Desarrollo Integral Del Lider
Desarrollo Integral Del Lider
Desarrollo Integral Del Lider
El sicoterapeuta Juan Francisco Gallo en su libro "Relaciones Humanas Aplicadas" dice que la situación es
preocupante pero podría evitarse con una edificación personal y espiritual apropiada. "Los complejos, la timidez, el
nerviosismo, la preocupación, el temor, la agresividad y la inestabilidad de ánimo, son trastornos de la conducta
originados en la mala formación de nuestra personalidad, o sea, que los materiales con los que está fundamentada son
falsos y maleables"
Un refrán dice: "Caras vemos, corazones no sabemos" Cada ser tiene su mundo que solo Dios y el
conoce.
Este cosmos se llama PERSONALIDAD y se afianza en 9 fundamentos a ver más adelante. Cuando
aprendemos a conocerlos se nos facilita el proceso de identificación de la problemática que enfrentamos y con
la ayuda de Dios, logramos establecer los pasos a seguir en el proceso de resolución de nuestro conflicto
interior.
2ª EL APRENDIZAJE Cada nuevo incidente que nos ocurre a diario debe llevarnos a aprender una lección.
3ª LA ACEPTACIÓN DE LAS INFLUENCIAS POSITIVAS Por naturaleza consideramos cuales ocurrencias
de la cotidianidad son favorables o desfavorables. Una Personalidad con fundamento no permitirá que lo negativo
tome fuerza ante lo positivo que hayamos aprendido. "No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal"
Romanos 12:21.
LA RENOVACIÓN MENTAL: EL SECRETO
Romanos 12:2 "No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de
vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta"
Los seres humanos tenemos una serie de paradigmas que encasillan nuestro comportamiento sujetándolo
a determinadas reacciones. incluso nuestros deseos obedecen a los clichés que el mundo nos enseñó, son los que
traen realización personal, placer y satisfacción, así estén errados.
Alguien pensara que escuchar música y beber toda la noche hasta caer exhausto es "haberla pasado
bien" otro considera equivocado esa apreciación, piensa que "una noche a todo dar" seria leer las Escrituras y orar.
Al iniciar el cultivo de nuestra Personalidad es necesario someternos a una Reprogramación mental.
Los cristianos lo vemos desde la perspectiva de someternos al obrar de Dios. "De modo que si alguno está en
Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas" 2ª Corintios 5:17.
Unos promulgan el método de la Reprogramación de nuestro ser a fuerza de la sugestión y la
repetición de principios para que tomen forma en nosotros. La idea no es mala, pero tendrá el fundamento
necesario cuando esa transformación sea parte de nuestra entrega a Dios para que El obre en nosotros conforme a
Su voluntad.
RECUERDOS: NO EN EL PASADO NI EN EL FUTURO, EN EL PRESENTE
Hay algo interesante cuando hablamos de la Reprogramación. Son los recuerdos. Al evocar un buen o
mal momento, no identificamos si acaeció en el pasado ni determina la fecha, hora y lugar en que ocurrió la
escena. Trae al presente la imagen y revive la sensación grata, de dolor o de molestia que pudo producir aquel
incidente.
Notemos que el "YO" no vive ni en el pasado ni en el futuro sino en el presente. Y algo que sucedió
hace 5 años al recordarlo, puede avivar viejas heridas. Las experiencias negativas que evocamos pueden tornarse
traumáticas. El estado emocional y orgánico se manifiesta como si estuviera pasando de nuevo por la misma
situación.
¿QUE SON LOS FUNDAMENTOS DE LA PERSONALIDAD?
Son los medios por los cuales recibimos estímulos internos y externos que contribuyen a la formación de
la Personalidad. Representan los "materiales, componentes, planos, estructuras y pilares de la Personalidad"
1- LA HERENCIA
Todos los seres humanos traemos una carta de información producto de las características físicas,
orgánicas y glandulares que nos transmitieron nuestros padres. Las características dan forma a la parte física y
biológica de la Personalidad.
Los padres o quienes tuvieron a su cargo nuestra formación primaria influyen en nuestra vida con
aspectos positivos y negativos. Los positivos nos estimulan a la imitación a futuro, los negativos se convierten en
la mayoría de los casos en experiencias traumáticas que deben ser sanadas.
Es necesario aclarar que la Personalidad no se transmite por herencia de una manera marcada sino
ciertos rasgos básicos que pueden ser modificados por el ambiente que nos rodea. Lo que hacen los progenitores es
servir de modelo básico en la formación incipiente de la Personalidad del niño.
2- EL TEMPERAMENTO
Se define como el conjunto de particularidades fisiológicas, morfológicas y glandulares que
diferencian a los individuos entre sí, determinando características particulares de reacción frente a los
estímulos. Todo se relaciona con sus estados internos. Podemos decir que en el Temperamento es hereditario en
alto grado. A él se asocian las tendencias impulsivas, afectivas y emotivas.
¿Es modificable? Si. El Temperamento es susceptible de ser encausado. No podemos permitirnos en
nuestra condición de cristianos que obre con los parámetros de siempre.
3- LAS EMOCIONES
Son hijas legítimas del Temperamento. Constituyen su forma de expresión. El que educa sus
Emociones incide directamente en su Temperamento y a la inversa. Las emociones se expresan en ciclos. Se les
denomina "ciclos emocionales" que es menester aprender a conocer y a manejar.
Las Emociones se pueden conducir. Son susceptibles de "forjar estados de ánimo positivos" cuando
llega la depresión o el desánimo Pablo: "Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones
delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias, Y la paz de Dios, que sobrepasa todo
entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús" Filipenses 4:6-7. Cuando
nos sometemos al Señor se producen los cambios que por años anhelamos y que eran imposibles dependiendo de
nuestras propias fuerzas.
4- LOS INSTINTOS
Trata el impulso natural que domina el comportamiento del ser humano. Constituyen una fuerza
poderosa que aumenta su satisfacción de una manera imperiosa, ejemplo el hambre, reaccionar frente al peligro de
muerte y descansar. Son eminentemente biológicos que influyen en el Temperamento y a su turno, el
Temperamento en los Instintos.
5- LOS FACTORES EXTERNOS
¿Cuáles son los Factores Externos que influyen en la Personalidad? Hay por lo menos tres:
a) EL MEDIO AMBIENTE VITAL que es la concatenación de experiencias que ocurren en el individuo desde
la niñez y que le afectan positiva o negativamente en su desarrollo físico, mental y emocional. Estos incidentes
repercuten en su personalidad. Entre ellos podemos mencionar las manifestaciones de afecto, amor, comprensión y
tolerancia de padres y allegados.
b) EL MEDIO AMBIENTE SOCIAL toma parte la sociedad en la que nos desenvolvemos y la cultura
prevaleciente. Es la realidad con la cual se enfrenta el ser humano apenas tiene uso de razón; por tal motivo es
necesario que se adapte a las circunstancias que le rodean. Es imperativo, entonces, que preparemos al niño para
asumir las vivencias que pueden ser positivas o negativas afrontándolas con equilibrio.
c) EL MEDIO AMBIENTE ÉTICO donde son importantes los valores morales, la influencia que ejerce la
religión y la formación educativa. Es una fase importantísima porque se afiancen los valores del ser humano.
