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Bozzano - Campo Problematico

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Frediani, Julieta

El campo problemático teórico-


empírico. El proceso de
investigación, primera parte

EN: H. Bozzano; J. Frediani; G. Cirio; C. Barrionuevo (Coords.)


(2016). Metodología de la investigación en Geografía. La Plata :
EDULP. pp. 40-68

Frediani, J (2016). El campo problemático teórico-empírico. El proceso de investigación,


primera parte. EN: H. Bozzano; J. Frediani; G. Cirio; C. Barrionuevo (Coords.). Metodología
de la investigación en Geografía. La Plata : EDULP. pp. 40-68. (Libros de Cátedra. Sociales).
En Memoria Académica. Disponible en:
https://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/libros/pm.4959/pm.4959.pdf

Información adicional en www.memoria.fahce.unlp.edu.ar

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons


Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional
https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/
Libros de Cátedra

Metodología de la Investigación
en Geografía

Horacio Bozzano - Julieta Frediani - Gastón Cirio -


Cintia Barrionuevo

FACULTAD DE
HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN
EN GEOGRAFÍA

Horacio Bozzano
Julieta Frediani
Gastón Cirio
Cintia Barrionuevo

Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación


CAPÍTULO 3
El campo problemático teórico-empírico.
El proceso de investigación, primera parte
Julieta Constanza Frediani

3.1. Del tema al problema de investigación

La instancia de elección del tema y, más aún, de construcción del problema de investigación
es un momento clave en la construcción de nuestro diseño de investigación. Este momento
reviste un cierto grado de dificultad para los alumnos de grado, ya que numerosas dudas e
interrogantes invaden al estudiante a la hora de decirse acerca de: ¿qué tema investigar? El
interés, la motivación personal y los conocimientos previos del alumno sobre una determinada
temática entran en tensión con la pertinencia y la relevancia de investigar sobre la misma.
En este sentido, y como señala Bozzano (2006), definir concretamente nuestro problema de
investigación es una tarea cuyo logro, no sin obstáculos, además de generar coherencia
interna en la organización del trabajo de investigación específico, produce más tranquilidad y
satisfacción mientras se concreta la investigación, en la medida que aquello que se precisó al
comienzo nos permita trabajar mejor la teoría y la empiria del objeto investigado.
El tema de investigación puede definirse como aquella idea inicial de investigar sobre algo,
o en otras palabras, esas primeras ideas generales, que debido a su abstracción y amplitud no
pueden ser aún directamente abordables. La elección del tema es casi siempre una elección
condicionada, ya sea por la experiencia personal del alumno, por opiniones o sugerencias de
los profesores, o por la bibliografía científica a través de la cual el estudiante toma
conocimiento de la problemática.
El tema de investigación consiste en el marco general donde se ubica el interés científico
asociado a las preguntas y preocupaciones que se tiene acerca de la realidad, y sobre las
cuales se pretende realizar una indagatoria científica. El proceso de definición del tema de
investigación implica un proceso de ruptura con el conocimiento no científico y el sentido
común. Todo tema puede llegar a convertirse en un problema de investigación.
La dificultad de encontrar “el tema” de investigación se ve claramente resumida en las
siguientes palabras de Wainerman, C. y Sautú, R. (2001), cuando señalan que:

“Al momento de enfrentar la realización de mi tesis de maestría, yo no tenía un


tema, mal podía tenerlo cuando apenas estaba haciendo mis primeras armas

40
como estudiante de postgrado. Esto me hacía sentir mal, incapaz de encontrar
“el tema”. Creyendo que debía tener uno, y desde el mismo comienzo de mis
estudios, no tenerlo se me aparecía como una capitis diminutio. Nadie me había
dicho que no hay un tema, sino que el tema es producto de intereses,
conocimientos y circunstancias histórico-político-económicas e institucionales.
Nadie me había dicho que es lícito, más aún esperable, que un/una joven
estudiante graduado/a no tenga un tema de investigación….”.

A diferencia del tema, el problema de investigación es de carácter más concreto y


específico, y consiste en la pregunta o en la articulación de preguntas susceptibles de ser
abordadas en forma empírica. Como señalan Marradi et al. (2007), la cantidad de problemas
que se puede plantear de un mismo tema es enorme, y seguramente cada uno de ellos exija
distintas estrategias metodológicas para su resolución. Si bien puede reconocerse que no
existe una técnica para la formulación del problema de investigación, su construcción se
caracteriza por un movimiento progresivo desde lo abstracto y general del tema hacia lo
concreto y específico del problema. Este proceso de problematización de algún aspecto del
tema de investigación, es de carácter complejo y no lineal, e implica la puesta en juego de la
experiencia y de saberes tácitos (Figura 1).

Figura 1. Del Tema al Problema de Investigación: etapas y momentos principales.


Fuente: Elaboración propia en base a Létourneau, Jocelyn (2009). La caja de herramientas del joven investigador: guía
de iniciación al trabajo intelectual. La Carreta, Medellín.

41
El problema de investigación, entendido como el conjunto de preguntas que deseamos responder
a través de nuestra investigación, refleja un vacío de conocimiento científico que justifica la
realización de la misma, al constituirse en un aporte al conocimiento en el plano práctico y/o teórico.
Todo el proceso que lleva desde las preocupaciones primeras hasta la elaboración de las
preguntas concretas que guiarán la investigación, es un proceso de ruptura y construcción
primaria del objeto de investigación. Este proceso, según Batthyany y Cabrera (2011) está
anclado en tres pilares fundamentales: (i) la experiencia en el tema a investigar; (ii) la lectura de
teorías e investigaciones anteriores; intercambio con personas especializadas; otras lecturas sobre
el tema; y (iii) la reflexión teórica en base a la experiencia, la lectura y el intercambio.

3.2. La construcción del campo problemático

La construcción del campo problemático intenta, desde una concepción integradora y articulada,
plantear una primera aproximación de alcance general entre el conocimiento y la realidad de
aquello que queremos investigar. El trabajo con el concepto de campo problemático al momento de
elaborar un diseño de investigación pretende ser superador del planteo tradicional, de carácter
preferentemente deductivo, que supone por un lado la construcción de un marco teórico y por el
otro, la redacción del caso de estudio. Al respecto, Rojas Soriano (1986) señala que en el “método
de exposición”, la teoría y los autores van por un cauce, y el caso empírico, por otro.
En este sentido, el campo problemático supone desde el comienzo una construcción articulada entre
las categorías teóricas y la empiria, en otras palabras, entre el conocimiento y la realidad. Como señala
Zemelman (1987), “el problema, visto desde la exigencia de articulación, se transforma en un campo
problemático”. Puede decirse entonces que la definición de un problema tiene por función servir como eje
en torno al cual se penetra la realidad, articulando sus diferentes niveles. Este proceso consiste en
reconstruir un contexto específico o campo articulado, que sirva de punto de partida del conocimiento,
dentro del cual el problema adquiere su significado (Andrade, 2007).
Con el fin de diferenciar los conceptos de campo problemático y marco teórico, se caracterizará
brevemente, a partir de diferentes autores, qué se entiende por este último concepto.

3.2.1. El marco teórico

El marco teórico puede definirse como la argumentación teórica de la relación que se estableció
entre las variables que pusieron en juego en el problema de investigación. Su desarrollo exige
integrar el conjunto de conceptos organizados de manera lógica, sistemática y jerárquica.
Asimismo, es importante que el alumno pueda comprender que teoría no es sinónimo de
marco teórico. La teoría explica la realidad y se orienta hacia el conocimiento, mientras que
el marco teórico, como señalan Batthyany y Cabrera (2011), es una elaboración propia que
toma como insumos la teoría y la lectura de otro tipo de documentos, así como la propia

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reflexión. Esta elaboración implica analizar y exponer las teorías, los enfoques teóricos, las
investigaciones y los antecedentes en general, que se consideren válidos para el correcto
encuadre del estudio (Rojas, 2001, en Hernández Sampieri, 2003).
Algunas consideraciones relevantes a tener en cuenta al momento de redactar el marco
teórico de nuestros diseños de investigación:
 Un buen marco teórico no lo es por su extensión, sino porque aborda en profundidad
“únicamente los aspectos relacionados con el problema, y vincula lógica y coherentemente
los conceptos y las proposiciones […]. Construir el marco teórico no significa solo reunir
información, sino también [vincularla adecuadamente]” (Hernández Sampieri, 2003, en:
Batthyany y Cabrera, 2011).
 En el marco teórico se presentan conceptos de
diferentes niveles de abstracción que, articulados entre Más Nivel
De Abstracción
sí, orientan la forma de aprehender la realidad (Sautú
Teorías
et al., 2005) (Figura 2), y que en el nivel más concreto Generales

incluye al marco conceptual, es decir, a aquellas

Marco Teórico
definiciones precisas de los términos clave de nuestra
Teorías
investigación (Marradi et al., 2007). Sustantivas

 El marco teórico da cuenta de los principales tópicos


teóricos que estructuran el abordaje del objeto de estudio,
Conceptos
debe expresar el punto de vista de los autores, discute Operacionales
/
puntos de vista con lo planteado por otros autores en Observables
Menos Nivel
relación al problema de investigación, etc. De Abstracción

 El marco teórico supone el uso de una o más teorías


Figura 2. Niveles de Abstracción
en las cuales se fundamenta el problema de en el Marco Teórico.
investigación. Esas teorías pueden haber sido Fuente: Elaboración propia en
propuestas por otros investigadores, pueden contener
modificaciones a tales teorías hechas por el investigador, o bien contener una teoría
elaborada por el propio investigador (Batthyany y Cabrera, 2011).

Entre las principales funciones del marco teórico pueden mencionarse las que a
continuación se detallan:
1. Ayuda a prevenir errores que se han cometido en otros estudios.
2. Orienta sobre cómo habrá de llevarse a cabo el estudio, sobre la estrategia de la
investigación.
3. Amplía el horizonte del estudio y guía al investigador para que éste se centre en su
problema evitando desviaciones del planteamiento original.
4. Conduce al establecimiento de hipótesis o afirmaciones que más tarde habrán de
someterse a prueba en la realidad.
5. Inspira nuevas líneas y áreas de investigación.
6. Provee de un marco de referencia para interpretar los resultados del estudio.

