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Causalidad y Acción Psicológica

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CAUSALIDAD Y ACCIÓN PSICOLÓGICA

ALUMNA: GUADALUPE BAUTISTA CAYETANO


MAESTRA: KARLA ALEJANDRA CANO GÓMEZ
5TO SEMESTRE GRUPO A
UNIVERSIDAD ETAC, CAMPUS COACALCO
Causalidad y acción psicológica
La causalidad es el principio o el origen de algo. El concepto se utiliza para nombrar a la
relación entre una causa y su efecto, y puede utilizarse en el ámbito de la física, la estadística
y la filosofía. La acción psicológica, por otro lado, se refiere a los procesos mentales y
comportamientos que son impulsados por factores internos, como las emociones, los
pensamientos y las motivaciones. En el contexto de la causalidad y la acción psicológica,
podemos decir que existe una relación entre ambos conceptos. Las acciones psicológicas son
el resultado de una serie de causas y condiciones que influyen en nuestros estados mentales y
comportamientos. Estas causas pueden ser tanto internas, como nuestros propios
pensamientos y emociones, como externas, como el entorno en el que nos encontramos. Es
importante tener en cuenta que la causalidad en el ámbito de la psicología puede ser
compleja y multifactorial. No siempre es posible identificar una única causa para un
determinado comportamiento o estado mental, ya que suelen estar influenciados por una
variedad de factores interrelacionados. En resumen, la causalidad y la acción psicológica
están estrechamente relacionadas, ya que nuestras acciones y comportamientos son el
resultado de una serie de causas y condiciones que influyen en nuestros estados mentales y
emocionales. Sin embargo, es importante reconocer la complejidad de estos procesos y no
buscar una única causa para explicarlos.

3.1 Actividad psicológica y causalidad


En su intento de devolver la conciencia a la psicología, Vygotsky descubrió varias actividades
humanas capaces de actuar como generadoras de la conciencia. En primer lugar, señaló la
naturaleza histórica de la experiencia humana. Los seres humanos emplean muchos
conocimientos, experiencias e instrumentos simbólicos que se transmiten, por herencia no
biológica, de generación en generación. El individuo no vive tanto en el mundo de su
experiencia como en un mundo encaramado en la cima de toda la historia anterior. El
segundo aspecto de la experiencia humana es su deuda con el entorno social y con las
experiencias de otras personas. Las relaciones entre el yo y los otros desempeñan una
función fundamental en el esquema teórico de Vygotsky. Un individuo sólo adquiere
conciencia de sí mismo en las interacciones con otros individuos y a través de ellas.

Es una alternativa que hace posible modernizar y reformar por completo el proceso de
enseñanza aprendizaje. se establece una relación distinta entre los procesos de enseñanza y
desarrollo. Vigotsky determina la existencia de una estrecha relación entre los procesos de
enseñanza y aprendizaje, pero estos procesos no coinciden (Vigotsky, 1991). La conducta
humana como conducta molar, en contraposición en una concepción molecular de la
conducta. Esta distinción entre una concepción molar y una concepción molecular de la
conducta se puede establecer en un nivel doble.
3.1.2 Una aproximación a las estructuras de la conducta
Definimos como repertorio de conductas a todas las conductas realizadas por todas las
personas (cada una con diferentes características) en todas las situaciones posibles. Al
momento de categorizarlas, las dividimos en estructuras de la conducta. En casos habituales,
la persona se encuentra en el predominio de ciertas estructuras. A las estructuras
predominantes y repertorio de conductas relacionadas, Bleger la conoce como personalidad.

Por último, toda conducta es la mejor respuesta del individuo dadas aquellas condiciones.
Por ejemplo, después de un trauma, si la persona adopta un síntoma somático, esa es
precisamente la mejor forma en la que su personalidad total pudo asimilar el evento.
Es necesario conocer las Conductas defensivas según Bleger.
Conocimientos previos
Objeto total o ambivalente: Es un objeto interno o externo que tiene características «buenas»
y «malas» (el sujeto las percibe así).
Objeto parcial: Partes de un objeto total, serían el objeto bueno y malo.

Objeto bueno/malo: Un objeto parcial con características predominantemente buenas o


malas. Las ambivalencias son resueltas volviéndose divalencias, es decir, dividiéndose en
bueno y malo.
Objeto peligroso: Un objeto en interno o externo que amenaza con la desorganización
(causar ansiedad)

Objeto interno: Contrario al objeto real o externo. Es un objeto metafórico, se encuentra en


el sujeto.

