Manual Reumatolog A
Manual Reumatolog A
Manual Reumatolog A
Autores:
Prof. Dr. Gregorio Kevorkof
Es aguda o crónica?
Es sistémica o localizada?
Hay datos clínicos que sugieren un proceso inflamatorio como la rigidez, malestar
general, pérdida de peso, fiebre localizada en varias partes del cuerpo, a
diferencia de las afecciones localizadas en una sola área y no tienen síntomas
constitucionales.
Es inflamatoria o no inflamatoria?
1. Sinovitis-----AR
2. Entesis-------Espondilitis anquilosante
6. Miositis----- polimiosistis
Entre los 20 y los 50 años son características: LES, AR, enfermedad mixta del
tejido conectivo, esclerodermia (mujeres), espondilitis anquilosante (hombres).
EXAMEN FISICO
0: ausencia de dolor.
Al igual que la clasificación del dolor existe una clasificación para la tumefacción:
0: ausencia de tumefacción
3. tobillo y pies: el dolor en la parte posterior del talón sugiere una tendinitis
anquilosante, dolor en la planta del pie sugiere espolones calcáneos, dolor en la
parte anterior de los pies puede ser diagnostico de fascitis plantares, atrapamiento
de nervios digitales, la presencia de infamación (poliartritis)
MANIFESTACIONES EXTRARTICULARES
1. Es sistémica o localizada ?
2. Es articular o peri o paraarticular ?
3. Es inflamatoria o no inflamatoria ?
4. Es articular ; es mono , oligo o poliarticular ?
Síntomas
Ausente Ausente Presente
constitucionales
Posterior a un
Presencia de dolor Con el uso de Posterior al uso periodo de inac-
incapacitante. la articulación prolongado tividad prolongada
Común
SIGNOS
Focal,
periarticular,
Dolor Frecuente Muy frecuente
puntos
dolorosos
Enfermedad
No No Con frecuencia
multisitémica
Anamnesis
SEXO
ENFERMEDAD RANGO DE EDAD
FEMENINO MASCULINO
Fiebre reumática 5 – 20 ++ ++
LES 10 – 30 +++ +
Esclerodermia 30 – 50 +++ +
Espondilitis anquilo-
20 – 40 + +++
sante
Gota 30 – 50 + +++
Examen físico
Articular
· 0: ausencia de tumefacción
Para conocer el grado de limitación que tiene el paciente es útil recordar cuál es
nuestro rango normal de movimientos y compararlos con los del paciente.
La temporomandibular
Cuya palpación se realiza colocando la punta del dedo delante del conducto
auditivo externo , cerrando y abriendo la boca ; se presenta dolor o incluso
aumento del tamaño en pacientes con poliartritis inflamatorias en especial la AR
La columna cervical
Hombro
Donde básicamente hay que definir los datos de inflamación , a nivel del carpo
deben realizarse los signos de thinnel (presión digital como leve martilleo en la
cara anterior ) y el de phalen (extensión de las muñecas doblándolas una contra la
otra que ayudan a descartar atrapamiento del nervio mediano el cual ocasiona
dolor en las manos y parestesias en el territorio que inerva el mediano ( superficie
palmar del pulgar , índice, medio y mitad radial del anular).Es necesario definir las
articulaciones afectadas por terreno (Interfalangicas proximales o distales, carpo o
metacarpofalangicas etc) y conteo articular que es importante para definir la
extensión y severidad de las enfermedad.
Las articulaciones que deben ser tenidas en cuenta en el conteo articular son:
La articulación temporomandibular, en las manos las intergalangicas proximales,
distales, metacaropofalangicas y carpometacarpiana, la muñeca, el codo, el
hombro. La columna vertebral cervical, torácica y lumbar la cadera y la articulación
sacroilíaca. En el pie las interfalangicas distales, metatarsofalangicas,
astragalocalcanea tobillo y la rodilla.
En ocasiones el paciente puede tener un dolor en la muñeca, localizada sobre el
área del pulgar y al flexionar el puno hacia la apófisis estiloides cubital con el
antebrazo estabilizado, el paciente experimenta dolor que permite diagnosticar
una tenosinovitis de Quervain ( Signo de Finkelstein).
Inmunopatología y laboratorio en
Reumatología
Contenido:
Un 5-8% de los individuos sanos tiene una VSG superior a 30 mm. Los
pacientes con una VSG mayor de 100 mm suelen tener: infección, neoplasia o
enfermedad reumática por este orden.
Pruebas inmunológicas
ANTICUERPOS ANTINUCLEARES
Anticuerpos anti-DNA
Van dirigidos contra el DNA nativo (doble cadena) o el DNA desnaturalizado
(cadena única). Los anticuerpos anti-DNA nativo son altamente específicos
del LES. Se pueden detectar por Radioinmunoanalisis (RIA) o por IFI sobre
Crithidia luciliae. Estos ANA parece que juegan un papel en la formación de
Inmunocomplejos en la etiopatogenia de las lesiones renales en el LES.
Anticuerpos Anti-ENA
Son autoanticuerpos del isotipo IgG dirigidos contra antígenos situados en los
gránulos primarios de los neutrófilos y en los lisosomas de los monocitos. Son
uno de los marcadores serológicos de las vasculitis necrosantes sitémicas y
glomerulonefritis necrosante rápidamente progresiva. Su mecanismo
patogénico no se conoce, aunque parece que juegan un papel en las lesiones
vasculares.
Indicaciones:
INMUNOCOMPLEJOS CIRCULANTES
Indicaciones: Su valor en la clínica está todavía por determinar. Muchas enfermedades son
mediadas por ICC, pero desconocemos si los ICC detectados por técnicas habituales son en
realidad los que provocan daño celular. El prototipo de enfermedad mediada por ICC es el
LES. Su detección aislada carece de valor diagnóstico, aunque con otros parámetros clínicos
y biológicos es útil para el tratamiento y el control evolutivo de algunas enfermedades.
Los niveles de ICC en el LES se correlacionan con la actividad clínica y otros parámetros de
actividad como la hipocomplementemia. Probablemente los ICC formados por DNA y anti-
DNA son los responsables de la nefropatía lúpica.
CRIOGLOBULINAS
Son inmunoglobulinas (Igs) que precipitan con el frío. Clásicamente se describen 3 clases:
Las crioglobulinas pueden ocasionar sintomatología clínica en función del volumen del
crioprecipitado y del tipo de crioglobulina. En las de tipo I predominan los síntomas de
hiperviscosidad sanguínea y en las de tipo II y III los síntomas relacionados con el depósito de
ICC. Los síntomas más típicos son los cutaneo-vasomotores como púrpura, urticaria al frío,
livedo-reticularis, fenómeno de Raynaud y acrocianosis. Puede haber además afectación
articular, neurológica, renal o pulmonar.
Diversos autores han observado una asociación importante entre infección por virus C y
crioglobulinemia mixta esencial tipo II.
URICEMIA
El ácido úrico es el producto final del metabolismo de las purinas. En los tejidos y en la
circulación plasmática se encuentra en forma de urato monosódico. La presencia de cifras
elevadas de urato en el plasma es un factor de riesgo para el desarrollo de gota. La
uricemia suele formar parte del estudio de laboratorio básico que se practica al paciente
reumático. Su determinación debe realizarse en toda sospecha de gota y la práctica de
controles periódicos se debe realizar para objetivar la respuesta al tratamiento
hipouricemiante.
SISTEMA HLA
1. Trasplante de órganos.
2. Investigación de paternidad.
3. Estudio de asociación con enfermedades.
ESTUDIOS MICROBIOLÓGICOS
Indicaciones: Todas las artritis agudas con sospecha de artritis séptica y en las
monoartritis u oligoartritis subagudas (>4 semanas) o crónicas (>6 semanas)
de etiología no aclarada.
SEROLOGIAS
VIRUS Y ARTRITIS
Los principales cuadros virales que incluyen artralgias y/o artritis son:
hepatitis B, gripe o influenza, mononucleosis infecciosa, sarampión, varicela,
parotiditis y rubeola. Se ha observado aumento de la incidencia de síndrome
de Reiter en portadores de VIH y que son HLA B27 positivos. Se han
descrito artralgias y artritis en pacientes VIH positivos con o sin criterios de
SIDA.
PARAMETROS BIOQUIMICOS Y HORMONALES DEL METABOLISMO OSEO
Parámetros hormonales
Calcitonina: Hormona secretada por las células C del tiroides con acción
terapéutica hipocalcemiante. Su principal efecto es la disminución de la
reabsorción ósea a través de la inhibición de la formación y de la actividad de
los osteoclastos. Su principal acción es prevenir las pérdidas esqueléticas
excesivas a lo largo de la vida.
Bibliografía:
1.- Kushner I. Erytrocyte sedimentación rate and the acute phase reactions.
En: Kelley W. Texbook of Rheumatology. Philadelphia: WB Saunders; 1989:
p. 719-727
9.- Delmas PD. Biochemical markers of bone turnover. Methodology and clinical
use in osteoporosis. Am J Med 1991;91 (supl 5 B):59S-63S.
Más del 50% de los pacientes lúpicos con aFL acaban desarrollando SAF, cuyo
diagnóstico y tratamiento es un reto para las diferentes especialidades clínicas,
aunque el pronóstico a largo plazo no es, ciertamente, muy optimista, ya que una
gran parte acaba por desarrollar daño orgánico y ver afectada su funcionalidad.
Requisitos diagnósticos
Etiología trombogénica
Etiología apoptótica
Transmisión hereditaria
Dianas antigénicas
La protrombina es también una diana antigénica frecuente para los aFL. Los
anticuerpos antiprotrombina (aPT) reconocen la superficie de las células
activadas, donde hay una mayor densidad antigénica, y representan,
aproximadamente, dos tercios de los AL caracterizados en pacientes con SAF. En
ocasiones aparecen tipos de alta afinidad que producen hipoprotrombinemia. Este
hecho es frecuente en niños con complicaciones hemorrágicas asociadas.
Los aFL también pueden originar abortos mediante otros mecanismos como
son: a) fallo en la invasión de la endovasculatura por los
trofoblastos; b) disminución en la producción de interleucina (citocina favorecedora
de la gestación) y del factor estimulador de las colonias de
granulocitos; c) alteración de la secreción placentaria de gonadotropina coriónica,
y d) la activación del complemento en la placenta, lo que produciría daño fetal.
3. Activación endotelial. Los aFL reconocen, dañan y/o activan las células
endoteliales cultivadas. Algunos de los enfoques terapéuticos al SAF tienen como
objetivo prevenir este efecto de activación endotelial. En los pacientes de SAF con
trombosis arterial hay un aumento en los valores plasmáticos de endotelina 1, que
podría desempeñar un papel en la modulación del tono vascular y la oclusión
arterial trombótica. Algunos aFL que reconocen la anexina V inducen apoptosis en
las células endoteliales.
Se ha demostrado que las cardiolipinas oxidadas son epítopos para muchos aCL y
que tanto la ß2GPI como las LDLox comparten epítopos reconocidos por aFL
monoclonales. Por otra parte, se ha observado que títulos altos de aCL son un
factor de riesgo independiente para el engrosamiento de la íntima media.
5. Otros efectos protrombóticos. Los aFL pueden inducir una resistencia adquirida
de la PCA. En pacientes afectados de LES y con resistencia a la PCA se ha
demostrado una prevalencia aumentada de trombosis arterial y pérdidas fetales.
Los aFL también podrían incrementar la actividad del factor tisular y la generación
de Xa a través de la supresión del sistema inhibitorio del factor tisular. Algunos aFL
tienen reacción cruzada con la heparina y las moléculas heparinoides, inhibiendo
la activación de la AT-III por éstas. Se han descrito anticuerpos antitrombina que
interfieren en la unión AT-III-trombina impidiendo la inactivación de esta última. La
fibrinólisis podría estar inhibida en el SAF, donde se observa una elevación de los
valores del inhibidor del activador del plasminógeno de tipo 1 (PAI-1).
Cabe destacar el efecto sinérgico que los genotipos trombofílicos tienen en los
pacientes con SAF. Así, la presencia de los alelos del factor V Leiden, PT
G20210A y MTHFR C677T, implica una mayor probabilidad de sufrir trombosis y
desarrollar un SAF catastrófico. Igualmente, la presencia simultánea de
anticuerpos frente a la proteína S, además de los aß 2GPI, se asocia con un mayor
registro de episodios trombóticos. La alta prevalencia de hiperhomocisteinemia
(31%) encontrada en pacientes con SAF puede también contribuir a una mayor
gravedad de la enfermedad.
Aspectos analíticos
Anticoagulante lúpico
El TVVRD es más sensible que el TCC como predictor del riesgo trombótico y se
perfila como el de elección para el cribado (con baja concentración de fosfolípidos)
y para la confirmación (con alta concentración de fosfolípidos) del anticoagulante
lúpico. Si la prueba de cribado se realiza con diferentes concentraciones de
fosfolípidos y se refiere a un plasma normal, se incrementa notablemente su
sensibilidad. La utilización de plaquetas como sustrato fosfolipídico no es
recomendable.
Anticuerpos anticardiolipina
Los aCL pertenecen (al igual que el anticoagulante lúpico) a distintos isotipos,
fundamentalmente a: IgG, IgM e IgA. La cardiolipina, también conocida como
difosfatidilglicerol, es un complejo antigénico constituido principalmente por
fosfolípidos de la membrana mitocondrial.
El isotipo IgG aCL es el que mejor se correlaciona con los fenómenos trombóticos.
Existen discrepancias en la concordancia del isotipo IgA con la IgG y los isotipos
de aß2GPI, así como sobre su carácter trombótico, y algunos autores encuentran
mayor relación del isotipo IgA con trombocitopenia, manifestaciones cutáneas y
vasculitis.
Anticuerpos anti-ß2-glucoproteína I
Los aß2GPI son anticuerpos de baja afinidad, cuya unión a los epítopos es
dependiente de la densidad antigénica en el sistema analítico (requiriendo un
umbral). De los isotipos de aß 2GPI: (IgG, IgM e IgA) es la IgG (como en el caso de
aCL) el que mejor se correlaciona con la presencia de anticoagulante lúpico y con
los principales fenómenos del SAF. No obstante, algunos autores han observado
también una excelente relación entre el isotipo IgA y algunas presentaciones
clínicas de SAF y han aconsejando la determinación conjunta de los isotipos IgG e
IgA.
Los aß2GPI son más específicos y poseen mayor valor predictivo positivo (VPP)
que los aCL para el SAF. Sin embargo, los aß 2GPI no se consideran un factor de
riesgo trombótico independiente de los aCL.
Los estudios que asocian la presencia de aFL a un mayor riesgo de infarto agudo
de miocardio (IAM) o ACV son contradictorios.
Un 82% de los pacientes afectados son mujeres (relación de 5:1 con los varones)
y la diferencia se acentúa cuando se trata de SAF secundario.
Infecciones e infestaciones
Las trombosis arteriales, aunque menos frecuentes que las venosas, cursan, en
mayor proporción, con episodios isquémicos o necróticos, suelen afectar a los
miembros superiores y a las arterias pélvicas o abdominales. Los estudios de
imagen proporcionan una excelente herramienta diagnóstica para localizar las
trombosis que pueden ser multiorgánicas y en sitios inusuales. Las trombosis
recurrentes suelen mantenerse dentro del sistema afectado, es decir venosa-
venosa y arterial-arterial
Vasculitis
Manifestaciones abdominales
Manifestaciones cardíacas
Manifestaciones pulmonares
Manifestaciones neurológicas
Manifestaciones cutáneas
Manifestaciones renales
Insuficiencia suprarrenal
Manifestaciones hematológicas
Manifestaciones oftalmológicas
Está aceptado que el SAF es el causante de un 7-48% de las pérdidas fetales (de
la semana 10 de gestación en adelante) recurrentes (tres o más) que no tienen
causa conocida. También se le supone responsable de pérdidas preembrionarias
(hasta la cuarta semana gestacional) y embrionarias (de la semana 5 a la 9 de
gestación).
El tratamiento del SAF, que es complejo y sigue sometido a revisión por estudios
recientes, a veces contradictorios, aparece resumido y según las últimas
tendencias en la tabla 4.
Con LES. En pacientes afectados de LES con aCL pero que todavía no han
desarrollado trombosis, los estudios son más concluyentes, y se aconseja la
profilaxis con hidroxicloroquina3. Otros autores preconizan la anticoagulación por
vía oral para los afectados de LES con anticoagulante lúpico y bajo riesgo
hemorrágico.
Los pacientes con SAF deben ser tratados con anticoagulantes orales a
intensidades medias o altas según la evalución del riesgo trombótico.
SAF venoso y de riesgo menor. En casos de trombosis venosas y en pacientes
cuyo riesgo no se estime muy elevado puede ser suficiente un INR entre 2,5-3,0
para obviar riesgos hemorrágicos.
SAF arterial. Un INR de 3,5 (3,0-4,0) es considerado por algunos autores como el
valor diana. El tratamiento suele ser indefinido, dado el alto riesgo de recurrencia
(del 70-75%).
Existen discrepancias sobre la interpretación del INR en los pacientes que toman
anticoagulantes orales y presentan anticoagulante lúpico, aunque no es un
problema significativo en la mayoría de los pacientes. Lógicamente, el mayor
riesgo hemorrágico se produce cuando al tratamiento con anticoagulantes orales
se suma el de AASDB (algunos autores recomiendan su asociación en trombosis
arteriales) y la presencia de HTA; este riesgo no aumenta según la edad o la
duración del tratamiento.
Los trasplantados renales recientes, de riesgo trombótico muy alto, precisan una
anticoagulación por vía oral intensa para la supervivencia del injerto.
Con aFL a títulos medios/altos y/o pérdidas fetales pero sin SAF. Se recomienda
tratamiento con AASDB. La bibliografía es contradictoria a este respecto; unos
autores no encuentran mejora en la supervivencia fetal con AASDB o AASDB y
prednisona; otros sí la encuentran con AASDB y heparina o bien con HBPM
(enoxaparina a dosis de 30-40 mg/día). Sin embargo, y a la luz de los últimos
trabajos, lo más razonable sería prescribir AASDB, especialmente si el título de
aFL es alto.
Con abortos pero sin trombosis: AASDB junto a HBPM o sólo AASDB.
Pronóstico
Los estudios prospectivos de cohortes de pacientes con SAF indican que la
supervivencia a largo plazo es comprometida. La presentación clínica del primer
episodio trombótico parece condicionar la probabilidad de desarrollar otro; así, los
pacientes que presentan aß2GPI y hemólisis autoinmune parecen ser los de mayor
riesgo para desarrollar un segundo episodio trombótico; por el contrario, los que
carecen de aß2GPI y presentan abortos recurrentes son los de menor riesgo.
Conclusiones
Desde que hace 20 años fue definido por Hughes, el SAF se ha investigado
exhaustivamente. Sin embargo, todavía hoy no han podido elucidarse con claridad
su etiología ni sus mecanismos patogénicos. La multiplicidad de hipótesis
propuestas pone de manifiesto un conocimiento sólo parcial de su origen y de su
mecanismo de acción, que probablemente sean multifactoriales. Ni siquiera se
puede afirmar con certeza que los aFL sean patogénicos en el ser humano, y por
tanto la causa de los fenómenos trombóticos y de los abortos de repetición. Por
consiguiente, la definición del SAF que ha servido y sirve para estudiar,
diagnosticar y tratar esta enfermedad todavía no se apoya en una evidencia
sólida. La debilidad de esta base afecta a los criterios diagnósticos de SAF y al
resto de clasificaciones propuestas que intentan acercarse a la realidad clínica
cotidiana.
En cuanto al tratamiento, hay acuerdo en que los pacientes con SAF y algún
episodio trombótico deben ser anticoagulados, que las pacientes afectadas de
SAF con abortos de repetición embarazadas se deben tratar con AASBD y HBPM
(o sólo ácido AASBD según otros autores), que los pacientes con aFL y LES pero
sin criterio de SAF deben ser antiagregados, y que no deben ser tratados los
pacientes con aFL sin LES ni criterios de SAF. Diversos autores reclaman la
instauración de tratamientos individualizados ajustados al riesgo trombótico del
paciente en concreto. Mención aparte merece el SAFC, en el que se aconseja un
tratamiento combinado y agresivo.
Vasculitis
Definición: es la inflamación de los vasos sanguíneos, que puede asociarse a necrosis de
la pared del vaso y/o formación de granulomas ( Wegener, C Strauss, Arteritis temporal)
Generalidades
Pueden ser primarias o secundarias, según la inflamación de los vasos sea el evento
primordial en el primer caso, u ocurran en el contexto de otra patología ( por ejemplo
neoplásica, infecciosa, o autoinmune ). Se acompañan de sintomatología general :
fiebre, astenia y de manifestaciones orgánicas locales : síntomas neurológicos, dolor
abdominal, compromiso renal entre otros como consecuencia de la isquemia o el infarto
de los vasos afectados . La vasculitis más frecuente es la vasculitis por hipersensibilidad o
leucocitoclástica con expresividad clínica predominantemente cutánea
La de Chapel Hill (2012) según el tamaño de los vasos afectados en mayor proporción
Vasculitis crioglobulinémica
Sindrome de Cogan
Vasculitis asoc . a enf. sistémicas: Lupus Eritematoso Sistémico, Artritis reumatoidea
Diagnóstico
Tratamiento
Más frecuente en la raza blanca y en la mujer, octava década de la vida. Afecta ramas de la
carótida con mayor expresividad clínica , pero también aorta y sus ramas, con un infiltrado
inflamatorio y granulomas . Se manifiesta con cefalea , dolor en cuero cabelludo, región
cervical u occipital y claudicación mandibular, puede existir pérdida de la visión uni o
bilateral por neuritis óptica. Se asocia en el 40-60% de los casos a Polimialgia Reumática
( dolor en cuello, cintura escapular y pelviana). Ambas cursan con VSG > 100 en la primera
hora , PCR , GGT y FAL elevadas . Dx : biopsia de la arteria temporal. Tratamiento con
glucocorticoides y AAS
Enfermedad de Takayasu
Enfermedad de Buerger
Poliarteritis Nodosa
Dx: biopsia recordar el carácter segmentario de las lesiones. Si es negativa angiografía del
tronco celíaco y arterias renales en donde se observan estenosis y aneurismas
Laboratorio: anemia, VSG elevada, eosinofilia de 1000 a 1500 /ml, IgE elevada, ANCA +
60% ,generalmente con afección renal, pueden ser cANCA o pANCA .
Diagnóstico: manifestaciones clínicas de asma ,atopía, eosinofilia e infiltrados
pulmonares y biopsia
Tratamiento: glucocorticoides
Enfermedad de Behcet
Predomina en sexo masculino, a cualquier edad con mayor frecuencia entre los 18 a 40
años, relacionada al gen HLA-B51 ; afecta vasos de diverso tamaño especialmente
capilares y venulas sin formar granulomas. Úlceras orales recurrentes, úlceras genitales,
acné , eritema nodoso; artralgias , artritis; trombosis venosa recurrente; pulmón:
bronquiolitis obliterante, neumonía recurrente, derrame pleural, aneurismas de la arteria
lobar superior derecha; ojo: uveítis de curso agresivo.
Enfermedad de Kawasaki
Vasculitis necrosante difusa que afecta vasos de mediano calibre , aunque puede también
afectar vasos de cualquier tamaño, autolimitada, benigna, con un síndrome linfocutáneo.
