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Esquema Texto Publicitario

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LA PUBLICIDAD Y EL TEXTO PUBLICITARIO

1. DEFINICIÓN

La publicidad es el arte de convencer o persuadir al receptor para que adquiera determinados bienes,
servicios o ideas.
La publicidad busca desarrollar actitudes y comportamientos, así como provocar necesidades de
consumo en la generalidad de la población. Todo ello mediante el empleo de una fuerte carga
argumentativa.

predominan las siguientes funciones del lenguaje:


FUNCIONES DEL LENGUAJE MÁS UTILIZADAS EN LOS MENSAJES
PUBLICITARIOS
El emisor trata de atraer al receptor para modificar su
Función apelativa comportamiento o hábitos de consumo.

El mensaje incluye, frecuentemente, numerosos


recursos retóricos y figuras poéticas, tanto en el
Función poética
plano verbal como en el icónico.

Se informa sobre el producto y se refieren sus


Función referencial
cualidades.

En el proceso comunicativo de la publicidad se dan ciertas particularidades:

• El emisor es múltiple.
• El receptor es cualquier potencial comprador del producto y suele hablarse de público
objetivo según a quién vaya dirigido el producto.
• Entre el emisor y el receptor se produce retroalimentación cuando este adquiere el
producto.
• El lenguaje publicitario presenta —cada vez más frecuentemente— múltiples códigos
integrados, tanto verbales como no verbales.
• La calidad de un anuncio depende de la renovación constante de los diseños publicitarios.
• El deseo de vender provoca, cada vez con mayor asiduidad, la aparición de anuncios en los
que se hace patente una cierta pérdida de valores éticos y morales. En este grupo también
podríamos incluir la denominada publicidad engañosa.

2. TIPOS DE MENSAJES PUBLICITARIOS

2.1. Comerciales: tratan de persuadir al consumidor para que adquiera un determinado producto.
2.2. Propagandísticos: informan y pretenden la adscripción del receptor a una causa (campañas
sociales, ayuda humanitaria, voluntariados, prevención de enfermedades, ideologías políticas o
religiosas, etc.).

3. RECURSOS LINGÜÍSTICOS

Se agrupan atendiendo a diversos mecanismos:

• Mecanismos de motivación: Se emplean para a traer al receptor haciéndole prestar atención


no solo al producto sino al anuncio, anuncios atractivos por sus diseños, su música, sus
eslóganes...
• Mecanismos de grabación: sirven para hacer recordar el anuncio, a través de la repetición
de los anuncios (muchas veces, muchos sitios).
• Mecanismos de persuasión: Se emplean recursos propios de textos argumentativos. Se
utilizan argumentos de diversa índole (autoridad, exclusividad) de modo insistente.

Atendiendo a los niveles de la lengua, podemos distinguir:

1. Nivel fónico:

• Aliteración, paronomasia (Más libros, más libres), onomatopeya y rima (Currito, dale al
botoncito) son mecanismos de repetición de sonidos o estructuras que sirven perfectamente
para la grabación de los anuncios en la mente de los receptores.
• Empleo de diversos tipos de grafías (letras de distinto tamaño, al revés, incompletas o
tachadas, etc.).
• Variedad de tonos (interrogativos, exclamativos, declarativos) relacionados con la función
apelativa del lenguaje.

2. Nivel morfosintáctico

• Artículos y pronombres que ofrecen al producto una exclusividad que no deja lugar a dudas
(Andalucía solo hay una).
• Superlativos comparativos sin segundo término expreso, que dejan de lado a la competencia
(Ariel lava más blanco).
• Primera y segunda persona (Euskadi: ven y cuéntalo) o el imperativo.
• Nombres con valor ponderativo es también muy frecuente (Fairy, el milagro antigrasa).
• Supresión de preposiciones: Moda otoño-invierno, champú al huevo.
• Uso de vocativos, verbos en indicativo (que no dejan lugar a la duda), oraciones
interrogativas (¿Has visto qué fácil es leer un libro? Ábrelo).
• LLamativas construcciones nominales, abundancia de oraciones sin verbo o la omisión
de preposiciones.
• Frases cortas (Todos contra el fuego), elipsis (Sevilla, ciudad de las personas; Jamones
Badía, el poder de la calidad) u oraciones exclamativas (¡Yo no soy tonto!).
• Repetición de palabras, así como anáforas o paralelismos.

3. Nivel léxico-semántico

• En muchas ocasiones se pretende dotar al producto de valores de sofisticación técnica o de


lujo. Por ello, es frecuente el empleo de tecnicismos (verdaderos o ficticios) para darle un
barniz científico a aquello que se desea vender.
• Se crean términos nuevos (neologismos): (colores metallescentes; megaperlas hidroactivas;
l-casei inmunitas, bífidus…).
• Empleo de abundantes acrónimos (ABS, EPS…).
• Empleo de términos extranjeros (fashion, airbag…).
• Abundantes juegos de palabras (¡Mójate por tu ciudad! Respeta el agua) o uso de palabras
polisémicas, creando dilogías (palabras con doble sentido: ¿Has visto un tipo tan pequeño?.
• Sinestesias (Saborea la fantasía), paradojas o mensajes sorprendentes, que nos llevan a lo
contrario de lo que dicen (No lea este anuncio), personificaciones (Me gustaría sentir como
vosotros, en un anuncio de coches), metáforas (El agua es vida), hipérboles (La Vida antes
que la Deuda, campaña de Hacienda) y comparación (Más estilo que en los demás).
• En el nivel propiamente semántico, destaca el aprovechamiento de las connotaciones. El
publicista se apoya en los sentimientos más idóneos para el receptor: mensajes que
connoten solidaridad, exclusividad, distinción, cosmopolitismo, prestigio, riqueza, lujo,
poder, sexo, ciencia, tecnología, aventura… o todo lo contrario: vulgaridad, normalidad,
cotidianidad, etc.

4. RECURSOS NO VERBALES

Para motivar, persuadir y grabar, los publicistas no solo acuden a los rasgos lingüísticos, sino que lo
no verbal alcanza una relevancia elevadísima. Los anuncios cuidan al máximo la estética, los
colores, los sonidos…, se selecciona con minuciosidad a los protagonistas, los escenarios, la
iluminación, la fotografía…

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