de África, y de que las dos puedan comenzar a alimentar-
se mutuamente, haciendo cualquier progreso futuro extremadamente
difícil... ...para el año 2030, o bien habremos producido un sistema
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90. El orden en que Atisha Dipankara Shri Jñana enseñó estos cuatro in-
conmensurables fue: (1) amor; (2) compasión; (3) júbilo, y (4) ecua-
nimidad. Una tradición Ñingma codificada por Andzom Drukpa en
La clara lámpara del Sendero de la liberación (Tharlam seldrön) afirma
que uno debe entrenarse primero en la ecuanimidad, pues si antes se
desarrollasen el amor y la compasión estos podrían caer en la parciali-
dad —o sea, aplicarse a unos individuos en mayor medida que a
otros— y, por ende, no llegar a ser inconmensurables. Estas cuatro
cualidades también se enfatizan en el Hinayana.
91. Esta sabiduría capta la insubstancialidad de lo que la avidya o mari-
gpa plenamente desarrollada nos hace experimentar y considerar
como substancial. Estar vacío es no tener lo que se espera que algo
contenga: el vaso está vacío cuando no contiene líquidos, aunque esté
lleno de aire. Lo que esperamos encontrar en todos los entes es su
substancialidad o autoexistencia; carecer de ella es ser vacío o shunya,
o que estar caracterizado por la vacuidad o shunyatá, que la mayor
parte del Madhyamaka concibe como swabhava shunyatá o vacuidad
de autonaturaleza.
Hay explicaciones más complejas de qué paramitas corresponden
al método y cuáles a la sabiduría; cf. Llamgön Kongtrul (2007).
92. La ilusión de autoexistencia y substancialidad es la raíz del egoísmo,
que nos hace siempre poner los que creemos son nuestros intereses
antes de los de los demás. Cuando estamos poseídos por la ilusión de
substancialidad, somos como afirmó Pascal (edición 1962) en sus
Pensamientos:
«(134) Todos se odian los unos a los otros, aunque finjan caridad
o servicio al bien público; (135) se han fundado en la concupiscencia
y sacado de ella reglas admirables de cortesía, de moral y de justicia;
pero el fondo, este vil fondo del hombre, este fragmentum malum, se
ha encubierto, no se ha retirado.»
El fragmentum malum es ilusorio; surge de la avidya y la ilusión
egoica que es la raíz del egoísmo, y es potenciado y pervertido por la
educación, pues cuando se reprime en el infante una conducta indesea-
ble, se lo hace sentirse como el pequeño demonio que es percibido
como ella o él —al que en adelante tendrá que ver como la verdadera
condición de otros individuos, negándolo en sí mismo y de esa manera
afirmándolo (pues el hemisferio cerebral derecho lee la negación como
afirmación)—. Y, en general, cuando se lo encubre, en vez de hacerlo
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108. El sendero del método o de los medios hábiles, que enfatiza estos últi-
mos, se conoce en tibetano como thab-lam —tanto en los Tantra an-
tiguos o Ñingmapa como en los nuevos o Sarmapa—. En el Mahayo-
ga, en particular, existe una división en dos yogas, que son (1) el yoga
con características o tsenché, en el cual se practican los dos estadios (el
de generación o creación, y el de perfección o completud), y (2) el
yoga sin características o tsenmé, en el cual simplemente «se Reposa en
la talidad (tathata) o naturaleza absoluta», de modo que no hay visua-
lización alguna que practicar.
Ello no debe hacernos pensar que en un sendero la causa de la li-
beración es el método y en el otro es la sabiduría, pues el Despertar se
encuentra más allá de la relación causa-efecto, y sin aplicar el método
la gnosis primordial no se hará patente por sí misma en el sendero de
la liberación, mientras que, sin que la gnosis primordial se haga paten-
te por sí misma, el sendero del método no dará su fruto.
Finalmente, aunque en el Dzogchen-Atiyoga el pensamiento se
libera por sí solo, no lo hará sin que intervenga el método; este sende-
ro pone el énfasis, no en la sabiduría prajña, sino en la gnosis o Sabi-
duría primordial, (adi)jñana o îeshe, a la cual le es inherente el princi-
pio de autoliberación.
109. En el estadio de generación o creación uno medita sobre la unión de
sus tres puertas (cuerpo, voz y mente) con los tres vajra de las deidades
(nirmanakaya, sambhogakaya y dharmakaya), poniendo el énfasis so-
bre todo en la generación de la visualización del mándala por medio
de los tres samadhi o tingdzín sum, que son: (1) el samadhi de la gran
vacuidad o talidad (tathata); (2) el samadhi de la compasión ilusoria o
que todo lo abarca, y (3) el samadhi de la causa constituida por las síla-
bas claras y estables.
