Universidad de Sonora Facultad de Humanidades y Artes Departamento de Bellas Artes Licenciatura en Música
Universidad de Sonora Facultad de Humanidades y Artes Departamento de Bellas Artes Licenciatura en Música
Universidad de Sonora Facultad de Humanidades y Artes Departamento de Bellas Artes Licenciatura en Música
Licenciatura en Música.
Palabras clave: Antonio Vivaldi, Barroco tardío, música vocal religiosa, análisis musical,
obra musical, pieza musical
Introducción
1.1 Contexto
El barroco musical, que abarca aproximadamente desde 1600 hasta 1750, se caracteriza
por la ornamentación, la expresividad emocional y la experimentación en la forma musical.
José María Malverde (1980) citando a J.J Rosseau (1767), dice: “Una música barroca es
aquella cuya harmonía es confusa, cargada de modulaciones y disonancias, el canto duro
y movimiento poco natural”.
Antonio Vivaldi fue uno de los destacados representantes de este periodo, junto a Claude
Monteverdi, Johann Sebastian Bach y George Frederic Handel, entre otros.
La pieza “Laudamus te” es el tercer movimiento del Gloria en Re mayor de Antonio Vivaldi,
que forma parte del ordinario de la misa: Kyrie, Gloria, Sanctus y Agnus Dei.
Bukofzer (1986) habla de que el comienzo del siglo XVI se caracterizó por una transición
en el período histórico y musical, pues la música ofrecía diversidad de técnicas, estilos,
formas y términos conflictivos.
Hill (2008) dice que Le nuove muciche “Nuevas piezas de música”, publicado por Giulio
Caccini en 1602, es de gran importancia histórica pues es la primera colección que
incluyó todas las principales variantes de la monodia barroca. En tal publicación, Caccini
menciona dos características distintivas del estilo recitativo a comienzos del siglo XVII:
En el ámbito religioso, el órgano alternaba con el coro durante el canto de cuatro de las
cinco partes del ordinario de la misa -kyrie, gloria, sanctus y agnus, pero no el credo-.
Para mediados del siglo XVII la música para la misa sufrió cambios fundamentales,
haciendo uso de patrones rítmicos enfáticos y repetitivos, animando a la textura
homofónica.
Bukofzer (1986) menciona que la música del primer barroco, en especial la italiana, tiene
una discrepancia de estilo y forma, dando paso a la desintegración interna y externa de
las formas convencionales. Din embargo, este carácter “destructor”, tenía principios
formales. La variación es un elemento sólido del barroco e impregnó toda la época.
Hablamos de estrofas o repeticiones que variaban dentro de la pieza que, en principio,
eran casi inaudibles, pero con el paso del tiempo, cada repetición se convirtió en una
variación ornamental. La improvisación tomó un espacio especial en las obras libres tanto
como en las escritas a forma de ornamentación.
El inglés Arnold Dolmetsch, quien en 1916 publicó su libro “The Interpretation of the Music
of the 17th and 18th Centuries" dice que “La música escrita de aquellos siglos es sólo un
esqueleto de la composición misma y el músico que pretenda interpretarla con seriedad y
conocimiento, debe improvisar una serie de detalles que, en su calidad de ejecutante,
debe conocer.”
Dice también que “perduraba una gran interrogante para los ejecutantes de la música
barroca. Nada se sabía aún con certeza, sobre el "tempo". En la mayor parte de la música
no hay indicaciones de este tipo, aunque de vez en cuando aparezcan las palabras
italianas "adagio, allegro, presto, etc.". En los antiguos tratados, las explicaciones son
contradictorias y a veces incomprensibles, y hasta ahora, los musicólogos y aficionados
se habían debido resignar, dejándolo todo al buen criterio de los ejecutantes. Sin
embargo, parecía inverosímil, que, en una época tan adicta a los sistemas complicados y
teóricos, como eran los siglos XVI YXVII, no se hubiera dejado indicaciones o reglas fijas
para abordar un problema tan delicado.”
Los intérpretes debemos conocer nuestro repertorio, no solo desde el punto de vista
musical (englobando aspectos como el solfeo, armonía, contrapunto, etc.), sino también
desde su historia, contexto y estilo. Puesto que cada periodo tiene elementos
característicos, siempre es bueno (y hasta necesario) conocerlos para lograr transmitir lo
que el compositor buscaba; el barroco no es la excepción, al contrario, podría decir que el
estilo barroco es de los más característicos.
2.0 Orientador teórico
Motta Zambrano (2010) explica que la técnica vocal implica entrenar y coordinar los
movimientos de los órganos del cuerpo humano que afectan el tracto vocal, con el
objetivo de producir sonidos agradables para la percepción humana. Este proceso
comienza con la presión del diafragma sobre los pulmones y se extiende hasta las
cavidades nasal y bucal. En el caso de un cuerpo humano entrenado con técnica vocal
lírica, se destacan ciertas características clave:
A finales del siglo XVII y principios del XVIII, muchas de las obras barrocas comenzaron a
formarse por micro movimientos tonalmente contrastantes entre ellos, además, los
compositores aprendieron a alargar ideas musicales mediante el contrapunto o melismas.
¿Cuáles son las características musicales y vocales del período barroco y cómo influyen
en la interpretación de la pieza “Laudamus te”
¿Cuáles son las características particulares de la pieza “Laudamus te” de Antonio Vivaldi?
La técnica vocal actual difiere de la técnica vocal del periodo barroco en el sentido de su
dinámica y ornamentación, y es necesario adaptar la técnica actual para acercarla lo más
posible a la técnica que se utilizaba en el periodo barroco.
4.0 Resultados
La pieza “Laudamus te” tiene una forma con Ritornello, en la cual alterna una sección
instrumental con una de solista. Estos movimientos se caracterizan por la alternancia y
contraste entre una sección (la instrumental) y otra (solista). Al comienzo de la pieza, la
orquesta presenta varios elementos que posteriormente utilizarán las voces solistas,
pasando a la orquesta (o acompañamiento) a un papel secundario, haciendo las voces un
papel de pregunta y respuesta constante. En las siguientes frases: Laudamus te y
Benedicimus te, cada frase tiene un motivo diferente, que es contestada por la segunda
voz. Finalmente, la frase Glorificamus te muestra una recopilación de ambos temas, y en
la última sección ocurre un cambio de textura solo con el bajo continuo para cerrar con un
ritornello.
Conclusiones
En la voz, es necesario utilizar una ornamentación acorde al periodo barroco: con una voz
ligera, natural y, al mismo tiempo, ornamentada. Para esta pieza no es necesario una voz
grande como la técnica actual lo indica, pues arruinaría la esencia principal del periodo.
Es necesario recordar que la interpretación debe ser más cercana al habla, justo como
tenía en mente Vivaldi al componer la pieza, lo cual ayudaría a transportarnos a la época
del barroco y disfrutar de ella como lo hacía su autor.
Bibliografía
Bukofzer, M. (1986). La Música en la época Barroca De Monteverdi a Bach. (Original
en inglés ed. por W.W. Norton, 1947). Madrid: Alianza Música.
Dolmetsch, A. (1916). The Interpretation of the Music of the 17th and 18th Centuries.
Dover Publications
Talbot, M (2006). The Chamber Cantatas of Antonio Vivaldi. Woodbridge: Boydell Press
Anexos