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Novena de Navidad - Nueve Excesos de Amor

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NOVENA DE NAVIDAD

NUEVE EXCESOS DE AMOR

Luisa Piccarreta
Sierva de Dios y La hijita de la Divina Voluntad
Novena de Navidad – Nueve Excesos de Amor

La Sierva de Dios Luisa Piccarreta (1865 – 1947)

Luisa Piccarreta nació en la ciudad de Corato, provincia de Bari, Italia, el 23 de abril


de 1865, y el mismo día fue bautizada; y murió en concepto de santidad el 4 de
marzo de 1947.

Jesús escogió a Luisa para revelar la Divina Voluntad a la humanidad. Ella fue
mística, alma victima, recibió la gracia del “desposorio místico” con Nuestro Señor, y
vivió los dolores de la Pasión de Cristo. Vivió 64 años alimentándose solo la Santa
Eucaristía y pasó 62 anos en cama sin ninguna llaga de decúbito. Uno de sus
confesores e importante promotor de la Divina Voluntad (la doctrina que Jesús le
enseñó a Luisa) fue San Aníbal María di Francia, declarado santo el 16 de mayo de
2004. En obediencia, Luisa escribió más de 2.000 capítulos, recogidos en 36
volúmenes en el Libro del Cielo, sin contar cientos de cartas, y los libros Las Horas de
la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, y La Virgen María en el Reino de la Divina
Voluntad.

Al respecto de ella, escribe uno de sus confesores, San Aníbal María di Francia:
“Nuestro Señor, que de siglo en siglo aumenta cada vez más las maravillas de su
Amor, parece que de esta virgen, que El dice que es la más pequeña que ha
encontrado en la tierra, desprovista de toda instrucción, haya querido hacer un
instrumento idóneo para una misión tan sublime, que ninguna otra se le pueda
comparar, o sea, EL TRIUNFO DE LA DIVINA VOLUNTAD en el universo, conforme a
lo que decimos en el Padrenuestro: FIAT VOLUNTAS TUA, SICUT IN COELO ET IN
TERRA.”

La causa de beatificación de Luisa fue abierta el 20 de noviembre de 1994.

Luisa Piccarreta 1
Novena de Navidad – Nueve Excesos de Amor

Tabla de Contenido
Novena de Navidad – Nueve excesos de amor .............................................................3
Primer exceso de amor – Amor Trinitario .....................................................................................................3
Segundo exceso de amor – Amor contenido..................................................................................................3
Tercero exceso de amor – Amor devorador ..................................................................................................4
Cuarto exceso de amor – Amor operante .......................................................................................................5
Quinto exceso de amor – Amor solitario .........................................................................................................6
Sexto exceso de amor – Amor prisionero .......................................................................................................7
Séptimo exceso de amor – Amor despreciado ..............................................................................................8
Octavo exceso de amor – Amor suplicante ....................................................................................................9
Noveno exceso de amor – Amor agonizante .............................................................................................. 10
Bibliografía: .............................................................................................................. 13
Anexo - Decreto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe ....................... 14

2 Luisa Piccarreta
Novena de Navidad – Nueve Excesos de Amor

Novena de Navidad – Nueve excesos de amor

Introducción a la Novena

A la edad de diecisiete años me preparé para la fiesta de la Santa Navidad


practicando diferentes actos de virtud y mortificación, honrando especialmente los
nueve meses que Jesús estuvo en el seno materno con nueve horas de meditación al
día, referentes siempre al misterio de la Encarnación.

Primer exceso de amor – Amor Trinitario


16 de diciembre – Primera hora – Jesús en el seno del Padre, decreto de la Encarnación

En una meditación, propuse visitar en espíritu el Paraíso e imaginé a la


Santísima Trinidad en consulta plena y decisiva, queriendo rescatar la humanidad
derribada en una miseria abominable y que, sin la acción divina, no podría ascender
nunca más a la vida nueva de una libertad absoluta. Reconocí al Padre que quería
enviar a su Hijo único sobre la tierra; el Hijo que aceptaba la idea noble del Padre y
del Espíritu Santo, muy feliz de dar su pleno consentimiento, todo para un bien más
grande y la redención de la humanidad.

Mi espíritu fue deslumbrado y mi ser entero maravillado contemplando este


gran misterio del amor perfectamente compartido, tan poderoso y tan igual entre
las Tres Personas Divinas, el amor que, desde entonces, se difundió por toda la tierra
para hacer gozar a todos los hombres. Consideré luego la ingratitud de los hombres
que hace estéril la fruta que abunda en un amor tan grande.

