Tema 1
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Tema 1
Diana Valero
Máster Universitario en Procesos Educativos de Enseñanza y
Aprendizaje
Tendencias e innovación en Educación mediante el uso de TIC
MÓDULO 1: Contextualización
UD1: Introducción a la innovación docente en la Sociedad de la
Información
Diana Valero Errazu
Docente de la asignatura
1. Introducción
El cambio de una sociedad industrial a una sociedad de la información (SI) ha supuesto
importantes cambios en diferentes campos: en el modo en que nos relacionamos, en el
ámbito económico, en el mercado de trabajo… Vinculados a estos, está el cambio en el
modo en que los estudiantes aprenden y aquello que necesitan aprender para
desenvolverse con éxito en este nuevo modelo social, p0or lo que es necesario modificar
también la enseñanza y adaptarla a esta nueva realidad. Por ejemplo, la capacidad de
acceso que hoy tenemos a una mayor y más diversa información supone el que hoy se
pueda –o deba- consultar más fuentes para realizar un trabajo, mientras que hace 20
años los mismos trabajos de clase se hacían consultando la enciclopedia y muy pocas
fuentes más; entonces el acceso a la información era limitado y escaso, mientras que
hoy tenemos a nuestro alcance innumerables libros y documentos a través de internet.
En este ámbito la innovación educativa tiene un papel fundamental, adaptándose a la SI
mediante, entre otras cosas, las tecnologías de la información y la comunicación.
En este bloque repasaremos los principales cambios que ha supuesto el cambio de una
sociedad industrial a una informacional y su impacto en la educación. A continuación,
veremos cómo la educación se ha adaptado, o no, a esta nueva realidad y revisaremos
las concepciones del aprendizaje que mejor responden a la SI y que deben enmarcar las
innovaciones docentes. Finalmente, revisaremos los aspectos claves de las TICs en la
SI, los ámbitos de innovación y las cuestiones principales a tener en cuenta.
La revolución industrial que se produjo a finales del siglo XIX supuso el paso de una
economía basada en el sector primario, la agricultura y ganadería, a una economía
basada en trabajos industriales. Entre sus implicaciones sociales y económicas destaca
que la gente del campo se va yendo a las ciudades para conseguir trabajo en las fábricas
y aumenta poco a poco el sector servicios. Este paso de una sociedad industrial a una
sociedad informacional ha conllevó también un cambio en el mercado del trabajo y en
la propia educación.
Un gran salto se produce cuando pasamos de la sociedad post-industrial a los años 70,
con la aparición de Internet, que no solo es importante desde el punto de vista
comunicativo e informacional, sino que lleva aparejada una nueva revolución
tecnológica con implicaciones muy importantes y profundas transformaciones
económicas y sociales que cambiarán nuestra sociedad. Ahora, todos estamos
conectados (sociedad en red), todos podemos saber lo que queramos cuando
queramos (accesibilidad de la información), hay cambios en los procesos de producción
y mercado de trabajo, y todo íntimamente vinculado a la introducción generalizada de
las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
1.2. Características
La característica fundamental de este nuevo modelo social es, en primer lugar, y como
su propio nombre indica, la información. Internet ha supuesto un aumento exponencial
de la información y un cada vez mayor acceso a ésta, lo que ha supuesto cambios
económicos, sociales y educativos.
Esta nueva forma la podemos ver en cualquier multinacional. Si tomamos por ejemplo
Amazon y su entrada en el mercado alimenticio vemos como antes las tiendas se
abastecían de producto local, los consumidores tenían que ir a la tienda a comprar, elegir
los productos, pagar y llevarlos a casa. Posteriormente, algunos supermercados han
diversificaron el origen de sus productos e incluyeron el servicio de compra por internet,
aunque todavía se suele tardar un día en recibir la compra a casa. Ahora Amazon, con
proveedores de todo el mundo, propone que a través de internet sea posible no solo
hacer la compra, sino que esta llegue en dos horas al domicilio del comprador. Esto ha
provocado un gran debate sobre el futuro de trabajos como los de cajeras, ya que ahora
podemos hacerlo todo por internet. Pero al mismo tiempo, se han creado nuevos
empleos, si bien estos están vinculados a nuevas capacidades y competencias propias
de la Sociedad Informacional -a las que haré referencia más adelante-, los cuales
requieren una formación muy diferente a la recibida hasta este momento.
