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DERECHO PENAL PARTE ESPECIAL - Argentino

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DERECHO PENAL PARTE

ESPECIAL – BUOMPADRE
Título I DELITOS CONTRA LAS PERSONAS

Título II DELITOS CONTRA EL HONOR BIENES


JURÍDICOS

Título III DELITOS CONTRA LA INTEGRIDAD SEXUAL PERSONALES

Título IV DELITOS CONTRA EL ESTADO CIVIL O

Título V DELITOS CONTRA LA LIBERTAD INDIVIDUALES

Título VI DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

Título VII DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA

Título DELITOS CONTRA EL ORDEN PÚBLICO BIENES


VIII JURIDICOS

Título IX DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD DE LA NACIÓN DEL

Título X DELITOS CONTRA LOS PODERES PÚBLICOS Y EL ORDEN ESTADO


CONSTITUCIONAL

Título XI DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA O DE LA

Título XII DELITOS CONTRA LA FE PÚBLICA COMUNIDAD

Título DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONÓMICO Y FINANCIERO (año


XIII 2011)
DELITOS CONTRA LAS PERSONAS

Delitos contra la vida. Homicidio simple.

Art. 79: “Se aplicará reclusión o prisión de ocho a veinticinco años, al que matare a otro,
siempre que en este Código no se estableciera otra pena.

En nuestro derecho, el homicidio consiste en matar a otro y ese otro debe ser un ser humano
nacido con vida del vientre de una mujer. Sus elementos típicos son una acción u omisión
causales, un resultado material (la muerte de la persona) y un elemento subjetivo (dolo) que
supone la voluntad de suprimir a un ser humano

EL TIPO OBJETIVO

El bien jurídico que es la vida humana se concreta en la existencia de todo hombre, y por ende
es el objeto de la acción del homicidio.

En la actualidad, el concepto clásico de muerte, esto es, el cese definitivo de la actividad


cardíaca, respiratoria y de los centros nerviosos centrales (signos negativos de vida), se ha visto
cuestionado frente a un nuevo concepto: la muerte cerebral. Una persona está definitivamente
muerta cuando se demuestra, por medio de un encefalograrna, por ejemplo, que la actividad
cerebral ha terminado totalmente (Muñoz Conde).

Sujeto activo.

El homicidio simple es un tipo común, puede ser sujeto pasivo cualquier persona. De la forma
en que está descrita en la ley, autor del delito de homicidio simple puede serlo cualquier
persona, siempre que su vínculo con la víctima no agrave el homicidio.

Sujeto pasivo.

El sujeto pasivo también puede ser cualquier persona.


Los restantes elementos del tipo objetivo.

El tipo objetivo del delito de homicidio está constituido, tanto por la acción de matar como por
el resultado muerte de otro ser humano, que deben estar unidos ambos por una relación de
imputación objetiva o de causalidad.

Esto quiere decir que el homicidio simple es un delito de resultado (la muerte)

TIPO SUBJETIVO

El homicidio simple admite una sola forma de imputación subjetiva: dolosa, pero es suficiente
con el dolo eventual. El error de tipo (sobre alguno de los elementos del tipo objetivo) excluye
el dolo y, por ende, la responsabilidad penal, si el error es invencible; de lo contrario, si el error
es vencible, el autor deberá responder por el homicidio a título de culpa.

En el caso de error en la persona, es decir el autor quiere matar a A y mata a B, el error es


irrelevante dado los valores en juego. La equivalencia del valor de las personas hace que tal
error sea irrelevante. Distinto será dicho error en los casos en que el sujeto quiera matar a otra
persona, y sin embargo mate al padre.

El objeto del dolo comprende los elementos del tipo penal objetivo, abarcando los medios
utilizados. De ese modo, el autor debe conocer que su acción produce la muerte de una
persona, y además, debe haber querido tal resultado.

Se acepta tanto el dolo directo, el dolo indirecto y el dolo eventual, salvo los casos de
homicidios agravados, en donde por la forma de comisión del hecho se exige el dolo directo.

ANTIJURIDICIDAD

Como se vio en la parte general, la acción ilícita de matar desaparece en los casos en que el
autor esté amparado en una causa de justificación, esto es por ejemplo la legítima defensa.

CULPABILIDAD

El autor no será reprochable en los casos de inimputabilidad o cuando actúe bajo error de
prohibición invencible.

El homicidio simple se define en un sentido negativo: el art. 79 dispone que se da cuando el


acto de matar no está sancionado por la ley con una pena diferente de la prevé tal artículo. En
principio, quedan fuera:

-Los casos en que la muerte del sujeto pasivo constituye un aborto;

-Tampoco se aplica cuando la muerte constituye alguno de los homicidios agravados o


atenuados;
Es decir, que el homicidio simple se aplica “por descarte”, siempre que no concurra un
homicidio agravado o un homicidio atenuado.

Homicidios agravados.

Art. 80: “Se impondrá reclusión perpetua o prisión perpetua, pudiendo aplicarse lo dispuesto
en el artículo 52, al que matare:

1) A su ascendiente, descendiente, cónyuge, ex cónyuge, o a la persona con quien


mantiene o ha mantenido una relación de pareja, mediare o no convivencia;
2) Con ensañamiento, alevosía, veneno u otro procedimiento insidioso;
3) Por precio o promesa remuneratoria;
4) Por placer, codicia, odio racial, religioso, de género o a la orientación sexual, identidad
de género o su expresión;
5) Por un medio idóneo para crear un peligro común;
6) Con el concurso premeditado de dos o más personas;
7) Para preparar, facilitar, consumar u ocultar otro delito o para asegurar sus resultados o
procurar la impunidad para sí o para otro o por no haber logrado el fin propuesto al
intentar otro delito;
8) A un miembro de las fuerzas de seguridad pública, policiales o penitenciarias, por su
función, cargo o condición;
9) Abusando de su función o cargo, cuando fuere miembro integrante de las fuerzas de
seguridad, policiales o del servicio penitenciario;
10) A su superior militar frente a enemigo o tropa formada con armas;
11) A una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de
género;
12) Con el propósito de causar sufrimiento a una persona con la que se mantiene o ha
mantenido una relación en los términos del inciso 1.

Cuando en el caso del inciso 1 de este artículo, mediaren circunstancias extraordinarias de


atenuación, el juez podrá aplicar prisión o reclusión de ocho a veinticinco años. Esto no
será aplicable a quien anteriormente hubiera realizado actos de violencia contra la mujer
víctima.”

*El artículo 52 se refiere a que el juez puede imponer reclusión indeterminada*

Las figuras agravadas del homicidio se contemplan en el art. 80 del Código Penal, y se pueden
clasificar en:

 Las que toman en cuenta el vínculo que une al agente con la víctima (inciso 1º y 12º);
 Las que consideran el modo de comisión (inciso 2º y 6º);
 Las que tienen en cuenta la causa o los motivos (inciso 3º, 4º y 7º);
 Las que involucran el medio empleado (inciso 5º);
 Y las que tienen relación con las condiciones funcionales de los sujetos pasivo y activo
del delito (inciso 8º 9º 10º y 11º).

INC. 1: Homicidio agravado por el vínculo. Es decir que, además de los elementos propios de
todo homicidio, se requiere que el autor tenga un vínculo especial con la víctima.

INC. 2: Ensañamiento, alevosía, veneno u otro procedimiento insidioso:

El ensañamiento es un modo cruel de matar, haciendo padecer sufrimientos que son


innecesarios a los fines de matar. Es un dolo directo que consiste en aumentar el sufrimiento
innecesario de la víctima.

El ensañamiento conforma una causal de agravación del homicidio de carácter esencialmente


subjetivo, es decir que no presupone únicamente la producción de un hecho material (la
muerte de la víctima), sino que requiere la concurrencia de un componente psíquico, que es el
que le da su nota característica. El autor quiere causar deliberadamente el mayor mal posible,
en forma perversa y cruel, innecesario para la consumación del delito

Y la ALEVOSÍA se puede definir como "la muerte dada ocultamente a otro, asegurando su
ejecución por evitación de todo riesgo o peligro e imposibilitando intencionalmente la defensa
de la víctima".

Son elementos de la alevosía: a) ocultamiento del agresor o de la agresión misma; b) falta de


riesgo para la persona del autor; y c) estado de indefensión de la víctima.

Consiste en causar muerte de manera tal que no cause ningún riesgo para el delincuente. La
finalidad es asegurar la ejecución del delito y evitar todo riesgo que pueda proceder de la
defensa eventual que pudiera ejercer la víctima. Por ejemplo, el caso de una persona que
comparte un departamento con otra y sabe que esta última consume alguna especie de
somnífero para poder dormir a la noche. Y una vez que está profundamente dormida esta
persona, aprovecha para cometer el homicidio, de esta manera causa el homicidio sin ningún
riesgo para el delincuente.

El ”VENENO”: Por "veneno" debe entenderse toda sustancia animal, vegetal o mineral, sólida,
líquida o gaseosa, que, introducida en el cuerpo humano, mata cambiando su naturaleza por
acción química o bioquímica Una sustancia no se transforma en veneno por el modo de
empleo ni por las condiciones particulares de la víctima. La vía por donde se suministra el
veneno es indiferente, puede ser por vía bucal, nasal, rectal, pulmonar, hipodérmica,
intravenosa, etc.

El concepto de veneno es un elemento cultural científico, no jurídico o normativo. No se debe,


entonces, crear un concepto de veneno para el derecho penal, sino tomarlo de la ciencia que
específicamente se ocupa de él, que es la toxico logia, que estudia las sustancias tóxicas y
señala cuáles son venenosas y cuáles no y, dentro de ellas, cuáles están comprendidas en el
concepto de "veneno"

La muerte con el empleo de veneno plantea una serie de cuestiones de indudable interés
teórico y práctico. La redacción actual de la ley sugiere, como principio general, el siguiente
razonamiento: "no toda muerte provocada con veneno califica el homicidio, sino sólo aquella
ejecutada insidiosamente". Con arreglo al texto de la ley, el homicidio se agrava si concurren
estas dos circunstancias: que la sustancia empleada para matar sea veneno y que se la use de
modo insidioso. La INSIDIA es el elemento que caracteriza al homicidio con veneno. La
agravante sólo resulta aplicable si el veneno ha sido empleado insidiosamente, esto es, en
forma oculta o subrepticiamente. La fórmula "otro procedimiento insidioso" posibilita la
siguiente interpretación: las muertes provocadas por sustancias que actúan químicamente en
el cuerpo humano y han sido propinadas de manera oculta, configuran homicidio agravado con
veneno; toda otra sustancia con capacidad letal, empleada del mismo modo, va a parar a la
agravante otro procedimiento insidioso.

INC. 3 – PRECIO O PROMESA REMUNERATORIA:

El fundamento de la agravante radica, al decir de Núñez, no en el mandato que el asesino


recibe del tercero, sino en el pacto infame sobre el precio, que representa la causa por la que el
autor material interviene y comete el hecho. El delito requiere la concurrencia de los siguientes
elementos: a) la intervención de, al menos, dos personas; b) la existencia de un pacto; y c) el
precio o promesa determinantes de la acción homicida. El gran ejemplo es, los sicarios a
sueldo.

INC. 4: Por placer, codicia, odio racial, religioso, de género o a la orientación sexual, identidad
de género o su expresión.

PLACER  El homicidio por placer es el crimen del sádico y del perverso. Mata por placer el
que, al hacerlo, experimenta ·una sensación agradable; quien encuentra en ello satisfacción;
quien se regocija perversamente al destruir una vida Generalmente, la sensación de placer que
experimenta el autor de este tipo de homicidio está referida a lo sexual, pero no excluye otros
placeres, por ej. el placer de matar por deseo de ver sangre.

CODICIA  Según el Diccionario de la Lengua Española, "codicia" es todo apetito desmesurado


y desordenado de riquezas o beneficios. El concepto se caracteriza subjetivamente; en él. La
codicia importa un ánimo o anhelo de ganancias o beneficios indeterminados, que puede
permanecer en el sujeto aun después del hecho delictuoso. La codicia, podríamos decir, es un
estado de ánimo.

ODIO RACIAL, RELIGIOSO, DE GÉNERO O A LA ORIENTACIÓN SEXUAL, IDENTIDAD DE GÉNERO


O SU EXPRESIÓN  La agravante se caracteriza subjetivamente, esto es, requiere que el autor
experimente una profunda aversión hacia determinada persona o grupo de personas, por
pertenecer o no a una determinada raza, o por profesar o no un determinado credo. No es
suficiente que se mate sólo por odio o porque el individuo pertenece o no a un tipo de raza o
religión, sino que ese odio debe estar estrechamente vinculado a la pertenencia o no del
individuo a una raza o religión determinadas. El odio debe tener su génesis o causa
determinante en esa pertenencia. La disposición comprende la eliminación en masa de
personas (genocidio), pero para su consumación basta con que se mate a una sola persona por
los motivos antes expuestos.

La agravante se caracteriza por el móvil del autor, que es el odio o la aversión que siente por ]a
víctima, por su condición de pertenecer a un determinado género (masculino o femenino), por
su orientación sexual (por ser heterosexual, homosexual, bisexual) o bien por identidad de
género (por sentirse de un sexo distinto al que se posee biológicamente, esto es, por ser y
querer ser distinto a lo que se es).

INC. 5: MEDIO IDÓNEO PARA CREAR UN PELIGRO COMÚN:

Un medio es idóneo para crear un peligro común cuando posee capacidad para colocar en
riesgo de daño a bienes o personas en forma indeterminada. No es suficiente el peligro de
daño a una persona o personas determinadas. Se requiere un peligro colectivo, que afecte a un
número indeterminado de individuos o a bienes en general

La agravante se consuma con la muerte de la persona y admite la tentativa y todas las formas
de participación criminal.

INC.6: CONCURSO PREMEDITADO DE DOS O MÁS PERSONAS:

Es necesario que se trate de un concurso premeditado, es decir, que se hayan puesto de


acuerdo para matar en concurso; no es suficiente que se hayan puesto de acuerdo para matar,
sino que lo tienen que haber hecho de este modo.

Puede afirmarse que la agravante exige los siguientes elementos: a) La muerte de una persona
b) Que la muerte haya sido ejecutada, como mínimo, por tres o más individuos. c) La existencia
de un concurso (acuerdo) premeditado, previo al delito.

Los que participan del acuerdo deben ser capaces penalmente, esto es, imputables, por cuanto
la exigencia de la premeditación indica que cada interviniente debe reunir un mínimo de
conciencia y voluntad en la formalización del convenio. Sin discernimiento no puede haber
acuerdo válido. Por consiguiente, quedan fuera de la agravante los inimputables por
minoridad, por deficiencia mental y aquellos cuyo acuerdo ha sido conseguido por medio de
violencia, coacción, error o engaño. Teniendo en cuenta que la ley exige el concurso
premeditado (acuerdo previo al homicidio), la ratificación posterior al hecho no conduce a la
agravante.

INC.7: Para preparar, facilitar, consumar u ocultar otro delito o para asegurar sus resultados o
procurar la impunidad para sí o para otro o por no haber logrado el fin propuesto al intentar
otro delito.

El también llamado homicidio CRIMINIS CAUSA. La naturaleza de la agravante es


eminentemente subjetiva. El autor debe obrar con una "motivación especial" que es la
determinante de su conducta. Las preposiciones "para" y "por" empleadas por la ley confirman
esta conclusión. Se comete el homicidio para o por otro delito. Además del dolo propio de todo
homicidio ( el agente debe querer matar), la ley incorpora un elemento subjetivo especial
("para" preparar, facilitar, etc.; "por" no haber logrado el fin propuesto) que obra como
intención final del autor. El homicidio representa el medio para lograr o consumar el otro
delito. Por ello, la conexión es necesaria entre uno y otro tramo, entre lo que el autor hace
(mata) y lo que persigue ( el otro delito).

INC. 8: A un miembro de las fuerzas de seguridad pública, policiales o penitenciarias, por su


función, cargo o condición.

El tipo objetivo exige que el autor mate a una persona que, en el momento del hecho, revista la
condición de miembro de las fuerzas de seguridad pública, policiales o penitenciarias; el tipo
subjetivo requiere, por su parte, que la conducta típica vaya acompañada de una conducta
específica: matar porque la víctima "pertenece" a alguna de estas instituciones del Estado (p.
ej., se lo mata porque es policía).

Esto significa que no resulta suficiente, para que concurra la agravante, con matar a un
miembro de estas fuerzas, sino que es necesaria una conexión subjetiva entre la acción típica y
la motivación final del autor. De lo contrario, la conducta queda fuera de la agravante y el
hecho sigue siendo un homicidio simple. El sujeto pasivo, según el texto legal, debe pertenecer
a una fuerza de seguridad pública, policial o penitenciaria La enumeración es taxativa Quedan
comprendidas, entonces, la Policía Federal Argentina, la Policía de Seguridad Aeroportuaria, la
Gendarmería Nacional, la Prefectura Naval Argentina, las policías provinciales y Jos miembros
del Servicio Penitenciario nacional y provincial.

INC. 9 Abusando de su función o cargo, cuando fuere miembro integrante de las fuerzas de
seguridad, policiales o del servicio penitenciario.

Mientras que el anterior ponía a las fuerzas de seguridad como sujeto pasivo, en este por el
contrario, lo pone de sujeto activo. Por lo que solo podrá ser cometido por la persona que
reúna las características que establece la ley (integrante de las fuerzas de seguridad etc.). El
autor debe, al momento de ejecutar la muerte de la víctima, estar en función activa, pues sólo
así podría abusar de ella. Pero no es suficiente que se encuentre en servicio activo sino que
debe abusar de la función o cargo que inviste, es decir, debe hacer un mal uso, excesivo,
arbitrario, contrariamente a lo que establecen la ley o los reglamentos, del poder o facultades
otorgados legalmente.

INC. 10: A su superior militar frente a enemigo o tropa formada con armas.

Sujeto activo y pasivo tienen que ser militares.

Lo determinante para la integración típica es que se mate al superior militar "frente al enemigo
o ante una tropa formada con armas"; vale decir, que el tipo penal admite la muerte de la
víctima durante o en ocasión de una situación de conflicto armado o durante periodos de paz,
pero, en cualquier caso, el hecho debe haberse cometido frente a un enemigo o frente a la
tropa formada con armas, que puede conformarse en cualquier momento del desarrollo de la
actividad militar. Lo que importa es que se trate de una tropa ( conjunto de militares) formada
militarmente y armada, con cualquier tipo de armas (propias o impropias). El hecho igualmente
es punible aunque se realice en tiempos de guerra o de paz.

La acción típica consiste en "matar" a otro y ese otro debe ser un "superior''. Por lo que la
víctima debe revestir la calidad de "militar'', vale decir, tener estado militar (y que ella debe ser
"superior” con respecto al autor del hecho. No puede ser cualquier militar la víctima, tiene que
ser uno que sea de mayor jerarquía al autor del hecho en el momento del hecho.
Inc. 11: A una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de
género.

Con arreglo al texto legal, el delito consiste en “matar a una mujer cuando el hecho sea
perpetrado por un hombre y mediare violencia de género”.

Se trata de un tipo agravado de homicidio, especial impropio, cualificado por el género del
autor, cuya perfección típica exige la concurrencia de las siguientes condiciones:

a) Que el autor del homicidio sea un hombre.

b) Que la víctima sea una mujer.

c) Que el agresor haya matado a la víctima "por ser mujer" (pertenencia al género femenino), y

d) Que el asesinato se haya perpetrado en un contexto de violencia de género.

Se puede definir el femicidio como "la muerte de una mujer, causada por un hombre, en un
contexto de género, por su pertenencia al género femenino (porque es una mujer)".

El femicidio implica un tipo de homicidio especialmente agravado por la condición del sujeto
pasivo y por su comisión en un contexto ambiental determinado. Siempre la víctima debe ser
una mujer, el sujeto pasivo debe ser un hombre y la muerte debe haber sido provocada en un
ámbito situacional específico, que es aquél en el que existe una situación de subordinación y
sometimiento de la mujer por el varón, basada en una relación desigual de poder (art. 4º, Ley
Nº 26485) esto es, una relación que se configura por prácticas socioculturales históricas en la
idea de la inferioridad de las mujeres o la superioridad de los varones, o en conductas
estereotipadas de hombres y mujeres que limitan total o parcialmente el reconocimiento o
goce de los derechos de éstas, en cualquier ámbito en que desarrollen sus relaciones
interpersonales.

*El art. 4 de la ley 26.485 LEY DE PROTECCIÓN INTEGRAL PARA PREVENIR, SANCIONAR Y
ERRADICAR LA VILENCIA CONTRA LAS MUJERES EN LOS ÁMBITOS QUE DESARROLLEN SUS
RELACIONES INTERPERSONALES define a la violencia contra la mujer*

“toda conducta, acción u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito
público como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad,
dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también su
seguridad personal. Quedan comprendidas las perpetradas desde el Estado o por sus agentes.
Se considera violencia indirecta, a los efectos de la presente ley, toda conducta, acción omisión,
disposición, criterio o práctica discriminatoria que ponga a la mujer en desventaja con respecto
al varón”.

Sólo desde esta perspectiva, merced a este componente adicional que acompaña a la conducta
típica (plus del tipo de injusto: la relación desigual de poder) se puede justificar la agravación
de la pena cuando el autor del homicidio es un hombre y la víctima una mujer. De otro modo,
se estaría concediendo mayor valor a la vida de una mujer que a la de un hombre, en iguales
circunstancias, Jo cual pondría de manifiesto un difícil e insalvable conflicto de
constitucionalidad.

INC. 12: Con el propósito de causar sufrimiento a una persona con la que se mantiene o ha
mantenido una relación en los términos del inciso 1°.
El delito requiere que se ocasione la muerte de "una persona" (cualquiera) para que otra sufra
por esa muerte. No interesa el vínculo o relación que ésta persona haya tenido con la víctima
del homicidio, ni que haya experimentado sufrimiento o dolor por su muerte. Lo que
caracteriza al delito es su configuración subjetiva: la finalidad del agresor ( causar sufrimiento)
siendo suficiente para la perfección típica que se haya matado con dicha finalidad, aunque no
se haya logrado el fio propuesto.

Se trata de un homicidio "transversal", porque implica la eliminación física de un individuo a


quien el autor de la agresión ni siquiera pudo haber llegado a conocer, pero que lo mata "con el
propósito de lograr el dolor o sufrimiento ajeno o herir a esa persona íntimamente en sus
sentimientos", esto es, de otra persona respecto de quien e~ autor sabe o conoce que la
muerte de aquél le va a implicar un dolor, un sufrimiento o un padecimiento, que puede ser de
cualquier naturaleza, psíquico, físico, etc.

El tipo penal no requiere para su consumación que la persona damnificada por el homicidio
(persona sufriente, con quien se tiene o se ha tenido un vínculo o alguna de las relaciones de
las enumeradas en el art. 80.1 ), sufra "realmente" por ]a muerte del ser querido. Es suficiente
a los fines típicos que el autor mate "para" que Ja otra persona sufra por el homicidio del otro
sujeto, aunque no logre el fin propuesto. Aun así, tratándose de un delito de resultado
material, la tentativa es admisible.

