Hakomi Libro
Hakomi Libro
Hakomi Libro
PSICOTERAPIA
CENTRADA EN
EL CUERPO
Sección I El Contexto
Introducción
1. La Organización de la Experiencia
2. Los Principios
3. La Gente
Bioestrategias
Carácter como estrategia
Las ocho principales estrategias usadas en Hakomi
En detalle
La experiencia que quiere ocurrir
Cosas básicas acerca del carácter
Algunas dimensiones subyacentes del carácter
Discusión
4. La Relación Curativa
Sección II El Proceso
5. El Proceso Esencial
El diagrama de flujo
Introducción
Parte 1. Contacto
Creando una conexión
Permaneciendo en contacto
Contacto y flujo del proceso
Metaniveles
Contacto y vivacidad
Afirmaciones de contacto
Parte 2. Seguimiento
Parte 3. Estableciendo el estado de plenitud de consciencia
Un estado de consciencia
7. Evocación Uno: Sondas y Reconocimiento
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Introducción
Parte 1. Sondas
Tipo de sondas
Las formas de una buena sonda
Crear sondas a partir de
Metacomunicación, como el tono de voz
Las conexiones con los principios, el método y el proceso
Parte 2. Reconocimiento
Transcripción de un reconocimiento
Parte 1. Accesando
Guías para accesar
Parte 2. Profundizando
Parte 3. La transición al procesamiento
Significado y experiencia
Significado y material nuclear
Parte 1. Transformación
La experiencia que quiere ocurrir
Parte 2. Integración
Saboreando
Usando la plenitud de consciencia
Apreciando a la niña
Trayendo todo a casa
Arreglando la casa
Tareas para la casa
Parte 3 Completando
Epílogo
Cómo lo supe
Apéndice A
Bibliografía
Indice
En este texto (aún incompleto) he usado la primera persona en femenino. A veces Ron lo hace
también, otras veces no. Yo he sido lo más consistente posible, salvo errores u omisiones. Por
supuesto, cuando se trata explícitamente de un hombre, uso la primera persona en masculino.
No es un texto para publicarse aún. Ron nos autorizó verbalmente a publicar este texto en español
para América Latina y eso es nuestra intención. Pero para eso falta refinar mucho el texto aún. Este
es un texto para fines educativos, para colegas y alumnos, no para distribución masiva.
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LA PALABRA HAKOMI
Eramos 19 personas en el verano de 1980, reunidos para estudiar este trabajo y para iniciar un
instituto. También tratábamos de encontrarle un nombre. Hicimos reuniones de tipo "tormenta de
cerebros" y no salían sino propuestas tontas. Finalmente, David Winters tuvo un sueño en el que yo
le entregaba un papel en el que estaban escritas las palabras "Terapia Hakomi". La palabra no tenía
ningún significado para ninguno de nosotros, aún cuando David pensaba que podía ser una palabra
indoamericana. David regresó a casa, en un viaje de ocho horas, y buscó el significado de la palabra
en algunos libros de referencia que tenía. Descubrió que es una palabra en la lengua hopi (que a
veces se pronuncia "hakimi") y que tiene dos significados relacionados entre sí. En su uso corriente
significa "¿quién eres?". Y en su significado arcaico, "¿cómo te sitúas en relación a todos estos
reinos?". Eso nos cayó muy bien. Posteriormente he oido su significado y posibles significados en
chino (universal, risa reverente) y en hebreo (este es mi.. lugar, existencia, transformación,
establecer). En 1981, hice un viaje al sur del Colorado para buscar al Abuelo David de las Naciones
Hopi, buscando sus consejos en relación al sueño de David y al uso de la palabra hopi por nuestro
instituto. Por unas horas perdí el contacto con él. Nunca he creado otra oportunidad, pero creo que
con la publicación de este libro haré otro intento.
PREFACIO
La psicoterapia nos trae una harmonía útil a las funciones de la mente, del cuerpo y a las exigencias
del mundo externo. En la amplitud y riqueza de su lenguaje, la precisión y delicadeza de sus
técnicas, sus cuidados, su poder para informar y en la belleza desgarradora de sus mejores
momentos, es a la vez un arte sublime y una antigua ciencia. Conocerla y vivirla ha sido un gran
regalo que Dios me ha dado. Compartiría ese regalo con todo el mundo.
Este libro representa mis esfuerzos de los últimos diez años por hacer que mi trabajo sea susceptible
de ser enseñado. En toda su extensión, trato de aclararme a mi mismo y a mis lectores, cada aspecto
que he descubierto - principios, guías, relaciones, patrones, técnicas, método - toda la estructura del
trabajo como yo lo conozco. Sigo creciendo, de modo que esto es sólo una pausa para recoger el
pensamiento de los últimos diez años. No es completo. Ya estoy mirando más allá, a los mundos del
orden y del caos, y los principios de la heurístca postulados por Emanuel Peterfreundt.
He tratado de hacer consciente lo que al principio era intuitivo y sentido sólo vagamente. No para
quitarle el arte, sino para ayudar a otros a que estén plenos de arte con ello.
Este libro fue concluido en mayo de 1989, en el campo, cerca de Ashland, Oregon.
Ron Kurtz
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SECCION I: EL CONTEXTO
Chaung Tzu
Introducción
Sección I El Contexto
1. La Organización de la Experiencia
2. Los Principios
3. La Gente
4. La Relación Curativa
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INTRODUCCION
PARTE 1: LOS PRINCIPIOS Y EL METODO DE LAS
EXPERIENCIAS EVOCADAS.
Hace cincuenta mil años debe haber sido muy fácil ser absolutista. Era poco probable que te toparas
con alguien que pareciera, hablara, vistiera o pensara de una manera muy diferente a la tuya o a la
de cualquier otra persona que conocieras. Ahora, es lo más fácil del mundo encontrarse con alguien
o algo diferente. Y las diferencias son abrumadoras. Líneas interminables de africanos casi
desnudos muriendo de hambre en su tierra seca a sólo dos horas de vuelo de los yates anclados en la
bahía de Mónaco. En casa, en Toledo o Tashkent, lo vemos todo por la televisión.
Esta cercanía hace que la vida sea muy difícil para los absolutistas. (Y como siempre, ellos siguen
haciendo la vida difícil a los demás.) Luego de transcurridos miles de siglos de desarrollo lento y
relativamente aislado, estamos experimentando una fusión potencialmente explosiva de ideas
conflictivas profundamente enraizadas, de costumbres, leyes y lenguajes. Visto desde una
perspectiva global, vivimos en tensión y diversidad en todas partes. Esa tensión está matando a
millones y agotando los recursos mundiales. Es el momento de cambiar. Es una época para
relativistas, para generalistas, para holistas, para las personas que aman la diversidad, una época
para encontrar la belleza en la totalidad y significados que todos podemos compartir.
Hay gente de ese tipo en todos los campos: filosofía, ciencia, medicina, teología. Estamos en medio
de la revolución que ellos están haciendo. Están ofreciéndonos algo nuevo - no nuestra manera
usual de conocer, ser y hacer. Es una visión que está entrando en foco, un "segundo lenguaje" que
aún estamos aprendiendo. Este nuevo paradigma no niega el pasado. Por el contrario, su
contribución más significativa será la de integrar el pasado con el presente y la de convertir en
sentido común la gran diversidad de la sabiduría que heredamos. Es un "sistema
espiritual/filosófico/científico" integrado. Es incompleto y sus efectos recién comenzamos a
sentirlos. Donde sea que estemos yendo, lo cierto es que no hemos llegado aún. No obstante, la
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Mi más importante preocupación como maestro de Hakomi, es que mis estudiantes comprendan los
principios y trabajen en base a ellos. Eso es lo que hace que su trabajo sea limpio y efectivo. Invito
y aliento a mis estudiantes a que conviertan a los principios en una parte sólida de su naturaleza y
del modo cómo trabajan, que permitan que los principios den información a cada aspecto de su
proceso: aprendizaje, desarrollo personal y práctica terapéutica. Los principios son un mundo, y
tienen tanta relación con nuestro crecimiento como seres humanos plenos como con el hacer
terapia; tanta relación con la terapia como con el universo o cómo cocinar un pescadito o
encontrarse con otra alma humana.
Hakomi también tiene ciertas ideas acerca de las personas. las personas son seres vivientes,
fundamentalmente diferentes de las máquinas. Nos auto-organizamos. Somos sistemas que se crean
a sí mismo y que hacen su propio mantenimiento. Curamos. Las máquinas no hacen eso. De modo
que vemos a las personas como sistemas auto-organizados, psicológicamente organizados alrededor
de creencias, imágenes y memorias nucleares. Este material nuclear se encuentra en el corazón
mismo de lo que hemos hecho de nuestras vidas. Crea y mantiene nuestras imágenes de nosotros
mismos y de nuestro mundo culturalmente adquirido. Dirige nuestras percepciones y acciones. El
material nuclear se expresa a través de todos los hábitos y actitudes que nos convierten en
individuos. Nuestros sentimientos, acciones y percepciones sufren continuamente la influencia del
material nuclear alrededor de temas centrales como: seguridad y pertenencia; apoyo, amor y
aprecio; libertad y responsabilidad; apertura y honestidad; control, poder sexualidad, participación y
reglas sociales y culturales. Estos temas son el pan de cada día del trabajo terapéutico.
Hakomi es un método para ayudar a las personas a cambiar su modo de estar en el mundo, a través
del trabajo con el material nuclear y el cambio de las creencias nucleares. En un método de
transformación y sigue un camino general. Primero trabajamos por construir una relación que
maximice la seguridad y la cooperación del inconsciente. Con esa relación ayudamos a la cliente a
focalizarse en su experiencia y a estudiar cómo la organiza. La mayor parte de la conducta está
constituida por hábitos, organizados automáticamente por el material nuclear. De este modo, al
estudiar la organización de la experiencia, estamos estudiando la influencia de este material nuclear.
Usualmente de ahí no hay sino un paso sencillo para entrar en contacto con los sentimientos,
memorias y creencias nucleares.
Por ejemplo, una cliente podría estar levantando lentamente en brazo hacia arriba, en el contexto
real o imaginario de tratar de acercarse a alguien, mientras estudia al mismo tiempo la experiencia
así creada. Tal vez, en algún momento del movimiento del brazo, la cliente se dá cuenta que siente
miedo. Si uno levanta el brazo de manera despreocupada y rápida no vamos a evocar miedo, en
particular si lo hacemos para bajar una jarra de la repisa. La plenitud de consciencia es lo que lo
hace posible: la lentitud de la acción, la actitud de auto-observación y la focalización en la
experiencia (en lugar de focalizar la atención hacia el contenido de la jarra o en pensamientos
acerca de la receta). Lo más probable es que el miedo esté relacionado con recuerdos y creencias
acerca de lo que significa acercarse a otro. Luego de evocar el miedo (o cualquier experiencia que
sea evocada), ocurre una transición al procesamiento, si la cliente está lista.
El método básico consiste en lo siguiente: crear una relación que permite a la cliente establecer un
estado de plenitud de consciencia, evocar experiencias en ese estado de plenitud de consciencia y
procesar las experiencias evocadas. Todo lo demás que hagamos apoya este proceso primario. Para
evocar, establecemos plenitud de consciencia Una vez evocado algo, procesamos las experiencias.
Al procesar, usamos las experiencias para ayudar a la cliente a comprender y cambiar. Todos
nuestros métodos y técnicas conspiran para lograr que esta secuencia simple de frutos. Creamos una
relación segura, curativa, para hacer posible el estado de plenitud de consciencia. Usamos la
plenitud de consciencia para aumentar la sensibilidad. Queremos la sensibilidad para ir a lo
profundo, para evocar experiencias que reflejen las actitudes emocionales y creencias nucleares.
Nuestros métodos son simples por lo visto; se trata de crear y usar experiencias evocadas para
trabajar con el material nuclear.
Estos métodos son apropiados y efectivos en todo tipo de situaciones terapéuticas, tales como el
trabajo con parejas, familias, movimiento y trabajo corporal. En tanto método, tiene un carácter
general y de amplia cobertura, pero encuentra su máximo potencial en el crecimiento personal y
transpersonal. Es sumamente útil cuando nos comprometemos a ir más allá de nuestros límites
personales - más allá de las "fuentes insanas del sufrimiento inútil" - hacia la expresión plena de lo
que somos y de lo que es posible.
Ese crecimiento es difícil. El material nuclear cala hondo. Las creencias organizadoras las
sostenemos firmemente y las defendemos con fuerza. Lo más probable es que cualquier intento de
forzar el cambio esté condenado al fracaso. Hablando no podemos convencer a las personas para
que renuncien a concepciones profundas y viejas acerca de la vida y de sí mismas. Las creencias
organizadoras determinan el modo como funcionamos. Al igual que los mitos personales, energizan
la conducta y le dan dirección. Nos protegen contra las pérdidas y el dolor. No renunciamos
fácilmente a esa protección. Puedes ofrecerle muchos argumentos lógicos a una cliente para que
crea que pude sentirse segura, que es digna de ser amada o lo que sea. Puedes decirle que nadie la
sigue y que es tonto que piense lo contrario. Los hechos mismos pueden ser obvios, incluso para
ella misma. Y si tienes la delicadeza y eres suficientemente compasiva como para evitar una
atmósfera de confrontación, la cliente podría incluso estar de acuerdo contigo. Sin embargo, aunque
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así sea, aún suda, sus dientes aún rechinan, aún se niega a salir de la casa. La cliente pude
reconocer, intelectualmente, que tienes razón. Podría decir incluso: "Si. Por supuesto. Tienes razón.
Realmente no hay nada que temer." Pero su fisiología y su conducta dicen muy claramente: "¡Si
hay! ¡Si hay!" El material nuclear no es accesible a través del intelecto. Pero si lo es a través de la
plenitud de consciencia y la evocación. Por esta razón trabajamos en estados no-ordinarios de
consciencia.
Cada uno de nosotros se organiza para encontrar al mundo a su manera. Le damos significados
únicos, personales, a lo que recibimos del mundo. Al igual que las campanas al viento, los sonidos
evocados nos dicen mucho más cosas acerca del instrumento que acerca del viento. Las
experiencias evocadas están más relacionadas con nosotros mismos que con las condiciones que las
evocan. En cualquier situación, dos personas cualquiera pueden tener experiencias totalmente
diferentes, incluso opuestas. Las experiencias reflejan la organización interna. Reflejan los
recuerdos y creencias y esas imágenes de uno mismo y del mundo que organizan toda experiencia.
Con la evocación en estado de plenitud de consciencia nos acercamos. Uno o dos pasos, una
pregunta, un gesto, estar un poco más con la experiencia, y estamos en el núcleo.
Difícilmente las personas consideran que las experiencias evocadas son especulativas.
Inmediatamente aceptan esas experiencias como reales y significativas. No se duda fácilmente de la
experiencia. Se puede dudar de la teoría, pero no de la experiencia. Si se hace seguimiento del
proceso terapéutico, terapeuta y cliente no hablan acerca de cuál es la verdad ni cómo pudo haber
comenzado todo. Ambos están comprometidos con lo que está ocurriendo ahora mismo. El material
nuclear está moldeando constante y activamente la experiencia presente. Es operativo y tangible. El
trabajo especial de la terapia permite que se haga accesible a la consciencia, donde, a partir de una
sensación más amplia del yo, puede ser explorada, comprendida, desafiada y revisada.
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Parte 2. CAMBIO SIN ESFUERZO
Hakomi es una psicoterapia no-violenta. Es un modo de ayudar a las personas a cambiar, que deja
espacio a la sabiduría y poder curativo de cada uno de nosotros. Para trabajar de manera no-
violenta, debemos renunciar a las ideas de hacer que las clientes cambien, y junto a eso, renunciar a
toda tendencia a darnos crédito por sus éxitos. Eso no significa que tenemos que ser personas
pasivas; la no-violencia no es inacción. Podemos trabajar sin hacer uso de la fuerza ni de las ideas y
métodos de un paradigma de la fuerza. La pregunta que se plantea es, entonces, ¿si no usamos la
fuerza, qué usamos? ¿Cómo participamos en el proceso de cambio sin imponer nuestra propia
agenda, sin vernos a nosotros mismos como héroes, ni siquiera de la manera más sutil? Esto es lo
que pienso al respecto.
Más que en el crecimiento, en lo que queremos participar es en la evolución de las personas que son
nuestras clientes, en su movimiento natural hacia ser seres humanos plenos. Carl Jung remarcó en
una oportunidad que las pacientes no se curan, simplemente continúan su camino. Nuestro trabajo
como terapeutas es ayudarlas a que logren eso, a que continúen, a que renuncien a aquello que
bloquea su camino. Estamos ahí para ayudarlas: primero, a que se dirijan hacia lo que quieren
conseguir, luego cuando trabajan y luchan por su humanidad plena y, finalmente, cuando llegan. En
este proceso la violencia no sólo no sirve para nada, sino que es inevitablemente dañina.
En toda evolución hay presiones. El flujo del agua nos aporta un modelo sencillo. Si uno abre un
caño lentamente, el agua primero sale como una corriente suave y transparente. La cantidad de agua
que sale no es suficiente como para crear turbulencias. En la medida en que la presión aumenta, el
agua ya no puede salir de esta manera simple. El agua tiene que hacer algo para acomodarse. Lo
hace: serpentea. Este serpenteo permite al agua fluir a través del espacio que se le permite. El
serpenteo es una estructura dinámica más compleja que el flujo simple y claro con que
comenzamos. Para decirlo en términos de la teoría de sistemas, el flujo se ha escapado hacia un
orden de complejidad mayor. Ha evolucionado.
En la evolución de los seres humanos hay una preparación, una espera, como la semilla que espera
la duración de los días. La humedad y el calor se vuelven señales, un llamado, a entrar en al
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El carácter es crecimiento demorado. Algo estaba listo, pero las condiciones no eran las adecuadas.
Las señales correctas no estaban presentes. La confianza, el sentido de plenitud nunca aparecieron o
fueron cortados antes de tener una oportunidad. No hubo apoyo. La promesa fue traicionada. Ahora,
años más tarde, la cliente viene a terapia. Tal vez está nuevamente preparada. O está cerca, pre-
esbozada, de alguna manera, pero no consciente aún. Tal vez renace la promesa, un nuevo llamado
a salir, la oportunidad se hace presente otra vez.
De modo que esa es la situación: preparación, dolor recordado, una oportunidad para crecer. ¿Cómo
participamos en eso sin violencia, simplemente con nuestro cuidado y sabiduría y con la verdad que
somos como personas? Lo hacemos ofreciendo calidez y comprensión, creando un ambiente
apropiado para que resurja el coraje y la vulnerabilidad. Lo hacemos reconociendo aquellos
aspectos de la cliente que está maduros para el crecimiento, estimulando y apoyando esa
maduración. Y finalmente, lo hacemos por gracia y magia y por la simple autoridad de quien
atestigua y conoce el verdadero nombre de las cosas.
Si no vamos a hacer uso de la fuerza, debemos usar nuestra habilidad para esperar el momento
apropiado, para reconocer qué es lo que está creciendo aquí y qué es lo que está listo para ser
expresado. En la terapia la destreza más importante es la de conocer cada momento en términos de
qué es lo que puede contener. En el nivel más sencillo, se trata de darse cuenta tal vez de un sutil
cambio en el tono de voz, un poco de humedad en los ojos, y nombrarlo: "algo de tristeza, ¿no?".
Ese darse cuenta y nombrar lleva a la cliente a un espacio en el que puede abrirse al movimiento de
sus lágrimas y emoción y autoreconocimiento que, si no es mencionado, habría sido contenido.
Algo importante y doloroso se habría hundido en las sombras sin que se hable de ello, sin que sea
visto. Simplemente el nombrar lo que está aquí y ahora, el hablar con sencillez, sin argüir ni probar,
eso es no usar la fuerza. Es un uso sabio y grácil de las energías del momento. Evoca lo verdadero
en la cliente. Y eso es magia, el evocar algo al nombrarlo. Tiene la autoridad de la verdad, de la
verdad mencionada limpiamente, sin otro motivo que el estar presente y atestiguar.
Desde muchos niveles, nuestra participación es esta presencia y este nombrar. Podemos nombrar lo
que es verdad para nosotros, incluso hasta el punto de reconocer un momento en el que no nos
sentimos preparados para la tarea a la mano. Incluso eso ayudará a la maduración. Más allá de
nombrar la experiencia del momento, podemos reconocer la experiencia de toda una vida. O
podemos "salirnos del sistema" y nombrar lo que está ocurriendo entre nosotros y la cliente en una
sesión particular o en una serie de sesiones. La verdad, cuando es mentada con compasión, invita
una respuesta y llama a los recuerdos y a los sentimientos. Cada vez que uno nombra una verdad
llenamos de posibilidades a ese momento particular. "Cada acto de conocimiento evoca un mundo".
Una parte de la cliente ya conoce esta verdad, sabe que está contenida y ansía seguir adelante.
Como hemos sido testigos de esa verdad y la hemos nombrado, desde un espacio de amor, es
posible transformar la manera como la cliente maneja dicha verdad. La cliente podría haber
manejado esa verdad escondiéndola de la vista de todos, incluyéndose a sí misma. En la terapia se
transforma en evolución. Las energías que se invertían en la limitación del ser, se liberan para
animar lo nuevo.
El nombrar es sólo una de las formas suaves que usamos. El amor que brindamos, la compasión y el
respeto que ofrecemos, son también partes apropiadas del ambiente que permite a la cliente
desplegar lo suyo. Cuando pedimos a la cliente que se permita entrar en un estado de plenitud de
consciencia, le estamos pidiendo que se permita ser vulnerable, que se abra a lo que surja. Esta
podría ser la primera oportunidad en que comienza a soltar la capa protectora que la envuelve. La
plenitud de consciencia es a la vez pasiva y abierta, una sensibilidad más profunda y un pequeño
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acto de coraje en sí mismo. Para ayudar a establecer el estado de plenitud de consciencia, tenemos
que brindar seguridad, apoyo y amor. Debemos ser un alma hermana, nutricia y capaz de ayudar
para abrir el caminohacia actos de coraje mayores que están por llegar. Es que más allá de la
vulnerabilidad de este estado de plenitud de consciencia, está la vulnerabilidad de la niña. La niña
duele y está descorazonada, tiene recuerdos llenos de pérdidas y derrotas, ha sido herida con el
aislamiento y ha sido entumecida por el conflicto. Cuando nombramos estas cosas, las nombramos
con un corazón que las conoce, que sabe su carga y peso y sabe qué es lo que puede aún aparecer.
Nada de esto es forzado. O se trata de una fuerza de otro tipo, parte de la interconexión elemental de
la vida, del nacer constante de la vida, su dulzura, su verdad y desbordante amor, más fuerte que los
mundos y que el paso del tiempo.
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1. LA ORGANIZACION DE LA EXPERIENCIA
"Cuando la única herramienta
con la que cuentas es un martillo
todos los problemas parecen clavos."
Abraham Maslow
"....una de las conclusiones que dirigen las investigaciones en la frontera del conocimiento en la
física cuántica es que el modo cómo percibimos el universo, es decir el modo cómo lo medimos,
describimos y explicamos, es, de una manera fundamentalmente significativa, un reflejo de nuestras
mentes."
La psicoterapia ha sido llamada "la curación hablada". En las últimas décadas ha cambiado
dramáticamente la naturaleza de ese hablar. Antes, en la psicoterapia se trataba de hablar de
sentimientos, de relaciones del pasado, o de cualquier otra cosa acerca de la cual la cliente quisiera
hablar. En ese sentido era igual a cualquier otra forma de hablar. Era una conversación. Muchas
veces es útil hablar así, acerca de una misma, de la experiencia personal. El compartir experiencias
dolorosas puede muchas veces ayudar. Pero también puede ser un proceso largo, lento y no muy
útil. No siempre se llega a tocar temas profundos. No se focaliza así directamente las experiencias
en el presente. La focalización en la experiencia presente, especialmente en la expresión de las
emociones, vino más tarde. Vino con la Terapia Reichiana, el Psicodrama, la Gestalt, los trabajos de
grupo y todo lo que le sigue. En ese momento, una buena parte de la psicoterapia dejó de ser un
mero hablar acerca de las experiencias para convertirse en un tener experiencias. Las clientes
pasaron de hablar a trabajar. Y el trabajo implicaba volver a sus cuerpos, a sus sentidos, por debajo
de sus mentes, lejos de las teorías, lejos del hablar/hablar/hablar y cerca de la experiencia.
Una buena parte de ese cambio ocurrió en los años sesenta y constituyó una buena parte del gran
salto a estar vivo que fue la clave de esa década. La arenga de guerra en el Instituto de Esalen era:
"¡Hazlo! ¡No te limites a hablar acerca de eso! ¡Hazlo! ¡No me hables de tu rabia! ¡Muéstramela!
¡Grita, golpea, haz algún ruido! ¡Métete! ¡Vívelo! ¡Basta de esa conversación muerta que te drena
energías! ¡Ponle vida! ¡Pon tu energía en movimiento! ¡Hazlo!" Como resultado de ello se hicieron
cosas, aventureras, como irse a la India, comprar autobuses, meterse en las carreteras, probar
drogas, cambiar los patrones sexuales y todo lo demás. Todo era tan ardiente y pleno de vida que no
puede decirse que era simplemente experimental. Era eso, ciertamente, pero tenía el sabor y el
sentimiento de una gran aventura. Cuando Perls decía a las personas que exageren sus movimientos
y voces, estaba trabajando para profundizar su experiencia, para llegar a los sentimientos, para
llegar a una experiencia viviente y alejarse del mero hablar. El método consistía en interrumpir
cualquier intento de hacer un "viaje cerebral". Y funcionó. Le dio al mundo maneras nuevas y
maravillosas de hacer psicoterapia.
El viraje hacia la experiencia era también un viraje hacia el presente, que es donde ocurre la
experiencia. En los encuentros grupales una de las reglas era: habla únicamente de lo que está
ocurriendo aquí y ahora, en este momento, en este cuarto. Quédate en el presente. En la terapia
Gestalt la tarea consistía en quedarse en el aquí y el ahora. (Así como la tarea en el psicoanálisis
era, asocia libremente.) En resumidas cuentas todo se reducía a esto: ¡métete en tu experiencia,
quédate en ella, exagérala y aprende de ella! Y no esperes que yo haga nada de eso por ti. Esto
constituía definitivamente una ruptura con el viejo modelo.
En los años ochenta, las terapias de avanzada como Feldenkrais y la PNL (Programación
Neurolinguística, llevaron algo más lejos ese viraje. Estas terapias manejaban no sólo la experiencia
sino, lo que es más importante, la organización de la experiencia. En la meditación, por ejemplo,
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estudiamos qué es lo que sigue a qué en el flujo de la vida mental, cómo la mente pone una
experiencia al lado de la otra. En estas nuevas maneras de trabajar, aún estamos teniendo
experiencias, pero no estamos haciendo únicamente eso. También estamos estudiando cómo se
organizan las experiencias. Estamos estudiando los sistemas que hacen la experiencia misma. El
objetivo de esta nueva terapia es contactar y comprender los eventos que crean y mantienen el flujo
de la experiencia misma. Lo hacemos para transformar el modo cómo organizamos todas las
experiencias. Esta terapia es transformacional.
En un estudio acerca de maestros terapeutas como Milton Erickson, Virginia Satir y otros se
encontró que tenían todos ciertas premisas comunes. La que más me sorprendió era el supuesto de
que no hay realmente problemas reales. La cliente puede sentir que hay un problema, pero el
maestro terapeuta "sabe" que no existe. ¿porqué es esto? Porque es un hermoso día y no hay nada
inmediato que resolver, unas personas lo están disfrutando mientras otras la están pasando muy mal.
La diferencia no estriba en el día, sino en la manera cómo cada uno lo toma. El modo cómo cada
uno organiza ese hermoso día en sus experiencias separadas. Es la organización de la experiencia.
El problema no es real.
Feldenkrais gustaba decir: "No puedes hacer lo que quieres mientras no sepas qué es lo que estás
haciendo." Cuando sabes cómo estás organizando tu experiencia te liberas para organizarla de otras
formas. Cuando cambias no solamente lo que experimentas sino el modo como lo experimentas, has
trascendido, te has convertido en un yo diferente. Has trascendido los hábitos y creencias en los que
estabas atorada y que te controlaban. Ahora tienes nuevas opciones. Haces cosas y sientes cosas de
nuevas maneras. Has cambiado al nivel del carácter. Ha virado tu paradigma personal. Asía ha
cambiado la psicoterapia. En Hakomi no nos limitamos a hablar de las experiencias. No nos
limitamos a tener experiencias. Más bien estudiamos cómo cada uno de nosotros organiza su
experiencia.
Hay dos procesos totalmente diferentes que determinan lo que cada uno experimenta. Uno es lo que
está ocurriendo realmente a nuestro alrededor y el otro son los hábitos que convierten esos eventos
en información, ascendiendo los niveles del sistema nervioso hacia gestalts progresivamente más
complejas y organizadas y finalmente a la consciencia. Los niveles inferiores, sensoriales, no son
usualmente problemáticos para la psicoterapia. Es a nivel de significados y sentimientos que la
conversión de eventos en experiencia se transforma en altamente individual, creativa,
característicamente humana y a veces innecesariamente dolorosa y limitante.
La lógica del proceso es sencilla. Pero por más sencilla que sea, requiere el uso de destrezas que van
en contra de los hábitos cotidianos, especialmente los hábitos de las conversaciones ordinarias.
Si dejas que tu cliente se tome todo el tiempo que quiera para describir lo que le ocurrió la semana
pasada o el año pasado, y si te quedas durante mucho tiempo hablando acerca de ese pasado, tal
vez logres escuchar con empatía, o tal vez ofrezcas un comentario, pero te resultará muy difícil
hacer nada acerca de las cosas que estás escuchando. El hablar a modo de conversación acerca de
sentimientos y eventos limita enormemente la posibilidad de hacer una intervención. Si la cliente
habla acerca de algo que la hizo sentir muy mal ayer o hace diez años, ¿qué podemos hacer ahora?
Los beneficios terapéuticos son muy limitados. Es verdad que es muy agradable hablar con alguien
que sabe cómo escuchar con interés, calidez e inteligencia. Un oído amable puede ayudarnos a
sentirnos mejor por un rato. La cliente puede sentirse comprendida. Puede ayudarla a sentir
nuevamente lo que pasó, a expresar las emociones enterradas y a librarse a si misma o a comprender
mejor las cosas. Finalmente la cliente puede haber sentido en el pasado lo mismo que está sintiendo
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en la experiencia presente y puede lograr una introvisión acerca de cómo los eventos del pasado
influyen sobre lo que hace en el presente. Todo eso es una ayuda, pero limitada. Los efectos se
filtran gradualmente hacia el inconsciente. Pero cuando el proceso de la terapia ocurre en el
contexto de la conversación ordinaria y de la consciencia ordinaria, no es tan efectiva como podría
ser. La terapia puede ser mucho más rápida y poderosa.
Cuando trabajas directamente con los organizadores de la experiencia, procedes de una manera
diferente. Las clientes necesitan comprender lo que ustedes dos están tratando de hacer. Tiene que
ser claro que lo que van a hacer es estudiar cómo la cliente crea su propia experiencia. Ahorramos
mucho tiempo con sólo hacer eso. Cuando tengas más experiencia en hacerlo, no vas a necesitar
decirle eso a cada cliente. Sabrás trabajar de esa manera y harás las cosas automáticamente, lo que
te hará que tus interacciones con tu cliente correspondan con esta manera de trabajar. En esa etapa
de la evolución de tu trabajo, tendrás que explicar las cosas sólo a algunas clientes y usualmente
sólo la primera vez que las veas. Muchas clientes llegan con ideas acerca de cómo se procede en
una terapia; han tenido otras experiencias terapéuticas o se han imaginado cómo sería una terapia.
De modo que a estas personas tienes que decirles cómo piensas trabajar.
No te confundas con esto. La persona que te busca como cliente no es un problema a resolver ni una
historia a ser escuchada. Su experiencia presente es un ejemplo viviente de cómo se organizan todas
las experiencias y es una oportunidad para estudiar cómo y porqué la experiencia se organiza
justamente de esa manera. Las experiencias son el lo que muele el molino, y es muy diferente
estudiarlas que hablar acerca de ellas o ser atrapada por ellas. Está muy bien tener simpatía por la
cliente y sentir con ella, siempre y cuando se pueda tomar distancia en relación a los detalles y a la
intensidad emocional del momento para ver el patrón del que forma parte. También debemos
ayudar a la cliente a ganar perspectiva acerca de su experiencia, a estudiarla y reapropiarse del
poder que la crea. El primer paso para cambiar es dar un paso hacia atrás.
De modo que, ¿quién o qué es lo que hace toda esta organización de la experiencia y cómo lo hace?
Echemos primero una mirada a qué es lo que se organiza. Luego discutiremos qué es lo que hace
que esa organización exista. Y finalmente veremos la relación de todo esto con la terapia.
Considera lo siguiente: a un grupo de personas con cáncer se les administra un placebo y se les dice
que se trata de una quimioterapia sumamente tóxica. Más del 4o% de estas personas van a perder el
cabello. Ese es un ejemplo de cómo una creencia organiza cambios fisiológicos. Llamemos a esto el
extremo de la salida, para incluir en ello cambios corporales y todo tipo de conductas, estilos de
movimiento, posturas, respiración, gestos, flujo sanguíneo, expresión facial, digestión, tensión
muscular y muchas otras cosas. La lista es muy larga. Todo ello es organizado. Los usamos mucho
en terapia, son el alimento para el molino, son ejemplos de la experiencia que se organiza. Casi
siempre podemos dirigir la atención a esas conductas para experimentarlas. De modo que esa es
toda una categoría de experiencias que se organizan que usamos en terapia: producción, expresión,
estilo. Un gesto característico sería un buen ejemplo. Cliente y terapeuta focalizan su atención en él
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y estudian su conexión con ideas, memorias, etc., hasta que el organizador nuclear, digamos una
memoria, o una imágen, brote en la consciencia.
Muy bien, ¿y qué hay de la entrada o insumo? La percepción es notoriamente maleable. Creamos lo
que vemos. La percepción es algo que tiene lugar en el sistema nervioso. De modo que ¿cuánto
control tenemos sobre la creación? Estamos atascados con traducciones literales de las varias
presiones, ondas sonoras, campos electromagnéticos, ondas de luz que chocan contra nuestro
sistema nervioso? ¡No, en absoluto! Seleccionamos. Escuchamos música e ignoramos el tráfico en
la calle. O prestamos atención a algún carro en la calle y nos perdemos una o dos frases de lo que
estábamos leyendo. Seleccionamos. Modificamos, disminuyendo los niveles de luz,
insensibilizándonos al frío o al calor. Llenamos vacíos, nos imaginamos que vemos las caras de
nuestros amigos en personas extrañas en la calle. La percepción siempre es un acto de creación.
Añade algo, forma, moldea, modifica, destaca esto, borra lo otro. Está atada a significados cuando
está bajo la influencia de necesidades, deseos, miedos, creencias, recuerdos, interpretaciones y
condicionamientos. Organizamos la experiencia de la percepción a todos los niveles, el mundo que
creamos y del que nos damos cuenta.
También las percepciones son útiles en la terapia, nuevamente como ejemplos de cómo se organiza
la experiencia. Si le pido a una cliente que observe qué pasa cuando la toco, usualmente describen
sus reacciones. Cualesquiera que sean sus reacciones, ellas están marcadas por hábitos de la
percepción, y por la asignación automática, no pensada, de significados a la experiencia. Podemos
preguntar cuál es ese significado. Podemos explorar el modo cómo creamos esa experiencia
particular a partir de la percepción del contacto. Al hacerlo, nos acercamos ese tanto más al
encuentro consciente con los recuerdos, creencias y expectativas que están moldeando, escondidas,
esa creación. Debemos añadir eso a nuestro mundo interno, el mundo que no es ni insumo ni
producto, sino simplemente "quienes somos", que también se organiza. La experiencia de nuestros
estados habituales, estables e internos, como las tensiones, sentimientos de base, la experiencia total
de nuestro yo en todos los niveles, es altamente organizada.
De modo que ¿cuáles son los organizadores centrales, los importantes, en los puntos focales de toda
esta ferviente creatividad? ¿Qué es lo que estamos tratando de lograr cuando hacemos psicoterapia?
Estamos tratando de llegar a las creencias, imágenes, recuerdos, actitudes y a las decisiones
importantes que tomamos acerca de quienes somos y acerca de qué tipo de mundo es este del cual
formamos parte. Estamos tratando de localizar y ver las piezas del hace tiempo. Estos eventos
establecieron nuestros patrones y controlan aún lo que para nosotros es posible experimentar, sentir,
pensar y expresar, hasta ahora. Los organizadores centrales son centrales porque organizan a los
niveles más profundos y más penetrante, afectando casi toda nuestra experiencia, todo el tiempo.
Cuando trabajas en terapia estudiando cómo un gesto, un sentimiento o lo que sea se convierte
automáticamente en parte de la experiencia, eventualmente llegamos a recuerdos, imágenes y
creencias acerca de quienes somos, qué es lo que es posible para nosotros, que tipo de mundo es
este, que quiere de nosotros y que va a dar y que va a tomar. Estos organizadores nucleares son
definiciones y planes acerca de los temas más básicos acerca de nuestra presencia en el mundo. Son
nuestros puntos de referencia, nuestras medidas del yo y de los otros, en base a lo cual establecemos
nuestras expectativas, objetivos y límites.
Cuando logramos que algo de eso se vuelva consciente, reconocemos inmediatamente cuán
poderoso es. Algo así como un alto ministro que sale de las sombras. Por supuesto, de eso es de lo
que se trata la psicoterapia, de sacar esas memorias e imágenes poderosas de las sombras para
llevarlas a la consciencia. Eso no es un secreto. La destreza consiste en cómo llevarlas a la
consciencia. Si tratas de hacer eso mediante la conversación ordinaria, te verás limitada por las
reglas ocultas, las reglas acerca de cómo escuchar a otra persona, cómo hacer preguntas, cómo ser
cortés, no habiendo nadie a cargo de nadie, etc. La terapia efectiva requiere reglas diferentes y una
actitud diferente hacia el contenido de las conversaciones. Requiere una actitud experimental y el
espíritu abierto que esa actitud implica.
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Veamos algunos ejemplos del trabajo con la organización de la experiencia, comparado con trabajar
simplemente con la experiencia. Primero veamos, a grosso modo, tres maneras de interactuar en
terapia. En una terapeuta y cliente entablan una "conversación ordinaria". Eso impone límites muy
vasto acerca de qué es lo que puede y va a hablarse. Podrías ver cualquier cosa, desde una película
que viste hace diez años hasta algo de lo que te estás dando cuenta acerca de ti misma en ese mismo
momento. Podría ser acerca de ti misma o acerca de la cosecha de zanahorias de Australia. Personal
o impersonal, presente, pasado o futuro, concreto o abstracto, ese es el rango de la conversación
ordinaria. Es demasiado amplio para la psicoterapia. La terapeuta tiene que saber cómo traer a su
cliente a un espacio en el que se ventilen temas de un espectro de tópicos más estrecho y más
pertinente.
Segundo, hay una experiencia presente. Eso estrecha el rango. Trata de hacerlo con alguien en
alguna oportunidad. Las dos personas simplemente expresan lo que está ocurriendo en el momento.
En una oportunidad hice eso por tres horas, junto con dos terapeutas guestálticos muy buenos. Los
tres hablábamos quedándonos en el aquí y el ahora y hablábamos únicamente acerca de nuestra
propia experiencia. Me llevó a uno de los momentos más bellos que haya tenido jamás. Me sentí
perfecto, en paz, intemporal y completamente presente. Muy bien, la terapeuta trata de mantener a
su cliente focalizado dentro de esos límites, por períodos de tiempo que van desde unos cuantos
segundos hasta una sesión completa. Las experiencias importantes que surgen en esos momentos
son luego estudiadas como ejemplos de las experiencias que son organizadas por el material
nuclear. Eso es lo tercero: estudiar la organización de ya sabes qué.
No estamos pidiendo a la cliente que responda a nuestra pregunta. Estamos pidiéndole un reporte
acerca de lo que fue su experiencia. Hay una gran diferencia entre ambas formas y tanto la terapeuta
como la cliente deben estar familiarizados con esa diferencia. Los experimentos tienen como
objetivo el recabar información y obtener reportes. No es una conversación cortés. La tarea
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planteada requiere que la cliente reporte los resultados de este pequeño experimento y que sepa que
eso es parte de su trabajo en la terapia. La tarea debe ser clara. Cuando no es clara, la terapia
siempre corre el riesgo de caer nuevamente en una conversación ordinaria y perder así el momento
necesario para ir más hacia lo profundo y quedarse ahí.
Otro contraste entre el trabajar con la experiencia y el estudiarla es que cuando la estudias puedes
regresar a lo que estás estudiando y tratar otra vez. O puedes ensayar con algo un poco diferente;
por ejemplo, la cliente siente tensión en su pierna cuando le dices: "tu vida te perteneces". Puedes
decirle entonces "vamos a hacerlo otra vez y esta vez observa qué otra cosa ocurre o cualquier
cualidad particular de la tensión". Eso es muy diferente a la conversación ordinaria. Nadie dice
cosas como "voy a decir eso otra vez y observa..." en los intercambios ordinarios. De modo que
cuando haces cosas como esa estás definiendo en trabajo que estás haciendo. De esto se trataba esta
sección: de definir el trabajo de la psicoterapia como el estudio de la organización de la experiencia.
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2. LOS PRINCIPIOS
Albert Einstein
Luego de la primera explosión nuclear, Albert Einstein dijo: "Todo ha cambiado, salvo nuestros
pensamientos." La construcción incomprensible del poder de matar que siguió señala cuán
importante es el cambiar nuestro pensamiento. Han habido cambios del pensamiento antes y
muchos piensan que estamos en medio de un gran cambio ahora. Tal cambio, a veces llamado
cambio de paradigma, es por lo menos un profundo cambio de orientación, y en su extremo, una
transformación de la estructura de la consciencia.
Nos guste o no, todos somos parte de los cambios. Somos afectados por las nuevas ciencias (que
dieron nacimiento a la bomba, a la TV y a las computadoras, por ejemplo), por las nuevas
medicinas y todas las nuevas maneras de vivir y de trabajar y de relacionarnos que no existían hace
sólo treinta años. Cuando el mundo a nuestro alrededor cambia tan rápidamente, es fácil creer que
está en camino un cambio en la estructura de la consciencia. O ponderar acerca de lo que se viene si
no ocurre ese cambio. Si emerge una transformación de la consciencia, algo increíblemente nuevo y
portentoso está ocurriendo. Podría ser el evento más importante de los últimos trescientos años.
El viraje en la psicoterapia es evidente. Para comenzar, hay disponibles una gran variedad de
maneras de acercarse a la terapia que no existían antes. Muchas de estas no se enseñan aún en las
universidades, ni son reconocidas aún por los "establishment" académico y de la salud. Además, el
contexto se ha ampliado para incluir no sólo a la neurosis y a las enfermedades mentales, sino a la
enseñanza, organización y el crecimiento personal y transpersonal. Las lealtades también han
cambiado en todo esto. Muchas personas que practican psicoterapia ahora encuentran bases
filosóficas para su trabajo en otras tradiciones, espirituales o esotéricas, y no en la esfera de la
ciencia o la medicina. Las viejas ciencias, la física y la química, han mostrado ser muy insuficientes
para comprender el yo. Las nuevas ciencias del caos y de los sistemas auto-organizados son más
promisorios, en particular en su relación con la biología y la fisiología.
Cuando comencé a desarrollar Hakomi, comencé a buscar de la manera más intuitiva posible, todo
tipo de apoyo posible. Yo tenía raíces en la literatura, computación y teoría de sistemas y había
hecho algunos estudios de taoísmo y budismo. Lentamente me comencé a dar cuenta que en trabajo
que estaba haciendo dependía de una actitud especial - puedes incluso llamarla un estado especial
de consciencia. Ciertamente implicaba grandes cambios en lo que asumía estábamos haciendo mi
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cliente y yo. (Vale la pena decir ahora que en este contexto no me gusta la palabra "cliente". El
Tesaurus ofrece las siguientes alternativas: comprador, parroquiano, marchante usuario final,
patrón.. palabras así. No conozco una mejor palabra por ahora. Pensemos en "la persona que viene a
verme." Por ejemplo, tenía que cambiar mi actitud de querer que algo pase para la cliente o que las
cosas mejoren, a sentirme perfectamente bien si nada pasaba. Me di cuenta que mi programa o
agenda interferían en el poder de la cliente para dirigir su propio crecimiento. Ese deseo que tenía
de hacer cosas y de reconocerme méritos por los cambios no murió fácilmente.
Mi manera de estar con mis clientes está ahora basada en los principios. Para mí ellos son el
corazón del trabajo. Postulan el trabajo en un contexto mucho más amplio y se relacionan con el
cambio de paradigma y con la nueva estructura de consciencia que el paradigma va a crear. Guían el
trabajo, todo el trabajo, desde la teoría, hasta el método y las técnicas, incluyendo la enseñanza, la
práctica y la consciencia de la terapeuta. Antes de encontrarnos con los principios mismos, quisiera
hacer un viaje corto a través del reino algo más abstracto del paradigma.
No es fácil puntualizar el viraje que está ocurriendo. Hay toda suerte de opiniones. No se ha
asentado el polvo. Es que el alboroto, probablemente, acaba de comenzar. No obstante hagámonos
una idea de lo que es. Como nos dice Wilber, no se trata únicamente del lenguaje sino de la sintaxis
de la percepción y de la estructura del yo que impone cualquier lenguaje (o paradigma). Nuestro
lenguaje, por ejemplo, es un lenguaje sujeto/verbo, que escinde la experiencia de la acción; nuestra
lógica es esto/lo otro, la lógica de los objetos sólidos (pero no de las ondas). Si nos limitamos a
hacer un listado de los conceptos centrales del "viejo" paradigma y las contrastamos con lo que
parece estar emergiendo, tal vez eso nos sugiera un marco de trabajo para los principios que siguen.
EL CAMPO CONCEPTUAL
En la psicoterapia, como en todo aquello de lo que formamos parte, los conceptos tienen efectos
poderosos. El primer conjunto de conceptos del "viejo paradigma" crean una sintaxis a la
percepción: aislamiento inevitable, destino inamovible, relaciones frías y competitivas, separación,
desamparo, distancia y la sensación de que hay una brecha insuperable entre mi experiencia y la
tuya. Motiva la búsqueda de causas materiales. Trata de reducir la experiencia a una simple
química. Y como vé a la muerte y la destrucción como inevitable, la vida no es un don, un hecho,
sino que se tiene que luchar por ella a través de esfuerzos dolorosos - no hay almuerzos gratuitos.
Este modelo no logra crear ningún sentimiento de unidad, de experiencia compartida, de bases
comunes o de nada más grande de lo cual todos formamos parte. Como el modelo excluye la
interconexión, perdemos la noción de estar relacionados entre nosotros y con el medio natural.
Como creemos que no somos parte de ellos y ellos no son parte de nosotros, podemos destruir
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bosques o culturas completas, e incontables especies y podemos envenenar los ríos y los océanos.
El orden se mantiene con esfuerzo y violencia. Este modelo no reconoce el orden espontáneo o
autoordenamiento. Ni puede motivar una búsqueda del conocimiento directo, sin el cual no
podemos saber cuán profundamente estamos el uno con el otro, cuán profundamente coexistimos.
Cuando únicamente la materia es real, no vemos el valor de la simple contemplación. A partir del
paradigma actual, en el que hemos estado y aún estamos, podemos derivar los conceptos de la
izquierda. Los valores opuestos, que parecen formar parte de lo que el nuevo paradigma está
engendrando o recuperando, están a la derecha.
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CAMBIO DE PARADIGMA
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Viejo paradigma Nuevo paradigma
-----------------------------
Lo fundamental es la Lo fundamental es la
separación. conexión.
Totalidad sin solución
de continuidad.
-----------------------------
Certeza absoluta Incertidumbre, relatividad
Materialismo. la consciencia es real.
Sólo la materia es real. (dualismo, monismo)
-----------------------------
Lógica excluyente: Lógica incluyente:
o uno o lo otro. lo uno y/o lo otro.
-----------------------------
Modelos mecánicos y Modelos de información,
energéticos, negentrópicos,
Causalidad lineal. co-evolucionantes,
determinaciones múltiples,
causalidad no lineal.
-----------------------------
Escisión mente-cuerpo. Integración mente-cuerpo.
-----------------------------
Explicaciones reduccio- Explicaciones sistémicas.
nistas.
-----------------------------
Creador externo, Auto-organización,
autoridad. autoridad participativa.
-----------------------------
Leyes universales simples Complejidad universal
fluctuaciones insigni- Desorden significante,
ficantes. Caos.
-----------------------------
Modelos dominadores, Modelos participativos
la sociedad se ordena a de sociedad, ordenados
través de la violencia. a través de la familia
y de la asociación para
el trabajo.
-----------------------------------------------------------------------------------
La biología es destino Nosotros creamos nuestros
destinos
------------------------------
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La vida de la mente es subvalorada, por lo que nos perdemos en un frenesí de hacer cosas. En los
modelos del viejo paradigma, la fragmentación final es la escisión mente-cuero que son llevados a
dos reinos separados, no interactivos. La mente probablemente no es real, dicen, e incluso si lo es,
no influye ni puede influir sobre el mundo material. ¿Adonde queda en ese caso la psicoterapia?
En el viejo modelo, con sus certidumbres, jerarquías y violencia, se volvió inmanejable cuando
parecía estar disfrutando de su más grande éxito. Ahora que se puede escindir el átomo, y cuando
máquinas de todo tipo con capacidades y poder sin precedentes pueblan todos los espacios,
sentimos la pérdida de un significado, sentimos la amenaza de la muerte y el sabor del metal en el
aire. Ahora cuando las máquinas de guerra repentinamente resultan capaces de matarnos a todos,
crece la consciencia de que de alguna forma nos hemos equivocado radicalmente. El viejo modelo
ha llegado a su límite.
Cuando los físicos investigaron el átomo con las herramientas del la ciencia moderna, no
encontraron las partes sólidas, indestructibles, absolutas, eternas y separadas de la gran máquina. La
"sustancia" de la que está hecho el mundo, como notó Sir James Jeans, es "sustancia mental".
Emerge una visión totalmente nueva.
EL NUEVO PARADIGMA
Lo que encontraron era absolutamente nada. La física newtoniana cedió su lugar a la física cuántica
como modelo básico. La relatividad de Eistein remplazó la visión absolutista del tiempo y del
espacio. La materia y la energía son intercambiables. El observador es parte de la ecuación. El
pensamiento moderno se volvió más inclusivo, menos fragmentado. El reduccionismo fue
seriamente desafiado. La mente es real, la consciencia es real, no simplemente materia. Hay una
nueva rama en la física, muy lejos de la termodinámica del equilibrio, desarrollada mayormente por
Ilya Prigogine. Es la física de los sistemas auto-organizados, que son complejos, que tienen y
mantienen su identidad y que están abiertos y conectados a sus medios. Esta es una ruptura en la
ciencia. Conecta a los sistemas vivientes, biológicos, con la física y muestra que la naturaleza es
mucho más que un mecanismo. El universo en su totalidad podría estar mucho más vivo de lo que
podíamos imaginar.
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El nuevo paradigma es mucho más centrado en la vida. En la medida en que cambiamos, se volverá
un tema central en nuestro sistema de valores nuestra preocupación por la vida. Se reducirá a esto:
"¿Es bueno para la vida?" ¿Es ecológico? No sobreviviremos si continuamos aislando un área de
interés de la otra. Es desastroso pensar en las ganancias y no en el costo de los ríos envenenados.
No hay manera de entender una enfermedad sin entender a la persona que está enferma. Debemos
convertirnos en pensadores incluyentes, que buscan y aceptan varios puntos de vista, que conocen y
atienden varios niveles y varias interacciones. La verdad nunca es completa en ninguno, pero se
encuentra en y entre todos. Aprenderemos a ver más allá de nuestros intereses egoístas y de nuestras
visiones puntuales. Si no, si prevalece el viejo modo de pensar, ya no existirá más ese espacio
estrecho en el reino de la vida en el que estamos.