El individuo que se apega a estados producidos por medio de
prácticas tántricas de visualización del estadio de generación o desa-
rrollo (kîerim) o por medio de otras prácticas semejantes, en vez de
integrar dichos estados en la gnosis no-dual que pone de manifiesto la
presencia inmediata rigpa, puede renacer en los paraísos del reino de
la forma (rupadhatu).
110. En el estadio de perfección o completud se accede a la gnosis o sabidu-
ría primordial del placer total por medio de dos entrenamientos alter-
nativos o complementarios, según el caso, que son: (a) el que trabaja
con las «entradas superiores», en el cual el placer total se obtiene por
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que limitan nuestros movimientos; una vez liberados de ella, nada im-
pide la correcta aprehensión de la realidad y nada obstaculiza nuestro
libre vuelo.
120. Cfr. el Tantra raíz del Dzogchen-Upadeshavarga titulado Rigpa Rangs-
har Chenpoi Guiü (Smith, M. 2018), así como el Sella Kunchab de
Kongtrul Ngagwang Yönten Guîamtso.
121. En la Vía de renuncia el Refugio se divide, pues, en absoluto y relati-
vo: el primero es el Despertar, y el segundo es la triple joya (triratna),
constituida por el Buda, el dharma y el samgha, que puede entenderse
en un sentido externo, interno o secreto. En el sentido externo el
Buda es Shakyamuni, el dharma es el conjunto de sus enseñanzas y el
samgha es el conjunto de monjes y monjas. En el sentido interno (aso-
ciado específicamente al Mahayana), el Buda es el estado Despierto o
cualquiera que lo haya obtenido, el dharma es el conjunto de métodos
para acceder directamente a la vivencia de indivisibilidad de vacuidad
(o sabiduría) y compasión, y el samgha está constituido por los bodhi-
sattvas superiores (arya bodhisattva): quienes han alcanzado o supera-
do el tercer sendero (el de «Visión»), equivalente al primer nivel o
bhumi (el «gozoso»). Finalmente, en el sentido secreto el Buda es el
dharmakaya, el dharma es el sambhogakaya y el samgha es el nirma-
nakaya. Solo el establecernos irreversiblemente en este último consti-
tuye el verdadero, absoluto Refugio en el que nada puede dañarnos o
afectarnos negativamente.
122. El Canon Pali, Base doctrinal del Theravada, fue compilado más tem-
pranamente que el canon sánscrito, Base doctrinal del Mahayana. Sin
embargo, según distintas enseñanzas del Mahayana, el Buda Shakya-
muni habría predicado en vida las enseñanzas de dicho vehículo, las
cuales, en tanto que tradición oral, no serían entonces posteriores al
Hinayana.
123. Como se verá en la segunda parte de este libro, según la enseñanza del
Dzogchen-Atiyoga, la energía tukllé se manifiesta de tres maneras di-
ferentes, que se conocen como dang, rölpa y tsel; en términos de estas
tres formas de manifestación de la energía, el nivel al que aquí se hace
alusión estaría relacionado con el de la energía rölpa, que es el de las
visiones autoluminosas; en cambio, el nivel material correspondería a
la energía tsel y el nivel mental a la energía dang. Aquí se dice solo
«nivel de la energía» y no se especifica si es dang, rölpa o tsel; en conse-
cuencia, el término no puede entenderse en referencia al aspecto
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dice que este samaya con el maestro y/o los otros practicantes no es
algo totalmente aparte del ya considerado.
140. Citado en Dudllom Rinpoché (1991, p. 449). Boston, Wisdom Pu-
blications.
141. Téngase en cuenta que, en los textos del Dzogchen-Atiyoga, a menu-
do se emplea el término dagñi chenpo, que podría traducirse como
«yoidad total», para indicar el hecho de que no hay nada externo a
nuestra verdadera naturaleza. Del mismo modo, como sucede en este
caso, con frecuencia se usa el término «yo», no para hacer referencia a
un individuo separado, sino para indicar la verdadera esencia o natu-
raleza de todos los individuos y de todos los entes del universo. Aun-
que en la literatura Dzogchen hay muchísimos ejemplos de esta forma
de usar el término «yo», baste con citar uno de los que aparecen en el
texto La realización del yoga (rNal ’byor grub pa’i lung) (citado Na-
mkhai Norbu, texto 10, 1994):
«Gran maestro, Vemos el Yo.»
Este uso del término «yo» es muy apropiado cuando se quiere
hacer referencia de manera poética y metafórica a la verdadera esencia
o naturaleza de todo, que sería inexpresable en términos literales, y es
semejante al que de dicho vocablo hacían el Dzogchen más antiguo de
la tradición Bön, por una parte, y algunas tradiciones shivaítas, por la
otra: se llamaba «Yo» a la esencia o naturaleza de todo.
