Cortos 2
Cortos 2
Cortos 2
¿Inteligencia o astucia?
Antes de la Caída
Según el Libro de los Hebreos, “Moisés fue fiel en toda la casa de Dios
como siervo, para dar testimonio de las cosas que se dirían después” (Heb. 3:5).
¿Qué significa que Moisés fue fiel? Moisés no se limitó a guiar a los israelitas,
librándolos de la esclavitud. Fue también fiel autor de la Torá (los cinco primeros
libros de la Biblia), escribiendo con precisión las palabras hebreas que le reveló el
Señor en el monte Sinaí.
Los cimientos de la casa
Se nos dice que, como Moisés antes que él, “Cristo fue fiel sobre la casa de
Dios” (Heb. 3:6). Al igual que Moisés, Jesús estaba sumamente preocupado por la
fidelidad a la Palabra de Dios y era devoto de la autenticidad. Solo leía el Antiguo
Testamento en el hebreo original.
Hoy en día, millones de personas en Brasil que han explorado sus raíces
genealógicas, se han dado cuenta de que son Bnei Anusim. Quizás tú seas uno
de los millones que ha descubierto recientemente que su árbol genealógico se
fundamenta en una antigua base judía. ¿Tienes curiosidad por saber más sobre el
pasado judío de tus antepasados? No hay mejor manera de hacerlo que regresar
a la fuente judía original: la Biblia hebrea. Aprende a leer la Biblia en el hebreo
original tal y como lo hacían tus antepasados judíos.
El terebinto aparece a
menudo en la Biblia. Por
ejemplo, Jacob enterró a los
dioses extranjeros de su familia
“bajo el terebinto cerca de
Siquem” (Gn. 35:4) y Absalón
murió colgado accidentalmente
de un terebinto (2 Sam. 18:9).
Un terebinto se parece mucho
a un roble (elon )ֵא לֹון. Los
robles también son comunes
en las Escrituras: Abraham
acampó a menudo cerca de arboledas de robles: el “Roble (elon) de More”
(Génesis 12:6) y los “Robles (elonei) de Mamre” (Génesis 18:1).
Tanto Elá como Elon provienen de la raíz hebrea que significa “dios” (el )אל,
porque los cananeos consideraban que estos árboles tenían una fuerza divina y
eran adorados por los idólatras (Oseas 4:13). Así que el lugar de la batalla no fue
casual. Se trataba de una batalla por las creencias. ¿Quién prevalecería en el
Valle de Elá: ¿el único Señor de Israel (Elohim) o los numerosos dioses idólatras
(elim)?
EL NA REFAH NA LA
Un lugar divino
¿Qué podemos aprender del Sueño de Jacob?
Una de las historias más famosas del Libro del Génesis, es el sueño de
Jacob donde los ángeles suben y bajan una escalera al cielo. Comienza con estas
palabras: “Y llegó a cierto lugar y durmió allí, porque ya el sol se había puesto”
(Gen. 28:11). En hebreo, “lugar” es makom ()מקום. ¿Dónde está este lugar? Es
extraño que la Torá, que suele estar llena de detalles geográficos, no especifique
la ubicación.
Según una antigua interpretación judía de este verso, el makom que Jacob
encontró no es un lugar físico, sino la propia presencia de Dios. Los rabinos del
Talmud explicaron, “Dios es el lugar del mundo, y el mundo no es su lugar”. En
otras palabras, Dios no puede limitarse a un solo lugar. Más bien, Dios trasciende
el espacio, y todos podemos llegar a Él y en cualquier lugar.
Hasta el día de hoy, es común escuchar a los judíos referirse a Dios como
Ha-Makom (“el lugar”) en la oración. Este nombre captura la inmensidad eterna de
Dios, mientras enfatiza su cercanía íntima.
El fruto prohibido
¡¿Acaso fue una manzana?!
La descripción del árbol del “conocimiento del bien y del mal” no deja rastro
de la especie exacta de árbol. Durante muchos años, se creyó que esta fruta era
una manzana. Pero en el hebreo original en ningún momento aparece nombrada
la manzana (tapuaj, )תפוח. El mito de la manzana se desarrolló debido a un error
cometido por San Jerónimo cuando él creó la versión al latín de la Biblia, conocida
como Vulgata, en el año 382.
¿Finalmente qué fruto fue? Las fuentes judías ofrecen varias respuestas:
nuez (אגוז, egoz); cidra (etróg, ;)אתרוגvid (guéfen, ;)גפןtrigo (חיטה, jitá); e higo
(tená, )תאנה. Las dos respuestas más difundidas son la de la vid y la del higo,
prevaleciendo la del higo pues es el primer árbol que aparece en Génesis y el
texto relata después que al darse cuenta la primera pareja de su desnudez, se
cosieron taparrabos con una hoja de higuera.
El profeta llorón
Una cueva de ladrones
Cuando Jesús entró al templo y volcó las mesas de los cambistas, seguía
los pasos de uno de los más grandes profetas del antiguo Israel. Seis siglos antes,
este hombre había condenado al pueblo por convertir la Casa de Dios en una
"cueva de ladrones" (Jer. 7:11). Jesús utilizó precisamente la misma frase cuando
vio las prácticas comerciales inmorales que sucedían en ese lugar sagrado. Este
hombre era el profeta Jeremías.
El Señor levanta
Jeremías vivió a finales del siglo VII a.C. Pasó gran parte de su vida
tratando de impedir que el pueblo judío pecara. Les advirtió sobre la destrucción
babilónica de Jerusalén. En el hebreo original de la Biblia, el nombre Jeremías es
Yirmiahu ִיְר ְמ ָיהּוque significa "el Señor (yahu) levanta (yarim)". Parece un nombre
alegre para un hombre conocido como el "profeta llorón". Pero, de hecho, el
nombre resulta perfectamente apropiado.
Lealtad al origen
Por más de 4000 años, en cada lugar en que los judíos se asentaban,
aprendían a hablar la lengua local y adoptaban las costumbres locales. La
diversidad de estas comunidades judías es realmente asombrosa. Hay una sola
cosa que todos tienen en común: nunca olvidaron el hebreo de su ancestro
Abram. En las sinagogas y escuelas de todo el mundo, el pueblo judío siempre
estuvo firme en su decisión: La Biblia debe leerse en el hebreo original.
David era un joven y simple pastor, cuando llegó hasta el palacio la noticia
de que él sabía cómo curar al rey. Al tiempo que pastoreaba el rebaño, David se
entretenía tocando la lira. Conocida en hebreo como kinnor ִּכּנֹור, la lira es un arpa
portátil que David podía guardar fácilmente dentro del bolso. Junto con el bastón y
los lazos, la lira se convirtió en un objeto infaltable en su equipo.
David tocaba la dulce lira para apaciguar sus cabras cuando eran atacadas
por los lobos. Fueron estos mismos sonidos los que ahuyentaron al espíritu
maligno que poseía a Saúl. En cuanto se convirtió en rey, David tocó la lira para
acompañar muchos de los salmos que él mismo escribió. (Salmo 81:2).
El poder del 3
La palabra hebrea, el equilibrio perfecto
Fortalecer el centro