Objeto real o externo: Contrario al objeto interno. Se refiere a un objeto en el mundo


externo: persona, animal, cosa, etc.
A1, 2 y 3: Las áreas de la conducta: mente, cuerpo y mundo externo.
Estructura Explicación
Paranoide El sujeto (a1 y a2) proyecta un objeto
predominantemente malo al a3. Entonces el
a3 se vivencia como peligroso, el sujeto se
muestra desconfiado. Los objetos reales
pueden o no ser peligrosos; sin embargo, la
proyección sobre ellos impone esta
característica de hostil.
Defensa: Proyección
Depresiva El sujeto siente que ha destruido el objeto
ambivalente. El sujeto
siente tristeza (porque lo amaba)
y culpa (porque lo odiaba, por ende, él lo
destruyó). Introyecta el objeto perdido,
aminorando al Yo y siente necesidad de
expiación (perdón).
Defensa: Introyección

Ritualista Es la necesidad de recurrir a un ritual, una


conducta estereotipada, o un amuleto, para
anular el peligro del objeto peligroso, que
puede estar en a1, 2 y 3.
Defensa: Proyección

Histérica Es caracterizada porque la conducta se


vuelve representativa, llegando a ser teatral.
Mediante la conversión, el objeto es
controlado en el a2, suscitando
manifestaciones corporales.
Defensa: Conversión

Confusional Se pierde la discriminación entre objeto


bueno y malo, ambivalente y divalente o yo
y no-yo. Esto genera ansiedad confusional.
Puede ocurrir cuando una situación pierde
su discriminación o no ha sido discriminada
aún.
Ansiosa Implica ansiedad porque un objeto
peligroso ya está actuando. Es siempre
resultado o reacción a un peligro. Puede
existir en a1, 2 o 3, tomando los nombres
de ansiedad, angustia o miedo
respectivamente.
Defensa: Introyección, proyección

Evitativa El objeto malo y bueno son situados en


objetos externos. Entonces el sujeto «evita»
al objeto peligroso en el a3. Debido al
desplazamiento, se contaminan otros
objetos externos de este objeto peligroso.
Sin embargo, también se sitúa el objeto
bueno en un acompañante en el a3.
Defensa: Desplazamiento, aislamiento

Esquizoide El sujeto se distancia del mundo exterior en


distintos grados. Desde el distanciamiento
afectivo mediante la racionalización hasta la
pérdida del sentido de la realidad. Aquí
priman los vínculos con objetos internos,
por sobre los vínculos de objetos externos.
Defensa: Aislamiento

Hipomaníaca Se caracteriza por el acercamiento y


alejamiento alternado del objeto peligroso.
Así se consigue control sobre él.
Accesional Se caracteriza por una forma brusca de
presentar el objeto, un núcleo aglutinado
(no discriminado).
Hipocondriaca El esquema corporal es aglutinado, es decir,
no está separado.

Actividad psicológica como interacción conducta-ambiente.


Si bien es posible encontrar antecedentes conceptuales de la relación entre psicología y
medio ambiente, en la década de los años cuarenta, en el trabajo pionero de Kurt Lewin
(Lewin, 1951) y en el de algunos de sus discípulos (Barker y Wright, 1955), sus avances
teóricos son muy recientes y datan de sólo hace dos o tres décadas. En este período, hemos
presenciado el advenimiento de una serie de interdisciplinas interesadas en establecer
interfases conceptuales y empíricas entre la psicología y las ciencias ambientales,
principalmente con la ecología. Algunas de ellas, fértiles en contribuciones fuer on la
psicología ambiental, la geografía conductual, la biología social, la ecología humana, la
ecología conductual, la arquitectura psicológica y la antropología y sociología urbanas .

Ciertamente todas estas interdisciplinas consideran como objeto de estudio el


comportamiento humano en su contexto físico-social inmediato; sin embargo, sus enfoques y
aproximaciones varían grandemente, y lo hacen no sólo en atención a la especificidad de las
disciplinas que las conforman, sino también porque ensayan niveles de análisis, escalas y
enfoques diferentes.
Tómese como ejemplo el caso de la psicología ambiental -a la que nos dedicaremos de aquí
en adelante-, donde la existencia de dos aproximaciones o enfoques proporcionan también
resultados diferentes. Uno de estos enfoques enfatiza la variable ambiental como influencia
determinante del comportamiento, mientras que el otro, analiza más bien los efectos de la
conducta en el medio ambiente físico y natural. En ambos casos, la relación entre el objeto
de la psicología y el medio ambiente es evidente, aunque la naturaleza del dato en
consideración es diferente. El diagrama que se presenta a continuación ilustra esta distinción.