Afecta especialmente niños y adolescentes con manifestación prácticamente a nivel de
todos los órganos y sistemas, en un 25% produce aneurismas en las arterias coronarias ,
que pueden sufrir rotura a la tercera o cuarta semana de la enfermedad, lo cual se asocia a
una mortalidad del 2,5%. Diagnóstico con cinco de seis criterios o cuatro con aneurismas
coronarios: fiebre persistente 38 a 40°C durante 5 días o más, inyección conjuntival,
adenopatás cervicales enrojecimiento sequedad y fisuración labial, lengua en “
frambuesa” eritema orofaríngeo difuso, enrojecimiento de palmas y plantas de manos y
pies con edema en fase inicial y descamación de la punta de los dedos en la fase
convalesciente, exantema en superficies extensoras de miembros y tronco . Tratamiento:
AAS y Gamaglobulina intravenosa
CASO CLÍNICO
Afectación articular:
Columna vertebral.
Articulaciones sacroilíacas.
Articulaciones periféricas.
Hay tendencia final a la anquilosis (de ahí su nombre).
Afectación extraarticular:
Manifestaciones clínicas:
1. A nivel esquelético:
Como predominio sintomatológico es la LUMBALGIA. esta es de comienzo
insidioso, se localiza a nivel de las articulaciones sacroilíacas - región glútea e
ingles. Al comienzo el dolor puede ser intermitente, para luego pasar a ser de
carácter continuo.
Cuando hay afección de la articulación costo vertebral puede dar como síntoma:
dolor torácico respiratorio.
Al examen físico: en sus comienzos esta puede ser normal (o sea no mostrar
las manifestaciones)solo es demostrable el dolor bajo maniobras diagnósticas
(que se detallaran más adelante).
Conforme avanza la enfermedad se observa:
Fiebre
Fatiga.
Perdida de peso.
Trastornos del sueño.
Uveítis anterior aguda, unilateral, dolor ocular, lagrimeo, fotofobia, visión
borrosa. Al examen físico se observa (congestión corneal, iris edematos o,
pupila pequeña irregular, debido a la presencia de sinequias).
Afecciones menos frecuentes: cardiovasculares (aortitis, insuficiencia
valvular, trastornos de la conducción.
Uretritis no gonococcica.
Conjuntivitis.
Artritis, después de un episodio de diarreas sanguinolentas, este síndrome
lo describió en 1916 el dermatólogo turco Ham Reiter.
Clínica:
El síntoma inicial es una enfermedad diarreica secundaria a la infección por:
Salmonella Enteritidis, Salmonella Typhimurium, Shigella Disenteriae, Shigella
Flexneri, Yersinea Enterocolitica y Campilobacter Yeyuni.
La uretritis causada por: Clamydia Trachomatis o el Ureaplasma Urealyticum,
adquirida en un contacto sexual, (predominio en varones). Estos gérmenes
pueden ser demostrados mediante cultivos o pruebas serologicas.
Manifestaciones Articulares:
Artritis de grandes articulaciones (en especial rodilla, tobillo, sacroiliaca y en
menor frecuencia interfalangica, metatarsofalangicas, metacarpofalángicas,
hombro, codo.
Fiebre.
Conjuntivitis, unilateral o bilateral de evolución benigna, iritis bilateral con
intensa fotofobia, uveitis anterior unilateral.
Diarrea.
Uretritis.
Queratodermia blenorragica (costras hiperqueratosicas con pocos signos
inflamatorios, localizadas en plantas de pies y palmas de manos).
Balanitis circinada.
Carditis. (precordialgias, roce pericardico y PR prolongado en el ECG).
Prostatitis.
ArtropatÍa Psoriasica
Esta afección es una artropatía inflamatoria, asociada a la psoriasis cutánea
encuentra en el grupo de las E. A. S. N ya que presenta características afines a
este grupo:
Clínica:
Manifestaciones articulares:
Manifestaciones extraarticulares:
Lo más relevante es la afectación de la piel. También se observa un
compromiso ocular (iridociclitis).
Artritis Enteropaticas
Se asocian con enfermedad inflamatoria intestinal: Colitis Ulcerosa Crónica y
Enfermedad de Crohn. La prevalencia en las mujeres es igual que en los hombres,
no existe asociación estadística con el HLA-B27, la actividad puede ser paralela a
la enfermedad intestinal o bien puede precederla.
Manifestaciones articulares:
Laboratorio:
ARTRITIS PSORIASICA:
ARTRITIS ENTEROPATICA:
Diagnóstico diferencial.
Espondilitis Anquilosante: Tomando cada punto en común la lumbalgia, es un
síntoma común en la población general, cabe remarcar que dicho síntoma se debe
a causas mecánicas y no inflamatorias, también como característica no presenta
limitación de la expansión torácica, ni de la flexión lateral de la columna lumbar, no
se observan cambios en la VSG.
Hiperostosis Anquilosante: es una afección que aparece más tardíamente
(mayor de 50 años). Desde el punto de vista radiologico puede dar imágenes que
confunden con E. A (calcificación del ligamento vertebral común anterior).
HIPERPARATIRIODISMO PRIMARIO Y SE-CUNDARIO: Puede presentar
irregularidad a nivel de la superficie articular sacroiliaca debido a la resorcion
subcondral y esclerosis ósea subyacente. no se observa pinzamiento, ni anquilosis
de la luz articular.
ARTRITIS REUMATOIDEA.
FIEBRE REUMATICA.
ARTRITIS SEPTICA AGUDA (especialmente gonococica).
ARTROPATIA PSORIASICA.
SINOVITIS CRISTALICA.
ESPONDILITIS ANQUILOSANTE.
ENFERMEDAD INFLAMATORIA INTESTINAL.
SARCOIDOSIS.
OTRAS ARTRITIS REACTIVAS (yersinia, chlamydias o artritis reactiva
asociada al HIV)
ARTRITIS PSORIASICA:
ARTRITIS REUMATIODEA:
Tratamiento
BIBLIOGRAFIA
ARTROSIS
El hueso que está justo por debajo del cartílago, llamado "hueso subcondral",
también parece tener un importante papel, aun no precisado, en el origen de la
artrosis.
¿Cuál es el tratamiento?
Tratamiento sintomático:
Artritis Reumatoidea
Fractura de stress Juvenil (ARJ)
Pauciarticular
Reumatismo palindrómico
Tumores óseos
Osteocondromatosis sinovial
Bursitis Tendinitis
Subacromial Bicipital
Olecraneana Manguito de los rotadores
Trocantérica Quervain
Anserina Aquiliana
Prepatelar Plantar
Retrocalcánea
Epicondilitis
Tenosinovitis gonocócica
Quiste de Baker
En las monoartritis de origen mecánico, el dolor articular ocurre sólo después del
uso de esa articulación, cede con el reposo y no se asocia con síntomas
sistémicos. En las de tipo inflamatorio suele haber rigidez de la articulación en las
mañanas (rigidez matinal) o después de un período de inactividad (gelling), y esta
rigidez mejora con el movimiento. El dolor ocurre tanto en reposo como con el uso
de la articulación, y a menudo hay síntomas sistémicos como fiebre o malestar
general. El recuento de leucocitos en el líquido articular es fundamental en la
diferenciación de origen inflamato
ria vs mecánico del proceso (Tabla 3).
Tabla 3.
Características del líquido sinovial.
Líquido sinovial
Las enfermedades articulares se manifiestan con derrame articular, éste puede ser
no inflamatorio, inflamatorio, infeccioso o hemorrágico. Ejemplos de enfermedades
en las que se encuentra líquido sinovial que corresponde a uno de estos tres tipos
se señalan en la tabla siguiente.
Poliartritis
Inflamatorias
No inflamatorias
Artrosis primarias
Artrosis secundarias
Tabla 6.
Causas más frecuentes de Poliartritis Agudas y Crónicas
Relacionadas a virus VIH Otras enf. del tejido Otras enf. del tejido
conectivo conectivo
Leucemias Osteortropatía
hipertrófica
Sarcoidosis
Laboratorio:
Una vez obtenida una buena historia clínica se realizarán exámenes generales
(hemograma, VHS, Proteína C reactiva) que pueden orientar a una condición
inflamatoria o no inflamatorio. Se solicitarán exámenes específicos de acuerdo con
la orientación diagnóstica del caso.
DIAGNOSTICO DIFERENCIAL
MONOARTRITIS Y POLIARTRITIS
MONOARTRITIS:
Cualquier desorden articular es capaz de presentarse inicialmente como
monoartritis, con raras excepciones. El enfrentamiento de un paciente con
monoartritis requiere siempre de una evaluación vigorosa en el sentido de confirmar
o descartar con prontitud el diagnóstico de una artritis séptica debido a que el
pronóstico de esta patología depende en forma principal de la institución precoz del
tratamiento. La Tabla 1 señala las principales causas de monoartritis.
En las monoartritis de origen mecánico, el dolor articular ocurre sólo después del
uso de esa articulación, cede con el reposo y no se asocia con síntomas sistémicos.
En las de tipo inflamatorio suele haber rigidez de la articulación en las mañanas
(rigidez matinal) o después de un período de inactividad (gelling), y esta rigidez
mejora con el movimiento. El dolor ocurre tanto en reposo como con el uso de la
articulación, y a menudo hay síntomas sistémicos como fiebre o malestar general.
El recuento de leucocitos en el líquido articular es fundamental en la diferenciación
de origen inflamatoria vs mecánico del proceso (Tabla 3).
Causas frecuentes:
Cuerpo libre
intrarticular Osteocondromatosis sinovial
Necrosis ósea
avascular
Bursitis Tendinitis
Subacromial Bicipital
Trocantérica Quervain
Anserina Aquiliana
Prepatelar Plantar
Retrocalcánea
Epicondilitis
Tenosinovitis gonocócica
Quiste de Baker
LIQUIDO SINOVIAL
< 25
Grupo IV HEMORRÁGICO
Las enfermedades articulares se manifiestan con derrame articular, éste puede ser
no inflamatorio, inflamatorio o infeccioso. Ejemplos de enfermedades en las que se
encuentra líquido sinovial que corresponde a uno de estos tres tipos se señalan en
la tabla siguiente.
POLIARTRITIS
Artritis y Dermatitis
Psoriasis
Laboratorio:
Una vez obtenida una buena historia clínica se realizarán exámenes generales
(hemograma, VHS, Proteína C reactiva) que pueden orientar a una condición
inflamatoria o no inflamatorio. Se solicitarán exámenes específicos de acuerdo con
la orientación diagnóstica del caso.
Tabla 5.
INFLAMATORIAS
Artritis
enteropáticas
Infecciosas No-infecciosas
Artritis virales Otras enf. del tejido Otras enf. del tejido
conectivo conectivo
Espondiloartropatías Osteortropatía
hipertrófica
Leucemias
Enfermedades por depósito de cristales
de pirofosfato cálcico, hidroxiapatita y
oxalato cálcico
CONCEPTO
INCIDENCIA Y PREVALENCIA
Es una enfermedad rara por debajo de los 50 años. Los estudios radiográficos
demuestran que la condrocalcinosis se incrementa con la edad y llega a una
prevalencia del 50 % en la novena década de la vida.
FISIOPATOLOGÍA
FORMAS ETIOLÓGICAS
Envejecimiento
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
DIAGNÓSTICO
Criterios
Categorías diagnósticas
TRATAMIENTO
Enfermos asintomáticos
Los enfermos con condrocalcinosis pero sin síntomas sólo precisaran unas
recomendaciones generales, según las peculiaridades de cada caso, como reducir
peso, ejercicio moderado, etc. para prevenir el desgaste articular, mantener el
movimiento y aumentar el tono muscular. Cuando aparezcan los síntomas, se
deberá distinguir el tratamiento de los ataques de artritis, del dolor persistente de
la artrosis.
En la fase crónica
Osteoartritis
Exacerbación aguda
Coma prolongado
Paraplejía
Hemiplejía
Esclerosis sistémica
Dermatomiositis
Otras
Hiperparatiroidismo
Hipervitaminosis D
Otros cristales que pueden encontrarse en las articulaciones, como los de lípidos,
colesterol, hematoidina e inmunoglobulinas, entre otros, no tienen aún un papel
patogénico bien definido.
Frecuentes
Urato monosódico monohidratado
Pirofosfato cálcico dihidratado (Ca(P = 1/1 = 1,0) Fosfato cálcico básico
Hidroxiapatita carbonato-sustituida (Ca(P = 5(3 = 1,6)
Fosfato tricálcico (Ca(P = 3(2 = 1,5)
Fosfato octocálcico (Ca(P = 4(3 = 1,33)
Depósito mixto de cristales
Infrecuentes
Oxalato cálcico monohidratado(dihidratado (weddelita y wewelita)
Fosfato dicálcico dihidratado (CaHP04 x 2H20) (Ca(P = 1/1 = 1,0)
Lípidos
Colesterol
Cristales líquidos lipídicos
Proteínas
Charcot-Leyden
Crioglobulinas
Aminoácidos
Iatrogénicos/artefactos
Oxalato cálcico (uso de oxalato como anticoagulante)
Corticoides
Heparina de litio
Bibliografía
HIPERURICEMIA y GOTA
3) Los ataques de gota que puedan presentarse mientras quedan cristales en las
articulaciones puede evitarse con un tratamiento llamado profiláctico adecuado.
Hace ya muchos años se observó que los tofos desaparecían y también los
ataques de gota tras una disminución suficientemente prolongada de la uricemia.
El objetivo del tratamiento hipouricemiante debe ser reducir los niveles de uricemia
por debajo de al menos 5mg/dl con objeto de asegurar una disolución de cristales
razonablemente rápida. Niveles inferiores de uricemia resultan todavía más
favorables. El tiempo total requerido para disolver los cristales no está bien
definido, pero en un estudio se correlacionó bien con la duración total de la gota;
así, en 10 pacientes con gota de hasta 10 años de duración, los cristales habían
desaparecido de la articulación estudiada en 9 de los pacientes al año de
tratamiento hipouricemiante, aunque en este estudio los niveles de uricemia fueron
en general cercanos a 4 mg/dl.
Tampoco hay acuerdo de cuando comenzar el tratamiento hipouricemiante, y las
recomendaciones oscilan entre iniciarlo tras el primer ataque de la enfermedad, a
esperar a que haya habido un cierto número de ataques, ocurran con alguna
frecuencia e incluso hay recomendaciones más conservadoras. En todo caso hay
que tener en cuenta que existe una escasa relación entre la magnitud de los
depósitos de urato y la aparición del primer ataque, o la frecuencia o intensidad de
estos. Así, la gota puede comenzar con ataques esporádicos de monoartritis, pero
también el comienzo puede ser con inflamación poliarticular, o ser la aparición de
tofos palpables la primera manifestación de la enfermedad; ambas situaciones
indican que al inicio clínico de la enfermedad ya existe un depósito de urato
extenso y antiguo.
Las erupciones son el efecto secundario más común del alopurinol y suelen
requerir la suspensión del fármaco.
Ocasionalmente el síndrome de hipersensibilidad al alopurinol puede llegar a ser
muy grave e incluso mortal. Se ha descrito como la causa más frecuente de
síndrome de Stevens-Johnson.
Tanto los pacientes con hipersensibilidad al alopurinol como aquellos en los que el
alopurinol a dosis adecuadas no consigue los niveles de uricemia deseados
suelen requerir tratamiento con fármacos alternativos.
• Uricosúricos
• Febuxostat
En general todos los antiinflamatorios que se han probado son eficaces para el
tratamiento de los ataques de gota, incluyendo los inhibidores de la COX-2, y no
hay evidencia de que alguno sea especialmente efectivo. Deben comenzarse lo
antes posible y darlos a dosis plenas, con protección gástrica al menos en los
AINEs clásicos. Suelen ser muy eficaces en la mayoría de las ocasiones y se ha
considerado sin evidencia que la indometacina es especialmente eficaz.
Diclofenaco o naproxeno son alternativas razonables, y se ha comercializado el
etorecoxib en una dosis de 120 mg/día específicamente para su utilización en el
tratamiento de los ataques de gota y estudios controlados han mostrado que su
eficacia es similar a la de la indometacina en dosis de 50 mg tres veces al día. Los
AINEs deben mantenerse hasta que ceda el ataque de gota; a fin de evitar
recurrencias es sensato iniciar a la vez tratamiento profiláctico con colchicina a
dosis de 0,5 ó 1 mg diarios (ver párrafo sobre profilaxis más adelante). El mayor
inconveniente de los AINEs es que la gota ocurre frecuentemente en personas de
edad avanzada o con co-morbilidades, en los que sus problemas de tolerancia o
efectos secundarios digestivos o renales representan un riesgo que puede ser
desproporcionado, sobre todo si se tiene en cuenta que aunque un ataque de gota
es muy doloroso y puede ser percibido como una urgencia por el paciente, no
pone en riesgo su vida y existen alternativas terapéuticas razonables.
• Glucocorticosteroides
Al igual que con los AINEs, es sensato iniciar junto con la primera dosis de
corticosteroide un tratamiento profiláctico con 0,5 o 1 mg diarios de colchicina,
para evitar una recurrencia de la inflamación tras suspender el corticosteroide.
Otros corticosteroides pueden resultar igualmente eficaces, y el ACTH es también
eficaz, auque no ofrece ninguna ventaja sobre los corticosteroides habituales. La
administración intraarticular de corticosteroides también resulta eficaz, pero
requiere diagnóstico definitivo mediante identificación de cristales de urato en
líquido sinovial, y desde luego exclusión absoluta de infección articular. Los
corticosteroides parecen especialmente indicados en personas en las que por su
edad o sus comorbilidades, en riesgo de los efectos secundarios de los AINEs
parezca alto y haga deseable esta alternativa.
• Colchicina
Fue el primer tratamiento que mostró eficacia en los ataques de gota. Su mayor
problema es el de su estrecho margen terapéutico que hace que con gran
frecuencia aparezcan efectos secundarios, sobre todo digestivos. En pacientes
ancianos o con insuficiencia la posibilidad de depresión medular es real y debe de
tenerse en cuenta. Un estudio controlado muy reciente ha mostrado que para el
tratamiento de ataques de gota en personas con función renal normal, una dosis
diaria de 1,8 mg de colchicina (1,2mg seguido de 0,6mg a las dos horas) muestra
igual eficacia que una dosis diaria de 4,8 mg pero con una tolerancia digestiva
significativamente mejor.
Por último, algunos fármacos sobre todo los diuréticos causan hiperuricemia, y en
pacientes con gota deben evitarse en lo posible, o al menos ser consciente de
esta consecuencia de su uso.
Dolor Raquídeo
INTRODUCCIÓN
Definición
Dolor de espalda es el dolor de la parte posterior del tronco, del occipucio al sacro.
También se incluyen en este concepto los procesos dolorosos localizados en
aquellas zonas cuya inervación corresponde a las raíces o nervios raquídeos
(lumbociatalagia, cervicobraquialgia) De todos los dolores de espalda, el
porcentaje más importante (un 70%) corresponde a la zona lumbar. Es la región
de la columna sometida a mayor sobrecarga. Le sigue en frecuencia el dolor
cervical por ser esta zona la de mayor rango de movimiento. La menor movilidad
de la columna dorsal frente a la cervical o lumbar justifica la menor incidencia de la
patología mecánica en este segmento. Lumbalgia y lumbociatalgia son síntomas,
no enfermedades. Como síntomas son la manifestación clínica de diversas
patologías con pronósticos muy distintos y algunos de gravedad. Por su
frecuencia, nos centraremos en el dolor lumbar, aunque el esquema que
planteamos en este capítulo puede utilizarse en las otras zonas de la columna,
teniendo en cuenta sus peculiaridades.
Clasificación
Agudo / crónico. Lumbalgia aguda es la que cura en seis semanas. Crónica la que
se prolonga más de tres meses. Cuando la duración del cuadro doloroso se sitúa
entre las seis semanas y los tres meses podríamos hablar de lumbalgia subaguda.
Si las crisis de lumbalgia son frecuentes, más de tres en un año, se puede
considerar que el proceso se cronifica. - Localizado / Irradiado. Localizado en la
zona lumbar baja, lumbalgia, e irradiado, lumbociatalgia o ciatalgia, cuando el
dolor se proyecta desde la zona lumbar a las extremidades inferiores siguiendo un
patrón anatómico de distribución (dermatoma o esclerotoma), llegando por la cara
anteroexterna del muslo hasta la rodilla o hasta los dedos de los pies. El dolor
puede irradiarse de una manera más imprecisa (pseudociatalgia) hacia los
glúteos, muslo y pierna por la cara posterior o hacia la cara lateral del abdomen e
ingle. La irradiación puede ser unilateral o bilateral. - Irritativo / Deficitario. El dolor
puede manifestarse con más o menos intensidad pero sin presentar alteraciones
sensitivas o motoras: irritativo versus deficitario, valorando déficit sensitivo y motor.
- Mecánico/ Radicular/ Claudicante / Inespecífico, según sus cualidades y los
factores que lo agravan o lo alivian. El dolor mecánico se relaciona con el
movimiento y mejora con el reposo, no existe dolor nocturno espontáneo. El
radicular tiene características neuropáticas. El claudicante aparece al rato de
caminar y se acompaña o predomina la pérdida de fuerza.
- EPIDEMIOLOGÍA
- De uno a tres ramos comunicantes, no más de cinco para el ramo anterior del
nervio raquídeo.
- Nervio sinuvertebral.
- Ramos que van directamente a la cara anterolateral del cuerpo vertebral, disco y
ligamento longitudinal anterior.
DIAGNOSTICO
Partiendo de una visión clínica del origen del dolor utilizamos un modelo
diagnóstico simple para clasificar el dolor lumbar y el irradiado. A partir de esta
clasificación buscamos el diagnóstico etiológico, orientamos las exploraciones
complementarias y seleccionamos el tratamiento.
Diagnóstico clínico
Se manifiesta como dolor difuso lumbar que se irradia por la extremidad, según
una topografía neurológica. La afectación de L5 y S1 llega a los dedos de los pies
y hasta la rodilla en los casos de L4. Es un dolor que aumenta con la flexión o
flexión- rotación. La contractura muscular no es específica ya que también se
presenta en la afectación del ramo posterior. La aparición del signo de Lasègue
indica atrapamiento radicular. Es válido en ángulos menores de 40º. Si el Lasègue
es contralateral, orienta a una hernia discal central. La afectación motora y
sensitiva será metamérica. Hay que diferenciar entre afectación de tipo irritativo
(hiperestesia) o deficitario (hipoestesia o anestesia y debilidad muscular).
Diagnóstico etiológico
Por la clínica deducimos de donde procede el dolor pero no sabemos la causa que
lo produce, no tenemos un diagnostico etiológico. La causa mecánico
degenerativa es la etiología más frecuente. Su prevalencia es de un 97% de todos
los dolores lumbares. En este grupo de etiología mecánica la espondiloartrosis
tiene una prevalencia de un 10%, la estenosis espinal un 3%, la espondilolistesis
un 2%, la hernia discal un 4% y porcentajes inferiores al 1%, las fracturas por
traumatismos y la patología congénita. Un 70% se clasifica como dolor lumbar
idiopático o inespecífico, con intolerancia a la actividad, en el que factores
sociológicos, laborales y psicológicos participan en el mantenimiento, gravedad y
cronificación del problema, por lo que en estos pacientes hay que evaluar además
factores no médicos. En el dolor de espalda no mecánico encontraremos clínica
de la enfermedad causal cuyo origen puede estar en la columna o fuera de ella
(abdomen, pelvis, espacio extraperitoneal). El dolor no estará relacionado con el
movimiento, ni calmará con el reposo. El dolor lumbar por patología abdominal y
pélvica representa un 2%, con diagnósticos tan importantes como ulcera duodenal
posterior, pancreatitis, cáncer de páncreas, de colon y recto-sigma. Enfermedades
renales pueden ser también causa de lumbalgia: litiasis, pielonefritis, absceso
perirenal. Enfermedades de órganos pélvicos: prostatitis, endometriosis;
aneurisma de aorta, hemorragia retroperitoneal. En el dolor lumbar de etiología
inflamatoria el dolor será lento y progresivo con otras características (tabla 71-6).
