Giarroca y Bidaseca - Esamblando Las Voces
Giarroca y Bidaseca - Esamblando Las Voces
Giarroca y Bidaseca - Esamblando Las Voces
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CAPfTULO 2
1. lntrod uccion
1
-�1 * Una primera version de este trabajo fue presentada en las Terceras Jornadas sobre Etnografia
··· -y-.M°étoâos Cualita:tivos tealiza:das éil el Iris tituto de Desarroilo Econ6mico y Social, junio de 2001.
'··:J·
L Tomado de Annette Insdorf, Doubles lives, second chances. The cinema of Krzysztof Kieslowski,
Nueva York, Miramax, 1999.
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1
[ 35 ]
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36 Nbrma Giàrracca y Karina Bidaseca Ensa mbla ndo las voces: los actores en el texto sociologico 3T
tales aspectos fueran evitables. EJ.l las etapas de mayor hegemonia de las posiciones cursos realizan operacionés ret6ricas para convencer a sus interlocutores acerca de
estructuralisfas, aun los antrop61ogos rurales evïtaban la soled'ad con las voces de côrno interpretar los hechos narrad'o s.
los sujetos y buscaban los siempre legitimados "datos" cuantitativos. Pero siempre , En esta p erspedi:va los acon teèimientos y procesos son obras de "sujetos activas
tanto antrop6logos· como soci6logos rurales, contaban con los "cuadernos de campo", y con ocedores", de "actores sociales", y no resultados del impacto diferencial de gran
verdaderos reservorios de docum:entaci6n que eran inestimables fuentes de las vo des fuerzas sociales despersonalizadas sobre individuos pasivos o engafiados por
ces de los sujetos en los momentos de mayor libertad-'êii la relaci6n investigador dispositivos ideolôgicos . Y en esta ontologia nosotros mismos como _investigadores
investigado. Esos momentos de "intercambios densos" cuando el investigador puede somas sujetos activas, con capacidades puestas a prueba para comunicar, evocar,
dedicarse a i dentificar mundos sociales, detalles de las escenas laborales o familia traducir diferencias culturales y desnaturalizar aquello que pretende presentarse
res, sentidos y significados en disputa entre distintos sujetos, resultaban ser de vi como "natural", que casi siempre esta en el orden de la dominaci6n.
tal importancia a la hora de comprender hacia d6nde se dirigîa el deseo de conoci- Apelamos a los sujetos para obtener informaci6n, interpretaciones, gestos, etc . ,
·
miento y comprensi6n. que s o n valiosos para l a comprensi6n d e una situaci6n; pero, l qué destino damos a
Con la nueva teoria social posestructuralista, la centralidad del sujeto en los sus palabras, a sus interpretaciones?, lpor qué incorporarlas al texto o no? Es decir,
estudios sociales tom6 una vigorosa actualidad y se expandi6 a diversas especiali- . lp or qué brindarles un lugar en los textos?
dades de la sociologîa. Se toma a los actores coma recursos de inteligibilidad para f1 Para los sujetos, la producci6n textual que el analista realiza significa, ade
co1Ilprender los acontecimieùtos, para producir conocimientos y, en muc� as oca !ll as de la posibilidad de ser escuchados, la de trasladar su experiencia privada
al
·
siones se convierte a sus r:iarrativas en elementos centrales de los matenales re espacio de lo pûblico . /
sultantes (articulos, libros, etc.): Pierre Bourdieu, con su trabajo mencionado, se
convirti6 en el mejor exponente contemporaneo de esta sociologîa. En la teleconfe Una oportunidad también de explicarse, en el sentido mas completo
rencia ofrecida a mediados de 2000 en la Universidad de Buenos Aires, nos desafiô del término, es decir, de construir su propio punto de vista sobre si mis
precisamente a problematizar la sociologîa en sus posibilidades "socioanaliticas", mos y el mundo y poner de relieve, dentro de éste, el punto a partir del
p otenciando el espacio donde la gente se expresa en cuestiones profundas e impor cual se ven y ven el mundo, se vuelven comprensibles y se justifican, en
tantes. Como alguna vez Marc Ferro dijo acerca del cine, las disciplinas sociales en principio para s.i mismos . (Bourdieu, 1999: 536) [subrayado en el origi
sus potencialidades comprensivistas e interpretativas develan el secreto y hacen n;:iJ]
caer las mâscaras, muestrari el revés, los lapsus · de aquello que nos presentan i
. ·.�
como "social". �� Esta situaci6n puede provocar en los sujetos un proceso de liberaciôn de estados
La "escucha" de la gente le demanda al soci6logo un concienzudo proceso de auto- � larvados durante largo tiempo; experiencias cognitivas y emocionales, ambas p eno
rreflexi6n acerca de los tamices a través de los que se escucha y de las resignificacio- � sas y/o reconfortantes.