6- EL INTELECTO
Se define como la capacidad de pensar, entender, comprender y aprender, Unos seres pueden desarrollar
más habilidades que otros, pero eso no significa que tengan mayor desarrollo de inteligencia que sus congéneres.
El Intelecto o Inteligencia influye y modifica la Personalidad. Aprender a pensar equivale a aprender a vivir bien.
7- LA SALUD INTEGRAL
En este estudio es necesario tener en cuenta que la Salud Integral debe ser física, mental y emocional.
Cuando se produce un trastorno de la Personalidad, hay serias fallas en la salud. Es una enfermedad del alma o de
la mente que debe ser atendida ya que pueden manifestarse como afecciones orgánicas.
8- LAS EXPERIENCIAS
Se constituyen en la colección de vivencias que el individuo experimenta durante su existencia, bien
sean positivas o negativas y quedan grabadas en nuestra mente. Aunque no seamos conscientes, afectan nuestros
actos. Al revisar el pasado recordamos las imágenes y qué tipo de experiencias evocan, y a partir de allí es
probable corregir la influencia que ejercieron en nosotros.
9- EL CARÁCTER
El Carácter integra todos los fundamentos de la Personalidad y vendría a ser como el tronco de un
árbol cuyas raíces son las bases que mencionamos anteriormente. El Carácter al igual que la Personalidad es
susceptible para ser modificado con la ayuda de Dios.
INTEGRIDAD: que no le falte ninguna (y en ninguna) de sus partes, tanto en el aspecto Físico, Moral y
Espiritual; Algunos sinónimos que ayudan a comprender qué es integridad son: Desinteresado, incorruptible,
recto, completo, entero. Con confianza se puede decir que el íntegro es predecible. Proverbios 10:9.
a) ÁREAS EN LAS QUE SE REQUIERE INTEGRIDAD
1- FINANZAS: debemos ser siempre transparentes, no tomar lo ajeno y devolver todo lo que nos han confiado.
2- PROMESAS: nunca prometamos algo que de antemano sabemos que no cumpliremos. Ejemplo: No le prometa
el joven a la señorita algo que sea contradictorio a la realidad y viceversa Mateo 5:37.
3- NO HABLAR MAL de terceras personas en su ausencia, la critica a las autoridades es uno de los más
vergonzosos anti-valores.
b) ¿A QUIÉN LE DEBEMOS INTEGRIDAD?
1- A DIOS, muchas son las personas que oran angustiadas, le hacen promesas y una vez resuelta su necesidad no
las cumplen. Si ante Dios se es corrupto ¿ante quién no?
2- A SÍ MISMO, quien es capaz de mentirse a sí mismo ¿a quién no le mentira?
3- A TU FAMILIA, la falta de integridad destruye a las familias, porque los actos de deslealtad son
como espadas en el corazón. ¿Qué quisieras corregir de tu familia? ¡Participen¡
4- AL SEXO OPUESTO, no hagas a otro lo que no te gustaría que te hagan a ti o a alguno de los tuyos. Cuando un
clavo saca a otro, siempre deja un agujero más grande.
5- A LAS AUTORIDADES, aun cuando observes injusticias hay que respetarlas y honrarlas como justas, para que
Dios vea nuestra justicia y bendiga por ello librándonos de injusticias, y un día con autoridades justas. Honra a tu
gobierno, policía, maestros etc.
6- A LOS PADRES, la honra a los padres trae dos grandes bendiciones: Larga vida y vida prospera.
c) Escrituras bíblicas para reflexión: Salmo 15:2; 25:21; 101:2; Proverbios 11:3; 19:1; 20:7; 28:18
TEMA 5 → INTEGRIDAD: EL FUNDAMENTO DEL LIDERAZGO;
LA INTEGRIDAD ES LA MEJOR ALTERNATIVA PORQUE ES LA ÚNICA ALTERNATIVA
Liderazgo cristiano es: la capacidad y actividad de motivar a otros para que alcancen las metas establecidas por
Dios para sus vidas.
Liderazgo cualquiera que sea la esfera de nuestro accionar, no es poder, ni posición, ni personalidad, ni una
carrera, sino el resultado de ser siervos de una misión. Nunca será una búsqueda ascendente buscando alcanzar
metas personales de grandeza en términos humanos, sino un camino en descenso, semejante al que Cristo recorrió
Filipenses 2:5-11.
Esto demandará del líder lo mejor de sí en un esfuerzo arduo por conquistarse primero a sí mismo y luego luchar
para prevalecer sobre circunstancias y poderosos enemigos externos. Demandará cargar la cruz, humildad, y
abnegación en dosis enormes; pero al mismo tiempo, será el proceso más noble e inspirador en el que se involucre,
ya que ¡no hay actividad más gozosa en esta vida que ayudar a otros a triunfar!
Todo líder cristiano tarde o temprano descubrirá que cuando alguien motiva a otros a captar la visión y el plan de
Dios para sus vidas, estará añadiendo valor incalculable a la existencia de sus seguidores; pero el beneficio mayor
lo recogerá primeramente el líder mismo, puesto que, ayudando a otros a crecer, crecemos nosotros también.
¿Qué es lo que hace la diferencia entre unos y otros? ¿Será talento natural, dones espirituales o capacitación
adecuada? ¿Un líder nace o se hace? ¿Cómo se llega a ser líder? ¿Es cuestión de genética o de escuela? A través
de los años las opiniones han estado divididas. Charles Simeón: La verdad en teología no se halla en un extremo
ni en el otro, ni en el medio; sino en los dos extremos simultáneamente.
Al nacer de nuevo, el Espíritu de Dios otorga soberanamente ciertos dones y anhela que los empleemos al máximo
La lista es extensa y compleja. Aparece el don de liderar. La raíz del término tiene que ver con: guiar, dirigir,
presidir, gobernar 1ª Tesalonicenses 5:12; 1ª Timoteo 3:4-5, 12; 5:17; Tito 3:8, 14 es en contexto de cuidado y
amor. Este don, al igual que todos, no depende de nosotros sino de la gracia y sabiduría de Dios, lo da a quien él
desea. Por esto, decimos que liderazgo es una capacidad conferida y otorgada en forma soberana por Dios, y que
en consecuencia debemos administrar fielmente como buenos mayordomos, en el temor de Dios.
No por ser pastor tiene el don de líder. El liderazgo es un don otorgado soberanamente por la gracia de Dios a
ciertos miembros del cuerpo de Cristo, ¿Significa en consecuencia, que si yo no tengo el don de liderazgo, de nada
me sirve involucrarme en la acción y tratar de correr? Charles Simeón mantener los dos extremos en equilibrio.
Unos tratan de llegar a ser líderes sin recibir el don espiritual, y otros habiéndolo recibido, ni siquiera lo saben. Es
triste por cada persona que está actuando como líder en el reino, hay entre cinco y diez con el mismo potencial de
liderazgo que no sólo jamás lo desarrollaron, sino que ni siquiera lo pensaron como una posibilidad a su alcance.
Una causa principal es que un elevado número de cristianos, no han comprendido el carácter de Dios ni la
naturaleza de los dones espirituales; que nuestro Dios es generoso y, por lo general, nos ha dado muchos más
dones en forma de semilla para que los desarrollemos de lo que nos imaginamos que poseemos.
