Cent Ellas Intro
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MEDIO MARAVEDÍ
MEDIO MARAVEDÍ
Colección dirigida
por
Antonio Bernat Vistarini
Consejo Editorial
Pablo L. Ávila, John T. Cull, Giancarlo Depretis, Aurora Egido, Tamás Sajó
III Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
V Avisos de amigo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
VI Índice analítico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Para Domingo Ynduráin
INTRODUCCIÓN
I. EL AFORISMO, UN GÉNERO BREVE
PARA EL MUNDO BARROCO
1
Sobre la dificultad de definir el aforismo, pueden verse los trabajos de
Umberto Eco o Benito Pelegrín citados más abajo. En cuanto a la superposición
de términos con carácter sinónimo, sirve cualquier enciclopedia, desde la ya
anticuada de Espasa («Es difícil deslindar cumplidamente la diferencia que
existe entre AFORISMO y cada una de las voces: adagio, sentencia, máxima,
proverbio, refrán, axioma y apotegma, pues todas ellas incluyen el sentido de
una proposición o frase breve, clara, evidente y de profunda y útil enseñanza»,
Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana, Madrid: Espasa-Calpe,
1988, s. v., que necesitaría precisiones serias) hasta la más reciente Gran Referencia
Anaya, que señala que el uso común «lo ha convertido en sinónimo de adagio,
refrán, máxima, sentencia, proverbio y otras palabras afines» (Barcelona: Spes
Editorial, 2002, 2ª ed., s. v.).
14 CENTELLAS DE VARIOS CONCEPTOS
2
Diccionario de la Real Academia Española, Madrid: Espasa-Calpe, 2001,
22ª ed., s. v. Muy parecida es la del Diccionario Histórico de la Lengua Española:
«Sentencia breve y doctrinal, que en pocas palabras explica y comprehende
la esencia de las cosas» (s. v.). Las definiciones de la Academia, especialmente
esta última, tienen muy presente la ofrecida por el Diccionario de Autoridades
(«Sentencia breve y doctrinal, que en pocas palabras explica y comprehende la
essencia de las cosas», s. v.).
INTRODUCCIÓN
ocupan tan solo de distintos conceptos,3 hasta los que prestan aten-
ción a las varias formas de expresión filosófica. Estos últimos han
definido, en casi todos los idiomas europeos, las tres formas citadas
anteriormente sin establecer una frontera clara entre ellas en la ma-
yor parte de los casos. Así, François Robert indica que el aforismo
es una «expresión recogida de un pensamiento de alcance general.
Las máximas constituyen muchas veces aforismos», mientras que
3
Es el caso, por ejemplo, de Max Müller y Alois Halder (Breve Diccionario
de Filosofía, Barcelona: Herder, 1986), que no recoge ninguna de las tres voces
citadas (aforismo, sentencia y máxima). Lo mismo en José María García-Mauriño
(Diccionario de conceptos filosóficos, Madrid: Ediciones del Orto, 2000).
16 CENTELLAS DE VARIOS CONCEPTOS
4
François Robert, Diccionario de términos filosóficos, Madrid: Acento
Editorial, 1991, ss. vv. «aforismo» y «máxima». No recoge «sentencia».
5
Paul Foulquié, Dictionnaire de la Langue Philosophique, París: PUF, 1969, 2ª
ed., s. v.
6
A. M. Marchetti, «Aforisma», en Enciclopedia Filosofica, Florencia: G. C.
Sansoni, 1967, 2ª ed., s. v., cursivas mías. Allí mismo, G. Morra define la máxima
como un término de larga tradición en filosofía, que «indica una breve formula,
esprimente sinteticamente una asserzione o norma generale comunemente
ammessa» (s. v.).
7
Nicola Abbagnano, Diccionario de Filosofía, México- Buenos Aires: Fondo
de Cultura Económica, 1966, 2ª ed. en español, s. v. Él mismo define después la
máxima según un doble sentido: 1) proposición evidente y 2) regla de conducta,
aclarando que fueron los moralistas franceses de la segunda mitad del siglo XVII
quienes aplicaron por primera vez el término a una regla moral (s. v.). Al hablar
de la sentencia, la define como «juicio, opinión o máxima» (s. v.).
8
«Frase precisa y lacónica que contiene una verdad profunda y axiomática.
Sentencia breve y doctrinal que se propone como regla en alguna ciencia o arte.
INTRODUCCIÓN
11
Umberto Eco, «Wilde. Paradoja y aforismo», en Sobre literatura, Barcelona:
RqueR, 2002, pp. 73-92. La cita, en p. 73. Pero véase también Benito Pelegrín, «Du
fragment au rêve de totalité. Entre deux infinis, l’aphorisme», en Fragments et Formes
Breves. Actes du IIe Coloque International Décembre 1988, ed. Benito Pelegrín, Aix-
Marseille: Publications de l’Université de Provence, 1990, pp. 103-115.