nés C"traducciones", en términos de Long y Long,1992) por las que se filtran sus � En las formas textuales resultantes también se modifica el lenguaje del investi
narrativas, asi como un entrenamiento interpretativo (te6rico) que !leva tiempo. ·� gador; el soci6logo y el antrop6logo se transforman en autores, como. diria Julie Tay
··�
Mientras que el objetivo de la "explicaci6n sociol6gica" a partir de técnicas "neutras" lor (1993), en "comunicadores". La interv1mci6n del analista consiste enpublicar las
-como los cuadros de doble entrada, los analisis multivariables o los coeficientes de : if narrativas de los sujetos que hablan, en quebrar el limite de la interioridad traspo-·
relaci6n- e s una estrategia que puéde transmitirse facilmente e n las carreras d e niendo la barrera del "si mismo", revelando, a través de sus escritos, la subjetividad
:i
sociologîa, la comprensi6n y comunicaci6n de las acciones de los hombres en sus � del hablante. Se convierte asi en intermediario entre éstt; y el lector, en traductor de
distintas dimensiones requiere algo mas que el aprendizaje de las metodologîas. la oralidad, de las expresiones gestuales,.de las emociones, de los lapsus, y c6mplïce
Compromete al investigador en su formaciôn intelectual, sensibilidad, capacidad .1 de los silencios, de aquellos que emiten su voz en una relaci6n espacio-temporal
intuitivà y de autôcoriôéiriiiènto y reflexi6n. Compromete ademas al investigador en l ûnica que incluye a él y al hablante y excluye al lector.
.
su capacidad de comunicaci6n y, como dice la antrop6loga Julie Taylor, .. La tarea del analista, por cierto privilegiada, requiere impregnars e de cierta
ética que, como si fuera un balsamo, nos evite caer, presos de los deslices de nuestra
. . .en lugar de tratar de analizar o explicar, intentar evocar, que es una propia subjetividad, en traducciones incorrectas o, peor ai.in, en tergiversaciones
de
palabra muy de moda en la antropologia interpretativa. [ . . ] Y otra pala sentido. No hay mas técnicas para ello que el "autoconocimiento", la capacidad
re
bra que se usa en inglés es inacting, que decidimos que puede ser "puesta flexiva y el control que dan los equipos de trabajo (la presencia de otro investigado
r
en acto", o sea, comunicar por los textos mismos que mimetizan lo que que funciona como "control").
uno esta tratando de comunicar. (Taylor, 1993: 3) Una tension puede cobrar relieve; aquella que reside en la representaci6n de
la
de:d
experiencia, tan rica y diversa, que desafia los postulados mismos de la escritura
,
y
Los actores o. los simples srij etos sociales fejen sus propias înterpretaciones · nrrestra propîa capacidad de traducci6n. El sujeto de Ja voz crece en el texto, cobra
·I
los acontecimientos; pueden narrarlos de una forma o de otra, y una misma realidacl: :!! autonomia -como cuentan los escritores que les ocurre con sus personajes-;
el soci6-
puede ser representada por expresiones distintas, hasta i,ncompatibles, por diferen� logo- autor se siente "en retirada".
te, '"'°'"· W Il=ativos orales "n modos de argumontar; Io' aotor" on '"' dis Este articulo se propone reflexionar precisamente acerca del lugar que ocupan
_
N'.crn• G;,cm� y "' '" ' 8'doeQI
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38 En sambla ndo las voces: los:actores en el texto sociol6gico 39
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icos, el luga� "cedido " Y el lugar elabo rados por los sujetos y el analïsta en forma conjunta, y por ûitimo, los "textos
' losrelatos de los entrevistados enTos textos sociol6g
surre alistas", a modo de puzzle , reproducen pasajes de historias de vida o entrevis
.
las îdentidades e implicancias
J
configu raci6n narrati va de
"g'anado", asî como de la
�
en 13: relaci6 n de ent evista. tas e incluyen al lector en el proceso de interpretaci6n.
{
person ales puestas en juego �
Esta reflexi6n surge del trabaJo de campo reahzad
o en los espac1os rurales de la ' El rol del analista implica trasvasar su propia subjetividad en· la elecciôn del
oportun idades conti s en el tien_ipo, en e marco texto; esto es, seleccionar de modo arbitrario fragmentas de la vida de los hablantes,
provincia de Tucuman en varias �_a.- �
aci6n "El trabajo en el complej o azucare ro en Tucuman: traba1 adores ace ptando con complicidad la construcci6n artificial de sentidos. Corno sostiene Ja
de la investig
da por la Agencia Nac10nal de Pro mes Clifford ( 1988), la textualizaciôn împlica una autoridad interpretativa que ex
del surco y campesinos multioc upados ", financia
moci6n Cientifica y Tecnol6 gica (FONCyT ), entre 1998 y 2000. Los resultados de la cluye el dialogo.
