Tesis 2
Tesis 2
Tesis 2
ELABORADO POR:
Geovanna Isella Gallo Sandoval.
Willbert Antonio Mariadaga Núñez.
Joshary Antonia Mondragón Rodríguez,
Abril de los Ángeles Cruz Peña.
Sternberg (1997) afirma que la inteligencia está vinculada a la emoción, al optimismo y a la salud
mental. El conjunto de habilidades que representa la Inteligencia Emocional capacita a la persona
para escuchar y comunicarse de forma eficaz, para adaptarse y responder de forma creativa a los
conflictos, controlarse a sí mismo no actuando con impulsividad, inspirar confianza y motivarse a sí
mismo y a los demás. En definitiva, es posible concretar la Inteligencia Emocional como saber dirigir
las emociones hacia los propios intereses porque el ser humano no es sólo cerebro racional, sino
que también es un cerebro emotivo.
Existen factores no cognitivos, como, por ejemplo, afectivos, emocionales, personales y sociales que
son capaces de predecir la habilidad de adaptación y de éxito en la vida de la persona. Se entiende
que el funcionamiento psicológico de las emociones es un elemento interno perteneciente al
funcionamiento general de la mente humana, y en esta mente se encuentra la parte más racional,
aspectos estudiados en el concepto clásico de inteligencia, como son, el razonamiento, la
abstracción, la memoria, entre otros.
¿Cómo reconocer las emociones de los demás? En el momento de reconocer las emociones ajenas
es necesario comprender en cierta medida como funciona el lenguaje corporal; este es un aspecto
que está intrínsecamente relacionado con la emocionalidad. Como, por ejemplo; Cuando nos
sentimos tristes nuestro rostro lo expresa por medio de gestos y movimientos de los pequeños
músculos repartidos por toda la cara, aunque tratemos de disimularlo, el lenguaje no verbal
responde en gran medida a aspectos inconscientes de nuestra personalidad; por lo tanto, se podría
notar la tristeza a pesar del esfuerzo de ocultarla. Lo mismo sucede con las demás emociones y
sentimientos.
ANTECEDENTES
Un desafío fascinante para la escuela actual es educar a los alumnos tanto académica como
emocionalmente. Este desafío está justificado por el número creciente de programas de prevención
e intervención para jóvenes en España. Muchos de estos programas incluyen habilidades de
Inteligencia Emocional (IE), pero carecen de un marco teórico y empírico. En este artículo, los
autores describen los modelos actuales de IE. En especial, explican el modelo de Mayer y Salovey y
los instrumentos desarrollados para medir la IE. Es el modelo con mayor apoyo empírico pero,
paradójicamente, el más desconocido en el campo educativo español, y puede constituir un marco
útil para los programas de IE en la escuela.
El objetivo de este trabajo fue evaluar los niveles o grados de expresión de diferentes dimensiones
de la Inteligencia Emocional (IE) percibida de docentes de la Provincia de Concepción, Chile. Este
estudio descriptivo de corte cuantitativo contó con la participación voluntaria de 110 profesores/as
(83 mujeres y 27 hombres) de Educación Básica y Media de distintas especialidades, contextos
laborales y años de servicio.
Un trabajo realizado en la Universidad de Málaga, España, que tuvo por objetivo analizar el rol que
tiene la Inteligencia Emocional Percibida (a través de la aplicación del instrumento TMMS-24) y el
burnout en profesores/as. Señala entre sus principales resultados, que aquellos/as profesores/as
que presentan altos niveles de IE percibida, sobre todo en la dimensión reparación emocional, tienen
una mayor tendencia a la supresión de pensamientos negativos y alta realización personal, factores
que son indispensables para el buen afrontamiento del estrés laboral y por tanto tener menos
probabilidades de padecer el síndrome de Burnout (Extremera, Fernández-Berrocal y Durán, 2003).
JUSTIFICACIÓN
La inteligencia emocional es importante porque nos permite tener un mayor control sobre nuestras
emociones y nos ayuda a relacionarnos de manera más efectiva con los demás. En un entorno cada
vez más interconectado, las habilidades sociales y emocionales son esenciales para el éxito
personal y profesional.
La inteligencia emocional también nos ayuda a tomar decisiones más acertadas, ya que nos permite
evaluar y gestionar nuestras emociones de manera adecuada. Las personas con un alto nivel de
inteligencia emocional suelen ser más resilientes y capaces de enfrentar los desafíos de la vida de
manera más efectiva.