Representa un 0,3% del dolor lumbar y los diagnósticos más prevalentes son:
espondilitis anquilopoyética, espondilitis psoriásica y síndrome de Reiter. Menor
incidencia (0,01%) corresponde a causas infecciosas: espondilodiscitis,
osteomielitis vertebral bacteriana, tuberculosa o fúngica, absceso paraespinal,
absceso epidural. En estos pacientes existirá un cuadro febril con más o menos
repercusión sobre el estado general. Un cuadro de lumbalgia aguda puede ser la
manifestación clínica de una fractura por osteoporosis. En la columna vertebral, la
localización más frecuente es la zona dorsal media y lumbar superior (D7-L1).
Ocurre por un traumatismo mínimo y el dolor suele ser agudo, transfixiante o
irradiado en cinturón, aumenta con maniobras de valsalva y cede con el reposo El
dolor constante, sordo, claramente progresivo y sin mejoría con el reposo nos
orientará a un origen tumoral. Puede acompañarse de un síndrome tóxico o de
antecedente de neoplasia, pero a veces una metástasis vertebral es el primer
signo de una enfermedad tumoral y el paciente ha consultado por dolor de espalda
presuntamente artrósico. El dolor lumbar de etiología neoplásica tiene dos
orígenes: invasión ósea (mieloma múltiple, osteoma osteoide, metástasis) e
invasión neural (plexopatía lumbosacra, carcinomatosis meníngea, síndrome de
compresión espinal). La prevalencia del dolor lumbar por neoplasia es del 0,7%.
Para orientar correctamente el diagnóstico es fundamental empezar por la historia
clínica, el examen físico y la exploración neurológica. Después se seleccionarán
las pruebas complementarias a pedir y se buscará la correlación entre la clínica, la
exploración y las pruebas de imagen. El estudio EPISER reveló que en los casos
de lumbalgia solo se realiza una historia detallada y una exploración en el 27% de
los casos. No hay que confundir el síntoma con el diagnóstico etiológico que
implica distintos niveles de gravedad.
Exploración
Exploraciones complementarias
Pruebas de imagen
Otras exploraciones
TRATAMIENTO
Tratamiento conservador
HOMBRO DOLOROSO
La articulación del hombro es una de las más complejas de nuestra anatomía. Está formada por 4
articulaciones:
Inestabilidad traumática: 15-35 años, con mecanismo desencadenante claro, ( ABD y RE), en
jóvenes se suele asociar a lesión del nervio axilar/circunflejo mientras que en gente mayor (>35
años) se asocia con desgarros del mangutito.
Enfermedad del manguito rotador: el dolor se localiza en las superficies superior, anterior y
lateral, y se exacerba con las actividades que elevan el brazo por encima de la cabeza y con el
reposo nocturno. En jóvenes el MR es muy resistente por lo que de ocurrir un desgarro tras un
traumatismo agudo, este suele ser solo parcial o incluir la luxación del troquiter, es mas probable
que tengan una tendinitis de MR relacionada con el sobreuso.
En personas de mas edad, aumenta la frecuencia del desgarro completo. La historia tiene un
comienzo del dolor insidioso con debilidad para la flexión y rotación externa, que puede
agudizarse tras un levantamiento de peso o caída. En algunos individuos el desgarro de MR
puede ser el resultado de un envejecimiento normal.
Tendinitis calcificada del MR: En la fase aguda el dolor es severo y hay signos inflamatorios,
Mientras que la fase de formación puede ser de moderados síntomas.
Mientras que el dolor que se origina en el hombro se suele producir en la cara antero externa del
mismo, el dolor cervical, suele iniciarse en la zona del trapecio y el radicular en todo el brazo y se
acompaña de parestesias.
-Patrón neurológico, con dolor irradiado desde el cuello a segmentos más distales del miembro
superior.
-Agravado por las posiciones del cuello mas bien que del hombro.
-Síntomas constitucionales.
La exploración del hombro hay que realizarla con el paciente desnudo de la cintura para arriba,
en bipedestación o sentado. Hay que seguir 3 pasos por este orden: Inspección, palpación, y
movilidad pasiva, activa y resistida.
Incluir siempre la inspección del hombro por detrás para descartar una parálisis del serrato
anterior que dará lugar a una escápula alada.
Palpación: se sienta al paciente en una silla con los codos y antebrazos apoyados sobre los
muslos, el médico se sitúa detrás del paciente y palpa la cabeza humeral, la clavícula, el
acromion, la coracoides, la articulación acromio-clavicular, el esternoclavicular, y los tendones en
busca de tumefacción, crepitación, o puntos dolorosos, que señalarán la lesión subyacente.
La exploración correcta del hombro es lo que nos va a dar la clave de la patología subyacente.
Esta deberá ser sistemática comenzando siempre por la exploración de la movilidad activa,
puesto que si es normal excluiremos la afección capsular o sinovial y nos iremos a buscar
patología peri articular ósea de partes blandas que es lo mas frecuente.
Tras explorar la movilidad activa pasaremos a la pasiva: Es muy importante que el paciente esté
relajado y no haga nada de fuerza durante la exploración, si esto no ocurre la fiabilidad de los
hallazgos es nula.Nos informará de:
En general, el hombro doloroso requiere reposo, incluyendo cabestrillo, durante la fase aguda y
una rehabilitación conducida por un fisioterapeuta posteriormente. El ejercicio precoz y doloroso
acostumbra a ser perjudicial.
Los antiinflamatorios no esteroideos, las pomadas con capsaicina y las infiltraciones locales
parecen ser efectivos ya sea en la mejoría del dolor o la movilización y permiten iniciar una
recuperación funcional precoz.
Existen patologías del hombro que requieren tratamiento quirúrgico que, actualmente y en
muchas ocasiones se realiza mediante artroscopia mínimamente invasiva.
La evolución puede ser muy lenta, pero en general se consigue la resolución del proceso.
Ejercicios de Hombro
Existen tres tipos de ejercicios que son útiles para el hombro. Su médico del Institut Ferran de
Reumatología le indicará cuáles debe practicar. No los ejecute sin supervisión médica.
Ejercicios de estiramiento. Estos ejercicios son útiles si usted tiene dificultad para mover
el brazo en ciertas direcciones o colocarlo en algunas posiciones. Ayudan a mover el
hombro de manera más amplia y fácil, sin dolor.
Ejercicios de fortalecimiento. Estos ejercicios fortalecen a los músculos del hombro para
ayudar a protegerlos de las lesiones. Practíquelos sólo cuando su médico le indique que
usted está listo, ya que si los practica demasiado pronto le causarán más dolor y lesiones.
Pregúntele al médico si debe Vd. tomar alguna medicación o aplicarse frío o calor antes del
ejercicio o si pueden resultar muy dolorosos a veces se recomienda realizarlos bajo el chorro de
agua caliente de la ducha o en un espacio termal.
Ejercicios de calentamiento.
Ejercicios de estiramiento.
Ejercicios de fortalecimiento
Necesitará unas pesas de 0.5 - 2.5 Kg. para ejecutar estos ejercicios; las latas de alimentos son
útiles, pero es más fácil sostener las pesas de gimnasia.
ARTRITIS REUMATOIDE
Epidemiología
Prevalencia: entre 0,3 a 1,2 %, incidencia anual: 25 casos por 100.000, es más
frecuente en las mujeres que en los varones 3:1, si bien se pude presentar a
cualquier edad la mayor frecuencia se observa entre la cuarta y sexta décadas de
la vida.
Etiopatogenia
Anatomía patológica
Manifestaciones Clínicas
Articulares
Manifestaciones Extrarticulares
Nódulos reumatoides
Constituyen la manifestación extra articular más frecuente, se presentan entre el
20 y 30 % de los pacientes y se asocia a enfermedad grave y factor reumatoide
positivo, se ubican en zonas periarticulares y sometidas a presiones mecánicas y
roce: olecranon, tendón de Aquiles, occipucio, sacro y omóplatos. Pueden
aparecer en cualquier órgano, con más frecuencia en pulmón. Son indoloros,
firmes, móviles, pero pueden adherirse a planos profundos como a tendones y
periostio. Pueden aparecer bruscamente en pacientes tratados con Metotrexato,
leflunomida o etanercept.
Manifestaciones Pulmonares.
Es más frecuente en varones, el derrame pleural (DP) es la manifestación
pulmonar más frecuente (40-70 % ) es uni o bilateral aparece luego de una
evolución de 9 o más años el FR es +, el DP es un exudado, rico en proteínas
pero la Glucopleura es baja por bloqueo de su transporte a nivel del capilar
pleural, el DP es pequeño y no necesita tratamiento ya que tiene una resolución
espontánea en pocos meses , si persiste o recurre , responde al tratamiento con
corticoides orales o intravenosos.
Enfermedad pulmonar intersticial: (10 – 50%) puede preceder a las
manifestaciones articulares, clínicamente puede ser asintomática o presentarse
con disnea progresiva, tos seca y estertores secos bi basales, la espirometria es
restrictiva, DLCO está reducida, TACAR con patrón intersticial retículo nodular, la
forma anatomopatológica más frecuente es la de Neumonía Intersticial Usual
indistinguible de una Fibrosis pulmonar idiopática, es de mal pronóstico ya que
puede seguir un curso agudo y progresivo, con insuficiencia respiratoria y
ocasionar la muerte del paciente.
Bronquiolitis Obliterante con o sin neumonía organizada, es una complicación
poco frecuente, es grave, presentan disnea, pérdida de peso y fiebre, se debe a
una inflamación de la pequeña vía aérea, el patrón espiro métrico es obstructivo,
TACAR con hiperisuflacion y nódulos centro lobulares, e infiltrado parcheado
bilateral en caso de neumonía organizada.
Nódulos Reumatoides. Se localizan en la periferia, únicos o múltiples, pueden
complicarse con cavitación, infección, neumotórax o fistula bronquial o pleural. El
Síndrome de Caplan es AR + nódulos reumatoides asociados a neumoconiosis
(antracosis, silicosis o asbestosis).
Manifestaciones cardíacas
Comprenden pericarditis, miocarditis y la afección valvular, siendo la pericarditis
la más frecuente
Y generalmente es asintomática, se detecta con ecocardiografía (30%) y hasta un
50 % en necropsias, es más frecuente en pacientes con una evolución crónica, FR
+ y nódulos reumatoides, puede evolucionar a pericarditis constrictiva. La
miocarditis se manifiesta con insuficiencia cardiaca congestiva y el compromiso
valvular cursa con insuficiencia aórtica o mitral.
Vasculitis
Es una manifestación de mal pronóstico, ocurre entre el 1 al 4 % de los pacientes,
es más frecuente en varones con AR avanzada y erosiva, con títulos altos de FR
e hipocoplementemia, clínicamente se puede manifestar con úlceras cutáneas,
gangrena digital o mononeuritis múltiple, la vasculitis visceral se manifiesta con
infartos intestinales, corazón, bazo, hígado, es menos frecuente en sistema
nerviosos central, pulmones y riñón. La vasculitis digital es por Endarteritis
obliterante y la vasculitis leucocitoclástica se manifiesta con purpura palpable y
petequias.
Manifestaciones oculares
Manifestaciones neurológicas
La luxación atlantoaxoidea puede provocar compresión bulbar o mielopatía por
espondilitis cervical, el compromiso del sistema nervioso periférico se debe a
compresión o tendosinovitis o artritis, síndrome del túnel carpiano por compresión
del nervio mediano, síndrome del túnel tarsiano por compromiso del tibial
posterior
Manifestaciones hematológicas
La anemia es muy frecuente y en la mayoría de los casos es normocítica
normocrómica debida a un proceso inflamatorio crónico.
El síndrome de Felty: AR, esplenomegalia y neutropenia. Es poco frecuente, se
puede presentar con fiebre, úlceras cutáneas, serositis, trombocitopenia,
pigmentación oscura en las extremidades e infecciones frecuentes.
Amiloidosis
El 10 % de pacientes con AR desarrollan amiloidosis, siendo una manifestación
tardía de la enfermedad e indica actividad de la misma, se manifiesta con
proteinuria y evolucionar a insuficiencia renal. La amiloidosis en otros órganos es
rara.
Complicaciones renales
El compromiso renal se debe generalmente nefropatía ´por analgésicos,
Ciclosporina, toxicidad con sales de oro o D-penicilamina, a tubulopatia asociada a
síndrome de Sjögren o a la amiloidosis, por lo tanto las complicaciones directas
por la enfermedad como la glomerulonefritis mesangial es raro.
Laboratorio
Factor reumatoide: está presente entre el 70 y 80 % de los pacientes con AR. Son
anticuerpos (IgM, puede ser IgA ó IgG )dirigidos contra la fracción Fc de la IgG, es
positivo un valor > a 40 UI/mL por lo que podemos encontrar pacientes
seronegativos ( AR con FR -) y seropositivos, los títulos elevados indican un peor
pronóstico y se asocian a enfermedad más grave, y suele desaparecer con el
tratamiento, puede estar presente años antes de la enfermedad como así también
en otras patologías reumáticas autoinmunes, enfermedades del intersticio
pulmonar, neoplásicas infecciosas , hepatopatías crónicas e
hipergammaglobulinemias entre otras. Se han detectado en un 5 % de la
población y hasta un 20 % en mayores de 60 años, por lo tanto el FR, no es
específico de la AR y se consideran títulos significativos > 1:80
Anticuerpos antipéptidos cíclicos citrulinados. (anti-CCP), pueden estar presentes
antes de la artritis, son marcadores de diagnóstico y pronóstico, la sensibilidad de
los anti.CCP es similar al FR pero la especificidad es mayor (95%), su utilidad
radica en confirmar la enfermedad y determinar pacientes con peor pronóstico, los
anticuerpos se producen en las articulaciones donde se encuentran los péptidos
citrulinados.
Los reactantes de fase aguda como la proteína c-reactiva (PCR) se halla elevado
y es un indicador de actividad inflamatoria, sirve para el seguimiento clínico y
respuesta al tratamiento, la VSG está elevada, se relaciona con la fase aguda y
crónica de la enfermedad, la anemia asociado al proceso inflamatorio es
normocítica normocrómica por lo que tiene características de la anemia de
enfermedades crónicas, también se relaciona con la actividad de la enfermedad.
Imágenes
Los primeros signos radiológicos son la osteoporosis paraarticular, la radiografía
refleja una artritis erosiva con geodas en las epífisis óseas y la pérdida del
espacio articular, con la destrucción cartilaginosa, aparecen subluxaciones y
deformidad articular.
La ecografía de alta resolución, Doppler color, sirve para la detección de AR
temprana al detectar precozmente la sinovitis.
Diagnóstico
La AR se diagnóstica clínicamente, tener presente que se trata de una artritis
poliarticular, simétrica y erosiva, que compromete principalmente pequeñas
articulaciones de las manos y pies.
La Asociación Americana de Reumatología propone criterios de clasificación que
combinan síntomas y datos radiológicos y de laboratorio, con una sensibilidad y
especificidad del 95 % y del 90 % respectivamente. Evalúa siete criterios, para
clasificar un paciente como AR debe reunir cuatro de siete y los cuatro primeros
estar presentes al menos durante seis semanas y no excluir pacientes con dos o
más diagnósticos clínicos.
Diagnóstico Diferencial
Se debe realizar con
1. Artritis séptica
2. Espondilitis Anquilosante
3. Artritis reactivas
4. Artritis psoriásica
5. Artritis gotosa
6. LES
7. Esclerodermia
8. Artrosis
Evolución
La AR, se asocia con discapacidad funcional, disminución de la calidad de vida y
acortamiento de la supervivencia, la expectativa de vida se ve reducida entre 7 a
10 años.
Al cabo de una década, el 10 % mantiene plena capacidad funcional, 10 % alto
grado de incapacidad y un 25 % se encuentran con limitación importante, el resto
de los pacientes se encuentran con algún grado de dificultad.
Metotrexato
Leflunomida
Hidroxicloroquina (HCQ)
FISIOPATOLOGIA
Muchas de las manifestaciones del LES están mediadas por los complejos
inmunes circulantes en varios tejidos o los efectos directos de los anticuerpos a los
componentes de la superficie celular. Los complejos inmunes se forman en la
microvasculatura, llevando a la activación del complemento e inflamación.
Además, los complejos antígeno-anticuerpo se depositan en las membranas
basales de la piel y los riñones. En él LES activo, este proceso se ha confirmado
con la demostración de complejos de antígenos nucleares como el DNA,
inmunoglobulinas y proteínas del complemento en estos sitios.
Los Anticuerpos antinucleares séricos (ANA) se encuentran en la mayoría de los
individuos con LES activo. Los anticuerpos contra el DNA nativo de doble cadena
(dsDNA) son relativamente específicos para el diagnostico de LES. Aunque aun
no es clara la activación policlonal de células B o la respuesta de estas a
antígenos específicos, se sabe que muchos aspectos fisiopatológicos implican
células B, células T y células dendríticas. Las células T citotóxicas y las Células T
supresoras, que normalmente contra regulan la respuesta inmune, están
disminuidas. La generación de células T policlonales con actividad citolítica está
alterada. Los LT ayudadores CD4+ están aumentados. En modelos animales de
lupus se ha observado una disminución en la tolerancia inmune. Recientes
reportes apuntan a un papel importante del interferón alfa y factores de
transcripción y las variaciones en la señalización apuntan a un papel central de los
neutrófilos.
PRONÓSTICO
El pronóstico en el LES es muy variable en cada paciente. La historia natural del
LES puede variar entre una forma relativamente benigna hasta una rápidamente
progresiva e incluso fatal. Generalmente tiene cursos intermitentes de recaídas y
remisiones durante toda la vida y las manifestaciones de la enfermedad varían en
cada paciente. El curso de la enfermedad es más suave y la tasa de sobrevida es
mayor en personas con compromiso aislado de piel y tejido musculo esquelético
que en quienes tienen compromiso renal o de SNC.
La mortalidad en pacientes con LES ha disminuido en los últimos 20 años. Antes
de 1955, la tasa de sobrevida a 5 años era menor al 50%. Actualmente, la
sobrevida promedio a 10 años supera el 90% y la sobrevida a 15 años es de
aproximadamente 80%. La sobrevida a 10 años en otros países de Asia y África
es significativamente menor, variando entre 60-70% pero estos datos pueden estar
afectados por un sesgo de reporte de casos severos únicamente. Esta
disminución en las tasas de mortalidad puede estar atribuida a diagnósticos más
tempranos (incluyendo casos más leves), mejoría en tratamientos específicos para
la enfermedad y los avances en el cuidado médico general.
La mortalidad relacionada con LES tiene un comportamiento bimodal,
dependiendo si es de inicio temprano versus inicio tardío, mostrando que en el
primer caso, usualmente ocurre 5 a 10 años después del inicio de los síntomas,
generalmente atribuida a compromisos severos (SNC, renal, cardiovascular) o
secundaria a infección relacionada con el tratamiento inmunosupresor. Las
infecciones responden por el 29% de todas las muertes en estos pacientes. Por el
contrario, cuando la patología tiene inicio tardío, las muertes ocurren después de
los 35 años de edad y son generalmente secundarias a IAM o ECV causadas por
ateroesclerosis acelerada multifactorial (disfunción endotelial, mediadores
inflamatorios, aterogénesis inducida por corticosteroides y dislipidemia).
DIAGNOSTICO
El LES no tiene un único marcador diagnóstico, lo que hace esta patología difícil
de diagnosticar de manera certera. Sin embargo, un diagnóstico preciso de LES
es muy importante, pues el tratamiento reduce significativamente la
morbimortalidad, principalmente asociada a nefritis lúpica. El diagnóstico se basa
en criterios clínicos y de laboratorio. El Colegio Americano de Reumatología
estableció desde 1997 once criterios de clasificación para LES, que tienen en
cuenta ambos aspectos; debe hacerse la claridad de que estos no son criterios
diagnósticos, sino que fueron desarrollados como un intento de estandarizar la
entrada de los pacientes a diversos estudios; sin embargo se han convertido en
una buena manera de realizar una evaluación inicial a los pacientes. Con cuatro o
más de los once criterios propuestos, de manera simultánea o durante la vida,
puede clasificarse como un paciente con LES. Los criterios se encuentran en la
Tabla 1.
Se han realizado diversos estudios sobre la sensibilidad y especificidad de estos
criterios en diferentes poblaciones, encontrando una sensibilidad que varía entre
78 y 96% y una especificidad entre 89 y 100%. Sin embargo, se acepta que los
criterios del CAR son menos precisos en pacientes con LES leve. El más sensible
de los criterios es la elevación de los títulos de ANA mayor o igual a 1:40, pues el
99% de los pacientes con LES presentan títulos elevados en algún momento de su
enfermedad, aunque generalmente en estadios tempranos de la misma los títulos
son negativos. Los títulos de ANA no son específicos de LES: en ausencia de esta
patología, la razón más común para ANA positivos es la presencia de otra
enfermedad del tejido conectivo, como Síndrome de Sjögren, esclerodermia,
artritis reumatoidea, artritis reumatoidea juvenil e incluso fibromialgia.
La proporción de falsos positivos en ANA se afecta por la prevalencia del LES en
la población que se está estudiando: son más altas las tasas de falsos positivos en
las poblaciones con baja prevalencia, como sucede en centros de cuidado
primario. Por esta razón la recomendación del CAR es que se soliciten los ANA
solo a pacientes que cumplan criterios clínicos específicos, como tener dos o más
de los signos y síntomas listados dentro de sus criterios de clasificación y no se
deben solicitar ANA en pacientes con mialgias o artralgias aisladas, que no
cumplen otros criterios.
Es muy importante que, una vez hecho el diagnóstico inicial de LES, el paciente
sea remitido a la consulta de reumatología, para definir el tratamiento apropiado.
El médico de atención primaria debe sin embargo continuar realizando los
controles periódicos correspondientes para determinar si hay actividad de la
enfermedad o indicios de daño a algún órgano.
Los criterios de clasificación pueden servir como guía inicial para la evaluación del
paciente con LES en la consulta periódica, pero no son suficientes. Se han
sugerido diversas maneras de orientar esta evaluación clínica de una manera
integral, que pueden ser de ayuda para el médico de atención primaria que hace el
seguimiento de los pacientes con LES. Estos requieren una evaluación
sistemática, que puede guiarse por los componentes de los índices de actividad de
la enfermedad. Las preguntas de tamización deben emplearse para detectar
posibles manifestaciones del LES en todos los sistemas y órganos del cuerpo,
particularmente las manifestaciones incluidas en los criterios de clasificación y
otras que son frecuentes en los pacientes con lupus, como fatiga, alopecia,
fenómeno de Raynaud. Debe recordarse también que él LES puede afectar el
sistema gastrointestinal.
