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2º Informe Gemma Dominguez García

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Asignatura: La educación Social ante la Exclusión y la Marginación

Segundo informe

2ºEducación Social

Curso 2022-2023

Profesor: Francisco Javier Torres Moya

Alumna: Gemma Domínguez García.


Introducción
Analizando mi primer informe, me doy cuenta de que no hice bien mi
trabajo.Antes de comenzar reconocer que todos y todas hemos hecho un trabajo
de recolección de información, con esto quiero dar comienzo mi segundo informe,
a poner la mirada en que hemos hecho lo que el sistema educativo nos ha
indicado que hay que hacer ante un trabajo de investigación, curioso resulta, que
a pesar de los años que nos separan, yo también he hecho una recopilación de
datos, al igual que vosotras. Lo que demuestra que el sistema educativo no ha
cambiado nada en este aspecto, desde hace muchos años ya la educación nos ha
adoctrinado a hacer las cosas como dice la autoridad, sin dejar espacio a la
reflexión, a la autocrítica, nos quieren anulados como ciudadanas pensantes y
posibles seres reivindicativos, al menos la fórmula “la letra con sangre entra” ha
desaparecido pero el adoctrinamiento se sigue ejerciendo, aunque de manera
más sutil. En este documento voy a analizar los puntos en común de los informes
de la clase, desde la mirada de los diversos autores estudiados en clase, en esto
debería haberse basado mi primer informe. Después pretendo analizar la reacción
de la clase en general a mi informe, igualmente desde la mirada de los autores.

Puntos en común de los informes


En todos los informes queda evidente como los diferentes “colectivos”
sufren la exclusión social por su vulnerabilidad. La sociedad los “aparca a un lado”
donde no sean visibles, son “las manzanas podridas del cesto''. Molesta su
existencia pero no hacemos nada,” mientras no me toque a mí, ¿verdad?”.

Según la propia experiencia que relata Zimbardo en “el efecto Lucifer”,


todas las personas tenemos cierto grado de maldad, que surge si sientes que
tienes permiso de alguien superior,para dejar fluir esa maldad. Toda la sociedad
somos culpables de la situación de vulnerabilidad que sufren algunos grupos
sociales, aunque no hagamos nada, por inanición, ya estamos ejerciendo una
maldad silenciosa. Escudados, en que la responsabilidad no es nuestra sino de
nuestros políticos/as, jefes/as, superiores, personas que representan autoridad.
Actuamos de forma pasiva y damos por bueno, que esos grupos sociales que
molestan la vista, sean situados al margen de la sociedad. Es algo normal que
estén, en barrios marginales,en centros penitenciarios, hospitales psiquiátricos,
asilos de ancianos, albergues sociales, prostitutas en polígonos en el extrarradio.
Analizando los diferentes grupos se me ocurre poner el foco en la resistencia que
algunos/as personas que los componen. Por qué algunos sin techo prefieren
dormir en la calle a someterse a las reglas de convivencia que tienen que cumplir
en un albergue, aún pasando frío y quedando indefensos en la calle al caer la
noche. Durante el día parecen invisibles para nosotros y ellos siendo conscientes
de la indiferencia de la sociedad, se adaptan a su situación e influidos, en algunas
ocasiones a adicciones a sustancias o en otras ocasiones, debido a situaciones
vividas en la vida que les ha arrastrado a en vivir en la calle, por culpa una crisis
que les ha quitado el trabajo y su vivienda por ejemplo. Terminan siendo
“manzanas podridas”, pero se revelan ante el sistema que los quiere “esconder”.
En el caso de otros colectivos, como las Kellys, los ancianos, LGTB+,y en
todos los colectivos en general, que han analizado los diferentes grupo de clase,
hay cierto número de rebeldes, que se pelean ante la marginación y exclusión y
se rebelan contra el sistema que les oprime para conseguir mejorar su situación.
Sus reivindicaciones pueden ser desde una remuneración justa por realizar un
trabajo, tener derecho a que te atienda una persona en una sucursal bancaria, o
a que se te reconozcan tu identidad, consolidando sus derechos como un o una
ciudadano/a más. En el caso del colectivo LGTB +,cierto es que van consiguiendo
que se le reconozcan derechos, pero aún anda una ley que no se acaba de
concretar ni firmar, la política que nos utiliza, cuando debería ser al revés,
nosotros deberíamos utilizar a nuestros políticos/as.
La Constitución del año 1978 reconoce todos los derechos básicos de las
personas, comenzando desde el derecho a trabajo, vivienda digna, cuestiones
básicas a las que no tienen acceso parte de la ciudadanía.