En esto, me hubiera quedado no solo una hora, pero durante todo un día, si
Jesús no me hubiera dejado oír su voz que me decía: "Es suficiente por el momento.
Ven conmigo y verás hazañas mucho más grandes que mi amor por ti".

Segundo exceso de amor – Amor contenido


17 de diciembre – Segunda hora – Jesús en el seno de su madre. El amor lo reduce al
seno de su madre, lo reduce al aprisionamiento y lo inmoviliza

Comencé a considerar a mi muy amable a Jesús en el seno muy puro de


María, la Santísima Virgen y Madre. Fui consternada al ver a un Dios tan grande -
que hasta el Cielo no lo puede contener - encontrarse a este punto aniquilado,
reducido y limitado por amor hacia el hombre, que apenas podía moverse o respirar

Luisa Piccarreta 3
Novena de Navidad – Nueve Excesos de Amor

en el Seno materno. Mientras que consideraba esto y mientras que me sentía


consumida por amor por mi Jesús apenas concebido, dentro de mí oí una voz que
decía: "¿Ves cuánto te quiero? Hazme un pequeño sitio en tu corazón; vacíalo de todo
lo que no es de mí para que pueda moverme y respirar mejor".

Entonces, sentí mi corazón estallar de amor por Él y le pedí perdonar mis


debilidades prometiéndole ser toda suya; lloré pues muy amargamente. Y aunque
renovaba esta promesa cada día, debo admitir en nombre de la verdad y en mi gran
confusión, que me veía siempre cometer las mismas faltas y, con mucha pena,
exclamé: " ¡Oh! ¡Mi buen Jesús, como fuiste bueno y todavía lo eres con esta
miserable criatura que soy! ¡Sé siempre misericordioso conmigo!"

Tercero exceso de amor – Amor devorador


18 de diciembre – Tercera hora – El amor devorador

De la segunda meditación, pasé inmediatamente a la tercera y escuché la voz


interior decirme: "Hija mía, descansa tu cabeza en el seno de mi Madre y allí, mira
dentro de ella mi pequeña humanidad. Mi amor por la criatura me devoraba. Lo que
me consume, me invade y sobrepasa infinitamente todos los límites - a este punto que
se elevan por todas partes y se extienden a todas las generaciones, de la primera a la
última criatura - son las llamas inmensas, los océanos y los flujos de mi Divinidad. Y
aunque mi pequeña humanidad es consumida en llamas innumerables de amor, ella
misma se vuelve devoradora, en el mismo amor. ¿ Sabes lo que mi amor eterno quiere
hacerme consumir? Pues bien sí, la experiencia te enseñará: ¡Las almas! Y sólo estuve
contento cuando las consumí todas, quedando todas concebidas conmigo; era Dios,
debía obrar como Dios, debía tomarlas a todas; mi Amor no me habría dado paz si
hubiera excluido a alguna. Ah hija mía, mira bien en el seno de mi Mamá, fija bien los
ojos en mi Humanidad recién concebida y en Ella encontrarás a tu alma concebida
conmigo y también las llamas de mi Amor que te devoraron. Ellas solo encontrarán
descanso cuando estés consumada en mí. ¡Oh, cuánto te he amado, te amo y te amaré
eternamente!”

Cuando Jesús me decía esto, me sentí perdida en su amor y me encontré


incapaz de corresponderle cuando de repente la voz interior me dice: "Hija mía, esto
no es nada en comparación a todo lo que hace mi amor: ven, acércate. Dale tus manos
a mi Madre con el fin de que pueda apretarte siempre más cerca de su seno materno.
Sin embargo, todavía mira mi pequeña humanidad concebida en este mundo para
concebir las almas para la eternidad. Todo esto te dará la ocasión de considerar el
cuarto exceso de mi amor operante".

4 Luisa Piccarreta
Novena de Navidad – Nueve Excesos de Amor

Cuarto exceso de amor – Amor operante


19 de diciembre – Cuarta hora – Desde el principio, el amor operante hace Jesús
padecer los dolores incesantes de su pasión

"Mi hija, si quieres pasar de mi amor que consume a mi amor activo, me verás
sumergirme en sufrimientos inconmensurables e infinitos. Considera cuánto cada alma
concebida en mí me aportó el peso de sus pecados, de sus debilidades, de sus pasiones;
el amor me hizo llevar la carga de cada una de estas almas. Después de haber
concebido sus almas, yo mismo también concebí los dolores y las reparaciones que
cada una de ellas debía a mi Padre del cielo. Pues no estés sorprendida en saber que mi
pasión fue concebida en mí misma concepción.

