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Historia Del Derecho - Unidad I

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Unidad I

I.1 Introducción

I.1.1 Definición de Historia

a) Historia es la disciplina que estudia el pasado de la humanidad, es decir, los


hechos realizados por los seres humanos, hombres y mujeres, en el tiempo y en el
espacio. Los hechos son el contenido de la historia. El ser humano es el sujeto, el
protagonista, el actor y el receptor de la historia. Como los seres humanos no viven
aislados, sino en sociedad, a la Historia le interesan má s los hechos que afectan grupos
sociales, es decir, los hechos colectivos y comunitarios. Se podría definir la historia
como la realizació n del ser humano en el espacio (geografía, escenario físico que le tocó )
y el tiempo (cronología, época en que vivió ). Se afirma que la geografía y la cronología
son los ojos y los oídos de la Historia.

b) Disciplinas auxiliares de la Historia

Aú n tomando en cuenta que la Historia trata del desenvolvimiento del hombre


en una dimensió n pasado-futuro, su saber como averiguació n y comprobació n tuvo que
apoyarse en diversas fuentes y disciplinas auxiliares. Las fuentes resulta todo aquello
que proporciona un conocimiento de lo ocurrido, bien sea de manera directa o indirecta.
Resultan importantes, ya que al ser imposible reproducir un hecho mediante un proceso
experimental, el investigador de la Historia las utiliza como medios de aclaració n.

Las principales fuentes de la Historia son la tradició n oral (relatos), el


documento escrito (actas, cartas), el testimonio figurado (medallas, artesanías), así
como las leyendas, los mitos y las anécdotas. En otras palabras, las fuentes son todos
aquellos restos que van quedando del desenvolvimiento humano y, como pruebas,
permiten precisar el hecho histó rico.

Las disciplinas auxiliares son todas aquellas ciencias que colaboran con la
Historia: antropología, arqueología, economía, epigrafía, lingü ística, sociología,
genealogía, geografía, numismá tica, estadística, y otras. Estas disciplinas permiten el
alcance de una historia con mayor grado de veracidad.

c) Factores indispensables de la Historia

La inevitable relació n entre el ser humano y la Historia debe explicarse a través


de tres factores indispensables: la geografía, el espacio-tiempo y la comunidad.

1.- La Geografía es el escenario concreto en el que actú a el hombre. El


conocimiento de la geografía es indispensable para la explicació n histó rica, y también es
necesario para entender la influencia que ejerce en los comportamientos culturales, así
como la alteració n que los territorios enfrentan como resultado de sometimientos
geoló gicos.

2.- El espacio-tiempo debe entenderse como la “marca” unitaria que permite


medir la sucesió n y cambios de los fenó menos astronó micos y atmosféricos que afectan
el espacio y que fue lo que llevó a la medició n del tiempo. La sucesió n de las estaciones,
las fases de la luna, la altura del sol y las estrellas, sirvieron a los hombres de la
antigü edad para localizar ciertos hechos en el tiempo. La medició n determinó que se
llamara día al tiempo que emplea la tierra para girar sobre su propio eje y añ o al tiempo
empleado para dar una vuelta alrededor del sol. Egipcios, hebreos y griegos dividieron
los añ os en 12 meses, correspondiéndoles a los babilonios el establecimiento de la
semana. La computació n del tiempo surgió como una necesidad del hombre en cuanto a
organizar la vida, inventá ndose el calendario, término derivado de las voces latinas
“calendas” (primer día de luna nueva) y “calendarium” (informe que los sacerdotes
ofrecían al pueblo ese primer día de luna nueva).

El modo de computar el tiempo fue definiendo la cronología, que en occidente se


emplea como unidad del añ o y como punto de referencia que, al tomar el nacimiento de
Cristo, establece un antes que significa “pasado” y un después que significará presente-
futuro. En fin, el tiempo, como unidad histó rica, permitió que las grandes civilizaciones
crearan el concepto de la “Era”, determinada por un acontecimiento relevante.
El concepto espacio-tiempo es lo que mejor permite evaluar o analizar los
caracteres y logros que establece el hombre en su evolució n social o histó rica.