Plena ocupación
Reducción drástica de los lugares de
trabajo.
Nuevas profesiones
¿Pero realmente estamos en esta fase? ¿Ya todo el mundo es capaz de acceder a la
sociedad de la información?
Junto con los cambios económicos, destacar también los cambios a nivel social,
aunque ambos están íntimamente relacionados y tienen importantes implicaciones en
la educación.
Igualmente, la relación con las nuevas formas de comunicación es evidente. Cada vez
son más importantes las nuevas herramientas como Twiter, whatsapp…, que nos
permiten estar en comunicación y diálogo constante no solo con nuestros conocidos,
amigos o familiares, sino con el mundo entero, lo que ha tenido un profundo impacto
- Aumento de la desigualdad
La teoría piagetiana tiene como base el desarrollo infantil por estadios y asume que el
niño es un organismo activo cuyo desarrollo depende en buena medida de la interacción
activa con el entorno, mediada por esquemas cognitivos mediante los cuales los niños
identifican objetos, los manipulan y aprenden. Explica el desarrollo cognitivo como un
proceso en el que los niños construyen activamente sistemas de significados y
comprensiones de la realidad por medio de continuas asimilaciones y acomodaciones
de la nueva información. Para Piaget el aprendizaje depende de este proceso, en el que
nuevas formas de pensar acerca del mundo emergen y los niños avanzan hacia un nuevo
estadio de desarrollo.
Finalmente, una vez que las teorías clásicas se han visto desbordadas por la Sociedad
Informacional, surgen nuevas concepciones del aprendizaje que tratan de dar respuesta
al nuevo modelo social.
Las relaciones que se establecen desde esta perspectiva, tienen el diálogo como
elemento central y es a través de ellas, de la interacción, desde donde se dan los
significados a la realidad social.
Respecto al primero, aboga que los conocimientos iniciales del alumno sirven solo para
programar de una manera más eficaz el aprendizaje, pero que el objetivo es transformar
esos niveles desarrollando al máximo el potencial de cada estudiante. Respecto al
segundo contempla una nueva realidad en la que el estudiante ha dejado de aprender
única y exclusivamente en la escuela, para pasar a aprender a través de la interacción
con toda la comunidad, con las familias, sus iguales, etc. Es así como aprenden y se
desarrollan y, por tanto, el profesor tiene un nuevo papel más colaborativo.
Esta perspectiva trata de dar respuesta a los problemas que han surgido en la sociedad
de la información, como el fracaso escolar, que se ceba especialmente en las clases
sociales más bajas las cuales, como hemos visto, son las que tienen menor acceso a la
sociedad de la información. El problema es que en los países desarrollados estamos
viviendo un proceso en el que, para acceder al mercado laboral, cada vez se necesitan,
unos requisitos educativos más altos, aunque luego para el trabajo efectivo no sea
preciso ese nivel.
Es preciso por tanto que todo el alumnado aprenda y logre el éxito educativo para
garantizar su inclusión laboral y social, y para ello es necesario que el aprendizaje sea
por y para la sociedad actual, teniendo en cuenta los cambios sociales que han tenido
lugar en los últimos años, y que hemos revisado previamente. Para afrontar estas
situaciones se debe modificar la metodología de aprendizaje. Ya no basta con saber
leer, escribir y contar, ahora hay nuevas formas de analfabetismo que requieren que la
escuelas no vean al estudiante como un mero receptor pasivo de conocimientos si no
como el eje de un aprendizaje contextual, activo, social y funcional.