La evaluación neurológica puede realizarse usando los criterios que el CAR ha
postulado para definir el Síndrome Neuropsiquiátrico del Lupus. La evaluación de
enfermedad cardiovascular y sus complicaciones requiere realización de
electrocardiograma, ecocardiograma e incluso perfusión miocárdica y/o
angiografía, si tienen indicación clínica. En ocasiones puede ser necesario
realizar biopsia miocárdica. Además de lo anterior, es muy importante diferenciar
entre enfermedad inflamatoria o trombótica en múltiples sistemas, lo que implica
diversos exámenes para diferenciarlas, según el órgano implicado.
Si un paciente con lupus desarrolla compromiso renal, empeora su pronóstico.
Una de las maneras más fáciles y efectivas para tamizar el compromiso renal es el
uroanálisis, buscando en particular sangre o proteínas. Este examen debería
realizarse en cada consulta de seguimiento. Es importante descartar otras causas
de hematuria o proteinuria, como las infecciones urinarias, menstruación y
urolitiasis. La proteinuria y la función renal se deben evaluar con recolección de
orina en 24 horas, sin embargo la exactitud de este examen depende en gran
medida del compromiso y la motivación del paciente para realizar una apropiada
recolección de la muestra.
Una manera más segura de evaluar la proteinuria puede ser midiendo la razón
proteína/creatinina o albumina/creatinina. La creatinina sérica puede usarse para
calcular la tasa de filtración glomerular, que da un dato más exacto sobre el daño
renal, que la creatinina sola. Sin embargo, la mejor manera de determinar si la
razón de la proteinuria o la alteración de la TFG es el daño renal, secundario al
LES, es realizar una biopsia renal.
La presión arterial también debe medirse en cada consulta, pues está fuertemente
relacionada con el pronóstico. Si un paciente con lupus tiene compromiso renal, el
control de la presión arterial debe optimizarse por debajo de 130/85 mm Hg, para
mejorar los desenlaces.
La PCR usualmente esta normal o levemente aumentada en un paciente con LES,
aunque puede incrementarse significativamente si hay compromiso de serosas.
La discrepancia entre VSG y PCR puede ayudar a hacer un diagnostico de LES,
teniendo en cuenta diagnósticos diferenciales como el síndrome de Sjögren
primario, en el cual también se puede observar un aumento en VSG con PCR
normal o levemente aumentada. Si se encuentra PCR mayor a 50 g/L en un
paciente con LES que no cursa con serositis, es imperativo descartar infección.
EVALUACION FRECUENCIA
Al evaluar un paciente con LES, el médico debe hacerse las siguientes preguntas:
– ¿Ha ocurrido algún cambio en la actividad de la enfermedad desde la última
consulta?
– ¿Hay evidencia de daño irreversible de órgano desde la última actividad de la
enfermedad o el último tratamiento?
– ¿Cómo está afectando la enfermedad la calidad de vida del paciente?
Definir si la actividad está activa al momento de la consulta es muy importante
para el médico, pues de esto dependen las decisiones de tratamiento. Por esta
razón se han desarrollado múltiples índices que intentan medir esta actividad, para
ser utilizados en experimentos clínicos y en la práctica diaria, con poco éxito dada
su baja reproducibilidad. Los aspectos que se busca medir son la actividad y
severidad de la enfermedad y medidas del índice de daño y calidad de vida.
Para determinar estas medidas se utilizan escalas como BILAG (desarrollado por
el Grupo de Evaluación de Lupus de las Islas Británicas), SLAM (Medición de la
Actividad Sistémica del Lupus), ECLAM (Medición de la Actividad Lúpica de la
Comunidad Europea) y el SLEDAI (Índice de Actividad de la Enfermedad del LES).
Existe otro índice, el SLIC/ACR (Systemic Lupus International Cooperating
Clinics/American College of Rheumatology), que evalúa el índice de daño
acumulado, debido a la enfermedad. Este documenta el numero de ítems
relacionados con daño permanente de órgano, que han afectado al paciente
desde el inicio de la enfermedad, pero no distingue entre daño secundario a la
enfermedad o al tratamiento. Este puntaje no mejora con el tiempo, y para
puntear en cada ítem, el cambio debe estar presente por al menos 6 meses. Esta
escala ha sido validada por múltiples estudios y los puntajes para daño renal y
pulmonar son predictores de desenlaces severos en los pacientes con LES.
En un paciente clínicamente enfermo al momento de consultar, debe determinarse
si está cursando con una reactivación de la enfermedad o una comorbilidad, como
por ejemplo una infección; estas son frecuentes en pacientes con falla renal,
deficiencias del complemento, quienes toman corticosteroides o
5
inmunosupresores a altas dosis o previamente esplenectomizados. Las
posibilidades en infecciones son: tracto urinario, respiratorias o de la piel, artritis
séptica o incluso por gérmenes oportunistas
Estas deben incluirse en la evaluación de los pacientes con lupus. Las tres áreas
más importantes son la prevención de enfermedad cardiaca isquémica,
osteoporosis y trombosis. La enfermedad cardiaca isquémica es más frecuente en
pacientes con lupus que en pacientes de su misma edad sin este diagnostico; por
lo anterior, deben siempre tamizarse para factores de RCV y darse un apropiado
tratamiento y consejería en estilo de vida saludable (suspender el cigarrillo,
disminución de peso y ejercicio). Además, debe realizarse perfil lipídico y
prescribir estatinas si es necesario.
Los pacientes con LES tienen a su vez un riesgo aumentado de osteoporosis y
fracturas, lo que en parte está relacionado con el uso de corticosteroides. Dosis
de prednisolona superiores a 10 mg al día se han relacionado con disminución de
la densidad mineral ósea, por lo tanto los pacientes con esteroides a altas dosis
deben monitorizarse con densitometría ósea a intervalos regulares.
Muchos pacientes con LES tienen también anticuerpos antifosfolípidos, por lo que
están en riesgo elevado de desarrollar trombosis. Por esta razón, todos los
pacientes con LES deben ser tamizados para estos anticuerpos al momento del
diagnostico y cuando desarrollen alguna manifestación que pueda estar
relacionada con trombos, como por ejemplo IAM o perdidas de embarazo en el
segundo trimestre.
TRATAMIENTO
El tratamiento del LES debe ser centrado en los pacientes, asegurando que sean
tratados con dignidad y respeto. Por esto, es esencial una buena comunicación
entre médico, paciente y familia o cuidadores, con información basada en
evidencia científica, de manera que el tratamiento y los cuidados estén
enmarcados en la mejor práctica posible. Los pacientes deben tener la
oportunidad de participar en las decisiones sobre su tratamiento y el médico
tratante debe tener en cuenta sus necesidades y preferencias.
TRATAMIENTO MULTIDISCIPLINARIO
Por tratarse de una enfermedad tan compleja, los profesionales de la salud que
atienden pacientes con LES deben estar muy atentos a todos los aspectos de la
enfermedad, tanto físicos como psicológicos, familiares y sociales. Por esta razón
debe establecerse un cuidado multidisciplinario. El médico de atención primaria
es generalmente el encargado de hacer el diagnostico de la enfermedad, por ser
quien tiene el primer contacto con el paciente y debe iniciar apropiadamente el
manejo del mismo. Las guías de manejo del CAR sugieren que todos los
pacientes deben ser remitidos al reumatólogo para establecer un diagnostico
definitivo de LES, definir el nivel de actividad y severidad de la enfermedad e
iniciar el tratamiento apropiado.
Los reumatólogos deben trabajar con un equipo multidisciplinario, que permita un
cuidado coordinado del paciente. Este debe incluir médicos familiares, otros
especialistas, psicoterapeutas, rehabilitadores, enfermeras y trabajadores
sociales. El médico de familia, por ser un especialista enfocado en el cuidado
centrado en el paciente, debe ser quien se encargue de la atención del paciente
con LES a lo largo de su vida, monitorizando la enfermedad y tratándolo cuando
presente otras patologías, síntomas leves de su enfermedad de base o efectos
secundarios debidos a los medicamentos, como infecciones, enfermedad
cardiovascular, osteoporosis, etc.
Los demás especialistas serán los encargados de tratar los daños en órganos
específicos. Los psicoterapeutas serán los encargados de enseñar estrategias
para enfrentar y favorecer el ajuste psicosocial.
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO
Los pacientes con LES requieren tratamiento médico y un apropiado estilo de vida
para tener un óptimo funcionamiento en su vida. El tratamiento farmacológico es
individualizado y será diferente para manejar recaídas o reagudizaciones o para
mantenimiento que suprima los síntomas y prevenga el daño de órganos.
También depende de los efectos adversos de los medicamentos, de las
manifestaciones de la enfermedad que puedan amenazar la vida o causar daño de
órganos, si las manifestaciones son potencialmente reversibles y la mejor manera
para prevenir complicaciones de la enfermedad.
Existen numerosos tratamientos que se han utilizado en los pacientes con LES.
Los más utilizados son AINES, hidroxicloroquina, corticosteroides y medicamentos
inmunosupresores como azatioprina, ciclofosfamida, metotrexate o micofenolato.
Casi todos los pacientes deben tomar hidroxicloroquina y la mayoría utilizan
además corticosteroides con inmunosupresores. Con un apropiado manejo, los
pacientes con LES tienen tasas de sobrevida mayores, pero se encuentran en
mayor riesgo de complicaciones y/o enfermedades relacionadas con el
tratamiento, incluyendo infección, enfermedad cardiovascular y osteoporosis. 12 Los
tratamientos farmacológicos y biológicos que disminuyen la actividad de la
enfermedad y los niveles de anticuerpos anti-dsDNA, mejoran notoriamente la
calidad de vida relacionada con la salud de los pacientes con LES.
CONCLUSIONES
El LES es una enfermedad multicausal que puede afectar notoriamente la
calidad de vida de los pacientes.
Un diagnóstico preciso es necesario para iniciar tempranamente el
tratamiento y de esta manera evitar la aparición de daño de órganos.
El tratamiento del LES debe ser individualizado, iniciado por el reumatólogo
pero controlado periódicamente por el médico de atención primaria.
El médico de atención primaria tiene bajo su responsabilidad el manejo del
paciente con LES a lo largo de su vida, evaluar el curso de su enfermedad y
manejar la aparición de otras patologías, síntomas leves de su enfermedad
de base o efectos secundarios debidos a los medicamentos.
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ESCLERODERMIA
Introducción
ESCLEROSIS SISTÉMICA (SSc) Para complicar más las cosas, existen dos tipos
principales de esclerosis sistémica o SSc, por sus siglas en inglés: la SSc cutánea
limitada y la SSc cutánea difusa. La diferencia entre la esclerosis sistémica
cutánea limitada y la difusa radica en la extensión de la piel afectada. En la SSc
cutánea limitada, el engrosamiento de la piel se produce solamente en las manos
y los antebrazos, los pies y la parte inferior de las piernas. En cambio, la SSc
cutánea difusa afecta las manos, los antebrazos, la parte superior de los brazos,
los muslos o el tronco.
ESCLERODERMIA LOCALIZADA
Esclerodermia lineal
Criterios Diagnósticos
Criterios Menores:
o Esclerodactilia
Una división clínica más práctica y actual se limita a la Esclerosis Sistémica con
Afectación Cutánea Difusa o Limitada. En la primera, la afectación cutánea es
rápidamente progresiva en el plazo de pocos meses o un año, con afectación
siempre proximal a los codos (por ejemplo en brazos, tórax y abdomen) y puede
iniciarse en las zonas distales de las extremidades (la denominada
acroesclerosis). En la Esclerosis Sistémica Limitada, la lesión cutánea se
mantiene estable o es lentamente progresiva, afectando a manos, antebrazos,
pies, piernas y cara; la afectación orgánica es muy tardía. Dentro de este último
grupo, se encuentran las variantes denominadas síndrome de CREST (calcinosis,
fenómeno de Raynaud, afectación esofágica, Esclerodactilia y Telangiectasias),
además de la esclerosis sine scleroderma (afectación orgánica sin afectación
cutánea) y los casos de fenómeno de Raynaud como única manifestación clínica,
con anticuerpos anticentrómero positivos o alteración en la capilaroscopia.
Mecanismo causal
Parecen existir lesiones básicamente en tres niveles: el endotelio vascular, el
sistema inmune y el tejido conectivo. El daño vascular (endotelial) sería la lesión
primaria responsable de la cascada de acontecimientos posteriores. Es en dicho
daño vascular donde los factores ambientales (además de las alteraciones en la
inmunidad celular) podrían estar implicados directamente. La alteración vascular
endotelial induciría la formación de autoanticuerpos (implicándose la alteración
humoral) y la liberación de mediadores celulares (a través de la inmunidad celular
y la participación de las celular cebadas) que estimularían la proliferación de
fibroblastos y la trascripción de genes que expresan proteínas de la matriz
extracelular (MEC), conduciendo a la síntesis y depósito de colágeno con el
consiguiente daño orgánico. En toda esta cascada de acontecimientos la
susceptibilidad genética (que viene determinada por una mayor incidencia de
sujetos afectos en esta enfermedad de antígenos de HLA -DR-1, DR-3, DR-5)
estaría implicada a través de los trastornos del sistema inmune.
Hace poco tiempo que algunos estudios han sugerido la posibilidad de que células
fetales podrían estar involucradas en la patogénesis de la enfermedad al persistir
en la circulación y algunos tejidos maternos generando o iniciando una reacción
tipo injerto contra el huésped; esta hipótesis microquimérica se basa en el hallazgo
de secuencias específicas del cromosoma Y en el ADN extraído de sangre
periférica o biopsias cutáneas de mujeres con esclerodermia más frecuentemente
que en mujeres sanas.
Síntomas y Signos
Afectación vascular
Pero para la evaluación del grado de afectación vascular, el método más fiable es
determinar una serie de parámetros que tienen que ver con el fenómeno de
Raynaud y sus consecuencias. Respecto al fenómeno de Raynaud, se debe
determinar su duración, frecuencia, momento de aparición y gravedad. Con
relación a las úlceras isquémicas, se evaluará su presencia o ausencia, tamaño,
actividad y número de dedos afectos.
Las alteraciones vasculares pueden afectar, aunque de forma mucho más inusual,
a vasos de gran calibre habiendo sido implicadas en la etiopatogenia de la
hipertensión pulmonar no asociada a afectación del parénquima pulmonar, la crisis
renal esclerodérmica y el denominado Raynaud coronario (una forma rara de
presentación que recuerda la angina de pecho).
Afectación cutánea
Afectación gastrointestinal
Tiene lugar en la mayoría de los pacientes y difiere poco en los dos subgrupos de
Esclerosis Sistémica. Puede adoptar muchas formas clínicas que se pueden
presentar aisladas o asociadas entre ellas.
Afectación musculoesquelética
Sin embargo, existen dos formas de miopatía clara. La primera de ellas consiste
en una afectación muscular proximal no progresiva con elevación mínima de la
creatin-fosfocinasa secundaria a una sustitución de miofibrillas por tejido fibrótico
sin signos inflamatorios en la biopsia muscular. Algunos pacientes, sin embargo
pueden llegar a desarrollar una miopatía inflamatoria clásica indistinguible de una
poli/dermatomiositis que suele aparecer en fases iniciales de la enfermedad, sobre
todo en la forma difusa.
Afectación pulmonar
Afectación cardíaca
Aunque la crisis renal aguda y grave acontece en un 10% de los pacientes, hasta
un 50% presentan algún tipo de disfunción renal como proteinuria, alteraciones en
el sedimento, hipertensión arterial o disminución del filtrado glomerular. En series
necrópsicas hasta un 80% de los pacientes presentan lesiones histológicas
vasculares a nivel renal.
Diagnóstico
El fondo de ojo y la ecografía doppler renal son pruebas de realización inicial ante
la sospecha de una crisis renal esclerodérmica. La práctica de pruebas invasivas
como la angiografía renal y la punción-biopsia renal están indicadas cuando haya
duda diagnóstica ante la gravedad del cuadro.
Tratamiento
Al tratarse de una enfermedad de etiología desconocida, no existe un tratamiento
causal y, por lo tanto, curativo de la misma. Pero en los últimos años numerosas
terapias han demostrado su eficacia en algunas de las manifestaciones de la
enfermedad. Decimos pues que el actual tratamiento de la enfermedad es
sintomático. Cada manifestación requerirá por tanto, un seguimiento y tratamiento
específicos. En este sentido son de suma importancia las medidas de carácter
general. El objetivo del tratamiento ha de ser conseguir mantener al paciente en
una remisión clínica que le permita desarrollar las actividades cotidianas.
Esclerosis cutánea
Fenómeno de Raynaud
Afectación pulmonar
Afectación gastrointestinal
Afectación musculoesquelética
Conceptos Básicos
Estas dos enfermedades son consideradas por algunos autores como formas de expresión
diferentes dentro del espectro de un mismo proceso patológico (miopatías inflamatorias
idiopáticas), diferenciándose por la asociación (dermatomiositis) o no (polimiositis) a
manifestaciones cutáneas. Otras miopatías inflamatorias idiopáticas son la miopatía con cuerpos
de inclusión, la miositis asociada a neeoplasia, la dermato/polimiositis juvenil, la miositis asociada
a otras enfermedades autoinmunes sistémicas y la dermatomiositis amiopática.
Definición
Etiopatogenia
La etiopatogenia de estas enfermedades sigue siendo un enigma. Se cree que poseen una base
autoinmune, aunque se desconoce la identidad del posible error inmunológico implicado. Entre
los argumentos que dan fundamento a la hipótesis autoinmune cabe destacar la asociación con
otras enfermedades que cursan con una respuesta inmune alterada, los signos de una respuesta
inmunológica como la producción de autoanticuerpos o la respuesta inflamatoria en los órganos
diana, así como el efecto beneficioso de la terapéutica inmunosupresora e inmunomoduladora en
un número elevado de pacientes con miopatías inflamatorias idiopáticas.
Dermatomiositis
En esta enfermedad, uno de los primeros hechos que ocurren es la activación de la cascada del
complemento, sea por la vía clásica o por la alternativa, lo que conduce, en definitiva, al depósito
en los capilares musculares de la fracción C5b9 (complejo de ataque de membrana). A partir de
la lesión de estos capilares, su número se verá reducido, lo cual va a condicionar cambios de
microisquemia muscular, la cual a su vez producirá disolución de miofilamentos de las células
musculares (agresión subletal) y, en ocasiones, auténticos microinfartos musculares y atrofia
perifascicular por hipoperfusión de estas áreas de los fascículos musculares. Hasta el momento
no está bien establecida la secuencia de los hechos por lo que se refiere a la presencia de
infiltrados inflamatorios en esta enfermedad. En efecto, es frecuente que existan infiltrados
inflamatorios compuestos por linfocitos B, linfocitos T y macrófagos situados alrededor de los
vasos de pequeño y mediano calibre en las biopsias musculares de las DM. En estudios
preliminares se está comprobando cómo las células endoteliales de los vasos de las biopsias
musculares de pacientes afectos de esta enfermedad expresan moléculas de adhesión
leucocitaria del tipo ICAM-1 y VCAM, el primero sobreexpresado, ya que es constitutivo del
endotelio, y el segundo expresado de forma anómala, particularmente en los vasos con
fenómenos inflamatorios a su alrededor. Es posible que la expresión de estas moléculas pueda
justificar la existencia, por migración, de células inflamatorias a la zona perivascular. En cualquier
caso, lo que parece claro es que en la DM, una de las células diana de la agresión inmunológica
es la célula endotelial.
Polimiositis
Clínica
La afectación muscular se manifiesta por una debilidad progresiva que afecta fundamentalmente
a los músculos estriados del tronco y de las cinturas escapular y pélvica. Estos músculos se
afectan antes y con mayor frecuencia que los periféricos y por ello las acciones que requieren del
uso de la musculatura proximal se afectan antes, mientras que las acciones motoras finas que
dependen de la fuerza de la musculatura distal lo hacen tardíamente. El paciente suele consultar
por dificultad para levantarse de sillas bajas y para subir escaleras o incapacidad para mantener
los brazos elevados lo cual dificulta tareas habituales como el peinado. En el caso de los niños
pequeños, la dificultad en la movilización es objetivada por los propios padres, mientras que en el
caso de los niños mayores, la queja suele ser una disminución en las capacidades atléticas del
individuo. La debilidad muscular se caracteriza por ser de instauración subaguda (en semanas o
meses), en ocasiones insidiosa, pero raramente aguda. Es constante y progresiva, a diferencia
de otros procesos como la miastenia gravis que presenta un curso intermitente. Es prácticamente
siempre bilateral y simétrica. En fases avanzadas pueden ponerse de manifiesto dificultades en la
marcha como la marcha de Trendelemburg o una hiperlordosis compensadora. Los reflejos
musculotendinosos están preservados, salvo en músculos gravemente afectados y atróficos. La
atrofia muscular acostumbra a ser rara en las fases iniciales, a pesar de que los grupos
musculares afectos puedan notarse hipotónicos; pero en fases avanzadas en pacientes con una
enfermedad larga y lentamente progresiva puede desarrollarse una atrofia muscular
desproporcionada con relación a la debilidad del paciente. Otros grupos musculares que se
afectan con frecuencia son la musculatura faríngea y de la lengua, manifestándose en forma de
disfagia o rinolalia, y la flexora del cuello. En casos avanzados y, más raramente, en casos
agudos puede involucrarse la musculatura respiratoria, pero es excepcional la afectación de la
musculatura facial y bulbar. Tanto es así que la presencia de debilidad de la musculatura ocular
debe hacer dudar de un diagnóstico de miopatía inflamatoria idiopática.
Manifestaciones cutáneas
Pápulas de Gottron
Eritema en heliotropo
Es una manifestación menos específica, que se observa hasta en el 30% de los pacientes como
un eritema difuso especialmente distribuido por la piel fotoexpuesta de la cara, cuello, raíz de
extremidades y tronco. En algunos pacientes, este eritema puede desarrollarse en otras
superficies como los codos, rodillas, áreas maleolares o cara anterior del tórax (dibujando una V).
Este eritema acostumbra a exacerbarse tras la exposición a radiaciones solares, puede ser difícil
de identificar en pacientes de piel oscura y, en ocasiones, es tan tenue, transitorio o inaparente
que pasa desapercibido. Ocasionalmente, las áreas afectas se muestran edematosas. También
es posible el desarrollo de lesiones más crónicas y maculares, así como cambios
poiquilodermiformes en el tronco y raíz de extremidades.
Alteraciones periungueales
Aparte de las pápulas de Gottron en el área periungueal, se puede observar un eritema difuso y
brillante con dilataciones irregulares y tortuosas de las asas capilares del lecho ungueal, visibles
en la capilaroscopia o a simple vista. También pueden objetivarse trombosis de asas capilares y
hemorragias en astilla. Estas alteraciones capilaroscópicas son más evidentes en pacientes que
presentan fenómeno de Raynaud, artritis o afectación pulmonar. No existe relación entre las
citadas alteraciones y la actividad de la miositis o con la asociación a neoplasias. En otros
pacientes se observan engrosamientos, hiperqueratosis e irregularidad de la cutícula, cambios
que no son específicos de este proceso puesto que se pueden observar en pacientes con
síndrome de solapamiento, con esclerosis sistémica o con lupus eritematoso.
Manos de mecánico
Es una manifestación clínica muy característica de los pacientes con dermatomiositis. Consiste
en la presencia de una hiperqueratosis de caras laterales y palmares de los dedos que determina
una rugosidad y el desarrollo de fisuraciones con líneas horizontales irregulares de aspecto sucio.