_
n dieron lugar a un libro, Tucuma nos y tucumanas. Zafra, traba10, mi La metafora del dia.logo, que emula la de la ."cultura como texto" ( Geertz, 1994),
inve stigaci6
junto a Carla Gras ha sido central en las discusiones acerca de la escritura etnografica. Marcus y
graciones e identidad, que escribimos las autoras de este articulo
Fischer (2000) expresan que el diâlogo se torn6 central para expresar el modo en el
y D aniela Mariotti. . . . . .
ncrn que amentaba una re- que Ios antrop6logos se involucran en los procesos comunicativos con otras cultu
La escritura del libro se convirti6 en una expene
por aparecer de un modo distinto del de ras. Al respecto citan las ideas mas relevantes en relaci6n con este proceso, como
flexi 6n: las voces de los actores pujaba n
. Esas voces habian sido fuente de exploraci6n temati la noci6n de "terceras personas" de Jacques Lacan presente en cualquier conversa
nues tros trabajo s anteriores
onios, de "disona ncias" (narrat ivas contrad ictorias sobre los procesos), ciôn o entrevista;3 la yuxtaposici6n de los conceptos de "experiencia cercana" y
ca de testim
' hora de produc ir el libro algunas de ellas "experiencia lejana" desarrollados por Geertz (1994)4 y la perspectiva dialéctica
de intentas de analisis textuales; pero a la
de organi zar proceso s ociales , de mostrar la comple del dialogo formulada por Hans-Georg Gadamer, que integra la noci6n de media
nos reemplazaban en la tarea � _
las transfo rmacio nes o sus aspe tos dr 8:matico s, casu ales (contmgentes) o ciôn lacaniana y de yuxtaposici6n de Clifford Geertz.
jidad de � _
ndad de los suJetos ). En esta relaci6n dial6gica que el analista y el/los sujeto/s acuerdan, ambas iden
de centrar las improntas personales (la smgula
n acerca de estos temas apareci 6 en el Boletin de Ciencias So tidades se modelan reciprocamente; los interlocutores, a pesar de s!tuarse en dife
Una corta reflexi6
ia Y las pala- · rentes posiciones del espacio social, intercambian puntos de vista. En el nivel del
ciales de la Universidad de Buenos Aires, bajo el nombre "La sociolog
o retomam os aquella linea de reflexi6n in discurso, los "otros" son fij ados textualmente.
bras de los otros".2 En este nuevo trabaj
"casos": dos mujeres clave en el proceso de investig aci6n, a quie�es les En ese intercambio se plasman experiencias, imagenes, prejuicios, representa
corporando
n en el texto: Rita y Amalia. ciones de la alteridad, pero también la misma situaci6n de investigaci6n puede con
fuimos otorgando el espacio que sus voces requeria
ducir a que el sujeto perturbe nuestra posici6n de traductores. Es el momento cuan
do se evanesce nuestra mediaci6n hermenéutica y el excedente de sentido instala,
:j
ad de este modo, una tension entre el autor y su escritura.
2. Tras !as huel las de la polifon ia: narrac ion e identid
Deciamos antes que la producci6n textual que elabora el analista puede implicar
o etno·grafico" como para los suj etos la oportunidad de explicarse. Esta reflexi6n însta a profundizar en
Desde que Marcus y Cushman (1982) definieron el "reali�m
iente, se tendi6 a buscar la polifo- \; el tema de la identidad.
ficci6n, las criticas se profundizaron y, por consigu
a veces en disputa) y a recrear esta plurivoc alidad en el , En los momentos en que la situaci6n de entrevista deja de ser tal para convertir�
nia (despliegue de voces ,
o . De este modo, podemo s asimilar esta nueva concepci6n acerca del lugar que ;; se en "entrega emocional" de aquellos recuerdos mas intimos, mas emotivos, la voz
text
polif6nic �" que desarroll6 ;• del entrevistado aparece h abitada por una heteroglosia en la que es posible recono
las voces ocupan en él utilizando el concepto de "novela
una concepci 6n dial6gica de la lectura, a partir de la novela de cer otra voz, la autobiografica.
Bajtin (1993), desde :
Dostoiev ski. En ella los persona jes poseen voz propia, independiente de la voz ;,Qué avatares recorre la voz del entrevistado hasta llegar al texto que es ofrecido
Fedor
del �utor y, a menudo , se desarrollan en disonancfa.
al lector? ;, C6mo interviene el analista en el proceso de alteraci6n de una identidad
Frente a los "textos realistas" de principios del siglo xx,
los "textos modemos" que se cree indemne ? Para responder a estos interrogantes nos remitiremos a Ios
eron una reciproc idad de perspec tivas entre el analista y los sujetos, Y e�ta
introduj
el discurso, los textos cooperativos
blecieron nuevos modos de textualidad: el dialogo,
otros. ::
y lo que se h a dado en llamar "surreal ismo" en la produ � ci6� d� texto� , entre .
