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Procesal III

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Procesal III

Derecho Procesal III: Proceso penal (Universidad de La Laguna)

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TEMA 2
Competencia: objetiva, funcional y territorial.

Concepto de competencia genérica: con él nos referimos a qué le corresponde al orden


jurisdiccional penal. Con arreglo al art. 9.3 LOPJ (“Los del orden jurisdiccional penal tendrán
atribuido el conocimiento de las causas y juicios criminales, con excepción de los que
correspondan a la jurisdicción militar”), todas las causas penales van a ser enjuiciadas a través
de los órganos jurisdiccionales que integran el orden jurisdiccional penal. Además, también es
relevante el hecho de que el orden jurisdiccional penal es preferente, por lo que nunca se puede
plantear frente un órgano jurisdiccional del orden jurisdiccional penal un conflicto de
competencia (art. 44 LOPJ) (*conflicto de competencia: es aquel que se plantea entre órganos
jurisdiccionales de distintos órdenes jurisdiccionales, que se puede plantear, por ej., entre orden
civil y c-a, o entre social y c-a, etc., pero nunca con el orden penal).

3.1. Competencia objetiva

La competencia objetiva, esto es, la determinación del órgano competente dentro de la


estructura jerárquica o de tribunales de mismo grado se efectúa mediante la conjunción de tres
criterios: gravedad del hecho, materia y personas.

a. Gravedad del hecho punible Art. 14 LECrim:

- Delitos leves
Art. 14.1 LECrim: los Juzgados de Instrucción conocen del enjuiciamiento de los delitos salvo
que la competencia corresponda al Juez de Violencia sobre la Mujer.

- Delitos

Los JI conocen de la pase instructora de todos los procesos por delito -salvo aquellos aforados-,
cuyo enjuiciamiento corresponde a la AP y a los JP, con independencia del procedimiento
adecuado, excepto de aquellas causas que sean competencia de los JVM. Asimismo, les
corresponde dictar sentencia de conformidad con la acusación en los ‘’juicios rápidos’’ y en las
‘’diligencias previas’’ en los términos establecidos en el art. 801 LECrim (87.1 LOPJ y 14.3).

Los JP son órganos de enjuiciamiento, y es por ello que conocen de la fase de juicio al de los
delitos a los que la Ley señale pena privativa no superior a 5 años, o de multa cualquiera que
sea su cuantía, o de cualesquiera otras de distinta naturaleza, siempre que no superen los 10
años, sin perjuicio de la competencia del Tribunal del Jurado (se le atribuye competencia
objetiva cualitativamente, no cuantitativamente, independientemente de la pena prevista para
esos delitos). También conocen de la ejecución de las sentencias y de las resoluciones y
sanciones pecuniarias y resoluciones de decomiso provenientes de otros Estados miembros.

Las AP conocen de las causas por delito sancionado con pena privativa de libertad superior a 5
años o no privativa superior a 10.

Para determinar si la competencia objetiva, en atención con el criterio de gravedad, debemos


atender a la pena en abstracto definido en el Código Penal.

b. Razón de la materia

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Los JI son competentes también para el conocimiento de los procedimientos de Habeas Corpus.
Conocerán de la ejecución de las medidas de embargo y aseguramiento de pruebas transmitidas
por un órgano jurisdiccional de un Estado miembro, cuando los bienes o elementos de prueba se
encuentren en España. Asimismo, de la autorización del internamiento de extranjeros en centros
de internamiento, como del control de la estancias. También de las peticiones o quejas cuando
afecten a los derechos fundamentales.

Los JCI, con jurisdicción en todo el país y sede en Madrid, para el conocimiento de la
instrucción de las causas por delito cuyo enjuiciamiento corresponda a la AN o, en su caso, a los
JCP; y en la tramitación de los expedientes de ejecución de las órdenes europeas de detención y
entrega, así como de los expedientes de extradición pasiva.

La Sala de lo Penal de la AN, con jurisdicción en toda España y sede en Madrid, conoce de: el
enjuiciamiento de las causas por los delitos establecidos en el art. 65 LOPJ, con penas
privativas superiores a 5 años o no privativas superiores a 10.

Los JVM, creado por la LO 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral


contra la Violencia de Género (art. 87 bis LOPJ), como órgano mixto, es decir, con
competencias civiles y penales, conoce en lo penal de las materias fijadas en el art. 87 ter. 1
LOPJ y en el art. 14.1 y 5 LECRIM, reformados sen 2015; básicamente de la instrucción de
procesos penales por los delitos, más graves, graves, menos graves y leves, especificados en esa
norma cuya víctima sea una mujer y se haya producido un acto de violencia de género; y la
adopción de órdenes de protección, salvo que sean competencia del Juez de Guardia.
Corresponde también dictar sentencia de conformidad con la acusación en los casos
establecidos por la ley (art. 87 ter.1, e) LOPJ). Los posibles conflictos competenciales con los
Jueces de Familia se regulan en el art. 49 bis LEC, y con los demás Jueces Instructores penales
en el art. 87.1 LOPJ.

Los JCP, con sede con sede en Madrid y jurisdicción en toda España, tienen la misma
competencia que los JP, pero en relación con los delitos cuya enjuiciamiento se atribuye a la
AN.

Los Juzgados de Menores conocen de los hechos cometidos por personas mayores de 14 años y
menores de 18 tipificados como delito en el Código Penal o en las leyes penales especiales, así
como de sus responsabilidades civiles (art. 2 LO 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la
Responsabilidad Penal de los Menores). También existe un Juzgado Central de Menores.

En el ámbito de la Audiencia Provincial, como regla general, o de los Tribunales competentes


por razón de aforamiento del investido, se constituye el Tribunal del Jurado, cuya competencia
objetiva aparece reducida al conocimiento de los siguientes delitos: a) Muy graves: homicidios;
b) Delitos contra el libre ejercicio de los derechos fundamentales: allanamiento de morada y
amenazas; c) Delitos contra el patrimonio social e incumplimiento de los deberes cívicos:
omisión del deber de socorro; d) Delitos cometidos por funcionarios

c. Por razón de las personas: ‘’los aforamientos’’


Son prerrogativas procesales la inmunidad, el suplicatorio y el aforamiento.

La inmunidad se refiere en el art. 71.2 CE, de diputados y senadores. Esta protege al


parlamentario de las coacciones que, sobre su derecho a la libertad, pudiera proporcionar el
Poder Ejecutivo.
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El suplicatorio es un presupuesto procesal penal, que tutela la inviolabilidad del parlamentario,


consistente en obtener la autorización de la Cámara competente para obtener su procesamiento
y sujeción a un proceso penal en curso.

Los aforamientos constituyen una derogación de las normas comunes la competencia objetiva,
quedando determinadas autoridades sometidas a órganos superiores del JI, en lo relativo al
procesamiento, instrucción y enjuiciamientos.

Sala Especial del Supremo para el enjuiciamiento de los Magistrados (art. 61.4 LOPJ).

3.2. Competencia funcional

Se refiere a la atribución del conocimiento en función de las distintas fases procesales:


declarativa, impugnación y ejecución.

a. Fase declarativa

En el sentido de que el proceso penal se divide en la fase instructora, la intermedia y la de juicio


oral, hemos de distinguir a qué órganos se le atribuye cada fase.

La instrucción corresponde a los JI, a los Centrales de la AN y en determinados delitos, a JVM.


La fase intermedia -que tiene por objeto decidir acerca de la apertura o no del juicio oral-: en el
proceso abreviado, en el Jurado y en los juicios rápidos es competencia de los JI; pero el
denominado ‘’sumario ordinario’’ -para los delitos muy graves- corresponde a la AP.
La fase de juicio oral (función decisoria) es competencia de los JI -para delitos leves-, de lo
Penal -delitos con pena privativa inferior a 5 años- y de los Tribunales: AP y AN, que en
función de la naturaleza del hecho punible, puede constituirse con o sin intervención del Jurado.
El TS ostenta también una competencia residual para el enjuiciamiento de sus aforados.

b. Fase de impugnación

Las AP son competentes para el conocimiento de recursos de apelación y queja contra las
resoluciones dictadas por los JI, JVM, de lo Penal, de Menores y de Vigilancia Penitenciaria.
Cuando se trate de un recurso contra la sentencia dictada por JI en juicio de delitos leves decide
un solo magistrado de la Audiencia.

Los TSJ conocen del recursos de apelación contra los autos que supongan la finalización del
proceso por falta de jurisdicción o sobreseimiento libre y las sentencias de AP en primera
instancia. También conocen del recurso de apelación contra las sentencias dictadas en el ámbito
de la AP y en primera instancia por el Magistrado-presidente del Jurado, y contra los autos de
este último.

La AN conoce de los recursos de apelación y que contra las resoluciones dictadas por los JCP o
JCI, J de Menores y JC de Vigilancia de Menores.

La Sala de Apelación de la AN conoce de los recursos de apelación contra los autos que
supongan la finalización del proceso por falta de jurisdicción o sobreseimiento libre y las
sentencias dictadas por la Sala de lo Penal de la AN.

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El TS es competente para el conocimiento del recurso extraordinario de casación contra las


sentencias dictadas en única instancia o en apelación por los TSJ, y contra las dictadas por las
AP y AN, y del Tribunal del Jurado.

c. Ejecución

Como regla general corresponde la ejecución al órgano jurisdiccional que haya dictado la
sentencia en primera o única instancia. Se exceptúan las dictadas por los JI y el
reconocimiento y ejecución de las resoluciones que impongan sanciones pecuniarias por
autoridades de Estados europeos que hayan de ejecutarse en España, que corresponderá a JP y
las dictadas por los JCI, ejecutables por los JCP. También los Jueces de Vigilancia Penitenciaria.

También corresponde a la Sala de lo Penal de la AN el conocimiento de la ejecución de las


sentencias dictadas por los Tribunales extranjeros, cuando en virtud de un tratado internacional
corresponda a España la ejecución de una sentencia penal extranjera o el cumplimiento de una
pena o medida de seguridad privativa de libertad.

El art. 8 LECrim establece que ‘’la jurisdicción criminal es siempre improrrogable’’ (carácter
ius cogens). No cabe que en el proceso penal la sumisión expresa o tácita de las partes, sino que
constituye siempre un auténtico presupuesto procesal, cuya infracción, que puede ser apreciada
tanto de oficio como a instancia de parte, ha ocasionar la nulidad de pleno derecho del proceso.

• Examen de oficio: Art. 19 LECrim: examen de oficio de su propia competencia objetiva y


funcional en cualquier estado de las actuaciones.

- Cuando un tribunal considere que es competente de la causa que está conocimiento un


órgano inferior, se limitará ordenarle, previa audiencia del MF y de las partes personadas,
que se abstenga y remita las actuaciones. De ser a la inversa, remitirá las actuaciones. Si
fuera el órgano inferior quien considere ser competente, no cabe cuestión de competencia al
superior, sino exponerle, oído el MF, las razones que tenga para creer que le corresponde el
enjuiciamiento del asunto.

- El LAJ dará vista de exposición y antecedentes al MF y a las partes perdonadas y, luego de


oídos todos, el Tribunal, sin más trámite, resolverá lo que estime precedente.

• Denuncia de parte: Tanto el MF como las partes pueden reclamar al órgano jurisdiccional
superior, previo los informes que estime oportunos.

3.3. Competencia territorial

Nos determina qué órgano jurisdiccional, de entre los del mismo grado, ha de ser el competente
para el conocimiento de un determinado objeto procesal, excluyendo a otros del mismo orden y
mismo grado.

Los criterios que determinan que sea competente territorialmente un órgano jurisdiccional son:

• Fuero preferente. Es el del lugar de comisión del hecho delictivo (forum commissi
delicti), de acuerdo
con el art. 14 LECrim. Se entiendo como el resultado de la acción delictuosa.

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• Fueros subsidiarios. Cuando no conste el lugar en que haya podido cometerse el hecho
punible, será
competente, de acuerdo con el art. 15 LECrim, los siguientes Jueces y Tribuales: 1.El del
término municipal, partido o circunscripción en que se hayan descubierto pruebas
materiales del delito. 2. El del término municipal, partido o circunscripción en que el
presunto reo haya sido aprehendido. 3. El de la residencia del reo presunto. 4. Cualquiera
que hubiese tenido noticia del delito.
En caso de que a lo largo de la instrucción llegara a constar el lugar de comisión del
delito, se producirá la inhibición de la causa.

• Fuero específico. La Ley de Violencia de Género añadió el fuero del domicilio de la


víctima (art. 15
LECrim).

NOTA: Los JVM no hacen guardia, por tanto el JI de guarda traslada en horas hábiles el asunto
a este
primero. Recordar: medida de prisión provisional que puede revocar el el JVM.

NOTA: JI mismo grado que JVM.


Tampoco cabe sumisión expresa o tácita de las partes, debiendo siempre el órgano judicial
examinar de oficio su competencia territorial. En este sentido, el examen de oficio, de
conformidad con lo establecido en el art. 25 LECrim, ‘’el Juez o Tribunal que se considere
competente deberá promover la competencia. También acordará la inhibición a favor del Juez o
Tribunal competente cuando considere que el conocimiento de la causa no le corresponde,
aunque sobre ello no haya precedido reclamación de los interesados ni del Ministerio Fiscal’’.
A su vez, a diferencia de lo que ocurre en el proceso civil, en el penal el MF y las partes
personadas disponen de dos cauces para denunciar la falta de competencia territorial de un
órgano judicial: la inhibitoria, que se deduce ante el órgano que no está conocimiento de la
causa y, sin embargo, se reputa competente, y la declinatoria, que se propone ante el Juez o
Tribunal que está conociendo de la causa y que la parte considera incompetente (art. 26
LECrim).

4. Conexión procesal: repercusión en la competencia

La LECRIM sienta en su art. 17.1, la regla de que cada delito de que conozca la autoridad
judicial será objeto de un sumario, pero a continuación excepciona los delitos conexos, pues
éstos deben comprenderse en un solo proceso, siempre y cuando la investigación y la prueba en
conjunto de los hechos resulte conveniente para su esclarecimiento y la determinación de las
responsabilidades procedentes. Pero si a pesar de ello existe una excesiva complejidad o
dilación para el proceso, se enjuician por separado.

La conexión entendida en sentido estricto (diversidad de delitos culpándose a una sola persona
o a varias), puede ser determinante tanto de jurisdicción (competencia genérica), como de
competencia objetiva y territorial. La ley no se ocupa de los delitos conexos sino a tales efectos,
olvidando después de establecer el efecto más importante de la acumulación, a saber, el
enjuiciamiento en un único proceso (art. 17.1), la forma de hacerlo efectivo o de impugnarlo,
además de establecer una regla específica para un incidente de la ejecución en el art. 988

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LECrim. La acumulación tiene repercusión en la competencia cuando cada uno de los delitos,
de perseguirse por separado, correspondería a un órgano distinto.

Es la propia Ley la que nos dice cuándo existe conexión en su art. 17:
1. Comisión simultánea (art. 17.2-1.°): Son delitos conexos los cometidos por dos o más
personas reunidas. Se supone, ante el silencio de la ley que la comisión debe ser simultánea y
que esas personas deben venir sujetas a diversos órganos jurisdiccionales ordinarios o
especiales, o que puedan estarlo por la naturaleza del delito. Pero, obsérvese, si esas personas
presuntas autoras no están sometidas a diversos jueces y tribunales, también se produce la
conexión, aunque no se altera la competencia;

2. Comisión bajo acuerdo (art. 17.2-2.°): Son también conexos los delitos cometidos por dos o
más personas en distintos lugares o tiempos, si hubiera precedido acuerdo para ello;

3. Comisión mediata (art. 17.2-3.°): Son delitos conexos los cometidos como medio para
perpetrar otros o facilitar su ejecución;

4. Comisión para impunidad (art. 17.2-4.°): También se consideran legalmente delitos


conexos los cometidos para procurar la impunidad de otros delitos;

5. Por decisión de la ley (art. 17.2-5o): Los delitos de favorecimiento real y personal y el
blanqueo de capitales respecto al delito antecedente. Es una causa de conexidad nueva en
nuestro Derecho Procesal, impuesta por la realidad práctica.

6. Comisión de daños recíprocos (art. 17.2-6o): Los cometidos por diversas personas cuando
se ocasionen lesiones o daños recíprocos.

7. Comisión análoga (art. 17.3): Los delitos que no sean conexos pero que hayan sido
cometidos por la misma persona y tengan analogía o relación entre sí, cuando sean de la
competencia del mismo órgano judicial, podrán ser enjuiciados en la misma causa, a instancia
del Ministerio Fiscal, si la investigación y la prueba en conjunto de los hechos resulta
conveniente para su esclarecimiento y la determinación de las responsabilidades procedentes,
salvo que suponga excesiva complejidad o dilación para el proceso. Es un matiz de la causa ya
existente, que no se quiso asumir para el Tribunal del Jurado (art. 5.2 LJ), aunque ello no
siempre haya sido posible.

La Ley también determina en su art. 18.1 los fueros competenciales existiendo conexión de
delitos. En este sentido, son jueces y tribunales competentes, por su orden, para conocer de las
causas por delitos conexos:

• Fuero principal de la gravedad de la pena (art. 18-1.°): Conoce el órgano


jurisdiccional del territorio
en que se haya cometido el delito al que esté señalada pena mayor;

• Fuero subsidiario temporal (art. 18-2.°): Si los delitos tienen señalada igual pena en las
leyes, conoce
el órgano jurisdiccional que primero hubiera comenzado las actuaciones;

• Fuero supletorio de la orden (art. 18-3.°): Si las causas hubieran comenzado al mismo
tiempo, o no
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constara qué órgano empezó antes, conoce el órgano jurisdiccional que la AP o el TS, en
sus casos respectivos, designen.
NOTA: el JP no es superior jerárquico, pero sí tiene super jerárquico: Audiencia
provincial

TEMA 3
3. Principio de presunción de inocencia

La estructura de los principios del proceso penal y sus diferencias con un proceso dispositivo se
extienden también al ámbito probatorio, de manera que para establecer los elementos típicos de
la prueba en el proceso penal deben tenerse en cuenta:

• La presunción de inocencia, como principio conformador de todo el proceso;

• La no obligación de declarar;

• La posible práctica de prueba de oficio; y

• Valoración libre de la prueba.

En cuanto a la presunción de inocencia, el juzgador debe alcanzar la certeza de la culpabilidad


del encausado para dictar sentencia condenatoria, y esa certeza debe ser resultado de las pruebas
practicadas. La falta de pruebas o la insuficiencia de las mismas conlleva la absolución del
encausado, siendo el principio de presunción de inocencia el que condiciona este resultado
desde el punto de vista constitucional, de manera que se trata de un verdadero principio del
proceso penal, cuyos elementos definidores son:

a) Se trata de una garantía procesal que produce efectos en la culpabilidad-inocencia del


encausado, sin repercusión sobre la calificación de los hechos o sobre la responsabilidad penal
del encausado y vinculada estrechamente al derecho a guardar silencio y al derecho a no
autoinculparse.

b) Si bien entendida como máxima procesal, determina el contenido del pronunciamiento de la


sentencia, condicionando la absolución cuando no ha quedado demostrada la culpabilidad del
encausado.

c) su denominación por la jurisprudencia como «presunción» iuris tantum, el encausado es


inocente mientras no se demuestre lo contrario. El efecto de este principio es la innecesariedad
de prueba por el encausado. Corresponde a los acusadores la prueba de cargo, de manera que la
falta o insuficiencia de prueba conduce a la absolución, repercutiendo en la carga de la prueba,
sin peruicio de que, liberar al encausado de la necesidad de prueba, no le impide la misma.

Para que el efecto de la presunción de inocencia pueda quedar desvirtuado es necesario:

1) Que exista actividad probatoria, de acuerdo con todas las garantías; La presunción de
inocencia requiere para ser enervada que un tribunal declare la culpabilidad del encausado sobre
la base de la actividad probatoria, que deduzca la participación inequívoca del encausado en los
hechos, tras un proceso celebrado con todas las garantías (inmediación, contradicción,
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publicidad y oralidad esencialmente), en cuanto pueden existir violaciones de derechos


fundamentales del investigado.

2) Que esa actividad tenga la consideración de prueba de cargo; no basta con la mera existencia
de prueba, sino que se precisa que ésta sea de cargo. Ello significa que la prueba debe tener un
contenido objetivamente incriminatorio, es decir, de su interpretación, resulte su culpabilidad y
que dicho resultado responda a la verdad, referido este aspecto a la valoración de la prueba.

3) Que la prueba de cargo pueda considerarse como suficiente para fundamentar un


pronuncimiento de condena. La suficiencia no se refiere a la cantidad de pruebas
incriminatorias, sino a la entidad y cualidad que deben revestir los medios de prueba que se
practiquen, lo que conecta con el requisito de la idoneidad de la prueba de cargo para
fundamentar la incriminación del inculpado.

4) La motivación del íter (camino) que ha conducido de las pruebas al relato de hechos
probados de signo incriminatorio.

5) A falta de prueba directa, la prueba de cargo sobre la concurrencia de los elementos objetivos
y subjetivos del delito puede ser indiciaria, siempre que se parta de hechos plenamente
probados y que los hechos constitutivos de delito se deduzcan de esos indicios a través de un
proceso mental razonado y acorde con las reglas del criterio humano."

Por su parte, el atestado policial no constituye prueba en sí mismo, sino que tiene valor de
denuncia (art. 297). Para que puedan tener valor probatorio deberán reproducirse en el juicio
oral con contradicción y debate de las partes y con presencia de los agentes policiales, como
sucede con informes o dictámenes prestados por gabinetes policiales.

→ Presunción de inocencia: Es un derecho fundamental recogido en el art. 24.2 CE. Se es


titular de este derecho fundamental, mientras no se dicte un sentencia firme de condena.

Se trata de una presunción iuris tamtum, y tal y como indica la jurisprudencia del TS, para
desvirtuarla hay que desplegar una mínima actividad probatoria, porque si no se practica una
prueba suficiente para echar por tierra esa inocencia, el juez aplica, in dubio pro reo, (en caso de
duda a beneficio del reo).

La carga de la prueba, se invierte, y corresponde a la parte acusadora, ya que el acusado es


titular del D.F de presunción de inocencia, y deberá practicar prueba suficiente para desvirtuar
la presunción de inocencia

Además, la prueba se practica en un momento específico del proceso, la regla general es que se
haga el acto del juicio oral. Las pruebas deben ser lícitas, es decir, obtenidas, sin vulneración de
derechos fundamentales (por ej.: una conversación gravada sin el correspondiente mandamiento
judicial no es una prueba lícita). *Recordemos que el proceso penal tal y como veremos tiene
dos fases, instrucción o investigación + juicio oral.

• CONCEPTO DE PARTE
En relación con las partes del proceso penal lo primero que tenemos que plantearnos es si hay o
no, partes en el proceso penal. Se entenderá un una dirección u otra, en función de cómo
entendamos el concepto de parte.
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→ Concepto de parte en sentido Formal: Recordando que los principios básicos que afectan a
la estructura de cualquier proceso son:

1. Principio de contradicción

2. Principio de igualdad de armas

3. Dualidad de posiciones; ojo!!, NO dualidad de partes. (El proceso penal es un claro


ejemplo de que puede haber
pluralidad de partes)

Formalmente, diremos que SI hay partes en el proceso penal, porque rige ese principio de
dualidad de posiciones: En base a este principio nos encontramos con :

- La parte acusadora: será aquel que ejercite la acción penal, interponiendo la pretensión
penal.

- La parte acusada: aquella frente al que interpongo la pretensión penal, y que se podrá oponer
a esa pretensión
penal.
*La respuesta en el examen seria: Desde el punto de vista formal, y teniendo en cuenta que rige
el principio de dualidad de posiciones, si que necesitamos que haya dos posiciones claramente
diferenciadas, la posición de a parte acusadora, y la posición de la parte acusada.

→ Concepto de parte en sentido material: Sin embargo; desde el punto de vista del derecho
material, NO hay partes en el proceso penal por varias razones:

1- Porque no existe una relación jurídica de derecho penal En un proceso penal la víctima
puede acudir a los tribunales para que actúen el ius puniendi del Estado, pero la víctima no es
titular de un derecho subjetivo material para exigir que se le imponga una pena al responsable.
(Sin embargo en el proceso civil si había una relación jurídica material y cuando había una
controversia y no se conseguían poner de acuerdo, se acudía al proceso. Recordemos que al
interponer la demanda se pasaba de una relación jurídico privada a una relación procesal que es
de derecho jurídico público, donde los sujetos eran las partes y el juez), (Perspectiva de los
acusadores)

2- El titular del ius puniendi es el estado y los acusadores solo pueden pedir al tribunal que
promuevan ese derecho a penar.

3- El acusado sí que es titular de todos los derechos fundamentales que puede ver limitados en
un proceso penal, principalmente del derecho a la libertad.

Por tanto, la única parte material que existe en un proceso penal es el acusado. Ahora ya no se le
puede llamar acusado; sino que se le va a llamar investigado o encausado (si se abre juicio oral
ya se le puede llamar acusado).

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• CLASIFICACIÓN. PLURALIDAD DE PARTES


¿Cómo clasificaríamos a las partes en un proceso penal?. Utilizamos los siguientes criterios de
clasificación.

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1. PARTES ACUSADORAS

• EL MINISTERIO FISCAL

El MF es Parte acusadora en el proceso penal. Fundamento: El fundamento del MF se


encuentra en el art. 124 de la CE, que lo reconoce como órgano constitucional. Está regulado en
Estatuto Orgánico del MF (EOMF). El Art.2 del EOMF establece que: El MF es un órgano con
relevancia constitucional, con personalidad jurídica propia, integrado con autonomía funcional
en el PJ. Esto significa que:

v Es un órgano constitucional, tal y como recoge el art. 124 CE.


v En cuanto a su organización: → Rige el principio de unidad de actuación: ya que solo hay
un MF para todo el

Estado, con una sola personalidad jurídica propia, y hay dependencia jerárquica. (Ésta es la nota
que distingue al MF de los jueces). El Ministerio Fiscal, por tanto funciona bajo la dirección y
dependencia jerárquica de sus superiores y, en última instancia, del Fiscal General del Estado.

Es un órgano integrado dentro del Poder Ejecutivo. Aunque diga ese artículo que está integrado
en el poder judicial con autonomía funcional. El MF NO está integrado en el poder judicial sino
en el poder ejecutivo.

Los principios de actuación del MF

- Principio de legalidad

- Principio de imparcialidad. La imparcialidad se traduce en que el Ministerio Fiscal ha


de actuar comprendida por actividad e independencia en defensa de los intereses que le son
encomendados.

El problema que nos encontramos con el MF, es que es una figura que al final acaba
representado 3 papeles distintos:

1→MF como defensor de la legalidad: *Recordemos que lo contrario al principio de legalidad


es el principio de oportunidad. Sin embargo, cada vez constatamos un número mayor de
manifestaciones del principio de oportunidad en nuestro sistema penal. Así, frente infracciones
de escasa entidad el Ministerio Fiscal podrá transigir con la acción penal para descongestionar
los juzgados en el orden penal, siempre que concurran circunstancias muy concretas. Por
ejemplo: en el procedimiento abreviado existe una manifestación del principio de oportunidad
en los supuestos de sentencia de conformidad. Para aquellos delitos que tienen asignada una
pena de prisión que no exceda de 6 años, puede que, antes de iniciarse la fase de juicio oral, el
Ministerio Fiscal y la acusación particular Transijan sobre la acción penal, conformándose del
acusado con la pena más grave de todas las solicitadas.

Como defensor de la legalidad significa:

- La obligación de perseguir delitos

- Ejercitar la acción penal que es pública. (En los delitos públicos y semiprivados/
semipúblicos).
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Como defensor de la legalidad, entre sus funciones están:

- Recibir denuncias

- Interponer querella (para iniciar un proceso penal de delitos públicos y semiprivados/


semipúblicos)

- Abrir diligencias informativas (junto con la Policía judicial, que está siempre a su
servicio y al del juez de instrucción).

- Citar, para que comparezca y tomar declaración.

- Puede ordenar una detención.

- En el proceso penal de menores, la fiscalía de menores además es quien investiga (no


hay juez instructor).

El MF no puede adoptar ninguna otra medida limitativa de derechos fundamentales. *Ej. No


puede mandar a nadie a acordar una prisión provisional, entrada de registro, etc. Esta
competencia es siempre del juzgado de instrucción.
Además, el MF debe hacer constar tanto las circunstancias que le sean favorables al acusado,
como las adversas, (art. 2 LECrim). *Ej. En ese ejercicio de defensor de la legalidad, si el MF
considera que no hay elementos para acusar a esa persona puede retirar esa acusación.

2→ MF como parte acusadora: El art 105 LECrim establece:


1.Los funcionarios del Ministerio Fiscal tendrán la obligación de ejercitar, con arreglo a las
disposiciones de la Ley, todas las acciones penales que consideren procedentes, haya o no
acusador particular en las causas, menos aquellas que el Código Penal reserva exclusivamente
a la querella privada. 2.En los delitos perseguibles a instancias de la persona agraviada
también podrá denunciar el Ministerio Fiscal si aquélla fuere menor de edad, persona con
discapacidad necesitada de especial protección o desvalida. La ausencia de denuncia no
impedirá la práctica de diligencias a prevención.

El art 105 viene a decir que el MF:


- Tiene la obligación de ejercitar la acción penal en delitos públicos haya o no acusación
particular.
- No tiene obligación de ejercitar acción penal cuando se trate de delitos privados (injurias y
calumnias contra particulares).
- En los delitos semipúblicos y semiprivados, es necesario la denuncia o querella para que
intervenga el MF.
- En los delitos semipúblicos y semiprivados, cuando se trate de menores o incapaces el MF si
interviene, aunque no se haya interpuesto denuncia y la puede interponer el mismo.

El Ministerio Fiscal es una pieza fundamental para el sistema acusatorio formal o mixto, porque
lleva la carga de la acusación pública en el proceso penal, ejercitando la acción penal
conjuntamente con la acción civil que pueda derivar del hecho delictivo. Y, asimismo, es la
parte acusadora oficial pues es un órgano instituido por el Estado. Como parte acusadora el MF
podrá pedir lo mismo que cualquier otra parte acusadora:
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- Pedir diligencias de investigación

- Proponer prueba.

- Pedir sobreseimiento.

- Pedir apertura de juicio oral.

- Recurrir las resoluciones que considera perjudiciales, etc.

El único privilegio que tiene el MF es el secreto de sumario, ya que aunque se decreten el


secreto de las actuaciones, para el MF nunca serán las actuaciones secretas.

3 →MF como sustituto procesal de la víctima: Si la víctima no actúa como parte acusadora en
el proceso penal, la pretensión civil de resarcimiento la ejerce el MF en nombre propio pero en
interés ajeno. Es a lo que se refiere el art. 108 LECrim.
108. La acción civil ha de entablarse juntamente con la penal por el Ministerio Fiscal, haya o
no en el proceso acusador particular; pero si el ofendido renunciare expresamente su derecho
de restitución, reparación o indemnización, el Ministerio Fiscal se limitará a pedir el castigo de
los culpables.

Diferencia entre fiscal y acusación particular: Para el MF ejercitar la acción penal es un deber
con base en el art. 105, mientras que para la acusación particular y popular no es una
obligación, sino que es un derecho.

• EL ACUSADOR POPULAR

Concepto: El acusador popular es un ciudadano o persona jurídica no ofendido por la comisión


del hecho delictivo, que ejercita la acción penal, porque es pública. No puede ejercitar la acción
civil, puesto que no es la persona agraviada o perjudicada por el hecho delictivo. Fundamento:
El fundamento del acusador popular se encuentra fundamentado en el art. 101 LECrim y 125
CE. El acusador popular solo puede ser parte en los delitos públicos, y nunca en los
semipúblicos que requieren denuncia previa del ofendido.

125 CE: Los ciudadanos podrán ejercer la acción popular y participar en la Administración de
Justicia mediante la institución del Jurado, en la forma y con respecto a aquellos procesos
penales que la ley determine, así como en los Tribunales consuetudinarios y tradicionales.

En este artículo nos muestra:

- El derecho a participar en el jurado,


- Los tribunales consuetudinarios y populares (aguas de la vega de Valencia consejo de
hombres buenos de Murcia)

- Y se habla de que los ciudadanos tienen derecho a ejercitar la acción popular, que sin
embargo no es un derecho fundamental.

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La CE otorga al ciudadano el derecho a ejercitar la acción popular sin necesidad que sea el
ofendido por el hecho delictivo, se le permite actuar en defensa de la legalidad y del interés
público. Si nos fijamos es un papel muy parecido al del MF, pero esto no significa que el
acusador popular se adhiera a la acción penal que ejercita el MF, sino que el acusador popular
ejercitar su propia acción penal.

Legitimación y requisitos:
→ Pueden ser acusación popular:

1- Ciudadanos españoles: Tal y como indican los art. 101 y 270 LECrim y el 19 LOPJ.

2- Personas jurídicas españolas: Si pueden ser acusación popular. El TS ha hecho una


interpretación vinculando el
art. 125 CE con el 22 CE (derecho fundamental a constituir una asociación), de manera que se
permite que cualquiera puede constituir una asociación, cuyo objeto sea dedicarse a acción
popular en las acciones penales. (deben prestas fianza)*ej. Manos limpias, asociaciones y
usuarios de la banca, Asociación clara Campoamor, un sindicato, una organización ecologista.

*Extranjeros y ciudadanos de la UE: Aunque el art 125 CE establezca que pueden serlo
“todos”. No pueden ser acusador popular: ni extranjeros, ni ciudadanos de la UE. ¿Por qué? Por
que un ciudadano extranjero o de la UE goza de los derechos fundamentales en España, pero el
art. 125 CE es un derecho de los ciudadanos, pero no es un derecho fundamental.

101 LECCrim: La acción penal es pública.


Todos los ciudadanos españoles podrán ejercitarla con arreglo a las prescripciones de la Ley.

Art. 270LECCrim: Todos los ciudadanos españoles, hayan sido o no ofendidos por el delito,
pueden querellarse, ejercitando la acción popular establecida en el artículo 101 de esta Ley.
→ No pueden ser acusador popular: Los de los arts. 102 y 103 LECrim:

102: Sin embargo de lo dispuesto en el artículo anterior, no podrán ejercitar la acción penal:
1º- El que no goce de la plenitud de los derechos civiles.
2º - El que hubiera sido condenado dos veces por sentencia firme como reo del delito de
denuncia o querella calumniosas. 3º - El Juez o Magistrado. (Los jueces si pueden ejercer
acción penal si se ha cometido un delito contra su persona a bienes)

103: Tampoco podrán ejercitar acciones penales entre sí:


1.o- Los cónyuges, a no ser por delito o falta cometidos por el uno contra la persona del otro o
la de sus hijos, y por el delito de bigamia. 2.o- Los ascendientes, descendientes y hermanos por
naturaleza, por la adopción o por afinidad, a no ser por delito o falta cometidos por los unos
contra las personas de los otros. Estos pueden ser acusadores particulares u ofendidos pero no
acusadores populares.
En definitiva, puede ser acusador popular: ciudadano español persona física o jurídica no
ofendido por el hecho delictivo. (Excepto los del art. 102 y 103 de la LECCrim)

→ Asimismo, el acusador popular:

- Es parte contingente o no necesaria.

- Sólo puede constituirse en delitos públicos, y ejercitar la pretensión penal.

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- No puede ejercer la acción civil de resarcimiento, porque no es el ofendido o


perjudicado por la comisión del hecho delictivo.

→ Requisito de actividad: Para que te admitan como acusador popular en esa causa:
- Es necesario interponer querella, aunque el proceso ya esté iniciado por otros sujetos o de
oficio.
- Prestar fianza.: para que la querella sea admitida a trámite (informada por el principio de
proporcionalidad, (art. 20.3 LOPJ: No podrán exigirse fianzas que por su inadecuación impidan
el ejercicio de la acción popular, que
será siempre gratuita.

Una vez que el acusador popular:


- Ha interpuesto querella,
- Ha prestado fianza en el plazo fijado (si no se presta en plazo se inadmite)
- Y si ha sido admitida esa querella, se convierte parte acusadora e interviene en el proceso
penal como cualquier otra parte acusadora pidiendo diligencias de investigación e interviniendo
en ellas, pidiendo medidas cautelares, proponiendo pruebas, medidas coercitivas, pedir el
sobreseimiento de la causa o apertura de juicio oral, recurrir cualquier resolución que entienda
perjudicial, etc.

→ Postulación: Quitando al fiscal, el resto de partes acusadoras necesitan postularse mediante


abogado y procurador, de su libre elección o si no lo tienen, se le asigna por turno de oficio. El
TC ha admitido que el acusador popular que acredite que carece de recursos para litigar se le
puede asignar abogado y procurador de oficio.

• ACUSADOR PARTICULAR

Si se permite que un ciudadano no ofendido por la comisión de un hecho delictivo, actué y


ejercite la acción penal porque la acción penal es pública (acusador popular), con más razón
podrá ejercer la acción penal la persona ofendida o agraviada. Concepto: El acusador particular
es aquella persona que ha sido ofendido por el hecho delictivo y decide constituirse como parte
acusadora en el proceso penal. Fundamento: El fundamento del acusador particular se
encuentra en el art. 24.1 CE, porque el ofendido tiene derecho a formular la acusación y a
promover ante los tribunales la acción penal, y por tanto, puede ejercitar el derecho a castigar.
(Tutela judicial efectiva). Sin embargo; el único titular del ius puniendi es el Estado.

→Diferencia entre fundamento del acusador particular y popular: Que el acusador particular,
se fundamenta como un derecho fundamental, (art. 24.1CE), por lo tanto si se vulnera se puede
interponer recurso de de amparo, mientras que el derecho de acción del acusador popular no es
un D.F. (Esta en el 125 CE).

Legitimación y requisitos:

Puede ser acusador particular:

1- Personas físicas (españolas y extranjeras)

2- Personas jurídicas (españolas y extranjeras)


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Cualquier persona física o jurídica española o extranjera puede ser ofendida por el hecho
delictivo. En cuanto a los extranjeros, el art 270.2 LECCrim establece: También pueden
querellarse los extranjeros por los delitos cometidos contra sus personas o bienes o las
personas o bienes de sus representados, previo cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 280
(deben prestar fianza), si no estuvieren comprendidos en el último párrafo del 281. Si bien a los
extranjeros se les exige prestar fianza, con la finalidad de evitar que puedan abandonar el
proceso, y dejando a salvo que puedan disponer otra cosa los tratados o convenios
internacionales de los que España forma parte.

→ Capacidad: Se les exige:

- Capacidad para ser parte.

- Capacidad procesal.

→ En qué delitos va a intervenir:

1- Delitos Públicos (Junto a él, necesariamente siempre se constituye como parte el MF o


podrá hacerlo también la acusación popular)

2- Privados nunca puede intervenir (pues aquí interviene el acusador privado).

3- Semipúblicos o semiprivados: Siempre y cuando interponga denuncia. Junto a la acusación


particular, también
es parte necesariamente el MF. Nunca podrá haber acusación popular. *Ej. Si soy un ofendido
de un delito contra la indemnidad sexual para que el delito se persiga, debo interponer denuncia.

→ Problemas de sistemática del legislador español: La ley a veces habla de ofendido y a veces
de perjudicado; para englobarlo todo dentro de la acusación particular. Normalmente, el
ofendido y del perjudicado coinciden en la misma persona; pero también cabe la posibilidad de
que sean distintas: El ofendido sería el titular del bien jurídico atacado (por ej.: homicidio el
titular de la vida). Y el perjudicado serían familiares del ofendido. El ofendido es el titular del
bien jurídico o interés protegido por la norma penal transgredida, el perjudicado es aquel que
sufre en su esfera patrimonial los daños materiales de un hecho punible.

→ Quien puede ser acusador particular:

1- El ofendido o perjudicado.

2- Las uniones sin personalidad jurídica (un grupo de personas que persiguen un fin, y aportan
un capital pecuniario para ese fin concreto y determinado). *Ej.: Que constituyamos una unión
para el viaje fin de carrera,
y que nos estafen.

3- Las sociedades irregulares (aquellas que no se han constituido con los requisitos de forma
que exige la ley.
Sociedad constituida sin escritura pública e inscripción en el registro).

4- Los patrimonios autónomos (ej.: herencia yacente; es decir un patrimonio que


temporalmente no tiene un
titular concreto, porque aún no se ha aceptado la herencia).*Ej. Delito de daños.
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5- El Estado. Cuando el Estado es el agraviado, el delito típico seria un delito contra la


hacienda pública” hacienda
somos todos”. En este caso, se sentaría el abogado del Estado como acusador particular.

→ Requisito de actividad:
¿Cómo se constituye el acusador particular en un proceso?

- Por medio de querella del agraviado. Por querella que relacione los hechos alegados, solicite
determinadas pruebas, etc. y a diferencia de la denuncia, en donde solo se ponen unos hechos en
conocimiento del juez instructor o del Ministerio Fiscal, en la querella se manifiesta la voluntad
del querellante de ser parte acusadora en un proceso penal.

- Por denuncia del agraviado.

Cuando el proceso ya está iniciado, al agraviado se le hace un ofrecimiento de acciones, por el


cual podrá constituirse en parte, como acusador particular del proceso, sin necesidad de que
haya formulado querella en estos casos:

- Bien porque el ofendido haya interpuesto la denuncia.

- Bien porque alguien interpuso una querella antes (acusación popular o una denuncia
de un tercero).

En esta querella no hay que prestar fianza, tal y como indican los arts. 280 y 281.

280: El particular querellante prestará fianza de la clase y en la cuantía que fijare el Juez o
Tribunal para responder de las resultas del juicio.

281: Quedan exentos de cumplir lo dispuesto en el artículo anterior:


1º El ofendido y sus herederos o representantes legales.
2º En los delitos de asesinato o de homicidio, el cónyuge del difunto o persona vinculada a él
por una análoga relación de afectividad, los ascendientes y descendientes y sus parientes
colaterales hasta el segundo grado inclusive, los herederos de la víctima y los padres, madres e
hijos del delincuente.
3º Las asociaciones de víctimas y las personas jurídicas a las que la ley reconoce legitimación
para defender los derechos de las víctimas siempre que el ejercicio de la acción penal hubiera
sido expresamente autorizado por la propia víctima.
La exención de fianza no es aplicable a los extranjeros si no les correspondiere en virtud de
tratados internacionales o por el principio de reciprocidad.»

La regla general*, por tanto, es que si el extranjero es ofendido por el hecho delictivo estaría en
el primer supuesto.

→ El ofrecimiento de acciones: es un llamamiento al proceso al ofendido o perjudicado por el


hecho delictivo. Está regulado en los arts. 109, 110, 761 y 776 LECrim.
Los arts. 109 y 110 recogen disposiciones de carácter general, del ofrecimiento de acciones. El
art 109, se refiere al ofrecimiento de acciones → al ofendido.
El art. 110, se refiere al ofrecimiento de acciones → al perjudicado.