12
No se me olvida que Eco, inmediatamente después del pasaje citado, alude
a la agudeza como posible formante necesario del aforismo, y lo pone en duda.
Volveré más tarde al asunto.
13
Cfr. Ana Bundgaard, «Fragmento, aforismo y escrito apócrifo: formás
artísticas del pensamiento», en Cerezo Galán et al., El ensayo, entre la Filosofía
y la Literatura, ed. Juan Francisco García Casanova, Granada, 2002, pp. 67-94.
Véase la página 74.
INTRODUCCIÓN 19
14
Kurt Spang, Géneros literarios, Madrid: Síntesis, 1996, p. 66. Pero tomo el
dato del trabajo citado de A. Bundgaard, a quien sigo en parte en el lineamiento
general de esta caracterización del aforismo.
15
Se me objetará con toda la razón que el aforismo también procede de la
Antigüedad, y que fue inventado por Hipócrates. Concedo, pero cumple observar
que el aforismo hipocrático –al que volveré en breve– tiene poco que ver, más allá
del nombre, con lo que a partir del siglo XVII hemos dado en llamar aforismos.
16
De forma más o menos consciente, la tradición ha reconocido ese carácter
agudo del aforismo: desde los distintos diccionarios citados (el de Andrés Serra
Rojas lo definía en último lugar como «Sentencia breve y elocuente», loc. cit.)
o enciclopedias (Gran Referencia Anaya aludía a que el aforismo se plasma
generalmente «de forma sugerente», s. v.), hasta el citado Umberto Eco.
20 CENTELLAS DE VARIOS CONCEPTOS
20
Karl Alfred Blüher, Séneca en España. Investigaciones sobre la recepción de
Séneca en España desde el siglo XIII hasta el siglo XVII, Madrid: Gredos, 1983, pp.
70-71.
21
Señala Blüher que en estas obras, casi todas de origen árabe-oriental y con
un carácter político-moral, «se incluían también, muchas veces muy reformadas,
máximas antiguas de autores griegos, por ejemplo, dichos de Sócrates, Platón,
Aristóteles y otros, entre los que, en todo caso, se habían entreverado muchos
aforismos apócrifos. Así pues, encontramos aquí, unidos en simbiosis extrañísima,
una plétora de aforismos que predican la ciencia de vivir que clásicos y orientales
poseían, y un polícromo y múltiple mosaico que, análogamente a los escritos
apócrifos de Séneca en la Edad Media, comprendía sentencias lo mismo de
carácter moral que de pura estrategia práctica» (Blüher: op. cit., p. 73).
22
Así, los Bocados de oro ven al menos tres ediciones entre 1495 y 1527 en
Sevilla, Toledo y Valladolid; otras tres el Secretum secretorum hasta 1516; el
INTRODUCCIÓN 23
Libro de los doce sabios aparece como Tratado de la nobleza en lealtad en Sevilla
por Diego Gumiel en 1502, etc. Tomo los datos del Catálogo del Patrimonio
Bibliográfico Español (www.mcu.es/ccpb/ccpb-esp.html).
23
«Quomodo paroemia differat ab iis, quae videntur illi confinia», en
Adagiorum Chiliades Des. Erasmi Roterodami, Basilea: Froben, 1551 (BNE
R/20.130), pp. 4-5. Ofrezco la traducción de Puig de la Bellacasa en Erasmo,
Adagios del poder y de la guerra, ed. Ramón Puig de la Bellacasa, Valencia: Pre-
textos, 2000, pp. 65-95. La cita, en pp. 70-71, pero nótese que el de Rotterdam no
emplea en el original latino ni una sola vez la voz aforismo, siempre usa sententia:
«En primer lugar, entre aforismo y el adagio se da una relación que consiste o
en estar unidos el uno al otro o, a la inversa, en tender a separarse el uno del
otro, a semejanza de «blancura» y «hombre». Así como blancura no coincide con
hombre ni tampoco hombre equivale a blancura, aunque nada impida que en la
constitución de un hombre entre también lo blanco, de este modo, tampoco es
raro que un aforismo incluya a un adagio, aunque lo que hace al adagio no será
sin más lo mismo que hace al aforismo, ni viceversa.»
24 CENTELLAS DE VARIOS CONCEPTOS
24
«Neque defuere tamen, potissimum apud Graecos, qui gravati non sunt
operam in hoc genere sumere, γνωµολογιαν, id est, sententiarum collectionem
conscribentes, inter quos praecipuus Nicolaus Stobaeus. Quorum ego certe
laborem probarim libentius quam aemulari velim» (p. 5).
25
Estoy pensando en la ΓΝΩΜΟΛΟΓΙΑ, seu Sententiarum Memorabilium cum
primis germanicae gallicaeque linguae, brevis et aperta, latino carmine..., a cargo
de Iohannes Buchlerus, «Coloniae, sumptibus Bernardi Gualtheri, MDCVI»
(BNE 3/40.654), en donde se recogen, por orden alfabético, sentencias ordenadas,
primero en alemán, más tarde en latín, francés...: Abstinentia, adversitas, adulatio,
aetas...