Por esta razón afirmamos que, potencialmente, todo líder “nace”, pero también debe desarrollarse. Debe aprender
a crecer en competencia y efectividad. Por eso los dos aspectos deben unirse para construir el paradigma del
liderazgo cristiano. Dios llama y capacita pero cada uno debe responder a ese llamado con fe y obediencia,
anhelando cumplir la voluntad divina en todo.
El verdadero liderazgo, aun cuando sea practicado por la persona más madura y emocionalmente estable, siempre
impone un precio al individuo Lucas 9:24. ¿Cuánto estas dispuesto a pagar realmente en trabajo intenso y sudor,
en paciencia, en fe y en constancia para obtenerlo? La excelencia profesional en el liderazgo no se logra por
casualidad, solo se obtiene a través del esfuerzo persistente.
LA CRÍTICA
Es un gran precio que pagan los líderes. Si uno no puede aceptar la crítica, eso significa que básicamente es
emocionalmente inmaduro. Este defecto se manifestara al fin e impedirá el progreso del líder y de su grupo hacia
la meta común. ¡El único modo que realmente podemos conocernos consiste en oír lo que otras personas dicen de
nosotros! El cambio real y el crecimiento emocional nos vienen al enfrentarnos a nuestras debilidades y a los
defectos de nuestra personalidad tal como nos ven los demás. Pero el líder maduro puede manejar esto y hacer los
ajustes personales necesarios y las correcciones, él puede decir "gracias por la crítica que me han hecho. Me han
guiado a un examen más profundo de mi mismo, que era lo que necesitaba"
LA FATIGA
Los líderes genuinos tienen que estar dispuestos a levantarse temprano y a estudiar más tiempo que sus
contemporáneos. Un líder sabio tratara de hallar un equilibrio, y buscara un pasatiempo para reducir la tención.
Tiene que buscar una recreación agradable, pues de lo contrario, al fin perderá su utilidad. Si aprende a relajarse, y
a no llegar al límite del agotamiento, su eficacia será magnificada. Si se "consume" completamente, su influencia y
su contribución terminara. El cuidado adecuado de la salud, el descanso y el equilibrio ayudaran a que el líder
mantenga para persistir, porque tiene que estar preparado para reconocer el pago que se le impone, emocional
como físico.
TIEMPO PARA PENSAR
Por el anhelo de llegar al objetivo muchos líderes quieren salir disparados, sin pagar el precio de pensarlo muy
bien para determinar el mejor método para llegar a la meta. "La solución no está en trabajar más intensamente,
sino en trabajar más hábilmente" La mayoría de las aventuras que tienen éxito se logran solo después de muchas
horas de profunda meditación e investigación cuidadosa.
LA SOLEDAD
Es la disposición de estar a solas por cuanto ha perdido su libertad al dedicar su vida al servicio de los demás. El
líder eficaz tiene que esforzarse para desarrollar su propio potencial y lograr sus propias metas, sin ser absorbido
por el grupo. Con esto queda viviendo en un equilibrio solo, en alguna parte entre los dos lados, pues a la vez tiene
que identificarse con la gente y aislarse de ella. Un líder tiene que estar dispuesto a apartase de la multitud y estar a
solas. Jesús frecuentemente hizo esto durante su ministerio. El líder tiene que ser capaz de aceptar la amistad, paro
tiene que ser lo suficientemente maduro y tener suficiente fortaleza interior para estar solo, aun cuando haya
mucha oposición mientras cumple sus tareas. Razones por las cuales la soledad es tan difícil: 1º- Los lideres
pueden necesitar emocionalmente a la gente. 2º- Dios nos hizo como criaturas sociales. Una de las necesidades
básicas de la personalidad humana es la de sentirse en su medio y ser aceptada por sus semejantes.
LA IDENTIFICACION
Tiene que permanecer siempre delante del grupo, pero andar simultáneamente con la gente que dirige. Tiene que
haber alguna distancia entre líder y sus seguidores. Es fundamental que el líder reconozca este principio y sin
embargo, sea capaz de relacionarse con sus asociados. El verdadero líder tiene que pagar el precio de acercarse, de
pertenecer a un grupo. Esto significa que tiene que estar dispuesto a ser un ser humano honesto y franco. Su
humanidad tiene que ponerse de manifiesto. No puede ser una persona fría o mecánica que tiene miedo de permitir
que surja su verdadero yo. Para identificarse con las personas, el líder tiene que pagar el precio de apartar tiempo
para conocerlas: compartir sus emociones, victorias y derrotas.
DECISIONES DESAGRADABLES
El líder tiene que hacer decisiones obligatorias que afectan el bien fundamental de la organización. Muchas veces
el líder tiene que quitar de su cargo a alguna persona que no desempeña bien su cargo con las normas establecidas.
Los líderes cristianos a menudo tenemos este problema porque somos reacios a herir a las personas. Pero la
persona que deje de desempeñar con distinción, en forma constante o consecuente es un obstáculo para la
efectividad de la organización.
LA COMPETENCIA
Los líderes tienen que pagar un precio, si sufren del "afán de competencia" que a veces toma la forma de temor al
fracaso y otras veces, de temor al éxito. El temor al fracaso ahoga la competencia, por cuanto el líder tendrá miedo
de proceder o meterse demasiado; es entonces cuando son cercenados los logros y la pérdida de identidad es
sostenida. El temor al éxito puede ser igualmente debilitante. El líder puede tener la apariencia de ser muy
ajustado, sociable y extrovertido, pero el precio que paga la organización con tal tipo de persona es muy alto. Este
líder hallara a menudo alguna excusa (perfectamente lógica parta él) para bloquear el logro de la meta final.
EL ABUSO DE PODER
El poder ha llegado a aceptarse como característica básica del liderazgo. En cualquier organización, incluso la
cristiana, cuando a un individuo se le da autoridad, está en la legítima posición para ejercer control e influencia. A
algunas personas este hecho les hace subir su ego y las conduce a la autocracia.
EL ORGULLO Y LA ENVIDIA
Estos dos son hermanos gemelos. La popularidad puede afectar el desempeño del líder. Los sentimientos de
infalibilidad e indispensabilidad pueden disminuir su eficacia. El orgullo se convierte en egoísmo cuando nos
magnificamos a nosotros mismos hasta el punto en que no dejamos lugar para otras personas. Esta clase de orgullo
o egotismo es muy diferente de tener uno un sano concepto de sí mismo. Una exagerada deferencia hacia los
líderes puede conducir a un culto a la personalidad. Cuando un líder sucumbe ante la tentación de la popularidad,
eso puede convertirse en un problema violento por cuanto su popularidad puede introducirse en el camino de su
actuación. El líder cristiano tiene que guiar a la gente hacia Cristo, y no hacia sí mismo. El líder debe ser respetado
y tenido en estima para que haga mejor su trabajo. Pero la popularidad solo puede comprarse a un alto precio. Las
tentaciones de la infalibilidad y la indispensabilidad asedian cuando no se paga el precio de la humildad. A pesar
de la experiencia y la madures, los líderes frecuentemente no comprenden que todos nos inclinamos a cometer
errores. El líder tiene que tener convicciones y saber qué es lo que cree, pero eso es algo muy diferente de la
ilusión de la infalibilidad. Los líderes que proyectan esta ilusión no pueden ser respetados durante mucho tiempo
por sus seguidores. Algunos dirigentes piensan que sus organizaciones no pueden sobrevivir sin ellos, y se aferran
a la autoridad mientras pueden.