LA NUEVA PSICOTERAPIA
Han ocurrido varios cambios en la psicoterapia en los últimos treinta o cuarenta años. Primero, nos
hemos desplazado del hablar acerca de la experiencia, hacia un tener experiencias y hacia el
estudiar la organización de la experiencia. Segundo, hemos incorporado el cuerpo en la
psicoterapia, al asumir diferentes acercamientos alternativos, como nutrición, ejercicios, trabajo
corporal y movimiento, como parte del trabajo. El Rolfing, el Método Feldenkrais, el Tai Chi y el
Yoga son particularmente importantes, así como, más cerca a casa, el Trabajo Somático Hakomi
desarrollado por Pat Ogden en el Instituto Hakomi. Finalmente, hemos comenzado a alejarnos de
los viejos modelos energéticos para orientarnos a los modelos de información, como los de Bateson,
PNL y Feldenkrais.
Hakomi es parte del modo como la psicoterapia ha cambiado y continúa cambiando. A través de los
principios y en su método y técnica, es una terapia basada en los conceptos religiosos, científicos y
filosóficos del paradigma emergente. Me he prestado muchos elementos de las viejas terapias, pero
también lo he modificado todo para hacer espacio a este cambio de perspectiva que definen los
principios. Hakomi es parte de la transición de lo viejo a lo nuevo. Los cinco principios centrales
son descritos en detalle en la siguiente sección. En estos se ve clara y específicamente la influencia
del cambio de paradigma. Usamos constantemente los principios para sostener y evaluar el método
y la técnica, para guiar el desarrollo personal de los estudiantes de Hakomi, terapeutas y profesores,
e incluso para evaluar el progreso de sesiones individuales. El trabajo es contenido por los
principios en muchas maneras, como un bebé en los brazos de su madre. Quien sabe, si
continuamos permitiendo que los principios nos guíen, si permanecemos abiertos a lo que el
universo nos está ofreciendo, quién sabe lo que podremos ver florecer.
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Parte 2. LOS PRINCIPIOS
"... el tipo de actividad que domina la fase de inestabilidad introduce una direccionalidad, un
vector que indica ya en qué dirección puede esperarse la nueva estructura"
Los principios son la parte más importante del conocimiento de una terapeuta. Cuando nos
referimos a las terapeutas o a las estudiantes lo hacemos pensando en personas que trabajan
basándose en los principios. Trabajar con los principios significa incorporar los principios como
base inconsciente de la manera cómo uno se acerca a la terapia, y actuar continuamente desde esa
actitud mental.
Cuando trabajo con personas, trabajo desde esa parte mía que conoce y vive en base a los
principios. Se percibe como un estado alterado de consciencia.
Estar con los principios - que dicho sea de paso, no implica ningún esfuerzo una vez que uno se
rinde ante ellos - es prácticamente todo en nuestro trabajo. Los principios son parte de una actitud
emocional que aprecia la libertad y vitalidad del otro, y nace de una consciencia que
entusiastamente hace un seguimiento de todo lo que el otro expresa. Esa consciencia y actitud
emocional son percibidas por las partes más profundas del otro, ganando la cooperación del
inconsciente. Con ello el trabajo se hace infinitamente más sencillo. Carecer de principios es como
trabajar a ciegas.
La mayor parte de las personas que vienen a estudiar HAKOMI lo hacen con un sentimiento de
hermandad hacia el trabajo. Después de escuchar acerca del mismo o después de verlo, dicen: "yo
sabía que estaba trabajando bien", "yo trabajo así; simplemente no tenía palabras para eso", "se
siente como algo conocido". Están relacionándose mayormente con los principios. En realidad no
conocen el método ni las técnicas, pero hay algo que les cae bien, algo que parece familiar. Es su
apreciación de los principios en acción. Para estas personas, aprender el trabajo será fácil y
agradable.
Estudiamos los principios en el entrenamiento, aprendiendo a incorporar cada uno de ellos como
parte básica de nuestro trabajo. Los usamos y practicamos y, finalmente, los transformamos en un
aspecto fundamental de nuestras vidas. Estar con los principios nos libera para vivir confortable y
cretinamente. En la medida en que los incorporamos, los usamos sin esfuerzo sin necesitar
pensamientos especiales. Nos podemos sentir confortables ya que lo que hagamos sólo será una
ayuda y no hará daño. Ese sentimiento nos dá la libertad para ser más creativos. La terapia no es
simplemente un trabajo. Esta idea no dice nada acerca de la terapeuta como instrumento, como
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artista o como sanador. La terapia es curación. El conocimiento de los principios nos arraiga en
muchas tradiciones poderosas y libera nuestro potencial para ser útiles a los demás.
Mark Twain
La psicoterapia es curación y la curación sólo ocurre en seres vivientes. Sólo los sistemas vivientes
se curan a sí mismos. La curación es un acto de re-creación de sí mismo. Un ser no puede curar a
otro. La curación sólo ocurre a seres vivientes. El médico ayuda pero no cura. Tiene que esperar y
ver si se ha curado su cliente. Sólo puede ayudar u obstaculizar la curación. El principio de la
organicidad pone la curación y el control en manos de la cliente y de la relación cliente-terapeuta.
El crecimiento de la cliente y su desplegarse, sus respuestas y resoluciones, sus terminaciones y
nuevas direcciones, están todas en su interior. La terapeuta está ahí para ayudar a manejar el
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proceso por el que atraviesa la cliente para llegar a ese punto y lograrlo.
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Para entender esta perspectiva y trabajar desde ella, debemos tener claridad acerca de la diferencia
entre los sistemas vivientes y los no vivientes. La organicidad se refiere a la dinámica del proceso
de auto-organización - la creación, mantenimiento y evolución internamente dirigida de los sistemas
vivientes. La teoría de sistemas, la biología teórica y la nueva física han surgido actualmente
intentando definir y explicar esta diferencia. La tradición espiritual que habla más claramente de
este principio es el taoísmo.
La nueva teoría de los sistemas vivientes es una vigorosa afirmación de la libertad personal y de la
inteligencia natural de toda la vida. Los sistemas vivientes se auto-organizan, se auro-crean y se
auto-mantienen, y en muchas formas dirigen su propia evolución. La vida es su propia autoridad. La
vida es creativa; tiende a dar saltos y producir nuevas maneras de hacer las cosas. A diferencia de
las máquinas, los seres vivientes se aburren. Esta exuberancia de los sistemas vivientes es
balanceada por su increíble sensibilidad a todo lo que la rodea. Los sistemas vivientes son por
naturaleza participatorios e interactivos. Todos los sistemas vivientes tiene que estar abiertos a su
medio. Deben importar materia, energía e información y deben exportar o disipar entropía (ruido,
desechos y desorden). La vida es un constante intercambio y este intercambio es un proceso natural
y físico. La vida no es un accidente ni es probable que estemos solos en el universo. Por su propia
existencia, los seres vivientes pertenecen.
Cuando uno asume el principio de la organicidad, uno busca y sigue los procesos naturales. Uno no
impone una estructura ni una agenda a los procesos, sino más bien busca las fuentes del movimiento
y del crecimiento para apoyarlos. Es tan simple como dejar que la cliente tenga el tiempo, luego de
cada interacción, para hacer su próximo movimiento, seguir sus propios intereses y dirección, en
lugar de preguntar, por ejemplo algo que me interesa a mí. Desde la posición de "autoridad" de una
terapeuta, es muy fácil tomar control y manejar una sesión completa. En HAKOMI llegamos al
extremo de apoyar las defensas, aquellos hábitos de la cliente que la ayudan a manejar experiencias
importantes. Al reconocer que los sistemas orgánicos tienen sus propios caminos y propósitos y que
resistirán a los intentos de forzarlos a ir en direcciones que no quieren tomar, hemos encontrado una
manera de ir con las defensas y apoyar el crecimiento en lugar de obstaculizarlo. El hacerse cargo es
la técnica, pero la actitud de aceptación de la dirección propia del otro es lo que establece el
escenario.
"Si puedes servir bien una taza de té, no hay nada que no puedas hacer."
Gurjieff
"Hay dos maneras de lavar los platos. Puedes lavar los platos para limpiar
los platos, o puedes lavar los platos para lavar los platos."
En tanto estado de consciencia, la plenitud de consciencia tiene las características siguientes: enfoca
la experiencia actual; tradicionalmente, el contenido de la consciencia. No podemos estar en estado
de plenitud de consciencia acerca del pasado; sólo sabemos que estamos recordando el pasado
porque ese recordar ocurre en el presente. La ruta a la plenitud de consciencia es la atención
centrada en el presente. La plenitud de consciencia es "intencionalmente pasiva". Deliberadamente
decidimos observar la experiencia presente sin interferir con ella. En esta actitud receptiva, si la
adoptamos por sólo unos momentos por vez, podemos lograr una visión interior o introvisión (1)
muy enriquecedora. Finalmente, durante el estado de plenitud de consciencia, la atención es
mayormente volcada hacia adentro. Podemos, sin embargo, permitir que las influencias externas
sean parte de la experiencia actual que estamos observando. Cuando hacemos esto deliberadamente
en la terapia, la intención es la de evocar experiencias que procesaremos posteriormente. Lo que
esperamos es que si traemos estas experiencias a la consciencia podemos de alguna manera
trascenderlas, conocerlas, completarlas y seguir nuestro camino.
Thomas Merton
"En consecuencia, aquel que desee lo correcto sin lo erróneo, el orden sin el
desorden, no ha entendido los principios del cielo y la tierra. No sabe cómo
las cosas se mantienen juntas."
La violencia en la terapia es muy sutil. No es tan obvia en un medio cultural en el que la educación
se basa en el modelo de la autoridad. Si uno cree saber lo que es mejor para el otro, eso es violencia.
Es lo opuesto a la organicidad. Si una terapeuta formula preguntas para obtener más información
para sí misma, muchas veces interrumpiendo a la cliente, eso es violencia. La cliente puede pasarse
la hora de la sesión y hacer los movimientos que le pedimos, pero algo en su interior siente la
ofensa y comienza a resistir. La violencia en la terapia no es solamente el daño físico deliberado. Es
el no aceptar a la cliente como esa persona como totalidad que ella es, una persona con su propia
historia, sus propias ideas, imágenes, necesidades, capacidades, deseos, cadencias. Violencia es
estar demasiado atrapado en uno mismo y en la agenda propia para llegar a ser realmente curativo
para el otro.
La no-violencia nace de una actitud de aceptación y de atención activa al modo natural como se
desenvuelven los eventos. Trabaja mano a mano con la plenitud de consciencia que nos ayuda a
comprender sin interferir. Toma mucho tiempo para aprender. Es por supuesto un credo básico tanto
para el budismo como para el cristianismo, ambas corrientes de pensamiento de largas tradiciones y
que han dejado muchas cosas escritas.
En la terapia vemos cómo opera la no-violencia de muchas maneras; una de ellas es nuestro trabajo
con lo que llamamos "defensas" (suena como si tuviéramos que atacar). Prefiero considerarlas
como: "el modo de manejar la experiencia". Cuando hablamos de esas conductas como defensas,
revelamos nuestra actitud acerca de la fuerza y la autoridad y surge la imágen de que la cliente
interfiere el camino de la terapeuta. En HAKOMI no nos oponemos a los esfuerzos que hace la o el
cliente para manejar su experiencia. Los apoyamos, haciendo un esfuerzo para que la o el cliente se
sienta segura o seguro, para que explore su experiencia de una manera más profunda y más
completa. Cualquier intento de oponerse a esa manera de manejar la experiencia encontrará de
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todos modos resistencia, de modo que el trabajo se vuelve un esfuerzo y se torna más doloroso de lo
necesario. El estilo de manejo del que hace uso la cliente, después de todo, representa los mejores
esfuerzos que hace él o ella para manejar el dolor y el miedo real en muchas situaciones; este estilo
es una parte vieja y valiosa de las herramientas que tiene para manejar su mundo. Nuestro apoyo a
ese modo de manejar sus cosas demuestra un profundo respeto por la totalidad de la persona.
Una otra forma en que opera la no-violencia es poniendo énfasis en la experiencia en lugar de
ponerlo en los consejos e interpretaciones. No estamos para resolver problemas ni para decirle a la o
el cliente quién es. Nuestra responsabilidad consiste en ayudar a que la cliente logre alcanzar ciertas
experiencias claves, experiencias que no ha tenido antes, experiencias que le enseñan lo que es
posible para él o ella. Al ganar la colaboración del inconsciente y siguiendo el ritmo y proceso de la
o el cliente, creamos una situación en la que las experiencias, que deben y quieren manifestarse,
ocurran de una manera natural. Cuando nos limitamos a dar soporte, la cliente hace el trabajo que
tiene que hacer; si siente que ha sido su logro (algo que ciertamente amerita por lo que ha hecho) es
señal de nuestro éxito.
La mente y el cuerpo se influyen entre sí. Interactúan. Este principio ubica al HAKOMI en el
campo de los interaccionistas para la mente y el cuerpo. Mi interés particular se centra en la
influencia que tienen las creencias profundamente enraizadas, los recuerdos tempranos
significativos y las imágenes guía, sobre la conducta, estructura corporal y sobre la fisiología en
todos su niveles, desde el metabolismo celular y la fuerza del sistema inmunológico hasta el flujo
sanguíneo, la distribución del calor y el tono muscular en el cuerpo y hasta el modo cómo estas
creencias se expresan en la postura, movimiento, gestos y expresiones faciales. Hay, por supuesto,
influencias del cuerpo sobre la mente: desde los talentos y predisposiciones hereditarios hasta los
estados de ánimo que surgen de un hígado enfermo. Estas influencias se determinan frecuentemente
de modo circular y complejo, a través de los circuitos de retroalimentación. Al observar cómo los
patrones de conducta y sistemas de creencias se estabilizan mutuamente, examinaremos algunos de
estos circuitos; pero cómo en este trabajo se trata del cambio de creencias e imágenes medulares
para cambiar la experiencia, podré el énfasis sobretodo en el modo cómo la mente influye sobre el
31
cuerpo.
"Tenemos que lidiar con los productos de la tendencia del mundo a generar
partes a partir de todos formados por unidades conectadas entre sí por medio
de la comunicación. Esto es lo que hace del cuerpo una cosa viviente, que
actúa como si tuviera mente - lo que en efecto tiene."
Gregory Bateson
"Una totalidad psíquica que hace tiempo ha dejado el escenario", dice Morris Berman. Pienso en esa
totalidad cuando veo a un recién nacido o, como ocurrió la semana pasada, cuando un maorí cantó
una canción maorí de despedida en ocasión de la finalización de un trabajo de grupo en el que
estábamos. Cantó acerca de irse lejos, más allá del mar. El partir y viajar grandes distancias está
siempre asociado para los maoríes con el mar. Ellos pertenecen a una cultura insular. En la medida
en que cantaba pude sentir su amor por el mar y su conocimiento del mismo. Me sentí como si
estuviéramos en el mar, navegando hacia lo lejos. Este sentimiento era tan real como el cuarto en el
que estábamos. La totalidad psíquica de quien cantaba ciertamente no había dejado el escenario; por
el contrario, creaba el escenario y le permitía traer al cielo y al mar, a su pueblo y a todo su mundo
consigo, porque estos eran él. El suyo era un universo participativo. El era, a la vez, su familia, su
pueblo y el mundo natural que lo rodea en una forma que simplemente hemos perdido. Pertenecía a
su mundo y se sentía cómodo ahí en un modo en el que nunca hemos estado nosotros.
La unidad tiene que ver con la pertenencia, con el ser parte de; tiene que ver con el escuchar y ser
escuchado. Muchas terapias consideran a la integración y la armonía como temas centrales. El
método Feldenkrais, el rolfing, la osteopatía, la acupuntura y la terapia gestalt son buenos ejemplos.
Sea que hablemos de personas que constituyen una familia, de músculos que se unen para crear
movimientos, de órganos que se armonizan para crear un cuerpo saludable, o pensamientos, ideas,
impulsos, planes, sentimientos y memorias que se unen para crear un yo único, todos estos sistemas
nos hablan de unidad e integración. Para estudiar estos sistemas exploramos el modo cómo
permiten y apoyan la comunicación entre las partes y, a la inversa, cómo colapsan, sufren y mueren
en la medida en que la comunicación se quiebra y detiene.
La tradición religiosa oriental sostiene que la unidad es real y que la noción de que seríamos
entidades separadas es una ilusión. La ilusión primaria y más destructiva es la falsa distinción entre
el si mismo y el otro. El "si mismo" en este caso ni siquiera significa que uno es una persona o un
cuerpo ni nada parecido. Se trata de que uno percibe y vive una separación básica. Esa es la mentira
primaria. Uno puede comparar el movimiento de la unidad a la dualidad, con la imágen holográfica
frontal y las imágenes de objetos separados. El holograma es una red de patrones ondulatorios,
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como las ondas en un lago cuando cae la lluvia. Uno tiene que descodificar patrones para poder
percibir objetos separados. Uno tiene que tomar este universo entremezclado, integrador,
holográfico y dividirlo en "si mismos" y "otros" separados. Para todo esto uno necesita
codificadores. Bueno, según Karl Pribram, todos los sentidos, incluido el tacto, son codificadores.
El oriente nos ha enseñado que los sentidos mienten. Nos vemos el uno al otro como objetos
separados porque vemos a través de nuestros ojos y porque hemos aprendido a pensar en nosotros
mismos y en los otros de esa manera. El corazón libre puede ver las cosas de otra manera.
Escindimos nuestro universo de diversa maneras. Ken Wilbur cubre esto en gran detalle. La gran
ruptura ocurre cuando decidimos que somos separados. Luego nos separamos a nosotros mismos en
mente y cuerpo: la escisión mente/cuerpo. Este nivel particular ha sido el foco de intensos estudios,
prácticas religiosas y especulaciones interminables. Finalmente, no sólo dividimos la mente y el
cuerpo sino que dividimos en pedazos a la mente misma. Nuestra capacidad para la experiencia está
severamente atrofiada cuando fracturamos la unidad mente-cuerpo. La mente se escinde entonces
entre Yo y No-Yo. La totalidad, la integridad, la armonía se pierden en cada nivel. Jung llamaba
"sombra" y "persona" a las partes de la mente, a lo escondido y a la máscara. Ninguna es real. Nos
separamos en una parte que integramos y por la que asumimos responsabilidades y en otra por la
que no hacemos lo mismo. No decimos conscientemente que este soy yo y este no. No escuchamos
a esas otras partes, no les prestamos atención, no las vemos, ni sentimos. Las eludimos activamente.
Los psicoterapeutas trabajan para que las partes se comuniquen, trátese de miembros de una familia,
el cuerpo y la mente o partes de la mente. Ayudar a alguien, induciendo a esas partes a que salgan
de sus escondites, ayudándolas a que hablen de una manera abierta y directa, es un arte lleno de
destrezas muy especiales. Creo que la terapia Gestalt es especialmente buena para eso. Las
terapeutas guestálticos trabajan con el lenguaje del drama y del teatro. Trabajan con la interacción
de las partes nuestras que representamos. La terapia guestáltica trata de partes y de todos. En la
"silla caliente" uno crea un diálogo. Uno habla con una proyección de uno mismo, de una parte que
uno no quiere reconocer, una parte que uno quiere sacar del camino. En este diálogo las partes
comienzan a comunicarse entre sí nuevamente. Esa es la parte más importante del proceso; pone en
movimiento nuevamente la comunicación. Lo significativo no es solamente el diálogo sino el
proceso mismo. Perls tiene confianza (y yo también) que si uno logra que esas partes se
comuniquen nuevamente, pueden resolver sus diferencias y logra una armonía. Ciertamente no será
así si no se comunican. Cuando el diálogo tiene lugar en un contexto de seguridad e interés mutuo,
como ocurre en las relaciones curativas, las posibilidades de la integración son mucho mayores.
Al llamar nuestra atención sobre algunos aspectos de nosotros mismos y de otros que están aislados
y en conflicto ... estamos abrazando la unidad. Cuando nuestro camino es la aceptación y la
curiosidad; cuando nuestro objetivo es unir todos los aspectos de la persona: mente/mente,
mente/cuerpo, yo/universo; cuando sabemos que como parte de nuestro ser estamos conectados el
uno al otro y a este mundo,... estamos abrazando la unidad. Ese conocimiento es el poder curativo
de este trabajo.
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En su libro titulado "Mente y Naturaleza", Gregory Bateson dice que hay ciertas cualidades, ciertas
características en cualquier sistema al que puede atribuírsele una mente. Baetson describe estas
cualidades a través de un conjunto de proposiciones. El encuentra que el mismo conjunto de
proposiciones se aplica igualmente a la mente humana y a la naturaleza. La naturaleza, tal como
Bateson la define, tiene una mente. La naturaleza actúa inteligentemente. Si ves la evolución, este es
un proceso inteligente, hábil, estratégico. También lo son los sistemas ecológicos. Quiero discutir
las proposiciones de Bateson y su similitud con los principios del Hakomi.
Revisemos el conjunto de seis proposiciones de Bateson, para describir cualquier sistema que tenga
una mente. La primera es que las mentes están constituidas por partes que se organizan en todos.
Partes en todos, el principio de la unidad. Si piensas acerca de partes en todos por un par de días,
vas a ver que un increíble número de sistemas - familias, órganos humanos, equipos de football -
todos muestran esa cualidad. Partes en todos. Atomos en moléculas. Estrellas en galaxias. Esto
también se relaciona con la organicidad y los sistemas autoorganizados.
La segunda proposición las partes se comunican. Las partes se organizan en todos a través de la
comunicación e información. No nos estamos refiriendo a la energía sino a la información. La
medicina osteopática es un ejemplo de un modelo de información. La osteopatía se basa en la
noción de que la enfermedad es una condición en la que los mensajes no pasan de una parte de tu
cuerpo a la otra. Si estas enfermo, tienes un problema de comunicación. En la osteopatía, la espina
dorsal es el principal canal para estos mensajes. Cuando un osteópata hace ajustes a la espina dorsal,
esta tratando que las partes del cuerpo se comuniquen mejor. Incluso la teoría de los gérmenes
puede ser vista como un modelo de información: una parte del sistema inmunológico no esta
detectando los gérmenes, o no esta comunicando su presencia a quien debe. Las técnicas que
utilizamos en Hakomi, como por ejemplo las sondas, el ser testigo, el hacerse cargo, son maneras
de obtener información acerca del modo como nos organizamos nosotros mismos. Podemos decir
que una parte de nosotros esta tratando de comunicarse con la otra. Partes en todos a través de la
comunicación y la información.
Hay una declaración de fe común a todos los sistemas de curación que se basan en la comunicación.
Endereza la espina dorsal para ayudar a que los mensajes vayan de ida y vuelta y que mejore el
funcionamiento del sistema. Es la fe de que el sistema abierto con las comunicaciones entre las
partes se corregirá a si mismo. Si te sientes estancado, la estrategia es: espera, usa la conciencia y la
curiosidad, logra que la información clara se mueva entre las partes y lograrás una resolución
espontánea, automática, y una mejoría de la función. En Hakomi estudiamos y trabajamos
justamente con aquellos hábitos que interfieren la obtención de información y la reorganización
espontánea. Hablamos acerca de la creación de "opciones a la barreras".
La capacidad para corregirse o curarse a si mismo es una cualidad de todos los sistemas vivientes.
Si te mueves conscientemente, la función mejora "espontáneamente". El organismo sabe cómo
integrar. La reorganización ocurre porque las partes se están comunicando nuevamente. Los
músculos del cuello saben lo que la pelvis esta haciendo. Ya no están aislados. Están relacionados.
Resuenan entre sí. Comienzan a opera como un conjunto. Como esa integración es lo mejor para el
organismo, este impulso ha transformarse en todo es fuerte y se encuentra presente en todos los
sistemas vivientes. Las parte se comunican esa es la segunda proposición de Bateson.
La primera computadora la de Von Neumann tenía 18,000 tubos. Ocupaba un cuarto inmenso con
equipos electrónicos y utilizaba 140,000 vatios. En ese sistema la energía era significativa (en
particular si tienes que pagar la cuenta de la electricidad ). Este año compré una computadora que
tiene el equivalente de mas de un millón de tubos y consume un cuarto de vatio. Y ocupa un espacio
mas pequeño que el de una máquina de escribir. La energía que requiere no es gran cosa y su
capacidad para procesar información es abrumadora. Las mentes son sistemas de información. Si
vas a estudiar la organización de la mente, la energía es colateral. La psicoterapia es un proceso
orientado a la información. Ciertamente, el sistema energético humano es muy complejo y es muy
importante mantenerlo afinado, pero si vas a pensar acerca del modo como las personas organizan
su experiencia, lo prioritario son las operaciones de la mente.
La cuarta proposición de Bateson es la siguiente: todos los sistemas que exhiben una mente pueden
ser descritos únicamente utilizando una determinación circular o mas compleja. Si vas a trabajar
con personas, será mejor que te guste la complejidad. Será mejor que te encante la diversidad y que
te sientas muy contento con la incertidumbre. Los sistemas que tienen mente son mas complejos
que los sistemas simples y lineales no son como esos juegos de bolitas en que una golpea a esta y
esta golpea a la otra. El funcionamiento de la mente no puede ser observado de esa manera. Los
sistemas que tienen mente incluyen circuitos de retroalimentación. Son no lineales, iterativos,
creativos, diversos. Tienen partes que se comunican, que conversan. No puedes decir simplemente
"bueno si presiono aquí entonces esta cosa se va a mover así". No es tan sencillo. Un sistema con
mente tiene su propia organización interna. Se adaptará a lo que tú hagas. Podrías no saber qué tipo
de ajuste va a hacer por lo que es muy difícil describir cómo opera cualquier mente particular.
La quinta proposición dice que la información esta codificada. Estas teniendo tu experiencia y la
esta organizando. Eso es lo que quiere decirse por codificada. No hay imágenes en el cerebro; mas
bien, el ojo codifica la información visual que le llega en la forma de impulsos nerviosos. En
algunos niveles esta codificación es fija; en otros niveles puedes cambiar el modo cómo codificas tu
experiencia. en la psicoterapia nos interesa la codificación de alto nivel, tal como nuestras teorías
acerca de nosotros mismos y el mundo. Una proposición como "tengo que lograr la aprobación y
amor de las personas" organiza un montón de experiencia. Las personas que se orientan a lograr
resultados, que no pueden bajar la velocidad y descansar, frecuentemente ponen esa transformación
en su experiencia. Están moldeando sus vidas, juicios, y decisiones alrededor de ella. Si alguien
dice: " hiciste un buen trabajo", esto puede tener un efecto muy importante para ellas. También
tienen hábitos musculares que manejan estas ideas y pensamientos alrededor del tema. Movilizan
sus músculos para la acción y sus mente están agudamente focalizadas hacia las tareas por cumplir.
De modo que esta proposición nos dice que organizamos nuestra experiencia, y a un nivel mas alto
por implicancia afirma que podemos cambiar el modo como organizamos nuestra experiencia.
La sexta proposición dice que estas organizaciones se encuentran en alguna suerte de jerarquía.
Bateson utiliza la teoría de los tipos lógicos de Bertrand Russell. Puedes escribir en una pizarra un
afirmación como esta, "esta pizarra no tiene nada escrito". Esa afirmación, según Russell, no tiene
sentido. Una afirmación acerca de la pizarra es un asunto totalmente diferente del hecho de ser la
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pizarra. El ser total es un tipo lógico de más jerarquía que la mente o el cuerpo. Una mente total es
un tipo lógico más elevado que lo consciente o lo inconsciente. Los sistemas tienen niveles lógicos.
Es importante no confundir un nivel con el otro. Tú no eres tus pensamientos, tú no eres tu cuerpo.
Eres todo eso y mucho más que eso. En cierto nivel eres todo el universo.
Es mucho más importante comprender y adoptar los principios que aprender técnicas. Las técnicas
van a surgir espontáneamente del conocimiento de los principios. Es más importante tener sentido
de el trabajo que tener teoría. Necesitamos ambos, pero el sentimiento es lo primario. La actitud
emocional, la orientación psicológica básica de la terapeuta es primaria. Los principios son
sencillos, pero no son algo que las personas adoptan fácilmente; la plenitud de conciencia y la no
violencia no son la preocupación inmediata de la mayoría de las personas; mas bien nos orientamos
hacia la energía. En los principios se encuentra el poder para aprender para crecer y cambiar, para
evolucionar y en último análisis para ser libre. En un estado de plenitud de conciencia el cambio
ocurre sin mucho esfuerzo. Sin embargo parecemos preferir el esfuerzo. Por supuesto la lucha tiene
el poder de convertirnos en héroes. La violencia y el heroísmo son usualmente parte de la misma
historia.
"El camino grandioso no es difícil para aquellos que no tienen ninguna preferencia". Ninguna
preferencia. Ninguna lucha contra lo que simplemente es. Esta actitud zen es básica tanto para la
plenitud de conciencia como para la no violencia. El cuerpo se moviliza para manejar situaciones en
la medida en que la mente las entiende. De esta manera el cuerpo refleja la vida mental. Tanto
nuestra comprensión como disposición, expectativas y planes afectan nuestro cuerpo. Cuando tienes
expectativas tu cuerpo se prepara para actuar en concordancia. Con la rabia, cuando estas dispuesto,
con seguridad encontraras algo de que molestarte.
Si tienes preferencias también movilizas tu cuerpo. Si tienes deseos, si quieres que algo ocurra de
cierta manera, si estas emocionalmente apegado a los resultados de tus esfuerzos y elecciones, tu
cuerpo participará. No puedes ni siquiera querer algo fuertemente sin que tu cuerpo se apreste
mientras lo piensas. Si tú te permites aunque sea por un momento sentir el estado de ánimo de la
cadencia, añoranza, vas a notar que tu cuerpo se tensa. Como si fuera una mano enorme, el cuerpo
agarra el resultado deseado. La persona que no tiene preferencias no se conduce así. Si no hay
preferencias, no hay violencia contra el cuerpo, no hay aprestamiento con deseo. La persona sin
preferencias acepta lo que es. Al ceder así, no hay esfuerzo y no hay violencia. Cuando estudias y
entiendes tus tensiones corporales, aprendes muchísimo acerca de tus creencias nucleares. Por
ejemplo, si usualmente tengo los ojos muy abiertos y mis hombros muy levantados alrededor de mi
cuello, probablemente mis creencias tienen que ver con lo peligroso que es el mundo. Un buen
observador puede "ver" ese temor en mí. Lo puede ver en mi mismo cuando estoy en un estado de
plenitud de conciencia.
En el centro mismo de un punto de vista holístico para el estudio de la gente es la noción de que la
actividad humana está "multideterminada". Son muchas las diferentes influencias que se combinan
para el desarrollo y mantenimiento de los patrones que estudiamos en la psicoterapia. Esa búsqueda
de un gran evento traumático tan popular en las películas acerca de la psicoterapia no es muy
frecuente en la terapia. La que verdaderamente ayuda a la persona es darse cuenta de sus patrones y
comprenderlos, y de las creencias, sentimientos, imágenes y memorias que influyen sobre esos
patrones. A esos patrones los llamamos carácter o estrategia del carácter. Es bueno recordar que se
trata de "formas abstractas" y simplificaciones. En el mundo real no existen caracteres, simplemente
existe gente. Los patrones, limitados en número y similares se persona a persona, reflejan temas
similares y necesidades y experiencias comunes. Esta comunalidad no debe distraernos de la verdad
de que cada persona es única y que debe ser tratada como tal. El entender patrones nos ayuda al
ayudarnos a ver vidas individuales como expresión de raíces comunes. El estudio de las estrategias
del carácter nos hace sentir de una manera general a la gente, el modo como manejan sus pareas
diarias y sus encuentros con otros, cómo aprendieron a hacerlo de esa manera, qué tipo de eventos,
memorias, sentimientos y creencias organizaron sus estrategias de vida.
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Los patrones caracterológicos son el resultado de la interacción actual entre la niña en crecimiento y
su medio físico y emocional. Estos patrones y estrategias pueden ser vistos como fuerzas que
desarrolló la niña. Visto así, el carácter es concebido como un funcionamiento y no como un mal
funcionamiento. Pero una fuerza desarrollada en una dirección deja sin desarrollarse la otra
dirección. Por ejemplo, al fuerza que algunas personas desarrollan para aguantar las situaciones
difíciles, podría dejarles poco sentido de gozo y levedad en la vida. En uno de los patrones que
estudiamos - el patrón abrumado/aguantador - la fuerza sobredesarrollada para aguantar acusaciones
conduce a tener dificultades para asumir responsabilidades y actuar.
Podemos pensar acerca de los patrones del carácter de maneras diferentes: como fortalezas o
debilidades, función y disfunción; como reflejo de las estrategias que otras criaturas usan (lo que
llamo bioestrategias); como procesos de ajuste al stress generado por la sobrecarga de información;
y de muchas otras maneras. Mi preferencia particular es ver al carácter como una estrategia.
BIOESTRATEGIAS
En las costas de California hay un ave pequeña, el grunion plateado, que viene por miles a las costas
para poner sus huevos. Siempre llegan cuando hay luna llena, cuando la marea es más alta y los
huevos pueden permanecer sin ser molestados en la arena hasta que ocurra la próxima marea alta
unos diez días más tarde. Los ciclos interminables del mar han adaptado al grunion a las mareas.
Podríamos decir que esta manera de usar las mareas del grunión es una estrategia. Es estratégica en
el sentido de que tiene un propósito y es una buena salida. Por supuesto, este propósito aparente no
es el producto del pensamiento ni de la planificación. Parece serlo solamente. Es parte del juego de
acción e interacción en el que la especie grunion está metida. Se manifiesta así una bella armonía
que se escucha como si se hubiera tocado una tecla especialmente diseñada para esta relación que
tiene la luna con los océanos. Esta forma intrincada de acomodarse del organismo y su ambiente
sugiere una estrategia, es lo que sugiere la existencia de una estrategia y un propósito. Todo lo que
sabemos acerca de los patrones caracterológicos sugieren también la presencia de un ajusta
complejo y bello que cada persona logra con el medio emocional y psicológico que percibe. El
manejo de la experiencia, el uso de defensas, hábitos, mitos personales y estilos, tiene sentido en su
conjunto en tanto estrategia. Por eso hablamos ahora de carácter y bio-estrategias.
Las especies animales han crecido creando modos de manejar sus mundos que se parecen mucho a
los patrones que llamamos carácter. Mi ejemplo favorito es el del engaño. Los animales usan toda
una gama de disfraces y coloraciones engañosas. Algunas especies amplían su capacidad de
supervivencia pareciéndose a algo o a algún otro ser diferente, como las serpientes no venenosas o
las orugas que parecen serpientes venenosas. El engaño es la principal estrategia de un patrón que
llamamos duro/generoso o encantador/seductor, similar a la dimensión narcicista/psicopática de
Lowen. El parecer peligroso o inocente (o importante, o confiado, o relajado) cuando uno no se
siente realmente así, es la estrategia clave de la persona dura/generosa.
Veamos el caso de los pájaros y las polillas. Algunas polillas engañan a los pájaros al llevar
dibujados en sus alas puntos oscuros redondos muy grandes que parecen los ojos de animales más
grandes. Engañar a otros, especialmente haciendo que los demás lo perciban a uno como más
grande, más fuerte, peligroso, más inteligente, más rico, o más importante, es una estrategia común
y puede ser el patrón básico del carácter de uno. El punto de vista opuesto, de parecer inofensivo y
amistoso cuando uno no lo es, también puede ser una estrategia de engaño para toda la vida. Esta
estrategia la usan animales como ciertos peces, que tienen una lengua muy larga y tentadora y una
boca muy grande, y humanos como el cazador camuflado que se sienta inmóvil esperando a su
presa. Hay una relación aquí con el patrón abrumado/aguantador.. Ambos pretenden ser inocentes.
Para el patrón duro/generoso y para el encantador/seductor, esta inocencia es central en su
estrategia; para el abrumado/aguantador es secundaria, reflejo de una sensación interior de tener
demasiadas responsabilidades.
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Hay otras bio-estrategias, como 1) congelarse, pretender estar muerto, no moverse, mantener un
perfil bajo - estas son bio-estrategias de los que se son cazados y atrapados; 2) parecer débil y en
necesidad de protección, que es una extensión de las características infantiles cuando los más
jóvenes necesitan ser alimentados, protegidos y abrigados por los padres. Desde e las focas bebés,
los pequeños canguros, los polluelos recién salidos del huevo, hasta las larvas de las abejas, todos
necesitan ser cuidados; 3) Los abrumados/aguantadores como las tortugas y las almejas, construyen
una concha fuerte, insensible y te dejan agotar tus esfuerzos por llegar a ellos. 4) Los
expresivos/aferrados, como las grullas blancas cuyos gritos estridentes anuncian su llegada,
necesitan que se uno se dé cuenta de ellos y los atienda. Usualmente hacen una gran alharaca o
tienen algo excitante que compartir - algo que va a llamar la atención y la va a mantener. Esas
estrategias funcionan, por supuesto. Cuando la niña necesita atención de sus padres que tal vez
están excesivamente focalizados, se vuelven más ruidosas, más enfermas o más destructivas, o
hacen lo que sea para llamar la atención de esos padres absorbidos. Gritan y eso funciona. De la
misma manera que el patrón de la persona dura/generosa funciona. 5) El ocupado/sobrefocalizado
me parece como un perro bulldog cuya terquedad "de perros" gana la partida cuando muerde el
hocico de algún toro y se cuelga de ahí hasta que se acabe el juego. La estrategia es la persistencia.
Los procesos caracterológicos son estrategias. Una defensa es una manera general de lidiar con el
mundo, un modo de manejar la experiencia. Las personas son creativas, por lo que encontramos
varias estrategias en una sola persona. Eso nos permite tener varias teorías acerca de una persona
sin tener que decidir a qué "tipo" pertenece. Una persona puede ser de varios tipos a la vez.
Podemos dejar de darnos de golpes con la cabeza contra el muro para decidir qué tipo es el nuestro
realmente o qué tipo es otra persona realmente. Somos diversos, hábiles y complejos. No tenemos
que reducir a tipos a la gente. Cualquier descripción sistemática de la conducta humana puede
sernos útil y pertinente. Todo puede iluminar los patrones que encontremos. No tenemos que
discutir acerca de cual es la descripción correcta. No estamos buscando las causas; estamos
buscando la existencia de sistemas y consistencias. No se trata de averiguar cuál es el verdadero. Se
trata de aprender de todos. La consciencia y actitud de la terapeuta cambia sobre esa base. Al ver al
carácter como una estrategia, vinculamos el material nuclear a sus expresiones en tanto reacciones a
las situaciones percibidas.
Las estrategias del carácter son patrones de reacción organizados y habituales. Son respuestas
usadas desde hace tiempo frente al stress, objetivos, necesidades o deseos que uno percibe. El
verdadero stress, como un dolor crónico o la pobreza, por más cruciales que sean, no son tan
importantes para nuestros propósitos. Lo importante son las creencias, expectativas, emociones no
resueltas, incertidumbres acerca de uno mismo y de la relación con otros, en otras palabras, la
organización de la experiencia por parte del material nuclear.
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SENSIBLE/RETRAIDA
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La persona es sensible y retraída. Minimiza su auto-expresión y contacto consigo misma y con los
demás. Se refugia en sus pensamientos y en la fantasía. Esa es su estrategia de supervivencia. Este
patrón refleja que ha sufrido amenazas a su supervivencia y que su material nuclear organizará sus
percepciones, sentimientos y acciones alrededor del tema del peligro ineludible. En la superficie, su
incertidumbre básica es si es o no bienvenida, aceptada, y si pertenece o no a algo. Como se siente
como extranjera en un territorio extraño y peligroso, esta persona limita fuertemente su auto-
expresión y el contacto con los demás. Cuando el patrón está profundamente enraizado, se hacen
presentes los siguientes rasgos: la persona es retraída, tímida, prefiere estar aislada, especialmente
cuando está estresada. Le gusta analizar las cosas, pensar, hacer teorías, fantasear, imaginar; podría
parecer fría, sin emociones, poco amistosa; Sus movimientos pueden ser rígidos o extraños. Es
delgada, y muy tensa.
DEPENDIENTE/CARIÑOSA
Esta persona es dependiente y cariñosa. Usa la estrategia de buscar apoyo como si estuviera
necesitada de algo o como una niña. Su patrón refleja la falta de elementos nutricios confiables y su
material nuclear organizará sus percepciones, sentimientos y acciones alrededor de los temas de la
pobreza, soledad, abandono y pérdida. En la superficie, la incertidumbre básica tiene que ver con la
duda de si va a tener alguna vez un apoyo confiable. La persona puede sentir que hay una falla
trágica en ella que la hace inaceptable a los demás, y es probable que sienta una rabia interior por
haber sido abandonada. Cuando el patrón está profundamente enraizado aparecen los siguientes
rasgos de manera consistente: la persona tiende a darse por vencida fácilmente; busca ayuda
frecuentemente pero la usa mal; tiene expectativas muy pobres, minimiza sus necesidades y deseos
y se deprime. Su postura general es colapsada y tiene un cuerpo delgado, suave y de poca tonicidad.
AUTOSUFICIENTE/INDEPENDIENTE
DURA / GENEROSA
Esta persona usa la estrategia de dar la impresión de que, de una u otra manera, es más inteligente, o
más dura, o más importante, o más a cargo de sí misma que lo que realmente es o está. Con
frecuencia es también una persona generosa que se encarga de los demás. Su patrón refleja la
tendencia a ser engañosa y manipuladora, y su material nuclear organizará sus sensaciones,
sentimientos y acciones alrededor de los temas de usar a los demás y de ser usada por los demás.
Esta persona invierte fuertemente en su imágen personal y en la impresión que causa a los demás.
Externamente su principal incertidumbre está relacionada con el hecho de estar o no bajo control o
de ser o no respetada. La conducta superficial es evasiva. Esta persona usualmente le gusta estar en
una posición de poder o autoridad, estar encima, ser la mejor, la líder. La persona esta dispuesta a
apoyar a los demás, siempre y cuando sea tomada en serio y sea tratada con respeto y admiración.
Cuando el patrón está profundamente enraizado, aparecen algunos de los siguientes rasgos de
manera consistente: tendencia al secreto, gran dificultad de ser simplemente real y honesta con los
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demás, mostrándose vulnerable, herida o débil. El cuerpo tiende a ser grande e hinchado en la parte
superior. Dá la impresión de tener una talla exagerada. Sus héroes culturales son Superman,
generales famosos, jugadores de fútbol, tipos duros y talentos excepcionales. Este tipo de persona es
también aventurera, creativa, y en la versión de la calle, criminal y antisocial.
La persona de este tipo usa la estrategia, de ser encantadora, truquera, seductora o manipuladora con
los demás para lograr lo que quiere o necesita. Estas personas son similares a las que usan la
estrategia dura / generosa. Ambas son engañosas, en este caso acerca de sus motivaciones y sus
verdaderos sentimientos, mientras que en el caso anterior era fuerza y poder. Ambos tipos de
personas tratan de controlar a los demás; la anterior usa el poder y la generosidad y esta la
seducción y el encanto. Este patrón refleja la necesidad de ocultar lo que uno es realmente. Su
material nuclear organizará sus sensaciones, sentimientos y acciones alrededor los temas de ser
atractiva, necesitada por los demás, verse de alguna manera expuesta, atrapada, descubierta,
humillada. En la superficie, la incertidumbre básica será si es que sus necesidades pueden o no ser
satisfechas de una manera directa. La expectativa es si los demás van o no a usar las necesidades de
ella en su contra. Al igual que los "duros", este tipo de persona no se siente muy sincera, se siente
falsa. Cuando el patrón está profundamente enraizado, aparecen consistentemente algunos de los
siguientes rasgos: la persona trata de ser atractiva, sus movimientos son flexibles y seductores, y
despliega a su vez mucho encanto y dulzura; frecuentemente hay fuertes características sexuales en
su conducta y movimientos y un rango de actividad sexual mayor que el promedio; el cuerpo es
flexible y atractivo.
ABRUMADA / AGUANTADORA
La persona que sigue este patrón usa la estrategia del aguante (bajo stress, tensión, responsabilidad,
obligaciones, presión para cambiar, moverse, crecer...), a fin de demorar al otro y resistírsele,
esperar. Usa su resistencia para sobrevivir situaciones perturbadoras, y la espera para evitar ser
controlada por otros. Las personas que usan esta estrategia asumen el peso de las circunstancias sin
hacer ningún esfuerzo serio por cambiar las cosas. Su fuerza está en la resistencia. El patrón refleja
los temas del control y de la culpa. Los intentos de ser controlada (o la percepción de esos intentos)
son confrontados mediante la demora y el desafío indirecto. "Las tormentas más feroces revientan
antes". El material nuclear organizará las percepciones, sentimientos y acciones alrededor de los
temas de la culpa, inadecuación, inferioridad, evitar errores, y no herir a los demás, ser empujado y
necesitar resistir, estar atorado y ser incapaz de expresar sentimientos. En la superficie, la
incertidumbre básica es si uno puede o no ser efectivo, si puede hacer las cosas bien sin armar un
enredo de la situación y con la autoestima. Esto inhibe las acciones y las demora. Cuando este
patrón está profundamente enraizado, surgen de manera consistente los siguientes rasgos: la persona
se siente estancada, impotente, incompetente y no tan atractiva ni efectiva como otras personas.
Bajo stress, las personas que se encuentran en este patrón se vuelven tercas, lentas, se preparan para
lo peor y demoran lo inevitable. Al ser increíblemente paciente y habiendo trabajado años en el
mismo trabajo aburrido, esta persona actúa como "inferior" y espera ser tratada así. El cuerpo tiende
a ser corto y grueso, del tipo que puede aguantar la presión. La persona evita asumir
responsabilidades y no se ofrece como voluntaria. Es una persona callada, es una columna de fuerza
para los demás y puede elegir el rol de mártir. Al mismo tiempo, esta persona tiende a admirar a las
personas de actitud abierta, liviana, aventurera, tan diferentes a ella.
La persona que sigue este patrón usa la estrategia de dramatizar los acontecimientos y sentimientos
para lograr llamar la atención de los demás y mantenerla, y para evitar la separación. Las personas
que usan esta estrategia son excitables y expresivas; logran que los demás se involucren y que se
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mantengan involucrados. Este patrón refleja la necesidad de atención y afecto no satisfecha y la
dificultad para aceptar que uno puede ser visto y escuchado sin necesidad de recurrir al drama. Su
material nuclear organizará las percepciones, sentimientos y aciones alrededor de los temas de la
separación, el ser sacado del camino y el ser amado, cuidado, apreciado y atendido. Por encima, la
principal incertidumbre de esta persona tiene que ver con el si es o no interesante, atractiva o
querida. Cuando el patrón está profundamente enraizado, aparecen algunos de los siguientes rasgos
de manera consistente: la persona se resiente o perturba fácilmente y lo demuestra dramáticamente.
Puede ser ruidosa y muy emotiva. Esta persona puede ser muy protectora, maternal, especialmente
como parte de una relación actual. O la persona puede ser seductora de una manera extravagante y
llamativa, llamando la atención, o de una manera infantil e inocente, si es que eso logra que la
relación se mantenga. Las personas que siguen este patrón postergan todo tipo de separaciones y
tienen problemas para completar una conversación o una relación. Pueden sentirse ansiosas o muy
sensibles. Su capacidad para dramatizar recibe el apoyo de su capacidad para amplificar pequeños
sentimientos o sensaciones, volviéndolas extremadamente sensibles cuando quieren serlo. Muchas
personas con cualidades extrasensoriales siguen este patrón. El cuerpo de estas personas tiende a ser
pleno y suele ser atractivo, sobretodo en mujeres.
La persona que sigue este patrón usa la estrategia de trabajar duramente, de manera persistente y
resistiéndose a las distracciones. Se refugia en la acción. Este patrón refleja la necesidad de logros y
reconocimiento. Su material nuclear organizará sus percepciones, sentimientos y acciones alrededor
de los temas de la perfección, la competencia, el fracaso, el esfuerzo y búsqueda y en el no ser
amada por lo que es. En la superficie, la incertidumbre básica es si ella es o no merecedora del
reconocimiento de otras personas significativas, si es que es competente, adulta y exitosa. Cuando
el patrón está profundamente enraizado, aparecen algunos de los siguientes rasgos de manera
consistente: las personas suelen ser trabajólicas y serias, se interesan primordialmente en hacer bien
su trabajo y en hacer el próximo trabajo mejor aún. La persona se siente no apreciada y presionada a
hacer cosas. Al igual que en la estrategia expresiva/absorbente/aferrada tiene dificultades para
completar relaciones y trabajos. Siente rápidamente frustraciones y rabia. Son muy buenas
ganadoras del sustento o pan de cada día, son perfeccionistas, pueden parecer frías a los demás y
muy negociantes. Cuando están bajo stress, generan más esfuerzos y trabajan más duro aún. Aman
la acción y el hacer cosas y tiene un cuerpo fuerte, muchas veces atlético. Sus héroes son las
personas que han hecho grandes logros.
En el curso del crecimiento, emergen ciertas funciones naturales, como el pararse, caminar, hablar,
etc. Podemos ver a los patrones del carácter como interrupciones o deterioros en el crecimiento
natural de las funciones psicológicas y sociales.
Estrategia Sensible/Retraída:
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Dependiente/cariñosa:
Autosuficiente/independiente:
Dura/generosa:
Ser real, mostrar sus debilidades y necesidades. Libertad para
no sentirse usada ni manipulada.
Encantadora/Manipuladora:
Estrategia Abrumada/Aguantadora:
Estrategia Ocupada/sobrefocalizada:
Los aspectos básicos, como el funcionamiento del sistema nervioso, la adaptación biológica, el
desarrollo, la interacción social y la organización de la experiencia, no "explican" el carácter en el
sentido reduccionista. Simplemente nos dan puntos de vista que pueden ser usados para pensar
acerca de las personas con las cuales trabajamos. La estructura y conducta de las personas ofrecen
claves de su material nuclear sólo en la medida en que tenemos puntos de vista a partir del cual
podemos percibir y comprender. Al incluir esta pequeña sección lo que quiero es sugerir que vale la
pena relacionar el carácter con campos más amplios, especialmente con la biología y la teoría de
sistemas.
1. Atención Interna/Externa
Focalizada/Difusa
2. Distancia Absorbida/Objetiva
3. Sugestión Directa/Indirecta
4. Control Hacia arriba/Hacia abajo/Igual
1. Foco Abierto/Estrecho
2. Pensamiento Global/Detallado
3. Acciones Impulsivas/Inhibidas
Dimensiones de Jung:
Dimensiones de Hakomi:
1. Disposiciones Retraer/Colapsar/Engañar
Resistir/Dramatizar/Actuar
2 Control Inhibido/Impulsivo
cortical
3. Sistema Simpático/Parasimpático
Nervioso
Autónomo
DISCUSION
Atención
Es una función de insumos. Implica operaciones que modifican y controlan el flujo de información
al sistema. Tiene que ver mayormente como la manera cómo se percibe el mundo y con el inicio de
cualquier intento de manejar el mundo. Las funciones de la atención son especialmente importantes
en cualquier situaciòn de sobrecarga de información. Las dimensiones de la atención son:
interna/externa y focalizada/difusa.
Interna/externa
Para cualquier persona, en un momento particular el foco de la atención será en los eventos externos
(usando receptores a distancia), o en los eventos internos (sintiendo la posición corporal,
sentimientos, hambre, temperatura interna, etc.). Por supuesto uno puede prestar atención a ambos
simultáneamente, o puede alternar rápidamente entre lo interno a lo externo. Hay algunos personas
que tienen la flexibilidad en su atención para lograrlo. Lo que es significativo para el estudio del
carácter es la fijación en un punto de la atención o una preferencia fuerte hacia uno de los espacios
de la atención. Esto es verdad para toda dimensión. Los patrones caracterológicos son limitaciones
incluso a nivel de estas variables subyacentes.
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Aquellos que atienden a lo interior se demoran algo en sus respuestas en la medida en que reciben al
mundo y lo convierten en experiencia interna. Tendrán tal vez menos problemas para reconocer sus
sentimientos y otros eventos internos y probablemente mas problemas para relacionarse con otros,
con nuevos espacios, con personas no conocidas, multitudes, ruido, etc. Esta manera de atender esta
relacionada con el tipo introvertido de Jung. Los que atienden lo externo están ligados mas
directamente al mundo circundante y tienen cierta dificultad para reconocer sus propios estados
internos. Están relacionados con el tipo extrovertido de Jung y se sienten mas cómodos con otras
personas que con su atención interna.
