Tendencias Sociales y Del Empleo en El Mundo
Tendencias Sociales y Del Empleo en El Mundo
Tendencias Sociales y Del Empleo en El Mundo
El crecimiento económico mundial pasó del 3,2 por ciento en 2016 al 3,6 por ciento en
2017 (FMI, 2017a). Esto representa una revisión al alza de 0,2 puntos porcentuales con
respecto a las previsiones de hace un año, por lo que 2017 pasa a ser el primer año desde
2010 en el que el crecimiento real superó al crecimiento proyectado.
La mayor capacidad ociosa del mercado laboral, pese al descenso de las tasas de
desempleo, presiona a la baja el crecimiento de los salarios.
Pese a la disminución constante de la tasa de desempleo en la región, la tasa de
Teniendo este aspecto en cuenta, este capítulo investiga las tendencias a largo plazo de la
reubicación del empleo en todos los sectores, y evalúa su incidencia en las condiciones de
trabajo y las fórmulas de empleo en general. La adopción de una perspectiva sectorial para
analizar las diferencias en estos dos elementos puede ayudar a precisar los sectores para los
que se plantean problemas específicos, y, por lo tanto, a orientar políticas de respuesta
específicas. Además, habida cuenta de que los sectores pueden variar significativamente en
términos de características sociodemográficas, como el género, la edad y el nivel educativo,
el análisis de las condiciones de trabajo en todos los sectores puede ayudar a determinar
grupos sociales particularmente expuestos al riesgo de experimentar malas condiciones de
trabajo. Este aspecto es particularmente pertinente a la luz de los datos que indican la
presencia excesiva de mujeres las en determinadas actividades económicas (OIT, 2017c).
En la parte inicial del presente capítulo se exponen las variaciones proyectadas de los
porcentajes de empleo por sector. Seguidamente, se examinan las condiciones de empleo
actuales en los diversos sectores. Por último, se estima y analiza la repercusión de la
reubicación proyectada del empleo sobre las condiciones de empleo. En general, los
resultados indican que las diferencias sectoriales de las condiciones de trabajo y tipos de
fórmulas de empleo suelen ser considerables; esto supone que los desplazamientos entre
sectores pueden cambiar la calidad del empleo. Sin embargo, la mejora de las condiciones
de trabajo depende de la posibilidad de los trabajadores de encontrar un empleo con
mejores condiciones de trabajo en el sector hacia el que se desplazan, lo cual de ningún
modo está garantizado.
TENDENCIAS A LARGO PLAZO DEL EMPLEO EN LOS DISTINTOS SECTORES
Continúa la contracción del empleo agrícola
El análisis de la evolución de la participación de los grandes sectores de la economía en el
empleo revela que el ritmo y el patrón de transformación estructural varían
considerablemente entre los grupos de países y en el tiempo. En los países en desarrollo, el
sector agrícola continúa empleando la mayor proporción de trabajadores, y su participación
es ligeramente inferior al 70 por ciento en 2017. En los países de ingreso mediano-bajo, casi
el 40 por ciento de los trabajadores están empleados en la agricultura, mientras que en los
países de ingreso mediano-alto el empleo en este sector representa el 16 por ciento del
empleo total, y en los países desarrollados, el 3 por ciento. En todos los niveles de desarrollo,
la proporción del empleo agrícola tiende a descender, pero el descenso más pronunciado
tendría lugar en los países de ingreso mediano-bajo, donde habría un descenso adicional de
6 puntos porcentuales en 2025. En Ios países en desarrollo, la tendencia descendente se ha
acelerado algo en los dos últimos decenios, y para 2025 el porcentaje de empleo agrícola
habría perdido otros 3,5 puntos porcentuales hasta 2025.
Estancamiento o retroceso del empleo en la industria
En 2017, los sectores industriales, incluidas la construcción, las manufacturas, la
explotación de minas y canteras, y servicios, representaron alrededor del 22 por ciento del
empleo total en los países de ingreso mediano-bajo y los desarrollados, aunque solo
alrededor del 10 por ciento en los países en desarrollo. En cambio, en los países de
ingreso mediano-alto los sectores industriales emplean al 26 por ciento de la fuerza de
trabajo. Entre estos sectores destaca la industria manufacturera, que representa el 16 por
ciento del empleo total en los países de ingreso mediano-alto, el 12 y el 13 por ciento en
los de ingreso mediano-bajo y los desarrollados respectivamente, y el 6 por ciento en los
países en desarrollo. La participación de la construcción en el empleo total es del 2 por
ciento en los países en desarrollo y se aproxima al 9 por ciento en los países de ingreso
mediano-bajo y de ingreso mediano-alto, y su tendencia es ascendente. La minería, la
cantería y los servicios representan solo una proporción menor del empleo, ya que estos
sectores son sumamente intensivos en capital
El principal impulsor del crecimiento futuro del empleo es el empleo en el sector de los
servicios
En 2017, el sector de los servicios empleó el porcentaje más elevado de fuerza de trabajo
en todos los grupos de ingresos, excepto en los países en desarrollo, donde su
participación en el empleo total (21 por ciento) es muy inferior a la de la agricultura. En
los países de ingreso mediano-bajo, los servicios de mercado (27 por ciento) duplican en
importancia a los servicios no comercializados (12 por ciento). En los países de ingreso
mediano-alto, la participación de los servicios de mercado en el empleo es solo
marginalmente superior a la de los países de ingreso mediano-bajo, del 33 por ciento, pero
los servicios no comercializados emplean una proporción significativamente superior de la
fuerza de trabajo, el 25 por ciento. En los países desarrollados, tres de cada cuatro
trabajadores están empleados en el sector de los servicios en 2017, y los servicios de
mercado representan el 41 por ciento del total.