HOMICIDIO ATENUADO:

Art. 81: “Se impondrá reclusión de tres a seis años, o prisión de uno a tres años:

Al que matare a otro, encontrándose en un estado de emoción violenta y que las


circunstancias hicieren excusable;

Al que, con el propósito de causar un daño en el cuerpo o en la salud, produjere la muerte de


alguna persona, cuando el medio empleado no debía razonablemente ocasionar la muerte.”
(HOMICIDIO PRETERINTENCIONAL)

Art. 82: “Cuando en el caso del inciso 1 del artículo 80 concurriese alguna de las
circunstancias del inciso 1 del artículo anterior, la pena será de reclusión o prisión de diez a
veinticinco años.” (aplica las atenuantes para el inc. 1 de homicidio agravado).

Se trata de la concurrencia en un mismo hecho, de circunstancias atenuantes y agravantes de


dos figuras delictivas: el homicidio agravado por el vínculo parental y el homicidio en estado de
emoción violenta.

HOMICIDIO EN ESTADO DE EMOCIÓN VIOLENTA –> Son elementos. entonces, a considerar en


el estudio de este delito, los siguientes:

a) Psicológico ( estado emocional): El Código Penal hace referencia a una emoción que califica
de violenta. Por lo tanto, lo que interesa, desde una primera perspectiva, es la intensidad de la
emoción. La emoción es intensa cuando produce una conmoción psicológica en el individuo, de
tal magnitud que debilita su capacidad de frenar frente al hecho externo que la estimula.

La emoción debe ser violenta, eso sí, pero no ser la causa de la pérdida del control de la
conducta que configure un estado de inconsciencia subsumible en el art. 34, inc. 1 º, del Cód.
Penal.

La emoción violenta no es compatible con la premeditación; es aquella que -en expresión de


Núñez-. obrando sobre los sentimientos del autor, lo arrastra al crimen. No puede tener origen
en el propio carácter del agente, sino que debe encontrar su estímulo en una causa externa,
fuera de él. Debe ser eficiente, esto es, con la suficiente entidad como para provocar la
reacción anímica violenta en el autor. No son suficientes los motivos mínimos, fútiles o
intrascendentes. El autor no debe haber provocado ni facilitado su propia conmoción emotiva.
La provocación debe ser extraña al sujeto.

b) Temporal: El momento exacto en que deben coincidir el arrebato emocional y su fuerza


impulsora es bastante difícil de determinar. Nada en el mundo de los sentimientos es
automático. Entre el estímulo generador y la reacción emocional puede transcurrir un tiempo,
corto o largo, y no obstante ser de aplicación la atenuante. Lo importante es que la reacción
tenga su causa c:n. la emoción, y ésta, a su vez, en un estímulo externo, sin interferencias de
otros motivos o circunstancias que impliquen una interrupción de la cadena causal. El tiempo
es un criterio relativo, que debe ser evaluado en el caso concreto y en todo su contexto. La ley,
como dice Núñez, no puede ser tan malvada, tan inmoral que le diga al individuo: mata rápido,
que si no, no te beneficio. Lo que importa es que el agente "mate emocionado", cualquiera
haya sido el tiempo transcurrido entre el factor causal y el resultado muerte.

HOMICIDIO PRETEIRTENCIONAL –> Se lo puede definir -con palabras de Finzi-, como el hecho
en el que la voluntad del reo está dirigida a un suceso determinado, pero el evento que se
produce es más grave. En estas figuras, el evento ha sobrepasado el delito que el agente tenía
en miras; ha excedido el fin que el culpable se había propuesto.

La opinión prevaleciente, considera que la preterintención tiene naturaleza mixta de dolo y


culpa, esto es, dolo en el delito base y culpa en el resultado excedente.

Es un delito autónomo, con sus propios elementos constitutivos, objetivo y subjetivo.

ELEMENTO OBJETIVO: Está representado por el medio que el autor utiliza para agredir, el cual,
según la disposición penal, no debe razonablemente ocasionar la muerte. Si el medio
empleado "debía" razonablemente ocasionar la muerte, desaparece la posibilidad del
homicidio preterintencional para dar lugar al homicidio doloso.

El elemento del medio empleado por el autor constituye una regla de interpretación que debe
ser apreciada en todo el contexto del caso, que exige una valoración -como lo tiene resuelto la
jurisprudencia--no sólo en abstracto sino también en concreto, porque un medio por lo general
no idóneo puede ser apto en determinadas circunstancias o sobre ciertos sujetos y, por el
contrario, un instrumento inequívocamente mortífero deja de serlo por la forma inocua e
intencionadamente menos vulnerante con que se lo utiliza Esta regla de interpretación
funciona en un doble sentido: cuándo el medio tiene eficacia letal Y se lo emplea conforme a
esa aptitud, queda excluido el homicidio preterintencional; en cambio, cuando el medio carece
de eficacia letal, el hecho sólo será homicidio preterintencional si otras pruebas no acreditan
que el autor obró con dolo respecto de la muerte de la víctima (Carrera, Núñez). Es
esencialmente relativo, pues su apreciación, según hemos puesto de relieve (racionalidad,
idoneidad, capacidad letal, etc.), depende de las circunstancias particulares concernientes a la
persona, tiempo, lugar del hecho, clase y potencialidad del arma empleada, modo del uso,
condiciones del sujeto pasivo, etcétera. Por lo tanto, se trata de una cuestión de hecho,
verificable en cada caso concreto.
El delito es doloso y el dolo está constituido por el propósito de causar un daño en el cuerpo o
en la salud de otra persona. Cualquier otra intención excluye la preterintencionalidad. Es
suficiente el dolo eventual. Se consuma con la muerte de la víctima, no resultando admisible la
tentativa.

ART. 83: INSTIGACIÓN AL SUICIDO.


Art. 83: “Será reprimido con prisión de uno a cuatro años el que instigare a otro al suicidio o
le ayudare a cometerlo, si el suicidio se hubiese tentado o consumado.”

El suicidio es el acto de quitarse voluntariamente. la vida. De manera que, para que exista
suicidio, sólo basta que el sujeto dirija su voluntad a la producción de la muerte. Pero, sólo
habrá suicidio y, consecuentemente, un acto impune, cuándo la decisión de matarse haya
provenido de una persona voluntariamente libre.

El delito se estructura sobre la base de los siguientes elementos: a) las acciones típicas de
instigar o ayudar al suicidio; b) el resultado (suicidio tentado o consumado); y c) la culpabilidad
(dolosa).

INSTIGAR  Quiere decir tanto inducir como determinar a otra persona para que se quite la
vida. La actividad (inducción) desplegada por el autor debe ser directa y eficaz para hacer
nacer, reforzar o mantener la idea en el suicida de darse muerte. La instigación supone una
acción psicológica (moral) sobre el instigado. La conducta instigadora debe estar dirigida a
persona determinada. Puede ser condicional (la muerte queda supeditada a una condición o
suceso), recíproca (cuando existe instigación mutua) o condicional-recíproca (p. ej., el duelo
americano, en el que la suerte decide quién habrá de suicidarse; o bien la llamada ruleta rusa,
consistente en colocar un proyectil en el tambor del revólver, hacerlo girar y dispararse
sucesivamente cada protagonista). El instigado debe ser una persona imputable. La instigación
al suicidio de un inimputable o incapaz, o logrado mediante error, ignorancia, violencia o
coacción, configura una hipótesis de homicidio.

AYUDAR  Consiste en una cooperación material al suicidio ajeno. La ayuda puede prestarse
en forma principal o accesoria. Puede manifestarse antes del hecho .(proveyendo el arma, el
veneno, etc.) o durante su ejecución (p. ej., montar guardia para impedir la intervención de un
tercero, desviar la vigilancia). Frente a la posibilidad de una conducta omisiva, debemos
destacar que la simple inacción (p. ej., observar impasible el suicidio de otro) no constituye una
omisión punible, pero la no prestación de] auxilio cuando se está obligado a prestarlo, por la
posición de garantía asumida frente al bien jurídico tutelado puesto en peligro (p. ej., el bañero
que no actúa ante quien se ha arrojado a las aguas para ahogarse y aún no ha muerto), tipifica
la omisión a título de ayuda al suicidio. Se trataría de hipótesis punibles de comisión por
omisión.

EL RESULTADO:

Está dado por la muerte del suicida o su intento. Ambos supuestos producen la consumación
del delito. La tentativa no resulta posible, pues el comienzo de los actos de ejecución del
suicidio (actos típicos de tentativa de suicidio) ya implica la consumación típica El delito sólo es
punible a título de dolo, compatible sólo con el dolo directo.

LA EUTANASIA
Los autores coinciden en señalar que el origen etimológico del vocablo "eutanasia" proviene de
dos voces griegas: eu (bien o bueno) y thanatos (muerte), cuyo significado literal puede
traducirse como "buena muerte, muerte tranquila, sin dolor ni sufrimiento". La palabra fue
acuñada en el siglo XVII por el filósofo y canciller de Inglaterra sir Francis Bacon, quien en su
conocida obra Novum Organum escribió que el médico debe calmar los sufrimientos y los
dolores, no sólo cuando este alivio pueda traer la curación sino también cuando pueda servir
para procurar una muerte dulce y tranquila. Concepto Sin dejar de reconocer el problema que
presenta la definición de eutanasia" -por cuanto, desde sus orígenes~ su significado
conceptual no sólo ha ido variando con el tiempo, sino que, por influencia del progresivo
avance de la medicina y de la tecnología, ha ido paulatinamente ampliándose hacia otros
supuestos-, puede ser concebida, en términos generales, como "la muerte que se procura a
otra persona que se encuentra afectada de una enfermedad grave, terminal y dolorosa, a su
requerimiento y en su interés, guiado por un sentimiento de piedad, altruista o generoso". Por
lo tanto, las características que definen la eutanasia son: 1) Una persona (sujeto pasivo) que
padece una determinada enfermedad grave, terminal (incurable) y dolorosa. 2) Que solicita
voluntariamente la muerte (requerimiento libre y voluntario). 3) Otra persona (sujeto activo)
que realiza un comportamiento dirigido a provocar la muerte del enfermo, en interés de éste y
guiado por un sentimiento piadoso (humanitario).

Esta noción de eutanasia se circunscribe al sentido histórico y convencional del vocablo, que
exige la realización de la muerte de una persona que padece una enfermedad terminal
(afección incurable de acuerdo con los actuales conocimientos médicos, que le produce en
corto plazo la muerte), que desea poner fin a sus sufrimientos, y que es llevada a cabo por
compasión o motivación humanitaria, a requerimiento del afectado (que expresa su
consentimiento) y en su propio interés (quedan excluidos los supuestos de muerte en interés
de terceros o de la colectividad). Hay que reconocer, sin embargo, que esta noción de
eutanasia, en la actualidad, puede resultar demasiado estrecha frente a otros supuestos en los
que el consentimiento no puede ser manifestado por diferentes motivos; por ejemplo,
personas recién nacidas con defectos congénitos (síndrome de Down, espina bífida, etc.) o de
personas incapacitadas que conservan ciertas funciones vitales (pacientes en coma), o bien de
personas que no desean seguir viviendo y quieren poner fin a una existencia marcada por
sufrimientos físicos y espirituales insoportables ( casos Ramón Sampedro, en España, o Diane
Pretty, en Gran Bretaña), situaciones sobre las que se ha centrado e] debate científico en los
últimos años debido -entre otras razones- al cambio de concepto entre el principio de la
santidad o sacralidad de la vida humana ( criterio tradicional, que postula su intangibilidad) por
el principio de la calidad de la vida, cuyo punto de vista se asienta sobre la base de que la vida
humana es un valor relativo en el sentido de que sólo será valiosa en la medida en que
presente cierto ~do de calidad (Marcos Del Cano).

Clases:

No hay acuerdo entre los autores sobre la delimitación de las formas o clases de eutanasia Por
lo general, suele distinguirse entre eutanasia activa Y pasiva y, a su vez-teniendo en cuenta la
intencionalidad del agente-, entre eutanasia directa e indirecta. También se suele incluir en
este grupo a la denominada "eutanasia pura" o "genuina", que se caracteriza por la utilización·
de medios paliativos del dolor, pero que no tienen por efecto el acortamiento de la vida (por
ej., mediante analgésicos, lenitivos, asistencia psicológica). En nuestra opinión. la eutanasia
puede presentar diversas formas. La eutanasia activa -también conocida como eutanasia
propia, positiva o, directamente occisiva- consiste en la realización voluntaria de actos
ejecutivos dirigidos al acortamiento de la vida de una persona, que padece una enfermedad
terminal y dolorosa, que ha solicitado su muerte, para poner fin a un proceso de graves e
insoportables sufrimientos. La eutanasia pasiva-también -conocida como eutanasia omisiva,
negativa u ortotanasia-, por su parte, se da cuando la muerte del enfermo terminal es causada
por la omisión de un procedimiento, tratamiento o mecanismo terapéutico necesario, que en
el lenguaje clínico se denomina "distanásico". Algunos autores identifican la voz "ortotanasia"
con el bien morir, con el morir natural, en el sentido de no someter a la persona a tratamientos
inútiles e innecesarios, mientras que otros denominan a este supuesto "automatanasía",
entendida como la actividad médica dirigida, no a acabar con la vida del enfermo (que es lo
que caracteriza al acto eutanásico ), que gracias al tratamiento médico vive artificialmente, sino
a dejarlo morir su muerte natural (Marcos Del Cano, Puy). La eutanasia indirecta, denominada
por algunos "paliativa" (Diez Ripollés), consiste en la administración de medicamentos o de
técnicas al enfermo terminal, con el propósito de eliminar o paliar los sufrimientos
insoportables que padece, aun cuando se tenga conciencia de que la aplicación del
tratamiento, como efecto secundario, provocará una anticipación del momento de la muerte
(Núñez Paz). Por último, se habla también de la "distanasia", término opuesto al de eutanasia y
con el cual se identifica a los medios o instrumentos de la tecnología médica destinados a
alargar una vida que, de otro modo, se interrumpiría en breve plazo. La expresión "distanasia"
es sinónimo de vida artificial y con ella se persigue alejar lo más posible la perentoriedad de la
muerte. De aquí que coincida con el llamado "ensañamiento terapéutico” vale decir, con la
repetición de tratamientos innecesarios e inútiles, desde el punto de vista médico, aplicados
con la finalidad de prolongar artificialmente la vida del enfermo terminal. En la Argentina no
existe regulación alguna en materia de eutanasia; sólo se legisló como formas atenuadas del
homicidio en algunos proyectos de reforma al Código Penal, por ej. el Proyecto Soler de 1960,
el cual reprimió con prisión de hasta cuatro años al que, movido por un sentimiento de piedad,
matare a un enfermo o herido grave y probablemente incurable, ante el pedido serio e
insistente de éste. El vínculo parental no constituía-en este proyecto circunstancia agravatoria
de la pena. Durante el año 2006, fue impulsado por el Ministerio de Justicia y Derechos
Humanos de la Nación una reforma integral del Código Penal, con una propuesta denominada
Proyecto de Código Penal de 2006, que en el art. 89 (siguiendo los antecedentes del Proyecto
Soler de 1960) contemplaba una pena de uno a cuatro años de prisión para el que, por
sentimientos de piedad y por un pedido inequívoco de quien esté sufriendo una enfermedad
incurable o terminal, causare o no evitare la muerte del enfermo. La sanción de la Ley Nº
26742 (modif. de la Ley Nº 26529), al garantizar los derechos del paciente sobre la base de la
autonomía de la voluntad y del consentimiento informado, en situaciones de enfermedad
irreversible, incurable o terminal, ha significado el reconocimiento de la atipicidad de la
llamada "eutanasia pasiva" (u omisiva), por cuanto el médico, en el ejercicio de su actividad
profesional, requiere el previo consentimiento informado del paciente, ya que no está obligado
a prolongar su vida en contra de su voluntad cuando éste manifieste su rechazo a
procedimientos extraordinarios o desproporcionados o que produzcan un sufrimiento excesivo.
En estos casos, el profesional de la salud que haya actuado de conformidad con la ley, no estará
sujeto a responsabilidad civil, penal ni administrativa.

Para abordar este tema con un mínimo de seriedad, hay que enfatizar -desde un comienzo- que
del concepto de eutanasia deben quedar excluidas definitivamente aquellas muertes
producidas con fines eugenésicos ( eliminación de seres humanos considerados "carentes de
valor vital") o económicos ( eliminación de aquellos seres inútiles, que se suponen una carga
para la sociedad). La eutanasia implica siempre y en todo caso -como subraya Valle Muñiz-
hablar de muerte digna. En un Estado social y democrático de derecho, en el que los derechos
fundamentales de la persona humana tienen su principal asiento en las normas de la
Constitución, imponiendo la vigencia de valores superiores (libertad, dignidad, igualdad,
desarrollo de la personalidad) que delimitan el contenido de todos los demás derechos
previstos en el ordenamiento jurídico, debe desarrollarse una dogmática en armonía con las
normas constitucionales. La vida humana es, sin duda alguna, necesaria para gozar y disfrutar
de los demás derechos. La vida, decía Ortega y Gasset, es la realidad radical, es decir, la
realidad donde para cada uno arraigan todas las demás realidades. Si la vida entonces, debe
ser entendida de tal modo, creemos firmemente que vivida o sobrellevada en las insoportables
condiciones de los enfermos terminales, deja de constituir un valor positivo para "ese" ser
humano, pues ha perdido esa potencia de ser presupuesto necesario para el disfrute de los
demás derechos. Por lo tanto, ese ser humano tiene el derecho de exigir morir con dignidad. Y
si entendemos "morir con dignidad" como un derecho de la persona humana, entonces no
debe impedírsele el uso y disfrute de él, pues -como ha puesto de relieve Farrell- una persona
puede incluso querer poner fin a una vida que está orgulloso de haber conducido. Rescatamos
aquí lo expresado por Valle Muñiz: ''ya que la sociedad no puede garantizar una vida digna, por
lo menos que no le niegue la dignidad a la muerte". En una misma dirección, se ha puesto de
manifiesto que el derecho a una muerte digna supone el de elegir libremente el tratamiento
adecuado en determinadas circunstancias. Se trata de un acto voluntario que exige la
capacidad necesaria para tomar la decisión correspondiente, tras ser informado. Si a esto se
añade que la persona que use de tal derecho debe hallarse en circunstancias de dolor y
sufrimiento que le resulten insoportables, nos-encontramos ante la más adecuada noción de
eutanasia, y de precisión de sus circunstancias, para su reconocimiento como un derecho
humano (Rodríguez-Aguilera). Por lo tanto, creemos que el tratamiento penal de la eutanasia
debe circunscribirse a una legislación específica( con lineamientos similares a las leyes
holandesa o belga), que establezca, con todo el rigor que sea necesario, los límites del derecho
a la eutanasia y se determinen sus líneas reguladoras con la mayor precisión posible. De este
modo, se podría reconocer una exoneración de pena para el médico (o para el autor del acto
eutanásico) que actuare de acuerdo con las reglas y principios establecidos en la ley.

HOMICIDIO CULPOSO ART. 84


Art. 84: “Será reprimido con prisión de uno a cinco años e inhabilitación especial, en su caso,
por cinco a diez años el que por imprudencia, negligencia, impericia en su arte o profesión o
inobservancia de los reglamentos o de los deberes a su cargo causare a otro la muerte.

El mínimo de la pena se elevará a dos años si fueren más de una las víctimas fatales.”

El sistema vigente permite estructurar el homicidio culposo sobre la base de formas específicas
de la culpa: imprudencia, negligencia, impericia e inobservancia de los reglamentos o deberes
del cargo. Para nuestra ley la culpa aparece como una violación del deber de cuidado, el cual se
estructura directamente sobre la previsibilidad del resultado típico; o sea que el deber de
cuidado existe en el caso dado, en tanto y en cuanto el autor haya podido prever la posibilidad
del resultado típico (Creus). El tipo objetivo está dado por el verbo causar (la muerte de otro),
que representa la acción material punible. La estructura de la acción en este delito admite
tanto la comisión como la omisión impropia ( comisión por omisión); no así la simple omisión,
que se caracteriza por ]a irrelevancia del resultado. El hecho culposo sin resultado es
irrelevante para el derecho penal. Entre la acción y el resultado debe mediar un nexo de
causalidad, una relación entre la conducta realizada y el resultado producido, sin interferencia
de factores extraños, como es propio de todo delito cuya acción provoca una modificación en
el mundo exterior.

Según la posición dominante, la imprudencia es una cuestión tanto de injusto como de


culpabilidad, por lo que la culpa. requiere la infracción del deber objetivo de cuidado (desvalor
de acción), la lesión o, en ciertos tipos, el peligro para el bien jurídico ( desvalor de resultado) y
la imputación objetiva del resultado. El tipo subjetivo se satisface con la realización de las
formas culposas previstas en la ley: imprudencia, negligencia, impericia e inobservancia de los
reglamentos o deberes del cargo. La imprudencia es el obrar ligero, precipitado o peligroso.
Obra imprudentemente quien realiza un acto cuando las reglas de la prudencia aconsejan su
abstención. Es un hacer de más, un exceso de acción, a lo cual se suma un defecto en la
previsión del evento (Levene h.).

La negligencia, por el contrario, es sinónimo de descuido, desatención, falta de precaución en


el obrar. Obra negligentemente quien omite realizar un acto que la prudencia aconseja hacer.
En la negligencia hay un defecto de acción y un defecto en la previsión del resultado. Es
negligente quien no puso los cuidados que el mandato imponía (Creus). La impericia, también
conocida como "culpa profesional", configura un obrar deficiente de una profesión, arte u
oficio. Implica una conducta gruesa, de proporciones considerables, inexperta o inhábil, para el
ejercicio de la actividad. Por último, la "inobservancia de los reglamentos o de los deberes a su
cargo" configura un supuesto de culpa punible que puede derivar de cualquier normativa de
orden general emanada de autoridad competente (art. 77, Cód. Penal). Se trata de la
inobservancia de disposiciones expresas (ley, reglamento, ordenanza, etc.) que prescriben
determinadas precauciones que deben observarse en actividades de las cuales pueden derivar
hechos dañosos. El obrar de ese modo causa un resultado típico.

En síntesis, subjetivamente es preciso haber querido la conducta descuidada, no haber querido


la producción del resultado y que hubiera sido posible haber actuado conforme al deber
objetivo de cuidado (deber subjetivo de cuidado). Es preciso que se haya producido el
resultado de muerte, pues e~ la imprudencia no cabe la tentativa, resultando punible
únicamente la consumación.

ARTICULO 84 bis. - Será reprimido con prisión de dos (2) a cinco (5) años e inhabilitación
especial, en su caso, por cinco (5) a diez (10) años el que por la conducción imprudente,
negligente o antirreglamentaria de un vehículo con motor causare a otro la muerte.

La pena será de prisión de tres (3) a seis (6) años, si se diera alguna de las circunstancias
previstas en el párrafo anterior y el conductor se diere a la fuga o no intentase socorrer a la
víctima siempre y cuando no incurriere en la conducta prevista en el artículo 106, o estuviese
bajo los efectos de estupefacientes o con un nivel de alcoholemia igual o superior a
quinientos (500) miligramos por litro de sangre en el caso de conductores de transporte
público o un (1) gramo por litro de sangre en los demás casos, o estuviese conduciendo en
exceso de velocidad de más de treinta (30) kilómetros por encima de la máxima permitida en
el lugar del hecho, o si condujese estando inhabilitado para hacerlo por autoridad
competente, o violare la señalización del semáforo o las señales de tránsito que indican el
sentido de circulación vehicular o cuando se dieren las circunstancias previstas en el artículo
193 bis, o con culpa temeraria, o cuando fueren más de una las víctimas fatales.