¡Mira atentamente en el seno de mi Madre y verás cuánto fue aguda la tortura


de mis dolores innumerables! Observa bien mi pequeña cabeza, está rodeada de una
corona de espinas que la traspasa cruelmente y hace fluir de mis ojos lágrimas
abundantes y amargas. ¡Oh! Tus manos son libres: ¡por qué no secas mis lágrimas por
compasión a mí!?

Hija mía, esta corona de espinas no es otra que la corona cruel que las
criaturas me hacen llevar por su espíritu lleno de malos pensamientos. ¡Oh! ¡Cuánto
me hacen sufrir! ¡Oh! ¡Qué largos nueve meses de coronamiento! Y como si esto no
bastara, los hombres me traspasan las manos y los pies para satisfacer la justicia
divina. De hecho, viven su vida en busca de provechos ilegales utilizando caminos
tortuosos, cometiendo todo tipo de injusticias. En tal estado, me es imposible mover el
dedo, la mano o el pie. Estoy constantemente inmóvil, tanto a causa de esta crucifixión
continua como a causa del espacio limitado donde vivo. ¡Y decir que esta crucifixión
duró nueve largos meses!

¿Mi hija, sabes por qué constantemente soy coronado de espinas y crucificado?
Es porque la humanidad no deja de tramar intenciones inmorales y de cometer
acciones depravantes, toda cosa que toma sin cesar la forma de clavos y de espinas que
me traspasan las sienes, las manos y los pies".

Entonces Jesús, sin aliento y siempre preso al sufrimiento, continuó


contándome los dolores, las penas y el martirio de su pequeña humanidad en el
Seno materno, palabras que no digo totalmente con el fin de que esto no sea
demasiado largo. Por otra parte, mi mismo corazón no puede aguantar más contar
todo lo que Jesús sufrió aquí, en este seno, por amor a nosotros. Podría sólo llorar
amargamente; pero de repente su voz que lamenta me hizo vibrar de nuevo
interiormente y murmuró a mi corazón: "¡Oh! Mi hija, como me gustaría abrazarte a
cambio del amor doloroso que sientes por mí, pero por el momento, no puedo. Así como
lo ves, estoy encerrado en este pequeño espacio que me impide moverme. Me gustaría
ir hacia ti, pero como todavía no camino, esto me es imposible. Hija de mi primer amor
doloroso, ven muy a menudo a verme y abrázame. Así, cuando deje el seno materno, iré
hacia ti para abrazarte y quedar contigo".

Luisa Piccarreta 5
Novena de Navidad – Nueve Excesos de Amor

Mientras que me imaginaba con Él en el seno de su Madre, y mientras que lo


acariciaba y lo apretaba sobre mi corazón quebrantado, oí de nuevo interiormente
su voz que decía: "Esto basta por el momento, mi hija. Ve ahora y considera el quinto
exceso de mi amor; hasta si es rechazado y devuelto a la impotencia por todos, mi
amor jamás puede ni pararse ni retroceder, sino muy al contrario supera todo y va
siempre más lejos",

Quinto exceso de amor – Amor solitario


20 de diciembre – Quinta hora – El amor está solo y abandonado

Oí a Jesús que me llamaba para considerar el quinto exceso de su amor. Mi


corazón se puso a escuchar su voz débil pero creadora que me dice interiormente:

"Hija mía, no te alejes de mí, no me dejes solo. Mi amor no deja de desear tu


presencia. He aquí otro exceso de mi amor: así como mi Divinidad en su esencia forma
la unión más íntima posible, así mi humanidad en su naturaleza humana unida
hipostáticamente con mi Verbo Eterno se complace con la compañía de las criaturas.

Viste que, luego de concebido en el seno de mi Madre, había concebido en


gracia todas las criaturas humanas, de modo que concebidas en Mí puedan crecer
conmigo en sabiduría y de verdad. Es por eso quiero tanto su compañía y deseo tanto
quedarme en un amor constante y recíproco con ellas, con el fin de darles la prueba
más sincera de mi amor: quiero continuamente hablarles de amor para tenerlas al
corriente de mis alegrías y de mis penas. Deseo también darles a conocer que descendí
sobre la tierra sólo para hacerles verdaderamente felices. Entonces, verdaderamente
quiero estar con ellas como un pequeño hermano, con el fin de hacerme amar por ellas,
para conseguir una respuesta plena de generosidad y devolver a cada una todos mis
bienes y mi Reino, al precio de los sacrificios más grandes hasta el de mi muerte a fin
de que tengan la vida. Podrías hasta decir que tengo un gran deseo de distraerme con
ellas cubriéndolas de besos y de caricias dulces y amorosas.

