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Colores Reales. 1

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dio el primer lunes.

Toda la e

O cuela se reúne en el patio, y ahor


, en pleno verano, es lo
último que necesito. La escuel a
es tan grande que casi nunca tengo que interactuar con otras per
onas, pero los días como este me dejan sin opciones. Benditos sean
os héroes qu

No me molesta ser vista como una rara por observar desde la


lejanía, el mal olor de todos los adolescentes amontonados basta
para que no quiera estar ahí, aunque me alegra saber que no soy la
única.

El aire se llena de silencio; todo el mundo respeta al director (o


finge respetarlo) a medida que éste se aproxima a proporcionarnos
unas monótonas y aburridas palabras, o como a él le gusta llamarlas;
actualizaciones.

Probablemente nunca termine de acostumbrarme a su fría y


superior mirada hacia nosotros los rojos. Desde que entré he notado
que nunca ha hecho un esfuerzo por esconderlo, aunque en ese
entonces no me importaba, terminó por ser demasiado molesto ver
cómo a los plateados los trata como si fueran sus propios hijos, pero
no lo culpo, cualquiera querría tener a la versión evolucionada de la
humanidad como favoritos. Los plateados son todo lo que la raza
humana siempre aspiró a ser; Apuestos, inteligentes, fuertes. Cosas
que, desde el punto de vista del director, no estamos ni cerca de
conseguir.

-Buenos días, apreciados estudiantes. Hoy, como todos los


primeros lunes de cada mes, les dedicaremos unas palabras a
nuestros 4 grandes héroes, que lucharon por la paz entre los rojos y
los plateados, hoy conviviendo pacífica y alegremente. Yo siempre
estuve muy orgulloso de mi padre, que en paz descanse…. -su
discurso es tan aburrido que en algún momento deje de prestar
atención, creo que incluso me quedé dormida, porque no recuerdo
haber escuchado siquiera los pasos de quién se dio cuenta y vino a
despertarme. - ¡Mía, despierta! – me dice el que probablemente es
mi único amigo de verdad. Chris Peterson, lo conozco desde que era
más pequeño que yo, pero ahora que es una torre Eiffel y
probablemente pesa lo mismo que un elefante hace que no me den
ganas de llevarle la contraria. Sus padres murieron en un accidente y
desde entonces he intentado cuidar de él, aunque honestamente
creo que cuida más de mí. No fue nuestra culpa, tuvimos que
aprender a sobrevivir por nuestra cuenta desde que mi hermana nos
abandonó por irse con los plateados, aún recuerdo que pase
semanas llorando por eso, maldiciendo por todas partes. Pero eso es
historia para otra ocasión.