Vehículo con motor: El término "vehículo con motor", comprende a "todo tipo de vehículo cuyo
desplazamiento sea propulsado por motor y que sea utilizado para al transporte de personas o
cosas, con independencia de la vía de circulación".

Conducción del vehículo con motor: La acción de conducir hace referencia siempre a una acción
que demanda movimiento, desplazamiento, circulación de un lado a otro de una cosa Se
conduce un automotor mediante el dominio de los mecanismos de dirección y el
desplazamiento mínimo "a impulsos de su motor", haciéndolo ir de un lugar a otro.

Ámbito espacial de la conducción: Todo parecería dar entender - sin nos atenemos al sentido
común y a las normas de la Ley Nacional de Tránsito-, que la conducción del automotor debe
hacerse en una vía pública. Pero el Código penal nada dice al respectó. Por lo tanto, creemos
que la solución es indagaren cada caso en concreto. Lo que aquí interesa no es tanto por qué
lugar se produce la conducción del automotor, sino si ha producido o no un resultado lesivo
para una persona. Si esto último se produce en la conducción de un vehículo con motor, poco y
nada importa que el autor haya conducido en una vía pública o en una vía privada o no
habilitada para el tránsito automotor. Si la muerte se produjo sobre una vereda, una playa o
una senda peatonal, el conductor deberá responder por homicidio culposo, de la misma forma
que si el accidente se hubiere causado en una ruta nacional o en un camino público.
Fuga del conductor: El artículo reprime al conductor que, habiendo causado la muerte de otra
persona por la conducción negligente, imprudente o antirreglamentaria de un vehículo con
motor, se diere a la fuga del lugar del siniestro. Lo que la ley pretende es que el autor del
hecho permanezca en el lugar una vez producido el accidente de tráfico pensando, no sólo en
lograr que se determine con mayor facilidad y precisión la autoría del hecho sino en la propia
situación de la víctima, quien podría recibir del propio autor socorro inmediato evitándose, de
ese modo, mayores riesgos de muerte. La norma no persigue -directamente y en forma
inmediata- el auxilio de la-víctima, sino evitar que el conductor se ausente del lugar del hecho,
situación que resulta suficiente para la aplicación de la mayor penalidad.

Socorro a la víctima: El texto legal establece que se aplicará la mayor penalidad cuando el
conductor negligente, imprudente o conduciendo antirreglamentariamente el automóvil, no
intentase socorrer a la víctima, esto es, prestarle los medios de auxilio que razonablemente
estuvieren dentro de sus posibilidades, con el fin -seguramente- de evitar consecuencias más
graves. Pero el artículo también requiere, como elemento negativo, que el autor no haya
incurrido en la conducta prevista en el artículo 106 del Código Penal, cuyo texto regula el delito
de abandono de persona, pues si así hubiera ocurrido, entonces -por aplicación del principio de
especialidad- la agravante debería quedar desplazada por esta última figura. Pero aquí nos
encontramos con un problema, pues el delito de abandono de persona que prescribe el art.
106 es un delito de peligro que presupone, no sólo que por la propia acción del sujeto se haya
puesto en peligro la vida o la integridad física de una persona, sino que la víctima debe ser una
persona viva (algo imposible en el homicidio), que se halla en una determinada situación
(incapaz de Valerse o que haya sido incapacitada por obra del propio autor) y que no tiene
posibilidades de evitar por sí misma la situación de peligro en la que se encuentra. De aquí la
necesidad del auxilio. Pero, en la hipótesis del art. 84 bis que estamos comentando, el sujeto
pasivo de la infracción -como antes se dijo--, necesariamente debe estar muerto, razón por la
cual resulta prácticamente imposible incurrir-como previene la norma- en el delito del art. 106
cuando el conductor provoca el accidente de tráfico realizando una conducta negligente,
imprudente o antirreglamentaria. En todo caso, si hubiera alguna posibilidad de aplicación de
esta última figura, ella estaría dada en aquellos casos en que la víctima muere como
consecuencia del abandono o de la no prestación del auxilio, pero en tal caso, el resultado no
sería una consecuencia de la conducción antirreglamentaria mentarla del automotor, sino del
propio abandono a su suerte de la víctima, causado por el sujeto activo del delito.

Conducción bajo los efectos de estupefacientes:

El tipo penal requiere que el conductor del vehículo con motor haya causado la muerte de una
persona, mientras se encontraba bajo los efectos de estupefacientes, es decir, de aquellas
sustancias que, según prescribe el artículo 77 del Código Penal, son susceptibles de producir
dependencia física o psíquica y que se encuentran incluidas en las listas que se elaboran y
actualizan periódicamente por el PEN. Por lo tanto, quedan incluidas en el tipo legal tanto los
estupefacientes como los psicotrópicos y los psicofármacos. En cualquier caso, estas sustancias
deben haber provocado en el agente activo efectos en su psiquis que hayan sido el factor
determinante del accidente de tráfico. Vale decir, que no es suficiente, para la concurrencia de
la agravante con la sola ingestión o consumo de estas sustancias, sino que es necesario que, al
momento del hecho, el autor estuviese bajo los efectos de estupefacientes, esto es, que por el
influjo de estas sustancias se haya alterado negativamente la capacidad de conducción del
agente activo (atención, percepción, concentración, disminución de las facultades, etc.), de
manera que no sólo habrá de tenerse en cuenta el hecho objetivo de la ingesta de la sustancia
sino, fundamentalmente, la influencia que la impregnación del tóxico ha tenido en la
conducción del automotor. Vale decir, que por tratarse de un elemento normativo del tipo, la
influencia de la droga en la conducción del vehículo a motor debe ser probada en el juicio
respectivo. De no concurrir este elemento, porque no ha sucedido en la realidad, porque pese
a la ingesta no ha producido ningún efecto en la conducción del vehículo o porque tales efectos
no pueden acreditarse judicialmente, la conducta deviene atípica y no puede aplicarse la
agravante.

Conducción bajo determinado nivel de impregnación alcohólica:

Ahora bien, es posible que el conductor, por la razón que sea, se niegue a la realización de la
prueba de alcoholemia en los controles camineros llevados a cabo por la autoridad policial o
municipal, entonces nos preguntamos ¿qué sucede en estos casos?, pues, si bien es cierto que
con dicha prueba lo que se pretende determinar con cierto grado de certeza es la tasa de
alcohol en sangre ( o que el conductor está alcoholizado o embriagado), no lo es menos que
dicha prueba se empleará en el proceso judicial como prueba de cargo contra el agente activo
del accidente de tráfico. El ordenamiento jurídico argentino contempla el derecho de toda
persona a no auto inculparse frente a un hecho del cual podría obtenerse una prueba
incriminatoria-como es el caso, ciertamente, de la prueba de alcoholemia-, tanto en el artículo
18 de la Constitución Nacional, cuyo texto dice que "Nadie puede ser obligado a declarar
contra sí mismo ... es inviolable el derecho de defensa enjuicio de la persona y de los
derechos ... ", como en el artículo 8° -Garantías judiciales-, inc. 2. g, de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica), en el que se establece
que "Toda persona inculpada de delito tiene derecho ... a no ser obligada a declarar contra sí
mismo ni a declararse culpable". Nadie que se encuentre imputado o sospechado de haber
participado en la comisión de un delito, en cualquiera de sus grados, está obligado a colaborar
con la administración de justicia, menos aún en un procedimiento orientado a comprobar su
propia culpabilidad. En suma, la obtención forzada de la prueba de alcoholemia, aun contra la
negativa del agente activo, constituiría una especie de confesión de la autoría del delito
obtenida sin el consentimiento del acusado, por cuanto el principio constitucional de no
autoincriminación alcanza a la garantía a favor del imputado en no verse obligado a colaborar
en la obtención de una prueba que obrará en su contra en el proceso judicial. Por lo tanto,
cualquier tipo de colaboración obtenida bajo presión o coacción~ es ilícita y no debe tener
ningún efecto como prueba válida en el proceso. En definitiva, hay que dejar bien sentado que
el test de alcoholemia implica, como antes se explicó, una especie de declaración auto
inculpatoria, que no puede -salvo el consentimiento informado del imputado- ser considerada
prueba válida en el proceso.

Conducción a velocidad excesiva El texto legal establece que, por la conducción imprudente,
negligente o antirreglamentaria de un vehículo a motor, se causare la muerte de otra persona
"conduciendo en exceso de velocidad de más de 30 km. por encima de la máxima permitida en
el lugar del hecho". La agravante es cuestionable, pues castiga con mayor penalidad no otra
cosa que una conducta imprudente, modalidad de la culpa ya prevista en la figura básica( el
exceso de la velocidad fuera de los límites legales fue siempre -y sigue siendo- una conducta
imprudente). Los límites de velocidad para automóviles con motor están regulados en la Ley
Nacional de Tránsito Nº 24449, con su modificatoria Ley de Tránsito y Seguridad Vial Nº
26363/2008, aplicable en todo el territorio nacional y, tratándose la normativa que estarnos
comentando de una ley penal en blanco, debemos necesariamente remitimos a la mencionada
ley nacional para determinar los límites de velocidad e integrar el tipo penal. Con arreglo a la
fórmula descripta en el art 84 bis, a la velocidad máxima establecida por la Ley Nacional de
Tránsito en las distintas zonas del país (urbana, rural, autopistas, etc.), se le debe agregar 31
km. p/h para incurrir en la agravante. Aun así, se debe considerar el margen de tolerancia
(hasta un diez por ciento sobre el límite máximo permitido reglamentariamente) establecido
en el art. 77 de la Ley Nacional de Tránsito, para que resulte aplicable la mayor penalidad.

Inhabilitación por autoridad competente: En esta hipótesis, la agravante consiste en causar la


muerte de una persona conduciendo un vehículo con motor de forma negligente, imprudente
o antirreglamentaria, estando inhabilitado por autoridad competente para conducir
automotores. La incorporación de esta agravante conforma otra circular conduciendo un
automóvil con motor en forma antirreglamentaria, al no respetar las normas que regulan el
tránsito automotor, por lo que resulta esta agravante como REDUNDANTE.

Conducción con culpa temeraria: Esta agravante concurre cuando el conductor del vehículo con
motor causare la muerte de alguna persona con culpa temeraria. Tradicionalmente, la
expresión "temeridad" ha sido entendida como equivalente a "imprudencia", inclusive como
un caso de “imprudencia temeraria o grave" para calificar este tipo de acciones como de las
formas más graves de la culpa. Para el Código Penal, temeridad significa culpa, debiéndose
entender por dicha fórmula una grave infracción de las normas de cuidado, "un evidente
incumplimiento de los más elementales deberes de prudencia en la conducción de un
automotor". Conducta temeraria equivale a imprudencia "grave" y conducta imprudente es
siempre una conducta temeraria, por lo que siempre estamos refiriéndonos a la misma cosa.
De aquí que entendamos, no sólo superflua e innecesaria la introducción de esta fórmula al
sistema regulador de la culpa en el código penal, sino una huida peligrosa hacia una evidente
situación de inseguridad jurídica, al dejar en manos del juez la interpretación del concepto. Por
ello, y como antes dicho, esta agravante resulta redundante.

Pluralidad de resultados: La agravante concurre cuando el conductor ha provocado la muerte


de dos o más personas, sin que para ello tenga alguna incidencia que el hecho se haya
consumado conduciendo el automotor con exceso de velocidad, bajo la influencia de tóxicos o
bebidas alcohólicas, no respetando las señales de tránsito, etc. Es suficiente con la pluralidad
de resultados, pero la concurrencia de dos o más agravantes no multiplica la penalidad, sino
que la gravedad del hecho habrá de medirse con arreglo a la escala penal de la nueva
disposición penal.

EL ABORTO. LEY 27.610/21


La Ley Nº 27610/21 sobre Interrupción Voluntaria del Embarazo, en vigencia desde el 15 de
enero de 2021 (BO: 34562), ha introducido importantes modificaciones en los artículos 85 a 88
del Código Penal dedicados al aborto.
Si se lee con atención la nueva normativa, se podrá observar que no hace mención a "mujer
embarazada" como en el texto. anterior, sino a "mujer o persona con otra identidad de género
con capacidad de gestar", abarcando así a aquellas personas que han hecho uso de los
derechos que acuerda la Ley Nº 26743 de Identidad de Género, de manera que podría ser
sujeto pasivo de aborto la mujer que ha adquirido otra identidad auto percibida por motivos de
género, pero manteniendo su capacidad de gestar.

La nueva legislación ha des incriminado el aborto practicado con consentimiento de la persona


gestante, dentro de las primeras catorce (14) semanas de la gestación. El articulo 4 ° de la Ley
establece: "Las mujeres y personas con otras identidades de género con capacidad de gestar
tienen derecho a decidir y acceder a la interrupción de su embarazo hasta la semana catorce
(14), inclusive, del proceso gestacional'. La determinación del plazo en catorce semanas.

Por consiguiente~ en la actualidad el aborto con consentimiento de la persona gestante no es


delito, en la medida que sea practicado dentro del término establecido por la ley. Fuera de este
plazo, sólo se podrá acceder a la interrupción voluntaria del embarazo -según este mismo
artículo- en dos situaciones:

1) Si el embarazo fuere resultado de una violación, y

2) Si estuviere en peligro la vida o la salud dé la persona gestante.

La Ley Nº 27610 establece que las mujeres y personas con otra identidad de género con
capacidad de gestar tienen derecho a interrumpir su embarazo hasta la semana catorce (14),
inclusive, del proceso gestacional (art. 4º), debiendo ser atendida por el sistema de salud
dentro del término de diez (10) días corridos a partir de su requerimiento. En consecuencia,
tienen derecho a:

1) Decidir la interrupción del embarazo;

2) Requerir y acceder a la atención de la interrupción del embarazo en los servicios del sistema
de salud;

3) Requerir y recibir atención posaborto de los servicios del sistema de salud;

4) Prevenir los embarazos no intencionales mediante el acceso a la información, educación


sexual integral y a métodos anticonceptivos eficaces (art. 2º);

5) A un trato digno, respetándose las convicciones personales y morales de la paciente, por


parte del personal del sistema de salud;

6) Al respeto de la privacidad, preservándose un ambiente de confianza entre la paciente y el


personal de la salud, debiendo evitarse toda injerencia ilegítima por parte de terceros;

7) · Al resguardo de la confidencialidad y del secreto médico;

8) Al respeto de sus decisiones que se tomen respecto del ejercicio de sus derechos
reproductivos (autonomía de la voluntad);

9) A tener acceso a toda la información que sea necesaria sobre su salud, los métodos de
interrupción del embarazo, las consecuencias y alcance de la práctica, etc.; y
10) A un tratamiento de calidad, conforme con los estándares suministrados por la OMS (art.
5°).

El incumplimiento de estas exigencias, podría hacer incurrir a los profesionales y personal de la


salud en el delito previsto en el artículo 85 bis, incorporado al código penal por la nueva
legislación, independientemente de otras infracciones que pudieren cometerse en el ejercicio
de la profesión, por ej. los delitos previstos en el Capítulo III -Violación del secreto y de la
privacidad-del Título V, CP, arts. 146 y ss.; incumplimiento de los deberes del funcionario
público (art. 248 CP); etc.

Condiciones de procedencia del aborto legal

Para que la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) no sea delictiva, deben concurrir las
siguientes condiciones:

1) Una mujer o persona con otra identidad de género con capacidad de gestar, esto es, que
pueda, naturalmente o por métodos artificiales, quedar embarazada (remitimos a cuanto se
dijo en el capítulo sobre los elementos comunes a los tipos de aborto).

2) Que el aborto sea requerido por la paciente en un centro de salud, dentro de las catorce (14)
semanas, inclusive, de la gestación.

3) Prestación del consentimiento informado, por escrito, de la paciente, de conformidad con lo


establecido en la Ley N° 26529 y en el artículo 59 del CCyCN.

4) Si la persona gestante es mayor de dieciséis (16) años, puede prestar su consentimiento y


decidir por sí misma la IVE; si, en cambio es menor de esa edad, puede prestar su
consentimiento a través de sus representantes legales (art. 26 CCyCN). Si se tratare de una
persona gestante con capacidad restringida por sentencia judicial y la restricción no tuviere
relación con los derechos que otorga esta ley, podrá prestar el consentimiento y decidir la IVE
por sí misma; si no pudiere prestar el consentimiento válidamente, deberá hacerlo a través de
sus representantes legales (art. 59 CCyCN).

5) Que el feto, al momento de ejecutarse la práctica, esté con vida y, como consecuencia de las
maniobras abortivas, se produzca su muerte.

Al estudiar el aborto, no podemos sentirnos, satisfechos con afirmar "el aborto no es delito en
la Argentina", porque si no están dadas las condiciones legales, sigue siendo delito.

Debemos recordar que cuando hablamos de aborto como delito, nos estamos refiriendo a las
dos modalidades típicas previstas en la Ley: a) al "aborto sin consentimiento" de la mujer o de
la persona con otra identidad de género con capacidad para gestar, en cualquiera de sus
modalidades; y b) al "aborto con consentimiento~·, pero practicado con posterioridad a las
catorce (14) semanas de la gestación, siempre que no mediaren las circunstancias previstas en
el artículo 86 (ver art. 85 CP).

Elementos comunes a los tipos de aborto


1) Estado de embarazo o preñez. Debe existir una mujer o persona gestante realmente
embarazada, lo cual presupone la presencia de un feto. Existe preñez desde que el semen viril
fecunda el óvulo femenino y éste anida en la matriz. Es sólo desde el momento de la anidación
que puede hablarse propiamente de preñez o embarazo. Carece de relevancia que al embarazo
se llegue a través de un proceso natural o por inseminación artificial, quedando excluidos los
casos de fecundación in vitro aún en fase de laboratorio. La ingestión de productos
anticonceptivos o el empleo de otros medios tendientes a evitar el embarazo se encuentran al
margen del Código Penal. El estado de embarazo (cuya realidad-según dijimos-presupone la
existencia de un feto) constituye un elemento del tipo objetivo que debe ser comprobado a
través de la prueba pericial médica. Los llamados '"falsos embarazos", o "'embarazos
aparentes", deben ser considerados atípicos por falta de objeto material. La misma conclusión
cabe para los llamados "embarazos extrauterinos". y para los fetos expulsados
espontáneamente y carentes aún de viabilidad ulterior

2) Vida del feto. El feto debe estar con vida en el momento en que se producen las maniobras
abortivas, sin que importen sus condiciones de viabilidad extrauterina; vale decir, su capacidad
de vivir fuera del claustro materno. Si el feto está muerto al momento de realizar la acción, o la
mujer no está embarazada, el hecho es atípico por ausencia de objeto material, situación que
se equipara a las molas e, incluso, a los anencéfalos. La viabilidad intrauterina, en ciertas y
determinadas circunstancias, condiciona la existencia del delito, pues las maniobras abortivas
pudieron haberse realizado cuando el nasciturus ya había perdido toda capacidad de desarrollo
fetal. Idéntica conclusión cabe para los casos de embarazos ectópicos, en los que el óvulo
fecundado anida y se desarrolla fuera de la cavidad uterina y cuyo producto se considera no
viable:(Bajo Fernández). La teoría de la anidación deja estos casos fuera del concepto de objeto
material y, por lo tanto, del injusto penal.

3) Muerte del feto. El delito se perfecciona con la destrucción del producto de la concepción,
con o sin expulsión del seno materno. La muerte del feto es el resultado requerido por el tipo
penal. En consecuencia, si estuviera muerto con anterioridad a la realización de las maniobras
abortivas (lo cual debe considerarse como feto inexistente; no existe objeto material que
concrete el bien jurídico), así como los casos de embarazos aparentes o embarazos ectópicos,
se está frente a una hipótesis de falta de adecuación típica La ausencia de un elemento típico
( en el caso, el feto vivo) elimina el delito como tal.

4) Sujetos del delito. Sujeto activo, en principio, puede ser cualquier persona. Se trata de un
tipo de titularidad indiferenciada, salvo en aquellas hipótesis en las que la ley exige una calidad
o condición especial para ciertas formas de participación o autoría; por ejemplo, el aborto de la
propia persona gestante (art. 88). Sujeto pasivo, en cambio, sólo puede ser el embrión o el
feto. La diferenciación entre embrión y feto no quiere decir que se trate de sujetos distintos,
sino sólo de distintos momentos- en la etapa de desarrollo de la vida humana. Debe
descartarse la idea de que el sujeto pasivo del delito de aborto es la madre (Bajo Femández,
Bustos Ramírez), la comunidad (Arroyo Zapatero) o el Estado (Huerta Tocildo). Si el bien jurídico
en el aborto es la vida del feto y el sujeto pasivo sólo puede ser el titular de ese tal bien
jurídico, entonces no puede más que atribuirse aquella calidad al propio embrión o feto
(Laurenzo Copello ).

5) Acción típica. Esta acción consiste en causar un aborto, esto es, provocar la destrucción del
producto de la concepción, en las fases de su desarrollo embrionario o fetal, dentro del seno
materno o por su expulsión provocada. Por lo tanto, quedan al margen de la tipicidad la
muerte del feto
Los tipos delictivos

Los delitos de aborto están regulados en los arts. 85 a 87 del Código Penal. Aborto causado por
un tercero.

ABORTO CAUSADO POR UN TERCERO

ARTICULO 85. - El o la que causare un aborto será reprimido:

1. Con prisión de tres (3) a diez (10) años, si obrare sin consentimiento de la persona
gestante. Esta pena podrá elevarse hasta quince (15) años si el hecho fuere seguido de la
muerte de la persona gestante.

2. Con prisión de tres (3) meses a un (1) año, si obrare con consentimiento de la persona

La descripción legal, contempla dos modalidades de aborto: con y sin consentimiento de la


persona gestante. En el inciso primero del artículo 85, se prevé el “aborto sin el
consentimiento”, el cual puede cometerse en cualquier momento de la gestación, mientras que
en el inciso segundo se tipifica el “aborto con consentimiento”, que sólo puede cometerse
luego de haber transcurrido el término catorce (14) semanas de la gestación y no hayan
mediado las circunstancias de des incriminación previstas en el artículo 86.

En ambos supuesto el autor del delito debe ser un tercero, aunque la mujer realice actos de
coautoría El consentimiento, o su ausencia, constituye un elemento del tipo, según cuál sea la
clase de aborto. El aumento de la pena para casos de falta de consentimiento sólo es aplicable
al autor. El aborto sin consentimiento se agrava cuando muere la persona gestante como
consecuencia de las maniobras abortivas. Con otros términos, puede decirse que la agravante
se tipifica de la siguiente manera: debe haberse configurado el aborto básico (con todos sus
elementos constitutivos: mujer o persona con otra identidad de género, embarazada, ausencia
de consentimiento, feto vivo y muerte de éste), al que se le añade la muerte de la persona
gestante. Dado estos elementos, la figura aplicable es la del art. 85 en su tipo calificado.

El inciso segundo del articulo 85 prevé el "aborto con consentimiento" de la persona gestante,
pero cuya realización se produce después de haber transcurrido el término de catorce (14)
semanas de iniciada la gestación, siempre que no hayan mediado las circunstancias previstas
en el artículo 86.