A fin de hacer más difícil que se conciba dicha esencia o naturale-
za como una substancia universal, o que se le atribuyan características
antropomórficas como las que los monoteístas imputan a su Dios, el
budismo niega la existencia de un Yo universal y pone un gran énfasis
en el concepto de «no-yo». Sin embargo, en el fondo ninguna de las
dos terminologías —la que designa la verdadera esencia y naturaleza
de todo como Yo y la que niega que haya un «yo» universal— es total-
mente correcta ni totalmente incorrecta; como lo dice Buddhapalita
en el Mulamadhyamakavrritti:
«Una posición (paksha) implica una contraposición (pratipaksha),
y ninguna de ambas es verdadera.»
Como se dejó claro en una nota anterior, ningún concepto pue-
de corresponder con exactitud a la verdadera esencia y naturaleza de
todo. Así, pues, si se emplea una palabra para indicarla, haciendo de
ella un concepto, es imprescindible tener en cuenta que el mismo ja-
más podría ser preciso, y que el concepto contrario es tan válido y tan
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dadas las condiciones para entregar el texto raíz en ese momento, Vi-
malamitra lo ocultó como terma. A su vez, Ñang Tingdzin Zampó
ocultó los Tantra explicativos en el templo de Zhe que erigió en Uru,
habiendo sido revelados más adelante por Dangma Lunguiel el ma-
yor, quien comunicó las dos formas de la enseñanza que poseía —la
instrucción oral y los Tantra explicativos— al gran Chetsun Sengue
Wangchuk, quien a raíz de haberse encontrado directamente con el
cuerpo vajra de Vimalamitra recibió de él directamente las enseñanzas
del Ñingthik y luego reveló los textos originales que este había oculta-
do en Chimphu —hasta que, finalmente, a la edad de ciento veinte y
cinco años, demostró la total transferencia o phowa chenpo, realiza-
ción suprema del Dzogchen—. Más adelante Longchén Rabllampa
volvió a redactar estas enseñanzas.
(b) Las del (Menngag) Khandro Ñingthik provenientes de Pad-
masambhava, quien ocultó los diez y ocho Tantra de esta transmi-
sión, que eran vastos Upadesha, en una roca en el Bajo Bumthang (en
el actual reino de Bhután), y los Upadesha profundamente condensa-
dos en Dwagpo (en el sur del actual Tíbet); los textos de Dwagpo
fueron revelados siglos después por el tertön Pema Ledreltsel, reco-
nocido como el tulku de la hija del rey Trisongdetsen (a quien Pad-
masambhava los había confiado después de la muerte y breve resu-
rrección de aquella), mientras que los textos de Bumthang fueron
revelados más tarde por Longchén Rabllampa (reconocido como el
tulku del tertön Pema Ledreltsel), quien redactó las enseñanzas en su
forma definitiva.
(c) En nuestros días, quizás las enseñanzas del Ñingthik que más
se practican sean las del Longchén Ñingthik reveladas por Lligme
Lingpa (quien tuvo visiones de Longchén Rabllampa, así como de
Mañjushrimitra y Padmasambhava, entre otros).
Para un recuento de los linajes del Bima Ñingthik y del (Menn-
gag) Khandro Ñingthik, cfr. el prefacio de Namkhai Norbu Rinpoché al
libro The Golden Letters (Reynolds, J.M. trad., intr. y com., 1996).
145. Este es un hecho bien conocido, difundido en Occidente en fecha re-
lativamente temprana gracias a la publicación del terma descubierto
por Karma Lingpa, Rigpa ngotö cherthong rangdröl, en traducción in-
glesa de Kazi-Dawa Sangdup y edición a cargo de Evans-Wentz, bajo
el título The Tibetan Book of the Great Liberation (Londres, Oxford
University Press, 1954; traducción española en Kier, Buenos Aires,
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147. Este término se debe al hecho de que la mayoría de dichos papeles son
amarillos o dorados; si embargo, el mismo no implica que el papel
tenga que ser de uno de estos colores.
148. El dharmadhatu es el espacio primordial, esencia de todo lo que se
manifiesta y puede conocerse; como se señaló en una nota anterior, en
el Anuyoga, el dharmadhatu corresponde a Samantabhadri, el aspecto
femenino de la budeidad primordial, mientras que nuestro propio rig-
pa-dharmakaya —esencia de nuestra Gnitividad primordial— corres-
ponde a Samantabhadra, aspecto masculino de dicha budeidad. Se
dice que el placer total es el «hijo» de ambos aspectos (el materno y el
paterno), aunque estos dos no son dos elementos separados de cuya
unión pudiese provenir dicho placer, sino que desde siempre han sido
inseparables y estado en no-dualidad.