Zimbardo también habla de héroes, esos rebeldes que se enfrentan al


maligno que ordena y margina y al igual que el resto de manzanas podridas,
sufre su furia y exclusión.Es el héroe que vemos en la película Experimento
2010, ese guarda se niega a seguir torturando a los presos y es torturado como
un preso más. También podemos ver esos héroes o heroínas cualquier día, en la
calle, suelen ser personas anónimas, que miran a estos grupos en exclusión y se
acercan a ellos, prestando ayuda en la medida en la que pueden. He echado de
menos la referencia de esta figura en algunos informes.

Según la visión de Hanna Arendt, el comportamiento maligno está


justificado por “la banalidad del mal”, esta teoría, defiende que los que ejercen la
maldad escudándose en decisiones que toma “un líder”, ya sea político o de
cualquier otra índole les exonera de culpa. Puede ser un jefe que da la orden y
los demás solo hacemos nuestro trabajo, cumplimos sus órdenes, hacemos lo
establecido sin cuestionarnos si está bien o mal. Nos convertimos en cómplices de
todo pero sintiéndonos inocentes. “yo solo cumplia órdenes” declaró Eichmann,
uno de los responsables del genocidio nazi, durante su juicio.Es un punto de vista
diferente al de Zimbardo.

El experimento Milgram es otra muestra de la banalidad del mal de la que


habla Arendt, es espeluznante ver en el reportaje, como algunas personas son
capaces de dar descargas que pueden llegar a ser letales a iguales, porque una
figura de autoridad, les dá la orden, a cambio de algo de dinero. Menos de la
mitad de los que participaron en este experimento, se negó a llegar a término,
preocupados por la salud del “electrocutado”.

Para Barudy la explicación a todas las reacciones de la raza humana está


en nuestro cerebro, en el artículo homenaje al asesinado George Floyd a manos
de la policía en el año 2022.
El psiquiatra nos presenta su trabajo trauma terapéutico, basado en el
racismo pero siendo válido para estudiar cualquier grupo de excluidos, en el que
relaciona reacciones como respuestas de nuestro cerebro que percibimos como
estresores o estímulos amenazantes.

Si comparamos la visión de Brudy con la de los demás autores, El grupo


de guardias de la prisión “el efecto Lucifer” de Zimbardo formaba parte de un
grupo de personas que creían que sus formas de actuar estaban totalmente
justificadas. Igual que en “la banalidad del mal” de Arendt, el comportamiento
racista del que habla Barudy, está justificado porque el policía que ahogó a Floyd,
creyó cumplir una orden, algo normalizado.
Y llegamos a la visión de Foucault. Llegados a este punto, el autor
defiende que toda la sociedad actuamos según nos manda el poder. Somos
“paseados/as” con una correa invisible que nos ata al poder. Este poder puede ser
ejercido por los medios de comunicación, a diario nos machacan con noticias,
sucesos, para mantenernos paralizados por el miedo.

Ejemplo, hace unas pocas semanas a China se le “perdió” un cohete,


basura espacial, decían, toda la mañana pendiente del dichoso cohete. Yo por
ejemplo, me pregunté “¿qué a China se le ha perdido un cohete?¡ Venga ya!, no
es verdad”. No me imagino a China perdiendo un cohete, ¿qué tipo de cohete?,
¿será espía?, dos vueltas a la tierra, dijeron que había dado. Con la que está
cayendo en el mundo, “a lo mejor está tomando fotos, para obtener imágenes del
territorio Ruso o Croata”. Nos tuvieron la mañana del viernes controlando la
trayectoria del cohete y donde caería. La verdad nos quedaremos sin saberla, la
pregunta que se me plantea es ¿por qué nos quieren tener entretenidas con esto
del cohete?. Es un ejemplo más del poder ejercido por los medios de
comunicación para mantenernos entretenidos/as mientras quizás están
ocurriendo cosas más preocupantes en el mundo.

Concluyendo, si no cumplimos las directrices que recibimos seremos


castigados, ya sea con el “castigo al cuerpo” o con “el castigo del alma'' del que
habla Foucault. Esa forma de etiquetar al diferente, de mirar y castigar, haciendo
sentir al otro/a inferior o asustado y así, tenerlo sometido. De forma indirecta nos
quieren entretenidos, con noticias sobre todo nefastas, que de pronto
desaparecen de los medios de comunicación, “ya está quemada”, pasamos a otra
noticia, de pronto el COVID es una gripe más y pasamos a hablar de “filomena” .