43
3.2.2. Los antecedentes o estado de la cuestión

Asociado al concepto de marco teórico puede reconocerse otro componente presente en


prácticamente todos los diseños de investigación, el denominado “antecedentes o estado de la
cuestión”. Este apartado del diseño de investigación, que algunos autores lo consideran parte del
marco teórico o marco referencial, está conformado por el conjunto de conocimientos que otros
estudios o trabajos ya han logrado sobre el tema o el problema de investigación propuesto. Se refiere
a investigaciones y trabajos realizados anteriormente relacionados con el problema en estudio.
El “estado de la cuestión” está constituido por referencias directas a resultados
obtenidos dentro de una misma área de indagación. A través de la redacción del mismo se
suele dar respuesta a los siguientes interrogantes: ¿qué se ha investigado sobre el tema?,
¿cuánto se sabe? y ¿qué autores lo han investigado y desde qué puntos de vista?
Algunas cuestiones importantes a considerar cuando se redactan los antecedentes de
nuestros trabajos de investigación:
 No confundir los antecedentes de la investigación con la historia del objeto de
estudio (Arias, 1999).
 Debe señalarse además de los autores y el año en que se realizaron los estudios,
los objetivos y principales hallazgos de los mismos.
 Los antecedentes constituyen elementos teóricos, cuya revisión nos ayuda a no
investigar lo que ya está hecho, permitiéndonos reconocer la novedad del tema como
uno de los criterios de pertinencia del tema de investigación. Su búsqueda es una de las
primeras actividades a realizar, al permitirnos precisar y delimitar el objeto de estudio.
 Antecedentes que no hayan sido trabajados mediante algún tipo de relación con el
problema, son sobrantes. En este sentido, el estado de la cuestión debe dar cuenta de
aquellos trabajos o investigaciones, tanto de carácter empírico -o aplicado- como de
carácter teórico, que se relacionen con el problema de investigación en general, con
algunos de los aspectos principales del mismo, o con el caso concreto de estudio que
se pretende abordar. En cada caso debería identificarse qué es lo que se valora o
reconoce como relevante en dichos trabajos para ser incorporados como antecedentes
en nuestro diseño de investigación.

3.2.3. El campo problemático teórico empírico

El campo problemático puede definirse como “una primera aproximación de alcance general
entre el conocimiento y la realidad. Vale decir que, desde una visión teórica y empírica más
general -campo problemático- se va madurando el trabajo hasta percolar en un objeto de
estudio: una visión teórica y empírica más particular” (Bozzano, 2006).
En el campo problemático la relación conocimiento-realidad supone un proceso de
construcción teórico-empírica de corte más dialéctico, que inductivo o deductivo. El tránsito de

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cuestiones tan amplias -conocimiento, realidad, y en ocasiones transformación- hasta precisar
un objeto de estudio y/o de intervención es tarea ardua y compleja, no exenta de obstáculos, y
que seguramente ninguno realizará de la misma manera. En el campo problemático se intenta
ir descendiendo desde conceptos más generales hasta conceptos más particulares, estos
últimos, propios de un objeto de estudio (Figura 3).

Figura 3. Del Campo Problemático al Objeto de Estudio

Trabajo Teórico-Empírico
Campo Problemático
más General

C R

c r

Trabajo Teórico-Empírico
Objeto de Estudio más Particular

C = conocimiento, R = realidad
c = conocimiento, r = realidad

Fuente: Elaboración Propia en base a Bozzano, 2009.

Un trabajo de esta naturaleza supone un intento por sintetizar nuestro concreto real y
nuestro concreto pensado. El esquema básico se asemeja a un “cono dialéctico” (Figura 4). En
el proceso que nos permite transitar de lo más general a lo particular, y a medida que se va
descendiendo, vamos profundizando en el conocimiento, con lo cual se producen cambios y
modificaciones en los pasos anteriores y posteriores de este proceso. Es decir, que a medida
que aumenta nuestro conocimiento sobre el tema/problema de investigación, resulta necesario
replantear algunas de las fases o momentos ya transitados como así también las etapas que
faltan transitar para lograr delimitar nuestro objeto de estudio.
En la práctica de la investigación concreta, un campo problemático es un ejercicio dialéctico entre
el conocimiento y la realidad. De esta manera, intentando analíticamente hacer un doble ejercicio,
podemos formularnos dos cuestiones: Cuáles son las principales características de los sujetos, los
lugares, el tema y/o los problemas que contribuyen a disparar la investigación? (ejercicio realidad-
conocimiento). Simultáneamente, es posible interrogarse de aquellas características: Cuáles son los
principales conceptos y/o ejes de análisis que permiten interpretar sus lugares, temas o problemas?
(ejercicio conocimiento- realidad). Mientras lugares, sujetos y temas pueden surgir más próximos a la
realidad, problemas, procesos y ejes de análisis pueden emerger al comienzo más próximos de
teorías. El ejercicio de investigación teórico-empírica luego los vincula dialécticamente hasta precisar
un objeto de investigación donde el conocimiento y la realidad se articulan (Bozzano, 2006).
Si bien se reconoce y se trabaja con los alumnos acerca de que la investigación es un proceso
artesanal y no un simple recetario, como así también se transmite a los estudiantes que el proceso
de investigación es un constante proceso de construcción, reflexión y, en muchos casos,
improvisación ante lo imprevisto (Barriga; Henríquez, 2003), en las clases de la cátedra de
Metodología y Técnicas de la Investigación en Geografía se trabaja en la redacción del campo

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problemático a partir de la realización de siete actividades. Estas actividades forman parte del
esquema del “cono dialéctico” y, permiten al alumno transitar el proceso descendiente de lo general
y abstracto del tema, a lo particular y concreto del objeto de estudio o investigación (Figura 4).
Estas actividades contribuyen a dar cumplimiento a los objetivos generales del trabajo práctico.
Dichos objetivos consisten en: i. Reflexionar acerca de la articulación entre teoría, método, técnicas
y observación empírica, que debe estar presente en la elaboración de un diseño de investigación. ii.
Introducir al alumno en el ejercicio dialéctico entre el conocimiento y la realidad, y entre el sujeto y el
objeto de estudio, a través de la construcción del denominado “campo problemático”. iii. Reflexionar
acerca de las dimensiones de análisis teórico-prácticas (jurídicas, psicológicas, urbanísticas,
ambientales, históricas, comunicacionales, institucionales, tecnológicas u otras) como formas de
indagación territorial y de precisión de un objeto de estudio y/o intervención.

Figura 4. Esquema del campo problemático como “cono dialéctico”

1. El Sujeto y el Objeto
1. Momento Estado del Arte
Integrador

2. Ejercicio
Conocimiento - Realidad

2. Momento 3. Ejercicio
Analítico Realidad - Conocimiento
4. Problemas y
Preguntas - problema

5. Pregunta/s
de investigación
3. Momento
Integrador 6. Explanans y
Explanandum

7. Tríada Social
4. Momento
Analítico 8. Dimensiones
y ejes de análisis

9. Pregunta/s
5. Momento Integradora/s
Integrador

Objeto de Estudio / Objeto de Intervención

Fuente: Elaboración Propia en base a Bozzano, 2009.

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Las siguientes actividades apuntan a facilitar la redacción del campo problemático por
parte del alumno, pretendiendo ser -como señala Andrade (2007)- una invitación a pensar
cómo, por qué y cuándo se va a investigar y por qué serán tales o cuales las
características de la misma y no otras1.
Actividad I. Conocimiento-Realidad. Búsqueda y lectura de bibliografía sobre el tema de
estudio o sobre lo que se desea investigar con el fin de identificar cuáles son los principales
conceptos que permiten interpretar dicho tema o problema?
Actividad II. Realidad-Conocimiento. Reconocimiento e identificación de los principales
aspectos y características del tema a investigar y/o los problemas que contribuyen a
disparar la investigación?.
Actividad III. Preguntas-Problema. Formulación de un máximo de 6 problemas, 2 de los
cuales deberán formularse como preguntas-problemas (es decir, preguntas que permitan
delimitar el problema y dar respuesta a qué es lo que se desea investigar).
Actividad IV. Explanans - Explanandum. Identificar qué es lo que explica su tema de
investigación? (el “explanans”) y qué es lo que debe ser explicado al cabo de su investigación?
(el “explanandum”).
Actividad V. Preguntas de investigación. Formular las principales preguntas de
investigación, a modo de disparadoras de la creatividad y el orden en la tarea. No se trata de
responder todas las preguntas, sino de despertar iniciativas para poner en palabras y hechos la
orientación y la concreción de nuestra tarea.
Actividad VI. Procesos - Actores - Lugares. Identificar en el marco del tema de investigación
elegido, los procesos, lugares, y actores, y los ejes de análisis posibles a ser analizados con el
propósito de poder dar respuesta a los siguientes interrogantes:
- Qué peso tendrán procesos, actores y lugares en nuestro objeto o proyecto?.
- Cuál es el proceso que en nuestro trabajo interviene a modo de explanans, como un factor
explicativo de lo que luego será explicado?.
- Están presentes en nuestro proyecto los actores, sus prácticas y acciones? O se trata de
indagar racionalidades y lógicas representativas de algún proceso particular, sin hacer
referencia explícita a los actores?
- Cómo se establecen articulaciones entre el/los proceso/s seleccionados y el análisis de
actores, prácticas y acciones?
- El territorio, los lugares, los espacios y otros conceptos afines: qué posición van a ocupar
en nuestro trabajo?
- ¿Cuáles son las dimensiones (jurídicas, urbanísticas, ambientales, históricas, tecnológicas
u otras) y eje de análisis que permiten entender y explicar los conceptos centrales de la
investigación? ¿Cuáles elijo? ¿Cuáles descarto? ¿Por qué?
Actividad VII. Pregunta integradora: Primera aproximación al objeto de estudio. Redactar a
partir de los ejercicios anteriores una pregunta integradora que articulando las principales

1
Cabe destacar que de las nueve actividades o ejercicios que constituyen el denominado “cono dialéctico”, sólo siete
actividades se desarrollan en el marco de las clases prácticas de la materia, siendo la totalidad de las actividades
trabajadas en las clases teóricas.