Vemos que esta dimensión opera en los patrones expresivos y ocupados. Por ejemplo los expresivos
tienen mas atención interna y los ocupados externa. La facilidad con que los expresivos (y las
personas con patrones dependientes-cariñosos también) pueden expresar sus sentimientos es una
indicación de su atención interna. Por supuesto la plenitud de conciencia entrena la atención interna.
Focalizada/difusa
La atención puede ser focalizada en un campo estrecho o amplio. Puede estar abierta a nuevos
insumos de nuevas fuentes, siendo receptiva a amplias áreas de interés y permaneciendo flexible a
todo aquello que entra. O puede ser estrecha y aguda, permaneciendo con una cosa y no
permitiendo nuevos insumos o interrupciones. Puede orientarse a los patrones mas amplios, o
enraizarse en los detalles. Y al igual que con todas las dimensiones puede ser flexible y capaz de
pasar de una forma a la otra. Aquellos que tienen un foco mas abierto, mas grandes y mas globales
pueden ser cubiertas e integradas, pero el detalle se pierde. El foco mas estrecho tiene la calidad
complementaria de asimilar los detalles mas finos y perder la imagen de conjunto. Las dimensiones
de Shapiro sobre el foco, estrecho o difuso, es igual a las dimensiones de la atención de Erickson,
focalizada o difusa. Vale la pena señalar que mas de un pensador en este campo ha llegado a
identificar el mismo puñado de variables.
Esta variable está íntimamente relacionada a temas de control y estilos de pensamiento. Se necesita
un alto nivel de control para lograr mantenerse focalizado cuando hay una perturbación grande.
Recuerdo una fotografía de Nikola Tesla sentado en su laboratorio donde ocurrían las descargas de
electricidad mas inmensas y elaboradas a su alrededor, como si estuviera ocurriendo sobre su
cabeza una inmensa tormenta eléctrica, mientras que él leía tranquilamente un libro. Por supuesto
era una broma. Sin embargo existen personas que calmadamente prestan atención a la imagen de
Dios mientras sus cuerpos se queman, como lo vimos en Vietnam. Se necesita una capacidad muy
grande para focalizar la atención, como lo ha señalado David Shapiro, para sostener un estilo de
pensamiento como el paranoico. El foco difuso es mas característico de la persona de estilo
expresivo-aferrado, que experimenta un sentido de todo el escenario y tiene una sensación general
de toda la situación mas que de los detalles. El estilo de pensamiento de la persona expresiva
también es global, mas general, mas orientado a las personas y a los patrones, y le gusta cocinar por
intuición y sabor sin usar recetas ni cucharas para medir.
Distancia
Podemos estar totalmente absorbidos indiferentes a todo lo demás, perdiendo el sentido del tiempo,
lugar e incluso del yo. Ser absorbido así significa cerrar la distancia entre uno mismo y aquello a lo
que esta uno atendiendo. O podemos sentirnos separados, no involucrados, como si todo estuviera
ocurriendo a una gran distancia detrás de un muro de cristal, fuera de nuestro campo personal y sin
involucrar al yo. En su formulación extrema éste es el ideal de la objetividad y de la ciencia
objetiva. De lo que se trata es que si nos lanzamos de todo corazón a nuestras interacciones y si
mantenemos distancia.
Absorción
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Esta relacionada con fuertes necesidades sociales y con las propensiones características de los tipos
parasimpáticos. Para ellos se necesita la absorción para involucrarse con otros y para sus sesgos
hacia la alimentación y lo nutricio. Los que guardan distancia, como las personas que siguen un
patrón sensible-retríado y otras que tienen una actividad del sistema simpático muy alta, son mas
capaces de quedarse consigo mismos y mirar fríamente a los que están a su alrededor.
Estilo de pensamiento
El pensamiento al igual que el foco puede ser global o detallado. El estilo de pensamiento fino,
analítico, tiende a perder el significado práctico y amplio de las cosas. En su extremo más estrecho
es la forma de pensar del paranoico que busca claves, mientras que el verdadero tejido de la
situación inmediata se pierde totalmente fuera de foco. El estilo de pensamiento global
impresionista, tiene una verdadera percepción de los acontecimientos y es considerado muchas
veces como intuitivo. Los detalles son considerados sin importancia y por lo tanto se pierden. Esta
dimensión es importante para la persona que trabaja haciendo terapia ya que es necesario en terapia
pasar de un estilo a otro.
El estilo expresivo aferrado es mas global, el sensible retraído y el ocupado, mas estrecho. En
terapia una persona describió reacciones muy detalladas a una sonda, reportando, por ejemplo una
sensación singular como un cosquilleo en un dedo, mientras que otra persona habló de sus
sensaciones corporales totales. Su pensamiento también será diferente de una manera parecida. Esta
es una de las dimensiones de Shapiro que trata en gran detalle en sus libros.
Acción
Las acciones varían a lo largo de una dimensión que va de lo altamente controlado, planificado y
premeditado, circunscrito y deliberado, hasta su opuesto, lo de lo completamente espontaneo, no
planificado, inspiración del momento, inesperado e impulsivo. La persona abrumada - aguantadora
es sobrecontrolada al extremo, mientras que la expresiva aferrada frecuentemente no tiene
restricciones.
Sugestión
Esto se refiere a si una persona responde o no a la sugestión directa o indirecta. Tiene mucho que
ver con su sensibilidad hacia el ser manipulada o maltratada. Las personas de estilo parasimpático
con su fino sentido social y tacto, tienen mas posibilidades de responder a las sugestiones indirectas,
y las personas de estilo simpático a las directas.
Control
Esto tiene que ver con la manera como una quiere ponerse a si misma o encontrarse a si misma en
las relaciones. Algunas personas prefieren la seguridad y la responsabilidad compartida de sus
iguales. Quieren ser tratadas como iguales y se resistirán a cualquier intento de ser puestas a cargo
de algo o de ser subordinadas. Una estrategia de múltiples canales podría usar una posición de
control como esa. Otras personas prefieren estar un escalón arriba o un escalón abajo. Las que
prefieren un escalón abajo como las abrumadas-aguantadoras y las dependientes-cariñosas buscan
que la otra persona se haga responsable Las que prefieren un escalón arriba está dispuestas a
hacerlo por cualquier privilegio que surja de esa posición. Por esta razón se encuentra
frecuentemente a personas que sigan los patrones dependiente-abrumada en relaciones muy
estrechas con personas que siguen el patrón de personalidad duro-generoso.
La tipología de Jung nos ofrece los tipos extrovertidos, introvertidos, sensible, etc. El doctor
Edward Wilson de la Universidad de Colorado relaciones estos tipos con variables fisiológicas tales
como la frecuencia de las ondas cerebrales, neurotransmisores, y rutas preferidas para el stress.
Según Wilson los diferentes tipos junguianos tienen preferencias de donde ponen su stress: en los
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sistemas muscular, cardiovascular, neuronal o endocrino. Los tipos sintientes ponen su stress
mayormente en el sistema muscular, los tipos sensibles en el sistema endocrino u hormonal. Los
tipos pensantes prefieren involucrarse a nivel cardiovascular y los intuitivos usan patrones de stress
neuronal. El Dr. Wilson esta experimentando con esto y, que yo sepa, no ha publicado aun sus
hallazgos. En Hakomi los patrones caracterológicos incluyen cada uno una disposición particular.
Estas disposiciones son sesgos hacia alguno de los puntos extremos de lo que debería ser un
contínuo balanceado. Tratamos con mas detalle los patrones caracterológicos en el capítulo 17,
barreras y carácter.
El campo de la teoría del carácter es viejo y extenso. Me gustaría recomendar particularmente los
libros de Steven Johnson, Alexander Lowen, John Pierrakos, Wilhem Reich, y David Shapiro. Para
la perspectiva de la teoría de sistema ver el libro "Family Evaluation" de Michael Kerr y Murry
Bowen, W. W. Norton Co. New York 1988.
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4. LA RELACION CURATIVA
Martin Buber
En HAKOMI, hay una jerarquía de contextos en la que cada nivel sirve para informar y regular a
los de abajo. El nivel de la técnica es el más bajo. Las técnicas son tangibles y fáciles de aprender.
Uno puede aprender a hacer una sonda con alguien en unos veinte minutos más o menos (uno no
aprenderá todo lo relacionado con las sondas en veinte minutos, pero sí puede aprender a hacerla).
Las técnicas son poderosas y funcionan. Las estudiantes tienen éxito inmediato cuando las usan y el
trabajo a ese nivel es muy estimulante. Dependiendo de sus capacidades e interés, las estudiantes
pueden trabajar a ese nivel durante meses e incluso años.
Hay mucha técnica por aprender. Mientras el aprendizaje está centrado a ese nivel, las técnicas
tienden a ser utilizadas en exceso. En las etapas iniciales las estudiantes se "hacen cargo" de todo lo
imaginable y hacen sondas con una frecuencia increíble. El estudiante fascinado aún con la técnica
usa un marco mental que exige atención a los más mínimos detalles. En ese estado mental el
estudiante no está aún preparado para sentir los contextos más amplios. El estudiante está buscando
la oportunidad de usar la técnica que ha aprendido y no sabe aún lo suficiente como para crear
activamente oportunidades. Con la experiencia, se dará cuenta de más y más oportunidades para
usar una técnica y el problema pasará a ser cuál escoger. Finalmente, surgirá el problema de porqué
usar una técnica y no la otra. De esta manera, la combinación de destreza y frustración lleva
finalmente a un cambio de enfoque: alejarse de la técnica en sí para organizarla de una manera
integrada y sistemática. La técnica se vuelve hábito. Surge el otro nivel: el método.
El método, en tanto nivel inmediato superior, organiza el uso de las técnicas. Al estudiar el método
uno comienza a preguntarse: ¿Qué proceso caracterológico es este? ¿En qué sistema estoy y cómo
puedo salirme de él? ¿Qué parte del proceso es ésta? ¿Cómo creo acá un experimento? ¿Cómo
puedo obtener más información de esto o aquello? ¿Es éste el momento adecuado para hacer un
pequeño experimento? ¿Qué voy a contactar? Todas esas son preguntas acerca del método, del
proceso y del carácter. Uno se vuelve poderosamente consciente de los aspectos más amplios de la
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cliente en tanto persona total. Por ejemplo, la estudiante aprende a reconocer, contactar y trabajar
con la parte niña de la cliente. Esto es estimulante y el trabajo se siente como algo nuevo. A este
nivel el estudiante aprende a hacer más con menos. Usa menos la técnica pero con más precisión. El
estudiante aprende a reconocer los patrones caracterológicos y sus estrategias y los usa en el trabajo.
El estudiante comienza a dar un paso atrás y pasa de los detalles del momento a los patrones más
amplios. Estos patrones más amplios: manejo de la consciencia, disminución del ruido o
interferencia, establecimiento de la plenitud de consciencia, la obtención de información, la
evocación de experiencias, el estudio de la organización de la experiencia, el trabajo con la descarga
emocional, el trabajo con el "niña", la transformación, integración, etc., son las preocupaciones del
método.
Toma mucho más tiempo dominar este nivel. Hay mucho que aprender y ello debe ser asimilado y
transformado en hábito. Debe gastarse bastante tiempo para estudiar y practicar. El trabajo se
transforma en una preocupación a tiempo completo. A este nivel el trabajo se vuelve
verdaderamente vivaz. Adquiere más riqueza y es más satisfactorio. El estudiante trabaja más
confiado, con una variedad mucho mayor de personas y a niveles más profundos. El método lo
puede ayudar a uno a transformarse en un poderoso terapeuta. No obstante, incluso el método tiene
sus límites.
Después de mucho tiempo y de mucha práctica nos sentimos nuevamente limitados. El método, en
cierta forma, no es suficiente. De este modo buscamos un contexto más amplio, algo más allá del
método, así como el método está más allá de la técnica. Este es el nivel de la relación. El método
está asentado en el contexto de la relación terapeuta-cliente. Es la relación la que determina cuándo
funcionan los métodos y cuando no. A este nivel, el crecimiento emocional de la terapeuta y la
profundidad de su comprensión resultan cruciales. Aquí comenzamos a usar nuestros "yoes"
completos, nuestra humanidad. Hay mucho que aprender a este nivel para el estudiante aún.
Los principios son el nivel más elevado del contexto. Los principios guían todos los niveles de
desarrollo, pero en especial orientan nuestra capacidad para establecer una relación curativa. La
actitud emocional de la terapeuta está arraigada en los principios. Eso es lo que trabajo con las
estudiantes avanzadas. Nos centramos en reconocer cómo cada uno de nosotros tiene aún que
trabajar consigo mismo, como cada uno de nosotros puede aprender aún más acerca de cómo
"permanecer leal a los principios". Para poder mantener la unidad, tenemos que aprender que la
curación no es una función de la terapeuta ni de ningún agente externo tipo vitamina o antibiótico.
La curación y el control están en manos de la cliente. y son funciones de la relación cliente-
terapeuta. Al saber eso, al saber que no controlo el proceso, evito el esfuerzo. Y sabiendo que la
cliente tampoco puede forzar el cambio a niveles más profundos, puedo inducirle a que no haga el
esfuerzo de lograrlo.
Estaba conduciendo un taller. El grupo estaba dividido en pequeños subgrupos de cuatro cinco
haciendo ejercicios que muchas veces evocan emociones fuertes y llevan al procesamiento. Cuando
las cosas estaban bien avanzadas, me desplazaba por el espacio y me acerqué a una mujer que
trabajaba con expresiones de resistencia. Estaba echada y varias personas restringían suavemente
sus brazos y piernas. Ella empujaba sus brazos y piernas contra la resistencia de los demás y decía
"¡No! quiero, no me van a tratar de esta manera". Cosas por el estilo. Otro persona del grupo, más
agresiva y persuasiva estaba dirigiendo. Sostenía los brazos de la luchadora a la altura de sus
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muñecas. con cada movimiento o expresión la terapeuta le decía "¡Muy bien!, ¡Muy bien!". Tan
pronto como vi esto no me gusto no sabía exactamente por qué pero para mí algo andaba mal.
Me senté al lado de este pequeño grupo y miré a la terapeuta. Le dije que me gustaría hacerme
cargo en ese momento y la invité a que observará lo que iba a hacer. Ella estuvo de acuerdo. Yo no
sabía lo que iba a hacer; solamente sabía que no me gustaba lo que estaba ocurriendo. Cuando he
pensado sobre esto después me di cuenta que lo que no me gustaba era el esfuerzo. No me gustaba
la sensación de que la cliente trataba de expresarse luchaba por hacerlo. No me gustaba ver a la
terapeuta controlando el proceso y estimulando el esfuerzo. A mi me gusta que las cosas ocurran
espontáneamente.
El esfuerzo es una función del ego. Cuando uno hace un esfuerzo, el acto de hacerlo crea un yo y
algo contra lo cual lucha. En este drama de lucha competencia el acto central es la creación de un yo
separado: un ego. Si no hay lucha no hay drama y no hay dramatis personae. Con lo espontáneo el
esfuerzo se evapora y el ego se relaja. Esta relajación es esencial para la curación. Esta relajación no
es un rendirse pasivamente, sino un entregarse al proceso, una fe en algo muy profundo en uno
mismo, en los espacios que se encuentran más allá del ego. En Hakomi trabajamos deliberadamente
para apoyar un yo más amplio tanto para terapeuta como para cliente. Nuestra manera de trabajar
reconoce a la curación como algo muy diferente a lo que la persona que hace la terapia o incluso el
limitado ego consciente de la persona que hace de cliente, puede hacer. Nuestros mitos culturales y
actuales celebran al ego en exceso. Nuestras nociones de un yo separado se encuentran fuera de
balance en relación a toda suerte de yoes más grandes: familia, comunidad, mundo biológico, el
universo y Dios. Con demasiada facilidad nos vemos separados de estos yoes más grandes.
Imaginándonos aislados desconociendo la ayuda que podemos obtener, luchamos.
De modo que le pedí a la "cliente" que baje la velocidad y que se relaje por un momento. Vaciló un
poco pero loo hizo. Le pedí que virara hacia su interior y que encontrara "qué es lo que quiere
ocurrir". ¿Qué movimiento quiere ocurrir? ¿Qué expresión? ¿Qué resistencia de aquellos que la
contenían se sentiría exactamente correcta? Esta pregunta cambia el lugar del control pasándolo de
la terapeuta a alguna inteligencia no nombrada en el interior de la cliente. No le pregunté qué era lo
que ella quería sino qué es lo que quiere. al hacer eso en realidad le estoy pidiendo que se ponga en
contacto con un yo más grande en su interior. Le estoy pidiendo que relaje sus esfuerzos, que vire
hacia adentro y que incremente su conciencia. Este viraje hacia el relajamiento y la conciencia es
una parte muy importante de los principios y de la búsqueda de una relación curativa.
Ella comenzó acomodarse. Se sentía mejor si sus piernas y brazos se movían más lentamente.
Bajamos la velocidad para apoyar su proceso. Resultaba cada vez más claro que a nivel de lo que
quiere ocurrir esos movimientos eran los apropiados, se sentían bien. En ese momento le sugerí que
se quedara tanto tiempo como lo considerara correcto y que esperara cualquier otra cosa que
quisiera ocurrir. Después de lograr que lo que se sintiera estuviera bien, me imaginé que el próximo
paso pudiera ser la curiosidad. Pensé que ella estaría preguntándose por qué esos movimientos en
particular se sentían tan apropiados, de modo que yo estaba simplemente ahí sentado y ella la estaba
pasando bien, uno podría decir jugando. Su expresión parecía tener la calidad de una rebelión
deliciosa y justa. Yo no estaba dirigiendo sus movimientos, ni siquiera estimulando uno a diferencia
del otro. Simplemente había dirigido un cambio de los refuerzos externos de la terapeuta hacia la
autoridad interna de sus propios sentimientos.
cuerpo con estos movimientos? ¿ Qué palabras acompañarían a esta experiencia? Le dije "No trates
de pensar palabras. Deja que las palabras surjan de algún espacio interno tuyo. ¡Simplemente
escúchalas!". Nuevamente le estaba pidiendo que no haga ningún esfuerzo y que recurra al apoyo
de un campo más amplio. Estaba invitando al inconsciente a que participe.
Bueno, repentinamente ella recordó: nunca le habían permitido gatear. Estos movimientos eran
exactamente como gatear. Todo cobraba sentido ahora. Se trataba de su derecho de mover su propio
cuerpo como ella quisiera. Desde ese punto en adelante trabajé ayudándola a asimilar el
conocimiento de que no siempre tenía que luchar por su libertad Le dije que estaba bien que gatee,
que nadie iba a interferir. Algunos podrían incluso ayudar. Ella podía recibir apoyo para lo que
quería y necesitara. No tenía que luchar siempre con personas más grandes y más fuertes,... y
perder. Eso se sentía bien, ello lo recibió y sintió alivio. Se relajó más y le vinieron más recuerdos y
comprendió más cosas. El proceso se desarrollo bien. al final se sentía muy bien. Comprendió
muchas cosas acerca de el origen de su batalla por la libertad y se podía ver a si mismo renunciando
a todo ese drama. Ella podía ahora simplemente ahora apropiarse de su libertad.
Si has podido seguir el flujo más amplio de este proceso te habrá dado cuenta que comienza
ayudando a la persona a relajarse y a virar hacia adentro hacia su experiencia presente,
estableciendo y apoyando su plenitud de conciencia. La actividad fundamental aquí es el
autoestudio, haciendo menos, y simplemente estando y siguiendo. Luego nos preparamos para
contactar, evocar, dar la bienvenida y nutrir un proceso de crecimiento que se despliega de una
manera natural. Cuando este proceso ocurre espontáneamente, es una clara señal de que el
inconsciente está cooperando, de que el yo más amplio esta participando. Este apoyo y este dejar
que las cosas ocurran es esencial para la curación y para la cooperación del inconsciente. Es un
ejemplo cardinal de la no violencia en su expresión más efectiva. La conexión con la creación de
una relación curativa aquí es que yo invité al inconsciente y obtuve su cooperación.
El objetivo y principal resultado del establecimiento de una relación exitosa (entre cliente y
terapeuta) es la cooperación de la cliente a nivel del inconsciente. La cliente entra en una relación
de trabajo fácil, sin necesidad de resistirse. La terapeuta se ha establecido como una persona no
amenazadora, capaz de comprender las experiencias de la cliente.
Sin la cooperación del inconsciente el proceso terapéutico procede muy lentamente, o simplemente
no avanza. La cliente hace más lento o desvía el proceso automática o inconscientemente. Cuando
la cliente se resiste, la resistencia es justificada. Si la terapeuta no está siendo sensible a algo que
necesita la cliente, algo relacionado con su seguridad y su necesidad de ser comprendido, entonces
se resiste. Es un error trabajar a nivel del método antes de que se haya establecido firmemente la
relación.
El inconsciente tiene un gran poder para hacer que las cosas ocurran. Cuando la terapeuta cuenta
con la cooperación del inconsciente, el proceso se desarrolla suavemente, sin esfuerzo. La terapeuta
puede usar el método con menos frecuencia. El establecimiento de la relación y la cooperación del
inconsciente antecede al método y es lo que lo hace efectivo. El mantener la relación tiene
precedencia sobre todo lo demás que esté ocurriendo en el proceso, excepto el de mantenerse fiel a
los principios. Cuando la cliente da señas de que el inconsciente está comenzando a resistirse, es
bueno dar marcha atrás en cualquier cosa que uno esté haciendo y comenzar a pensar acerca de la
relación y trabajar con ella nuevamente.
El inconsciente habla a través de estados de ánimo, sentimientos, posturas, tono de voz, ritmos y
expresiones faciales. He aquí una pequeña lista de las señales de la cooperación y cómo se ganó esa
cooperación la terapeuta:
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1. La cliente hace más lento el proceso, no responde preguntas, no toma en serio las
sugerencias que le hace la terapeuta.
Esta actitud es provocada cuando la terapeuta no lee bien las señales de la cliente, no le da a
la cliente el tiempo que necesita simplemente para pensar, presionando su propia agenda en
lugar de descubrir la de la cliente.
3. La cliente bosteza, se distrae, demora las cosas, argumenta, hace discusiones intelectuales,
habla desentendidamente.
Una buena terapia puede sentirse. Se siente fácil y bien. Hay un movimiento de las preocupaciones
superficiales hacia niveles de interés más profundos, hacia la curiosidad, hacia el sentir una
introvisión. Hay también espontaneidad. Cosas nuevas y sorprendentes ocurren. Hay cosas que
descubrimos. Hay momentos en que uno se estanca, momentos de miedo y desesperanza, pero la
sensación general es que hay un movimiento, un progreso. Todas las señales de la cooperación del
inconsciente están ahí. Cuando el inconsciente coopera, emerge un material significativo. En una
buena sesión, la cliente y la terapeuta participan ambas plenamente, cada una permitiendo a la otra
un espacio importante en el mundo. El sabor es mutuo y significativo. Los sentimientos emergen y
son expresados. La cliente revive y resuelve recuerdos dolorosos. Todos los patrones se vuelven
conscientes y se exploran nuevos patrones. Las fuerzas motrices que energizan y dirigen este
cambio, se originan en la cliente. Las fuerzas motrices son procesos de crecimiento que han tenido
dificultades para madurar. Algo ha estado interrumpiéndolas, una necesidad de actuar en contra del
crecimiento que en una etapa de la vida fue poderosa. Lo que sea eso, frustró el crecimiento y el
desarrollo, primero en el período normal de crecimiento de la niñez y luego, como parte de una
actitud adaptada general hacia la vida. El potencial para el crecimiento está ahí, esperando. Una
buena terapia lo reconoce.
Una buena terapia evita provocar la necesidad de resistir. Para ello es esencial que exista una actitud
emocional cálida y aceptante; que acepte especialmente las defensas y la gran necesidad de
seguridad y control que estas representan. Estas necesidades son mayormente inconscientes y por lo
mismo extremadamente poderosas. A pesar de las dificultades y dolor que causan a la cliente, en el
contexto del sistema de creencias de este son lógicas y necesarias. El reconocer las defensas y
honrarlas permite que estas se relajen y abre el camino a que ocurran importantes experiencias. Al
trabajar con las defensas, las reconocemos, asumimos y aceptamos sin juicios. Cualquier otra
actitud emocional termina evocando las defensas y atrapa a la terapeuta en el conflicto de la cliente
y en su sistema caracterológico. No es fácil pero es a la vez crucial la aceptación sin juicios.
Necesita apoyarse en una comprensión profunda de uno mismo y de la cliente. Debe ser parte de la
construcción emocional de la terapeuta, no algo simulado como parte de un rol. El inconsciente no
es engañado por simulaciones. Tiene que ser real. Esa es la actitud emocional que permite a la
terapeuta dar marcha atrás fácilmente en su propias prioridades. Cuando uno cede sin esfuerzo su
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propia agenda está dando una señal importante al inconsciente de que aquí hay una persona contra
la cual no necesito hacer resistencia.
Muchas veces la manera habitual de relacionarse a nivel íntimo que tiene la cliente interfiere con el
funcionamiento fluido del método. La cliente podría tener dificultades para conectar sus
sentimientos. O podría desagradarle el aceptar instrucciones, confiar voluntariamente información o
iniciar interacciones. Tal vez guste hacer muchas preguntas o trate siempre de agradar. Hay muchos
patrones de ese tipo que surgen de las normas de vida que han adoptado ciertas familias y pueden
ser muy diferentes a las reglas que aprendió en su crecimiento la terapeuta. Es muy importante
permanecer abierto a tal diversidad. Para ganar la cooperación del inconsciente podría ser necesario
dejar de lado a necesidad de hacer lo que uno quiere hacer. Eso no es siempre fácil. Nuestras
intenciones y hábitos no son siempre conscientes ni controlables. Nos gusta participar y sentirnos
efectivos. Queremos hacer cosas para ayudar a la cliente. Después de todo, la terapia es nuestro
trabajo y nos gusta hacerlo.
Pero cuando nos metemos en el "hacer" asumimos demasiado fácilmente a la o el cliente como
parte de nuestro proceso, lo que puede resultar en que trabaje para nosotros y nos ayude a ayudarlo.
Con tal actitud fácilmente terminamos sintiéndonos frustrados y acusamos a la cliente de nuestra
frustración. Comenzamos a considerar las resistencias de la cliente como algo que debe ser roto y
superado. Tal vez sentimos eso de una manera sutil, inconsciente. Desde la perspectiva de la o el
cliente, especialmente a un nivel inconsciente, hay algo en esa actitud contra lo cual cualquier
persona sentiría la necesidad de oponer resistencia. Por lo menos una parte necesita resistirse,
incluso cuando existe un acuerdo consciente de que se trata de lo que conviene a la o el cliente. Por
sutil que sea esta situación, y por más que esté basada en buenas intenciones, hay en ella algo
forzado. Incluso en el nombre del amor, la violencia es violencia y encuentra inevitablemente
resistencia. La cooperación del inconsciente ocurre cuando la o el cliente no encuentra en la o el
terapeuta nada a qué resistirse.
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( 2)
Una actitud madura permite a la terapeuta usar lo que va mal en la sesión, cuando algo hace que el
proceso sea superficial e improductivo, cuando el proceso parece tenso e incierto y la conexión no
es buena. No está pasando nada. Esas sensaciones son señales. Le dicen a la terapeuta que vaya más
despacio, que dé marcha atrás y dirija su atención a lo que va mal. No necesariamente habla de esto
con la cliente, pero sí debe pensar en ello deliberada y conscientemente. Las terapeutas con
experiencia hacen esto como cuestión de habito. La frustración, el descontento, el aburrimiento y la
confusión son señales. Le dicen a la terapeuta que observe qué comportamiento sistemático está
ocurriendo con la cliente o entre la cliente y uno mismo.
Para la cliente, los sistemas de defensa son hábitos que manejan el flujo de la experiencia. El
sentirlos y estudiarlos es una manera de evitar ser detenido por ellos. Si los notamos y actuamos
rápidamente, el proceso no se atasca, sino más bien gana un momento de fuerza adicional que surge
del interés natural en los sentimientos y relaciones presentes. Pueden también aclarar las
necesidades emocionales de uno mismo, o pueden ayudar a entender el mundo de la cliente. Cuando
tenemos demasiada necesidad de hacer que algo ocurra y demasiada atadura al método, lo que nos
ocurrirá como terapeutas es que tenderemos a ignorar esas señales, a sacarlas de la consciencia para
seguir con nuestro asunto de la terapia. Pero son parte del tema terapéutico y mientras mejor las
usemos, mejor irá la terapia.
He aquí una pequeña historia acerca de las señales: un trabajador cruzaba la frontera todos los idas
en bicicleta. El aduanero sospechaba que estaba llevando algo de contrabando pero nunca le
encontró nada. Sin embargo estaba en lo correcto: el trabajador contrabandeaba bicicletas. Para que
la terapia vaya bien debemos detectar y responder a las señales de que algo va mal. Todos somos
contrabandistas. Todos traemos nuestros patrones caracterológicos a la terapia disfrazados como
cosas cotidianas. Prestemos atención a las señales que nos revelan eso. No las saquemos del
escenario de nuestra consciencia, para seguir con la terapia. Si sientes que algo va mal, focaliza tu
atención en eso que va mal y entiende de donde viene. Observa y cuida esas cosas. Al darle la más
alta prioridad a la relación, haces que el uso del método y la técnica sea más sencillo. Una vez
ganada la cooperación del inconsciente, el proceso se desenvuelve suavemente, con poco esfuerzo.
Las mismas necesidades y carencias profundas que movilizan al carácter y las defensas, movilizan
la relación cliente-terapeuta. La terapia comienza ahí, porque tiene que comenzar.
Esa es la primera forma en que aprendí. Aprendí que la estructura del cuerpo, la postura y las varias
partes del cuerpo y los rasgos, todos tienen un significado. Simplemente aprendí esos significados y
practiqué viendo a las personas teniendo en mente esos significados. Parecía que no necesitaba
nada más. Simplemente memorizar la lista y entender las razones por las cuales cada parte significa
lo que significa. Y así podía leer cuerpos. Era muy analítico, fijo y lineal. No había nada acerca del
inconsciente y del observador, nada acerca de los estados de consciencia o sentimientos. Es una
lista de qué es lo que cada cosa significa. En teoría, cualquier persona lo podría aprender y usarlo.
No se trataba de intenciones, relaciones o talentos especiales.
Aprendí una segunda manera de leer los cuerpos estudiando un tiempo directamente con John
Pierrakos. El es famoso por leer los cuerpos (incluyendo el aura). Hice diapositivas de mis clientes
y se las llevaba a John. Nos sentábamos juntos, le mostraba una diapositiva y el comentaba. El diría
cosas como "los pozas de estancamiento". Esto no pertenecía a ninguna lista que yo conociera. Ese
era el inconsciente de John hablando. El podía abrirse y resonar con la persona en la pantalla. Los
temas más profundos de la personas y su historia emocional hablaban a John directamente. Yo
conocía a estas personas. Los conocía por largas horas de terapia. Sabía que algo en John, algo
intuitivo, se estaba conectando. Eso era su manera. Aprendí simplemente observándolo. Me enseño
que había muchas más cosas que aprender que no estaban en la lista. El había aprendido a ver a las
personas directamente. El podía haber hecho la lista de partes cuando quisiera. No necesitaba
hacerlo.
El trabajo de John no era un conocimiento especial, sino una conexión especial con sus dones del
inconsciente. El había desarrollado algo ahí en su interior. cada uno de nosotros puede desarrollar
sus propios dones. Para hacerlo, debemos conectarnos con la parte de nuestra mente de la cual no
somos usualmente conscientes. Tenemos que aprender una nueva manera de estar con nosotros
mismos. Esta nueva manera invita a la participación del inconsciente. Involucra una manera
diferente de aprender y crea destrezas diferentes. La lectura del cuerpo es sólo una parte pequeña.
Una sabiduría interna debe informar a nuestro trabajo. Esa sabiduría te dice a qué velocidad ir, y en
qué momento hablar y en cuál permanecer en silencio. Guía el proceso curativo. Construye
destrezas, pero no sólo eso, sino una manera de ser saludable y amorosa.
Unas cuantas palabras más acerca de la conexión con tu inconsciente: ¿cómo es que John Pierrakos
puede hacer estas cosas y tu no? ¿Porqué esta habilidad natural no es operativa para ti ahora? ¿Es
algo que no lograste desarrollar, o algo que las figuras parentales te convencieron que no debías
desarrollar? ¿Había algo mal con ello? Cuando exploro estos temas con los estudiantes,
encontramos tabúes culturales y familiares acerca de conocerse, verse y estar genuinamente entre
nosotros. Hay estilos familiares que desestimulan la intuición y las conexiones directas. Hay un
sesgo cultural que nos lleva a desdeñar y a subvertir nuestros talentos para la intuición. Tal vez
sabías cómo hacerlo y lo pusiste de lado, aceptando los tabúes en su contra y la desconfianza
general y poca valoración que recibía. Tal vez aprendiste toda otra manera diferente de hacer las
cosas, una manera activa, física de hacerlo, lleno de competencia, y de esfuerzos y de inteligentes
discusiones. O tal vez, sin mucho apoyo, simplemente no sabías cómo hacerlo.
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Al tratar de conectarse con ellas mismas y otras personas, la mayoría simplemente hace demasiado
esfuerzo. Si tienen alguna dificultad al principio, se confunden y frustran y comienzan a hacer
esfuerzos y a luchar. Parecen decirse a sí mismas: "yo debería poder hacer esto, si hago suficiente
esfuerzo por hacerlo, lo voy a lograr". Es como si estuvieran levantando pesas. Es como si las
mentes no tuvieran realidad o influencia, y toda la realidad fuera un material pesado. En lugar de
relajarse y esperar, viendo donde quiere ir el proceso, se hacen cargo y tratan de manejarlo
demasiado fuertemente. El inconsciente de la cliente es probablemente muy sensible a eso. La
mayoría de las personas han trabajado duramente para lograr la libertad y autonomía de la que
disfrutan. Ellas se ponen en guardia cuando alguien las desafía o las amenaza. Si la terapeuta trata
demasiado o por demasiado tiempo, algo en ellas se escapa o no se muestra nunca. La cliente y la
terapeuta podrían continuar, podrían hacer los movimientos de quien está en terapia, pero ya no es
sino una retórica vacía. La cooperación del inconsciente ha cesado.
En su pleno expresión, esta comprensión es la sabiduría que viene de vivir plenamente tu vida, de
años en profundo interés en las personas, de cómo llegan a ser lo que son, y qué es lo que las
cambia. Viene de una pasión por la verdad acerca de nosotros mismos y de los demás. En el
lenguaje de la teoría de sistemas, viene de una base de datos grande, bien integrada y fácilmente
accesible. Debes saber mucho acerca d leas personas y saber cómo poner ese conocimiento en
condiciones de ser usado. Como en los sistemas más efectivos, la compresión y la actitud emocional
correcta se apoyan mutuamente; cada una apoya y amplía a la otra. Para crear la cooperación, se
necesitan ambas. El esfuerzo no sustituye esto.
La relación curativa es especial. Cuando uno ha entrado en una, eso se siente. Hay una increíble
delicadeza que uno no se atreve a perturbar. Hay una conexión con uno mismo que nos permite
relajarnos, sentir curiosidad y esperar. Aparecen intuiciones fácilmente que contribuyen
poderosamente al trabajo. Hay una calidez y amistad a la base. Hay un estado de vigilia básico que
informa tanto a la terapeuta como a la cliente. No existe diferencia entre el curador y el curado.
Ambos forman parte de algo más grande que está ocurriendo. Ambos lo sienten. Ambos son
curados.
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SECCION 2 EL PROCESO
Lo fácil es lo correcto.
Comienza bien y lo sentirás fácil.
Continúa fácilmente
y estarás en lo correcto.
Chuang Tzu
5. El Proceso Esencial
6. Contacto, Seguimiento y Plenitud de Consciencia
7. Sondas y Reconocimiento
8. Hacerse Cargo y Pequeños Experimentos
9 Accesar, Profundizar y Transitar al Procesamiento
10. Trabajando con emociones fuertes: Sorteando los Rápidos.
11. Trabajando con la Niña
12. Buscando Significados
13. Transformación, Integración y Terminación.
5. EL PROCESO ESENCIAL
Lo que hace que la terapia HAKOMI sea única es que es una expresión de los principios. Es sólo
una de las muchas posibles formas de expresión de estos. Otras terapias usan la consciencia. ES
como usar el estado de plenitud de consciencia, aunque la consciencia no es definida tan
específicamente. Hay otras terapias que son humanistas, dan apoyo y no son autoritarias. Pero no es
como la no-violencia de la manera como nosotros la utilizamos. Es muy parecido, pero se ubican en
modelos que no asumen los principios en su conjunto. Es esta manera de asumir los principios en su
conjunto lo que le da al Hakomi sus verdaderas raíces y piso. El uso de los principios como guías, la
plenitud de consciencia como herramienta terapéutica y la no-violencia como actitud emocional
básica de la terapeuta, es lo que hacen de Hakomi algo único. Nuestro método es el de la evocación
de experiencias en estado de plenitud de consciencia. No conozco ninguna otra terapia que use este
método en particular. Pero sí se siente. Hay personas que se me acercan después de algunos talleres
y me dicen que sienten una afinidad inmediata con el trabajo. Sintieron inmediatamente que era lo
correcto para ellas, como si lo hubieran esperado. La relación está ahí. Creo que Hakomi
simplemente expresa lo que muchas personas que enseñan, crían o curan ya sienten, pero no han
encontrado las palabras exactas para describirlo o el método exacto que aplicar.
El proceso esencial es el marco que usa el método de las experiencias evocadas (Cuadro 1). El
proceso mismo se enmarca en la relación curativa y ésta a su vez en los principios. En le marco del
proceso hacemos tres cosas importantes: establecemos el estado de plenitud de consciencia;
evocamos experiencias de diferentes tipos; y procesamos las experiencias evocadas de tres maneras
diferentes según los estados. Veamos el contexto más amplio primero. Para establecer la plenitud de
consciencia se necesitan una sensación de seguridad y una actitud de cooperación. La seguridad es
necesaria para relajar las "defensas" y para permitir que ocurra el estado abierto, vulnerable y
sensible que es la plenitud de consciencia. La cooperación es necesaria para poder participar en el
proceso en curso. La cooperación es tanto consciente como inconsciente; pero lo que más queremos
y buscamos es la cooperación del inconsciente. La logramos si es que nos mantenemos fieles a los
principios y si comprendemos a la cliente. Una vez logradas, la seguridad y la cooperación
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sentimientos ->T->
entrar imágenes buscando el significado
en plenitud pensamientos ->T->
de consciencia sensaciones emociones fuertes
tensiones ->T->
impulsos trabajando con la
("mindfullness") memorias ->T-> niña
niña
Las experiencias evocadas en estado de plenitud de consciencia son diferentes a las de las
experiencias ordinarias de varias formas. No son forzadas, son automáticas y espontáneas y por lo
tanto reflejan los hábitos y la naturaleza de los organizadores centrales o nucleares (modos típicos
de organizar experiencias). También son impredecibles y por lo mismo informativas, interesantes de
modo natural y suelen ser significativas. Podemos observar conexiones entre los estímulos
evocadores y las reacciones experimentadas. Una segunda ventaja para la terapia es que las
experiencias evocadas en estado de plenitud de consciencia son claramente responsabilidad de la
cliente. No se culpa a la terapeuta por evocar una experiencia particular. La cliente no se siente
"atrapada". La plenitud de consciencia permite a la cliente darse cuenta que ella, a un nivel
profundo, crea sus reacciones particulares. Por supuesto que el modo cómo la terapeuta se mueve en
la evocación de experiencias debe ser incuestionablemente no-violenta.
Los modos como evocamos experiencias son múltiples: sondas de diverso tipo - verbales, táctiles y
visuales - reconocimientos, haciéndonos cargo, y haciendo pequeños experimentos. Las técnicas
son de poca utilidad si no existe el entrenamiento y destrezas para usarlas. La evocación depende
mucho más del estado de ánimo de la cliente y de la relación entre la cliente y la terapeuta que de la
técnica. Trabajamos con ocho tipos diferentes de experiencias evocadas: imágenes, pensamientos,
sentimientos, (desde los suaves hasta los abrumadores), sensaciones, recuerdos, impulsos, tensiones
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y la niña. Cuando los sentimientos abruman a la cliente trabajamos con eso como una etapa del
procesamiento. Cuando evocamos a la niña, eso es también un estado de consciencia y en ese estado
la "niña" también está teniendo experiencias de cierto tipo, un sentimiento, una sensación, etc.
Podemos comenzar a trabajar con la niña.
LA TRANSICION AL PROCESAMIENTO
Las experiencias evocadas son la materia prima del procesamiento. La transición al procesamiento
es el próximo paso, una vez que se han evocado experiencias significativas. El método básico para
hacer está transición es: encontrar el camino para permanecer en la experiencia lo suficiente como
para que esta se desarrolle hacia uno de los estados de procesamiento. Permanecer más tiempo de lo
usual en la experiencia puede ser una cuestión de unos segundos más o un minuto o algo más.
Algunas de las maneras de permanecer más tiempo con la experiencia son: simplemente esperar sin
interferir y ver que la cliente permanezca en ella espontáneamente; o, si hay cierta confusión o
incertidumbre, aclarar algo (tal vez repitiendo el proceso evocador); o formular algunas preguntas
profundizados, es decir preguntas directas acerca de la experiencia misma. Podemos también hacer
la transición poniendo en uso métodos de acceso para establecer directamente uno de los estados de
procesamiento, por ejemplo hablando a la niña o buscando significados. Cada uno de estos métodos
será estudiado posteriormente. Las técnicas como hacerse cargo, hacer sondas y hacer pequeños
experimentos se usan para lograr transiciones.
El estado "niña" o las emociones fuertes pueden aparecer en cualquier momento. Cuando aparecen
tienen prioridad. De modo que aún cuando la búsqueda de significados aparezca en la mayor parte
de los casos como un objetivo, las emociones y la "niña" aparecen mucho más frecuentemente.
Además, todos estos estados pueden cambiar durante el procesamiento. Por ejemplo, en el curso de
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la búsqueda de significados, pueden surgir emociones fuertes seguidas del procesamiento "en los
rápidos" por un período para regresar finalmente al significado.
Para las emociones fuertes (o sorteando los rápidos): apoyar el comportamiento espontáneo. Nos
referimos aquí a las tensiones y posturas espontáneas que la cliente usa para manejar sus emociones.
Las apoyamos usualmente haciéndonos cargo.
Para la niña usamos un método llamado "la terapeuta como maga forastera".
Cuando buscamos significados, trabajamos en la interfase mente- cuerpo, yendo de ida y vuelta
entre las experiencias no verbales y la expresión espontánea y verbal de esas experiencias.
Los objetivos de este procesamiento son: liberación emocional, comprensión y cambio en los
organizadores básicos de la experiencia. Una manera de alcanzar esos fines es crear una experiencia
que quiere ocurrir, una experiencia que no pudo ocurrir porque los organizadores básicos no lo
permitían. Esa experiencia ocurre frecuentemente al sortear los rápidos o con la niña, progresa a
través de los significados a una nueva experiencia y termina con sentimientos profundos de
satisfacción, alivio y placer. Se acompaña de introvisiones (insights) y de la comprensión nueva. El
proceso continúa entonces a etapas de integración y completamiento.
EL MEJOR LIDER
A algunas personas no les importa que la terapeuta les dé directivas. Quieren que se les dé
instrucciones y sugerencias. La terapia es más fácil para ellos de esa manera. El modelo que
tenemos para la terapia y la curación aúpa la postura de "resolver problemas", en la que la cliente
presenta un problema y la terapeuta los resuelve mediante preguntas, tests, consejos y
procedimientos. Este modelo funciona muy bien para muchas situaciones, como por ejemplo para
brazos rotos, pero no para corazones rotos (si me permiten una pequeña libertad poética).. Cuando
se trabaja con sentimientos profundos y recuerdos dolorosos, para trabajar con la niña interno,
herido, vulnerable y asustado, los tests, preguntas, consejos y procedimientos tienen muy poco
valor.
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Para esto se necesita paciencia para esperar y sabiduría para ser guiado por lo que el otro está
mostrando. Cuando alguien se abre y acepta su vulnerabilidad, Cuando el otro está abierto y
vulnerable no puede determinarse lo que va a ocurrir más adelante. Lo que se despliega en esas
situaciones es fuertemente influenciado por las condiciones que prevalecen en el momento mismo
de ocurrir el despliege. Esa libertad no está presente todo el tiempo. La libertad de cambiar el nivel
de identidad, de cambiar lo que uno es, ocurre rara vez, en momentos muy especiales. Esos
momentos se hacen posibles, en parte, por alguna cualidad de la terapeuta. Sobretodo: la terapeuta
es extremadamente sensible a lo que está ocurriendo en la experiencia del otro, especialmente las
señales que indican adonde quiere ir el proceso que nunca ha recorrido antes. No todos los procesos
son vívidos como eso. Algunos son automáticos, llenos de actos automáticos, plenamente
inconscientes. En algunos la elección consciente se ve abrumada por los sentimientos. En otros el
fluir de los eventos es detenido por tener demasiado miedo. Cuando uno mantiene el control, es
abrumado, se conduce de la manera habitual o de manera inconsciente, los procesos no contienen
nada nuevo; no hay sentimientos nuevos, experiencias nuevas, introvisiones nuevas ni aprendizaje.
No van a crear así cambios profundos. Para eso se necesita que ocurra algo diferente. La terapia
debe llegar a un momento de elección real, sentida y deliberada. Para que la cliente tome decisiones
reales, la terapeuta debe seguir, no dirigir. El desenvolvimiento de los eventos debe ser consciente y
dirigida por los niveles más profundos del ser de la cliente. Toda dirección en este caso es
interferencia.
El proceso esencial depende siempre de la habilidad de la terapeuta para crear una atmósfera
especial para la cliente. La cliente debe sentir que la terapeuta está siguiendo lo que ella, la cliente,
hace, necesita o quiere. En cualquier etapa en que se encuentre el proceso, lo que ocurra después
debe estar en línea con lo que el yo más profundo de la cliente esté de acuerdo en seguir.
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(1) Las cosas a las que damos seguimiento son: experiencia actual, contenido, estilo, conducta
sistemática, patrones de interacción y señales del inconsciente.
(2) Las experiencias que evocamos son: pensamientos, sentimien-tos, imágenes, memorias,
sensaciones, tensiones, impulsos y el surgimiento la niña. Son iguales a las experiencias
actuales a las que damos seguimiento.
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PROCESAMIENTO ESPECIFICO SEGUN ESTADOS
GUIAS
Obtener palabras
que correspondan BUSCAR SIGNI-
a las experiencias FICADOS Y
y/o profundizar MATERIAL NU-
sentimientos y CLEAR
aclarar memorias.
Hacer el seguimiento de
cómo la otra llega a su TERMINACIÓN
finalización espontáneamente
y usar técnicas de terminación
cuando sean necesarias.
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INTRODUCCION
El establecer contacto y hacer seguimiento son tanto destrezas como tareas básicas. En tanto
destrezas son necesarias durante todo el proceso. Como tareas son especialmente importantes al
principio, cuando uno busca crear una relación curativa. Al igual que todo en la terapia HAKOMI,
son también expresión de los principios.
El seguimiento es la habilidad para seguir el flujo de las experiencias actuales del otro. Es el ver y
escuchar constante para mantenerse en contacto con lo que está ocurriendo con el otro. Requiere
tener la capacidad de ir más allá de propio yo y de permanecer constantemente con lo que el otro
está sintiendo y haciendo. Es una lectura constante de señales, como quien está rastreando un
animal en el bosque. Es el enlazarse y permanecer en contacto con un objetivo, como cuando se
sigue a un avión con un radar. Es una manera de estar con alguien, una actitud de interés y
curiosidad. No es el contenido de la historia del otro. No es el resolver problemas, ni el figurarse
quién es esa otra persona. Es mucho más sencillo que eso. La terapia no puede funcionar sin eso.
El contacto tiene varios niveles: es la tarea de crear una conexión, como cuando uno se "pone en
contacto"; y es la tarea de mantener esa conexión, como cuando uno se "mantiene en contacto", y
las destrezas con lo que se hace esto; y, a nivel de la técnica, es la "afirmación de contacto". La
relación curativa es mucho más que simplemente ponerse en contacto y mantenerse en contacto. Sin
embargo la relación necesita que se manejen esas tareas. Las tareas a su vez requieren destrezas
para ser llevadas a cabo. Una de esas destrezas es la habilidad para crear y usar afirmaciones de
contacto. Estar en contacto es algo por lo cual trabajamos y buscamos crear. Por analogía podemos
imaginarnos recibiendo y enviando mensajes en ambas direcciones. Si estamos bien en contacto, los
mensajes fluyen fácilmente. Yo sé que estás recibiendo mis mensajes y tú sabes que estoy
recibiendo tus mensajes. La comunicación viaja alegremente entre nosotros. Cuando el contacto
falla (como cuando hay estática en la línea), tenemos que repetir lo que decimos. Las palabras son
mal interpretadas. La comprensión se vuelve difícil. Cuando en una sesión de terapia uno ve cosas
como afirmaciones repetidas y mal entendidas, podemos estar seguros que el proceso no va a
progresar hasta que mejore el contacto. Por otro lado, en la medida en que nos volvemos más
diestros en el seguimiento y en la formulación de afirmaciones de contacto, la comunicación mejora
dramáticamente. Cuando se ha madurado esas habilidades plenamente la buena comunicación está
casi garantizada.
CONTACTO
He aquí un ejemplo simple de cómo crear una conexión.: estoy trabajando en un centro para crisis y
entra una mujer. Está hablando rápidamente. Se vé y suena ansiosa. Estoy sentado en mi escritorio y
ella se sienta en la silla al costado y está hablando sin parar acerca de los callos en las calles y los
niños que están ahí jugando y que la calle debería ser cerrada y transformada en una calle para
jugar, etc., etc. Una frase larga. No me mira nunca. Mira al piso. No parece estar interesada en que
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le responda. Sigue hablando como si estuviera hablándose a sí misma. Después de un buen rato se
detiene a respirar. En ese momento me inclino un poco hacia ella y le digo claramente "da miedo,
¿no?". Ella me mira a los ojos hasta que algo en su interior se siente satisfecho, y luego me
responde suavemente "si, estoy asustada". Bueno, ahora se ha logrado una conversación de a dos.
Ahora me está hablando a mí y yo a ella. Hemos hecho contacto.
Para crear una conexión la persona que cumple el rol de terapeuta muestra comprensión. Al
principio eso significa muchas veces el seguir los detalles y sentir la importancia de la historia de la
cliente. Pero hay un problema aquí. Si demostramos demasiado frecuentemente que estamos
siguiendo la historia, la cliente va a asumir que lo que nos interesa es la historia y no ella. De esa
manera uno va a recolectar mucha historia, pero es poco probable que la cliente profundice mucho
su experiencia. Para ello es necesario que terapeuta y cliente focalicen su atención sobre la
experiencia y esta sólo ocurre en el presente. De modo que es mucho más efectivo si la terapeuta
demuestra su comprensión demostrando que está en contacto con lo que la cliente hace o siente en
ese momento. Para ambas cosas, seguir el hilo de la historia y seguir el hilo de la experiencia
presente, la terapeuta ayuda a la cliente a que se sienta escuchada y comprendida. La comprensión
debe ser demostrada. No basta decir "entiendo" ni repetir "aja". La conexión se hace también al
hacer sentir a la cliente que éste es su tiempo. Eso se hace mayormente al esperar. Mientras la
cliente habla, la terapeuta escucha y observa, esperando pacientemente que la cliente termine y haga
una señal de que está lista para que la terapeuta diga algo. Luego, cuando la cliente está escuchando
así, la terapeuta puede ofrecer una declaración de contacto.
La terapeuta puede sentirse obligada a hacer una declaración de contacto, y ciertamente no tiene que
hacerlo cada vez que la cliente deja de hablar. Las declaraciones de contacto no son obligatorias.