Ante esta manifestación es primordial descartar un componente traumático local o una exposición
laboral que justifiquen dicha apariencia.
Es posible la aparición de un eritema y alopecia difusos del cuero cabelludo. Las manifestaciones
eritematosas citadas en las diferentes localizaciones pueden, con el tiempo, curar dejando
eritemas telangiectásicos reticulados con áreas de atrofia y cicatrización, que en ocasiones
muestran cambios de hiper e hipopigmentación de aspecto poiquilodermiforme. Todos estos
cambios hacen que las áreas afectas presenten un aspecto similar al de la radiodermitis.
Edema
Aparte del edema orbitario y periorbicular, los pacientes presentan frecuentemente edema en
manos, brazos y ocasionalmente en importantes áreas del tronco, generalmente asociado al
eritema de la región dorsal de antebrazos o parte superior del tronco comentado anteriormente.
Síntomas generales
Calcinosis universalis
Manifestaciones respiratorias
Manifestaciones digestivas
Manifestaciones articulares
Las artralgias son un síntoma precoz de DM hasta en el 30% de los pacientes. Pueden
evidenciarse bursitis recurrentes de hombros y caderas, derrames articulares y, en ocasiones,
artritis inflamatorias discretas, pero es excepcional el desarrollo de artritis erosivas. Las artralgias
y artritis acostumbran a ser simétricas y la intensidad de las artritis tiende a disminuir a medida
que progresa la debilidad muscular, excepto en aquellos pacientes con síndromes de
solapamiento, en los cuales puede ser crónica. Los pacientes con artritis presentan
frecuentemente afectación pulmonar. Las contracturas musculares son especialmente frecuentes
en la DM de la infancia.
Fenómeno de Raynaud
Manifestaciones cardíacas
Otras manifestaciones
Aunque con mucha menor frecuencia, también se han descrito en pacientes con miopatías
inflamatorias idiopáticas lesiones renales o insuficiencia renal aguda por mioglobinuria, retinitis
con exudados de distribución peripapilar y alrededor de venas retineanas y neuropatía del
trigémino.
Exploraciones complementarias
Las exploraciones complementarias que se deben realizar en estos pacientes son aquéllas
destinadas a confirmar la existencia de una miositis clínica, analítica y electromiográfica, con
patrón histológico característico, una dermatitis con patrón histológico compatible, las
alteraciones inmunológicas sugestivas de asociación a otras enfermedades autoinmunes
sistémicas o a riesgo de enfermedad intersticial y la asociación a afectación extracutánea y
muscular.
Estudios anatomopatológicos
Biopsia muscular
Es la prueba para establecer el diagnóstico definitivo de las miositis y para excluir otras
enfermedades neuromusculares. Cada una de estas entidades se caracteriza por presentar unas
manifestaciones o cambios histológicos característicos que resultan de la combinación de tres
procesos histo-patológicos básicos: necrosis segmentaria de fibras
musculares, inflamación intersticial y vasculopatía. Para que la
biopsia muscular sea diagnóstica es fundamental seleccionar un
músculo afecto. Los músculos más afectados son habitualmente los
de las cinturas escapular y pélvica y los de las raíces de las
extremidades. En ocasiones, puede ser difícil identificar los grupos
musculares afectados por el proceso. Recientemente se ha
demostrado la utilidad de la resonancia magnética para identificar
estos grupos musculares, pues permite hacer una biopsia más
dirigida. Dado que los cambios anatomopatológicos musculares de las miopatías inflamatorias
idiopáticas son parcheados, se puede conseguir una mayor rentabilidad diagnóstica practicando
biopsias de dos grupos musculares afectos y realizando cortes seriados tanto transversales como
longitudinales de todas las muestras. Algunos autores preconizan la obtención de, como mínimo,
2 a 3 cm de músculo en cada biopsia. Los músculos afectos pueden aparecer al biopsiarlos como
pálidos, blandos e hipotónicos, o firmes y fibróticos, dependiendo del estadio evolutivo en el que
se encuentren. En los pacientes con fibrosis puede haber calcificaciones de los músculos y de
tejidos blandos. A la hora de seleccionar estos músculos hay que tener en cuenta que deberán
evitarse aquéllos utilizados recientemente para la realización de exploraciones electromiográficas
o inyecciones intramusculares, dado que dichos procedimientos pueden desencadenar procesos
inflamatorios y lesiones fibrilares que pueden determinar falsas positividades en el diagnóstico
histológico. En aproximadamente dos tercios de las biopsias musculares se llegan a identificar los
cambios histológicos característicos de la miositis. A pesar de realizar la selección del músculo a
biopsiar siguiendo las recomendaciones anteriores, hasta un 10% de los casos presentan
biopsias musculares normales.
Biopsia cutánea
Estudios inmunológicos
Se han descrito una gran variedad de autoanticuerpos dirigidos contra antígenos nucleares y
citoplasmáticos en el suero de estos pacientes. Entre los anticuerpos contra antígenos nucleares
se incluyen aquéllos dirigidos contra ribonucleoproteínas (anti Ro/SS-A, anti-Sm o anti-La/SS-B)
que no son específicos de las miositis, en tanto que están más estrechamente relacionados con
el grupo de las conectivopatías mixtas. Aparecen frecuentemente en pacientes con DM y
manifestaciones de estas conectivopatías.
Radiografía de tórax
Debería realizarse en todos los pacientes para descartar la presencia de afectación pulmonar
subclínica. En aquellos pacientes con sospecha de intensa afectación de la musculatura
respiratoria o fibrosis pulmonar deberá completarse el estudio con la realización de pruebas
funcionales respiratorias y gasometría arterial. El estudio radiológico puede ayudar también a
detectar calcificaciones musculares que orienten el diagnóstico.
Electrocardiograma
Despistaje neoplásico
Resonancia magnética
Tratamiento
Glucocorticoides
Una vez solucionada la fase aguda del proceso se deben reducir las dosis de glucocorticoides.
También a este nivel existen diferencias entre los distintos autores. A pesar de que muchos
autores, entre los cuales nos incluimos, consideran necesaria una reducción gradual y lenta de
las dosis diarias, hay otros que preconizan las reducciones más rápidas de las mismas. Según
algunos, el paso a tratamiento a días alternos como forma de disminución de la dosis consigue
mantener la eficacia del tratamiento, reduciendo la morbilidad asociada al mismo. Se
recomiendan disminuciones de dosis de entre 5 y 10 mg/día cada 3-4 semanas. Las dosis se
reducen hasta alcanzar las mínimas necesarias para mantener el proceso bajo control.
Habitualmente se llega a conseguir mantener controlado al paciente con dosis de entre 10-25 mg
a días alternos o las dosis equivalentes diarias.
Inmunomoduladores no esteroideos
En las situaciones en las que se presenta una corticorresistencia (hasta en un 20% de los
pacientes) se plantea la necesidad de recurrir a otros tratamientos. Además de ésta, hay otras
situaciones en las que se plantea la necesidad de utilizar otros inmunomoduladores:
1. La necesidad de reducir las dosis de glucocorticoides, pese a una buena respuesta, con el fin
de reducir los efectos secundarios derivados de su uso.
3. Cuando el paciente presenta una enfermedad rápidamente progresiva con debilidad intensa e
insuficiencia respiratoria.
Azatioprina
Metotrexate
Se administra por vía oral a dosis de 7,5 mg semanales (en tres tomas de 2,5 mg separadas 12
horas). Considerado menos efectivo que otros tratamientos por algunos autores, presenta mayor
riesgo de toxicidad para el paciente.
Ciclofosfamida
Administrada por vía intravenosa u oral (2-2,5 mg/kg), hay resultados contradictorios en cuanto a
su efectividad. Parece estar indicado en pacientes con enfermedad pulmonar intersticial.
Ciclosporina
Es un fármaco utilizado con limitado éxito; se han descrito resultados favorables en el tratamiento
de casos infantiles de DM.
Inmunoglobulinas intravenosas
Otros procedimientos
Ejercicio muscular
El inicio precoz de actividad física, tras la mejoría de los signos inflamatorios musculares, reduce
considerablemente el riesgo de desarrollar miopatía por desuso, que es una de las principales
secuelas de la enfermedad.
Pronóstico
Con los tratamientos actuales se consiguen supervivencias superiores al 85%, si bien hasta en la
mitad de los casos persiste cierto grado de debilidad y cerca del 20% de los pacientes quedan
significativamente limitados, especialmente los niños, con contracturas residuales y calcinosis.
Aproximadamente, la mitad de los pacientes se recuperan y pueden suspender el tratamiento tras
5 años de iniciarse el proceso, mientras que un 20% requerirán continuarlo por la persistencia de
actividad de la enfermedad.
A pesar de todos estos datos, no existe un patrón de comportamiento claramente definido que
nos ayude a determinar el curso que va a seguir la enfermedad en un paciente en concreto. En
cualquier momento pueden producirse recaídas y éstas tienen peor pronóstico si se producen
tras reducciones excesivamente rápidas del tratamiento corticoideo.
Definición
La Enfermedad Mixta del Tejido Conjuntivo (también llamada Enfermedad Mixta del Tejido
Conectivo y en inglés Mixed Connective Tissue Disease) EMTC es una entidad descrita por
Sharp et al en 1972, que se caracteriza por la aparición de fenómeno de Raynaud, edema de
las manos, sinovitis, acroesclerosis y miositis, junto a la presencia de anticuerpos anti-U1-
ribonucleoproteína (U1-RNP). Afecta sobre todo a las mujeres (80%), generalmente al final de
la cuarta década de la vida. El fenotipo HLA-DR4 es frecuente en estos pacientes y se han
descrito casos de asociación familiar.
Entre las enfermedades autoinmunes sistémicas (EAIS) existen algunos cuadros clínicos de
difícil clasificación y que cubren un amplio espectro de posibilidades. En un extremo de este
espectro seencuentran algunos pacientes que presentan ciertas manifestaciones clínicas o
serológicas habituales en las EAIS pero que no reúnen los criterios propuestos para ser
clasificados como afectados por ninguna enfermedad definida. Para identificar estos cuadros
se han propuesto los términos "enfermedad indiferenciada del tejido conjuntivo" y "síndrome
similar al lupus". Otros pacientes presentan manifestaciones solapadas de varias
enfermedades, pero su cuadro clínico se encuentra relativamente bien definido, como sucede
con la "enfermedad mixta del tejido conjuntivo" (EMTC). Finalmente, en el extremo opuesto del
espectro se encuentran ciertos pacientes con cuadros clínicos muy floridos y que reúnen,
simultáneamente o a lo largo de los años, los criterios para su clasificación como afectados
por dos o más EAIS bien definidas, como dermatomiositis y esclerosis sistémica (ES) o lupus
eritematoso sistémico (LES) y artritis reumatoide. Resulta difícil saber la prevalencia exacta,
pero ciertas estimaciones indican que hasta un 25% de los pacientes con EAIS presenta
alguno de estos cuadros clínicos.
Manifestaciones clínicas
Manifestaciones mucocutáneas
Manifestaciones musculoesqueléticas
Manifestaciones pulmonares
Manifestaciones cardíacas
Las alteraciones en el tracto digestivo son similares a las de la ES. Las más habituales son
pérdida del peristaltismo esofágico, dilatación de la segunda y tercera porción duodenales,
malabsorción por afectación del íleon, diverticulosis colónica y neumatosis quística intestinal.
Manifestaciones renales
Aunque al principio se pensó que la afección renal era infrecuente, se ha observado que
puede aparecer una glomerulonefritis por depósito de inmunocomplejos que curse sin
manifestaciones clínicas. Esta glomerulonefritis puede ser de tipo mesangial, membranosa o
proliferativa, al igual que sucede en el LES.
Manifestaciones neuropsiquiátricas
Laboratorio
Anatomopatología
Diagnóstico
Dado que los pacientes con esta enfermedad pueden presentar muchas manifestaciones de
solapamiento o sobreposición, el diagnóstico debe basarse en el cumplimiento de varios
criterios. No obstante, debe sospecharse esta enfermedad si aparecen las manifestaciones
clínicas centrales en ausencia de anticuerpos anti-U1-RNP, los cuales pueden aparecer con
posterioridad.
1. Criterio Serológico:
Anticuerpos anti U1 RNP positivo con un título en la hemaglutinación >1:1600
2. Criterios Clínicos:
a. Edema de manos
b. Sinovitis
c. Miositis
d. Fenómeno de Raynaud
e. Acroesclerosis
Requerimientos:
a. Serológico
b. Al menos 3 características clínicas
c. La asociación de edema de manos, fenómeno de Raynaud y acroesclerosis
requiere al menos otra característica más
Tratamiento
Como norma general, los pacientes con EMTC deben recibir un tratamiento análogo al que
reciben los pacientes con LES, polimiositis o ES que presentan unas manifestaciones
similares.
Evolución y pronóstico
Por otra parte, los pacientes con capilares anormales en el lecho ungueal sufren una
enfermedad más activa y extensa y presenta más manifestaciones de ES que aquéllos cuyos
capilares son normales. Estos capilares anormales se encuentran en más del 80% de los
pacientes con ES y sólo en el 2% de los enfermos con LES.
Alarcón GS, Williams GV, Singer JZ, Steen VD, Clegg DO, Paulus HE, et al. Early
undifferentiated connective tissue diseases. I. Early clinical manifestation in a large cohort of
patients with undifferentiated tissue diseases compared with cohorts of well established
connective tissue disease. J Rheumatol. 1991;18:1332-9.
Sharp GE, Irving W, Tan E, Gould G, Holman H. Mixed connective tissue disease: An
apparently distinct rheumatic disease syndrome associated with a specific antibody to an
extractable nuclear antigen (ENA). Am J Med. 1972;52:148-59.
SÍNDROME DE SJÖGREN
Es una enfermedad crónica autoinmune que se caracteriza por la presencia de síntomas como,
ojos y boca seca junto a sequedad vaginal, producida por un infiltrado inflamatorio de linfocitos T,
a nivel de las glándulas de secreció externa (exocrinas). La simple sequedad, aunque muy
molesta, no es suficiente para el diagnóstico, sino que deben cumplirse otros criterios adicionales.
El Síndrome de Sjögren (SS) ya no es considerado como una rareza médica. Por el contrario, se
estima que afecta a entre 0,5 y 3 personas de cada 100 ( predomina en mujeres mayores de
cuarenta años) y por cada paciente en quien está asociado a Artritis Reumatoide (AR), Lupus
Eritematoso Sistémico (LES) u otra afección reumática (SS secundario), probablemente exista
otro en quien el SS ocurre en forma aislada (SS primario). Desde el punto de vista opuesto se
admite que uno de cada cinco pacientes con Artritis Reumatoide presentará simultáneamente SS.
Se trata, probablemente, de la enfermedad autoinmune más frecuente, aunque por la escasez de
síntomas que conlleva, está infradiagnosticada.
No todas las sequedades en la boca son debidas al Síndrome de Sjögren, sino que pueden
producirse en el contexto de otras enfermedades, como por ejemplo la Hepatitis C o la Cirrosis
Biliar Primaria. La toma de alguno fármacos puede producir síntomas muy similares. El riesgo de
candidiasis oral está aumentado en el S. Sjögren.
El riesgo de desarrollar linfoma es del 5%, es decir, hasta 40 veces mayor que en la población
normal. El tiempo medio desde el diagnóstico del SS y el del linfoma, es de 6 años. Como
factores de riesgo para el desarrollo de lifoma debemos citar: vasculitis cutánea,
crioglobulineamia tipo II, neuropatía periférica, hipertrofia parotídea, adenopatías, Ac. Anti Ro/La
+, descenso del complemento, gammapatía monoclonal, anemia y linfopenia. Estos signos deben
ser parametrizados con regularidad.
¿Cómo diagnosticarlo?
Para saber si hay sequedad en los ojos (el paciente lo nota como una
sensación dearenilla), existen dos procedimientos mediante los cuales se
puede determinar: La prueba de Schirmer (normalmente realizada en la
consulta del reumatólogo), que mide la cantidad de líquido que despide durante
un periodo de cinco minutos. Una humedad menor a 5 mm es una fuerte
indicación de resequedad de ojos. Otra prueba es la prueba de Rosa de Bengala que consiste
de poner tinte que facilite ver las áreas dañadas de la cornea (más habitual del oftalmólogo).
Para saber si hay resequedad de boca, puede hacerse una biopsia de la glándulasalival con el fin
de establecer un diagnóstico firme. Este tipo de biopsia generalmente se toma de la superficie
interna del labio inferior y se envía a evaluar. Se considera diagnóstico de síndrome Sjögren
cuando los resultados son positivos y revelan inflamación característica consistente este
síndrome. Existen otras pruebas menos cruentas, como la gammagrafia o la sialografía que
pueden ser de mucha ayuda.
En la actualidad, la gammagrafía parotídea es una técnica muy empleada, pues permite la
valoración funcional de las glándulas. La RM parotídea es una buena opción, pues permite
mejores imágenes que la ecografía.
En el 70% de enfermos, las gammaglobulinas séricas están elevadas, siendo éste uno de los
principales datos analíticos del SS. La presencia de gammapatía monoclonal obliga al despistaje
intensivo de un síndrome linfoproliferativo o un síndrome crioglobulinémico.
Los anticuerpos antinucleares están presentes en el 80% de los casos. Casi un 15% de enfermos
presetan hipocomplementemia y casi un 20%, crioglobulineamia.
Los anticuerpos contra el antígeno Ro/SS-A y La/SS-B fueron descriptos hace 40 años. En
pacientes con sospecha clínica de SS, se consideran con una alta especificidad diagnóstica,
aunque aparezcan en porcentajes variables (30-70%), según la técnica empleada. Los anti-Ro
(SSA) maternos, tienen una alta relació con el bloqueo cardiaco congénito.
Una interesante característica del Sd. de Sjögren es la elevación importante de la VSG (hasta el
90% de enfermos tienen elevada la VSG) sin elevación de la PCR. Esto se debe a que la
elevación de la VSG está relacionada con la presencia de hipergammaglobulinemia, de la que no
depende el valor de la PCR. Ante esta situación es importante preguntar por la sequedad bucal u
oftálmica. En los pacientes con Ac. Anti Ro/La +, esta elevación de la VSG es aún más marcada.
Así pues, el perfil de VSG elevada, PCR normal, hipergammaglobuliemia y FR positivo sería el
patrón típico analítico del SS.
Crioglobulinemia
anti-Ro (SSA)
anti-La (SSB)
* Los criterios diagnósticos desarrollados por el Grupo de consenso europeo para el estudio del
Sjögren (GECUSS) se muestran en la tabla superior. Se considera diagnóstico definitivo de
Sjögren si 4 de los 6 ítem tienen una respuesta afirmativa.
1. Síntomas oculares
a ¿ Ha presentado ojo seco a diario por más de 3 meses ?
b ¿ Tiene sensación de arenilla ocular a repetición ?
c ¿ Usa lágrimas artificiales 3 o más veces al día ?
2. Síntomas orales
a ¿ Siente la boca seca diariamente por más de 3 meses ?
b ¿ Se le han hinchado las parótidas siendo adulto ?
c ¿ Necesita beber para tragar alimentos secos ?
3. Signos oculares
a Prueba de Schimer < 5 mm de humedad desde el doblez del papel
b Prueba Rosa de Bengala < 4 puntos (Van Bÿsterveld)
4. Hallazgos histopatológicos
En la biopsia de glándula salivar menor la presencia de <1 foco de células mononucleares por 4
mm2 de tejido glandular.
5. Compromiso objetivo de glandulas salivales
Por Gammagrafía parotídea o por Sialografía parotídea o Sialometría sin estimulación < 10 mm
en 15 min
6. Autoanticuerpos
Positividad de : Ro (SSA) o La (SSB) o ANA o FR
Tratamiento de la enfermedad
El tratamiento del Síndrome de Sjögren incluye tres aspectos que deben abordarse
simultáneamente:
Es importante que el paciente sepa que debe evitar algunos fármacos: antidepresivos,
antihistamínicos, anticolinérgicos...), evitar ambientes secos, aumentar la ingesta de agua y de
productos que estimulen la secreción salival (alimentos ácidos sin azúcar), y mantener una
adecuada higiene dental.
Como el síndrome Sjögren afecta las glándulas salivales, es imperativo mantener una higiene
bucal adecuada. La prevalencia de caries se incrementa por lo que debe informar a su dentista
acerca de su diagnóstico para que pueda aumentar la vigilancia y evitar que se le caigan los
dientes prematuramente. En ocasiones el uso de cápsulas con gel de vitamina E son útiles. El
modo de empleo es mordiendo una cápsula por la noche y después enjuagando los dientes con
el gel con el fin de mantener la humedad durante las horas de la noche.
Existen fármacos que pueden ayudarla como el clorhidrato de pilocarpina ,la cevimelina o la
bromhexina que aumentan la secreción de la glándula salival. Se utiliza a dosis de 5 mg. , 4
veces al día. Estña contraindicado en pacientes con asma o glaucoma. La cevimelina, no se
comercializa en Europa, produce menor sudoración que la pilocarpina pero más efectos
gastrointestinales.
Debe utilizar lagrimas naturales, liquidas durante el día o en gel en la noche. Protegerse del sol y
viento con gafas adecuadas. Controlarse con el Oftalmólogo con la frecuencia necesaria.
Las lágrimas artificales con hialuronato sódico son las que han demostrado ser más eficaces.
Los pacientes con aAF positivos, pueden mejorar su secreción lagrimal con hidroxicloroquina.
En casos de sequedad ocular muy intensa e incapacitante, que no mejore con las citadas
medidas, se puede intentar la oclusión de los canalículos lacrimales con materiales temporales o
permanentes (colágeno / silicona) o la ligadura por sutura o electrocoagulación.
Los pacientes con complicaciones más severas, como vasculitis, o cuando el sistema nervioso
está comprometido pueden necesitar cortisona o gammaglobulina e.v.
Los estudios con fármacos biológicos como el Infliximab y el Etanercept, no han demostrado
eficacia significativa. Rituximab (Ac. Monoclonal antiCD20) ha generado grandes expectativas,
además de haber demostrado eficacia en linfomas B.
Ocrelizumab (Ac humanizado antiCD20) parece que tendrá la misma eficacia que Rituximab pero
con menor inmunogenicidad. Belimumab (antagonista BAFF/BlyS), probablemente sea clave en
el control de la hiperactividad de células B.
La similitud patogénica con el LES, sugiere que las terapias anti-IL (6/10/interferon alfa), pueden
ser de utilidad.
En todo caso, el equipo reumatológico del Instituto Ferran de Reumatología podrá asesorarle
sobre su caso concreto.
La mayoría de los pacientes padecen de resequedad de ojos y boca durante años. Éstos
síntomas pueden gradualmente empeorar. Otros pacientes pueden desarrollar enfermedades
conocidas y asociada al Síndrome de Sjögren. Éstas incluyen enfermedades de tiroides, hígado y
riñón y de los ganglios. Su médico debe de hablar con Vd. acerca de estas enfermedades para
que sepa si hay señales de que se estén desarrollando. En ocasiones, algunos pacientes
desarrollan síntomas de otras enfermedades reumáticas, tal como Lupus o artritis reumatoide.
En general en los pacientes que tienen SS primario el pronóstico es bueno, en el secundario esta
en relación con la enfermedad asociada.
El futuro
El estudio apunta que puede ser más eficaz en fases iniciales de la enfermedad, antes de que se
produzca la destrucción glandular, razón por la cual, en poco tiempo, el diagnóstico precoz puede
adquirir un gran valor.