¡Pobre de mí! ¡A cambio de mi amor, recibo continuamente sólo penas y


dolores! De hecho, un cierto número de mis criaturas hasta no quiere escuchar mi
palabra de Vida eterna y algunas evitan mi compañía. Otros se evaden de mi amor;
otros se alejan de mí; otros todavía hacen oídos sordos y me silencian así. Pero no es
todo: porque hay también los que me desprecian y directamente me ofenden. Los
primeros no tienen ninguna atención como mis bienes y mi Reino; y por mis besos y mis
caricias, recibo a cambio sólo indiferencia y olvido. Entonces, este juego que quería
jugar con mis criaturas se convierte en silencio e indiferencia. Otros - y es la mayoría -
me impiden difundir sobre ellas el amor de mi corazón y me hacen verter lágrimas. Así,
no solamente mi amor no encuentra apoyo, pero es ridiculizado, despreciado y
ofendido.

6 Luisa Piccarreta
Novena de Navidad – Nueve Excesos de Amor

¡Todavía añade a esto que permanezco siempre solo, hasta en medio de ellas!
¡Oh! ¡Qué sufrimiento de estar solo, ser abandonado y ser abandonado por aquellos
qué hacen oídos sordos a mis palabras y que me impiden verter mi amor! Quedo
siempre solo, triste y silencioso porque aunque les hablo, no me escuchan en absoluto.

¡Oh! Hija mía, ven a satisfacer mi amor decepcionado. No me abandones a mi


soledad; hablarme, reconfórtame; entonces, escúchame y oye mis enseñanzas. ¡Sabes
que soy el Maestro de maestros y si me escuchas, oh! ¡Qué de cosas aprenderás de mí!
Ahora, ven divertirte conmigo, me impedirás así llorar. ¿No te gustaría jugar
conmigo?"

Después de haberle prometido ser siempre fiel, me consagré totalmente para


amarle con la más tierna compasión, porque aunque, en su gran generosidad, hace
las a criaturas felices, éstas lo dejan solo, sin consuelo y en miserable soledad.

Así, meditando la quinta hora, oí de nuevo la voz de Jesús en mi corazón que


decía: "Basta. Ve ahora y considera el sexto exceso de mi amor ".

Sexto exceso de amor – Amor prisionero


21 de diciembre – Sexta hora – La oscuridad del pecado mantiene el amor en el
estrecho del seno materno donde se asfixia

"Hija mía, comparte mi intimidad. Ven siempre más cerca de mí y pide a mi


buena Madre de hacerte un pequeño sitio en su Seno materno, con el fin de que tú
misma puedas ver el estado doloroso en el cual me encuentro."

Me imaginaba mientras que mi Reina y Madre, queriendo probarme su


inmenso afecto maternal, me unía a su Jesús querido y dulce encarnado en su seno
materno. Ya me veía pues por el pensamiento muy cerca de mi amable a Jesús, en su
seno. Estaba allí tan oscuro que me era absolutamente imposible ver los rasgos de
su rostro. Podía oír solamente el suspiro ardiente de su amor, e interiormente me
dice: "Hija mía, considera otro exceso de mi amor: soy la Luz eterna y ninguna otra luz
tiene más destello que Yo. Piensa en un instante en el sol cuando está en su zenit: es
entonces sólo la sombra de mi Luz eterna.
La encarnación que quise asumir por amor a las criaturas completamente
desalojó esta Luz eterna. ¿ Ves, a qué prisión sombría mi amor me precipitó? Sí, quise
estar aquí por amor a las criaturas esperando que un rayo de luz ahí penetre. Debí
esperar nueve largos meses en esta noche negra, sin estrella ni descanso. Velo siempre
hasta que la luz del sol venga a mí.

Luisa Piccarreta 7
Novena de Navidad – Nueve Excesos de Amor

¡Cómo sufro! Estoy en un gran desamparo, porque mi prisión es tan pequeña


que puedo apenas moverme allí. Además, la falta de luz me impide completamente ver
y esto me hace sufrir tanto que el soplo caliente de mi Madre hasta me hace sofocar.