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Art 109: En el acto de recibirse declaración por el Juez al ofendido que tuviese la capacidad
legal necesaria, el Secretario judicial le instruirá del derecho que le asiste para mostrarse
parte en el proceso y renunciar o no a la restitución de la cosa, reparación del daño e
indemnización del perjuicio causado por el hecho punible. Esto significa que el ofrecimiento de
acciones se le hace al ofendido, al tomarle declaración en sede judicial.

Art. 110: Los perjudicados por un delito que no hubieren renunciado a su derecho podrán
mostrarse parte en la causa si lo hicieran antes del trámite de calificación del delito. Es el
mismo ofrecimiento de acciones, en este caso al perjudicado.

Los art 761 y 776 establecen lo que se les ofrece. (Están dentro del procedimiento abreviado)
761.2: Sin perjuicio de lo que se dispone en el apartado anterior, el Secretario judicial instruirá
al ofendido o perjudicado por el delito de los derechos que le asisten conforme a lo dispuesto
en los artículos 109 y 110 y demás disposiciones, pudiendo mostrarse parte en la causa sin
necesidad de formular querella. Asimismo le informará de la posibilidad y procedimiento para
solicitar las ayudas que conforme a la legislación vigente puedan corresponderle
776.1. El secretario judicial informará al ofendido y al perjudicado de sus derechos, en los
términos previstos en los artículos 109 y 110, cuando previamente no lo hubiera hecho la
Policía Judicial. En particular, se instruirá de las medidas de asistencia a las víctimas que
prevé la legislación vigente y de los derechos mencionados en la regla 1.a del artículo 771.

Ese ofrecimiento de acciones consiste:

1- En que se puede constituir en parte del proceso: Ejercitando la acción penal y civil.

2- Se le advierte que si no quiere constituirse en parte en el proceso, ya que no es necesario ni


obligatorio,
asumirá esas funciones el MF que será quien ejercite la acción penal y civil;

3- Se le informe de que tiene derecho a nombrar abogado y procurador, pagándolo él, o se le


asignará de oficio si
tiene derecho a la justicia gratuita.

4- Que luego podrá participar de todas las diligencias de actuación.

5- Además, los casos de violencia sobre la mujer, hay obligación de notificar a la víctima
cualquier resolución. *Ej. Que el agresor disfrute de un permiso y si interpone recurso.

¿Quién hace el ofrecimiento de acciones? Si la causa no ha llegado al juzgado, se le hacen en


las dependencias judiciales. Cuando llega al juzgado siempre lo hace el secretario judicial, tal y
como indica el 771.

¿Hay un momento límite para constituirte como acusación particular? Lo mejor es hacerlo lo
antes posible, la ley no fija el momento inicial para hacer el ofrecimiento de acciones, ya que
puede variar, en función de si te lo hacen en dependencias judiciales o en el juzgado; sin
embargo; la ley fija un límite, a partir del cual ya no te podrás constituir como acusación
particular: que es al llegar al momento del trámite de calificaciones provisionales. Tal y como
indica el art. 109 y 110. Si hasta ese momento no te has constituido como acusación particular,
ya precluye.

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En el ofrecimiento de acciones, no es preciso querella, simplemente muestras tu conformidad y


presentas un escrito firmado por abogado y procurador, en el que dices que te vas a constituir
como parte acusadora.

→ Pretensiones y renuncia

¿Qué pretensiones puede interponer la acusación particular? La acusación particular puede:

- Ejercitar acción penal + civil

- Reservarse la acción civil para un proceso civil

- Renunciar expresamente a la satisfacción de daños y perjuicios.

En principio, si no dicen nada se entiende que está ejercitando ambas acciones; salvo que se la
reserve para un ulterior proceso civil o bien que renuncie a la acción civil. Si se la reserva, el
inconveniente es que habrá que acudir a un ulterior proceso civil, y es una pena, no aprovechar
las ventajas del proceso penal para evitar el denominado peregrinaje judicial. A ello se refiere el
art. 112 LECrim.: Ejercitada sólo la acción penal, se entenderá utilizada también la civil, a no
ser que el dañado o perjudicado la renunciase o la reservase expresamente para ejercitarla
después de terminado el juicio criminal, si a ello hubiere lugar. Si se ejercitase sólo la civil que
nace de un delito de los que no pueden perseguirse sino en virtud de querella particular, se
considerará extinguida desde luego la acción penal.

→ Postulación: Quitando al fiscal, el resto de partes acusadoras necesitan postularse mediante


abogado y procurador, de su libre elección o si no lo tienen, se le asigna por turno de oficio.

→ Diferencias entre acusador particular y acusador popular:

1- El fundamento es distinto: El acusador particular, se fundamenta como un derecho


fundamental, (art. 24.1CE), por lo tanto si se vulnera se puede interponer recurso de de amparo,
mientras que el derecho de acción del acusador popular no es un D.F. (Esta en el 125 CE).

2- El acusador particular →siempre es el ofendido o perjudicado; mientras el acusador popular


nunca es el ofendido o perjudicado.

3- El acusador particular → puede ejercer la acción penal + la civil; mientras que el acusador
popular puede ejercitar solo la penal.

4- Acusador particular → puede ser cualquier persona física o jurídica, española o extranjera;
mientras que el acusador popular sólo puede ser ciudadano persona física o jurídica española.

5- Que el acusador particular → no necesita querella ni fianza (excepto el extranjero); mientras


que el acusador popular precisa interponer querella y prestar fianza.

6- Que persiguen delitos distintos: El acusador particular → interpone denuncia o querella en


delitos públicos y semipúblico; mientras que el acusador popular sólo persigue delitos públicos.

Una vez ya son parte, tanto la acusación particular como la popular, intervienen en el proceso
penal de la misma manera, pidiendo diligencias de investigación e interviniendo en ellas,

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pidiendo medidas cautelares, proponiendo pruebas, medidas coercitivas, pedir el sobreseimiento


de la causa o apertura de juicio oral, recurrir cualquier resolución que entienda perjudicial, etc.

• ACUSADOR PRIVADO

Concepto: Es la parte acusadora necesaria cuando se trate de delitos privados (injurias y


calumnias contra particulares). Es la única parte acusadora que puede estar en el proceso. Si el
acusador privado no interpone querella ese delito privado no va a ser perseguido, porque es el
único titular de la acción penal. El acusador privado ofendido, como el acusador particular,
tiene la disponibilidad sobre el proceso penal, de modo que el proceso solo se inicia si concurre
su voluntad en ese sentido.

→ Legitimación:¿Quién puede serlo?

- Persona física (nacional y extranjera)

- Persona jurídica (nacional o extranjera).


El MF no puede ser acusador privado, ni tampoco junto con el acusador privado.

→ Requisitos de actividad: Se les exige:

- Capacidad para ser parte.

- Capacidad procesal.

- Legitimación: porque su ámbito de aplicación está limitado a la persecución de esos


hechos delictivos.

- La acción penal ha de ejercitarse por querella (215)

- No se le exige fianza porque el acusador privado es el ofendido o perjudicado por esa


injuria o calumnia.

- Además, ejercita la pretensión penal + civil.

→ Requisitos especiales para la admisión a trámite de la querella: Al acusador privado no se


le pide fianza, pero si debe cumplir 2 requisitos especial que se muestran los arts. 278,279, 804
y 805 LECCrim.
1→ Antes de interponer la querella tiene que haberse intentado un acto de conciliación, entre
querellante y querellado. Si la conciliación se ha intentado y no se ha podido celebrar, o no se
ha alcanzado un acuerdo, junto con la querella deberá acompañarse el documento en el que se
acredite haberse celebrado e intentado el acto de conciliación. Por tanto es presupuesto de
admisibilidad de la querella, tal y como indica el art. 278: Si la querella tuviere por objeto
algún delito de los que solamente pueden perseguirse a instancia de parte, excepto el de
violación o rapto, acompañará también la certificación que acredite haberse celebrado o
intentado el acto de conciliación entre querellante y querellado.
2→ Si esas injurias o querellas han sido proferidas durante la celebración del juicio, deberá
presentar como documento la certificación que expide al juzgado acreditando que en la sala se
han proferido esas expresiones. (La ley dice licencia), tal y como indica el art. 279: En los
delitos de calumnia o injuria causadas en juicio se presentará además la licencia del Juez o
Tribunal que hubiese conocido de aquél, con arreglo a lo dispuesto en el Código Penal.
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Los arts. 804 y 805 (proceso especial por denuncia de injurias y calumnias) vienen a reproducir
lo dicho en los arts. 278 y 279.

→ Abandono de la querella: Interpuesta la querella, el destino de la misma queda en manos del


acusador privado, porque si éste abandona la querella ya no se va a perseguir ese hecho
delictivo. Se entenderá que se abandona cuando:
v Si pasados 10 días desde la notificación del auto el querellante no ha instado el
procedimiento, se entenderá que ha abandonado. (275)
v Si el querellante queda incapacitado o muere y ninguno de sus representantes legales o
herederos comparece para sostener la querella dentro de los 30 días siguientes a la citación
(276)

275: Si la querella fuese por delito que no pueda ser perseguido sino a instancia de parte, se
entenderá abandonada por el que la hubiere interpuesto cuando dejare de instar el
procedimiento dentro de los diez días siguientes a la notificación del auto en que el Juez o el
Tribunal así lo hubiese acordado.

276: Se tendrá también por abandonada la querella cuando, por muerte o por haberse
incapacitado el querellante para continuar la acción, no compareciere ninguno de sus
herederos o representantes legales a sostenerla dentro de los treinta días siguientes a la
citación que al efecto se les hará dándoles conocimiento de la querella.

→ Perdón del ofendido: Si el injuriado o calumniado perdona al presunto responsable del


hecho delictivo, se extingue el proceso penal, porque es un delito privado, aunque con ciertos
requisitos; y además si el ofendido es incapaz o menor necesita el consentimiento del MF (art.
130 del C.P).
→ Pretensiones y renuncia: Al igual que ocurre con el acusador particular, el acusador
privado, tal y como indica el art. 112 puede:

- Ejercitar acción penal + civil

- Reservarse la acción civil para un proceso civil

- Renunciar expresamente a la satisfacción de daños y perjuicios.

→ Postulación: Quitando al fiscal, el resto de partes acusadoras necesitan postularse mediante


abogado y procurador, de su libre elección o si no lo tienen, se le asigna por turno de oficio.

2. PARTES ACUSADAS

• EL ACUSADO

Concepto: Es la parte pasiva frente a la que se ejercita la acción penal, y en su caso la


pretensión civil (restitución de la cosa, la reparación de daño, o indemnización de daños y
perjuicios). Es la persona a la que se atribuye la comisión del hecho delictivo, frente a quien se
ejercita la acción penal y la acción civil derivada del hecho delictivo, y que se convierte en
responsable civil directo (pues tiene que hacer frente a la responsabilidad civil derivada del
hecho delictivo). Es parte stricto sensu en el proceso penal, ya que, si posee un derecho

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subjetivo propio, el derecho a obtener una sentencia absolutoria en la que se declara su


inocencia, dándosele en el proceso oportunidades para defenderse.

→Parte necesaria: Es una parte necesaria, aunque no tenga obligación de asistir al proceso.
Siempre y cuando haya sido citada en legal forma, el juicio podrá celebrarse aún cuando el
acusado no comparezca. Aun así, se considera a la parte acusada como parte necesaria. El
acusado es necesario en el proceso penal, al menos durante la fase de enjuiciamiento no en la
fase de instrucción, pues incluso muchas veces la instrucción va dirigida precisamente a
determinar quién es el investigado, si bien existen algunas excepciones muy puntuales en las
que cabe la celebración del juicio sin la presencia del acusado. Estas actuaciones se dan en el
proceso abreviado, en el juicio por delitos leves y en el proceso ante el Tribunal del Jurado.

→ Investigado, encausado: la LO 13/2015 de 5 de octubre reforma la LECrim. A partir de


ahora ya no podemos hablar de imputado sino que ahora hablamos de investigado y encausado.

Por tanto, a la parte acusada a lo largo del proceso se le podrá llamar:

- Investigado: es aquella persona sometida a investigación por su relación con un delito.


(hay sospechas de que pueda haber participado en un hecho delictivo). La condición de
investigado se obtiene cuando un órgano jurisdiccional penal comunica a una persona que el
órgano jurisdiccional se encuentra investigando unos hechos delictivos, y que se le considera
presuntamente partícipe en los mismos. La condición de investigado se pierde cuando concluye
el proceso y se dicta sentencia absolutoria, o bien cuando se dicta un auto de sobreseimiento
libre. Tiene capacidad para ser investigado las Personas Físicas vivas, y también las personas
jurídicas, de conformidad con lo que dispone el artículo 31 del Código Penal. Ahora bien, todos
estos sujetos han de tener la aptitud necesaria para entender la acusación que contra ellos se
formula, así como para ejercitar su derecho de defensa. El investigado está legitimado para
intervenir en el proceso penal por el mero hecho de atribuírsele la comisión de un hecho
delictivo.

- Encausado: se denomina así a aquel al que la autoridad judicial le imputa formalmente


la comisión de un determinado hecho delictivo. (el juez instructor ya ha acabado la
investigación y se le imputa formalmente al sujeto un determinado hecho delictivo).

- Acusado: Se le llamara así, cuando se abre juicio oral.

- Condenado: Se le llamara así, cuando se dicte sentencia que no sea absolutoria. Si es


absolutoriaàabsuelto.
Antes de las disposiciones adicionales, hay un Apartado 21 (sustitución de términos te dice
cuándo se cambia investigado o encausado) en la LO 13/2015.

→ Procesado: En el procedimiento ordinario por delitos graves persiste la figura del procesado,
que sería: El encausado pero en un procedimiento ordinario, es decir, es aquel al que se le
imputa formalmente la comisión de un determinado hecho delictivo
En el art. Art. 384 LECrim se habla del auto de procesamiento, que se dicta cuando existen
indicios racionales de criminalidad contra una determinada persona.(esto ya lo veremos)
→ Derecho de defensa: Lo relevante de todo esto es que, a partir del momento en que tienes
conocimiento de que estás siendo investigado por ese hecho delictivo, o eres detenido, nace el
derecho de defensa reconocido en el art 118 (este art. es todo nuevo):
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1. Toda persona a quien se atribuya un hecho punible podrá ejercitar el derecho de defensa,
interviniendo en las actuaciones, desde que se le comunique su existencia, haya sido objeto de
detención o de cualquier otra medida cautelar o se haya acordado su procesamiento, a cuyo
efecto se le instruirá, sin demora injustificada, de los siguientes derechos:

a) Derecho a ser informado de los hechos que se le atribuyan, así como de cualquier cambio
relevante en el objeto de la investigación y de los hechos imputados. Esta información será
facilitada con el grado de detalle suficiente para permitir el ejercicio efectivo del derecho de
defensa. (Hay que informar de los hechos, no de la calificación jurídica)

b) Derecho a examinar las actuaciones con la debida antelación para salvaguardar el derecho
de defensa y en todo caso, con anterioridad a que se le tome declaración. (Le tienen que dejar
ver las actuaciones, antes de que se le tome declaración, para hacer uso del derecho de defensa,
ej. atestado de la policía, etc)

c) Derecho a actuar en el proceso penal para ejercer su derecho de defensa de acuerdo con lo
dispuesto en la ley.

d) Derecho a designar libremente abogado, sin perjuicio de lo dispuesto en el apartado 1 a) del


artículo 527.

e) Derecho a solicitar asistencia jurídica gratuita, procedimiento para hacerlo y condiciones


para obtenerla.

f) Derecho a la traducción e interpretación gratuitas de conformidad con lo dispuesto en los


artículos 123 y 127.

g) Derecho a guardar silencio y a no prestar declaración si no desea hacerlo, y a no contestar


a alguna o algunas de las preguntas que se le formulen.

h) Derecho a no declarar contra sí mismo y a no confesarse culpable.

La información a que se refiere este apartado se facilitará en un lenguaje comprensible y que


resulte accesible. A estos efectos se adaptará la información a la edad del destinatario, su
grado de madurez, discapacidad y cualquier otra circunstancia personal de la que pueda
derivar una modificación de la capacidad para entender el alcance de la información que se le
facilita.

2. El derecho de defensa se ejercerá sin más limitaciones que las expresamente previstas en la
ley desde la atribución del hecho punible investigado hasta la extinción de la pena.

El derecho de defensa comprende la asistencia letrada de un abogado de libre designación o,


en su defecto, de un abogado de oficio, con el que podrá comunicarse y entrevistarse
reservadamente, incluso antes de que se le reciba declaración por la policía, el fiscal o la
autoridad judicial, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 527 y que estará presente en
todas sus declaraciones así como en las diligencias de reconocimiento, careos y reconstrucción
de hechos. (Aquí explica en qué consiste el derecho de defensa, a estar asistido por un abogado
y procurador)

3. Para actuar en el proceso, las personas investigadas deberán ser representadas por
procurador y defendidas por abogado, designándoseles de oficio cuando no los hubiesen
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nombrado por sí mismos y lo solicitaren, y en todo caso, cuando no tuvieran aptitud legal para
hacerlo. Si no hubiesen designado procurador o abogado, se les requerirá para que lo hagan o
se les nombrará de oficio si, requeridos, no los nombrasen, cuando la causa llegue a estado en
que se necesite el consejo de aquéllos o haya de intentar algún recurso que hiciese
indispensable su actuación.

4. Todas las comunicaciones entre el investigado o encausado y su abogado tendrán carácter


confidencial.

Si estas conversaciones o comunicaciones hubieran sido captadas o intervenidas durante la


ejecución de alguna de las diligencias reguladas en esta ley, el juez ordenará la eliminación de
la grabación o la entrega al destinatario de la correspondencia detenida, dejando constancia
de estas circunstancias en las actuaciones. Lo dispuesto en el párrafo primero no será de
aplicación cuando se constate la existencia de indicios objetivos de la participación del
abogado en el hecho delictivo investigado o de su implicación junto con el investigado o
encausado en la comisión de otra infracción penal, sin perjuicio de lo dispuesto en la Ley
General Penitenciaria.

5. La admisión de denuncia o querella, y cualquier actuación procesal de la que resulte la


imputación de un delito contra persona o personas determinadas, serán puestas
inmediatamente en conocimiento de los presuntamente responsables.

Novedades 118 : Las novedades por tanto de este art. 118 son:

1- Tener abogado y procurador.

2- Ahora un imputado, desde el momento que es investigado puede verse con un abogado antes
de declarar ante
la policía por el juez de instrucción o fiscal. El abogado será de su elección del turno de oficio.
Antes no se le
permitía y se le tomaba declaración antes de que se viera con el abogado. (118.3)

3- Esa entrevista está informada por el principio de la confidencialidad, (secreto profesional)


salvo que se
considere que el abogado también es partícipe de ese hecho delictivo. (118.4)

TEMA 4
1. OBJETO DEL PROCESO

Para empezar a explicar el objeto del proceso penal, hay que partir del art. 100 LECrim, el cual
establece que: “De todo delito o falta nace acción penal para el castigo del culpable, y puede
nacer también acción civil para la restitución de la cosa, la reparación del daño y la
indemnización de perjuicios causados por el hecho punible”. Con base en este art. 100 LECrim,
que habla de que “De todo delito o falta (entendiendo ahora por falta, “delito leve”) nace
siempre acción penal para el castigo del culpable”, por tanto, siempre se va a poder ejercitar en
el proceso penal la acción penal; y también puede nacer (o sea que es facultativo según dice el
precepto) la acción civil para exigir la restitución de la cosa, la reparación del daño y la

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indemnización de perjuicios causados por el hecho punible. Esto nos permite distinguir, dentro
del objeto del proceso penal, lo que sería:

- El objeto principal: que es la pretensión penal.


- Y el objeto acumulado eventual: que es la pretensión civil.

¿Por qué se permite acumular en el proceso penal la pretensión civil, evitando ir a un ulterior
proceso civil? Pues por razones de economía procesal (éste sería el fundamento). Recuerden
que, cuando vimos todo el tema de la responsabilidad civil y del actor civil, cabe la posibilidad
de que el ofendido o perjudicado renuncie a la acción civil, y puede renunciar, porque esa
pretensión civil está informada por los principios propios del proceso civil. O bien cabe
también que se la reserve para un ulterior proceso civil; es decir, espera a que termine el
proceso penal y, luego, en un posterior proceso civil ejercita esa pretensión civil.

1. La pretensión procesal penal

El objeto del proceso penal lo constituyen los actos punibles y las consecuencias penales que se
derivan de esos hechos. En el proceso penal podemos distinguir entre un objeto mediato y un
objeto inmediato: 1. El objeto mediato es el derecho a promover la acción de la justicia en
defensa de la legalidad, el derecho a que se haga uso del ius puniendi del Estado. Dentro de éste
encontramos un objeto mediato necesario (la acción penal) y un objeto mediato no necesario (la
acción civil). Del objeto mediato surgen tres características: 1. La inmutabilidad: las partes no
pueden modificar el objeto del proceso penal, una vez iniciado el mismo, el proceso continua
hasta que concluye por sentencia, y las partes no pueden alterar o modificar ese objeto del
proceso. 2. La indisponibilidad: las partes tampoco pueden realizar actos dispositivos de la
pretensión tendentes a evitar que se dicte sentencia, salvo las excepciones del delito privado y la
conformidad: en el procedimiento abreviado para delitos castigados con pena de prisión inferior
a 6 años, en el procedimiento de menores y juicios rápidos. 3. La indivisibilidad: quiere decir
que en el proceso penal se tienen en cuenta todos los elementos fácticos del hecho punible, para
poderlo calificar jurídicamente y enjuiciarlo de forma indivisible. El objeto inmediato lo
conforman los actos punibles, penados por ley.

El objeto del proceso penal se constituye a lo largo de la fase de instrucción y la fase de juicio
oral: En la fase de instrucción se pretende poner de manifiesto: En primer lugar, la existencia
objetiva del hecho; En segundo lugar, si se trata de un hecho punible o no; y, Por último, desde
el punto de vista subjetivo, si ese hecho puede ser imputado razonablemente a una persona. Se
exige que quien ostenta la legitimación pasiva sea imputado judicialmente. El TC ha dicho que
nadie puede ser acusado si previamente no ha sido imputado judicialmente, y para imputarle
tiene que haberle tomado declaración ante el juez de instrucción. Sin embargo, aquel puede
negarse acogiéndose a su derecho a no declarar y a no confesarse culpable.

En la fase intermedia se quiere impedir la continuación del proceso si el hecho no ha existido,


o si no es punible; también, pero con relación al aspecto subjetivo, si no es posible la
imputación. A ello responde el sobreseimiento. Si se continúa con el proceso, porque se ha
determinado y constatado el hecho y la persona del acusado, se ira a la fase de juicio oral.

Una vez abierta la fase de juicio oral, las partes (M fiscal, acusador y acusado) van a formular
sus escritos de calificación provisional. Las calificaciones son provisionales porque pueden
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modificarse después de la práctica de la prueba o bien pueden confirmarse, pero la modificación


no puede ser sustancial. Se puede hablar de pluralidad de objetos en los siguientes casos:
Delitos conexos - La acción civil acumulada al proceso penal - Cuestiones prejudiciales:
controversias jurídicas no penales necesarias de resolver para entrar en la cuestión penal de
fondo (ejemplo: el investigado por hurto alega que la cosa era suya), esta cuestión será resuelta
por el órgano del orden jurisdiccional que corresponda, suspendiéndose el proceso penal hasta
que quede resuelta la cuestión.

El objeto del proceso penal es relevante porque: 1. El hecho punible nos va a permitir
determinar la extensión y los límites de la jurisdicción española. 2. El hecho punible va a
determinar la competencia genérica (Artículo 9.3 LOPJ). El orden penal siempre es preferente,
y por tanto al orden penal no se le pueden plantear conflictos de competencia. 3. El hecho
punible y el sujeto al que se le atribuye permiten delimitar la competencia objetiva.

4. Nos permite determinar los fueros (competencia territorial). 5. Nos permite Saber si existen
delitos conexos 6. Por el efecto de litispendencia, saber cuál es el hecho punible es relevante
para saber si se produce el efecto de litispendencia. La litispendencia es una excepción procesal.
Artículo 222 LEC. A efectos de la eficacia de la cosa juzgada en el proceso penal se dan dos
identidades la subjetiva para el acusado (principio non bis in ídem), en cuanto a la identidad
objetiva (el hecho punible) porque un hecho punible puede tener distintas calificaciones
homogéneas (porque si no se condena por abuso no se puede ir a otro proceso para por el
mismo hecho hacerlo por violación).

Respecto del proceso civil, difiere en que el objeto del proceso civil se constituye desde el
mismo momento inicial, con la demanda; mientras que en el proceso penal, no se incorpora en
la denuncia o querella. Salvo que se produzca reconvención, el objeto del proceso civil queda
configurado desde momento inicial. En el proceso penal, el objeto se va configurando a medida
que avanza él mismo. Es prácticamente cuando concluye el juicio oral, visto para sentencia,
cuando el objeto está definitivamente configurado. Cuando se incoan diligencias de instrucción,
la finalidad es averiguar la comisión de un hecho punible. Cuando se abre el juicio oral, ese
objeto está calificado jurídicamente pero sigue siendo un objeto del proceso provisional, porque
la prueba no se ha practicado. Una vez practicada la prueba, el deber de congruencia con la
sentencia la obtiene con las conclusiones definitivas. También se puede alterar, siempre que
respete el bien jurídico homogéneo, también puede aumentar o disminuir la pena planteada...

Por otro lado, en el proceso civil se busca la verdad formal, en virtud del principio dispositivo.
El proceso penal se inspira por la búsqueda de la verdad material, pues lo que pretende el
tribunal es la verdad natural o histórica. Lo que quiere decir es que lo que ha de entrar en el
proceso penal es el hecho tal y como ha sucedido en la realidad, sin que las partes puedan
introducir el hecho de forma fragmentada, por eso, el objeto del proceso penal es indivisible.
Tienen un cierto poder de disponibilidad porque se ha venido regulando el principio de
oportunidad reglada, pudiendo llegar a la conformidad. Cuando se celebra el juicio oral esa
posibilidad desaparece. La ausencia pruebas por las partes es suplida por el tribunal.

Las tres identidades de la cosa juzgada del proceso civil no operan en la sentencia del proceso
penal: identidades de las mismas partes, del petitum, de la casa a pedir. En el proceso penal la
cosa juzgada está marcada por dos identidades: en la subjetiva solo atiende a la persona del
acusado, no a la de los acusadores; y en cuanto a la objetiva, el hecho punible como hecho

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histórico, no la calificación jurídica. Está vinculado por la homogeneidad del bien jurídico
protegido.

CONCEPTO DE PRETENSIÓN PENAL

El objeto principal, como hemos dicho antes, es la pretensión penal. La pretensión penal es una
declaración de voluntad dirigida contra el acusado por la cual pedimos al órgano
jurisdiccional que dicte una sentencia de condena y que imponga una pena privativa de libertad
o restrictiva de derechos o, en su caso, una medida de seguridad, al que consideramos presunto
responsable de la comisión del hecho punible. Recuerden que en el proceso penal NO hay una
relación jurídica material penal, a diferencia de lo que ocurría con la relación jurídica de
Derecho privado propia de un proceso civil. Y tampoco los acusadores son titulares de un
derecho subjetivo a que se imponga una sentencia de condena; lo único que pueden hacer es
ejercitar la acción penal, es decir, pedir que se ponga en marcha el proceso penal y que, en su
caso, se dicte una sentencia de condena. Recuerden cuando hablamos de las partes, y decíamos
que la única parte material en el proceso penal es el acusado, que sí es titular de un derecho
subjetivo, principalmente del derecho fundamental a la libertad y a la presunción de
inocencia.

Repito: Las partes acusadoras tienen el derecho a ejercitar la acción penal para promover que se
ponga en marcha la actuación de los órganos jurisdiccionales, y lo hacen vía denuncia o vía
querella, que son los actos a instancia de parte.

Esta pretensión penal tiene que reunir una serie de requisitos (al igual que vimos con la
pretensión en el proceso civil):

- Requisitos subjetivos

- Requisitos objetivos

- Requisitos formales

• Requisitos subjetivos de la pretensión, referidos:

→ Al órgano jurisdiccional que va a conocer de esa pretensión penal: tendrá que tener
jurisdicción y competencia objetiva, funcional y territorial.

→ Y a las partes:
- A las partes acusadoras se les exige capacidad procesal y legitimación activa, dependiendo
de qué parte acusadora estemos hablando:

o Al MF, no. El MF persigue los delitos públicos; y en los delitos semipúblicos siempre y
cuando se cumpla con el presupuesto de la denuncia previa del ofendido, o incluso la denuncia
puede presentarla el propio MF.

o Respecto de la legitimación activa del acusador particular, éste sólo interviene en delitos
públicos, porque para los semipúblicos también tiene que cumplir con el requisito de la
denuncia;

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o En cuanto a la legitimación activa del acusador popular, también interviene sólo en delitos
públicos. o Y la legitimación activa del acusador privado implica que sólo interviene en delitos
privados.

En relación con la parte acusada, es preciso que esté determinada, porque tendremos que
saber contra quién estamos dirigiendo la pretensión penal. Hemos dicho que la pretensión penal
es una declaración de voluntad que se interpone ante el órgano jurisdiccional dirigido al
acusado, pidiendo al tribunal que dicte una sentencia de condena. Pues ese acusado tendrá que
estar determinado, tendremos que saber quién ostenta la legitimación pasiva en ese proceso
penal.

¿Cómo sabemos quién ostenta la legitimación pasiva? El juez es el que determina la


legitimación pasiva. Es decir, tenemos que dirigir el proceso penal contra una persona concreta
y determinada. En todo caso, puede ocurrir que, cuando empiece la investigación e instrucción,
no sepamos quién está legitimado pasivamente (*Ej.: si se presenta una denuncia por robo de un
coche, pero no se sabe quién lo ha robado, cuando se abra la instrucción, una de las funciones
que tiene el juez instructor es, primero, comprobar si se ha producido el robo del coche, y,
luego, intentar averiguar quién es el presunto responsable de la comisión del hecho delictivo).
Por lo tanto, la determinación pasiva la realiza el juez instructor en la fase de instrucción.

En este sentido, en el art. 299 LECrim, se establece que: “Constituyen el sumario (es decir, la
fase de instrucción) las actuaciones encaminadas a preparar el juicio y practicadas para
averiguar y hacer constar la perpetración de los delitos con todas las circunstancias que
puedan influir en su calificación y la culpabilidad de los delincuentes, asegurando sus personas
y las responsabilidades pecuniarias de los mismos.”. La redacción del precepto no es muy
buena, pero, en definitiva, se trata de averiguar si ha existido hecho, las circunstancias que
rodean la comisión de ese hecho y quién puede ser el presunto responsable. (En el precepto se
habla de “culpabilidad”, pero culpabilidad no existe hasta que haya una sentencia de condena.
Lo que ocurre es que este art. tiene la redacción originaria de la Ley y no lo han reformado). Por
lo tanto, repito, en la fase de instrucción, hay que determinar pasivamente y, además, se exige
que quien ostenta la legitimación pasiva sea imputado judicialmente; es decir, para configurar
quién va a ocupar la legitimación pasiva en el proceso, es necesario que esté imputado
judicialmente. ¿Quién es, ahora, el imputado judicialmente? Recuerden que ahora, con las
reformas de octubre de 2015, se ha decidido cambiar la denominación: Suprimen el término
“imputado” que lo consideraban peyorativo, y ahora hablan de:

o investigado: es la persona a la cual se está investigando como presunto responsable de la


comisión de un hecho punible),

o y encausado: es algo más, es cuando ya hay una imputación formal. Existe un hecho delictivo
y el juez instructor dicta un auto formal de imputación; en ese caso, pasa a llamarse ya
encausado. Éste sería el nombre genérico. Porque si vamos al procedimiento ordinario, existe
la figura del procesado,

Me explico: Así como ahora, después de estos cambios terminológicos, hablaremos de


investigado (=la persona que está siendo investigada por la presunta comisión de un hecho
delictivo); y encausado (=cuando el juez instructor ha dictado un auto imputándolo
formalmente como presunto responsable de la participación en un hecho punible); esta sería la

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denominación general. Y si estamos en un procedimiento ordinario por delitos graves, ese


encausado tiene la denominación de procesado. Es a lo que se refiere el art. 384 LECrim, que
habla de que se dicta auto de procesamiento cuando existen indicios racionales de
criminalidad contra una determinada persona. El procesamiento es único y exclusivo del
proceso ordinario; en ninguno de los otros procesos que vamos a ver existe procesamiento. De
tal manera que en los demás procesos siempre vamos a hablar de encausado; y si estamos en un
procedimiento ordinario técnicamente debemos hablar de “procesado”, una vez que se dicta el
auto de procesamiento al cual se refiere ese art. 384 LECrim.

En el art. 779 LECrim, que se corresponde con el procedimiento abreviado, se establece que,
una vez que el juez practica todas las diligencias, “4.a Si el hecho constituyera delito
comprendido en el artículo 757 (es decir, del procedimiento abreviado), seguirá el
procedimiento ordenado en el capítulo siguiente. Esta decisión, que contendrá la determinación
de los hechos punibles y la identificación de la persona a la que se le imputan, no podrá
adoptarse sin haber tomado declaración a aquélla en los términos previstos en el artículo
775.” = Este es el auto formal de imputación en un procedimiento abreviado. Y, como
hemos dicho antes, en el procedimiento ordinario, lo que se dicta es el auto de procesamiento,
cuando existan esos indicios racionales de criminalidad.

Por lo tanto, volviendo al principio, en cuanto a los requisitos subjetivos de la parte acusada, se
necesita que esté determinada pasivamente y que esté imputada judicialmente. Y el TC ha
dicho, hasta la saciedad, que nadie puede ser acusado, si previamente no ha sido imputado
judicialmente; es decir, que no se puede formular un escrito de acusación contra una persona
que previamente no haya sido imputada judicialmente. Y, para imputarle, o sea antes de
encausarlo, tiene que haberle tomado declaración el juez de instrucción. Pero ¿tiene que
tomarle declaración? Sí, pero teniendo en cuenta que tiene derecho a no declarar, a no
confesarse culpable y a guardar silencio. Por tanto, una cosa es que el juez instructor le quiera
tomar declaración, y otra cosa es que el investigado se siente ante el juez y le diga que se acoge
a su derecho a no declarar, o sólo contesta a ciertas preguntas, o guarda silencio, o no declara en
la policía porque quiere declarar luego ante el juez, que es lo que se suele hacer mucho en la
práctica.

Requisitos objetivos: Serán la fundamentación fáctica (es decir, el hecho punible que se
atribuye al encausado, es decir, el hecho punible que se está imputando a esa persona que
consideramos encausado y, en su caso, en un momento posterior, acusado) y la
fundamentación jurídica (es decir, las normas jurídicas aplicables).

Dentro de la fundamentación fáctica, se suelen distinguir 2 teorías:

- La teoría natural: habla de que el hecho punible es un hecho natural. ¿Cuál es el hecho
natural por el cual encausamos o acusamos a una persona? Pues la acción de robar, la acción
de matar, la acción de lesionar, etc. Es hecho natural porque es un hecho externo (o ajeno) y
anterior al proceso que surgirá a continuación. Ese hecho natural va a ser objeto de prueba en el
acto del juicio oral y, si se prueba, podrá servir para fundamentar una sentencia de condena.
Pero hablamos del hecho natural como el hecho en sí; NO de la calificación jurídica, no del
hecho típico, porque esto sería la segunda teoría. Y sobre esos hechos naturales será sobre los
que verse la actividad probatoria, la cual se desarrolla en la fase del juicio oral, y no en la fase
de instrucción.

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*¿Qué ocurre si la fase de juicio oral estamos siguiéndola por un determinado hecho y, como
consecuencia de la prueba, aparecen hechos nuevos? Me explico: el hecho que motivó que se
celebre el juicio y que se esté practicando la prueba, ya ha sido objeto de toda una
investigación; es decir, dado que tenemos un hecho y a un presunto responsable hemos pasado a
la fase de juicio y se trata ahí de probar. Pues si aparecen nuevos hechos, hay que suspender
ese juicio, porque ese hecho no ha sido objeto de investigación (*ej.: puede surgir porque un
testigo dice: “y no sólo robó sino que, además, la atacó sexualmente, pues este último hecho no
ha sido objeto de investigación, sino que es un hecho que alguien declara cuando se está
practicando la prueba). Esto obligaría a suspender ese juicio; y, sobre ese nuevo hecho, realizar
una investigación y, mientras tanto, el proceso está en suspenso, porque no puedes calificarlo, si
sobre ese hecho no se ha hecho investigación alguna, esto sería causa de suspensión del juicio
(el art. 747 LECrim establece que una de las causas de suspensión sería la de suspender para
practicar una instrucción sumaria sobre ese hecho que se descubre en el momento de la
declaración, que hasta ahora desconocíamos y que surge durante la práctica de la prueba en
relación al primer hecho que está siendo objeto de investigación).

- Y la teoría normativa: habla de que el hecho punible es un hecho típico. Es decir, no todo
hecho natural ajeno o externo al proceso tiene relevancia penal, sino que tiene que ser
subsumible o encajable en alguno de los tipos previstos en el CP. En definitiva, tiene que ser
una acción típica, antijurídica, culpable y punible y que la podamos subsumir en cualquiera de
los tipos previstos en el CP. Por esto surge la teoría normativa: hecho natural y hecho típico, con
lo cual ese hecho natural, para convertirlo en un hecho típico, hay que calificarlo
jurídicamente y encajarlo en alguno de los tipos del CP. ¿Quién hace la calificación del
hecho? Inicialmente, esta calificación la hace el juez de instrucción para determinar el
procedimiento a seguir. Y, una vez hecha la calificación por parte del juez de instrucción,
cuando se pase a las partes para que formulen sus escritos de acusación o sus escritos de
calificación provisional, ahí ellos hacen su propia calificación. Pero, en principio, la calificación
del hecho la hace el juez de instrucción, y esto es lo que le permite cambiar de procedimiento
(*ej.: imagínense que se empieza a investigar lo que fue un simple robo de un bolso, pero luego
aparece el bolso y se encuentra dinero falsificado y tarjetas de crédito falsificadas, pues ahora se
puede complicar un poco más con un delito de falsedad en documento público o falsificación de
moneda). Pues la calificación inicial para determinar qué procedimiento se va a seguir, la hace
el juez de instrucción; y luego ya, cuando se le pase a las partes para que formulen sus escritos
de acusación o de calificaciones provisionales, ellos hacen su propia calificación.

Una cosa es la calificación que han hecho las partes y otra cosa es la calificación que hace el
tribunal en su sentencia. ¿Puede cambiar el tribunal la calificación jurídica que han hecho
las partes sobre esos hechos en sus escritos de calificación? Sí, porque la calificación hecha
por las partes no le vincula. Pero ¿puede cambiar de cualquier manera? Explico: las partes
han hecho su calificación en sus escritos de acusación o calificaciones provisionales y ahora
estamos en el acto del juicio donde hay que probar, e imagínense que se pruebe que no hubo
ninguna intención de lesionar, o de injuriar, etc., pues si falta alguno de esos requisitos, el juez,
cuando dicta sentencia, puede cambiar la calificación jurídica del hecho. Lo único que vincula
al juez es lo que se llama la homogeneidad del bien jurídico protegido, de tal manera que,
respetando esto, podría cambiar la calificación jurídica del hecho (*por ej., lo que venía
calificado por las partes o por el MF como un robo, puede que, como consecuencia de la
prueba practicada, el tribunal acabe calificándolo como una apropiación indebida o como una
estafa, porque aquí existe homogeneidad del bien jurídico protegido ya que todos ellos son
delitos contra el patrimonio). Lo que no puede ocurrir es que el hecho esté calificado de robo y
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salga condenado como un delito de revelación de secretos, por poner un ejemplo. Esto significa
que al tribunal, de las calificaciones que hacen las partes, lo único que le vinculan son 2
cosas: el sujeto (porque no se puede acusar a una persona y luego que en la sentencia salga
condenado otra persona contra la cual no se dirigía la acusación, porque eso sería una
vulneración total del derecho de defensa) y los hechos (pero los hechos naturales, es decir cómo
han ocurrido), pero NO le vincula la calificación jurídica. (Art. 789.3 LECrim, que es un
artículo de procedimiento abreviado: “3. La sentencia no podrá imponer pena más grave de la
solicitada por las acusaciones, ni condenar por delito distinto cuando éste conlleve una
diversidad de bien jurídico protegido o mutación sustancial del hecho enjuiciado, salvo que
alguna de las acusaciones haya asumido el planteamiento previamente expuesto por el Juez o
Tribunal dentro del trámite previsto en el párrafo segundo del artículo 788.3.”).

No son teorías excluyentes. Por ejemplo, el profesor Gimeno Sendra es partidario de combinar
ambas teorías. → En cuanto a la fundamentación jurídica, el objeto de pretensión penal viene
determinado por la identidad subjetiva (es decir, quién sea el acusado) y la identidad objetiva
(es decir, cuál es el hecho natural que ha motivado que se incoe ese proceso penal). Por tanto, al
tribunal, cuando va a dictar sentencia para configurar definitivamente el objeto del proceso
penal, lo único que le vincula es el sujeto y los hechos naturales.

• Relevancia del objeto del proceso penal

Para concluir con el objeto principal que es la pretensión penal, debemos plantearnos:
¿Por qué es determinante saber cuál es el objeto del proceso penal?

1.-Primero, el hecho punible nos va a permitir determinar la extensión y límites de la


jurisdicción española; es decir, si van a conocer o no los tribunales españoles y si se va a
aplicar lo que dispone el art. 23 LOPJ.

2.-Segundo, el hecho punible va a determinar la competencia genérica; es decir, cuándo le


corresponde conocer al orden jurisdiccional penal (art. 9.3 LOPJ), el cual conocerá de los
hechos constitutivos de delito o delito leve; exceptuándose los que corresponden a la
jurisdicción militar (¡ojo!, se ha aprobado un nuevo CP militar; no es una reforma, es que se ha
aprobado uno nuevo. Y, por saberlo, también se han modificado dos arts. de la LOTC, para
obligar a cumplir las resoluciones del TC por el tema de Cataluña). Y, además, no olviden que el
orden jurisdiccional penal siempre es PREFERENTE (art. 44) y, por tanto, al orden penal no se
le pueden plantear conflictos de competencia.

3.-En tercer lugar, saber cuál es el hecho punible y saber quién es la persona presuntamente
responsable, es relevante para determinar la competencia objetiva, que se determinaba con
arreglo a dos criterios: 1) por razón del sujeto en caso de que estemos ante un aforado, y 2) por
la gravedad del hecho punible que era lo que nos permitía distinguir entre delito y delito leve.