Son opcionales. Lo que si es obligatorio es establecer un contacto. Y para ello puede ser mucho más
que suficiente una buena declaración de contacto. Tampoco tiene la terapeuta que entender todo lo
que ocurre con la cliente para hacer una buena declaración de contacto. Será suficiente que
comprenda una parte de lo que la cliente está experimentando en el momento. La cliente está
haciendo muchas cosas todo el tiempo. Tal vez la cliente tiene dificultades para lograr sacar algo en
claro. La terapeuta podría decir algo tan simple como: "Confuso, ¿eh?". No es necesario ni
aconsejable aclarar la confusión. Simplemente nómbrala y observa qué hace la cliente a partir de
eso. Al ofrecer una declaración corta y simple acerca de la experiencia actual de la cliente, la
terapeuta está mostrando que está haciendo un seguimiento a lo que ocurre con ella. Eso es lo que
sirve. Cuando eso ocurre, la cliente siente alivio y seguridad. Al sentirse escuchada y comprendida,
la cliente se relaja y entra a niveles más profundos. Rara vez se tiene la experiencia de un buen
contacto fuera de las sesiones de terapia. Cuando ocurre en una sesión de terapia, un buen contacto
logra muchísimo en cuanto a la creación de condiciones favorables para la cooperación del
inconsciente y para el despliegue del proceso de la cliente.
Mantenerse en contacto
La mayor parte de lo que ocurre en nuestra experiencia pasa únicamente por nuestra memoria de
corto plazo. Puede perderse e un instante, mientras pasan rápidamente nuestros pensamientos,
sentimientos y sensaciones. La experiencia presente dura muy poco; si cambia un estado de ánimo o
un sentimiento, puede estar disponible a la consciencia únicamente por unos segundos. Luego, al
igual que ocurre con los sueños que hemos tenido anoche, se pierde para siempre.. Si uno quiere
focalizar la atención sobre algo en particular, uno debe crear una declaración de contacto y usarla
mientras ocurre la experiencia o en el plazo de unos tres a cuatro segundos antes de que comience a
desvanecerse. Yo estaba manejando hacia Alburquerque con una amiga que había estado estudiando
aikido ya durante seis o siete años. Estaba muy bien y relajada cuando repentinamente se escuchó
un ruido muy fuerte detrás de nosotros y hacia la izquierda. Como respuesta, ella simplemente llevó
su manos izquierda hacia su abdomen, lo sostuvo, con la palma hacia abajo y sin apurarse volteó
todo su cuerpo hacia adonde venía el ruido. El movimiento tomó menos de cinco segundos. Era
grácil y contenido, un bello ejemplo de cómo voltear para hacer frente a lo que está viniendo,
llamado "irimi" en Aikido. Observé fascinado. No le hablé por unos treinta segundos. Luego le
pregunté si sabía lo que había hecho como respuesta al ruido. No podía recordarlo. Había estado
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atenta a la conversación que estábamos desarrollando y no había seguido sus propios y hermosos
movimientos. En ellos estaban incorporado años de entrenamiento y se habían convertido en hábito.
Si en el primer momento le hubiera dicho "Haces Aikido, ¿no?", todo hubiera inundado su
consciencia, probablemente con una sonrisa de auto-reconocimiento. El contacto se establece
aproximándose rápido pero lentamente. El sentimiento es relajado y cómodo, pero la oportunidad es
crítica.
Una vez creado el contacto, la terapeuta lo sostiene al mantenerse sintonizada con las necesidades y
cadencia de la cliente y haciéndolo evidente. Por ejemplo, dejando que la cliente hable hasta recibir
aquel mensaje codificado de algún tipo, por lo general una mirada, que le da la señal de que está
bien que hable. O manteniéndose en silencio mientras la cliente está metida en sí misma, en su
interior, haciendo algo, como pensar, recordar o lo que sea. O la terapeuta hace uso de afirmaciones
de contacto que demuestran que está consciente, paso a paso, de los cambios que está sufriendo la
cliente. Por ejemplo cuando la cliente comienza a sentir algo como tristeza o placer. En esos
momentos de transición, de un sentimiento a otro o de una actividad a otra, pueden ofrecerse
afirmaciones de contacto. Aún cuando la cliente no haga ningún comentario acerca de esas
declaraciones de contacto, e incluso si no se da cuenta de alguno de ellos, ellos tienen un gran
efecto sobre el desarrollo del proceso. La sensibilidad para con el ritmo y las transiciones sigue
siendo central para mantenerse en contacto. El número de afirmaciones de contacto no necesita ser
grande. Si la conexión se ha hecho y se ha mantenido, son necesarias menos declaraciones de
contacto para que este continúe.
Influir es la palabra correcta. Una afirmación de contacto permite a la terapeuta influir de alguna
manera sobre el flujo del proceso. La terapeuta no está dirigiendo a la cliente en ninguna dirección,
por lo que no evoca resistencia. Sin embargo el establecer contacto influye sobre lo que ocurre.
Cuando se hace una afirmación de contacto acerca de la tristeza, se está diciendo, en efecto: "me
doy cuenta que estás triste y eso me concierne". El silencio posterior dice: "estoy escuchando, si es
que quieres seguir con esto más allá". Hacemos el comentario y dejamos espacio a la cliente para
que vaya a donde quiera con ello. Ayuda a crear una cooperación y hace de la terapia un proceso de
dos vías. Permite transformarse a la terapeuta en parte del mundo de la cliente, entrar y participar,
sin crear una batalla por el control. El control en última instancia pertenece a la cliente.
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El contacto mueve el proceso al demostrar que hemos entendido lo que está siendo expresado. Al
igual que en una conversación ordinaria, el demostrar comprensión permite a quien habla continuar
con lo siguiente que quiere abordar. Si uno no comprendió bien, la persona que habla tratará de
comunicar lo mismo nuevamente, tal vez de forma distinta. O el que habla simplemente puede
renunciar, cambiando el tema o yéndose. En terapia todo el proceso, necesita moverse, desde la
relación, a la plenitud de consciencia, a la experiencia, al procesamiento, a la experiencia que quiere
ocurrir. La experiencia necesita pasar de querer que se hable de ella, a ser sentida, a ser estudiada, a
ser expresada, a ser comprendida. Una declaración de contacto como "triste ¿eh?", podría ser todo
lo que se necesita para permitir que un momento de leve tristeza se convierta en un sentimiento
fuerte y en una expresión libre. Al mostrar que uno sabe que hay tristeza (o lo que sea), y al
aceptarla, uno facilita el espacio que necesita para que ocurra. Algunas personas, especialmente los
que se sienten incomprendidos, se sienten tocados y reconfortados por una buena afirmación de
contacto. Ese es un tercer objetivo de la declaración de contacto. permite que la cliente sepa que no
está sola, que alguien está presente y ese alguien puede ser una ayuda para manejar la situación.
El contacto también permite a la terapeuta focalizar aquellas partes de la experiencia que están en el
umbral de la consciencia. La insinuación de tristeza de la que se dá cuenta la terapeuta y que
menciona, podría haber estado fuera del campo visual de la consciencia. Al mencionarla la trae al
centro de atención y permite que algo ocurra con la tristeza. Muy frecuentemente este nuevo foco
de atención es más interesante que el tema del que se estaba hablando y lo reemplaza fácilmente. Se
abre entonces la oportunidad para que el proceso se profundice. Esta es una manera mínima de
"salirse del sistema", parte del método que será vista más adelante. También es una buena práctica
para la cliente, que podrá aprender algo acerca de su propio sistema y de cómo salirse del mismo.
Es, sin embargo, la terapeuta la que se sale primero, evitando los caminos trillados de la
conversación ordinaria para entrar en el terreno más fértil en el margen del momento.
Metaniveles
Hay dos aspectos relacionados con la interacción global entre la cliente y la terapeuta: contenido y
forma. El contenido usualmente permanece como una figura, mientras que la forma es parte de la
tierra. Del contenido uno recibe la historia de la cliente. Nos habla de sí misma. Al escuchar la
historia, uno puede formarse algunas ideas acerca de lo que está ocurriendo a niveles más
profundos, el tipo de infancia que ha tenido la cliente, qué patrones caracterológicos se están
expresando. En las primeras etapas de una sesión, uno puede escuchar la historia sin interferir,
estableciendo algunos puntos de interés. Al tiempo que uno se interesa por la calidad de su voz,
estructura corporal, expresiones faciales y postura, uno aprende algo acerca de sus ideas, supuestos,
creencias y acerca de los eventos de su vida.
Aunque el contenido es importante, la forma de interacción tiene mucho más influencia sobre el
curso de la terapia.
Indicar que uno escucha uno valida a la otra persona. Le estás diciendo con tu atención que
reconoces la realidad de su experiencia, que estás dispuesta a darle espacio para que averigüe todo
acerca de sí misma ofreciéndote esas partes. No estás descontando ni ignorando esas partes como
muy probablemente hicieron otros. Al devolver algo acerca de los estados de ánimo, sentimientos, y
experiencias de la otra persona, estás dándole la calidad de materiales a discutir, y al mismo tiempo
reconociendo conjuntamente su realidad. Si dices, de manera no juzgante y sin interrumpir el ritmo
de presentación de la otra persona: "me pareces un poco nerviosa", estás reconociendo la realidad
de sus sentimientos, estás diciendo que está bien que los tenga y que está bien hablar de ellos.
Muchas veces es necesario hacer saber que está bien que se hable abiertamente de lo que se necesita
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hablar, que está bien que se tengan sentimientos, sean estos lo que sean. Al permitirnos seguir lo
que ocurre con la persona que acompañamos, sea lo que sea lo que ocurra, al dejarla ser lo que es, al
darle apoyo cuando toma el liderazgo, si así lo desea, uno la ayuda a aprender a manejar su propio
proceso. De modo que permite esté bien aquello que está ocurriendo a esa persona en el momento,
sea lo que sea. Si están en silencio, dale encuentro a su silencio. "Es difícil hablar, ¿verdad?" Esa es
el tipo de respuesta que hará que para sea más fácil hablar después. Tu deseo de "hacer algo" puede
esperar. Dale el encuentro en el lugar donde está. Es como si la visitaras en casa.
Como la tarea terapéutica para la cliente es penetrar profundamente en su interior y encontrar ahí el
núcleo de su yo, una buena parte del trabajo de la terapeuta es hacer que eso sea algo seguro. La
mayor responsabilidad de la terapeuta es proteger el espíritu, el sentido de la esperanza y la fuerza
de la vida. Lo haces haciendo que tú mismo seas un espacio seguro, una persona que no juzga, que
acepta y manteniendo segura la situación. El contacto es una manera muy segura de intervenir y su
uso puede transmitir esa seguridad. Al hablar sobre el cuerpo, al mirarlo y a veces trabajando con el
cuerpo, establecemos su lugar en la terapia. La idea de que el cuerpo refleje la vida mental es nueva
para la mayoría de las personas. De modo que nuestras ideas y nuestra manera de trabajar con el
cuerpo debe ser clara. Por supuesto que es importante establecer también que está bien tener
sentimientos fuertes y expresarlos, especialmente sentimientos considerados "malos", como la rabia,
el odio, la envidia, etc. Esas son facultades de la personalidad, talentos, producto de la naturaleza.
Tenemos derecho a tenerlos, a todos ellos y a sus opuestos, y más. Apoya y acepta todos los
sentimientos y su expresión. Simplemente ayuda a que sean seguros y satisfactorios. Finalmente, en
la etapa inicial de una relación, la terapeuta y la cliente establecen el modo cómo van a jugar sus
roles. Las ideas de la cliente y de la terapeuta acerca de estos puede ser muy diferente. El contacto
puede ayudar a recoger estas diferencias sin crear conflicto.
Contacto y vivacidad
Las terapeutas efectivas (y las líderes de grupo exitosas) saben cómo llegar al lugar donde hay
movimiento y excitación. El nivel de excitación que muestra la cliente es una de las cosas que
registran habitualmente las terapeutas con experiencia. Los temas muy cargados reciben atención
especial. Al establecer ese contacto, el proceso se mueve en la dirección del trabajo que necesita
hacerse. La terapeuta puede esperar a que se haga presente la excitación, antes de mostrar interés tal
vez con una declaración de contacto. Como dice Fritz Perls "la emergencia emerge". El nivel de
excitación disponible se usa simplemente focalizando la atención en él cuando aparece. Una manera
fácil de establecer contacto con el inconsciente es el contactar temas cargados antes de que sean
siquiera mencionados. Una declaración como: "tomate todo el tiempo que necesites", cuando es
ofrecida a alguien que siempre ha sido presionada y apurada, usualmente evocará un interés
inmediato.
Afirmaciones de contacto
Cuando la terapeuta ofrece una afirmación simple, directa acerca de la experiencia actual de la
cliente, sin interpretar, eso es una declaración de contacto. Algo así como "triste, ¿eh?", cuando la
cliente comienza a dar muestras de cierta tristeza. Como ya lo hemos analizado, esa afirmación de
contacto puede ser acerca del contenido o de la experiencia actual.
Hemos observado que a veces una afirmación de contacto puede referirse a algo de lo que la cliente
ya es consciente, a veces algo que está justo en el umbral de la consciencia. He aquí un ejemplo
relacionado con algo que ocurre en la periferia de la consciencia: digamos que la cliente está muy
movilizada emocionalmente por algo que ocurrió la semana pasada. En lugar de decir "¡Oh, eso
debe haber sido muy duro para tí!", afirmación que se quedaría en el pasado, uno puede ponerse en
contacto con la experiencia presente: "Eso te moviliza mucho, ¿eh? o "Eso mueve muchísimo tus
sentimientos, ¿verdad?" Lo que significa decir: "me doy cuenta que estás experimentando
sentimientos muy fuertes ahora mismo, focalicemos nuestra atención hacia ellos". O, digamos que
la cliente está teniendo dificultades para encontrar las palabras para decir algo. "Difícil hablar ¿eh?"
Esas declaraciones de contacto se dirigen a algo que está ocurriendo en el presente pero que no es
discutido.
Las afirmaciones contactantes son breves y simples. De esa manera se evita sacar a la cliente de su
proceso. Son también fáciles de crear y tienen más probabilidades de comunicarse directamente con
el inconsciente. Las experiencias son, por lo general, asuntos de una palabra, palabras como tristeza,
rabia, confusión, dolor. Aún cuando sean simples y cortas, las afirmaciones de contacto pueden ser
sutiles e intuitivas. También pueden facilitar grandes saltos entre lo que se está diciendo y lo que
significa. Una afirmación como "se siente abandonada ¿eh?", puede parecer que sale de la nada y
ser sin embargo exactamente lo que el otro está sintiendo.
Las afirmaciones de contacto pueden referirse también a temas de poco riesgo y ser totalmente
obvias, y ser, no obstante, muy efectivas. Cuando la cliente está en su interior trabahjando, sin
hablar (y se detiene y deja espacio a la terapeuta para hablar), esta puede decir algo muy simple
como "está pasando algo, ¿no?". Y la cliente comienza a hablar acerca de ellos. Simple pero
funciona. Mantiene al proceso en movimiento y en la dirección en que quiere seguir.
La afirmación de contacto debe ser ofrecida de tal manera que haga posible que la cliente exprese
su desacuerdo. No buscamos, por supuesto el desacuerdo; cuando ocurre muy a menudo perturba la
comunicación y puede arruinar la cooperación con el inconsciente. Cuando uno hace contacto no
inicia una discusión acerca de quién tiene la razón. ¿De quién es la experiencia después de todo? La
cliente tiene automáticamente la razón. Incluaso cuando estás segura que tienes la razón y hay
lágrimas que salen de sus ojos, si dice "no, no estoy triste" no hay discusión. (Lao Tse dice que es
mejor retroceder una milla que ganar una pulgada). Es preferible ganar la cooperación y crear
seguridad que ganar un argumento estúpido y menor en el camino. De modo que la terapeuta debe
estar dispuesta a estar equivocada y debe hacer que eso sea evidente en la misma afirmación de
contacto que ofrece. No puede decir "puedo estar equivocada" todo el tiempo. Eso tiene que ser
parte del modo como se ofrece la afirmación. Y tiene que ocurrir de una manera consistente, con
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cada afirmación. Esto significa que debe ser parte de la actitud inconsciente de la terapeuta. Si no es
así, las afirmaciones de contacto no funcionan bien. No puede ser una pregunta tampoco. La
pregunta, incluso con el sólo tono de voz, demuestra que la terapeuta no sabe algo, no está en
contacto. Puede demostrar interés e incluso que le importa, pero no transmite que uno está
siguiendo lo que ocurre, como en "te estoy siguiendo en lo que dices". Si demuestro eso, ella
continúa. Si demuestro que necesito más información, ella comienza en cierta forma a trabajar para
mi. Y entonces el proceso se estanca. Por último, ¿de quién es el proceso? Si uno hace muchas
preguntas, la cliente espera que venga la próxima pregunta, y la próxima, como en una entrevista, y
no se despliega nada espontáneo. El contacto tiene que ver con el movilizar el proceso hacia
adelante. Las preguntas invitan a pensar y a tomar distancia, las afirmaciones de contacto invitan a
la experiencia y a la intimidad.
SEGUIMIENTO
....es buscar las señales de las experiencias actuales del otro, como el humedecimiento de sus ojos,
toda suerte de expresiones faciales, tono de voz, gestos (grandes y pequeños gestos, pero sobretodo
los pequeños), cambios de postura, movimientos, tipo de movimientos y de voz. Son las señales de
la experiencia del otro. Aprendemos a leerlas e incluso las leemos continuamente durante la sesión
de terapia. Eso es SEGUIMIENTO. Las señales pueden ser muy sutiles. En la conversación
ordinaria perdemos la mayor parte de las señales, o las procesamos inconscientemente. Durante la
terapia las señales constituyen un lenguaje que la cliente usa constantemente y que la terapeuta
escucha permanentemente. Si no manejamos ese lenguaje de manera fluida es imposible hacer
buenas afirmaciones de contacto. El seguimiento es un darse cuenta de (seguir) todas las cosas
pequeñas que ocurren mientras alguien habla, especialmente las que no son habladas. Significa
saber cómo leerlas en tanto claves de la experiencia presente y de los significados que vive la
persona que habla. Hay una enorme cantidad de información sumamente útil en las cosas que
ocurren fuera del lenguaje hablado. Eso lo podríamos consultar con cualquier buen jugador de
poker. Esas señales externas son un comentario acerca de cómo se siente el que habla acerca de lo
que está hablando. Expresan en un lenguaje corporal lo que no se está expresando en palabras. Más
que señales de la experiencia actual, son expresiones directas del inconsciente. La terapeuta tiene
estas dos tareas paralelas: estar en el mundo de la cliente de todas las formas usuales, y, a la vez,
estar fuera de ese mundo, capaz de verlo desde una perspectiva más amplia. El seguimiento es un
seguir contínuo de la persona en su totalidad, consciente e inconsciente, y nunca perder el contacto.
El seguimiento del inconsciente prepara el camino para contactarlo e interactuar con él a fin de
crear una relación curativa. Un ejemplo simple: una persona viene, se sienta y te das cuenta que está
tensa y nerviosa. Dices: "me imagino que esto es un poco amenazador para ti, ¿verdad?" La persona
podría en realidad haber estado pensando en qué iba a hablar, sin estar consciente del nerviosismo
del momento. Cuando le ofreces una afirmación de contacto como la anterior, la persona toma
consciencia de ello y sabe, tal vez sin pensarlo, que estás consciente de lo que es su experiencia. Por
lo general eso alivia. Usualmente. Sobre todo si tu voz indica que simpatizas con lo que le está
ocurriendo en ese momento. Eso ayuda a crear una sensación de seguridad y da inicio a la
comunicación significativa con toda la persona. Por otro lado, si continuamente focalizas tu
atención en el contenido de la conversación sin darte cuenta qué es lo que está ocurriendo alrededor
de esta, mostrándote incapaz de ponerte en contacto con la experiencia y el sentimiento, el proceso
se vuelve fácilmente aburrido. El aburrimiento, por ser una indicación de inteligencia, es una señal
de que la terapeuta ha perdido la pista de lo que es verdaderamente interesante para él y para el otro.
Es una advertencia de que ha llegado el momento de salirse del sistema, a no ser que nos quedemos
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dormidos pensando que estamos despiertos. La vivacidad de la terapia se mantiene al hacer el
seguimiento de lo que está ocurriendo. Una vez adquirida la maestría acerca de esto, se convierte en
una fuente inagotable de curiosidad y de increíble diversión. La habilidad para hacer un
seguimiento amplía la percepción de uno acerca de los umbrales de la consciencia, de lo que se
siente y es real y está ocurriendo, pero que no es hablado. Aún.
Hay gestos, inflexiones de voz, y cambios de expresión facial a las que hacemos seguimiento y que
ocurren muy rápidamente. A veces en menos de medio segundo. Están ahí todo el tiempo. No
somos conscientes de ello la mayor parte del tiempo. Dada esta tendencia natural a ser llevado por
el trance de las palabras, la terapeuta debe desarrollar la destreza del seguimiento. Usualmente eso
toma tiempo. No es que sea muy difícil. Lo que es difícil es recordar que uno necesita hacerlo. Se
parece a la plenitud de consciencia en el sentido de que es abierto y sensible y no está orientado a
tareas. Si estamos siguiendo con precisión la experiencia de la cliente podemos hacer buenas
declaraciones de contacto. Y con cada declaración que hacemos, con cada técnica que usamos, cada
pequeño experimento que hacemos, hacemos un seguimiento de las reacciones de la cliente a lo que
hemos hecho. Es un pequeño ciclo. Seguimiento, contacto, seguimiento de los efectos del contacto.
Cómo se condujo la cliente luego de que hicimos esto o lo otro. Contactar eso. Y así sucesivamente.
Como una rodamiento de bolas, suavizando el proceso, con la mínima fricción, y con el mínimo
esfuerzo. Ir a alguna parte haciendo seguimiento. Las terapeutas que usan destrezas como las del
seguimiento y el contacto son como exploradoras o experimentalistas que hacen seguimiento de los
detalles locales mientras buscan verdades más amplias. Como viajeros cuajados que se dirigen al
polo, nuestros ojos miran a los perros mientras nos dirigimos hacia el horizonte.
Un estado de consciencia
Antes de intentar evocar experiencias en estado de plenitud de consciencia, debe establecerse ese
estado. La plenitud de consciencia no es un estado ordinario de consciencia. Es un estado abierto y
vulnerable que necesita que se haya establecido una relación en la que se haya, a su vez, logrado
seguridad y contacto.
Antes de hacer sondas y de "hacerse cargo" PARA EVOCAR EXPERIENCIAS, tienen que existir
varias cosas:
Primero, debe haber una relación, lo que implica que se están usando los métodos para crear una
relación, para hacer seguimiento, para establecer contacto y para ganar la colaboración del
inconsciente.
Segundo, antes de trabajar para alcanzar un estado de plenitud de consciencia, me he formado una
idea bastante completa de cuales son los intereses del otro en este momento. Tengo una idea de lo
que voy a hacer, una vez que se establezca el estado de plenitud de consciencia. Tengo una idea de
qué es lo que podría evocar una experiencia interesante y significativa. No tiene sentido evocar una
experiencia aburrida.
Tercero, espero que esa persona termine de decirme lo que tiene que decirme. Aún cuando ya tengo
una buena idea de qué hacer, quiero entender todo tan plenamente como sea posible y quiero darle
el tiempo de terminar. Cuando la cliente ha terminado de decirme lo que quiere decirme, dejará de
hablar y esperará a que yo haga el siguiente movimiento. La cliente podría bajar de velocidad y
también relajarse. También trabajo en la dirección de esa menor velocidad y ese relajamiento y
espero que ocurran. Cuando todo está en su lugar, podría preguntar a mi cliente si quiere trabajar
sobre lo que parece interesante.
Si está de acuerdo, le sugiero que se vuelque hacia adentro, tal vez que cierre sus ojos, se relaje y
advierta que ocurre cuando yo.... y hago una sonda o reconozco algo. No le pido directamente que
entre en un estado de plenitud de consciencia. Le pido que entre en sí mismo diciéndole cosas
como:
Ocasionalmente, algunas personas podrían tener dificultades para entrar en un estado de plenitud de
consciencia. Es raro que eso ocurra, especialmente si es que la relación es buena, si la historia ha
sido relatada y si se ha establecido un punto de interés. Pero ocurre a veces. Usualmente se trata de
que la persona no puede relajarse lo suficiente como para entrar en ella misma. En este caso, se
pueden usar otros métodos, como masajes, ejercicios, dietas, vacaciones, o tal vez medicación. Pero
ocurre muy rara vez; a mí se me han presentado casos así sólo una docena de veces en muchos años
de experiencia. Pero ocurre.
Una vez que hemos establecido la plenitud de consciencia de esa manera, usamos técnicas
específicas para evocar las experiencias. Tratamos las técnicas más adelante. Por ahora, es
suficiente saber que en el uso de la técnica, la no-violencia es el principio básico. La violencia
destruye la plenitud de consciencia a cualquiera, salvo a las personas más inusuales. Esperamos que
incluso un espacio muy breve de plenitud de consciencia puede hacer posibles experiencias
significativas. Estas experiencias evocadas pueden ser usadas para tener acceso a las emociones, al
estado de niña o a las creencias básicas, memorias e imágenes. O pueden ser profundizadas para
estabilizarlas o para hacerlas más intensas. Esa es la transición al procesamiento.
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Hacemos algo sencillo. En cualquier caso, será muy probable que usemos algunas de esas técnicas.
Uno no puede saber qué es lo que realmente ocurre en las terapias simplemente leyendo teorías. Las
técnicas suelen expresar más el espíritu del trabajo que todas las discusiones acerca de porqué y
cómo funcionan. La teoría se vuelve importante cuando se trata de enseñar el trabajo. Las técnicas,
sin embargo, siguen siendo hechos palpables y clínicos. En la Gestalt, por ejemplo, las técnicas
implican el uso del darse cuenta, la silla caliente, dar la palabra a las varias "partes" de la
personalidad y la exploración de sueños y fantasías. Esas técnicas expresan lo que es la terapia
guestáltica. Expresan fe en la imaginación, espíritu de juego y creatividad. Expresan un amor a la
intimidad y a la presencia, al ser real, a adueñarse de todo lo que uno es y darse derecho al uso de la
palabra. Esas son cosas que las palabras "retroflexión" y "confluencia" no nos dicen.
En bioenergética, se promueven posiciones de stress y expresiones fuertes. Las técnicas revelan una
determinación a ser enérgico (en el viejo sentido de mucha acción), trabajar fuerte y no huir del
dolor personal. Esa presión por las emociones y su expresión es una manera de ser real. En el
psicoanálisis es el diván, la asociación libre y el trabajo con los sueños. Se pone mucho énfasis en la
persona como usuaria de símbolos, poseedora de mundos escondidos y guardados que controlan las
acciones y pensamiento cotidianos. También se pone énfasis aquí en la avenida de una sola vía en la
relación doctora/paciente.
Las sondas, el reconocimiento, las declaraciones de contacto, los pequeños experimentos y las
varias formas de hacerse cargo son las principales formas de intervención en la terapia HAKOMI.
Las usamos extensamente durante la sesión terapéutica. Así como la plenitud de consciencia y la no
-violencia son sus principios centrales, esas son las técnicas principales. Si ellas la terapia
HAKOMI sería imposible.
Hice mi primera sonda espontáneamente. Todo lo que decía mi cliente y el modo como actuaba me
decía que ella se sentía como una persona mala. Le pedí simplemente que me escuchara y viera qué
ocurría cuando dijera algo. Lo que tenía en mente era que se diera cuenta de sus reacciones al
escucharme diciéndole que era una persona buena. Quería saber qué era lo bueno que iba a ocurrir.
Nunca había dicho directamente que pensaba que era una persona mala. Eso parecía un concepto de
sí misma habitual, no directamente expresado.
Hice de esto una pequeña producción. Le pedí que me mirara a los ojos, que se permitiera estar
abierta a mis palabras y que se diera cuenta cualquier cosa que ocurriera. Observé sus ojos para ver
cuando estaba en una actitud receptiva. Entonces le dije: "eres una buena persona". Lo dije
lentamente y más o menos como si fuera simplemente afirmando un hecho. No la estaba tratando de
convencer. Simplemente ofrecía esa afirmación.
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Ahorabien, en esa época estaba fuertemente bajo la influencia de la bioenergética. Consideraba que
la abreacción emocional era el objetivo primario de esta terapia y trabajaba fuertemente para
lograrlo, poniendo a las personas a veces en procesos físicamente dolorosos. Tenía la idea de que la
liberación emocional era muy difícil de lograr. Bueno, cuando le dije a ella "eres una persona
buena", ella estalló en lágrimas y lloró como no la había visto antes hacerlo. Luego hablamos acerca
de cómo ella se sentía una persona mala.
no me había dada cuenta aún que tenía en mis manos una nueva técnica. No use mi segunda sonda
en los siguientes seis meses. Las sondas no se convirtieron en una parte consistentemente
desarrollada de mi trabajo por otros dos años. (Si busco un antecedente a las sondas podría ser lo
más cercano el uso de las técnicas de asociación de palabras de Jung, desarrolladas por Wilhelm
Wundt). La siguiente sonda la ofrecí a una mujer que en su primera sesión me dijo que era la mayor
de diez hermanos, que tenía hijos de ella y que no tenía pareja. Cubrimos esto en los primeras diez
minutos. Pensé acerca de las cosas que le hubiera gustado escuchar de sus padres cuando era una
niña cuidando sus pequeños hermanos y hermanas. La preparé de la misma manera que había usado
con la primera mujer, pidiéndole atención abierta y mirando en sus ojos como ventanas. (No vemos
a los ojos de las personas ahora. La mayoría de las personas prefieren mantener los ojos cerrados
durante las sondas). Le dije "quisiera que tú seas mi pequeñita". Eso es lo que me pareció que nunca
había sido: la pequeñita de alguien. Lloró, una y otra vez, el resto de la sesión. Esta era una mujer
fuerte que necesitaba ser fuerte. Hablamos cuando no lloraba y se sentó en mis faldas y puso su
cabeza en mi hombro. Sintió lo que le había faltado y nunca había tenido: una necesidad de la que
había estado huyendo, algo que había decidido en algún momento que no lograría jamás. Yo
esperaba que con su nueve consciencia de esto y alguna experiencia de cómo se sentiría, trataría de
lógralo otra vez en algún momento.
Me gustó lo que ocurrió. Ella sintió dolor, pero era el tipo de dolor cuando uno regresa a uno
mismo. Pensé que eso ayudaba a que el inconsciente se hiciera consciente. El resto de la historia es
nublado. Las sondas se convirtieron lentamente en parte de la manera como hacía las cosas. Más
tarde, cuando comencé a enseñar a las personas la teoría y técnica parecían hechas la una para la
otra y parecía que siempre había sido así. Eran, pero se trataba de un matrimonio lento. Cuando me
desperté y di cuenta de las conexiones, había estado ocurriendo por una buen tiempo. Las otras
técnicas, el hacerse cargo y el reconocimiento, evolucionaron con igual lentitud. Hay mucho más
acerca de esto más adelante en este capítulo.
Me han inspirado personalmente varios grandes terapeutas. Ahora quisiera mencionar a dos: a
Albert Pesso y Moshe Feldenkrais. Hice talleres con ellos, leí sus libros y siento que sus ideas y
técnicas fueron de gran importancia para el desarrollo de las mías. Ambos, Feldenkrais y Pesso,
estudiaron la organización de la experiencia y ambos usan la plenitud de consciencia a su manera.
De Albert Pesso aprendí a experimentar y a permitir que la cliente use su consciencia para descubrir
el significado de su experiencia. Aprendí técnicas que dejan que la consciencia y el auto-
descubrimento en manos de la cliente y que dejan también suficiente espacio para que los
descubrimientos bien informados de la terapeuta ayuden al desarrollo del proceso. De Pesso aprendí
la importancia de mantener la seguridad y lo nutricio en el ámbito de la terapia. Puedo casi
escucharlo diciendo "que ocurre cuando..." en su manera suave y atenta. Estaba siempre creando y
encontrando maneras de estructurar la situación para que la cliente haga sus propios
descubrimientos acerca de lo que era bueno y nutricio para ella. El era un maestro en esto y lo
aprendí de él.
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Parte 1. SONDAS
Una sonda es un experimento en estado de plenitud de consciencia, un ejemplo de experiencia
evocada, de meditación asistida. Nos damos tiempo para prepararla. Ayudamos a la cliente a entrar
en estado de plenitud de consciencia, introducimos un estímulo y esperamos las reacciones.
Estamos buscando claves relativas al modo cómo la cliente organiza su experiencia. Le pedimos a
la o el cliente que observe qué es lo que ocurre, que observe sus reacciones. Cuando está dándose
cuenta de sus reacciones y está reportándolas, no está reaccionando sino respondiendo ya que el
darse cuenta de las reacciones es algo totalmente diferente a la reacción misma. Cuando uno está en
estado de plenitud de consciencia, la consciencia es auto-reflejante, capaz de estudiarse a sí misma.
Una sonda no es una conversación y no es algo nutricio simplemente con el fin de ser nutricios. No
usamos sondas cuando la cliente se encuentran en un estado de consciencia ordinaria. Es un
experimento diseñado para estudiar y trabajar. Con las sondas esperamos traer a la consciencia algo
automático e inconsciente. Necesitamos la plenitud de consciencia por un momento solamente. Las
sondas buscan evocar materiales con los cuales trabajar y tratan de explorar las memorias y
creencias que organizan la experiencia.
Hay sondas verbales y no verbales. Las sondas verbales tienen la forma siguiente:
3. Las personas que no han tenido experiencia recibiendo sondas necesitan alguna guía. Uno
puede ampliar la parte interrogativa previa y usar algunas frases para establecer el estado de
plenitud de consciencia. Con una voz suave y pausada, se puede decir algo como:
Por favor observa qué es lo que estás experimentando ahora... puede ser un
pensamiento... un sentimiento... una sensación o una imagen.... puede surgir un
recuerdo o pueden aparecer algunas tensiones en tu cuerpo... No importa lo que
ocurra; basta que te des cuenta. Si no ocurre nada, eso no importa, está bien... Puedes
hacerme una señal cuando te sientas preparada. Yo voy a esperar la señal y luego...
Y etc., etc. A excepción de la sonda "Quiero que seas mi pequeñita(o)", las que incluimos en la lista
son sondas "genéricas". Ocurren una y otra vez, en cliente tras cliente. Hay conexiones entre cada
sonda y los procesos caracterológicos que hacen que justo esas sondas sean difíciles de creer.
Las sondas no verbales son similares, excepto que en lugar de ofrecer una afirmación (generalmente
nutricia) la terapeuta hace algo, una acción, por lo general un contacto suave, o pide a la cliente que
haga algo, usualmente un pequeño cambio de postura. Cuando seleccionamos esas interacciones
físicas, tocando y moviendo, lo hacemos de un modo preciso, exacto y en estado de plenitud de
consciencia, por lo que son muy efectivas para evocar materiales con los cuales trabajar.
Un contacto suave
Una acción de la terapeuta
Una acción de la cliente
Un pequeño cambio de postura de la cliente
OPORTUNIDAD. Presentamos las sondas lentamente. Nuestro ritmo sirve como un ejemplo al
cliente. Establece el tono. Estamos haciendo las cosas cuidadosamente, de
manera estudiada. Nuestra concentración interviene sugiriendo lo mismo a la
cliente. Y en particular, invita a entrar en un estado de plenitud de
consciencia y lo apoya. Uno ha pedido y establecido un estado de plenitud de
consciencia y ahora, con el ritmo y tono de voz, lo está apoyando.
PAUSAS Hay una pausa entre el momento en el cual uno dice: "qué ocurre cuando
digo..." y la sonda propiamente dicha. Ese pequeño momento entre la
pregunta y la frase sonda le da tiempo a la cliente para recibir la sonda con
precisión, especialmente después de haber tenido alguna experiencia. Si
somos demasiado abruptos, la cliente regresará a un estado de consciencia
habitual, reaccionando a la velocidad a la que uno va y no a la afirmación que
uno haga como sonda. De modo que anda despacio y permite una pausa entre
tus frases.
TONO DE VOZ Como ya hemos mencionado, el tono de voz muestra y sugiere plenitud de
consciencia. El tono es medido, cuidadoso y neutral. El tono de voz evita
cualquier esfuerzo por ser convincente. No ejerce ni la más mínima presión
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TERMINOS Los términos que se utilicen, el tono de voz, el ritmo, ayudan a presentar a la
sonda como un experimento. Para sondas no verbales, podrían usarse
términos como estos:
Usa términos más amplios que "sentir" o "pensar", a no ser que quieras
específicamente quieras saber algo acerca de sus pensamientos, recuerdos,
tensiones. Pueden haber momentos en los que quieras saber algo específico.
Si la cliente habitualmente siempre termina en el callejón sin salida de las
sensaciones y pensamientos, puedes pedir imágenes o recuerdos. Pero, si no
estás buscando nada de eso, usa palabras como "experiencia", "ocurre" o
"pasa". La razón es simple. La cliente podría no tener ningún sentimiento
cuando hagas la sonda. Si pides sentimientos, buscará sentimientos y podría
no reportar otro tipo de experiencias. La cliente tendrá mucho más libertad
cuando usas palabras abiertas como "experiencia". Pensamientos simples,
palabras simples. No puedes esperar que aparezca una reacción simple,
breve, observable a una sonda cuando la frase es larga, complicada,
intrincada o filosófica. La sonda debe ser un pensamiento único y simple.
Debería poder entenderla una niña de cinco años. Debe ser puesta de modo
completo en un espacio de tiempo breve, a pesar de ser dicha lentamente, de
modo que no hagamos una pausa en el medio. Tenla lista antes de sugerir
hacerla.
NUTRICION Las sondas deben ser nutricias o potencialmente nutricias para la cliente. No
hacemos experimentos ni diciendo cosas dañinas ni tóxicas, ni haciéndolas.
Es cierto que la cliente siente dolor muchas veces cuando recibe una sonda,
pero es dolor viejo y surge de reconocer que lo que la sonda ofrece era tan
necesario y querido y no estuvo disponible en el momento para la niña y
probablemente no está presente ahora para la adulta. Ese tipo de dolor es el
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principio de la curación. Con una sonda ofrecemos algo nutricio; le damos a
la cliente la oportunidad de recibir algo que necesita, o de ver claramente que
rechaza lo que se le ofrece. De ahí podemos explorar cómo y porqué se
rechaza ese elemento nutricio. Ofrecemos precisamente el alimento que la
cliente más necesita y quiere y que tendrá más dificultad en recibir.
HECHO A LA MEDIDA Aún cuando hacemos uso de muchas sondas para "ir de pesca" y por
lo menos unas dos o tres docenas más o menos estandarizadas, las mejores
sondas son las desarrolladas y refinadas en la sesión en curso con un cliente
particular. Una que recuerdo es "no tienes que lavar platos si no quieres
hacerlo". En la medida en que trabajas con clientes, refinas tus sondas y las
cambias hasta que sean las correctas. Muchas veces un cambio de una o dos
palabras significarán reacciones muy diferentes. Aún cuando la variación en
la sonda finalmente ofrecida sea muy pequeña, el cambio puede ser muy
importante para la cliente.
EVITAR LAS PALABRAS NEGATIVAS En tu esfuerzo por hacer que las sondas sean simples y
fáciles de absorber, es una buena idea evitar palabras negativas como "no",
"ninguna", etc. Cambia frases como "no hay nada que temer" remplazándolas
por otras como "aquí estás completamente segura". Por su puesto, es posible
que una cliente pida frases con palabras negativas contenidas. En ese caso,
úsalas. Como regla general, cuando una cliente pide algo específico, trata de
darle exactamente la forma que requiere. En todo otro caso, evita los
negativos.
OBTEN INFORMACION Finalmente, y lo más importante, la sonda es una forma que pide una
información. Si preguntaste "que ocurre cuando..." es porque necesitas una
respuesta a la pregunta. El objetivo es observar las reacciones y reportarlas.
De modo que ¡espera un reporte! Si no recibes ninguna información, ¡pídela!
Por ejemplo, la cliente podría simplemente responderte como si estuviera en
una conversación ordinaria y simplemente hubieras hablado a la ligera.
Digamos, por ejemplo, que tú comenzaste diciendo:
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Esos son algunos aspectos de la forma que adquieren las sondas. Con un poco de práctica resultará
muy fácil ofrecerlas de manera adecuada. Ahora veamos de donde las sacamos.
El conjunto standard
El cuerpo (ver postura, estructura, gestos y estilo de movimiento)
El contenido de la historia de la cliente
El Conjunto Standard Las terapeutas Hakomi han creado y descubierto decenas de sondas durante
los últimos diez años. La mayoría reflejan los procesos caracterológicos en un nivel u otro. Cada
proceso caracterológico está asociado con tres o cuatro creencias nucleares y varias otras
periféricas. En el proceso sensible, por ejemplo, las creencias relativas a la seguridad y al ser bien
recibido y bienvenido, son importantes. De modo que una sonda que usamos frecuentemente con
procesos sensibles es:
En las etapas iniciales de una sesión de terapia, una sonda standard puede ser muy efectiva para ir
de pesca (ver más adelante).
El Cuerpo Una de las maneras de descubrir qué sonda puede ser útil es mirar al cuerpo de la
cliente, incluyendo su postura, estructura, gestos y estilo de movimientos. De esas observaciones
puede uno hacerse una idea acerca de los procesos caracterológicos que enfrentaremos en la terapia.
Es una cuestión de saber cómo leer el cuerpo para obtener información acerca del carácter y de
tener las sondas que se adaptan a cada proceso.
Contenido El contenido de la historia de la cliente es una fuente muy rica para crear sondas. El
mundo de la cliente es constreñido por suposiciones y por los significados de experiencias pasadas
importantes. Al escuchar cuidadosamente la experiencia de la cliente y su significado para ella,
puedes determinar las creencias que limitan su alimentación espiritual y su bienestar. Si la cliente
está hablando acerca de cuán difícil es complacer a sus padres y escuchas que hay tristeza y
desilusión en su voz, podrías tratar de ofrecerle una sonda como:
En el silencioso comentario de una conversación ocurren todo tipo de cosas. Los gestos,
expresiones faciales y el tono de voz nos dan indicios acerca de lo que está ocurriendo para la
cliente y son fuente, por lo tanto, de sondas. Por ejemplo, un tono de voz que indica un
cuestionamiento, una actitud incierta. Cada frase termina con un aumento del tono de voz como si
indicara una pregunta detrás de cada afirmación. Eso nos dá una clave acerca del carácter y se trata
frecuentemente de la necesidad de ser comprendida. De modo que una sonda que podría funcionar
sería:
Esa sonda está relacionada con procesos vinculados al recibir atención y ser amada, como en los
procesos Expresivo-Absorbente-Aferrado. Dicho de paso, también se pueden transformar las sondas
en reconocimientos. La anterior puede transformarse en:
También nos dá una clave las palabras que usa la cliente. Una afirmación como "nunca logro lo que
quiero" muy probablemente me hará decir en la próxima oportunidad: "┐qué ocurre cuando digo: ...
puedes lograr lo que quieres."
No es que sea terco. Hay mucho que descubrir acerca de cómo uno se organiza alrededor de una
creencia tan desoladora. Las memorias directamente ligadas a esa creencia podrían surgir como
respuesta a esa sonda.
A partir del contenido, postura y tono de voz, surge un patrón que dá sentido a la experiencia global
de la cliente. Al escuchar, ver y experimentar con ideas en la mente, uno descubre qué es lo que está
ocurriendo con la persona con la cual uno está trabajando. Con un poco de práctica, o con mucha
práctica, las sondas le vienen a uno a la cabeza sin esfuerzo.
La conexión entre las sondas y el principio de la plenitud de consciencia es obvia. Estamos usando
nuestra mejor herramienta para el auto-descubrimiento. Estamos estudiando, y haciendo uso de un
estado de consciencia especial. Estamos explorando y dándonos cuenta. Las sondas son uno de los
usos que le damos a la plenitud de consciencia en la terapia Hakomi y es una expresión clara de
nuestro compromiso con ese camino. También estamos siendo no-violentos. Estamos dejando que
las clientes descubran por sí mismas. No hay fuerza, no hay interpretación, no hay explicación del
cliente al cliente.
Las reacciones a las sondas verbales suelen ser sensaciones físicas, tensiones, movimientos,
mientras que las reacciones a las sondas no verbales pueden ser pensamientos, imágenes, memorias,
etc. Eso tiene el sabor holístico, un constante cruzar de la interfase mente-cuerpo. De manera
paradójica, la atención a nuestras reacciones - que después de todo son mecánicas - contribuyen a la
sensación de estar vivo y de ser "orgánico". La parte que se dá cuenta, la parte que comienza a
sentirse libre para elegir, tiene la sensación de estar cada vez más viva.
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Usamos sondas en diferentes lugares durante el proceso. Son muy efectivas al principio, luego de
que la terapeuta haya escuchado y visto a la cliente por unos minutos y tiene una idea de lo que está
ocurriendo. En ese momento usamos sondas para evocar experiencias con las cuales trabajar. Me
gusta llamar a esas sondas "ir de pesca". Si escuchas algo en lo que la cliente está diciendo, o ves
algo en el modo cómo ella se sienta, mueve, etc., puedes usar una sonda relativa al material que
sospechas está presente. Una vez obtenida una reacción fuerte, clara, puedes hacer uso de
cualquiera de las varias transiciones al procesamiento. Todo lo que ocurra como reacción a una
sonda puede ser útil como transición al procesamiento. También ayuda el sentirnos inspirados
acerca de qué significan esas reacciones. Tu próxima sonda puede llegar a ser aún más exacta y
evocadora. Tienes que saber cómo escuchar para crear sondas.
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Parte 2. RECONOCIMIENTO
Transcripción de un reconocimiento:
Terapeuta: No sé lo que quieres hacer con esta tristeza. ¿Quieres averiguar que tipo de tristeza
es o quieres saber qué hace aquí ahora?
Cliente: (Mostrando una cara muy triste, responde afirmativamente a la segunda posibilidad)
Terapeuta: Muy bien, entonces lo que quisieras es averiguar qué es lo que está haciendo acá
ahora.
Terapeuta: OK. Entonces quisiera hacerle una pregunta a la tristeza. Tú no tienes que responder.
Espera simplemente y observa qué es lo que responde la tristeza. ¿OK?
Terapeuta: OK. Así que quiero preguntarle a la tristeza lo siguiente: "tristeza, ¿qué estás
haciendo acá?"
Cliente: (Hay una pequeña profundización de la tristeza) Ella dice: "solamente quiero
estar acá".
Terapeuta: OK. Así que sólo quiere estar acá. OK, quiero hacer un reconocimiento de
eso: Quiero decir algo a la parte que está triste y quiero que simplemente
observes qué pasa cuando lo digo. ¿OK?
Terapeuta: Parte triste, ahora sé que simplemente quieres estar ahí. (Este es un
reconocimiento, hablado en voz suave, lenta, con la cliente en estado de
plenitud de consciencia)
Luego de este breve intercambio, surge nítidamente la sensación de que hay una conexión cada vez
más profunda entre la cliente y la terapeuta. La parte niña, sintiéndose sola y teniendo dificultades
para expresarse, encuentra a alguien ahí escuchando y se vuelve capaz de hablar. Se da inicio al
despliegue de todo el proceso. La cliente se abre a la experiencia de necesitar estar ahí con su
tristeza y de necesitar que para los demás eso sea aceptable. Comienza a ponerse en contacto con el
hecho de no haber sentido eso nunca y de creer que nunca lo tendría. Este reconocimiento ha
producido un viraje muy fuerte en la relación entre la cliente y la terapeuta y entre la parte adulta y
consciente de la cliente y su parte niña.
Algunos aspectos de la cliente están en la sombre, son ignorados o negados, y difícilmente son
compartidos con otros. En el pasado de la persona estas experiencias generales no eran aceptables
para otros y no podían ser compartidas. Fueron "puestas de lado". La cliente podría no reconocer
estas experiencias incluso para ella misma. La experiencia está esperando para ocurrir y está llena
de recuerdos sentimientos e ideas dolorosas.
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En la transcripción anterior, los sentimientos eran una tristeza que simplemente estaba ahí y parecía
no tener explicación. Al principio de la sesión, la cliente simplemente quería que la tristeza se fuera.
Y no se iba. Pudimos descubrir más adelante en la sesión, que ella creía que si mostraba su tristeza
y dejaba que esté presente, las personas se irían y la dejarían sola. La parte niña decidió que siempre
sería fuerte y que no daría muestras de debilidad o de necesitar a nadie.
En esta técnica, estando la cliente en estado de plenitud de consciencia, o a veces simplemente con
la presencia y escucha del inconsciente, la terapeuta reconoce una experiencia nuclear que ha sido
negada y que está reviviendo en el momento. De lo que se trata es de decir algo al inconsciente que
le haga notar que uno está siendo comprensivo con lo que nos está tratando de decir. Esas
intervenciones son poderosas. Establecen la verdad y admisibilidad de experiencias que:
Algo que no fue discutido o comprendido, o no podía serlo, se abre ahora nuevamente para ser
considerado, y alguien es testigo de que eso pasa, haciendo que la experiencia sea real y actual.
El reconocimiento construye la relación curativa al demostrar que la terapeuta ofrece una real
comprensión. Se hace en gran medida como una sonda, sólo que expresa el reconocimiento de una
experiencia básica y vieja de la cliente por parte de la terapeuta. Se trata de un "contacto en estado
de plenitud de consciencia". Lo uso cuando me doy cuenta que la cliente ha vivido mucho tiempo
con esa experiencia exacta. Cuando esta experiencia poderosa y genérica es reconocida, una parte
de la experiencia básica de vida de la cliente emerge, se profundiza y entra plenamente en el
proceso presente.
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8. EVOCACION 2: HACERSE CARGO Y PEQUEÑOS EXPERIMENTOS
Parte 1. "HACERSE CARGO"
Aprendí de Moshe Feldenkrais los conceptos de sensibilidad y ruido y que había que no hacer
esfuerzos. Todo el Ciclo de Sensibilidad (ver más adelante) es una elaboración de la Ley de Weber-
Fechner de la que habló en su primer libro "El Cuerpo y la Conducta Adulta". A pesar de que
conocía esa ley por mis estudios de psicofísica, no había visto en absoluto su aplicación para las
terapias. Una de las habilidades de Feldenkrais fue su capacidad para encontrar la aplicación de
cosas de ese tipo a las técnicas básicas de la terapia. No todas las mentes pueden dar esos saltos.
Toda la idea de "hacerse cargo" viene de Moshe y de la noción taoísta de apoyar el flujo natural de
los eventos. Aprendí directamente de Moshe este uso especial de la sensibilidad y de la consciencia.
El "hacerse cargo" se refiere a todo un género de técnicas. En todas estas la terapeuta se hace cargo
de algo que la cliente usualmente hace para sí misma. Es un ofrecimiento de hacer que las cosas
sean más fáciles, asumir algo del esfuerzo que está haciendo la cliente. Si te estás rascando la
cabeza, puedo ofrecer hacerlo por ti. Todo lo que tienes que hacer es dejarme hacerlo. Dejas de
hacer el esfuerzo, como el de subir y bajar el brazo. O podrías estar diciéndote cosas a ti mismo y
yo podría decirlas por ti. En cualquiera de sus formas, hacerse cargo es un ofrecimiento de apoyo,
es un ofrecimiento de participar.
La técnica del "hacerse cargo" es muy sencilla. Implica, por ejemplo, dejar que la cabeza de la
cliente repose suavemente en nuestras manos, asumiendo su peso, cuando esta se cae hacia adelante
en gesto de tristeza. O si la reacción de un cliente a una sonda es una voz interior, podemos
hacernos cargo de esa voz y emitirla por la cliente. Hay una gran variedad de cosas de las que
podemos hacernos cargo. El único límite es nuestra creatividad. Más adelante veremos una lista del
tipo de cosas de las que nos hacemos cargo. Por ahora veamos los efectos. El hacerse cargo:
Al hacerse cargo de algo - por ejemplo el peso de la cabeza - damos la oportunidad de relajarse a los
músculos que sostienen la cabeza en la posición inclinada hacia adelante. No hacemos que las cosas
ocurran; damos las oportunidades. El dejar que la cabeza caiga hacia adelante es, usualmente, una
acción inconsciente cuando es parte del sentimiento de tristeza. Su función es ayudar a manejar la
experiencia de tristeza y su expresión. El peso de la cabeza, al actuar sobre los músculos del pecho
y espalda hace que sea difícil respirar profundamente. (Es muy fácil experimentar esto.
simplemente trata de respirar profundamente, primero con la cabeza hacia atrás y luego con la
cabeza caída hacia adelante). El efecto de esta limitación a la respiración es el limitar el
sentimiento.