Este delito, por lo tanto, requiere la concurrencia de dos elementos: uno positivo, que se
traduce en el consentimiento de la persona gestante para que un tercero realice el aborto
después de que haya transcurrido el término de catorce semanas desde el inicio de la
gestación, y uno negativo, consistente en que no deben haber ocurrido algunos de los
supuestos previstos en el artículo 86 CP, esto es, si el embarazo ha sido el resultado del delito
de violación o si estuviera en riesgo la vida o la salud de la persona gestante, puesto que, de lo
contrario -dadas estas situaciones- se presentaría un caso de impunidad.

Responsabilidad funcional en abortos legalmente autorizados

Artículo 85 bis: El o la que causare un aborto será reprimido:

1. Con prisión de tres (3) a diez (10) años, si obrare sin consentimiento de la persona
gestante. Esta pena podrá elevarse hasta quince (15) años si el hecho fuere seguido de la
muerte de la persona gestante.
2. Con prisión de tres (3) meses a un (1) año, si obrare con consentimiento de la persona
gestante, luego de la semana catorce (14) de gestación y siempre que no mediaren los
supuestos previstos en el artículo 86.

En funcionario público, el profesional, efector o el pers9nal de la salud tienen, en principio, el


deber de prestar la asistencia a la paciente a quien se le haya autorizado la interrupción
voluntaria del embarazo. Es una obligación principal, cuyo incumplimiento puede irrogar le a
estas personas responsabilidades disciplinarías, civiles, administrativas y penales. Pero -de
conformidad con la misma legislación- pueden también ser objetores de conciencia, que les
permite oponerse al cumplimiento del deber jurídico que implica la práctica del aborto (art.
10), vale decir, oponerse a la prestación invocando una objeción de conciencia fundada en
razones religiosas, morales. éticas, filosóficas, ideológicas e, inclusive, políticas.

La objeción de conciencia es un derecho del profesional y personal de la salud que deben


actuar en la dilemática instancia que plantea el aborto, y tiene su fundamento normativo en la
"libertad de conciencia o de religión" (libertad ideológica) reconocida en el artículo 12 de la
Convención Americana de Derechos Humanos (art. 75 inc. 22 CN). El articulo 1 O de la Ley Nº
27610 establece que quien ejerza la objeción de conciencia, deberá someterse a las siguientes
condiciones:

1. Mantener la decisión en todos los ámbitos, público, privado o de la seguridad social, en


los que ejerzan su profesión.
2. Derivar de buena fe a la paciente para que sea atendida por o~ u otra profesional en
forma temporánea y oportuna, sin dilaciones.
3. Cumplir con el resto de sus deberes profesionales y obligaciones jurídicas.

La misma normativa impide al personal de la salud negarse a la realización del aborto en casos
en los que la vida o la salud de la persona gestante esté en peligro y se requiera atención
médica inmediata e impostergable, como así a invocar la objeción de conciencia para negarse a
prestar atención sanitaria posaborto.

La norma no es muy clara y puede generar confusiones a la hora en que deba tomarse una
decisión sobre la realización de la práctica en estas situaciones, por cuanto establece la
prohibición, al personal de la salud, de negarse a la IVE en una paciente cuando su vida o su
salud "estén en peligro y requiera atención médica inmediata e impostergable", vale decir,
cuando concurran ambas condiciones, algo que podría no suceder en ciertas circunstancias,
por ejemplo, que la gestante presente un cuadro que pone en riesgo su vida o su salud, pero
que no requiere atención médica inmediata e impostergable, entorno que permitiría al
personal de la salud negarse a la prestación sanitaria invocando la objeción de conciencia. La
prohibición en los casos de atención sanitaria posaborto es razonable, en la medida que la
situación no implica la interrupción del embarazo, sino una prestación médica a una paciente a
quien "ya se le practicó" el aborto.

Precisamente el delito que estamos analizando sanciona a quien dilatare injustificadamente,


obstaculizare o se negare, en contravención de la normativa vigente, a practicar un aborto en
los casos legalmente autorizados. Si bien la norma -creemos que por un error de técnica
legislativa- sólo se refiere a la acción de “dilatar'' como que debe tratarse de una conducta
"injustificada", en realidad "todas" las acciones previstas en el tipo penal deben estar
injustificadas, porque, de lo contrario, no se trataría de comportamientos antijurídicos; de allí
que el mismo precepto aclara que las conductas se deben realizar "en contravención de la
normativa vigente", vale decir, de las disposiciones de la Ley Nº 27610.

Sujetos activos son el funcionario público o la autoridad del establecimiento de salud,


profesional, efector o personal de salud. Por lo tanto, se trata de un delito especial de autor
cualificado, el cual no puede ser cometido por cualquier persona. Desde luego que estos
sujetos pueden ser autores o participes -según la situación de que se trate- en las acciones
tendientes a la práctica del aborto, pero deberla analizarse caso por caso puesto que, la
autoridad del establecimiento (por ejemplo el director del hospital), podría dilatar u
obstaculizar la realización del aborto, pero no podría ser autor de "negarse a hacerlo" si no se
tratare de la persona que directamente debe intervenir en su realización. Si se tratare de un
objetor de conciencia, por ejemplo, que no hiciera la derivación de la paciente a otro
profesional en tiempo oportuno, incurriría en una dilación injustificada; si, en cambio, se
negara a prestar la asistencia a una paciente cuya vida o salud corren peligro y debe ser
atendida de inmediato y en forma impostergable, cometerla el delito que estamos analizando
(ver arts. 10 y 11 dela Ley Nº 27610). Sujeto pasivo es la mujer o persona con otra identidad de
género con capacidad para gestar, que ha requerido la interrupción voluntaria del embarazo.

El delito es doloso, de dolo directo, sin que se requiera un elemento subjetivo especial distinto
del dolo. La comisión imprudente no está prevista.

Tratándose de un delito de pura actividad, se consuma con la sola realización de las acciones
típicas, sin que sea necesario que se frustre la práctica del aborto. La tentativa no parece
admisible en ninguna de las modalidades previstas en el artículo.

ABORTO IMPUNE

Artículo 86: No es delito el aborto realizado con consentimiento de la persona gestante hasta
la semana catorce (14) inclusive del proceso gestacional.

Fuera del plazo establecido en el párrafo anterior, no será punible el aborto practicado con el
consentimiento de la persona gestante:

1. Si el embarazo fuere producto de una violación. En este caso, se debe garantizar la práctica
con el requerimiento y la declaración jurada de la persona gestante ante él o la profesional o
personal de salud interviniente.

2. En los casos de niñas menores de trece (13) años de edad, la declaración jurada no será
requerida.

El artículo 86 en su versión actual establece, en el primer párrafo -repitiendo el mismo texto


que describe el artículo 4 ° de la Ley Nº 27610 -, la desincriminación del aborto, en los términos
y condiciones que allí se establecen, presentándose una clara diferencia entre el aborto legal y
el aborto impune. El aborto legal es el que se realiza, con el consentimiento de la persona
gestante, "dentro" de las catorce (14) semanas, inclusive, del proceso gestacional. El aborto
impune, en cambio, es el que se realiza "después" de las catorce (14) semanas del proceso
gestacional, siempre que el embarazo haya sido el fruto del delito de violación o hubiere
peligro para la vida o la salud de la persona gestante. El artículo 86 en vigor contempla sólo dos
hipótesis: el "aborto terapéutico", que se refiere a la situación de peligro para la vida o la salud
de la persona gestante, y el "aborto sentimental o ético", que tiene relación con un embarazo
que ha sido el resultado de una violación. En estos casos, se puede practicar un aborto fuera
del plazo de catorce semanas establecido en la ley para el aborto legal. En el caso del aborto
sentimental o ético, establece el tipo de injusto que se debe garantizar la práctica con el
requerimiento y la declaración jurada de la persona gestante ante él o la profesional de salud
interviniente. En los casos de niñas menores de trece (13) años, la declaración jurada no será
requerida. Pero, cualquiera sea el caso, la norma comprende los casos que en el texto anterior
estaban en discusión: la violación en una mujer normal o, también, en una mujer idiota o
demente.

El tipo penal establece que, en estos casos, la persona debe "requerir" al sistema de salud la
interrupción del embarazo y suscribir una "declaración jurada" en la que se exprese en forma
clara y categórica que fue víctima de violación sexual, sin que sea necesario la formulación de
la .denuncia penal. Si la persona gestante es menor de trece años de edad, la declaración
jurada no es obligatoria ni podrá serle requerida bajo ninguna circunstancia.

En los casos de una persona gestante con capacidad restringida por sentencia judicial, la Ley Nº
27610 formula una distinción: si la restricción no tiene relación con el ejercicio de los derechos
otorgados por la Ley, podrá prestar su consentimiento informado Sin ningún impedimento ni
necesidad de autorización previa alguna, pero si la sentencia judicial impide prestar el
consentimiento para el ejercicio de tales derechos o ha declarado incapaz a la persona
gestante, deberá prestar su consentimiento con la asistencia de su representante legal o, en
ausencia de éste, de una persona allegada (art. 9°).

ABORTO PRETERINTENCIONAL

El art. 87 en la versión de la Ley Nº 27610 establece:

ARTICULO 87. - Será reprimido o reprimida con prisión de seis (6) meses a tres (3) años, el o
la que con violencia causare un aborto sin haber tenido el propósito de causarlo, si el estado
del embarazo de la persona gestante fuere notorio o le constare.

Son elementos de este delito: 1) el ejercicio de violencia, física o psíquica, sobre el cuerpo de la
mujer o dirigida a ella; 2) una persona gestante en estado de embarazo; 3) que ese estado le
conste al autor ( conocimiento asertivo, aunque no fuera visible) o sea notorio (manifiesto para
la generalidad de los individuos, no sólo para el autor); 4) la muerte del feto, o sea, que se
cause un aborto (no su tentativa) como consecuencia del empleo de violencia (relación causal
entre el acto violento y el resultado muerte del feto); y 5) inexistencia de dolo de aborto por
parte del autor.

Se discute en la doctrina sobre la naturaleza subjetiva de este delito. Para algunos es un aborto
culposo (Righi, Ramos, etc.), para otros una hipótesis de sucesión de dolo y culpa (Ramos
Mejía). Para nosotros (Buompadre) se trata de un dolo eventual. Se trata de un caso en que el
autor, no obstante advertir (o conocer) el estado de embarazo de la persona gestante y
previendo la posibilidad de un resultado previsible ( el aborto) si ejerce la violencia, no le
importa dicho resultado (lo menosprecia). no se detiene en su actuar, ejecuta el acto violento y
provoca el aborto. Estamos ante una hipótesis de dolo eventual.

ABORTO CAUSADO POR LA PROPIA MUJER. TENTATIVA.

ARTICULO 88. - Será reprimida con prisión de tres (3) meses a un (1) año, la persona gestante
que, luego de la semana catorce (14) de gestación y siempre que no mediaren los supuestos
previstos en el artículo 86, causare su propio aborto o consintiera que otro se lo causare.
Podrá eximirse la pena cuando las circunstancias hicieren excusable la conducta.
La tentativa de la persona gestante no es punible.

La disposición contempla dos figuras: el "aborto causado por la propia persona gestante" y el
“consentimiento dado por ella para que un tercero lo practique".

En el primer supuesto, el autor es la propia persona gestante, quien es la que ejecuta el aborto.
En el segundo, el artículo sólo establece la pena que debe aplicarse a la persona gestante que
consiente que se practiquen sobre ella las maniobras abortivas que darán lugar al aborto. Esta
última figura debe siempre hacerse jugar armónicamente con la del art. 85, inc. 2, del Código
Penal. El art. 88 abarca un caso de delito de acción bilateral, pues requiere la acción conjunta
del tercero que practica el aborto (art. 85) y de la persona gestante que presta el
consentimiento (art. 88). La tentativa no es punible, porque se trata de una excusa absolutoria
establecida en su favor, aunque también se extiende a los terceros que han participado con
actos de complicidad secundaria en el aborto tentado.

La nueva redacción dada al artículo por la Ley Nº 27610, sanciona la ejecución del propio
aborto o la prestación del consentimiento para que un tercero lo cause, siempre que ello
ocurra con posterioridad a las catorce semanas de gestación, salvo que mediaren las
circunstancias previstas en el artículo 86, esto es, que el embarazo haya sido el resultado de
una violación o haya corrido peligro la vida o la salud de la persona gestante, en cuyo caso el
aborto será impune. Ahora bien, el aborto causado por la propia persona gestante o la
prestación del consentimiento para que un tercero lo cause, hasta las catorce semanas de
gestación, configura un caso de aborto legal.

El artículo establece una eximición de la pena, cuando las circunstancias hicieren excusable la
conducta, las que podrían concurrir, por ejemplo, en situaciones de fuerte excitación u
obnubilación breve de la conciencia, temor o miedo profundo en mantener un embarazo no
deseado, intensa o aguda crisis sentimental o estados anímicos impulsados o alimentados por
conflictos en entornos familiares violentos y recurrentes, etc., situaciones que no alcanzan para
provocar un estado de inimputabilidad (no queda afectada la capacidad penal de la autora),
pero sí para quitar contenido disvalioso a la conducta, circunstancias que han influido en el
legislador a considerarlas no como atenuantes sino como eximentes de la pena.

DELITOS CONTRA LAS PERSONAS - LESIONES


BIEN JURÍDICO
El bien jurídico tutelado por estos delitos es la incolumidad personal, entendida ésta en el
doble aspecto de integridad física o psíquica. Vale decir, que los tipos delictivos previstos en el
presente capítulo protegen no sólo la salud corporal del ser humano (en un sentido físico o
material anatómico-funcional) sino también su vertiente psíquica o mental. El Código penal
clasifica las lesiones en tres categorías: leves (art. 89), graves (art. 90) y gravísimas (art. 91),
estableciendo un criterio de distinción en base a la gravedad del resultado, vale decir, en la idea
del daño sufrido por la víctima (Soler).

Leves art. 89

GRADO DE LAS
LESIONES Graves art. 90.

Gravísimas art. 91

LEVES

ARTICULO 89. - Se impondrá prisión de un mes a un año, al que causare a otro, en el cuerpo o
en la salud, un daño que no esté previsto en otra disposición de este código.

Los delitos de lesiones son delitos de resultado material, que pueden ser cometidos por vía de
comportamientos activos u omisivos, por cualquier medio y por sujetos indeterminados,
requiriendo en todos los casos, un resultado, que se traduce en un menoscabo a la salud o
integridad personal.

Sujeto activo puede ser cualquier persona, sin que se requiera de ninguna caracterización o
cualidad especial.

Sujeto pasivo puede ser, en principio, también cualquier persona, distinta del autor.

La acción material del delito consiste en causar (provocar, ocasionar7 etc.) a otro un daño en el
cuerpo o en la salud. Cualquier medio de comisión es admisible.

El delito puede cometerse por acción o por omisión ( omisión impropia). La lesión es un delito
de resultado material e instantáneo, pues para su consumación se requiere la producción de un
daño efectivo en el cuerpo o en la salud de la víctima Por lo tanto, la tentativa resulta
admisible.

La magnitud del daño causado carece de importancia a los fines de la consumación del delito.
El daño, por insignificante que sea, es lesión. Las lesiones de los arts. 89, 90 y 91 son dolosas y
admiten todas las formas del dolo, mientras que la lesión culposa está prevista en el art. 94.

El concepto básico de lesión que describe el art. 89, Cód. Penal, se obtiene, normativamente,
por exclusión: todo daño en el cuerpo o en la salud que no esté previsto en otra disposición de
este Código es lesión leve. Se trata de un tipo penal subsidiario. Por lesión, entonces, debe
entenderse, todo menoscabo de la integridad corporal o de la salud física o mental de u.na
persona. Por consiguiente, para su configuración, no son suficientes las simples vías de hecho
sin resultado (agresión o ataque sin consecuencias para la persona), sino que es necesaria la
producción de un daño, que debe recaer en el cuerpo o en la salud de otro (menoscabo físico o
psíquico).
DAÑO EN EL CUERPO: Se entiende por daño en el cuerpo toda alteración anormal en la
estructura física o anatómica de una persona (contusiones, heridas, fracturas óseas, etc.). El
daño puede ser externo (pérdida de un ojo por ejemplo) o interno (estallido del hígado, del
bazo, etc.)

El detrimento en la contextura física debe tener incidencia real en la eficacia vital del cuerpo
humano (Núñez). Por lo tanto, la alteración de parte del cuerpo que no afecte esta vitalidad o
que no tenga incidencia en ella, por ej., corte de cabellos, de barba, de uñas ( que son partes
que están destinadas a ser cortadas normal y periódicamente), no constituye lesión, aunque su
comisión puede dar lugar a otra figura delictiva (injuria real). Entendemos que el mismo criterio
(afectación vital) sirve para determinar, en el caso concreto, si ciertos actos de violencia
pueden configurar el delito, por ej., una bofetada, la torcedura de un brazo, el tirón de cabellos,
etcétera.

DAÑO EN LA SALUD: es un desorden de carácter fisiológico o psíquico, que afecta el desarrollo


funcional del organismo humano, sea en su aspecto físico como mental. Por lo tanto, cualquier
detrimento o perturbación en el organismo que afecte su desarrollo o equi1ibrio funcional
constituye un daño en la salud, criterio este que habrá de tenerse en cuenta en la calificación
de hipótesis que pueden generar dudas, por ej., los vómitos, pérdida transitoria de la memoria,
desmayo, etc.

GRAVES

ARTICULO 90. - Se impondrá reclusión o prisión de uno a seis años, si la lesión produjere una
debilitación permanente de la salud, de un sentido, de un órgano, de un miembro o una
dificultad permanente de la palabra o si hubiere puesto en peligro la vida del ofendido, le
hubiere inutilizado para el trabajo por más de un mes o le hubiere causado una deformación
permanente del rostro.

La nota característica de este tipo de lesión es el debilitamiento permanente que el daño causa
en el organismo de la víctima.

 Debilitación permanente de la salud: El debilitamiento en la salud es una disminución


de la capacidad funcional del sujeto por un periodo considerable de tiempo, donde el
debilitamiento debe ser permanente entendido esto con un suceso que si bien tiene
relación con una cuestión temporal, debe ser materia de diagnóstico médico y no
sujeto al exclusivo transcurso del tiempo. La perpetuidad no es una condición de la
permanencia.
 De un sentido: El sentido implica una determinada facultad por medio de la cual
recibimos los estímulos externos. Precisamente, cuando la lesión afecta la aptitud de la
función sensorial que permite la comunicación con el mundo exterior, estamos frente a
una debilitación del sentido.
 Debilitación permanente de un órgano: El concepto comprende e] conjunto de las
partes que integran una determinada función (Núñez). De manera que si la lesión
produce, en determinados casos, la eliminación del órgano pero la función sigue
subsistiendo, resulta encuadrable en el art. 90, Cód. Penal. Esto sucede, generalmente,
con los órganos bilaterales o compuestos, o con aquellos órganos que, siendo
unilaterales, su pérdida no elimina la función que cumplen en el organismo humano,
sino que sólo producen una debilitación de ella. Es lo que sucede en los casos de
pérdida o extirpación quirúrgica del bazo o del hígado. Similar criterio debe ser de
aplicación en los casos de pérdida de dientes que afectan o debilitan el órgano de la
masticación.
 De un miembro: La ley al hablar de miembro hace referencia a las cuatro extremidades
del cuerpo: brazos y piernas. El concepto es anatómico-funcional y la protección legal
se discierne en forma individual para cada miembro, no por pares. La pérdida de las
dos manos implica la pérdida del órgano de la aprehensión y, por lo tanto, la lesión es
gravísima. La pérdida de una sola mano, en cambio, no significa la pérdida del
miembro, pero igualmente la lesión es gravísima porque implica la pérdida del uso del
miembro El debilitamiento se produce cuando, con motivo de la lesión, se pierde
parcialmente la función del miembro o su capacidad de servicio. La lesión debe
debilitar la extremidad, de tal modo que deje de cumplir su función con la eficiencia
con la que la cumplía antes de sufrir el daño.
 Dificultad permanente del habla: La ley, en estos casos, hace referencia a los
inconvenientes duraderos que la lesión produce en la aptitud de las personas para
comunicarse con sus semejantes a través del lenguaje oral.
 Peligro para la vida del ofendido: El peligro a que alude la norma es un peligro
realmente corrido por la víctima, no presunto. Debe tratarse de un riesgo inmediato de
muerte. Debe tenerse en cuenta, en el juicio de verificación no necesariamente el
medio empleado por el autor en el caso concreto, sino la lesión misma es decir, lo que
ya se ha producido y no lo que pudo haberse producido.
 Inutilidad para el trabajo: Esta hipótesis implica la afectación de la capacidad laborativa
de la víctima, además de constituir el límite temporal entre la lesión leve y la grave.
El Código Penal utiliza una escala que puede esquematizarse de la siguiente manera:
a) Inutilidad para el trabajo menor a un mes= lesión leve (art 89).
b) Inutilidad para el trabajo mayor a un mes= lesión grave (art_ 90).
c) Inutilidad permanente para el trabajo= lesión gravísima (art. 91).
El criterio legal es objetivo y hace referencia, no al trabajo que la víctima . realizaba en
el momento de la lesión ( que también lo incluye), sino al trabajo en general,
comprensivo del habitual y el transitorio, siendo así amplia la fórmula legal.
 Deformación permanente en el rostro: La agravante requiere que la lesión provoque en
la víctima una deformación permanente en el rostro, es necesario una desfiguración de
1a fisonomía por alteración de la simetría del rostro o de una de sus partes (Núñez).
Por rostro debe entenderse la parte anterior de la cara, que va desde la parte frontal
hasta la extremidad del mentón, y de una a otra oreja. La deformación del rostro
implica, en cualquier caso, la afectación de su armonía con el resto del cuerpo humano.

GRAVÍSIMAS

Las lesiones gravísimas se caracterizan por la pérdida y la perpetuidad, aspectos que las
diferencian de otros tipos de lesiones.