LA UTILIZACION DEL TIEMPO
Hay que pagar un precio en lo que se refiere al uso de nuestro tiempo. Manejar nuestro tiempo significa realmente
manejarnos a nosotros mismos. Tenemos que hacer un presupuesto de nuestro tiempo en forma tan cuidadosa
como presupuestamos nuestro dinero.
EL RECHAZO
El líder tiene que poder hacer resistencia a la alabanza en todo tiempo. Los veredictos o los criterios de los
hombres no cambian su norma, si verdaderamente está dedicado a Dios y a la gente. Se necesita que la persona
tenga un vigoroso carácter a fin de que pueda hacer frente al rechazo. Si el líder siente la indiferencia o el disgusto,
eso pudiera convertirse en un camino difícil, el líder tiene que estar preparado emocional y espiritualmente para
encarar esta posibilidad. El líder para ayudarse a vencer el rechazo, tiene que aprender, como un discípulo a
confiar absolutamente en Dios. Para enfrentar estos sentimientos, tiene que estar constreñido por el amor de Dios
que lo motiva. El líder cuando está dispuesto a pagar los sacrificios necesarios para tener éxito, entonces su campo
de servicio se distinguirá por la alta calidad y por la excelencia.
CUATRO PASOS FUNDAMENTALES:
1- Toma la decisión crucial: ¡La ruta al liderazgo cristiano comienza con la decisión de querer llegar a ser todo lo
que Dios quiere que seamos! Esta es la puerta. Y será la decisión más costosa y difícil que tomes en toda su vida.
Deberás tomarla a sangre fría, con los ojos bien abiertos, ya que el peor enemigo que enfrentes serás tú mismo.
Al tomar esta decisión, tu naturaleza no redimida buscará mil excusas para no morir y conducirte al camino de la
autocomplacencia y la mediocridad. A vivir de acuerdo con la ley del menor esfuerzo. Los resultados
extraordinarios son fruto del mayor de los compromisos: rendir absolutamente todo lo nuestro para hallar nuestro
todo en Dios: Abraham dejo la seguridad de su vida en Ur, Moisés su vida de lujos y comodidades en el palacio.
Sus vidas alcanzaron una influencia que jamás hubieran conocido de no haber tomado la decisión crucial. Si
anhelas fervientemente llegar a ser todo lo que Dios te tiene reservado, ya has dado el primer paso en la ruta al
liderazgo. El resto es cuestión de tiempo y esfuerzo.
2- Desarrolla el espíritu de aprendizaje: Liderazgo es un proceso, no una meta; un viaje, no un destino final. Y
debes pensar que es un proceso sin fin; que siempre tendrá nuevos niveles de competencia y perfeccionamiento;
que la habilidad recién adquirida puede y debe ser perfeccionada, pulida y desarrollada en su totalidad. Procura
informarte tanto como puedas sobre el tema de liderazgo. Lee cuanto te sea posible y de las fuentes más variadas.
La persona que deja de estudiar hoy, muere mañana. Un líder es un estudioso tenaz y constante; alguien que
siempre está en procura del perfeccionamiento personal.
3. Comienza a servir: La razón de nuestra existencia es servir, y el individuo que no sirve a los demás, no sirve de
mucho. Busca oportunidades de ayudar a los que tienes alrededor, ayúdalos a que lleguen a ser todo lo que Dios
espera que sean. Ámalos incondicionalmente y si tu espíritu es el correcto, muy pronto veras que otros comenzarán
a seguirte no importa cuán insignificante sea la tarea ni cuán oscuro el lugar de servicio; y aunque la llama de tu
antorcha sea pequeña y débil, otros vendrán a encenderla en la tuya. Crecerá tu poder de influencia con el
resultado que un día, los que fueron beneficiados con tu servicio te reconocerán como su líder.
4- Cultiva las cualidades de un verdadero líder: Liderazgo es la consecuencia del crecimiento personal. Todo
líder cuenta con un solo capital en la vida: su propia persona. Todo obrero trabaja con herramientas, ¡el líder es la
herramienta! Liderazgo implica un esfuerzo sostenido para alcanzar el grado de máxima madurez personal. Los
valores que abrace y las virtudes que cultive a lo largo de toda su vida determinarán su nivel de influencia.
Las posibilidades de un líder de influenciar de manera creciente a sus seguidores será en directa proporción al
número de cualidades que desarrolle a lo largo de su vida.
El mundo y la Iglesia necesitan verdaderos líderes: que los impulsen a lo sublime. Sin ellos nada será posible.
¿Quién será esa persona? ¿Cómo es posible reconocer que alguien es líder en el sentido de la palabra? ¿Cómo se
puede estar seguro de que si se le confía el destino de una Iglesia, ese individuo posee las cualidades personales
necesarias para llevar a cabo la tarea? ¿Cómo distinguimos a un líder verdadero de un mero oportunista que sólo
busca fama, poder y posición?
1- Visión: El liderazgo siempre comienza con una visión. Todo líder sabe a dónde va, tiene dirección, conoce su
destino final. Liderar significa “ir”. El líder es un pionero que va a lo desconocido.
El poder que tiene una visión. ¿Qué impulsó a William Carey, Hudson Taylor, David Livingstone y otros como
ellos? ¿Por qué dejaron atrás países prósperos, posesiones materiales, carreras llenas de posibilidades brillantes y
se lanzaron a la conquista de ciudades, países y continentes? Todos ellos estaban inspirados por una visión
poderosa, un sueño.
Moisés desde joven tuvo la visión de que su nación fuera emancipada del yugo de esclavitud egipcio. Nehemías
tuvo la visión de una Jerusalén con sus muros reconstruidos brindando protección a sus moradores y llegando a ser
un testimonio del poder de Dios a las naciones vecinas, Pablo el más grande visionario del N. T. Hechos 26:19
Proverbios 29:18 Ninguna Iglesia puede llegar más lejos, o elevarse más alto que la visión de sus líderes. Si
nuestra visión es grande veremos a Dios hacer cosas grandes; si es limitada, nuestros logros serán necesariamente
limitados. En proporción a la grandeza de la visión, serán los resultados.
No hay mapas hacia el futuro. Todo lo que el líder tiene es una visión grande, poderosa; una visión que despierta,
enfoca y canaliza todas sus energías y esto le lanza a la acción, un gran sueño.
2- Iniciativa propia: ¿Cuál es la diferencia entre un soñador y un visionario? El soñador imagina grandes
proyectos y luego no hace nada, el líder de visión, toma la iniciativa y se lanza a la acción. Esta es la cualidad
particularmente distintiva de todo verdadero líder, la que en la práctica lo separa de todos los demás.
Esta característica es crucial porque tan pronto la visión comience a llamar al líder a avanzar hacia ella, diferentes
voces desde el interior de su alma surgirán para recordarle que no debe hacerlo, que es imposible hacerlo, que no
conviene hacerlo. Toda marcha hacia el logro de una visión comienza en el escalón de más abajo, sin recursos ni
experiencia, sólo con imposibles.
Muchos soñadores nunca se involucran en la acción. En lugar de acomodar la realidad personal a su visión,
terminan acomodando su visión a la realidad personal, comenzando de este modo el camino al conformismo y a la
mediocridad. El líder siente la tensión entre su realidad actual y su visión.