47
categorías-conceptos y aspectos empíricos del tema a investigar nos permita una primera
aproximación al objeto de estudio.

A partir del desarrollo de las actividades antes mencionadas, el alumno tendrá los
elementos teóricos y empíricos necesarios para redactar adecuadamente el campo
problemático de su diseño de investigación final.
En las páginas siguientes, y con la finalidad de que el alumno pueda visualizar
concretamente lo que implica la redacción de este apartado del diseño, y la relevancia que
él mismo encierra en el planteamiento integrado de la problemática de investigación, se
ofrecen algunos ejemplos ilustrativos de Campos Problemáticos realizados por alumnos
de nuestra cátedra. A continuación se presentan dos ejemplos señalando aciertos y
desaciertos en los mismos.

Ejemplo 1
Diseño de Investigación: “El Chaltén y Tolhuin ¿Fundados y luego poblados? Lógica y razón
de su existencia”.
En este diseño se propone la indagación en los cómo, quién y por qué de la fundación de
los pueblos de El Chaltén y Tolhuin, abordándolos temporalmente desde el comienzo de los
procesos significativos en la decisión de su fundación, y analizando sus posteriores procesos
de organización territorial, hasta la actualidad. En este marco, se desarrolla el siguiente campo
problemático, el cual presenta un correcto uso de los diferentes autores citados, y plantea una
adecuada relación y articulación entre los principales conceptos utilizados en el trabajo.
El objeto de estudio propuesto por el alumno consiste en “los motores fundacionales que
impulsaron el despliegue de diferentes estrategias territoriales, conllevaron en la década del
´70 y del ´80 a la creación de dos pueblos en la región patagónica andina, Tolhuin y El Chaltén,
con la particularidad de haber surgido luego del decreto de fundación. Sus procesos de
organización territorial engloban las instancias de creación, expansión y consolidación, en
donde se revalorizaron recursos y vocaciones pre- existentes, o se forjaron nuevas vocaciones
y tomaron valor otros recursos”.

Campo problemático
En el plano teórico, la investigación se ubica dentro de una dimensión socio-
política de estudio, donde se indaga acerca de los ejes de análisis Territorio-
Poder y Tiempo- Espacio, sin ser separados así de arbitrariamente en el
análisis, sino que conjugando entre sí, los conceptos y problemas dentro de
ellos contenidos.
El primer eje de análisis, y los conceptos en él contenidos, se fundamentan
principalmente en las lecturas de Bernardo Mançano Fernandes y Rogério
Haesbaert donde, además de presentar sus postulados acerca de la definición y
construcción del territorio por medio de las relaciones sociales, prestando

48
peculiar atención a las relaciones de poder como principales constructoras de
dicho territorio, analizan a autores tales como el filósofo Henri Lefebvre y los
geógrafos europeos Doreen Massey y Claude Raffestin.
En el texto “Sobre las Tipologías del Territorio”, Mançano pretende explicar al
territorio como un espacio geográfico producido específicamente, apropiado por
una relación social que lo produce, y que lo mantiene a partir de una forma de
poder. Citando a Milton Santos, expresa “El territorio es el lugar donde
desembocan todas las acciones, todas las pasiones, todos los poderes, todas
las fuerzas, todas las debilidades, es donde la historia del hombre plenamente
se realiza a partir de las manifestaciones de su existencia (Fernández, 2008).
Para entender entonces plenamente su diversidad, no se lo debe abordar
simplemente como un espacio de gobierno, sino como una totalidad que
encierra multidimensionalidades; las disputas por su obtención ocurren en
muchas dimensiones, tanto políticas, como ideológicas y teóricas, incluyendo
así tanto los territorios materiales, como inmateriales. Menciona entonces el
autor “El sentido de la disputa está en la esencia del concepto de territorio, que
contiene como principios: soberanía, totalidad, multidimensionalidad,
pluriescalaridad, intencionalidad y conflictualidad. La soberanía es un principio
de la noción de territorio. Pero, antes de ser un principio, ella es una necesidad
humana para la libertad. La soberanía es una construcción histórica de los
pueblos y sus naciones, pero también es una construcción de las clases
sociales y sus grupos internos. Sin embargo, la soberanía no es poder político
exclusivo del Estado sobre el territorio. La soberanía del Estado está
garantizada por soberanía de las muchas fuerzas socio-políticas que garantizan
el Estado […]. El principio de la multidimensionalidad nos ayuda a comprender
mejor la totalidad, ya que están las dimensiones que lo componen. En las
múltiples dimensiones del territorio se producen las relaciones sociales,
económicas, políticas, ambientales y culturales. La dimensión une espacio y
relación, que son construidos por las acciones e intencionalidades.
Comprendiendo la intencionalidad como una decisión histórica que las personas
hacen y que determinan la dirección de sus pensamientos para la construcción y
defensa de las acciones políticas, como la elección de paradigmas, corrientes
teóricas, políticas públicas, modelos de desarrollo” (Fernández, 2008).
Comprendiendo entonces que el territorio es una parte del espacio geográfico,
construido a partir de diferentes relaciones sociales, se puede decir que, en su
dimensión inmaterial, es también un espacio político, que se ve reflejado en
las relaciones de poder que le son inherentes a la configuración material de
dicho territorio. “El territorio como espacio geográfico contiene los elementos
de la naturaleza y los espacios producidos por las relaciones sociales. Es, por
lo tanto, una totalidad restringida por la intencionalidad que lo creó”
(Fernández, 2006). Ahora si bien las relaciones sociales, a partir de sus
intencionalidades producen territorios, al producirlos y realizarse socialmente
en ellos, las relaciones entre actores también son producidas por el territorio -
material e inmaterial-.

49
Aportando al entendimiento del territorio como construcción social, y basándose
en los postulados de Raffestin (1993), el autor brasileño Haesbaert presta
especial interés a la dimensión simbólica que lo compone, compartiendo la
noción de territorio inmaterial anteriormente mencionada. El poder no es
simplemente material, sino que envuelve las representaciones simbólicas que, a
través de las relaciones entre actores, produce y vincula. Se pueden apreciar a
través de las valoraciones y practicas históricas y cotidianas que una
determinada sociedad presenta. Porque a su vez, el territorio sin población es
meramente una potencialidad, su posterior valoración dependerá de quién está
influenciando, de los contextos geográficos de lugar, espacio y tiempo.
Citando a Haesbaert entonces podemos decir que “el territorio, en cuanto mediación
espacial del poder, resulta de la interacción diferenciada entre las múltiples
dimensiones de ese poder, desde su naturaleza más estrictamente política hasta su
carácter más propiamente simbólico, pasando por las relaciones dentro del llamado
poder económico, indisociable de las demás esferas”.
Finalmente, explica Doreen Massey, no se trata solamente de reconocer la
forma construida de dichos conceptos sino de mostrar cómo han sido
construidos y bajo qué estructuras políticas y relaciones de poder/saber.
A partir de estas lecturas, podemos entonces definir los conceptos centrales de
la investigación, tales como Motor Fundacional y Estrategias Territoriales.
Definiendo al Motor como “aquella maquina destinada a transformar en energía
mecánica cualquiera de las otras clases de energía que actúen sobre ella” o:
“como la causa primera de una acción”, y tomando las palabras de José Olives
Puig (2006), donde define al pacto fundacional como aquel compromiso social
que integra a toda una comunidad, formando una unidad, y dotándola de leyes y
poder constituido. Es la piedra fundacional de una sociedad, plasmado en la
acción social y política. Se puede entonces definir al motor fundacional como
“aquella problemática primera, que intencionó e impulsó la acción y compromiso
social en busca de un reconocimiento y unidad social”.
Haciendo referencia a estos procesos Bozzano (2009) menciona “más allá del
grado de conciencia presente tanto en el conocimiento científico como en el
saber popular, en cada territorio y en cada lugar del Planeta, oculto o visible, hay
un motor, un pacto fundacional por el cual se crea un lugar o un territorio”.
Así también, entendiendo a las Estrategias como la traducción de los objetivos
al plano de la acción, como la manera en que las intencionalidades se traducen
al territorio (Ossorio, 2002), y en base a la teoría territorial anteriormente
presentada, se puede definir a las estrategias territoriales como “las acciones e
intencionalidades que, plasmadas en todas las dimensiones de las relaciones
sociales y en las expresiones simbólicas del plano inmaterial, organizan el
territorio material, conformando así, el territorio en toda su totalidad”.
Se puede decir que la estrategia es un arte, por la composición de lo diverso en
un espacio que tiende a conservar y a ampliar el poder. Según Von Clausewitz,
la estrategia es dialéctica, en ella la acción estratégica es concebida como una
energía compuesta de elementos materiales, morales, técnicos y psicológicos,
que combinada con el talento, se enfrenta a una infinidad de condicionamientos,