Pero, ¿realmente el modelo de aprendizaje actual que siguen nuestras escuelas está en
consonancia con las características de la sociedad de la información y con las
necesidades de los futuros trabajos?.
Lo que solemos ver es que las empresas dan formación específica sobre lo que
necesitan que aprendan los trabajadores, lo que se produce continuamente porque las
empresas se actualizan, cambia el software que utilizan, introducen una máquina
nueva… Pero en los colegios o en las universidades ¿qué tenemos que hacer? ¿dar
también formación específica?. La respuesta es que hace falta dar una formación
básica, general y polivalente por un motivo al que ya hemos hecho referencia, y es que
si en la SI los empleos y la tecnología cambian rápidamente, lo que se requiere es una
formación que facilite su adaptabilidad. Y dentro de la formación básica nos
encontraríamos con la capacidad de seleccionar y procesar la información relevante,
que es la fuente principal de éxito o fracaso de las personas, grupos e instituciones ya
que es lo que nos capacita para poder acceder al resto de conocimientos de forma
autónoma.
Estas dos dimensiones coinciden con las anteriormente descritas, pero a ellas se unen
3 más:
Esta dimensión está íntimamente relacionada con el cambio de roles del profesor y del
alumnado, así como con las metodologías y concepciones del aprendizaje que se
aplican en el aula, debiendo orientarse, como ya se ha señalado, hacia entornos de
aprendizaje que promuevan la interacción y el diálogo (ej. Comunidades de aprendizaje).
Se trata de fomentar un aprendizaje activo en el que el rol del profesor pasa a ser el de
gestor del aprendizaje y el alumno adquiere un papel más activo. En este sentido, el
aprendizaje activo se define como "el resultado de un intento deliberado y consciente
por parte del profesor para causar que los estudiantes participen abiertamente en una
lección" (Pratton y Hales, 1986, p. 211). Este se refiere a las prácticas que involucran a
los estudiantes en el proceso de aprendizaje e incluye técnicas donde los estudiantes
hacen más que escuchar una conferencia pasivamente. El aprendizaje activo implica
hablar y escuchar, escribir, leer y reflexionar, y puede mejorar los resultados sobre los
formatos tradicionales (Yoder y Hochevar, 2005). Según la teoría generativa de
aprendizaje, los estudiantes aprenden mejor cuando participan en el procesamiento
cognitivo activo (Mayer y Wittrock, 2006).
La sociedad, al igual que la educación, es cada vez más una sociedad en red, que en el
aprendizaje lo entendemos como “aquel espacio o comunidad organizados con el fin de
lograr el aprendizaje” (Salinas, 2008:115). Uno de los métodos más beneficiosos de
aprendizaje activo es el aprendizaje colaborativo, que ocurre cuando los estudiantes
trabajan juntos en pequeños grupos hacia un objetivo común, la creación de significado,
que exploren un tema o la mejora de las habilidades (Prince, 2004).
Hay muchas teorías y experiencias que tratan de dar respuesta a esta pregunta, y
seleccionar cuáles pueden ser las respuestas válidas, las más apropiadas, supone
avanzar desde una teoría basada en la superstición a unas teorías basadas en la ciencia,
fundamentadas estas últimas en dos referencias: las principales investigaciones y las
mejores prácticas. Hasta ahora, acceder a estas investigaciones y prácticas podía
resultar difícil pero, en el marco de la sociedad informacional, el contacto con la
comunidad científica internacional es cada vez mayor y más fácil. Así, basarnos en estas
teorías contribuye al desarrollo científico de la educación y conduce a reducir los niveles
de fracaso escolar y a mejorar la convivencia, contribuyendo, en definitiva, a conseguir
una práctica que tenga efectos positivos en el aprendizaje de todos los niños y niñas.