Al hacerse cargo del peso de la cabeza, la terapeuta asume el trabajo de esos músculos; incluso con
la cabeza aún en posición inclinada hacia adelante, la cliente puede respirar más profundamente. Y
puede que haga eso, profundizando la experiencia, o tratará de controlar sus sentimientos
asumiendo de nuevo el peso de su cabeza, o tensando otros músculos (lo más probable, el
diafragma).
Cuando la cliente acepta el ofrecimiento de hacernos cargo (al relajar los músculos que sostienen la
cabeza) tiene el efecto de quitar el esfuerzo a una reacción importante. Al quitar el esfuerzo
disminuye el ruido. El ruido del esfuerzo enmascara la experiencia. Las tensiones estrechan la
experiencia. Esa es una de las maneras como las personas usan la tensión y el esfuerzo. Imagínate
que te golpeas el dedo con un martillo. La respiración se detiene, todo el cuero se tensa, a fin de
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controlar la experiencia del dolor. Cuando ofrecemos hacernos cargo de los esfuerzos que hace la
cliente para manejar su experiencia, le damos la oportunidad de dejar de manejarla, de relajar las
tensiones implicadas, de volverse más sensible y de profundizar los sentimientos y experiencias que
están siendo manejadas. Muchas veces el hacerse cargo trae a la consciencia sentimientos
bloqueados. Es una ruta directa a las experiencias controladas, suprimidas o reprimidas.
La primera vez que me hice cargo de algo, estaba trabajando en un taller en Nueva México.
Trabajaba con una mujer que se acercaba a algo muy importante, cargado de sentimientos. Estaba
echada de espaldas sobre la alfombra y, en la medida en que focalizábamos nuestra atención en su
experiencia, su espalda comenzó a arquearse poco a poco. En unos minutos su cuerpo era como un
puente y sólo su cabeza y sus talones se apoyaban sobre el piso. En esa época yo estaba aún metido
en la bioenergética. Mi punto de vista acerca de las defensas era el de forzarlas a ceder. Como vi
que el arquearse era una defensa, estaba preparado para poner mucho peso sobre el abdomen de la
mujer hasta que se cayera el puente. En mi mente, esa era la manera lógica de derrotar las defensas.
¿Qué podría uno imaginar como más arquetípicamente rígido que arquear la espalda como un
puente? Lo sabía porque en una oportunidad yo había experimentado ese mismo arco. Recordaba
que era tan involuntario. Simplemente ocurría. Sabía lo terrible que se sentiría si trataba de que la
cliente colapse. No pude obligarme a hacerlo, ni siquiera en nombre de la terapia. En lugar de ello
puse mis manos bajo su espalda y le dije que si quería, yo podía sostener su espalda para que ella se
relaje. Fue mi primera experiencia de hacerme cargo, aunque aún no tenía ese nombre, ni lo tuvo
por mucho tiempo. Bueno, ella ensayó un poco con mis manos, entregándoles algo de su peso
primero y luego, poco a poco, todo su peso. Eso demoró un minuto o menos. En la medida en que
se permitía ceder el peso de su cuerpo a mis manos, también se permitió sentir y experimentar las
cosas contra las cuales estaba luchando: un recuerdo doloroso y los sentimientos e introvisiones que
lo acompañaban. Ella se soltó así y pudimos trabajar con el material que apareció. Imagínense que
hubiera ocurrido si hubiera ejercido presión en contra del arqueo. Imagínense la lucha, ella atrapada
entre mi presión hacia abajo y las fuerzas inconscientes que se resistirían. Imagínense el caos, y el
esfuerzo y dolor. ¿Cuál habría sido el resultado cuando finalmente colapsara? Hubiéramos forzado
la visión interior a la consciencia junto con sentimientos dolorosos y caóticos. Ella habría creído,
correctamente, que todo esto habría sido hecho contra ella desde fuera (o, como se dice
frecuentemente, para ella). Ella habría gastado sus energías luchando contra la terapeuta y cargando
con el dolor. Cualquier curación o integración tendría primero que hacer posible el superar el
mismo tratamiento.
Pero ella no tuvo que luchar; en lugar de ello, se permitió relajarse, lentamente, a su propio ritmo,
para llegar a la experiencia de la cual estaba huyendo. La vio claramente. La procesó
conscientemente y, aún cuando reconocía el apoyo que le di, se hizo dueña de todo el crédito que
merecía por haber hecho frente y procesado su experiencia dolorosa de una manera diferente. Fue
su logro. Ella lo hizo. Yo creé la oportunidad y ella se adueñó de la misma. Eso es lo que ocurrió y
eso es lo que ella experimentó. Para ella fue una experiencia fortalecedora.
Para mí fue una liberación. Comencé a ver muchas otras formas de ayudar a mis clientes sin luchar
en su contra, ayudándolos a hacer lo que ya estaban haciendo. Encontré la manera de dar un paso
hacia las maniobras defensivas de las personas con las que trabajaba, y como si fuera un maestro de
Aikido, ayudar a las energías a que se muevan hacia donde necesitaban y querían moverse, sin
esfuerzo y sin la lucha contra el inconsciente cargada de ego.
La persona que se arquea, o se dobla hacia adentro, o se encoge hacia adelante, está tratando de
organizar su experiencia para sentir que esta puede ser más segura o puede ser menos doloroso
procesarla. Cuando la terapeuta ofrece ayudarla a hacer eso, aparece casi siempre una sensación de
más seguridad. La cliente se siente apoyada y más confiada. Es cuestión de tener alguien al lado,
alguien que te da tiempo para prepararte y tiempo para absorber. No aparece esa sensación
subyacente de que la terapeuta te está juzgando, mirando, por así decir, tu enfermedad y queriendo
pegarle un hachazo. El no tener que lidiar con eso hace que el ruido o interferencia disminuya y le
da a la cliente la fuerza y el coraje para enfrentar lo que necesita ser enfrentado. La terapeuta no es
la persona amenazadora que te va a causar dolor "por tu bien". La terapeuta es la que da apoyo, la
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que hace que el trabajo de autodescubrimiento sea más fácil, más seguro y más claro. La terapia se
despliega de manera muy diferente cuando la cliente se siente así. Ese es el tipo de relación curativa
que puede ser apreciada por el inconsciente y en la cual este puede participar.
Imagínate que inmensamente libre podrías sentirte de expresar tu rabia si hubieran varias personas
conteniéndote firmemente. O cuán satisfactorio sería salirte de una largo cola, saltar encima del
mostrador y hacer desastres ahí, si hubieran seis amigos muy fuertes ahí conteniéndote. Imagínate
las cosas maravillosas que le dirías al policía que acaba de detenerte si alguien tuviera su mano
apretada contra tu boca. ¡De cuantas maneras uno se contiene, aprieta su mano contra su propia
boca y pone velos en su propia mente!
De un movimiento uno dejaría de ser Clark Kent y se convertiría en Superman. Uno podría
identificarse con sus propios impulsos agresivos, cuando momentos antes uno estaba atrapado en el
esfuerzo de contenerlos y mantener el control. Ahora es posible expresarse con seguridad. Otra
persona lo está conteniendo a uno. Otra persona ha asumido los controles para ti, tus controles
contra tu necesidad de expresar las partes tuyas que has recluido a la sombra. Eres libre nuevamente
de adueñarte de ellas y de conocerlas. En esta situación segura, te es posible sentir y ser las partes
tuyas que creías perdidas y olvidadas hace tiempo.
De modo que "hacerse cargo" ayuda a que el material que hace tiempo está en el inconsciente se
desplace a la consciencia. Leyendo y observando a Moshe Feldenkrais aprendí mucho acerca del
"hacerse cargo". Se trata de su noción de que casi todos nuestros hábitos de movimiento están
asociados con el estar en el campo de la gravedad. Organizamos el resto de nuestros esfuerzos
alrededor de ese núcleo central. Para reorganizarnos, es bueno dejar de lado tanto como sea posible
ese organizador central. Por eso Feldenkrais hacía que las personas se recuesten, cediendo tanto
peso como fuera posible al suelo o a la mesa. O ponía toallas y almohadas debajo de los puntos en
los que el cuerpo es demasiado tenso como para relajarse hasta lograr un contacto plano.
Esos medios simplemente dan cuenta del esfuerzo y lo sueltan. Está haciéndose cargo del esfuerzo
por mantener el cuerpo erecto, o deja que el suelo se ocupe de ello, a fin de que aparezca un nuevo
conjunto de hábitos. El núcleo organizador, la respuesta a la gravedad, ya no es necesaria, y los
hábitos a ello asociados ya no necesitan ser organizados por ese núcleo. Están libres para ser
reorganizados y reintegrados. De esa misma manera, los modos automáticos de manejar el material
nuclear que tenemos, el contener y evitar, la tendencia o retraerse o a persistir, pierden una gran
parte de su poder cuando quitamos el esfuerzo que contienen.
Hace un tiempo trabajé en Chicago con una mujer que tenía tendencias suicidas y automutilantes.
Tan pronto como nos conocimos me di cuenta de su fragilidad. No era para nada pequeña. Tenía un
cuerpo grande, especialmente alrededor de las caderas y pelvis y tenía pecho y tórax
desproporcionadamente pequeños. En la medida en que hablábamos me iba volviendo cada vez más
suave. Ella era a la vez muy frágil y tensa, como un pájaro asustado, listo para salir volando.
Mientras hablábamos, ella hizo un gesto, un movimiento de su puño hacia su costado. Le pregunté
si lo había notado. Me dijo que tenía ganas de acuchillarse. Decidí hacerme cargo de su contención,
de modo que pudiera meterse más adentro de su intento de acuchillarse. Obviamente estaba
luchando en su interior contra ese impulso. De modo que le dije "OK, yo voy a contenerte y tu vas a
tratar de acuchillarte". Miré alrededor nuestro para ver si había algo que ella pudiera usar como
cuchillo y encontré una linda y grande cuchara. Algo que se pareciera más a un cuchillo habría sido
mejor aún.
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En el mismo momento en que agarré su muñeca, esta mujer cansada y tranquila empezó a pelear
tratando de clavarse la cuchara. Luchamos hasta que caímos al piso, y ahí seguimos luchando y
rodando por el suelo. Yo estaba totalmente agotado. No hubiera podido contenerla mucho más
tiempo. Ella no parecía estar cansada en lo más mínimo. No daba señales de querer detenerse. En
realidad lo estaba pasando muy bien. Imagínate, luego de haberse pasado años luchando contra ese
impulso de querer y no querer matarse, después de toda esa desesperanza, miedo, dolor, dudas y
pensamientos de que se iría al infierno. Luego de años de constreñirse y controlarse, estaba
disfrutando de la oportunidad de dejarse ir. Y eso era lo que estaba haciendo. Tal ves se sentía lo
suficientemente segura, ya que yo era un terapeuta y por definición debía saber lo que estaba
haciendo. Segura de que yo era responsable.
Llegué al punto en que estaba obligado a detenerme. Me estaba agotando totalmente. Dada esa
mirada demoníaca en sus ojos, no esperaba ninguna comprensión de su parte. De modo que me las
arreglé para hablar con la voz más calmada posible y más racional imaginable (ese tono tan
completamente razonable que simplemente a nadie le entraría en la cabeza la posibilidad de poner
en duda lo que estaba diciendo). Le dije: "vamos a parar un rato". (También estaba tratando de
actuar como si tuviera todo el aliento del mundo y como si me quedara mucha fuerza). Me miró
totalmente incrédula. Qué era lo que quería decir con parar un rato! Estaba loco? Acaso pensaba yo
que ella podía simplemente renunciar a esta pasión, abortar este delirio asesino y suicida totalmente
arrobador, y completamente en curso? Era eso lo que estaba pensando?
Le devolví la mirada ante esos ojos incrédulos sin vacilar en lo más mínimo, manteniéndome en mi
dulce y engañosa calma (que me costaba muchísimo mantener). Yo era lo razonable personificado y
estable, lo que se sintió como una respuesta silenciosa pero definitiva. "Si, en efecto, eso es
exactamente lo que pienso". Bueno, al rato comenzó a desatarse el nudo de lucha. Ella se relajó
lentamente y renunció a la lucha. Se transformó en un ser humano tranquilo y racional delante de
mis ojos. Hablamos por un rato acerca de su experiencia. Luego, cuando ya logré descansar, y ya
que a ella le gustaba, reasumimos la lucha. Ocurrió los mismo. Luego hablamos y descansamos.
Luego lo hicimos nuevamente. La cuarta vez que nos detuvimos, no le costó ningún trabajo, lo
hizo muy fácilmente, sin ningún problema, tan pronto como se lo pedí.
Mejoró muchisimo bajo el cuidado terapéutico de su terapeuta regular y la próxima vez que vino a
Chicago, seis meses más tarde, no la reconocí. Había cambiado para convertirse en una mujer
despreocupada y feliz. Fue necesario que ella me explique que era la mujer que había tenido
tendencias suicidas. Lo que me imagino que logró de nuestra sesión es una mayor comprensión del
odio a sí misma y un conocimiento directo de que podía detenerse cuando quisiera.
En estado de plenitud de consciencia usamos el "hacerse cargo" como una sonda, para "ir de
pesca", pare evocar el material con el cual trabajar. Sin plenitud de consciencia lo usamos
cuando ocurre una expresión espontánea o abrumadora de emociones ("sorteando los
rápidos"). Es la forma básica como apoyamos la conducta espontánea en ese estado de
consciencia. Cuando estamos en medio de los rápidos no sugerimos entrar en un estado de
plenitud de consciencia; simplemente apoyamos lo que la cliente hace espontáneamente a
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fin de manejar el flujo de sentimientos. Si, por ejemplo, la cliente se enrolla como una
pelota, la ayudamos a enrollarse. Si quiere rodar, la ayudamos a hacerlo. Si se cubre el
corazón, ponemos una mano en su corazón también. Haga lo que haga para manejar su
experiencia, nosotros ofrecemos ayudarla.
Activa o pasivamente:
El "hacerse cargo" es pasivo o activo. En la versión activa, pedimos a la cliente que haga
algo, que sea activa. Por ejemplo, podríamos pedir a la cliente que trate de golpear con el
puño, mientras la terapeuta contiene su brazo.
*
En su forma pasiva, pedimos a la cliente que sea pasiva. Por ejemplo, podemos pedirle que
se relaje y que advierta qué ocurre si es que lentamente levantamos el brazo de ella hasta
una postura de quien quiere alcanzar algo o a alguien. O, si la cliente está haciendo algo
como cubrirse los ojos, podríamos hacer eso por ella.
Física o verbalmente:
Finalmente, el "hacerse cargo" puede ser verbal o física. Los ejemplos anteriores son más
físicos. Una "hacerse cargo" verbal es aquel en el que la terapeuta asume una voz que la
cliente escucha interiormente o un pensamiento que la cliente tiene como reacción a una
sonda, o como significado de alguna tensión física.
En Alemania, la primera vez que fui ahí, había una mujer en mi grupo de la noche que
estaba muy agitada y que parecía muy cansada. Le pregunté acerca de su cansancio y me
dijo que hacía varios días que no dormía. Tenía cáncer al estómago. Trabajé con ella usando
sondas y descubrimos un terrible conflicto relacionado con su sueño. Un lado de ella creía
que si se dormía, el cáncer crecería y eventualmente la mataría así. Otra creencia,
igualmente fuerte, era que debía descansar, sino se iba a sentir muy débil y no podría
mejorar. Usé el hacerse cargo pasivo. Le pedí que se recostara y que se relajara lo más
posible y que simplemente observara qué ocurría cuando... Y pedía a dos personas, una a
cada lado, que repitieran lo más claramente posible, con las palabras y voz exactas, los dos
conjuntos de pensamientos que había estado teniendo. Las dos personas trabajaron unos
minutos obteniendo las frases exactamente correctas y luego las repitieron una y otra vez,
hablando ambas a la vez. Luego de escuchar las primeras dos o tres frases, ella se relajó
profundamente y en unos minutos estaba profundamente dormida. En este caso nos hicimos
cargo de todo el conflicto. Era un hacerse cargo pasivo y verbal.
He aquí otro ejemplo. Supongamos que has intentado una sonda y la persona que la recibió
siente que su garganta se contrae. Luego le pides a esa persona que la contraiga nuevamente
de manera voluntaria, para averiguar lo que su cuerpo está diciendo al tensar la garganta. La
cliente dice "No voy a llorar!" Entonces le pides que se relaje y que simplemente observe
qué ocurre cuando tú dices eso mismo suavemente para ella. Dices "NO voy a llorar" varias
veces y la cliente tal vez te diría "mi garganta se relaja y puedo sentir que me tiembla la
mandíbula y hay lágrimas en mis ojos".
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Cualquier instancia dada en que nos hacemos cargo tiene aspectos de las tres dimensiones -
verbal o física, activa o pasiva, sin o con plenitud de consciencia.
Hay muchas formas de hacerse cargo de la tensión muscular. Nos hacemos cargo de músculos
crónicamente tensos que tienen mucha relación con la postura. Por ejemplo, cuando una persona
tiene sus hombros tensos y elevados, los agarramos en forma circular para sostenerlos hacia arriba y
pedimos a nuestra cliente que trate de forzar sus hombros hacia abajo contra nuestra resistencia. Por
lo general la lucha es muy agradable para nuestra cliente. Una de las indicaciones de que estamos en
el camino correcto es que la cliente se siente bien. Es que estamos haciendo por la cliente algo que
ella ha hecho sola tal vez la mayor parte de su vida. Además, al dejar caer los hombros, la cliente
podría estar expresando algo que ha contenido durante un período igualmente largo.
Muchas veces, durante una sesión emocionalmente intensa, la cliente puede sentir repentinamente
una tensión muscular fuerte en la medida en que su experiencia se acerca al cierre de algo
significativo. Podemos pedir a la cliente que relaje los músculos involucrados mientras nosotros los
tensamos. Por ejemplo, los músculos abdominales muchas veces se tensan espontáneamente durante
los momentos en que aparecen emociones fuertes. La terapeuta puede usar una mano o un puño
para crear una presión en esa zona mientras la cliente permite que sus músculos se relajen. Esa en
una manera pasiva de hacerse cargo de la tensión muscular. En una oportunidad me hice cargo
lentamente y de una manera precisa la tensión muscular de un dolor de cabeza. Cuando había
logrado simular lo suficientemente bien, le pedí a mi paciente que se relajara y que me dejara a mí
ser la tensión de su dolor de cabeza. Lo hizo lentamente. A los pocos minutos de sostenerlo, le pedí
que dirigiera en modo como debería quitar mis dedos, uno por uno, mientras el se concentraba en
no volver a tensarse. En pocos minutos había sacado mis manos y el dolor de cabeza había
desaparecido "en un 95%". Cómo se trataba de un profesor destacado de biofeedback, me imagino
que habría superado sólo poquito porciento.
La seguridad de ser contenido permite que el impulso que quiere ser expresado surja, tal vez por vez
primera en años, y con esa emergencia surge también la consciencia de cómo nos hemos limitado y
controlado. Esto es especialmente cierto en relación a los bloqueos de la expresión de rabia, cólera y
odio, y los impulsos por dañar a los demás. Al contener los brazos, o al mantener cerrada la
mandíbula, puede surgir el impulso a golpear, morder, ahorcar, etc. Hay tensiones musculares
frecuentemente asociadas con tales bloqueos de la expresión. El "hacerse cargo" es una experiencia
voluntaria siempre, y es siempre guiada por lo que la cliente quiera y sienta cómodo. Siempre se
detiene cuando la cliente quiere detenerse. No se usa nunca como parte de ninguna provocación. Se
hace con el espíritu de servicio. Sólo hacemos lo que la cliente quiere hacer. El control está siempre
en manos de ella. Si no están presentes estos aspectos relacionados con la seguridad, el proceso no
es nunca espontáneo, ni llega a ser profundo. Puede ser actuado, con todo el ruido y la furia: tu
sabes el resto.
Hay muchos gestos que incluyen el tocarse a uno mismo. Si darnos cuenta nos tocamos
frecuentemente el pecho, o cubrimos nuestros ojos, o apretamos las manos, o frotamos un brazo,
una pierna o el cuello. Podemos hacernos cargo de cualquiera de esas acciones. Al principio la
cliente tal vez sólo se dé cuenta de que se siente bien, o que se siente triste de una manera buena
cuando la tocas. Pero, con un poco de tiempo y de plenitud de consciencia, puede hacerse claro el
significado del contacto. Representa, ciertamente, algo que la cliente cree que debe hacer por sí
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misma pero que sería mucho más agradable si viene de otra persona, con el ser reconfortada y
cuidada. recuerdo a mi padre haciendo círculos sobre su pecho con su mano. Parado en la mañana,
la mirada dirigida a cierta distancia media, frotando su pecho de esa manera por debajo de su
camiseta. Me sorprendí a mi mismo haciendo un gesto igual cuando tenía treinta y tantos años. Me
enteré en terapia cuando tenía cincuenta y cuatro años, que ese gesto tenía que ver con el
reasegurarse a sí mismo. Necesitaba de niño que mi padre me dijera que todo iba a ir bien.
Simplemente so. No podía hacerlo. El mismo necesitaba que alguien le dijera lo mismo. Cuando
Bill se hizo cargo de ese movimiento, sentía la tristeza y luego lloré, luego me di cuenta de qué se
trataba. Esa es una secuencia típica de lo que ocurre cuando usamos el "hacerse cargo": una
experiencia inmediata, como un sentimiento o una imágen, seguida de sentimientos y de expresión
de estos, seguida o acompañada de una visión interior.
Cuando la cliente se identifica con la resistencia a hacer algo (como, por ejemplo, el golpear),
podemos hacernos cargo del mismo impulso: "Tu haz un puño y yo trataré de que lo lances mientras
tú te resistes. veamos qué ocurre cuando hacemos eso." La fuerte prohibición contra la expresión de
la rabia se presenta junto con el recuerdo de situaciones similares. Después de un rato puede
invertirse el "hacerse cargo" y entonces la cliente trata de golpear y la terapeuta la contiene. O uno
pude alternar los roles. Cuando no es productivo hacerse cargo en una dirección al principio,
especialmente cuando el nivel de tensión de la cliente es fuerte, podemos alternar (como se hace en
Gestalt) entre el hacernos cargo del bloqueo o del impulso.
Estos ejemplos solo sugieren algunas ideas acerca de las cosas de las que podemos hacernos cargo,
y muchas más seguirán surgiendo.
El hacerse cargo es un ejemplo privilegiado del principio taoísta de ir con la fibra, y de manera muy
bella refleja el principio de la no-violencia. Es la no-violencia encarnada. Al ayudar a la cliente a
hacer lo que ya está haciendo, simplemente entramos en el flujo de su experiencia de una manera
segura y apoyándola. Nos habla del respeto y hace honor a la autodeterminación. Para mí es la reina
de las técnicas. Por ejemplo, una mujer me llamó una vez del centro de masajes y cuidados para
niños de Boulder. Me dijo que tenían un niño de tres meses de edad que cuando lo tocaban
simplemente levantaba sus piernas por encima de la cabeza y las mantenía ahí. Parecía que no
quería que lo toquen. Le dije que cuando lo hiciera, lo ayudara haciéndose cargo del esfuerzo de
sostener las piernas arriba en esa posición. Me llamó media hora más tarde. Lo había hecho.
Después de sostener dos minutos las piernas del bebé en esa posición, este se relajó completamente,
sus piernas se relajaron cayéndose y recibió lo que parecía y sentía como un masaje totalmente
placentero.
En otra oportunidad me llamó una mujer cuya hija de doce años de edad había sido violada en su
casa una noche. La mujer había participado en un taller introductorio un tiempo atrás. Dijo que
simplemente quería agradecerme por haberle enseñado a hacerse cargo. Después de la violación, su
hija no podía dormir en las noches. Miraba fijamente a la puerta del cuarto y no apagaba la luz. La
mamá habló con ella - era dulce, razonable y reconfortante como mamá- pero eso no conducía a
nada. Finalmente le dijo a su hija, "yo voy a cuidar la puerta de tu cuarto por ti". Le dijo que se iba a
sentar ahí toda la noche y mirar por ella la puerta y que no se iba a ir sin decirle. Luego de
reasegurarla muy bien, la hija cerró los ojos y se durmió. "Yo voy a cuidar la puerta de tu cuarto por
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En relación al método general, el "hacerse cargo" es fundamentalmente una técnica para disminuir
el ruido o interferencia, aumentando así la sensibilidad y recabando información no disponible
previamente. Como lo mencionáramos antes, usamos el "hacerse cargo" para explorar la
experiencia y para evocar el material nuclear. Lo usamos en todas las etapas del proceso. Lo usamos
deliberadamente en relación al círculo de sensibilidad y sus barreras. Las diferentes formas de
hacerse cargo son útiles en grados diferentes en cada una de las barreras. Mientras el "hacerse
cargo" activo es muy apropiado para la barrera a la respuesta, ayudando a liberar el impulso que
quiere manifestarse pero es contenido, el "hacerse cargo" pasivo funciona mejor en la barrera a la
culminación, cuando la cliente necesita derretirse y aprender a ceder. El "hacerse cargo" del apoyo
es una buena manera de trabajar frente a la barrera a lo nutricio. La manera de trabajar en la barrera
a la visión interior o insight, es ayudando a controlar el insumo de información haciéndose cargo de
los bloqueos al sentimiento, visión interior y sensación.
- siempre es voluntario
- siempre está guiado por lo que la cliente quiere y por lo que lo hace sentirse cómoda
- siempre se detiene cuando la cliente quiere detenerse
- nunca se usa como parte de una provocación
- se hace con espíritu de servicio
- hacemos lo que la cliente quiere hacer
- el control siempre está en manos de la cliente
- se basa en el principio taoísta de "ir en la misma dirección que la fibra"
En todas nuestras técnicas aparece una "actitud experimental". Estudiamos qué es lo que ocurre, no
como una enfermedad o algo de lo cual tenemos que liberarnos, sino como un esfuerzo para ayudar
a la cliente a tomar consciencia de cómo se maneja la experiencia y cómo se puede expandir la
capacidad para la experiencia. Todo este esfuerzo es más diversión y juego que trabajo y es
motivado por la curiosidad y no por el temor. Esta actitud reconoce el poder de la consciencia y
pone en manos de la cliente las fuerzas curativas. En una relación en la que juegan un rol clave la
curiosidad, la plenitud de consciencia, la autodirección y la seguridad, pueden formularse preguntas
honestas e interesantes y encontrar su respuesta. Una de las tareas de la terapeuta es el mantenerse
en esa actitud. Es una manera de poner un poco de distancia entre la terapeuta y su cliente y entre la
cliente y su "problema". También tiende a suavizar los problemas de la transferencia. Al estudiar,
en lugar de fijarla, nos alejamos de la inevitabilidad de la experiencia inconscientemente
organizada. Cultivamos una distancia saludable hacia lo automático y hacia lo habitual, aprendiendo
a usarlos más sabiamente en lugar de ser usados por ellos.
El sabor de las cosas cambia completamente cuando hacemos pequeños experimentos al aparecer
cosas interesantes en la terapia. No hay emergencia. Todo es "agua para el molino". La cliente tiene
tal o cual cosa que reportar y muy probablemente está atorado en medio de eso, ciego hacia lo que
está ocurriendo, y quiere que la terapeuta cambie algo. Por otro lado, debe haber algo en la cliente
que no quiere cambiar, sino ya habría ocurrido. Cuando la terapeuta adopta la actitud de que eso es
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algo que podemos estudiar, la actividad central se desplaza del hacer al aprender, y la perspectiva
cambia del evitamiento hacia el reconocimiento. Es posible lograr un ritmo mas calmado. Los
pequeños experimentos son maneras como la terapeuta evita que la terapia sea una solución de
problemas, evita que sea tormentosa y pesada, que sea una letanía de quejas focalizadas en el
sufrimiento. Convierte la experiencia en una empresa de crecimiento y autoconocimiento. Eso es
terapéutico en sí mismo.
Las sondas y el "hacerse cargo" son formas específicas de hacer pequeños experimentos.
Preguntamos "qué ocurre cuando..." y luego hacemos algo. Otros tipos de experimentos tienen que
ver con que la cliente note qué ocurre cuando la terapeuta hace cosas como caminar hacia la cliente
o alejándose de ella. O cuando la cliente trata de hablar suavemente, o estudia una sonrisa que
aparece en momentos aparentemente inapropiados. Casi todo puede transformarse en algo con lo
cual experimentar. Pero debe ser hecho sin que la cliente se sienta no considerada, ni que se sienta
que está siendo usada como un objeto. La relación debe ser suficientemente fuerte. La cooperación
debe estar presente. En ese contexto la experimentación funciona.
Crecimiento
Algunas personas se preguntan cómo podemos promover el crecimiento dando tanto apoyo y sin
frustrar las dependencias. Creen que si no frustramos los intentos de la cliente de obtener algún
apoyo, esta no va aprender a usar sus propios recursos. En la terapia Hakomi las cosas de las que
nos hacemos cargo son precisamente los intentos de la cliente de apoyarse a sí misma. Nos hacemos
cargo de las formas habituales de apoyarse a sí misma que usa la cliente, como es el caso de las
tensiones que ayudan a manejar el flujo de sentimientos.
Esas no son las cosas que la cliente nos esta pidiendo hacer ni que está tratando de manipular para
que hagamos. Esas son las áreas en las que las creencias de la cliente mostrarían que no es posible
ningún apoyo. Estamos ofreciendo apoyo en las áreas en las que la cliente no hace preguntas y no
tiene ninguna expectativa, áreas en las que la cliente colapsa, cayendo en el modo de manejo de sus
necesidades, deseos y dolores que minimizan la experiencia y limitan el crecimiento. Al ofrecer este
apoyo, damos nuevas fuerzas y recursos a la cliente para ir más allá del manejo del dolor y
frustración a fin de reorganizarse y expandirse.
(1) ofreciendo apoyo a los esfuerzos de la cliente por manejar su experiencia, por controlar el flujo
de sentimientos e imágenes, por sentirse segura y comprensible, mientras que
Si frustramos algo eso es el impulso por encubrir e ignorar lo que está ocurriendo al nivel del
material nuclear, el sentarse, hablar y estar a la deriva, sin ver seriamente el mundo interior de uno.
Pero debo decir que he percibido muy poca frustración o dependencia. Creo simplemente que se
debe a que, a la larga, el impulso hacia la libertad, poder y autodeterminación personal es siempre el
más fuerte. Al apoyar la plenitud de consciencia y el esfuerzo por lograr más comprensión,
promovemos el crecimiento.
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9. ACCESANDO, PROFUNDIZANDO Y TRANSICION AL
PROCESAMIENTO
Parte 1. ACCESANDO
Esta sección cubre los principios y técnicas del accesar. Este término es prestado de las ciencias de
la computación y se usa para describir las operaciones que hacen que la información esté
disponible. Lograr acceso es el proceso que desbloquea el camino hacia la información que, de otra
manera, no estaría disponible. Para nosotros eso significa, muchas veces, llevar a la cliente de un
estado de consciencia a otro. Usamos técnicas de acceso para ayudar a la cliente a ir del estado de
consciencia ordinaria a la plenitud de consciencia, o de cualquiera de esos dos estados al del estado
de niña. Durante el estado de plenitud de consciencia, profundizamos el proceso terapéutico
accesando al material nuclear. De estas maneras, el accesar es una parte de la transición a los
estados de procesamiento.
En psicoterapia, la información que buscamos es la relativa a las creencias, hábitos y recuerdos que
motivan y organizan las reacciones de nuestras clientes: el material nuclear. Esta información no se
encuentra a nivel consciente, por lo general; o no es siquiera accesible a tal nivel. El núcleo se las
arregla para organizar el contenido de la consciencia sin entrar en ella. El material doloroso es
excluido de la consciencia por hábitos fuertes. Sin embargo, esa información es la que moldea
nuestra vida emocional y la que le da significado. Tiene un impacto simbólico y emocional.
Nombra nuestra experiencias y determina el modo como utilizamos los elementos básicos de
nuestra existencia.
Esa información ha recibido muchos nombres. Karl Popper la llama "creencia intuitiva". Joseph
Campbell la llama "imágenes míticas". Me gustan ambos términos. "Creencias intuitivas" sugiere
que esta información tiene un carácter no verbal, no objetivado. Es intuitiva, no verbal; es sentida o
percibida, más que pensada. Sin embargo, al mismo tiempo, es actuada, guía nuestras acciones. Por
lo tanto, es legítimamente una creencia. Al ser actuada y sin embargo no tener un carácter verbal,
puede ser almacenada en la forma de imágenes y memorias, lo que nos sugiere marcadamente que
se originaría en el hemisferio derecho del cerebro. Estas imágenes organizan la experiencia.
Resumen eventos, sentimientos, relaciones y decisiones. Estructuran varias combinaciones de
actitudes que hemos percibido en otros y en nosotros mismos y los hábitos con los que
reaccionamos. Están resumidas, simbolizadas, son compactas y misteriosas, como las imágenes de
un sueño.
Queremos accesar a nuestras creencias intuitivas más profundas, los motivantes más poderosos de
nuestra conducta, los "mitos de los que vivimos", los mitos personales, que no reconocemos la
mayor parte del tiempo. Están disponibles a la consciencia, con más o menos dificultad, pero no han
sido examinados aún en plenitud de consciencia. No han sido verbalizados aún de modo que no
pueden ser cuestionados o puestos en duda. Cuando llegan a ser accesibles a la duda, llegan también
a ser accesibles al cambio. Sólo se puede dudar de las palabras, y esta es la razón por la cual estas
creencias deben ser traídas a la consciencia para ser verbalizadas. No hay cambio sin eso. En
algunos casos, como he dicho antes, esto puede ser doloroso por lo que lo evitamos
sistemáticamente. Por ejemplo, el hábito de tensar ciertos músculos como respuesta aun
pensamiento ocurre por lo general inconscientemente. Una terapeuta puede hacer consciente esa
tensión muscular simplemente mencionándola. Lo que es más difícil es el hacer consciente las
memorias y creencias que crearon originalmente esa tensión habitual y que ahora la sostienen. Y esa
es la información a la que queremos accesar.
Como esa maravilla de la infancia que es simplemente abierta y que no hace nada en particular.
("¿Adonde fuiste?" "Afuera." "¿Qué hiciste?" "Nada.") Ese "nada" al estilo de una niña hace que el
mundo interior se haga disponible.
Uno no puede accesar a las personas mientras está ocupadas. La mente ocupara no te deja accesar a
sus sistemas de creencias. La mente ocupada no atiende las llamadas telefónicas. Esa es la manera
como mi amigo Junior Peacock describía el estado de quien está drogado: "no se reciben llamadas".
La mente ocupada usa esas creencias para poder operar. Es peligroso seguir adelante y tratar de
cambiar esas creencias cuando uno está en medio de algo. No hay tiempo para desarmar la escalera
cuando uno está trepado a dos pisos de altura. Tu sistemas de creencias está protegido cuando estás
ocupado. Está protegido contra las interrupciones cuando tu consciencia está focalizada hacia lo que
se encuentra fuera de ti misma, cuando estás preocupada con problemas en curso, asuntos externos,
cuando estás orientado a tus objetivos. Para accesar a la información relativa al carácter es necesario
dejar de conducirse caracterológicamente, al menos por el momento.
Esa información está disponible sólo en estados especiales de consciencia. Todos conocemos las
cualidades de esos estados especiales. Todos lo hemos experimentado. Estar sentados y mirando al
vacío,... la maravilla de la niñez,... todos conocemos eso. En esos estados, los sistemas de creencias
está disponibles de una manera muy especial, y no sólo para la mente lógica. No, no simplemente
temas de discusión. Los estados de consciencia como el portento y la plenitud de consciencia no son
de ninguna manera estados intelectuales. Son estados en los que nuestro contacto con la experiencia
pura es muy fuerte. Nuestros sistemas de creencias organizadores son entonces muy reales para
nosotros y es en esa condición que está disponibles: cuando los sentimos como reales, cuando son
una realidad sentida. Por ello, en efecto, Eugene Gendlin usa el término "sentido sentido".
Las creencias organizadoras no surgen simplemente como posibilidades filosóficas; vienen con
convicción, acompañadas de toda la carga emocional que las creó. las personas no dicen de manera
calmada y casual: "nadie me ha amado nunca". Si eso es verdaderamente lo que crees, no se va a
manifestar tan suavemente. Llegará acompañada de un dolor sumamente insoportable. Realidad
sentida. ¡No confundamos el discutir la realidad con el acceso a un sistema de creencias!
Hay muchas maneras de entrar en estos estados alterados de consciencia, a través de los bailes
rituales, el yoga, la hipnosis, la poesía, la mitología, la música, el arte, las drogas, etc. Los rituales,
las ceremonias, la meditación, son maneras de accesar. Son maneras de focalizar la atención a las
señales internas y a la vez reducir el ruido o interferencia. Si quieres ayudar al cambio profundo en
otras personas debes primero tratar de ayudarlas a que entren en uno de esos estados especiales.
Debes ayudarlos a accesar. Una vez que han accesado pueden seguir adelante y profesar lo que
surja. Pueden observar todo lo que está ocurriendo. Hemos llamado a esto plenitud de consciencia y
consciencia "testigo". Hay ciertas operaciones específicas en la terapia Hakomi que permiten
accesar, que permiten entrar en un estado de plenitud de consciencia y que crean al testigo.
Perls accesaba pidiendo a las personas que se queden en el aquí y el ahora y luego señalaba cosas
que ocurrían justo más allá de su consciencia. Los mantenía en una suerte de trance. O, puedes
concebirlo como el salirse un poco del trance del Ego en el que estamos usualmente. Las técnicas de
acceso de Milton Erickson eran prácticamente milagrosas. Gendlin tiene una técnica de acceso muy
simple que es muy efectiva. La llama "focalización" y escribió un libro acerca de ello con ese título.
Las técnicas de acceso que uso tienen la cualidad del conocimiento consciente y la memoria y
proceden siempre dentro de las fronteras establecidas por el permiso que la cliente otorga a cada
paso, la misma que puede además elegir qué hacer. Estas cualidades están en consonancia con los
principios de la plenitud de consciencia y de la no-violencia y continúan guiando el proceso antes y
después de que ocurra el acceso.
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Guías para accesar
Los siguientes cuatro principios guías están asociados con el accesar. Si los practicas hasta que se
conviertan un hábito, no tendrás ningún problema para accesar.
SEGURIDAD:
Tienes que crear o ayudar a crear una sensación de seguridad a las personas con las que trabajas. Si
no se sienten seguras no van a renunciar a su consciencia externa. No van a confiar en el mundo
externo lo suficiente como para entrara adentro de sí mismas. Si nos e sienten seguras, te estarán
observando, con un ojo abierto. Tú tienes que ser, personalmente, un espacio seguro para la cliente.
La cliente debe sentirse suficientemente segura como para renunciar a sus propósitos, tiempo y
consciencia de lo que la rodea para entrar en sí misma. Cuando hay problemas para accesar, trato de
preguntarme qué es lo que haría sentir más segura a mi paciente. Le hago preguntas como: "¿hay
algo que te haría sentir más cómoda?" Deja que la persona trabaje en esa dirección de sentirse más
cómoda. A veces la cliente quiere saber que no vas a hacer esto o lo otro. Hacer que la persona se
sienta segura es un asunto prioritario.
La terapeuta debe estar totalmente comprometida con la protección de los sentimientos y el espíritu
de la paciente. Eso significa que la terapeuta pone en un segundo plano sus ideas, juicios y "éxito"
para proteger al espíritu. Pude ser que tengas algunas cualidades que amenazan a esta persona. Es
mejor que resuelvas esto. ¿Qué es lo que la hace sentirse incómoda? por ejemplo, el necesitar
alguna respuesta de ella. Tener algo en mente para ella. Juzgarla. Estas cosas pueden ser muy sutiles
y crean inseguridades en la paciente. Lo mejor que puedes hacer es ser totalmente aceptante. Si
puedes asumir la posición amorosa, aceptante y no juzgante, lo más probable es que esa persona se
va a sentir segura. Estás comprometida a proteger el espíritu de esa persona. Me molestan y
desagradan esas técnicas terapéuticas que insultan a las personas y le causan dolor deliberadamente.
Hay ya bastante dolor que necesita ser manejado. ¡Y Dios sabe que nuestros espíritus han sido
insultados! Si eres hábil, puedes lograr que el dolor se salga de sus escondites y ofrezcas alivio. No
hay necesidad de crear más dolor.
Y, tienes que ser congruente (término de Carl Rogers). No digas cosas que no quieres decir. Las
personas van a recibir ese mensaje y, nuevamente, la situación no va a ser segura. No van a saber
qué creer. Van a tener que chequearte. Si tu voz es la de una persona molesta, aunque tus palabras
sean dulces como caramelos, no vas a tener más acceso. Y recuerda, lo que realmente determina la
comodidad de las personas son sus creencias. No servirá para nada el ponerse a razonar las cosas.
Simplemente haz lo que tienes que hacer para que se sienta más cómoda. Evita las confrontaciones;
estar "de su lado" es más importante que tener la razón en nada.
EXPERIENCIA PRESENTE:
La segunda guía de acceso es esta: ayuda a tus clientes a focalizar su atención a su experiencia
presente y a que se queden en ella. Lo que estás tratando de accesar es el material nuclear y las
estructuras de apoyo que se encuentran detrás de la experiencia organizada. Quieres que la persona
experimente ese material como una realidad sentida y no como teoría. La realidad sentida son
sentimientos, estados de ánimo, pensamientos y tensiones musculares que está ocurriendo ahora
mismo. Tu quieres que tu cliente "conozca" sus creencias en este sentido vívido, no sólo como idea.
Quieres llevarlo al sentido sentido de este momento presente. Ese es el momento en que pueden
cambiar. No puedes cambiar de dirección hasta llegar a esa encrucijada.
En más del 90% de los casos en que la terapia no funciona ello se debe a que no ha ocurrido un
acceso. Gendlin ha mostrado que si la cliente no se queda con su experiencia, la terapia no funciona.
Gendlin entrenó a sus estudiantes a que escuchen grabaciones de la primera y segunda sesión de
terapias en curso y ellos pudieron predecir con un 90% de precisión qué combinación
terapeuta/cliente iba a funcionar y cual no. Podían darse cuenta a partir de las primeras dos sesiones.
Probablemente podrías lograr esa predicción en los primeros quince minutos en muchos casos. Y la
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simple razón por la cual la terapia no funciona es esta: los clientes no permanecieron en contacto
con su experiencia presente. La terapeuta pide información acerca de lo que está ocurriendo y no
recibe la experiencia como respuesta. La terapeuta pregunta a la cliente cuales son sus sentimientos
y la cliente responde: "bueno, no sé lo que era eso", u ofrece simplemente razones y explicaciones.
Preguntas qué es lo que está ocurriendo ahora y la cliente comienza a hablar acerca del jueves
pasado. En cuanto a la experiencia, eso implica aumentar el ruido o interferencia. Así es cuando la
terapia no funciona. Uno pide a la cliente sus experiencias y uno recibe ruido.
Encuentro que este es el principio más difícil de aprender pronto en su entrenamiento. Pienso que
ello se debe a que esta restricción no se usa en ninguna otra parte. Son muy fuertes los hábitos de
seguir la tendencia de la otra persona a hablar sobre el pasado, a hacer conjeturas y a teorizar, etc.,
siguiendo lo que parece interesante, siendo cortés, los hábitos de la conversación ordinaria. No te
enganches con historias acerca del pasado. No te enganches al drama. Regresa al presente. Pide
experiencia concreta. Haz preguntas que sólo pueden ser respondidas si la persona se queda con la
experiencia presente. Dos o tres preguntas seguidas de ese tipo y la persona se estabiliza en el
presente. Después de haber accesado, la persona se queda automáticamente con su experiencia.
Una manera de hacerlo es el pedir información precisa acerca de lo que está ocurriendo ahora. Por
ejemplo, si una persona está triste, ¡no le preguntes de qué está triste! Esa es la Vía Regia para las
explicaciones. Pregunta qué tipo de tristeza es esa a la que se refiere el paciente. Luego la cliente
regresa a su tristeza. Profundiza. La tristeza se vuelve más rica en información. Con esa búsqueda
vienen memorias y finalmente creencias. Casi en cualquier momento la terapeuta puede hacer
preguntas que van a canalizar nuevamente a la cliente hacia la experiencia presente. Puede que no
sea una consecuencia muy lógica pero, si la cliente coopera, ello permitirá accesar. Cuando logres
llevar a la experiencia presente lo que cualquier persona diga o haga, te habrás convertido en un
Maestro del Aikido psicológico.
LENTITUD:
Otra guía es: vé lentamente. Si vas rápido lo único que les queda a tus clientes es reaccionar. Lo van
a hacer para mantenerse a tu ritmo. No queremos reacciones, queremos experiencia y plenitud de
consciencia. Las reacciones ocurren a una cierta velocidad. Las consciencia a otra. Los diferentes
estados de consciencia operan de maneras diferentes en el tiempo. Para examinar el modo cómo se
organiza la conducta, uno tiene que bajar la velocidad. Las neuronas que median el conocimiento
("awareness") están conectadas de un modo más complejo y mucho más lento que las que median la
consciencia. Si aprendiste hace tiempo a tocar bien el piano y alguien te pregunta cómo mueves los
dedos, no puedes sentarte y recordarlo. Tienes que bajar la velocidad y darte cuenta del modo cómo
has organizado esa experiencia.
Por ejemplo, de lo que sabemos de neurofisiología, podemos decir que cuando Isaac Stern toca
rápidamente una pieza en su violín, no puede estar "pensando" un dedo a la vez. Tiene que enviar
mensajes que mueven sus dedos con secuencias predeterminadas. El envía a sus dedos bloques
completos de información acerca del movimiento. El cerebro no podría mover un dedo, darse
cuenta, y luego mover el otro a suficiente velocidad como para mover de arriba abajo el brazo y aún
poder tocar música a la velocidad de Isaac Stern. De modo que la información viene en paquetes.
Cuando te mueves rápido la información es empaquetada. Para experimentar, darse cuenta y
comprender exactamente los detalles de tus movimientos, tienes que desempaquetarlos. Cuando
estás accesando, tienes que moverte más lentamente. Debes darle tiempo a la cliente. Estás
evocando plenitud de consciencia. Cuando vas lentamente invitas a la cliente a ir lentamente
también. Estás invitando a la auto-observación. De igual manera, cuando pides información, tienes
que pedirla de tal manera que resulte claro que estás reconociendo que hay bastante tiempo
disponible. La manera de hablar que accesa es diferente a la ordinaria. El tono de voz, la velocidad
con la que se habla, la suavidad con la que uno se mueve, dicen "estás segura aquí", "tómate tu
tiempo", "entra a tu interior"... En todos los estados no ordinarios - por ejemplo, la hipnosis - la
forma y oportunidad de la comunicación son esenciales para accesar.
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NO VIOLENCIA:
Finalmente, la cuarta guía: ¡condúcete con suavidad! Debes de partir de la no-violencia. La no-
violencia y la plenitud de consciencia son los pilares del budismo, del camino al conocimiento de
nuestro ser superior. Al trabajar con otros: ¡siempre bondad, siempre compasión! Nunca ir en contra
de los deseos o voluntad de nadie. Debes evitar que se disparen los sistemas de defensa. Quieres
entrar "por debajo de la línea del radar". Si eres violento, perturbas a las demás personas y ello las
lleva a que abandonen su experiencia interior y se vuelquen hacia afuera para vérselas contigo.
¡Recuerda que hay muchos niveles de violencia. Los juicios, planes, consejos, exclusiones de
cualquier tipo, la arrogancia de la que hacen gala tantos terapeutas, son todas formas de violencia y
cada una de ellas crea defensas en la otra persona. Pero el incluir, el dar poder, y la no-violencia,
dan a los demás espacio para hacer lo que quieran y para ser lo que quieran, sin necesidad de
cambiar eso. El acceso requiere la presencia de este tipo de aceptación y apoyo.
Durante todo el proceso de accesamiento, debes estar haciendo un seguimiento de las señales que te
dicen en qué dirección quiere ir el proceso de la cliente y debes estar haciendo contacto. Estás
enviándole constantemente señales de que estás siguiendo su experiencia. Tan pronto la cliente sabe
que estás con ella y que vas a ayudarla a hacer lo que quiere hacer, ella accesará fácilmente.
De modo que toma nota de estas cuatro guías: crear seguridad, pedir experiencia presente, ir
lentamente y ser suave. Ellas crean la delicada mezcla que permite la apertura de las fuentes del yo.
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Parte 2. PROFUNDIZACION
El acceso trae a la cliente a un estado de plenitud de consciencia. Una vez que esto ocurra, nuestro
objetivo es estabilizar primero ese estado y profundizarlo, para luego usarlo para accesar el material
nuclear. En plenitud de consciencia, el proceso se mueve fácilmente hacia aquellas creencias,
recuerdos, etc. que más necesitan surgir. Al relajar el control y al haber una sensación de seguridad,
se permite al inconsciente ceder material que normalmente es mantenido fuera de la consciencia.
Cliente y terapeuta no sólo están dialogando de un modo consciente sino que al mismo tiempo lo
están haciendo de un modo inconsciente. En este nivel inicial la terapeuta comienza a entender
hacia adonde se dirige el proceso. El significado de lo que está ocurriendo comienza a aclararse. No
obstante, le toca a la terapeuta ir despacio ahora, profundizar y estabilizar el estado de plenitud de
consciencia antes de accesar al material nuclear.
Cuando llega el estado de plenitud de consciencia, ello se debe a que la terapeuta simplemente da
instrucciones como: "observa que ocurre... cuando yo..." o "cuando tu..." y luego ofrece una sonda o
dice a la cliente a que haga algo. La primera vez que lo hace la terapeuta también puede explicar
qué es lo que se quiere: un virar hacia adentro para ver qué es lo que pasa, sin necesidad de hacer
nada. Deben haber señales de que hay un estado de plenitud de consciencia, lentitud, un modo de
hablar suave, concentración de la paciente, e informes acerca de la experiencia presente. El
profundizar y estabilizar este estado es sencillo.
Hacemos preguntas acerca de la experiencia presente que requieren que la paciente permanezca en
la experiencia para responderlas. Hacemos preguntas que necesitan respuestas más precisas. Si la
reacción a una sonda fue "me dio un escozor en mi cara", una pregunta que profundiza podría ser
"¿el escozor en tu cara era más fuerte en el lado derecho o en el izquierdo?" Algo importante en
relación a preguntas como esa: la terapeuta pude no necesitar y ni siquiera querer la información
que generan. La terapeuta podría no tener el más mínimo interés en saber cuál es el lado de la cara
de su cliente que siente escozor ni nada por el estilo. Se trata simplemente de una técnica para
profundizar y estabilizar la plenitud de consciencia. Dos o tres preguntas como esa y la cliente por
lo general se estabiliza y permanece en estado de plenitud de consciencia sin que sea necesario
hacer nada más. Es útil hacer afirmaciones de contacto durante el proceso de profundización. El
contacto ayuda a establecer el ritmo de la interacción, tal como lo haría en una conversación
normal.
Ocasionalmente la terapeuta tendrá que dar instrucciones a su cliente para que permanezca adentro,
particularmente a las personas que tienen procesos expresivos u ocupados (bioestrategias). Hay
ciertas personas que siguen el patrón de hacer una tarea y luego venir a donde ti para reportarla
como algo ocurrido en el pasado inmediato. Ese hábito podría hacer que la terapia no llegue a
ninguna parte. Como en un juego de ping-pong, la cliente entra y sale del estado de plenitud de
consciencia para reportarse desde la consciencia ordinaria, mientras la terapeuta pasa de una tarea a
otra. Es un patrón en el que caen terapeutas sin experiencia. Para evitarlo, dile a esos clientes que se
queden en su experiencia y que informen acerca de la misma en tiempo presente, mientras está
ocurriendo, sin abrir los ojos y sin salirse del estado de atención mental. Puede tomar cierto tiempo,
pero la mayoría de las clientes pueden hacerlo y lo hacen.