149. Como explicación «intermedia» de los tesoros o terma recomiendo en
particular el ensayo de Tulku Thöndup «The Terma Tradition», en
Tulku Thöndup (1995). Para una discusión más extensa cfr. Tulku
Thöndup (1986).
150. «La referencia más antigua [que conocemos] a la tradición de los doce
maestros (tönpa chuñí)) se encuentra en el Rigpa rangshar guîü (Ñing-
me guïü chudün, vol. I, pp. 389-855, Delhi 1989, pp. 162 et seq.; tra-
ducción al inglés en Smith, M. 2018), pero la primera fuente que enu-
mera los nombres de los doce maestros parece ser el Loguîü rinpochei
dochang, un capítulo del Bime ñingthik contenido en la sección del
Îuîig chen [en el Ñingthik îabzhí compilado por Longchén Rabllampa,
vol. 8, Delhi 1971 (p. 162 et seq.)]. Otras fuentes importantes son el
Thegchö dzö de Longchenpa [pub. en el [Longchén]dzö dün, Gangtok
(pp. 12,5 et seq.)], el Khepe gatön de Pawo Tsuglag Threngwa [Beijin
1986 (pp. 562,14 et seq.)] y el Marik munsel perteneciente al ciclo de
terma revelado por Taksham Nüden Dorlle [en el Tsasum îidam
gongdü, vol. 3, pp. 2-127, Delhi 1972 (pp. 8,4 et seq.)]. Las fuentes
que nos dan un mayor número de particularidades descriptivas... son
el Loguîü rinpochei dochang y el Marik munsel. Cfr. también Dudllom
Rinpoché, The Nyingma School, pp. 135 et seq.» Chöguîal Namkhai
Norbu (intérprete que resume el sentido del Tantra) y Adriano Cle-
mente (traductor y anotador) (italiano 1997; inglés 1999; castellano
2008); transliteración adaptada a la que se usa en este libro.
151. Puesto que el supremo maestro Garab Dorlle, señor de todos los rig-
dzin, introdujo a nuestro mundo las actuales enseñanzas del Dzogchen
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media de la vida humana era de cien años (cfr. el Guîüpu chung chuñí
[Zhangzhung ñenguîükîi guîüpu chung chuñí, atribuido a Nangzher
Löpo [siglo vii E.C.], pub. por Lokesh Chandra, International Aca-
demy of Indian Culture, Delhi 1968. Citado en Norbu, Namkhai,
texto 8). Puesto que las reintroducciones globales de la enseñanza solo
tienen lugar en periodos diferentes, el hecho de que estos tres grandes
maestros hayan vivido cuando la vida humana duraba un promedio
de cien años explica que los tres tönpas se consideren como uno solo;
sin embargo, para los budistas Shenrab introdujo un enseñanza me-
nos exhaustiva y detallada que Shakyamuni-Garab Dorlle.
153. Estos doce Tantra menores fueron originalmente transcritos y expli-
cados por el gran maestro Cherchen Nangsher Löpo. Citado en Nor-
bu, N., textos 8 y 9. La versión española que doy aquí se aparta de la
que di en texto 8, del que fui traductor.
154. El monte Kailash es sagrado y constituye un punto axial de peregri-
naje no solo para el Bön y el budismo tibetanos, sino para otras de
las tradiciones íntimamente interconectadas entre sí que, como se
sugirió en la primera nota a la primera parte de este libro, antes de la
invasión indoeuropea habrían imperado en la totalidad de esa am-
plia región culturalmente unificada que se habría extendido desde
las costas occidentales de Europa, por lo menos hasta el río Ganges
en India y muy probablemente hasta los confines orientales de la
actual Indonesia.
De hecho, para el shivaísmo, religión ancestral de la India que
prevaleció entre los dravidianos del valle del Indo, la morada del dios
Shiva no es otra que el monte Kailash: precisamente el lugar donde el
famoso restaurador de la inmemorial tradición Bön, que se había esta-
blecido en esta región del actual Tíbet, el tönpa Shenrab Miwoche,
poco antes del año 1800 a.E.C. enseñó la forma rudimentaria de Dzog-
chen conservada por los bönpo que se conoce como Dzogpachenpo
Zhang-zhung Ñenguîü, y quizás también algunas formas rudimenta-
rias de tantrismo o mantrayana (vehículo de los mantra): es significati-
vo que, durante una persecución de la que fueron objeto tanto los
bönpo como los budistas Ñingmapa, se hacía a la gente sacar la lengua
para demostrar que no pertenecía a ninguna de las dos tradiciones, ya
que se suponía que tanto los bönpo como los Ñingmapa tenían la
lengua negra de tanto recitar mantras). En todo caso, es de suponer
que, al lado de los elementos tántricos que abundaban en el shivaísmo
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del ilusorio sujeto mental que cree ser la fuente autónoma y substan-
cial de sus propios actos y el receptor separado de sus experiencias.