Entre los servicios de mercado, las proyecciones indican que el crecimiento del empleo en el
comercio al por mayor y al por menor y en los servicios de reparaciones será el motor
principal de la expansión general del empleo en los países en desarrollo en los años 2017 a
2025. En los países de ingreso mediano-bajo y de ingreso mediano-alto, la mayor
expansión prevista del empleo corresponde a las actividades de servicios inmobiliarios y
empresariales, en las que su participación en el empleo total registraría un incremento de
alrededor de 2 puntos porcentuales. En los países desarrollados, también se proyecta una
expansión del empleo en los servicios inmobiliarios y empresariales, y una reducción del
porcentaje del comercio al por mayor y al por menor. Por último, el empleo en las
actividades de alojamiento y servicio de comidas registrará distintos niveles de expansión
en todos los grupos de ingreso.
EL ENVEJECIMIENTO DE LA POBLACIÓN Y LOS FUTUROS PROBLEMAS
DEL MERCADO LABORAL
La desaceleración en curso de la fuerza de trabajo y la previsión de un sensible aumento
del número de futuros jubilados por persona en edad activa
Según las previsiones, para 2030 la población mundial habrá crecido en más de un 13
por ciento, en los siguientes 20 años crecerá otro 14 por ciento, y para 2050 constará
de 9,7 mil millones de personas más. Este aumento pronosticado parece notable, pero se
queda corto frente al ritmo del crecimiento de la población observado en los últimos
decenios. Por ejemplo, se estima que el aumento del periodo 1980 a 2017 ha superado
el 65 por ciento (o 3,1 mil millones), mientras que para 2050 habría crecido alrededor
del 35 por ciento (o 2,2 mil millones). La consecuencia más inmediata de la
desaceleración prevista del crecimiento de la población mundial es que la proporción
de personas de 65 años o más en la población total aumentará sustancialmente en los
próximos decenios. Las proyecciones indican que, a escala mundial, la participación
de este grupo etario en la población total pasará del 9,3 por ciento en 2017, al 11,7 por
ciento en 2030, y al 15,8 por ciento en 2050.
Muchos países están aumentando los incentivos para fomentar el trabajo a una edad más
avanzada, para paliar el problema del envejecimiento de la población y seguir
beneficiándose de la experiencia y las competencias de las generaciones mayores. Sin
embargo, cabe tener en cuenta que, para buena parte de las personas de edad, en especial
de los países emergentes y en desarrollo, seguir trabajando después de jubilarse no es una
opción, sino la única forma de eludir la pobreza, pues a menudo carecen de la cobertura de
un régimen de protección social o de pensiones. Tal es el caso de muchos países de ingreso
bajo, donde menos del 20 por ciento de las personas de edad que superan la edad legal de
jubilación perciben una pensión (OIT, 2017h).
A partir del TEM se elaboran las estimaciones y proyecciones –desglosadas por edad y por
sexo, según proceda– del desempleo y el empleo, y de la situación en el empleo. Del modelo
se obtiene una matriz completa de datos de 189 países, que luego se suman para obtener
estimaciones regionales y mundiales de los indicadores del mercado de trabajo, tales como
la tasa de desempleo y la relación empleo-población.
Por lo que respecta al primero, para que los datos puedan incluirse en el modelo deben
proceder de una encuesta de población activa o de un censo de población. En general, las
encuestas nacionales sobre población activa son similares entre países, y los datos
procedentes de ellas son más fácilmente comparables que los procedentes de otras fuentes.
Por lo tanto, el proceso de selección es riguroso al dar prioridad a los datos basados en estas
encuestas. Ahora bien, muchos países en desarrollo, que carecen de los recursos
necesarios para realizar una encuesta de población activa, notifican información sobre el
mercado de trabajo basándose en censos de población. En consecuencia, dada la necesidad
de equilibrar los objetivos contrapuestos de comparabilidad y cobertura de los datos, en el
modelo se incluyen algunos datos de esa procedencia.
El segundo parámetro es que solo se incluyen indicadores representativos de todo el país (es
decir, no demasiado limitados desde el punto de vista geográfico). No se incluyen
observaciones correspondientes a zonas urbanas o zonas rurales exclusivamente, pues
suele haber diferencias marcadas entre el mercado laboral rural y el urbano; además, el uso
exclusivo de datos rurales o urbanos sería incompatible con datos de referencia tales como el
PIB.
El tercer parámetro es que los grupos de edad cubiertos por los datos observados deben ser
suficientemente comparables entre países. Los países notifican información sobre el mercado
de trabajo en relación con diversos grupos etarios, y el grupo seleccionado puede influir en el
valor observado de un indicador del mercado de trabajo determinado.
ESTIMACIONES DE LOS INDICADORES DEL MERCADO DE TRABAJO
El TEM elabora estimaciones de las tasas de desempleo que completan los valores faltantes
de los países y años sobre los que no hay datos notificados. Se realizan regresiones
multivariantes por separado para las diferentes regiones del mundo en las cuales se
analizan por regresión las tasas de desempleo, desglosadas por edad y por sexo (varón
joven, mujer joven, varón adulto, mujer adulta), utilizando las tasas de crecimiento del PIB.
En las regresiones se utilizan ponderaciones para corregir sesgos que podrían derivarse de
eventuales diferencias entre los países que notifican las tasas de desempleo (en aspectos