Espondiloartorpatías
1. Espondilitis Anquilosante
2. Artritis Psoriásica
3. Artritis Reactiva
4. Artropatía asociada a Enfermedad Inflamatoria del Intestino
5. Espondiloartorpatías Indiferenciadas
6. Síndrome SAPHO
Espondilitis Anquilosante
Concepto
Epidemiología
Etiopatogenia
Anatomía patológica
Cuadro clínico
Complicaciones
Son frecuentes las fracturas vertebrales que ocurren incluso con traumatismos
leves, se deben a osteoporosis y rigidez vertebral, ocurren con más frecuencia en
la columna cervical pudiendo desplazar la médula espinal.
Exámenes complementarios
Laboratorio
Radiología.
Diagnóstico
Criterios Clínicos.
Dolor lumbar y rigidez de más de 3 meses de duración que mejora con el ejercicio
y no se alivia en reposo
Limitación de la movilidad de la columna lumbar en ambos planos, frontal y sagital.
Limitación de la expansión torácica según valores normales corregidos en función
a edad y sexo
Criterio radiológico
Diagnóstico diferencial
Pronóstico
Tratamiento
Artritis Psoriásica
Concepto
Epidemiología
La prevalencia es del 0.5 % con una incidencia anual de 3.4 a 8 casos por
100.000, afecta por igual a varones y mujeres, tiene un pico de incidencia mayor
en la cuarta década de la vida. Se considera una entidad nosológica autónoma y
diferente a la artritis reumatoide, avalan esto que la prevalencia de psoriasis es
mayor en pacientes con artritis seronegativas (20%) que la población general (2- 3
%) y que la frecuencia de artritis en pacientes con psoriasis es más elevada (30
%).
Etiopatogenia
Anatomía patológica
Cuadro Clínico
Manifestaciones dermatológicas
La psoriasis se caracteriza por lesiones eritemato- escamosas descamativas, la
onicopatía es el mejor marcador y está presenta en el 80 % de los pacientes con
artritis psoriásica que en la psoriasis no complicada (40%). En el 70 % de los
pacientes la psoriasis antecede generalmente por unos 10 años a la artritis,
mientras que solo la artritis la precede en un 15 % de los casos.
Manifestaciones osteoarticulares
La sinovitis periférica es asimétrica y puede comprometer una o pocas
articulaciones (mono u oligoartritis) o una poliartritis de grandes y pequeñas
articulaciones. Un rasgo característico y distintivo es la artritis de las
interfalángicas distales con onicopatía del mismo lado. Menos del 5 % de los
pacientes presentan una artritis mutilante, con osteólisis que afecta a pequeñas
articulaciones de las manos y pies.
La dactilitis: o “dedo en salchicha” debida a una tenosinovitis de los flexores es
otro marcador de la enfermedad. Tener en cuenta, la oligoartritis asimétrica,
compromiso de interfalángicas distales la dactilitis y la onicopatía.
Espondilitis: se presenta entre un 5 a 50 % de los pacientes, solo el 5 al 10 % de
los pacientes evolucionan a una espondilitis anquilosante definida, y el antígeno
de HLA-B27 es un marcador biológico de la enfermedad. Se aprecia dos formas
de espondilitis una indistinguible de la idiopática y otra que afecta a personas de
mayor edad, con mayor compromiso cervical, de progresión asimétrica donde los
sindesmofitos no son marginales.
Entesitis: está presente como en toda espondiloartropatía, la entesitis calcánea es
la más frecuente.
Manifestaciones extrarticulares
La uveítis es la más frecuente y está relacionado con HLA-B27.
Exámenes complementarios.
Diagnóstico
Es fundamental la historia clínica, es una artritis seronegativa (FR -) ausencia de
nódulos, asociada a psoriasis, con compromiso de articulaciones interfalángicas
distales, en ocasiones el diagnóstico no es fácil ya que la psoriasis puede
preceder a la artritis y viceversa y no tener una coexistencia de ambas
manifestaciones, a los efectos de optimizar el diagnóstico se ha propuesto los
criterios de clasificación de artritis psoriásica: Classification Criteria for Psoriatic
Arthritis (CASPAR).
Tratamiento
Tratar la artritis psoriásica varía en función del nivel de dolor. Las personas con
artritis muy leves pueden requerir tratamiento sólo cuando sus articulaciones son
dolorosas y pueden interrumpir el tratamiento cuando se sienten mejor. Fármacos
anti-inflamatorios no esteroideos como el ibuprofeno (Motrin o Advil) o naproxeno
(Aleve) se utilizan como tratamiento inicial. Si la artritis no responde, modificador
de la enfermedad medicamentos antirreumáticos puede ser recetado. Estos
incluyen la sulfasalazine (Azulfidine), el metotrexato (Rheumatrex, Trexall,
Otrexup,Rasuvo), ciclosporina (Neoral, Sandimmune, Gengraf) y la leflunomida
(Arava). A veces combinaciones de estos fármacos se pueden usar juntos. La
lucha contra la malaria hidroxicloroquina (Plaquenil) puede ayudar, pero por lo
general se evita ya que puede causar un brote de psoriasis. La azatioprina
(Imuran) puede ayudar a las personas con formas graves de la artritis psoriásica.
El más reciente disponible factor de necrosis antitumoral drogas tales como
adalimumab (Humira), etanercept (Enbrel), golimumab (Simponi) e infliximab
(Remicade) también están disponibles y pueden ayudar a la artritis, así como la
psoriasis en la piel. Para las articulaciones hinchadas, las inyecciones de
corticosteroides pueden ser útiles. La cirugía puede ser útil para reparar o
reemplazar las articulaciones gravemente dañadas.
Artritis Reactiva
Concepto
Epidemiología
La artritis reactiva ocurre en individuos jóvenes entre los 20 y 40 años, no es
frecuente en ancianos y niños, desarrollan artritis reactivas aproximadamente el
1% de los pacientes con uretritis y el 3 % de los que presentan una infección
intestinal, los factores genéticos se demuestran por la agregación familiar y por la
presencia del antígeno HLA-B27 presente entre el 60-90% de los pacientes. Si el
origen es entérico se afectan por igual varones y mujeres; en las asociadas a
infección genitourinaria existe un mayor predominio de varones.
Etiología
Fisiopatología
Anatomía Patológica
Cuadro Clínico
Es muy importante una historia clínica detallada indagando la existencia de:
uretritis, exudado mucoso o mucopurulento, prostatitis, disuria, cistitis o cervicitis,
salpingitis y cambios de parejas sexuales recientes.
La intensidad de la infección causal no se relaciona con la severidad de la artritis,
ya que una diarrea o uretritis inaparente puede causar una artritis reactiva de gran
intensidad y viceversa.
La manifestaciones clínicas aparecen entre una a cuatro semanas posteriores a
la infección.
Es una artritis aguda, asimétrica, dolorosa y aditiva con compromiso sistémico,
afecta más a extremidades inferiores (90-95%) que a las superiores (60-65%),
siendo la oligoartritis y poliartritis más frecuente que la monoartritis, se localiza en
rodillas, tobillos, articulaciones subastragalinas, metatarso falángicas e
interfalángicas de los dedos del pie , puede afectar muñeca y dedos de la mano.
Puede presentar dactilitis: edema difuso de un solo dedo de las manos o pies
“dedo en salchicha”, es una característica de la artritis reactivas y de
espondiloartritis periféricas.
La tendinitis y la fascitis producen dolor en múltiples sitios de inserción, en
especial del tendón de Aquiles, la fascia plantar y a lo largo de la columna
vertebral. Es frecuente el dolor lumbar y de espalda debidas a entesitis, sacroileitis
o artritis intervertebral.
El compromiso ocular es frecuente (30-40%) y varía de una conjuntivitis transitoria
a una uveítis anterior aguda.
Entre las lesiones mucocutáneas se presentan úlceras planas (10%) indoloras,
superficiales y transitorias. La queratodermia blenorrágica (13%) es un exantema
se caracteriza por vesículas que se transforman en lesiones hiperqueratósicas y
luego en costras, se observan principalmente en manos y plantas.
Las lesiones genitales pueden presentarse incluso en artritis reactivas post
disentéricas, la balanitis circinada (25%) se caracteriza por erosiones superficiales
e indoloras en el glande que posteriormente se unen quedando un margen bien
diferenciado con respecto a la mucosa sana.
Son menos frecuentes los trastornos de conducción cardíacos, insuficiencia
aórtica, infiltrados pleuropulmonares y las manifestaciones neurológicas.
El término Síndrome de Reiter se reserva para los casos con artritis, conjuntivitis y
uretritis y se presenta tanto en las de origen post enterocolítico como en las
adquiridas por infección genitourinaria.
El curso clínico de la artritis reactiva puede ser agudo o crónico y el límite es entre
6 y 12 meses, el pronóstico es generalmente bueno y el cuadro inicial remite entre
1 y 20 semanas, las recidivas suelen ser frecuentes. La presencia de HLA-B27 se
asocia a peor pronóstico y evolución crónica, con mayor frecuencia de sacroileitis
y de compromiso extra articular. Entre un 30 a 60% de pacientes con artritis
reactiva presentan algunos síntomas articulares a largo plazo y hasta un 25 %
presenta algún grado de incapacidad laboral, al cabo de 15 años de observación
la sacroileitis se presentó en el 36 % y sindesmofitos en el 10% de los pacientes ,
es poco frecuente la evolución hacia una espondilitis anquilosante típica. Los
factores que aumentan la probabilidad a una evolución crónica son: presencia de
HLA-B27, sexo masculino y manifestaciones extra articulares.
Exámenes Complementarios.
Laboratorio:
La VSG y PCR se elevan en fases agudas suele detectarse una ligera anemia, el
FR y ANA son negativos. En el análisis de orina se puede detectar piuria en caso
de uretritis. Ante la presencia de derrame articular, Ej. Rodillas, el líquido sinovial
es inflamatorio, cultivo negativo y sin microcristales.
Radiología:
Diagnóstico
Tratamiento.
El manejo médico del paciente con artritis reactiva incluye supresión de la
inflamación articular, mantenimiento y mejoría de la función articular y apoyo en la
adaptación emocional a la presencia de artritis. El reposo y las modalidades físicas
como el calor seco y húmedo, hielo y cera, en combinación con ejercicios para
conservar los arcos de movilidad articular y la fuerza muscular, así como
dispositivos de soporte, tales como férulas para la muñeca, bastones y muletas,
son útiles en pacientes seleccionados. Los ejercicios como la natación y la marcha
son bastante útiles para conservar la movilidad articular y la fuerza muscular.
Durante las horas de reposo el paciente debe yacer en posiciones funcionales,
evitando especialmente la flexión del cuello o de las rodillas con el uso de
almohadillas. El manejo inicial incluye el uso de medicamentos antiinflamatorios no
esteroideos (AINE), particularmente indometacina, diclofenac y otros. Los
salicilatos no son de mucha utilidad. La gran mayoría de los pacientes con artritis
reactivas (75- 85%) responde al tratamiento con AINE. El tratamiento se debe
administrar a dosis completas y por tiempo prolongado. Para aquellos pacientes
(15-25%) con artritis grave, progresiva y deformante, es necesaria una terapia más
intensa. El metotrexate es el medicamento de elección para muchas formas de
artritis reactiva, especialmente la psoriásica. Es eficaz tanto sobre la artritis como
sobre las manifestaciones dérmicas. A dosis entre 5 y 20 mg a la semana ha sido
de gran utilidad de acuerdo con nuestra propia experiencia y la de otros. Es bien
tolerado por la mayor parte de los enfermos, es sencillo y seguro de usar. Otros
agentes, incluyendo la azatioprina, compuestos de oro, penicilamina,
hidroxicloroquina, ciclofosfamida y ciclosporina A, son efectivos en un grupo
selecto de pacientes. La colchicina y la sulfasalazina son dos medicamentos
prometedores para el manejo de pacientes con artritis reactiva. Además, son
bastante útiles para el control del compromiso dérmico del paciente psoriásico. Es
útil el uso de esteroides intraarticulares con moderación. La intervención
quirúrgica, incluyendo sinovectomía, artrodesis y reemplazo articular, es
ocasionalmente útil para el paciente gravemente afectado. El uso de antibióticos
en el tratamiento de las artritis reactivas es un tópico bastante confuso y
controvertido. Gran parte del problema es la falta de estudios controlados y
prospectivos al respecto. Sin embargo, la evidencia obtenida en un estudio
reciente y en vías de publicarse apoya el uso de antibióticos en ciertas formas de
artritis reactivas. Un grupo de autores finlandeses encontró que el uso de
tetraciclina por vía oral por un período de tres meses fue efectivo para el control de
artritis reactiva inducida por Chlamydia trachomatis. Nuestras propias
observaciones indican que la persistencia de infecciones por este germen es
prevalente en individuos con formas persistentes de artritis. En resumen, las
artritis reactivas conforman un extenso capítulo de la reumatología. Si bien su
etiopatogenia aún requiere de importante aclaración, el conocimiento hasta ahora
alcanzado sigue abriendo nuevas perspectivas en la relación infección-artritis.
Definición
Se trata de la asociación entre dos conocidas enfermedades inflamatorias del tubo
digestivo, la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa crónica (CUC), con
manifestaciones articulares de carácter inflamatorio tanto a nivel axial como
periférico. El aparato locomotor es su principal asociación extraintestinal, aunque
otros sistemas pueden verse implicados. Esta enfermedad se encuentra incluida
dentro de las espondiloartropatías al igual que la espondilitis anquilosante, su
principal representante, la artritis soriásica, y las espondiloartropatías juveniles e
indiferenciadas.
Epidemiología
Se desconoce la prevalencia e incidencia de las enfermedades inflamatorias del
tubo digestivo en nuestro medio. Son más frecuentes en Norteamérica y norte de
Europa (prevalencia entre 8 y 214 casos c/100.000 personas para enfermedad de
Crohn y 21 a 43 c/100.000 personas para CUC). La incidencia de la CUC en
Norteamérica y Europa es de 2 a 20 casos/100.000 y de la enfermedad de Crohn
en España es de 5,5/100.000 habitantes. Afectan predominantemente a individuos
de raza blanca. A diferencia de la espondilitis anquilosante, que predomina en
hombres, aquí la distribución por sexos es semejante. Las enfermedades
inflamatorias del tubo digestivo afectan a pacientes de entre 20 y 30 años.
Etiopatogenia
La etiología de las enfermedades inflamatorias del tubo digestivo es desconocida.
Las evidencias manejan como en tantas otras enfermedades factores
desencadenantes de corte ambiental e inmunológico que interactúan con un
terreno genético predisponente. Tal es así que los antecedentes familiares son el
principal factor de riesgo para el desarrollo de estas enfermedades. El riesgo
relativo de padecerlas es 10 a 15 veces mayor en los familiares de primer grado.
Se ha encontrado una fuerte asociación entre las enfermedades inflamatorias del
tubo digestivo y la espondiloartritis concomitante con el HLA-B27 con una
prevalencia del 30 a 75%.
El tabaquismo supone un factor de riesgo para la enfermedad de Crohn. Es
conocida la relación entre la inflamación intestinal y el desarrollo de artritis. De
hecho se demostró la presencia de lesiones inflamatorias intestinales crónicas,
clínicamente no evidentes, en muchos pacientes con espondiloartritis. Estas
lesiones producirían un aumento de la permeabilidad de la pared del tracto
digestivo con absorción y posterior diseminación de antígenos artritógenos no
conocidos que favorecerían el desarrollo de artritis. Existe una respuesta
inmunológica anormal del huésped que desencadenaría procesos inflamatorios en
distintos tejidos. Manifestaciones clínicas La presencia de compromiso articular y
periarticular es la comorbilidad más frecuente de las enfermedades inflamatorias
del tubo digestivo con una prevalencia oscilante entre el 2 y 26%. La artritis
periférica es la más frecuente (5 a 20%). Suele ser mono u oligoarticular,
asimétrica y predomina a nivel de rodillas y tobillos. En 1998 un grupo de Oxford
publicó un artículo en donde dividió el compromiso periférico en dos tipos:
1 oligoarticular y
2 poliarticular
• Tipo 1, con participación inflamatoria oligoarticular(hasta 4 articulaciones) que
cede en aproximadamente 10 semanas, coincidiendo con empuje de las
enfermedades inflamatorias del tubo digestivo y muchas veces con eritema
nodoso y/o uveitis.
• Tipo 2 o poliarticular (5 o más articulaciones), con persistencia de los síntomas
por meses o años independientemente del curso de la enfermedad intestinal. Se
asocia uveitis pero no otras participaciones extraarticulares. La artritis periférica en
general ocurre junto o luego (incluso después de 10 años) del primer brote
digestivo. Es más frecuente en pacientes con CUC o enfermedad de Crohn con
compromiso de colon. Mientras en la CUC existe una relación entre los brotes y la
gravedad de la enfermedad intestinal y los episodios de artritis, esta no es tan
clara en la enfermedad de Crohn. El HLA B27 se asocia más con la artritis tipo 1.
La espondiloartropatía se hace ostensible clí- nicamente en 3-12% de los
enfermos, aunque radiológicamente se documenta sacroileitis en 14-20% y es
más frecuente en la enfermedad de Crohn. La distribución por sexos es similar. Al
contrario que la afección periférica es independiente del curso de la enfermedad
intestinal. La inflamación sacroilíaca se manifiesta con dolor glúteo uni o bilateral,
o alternante. Puede irradiar por cara posterior de muslo a rodillas, en forma similar
a una ciática. El dolor raquídeo es de tipo inflamatorio lo que significa que aparece
en el reposo, por lo que el paciente sufre más durante la noche, y disminuye con el
ejercicio. La rigidez matinal del tronco es una característica distintiva que puede
durar a veces varias horas. Puede haber afección de articulaciones
condrovertebrales y esternocondrales que determina dolor torácico y disminución
de la expansibilidad torácica, que puede determinar insuficiencia respiratoria de
tipo restrictivo. La entesitis es un elemento clave y distintivo en este grupo de
enfermedades y consiste en la inflamación de la inserción de tendones, cápsula
articular y ligamentos en el hueso. Si bien existen innumerables entesis los lugares
más frecuentemente afectados son la inserción aquí- lea provocando talalgia
posterior o inferior si se compromete la fascia plantar. Se presenta en cualquier
momento de la evolución y suelen ser de difícil manejo. Manifestaciones
extraarticulares y complicaciones La osteoporosis y osteomalacia son hallazgos
frecuentes y son de causa multifactorial siendo la corticoterapia una de las más
importantes. A esto se suma la malabsorción de calcio y vitamina D secundaria a
la enfermedad intestinal y la presencia de moléculas inflamatorias (interleukinas,
anti TNF alfa) en la circulación que favorece la resorción ósea. Las fracturas son
una complicación frecuente. El tratamiento corticoideo puede determinar a su vez
osteonecrosis aséptica sobre todo en cabeza femoral y rodilla. La coxitis séptica
se ve como consecuencia por ejemplo de fístulas intestinales y es poco frecuente.
También se pueden ver acropaquias sobre todo en la enfermedad de Crohn con
compromiso de delgado proximal. Pueden presentar periostitis, incluyendo
osteoartropatía hipertrófica asintomática o dolorosa. Como consecuencia de
actividad inflamatoria por años puede desarrollarse amiloidosis, fundamentalmente
en la enfermedad de Crohn y es de mal pronóstico. Finalmente estas
enfermedades pueden complicarse con uveitis anterior, aortitis inicial con o sin
insuficiencia aórtica, nefropatía secundaria a toxicidad por antiinflamatorios no
esteroideos, amiloidosis renal o neuropatía IgA.
Diagnóstico
El diagnóstico de artritis asociada a enfermedad inflamatoria intestinal se basa en
criterios clínicos y radiológicos que están detallados en los criterios del grupo
europeo de estudio de las espondiloartropatías y en los criterios de Amor.
Debemos recordar que estos son criterios de clasificación que se utilizan con fines
de investigación, son muy específicos pero poco sensibles por lo cual si los
utilizamos como herramienta diagnóstica nos perderemos de identificar las formas
iniciales. El diagnóstico es entonces clínico por excelencia basado en los datos
clínicos señalados en un paciente portador de enfermedad de Crohn o CUC. El
diagnóstico diferencial se plantea con otras espondiloartropatías o eventualmente
con artritis séptica sobre todo si se presenta con compromiso monoarticular.
Valoración paraclínica Los hallazgos patológicos dependen más de la actividad de
la enfermedad intestinal que de la actividad clínica articular por lo cual no siempre
va a existir buena correlación con la misma. Puede existir anemia por enfermedad
inflamatoria crónica, trombocitosis, leucocitosis, VES elevada y PCR aumentada.
Valoración radiológica Afortunadamente a diferencia de la artritis soriásica, la
artritis enteropática a nivel periférico no produce en general lesiones radiológicas
salvo un aumento de las partes blandas o desmineralización yuxtaarticular.
Cuando aparecen lesiones erosivas o destructivas se ven sobre todo en la cadera.
En cambio a nivel axial las lesiones suelen ser de mayor envergadura y son
indistinguibles de las que se ven en la espondilitis anquilosante. También se
pueden ver calcificaciones en los sitios de inserción ósea de ligamentos y
tendones como expresión de entesitis. La sacroileítis es frecuente. Otros métodos
como la RNM pueden mostrar lesiones en columna o sacroilíacas no detectables
por la radiografía convencional y puede ser útil al inicio de la enfermedad o en
casos dudosos.
Tratamiento
Las bases terapéuticas de esta patología son en esencia superponibles al resto de
las espondiloartropatías. Los objetivos que se persiguen son calmar el dolor y
reducir la rigidez articular, prevenir las deformidades y la anquílosis. Mantener la
función articular o mejorarla y mantener una buena calidad de vida. Al igual que en
todas las espondiloartropatías la fisioterapia es clave para alcanzar estos
objetivos, haciendo hincapié en los ejercicios y normas de higiene postural.
Pueden practicarse FARMA Artritis asociadas a enfermedades inflamatorias
intestinales Octubre 2008 • en Medicina 113 deportes que eviten el contacto físico
como la natación. La participación del fisiatra es clave en el correcto manejo de
estas medidas. El uso de AINE mejora el dolor en muchos pacientes, pero al
aumentar la permeabilidad intestinal pueden exacerbar la enfermedad intestinal o
desarrollar úlceras intestinales. Debemos utilizar aquel que objetive una buena
respuesta y buena tolerancia, sabiendo que puede demorar algunas semanas en
ser efectivo. Los pacientes que no responden a AINE pueden beneficiarse de
fármacos presumiblemente modificadores de la enfermedad como sulfasalazina a
dosis de 2 a 3 g/día. Se debe comenzar con 500 mg/día pudiendo aumentar de a
500 mg semanales hasta llegar a la dosis indicada. Es fundamental el buen control
de la enfermedad digestiva sobre todo en aquellos pacientes con artritis periférica.
El uso de prednisona, 5 a 10 mg/día pueden ser útiles en la artritis periférica tipo 1.
