Art - 4 - 98 - Compromiso Picasso
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RESUMEN
Este artículo abre una nueva vía sobre cómo se tejió el círculo
de los intelectuales de la diáspora en torno a la figura de Picasso,
quien contribuyó a rescatar a numerosos artistas de los campos de
concentración franceses, ejerciendo después el papel de mecenazgo.
Es decir, se convirtió en el integrador de una generación dispersa en
el exilio, que encontraron en él, ante las dificultades del destierro, la
oportunidad para continuar sus trayectorias profesionales en el exilio
francés. Además de su faceta de coleccionista y de marchante de artistas
republicanos, las huellas picassianas se encuentran recogidas en las
obras de los artistas del exilio. Como resultado de estas relaciones, se
percibe la exaltación de la identidad y la evocación de la tradición desde
la diáspora.
PALABRAS CLAVE
Picasso, identidad, exilio republicano, solidaridad, artistas del exilio.
1. Introducción
que se aunó con sus obras para denunciar la situación política generada
por el general Franco. El drama y la injusticia de la guerra consagraron
alguna de las obras más políticas y reconocidas de Picasso: El Guernica,
Masacre en Corea, o Monumento a los españoles muertos por Francia.
9 Este monumental lienzo representa el episodio dramático del bombardeo realizado por
la legión Cóndor sobre el pueblo vasco de Guernica, el 26 de abril de 1937. El pintor
fue informado del suceso por José Bergamín. Véase GARZÓN RUBIO, José Manuel,
“Picasso, expresiones e ideologías”, Un año con Picasso. Museo Picasso Málaga, 27
de octubre de 2004, p. 103.
10 DAIX, Pierre, Les après-guerres de Picasso (1945-1955) et sa rupture avec Aragon.
Neuchâtel, Ides et Calendes, 2006, p. 10.
De todas las palomas que hubo una que se fue por el mundo.
Todavía
sigue girando alrededor del sol
al compás de la tierra.
Vuelo sin dueño, siempre amenazado.
¿Volverá alguna vez
al viejo palomar de donde salió un día?21
Picasso llegó a reivindicar sus orígenes y los vínculos que tuvo hacia su
país, indicando: “Soy español y tengo documentación española28. (...)
Me siento español como siempre y como nunca”29. Sin embargo, algunos
compatriotas llegarían a recriminarle la falta de un compromiso activo
hacia el fascismo, que no condenase públicamente y que se limitara a
la realización de obras para la causa republicana. Sin embargo, ante la
propuesta del Monsieur Cuttoli de que Picasso adquiriese la nacionalidad
francesa, el artista respondió “ha de saber usted que represento a España
en el exilio”30. A esto hay que sumar, la ayuda que Picasso tendió a los
exiliados y que ha quedado recogido en numerosos testimonios, pues
los refugiados “llegaban a Francia en tropel (cerca de quinientas mil
personas en total), muchos de ellos se volvieron hacia Picasso, y no
he oído hablar de un solo caso en el que le escribieran o fueran a verlo
en vano”31. Las actuaciones de Picasso en torno a la España exiliada
y su labor de compromiso social, político y cultural si se evalúan en
su conjunto, valorando además la postura inamovible prometida por
el artista a la República, viene a demostrar que representó un grado
de fidelidad y solidaridad que avalan sus actuaciones de compromiso
27 “La Conferencia de Europa Occidental por España”, Mundo Obrero: Órgano del
Comité Central del Partido Comunista de España, enero de 1968, p. 6.
28 Recoge Jonathan Brown cómo “Muchos exiliados, sobre todo en la última etapa de la
vida, sienten vivamente el impulso de regresar a sus raíces y reafirmar sus orígenes y, así
le sucedió a Picasso”, Picasso y la tradición española. Guipúzcoa, Nerea, 1999, p. 133.
29 MARRERO SUÁREZ, Vicente, “Picasso: «Soy español y tengo documentación
española», Informaciones, 20 de marzo de 1954, suplemento, p. 1.
