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Cortos 2

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La moneda de plata

Un peso de 4.000 años

Cuando Jesús le dijo a Pedro que buscara una moneda en la boca de un


pez, la palabra que utilizó para “moneda” fue en realidad shekel. Esta palabra
puede resultarle familiar, por ser la moneda del moderno Estado de Israel, pero el
shekel es en realidad una palabra antigua, que aparece en toda la Biblia. Viene de
la raíz SKL ‫ שקל‬que significa “pesar” y era una unidad de masa utilizada en todo el
Antiguo Oriente Próximo.

Pesando metales preciosos

Antes de la invención del dinero formal, la gente hacía sus compras


pesando metales preciosos como el oro, la plata y el bronce. Por ejemplo,
Abraham pagó la sepultura de Sara pesando “cuatrocientos shekels de plata” (Gn.
23:16). En la construcción del Tabernáculo, Dios ordena al pueblo que utilice
cantidades muy específicas de oro, describiendo cada vez el peso como “el shekel
del santuario” (Éxodo 38:24).

Aprende el idioma de Jesús de Nazaret

En la época de Jesús, las monedas de emisión estándar habían sustituido


al pesaje de la plata como dinero. Estas monedas llevaban imágenes del
emperador romano, lo que dio lugar a la famosa enseñanza de Jesús: “Dad al
César lo que es del César” (Marcos 12:17). Pero el antiguo nombre hebreo shekel
perduró, y esto fue precisamente lo que pronunció Jesús.
Retomar el camino a Damasco

Descubra el auténtico significado del Nuevo Testamento

Probablemente conozcas el enfrentamiento de Jesús con Saulo en el


camino a Damasco, pero ¿sabías que la Biblia nos dice que Jesús le habló a
Saulo “en hebreo” (Hechos 26:14)? Por supuesto que sí. Todos en el antiguo
Israel, desde Abraham hasta Zacarías, hablaban, escribían y pensaban en hebreo.
Durante los últimos 2.000 años, la Palabra de Dios se ha extendido por todo el
mundo, y el cristianismo ha pasado de ser un pequeño círculo de doce discípulos
a convertirse en la mayor religión del mundo. Pero esto ha tenido un precio: Los
cristianos han olvidado sus raíces hebreas originales.

¿Por qué es tan esencial el hebreo? A lo largo de la historia, los pensadores


cristianos más importantes sabían que era imposible obtener el verdadero
significado del Nuevo Testamento sin el hebreo. Pero esto estaba generalmente
reservado a los eruditos y a los ministros.

¿Inteligencia o astucia?
Antes de la Caída

Primero que todo, ¿qué era la serpiente antes de la Caída? La Biblia no


dice claramente que tuviera piernas. Sin embargo, si no las tenía, ¿cuál era el
sentido de la maldición y por qué compararla con las criaturas con piernas en el
versículo 14? En hebreo, Génesis 3:1 deja claro que la serpiente fue clasificada
como una bestia, por lo tanto, probablemente se movió con piernas; y las perdió
después de la maldición.
¿Qué adivinó la serpiente?

La imagen de la serpiente en el judaísmo no es del todo negativa, como lo


es en el cristianismo, en donde representa a Satanás, “esa serpiente de la
antigüedad, que es el diablo y Satanás”. La corriente principal del judaísmo no ve
la Caída como el punto crucial de su visión del mundo, por lo tanto, la Biblia
hebrea no identifica la serpiente con Satanás. En hebreo, la misma palabra Najash
(‫)נחש‬, serpiente, también significa “adivinado”, lo que nos da una idea adicional de
la naturaleza inteligente de esta criatura.

Descubre los matices de la Escritura

El simbolismo de la serpiente para el pensamiento judío es muy


ambivalente. La serpiente del Génesis 3 es ciertamente percibida como una
criatura engañosa y astuta. Sin embargo, el Talmud dice que la serpiente fue
creada para ser la asistente personal de Adán y Eva, por lo que “era la más astuta
de todas las bestias del jardín”.

Los profetas fieles de Dios

Moisés, un fiel legislador

Según el Libro de los Hebreos, “Moisés fue fiel en toda la casa de Dios
como siervo, para dar testimonio de las cosas que se dirían después” (Heb. 3:5).
¿Qué significa que Moisés fue fiel? Moisés no se limitó a guiar a los israelitas,
librándolos de la esclavitud. Fue también fiel autor de la Torá (los cinco primeros
libros de la Biblia), escribiendo con precisión las palabras hebreas que le reveló el
Señor en el monte Sinaí.
Los cimientos de la casa

La exactitud del hebreo en la Torá es un signo de la fidelidad de Moisés.