50
favorables y no. Afirma el papel de la voluntad e intencionalidad humana en la
realización de las estrategias, a través de una aplicación consciente de la
energía social.
El segundo eje de análisis, se refiere a Tiempo-Espacio, y se basa en las
lecturas del geógrafo Horacio Bozzano (2009), quien interpreta a su vez al
reconocido geógrafo brasileño Milton Santos entre otros. Ahondaremos más
específicamente dentro de las problemáticas de organización territorial, para así
definir los procesos de Formación, Expansión y Consolidación, así como la
valoración de recursos y vocaciones.
La relación dialéctica e inseparable entre estos dos conceptos -tiempo/espacio-
ha sido siempre muy conflictiva a la hora de abordarla epistemológicamente. Si
bien en la práctica diaria son inherentes una de la otra, analizarla de una
manera en donde ninguno pierda su significativa importancia, pero que así
tampoco su esencial relación para con el otro no es tarea fácil. Propone
entonces el autor establecer un corredor tanto epistemológico, como axiológico
y ontológico, de complejidad creciente entre el instante el acontecimiento y el
proceso. Así se podría interpretar esta relación a partir de reconocer a ciertos
instantes en tiempo y espacio dando lugar a un acontecimiento- en tiempo y
espacio-. Así determinados acontecimientos, aquellos que nos sirven como
explanans de nuestra problemática, nos permitirían explicar un proceso en
tiempo y espacio. Es así, que el autor define a este proceso como el de
Organización Territorial: ciertos instantes generan un acontecimiento que explica
el proceso. Se logra así entonces, analizar empírica y teóricamente, tiempo y
espacio al mismo tiempo, a la vez de ser concientes de que el territorio se
redefine siempre y a todo momento.
El autor define al proceso de organización territorial como aquel que “se
explica a partir de la hibridación entre los rasgos más salientes de la historia
social de ocupación y apropiación de la historia natural previa y es explicado
mediante el reconocimiento de huellas (marcas) e improntas (prácticas,
símbolos) referidas a acontecimientos en procesos y/o mediante la
identificación de algunas de seis instancias dominantes de un ciclo que
acontece desde el origen simultaneo de la ocupación (objetos, materialidades)
y de la apropiación (acciones, prácticas): creación, expansión, consolidación,
fortalecimiento, estancamiento y retracción.” (Bozzano, 2009).
Aportando teóricamente a la definición de este proceso, los profesores en
Geografía, José Cóccaro y Oscar Agüero (1998) utilizan dos niveles de
aproximación para la definición del espacio geográfico, la organización espacial
y la configuración territorial. Respecto al segundo nivel, los autores mencionan
la importancia de entenderlo como la expresión de una organización social
subyacente, es “el resultado, situado en un espacio, de procesos de evolución y
diferenciación que llamamos naturales y sociales” o, citando a Milton Santos,
sistemas de objetos y sistemas de acciones.
Debido a la corta edad de los pueblos en estudio, y en consecuencia a su reciente
historia se analizarán las primeras tres instancias dominantes del proceso.

51
La Creación se refiere a la decisión de los actores, tanto institucionales como
ciudadanos, de crear el lugar.
La Expansión aborda las primeras gestiones u acciones realizadas en el lugar
que contribuyen a identificar la vocación o perfil del incipiente territorio, sea por
ejemplo en los casos de estudio, vocaciones turísticas y andinistas en el caso de
El Chaltén; o vocaciones forestales y turísticas en el caso de Tolhuin.
La Consolidación hace referencia a las acciones, objetos y conciencia presentes
en los actores y el lugar, dando así, mayor identidad o sentido de pertenencia a
los perfiles dominantes del territorio. Aquí se relaciona estrechamente con los
territorios inmateriales y las dimensiones simbólicas que lo componen,
expresados por Haesbaert.
La cuarta instancia trata acerca del Fortalecimiento, siendo ésta, el momento
cuando los niveles de consolidación son tales que sobresalen por su
perdurabilidad. Si bien, en ambos poblados se pueden inferir los perfiles y
vocaciones que perduraran en el tiempo, brindándoles la necesaria identidad
que potencie su desarrollo, se cree pertinente, debido al escaso tiempo
transcurrido desde su fundación, posponer este análisis en profundidad hacia un
momento futuro.
Respecto a la valoración de recursos y vocaciones, es importante señalar lo
expresado por José Cóccaro (1996), en sus reflexiones acerca del concepto
de “recurso natural”. Afirma que el concepto es un producto histórico y
social. El recurso no existe independientemente del sujeto recurrente, es la
recurrencia, la acción o necesidad de recurrir, la que convierte al objeto en
recurso. El recurso se define desde el sujeto, pero no representa un valor de
uso, sino que simplemente la posibilidad presente en las existencias -
naturales o sociales- de poder ser apropiado o no. Por lo tanto, para ser
apropiado debe ser definido como tal.
Si bien en la investigación no se utilizará el concepto de recurso natural, es
importante la reflexión acerca de la concepción del concepto recurso. En la
problemática de los pueblos abordados, es esa necesidad la que lleva a
valorar, por ejemplo, la existencia de majestuosos paisajes, definiéndolos y
valorándolos socialmente, como recursos. Es en ese proceso de valoración,
que se identifican a su vez las vocaciones pre- existentes o no, y que
aportan identidad a la comunidad.
Aquí es importante aclarar, que si bien el proceso de formación identitaria de los
pueblos resulta profundamente interesante, excede el recorte epistemológico
planteado en la investigación, por lo que simplemente se abordara la valoración
de vocaciones, como consolidadoras del proceso de organización territorial de
cada pueblo, dejando el camino abierto hacia nuevas investigaciones.
Creo oportuno en este momento, para ser consciente de ellos, mencionar los
obstáculos epistemológicos que se presentaron durante los ejercicios
conocimiento-realidad y realidad-conocimiento y en la definición del objeto del
estudio; que afortunadamente lograron ser superados. Entre los obstáculos
epistemológicos que con mayor frecuencia se suelen suceder - el pensamiento
vulgar, la pretensión de unidad de la ciencia, el sustancialismo, el principio de

52
la transparencia, el verbal, y no comprender que no se comprende- se
presentó en mí, la transparencia como mayor limitación. Esto ocurre cuando
se cree en la primera observación como esclarecedora y transparente, y no se
logra comprender que detrás de su considerada facilidad, existe un objeto
complejo a conocer, limitando así el avance del conocimiento, sin indagar más
allá de aquella primera observación. Fue acerca de la razón primera del
poblamiento de Villa Pehuenia, que surgió el problema. En un primer
momento, valiéndose de las primeras observaciones y búsqueda de material
bibliográfico a distancia -situación que dificultaba aún más la búsqueda debido
a la escasa información o trabajos realizados sobre la zona-, se pensó que la
decisión de su fundación, había surgido por el propio interés de la comunidad
mapuche “Plácido Puel” que vivía en los alrededores desde hace mucho
tiempo, en las costas norte de los lagos Aluminé y Moquehue, en busca de
reconocimiento socio-cultural. Pero en realidad, luego de una búsqueda de
información más exhausta, y de una visita a la zona en estudio, donde se tuvo
oportunidad de conversar con mapuches de comunidades vecinas, se logró
ver más allá de aquella primera impresión y esclarecer realmente la situación.
Fue por decisiones político-económicas de inversión forestal y turística, así
como por la compra de terrenos para casa de veraneo por parte de los
Huincas (persona no aborigen - hombre blanco en dialecto mapuche) que en
1989 se decide institucionalizar el asentamiento con el nombre oficial de Villa
Pehuenia. Hacía ya más de 70 años que existía comercio entre los mapuches
y los criollos o Huincas que utilizaban los pasos cordilleranos para trasladar su
ganado a Chile. Es así que el Estado Nacional crea una escuela. El
asentamiento continúa en crecimiento con el posterior comienzo de
explotaciones forestales en la zona- las primeras son de la década de 1950-,
sobre todo en las cercanías del lago Moquehue, surgieron las primeras
proveedurías y las compras de terreno, que con el tiempo se convertirían en
un importante comercio inmobiliario destinado a la inversión turística. La suma
de estos hechos les confiere mayor importancia a la presencia criolla en la
zona, despojando a la comunidad aborigen de sus ancestrales territorios. La
zona de la Villa pasa a ser entonces un importante territorio en disputa socio-
político y cultural, que aún hoy se delibera, sin vista de pronta y benefactoras
soluciones para el pueblo originario. Se puede ver así, que las profundas e
interesantes problemáticas que a este pueblo se refieren, sobrepasan los
objetivos para la investigación planteados. Aunque cabe aclarar que abren un
nuevo y muy interesante objeto de estudio, pensado para un futuro próximo.

En este primer ejemplo puede apreciarse un campo problemático en el cual aparecen


definidos los principales conceptos presentes en el objeto de estudio del trabajo -motores
fundacionales, estrategias territoriales, procesos de organización territorial, creación, expansión
y consolidación, recursos naturales-. Pero lo que es realmente importante, es la relación y
articulación que se plantea entre dichos conceptos.

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Al mismo tiempo, en la redacción del campo problemático, se hacen presente las
dimensiones y ejes de análisis a ser considerados en el trabajo de investigación. Por otro lado,
la cantidad de autores a los que el alumno hace referencia ponen de manifiesto una importante
y fecunda búsqueda de trabajos académicos vinculados con el tema de investigación. Un
aspecto que podría observarse en pos de una mayor profundización, consiste en la
contextualización del problema a investigar en el estado de debate en que se encuentra. En
este sentido, podrían identificarse trabajos o estudios de carácter empírico realizados sobre el
tema o la problemática de estudio.
En cuanto al tratamiento del caso de estudio, el mismo se va presentando en forma
articulada con los conceptos desarrollados, lo cual refuerza el planteo integrador entre teoría y
empiria. La redacción de este apartado del diseño de investigación es clara y sencilla, y de un
tono personal que se manifiesta, en particular, al final del campo problemático al mencionar los
obstáculos epistemológicos que se presentaron durante su realización.

Ejemplo 2
Diseño de Investigación: “La segregación socio-territorial a partir del acceso a la movilidad.
El caso de los barrios del Sudeste del Gran La Plata”.
El mencionado proyecto de investigación aborda la problemática de la segregación socio-
territorial en vinculación con el acceso a la movilidad espacial, tomando como recorte territorial
a los barrios del sudeste del Gran La Plata, para luego poder evaluar la eficiencia de una
política territorial, orientada a satisfacer las necesidades de movilidad de la población, y
enmarcada dentro de un nuevo tipo de desarrollo urbano que multiplique el acceso al
transporte para poder mejorar la inclusión social.
En este marco, el objeto de estudio planteado por el alumno consiste en “Factores que
explican la segregación socio-territorial en el interior de la ciudad (tomando el caso del Gran La
Plata), asociado a los actores que intervienen en dicho proceso, para poder evaluar el alcance
de una política territorial orientada a satisfacer las necesidades de movilidad de la población,
en el marco de un nuevo tipo de desarrollo urbano que multiplique el acceso al transporte para
mejorar la inclusión social”.

