Respeto Voluntad Persona Mental
Respeto Voluntad Persona Mental
Respeto Voluntad Persona Mental
de la persona con
trastorno mental y/o
adicción: documento de
voluntades anticipadas y
planificación de
decisiones anticipadas
Comitè de Bioètica de
Catalunya
Diciembre 2017
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El respeto a la voluntad de la persona con
trastorno mental y/o adicción: documento de
voluntades anticipadas y planificación de
decisiones anticipadas
Documento redactado por el grupo ad hoc adscrito al Comité de Bioética de Cataluña en el que
han participado las siguientes personas:
Hilari Andrés Mora. Enfermero especialista en salud mental. Coordinador del Programa
Plan de servicios individualizados del Parque Sanitario Sant Joan de Déu.
Josep M. Busquets Font. Médico. Secretario del Comité de Bioética de Cataluña.
Bernat Carreras Marcos. Psicólogo clínico especialista. Equipo de Atención Primaria
del Parque Sanitario Sant Joan de Déu. Vocal de la Sociedad Catalana de Especialistas
en Psicología Clínica.
Montserrat Cuesta Serramià. Psicóloga. Salud Mental Sabadell.
Pablo Hernando Robles (coordinador). Miembro del Comité de Bioética de Cataluña.
Corporación Sanitaria Parque Taulí.
Sílvia Mondon Vehils. Médico-psiquiatra. Unidad de Adicciones. Servicio de Psiquiatría.
Hospital Clínico.
Maria Àngels Porxas Roig. Universidad de Girona. Federación VEUS.
Josep Ramos Montes. Psiquiatra. Comité de Bioética de Cataluña. Comité de Ética de
Servicios Sociales de Cataluña.
Sergio Ramos Pozón. Profesor de Bioética (Universidad de Barcelona, Universidad de
Manresa y Universidad de Vic). Doctor en Filosofía.
Begoña Román. Profesora de Filosofía (Universidad de Barcelona). Presidenta del
Comité de Ética de Servicios Sociales de Cataluña. Vocal del Comité de Bioética de
Cataluña.
Miriam Santamaria Schaaf. Psicóloga clínica. Corporación Sanitaria Parque Taulí.
Gemma Serrahima Mackay. Federación Salud Mental Cataluña.
Àngel Urbina. Vicepresidente de la Federación Salud Mental Cataluña. Presidente de
la Asociación La Muralla (Tarragona).
Tina Ureña. Colegio Oficial de Trabajo Social de Cataluña. Jefe de Área de
Rehabilitación Centro Psicoterapia Barcelona Servicios Salud Mental.
Enric Vicens Pons. Médico psiquiatra. Miembro del Comité de Ética del Parque
Sanitario Sant Joan de Déu.
Edgar Vinyals. Presidente Federación VEUS.
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El respeto a la voluntad de la persona con trastorno mental y/o adicción
Resumen
Introducción
1. Documento de voluntades anticipadas (DVA) y planificación de
decisiones anticipadas (PDA)
2. Normativa legal
3. Foco de utilización
4. Valoración de la competencia
5. Alcance: ¿aceptación o rechazo de tratamientos?
6. Propuestas para avanzar en su implementación en nuestro entorno
7. Notas
Anexo 1. Diferencias entre el DVA y la PDA al final de vida o en la salud mental
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El respeto a la voluntad de la persona con trastorno mental y/o adicción
Resumen
Una estrategia para hacer real este deseo de participación son el documento de
voluntades anticipadas (DVA) y la planificación de decisiones anticipadas (PDA).
La utilización es todavía pobre, de aquí el desarrollo del Modelo catalán de
planificación de decisiones anticipadas (MCPDA).1 Desgraciadamente, esta
estrategia, que se reconoce en otros ámbitos de la atención a la salud
(especialmente al final de la vida, pero también al principio de la vida con los
planes del parto), ha tenido poco recorrido y reconocimiento en la salud mental
y las adicciones. Por ello, este documento reivindica utilizarlos en esta área y
aborda los problemas éticos que plantea aplicarlos:
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El respeto a la voluntad de la persona con trastorno mental y/o adicción
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El respeto a la voluntad de la persona con trastorno mental y/o adicción
Introducción
Las personas que sufren algún trastorno mental y/o adicción, especialmente en
las situaciones más graves, o una condición de salud que pueda afectar
temporalmente o de manera continuada a su competencia de decidir, tienen que
tener las mismas oportunidades de participación activa en su proceso de salud
que cualquier otra. Los profesionales tienen que acompañar a la persona
—incluido su entorno familiar o grupo de próximos, siempre que el paciente así
lo quiera— en la toma de decisiones relacionadas con su salud.
