Anemia Investigacion
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rojos en la sangre para llevar oxígeno a sus tejidos y células. La anemia puede ser
temporal o crónica, así como leve o severa. Los profesionales que
cuidan a personas dependientes pueden tomar algunas medidas para superar
esta anemia o ayudar a sobrellevar sus síntomas.
Especialmente, las personas mayores anémicas tienen más probabilidades de
perder habilidades físicas, experimentar deterioro funcional, ser hospitalizadas y
ser admitidas en hogares de ancianos en comparación con personas de la tercera
edad sin la condición. Incluso una anemia leve puede contribuir a estos resultados
de salud, por lo tanto, es importante que los cuidadores conozcan los signos y
síntomas para garantizar que se detecten y se traten de manera oportuna.
CAUSAS DE LA ANEMIA
La anemia puede ocurrir debido a que los glóbulos rojos disminuyen por
una pérdida de sangre, porque no se producen (o se producen mal) en
nuestro organismo o porque algo los destruye. A través de un simple
análisis de sangre se mide la cantidad de glóbulos rojos que una persona
tiene.
Es frecuente que el médico no hable de glóbulos rojos sino de
“hemoglobina”. Esta proteína está dentro de los glóbulos y es un indicador
del nivel de anemia.
La anemia puede ser aguda, con un comienzo repentino y severo, o puede
ser crónica, y desarrollarse lentamente durante un largo período de tiempo.
La diferencia en el inicio puede arrojar luz sobre la causa de la anemia, y
también ayuda a determinar qué curso de tratamiento será más efectivo.
En algunos casos, no se puede encontrar una causa clara, pero, aun así, la
anemia a menudo se puede tratar con buenos resultados.
Ciertos medicamentos también pueden contribuir a la anemia. Esto es
especialmente cierto para las personas mayores que generalmente toman
varias recetas. Los tratamientos para el cáncer, como la radiación y la
quimioterapia, también pueden dañar la médula ósea, donde se crean los
glóbulos rojos.
Una de las causas por las que no se pueden producir una buena cantidad
de glóbulos rojos es por falta de hierro. Si bien son causas menos comunes
de anemia en los ancianos, la deficiencia de hierro, la deficiencia de
vitamina B12 y la deficiencia de folato pueden identificarse y tratarse
fácilmente. Se usan análisis de sangre simples para diagnosticar estas
deficiencias y luego se prescriben suplementos dietéticos.
Esta falta de nutrientes necesarios para la fabricación de los glóbulos rojos
suele deberse a una mala absorción en el intestino. Por eso es muy
importante seguir las siguientes recomendaciones para que el tratamiento
sea efectivo.
"Las mujeres que experimentan los síntomas de pereza y fatiga pueden tener
una deficiencia de hierro", señala Luksenburg. "Incluso si usted ha vivido con
esto por mucho tiempo, hágase revisar. He visto cambios sorprendentes
cuando a las mujeres se les ha dado suplementos de hierro. Algunas dicen que
nunca se han sentido mejor".
Muchas personas que viven con anemia no se dan cuenta de que la tienen.
Puede ser que tengan síntomas leves o ninguno en absoluto. Un médico puede
determinar si usted tiene anemia por medio de un simple examen de sangre.
Los investigadores de los NIH están estudiando cómo tratar las formas más
raras y más graves de anemia. Algunos tipos de anemia se pueden tratar con
medicamentos. Los casos graves pueden requerir transfusiones de sangre o
cirugía.
Tomar decisiones para un estilo de vida saludable, tales como tener una dieta
nutritiva rica en hierro, puede ayudar a prevenir los tipos más comunes de
anemia a fin de tener más energía y sentirse lo mejor posible.
¿Qué es la anemia?
La anemia se define como una disminución en el número de glóbulos rojos en
la sangre o en los niveles de hemoglobina respecto a los valores normales.
La principal función de los glóbulos rojos es el transporte de oxígeno en la
sangre y su liberación en los distintos tejidos. El oxígeno se transporta en el
interior del hematíe unido a la hemoglobina.
El enfermo puede estar pálido, con una baja coloración de la piel y de las
mucosas. Puede aparecer dolor de cabeza y, en pacientes con enfermedad
cardiovascular, es posible que se desencadene una angina de pecho.
Cansancio
Palidez cutánea
Taquicardia
Dificultad respiratoria
Fragilidad del cabello y/o uñas