4.-En cuarto lugar, también es relevante conocer el hecho punible para determinar los fueros.
Recuerden que es el lugar de comisión del hecho delictivo para la competencia territorial (art.
14); que también hay unos fueros subsidiarios en el art. 15 LECrim si no se sabe dónde se ha
cometido el hecho delictivo; y también hay un fuero especial en caso de violencia de género que
es el domicilio de la víctima (art. 15 bis).

5.-En quinto lugar, también es relevante saber cuál es el hecho punible para ver si existen
delitos conexos (porque ya dijimos que, con la nueva reforma, lo que se pretende evitar son las
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macrocausas, aunque la crítica que hacen los fiscales es que muchas de las causas van a quedar
sin perseguir y, con el hecho de que, como veremos más adelante, se limita la instrucción de 6 a
18 meses, pues se cree que muchas causas van a quedar impunes).

6.-Y, por último, también lo es por el efecto de litispendencia. Es decir, saber cuál es el hecho
punible es relevante para ver si se produce o no el efecto de la litispendencia.

*La litispendencia en el proceso civil, a la cual se refería el art. 410 LEC, era la pendencia de un
litigio. Esto es, una vez interpuesta la demanda, siempre que luego sea admitida a trámite, se
retrotrae y empieza a desplegar el efecto de litispendencia; éste sería el momento inicial. El
momento final de la litispendencia es cuando acaba el proceso con sentencia firme. Esto sería la
litispendencia en sentido amplio; pero la litispendencia en sentido estricto también es una
excepción procesal, que podía alegar el demandado en su contestación a la demanda para decir
que hay otro proceso pendiente, en ese mismo juzgado o en otro juzgado, con el mismo objeto,
mismos sujetos y misma causa de pedir, que son las 3 identidades a las cuales se refiere el art.
222 LEC.

*Cuando trasladamos esto al proceso penal, lo primero que tenemos que decir es que en la
LECrim NO hay ninguna norma sobre litispendencia; pero eso no significa que la
jurisprudencia penal no haya admitido la litispendencia en el proceso penal, pese a no venir
expresamente reconocido en una norma, como sí hace la LEC. Pero la litispendencia en el
proceso penal sólo requiere dos identidades:

- Mismo sujeto.

- Mismo objeto (o sea, el mismo hecho punible por el cual esa persona ha sido encausada e
imputada formalmente).
No se habla de la misma causa petendi (causa de pedir).

2. Cuestiones prejudiciales

Las cuestiones prejudiciales en el proceso penal están reguladas mucho peor que en la LEC.
Están reguladas en los arts. 3 a 7 LECrim.

Por otra parte, el art. 9 LOPJ nos dice de qué va a conocer cada orden. En este sentido, toda la
jurisdicción es improrrogable.

Surge en el proceso penal, y que se produce cuando en la descripción del tipo penal que se va a
perseguir, hay un elemento que tiene que ser valorado (valoración jurídica previa e
independiente del objeto principal) desde la perspectiva del Derecho sustantivo o material. Es
un elemento de hecho que integra el tipo penal que tiene que ser objeto de una valoración por
parte del Derecho sustantivo o material, a razón de su influencia decisiva. Las cuestiones
prejudiciales surgen porque las normas penales suelen recoger conceptos extrapenales
(concepto de cosa mueble) o relaciones jurídicas extrapenales (relación de parentesco). Será
competente un determinado orden atendiendo a la naturaleza jurídica del elemento; que ha de
ser necesario para integrar de forma plena el tipo penal.

Si no existieran, tendríamos sentencias contradictorias, afectando a la seguridad jurídica, razón


por la que el TC manifiesta que una cosa que existe no puede dejar de existir para los órganos

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del Estado; debe suspenderse el proceso, para que el tribunal competente decida sobre su
cuestión.

Para ello debe de ser suspendido el proceso penal y enviada la cuestión al órgano jurisdiccional
del orden correspondiente, sin embargo, va a conocer el juez o Tribunal penal en los siguientes
casos:

- Cuando la cuestión prejudicial este íntimamente ligada al hecho punible que sea imposible su
separación, se autoriza al Juez o Tribunal penal a conocer de ésta.

- Cuando la cuestión prejudicial civil verse sobre un derecho real recaído sobre un bien
inmueble que parezca un derecho fundado en un título autentico o en actos indubitados de
posesión, el juez o tribunal penal podrá resolver la cuestión.

- En el caso de que hayan transcurrido dos meses sin que la parte interesada en la resolución de
la cuestión haya acudido al órgano no penal competente para conocer de la misma, el Secretario
judicial, mediante diligencia, alzará la suspensión y continuará el procedimiento. No obstante,
las cuestiones prejudiciales que versen sobre la validez de un matrimonio o sobre la supresión
de estado civil serán siempre competencia del órgano jurisdiccional civil. La cuestión
prejudicial puede observarla de oficio el Juez, o invocarla cualquiera de las partes del proceso, y
además en cualquier momento procesal, aunque el proceso penal este concluso y visto para
sentencia. *Por ej.: si vamos a un proceso por un delito contra la propiedad por un robo o
apropiación indebida, como cuestión prejudicial se puede plantear la ajeneidad de la cosa, que
habría que valorar antes de entrar a enjuiciar el hecho punible (porque si la cosa no es mía, pues
no será un robo).

La LECrim las clasifica en:

• Cuestiones prejudiciales devolutivas: son aquellas que el órgano jurisdiccional penal no


puede resolver, sino que tiene que suspender el proceso penal y enviarlas a los tribunales del
orden que corresponda para que se resuelva por esos órdenes jurisdiccionales y, una vez
resueltas, se continúa adelante con el proceso penal. Dicho en otras palabras, si la cuestión es
devolutiva, se obliga a que, una vez planteada la cuestión prejudicial en el proceso penal,
suspendas el proceso penal, envíes esa cuestión a los tribunales del orden que corresponda
(orden civil, c-a, etc.), esperes a que resuelvan sobre esa cuestión y, una vez resuelta, vuelve
al proceso penal y se alza la suspensión. Son cuestiones prejudiciales devolutivas las de los
arts. 4 y 5 LECrim. *Por ej.: en un proceso penal la validez del matrimonio tendría
relevancia para el tema de agravante de parentesco.

• Cuestiones prejudiciales no devolutivas: son aquellas que permiten que el juez penal se
pronuncie sobre ella, porque, pese a no ser una materia propia del orden penal, dicha materia
está tan íntimamente ligada al hecho penal que no se puede dividir. Son las del art. 3 LECrim.
*Por ej.: delitos cometidos por funcionario público, en el sentido de que, si se dudase de si
tiene o no la condición de funcionario público, el propio juez penal puede articular las
medidas que estime oportunas para averiguar si se ostenta o no la condición de funcionario
público y si procedería encausarlo por un delito cometido por funcionario público en el
ejercicio de sus funciones.

En definitiva, se trata de una regulación bastante escueta, que, en todo caso, en todas las dudas
que plantea esta regulación de las cuestiones prejudiciales en la LECrim, como la LEC en su
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art. 4 dice que tiene carácter supletorio en todos los órdenes jurisdiccionales, pues para lo que
no está previsto en cuestiones prejudiciales dentro de la LECrim se aplican las normas de la
LEC sobre cuestiones prejudiciales.

Artículo 3. “Por regla general, la competencia de los Tribunales encargados de la justicia


penal se extiende a resolver, para sólo el efecto de la represión, las cuestiones civiles y
administrativas prejudiciales propuestas con motivo de los hechos perseguidos, cuando tales
cuestiones aparezcan tan íntimamente ligadas al hecho punible que sea racionalmente
imposible su separación.”

Artículo 4. “Sin embargo, si la cuestión prejudicial fuese determinante de la culpabilidad o de


la inocencia, el Tribunal de lo criminal suspenderá el procedimiento hasta la resolución de
aquélla por quien corresponda; pero puede fijar un plazo, que no exceda de dos meses, para
que las partes acudan al Juez o Tribunal civil o contencioso- administrativo competente.
Pasado el plazo sin que el interesado acredite haberlo utilizado, el Secretario judicial,
mediante diligencia, alzará la suspensión y continuará el procedimiento. En estos juicios será
parte el Ministerio Fiscal.”

Artículo 5. “No obstante lo dispuesto en los dos artículos anteriores, las cuestiones civiles
prejudiciales, referentes a la validez de un matrimonio o a la supresión de estado civil, se
deferirán siempre al Juez o Tribunal que deba entender de las mismas, y su decisión servirá de
base a la del Tribunal de lo criminal.”

Artículo 6. “Si la cuestión civil prejudicial se refiere al derecho de propiedad sobre un


inmueble o a otro derecho real, el Tribunal de lo criminal podrá resolver acerca de ella cuando
tales derechos aparezcan fundados en un título auténtico o en actos indubitados de posesión.”

Artículo 7. “El Tribunal de lo criminal se atemperará, respectivamente, a las reglas del


Derecho civil o administrativo, en las cuestiones prejudiciales que, con arreglo a los arts.
anteriores, deba resolver.”

Hay que distinguir las cuestiones prejudiciales de los artículos de previo pronunciamiento
(art 666 Lecr) ya que:

• Éstos son presupuestos formales que condicionan la admisibilidad o no del proceso penal; las
cuestiones prejudiciales son presupuestos de fondo.

• El artículo de previo pronunciamiento es examinado por el propio Juez penal o Tribunal que
este conociendo del proceso penal en cuestión, mientras que la cuestión prejudicial se remite
a un órgano jurisdiccional de otro orden distinto al penal.

TEMA 5. Actos de iniciación procesal: denuncia, querella, iniciación de oficio.


El procedimiento preliminar sólo se puede iniciar o por denuncia o por querella. Es equivocado
afirmar que se pueda iniciar de oficio, como a veces se ha sostenido, pues en realidad cuando el
juez tiene conocimiento de un hecho punible cometido ante él, debe dar parte al Ministerio
Fiscal para que éste inicie el proceso, sin que pueda iniciarlo él de oficio. El principio
acusatorio no permite otra solución.

1. La denuncia
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Concepto. La denuncia es un acto procesal por el que una persona emite una declaración de
conocimiento, que proporciona al titular del órgano jurisdiccional la noticia de un hecho que
reviste los caracteres de delito. Es, por tanto, la manera idónea según la ley de transmitir la
notitia criminis.

Características generales. Su regulación se encuentra fundamentalmente en los arts. 259 a 269


LECrim, y tiene como características generales: a) es una afirmación, no una petición. b) Quien
denuncia es en principio ajeno al proceso, limitándose a comunicar un hecho, sin que se
entienda por esto mismo que es parte en el proceso penal. c) Es un acto responsable, razón por
la cual quien denuncia un hecho delictivo adquiere responsabilidades.

Forma. Es un mero acto de comunicación de hechos, por tanto, la denuncia es totalmente


antiformalista. Se exige exclusivamente la identificación del denunciante. Puede ser escrita u
oral, en incluso, lo que no es frecuente, por medio de mandatario. El atestado de la Policía
Judicial equivale a denuncia (arts. 297 LECrim). En la práctica el funcionario de Policía redacta
por escrito la denuncia que le está comunicando verbalmente el ofendido por el hecho punible o
un tercero.

→ Inadmision:

- Por inexistencia del hecho


- Por denuncia falsa.
269: Formalizada que sea la denuncia, se procederá o mandará proceder inmediatamente por
el Juez o funcionario a quien se hiciese a la comprobación del hecho denunciado, salvo que
éste no revistiere carácter de delito, o que la denuncia fuere manifiestamente falsa. En
cualquiera de estos dos casos, el Tribunal o funcionario se abstendrán de todo procedimiento,
sin perjuicio de la responsabilidad en que incurran si desestimasen aquélla indebidamente.
La policía deberá hacer una mínima investigación para ver si la denuncia es falsa.

→ Admisión: Una vez es admitida a trámite, la policía tiene que elaborar el atestado policial
que deberán remitir al juzgado de instrucción en funciones de guardia. Si la denuncia se admite
no hace falta notificarlo al denunciante, y si no se admite si lo notifican por si quieras volver a
denunciar ante la Fiscalía o el órgano judicial.

En cuanto al idioma, no se prevé expresamente, pareciendo implícito que debería ser el


castellano. Sin embargo, un extranjero puede presentar una denuncia en su lengua, de tal
manera que:

- Cuando sea escrita: precisará traducción oficial.

- Cuando sea oral: precisará de interprete.

En cuanto a los idiomas cooficiales de las CCAA, se podrá utilizar el idioma dentro del
territorio de esa CCAA que admita idioma cooficial, ahora bien, fuera del territorio de la CCAA
debe hacerse en castellano o traducirse si se alega desconocimiento del idioma. Art. 236 LOPJ.

Voluntariedad y obligatoriedad de la denuncia y exenciones.


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La denuncia se formula por un sujeto frente a un destinatario.

Es sujeto activo de la denuncia quien tenga conocimiento de la comisión de un delito. Es


tratado por la LECrim en función de los requisitos de perseguibilidad que ella misma u otra Ley
establezcan:

1- Hechos punibles perseguibles previa denuncia del ofendido: delitos que únicamente pueden
perseguirse previa denuncia del ofendido u otra persona relacionada con él (parientes próximos,
representantes legales, guardadores de hecho, o incluso el MF si son agraviados menores,
incapaces o personas absolutamente desvalidas). Esto significa que el proceso penal únicamente
puede iniciarse si el ofendido por el delito, o persona allegada a él, denuncia los hechos ante el
sujeto destinatario.

La denuncia de los ofendidos por estos delitos es en todo caso un derecho, no una obligación.
Por tanto, depende de ellos que se inicie el proceso penal contra el presunto autor.

2- Hechos punibles perseguibles de oficio: en todos los demás delitos, su persecución se realiza
de oficio.

La denuncia se configura aquí como una obligación, con exenciones.

Tienen el deber (deber cívico sancionable) de denunciar quienes hayan presenciado los hechos
criminales y quienes tengan conocimiento de los mismos por razón de su cargo, profesión u
oficio, así como quienes, en general, tengan el conocimiento de la comisión de hechos punibles
(deber general de denunciar: art. 264, I). Pero están exentos: los impúberes y quienes no
gocen del pleno uso de su razón; el cónyuge del delincuente no separado legalmente o de hecho
o la persona que conviva con él en análoga relación de afectividad, y los ascendientes y
descendientes del delincuente y sus parientes colaterales hasta el segundo grado inclusive; los
abogados y procuradores del autor-cliente y los sacerdotes de la religión católica que sepan de
él por confesión; y Jueces, Fiscales y Jefes de la Policía Judicial encargados de vigilar el tráfico
de drogas, que decidan permitir su circulación o entrega en España o a través del territorio
nacional, atendidos los fines de la investigación, la importancia del delito, el descubrimiento de
los delincuentes y los efectos de su vigilancia, con comunicación a la Fiscalía Especial para la
prevención y represión del tráfico ilegal de drogas y, en su caso, al JI. En virtud de estas
normas, toda autoridad o profesional que conozca de la existencia de un hecho punible, tiene
obligación de denunciarlo, incluido el Ministerio Fiscal, bajo sanción.

En caso de que el propio autor denuncie los hechos, la denuncia es admisible,


independientemente de los beneficios a que pueda acogerse el denunciante (atenuante el
arrepentimiento espontáneo).

Finalmente, en ningún caso es necesario identificar a la persona denunciada, porque lo


importante es dar parte de hechos delictivos, pero si se conoce, deberá expresarse su nombre en
la denuncia.

→Capacidad para denunciar: Pueden denunciar todas las personas físicas, (incluido los
extranjeros) basta con la capacidad necesaria para conocer y entender, capacidad para ser parte
y capacidad procesal. Cuando el perjudicado u ofendido sea una persona jurídica denunciará el
representante.

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→La autodenucia: Es cuando el propio autor de hecho punible presenta denuncia por él. No es
obligatoria presentarla y por tanto no es sancionable. Sin embargo la conducta
autodenunciatoria se premia por considerarse una atenuante del art 24.1 del C.P, aunque es
discutible ya que a hay que determinar si el sujeto de autodenuncia antes de que la policía
empiece a investigar.

→La denuncia anónima: están permitidas, ya que a veces se hacen porque llama gente y no da
su nombre real, o no quiere dar su nombre. Lo que no se puede hacer es denunciar cosas que no
tienen ninguna relevancia jurídica.

Órganos receptores. El destinatario puede ser un órgano judicial o distinto, dado que las
denuncias se pueden presentar ante el Juez, generalmente el de Guardia, ante el Ministerio
Fiscal, y la Policía Judicial (Policía Nacional, Guardia Civil y Policía Local). Lo usual es la
presentación de la denuncia ante la Policía.
Si la denuncia se presenta ante la Fiscalía, ésta tiene un plazo de 6 meses, prorrogable en ciertos
casos, para decidir si sigue adelante o no, lo que puede afectar a la prescripción del delito
cuando los plazos sean breves.

Efectos.
a) Respecto al denunciante: Formulada la denuncia, el denunciante ha cumplido con su deber y
no queda obligado, en consecuencia, a sostener la acción penal, es decir, a presentarse como
parte en el proceso querellándose contra el autor, ni a probar los hechos que acaba de denunciar.
No obstante, si la denuncia hubiera sido realizada con dolo, el denunciante queda sometido a
responsabilidad (delitos de denuncia falsa o de simulación de delito).

b) Respecto al órgano jurisdiccional: Tiene la obligación de investigar el hecho denunciado, y


también el órgano administrativo que la hubiera recibido, incluso antes de dar parte al Juez,
además de comunicar la misma al MF y a los sujetos denunciados en su caso, lo que les
convierte en investigados. Sólo si los hechos no revisten caracteres de delito o la denuncia
resulta manifiestamente falsa, se archivará También se interrumpe la prescripción, dados los
mismos requisitos que con la querella (v. inmediatamente).

2. La querella

Concepto y diferencias con la denuncia. La querella es también un acto procesal que inicia el
proceso penal, consistente en una declaración de voluntad dirigida por una persona al órgano
jurisdiccional competente para la instrucción de la causa, por medio de la cual, además de
proporcionar a aquél la notitia criminis, se ejercita la acción en el proceso penal,
constituyéndose el querellante en parte actora (particular, popular o privada) del proceso penal.
Se regula en los arts. 270 a 281 LECrim.

De este concepto, se desprenden claras diferencias con la denuncia. La fundamental consiste en


que a través de la querella se ejerce el derecho de acción procesal, esto es, el derecho de acudir
a los órganos jurisdiccionales penales, convirtiéndose su titular en parte. Sin embargo, en la
querella no se interpone también la pretensión, porque para poder pedir algo, la imposición de
una pena, se requiere una investigación completa antes. La pretensión se interpondrá en el
escrito de acusación. La querella contiene una declaración de voluntad; mientras que la
denuncia es sólo una declaración de conocimiento. La querella constituye un derecho; la
denuncia un deber, generalmente. La querella debe presentarse ante el Juez competente; la

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denuncia ante cualquier autoridad de las anteriormente vistas. La querella se formula siempre
por escrito y cumpliendo determinados requisitos formales; la denuncia puede ser verbal o
escrita, y no tiene formalismo alguno. En la querella se proponen diligencias; en la denuncia no.

La querella se convierte así en un acto esencial del proceso penal, en tanto en cuanto es
necesario para convertirse en parte acusadora en el proceso penal.

Sin embargo, desde hace tiempo el legislador quiere facilitar el acceso a la cualidad de parte
acusadora sin necesidad de interponer querella, por dos razones básicamente: porque los
ofendidos por el delito pueden adquirir la condición de parte acusadora particular una vez ya
iniciado el proceso sin necesidad de querella, respondiendo afirmativamente al ofrecimiento de
acciones que en tal sentido les haga el órgano jurisdiccional; porque en los procesos penales
abreviados el legislador dice expresamente que no es necesario.

En la práctica, sin embargo, el MF no se querella siempre, aun siendo obligatorio para él puesto
que si el proceso ya ha sido iniciado mediante denuncia o querella de acusador particular o
popular, el MF se muestra parte en la causa mediante un simple escrito, llamado de
personación. Pero esta interpretación va en contra de lo dispuesto clarísimamente en la
LECrim.

Requisitos formales.

Sujetos

a) Sujeto activo. Conviene a su vez observar la clasificación de los delitos en públicos,


semipúblicos y privados, que hemos visto resulta fructífera para diversas instituciones
procesales.

1) En los delitos públicos, sujeto activo de la querella pueden ser tanto el MF (en todo caso),
como el ofendido por el delito, sea español o extranjero (actor particular), o el no ofendido
por el delito español (actor popular).

2) En los semipúblicos, sujeto activo de la querella pueden ser, una vez consta la denuncia
previa, el MF (en todo caso), y el ofendido por el delito. No parece admisible que se pueda
querellar el no ofendido por el delito, porque la ley supedita la persecución de los delitos
semipúblicos a la voluntad de los ofendidos.

3) En los delitos privados, únicamente éste o los autorizados expresamente en cada caso por el
CP pueden querellarse

No todo el mundo puede sin embargo querellarse. En general hay que tener en cuenta respecto a
los sujetos activos de la querella las restricciones absolutas y relativas a la legitimación fijadas
por la LECRIM, tanto por razón de falta de capacidad (art. 102. 1o), por razones de prevención
(art. 102. 2o), o por razón del cargo judicial (art. 102. 3o), así como por razones de parentesco
(art. 103).

b) Sujeto pasivo. Es el querellado, que debe precisarse en la querella del modo mejor posible.
Si no se identifica de alguna manera, la querella debe admitirse ello no obstante igualmente, y
practicarse las diligencias de investigación necesarias.

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c) Sujeto destinatario. La querella tiene que presentarse ante el JI competente, pues de no ser
así se inadmitirá, aunque valga entonces como denuncia.

Presupuestos

Hay que distinguir diversos presupuestos:


a) Querella por cualquier delito en general. Se exige que los hechos tengan apariencia de
delito, constituir fianza si la querella se presenta por persona distinta del ofendido, sus parientes
más próximos o representantes, y del MF; y que el querellante acredite mediante la residencia
en territorio español que está sometido a la competencia del órgano jurisdiccional.

La no necesidad de depositar fianza se ha ampliado, además de, en los delitos de asesinato o de


homicidio, a la persona vinculada con el difunto por una análoga relación de afectividad, a las
asociaciones de víctimas y a las personas jurídicas a las que la ley reconoce legitimación para
defender los derechos de las víctimas siempre que el ejercicio de la acción penal hubiera sido
expresamente autorizado por la propia víctima.

b) Querella por delito perseguible previa querella del ofendido. Se exige también que los
hechos tengan apariencia de delito, que el querellante acredite mediante la residencia en
territorio español que está sometido ala competencia del órgano jurisdiccional, pero el requisito
de la fianza se sustituye por el del acto de conciliación, único caso en que se reconoce esta
forma autocompositiva de resolver los conflictos intersubjetivos en el proceso penal.

c) Querella por injuria o calumnias causadas en juicio. Se exige también que los hechos
tengan apariencia de delito, y que el querellante acredite mediante la residencia en territorio
español que está sometido a la competencia del órgano jurisdiccional, pero el requisito de la
fianza (o el del acto de conciliación) se sustituye por el de la licencia del Juez o Tribunal que
hubiera conocido de las respectivas causas, ya que éste puede actuar más objetivamente
respecto a frases ofensivas que se hayan podido producir en el juicio.

Forma

La querella es un acto procesal de parte escrito, firmado por el Abogado y el Procurador del
querellante, cuyo contenido formal viene fijado en el art. 277 LECrim: Identificación del órgano
jurisdiccional ante quien se presenta; identificación del querellante y su representación;
identificación en la medida de lo posible del querellado; relación circunstanciada de los hechos
criminales; fijación de la relevancia penal de los hechos (pero sin acusar a nadie y sin pedir
pena alguna, aunque sí imputando los hechos al querellado); diligencias que deben practicar
separa la comprobación de los hechos en el entender de la parte; peticiones relativas a medidas
cautelares personales, en su caso; peticiones relativas a la responsabilidad civil, también en su
caso; firmas necesarias; y la petición (suplico) de que se admita la querella, se practiquen las
diligencias solicitadas y se acuerden las demás peticiones formuladas.

Documentos que deben acompañarse a la querella

El querellante debe acompañar con carácter general a su querella el poder del Procurador y el
bastante o del Letrado. Pero también, según el objeto de la querella, la certificación negativa del
acto de conciliación, la licencia del órgano jurisdiccional (ambas anteriormente vistas), o los
documentos objeto del hecho punible si se poseen y se trata de delitos de falsedad documental.

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Efectos.

• Efectos de la presentación de la querella. La querella produce efectos muy importantes, tanto


si se admite como si se inadmite:

• Si se admite a trámite, se producen los siguientes efectos:

- Se constituye en parte procesal actora el querellante (particular si es el ofendido por el


delito, popular si no lo es, privada si se trata de delitos perseguibles sólo mediante su
querella), entendiéndose con él a partir de ahora todas las diligencias y actos del
proceso. El querellante parte en el proceso penal puede desistir de la acción en cualquier
momento de la causa, pero si es el ofendido por el delito en delitos públicos y
semipúblicos, queda sometido a posibles responsabilidades, y si lo es por delito privado,
el proceso termina. En caso de muerte del querellante, los herederos pueden continuar el
proceso en función de que cumplan con lo prevenido en el art. 276 LECrim.

- El JI debe ordenar la práctica de todas las diligencias pedidas en la querella, salvo que
las considere contrarias a las leyes, innecesarias o perjudiciales.

- La admisión a trámite de la querella debe ponerse en conocimiento del querellado, el


cual, si no había sido detenido anteriormente por la Policía o por el propio Juez,
adquiere desde entonces la condición de encausado, gozando de los derechos previstos
en el art. 118 LECrim.

- La prescripción del delito se interrumpe.


• Si la querella, al contrario, no se admite a trámite, se producen también unos efectos muy
concretos, pero antes hay que considerar las causas legales de inadmisión:

- Que los hechos no sean constitutivos de delito.


- Que el Juez no sea competente.
- Que la querella sea presentada por un incapaz.
- Que la querella no reúna los requisitos establecidos en el art. 277 LECrim.

Muchos de estos defectos son subsanables, por lo que devuelta la querella a la parte, ésta debe
proceder a rectificar los errores y volver a presentarla ante el JI competente. Pero en caso de que
no lo fueran o la parten o los subsanara, no debe olvidarse que en ella, aunque defectuosa, se
han descrito unos hechos que constituyen delito, por lo que se transmite una notitia criminis al
órgano jurisdiccional, que debe actuar en consecuencia, es decir, incoar el proceso penal
correspondiente si es competente y no lo hubiera hecho ya, y si no lo es, ponerlo en
conocimiento del MF para que se querelle ante quien lo sea.

La inadmisión se efectúa por medio de auto, que es apelable, no cabiendo ningún recurso contra
la resolución del órgano jurisdiccional competente para la apelación. Dado que puede significar
la negación del derecho de acción (art. 24.1 CE), estaría abierta la posibilidad de recurrir en
amparo ante el TC. En cualquier caso, debe practicarse una mínima actividad investigadora y
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motivar la inadmisión Los efectos específicos de la inadmisión son: la reanudación de nuevo de


la prescripción del delito; la inexistencia ya de la litispendencia; y la imposición de las costas al
querellante si ha actuado con temeridad o mala fe.

3. Iniciación de oficio

También cabe que el juez instructor pueda obtener por sí conocimiento de hechos que pudieran
ser constitutivos de conducta punible. Se da cuando el Juez instructor tenga conocimiento de un
hecho delictivo, pues en virtud del principio de legalidad, necesariamente tendrá que perseguir
ese hecho delictivo. Ante esto, el Juez instructor se limitará a practicar las diligencias de
investigación necesarias para determinar si existe algún hecho delictivo.

Si se comprueba que ha existido un hecho delictivo, inmediatamente, pondrá los hechos en


conocimiento del Ministerio Fiscal para que ejercite la preceptiva acción penal.
→Cuando el delito sea público, tendrá la posibilidad de acordar la práctica de las diligencias
precisas para investigar los hechos y determinar a su autor, tal y como veíamos en el estudio de
la denuncia, pero no puede ejercitar acción popular, ni la persecución de la conducta
presumiblemente publible, porque el sistema acusatorio formal, propio de nuestro proceso
penal, no facilita al juez esa autoridad.

Por lo tanto, el juez puede inciar la actividad investigadora, y deberá poner los hechos en
conocimiento del fiscal para que, en su caso, ejercita la acusación. También deberá hacerlo si el
juez estuviera conociendo de una causa civil o penal y dedujera alguna conducta que pudiera ser
constitutivos de delito.

*Ej. Si en la declaración de testigos en un proceso civil al declarar testigos, se contrasta con el


resultado de otras pruebas y se ve que están mintiendo. El juez podría deducir testimonio de lo
declarado e iniciar investigaciones sobre su contenido, poniéndolo en conocimiento del fiscal.

→No cabe iniciativa judicial si los hechos solo fueran perseguibles instancia de parte por
denuncia o querella, aunque debería darse cuenta al fiscal, a efectos de su posible intervención
si concurrieran algunas de las causas que lo legitiman (minoría de edad, desvalimiento, etc.).

→En cuanto procedimiento abreviado 773.2 permite que fiscal de oficio, puede decretar la
práctica de diligencias para la comprobación de los hechos sus responsabilidades, cuando tenga
conocimiento directo dichos presuntamente delictivos

TEMA 6.
1. Concepto. Principio de proporcionalidad

La fase de instrucción o de investigación de cualquier proceso (independientemente del nombre


técnico que se le da a esta fase dependiendo del proceso de que se trate, que en unos casos se
llama sumario, en otros diligencias previas, en otros diligencias urgentes) sirve para investigar
si existe hecho, si es un hecho constitutivo de delito y quiénes han participado en la comisión de
ese hecho delictivo. Esta es la finalidad de la fase de instrucción. Es el art. 299 LECrim el que
establece cuál es la función de un sumario (“Constituyen el sumario las actuaciones
encaminadas a preparar el juicio y practicadas para averiguar y hacer constar la perpetración
de los delitos con todas las circunstancias que puedan influir en su calificación y la
culpabilidad de los delincuentes, asegurando sus personas y las responsabilidades pecuniarias
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de los mismos.”.). Para realizar toda esta función en la fase de instrucción ¿Qué medidas se
pueden adoptar?

• Se pueden practicar diligencias de investigación (por ejemplo, tomarle declaración al posible


responsable, hacer un informe pericial, la autopsia, recopilar documentación, etc.).

• Se pueden adoptar medidas cautelares de carácter personal o real. Las personales tienen
como finalidad sujetar a la persona al proceso penal, evitando que pida sustraerse a la acción
de la justicia. Por el contrario, las mediadas reales pretenden asegurar el patrimonio de la
persona investigada como autora del delito, con la finalidad de que pueda sustraerlo y en el
momento en el que la sentencia sea condenatoria, poder hacerla efectiva.

• Se pueden adoptar medidas coercitivas, aquellas medias cautelares que limitan los derechos
fundamentales.

• Y se puede practicar prueba: lo que llamamos prueba preconstituida y prueba anticipada


(son dos conceptos distintos).

El proceso penal tiene dos fases:


1. La fase de instrucción.
2. Y la fase de juicio oral, a la que se llega cuando, acabada la investigación, tenemos a un
presunto responsable al cual se le pueden imputar presuntamente una serie de hechos delictivos.
Lo que caracteriza la fase de juicio oral es que toda la prueba tiene que practicarse en esta
fase de juicio oral ante el órgano de enjuiciamiento, es decir, ante el tribunal que va a
dictar la correspondiente sentencia (que NO es el órgano instructor; porque el órgano
instructor no va a dictar sentencia; el que va a dictar sentencia es el órgano de enjuiciamiento).
Entonces, con la prueba que se practique en el acto del juicio oral se podrá desvirtuar la
presunción de inocencia y dictar, en su caso, sentencia absolutoria o de condena, según se logre
o no desvirtuar la presunción de inocencia con la prueba. Por lo tanto, lo normal es que la
prueba tenga lugar en el acto del juicio oral. Sin embargo, aquí hablamos de que en la fase de
instrucción puede haber prueba preconstituida y prueba anticipada:

Prueba anticipada. Es aquella que tiene lugar cuando no se puede esperar al acto del juicio
oral y se practica anticipadamente en la fase de instrucción, eso sí, con todas las garantías,
esto es, en presencia del juez, del LAJ, con las acusaciones, con la defensa, para garantizar la
contradicción (*ej.: testigo que está en peligro de muerte y no podemos esperar a cuando sea el
momento del juicio oral y se practica la prueba de manera anticipada; que el testigo se va a ir a
vivir a Australia y no va a estar en el acto del juicio oral). Por tanto, la prueba anticipada es
aquella que se practica en la fase de instrucción en dos supuestos: en el caso de los testigos y en
el caso de los peritos, que, por circunstancias excepcionales, no estarán en el momento del
juicio oral, y hay que practicarlas con todas las garantías de contradicción y en presencia
judicial.

Prueba preconstituida. Coincide con algunas medidas coercitivas. Se trata de adquirir y


conservar fuentes de prueba para, luego, llevarlas al acto del juicio oral. Hemos dicho que
la prueba se practica, normalmente, en el acto del juicio oral; la instrucción es para investigar, y
el juicio oral es para practicar la prueba, las conclusiones finales, el alegato final, el derecho a la
última palabra del acusado y que se dicte sentencia de condena o de absolución. Sin embargo,
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cabe la posibilidad de que, anticipadamente, en fase de instrucción, se pueda realizar


prueba anticipada (que es como si la trasladáramos de momento, es decir, que se practica con
todas las garantías con presencia del juez, del secretario judicial, tienen que estar las
acusaciones, tiene que estar la defensa con su letrado; y, como está presente el secretario
judicial, de esa prueba anticipada que se practique se levanta acta por el secretario. Y, como el
LAJ es fedatario público, luego se lleva ese acta al acto del juicio oral y vale como auténtica
prueba porque se ha practicado con todas las garantías) y prueba preconstituida. Al contrario
de lo que ocurre con la prueba anticipada, la nota que caracteriza la prueba preconstituida es
la irrepetibilidad, es decir, que no se puede esperar al acto del juicio oral para practicar la
prueba. *Ejemplos de prueba preconstituida: Los controles de alcoholemia, donde, como es
lógico, no se puede esperar al acto del juicio oral para hacer el correspondiente control de
alcoholemia; un análisis de estupefacientes, donde ya van los resultados de esos análisis al acto
del juicio oral; lo que se graba por las cámaras de videoviligancia; una entrada y registro en un
domicilio por si está allí el presunto investigado o responsable de la comisión del hecho
delictivo, o por si puede estar lo que se llama el cuerpo del delito (ej.: efectos, armas,
instrumentos, etc.); una intervención de las comunicaciones telefónicas es también prueba
preconstituida, etc.

Lo que se hace, en definitiva, es anticipar y asegurar la prueba porque es irrepetible, y lo que se


hace es practicarla con garantías para que valga para el acto del juicio oral. Realmente, la
prueba preconstituida es una prueba documental, porque lo que se lleva luego al acto del
juicio oral es el documento donde consta, por ejemplo, el análisis de la droga, o es el
documento donde consta el resultado del análisis de alcoholemia, o es el documento donde
pueden constar los resultados de la intervención telefónica, o donde pueden constar los
resultados de la entrada y registro. Son prueba documental que luego se llevan al acto del
juicio oral por medio de la lectura; es decir, esos documentos se leen en el acto del juicio oral,
con base en el art. 730 LECrim, con la finalidad de que las partes lo puedan someter a
contradicción (O sea que, una vez leídos esos documentos (o escuchados si están grabados en
vídeo), se puedan someter a contradicción). Por lo tanto, una cosa es prueba anticipada y otra
cosa es prueba preconstituida (la prueba preconstituida es para adquirir y conservar fuente de
prueba). Por ej., Si hacemos una entrada y registro en un domicilio particular porque ha habido
un chivatazo de que allí puede encontrarse el investigado o puede estar el arma de la comisión
del hecho delictivo o puede estar la droga o puede estar cualquiera de los objetos relacionados
con la comisión del hecho delictivo, hay que rodear la práctica de esa prueba de toda una serie
de garantías (que la ordene el juez, que la revise la policía, que se levante el correspondiente
documento, para que luego se pueda llevar al acto del juicio oral y pueda servir para desvirtuar
la presunción de inocencia, y que sirva para dictar una sentencia de condena. Recuerden que,
cuando hablamos de los métodos alcoholométricos que consta en el atestado, dijimos que, para
que valga como medio de prueba, es necesario que los policías vayan luego al acto del juicio
oral a ratificarse, porque, si no, se quedaría en una simple diligencia de investigación. (*Tener
en cuenta que la prueba preconstituida también se pide o se acuerda - dependiendo de cuál sea-
en la fase de instrucción cuando se está investigando; y luego ya se lleva al acto del juicio oral
como prueba documental y se lee, con base en el art. 730 LECrim, en el acto del juicio oral para
que las partes lo puedan someter a contradicción).

Repito: Todas estas pruebas preconstituidas de lo que tratan es de adquirir y conservar fuentes
de prueba. *Ej.: imagínense que se acuerda una entrada y registro, y resulta que encuentran al
investigado o imputado allí y le detiene la policía, se adoptan las medidas; pero, no sólo eso,
sino que, además, encuentran la droga, el puñal, las plantillas con las que se estaba falsificando
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el dinero, etc.; puesto esto es lo que se conserva y se queda custodiado hasta el acto del juicio
oral, y de esto se levanta un documento, por ej., en la entrada y registro está el secretario
judicial que, como fedatario público, levantará acta donde dice lo que encontraron o lo que no
encontraron. Por tanto, insisto, lo que caracteriza la prueba preconstituida es la irrepetibilidad,
puesto que no se puede esperar al acto del juicio oral para practicarla.

Veremos que hay pruebas preconstituidas que coinciden con las medidas coercitivas
porque limitan derechos fundamentales. Es decir, la gran mayoría de prueba preconstituida
suponen una limitación a cualquier derecho fundamental (la entrada y registro afecta a la
inviolabilidad del domicilio; la intervención de las comunicaciones personales afecta al secreto
de las comunicaciones; una inspección corporal afecta al derecho a la intimidad; una
intervención corporal afecta al derecho a la integridad física; la prueba de ADN de recoger
material genético para luego analizarlo también puede vulnerar derechos fundamentales). Y, por
eso, hay que practicarlas con garantías, como son que, normalmente, la prueba preconstituida
la tiene que acordar el juez para que se practique; salvo que, excepcionalmente, por razones
de urgencia, si no la puede acordar el juez de instrucción, la puede practicar la policía (por
ej., la prueba de alcoholemia la hace por razones de urgencia la policía, pero luego levanta el
atestado policial que pone a disposición del juez de instrucción). Dentro de la prueba
preconstituida, vamos a hablar, en primer lugar, de la entrada y registro.

Medidas de investigación restrictivas de derechos fundamentales en el proceso penal

Debemos partir de la premisa de que las medidas coercitivas están reguladas expresamente. Ha
sido la jurisprudencia del TC la que ha ido conformando los requisitos, condiciones y
procedimiento porque hay una imprevisión legislativa.

Concepto de medidas de investigación restrictivas de derechos fundamentales. Se trata de


resoluciones judiciales motivadas, que se adoptan durante la fase instructora por el Juez
Instructor competente, y tienen la finalidad de restringir o limitar un derecho fundamental del
investigado. Por ejemplo, en el caso de la entrada y registro, el derecho fundamental que se
vulnera es el derecho a la inviolabilidad del domicilio.

Principio de proporcionalidad. Estas medidas coercitivas se tienen que adoptar teniendo en


cuenta la labor del Juez Instructor ponderando los intereses en juego, limitando los derechos
fundamentales para esclarecer los hechos, u optar por una medida menos gravosa. Deben estar
inspiradas en este principio porque han de ser idóneas para alcanzar un fin constitucionalmente
previsto, sin la alternativa de una menos gravosa. Ese fin constitucionalmente previsto justifica
la medida no solo el ius puniendi del Estado, sino la tutela judicial de la víctima que no quede
indefensa, la recepción del investigado. Y en última instancia la reinserción social de las penas
privativas de libertad.

Principio de legalidad. Las medidas coercitivas deben estar previstas en leyes orgánicas.

Principio de jurisdiccionalidad. Solo el juez instructor competente puede adoptar estas


medidas mediante auto, que deberá ser motivado, y pondere los intereses en juego. Con
excepciones, por ejemplo se puede adoptar por la Policía Judicial.

En ese auto el juez debe hacer un juicio de preponderación. Si no hace ese juicio de valoración
cuando concluya la fase instructora y se inicie el juicio oral, la defensa del acusado siempre va a
invocar la vulneración de derecho fundamental.
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2. Diligencia de entrada y registro

La diligencia de entrada y registro en lugar cerrado se regula en los arts. 545 a 572 LECRIM.
En general, la entrada y registro en lugar cerrado es el acto de investigación consistente en la
penetración en un determinado recinto aislado del exterior, con la finalidad de buscar y
recoger fuentes de investigación, o la propia persona del investigado (arts. 546 y 550
LECRIM). Son dos diligencias en una, pero íntimamente unidas, pues se entra en el lugar
cerrado para registrarlo. Y cumple dos fines claramente diferenciados: asegurar pruebas y piezas
de convicción (pruebas físicas), para que estén a disposición de las partes (sobre las que
previamente habrán preparado su acusación y defensa) y del órgano jurisdiccional el día del
juicio oral, y detener al presunto culpable que se sospecha que se encuentra dentro del
domicilio.

Se trata de una medida limitativa del derecho a la intimidad reconocido en el art. 18 CE. En
un sentido especial (tratándose de domicilios) supone la limitación del derecho constitucional
de inviolabilidad de domicilio, justificada por el cumplimiento de determinados fines del
proceso penal. El art. 18.2 CE dispone que «el domicilio es inviolable. Ninguna entrada o
registro podrá hacerse en él sin consentimiento del titular o resolución judicial, salvo en caso
de flagrante delito».

Requisitos. Para que el acto de entrada y registro en lugar cerrado se verifique de acuerdo con
la ley deben concurrir determinados requisitos. Téngase en cuenta que la entrada y registro sin
atenerse a estas condiciones puede constituir delito (arts. 202 a 204 CP).

Presupuestos generales. Son que se tengan indicios de que en el lugar se encuentra el


investigado, o de que hay efectos o instrumentos del delito, o libros, papeles u otros objetos que
puedan servir para su descubrimiento o comprobación (art. 546 y art. 550 LECRIM); y auto del
Juez de Instrucción acordando la práctica del acto (arts. 564, II, y 566,I, LECRIM). El auto no
siempre resulta necesario, puesto que el registro y previa entrada pueden efectuarse mediando
sólo consentimiento o autorización de la persona interesada.

Presupuestos especiales. Hay que distinguir entre edificios o lugares públicos oficiales, no
oficiales, religiosos, de particulares y asimilados, o cualificados por normativa internacional. A
todos ellos se refiere la LECRIM en sus arts. 547 y ss.