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El respeto a la voluntad de la persona con trastorno mental y/o adicción
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El respeto a la voluntad de la persona con trastorno mental y/o adicción
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El respeto a la voluntad de la persona con trastorno mental y/o adicción
Hay que diferenciar entre estos dos conceptos. En el glosario del documento
conceptual del MCPDA se define:
«El DVA puede ser hecho en plena salud, con o sin concurso del
profesional y a veces con mucha anticipación; por ejemplo, cuando
alguien tiene claro el rechazo a alguna actuación habitual. La PDA en
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El respeto a la voluntad de la persona con trastorno mental y/o adicción
Las reflexiones que hay a continuación integran ambas alternativas. Esto último
es importante, ya que mucha literatura, especialmente la de fuera de nuestro
entorno, solo se refiere al DVA, documento fuertemente influido por normativas
legales de amplia variación en el contexto español,10 europeo y de los Estados
Unidos.11
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El respeto a la voluntad de la persona con trastorno mental y/o adicción
Se debe tener muy presente que, si bien los adolescentes y las personas
incapacitadas jurídicamente no pueden hacer un DVA, siempre pueden
beneficiarse de una PDA. En el caso de los adolescentes, la PDA es
especialmente recomendable para promover la autonomía; por otra parte,
porque anticipar sus voluntades es una herramienta pedagógica muy adecuada
para conocer el efecto del trastorno o la enfermedad mental en su vida. Y, todo,
contribuye al proceso terapéutico.
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El respeto a la voluntad de la persona con trastorno mental y/o adicción
2. Normativa legal
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El respeto a la voluntad de la persona con trastorno mental y/o adicción
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El respeto a la voluntad de la persona con trastorno mental y/o adicción
Con respecto al resto del territorio español, el año 2002 se aprobó la Ley
41/2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y
de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica,
y que regula también el DVA (al que llama instrucciones previas) en el artículo
11. Esta previsión es más específica que la catalana con respecto a los usos del
DVA; así, establece que tiene como objetivo el cumplimiento de la voluntad
manifestada anticipadamente por el otorgante, sobre los cuidados y el
tratamiento de su salud o, una vez llegada la defunción, sobre el destino de su
cuerpo o de sus órganos. Amplía, pues, el alcance del DVA a decisiones del
ámbito post mortem, sin que esto reduzca el uso a cuestiones al final de la vida.
Al contrario, queda abierta la posibilidad, igual que en la Ley catalana, que el
DVA se utilice en decisiones con respecto a la salud mental. Se prevén las
mismas limitaciones que en la Ley catalana, pero no cómo se debe formalizar el
DVA, que, por lo tanto, se tiene que regir por aquello establecido en las leyes
autonómicas. Lo que sí que se especifica es el carácter revocable del
documento, que se tiene que hacer por escrito (art. 11.4), y se prevé la creación
de un registro nacional de instrucciones previas.
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El respeto a la voluntad de la persona con trastorno mental y/o adicción
A día de hoy todas las comunidades autónomas, con excepción de Asturias, han
legislado sobre las instrucciones previas con leyes propias.13 La variabilidad en
la regulación ha dado como resultado algunas contradicciones, particularmente
de forma, pero también otras de más importantes como, por ejemplo, que
algunas comunidades prevean que el DVA pueda ser otorgado por mayores de
14 y 16 años (Aragón y las Islas Baleares) mientras que la Ley española, y
también la catalana, prevén que solo los mayores de edad lo pueden otorgar.