En lo que respecta a la India, cabe señalar que, a raíz de la su-
presión en ese país del shivaísmo preario por los invasores indoeuro-
peos, las tradiciones del tantrismo (y las que, como hemos visto,
puedan haber comunicado una forma rudimentaria de Dzogchen)
parecen haberse perdido, por lo cual, como lo sugieren tres distintos
Tantra del hinduismo, hubo que reimportarlas desde Bhota (pala-
bra con la cual todavía hoy se designa el Tíbet en Nepal y en algunas
regiones del Norte de la India) y, según los mismos textos, incluso
desde China y Mahachina (China ampliada por regiones del Centro
de Asia) (cfr. Bharati, A., 1972). Por su parte D. C. Bhattacharya
(1998, p. 198) dice que Bhota es el Tíbet y cita el Tantratattvasa-
muccaya —una obra nepalesa— afirmando que las gentes de Bhota
se llaman lamas y están asociados con el Kambojatantra, mientras
que los de Mahachina —que en la página anterior el autor había
asociado con los del Asia Central no tibetana— se llaman vratyas y
están asociados con el Misratantra (Sin embargo la gente de Kambo-
ja ha sido asociada con los Sakas y con Balj o Bactriana —lo cual es
particularmente interesante a la luz de las teorías de Christopher Bec-
kwith [2015, 2009], pues si este tuviera razón al afirmar que Shakya-
muni era un Saka, y que algunos sabios Saka tenían una visión proto-
Budista, ello podría deberse a la recepción de una antigua tradición
que muy bien podría ser el Dzogchen y el proto-Tantra del Bön)—.
Según una de las historias en los Tantras que cita Bharati, el hijo de
Brahma había estado meditando por mil años a la orilla del mar, sin
obtener la visión de la diosa; por ende, el yogui fue adonde su padre,
quien le dijo que fuera a los mencionados países (Bhota, China y Ma-
hachina) a buscar las enseñanzas tántricas. También en los otros dos
Tantras a los que Bharati hace referencia, al héroe de la historia se le
aconseja ir a buscar los métodos tántricos en esos países. Según dos de
esos Tantras era Shiva quien, en la forma de Buda, estaba enseñando
los Tantras en Bota, mientras que según el Tantra restante era Vishnu
quien, en forma del Buda, estaba enseñándolos.
Del mismo modo, es importante recordar que la tradición shai-
va (shivaíta) de los yoguis kamphata y sus asociados laicos, los ughyur,
se derivan de Macchendranath y su discípulo Gorakhnath, a quienes
la tradición budista tántrica considera como dos de sus propios 84
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a.E.C., pues la evidencia que él aduce parece ser la más sólida —debi-
do a lo cual lo han seguido incluso los alumnos de Tucci que inicial-
mente se le oponían en el Istituto Universitario Orientale de Nápo-
les—. En todo caso, la política de defender la enseñanza mediante
falseamientos no parece correcta, ya que introduce la ilusión de una
debilidad que en verdad no tiene: si luego se descubren los falsea-
mientos, se pensará que ello demuestra que tenían razón quienes di-
fundieron los infundios.
162. Según el Mahayana, el obstáculo de las pasiones (kleshavarana) limita
al bodhisattva hasta el fin del séptimo bhumi; en cambio, el obstáculo
del conocimiento (jñeyāvaraṇa) lo limita hasta el fin del décimo bhu-
mi —o sea, hasta justo antes de alcanzar el estado de Buda—. El Va-
jrayana o tantrismo y el Dzogchen-Atiyoga insisten en la importancia
de practicar las enseñanzas «superiores» a fin de erradicar rápidamente
el obstáculo del conocimiento.
163. Como sucede cuando el arquero «dispara sin disparar», pues el disparo
ocurre mediante la espontaneidad del estado de rigpa o Presencia in-
mediata, sin un observador interno o una acción intencional de una
consciencia dualista.