Realmente los importantes son los domicilios de particulares, esto es, el edificio o lugar
cerrado, o la parte de él destinada principalmente a la habitación de cualquier español o
extranjero residente en España y de su familia. Para éstos los presupuestos son:
1o) Consentimiento del interesado, el cual puede presumirse si no alega derecho a la
inviolabilidad del domicilio.

2o) Si se niega, sólo puede procederse a la entrada, notificándose en el acto o dentro de las 24
horas siguientes el auto motivado, que deberá contener las circunstancias del art. 558.

El presupuesto fundamental es el de la resolución judicial motivada. De la doctrina


constitucional se desprende claramente que en la resolución el Juzgado debe manifestar que la
decisión adoptada responde a determinados hechos punibles que deben ser investigados en un
proceso penal incoado, de manera que el auto debe expresar en base a qué razones considera
necesario el Juzgado la entrada y registro en el domicilio.

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Práctica.

a) Medidas de aseguramiento del acto. Acordada la entrada y registro, se han de adoptar las
medidas adecuadas para que no se frustre el fin del acto, es decir, medidas que tiendan a evitar
la fuga de la persona o la sustracción de los objetos que se buscan. Estas deben adoptarse:

1a) Antes de que empiece la práctica del acto («medidas del vigilancia», art. 567 LECRIM).
2a) Cuando se suspenda temporalmente la práctica del acto, de acuerdo con los presupuestos de
los arts. 570 y 571 LECRIM, las medidas a adoptar consisten en cerrar y sellar el local o los
muebles aún no registrados, previniéndose a los que se hallasen en el lugar de que no levanten
los sellos ni violenten las cerraduras, bajo la responsabilidad que establece el art. 365 CP (art.
570 LECRIM).

b) Órganos y personas que intervienen en su práctica.


1.o) Competente para decretar y realizar la entrada y registro es el Juez, quien puede
encomendar determinadas actividades materiales a las autoridades o agentes de la Policía
Judicial.
2.o) Deben presenciar el acto del registro las siguientes personas: 1) El LAJ, que puede ser
sustituido si así lo autoriza el Juez, por quien legalmente puede sustituirlo; 2) El interesado y,
subsidiariamente, la persona que le represente. Si no quisiere concurrir y no nombrase
representante, se hará a presencia de un individuo de su familia mayor de edad, y si no la
hubiere, a presencia de dos testigos, vecinos del mismo pueblo. Si el interesado es el
investigado, y está disponible (v.gr., por estar detenido), debe concurrir igualmente según la
jurisprudencia, aunque no su abogado.
La resistencia de estas personas a presenciar el registro puede dar lugar a la responsabilidad por
delito de desobediencia grave a la autoridad.

c) Forma de practicar el acto. La forma de practicar la entrada y registro en cada caso


concreto es un problema de técnica de investigación, que debe resolverse según las
circunstancias del caso, pero la LECRIM da unas normas generales a tener en cuenta:
1.a) Cumplidos los requisitos previos a la entrada, puede procederse a efectuarla incluso con el
auxilio de la fuerza.

2.a) Deben evitarse las inspecciones inútiles, procurando no importunar al interesado más de lo
necesario, adoptándose precauciones para no comprometer su reputación, y respetando sus
secretos si no interesan a la instrucción (art. 552 LECRIM).
3.a) El Juez recogerá los instrumentos y efectos del delito, los libros, papeles y demás cosas de
interés para el sumario. Los libros y papeles serán foliados, sellados y rubricados por los que
hubieran asistido al registro (art. 574 LECRIM).

d) Hora de la diligencia. Influye la circunstancia de ser de día o de noche cuando el registro se


practique en edificios públicos o en domicilios:
1.o) Tratándose de edificios o lugares públicos, el registro puede practicarse, indistintamente.
2.o) Tratándose de domicilios, la entrada se realizará de día y sólo puede efectuarse durante la
noche si lo hace necesario la urgencia del caso. En los casos normales, si llega la noche antes de
la terminación del registro, éste deberá suspenderse, salvo que el interesado o su representante
consientan la continuación o la haga necesaria la urgencia. Por último, la circunstancia de que
pueda practicarse o continuarse de noche ha de expresarse en el auto.

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e) Documentación del acto. El LAJ extenderá diligencia de la entrada y registro en lugar


cerrado, la cual contendrá los siguientes extremos: 1) Personas que hubieren practicado el
registro; 2) Personas que lo hubieren presenciado; 3) Incidentes ocurridos; 4) Horas en que
empezó y terminó; 5) Relación del registro por el orden en que se hizo; y 6) Los resultados
obtenidos. El acta correspondiente será firmada por todos los concurrentes.

Si no hubieran aparecido las personas u objetos buscados ni otros indicios sospechosos, se


expedirá certificación del acta a la parte interesada si la reclamase.

- art. 546 LECri: este precepto establece que los posibles objetos a intervenir en la diligencia de
entrada y registro serían los que puedan servir para descubrir y comprobar el delito objeto de la
causa; es decir, los que guarden relación con el delito investigado
- art. 567 LECri: habla de los efectos del delito que hayan de ser objeto de registro (por tanto, el
objeto viene predeterminado)

-art. 569 LECri: en su párrafo sexto, indica que la autorización de entrada y registro debe haber
determinado con claridad su objeto
- art. 570 LECri: en su párrafo primero, hace la misma consideración que el artículo anterior, si
bien con referencia a las personas

DILIGENCIA DE REGISTRO DE LIBROS Y PAPELES

La diligencia de registro de libros y papeles se regula en los arts. 573 a 578 LECRIM. A través
de este acto de investigación del procedimiento preliminar se pretende recoger toda aquella
documentación que o bien constituya el objeto del delito, o bien sirva para esclarecer los hechos
criminales que han dado lugar a la causa, teniendo en cuenta la protección constitucional
operada por el art. 18.3 CE. La LECRIM distingue a estos efectos diferentes clases de libros y
papeles.

a) Libros y papeles en general: La Ley no da norma alguna especial para el registro de libros y
papeles en general, porque entiende que la diligencia de entrada y registro de un lugar cerrado
puede tener como finalidad también la de registrar libros, documentos o papeles (v. arts. 574 a
576 LECRIM).

b) Libros y papeles contables: El presupuesto de la diligencia es que existan indicios graves de


que de ésta resultará el descubrimiento o comprobación de algún hecho o circunstancia
importante de la causa (art. 573 LECRIM).

c) Archivos y documentos consulares: Tratándose de cónsules honorarios, los archivos y


documentos consulares son inviolables, a condición de que, en las oficinas, están separados de
los documentos de otra índole (art.61 Convención de Viena de 1961).

d) Libros y documentos notariales, y de los Registros de la Propiedad, Civil y Mercantil: De


acuerdo con el art. 578 LECRIM, si el libro que haya de ser objeto del registro fuese el
protocolo de un Notario, se procederá con arreglo a lo dispuesto en la Ley del Notariado. Si se
tratase de un libro del Registro de la Propiedad, se estará a lo ordenado en laLey Hipotecaria. Y
si se tratase de un libro del Registro civil o mercantil, se estará a lo que se disponga en la Ley y
Reglamento relativos a estos servicios. Por consiguiente, el precepto se remite a lo que
dispongan esas normas particulares. Lo más destacado es que los libros no pueden ser sacados
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de la oficina correspondiente, debiendo ser examinados en ella(salvo en algún caso el desglose).

3. Diligencia de detención y apertura de la correspondencia escrita y telegráfica

La diligencia de intervención de las comunicaciones privadas del investigado en forma de


correspondencia escrita o telegráfica, se regula en los arts. 579 a 588 LECRIM. Estamos
igualmente ante una limitación al derecho fundamental del art. 18.3 CE: «Se garantiza el
secreto de las comunicaciones y, en especial, de las postales, telegráficas y telefónicas, salvo
resolución judicial». El secreto de las comunicaciones, por tanto, es en general un derecho
fundamental de las personas. Sin embargo, no es absoluto y puede ser necesaria una actividad
judicial encaminada a detener, abrir y examinar la correspondencia privada, si hubiere indicios
de obtener por estos medios el descubrimiento o la comprobación de un hecho o circunstancia
importantes de la causa (art. 579.1 LECRIM).

Art. 579.1 LECRIM: ‘’El juez podrá acordar la detención de la correspondencia privada,
postal y telegráfica, incluidos faxes, burofaxes y giros, que el investigado remita o reciba, así
como su apertura o examen, si hubiera indicios de obtener por estos medios el descubrimiento
o la comprobación del algún hecho o circunstancia relevante para la causa, siempre que la
investigación tenga por objeto alguno de los siguientes delitos...’’. VEMOS AQUÍ LA
JURISDICCIONALIDAD.

En cualquier caso debe tenerse en cuenta que, aun siendo necesario limitar este derecho, la
detención y apertura de la correspondencia, sin el cumplimiento de los requisitos que la ley
establece, constituye delito (art. 535 CP).

La LECRIM se refiere a la detención y apertura de correspondencia privada postal y telegráfica,


pero al final de este apartado deberemos interrogarnos también acerca de la posibilidad de
investigar cualquier otro tipo de comunicación. En cualquier caso debe tenerse en cuenta que el
derecho fundamental es el secreto mismo de la comunicación, sin referencia a cuál sea su
contenido; es decir, no se trata de proteger la intimidad, sino el secreto.

Si la correspondencia está abierta o se puede leer sin operación alguna, no tiene lugar la
protección constitucional y puede utilizarse en el proceso sin problema alguno, de acuerdo con
la jurisprudencia constante del TS.

La apertura de correspondencia escrita y telegráfica no es admisible en cualquier


investigación criminal, sino sólo en alguno de los casos previstos taxativamente por el art.
579.1, a saber, que se trate de: Delitos dolosos castigados con pena con límite máximo de, al
menos, tres años de prisión. Delitos cometidos en el seno de un grupo u organización criminal.
Delitos de terrorismo.

Presupuestos.
1.o) Que se trate de correspondencia privada postal o telegráfica que el investigado remita o
reciba.
2.o) Que haya indicios de obtener por estos medios el descubrimiento o comprobación de algún
hecho o circunstancia importante de la causa.
3.o) Auto motivado del Juez que determine, por la designación de nombres de remitentes o
destinatarios u otras circunstancias concretas, la correspondencia que deba ser detenida y
examinada o los telegramas de los que haya que entregar copias (art. 583 LECRIM).
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Además, en el art. 579. 2 a 5 LECRIM:


1.- El plazo será de hasta tres meses, prorrogable por iguales o inferiores períodos hasta un
máximo de dieciocho meses.
2.- La restricción constitucional afecta a la observación de las comunicaciones postales y
telegráficas del investigado, así como de las comunicaciones de las que se sirva para la
realización de sus fines delictivos. 3.- En caso de urgencia y tratándose de lucha contra la
criminalidad organizada, la autorización judicial se difiere, siendo competente para adoptarla en
primer término, el Ministro del Interior o, en su defecto, el Secretario de Estado de Seguridad,
quien la comunicará inmediatamente al Juez para que la ratifique o alce en un plazo máximo de
setenta y dos horas desde que fue ordenada la medida.
4.- Sin ese carácter de urgencia, no se requerirá autorización judicial en los siguientes casos: a)
Envíos postales que, por sus propias características externas, no sean usualmente utilizados para
contener correspondencia individual sino para servir al transporte y tráfico de mercancías o en
cuyo exterior se haga constar su contenido. b) Aquellas otras formas de envío de la
correspondencia bajo el formato legal de comunicación abierta, en las que resulte obligatoria
una declaración externa de contenido o que incorporen la indicación expresa de que se autoriza
su inspección. c) Cuando la inspección se lleve a cabo de acuerdo con la normativa aduanera o
proceda con arreglo a las normas postales que regulan una determinada clase de envío.

4o. La solicitud y las actuaciones posteriores relativas a la medida solicitada se sustanciaran en


una pieza separada y secreta, sin necesidad de que se acuerde expresamente el secreto de la
causa.

Detención de la correspondencia. Ha de entenderse la simple retención de la misma para su


ulterior examen por las personas que determine la ley. Sólo puede decretarla el juez de
Instrucción, pero la realización física de la detención puede encomendarse por el órgano
jurisdiccional, y así es generalmente por razones de eficacia. En efecto, según el art. 580
LECRIM pueden materialmente detener la correspondencia, previo auto motivado del
instructor:

a) El Juez de Paz; b) La Policía Judicial; c) El administrador de Correos y Telégrafos o Jefe de


la oficina donde la correspondencia pueda hallarse; d) En caso de estado de excepción, la única
autoridad competente es la gubernativa.

La correspondencia detenida y, tratándose de telegramas, las copias delos mismos, deberá ser
remitida al Juez de Instrucción (arts. 581 y 582 LECRIM).

Apertura y examen de la correspondencia postal. Esta regulación no se aplica a la


telegráfica, que, por razones técnicas, es siempre abierta.

1.o) Sujetos, en donde debe distinguirse a su vez: 1) Sujeto facultado para abrirla y examinar el
contenido es únicamente el Juez de Instrucción, no cabiendo delegación en la policía; 2) Sujetos
que pueden o deben presenciar el acto: a) El investigado, que debe ser citado para presenciar el
acto, pudiendo concurrir por sí mismo o nombrar representante, por ejemplo, un abogado. Si no
quisiera hacerlo o estuviere en rebeldía, se abrirá y examinará igualmente; b) El letrado de la
administración de justicia, para documentar fehacientemente el acto.

2.o) Forma: La forma de practicarse la apertura y el examen viene recogida en los tres párrafos
del art. 586 LECRIM. La correspondencia que careciera de interés para la causa será entregada
en el acto al investigado o a su representante, o a alguien de su familia mayor de edad si
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estuviere en rebeldía, y si no hay nadie a quien entregarlo, lo conserva el Juez hasta que
aparezca.

3.o) Documentación: El LAJ extenderá diligencia de lo que hubiera ocurrido en el acto, que
será firmada por él, el Juez y los asistentes.

Utilización de los resultados probatorios. Dos previsiones contiene el art. 579 bis LECRIM, a
raíz de la reforma de 2015:

a) La utilización de la información obtenida en un procedimiento distinto y


descubrimientos casuales, disponiendo que los resultados de la detención y apertura de la
correspondencia escrita y telegráfica podrán ser utilizados como medio de investigación o
prueba en otro proceso penal distinto a aquél en el que se ordenó la medida. El testimonio de
particulares basta para acreditar la legitimidad de la injerencia. Debe informarse si las
diligencias continúan declaradas secretas, a los efectos de que tal declaración sea respetada en
el otro proceso penal, comunicando el momento en el que dicho secreto se alce.

Se trata de una previsión importante, pues hasta ahora no se sabía muy bien qué hacer al
respecto, dado que la jurisprudencia se ha ocupado más de precisar qué debe entenderse por
correspondencia, si sólo la postal, incluyendo evidentemente los paquetes postales en ella, o
cualquier tipo de comunicación escrita, lo que parece también claro.

b) El descubrimiento casual, con ocasión de la apertura de la correspondencia escrita y


telegráfica se supone, de una prueba. En este caso, se requiere autorización judicial para
continuar con la investigación a partir de esta prueba evaluando el marco en el que se produjo el
hallazgo casual y la imposibilidad de haber solicitado la medida en su momento. Pero nada más
añade la ley, lo que deja en el aire muchas cuestiones.

TEMA 7
2. La detención y detención policial. Habeas Corpus.

LA DETENCIÓN COMO MEDIDA PRECAUTELAR PERSONAL


La detención está regulada en los arts. 489 a 501 LECrim.

Concepto. La detención es una medida precautelar personal que consiste en la privación breve
de libertad, limitada temporalmente, con el fin de poner el sujeto detenido a disposición de la
autoridad judicial, quien deberá resolver, atendidas las condiciones legales, acerca de su
situación personal: a) manteniendo la privación de libertad por tiempo mayor (prisión
provisional); b) adoptando una medida cautelar menos gravosa (libertad provisional con alguna
de las obligaciones que configuran el régimen limitativo dela libertad); c) o restableciendo el
derecho de libertad en su sentido natural, ante la ausencia de presupuestos.

En todo caso, estamos ante una medida con finalidad precautelar, esto es, en conexión con la
previsible comisión de un delito y, por ende, con la existencia o futura existencia de una causa
penal y de una medida cautelar.

Los elementos que van a servir para fundamentar la detención son:

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1. La detención es una medida precautelar, con las notas: 1) Instrumentalidad: sólo es posible
la adopción de la detención en función de una causa penal, de manera que las posibles
privaciones o restricciones de libertad que el ordenamiento jurídico ampara y que no se hallan
relacionadas con el ejercicio del ius puniendi estatal, no son la medida objeto de nuestro
estudio; 2) Provisionalidad; 3) Temporalidad: es una medida con una duración breve de
tiempo; 4) Jurisdiccionalidad: presenta aquí excepciones, en cuanto se permite a los
particulares, a la policía y a autoridad distinta del juez de instrucción competente, practicar la
citada medida, siempre con el cumplimiento de los requisitos legalmente establecidos, lo que
implica también la posible exigencia de responsabilidad en el supuesto de incumplimiento de la
legalidad aplicable, de modo que es posible plantear un proceso de habeas corpus, o exigir
responsabilidad penal por la comisión de un delito de detención ilegal, o bien plantear una
pretensión civil de resarcimiento.

2. Es una medida personal, en cuanto incide sobre el derecho de libertad, reconocido


constitucionalmente en el art. 17 CE, del sujeto que la padece.

3. Esa medida personal se fundamenta legalmente en los arts. 489 a 501 de la LECRIM, sin
perjuicio de la referencia a la misma en otros cuerpos legales (habeas corpus, extradición, etc.)

4. Determinados sujetos no quedan afectados por el régimen general de la detención, en cuanto


gozan de ciertas prerrogativas, quedando condicionada la posibilidad de detención a los
supuestos de flagrante delito o por la gravedad del mismo.

5. No es detención precautelar la privación de libertad breve para identificación de personas por


motivos de seguridad ciudadana. No se funda en una posible imputación, sino en la exigencia
de identificación del sujeto.

Modalidades de la detención. Arts. 490 a 492 LECrim.

Son tres las modalidades previstas: la detención por los particulares (arts. 490 y 491), la
detención policial (art. 492), y la detención judicial (arts. 487, 420, 494 y 684.3), sin olvidar
que puede practicarse en momentos diversos, configurando su carácter precautelar o su carácter
de medida ejecutiva. Así, es posible la detención preprocesal, practicada sin que exista causa
pendiente contra el detenido, la detención procesal, practicada estando pendiente una causa
penal, e incluso es posible la detención post sententiam, que tendrá valor de verdadera medida
de ejecución.

Se trata de una facultad que asiste a cualquier persona para privar de libertad a otra, siempre que
concurra alguno de los supuestos previstos por el legislador, atendido lo dispuesto en el art. 490,
con el fin de poner a inmediata disposición de la autoridad judicial o policial al detenido.
Cualquier otra que pretendiera ser la finalidad podría configurar un delito de detención ilegal
del art. 163.4 CP.

Los supuestos en que puede detenerse por particulares se regulan en los números 1 a 7 del art.
490 LECRIM, pudiendo practicarse en varios momentos: antes de que se incoe causa penal,
provocada la detención como consecuencia de la supuesta situación de flagrancia; estando
pendiente la causa, y la detención tras la finalización del proceso.

Los presupuestos se regulan en el art. 491, atendiendo al momento de la detención:

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1.- Sin causa pendiente: el fumus boni iuris o fumus delicti commissi se halla en la flagrancia en
la comisión del hecho delictivo. El periculum in mora implica riesgo razonable de que la
actuación del detenido podría impedir la efectividad de la sentencia por la fuga u ocultación o
destrucción de prueba.
2.- Con causa pendiente: fumus boni iuris o fumus delicti commissi —motivos suficientes para
entender que el detenido se ha fugado con causa pendiente o se halla en rebeldía—, y el
periculum in mora, por posible incomparecencia (riesgo de fuga). Por ejemplo, cuando el
particular conoce de la fuga del que detiene, como consecuencia de la emisión de una orden de
búsqueda y captura que lleva a la colocación de carteles con fotos de quienes se han fugado,
siendo que el particular procede a su detención cuando considera que está en esa situación.

3.- Detención post sententiam: es más una medida de ejecución que precautelar. Sus
presupuestos se refieren al posible quebrantamiento de una pena privativa de libertad o a una
posible situación de rebeldía del condenado. Son significativas las detenciones que realizan
particulares de quienes se han fugado de un centro penitenciario y han salido en los medios de
comunicación, encontrándose desaparecido y quebrantando el cumplimiento de la condena en el
establecimiento penitenciario.

b. Detención policial

Los elementos configuradores de esta modalidad de detención son:

• a) La detención efectuada por la autoridad o agente de la Policía Judicial constituye el


ejercicio de un deber.

• b) Este deber de detener ha de cumplirse en los supuestos descritos en el art. 492, sin
olvidar el art. 495.

Estos supuestos pueden clasificarse en dos grupos:

I.- Los no específicos: en cuanto se trata de que el detenido se halle en alguno de los siete
supuestos del art. 490, que tipifican las situaciones de la detención como «facultad» de los
particulares, si bien la intervención policial aquí comportarían un deber, no una facultad. Estos
supuestos son: 1) Cuando el detenido intentaba cometer un delito, en el momento en que iba a
cometerlo; 2) Cuando se tratare de delincuente in fraganti; 3) Cuando el detenido se fugare del
establecimiento penal en que se halle extinguiendo condena; 4) Cuando se fugare de la cárcel en
que estuviere esperando su traslación al establecimiento penal o lugar en que deba cumplir la
condena que se hubiese impuesto por sentencia firme; 5) Cuando se fugare al ser conducido al
establecimiento o lugar mencionados en el supuesto anterior; 6) Cuando se fugare estando
detenido o preso por causa pendiente; 7) Cuando se tratare de un procesado o condenado que
estuviere en rebeldía.

II.- Los específicos —regulados como deber policial de detención—,son: 1) Detención del
procesado por delito que lleve aparejada pena superior a tres años; 2) Detención del procesado
por delito a que esté señalada pena inferior, si sus antecedentes o las circunstancias del hecho
hicieren presumir que no comparecerá cuando fuere llamado ante la autoridad judicial, salvo
que a juicio de la citada autoridad, preste en el acto fianza bastante para presumir que
comparecerá; 3) Aún cuando el delito lleve aparejada pena inferior a tres años, si concurren las
circunstancias siguientes: motivos racionalmente bastantes para creer en la existencia de un
hecho delictivo, y que la persona a quien se intenta detener tuvo participación en el mismo; 4)
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Se suscita la cuestión de si es posible una detención en los supuestos de delitos leves. Y esa
duda se genera tras la DA 2a CP (tras la LO 1/2015, de 30 de marzo), que considera que la
instrucción y el enjuiciamiento de los delitos leves cometidos tras la entrada en vigor del CP se
sustanciarán por el anterior juicio de faltas y las menciones contenidas en leyes procesales a las
faltas, se entenderán referidas a los delitos leves. La interpretación del artículo 495 LECRIM,
en consecuencia, debe serla de la imposibilidad de detener cuando de delitos leves se trate. No
solo es producto de la conversión de falta por delito leve, sino del propio significado de la
detención como medida precautelar que es y su injerencia en la esfera jurídica de la persona. No
obstante, es posible la detención de un sujeto presunto autor de un delito leve, cuando no
tuviese domicilio conocido ni prestase fianza bastante (art. 495).

La detención puede producirse en tres momentos: no existiendo causa penal pendiente contra el
sujeto detenido; pendiente una causa; y finalizada la causa.

El objeto material de esta modalidad de detención es más amplio que en la detención por
particulares, en cuanto se pretende practicar determinadas diligencias de investigación
(reconocimiento en rueda, interrogatorio, entre otras), para o bien ponerlo posteriormente en
libertad, o bien a presencia de la autoridad judicial. La detención policial que incumpliera lo
previsto legalmente podrá dar lugar a la exigencia de responsabilidad penal del funcionario por
detención ilegal del art. 167 CP.

Los presupuestos pueden analizarse partiendo de tres momentos en la adopción:

1o) Detención sin causa pendiente, al amparo de lo que dispone el art. 492 núm. 1 en relación
con el 490: deben tenerse en cuenta los presupuestos expuestos en la detención por particulares.

2o) Detención pendiente causa penal, en cuyo caso los presupuestos que confluyen son:
1) Fumus boni iuris o fumus delicti commissi: responde a la presencia de una imputación (por
procesamiento o por la existencia de motivos racionalmente bastantes para creer en la existencia
del hecho que presenta caracteres de delito y en la participación del detenido en el mismo);2)
Periculum in mora: Se refleja en el peligro de fuga. En algunos supuestos (art. 492 núm. 2) la
gravedad de la pena (superior a la pena de prisión de seis meses a tres años) es elemento que
presume este peligro; mientras en otros, el riesgo de incomparecencia (art. 492 núm. 3), en
ponderación con las circunstancias concurrentes atendida la gravedad de la pena (art. 492 núm.
4). En supuestos de delitos leves (antes faltas, art.495) este requisito quedará delimitado por la
ausencia de domicilio conocido del detenido y por la no prestación de fianza exigida, lo que no
es sino dos elementos que justifican el posible peligro de fuga.

3o) En las detenciones policiales post sententiam no nos hallamos propiamente ante una medida
cautelar sino de ejecución, cuyos presupuestos van referidos al quebrantamiento por el
condenado de una pena privativa de libertad y a su posible situación de rebeldía.

c) Detención judicial

Las notas que sirven para configurar este tipo de detención son:
a) Esta modalidad de detención, acordada por el juez, consiste en ordenar la privación de
libertad de una persona en el curso de una causa penal.

b) Puede decretarse ex novo por el órgano jurisdiccional (en la incomparecencia sin causa
legítima a la citación «cautelar», art. 487, o en la imputación a persona determinada, art. 494, o
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incluso en los supuestos de detención consecuencia del ejercicio de policía de estrados, art.
684), o bien ser la prolongación de una detención realizada por los particulares o por la policía.

c) Los presupuestos que se exigen son:

1o.- El fumus boni iuris, que comporta la probable responsabilidad penal del sujeto detenido (en
el supuesto de la citación derivada de la pretensión de declaración del sujeto para desechar o
confirmar una imputación; en el supuesto de la prolongación, para ratificarla), y

2o.- El periculum in mora, riesgo de fuga (incomparecencia sin causa legítima a la citación
cautelar) o peligro de indisponibilidad del detenido en los supuestos de prolongación de la
detención (peligro de fuga).

d) Detención acordada por el Fiscal

Conforme el art. 5.2 Estatuto M.F. podrá ordenar la detención en los supuestos, en que pueda
practicar diligencias de investigación.

Duración de la detención. Aun cuando se establece que la detención durará el tiempo


estrictamente necesario para la realización de las averiguaciones tendentes al esclarecimiento de
los hechos (arts. 17.2 CE y 520.1, II LECRIM), la privación de libertad cautelar constitucional y
legalmente viene condicionada a unos tiempos de duración. El art. 496 de LECRIM prevé un
límite de veinticuatro horas; el art. 520.1 II, LECRIM, establece que no podrá durar más del
tiempo estrictamente necesario y, en todo caso, nunca de duración superior a setenta y dos
horas; y el art. 17.2 CE fija el límite máximo en setenta y dos horas. Asumiendo que a la
detención por particulares no se le aplica estos plazos, en cuanto deben poner de inmediato a
disposición del juez a la persona detenida, en la detención policial debe tenerse en cuenta:

a. El límite de veinticuatro horas del art. 496.

b. El art. 17.2 CE supone la fijación temporal máxima constitucional de la detención, de manera


que el legislador ordinario no podría rebasarlo, si bien podría determinar un plazo legal
ordinario menor.

c) La pluralidad de interpretaciones todavía hoy están presentes. Hay autores que defienden que
el límite legal ordinario es el que marca la LECRIM en el art. 496 (veinticuatro horas), si bien
otros utilizan el tenor literal del art. 520.1.II, para dar viabilidad a dos posiciones diferentes:
«dentro de los plazos establecidos en la presente ley» permitiría argumentar en favor de la
pervivencia del plazo de veinticuatro horas del art. 496; por otro lado, el tenor literal de «...y, en
todo caso, en el plazo máximo de setenta y dos horas» podría, incluso integrándolo con
fundamentos históricos, apoyar la derogación del plazo de veinticuatro horas; opinión ésta
última que compartimos, atendida la jurisprudencia del TS, que ha entendido que debe
prevalecer el texto constitucional, si bien interpretada desde la doctrina del TC, que insiste en
que la detención no debe durar más tiempo del estrictamente necesario, lo que comporta que
este plazo es máximo, y como tal debe ser utilizado, evitándose las dilaciones injustificadas.

d) En el supuesto de detención de delincuentes fugados o rebeldes, el art. 500 LECRIM


establece que «el Juez a quien se entregue o que haya acordado la detención, dispondrá que
inmediatamente sea remitido al establecimiento o lugar donde debiera cumplir su condena». Se
trata de una detención no cautelar sino medida de garantía de la ejecución.
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ENTREGA DEL DETENIDO Y ACTUACIONES JUDICIALES

Detenida una persona, dándose los requisitos y presupuestos expuestos, deberá bien ponérsele
en libertad o bien entregarla a la autoridad judicial. De ahí que se afirme que la detención es
precautelar, es un cauce instrumental previo a la decisión cautelar que pueda adoptarse y que
incide en la esfera personal del sujeto pasivo. Deben tenerse en cuenta, sin embargo, diversas
situaciones:

a) Si la detención se produjo antes de que se iniciare proceso alguno, el detenido se lleva a


presencia del juez más próximo al lugar en que se hubiere practicado la detención (art. 496); en
caso de pluralidad de jueces, habrá que efectuar la entrega al de guardia. El Juez de Instrucción
practicará las primeras diligencias y decidirá sobre la situación personal del detenido: libertad
natural, libertad provisional con o sin régimen de obligaciones, o prisión provisional, en el
plazo de setenta y dos horas, a contar desde que el detenido le hubiese sido entregado o, si se
considerare incompetente, remitirá las diligencias acordadas al respecto y al detenido al órgano
que sea competente (art. 499).

b) Si la detención se produce en el desarrollo de un procedimiento habrá que distinguir dos


posibles situaciones: 1) Que se trate del órgano que está conociendo de la causa: convocará la
audiencia a que se refiere el art. 505, a celebrar en el plazo más breve posible dentro de las
setenta y dos horas siguientes a la puesta del detenido a disposición judicial, debiendo mediar
petición de parte acusadora para poder decretar la medida cautelar; 2) Que hubiere sido
entregado a órgano distinto del que conoce o hubiere de conocer de la causa, y el detenido no
pudiere ser puesto a disposición de este último en el plazo de setenta y dos horas, procederá el
primero de acuerdo con lo que prevé el art. 505. No obstante, una vez que el Juez o Tribunal de
la causa reciba las diligencias, oirá al investigado, asistido de su abogado, tan pronto como le
sea posible, y dictará la resolución que proceda.

c) Finalmente, en aquellos supuestos de detención post sententiam, en cuanto nos hallamos ante
una medida de ejecución, el juez a quien se entregue o que haya acordado la detención,
dispondrá que de inmediato sea remitido el detenido al establecimiento o lugar donde debiere
cumplir su condena (art. 500).

GARANTÍAS DEL DETENIDO

La persona privada de libertad goza de determinadas garantías, que vienen amparadas


fundamentalmente en los arts. 17 CE y 520 LECRIM. Desde el punto de vista constitucional se
establecen tres grupos de derechos: 1) A ser informado de sus derechos el detenido y de las
razones de su detención; 2) A la asistencia de abogado en las diligencias policiales y judiciales;
y 3) Al procedimiento de habeas corpus para producir la inmediata puesta a disposición judicial
de toda persona detenida ilegalmente. Se regulan en los arts. 520 y 527 LECRIM, que delimita
el tratamiento no sólo de los detenidos sino también de los presos preventivos, así como a través
de la LO 16/1984, de 24 de mayo, reguladora del proceso de habeas corpus.

A) Derechos del detenido en la LECRIM

Los arts. 520 a 527 LECRIM establecen el régimen del ejercicio del derecho de defensa, la
asistencia de Abogado y del tratamiento de los detenidos y presos preventivos. De los mismos
es posible tener en cuenta los siguientes derechos reconocidos a quienes se hallan privados de
libertad cautelarmente:
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a) Derecho a que la privación de libertad (detención o prisión) se practique en la forma que


menos perjudique al detenido o preso en su persona, reputación y patrimonio, adoptándose
medidas para asegurar el respeto a sus derechos constitucionales al honor, intimidad e imagen
en el momento de practicarse, así como en los traslados ulteriores.

b) Derechos de información. Atendido el tenor literal del art. 520.2 LECRIM, del 17.3 CE, e
incluso los arts. 5 y 6 CEDH, la regla general obligatoria es la de que el detenido, en el
momento de la detención, de forma inmediata, y en lenguaje comprensible y accesible al
destinatario tiene derecho a ser informado de los hechos que se le imputan; las razones
motivadoras de su detención; del plazo máximo legal de duración de la detención hasta la
entrega a autoridad judicial y del procedimiento por el que puede impugnar la legalidad de su
detención; y los derechos que le asisten, que son: 1. Derecho a guardar silencio, no declarando
si no quiere; a no contestar alguna o algunas de las preguntas que le formulen o a manifestar
que sólo declarará ante el juez. 2. Derecho a no declarar contra sí mismo y a no confesarse
culpable. 3. Derecho a designar abogado, sin perjuicio de designación de oficio en caso de
incomunicación (art. 527.1, a)), y a ser asistido por él sin demora injustificada. 4. Derecho a
acceder a los elementos de las actuaciones que sean esenciales para impugnar la legalidad de la
detención o privación de libertad. 5. Derecho a que se ponga en conocimiento del familiar o
persona que desee, sin demora injustificada, su privación de libertad y el lugar de custodia en
que se halle en cada momento. 6. Derecho a comunicarse telefónicamente, sin demora
injustificada, con un tercero de su elección, en presencia de un funcionario. 7. Derecho a ser
visitado por las autoridades consulares de su país, a comunicarse y a mantener correspondencia
con ellas. 8. Derecho a ser asistido gratuitamente por un intérprete, cuando no comprenda o no
hable castellano o la lengua oficial de actuación, o de personas sordas o con discapacidad
auditiva, así como de otras personas con dificultades del lenguaje. 9. Derecho a ser reconocido
por el médico forense o su sustituto legal y, en su defecto, por el de la institución en que se
encuentre, o por cualquier otro dependiente del Estado o de otras Administraciones Públicas.
10. Derecho a solicitar asistencia jurídica gratuita, procedimiento para hacerlo y condiciones
para obtenerla.

El reconocimiento de estos derechos encuentra un límite y afectación en los supuestos de


incomunicación (art. 527), dado que podrá ser privado o limitado de estos derechos, el detenido
o preso que de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 509 LECRIM se halle incomunicado
siempre por resolución motivada y bajo control judicial de las condiciones en que la
incomunicación se lleva a cabo. En esta situación podrán quedar privados de los siguientes
derechos: a) Designar un abogado de confianza; b) Comunicarse con todas o algunas de las
personas con las que tenga derecho a hacerlo, salvo con autoridad judicial, fiscal o forense; c)
Entrevistarse reservadamente con su abogado; y d) Acceder él o su abogado a las actuaciones,
salvo a los elementos esenciales para poder impugnar la legalidad de la detención.

B. Proceso de Habeas Corpus

El art. 17.4 CE preveía esta institución de habeas corpus, condicionando al legislador a regular
su desarrollo, configurándola como una vía de tutela jurisdiccional eficaz y rápida frente a los
eventuales supuestos de detenciones no justificados legalmente, o que transcurren en
condiciones ilegales.

Razón de ser. Es una institución que consiste en una comparecencia del detenido ante el
Juez, que permite al ciudadano, privado de libertad, exponer sus alegaciones contra las
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causas de la detención o las condiciones de la misma, con el fin de que el juez se pronuncie
acerca de la conformidad a derecho de la detención.

El cumplimiento del mandato constitucional se llevó a cabo mediante LO 6/1984, de 24 de


mayo, reguladora del procedimiento de «habeas corpus», que responde fundamentalmente a la
necesidad de articular un procedimiento lo suficientemente rápido como para alcanzar la
inmediata comprobación judicial de la legalidad y de las condiciones de la detención y
suficientemente sencillo como para que sea accesible a todos los ciudadanos.

Los principios que configuran este procedimiento son:

1o) Principio de agilidad, que lo convierte en un procedimiento extraordinariamente rápido,


hasta el punto de que debe finalizar en 24 horas.

2o) Sencillez y carencia de formalismos: Comparecencia verbal; no necesidad de Abogado y


Procurador.

3o) Generalidad: pluralidad de sujetos que están legitimados en el mismo, así como el que
ningún particular o agente de la autoridad pueda sustraerse al control judicial de la legalidad de
la detención de las personas.

4o) Universalidad: Cualquier privación de libertad, no sólo las ejecutadas en el marco de un


proceso penal puede someterse a este control, salvando las privaciones de libertad controladas
judicialmente, dado que en este supuesto los mecanismos de control no son este proceso, sino
los medios de impugnación, e incluso el amparo constitucional. La universalidad provoca que
esta tutela pueda solicitarse no sólo en los supuestos de detención ilegal sino también en aquélla
que, siendo legal, se prolonga ilegalmente o tiene lugar en condiciones ilegales. A estos efectos
el art. 1 LO 6/1984 establece que se entiende por personas ilegalmente detenidas.

Requisitos. Los requisitos que sirven para configurar el mismo son:

Competencia: Es competente el Juez de Instrucción del lugar en que se encuentre la persona


privada de libertad, el del lugar en que se produzca la detención, o el del lugar donde se
hubieren tenido las últimas noticias del paradero del detenido (art. 2)

Legitimación: A quien están el privado de libertad, su cónyuge o persona unida por análoga
relación de afectividad, descendientes, ascendientes, hermanos, representantes legales de los
menores o personas con la capacidad modificada judicialmente; el Ministerio Fiscal; el
Defensor del Pueblo; y cabe la incoación de oficio por el órgano jurisdiccional competente
(art.3).

Procedimiento: Se inicia mediante escrito o comparecencia (art. 4), salvo en los supuestos de
iniciación de oficio, con indicación del motivo de solicitud de esta tutela; examinada por el juez
la concurrencia de los requisitos que deben concurrir para su tramitación, se da traslado al
Ministerio Fiscal, acordándose, en su caso, auto de incoación del procedimiento (o su
denegación), contra el que no cabe recurso alguno (art. 6).

En el auto de incoación ordenará la manifestación del sujeto pasivo, y tras oír a ambas partes,
con posibilidad de admitir las pruebas pertinentes que puedan practicarse en el acto, dictará en
el plazo de 24 horas, a contar desde que se dictó el auto de incoación, la resolución que proceda.

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Resolución: Reviste la forma de auto, cuyo contenido (art. 8) puede ser:


Archivo de las actuaciones, en los supuestos de privación de libertad conforme a derecho;
Estimatoria de la petición, acordándose bien su puesta en libertad si la privación fue ilegal,
bien que continúe la misma bajo las condiciones legales aplicables, bien el traslado inmediato a
disposición judicial (en el supuesto de transcurso del plazo). Si bien no existe disposición que
permita la recurribilidad del auto, podría entenderse que cabe plantear queja sin plazo (al
tratarse de auto no apelable de juez de instrucción).

TEMA 8
El recurso a la entrega vigilada (art. 263 bis)

Concepto. Se trata de permitir que circule y se entregue la droga, entrando y saliendo del país,
si hiciera falta, bajo control policial y judicial para intentar atrapar al mayor número de
personas, y de sustancias, no solamente por la comisión de delitos de tráfico de drogas si no de
otros productos o de tráfico de animales o fauna protegida. Se trata de una diligencia de
investigación para atrapar a grandes organizaciones criminales, a los responsables de las redes
de producción o distribución.

Regulación. Está regulado en el art. 263 bis LECrim.

La circulación y entrega vigilada de droga la puede adoptar por el JI, el MF, o los jefes de la
unidad de la policía judicial. (Esto sería más bien por razones de urgencia, y por lo tanto,
inmediatamente tienen que dar cuenta a la autoridad judicial o al Fiscal, para hacerle llegar la
noticia criminis, y si hubiera un procedimiento penal abierto, tienen que darle cuanta al juez de
instrucción.

El recurso a la entrega vigilada se hará caso por caso y, en el plano internacional, se adecuará a
lo dispuesto en los tratados internacionales.

Para su utilización se exigen los siguientes requisitos: 1. Que haya resolución fundada del Juez,
Fiscal o Jefe de Policía Judicial (dando cuenta al fiscal o al juez si hubiera proceso abierto) en la
que se determine explícitamente, en cuanto sea posible, el objeto de autorización o entrega
vigilada, así como el tipo y cantidad de la sustancia de que se trate. 2. Carácter necesario de la
adopción de la medida en relación a los fines de la investigación y teniendo en cuenta la
importancia del delito y las posibilidades de vigilancia. Solo en casos de gravedad. 3. Que
estemos ante un presunto delito de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas,
así como de otras sustancias prohibidas. 4. También se puede adoptar esta medida en relación a
equipos, materiales, sustancias, bienes, ganancias, especies animales y vegetales que establece
la ley.

¿En qué consiste esta circulación o entrega vigilada de droga? El propio art. 263.2 bis lo
define. ‘’Se entenderá por circulación o entrega vigilada la técnica consistente en permitir que
remesas ilícitas o sospechosas de drogas tóxicas, sustancias psicotrópicas u otras sustancias
prohibidas, los equipos, materiales y sustancias a que se refiere el apartado anterior, las
sustancias por las que se haya sustituido las anteriormente mencionadas, así como los bienes y
ganancias procedentes de las actividades delictivas tipificadas en los artículos 301 a 304 y 368
a 373 del Código Penal, circulen por territorio español o salgan o entren en él sin interferencia
obstativa de la autoridad o sus agentes y bajo su vigilancia, con el fin de descubrir o identificar
a las personas involucradas en la comisión de algún delito relativo a dichas drogas, sustancias,
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equipos, materiales, bienes y ganancias, así como también prestar auxilio a autoridades
extranjeras en esos mismos fines’’.

Por tanto, si por ejemplo se sabe que en un camión hay droga no se somete al control de la
policía en la frontera, ya que está siendo vigilada por la policía con el visto bueno de la
autoridad policía judicial. También cabe la posibilidad de que se abra el paquete, se saque la
droga o sustancia prohibida y se cierre al paquete para dejar que siga circulando. En ese caso el
paquete se rige por la apertura de la correspondencia postal y telegráfica, por lo que deben
gozar de las mismas garantías:

- Ante el juez
- Con el Fiscal
- Con la diferencia de que cuando se trataba de una carta se llamaba a la persona a la que iba
dirigida para abrirla delante de él, esto evidentemente no se hace con un paquete con droga, ya
que no se puede avisar al intersado.