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El respeto a la voluntad de la persona con trastorno mental y/o adicción
3. Foco de utilización
El CBC ha tratado el tema de las DVA y PDA en varias ocasiones. El año 2002,
el Comité publicó una guía sobre el DVA y la experiencia adquirida durante aquel
tiempo hizo oportuno renovarla y ponerla al día a través de una nueva edición,
Consideraciones sobre el documento de voluntades anticipadas, publicada en el
2010.15
Este documento del CBC está orientado al final de la vida, y dice así:
«Es un hecho innegable que hay una preocupación por las decisiones que
se toman al final de la vida.»16
Más adelante, sin embargo, hace mención que la utilización es propia cuando:
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El respeto a la voluntad de la persona con trastorno mental y/o adicción
Hay que significar, para acabar, que en este documento no hay ninguna
referencia explícita a pacientes con problemas de salud mental. En cambio,
menciona, sin ser exhaustivo, la demencia avanzada, la insuficiencia renal
crónica avanzada o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. No hay
argumentos éticos para que esto sea así. Hay que recordar, sin embargo, que
los elementos clave que plantea este MCPDA,20 son igualmente válidos para
todos los casos, incluidas las situaciones que puedan plantear las personas
afectadas por un trastorno mental.
Que los DVA o las PDA también se puedan aplicar a situaciones que vayan más
allá del final de vida no significa que no sea importante tener presente las
diferencias entre ambos escenarios. Algunos autores han hecho un trabajo de
síntesis sobre estas diferencias agrupándolas en dos grandes grupos: factores
vinculados al paciente y factores asociados a la decisión.21
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El respeto a la voluntad de la persona con trastorno mental y/o adicción
4. Valoración de la competencia
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El respeto a la voluntad de la persona con trastorno mental y/o adicción
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Herramientas como el MacCAT-T33 pueden ser de ayuda, de las que hay alguna
adaptación en nuestro contexto.34,35
Para acabar, hay que tener presente que, aunque una persona esté incapacitada
legalmente o de hecho, hemos promover al máximo su participación en la medida
de sus posibilidades.
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El respeto a la voluntad de la persona con trastorno mental y/o adicción
Los requisitos para el rechazo según este mismo documento son los requisitos
para ejercer una decisión autónoma.39 El mismo documento, al respecto de
cuando el rechazo se ha manifestado anticipadamente, señala:
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El respeto a la voluntad de la persona con trastorno mental y/o adicción
De acuerdo con lo anterior, tendría que ser aceptable que un paciente con un
trastorno mental pueda, a priori, rechazar un tratamiento efectivo, tanto en el
momento en que se le plantea, como de manera anticipada en un DVA o una
PDA, siempre que tenga la competencia40 exigible y que no haya otras
excepciones como:
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El respeto a la voluntad de la persona con trastorno mental y/o adicción
No hay ninguna razón por la que la posibilidad de expresar cómo se quiere ser
atendido se limite en función de la patología, si se conserva la competencia para
hacerlo. Lo contrario supondría profundizar en el estigma y la discriminación, de
las que desgraciadamente ya tienen suficientes los pacientes con problemas de
salud mental. De hecho, la regulación legal del internamiento involuntario se
justifica en el artículo 763 de Ley de enjuiciamiento civil en base a la falta de
competencia (de una persona que no esté en condiciones para decidir)41 y no es
suficiente la mera presencia de trastorno psíquico o adicción. A priori, pues, una
persona con un trastorno mental o adicción grave podría rechazar todo
tratamiento.
A la hora de decidir cuáles son los límites de lo que puede ser una preferencia o
una decisión del paciente, hay que tener presente que el marco donde esta se
produce es el de la relación entre el paciente y el profesional, dentro del ámbito
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El respeto a la voluntad de la persona con trastorno mental y/o adicción
sanitario. Y que esta es una relación «moral», es decir, sujeta a unos valores
fundamentales, que clásicamente hemos identificado con los principios prima
facie de la bioética: no maleficencia, justicia (como mínimos siempre exigibles),
beneficencia y autonomía. La elección tendría que transcurrir idealmente entre
las diferentes alternativas terapéuticas (síntesis entre los principios de
beneficencia del profesional y el de la autonomía del paciente, equilibrio entre la
indicación terapéutica y la elección responsable del paciente), siempre con el
límite de no hacer daño (la contraindicación y la evitación de daños a terceros) y
el deber de justicia (limitaciones que comporta la cartera de prestaciones del
sistema sanitario).