26
Conrado Lycosthene, Apophthegmata ex probatis graecae latinaeque linguae
scriptoribus, Iacobus Stoer, 1591 (Bibl. Universitaria de Salamanca BG/4.176),
fols. Ëij-Ëiiij).
INTRODUCCIÓN 25
27
Juan Luis Vives, Censura de las obras de Aristóteles, en Obras completas,
trad. Lorenzo Riber, Madrid: Aguilar, 1947, vol. I, p. 980.
28
Cfr. Blüher, op. cit., p. 266.
26 CENTELLAS DE VARIOS CONCEPTOS
29
«satellites ducentos, nam excurrentem numerum non imputo, quos sic
tibi facies familiares, ut nec noctu, nec interdiu, nec domi nec in publico sinas
a tutela animae ac vitae tuae vel latum unguem abscedere» (Ioannis Ludovicis
Vivis Valentini, Ad sapientiam Introductio, Salamanca: Mathías Gast, 1572, BNE
R-30.459. Satellitium animi abarca los folios 41-66. La cita, en fol. 42r).
30
«Le di el nombre de símbolos a manera de aquellas insignias o señales con
que a usanza vieja solían divisarse los reyes, costumbre que dura aún hoy día
[...] Es de ley en esos símbolos, motes o empresas, encerrar una gran densidad
de sentido en muy contadas palabras, cinco a lo sumo, y cuanto más breves son,
más venustez y elegancia tienen, como es aquel mote de Augusto: Matura: Date
prisa con pausa. El símbolo o empresa encierra algo de oscuridad y alegoría, sin
desviarse mucho del sentido directo. [...Ese hermetismo no debe ser ciego...].
Para obviar este inconveniente, añadí unas expresioncillas, breves ciertamente,
según lo requería el argumento, con el exclusivo fin de que en muchos de ellos
su ambigüedad no te mantuviese indecisa ni engañada» (traducción de Lorenzo
Riber, en las Obras citadas, p. 1178).
INTRODUCCIÓN 27
31
Para Vives como antecedente de Gracián, véase E. Hidalgo-Serna, El pensa-
miento ingenioso en Baltasar Gracián. El «concepto» y su función lógica, Barcelona:
Anthropos, 1993; Aurora Egido, Humanidades y dignidad del hombre en Baltasar
Gracián, Salamanca; Universidad, 2001, p. 54; o Emilio Blanco, introducción a
Baltasar Gracián, Arte de ingenio, Tratado de la Agudeza, Madrid: Cátedra, 1998,
pp. 22-23.
32
Vives emplea la voz «symbolum» en los números 1, 117 y 133; pero la
triunfadora es sin duda «sententia» en los distintos casos latinos (números 127,
131, 138, 172, 186...), seguida de cerca por «dictum» (números 100, 187, 201,
202, 205).
33
Para el Dictionarium de Calepino me he servido de una edición tardía
(Lugduni, MDCLXIII, BNE 3/42.562-3), todavía más significativa porque
a esas alturas no se encuentra aún la voz aforismo. Las polianteas omiten
sistemáticamente la voz aforismo, incluso las versiones más tardías de las de
Nanius Mirabellius o Beyerlinck.
28 CENTELLAS DE VARIOS CONCEPTOS
34
Véase en este sentido el prólogo de Martín de Riquer a Covarrubias, Tesoro
de la lengua castellana o española, Barcelona: Altafulla, 1983, p. VIII. Y ver
ahora la edición digital de Studiolum (www.studiolum.com).
INTRODUCCIÓN 29
35
Francis Bacon, El avance del saber, intr. Alberto Elena, trad. María Luisa
Balseiro, Madrid: Alianza, 1988, VI, 4, pp. 47-48.
30 CENTELLAS DE VARIOS CONCEPTOS
que es posible hacer gran ostentación de arte con cosas que disgregadas
valdrían bien poco. En segundo lugar, los sistemas son más adecuados
para obtener asentimiento o creencia, pero menos para orientar a la
acción: pues en ellos se hace una especie de demostración circular,
iluminando una parte a otra, y por eso satisfacen, mientras que los
particulares, al estar dispersos, concuerdan mejor con las indicaciones
dispersas. Y, finalmente, los aforismos, al presentar un conocimiento
incompleto, invitan a seguir investigando, en tanto que las exposiciones
sistemáticas, al aparentar una totalidad, aquietan y hacen creer que se ha
llegado a término (ibid., XIV, 6, pp. 48-49).