¿Sabes lo que me condujo a esta prisión? ¿Quién me quitó la luz? ¿Quién me


impide cada vez más respirar? Es el amor que siento por las criaturas; es la negrura de
sus pecados, porque cada pecado es una nueva noche oscura para mí. Es la dureza del
corazón del hombre que se cerró y se niega a pedir perdón. Es su ingratitud horrible
que me asfixia como un monstruo infernal. Y todo eso junto, forma como un abismo de
tinieblas, sofocante, y un sufrimiento indecible. ¡Como sufro!

Oh! ¡Exceso de mi amor sin reciprocidad! ¡Me condujiste de la inmensidad de la


Luz eterna a la profundidad de estas tinieblas espesas y en un espacio tan pequeño que
apenas puedo respirar!”

Mientras que Jesús me decía todo esto, gemía, pero con un gemido oprimido,
a causa de esta falta de espacio; vertí lágrimas de compasión, queriendo alumbrarlo
un poco con mi amor, como me lo había pedido. ¿Quién podría describir el
sufrimiento que Jesús y yo sufrimos juntos por el amor de las criaturas?

En estas penas y sufrimientos, mi muy amable Jesús me dice en el fondo del


corazón estas palabras muy dulces: "Esto basta por el momento. Paso ahora al
séptimo exceso de mi amor”.

Séptimo exceso de amor – Amor despreciado


22 de diciembre – Séptima hora – Un amor sin reciprocidad y herido por causa de la
ingratitud

"Hija mía, no me dejes sólo en tal soledad y tal oscuridad. No dejes el seno de mi
Madre, con el fin de bien considerar el séptimo exceso de mi amor: ¡Escúchame bien!
En el seno de mi Padre celestial, tenía la alegría perfecta. No faltaba de nada: alegría,
felicidad, todo me pertenecía. Los Ángeles me rendían adoraciones profundas y
siempre estaban dispuestos a servirme con reverencia. Podría decir que mi amor
excesivo para el género humano me hizo cambiar de actitud. Me libré de toda alegría y
de toda felicidad; renuncié a todos mis bienes y a los agrados del cielo para revestirme
de todas las imperfecciones de las criaturas, con el fin de darles mi felicidad, mis
alegrías y mis alegrías eternas.

No obstante, este intercambio habría sido fácil para mí si no hubiera tenido que
enfrentarme con la ingratitud más monstruosa y una obstinación de mala fe por parte
de los hombres. ¡Oh! ¡Cómo mi amor eterno estuvo sorprendido delante de tanta
ingratitud! ¡Oh! ¡Cómo sufro a causa de la obstinación y de la maldad del hombre!

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Novena de Navidad – Nueve Excesos de Amor

Éstas me hieren el corazón más que las espinas aceradas que, desde mi concepción y
hasta el último instante de mi vida, me hicieron sufrir dolores terribles. Mira
atentamente y observa mi pequeño corazón; ve cuántas espinas lo traspasan, ve como
lo hieren, y ve la sangre que fluye de él. ¡Oh! ¡Qué pena, qué dolor siento!

Hija mía, no seas ingrata como los otros, porque este dolor es el más terrible y
el más cruel de todos para tu Jesús. Es todavía más grave que el de cerrarme la puerta
de tu corazón, dejándome fuera, cogido por el hielo de la indiferencia de un corazón
endurecido. A pesar de toda la maldad del corazón del hombre, mi amor jamás puede
pararse: al contrario, asume la forma de otro amor todavía más elevado, ése, un amor
que se lamenta, que solicita y que suplica. ¡Esto, mi hija, es el octavo exceso de mi amor
más profundo! "

Octavo exceso de amor – Amor suplicante


23 de diciembre – Octava hora – Un amor que se lamenta, que solicita y que implora

"¡Hija mía, no me dejes sólo! Deja reposar tu cabeza en el seno de mi Madre,


porque, hasta del exterior oirás mis lamentos y mis súplicas y verás que éstas no
traerán más criaturas ingratas a una compasión cualquiera por mi amor. Todavía me
verás así un pequeño bebé, tendiendo la mano como el más pobre de los desvalidos,
para pedir por lo menos la limosna de su alma, con la esperanza de ganar así su afecto
y su corazón tan endurecido por el egoísmo.