-¿Escuchaste lo que dijo el director? ¡La nieta de Lord


Ravenswood vendrá a esta escuela!, Sé lo mucho que te alegra
escuchar esa noticia, es lo que has estado esperando toda tu vida. -
lo dice con un tono a punto de empezar a reír a carcajadas, él sabe
que odio a los plateados, seguramente lo dice solo para molestarme.
-No puedo esperar a tener que soportar a él plateado más arrogante
y egocéntrico que podremos conocer, estoy que me desbordo de la
emoción -digo con el tono más sarcástico que puedo,
probablemente sea lo único en lo que soy buena, ser sarcástica.
Lord Ravenswood. Uno de los 4 grandes héroes de los que tanto
habla el director, aunque no el más importante. Y su nieta… Izkra
Ravenswood, supongo que será divertido ver cómo la adulan desde
el primer día, y como ella los tratará como si fueran basura.
Después de un largo y aburrido día de escuela solo quiero
regresar a mi casa y ver la tele. Es uno de los pocos “privilegios” de
los que podemos gozar los rojos, además de la electricidad y sistema
de drenaje. Estoy segura de que los plateados se sienten muy
generosos por ese “regalo” que nos hacen, o al menos lo hacen sentir
así cada que escucho a alguno.
Es curioso que lo primero que sale en la tele sean las noticias,
nunca veo las noticias, pero esta vez acapararon mi atención.
“El día de hoy aproximadamente a las 14:00 horas, el palacio de
los héroes, que es donde residen todas las reliquias de la guerra
entre los rojos y los plateados, fue atacado y actualmente es
imposible acceder a él, la policía aún está en busca de los
responsables y se asegura que saldrán con consecuencias.
Es raro ver a los plateados teniendo problemas, pero más raro es
ver a mi hermano llegando después de mí a la casa, y más inusual
aún, es verlo lastimado. Una persona tan inteligente, tan cauta y tan
delgada, tanto que nunca se metería en problemas. No puedo evitar
exaltarme.
- ¿Qué pasó?, No me digas que nada y que estás bien porque
claramente no lo estás.
-Eso no importa ahora, pásame el botiquín e intentaré curarme
por mi cuenta.
- ¿Seguro que vas a estar bien?
-Yo siempre me levanto, tú no te preocupes.
Procedió a retirarse rápidamente de mi vista.
No parecía con ganas de hablar, fue a encerrarse a su habitación y
decidí que era mejor no insistir más en lo que le había pasado,
esperé toda una noche y me llevé una sorpresa la mañana siguiente.
Mi hermano se había ido, y junto con él todas sus cosas, a
excepción de una caja que había dejado escondida debajo de su
cama con muchísimos papeles, entre ellos una nota que explicaba lo
que estaba pasando.
“Nunca fui el hermano que tú creías que era, pero no me
arrepiento de nada. Ver cómo nos menosprecian todos los días era
algo que simplemente no podía soportar, aunque no espero que lo
entiendas. No te meteré a este mundo sin que tú lo quieras, pero te
conozco, y realmente agradecería que nos ayudaras. La sangre que
corre por nuestras venas es roja como la pasión que sentimos por la
revolución. Con amor, Edihel”.
No tenía ni idea de lo que estaba hablando, hasta que leí esa
frase, la frase del grupo terrorista rojo que lleva acechando al
gobierno plateado desde antes que yo naciera.
Tarde o temprano termino por llegar a una conclusión. Que por
su bien y por el mío, espero estar equivocada.
Mi hermano fue quien explotó el edificio ayer en la tarde, por eso
llegó lastimado, ahora todo tiene sentido.
Empecé a revisar los papeles que había dejado dentro de la caja
esperando encontrarme algo que me ayudara a comprender sus
acciones, después de un largo rato terminé por encontrar algo que
realmente no esperaba encontrarme, las respuestas del examen EAP.
Examen a alumnos prometedores, es un examen que se hace una
vez cada 5 años a la mayoría de la población para descubrir a los
Jóvenes talentos y ser entrenados por plateados de la clase más alta,
pero en la historia nunca ha habido un alumno de sangre roja que
hubiera “ganado” en ese examen.
Mi corazón se acelera, las palmas de mis manos empiezan a
sudar, empiezo a temblar, siento como si mi cuerpo me estuviera
traicionando ahora mismo, nunca había sentido esta sensación
antes, tan sorprendida y asustada al mismo tiempo.
Me queda un mes para pensar que es lo que voy a hacer,
probablemente solo 2 semanas de comida si como lo mínimo.
¿Debería decirle a Chris? Ni siquiera yo sé bien en lo que me
puedo meter, no querría que le pasara nada a la única persona que
me queda en mi vida, pero tampoco quiero cargar con esto sola.
Decido no decirle nada, conociéndolo es casi seguro que
empezaría a robar o algo así con tal de ayudarme a sobrevivir, lo
único que se me ocurre de momento es irme a trabajar con el gordo
del Trebor.
William Trebor, un examigo” de la familia que solía trabajar con
mi padre en una tienda de verduras. Le decimos gordo porque varias
veces lo atrapamos robando mercancía a la tienda y culpando a mi
padre, aunque nunca pudimos presentar las suficientes pruebas
para hacer justicia.
Nos hemos peleado más de una vez, creo que no es necesario
decirlo, pero nos odiamos mutuamente. Y para mi mala suerte, es el
único trabajo disponible y que se hacer; Cargar, descargar y pelar
alguna que otra verdura para cuando sus otros empleados quieran
comer.