Esta investigación se realizará con los docentes de la Universidad Nacional Padre Gaspar García
Laviana sede Chinandega en período del mes de marzo a mayo del 2024.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA:
La inteligencia emocional es aquella capacidad que nos permite controlar nuestras emociones y
expresarla de forma asertiva.
Quienes carecen de inteligencia emocional suelen tener dificultades para entender a los demás,
ponerse en su lugar y cultivar relaciones satisfactorias. Al no identificar bien sus emociones, no
saben expresar adecuadamente lo que sienten, generando malos entendidos y conflictos. Tampoco
interpretan correctamente las señales emocionales de los otros, lo que dificulta la empatía y crea
distancia en sus vínculos. Por ello es importante valorar
OBJETIVO GENERAL:
OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
Determinar el nivel de inteligencia emocional en los docentes de la Univesidad Padre Gaspar García
Laviana.
Marco Teórico
Inteligencia emocional
Sobre la base de la estructuración y la investigación sobre inteligencia emocional, se presenta el
desarrollo la cual permitirá el entendimiento de la misma llevando al investigador a analizar “el
manejo de la inteligencia emocional de los docentes de la Universidad Nacional Padre Gaspar
García Laviana” Pero antes de hablar sobre el manejo es de importancia el conocer sobre la
inteligencia emocional, primeramente.
En el siglo XX comenzaron los estudios sobre la inteligencia emocional, donde comienzan a surgir
hipótesis con base a investigaciones realizadas sobre este tema. Esta inteligencia comienza a
desarrollarse desde que el individuo nace, creando habilidades o características que lo determinan
tales como: ser capaz de motivarse, persistir frente a las decepciones, controlar el impulso, demorar
la gratificación, regular el humor, evitar que los trastornos disminuyan la capacidad de pensar,
mostrar empatía y abrigar esperanza.
Si un docente se siente realizado, feliz y le encuentra sentido y significado a lo que hace, logrará un
equilibrio entre sus competencias emocionales y la profesionalización exigida, será consciente de
quién es él y quiénes son los alumnos a su cargo, favorecerá climas y relaciones sanas y
constructivas, y por consecuencia, los propósitos educativos se verán materializados potencializando
los pasos hacia la meta de una educación de calidad para todos. (Hernández, V., 2017).
No obstante, a través de la revista electrónica Redie, los psicólogos Natalio Extremera y Pablo
Fernández, mencionan que la literatura ha mostrado que las carencias en las habilidades de IE
afectan a los estudiantes dentro y fuera del contexto escolar. De tal manera que, estudios por parte
de investigadores sobre el tema, señalan cuatro áreas fundamentales en las que una falta de IE
provoca o facilita la aparición de problemas entre los estudiantes. (Extremera y Fernández, 2004).
Estas son:
Déficit en los niveles de bienestar y ajuste psicológico del alumnado.
Disminución en la cantidad y calidad de las relaciones interpersonales.
Descenso del rendimiento académico.
Aparición de conductas disruptivas y consumo de sustancias adictivas.
Asimismo, estudios aplicados en Estados Unidos han mostrado que los alumnos universitarios con
más IE, informan menor número de síntomas físicos, baja ansiedad social y depresión, mejor
autoestima, mayor satisfacción interpersonal, mayor utilización de estrategias de afrontamiento
activo para solucionar sus problemas y menos rumiación. (Salovey et al., 1995). Por otro lado,
estudios realizados en Australia presentan evidencias de que los estudiantes universitarios con alta
IE responden al estrés con menos ideaciones suicidas, comparados con aquellos con baja IE, e
informan menor depresión y desesperanza (Ciarrochi, Deane y Anderson, 2002).
Cabe mencionar, que alumnos emocionalmente inteligentes, como norma general, poseen mejores
niveles de ajuste psicológico y bienestar emocional, presentan una mayor calidad y cantidad de
relaciones interpersonales y de apoyo social. De igual forma son menos propensos a realizar
comportamientos disruptivos, agresivos o violentos. Pueden llegar a obtener un mayor rendimiento
escolar, ya que se enfrentan a las situaciones de estrés con mayor facilidad y consumen menor
cantidad de sustancias adictivas (p.e., tabaco, alcohol, etc.). (Extremera y Fernández, 2004).