El verdadero líder nunca queda inmóvil; en cada problema ve una oportunidad y se pone en movimiento para
capitalizarla. En el mundo hay tres tipos de personas: Los que ven cómo pasan las cosas, los que participan en
las cosas que pasan, y los ¡que hacen que pasen las cosas!
El verdadero líder es siempre un agente de cambio, alguien con iniciativa propia. Alguien que llega a un país
donde jamás se ha oído de Jesucristo y, cuando su tarea es completada, quedan discípulos formados, iglesias
establecidas, colegios, hospitales y seminarios funcionando. Mucho más importante aún, se reproduce a sí mismo
en otros líderes que ha desarrollado para continuar la tarea. Todo líder es alguien que desborda en iniciativa
propia. No hay que llamarlo, él llama a otros; no hay que motivarlo, él ya está motivado y motiva a los demás.
3- Dedicación: Cada misión tiene un precio, toda empresa implica un costo elevado y muchos sacrificios
personales. El líder es una persona totalmente dedicada a la tarea que se le ha encomendado.
Para Nehemías no era suficiente soñar con ver las murallas de Jerusalén edificadas. Arriesgo su vida al hablarle al
rey, organizo un viaje costoso y cargado de peligros. Llego a un grupo de hombres sin visión, sin entusiasmo, y los
puso en acción. Consiguió recursos económicos, materiales y los obreros para que la visión de Dios se plasmara.
Toda visión debe transformarse en un plan definido de trabajo. Para el líder auténtico, cuando completa su misión,
sabe que el único secreto para los logros destacados es la dedicación absoluta, el trabajo esforzado. Sabe que nada
llega de regalo, que todo se conquista mediante el esfuerzo personal. El líder está poseído por una visión que se
transforma en pasión disciplinada, y esa pasión es el fuego que lo mueve a trabajar sin contar las horas.
No hay sustituto para el trabajo esforzado, para la autodisciplina, para la dedicación. El verdadero líder nunca
compite contra los demás, sólo consigo mismo. Es consciente de que el peor enemigo, que atentará contra sus
mejores posibilidades y su misión, vive dentro de él mismo. Por ello trabajará y se esforzara, en forma disciplinada
y con entusiasmo. El líder comprende con claridad que, mientras hay hombres que logran mantener su entusiasmo
por una hora, solo los que pueden mantener su pasión ardiendo por cuarenta años son los que tienen un impacto
significativo con y a través de su vida. El verdadero líder siempre trabaja con dedicación absoluta.
4- Excelencia: El verdadero líder es lo opuesto del mediocre, del improvisador, del desordenado. Excelencia es el
compromiso personal de dar siempre lo mejor de uno mismo a todos, en todo momento, a toda tarea, sea grande o
insignificante. Es la voluntad de hacer siempre más de lo que se espera de nosotros. Excelencia es la diferencia
entre la superioridad y la mediocridad. Excelencia, sin embargo, no debe confundirse con perfeccionismo.
Perfeccionista es la persona que no se satisface a menos que todo salga 100% de acuerdo a lo planeado. Es
riguroso e intolerante con él mismo y los demás que vive bajo una permanente carga de frustración.
Líder fija metas y es flexible en el proceso de alcanzarlas. Adapta su estrategia a la demanda de las circunstancias
y deja los resultados para el final. Excelencia tampoco debe confundirse con la sed de visibilidad que impulsa a
muchos, y que se traduce en jactancia personal al compararse con otros que hacen una labor similar. Una persona
que cultiva la cualidad de la excelencia no necesita proclamar “soy Nº 1” lo deciden los observadores Daniel 6:3.
Martín Luther King afirmaba: Si un hombre es llamado a ser un barrendero, debería barrer las calles de la misma
manera que Miguel Ángel pintaba, que Beethoven componía música, o que Shakespeare escribía poesía. Debería
barrer las calles tan bien, que todas las huestes del cielo y de la tierra se detengan para observar y decir: Aquí vivió
un barrendero que hizo su trabajo bien.
Eso es estar poseído por un espíritu excelente, diferente del resto de la multitud. La excelencia es una virtud que
hoy más que nunca debería ser cultivada; porque hay un encanto especial por la mediocridad, la mentalidad de ser
uno más del montón, no aspirar a cosas mayores, conformarse con lo conocido, respetar el “status quo”, ser
cómodo y autocomplaciente. El líder no se conforma con el estado actual de las cosas. Su visión le hace aspirar a
cosas mayores, su dedicación lo impulsa hacia la meta y su espíritu superior atrae seguidores a su causa.
Excelencia es una decisión personal, es una actitud de vida. Es una cualidad que todos podemos procurarla para
nosotros mismos. En proporción directa a nuestro compromiso con esta virtud, será nuestra capacidad de inspirar.
Una visión puede ser muy contagiosa, no obstante, es la persona animada por un espíritu superior la que mueve a
otros a seguirle. Por lo tanto, demos siempre lo mejor de nosotros mismos en todo momento; lo que sembramos
hoy con excelencia cosecharemos mañana con abundancia.
5- Perseverancia: Tan pronto un hombre o una mujer emprenda el viaje hacia el logro de su meta, comenzarán los
conflictos. La oposición abierta y directa de enemigos externos vendrá a cerrar su paso. La crítica, las acusaciones
falsas, los rumores, las murmuraciones de enemigos y seguidores seguirán su accionar. Las circunstancias
cambiarán a menudo aportando su cuota de adversidad. Por lo tanto, el líder deberá trabajar con dedicación y
excelencia pero, además, deberá tener valor, determinación y perseverar por largo tiempo.
Calvin Coolidge, presidente e u a afirmaba: Nada en el mundo puede tomar el lugar de la perseverancia. El talento
no puede tomar su lugar; nada hay tan común como individuos talentosos fracasados. El genio no puede hacerlo;
genios sin recompensa son casi un proverbio. La educación no puede hacerlo; el mundo está lleno de delincuentes
educados. Sólo la perseverancia y la determinación son omnipotentes.
2ª Corintios 11:24–27 Esto es perseverancia, determinación. Esta cualidad es tan crucial para el liderazgo y el
servicio cristiano, que el N.T. nos recuerda que el plan de Dios es que desarrollemos esta virtud y nos invita a
colaborar con él para que el proceso llegue a feliz término Hebreos 12:1. Sin perseverancia, sin determinación
frente a la oposición, nada puede ser construido.
Todo líder debe poseer en abundancia la capacidad de perseverar: la habilidad de permanecer fiel a una visión, a
un ideal, a una misión, a un compromiso, no importa cuánto tiempo le demande hasta alcanzarla. La habilidad de
avanzar firmemente hacia la meta cuando las tentaciones, las dificultades personales, el desaliento, los cambios de
ánimo y la oposición abierta hacen más fácil abandonarlo todo. El líder necesita valor, no por un momento, sino
toda su vida. La voluntad de correr riesgos una y otra vez, de funcionar bajo presión, de aferrarse a sus
convicciones con mucha tenacidad, sin ser terco ni dogmático.
¿Qué ocurre cuando las cosas salen mal o no como se pensaba? Llega la derrota, todo líder sangra por un rato;
pero se curan las heridas, se levanta y vuelve a la lucha. Su estima propia puede ser herida, pero sus ideales nunca
mueren. Continúa insistiendo hasta que finalmente triunfa y cuando lo logra, disfruta de alegría que sólo el
entiende. Importante, el líder con su conducta y ejemplo deja huellas para que sus seguidores las vean y aprendan.