Esto definitivamente no es vida, pero tengo que soportarlo, solo
dos semanas de eso y finalmente quedaré libre. O, mejor dicho,
cambiaré de jaula, de una roja a una plateada.
Todos los humanos tenemos un límite, algunos más grande,
otros más pequeño. Y yo, estaba muy cerca de llegar al mío; Ir a la
escuela todos los días y fingir que todo está bien, después ir a
trabajar casi de esclava solo para sobrevivir, y por último llegar a la
casa a seguir leyendo todos los papeles y pasar horas imaginando
escenarios ficticios sobre lo que puede pasar.
El día finalmente se acerca, el examen está a solo 3 días y yo sigo
sin saber qué es lo que voy a hacer. Las respuestas están todas
memorizadas y listas para ser transcritas, pero el miedo sigue, el
temor de no saber lo que va a pasar carcome mi espíritu de lucha y
mi salud mental. No puedo evitar tener esos pensamientos
acechando mi mente mientras sigo trabajando como esclava en el
sótano, si llego salir de aquí, me pregunto… ¿Sería mejor o peor?
El cuchillo que me obligan a usar para pelar las verduras nunca se
había visto tan afilado y tan brillante. Cómo si tuviera una sed de
sangre tan grande que incluso me incita a terminar con mi propia
vida, pero por muy loca que me esté volviendo jamás haría eso, sería
haberle podido dar la oportunidad a Trebor de quebrarme hasta que
ya no pude más, igual que a mi padre.
Jamás me había alegrado tanto de ver bajar a la persona que
acabó con toda mi familia por esas escaleras, que cada vez que las
subo o bajo se me hacen eternas. Siento que mi corazón late cada
vez más rápido por cada paso que él da hacia donde estoy yo
“pelando verduras”.
Pasado un tiempo dando vueltas observándome termina por
darme la espalda, y es entonces que mi cuerpo se mueve solo hacia
él.
El cuchillo pasa de estar en mis manos a estar profundamente
clavado en su estómago, una y otra vez. Trebor está muerto.
Talvez fue la falta de sueño, o mi escasa capacidad para pensar
con claridad estando aquí abajo, en este lugar tan pequeño y
húmedo, dónde ni siquiera el sol se atreve a asomarse, pero no pude
evitar que mi ira reprimida se desatara. Las ganas de vomitar me
dominan por completo, pero también la sensación de victoria.
Perdónenme, mamá, papá.
Su hija ahora es una asesina.
El día finalmente llegó, antes me quejaba de los adolescentes
sudorosos, y ahora, yo soy la que más suda.
Todos parecen nerviosos, es su oportunidad de pasar a mejor
vida, el sueño de todo rojo, pero logrado por ninguno, hasta hoy.
El salón me parece de la nada muy grande, tanto que casi puedo
escuchar el eco de mi corazón tan alto como la voz de cualquier
persona. Estoy lista, nunca estuve tan lista.
Justo a tiempo para que se presente el aplicador plateado, con
una cara de inconformidad tan grande como el sol, se nota que
perdió una apuesta para aplicarle el examen a los rojos “los
inferiores”.
Se dispone a sacar los exámenes de su maleta y a repartirlos uno
por uno, eventualmente termina por pronunciar las palabras
mágicas.
- ¡Comiencen!
Era tal cual venía en las hojas que me dejó mi hermano, talvez ni
siquiera se molestan en cambiar las preguntas al pasar los años,
¿habré cometido un error al contestar todo correctamente? Ya no
hay vuelta atrás, lo hecho, hecho está y no puedo hacer nada para
cambiarlo, solo me queda pensar en cómo voy a enfrentar lo que sea
que vaya a pasar.
Debería regresar a casa y disfrutar de los últimos momentos de
paz que tendré en un largo tiempo.
Mi paz no duró demasiado; En alguna parte del camino fui
atacada y ahora mismo me encuentro incapaz de moverme,
encerrada en una habitación en alguna parte del planeta.
Apenas puedo escuchar unas voces del otro lado de la puerta, de
lo que parece un hombre y una mujer.
-Debemos liberarla, ella es una de nosotros y si la mantenemos
encerrada puede que perdamos nuestra oportunidad de tener una
charla razonable con ella, no somos animales. No podemos hacer
esto, Edihel.
Edihel, reconocería ese nombre incluso estando bajo todos los
efectos alucinógenos del mundo, alguna vez investigue cuántas
personas había con el nombre de mi hermano y para mi sorpresa
solamente era él, mi madre tenía unos gustos raros para los
nombres.
La puerta se abre lentamente delante de mis ojos, no hay
ninguna sorpresa, por supuesto que era él.
-Mia, perdón por todo esto, pero no puedo dejarte salir, en
cuanto los plateados se enteren que aprobaste el examen se volverán
locos intentando esconder la verdad. Te quedarás aquí con Melissa,
ella se encargará de mantenerte a salvo por los siguientes 2 días, y
entonces podremos seguir con el plan de infiltración.
Intento exigir mis derechos como ser humano primero. Se nota
que mi hermano no tiene ni un poco de delicadeza con las mujeres.
- ¿Te parece si me explicas todo esto después de desatarme?
Necesito rascarme y la espalda y pues así obviamente no puedo.
-Por supuesto, solo déjame….
No lo dejo terminar su frase a medida que me desata, en cuanto
deja mis brazos libres le doy un puñetazo que ojalá haberle tirado
uno que otro diente, él solo se limita a reír, mostrando esos dientes
llenos de confianza que parecen nunca perder su brillo.
-Yo también te extrañe, hermanita.

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