De acuerdo con esto último, por ejemplo, es posible que no se pueda aceptar
una demanda de tratamiento que excluya por completo los fármacos. Esto puede
sorprender si no se tiene un conocimiento suficiente de cómo funcionan los
trastornos mentales y su influencia en la conducta de la persona y su entorno.
En resumen, para respetar un rechazo de tratamiento cuando este se expresa
en un DVA o una PDA, se tienen que considerar, aparte de razones de principio
(competencia, información...), también sus consecuencias. En caso de que se
optara por esta decisión, hay que preguntarse: ¿realmente no habrá riesgo para
terceros?; ¿hay alternativas terapéuticas disponibles, a la opción rechazada?
(tratamiento sin fármacos, hospitalización, hospitalización sin fármacos).
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El respeto a la voluntad de la persona con trastorno mental y/o adicción
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El respeto a la voluntad de la persona con trastorno mental y/o adicción
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Algunos autores han hecho un trabajo de síntesis sobre estas diferencias (Miller
RD, 199842 y DP Olsen, 201643). DP Olsen agrupa las diferencias en dos grandes
grupos: los factores vinculados al paciente y los factores asociados a la decisión.
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7. Notas
2 Aunque es muy difícil especificar cuáles son los elementales centrales de esta propuesta,
podríamos decir que el objetivo es incorporar a la persona en las actuaciones clínicas: sus
valores y preferencias, una perspectiva biopsicosocial (y no meramente biomédica), una
contextualización en su vida y biografía, y que tenga la oportunidad de poder anticipar sus
decisiones. Para más información sobre este modelo, se puede consultar:
The American Geriatrics Society Expert Panel on Person-Centered Care. Person-Centered Care:
A definition and essential elements. J Am Geriatr Soc. 2016;64(1):15-8.
Jakovljević M, Ostojić L. Person-centered medicine and good clinical practice: disease has to be
cured, but the patient has to be healed. Psychiatr Danub. 2015;27(2):S546-S549.
Lusk JM, Fater K. A concept analysis of patient-centered care. Nurs Forum. 2013;48(2):89-98.
Hernando P. L’atenció centrada en el pacient: moda o actualitat? Butlletí CBC. 2015 febrer.
Hamann J, Cohen R et al. Do patients with schizophrenia wish to be involved in decisions about
their medical treatment? Am J Psychiatry. 2005;162:2382-4.
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El respeto a la voluntad de la persona con trastorno mental y/o adicción
Srebnik DS, Rutherford LT, Peto T, Russo J, Zick E, Jaffe C, Holtzheimer P. The content and
clinical utility of psychiatric advance directives. Psychiatr Serv. 2005;56(5):592-8.
La Fond JQ, Srebnik D. The impact of mental health advance directives on patient perceptions of
coercion in civil commitment and treatment decisions. Int J Law Psychiatry. 2002;25:537-55.
Backlar P, McFarland BH, Swanson JW, Mahler J. Consumer, provider, and informal caragiver
opinions on psychiatric advance directives. Adm Policy Ment Health. 2001;28(6):427-41.
5. Campbell LA, Kisely SR. Advance treatment directives for people with severe mental illness.
Cochrane Database of Systematic Reviews 2009.
En las conclusiones dicen: «There are too few available to make definitive recommendations.
More intensive forms of advance directive appear to show promise, but currently practice must
be guided by evidence other than that derived from randomised trials. More trials are indicated to
determine whether higher intensity interventions, such as joint crisis planning, have an effect on
outcomes of clinical relevance.»
6 Zelle H, Kemp K, Bonnie RJ. Advance directives in mental health care: evidence, challenges
and promise. World Psychiatry. 2015 Oct;14(3):278-80.
7. En la revisión de la literatura se utilizaron básicamente dos bases de datos como son Dialnet
(https://dialnet.unirioja.es/) y PubMed (https://ww.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/) utilizando palabras
clave, en castellano, catalán e inglés, como: documento de voluntades anticipadas, planificación
de decisiones anticipadas, capacidad y competencia, enfermedad mental y ley. A raíz de esta
revisión, nos dimos cuenta de que prácticamente no hay bibliografía en nuestro país que analice
esta temática en el ámbito de la salud mental; de hecho, incluso a veces ni siquiera se hacía
referencia como posible ejemplo.