Estas palabras no son solo historias antiguas en un idioma antiguo. Dan
“testimonio de las cosas que se dirán más tarde”, proporcionando profecías que
apuntan al Mesías. El Antiguo Testamento es la base sólida sobre la que se
sustenta la “casa de Dios”, el gran edificio del Nuevo Testamento. No se puede
apreciar plenamente el ministerio de Jesús sin comprender las Escrituras hebreas.

Aprecia la belleza de la “casa de Dios”

Se nos dice que, como Moisés antes que él, “Cristo fue fiel sobre la casa de
Dios” (Heb. 3:6). Al igual que Moisés, Jesús estaba sumamente preocupado por la
fidelidad a la Palabra de Dios y era devoto de la autenticidad. Solo leía el Antiguo
Testamento en el hebreo original.

Deshaciendo los errores de la Inquisición


Los judíos sefaradíes que
escaparon a Suramérica

El término Bnei Anusim


‫ בני אנוסים‬significa “los hijos de
los obligados” en hebreo. Se
refiere a los descendientes de
los judíos sefaradíes que fueron
obligados a convertirse al
catolicismo hace 500 años bajo
la Inquisición española. Estos
“conversos” se convirtieron al
cristianismo, de forma externa,
para seguir vivos. Pero en
secreto, en la intimidad de sus hogares, seguían practicando el judaísmo. Algunos
encendían velas de Shabat los viernes por la noche, otros se negaban a comer
cerdo. Muchos escaparon de Europa y se reasentaron en las colonias recién
descubiertas en Suramérica.

Hoy en día, millones de personas en Brasil que han explorado sus raíces
genealógicas, se han dado cuenta de que son Bnei Anusim. Quizás tú seas uno
de los millones que ha descubierto recientemente que su árbol genealógico se
fundamenta en una antigua base judía. ¿Tienes curiosidad por saber más sobre el
pasado judío de tus antepasados? No hay mejor manera de hacerlo que regresar
a la fuente judía original: la Biblia hebrea. Aprende a leer la Biblia en el hebreo
original tal y como lo hacían tus antepasados judíos.

El lugar de la batalla revelado


El Valle de Elá

Según la Biblia, la batalla de David y Goliat tuvo lugar en las onduladas


colinas que separan la meseta montañosa israelí de la llanura costera filistea. Los
dos ejércitos se situaron a ambos lados de un amplio valle llamado "Valle de Elá”
(1 Sam. 17:2). La palabra Elá ‫ ֵא ָלה‬significa “terebinto”, una especie de árbol
caducifolio que cubría grandes porciones de la Tierra de Israel en la época de la
Biblia.
Robles y terebintos

El terebinto aparece a
menudo en la Biblia. Por
ejemplo, Jacob enterró a los
dioses extranjeros de su familia
“bajo el terebinto cerca de
Siquem” (Gn. 35:4) y Absalón
murió colgado accidentalmente
de un terebinto (2 Sam. 18:9).
Un terebinto se parece mucho
a un roble (elon ‫)ֵא לֹון‬. Los
robles también son comunes
en las Escrituras: Abraham
acampó a menudo cerca de arboledas de robles: el “Roble (elon) de More”
(Génesis 12:6) y los “Robles (elonei) de Mamre” (Génesis 18:1).

Descubre los matices de las Escrituras

Tanto Elá como Elon provienen de la raíz hebrea que significa “dios” (el ‫)אל‬,
porque los cananeos consideraban que estos árboles tenían una fuerza divina y
eran adorados por los idólatras (Oseas 4:13). Así que el lugar de la batalla no fue
casual. Se trataba de una batalla por las creencias. ¿Quién prevalecería en el
Valle de Elá: ¿el único Señor de Israel (Elohim) o los numerosos dioses idólatras
(elim)?

La oración bíblica más corta

Rivalidad entre hermanos

La Biblia nos habla de muchos desafíos contra la autoridad de Moisés


durante el largo periodo de permanencia en el desierto. Uno de los desafíos más
sorprendentes vino de los propios hermanos de Moisés: Aarón y Miriam, en el
capítulo 12 del Libro de los Números. Se burlaron de su esposa y lo acusaron de
acaparar poder. Como castigo por esta insubordinación, Dios aflige a Miriam con
lepra, y su piel quedó “tan blanca… como la nieve” (Núm. 12:10).