Art. 263.4 bis: ‘’La interceptación y apertura de envíos postales sospechosos de contener
estupefacientes y, en su caso, la posterior sustitución de la droga que hubiese en su interior se
llevarán a cabo respetando en todo momento las garantías judiciales establecidas en el
ordenamiento jurídico, con excepción de lo previsto en el artículo 584 de la presente Ley’’.

Finalmente hay que hacer referencia al 367 bis hasta el 367 septier que habla de la destrucción y
la realización anticipada de los efectos judiciales. Esto tiene relación con el decomiso. Tal y
como dijimos cuando se localiza droga se guarda una muestra suficiente y después se destruye,
conservando la cadena de custodia. También se prevé que los efectos que se han localizado para
la comisión del delito se destinen a uso público, (art. 367 quinquies). 1. La realización de los
efectos judiciales podrá consistir en: a) La entrega a entidades sin ánimo de lucro o a las
Administraciones públicas. b) La realización por medio de persona o entidad especializada. c)
La subasta pública.

En estos casos pueden plantearse problemas de competencia territorial, por ejemplo, porque el
juez que establece la medida sea de Lanzarote, y el que abre el paquete y lo analiza sea de
Barcelona. En estos supuestos, el TS ha dicho que debemos atender al quién fue el primero que
inició la causa, por aplicación analógica del art. 18.2o. En este sentido, si el caso estaba siendo
objeto de investigación en un juzgado de Lanzarote, y de hecho, fue éste el que previó la
medida de entrega vigilada, aunque luego las drogas sean incautadas en Barcelona, y se detenga
allí al sujeto, el juzgado de Barcelona deberá inhibirse a favor del de Lanzarote, por ser el
primero en iniciar la causa.

TEMA 9. EL PROCESAMIENTO Y LA CONCLUSIÓN DEL SUMARIO. LA ETAPA


INTERMEDIA. EL SOBRESEIMIENTO

1. El procesamiento y la conclusión del sumario

La imputación. Imputar en sentido procesal penal es reprochar judicialmente a una persona la


comisión de un hecho punible, existiendo cierto grado de probabilidad de que efectivamente
ella sea el autor. La condición de imputado se adquiere ya desde la mera detención policial, y no
digamos desde la detención judicial y desde la prisión provisional de una persona.

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Si un sujeto formula una denuncia contra otra persona atribuyéndole su posible participación en
la comisión de un hecho delictivo, esto ya es un acto de imputación de parte, NO judicial. El
hecho de que se denuncie a un sujeto, eso no significa que a éste se le vaya a procesar ni que se
le vaya a condenar; simplemente en la denuncia se comunica un hecho delictivo y quién es el
presunto responsable, es decir, contra quién se dirige la denuncia. Exactamente ocurre lo mismo
si lo que se formula es una querella. Pues esto supone ya que nace la condición de imputado,
aunque ahora ya NO se le llama imputado, sino investigado. Como consecuencia de la
interposición de una denuncia, si se considera que la misma es viable, se abrirá una
investigación penal, y en esa investigación penal el sujeto denunciado tendrá la condición de
investigado.

El problema radica en determinar desde cuándo se produce esa imputación. El art. 118.1o
LECrim establece que: “Toda persona a quien se atribuya un hecho punible podrá ejercitar el
derecho de defensa (...).”. Y, luego, el apartado 5o del art. 118 LECrim dispone que: “La
admisión de denuncia o querella, y cualquier actuación procesal de la que resulte la
imputación de un delito contra persona o personas determinadas, serán puestas
inmediatamente en conocimiento de los presuntamente responsables”. Es decir, si se ha
formalizado una denuncia contra una persona y la denuncia ha sido admitida a trámite, ya esa
persona tiene la condición de investigado; obviamente, se le dará traslado de la denuncia y de
los derechos que nacen para él porque alguien le está imputando como presunto responsable de
la comisión de un hecho delictivo. Esto va a dar lugar a que el juez habrá la investigación; y, a
lo mejor, el juez archiva porque no ve indicios. Y exactamente lo mismo si se formula querella
es decir, si el querellante interpone la acción penal contra una persona; porque recuerden que la
querella supone no sólo comunicar el hecho, sino, además, ejercitar la acción penal, de modo
que el querellante va a ser parte como acusación particular o como acusación popular. Volvemos
a lo que hemos dicho en ocasiones anteriores: puede ser que la persona a la que se denuncie o
contra la cual se dirija la querella ya esté identificada, o puede que simplemente se diga que se
denuncia porque se ha sido víctima de tal hecho delictivo para que la policía empiece a
investigar y trate de averiguar quién es el presunto responsable. Con lo cual, si esa persona ya
está identificada provisionalmente, la misma ya tiene la condición de investigado y está
imputado por un acto de parte, esto es, por la denuncia o por la querella interpuesta, o por el
propio atestado policial (imagínense que se interpone una denuncia en comisaría, lo cual motiva
que se abra un atestado policial, y recuerden que el atestado policial tiene el valor de denuncia,
de tal manera que si en el atestado policial se relatan una serie de hechos constitutivos de delito
y hay una persona que puede ser responsable, ya están imputados). A todo esto es a lo que se
refiere el art. 118.5 LECrim (de modo que ya no vamos a hablar de imputado, sino de
investigado).

Esta imputación:
- Puede ser realizada por las partes por el MF, acusador particular, acusador popular, o incluso
por la propia policía que elabora el atestado policial (con la denuncia, con la querella, con el
atestado), o
- Puede ser imputación judicial. Ésta es la relevante, porque, cuando se imputa a alguien
judicialmente, ya está encausado, puesto que el juez que ha llevado a cabo la instrucción de esa
causa dicta una resolución por la cual imputa formalmente como presunto responsable de la
comisión de ese hecho delictivo. Para que el juez pueda hacer esa imputación judicial y, por
tanto, que el sujeto sea encausado, previamente el juez tendrá que haberle tomado declaración;
es decir, hay que comparecer ante el juez y hay que tomarle declaración, teniendo en cuenta que
tiene derecho a guardar silencio, a no declarar contra sí mismo y a no confesarse culpable; pero
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lo que NO puede ocurrir es que una persona esté encausada en una causa penal sin que
previamente se le haya tomado declaración ante el juez y sin que sepa que contra ella existe una
causa penal. Repito: la imputación judicial se produce cuando, en el curso de una investigación,
se imputa formalmente a una persona como partícipe en la comisión de ese hecho delictivo.
Ahora esa imputación formal es lo que se denomina encausado. El legislador en esa LO
13/2015 dice que encausado es aquella persona a la que el juez, al finalizar la instrucción,
imputa formalmente como presunto partícipe en la comisión de ese hecho delictivo.

Lo que ocurre es que con las nuevas denominaciones se llama encausado al imputado
judicialmente, SALVO EN EL PROCEDIMIENTO ORDINARIO, donde se sigue manteniendo
la denominación de PROCESADO. Con lo cual vamos a hablar del auto de procesamiento. Es
decir, el que estés procesado y encausado es exactamente lo mismo; lo único es que la figura del
procesamiento es clásica y existe única y exclusivamente en el procedimiento ordinario.

Las consecuencias o efectos procesales que se producen con la imputación son:


1- Que sabemos quién va a ocupar la posición pasiva en el proceso, es decir, quién ostenta la
legitimación pasiva.

2- En cuanto al derecho de defensa, NO vamos a esperar a estar imputado judicialmente para


tener asistencia letrada, ya que el art. 17 CE dice que toda persona detenida ya tiene derecho a
asistencia letrada, exceptuando únicamente el supuesto de delito contra la seguridad vial donde
el detenido puede renunciar a la asistencia letrada. Además, el art. 118.1 LECrim dice que
“Toda persona a quien se atribuya un hecho punible – por tanto, que ya está imputada o se
dirige la investigación contra ella– podrá ejercitar el derecho de defensa, interviniendo en las
actuaciones, desde que se le comunique su existencia, haya sido objeto de detención o de
cualquier otra medida cautelar o se haya acordado su procesamiento, a cuyo efecto se le
instruirá, sin demora injustificada, de los siguientes derechos (...)”. Es decir, desde el momento
en que a una persona se le notifica que hay una denuncia interpuesta en su contra, que esa
denuncia ha sido admitida a trámite y que el órgano judicial ha iniciado el correspondiente
proceso penal, ya esa persona tiene el derecho de defensa. Y si encima, antes de esto, ya esa
persona ha sido objeto de detención, a toda persona detenida de lo primero que se le tiene que
informar es de su derecho a la asistencia letrada y a designar abogado. Por tanto, parece un poco
absurdo y un poco ridículo tener que esperar a que ya haya una imputación formal para que
tenga el derecho de defensa. Con lo cual, sí que, una vez hecha la imputación, se robustece el
derecho de defensa, pero es un derecho que ya la persona tiene reconocido con anterioridad con
base en lo que establece ese art. 118.1 LECrim

3- El otro efecto es que se interrumpe el plazo de prescripción de los delitos con base en el art.
132.2 CP, siempre y cuando, una vez que se admite a trámite la denuncia o la querella, en los 6
meses siguientes el órgano judicial adopte cualquier medida de investigación o cualquier acto
de aseguramiento del imputado. Si no es así, no se interrumpiría el plazo de prescripción. (Esto
lo vimos con los efectos de la litispendencia en el proceso penal).

El procesamiento. La concreción máxima de la imputación formal en el proceso penal


ordinario por delitos más graves, se realiza en el procesamiento, que se dicta por medio de auto
y se regula en los arts. 384 y 384 bis LECRIM. Es el acto formal del órgano jurisdiccional más
importante por el que se imputa (reprocha) a una persona determinada la comisión del hecho
que, revistiendo caracteres de delito, constituye el objeto de la instrucción, y que atribuye,
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mientras no sea revocado, a esa persona la condición de parte en el proceso, con todos los
derechos, posibilidades, cargas, deberes y sujeciones correspondientes a dicha condición. Por
tanto, el juez (juez de instrucción, juez de violencia sobre la mujer, el magistrado que se designe
del TSJ o del TS para que instruya si es una causa contra un aforado), casi en el momento final
del sumario, va a dictar auto de procesamiento cuando hay indicios racionales de criminalidad,
no meras sospechas (art. 384 LECRIM).

¿Qué ocurre en los otros procedimientos? Pues a ver, en los otros procedimientos también va
a haber una imputación formal, pero NO se denominan auto de procesamiento.
→ En el procedimiento abreviado, se dicta lo que se llama el auto de transformación de
procedimiento penal abreviado (art. 779.4 LECrim: “4.a Si el hecho constituyera delito
comprendido en el artículo 757 –que es el del procedimiento abreviado–, seguirá el
procedimiento ordenado en el capítulo siguiente. Esta decisión, que contendrá la determinación
de los hechos punibles y la identificación de la persona a la que se le imputan, no podrá
adoptarse sin haber tomado declaración a aquélla en los términos previstos en el artículo 775.”).
Es decir, cuando el juez dicte auto que decide transformar el procedimiento abreviado y
continuar adelante con el mismo, en esa resolución tiene que indicar cuál es el hecho punible y
a la persona a la que está imputando.

→ Exactamente lo mismo ocurre en el juicio rápido, donde hay un auto de imputación (ya que
aquí no tiene denominación). → Y en el proceso por el tribunal del jurado también existe esta
figura (auto de imputación).

Se considerará procesado (o en su caso imputado): a) Por el hechos de ser «detenida» una


persona o sufrir cualquier otra medida cautelar; b) Por la circunstancia de figurar como
«indiciada» en alguno de los medios de iniciación del proceso penal; c) Por haber sido
declarada «procesada» mediante el correspondiente auto.

1) Es exclusiva y solamente acto de imputación. 2) Es acto de imputación necesario. Sin


procesamiento de persona determinada el juicio oral no se abre (la acusación no puede dirigirse
frente a persona no procesada). 3) Es el acto de imputación relativamente más estable de los que
se emiten en la instrucción. La citación para ser oído no otorga de modo fijo la cualidad de
imputado (según el art. 488 LECRIM pueden ser citados a lo largo de la instrucción cuantas
personas resultan sospechosas. Por otra parte, la estabilidad de las medidas cautelares depende
de la del procesamiento. Por último, la condición de parte, admitida la querella o la denuncia a
los efectos del art. 118 LECRIM, puede perderse si se deniega el procesamiento.

Los presupuestos o requisitos del auto de procesamiento hacen referencia a los sujetos, a la
forma, y al fondo de la medida adoptada. 1. Sujetos: el Juez y el procesado: a) Órgano
jurisdiccional: el procesamiento puede ser acordado únicamente por el Juez de Instrucción que
incoó el sumario (con base en el art. 384, IV y V LECRIM). b) El procesado: El sujeto pasivo
del auto de procesamiento es el imputado, en quien ha de concurrir la capacidad para ser parte y
de actuación procesal.

2. Requisitos formales: En cuanto a la forma del procesamiento, son dos los requisitos que se
exigen en el art. 384, I LECRIM: Que se dicte mediante auto, y que éste se dirija contra persona
determinada.

3. Presupuestos materiales: El procesamiento exige materialmente que resulte «del sumario


algún indicio racional de criminalidad» contra persona determinada (art. 384, I LECRIM).
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Por «indicios racionales de criminalidad» hay que entender la sospecha fundada de haber
participado el procesado en la comisión de un hecho que se reputa delito (criminalidad); no
exigiéndose la convicción plena, sino que basta que los indicios hagan concebir aquellos
extremos como probables.

Momento en que se dicta el auto de procesamiento. El auto de procesamiento se dicta durante la


fase de instrucción. Lo que no dice el legislador es en qué momento exacto. Pero nos podemos
encontrar con que acabe la fase sumarial sin haberse dictado auto de procesamiento. El art. 384
LECrim establece que “Desde que resultare del sumario algún indicio racional de criminalidad
contra determinada persona, se dictará auto declarándola procesada y mandando que se
entiendan con ella las diligencias en la forma y del modo dispuesto en este título y en los demás
de esta Ley.”. Lo que ocurre es que esto es totalmente subjetivo. Por tanto, presupuesto
ineludible para dictar auto de procesamiento es que para el juez existan indicios racionales de
criminalidad contra esa persona, indicios racionales de criminalidad que resultan del sumario.
Dado que se han realizado diligencias de investigación, se han podido adoptar medidas
cautelares o medidas coercitivas, se ha podido practicar prueba anticipada y prueba
preconstituida, pues si de todos estos resultados aparecen esos indicios racionales de
criminalidad, será el momento en el cual el juez instructor dictará ese auto procesada a esa
persona.

Dado que esto de “indicios racionales de criminalidad” es un concepto jurídico indeterminado


puesto que el juez tendrá que explicar, a la vista de toda la investigación que ha realizado y de
los autos que tiene sobre su mesa, cuáles son esos indicios racionales de criminalidad que le
llevan a dictar ese auto de procesamiento contra una persona, el TC ha venido a decir que, por
indicios racionales de criminalidad, hay que entender “sospechas fundadas”; y añade que por
sospechas fundadas se entiende algo que es “más que una posibilidad y menos que una certeza”.
Lo relevante, al margen de lo que diga el TC, es que ese juez instructor que ha dictado el auto
de procesamiento tiene que explicar en el auto cuáles son esos indicios racionales de
criminalidad que le llevan a considerar procesada a esa persona e imputarle formalmente como
presunto responsable de la comisión de un hecho delictivo.

Se puede dictar ese auto de procesamiento (que siempre se hace por auto y motivado):
- De oficio: Es decir, el juez que está realizando toda esa investigación puede dictar el auto de
procesamiento de oficio, sin que nadie se lo solicite, sino con base en todo el material fáctico y
en todos

los hechos que está investigando, al apreciar esos indicios racionales de criminalidad.
- O a instancia de parte: de las partes acusadoras (porque no va a venir la defensa a pedir el
procesamiento de su propio cliente), esto es, del MF, del acusador particular si lo hubiera, del
acusador popular; y si es un proceso por delito privado, del acusador privado.

Efectos.
a) Respecto a la posición procesal del inculpado, el efecto más importante es el convertir en
parte en ese proceso concreto al sujeto procesado. Pero, como consecuencia de ello: 1) Esa
persona, a partir de ese momento está interesada en todos los actos de la instrucción que
concretamente se dirijan contra ella, pudiendo nombrar Abogado y Procurador o pedir que se le
nombren de oficio, bien entendido que ello si no lo hubiere nombrado o pedido ya. 2) El
procesamiento cumple con la función de ilustrar fehacientemente al procesado del hecho
delictivo, con lo cual se concreta la garantía del derecho constitucional a la defensa técnica (art.
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24.2). 3) El procesado está facultado para intervenir en actos concretos importantes, que hay
que entender igualmente como concreción del art. 24.2 CE: intervenir en la práctica de los actos
de investigación contradictorios y pruebas anticipadas; y puede pedir, por sí o por medio de
Abogado, la práctica de los actos de investigación que le interesen (art. 384, II LECRIM).

b) Efectos respecto al proceso. El procesamiento es presupuesto de la apertura del juicio oral


respecto a la persona determinada a la que aquél afecta. Sin previo procesamiento de una
persona, el juicio oral no puede abrirse y el sumario terminará con alguna de las formas de
sobreseimiento.

c) Efectos extraprocesales. Dos son los tipos de efectos extraprocesales que puede producir tal
resolución judicial: La privación del permiso de conducir, y la suspensión en su oficio o cargo
del funcionario, lo que es particularmente relevante en caso de rebelión o terrorismo (art. 384
bis LECRIM). Finalmente, en cuanto resolución judicial que es, el auto de procesamiento es
impugnable. Lo que ocurre es que el art. 384 LECRIM establece un sistema muy complicado de
impugnación, en función de si el auto acuerda o deniega el procesamiento, y de si es el propio JI
el que lo firma, o se lo ordena la AP.

NOTA: Procesos sin imputación formal. Los procesos sin auto de procesamiento, son los dos
abreviados, el proceso especial para el enjuiciamiento rápido de determinados delitos y el
proceso por delitos leves.

Impugnación. Cuando se perjudica con el auto de procesamiento al acusado, cabe recurso de


reforma y apelación. Cuando estima que no es necesario dictar auto de sobreseimiento, solo le
da la oportunidad a los acusadores de interponer recurso de reforma, porque puede repetir en la
fase intermedia esa petición de procesamiento ante el órgano de enjuiciamiento.

Terminación del procedimiento preliminar (auto de conclusión del sumario). Una vez que
el JI estime que la instrucción se halla completa, deberá hacer la declaración de estar el sumario
concluso. Esta declaración de terminación se hace mediante resolución motivada y en forma de
auto, llamado por este mismo, auto de conclusión del procedimiento preliminar. Hay que
distinguir entre la conclusión del sumario por el instructor, y la aprobación de aquélla por la
Audiencia Provincial. Con dicho auto de conclusión se inicia, al mismo tiempo, la siguiente
fase, que es la fase intermedia.

¿Quién decide concluir el sumario? Caben 2 posibilidades:


a) Que el juez de oficio considere que hay que concluir el sumario porque entienda que ya no
hay nada más que investigar, dicte el auto de conclusión del sumario y lo mande todo a la AP
(es a lo que se refiere el art. 622, párrafo 1o, LECrim: “Practicadas las diligencias decretadas de
oficio o a instancia de parte por el Juez instructor, si éste considerase terminado el sumario, lo
declarará así, mandando remitir los autos y las piezas de convicción al Tribunal competente
para conocer del delito. (...)”).
b) La segunda opción es que el MF solicite al juez la conclusión del sumario porque considere
que no hay elementos suficientes para seguir adelante y para mantener la acusación (art. 622,
párrafo 2o, LECrim: “Cuando no haya acusador privado y el Ministerio fiscal considere que en
el sumario se han reunido los suficientes elementos para hacer la calificación de los hechos y
poder entrar en los trámites del juicio oral, lo hará presente al Juez de instrucción para que, sin
más dilaciones, se remita lo actuado al Tribunal competente. (...)”).

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1.- Conclusión del sumario. Los pasos a dar son los siguientes: a) Cuando se hubieren
practicado todas las diligencias ordenadas de oficio o a instancia de parte, y el JI considere que
no es necesario practicar otras, dictará auto de conclusión del sumario, pudiendo pedir a
continuación el MF la remisión a la AP de lo actuado. b) Una vez dictado el auto de conclusión,
el JI puede considerar el hecho punible delito. Por ello, remitirá las actuaciones, junto con las
piezas de convicción recogidas al Tribunal juzgador. También deberá expresar al hacer al
remisión a la AP, los recursos de apelación en un efecto que haya pendientes. Y deberá poner en
conocimiento de la AP los cambios de domicilio de los testigos que así se la hubieren
participado. c) El auto de conclusión del sumario se notificará al querellante particular, si lo
hubiere, aun cuando sólo tenga el carácter de actor civil, emplazándoles para que comparezcan
ante la respectiva AP en el plazo de 10 días, o en el de 15 si el emplazamiento fuese ante el TS.
También se le comunicará el auto al MF cuando la causa verse sobre delito en que tenga
intervención por razón de su cargo (arts. 622 y 623 LECRIM).

2.- Aprobación o revocación del auto de conclusión. Recibidos los autos y piezas de convicción
por la AP, el Presidente mandará pasarlos al Ponente por el tiempo que falta para cumplir el
término del emplazamiento, abriendo antes los pliegos y demás objetos cerrados y sellados que
hubiere remitido el JI. De esta apertura se extenderá acta por el letrado de la administración de
justicia, en la cual se hará constar el estado en que se hallasen.

Si hubiera pendiente de resolución algún recurso de apelación en un efecto, se suspenderán las


actuaciones hasta que se resuelva, con las siguientes consecuencias: a) Si se estima el recurso,
se revocará el auto de conclusión y se devolverá el sumario al JI, con testimonio del auto
resolutorio de la apelación, expresando las diligencias que hayan de practicarse; b) Si el recurso
se desestima, en cuanto que la resolución en que así se acuerde sea firme, continuará la
sustanciación de la causa conforme a los artículos 627 y s.. Si no existen recursos, o se
desestiman, se pasan los autos para instrucción a las partes acusadoras, por un plazo mínimo de
3 días y máximo de 10, según el volumen del proceso, pero primero al MF si la causa versa
sobre delito en el que deba tener intervención (art. 627, I LECRIM). El plazo puede prorrogarse
al doble si excede de mil folios la causa (art. 627,II LECRIM). Al entregar la causa dispondrá el
Tribunal lo conveniente para que el MF o el querellante en su caso, puedan examinar la
correspondencia, libros, papeles y demás piezas de convicción sin peligro de alteración de su
estado (art. 629 LECRIM).

Las partes, al devolver los autos, acompañarán un escrito manifestando alguno de los siguientes
extremos: a) Pedir la confirmación del auto de conclusión (art. 627, III). Las partes vienen
obligadas a pronunciarse bien por el sobreseimiento de cualquier clase, bien a solicitar la
apertura del juicio oral (art. 627, IV LECRIM). b) Pedir la revocación del auto de conclusión
del sumario (art. 627, III«in fine» LECRIM). La solicitud de revocación del auto puede
fundarse en que no se han realizado determinados actos de investigación relevantes para el
objeto de la instrucción; en la falta de adopción de medidas cautelares procedentes; o en la falta
de procesamiento de determinada persona (art. 384, VI LECRIM).

Devuelta o recogida la causa del último que la tuviera en su poder, el Tribunal dictará auto
confirmado o revocando el del JI (art. 630): 1o) Si fuese confirmado el auto declarando
terminado el sumario, el Tribunal resolverá, dentro del tercer día, respecto a la solicitud del
juicio oral o de sobreseimiento (art. 632 LECRIM). 2o) Si se revocase el auto de conclusión del
sumario, se mandará hacer llegar de nuevo los autos al JI que los hubiese remitido, expresando
las diligencias que hayan de practicarse (art. 631, I), devolviéndose también las piezas de
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convicción que el Tribunal considere necesarias para la práctica de las nuevas diligencias (art.
632, II LECRIM).

Las AP deben tener facultades para revocar de oficio el auto de conclusión.


Contra el auto de conclusión del sumario no cabe recurso, porque ahora se le va a permitir a las
partes pronunciarse.

2. La etapa intermedia

Concluida la fase sumarial, el instructor remite las actuaciones al tribunal competente para el
enjuiciamiento, iniciándose la fase intermedia, cuya finalidad consiste en corroborar o no la
declaración de conclusión del sumario, y si se dan o no los presupuestos necesarios para la
apertura del juicio oral. Comienza con la recepción de los autos y piezas de convicción por el
tribunal, quien confirma o revoca el auto de conclusión del sumario. Decisión que se traslada al
Magistrado ponente, al Fiscal, partes acusadoras y defensa del procesado (arts. 726 y 727).

Puede suceder: a) Que se confirme el auto de conclusión: decide si procede apertura del juicio
oral o sobreseimiento, tras la manifestación de las partes al respecto (art. 632); o b) Que se
revoque: deben practicarse otras diligencias, y así las propone, en ciertos casos a propuesta de
las partes, con devolución del proceso y las piezas de convicción (art. 631).

No está regulada como tal en la ley, sino que la doctrina la ha creado para explicar este
procedimiento entendiendo que existe una fase entre la conclusión de la fase de instrucción y la
apertura del juicio oral; fase de transición entre el sumario y el juicio oral. Esta fase intermedia
tiene como finalidad depurar todo lo realizado en la fase de instrucción. Cuando hablamos de
depurar, nos referimos a:

- Primero, que las partes se pronuncien sobre si consideran que la instrucción está bien o mal
concluida, o si faltó alguna diligencia por practicar.

- Si las partes muestran su conformidad con la conclusión del sumario y consideran que no hay
que retrotraer las actuaciones, han de solicitar, bien la apertura de juicio oral o bien el
sobreseimiento de la causa. Es una petición de parte porque rige el principio acusatorio, de tal
manera que el juez no puede decidir sin que nadie se lo pida qué va a hacer. A esto se refiere el
art. 625. Y aquí es cuando se puede pedir que a aquel al que no se había procesado, se le
procese; no es un recurso, sino que es una petición (art. 627 LECrim).

Tiene que resolver la AP sobre todas esas peticiones que le han hecho las partes:

1. Si alguna de las partes considera que no está bien concluido el sumario y que quiere que se
practiquen
nuevas diligencias de investigación, y esto se estima, entonces la Audiencia acuerda remitir las
actuaciones otra vez al JI y se le devuelven todas las piezas y los autos, indicándosele cuáles
son las diligencias que debe practicar según las hayan pedido las partes.

2. O bien las partes no se lo pidan o que, aun pidiéndose, la Audiencia no lo estime por
considerar que ya no hay más que practicar porque el sumario está bien concluido, en cuyo caso
tendrá que pronunciarse sobre si abre el juicio oral y dicta auto de apertura de juicio oral, o bien
dicta sobreseimiento de la causa (arts. 642 a 645 LECrim). Se contemplan varias posibilidades:

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• Que como parte acusadora sólo esté el MF y éste solicite el sobreseimiento de la causa. En
este caso, si el tribunal no tiene ninguna duda, pues dicta auto de sobreseimiento y el
procedimiento se acaba. Pero si el tribunal no está convencido de que deba sobreseer la causa,
puede ofrecer a los perjudicados que acudan al proceso para ejercitar la acción penal (sería el
acusador particular al cual todavía aquí se le puede hacer el ofrecimiento de acciones, que se
hará diciéndole que sólo tiene como parte acusadora al MF el cual ha pedido el sobreseimiento
de la causa, y que si no acude y se constituye como parte acusadora, puede ser que se acabe
sobreseyendo la causa y se archive); y aquí, a su vez caben dos posibilidades:

i) Que quieran venir a la causa y se constituyan como acusación particular. En este caso,
normalmente, el acusador particular no pedirá el sobreseimiento, con lo cual ya habría dos
peticiones distintas, apertura del juicio oral por el acusador particular y sobreseimiento de la
causa por el MF; y, en este caso, siempre se abre juicio oral con base en el principio acusatorio.

ii) Que no quieran venir a la causa. En este caso, si no viene ninguno de los perjudicados o
víctimas al proceso, pero al tribunal le sigue quedando la duda de si debe o no sobreseer,
entonces puede consultar al fiscal superior, teniendo en cuenta cómo está organizado el MF
(unidad de actuación y dependencia jerárquica). Con lo cual el tribunal se dirige al fiscal jefe, le
dirá que su fiscal le ha pedido el sobreseimiento de la causa, y le preguntará si está conforme
con esa opción, y, en función de lo que éste diga, el tribunal dictará o no el auto de
sobreseimiento.

Llegados a este momento, si la AP se tiene que pronunciar, tendrá que decidir si dicta auto de
apertura de juicio oral o si dicta auto de sobreseimiento. Si dicta auto de apertura de juicio oral,
contra el cual no cabe recurso, con él entramos en la tercera fase de juicio oral. El juicio oral
hay que entenderlo en un doble sentido:

- Juicio oral en sentido amplio: abarca desde que se dicta el auto de apertura de juicio oral hasta
que se dicta la sentencia.
- Juicio oral en sentido estricto: Es el acto de la vista o audiencia pública (día en que se va a
celebrar).

Una vez dictado el auto de apertura de juicio oral, hay que preparar el juicio oral:
- Los escritos de calificación provisional, que convierten al que era procesado en acusado,
porque

con ellos se está formulando la acusación contra esa persona, y es provisional porque luego en
el juicio se van a practicar las pruebas y, después de practicadas las pruebas, se pueden
modificar;

- También se pueden plantear artículos de previo pronunciamiento.

Y, después de ellos, ya llegamos al juicio oral en sentido estricto.

Conoce de la fase intermedia la Audiencia Provincial (salvo casos de competencia por razón de
materia). Se crítica que el mismo órgano que decida sobre la apertura o no del juicio oral sea
quien va a conocer del mismo, en el sentido de que no se cumple con el principio acusatorio
propio del proceso penal.

3. El sobreseimiento
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El sobreseimiento lo regula el legislador para el procedimiento ordinario; pero el


sobreseimiento y las clases de sobreseimiento son iguales con independencia del proceso en el
que nos encontremos. Por tanto, los arts. 634 a 645 son de aplicación supletoria al resto de
procedimientos (en el abreviado, en el rápido, en el proceso ante el tribunal del jurado). Sólo
difieren en el sistema de recursos contra el auto de sobreseimiento, que varía según estemos
en uno u otro procedimiento.

Concepto. El sobreseimiento es una resolución judicial que adopta la forma de auto


(especialmente motivado), que va a dictar el órgano judicial competente en fase intermedia –si
es ordinario- o fase de preparación de juicio oral –en el resto de procedimientos-, y por medio
de la cual se pone fin al proceso penal de manera definitiva o de manera provisional, sin
actuar el ius puniendi del Estado, por tanto sin abrir juicio oral. Porque recuerden que la
alternativa es o abrir juicio oral o sobreseer la causa. Su finalidad no es tan sólo preparar el
juicio oral sino también la de evitarlo.

El proceso penal puede terminar sin necesidad de celebrar el juicio, o paralizarse en su


tramitación, en caso de que falte algún requisito esencial para que pueda abrirse esta fase o para
que continúe adelante la causa.

La propia justicia y los fines que exige obligan a poner fin al proceso (no va a adoptar la
forma tradicional para poner fin al proceso penal, que sería la sentencia) cuando carece de
sentido continuar con él, a saber, cuando no hay comisión de hecho punible o el sospechoso es
inocente. Esto es, en esencia, el sobreseimiento. Pero el proceso debe quedar paralizado cuando
no se pueda continuar de momento, a saber, cuando siendo razonable pensar que podría haber
delito falten pruebas determinantes sobre el mismo o sobre la autoría, en tanto se buscan y se
hallan. A esta institución deberíamos llamarla «archivo» provisional, porque es un supuesto de
paralización por suspensión del proceso, que nada tiene que ver con el sobreseimiento. La ley
agrupa todas las causas bajo la denominación común de sobreseimiento, clasificándolo en libre,
si el proceso queda impedido en definitiva; y en provisional, si tan sólo se produce la
paralización, teniendo en ambos casos como efecto el archivo de la causa.

El sobreseimiento libre es la resolución judicial que pone fin al proceso, una vez concluido el
procedimiento preliminar, y antes de abrirse el juicio oral, con efectos de cosa juzgada,
equivaliendo a sentencia absolutoria, por no ser posible una acusación fundada, bien por
inexistencia del hecho, bien por no ser el hecho punible, bien, finalmente, por no ser
responsable criminalmente quien hasta esos momentos aparecía como presunto autor, en
cualquiera de sus grados.

El sobreseimiento (archivo) provisional es la resolución judicial que paraliza


momentáneamente el proceso, no permitiendo la apertura del juicio oral, por faltar elementos
fácticos suficientes para formularla acusación contra determinada persona, o no estar a
disposición del tribunal el investigado, levantándose la suspensión cuando consten en la causa,
o sea habido.

Competencia. Ante la importancia de la resolución a tomar, la LECRIM quiso originariamente


que en ambos casos fuera competencia funcional del órgano jurisdiccional colegiado que iba a
conocer del juicio oral y dictar la sentencia, es decir, de la Audiencia Provincial (art. 632
LECRIM). Así sigue establecido respecto al proceso por delitos más graves. Pero en el proceso
abreviado y en el proceso especial para el enjuiciamiento rápido de determinados delitos, la

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decisión no corresponde a quien va a conocer del juicio oral, sino al propio Juez de Instrucción,
o en su caso, la Audiencia Nacional respecto de los delitos previstos en el art. 65 LOPJ (arts.
779.1-1a, 782, 783.1 y 800 LECRIM), al igual que en el nuevo juicio sobre delitos leves (art.
964.2, a) LECRIM). Finalmente, la resolución en la que se dicta el sobreseimiento, en
cualquiera de sus modalidades, es un auto.

NOTA: Equivale a órgano competente para conocer de fase intermedia.


Finalmente, la resolución en la que se dicta el sobreseimiento, en cualquiera de sus
modalidades, es un

auto (arts. 142, III, 636 y 779.1 LECRIM).

* Diferencias: Los autos de sobreseimiento no son la única forma de finalizar anormalmente o


sin sentencia un procedimiento. Destacan los autos de inadmisión de querella o el archivo de las
actuaciones de las diligencias previas. El sobreseimiento se diferencia del primero en que el
sobreseimiento exige la práctica previa de diligencias y de las últimas en que se pronuncia en la
fase intermedia, cuando el sumario está ya concluido. Por lo que en aquellas resoluciones
desestimatorias de la incoación del procedimiento no se les puede asociar los efectos materias
de la cosa juzgada.

Clases. Atendiendo a los sujetos implicados entre sobreseimiento total y parcial, además de
entre sobreseimiento libre y provisional. En efecto, si consideramos los investigados que
pueden verse implicados por la resolución, el sobreseimiento puede ser total si afecta a todos
los investigados en la causa, en cuyo caso se archiva ésta, con las piezas de convicción que no
tuvieren dueño conocido, pues si lo tienen hay que estar a lo dispuesto en el art. 635, una vez se
hayan practicado las diligencias necesarias para la ejecución de lo mandado; o parcial, si no
afecta a todos los investigados, lo que significa la apertura del juicio oral contra los no
favorecidos por el auto de sobreseimiento. Pero considerando los motivos y efectos respectivos,
el sobreseimiento es libre cuando se pone fin al proceso definitivamente por alguna de las
causas del art. 637 LECRIM; y provisional cuando se paraliza temporalmente el proceso al
concurrir alguno de los motivos del art. 641 LECRIM.

Presupuestos del sobreseimiento libre. El auto de sobreseimiento libre exige la concurrencia


de unos presupuestos, sobre los cuales el órgano jurisdiccional debe tener certeza absoluta, o el
mismo grado de convicción que al dictar sentencia para absolver. Se regulan en el art. 637
LECRIM y son:

a) Inexistencia del hecho: Procede el sobreseimiento libre «cuando no existan indicios


racionales de
haberse perpetrado el hecho que hubiere dado motivo a la formación de la causa». Ejemplo
típico: Se incoa sumario por delito de homicidio y el «muerto» aparece vivo con posterioridad
sin haber sido ofendido por ningún delito contra su persona, o se llega a la conclusión de la
imposibilidad de que pueda aparecer el«cadáver» porque no puede haber ninguno. Obsérvese
que aquí el juez realiza un juicio exclusivamente fáctico, y razona sin ninguna duda que el
hecho no ha existido.

b) Inexistencia de hecho punible: «Cuando el hecho no sea constitutivo de delito». Aquí el


hecho existe, pero no es punible, y sobre ello el órgano jurisdiccional tiene igualmente certeza

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absoluta.

El motivo de no ser los hechos constitutivos de delito no es siempre causa de sobreseimiento,


pues, dependiendo de cuándo se acredite este extremo en el proceso tiene una diferente
resolución, no siempre rodeada de las mismas garantías, sobre todo por lo que puede significar
respecto al derecho de acción del ofendido: Así, si los hechos no son constitutivos de «delito»
en el momento de formular la denuncia, la autoridad no la admite a trámite (art. 269 LECRIM);
si es en el momento de la querella, el juez también la inadmite (art. 313, I LECRIM); si es en el
momento de dictar sentencia, procede la absolución (v. art. 742, I LECRIM); si resulta la
atipicidad con posterioridad, sólo cabría la revisión de la condena con base en el art. 40.1
LOTC, o de la propia ley penal reformadora.

Pero la importancia máxima de esta causa reside en que permite al órgano jurisdiccional en el
proceso por delitos más graves, en los procesos abreviados y en los juicios rápidos,
desvincularse de la petición de apertura del juicio oral, pudiendo acordar el sobreseimiento de
oficio (arts. 645, I, 783.1 y 798.2-1°LECRIM), siendo el autodictado por este motivo en el
proceso por delitos más graves el único de los de sobreseimiento que la LECRIM permite
acceder a la casación, aunque eso es muy discutible (v. art. 848, II). En los procesos abreviados
y en los juicios rápidos cabe apelación (v. art. 766.1 y 795.4).

c) Falta de indicios de responsabilidad criminal: Finalmente, «cuando aparezcan exentos de


responsabilidad criminal los encausados como autores, cómplices o encubridores» (art.
637-3o). La redacción del motivo ha quedado hoy superada, porque de lo que se trata en
realidad es de la certeza absoluta del órgano jurisdiccional de que faltan indicios racionales de
responsabilidad criminal en la persona investigada. En principio, habría que sobreseer por esta
causa cuando el investigado no haya participado en el hecho, cuando sea inimputable, cuando
falte la culpabilidad o cuando quede excluida la antijuridicidad o la punibilidad de la acción.

Pero no es la única falla, porque, para terminar, y en los procesos abreviados únicamente, este
motivo permite también al juez de instrucción desvincularse respecto a la petición de apertura
del juicio oral, pudiendo decretar el sobreseimiento libre (art. 783.1, I LECRIM), cabiendo
contra esta decisión recurso de apelación (v. art. 766.1 LECRIM). Esta perturbadora diferencia
de tratamiento respecto al proceso por delitos más graves no tiene justificación alguna en
cuestión tan importante, ya que, aunque se pretenda acelerar el procedimiento, la jurisprudencia
sigue siendo contraria a absolver sin juicio oral, como ocurría con el anterior motivo. Además,
en nuestra opinión se pone en peligro el principio de igualdad y el derecho a la tutela judicial
efectiva (arts. 14 y 24.1 CE) desde el punto de vista del acusador, sobre todo de la acusación
particular (la víctima).

Presupuestos del archivo provisional. El sobreseimiento o archivo provisional exige la


concurrencia de sus presupuestos sin ese grado de certeza absoluta, bastando únicamente la
duda razonable para poder ser acordado. Aquí los motivos afectan únicamente a cuestiones
fácticas y probatorias, no a temas jurídicos, produciéndose la paralización por suspensión del
procedimiento hasta que sea despejada aquella incerteza. Las causas:

Cuando no resulte debidamente justificada la perpetración del delito que haya dado
motivo a la formación de la causa (art. 641.1o LECrim). *Diferencia entre este 1er motivo
del sobreseimiento provisional y el 1er motivo del sobreseimiento libre: el primer motivo del

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sobreseimiento libre consiste en que hayan indicios razonables que hagan pensar al tribunal que
el hecho no ha existido; mientras que este 1er motivo del sobreseimiento provisional consiste
en que haya dudas sobre la existencia del hecho. Por tanto, para decretar un sobreseimiento
libre y que se den las causas del art. 637 LECrim, el tribunal tiene que tener certeza absoluta de
que se dan esas circunstancias; en cambio, en el caso del sobreseimiento provisional va
revestido todo ello por la duda sobre si ha existido o no el hecho. Y dado que existe esa duda de
si ha existido o no el hecho que ha motivado la apertura del procedimiento penal, la
consecuencia es que se dictar un auto de sobreseimiento provisional; si luego esas dudas se
disipan y se tiene certeza de la existencia del hecho, se revoca el auto del sobreseimiento
provisional y se continúa adelante con el procedimiento penal.

Cuando resulte del sumario haberse cometido un delito y no haya motivos suficientes para
acusar a determinada o determinadas personas como autores, cómplices o encubridores
(art. 641.2o LECrim). *Diferencia con el sobreseimiento libre: En el sobreseimiento libre se
decía: “Que estén exentos de responsabilidad penal los autores, cómplices o encubridores”.
Aquí, sin embargo, para dictar un sobreseimiento provisional basándonos en este 2o motivo del
art. 641, es que hay dudas NO sobre la existencia del hecho sino sobre quién puede ser el
responsable. Es decir, sí hay hecho delictivo, pero no se encuentra a un presunto autor
responsable de la comisión de ese hecho delictivo. La mayoría de los sobreseimientos
provisionales se dictan por este motivo (por ej., alguien va a denunciar que le han robado el
coche, por tanto hay hecho delictivo; pero, si como consecuencia de la investigación realizada
por la policía no se encuentra al presunto responsable, pues tienen que dictar auto de
sobreseimiento provisional porque no pueden tener abierta indefinidamente esa causa).

En este sentido, y para los procesos abreviados y juicios rápidos, procede el archivo
provisional «si, aun estimando que el hecho puede ser constitutivo de delito, no hubiere autor
conocido» (art. 779.1-1a «in fine»y 798.2-1° LECRIM). Obsérvese que el archivo provisional
se decreta cuando existe duda, no cuando existe certeza, pues en este caso procede el
sobreseimiento libre, sobre los hechos y la participación de los presuntos responsables. Por este
mismo factor psicológico, el archivo debe acordarse siempre que se piense que la práctica de la
prueba en el juicio oral no aclarará tan fundamentales dudas, porque lo que falta es
precisamente la prueba, o es notoriamente insuficiente y hay que esperar a que se produzca y se
traiga a la causa. En caso contrario, si persisten las dudas pero la investigación se ha
completado y los elementos probatorios constan ya en la causa, lo que procede es dictar auto de
apertura del juicio oral, según sabia máxima fijada por la doctrina del Tribunal Supremo. Para
abrir éste tampoco se requiere certeza absoluta ni en cuanto a la condena ni en cuanto a la
absolución del acusado, ya que la prueba, a practicar en el acto de la vista, está destinada a
despejar estas dudas. Pero de otro, el archivo o sobreseimiento provisional no es institución
pensada para discutir cuestiones jurídicas, sino fácticas, lo que significa que las dudas deben
referirse exclusivamente a hechos para acordarlo. En caso de dudas jurídicas, hay que abrir
necesariamente el juicio oral, para que tras la práctica de la prueba se despejen definitivamente
en la correspondiente sentencia.