El problema es que no basta con que las prácticas sean novedosas o innovadoras. Las
prácticas deben ir encaminadas también a superar el fracaso escolar y tener un rigor
científico. No se puede funcionar sólo con el sentido común, porque eso puede llegar a
suponer que se extiendan por todo el país prácticas educativas que no se sabe si han
tenido éxito en otros lugares o que incluso son contraproducentes pero que, a simple
vista, son las más sensatas. Al mismo tiempo, el hecho de que haya funcionado en un
lugar concreto, no implica necesariamente que vaya a funcionar en nuestro contexto.
Así, por ejemplo, en el informe del Proyecto TICSE 2.0 se señala que “los materiales
didácticos tradicionales (como son los libros de texto y las pizarras) siguen siendo los
recursos más empleados en las aulas Escuela 2.0 a pesar de la abundancia de la
tecnología digital” y que la mayoría del profesorado indica que la mayor parte de las
actividades que desarrolla en el aula con TIC se podrían enmarcar dentro de un
paradigma didáctico que podríamos considerar clásico (Area, 2011: 99). Es decir, las
tecnologías que mejor se han introducido en las aulas han sido las que han permitido
una versión digital de lo tradicional, como por ejemplo los libros digitalizados.
Es preciso aquí hacer una muy breve contextualización para entender de qué estamos
hablando. La educación a distancia surge ya en los ss. XVIII-XIX en Boston, cuando se
empiezan a ofrecer cursos por correspondencia, aunque su auge y mayor impacto se da
en la década de los 50 del siglo XX. En estos momentos comienza a hablarse del
impacto que va a tener la educación a distancia e incluso se comienza ya a discutir si
va a sustituir a la educación tradicional, especialmente a partir de los 90 cuando se hace
más evidente con la llegada de Internet. Así, educación a distancia se podría definir
como aquella que permite el acto educativo en una situación de separación física entre
alumnos y profesores. Los diferentes métodos, técnicas, estrategias y medios que
utilicemos para la enseñanza y la comunicación es lo que dará lugar a los nuevos
términos. En este sentido, la educación on-line es la que se lleva a cabo a través de la
red, por ejemplo. Sin embargo, es diferente el concepto de educación abierta que,
partiendo de la idea de colaboración, supone compartir libremente nuestros contenidos
y con acceso abierto, es decir, todos pueden acceder gratis a nuestros materiales,
usarlos y modificarlos.
Así, por ejemplo, vemos como han surgido importantes plataformas de educación on-
line a través de MOOCs en las que las Universidades ofrecen cursos de forma abierta
(como Coursera o, específicamente para el caso de el aprendizaje de TICs para los
profesores, INTEF), formación íntegramente on-line, o una combinación de formación
presencial y on-line como sería la denominada blended-education o prácticas como la
“Flipped Classroom”, que se abordan en el siguiente tema.
En general, como ya hemos señalado, las innovaciones han tendido más hacia el uso de
la tecnología que hacia la innovación del proceso de enseñanza-aprendizaje, lo que
ampliaremos en temas posteriores.
Castells, M. (2010). La sociedad red: una visión global. Madrid: Alianza Editorial
Huba, M. E., & Freed, J. E. (2000). Learner centered assessment on college campuses:
Shifting the focus from teaching to learning. Community College Journal of Research and
Practice, 24(9), 759-766.
Pratton, J., & Hales, L. W. (1986). The effects of active participation on student learning. The
Journal of Educational Research, 79(4), 210-215.
Salinas, J. (2008) Innovación educativa y uso de las TIC. Sevilla: Universidad Internacional de
Andalucía. ISBN: 978-84-7993-055-4
Searle, J.R. & Soler, M. (2004). Lenguaje y ciencias sociales: Diálogo entre John Searle y
CREA. Barcelona: El Roure
Yoder, J. & Hochevar, C. (2005). Encouraging active learning can improve students’
performance on examinations. Teaching of Psychology, 32(2), 91-95.