Campo problemático
La geografía como ciencia trata de explicar e interpretar las dinámicas sociales
que se producen en el espacio geográfico, como lo modifican, como se
relacionan con él, como le imponen su lógica, y al mismo tiempo, como ese
espacio condiciona a los procesos sociales. Ese espacio geográfico es aquí
considerado como “la matriz resultante de la imbricación de una configuración
territorial y una organización espacial. La configuración territorial es el resultado
de procesos de evolución y diferenciación que llamamos naturales y sociales; y
la organización espacial es el resultado de un proceso de construcción social
desde las relaciones de poder entre sectores y con intereses particulares”
(Cóccaro, Agüero, 1998). Asimismo, Milton Santos concibe al espacio

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geográfico como un híbrido, un conjunto indisoluble de sistemas de objetos y
sistemas de acciones “reunidos en una lógica, que es al mismo tiempo lógica de
la historia pasada y la lógica de la actualidad” por lo cual, la definición de
espacio geográfico “varía con las épocas, es decir, con la naturaleza de los
objetos y con la naturaleza de las acciones presentes en cada momento
histórico” (Santos, 2000).
Esa producción espacial como resultado de las dinámicas de las fuerzas
sociales se expresan en la noción de territorio, el cual “remite a una porción de
superficie terrestre apropiada y transformada, usada por determinada sociedad,
sobre la que se despliegan las relaciones de poder, las disputas de clase y de la
diversidad e igualdad social, los procesos de identificación, pertenencia y
representación colectiva, como también los proyectos de los actores” (Raffestin,
1993). Por lo tanto, “comprender la organización espacial de la sociedad, […] es
crucial. Es central para nuestra comprensión de las maneras de cómo funcionan
los procesos sociales; para nuestra conceptualización de alguno de aquellos
procesos, y para nuestra capacidad para actuar sobre ellos políticamente, con
certeza” (Massey, 1985). A su vez hay que entender que tanto el territorio, como
la misma ‘realidad’ son siempre representaciones que nos construyen o
construimos y sobre las que tenemos que actuar; el problema radica que tanto
las representaciones del territorio como las de la realidad son construidas por
los que tienen el poder. Es decir, detrás del territorio hay actores sociales que
intervienen mediante las estructuras de poder y decisión sobre él, expresando
lógicas, objetivos, intereses e intencionalidades. Citando a Haesbaert se puede
decir que “el territorio, en cuanto mediación espacial del poder, resulta de la
interacción diferenciada entre las múltiples dimensiones de ese poder, desde su
naturaleza más estrictamente política hasta su carácter más propiamente
simbólico, pasando por las relaciones dentro del llamado poder económico,
indisociable de las demás esferas” (Haesbaert, 2007). Sobre este punto, la
reflexión de José María Cóccaro es clarificadora: “Nos imponen ideas en el
contexto de la globalización (expansión del neoliberalismo) que producen
efectos simbólicos muy fuertes. Esa intencionalidad educativa ha permitido
legitimar un modelo cultural que nos impide ver el territorio como una
‘producción del patrimonio social común’, con todo lo que ello implica. […] lo
importante es cambiar la forma de ver al mundo” (Cóccaro, 2006).
Estas ideas nos llevan a pensar que en todo ‘recorte territorial’ está expresado
un ‘clima de ideas’, que se caracteriza por los intereses de los actores que
intervienen en el proceso de toma de decisiones. Por lo tanto, lo importante es
que nosotros desde nuestro accionar podamos decodificar la ‘voz del territorio’,
ya que sabemos que sobre lo que estamos actuando es sólo una representación
construida. Dicho en otras palabras, muchos de los integrantes de la sociedad
no se dan cuenta del poder de decisión que tienen ya que un sector superior le
impone una determinada forma de ver la realidad.
Teniendo en cuenta que las problemáticas a tratar en la investigación se
relacionan con la segregación socio-territorial al interior de las ciudades (cuya
causa originaria puede ser el desigual acceso a la movilidad) y los posibles

55
alcances de una política territorial orientada a superar esa cuestión, es
interesante repasar los aportes de David Harvey sobre esta temática, en la cual
diferencia procesos y actores que intervienen en el funcionamiento de la ciudad,
y también analiza la importancia de la movilidad urbana (de mercancías en
función del capital, o por el contrario, de la libre circulación de la mano de obra),
materializada en el transporte.
Para empezar a profundizar sobre estas cuestiones que involucran la
segmentación de espacios en el interior de la ciudad, es pertinente conocer el
funcionamiento de la teoría de la renta de la tierra, en la cual se demuestra
como algo que no es producto del trabajo humano, puede tener un precio como
cualquier otra mercancía, debido a que lo que se compra y lo que se vende no
es la renta, sino el derecho a la apropiación de la renta que produce, es decir,
adquiere un derecho sobre futuros ingresos, que en otras palabras es
especulación. De esta manera, con nuevas corrientes de capital y nuevos
trabajos las rentas futuras cambian, cambiando también el precio de la tierra y
de las propiedades que contiene. Así, a una tierra que no tiene uso se le puede
asignar un precio por las futuras actividades que se van a desarrollan en la zona
en donde está ubicada la tierra. “El mercado de tierras da forma a la asignación
de capital a la tierra y así da forma a la estructura geográfica de la producción,
intercambio y consumo, la división técnica del trabajo en el espacio, los espacios
socioeconómicos de reproducción, etc.” (Harvey, 1982). Sin embargo, el Estado,
a través de estrategias de planeación urbana y regional, puede reglamentar los
beneficios de las partes y delimitar los distintos usos de las tierras.
Estas intervenciones pueden modificar el funcionamiento de los mercados de
tierras y propiedades, que se basan en el intercambio de capitales ficticios
(precio de la tierra a futuro).
Los adelantos en el transporte y las inversiones diversificadas de capital influyen
en lo relacionado a la ubicación relativa de la renta, ya que las tierras próximas a
las principales vías de transporte ven incrementar su valor. Las revoluciones en
los transportes y en las comunicaciones son totalmente necesarias para la
rápida circulación del capital, ya que la disminución de los costes de transporte
reduce el precio de producción de las mercancías transportadas. Sin embargo,
el capitalismo, al crear infraestructuras físicas (capital fijo) para superar las
barreras espaciales, condiciona a las mismas a ser víctimas de una devaluación
que se produzca en el lugar, por lo que en algún momento, el valor generado en
un determinado espacio para potenciar al sistema de transporte, será el
obstáculo a superar (ej.: competencia ferrocarril - carreteras).
En relación a la fuerza de trabajo, se puede decir que es la única mercancía
producida fuera de las relaciones de producción capitalistas. Un punto
interesante que trata Harvey en su obra es la diferenciación residencial que se
produce en las grandes ciudades, en donde se hace una división entre los
barrios destinados a la reproducción de profesionales y los que están destinados
a la reproducción de obreros. Él plantea que los capitalistas pueden aprovechar
estas diferenciaciones para manipular a la clase trabajadora, apelando entre
otras cosas al sexismo, al nacionalismo y al racismo.

56
Pero al mismo tiempo que les convienen estas cuestiones, las mismas pueden
actuar como un impedimento a la libre movilidad individual, cuestión que es
clave para la acumulación.
El modo de producción y la utilización de mano de obra en el capitalismo
generan tendencias a la aglomeración, tendencia que a la larga va encontrando
sus límites físicos y sociales, a causa de la congestión que genera, el desgaste
de las infraestructuras físicas y el aumento de las rentas. Por estas cuestiones
(además de temer a una posible conciencia de clase resultante de la
concentración de la miseria), el capitalismo fomenta la dispersión espacial, a
través de la movilidad del capital que va cooptando a todo y a todos dentro de la
circulación. Esto conlleva a que se genere una competencia espacial entre
ciudades, regiones y naciones, debido a que cada una de ellas trata de retener
los beneficios que dan las corrientes de capital y de fuerza de trabajo bajo sus
zonas de control efectivo.
La competencia por el espacio lleva a que se cierren fábricas, o que se pongan
en desuso vías de ferrocarril, lo cual provoca la reducción de los puestos de
trabajos empleados y por lo tanto disminuye la capacidad regional de los
salarios para comprar mercancías, generando una menor circulación de capital,
generando ajustes en la economía espacial que provocan devaluaciones
siguientes. Esa reestructuración posterior de las configuraciones espaciales a
través de revaluaciones de los valores son procesos normales en el camino del
desarrollo capitalista. Pero cuanto más se desarrolla el capitalismo, mas cae en
las cuestiones que provocan la inacción geográfica, ya que la circulación del
capital queda atrapada en infraestructuras físicas y sociales inmóviles (capital
fijo que se devalúa) que fueron creadas en un momento determinado para
impulsar un cierto tipo de producción, un específico tipo de trabajo, de
distribución y de consumo. Todos estos tipos de capital fijo son obstáculos para
la reestructuración geográfica que requiere la rápida circulación de capital, y por
lo tanto dificulta la acumulación futura. Entonces, si este capital incrustado en la
tierra no es devaluado y trasformado para realizar otros usos, no se pueden
lograr nuevas configuraciones espaciales, dejando en claro que el desarrollo
geográfico desigual que impulsa el capitalismo no concuerda con la acumulación
sostenida en la escala local, regional ni en la global. Los actores que pueden
actuar en este proceso son las grandes agentes económicos, que en su interés
por obtener las materias primas, los mercados y la fuerza de trabajo, van
matriciando el espacio, influyendo en el ritmo y en el sentido de la expansión
geográfica. Por ende, la ciudad contemporánea es una mediación, entre los
niveles de análisis que Lefebvre propone: el ‘orden lejano’ (sociedad e
instituciones capitalistas) y el ‘orden próximo’ (relaciones entre individuos que
interactúan en grupos). El orden lejano (capitalismo) contiene a la ciudad, y esa
ciudad genera y mantiene al orden próximo, que son las relaciones
interpersonales. Debido a esto, la vida cotidiana y el mundo en donde nos
desenvolvemos, es decir, el lugar de trabajo, el proceso de producción y
consumo están de alguna manera atrapados dentro de la circulación y la
acumulación de capital. Con la concepción generalizada de que no haya otra