Hija mía, mi corazón quiere, cueste lo que cueste, conquistar el corazón del
hombre. Es por eso que, habiendo agotado el séptimo exceso de mi amor; y viendo que
el hombre queda siempre tan reticente, haciendo oídos sordos, siendo indiferente tanto
a mí cuanto a mis bienes, decidí ir todavía más lejos. ¡Mi amor habría debido
retroceder delante de tal ingratitud, pero no! Quiere siempre sobrepasar sus límites y
desde el seno de mi Madre, por mi voz suplicante, quiere reunir todos los corazones.
¿Empleo las maneras más persuasivas, las palabras más dulces y las más
conmovedoras, las oraciones más fervientes para ablandar hasta las fibras del corazón
del hombre, y para obtener ¿sabes qué? El mismo corazón de la criatura".

A la criatura, digo: "Hijo mío, dame tu corazón, él me pertenece. Te daré todo lo


que quieres y Yo en persona por añadidura, si me das solamente tu corazón a cambio,
a pesar de su frialdad y a pesar de su falta de amor. Ven y lo recalentaré al calor de mi
propio Corazón y se inflamará para destruir en ti todos tus afectos del mundo. Así
como sabes, descendí del cielo para encarnarme en el seno de mi Madre, y únicamente
lo hice para introducirte en el seno de mi Padre Eterno. ¡Oh! No me lo niegues. No dejes
apagar mis esperanzas, porque serán para ti la seguridad de bienes infinitos.

Luisa Piccarreta 9
Novena de Navidad – Nueve Excesos de Amor

A pesar de todo esto, vi que la criatura todavía no quería aceptar mi amor: En


efecto, me dio la espalda y se alejó de mí. Pues traté de retenerla gimiendo con las
súplicas más tiernas y más emocionantes, y que juntaban mis pequeñas manos, intenté
implorarlo sollozando: ¡Oh! ¿Mi pequeña alma, no ves que soy el pequeño mendigo que
pide limosna de tu corazón? ¿Hijo mío, es posible que no quieras comprender que mi
presencia aquí es sólo el exceso más desbordante de mi amor sin correspondencia? No
eres alcanzada por la compasión viendo a tu Creador hacerse pequeño con el fin de no
asustar a nadie y de poder atraer a la criatura hacia su amor; se humilla para dar la
limosna del corazón desfigurado por esta criatura terca y obstinada. Para obtenerlo,
se lamenta, llora, implora y suplica. ¿Tu corazón no se emociona viendo todo esto?

A pesar de todo eso, mi hija, la criatura inteligente parece haber perdido


completamente el uso de la razón, ya que, en lugar de dejarse sumergir en las llamas
de mi Amor divino, procura evitarlas: de ahí, corre en busca de amores insensatos que
la harán caer en una confusión infernal; y allí, todavía llorará mucho más
amargamente y por la eternidad".

Fui tan tocada por la compasión y al mismo tiempo horrorizada por estas
palabras de Jesús que me eché a temblar considerando la ingratitud de los hombres
y su consecuencia terrible, irreparable y eterna. Sumergida en esta consideración
doble, oí en mi corazón la voz de Jesús que me dice: "Hija mía, quieres darme tu
corazón; ¿o hará falta que, para ti también, llore, implore y me lamente para ganar tu
corazón y hacerme su señor?"

Mientras que Jesús, en llantos, me decía esto, mi corazón se encontró


sumergido en una inconcebible ternura por este amor sin reciprocidad; mi corazón
fue invadido por un amor tal, que jamás había sentido algo semejante antes. Le digo:
"Mi querido Jesús, no llores más. Sí, sí, te doy mi corazón y todo mi ser, y hasta te los
doy sin vacilación. Además, para ofrecerte un regalo todavía más bello, déjame quitar
de mi corazón insensible todo lo que no es de ti. Dame la gracia eficaz para hacerlo
semejante al tuyo: entonces, podrás hacer allí tu morada, inquebrantable y fiel".

Sin esperar, Jesús añadió: "Hija mía, es tiempo para ti de ir a considerar el


noveno exceso de mi amor".

Noveno exceso de amor – Amor agonizante


24 de diciembre – Novena hora – El amor en estado de continua agonía y de muerte

"Hija mía, mi estado presente se vuelve cada vez más doloroso. Si me amas,
asegúrate que tus ojos siempre estén fijos sobre mí, con el fin de retener bien todo lo
que te enseñe. Así podrás llevarle algún alivio a tu pequeño Jesús que sufre tanto,
aunque fuera sólo una palabra de amor; una caricia o un beso afectuoso, para dar a
mi corazón la dulce satisfacción de recibir tu amor a cambio. Me impedirás así llorar
amargamente y me aliviarás aflicciones implacables que sufro aquí.