 Enfermedad cierta o probablemente incurable: En la dogmática penal contemporánea


se entiende por enfermedad, desde el punto de vista jurídico, toda alteración temporal
o permanente del normal funcionamiento de un organismo humano que precise de
asistencia sanitaria y/o de un periodo apreciable de recuperación espontánea (Díez
Ripollés). La ley exige, además, que la enfermedad sea cierta o probablemente
incurable. Es tal aquella que, a juicio de la ciencia, nunca puede ser sanada por
completo, sea a través de un pronóstico de certeza ( ciertamente incurable) o de una
mera probabilidad (probablemente incurable: de curación excepcional). La persistencia
de la enfermedad incurable que desemboca en la muerte de la víctima no transforma
automáticamente el hecho en homicidio, pues la incurabilidad implica un estado o
proceso patológico que comprende la posibilidad de la muerte.
 Inutilidad permanente para el trabajo: En esta hipótesis, a diferencia del tiempo
transitorio previsto como lesión grave, la incapacidad laborativa debe ser permanente,
esto es, de una duración persistente, por largo tiempo, o bien la probabilidad de no
volver a tener su anterior eficacia laborativa.
 Pérdida de un sentido, órgano o miembro o del uso de un órgano o miembro: Estos
supuestos se diferencian de los casos de debilitamientos constitutivos de lesiones
graves, no sólo por la pérdida del sentido, órgano o miembro, sino también por la
pérdida del uso de los mismos. Lo !)rimero indica una privación absoluta o irreparable,
de carácter anatómico-funcional; lo segundo, sólo una privación funcional. La pérdida
de un miembro o de su uso, aun cuando formen parte de un órgano que sólo se
debilita, constituye lesión gravísima, porque la ley tutela cada miembro por separado,
tanto en su debilitamiento como en su pérdida física o de uso (Fontán Balestra, Creus).
 Pérdida de la palabra: La doctrina es pacífica en admitir que esta hipótesis se refiere a
la pérdida de lapa/abra como posibilidad de articulación, aunque puedan emitirse
sonidos, pues lo que verdaderamente importa es el hecho de la comunicación
mediante el lenguaje oral (Núñez, Soler, Fontán Balestra, Terán Lomas, Creus, Laje
Anaya, Villada), pudiendo tener su origen en una lesión física o psíquica. La completa
afonía podría quedar comprendida en esta hipótesis cuando implique la pérdida de la
eficacia de la función del lenguaje.
 Pérdida de la capacidad de engendrar o concebir: La fórmula hace referencia a la
eliminación o desaparición de la función reproductora. La ley atiende a la capacidad
presente o futura de reproducción y, por lo tanto, la agravante se concreta en el
sentido de esterilidad o impotencia. Estas consecuencias pueden producirse a través
de 1 a castración, que consiste en la ablación ( extirpación) o destrucción de los
órganos genitales masculinos o femeninos, que producen en el sujeto la pérdida de la
capacidad coeundi o generandi, o por cualquier otro medio que lleve a idénticos
resultados, por ej., exposición a rayos X, lesiones en la médula, vulvectomía o
clitoridectomía por celos o venganza, maniobras abortivas, etcétera. La impotencia
coeundi se traduce en la incapacidad para realizar el coito, mientras que la impotencia
generandi es la incapacidad para engendrar. Ambas afectan Ja capacidad de procrear
del individuo. La esterilización, por su parte, es la anulación de la capacidad genésica.

FIGURAS AGRAVADAS

ARTICULO 92. - Si concurriere alguna de las circunstancias enumeradas en el artículo 80, la


pena será: en el caso del artículo 89, de seis meses a dos años; en el caso del artículo 90, de
tres a diez años; y en el caso del artículo 91, de tres a quince años.

El precepto contempla circunstancias agravantes de las lesiones descriptas en los arts. 89, 90 y
91 del código penal. Para la aplicación de la agravante es suficiente con que concurra una de las
situaciones previstas en el art. 80,
FIGURAS ATENUADAS

ARTICULO 93. - Si concurriere la circunstancia enunciada en el inciso 1º letra a) del artículo


81, la pena será: en el caso del artículo 89, de quince días a seis meses; en el caso del artículo
90, de seis meses a tres años; y en el caso del artículo 91, de uno a cuatro años.

El precepto regula forma atenuadas de las lesiones previstas en los arts. 89, 90 y 91 del Código
Penal. Se trata de lesiones cometidas en estado de emoción violenta.

LESIONES CULPOSAS

Se impondrá prisión de un (1) mes a tres (3) años o multa de mil (1.000) a quince mil
(15.000) pesos e inhabilitación especial por uno (1) a cuatro (4) años, el que por imprudencia
o negligencia, por impericia en su arte o profesión, o por inobservancia de los reglamentos o
deberes a su cargo, causare a otro un daño en el cuerpo o en la salud.

Si las lesiones fueran de las descriptas en los artículos 90 o 91 y fueren más de una las
víctimas lesionadas, el mínimo de la pena prevista en el primer párrafo, será de seis (6)
meses o multa de tres mil (3.000) pesos e inhabilitación especial por dieciocho (18) meses.

ARTICULO 94 bis. - Será reprimido con prisión de uno (1) a tres (3) años e inhabilitación
especial por dos (2) a cuatro (4) años, si las lesiones de los artículos 90 o 91 fueran
ocasionadas por la conducción imprudente, negligente o antirreglamentaria de un vehículo
con motor.

La pena será de dos (2) a cuatro (4) años de prisión si se verificase alguna de las
circunstancias previstas en el párrafo anterior y el conductor se diese a la fuga, o no intentare
socorrer a la víctima siempre y cuando no incurriera en la conducta prevista en el artículo
106, o estuviese bajo los efectos de estupefacientes o con un nivel de alcoholemia igual o
superior a quinientos (500) miligramos por litro de sangre en el caso de conductores de
transporte público o un (1) gramo por litro de sangre en los demás casos, o estuviese
conduciendo en exceso de velocidad de más de treinta (30) kilómetros por encima de la
máxima permitida en el lugar del hecho, o si condujese estando inhabilitado para hacerlo por
autoridad competente, o violare la señalización del semáforo o las señales de tránsito que
indican el sentido de circulación vehicular, o cuando se dieren las circunstancias previstas en
el artículo 193 bis, o con culpa temeraria, o cuando fueren más de una las víctimas
lesionadas.

HOMICIDIO O LESIONES EN RIÑA


ARTICULO 95. - Cuando en riña o agresión en que tomaren parte más de dos personas,
resultare muerte o lesiones de las determinadas en los artículos 90 y 91, sin que constare
quiénes las causaron, se tendrá por autores a todos los que ejercieron violencia sobre la
persona del ofendido y se aplicará reclusión o prisión de dos a seis años en caso de muerte y
de uno a cuatro en caso de lesión.
ARTICULO 96. - Si las lesiones fueren las previstas en el artículo 89, la pena aplicable será de
cuatro a ciento veinte días de prisión.  ATENUANTE cuando se trate de lesiones leves en el
ofendido.

La riña es el súbito acometimiento recíproco y tumultuario, de más de dos personas (tres como
mínimo). En la riña, la lucha se caracteriza por la reciprocidad de las acciones de violencia, por
la mutua agresión, sin que cada protagonista sepa cuál es el papel que lleva en la pelea. Hay
ataque de unos y contraataque (resistencia) de otros.

La agresión, en cambio. es el acometimiento tumultuario de tres o más personas contra una u


otras que no resisten activamente. Hay ataque de unos pero sin defensa de otros.

Se trata de un delito común, en el que cualquier persona puede ser sujeto activo o pasivo, pero
sólo autor quién haya "ejercido violencia sobre la persona del ofendido". En cuanto al sujeto
pasivo, también puede ser cualquier persona, tanto quién participa de la riña o agresión como
un tercero extraño a la misma (por ej. el curioso que mira la riña desde la vereda de enfrente y
recibe un proyectil disparado por uno de los contendientes).

Las condiciones exigibles normativamente son:

a) Riña de tres o más personas. Es un delito colectivo con pluralidad de individuos, al menos
tres como mínimo.

b) Resultado mortal o lesivo. La riña, en sí misma, sin resultados, no es punible como delito
sino, en todo caso, como infracción contravencional. Sólo es punible en la medida que de ella
resulte una muerte o una lesión, sea que se hayan producido en las personas participantes de
la riña o un tercero ajeno a ella, por ej., un transeúnte, un curioso, un agente de la autoridad,
un pacificador, etcétera.

c) No constancia de autoría. La individualización del autor de los resultados previstos en la ley


implica el desplazamiento de la figura hacia el homicidio o las lesiones. Si el autor consta,
entrará en juego exclusivamente el homicidio y, si no consta, la riña.

d) Ejercicio de violencia. Éste es un requisito positivo del tipo, que exige la identificación del
que ejerció violencia (física) sobre la víctima.

Subjetivamente, el delito requiere una conducta dolosa dirigida necesariamente a la


participación en una riña. El dolor no abarca los resultados producidos (la muerte o la lesión),
pero sí las violencias ejercidas sobre la otra persona En suma, el dolo es de riña, nunca de
lesiones o muerte. Las formas culposas no están previstas. Tratándose de un delito de
resultado material, se consuma cuando se produce el resultado típico: muerte o-lesiones de la
persona ofendida. Por las características del tipo, quedan excluidas la participación y la
tentativa.
DUELO
ARTICULO 97. - Los que se batieren en duelo, con intervención de dos o más padrinos,
mayores de edad, que elijan las armas y arreglen las demás condiciones del desafío, serán
reprimidos:

1º Con prisión de uno a seis meses, al que no infiriere lesión a su adversario o sólo le causare
una lesión de las determinadas en el artículo 89.

2º Con prisión de uno a cuatro años, al que causare la muerte de su adversario o le infiriere
lesión de las determinadas en los artículos 90 y 91.

ARTICULO 98. - Los que se batieren, sin la intervención de padrinos, mayores de edad, que
elijan las armas y arreglen las demás condiciones del desafío, serán reprimidos:

1º El que matare a su adversario, con la pena señalada para el homicida;

2º El que causare lesiones, con la pena señalada para el autor de lesiones;

3º El que no causare lesiones, con prisión de un mes a un año.

ARTICULO 99. - El que instigare a otro a provocar o a aceptar un duelo y el que desacreditare
públicamente a otro por no desafiar o por rehusar un desafío, serán reprimidos:

1 Con multa de pesos mil a pesos quince mil si el duelo no se realizare o si realizándose, no
se produjere muerte ni lesiones o sólo lesiones de las comprendidas en el artículo 89.

2 Con prisión de uno a cuatro años, si se causare muerte o lesiones de las mencionadas en
los artículos 90 y 91.

ARTICULO 100. - El que provocare o diere causa a un desafío, proponiéndose un interés


pecuniario u otro objeto inmoral, será reprimido:

1º Con prisión de uno a cuatro años, si el duelo no se verificare o si efectuándose, no


resultare muerte ni lesiones.

2 Con reclusión o prisión de tres a diez años, si el duelo se realizare y resultaren lesiones;

3 Con reclusión o prisión de diez a veinticinco años, si se produjere la muerte.

ARTICULO 101. - El combatiente que faltare, en daño de su adversario, a las condiciones


ajustadas por los padrinos, será reprimido:

1º Con reclusión o prisión de tres a diez años, si causare lesiones a su adversario.

2º Con reclusión o prisión de diez a veinticinco años, si le causare la muerte.

ARTICULO 102. - Los padrinos de un duelo que usaren cualquier género de alevosía en la
ejecución del mismo, serán reprimidos con las penas señaladas en el artículo anterior, según
fueren las consecuencias que resultaren.

ARTICULO 103. - Cuando los padrinos concertaren un duelo a muerte o en condiciones tales
que de ellas debiere resultar la muerte, serán reprimidos con reclusión o prisión de uno a
cuatro años, si se verificare la muerte de alguno de los combatientes. Si no se verificare la
muerte de alguno de ellos, la pena será de multa de pesos mil a pesos quince mil.
ABUSO DE ARMAS
ARTICULO 104. - Será reprimido con uno a tres años de prisión, el que disparare un arma de
fuego contra una persona sin herirla.

Esta pena se aplicará aunque se causare herida a que corresponda pena menor, siempre que
el hecho no importe un delito más grave.

Será reprimida con prisión de quince días a seis meses, la agresión con toda arma, aunque no
se causare herida.

DISPARO DE ARMA DE FUEGO

La estructura típica. del delito exige la concurrencia de los siguientes elementos:

a) Que se dispare un arma de fuego. La acción típica consiste en "disparar un arma de fuego".
Un arma de fuego se dispara cuando se acciona su mecanismo y sale despedido el proyectil.
Por arma debe entenderse todo instrumento que aumenta el poder ofensivo de la persona. El
tipo legal, sin embargo, exige que el arma sea de fuego, esto es, que dispare proyectiles a
través de un mecanismo que se acciona por deflagración de la pólvora

b) Que el disparo se haya efectuado contra una persona. La acción material sólo es típica en la
medida que haya sido encaminada en cierta dirección: es necesario que haya sido dirigida
"contra una persona", en dirección a ella.

c) Que no se cause herida. Esta expresión debe entenderse como no haberse causado ningún
resultado aunque se hubiera pensado en dar en el blanco. Si se hubiera causado algún
resultado (por ej., herida), el hecho se mantiene dentro del tipo del art. 104 si a ese resultado
le corresponde pena menor (por ej., lesiones leves, que tienen pena de 1 mes a 1 año de
prisión, art. 89 CP). Si la pena es mayor en función del mayor daño producido, por ej., lesiones
graves, gravísimas o muerte, la figura se desplaza hacia la que corresponde a tales resultados.
La muerte dolosamente causada por el disparo del arma de fuego, configura homicidio: la
tentativa de estos delitos desplaza la figura del art 104, primer párr. El delito es doloso, de dolo
directo, aunque algunos aceptan como suficiente el dolo eventual. No están comprendidas las
formas culposas o imprudentes. Se consuma con la acción de disparar el arma de fuego, lo cual
implica no solamente que el arma haya sido disparada., sino también que el proyectil haya sido
"realmente" despedido hacia la persona. Pero, si se acciona el mecanismo del arma y el
proyectil no es despedido, entonces estamos ante una hipótesis de tentativa, por ej., por
defectos en alguna pieza del arma o del propio proyectil. Si, en cambio, el disparo se produjo
pero el proyectil se desvió, no dio en el blanco, impactó en algún obstáculo, etc., el delito
igualmente ha quedado perfeccionado.

AGRESIÓN CON TODA ARMA

La acción típica consiste en agredir, esto es acometer o atacar a otra persona empleando un
arma, de manera que se coloque en peligro la incolumidad física de ella. La sola exhibición del
arma o la amenaza con ella, no alcanzan para concretar el delito. Es indispensable el ataque o
acometimiento. El arma puede ser cualquiera, propia o impropia, de fuego o de disparo,
siempre que las de fuego no sean empleadas como tales, sino como objetos contundentes. Es
un delito de peligro concreto y de carácter doloso, incompatible con el dolo eventual y la culpa.
Se consuma con la realización de la acción típica, esto es, con el acometimiento armado. La
tentativa se muestra como de difícil concreción.

AGRAVANTES Y ATENUANTES COMUNES

ARTICULO 105. - Si concurriera alguna de las circunstancias previstas en los artículos 80 y 81,
inciso 1º, letra a), la pena se aumentará o disminuirá en un tercio respectivamente.

El precepto regula hipótesis de circunstancias agravantes y atenuantes relacionadas con las


figuras previstas en el art. 104. Ellas se limitan a las establecidas en el art. 80 (circunstancias
agravantes) y a la emoción violenta del art. 81, inc. 1º, letra "a" (circunstancias atenuantes). En
ambos casos, las penas aumentan o disminuyen en. un tercio.
ABANDONO DE PERSONAS

ARTICULO 106.- El que pusiere en peligro la vida o la salud de otro, sea colocándolo en
situación de desamparo, sea abandonando a su suerte a una persona incapaz de valerse y a
la que deba mantener o cuidar o a la que el mismo autor haya incapacitado, será reprimido
con prisión de 2 a 6 años.

La pena será de reclusión o prisión de 3 a 10 años, si a consecuencia del abandono resultare


grave daño en el cuerpo o en la salud de la víctima.

Si ocurriere la muerte, la pena será de 5 a 15 años de reclusión o prisión.

El precepto describe tres conductas diferentes, las que, en rigor de verdad, son
complementarias de una acción típica común a todas ellas: poner en peligro la vida o la salud
de otra persona, mientras que las otras conductas previstas en el artículo son modos de
comisión del delito. Las tres formas son:

a) Colocar a una persona en una situación de desamparo. Consiste en poner a la víctima en una
situación tal, que implica su desprotección o aislamiento, sin posibilidades de obtener auxilio o
asistencia de terceros y de la cual resulte un peligro para su vida o su salud. La conducta del
autor, que en este caso es eminentemente activa, crea la situación de peligro por el desamparo
en que queda la víctima, esto es, sin posibilidad alguna -como dijimos- de obtener ayuda o
asistencia, necesarias para preservar su vida o su salud.

b) Abandonando a su suerte a una persona incapaz de valerse y a la que el autor deba


mantener o cuidar. Esta figura está construida sobre la misma idea de abandono de la conducta
anterior, esto es, sacando a la víctima del lugar en que se halla y dejándola en otro, o también
alejándose el autor del lugar en que se encuentra, dejando allí a la víctima. Sujeto activo sólo
puede ser quien tiene la obligación de mantener o cuidar al incapaz de valerse. Esta obligación
que es de carácter jurídico (no social o de otra naturaleza), puede provenir de la ley, de un
negocio jurídico o del actuar precedente del autor. Sujeto pasivo es la persona incapaz de
valerse, entendiéndose por tal a quien carece de aptitud para proveerse a sí misma. La
incapacidad abarca, no sólo la declarada por ley, sino también la incapacidad de hecho, la cual
debe ser determinable en cada caso concreto.

c) Abandonando a la persona a la que el propio autor ha incapacitado. Su fundamento radica


en la necesidad de encuadrar penalmente aquellos casos de alejamiento del autor después de
un accidente dejando sin socorro al lesionado.

AGRAVANTE

Las agravantes del delito están previstas en los párrafos 2° y 3° del art. 106, cuyos distintos
resultados (grave daño o muerte) habrán de determinar la pena aplicable. Son resultados
preterintencionales no abarcados por el dolo, directo o eventual, del autor. El daño en el
cuerpo o en la salud de la víctima o su muerte, deben ser la consecuencia directa del
abandono, no de la conducta anterior del autor. Por grave daño debe entenderse las lesiones
graves y gravísimas de los arts. 90 y 91. Los daños leves quedan absorbidos por la figura básica

AGRAVANTES POR EL VÍNCULO PARENTAL

ARTICULO 107.- El máximum y el mínimum de las penas establecidas en el artículo


precedente, serán aumentados en un tercio cuando el delito fuera cometido por los padres
contra sus hijos y por éstos contra aquéllos o por el cónyuge.

El articulo contempla una figura agravada por el vínculo del parentesco entre padres e hijos y
por el vínculo legal del matrimonio. La relación parental sólo está referida a los padres e hijos,
quedando excluida la de los abuelos y nietos, lo que no parece justificable. En el caso del
cónyuge, la agravante no alcanza a la persona divorciada legalmente, con sentencia firme de
divorcio vincular ni a las uniones convivenciales ni a las relaciones de pareja.

OMISIÓN DE AUXILIO

ARTICULO 108. - Será reprimido con multa de pesos setecientos cincuenta a pesos doce mil
quinientos el que encontrando perdido o desamparado a un menor de diez años o a una
persona herida o inválida o amenazada de un peligro cualquiera; omitiere prestarle el auxilio
necesario, cuando pudiere hacerlo sin riesgo personal o no diere aviso inmediatamente a la
autoridad.

Se trata de un delito de peligro para la vida o la salud de las personas. Es de pura omisión
( omisión propia), de simple actividad y se consuma con la omisión misma, sin que importe la
causación de un daño o resultado alguno.

Sujeto activo puede ser cualquier persona; sujeto pasivo, en cambio, solo puede ser quien se
está expresamente mencionado en la ley: a) menor de diez años; b) una persona herida; c) una
persona inválida; d) una persona amenazada de un peligro cualquiera. Pero, en todas estas
hipótesis, el sujeto pasivo tiene que encontrarse “perdido” o “desamparado”.

El artículo plantea dos situaciones típicas: 1) no prestar el auxilio necesario cuando se puede
hacerlo sin riesgo personal; y 2) no dar aviso inmediatamente a la autoridad, si se corre riesgo.
En ambos supuestos, la conducta omisiva tiene relación directa con una víctima desamparada
o amenazada de un peligro cualquiera. Tratándose, entonces, de un delito estructurado
omisivamente, lo punible consiste en infringir (no cumplir) con la acción que el ordenamiento
jurídico espera que se cumpla: prestar el auxilio necesario o dar aviso a la autoridad. El riesgo
personal se convierte así en el límite del cumplimiento de una u otra obligación. El sujeto debe
prestar el auxilio necesario; sólo si existe algún riesgo para su persona, debe dar aviso a la
autoridad en el término que la ley prescribe ( de inmediato). Sólo están obligados a actuar, no
obstante el riesgo personal, aquellos que deben soportarlo por imposición de la ley, empleo,
oficio, convención particular, etc. (ej., bomberos, agentes de policía, médicos).
DELITOS CONTRA EL HONOR
BIEN JURÍDICO PROTEGIDO

Es el HONOR. Se refiere a una valoración o un juicio de valor sobre las cualidades personales de
un individuo, que depende y varía según la época histórica y las costumbres sociales en torno
al ámbito de actuación de la persona en el orden individual, como así también en su
comportamiento colectivo o social.

LOS SUJETOS DEL DELITO

Sujeto activo. Puede ser cualquier persona física a excepción de aquellas que gozan de
inmunidades parlamentarias (legisladores, concejales), mientras las manifestaciones se
realicen durante el desempeño de su mandato y tengan relación con la actuación funcional.
Sujeto pasivo. También puede ser cualquier persona física. Las personas jurídicas o
corporaciones no podrían serlo.

CALUMNIA

ARTICULO 109. - La calumnia o falsa imputación a una persona física determinada de la


comisión de un delito concreto y circunstanciado que dé lugar a la acción pública, será
reprimida con multa de pesos tres mil ($ 3.000.-) a pesos treinta mil ($ 30.000.-). En ningún
caso configurarán delito de calumnia las expresiones referidas a asuntos de interés público o
las que no sean asertivas.

La calumnia es una injuria especializada por la conducta imputada. La injuria es el género y la


calumnia la especie, relación de la cual se infiere que toda ofensa al honor de una persona que
no configure una calumnia., es una injuria.
Las infracciones contra el honor son delitos de pura actividad y de peligro concreto, cuya
consumación no requiere que el honor se haya efectivamente perjudicado; es suficiente con el
peligro de daño realmente corrido por el bien jurídico.

La acción típica consiste en imputar a otro un delito, sea como autor o como partícipe del
mismo: El tipo legal requiere la concreción de los siguientes elementos:

a) Una imputación, esto es, una conducta imputativa, la que debe entenderse como una
atribución -o poner a cargo- a otra persona de la comisión de un hecho delictivo; sin
imputación no hay calumnia.

b) La imputación debe ser concreta y circunstanciada. La imputación debe contener todas las
circunstancias del delito que sean suficientes para precisarlo en el caso concreto. No bastan las
atribuciones genéricas, vagas o ambiguas, si no van acompañadas de la explicitación de hechos
concretos.

c) La imputación debe concretarse respecto a una persona física determinada. Vale decir, que
requiere una atribución delictiva a una persona o personas, singularizada subjetivamente; por
lo tanto, la imputación tendrá que concretar, en forma circunstanciada ( determinación de las
condiciones personales, de tiempo, modo y lugar), el hecho y su autor. De lo contrario, faltará
un elemento del tipo objetivo y, por ende, la calumnia.

d) La imputación debe ser de un delito, vale decir, de un hecho tipificado en el Código penal,
leyes complementarias y especiales, doloso o culposo, quedando excluidas las faltas y
contravenciones (cuya imputación, en todo caso, podría configurar una injuria).

e) Delito de acción pública. Con arreglo a la prescripción legal, la imputación debe ser de un
delito que dé lugar a la acción pública. Son delitos de esta clase aquellos cuya acción puede
promoverse de oficio, con prescindencia de la instancia de parte o el interés del particular
afectado; de aquí que no están comprendidos los delitos de acción privada (art. 73 CP) ni los
dependientes de instancia privada (art. 72 CP).

f) La Imputación debe ser falsa. La imputación es falsa cuando el hecho es incierto o inexistente
(falsedad objetiva) o cuando el autor sabe que 'el hecho atribuido no existe o, si fuera cierto, se
lo imputa a una persona que no ha participado en el mismo (falsedad subjetiva); de lo que se
infiere que la imputación debe ser mentirosa, objetiva y/o subjetivamente falsa

Diferencia con la injuria: entre injuria y calumnia existe una relación de género a especie
(género: injuria; especie: calumnia). Ambos delitos son ataques contra el honor y susceptibles
de producir deshonra o descrédito, pero en la calumnia, el ataque al honor se torna más grave
por la naturaleza del hecho que se imputa (imputación falsa de un hecho delictivo). Por lo
tanto, la separación entre ambos está dada fundamentalmente por la naturaleza del hecho
imputado.