Efectos respectivos.
Efectos comunes. Según el procedimiento haya sido total o parcial:

Sobreseimiento total: Se producen los efectos de archivo de la causa, y se ordena el destino de


las piezas de convicción, según tengan dueño conocido, o no.

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Sobreseimiento parcial: El juicio oral debe abrirse respecto a aquellos investigados a los que
no favorezca la declaración. Esto significa que la causa no se archiva y que las piezas de
convicción permanecen en poder del tribunal. Pero nada obsta a la cancelación de medidas
cautelares respecto a los que afecte el sobreseimiento.

Efectos especiales.
Sobreseimiento libre: Los efectos despliegan su eficacia con relación a la acusación, a la
persona acusada y al propio proceso.

1) En cuanto al acusador, el investigado puede pedir al tribunal que reserve el derecho de éste
para perseguirlo por calumnia, lo cual puede hacer de oficio también el propio órgano
jurisdiccional. Pero los delitos presumiblemente cometidos pueden ser los de denuncia y
acusación falsas), además del propio de calumnia. 2) Respecto a la persona acusada, si el
sobreseimiento es por el motivo primero o segundo del art. 637, podrá declararse en el auto que
la formación de la causa no perjudica a la reputación del investigado. En el caso de que se
aprecie el motivo tercero de dicho precepto, hay que estar a lo que dispone el art. 640 LECRIM.
3) El efecto más importante del sobreseimiento libre es el de que sus autos gozan de la cosa
juzgada material: quien se vea favorecido por el sobreseimiento libre, no podrá volver a
ser enjuiciado por los mismos hechos.

Sobreseimiento o archivo provisional: No se produce el efecto de cosa juzgada material, por


no ser una resolución de fondo definitiva. Sí se da clarísimamente la paralización por
suspensión de la causa penal (y consiguiente archivo provisional de las actuaciones).

1.a) Las causas de sobreseimiento o archivo provisional son meramente temporales, basadas en
dudas, mientras que las de sobreseimiento libre son definitivas, al estar fundadas en la certeza;
2.a) El archivo provisional es un simple aplazamiento del proceso, en tanto no prescriba el
delito, mientras que el sobreseimiento libre significa la terminación definitiva del proceso;

3.o) El archivo provisional se funda en motivos de hecho exclusivamente, mientras que el


sobreseimiento libre se basa en motivos fácticos y jurídicos.

Sobreseimiento libre: Los efectos despliegan su eficacia con relación a la acusación, a la


persona acusada y al propio proceso.

Sobreseimiento o archivo provisional: No se produce el efecto de cosa juzgada material, por


no ser una resolución de fondo definitiva. Sí se da clarísimamente la paralización por
suspensión de la causa penal (y consiguiente archivo provisional de las actuaciones).

Procedimiento. La petición de sobreseimiento debe realizarla la parte acusadora, tanto en el


proceso por delitos más graves como en los procesos abreviados y juicios rápidos, en el escrito
en que muestran su acuerdo con el auto de conclusión del sumario o de las diligencias previas o
urgentes dictado por el juez de instrucción, alternativamente a su petición de apertura del juicio
oral.

La tramitación posterior difiere según el sobreseimiento lo pidan todas las partes personadas, o,
distintamente, se pida la apertura del juicio oral sólo por alguna de ellas. La petición de
sobreseimiento realizada por la parte investigada, carece de relevancia jurídica, salvo en lo que
pueda contribuir a formar la convicción del órgano jurisdiccional.

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1.a) Petición del sobreseimiento por todas las partes acusadoras personadas: Si el MF, el
acusador particular y el acusador popular, es decir, todas las partes acusadoras posibles, o todas
las que estén personadas (generalmente sólo el MF), piden el sobreseimiento, como
consecuencia del principio acusatorio, el órgano jurisdiccional queda inicialmente vinculado,
tanto si se ha solicitado el libre como el provisional.

2.a) Petición de apertura del juicio oral por alguna parte acusadora personada: también como
consecuencia del principio acusatorio, el tribunal está obligado a abrir el juicio oral, con la
única excepción de que considere que los hechos son atípicos, supuesto en el que puede decretar
el sobreseimiento libre (art. 645, I LECRIM), o, además, en los procesos abreviados, si el
instructor considera que no existen indicios de criminalidad (art. 783.1 LECRIM). Art. 782.1
para el abreviado remite a las normas de sobreseimiento para el ordinario, pero hay una
especialidad y es que si el MF y la acusación particular piden el sobreseimiento el juez tendrá
que decretarlo, de forma que aunque la acusación popular no quiera el sobreseimiento, no será
suficiente su petición de apertura del juicio oral para continuar con el proceso. En todos los
demás casos de sobreseimiento, libre o provisional, la apertura del juicio es insoslayable (art.
645, II LECRIM).

Medios de impugnación. La recurribilidad de los autos de sobreseimiento presenta un diferente


tratamiento según las clases, los motivos y el proceso ordinario en que se acuerden.

«Contra los autos de sobreseimiento sólo procederá, en su caso, el recurso de casación» (art.
636, I). Se establece un sistema de recursos distinto según estemos en procedimiento ordinario o
en procedimiento abreviado.

• En el procedimiento ordinario:

En el art. 636 LECrim dice que contra el auto de sobreseimiento cabe recurso de casación. En el
procedimiento ordinario hay que relacionar el art. 636 con el art. 848 LECrim.

En procedimiento ordinario, contra el auto de sobreseimiento libre cabe recurso de casación


siempre y cuando, como dice la jurisprudencia del TS, se haya dictado por la causa 2a y 3a)
del art. 637 LECrim (hechos atípicos y por no existir indicios racionales de responsabilidad
criminal.

En procedimiento ordinario, contra el auto de sobreseimiento provisional. No cabe recurso


alguno. Esto, aunque no lo dice expresamente, se deduce del art. 848 LECrim cuando dice que
son susceptibles de recurso de casación los autos definitivos.
• En el procedimiento abreviado, juicio rápido y proceso ante el tribunal del jurado, tanto
la resolución que acuerde el sobreseimiento por la causa segunda, como por la causa tercera del
art. 637 LECRIM:
En todos ellos se aplica el art. 766 LECrim, conforme al cual, contra todos los autos del JI
cabe: 1o) recurso de reforma y, subsidiariamente, recurso de apelación;

2o) o directamente se puede ir en apelación ante la AP saltándote la reforma.


Por tanto, en el abreviado, rápido y proceso ante el tribunal del jurado, dado que el auto de
sobreseimiento en esta fase lo dicta el juez de instrucción, aplicamos el art. 766 LECrim. Esto
así tanto si es un auto de sobreseimiento libre como si es un auto de sobreseimiento
provisional. Aquí la resolución de la AP todavía será recurrible en casación ante el TS. Con los

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límites del acuerdo no jurisdiccional del TS de 9/2/05 que dice que solo cabrá el recurso de
casación ante autos de sobreseimiento dictados en un procedimiento abreviado cuando: 1. Sea
auto de sobreseimiento libre. 2. Haya recaído imputación judicial equivalente a procesamiento,
entendiéndose por tal la resolución judicial en que se describe el hecho, se consigne el derecho
aplicable y se indiquen las personas responsables; y 3. que el auto haya sido dictado en
procedimiento cuya sentencia sea recurrible en casación.

TEMA 10
Escritos de calificación provisional LA ACUSACIÓN

Concepto y naturaleza. La culminación del principio acusatorio tiene lugar cuando llega el
momento en el que hay que proceder a formular la acusación por parte de las personas que,
distintamente al juez, puedan realizarla en nuestro Ordenamiento, fundamentalmente por el
órgano obligado a su presentación. Ello ocurre en la fase de juicio oral, una vez la investigación
(procedimiento preliminar) ha cumplido uno de sus fines principales, es decir, preparar el juicio
(arts. 299 y 777.1 LECRIM), y no existe ninguna causa que lleve al sobreseimiento, o falte
algún presupuesto procesal material. Siguiéndose adelante, y habiendo persona investigada, hay
que abrir el juicio oral y acusar en un escrito, llamado de calificaciones provisionales en el
proceso ordinario por delitos más graves, y propiamente de acusación en los procesos
abreviados y juicios rápidos.

A partir de ahora, el órgano jurisdiccional va a saber exactamente qué opina la parte acusadora
sobre los hechos punibles que se han cometido. El encausado, ya acusado, tiene a partir de
ahora perfectamente definidos los límites con base en los cuales va a tener que mover su
defensa.

La acusación significa también la interposición de la pretensión procesal penal, consistente en


una petición fundada dirigida al órgano jurisdiccional, para que imponga una pena (u otra
consecuencia jurídica del delito) a una persona por un hecho punible que se afirma que ha
cometido. Ello, obviamente, si se admite que la pretensión cabe en el proceso penal.

La interposición tiene dos momentos, como corresponde a todo juicio oral, pues se efectúa
provisionalmente antes de la práctica de las pruebas, en el escrito de calificación provisional o
de acusación, y definitivamente después de practicadas.

Actos acusatorios: calificación provisional y calificación definitiva Calificación provisional

Están regulados en los arts. 649 a 665 LECrim.

CONCEPTO.- Los escritos de calificación provisional son actos de postulación (esto es, actos
de pedir) en que se van a relatar unos hechos y se van a calificar jurídicamente como la parte
estime oportuno, dependiendo de si es la parte acusadora o la parte acusada. Por tanto, son actos
de postulación que la parte acusadora utiliza para ejercitar la pretensión penal y la pretensión
civil, y la parte pasiva, para oponerse y, si se opone, lo que hace es ejercitar su derecho de
defensa. De tal manera que tendremos el escrito de calificación provisional de la parte
acusadora y el escrito de calificación provisional de la parte acusada. Con los escritos de
calificación provisional se delimita provisionalmente el objeto del proceso: pretensión penal y
pretensión civil, en su caso. Por lo tanto, el fundamento de los escritos de calificación
provisional para la parte acusadora, es el principio acusatorio, que, como sabemos, consiste, en
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primer lugar, en que se separa la fase de instrucción y la fase de enjuiciamiento en dos órganos
judiciales distintos para garantizar el derecho al juez imparcial, y, en segundo lugar, se necesita
un sujeto, que puede ser un órgano público o un particular, que sostenga la acusación, porque el
juez NO puede hacer las dos funciones, o sea no puede acusar y, a la vez, enjuiciar. Es por ello
que tendremos al MF, al acusador particular o al acusador popular ejercitando la acción penal.
Lo que no cabe es que el juez acuse y enjuicie porque entonces se estaría vulnerando el
principio acusatorio. Por su parte, el fundamento de los escritos de calificación provisional para
la parte acusada, es el derecho de defensa. Lo normal es que el escrito de calificación
provisional del procesado niegue los hechos, o se oponga, o admita hechos pero les dé otro
contenido u otra calificación jurídica. Los escritos de calificaciones provisionales son
ESCRITOS. En cambio, los escritos de calificación definitiva, esto es, las conclusiones
definitivas del art. 732 LECrim, se realizan oralmente en el acto de la vista.

No olviden que éstos son actos de parte, que NO vinculan al tribunal; luego, puede ser que el
tribunal no aprecie ninguna circunstancia modificativa o que le dé una calificación totalmente
distinta a los hechos, o considerar que el sujeto no es autor sino que es cómplice, o bajar la
pena, etc., en función de la vista y de las pruebas que se practican. Por tanto, éste es un acto de
parte; y ya luego quedará a criterio del tribunal, una vez celebrado el juicio y practicada la
prueba, cuando vaya a dictar sentencia, decidir sobre lo que va a tener que resolver. La
acusación provisional despliega sus efectos más importantes en relación con el objeto del
proceso en el sentido siguiente: formulada la calificación provisional, no existe posibilidad de
variar los hechos esenciales que la fundamentan, sí dirigirse después contra persona distinta de
la que se considera partícipe en el hecho criminal (queda completamente delimitado el objeto
del proceso). A este efecto se halla vinculado el órgano jurisdiccional. Sin embargo, en el
proceso ordinario por delitos graves, y concurriendo ciertos requisitos, el tribunal tiene la
posibilidad de desvincularse de esa petición, considerado su aspecto objetivo, el hecho criminal
(nunca el subjetivo, ya que la persona acusada tiene que ser siempre la misma), utilizando el art.
733 LECR (cuando el juzgado considera que hay manifiesto error en la calificación). Fuera de
ello, es decir, respetando los hechos esenciales y la persona del acusado, la parte acusadora
puede modificar después de la prueba en las calificaciones definitivas la cantidad de pena
solicitada, incluso la calidad, si considera que el delito es otro.

Procedimiento. Aunque son varios los procesos que hay que considerar, las diferencias son
escasas:

1.o) En el proceso por delitos más graves, y una vez acordada la apertura del juicio por el
tribunal, éste ordena la entrega de los autos a las partes sucesivamente, para que, en el plazo de
cinco días, formulen la calificación provisional (art. 649, I, LECRIM). Son posibles
ampliaciones de plazos en función de la complejidad de la causa. En caso de formularse artículo
de previo pronunciamiento, y desestimarse, el plazo es de tres días (art. 679 LECRIM).

El orden de entrega de los autos viene fijado legalmente: primero el fiscal o, en su caso, el
acusador privado, luego el acusador particular si ha concurrido (que hay que extender al
acusador popular), después el actor civil si lo hubiera, y, finalmente, el acusado y los
responsables civiles.

Con los autos, se permite examinar también las piezas de convicción.

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2.o) En los procesos abreviados y juicios rápidos, si el JI considera que el hecho punible debe
ser enjuiciado por los trámites del proceso abreviado, en la misma resolución ordenará que se dé
traslado de las diligencias previas o urgentes, originales o mediante fotocopia, al Ministerio
fiscal y a las acusaciones personadas, para que en el plazo de 10 días, que aquí sí es común,
soliciten la apertura del juicio oral formulando escrito de acusación. En los juicios rápidos la
acusación se puede formular oralmente si no hay víctima que acuse (art. 800.2 LECRIM).

Contenido estricto. La acusación provisional comprende un conjunto de actos procesales de


diferente naturaleza, relativos a la calificación jurídico-penal de los hechos, a la proposición de
prueba (anticipada o no), y, en caso de acumulación, a la pretensión civil.
1.o) La calificación jurídico-penal de los hechos. La acusación consiste en la calificación
jurídica de los hechos desde el punto de vista del Derecho Penal. El escrito de acusación, o de
calificaciones provisionales, cumple con esta exigencia desglosando los diversos componentes.
Por ello la parte acusadora, conforme a los arts. 650, I, y 781.1 LECRIM, se limitará a
determinar en conclusiones precisas y numeradas: 1”) Los hechos punibles que resulten del
sumario. 2”) La calificación legal de los mismos hechos, determinando el delito que
constituyan. 3”) La participación que en ellos hubieren tenido el procesado o procesados (ahora
acusados), si fueren varios (autores, cómplices). 4”) Los hechos que resulten del sumario
(procedimiento preliminar) y que constituyan circunstancias atenuantes o agravantes del delito
o eximentes de responsabilidad criminal. 5”) Las penas en que hayan incurrido el procesado o
procesados (y en su caso las costas), si fueren varios, por razón de su respectiva participación en
el delito. El escrito de acusación en los procesos abreviados y juicios rápidos contiene, además
y previamente, la petición de apertura del juicio oral ante el órgano que estime competente (art.
781.1 LECRIM).

También debe incluir la proposición de la prueba (anticipada o no).

Las partes acusadoras pueden presentar sobre cada uno de estos puntos dos o más conclusiones
alternativas, con el fin de que, si no se admite la primera, pueda serlo alguna de las otras (arts.
653 LECRIM).

Finalmente, el escrito de acusación del Ministerio fiscal debe recoger, por imperativo legal,
todas las circunstancias que puedan favorecer a los acusados, en tanto es defensor de la
legalidad.

2.o) Actos respecto a la pretensión civil. En caso de haberse acumulado al proceso penal uno
civil, el escrito de acusación también debe contener conclusiones relativas a la pretensión civil,
consistentes en expresar, según los arts. 650, II y 781.1 LECRIM: 1”) La cantidad en que
aprecien los daños y perjuicios causados por el delito, o la cosa que haya de ser restituida. 2”)
La persona que aparezca responsable de los daños y perjuicios o de la restitución de la cosa, y el
hecho en virtud del cual hubieren contraído esa responsabilidad.

Es de destacar la especial importancia que se atribuye al Ministerio fiscal en este tema en los
procesos abreviados y en los juicios rápidos, pues debe velar por la protección de los derechos
de la víctima y de los perjudicados por el delito interponiendo la pretensión civil (arts. 773.1 «in
fine», en relación con los arts. 108 y concordantes LECRIM.

Hechos los escritos de calificación provisional por la parte acusadora (art. 651 LECrim), hay
que dar traslado a la parte pasiva (art. 652 LECrim), a la cual se le dice que tiene 5 días para
hacer su escrito de calificación provisional.
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Pues bien, cuando al procesado –que aquí ya lo es- se le da traslado para que formule su
escrito de calificación provisional, puede:

1o Plantear artículos de previo pronunciamiento en los 3 primeros días de los 5 que le han
dado para formular su escrito de calificación provisional, lo cual tiene el efecto inmediato de
suspender el trámite de calificaciones. Si se aprecian estas cuestiones se procede al auto de
sobreseimiento.

2o Mostrar su conformidad (*¡Ojo! en un procedimiento ordinario NO cabe, porque la


conformidad sólo cabe en delitos con pena privativa de libertad de hasta 6 años; sí cabría, por
ejemplo, en un abreviado). Sin embargo, en la práctica se suelen permitir los acuerdos en este
tipo de juicios con la valoración pertienente del juez.

3o Formular su escrito de calificación provisional. En este caso, el contenido del escrito


puede ser: Negar todos los hechos (lo cual, en cierto modo, es un fraude porque el sujeto niega
hasta cómo se llama,

por ejemplo; pero puede decir, por ejemplo, que niega todas las calificaciones del escrito del
MF).

Dar su propia versión, es decir, hacer su propio relato de hechos y su propia calificación, en
aras a que obtenga una sentencia absolutoria o la pena más baja posible.

Admitir los hechos, pero negar su carácter delictivo con base en una distinta calificación
jurídica. *En el proceso penal la admisión de hechos no exime de la prueba, porque en el
proceso penal se busca la verdad material, es decir, qué es lo que realmente ha sucedido (a
diferencia de lo que ocurría en el proceso civil, donde si los hechos son admitidos tanto por el
demandante como por el demandado, al no ser controvertidos, la Ley prohíbe expresamente
probar esos hechos, dado que en el proceso civil se busca la verdad formal que es la que las
partes quieran presentar al juez).

En el escrito de calificación provisional tanto de la parte acusadora como de la defensa, hay que
hacer constar las pruebas de que van a intentar valerse (art. 656 LECrim). Este art. 656 habla de
que hay que presentar la lista de testigos y peritos, con nombres y apellidos, y dónde citarles.
Incluso podría pedirse aquí la práctica de prueba anticipada en los supuestos en que sea posible.
Lo relevante es que hay que indicar al tribunal si quieren que sean citados judicialmente o si la
propia parte se encarga de hacerlos comparecer. Normalmente, es mucho más recomendable la
citación judicial, por la sencilla razón de que si le llega la cédula de citación tiene como un
efecto intimidatorio o coercitivo. OJO: formalmente el escrito de calificación provisional de la
defensa es idéntico al de la acusación. Para el proceso abreviado, si la defensa no presenta su
escrito en el plazo señalado para ello no hace falta que lo haga ya, entendiéndose que se opone a
la acusación y continuando el procedimiento, pudiendo practicarse la prueba que proponga en el
acto de juicio (art. 784.1 2o). Desde un punto de vista técnico esto es absurdo, porque qué
hechos va a probar si no ha alegado ninguno.

Artículo 656. “El Ministerio Fiscal y las partes manifestarán en sus respectivos escritos de
calificación las pruebas de que intenten valerse, presentando listas de peritos y testigos que
hayan de declarar a su instancia. En las listas de peritos y testigos se expresarán sus nombres y
apellidos, el apodo, si por él fueren conocidos, y su domicilio o residencia; manifestando

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además la parte que los presente si los peritos y testigos han de ser citados judicialmente o si se
encarga de hacerles concurrir.”.

DIFERENCIAS ENTRE PROCEDIMIENTO ORDINARIO Y PROCEDIMIENTO


ABREVIADO (arts. 780 y 781 LECrim)

-En el procedimiento ordinario, en la fase intermedia estamos ante Audiencia, y aquí las
partes tenían la alternativa de pedir apertura de juicio oral o sobreseimiento de la causa, y la
Audiencia tiene que pronunciarse sobre una de ellas. Si la Audiencia se pronunciaba y decía
que se abría juicio oral, entonces dictaba auto de apertura de juicio oral, y, después de dictarlo,
es cuando se pasa para el trámite de calificaciones provisionales.

-En un procedimiento abreviado:

1. Lo que en un ordinario se llama sumario, en un abreviado se llaman diligencias previas.

2. En un abreviado no se llama fase intermedia, sino fase de preparación del juicio oral.

3. Y el juicio oral.

1a diferencia: En un abreviado, las diligencias previas (fase de instrucción) y la fase de


preparación de juicio oral se realiza ante el órgano de instrucción. Por el contrario, en un
ordinario, el sumario es ante el órgano de instrucción, pero la fase intermedia ya es ante la
Audiencia.

Según los arts. 780 y 781 LECrim, cuando estamos ante el juez de instrucción en la fase de
preparación del juicio oral y existen las 2 alternativas –porque esto va a existir siempre-
(apertura de juicio oral o sobreseimiento de la causa), la diferencia es que, en un abreviado, se
pide apertura de juicio oral y, simultáneamente, en el mismo escrito, se formula el escrito de
acusación, o sea que todo va en el mismo acto. Por el contrario, en un ordinario, hay que esperar
a que se dicte auto de apertura del juicio oral y que lo pasen para formular las calificaciones. 1.
El escrito de acusación comprenderá, además de la solicitud de apertura del juicio oral
ante el órgano que se estime competente y de la identificación de la persona o personas contra
las que se dirige la acusación, los extremos a que se refiere el artículo 650. (...)”. Por lo tanto,
hay que optar por una u otra opción; pero si se pide apertura de juicio oral, en el mismo escrito
en que se solicita hay que hacer el escrito de acusación.

El escrito de acusación en el procedimiento abreviado es lo que en el procedimiento ordinario


se llama escrito de calificaciones provisionales, y, si se fijan, el art. 781 remite al art. 650 en
cuanto a su contenido. Y esto que ocurre en el procedimiento abreviado es exactamente igual
en el juicio rápido.

Volviendo al proceso ordinario, suponiendo que ya se han hecho todos los escritos de
calificación provisional, han sido presentados los de todas las partes acusadoras y acusadas,
¿Qué más actividad preparatorio sigue? Pues bien, dado que ya la prueba ha sido propuesta
por las partes en sus respectivos escritos de calificación, ahora lo que sigue es admitirla, es
decir, queda dictar auto de admisión o inadmisión de prueba (arts. 658 y 659 LECrim).
Cuando ya se recogen todos los escritos de calificación provisional, tanto los de la acusación
como los de la defensa, se entregan los escritos de calificación provisional al magistrado
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ponente, para que examine las pruebas que se han propuesto (la lista de testigos y la lista de
peritos) y, luego, la Audiencia dictará un auto admitiendo o inadmitiendo la prueba. Es un solo
auto admitiendo e inadmitiendo.

Contra la parte del auto que admite los medios de prueba NO cabe recurso alguno.
Contra la parte del auto que inadmite algún medio de prueba, lo único que cabe hacer es la
protesta para el ulterior recurso de casación.

Dictado el auto de admisión o inadmisión de prueba, seguidamente ya el LAJ señala el día y la


hora para la vista del juicio oral (ésta sería la vista en sentido estricto) con arreglo a los
criterios que establece el art. 659 LECrim; por ej., si en la causa hay un preso preventivo, ese
sería un criterio determinante, también la complejidad de la prueba, etc., por tanto serán todos
estos criterios los que se tengan en cuenta para fijar el día de comienzo de la vista del juicio
oral.

Artículo 658. “Presentados los escritos de calificación, o recogida la causa de poder de quien
la tuviere después de transcurrido el término señalado en el artículo 649, el Secretario judicial
dictará diligencia teniendo por hecha la calificación, y acordará pasar la causa al ponente,
por término de tercer día, para el examen de las pruebas propuestas.”.

Artículo 659. “Devuelta que sea la causa por el Ponente, el Tribunal examinará las pruebas
propuestas e inmediatamente dictará auto, admitiendo las que considere pertinentes y
rechazando las demás. Para rechazar las propuestas por el acusador privado, habrá de ser
oído el Fiscal si interviniere en la causa. Contra la parte del auto admitiendo las pruebas o
mandando practicar la que se hallare en el caso del párrafo tercero del artículo 657 no
procederá recurso alguno. Contra la en que fuere rechazada o denegada la práctica de las
diligencias de prueba podrá interponerse en su día el recurso de casación, si se prepara
oportunamente con la correspondiente protesta. A la vista de este Auto, el Secretario judicial
establecerá el día y hora en que deban comenzar las sesiones del juicio oral, con sujeción a lo
establecido en el artículo 182 de la Ley de Enjuiciamiento Civil. Los criterios generales y las
concretas y específicas instrucciones que fijen los Presidentes de Sala o Sección, con arreglo a
los cuales se realizará el señalamiento, tendrán asimismo en cuenta: 1.o La prisión del
acusado; 2.o El aseguramiento de su presencia a disposición judicial; 3.o Las demás medidas
cautelares personales adoptadas; 4.o La prioridad de otras causas; 5.o La complejidad de la
prueba propuesta o cualquier circunstancia modificativa, según hayan podido determinar una
vez estudiado el asunto o pleito de que se trate. En todo caso, aunque no sea parte en el
proceso ni deba intervenir, el Secretario judicial deberá informar a la víctima por escrito de la
fecha y lugar de celebración del juicio.”.

Efectos. Además de su significado para el principio acusatorio, es decir, formulación de


acusación con petición de pena (y/o medida de seguridad), la acusación provisional despliega
sus efectos más importantes con relación al objeto del proceso en el sentido siguiente:
Formulada la calificación provisional, no existe posibilidad de variar los hechos esenciales que
la fundamentan, ni dirigirse después contra persona distinta dela que se considera partícipe en el
hecho criminal. A este efecto se halla particularmente vinculado el órgano jurisdiccional.

Este efecto de vinculación, prohibiéndose las variaciones sustanciales, puede decirse que se da
también respecto a las identidades objetiva y subjetiva deducidas del procedimiento preliminar,
a la hora de formular el acusador particular su calificación provisional, porque ese

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procedimiento constituye la base del posterior acto acusatorio. Sin embargo, en el proceso
ordinario por delitos más graves y concurriendo ciertos requisitos, el tribunal tiene la
posibilidad de desvincularse de esa petición, considerado su aspecto objetivo, es decir, el hecho
criminal, utilizando el art. 733 LECRIM. Fuera de ello, es decir, respetando los hechos
esenciales y la persona del acusado, la parte acusadora puede modificar después de la prueba en
las calificaciones definitivas la cantidad de pena solicitada, incluso la calidad, si considera que
el delito es otro (v. art. 732, I LECRIM).

3. Artículos de previo pronunciamiento

Están regulados en los arts. 666 a 679 LECrim.

CONCEPTO.

Al auto de apertura del juicio oral puede seguir, en su caso, la proposición de artículos de previo
pronunciamiento (arts. 666 y 667 LECrim) que significan la paralización del procedimiento
hasta que se resuelva sobre ellos. Los artículos de previo pronunciamiento son excepciones o
presupuestos procesales que tienen que plantear o alegar las partes en el momento en que
formulan sus calificaciones provisionales y, por tanto, suspenden el trámite de calificaciones,
para resolverlos en una audiencia preliminar antes de llegar al juicio oral en sentido estricto y
garantizar que el juicio oral se va a celebrar de manera concentrada sin interrupciones y
sin que se planteen esas excepciones o presupuestos procesales. Es decir, las partes, acusadora y
defensa, van a poder plantear artículos de previo pronunciamiento (entiéndase excepciones
procesales) en este momento, y hay que resolverlas en este momento también en una audiencia
preliminar, para garantizar que, cuando lleguemos al acto de la vista, éste se realice con
concentración y con unidad de acto, y no se tenga que interrumpir para resolver sobre esas
excepciones o presupuestos procesales.

MOMENTO EN QUE DEBEN PLANTEARSE.

Los artículos de previo pronunciamiento tienen que plantearse en los 3 primeros días de los 5
que se conceden para formular las calificaciones provisionales; si no se plantean en ese plazo,
precluye la posibilidad. Y el efecto inmediato que se produciría si en esos 3 primeros días se
presentara un escrito formulando artículos de previo pronunciamiento es que se suspende el
trámite para formular las calificaciones provisionales hasta que se resuelvan esos artículos
de previo pronunciamiento (art. 667 LECrim). Artículo 667. “Las cuestiones expresadas en el
artículo anterior podrán proponerse en el término de tres días, a contar desde el de la entrega de
los autos para la calificación de los hechos.”.

QUIÉN LOS PLANTEA.

Artículo 668. “El que haga la pretensión acompañará al escrito los documentos justificativos
de los hechos en que la funde, y si no los tuviere a su disposición, designará clara y
determinadamente el archivo u oficina donde se encuentren, pidiendo que el Tribunal los
reclame a quien corresponda, originales o por compulsa, según proceda. Presentará también
tantas copias del escrito y de los documentos cuantos sean los representantes de las partes
personadas. Dichas copias se entregarán a las mismas en el día de la presentación, haciéndolo
así constar el Secretario por diligencia.”.

Lo relevante es que el juez de oficio NO los puede plantear.


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CLASIFICACIÓN DE ARTÍCULOS DE PREVIO PRONUNCIAMIENTO.

Los artículos de previo pronunciamiento los plantean, como regla general, las partes: la
acusación y la defensa (art. 668 LECrim). La ley no dice quién, simplemente dice “El que haga
la pretensión (...)”.

Aunque tal y como está redactado el art. 666 LECrim parece que es una lista cerrada, el TS ha
permitido alguno más. De los regulados en el art. 666 unos tienen carácter procesal y otros
tienen carácter material.

Artículos de previo pronunciamiento de carácter procesal son 2:


La declinatoria de jurisdicción: Si se invoca la declinatoria de jurisdicción, lo que se puede
alegar es:

En cuanto a la jurisdicción:

1) la falta de jurisdicción de los tribunales españoles en el sentido de que se está planteando


que pueden conocer del asunto los tribunales extranjeros, esto hay que debemos poner en
relación con el art. 23 LOPJ que es el que fija la extensión y límites de la jurisdicción española;
y

2) posibles conflictos de jurisdicción con la jurisdicción militar que persigue los procesos
penales previstos en el CP militar.

En cuanto a falta de competencia, se puede alegar:


3) una cuestión de competencia que es aquella que se plantea entre dos órganos del mismo
orden jurisdiccional y del mismo grado que resuelve el superior jerárquico común;

4) falta de competencia objetiva porque haya un aforado y, por tanto, estaríamos diciendo que
no le corresponde a la audiencia, sino al tribunal al que está sometido el aforado; o

5) falta de competencia objetiva por inadecuación del procedimiento (por ej., porque no
procedía un ordinario sino un abreviado o a la inversa, etc.).

6) Falta de competencia funcional y/o territorial.

La falta de autorización administrativa para proceder contra determinadas personas en los


casos en que sea necesaria. La autorización administrativa a la que se está refiriendo es al
suplicatorio que hay que solicitar cuando se proceda contra un diputado o un senador. Por lo
tanto, el único supuesto de falta de autorización administrativa es que si se va a proceder contra
un diputado o un senador por hechos cometidos en el ejercicio de su cargo es necesario solicitar
la autorización a la cámara correspondiente.

ii) De carácter material:

La cosa juzgada y la litispendencia: Para poder invocar en un segundo proceso este artículo
de previo pronunciamiento de cosa juzgada, tiene que ser porque ya hubo un proceso penal
anterior finalizado por sentencia firme, con los mismos sujetos y con los mismos hechos (no la
calificación jurídica, porque la misma no vincula al tribunal). La cosa juzgada se acredita
aportando el testimonio de la sentencia; o si es del auto de sobreseimiento libre, con el
testimonio correspondiente. Se puede denunciar al amparo de este precepto, dada su naturaleza
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idéntica, la existencia del presupuesto de litispendencia, en los casos raros en los que pueda
darse la misma en el proceso penal.

La prescripción del delito (tenemos que remitirnos a los arts. 130 y ss. CP). No prescriben
nunca los delitos del art. 131.4 CP (lesa humanidad, genocidio y terrorismo con resultado de
muerte). A pesar de ser un artículo de previo pronunciamiento, la prescripción se puede alegar
en cualquier fase del proceso penal. La prescripción se interrumpe cuando el procedimiento se
dirija contra la persona indiciariamente responsable del delito, lo que sucede cuando el
instructor dicta auto de procesamiento. La prescripción de la pena (arts. 133 y 134 CP) no es
presupuesto procesal, porque el proceso ya ha finalizado por sentencia firme.

Amnistía e indulto. La amnistía borra todo (delito, pena y antecedentes penales), es decir,
elimina todos sus efectos salvo los relaticos a la responsabilidad civil. El indulto cancela la
pena pero no el delito. La amnistía es de carácter general, mientras que el indulto es
particular. La última amnistía fue la del 1977 con respecto a los presos políticos del régimen
anterior y, a partir de 1977, la amnistía ha desaparecido. Y ahora lo único que existe es el
indulto que es particular, o sea persona por persona. Ambas son manifestación del derecho de
gracia. Y el indulto se practica por una ley muy antigua de 1870 que fue reformada en 1988.

Nulidad de actuaciones. Junto al catálogo de cuestiones previas relacionado en el artículo 666


LECrim, todavía la jurisprudencia del TS ha admitido la posibilidad de plantear como artículo
de previo pronunciamiento la nulidad de actuaciones siempre y cuando se trata de infracción de
normas imperativas, causantes de indefensión. Para su alegación no es necesario invocar cauce
alguno de los previstos en el art. 666 sino directamente los arts. 238 y ss. LOPJ sobre la nulidad
de los actos procesales.

Artículo 666. “Serán tan sólo objeto de artículos de previo pronunciamiento las cuestiones o
excepciones siguientes: 1.a La de declinatoria de jurisdicción. 2.a La de cosa juzgada. 3.a La
de prescripción del delito. 4.a La de amnistía o indulto. 5.a La falta de autorización
administrativa para procesar en los casos en que sea necesaria, con arreglo a la Constitución y
a Leyes especiales.”.

Se pueden alegar uno o varios artículos de previo pronunciamiento, siempre a instancia de parte
– acusadora o defensa–, y nunca de oficio por el órgano jurisdiccional. Tiene un procedimiento
para tramitarlo que es el que está contenido en los arts. 668 a 674 LECrim. El procedimiento
es muy sencillo:

Se presenta el escrito planteando el artículo de previo pronunciamiento y hay que acompañar


los documentos que se estimen oportunos + las copias porque hay que dar traslado a todas las
demás partes para que, en el plazo que fija la ley de 3 días, hagan las alegaciones que estimen
oportunas y contestando también aportando los documentos correspondientes. Y, sin más, ya
resuelve el tribunal. Sólo se admite prueba documental es decir todos aquellos documentos que
puedan aportar o que se pida que se solicite a cualquier registro público. No se admite prueba
testifical (art. 672 LECrim). Y ya resuelve el tribunal. La resolución varía según el artículo de
previo pronunciamiento que se haya planteado:

Si entre los artículos de previo pronunciamiento que se hayan propuesto, alguno de ellos es la
declinatoria de jurisdicción, éste es el primero que hay que resolver. Y aquí puede ocurrir: que
la Audiencia la estime o que la desestime. Si la estima, mandará remitir los autos al Tribunal
o Juez que considere competente, y se abstendrá de resolver sobre las demás (art. 674
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LECrim). Si la desestima, pues resolverá los demás artículos de previo pronunciamiento, si los
hay, o, si no los hay, continuará adelante el procedimiento. El auto que resuelve la
declinatoria de jurisdicción, sea estimatorio o desestimatorio, es recurrible en apelación del
que conoce la Sala de lo Penal del TSJ (art. 676 LECrim).

Si se estima cosa juzgada, amnistía o indulto, o prescripción del delito, ello motiva que se
dicte un auto de sobreseimiento libre (art. 675 LECrim), que será susceptible de recurso de
casación (el art. 676.3 establece que procederá en estos casos el recurso de apelación contra el
auto de sobreseimiento. Hay un Acuerdo del TS del 8 de mayo 1998 que nos dice efectivamente
que este artículo está mal y el recurso debe entenderse como casación) y, una vez que es firme,
equivale a una sentencia absolutoria anticipada. Si los desestiman, pues se sigue adelante,
dándose un plazo de tres días a la parte para que formule la calificación provisional . El auto es
irrecurrible pero las partes pueden volver a plantearlas en el juicio oral, excepto las que afecten
a la competencia y si estamos ante una causa de la que conoce el Jurado.

En cuanto a la falta de autorización administrativa, si el tribunal estima que no se solicitó


esa autorización administrativa, hay que dirigirse a la cámara correspondiente para pedir ese
suplicatorio (art. 677 LECrim), en cuyo caso se sigue adelante con el procedimiento, se inhibe
la audiencia y lo envía todo al TS porque hablamos de diputados y senadores (para los
parlamentarios autonómicos no se pide suplicatorio).

Artículo 677. “Si el Tribunal estima procedente el artículo por falta de autorización para
procesar, mandará subsanar inmediatamente este defecto, quedando entre tanto en suspenso
la causa, que se continuará según su estado, una vez concedida la autorización. Si solicitada
ésta se denegare, quedará nulo todo lo actuado y se sobreseerá libremente la causa. Contra el
auto en que se desestime esta excepción no se dará recurso alguno, y se observará lo dispuesto
en el párrafo segundo del artículo anterior.”.

Diferencia con el abreviado: *En el procedimiento abreviado los artículos de previo


pronunciamiento no se plantean en el mismo momento que en el proceso ordinario (que es el
que hemos venido viendo), sino que se plantean al inicio de la vista del juicio oral (art. 786.2
LECrim).

Artículo 786 “2. El Juicio oral comenzará con la lectura de los escritos de acusación y de
defensa –Esto es lo mismo que los escritos de calificación provisional-. Seguidamente, a
instancia de parte, el Juez o Tribunal abrirá un turno de intervenciones para que puedan las
partes exponer lo que estimen oportuno acerca de la competencia del órgano judicial,
vulneración de algún derecho fundamental, existencia de artículos de previo
pronunciamiento, causas de la suspensión de juicio oral, nulidad de actuaciones, así como
sobre el contenido y finalidad de la pruebas propuestas o que se propongan para practicarse
en el acto. El Juez o Tribunal resolverá en el mismo acto lo procedente sobre las cuestiones
planteadas. Frente a la decisión adoptada no cabrá recurso alguno, sin perjuicio de la
pertinente protesta y de que la cuestión pueda ser reproducida, en su caso, en el recurso frente
a la sentencia”. Por lo tanto, en un procedimiento abreviado no existe este trámite de artículos
de previo pronunciamiento, sino que se hace al inicio del juicio oral. Lo que ocurre es que al
inicio del juicio oral en un proceso abreviado se permiten hacer muchas cosas que en el
ordinario no, y es un sinsentido, y por eso la jurisprudencia permite también hacer en un
ordinario con pena mayor lo que se permite hacer en un abreviado. Entonces, al inicio de la
sesión del juicio oral en un abreviado es cuando se plantean eso que se llama cuestiones
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previas, y, dentro de esas cuestiones previas, pueden: Alegar que el órgano no tiene
competencia; Que se han vulnerado derechos fundamentales; Plantear artículos de previo
pronunciamiento; Proponer medios de prueba; Causas de suspensión y nulidad de actuaciones.

Lo singular es que el juez en el abreviado resuelve oralmente sobre la marcha; puede ser
que el tribunal pida un receso y se retire a deliberar para resolverlo, pero se resuelven sobre la
marcha. Por el contrario, como hemos venido viendo, en el proceso ordinario todos estos
trámites se hacen por escrito.

Los actos preparatorios de la vista:

a. En los mismo escritos de calificación provisional, la acusación y la defensa han de proponer


los medios de prueba que deseen para demostrar la verdad de sus afirmaciones y también la
práctica de prueba anticipada.

b. El órgano jurisdiccional competente examinará a continuación y resolverá sobre la admisión


de los medios de prueba propuestos.

c. En su caso, se puede proponer ahora el incidente de recusación de peritos (arts. 662 y 663).

d. En el auto sobre admisión de las pruebas el juez debe señalar día para la vista o juicio oral en
sentido estricto, tiene en consideración la prioridad de otras causas y el tiempo que fuese
preciso para las citaciones y comparecencias de peritos y testigos, así como a la complejidad de
la causa y las dificultades probatorias inherentes a ella. Para que se dé auto de apertura del
juicio oral es necesario que la parte acusadora lo haya pedido. No se puede dictar de oficio por
el juez, por el principio acusatorio (art. 633).

e. En dicho auto, el juez ordenará: la citación de los peritos y de los testigos, la citación de las
partes y la conducción forzosa del acusado preso al lugar del juicio (art. 664).

f. La fecha señalada para la apertura de la vista puede sufrir un aplazamiento en el caso de que
las partes por motivos independientes a su voluntad, no tuvieran preparadas las pruebas
ofrecidas en sus respectivos escritos. Dado la vigencia del principio de aportación de pruebas de
oficio, esta suspensión puede ser acordada por iniciativa del propio tribunal.

TEMA 11
Conclusiones definitivas

El segundo acto procesal acusatorio es la calificación definitiva (arts. 732, 788.3 y 4 y 802.1
LECRIM). Constituye el segundo momento de interposición de la pretensión penal, y el último,
aunque en la práctica los informes finales también se aprovechan para acusar. Puede ser un acto
escrito u oral, si se han modificado las calificaciones provisionales o no (art. 732, II LECRIM).
De formularse por escrito, el contenido formal es el mismo que el estudiado para las
calificaciones provisionales, incluso en la posibilidad alternativa (v. art. 732, III, LECRIM). Si
la parte modifica las conclusiones, se suspende la vista durante el tiempo necesario para su
redacción (garantizado el principio de contradicción y derecho de defensa).