3.- La comunidad es el tercer factor a tomar en cuenta para un correcto


entendimiento de la Historia. Má s que hacer seguimiento del hombre como individuo,
interesa como “ser colectivo”, porque la comunidad opera en el ser humano
transformá ndolo de unidad bioló gica en unidad social. Ningú n hombre aislado hace
historia y si la produce es por y para la sociedad. No debe confundirse la relevancia que
se da a personajes sobresalientes con el papel de la sociedad como base de toda
explicació n histó rica. Si personajes sobresalientes marcan con sus acciones todo un
período, las mismas responden a una causalidad de operaciones, demandas y
situaciones coyunturales de naturaleza interna y externa. Es lo mismo que podemos
considerar cuando se presta una decidida atenció n a inventores, creadores,
exploradores, cuyos logros no son ajenos al contexto que le corresponde en términos de
sociedad y época.

De todo lo anterior, cabe afirmar que los fundamentos de la Historia son los seres
humanos, el tiempo, el espacio y la sociedad. Ademá s, existe una Historia Universal que
abarca todos los actos de los hombres y existen historias particulares que abarcan
actividades específicas. La Historia del Derecho es una de ellas.

I.1.2 Derecho y derecho. Concepto

La vida en sociedad implica, como su mismo nombre lo indica, la existencia, entre


quienes la viven, de relaciones sociales. Esas relaciones, en caso de estar abandonadas a
lo arbitrario, de no ser objeto de reglamentació n, só lo podrían realizarse por el juego de
las fuerzas individuales, por el engañ o, por la violencia. Por eso, en toda agrupació n
humana se abre paso un modus vivendi, un conjunto de reglas directivas, al mismo
tiempo que se constituye una autoridad encargada de asegurar la observancia de
aquellas reglas: ubi societas, ubi jus, porque ese cuerpo de reglas obligatorias, esa carta
de vida en comunidad, no es otra cosa que el derecho positivo. Como se ha hecho notar,
el nombre que sirve para designar esta forma de disciplina social evoca, en todas las
lenguas, la idea de direcció n; en todo país se descubre en él la raíz regere, dirigere: rect
en alemá n; right en inglés; diritto en italiano; droit en francés; directo en portugués;
derecho en españ ol. Siempre y en todas partes lleva envuelta la idea de direcció n, de
rectitud, de disciplina; siempre y en todas partes el Derecho puede ser definido con toda
sencillez como REGLA SOCIAL OBLIGATORIA.

Esta regla social, forzosamente muy compleja, lo es má s cuando una sociedad se


desarrolla y se afina. El problema que se plantea es el de asignar a cada uno su lugar, en
la colectividad; corresponde en efecto al Derecho determinar los derechos de cada
individuo, es decir, las prerrogativas de que habrá de gozar y que podrá ejercer bajo la
protecció n de los poderes pú blicos. De esa manera, el Derecho no pone fin a los
conflictos, pero por lo menos permite resolver pacíficamente los inevitables conflictos,
al dar al individuo, lesionado en su persona o bienes, la posibilidad de dirigirse a los
tribunales y obtener, por medio de ellos, sin hacerse justicia a sí mismo, la cesació n y la
reparació n de la injusticia sufrida.

I.1.3 Historia del Derecho. Concepto y justificación de su estudio

La Historia del Derecho puede definirse como el estudio de la evolució n de la


norma jurídica en el tiempo y en el espacio y su desarrollo dentro de la Historia de las
civilizaciones humanas. Combinando la etimología de las palabras Historia (del griego
“Historeo”, que significa inquirir, averiguar) y Derecho (del latín “directus”, “dirigere”,
que significa dirigir), podemos definir la Historia del Derecho como la exposició n o
averiguació n de la regla de conducta seguida por el ser humano en sus relaciones con
sus semejantes.

El estudio de la Historia del Derecho permite completar el conocimiento de la


ciencia jurídica y sus instituciones. En efecto, el Abogado, el jurista, debe conocer
técnicamente las instituciones existentes (¿cuá les son?), y estar en condiciones de hacer
apreciaciones críticas (¿có mo deberían ser?). Pero el estudio de la Historia del Derecho
permitirá contestar a una tercera interrogante: ¿cuá l ha sido la evolució n que ha
seguido esa norma jurídica, esa regla o institució n, hasta llegar a ser lo que es hoy en
día?
Ademá s, el estudio de la Historia del Derecho le da al estudioso una herramienta
necesaria para una inteligente interpretació n y una adecuada explicació n de las normas
jurídicas, porque el Derecho es el resultado de las necesidades de las generaciones que
nos han precedido.