De persistir una mono u oligoartritis que no responde a las medidas anteriores se
puede recurrir a la infiltración con acetidrona. Las entesitis también pueden
beneficiarse de infiltraciones. Las fisiatras de nuestro grupo continúan aplicando
con éxito la iontoforesis con dexametasona. Otros fármacos como el metotrexate o
la azatioprina son también utilizados.(10) El uso del infliximab ha demostrado ser
altamente eficaz en el tratamiento tanto de la enfermedad intestinal como articular,
tanto a nivel axial como periférico, refractarias a la terapéutica antes señalada. El
seguimiento con RNM objetivó reducción en los cambios inflamatorios vertebrales
con este último fármaco. También se observó disminución e incluso normalización
de los parámetros inflamatorios como VES y PCR. Su elevado costo sigue
significando un gran obstáculo para su uso en nuestro medio. Pronóstico La artritis
periférica en general tiene un buen pronóstico ya que suele resolverse en corto
tiempo sin dejar secuelas y evoluciona en forma paralela a la actividad de la
enfermedad intestinal. En cambio la participación vertebral puede avanzar dejando
secuelas anatómicas y grave incapacidad funcional con importante repercusión en
la calidad de vida del enfermo.
UNIDAD DE OSTEOPOROSIS Y METABOLISMO
MINERAL
¿Qué es la osteoporosis?
Es una enfermedad muy frecuente (en España afecta a 2,5 millones de mujeres) que se caracteriza por
una disminución de la densidad de los huesos por pérdida del tejido óseo normal.
Aunque no es la única enfermedad del metabolismo oseo, sí es la más frecuente.
El hueso está correctamente calcificado, pero existe menor cantidad de hueso por
unidad de volumen. Esto conlleva una disminución de la resistencia del hueso
frente a los traumatismos o la carga, con la consiguiente aparición de fracturas.
El hueso es un tejido vivo, en constante renovación. Por un lado se forma hueso nuevo (formación ósea),
y, simultáneamente, se destruye hueso envejecido (reabsorción ósea). Aparece osteoporosis cuando se
rompe el equilibrio entre ambas, porque disminuya la formación de hueso nuevo, porque aumente la
reabsorción, o por ambas causas simultáneamente.
Sólo en un pequeño porcentaje de los casos conocemos las causas de la osteoporosis. Son las
osteoporosis secundarias, en las que ésta aparece como consecuencia de otra enfermedad. Es el caso de
enfermedades endocrinológicas, como la diabetes, el hipertiroidismo o los hipogonadismos, enfermedades
reumáticas, como la artritis reumatoide, enfermedades hematológicas como el mieloma o la mastocitosis,
o los casos de osteoporosis relacionados con el uso de algunos fármacos como los corticoides o la
heparina. En el 70% de los casos, la influencia genética es muy importante.
Sin embargo, la gran mayoría de enfermos tienen una osteoporosis primaria, en la que distinguimos tres
grandes grupos, la osteoporosis idiopática juvenil o del adulto, sin causa conocida, la osteoporosis tipo I o
postmenopáusica, en la que influye decisivamente la falta de estrógenos que se produce en la mujer en
ese periodo de su vida, y la osteoporosis tipo II o senil, que es la producida por el envejecimiento.
Existen también numerosos factores que aumentan la pérdida de masa ósea que acompaña la edad, y
que, por tanto, multiplican el riesgo de padecer osteoporosis y sus consecuencias. Entre ellos cabe
destacar la inmovilización, el tabaco y el alcohol.
Se trata de una enfermedad que puede afectar a cualquier persona. Con el paso de los años todas las
personas van perdiendo masa ósea, por lo que la osteoporosis es especialmente frecuente a partir de los
70 años. También las mujeres en los primeros años después de la menopausia son un grupo
especialmente afectado por esta enfermedad. A partir de los 50 años, muchas mujeres sufren la
enfermedad sin saberlo.
Las personas delgadas parecen tener más predisposición genética para syfrir osteoporosis.
Se calcula que sólo un 10 % de enfermos con Osteoporosis, reciben el adecuado tratamiento para esta
enfermedad.
Hasta hace poco se pensaba que la causa de esta osteoporosis postmenopáusica era el déficit de
estrógenos pero recientes investigaciones sugieren que el incremento de la actividad de la hormona
folículo estimulante (FSH), puede jugar un papel importante, lo que abra una vía a nuesvas posibilidades
terapéuticas.
Las fracturas más frecuentes en la osteoporosis de la mujer postmenopáusica son las fracturas
vertebrales, que producen dolores muy agudos en la espalda y condicionan la aparición progresiva de
deformidades de la misma, fundamentalmente disminución progresiva de la talla por aplastamientos
vertebrales. Este dolor puede dar paso a un dolor sordo y más continuo, producido por microfracturas, y
que muchas veces es el síntoma que lleva al diagnóstico. La osteoporosis del anciano produce
típicamente fracturas en los huesos largos, sobre todo en la muñeca, y más aún en el fémur, siendo la
responsable de las típicas fracturas de cadera de las personas mayores.
¿Cómo se diagnostica?
Las más inespecíficas son las radiografías simples de los huesos afectados, que muestran osteoporosis
cuando ésta ya está bastante avanzada. En los últimos años se han introducido los distintos modelos de
densitómetros, que son capaces de medir la densidad del hueso respecto a un patrón determinado.
Como medidas generales, es necesario hacer mención de la dieta, rica en calcio y baja
en proteínas, la abstención de tóxicos como el tabaco y el alcohol, y el ejercicio físico
habitual. Cuando la dieta no garantiza una cantidad adecuada de calcio, deben
administrarse suplementos, teniendo en cuenta que las necesidades de calcio son de
unos 1000 mg al día, y aumentan en el embarazo o en la menopausia (hasta 1200-1550
mg/dia). Es importante recordar que el calcio sólo no ha demostrado eficacia en disminuir
las fracturas de las enfermas con osteroporosis.
En los últimos años se han acumulado datos suficientes para demostrar la importancia que la Vitamina D,
a dosis elevadas, tiene a la hora de evitar las pérdias excesivas de masa ósea que se producen por causa
de la edad así como para reconocer su papel fundamental en la función muscular.
La Vitamina D no se obtiene con facilidad a través de la dieta, sino que su principal fuente es la luz del sol
y pese a las abundamentes horas de sol en España, la insuficiencia de Vitamina D en las personas
mayores es generalizada. La exposición solar adecuada de unos 15-20 minutos al día, al menos 3 días a
la semana es importante para mantener la síntesis de Vitamina D.
Aunque teóricamente el flúor es un fármaco que puede aumentar la formación de hueso, el hueso
producido parece tener una menor calidad y, por tanto, una menor resistencia, por lo que su uso no se ha
extendido y no existen en España preparados disponibles.
La lucha contra el sedentarismo mediante la práctica de una actividad física moderada es un aspecto
relevante en el tratamiento de la enfermedad.
En la osteroporosis grave se utiliza actualmente la Teripartida (via subcutánea), pero una nueva molécula
específicamente formadora de hueso, la PTH (Hormona Paratiroidea Humana Endógena), que se
administra por vía subcutánea, parece llamada a sustituirla.
El Ácido Zolendrónico, se administra de forma endovenosa, durante 15 minutos y en una sola aplicación
anual, lo que permite una gran adhesión al tratamiento. Presenta efectos secundarios frecuentes, como
arritmias, inusuales en otros tratamientos para la osteoporosis. Mejora la densidad ósea y disminuye el
riesgo de fractura vertebrañ y de cadera de forma muy significativa.
Otra opción terapéutica utilizada en los últimos años, el Ranelato de Estroncio, está siendo reevaluado, en
su relación riesgo/beneficio, por el Comité de Riesgos en Farmacovigilancia Europeo y se desaconseja en
pacientes con cardiopatía isquémica (enlace externo a la cita). Si Vd. utiliza este fármaco, le
recomendamos que acuda a su reumatólogo para valorar un posible cambio en la estrategia terapéutica
de la osteoporosis.
DECÁLOGO DE LA OSTEOPOROSIS
1. Nunca se debe atribuir al envejecimiento fisiológico. Es una alteración patológica del proceso de
renovación del hueso (remodelado).
2. Puede afectar a ambos sexos. Aunque es una enfermedad que afecta predominantemente a la mujer,
los hombres mayores también pueden padecerla.
3. Su complicación más grave y frecuente son las fracturas por fragilidad. Las fracturas disminuyen la
capacidad funcional del anciano, pudiendo llegar a ser causa de dependencia y, además, acortan su vida.
4. La producción de una fractura por fragilidad es causa suficiente para establecer el diagnóstico.
Actualmente ya no se considera necesaria la medición de la masa ósea para establecer el diagnóstico tras
una de estas fracturas.
5. Una dieta rica en calcio y vitamina D es esencial para su prevención. El pico máximo de masa ósea se
alcanza en la tercera década de la vida. No obstante, sigue siendo importante el contenido de calcio de la
dieta a todas las edades. Para las personas mayores, ésta debe contener entre 1.200 y 1.600 mg/día.
6. El ejercicio físico también es indispensable. Una persona inmóvil pierde calcio por orina disminuyendo
la densidad del hueso. Por tanto, debe ser prioritario mantenerse activo y en forma.
7. Se deben evitar tóxicos como el café, alcohol y tabaco. Todos ellos favorecen la desmineralización del
tejido óseo.
8. Las caídas favorecen las fracturas por fragilidad. Detectar factores de riesgo de caídas prevendrá
muchas complicaciones. Por ello es conveniente no acumular fármacos, revisar periódicamente la tensión
arterial, la vista y el oído, acudir al médico en caso de inestabilidad y retirar todos los obstáculos que
puedan entrañar algún peligro.
9. Hay que tratarla siempre. Una vez diagnosticada la enfermedad, es absolutamente necesario instaurar
un tratamiento adecuado, sea cual sea la edad del paciente.
10. La instauración de un tratamiento específico no evita la aplicación de las medidas preventivas antes
comentadas. El ejercicio físico y la ingesta de dosis suplementarias de calcio y vitamina D son medidas
preventivas complementarias que hay que mantener siempre.
ENFERMEDAD DE PAGET
La enfermedad ósea de Paget es un trastorno crónico del esqueleto en el cual algunas zonas de
hueso sufren un recambio anómalo, lo que da lugar a zonas óseas agrandadas y poco resistentes.
Causas
Por lo general, las células que destruyen el hueso viejo (osteoclastos) y las que forman el nuevo
(osteoblastos) se mantienen equilibradas para mantener la estructura y la integridad óseas. En la
enfermedad de Paget, los osteoclastos y los osteoblastos se vuelven hiperactivos en algunas zonas
óseas, y la velocidad a la que el hueso se destruye y se reconstruye (remodelación ósea,
ver Osteoporosis) aumenta notablemente. Las zonas hiperactivas se agrandan, pero a pesar de su mayor
tamaño, son estructuralmente anómalas y débiles.
Complicaciones
El hueso hipertrofiado comprime nervios y otras estructuras que pasan a través de pequeñas aberturas. El
conducto raquídeo se estrecha y comprime la médula espinal. Puede aparecer artrosis (ver Artrosis) en
las articulaciones contiguas al hueso afectado.
Con escasa frecuencia, se desarrolla insuficiencia cardíaca debido a que el incremento de flujo sanguíneo
a través del hueso afectado supone una sobrecarga para el corazón. Debido a que el flujo de sangre a
través de los huesos afectados es inusitadamente alto, dichos huesos pueden sangrar excesivamente si
se someten a cirugía. El hueso afectado se convierte en canceroso en menos del 1% de las personas que
tienen enfermedad de Paget. Las personas cuya enfermedad evoluciona hacia un cáncer de huesos
suelen desarrollar un osteosarcoma (ver Osteosarcoma).
Síntomas
Por lo general, la enfermedad de Paget no produce síntomas, aunque pueden aparecer dolor óseo,
aumento del tamaño de los huesos o deformaciones óseas. El dolor óseo puede ser profundo, intenso, a
veces grave, y empeora por la noche. Si los huesos agrandados comprimen algún nervio, el dolor
aumenta. Si se produce artrosis, las articulaciones se vuelven dolorosas y rígidas.
Pueden aparecer otros síntomas según cuáles sean los huesos afectados. El cráneo puede aumentar de
tamaño y las cejas y la frente pueden parecer más prominentes. Las personas que usan sombrero se dan
cuenta de este cambio al observar que necesitan un número mayor del que habían usado habitualmente.
El aumento de tamaño de los huesos del cráneo puede dañar el oído interno (cóclea), causando pérdida
de audición y mareo. También los huesos craneales agrandados pueden comprimir nervios y causar
dolores de cabeza. Las venas del cuero cabelludo se abultan, posiblemente porque se produce un
aumento en el flujo sanguíneo que pasa por los huesos del cráneo. Las vértebras se agrandan, se
debilitan y se comban, dando lugar a pérdida de estatura y a encorvamiento. Las vértebras dañadas
pueden pinzar los nervios de la médula espinal, causando dolor, entumecimiento, hormigueo, debilidad e
incluso, aunque muy raramente, parálisis en las piernas. Es posible que los huesos del brazo, del muslo o
de la pierna se arqueen. Las personas con muslos o piernas arqueadas suelen andar con pasos cortos y
vacilantes. Los huesos afectados son más propensos a sufrir fracturas.
Diagnóstico
La enfermedad de Paget con frecuencia se detecta de forma accidental cuando se realizan radiografías o
pruebas de laboratorio por otros motivos. De no ser así, el diagnóstico puede sospecharse basándose en
los síntomas y la exploración física. El diagnóstico se confirma mediante radiografías que muestran
alteraciones características de la enfermedad de Paget y pruebas de laboratorio que indican una elevada
concentración sanguínea de fosfatasa alcalina, una enzima que participa en la formación de las células
óseas. Una gammagrafía ósea (una prueba con radioisótopos que utiliza tecnecio, ver Gammagrafía)
permite averiguar cuáles son los huesos afectados.
Pronóstico
El pronóstico de las personas con enfermedad de Paget es, por lo general, muy bueno. Sin embargo, las
pocas personas que desarrollan cáncer óseo tienen un mal pronóstico. Tampoco es bueno el pronóstico
de las personas que desarrollan otras complicaciones, como insuficiencia cardíaca o compresión de la
médula espinal, a menos que el tratamiento de estas complicaciones se realice a tiempo y con éxito.
Tratamiento
Una persona que padece la enfermedad de Paget necesita recibir tratamiento si los síntomas le causan
molestias o en caso de riesgo o sospecha importante de complicaciones tales como pérdida de audición,
artrosis y deformación.
Puede utilizarse uno de los existentes bisfosfonatos (alendronato, etidronato, pamidronato, risedronato,
tiludronato o zoledronato) para retrasar la progresión de la enfermedad de Paget. Con excepción del
pamidronato y el zoledronato, que suelen administrarse por vía intravenosa, estos fármacos se
administran por vía oral. Los bisfosfonatos se administran en los siguientes casos:
Antes de la cirugía ortopédica, con el fin de evitar o reducir las hemorragias durante su realización
Para tratar el dolor óseo causado por la enfermedad de Paget
Para prevenir o retrasar la progresión de las complicaciones (como la pérdida de audición,
debilidad o parálisis), en especial en las personas que no pueden ser intervenidas quirúrgicamente
Para intentar prevenir la artrosis, una mayor pérdida de audición o una mayor deformación ósea
Para personas con un nivel sanguíneo de fosfatasa alcalina igual o superior a dos veces el nivel
normal
Los bisfosfonatos más nuevos (como el zoledronato) parecen retrasar la progresión de la enfermedad de
Paget por un periodo de tiempo mayor.
Se aconseja cargar peso (por ejemplo estar de pie y caminar). Para prevenir la hipercalcemia se debe
evitar, si es posible, el reposo en cama (excepto para dormir por la noche). En caso de desarrollar una
hipercalcemia grave, se administran fluidos intravenosos y un medicamento llamado furosemida para
aumentar la excreción de calcio.
La ingestión mediante la dieta de calcio y vitamina D (necesaria para la absorción del calcio) debe ser
suficiente para asegurar que la incorporación del calcio al hueso (mineralización ósea) es adecuada, ya
que el hueso se va remodelando rápidamente. Los suplementos de vitamina D y calcio son a menudo
necesarios. De lo contrario, es posible que se produzca una mineralización ósea deficiente (osteomalacia)
OSTEOMALACIA
La osteomalacia es una enfermedad del metabolismo óseo que se caracteriza por un defecto de la
mineralización ósea. En la infancia este trastorno se denomina raquitismo y en este caso se altera,
además, el cartílago de crecimiento.
El proceso de mineralización requiere una concentración de calcio y fosfato suficientes, y que la función
celular y la estructura de la matriz ósea estén conservadas. Así, las dos principales causas de
osteomalacia son las alteraciones del metabolismo de la vitamina D y del fosfato. Además, también
existen otros procesos poco frecuentes que pueden interferir la mineralización ósea, entre los que se
incluyen alteraciones de la fosfatasa alcalina (FA), algunos fármacos y trastornos de la propia matriz ósea
(tabla 1).
Tabla 1.
Causas de osteomalacia
La alteración del metabolismo de la vitamina D es la causa más frecuente de osteomalacia; esta vitamina
tiene dos orígenes: exógeno, por aporte en la dieta, y endógeno, por síntesis cutánea a partir de un
precursor tras la exposición de la piel a la luz solar. Posteriormente, la vitamina D pasa al torrente
sanguíneo y circula hasta el hígado, donde es hidroxilada en la posición 25, y transformada en 25-
hidroxivitamina D (25-OHD) o calcidiol; seguidamente, la 25-OHD es transportada por la circulación hasta
el riñón donde es nuevamente hidroxilada en la posición 1, transformándose en 1,25-dihidroxivitamina D
(1,25-(OH)2D) o calcitriol, la forma activa de esta vitamina. El efecto de la vitamina D sobre el tejido óseo
se produce de forma directa sobre las células óseas activando su diferenciación y también de forma
indirecta a través de los cambios en las concentraciones de calcio y fósforo. En este sentido, el calcitriol
estimula la absorción intestinal de calcio y fosfato, por lo que el déficit de esta vitamina produce una
disminución de la absorción intestinal de calcio, que si es persistente conduce a una hipocalcemia. La
disminución del calcio a su vez estimula la secreción de la hormona paratiroidea (PTH), que a través de su
acción sobre el hueso y riñón mantiene la concentración de calcio en sangre. Para ello aumenta la
resorción ósea en el esqueleto y disminuye su pérdida urinaria, lo que explica el frecuente desarrollo de
osteoporosis en este proceso. Además, induce un aumento de la excreción de fosfatos que contribuye a la
hipofosfatemia.
El déficit de vitamina D puede ser de origen extrínseco, por falta de exposición solar o de aporte, o bien de
origen intrínseco, por alteraciones en su absorción o metabolismo. Dado que la principal fuente de
vitamina D es la síntesis cutánea, la falta de aporte con la dieta tiene poca trascendencia si la exposición
solar es adecuada. El confinamiento debido a la edad, a hábitos culturales o el clima, o la
hiperpigmentación cutánea son factores que se han relacionado con una síntesis cutánea insuficiente y
con el desarrollo de osteomalacia. Así, estudios previos han reportado una prevalencia de osteomalacia
en inmigrantes asiáticos residentes en Inglaterra que alcanza el 14%. En este grupo de población, el sexo,
más frecuente en mujeres, la dieta vegetariana estricta y el uso de indumentarias que cubren la mayor
parte del cuerpo son los principales factores relacionados con esta patología. Por otro lado, el déficit
intrínseco suele ser secundario a patologías digestivas. Si bien la osteoporosis es la enfermedad del
metabolismo óseo que se asocia con más frecuencia a estos procesos, el desarrollo de osteomalacia
puede observarse en pacientes con antecedentes de gastrectomía total o resección tipo Billroth II,
especialmente a partir de los 5 años de la intervención 5, y en la cirugía digestiva para el tratamiento de la
obesidad mórbida. Este procedimiento, cuando incluye técnicas malabsortivas, como el bypass gástrico
en Y de Roux o la derivación biliopancreática, puede causar múltiples deficiencias nutricionales. La
deficiencia de vitamina D y la malabsorción de calcio son altamente prevalentes tras estas intervenciones,
incluso tras la suplementación estándar con preparados polivitamínicos. En otras enfermedades
intestinales que cursan con malabsorción, el grado de malabsorción de vitamina D y calcio es variable y
depende, en general, de la magnitud de la afección intestinal. Así, en la enfermedad de Crohn no suele
desarrollarse una osteomalacia en ausencia de resección intestinal o tratamiento concomitante con
colesteramina; sin embargo, la depleción de vitamina D es muy frecuente en la enfermedad celíaca.
Algunas series confirman el desarrollo de osteomalacia hasta en un 50% de estos pacientes. Es
importante recordar la elevada prevalencia de esta entidad en la población, cercana al 1%, y su creciente
diagnóstico tardío; así, alrededor del 30% de los pacientes celíacos son diagnosticados después de los 60
años, cuando el riesgo de presentar una osteomalacia es más alto. En otros procesos, como la
insuficiencia pancreática y la hepatopatía crónica, el desarrollo de osteomalacia es infrecuente. En la
hepatopatía crónica hipotéticamente puede existir, además, una alteración del metabolismo de la vitamina
D asociado a un déficit de su hidroxilación hepática. Sin embargo, su repercusión clínica es escasa, pues
la destrucción hepática debería ser masiva para darse este hecho. En las colestasis crónicas, como la
cirrosis biliar primaria, el desarrollo de osteomalacia es excepcional y solo se observa en casos aislados
cuando la colestasis es grave y de larga evolución 9. La osteomalacia también puede desarrollarse por un
aumento del catabolismo de la vitamina D debido a una inducción de las enzimas hepáticas. Los fármacos
antiepilépticos y tuberculostáticos pueden provocar este trastorno, siendo más frecuente en los pacientes
internados que reciben fenobarbital. Por último, en el síndrome nefrótico se puede producir una pérdida de
vitamina D ligada a las proteínas, mientras que en la insuficiencia renal crónica hay un déficit en la
hidroxilación renal de vitamina D, que es uno de los factores que favorecen el desarrollo de la
osteodistrofia renal9. Además, existen dos trastornos hereditarios de seudodéficit de vitamina D, los
denominados raquitismos vitamino-D-dependientes (VDDR) de tipo I y II. El VDDR tipo I se debe a un
déficit de la 1-α-hidroxilasa renal de carácter autosómico recesivo (mutación localizada en el cromosoma
12q13-14) y se asocia a una marcada disminución de los valores de 1,25-(OH) 2D; mientras que el VDDR
tipo II se debe a una resistencia a la acción de la 1,25-(OH) 2D por una anomalía en su receptor, por lo que
los valores este metabolito son extremadamente altos. La anomalía en el receptor puede deberse a
distintas causas: disminución del número de receptores, defecto de afinidad del receptor por el calcitriol,
defecto de traslocación nuclear o a una alteración de la capacidad de unión del receptor al ADN. Un
hallazgo peculiar de en este tipo de raquitismo es la presencia de alopecia.
Osteomalacia hipofosfatémica
La displasia fibrosa, ya sea de forma aislada o bien asociada al síndrome de McCune Albright, también
puede asociarse a una hipofosfatemia por un aumento de la secreción de FGF-23 y al desarrollo de
osteomalacia. De hecho, alrededor del 50% de los pacientes con displasia fibrosa presentan una
alteración en la reabsorción tubular de fosfatos que se relaciona con la extensión de la enfermedad 18 y con
la expresión de FGF-23 en el tejido óseo.