36
«La invención es de dos clases, que difieren mucho entre sí: una de las artes
y ciencias, y la otra del discurso y argumentos. La primera la encuentro omitida,
con una omisión que me parece ser como si al hacer el inventario de las posesiones
de un difunto se escribiera que no hay dinero en efectivo: pues así como con el
dinero se obtienen todos los demás bienes, así este conocimiento es aquel con que
se compran todos los restantes. Y así como no se habrían descubierto las Indias
Occidentales si antes no se hubiera descubierto el empleo de la aguja de marear,
aunque lo uno sean vastas regiones y lo otro un pequeño movimiento, así no ha
de extrañar que no se descubran nuevas ciencias, si se ha pasado por alto el arte
mismo de la invención y el descubrimiento. 2. Que esta parte del conocimiento
falta es cosa a mi juicio evidente: pues, en primer lugar, la lógica no se propone
inventar ciencias o los axiomas de las ciencias, sino que lo pasa por alto con un
Cuique in sua arte credendum» (ibid., p. 131. Hay que dar crédito a cada uno en lo
que se refiere a su arte).
32 CENTELLAS DE VARIOS CONCEPTOS
37
«Tampoco puedo ignorar una forma de escrito que han hecho algunos
hombres graves y prudentes, en la cual se contiene una historia suelta de aquellas
acciones que les han parecido dignas de recuerdo, con comentarios políticos y
observaciones acerca de las mismas, no incorporados a la historia, sino puestos
por separado, y como cosa la más principal en su intención. Esta historia
meditada me parece más propio colocarla entre los libros de política, de los que
luego hablaremos, que entre los de historia: pues el verdadero cometido de la
historia es el presentar los acontecimientos mismos junto con las deliberaciones,
y dejar las observaciones y conclusiones que de aquellos se pueden extraer a la
libertad y capacidad de juicio de cada cual. Pero las mezclas son cosas irregulares,
que no es posible sujetar a definición» (ibid., II, 12, p. 91).
38
«Por eso yo desearía que se hiciera, cuidadosa y diligentemente, una
compilación de antiquis philosophis, con cuantos posibles datos nos han llegado
de ellas. Esta clase de obra la encuentro omitida. Mas aquí he de poner una
advertencia: que se haga con claridad y separadamente, con la filosofía de cada
uno completa en sí, y no por títulos empaquetadas y hacinadas juntas, como hizo
Plutarco. Pues la armonía de una filosofía consigo misma es lo que le presta luz y
crédito, mientras que disgregada y rota parecerá más extraña y disonante. Pues,
así como cuando yo leo en Tácito las acciones de Nerón o de Claudio, con las
circunstancias de tiempos, motivaciones y ocasiones, no me parecen tan extrañas,
pero cuando las leo en Suetonio Tranquilo reunidas en epígrafes y paquetes, y no
por orden cronológico, me parecen más mostruosas e increíbles, así acontece con
cualquier filosofía, de ser expuesta entera a desmembrada en artículos» (ibid.,
VIII, 5, p. 115). Huelga cualquier comentario.
INTRODUCCIÓN 33
Otto Vaenius, Teatro Moral de la Vida Humana, Bruselas: Francisco Foppens, 672, p.
59. «Nada es más provechoso que el silencio».
34 CENTELLAS DE VARIOS CONCEPTOS
era, según parece, muy anterior, de en torno a 1594.40 Este, que for-
maba parte del Consejo Real y ocupaba beneficio en Toledo, se ex-
tiende a lo largo de cuatro páginas, y empieza celebrando la utili-
dad de la historia de Tácito «para hombres que goviernan y tratan
grandes Estados; y aun para los que en ellos son governados» (p.
13). Levanta también acta de la novedad de la denominación (es
Álamos –dice– quien llama aforismos a estas sentencias), y explica
en qué consiste el nuevo género («sentencias breves sacadas de los
casos de la Historia»), así como su utilidad como medio para gover-
narse en el futuro.41 Pero lo más interesante de todo es la clasifica-
ción que de este nuevo género propone el maestrescuela toledano:
…ay tres diferencias dellos. Vnos son que assí como están se pueden
seguir. Otros, que assí como están, se deven huir. Otros, que es
menester añadiendo, o quitando o mudando, ajustarlos con los casos
y circunstancias diferentes que se ofrecerán en lo presente [...]. Que
en esta parte de ciencia moral, pública o particular, no ay regla general
segura; y que no requiera prudencia particular en las ocasiones (p. 16).
para más universal aplicación a los casos que suceden, y a las consultas y
dudas que se han de resolver. [...] Quise usar deste nombre de Aforismos,
aunque pudiera del de reglas, sentencias o conclusiones... (p. 39).
¿No es ciencia esto, sin la qual todas las demás ciencias, artes y oficios
serían inútiles, sin uso o sin provecho? ¿No tiene maestros y reglas,
y principios generales y comunes a todos, y de donde se deriven los
sucessos y juicios particulares. Por cierto sí es, que en cosa tan excelente
no se avía de proceder a caso. Ciencia es la del govierno y su Estado [...]
Ciencia, pues, será esta, que nos enseñará a proceder en la vida, y casos
della, y sus pronósticos y remedios (pp. 34-35).
pueden perficionar de una vez, sino que es menester que aya quien les dé
principio, y que otros después las vayan perficionando» (p. 38).
