Tema 4 Estructura
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Desigualdades económicas.
1. introducción.
Tradicionalmente no ha habido buena sinergia entre la Economía y la Estratificación
Social debido a sus distintos puntos de vista conceptuales: la Economía trata las desigualdades
de forma atributiva mientras que la Estratificación lo hace de forma relacional. No obstante,
esto cambió con el cambio de siglo y el estudio de las desigualdades económicas ya está
implantado en el campo de la Sociología de la Estratificación Social.
- Renta: flujo de dinero que se recibe en una unidad de tiempo y que incluye salarios,
rendimientos de inversiones, herencias, donaciones (bienes de capital), transferencias
del Estado.
o Las 4 fuentes (salarios, inversiones, capital y Estado) forman la renta personal.
o Si solo tenemos en cuenta ingresos de salarios e inversiones, será renta de
mercado.
o Renta personal – impuestos, cotizaciones = renta disponible.
- Riqueza: lo que ahorran los individuos. Está relacionada con el cúmulo (stock) de
recursos que se poseen.
Las desigualdades de riqueza están mucho menos estudiadas que las de la renta debido a
falta de datos. Así pues, nos centramos en la renta. Ya en el estudio de la renta, ¿son los
parámetros anteriores los correctos para ser analizados? ¿qué cantidad de tiempo se debería
usar para comparar? ¿no será mejor fijarse en el gasto que en los ingresos? Vamos a ir
desgranando cada punto:
Los ingresos pueden parecen un buen indicador de la desigualdad, pero tiene el problema
de que no tiene en cuenta el patrimonio, activos etc que influyen también en la capacidad
económica. Por otro lado, el gasto parece una variable más estable y realista, pero tiene como
contrapartida que se comporta de forma inercial y no refleja exactamente las dinámicas
económicas del momento. Un problema de ambas es que pueden estar mal reflejadas en las
encuestas en algunos casos.
Podemos empezar con un ejemplo didáctico, el conocido como desfile de Pen. En este,
imaginemos a todos los individuos desfilando durante una hora, y la altura de cada individuo
corresponde a sus ingresos sin impuestos. Primero vendrían los endeudados (arrastrándose),
luego una larguísima cola de gente marginalmente más alta durante unos 36 minutos.
Solamente a partir del minuto 54 las alturas crecerían enormemente. Esto indica bien la
distribución de riqueza típica en muchos países del mundo.
En la misma curva, otro medidor de desigualdad son los cuantiles de orden p (p entre 0
y 1), que se refieren al valor de la variable Y que deja por debajo una proporción p de los casos.
Así, el cuantil 0.9 se refiere al valor de la variable en x=0.9. Se puede hablar de cuantil, cuartil
(dividiendo el eje X entre 4), quintil, decil, percentil… La cosa es comparar dos distintos: cuanta
mayor es la razón, mayor es la desigualdad. Se suelen usar las razones P90/P50, P50/P10,
P90/P10, P80/P20.
Vamos ahora a las medidas sintéticas o resumidas. En una primera aproximación,
podemos usar la varianza o la desviación típica de la distribución, aunque estas dependen de
la escala de la variable. Para solucionarlo, se normalizan a coeficiente de variación (CV,
desviación/media) o se calcula la varianza del logaritmo de los ingresos. No obstante, el
parámetro sintético más usado es el índice de Gini. Este compara la suma de diferencias de
renta y la divide entre el tamaño de la distribución y la renta media total. Se ve más fácil en la
curva de Lorenz: el índice de Gini es A/A+B. Cuando es 0, la igualdad es total; cuando es 1, la
desigualdad es total. Es importante notar que el índice de Gini se mueve entre valores muy
acotados, de modo que es posible tener un índice no alto con una alta brecha entre ingresos
de los más y menos ricos.
Lo que está claro es que la variabilidad entre países es enorme, y que la desigualdad
económica entraña una enorme complejidad. Se ha demostrado que existe una fuerte relación
entre la dispersión de las rentas por trabajo y la desigualdad de ingresos totales. Esta
dispersión salarial tiene varios factores, desde la oferta y desde la demanda:
Pero no solo estas dos componentes, sino que también debe tenerse en cuenta el factor
institucional (salario mínimo, desregulación del mercado) y las interacciones entre todos los
niveles.
Esto respecto a los mercados, pero si no vamos a los ingresos en el hogar, la dificultad
aumenta en gran medida por la gran cantidad de factores que juegan un papel; de estos, los
dos más tratados han sido, por una parte, hay cambios en las características de los hogares
(estructura familiar, adulto único, mujer incorporada al mercado laboral) y por otra parte,
factores institucionales como la capacidad redistributiva del fisco y la generosidad de las
políticas sociales.
Desde el punto de vista de las oportunidades, hay que garantizar que todo individuo
parta con las mismas oportunidades, sin influencia de parámetros adscriptivos como la raza o
etnia. Esto se consigue con una educación pública, por ejemplo.
Desde el punto de vista de los resultados, hay que intervenir la distribución final de las
recompensas, porque existen mecanismos que impiden un funcionamiento meritocrático
perfecto. Además, hay personas que, ni realizando su trabajo, pueden cubrir lo mínimo para
vivir. Es entonces que el Estado actúa redistribuyendo de forma progresiva algún recurso.
1. Los países no han sido siempre los mismos. Se tiene la idea de que, a más países, más
desigualdad.
2. No disponemos del PIB/cápita de todos los países ni del pasado en muchos casos.
Además, para comparar a lo largo del tiempo hay que sustraer el efecto de la inflación
de precios. Para ello, se usa la Paridad del Poder Adquisitivo como medida del precio
de una cesta de productos sin contar la inflación.