INJURIA

ARTICULO 110. - El que intencionalmente deshonrare o desacreditare a una persona física


determinada será reprimido con multa de pesos mil quinientos ($ 1.500.-) a pesos veinte mil
($ 20.000.-). En ningún caso configurarán delito de injurias las expresiones referidas a asuntos
de interés público o las que no sean asertivas. Tampoco configurarán delito de injurias los
calificativos lesivos del honor cuando guardasen relación con un asunto de interés público.

Con arreglo al precepto legal, la injuria o el tipo de injusto consiste en "deshonrar" o


"desacreditar" a otro. Se da esta particular situación cuando se pone a cargo de alguien una
conducta., un vicio, una costumbre o calidades susceptibles de ser apreciadas peyorativamente
para la personalidad del ofendido (honra o crédito) y consideradas a partir de una perspectiva
ético-social como disvaliosa. De aquí que la injuria puede manifestarse tanto mediante una
acción contumeliosa (ejecución de la ofensa en presencia del ofendido o dirigida directamente
a él), como por una acción difamatoria (divulgación de la ofensa entre los terceros en ausencia
del ofendido). Se trata de un delito de mera conducta y de peligro concreto~ resultando
irrelevante la producción de daño alguno o de menoscabo al honor del ofendido.

Con la acción de deshonrar se ataca la honra, la dignidad o consideración de la persona; con la


acción de desacreditar, la reputación, la confianza o el prestigio de que goza un individuo en
razón de su personalidad.

Para alcanzar su perfeccionamiento basta con la puesta en peligro del honor del ofendido sin
que sea necesario que la deshonra o el descrédito se alcancen, por cuanto lo que produce la
consumación típica no es la propia conducta injuriosa en sí misma sino que el sujeto pasivo o
un tercero reciban los efectos o consecuencias del agravio al tomar conocimiento de él, aún
cuando ese agravio no alcance a dañar la honra o reputación del sujeto pasivo. Para que se
configure el delito, la ofensa debe ser imputativa, es decir, que debe implicar la atribución a
otro de una cualidad. una costumbre o una conducta susceptible de ser apreciadas como
peyorativa para la personalidad del ofendido.

La injuria es un delito doloso, que admite sólo el dolo directo.

LA PRUEBA DE LA VERDAD DE LA IMPUTACIÓN

ARTICULO 111. - El acusado de injuria, en los casos en los que las expresiones de ningún
modo estén vinculadas con asuntos de interés público, no podrá probar la verdad de la
imputación salvo en los casos siguientes:

1) Si el hecho atribuido a la persona ofendida, hubiere dado lugar a un proceso penal.

2) Si el querellante pidiera la prueba de la imputación dirigida contra él.

En estos casos, si se probare la verdad de las imputaciones, el acusado quedará exento de


pena.

Con arreglo al precepto legal, el acusado de injurias sólo puede probar la verdad de la
imputación en dos casos:

1) Si el hecho atribuido a la persona ofendida, hubiere dado lugar a un proceso penal. Resulta
necesario que al momento de promoverse la excepción, el contenido de la ofensa (hecho) haya
sido o sea objeto de un proceso penal (por delitos de acción pública o privada). En este caso
estamos en presencia de una "excusa absolutoria", que deja intacta la antijuricidad del tipo
penal y que, por ende, puede dar lugar a la reparación de los daños y perjuicios causados.
2) Si el querellante pidiere la prueba de la verdad de la imputación dirigida contra él. La
restricción probatoria opera a favor del ofendido y no de la sociedad, circunstancia que explica
la admisibilidad probatoria ante el requerimiento de aquél. La oportunidad que tiene el
ofendido para formular este pedido es el acto de promoción de la acción por injurias, mediante
formalidades específicas que tienen especial regulación en las leyes procesales. Probada la
verdad de la imputación -dice la ley-el acusado quedará exento de pena, consecuencia que, no
obstante y por mantener el carácter delictivo del agravio, deja indemne la reparación civil.

ART. 112 DEROGADO

PUBLICACIÓN O REPRODUCCIÓN DE OFENSAS INFERIDAS POR OTRO

ARTICULO 113. - El que publicare o reprodujere, por cualquier medio, injurias o calumnias
inferidas por otro, será reprimido como autor de las injurias o calumnias de que se trate,
siempre que su contenido no fuera atribuido en forma sustancialmente fiel a la fuente
pertinente. En ningún caso configurarán delito de calumnia las expresiones referidas a
asuntos de interés público o las que no sean asertivas.

La infracción supone el castigo del autor de la publicación o reproducción de la ofensa.


Reproducir" es repetir la especie. "Publicar" es hacerla conocer por cualquiera de los medios
que la hacen llegar a un número indeterminado de personas.

El tipo de injusto reprime al autor de la publicación o reproducción de injurias o calumnias


inferidas por otro; se trata de un delito complejo, de acciones alternativas e independientes,
que toma distancia de los tipos genéricos de los arts. 109 y 11 O. El tipo admite, como en el
texto sustituido, dos formas comisivas: reproducir (volver a producir) o publicar (hacer llegar
las injurias o calumnias -cometidas por otro- a un número indeterminado de personas). La
expresión por cualquier medio nos indica una infinidad de medios posibles de repetir la
imputación original; entre ellos, pueden mencionarse la palabra hablada o escrita, su comisión
por medio de misivas, teléfono, correo electrónico, por la prensa oral, escriÚ¾ televisiva, etc.
Autor de este delito puede ser cualquier persona física. Se trata de un tipo de sujetos
indiferenciados.

OFENSAS PROPAGADAS POR MEDIO DE LA PRENSA

ARTICULO 114. - Cuando la injuria o calumnia se hubiere propagado por medio de la prensa,
en la capital y territorios nacionales, sus autores quedarán sometidos a las sanciones del
presente código y el juez o tribunal ordenará, si lo pidiere el ofendido, que los editores
inserten en los respectivos impresos o periódicos, a costa del culpable, la sentencia o
satisfacción.

El precepto legal contiene una forma de reparación -si lo pide el ofendido-, publicando la
sentencia o satisfacción (explicación o retractación) y una regla que determina la jurisdicción
aplicable; pero, en cualquier caso, se trata de un delito dependiente de la calumnia e injuria
como tipos generales de imputación.
El comportamiento típico consiste en propagar una injuria o una calumnia por medio de la
prensa; vale decir, que la conducta prohibida se traduce en cometer una injuria o una-
calumnia, pero que se especializa por la publicidad que se imprime a la ofensa; el verbo
"propagar" no quiere decir otra cosa que divulgar, difundir, publicar a través de un medio de
prensa, que es un medio masivo de difusión que hace llegar la injuria o calumnia a un número
indeterminado de personas. La propagación -en estos supuestos- se debe realizar "por medio
de la prensa”.

Se trata de un tipo penal de sujetos indiferenciados. Cualquier persona, al igual que en los tipos
generales de calumnia e injuria puede ser sujeto activo o pasivo de esta infracción. Es un delito
doloso. El autor debe saber ( elemento intelectual) y querer ( elemento volitivo) proferir o
publicar una injuria o calumnia por medio de la prensa. Para la "doctrina de la Real Malicia" el
ofendido debe probar que el periodista-editor (responsable o no) actuó con intención de
ofender o agraviar a funcionarios públicos, figuras públicas o a particulares que
involuntariamente devienen en públicas; vale decir, que la exculpación de un periodista que ha
difundido información reputada de falsa, debe hacerse en el marco del tipo subjetivo,
debiendo el querellante probar que aquél actuó con dolo o con notoria imprudencia (CSJN, in
re "Morales Solá", LL-1996-E-325). Con esta doctrina se procura un equilibrio razonable entre la
función de la prensa y los derechos individuales que hubieren sido afectados por comentarios
lesivos a funcionarios públicos, figuras públicas-aun particulares-. que hayan protagonizado
situaciones de interés público objeto de la información o de la crónica.

INJURIAS EN JUICIO

ARTICULO 115. - Las injurias proferidas por los litigantes, apoderados o defensores, en los
escritos, discursos o informes producidos ante los tribunales y no dados a publicidad,
quedarán sujetas únicamente a las correcciones disciplinarias correspondientes.

Se trata de injurias vertidas enjuicio (litigio) por cualquiera de las partes en conflicto, ,us
apoderados o defensores, en el ejercicio de dichos roles, que no hayan sido dadas a publicidad
por obra de aquellos ( como autores, participes o instigadores); reunidas esas condiciones, la
ley penal exime de pena y deja librado el reproche a las "correcciones disciplinarias
correspondientes", de naturaleza administrativa.

Con arreglo al precepto legal, la acción típica consiste en proferir injurias en un juicio que se
dirime ante los tribunales de justicia, en un litigio jurisdiccional. La eximente sólo alcanza al
delito de injuria (art. 110), no así a las calumnias, abarcando las injurias manifiestas, equívocas,
encubiertas, explícitas e implícitas, directas, larvadas, transversales, originarias, reproducidas,
etc., inclusive, -no obstante la respetada opinión de Núñez en contrario-, las llamadas "injurias
reales" (hechos, gestos, señales indecorosas, etc.), por cuanto son injurias comprendidas en el
art. 110.

Quedan comprendidos en la disposición, entonces, no sólo los tribunales judiciales, sino


también los tribunales administrativos, de faltas, los tribunales militares, etc. Las injurias
proferidas enjuicio deben quedar en el ámbito del conflicto, pues el injusto típico se aplica a
condición de que las injurias no fueran dadas a publicidad, vale decir, que no se ventilen fuera
del marco de la cuestión justiciable.
Se trata de un delito especial propio, de autores calificados por el rol que desempeñan dentro
del proceso controversial; por lo que sólo éstos pueden ser sujetos activos: litigantes, que son
los que ejercitan el derecho propio cuyo reconocimiento se pretende en un proceso; en forma
activa (pretensor, actor, incidentista, nulisdicente, tercerista, fiscal, querellante, actor civil, etc.)
o pasiva (demandado, incidentado, acusado, querellado, etc.); apoderados, que son los que
actúan por mandato, general o especial, del litigante, en un litigio de cualquier fuero;
defensores, que son los profesionales con capacidad de postulación (letrados) que ejercen la
defensa técnica del imputado. El concepto abarca al letrado patrocinante. No puede ser sujeto
del delito el juez, porque no es litigante. Toda injuria a un juez es una injuria del art. 110.

El delito se consuma al proferirse las injurias del art. 110 ante los Tribunales de justicia, en el
curso de un proceso contencioso de cualquier naturaleza. La tentativa es posible en razón de
los medios típicos seleccionados (por ejemplo: un escrito presentado en tribunales que no
llega a proveerse por extravío Y que es hallado extemporáneamente, porque el derecho donde
están contenidas las injurias caducó).

INJURIAS RECÍPROCAS

ARTICULO 116. - Cuando las injurias fueren recíprocas, el tribunal podrá, según las
circunstancias, declarar exentas de pena a las dos partes o a alguna de ellas.

Se trata de injurias reciprocas "en las que por lo menos dos personas se ofenden
mutuamente"; es decir, deben cumplir dichas ofensas los requisitos del tipo objetivo y del tipo
subjetivo del art. 110. Dadas estas circunstancias, el juez tiene facultades para eximir de la
pena a las partes ( excusa absolutoria). Las injurias deben ser "recíprocas', debiendo mediar
una relación de causalidad entre la injuria proferida por el ofensor y la expresada por la
víctima. Vale decir, que una injuria debe ser la causa determinante de la otra, la cual debe
presentar cierta “razonabilidad" con la primera ofensa, esto es, "cierta similitud o proporción
con la ofensa original, aunque no sea necesaria una perfecta equivalencia". Las ofensas
cruzadas, para ser compensadas, deben ser ilegítimas; pero es facultad exclusiva del juez el
declararlas exentas de pena y, como nuestras leyes sustanciales y procesales no legislan el
instituto de la "contraquerella", la condena o exención de pena del querellante no es posible
porque siendo de acción privada y la acción no ha sido promovida en su contra, al Juez le está
vedado pronunciarse; la decisión habrá de recaer exclusivamente sobre el querellado. Para que
el querellante pueda beneficiarse con la excusa es menester la previa promoción de la
acusación particular. Como se ha puesto de manifiesto, las injurias recíprocas deben reunir
todos los elementos, objetivos y subjetivos, del art.110 y, ante la inexistencia típica de injurias
"culposas", la excusa absolutoria será procedente sólo si las ofensas fueran dolosas.

RETRACTACIÓN

ARTICULO 117. - El acusado de injuria o calumnia quedará exento de pena si se retractare


públicamente, antes de contestar la querella o en el acto de hacerlo. La retractación no
importará para el acusado la aceptación de su culpabilidad.
La retractación supone no sólo la tipicidad de la ofensa, sino también su ilegitimidad y su
punibilidad; y, desde luego, para que el agente se pueda retractar tiene que reconocer su
autoría o su participación en la ofensa; quien las niegue, no podrá retractarse de una ofensa
que dice no haber inferido. La retractación, por propia definición, siempre implica el
reconocimiento de algún aspecto del delito, incluso, su culpabilidad. El acusado podrá .decir en
el acto de la retractación que es culpable del delito pero, aun así, dicha confesión no podrá
tomarse en cuenta en el caso judicial, pues la propia ley prohíbe que la retractación implique la
aceptación de la culpabilidad del mismo. La retractación es un instituto de derecho público, por
lo tanto la aplicabilidad de su procedencia (mérito de acreditación de los requisitos legales) es
competencia exclusiva del Juez, por lo que éste no está obligado a eximir de pena al querellado
que se retracta aún en caso de aceptación del querellante.

La retractación debe ser pública. Éste es un requisito del tipo objetivo. El término
"públicamente" no puede referirse a que la retractación debe ser publicada en algún medio
específico, sino a que debe realizarse públicamente, lo cual debe entenderse como aquella que
se lleva a cabo ante el magistrado competente constituyendo la publicidad propia de los actos
o procedimientos judiciales. Debe formularse antes de contestar la querella o en el acto de
hacerlo. Las oportunidades para que opere eficazmente la retractación en el juicio por injuria o
calumnia son dos: a) durante la audiencia de conciliación (antes de contestar la querella), o b)
en el acto de contestarla; vencido el plazo para responder la querella, también se agota la
oportunidad para formular la retractación; no obstante, si la retractación es extemporánea y el
querellante la acepta, se estará ante una hipótesis de renuncia del agraviado prevista en el inc.
4° del art. 59 del Cód. Penal, operando como causal extintiva de la acción penal y
correspondiendo, en consecuencia, el sobreseimiento del querellado.

SUMINISTRO DE INFORMACIÓN FALSA A TERCEROS

ARTICULO 117 bis.

1°. Inciso derogado.

2°. La pena será de seis meses a tres años, al que proporcionara a un tercero a sabiendas
información falsa contenida en un archivo de datos personales.

3°. La escala penal se aumentará en la mitad del mínimo y del máximo, cuando del hecho se
derive perjuicio a alguna persona.

4°. Cuando el autor o responsable del ilícito sea funcionario público en ejercicio de sus
funciones, se le aplicará la accesoria de inhabilitación para el desempeño de cargos públicos
por el doble del tiempo que el de la condena.
El bien jurídico protegido es la intimidad personal, en su dimensión positiva, esto es como
afirmación de la propia libertad y dignidad de. la persona (Morales Prats)7 en el sentido de
revalorizar el derecho del individuo a resolver sus cuestiones y tomar decisiones al margen de
la influencia de terceros, fundamentalmente en lo que refiere al ejercicio de su libertad en el
ámbito de la informática, lo que actualmente se denomina libertad informática o derecho a la
autodeterminación informativa.

SUMINISTRO A TERCEROS DE INFORMACIÓN FALSA CONTENIDA EN UN ARCHIVO DE DATOS


PERSONALES

El delito se encuentra previsto en el párrafo segundo del art. 117 bis, cuyo texto castiga la
acción de proporcionar ( entregar, suministrar. dar, copiar, transmitir, hacer saber, distribuir,
etc.) información falsa que se encuentra en un archivo de datos personales, y no en
"proporcionar falsa información" que se encuentra en un archivo de datos personales. Una
cosa es proporcionar información falsa (que siempre es falsa) y otra muy distinta proporcionar
falsamente información (que puede ser verdadera). En efecto, este delito no consiste en
"proporcionar falsamente un dato verdadero" o en proporcionar en forma diferente la realidad
que se encuentra contenida en el registro", sino -como antes se dijo- en proporcionar o
suministrar a un tercero una información, cuyo contenido es falso, y que se encuentra
contenida en un archivo de, datos personales. La "falsa información" tiene referencia con un
dato o un conjunto de datos personales que se encuentran contenidos en un archivo de datos
personales.

Sujeto activo es la persona que se encuentra en condiciones de suministrar la información falsa


a otra persona, que es el responsable o titular de un archivo de datos personales, y por ello se
trata de un tipo especial propio de autor calificado. Sujeto pasivo es el tercero que recibe la
información falsa, pudiendo coincidir con el titular del dato; de cualquier modo, el titular del
dato siempre será el damnificado por la conducta ilícita El delito es doloso, de dolo directo. El
vocablo "a sabiendas" previsto en el tipo no permite otra interpretación. Siendo un delito de
peligro concreto la consumación coincide con la realización de la conducta descripta, pues es
en ese momento en que se pone en peligro del bien jurídico protegido por la ley. No parece
posible la tentativa

AGRAVANTES

INC. 3  por el resultado

INC. 4  por la condición y rol del autor.


DELITOS CONTRA LA INTEGRIDAD SEXUAL

La integridad sexual (entendida como libertad sexual) como bien jurídico penalmente
protegido, importa un Segmento de un bien jurídico más general: la libertad personal,
entendida en su realización específica como el derecho de todo individuo a ejercer libremente
su sexualidad o no verse involucrado sin Su consentimiento en una relación sexual. Así, la
libertad sexual se manifiesta como el derecho de toda persona a su autorrealización o
autodeterminación en el ámbito de su sexualidad.

La integridad sexual ( que debe ser entendida como libertad sexual) no es más que un aspecto
de la libertad personal en el ámbito de la sexualidad, pues todo atentado contra ella conlleva
una injerencia intolerable a la dignidad del ser humano. El atentado sexual afecta
indiscutiblemente el derecho de toda persona a su autorrealización o autodeterminación en el
ámbito de la sexualidad, pues significa, entre los adultos, un obstáculo a la libre opción sexual,
y entre los menores, que todavía carecen de capacidad de análisis para decidir
responsablemente en el ámbito sexual (Morales Prats-García Albero), un abuso de esa
capacidad aún no desarrollada (Diez Ripollés).
Ejercicio de la acción penal

Con arreglo a lo dispuesto en el art. 72 del Código Penal, la acción penal por los delitos
previstos en los arts. 119, 120 y 130 del Código Penal, es pública de instancia privada, siempre
que no resultare la muerte de la persona ofendida o lesiones de las mencionadas en el art. 91
(lesiones graves), en cuyo caso el ejercicio de la acción penal es público. En estos casos, la
acción penal sólo podrá promoverse (formar causa) mediante acusación ( querella) o denuncia
del agraviado (víctima), del tutor, guardador o representantes legales. Pero, podrá procederse
de oficio (por ej. por denuncia de un tercero o requerimiento del Ministerio Público) cuando el
delito fuere cometido contra un menor ( de 18 años) que no tenga padres, tutor ni guardador,
o que lo fuere por uno de sus ascendientes, tutor o guardador. Cuando existieren intereses
contrapuestos entre algunos de éstos (representantes legales o de hecho) y el menor, el Fiscal
podrá actuar de oficio cuando así -resultare -más conveniente para el interés superior de aquél.

La importancia de la reforma introducida por la Ley 27.455 reside -contrariamente a la


regulación del régimen anterior- en que la acción penal en los delitos previstos en los artículos
119, 120 y 130 puede promoverse de oficio (investigación penal iniciada directamente por el
Ministerio Público), sin que sea necesaria la instancia ( denuncia o querella) de la parte
agraviada u ofendida, en los siguientes tres casos: cuando resultare la muerte de la víctima,
fuere menor de 18 años o haya sido declarada incapaz (ver arts. 24 y conc. del CCyCN).

Prescripción de la acción penal

La Ley Nº 27206 (BO, 10/10/2015), introdujo un nuevo texto relativo a la prescripción de la


acción penal en los delitos sexuales previstos en los artículos 119, 120, 124, 125, 125 bis, 128,
129 in fine y 130 párrafos segundo y tercero: por un lado incorporó al art. 20 bis del Código
Penal la pena de inhabilitación perpetua para cuando el autor se hubiere valido de su empleo,
cargo, profesión o derecho para la comisión del delito y, por otro lado, introdujo
modificaciones a los párrafos 4 y 5 del art. 67, con el siguiente texto:

En los delitos previstos en los artículos 119, 120. 125, 125 bis, 128, 129-in fine-, 130-párrqfos
segundo y tercero-, 145 bis y 145 ter del Código Penal, se suspende la prescripción mientras la
víctima sea menor de edad y hasta que habiendo cumplido la mayoría de edad formule por si la
denuncia o ratifique la formulada por sus representantes legales durante su minoría de edad. Si
como consecuencia de cualquiera de los delitos indicados hubiera ocurrido la muerte del menor
de edad, comenzará a correr desde la medianoche del día .en que aquél hubiera alcanzado la
mayoría de edad.

LOS ABUSOS SEXUALES

ARTICULO 119. - Será reprimido con reclusión o prisión de seis (6) meses a cuatro (4) años el
que abusare sexualmente de una persona cuando ésta fuera menor de trece (13) años o
cuando mediare violencia, amenaza, abuso coactivo o intimidatorio de una relación de
dependencia, de autoridad, o de poder, o aprovechándose de que la víctima por cualquier
causa no haya podido consentir libremente la acción.

La pena será de cuatro (4) a diez (10) años de reclusión o prisión cuando el abuso por su
duración o circunstancias de su realización, hubiere configurado un sometimiento sexual
gravemente ultrajante para la víctima.

La pena será de seis (6) a quince (15) años de reclusión o prisión cuando mediando las
circunstancias del primer párrafo hubiere acceso carnal por vía anal, vaginal u oral o realizare
otros actos análogos introduciendo objetos o partes del cuerpo por alguna de las dos
primeras vías.