42
Séneca, Epístolas morales a Lucilio, trad. I. Roca Melia, Madrid: Gredos,
1986, vol. I, pp. 234-238.
INTRODUCCIÓN 41
43
«’Que en la historia [dice Tácito] no solo se han de entender los casos y
sucessos de las cosas, que las más vezes, a opinión del vulgo, son obras de fortuna,
y casuales; sino que también se conozcan las causas y razones de ellos’. A que yo
añado: ‘para cobrar prudencia en nuestras acciones’» (p. 24). Allí mismo Álamos
atribuye a Polibio que, cuando se elimina del relato histórico la causa, el modo
y la finalidad, lo que queda sirve más «de burla, juego y entretenimiento que de
doctrina» (p. 24).
44
«Todo ello sin duda se aprende en la lección de las Historias; y dellas se han
de sacar los medios necessarios para aconsejar y resolver en las grandes materias
de estado, en las quales ninguno dudará que se camina y deve caminar por
principios generales y ciertos de las virtudes morales, o por exemplos. [...] lo qual
no ay duda que no puede ser tan general en los exemplos, que siendo de sucessos
passados no se pueden torcer tan fácilmente a nuestra voluntad» (pp. 20-21).
42 CENTELLAS DE VARIOS CONCEPTOS
los primeros años del XVII era el de sentencias.45 Así ocurría con
las Sentencias generales de Francisco de Guzmán, publicadas en
1576; o con las Sentencias de Pedro de Monte Alto, bilingües en
francés y castellano, y estampadas en París en 1608; o con la Selva
di sentenze de Giacomo Peri, impresa en Génova en 1605;46 o con
las de Juan Buchler, estas en alemán y en latín, y en algunos casos
en francés, publicadas en 1606.47 Incluso la voz Aviso parece servir
también como marbete del género, sobre todo cuando se trata de
oponerse a los maquiavélicos, como ocurre en los Cathólicos avisos
para príncipes, del año 161248.
El caso más claro es el de los Proverbios morales de Alonso de
Barros, estampados en Madrid en 1608. Hernando de Soto, en los
preliminares, dice que no se le podrá negar «al volumen dellos el
título de Aforismos en lengua Griega, que en la Castellana se inter-
preta sentencias».49 Es decir, que la voz griega aún no se admite en
castellano, y por más que Mateo Alemán, en su prólogo, emplee la
45
De hecho, el Dictionnaire Historique de la Langue Française (París:
Dictionnaires Le Robert, 1995, s. v.) señala que la palabra aforismo «proche du sens
grec du s. XVIe s., s’est étendu, peut-être par influence de l’italien et de l’espagnol,
aux maximes politiques (v. 1600), pues à tout bref précepte, notamment moral».
46
Para el libro de Guzmán, véanse también Les sentences memorables du Sieur
Pedro de Montealto, Pöete espagnol, París: chez François Iacquin, 1608 (Biblioteca
Histórica Municipal, Madrid, Par/487). Giacomo Peri, Selva di sentenze, Génova:
appresso Giuseppe Pavoni, MDVC [BNE 2/35.551 (2)].
47
ΓΝΩΜΟΛΟΓΙΑ, seu Sententiarum Memorabilium cum primis germanicae
gallicaeque linguae, brevis et aperta, latino carmine... per Iohannem Buchlerum,
Colonia: Bernardi Gualtheri, MDCVI (BNE 3-40.654).
48
Cathólicos avisos para los príncipes, sacados de muy doctos y graves autores,
llenos de grande erudición y doctrina, contra los Machiavellistas y semejantes
políticos, dirigidos al Rey Christianíssimo Nuestro Señor, París: Humberto Velut,
MDCXII (BNE 2-50.261).
49
Alonso de Barros, Proverbios morales, Madrid: Alonso Martín, 1608 (BNE
R-25.266), s. f.