Finalmente, Natalio y Pablo comentan: “Si queremos construir un individuo pleno y preparado para la
sociedad del futuro, es ineludible educar a nuestros alumnos e hijos en el mundo afectivo y
emocional”. (Extremera y Fernández, 2004).
La Inteligencia Emocional en los docentes El desarrollo de la inteligencia emocional en los docentes
es importante por la labor que desempeñan y porque ellos son referentes para sus estudiantes en
cuanto a actitudes, comportamientos, emociones y sentimientos. Asimismo, los docentes con
elevada inteligencia emocional van a propiciar actividades que estimulen el afecto, los sentimientos y
la creación de ambientes que ayuden al desarrollo de las capacidades socio-emocionales y de
solución de conflictos interpersonales.
Buitron y Navarrete (2008) sostienen que el docente emocionalmente inteligente se encuentra
preparado para asumir retos, es necesario que piense en su propio desarrollo emocional, lo utiliza
para los aprendizajes, tomando en cuenta las capacidades interpersonales y de liderazgo. (p.149)
Un docente con una adecuada inteligencia emocional podrá enfrentar y solucionar las diversas
situaciones que se presente en el sector educativo, consideran de vital importancia el dominio de las
habilidades para el desarrollo progresivo y socioemocional de los estudiantes y de sus hijos.
Fernández y Ruiz (2004) sostienen que: La enseñanza de las habilidades emocionales depende de
formar prioritaria la práctica, el entrenamiento y su perfeccionamiento, no tanto de la instrucción
verbal. Lo esencial es ejercitar y practicar las habilidades emocionales y convertirlas en una
respuesta adaptativa más del repertorio natural del ser humano (p. 67)
Al respecto, Extremera y Fernández (2003), sostienen que: Esta situación, sobre el manejo de sus
emociones no solamente afectara únicamente al profesional docente si no también el deterioro de
las relaciones sociales o a la organización en la que trabaja como puede ser el abandono a la
institución donde labora o rompimiento de relaciones, brindando un servicio de “baja calidad” en
relación a algo esencial: su propia educación y/o formación profesional. (p. 128)
La formación de las habilidades emocionales es esencial para ejercitarlas, desarrollarlas y
convertirlas en una respuesta adaptativa en el repertorio natural de la persona (Fernández Berrocal y
Ruíz, 2004).
Los desarrollos de las habilidades emocionales presentan efectos favorables para el docente, ya que
tendrá la capacidad para razonar sobre las emociones, percibirlas y comprenderlas, como
habilidades propias del ser humano, implica, en último término, el desarrollo de procesos de
regulación emocional que ayudarían a moderar y prevenir los efectos negativos del estrés docente a
los que están expuestos diariamente (Extremera y Fernández Berrocal, 2003).
Nivel alto:
Identifica y reconoce sus emociones mientras se presenta descubre sus causas y efectos.
Controla sus emociones e impulsos.
Afronta sus sentimientos de miedo y puede recuperarse rápido los sentimientos negativos,
manteniendo el equilibrio emocional.
La persona es perseverante y realiza correctamente sus actividades para el logro de sus objetivos,
a pesar de los obstáculos mantienen el optimismo y el espíritu de iniciativa.
Percibe bien las emociones de los demás, las comprende y muestra cuidado e interés por ellas.
Es capaz de establecer y mantener relaciones mutuamente satisfactorias, así mismo de persuadir,
dirigir y negociar en situaciones de trabajo en equipo. Puede dar y recibir el aprecio.
Nivel Intermedio
Identifica y reconoce sus emociones dentro del nivel promedio. Controla sus emociones e
impulsos con regularidad.
Afronta de forma adecuada sus sentimientos y mantiene un equilibrio emocional. La persona es
perseverante con regularidad, mantiene el optimismo y el espíritu de iniciativa.
Percibe con frecuencia las emociones de los demás.
Establecer y mantiene relaciones mutuamente satisfactorias, así mismo de persuadir, dirigir y
negociar en situaciones de trabajo en equipo. Puede dar y recibir el aprecio con regularidad.
Nivel bajo
Tiene dificultades para expresar sus emociones
No controla sus emociones e impulsos.
No logra recuperarse rápidamente de sentimientos negativos, no percibe las emociones de los
demás y manifiesta desinterés hacia ellas.
No es perseverante, cede ante los obstáculos, no tiene iniciativa
No muestra aprecio por los demás.