Recita las verdaderas palabras pronunciadas por Moisés

Moisés, siempre humilde y justo, no se enorgullece de la caída de sus


enemigos. Por el contrario, se dirige a Dios y pronuncia una de las oraciones más
sencillas que se encuentran en las Escrituras: “Dios mío, ¡te ruego que la sanes!”.

En el hebreo original que hablaba Moisés, la oración se escucharía así:

EL NA REFAH NA LA

‫ֵא ל ָנא ְר ָפ א ָנא ָלּה‬

Aprende a dirigirte a Dios como lo hizo Moisés

Observa la pureza de esta sencilla oración en su versión original hebrea.


Fíjate en lo cortas que son las cinco palabras: de una sola sílaba. Nota lo simétrica
que es la frase: comienza con el dador (“Dios”) y termina con el receptor (“ella”).
La palabra central es el verbo crucial (“sanar”), que se suaviza a ambos lados con
un “por favor”. Este es el mejor ejemplo de una verdadera oración sincera en su
forma más pura. Aprende a orar de manera auténtica como lo hizo Moisés, al
estudiar Hebreo Bíblico en línea, hoy.

Un lugar divino
¿Qué podemos aprender del Sueño de Jacob?

Una de las historias más famosas del Libro del Génesis, es el sueño de
Jacob donde los ángeles suben y bajan una escalera al cielo. Comienza con estas
palabras: “Y llegó a cierto lugar y durmió allí, porque ya el sol se había puesto”
(Gen. 28:11). En hebreo, “lugar” es makom (‫)מקום‬. ¿Dónde está este lugar? Es
extraño que la Torá, que suele estar llena de detalles geográficos, no especifique
la ubicación.

El lugar que trasciende el espacio

Según una antigua interpretación judía de este verso, el makom que Jacob
encontró no es un lugar físico, sino la propia presencia de Dios. Los rabinos del
Talmud explicaron, “Dios es el lugar del mundo, y el mundo no es su lugar”. En
otras palabras, Dios no puede limitarse a un solo lugar. Más bien, Dios trasciende
el espacio, y todos podemos llegar a Él y en cualquier lugar.

Descubra la esencia de la Biblia

Hasta el día de hoy, es común escuchar a los judíos referirse a Dios como
Ha-Makom (“el lugar”) en la oración. Este nombre captura la inmensidad eterna de
Dios, mientras enfatiza su cercanía íntima.

El fruto prohibido
¡¿Acaso fue una manzana?!

La descripción del árbol del “conocimiento del bien y del mal” no deja rastro
de la especie exacta de árbol. Durante muchos años, se creyó que esta fruta era
una manzana. Pero en el hebreo original en ningún momento aparece nombrada
la manzana (tapuaj, ‫)תפוח‬. El mito de la manzana se desarrolló debido a un error
cometido por San Jerónimo cuando él creó la versión al latín de la Biblia, conocida
como Vulgata, en el año 382.

Los frutos prohibidos

¿Finalmente qué fruto fue? Las fuentes judías ofrecen varias respuestas:
nuez (‫אגוז‬, egoz); cidra (etróg, ‫ ;)אתרוג‬vid (guéfen, ‫ ;)גפן‬trigo (‫חיטה‬, jitá); e higo
(tená, ‫)תאנה‬. Las dos respuestas más difundidas son la de la vid y la del higo,
prevaleciendo la del higo pues es el primer árbol que aparece en Génesis y el
texto relata después que al darse cuenta la primera pareja de su desnudez, se
cosieron taparrabos con una hoja de higuera.

Arroja luz sobre las Escrituras


Rey David: sobre la luz y el miedo

Uno de los versos más bellos de la Biblia se encuentra en una oración de


agradecimiento recitada por el rey David: "El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a
quién temeré?" (Salmo 27:1).

En hebreo antiguo las palabras son:

‫ְיהָוה אֹוִר י ְוִיְׁש ִע יִמ ִּמ י ִא יָר א‬

Adonai ori v’ishi mimi ira

Fíjate en la sonoridad y similitud poética de la segunda palabra (ori - mi luz)


y la última palabra (ira - temeré). El contraste revela maravillosamente el mensaje.
Sólo en hebreo antiguo es posible apreciar plenamente el sentimiento de David: la
luz de Dios anula el temor de los hombres.