57
alternativa y/o experiencia que no sea la circulación del capital, en palabras de
Harvey, “el cuerpo se convierte en una ‘estrategia de acumulación’ y todos
vivimos nuestras vidas debajo del signo de esta condición” (Harvey, 2006).
Asimismo, es pertinente incluir en este apartado la definición de algunos
conceptos claves que serán utilizados en la investigación, y de esa manera
clarificar los lineamientos del proyecto. En primer lugar, la movilidad de
personas en ambientes urbanos es entendida como “una performance en el
territorio, una práctica social de usos de modos de transporte que conjuga
necesidades de desplazamiento y capacidades de satisfacerlas, las cuales son
resultado y condición de aspectos territoriales, sociales, económicos,
regulatorios, culturales, etc.” (Gutiérrez et al., 2007). De la interacción de la
movilidad “resultan las condiciones de accesibilidad de grupos sociales, sea de
sí mismos o de sus bienes. Su dinámica reconoce condiciones externas, del
entorno, que actúan a su vez como barreras (dificultan, reducen o limitan el
desplazamiento) y como recursos (canalizan, facilitan el desplazamiento)”
(Gutiérrez, 2010). El concepto de acceso es un nexo fundamental en el estudio
de la relación entre movilidad e inclusión social. En términos de acceso, la
movilidad remite a la satisfacción del fin perseguido por el viajero. Por otro lado,
la accesibilidad a los servicios públicos de transporte es entendida como “la
mayor o menor facilidad de arribar al destino deseado, y como tal, [implica] el
ejercicio de los derechos de los ciudadanos” (Vasconcellos, 1998 en Gutiérrez et
al., 2007). Cabe destacar que el transporte es entendido como el componente
material de la movilidad, ligado a los medios técnicos de desplazamiento y, por
lo tanto, la movilidad es aquello se expresa en el transporte. Para poder
fundamentar la estrecha relación entre la movilidad urbana y la segregación
socio-territorial, es interesante el aporte que realiza Andrea Gutiérrez y Julio
Rearte sobre la misma, planteando que “la ausencia de definiciones y de
realizaciones en transporte público, integradas a intervenciones urbanísticas,
puede potenciar procesos de segregación y fragmentación urbana, aunque la
definición de las respectivas intervenciones se pronuncie en sentido contrario,
es decir, hacia la integración” (Gutiérrez et al, 2007). Esto está estrechamente
vinculado a la relación dialéctica entre la riqueza y la movilidad. Por un lado, el
crecimiento de la riqueza genera un crecimiento de la movilidad (este
crecimiento puede ser en cantidad de viajes y no de viajeros). Por otro lado, el
crecimiento de la pobreza genera un decrecimiento de la movilidad (este
decrecimiento puede ser en cantidad de viajeros y de viajes). A pesar de esto, la
producción mercantil del transporte de personas en la Argentina lleva a concebir
a los viajes urbanos como un mercado. Así, pensar que el mercado de
transporte público está en crisis porque pierde pasajeros, no significa
necesariamente que lo estén las empresas mercantiles que prestan el servicio.
Esto se debe a las mutaciones que sufrió el contenido del concepto servicio
público de pasajeros, que inicialmente se formó con un modelo de Estado que
promovía el progreso social, pero que luego dicha institución se flexibilizo en la
época del neoliberalismo, ya que se produjo un debilitamiento de la concepción
sobre el servicio público, debido al incumplimiento de alguno de sus

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presupuestos básicos. Es decir, “la dificultad radica en querer aplicar el
liberalismo económico al concepto de servicio público, ‘intervencionista’ por
definición” (Gutiérrez, 1997).
La creciente expansión habitacional en los bordes de la ciudad (en el caso de
este trabajo, los barrios del SE platense) mantiene una relación con el fenómeno
de ocupación de intersticios y bordes externos urbanos, los cuales son lugares
que en general no presentan ventajas físico-ambientales y de infraestructura de
servicios. En estos tipos de barrios, generalmente ocupados por población de
bajos ingresos, la provisión de infraestructura y servicios de transporte está
sujeta a la oferta pública, que desde los años ’90 está gestionada por empresas
privadas. A su vez, la oferta de transporte esta por fuera del perímetro que
abarcan estos barrios, y así las necesidades reales de movilidad de esta
población no son satisfechas.
“La ampliación de la brecha social se asocia con una movilidad que se
fragmenta, se hace más compleja, menos homogénea, y que no alcanza a
ser satisfecha por el transporte mercantil de pasajeros” (Gutiérrez, 2005).
Así, el problema del autotransporte público no es de demanda sino de oferta.
Hay viajeros para las empresas, pero no empresas para los viajeros.
Entonces, “si se pretende lograr la cohesión social en la sociedad actual,
son pertinentes políticas de integración más allá de las tarifarias, operativas
o físicas de las redes. Son pertinentes políticas orientadas a ampliar las
posibilidades de elección en la satisfacción de las necesidades de movilidad”
(Ibíd.). Por lo tanto, si se piensa a la inclusión social como objetivo del
desarrollo, se deben generar medidas tendientes a provocar el ascenso de
la movilidad en el campo del transporte.

En este segundo ejemplo puede apreciarse un campo problemático con un adecuado


desarrollo de los aspectos teóricos -estructurados coherentemente desde un mayor a un menor
nivel de abstracción-, y en menor medida los aspectos empíricos (antecedentes, trabajos
similares en otros casos de estudio, etc.) de la problemática analizada.
Desde el punto de vista teórico, se sitúa el problema de investigación dentro de un conjunto
de conocimientos, que permiten dar una conceptualización adecuada de los términos a utilizar
en el trabajo. Conceptos presentes en el objeto de estudio, tales como espacio geográfico,
territorio, configuración territorial, organización espacial, teoría de la renta, mercado de tierras,
segregación socio-territorial, política territorial, movilidad de la población, acceso al transporte e
inclusión social, son definidos a partir de una importante diversidad de autores, lo cual ponen
de manifiesto la extensa revisión de literatura existente sobre el tema de investigación. Al igual
que en el ejemplo anterior, se resuelve en forma adecuada la relación y articulación entre los
principales conceptos desarrollados en el campo problemático.
Un aspecto a destacar de este ejemplo, es que a través de una redacción clara y
concisa -exposición de ideas coherente, sin contradicciones y con un orden lógico-, no sólo
se sintetizan y recopilan diferentes posiciones teóricas de autores y fuentes documentales,

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sino que además se deja ver claramente cuál es la postura del alumno/investigador sobre
el tema de investigación.
En relación al abordaje del caso de estudio -los barrios del Sudeste del Gran La Plata-, la
referencia al mismo es muy débil, lo cual no deja ver un sólido planteo integrador entre los
aspectos teóricos y empíricos del problema de investigación.
A continuación, exponemos dos ejemplos completos de Campos Problemáticos realizados
por estudiantes de la cátedra que ilustran algunos de los errores más comunes en la
formulación de este apartado del diseño.

Ejemplo 3
Diseño de Investigación: “Conflictos territoriales producidos en San Martín de los
Andes a partir de diferentes concepciones de territorio”.
En este proyecto de investigación el alumno pretende abordar como objeto de estudio,
los conflictos territoriales que se producen, a partir de la expansión del turismo en San
Martín de los Andes, desde 1970 hasta 2010, entre la comunidad mapuche Vera, las
empresas inmobiliarias, el Estado nacional/provincial/local, como así también de qué modo
influye la inserción de la población mapuche al turismo en el momento de ser visibilizados
estos conflictos.

Campo problemático
En el plano teórico, la investigación se ubica dentro de una dimensión
económica-territorial, social de estudio. A continuación se detallan los conceptos
y problemáticas contenidas dentro de él.
Espacio geográfico:
Milton Santos concibe al espacio geográfico como un híbrido, un conjunto
indisoluble de sistemas de objetos y sistemas de acciones “reunidos en una
lógica, que es al mismo tiempo lógica de la historia pasada y la lógica de la
actualidad”. Por lo tanto, la definición de espacio geográfico “varía con las
épocas, es decir, con la naturaleza de los objetos y con la naturaleza de las
acciones presentes en cada momento histórico” (Santos, 2000: 284).
Cuando decimos entonces que el espacio es parte integral de la producción de
la sociedad, nos centramos en la visión de Massey (2005: 104-105): “el espacio
es producto de interrelaciones. Se constituye a través de interacciones, desde lo
inmenso de lo global hasta lo ínfimo de la intimidad…” y continúa “el espacio es
la esfera de la posibilidad de la existencia de la multiplicidad; es la esfera en la
que coexisten distintas trayectorias…. Por último, y precisamente porque el
espacio es producto de “relaciones”…siempre está en proceso de formación, en
devenir, nunca acabado, nunca cerrado.”
Territorio:
“Es un espacio en el cual se ha proyectado trabajo humano, constituye el lugar
de relaciones marcadas por el poder. Son aquí los actores quienes territorializan
el espacio. Ellos producen territorio partiendo de esa realidad primera que es el
espacio y lo reproducen en territorializaciones sucesivas, que se valen de ese