Inteligencia
La inteligencia es un potencial biosociológico para procesar información que se puede activar en un
marco cultural para resolver problemas o crear productos que tienen valor para una cultura. Es la
capacidad que posee todo ser humano para resolver problemas de la vida.
La inteligencia es la capacidad de saber obtener conclusiones como producto de los procesos de
análisis y síntesis. Está en relación al uso y predominio del raciocinio y conciencia sobre las
emociones o instintos para un adecuado desarrollo y desenvolvimiento. Es la capacidad del ser
humano para aprender, es decir, incluye procesos cognitivos y meta cognitivos, para captar nuevos
conocimientos y asimilarlos como tales. (Gardner, 1995)
Asimismo, la inteligencia se considera como la aptitud personal para enfrentarse a nuevas
situaciones haciendo uso del pensamiento como medio. Está más orientada a la función de
adaptación y acomodación a la relación interpersonal haciendo uso racional de las exigencias con
una finalidad.
En síntesis, Gardner define la inteligencia como un potencial biopsicológico para procesar
información y tener:
La capacidad de resolver problemas.
La capacidad para generar problemas para resolver.
La capacidad de crear productos u ofrecer servicios valiosos dentro del propio ámbito cultural.
Emoción
Etimológicamente, la palabra emoción proviene del latín motere y significa estar en movimiento o
moverse; es decir, la emoción es el catalizador que impulsa a la acción.
La función social de las emociones está siempre presente, pues el afecto es inherente al ser
humano. (Cooper y Sawaf, 1997).
Los autores sostienen que las emociones se generan automáticamente en la parte más primitiva de
nuestro cerebro, que es la región límbica. El temor, la ira, la vergüenza, el amor y la felicidad nos
recuerdan constantemente nuestra naturaleza física.
Las emociones no solo nos afectan a nosotros mismos sino también a los que nos rodean y a la vez
estas son afectadas por el entorno. La mayor parte de las personas tenemos poca conciencia de la
fuerza de nuestras emociones o de los hechos que las provocan. Pocas personas saben que
emociones sienten. Sin esa conciencia no es posible desarrollar los sentimientos de empatía y las
habilidades sociales. (Steiner y Perry ,1997) Las emociones son “energías activadoras de los valores
éticos como la confianza, integridad, empatía y la flexibilidad”. Las emociones nos brindan valiosa
información acerca de nosotros mismos, de cómo estoy actuando como es el comportamiento de
otras personas en determinadas situaciones. (Cooper, 1998).
Las emociones sirven, entonces, como la fuente más poderosa, auténtica y motivadora de energía
humana. (Finemand, 2000).
El autor enfoca a las emociones como “procesos afectivos, estados de ánimo, que consisten en
respuestas orgánicas y psíquicas, que reflejan la relación de nuestras necesidades con los objetos o
situaciones del entorno. “Las emociones determinan el estado de ánimo que el ser humano muestra
acerca de nosotros mismos”. (Mata Molina y otros 2000). El autor define a las emociones como los
estados anímicos que manifiestan una gran actividad orgánica, que refleja en los comportamientos
externos e internos. Las emociones es una combinación compleja de aspectos fisiológicos, sociales,
y psicológicos dentro de una misma situación polifacética, como respuesta orgánica a la
consecución de un objetivo, de una necesidad o de una motivación. (Valera, 2000).
En la psicología contemporánea se ha puesto énfasis en la funcionalidad de las emociones, como
fuente principal para la motivación y como modelador de la opinión y juicio de las personas.
Por lo tanto, se podría entender a la emoción como una respuesta mental organizada a un evento
que incluye aspectos psicológicos, experienciales y cognitivos.
Históricamente, la emoción se ha relacionado con los campos de la psicología, psicodinámica y
sociología, desempeñando un papel fundamental en la configuración de las situaciones sociales
(Matthews, 2002).
Las emociones constituyen un mecanismo de alarma que salta en nuestro interior cada vez que se
presenta un peligro o cuando es necesario resolver una situación crítica”. Cada emoción contribuye
a resolver un tipo específico de problema que amenace la supervivencia, inhibe las reacciones ante
estímulos irrelevantes y se ocupa de dirigir la acción contra aquello que se detecta como peligro
auténtico. Las emociones proporcionan los criterios esenciales sobre los que basar el proceso
racional de toma de decisiones sobre nuestras vidas. (Damasio, 2015)
Las emociones determinan el estado de ánimo que el ser humano muestra acerca de nosotros
mismos, ejemplo: si descargamos nuestro mal humor a una colega en el trabajo, puede ser un
indicio que nos sentimos cansados dentro de nuestro centro de trabajo por mucha presión.