10 Luisa Piccarreta
Novena de Navidad – Nueve Excesos de Amor

Escucha, hija, después de haber dado a la humanidad tantas pruebas de mi


amor en los ocho excesos precedentes, ella habría debido ceder delante de mi amor
verdadero y sublime. Sin embargo, ella reaccionó con tanta maldad que me provocó
otro exceso de amor; exceso que será el más doloroso para mí si la humanidad no
quiere corresponder aún a eso.

Hasta aquí, la humanidad jamás se abandonó. Es por eso que debí añadir, al
octavo exceso de mi amor, un noveno que consiste en un amor vivo e inflamado para
ella, así como un ansia de ser liberado del seno materno para poder ir a su búsqueda.
Después de haberlo retenido al borde del abismo, deseo estrechar y abrazar esta
humanidad siempre plena de ingratitud hacia mi amor, con el fin de que venga de allí
para amar mi belleza, mis verdades y mis bienes eternos que quiero, cueste lo que
cueste, que ella los posea para siempre.

Esta intención inestimable reduce mi pequeña humanidad - que todavía no ha


nacido - a tal agonía que parezco exhalar el último suspiro: si no hubiera sido ayudado
y sostenido por mi Divinidad, la cual es inseparable de mí por la unión hipostática, ya
habría entregado este último soplo. La Divinidad me comunicaba continuamente
suaves gotas de vida nueva, para hacerme resistir la agonía permanente de estos
nueve meses, sobre los cuales se podría decir que fueron más bien meses de óbito que
meses de vida.

Tal es, hija, el noveno exceso de mi amor: una agonía constante desde el primer
instante cuando mi Divinidad entró en el Seno materno para tomar forma humana y
esconder la esencia de su propia Divinidad. Sino, habría inculcado a la criatura - que
quiero unir con mi amor - el miedo, más bien que el amor.

¡Pobre de mí! ¡Qué larga agonía fueron estos nueve meses durante los cuales
esperaba la criatura! ¡Oh! ¡Cuánto el amor me asfixia y cómo la criatura me hace sufrir
muertes continuas! Hija, te lo repito, si mi humanidad no hubiera recibido apoyo y
fuerza de parte de la Divinidad con el fin de sostener el amor inmenso que me
consumía totalmente, desgraciadamente ella habría sido reducida a cenizas y
completamente aniquilada por el efecto de mi amor. Además de mi amor que sufre,
mendiga y suplica, Yo mismo debí asumir la carga enorme de sufrimientos que venía
de cada criatura, y esto en su sitio, en calidad de reparaciones exigidas por la Justicia
Divina. ¿ Y qué es lo que mi amor mendiga constantemente? ¡El corazón frío e
indiferente del hombre!

He aquí por qué mi vida en el seno materno se volvió tan dolorosa y siento que
ya no puedo más estar separado de la criatura. Quiero, cueste lo que cueste, apretarla
sobre mi corazón para hacerle sentir los latidos de mi corazón encendido, abrazarla
en mi afecto más íntimo y más tierno, y darle mis bienes eternos. Sabes que de
momento, si no estuvieras allí para reconfortarme antes de mi nacimiento, sería
totalmente consumido por este nuevo exceso de mi amor.

Luisa Piccarreta 11
Novena de Navidad – Nueve Excesos de Amor

Fija tus ojos sobre mí en el seno materno, y mira como me volví pálido. Presta
atención a mi voz debilitada, diríamos la de un moribundo. Percibe los latidos de mi
corazón, a ciertos momentos, palpitaba vigorosamente, pero ahora casi paró de latir.
No dejes que tus ojos se aparten de mí, porque - mira bien – siento que ahora mismo
voy a morir: ¡Sí, muero, y muero de amor puro!"

Mientras que todo esto pasaba, me sentía morir por amor a Jesús; sucedió
entonces un gran silencio por parte de nosotros dos, un silencio sepulcral. Mi sangre
se cuajó y dejó de circular por mis venas, y no podía sentir latir mi corazón. Dejé de
respirar y, tiritando de la cabeza a los pies, me caí al suelo. En este sueño mortal,
sólo mi lengua balbuceó: "¡Mi Jesús, mi amor, mi vida, mi todo, no mueras, porque
siempre te amaré! Nunca más te dejaré, hasta al precio de cualquier sacrificio. Dame
siempre las llamas de tu amor para quererte cada vez más con el fin de consumirme
lo antes posible de modo que Te sea amorosamente todo, mi noble, mi eterno, mi
buen Jesús".