El profeta llorón
Una cueva de ladrones

Cuando Jesús entró al templo y volcó las mesas de los cambistas, seguía
los pasos de uno de los más grandes profetas del antiguo Israel. Seis siglos antes,
este hombre había condenado al pueblo por convertir la Casa de Dios en una
"cueva de ladrones" (Jer. 7:11). Jesús utilizó precisamente la misma frase cuando
vio las prácticas comerciales inmorales que sucedían en ese lugar sagrado. Este
hombre era el profeta Jeremías.

El Señor levanta

Jeremías vivió a finales del siglo VII a.C. Pasó gran parte de su vida
tratando de impedir que el pueblo judío pecara. Les advirtió sobre la destrucción
babilónica de Jerusalén. En el hebreo original de la Biblia, el nombre Jeremías es
Yirmiahu ‫ ִיְר ְמ ָיהּו‬que significa "el Señor (yahu) levanta (yarim)". Parece un nombre
alegre para un hombre conocido como el "profeta llorón". Pero, de hecho, el
nombre resulta perfectamente apropiado.

Eleva tu conocimiento de las Escrituras

En el libro de Jeremías, el profeta cambia el tono de condena por el de


consolación. Le dice al pueblo que, a pesar de sus pecados, Dios no los ha
rechazado. El Señor restaurará a Jerusalén y establecerá un "nuevo pacto" con su
pueblo. Seiscientos años después, Jesús vino a Jerusalén para inaugurar este
pacto, siendo "levantado" por el Señor.

El secreto de la supervivencia hebrea


El pacto portátil

El secreto de la resistencia del pueblo judío durante milenios de migración y


persecución, es su lengua sagrada: hebreo. Así como un pacto portátil, el hebreo
está hecho a la medida divina de la migración. El Libro del Génesis se refiere al
patriarca Abram como ha-ivri ‫ ָה עָברי‬o “El Hebreo” (Génesis 14:13). El significado
de la palabra ha-ivri es “el que cruza". Una referencia a la migración que hizo
Abram desde su ciudad natal, en Mesopotamia, a través del río Jordán, hacia la
tierra de Canaán.

Lealtad al origen

Por más de 4000 años, en cada lugar en que los judíos se asentaban,
aprendían a hablar la lengua local y adoptaban las costumbres locales. La
diversidad de estas comunidades judías es realmente asombrosa. Hay una sola
cosa que todos tienen en común: nunca olvidaron el hebreo de su ancestro
Abram. En las sinagogas y escuelas de todo el mundo, el pueblo judío siempre
estuvo firme en su decisión: La Biblia debe leerse en el hebreo original.

Traspasar hacia la claridad bíblica

En la actualidad, la difusión mundial del hebreo ha alcanzado nuevas


dimensiones, en la medida que los cristianos descubren las raíces judías de su fe.
En las iglesias de todo el mundo, los cristianos están aprendiendo a leer La Biblia
en hebreo para entender verdaderamente la Palabra de Dios.

David: Maestro de las cuerdas

Cómo calmar a un rey malhumorado

En pleno apogeo de su gobierno, Saúl, el primer rey bíblico de Israel,


enfureció de repente. Sin que nadie pudiera anticiparlo, a Saúl lo poseían terribles
ataques de furia. La Biblia lo describe como "atormentado por un espíritu maligno".
(1 Sam. 16:14). No sabemos exactamente qué hizo que "el espíritu del Señor se
apartara de Saúl”, sin embargo, sí sabemos qué lo curó. Fue el poder terapéutico
de la música de David.
El Arpa Sanadora

David era un joven y simple pastor, cuando llegó hasta el palacio la noticia
de que él sabía cómo curar al rey. Al tiempo que pastoreaba el rebaño, David se
entretenía tocando la lira. Conocida en hebreo como kinnor ‫ִּכּנֹור‬, la lira es un arpa
portátil que David podía guardar fácilmente dentro del bolso. Junto con el bastón y
los lazos, la lira se convirtió en un objeto infaltable en su equipo.

Escucha el sonido del antiguo Israel

David tocaba la dulce lira para apaciguar sus cabras cuando eran atacadas
por los lobos. Fueron estos mismos sonidos los que ahuyentaron al espíritu
maligno que poseía a Saúl. En cuanto se convirtió en rey, David tocó la lira para
acompañar muchos de los salmos que él mismo escribió. (Salmo 81:2).