164. En El cristal (texto 6) Namkhai Norbu señala que:
«El famoso sutra Prajñaparamita hridaya, que constituye el resu-
men esencial de los vastos sutras de la prajñaparamita, ilustra el princi-
pio de [swabhava] shunyatá o ‘vacuidad de autonaturaleza’ —la ausen-
cia de autoexistencia que postula el budismo— enumerando los
principales elementos con los que construimos la realidad y declarando
que cada uno de ellos es vacío. Así pues, el sutra afirma la vacuidad de
las funciones sensoriales y sus objetos, afirmando que el ojo carece de
existencia independiente y que, de la misma manera, ‘entes’ tales como
el ‘oído’, la ‘nariz’, las facultades de ver, de oír y de oler, y así sucesiva-
mente, no existen en verdad. A continuación, el texto niega la autoe-
xistencia de los elementos centrales de la enseñanza del Buda y, al ha-
cerlo, declara —en perfecto acuerdo con Garab Dorlle— que desde el
punto de vista del vacío no hay karma ni ley de causa y efecto.»
165. Mañjushrimitra se sintió acongojado pensando que su intención de
rebatir la enseñanza de un nirmanakaya supremo como Garab Dorlle
debía haber dado lugar a un karma sumamente negativo y le preguntó
qué tipo de purificación debía realizar para neutralizarlo. Garab Dor-
lle le respondió que no había nada que purificar pues la intención de
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es el comienzo del chöñí bardo. La energía rölpa aparece como las vi-
siones autoluminosas multicolores del chöñí bardo]. La energía tsel se
percibe visualmente en el sidpa bardo, pero su tangibilidad solo se ex-
perimenta una vez que la consciencia se ha asociado a un cuerpo de
energía tsel, lo cual tiene lugar en el bardo del nacimiento).
198. Thinle drakpo. Esta dinámica puede entenderse como circuito de re-
alimentación positiva de un sistema cibernético que tiende a la re-
ducción al absurdo y la subsiguiente erradicación de la mente samsá-
rica y la confusión, el error y la ilusión que ella genera. En términos
de la teoría general de sistemas (Laszlo, E., 1974, p. 222) dicha diná-
mica sería «autoorganización»; en términos de M. Maruyama (1963)
y W. Buckley (1967), tendría que considerarse como morfogénesis;
ahora bien, cuando se interrumpe el samsara en la manifestación del
estado de rigpa o Presencia inmediata se va más allá de la morfogéne-
sis y tiene lugar lo que he denominado metamorfia. Ver Capriles, E.
(1994).
199. Las visualizaciones y otras meditaciones del reino de la forma (rupad-
hatu), que son parte del samsara, pueden confundirse con el sam-
bhogakaya.
200. El sujeto mental que tomamos por un alma que se encuentra a una
distancia del mundo material, es una apariencia de la energía dang,
pero su ubicación se determina en términos de las metáforas espacio-
temporales de la energía tsel. En efecto, al considerar la segunda noble
verdad se vio que el ilusorio sujeto mental siempre corresponde al
«punto de cruce» de las tres dimensiones del espacio y la dimensión
del tiempo, y que el mismo se experimenta como estando a una dis-
tancia de sus objetos. Esta ilusión de una distancia de las manifestacio-
nes de la energía tsel, que es la que experimentamos como un mundo
material, con respecto al sujeto mental, se mantiene de manera conti-
nua cuando lo que se percibe es el mundo en cuestión, pero no es
igualmente posible mantenerla continuamente cuando se enfrentan
las manifestaciones de la energía rölpa. Por ello, entre otras cosas, di-
cha energía posee una dinámica propia que tiende a disolver la ilusión
dualista, y que puede adquirir un carácter «airado» o «feroz».
201. Como hemos visto, la vida de los realizados depende de un impulso
que surge de la inseparabilidad de la vacuidad y la compasión. En
consecuencia, para el Atiyoga y el Vajrayana el rupakaya o aspecto
con forma de la Budeidad (constituido por el sambhogakaya y el
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la que casi con seguridad adhirió Heráclito —de quien la habrían here-
dado los cínicos y los estoicos, siendo los últimos quienes nos dejaron
una versión elaborada y no distorsionada— es de tipo degenerativo: a
medida que avanzan la «evolución» y la historia humanas, se va desa-
rrollando cada vez más el error llamado avidya o marigpa. Según la
enseñanza Dzogchen, esto implica la aceleración y potenciación de la
actividad vibratoria en la base de la absolutización / hipostación / rei-
ficación / valoración que va acelerando proporcionalmente la vivencia
de la temporalidad hasta que, al final del kalpa o evo, dicha actividad
vibratoria se desmorona junto con la vivencia en cuestión y el error
llega a su fin. Así, pues, los métodos de práctica que en un momento
dado son suficientes para obtener un cierto resultado, más adelante ya
no lo son, lo cual hace necesario que los supremos maestros introduz-
can nuevos métodos susceptibles de conducir al mismo resultado. En
los últimos siglos los practicantes del Longdé dejaron de obtener el
cuerpo arco iris; ahora bien, en esa misma época las enseñanzas del
Menngagdé o Upadeshavarga se habían generalizado a tal grado que,
por medio del Thögäl, siguió existiendo la posibilidad de manifestar
el «cuerpo de luz» y la «total transferencia» que se explicarán abajo en
el texto principal.