30 GILOT, Françoise, Vida con Picasso. Barcelona, Bruguera, 1965, p. 189.
31 «Picasso, la politique et la presse», Picasso et la presse...Op. Cit.
contra el franquismo. Junto a esto hay que tener en cuenta que Picasso
prometió no pisar suelo español mientras estuviera Franco en el poder,
promesa que cumplió sin volver a regresar a su país natal, frente a
aquellos otros exiliados que impulsados por la nostalgia y la necesidad
de enraizamiento regresaron a España aún presente el régimen32.
32 Véase REAL LÓPEZ, Inmaculada, El retorno artístico del patrimonio del exilio.
Madrid, Editorial Síntesis, 2016.
33 ESTEBAN, Paloma, “La presencia de España...Op. Cit. p. 27.
34 YOUNES, Ebtehal, “El compromiso en pintura: Picasso, la guerra y el exilio”.
La cultura del exilio republicano español de 1939. Actas del Congreso Internacional
Sesenta Años Después. Madrid-Alcalá-Toledo, 1999, Vol. II, p. 135. Sin embargo,
Dolores Fernández indica que no llegaron a ser sus obras incautadas, aunque sí sufrió
algunos registros en su estudio por los nazis.
octubre de 1944, invitado por sus integrantes, como así lo harían otros
refugiados españoles. Desde aquel momento, la actividad de Picasso con
el partido sería muy activa pues firmaría numerosos llamamientos para
liberar los presos políticos de España, además de ilustrar tanto carteles
como prensa, por ejemplo, Le Patriote35, sin olvidar su contribución ya
citada en congresos y manifiestos.
Por otra parte, reunió a sus contactos para ayudar a sus compatriotas,
quienes carecían del permiso de residencia en el extranjero, de modo
que, a través de André-Louis Dubois -que había trabajado en la
prefectura de policía, fue director de la policía y de Asuntos generales
del Ministerio de Interior-, quien actuó ante José Félix de Lequerica,
embajador de España en el régimen de Vichy, consiguió evitar que este
grupo de compatriotas, vinculado al pintor, sufriera las represiones de
los alemanes.
40 Miguel Cabañas ha tratado este tema en el artículo: “Picasso y su ayuda a los artistas
españoles de los campos de concentración franceses”. Congreso Internacional la Guerra
Civil Española 1936-1939, 2006, p. 15.
41 Ramón Gaya sufrió el desengaño de las vanguardias durante su estancia parisina
en 1928. Opuesto a las nuevas corrientes europeas, el pintor murciano escribiría desde
su exilio mexicano: “Picasso, es sin duda, uno de los grandes milagros españoles, y
quedará en pie a pesar de todo. (...) En Picasso todo es negativo, menos su genialidad.
(...) Hoy sigo creyendo que Picasso manipula, pero comprendo que ha tenido que ser
así, que ha tenido que renunciar a su misma obra para poder ser, aún más, para poder
servirnos”. GAYA, Ramón, Obra completa. Madrid, Editorial Pretextos, 2010, p. 152.
53 “La «ayuda cultural de los refugiados españoles», organismo del que forma parte la
Junta de Cultura ha empezado ya a hacer sus envíos a los campos dando la preferencia
a los grupos organizados, que dan clases, editan boletines, organizan conferencias,
cursos. También hace envíos de libros el Comité National Catholique pour les refugiés
d’Espagne (...). La Junta de Cultura Española con sede en París, porque tiene una
conciencia clara de toda la serie de problemas que en orden a la cultura, plantea la
determinación de la guerra y sabe lo difícil que ha de ser resolverlos, demanda una
vez más comprensión, ayuda, unión y disciplina. Miles de intelectuales españoles en
el destierro, con la vida deshecha y sin medios para proseguir sus trabajos”. España
Democrática: Órgano del Comité N. Pro Defensa de la República Democrática
Española, 8 septiembre 1939, p. 4.
54 YOUNES, Ebtehal, “El compromiso en...Op. Cit. p.144.
55 La investigadora Dolores Fernández sugiere que los artistas que integraron esta
muestra representan a aquellos que deben ser considerados los verdaderamente
pertenecientes a la Escuela de París. Sin embargo, hay otros artistas exiliados que la
historiografía no ha prestado la misma atención, lo que no implica que no alcanzara
establecer estos vínculos ideológicos y artísticos, compartiendo, en reiteradas ocasiones,
espacios expositivos con algunos de los aquí presentes, tal es el caso de Blasco Ferrer.