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mismo territorio y que expresan siempre relaciones de poder renovadas
(Raffestin, 1981 y Claval, 1978).
“Territorializar es proyectar un sistema de intenciones sobre una porción de
superficie terrestre. Esta proyección es un proceso dinámico y el territorio se
renueva permanentemente en un proceso continuo de territorializaciones, de
desterritorializaciones y reterritorializaciones” (Raffestin, 1996).
En el texto “Sobre las Tipologías del Territorio”, Mançano Fernández pretende
explicar al territorio como un espacio geográfico producido específicamente,
apropiado por una relación social que lo produce, y que lo mantiene a partir de una
forma de poder. Citando a Milton Santos, expresa “El territorio es el lugar donde
desembocan todas las acciones, todas las pasiones, todos los poderes, todas las
fuerzas, todas las debilidades, es donde la historia del hombre plenamente se
realiza a partir de las manifestaciones de su existencia. (Fernández, 2008). Para
entender entonces plenamente su diversidad, no se lo debe abordar simplemente
como un espacio de gobierno, sino como una totalidad que encierra
multidemensionalidades; las disputas por su obtención ocurren en muchas
dimensiones, tanto políticas, como ideológicas y teóricas, incluyendo así tanto los
territorios materiales, como inmateriales. Menciona entonces el autor “El sentido
de la disputa está en la esencia del concepto de territorio, que contiene como
principios: soberanía, totalidad, multidimensionalidad, pluriescalaridad,
intencionalidad y conflictualidad. La soberanía es un principio de la noción de
territorio. Pero, antes de ser un principio, ella es una necesidad humana para la
libertad. La soberanía es una construcción histórica de los pueblos y sus naciones,
pero también es una construcción de las clases sociales y sus grupos internos. Sin
embargo, la soberanía no es poder político exclusivo del Estado sobre el territorio,
sino que también puede ser una soberanía de los pueblos (Márquez, 2009).
El principio de la multidimensionalidad nos ayuda a comprender mejor la
totalidad, ya que están las dimensiones que lo componen. En las múltiples
dimensiones del territorio se producen las relaciones sociales, económicas,
políticas, ambientales y culturales. La dimensión une espacio y relación, que son
construidos por las acciones e intencionalidades. Comprendiendo la
intencionalidad como una decisión histórica que las personas hacen y que
determinan la dirección de sus pensamientos para la construcción y defensa de
las acciones políticas, como la elección de paradigmas, corrientes teóricas,
políticas públicas, modelos de desarrollo” (Márquez, Ibídem).
Comprendiendo entonces que el territorio es una parte del espacio geográfico,
construido a partir de diferentes relaciones sociales, se puede decir que, en su
dimensión inmaterial, es también un espacio político, que se ve reflejado en las
relaciones de sociales y de poder que le son inherentes a la configuración
material de dicho territorio. Ahora si bien las relaciones sociales, a partir de sus
intencionalidades producen territorios, al producirlos y realizarse socialmente en
ellos, las relaciones entre actores también son producidas por el territorio-
material e inmaterial-.
A través de las diferentes relaciones sociales e intencionalidades estos
territorios pueden ir cambiando su lógica, ya que la misma son diferentes a los

61
nuevos actores que pueden ir apareciendo en estos territorios y pueden ir
apareciendo diferentes tipos de territorialidades como son la desterritorialización
“abrirse en líneas de fuego y así salir de su curso y se destruye. La especie
humana está sumergida en un inmenso movimiento de desterritorialización en el
sentido de que sus territorios originales se rompen ininterrumpidamente”
(Herner, 2009) y reterritorializarse que esta “No es el retorno a una
territorialización primitiva, o más antigua, ella implica necesariamente un
conjunto de artificios por los cuales un elemento, el mismo desterritorializado
sirve de teritorialidad nueva a otro que pierde la suya”.
Entonces volviendo al concepto de territorio como construcción social y
basándose en los postulados de Raffestin (1993), el autor brasileño Haesbaert
presta especial interés a la dimensión simbólica que lo compone, compartiendo
la noción de territorio inmaterial anteriormente mencionada. El poder no es
simplemente material, sino que envuelve las representaciones simbólicas que, a
través de las relaciones entre actores, produce y vincula. Se pueden apreciar a
través de las valoraciones y practicas históricas y cotidianas que una
determinada sociedad o comunidad presenta. Entonces a partir de lo leído de
Raffestein, de otras lecturas hechas y en concordancia con el trabajo a realizar
me parece conveniente también utilizar el concepto de etnoterritorios definido
como “territorio habitado y culturalmente por un grupo etnolinguístico a lo largo
de la historia profunda. Reúne las categorías de tiempo y espacio, y es soporte
central de la identidad y la cultura, porque integra concepciones, creencias y
prácticas que vinculan a los actores sociales con los antepasados y con el
territorio que estos le legaron” (Barabas, 2002).
A partir de la problemática a estudiar, e interiorizándome en el tema propongo
dos conceptos necesarios, para poder abordar de una manera más integra el
tema a tratar.
La propiedad comunitaria, es aquella donde las comunidades y organizaciones
poseen y se controlan a través de ciertos mecanismos deliberativos o de
representación democrática que permitan a una comunidad o grupo ser parte de
su gestión, ya sea, usando o disfrutando de los beneficios que se presentasen
con dicho activo.
Después de señalar cuáles serán los conceptos principales para el abordaje de
dicha problemática explicare algunas características generales de la misma.
La ciudad de San Martín de los Andes “se crea en el año 1898 el General
Rudecindo Roca, hermano de Julio A. Roca, Comandante en jefe de la División
de los Andes, por iniciativa propia ordena al Coronel Celestino Pérez”, el cual
nace a partir de la necesidad de hacer efectiva la soberanía de nuestro país en
la región; se encuentra como localidad cabecera del departamento Lácar,
ubicada en el extremo este del lago Lácar.
La comunidad mapuche Vera en la actualidad se encuentra instalada dentro del
Parque Nacional Lanin, pero esto en realidad siempre no fue así.
La historia de la comunidad Vera comienza en 1907 cuando Carlos Vera y
Amelia Quintoman se asientan en el lote “69” de la Colonia Maipú (está
conformada por “a”, “b”, “j”), en 1939 estas tierras fueron donadas por el

62
gobierno provincial a la Administración General de Bosques, apara la
implementación de un ensayo forestal. Históricamente esta fracción ha sido el
área donde se asentaron las familias de esta comunidad, y las fracciones “a” y
“b” fueron utilizadas para el pastoreo, a partir de esta donación, estas familias
tienen que reubicarse, ya que fueron desalojados de la misma.
En el año 1937 se crea el Parque Nacional Lanín el cual abarca unas 412.000
hectáreas, entre las cuales dentro de ellas se encuentran alojadas varias
comunidades mapuches, que se encontraban antes de la creación del mismo.
A partir de 1970 San Martín de los Andes comienza una etapa de crecimiento
tanto a nivel turístico, como también a nivel de ir conformándose como ciudad.
En 1978 el estado provincial realiza una ampliación de las hectáreas otorgadas
de la fracción j, despojando de sus tierras a dos familias mapuches. En el año
1991 la comunidad mapuche obtiene el reconocimiento legal del lote J pero sin
la recuperación de esas hectáreas perdidas anteriormente. “En el año 2000 el
gobernador Felipe Sapag otorga una ampliación de la concesión de tierras
circundantes del complejo invernal Cerro Chapelco, los cuales afectan a
territorios de la comunidad mapuche vera, Curruhuinca y Atreico” (Valverde;
Stecher, 2006). A partir de esta fecha los conflictos comienzan agravarse cada
vez más ya que la comunidad mapuche descubre que desde la década del 70
muchos de los territorios ocupados por ellos comenzaron a ser “ofrecidos” por
diferentes empresas inmobiliarias.

El ejemplo anteriormente presentado pone de manifiesto un campo problemático con un


desarrollo desarticulado y fragmentado, a modo de “glosario”. Por otra parte, la definición de los
conceptos que se presentan en el mismo no guarda estrecha relación con la problemática
concreta a ser investigada, siendo necesario profundizar en la definición de los conceptos
teóricos centrales del objeto.
Asimismo, se observa una fuerte división en el planteo entre los aspectos teóricos y
empíricos. En este caso, el campo problemático debería trabajarse apuntando a la relación
entre los distintos conceptos adoptados, y a la articulación entre éstos y la problemática
concreta a ser investigada, para mejorar los hiatos existentes entre teoría y empiria.

Ejemplo 4
Diseño de Investigación: “El turismo rural como dinamizador del desarrollo local. Caso
de estudio: los pueblos rurales del Valle Medio en la Provincia de Río Negro”.
El objeto de estudio propuesto por el alumno en este diseño de investigación, consiste en:
“Cambio en los usos del suelo asociados a situaciones de nueva ruralidad en el marco
institucional de las políticas socioeconómicas implementadas en la década de los años noventa
en la Argentina. Caso de estudio: El turismo rural como dinamizador del desarrollo local de los
pueblos rurales del Valle Medio en la provincia de Río Negro”. A continuación se transcribe
textualmente el campo problemático desarrollado por el estudiante para enmarcar y
contextualizar al mencionado objeto de estudio.

63
Campo problemático
El espacio rural ya no es estructurado sólo por la actividad agraria, hoy cumple
nuevas funciones en la sociedad postindustrial. Además de satisfacer las
necesidades alimenticias, ofrece nuevas localizaciones de actividades
industriales y de servicios, así como uso de soporte a demandas más
relacionadas con el ocio y el esparcimiento y los usos residenciales.
Este alcance ampliado de lo rural tiende cada vez más a fusionarse con lo
urbano, dejando atrás la cuestión dicotómica rural-urbana.
Lo rural, es ahora consumido en función de la revalorización de sus
características diferenciales en cuanto a las grandes ciudades. Los habitantes
urbanos buscan seguridad, tranquilidad, estar alejados de los ruidos y la
contaminación de la ciudad.
Esta situación hace que todo el territorio se vaya transformando en potencial
destino turístico, exacerbando los proyectos de desarrollo turístico local y la
competencia entre los lugares para construir imágenes positivas que sustenten
un atractivo turístico capaz de captar inversiones y turistas. Naturaleza y cultura
desigualmente distribuidas en el territorio, se transforman así en una especie de
materia prima que puede ser activada por el turismo, y que de hecho lo es en
forma creciente.

