Boseto Casa Bernarda
Boseto Casa Bernarda
Boseto Casa Bernarda
Como comentábamos antes, García Lorca introduce en esta obra símbolos que
son más propios de su poesía, como una de las formas de trascender el drama rural, de
hacer de esta obra un drama universal.
Los símbolos en esta obra suelen tener varios significados, esto es, aludir a más
de un campo conceptual. Entre los más importantes destacamos los siguientes:
★ EL AGUA
El agua es un elemento esencial y suele ser símbolo de vida y fecundidad. En
esta obra son frecuentes las alusiones a elementos acuáticos, entre los que destacamos
los siguientes:
● El río, que significa vitalidad y erotismo. Al río es donde quiere ir Adela
con Pepe. Por el contrario, el pueblo en que viven las protagonistas es un
pueblo sin río (sin vida, sin alegría), pueblo de pozos. El pozo alude al agua
estancada, emponzoñada, por lo que simboliza la crítica y la muerte.
★ CAMPO
Al igual que el mar, el campo es símbolo de libertad, fecundidad y alegría. El
campo está ligado a los hombres y al proceso agrícola (la fecundidad); también se
relaciona con el campo el olivar al que se llevan a Paca la Roseta, en relación con el
amor erótico.
★ CABALLO
El caballo garañón, que aparece en el corral, es un símbolo del macho, del
deseo sexual hacia el hombre. Curiosamente, aparece en un paralelismo en el mismo
lugar en el que Pepe el Romano se encuentra con Adela “respirando como si fuera un
león”. Además, el caballo es símbolo de fuerza indomable, que demuestra con los
golpes que da contra la pared, de libertad y de vida, pues es de color blanco.
★ FUEGO Y CALOR
La obra se desarrolla en verano y se hacen muchas alusiones al calor y al fuego.
Todas ellas tienen que ver con el deseo sexual que nace sobre todo en las hermanas.
Estas alusiones se hacen más visibles cuando oyen a los segadores “¡Y no les importa
el calor!”, “Siegan entre llamaradas” y también cuando se hace alusión al amor, como
en el caso de Adela “este fuego que tengo levantado por piernas y boca”.
★ BASTÓN
El bastón de Bernarda es un claro símbolo de autoridad, con el que golpea el
suelo cada vez que da una orden o quiere que se cumpla su voluntad. Ante esa
autoridad, ninguna hija es capaz de rebelarse; por lo tanto, el gesto de Adela en el
último acto, al romper el bastón de la madre, cobra el sentido de que ya no acepta la
autoridad materna, pues ha pasado a ser mujer de Pepe.
★ COLORES
Esta obra está construida a modo de un documental fotográfico, como indica el
propio García Lorca, “en blanco y negro”. Estos son los dos colores que predominan
en todo el texto.
● El blanco es el color de la casa, del decoro, que aparece en el caballo garañón,
la espuma del mar y en la ovejita, como símbolo de vida, libertad y fecundidad.
También el blanco significa pureza y virginidad cuando Adela comenta que no
quiere perder su blancura entre las paredes de la casa.
● El negro es el color del luto y en nuestra sociedad está ligado a la pena y a la
muerte. Blanco y negro son también los colores típicos del traje de los
presidiarios, como es el caso de las hijas de Bernarda. La noche oscura en la
que suceden los últimos acontecimientos revela la desgracia “una buena noche
para ladrones, para el que necesita escondrijo”.
● El verde aparece solo una vez, en el vestido de Adela, como un símbolo de
rebeldía ante la imposición de luto de Bernarda. García Lorca simboliza
también la muerte, como ya se anuncia de forma indirecta en la escena “Lo que
puedes hacer es teñirlo de negro” y sucederá inexorablemente al final de la
obra.
★ PUERTAS Y VENTANAS
Las puertas y ventanas permanecen cerradas durante el período de luto,
simbolizando la restricción de las hijas de salir durante los ocho años de luto. Esta
situación sumerge a las hijas, especialmente a Adela, en la desesperación, ya que para
ella, la puerta también representa la muerte. El cierre de las ventanas, por su parte,
simboliza la prohibición, la reclusión y la incapacidad de tener contacto con el mundo
exterior.
★ CASA
En esta obra se nos cuenta la historia de Bernarda Alba, una mujer cuyo marido
acaba de morir y que, por ello, impone a sus cinco hijas estar de luto durante mucho
tiempo. Un luto que se convierte en una reclusión que impide a las jóvenes llevar a
cabo sus vidas como realmente quieren.