Véase SOFÍA, S.; LORENTE, J.P. (Coord.) Los escultores de la Escuela de París y
sus museos en España y Portugal. Teruel, Instituto de Estudios Turolenses, Comarca
del Maestrazgo, 2008.
56 Véase ABELLÁN, José Luis, «Juan Larrea: del exilio de 1939 y una nueva
concepción de la cultura». Diálogos: Artes, Letras, Ciencias humanas. Vol. 14, nº1,
enero-febrero 1978, pp. 25-34.
57 PÉREZ SEGURA, Javier, Scandal & success: Picasso, Dalí y Miró en Estados
Unidos: (El Instituto Carnegie y otros relatos americanos). Madrid, Eutelequia, 2012,
p.143.
58 Véase CAMARGO, S., «Picasso y la Bienal Hispanoamericana», Hoja Oficial del
lunes, 1 de octubre de 1951, p. 8.
La ayuda que Picasso tendió a los artistas del exilio se manifestó a través
de diversas actuaciones emprendidas para ayudar a sus compatriotas.
Así, por ejemplo, cuando Picasso recibió la petición de ayuda de artistas
que estaban en un campo de concentración y le solicitaban materiales
para poder pintar, Picasso le encomendó a Sabartés que se lo hiciera
llegar. Es decir, Picasso contribuyó a ayudar a los artistas exiliados en
París en numerosos aspectos, gestionando visados, les invitaba a comer,
utilizaba sus contactos influyentes, e intervino para que las obras de sus
compatriotas fueran conocidas y adquiridas por coleccionistas. De modo
que, “ponía como condición al comprador de un cuadro que adquiriese
también el de uno de estos desconocidos, les conseguía exposiciones,
(...) les regalaba algún dibujo para que pudiesen sobrevivir”60. Así, por
ejemplo, Pedro Flores, quien había conocido a Picasso en 1928 con
motivo de su viaje a París pensionado por la Diputación Provincial de
Murcia, acudió junto a Ramón Gaya y Esteban Vicente al taller del
pintor ubicado en la rue de la Boëtie. Sin embargo, tras la Guerra Civil y
su paso por los campos de refugiados Saint Cyprien y Haras, le llevaría
buscar ayuda en Picasso que, además de gestionar su certificado de
residencia, “compró uno de los cuadros por Pedro Flores en la galería
Castelucho de París en 1940 y le regaló dos de las planchas en las que
había grabado los aguafuertes con los que ilustró Las Metamorfosis en
Francia”61.
«Il faut faire une statue tous les jours et la vendre -me dit Picasso-
tu as fait un mauvais début, tu vends trop cher. Fais une sculpture tous
les jours. Les gens qui t’aimeront seront ceux qui auront gagné cinq sous
sur ton dos». Je me le tiens pour dit. Et après quelques semaines, j’ai
fini une bonne douzaine de sculptures. Picasso me les a toutes achetées,
à l’exception d’une seule. Il me dit, en prenant la plus vilaine de toutes:
-Celle-là ne me plaît pas. Je ne la prends pas. Combien veux-tu?- Et il
Así, por ejemplo, también adquirió todas las obras que dejó en el
hotel parisino tras partir a Cataluña en 1929. El regreso de Fenosa a su
tierra lo realizó con la idea de volver, sin embargo, en aquel momento
sus obras comenzaban a ser conocidas, en ocasiones, mostrándose junto
a las de Picasso, esto hizo que su viaje a Francia se fuera retrasando
hasta que su partida, que tuvo lugar en 1939 con motivo de la Guerra
Civil, la hiciera en su condición de exiliado. Las obras que el escultor
había dejado en el Hôtel de France donde se alojaba fueron vendidas por
su propietario a precios muy bajos, y fue Picasso quien posteriormente
las llegaría a comprar.
Bibliografía
ABELLÁN, José Luis: “Juan Larrea: del exilio de 1939 y una nueva
concepción de la cultura”. Diálogos: Artes, Letras, Ciencias humanas.
Vol. 14, Nº. 1 (79), enero-febrero 1978, pp. 25-34.