�
mmed�ata del trabaJ O
En el primer caso, la etnografia se nutre de la expenencrn ,
3. Jacques Lacan y otros han seiialado que en la conversaci6n entre dos personas siempre hay, al
tas o autobrngramas; en el � menos,
de campo reproduciendo, por ej emplo, pasajes de entrevis
una tercera que constituye la mediaci6n de la internalizaci6n de estructuras culturales
ret6rica tratando ?e c ptu- !;
segundo caso, se estructura el texto en términos de una
inconscientes en el lenguaje, terminologias, c6digos no verbales de cornportamiento, que confor
· ·,j
man 2000: 31).
el discurso oral en forma textual. Por su parte, los "textos cooperativos son J el irnaginario real y simb6lico (Marcus y Fischer,
rar
- 4: -conceptos de "experiencia pr6xima" son aquellos que alguien puede ernplear naturalrnente y
sm esfuerzo alguno para definir Io que él o sus pr6jirnos ven, sienten, piensan; irnaginan, etc.
1
Conceptos de "experiencia distante" son aquellos que Ios especialistas ernplean para impulsar sus
·
2. Bnfot<n de Cie�;.,; Snânleo, N" 41, Bu="' Aiœn, 2000. propositos cientificos, filosoficos o prâcticos (Geertz, 1994: 76).
Ensam blando las . voces: los actores en el texto sociol6gico
Ongania,
N'arma Giarracca y Karina Bidaseca 41
40
tres niveles de anâliSis giie explicita Régine Robin (19�9): el nivel de Io aritobiogra
estas i_ntervencione � : el golpe d e Es �ado �e 1966 d e Juan Carlos queimpli}
fico o personal; el de la "1den tidad narrativa", que es la narraci ôn que el individuo c6 el cr erre de once mgemos y l a rmgrac1ôn forzosa de miles de tucuman©s,, prodajo
Ello conduce a plantear la tematizaciôn de los relatos de vida como acceso directo muerte: dirigentes sindicales, polîticos y universitarios, maestros, militantes . . . 1
La violencia ej ercida des de "el poder" se materializaba en los cuerpos de los indi
a la experieneia, que concierne a la palabra del otro recogida a través de las diversas
técnicas cualitativas que emplean las ciencias
sociales: entrevistas, historias de vida, vidu os de una forma original e inaudita; al mismo tiempo que se iba encarnando en
ellos, desatando el miedo y el terror e impregnando los diferentes discursos, marca
autobiogramas, etcétera.
ba a toda una comunidad e instalaba las contradicciones y paradojas que emerge
Este limite opera en el cuestionamiento del (los) lugar(es) en el (los) que se situa
rian con el devenir del tiempo.
el analista: el del saber, instalando una situaciôn aparentemente asimétrica, el del
otro que escucha, el del otro extraiïo que se entromete en
la vida de los sujetos, el La violencia politica de aquella época fue seguida por las crisis, .el autnento de los
�
niveles de la pobr;eza y desocupaciôn de la actualidad: tasas de desempleo que tre
del otro que puede rèmediar alguno de los males que 'padecen (falta de trabajo, en
pan y sobrepasan el 20 p or ciento, lo que representa unas,,cien mil persona8.. s una
fermedad, vioienciafamiliar, etc.) y tantos otros otros como los que nuestra imagina
'
tasa de m? rtalidad infantil que es mâs de tres puntos supe'rior a la nacional y, eglin
ciôn pueda albergar.
cifras oficiales, cerca de 250 mil niiïos y j6venes analfabetos (Llanos Navarro' 1997
De hecho el analista que s e . sumerge en aquelfos lugares dificiles que describe
citado por Giarracca et al., 2000).
Bourdieu -las ciudades marginales, las escuelas, las cârceles, los guetos, las zonas
rurales en las que abunda la pobreza- tampoco puede negar que su identidad resul
Este cuadro nos resultaba familiar después de tantas recorridas-por es t s mun o
dos rurales, pero logr6 volver a conmovernos cuando comenzamos a enfocar a los
ta alterada y que en mâs de una oportunidad ha cuestionado su prâctica profesional,
zafreros (trabaj adores rurales de la cana). Aunque parecido, se presentaba distante
su situaciôn de privilegio frente a la .crudeza con que a menudo, y sin vacilaciones,
de aquel otro -el de los campesinos caneras- ya conocido por nosotras. Los zafreros
se muestra l a realidad en esos lugares .