No pocos autores han ensayado definiciones de la Psicología Ambiental; Aragonés y


Amérigo (1998) hacen un completo recuento de las más importantes. Todas sin excepción
destacan la relación entre el individuo y su entorno; algunas de ellas enfatizan exclusivamente
relaciones con el entorno físico (Heimstray McFarling, 1978; Holahan, 1982; Gifford, 1987),
otras incorporan lo social como parte del medio ambiente (Stokols y Altman, 1987; Veitch y
Arkkelin, 1995), y las menos consideran también al ambiente natural (Bell, Fisher, Baum y
Greene, 1996).

Algunas definiciones enfatizan procesos cognitivos, experienciales y emocionales (Darley y


Gilbert, 1985), mientras que otras recalcan más bien procesos conductuales, entendiendo
conducta desde una perspectiva más inclusiva de los procesos psicológicos (Holahan, 1982 y
Bell, Fisher, Baum y Greene, 1996).

Si bien estas definiciones presuponen tácitamente una relación de ida y vuelta del individuo
con su medio ambiente (Gilfford, 1982, habla de "transacciones entre individuos y el medio
ambiente" y Darley y Gilbert, 1985, menciona las "influencias interactivas" entre ambos
elementos), ninguna de ellas expresa abiertamente la necesaria diferenciación que debe
hacerse entre conducta determinada y conducta determinante.

Por ello quizá sea necesario delimitar ambos dominios de la psicología ambiental,
valiéndonos de una definición que integre todos los elementos constitutivos de la
interdisciplina:

De esta manera, la psicología ambiental debería precisarse como la interdisciplina que se


interesa por el análisis teórico y empírico de las relaciones entre el comportamiento humano
y su entorno físico construido, natural y social. Dichas relaciones pueden asumir dos
modalidades; una que ubica la conducta como efecto de las propiedades ambientales y otra
que la sitúa como causa de las modificaciones de éste.

En tanto interdisciplina, esta definición enfatiza la necesidad de que la psicología ambiental


incorpore los aportes provenientes de otras disciplinas, particularmente de las ciencias socio-
ambientales (ecología, arquitectura, urbanismo, sociología, diseño, geografía, etc.). No debe
olvidarse que la validez de un objeto teórico de conocimiento depende de la manera en que
puede relacionarse con otros objetos de otras disciplinas específicas que también se
proponen estudiar analíticamente un segmento de la realidad.

Asimismo, tipifica el medio ambiente en términos inclusivos, cuidando de no dejar fuera el


contexto natural, dominio en el que el comportamiento humano representa un papel
extraordinariamente importante.
El concepto de relación entre el comportamiento y el medio ambiente debe merecer una
consideración especial. Aquí concretamente describe una inter-conducta (Kantor, 1959;
Ribes y López, 1985) que pone de relieve la interacción misma como objeto de interés
primario de la psicología y que evita la dualidad conducta-ambiente como dos eventos
independientes en transacción mecánica que establece conducta como simple actividad y
ambiente como simple objeto que suscita actividad. Desde esta perspectiva, la "relación"
prevé el concepto de interdependencia entre campos de relaciones sincrónicas. Por lo tanto
como menciona Willems (1973) la conducta es una propiedad del sistema más que un
atributo del individuo. Y en la misma dirección Proshansky y colaboradores (1978),
afirmaban que existe sólo un medio ambiente total, del cual el hombre es simplemente un
componente en relación con sus otros componentes. El hombre, nos decía, no existe
excepto en sus relaciones con otros componentes.

La definición considera, además, que la psicología ambiental debe permitir una


aproximación analítica a su objeto como corresponde a una aproximación científica al
estudio de la relación propuesta. Finalmente, la definición sugerida recalca la diferencia que
existe entre aquellos estudios que exploran la conducta humana como variable dependiente
o como efecto de las características o condiciones ambientales, y los que la analizan como
variable independiente o determinante de procesos ambientales particulares. Esta distinción
expresa, permite a la psicología ambiental asumir no solamente su rol tradicional (diseño y
planificación ambientales, uso del espacio, territorialidad, percepción y cognición, etc.,
destacado en la mayoría de los trabajos publicados hasta ahora), sino también terminar de
incursionar en el terreno fértil del estudio de la conducta ambientalmente responsable al que
los investigadores de este campo se asoman aún muy tímidamente.
Referencias
1. la mente es maravillosa
https://lamenteesmaravillosa.com/la-teoria-la-atribucion-causal-origen-desarrollo-
consecuencias/
2. Definiciones-de.com
https://www.definiciones-de.com/Definicion/de/actividad_psicologia.php
3. Psicología en cuaderno virtual
https://psicologiaen.wordpress.com/2016/08/25/capitulo-xvi-estructuras-de-la-conducta/
4. SCIELO
http://www.scielo.org.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2077-33232000000200007
5. SCIELO
http://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-81452012000400006

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