En los supuestos de los dos párrafos anteriores, la pena será de ocho (8) a veinte (20) años de
reclusión o prisión si:

a) Resultare un grave daño en la salud física o mental de la víctima;

b) El hecho fuere cometido por ascendiente, descendiente, afín en línea recta, hermano,
tutor, curador, ministro de algún culto reconocido o no, encargado de la educación o de la
guarda;

c) El autor tuviere conocimiento de ser portador de una enfermedad de transmisión sexual


grave, y hubiere existido peligro de contagio;

d) El hecho fuere cometido por dos o más personas, o con armas;

e) El hecho fuere cometido por personal perteneciente a las fuerzas policiales o de seguridad,
en ocasión de sus funciones;

f) El hecho fuere cometido contra un menor de dieciocho (18) años, aprovechando la


situación de convivencia preexistente con el mismo.

En el supuesto del primer párrafo, la pena será de tres (3) a diez (10) años de reclusión o
prisión si concurren las circunstancias de los incisos a), b), d), e) o f).

ABUSO SEXUAL SIMPLE

El delito de abuso sexual simple está previsto en el párrafo 1ero del anterior artículo.

El bien jurídico protegido en este tipo de abuso sexual es la libertad sexual de las personas, que
se ve agredida en el derecho que cualquiera tiene de realizar su actividad sexual de acuerdo
con su propia voluntad y con relación a sus propias preferencias personales.

El abuso sexual es una agresión Sexual violenta, distinta del acceso carnal, ejecutada sobre una
persona, contra su propio querer consciente. De la definición propuesta, se pueden determinar
los siguientes elementos: 1) una conducta abusiva de contenido sexual; 2) contacto corporal
directo entre el agresor y la víctima; 3) que este contacto corporal afecte las partes sexuales del
cuerpo de la víctima; no es suficiente la simple implicación del cuerpo del sujeto pasivo en una
acción de contenido sexual, sino que debe mediar un contacto físico; y 4) ausencia de
consentimiento en la víctima respecto del acto sexual en que se ve involucrada por la conducta
del autor.
El abuso sexual del párr. 1° del art. 119 abarca comportamientos bien diferenciados: 1) la
agresión sexual cometida contra un menor de trece años, aun con su consentimiento, y 2) la
agresión sexual perpetrada contra otra persona de cualquier edad, mediando violencia o
intimidación, abuso coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad, o
de poder, o aprovechándose de que la víctima, por cualquier causa, no haya podido consentir
libremente la acción.

La acción típica en ambos supuestos es la misma: abusar sexualmente de otra persona. Todo
abuso sexual reúne dos características: supone una conducta de contenido sexual ejecutada
sobre las partes sexuales de otra persona y, un aprovechamiento, un exceso, una cosificación,
una instrumentalización de la víctima.

Según Buompadre, el abuso sexual se configura sólo si se afecta físicamente el cuerpo de la


víctima, sea que la acción recaiga directamente sobre ella o que, por obra del autor, la víctima
actúe sobre el cuerpo de éste. No son suficientes las palabras obscenas, los gestos, la simple
contemplación, las proposiciones deshonestas, los actos de aproximación, etcétera. El abuso
sexual exige actos corporales directos de tocamiento; no puede cometerse a distancia.

CIRCUNSTANCIAS DE CRIMINALIDAD

Son circunstancias de criminalidad del abuso sexual las siguientes: a) que la víctima sea menor
de trece años, y b) que el delito se haya cometido (contra mayores o menores de edad)
mediante violencia, amenaza, abuso coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia,
de autoridad o de poder, o aprovechándose de que la víctima, por cualquier causa, no haya
podido consentir libremente la acción.

A) Edad de la víctima: El abuso sexual es punible si la víctima es menor de trece años. Menor
de trece años es aquel que, al momento del hecho, no ha cumplido 'aún los trece años de
edad. Se trata de la edad cronológica, no de la edad mental o psiquiátrica, y su comprobación
en el caso concreto puede realizarse mediante la partida de nacimiento o bien con la prueba
supletoria pericial médica En esta situación, la ley le niega al menor de trece años de edad la
capacidad suficiente para comprender el significado sociocultural del acto sexual que
protagoniza. El legislador ha considerado que una persona menor de trece años está
incapacitada para comprender el sentido del acceso camal, por lo cual no puede prestar
válidamente BUQMPADRE su consentimiento. Es una incapacidad automática, presunta iuris et
de iure (no admite .prueba en contrario), por lo cual no hay que reconocerla en cada caso
concreto; para acreditar la tipicidad es suficiente con la prueba de la edad real. El error acerca
de la edad de la víctima impide la tipificación del delito, pues elimina la culpabilidad como
fundamento de la responsabilidad criminal, pero no producen ese efecto la duda o la
ignorancia, que no benefician al autor.

B) Violencia y amenaza: La dinámica comisiva del abuso sexual a través de estos medios típicos
debe entenderse en el mismo sentido y alcance que refirió la doctrina y jurisprudencia sobre
los conceptos de fuerza e intimidación con respecto al antiguo delito de violación. La violencia
es el despliegue de una energía física, animal, mecánica o de otra índole, llevada a cabo por el
autor o un partícipe, que recae sobre la persona de la víctima o se proyecta directamente hacia
ella, con el propósito de lograr el contacto sexual. "Violencia" equivale a fuerza física, a medios
de acción material, que actúan sobre el cuerpo de la otra persona o se proyectan hacia ella. Se
trata de un supuesto de vis absoluta, aun cuando su empleo no demande una resistencia
continuada o persistente (hasta el cansancio) opuesta por la víctima; basta con que la voluntad
de ésta haya sido quebrada por el abuso violento del autor. El consentimiento libremente
prestado por la víctima mayor de trece años hace desaparecer el delito, con excepción de
aquellos supuestos en que se acordó un tipo de contacto sexual y, posteriormente, por la
fuerza, se logra otro distinto (p. ej., manipular el ano u otras partes sexuales no permitidas). La
amenaza es la intimidación o anuncio de un mal para infundir temor en la víctima, y así lograr
el contacto sexual. Es la vis compulsiva, que puede ser empleada por el autor o por un tercero,
pero, en cualquier caso, debe constreñir psicológicamente al sujeto pasivo y determinarlo a
someterse a los deseos del autor. La amenaza. es un medio para provocar miedo o temor en la
víctima, pero para que sea típica, debe reunir ciertas características: debe ser grave, seria,
inminente, injusta, determinada o determinable por las circunstancias, futura, posible y
dependiente de la voluntad del autor. La amenaza es la contrapartida de la acción libre y
autónoma de una persona. Su empleo implica un acto compulsivo que afecta la libertad de
decisión del sujeto pasivo con respecto a su libre actividad sexual.

C) Abuso coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad o de poder:


Consiste en el empleo de medios compulsivos que tienen su causa en una situación de
superioridad de la que se prevalece el sujeto activo. Esta situación de superioridad tiene su
correlato en una condición de inferioridad en que se encuentra el sujeto pasivo, que demanda
obediencia o acatamiento funcional o laboral por parte de éste a aquél. Es de esta situación de
prevalencia funcional, laboral o de otro tipo de la que se aprovecha el autor para el logro de
sus objetivos sexuales. Esta modalidad supone la obtención de un consentimiento viciado, por
cuanto el tipo requiere que la conducta sea abusiva sexualmente, esto es, que el autor use
indebidamente el cuerpo de la víctima como consecuencia del. aprovechamiento de una
relación de dependencia, autoridad o poder.

D) Aprovechamiento de la especial situación de vulnerabilidad en que se encuentra la víctima:


Este supuesto de aprovechamiento (en el que la víctima no puede consentir libremente la
acción) hace referencia a una especial situación de debilidad en que se encuentran ciertas
personas por hallarse afectadas de enfermedades o padecimientos, o por encontrarse en
determinadas situaciones que las colocan en una condición de inferioridad ante el autor, y que
le reportan mayor dificultad (o una imposibilidad) para oponerse a los designios sexuales del
agresor. En estos casos, se presume iuris tantum (admite prueba en contrario) que la víctima
carece de la capacidad suficiente para consentir o rechazar libremente la relación sexual. Se
exige entonces, una especial referencia subjetiva en el obrar del autor, cuyo alcance abarca
distintos aspectos: por un lado, que se aproveche de la situación de incapacidad o de
vulnerabilidad en que se encuentra la víctima para comprender el sentido y alcance del acto
sexual que realiza; por otro lado, el conocimiento de tal incapacidad en el sujeto pasivo.

E) Aprovechamiento de la víctima: El consentimiento no plantea ningún problema cuando se


trata de una víctima mayor de 13 años o no sea de aquellas especialmente vulnerables
(incapaces, trastornados mentales, etc.). Pero, en situaciones de menores de esa edad o de
personas especialmente vulnerables, la situación es diferente. En estos últimos casos, la
doctrina entiende que el consentimiento carece de eficacia desincriminante, por cuanto el
derecho no les reconoce capacidad suficiente para consentir libremente un acto de naturaleza
sexual. Nosotros (Buompadre) creemos que en ciertas hipótesis, el consentimiento del sujeto
pasivo (menores e incapaces) tiene relevancia desincriminante. Nosotros creemos que no es
suficiente con la existencia de la menor edad o de la incapacidad para la aparición del delito,
sino que hace falta algo más: que se "abuse" de la condición en que se encuentra la víctima. Si
la libertad sexual comporta una manifestación concreta de un bien jurídico más general: la
libertad individual, es preciso concluir que tanto los menores como los incapaces son titulares
del derecho a la libertad; lo contrario, implicaría reconocer la existencia de personas sin
derechos, algo que no parece concebible en el estado actual de nuestro Derecho. De aquí que,
para que la conducta sexual sea típica, debe haber sido una "conducta abusiva". La exigencia
de una "conducta abusiva" implica-según nos parece- el reconocimiento legislativo de que la
mera relación sexual con menores de trece años o con personas con capacidades diferentes
carece de incidencia negativa alguna en el desarrollo de su vida sexual. Por lo tanto, la
presunción de invalidez del consentimiento no es absoluta sino relativa~ de manera que, si en
el caso particular se comprueba que el menor o el incapaz prestaron su acuerdo para la
realización del acto sexual, y la conducta del autor no fue abusiva de la situación padecida por
estas personas, el hecho no puede considerarse delictivo. La inexistencia de abuso implica,
siempre y en todo caso, la inexistencia de delito. A todo esto, no debemos olvidar que el art. 22
del nuevo CCyCN establece que “toda persona humana goza de la aptitud para ser titular de
derechos y deberes jurídicos. La ley puede privar o limitar esta capacidad respecto de hechos,
simples actos, o actos jurídicos determinados". Ésta es la regla general; la limitación está dada
por el art. 119 CP, al castigar el abuso sexual contra un menor de trece años. Pero -como
venimos diciendo-- sólo reprocha una acción abusiva, esto es, una conducta que está
encaminada a instrumentalizar o cosificar a la víctima, o a provecharse de una condición de
vulnerabilidad tal que le impida al menor tomar una decisión en libertad. De otro modo, si el
menor-según las circunstancias del caso concreto-, "cuenta con edad y grado de madurez
suficiente", puede ejercer por sí los actos que le son permitidos por el ordenamiento jurídico
(arts. 24 y 26 CCyCN) el Código Penal -ni el ordenamiento en general- no prohíbe al menor de
edad (no podría hacerlo) el ejercicio de su derecho a entablar una relación sexual con una
persona de su preferencia. Sólo exige que, en el caso concreto, el menor cuente con "madurez
suficiente", que le permita comprender el sentido y alcance de su obrar, condición que lo
habilita para ejercer sus derechos fundamentales, entre los que cuenta, desde luego, el
derecho a tener una relación sexual libremente concertada ¿Por qué se habría de presumir
(iuris et de iure) que un menor de 13 años de edad no tiene, en ningún caso, madurez
suficiente como realizar un juicio de valoración y consentir una relación sexual? Con otros
términos, el propio ordenamiento civil consiente el matrimonio de un menor de 16 años,
previa dispensa judicial, en cuyo caso el juez debe tener en cuenta no sólo su edad sino su
"grado de madurez", pero le prohíbe mantener una relación sexual porque aún no cumplió los
13. Del mismo modo, la Ley Nº 26743 de Identidad de Género, por ej., autoriza a toda persona
(también a menores de 18 años, con su "expresa conformidad, art. 5) el cambio de sexo
(inclusive por medio de una intervención quirúrgica), teniendo en cuenta su interés superior y
los principios de capacidad progresiva, pero dicho menor no puede tener relaciones sexuales
con la persona de su preferencia porque aún no cumplió los 13 y porque su preferido (hombre
o mujer) quedará encarcelado por violación. Igualmente, vemos en el art 120 que el legislador
ha establecido -en una decisión harto arbitraria y violatoria de los principios que regulan los
derechos de los niños, niñas y adolescentes, Ley Nº 26061-, que un menor de 16 años es un
"inmaduro sexual", pese a que puede no serlo en la realidad, todo lo cual nos revela la
hipocresía y contradicciones de nuestro ordenamiento jurídico en materia de sexualidad de los
menores de edad.

Como conclusión, entonces, se puede afirmar que la conducta sexual realizada por el sujeto
activo sólo será típica cuando ella tenga verdadera incidencia negativa en la formación y
desarrollo de la vida sexual del sujeto pasivo, circunstancia que se dará únicamente cuando se
demuestre que el menor o el enajenado han sido instrumentalizados por el autor, vale decir,
cuando éste se ha aprovechado de las limitaciones cognoscitivas y volitivas de la víctima para
obtener de ella su consentimiento e involucrarla en un contexto sexual determinado, lo cual
justificaría la intervención penal (Sánchez Tomás).

F) Sujetos: Sujetos activo y pasivo del delito puede ser cualquier persona, sin que se exija la
concurrencia de ninguna cualidad especial que no sean aquellas que agravan el hecho (art.
119, párr. 5'). Se trata de un delito común, de autor y víctima .indiferenciadas.

G) Consumación y tentativa: El delito es de pura actividad y se consuma cuando se ejecuta el


acto de contenido sexual sobre el cuerpo de la víctima.

H) Tipo subjetivo. Cuestiones al respecto: El abuso sexual es un delito doloso, pero de dolo
común. La ley no exige ningún elemento subjetivo del tipo de injusto. Basta-como se tiene
dicho-con el dolo común, esto es, con la conciencia de que el acto es impúdico y· con la
voluntad de realizarlo, con exclusión del acceso carnal. Las conductas torpes o culposas no
están incriminadas-. Cuando el acto es en sí objetivamente impúdico, constituirá abuso sexual,
aunque de manera subjetiva el autor hubiese agregado miras distintas de las del ultraje sexual.
Pero cuando de modo objetivo el acto es sexualmente indiferente o puede resultar equívoca su
referencia a esa esfera de la personalidad, será el contenido sexual que de n:ianera subjetiva el
agente le otorgue lo que lo convierta en abuso sexual.

AGRAVANTES

Párrafo 5 art. 119

“…En los supuestos de los dos párrafos anteriores, la pena será de ocho (8) a veinte (20) años
de reclusión o prisión si:

a) Resultare un grave daño en la salud física o mental de la víctima;

La expresión "grave daño" es un concepto normativo y, por lo tanto, es siempre una lesión
grave o gravísima. Una interpretación que deje librado al arbitrio judicial la determinación del
grado de la lesión -más aún si tenemos presente que las conclusiones periciales no son
vinculantes para el juez-, constituye, a nuestro modo de ver, no sólo un peligroso criterio de
interpretación, sino una verdadera fuente de inseguridad jurídica. Desde el punto de vista
subjetivo, la agravante es de naturaleza preterintencional, vale decir, que el resultado más
grave (culposo) no debe haber sido querido ni buscado por el autor. Por lo tanto, "grave daño
en la salud" debe ser entendido, de un lado, como un daño fisiológicamente importante, esto
es, de mayor entidad que las lesiones leves (por lo tanto, siempre será una lesión grave o
gravísima) y, de otro,, que debe afectar el cuerpo de la víctima (daño anatómico) o su salud
mental ( daño funcional).

b) El hecho fuere cometido por ascendiente, descendiente, afín en línea recta, hermano,
tutor, curador, ministro de algún culto reconocido o no, encargado de la educación o de la
guarda;

c) El autor tuviere conocimiento de ser portador de una enfermedad de transmisión sexual


grave, y hubiere existido peligro de contagio;
El autor debe tener conocimiento de ser portador de una enfermedad de transmisión sexual
grave contagiosa y que se encuentra en actividad, es decir, en periodo de contagio. Además, la
conducta sexual tuvo que haber creado concretamente el peligro de contagio en la otra
persona Se trata de una figura de peligro concreto. Son enfermedades de transmisión sexual
grave, entre otras, la sífilis, el chancro blando, blenorragia, hepatitis B y el sida.

d) El hecho fuere cometido por dos o más personas, o con armas;

El fundamento de la mayor penalidad reside en el incremento del peligro corrido por la víctima
del ataque sexual, -no sólo en relación con el bien jurídico específicamente p:otegido, sino con
otros bienes cuya integridad también corre peligro (por ej. la vida o la integridad corporal del
sujeto pasivo). El uso de un arma, además de mejorar la posición del agresor sexual, disminuye
los mecanismos de defensa de la víctima. La agravante comprende las armas propias e
impropias, de fuego o de disparo. Pero, en cualquier caso, el abuso sexual debe haber sido
cometido con armas, es decir, mediando el empleo de ellas, no siendo suficiente la mera
portación del arma, que únicamente podrá ponderarse como un acto de intimidación. Pese a
que el sustantivo "armas" está empleado en plural~ es suficiente con el uso de una sola arma,
en singular.

e) El hecho fuere cometido por personal perteneciente a las fuerzas policiales o de seguridad,
en ocasión de sus funciones;

f) El hecho fuere cometido contra un menor de dieciocho (18) años, aprovechando la


situación de convivencia preexistente con el mismo.

Esta modalidad de abuso sexual agravado requiere para su configuración de los siguientes
elementos: un menor de dieciocho años, Varón o mujer; una situación de convivencia con el
sujeto pasivo que sea preexistente al hecho mismo, y el aprovechamiento de tal situación por
parte del autor. La situación de convivencia puede ser transitoria o permanente, ya que la ley
nada indica al respecto, pero seguramente habrá que tener especial cuidado con aquellas
situaciones de cohabitaciones pasajeras, esporádicas, de muy corta duración y que revelan la
inexistencia de una verdadera convivencia entre el autor y la víctima, que supone una vida en
común compartida. La convivencia implica algo más que el "estar o permanecer en el mismo
lugar que el autor''; no se trata de una situación meramente material o física, sino de una
situación que tiene como presupuesto una comunidad de intereses, de afectos y de situaciones
compartidas que son similares a las de una familia, que puede estar formalmente constituida o
conformar simplemente una unión de hecho convivencial. De aquí que no resulta suficiente
con sólo "vivir bajo el mismo techo", como piensa alguna doctrina. De cualquier modo, la
agravante sólo resulta aplicable en la medida en que el autor se aproveche de la situación de
convivencia, vale decir, se prevalezca o utilice las ventajas que tal situación le brinda para
consumar el abuso sexual. Se trata de un elemento subjetivo que acompaña el obrar del autor,
sin el cual la figura resulta excluida.

En el supuesto del primer párrafo, la pena será de tres (3) a diez (10) años de reclusión o
prisión si concurren las circunstancias de los incisos a), b), d), e) o f)”.
*Otra agravante se configura POR EL RESULTADO (de muerte). Art. 124*

ARTICULO 124. - Se impondrá reclusión o prisión perpetua, cuando en los casos de los
artículos 119 y 120 resultare la muerte de la persona ofendida.

ABUSO SEXUAL GRAVEMENTE ULTRAJANTE

Está previsto en el art. 119, párr. 2º.

“...La pena será de cuatro (4) a diez (10) años de reclusión o prisión cuando el abuso por su
duración o circunstancias de su realización, hubiere configurado un sometimiento sexual
gravemente ultrajante para la víctima”.

Se trata de un subtipo agravado del abuso sexual simple previsto en el párr. 1 º, de forma que
su aplicabilidad dependerá, además de la concurrencia de los elementos propios que contiene
el tipo, de los requisitos exigidos para la figura básica El tipo requiere un comportamiento
sexual abusivo que, ya sea por su duración ( elemento temporal indeterminado), o por ciertas
circunstancias de tiempo, modo, lugar, medio empleado, etc., ( elemento circunstancial), haya
significado un sometimiento gravemente ultrajante para la víctima. El abuso puede ser
temporalmente variable, pero en cualquier caso deberá tratarse de una conducta sexual
abusiva que se prolongue de manera excesiva en el tiempo, por un lapso cuya duración -por no
estar prevista en la ley-sólo podrá determinarse sobre la base de criterios ponderables por vía
judicial. Un sometimiento sexual es gravemente ultrajante para la víctima cuando afecta su
dignidad como persona humana o cuando tiene un particular signo degradante y envilecedor.
Lo que caracteriza a conductas de esta clase es la humillación que causa en sus víctimas, por ej.
los actos sexuales realizados en público, o ante la propia familia, empleándose objetos o
instrumentos mecánicos o de cualquier naturaleza, de connotación sexual a excepción del
pene), introduciéndolos en la boca de la víctima, entre otros. Por tratarse de un subtipo
derivado (agravado) de la figura básica del párr. 1 º, los sujetos activo y pasivo son
indiferenciados, siendo irrelevante que sean o no del mismo sexo. Pero, en cualquier caso, la
conducta típica deberá plasmarse en un contacto corporal de inequívoca significación sexual,
sin que se llegue al acceso camal.

ABUSO SEXUAL CON ACCESO CARNAL (VIOLACIÓN)

Esta modalidad está prevista en el párr. 3 del art. 119.

“… La pena será de seis (6) a quince (15) años de reclusión o prisión cuando mediando las
circunstancias del primer párrafo hubiere acceso carnal por vía anal, vaginal u oral o realizare
otros actos análogos introduciendo objetos o partes del cuerpo por alguna de las dos
primeras vías”.
El bien jurídico protegido en este delito es la libertad sexual de las personas, entendida como la
facultad del individuo de autodeterminarse respecto al uso de su propio cuerpo en la esfera
sexual. Libertad sexual quiere decir aquí '"libertad de elegir'' con quién, cómo y cuándo realizar
el acto sexual.

El núcleo rector del tipo es el acceso carnal, que puede ser definido como la penetración del
miembro viril del actor en cavidad receptiva de naturaleza orgánico-funcional, o en el conducto
rectal de la víctima, con el propósito de lograr el coito. La noción abarca el acceso camal vaginal
y el anal ( coito per anus), heterosexual y homosexual, quedando excluidos la fellatio in ore
(immissio membri in os) y otras prácticas antinaturales (por ej., coito ínter femara, cunnilingus,
actos de bestialismo, etc.).

La penetración sexual, para configurar el acceso camal requerido como conducta típica, debe
realizarse en cavidad que represente una receptividad sexual funcional en la víctima y no en
cualquier orificio, natural o artificial, del cuerpo humano. Tal cavidad no es otra que la vagina
de la mujer, pero, como es la propia ley la que evita toda diferenciación entre los sexos
("abusare sexualmente de una persona", dice el primer párrafo del art. 119), queda abierta la
posibilidad de que también el hombre pueda ser sujeto pasivo del delito.

En la actualidad y debido a la amplitud del texto legal (pues ya no exige que se "tenga" acceso
carnal sino que entre dos personas '~haya~' acceso carnal), parece de buena lógica entender
que el delito pueda a ser cometido por cualquier persona, tanto por un hombre como por una
mujer, debiendo en este supuesto (penetración vaginal) ser mujer el sujeto pasivo. En las otras
situaciones, el sexo de los sujetos es indiferenciado. Sujeto pasivo del delito puede ser
cualquier persona viva, sin que importen la edad o el sexo. Ciertas perversiones sexuales, como
la necrofilia ( acceso carnal a un cadáver) o los actos de bestialismo ( actos sexuales con
animales) no están abarcados por el tipo penal.