Por otra parte, en América Latina la materia tiene primerísima importancia,


debido a la trayectoria castiza que ha tenido la evolució n del Derecho en nuestros
países. En el nuestro la importancia se acentú a, en razó n de que esa trayectoria castiza
sufrió una singular desviació n a raíz de la ocupació n haitiana; otra desviació n
importante fue la inclusió n del Sistema Torrens de Registro de Tierras, efectuada
durante la ocupació n norteamericana de 1916-1924.

Por ú ltimo, la Historia, que se ha considerado imprescindible para completar la


cultura elemental del estudiante universitario, se hace má s importante cuando los
estudios son superiores o universitarios.

I.2 Métodos para el estudio de la Historia

Método es el uso de un conjunto de reglas o normas que se utilizan para


conseguir un objetivo. También puede definirse como un procedimiento a seguir
cuando se trata de una investigació n, y una manera explicativa cuando se relata a través
de un texto. La Historia como materia de estudio conlleva implícita o explícitamente un
método.

Existen distintos métodos para estudiar la Historia. Siendo el documento


(escrito, objetual [o monumental] y residual) la base informativa de la reconstrucció n
histó rica, puede hablarse del “método documentalista” como el má s tradicional.

Un segundo método es el oral, que recoge testimonios directos, a base de


entrevistas, como una forma de reconstruir un hecho. También está el método
comparativo, el cual busca similitudes y diferencias en naturalezas aná logas, tomadas
de medios sociales distintos. El método serial busca demostrar la existencia de
importantes diferencias de ritmo entre distintos sectores econó micos, entre la
evolució n econó mica y las estructuras sociales; entre todas, la vida política, las
mentalidades; ademá s de las divergencias regionales y sectoriales. El método
cuantitativo, preocupado por la problemá tica del crecimiento econó mico, ha dado lugar
a los métodos estadísticos y probabilísticas, de orientació n ló gico-matemá ticos, que en
especial atienden al tema de la demografía, basados en fuentes tales como los registros
parroquiales, censos, patrones, poblaciones y actas de defunciones. Se le suele llamar
“métodos de recuentos globales”.

Segú n la finalidad perseguida, los métodos má s usados son el narrativo,


pragmá tico y genético. El primero simplemente narra los hechos. El segundo, el
pragmá tico, trata de sacar ejemplos de los hechos histó ricos para hacer comparaciones
tomando a la Historia como maestra de la vida y el tercero, el genético, se empeñ a en
buscar las causas que generan los hechos y los resultados de los mismos que, a su vez,
son causas de los hechos nuevos. El ú ltimo es má s moderno que los dos primeros. Pero
generalmente, en la historiografía contemporá nea se encuentra la mezcla de los tres
métodos antes expuestos. A todas esas formas se añ aden la sociología, la episó dica y
otras, pudiendo la Historia también ceñ irse a un método didá ctico o a la combinació n de
varios.

Debe aclararse, a propó sito de esos métodos, que los mismos tienen
correspondencia con las doctrinas e ideologías, no solamente oficiales (estatales) y
particulares (historiadores), sino con la filosofía de las instituciones, que muchas veces
escapan del control estatal. Tales son los casos de enfoques tan encontrados como son la
orientació n liberal y la orientació n marxista.

I.3 Diversas etapas de la Historia

Los períodos histó ricos son las distintas etapas en que los historiadores e
historió grafos han dividido la historia para facilitar su estudio y comprensió n.

La cronología es el tratado del tiempo. Su utilidad consiste en ayudar a medir la


trayectoria evolutiva de las sociedades. En este orden de ideas, la cronología ha
permitido que se mida esta trayectoria en períodos o edades, épocas, ciclos o etapas. Es
decir, que se establezca una divisió n en la Historia.

Los primeros indicios de explicar el curso temporal de los acontecimientos tiene


que ver con el desarrollo del pensamiento mítico. Esta divisió n mitoló gica del tiempo
tiene su raíz en el Cercano Oriente: “segú n la concepció n paleobabiló nica de las cuatro
estaciones del mundo, los dioses de los principales planetas (a quienes corresponden
los colores de los metales: el oro, la plata, el cobre o el bronce y el hierro) se revelan
como guardianes del cosmo”.