Al profundizar, algunas clientes se darán cuenta sólo de cosas aparentemente triviales. Una persona
podría decir, como respuesta a una sonda: "comenzó a picarme la muñeca". Algunas personas
hablan mayormente de sensaciones. Es muy sencillo simplemente hacer preguntas profundizadoras
acerca de esas sensaciones y, sin mucha espera, la cliente comenzará a hablar de sentimientos - y
con frecuencia eso ocurre repentinamente.
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La evolución de la profundización suele ser:
1º - Pensamientos e ideas
2º - Imágenes, sensaciones y tensiones
3º - Sentimientos, y finalmente,
4º - Recuerdos, experiencias y visión interior
("insights")
Podría inciarse en cualquier momento el "sortear los rápidos". Cuando ocurre, se renuncia
temporalmente al estado de plenitud de consciencia y se usan las técnicas apropiadas. Algunas
clientes no podrán mantener el estado de plenitud de consciencia en absoluto. Usualmente, está
demasiado tensas, ansiosas o nerviosas. Si has hecho todo lo posible para accesar y profundizar el
estado de plenitud de consciencia y no funciona, discute los aspectos relevantes de seguridad y trata
de reducir la tensión, como si se tratara de una interacción energética, física. Si eso no funciona, la
cliente necesita otra forma de acercamiento, como un masaje, un cambio de dieta, unas vacaciones,
o lo que sea. No están listas para una terapia Hakomi, o esta terapia no está lista para ella y hay que
hacer frente a ese hecho de manera directa, pero delicada.
Por supuesto, algunas clientes experimentarán y hablarán acerca de sus sentimientos y recuerdos
casi inmediatamente y otros podrán accesar y estabilizar su estado de plenitud de consciencia muy
rápidamente. Una vez que se ha accesado y estabilizado el estado de plenitud de consciencia, la
tarea es el accesar al material nuclear.
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Por ejemplo: una cliente dice que siente rabia cuando recibe la sonda, "tu vida te pertenece". La
cliente siente también una tensión en sus abdominales. De modo que tú o tu asistente se hacen cargo
de esa tensión poniendo presión sobre el abdomen para simular esa tensión. Entonces pruebas otra
vez la misma sonda, mientras la cliente deja que te hagas cargo de la tensión en sus abdominales, y
ahora la reacción es una explosión de emociones y un recuerdo claro lleno de rabia y humillación.
O, cuando la cliente siente todo un patrón de tensión y tú le haces algunas preguntas para
profundizar la experiencia. La cliente te dice todo lo relacionado con su tensión en tal y cual parte,
pero siempre bajo la cuidadosa atención que hace posible el estado de plenitud de consciencia.
Luego, cuando sientes que ha llegado el momento, le preguntas: "¿qué parece estar diciendo tu
cuerpo con ese patrón de tensiones?". Frecuentemente tratamos de accesar el material nuclear al
buscar el significado de algún evento corporal. Después de todo, el evento corporal que ocurre en
respuesta a una sonda es parte de todo un sistema de reacciones, todas organizadas y controladas
por las creencias, recuerdos y otros elementos nucleares. Esa conexión íntima entre la reacción y el
núcleo es lo que usamos para accesar ese material. La cliente se dá cuenta repentinamente que su
cuerpo está diciendo "¡tócame!". Y con ello, surgen los sentimientos y recuerdos que dan sentido a
ese grito doloroso.
Hay mucho más que hacer, por supuesto, aunque el simple hecho de ponerse en contacto con el
material nuclear puede ser un evento importante en la vida de una persona. Es un material profundo,
formativo, que se encuentra al centro de lo que la persona es y del modo como resultó siendo así.
Ponerse en contacto con esos eventos del pasado es como llegar a casa, es conocerse de la manera
más real y significativa. Es sentir y conocer el poder casi sagrado de escoger quién va uno a ser. No
va a ser fácil cambiar. Hay razones muy fuertes por las que somos lo que somos. Las fuerzas que
nos han moldeado no se van del escenario fácilmente.
Cuando surge el material nuclear, muchas veces trae consigo un cambio en la consciencia hacia
esos estados que llamamos emociones fuertes o la niña. Estos son estados específicos y la manera
como los procesamos es también específica. En los capítulos siguientes discutiremos cómo trabajar
con la niña, como trabajar con emociones fuertes y cómo buscar significados.
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10. TRABAJANDO CON EMOCIONES FUERTES:
SORTEANDO LOS RAPIDOS
Como en toda terapia que trata creencias profundamente enraizadas y recuerdos dolorosas, surgen
emociones fuertes y la necesidad de expresarlos. Una vez establecido un espacio de seguridad y
apoyo, la cliente puede experimentar una abreacción emocional espontánea, tal vez por primera vez
desde la niñez. Una vez iniciada, esta abreacción es casi una necesidad orgánica. Surge hacia afuera
y, si no es interrumpida, fluye hasta completarse. La capacidad para trabajar con emociones es una
parte importante de las destrezas de olas personas que trabajan como terapeutas. Los sentimientos
son parte de las bases biológicas de la conducta. Tienen un despliegue natural. La función más
importante de la terapeuta durante una abreacción emocional es ayudar a ese despliegue de
emociones, apoyarlo y ayudar a hacerlas seguras.
Como los sentimientos son tan importantes en la terapia, algunas personas que trabajan como
terapeutas promueven deliberadamente su expresión, incluso cuando hay resistencias. En la terapia
Hakomi no presionamos contra las resistencias, procesamos los sentimientos cuando surgen
espontáneamente, sin forzarlos de ninguna forma. Cuando se considera a la abreacción emocional
como lo central y la terapeuta la promueve deliberadamente, se piensa que la resistencia sería una
parte negativa de la cliente. De ahí surge una lucha en la que la terapeuta y una parte de la cliente
trata de que ocurra la experiencia y la expresión de los sentimientos, mientras otra parte de la cliente
lucha en contra habitualmente. El efecto es frecuentemente un conflicto para la cliente, apareciendo
sentimientos de culpa y fracaso de una parte y una natural resistencia a ser forzada de la otra. La
parte que no quiere sentir ni expresar también tiene una historia que contar. La escuchamos. Cuando
se encuentra un camino para reconocer y acomodar tanto a la expresión como el control, el trabajo
con las emociones es más integrado, menos abrumador y encuentra poca resistencia.
A todo lo largo del proceso terapéutico, hacemos un seguimiento cuidadoso de todas las pequeñas
señales de que las emociones están cerca, listas para ser liberadas. En esos momentos, damos apoyo
al proceso de su expresión. No provocamos a la cliente, ni tratamos de agotar sus defensas de
ninguna forma. La ayudamos a manejar el flujo de sus sentimientos, haciendo que esa experiencia
sea tan segura como sea posible y permitiendo que tomen su propio curso. Al evitar la
confrontación, siendo menos insistentes y menos directivos, evitamos que aumenten las resistencias.
Al apoyar los aspectos espontáneos de la abreacción emocional, especialmente las tensiones y
posturas que la cliente usa habitualmente para manejar sus sentimientos más fuertes (lo que es
llamado precisamente resistencia), hacemos que el proceso sea más seguro y que sea más fácil para
la cliente entrar en él. Mi experiencia me dice que esta manera de acercarse es más satisfactoria.
Uno de los objetivos importantes de este abordaje es traer plenitud de consciencia al modo cómo
organizamos nuestra experiencia. Queremos estudiar y comprender el modo cómo creamos el
mundo en el que vivimos. Un estudio serio de ese tipo necesita de nuestra atención serena y abierta,
y de una mente libre de los bloqueos que generan las emociones fuertes. El procesamiento de los
sentimientos ayuda a abrir el camino a la plenitud de consciencia. No obstante, los sentimientos son
una parte natural e importante de la vida. Dan sustancia y dirección a la experiencia. En sí mismo,
es terapéutico el poder encontrar vais para lograr que sean seguros y satisfactorios. De modo que
tratamos de ayudar a que nuestras clientes aprendan que está bien que tengan sentimientos y que
pueden expresarlos obteniendo resultados seguros y satisfactorios.
Este estado de consciencia es incompatible con el estado de plenitud de consciencia. Los rápidos no
son lugares para ponerse a estudiar. Cuando hay mucha espuma alrededor y estamos haciendo un
gran esfuerzo por mantenernos a flote, no es el momento como para contemplar el escenario.
Cuando una cliente entra en un procesamiento emocional, no le pedimos plenitud de consciencia.
Abandonamos todo ese asunto de procesar en plenitud de consciencia, de buscar significados,
sondas, etc. y hacemos únicamente cosas simples como contener a la cliente y ofrecerle algunos
contactos o afirmaciones nutricias. Cualquier diálogo se sitúa en el nivel del movimiento y del
contacto físico, ya que la terapeuta se mueve para ayudar a la cliente con sus tensiones y con su
expresión. Para ello no se necesita casi hablar. pero sí ocurren movimientos espontáneos y cambios
de postura. Los músculos se tensan involuntariamente. Ese es el resultado natural del uso que hace
la cliente de sus hábitos automáticos para manejar sentimientos intensos. Son procedimientos de
emergencia ya que estamos en emergencia. Como estos hábitos han sido mayormente inconscientes,
parecen tener vida propia y la cliente se sorprende. Estamos presentes en áreas de la vida de la
cliente que no han sido antes confrontadas de esta manera.
La tarea más importante de la terapeuta durante una descarga emocional es: ¡apoyar su expresión
espontánea! Los movimientos y tensiones espontáneos, incluso los gestos que hace la cliente en este
estado, son todos maneras cómo la cliente maneja su experiencia. El manejo es mayormente
inconsciente y muy ligado al material nuclear. Todo lo que hagamos por apoyarlo es reconocido
como tal a los niveles más profundos. Creamos una sensación de seguridad y se nos permite
participar en estos niveles del proceso de la cliente. La oposición a lo espontáneo nos separa de la
otra persona y nos convierte en parte del problema. De modo que apoyamos lo espontáneo.
Obviamente, para hacerlo es necesario saber cómo es y cómo suena la conducta espontánea. Tienes
que ser capaz de diferenciar entre sentimientos que están siendo forzados y sentimientos que no
pueden ser controlados. Algunas personas pueden producir expresiones "intensas" a voluntad. Por
lo general lo hacen al servicio de una estrategia expresiva/aferrada. Estas personas pueden apoyarse
en un sentimiento menor o en un acontecimiento aparentemente no emotivo para transformarlo en
una experiencia explosiva. La dramatizan. Eso no significa que no sea importante. Lo es. Pero lo
importante no es el drama sino la necesidad de dramatizar. En momentos como esos, cuando uno
esta recibiendo drama, hay maneras de trabajar que no se focalizan en el apoyo a la conducta
espontánea. Por el momento basta saber que la expresión de sentimientos fuertes no es siempre
espontánea.
Los sentimientos forzados suenan forzados: les falta autenticidad y naturalidad. Suenan dramáticos.
Cuando trabajas con alguien que está forzando sentimientos y no te has dado cuenta que lo está
haciendo, es probable que tú comiences eventualmente a sentir algo. Si estás tratando que ocurra
algo, sentirás frustración. Si te limitas a seguir el proceso, comienzas a sentir aburrimiento. No
porque no sea muy emotivo; es emotivo y mucho más. Pero los sentimientos están todos al servicio
de algo diferente, la continuación de la relación. De modo que por más que uno trate de ayudar a
esa persona a sentirse mejor, surgirá algo nuevo acerca de lo cual se pueden desarrollar sentimientos
fuertes. El proceso no parece ir a ninguna parte. Y no va a ir a ninguna parte hasta tocar el tema
real: la necesidad de dramatizar. De modo que tu propia experiencia puede decirte que el proceso no
es espontáneo.
Cuando los sentimientos son espontáneos la situación se desarrolla. Se despliega. Las clientes
pueden sentirse muy emotivos, sorprendidos, abrumados. Pero te dejan participar. Quieren apoyo y
lo aceptan. Están siendo reales y lo demuestran a través de la manera como te ven y cómo te
responden. Curiosamente, la persona que tiene sentimientos espontáneos luchará con ellos más que
la persona que los está forzando. En el proceso espontáneo hay más resistencias. Hay tensiones
espontáneas, automáticas y movimientos que simplemente no aparecen en ninguna otra situación.
Estas son señales que te indican cómo apoyar el proceso. Apoyas el proceso haciéndote cargo de
tanta tensión como sea posible. Por ejemplo, si la persona con la que trabajas se contrae hacia
adentro, abrazándose, cerrándose, doblándose, la ayudas a hacerlo. Pones tus brazos a su alrededor,
107
incluso desde atrás y la ayudas a ponerse en contacto. La sostienes firmemente, como harás con una
criatura tensa y asustada. Cuando haces eso, el cuerpo de la persona puede relajarse un poquito. Eso
puede ocurrir sin que digas nada. Cuando se da apoyo y este es sentido a los niveles más profundos,
el control se relaja y el proceso continúa avanzando. El inconsciente siente la oportunidad y la usa.
Si la cabeza vira hacia un lado cuando la persona está echada en el piso, posiblemente llorando, la
ayudas a voltearse, tomando todo su cuerpo y, suavemente, con su permiso, la ruedas hacia su
costado. En esos momentos se protegen volteándose y acurrucándose. Usan toda suerte de
contracciones y tensiones para aliviar el flujo de sentimientos. Es frecuente que cubran sus ojos.
Otra cosa que hacen con frecuencia es tensar el abdomen. Al hacernos cargo de esas cosas,
ayudamos al proceso. Todos esos actos espontáneos son maneras cómo la cliente se defiende contra
el exceso de sentimientos. Al ayudarla con ese manejo y con sus defensas, reconocemos, sin juicios,
la verdadera experiencia que la cliente está teniendo. Eso también ayuda al proceso. Es como una
afirmación de contacto física. Dice: "Sé lo que está pasando y lo acepto. Estoy dispuesto a ayudarte
a hacer lo que tú crees necesario hacer." Dice: "Soy paciente. Estoy siguiendo lo que ocurre. Estoy
aquí contigo y es tu proceso." Esas son las cosas que la cliente quiere saber.
A continuación enumero algunas situaciones adicionales típicas de las que tendrías que hacerte
cargo y apoyar:
1. La espina dorsal puede elevarse del piso. Pon una mano debajo, haciéndote cargo del peso
de la parte inferior de su espalda. Haz lo mismo para la parte posterior de su cuello.
3. Si los hombros se levantan del suelo mientras la persona está echada, hazte cargo también de
ese movimiento.
4. Busca pequeñas tensiones, por ejemplo en los dedos del pié, en la frente, etc., de las que
puedes hacerte cargo también.
5. Las manos sobre los ojos o sobre toda la cara señalan un impulso a esconderse. Pon tus
manos suavemente sobre la cara de tu cliente, u ofrece tus manos para remplazar las de ella.
En muchos casos, la cliente va a entrar y salirse de los rápidos, alternando la expresión fuerte con
momentos de claridad y de relativa calma. Islas en la corriente. En esos momentos de calma, que
pueden durar hasta varios minutos, la terapeuta puede hablar con la niña o el inconsciente, puede
hacer afirmaciones de contacto y tal vez hacer algunas preguntas. Pero incluso en ese caso, el foco
es la seguridad; la búsqueda de lo nutricio y la comprensión son secundarias. Para la mayoría de las
personas este estado de consciencia es totalmente nuevo o por lo menos muy poco frecuente. Las
personas que atraviesan esa experiencia pueden sentirse descontroladas e incluso locas. La actitud
calmada y tranquilizante de la terapeuta es la que dice de la manera más efectiva: "Estás bien. Lo
que ocurre aquí es perfectamente natural y, por intensa que sea, es comprensible y no hay nada de
qué preocuparse." Ese mensaje es muy valioso y útil. Como terapeutas formamos parte de algunas
de las experiencias más íntimas y poderosas que tienen las personas. Somos útiles a esas personas
en parte debido a nuestra capacidad para permanecer calmados y con una actitud compasiva.
Cuando las personas están en un estado emotivo se abren y son susceptibles. Es a la vez una
oportunidad y un momento para ser cuidadoso. La oportunidad consiste en que es un buen momento
para hacer afirmaciones nutricias. Uno puede simplemente ofrecer afirmaciones sin pedir un estado
de plenitud de consciencia ni reportes. Uno puede ofrecer varias, una tras otra. Por supuesto, ayuda
el hecho de haber estado atento en todo el proceso y el tener una buena idea de qué es lo que puede
ser nutricio. En esas situaciones es recomendable no decir nada que pueda tener inferencias
negativas. la persona está abierta y en un estado vulnerable. Una afirmación que contenga
inferencias negativas podría ser aceptada acrílicamente e incluso podría pasar desapercibida. De
modo que ¡tengamos cuidado ahí!
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Voy a decirte qué es lo que ocurre cuando todo lo que trato de hacer no funciona. La persona está
sorteando los rápidos y estoy tratando de apoyar la conducta espontánea, o estoy ofreciendo
contenidos nutricios, o le pregunto a la persona qué está pasando y no obtengo respuesta. ¡Ninguna
respuesta! En ese momento regreso a establecer contacto. Si no obtengo respuestas de la persona
cuando pido reportes, haré una declaración de contacto como "difícil hablar ahora, ¿no?". La
persona responderá asintiendo con la cabeza o algo así. De modo que trataré de volver a establecer
contacto. Eso es lo primero. También puedo simplemente reportar lo que me imagino que la
persona está experimentando. Muchas veces la persona simplemente no puede hablar en ese
momento. Los sentimientos son demasiado fuertes.
Después del viaje, si la cliente muestra estar dispuesta, busco significados, clarificando creencias, o
regresando al estado de plenitud de consciencia para trabajar nuevamente con sondas. El
relajamiento que sigue a la descarga emocional crea una tranquilidad en el sistema, una disminución
del ruido. Esta tranquilidad aporta una excelente oportunidad para accesar las señales más sutiles
(sentimientos, sensaciones, necesidades, imágenes). De modo que es un buen momento para
trabajar hacia la integración y acerca de los significados. Si se ha ganado más experiencia, es decir
si una transformación ha ocurrido, apoyo los esfuerzos de la cliente por integrarlos. Sin embargo, a
veces la persona ya tiene suficiente por el momento y me lo hace saber. Entonces, simplemente dejo
que descanse cómodamente, tal vez permaneciendo a su lado conteniéndola, escuchándola, mientras
ambos descansamos un poco.
109
11. TRABAJANDO CON LA NIÑA: LA TERAPEUTA COMO
FORASTERA MÁGICA
Las experiencias que evocamos en las sesiones de terapia tienen que ver muchas veces con nuestra
infancia. Al evocarlas evocamos también algo de la niña que vivió esas experiencias. Es un viraje
espontáneo de la consciencia y emerge bajo la influencia de recuerdos cargados de emociones. Al
recordar los sentimientos y eventos de nuestra infancia, recordamos también la consciencia de
nuestra niñez. Implica entrar en un estado no ordinario de consciencia: EL ESTADO NIÑA. (Más
adelante discutiremos sus propiedades especiales). Si nos damos cuenta de este estado especial y
respondemos a él, podemos hablar e interactuar directamente con la niña que, en su consciencia,
aún se encuentra en la situación que moldeó su vida. A eso llamamos TRABAJAR CON LA NIÑA.
Lo que se aprendió en un estado de consciencia difícilmente puede ser accesado desde otro. Un
ejemplo son los sueños. Igual es la hipnosis. Cuando hipnotizas a una persona bien entrenada
haciéndole contar a la inversa desde cien (100,... 99,... 98,... 97,... 96,... etc.), esta puede entrar en
trance después de contar sólo siete u ocho números. Una vez en trance, puedes sacarlo afuera,
llevarlo a caminar y hacer las actividades que quieras. Mientras esa persona esté en ese estado
hipnótico, puedes pasarte horas así. Luego, si regresas al lugar donde la hipnotizaste inicialmente -
al mismo cuarto, silla, iluminación y postura física - puedes sacar a esa persona del trance
simplemente pidiéndole que se despierte. Usualmente va a reasumir su conteo ahí donde lo dejó,
muchas horas antes (94,... 93,... 92,...). Por un rato, la persona no va a saber que han pasado varias
horas.
Ese es un buen ejemplo de memoria de estado específico. La cuenta de hace ocho horas inicia el
momento en que el sujeto sale del estado hipnótico y regresa a la consciencia ordinaria.
Simplemente continúa donde se quedó. De lo que se trata es de ver que la memoria puede ser
discontinua con cambios de estado. Cuando se trabaja con la niña este tipo de memoria es la que se
ve involucrada. La niña que tuvo esas experiencias infantiles estaba en un estado de consciencia
muy diferente a la del adulto en el que se ha convertido. Tan diferente que la mayoría de las
personas adultas tienen grandes dificultades para recordar cómo eran cuando niñas. Sin embargo, la
experiencia infantil es la que ha creado el material nuclear que aún afecta toda la conducta.
Sin embargo, el estado niña es muy diferente al estado hipnótico. La persona que se encuentra en el
estado niña no ha perdido conexión con la situación real inmediata. La niña que fue y la persona
adulta que es están presentes al mismo tiempo. De modo que no es sólo la niña la que está presente;
está presente aquí también la adulta. Una cliente en el estado niña siempre sabe exactamente donde
está. Sabe que está sentada en tu consultorio. Sabe que eres terapeuta, etc. Su vida adulta real
continúa. A la vez, la persona se siente como niña, una niña muy real, viva, experimentando
vívidamente a sí misma y a su mundo. Este estado puede ser suficientemente intenso como para que
la persona sea arrastrada por las emociones de la niña y puede ser delicado y perderse fácilmente, o
puede situarse en cualquier nivel entre esos extremos. La cliente puede ponerse en contacto con un
evento o experiencia particular perdida u olvidada por muchos años. Podría estar viendo rostros y
escuchando voces que había olvidado hace tiempo. Y todo vuelve vívidamente, con imágenes claras
y pensamientos que la niña tuvo en la situación original. La cliente experimenta nuevamente las
cosas del modo como lo hiciera cuando niña. No se trata de eventos imaginados; son partes
importantes de asuntos incompletos.
Hay otras cosa significativas en relación a la persona adulta y a la niña presente: es una gran
oportunidad para integrar algo. permite a la cliente aliviar alguna experiencia dolorosa y al mismo
tiempo observar. Es una gran oportunidad para comprender nuestra historia, oportunidad que
combina la intensidad emocional de la infancia con las capacidades de razonamiento de un adulto.
De cierta manera se trata de que logramos tener lo mejor de ambos mundos.
Las niñas son afectadas por los acontecimientos de modos que rara vez afectan a las personas
adultas porque en gran medida están aún en formación. La niña está abierta y aún aprende. La niña
está creando aún el modo como manejar su mundo. Está aprendiendo aún a organizar su
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111
experiencia. La vida de la niña es una vida en el núcleo. De modo que cuando focalizamos nuestra
atención en la organización de la experiencia, en los procesos del carácter y en el material nuclear,
estamos muy cerca del reino de la niña. Si conocemos las señales, podemos contactar a la niña,
hacer funcionar todo ese estado de consciencia y trabajar directamente con él.
La niña y su experiencia construyeron la visión del mundo y la autoimágen. La niña era la que
dibujaba el mapa. De modo que al contactar la niña y trabajar con ella, tienes la posibilidad de
cambiar esos mapas y a la persona que ahora los usa. Al trabajar con esa niña. Simplemente estando
con esa niña, hablándole y conteniéndole, explicándole cosas, teniendo cuidado y paciencia,
mostrando interés, simplemente haciendo eso, uno cambia el modo cómo la niña se siente acerca de
sí misma y del mundo. Y al hacerlo, uno cambia también a la persona adulta.
La niña puede surgir de manera muy natural y de hecho lo hace. La terapeuta también puede
ayudarlo a salir. Puede surgir espontáneamente de varias maneras. A veces aparece una imagen en
la que la cliente se ve a si misma como niña. A veces la cliente se siente como niña en una cierta
situación. A veces el estado niña surge completo, con escenas y eventos desde el principio y a veces
comienza lentamente, con algo sensorial. A veces aparece sólo como parte del estilo de interacción
con la terapeuta. La persona se conduce añiñada. Un hombre con el que trabajaba recordó
repentinamente el olor del cartón. En ese momento estaba aún en un estado ordinario de consciencia
y mostraba solamente algo de curiosidad. Le pregunté si era un cartón húmedo o seco. Se quedó en
la experiencia y luego, repentinamente, se aterró y volvió a experimentar vívidamente que se estaba
quemando en una caja de cartón. Otros niños lo habían puesto en la caja y la habían encendido.
A veces evoco deliberadamente a la niña. En una oportunidad pregunté a una mujer que vino a
verme de otro Estado, cómo había venido. Me dijo que había venido por avión. En el momento de
responderme observé un pequeño brillo en sus ojos, de modo que le pregunté, con esa voz especial
que uno usa para dirigirse a una niña que tal vez tiene algo interesante que contar: "¿podías ver por
la ventana?". Su actitud fue la de una niña encantada con la pregunta. Comenzó a contarme todas
las cosas que había visto por la ventana y rápidamente se volvió niña otra vez. En otra oportunidad,
había una mujer en mi sala de espera cuando llegué al consultorio. Había algo especial en el modo
en que estaba sentada y en la manera cómo me miraba. La conocía de antes, pero no había trabajado
con ella. Sentí que estaba cerca de su estado niña. Caminé hacia ella, le toqué la punta de la nariz y
le pregunta con esa voz especial: "¿Qué es esto?". Se convirtió en una niña de tres años y me
respondió con un dulce puchero: "Esa es mi nariz". Mientras la tomaba de la mano para entrar en mi
consultorio le decía a la niña "Estás triste por algo ¿verdad?".
A veces la niña emerge a la distancia. Viene como la imágen de una niña. Una cliente puede
reportar viéndose a sí misma como niña o recordándose a sí misma como niña. La cliente puede
incluso ver a la niña a pocos metros de distancia, haciendo algo mientras la adulto observa. Pienso
que eso indica que la cliente no está lista realmente para experimentar a su niña. Si eso es el caso,
puedes usar al adulto para hablar con la niña, para que intervenga con la niña y que te reporte acerca
de lo que está ocurriendo. A veces hago preguntas como las siguientes a la persona: "¿Puedo hablar
con la niña?" "¿Hablarías por mí a la niña?" "Me gustaría hablarle a la niña, ¿podrías decirle eso a
ella?" Algo así, usando a la adulto como intermediaria. Es posible que la persona esté lista para
trabajar con los temas, si bien puede no estarlo para revivir la experiencia de ser niña.
Cuando la imágen de la niña aparece a la distancia, es posible también que ello indique que la
persona no está dispuesta a asumir su niña, u odia a su niña, odia esa parte de sí misma. En ese caso,
111
es importante tratar de crear un diálogo con esa niña y un eventual encuentro. A una mujer le pedí
que alcanzara y tocara la parte niña que ella odiaba. No podía hacerlo. Odiaba a la niña y no quería
tocarla. Quería que se fuera, lo que significaba que quería que siga enterrada. De modo que le sugerí
que tratara de alcanzar a la niña mientras yo trataba de impedírselo. En la medida en que
explorábamos lo que ella odiaba acerca de la niña, se dio cuenta que "Ella siempre me metió en
problemas. Ella siempre se portaba mal." Odiaba esa parte de ella misma que la metía en problemas.
El encuentro se produjo cuando recordó el dolor del desamor que sentía esa parte de ella. La
reconciliación es fuertemente deseada, a los niveles más profundos. Muchas veces esas
autoimágenes negativas se disuelven tan pronto como ocurre el encuentro. Pat Ogden, entrenadora
de Hakomi, trabajó en una oportunidad con una mujer que visualizaba a su niña como un reptil, el
más horrible que uno se puede imaginar. Cuando Pat la ayudó a que se dirigiera a la imágen para
tocarla, cambió inmediatamente convirtiéndose en una bebe que necesitaba amor y atención.
Aún cuando la niña puede surgir sólo como una imágen a la distancia, puedes esperarla. Puedes
observar y escuchar las señales: un cambio de voz, un chispazo de la niña en la expresión facial, un
pequeño gesto, palabras y frases infantiles. Estas señales aparecen muchas veces como respuesta a
una sonda. Yo ensayo una sonda y, cuando la persona reporta su reacción, hay un eco distante de la
niña ahí presente. Frecuentemente pasa desapercibida para la cliente. La cliente no sabe que
simplemente se aniñó. Yo lo señalo y hago algo para estabilizarla. Cuando reconozco a la niña
puedo hacer preguntas acerca de su presencia. A veces simplemente pregunto, "¿Qué edad crees
que tienes ahora?" Pero mayormente me limito a ponerme en contacto con los sentimientos o con
lo que presenta. "Te sientes joven ahora ¿eh?". O, "De modo que la niña está ahora aquí, ¿eh?"
En una oportunidad le pregunté algo así a una mujer cuya voz se había puesto infantil y al principio
no era consciente de ello. Cuando le pregunté de qué edad se sentía, me respondió: "Mi edad usual".
"¿Qué edad es esa?" pregunté. En ese momento comenzó a escucharse y a sentirse a sí misma. Iba a
decir "treinta y dos", se detuvo por un momento, luego continúa diciendo, "bueno, tal vez, tengo
tres años". La niña vino fácilmente y tocamos el tema de cuánto necesitaba ser amada por su padre
y que sentía que eso no ocurría. Trabajamos con eso por un rato y finalmente llegamos a un espacio
en el que podía imaginarse que tenía un padre que la amaba. Para integrar el sentimiento de ser
amada, la ayudé a revivir toda su vida como una fantasía, con este nuevo padre amoroso. Me dijo
qué es lo que había ocurrido cuando fue inicialmente al colegio, qué fue lo que hizo al graduarse en
su bachillerato, etc. Nos tomó cuarenta y cinco minutos. Cuando llegó a tener 32 años nuevamente,
su vida era completamente diferente. Tenía una profesión diferente y actitudes diferentes respecto a
su salud. El contraste entre el resultado de su vida imaginaria y el de su vida regular era
sorprendente.
Al trabajar con la niña, lo primero que hay que hacer es establecer contacto. Esto se hace,
básicamente, cambiándola manera de hablar y el tono de voz. Uno simplemente comienza a hablar
como si estuviera hablando con una criatura. (Una de las razones por las que administramos sondas
en un lenguaje muy sencillo es que al hacerlo evocamos a la niña.) Puedes preguntar qué es lo que
está ocurriendo y que edad es lo que la persona siente que tiene. Usualmente ubican una edad
exacta. En el proceso de encontrar su edad exacta, la experiencia se profundiza. También funcionan
las afirmaciones de contacto. Se trata mayormente de hacer afirmaciones de contacto y de usar un
tono de voz como el que uno usa al hablar con una niña. Otra manera de profundizar ese estado es
el obtener más detalle acerca del evento o de la situación en que se encuentra la niña. Si surge una
imágen, como, por ejemplo, "puedo ver los barrotes de mi cuna", tu puedes decir, "bueno, mira
hacia abajo ahora, ¿de qué color es la frazadita que tienes? ¿Qué otras cosas notas en el cuarto?"
Mantienes a esa persona en la experiencia tanto como sea posible para estabilizarla. O, puedes
preguntar, "¿Como te llama la gente?" Y si en ese entonces hablaban otro idioma, puedes pedirle
que diga una palabras en ese otro idioma. A veces eso es muy significativo. Simplemente dile que
hable en su lengua materna. No es necesario que entiendas lo que está diciendo. Hay suficientes
datos de otro tipo acerca de lo que está ocurriendo y puedes averiguarlo después.
Luego de accesar a la niña, trabajamos con ella. ¿Qué hacemos cuando la niña está ahí y el estado
es estable? Ya hablé acerca del trabajo a través de la persona adulta, lograr que la persona adulta
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cuide a la niña, lograr que la persona adulta hable a la niña. Como soy una persona tan
dura/generosa, me gusta aparecer como un extraño mágico. Me gusta hablar con la niña y demostrar
que la entiendo. Me gusta ayudarla para que entienda qué es lo que está ocurriendo en su mundo y
ayudarla a desarrollar un concepto de sí misma. Si la niña siente que algo injusto acaba de ocurrirle,
puede también hacerse la idea de que el mundo sería siempre injusto y que no va a recibir nunca un
trato recto. En ese caso hablo un rato acerca del tema, del modo cómo tal vez las personas podría
tratar mejor a la niña, de manera más justa, y de que a pesar de que ocurrió le muchas veces no tiene
que ser así siempre. También puedo educir de la niña su sentido de qué es lo justo y correcto.
Básicamente hablo con la niña como si me hubiera encontrado con ella en ese mismo momento en
su vida. Y actúo como puedo, como cualquier persona adulta inteligente y compasiva actuaría si se
encontrara con una niña en esa situación.
Yo llamo a ese rol que asumo: el "forastero mágico". Mágico porque aparece en la situación
original, donde nunca estuvo. Y forastero, porque estoy ahí yo mismo, no como ninguna otra
persona. No soy el padre, tío ni nunguna otra persona conocida. Focalizo mi atención en la
comprensión y en la integración de esos eventos. La situación era traumática y ahora ha sido
evocada porque no se resolvió en ese momento. Era demasiado dolorosa y demasiado confusa. La
niña fue abrumada. Ayudo entonces a que entienda, le hablo como persona adulta, con experiencia
adulta. Soy benévolo y sigo el ritmo de la niña. Pero no trato de cambiar la historia ni de pintar
historias rosadas. Simplemente ofrezco mi comprensión honesta y humanamente limitada para que
la niña la considere y contacto sus sentimientos y visión de los acontecimientos. Tengo también
habilidad para adivinar qué ocurrió, y eso ayuda a que la niña me acepte y me crea. De modo que
focalizo la atención en la comprensión mientras apoyo al mismo tiempo emocionalmente a la niña.
Frecuentemente toco a la persona, la abrazo, enjugo sus lágrimas y hago cosas que hacen las
personas adultas con las criaturas de modo natural. Sostengo la toallita de papel y hago que la
persona se suene la nariz. Pequeñas cosas como esas.
Focalizo la atención en aquello que la niña quiere (o quería). Necesitaba que alguien venga y haga
algo, que le diga algo acerca de la muerte o lo que sea. Lograr que las cosas que hacen los adultos
tenga sentido. Dejo que las necesidades de la niña guíen el proceso. Pero eso, por supuesto, es lo
que hacemos siempre.
Si la niña es preverbal, uso afirmaciones de contacto. Los estados preverbales son más difíciles. Se
necesita hacer un seguimiento muy estr4echo del cuerpo. Una situación típica es cuando una
persona vuelve a experimentar su nacimiento. La persona se siente con ganas de empujar con las
piernas, así que apoyo esos movimientos. Aporto algo de confinamiento y la contengo mientras
respiran. Dejo que abran sus ojos lentamente y que vean algo amable y amoroso. A veces hago este
trabajo sin mediar palabras. Cuando tiene miedo de abrir los ojos, la pido a la asistente que describa
qué es lo que está ocurriendo en el campo visual mientras la cliente mantiene sus ojos cerrados. Nos
hacemos cargo del ver.
Como parte de mi trabajo con la niña, en la medida en que ayudo a la niña a entender, una de las
cosas que trato de hacer es lograr que los padres sean reales y comprensivos. la experiencia de la
niña con sus padres está casi ciertamente mezclada con incertidumbres y distorsiones. Es un gran
alivio poder aclarar y resolver esa situación. Converso con la niña acerca de cómo se sentían (o
sienten) los padres, cómo están a su vez confundidos y adoloridos, cómo trataron tal vez de hacer lo
mejor que podían con su hija. No se trata de hacer una apología de los padres; de trata simplemente
de redimensionarlos a su verdadero tamaño y mostrar que simplemente eran humanos. Trabajo
sobre la base de reconocer que la persona adulta no necesita a su padres de la misma manera que los
necesitó la niña. Y que las relaciones no necesitan seguir los mismos patrones que fueron
establecidas en su familia.
Las niñas también hacen preguntas imposibles de responder. Por más mago que sea, no puedo
responder preguntas como: "¿Porqué Dios quiere que me ocurran a mí cosas así?" De modo que soy
honesto con la niña en el sentido de que no sé todo. Mientras más tiempo la persona permanece en
cualquier experiencia, más completa es su recolección de todos los componentes de esta. Como el
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cliente que olió a cartón. Al principio simplemente sentía curiosidad. Lo ayudé a permanecer en
contacto con ese olor de cartón. Le hice preguntas que sólo podían ser respondidas si es que se
mantenía en contacto con la experiencia. "¿Es un olor seco o húmedo?" Le hice preguntas de ese
estilo. Algún canal de su cerebro permaneció abierto. Y como si se tratara de una película que
lentamente se enfoca mejor, o la tonada de una canción cuya letra no recuerdas, más componentes
de la experiencia surgen, hasta que repentinamente se encontró reviviendo una experiencia
poderosa. Cada aspecto de la experiencia es una ruta para llagar a la totalidad de la misma. Para
tener acceso al estado niña, mantengo algunos canales abiertos. En la medida en que pido los
componentes de una experiencia particular de la infancia, el evento total comienza a surgir. Como
parte de ese surgimiento, los sentimientos anteriores, los gestos e ideas comienzan a volver. La niña
que experimentó todo eso también regresa. Pueden aparecer las primeras insinuaciones de esa niña
antes que aparezca ningún recuerdo claro de un evento.
Mientras trabajo con una cliente, pensando en quién es y cómo llegó a donde está, también estoy
haciendo un seguimiento de ella en el aquí y el ahora. Estoy viendo sus expresiones faciales,
posturas, gestos. Estoy escuchando su tono de voz, la estructura de sus frases y estoy esperando a
esa niña. Estoy seguro que antes de comenzar a esperar y escuchar a la niña, ella habrá estado
presente incontables veces sin darme cuenta. Si uno observa a personas en el tren subterráneo, en
restaurantes, o en cualquier parte en la que se sientan en silencio sin tener nada que hacer, es fácil
reconocer en ellas a la niña. Cuando dos viejos amigas se encuentran se conducen como niñas. La
niña es una parte muy nuestra, más cerca a la superficie de lo que la mayoría de nosotros nos
imaginamos. John Eisman dijo que "El (estado) niño no es algo de lo que salimos creciendo, es un
canal de nuestro espíritu para toda la vida."
La niña necesita cosas simples. Necesita que se le escuche. Necesita que se la quiera. Necesita
alguien con quien jugar. No necesita todas esas cosas sonsas que hacen las personas adultas para
estar lista. Puede que no conozca las palabras que corresponden, pero necesita que se protejan sus
derechos y que el respeto a sí misma no sea violado. De modo que ¿qué es lo que hacemos cuando
emerge la niña? ¿Qué tipo de trato necesita la niña? Bueno, la niña no necesita patear el colchón.
No necesita entrar en su dolor y gritar. No necesita hiperventilarse ni decir mantras ni afirmaciones.
Necesita algo mucho más sencillo. Necesita que estés ahí.
Quisiera que te imagines lo que harías si es que te encontraras en realidad con la niña en esa
situación original. ¿Qué cosa razonable y compasiva podrías hacer para esa niña confundida y
sentida? Te sientas y hablas con ella. Escuchas. Averiguas qué es lo que la está molestando, la
comprendes, la reconfortas, la sostienes en tus brazos; y, más tarde, juegas, le explicas cosas, le
cuentas un cuento. Eso es lo que necesita la niña, nada complicado, simplemente bondad y
paciencia.
Usualmente la niña está confundida. De modo que haces un par de afirmaciones de contacto como:
"Me imagino que eso realmente te duele, ¿verdad?" Observas su respiración. La niña comienza a
sentirse bien tan pronto como se da cuenta que la entiendes. A veces tienes que hablar acerca de la
muerte. "Sabes, la gente muere. No es la culpa de nadie. Se vuelven viejos y se desgastan." Es
probable que tengas que aclarar algunas de las ideas de la niña acerca de las personas, del amor,
sexo o lo que sea. Puedes ayudarla a perdonar a alguien. Todo lo que puedas hacer para que la niña
se sienta mejor acerca de sí misma. Cualquier camino que ayude a cambiar una imágen negativa
que la niña tenga acerca de sí misma. ¡Simplemente sé una persona adulta compasiva! Tómate el
tiempo para hablar con la niña. No necesita ninguna técnica especial. La niña va a comenzar a
decirte lo que la está molestando tan pronto como sepa que ella te importa y que estás realmente
escuchándola. De modo que estás ahí, eres una persona compasiva y la niña comienza a decirte cual
es el problema. Hay algo que no entiende. Se siente mal acerca de algo. A veces todo lo que
necesitas hacer es dejar que la niña te diga eso. Simplemente necesitaba decírselo a alguien. A veces
las percepciones de la niña necesitan ser validadas. La confusión se presenta porque las personas
adultas trataron de imponer su punto de vista sobre las cosas y fueron en contra de los verdaderos
sentimientos de ella acerca de las cosas. A veces la niña simplemente va a correr hacia ti para
decirte: "me caí y me hice una herida en mi rodilla". "Si, eso te dolió mucho, ¿verdad?" La niña
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asiente con su cabeza nueve veces y corre a jugar otra vez. Y eso es suficiente. La niña simplemente
deseaba decírselo a alguien. Explotaba con eso, ¿sabes? Tal vez necesitaba saber si había que hacer
algo. "Sabes, creo que está bien. Va a mejorar en un ratito."
El estado niño de consciencia se disuelve de una manera tan natural como cuando apareció. Cuando
se ha hecho el trabajo, cuando se ha llorado, escuchado y pensado acerca de ello, tal vez cuando se
ha descansado un poco también, el trabajo ha terminado y la consciencia ordinaria regresa. Sin
fanfarria. Estarán presentes las señales de que ha sido completado el proceso y podrás leer eso si es
que lo miras. Así como termina este capítulo.
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12. BUSCANDO SIGNIFICADOS
Debemos extraer el significado del modo cómo organizamos la experiencia, el modo cómo hacemos
las cosas, el modo cómo ordenamos y percibimos el mundo y el modo cómo pensamos acerca de él.
Debemos buscar significados en el estilo de nuestras interacciones, en los usos que hacemos de
nuestro ser físico, el modo cómo creamos y almacenamos tensiones, cuales son los sistemas de
nuestro cuerpo que se hacen cargo del stress. La postura, las expresiones faciales, los gestos, los
hábitos de movimiento, tienen todos significados. En pocas palabras, toda experiencia está
incorporada y organizada en imágenes y creencias, es decir en significados.
La terapia no se detiene cuando la cliente se encuentra en contacto con su experiencia. Ahí es donde
comienza. La terapeuta tiene que saber cómo ayudar a la cliente a acceder a su experiencia y a
quedarse en ella para llegar a comprenderla. El significado de la experiencia surge de varias
maneras:
Las técnicas para buscar significados llevan a la cliente a significados específicos, personales,
individuales, únicos, y son parte de una serie de eventos que constituyen la experiencia personal que
la cliente tiene de su terapia. Usamos las técnicas para ayudar a la cliente a entender cómo se
organizan ciertas experiencias y porqué ocurre así. Para la terapeuta, una parte de la comprensión
surge de la teoría, como lo relacionado con el proceso del carácter por ejemplo. La terapia no ocurre
sin que algo así esté pasando con la terapeuta. Pero para la cliente la teoría puede convertirse
fácilmente en algo dañino. La terapeuta puede necesitar comprender en parte a la cliente en los
términos generales de algún marco conceptual, a fin de avanzar en la terapia, pero la cliente necesita
conocerse a sí misma como un hecho, individual y personal. Si ofreciéramos un significado general
a la cliente, para darle algunas etiquetas como foco de su reflexión, en lugar de facilitar las
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La siguiente es una manera general de cuatro pasos que puede utilizarse para encontrar significados
a partir de las tensiones. Se han desarrollado procesos similares para buscar significados a partir de
otros aspectos de la experiencia como los sentimientos, recuerdos, impulsos, gestos, imágenes,
posturas, movimientos y sensaciones. Por supuesto, uno debe esperar que la cliente complete cada
paso antes de pasar al siguiente. Algunas personas podrían necesitar tu ayuda para dar los pasos, lo
que puedes lograr haciendo preguntas u ofreciéndoles afirmaciones de contacto.
1.- Haz preguntas que profundicen la consciencia acerca de la tensión: ¿es simétrica? ¿qué tipo
de tensión es? ¿cuales son sus características?... Preguntas como esas sirven para estabilizar
la experiencia y ayudan a profundizar el contacto con la misma. Se hace en un estado mental
relajado o en plenitud de consciencia. Si es necesario, se repite la sonda o el pequeño
experimento que evocó la tensión inicialmente,
2.- Pide a la persona que observe qué otras partes de su cuerpo participan en su tensión, o
quieren participar..., cómo otras tensiones corporales, movimientos, sonidos, palabras, etc.
Repite también la sonda o pequeño experimento si es que sirviera hacerlo. Esto funciona
para incluir a todo el cuerpo. Es un paso hacia el significado porque eleva la experiencia
hasta una perspectiva más amplia. La lleva a conectarse con lo que está haciendo toda la
persona, no sólo uno o dos músculos.
3.- El próximo paso es pedir a la persona que se tense voluntariamente, poco a poco,
manteniéndose en estado de plenitud de consciencia, pidiéndole que lo haga muy bien, de
una manera exacta y que lo haga unas cuantas veces. Este paso transforma la tensión de
involuntaria a voluntaria. Y esto es un proceso paralelo al de la transición entre lo
inconsciente y lo consciente, y por lo tanto a la identificación de significados.
4.- Finalmente, cuando el patrón de la tensión en todo el cuerpo es claro y puede ser
reproducido voluntariamente se pide a la persona que ponga palabras a lo que está
haciendo: "¿qué estás diciendo con tu cuerpo cuando te tensas de esa manera?" Ese tipo de
preguntas. Insiste en que las palabras deben surgir sin esfuerzo, sin tratar nada. Las palabras
deben surgir espontáneamente, o del inconsciente. Y deben encajar. Deben parecer correctas
a la persona. Cuando las palabras surgen de esa manera, son frecuentemente expresión del
material nuclear, especialmente si la tensión original fue parte de la reacción a una sonda
importante. Así tendrán significado y eso es lo que buscamos.
En resumen, primero profundizar, luego expandir a todo el cuerpo, luego hacer que la tensión (o
tensiones) sea voluntaria(s) y luego preguntar acerca de los significados.
117
SIGNIFICADO Y EXPERIENCIA
He aquí dos ejemplos específicos del posible significado de las tensiones. Uno es relacionado con la
tensión en los ojos y el otro con la tensión en la mandíbula. La tensión en los ojos tiene que ver
muchas veces con el deseo de no querer ver algo, como por ejemplo el odio en la cara de otro, ser
visto o "que lo vean a uno por adentro". Puede también ser la búsqueda de alguien o la búsqueda de
una respuesta a una pregunta importante. O podría ser tristeza bloqueada. El significado es personal;
sólo la persona que tiene la experiencia pude declarar su significado actual. En el caso de las
mandíbulas, se trata muchas veces de la rabia o la contención de la expresión de la rabia, el no decir
algo. O podría ser indicación de resolución y determinación. Podría tener que ver con el no dejar
que lo fuercen a uno a aceptar algo o a dejar que algo entre.
Las experiencias en la terapia son emocionales y poderosas. Toma tiempo a la cliente atravesar esas
experiencias y llegar a una comprensión. Necesitas paciencia. Vas a tener que ayudar a tu cliente a
que haga sus propios descubrimientos. E incluso cuando tú puedes haber anticipado esos
descubrimientos, vas a tener que usarlos "privadamente", a fin de hacer el trabajo de crear lo
necesario para que la cliente puedan llegar a ellos por su propio camino y en el momento que le
toque. Es posible que sientas la urgencia de trabajar más activamente, de ser visiblemente La
Terapeuta. La verdad es que lo más efectivo es simplemente el ayudar a crear el escenario, dar
seguridad, ayudar a lograr el estado de plenitud de consciencia y a sostenerlo y todo lo demás. Ese
proceso lleva a descubrimientos, sin sustraer a la cliente su logro, su autodescubrimiento y cambio,
logrado a través de esfuerzos decididos y muchas veces dolorosos. Se necesita coraje para llegar a
esos descubrimientos y la cliente se merece hacerlos y ser dueña de los mismos.
De lo que se trata es de accesar y modificar el mundo simbólico que moldea toda experiencia. Por
supuesto el objetivo de largo plazo de ésta búsqueda de significados es recuperar la capacidad plena
para sentir y para tener experiencias sin interrumpirlas, ni siquiera para buscar significados. A la
larga, el significado y la experiencia son lo mismo, y son percibidas como tal. Algunas experiencias
quedan truncas, son dolorosas o confusas y les falta un significado claro; sólo por esa razón les
buscamos tal significado. Y examinamos todo esto simplemente porque valoramos la libertad de
ser.
Cuando la cliente esta profundamente involucrada y se da el tiempo para cada paso que da en el
proceso, éste adquiere una cualidad muy importante. Es un proceso viviente, un despliegue. La
terapeuta probablemente ha desarrollado para ese momento algunas nociones acerca de qué tipo de
proceso está ocurriendo y qué tipo de sonda o técnica funcionará para que la cliente se ponga en
contacto con el material nuclear. La terapeuta es quien tiene una idea acerca de los significados y
está experimentando con esos significados para tener acceso al material nuclear. En esos momentos,
una simple sonda puede ser todo lo que se requiere para que ocurra una experiencia profunda y
poderosa para la cliente. Las palabras correctas son como una llave que repentinamente abre el
camino para llegar al núcleo de la cliente.
Por ejemplo: una cliente ha estado hablando de las cargas que lleva, las restricciones que siente y
sus ineludibles responsabilidades. La terapeuta ofrece una sonda como: "tu vida te pertenece".
Como reacción, la cliente siente rabia e incredulidad y las reporta, y siente tensión en sus músculos
abdominales. Entonces, tú y tu asistente se hacen cargo de esa tensión y ponen un poco de presión
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sobre sus abdominales para simular la tensión. Pruebas la sonda nuevamente mientras la cliente te
permite hacerte cargo de la tensión en sus abdominales y ahora la reacción es una explosión de
emociones y un recuerdo claro, lleno de rabia y humillación. La terapeuta pregunta: "¿qué es lo que
estás descubriendo o decidiendo en este recuerdo?" Con esa pregunta surge una comprensión clara
que "no puedo recibir el amor que necesito, siento rabia y la expreso". Con esta visión interior,
aparecen también un reconocimiento de la verdad y un sentimiento fuerte hacia esta. Las cosas
tienen sentido.
Hay mucho más que hacer, por supuesto, aún cuando el sólo llegar al significado o material nuclear
puede ser un evento poderoso en la vida de una persona. Ese es un material profundo y formativo,
en cuyo centro se encuentra quién es la cliente y cómo llego a serlo. Estar en contacto y comprender
esos eventos del pasado implica "regresar a casa" y conocerse a sí misma del modo más profundo y
significativo. Implica sentir y conocer el poder sagrado de elegir quien va uno a ser.
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13. TRANSFORMACION, INTEGRACION Y TERMINACION
Parte 1: TRANSFORMACION
En realidad, las leyes que gobiernan
la realidad convencional son flexibles.
John Wheeler
....tiene lugar el trabajo de transformación. Ocurre algo sencillo. Se ha plantado una semilla. La
fuerza prensil de algún material nuclear cede y se hacen posibles nuevas acciones y experiencias. El
descubrimiento de esa posibilidad es la transformación. Lo nuevo es que uno puede ser diferente, la
vida entera de uno puede ser diferente. El punto de la transformación en la terapia es el punto en el
que la cliente sabe esto y actúa en base a ese conocimiento, y se da cuenta que esas acciones
funcionan.
Puede ser que la transformación comienza cuando la cliente acepta una nueva creencia, una creencia
como: está bien que yo sea lo que soy. O tal vez la transformación comienza cuando se expresa
algo, como rabia o amor, algo que la cliente habitualmente no expresa. Luego, en las condiciones
seguras y confortables de la terapia, la cliente experimenta sus nuevas opciones, las estudia y
observa sus efectos. Las experiencias que ocurren alrededor de la transformación pueden ser un
gran alivio y un placer delicioso. Después de todo, la cliente ha estado esperando por años el poder
hacer, decir, sentir o creer esta cosa. Es nuevo únicamente en el sentido de que se trata de una
opción que no ha sido tomada en cuenta y asumida hasta ahora. Ha estado esperando todo el
tiempo, enclavada en su opuesto.