Ya que se ha introducido el concepto de la evolución degenerati-
va de la humanidad en tanto que desarrollo del error esencial llamado
avidya o marigpa, permítaseme señalar que, según esta visión, en la era
primordial no hacía falta ninguna explicación intelectual a fin de
avanzar en el sendero; la aplicación de formas de ver, el uso de símbo-
los y la instrucción oral eran, cada uno de ellos, por sí solos suficientes
para obtener la Introducción directa —y esta era comprobación más
que suficiente de la verdadera condición de la realidad y de la dinámi-
ca y práctica de la Vía—.
220. Es por esto que, sobre todo en la serie del Semdé, en la que es tan im-
portante establecer un estado de calma mental, se instruye al practi-
cante para que dirija su mirada más hacia abajo si se encuentra dema-
siado agitado, y más hacia arriba si se encuentra más ofuscado o
adormecido. Cabe advertir que esta recomendación no aparece en las
explicaciones del selwe da que yo he escuchado de boca de Namkhai
Norbu Rinpoché, aunque sí en las del Semdé de Kham.
221. Cabe señalar que jamás he escuchado a ninguno de mis maestros aso-
ciar el mitokpe da a la visión panorámica, ni he leído libro alguno que
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esta advertencia.
236. La mediatez que caracteriza las percepciones teñidas por el error pro-
pio del samsara es producida por la absolutización / hipostación / rei-
ficación / valorización de la «triple estructura direccional de pensa-
miento», la cual da lugar a la ilusoria estructura sujeto-objeto que en
apariencia separa al primero del segundo y del Ahora indiviso, y por la
comprensión unilateral del objeto en términos de los pensamientos
que lo interpretan, los cuales (por así decir, ya que en verdad se trata
de un efecto de lo que con anterioridad se ilustró con el ejemplo del
mono en la casa con las seis ventanas) colocan un filtro o barrera entre
el objeto y el foco restringido de consciencia que caracteriza el samsa-
ra, y hace que el segundo perciba al primero como si fuera intrínseca y
absolutamente el pensamiento en términos del cual se lo interpreta.
En el sentido espacial, la mediatez es la separación del sujeto y el obje-
to y la percepción del segundo a través del filtro moldeador de los
pensamientos intuitivos. En el temporal, es el presente que nos separa
del Ahora indiviso y el tiempo que tardan los pensamientos intuitivos
en intervenir en el reconocimiento o percepción. La inmediatez es la
disolución de la ilusoria estructura sujeto-objeto y de la comprensión
del objeto en términos de pensamientos; se habla de inmediatez por-
que en nuestras vivencias no surge ninguna ilusoria separación entre
un espurio conocedor y lo conocido, tal como no hay ninguna separa-
ción entre un espejo y los reflejos que él manifiesta, ni tiene que pasar
un momento para que haya percepción del objeto, pues simplemente
no hay percepción en cuanto tal.
237. En estas situaciones se puede activar un bucle autocatalítico de reali-
mentación positiva: un bucle que hace que esta dinámica generadora
de tensiones se vaya haciendo cada vez más pronunciada a partir de su
propia realimentación. Cabe señalar que los upadesha o menngag del
Dzogchen-Atiyoga contienen instrucciones efectivas para enfrentar
tales situaciones.
El desarrollo del error hacia su reducción al absurdo en la crisis
ecológica actual también resulta de una dinámica de este tipo, que
conduce el error inexorablemente hacia su extremo lógico: solo cuan-
do alcanza dicho extremo puede liberarse en un número significativo
de individuos.
Dicha dinámica es interdependiente con la constitución misma
del cerebro humano, que tiene un hemisferio que procesa datos de
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la Base.
243. En efecto, se trata de la forma correcta de aprehender la energía dang,
forma de manifestación «mental» y en cuanto tal intangible e invisible
de la energía tukllé cuyo flujo da lugar a todas las estructuras, a todas
las formas, a todos los entes. El modo de liberación ilustrado con la
imagen de «reconocer a un viejo amigo» corresponde al término na-
mtok ngoshepe drölwa.