Podemos concluir que las emociones son respuestas inmediatas emitidas por el cuerpo como una
reacción natural ante una situación presentada y el manejo adecuado de estas nos ayudará a
mejorar nuestro comportamiento y enfrentar la vida positivamente.
Inteligencia emocional
La inteligencia comprende múltiples dimensiones combinando una variedad de aspectos cognitivos
con elementos de la inteligencia emocional (o “personal” como el la llamó); esta dimensión
comprendía según las dos componentes generales que refirió como capacidades intrapersonales y
habilidades interpersonales. La inteligencia interpersonal se construye a partir de una capacidad
nuclear para sentir distinciones entre los demás: en particular, contrastes en sus estados de ánimo,
motivaciones, temperamentos e intenciones.
En formas más avanzadas, esta inteligencia permite a un adulto hábil leer las intenciones u deseos
de los demás aunque se hallan ocultas (Gardner, 1983) Los autores fueron los primeros en utilizar el
término de inteligencia emocional refiriéndose a ella como una forma de inteligencia social que
engloba la habilidad para dirigir y controlar los propios sentimientos y emociones, así como de los
demás, saber discriminar entre ellos y usar una información para guiar el pensamiento y la propia
acción. (Salovey y Mayer, 1990)
El autor explica que la Inteligencia emocional nos permite tomar conciencia de nuestras emociones,
comprende los sentimientos de los demás y tolera las expresiones y frustraciones que soportamos
en el trabajo, acentuar nuestra capacidad de trabajar en equipo y adoptar una actitud empática y
social nos brindará más posibilidades en el desarrollo profesional. (Goleman, 1998).
Así mismo el autor señala que la inteligencia emocional es la capacidad de sentir, entender y aplicar
eficazmente el poder y la agudeza de las emociones como fuente de energía humana, información,
conexión e influencia con los demás con nosotros mismos. El trabajo en las emociones humanas
tales como la timidez, la autodisciplina, la persistencia y la empatía, poseen una relevancia mayor
que el índice de inteligencia. Señala que en nuestras vidas no hacemos caso de la importancia del
desarrollo de la inteligencia emocional. (Goleman, 1998).
Podemos concluir que la inteligencia es un conjunto de competencias, capacidades, habilidades y
aptitudes del ser humano que permite a la persona identificar sus propias emociones, así como la de
los demás, y el control y manejo de esta es importante para lograr el éxito tanto personal como
profesional.
Competencia emocional
Del constructo de inteligencia emocional deriva el desarrollo de competencias emocionales. La
competencia es el conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias para
realizar actividades diversas con un cierto nivel de calidad y eficacia. En el concepto de competencia
se integra el saber, saber hacer y saber ser. El dominio de una competencia permite producir un
número infinito de acciones no programadas (Bisquerra, 2007).
Los autores consideran que la competencia de la inteligencia emocional engloba habilidades como:
Conocer las propias emociones. El principio de Sócrates «conócete a ti mismo» nos habla de esta
pieza clave de la inteligencia emocional. No es más que ser consciente de las propias emociones, es
decir, reconocer un sentimiento en el momento en que ocurre. Sólo si sabemos reconocer lo que
sentimos podremos manejar, controlar y ordenar nuestras emociones de manera consciente. Se
trataría de autoconocimiento. Manejar las emociones: La habilidad para manejar los propios
sentimientos a fin de que se expresen de forma apropiada se fundamenta en la toma de conciencia
de las propias emociones y es fundamental en las relaciones interpersonales. No podemos rechazar
emociones como la ira o la tristeza, pero sí podemos afrontarlas de la manera más adecuada. Se
trataría de autocontrol. Motivarse a sí mismo: Una emoción tiende a impulsar una acción. Por eso las
emociones y la motivación están íntimamente interrelacionadas. Para poder tener un autocontrol
emocional tenemos que aprender a dominar nuestros impulsos. Se trataría de automotivación, que
sería buscar los motivos por los que se hace una cosa y ordenar las emociones para lograr hacerla
(Salovey y Mayer, 1990).
Reconocer las emociones de los demás. La empatía es fundamental y se basa en el conocimiento
de las propias emociones, y a partir de ello seremos capaces de captar las señales que nos indican
lo que los demás sienten. Se trataría de la autoconciencia de las emociones de los otros.