Este es el legado más precioso que podemos dejar a quienes son el objeto de nuestro servicio.
6- Competencia: Si es crucial que un líder trabaje con dedicación, excelencia y perseverancia, es igualmente
importante que sepa hacer lo que se espera de él. ¿Qué se espera de un líder cristiano? Una combinación de
habilidades personales y conocimiento de la tarea que debe cumplir: que sea experto dentro de su campo de labor
específico, pero por sobre todo, que sepa conducir a la gente.
En la medida de cómo somos percibidos por los dirigidos será nuestro poder de influencia. Si somos tenidos como
personas preparadas, y expertos que conocen a fondo su materia, mayor será la posibilidad de que quieran
aprender de nosotros y apoyarnos. Por esta razón, la virtud que distingue a un líder genuino es que sabe hacer la
tarea a la que es llamado, pero por sobre todo se distingue por su habilidad para relacionarse con los demás.
Si un pastor espera que su congregación crezca sobre la barrera de las 200 personas tendrá que desarrollar y refinar
su capacidad de líder. Tendrá que aprender a guiar, a desarrollar y a multiplicarse a través de líderes más jóvenes.
Al tope de la lista de causas por las que hay tantos fracasos en el ministerio, la incompetencia para liderar reina
soberana. ¿En las iglesias el 80% de los problemas serios se originan entre el pastor y los líderes? ¿La mayoría de
las divisiones comienzan de arriba hacia abajo, por conflictos entre personas en posiciones de autoridad? Lo triste
del caso es que en la gran mayoría los problemas se resolverían de modo satisfactorio si el líder estuviese mejor
preparado para tratar a sus seguidores. El liderazgo cristiano demanda cumplir con una serie de tareas especiales.
Un líder se caracteriza por sobre todas las cosas que sabe hacer amigos de sus seguidores y ganarlos para su causa.
Si esta actitud está presente, todo lo demás se puede aprender, pero sin esta habilidad es absolutamente inútil
intentar avanzar en la ruta hacia el liderazgo cristiano.
7- Creatividad: Todo líder sabe que uno de los recursos más poderosos que Dios ha otorgado a los seres humanos
es la creatividad e igual que un músculo, se desarrolla plenamente. Cada líder debe ser profundamente creativo.
Sabe que la clave consiste en hacer las mismas cosas que muchos han hecho por años, pero hacerlas de un modo
nuevo y único, elevando el nivel de calidad. Inclusive hace cosas que nunca nadie hizo antes. El líder es original,
no una copia. Como pionero, se aventura en terrenos desconocidos y deja una senda para que otros la sigan
Para el líder cristiano la creatividad tiene un valor incalculable. Por esta razón debe convertirse en un observador
de la comunidad a la que sirve: Aprende a detectar tendencias significativas que le indican la dirección en que la
mayoría se está moviendo y así adapta sus estrategias para alcanzarlos adecuadamente. Es, un estudioso de la
cultura en que está inmerso y de esa manera, puede discernir qué programas pueden ser efectivos y cuáles no.
Por sobre todas las cosas, sabe que para extender el reino de Dios debe aprender a ser sensible a su voz, a captar
su visión y obedecer sus diseños. Dios está interesado en proveer ideas nuevas a quienes buscan extender su reino.
Todo ser humano que impactó en forma poderosa a su generación o influyó sobre su nación, iglesia o empresa
comercial, fue una persona de visión. Fueron hombres y mujeres que descubrieron una necesidad sentida y sin
esperar órdenes de alguna autoridad humana superior, tomaron la iniciativa. Trabajaron duro, con entusiasmo, con
disciplina férrea. Movidos por un espíritu superior, excelente, y dieron siempre lo mejor de sí mismos.
Hombres y mujeres que pudieron mantener la llama ardiendo ininterrumpidamente por muchos años pese a los
obstáculos gigantescos que debieron vencer. Además fueron personas que supieron reinventarse repetidas veces a
lo largo del proceso. Aprendieron a ser competentes y a adaptar sus métodos para llegar hasta la meta. Con sus
esfuerzos marcaron un ejemplo que podemos imitar; si lo anhelamos intensamente, cada uno de nosotros también
podemos llegar a cultivar las cualidades que les hicieron personas de renombre. ¡La decisión es nuestra!
Jonathan Edwards “Nunca he escrito un artículo, nunca he predicado un sermón, nunca he emprendido un curso
nuevo de acción, a menos que estuviese absolutamente seguro que estuviera motivado por un deseo auténtico de
glorificar a Dios y un genuino amor a mis oyentes”.
Peter F. Drucker afirma: “Los tres líderes más carismáticos de este siglo infligieron más sufrimiento a la raza
humana que cualquier otro trío a lo largo de toda su historia: Hitler, Stalin y Mao”.
Necesitamos un criterio más estricto para definir el carácter del verdadero liderazgo. Si un dirigente posee las
cualidades, pero termina colocando a sus dirigidos en el camino descendente que conduce al sufrimiento indecible
y el suicidio colectivo, entonces tal individuo jamás puede ser considerado un líder.
Entrelazada íntimamente con la tarea de liderar está la realidad del poder. Se ha dicho que liderazgo no es
sinónimo de poder; no obstante, todo líder tiene poder. El objetivo es analizar la naturaleza del poder y cómo se
relaciona con el liderazgo. Además, puesto que el poder trae consigo ciertas tentaciones peculiares que pueden
desvirtuar el liderazgo, analizaremos la manera de encauzarlo correctamente. Para eso veremos las metas a que
debe aspirar todo líder, y cuáles son las motivaciones que deben impulsar sus acciones.
I- LA NATURALEZA DEL PODER:
1. El poder es necesario: Cuando alguien influencia a un grupo de personas, descubre que la gente responde
dándole su confianza. Cuando comience a compartir su visión, señalar un objetivo, marcar un camino, otros
responderán sumándose a la marcha. El dirigente comprende que tiene la oportunidad de diseñar un plan de
trabajo, de organizar actividades, asignar recursos, escoger quiénes serán los que implementen su estrategia. Sus
órdenes deben ser cumplidas porque son para el bien de todos los que participan en el esfuerzo. A fin de alcanzar
los objetivos propuestos de la manera más rápida y eficiente, los programas deben desarrollarse de acuerdo con lo
planeado. Cuando un líder es llamado a conducir una organización comercial, institución académica o iglesia, es
lógico esperar que cuente con capacidad ejecutiva. No sólo que sepa a dónde quiere llegar y cómo llegar, sino que
también lo logre en la práctica. La función de liderar conlleva lo que llamaremos poder posicional. El poder
posicional le permite al líder, usar de recompensas y advertencias para hacer que sus subordinados alcancen los
objetivos de la empresa.
En todas las esferas del quehacer humano, el liderazgo y el poder posicional van tomados de la mano. Inclusive el
ministerio cristiano es parte de esta realidad. El líder (o cualquiera sea el título) cuenta con recursos para hacer que
sus seguidores se desempeñen conforme a las reglas establecidas. Si no es así, las consecuencias serán la anarquía
y el caos. Además, se demanda que a quien se le encomendó la tarea de guiar use los recursos disponibles en
forma efectiva porque, de otro modo, no será más que una molestia. Nada hay más patético y contradictorio que un
guía flojo e inoperante. Este poder posicional otorga al líder la capacidad de tomar decisiones positivas y otras que
nunca quisiera tener que encarar. Cuando un ministerio va en franco crecimiento hablamos del guía llamándolo
“Siervo de Dios” “líder espiritual”. Pero si una crisis aguda azota y se recorta el presupuesto, con la consecuencia
de eliminar algunos empleos, entonces no estamos tan seguros de que el guía merezca tales títulos honoríficos.