INTRODUCCIÓN 43
voz «sacar» –que caracterizará algo más tarde el proceder del reco-
pilador de aforismos, que en principio sacará sus aforismos de las
obras de otros, como declaran en la portada–, lo cierto es que las
alusiones al bien vivir y a la virtud sitúan el libro dentro del ámbito
renacentista, y lejos aún –aunque cercano en el tiempo– del género
del aforismo tal y como se entenderá después.50
Tan solo fuera de España parece haberse utilizado la denomina-
ción aforismo antes de Álamos. El caso de Campanella, que se men-
ciona con frecuencia, no parece especialmente llamativo, pues aun-
que compone sus aforismos en 1601 durante su estancia en la cár-
cel, las versiones manuscritas conservadas en italiano llevan el título
de Avvertimenti politici o Il politico perfetto, ovvero Ammaestramenti
Politici. Es cierto que a partir de 1614, la redacción ya es en latín, y que
el número irá creciendo desde los 150 iniciales hasta los 241 conser-
vados. Esa versión latina ya lleva el nombre técnico (Politica in apho-
rismos digesta, incluida en la Realis Philosophia Epilogistica, publicada
en Frankfurt en 1623), pero por esas fechas ya corren otros libros que
llevan el título en lengua romance.51
Donde sí parece triunfar el nombre desde bien pronto es en
Francia. En 1602, un jesuita, el P. Emmanuele Sa, había publicado en
Lyon sus Aphorismi confessariorum, en donde incluía por orden al-
fabético conceptos teológicos y religiosos. Así lo hizo también Juan
50
Alemán dice que Barros ha «sacado por el alambique la quintaessencia
de la Ética, Política y Económica, recogiendo las flores de mayor olor y mejor
vista» (s. f.). Soto, y el mismo Barros, presentan el libro como epítome «de toda la
moralidad que los antiguos filósofos escrivieron» (Soto, s. f.), «reduzir sentencias
de gravíssimos filósofos a pocas palabras» (Barros, s. f.). Además, desprecian la
Historia en favor de la Ética: «Y tanto es más excelente que la historia quanto es
más importante para la vida política y buena este género de enseñar a bien vivir,
porque con él se aprende la virtud que del bien vivir es el arte...» (Soto, s. f.).
Doctrina tradicional, en definitiva.
51
Tomasso Campanella, Aforismi politici, a cura di Antimo Cesaro, Nápoles:
Alfredo Guida, 1997, pp. 45-48 para estas cuestiones.
44 CENTELLAS DE VARIOS CONCEPTOS
54
Antonio López de Vega, Heráclito y Demócrito de nuestro siglo, Madrid:
Diego Díaz de la Carrera, 1641, p. 157.
55
Madrid: Viuda de Cosme Delgado, 1621 (BNE R-1.181), fol. 2v.
56
Barcelona, 1614 (BNE 2-49.524).
46 CENTELLAS DE VARIOS CONCEPTOS
Pero no por esso diré que dexará el Prudente de sacar utilidad de la lección
de la Historia, porque demás de lo que podrá servirle a la curiosidad i
al entretenimiento, si es particular, i a los aciertos de su ministerio, si es
ministro (principalmente del Tribunal del Estado) con darles noticia al
uno i al otro de las Regiones, Hombres i sucessos generales del Mundo,
los Aforismos i documentos Morales que por ella se hallan sembrados,
aun abstrayendo de la verdad o mentira de las relaciones, produzen
fruto de enseñança (Heráclito y Demócrito..., p. 20).
57
Lisboa: Pedro Craesbeeck, 1621 (BNE R-11.081).
INTRODUCCIÓN 47
autor incógnito.58
Hay incluso quien arranca de otro tipo de textos, como la Biblia
para extraer los aforismos, que luego comenta. Es el caso del agus-
tino fray Pedro de Figueroa en su Aviso de príncipes. En Aphorismos
políticos y morales. Meditados en la historia de Saúl, primer libro de
los Reyes desde el capítulo 8, publicados en Madrid en 1647, donde
fragmentos de la historia bíblica citada valen como título para el
comentario. El texto de Figueroa, en realidad, no se puede incluir
con propiedad entre los libros de aforismos, como bien lo indica al
comienzo del título la voz Aviso, y el etiquetar más tarde los afo-
rismos no solo como políticos, sino también morales. Basta leer las
aprobaciones para darse cuenta de ello59, sobre todo porque el P.
Agustín de Castro, de la Compañía de Jesús, alaba la nobleza de es-
tos aforismos, y los compara con los políticos de Chokier: «no son
como aquellos, fraguados en su cerbello, sino sacados de las letras
sagradas; no illustrados como aquellos, con notas de trilladas eru-
diciones o de la gentilidad de las historias profanas, sino con noti-
cias de Sanctos y del Espíritu Sancto» (fol. §4r-v, la cursiva es mía).
En conclusión, que en su primera etapa, el aforismo vale como
quintaesencia, como sabiduría destilada, sobre todo de historiado-
res antiguos. Pero hay un segundo momento en que varía la poética
del aforismo, dado que este sufre una transformación radical. Ese
paso lo dan los jesuitas, al convertir sus propias obras en fuentes de
aforismos. No me refiero a obras de autores de la Compañía sobre
las que otro jesuita realiza la saca. Será el mismo autor quien vuelva
a su obra para extraer fragmentos que funcionen como aforismos.
58
Publicado «In Lecce, appresso Pietro Micheli», en 1661 (BNE 2-19.266),
tiene mucho menor interés que el anterior.
59
Fray Ambrosio Serrano sentencia en su aprobación: «este libro con
relevancia desvanece sophismas y delirios calvinistas con Aphorismos cathólicos
y políticos» (fol. §av, cursiva mía).
48 CENTELLAS DE VARIOS CONCEPTOS
60
Madrid: Julián de Paredes, 1647. Tomo el dato del Catálogo del Patrimonio
Bibliográfico Español, donde se indica que se conserva ejemplar en Alcalá de
Henares, precisamente en la Biblioteca Complutense de la Compañía de Jesús de
la Provincia de Toledo.