Al estar encarceladas en su propia casa, los sentimientos y los conflictos entre
los personajes se magnificarán y, por ello, se vivirá una trama muy enredada y cuyo
detonante será la figura de Pepe el Romando, el novio de Angustias. Este es el inicio
de esta obra de Lorca que habla de muchos temas que eran latentes en la sociedad de
la época: el ansia de libertad, el conflicto entre el deseo y la moral, la situación de las
mujeres en la España de principios de XX, etcétera.
De lo que realmente trata La casa de Bernarda Alba es de las relaciones
humanas y sociales que se establecen entre los personajes, los conflictos que se
desarrollan dentro de la casa, los sentimientos apasionados que provocan el drama. El
tema central es el enfrentamiento entre una moral autoritaria, rígida y convencional
(representada por Bernarda) y el deseo de libertad (encarnado por María Josefa y
Adela). Bernarda representa una vida dominada por las apariencias, por las
convenciones sociales, por la moral tradicional basada en el autoritarismo. Adela y
María Josefa representan la libertad del individuo para pensar, opinar y actuar.
Bernarda intenta imponer sus normas opresivas basándose en la autoridad que le
concede ser la cabeza de familia, tras la muerte de su marido.
El autoritarismo de Bernarda está presente desde su primera intervención hasta
sus últimas palabras: impone el luto de ocho años tras la muerte de su marido, marca
el comportamiento que han de tener sus hijas frente a los hombres, restablece el orden
cuando las hijas discuten.
También la rebeldía de Adela se revela desde el primer momento; su deseo de
libertad es capaz de vencer el temor a la autoridad materna. Con el suicidio de Adela,
se cierra para siempre el camino de la libertad para las otras hermanas. Estas se ven
condenadas a vivir encerradas sin la más mínima esperanza. María Josefa muestra su
liberación a través de la locura. Su encierro es aún más duro que el de las hijas, por
eso la única vía de escape es la locura. Sin embargo, su locura le da fuerzas para gritar
sus anhelos de libertad, enfrentarse a Bernarda y denunciar su tiranía sobre las otras
mujeres de la casa.
1. EL AMOR SENSUAL
Las hijas de Bernarda se ven afectadas por la ausencia del amor y por el miedo
a quedarse solteras. Además, la madre hace todo cuanto está en sus manos para que
sus hijas no se casen con ningún hombre de la zona, porque ninguno de ellos es
merecedor de las mismas. Por eso consigue que Enrique Humanes, que pretendía a
Martirio, se acabe alejando de ella y por lo tanto prohíbe la entrada de hombres en la
casa. A la única que se le permite preparar su matrimonio es a Angustias a la que se
pretende casar con Pepe el Romano. Precisamente, la entrada en escena de Pepe
supone el desencadenante de las pasiones de las hermanas: Angustias, su prometida,
sueña con su próxima boda; Martirio se enamora de él y sufre por no poder tenerlo, y
Adela consigue mantener furtivas relaciones con él.
3. EL ODIO Y LA ENVIDIA
4. LA SOCIEDAD DE LA ÉPOCA
6. LA HONRA
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Estas frases exploran la opresión, la lucha por la libertad y la
significado:
La casa de Bernarda Alba es un drama social que retrata los valores tradicionales de la
burguesía rural, así como la injusticia social de la Andalucía de los años treinta. Bernarda es
defensora de un código moral basado en la posesión de la tierra, el matrimonio, la honra y
el predominio moral del varón. Las únicas salidas que caben si no se acepta la ley impuesta
por Bernarda son la locura (María Josefa), que es la forma extrema de la evasión o el
suicidio (Adela) forma Análisis de La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca. .
Realizado por Gracia FernándezCuesta Valcarce. Profesora de Lengua y Literatura
Española de St. George´s British School of Málaga 14 extrema de la rebelión. El desafío de
Adela, implica no solo su muerte sino la aniquilación de cualquier deseo para el resto de la
familia: “A callar he dicho, las lágrimas cuando esté sola, nos hundiremos todas en un mar
de luto”. Pero el silencio que Bernarda pide está dirigido no solo a sus hijas y criadas,
también a las lenguas y oídos de todo el pueblo. Es como si los mismos espectadores
debieran sofocar la evidencia de la verdad: “ella la hija de Bernarda Alba ha muerto virgen
¿Me habéis oído? Silencio, silencio. He dicho ¡silencio!”