244. Como ya se ha visto, lo que F. F. Price (2d. Ed. 1969), neorrealista
inglés de la «escuela de Oxford», así como algunas corrientes de psico-
logía, designan como «reconocimiento», es la comprensión de datos
de los sentidos —visuales, auditivos, táctiles, gustativos u olfativos, a
lo que el budismo agregaría los datos del sexto sentido, que aprehende
los fenómenos mentales— en términos de un pensamiento intuitivo,
de modo que sabemos que lo que estamos viendo es un jarrón, o que lo
que estamos escuchando es Las cuatro estaciones de Vivaldi, etc., aun-
que no expresemos esto en términos de pensamientos discursivos di-
ciéndonos mentalmente, por ejemplo, «esto es un jarrón», «esto es Las
cuatro estaciones de Vivaldi», etc. Es frecuente que, inmediatamente
después de reconocer algo en términos de pensamientos intuitivos,
expresemos para nosotros mismos lo que hemos reconocido en térmi-
nos de pensamientos discursivos; ahora bien, no importa si expresa-
mos o no discursivamente el reconocimiento, este último implica ya
de por sí que estamos poseídos por la combinación de ignorancia y
percepción distorsionada que el budismo llama avidya o marigpa.
El reGnoscimiento del pensamiento en la práctica de Tekchö es
precisamente la disolución del reconocimiento en el sentido que se
acaba de explicar: reGnoscer un pensamiento no es percibirlo en tér-
minos de un pensamiento intuitivo que lo interpreta como la verda-
dera condición o naturaleza primordial de toda la existencia, como el
dharmakaya, ni nada semejante; en consecuencia, no hay nada que
pueda expresarse luego en términos de pensamientos discursivos. Por
el contrario, de lo que se trata es de la disolución de todo tipo de reco-
nocimiento en términos de pensamientos.
Ahora bien, esto no significa que solo el reGnoscimiento sea una
función de la sabiduría; tanto el reGnoscimiento como el reconoci-
miento son sabiduría en tanto que ambos implican algún grado de ade-
cuación cognitiva o comprensión con respecto a la realidad (el cual es
total en el caso del reGnoscimiento, y parcial y distorsionador en el caso
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en el cual la materia era no-ser pero también era no-bien, que para los
griegos significaba mal). Finalmente, San Agustín combinó el antiso-
matismo bíblico con el dualismo multidimensional de Platón (y el
sutil dualismo neoplatónico) en el cuenco-para-ensaladas constituido
por los resabios que retuvo de su anterior maniqueísmo, mientras que
los gnósticos griegos, en su mayoría, prepararon su propia ensalada de
dualismos (que incluyó el maniqueísmo, aunque en ella, por supues-
to, se mezclaron también algunos elementos genuinos de la antigua
tradición). Y, sin embargo, parece que hubo gnósticos no-dualistas;
por ejemplo, se dice que William Blake fue un gnóstico tardío, pero
su Matrimonio del Cielo y el Infierno (1975) es a todas luces un maravi-
lloso tratado no-dualista del origen del mal. El antisomatismo celebra
la crisis ecológica como aquello que finalmente pondrá fin al mal al
acabar con el cuerpo, fuente de contaminación, tumba y cárcel del
alma (como, antes del desarrollo actual de la crisis en cuestión, sugería
Michelet [1987] que lo hacían los primeros cristianos).
Aunque la investigación arqueológica de los sitios importantes de
la antigua tradición no haya sacado a la luz numerosos y notorios di-
bujos y pinturas con forma mandálica, como bien ha señalado A. K.
Coomaraswamy (1927/1965), los más antiguos diagramas mandáli-
cos de Eurasia parecen ser los zigurats mesopotámicos, construidos
por representantes de la antigua tradición. En cambio, Gómez de Lia-
ño reconoce la gran escasez de muestras de los (muy tardíos) diagra-
mas con forma mandálica gnósticos y maniqueos —cuyo sentido es,
por otra parte, radicalmente diferente al de los mándala budistas—.
Así, pues, en términos del ejemplo que nos ofrece Gómez de Liaño de
una nevera que pasa por distintas manos en diversos lugares, tenemos
que concluir que, tanto en la antigua tradición como en el budismo, el
compartimiento para queso contiene queso y en el depósito para hue-
vos se almacenan huevos, pero entre los gnósticos y los maniqueos el
compartimiento para queso contiene veneno y en el depósito para
huevos se almacenan mariscos putrefactos.
En YouTube se puede acceder a dos de las conferencias que dicté
en la UNAM, Campus de Acatlán, en México, sobre las aparentes re-
laciones genéticas entre la filosofía y las tradiciones religiosas griegas,
por una parte, y el budismo y el shaivismo, por la otra. Pensaba desa-
rrollar aún más estas reflexiones en una obra en preparación llamada
La filosofía griega y Asia, en la que me ocuparía de la génesis de
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