61
Es el caso de la edición de Bruselas: Juan Mommarte, MDCLXIV (BNE 2-
66873), que es la que manejo.
62
«El otro día nos espantó un librito del padre Eusebio, que me remitió el
Padre Lanaja, de dictámenes buenos y bien declarados; pero, bien mirado, no nos
desmaya en ello; gánanos de mano en el asunto, que es harto» (Obras completas,
ed. del Hoyo, p. 1139 a). Ya señalado por Blüher en Séneca en España, citado, p.
482, nota.
63
Pueden verse los preliminares en mi edición de la obra (Madrid: Cátedra,
2003, 5ª edición, pp. 91-93).
INTRODUCCIÓN 49
64
Rouen: Jacques Cailloué, 1631 (Bibl. Univ. de Salamanca BG 14.524).
50 CENTELLAS DE VARIOS CONCEPTOS
Por esta brevedad [...] no pondré aquí discursos largos y largas disputas,
INTRODUCCIÓN 53
67
Cristóbal Suárez de Figueroa, Pusílipo. Ratos de conversación en lo que dura
el paseo, Nápoles: Lazaro Scoriggio, 1629, p. 3.
54 CENTELLAS DE VARIOS CONCEPTOS
«Y sin duda fáçil cosa paresçe persuadir o disuadir a poca gente lo que quisiere, mas
grande dificultad ay en quitar una mala oppinión de todo un exército, y mucho más
yr contra la oppinión de todos. Y para remediar los motines y poner coraçón y gana
de pelear a los soldados, no ay mejor instrumento que la lengua y las palabras, las
quales han de entender todos los soldados». (Guillermo Du Choul, Los discursos de la
religión de los antiguos romanos, Lyon: Guillelmo Rovillio, 589, p. 442 – 443)
INTRODUCCIÓN 55
68
Noticias generales sobre la familia Setantí pueden verse en Cristián
Cortès, Els Setantí, Barcelona: Fundació Salvador Vives Casajuana, 1973, pp. 112
y ss. para nuestro personaje. Centrados en don Joaquín, cfr. Félix Torres Amat,
Memorias para ayudar a formar un Diccionario Crítico de los Escritores Catalanes
(Barcelona, 1836), Barcelona-Sueca: Curial, 1973, pp. 602-603.
69
Frutos de Historia. En que sumariamente están contenidas las cosas notadas
en la página siguiente. Recopiladas por don Ioachín Setantí, Cavallero del Hábito
de Montesa, En Barcelona, en la Emprenta de Lorenço Deu. Año MDCX» (BNE
2/55.472). Cito siempre por este ejemplar. En la Dedicatoria a don Francisco
Gassol, declara Setantí: «este librito, que por ser recopilación de cosas que
otros inventaron entre las plantas de ingenio…» (fol. ¶3 v). Y casi la totalidad
INTRODUCCIÓN 57
de las tres páginas prologales dedicadas «Al prudente lector» van en el mismo
sentido (preliminares, s. f.). Véase una muestra: «y pues todo quanto se haze o se
ha podido hazer de muchos siglos a esta parte, ha sido imitar o entretener con
artificio, o puramente traduzir, reciba el Discreto lector esta mi recopilación con
la benignidad que obligan dichas consideraciones…»
70
Había dos ejemplares en la Biblioteca de Setantí (cfr. Cristian Cortès, Els
Setantí, cit., p. 148 y 150).
71
No aparece, al menos con ese título, en el inventario de los libros del
mercader, aunque sí aparecen otros muchos de tipo político o militar (cfr. pp.
147 y ss.).
58 CENTELLAS DE VARIOS CONCEPTOS
discursiva, que sobre cada razón llega a saber hazer mil discursos
diferentes, y de ellos escoger lo más conveniente al tiempo y al negocio
(ibid., fols. 5v-6r).
Estos avisos son reglas que en algunos casos particulares, que tienen
diferente razón, tienen también ellos excepciones; pero quáles sean
estos casos no se puede bien averiguar, sino con la propia estimativa y
discreción de cada uno (Avisos o consejos políticos, 0, fol. 2v).
72
«No se inventan fácilmente estos avisos, pero mucho más difícil es ponerlos
por obra; porque muchas vezes los hombres conocen y alcançan la razón de
aquello que no saben obrar. Y assí, queriendo aprovecharse dellos, es necessario
ayudar a la naturaleza y hazer un hábito por medio del qual se aprenda a
discurrir y a sacar del entendimiento con facilidad la forma de hablar y obrar
desta manera» (n. 71, fol. 29r).
60 CENTELLAS DE VARIOS CONCEPTOS
El que puede fácilmente conquistar por fuerça, no es bien que se valga del
engaño (fol. 66r).
El dinero vale mucho en todas las cosas, y mucho más en la guerra (67r).
tico, una suerte de muletas con las que el conseller en cap comenzó
la carrera de la reflexión ético-política, apoyado en otros autores,
para ir destilando a su vez su producción sentenciosa particular.