se nos mostraban siempre "en trânsito" (venian de . . . o iban hacia . . . ), sin anclajes
E n sintesis, s e trata, como expresa Robin ( 1989: 73), d e "poder promover en l a ·fi
escritura la diversidad cultural que uno promueve". Corno lo sugiere la lôgica de té
politicos, abandonados por el gremio a las arbitrariedades d e la sociedad neolibera.l
"del mercado", habitando campamentos sin luz, sin condiciones sanitarias minimas,
la interpretaciôn de textos, "existe una pluriuocidad espe c îfi ca en el significado
, con changos desertores del aiïo escolar, etcétera.
de la acciôn humana. También la acciôn humana es un campo
·
limitado de interpre-
· �
En un� de esas tantas travesias por parajes inciertos conocimos a quienes, en
_
' !1
taciones posibles" (Ricoeur, 1985).
•'ii forma ficticia, nombrarnos como Rita, Juan y la pequeiïa Danita.
Juan era zafrero, quizâ uno de los ultimos zafreros,9 cosechero del limon y mi-
�
5
3. Los "casos": tucumanas de ojos grandes
Rita 6. En 1975, el general Antonio Bussi se hace cargo del Operativo Independencia y el 24 de marzo
l> de 1976 se convierte en gobernador de facto de la provincia hasta fines de 1977,
·
�j
. osmundos rurales de la provincia de Tucumân también se pueden definir como � i o s anti"llan,
7. At.li
L ·� ' secretano
· de 1a Federac10n
· , Obrera de Trabajadores de l a Industria Azucarera
uno entre otros lugares "dificiles de describir y de pensar" (Bourdieu, ed., 1999: 9), (FOTIA) muere en marzo de 1976 en un confuse atentado. Junto con él se estima que desaparecie-
,�
que sintetizan la complejidad Y la contradicciôn inherentes a la condiciôn humana. ron alrededor de dosc1entos cuarenta dirigentes sindicales desde el i-égimen de Ongania hasta
Tucumân lleva tras de sî las marcas de un proceso politico que ha caracterizado !; entonces. Cabe recordar también a Isauro Arancibia,,maestro rural y dirigente de la Confedera-
a la sociedad argentina durante gran parte del siglo xx . Nos referimos a la impronta
ci6n de Trabajadores de la Educaci6n (CTERA) .
� 8� En may� de 1999 se registr6 una tasa de desempleo de 19,2 por ciento, cifra que indica que un
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militar y a la intervenciôn del ejército en la escena politica nacional a partir de la
� ano despues hay 4 mil personas desocupadas mas. La fuerza \aboral de la provincia asciende a
década de 1930; es una d:e las provincias que mas han sufrido las consecuencias de
495 mil personas y la tasa de desempleo en 2000 es la segunda mâs alta de los ultimos·diez a:iios
sôlo superada par el 21,8 por ciento de octubre de 1996 (La Gaceta de Tucumdn , 20 d e julio d�
l �
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. . - '�- - _1()_00).
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5. En otro trabaj o sobre la historia de mujeres dela provincia p ;rafraseamos el titulo de la novela l
� �
9. La inco�poracion de la cosëchadora integr l en los procesos !aborales ha r ducido fa nec sidad
"
de Angeles ·rvrastreta Mujeres de' ojos fS!andes, u.tilizando el mismo
de mano de obra en la zafra, dada la economizaciôn de tiempos y costos, Por ello se alude· a los
sentido con el que la autor�'
=p<egru>a = muJ�" m=�. •mp1 "• "' hi_ 't="""'<' � d"igni •rnci6n.
_ d fi "ultimos zafreros".
_ ·.
:I
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'+L r-i o rma 1,;>1arracca 1<-arina
,
y 1::11daseca En sam bl ando las voces: los actores èn el texto sociol6gico 43
grante, Rita,. oomo tantos otm muje;" del c=po, habfa '°"""'""' '" trayedo- que la descripci6n de los procesos ob tenida por informaciôn d� distintos· tipos se
ria Iaboral a los quince afios como ernpleada doméstica para ayudar a su madre y ·'i diferenciara de las voces de nuestros actores y de nuestras propias voces coma etn6-
a su. p adre enferma . Luego trabaj6 como cosechera del limon a la par de los hom- ···-� grafas . En forma conjunta disenamos "ese otro libro" què atraviesa, se mezcla y
bres. Amas6 empanadas de humita, migr6 con Juan en algunas ocasiones y fue Î
:;�
enriquece el discurso mas tradicional de la sociologia rural -necesario en este caso,
"remis era". pues el Estado no guarda ninglin tipo de estadisticas sobre el sector' de los trabaj a
De a . poco fue convirtiéndose en una persona casi imprescindible en nuestra in- dores rurales de la cana y ni siquiera el sindicato podia establecer el grado de forma
�
vestigaciôn. Nos acompafi6 a realizar las primeras encuestas pilota y a rastrear lidad en los vinculos !aborales-. Habiamos logrado tales datas con la rigurosidad
informantes clave en la primera etapa del proceso de investigaci6n. Asi fue como estadistica que nos da aquella viej a formaci6n cuantitativa pero queriamos trans
decidimos integrarla al proyecto coma encuestadora, sumando una nueva actividad mitir, ademas, los mundos culturales que solo a través de la experiencia y las viven
·
a su fructifera y flexible trayectoria laboral. cias de los investigadores se pueden recuperar. Debiamos decidir el uso del material
Al principio, timidamente hizo explicita su miedo de no poder afrontar tal res etnografico y de las entrevistas, su ubicaci6n en el libro, pero con el cuaderno qÙe
ponsabilidad pues sabia que sus compafieros de trabaj o -los otros encuestadores contenia la historia escrita par Rita se nos presentaban algunos interrogantes.