3. No todos los países pesan igual en la cuenta. Según el peso asignado, se tendrá unos u
otros resultados.
Si representamos la evolución del nivel de vida (en PPA) frente a los años desde el 1980, se
observa que se forman tres grupos según PAA. En general se observa una tendencia creciente
para todos, y, además, han tendido a hacerse cada vez más desiguales entre ellos.
En el grupo rico, la tendencia de crecimiento es clara, aunque las curvas se aplanan para
tiempos modernos, lo que nos habla de una desaceleración de la economía.
El grupo bajo muestra una mejora general del PIB/cápita, aunque con variaciones muy
grandes entre países (China vs Camerún, Senegal...).
1. Los países pobres tienen una estructura económica muy pobre, con escasa
tecnología.
2. Imperfecciones de mercados internacionales.
Además, para que el flujo pudiese ocurrir, los países pobres deberían desarrollar la tecnología
de forma tan rápida como los desarrollados, cosa que no ocurre porque no tienen agencias de
investigación que sí tienen los países desarrollados.
Para la primera pregunta parece haber cierto consenso: se piensa que el índice de Gini
mundial podría estar entre un 0.63 y un 0.68, lo cual es un número muy alto si se compara con
el de otros países. Para la segunda pregunta, no obstante, no hay tanto consenso. Hasta hace
poco (finales del XX), se entendía que la desigualdad no había dejado de crecer. Este fenómeno
se explicaría por dos elementos y sus interacciones: cómo de desiguales son las rentas en los
países y cómo estos países se diferencian según su renta media. No obstante, Glenn Firebaugh
notó que dos países pobres que estaban creciendo (China e India) contenían una enorme
población, de modo que su crecimiento reducía la desigualdad mundial.
Entonces, ¿es imposible compara niveles de pobreza para distintos momentos y lugares? Para
eso existe el PPA (paridad de poder adquisitivo), que tiene en cuenta las variaciones de precios
a lo largo del tiempo. A pesar de esto, el análisis de la pobreza absoluta es prácticamente
inexistente en la literatura moderna porque, además, no tiene en cuenta el efecto social de la
pobreza, de modo que en realidad subestima los problemas asociados. En su lugar, los análisis
se centran en la pobreza relativa.
Los análisis de la pobreza relativa están en relación con la sociedad en la que se ubica:
el umbral no es fijo, sino que depende de los estándares de vida socialmente valorados en un
momento dado y tiene en cuenta también el riesgo de quedar excluido de las actividades
normales de dicha sociedad. Para calcular la tasa de pobreza relativa, se toman los datos de los
ingresos totales de todos los hogares, se hace la media o la mediana, y se establece como
umbral un porcentaje de dicho valor. Este porcentaje suele estar entre el 40 y el 70%. Como es
lógico, este umbral no deja de tener cierta arbitrariedad que depende de lo que el investigador
considere como razonable. La pobreza relativa no está libre de problemas, de los que podemos
describir 3:
A lo largo y ancho del mundo, las tasas de pobreza relativa son muy heterogéneas. Son, en
general, menores en los países desarrollados, pero con grandes variaciones. Además, no existe
una correlación directa entre pobreza directa e indirecta, de modo que hay que ser muy cautos
a la hora de interpretar los resultados.
Existen también otros indicadores que sirven de apoyo: para calcular la intensidad de la
pobreza, se puede obtener la brecha de pobreza), se puede también calcular la pobreza
persistente y, sobre todo últimamente, se pueden hacen análisis de privación
multidimensional, donde se combinan indicadores materiales y no materiales para entender
más profundamente el grado de privación que sufren las personas o los hogares.
Una gran cantidad de autores han trabajado sobre la pobreza: Nolan, Whelan, Callan, Luis
Ayala, Amartya Sen... Este último inspiró la creación del índice de desarrollo humano (IDH),
que mide la pobreza del desarrollo humano en tres dimensiones -salud, educación y nivel de
vida- mediante cuatro indicadores: esperanza de vida al nacer (salud), años de escolarización
medios para personas mayores de 25 y para niños (educación) y el ingreso nacional bruto/cáp.
Para el nivel de vida. Al tener en cuenta varias dimensiones, el índice acaba siendo un buen
reflejo de la realidad nacional.
La tasa de pobreza media en la UE está en torno al 16%, con una tendencia creciente
en los últimos años, pero de forma desigual. Por otro lado, parece haber factores que
claramente afectan a la pobreza:
a) La pobreza suele ser algo superior para mujeres, aunque no lo suficiente como para
establecer una relación “ser mujer” más riesgo de pobreza, pues existen otros
parámetros que median entre estos dos hechos (edad, nivel formativo etc).
b) La edad: las personas mayores de 65 años muestran mayor riesgo de pobreza.
c) La composición del hogar es muy importante como inhibidor o fomentador de la
pobreza: no es lo mismo un hogar monoparental con persona dependiente que vivir
con dos adultos menores de 65 años.
d) El nivel educativo: tener un nivel menor que secundaria hace aumentar la tasa de
pobreza; tener una educación muy alta protege, pero aun así muestra altos niveles.
e) El riesgo de pobreza aumenta espectacularmente cuando se reside en un hogar con
baja intensidad laboral.
En España, los indicadores son sistemáticamente peores que en el resto de los casos,
presentando además una baja presencia de los factores que protegen de la pobreza. En
España, la pobreza no tiene tanto que ver con la vejez como con la residencia en hogares
unipersonales.