GRANDES TEORÍAS POLÍTICAS (PlatonYAristoteles)
GRANDES TEORÍAS POLÍTICAS (PlatonYAristoteles)
GRANDES TEORÍAS POLÍTICAS (PlatonYAristoteles)
(Parte 1)
TEORÍA NATURALISTA
Para las Teorías naturalistas el Estado sería algo natural y en cierto sentido previo al
individuo. Desde este punto de vista, el individuo solo tiene sentido dentro del Estado y para el
Estado, por lo que los derechos individuales estarían subordinados a los colectivos. Dentro del
primer grupo podríamos comprender a autores como Platón o Aristóteles. En general, las
doctrinas naturalistas suelen comparar el Estado con un organismo, defendiendo el origen natural
del mismo. Esta idea se basaba normalmente en los siguientes argumentos:
El ser humano aislado no puede sobrevivir, pues es incapaz de satisfacer por sí solo sus
necesidades vitales. Necesidad de asociarse con otros.
El ser humano es por naturaleza social.
La finalidad del Estado no es solamente la supervivencia sino también el vivir bien (en sentido
moral) de los individuos.
PLATÓN
La ciudad ideal, según Platón, se compone de tres clases sociales, cada una, con sus
características:
- CLASE DE BRONCE: Son los labradores y campesinos. Son considerados seres inferiores.
Son los que se dedican al trabajo manual. Son quienes sostienen la ciudad, pagan el sueldo
a los guardianes. Su característica es la templanza.
- CLASE DE PLATA: Son los guardianes o soldados. Llamados por Platón como “Pastores
del rebaño”. Mantienen la unidad t defensa de la ciudad (cohesión). Son los mejores en lo
que respecta a lo físico. Deben ser sano y viriles. Son los auxiliares de los jefes, es decir,
de los filósofos. Su característica distintiva es la fortaleza
- CLASE DE ORO: Conformada por aquellos poseedores de la sabiduría, Loa gobernantes
(filósofos). Los filósofos son los únicos que pueden detectar el verdadero bien. Al decir
de Platón, “En tanto que los filósofos no reinen, no habrán de cesar los males de las
ciudades (…)”, lo que impide una ciudad ideal. La característica distintiva de esta clase es
la prudencia.
Así, la ciudad ideal debe estar dada por estas tres clases sociales puesto que contribuyen,
necesariamente, al debido equilibrio. Es el modelo a seguir.
El hombre, según Platón, debe vivir necesariamente en una sociedad organizada, porque
necesita de la colaboración mutua para subsistir; de modo que la vida en comunidad tiene un
propósito económico del que posteriormente emanará el principio de la división del trabajo. Los
seres humanos tienen distintas habilidades y aptitudes, y por medio de ellas pueden brindar su
aporte individual de diferentes formas a la comunidad en que viven. El Estado necesitará que
haya personas capaces de realizar todas las tareas que requiere una sociedad para cubrir todas
las necesidades de sus miembros. No solo de actividades rudas se nutrirá esa sociedad, sino que
a medida que se haga más grande y compleja irá requiriendo también otras tareas más refinadas
como las relacionadas con el arte, la música, la docencia, la medicina, etc.; y cuando sus territorios
resulten insuficientes para cubrir sus necesidades, deberán extender sus dominios a las ciudades
vecinas.
Así llega Platón al concepto de que la causa de las guerras es económica y a la necesidad de
formar guardianes del Estado, tan sabios como sus gobernantes que puedan discernir quienes
son los verdaderos enemigos. A Platón no le interesaba dedicarse a estudiar un gobierno en
particular, sino que su interés se centraba en lo que deberían ser todos los Estados en general.
Por eso, en su libro “La República” trata de proponer un Estado ideal, como un modelo que todos
los estados deberían imitar. Él había vivido la desventura de la oligarquía y posteriormente, con
la democracia, en la que había depositado todas sus esperanzas, se volvió a desilusionar debido a
la confusión existente en el poder y los vaivenes de la vida pública. Comprendió que los Estados
están todos mal gobernados, que sus leyes son irremediables y que todo dependía de la buena o
mala suerte.
Para Platón, la filosofía permite a un gobernante evaluar lo que es mejor para la sociedad y
para los ciudadanos; por lo tanto, las personas más adecuadas para gobernar, son los filósofos o
bien, aquellos que ya tienen el poder y pueden, eventualmente llegar a ser verdaderos filósofos.
ARISTÓTELES
Este autor pensaba la ciudad (o polis) como una especie de “espacio perfecto” para la
vida del hombre, porque permitía tres cosas principales: que los hombres pudieran
conocerse entre sí (debido a su ámbito geográfico reducido), lograr la autarquía
económica (producir todo lo que se necesita para vivir) y conseguir la independencia
política (no estar sometida a otra ciudad o poder extranjero). Estas cualidades de la
ciudad permitían a las personas no sólo vivir, sino sobre todo “vivir bien”, una idea que
para Aristóteles era muy similar a lo que nosotros llamamos “bien común”.
Ahora bien, esta forma de gobernar que surge de la deliberación no es siempre, para
Aristóteles una forma recta de gobierno, puede ser también una forma corrupta. Cuando
el fin que persigue ese gobierno es el bien común, el gobierno será recto o virtuoso. En
cambio, cuando persiga los fines particulares de la mayoría o de los poderosos, la forma
de gobierno será corrupta. Las formas de gobierno corruptas tienen, implícita, la idea de
la coerción, ya que los que mandan no lo harían por ser más justos, sino por poseer una
ventaja de número, de dinero o de fuerza. En cualquier caso, “el gobierno de los muchos”
(ya sea en su versión recta, la república, o en su versión corrupta, democracia) siempre
será para Aristóteles un gobierno más equilibrado que el gobierno de los pocos
(aristocracia u oligarquía) o de uno (monarquía o tiranía).
ACTIVIDAD:
UNIPERSONAL
POCOS
MAYORÍA