poseian una educaci6n fonnal alta. Pero el desafio fue enfrentado y termina desta En efecto, teniamos que tomar una decisi6n: lqué destina le otorgabamos a la
candose en el grupo de encuestadores por la destreza que logr6 desarrollar en poco autobiografia de Rita?, lfragmentarla coma hicimos con sus entrevistas o con otras?
tiempo y por la confianza que recibia de sus vecinas/os (migrantes de los Valles lus arla coma testimonio, interpretandola? La primera y mas importante decisi6n
Calchaquies), muchas de ellas, "comadres". Varias encuestas a migrantes asustados
·
fue que su autob!ografia habilitaba una comprensi6n del mundo de las mujeres j6ve
por 1a falta de trabaj o no hubiesen podido realizarse sin Rita. nes tucumanas ligadas a los jornaleros migrantes que ningij_n otro material podria
Èlla fue adquiriendo protagonismo; contaba la historia de Juan -su marido, el Iograr. En esa historia singular, de trabajadora casi nina en el servicio doméstico de
zafrero- con un detalle que no hallabamos en él. Grabamos muchas horas, observa ciudades descon9cidas, en sus encuentros y desencuentros con su compafiero, en su
mos muchas fotos familiares, conocimos cada detalle del proceso de construcci6n de valoraci6n positiva de sus propias migraciones, hallamos un modo expresivo com
esa casa de "los Sosa", donde se destinaban los ingresos de Juan como "golondrina". plejo de dichos y contradichos que la vida, en sus intrincados despliegues, depar6
La casa de "los Sosa" fue convirtiéndose, poco a poco, en un lugar en el que pasaba para esta j oven de los sectores subalternos tucumanos. Y en tal historia se conden
mos !argas horas, habilitadas por la calidez de esta mujer joven que encontraba en san muchas otras historias -parecidas y diferentes- de j6venes mujeres migrantes,
nuestra "escucha" el espacio de confonnaci6n de su propia historia articulando eta con identidades en transita, desafiando el "lugar" y buscando esa dimension que
pas, periodos felices con los que no lo fueron. Sus albumes de fotos familiares (el apela al "espacio" en su significaci6n de "libertad" (Tuan, 1997).
casamiento, el nacimiento de Danita) fueron dispositivos del recuerdo, de rememo Cuando nos convencimos de que Rita seria nuestra coautora nos pareci6 necesa
rar aquellos momentos -los mas felices- frente a nosotras. ria su propia opinion y autorizaci6n. Ella autoriz6 sin dudar pero prefiri6 que el
Nuestra trabajo requi ere que viajemos a Tucuman continuamente, pero nues relata tuviese unidad, que llegara de modo directo, sin intervenciones de nuestra
tra residencia esta en Buenos Aires. Por eso, frente a esta disposici6n de Rita, parte. Le recordamos que en algunos tramas se rememoran aspectas dolorosos e
decidimos emplear la técnica del "autobiograma", utilizada por Thomas y Znaniec intimos (un aborto, par ejemplo) p ero ella, de alglin modo catalizando su sufrimiento
ki en The Polish Peasant in Europe and America ya par 1918. Las consignas para pasado a través de la palabra, nos repiti6 que ya fonnaba parte de su relata escrito:
Rita fueron que, cuando ella quisiera, escribiera en un cuaderno, que registrara, Asi, el texto autobiografico esta completo, casi coma un capitula del libro (Gia
sobre todo, sus vidas en los periodos de interzafra, y que se tomara todo el tiempo rracca et al., 2000), respetando su redacci6n y modismos. Solo seguimos las indica
que quisiera para ello. ciones del programa del procesador de textos con relaci6h a la ortografia, del mismo
Rita escribi6 un relata de su vida que comienza con su encuentro con Juan pero '· modo coma se hace con cualquier trabajo en nuestros dias.