Nos cuestionamos si, el guía es un líder o un tirano... Lo aceptemos o no, el liderazgo y el poder posicional van
siempre unidos como dos hermanos siameses, el hecho de que, en ocasiones, un líder haga decisiones que afectan
negativamente a algunos de sus subalternos, no necesariamente es señal de que estamos en presencia de un tirano.
2- El poder es moralmente neutro: El poder es éticamente neutro; se puede usar para buenos o malos propósitos.
Depende del individuo y de los valores morales que sustentan su acción. La cuestión es: ¿Cómo logró el poder?
¿Cómo lo ejercita? ¿Para qué fines lo usa? Los líderes se distinguen de los tiranos por el modo en que llegan al
poder y cómo lo usan. El déspota usa el poder para crear un clima de coerción e intimidación, para explotar a sus
seguidores. El líder, usa el poder para elevarlos, desarrollando un ambiente que conduce a la cooperación y al
esfuerzo voluntario.
Ante esta realidad recordemos que liderazgo incluye poder posicional y que lo inverso no es cierto. Un individuo,
para ser calificado como líder, debe poseer poder personal y posicional. Poder personal es la medida en que un
líder se gana la confianza de los que influencia. Es el pacto sin palabras por el cual los dirigidos están dispuestos a
seguir al líder, si ven que sus metas serán logradas al alcanzar la visión. Es el respeto, aceptación y simpatía que
los seguidores demuestran para con su líder. Poder personal es fruto de las habilidades y la conducta del líder.
La diferencia entre poder posicional y personal nos confronta con la paradoja de que, después de todo, el grado de
poder que posee un líder es relativo, ya que son sus seguidores quienes se lo confieren. Hay un abismo de
diferencia entre tener poder sobre nuestros seguidores, y tener poder con nuestros seguidores. Este poder pueda ser
ganado o perdido, todo depende de la conducta de la persona. Si un individuo, por sobre su posición, cultiva las
cualidades de un verdadero líder y si usa el poder para elevar a sus seguidores y poner en sus vidas algo que ellos
no pueden hacer por sí mismos, entonces será reconocido como líder. Liderazgo, en otras palabras, es lograr que
la gente desee hacer de buen grado y con gusto aquello que se le pide.
La inhabilidad de distinguir entre poder posicional y personal, hace que muchos, al ver las distorsiones y abusos
de poder, lleguen a sentirse incómodos con la realidad del poder. Piensan que cuando entra el poder se termina el
liderazgo auténtico. Una vez más, el poder es moralmente neutro y necesario para liderar. Sin embargo, las cosas
no son tan simples, ya que el poder ofrece tentaciones irresistibles para ciertos individuos.
3- El poder tiende a corromper: “El poder absoluto corrompe absolutamente... todos los grandes son casi siempre
malas personas” Lord Acton. “El poder es la ley suprema” Adolf Hitler. “Cada comunista se debe aferrar a esta
verdad, el poder político nace del tambor del revólver” Mao Tse Tung. “El poder es el gran afrodisíaco” Henry
Kissinger. Que el poder ha sido distorsionado y abusado no es ningún secreto. La historia de la raza humana está
escrita con sangre, debido a la trampa en que el poder ha hecho caer a sus miles. ¿Cuál es la razón?
Todo pecado es la tergiversación de una bendición conferida por Dios. En el corazón humano laten anhelos
genuinos y nobles implantados por nuestro creador: los deseos de producir, de lograr, de hacer una contribución,
de pertenecer a una misión justa y digna. Estos deseos, cuando se emplean en beneficio de los seguidores, traen
como resultado satisfacciones personales y variadas recompensas, ya sea reconocimiento, visibilidad o status
económico. Las recompensas que reciba el líder dependerán de la naturaleza de la institución a que sirve.
Lamentablemente, esta aspiración legítima a la grandeza ha sido corrompida por el enemigo de nuestras almas.
Liderazgo no es una carrera sino una misión. Pero, muchos individuos son atraídos al poder. El único objetivo que
persiguen es la satisfacción de su ambición personal. Sólo les interesa el fin; no los medios. La consecuencia es
que, habiendo obtenido poder posicional, lo usan para ventaja personal a expensas de sus seguidores.
El hecho de que el poder tiende a corromper y que la profesión cristiana no es inmune a su acción destructora,
obliga a señalar dos peligros para todo auténtico líder cristiano.
a) El proceso por el cual un líder es reconocido lo hace vulnerable a abusar del poder. Escogido por Dios, y
llamado a cumplir su misión, él lo coloca aparte de los demás. Asimismo, siendo llamado a “estar con él” Marcos
3:14 tiene el derecho inalienable de “oír de Dios”. Esto, sin embargo, no significa superioridad espiritual. De la
misma manera que el líder escucha la voz de Dios, sus seguidores tienen también acceso a la divina presencia.
Demasiados casos hay en los cuales, detrás de una fachada de “elevada espiritualidad” el pastor se convierte en un
tirano que gobierna a su rebaño a fuerza de “El Señor me dijo esto... El Señor me dijo aquello” sin confirmarlo con
la iglesia. Esto es abuso del poder posicional. La prioridad que todo líder consagrado hará en su servicio, será la de
elevar a sus seguidores a su propio nivel espiritual; de tal manera que pueda contar con un grupo de personas
maduras que le ayuden a discernir los espíritus. Lo que Dios dice debe oírlo también la iglesia. Todo servidor de
Cristo debe entender la verdad de que en el liderazgo: responsabilidad de consultar e informar son inseparables.
b) En muchos países, por diferentes razones, el modelo de liderazgo que ha prevalecido, especialmente en el área
política, ha sido el del “caudillo”; el del dictador benevolente; el del hombre tan seguro de sí mismo y de su moral
superior que no duda en tomar el poder público por la fuerza. Que no respeta los dictados de una nación y que para
sacarlo del poder posicional, hay que hacer una contra revolución. Este modo de pensar y operar se puede meter en
el ámbito espiritual, inclusive este “estilo de liderazgo” se recomiende para tener una Iglesia creciente.
Un verdadero líder es alguien que tiene iniciativa propia pero decimos: cuidado con la impaciencia, la sensibilidad,
la desconsideración. Con no saber escuchar y respetar opiniones ajenas, especialmente cuando son contrarias a las
nuestras. De creerse el último profeta vivo en Jerusalén. Un líder genuino sabe que debe crear aceptación y
compromiso a su visión; sabe que debe tomar la iniciativa pero nunca debe cruzar la línea que separa el uso del
abuso del poder. Todo líder efectivo, cuando le preguntan cómo lo hizo, siempre responde: “Lo hicimos”
4- El poder crea hábito: ¡El poder es adictivo! Preguntémosle a los que perdieron y contestarán que pasaron los
mismos síntomas que sufren los adictos al intentar dejar su vicio. Dejar el liderazgo es una experiencia cargada de
estrés. Al desaparecer el poder también pueden desaparecer los fundamentos de la alta estima. Cualquiera que lo
haya perdido sabe la depresión y el enojo que acarrea. Para los que han hecho del poder el centro de su vida y la
meta de su carrera, cuando ya no lo tienen sufren la pérdida de su propia identidad. Su ser individual está tan
entrelazado con el papel que desempeñaron, que sienten que han sido privados del yo y del reconocimiento social.