Una enseñanza sobre la oración

La esposa estéril de Elcana

La Biblia contiene varios ejemplos de alabanza. Quizá ninguno tan


conmovedor como el de Ana, madre del profeta Samuel, y sus emotivas oraciones
de agradecimiento. Durante muchos años, Ana se avergonzó porque era incapaz
de concebir hijos. Luego de un tiempo muy largo de reflexión y espera, Ana
finalmente logró quedar embarazada y exclamó, llena de alegría: “Mi corazón se
regocija en ti, Señor... Tú levantas del polvo al pobre” (1 Sam. 2:1,7).

¿Qué dice el hebreo sobre la oración?


En el hebreo original, el verbo designado para la "oración" de Ana es,
hitpalel ‫התפלל‬. Esta palabra contiene la raíz PLL ‫פלל‬, que significa "juzgar". No
obstante, en el resto de la palabra, hitpalel contiene el prefijo reflexivo hit, que
indica "algo hecho hacia uno mismo". Según el hebreo, la oración empieza por
observar los estados internos, por evaluar sinceramente las propias reflexiones
para que cada uno sea, en última instancia, su propio juez. En hebreo, solo
después de "estar bien con Dios", es que puedes comenzar a elevar peticiones.

Una conexión que solo encontrarás en hebreo.

La oración de Ana y sus efectos trascendentales. Cuando Salomón terminó


de construir el Templo, oró a Dios para agradecerle (1 Reyes. 8). Mientras Jonás
estuvo en el vientre del gran pez, oró a Dios por su liberación (Jon. 2). En ambos
casos, la palabra usada para la oración es hitpalel. Es posible que Ana, una
tranquila campesina y ama de casa, haya sido su maestra y les haya enseñado a
orar a los grandes reyes y profetas.

Un valor muy antiguo

¿Cómo lo logró Israel?

El secreto detrás del excepcional triunfo de


Israel sobre el COVID-19, no fue solo la medicina
moderna. Se trató de uno de los valores más
antiguos del pueblo judío: arevut
("entremezclarse"). Según este principio, si
queremos funcionar como sociedad, debemos
vernos a nosotros mismos como sujetos
entremezclados, o vinculados, con quienes nos
rodean. Entre más responsables seamos con
nuestro prójimo, más fuerte será el pueblo y más
nos beneficiaremos todos.

Compromiso con El Todo

El concepto de arevut se remonta a La Biblia. Mientras los hijos de Israel


avanzaban por el desierto, tres de las doce tribus tomaron la difícil decisión de
establecerse a las afueras de la Tierra Prometida. Rubén, Gad y media tribu de
Manasés, concluyeron que el mejor territorio para el pastoreo era el que se
encontraba ubicado al oriente del Jordán. Aunque, en un punto su decisión pudo
parecer egoísta, en realidad, las tres tribus no estaban abandonando a sus
hermanos.

Entendiendo mejor el contexto bíblico

Aunque estas tribus no tenían intención de establecerse en Canaán, les


aseguraron a sus hermanos: "nosotros tomaremos las armas... y no volveremos a
nuestras casas hasta que los hijos de Israel hayan tomado posesión de la tierra
que les corresponde" (Nm. 32:17-18). Así logró Israel superar la pandemia, sus
tribus hicieron un pacto de lealtad con su patria, y con ellos mismos.

El poder del 3
La palabra hebrea, el equilibrio perfecto

El número 3 es uno de los más sagrados de la Biblia. Para poder entender


su influencia, tenemos que sumergirnos en el hebreo original. “Tres”, en hebreo,
es shalosh, se escribe así: ‫ָׁש ֹלׁש‬. ¿Te das cuenta de la simetría implícita en esta
palabra? Está compuesta por dos shin (‫ )ש‬de 3 puntas que rodean al alto lamed (
‫)ל‬. Shalosh es una palabra emblema del carácter firme, y de la fortaleza.

Fortalecer el centro

El número tres, así como la forma de la palabra shalosh, crean equilibrio en


medio del caos mundano. Esto nos conecta con las historias de los tres patriarcas.
Conocemos la historia de Abrahán, y su nieto Jacob, aunque sabemos poco sobre
Isaac, el patriarca intermedio. El poder del 3 le da a Isaac la fuerza para ser un
punto de equilibrio, y poder estar junto a su padre, así como junto a su hijo.

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