Reflexiones Del 30 de Abril Al 03 de Mayo
Reflexiones Del 30 de Abril Al 03 de Mayo
Reflexiones Del 30 de Abril Al 03 de Mayo
REFLEXIONES
A los 373 años de su nacimiento, San Juan Bautista de La Salle sigue inspirando y diciendo algo al
mundo entero. Es por eso que, en este breve escrito, traeremos a nuestra memoria algunos momentos
difíciles que vivió para rescatar algunas mociones que nos permitan recordar su legado, y así darnos
luz en estos momentos difíciles que vive el mundo entero.
Hay muchos pasajes de su vida donde podríamos ver esta parte resiliente del Señor de La Salle, sin
embargo, nos limitaremos a enumerar algunos.
• La pérdida de sus padres y la responsabilidad de encargarse de la administración de los
bienes de la familia.
• El abandono de su casa familiar para vivir con los maestros a los que él estaba formando.
• La renuncia a la seguridad de los bienes y confiar en la providencia de Dios.
• La oposición a su proyecto que encontró en “las autoridades eclesiásticas que no deseaban
la creación de una nueva forma de vida religiosa”.
• La experiencia que tuvo en las montañas de Parmenia: un intenso periodo de introspección
donde busca respuestas a preguntas profundas, entre otros momentos que se pueden verse en
su biografía.
Al ver la manera cómo enfrentó estos momentos, podemos aprender lo siguiente: el Señor de La Salle
nos propone dejarse guía por el Espíritu de fe, que consiste en mirar las cosas con ojos de fe”. El
mirar la realidad de esta manera le dio la capacidad de actuar desde una perspectiva creativa,
constructiva, esperanzadora y comunitaria, movida por el amor que Dios tiene para con la humanidad.
La invitación es aprender a mirar y resolver nuestra situación desde esta visión de fe y descubrir la
presencia de Dios en medio de nosotros.
La forma del Señor de La Salle de enfrentar los momentos difíciles también nos enseña que, en los
momentos difíciles, se dejó acompañar, ejemplo de ello cuando pidió el consejo de Nicolás Roland.
Dejémonos acompañar y acompañemos al que está a nuestro lado sufriendo.
Hoy, en su natalicio, reconocemos al Señor de La Salle como un hombre resiliente, porque nos
enseñó, con su vida y ejemplo, cómo afrontar y sobreponerse ante una situación adversa desde una
mirada de fe. Nos enseñó a inspeccionar nuestro interior y dar respuesta honesta, humilde y creativa
a cualquier situación, como ocurrió en las montañas de Parmenia. Nos enseñó a establecer lazos
fraternos y solidarios con los más cercanos, con los más vulnerables de la sociedad. Nos enseñó a
tener la iniciativa: esa manera de exigirse y comprometerse, día a día, con el proyecto educativo y
con la persona misma. Él dio ejemplo con su vida de estos tres valores; Fe, fraternidad y servicio.
La situación de hoy nos reta a ser resilientes como este santo. Al conmemorar su nacimiento, estamos
llamados a mirar nuestra realidad con ojos de fe, a caminar juntos, a comprometernos por mejorar la
situación que vivimos, buscando respuestas creativas a la situación actual. Debemos darnos la
oportunidad de profundizar en nuestro interior para conocernos y descubrir en lo profundo de nuestro
propio ser la presencia de Dios. Nos toca ser resilientes y caminar juntos, acompañar y dejarse
acompañar. Es momento de reflexionar ¿Desde qué perspectiva estás mirando la situación que
enfrenta el mundo y que enfrentas tú? ¿Soy resiliente al estilo de san Juan Bautista de La Salle? Ya
es hora “no mirar nada sino con los ojos de la fe, (y) no hacer nada sino con la mirada puesta en
Dios”.
RELATO: La máxima preocupación de aquella joven profesora era crear un clima de superación en
el aula y en cada uno de los estudiantes. Les repetía una y mil veces -con convicción y cariño-
PUEDES MÁS, MÁS, MÁS...”
Muchas veces los estudiantes, ni siquiera los más aprovechados, comprendían el porqué de esa
insistencia y esa exigencia permanentes.
Con el paso de los años, aunque no hicieran falta muchos, los ex alumnos recordaban el valor de
aquellos consejos y exigencias que sirvieron para encarar con ventaja sus ocupaciones y
preocupaciones.
Los antiguos estudiantes periódicamente la visitaban, algunos viajando de lejanos lugares para
saludarla y agradecerle la calidad educativa recibida y la constancia de aquella profesora que,
prácticamente, modeló su personalidad.
REFLEXIÓN: Tenemos que acostumbrarnos a ser aspirantes, esto quiere decir, ser cada vez mejores
en nuestros estudios, en nuestra conducta, en nuestra vida de cristianos.
COMPROMISO: Desde hoy trataré de ser una persona correcta: en casa, en el barrio, en la Escuela.
Quiero ser mejor cada día.
RELATO: Pedro era muy pequeño, por lo que todos le llamaban Nano (de enano). Un día, en su
barrio, hicieron un torneo de fútbol y Nano quiso jugar con sus amigos, pero estos le contestaron a
coro: “¡Los enanos no juegan al fútbol!”
Nano se sentó en la acera, muy triste y lloroso a mirar cómo todos se divertían jugando. De pronto,
pasó un carro a gran velocidad por la calle. Todos consiguieron esquivarle, menos uno, precisamente
el que más molestaba a Nano. Entonces Nano a ver al vehículo casi encima de su compañero, saltó
como un tigre sobre él apartándole de aquel peligro. Nano murió al poco tiempo, dada la gravedad de
sus heridas. Tuvo una muerte dulce y feliz porque se había sentido útil y porque mucha gente lo visitó
mostrándole tanto cariño, considerándolo como a un pequeño héroe. Sus compañeros quieren poner
una placa a Nano en el colegio. Y los niños del barrio hablaron con el alcalde para que aquella calle
se llamara: “Nano el Gran Gigante”. Y así fue.
COMPROMISO: Quiero cumplir el mandamiento: “Amar a Dios sobre todas las cosas y al
PRÓJIMO COMO A MÍ MISMO”.