que,.por momentos, se remonta a su infancia, su adolescencia, dan do pinceladas de En sintesis, Rita paso de ser entrevistada y luego encuestadora a ser autora, y en
�
su familia de origen y de la fa.milia de Sl;l. compaîiero. Ademâs incl:u-y6 descripciones su texto pudo plasmar los momentos mas dramaticos y ricos de su vida. La escritu
de su comunidad, resultado de una pequena investigaci6n que fue realizando en las ra, su compromiso puesto en describir a "los Sosa", la fue convirtiendo en un perso
distintas instituciones, y agreg6 un mapa de la zona marcando rios y carreteras . ;-. naje central. De este modo, el espacio biografïcp que Rita configura de marrera inin
Nos entreg6 el cuaderno en un corto tiempo. tencionada fue necesariamente incorporado coma un elemento de transmisi6n, de
__
Nosotras respetamos su decisi6n y guardamos aquel cuaderno con sus relatas, [ comunicaci6n de los mundos poco conocidos par los lectores urbanos.
dibujos, descripciones, etc., y seguimos las entrevistas en el periodo interzafra. l.:l
Î
Ella habîa modificado el objetivo de la técnica pero habia comprendido su sentido î
mâs profundo. Nosotras mismas, contagiadas del entusiasmo literario de Rita, _ Amalia
1.L
_
_
comenzamos a bosquej ar nuestras etnografias dandoles a éstas mas tiempo y esa
tarea ocup6 mas lugar que èn otras investigaciones y dejando deslizar en ellas con ·-If La segunda experiencia que presèntamos aquf es la relaci6n que sostuvimos con
mayor libertad nuestras propias emociones. Amalia Arancibia. Ella no dud6 en aparecer con su nombre, pues comparte ese res
Cuando armamos el libro, convencimos a nuestra editora de hallar un modo en petado apellido con sus hennanos, reconocidos gremialistas docentes asesinados par
Noem• G»�m y "'' ' " ' '"°'"' '.i· ,• .•. . ' - )�
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44 Ensamb lando las voces: los. actores en el texto sociol6gico
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la dictadura. Nuestro interés en ella se inici6 por s u. co.ndicï6n de maestra rural rnic os actuales (la desocupaci6n de.• los zafreros) hasta muchas enfermedades de. la.
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jub!Iada que nos odia conducir al pasado. Efectivamente, con suJabulosa memoria, poblaci6n de mayor edad, practicas cotidianas, el hambre d e los linos; etc., reniorr-
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dtirante varias haras en esa entrànable casa familiar. del puebfo de Monteras, se tan sus razones a ese horroroso periodo.
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rernontô una y otr� vez a la vida rural de los zafreros de décadas anteriores. Ella Tran smitir los significados de la violencia es una de las tareas mas complejas d'el
con.ociô la pobreza de los nifios descalzos de los zafreros, la mayoria migrantes que etn 6grafo, <lice Julie Taylor, quien abordô este tema, justamente, para Tucuman:
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venian a trabajar en la cosecha de la cana de azucar y habitaban sitios construidos
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con malojas verdes y pisos de tierra. Igual que el arte, la vivencia de la violencia no encuentra, para mi al
Ella también fue maestra en los tiempos de la dictadura, la etapa mas drama- menos, expresiôn en discursos racionales o logocéntricos. Justamente una
tica de su vida. Sus hermanos Isauro y Arturo fueron asesinados el 24 de marzo de de las secuelas de la violencia que marca mas profundamente a la pobla
1976 cuando volvian del entierro del compa:fiero y amigo,. el secretario de la FOTIA ci6n que la ha sufrido es el esfuerzo, frente a un sinsentido, de reformu
Atilio Santillan, también asesinado dos dias antes . La muerte rondaba por aque lar la experiencia para que tenga sentido, y es una traici6n a la vivencia
llos dias los lugares de los sindicalistas luchadores (Isauro habia sido el fundador misma. A la vez, la naturaleza extendida y difusa de la violencia hace
de la CTERA). inexplicables todas las otras experiencias de vida con las cuales esta plas
Amalia, coma antes Rita, fue adquiriendo mayor protagonismo en la investiga mada. Y entonces aj explicar la violencia se dejan de lado todas las otras
ciôn, pero por otras causas, sin ,dud a mas dolorosas .. Cada entrevista con ella nos cosas con las cuales esta trenzada. Tan es asi que cuando est.alla dentro
deparaba mayor conocimiento flel mundo rural de otras décadas, de suma importan ,del contexto de Io cotidiano parece una contradicci6n total, y esta natura
cia en nuestro trabajo para cpmprender la profundidad de las transformaciones. leza, o sea, la contradicci6n, es justamente lo que tene�os que conservar,
Pero, fundamentalmente, Amalia nos introducia en las huellas del terror, en situa pero iCÔmo? En un articulo antropol6gico se supone·que no se puede te