Así lo indicarían el número cerrado de los Avisos que traduce del
Guicciardini: son doscientos, como quinientas serán sus Centellas.
Y sobre todo hay otro detalle muy significativo en ese sentido, y es
que en el «Exordio proemial» ya citado, don Joaquín declara haber
recogido todo ese material «en este pequeño volumen, para traer-
lo conmigo como libro de memorias, sin pensamiento alguno que
uviesse de salir a luz, ni parecer delante nadie» (fol. 1v). El tópico es
bien conocido: después vienen los amigos, que son unos pesados,
y no paran hasta que lo publicas (ibid.). Pero más allá del tópico, es
innegable el carácter iniciático, ejercitatorio del volumen, y además
la alusión al «libro de memorias» resulta harto significativa.
Libro de memoria era, en la época, una suerte de cuaderno de fal-
triquera, con hojas embetunadas y en blanco, al que se acompañaba
una pluma de metal con punta de lápiz «con la qual se annota en el
librito todo aquello que no se quiere fiar a la fragilidad de la memo-
ria, y se borra después para que vuelvan a servir las hojas».73
Así debieron surgir las primeras Centellas, como anotaciones
personales hechas en un cuaderno –diríamos hoy–, faltas sin duda
de interés literario porque no se trata más que de eso, de las notas
que se toman al hilo de una lectura, o en una situación concreta,
para volver más tarde a ellas.
Llaman la atención desde el título: Centellas de varios concep-
tos. ¿Por qué eligió Setantí tan peculiar denominación? Si no me
equivoco, fue el primero en llamar así un libro, y nunca los pensa-
mientos sentenciosos han recibido esa etiqueta. La razón primera la
declara él mismo en la advertencia «Al lector» que antecede a estas
quinientas reflexiones:
73
Diccionario de Autoridades, s. v. «libro».
62 CENTELLAS DE VARIOS CONCEPTOS
74
«Es tan abundosa y varia la materia de que pueden formarse estos Conceptos,
que de un entendimiento práctico podrían salir cada día más Centellas que de
una fragua de herrero; pero no piensen por eso los que presumen de agudos que
salgan echas a caso, porque habilidad es menester, y seso acomodado, prendas de
naturaleza, que no se dan a todos igualmente» (Centellas, nº 500).
INTRODUCCIÓN 63
Algo nuevo debía ofrecer para competir con todos estos libros, y
con los que se venían publicando desde años atrás. Lo cierto es que
el contenido de los aforismos es de gran originalidad. Aquí, sin em-
bargo, hay que proceder con cuidado, porque si se atiende por calas,
por ejemplo a los diez primeros de toda la colección, la idea puede
resultar equivocada: siete tratan directamente de política, y los que
ocupan los puestos noveno y décimo hablan de la virtud y del cris-
tiano. La microestructura de esta primera decena parece calcar la
de cualquier tratado de educación de príncipes al uso durante fines
de la Edad Media y sobre todo del Renacimiento (es cierto que con
salvedades, porque el sexto y el séptimo tocan el asunto de la Razón
de Estado, ausente de los anteriores). No es así, sin embargo, pues
muchos de los restantes 490 tratan de política, pero otros tantos son
79
Muy pocas centellas hacen referencias a asuntos religiosos, como Dios o la
virtud: véanse los números 9, 10, 96, 242, 269, 286, 299, 350, 363, 366, 373, 388,
424, 430, 445, 457, 472, 493, que agotan todas las referencias en ese sentido.
INTRODUCCIÓN 67
Algunas veces los pobres dan entrada a los regocijos porque la melancolía
no los consuma del todo, pero al tiempo del comer los despiden. Y a este
propósito dijo un poeta:
La pobreza y la alegría
son como el perro y el gato,
que no comen en un plato,
aunque estén de compañía.
son muy breves, casi de una línea. Por el contrario, a partir de allí
crecen (cfr. los números 272, 274, 291, etc.), lo que se hace espe-
cialmente sensible tras la número 400. Otros datos apoyarán más
tarde esta hipótesis. Continuemos ahora con los aspectos literarios.
Sorprende que en los quinientos fragmentos no haya más que una
metáfora, en la 324:
Son los rudos leña verde, que puesta en el fuego no saca sino humo;
y los agudos, cohetes, que encendidos suben luego por el aire arriba,
más recios que una saeta; y acabada la pólvora, caen sin luz ni sustancia
alguna.
70 CENTELLAS DE VARIOS CONCEPTOS
3. ESTA EDICIÓN
Para preparar el texto, me he servido de la única edición conoci-
da de la obra, la publicada en 1614 en compañía de los Aforismos de
Tácito: Aphorismos sacados de la Historia de Publio Cornelio Tácito,
por el D. Benedicto Aries Montano, para la conservación y aumen-
72 CENTELLAS DE VARIOS CONCEPTOS