11 Advance Directives for Mental Health: an ethical analysis of state laws and implications for
VHA Policy. A Report by the National Ethics Committee of the Veterans Health Administration.
February 2008. Disponible en:
http://www.ethics.va.gov/docs/necrpts/NEC_Report_20080220_Adv_Directives_MH-
bioetica-de-catalunya-sobre-el-model-catala-de-planificacio-de-decisions-anticipades/
[Consultado el 27/6/2017].
bioetica-de-catalunya-sobre-el-model-catala-de-planificacio-de-decisions-anticipades
[Consultado el 27/6/2017].
18 Convenio para la protección de los derechos humanos y la dignidad del ser humano en
relación con las aplicaciones de la biología y la medicina. Aprobado por el Comité de Ministros
del Consejo de Europa el 19 de noviembre de 1996. Abierto a la firma de los estados en Oviedo,
el 4 de abril de 1997 y ratificado por las Cortes Generales españolas el 5 de octubre de 1999
(BOE núm. 251, de 20 de octubre de 1999).
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El respeto a la voluntad de la persona con trastorno mental y/o adicción
19 Disponible en:
http://presidencia.gencat.cat/web/.content/departament/plans_sectorials_i_interdepartamentals/
21 Véase el anexo 1.
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El respeto a la voluntad de la persona con trastorno mental y/o adicción
aceptable y lo bastante respetuosa con la voluntad del otro ya que el objetivo es ampliar
la perspectiva del individuo.
30 p.25 «Las decisiones que se pueden plantear en un contexto de PDA pueden ser más o
menos trascendentes y, por lo tanto, los profesionales se tienen que asegurar de promover o
adecuar el proceso de PDA a la competencia de la persona enferma.»
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El respeto a la voluntad de la persona con trastorno mental y/o adicción
33 Grisso T, Appelbaum PS. Assessing competence to consent treatment. A guide for physicians
and other health professionals. Nueva York: Oxford University Press, 1998.
36 a) El primer criterio que hay que utilizar es el de respetar la voluntad del mismo paciente, la
que estaría expresada en el DVA o la PDA.
b) Si no es posible utilizar el criterio anterior, el segundo criterio es acudir a la persona que tiene
que suplir la falta de capacidad del paciente. Esta, lógicamente, tendría que ser aquella que
mejor conozca los deseos y valores del paciente. Este razonamiento nos lleva a identificar en los
familiares, de forma habitual, a estos representantes. Así es posible respetar la línea de
parentesco (de acuerdo con nuestra legalidad vigente), aunque este no tiene que ser un criterio
absoluto.
c) Si no es posible acudir a los dos criterios anteriores, hay que intentar determinar los mejores
intereses del paciente mediante un juicio intersubjetivo de los profesionales que lo cuidan y se
enfrentan a esta situación. Para asegurar las máximas garantías de este proceso se tiene que
realizar una consulta al comité de ética asistencial.
38 Recomanacions del Comitè de Bioètica de Catalunya davant del rebuig dels malalts al
tractament. Disponible en: http://146.219.25.57/comitebioetic_ca/wp-
content/uploads/2012/02/rebuigtractam.pdf [Consultado el 27/6/2017].
41 Ley 1/2000, de 7 de enero, de enjuiciamiento civil (LEC) (BOE núm. 7, de 8-1-2000). «Artículo
763. Internamiento no voluntario por trastorno psíquico. 1. El internamiento, por trastorno
psíquico, de una persona que no esté en condiciones de decidirlo por ella misma, aunque esté
sometida a la patria potestad o a tutela, requiere la autorización judicial, que tiene que obtener
el tribunal del lugar donde resida la persona afectada por el internamiento [...]».
42 Miller RD. Advance directives for psychiatric treatment: a view from the trenches. Psychol
Public Policy Law. 1998;4(3):728-45.
43 Olsen DP. Ethically relevant differences in advance directives for psychiatric and end-of-life
care. J Am Psychiatr Nurses Assoc. 2016;22(1):52-9.
35