ciones extremas en las que los significantes irrumpian desestabilizando la experien rrer una contradicci6n, una paradoja -aunque los antropôlogos posmo
cia y marcando la fractura del relata. Por su alto contenido emotivo, porque revela dernos hablan de paradojas- pero no hablan de nada en concreto, enton
ba Io ominoso, Io brutal de nuestra condici6n humana. ces es un problema. [_ . . ] Lo que yo diria es que lo que estaba buscando
Su relata detallado sobre la muerte de sus hermanos, la violencia desplegada aqui es una formulaci6n de textos suficientemente fuertes, del sufrimiento
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desde el terrorismo de Estado sobre la trama familiar, los detalles de otras desapa-
\1 que es la secuela de las rupturas violentas que irrumpen en la vida coti
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riciones, muertes abstractas, se hacian presentes en su narraci6n. Si bien se trataba diana. [ . . . ] Tenemos que poder volcar, de alguna manera, para la gente
de un tiempo lejano, cobraba actualidad en el relata, se hacîa mas pr6ximo cuanto que no haya vivido, o no lo haya querido reconocer cuando lo vivi6, las
mas se Io describia. contradicciones extremas que pueden encontrar su expresiôn en técnicas
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Las entrevistas con Amalia nos remitian a la memoria como construcciôn colec- literarias y artisticas, o sea, hay arte sobre la violencia. (Taylor, 1993: 15)
tiva, obligandonos a detenernos en una historia. que, desde la practica sociol6gica, _ �
nos interpela a salir del encierro y a honrar a los muertos. Los fantasmas d e la Es bien sabido que fueron los artistas quienes advirtieron desde la plastica aque-
muerte, de los cuerpos mutilados, las presencias de las desapariciones, transitaban ·�· llo que pocos se atrevian a imaginar en los afios 70; es bien sabido, también, qU:e la
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por las entrevistas. · condena mas publicitada internacionalmente al tirarto devenido gobernador dem6-
Rita, con sus v eintinueve afios , representaba el presente, con sus angustias eco - crata provino del silencio de una voz y de un canto, los de Mercedes Sosa.
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n6micas, sus iras hacia e l sindicalismo corrupto, sus ganas de pelearle a la vida. La vida cotidiana de Amalia durante la dictadura, cuando ella sospechaba que
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Amalia nos recordô que este presente tiene un pasado y que todo proceso social en fi la vigilaban pero debia seguir su tarea de maestra qU:e la ponia en contacta con
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Tucuman -coma en la Argèntina toda- esta atravesado por él. nifios que aun no comprendian las mentiras de sus padres con el fin de proteger-
alia t�mbién tien e su lugar privilegiado . en e l libro. pero, a diferencia del caso los, c ondensa l as contradicciones d e la naturaleza de la violerrcia. El relata. de
de R ita, tuvrmos que cortar, fragmentar su re1 ato , h acer1o aparecer en trozos, y en Ama1 ia Aranci b ia, con 1a carga signifi cativa que tal apellido ostenta en Tucuman
esa decisi6n se fueron muchas y complicadas horas de trabajo. lCômo cortar? lQué � por un lado, y maestra sensible y protectcira por el otro, nos muestra mas que
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dejar, qué sacar? Sabiamos que en este caso no podiamos delegar la responsabilidad, i cualquier otro material Io ominoso al apropi�se de los espacios polibcos y socia-
como cuando le consultamos a Rita acerca de su biografia. Sabiamos también que �
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les, pero también la ternura y la tenacidad en la busqueda de justicia, como las
las largas haras de grabaci6n con Amalia no podian ser presentadas en el libro (ame- mas eficaces apuestas a la vida, capaces de sostener a los sujetos que padecen. En
ritaban un libro aparte). La decisi6n, en este casa, se bas6 en mostrar todos los tal sentido, la voz de Amalia en el texto p ermite ubicar de modo complejo la violen-
matices de la historia contada por Amalia: el horror (la represi6n), el dolor por la cia de la dictadura militar y sus actuales secuelas. Sus relatas· inhibieron cua1-
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muerte de un chango, la pobreza, pero también las fiestas, los bailes, las alegrias, el quier interpretaciôn posible de nuestra parte, cualquier intenta de llevar raciona-
recuerdo del compromiso de aquellas otrora j6venes maestras rurales, vacunandQ,_cil_ _ Jidad__ allLdonde_n_o__existe. _
ensellan4o y aslstie'p.dO a los bailes de final de za-fra.
Êl relata de Amalia nos permiti6 abordar el tema de la dictadura y la violencia eff;'
Tucuman des d e los relatas de los sUjetos. Mostrar c6mo . desde los problemas econo- 4