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Cuando la cliente prueba y saborea la nueva creencia o conducta, su rostro cambia visiblemente.
Tiene un aire abierto y muchas veces parece una niña, o por lo menos más joven. Está relajada y
llena de energía. La sonrisas no son desconocidas. En una oportunidad trabajé en el Instituto de
Terapia Primal de Denver. Durante el trabajo con un hombre que estaba atrapado en un proceso
profundo analítico-sensitivo, llegamos lentamente, en el curso de una hora y media, a un espacio en
el que el terror de expresarse cedió el espacio al placer de hacerlo. Estaba que daba saltos en el aire.
Lo sostuvimos y ayudamos a dar saltos, arriba, al aire. Y emitía dulces sonidos de gozo con cada
salto. Los sonidos no eran fuertes ni forzados de ninguna manera. Simplemente se escapaban de él
como el vapor se escapa de una sopa feliz. Una mujer que estaba a mi lado, terapeuta de ese
instituto desde hacía años, me dijo: "Nunca antes hemos escuchado ese sonido en este edificio."
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Parte 2: INTEGRACION
El trabajo terapéutico es simplemente la semilla de la transformación. Las nuevas creencias, los
nuevos sentimientos y percepciones tienen que ser llevados al mundo. Para sobrevivir, la
transformación debe encontrar apoyo. En la terapia, hacemos lo mejor posible para que se produzca
un buen comienzo. Pasamos algún tiempo integrando.
Integración significa acostumbrarse a lo nuevo, hacer conexiones y encontrar un lugar para lo nuevo
en un contexto más amplio. Por esto pasamos bastante tiempo ensayando nuevas conductas y
observando sus efectos. Por ejemplo, podemos ensayar administrando una sonda que fue una parte
importante del proceso para ver cómo se reacciona ante ella ahora. Si se recibe como un alimento y
se siente bien, podemos repetirla una cuantas veces para permitir que más y más aspectos de la
experiencia se aclaren. Eso ayuda a integrar la nueva creencia. En un taller, yo podría pedir a otras
personas que ofrezcan afirmaciones nutricias por las mismas razones. Esa es una manera pasiva de
integrar y se hace frecuentemente en estado de plenitud de consciencia. También se puede hacer una
expresión activa, pero menos, ya que lo que nos interesa es que cambien las creencias nucleares y
estas se reflejan más claramente a través de las reacciones automáticas. Las acciones son
voluntarias y deliberadas. Por lo tanto pueden confundir al material nuclear de esa manera.
Hay alguna integración inconsciente. Si la sesión ha sido poderosa, como ocurre con muchas, es una
buena idea que la cliente tenga espacio y tiempo para descansar, y tal vez hablar, en ese mismo
momento, si así lo desea, comenzando a comprender más y más consecuencias de los
descubrimientos que ha hecho. Un período de descanso inmediatamente después de la sesión es una
influencia integradora fuerte. El dormir, cuando se siente que está bien, tiene el mismo efecto. Los
aspectos de largo plazo de la integración tienen lugar en semanas, meses y años. Una vez que se ha
iniciado el cambio, necesita estabilizarse. Necesita ser integrado en la vida de la cliente. Como los
sentimientos, pensamientos y acciones son nuevos y muy diferentes de aquellos a los que estaba
acostumbrada la cliente, sus relaciones con los miembros de su familia, con sus amigos o colegas de
trabajo, estarán expuestas a una cierta tensión. La cliente no se está cambiando solamente a sí
misma. está cambiando el modo cómo se relaciona con todos. El mundo no te deja cambiar tanto
tan fácilmente. Lo que el cambio lleva como ventaja es que se siente bien y que se ha vuelto
consciente. En el microcosmos de la sesión terapéutica, la cliente necesita ahora apoyo para los
cambios que está haciendo. La terapeuta es la primera persona disponible para esa finalidad.
- saborear,
- usar el estado de plenitud de consciencia,
- apreciar a la niña,
- llevar todo de vuelta a casa,
- arreglar la casa y
- tareas para la casa.
SABOREAR
En el contexto de una sesión terapéutica, cuando una cliente acepta por primera vez una creencia
nutricia y la ensaya, la aliento a que saboree la experiencia, en especial los sentimientos agradables
que la acompañan. Al igual que al accesar, de lo que se trata es de tomarse tiempo quedarse con la
experiencia para que esta se aclare, y se establezcan conexiones. Trato de que la cliente se mantenga
focalizada en su experiencia. Le hago preguntas acerca de esta y, si la niña está presente, juego con
ella. A veces sugiero a la cliente que simplemente permita que el inconsciente produzca imágenes y
recuerdos que den sentido a la experiencia. Las siguientes son otras formas de ayudar a la cliente a
saborear los cambios que ocurren después de la transformación:
(1) Pedir a la cliente que compare el efecto nutricio de las palabras con el contacto físico.
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(3) Puedes pedir a la cliente que sugiera maneras en las que la afirmación nutricia sea mejor
o más satisfactoria. El resultado habitual de pedir que se refine el contacto o que se precise,
es una profundización de la concentración y un acrecentamiento y estabilización de la
experiencia.
(4) Si has estado trabajando con la niña, puedes pedir a la cliente que se imagine que está
cargando a la niña y que la nutre.
Los hábitos que caracterizan la manera cómo se recibe internamente y cómo se queda uno con las
afirmaciones nutricias también pueden ser estudiados en estado de plenitud de consciencia. La
cliente puede hacer eso observando primero qué es lo que ella hace involuntariamente cuando se dá
la afirmación nutricia o el contacto físico. Luego la cliente puede experimentar con lo que ocurre
cuando se controla la reacción deliberadamente, primero cerrándose contra lo nutricio,
bloqueándolo, y luego aceptando y saboreando la experiencia. Se aclara así muchísimo el efecto de
ambos y se establece nítidamente la preferencia por uno de ellos. Usando el estado de plenitud de
consciencia, la cliente puede imaginarse situaciones diversas que pueden ocurrir y que
probablemente van a ocurrir, como por ejemplo tener que mantener la nueva actitud con amigos y
parientes en el trabajo y en la casa. Tomando una persona a la vez, la cliente se imagina que está
con esa persona mientras recibe la afirmación nutricia que acaba de descubrir, lo que puede ayudar
a revelar qué es lo qué es lo que se necesita de cada persona para integrar esas cosas nuevas. Uno
puede comparar los sentimientos presentes con los que surgían antes en situaciones que evocaban
creencias anteriores. Al estudiar casi cualquier aspecto del proceso de integración, especialmente en
estado de plenitud de consciencia, estamos ayudando a integrarlo, particularmente en las etapas
tempranas de dicho proceso.
APRECIAR A LA NIÑA
Muchas veces las personas se ponen furiosas contra sí mismas por vivir con una creencia negativa.
Necesitan entender que, en el mundo de la niña, esas viejas creencias fueron un marco necesario en
el cual tenía que operar. Necesitan apreciar y comprender no sólo el dolor y sufrimiento de la niña
sino también su creatividad y los recursos de los que hizo gala. Podemos hacer esto simplemente
hablando acerca del tema, o mostrando nuestro aprecio hacia la niña o contándole una historia al
estilo de Milton Erickson, una historia que demuestra, sin decirlo muy directamente, cuán creativos
y adaptables son los niños y cuánto necesitan serlo.
Algunas de las cosas que hacemos en el consultorio están diseñadas para aclarar en trabajo que se
ha hecho en el mundo fuera del consultorio. Algunas de las maneras de hacerlo son las siguientes:
(1) Facilitar tiempo después de la sesión de terapia para estar solo, a fin de asimilar la
experiencia, descansar y pensar. Puedes recomendar a tus clientes no programar ningún
trabajo después de una sesión. Mejor aún si pueden tomar un baño caliente o recibir un
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masaje.
(2) La cliente puede fantasear, reviviendo nuevamente toda su vida, asumiendo la nueva
creencia y recibiendo apoyo de todas las personas de su entorno.
(3) La cliente puede examinar el pasado, viendo que esas mismas afirmaciones nutricias
fueron dadas u ofrecidas a la cliente, enfatizando que eso está disponible en el mundo
externo. La cliente puede practicar, pidiendo exactamente lo que quiere, jugando el rol en
situaciones ficticias en las que la vieja creencia podría ser una interferencia.
(4) La cliente puede también experimentar, conscientemente, los cambios posturales que
implican el paso de la vieja a la nueva creencia.
(5) Puedes hablar acerca de cómo sería el llevarse la nueva creencia a casa, cómo sería,
cómo reaccionarían los demás, y cómo ocurrió todo. Esta pequeña discusión y análisis
ayudará a la cliente a encontrar algunas cosas en qué pensar y a conversarlo con algunas
personas cercanas a ella. lo que facilita la conversación externa sobre el tema con otras
personas. Estas son simplemente algunas maneras de llevarse de vuelta a casa lo logrado que
podemos apoyar. Hay muchas otras formas, esperando ser descubiertas, inventadas y
ensayadas.
ARREGLAR LA CASA
Durante cualquier sesión, a veces la terapeuta necesita retroalimentar información o recibir esa
retroalimentación acerca de cómo va la sesión. Es importante por muchas razones, pero ese cuidado
y arreglo de la casa también puede ser integrador. Puede ayudar a aclarar lo que ocurrió en la
sesión. También le da la oportunidad a la cliente para pasar un rato lejos de la fuerte concentración
que exige el proceso principal. Ya que la mayor parte del proceso principal ocurre en estados de
consciencia diferentes al de la consciencia ordinaria, la recapitulación de los eventos ocurridos en
esos estados puede ser útil para integrarlos. La interrupción del proceso en curso en momentos
apropiados no es una perturbación; es un descanso necesario que ofrece tiempo y un espacio para
volver a lo que uno acaba de hacer y para aprender de ello. El momento más apropiado de hacer
este arreglo de la casa es cuando la cliente parece llegar de una manera natural a un espacio para
descansar.
Ya que estamos hablando de "arreglar la casa", hablemos acerca de otras cosas para lo cual ese
cuidado sirve. También puede ser útil cuando la terapeuta no está segura acerca de qué es lo que
realmente está pasando, o cuando siente alguna tensión o tirantez en su relación con la cliente. Si
siento que no estoy obteniendo la cooperación del inconsciente, o que la cliente no ve nuestros roles
en la terapia de la misma manera como yo los veo, "arreglaré la casa" en relación a eso. Muchas
veces puede ser útil para la cliente hablar algo acerca del proceso, tal vez para explicar la naturaleza
de algún tipo de intervención especial, o algo que la cliente desconoce. "Arreglar la casa" es en gran
medida como "salirse del sistema" (Capítulo 19), y es una de las maneras de hacerlo. Refocaliza la
atención de la sesión en las cosas que impiden que la sesión proceda suavemente. El proceso se
recupera fácilmente y de una manera natural de las interrupciones debidas al "arreglo y cuidado de
la casa" y, a la larga, se beneficia de ellas.
Yo le doy a las personas cosas que pueden hacer fuera del consultorio o después de un taller. Estas
tareas ayudan a estabilizar nuevas conductas y son poderosas, sobretodo para las relaciones,
imágenes de sí mismo y conductas que ya no son deseadas. Las tareas para la casa incluyen dieta o
trabajo corporal (como masajes, Rolfing, ejercicios, movimiento, yoga, trabajo tipo Feldenkrais);
mantener un diario; o algo especial para una situación particular. Por ejemplo, una vez le pedí a una
mujer que usaba la estrategia de la abrumada/aguantadora, estrategia dominada por las culpas, que
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se parara todo el día en la Plaza Kenmore en Boston (principal estación del tren subterráneo)
cargando una pancarta que decía "TODO ES CULPA MIA". Luego me enteré que lo hizo y que la
pasó muy bien, hablando con otras personas, contestando preguntas, recibiendo consejos y riéndose
mucho. Puedo imaginarme cuánto puede haber cambiado.
Parte 3: TERMINACION
A veces las sesiones parecen continuar y continuar, sin terminar de una manera natural. No ocurre
siempre, pero cuando pasa es un problema. La mayoría de las sesiones tienen un camino para llegar
fácilmente a un cierre apropiado fácilmente y de manera espontánea. Pero a veces puede ser difícil
terminar una sesión, especialmente con ciertos procesos caracterológicos, como los
aferrados/expresivos y los dependientes/cariñoso. Usualmente ocurre cuando la sesión ha tocado
contenidos superficiales y no se ha trabajado los asuntos más profundos de la separación. Algunas
personas no quieren que la sesión termine; les parece una separación o pérdida. Algunas de las
maneras de manejar esta situación son las siguientes:
1. "Arreglar la casa" Señala el tema y discútelo. Ofrece tus ideas acerca de lo que ocurre. Si tu
cliente no se siente completa, tal vez puede aceptarlo y transformar el tema en algo para
trabajar en la sesión siguiente.
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SECCION 3: EL METODO
Nada importa tanto como
el reasegurarse mutuamente
como el responderse mutuamente.
Ugo Betti
Estas dos tareas son interdependientes. Pueden apoyarse mutuamente o, como ocurre
frecuentemente, interferirse. Son dos responsabilidades amplias e importantes. Necesitamos
manejar lo que está ocurriendo. Necesitamos hacer algo para mantener en movimiento el proceso.
En realidad muchas cosas. Por ejemplo, necesitamos saber cuándo hacernos cargo y cuánto y, con
igual frecuencia, necesitamos saber cuando soltar y dejar que las cosas de muevan sin interferencia.
Necesitamos saber cómo podemos reconocer cuándo no van bien las cosas y cómo recuperarnos de
eso. Todo eso es parte del manejo del proceso. También hay mucho que aprender acerca de la
obtención de información.
Esta es la principal tarea, todo lo demás depende de ella. Debemos permitir que el recabar
información sea secundario. Debemos permitir que la curiosidad espere las respuestas o que las
encuentre en silencio, observando. Nuestra responsabilidad fundamental es dar apoyo al proceso de
la cliente que se está desplegando. Si hay preguntas cuyas respuestas queremos obtener, ellas son
secundarias frente a este despliegue. Muchas veces hacemos preguntas cuando deberíamos
establecer contacto o permanecer en silencio. Esto interfiere con lo que la cliente necesita hacer o
quiere hacer. Cuando nos permitimos demasiadas preguntas, la cliente cree que está ahí para que se
trabaje sobre ella, y espera preguntas para responderlas o espera nuevamente, sea para recibir otra
pregunta o para que se le diga qué hacer. Eso no funciona si lo que queremos es desbloquear
experiencias que necesitan ocurrir. Es un arreglo que sirve para bloquear el despliegue del proceso,
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más efectivo que ningún otro que conozco, incluyendo la represión del inconsciente.
El manejo del proceso implica intervenciones de todo tipo y un sentido de oportunidad acerca de
cuándo hacerlas. Puede ser pasivo o activo. Requiere un balance sutil entre "hacerse cargo" y dirigir
el proceso, y retroceder dejando espacio para que la otra persona elija la dirección que quiere tomar.
El retroceder implica permanecer en silencio en momentos críticos, esperando y permitiendo que la
otra persona conduzca. El manejo activo necesita intervenciones como el establecer contacto,
accesar, profundizar, salirse del sistema, arreglar la casa. El manejo pasivo necesita retroceder y dar
tiempo a la cliente para que cuente su historia o para que piense, simplemente, o integre. La otra
persona debe tener la sensación de espacio, la sensación de que tiene mucho tiempo a su favor y que
influye más que nadie en el modo como se despliega el proceso terapéutico. Para esto, la terapeuta
debe hacer un seguimiento de cuándo la otra persona está consciente o inconscientemente eligiendo
una dirección y en esos momentos simplemente permanecer en silencio.
Manejar el proceso también implica manejar los estados de consciencia. Eso significa hacerles
seguimiento, evocar nuevos estados y pasar de un estado a otro. En una sesión típica, la cliente
comenzará en un estado ordinario de consciencia y necesitará en algún momento pasar a un estado
de plenitud de consciencia o al procesamiento del estado niña o del estado emocional. Eso es
habitualmente lo que ocurre. La terapeuta tiene que hacerle seguimiento y detectar cuándo es el
momento para pasar de un estado a otro. Es una cuestión de sentirlo, apreciar cuándo una fase ha
completado algo y otra está lista, y saber cómo apoyar esos cambios con intervenciones.
Una vez que la cliente cuenta su historia, lo siguiente puede ocurrir. En ese momento, puede ser una
buena idea el hacerse cargo y tratar algo - una sonda por ejemplo. Primero reconoce la historia
haciendo alguna afirmación de contacto acerca de la misma. Luego es bueno preguntar si es el
momento de iniciar alguna exploración o profundización. Si la otra persona siente que sí podría ser
así, lo siguiente es pedir que entre en un estado de plenitud de consciencia y apoyar ese proceso con
un cambio en el ritmo y tono de voz. Luego podemos hacer un pequeño experimento o lo que sea.
Esa es el momento y la manera cómo pasar de la consciencia ordinaria al estado de plenitud de
consciencia. Igualmente se pasa a estados de procesamiento. Uno trabaja a partir de las señales que
nos indican que es el momento adecuado. Cuando uno escucha o vé a la niña o a los sentimientos
emergiendo. Y uno comienza a buscar significados cuando la cliente se pone curioso, luego de
haber tocado al estado niña o al estado emocional.
Otro manejo importante es decidir qué hacer cuando el proceso se descarrila o parece que se va a
descarrilar. Yo llamo a esto "quedarse en el juego". Nuevamente requiere sensibilidad acerca de lo
que está ocurriendo y acerca de qué es lo que se necesita.
Y SABER COMO
En gran medida lo anterior, al igual que el ritmo y las estrategias, necesita ser ajustado a cada
cliente. Todas las personas son únicas.
No violencia
Dentro de esos límites, puedes hacerte cargo. Si haces un constante seguimiento del modo cómo tus
sugerencias y directivas son recibidas, puedes retroceder tan pronto sientas que lo que haces
comienza a ir en el sentido contrario de la fibra de madera. Ahí estás siendo no violento. Hacerse
cargo es entonces tan sencillo cómo ofrecer sugerencias o dar instrucciones directas. Por ejemplo:
"quédate con tu tristeza por un rato o observa qué es lo que quiere".
Dolor
Hacerse cargo puede significar también pedir a una persona que permanezca en contacto con algo
doloroso. Eso significa que estas dispuesta a verla en su dolor. El dolor está lleno de información
acerca de qué es lo que está mal y qué es lo que se necesita. Permanecer con su dolor es a veces la
mejor manera de aprender de él. Los hábitos de la cliente son muy probablemente maneras de evitar
o escapar el dolor, de modo que permanecer con el dolor puede ayudarnos a aprender algo. Si tratas
de aliviar el dolor demasiado rápidamente, muy probablemente no llegarás a conectarte con el
material central o nuclear que está detrás, ni a comprenderlo, y los cambios no serán importantes.
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1) Sólo te "haces cargo" del proceso terapéutico que es secundario (por lo menos para la
cliente) en relación al proceso de la cliente de permanecer viva, ser lo que es, y cuidarse, protegerse
y desarrollarse,
2) No puedes curar al otro, sólo apoyar su propio proceso curativo. De modo que no insistas en
seguir tu propia agenda; si violas las prioridades de tu cliente, como la seguridad y el
control, el proceso se descarrila. Debes estar dispuesta a retroceder.
ETAPA SEÑAL
Construyendo la
Relación
Modo terapéutico
RECABAR INFORMACION
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Recabar información es secundario, comparado con el manejo del proceso. Debe ser hecha
fundamentalmente a través del seguimiento y del pensamiento. Como dije antes, uno debe tener
cuidado de no conducir a la cliente en tal o cual dirección a fin de satisfacer nuestra curiosidad. Ese
error fácilmente descarrila la terapia, al llevarse a la cliente afuera de su proceso. La terapeuta
recaba información evitando demasiada ayuda directa por parte de la cliente. Esta recolección de
información hace pocas preguntas y sugiere, por su misma manera de desplegarse, que el tiempo le
pertenece a la otra persona, para sus propósitos no los tuyos. De modo que aprendemos lo que
necesitamos saber acerca de la cliente haciendo un seguimiento de la experiencia presente,
escuchando las creencias, percibiendo lo sistemático, y haciendo un seguimiento de la relación
cliente-terapeuta. Lo hacemos creando y haciendo pequeños experimentos, evocando así
experiencias de todo tipo que estudiamos junto con la cliente.
Una terapeuta tiene su propio instrumento, al igual que un músico, un actor o un atleta. De modo
que utilizamos nuestra experiencia, permitiendo que nuestras sensaciones acerca de la relación
surjan claramente a la consciencia verbal. Eso hace posible que brinquemos fuera del sistema. A
veces "ensayamos" la experiencia de la cliente, adoptando por un momento su postura, gestos,
sentimientos y expresiones faciales, a fin de sentir cómo es la experiencia de estar en el mundo de la
cliente en ese momento. Este ensayar se transforma en una segunda naturaleza e implica poco o
ningún movimiento. Son destrezas finas; necesitan ser dominadas. Son esenciales. Eudora Welty
dijo: "es más difícil escuchar para una historia que escuchar a una historia". Las terapeutas hacen
cosas difíciles como esa.
También influimos fuertemente sobre el modo cómo una cliente recaba información. Lo hacemos al
aparecer como modelo de la plenitud de consciencia, la precisión, el ritmo lento, la curiosidad,
estando en el presente, buscando el significado de las tensiones, y a través de las múltiples maneras
como expresamos los principios. Este modelar tiene una influencia primaria sobre la cliente. Lo
hacemos:
Hay algunas cuestiones importantes para cavilar durante el proceso en curso. Cosas como:
Las actitudes y hábitos que llevan a intuiciones fuertes se construyen simplemente en base a la
curiosidad y a las preguntas abiertas sin destino específico (3). Igualmente, el simple hecho de
3 Ron usa la palabra "wondering" que tiene un significado especialmente bello en inglés,
haciendo referencia a un deambular sin rumbo, a un preguntarse sin prejuicios ni ideas por
confirmar, o una actitud abierta al portento.
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El método trabaja con experiencias y creencias. Las creencias, especialmente las que llevan una
carga emocional grande, dirigen, organizan y limitan la experiencia. De modo que cada experiencia
presente es un ejemplo inmediato del poder organizador de las creencias. Trabajamos con la
experiencia para llegar a las creencias nucleares, a fin de traerlas a la consciencia donde podemos
explorar alternativas. Trabajamos con creencias alternativas a fin de crear la posibilidad de nuevas
experiencias. Vamos de ida y vuelta entre las experiencias y las creencias, lo que llamamos a veces
el trabajo en la interfase cuerpo-mente. Al quedarnos lo suficiente en una experiencia particular,
surgen recuerdos, creencias e imágenes significativos. Al quedarnos con imágenes, recuerdos y
creencias de una manera abierta, surgen experiencias de gran riqueza afectiva. El movimiento de la
terapia es un ir y venir entre esos dos niveles.
El método usa los elementos nutricios de varias maneras. Una de ellas es el contacto. Tocamos y
contenemos a nuestras clientes, cuando están sufriendo, cuando están tristes, expresando el dolor de
la niña. También ofrecemos afirmaciones nutricias. Una de las maneras de usar estas afirmaciones
es la de explorar, en estado de plenitud de consciencia, cómo se organiza la otra persona ante lo
nutricio. Después de todo, si no estás recibiendo de la vida lo que necesitas, no hay sino dos
posibilidades: o el mundo no lo tiene (en cuyo caso la terapia no te va a ayudar), o el mundo lo tiene
pero no lo estás tomando. Queremos descubrir y trabajar con los elementos nutricios disponibles
pero que no son recibidos. Exploramos las creencias que impiden que los elementos nutricios
lleguen a ser recibidos.
También usamos lo nutricio para construir fuerza y coraje. Al ofrecer cosas como palabras, contacto
y contención amables, ayudamos a las clientes a prepararse para el trabajo emocional a veces tan
difícil de la terapia. Y en este movimiento, tenemos cuidado de no dar elementos nutricios cuando
estos no son recibidos. Esa es nuestra protección contra la creación de dependencias. Cuando
ofrecemos elementos nutricios, hacemos el seguimiento del grado en que realmente son recibidos.
A veces la otra persona se siente más atraída a la idea de lo nutricio y a los roles que se juegan en
ocasión de ello que a las experiencias reales de placer, alivio, calidez, etc.. En esos casos usamos la
plenitud de consciencia a fin de focalizarnos sobre el tema de lo nutricio. Si el alimento es bien
recibido, la experiencia incluye satisfacción y terminación. El verdadero alimento siempre llega a
saciar. Es aceptado y asimilado. Tarde o temprano satisface la necesidad a la que se dirige y ocurre
una reorientación. Muchas sesiones buenas termina con un tiempo en el que la cliente se permite
recibir algún tipo de alimento que antes no podía recibir. Por un momento parece insaciable y que
no habrán elementos nutricios suficientes como para satisfacerla. Pero en unos diez o quince
minutos, la cliente quiere terminar y pasar a otra cosa. El proceso llega a un fin espontáneo y
ordinario. Si tenemos cuidado con el alimento y recurrimos a la plenitud de consciencia cuando se
necesita claridad, la dependencia puede ser estudiada o evitada totalmente.
Trabajamos mucho con el cuerpo también. Como acabo de mencionarlo, trabajamos en la interfase
mente-cuerpo. Vamos de ida y vuelta entre las experiencias corporales y el significado de estas
experiencias. Por ejemplo, usamos una sonda y luego estudiamos el efecto que evoca, como la
tensión en alguna parte o sensaciones. Alternativamente, podemos partir de una experiencia
corporal, como la tensión y buscamos su significado pidiendo a la persona que permita que el
inconsciente aporte las palabras, imágenes o recuerdos relacionados con la tensión. Por supuesto
que todo tiene que ser hecho con criterio de oportunidad y usando las frases correctas. Tiene que
estar presente la conexión con el inconsciente. También hacemos un seguimiento de las
indicaciones corporales que emergen de la experiencia interior a través de los gestos, posturas,
expresiones faciales y incluso la estructura, el color, la textura y el patrón de movimiento
131
corporales. Todos estos elementos son referencias constantes para considerar los efectos que
nuestras intervenciones están teniendo.
Además de esto, y tal como lo describiéramos en capítulos anteriores, trabajamos con estados
específicos de consciencia y con la organización de la experiencia.
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El método consiste en encontrar una ruta al material nuclear a fin de modificar su influencia en la
vida de la cliente. Tratamos de encontrar, a través de la experiencia presente de la cliente - la
postura, estructura corporal, gestos, tono de voz - nos den claves acerca del material central o
nuclear de la persona y rutas para accesarlo. Yo lo tomo como un trabajo con un proceso
informativo en seres vivientes. Tal perspectiva ayuda a generar la lógica del método. Nos ayuda a
describir y a aclarar los supuestos en los que se basa el método. Es a partir de estos supuestos que se
desarrolló nuestra manera de trabajar con personas.
HAKOMI es una manera claramente definida de trabajar con gente y que puede ser enseñada. Aún
cuando se necesita mucho arte para usar el método, mucha sensibilidad y creatividad, la lógica
subyacente es pragmática y explícita. En HAKOMI contamos con un currículum teórico completo y
varios cientos de horas de ejercicios vivenciales. Junto con otros profesores y entrenadores, he
enseñado HAKOMI ya por más de diez años.
El METODO tiene que ver con el modo como las personas procesan información. Hay dos tipos de
información:
La interacción de entre estos dos sistemas, mente y cuerpo, crea y mantiene un conjunto de
operaciones que llamamos carácter. Por lo tanto focalizamos nuestro trabajo en la interfase mente-
cuerpo, y usamos la información que ahí se genera, información que integra los procesos biológicos
y simbólicos y que fluye entre ellos. El método está centrado en el cuerpo, por lo tanto, y uno de sus
principales objetivos es crear una interacción armoniosa entre estos dos sistemas básicos.
El punto de vista sobre el proceso curativo que adoptamos es aquel en el que la terapeuta sigue y
apoya los procesos orgánicos de la otra persona, procesos en los que la necesidad de
autorregulación es esencial. La cliente no es simplemente un sistema de procesamiento de
información. La cliente, en el sentido más técnico y científico, es un sistema viviente. De modo que
el método no es simplemente centrado en el cuerpo, es centrado en lo viviente. Y como los
humanos somos un sistema viviente muy especial en esta parte del sistema solar, y tenemos
capacidades simbólicas y culturales importantes, el método es muy conscientemente centrado en lo
humano. Como si fuéramos viejos taoístas, aborrecemos el ir en contra de la fibra, usando la fuerza
cuando simplemente no es necesario. Nuestra "medicina" es bellamente eficiente en términos
energéticos, es no violenta y atóxica.
Nuestro objetivo es motivar, apoyar y crear cambios a nivel del material nuclear. Al buscar ese
objetivo no luchamos contra las defensas. En realidad las apoyamos. Las vemos como esfuerzos
para manejar la experiencia. Al apoyarlas estamos trabajando para crear una relación en la que la
otra persona se va a sentir lo suficientemente segura como para entregarse voluntariamente a la
experiencia y a la expresión de memorias y emociones nucleares. Todos tratamos de evitar
conectarnos con nuestro material nuclear y lo hacemos creando ruidos en la forma de distracciones
y desvíos, enfocándonos en otras cosas y manteniendo nuestros niveles de tensión suficientemente
altos a fin de enmascarar nuestros sentimientos y reducir nuestra sensibilidad. La seguridad reduce
el ruido y dirige la atención hacia la experiencia presente, poniéndonos en contacto con nuestro
núcleo.
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Supuestos
El método se basa en esos supuestos acerca de los procesos de información y las personas. Toda
experiencia contiene rutas de acceso a las estructuras biológicas y simbólicas que la soportan. Estas
rutas comienzan con aspectos de la experiencia misma, como sensaciones, sentimientos,
pensamientos, imágenes, impulsos, etc. Las estructuras de apoyo crean y organizan la experiencia,
pero se mantienen en gran medida fuera de la consciencia.
Si uno se mantiene en contacto con una experiencia particular, recabando más información al
mantener viva la experiencia y explorar más y más los aspectos inmediatos, del presente,
mayormente corporales, eventual y automáticamente uno se pone en contacto y tiene acceso a las
estructuras de apoyo.
Uno puede incrementar la cantidad de información relativa a una experiencia activa particular de
dos maneras:
*
En Hakomi aumentamos la sensibilidad mediante técnicas que disminuyen el ruido externo y no las
que aumentan los niveles de la señal emitida. Como todos los procesos implican hábitos que
impiden que la cliente sea demasiado a su propio proceso interno, encontramos maneras para:
Contactar Tóxica
Obtener Juicios
información Evaluaciones
Alejarse Nutricia
Acción
Persistir
Expresión Excitar
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135
Reorientar
Demora Abortar
La obtención de información está íntimamente conectada con las funciones relativas a la distancia,
orientación e inclusión. La expresión está de una manera similar atada al control e impulsividad, el
juicio a los afectos, vínculos y apreciación. Las tres variables, inclusión, control y afectos, son las
que usa William Schutz en su análisis de la personalidad y de la ansiedad. Asociamos la función de
éxito con la creación y mantenimiento de jerarquías organizadas e integradas de necesidades y
carencias. Se trata de dar lo que le corresponde a cada tarea, ni más ni menos, y de balancear el
resto con la actividad.
EVOCAR EXPERIENCIAS
TRANSICION A
TECNICAS DE PROCESAMIENTO
PROCESAMIENTO DE
ESTADOS ESPECIFICOS
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EL CICLO DE SENSIBILIDAD
CLARIDAD
RELAJACION EFICIACIA
SATISFACCION
EL CICLO
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137
.
CLARIDAD
BARRERA A
LAVISIÓN INTERIOR
. BARRERA A
LA RESPUESTA
RELAJACION EFICIACIA
BARRERA A LA
CULMINACION
BARRERA A
LO NUTRICIO
SATISFACCION
LAS BARRERAS
137
15. DISMINUYENDO LA INTERFERENCIA
EL CICLO DE SENSIBILIDAD
En la psicofísica hay una ley llamada la Ley de Weber-Fechner. Ella dice que "el nivel de la señal
que uno puede detectar depende del ruido ambiental." A mayor ruido ambiental, mayor tiene que
ser la señal. Esta ley simple y obvia nos dice algo importante cuando se trata de ayudar a las
personas a que se pongan en contacto consigo mismas. No tenemos que analizar sus problemas ni
decirles qué es lo que está ocurriendo. No tenemos que forzar en ellas ninguna experiencia. No
tenemos que hacer que sientan. Simplemente podemos ayudarla a mantener bajos los niveles de
ruido. En la medida en que baja el ruido o interferencia, la señal se hace más clara.
Como puedes imaginarte, he adoptado la noción de que la curación es dirigida desde adentro, que es
orgánica. Esto es verdad a todo nivel, especialmente a nivel psicológico. En la terapia queremos que
la cliente vire hacia su interior, queremos ayudar a la cliente a entrar profundamente, a fin de
encontrar dirección y significado desde algún nivel profundo, desde su núcleo. Es difícil cambiar al
nivel del núcleo. Tenemos hábitos que nos llevan a evitar el material nuclear, especialmente el
material traumático, eludiendo el acceso a la consciencia. Hace tiempo que aprendimos a reorientar
la consciencia si es que nos acercamos siquiera a tales cosas. Si tratamos de ir profundamente a
nuestro interior, focalizándonos en alguna experiencia organizada por un material nuclear doloroso,
todos tenemos dificultades para sintonizarnos bien en ese espacio. Nuestra consciencia será
inundada por distracciones, tensiones, ansiedades, interrumpiendo nuestra búsqueda.
Aquí podemos hacer una analogía. El material sobre el cual nos queremos centrar es una señal que
queremos sintonizar bien. Las distracciones, tensiones y ansiedades que interfieren son ruidos que
bloquean la señal. Un sistema que sufre mucho del ruido necesitaría una señal muy fuerte para que
se pueda percibir algo. Como una vela frente al sol, o un suspiro en un concierto de rock, una señal
débil no será vista ni oída. Si queremos cambiar esa situación, hay solo dos cosas que podemos
hacer: podemos aumentar el volumen de la señal o disminuir el ruido. Podemos aumentar el nivel
de la señal haciendo una hoguera en lugar de usar una vela, o gritando en lugar de susurrar. En
terapia, eso significa aumentar el nivel de intensidad, por ejemplo, exagerando la expresión de
sentimientos. La segunda vía para cambiar la situación es bajar el ruido, esperar la noche para
encender la vela o hacer que los músicos que tocan rock y la audiencia se callen. Probablemente no
puedes hacer eso en un concierto de verdad, pero sí puedes hacerlo si estás escuchando a tu aparato
estereofónico. En la terapia bajar el ruido significa manejar los aspectos relativos a la seguridad, el
relajamiento, el librar al paciente del esfuerzo, el hacerse cargo, el entrar en un estado de plenitud
de consciencia. En Hakomi preferimos marcadamente el disminuir el ruido en lugar de aumentar el
volumen de la señal. En la medida en que disminuimos el ruido de cualquier sistema este se vuelve
más sensible, puede oír, sentir, ver o recordar mejor.
hacemos eso, cómo nos organizamos a nosotros mismos, cómo nos mantenemos y cómo nos
curamos cuando hemos sufrido daños.
Este Yo ("self") que creamos nosotros mismos comenzó con muchas cosas, nuestra herencia
genética, nuestra "configuración organizadora inicial", para usar los términos que usa David L.
Shapiro para referirse al medio emocional y físico original. Nos desplegamos a partir de un cierto
punto inicial, desde el temperamento y desde el potencial heredado. Comenzamos de maneras
simples, creciendo y volviéndonos más y más complejos, construyendo cada nivel a partir de lo que
logramos en términos de organización e integración en el nivel anterior. La niñez introdujo los
temas que ahora son las actitudes, creencias, opiniones, estrategias y hábitos de la persona actual.
Así como el primer paso de un viaje es más significativo en términos de la dirección que anuncia
que por la distancia que cubre, nuestros patrones tempranos son importantes porque sentaron el
curso que ha moldeado todo lo que siguió después y porque finalmente se transformó en el estilo
del Yo que ahora somos.
Primero aprendemos un Yo, o "self" y luego simplemente lo usamos, por el resto de nuestras vidas.
De niñas hacemos un mapa de lo que somos, de a quienes amamos y cómo nos vamos a comunicar.
Hacemos un mapa de cómo es el mundo, de qué es posible en ese mundo y qué no es posible.
Luego, cuando adultos, usamos ese mapa sin cambiarlo mucho. Primero somos los que dibujamos
el mapa, luego somos los que lo usamos. En esta analogía estoy usando las imágenes e ideas de
Julian Jaynes en su libro "Los orígenes de la Consciencia en la Ruptura de la Mente Bicameral".
Pero el hacedor del mapa y el usuario del mapa están haciendo dos cosas muy diferentes. En la
infancia hacemos el Yo; cuando adultos, lo usamos. Cuando adultos mantenemos con nuestros
hábitos a ese Yo que creamos tiempo atrás. Nos olvidamos esos actos de auto-creación. Cuando
usamos el Yo, no lo sentimos como algo susceptible de ser cambiado. Mientras más amenace el
mundo con cambiar el Yo, más energía gastamos en estabilizarlo. Pero sí puede ser cambiado.
Todas las ideas que defendemos ahora denodadamente, alguna vez fueron ideas nuevas que podían
ser puestas en duda. Todos nuestros viejos y fatigados hábitos alguna vez fueron simplemente cosas
que estabamos ensayando, con las cuales jugábamos, incluso aquellos que ahora parecen
inquebrantables. El Yo fue alguna vez fresco y flexible. La posibilidad de recrearlo reside en
nosotros. En lo más profundo de nuestro ser, está aún el hacedor del Yo. El niño que dibujaba
mapas aún forma parte de nosotros. Sus borradores de planos aún están ahí. Todos pueden ser
reexaminados. Aumentando nuestra sensibilidad logramos acceso al mapa, al que dibujó el mapa y
a la posibilidad de cambiar. Al accesar el núcleo encontramos no sólo al Yo creado sino también el
poder que crea.
Este viraje hacia el interior para estudiar nuestro Yo requiere condiciones especiales y una guía.
Necesita tiempo y cuidado y apoyo. Para hacer la búsqueda interior necesitamos de la plenitud de
consciencia y una actitud calmada, no apurada. El esfuerzo, la lucha, las metas y el enfoque hacia
los logros, hacen que la atención en estado de plenitud de consciencia sea muy difícil. (Piensa en los
monasterios.) El descubrimiento de uno mismo necesita una actitud meditativa. No puedes tomar al
Yo por asalto. La fuerza no funciona. La fuerza hace que el hacedor de los mapas se esconda. Los
usuarios de mapas son los que entran en batallas. No hay espacio para el portento y para la creación
cuando las puertas de la fortaleza están sitiadas, cuando el Yo necesita defenderse. ¡No! Para
estudiar el Yo, para virar hacia adentro, para dejar atrás las murallas almenadas , se necesita paz.
Delicadeza, tiempo y apoyo es lo que se necesita. La no-violencia, el amor, la presencia de personas
que apoyan, otro tipo de coraje, son las bendiciones esperadas. Sólo ello hace que el Yo ceda para
ser conocido y cambiado. Y no hay otra cosa que pueda lograrlo.
Tenemos una aptitud natural, en tanto seres vivientes, para organizarnos eficientemente. La
eficiencia tiene valor para la supervivencia y nos hace sentir bien. Es muy natural y así lo sentimos,
cuando un organismo monitorea su conducta a fin de verificar su exactitud y economía,
renunciando a los componentes ajenos, inútiles y despilfarradores de sus acciones. Lo mismo ocurre
con nosotros. Cuando estamos en un estado de plenitud de consciencia, haciendo un seguimiento
estrecho de nuestras acciones, observando cómo son nuestros movimientos, percepciones y
reacciones, mejoramos automáticamente en lo que estamos haciendo. La maestría es el resultado
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natural de la plenitud de consciencia. El trabajo de Moshe Feldenkrais se basa en esta tendencia que
tenemos de reordenarnos de la manera más efectiva, si se da la oportunidad. Al enseñar a las
personas a funcionar mejor, Feldenkrais repite un patrón de movimiento una y otra vez, de maneras
calladas y sin esfuerzo, a veces haciendo preguntas que ayudan a la persona a quedarse con su
experiencia. En esa repetición, en ese quedarse con la experiencia particular, descubriendo lo que
está pasando, nos volvemos conscientes de los detalles de nuestras acciones y más sensibles hacia
ellos. En base a esta consciencia, construimos maneras mejores y más fáciles de movernos y una
nueva imágen corporal, más placer, más vivacidad. Y con esto surge una nueva imágen del Yo.
Feldenkrais llamó a su trabajo "Consciencia a Través del Movimiento" y escribió un libro con ese
título. A través de la toma de consciencia de un patrón de movimiento, repitiéndolo y
diferenciándolo, nos volvemos más conscientes de las muchas maneras como podemos hacer las
cosas y, de una manera muy natural, automáticamente seleccionamos la más efectiva, la más
eficiente y la más placentera. Estas dos cosas, acción efectiva y consciencia, se complementa la una
a la otra. La consciencia te ayuda a ser más efectivo y la efectividad, que hace que las cosas sean
más fáciles en general, te dá más tiempo y energía para usar tu consciencia. Puede transformarse en
un ciclo, en el que cada parte alimenta a la otra, aumentando la efectividad y la consciencia una y
otra vez. En una forma algo más elaborada, este es el ciclo de sensibilidad.
Por alguna parte tengo una diapositiva de un hombre sumamente gordo caminando por una calle
tranquila en el atardecer, al lado de un árbol delicado que está floreciendo. Antes me dedicaba a
acechar a personajes silvestres con mi cámara. Este hombre gordo fue una de mis presas más
apreciadas. Debe pesar unos 180 kilos. Es redondo, desde sus rodillas hasta sus orejas. Está
construido como una calabaza parada sobre su extremo menos grueso. Hay algo muy bello en él: es
una persona perfectamente balanceada. Parece flotar por la calle. Ese cuerpo de unos 180 kilos
parece tan liviano y grácil y se mueve con tan poco esfuerzo como lo haría cualquier bailarina.
Parece tímido y se mueve rápidamente, como si no quisiera que lo vean. Hay un contraste entre su
gracia y la del árbol en flor. Me sorprende cada vez que lo veo congelado en ese momento tan bello.
Es su delicadeza, su levedad, el modo como parece flotar. Está exquisitamente balanceado. Y
cuando uno lo piensa, él tiene que ser así. Es la única manera como podría llevar tanto peso. Si se
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Su necesidad de equilibrio me enseñó algo acerca de la experiencia. Para tener una experiencia
profunda, uno tiene que estar balanceado. Si estás desbalanceado, y te permites ser sensible, las
experiencias fuertes te abruman. En la terapia, en la medida en que la sensibilidad aumenta,
cualquier desbalance que tengamos lanzará a nuestro proceso a un estado de caos y lo sacará de su
curso. Aprendemos a recuperar nuestro equilibrio encarando de una manera honesta y valiente ese
caos. Mejoramos nuestra capacidad para seguir teniendo claridad y para tenernos derechos y
movernos con gracia, incluso bajo el gran peso que a la larga es simplemente la condición humana.
Mis ideas acerca de entrar más en las creencias profundas de las personas son muy simples. En la
medida en que uno ser relaja, y focaliza delicadamente su atención en la experiencia presente, la
sensibilidad aumenta y los intentos de manejar la experiencia ceden el espacio a la aceptación de lo
que surja. En algún momento en este proceso llegamos a un nivel de sensibilidad en el que la
experiencia se vuelve intensa y emocional. Mientras uno se mantiene claro y balanceado, el
surgimiento del material emocional tiene que ocurrir. La única manera de evitarlo es, sea
quedándonos tensos y por lo tanto insensibles, o mirando a otra parte, para desplazar nuestra
consciencia a otra cosa. Todos usamos esas dos estrategias para enmascarar la experiencia. Esos
mecanismos son nuestras defensas. Sea estamos focalizados en otra cosa, sintonizados a otra
radioemisora, por así decir, lo que desplaza el dolor, o lo que sea, al trasfondo y a las sombras, o
hacemos algo muy ruidoso, entumeciendo nuestros cuerpos y mentes. Las barreras a la sensibilidad
son en ruido y la distracción. Para llegar a las creencias, recuerdos y sentimientos en un nivel de
experiencia difícil de tolerar, la terapeuta simplemente ayuda a la cliente a ser más sensible. Uno
puede relajarse, por supuesto, sin procesar nada; pero no si es que uno permite libremente que las
experiencias surjan y uno se queda en contacto con ellas. El ciclo de sensibilidad es una manera de
aumentar la sensibilidad justamente con ese propósito.
Las etapas
ETAPAS BARRERAS
Primero, hay un lugar en el que uno se relaja, en el que uno suelta las preocupaciones externas y
permite que su mente y cuerpo se reorienten. Esta etapa es la terminación de algo y el inicio de lo
siguiente, permitiendo que lo que quiere ocurrir surja a la consciencia. Este paso es pasivo y está
abierto a la necesidad orgánica. Por ejemplo, digamos que has estado trabajando todo el día. Te
detienes, te relajas y te das cuenta que tienes mucho hambre. Es simplemente una cuestión de
completar lo que estás haciendo y de permitir que la próxima necesidad, el próximo asunto
pendiente de ser resuelto, emerja a la consciencia. Por otro lado, para impedir que ciertas
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experiencias surjan, como el hambre, la soledad, el dolor, las personas simplemente impiden que
alguna actividad culmine. Se quedan fijas en algo, evitan el relajamiento y la reorientación ya que
ahí surgiría la experiencia dolorosa. Este manera de evitar se llama barrera a la terminación.
Si uno termina y se relaja, surge una nueva experiencia. Y si mantenemos nuestra consciencia
orientada hacia esta nueva experiencia por un tiempo suficientemente largo, ella se aclara.
Logramos claridad. A veces esta claridad surge repentinamente, luego de un período de confusión.
Aparece en la forma de una visión interior ("insight"). Así como emerge el hambre después de
haber terminado un trabajo, la persona se puede dar cuenta después de que "lo que quiero es un
sándwich de atún". Si uno es lo suficientemente sensible y se queda por suficiente tiempo con su
experiencia, esta se despliega de maneras cada vez más precisas. No es simplemente hambre, es
exactamente qué es lo que quiero comer. (El ciclo de sensibilidad se aplica tanto al saber qué quiero
comer, como al cómo pararme, cómo moverme y cómo procesar mis emociones. Uno se queda lo
suficiente como para recabar suficiente información como para aclarar la experiencia. No es en
realidad mucho trabajo. Como en la meditación, se trata simplemente de quedarse en la experiencia,
mantener el canal abierto. No obstante, se trata de una apertura deliberada, una apertura voluntaria,
un observar y recibir. Una de las grandes cosas que hace que la psicoterapia funcione es la técnica
que se usa para ayudar a las personas a que se queden en su experiencia. Automáticamente, el
tiempo aclara y destaca. En la medida en que uno se queda en su experiencia, esta cede más y más
información y construye la visión interior y la comprensión. Los hábitos que evitan recabar
información y tener claridad, son llamados barreras a la visión interior.
Una vez aclarada la situación, la persona está preparada para responder a ella, para actuar. Si ha
permitido que se aclara la situación, sus acciones serán más efectivas. Si tiene claridad no va a
comprarse una pizza si lo que quiere es una sopa de miso. No va a cometer errores tontos. Sus
respuestas estarán alineadas con su realidad. Sus respuestas serán efectivas y eficientes, precisas,
certeras y no malgastará esfuerzos. No serán calles ciegas, callejones sin salida. Los hábitos que
eluden esta forma de respuesta deliberada y consciente son llamados barreras a la respuesta.
Cuando uno tiene claridad acerca de lo que necesita y quiere, las acciones son mucho más efectivas
y eficientes. Se obtienen mejores resultados, uno se nutre mejor y se siente más satisfacción. Uno
logra más de lo que quiere y necesita. Los hábitos que impiden el alcanzar lo que uno necesita se
llaman barreras a lo nutricio.
Lograr lo que uno quiere, a su vez, le permite a uno relajarse más. Cuando una persona finalmente
logra lo que necesita, hay un gran suspiro. Cede en sus esfuerzos y se relaja. Luego completa las
acciones que satisfacen la necesidad. Esto se llama llegar a completar. Los hábitos que impiden esto
se llaman barreras a la terminación. Cuando uno completa algo, uno se reorienta, se relaja más aún
y logra más claridad, por lo tanto un poco más de efectividad, luego un poco más de alimento, y así
sucesivamente. Con el pleno despliegue del círculo, la claridad se convierte en sabiduría, la
efectividad se vuelve maestría y confianza total, el alimento y la satisfacción se transforman en
dicha y plenitud y el relajamiento se convierte en una paz interior profunda. El ciclo puede ser un
esfuerzo de toda una vida, o las acciones de un momento único.
La barrera a la visión interior bloquea el acceso a la información que está surgiendo. Puede
bloquearse desde el nivel de los sentidos, hasta el nivel de la comprensión y de la introvisión. Hay
personas que evitan ver ciertas cosas de sí mismos o del mundo. Esto es particularmente cierto para
personas que se encuentran en el proceso sensible/retraído (sensitivo-analítico) del carácter. Para
estas personas hay verdades demasiado dolorosas como para recordarlas o encararlas. Algunas
experiencias han sido para ellas abrumadoras, como por ejemplo, el abuso infantil, y no quieren que
esas experiencias accedan a la consciencia. Lo que aprendieron de la experiencia es que la vida es
dura y amarga, amenazadora, y aún cuando no recuerden las experiencias, el "hecho" de que la vida
es amenazadora está registrado en ellas por todas partes.
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Como consecuencia, las personas con barreras a la visión interior sienten retraídas en relación a los
demás y a su propia experiencia corporal. En la barrera a la visión interior están evitando imágenes,
memorias, situaciones y/o pensamientos que podrían evocar sentimientos y comprensiones
dolorosas e incluso terribles. De modo que bloquean el ver, el sentir, el comprender y el contacto.
Miran hacia otro lado. Cuando son confrontadas a un stress emocional, lo característico es que se
tapen los ojos con las manos o que cierren con fuerza los párpados. Pueden tener problemas de la
vista. Muchas veces son personas que focalizan su atención completamente en algo no emocional,
como las computadoras. Frecuentemente prefieren trabajar por su cuenta, lejos de otras personas.
Para ellas, el contacto con los demás es difícil, torpe. Son tímidas y se sienten avergonzadas
fácilmente. Como los ectomorfos de Sheldon, cuyas formas favorecen, prefieren estar en cuartos
pequeños, poco iluminados y con las puertas cerradas. En la década de los ochenta, algunas de estas
personas llevaban audífonos todo el día puestos, escuchando música con el volumen muy alto. "No
entran llamadas", como decía mi amigo Louis Peacock. Aún cuando bloquean su experiencia
sensorial como parte de este proceso, lo que están bloqueando básicamente es el significado de su
experiencia. No quieren recordar ni reconocer cuán poco amor recibieron, cuán poco se deseaba su
compañía, cuan duramente fueron golpeados. Parece que en un estudio de más de mil casos de
desorden de múltiple personalidad, lo común en la historia de los pacientes era abuso infantil
severo. (Tal como lo reportan Hooper y Teresi en The Three Pound Universe.)
Cuando trabajamos con personas que se sitúan en la barrera a la visión interior, los ayudas a cerrar
el recuerdo doloroso y afirmas que está bien hacer eso hasta que estén preparados para verlo y
comprenderlo. Y cuando estén listas, ayudas a que sea lo más soportable posible y que se dé en las
condiciones de mayor seguridad para que ella pueda renunciar a la lucha contra el darse cuenta de
lo que ocurrió y para que pueda absorberlo e integrarlo. Cuando esa larga lucha ha terminado, está
finalmente libre para conocerse, para permitirse estar en este mundo, en contacto con la realidad
emocional física de sí misma y de los demás. Así aprende a mirarte a los ojos, a sentirse cómoda
aquí.