Entre las formas adquiridas de osteomalacia hipofosfatémica cabe destacar la osteomalacia tumoral;
generalmente, se asocia a tumores benignos de origen mesenquimatoso, de pequeño tamaño y difícil
localización, en ocasiones, debido que estos tumores pueden expresar receptores para la somatostatina,
la realización de una gammagrafía con octreotida permite identificar el tumor 20. Este tipo de osteomalacia
también se ha descrito asociada a otro tipo de tumores, como el carcinoma de mama, próstata o pulmón,
entre otros. El tumor produce una sustancia humoral que disminuye la reabsorción tubular de fosfatos y la
hidroxilación renal de vitamina D. En varios de estos tumores se ha descrito la expresión de FGF-23 y, en
la mayoría de los casos, se ha observado un aumento de la concentración sérica de este factor.
Otras causas de osteomalacia no relacionadas con el metabolismo de la vitamina D ni del fosfato incluyen
la hipofosfatasia, la osteomalacia axial, la fibrogénesis imperfecta y la ingestión de algunos fármacos. La
hipofosfatasia se debe a un defecto congénito de la actividad de la isoenzima inespecífica
(hueso/hígado/riñón) de la FA; se trata de una patología infrecuente, cuya expresión clínica es
extremadamente variable, ya que puede producir severas anomalías esqueléticas o dentarias en la
infancia, y en el adulto únicamente manifestarse por fracturas de estrés o bien por una condrocalcinosis
articular o episodios recidivantes de tendinitis cálcica. La osteomalacia axial se caracteriza por la
presencia de una trama ósea irregular en el esqueleto axial; suele observarse en varones durante la
quinta década de la vida; los parámetros del metabolismo fosfocálcico en este proceso son normales (en
ocasiones, existe un aumento de la FA). La fibrogénesis imperfecta es una enfermedad extremadamente
infrecuente en la que existe una maduración anómala de la matriz ósea que dificulta su mineralización,
suele manifestarse en adultos a partir de los 50 años con dolor esquelético generalizado asociado al
desarrollo de múltiples fracturas. Por último, fármacos como el etidronato y el flúor, inhiben de forma
directa la mineralización ósea y pueden provocar una osteomalacia, especialmente cuando se administran
en dosis elevadas y durante un período prolongado. Este es también el mecanismo de la osteomalacia por
toxicidad del aluminio que se desarrolla en enfermos con insuficiencia renal crónica o en pacientes que
reciben nutrición parenteral.
Las manifestaciones de la osteomalacia incluyen varios aspectos, como son las manifestaciones
radiológicas, analíticas y las clínicas propiamente dichas, y dependen de la causa de la osteomalacia. En
este sentido, existe una serie de manifestaciones clásicas, como dolor óseo difuso, especialmente en
pelvis, columna y parrilla costal, debilidad y dolor muscular (frecuente en cintura pelviana). En las formas
graves, pueden observarse deformidades en el tórax («en campana») y esternón («en quilla»).
Excepcionalmente, puede desarrollarse tetania cuando la hipocalcemia es intensa. Sin embargo, las
manifestaciones actuales de la osteomalacia suelen ser más sutiles y en muchas ocasiones indistinguibles
de una osteoporosis, manifestándose por fracturas vertebrales, costales o de fémur y escasas
alteraciones biológicas9. De hecho, más del 90% de los pacientes con osteomalacia por déficit de vitamina
D presentan fracturas esqueléticas y alrededor del 80% de estos pacientes tienen criterios densitométricos
de osteoporosis, lo que contribuye a la confusión diagnóstica. Otros tipos de osteomalacia, como la ligada
al cromosoma X, presentan algunas alteraciones características, como talla baja y osificaciones
ligamentosas. En ocasiones, presentan deformidades de huesos largos (genu varum o genu valgum) y
alteraciones de la dentición. Las manifestaciones clínicas de esta entidad suelen ser evidentes en la
infancia pero, al igual que ocurre en la hipofosfatemia autosómica y en la asociada a hipercalciuria,
también se observan formas de inicio tardío en adultos.
Las alteraciones radiológicas asociadas a la osteomalacia también incluyen un patrón radiológico borroso,
con pérdida del detalle de la trama trabecular y protrusión acetabular. La anomalía más característica,
aunque no específica, es la presencia de líneas de Looser-Milkman o seudofracturas, que son bandas
radiotransparentes perpendiculares a la cortical, generalmente bilaterales y simétricas que, en ocasiones,
progresan a fracturas completas. Sus localizaciones más frecuentes son las costillas, las ramas pubianas,
el borde externo de la escápula, el borde interno del fémur proximal y los metatarsianos. La gammagrafía
ósea es más sensible que la radiografía en la localización de las seudofracturas; muestra zonas aisladas
de hipercaptación que no deben confundirse con metástasis óseas. También puede observarse un
aumento generalizado de la captación isotópica (imagen de superscan), especialmente en cráneo,
mandíbula y articulaciones condrocostales, debido al hiperparatiroidismo secundario. En la osteomalacia
hipofosfatémica congénita, la presencia de osteosclerosis y osificaciones ligamentosas es relativamente
frecuente y puede confundirse con otros procesos, como la fluorosis, las espondiloartropatías o la
hiperostosis anquilosante vertebral.
Los hallazgos de laboratorio dependen de la causa de la osteomalacia (tabla 2). Así, en la osteomalacia
por déficit de vitamina D puede existir hipocalcemia, hipofosfatemia y aumento de la FA. Sin embargo,
estos parámetros también pueden ser normales. La excreción urinaria de calcio suele estar disminuida.
Los valores séricos de 25-OHD son bajos, habitualmente inferiores a 12 ng/ml, y la PTH está aumentada.
Este aumento de la PTH estimula la producción renal de 1,25-(OH) 2D, por lo que los valores de este
metabolito pueden ser, indistintamente, bajos (cuando no existe sustrato), normales o incluso elevados.
En la osteomalacia hipofosfatémica (ligada al cromosoma X, autosómica y tumoral), la calcemia es
normal, el fosfato sérico es bajo y el urinario está aumentado, siendo aconsejable estimar este último
mediante el normograma de Walton y Bijvoet29. Los valores de 25-OHD y PTH suelen ser normales (debe
recordarse que el déficit de vitamina D es un hallazgo frecuente en la población general) y los de la 1,25-
(OH)2D son más bajos de lo que cabría esperar en relación con la hipofosfatemia (especialmente en la
hipofosfatemia tumoral). En la osteomalacia hipofosfatémica hereditaria con hipercalciuria destaca el
aumento de la 1,25-(OH)2D. Es importante recordar que el aumento del valor de FA es una de las
alteraciones de laboratorio más frecuentes en ambos tipos de osteomalacia (por déficit de vitamina D e
hipofosfatémica)6. Otros marcadores del remodelado óseo, como la FA ósea y el PINP, entre otros, han
mostrado un discreto aumento de la sensibilidad en este proceso; sin embargo, su determinación no
parece ofrecer ventajas adicionales a la determinación de la FA en la valoración de los pacientes con
osteomalacia.
Tabla 2.
Déficit
Hipofosfatemia Hipofosfatemia
de VDDR VDDR Hipofosfatemia
ligada al asociada a Hipofosfatasia
vitamina tipo I tipo II tumoral
cromosoma X hipercalciuria
D
Calcemia ↓oN ↓ ↓ N N N N
Déficit
Hipofosfatemia Hipofosfatemia
de VDDR VDDR Hipofosfatemia
ligada al asociada a Hipofosfatasia
vitamina tipo I tipo II tumoral
cromosoma X hipercalciuria
D
Fosfatemia ↓oN ↓ ↓ ↓ ↓ ↓ No↑
Fosfatasa
↑ ↑ ↑ ↑ ↑ ↑ ↓↓
alcalina
25-OHD ↓↓ N N N N N N
1,25-
↓No↑ ↓↓ ↑↑ No↓ ↓ ↑ N
(OH)2D
PTH ↑ ↑ ↑ N N N N
Calciuria ↓↓ ↓ ↓ N N ↑ N
Fosfaturia N No↑ No↑ ↑↑ ↑↑ ↑↑ N
Como se ha indicado previamente, recientemente se han desarrollado varios ensayos (todos son de tipo
ELISA) que permiten cuantificar el FGF-23 sérico: uno de ellos detecta la porción C-terminal del FGF-23,
mientras que los otros detectan el péptido completo; uno de estos últimos (Kainos Intact assay) es el que
obtiene la mayor sensibilidad en la detección de valores anormales de FGF-23, que suele hallarse
incrementado en varios tipos de osteomalacias hipofosfatémicas adquiridas y congénitas. Debe
recordarse que en la insuficiencia renal crónica los valores séricos del FGF-23 están aumentados, un
hecho que debe ser tenido en cuenta cuando se analiza este parámetro en estos pacientes.
Otros tipos de osteomalacia, como la hipofosfatasia, se caracterizan por unos valores bajos de FA y un
aumento de sus sustratos, como la fosfoetanolamina en orina y del piridoxal-5’-fosfato en plasma. Sin
embargo, el diagnóstico de certeza de esta entidad lo constituye la identificación de mutaciones en el gen
de la isoenzima no específica de tejido (hueso/hígado/riñón) de la FA.
Tabla 3.
Frecuencia de alteraciones analíticas y radiológicas en pacientes con osteomalacia por déficit de vitamina
D e hipofosfatémica
Tratamiento
La administración de vitamina D por vía oral (800 a 4.000 U/día) asociada a una ingestión correcta de
calcio (1.000-2.000mg/día) suele ser suficiente en la osteomalacia carencial. Alternativamente, pueden
administrarse 200.000 o 600.000 U de vitamina D en una sola dosis. El tratamiento con calcidiol a dosis
de 250μg y luego 10-30μg/día o de 0,5-1μg/día de calcitriol poseen una eficacia similar a la vitamina D en
el tratamiento de este proceso, una dosis inicial con 3mg de calcidiol seguida de 0,26mg semanales
también resulta eficaz. La administración de estos metabolitos de la vitamina D está especialmente
indicada cuando existe una alteración en la absorción intestinal o en el metabolismo de la vitamina D,
pudiendo requerir dosis más altas para su tratamiento y administración parenteral. Son precisos controles
periódicos de los parámetros fosfocálcicos, especialmente al inicio del tratamiento, con el fin de evitar una
sobredosificación. La desaparición de las anomalías clínicas, radiológicas y humorales suele observarse
durante los seis primeros meses de tratamiento, aunque puede requerirse más tiempo para la
normalización de las cifras de PTH y FA. En aquellos pacientes que presentan una disminución de la
densidad mineral ósea, esta suele aumentar de forma marcada tras instaurar tratamiento con calcio y
vitamina D, con incrementos que alcanzan el 50-60%, atribuido a la mineralización de la matriz ósea.
En la osteomalacia hipofosfatémica, se administran fosfatos por vía oral (1-3g/día), divididos en 3-4 tomas
diarias, y calcitriol (1-3μg/día); este último no debe administrase en la hipofosfatemia asociada a
hipercalciuria por la alta incidencia de litiasis renal asociada a este proceso. Al finalizar el crecimiento (tras
el cierre de los cartílagos de crecimiento), los requerimientos de calcitriol y fósforo disminuyen y, en
ocasiones, puede no ser necesario el tratamiento de estos pacientes. La osteomalacia tumoral remite con
la extirpación del tumor. Cuando exista una acidosis asociada, hecho que se debe tener en cuenta en la
acidosis tubular renal y en la ureterosigmoidostomía, esta debe corregirse con tratamiento alcalino. En la
hipofosfatasia se ha publicado de forma aislada una mejoría en la consolidación de las fracturas tras
tratamiento con teriparatida o PTH. Las osteomalacias por tóxicos requieren la retirada del tóxico. En el
caso de existir depósito de aluminio, se requiere, además, la administración de quelantes
(desferrioxamina).
OSTEODISTROFIA RENAL
Introducción
Cerca del 10% de la población mundial padece una enfermedad renal crónica
(ERC), cifra que alcanza el 50% en la población geriátrica. La ERC provoca un
incremento importante de la mortalidad (los pacientes en estadio 5 tienen un
exceso de mortalidad del 50%, respecto a controles) que va asociado a las
comorbilidades que aparecen a lo largo del proceso. Uno de los problemas más
relevantes es la alteración del metabolismo óseo y mineral que provoca, ya desde
los primeros estadios, un deterioro de la resistencia esquelética. La incidencia de
fractura de cadera aumenta de manera inversa a la cifra de filtrado glomerular
(FG) estimado, habiéndose observado un riesgo relativo frente a controles sanos
de 2,12 cuando es inferior a 60ml/min y de 2,32 por debajo de 45ml/min. Estos
valores se duplican en pacientes con FG por debajo de 15, mientras que en la
población de pacientes en diálisis, un 50% ha sufrido, al menos, una fractura por
fragilidad ósea.
Tabla 1.
Concepto
Alteraciones bioquímicas
Los hallazgos bioquímicos desempeñan un papel central en el diagnóstico y
tratamiento del TMO-ERC (tabla 2). El cambio más precoz que podemos detectar
en la práctica clínica es la elevación de la PTH, que puede ir asociada o no a
niveles bajos de calcidiol. Estas alteraciones suelen ocurrir a partir del estadio 3,
mientras que los niveles de Ca y P sérico son habitualmente normales hasta
estadios más avanzados. Aunque las recomendaciones oficiales aconsejan la
monitorización de estos parámetros en el estadio 3 y posteriores, los reumatólogos
deben recordar que el déficit de VD es muy frecuente en la población senil y que
constituye un factor adicional de deterioro de la resistencia ósea y de incremento
de caídas que es preciso prevenir. Por ello, en pacientes en estadios 1 y 2,
debemos medir los niveles de calcidiol y PTH, pues un descenso del primero y la
elevación de la última indicarían un estatus deficitario de VD que es preciso
corregir, independientemente de que el paciente vaya a evolucionar a una ERC
más grave o su función renal permanezca estable en su vida restante.
Tabla 2.
Osteodistrofia renal
1.
2.
3.
Enfermedad mixta: se observan hallazgos propios del alto remodelado
(células abundantes y fibrosis) con mineralización deficiente (osteoide muy
aumentado).
Diagnóstico clínico
Tabla 3.
• Hiperfosfatemia
Dieta estricta
Quelantes
Incremento del Ca (máximo de 1,5g/d)
• Deficiencia de 1,25 di-hidroxi-vitamina D y acción anti-PTH de esta
Calcitriol oral e IV
Paricalcitol IV y oral
• Deficiencia de 25 hidroxi-vitamina D
Calcidiol
• Receptores sensores del calcio
Calciméticos: cinacalcet
Enfermedad ósea adinámica
Es la forma que más ha aumentado en los últimos años, debido probablemente a
una combinación de factores, entre los que destacan el cambio en el perfil clínico
de la población con ERC, de edad más avanzada, con mayor incidencia de
diabetes y también por el uso de dializados con elevado contenido de Ca y de los
análogos de la VD.
Tabla 4.
GH
Niños y adolescentes con retraso del crecimiento no relacionado con desnutrición y
alteraciones bioquímicas
Calcitonina IN
No contraindicada, pero no hay estudios
Denosumab
No contraindicado pues no se elimina por riñón. Su acción es reversible, lo que
implica una ventaja teórica si se produce un cambio en el tipo de enfermedad ósea
y debemos suspender el tratamiento. No debería utilizarse en bajo remodelado
Bisfosfonatos
Contraindicados. Posible eficacia en pacientes con PTH normalizada y alto
remodelado (confirmado con biopsia), pero no hay estudios, se acumulan y el tipo
histológico puede cambiar. Si se utilizan, se deberá realizar el protocolo
compasivo, a mitad de dosis y con duración máxima de 3 años. Si se utiliza
zoledronato, la infusión durará más de 60 min
PTH
Contraindicada. Podría ser útil en adinámica o hipoparatiroidismo posquirúrgico,
pero no hay estudios. La resistencia periférica y sus niveles elevados previos son
factores que van en contra de su utilidad potencial
Raloxifeno
Contraindicado. El riesgo de trombosis en pacientes con ERC es desconocido
Estroncio
Contraindicado. No hay estudios
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Trans. 2009;9 Suppl 3:S1–S157.
Pregunta 1
Pregunta vinculada a la imagen
Hombre de 41 años remitido por presentar desde hace más de 5 años dolor glúteo
bilateral alternante de predominio nocturno, que interfiere el sueño y alivia con la
movilización. Se acompaña de rigidez de más de 1 hora tras la inactividad. Niega
dolor, tumefacción o deformidad a otro nivel. Aporta analítica elemental sin
alteraciones excepto PCR 11.5 mg/dl (N<5) y la radiografía adjunta. La alteración
radiológica objetivada y el diagnóstico más probable sería:
Pregunta 2
Pregunta vinculada a la imagen anterior
Pregunta 3
Pregunta vinculada a la imagen
Una amiga suya de 37 años le enseña la fotografía de su propia mano derecha
que se muestra en la imagen A. Se la había realizado un día de frío del mes de
noviembre y le cuenta que al cabo de unos minutos recuperó su coloración
normal. Con una lupa de gran aumento observa, en el lecho ungueal, la imagen B.
¿Cuál es el diagnóstico más probable?
1. Esclerosis sistémica.
2. Acrocianosis.
3. Livedo reticularis.
4. Enfermedad de Raynaud.
5. Enfermedad por aglutininas frías.
Pregunta 4
Pregunta vinculada a la imagen anterior
Pregunta 5
Pregunta vinculada a la imagen
Una paciente de 31 años de edad, sin antecedentes previos de interés, consulta
por debilidad muscular de unos meses de evolución que progresivamente le ha
llegado a dificultar el subir y bajar escaleras. A la exploración física llama la
atención las lesiones papuloentematosas descamativas que se observan en la
figura. Para lograr el diagnóstico se practica, entre otras pruebas, una biopsia
muscular que puede observarse en la figura. ¿Cuál le parece a Ud. el diagnóstico
más probable?
1. Vasculitis tipo panartentis nudosa.
2. Lupus eritematoso sistémico.
3. Dermatomiositis.
4. Miositis con cuerpos de inclusión.
5. Sarcoidosis
Pregunta 6
14. Pregunta vinculada a la imagen anterior
Entre las pruebas complementarias que nos podrían ayudar a definir mejor el
cuadro clínico de la paciente se encuentran todas las siguientes menos una.
Señálela.
1. TC toracoabdominal.
2. Exploración ginecológica.
3. Autoanticuerpos que incluyan ANA y antisintetasa.
4. Electromiografía.
5. Arteriografía de las arterias renales.
Pregunta 7
15. Pregunta vinculada a la imagen
Paciente de 75 años con antecedentes de hipertensión arterial e hiperuricemia. En
tratamiento con IECAs y alopurinol 100 mg diarios. Acude a urgencias por un
cuadro de varios días de evolución de dolor de ritmo inflamatorio en las pequeñas
articulaciones de las manos de curso progresivo junto con fiebre diaria de hasta
37,8°C. Presenta lesiones sobreelevadas amarillentas en la piel alrededor de las
articulaciones interfalángicas y metatarsofalángicas que en los últimos días han
dejado salir un líquido amarillento a través de la piel. En la exploración presenta
signos inflamatorios a nivel de las interfalángicas proximales y distales de ambas
manos. Se realiza una radiografía simple de ambas manos (ver imagen). ¿Cuál de
las siguientes afirmaciones es cierta en relación al diagnóstico de este paciente?
Pregunta 8
Pregunta vinculada a la imagen anterior
Pregunta 9
NO es cierto respecto a la Artritis Reumatoide:
Pregunta 10
157. El diagnóstico de sarcoidosis se realiza en base a:
Pregunta 11
1. Etanercept.
2. Ciclofosfamida endovenosa.
3. AINE.
4. Metotrexate.
5. Rituximab.
Pregunta 12
Mujer de 75 años, con menopausia a los 52 años, sin antecedentes familiares ni
personales de fractura, diagnosticada de arteritis de la temporal, que va a iniciar
tratamiento con prednisona a dosis altas y con expectativa de tratamiento durante
al menos un año. La demora de densitometría (DXA) en su centro es de 4-5
meses. Se plantea tratamiento preventivo de osteoporosis. Entre las siguientes
¿cuál es la actitud más adecuada?:
Pregunta 13
Hombre de 19 años de edad que consulta por un cuadro de 24 horas de evolución
de dolor, tumefacción e impotencia funcional de la rodilla derecha acompañado de
fiebre de 38°C. La exploración física pone de manifiesto signos inflamatorios y
derrame articular en la rodilla derecha. Los datos analíticos muestran una
leucocitosis con neutrofilia y una elevación de la proteina C reactiva. Se hace el
diagnóstico sindrómico de monoartritis aguda. ¿Cuál es el diagnóstico etiológico
más probable?
1. Artritis por microcristales.
2. Artritis reactiva.
3. Artritis infecciosa bacteriana.
4. Artritis infecciosa por mycobacterias.
5. Artritis reumatoide.
15. Una mujer de 50 aúos consulta por una historia de tres meses de edema de
manos, con dolor y rigidez matinal.
El diagnóstico más probable es:
a) artritis reactiva
b) artritis lúpica
c) artritis reumatoide
d) artrosis
e) artritis psoriática
a) dermatomiositis
b) lupus discoide
c) síndrome de Sjögren
d) esclerodermia
e) granulomatosis de Wegener
17. ¿Cuál de las siguientes características del dolor lumbar orienta más hacia el
diagnóstico de lumbago mecánico?
a) artritis glenohumeral.
b) artrosis glenohumeral.
c) uncoartrosis.
d) tendinitis y bursitis.
e) gota aguda
21. ¿Cuál es el diagnóstico más probable en una mujer de 40 aúos que presenta
fenómeno de Raynaud?
23. Mujer de 35 aúos que consulta por cuadro febril de 15 días de evolución,
poliartralgias, artritis de muúecas y de metacarpofalángicas. Al examen se
constata eritema facial. Hemograma: leucopenia y linfopenia. Sedimento urinario:
proteinuria ++.
¿Cuál es el diagnóstico más probable?
a) Dermatomiositis
b) Artritis reumatoídea
c) Lupus eritematoso sistémico
d) Esclerosis sistémica progresiva
e) Vasculitis
a) Artritis reumatoídea
b) Espondiloartrosis
c) Pelviespondilopatía seronegativa
d) Raquiestenosis
e) Lumbago mecánico
25. Una mujer obesa de 60 aúos consulta por aumento de volumen y dolor de
rodilla derecha, que disminuye con el reposo. El líquido sinovial es claro y
transparente, con un recuento de leucocitos de 1000/mm3.
¿Cuál es el diagnóstico más probable?
a) Artritis séptica
b) Gota aguda
c) Artritis reumatoídea
d) Artrosis
e) Artritis reactiva
a) Compromiso oligoarticular.
b) Niveles elevados de anticuerpos antinucleares.
c) HLA DR3 positivo.
d) Osteopenia radiológica.
e) Compromiso extraarticular.
a) Allopurinol y colchicina.
b) Uricosúricos.
c) Sulfasalazina (Azulfidine).
d) Antiinflamatorios no esteroidales.
e) Metotrexato.
28. Mujer de 50 aúos, consulta por aumento de volumen doloroso de las
articulaciones interfalángicas distales. Al examen físico se comprueba que el
aumento de volumen es de consistencia dura.
¿Cuál es el diagnóstico más probable?
a) Artropatía psoriática.
b) Artritis reumatoidea.
c) Artritis gotosa.
d) Artritis reactiva.
e) Artrosis.
a) Mielitis transversa
b) Síndrome nefrítico
c) Pancreatitis aguda
d) Mononeuritis múltiple
e) Psicosis