Como representantes suyos rigen las leyes de las cuatro regiones del mundo. Se
supone que estas ideas influyeron en los griegos, persas e hindú es, quienes reconocen
“edades sucesivas bajo el dominio de los dioses”.

En la antigü edad occidental, el poeta Hesíodo, basá ndose en algunos elementos


del mito paleobabiló nico, hace la primera divisió n de los períodos histó ricos:

Edades Significació n
Edad de Oro Etapa de la inocencia de los hombres
Edad de Plata Etapa de la agricultura, a partir de la cual
se empieza a perder la felicidad
Edad de Bronce Etapa en la que impera el mal sobre el
bien
Edad de Hierro Etapa en que la tierra es abandonada por
los dioses

La graduació n descendente de los metales señ ala el principio de decadencia que


constituye la base esencial de la idea, del tiempo y de la visió n cíclica de la Historia.

Desde la época del helenismo, la interpretació n del tiempo es abandonada,


llegando los romanos a interpretar el transcurso de su desarrollo político segú n las
etapas de la vida humana. En consecuencia, se habló de nacimiento, crecimiento, adultez
y robustecimiento de Roma.

A la luz de la historia de la salvació n judeo-cristiana, no só lo se establece el


esquema histó rico-salvífico de paraíso-caída-redenció n, sino que tal esquema sustituye
la teoría anterior del tiempo. La Historia Universal se divide en dos períodos: uno
anterior (AC) y otro posterior a la aparició n de Cristo (DC). Se entendió el tiempo como
el acontecer que va “desde la caída de Adá n hasta Cristo y desde Cristo hasta el
inminente fin del mundo”.
Después, Agustín de Hipona (354-430) combina una divisió n de la Historia segú n
los seis días de la creació n, que da por resultado el establecimiento de “seis edades de la
vida”:

1ra.: Infatia (desde Adá n hasta Noé);


2da.: Pueritia (hasta Abraham);
3ra.: Adolescencia (hasta David);
4ta.: Inventurs (hasta cautividad de Babilonia);
5ta.: Señ or Aetas (hasta Cristo);
6ta.: Senectud (desde encarnació n de Cristo hasta juicio final).

Esta nueva conciencia de la temporalidad del desenvolvimiento humano se


impuso después de la caída de Roma, infundida por un cierto desprecio o
incomprensió n hacia la antigü edad no bíblica.

Los humanistas concibieron una tríada a partir del siglo XVII, cuando Cellarius
(1634-1707) publica una historia tripartita en tres partes: Antigua, Medieval e Historia
Nova.

El empeñ o intelectual hacia la divisió n temporal de la Historia ha dado un amplio


marco de postulados. En algunos casos se ha variado el sistema tripartito, cuando por
ejemplo la escuela evolucionista plantea tres etapas en la historia humana: salvajismo,
barbarie y civilizació n.

Lenin ofrece otra propuesta de cronología, sustentando el esquema quíntuple


marxista. El mismo fue elaborado por Federico Engels, para quien la Historia muestra
las siguientes estructuras o fases:

a) Sociedad primitiva sin clases;


b) Economía de esclavos;
c) Feudalismo;
d) Capitalismo;
e) Socialismo-comunismo.
En fin, todo trabajo histó rico descompone el tiempo pasado y escoge entre sus
realidades cronoló gicas, segú n preferencias exclusivas má s o menos conscientes.

Ajustá ndose a la intenció n de conocer o estudiar el proceso de la Historia


Occidental, se puede tomar como modelo de seguimiento cualquier esquema para una
visió n cronoló gica de conjunto. Ejemplo:

1) PERIODO PRIMITIVO Prehistoria (paleolítico, mesolítico y


neolítico) y Protohistoria (calcolítico y
metalurgia)
2) PERIODO ANTIGUO (Lejano Oriente y Cercano Oriente) y
Mundo Occidental (Civilizació n Griega y
Civilizació n Romana)
3) PERIODO MEDIEVAL Mundo del Mediterrá neo: Europa
Renacentista
4) PERIODO MODERNO Mundo Transoceá nico: América Colonial
y Oriente
5) PERIODO CONTEMPORANEO Mundo Actual: Civilizaciones del siglo
XIX; Civilizaciones del siglo XX;
Civilizaciones del siglo XXI

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