Todo esto con la finalidad de no darnos a tener un pensamiento crítico a


cuestionarnos la situación en la que vivimos. Contando con el individualismo en el
que vivimos, sin fijarnos en las injusticias sociales, en la exclusión en la que vive
el “diferente”, el gitano, el que no sigue las normas, o se revela ante ellas. Sin
ser conscientes, que en el futuro, cualquiera de nosotras podemos formar parte
de un grupo marginado y excluido. Nada es seguro, todo es variable y la vida de
pronto, nos puede poner a prueba con situaciones muy difíciles. En el conjunto de
los trabajos no he avistado ningún indicio sobre la idea que acabo de plantear. Me
parece necesario que seamos conscientes de que en algún momento de nuestra
vida podemos vivir en exclusión social o marginados, al margen del resto.

Reacciones a mi primer informe.


Pensándolo bien, fué una reacción normal, si me pongo en “vuestra piel''.
En primer lugar porque no sabíais que mi informe se basaba en el vuestro, me
gustaría, que en privado o en “abierto”, me da igual, los y las que queráis me
digáis si leísteis lo que publiqué en el foro o no, esto es por curiosidad. Tengo la
sensación que aquí actuó el efecto “teléfono escacharrado”, lo mismo me
equivoco.
La reacción del grupo, de las que hablasteis me sorprendió, me sobrepasó.
No me lo esperaba. Pero lo que sí me dolió es que ninguna ni ninguna de
vosotras(en adelante hablaré en femenino, si no os importa, somos mayoría
mujeres), me preguntara porqué había comentado vuestro trabajo. Hubo un
primer comentario que dio paso a más comentarios, en cierto modo dañinos,
llenos de dolor a la vez. Quiero dejar claro que hablaron pocas personas. No sé si
por no dar a conocer su opinión, o porque simplemente no les interesaba.

Algunos comentarios llegaron a rebasar la razón ante mi informe para


pasar al terreno personal. Por una parte Arendt lo analizaría como un
comportamiento de grupo seguido por una figura líder, que exonera al resto de
responsabilidad. Según Zimbardo, mi crítica a vuestros informes os dió potestad
para reaccionar así, pero en un sitio al margen del foro, en el anonimato de
nuestro chat. ¿Esto me preocupó, porque si no estamos haciendo nada malo por
qué ocultarlo?. Todo esto pasa a un segundo plano si lo analizo desde la mirada
de Barudy, actuó vuestro lado simpático del cerebro, ¡Chispazo!, acción-reacción,
sin parar a leer atentamente, sin prejuicios. Os habéis parado a pensar el efecto
que puede producir una reacción así a una persona con baja autoestima, por
ejemplo.

No sabía que algunas de vosotras me veían como a una persona soberbia,


con aires de superioridad, nada de eso, lo que sí soy de otra generación. Nací en
el año 1970, mis abuelos vivieron la guerra civil, mis padres nacieron en la
posguerra, crecieron viviendo en una dictadura que mantuvo aterrada a España
40 años, con el estrés postraumático del que habla Barudy. En mi niñez viví una
transición dura, cuando murió Franco yo era muy pequeña, pero recuerdo como
se respiraba el miedo los 11 de septiembre, día de la Diada, en Barcelona. Crecí
viviendo muchas penalidades en casa, como ya os he comentado, pero no me
dejé vencer, rebelde desde pequeña.
En mi juventud no teníamos móviles, con suerte un teléfono fijo en casa,
las pandillas de amigos y amigas nos comunicábamos cara a cara, planeábamos
nuestras quedadas de boca en boca, de una semana a otra o tocándonos en el
porterillo de casa. Viví la movida en los años 80, movida cultural, reivindicativa,
yo la viví sobre todo a partir de 1986. Activista, reivindicativa, luchadora,
trabajadora. Tuve que dejar de estudiar para entrar a un mundo laboral muy falto
de derechos sociales y laborales. En esas manifestaciones, con huelgas generales,
reclamando los derechos que están en nuestra constitución aún vigente,derechos
laborales,manifestaciones reclamando un convenio colectivo .Las calles se
llenaban, el pueblo se hacía escuchar. Sirvió de algo, claro que sí.

Poniéndome en vuestro “pellejo'' comprendo que os sintierais mal con mi


informe, y tras la clase del día 9 de noviembre en la que Francisco trató el tema a
pesar de que vosotros no demostrasteis un mínimo interés, aparentemente.
Para concluir decir que estoy haciendo un ejercicio para regular mis
emociones y además de ver las situaciones desde mi punto de vista, verla
también desde el vuestro.
Y pidiendo que intentemos trabajar el diálogo,es muy sano debatir.

Que he aprendido
Tengo que ser más crítica conmigo misma y consciente de que estoy
estudiando en la Universidad a destiempo. Por lo tanto, tengo unos cuantos años
más que vosotras y no puedo pretender que se me comprenda como a una igual,
porque no lo soy. A pesar de todo no generalizo, me siento muy cercana a
muchas de vosotras, sintiendo que nos tenemos cariño mutuo en algunos casos.
Me quedo con esto.

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