Salirse de la esfera del poder es regresar a la impotencia. La pérdida de los símbolos de poder realmente hiere
tejidos emocionales muy sensibles.
No se sorprenda, que el poder sea el pecado característico de la ancianidad: la incapacidad de “poder soltar”
Habiendo gozado de cierta medida de éxito, el líder se torne centrado en sí mismo y vanidoso. Acepta la
autosugerencia de que, si se retira, su ausencia provocará el colapso de la institución, ya que ninguno de los que le
siguen está a su altura. El que no reconoce que liderazgo es ser siervo de una causa superior, sino que permite que
el poder sutilmente se apodere de su identidad e individualidad puede echar a perder la obra de toda su vida debe
saber cambiar de rol en el momento oportuno. Llega el momento cuando el líder debe pasar la antorcha y permitir
que el ministerio que inició recorra la nueva etapa que Dios le tiene dispuesta bajo la guía del próximo conductor.
El verdadero líder necesita objetividad, aprender a distanciarse para ver las cosas en perspectiva. Debe reconocer
que él personalmente carece de importancia comparado con el valor que tiene la causa a la que sirve. El mejor
honor que un líder puede recibir es que la institución que lideró haya seguido prosperando luego de su salida. Por
el contrario, si todo se derrumba con su alejamiento, es señal inconfundible de que no hizo su tarea adecuadamente
o no comprendió su rol de líder. O, mucho peor aún, es señal de que habiendo sido atrapado por la seducción del
poder, funcionó con las prioridades invertidas.
Si el liderazgo y el poder son indivisibles, ¿cómo puede un líder protegerse de las corrupciones del poder, de no
abusarlo, de funcionar con las prioridades invertidas? Comprendiendo las metas y motivaciones del liderazgo.
II- LA META DEL LIDERAZGO: SERVICIO
Ser seducido por el poder es tan antiguo como el pecado Marcos 10:35-45 refleja la tensión entre la naturaleza del
poder y del liderazgo. Juan y Jacobo solicitaron las recompensas que llegan como resultado de cumplir una misión.
Pedían los beneficios, no el sacrificio. Jesús reconoció que, entre los políticos la búsqueda del poder por el poder
mismo, es el móvil primordial de todas las acciones. El deseo insano de grandeza, con el objetivo mezquino y
ególatra de enseñorearse de los súbditos y ejercer dominio sobre ellos v. 42
Cristo, enfatizó que la verdadera grandeza, especialmente para sus discípulos, es el resultado de servir v.43. Que
para ser primero debe haber sido el esclavo de todos v.44. Que el verdadero poder y la capacidad de influenciar
significativamente son resultantes de poner los intereses de los demás por sobre los propios v.45.
El contraste entre las ambiciones de los “líderes” de este mundo y las de Cristo no pueden ser más abismales.
Teniendo el poder absoluto y la grandeza intrínseca, con su acción y su palabra modeló el principio fundamental
del liderazgo: que nuestra posición nos da poder, pero es nuestra conducta y ejemplo los que ganan seguidores. Por
lo tanto, la meta y el propósito del liderazgo es el servicio. Llegamos a ser líderes por servir, sin ambición
personal, buscando únicamente promover el bienestar supremo de nuestros seguidores.
Todo líder poseído por una visión, lleno de iniciativa propia, dedicación, excelencia, perseverancia, competencia y
creatividad, debe tener claro cuál es la meta de su accionar: servir. Y para curarse de la ambición personal egoísta,
para evitar ser seducido por las distorsiones del poder, debe dar un paso más y preguntarse frecuentemente: ¿por
qué hago lo que hago? ¿Cuáles son mis motivaciones para entrar en acción?
III- LAS MOTIVACIONES DEL LIDERAZGO:
Las preguntas anteriores sólo admiten una respuesta doble: el deseo de glorificar a Dios y el amor a mi prójimo.
El deseo de glorificar a Dios fue la fuente de las acciones de Jesús Juan 17:4. Asimismo esperaba que nosotros
sus hijos tuviéramos el mismo deseo Juan 15:8. Este deseo de glorificar a Dios en toda nuestra vida, llevando
fruto, debe incluir, dentro del área de influencia, el servicio que brindamos. Si nos preguntan: “¿Por qué lo haces?”
respondamos: “para glorificar a Dios” Glorificamos a Dios sirviendo a nuestro prójimo, motivándolos a alcanzar
los objetivos de Dios. 1ª Corintios 11:1 Cuando las personas nos entreguen su confianza haciéndonos sus líderes,
debemos estar seguros de que siempre y en cada circunstancia estamos siguiendo a Dios por la motivación correcta
El vivió para glorificar al Padre y nosotros sus siervos no podemos hacer menos.
Hay una sola manera de saber las motivaciones del corazón humano: ¡a través del amor! cuyo único anhelo es ver
a quienes Dios ha puesto a mi cuidado llegando a ser discípulos completos de Jesucristo. El anhelo de ver que han
desarrollado al máximo todo el potencial otorgado por Dios y terminan a su vez reproduciéndose en otras vidas.
Este amor exige todo del líder en un proceso sin fin. Si un líder está motivado por el deseo de glorificar a Dios y
amor al prójimo, será invencible. No habrá obstáculo lo suficientemente grande que pueda detenerlo, no habrá
enemigo lo suficientemente poderoso que lo derrote, ni habrá sacrificio demasiado costoso que lo desaliente.
Estas dos motivaciones tan nobles y sublimes demandan que todo individuo examine regularmente la fuente de sus
acciones, y que ninguna otra motivación espuria haya surgido para desviarlo del motivo principal de su existencia
y liderazgo.
2ª Corintios 7:1 Cuando denunciamos el pecado, siempre ponemos el dedo en la llaga de los pecados de la carne;
después de todo, son tan visibles... Las contaminaciones del espíritu son mucho más difíciles de detectar. A un
alcohólico no lo ponemos a presidir, pero a un sediento de poder, lo confundimos por un líder y le abrimos las
puertas de par en par. Cristo fue tentado en el desierto por el maligno le ofreció tres contaminaciones del espíritu:
El ser relevante, el ser espectacular y el ser poderoso. Cristo silenció al adversario con la Palabra de Dios y
nosotros fuimos llamados a “seguir sus pisadas” 1ª Pedro 2:21.
Al hablar de liderazgo cristiano sería útil y prudente recordarnos a nosotros mismos: ¡Jesucristo es todo!” Por
tanto, la persona que, impulsada por una visión, tome la iniciativa, trabaje con perseverancia, dedicación y
excelencia; que llegue a ser creativa y competente en su área específica y que esté caracterizada por un genuino
espíritu de servicio, y esté impulsada por el deseo de glorificar a Dios y el amor a quienes Dios confía a su
cuidado, será muy poderosa. Será percibida como el instrumento de Dios para guiar a sus seguidores a lo mejor y
estos responderán depositando en ella su confianza.