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En los procesos abreviados y en los juicios rápidos, se dispone expresamente un aplazamiento


de la sesión, hasta el límite de diez días, a petición de la defensa, con el fin de que pueda aportar
los elementos de descargo y probatorios que considere convenientes, conforme al art. 788.4
LECRIM. Esta norma no permite la suspensión en todo caso, sino únicamente cuando el cambio
resulte más perjudicial para el acusado, es decir, cuando la acusación modifique en conclusiones
definitivas la tipificación penal de los hechos, se aprecie un mayor grado de participación o de
ejecución, o circunstancias de agravación de la pena. A la actitud de la defensa, puede seguir a
su vez un ulterior cambio de conclusiones de la acusación (art. 788.4 «in fine» LECRIM).

Procedimiento. Las calificaciones definitivas se formulan una vez practicadas las diferentes
pruebas admitidas, en el acto de la vista (arts. 732, I, y 788.3 LECRIM).

Contenido. Las partes acusadoras pueden optar por: 1.°) Confirmación de la calificación,
elevando a definitivas las calificaciones provisionales. 2.o) Retirada de la acusación, que
significa pedir el MF o el acusador en su calificación definitiva la absolución del acusado. 3.o)
Modificación de la calificación provisional, mayor problemática, porque el objeto del proceso
tiene ya unos límites conformados, que no pueden traspasarse tampoco en lo esencial.

Esto significa que las partes pueden variar todas las conclusiones jurídicas formuladas
provisionalmente (v. gr., homicidio por asesinato), así como los hechos no fundamentales, que
dependen del caso concreto. Nunca pueden variar lo esencial de los hechos criminales acusados,
ni la persona del acusado

Efectos. 1.°) Petición de pena: el juez está vinculado por la calificación definitiva de la parte
acusadora, no pudiendo condenar por delito que lleve aparejada una pena más grave que la pena
fijada en la ley penal para el delito que las partes acusadoras hayan calificado. Únicamente es
posible condenar por delito más grave si el tribunal utiliza la tesis de desvinculación (art. 733
LECRIM).

En los procesos abreviados y juicios rápidos, la petición de pena puede conllevar un efecto
paralizador ulterior, si la calificación del delito obliga a todas las partes acusadoras a pedir una
pena que exceda de la competencia objetiva del JPe, pues en este caso, el órgano jurisdiccional
se declarará incompetente, dará por terminado el juicio y se remitirán las actuaciones a la
Audiencia competente (art. 788.5 LECRIM).

2.o) Petición de absolución. Pidiendo todas las partes acusadoras la absolución, si ello no
obstante el tribunal puede desvincularse utilizando la facultad de lart. 733 para condenar. El
órgano jurisdiccional puede someter a debate que en su opinión, por las razones que indique,
procede la condena y no la absolución. Pero únicamente podrá proceder efectivamente a
condenar, si la acusación reconsidera su postura y asume la tesis judicial.

El trámite del art. 733 Lecrim

El órgano jurisdiccional sentenciador puede discutir la tesis jurídica de la acusación, si


considera que ha calificado los hechos con manifiesto error y concurren los demás presupuestos
exigidos. Esta posibilidad, denominada doctrinalmente «tesis de desvinculación», se reconoce
en el art. 733 LECRIM, específicamente para el proceso por delitos más graves (Montero:
también en el proceso abreviado).

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Trata de resolver el problema de que, por ejemplo, calificados los hechos por el Ministerio
fiscal y los demás acusadores como un delito de homicidio, el tribunal, si entiende que al
contrario son constitutivos de un delito de asesinato, pueda hacérselo saber para que
reconsideren el título de acusación.

Constituye una excepción al principio acusatorio, porque éste exige la correlación entre
acusación y sentencia. Por tanto, el órgano jurisdiccional no puede en la sentencia calificar el
delito de forma tal que imponga una pena más grave a la que legalmente corresponda según la
tipificación efectuada por la acusación.

El tribunal queda vinculado por el objeto procesal, por lo que no puede resolver ni investigar
más allá del hecho punible denunciado. No obstante, se ha entendido que el juez puede llegar a
cambiar la calificación jurídica (principio de legalidad y iura novit curia), siempre y cuando no
se altere el núcleo esencial del hecho (el factum). El TS ha elaborado un catálogo de delitos en
los que es posible el cambio de calificación, que son los delitos homogéneos (aquellos en los
que el hecho fáctico en sentido esencial no ha cambiado, lo que han cambiado son cuestiones
accesorias). No obstante, el juez tiene que anunciar el cambio de calificación y someter a las
partes a la posibilidad de contradicción. Por tanto, el órgano jurisdiccional no está vinculado por
la calificación que hagan las partes en su acusación definitiva, así como tampoco por la pena
que se pida en virtud de dicha calificación, pues siempre puede desvincularse, para imponer la
pena que él considere justa conforme a la calificación que estime correcta, utilizando el art. 733.
El art. 733 se refiere solo a proceso ordinario, pero la doctrina entiende que debe extenderse
también al abreviado. También es aplicable la desvinculación en el juicio de faltas, en el rápido
y en los que se celebren ante el TJ.

Presupuestos.
1o. Que se trate de procesos incoados por delito público o semipúblico, excluyendo los procesos
por delito privado (en estos la parte acusadora sí dispone de la acción penal).

2o. Que a la vista de la prueba practicada, el hecho criminal haya sido calificado con manifiesto
error.

3o. Que en lo relativo a la pretensión civil el tribunal no puede decir absolutamente nada si se
ha calificado con manifiesto error, porque se trata de un proceso civil, y por tanto, rigen los
principios dispositivo y de oportunidad.

Efectos. Posible paralización por suspensión de la vista, cuando las partes pidan el
aplazamiento de 24 horas para estudiar la propuesta del tribunal. El planteamiento de la tesis
permite al órgano jurisdiccional, si es aceptada, condenar por el título más grave por él
sometido a debate, y la sentencia no dejará de ser congruente.

TEMA 12
La cosa juzgada penal

La cosa juzgada es la institución que sirve para que esa resolución y el proceso como un todo,
alcance el grado de certeza necesarios, primero, haciéndola irrevocable en el proceso en que se
ha dictado; segundo, dotándole de una impronta especial frente a cualquier otro proceso
presente o futuro. Es el valor que el ordenamiento da al producto de la actividad jurisdiccional,

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consistente en la subordinación a los resultados del proceso, por convertirse en irrevocable la


decisión del órgano judicial. También en el proceso penal cabe hablar de cosa juzgada formal o
firmeza, y de cosa juzgada material.

Firmeza (cosa juzgada formal).


La de cosa juzgada formal es la preclusión de los medios de impugnación respecto a una
resolución procesal penal (arts. 245.3 LOPJ y 141, V LECRIM). Se produce respecto a las
resoluciones penales.

Sin embargo, en la fase del procedimiento preliminar, es decir, en la instrucción, la cosa juzgada
formal presenta el problema de que hay resoluciones que se dictan en ella, que son impugnables
en definitiva mediante el recurso de queja simple o sin plazo (arts. 218 y concordantes
LECRIM). Ello no significa negar su existencia en la instrucción, pero tiene ciertamente un
carácter especial. Otra cosa es la invariabilidad de las resoluciones porque todas las
resoluciones sumariales son modificables si varían los presupuestos que fundamentaron su
aprobación.

Únicamente pueden ejecutarse las sentencias firmes (art. 985 LECRIM, en relación con los arts.
117.3 CE, y9, 861 bis a) y 794, entre otros LECRIM). No existe ninguna posibilidad de
ejecución provisional de los pronunciamientos penales de la sentencia (iría además contra el
principio de la presunción de inocencia).

La firmeza es presupuesto de la producción de la cosa juzgada material, que es la verdadera


cosa juzgada, según se afirma doctrinalmente.

La cosa juzgada material.


Concepto. La cosa juzgada material es la vinculación que produce en otro proceso penal la
resolución de

fondo firme. Se trata de un instituto procesal, consistente en un vínculo, de naturaleza jurídico-


pública, que obliga a los jueces a no juzgar de nuevo lo ya decidido y, derivadamente, a no
admitir controversias de las partes acerca de ello. En el proceso penal únicamente gozan de la
cosa juzgada material estos dos tipos de resoluciones: 1.a) Las sentencias, siempre de fondo en
este proceso, las absolutorias y las condenatorias. 2.a) Los autos de sobreseimiento libre.

Una diferencia importante respecto al proceso civil presenta la cosa juzgada material penal.
Consiste en que ésta únicamente tiene el efecto negativo, preclusivo o excluyente, no gozando
del efecto positivo o prejudicial. Ello significa, particularmente, que: a) Excluye, por ser
presupuesto procesal, tratado en la LECRIM como artículo de previo pronunciamiento, un
segundo juicio, y, en su caso, la posible condena al permitirse su reproducción en el acto del
juicio en el supuesto de haberse desestimado. Este efecto, que no es sino el principio «ne bis in
idem», significa la plasmación del principio de la prohibición de la doble incriminación,
garantía constitucional propia de los países democráticos Aunque no existe un reconocimiento
constitucional expreso, lo ha basado en el art. 25.1 CE, principio de legalidad penal.

b) En caso de existir más de un acusado, el fallo es para cada uno de ellos independiente del de
los demás, porque no hay vinculación prejudicial del contenido de la primera sentencia respecto
a las otras partes, ni respecto de otro acusado por el mismo hecho, ni del mismo acusado por un
hecho distinto, aun conexo del hecho juzgado o condicionado por él.

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Funciones o efectos de la cosa juzgada material:

I. Negativa o excluyente

La función negativa o excluyente, supone la exclusión de toda decisión jurisdiccional futura


entre las mismas partes y con el mismo objeto, es decir, sobre la misma pretensión. Es el
tradicional principio del non bis in ídem. Por lo tanto, una sentencia con efectos de cosa juzgada
ocasiona el efecto material, consistente en que no pueda volverse a plantear el mismo objeto
procesal en ningún proceso posterior. Si así sucediera, el imputado o el tribunal de oficio habrán
de apreciar la excepción de “cosa juzgada”. Por proceso “ulterior” hay que entender aquí tanto
los procesos penales como los administrativos de carácter sancionador, ya que también sobre
ellos extiende los efectos materiales la cosa juzgada penal. El problema surge a la hora de
determinar cuándo el objeto procesal de la sentencia y el del ulterior proceso es el mismo, o,
dicho en otras palabras, cuáles sean los límites subjetivos, objetivos y temporales de la cosa
juzgada material. En tal sentido, en el proceso penal, el TS tan sólo exige la identidad del
acusado y del hecho.

II. Positiva: prejudicial y ejecutoria.

GIMENO SENDRA. La función positiva o prejudicial es consecuencia de la anterior e implica


el deber de ajustarse a lo juzgado cuando haya de decidirse sobre una relación jurídica de la que
la sentencia anterior es condicionante o prejudicial. La cosa juzgada no opera aquí como
excluyente de la resolución de fondo posterior, sino que condiciona esta segunda decisión, y por
eso se habla también de función prejudicial. Según Gimeno Sendra el efecto prejudicial existe
solo que con la limitación subjetiva de que no despliega efectos hacia el acusador sino
únicamente hacia el acusado. En relación a la ejecutoriedad, Disponen los arts. 794 y 988.II
LECrim que, una vez ocasionada la firmeza de la Sentencia, se ejecutará de oficio, en
cumplimiento de lo dispuesto en el art. 117.3 CE: “Cuando una sentencia sea firme, con arreglo
a lo dispuesto en el art. 141 LECrim, lo declarará así el Juez o Tribunal que la hubiera dictado.
Hecha esta declaración, se procederá a ejecutar la sentencia aunque el reo esté sometido a otra
causa, en cuyo caso se le conducirá, cuando sea necesario desde el establecimiento penal en que
se halle cumpliendo la condena al lugar donde se esté instruyendo la causa pendiente” (art. 988
LECrim). En el proceso penal, y a diferencia del civil en donde la ejecución es siempre
voluntaria, la ejecución es de oficio. Esta regla, sin embargo, se circunscribe a la pretensión
penal y no a la civil que se sigue rigiendo por el principio dispositivo.

Resoluciones susceptibles de ella. 1. Resoluciones procesales: se produce la cosa juzgada


material si no existe posibilidad de subsanar el defecto procesal cuando la resolución sea un
auto. 2. Resoluciones cautelares: se ha negado a este tipo de resoluciones la cosa juzgada
material, porque establecen medidas variables según se modifiquen sus presupuestos. Pero aquí
la cuestión es otra distinta, pues lo que ocurre es que por el principio «rebus sic stantibus»,
permaneciendo las circunstancias tenidas en cuenta para adoptar la medida, ésta debe quedar
inalterable, modificándose si varían. Esta es la razón por la que la LECRIM permite modificar
las medidas coercitivas si varían los presupuestos.

Límites de la cosa juzgada. 1. Límites subjetivos: La cosa juzgada penal despliega sus efectos
en el aspecto subjetivo únicamente sobre la persona del acusado, de modo que quien haya sido
juzgado (condenado o absuelto), no puede volver a serlo ,dada la identidad objetiva también,

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que veremos a continuación. La persona del acusador no juega ningún papel en la identidad
subjetiva.

2. Límites objetivos: Son precisos, pero de una gran dificultad en cuanto al contenido, porque
los límites objetivos de la cosa juzgada material en el proceso penal son los hechos criminales,
tal y como aparecen descritos en la sentencia. Ni la calificación jurídica de ese hecho punible, ni
sus consecuencias jurídico- penales tienen repercusión alguna en cuanto a la delimitación
objetiva. La doctrina basa esta afirmación en el principio acusatorio, puesto que en su virtud se
exige que el hecho por el que se absuelve o condene a una persona sea el mismo que fue objeto
de la acusación, dándose los caracteres esenciales que lo identifican. Por ello, no se puede
proceder de nuevo por el mismo hecho contra la misma persona que ya hubiera sido juzgada por
él.

Impugnación de la cosa juzgada.

No son verdaderos recursos sino medios de impugnación de sentencias firmes:

1o. Revisión. Se regula fundamentalmente en los arts. 954 a 961 LECRIM. Se presenta ante el
TS. Es revisable toda sentencia firme y condenatoria dictada en proceso ordinario o especial por
delito del que haya conocido un tribunal español, cuando se cumplan seis motivos
taxativamente fijados:

· Contradictoriedad de sentencias: cuando las sentencias son tan contradictorias que una da de
ellas da a entender la inocencia de uno o de varios de los condenados en la otra.

· Supervivencia de la víctima en un homicidio.


· Condena por falsedad u otro delito.
· Nuevos hechos o pruebas que evidencian la inocencia del condenado. No es posible cuando
los nuevos hechos solamente implican la imposición de una pena menos grave.
· Duplicación de sentencias.
· Inconstitucionalidad de la ley penal. La sentencia que declare la inconstitucionalidad de una
ley penal permite revisar las sentencias penales firmes y condenatorias fundadas en dicha
norma.

2o. El recurso de anulación. Trae causa del procedimiento abreviado, no cabe en los demás
procedimientos, es el equivalente a la rescisión de sentencias firmes dictadas en ausencia del
rebelde en el proceso civil. En cuanto a la determinación de la competencia para conocer de este
recurso, ha habido problemas. El art. 793 no deja claro quién conoce del recurso. Se dicto un
acuerdo del TS para establecer que el órgano competente es el TS porque se trata de un medio
de rescisión de sentencias firmes.

TEMA 13

Tema 14 Juicios rápidos


INTRODUCCIÓN

El juicio rápido está regulado en los arts. 795 a 803 LECrim. Éste sí tiene singularidades y
bastantes novedades en relación con el procedimiento abreviado. Nosotros hemos explicado
el procedimiento ordinario y el abreviado, sobre todo viendo las diferencias entre uno y otro en
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cuanto a su estructura. Sin embargo, este proceso para el enjuiciamiento rápido de determinados
delitos –que es el nombre técnico- sí presenta más singularidades. Estos procesos para el
enjuiciamiento rápido de determinados delitos fueron creados por la Ley 38/2002, de 24 de
octubre. Esta Ley es fruto de un pacto para la justicia para la reforma del proceso penal que se
celebró entre las dos fuerzas políticas de ese momento (PP y PSOE).

Naturaleza jurídica de los juicios rápidos:

Fíjense que están en el Libro IV de la LECrim, que es el que está dedicado a los procesos
especiales. Pues bien, éste sí se considera un procedimiento especial, aunque sea uno de los
más aplicados en la práctica.

¿Cómo se configura un procedimiento especial a diferencia de lo que sería un procedimiento


ordinario?

Procedimiento por la materia,


- O bien por razón de las personas imputadas.
Pues el juicio rápido es un procedimiento especial por razón de la materia, porque sirve
para enjuiciar delitos flagrantes o delitos cuya instrucción se presume sencilla, y, además, se
establece un catálogo de hechos punibles que son los que con más frecuencia se dan en la
práctica (*por ej., se lleva por juicio rápido el robo, el hurto, el robo y el hurto de vehículos de
motor, delitos de lesiones, coacciones, amenazas contra los sujetos del art. 173.2 CP, delitos de
tráfico de drogas del art. 368 CP en aquellos casos de sustancias que no dañen gravemente a la
salud, etc.). Con lo cual ello lleva al legislador a decir que es un procedimiento especial, pero,
dado que cuantitativamente es el que más se utiliza, casi lo configura como un proceso
ordinario.

1.- ÁMBITO DE APLICACIÓN DE LOS JUICIOS RÁPIDOS


El ámbito de aplicación de los juicios rápidos viene establecido en el art. 795 LECrim que
establece unos requisitos:

- 1er criterio: Atendiendo a la gravedad de la pena: Por un juicio rápido, que es un


procedimiento especial, se van a instruir y enjuiciar delitos castigados con pena privativa de
libertad de hasta 5 años o penas restrictivas de otros derechos de hasta 10 años (*La pena de
multa SIEMPRE se tramita por procedimiento abreviado; lo digo porque aquí interviene el
Juzgado de lo Penal como órgano de enjuiciamiento, y si vamos a la competencia de los jueces
de lo penal en el art. 14.3 LECrim habla de: delitos castigados con pena privativa de libertad
de hasta 5 años, penas de otra naturaleza ya sean únicas, conjuntas o alternativas con el límite
de los 10 años, o pena de multa cualquiera que sea su cuantía y duración: ¡OJO!, repito, si
el delito de que se trata lleva aparejada pena de multa, siempre vamos a ir por
procedimiento abreviado).

- 2o requisito de carácter formal: Forma de iniciación: Este procedimiento se inicia


siempre en virtud de atestado policial, como consecuencia del cual haya un detenido –
investigado- que ha sido puesto a disposición judicial, o bien, como no procede la detención, se
le haya citado en calidad de denunciado para que comparezca ante el juzgado de guardia. Es
decir, no necesariamente tiene que ser detenido; recuerden que la detención procedería en los
supuestos que la Ley prevé en sus arts. 489 a 492. Por tanto, un procedimiento iniciado por
querella NUNCA se va a tramitar por juicio rápido aunque concurrieran el resto de
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circunstancias.
[Estos dos requisitos tienen que darse SIEMPRE, porque si no se excluye la posibilidad de
seguir un juicio rápido].
- 3o De los siguientes requisitos que se enumeran en ese art. 795.1 LECrim, basta con que
concurra uno de ellos:

o 1) Que sea un delito flagrante, y el propio precepto define qué se entiende por “delito
flagrante”: “A estos efectos, se considerará delito flagrante el que se estuviese cometiendo o se
acabare de cometer cuando el delincuente sea sorprendido en el acto. Se entenderá sorprendido
en el acto no sólo al delincuente que fuere detenido en el momento de estar cometiendo el
delito, sino también al detenido o perseguido inmediatamente después de cometerlo, si la
persecución durare o no se suspendiere mientras el delincuente no se ponga fuera del
inmediato alcance de los que le persiguen. También se considerará delincuente in fraganti
aquel a quien se sorprendiere inmediatamente después de cometido un delito con efectos,
instrumentos o vestigios que permitan presumir su participación en él.” (art. 795.1.1o LECrim).
(Hasta el momento en que se crearon los juicios rápidos se sabía lo que era un delito flagrante
porque la jurisprudencia del TS había elaborado la doctrina de los delitos flagrantes; y lo que se
hizo en ese art. 795 LECrim fue introducir un concepto de delito flagrante extraído de la
elaboración de la jurisprudencia, con lo cual ahora ya sí viene expresamente en la Ley qué se
entiende por “delito flagrante”).

o 2) Que el delito esté encuadrado en el listado de delitos que se contienen en ese artículo; o
*IMPORTANTE: ¡Ojo, con el primer delito que se enumera! = “a)Delitos de lesiones,
coacciones, amenazas o violencia física o psíquica habitual”, SIEMPRE Y CUANDO sean
cometidos contra personas a las cuales se refiere el art. 173.2 CP (tales como cónyuge,
pareja, expareja, etc.). Si no fueran contra esas personas, NO estaríamos en este supuesto. *Y
¡ojo! Por unas amenazas que no sean contra personas del art. 173.2 CP TAMPOCO se podría ir
por juicio rápido, porque son del TRIBUNAL DEL JURADO. Pero, por ejemplo, si se trata de
unas lesiones o unas coacciones que NO sean contra personas a las que se refiere el art. 173.2
CP sí que se podrían ir por juicio rápido, siempre y cuando se cumplan el resto de requisitos
mencionados anteriormente (pero NO por este delito enumerado en el listado del art. 795.1.2o
LECrim). El legislador eligió este listado de delitos porque son los más frecuentes, y por
razones de seguridad jurídica; por una razón de crítica social, de que se dejaban estos hechos
delictivos impunes y se pretendió que se agilizara y se enjuiciaran a través de esta vía de juicios
rápidos.

o 3) Que la instrucción se presuma sencilla, lo cual es un concepto jurídico indeterminado,


porque a priori puede parecer que la instrucción es sencilla, y cuando se empieza a investigar se
complica la cosa, y se puede acabar transformando el procedimiento en abreviado o en
ordinario o que se quede en nada y archivar.

*De éstos, basta con que concurra uno, aunque podrían concurrir los 3 (o sea que sea
flagrante, que la instrucción sea sencilla y que, además, encaje en el listado).

COMPETENCIA

- En fase de instrucción, es competente el juzgado de instrucción en funciones de guardia


(art. 797 LECrim). Los juzgados de violencia sobre la mujer también pueden celebrar

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juicios rápidos (art. 797 bis LECrim), el problema es que éstos NO hacen guardia, de manera
que pueden celebrar rápidos, pero según lo dispuesto en el art. 797 bis LECrim.

Artículo 797 bis. “1. En el supuesto de que la competencia corresponda al Juzgado de


Violencia sobre la Mujer, las diligencias y resoluciones señaladas en los artículos anteriores
deberán ser practicadas y adoptadas durante las horas de audiencia –es decir, entre las 8 y
las 15 horas, porque ellos no hacen guardia-. Y lo importante es lo que añade el art. 797
bis.2, párrafo 2o: 2. La Policía Judicial habrá de realizar las citaciones a que se refiere el
artículo 796, ante el Juzgado de Violencia sobre la Mujer, en el día hábil más próximo, entre
aquéllos que se fijen reglamentariamente. No obstante el detenido, si lo hubiere, habrá de ser
puesto a disposición del Juzgado de Instrucción de Guardia, a los solos efectos de regularizar
su situación personal, cuando no sea posible la presentación ante el Juzgado de Violencia
sobre la Mujer que resulte competente.

- Por ej., imagínense que el hecho ocurre un sábado por la mañana y detienen al sujeto; pues
bien, el sábado por la mañana no está abierto el juzgado de violencia sobre la mujer, de modo
que tendrán que ponerlo a disposición del juzgado de instrucción de guardia, el cual decidirá
cuál va a ser la situación personal del detenido (es decir, si le deja en libertad, si le manda a
prisión provisional, etc.), y, a partir del lunes, dictará un auto en el que se inhibe en favor del
juzgado de violencia sobre la mujer. Pero durante los fines de semana o festivos en que no está
abierto el juzgado de violencia sobre la mujer, esas actuaciones pasan al juzgado de instrucción
en funciones de guardia.

3. Para la realización de las citaciones antes referidas, la Policía Judicial fijará el día y la
hora de la comparecencia coordinadamente con el Juzgado de Violencia sobre la Mujer. A estos
efectos el Consejo General del Poder Judicial, de acuerdo con lo establecido en el artículo 110
de la Ley Orgánica del Poder Judicial, dictará los Reglamentos oportunos para asegurar esta
coordinación.”.

En resumen, la competencia en fase de instrucción la tiene: o bien el juzgado de instrucción en


funciones de guardia o el juzgado de violencia sobre la mujer. Por lo tanto, lo relevante aquí es
que en esta fase actúa el juzgado de instrucción en funciones de guardia (art. 797 LECrim). Y,
además, hay que tener en cuenta que el art. 87 LOPJ hubo que modificarlo cuando se crearon
los juicios rápidos para permitir que el juez de instrucción pudiera dictar sentencias de
conformidad. Hasta ese momento, en el año 2002 cuando se crearon los juicios rápidos, los
jueces de instrucción eran para investigar o instruir y para celebrar juicios de faltas, pero no
tenían competencia para dictar sentencias de conformidad. Con lo cual, cuando se promulgó la
Ley 38/2002, de 24 de octubre, que creó los juicios rápidos, se hizo también una modificación
de la LOPJ en su art. 87, para poder añadirle esa competencia a los juzgados de instrucción
para que pudieran dictar sentencias de conformidad, ya que, hasta ese momento, las únicas
sentencias que dictaban los jueces de instrucción eran las sentencias de los juicios de faltas.

- En fase de enjuiciamiento, es competente el juzgado de lo penal, lo cual se justifica con el


propio art. 14.3 LECrim, sin perjuicio de los preceptos de la LOPJ que hacen referencia a los
juzgados de lo penal.

FASES DEL JUICIO RÁPIDO En esto sí coincide con el procedimiento abreviado. Tiene 3
fases:

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-1a Fase: Fase de diligencias urgentes (llamadas diligencias previas en el abreviado y llamado
sumario en el procedimiento ordinario).
-2a Fase: Fase de preparación de juicio oral.
-3a Fase: Fase de Juicio Oral.

Lo determinante en los juicios rápidos es que las dos primeras fases hay que realizarlas
durante el servicio de guardia (art. 799 LECrim). La regla general es que las guardias en los
juzgados de instrucción sean guardias de permanencia y sean guardias que duren una semana.
Por tanto, todas las diligencias urgentes y la fase de preparación del juicio oral, si se pretende ir
por un juicio rápido, tienen que hacerse durante el servicio de guardia; no el juicio oral.
Artículo 799. “1. Las diligencias y resoluciones señaladas en los artículos anteriores deberán
ser practicadas y adoptadas durante el servicio de guardia del Juzgado de Instrucción. 2. No
obstante lo dispuesto, en aquellos partidos judiciales en que el servicio de guardia no sea
permanente y tenga una duración superior a veinticuatro horas, el plazo establecido en el
apartado anterior podrá prorrogarse por el Juez por un período adicional de setenta y dos
horas en aquellas actuaciones en las que el atestado se hubiera recibido dentro de las cuarenta
y ocho anteriores a la finalización del servicio de guardia.”.

Lo que caracteriza el juicio rápido es que es un procedimiento oral, público, inmediato y


concentrado; lo relevante, sobre todo, es la concentración porque las dos primeras funciones
se realizan ante el juzgado de instrucción de guardia, al igual que ocurría en el abreviado
(que era ante el juzgado de instrucción normal); porque recuerden que en el ordinario, el
sumario era ante el juzgado de instrucción, pero ya la fase intermedia era ante la AP. Lo singular
de este juicio rápido es que en la segunda fase de preparación de juicio oral se puede
producir la conformidad premiada sin que se tenga que llegar entonces al acto del juicio oral
ante el juzgado de lo penal. Por lo tanto, si se dicta sentencia de conformidad, en una semana,
que es lo que dura la guardia, se habrá obtenido dicha sentencia. Pero si el acusado no se
conforma o no se dan las circunstancias precisas para que se produzca esa conformidad,
entonces iremos al acto del juicio oral. Teóricamente, dice la Ley en el art. 800.3 que: “3. El
Secretario del Juzgado de Guardia hará el señalamiento para la celebración del juicio oral
en la fecha más próxima posible y, en cualquier caso, dentro de los quince días siguientes, en
los días y horas predeterminados a tal fin en los órganos judiciales enjuiciadores y ajustándose
a lo prevenido en el artículo 785.2 de la presente Ley. (...)”. Es decir, hay 2 posibilidades en el
juicio rápido:

1- Que haya diligencias previas y fase de preparación del juicio oral, y que en esta segunda fase
se conforme el acusado, en cuyo caso se dicta sentencia de conformidad y se termina todo;
todo ello dentro de una semana que dura la guardia;

2- O bien que el acusado no se conforme o que no se den las circunstancias para que pueda
existir esa conformidad, en cuyo caso habrá que pasar a la fase de juicio oral ante el juzgado
de lo penal; juicio oral como vista o audiencia pública en sentido estricto. Y, con arreglo a lo
dispuesto en ese art. 800.3 LECrim, el secretario judicial tiene que señalar el día del juicio oral
en el plazo más corto posible o, en todo caso, dentro de los 15 días siguientes.

2.- ACTUACIONES DE LA POLICÍA JUDICIAL (art. 796 LECrim)

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Las diligencias que realiza la policía judicial son anteriores a que el juez dicte un auto
incoando las diligencias urgentes, es decir, son anteriores al inicio del procedimiento judicial.
Las diligencias que puede realizar la policía son las que vienen enumeradas en el art. 796
LECrim, en el cual se dice que, una vez hechas por la policía, se evita que tengan que ser
reiteradas en las diligencias urgentes ante el juez. *Por ej., si ya la policía tomó declaración
a los testigos, a lo mejor el juez ya no tiene que tomar declaración a los testigos, salvo que lo
vea útil o necesario. O, por ej., si la policía en el caso del hurto mandó a peritar la cosa hurtada
para ver el valor que tiene, pues a lo mejor ya no hay que volver a realizar esa peritación. O,
por ej., si se ha incautado droga (teniendo en cuenta lo que decíamos antes del art. 368 CP), y
la policía la ha mandado ya a los laboratorios, y ya se tiene el resultado de ese análisis, se puede
evitar la duplicidad y la reiteración de diligencias una vez incoado el procedimiento. La
actuación de la Policía Judicial deviene en esencial, no sólo porque su actuación, a través del
atestado, es un presupuesto procesal para la incoación del procedimiento, sino porque la
instrucción requiere la actuación inmediata de la Policía Judicial para realizar determinadas
diligencias sin las cuales no sería posible la aplicación del proceso. Todas las diligencias
establecidas en el art. 796 LECrim que puede realizar la policía judicial las podemos
sistematizar de la siguiente manera:

a) Diligencias de carácter asistencial (art. 796.1.1o LECrim): Se establece que, si hay un


lesionado o herido, es la propia policía la que puede pedir al médico que le asiste que le
entregue el parte médico para unirlo al atestado policial (se le puede reconocer el valor de
prueba preconstituida), con lo cual se evita tener que estar esperando a que el médico lo tenga
que mandar luego al juzgado y que se dilate en el tiempo (“1.a Sin perjuicio de recabar los
auxilios a que se refiere el ordinal 1.a del artículo 770, solicitará del facultativo o del personal
sanitario que atendiere al ofendido copia del informe relativo a la asistencia prestada para su
unión al atestado policial. Asimismo, solicitará la presencia del médico forense cuando la
persona que tuviere que ser reconocida no pudiera desplazarse al Juzgado de guardia dentro
del plazo previsto en el artículo 799.”.). Ahora bien, esto no evita que, durante la guardia, el
médico forense examine al ofendido o examine a los lesionados, pero ya tiene el juez un previo
parte médico.

b) Diligencias vinculadas con el derecho de defensa (art. 796.1.2o LECrim). Evidentemente,


si le han detenido, le han leído sus derechos recogidos en el art. 520 LECrim. Pero para el caso
en que no haya procedido la detención, pues se le informa de que tiene derecho a comparecer
ante el juzgado de guardia asistido por letrado de su libre elección o del turno de oficio; y si no
manifiesta nada, pues la policía ya se pone en contacto con el Colegio de Abogados para que se
lo designen (“2.a Informará a la persona a la que se atribuya el hecho, aun en el caso de no
procederse a su detención, del derecho que le asiste de comparecer ante el Juzgado de guardia
asistido de abogado. Si el interesado no manifestare expresamente su voluntad de comparecer
asistido de abogado, la Policía Judicial recabará del Colegio de Abogados la designación de
un letrado de oficio.”).

c) Y, por último, toda una serie de diligencias en relación con la citaciones (art. 796.1.3o,
4o y 5o LECrim): Puede citar al denunciado en el caso de que no proceda su detención,
también citar a los testigos, ofendidos o perjudicados, y también se encargan de citar a las
compañías aseguradoras. Tengan en cuenta que en el catálogo de delitos está el robo y hurto de
uso de vehículos a motor, con lo cual también se citan a las compañías aseguradoras que puedan
ser responsables civiles (“3.a Citará a la persona que resulte denunciada en el atestado policial
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para comparecer en el Juzgado de guardia en el día y hora que se le señale, cuando no se haya
procedido a su detención. El citado será apercibido de las consecuencias de no comparecer a la
citación policial ante el Juzgado de guardia. 4.a Citará también a los testigos para que
comparezcan en el juzgado de guardia en el día y hora que se les indique, apercibiéndoles de
las consecuencias de no comparecer a la citación policial en el juzgado de guardia. No será
necesaria la citación de miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que hubieren
intervenido en el atestado cuando su declaración conste en el mismo. 5.a Citará para el mismo
día y hora a las entidades a que se refiere el artículo 117 del Código Penal – éste art. es el que
se refiere a las compañías aseguradoras-, en el caso de que conste su identidad.”).

d) Otras: diligencias periciales, pruebas de alcoholemia, informes de tasación de peritos en


determinados supuestos, averiguar la situación de riesgo y la existencia previa de otras
denuncias en los casos de violencia sobre la mujer.

El *plazo que tiene la policía judicial para realizar todas estas diligencias que van a plasmar
en el atestado policial el cual se va a entregar luego en el juzgado de guardia será: el tiempo
estrictamente necesario y, en todo caso, el tiempo que dure la detención, si la hubiese. Todo
ello con excepción de que si el imputado no hubiera sido detenido ni localizado, en cuyo caso el
plazo máximo será de 5 días.

3.-DILIGENCIAS EN EL JUZGADO DE GUARDIA

Una vez que ya la policía realiza esas diligencias, presenta el atestado ante el juzgado de
instrucción de guardia y se inicia ya propiamente el juicio rápido; por eso decíamos que toda
la actuación de la policía judicial era previa a las diligencias urgentes. Por tanto, el juzgado de
instrucción de guardia recibe el atestado policial, y, según dice el art. 797 LECrim, recibido el
atestado policial, si el juez de guardia lo considera oportuno y conveniente, hecha una primera
valoración jurídica, dicta auto incoando diligencias urgentes (contra el que no cabe
recurso). ¿Qué significa eso de que “si el juez de guardia lo considera oportuno”? Miren lo
que dice el artículo 797.1 LECrim: “1. El juzgado de guardia, tras recibir el atestado policial,
junto con los objetos, instrumentos y pruebas que, en su caso, lo acompañen, incoará, si
procede, diligencias urgentes.(...)”. Pues bien, resulta que a lo mejor al juez le parece que el
hecho de que se trate no debe ir por juicio rápido. Por tanto, es como una primera valoración
que hace el juez de si procede o no incoar un juicio rápido. Con eso de “si procede”, el juez
se va a ceñir a examinar si entra dentro del ámbito de aplicación del art. 795 LECrim que
veíamos antes; esto es, si encaja en la pena del juzgado de lo penal, que haya atestado policial, y
las otras circunstancias (flagrancia, que la instrucción se presuma sencilla o si el delito está en
el listado). Dentro de estas diligencias urgentes, el juez va a realizar dos diligencias
obligatoriamente; y, luego, hay otras que son de carácter facultativo y que las realizará si
considera que son útiles y necesarias. *Además, una vez incoado, el Juez de guardia practicará
una prueba sumarial anticipada, cuando fuere de temer razonablemente que una prueba no
podrá practicarse en el juicio oral, o pudiera motivar su suspensión, garantizando la
contradicción de las partes y documentándola en soporte de vídeo, reproduciéndose
posteriormente en el juicio oral o bien leyéndose la diligencia.

Las 2 diligencias urgentes que siempre tiene que realizar el órgano jurisdiccional son:
i) En primer lugar, pedir los antecedentes penales de la persona detenida o, si no ha sido
detenida porque no procedía, de la persona que ha sido citada para que comparezca en
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calidad de investigado porque ha sido denunciado (art. 797.1.1o LECrim). Las razones por las
cuales SIEMPRE se tienen que solicitar los antecedentes penales: primero, para el tema de la
reincidencia; segundo, para el tema de la suspensión de la ejecución de la condena (ya que si es
delincuente primario o ha sido condenado por primera vez se le puede aplicar la

suspensión de la ejecución; si no, no), y, tercero, para graduar la extensión de la pena (art. 66
CP).
ii) Y, en segundo lugar, tomar declaración a esa persona (art. 797.1.3o LECrim). Aquí en la
toma de declaración es relevante, y veremos que hace remisión al art. 775 LECrim. Cuando
vimos el procedimiento abreviado hablamos del art. 775 LECrim, que se refiere a la primera
comparecencia que hace el investigado en el procedimiento abreviado ante el juez de
instrucción, donde, además de tomarle declaración, tenía que designar un domicilio en España o
el domicilio de otra persona a efectos de las notificaciones y citaciones.

*Estas son las 2 diligencias que obligatoriamente tiene que practicar el juez de instrucción en
funciones de guardia, después de dictar el auto incoando diligencias urgentes.

Artículo 797. “1. El juzgado de guardia, tras recibir el atestado policial, junto con los objetos,
instrumentos y pruebas que, en su caso, lo acompañen, incoará, si procede, diligencias
urgentes. Contra este auto no cabrá recurso alguno. Sin perjuicio de las demás funciones que
tiene encomendadas, practicará, cuando resulten pertinentes, las siguientes diligencias, en el
orden que considere más conveniente o aconsejen las circunstancias, con la participación
activa del Ministerio Fiscal:

1.a Recabará por el medio más rápido los antecedentes penales del detenido o persona
investigada. = ÉSTA ES OBLIGATORIA, mientras que LAS DEMÁS SON
FACULTATIVAS excepto la de TOMARLE DECLARACIÓN

2.a Si fuere necesario para la calificación jurídica de los hechos imputados: a) Recabará, de
no haberlos recibido, los informes periciales solicitados por la Policía Judicial. b) Ordenará,
cuando resulte pertinente y proporcionado, que el médico forense, si no lo hubiese hecho con
anterioridad, examine a las personas que hayan comparecido a presencia judicial y emita el
correspondiente informe pericial. c) Ordenará la práctica por un perito de la tasación de
bienes u objetos aprehendidos o intervenidos y puestos a disposición judicial, si no se hubiese
hecho con anterioridad.

3.a Tomará declaración al detenido (ESTA TAMBIÉN ES OBLIGATORIA) puesto a


disposición judicial o a la persona que, resultando investigada por los términos del atestado,
haya comparecido a la citación policial, en los términos previstos en el artículo 775. Ante la
falta de comparecencia del investigado a la citación policial ante el Juzgado de guardia, podrá
éste aplicar lo previsto en el artículo 487.

4.a Tomará declaración a los testigos citados por la Policía Judicial que hayan comparecido.
Ante la falta de comparecencia de cualquier testigo a la citación policial ante el Juzgado de
guardia, podrá éste aplicar lo previsto en el artículo 420

5.a Llevará a cabo, en su caso, las informaciones previstas en el artículo 776.


6.a Practicará el reconocimiento en rueda del investigado, de resultar pertinente y haber
comparecido el testigo. 7.a Ordenará, de considerarlo necesario, el careo entre testigos, entre
testigos e investigados o investigados entre sí.
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8.a Ordenará la citación, incluso verbal, de las personas que considere necesario que
comparezcan ante él. A estos efectos no procederá la citación de miembros de las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad que hubieren intervenido en el atestado cuya declaración obre en el
mismo, salvo que, excepcionalmente y mediante resolución motivada, considere imprescindible
su nueva declaración antes de adoptar alguna de las resoluciones previstas en el artículo
siguiente.

9.a Ordenará la práctica de cualquier diligencia pertinente que pueda llevarse a cabo en el
acto o dentro del plazo establecido en el artículo 799. (...).”. Se trata de un numerus apertus.

¿Y si no comparece el citado en calidad de denunciado? Porque si le detuvieron no hay


problema en el sentido de que ya la policía le lleva ante el juzgado de instrucción de guardia;
pero si no procedió su detención sino que simplemente se le citó para que compareciera
ante el juzgado de instrucción de guardia en calidad de denunciado y no va, en ese caso si
ha sido citado en legal forma para que comparezca ante el juzgado de instrucción en funciones
de guardia en calidad de denunciado o investigado, la no comparecencia sin alegar justa
causa da lugar a que el juez dicte orden de detención, tal y como establece el art. 487
LECrim. Artículo 487. “Si el citado, con arreglo a lo prevenido en el artículo anterior, no
compareciere ni justificare causa legítima que se lo impida, la orden de comparecencia podrá
convertirse en orden de detención.”.

El resto de las diligencias que se enumeran en ese art. 797 LECrim son casi las que ya ha hecho
la policía, y todas llevan la coletilla “si lo considerara necesario”, es decir, sólo si considera
que son insuficientes las realizadas por la policía y también por otra razón, y es que si se le han
dado todas esas nuevas facultades a la policía judicial, reproducir actuaciones innecesarias
atenta contra el principio de economía procesal, el cual no se refiere a gastos económicos, sino a
no reproducir dos actos cuando van a tener el mismo resultado. El juez de Guardia podrá
disponer de estas diligencias siempre que se respeten 2 límites: 1. Límite material: la diligencia
debe ser pertinente, necesaria y útil (311.1) 2. Límite temporal: debe realizarse dentro del plazo
preclusivo del servicio de Guardia. (797.1 9o y 799).

4.- PREPARACIÓN DEL JUICIO ORAL

Realizadas estas diligencias urgentes, se sigue con la celebración de 2 comparecencias: 1.-


Una es la comparecencia del art. 798.
2.- Y la otra es la comparecencia del art. 800.

Son dos comparecencias que van sucesivas en el tiempo, y las dos son orales y persiguen
finalidades totalmente distintas. Estas dos comparecencias se celebran en la fase de
preparación del juicio oral, pero seguimos estando ante el juez de instrucción de guardia; por
eso decíamos lo de la concentración y la continuidad.

*Una cuestión que no hemos señalado hasta ahora: ¿Qué partes están actuando aquí?

• Está el MF constituido en el servicio de guardia;

• El acusado;

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• Y también puede haberse constituido la acusación particular (aunque en la práctica no es


muy frecuente, porque
piensen en los cortos plazos de tiempo que hay).