Verdaderamente puedo decir que en este momento me sentí más muerta que
viva por el amor de mi Jesús, Él que ya había nacido a nuestra vida mortal con el fin
de sujetarnos, en primer lugar, a la muerte de nuestra voluntad, para luego llevarnos
a la verdadera vida eterna. Su tacto, entonces, me sacó del sueño en el cual fui
adormecida, y Jesús pronunció estas palabras maravillosas: "Hija rescatada por mi
amor; ven, asciende a la vida de mi gracia y de mi amor. Confórmate con todo en tu
Jesús. Así como me acompañaste durante las nueve consideraciones de los excesos de
mi amor durante la novena de mi nacimiento, continua ahora con las veinticuatro
consideraciones que conciernen a mi pasión y mi muerte sobre la cruz, repartiéndolas
durante las veinticuatro horas del día. En ellas, descubrirás nuevos y sublimes exceso
de amor y me aportarás un consuelo continuo en los sufrimientos más dolorosos que la
criatura ingrata me hubiera infligido. En la vida, tú serás amorosamente y totalmente
consagrada a mi pasión y a mi muerte, y a tu muerte, tendrás la parte más bella de mi
gloria".

FIAT!

12 Luisa Piccarreta
Novena de Navidad – Nueve Excesos de Amor

Bibliografía:
PICCARRETA, LUISA, Libro del Cielo, Volumen 1 (de 36 Volúmenes)

Note Bene: Todos los libros de Luisa Piccarreta recibieron el Nihil Obstat y el
Imprimatur

Sitios Internet:
Estos sitios Internet en francés, italiano, español e inglés les pueden dar las últimas
noticias sobre la Divina Voluntad:

Sitio oficial de la Causa de Beatificación de Luisa Piccarreta:

www.luisapiccarretaofficial.org

• En Noticias, hay casos de sanación atribuidos a Luisa, por ejemplo:


http://www.luisapiccarretaofficial.org/news/another-new-testimony-of-
healing/129

• En noviembre de 2016, Luisa Piccarreta en el Nuevo Diccionario de


Misticismo, publicado por el Vaticano:
www.luisapiccarretaofficial.org/news/luisa-piccarreta-in-the-new-
mysticism-dictionary/181

• Mons. Giovani Battista Pichierri presenta la biografía de Luisa Piccarreta:


http://www.luisapiccarretaofficial.org/news/mons-giovan-battista-
pichierri-presents-the-biography-of-luisa-piccarreta/105

www.nouvelleevangelisation.com

Luisa Piccarreta 13
Novena de Navidad – Nueve Excesos de Amor

Anexo - Decreto de la
Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe
Según el decreto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe (Acta
Apostólica Sede, N. 58, de 1966) y aprobado por el s.s. Pablo VI, ningún permiso es
exigido para divulgar, sin el imprimátur, escrituras que conciernen a nuevas
apariciones, revelaciones, visiones, profecías o milagros.

SAGRADA CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE

DECRETO

Después de editar la «Notificación» del día 14 de junio del año en curso sobre el
«índice» de libros prohibidos, se preguntó a esta Sagrada Congregación para la
Doctrina de la Fe si permanecen en vigor el can. 1399, por el cual se prohíben ipso
iure ciertos libros, y el can. 2318, por el que se imponen penas a los violadores de las
leyes sobre la censura y la prohibición de libros.

Propuestas estas cuestiones en la reunión plenaria del miércoles 12 de octubre de


1966, los Eminentísimos Padres de la Congregación para la Doctrina de la Fe
decretaron que se ha de responder:

1) Negativamente a ambas cuestiones, en lo referente a la ley eclesiástica; sin


embargo, se debe recordar de nuevo el valor de la ley moral que prohíbe
absolutamente poner en peligro la fe y las buenas costumbres.

2) Aquellos que hayan incurrido en las censuras de las que se trata en el can.
2318 se deben considerar absueltos de dichas censuras por el mismo hecho
de la abrogación del canon.

Y en la Audiencia del Emmo. Cardenal Pro-Prefecto de la Sagrada Congregación para


la Doctrina de la Fe, concedida el 14 del mismo mes y año, el Sumo Pontífice Pablo VI
se dignó aprobar el citado decreto y mandó hacerlo público.

Dado en Roma, en la sede de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, el 15


de noviembre de 1966.

Alfredo Card. Ottaviani Pietro Parente


Pro-Prefecto Secretario

http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_1
9661115_decretum_sp.html

14 Luisa Piccarreta

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