4.1 Ejes teóricos que vertebran el análisis


Territorio
Como concepto geográfico se suele tener dificultad para explicitar su contenido
ya que cada autor le suele establecer diferentes significados que varían
contextualmente de acuerdo al uso que se le dé dentro de las distintas
tradiciones geográficas.
En esta investigación se utilizará el concepto de territorio desde la tradición
social, entendiéndolo como el espacio construido a partir de las relaciones
que se establecen entre los diversos actores y de estos con el medio natural
a través del tiempo.
Nueva ruralidad
La mayoría de los trabajos consultados sobre este tema fueron de la autora
González Maraschio. Esta autora se remite a diferentes posturas para centrar el
debate sobre la “nueva ruralidad, marcando los puntos en común y las
diferencias entre los posicionamientos seleccionados. Ambas perspectivas, la
socio-cultural con los estudios europeos y la socio-económica con los autores
latinoamericanos están de acuerdo en que existe un equilibrio entre lo urbano y
lo rural, que poco a poco se va finalizando la dualidad campo-ciudad. También
reconocen las transformaciones del suelo asociadas a la multifuncionalidad de
los mismos, la cual denominan la nueva ruralidad. Comparten que a partir de
estas nuevas valorizaciones del uso del suelo se produce la desagrarización de
los ámbitos rurales cercanos a las grandes ciudades.
A su vez, la perspectiva socio-cultural, toma lo rural como alternativa para
mejorar la vida, y este proceso da como resultado las transformaciones del
agro a partir de las nuevas demandas sociales. En cambio, la perspectiva

64
socio-económica habla de una reestructuración del suelo pero no a partir de
prácticas sociales sino, a causa de la expansión del empleo no rural y la
incorporación de técnicas y modos de producción diferentes a los
tradicionales métodos agropecuarios.
Por otra parte, el concepto de nueva ruralidad es cuestionado porque varios
autores afirman que no son cambios los que están ocurriendo en el ámbito
rural, sino fenómenos que ya existían pero que ahora se están comenzando
a apreciar.
Bendini sostiene que la nueva ruralidad va más
+ allá de la discusión de que si se trata de un fenómeno nuevo o de algo que ya
venía sosteniéndose en el tiempo. Destaca las nuevas actividades que se
incluyen en el ámbito rural y el peso que las mismas tienen frente a la tradicional
agricultura, marcándolas como complementarias y no como la típica concepción
opositiva campo-ciudad, atrasado-moderno. (Bendini, 2011)
Por último, Maraschio explora dos líneas de análisis sobre la nueva ruralidad,
estas son:
Las nuevas valorizaciones extra-agrarias de lo rural que dan origen a los usos
residenciales y turísticos por un lado; y por otro, aunque estrechamente ligado
con lo anterior, la creciente tendencia a descentrar lo rural de lo agrario a partir
de éstos y otros nuevos usos que exceden lo exclusivamente agro productivo.
La primera línea se propone una nueva valorización del espacio rural,
prevaleciendo el paisaje sobre el uso frecuente que es el de la actividad
productiva. Se valorizan aspectos de lo rural que no se encuentran en áreas
urbanas. Los promotores inmobiliarios y los agentes turísticos son los
encargados de comercializar los ámbitos rurales para que sean consumidos.
La segunda línea también continúa hablando sobre la nueva valorización del
espacio rural, haciendo hincapié en las interacciones de lo rural con la vida
urbana, efectuándose de este modo una creciente heterogeneidad del espacio
rural cercano a grandes ciudades.
Ambas líneas están de acuerdo en que no se trata de un reemplazo de usos,
actividades o actores, sino que se trata de la nueva fusión dinámica que se
produce entre lo rural y lo urbano, la cual trae como consecuencias ciertas
tensiones debido a la diversidad de actividades y necesidades heterogéneas por
parte de la sociedad.
Desarrollo local
El desarrollo local es una estrategia que busca el progreso social y el desarrollo
sostenible (…) El desarrollo local es, también, una estrategia, que se basa en la
mejora continua de los recursos disponibles y particularmente de los recursos
naturales y del patrimonio histórico y cultural, ya que con ello se contribuye a
aumentar la ventaja competitiva del territorio y el bienestar de la población.
(Vázquez-Barquero, 2009)
También, como indica Vázquez Barquero, podemos considerar el desarrollo
local como un instrumento que permite explicar los procesos de desarrollo,
crecimiento y cambio estructural de una localidad desde una visión territorial

65
(…). Es esta visión territorial el enfoque que se pretende aplicar a la hora de
analizar los pueblos rurales del Valle Medio.
Turismo rural
El turismo recibe el calificativo de rural cuando se inscribe en un ámbito
geográfico concreto, en el espacio rural. La diferenciación de este tipo de
turismo, como la de otros, viene dada por su localización en un espacio con
características específicas que da lugar a sus propias modalidades turísticas
(Josep Antoni Ivars Baidal).
En cuanto a la existencia de distintos tipos de turismo rural, “se trata de una
única realidad con una gran diversidad de manifestaciones”. (García Cuesta,
1996). Por lo tanto al hablar de agroturismo, ecoturismo, turismo verde, turismo
deportivo, etc., se estará haciendo referencia a las diferentes expresiones del
turismo rural, quien “engloba todas en el medio rural como ámbito territorial de
localización”. (García Cuesta, 1996)
Pueblo rural
Considero necesario aclarar que no utilizaré la definición predominantemente
estadística que define al pueblo rural como aquellas localidades o aglomerados
con menos de 2000 habitantes.
Se adoptará el concepto ampliado que excede la demarcación cuantitativa,
incluyendo otras dimensiones como modos de vida, redes de relaciones
sociales, representaciones colectivas e imágenes identitarias del mundo rural.
Se trata de pueblos que a pesar de tener más de 2000 habitantes mantienen
particularidades históricas, sociales, culturales, ambientales que los constituyen
con una naturaleza más próxima a lo rural (…) (Bendini, 2011).
4.2 Mi caso de estudio
En mi investigación pretendo realizar un análisis de la incorporación del turismo
rural como actividad económica complementaria utilizada para el desarrollo local
de los pueblos rurales del Valle Medio en la provincia de Río Negro, los que
entiendo pueden ejemplificar cuestiones planteadas.
La Provincia de Río Negro se encuentra ubicada al Norte de la Patagonia,
cubriendo una superficie total de 203.015 Km2., correspondiendo 20.372 Km2 al
departamento Avellaneda; dentro del cual se localiza la región del Valle Medio.
Cuenta con medios de acceso terrestre por Ruta Nacional Nº22 y Nº250. Se
encuentra a 180Km del Puerto de San Antonio Este por Ruta Nacional Nº
250 y Provincial N°2.
Siete localidades integran éste Valle: sobre la margen Norte del río Negro se
ubican Chimpay, Coronel Belisle, Darwin y Choele Choel; y dentro de la isla,
Luis Beltrán, Lamarque y Pomona.
Cada una de las localidades se caracteriza por tener atractivos diferentes:
Chimpay es el centro religioso, se encuentra la Cuna de Ceferino Namuncurá y
es sede de la Fiesta Ceferiniana y la Fiesta de la cereza; Cnel. Belisle es la sede
de la Fiesta Provincial de la Alfalfa; Darwin considerado centro histórico
ferroviario; Choele Choel, centro administrativo, es sede de la Fiesta Provincial
del Ternero y de la Fiesta Provincial del Folklore (Pre- Cosquín); Luis Beltrán
centro educativo y religioso con la presencia de la obra de los Salesianos y las

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hermanas Cannossianas; Lamarque sede de la Fiesta Nacional del Tomate y la
Producción; y Pomona, considerada el Jardín de la Provincia.
Estos pueblos, como indiqué anteriormente, entiendo que pueden
ejemplificar las situaciones referidas a nueva ruralidad que se está
desarrollando en nuestro país a partir de las modificaciones en el marco
institucionalidad efectuadas durante la década de los años noventa. En la
actualidad, los pueblos de la región del Valle Medio están comenzando a
insertarse en el mundo del turismo, ofreciendo actividades de convivencia e
interacciones con comunidades rurales, en todas aquellas expresiones
sociales, culturales y productivas cotidianas de las mismas. Además se
suman otras actividades recreativas como la pesca, el safari fotográfico,
trekking, recorridos en lancha por los diferentes brazos del río Negro, etc.
La población local ve en el turismo una nueva actividad complementaria capaz
de dinamizar el desarrollo local de la región. Me parece importante destacar que
lo que privará en el análisis de mi caso de estudio son los aspectos relacionados
con lo agrario en lo rural, sin dejar de lado una caracterización de la zona en
cuanto a su vida agraria, ya que el turismo pese a su importante incorporación
en la zona sigue siendo una actividad complementaria de las actividades
productivas de la región como lo es una de las principales que es la fruticultura,
actividad que genera productos de calidad de exportación.
Todas las cuestiones anteriormente mencionadas llevan a hacerme algunos
planteos tales como:
• Cómo era la situación económica de la región previa a la inserción del
turismo?
• Cómo surge esta nueva actividad económica (el turismo rural) en la zona y
quiénes son los responsables de su desarrollo y el grado de participación que
cada uno tiene?
• Cuáles son las verdaderas potencialidades que el territorio tiene para
ofrecer a través del turismo rural?
• Esta nueva actividad se presenta como un elemento de ruptura de la
situación económica tradicional de este espacio o cómo complemento?
• Qué pilares básicos de desarrollo local poseía la región antes de la llegada
del turismo? ¿Cómo se modificaron?

Al igual que en el ejemplo anteriormente mencionado, el presente campo problemático


presenta un desarrollo no articulado de los conceptos entre sí. Si bien se plantean los
principales conceptos de la problemática a analizar, los mismos se presentan -nuevamente en
este ejemplo- a modo de “glosario”. La dificultad aquí manifiesta de relacionar y articular los
distintos conceptos vertidos en el campo problemático decanta finalmente en una poco clara
formulación del objeto de estudio, y viceversa, un objeto de estudio poco claro no contribuye a
una adecuada construcción de un campo problemático.
En algunos de los conceptos mencionados se identifican autores con posturas o enfoques
diferentes, sin dejar expresado cuál es la postura que adopta finalmente el alumno.

67
Tampoco se logra la articulación teórico-empírica que debiese caracterizar a todo campo
problemático, al desarrollarse el caso de estudio en un apartado separado. Por otra parte, si
bien se profundiza en el caso de estudio, no se hace mención a otras investigaciones o
trabajos empíricos (ejercicio realidad-conocimiento) realizados sobre el tema del turismo rural y
su relación con el desarrollo local. Aspectos que ameritarían una especial profundización para
poder -en palabras de Andrade (2007)- reconstruir el contexto o campo articulado dentro del
cual el problema adquiere su significado.

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Metodología฀de฀la฀investigación฀en฀geografía฀/฀Horacio฀Bozzano฀...฀[et฀al.].฀-฀1a฀ed.฀-฀La฀Plata฀
฀฀฀:฀Universidad฀Nacional฀de฀La฀Plata,฀2016.
฀฀฀Libro฀digital,฀PDF

฀฀฀Archivo฀Digital:฀descarga฀y฀online
฀฀฀ISBN฀978-950-34-1387-6

฀฀฀1.฀Métodos฀de฀Investigación.฀2.฀Investigación.฀I.฀Bozzano,฀Horacio
฀฀฀CDD฀001.4

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