* En cuanto al plazo: tanto la instrucción concentrada como la fase intermedia se realizan en el


plazo preclusivo de duración del servicio de guardia de 7 días. * En cuanto a la forma: Se
consagra el principio de oralidad, sin perjuicio de que deban documentarse.

Decimos esto porque, a partir de que se incoan diligencias urgentes, se piden los
antecedentes penales y se toma declaración al detenido o a la persona que está siendo
investigada, el juez va a continuar adelante siempre con la presencia del fiscal, del acusado y
de la acusación particular si está constituida.

1-En cuanto a la primera comparecencia del art. 798 LECrim, después de tomada la
declaración, el juez oralmente en el servicio de guardia, junto con el secretario judicial + el MF
+ el acusador particular si lo hay + el investigado, tiene que dar la palabra a las partes (MF,
acusador particular y al investigado) para que se manifiesten sobre 2 cuestiones:

→ Primero, sobre si consideran que es adecuado y debe seguirse por el procedimiento


de juicio rápido; y

→ Segundo, que las partes soliciten al juez las medidas cautelares (personales y
reales) que consideren oportunas (pueden pedir, por ej., la prisión provisional, o la privación del
permiso de conducir, o una orden de
alejamiento, etc.).
a) En cuanto a si el procedimiento que se está siguiendo es adecuado, caben 3 posibilidades.
Es decir, que, después de escuchar lo que las partes le digan, el juez de instrucción de guardia
resuelva:

- en primer lugar, que sigue adelante con este procedimiento de juicio rápido,
confirmando, por tanto, las diligencias urgentes, y dictando auto de imputación, que es
exactamente el mismo que en el procedimiento abreviado. En él hay que indicar: cuál es el
hecho punible y la persona a la cual se está imputando ese hecho delictivo. Por tanto, el primer
pronunciamiento va en relación con el procedimiento. Este auto es irrecurrible y contiene la
imputación, como hemos dicho.

- La segunda opción en relación con el procedimiento es que diga que hay que
transformar las diligencias urgentes en diligencias previas, en cuyo caso se transforma en
procedimiento abreviado, por considerar que las diligencias son insuficientes o por considerar
que las diligencias que hay que practicar son más complicadas y que excederían de lo que es un
turno de servicio de guardia. Aquí sí se sigue adelante con el procedimiento, pero con un
procedimiento abreviado. No cambiaría la competencia, porque el que va a continuar adelante
sigue siendo el juez de instrucción; dejará de estar de guardia, pero se va a quedar con estas
diligencias, porque, una vez que se le acabe la guardia, no se las pasa al siguiente, sino que esas
diligencias se las queda él, aunque haga un cambio de procedimiento.

- O, incluso, puede dictar cualquiera de las resoluciones del art. 779 LECrim, que se
refiere a las resoluciones por las cuales acababan las diligencias previas en un procedimiento
abreviado: 1) sobreseyendo la causa; 2) diciendo que el hecho es constitutivo de delito leve; 3)
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considerar que el hecho punible corresponde a la jurisdicción militar; 4) o que el hecho


corresponde a menores.
b) En cuanto a las medidas cautelares –que es la 2a petición que hicieron las partes en la
primera comparecencia-, el juez dictará un segundo auto adoptando las medidas que
procedan (por ej., si procede libertad provisional, si procede fianza o sin fianza, si procede
mandar a prisión provisional, etc.). Este auto de medidas cautelares es recurrible: primero en
reforma, y luego en apelación, o directamente apelación (son los recursos del art. 766 LECrim).
*Son dos autos distintos:

- Uno, sobre el tema del procedimiento, y

- otro, sobre el tema de las medidas cautelares, acordándolas o denegándolas

2-A continuación -o sea, nos referimos a que todo se hace en la guardia seguido, NO hay
interrupción, de manera que las 2 comparecencias van seguidas una tras de otra–, se procede a
la celebración de la segunda comparecencia del art. 800 LECrim (que también se celebra en
fase de preparación del juicio oral). Partimos de que hemos llegado a la segunda comparecencia
porque se ha dictado el primer auto confirmando las diligencias urgentes y siguiendo adelante
con el juicio rápido. Es decir, si se acordó seguir por el juicio rápido, en ese mismo acto, en la
segunda comparecencia del art. 800
LECrim hay que resolver sobre si se abre juicio oral o se sobresee la causa. Le dan la
palabra al fiscal, a la acusación particular si la hay y a la defensa del investigado, para que se
pronuncien sobre si quieren que se abra juicio oral o que se sobresea la causa. Ante esa petición
que hagan las partes, el juez tiene que resolver dictando auto de apertura de juicio oral o auto de
sobreseimiento, ya sea libre o provisional.

- Si el juez instructor de guardia opta por el sobreseimiento, aquí es aplicable todo


lo que hemos dicho hasta ahora (sobreseimiento libre o sobreseimiento provisional por los
motivos que estudiamos en su momento). Lo relevante es que si se decreta el sobreseimiento
de la causa, eso es recurrible; aquí se aplican los recursos del art. 766: primero en reforma y
supletoriamente en apelación, o directamente en apelación.

- Si se dicta auto de apertura de juicio oral, esa resolución es irrecurrible.


(*Los arts. 782 y 783 LECrim a que remite el art. 800 son normas de procedimiento abreviado).
Artículo 800. “1. Cuando el Juez de guardia hubiere acordado continuar este procedimiento,
en el mismo acto – POR ESO DECIMOS “A CONTINUACIÓN”, porque todo es
concentrado y oral- oirá al Ministerio Fiscal y a las partes personadas para que se
pronuncien sobre si procede la apertura del juicio oral o el sobreseimiento y para que, en su
caso, soliciten o se ratifiquen en lo solicitado respecto de la adopción de medidas cautelares.
En todo caso, si el Ministerio Fiscal y el acusador particular, si lo hubiera, solicitaren el
sobreseimiento, el Juez procederá conforme a lo previsto en el artículo 782. Cuando el
Ministerio Fiscal o la acusación particular soliciten la apertura del juicio oral, el Juez de
guardia procederá conforme a lo previsto en el apartado 1 del artículo 783, resolviendo
mediante auto lo que proceda. Cuando se acuerde la apertura del juicio oral, dictará en forma
oral auto motivado, que deberá documentarse y no será susceptible de recurso alguno.
2. Abierto el juicio oral, si no se hubiere constituido acusación particular, el Ministerio Fiscal
presentará de inmediato su escrito de acusación, o formulará ésta oralmente. El acusado, a la
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vista de la acusación formulada, podrá en el mismo acto prestar su conformidad con arreglo a
lo dispuesto en el artículo siguiente. En otro caso, presentará inmediatamente su escrito de
defensa o formulará ésta oralmente, procediendo entonces el Secretario del Juzgado de
Guardia sin más trámites a la citación de las partes para la celebración del juicio oral. Si el
acusado solicitara la concesión de un plazo para la presentación de escrito de defensa, el
Juez fijará prudencialmente el mismo dentro de los cinco días siguientes, atendidas las
circunstancias del hecho imputado y los restantes datos que se hayan puesto de manifiesto en la
investigación, procediendo en el acto el Secretario judicial a la citación de las partes para la
celebración del juicio oral y al emplazamiento del acusado y, en su caso, del responsable civil
para que presenten sus escritos ante el órgano competente para el enjuiciamiento. 3. El
Secretario del Juzgado de Guardia hará el señalamiento para la celebración del juicio oral en
la fecha más próxima posible y, en cualquier caso, dentro de los quince días siguientes, en los
días y horas predeterminados a tal fin en los órganos judiciales enjuiciadores y ajustándose a
lo prevenido en el artículo 785.2 de la presente Ley. A estos efectos, el Consejo General del
Poder Judicial, de acuerdo con lo establecido en el artículo 110 de la Ley Orgánica del Poder
Judicial, dictará los Reglamentos oportunos para la ordenación, coordinadamente con el
Ministerio Fiscal, de los señalamientos de juicios orales que realicen los Juzgados de guardia
ante los Juzgados de lo Penal. También se acordará la práctica de las citaciones propuestas
por el Ministerio Fiscal, llevando a cabo en el acto el Secretario judicial las que sean posibles,
sin perjuicio de la decisión que sobre la admisión de pruebas adopte el órgano enjuiciador.
4. Si se hubiere constituido acusación particular que hubiere solicitado la apertura del juicio
oral y así lo hubiere acordado el Juez de guardia, éste emplazará en el acto a aquélla y al
Ministerio Fiscal para que presenten sus escritos dentro de un plazo improrrogable y no
superior a dos días. Presentados dichos escritos ante el mismo Juzgado, procederá éste de
inmediato conforme a lo dispuesto en el apartado 2. (Ya no es oral ni inmediata, como lo sería
si no hubiese acusación particular).
5. Si el Ministerio Fiscal no presentare su escrito de acusación en el momento establecido en el
apartado 2 o en el plazo establecido en el apartado 4, respectivamente, el Juez, sin perjuicio de
emplazar en todo caso a los directamente ofendidos y perjudicados conocidos, en los términos
previstos en el apartado 2 del artículo 782, requerirá inmediatamente al superior jerárquico del
Fiscal para que, en el plazo de dos días, presente el escrito que proceda. Si el superior
jerárquico tampoco presentare dicho escrito en plazo, se entenderá que no pide la apertura de
juicio oral y que considera procedente el sobreseimiento libre.
6. Una vez recibido el escrito de defensa o precluido el plazo para su presentación, el órgano
enjuiciador procederá conforme a lo previsto en el apartado 1 del artículo 785, salvo en lo
previsto para el señalamiento y las citaciones que ya se hubieran practicado. 7. En todo caso,
las partes podrán solicitar al Juzgado de guardia, que así lo acordará, la citación de testigos o
peritos que tengan la intención de proponer para el acto del juicio, sin perjuicio de la decisión
que sobre la admisión de pruebas adopte el órgano enjuiciador.”

5.- JUICIO ORAL


Si se dicta auto de apertura del juicio oral, tenemos que distinguir 2 situaciones distintas:

A) QUE COMO PARTE ACUSADORA SÓLO ESTÉ EL MF (art. 800.2). Si se dicta auto
de apertura de juicio oral, en ese mismo momento, el fiscal tiene que presentar su escrito de
acusación, bien por escrito o bien oralmente (porque recuerden los plazos tan perentorios que
tenemos). ¡Ojo, seguimos en la comparecencia del art. 800 LECrim! De ese escrito de
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acusación se le da traslado a la persona investigada, para que presente su escrito de defensa


o se conforme, ésta es la conformidad premiada del art. 801 (el premio es que te rebajan un
tercio de la pena). En caso de conformidad, y en caso de que concurran los requisitos del 801, el
juez de guardia dictará sentencia de conformidad, decidiendo sobre la suspensión o no de la
ejecución de la sentencia y remitiendo las actuaciones al Juzgado de lo Penal para su ejecución.
Se prevé la posibilidad de que a la defensa le parezca que tiene muy poco tiempo para
formular su escrito de defensa, pudiendo pedir un plazo máximo de hasta 5 días; con lo cual
se excedería del servicio de la guardia, y el escrito de defensa ya no lo presenta ante el
juzgado de instrucción de guardia, sino que se presenta ante el juzgado de lo penal (art.
800.2, párrafo 2o). Ya tenemos los escritos de acusación y de defensa, con lo cual, lo que
queda es que el secretario judicial cite a las partes para la celebración del juicio oral en el
juzgado de lo penal (que era lo que veíamos antes de los 15 días). Se realizarán también las
citaciones propuestas y a los peritos y testigos que las partes hayan propuesto. En caso de
suspensión se deberá señalar fecha para su celebración en el plazo más breve posible y en todo
caso, dentro de los 15 días siguientes. En esta fase del juicio oral, siguiendo las reglas del
procedimiento abreviado, también será posible la conformidad, pero no premiada. La premiada
solo cabe como hemos dicho más arriba en la formulación del escrito de defensa.

B) QUE COMO PARTES ACUSADORAS ESTÉN EL MF Y LA ACUSACIÓN


PARTICULAR CONSTITUIDA (art. 800.4): En este caso, presentarán ambos sus escritos de
acusación en el plazo de 2 días y ya se cita para la celebración del juicio oral ante el juzgado de
lo penal. Aquí, el escrito de defensa se presentará ya también ante el juzgado de lo penal. Con lo
cual, si tenemos al MF y a la acusación particular, NO cabe la conformidad premiada
(*porque la conformidad premiada únicamente existe cuando sólo tenemos al MF como parte
acusadora), pero sí cabe que se conforme, en su escrito de defensa, con la pena más grave
solicitada por la acusación, PERO sin las rebajas.

6.- SENTENCIA Y MEDIOS DE IMPUGNACIÓN

Si no hubo conformidad, teniendo como parte acusadora sólo al MF, y hay que celebrar
juicio oral, nos vamos al juzgado de lo penal para celebrar el mismo. Si se fijan en lo que dice
el art. 802, es un juicio oral exactamente igual que en el procedimiento abreviado. De hecho,
remite a las normas reguladoras del procedimiento abreviado. En este caso, sí podría estar
ausente el acusado en el acto del juicio oral, e igualmente se pueden plantear cuestiones
previas al inicio del juicio, porque remite, como hemos dicho, a las mismas normas del
procedimiento abreviado. Y, además, si hay juicio oral, la sentencia se dicta dentro de los 3
días siguientes a la celebración de la vista. Podrá dictarse verbalmente, sin perjuicio de la
documentación del fallo y una sucinta motivación mediante la fe del Secretario o en anexo del
acta, y sin perjuicio de la posterior redacción de la misma. *La diferencia es que en el abreviado
la sentencia se dicta en 5 días; pero el juicio oral ante el juzgado de lo penal en el juicio rápido
sería exactamente igual que el juicio oral ante el juzgado de lo penal si estuviéramos en un
procedimiento abreviado. Adquirida firmeza la sentencia, se procederá a su ejecución por el
órgano que la hubiese dictado. Artículo 802. “1. El juicio oral se desarrollará en los términos
previstos por los artículos 786 a 788 –Esto es cómo se celebra un juicio oral en un
procedimiento abreviado-”. 2. En el caso de que, por motivo justo valorado por el Juez, no
pueda celebrarse el juicio oral en el día señalado, o de que no pueda concluirse en un solo
acto, señalará fecha para su celebración o continuación el día más inmediato posible y, en todo
caso, dentro de los quince siguientes, teniendo en cuenta las necesidades de la agenda
programada de señalamientos y las demás circunstancias contenidas en el artículo 182.4 de la
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Ley de Enjuiciamiento Civil y artículo 785 de la presente Ley, lo que se hará saber a los
interesados. 3. La sentencia se dictará dentro de los tres días siguientes a la terminación de la
vista, en los términos previstos por el artículo 789.

Si se dicta sentencia verbalmente, el Fiscal y las partes, conocido el fallo, expresar su decisión
de no recurrir, convirtiéndose la sentencia en firme. Finalizado el juicio por esa sentencia
dictada por el juez de lo penal, la misma es recurrible en apelación ante la AP (o ante la sala
de lo penal de la AN cuando se dicta por el juez central de lo penal) y, si cabe, recurso de
casación ante el TS (art. 803 LECrim). Además, cabe recurso de revisión y recurso de
anulación especifico en caso de que la sentencia se haya dictado con el acusado en rebeldía. En
la práctica, lo que suele ocurrir es que el acusado no se conforma con la premiada, y espera al
acto del juicio oral para conformarse, que ya sería conformidad normal donde ya no hay premio
ni rebaja. Con lo cual hay 3 momentos procesales distintos para poder conformarse:

- Ante el juzgado de instrucción de guardia cuando sólo esté el MF, que es la conformidad
premiada del art. 801.
- Ante el juzgado de instrucción de guardia cuando al acusado le dan traslado para que formule
su escrito de defensa, que ya sería conformidad normal.
O al inicio del juicio oral ante el Juzgado de lo penal, que también sería conformidad normal.

7.- CONFORMIDAD PREMIADA DEL ART. 801 LECrim

Para que proceda la conformidad premiada, según establece el art. 801, tienen que darse los
siguientes requisitos:

1. Que sólo esté constituida como parte acusadora el MF (*En un juicio rápido
normalmente no hay nunca acusación popular por los plazos tan cortos).

2. Que la pena pedida por el MF, si es pena privativa de libertad, NO puede ser superior a 3
años, o pena de otra naturaleza no superior a 10 años.

3. Que la pena pedida por el MF, una vez reducida en un tercio, no supere los 2 años de
prisión.

El beneficio en esta conformidad premiada está en que, siendo la pena pedida por el MF pena
privativa de libertad de hasta 3 años, se rebaje un tercio la pena para que la pena final con la
cual se va a conformar el acusado se quede en 2 años o menos, de tal manera que se permita
el beneficio de la suspensión de la ejecución de la condena. Esto debemos ponerlo en
relación con el art. 81 CP, conforme al cual para que se pueda aplicar la suspensión de la
ejecución de la condena se necesita que:

- Sea delincuente primario,

- sin antecedentes penales,


- que se le condenara a pena privativa de libertad de 2 años o menos,
- y tener satisfechas las responsabilidades civiles (a veces, si no las tiene satisfechas, se admite
que se comprometa a pagarlas en los plazos que se le fijen).

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Así, se dictará sentencia de conformidad y el tribunal se pronunciará también sobre la


suspensión de la ejecución de la condena. El artículo también dice que el juez vigilará que se
cumplan los requisitos de la conformidad y dictará sentencia de conformidad oralmente. Aquí si
se fijan, no se ha celebrado juicio propiamente; es decir: pasamos de las diligencias urgentes a
la fase de preparación, y en esa segunda comparecencia del art. 800 LECrim, abierto juicio oral
y presentado el escrito de acusación, si se conforma, pues tiene aplicación esa conformidad
premiada. Las sentencias de conformidad no son recurribles, salvo que presenten defectos o
errores formales, porque ello iría contra los propios actos. Y dado que no es recurrible,
inmediatamente dictada la sentencia, que se hace de viva voz, se convierte en firme y se
comienza con la ejecución. La ejecución en cuanto a la satisfacción de las responsabilidades
civiles puede ser que ya el sujeto las tenga pagadas y, si no, lo que se hace es una especie de
programa de pago.

Artículo 801. “1. Sin perjuicio de la aplicación en este procedimiento del artículo 787, el
acusado podrá prestar su conformidad ante el juzgado de guardia y dictar éste sentencia de
conformidad, cuando concurran los siguientes requisitos: 1.o Que no se hubiera constituido
acusación particular y el Ministerio Fiscal hubiera solicitado la apertura del juicio oral y, así
acordada por el juez de guardia, aquél hubiera presentado en el acto escrito de acusación. 2.o
Que los hechos objeto de acusación hayan sido calificados como delito castigado con pena de
hasta tres años de prisión, con pena de multa cualquiera que sea su cuantía (-¡Ojo! Se refiere
a pena de multa anexa a otra principal, NO pena de multa sola, sino cuando se trate de
una pena + una multa conjuntamente-) o con otra pena de distinta naturaleza cuya duración
no exceda de 10 años. 3.o Que, tratándose de pena privativa de libertad, la pena solicitada
o la suma de las penas solicitadas no supere, reducida en un tercio, los dos años de prisión.
2. Dentro del ámbito definido en el apartado anterior, el juzgado de guardia realizará el control
de la conformidad prestada en los términos previstos en el artículo 787 y, en su caso, dictará
oralmente sentencia de conformidad que se documentará con arreglo a lo previsto en el apartado
2 del artículo 789, en la que impondrá la pena solicitada reducida en un tercio, aun cuando
suponga la imposición de una pena inferior al límite mínimo previsto en el Código Penal. Si el
fiscal y las partes personadas expresasen su decisión de no recurrir, el juez, en el mismo acto,
declarará oralmente la firmeza de la sentencia y, si la pena impuesta fuera privativa de libertad,
resolverá lo procedente sobre su suspensión o sustitución. 3. Para acordar, en su caso, la
suspensión de la pena privativa de libertad bastará, a los efectos de lo dispuesto en el artículo
81.3.a del Código Penal, con el compromiso del acusado de satisfacer las responsabilidades
civiles que se hubieren originado en el plazo prudencial que el juzgado de guardia fije.
Asimismo, en los casos en que de conformidad con el artículo 87.1.1.a del Código Penal sea
necesaria una certificación suficiente por centro o servicio público o privado debidamente
acreditado u homologado de que el acusado se encuentra deshabituado o sometido a tratamiento
para tal fin, bastará para aceptar la conformidad y acordar la suspensión de la pena privativa de
libertad el compromiso del acusado de obtener dicha certificación en el plazo prudencial que el
juzgado de guardia fije. 4. Dictada sentencia de conformidad y practicadas las actuaciones a que
se refiere el apartado 2, el Juez de guardia acordará lo procedente sobre la puesta en libertad o
el ingreso en prisión del condenado y realizará los requerimientos que de ella se deriven,
remitiendo el Secretario judicial seguidamente las actuaciones junto con la sentencia redactada
al Juzgado de lo Penal que corresponda, que continuará su ejecución. 5. Si hubiere acusador
particular en la causa, el acusado podrá, en su escrito de defensa, prestar su conformidad con la
más grave de las acusaciones según lo previsto en los apartados anteriores.”.

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Esta conformidad es en cualquier caso condicionada, por cuando es necesario: - obtener el


compromiso del acusado para satisfacer las responsabilidades civiles que se hubiesen originado
en el plazo fijado al respecto, - obtener la certificación suficiente por centro adecuado de que el
acusado se encuentra deshabituado o sometido al tratamiento para tal fin. El incumplimiento de
estos compromisos da lugar a que se dicte auto por el que se imponga la pena sin reducción.
Dictada la sentencia de forma oral por el Juez de Guardia, acordará éste lo procedente acerca de
la puesta en libertad o el ingreso en prisión del condenado. En este sentido se ha constatado que
los imputados no se conforman en la guardia, porque el hecho de que un juicio rápido se celebre
dos años más tarde va a constituir una atenuante por dilaciones indebidas, con lo cual tiene la
opción de conformarse o bien esperar a que se celebre el juicio, en el cual es posible que no se
desvirtúe la presunción de inocencia.

TEMA 15. PROCESO ANTE EL TRIBUNAL DEL JURADO


El proceso ante el Tribunal del Jurado.- La Constitución de 1978 proclama en su artículo 125
que “los ciudadanos podrán participar en la Administración de Justicia mediante la institución
del Jurado, en la forma y con respecto a aquellos procesos penales que la ley determine”. El
precepto constitucional ha sido objeto de desarrollo legislativo a través de la Ley Orgánica
5/1995, de 22 de mayo, del Tribunal del Jurado, cuya característica fundamental es que opta por
un modelo de jurado puro, siguiendo así la tradición histórica española. Ello no obstante, la
LECrim será de aplicación supletoria en lo que no se oponga a los preceptos de la Ley del
Jurado.

Competencia. La competencia objetiva del TJ queda reducida, en virtud del artículo 1.2 LOTJ:
a) Delitos contra la vida: asesinato y homicidio de los artículos 138 a 140 del Código penal.

b) Delitos contra el libre ejercicio de los derechos fundamentales: amenazas condicionales y


allanamiento de morada.

c) Delitos contra el cumplimiento de deberes cívicos: omisión del deber de socorro.

d) Delitos cometidos por funcionarios públicos: infidelidad en la custodia de documentos,


cohecho, tráfico de influencias, algunas modalidades de malversación de caudales públicos, los
delitos de fraudes y exacciones ilegales, negociaciones prohibidas a los funcionarios, e
infidelidad en la custodia de presos.

A tenor del artículo 5.2 LOTJ “La competencia del Tribunal del Jurado se extenderá al
enjuiciamiento de los delitos conexos, siempre que la conexión tenga su origen en alguno de los
siguientes supuestos: a) Que dos o más personas reunidas cometan simultáneamente los
distintos delitos; b) que dos o más personas cometan más de un delito en distintos lugares o
tiempos, si hubiere precedido concierto para ello; c) que alguno de los delitos se haya cometido
para perpetrar otros, facilitar su ejecución o procurar su impunidad”.

Por su parte al artículo 5.3 añade que “cuando un solo hecho pueda constituir dos o más delitos
será competente el Tribunal del Jurado para su enjuiciamiento si alguno de ellos fuera de los
atribuidos a su conocimiento”, y que “asimismo, cuando diversas acciones y omisiones
constituyan un delito continuado será competente el Tribunal del Jurado si éste fuere de los
atribuidos a su conocimiento”.

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Este marco inicial de competencia objetiva resulta reducido puesto que en cualquiera de estos
fenómenos de conexidad, concurso de delitos o delito continuado, el tribunal del Jurado nunca
conocerá de las siguientes infracciones: delitos contra la vida en grado de tentativa; delito de
prevaricación; delitos reservados al conocimiento de la Audiencia Nacional; delitos cuyo
enjuiciamiento pueda efectuarse por separado.

Según el artículo 5.4 de la LOTJ la competencia territorial se ajustará a las normas generales.
Serán aplicables las normas de la LECrim y, por tanto, el forum delicti comissi, en el artículo
14.

La competencia funcional. La instrucción de las causas cuyo conocimiento y fallo corresponde


al Tribunal del Jurado es función de los Jueces de Instrucción. Cuando el proceso ante el
Tribunal del Jurado se celebre en el ámbito del Tribunal Supremo o de un Tribunal Superior de
Justicia por razón del aforamiento del imputado, la instrucción se atribuye al Magistrado de la
Sala correspondiente conforme a un turno preestablecido.

El conocimiento de los recursos de apelación contra las sentencias del Tribunal del Jurado
dictadas en el ámbito de la Audiencia Provincial corresponde a la Sala de lo Civil y Penal del
Tribunal Superior de Justicia en que tenga su sede aquella. Lo mismo ocurre respecto de los
autos resolutorios de cuestiones previas (art. 846 bis a) de la LECrim).

El conocimiento de los recursos de casación contra las sentencias dictadas en segunda instancia
por la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia corresponde a la Sala de lo
Penal del Tribunal Supremo.

La fase de instrucción: la instrucción complementaria. En el juicio de jurado esta fase se


desarrolla entre dos trámites de naturaleza oral, que tienen lugar al comienzo y al final de la
instrucción: la audiencia para la concreción de la imputación y la audiencia preliminar.

En efecto, una vez incoado el procedimiento, el Juez de Instrucción lo pondrá inmediatamente


en conocimiento de los imputados y citará de comparecencia al Ministerio Fiscal y a las partes
para que en el día y hora señalados se efectúe la audiencia para la concreción de la imputación.
De este modo, la imputación judicial característica del proceso penal se convierte, en el juicio
de jurado, en imputación de parte.

Las diligencias de investigación a practicar deben ser las imprescindibles, y, tras ello, el Juez
conferirá nuevo traslado a las partes a fin de que insten, en el plazo de cinco días, lo que
estimen oportuno en relación con la apertura del juicio oral, formulando, en su caso, escrito de
conclusiones provisionales.

Por lo que respecta a la audiencia preliminar, que es renunciable para las partes, comenzará ésta
por la práctica de las diligencias propuestas por ellas. Acto seguido, se les oirá sobre la
procedencia de la apertura del juicio oral y, en su caso, sobre la competencia del Tribunal del
Jurado para el enjuiciamiento. Concluida la audiencia preliminar, el Juez dictará un auto que
contendrá alguno de los pronunciamientos siguientes:

a) Disponer la apertura del juicio oral. b) Decretar el sobreseimiento. c) Decretar la apertura del
juicio oral y el sobreseimiento parcial en los términos del artículo 640 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal si concurre en alguno de los acusados lo previsto en el artículo 637.3o
de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. d) Ordenar la práctica de alguna diligencia
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complementaria, antes de resolver. e) Ordenar la acomodación al procedimiento que


corresponda cuando no fuese aplicable el regulado en esta Ley. Si considera que el que
corresponde es el procedimiento abreviado, acordará la apertura del juicio oral, si la estima
procedente, y remitirá la causa a la Audiencia Provincial o al Juez de lo Penal competente para
que prosigan el conocimiento de la causa en los términos de los artículos 785 y siguientes de
dicha Ley.

En el mismo auto de apertura del juicio oral Juez mandará emplazar a las partes para que se
personen dentro del término de quince días ante el Tribunal competente para el enjuiciamiento.
Y recibidas las actuaciones en la Audiencia Provincial, se designará al Magistrado que por turno
corresponda, dando paso a la fase de juicio oral.

TEMA 16. EL PROCESO POR DELITOS LEVES


Este proceso es heredero del juicio de faltas, tras la aprobación de la LO1/2015, de 30 de marzo.
Suprimidas las faltas, significa que en unos casos los hechos tipificados como determinadas
faltas han dejado de ser reprochables sin más; en otros, se han reconducido a ilícitos
administrativos o a la vía civil; y la mayoría, han sido consideradas como delitos leves. Tiene
como principios inspiradores el principio de oralidad y su consecuencia la concentración de
actuaciones, así como la simplificación de formas, y el principio de oportunidad reglada.

Ámbito de aplicación.
Es el enjuiciamiento de las conductas tipificadas como delitos leves en el CP, esto es, lo
castigados con penas no privativas de libertad entre un día y un año; y la pena de multa
hasta tres meses.

Características generales del procedimiento.

Naturaleza: es un procedimiento de doble instancia, sencillo y muy abreviado, en el que se


respetan los principios de oralidad, concentración, inmediación y publicidad además de la
contradicción, aun cuando se permite la celebración del juicio con ausencia de las partes, sin
que ello impida la notificación posterior de la sentencia y la notificación de la sentencia de
apelación.

Competencia: Es competente para la instrucción, conocimiento y fallo en este procedimiento


regulado en los arts. 962 a 977, el Juez de Instrucción (en ciertos casos, constituido como Juez
de Guardia) del lugar de la comisión del hecho delictivo. O, en su caso, el Juez de Violencia
sobre la Mujer. Igualmente puede ser competente el Juzgado de lo Penal (o Central de los
Penal) cuando la comisión del delito leve o su prueba estuviere relacionado con los delitos de
los que éstos son competente. Desaparece la competencia que tenían los Juzgados de Paz, dado
que no la tienen para conocer de delitos leves.

Estructura y características: son sustancialmente las que se presentaban en el juicio de falta,


salvo la importante introducción del principio de oportunidad reglada como forma de
conclusión anticipada del procedimiento por delitos leves.

– No se exige una actuación judicial de imputación para que pueda procederse a la apertura del
juicio oral. La mera noticia de hechos presuntamente constitutivos de delito leve (por atestado
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policial, denuncia) será suficiente para la citación de oficio sin audiencia de los acusadores.
– No existe un procedimiento preliminar, ni período intermedio. Esto significa que la puesta en
marcha del mismo (por notitia criminis policial o denuncia) implica la apertura inmediata del
juicio oral. Ahora bien, se mantienen dos modalidades diversas de procedimiento por delitos
leves: por un lado, el procedimiento inmediato para los delitos leves de lesiones o maltrato de
obra, de hurto flagrante, de amenazas, de coacciones o de injurias; y, por otro lado, el
procedimiento común, para delitos leves no contemplados en el supuesto anterior.

Citación. Es una de las piezas esenciales del procedimiento, que garantiza precisamente el
ejercicio de los derechos y especialmente del derecho de defensa. Es un acto complejo, que
comporta la comunicación de información y también es un acto conminatorio al exponer qué
debe efectuarse por quien lo recibe. Habrá que tener en cuenta:

a) A quién se cita: al Fiscal en el procedimiento común (salvo que el delito leve fuere
perseguible solo a instancia de parte), al querellante o denunciante, al ofendido y víctima, al
denunciado y a los testigos y peritos.
b) Contenido de la citación: se informa del lugar, día y hora en que se va a proceder a la
celebración del juicio oral, consecuencia del expediente abierto. Se advierte de las
consecuencias de no comparecencia (con sanción) y apercibimiento de celebración del juicio en
ausencia. Igualmente, se informa de que debe comparecer con los medios de prueba de que
intente valerse. Pueden asistir con abogado si lo desean, salvo en delitos leves con pena de
multa cuyo límite máximo sea de al menos 6 meses, en cuyo enjuiciamiento se aplican las
reglas generales de defensa y representación.

En el momento de la citación se les solicitará a todos ellos que designen de una dirección de
correo electrónico y número de teléfono, para remisión de comunicaciones y notificaciones; o
las notificaciones les serán remitidas por correo ordinario al domicilio que designen.

Ausencia del acusado. El juicio puede celebrarse en ausencia del acusado, siempre que conste
su debida citación y que el juez, de oficio o a instancia de parte, no considere necesaria su
declaración. El legislador establece incluso una causa justificada, la residencia fuera de la
demarcación del Juzgado; no tiene obligación de concurrir al acto del juicio, pudiendo hacer
alegaciones por escrito para su defensa, y apoderar, en su caso, a abogado o procurador para que
presente en el acto las alegaciones.

En cuanto a la posible suspensión o no, parece que la decisión queda en manos del tribunal, por
aplicación de la doctrina en las faltas, de manera que podría no acordarse la suspensión si ya
hubiera declarado con anterioridad o pudiera hacerlo, como se permite en el art. 970, por
escrito.

Postulación. La intervención del Abogado no es necesaria con carácter general. De ahí que al
denunciado se le informa de que puede o no comparecer con él. No se establece la citación al
mismo, con carácter general, aun cuando la citación debiera entenderse extensiva a aquél. Si la
parte quiere ser asistida de Abogado y, por motivos justificados, no puede estar presente en la
vista oral, debe considerarse como causal de suspensión. Lo contrario, provocaría indefensión.
Esta regla general tiene una excepción, cual es el supuesto de enjuiciamiento de delitos leves
que lleven aparejada pena de multa cuyo límite sea de al menos 6 meses, dado que en estos
casos ha entendido el legislador, que debe aplicarse las reglas generales de defensa y
representación.

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Potenciación del archivo, manifestación del principio de oportunidad, en los juicios por delitos
leves, elemento diferenciador de las faltas.

La LO 1/2015 incorpora la potestad del Fiscal para terminar de forma anticipada el


procedimiento por razones de oportunidad. Esta potestad supone desvinculación del “viejo”
juicio de faltas y puede darse cuando concurran las siguientes circunstancias: a) El delito leve
denunciado resulte de muy escasa gravedad a la vista de la naturaleza del hecho, sus
circunstancias y las personales del autor; b) No exista un interés público relevante en la
persecución del hecho.

De este modo, los trámites a seguir para el ejercicio y aplicación de la oportunidad por el Fiscal
serán: 1) Atestado policial con ofrecimiento de acciones por la Policía y con informaciones
al denunciante y al ofendido y perjudicado; 2) Acuerdo judicial de incoación del
procedimiento para enjuiciamiento de delitos leves. Es la primera decisión judicial, que
implica una aceptación de relevancia penal de los hechos objeto de atestado o denuncia y de su
propia competencia; 3) Traslado al Fiscal para que se pronuncie, pudiendo no instar la
terminación anticipada con inmediata celebración del juicio si comparecieron las personas
citadas o no habiendo comparecido alguna, el juez no considere imprescindible su presencia; o
ya la terminación anticipada del proceso, manifestación del principio de oportunidad. Esta
manifestación de oportunidad por el Fiscal queda asimismo condicionada a la naturaleza de
delito leve público, semipúblico o privado, esto es, a que la persecución del delito leve exija o
no la denuncia del ofendido o perjudicado. Si se exige, la declaración del denunciante en juicio
afirmando los hechos denunciados tiene valor de acusación, aun cuando no califique ni señale
pena, y las atribuciones al Fiscal quedan mermadas o eliminadas. Así, en los públicos no se
limita la potestad del Fiscal y por ello se le permite esta manifestación del principio de
oportunidad. En los semipúblicos el Fiscal, puede, tras instrucción del Fiscal General del
Estado, dejar de asistir no emitiendo informe. En el privado se requiere querella del ofendido o
su representante legal, de modo que el Fiscal carece de legitimación para el ejercicio de la
acción penal.
La decisión, a estos efectos, sobre la celebración del juicio oral o el sobreseimiento vendrá
condicionada al informe presentado por el Fiscal.

Desarrollo del procedimiento.

Existen dos modalidades que atienden a varios criterios: por un lado, el tipo de delito leve; por
otro, la forma en que los hechos llegan a conocimiento del juzgador; y a ello se une un dato
más: que pueda conocer de la causa el Juez de Instrucción en su servicio de guardia o que esto
no sea posible.

Procedimiento inmediato para delitos leves.

Se tramitará por esta modalidad cuando se den dos condiciones: 1.- Se trate de delitos leves de
lesiones o maltrato de obra, de hurto flagrante, de amenazas, de coacciones o de injurias. 2.- La
PJ hubiera levantado atestado por tales hechos, al haber tenido conocimiento de ellos, estando
identificado su presunto autor. Presenta el atestado precisamente ante el Juzgado de Instrucción
que haya de enjuiciarlos o ante otro, pero dentro del mismo Partido Judicial, con citación ante el
Juzgado de Guardia de ofendidos y perjudicados, denunciante, denunciado y testigos que
pudieren dar razón de los hechos. En estos casos, la tramitación de este procedimiento seguirá
las siguientes actuaciones:

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– Citación: en los términos expuestos, al denunciante y denunciado ,ofendidos o perjudicados y


posibles testigos ante el Juzgado de Guardia (o JVM), con remisión a éste del atestado. En este
procedimiento es la Policía Judicial la que lleva a cabo las mismas, en coordinación con el
Juzgado de Guardia o, en su caso, el JVM, siendo estas citaciones adjuntadas al atestado que se
entrega al juez. En el momento de la citación se les solicitará que designen, si disponen de ellos,
de una dirección de correo electrónico y un número de teléfono para comunicaciones y
notificaciones; de otro modo, se efectuarán al domicilio por correo ordinario.

– Recepción del atestado por el Juzgado de Guardia y decisión judicial sobre su propia
competencia, así como valoración de las condiciones para el procedimiento inmediato por
delitos leves. Si lo estima procedente, acordará o sobreseimiento (con suspensión del juicio y
comunicación de la suspensión a cuantos hubieren sido citados, incluida la víctima) o inmediata
celebración del juicio.

La inmediata celebración del juicio se da cuando: 1) El asunto le corresponde al JG; 2) Hayan


comparecido las personas citadas, el JG no considere necesaria su presencia; y 3) Valorará si la
celebración inmediata puede impedir la práctica de algún medio de prueba, dado que si la
misma fuere trascendente y no pudiera practicarse en el juicio, habrá de fijarse fecha para su
celebración en el día más próximo posible, perdiendo la naturaleza de inmediatez.

La Vista oral se desarrolla de acuerdo con lo que prescribe el art. 969.


1o) Será pública, salvo causa para que se celebre a puerta cerrada; 2o) Lectura de la querella o
la denuncia, si las hubiere. 3o) Examen de los testigos convocados. Y práctica de los demás
medios de prueba propuestos por el querellante, el denunciante y el Fiscal, si asistiere, y
admitidos por el Juez. 4o) Se oye al acusado. Y se examinan los testigos de descargo y se
practican las pruebas propuestas y admitidas por esta parte. 5o) Informe oral de las partes, para
exponer lo conveniente en relación con sus pretensiones. En los supuestos de ausencia del
Fiscal, la declaración del denunciante en el juicio, afirmando los hechos denunciados, tiene
valor de acusación, aunque no califique los mismos ni señale pena. 6o) Documentación a través
de registro electrónico o a través de acta escrita.

Se dicta al finalizar la vista o, de no ser posible, en los 3 días siguientes la sentencia. Se notifica
a las partes y a las víctimas, con indicación de los recursos. Se plantea la duda de si debiera
considerarse aplicable la competencia de uno solo magistrado de la Audiencia cuando se
interponga apelación, como en faltas, o no. Debiera entenderse aplicable el mismo criterio que
en los demás delitos, tribunal integrado por tres magistrados de la AP; solución en todo caso
más garantista. La sentencia puede ser firme y ejecutable de forma inmediata si las partes,
conocido el fallo, hubieran manifestado en el acto su intención de no recurrir. La ejecución
queda condicionada a que posibles ofendidos o perjudicados que no fueron parte en el proceso,
tras la notificación de la sentencia, no recurran. Habrá que esperar al agotamiento del plazo para
que sea ejecutiva (art. 974). En el supuesto de condena con pronunciamientos indeterminados
sobre responsabilidades civiles, habrá de estarse al incidente de liquidación para cuantificar
daños y perjuicios.

Procedimiento común o general para delitos leves

1) Cuando se trate de delitos leves no contemplados en el supuesto anterior; 2) Exista atestado


policial o denuncia ante un JG, estando identificado el denunciado, pudiendo celebrarse de

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forma inmediata en el mismo o, de no ser así, ante el Juzgado de Instrucción (no de Guardia) o
al que le corresponda. Y se seguirán las siguientes actuaciones:

Atestado y remisión al JG: con las diligencias practicadas y el ofrecimiento de acciones al


ofendido o perjudicado y la designación, si dispone de ellos, de una dirección de correo
electrónico y un número de teléfono para comunicaciones y notificaciones; en caso contrario, se
notificará por correo ordinario al domicilio.

Decisión judicial sobre posible sobreseimiento —con los mismos efectos antes descritos— o
inmediata celebración del juicio, todo y que se considere competente para conocer del asunto.
El juicio inmediato se da cuando: 1) Se halle identificado el denunciado; 2) Sea posible citar a
todas las personas que deban ser convocadas mientras dure el servicio de guardia; y 3) Valorará
si esta inmediatez frustra la práctica de prueba trascendente.

Vista oral y pública —salvo por causa que lo impida fundadamente— se desarrollará según lo
expuesto en el procedimiento inmediato y de acuerdo con la regulación del art. 969. 1o) Lectura
de la querella o la denuncia; 2o) Examen de los testigos convocados y de otros medios de
prueba propuestos por querellante, el denunciante y el Fiscal, si asistiere, y admitidos por el
Juez. Tras oír al acusado, se practicarán las pruebas de descargo (testigos y otras que se
propongan y admitan); 4o) Informe oral de las partes, otorgando valor de acusación a la
declaración del denunciante si no comparece el Fiscal; 5o) Documentación a través de registro
electrónico o acta escrita.

Si no se pudiere celebrar el juicio durante el servicio de Guardia: 1) El letrado de la


administración de justicia señalará para juicio para el día hábil más próximo posible dentro de
los predeterminados a tal fin, y en un plazo no superior a 7 días; 2) Si considera que no es
competente, el letrado de la administración de justicia remite todo lo actuado al mismo, para
que se realice señalamiento del juicio y citaciones en el competente.

Sentencia de viva voz al finalizar la vista o en los 3 días siguientes por escrito, apreciando,
según conciencia, las alegaciones y pruebas de las partes, notificándose a las partes y a los
ofendidos o perjudicados aunque no se hubieran constituido como tales, indicándose los
recursos. Será firme y ejecutable de forma inmediata cuando las partes manifiestan intención de
no recurrir, con posible recurso de los ofendidos o perjudicados que no se constituyeron en
parte en el proceso, de ahí que haya que dejar agotar el plazo.

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