Establecer relaciones sociales. El arte de establecer buenas relaciones con los demás es, en gran
medida, la habilidad de manejar sus emociones. La competencia social y las habilidades que
conlleva son la base del liderazgo, popularidad y eficiencia interpersonal. Se trataría de la
adecuación a nuestro ser social, parte esencial del desarrollo con los demás. (Salovey y Mayer,
1990). Goleman divide las habilidades que propone el modelo de Salovey y Mayer en dos grupos:
- La inteligencia personal, compuesta por una serie de competencias que determinan el modo en
que nos relacionamos con nosotros mismos. Dentro de ella se encontrarían: el autoconocimiento, el
autocontrol y la automotivación.
- La inteligencia interpersonal, compuesta por otras competencias que determinan el modo en el que
nos relacionamos con los demás. Se encontrarían en este grupo: la empatía y las habilidades
sociales.
También (Bisquerra, 2007) estructura las competencias emocionales de la siguiente manera:
Conciencia emocional, dentro de la que estarían habilidades como: toma de conciencia de las
propias emociones, dar nombre a las propias emociones y la comprensión de las emociones de los
demás.
Regulación emocional, en la que se encontrarían: toma de conciencia de la interacción entre
emoción, cognición y comportamiento, expresión emocional, capacidad para la regulación
emocional, habilidades de afrontamiento y competencia para auto-generar emociones positivas.
Autonomía personal (autogestión), en la que se incluyen: autoestima, automotivación, actitud
positiva, responsabilidad, análisis crítico de normas sociales, buscar ayuda y recursos, y auto-
eficacia emocional.
Inteligencia interpersonal, estarían: dominar las habilidades sociales básicas, el respeto por los
demás, comunicación receptiva, comunicación expresiva, compartir emociones, comportamiento pro-
social y cooperación y asertividad.
En el ámbito laboral, la inteligencia emocional es cada vez más valorada por los empleadores, ya
que se ha demostrado que está relacionada con un mejor desempeño laboral, liderazgo efectivo y
trabajo en equipo. Los individuos con alta inteligencia emocional tienden a tener habilidades de
comunicación más fuertes, capacidad para resolver conflictos de manera constructiva y una mayor
capacidad para adaptarse al cambio.
En la educación, la inteligencia emocional se ha vuelto un enfoque importante para promover el
bienestar estudiantil y el rendimiento académico. Al enseñar habilidades de inteligencia emocional,
como la autoconciencia, la autorregulación emocional y la empatía, las escuelas pueden ayudar a
los estudiantes a desarrollar resiliencia, manejar el estrés académico y relacionarse de manera más
efectiva con sus compañeros.
Además del gran beneficio que aporta a nivel psicológico, algunos de ellos incluyen:
3. Empatía: Nos capacita para comprender y responder de manera adecuada a las emociones
de los demás, fortaleciendo nuestras relaciones interpersonales y promoviendo la empatía y
la solidaridad.
4. Toma de decisiones: Facilita la toma de decisiones más acertadas al considerar tanto las
emociones propias como las de los demás, lo que resulta en elecciones más equilibradas y
satisfactorias.
Estos beneficios demuestran la importancia de cultivar la inteligencia emocional como parte integral
del desarrollo personal y la salud mental.
Diseño metodológico
Tipo de investigación.
Según el problema propuesto y los objetivos planteados, el tipo de investigación que se realizara
determina un estudio de tipo descriptivo y de corte transversal, ya que la misma busca especificar
las propiedades importantes de grupos, comunidades o cualquier otro fenómeno que sea sometido a
análisis, y porque se estudian las variables en un tiempo determinado. (Hernández Sampieri, 1998;
Pineda, Alvarado y Canales, 1994)
La técnica a utilizar será la cuantitativa (aplicación de encuesta estructurada y observación): Es la
recopilación objetiva de datos que se centran principalmente en números y valores. Los resultados
de la observación cuantitativa se obtienen utilizando métodos de análisis estadísticos y numéricos
como la edad, la forma, el peso, el volumen, la escala, etc.
Área de estudio:
El área de estudio está circunscrita al personal docente de la Universidad Nacional Padre Gaspar
García Laviana del departamento de Chinandega.
Población y muestra:
Se trabajará con el total de la población que corresponde a 30 docentes de la Universidad Nacional
Padre Gaspar García Laviana- Chinandega