Puedes estar abierta a la información y a la visión interior y sin embargo estar bloqueada en la
siguiente etapa: actuar, responder de alguna manera. Esta es la barrera a la respuesta. Hay personas
que reciben en edad temprana el mandato de que dice: "Más te vale que no sea tu culpa!" Se les
echó la culpa y se les hizo sentirse culpables en una edad temprana. Su mejor respuesta era no
responder. Aprendieron que es más fácil y más sabio simplemente el esperar la tormenta. Se
volvieron personas expertas en postergar y aguantar. Este tipo de hábitos son parte del proceso de
las personas abrumadas/aguantadoras. Las personas que están en este proceso tienen fuertes
barreras a la respuesta: sus hábitos son de tal naturaleza que tienen grandes dificultades para
responder. Sienten que quisieran responder pero no pueden. En realidad hay otra parte de ellas que
no quiere asumir la responsabilidad. Para esta persona funciona el rol de víctima. La única victoria
que pueden imaginar es frustrar y derrotar los propósitos de la otra persona. No se les ocurre pensar
en sus propios propósitos. Sus respuestas y su responsabilidad son barridas debajo de la alfombra.
Estas personas se quedan atascadas fácilmente. Si las empujas, se transforman en rocas. La tarea
terapéutica es lograr que sea seguro para ellas la respuesta. Evito tratar que hagan algo. Más bien,
las ayudo a contenerse; de hecho puedo contenerlas físicamente mientras movilizan esa parte de sí
mismas que quiere moverse libremente. De esa manera hago que sea más seguro que lleguen a
expresarse. Eso las ayuda a darse cuenta que quieren moverse y expresarse, y a que conozcan un
poco cómo se siente eso. Es una manera de probar el sabor de la libertad, y es parte del
conocimiento de que vale la pena asumir la responsabilidad que necesariamente acompaña a la
libertad.
Con estas personas trabajo tomando y usando lo que está disponible. Los ayudo a ver el ciclo en el
que están atrapadas y les doy únicamente el alimento en el que pueden confiar. Poco a poco, de tal
manera que se acostumbren, como si se tratara de una persona que está terminando un ayuno muy
largo. Los ayudo a aprender a "besar al gozo mientras vuela", para decirlo en las bellas palabras de
Blake.
Este proceso está íntimamente ligado a los efectos metabólicos de la innervación del simpático. Es
una fijación en la acción y focalización. Las personas sumidas en este proceso tienen gran dificultad
para relajarse. Quieren mirar todo y revisarlo una vez más. Quieren estar seguras. Quieren regresar
a la casa y chequear que todas las ventanas hayan quedado cerradas. Son los que hacen listas.
Tradicionalmente a estas personas se les llama obsesivas-compulsivas. Es difícil para ellas relajarse
y reorientarse, ceder en un proyecto para dejar que se inicie otro. Se quedan ocupadas. Cuando las
emociones son muy fuertes para ellas, se refugian en la acción. Al mantenerse ocupadas y
movilizadas, evitan sentir más fuertemente sus necesidades, deseos y dolor.
Con las personas en el proceso rígido trato de evitar que me movilicen con ellas y transformen la
sesión en una búsqueda de soluciones a problemas. El problema es la movilización del Yo. Si estas
personas se sintieran bien consigo mismas, se relajarían y disfrutarían la vida, sin ese impulso hacia
ese "gran logro" que finalmente les va a nacer ganarse el amor que fue su derecho por el sólo hecho
de nacer. A estas personas les enseño a relajarse, permitiendo que se abra el corazón, confiadas que
van a ser recibidas amorosamente. Las ayudo a que encuentren su propia valía que no necesita
ningún esfuerzo, ningún "hacer algo". Les ayudo a completar esa búsqueda frustrada del amor
paternal de parte de quien tuvo una limitación muy humana.
El trabajo de Feldenkrais tiene mucho que ver con la sensibilidad. En enseña a la gente (incluso a
algunas personas con parálisis cerebral) a moverse de manera efectiva. Les ensaña a usar los brazos
que nunca pudieron usar, a llevarse un vaso de agua a una boca sedienta. Muchas personas se
perdieron tratando de aprender el trabajo de Feldenkrais porque, en último análisis, es demasiado
simple. No se limitaba a usar la consciencia para estudiar el movimiento; estaba usando el
movimiento para crear consciencia. Estaba creando una mejor imágen corporal, una consciencia del
cuerpo que hace posible el movimiento exacto. Al principio hacía el movimiento para la persona,
una y otra vez. Movía el brazo. Mostraba a la persona que primero tienes que hacer esto, luego esto,
y luego tienes que mover el hombro, etc. No se lo decía a la persona en palabras; se lo decía al
sistema nervioso a través de la experiencia del movimiento. Lo hacía veinte o treinta veces, a veces
cincuenta, hasta que el movimiento entrara en la consciencia de la persona, hasta que lo conociera.
Cuando se conoce, puede hacerse. La consciencia estudia el movimiento, el movimiento crea
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Según Moshe, algunas de estas personas que tienen síntomas de parálisis cerebral nunca tuvieron
una imágen clara de cómo es un movimiento fácil del brazo porque nunca pudieron repetirlo
suficientes veces como para formarse una imágen clara del mismo en sus sistema nervioso. De
modo que no pudieron adquirir ese conocimiento, no lograron la consciencia del mismo. El brazo
iría en una dirección e una oportunidad y en otra en la siguiente. Nunca era suficientemente
consistente. Había demasiado ruido en el sistema como para detectar una señal clara. De modo que
nunca tuvieron la oportunidad de aprender el movimiento. Los temblores y los esfuerzos torpes son
movimientos llenos de ruido. Dice que se necesitan una veinte repeticiones cuidadosas como para
que un nuevo movimiento entre en la consciencia y se haga voluntario. las personas con parálisis
cerebral nunca tuvieron la oportunidad de hacer veinte movimientos seguidos. De modo que
Feldenkrais les ofrece veinte movimientos seguidos, uno tras otro. Y, por cierto, aprenden. Se
vuelven suficientemente conscientes, lo sientes y pueden hacerlo. Cuando saben claramente cómo
se siente pueden hacerlo. Es a la vez consciencia a través del movimiento y movimiento a través de
la consciencia. Es bello, el portentoso poder de la reciprocidad.
No hay manera de mejorar si no es a través de esa retroalimentación. Si no puedes ver cómo estás
haciendo algo y cuán bien lo haces, no lo vas a hacer mejor. Estar en un estado de plenitud de
consciencia es usar la retroalimentación, prestar atención, volverse experto en vivir, encontrar
armonía con tu medio.
A veces me siento en una tina caliente, afuera, en un día frío. Metido en el agua caliente echando
vapor, con el jacuzzi encendido meto mi nariz en el agua para que mis ojos vean justo a la altura de
la superficie. Veo entonces a las burbujas reventando. Cada burbuja que revienta manda al aire frío
una pequeña gótica, e invariablemente cada gótica sigue una trayectoria parabólica. Miles de
millones de burbujas reventando en las tinas calientes de todo el mundo y siempre una parábola.
Cada una saltando hacia el cielo y luego cayendo.
Me recuerda el poema de Robert Frost titulado "La Carpa de Seda". En una de las líneas dice: "su
palo central de cedro, que es su pináculo hacia el cielo y que simboliza la certeza del alma." Esa
mañana estaba meditando, y después de un rato pude sentir esa dirección en mi cuerpo, esa
organización del sistema hacia el cielo. Y me di cuenta: ahí está ese impulso, esa tendencia, ese
alcanzar hacia arriba. Estamos tratando de llegar ahí. No somos aún perfectamente verticales. Aún
nos doblamos mucho, por presión y miedo. Pero vamos en esa dirección. Es nuestra naturaleza,
parte de nuestro compromiso amoroso con la gravedad. Y el caer....
La muerte, decía Gregory Bateson, es el modo cómo la especie pone al día sus archivos. Es una
manera de limpiar y comenzar de nuevo. La muerte de uno es el modo cómo la naturaleza abre
espacio como para probar otro. Es la especie la que hace ese juego, no el individuo. De modo que la
muerte es completar y reorientar, así como la niñez fue recabar información y visión interior, como
la madurez es responsabilidad y acción efectiva. Espero que los años de cierre estarán llenos de las
satisfactorias recompensas de una vida vivida conscientemente.
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16. LA INTERRUPCION HABITUAL DE LA EXPERIENCIA: BARRERAS Y CARACTER
En cada etapa del ciclo de sensibilidad hay maneras de bloquear el incremento de la sensibilidad.
Cuando se vuelven habituales, las llamamos barreras. las barreras interrumpen el proceso de
profundización de la experiencia. El ciclo de sensibilidad es un proceso y las barreras son sus
interrupciones. Los hábitos en las barreras interfieren con el flujo natural del ciclo. En la barrera a la
culminación, los hábitos impiden completar un proceso y reorientarlo al próximo. En la barrera a la
introvisión, los hábitos bloquean la recepción de la información. Algunas personas tienen cosas que
no quieren ver o comprender. Prefieren no estar en contacto. No quieren mirarte. Cuando están bajo
stress, se confunden y retiran. Evitan la claridad. Si tratan de relajarse, se entumecen. Hay algo en
su experiencia demasiado terrible para saberlo. Puede que piensen que hay algo en ellas que es
horrible. Como resultado, evitan un real contacto con lo que está afuera o adentro. Les deja poco
espacio para vivir.
Otra personas ven claramente, o con algo de claridad, pero tiene hábitos que les impiden actuar. Se
sienten atoradas, empantanadas, pesadas, densas e inmóviles. Y desesperados. Y sienten que no hay
nada que puedan hacer. Cuando surge un impulso, una voz interior les dice ¡No!, ¡No lo hagas!
¡Podrías herir a alguien!. ¡Vas a cometer otro error! Estos mandatos habituales destruyen toda la
diversión y la espontaneidad. Estas personas se tensan cuando un impulso surge. Se ponen en alerta.
Mientras más las presionas, menos se sienten dispuestas a responder. Su único camino a la
asertividad cuando niñas, para usar la fuerza que tenían para vivir, o para proteger sus espíritus, era
resistirse. De modo que se encuentran estancadas en un patrón que dice: sólo soy auténtica conmigo
misma cuando me resisto o no hago nada. No llegarás a ninguna parte con estas personas usando la
fuerza. Cualquier sugerencia de que quieres que hagan algo las cierra automáticamente. No hay otra
manera de responder para ellas ante la percepción de la fuerza o la responsabilidad.
Luego, hay personas que se comprometen con el solitario camino de hacerlo todo solas. No esperan
ningún apoyo consistente. No esperan ningún apoyo del exterior. No esperan que exista nada
nutricio. Imaginan al mundo como un espacio vacío, en el que no se puede contar con nadie.
Cuando les ofreces algo nutricio, lo rechazan. Ven algo malo en ello. No lo van a recibir. Como
resultado de eso nunca están satisfechas. evitan ser nutridas, e incluso evitan encontrar nada nutricio
en el mundo, porque no quieren enfrentar la posibilidad de una pérdida. El estado de recibir lo que
quieren les produce ansiedad. Tener lo que tanto quieren las hace vulnerables a una nueva pérdida.
No son buenas para recibir lo que está disponible.
Finalmente, están aquellas personas que se aferran a sus acciones mucho después de que podrían
detenerse y esperar que surja una nueva situación. Habitualmente este proceso interrumpe la
espontaneidad y mantiene el control. También impide cualquier incremento de la sensibilidad al
mantener vivas la tensión física y psicológica. Ven al mundo como una serie de problemas por
resolver a través del despliegue de energía y del esfuerzo, en el que el amor y el afecto se dan sólo
para lograr algo.
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Hay varias maneras de pensar acerca de las barreras. Pueden ser indicadores del material nuclear y
de los procesos del carácter. Cada proceso caracterológico, con su propio material nuclear
específico, tiende a organizar la conducta de maneras particulares, alrededor de disposiciones y
fuerzas particulares. Las interrupciones a la sensibilidad son diferentes en los diferentes procesos.
En la medida que la terapia avanza en sus varias etapas, las dificultades que se encuentran, por
ejemplo con el acceso y el contacto, son señales del proceso caracterológico particular en
funcionamiento. Hay, por ejemplo, una conexión entre los problemas de contacto y el proceso
sensible-retraído, entre el acceso al estado de plenitud de consciencia y el proceso abrumado-
aguantador y el engañoso; entre la barrera a lo nutricios y el proceso dependiente-aguantador, y la
barrera a la culminación y los procesos expresivos y ocupados. No es que cada proceso
caracterológico usa solamente una barrera, sino que los varios procesos usan una barrera de una
manera diferente y se les vé más claramente en una o dos de estas barreras.
Cada barrera involucra también el balance entre tendencias opuestas. Por ejemplo a la barrera a la
intromisión, el balance entre el contacto y el retraimiento. El balance de los opuestos es una de los
principios de organización mas usados en la naturaleza. Como ejemplo tenemos los dos sexos, las
ramas simpática y parasimpática del sistema nervioso y las partículas de carga positiva y negativa
en el átomo. Este interjuego dinámico de opuestos es un movilizador y energizador de primer orden
en el universo. Se dibujan, se dan base, se revelan, y se dan vida el uno al otro. Tal vez su
representación mas bella es su representación del yin-yang. Si no se integran suavemente las
funciones centrales de la vida eso significa que van a actuar de maneras conflictivas, así como
cuando un semáforo falla, la intersección de la calle se entrampa o se vuelve peligrosa.
La persona que tiene conflictos fuertes, tiene una tendencia hacia una manera de actuar, lo que
significa que tienden a reaccionar en lugar de responder. La tendencia a retraerse es parte del
proceso sensible retraído. La impulsividad, la rapidez de las reacciones, es característico del proceso
engañoso, y la tendencia opuesta, la demora, es parte del proceso abrumado-aguantador. Las
conductas en las barreras son dolorosas, dañinas, extremas y persistentes. Las funciones no
integradas se las arreglan para irse a un extremo y para quedarse ahí. Por ejemplo, el retraimiento
del proceso sensitivo-retraído, deja a la persona a la vez en un estado desesperado por hacer
contacto, y sin acceso a la información que necesita para lograrlo con alguna probabilidad de éxito.
El resultado de esto son los intentos abortivos o inapropiados de salir hacia afuera, que conducen de
una manera natural a frecuentes fracasos, a heridas y más razones para retraerse. Cada barrera
muestra estos ciclos.
Las barreras entonces sirven como defensas contra las heridas, la separación, la pérdida, el fracaso,
etc. Al mantener bajo el nivel de la sensibilidad y al reorientar la conducta alejándola de las áreas
alejadas de dolor las barreras nos protegen. Lo hacen primero cuando somos sumamente
vulnerables como niños, y luego cuando adultos que nos hemos acostumbrados a estar mas o menos
fuera de contacto con nosotros mismos.
LA BARRERA A LA INTROVISION
La experiencia del parto y la calidad del contacto con la madre y con el medio en los primeros días,
semanas y meses son sumamente importantes. Para el bebe no hay ningún simbólico; eso viene más
tarde. El mundo es sensación y sentimiento. Si ese mundo es desagradable o doloroso el infante se
retraerá de él mismo cerrándose lo mejor que pueda. Sólo la sensibilidad de la madre acerca de lo
que es demasiado para el recién nacido, manteniéndolo abrigado y seco y libre de ruidos repentinos,
luces brillantes, etc. permitirá que el bebe tenga tiempo para integrarse al mundo. Si la madre es
temeroso, ansiosa, violenta o demasiado insensible lo mas probable es que se desarrolle una barrera
a la introvisión. Por otro lado también es posible la necesidad de demasiado contacto. La madre es
usualmente el lugar más seguro cálido y atractivo de todos para la criatura y cualquier separación de
ella puede ser extremadamente dolorosa. Eventualmente el niño aprende a integrar esta fuerte
necesidad con el desarrollo de un yo autónomo. Cuando se falla en este desarrollo se ha configurado
la semilla para el proceso expresivo-aferrado.
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Estos son los factores organizadores a la barrera de la introvisión. Si el contacto es tosco, el infante
desarrolla una tendencia al retraimiento. ¿Qué opciones tiene la criatura? no puede simplemente
irse. Tiene que retraer su atención y bloquear sus sentidos. No puede entender ni puede pedirte que
cambies. Sólo tiene sentimiento y reacciones. Una vez que se ha sentado el patrón de retraimiento
todos los aprendizajes subsiguientes los organizará el niño alrededor de ese patrón. Cuando el
contacto es sumamente importante y se teme la separación el niño aprende a controlar el contacto
aferrándose y sintiendo zozobra.
contacto
recabar información
retraimiento
En los procesos expresivo-aferrados se hacen fuertes conexiones en los niveles emocional y físico.
Sin embargo, la falta de distancia, no da espacio como para entender la situación. De ahí surgen
distorsiones. Lo ideal es un movimiento fluido en todo el rango de la función de la distancia, desde
las experiencias cercanas llenas de sentimientos hasta la concentración y la belleza abstracta de una
clase mundial de ajedrez o las matemáticas. Los procesos expresivos-aferrados implican una
desesperación por la cercanía que tiende a abrumar a los demás y alejar la intimidad. cuando los
demás se quedan se sienten atrapados, presionados, manipulados, etc. Esta necesidad de la otra
persona de mantener distancia es fácilmente percibida por la expresiva-aferrada y le crea una
tormenta emocional e incluso más desesperación. Ida y vuelta.
Yo trabajé con una mujer en Portland, Oregon, que tenía el hábito de hacer preguntas y cuando le
estaba respondiendo giraba la cabeza y sus ojos miraban al vacío. Después de haberle respondido
ella voltea nuevamente con una mirada completamente vacía. Era como si yo no hubiese dicho nada
y ella no hubiese preguntado nada. Como resultado nada parecía funcionar. Por supuesto nada
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funcionaba porque nunca nos conectábamos. Este es el tipo de sabor que tiene la barrera a la
introvisión. Me tomó cierto tiempo más de una hora realmente, para darme cuenta qué hacer con
eso. Tenía dos asistentes trabajando conmigo. Decidí ir directamente a la conducta que se
manifestaba a través de la barrera. Pensé que podíamos hacernos cargo del movimiento de su
cabeza y su actitud de no escuchar y ver qué ocurría. Monté un pequeño experimento en el que ella
trataría de mirarme y escucharme mientras mis asistentes asumían la tendencia a voltear la cara y no
escuchar. Le explique el arreglo. Una asistente presionaría físicamente con suavidad su cabeza,
tratando de que esta se volteara, y la otra asistente susurraría en su oído "no lo escuches, no lo
escuches". Ella trataría de verme y de escucharme. Nos organizamos y cuando ella estuvo lista nos
lo hizo saber y mientras una asistente susurraba las palabras a su oído, la otra trataba de hacerle
girar su cabeza para que no me mire. Solo tomó unos segundos. Mientras que hasta ese momento
había dado pocas muestras de emociones, repentinamente se hecho a llorar y se puso muy emotiva.
Nos habíamos hecho cargo de su técnica par evadir el contacto dejándola con aquella parte de si
misma que ella estaba protegiendo, la parte que estaba desesperadamente del contacto que había
estado evitando. o rimero que recordó fue el haber sido llevada a un orfanato y de haber sido
separada de su hermana. Se sintió barrida por la última necesidad de contacto con una persona
amada que ella se permitió sentir. Eso había ocurrido mas de 40 años atrás cuando ella tenía cinco
años. De modo que procesamos ese dolor y la opción de sentir y satisfacer esa necesidad en su vida
presente y futura.
Una manera de trabajar en la barrera a la introvisión es usando los ojos. Simplemente explorando
los sentimientos y reacciones que se crean al mirar o alejar la vista, si se hacen en un estado de
plenitud de conciencia se generara mucho material con el cual trabajar. El temor a mirar y ser
mirado se conecta directamente con el material nuclear. Se puede decir en gran parte lo mismo
acerca del contacto. El tema es el contacto y estos son dos canales primarios para ello, a pesar de
Ma Bell.
Durante las sesiones emocionalmente intensas frecuentemente las personas necesitan acurrucarse y
ser contenidas firmemente. Esto expresa su temor a quebrarse si se hace contacto con aquello que se
teme. También forma parte de esto la sensación de sentir frío o congelamiento (Aterrorizado). Si
contienes firmemente a la persona durante un rato se sentirá muy reconfortada al principio y
después de un rato por lo menos después de varios minutos puede comenzar a sentir el impulso a
abrirse. La persona podría entrar espontáneamente en los movimientos o experiencia del parto. Este
proceso de nacimiento, además de ser una experiencia intensamente real y muchas veces
directamente relacionado con el nacimiento real de la persona, es la expresión simbólica primaria
del salir, estar aquí y hacer contacto. Cuando la persona puja esta lista para mirar un rostro. Puede
ser un momento temible para ella. El primer contacto visual también es el momento en que ocurre el
cambio mas grande, el aprender a mirar. Puede incluso mejorar la vista.
Siempre trato de mantener una expresión amorosa esperando para cuando esos ojos se abran. Uso
una asistente o miembro del grupo si se trata de un taller. Ese rostro y el contacto suave y calidez
de las manos y de la piel forman el comité de bienvenida original. Para la persona que tiene un
proceso sensible-retraído la experiencia de abrir los ojos luego de pujar para salir al mundo y el
encuentro con el amor esperando es como despertarse de una pesadilla en los brazos de un padre
claro y amoroso.
En una oportunidad estaba trabajando así con una persona que sufría un proceso sensible-retraído,
cuando la mujer con quien trabajaba comenzó a darse cuenta de cosas como los colores y lo lindas
que eran. Habíamos trabajado a fines de la mañana, y toda la tarde ella veía repentinamente algo y
su rostro se iluminaba con asombro y encanto. Ella podría estar mirando fijamente a algo, tal vez
una sombra, o la luz de un árbol afuera y ella se iluminaba toda. No podía prestar ninguna atención
a la clase. Se quedaba mirando alrededor; no sabía que las cosas se veían así. Yo observaba con
gran placer cómo ella descubría su mundo.
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Otra cosa que hago en la barrera a la introvisión es trabajar con la aceptación de los impulsos
internos, tomando contacto con el yo interior, aceptando las partes que tienen rabia, miedo, lo que
sea. Uso sondas como las relativas a la pertenencia (tu presencia aquí es bienvenida), o miedo (no
tienes que ver nada para lo cual no te sientas preparada). También uso sondas como: "eres humana"
o "todo lo que esta en tu interior es natural". Esas sondas se dirigen directamente a los temas del
proceso retraído.
LA BARRERA A LA RESPUESTA
La barrera a la respuesta tiene que ver con la oportunidad y el control y con los hábitos que median
las acciones. Las acciones necesitan ser definidas en el tiempo, moldeadas y dirigidas a fin de ser
efectivas. Para que una acción sea intencional, se necesita tiempo para planificarlo y para pensarla.
La intención necesita deliberación, por lo menos por un momento. Sólo si nuestras acciones son
deliberadas podemos sentirnos responsables. Sólo sentimos que lo hemos hecho si es que hemos
permitido que el tiempo, la deliberación y la consciencia han podido moldear la acción; esa es
nuestra decisión y somos dueños de nuestra conexión con los resultados. Entonces somos
responsables. Si estamos libres para actuar, si podemos o no responder, entonces somos
responsables (respondemos) por la acción. Si no estamos libres, si la acción tiene lugar
repentinamente, sin la participación de nuestra intención a nivel consciente, si solo reaccionamos o
nos encontramos incapaces de actuar, entonces no nos sentimos responsables. De modo que la
barrera a la respuesta tiene mucho que ver con el tiempo.
El proceso engañoso, por otro lado, tiene que ver con el resistir muy poco y actuar impulsivamente
sin que medie el pensamiento ni la planificación consciente. Termina con una acción irresponsable
y la sensación de no sentirse responsable. Mientras que la persona abrumada-aguantadora adopta la
actitud de inocente y se sienten muy culpables, las personas aguantadoras juegan con la
responsabilidad y no sienten ninguna. Las personas engañosas son impulsivas, no confiables y
volubles. Las personas engañosas pretenden tener talentos, atributos, riqueza, status y poder cuando
no los tienen. Los rasgos primarios de las personas engañosas son la falta de un compromiso con la
verdad, que es en otro sentido simplemente su imaginación sin restricciones y una casi total falta de
sentido de culpabilidad. Cuando nuestras acciones son totalmente espontáneas e impulsivas se
desvanece la responsabilidad. David Shapiro habla de esta idea en su libro "Autonomía y carácter
rígido".
Las acciones rápidas son mediadas por la enervación del simpático y por la baja inhibición cortical.
Lo opuesto de esto la enervación del parasimpático y la alta inhibición cortical median la acción
lenta y deliberada. De modo que estos factores, el metabolismo y la acción inhibidora de la corteza,
ayudan a establecer los patrones de conducta alrededor de la barrera a la respuesta. En las etapas en
que se aprende a controlar voluntariamente los músculos, cuando se experimente con el movimiento
libre, cuando los padres están dando reglas y estas son puestas a prueba por la criatura, se esta
moldeando la forma de la acción y la responsabilidad. Es en esa oportunidad que las personas
abrumadas-aguantadoras aprenden que la demora y la inocencia desgastan a los opresores y las
personas engañosas-imaginativas aprenden que pueden lograr quebrar las reglas por medio de
mentiras y del encantamiento. La destreza de las excusas de las personas engañosas-imaginativas
logrando desarmar tienen el mismo efecto que la torpeza de las pobres y embarradas personas
abrumadas-aguantadoras. En ambos extremos se las arreglan para no ser responsables.
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Hay que integrar estos aspectos polares del impulso y del control. Los momentos son serios o
insignificantes, o algo intermedio. Aguantarse o meterse eso tiene que ser decidido para uno mismo
y los demás. Para la persona abrumada-aguantadora la vida es sombría, para la engañosa es una
broma.
acción
expresión
demora
No es, no puede ser serio. "No fue mi intención. Estaba bromeando. ¿Por qué todo el mundo se
alborota? Esta bien no tengo una licencia como piloto. Ya la voy a sacar".
La conducta en la barrera a la respuesta es un arreglo frente al control por otros y una defensa
contra el dolor de la separación de las personas amadas que, como los padres, esperan y muchas
veces demandan un cierto nivel de responsabilidad. En la barrera a la respuesta la disposición es a
demorar como en el proceso abrumado-aguantador o a reaccionar sin pensar como en el proceso
engañoso. La demora vuelve impacientes a los demás. El reclamo de inocencia hace que los demás
quieran forzar la acción y la responsabilidad y ofrecer castigo. La impaciencia y la fuerza dirigida a
alguien en un proceso abrumado-aguantador solamente lleva a una demora en la acción y monta el
escenario para una batalla larga y silenciosa de voluntades. La persona en un proceso engañoso
responderá con promesas y encanto y tratará de acallar las demandas de las demás ofreciendo solo
una semblanza de lo que se quiere, evocando así más demandas y reclamos porque no se hace lo
correcto ni lo esperado. El juego continúa hasta que explota.
LA BARRERA A LO NUTRICIO
Los tres procesos caracterológicos asociados con la barrera a lo nutricio son el abrumado-
aguantador, el autosuficiente y el engañoso. La conducta a nivel de la barrera a lo nutricio, es la
tendencia a ver menos de lo que realmente hay, evitar la necesidad o esperar demasiado. Esto es
central para los procesos dependientes-aguantadores. La tendencia a hacerlo solo, a hacerlo uno
mismo y la negativa a aceptar el apoyo de los demás caracterizan al proceso autosuficiente. La
persona engañosa-imaginativa frecuentemente se vé muy ocupada apoyando a otros siendo una
buena persona o haciendo algo estúpido y peligroso sin darse tiempo para evaluar lo que es bueno
para ella o lo que realmente necesita.
La barrera a lo nutricio tiene que ver con el recibir el alimento y evitar cosas tóxicas. Tiene que ver
con la evaluación de los resultados de sus propias acciones. En los procesos dependientes-
aguantadores puede ser visto como una disposición a abortar o colapsar. La tendencia de las
personas dependiente-aguantadoras a ver el mundo como un desierto hace que todo les parezca una
lucha difícil. Una actitud como esa promueve una disposición por abortar todo esfuerzo y por
colapsar cuando las cosas se ponen aunque sea un poquito difíciles. Las personas duras continúan
cuando las cosas se ponen duras pero las que habitualmente sondependiente poco prometedora los
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detiene antes de comenzar. Las personas autosuficientes continúan. Suya -aguantadoras
simplemente renuncian. Su tendencia a evaluar la situación como es la tendencia a asumir desafíos
solas, una tendencia a darle la cara al viento y una inclinación para ponerse constantemente a
prueba. Es una tendencia a negar la necesidad de las demás personas del apoyo y del
compañerismo.
Los problemas en la barrera a lo nutricio afectan la capacidad para evaluar el resultado de las
acciones. No es tomado en cuenta o se encuentra ausente mucho de aquello que podría ser un
apoyo.
lo nutricio, el apoyo
juicio
lo tóxico, lo agotador
La personas en un estado depresivo tienen una gran capacidad para convertir cualquier aspecto
potencialmente positivo de su situación en una carga terrible. Si heredan millones se preocupan de
los impuestos. Estas personas también pueden creer que ellas también tienen que ser juzgadas y
encontradas en falta, y esa misma evaluación se vuelca hacia adentro. La persona autosuficiente, no
reconoce ni acepta el apoyo de otros. Para la persona engañosa imaginativa no es posible reconocer
lo tóxico ni en la forma de hacer demasiado para los demás, ni el agotarse desafiando seriamente
situaciones peligrosas. Para las personas como nosotros que dependemos tanto del lenguaje y el
significado, el engaño es una estrategia desastrosa. Funciona para los camaleones. Ellos no piensan
quién es una buena persona y quién no. Quién tiene buenas intenciones y quién se quiere
aprovechar, quién amerita sus energías y quién no. Para poder formular esos juicios, es necesario
pensar un poco y ser capaz de ver el valor y el peligro en cada lugar y en cada persona. Los
conflictos que rodean a estos procesos tienen que ver con el dar y el recibir, con el pedir alimento y
apoyo o negar que uno los necesita.
LA BARRERA A LA CULMINACION
Esta última barrera tiene que ver con la persistencia y el problema de completar las cosas. Luego de
que una persona ha recibido suficientes nutrientes, de lo que se trata es de relajarse, descansar y
reorientarse. Al completarse el sistema comienza a reorganizar su jerarquía de necesidades. Cuando
una necesidad ha sido satisfecha emerge la otra. La culminación es un problema cuando la persona
no se reorienta no permite que el proceso se complete. La persona puede tener problemas soltar
cada pequeña tarea o su liderazgo central. Al igual que la persona que se lleva el trabajo a casa, o la
persona que llama a casa 10 veces al día desde la oficina. La barrera a la culminación tiene que ver
con el problema de soltar, dejar ir. Una de las maneras como esta barrera se expresa es con el miedo
a ser espontáneo. Para que una persona sea espontánea tiene que relajar el control. El hábito aquí es
permanecer en control. Lo que se teme es soltar demasiado rápido. Con un poquito mas de esfuerzo
una podría lograrlo. El estilo es continuar, tratar más fuertemente, dar el 110 % y lograr la
perfección. Las personas involucradas en los procesos de la barrera a la culminación están tratando
de que algo continúe. Persisten cuando otros cederían. Presionan en contra de su cansancio y
hambre. Caminan contra el viento, batallando cuesta arriba, se frustran y se niegan a sí mismos.
Focalizan su atención en los resultados, no en el placer. La vida está llena de problemas por
resolver.
Esta barrera tiene que ver con el no haber logrado integrar el soltar con la persistencia; el control
con la pasividad; el trabajo serio y duro de los adultos con la magia y el juego de los niños.
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persistir
aferrarse
soltar, abortar
Cuando uno atraviesa la barrera a la culminación uno pasa del conjunto del simpático al conjunto
del parasimpático. Se trata de soltar, de relajarse. Esperamos que surjan sentimientos suaves,
ternura, afectos. El estilo ocupado-sobrefocalizado, tiene dificultades para ablandarse y problemas
con sentimientos suaves como el llanto. Están forzándose a ser adultos y huyen de las cosas
infantiles. Cuando ceden, emerge el niño. La terapia implica interacciones relacionadas con los
sentimientos suaves. La tendencia es a persistir a aferrarse. Las personas usualmente saben cuándo
hay logrado lo suficiente de algo, cuándo es el momento de quitarse y cuándo puede valer la pena
continuar.
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17. SALIÉNDOSE FUERA DEL SISTEMA
Da Free John
Gurdjieff los llamaba dormirse. No estamos conscientes de nuestro propio proceso. Es raro
encontrar a una persona que realmente se conoce a sí misma. Los patrones de nuestra conducta, los
patrones del carácter como el sensible-retraído y el dependiente-aguantador, son básicamente
hábitos. Son hábitos. de estilo, pensamiento, sentimiento, realización y ser. Y en tanto hábitos,
operan automáticamente y fuera de la consciencia. Por ejemplo, una gran parte de nuestro diálogo
interno es repetitivo, sistemático y predecible. Alguien dijo: todos nos hablamos, lo que pasa es que
no nos escuchamos. Nuestra manera de hacer las cosas es también repetitiva e inconsciente. Estos
aspectos sistemáticos de nosotros mismos son expresiones del material nuclear y aparecen en la
relación terapéutica así como en todo. En terapia usamos deliberadamente estos patrones, para
focalizar el proceso y para accesar al material nuclear que los motiva y moldea. Lo sistemático es la
piedra del molino terapéutico. El carácter es un sistema: salirse fuera de él significa libertad y
autonomía.
QUEHACER MENTAL
A la mente le resulta difícil permanecer en silencio. Recuerdo la primera vez que experimenté
conscientemente el silencio de la mente. Estaba meditando. En mi interior pensaba: ah.. está en
silencio ahora. ¡No, no está! Dije, está tranquila y no, no está tranquila. Dije eso, simplemente dije
eso. Y continué así Cada vez que me daba cuenta que habían unos segundos de silencio y rompía el
silencio con un comentario y luego hacía lo mismo al darme cuenta que había comentado. Sólo que
no parecía que era yo quien lo hacía. Estaba tratando de estar en silencio ¡que fastidio! Me sentí tan
frustrado que espontáneamente grité interiormente ¡Cállense!! a todas esas voces. ¡Y se callaron!
Por un rato, tal vez por un minuto, había un silencio perfecto, bello, apacible. Para mí fue una
revelación. Entendí que era posible. No puede compararse con ningún otro logro en la vida, no
importa lo que sea.
El silencio mental es muy raro para la mayoría de las personas. Casi todo el tiempo estamos
ocupados internamente, haciendo algo, planeando, hablando. Si te permites aunque sea sólo unos
minutos para estudiar tranquilamente lo que ocurre en tu mente, nombrándolo y tal vez
escribiéndolo, vas a encontrar un patrón en toda esa actividad. Tiene forma y dirección, forma
patrones y tiene propósitos. Está haciendo algo. Puede que estés viendo imágenes, creando fantasías
o actuando conversaciones y pequeños dramas, o te estás enseñando algo acerca de algún tema de
interés (una de mis actividades internas favoritas). Sea lo que sea, se relaciona con los patrones de
carácter y sistemas en los que estás metido. Puede haber una audiencia imaginaria o implícita. Para
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mí, el hecho de que me esté enseñando algo, establece el rol de maestro y el rol complementario de
estudiantes. En mi vida he tenido cientos, sino miles de personas con las cuales me he relacionado
como profesor a estudiante. Los patrones del quehacer mental tienen una gran influencia sobre el
modo cómo se despliegan las vidas de uno.
El quehacer mental nos sirve para sentirnos más seguros de alguna forma. Contiene la ansiedad. En
la medida en que nos hablamos a nosotros mismos y observamos las escenas que creamos, estamos
preparándonos, ensayando, planificando, o creando imágenes y dramas en los que obtenemos algo
que necesitamos. Por supuesto, esta actividad interna puede ser abrumadora y desintegrarse cuando
la ansiedad, la preocupación y el miedo son excesivos. No obstante, el objetivo de este quehacer es
el logro de alguna forma de satisfacción y se relaciona con el material nuclear y el carácter.
Tomemos unos ejemplos. Supongamos que el quehacer mental salta por todas partes, sin quedarse
un tiempo en ninguna imágen, fantasía o diálogo. La "audiencia" interna está constantemente
cambiando. Este patrón podría reflejar la necesidad de evitar estar en un lugar por mucho tiempo, el
acercarse demasiado o asumir responsabilidades. Mis clases interiores, por ejemplo, aun cuando me
ayudan a preparar algunas de las realidades de mi vida, también me mantienen en una posición de
autoridad y a mantener cierta distancia frente a mi audiencia. En mi caso se trata claramente un
reflejo del patrón duro-generoso. De la misma manera, la fantasía y el drama internos reflejan
muchas veces el estilo de la persona aferrada-expresiva. El quehacer mental sirve al carácter.
También el quehacer mental arrastra a otros hacia patrones recurrentes de interacción con nosotros.
Sustituimos meramente la audiencia interna por la externa. Las respuestas del mundo externo
también nos ayudan a controlar la ansiedad. De modo que tendemos a atraer a personas reales hacia
los roles que nos gustaría que jueguen en nuestras vidas, de la misma manera como creamos
personas imaginarias en nuestros mundos internos. (Por supuesto no siempre es tan simple. Hay
también relaciones complementarias entre los mundos internos y externos y entre lo consciente y lo
inconsciente. Pero los temas son los mismos, el material nuclear es el mismo.) Las terapeutas, al
estar en contacto estrecho e íntimo con otros, también pueden ser arrastradas a jugar roles que
sirven a las necesidades caracterológicas de las demás personas. Esperamos que se den cuenta de
qué es lo que está pasando, lo descubran pronto, lo nombren para sí y para la otra persona y que
finalmente se salgan del sistema que ha creado.
Hay algo acerca de la otra persona - el estilo, el rol - que lleva a la terapeuta a interactuar
sistemáticamente de una cierta manera. Partiendo de esta perspectiva, podemos examinar los
patrones caracterológicos en términos de qué tendencias sistemáticas van a mostrar, al interactuar
con su terapeuta. El autosuficiente, por ejemplo, tiene un material nuclear que organiza la conducta
alrededor de creencias como "mejor lo hago por mi cuenta", o "no espero que nadie me ayude". En
la terapia, las personas que siguen este patrón harán todo el trabajo solos. Escucharán a su terapeuta
por un rato, y luego se meterán en algún espacio de sus cabezas para trabajar sobre eso - sea lo que
sea. Cuando salen, hablarán por un rato y cuando la terapeuta responde regresarán a su interior para
trabajar algo más, dejando a la terapeuta en gran medida jugando con sus dedos. Yo llamo a esto:
interactuar con la terapeuta entre hueco y hueco. Es como si estuvieran manejando un carro por la
carretera y vienen muy de vez en cuando para llenar el tanque de gasolina o para cambiar una llanta.
La terapeuta ingenua se queda sintiéndose desinflada y aburrida, pensando que diablos estoy
haciendo aquí. Más adelante damos una lista de sistemas interactivos terapeuta/cliente. Primero
tratemos los sistemas que las terapeutas tienden a traer al trabajo, especialmente aquellos sistemas
que perturban el despliegue de los procesos de los demás.
AYUDAR, NO HACER
El sistema en el que caemos todos ignora con demasiada facilidad la organicidad de la otra persona
y asume un poder y control al que no tenemos derecho. Es el sistema en el que todos crecimos, el
que trata a los niños como una propiedad personal y que se mantiene mediante la violencia y las
amenazas de la violencia. Se refleja en la actitud de las terapeutas que asumen que tienen que hacer
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algo en la terapia porque se sienten que son los responsables de hacer que algo ocurra. Como si las
parteras fueran responsables de preñar a las mujeres y de empujar a los bebés para que salgan. Por
supuesto que las parteras y terapeutas tienen trabajos legítimos que hacer. Trabajos como el arreglar
el medio ambiente y tener el conocimiento de que hacer cuando el proceso que está desplegándose
necesita guía y apoyo. Pero, el proceso es esencialmente orgánico y surge del interior de la otra
persona. La mayoría de terapeutas que he observado interfiriendo con el proceso que despliega la
otra persona lo hacen porque necesitan hacer que algo ocurra, en lugar de reconocer que están ahí
para ayudar a que algo ocurra.
Es muy sencillo, vemos al sistema operando cuando las terapeutas que no responden a lo que
realmente está sucediendo con el otro, (a través de alguna afirmación de contacto, por ejemplo),
sino que tratan de forzar que las cosas ocurran experimentando demasiado y haciendo preguntas
innecesarias; sumiéndose en su curiosidad y en sus ideas sesgadas acerca de hacia donde quieren
que el proceso vaya. El proceso tiene su propio modo de seguir. Parte del sistema es buscar lo que
no está sucediendo - ya que no se dá cuenta de la vivacidad del otro - en lugar de darse cuenta qué
es lo que sí está pasando. Pero lo que más apoyo dá a lo que esta desplegándose es el darse cuenta y
nombrar la experiencia del otro, especialmente aquella parte que tiene contenido emocional actual.
Al nombrar y esperar que el otro decida donde va a ir, a partir de su momento presente, estamos
devolviendo responsabilidad y autoridad a la cliente. Es fácil hacerlo cuando uno se sale del modelo
autoritario y difícil cuando uno no lo hace..
Ahora veamos varios sistemas que surgen para evitar que el proceso en curso evolucione. Primero,
la lista de algunos sistemas interactivos típicos entre terapeuta y cliente que surgen en la terapia, y
de los cuales tenemos que salirnos. Cada uno de estos sistemas - y esto es solamente una pequeña
muestra - no es simplemente una manera problemática de interactuar. Cada una refleja el material
nuclear. Es esencial para el terapeuta reconocer que está metido en algo como eso y encontrar una
manera de salirse. Cada sistema es una ruta de acceso potencial al material nuclear que lo organiza.
Los siguientes son algunos ejemplos de que algo sistemático está ocurriendo en la conducta del
cliente.
Cuando nos encontramos metidos en un sistema, nos salimos de él de una manera simple y directa:
re-direccionamos el foco de la atención hacia el sistema mismo. Cambiamos de tema.
Interrumpimos el contenido que fluye y nombramos el sistema. He aquí unos ejemplos:
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Segundo ejemplo:
T. Me doy cuneta que repites con tus palabras todo lo que yo digo. Me imagino que en tu
infancia no te dejaron tener tu propia realidad.(Ocurre frecuentemente).
C. (Se pone inmediatamente emotiva). No, no me dejaban. (Con una voz emotiva algo infantil).
T. (Comienza a trabajar con la criatura con una voz suave, lenta, y cuidadosa). Bueno, puedo
entender porqué esto te pone triste y te molesta.
C. (Cambia mostrando definitivamente la apariencia de una niña aplastada).
T. De modo que te sientes muy mal, ¿no? Necesitabas que alguien realmente creyera en ti, ¿no
es así?
C. (Asiente con la cabeza).
T. Eso es realmente importante, ¿no es así?
Y así continúa trabajando con la niña. En cada uno de estos ejemplos, la terapeuta pasa a otro nivel
de interacción. No se trata de saltar de un aspecto del contenido a otro. Dejamos el contenido para
enfocar el estilo, el contexto, el modo como el contenido está siendo presentado. En el contexto de
una relación de ayuda ya establecida, esas interrupciones son fácilmente aceptadas. Cuando el viraje
es hacia algo altamente significativo para la otra persona, la transición hacia el nuevo foco es
sorprendentemente fácil y usualmente fructífero.
En terapia saltamos... :
En la terapia nos damos cuenta de cosas que están fuera de la consciencia de la cliente. NO se trata
tanto de que sea material reprimido; es simplemente hábito. Nos damos cuenta, por ejemplo, de un
tono de voz. Lo señalamos: "pareciera que no estás segura de que te voy a creer". Nos damos cuenta
de un gesto o expresión facial habitual: "¿Te das cuenta cómo mueves las manos cada vez que
hablas de ti misma?" Nos salimos del contenido y nos vamos a alguna parte de la visión más
amplia. Implica ir de un nivel del proceso, con un conjunto de restricciones, a un nivel más elevado,
en el que hay menos restricciones. Es ir del hablar acerca de algo para llegar a darse cuenta del
modo cómo estás hablando. Es pasar de un patrón de conducta a un darse cuenta del patrón.
Imagínate: estás dormida en tu sillón favorito y estás soñando. Estás en una torre, mirando una
pintura y una escena de un bosque. Estás en el bosque. En el bosque no eres consciente que estás en
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una pintura, en una torre, en un sueño, dormida, en tu sillón favorito. Estás sumida varios niveles
por debajo de la consciencia actual. En la medida en que te vas saliendo, te vas dando cuenta
primero de la bidimensionalidad de los árboles a tu alrededor y te das cuenta que estás viendo una
pintura. Estás de regreso en el cuarto de la torre y ves la pintura tal cual es. Te acercas a la ventana
de la torre y ves desde ahí a la cuidad. Ves las campanas de la iglesia cantando. Su voz te llega y
comienzas a despertarte. Luego te das cuenta que estabas soñando y que el viejo reloj de la pared
está dando la hora. Has salido de tu sueño para entrar en vigilia.
Las terribles compulsiones de los patrones del carácter, los estados de ánimo densos, fronteras
tensas y fuentes misteriosas. Como se parecen a los sueños.
El rol de la terapeuta es detectar los sistemas del carácter que están operando y ayudar a la cliente a
salirse de ellos. Si esto te hace recordar al arte y a la filosofía, está bien que lo haga. Si te hace
recordar a la plenitud de consciencia y a la meditación ¡enhorabuena! El arte, la cultura, la ciencia,
la literatura, están llenas de saltos de un nivel de comprensión a otro. De teorías específicas a teorías
generales. De la física newtoniana a la teoría cuántica y a la relatividad. De la física a la metafísica,
de la comunicación a la metacomunicación. De los números romanos al sistema decimal, del
álgebra al cálculo, de algo simple a algo más complejo. De lo habitual a la decisión consciente, de
lo mecánico a lo orgánico, de la "causa y efecto" a los circuitos de retroalimentación, del ego a la
libertad. Escuchemos a Da Free John "No hay compasión sino humor, No hay amor sin placer. No
hay libertad sin iluminación.
Hofstaeder dice que la diferencia entre los humanos y las máquinas es que las máquinas no se
aburren. Los humanos nos aburrimos y cansamos de los viejos hábitos. Y tenemos la imaginación
para saltar afuera. En el humor, la poesía, el arte, las matemáticas, en todo lo que requiere
imaginación, somos los mejores. Somos los grandes saltarines del planeta tierra: más alto, más
amplio, más rápido. ¿Qué otro animal podría llegar a la luna? No la vaca de nadie, seguramente. Ni
siquiera esos magníficos pájaros que dan la vuelta a la tierra cuyos congéneres han estado volando
así por millones de años. Ni siquiera esos. Sólo nosotros. ¡A la bendita luna! Que tal salto que fue
ese.
Y la historia es testiga que incluso esa maravillosa máquina supersaltadora, el colectivo de la mente
humana, también se atasca. Y las mentes individuales son incluso más susceptibles. Se necesita
práctica y voluntad para saltar, aún cuando sea nuestro derecho de nacimiento.
Dones y perdidas
La imaginación también forma parte de los dolorosos patrones en los que nos estancamos. En la
novela de Kurt Vennegut titulada "El Desayuno de los Campeones", el protagonista se está
volviendo cada día más loco. Las personas de su pueblo, sin embargo, la mesera, el que atiende la
estación de gasolina, las personas que trabajan para él y que lo ven todos los días, no se dan cuenta.
No se dan cuanta que se está volviendo loco porque no lo ven en absoluto. En las palabras de
Vonnegut, ven "sus expectativas acerca de él". Están meramente imaginándoselo como siempre lo
han conocido. De alguna manera ha quedado fijado en sus mentes. En base a claves como el tono de
voz, las ropas, su manera de caminar, o lo que sea, lo identifican y llenan los vacíos con lo que se
imaginan. Vonnegut dice que la imaginación es "el volante de la rueda de la maquinaria
desvencijada de la terrible verdad".
Es el gran don. Su lado oscuro esconde una terrible pérdida. Si lo que hacemos es imaginar a las
personas que nos rodean, sin verlas realmente, sin sentirlas realmente, perdemos un mundo
inmenso. Perdemos contacto con lo que es simplemente. Perdemos la intensidad de la niñez.
Perdemos la magia y el mito y nos perdemos en las palabras e imágenes de nuestra mente. El
místico trata de ir más allá de ellas. El estudioso trata de ser su maestro, no su esclavo. Cuando lo
logran están libres; libres para ser lo que realmente son, para tener la experiencia del mundo
plenamente, gozando de su significado y su misterio.
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Estamos a la vez libres y atascados. Cuando nos atascamos terminamos viendo sólo nuestras
expectativas. Nos acostumbramos el uno al otro. Actuamos por pedazos, una palabra, un gesto,
meros indicios. Continuamos con los demás sin darnos cuenta realmente y sin conocer. No se trata
simplemente de que no nos damos cuenta de un nuevo corte de pelo y de cómo pasa el tiempo
envejeciéndonos. Nos perdemos la experiencia de la otra persona y el significado que esta tiene. En
el estado de trance de la consciencia ordinaria, en la cháchara incesante de la mente, nos estamos
perdiendo constantemente el uno al otro. De eso es que tenemos que salirnos de un salto. Como lo
dijera en una oportunidad Bhagwan Shree Rajneesh, "mientras estoy hablando, tal vez estás
discutiendo conmigo en tu cabeza, pensando, cuestionando. Pero cuando haces eso te estás
perdiendo mi presencia. De hecho ¡estoy aquí! No necesitas soñar aquí."
El sentido del humor es muchas veces una manera de salirse del sistema. Una pequeña historia. En
una oportunidad vivía con una persona cuyo nombre era Eliot. Estaba iniciándome como terapeuta
y El era estudiante en un instituto local. No podía costearse una verdadera terapia, de modo que
trató de hacérsela él mismo. Trató es la palabra adecuada aquí. Eliot era una persona rígida y,
bueno... Una tarde yo estaba echado en mi cama viendo televisión (fútbol o algo así) con la puerta
abierta y El estaba en su cuarto, con su puerta abierta, tratando de hacer bioenergética consigo
mismo. Estaba tratando de lograr una abreacción espontánea. ¡Tratando! Naturalmente sólo lograba
sentirse frustrado. Como cualquier niño de colegio o maestro Zen saben, no se puede hacer que lo
espontáneo ocurra. Eliot se estaba volviendo un nudo. Gritaba un poco, pero eso era forzado y no
significaba que lograba ninguna descarga. Y eso continuó toda la tarde...
Bueno, yo no iba a cerrar mi puerta. Para comenzar, hubiera tenido que levantarme de la cama para
hacerlo. Y segundo, pensé que Eliot era quien debía cerrar su puerta, pero no me correspondía a mí
decírselo. Me iba a quedar ahí echado y me iba a sentir cada vez más malhumorado. De modo que
estaba que echaba humo internamente cuando el amigo El finalmente arrastró lo que quedaba de sí
mismo a mi cuarto. Se sentó en mi cama, totalmente descorazonado, con la cabeza colgando y me
dijo con una voz mínima y débil "estoy realmente asustado, Ron, no puedo comer mi comida" (El
estaba tratando de obtener algo de compresión y yo estaba que me lo comía vivo). Bueno, voltee a
mirarlo. Estaba aún cabizbajo, mirando sus rodillas. No parecía estar asustado. Parecía y sonaba
como un trapeador. Yo no sentía la más mínima simpatía. Después de un rato respiré
profundamente e invoqué a la Gran Voz de la Máxima Compasión. Y le dije, con una voz suave,
lenta, amorosa:
Luego de un rato de silencio, luego de lo cual levantó la cabeza y con una mirada realmente
intrigada, me preguntó:
Aparentemente mi respuesta no estaba entre las posibilidades que había imaginado. De modo que
repetí mi amable ofrecimiento. Y rompió a reír. Se rió tanto que cayó en mis brazos. Después de un
rato se fue a comer su cena y yo a mirar la televisión, un poco calmado.
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Me encanta el humor en la terapia - para salirse de estados de ánimo pesados, tristes e innecesarios,
para reírse de la tontería, la mía tanto como la tuya. Me gusta imaginarme que estoy a veces en las
alturas, viendo el gran escenario, pleno de compasión y con una gran risa en la panza.
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