La violencia sexual contra la mujer es un problema de derechos humanos, no sólo porque


afecta la integridad física y espiritual de ellas, sino porque compromete seriamente el ejercicio
autónomo de su sexualidad, y no deja de serlo-ciertamente-, porque la violencia se lleve a cabo
en el limitado e íntimo espacio del tálamo conyugal.

Pero, independientemente de las ideas que se tengan sobre esta problemática, lo cierto es que,
en la actualidad, la cuestión ya no podría admitir discusión alguna, pues ha sido la propia
normativa la que ha reconocido a la violencia sexual contra las mujeres como una de las tantas
formas de violencia de las que puede ser objeto. En efecto, la Ley Nº 26485, de Protección
Integral a las Mujeres (art. 5º), define la violencia sexual expresando:

“Cualquier acción que implique la vulneración en todas sus formas, con o sin acceso genital, del
derecho de la mujer a decidir voluntariamente acerca de su vida sexual o reproductiva a través
de amenazas, coerción, uso de la fuerza o intimidación, incluyendo la violación dentro del
matrimonio o de otras relaciones vinculares o de parentesco, exista o no convivencia, así como
la prostitución forzada, explotación, esclavitud, acoso, abuso sexual y trata de personas.”

El delito es doloso y el dolo consiste en la voluntad de tener acceso camal con la víctima, con
conocimiento de la situación en que se encuentra. Se consuma con el acceso camal
(penetración) o con la introducción de objetos o partes del cuerpo en las vías indicadas por la
ley. No interesa que la penetración sexual sea perfecta, esto es, que haya habido eyaculación.
Es suficiente con la penetración, aunque haya sido incompleta o parcial. El retiro del pene de la
vagina antes de la eyaculación supone ya la consumación delictiva.

Este tipo de abuso sexual es un delito de acción, que se realiza a través de una conducta activa
(la cópula), con exclusión de todo comportamiento omisivo. Es de mera conducta o de pura
actividad, pues para la integración del tipo es suficiente con la realización de las conductas
típicas, sin que se requiera una modificación en el mundo exterior que recaiga sobre el objeto
de la acción (la víctima). Es, en suma, un delito instantáneo, pues se consuma Y~ al mismo
tiempo, se agota y desaparece. La tentativa es admisible y la participación se rige por las reglas
comunes. En lo referente a las relaciones concursales, este abuso sexual puede concursar con
otros delitos, tales como las lesiones, la privación ilegítima de la libertad, el homicidio, el rapto,
la corrupción, la violación de domicilio, etc., para lo cual habrá que estar, en la generalidad de
los casos, a las circunstancias particulares en que ellos se han llevado a cabo.

ABUSO SEXUAL POR APROVECHAMIENTO DE LA INMADUREZ SEXUAL DE LA VÍCTIMA (estupro)

ARTICULO 120 — Será reprimido con prisión o reclusión de tres a seis años el que realizare
algunas de las acciones previstas en el segundo o en el tercer párrafo del artículo 119 con una
persona menor de dieciséis años, aprovechándose de su inmadurez sexual, en razón de la
mayoría de edad del autor, su relación de preeminencia respecto de la víctima, u otra
circunstancia equivalente, siempre que no resultare un delito más severamente penado.

La pena será de prisión o reclusión de seis a diez años si mediare alguna de las circunstancias
previstas en los incisos a), b), c), e) o f) del cuarto párrafo del artículo 119.

Los dos nuevos tipos delictivos previstos en el art. 120, tienen en común los siguientes
elementos.

1) Sujetos: Los sujetos activo y pasivo son indiferenciados; tanto pueden ser un hombre como
una mujer.

2) Conductas típicas: Las conductas tipificadas para las dos figuras se caracterizan por constituir
un abuso sexual, pero con la diferencia de que en el tipo previsto en el párr. 3 la acción
incriminada es el acceso camal o la introducción de objetos o partes del cuerpo.

3) Elemento cronológico: Debe tratarse de una persona menor de dieciséis años pero -por
referencia al límite mínimo establecido en el párr. 1 ° del art. 119, debe tener trece años
cumplidos.

4) Inmadurez sexual de la víctima: La expresión inmadurez sexual debe ser entendida como
inexperiencia, desconocimiento, falta de hábito, en las relaciones sexuales". La fórmula
empleada por la ley presupone un menor no iniciado en la sexualidad., esto es, una persona
sexualmente inexperta, de cuya condición debe aprovecharse el autor. Tratándose la inmadurez
sexual del sujeto pasivo de un elemento del tipo, tiene que ser probado en el proceso judicial.

5) Aprovechamiento de la condición de la víctima: El sujeto activo, para ser punible, debe


aprovecharse de la inmadurez sexual del menor. Se trata de una situación de prevalencia o de
obtención de ventajas derivadas de una condición de inferioridad o de especial vulnerabilidad
en que se encuentra el sujeto pasivo por su falta de madurez sexual, condición que le facilita al
sujeto activo el logro de sus objetivos sexuales. El aprovechamiento de la condición de
inmadurez sexual configura un elemento del tipo objetivo que no debe ser presumido por el
intérprete, ya que la ley no lo presume (ni siquiera con carácter aleatorio), sino que lo requiere
expresamente; por lo tanto, se convierte en un elemento del tipo que -como en el supuesto
anterior- debe ser probado en cada caso en concreto.

6) El sujeto activo mayor de edad: Con arreglo al precepto legal, el autor se debe aprovechar de
la inmadurez sexual de la víctima, en razón de su mayoría de edad (18 años cumplidos al
momento del hecho), su relación de preeminencia con respecto a ella u otra circunstancia
equivalente. La fórmula legal, por su muy escasa precisión y claridad, habrá de generar,
seguramente, problemas de muy difícil solución.

Agravantes

Las circunstancias que califican cualquiera de las modalidades del abuso sexual por
aprovechamiento de la inmadurez sexual de la víctima se encuentran previstas en el art. 120,
párr. 2°, por el que se conmina con una pena de seis a diez años de prisión o reclusión cuando
resultase un grave daño en la salud física o mental de la víctima; si el hecho fuese cometido por
ascendiente, descendiente, afín en línea recta, hermano, tutor, curador, ministro de algún culto
reconocido o no, o por el encargado de la educación o guarda de la víctima; si el autor tuviera
conocimiento de ser portador de una enfermedad de transmisión sexual grave, y hubiese
existido peligro de contagio; si el hecho fuese cometido por personal perteneciente a las fuerzas
policiales o de seguridad, en ocasión de sus funciones, o contra un menor de dieciocho años,
aprovechando la situación de convivencia preexistente con él (art. 119).

DELITOS RELATIVOS A LA CORRUPCIÓN Y PROSTITUCIÓN DE MENORES

CORRUPCIÓN DE MENORES

ARTICULO 125. - El que promoviere o facilitare la corrupción de menores de dieciocho años,


aunque mediare el consentimiento de la víctima será reprimido con reclusión o prisión de
tres a diez años.

La pena será de seis a quince años de reclusión o prisión cuando la víctima fuera menor de
trece años.

Cualquiera que fuese la edad de la víctima, la pena será de reclusión o prisión de diez a
quince años, cuando mediare engaño, violencia, amenaza, abuso de autoridad o cualquier
otro medio de intimidación o coerción, como también si el autor fuera ascendiente, cónyuge,
hermano, tutor o persona conviviente o encargada de su educación o guarda.
Desde una perspectiva jurídica, podría definirse la corrupción como un estado, que implica la
deformación del sentido naturalmente sano de la sexualidad sea por Jo prematuro de su
evolución (con respecto a la edad de la víctima), sea porque el sujeto pasivo llega a aceptar
como normal -para su propia conducta- la depravación de la actividad sexual. El acto corruptor
implica siempre una alteración del sentido natural de la sexualidad, así como la depravación
sexual de la víctima. El acto corruptor implica la realización de actos sexuales prematuros
(antes de su debido tiempo, precozmente), perversos (significación depravada o lujuriosa) y
excesivos (lujuria desmedida o extraordinaria).

La corrupción no implica en sí misma una acción física sobre el cuerpo de la víctima; no es un


hecho un acto material, sino una acción de contenido psicológico que produce una alteración
en la psique de la persona con relación a su sexualidad natural.

Las conductas típicas consisten en promover o facilitar la corrupción de un menor de dieciocho


años de edad. La auto depravación no es punible. Promover significa incitar o llevar
inicialmente a la víctima hacia una actividad sexual depravada o desviada de su sentido natural.
La promoción de la corrupción es siempre activa (delito de pura actividad). La conducta admite
tanto acciones de tipo material (sobre el cuerpo de la víctima) como intelectuales {p. ej.,
consejos, ejemplos, exhibiciones, enseñanzas), siempre que estén directamente conectadas al
acto corruptor. Facilitar significa hacer más fácil o posible la corrupción del menor. La conducta
puede representarse a través de diversas modalidades; por ejemplo, suministrando los medios
o allanando los obstáculos, prestar un local o sitio para que el corrupto pueda allí practicar sus
actos depravados, o procurando comodidades (Soler), entre otros supuestos. Sujetos activo y
pasivo puede ser cualquier persona, sin que importe el sexo o determinadas condiciones
especiales; en el caso de la figura básica del párr. 1 º del art. 125, sujeto pasivo sólo puede ser
un menor de dieciocho años de edad.

Se trata de un delito de consumación anticipada, de peligro concreto. El autor debe perseguir


un fin, la electiva corrupción de la víctima. No podría tratarse de un delito de peligro abstracto
porque la corrupción requiere una perturbación del bien jurídico, un peligro real a la
sexualidad del menor.

El delito se satisface con el dolo directo. Aun tratándose de un delito de pura actividad, para la
perfección típica no es suficiente con la realización de una acción potencialmente peligrosa
para la sexualidad del sujeto pasivo, sino que a ello debe sumarse una finalidad concreta: el
logro de la corrupción de la víctima. La tentativa no es posible. A los fines consumativos no es
necesaria la reiteración de actos corruptores. Basta el acto único o aislado. El consentimiento
de la víctima carece de relevancia en la figura básica.

AGRAVANTES

Último párrafo art. 125.

“…Cualquiera que fuese la edad de la víctima, la pena será de reclusión o prisión de diez a
quince años, cuando mediare engaño, violencia, amenaza, abuso de autoridad o cualquier
otro medio de intimidación o coerción, como también si el autor fuera ascendiente, cónyuge,
hermano, tutor o persona conviviente o encargada de su educación o guarda.”
Proxenetismo

ARTICULO 125 bis — El que promoviere o facilitare la prostitución de una persona será
penado con prisión de cuatro (4) a seis (6) años de prisión, aunque mediare el
consentimiento de la víctima.

El artículo 126 establece las agravantes.

ARTICULO 126 — En el caso del artículo anterior, la pena será de cinco (5) a diez (10) años de
prisión, si concurriere alguna de las siguientes circunstancias:

1. Mediare engaño, fraude, violencia, amenaza o cualquier otro medio de intimidación o


coerción, abuso de autoridad o de una situación de vulnerabilidad, o concesión o recepción
de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad
sobre la víctima.

2. El autor fuere ascendiente, descendiente, cónyuge, afín en línea recta, colateral o


conviviente, tutor, curador, autoridad o ministro de cualquier culto reconocido o no, o
encargado de la educación o de la guarda de la víctima.

3. El autor fuere funcionario público o miembro de una fuerza de seguridad, policial o


penitenciaria.

Cuando la víctima fuere menor de dieciocho (18) años la pena será de diez (10) a quince (15)
años de prisión.

Los elementos de la figura son los siguientes:

La “acción”, consistente en promover o facilitar la prostitución mediante engaño, abusos,


violencia, etc.

Los “medios empleados”: engaños, abusos de una relación de dependencia o poder, violencia,
amenazas, etc.

La “edad de la víctima”: mayor de 18 años.

El “elemento subjetivo”: debe ser con ánimo de lucro o de satisfacer deseos ajenos. Es un
delito doloso, el dolo consiste en tener conocimiento de que se está prostituyendo a una
persona mayor de edad, y en la voluntad de hacerlo.
Rufianería

ARTICULO 127 — Será reprimido con prisión de cuatro (4) a seis (6) años, el que explotare
económicamente el ejercicio de la prostitución de una persona, aunque mediare el
consentimiento de la víctima.

La pena será de cinco (5) a diez (10) años de prisión, si concurriere alguna de las siguientes
circunstancias:

1. Mediare engaño, fraude, violencia, amenaza o cualquier otro medio de intimidación o


coerción, abuso de autoridad o de una situación de vulnerabilidad, o concesión o recepción
de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad
sobre la víctima.

2. El autor fuere ascendiente, descendiente, cónyuge, afín en línea recta, colateral o


conviviente, tutor, curador, autoridad o ministro de cualquier culto reconocido o no, o
encargado de la educación o de la guarda de la víctima.

3. El autor fuere funcionario público o miembro de una fuerza de seguridad, policial o


penitenciaria.

Cuando la víctima fuere menor de dieciocho (18) años la pena será de diez (10) a quince (15)
años de prisión.

Rufianería. Estructura del delito: en nuestra legislación durante muchos años, existió el delito
de rufianería. “Rufián” era el que se hacía mantener por una prostituta. La acción consistía en
hacerse mantener, total o parcialmente, explotando las ganancias provenientes de la
prostitución ajena. Por “hacerse mantener” debía entenderse el vivir a expensas de la
prostituta, de modo tal que esta proveyera el dinero para todo tipo de gastos. El delito de
rufianería fue eliminado de nuestro código penal y en su reemplazo está el Art.127 que
reprime “la explotación económica del ejercicio de la prostitución de la víctima”.

El sujeto activo puede ser cualquier persona, hombre o mujer. En cuanto al sujeto pasivo, la ley
no distingue, por lo tanto, el explotado puede ser un varón o una mujer (prostitución de una
persona). Es un delito doloso, el autor sabe que está explotando a una persona haciendo que
ejerza la prostitución y, no obstante, quiere realizar esa conducta. También es un delito
permanente, pues la consumación se prolonga mientras dure la explotación.

DELITOS VINCULADOS A LA PORNOGRAFÍA

ARTICULO 128 — Será reprimido con prisión de tres (3) a seis (6) años el que produjere,
financiare, ofreciere, comerciare, publicare, facilitare, divulgare o distribuyere, por cualquier
medio, toda representación de un menor de dieciocho (18) años dedicado a actividades
sexuales explícitas o toda representación de sus partes genitales con fines
predominantemente sexuales, al igual que el que organizare espectáculos en vivo de
representaciones sexuales explícitas en que participaren dichos menores.
Será reprimido con prisión de cuatro (4) meses a un (1) año el que a sabiendas tuviere en su
poder representaciones de las descriptas en el párrafo anterior.

Será reprimido con prisión de seis (6) meses a dos (2) años el que tuviere en su poder
representaciones de las descriptas en el primer párrafo con fines inequívocos de distribución
o comercialización.

Será reprimido con prisión de un (1) mes a tres (3) años el que facilitare el acceso a
espectáculos pornográficos o suministrare material pornográfico a menores de catorce (14)
años.

Todas las escalas penales previstas en este artículo se elevarán en un tercio en su mínimo y
en su máximo cuando la víctima fuere menor de trece (13) años.

Distribución, comercialización, ofrecimiento y difusión de imágenes pornográficas

El delito previsto en el párr. 1 ° del nuevo art. 128 consiste en producir, financiar, ofrecer,
comerciar, publicar, facilitar, divulgar o distribuir, por cualquier medio, representaciones
(imágenes) de un menor de dieciocho años dedicado a actividades sexuales explícitas o de sus
partes genitales (imágenes pornográficas), con fines predominantemente sexuales.

Las acciones típicas son, entonces, producir, que significa hacer, crear, fabricar, imprimir,
construir materialmente una cosa, etc. (la actividad comprende la reproducción o la
reimpresión de la imagen, así como otros comportamientos, tales como editar, filmar, retratar,
dibujar, etc.); financiar, que debe entenderse como realizar los aportes, sufragar los gastos,
facilitar los medios -por lo general, de carácter económico-- para garantizar la realización de las
representaciones sexuales de menores; ofrecer, que quiere decir prometer la dación de una
cosa, comprometer su entrega, etc.; comerciar, es decir, poner el producto en el comercio;
publicar quiere decir difundir, hacer conocer a un número indeterminado de personas; facilitar,
hacer más fácil, allanar los obstáculos para el logro de los fines perseguidos; divulgar, hacer
conocer la representación o la imagen; distribuir, hacer llegar, entregar, etc., a terceros, la
imagen o representación del menor en una situación de contenido sexual explícito.

El delito puede cometerse por cualquier medio, p. ej., haciendo entrega del objeto para su
venta en un puesto público.

Organización de espectáculos pornográficos

La conducta típica sigue consistiendo, entonces, en organizar espectáculos en vivo en los que
se exhiban escenas pornográficas realizadas por menores de 18 años o en las que participen
dichos menores. Es suficiente con que el sujeto pasivo intervenga o participe en el espectáculo,
sin que deba necesariamente realizar alguna escena pornográfica, que puede ser llevada a
cabo por terceros que actúen en él.

La norma sólo abarca al organizador, vale decir, a aquella persona que se ha ocupado de la
organización, el establecimiento, la ordenación, los aprestos o el montaje escenográficos, etc.,
del espectáculo; quedando al margen de la incriminación de este delito el productor, el director
del espectáculo, los colaboradores inmediatos, los actores o intérpretes de las escenas
pornográficas, el expendedor de billetes, los espectadores, etcétera. Además, lo incriminable
es la organización de un espectáculo en vivo, esto es, actuado directamente ante el espectador
y no la exhibición de un film, grabaciones, fotografías, etc., de escenas pornográficas en las que
participan menores de dieciocho años.

Se trata de un delito de pura actividad, de peligro y doloso, compatible sólo con el dolo directo,
coincidiendo la consumación con la realización de la conducta típica, vale decir, con la mera
organización del. espectáculo en vivo en el que participen menores independientemente de
que éste se haya realizado o no. Debido a la particular configuración de esta figura, se trata de
un delito compuesto en dos actos: la organización del espectáculo y la participación de
menores en él, de modo que la consumación requiere la realización de estos dos actos típicos.
La tentativa no parece probable, aunque alguna doctrina la considera posible (Arocena).

Posesión de material pornográfico (segundo párrafo)

El artículo tipifica la posesión o tenencia de pornografía infantil.

Posesión de material pornográfico con fines inequívocos de distribución o comercialización.


(tercer párrafo)

Se trata de un modalidad de comisión anticipada, un acto preparatorio convertido en delito,


mediante el cual se persigue la finalidad de otorgar mayor y mejor protección al bien jurídico
en cuestión, en estrecha relación con el sujeto pasivo del delito: menores de edad en situación
de especia] vulneración de su libertad sexual. Lo que caracteriza a esta modalidad delictiva es
que la posesión del material pornográfico debe estar destinada a la distribución o
comercialización.

Se trata de un delito subjetivamente configurado, que sólo admite el dolo directo, de tendencia
intensificada, de peligro abstracto y de resultado cortado. Es de pura actividad y se consuma
con la sola posesión de las representaciones descriptas en el primer párrafo de la disposición,
esto es, representaciones de menores de dieciocho años dedicados a actividades sexuales
explícitas o de sus partes genitales, a la que debe sumarse la finalidad establecida en la ley. La
distribución o comercialización efectiva de estas representaciones son resultados extratíplcos,
que hacen al agotamiento del delito y que deberán tenerse en cuenta sólo a los fines de la
ponderación de la pena. La tentativa no resulta admisible.

Facilitación de acceso a espectáculos pornográficos o suministro de material pornográfico a


menores de catorce años (párrafo cuatro)

Facilita quien hace más fácil, más permisible, allana las dificultades, los obstáculos~ etc., para
que el menor ingrese a un espectáculo pornográfico (p. ej., en un cine, un teatro), y suministra
quien entrega, da, pone a disposición del menor un material de contenido pornográfico. El
concepto de espectáculo comprende a cualquier representación en escena, en vivo, en directo
o por imágenes, público o privado.
El delito es doloso. Sujeto activo, en ambas modalidades, puede ser cualquier persona,
mientras que sujeto pasivo sólo puede ser un menor de catorce años, varón o mujer. El delito
se consuma con la facilitación del ingreso del menor al espectáculo pornográfico, aun sin que lo
vea, o con la entrega del material pornográfico, aunque este material se encuentre
debidamente precintado. Carece de relevancia típica si el suministro es a título oneroso o
gratuito.

Como el párr. 4° tipifica dos figuras distintas, hay que distinguir: en ambos casos nos
encontramos con delitos de pura actividad, pero en el primer supuesto (facilitación), pareciera
que estamos ante un delito de peligro abstracto, puesto que se perfecciona con prescindencia
de que el menor ingrese y contemple el espectáculo; en el segundo caso, por el contrario, nos
parece que el delito es de peligro Concreto, porque requiere la entrega del material al menor.

Agravantes

Está establecida en el último párrafo del artículo, expresando que las escalas penales de los
delitos previstos en este artículo, serán incrementadas en un tercio en su mínimo y en su
máximo, cuando la víctima fuera un menor de trece afias.

EXHIBICIONES OBSCENAS

ARTICULO 129 — Será reprimido con multa de mil a quince mil pesos el que ejecutare o
hiciese ejecutar por otros actos de exhibiciones obscenas expuestas a ser vistas
involuntariamente por terceros.

Si los afectados fueren menores de dieciocho años la pena será de prisión de seis meses a
cuatro años. Lo mismo valdrá, con independencia de la voluntad del afectado, cuando se
tratare de un menor de trece años.

El delito consiste en ejecutar (llevar a cabo, realizar, pode de manifiesto) o hace ejecutar por
otro (hacer realizar el acto a otra persona, distinta del autor) actos de exhibiciones obscenas
expuestas a ser vistas involuntariamente por terceros.

La exhibición debe ser del cuerpo desnudo del autor, de sus partes sexuales o de acciones
físicas que tengan tal significado.

Sujeto activo y pasivo puede ser cualquier persona, varón o mujer. Hay que hacer la salvedad
de que la conducta se agrava si los sujetos pasivos fueran menores de dieciocho años,
manteniéndose la misma penalidad si se tratase de menores de trece años, pero con la
diferencia de que, en este último supuesto, carece de relevancia la voluntad del afectado. El
delito, en cualquiera de sus modalidades, es doloso, sin que se requiera de un especial ánimo
lúbrico o de algún elemento subjetivo que lo contenga Se trata de un delito de pura actividad,
de peligro concreto, cuya consumación coincide con el acto de exhibición obscena, vale decir,
que lo que importa a la consumaciones que las conductas puedan afectar el pudor de las
personas, no que efectivamente lo hayan afectado en el caso concreto. La tentativa, aunque
difícil de imaginar, puede resultar admisible. La infracción es de acción pública perseguible de
oficio.
RAPTO

ARTICULO 130 — Será reprimido con prisión de uno a cuatro años, el que sustrajere o
retuviere a una persona por medio de la fuerza, intimidación o fraude, con la intención de
menoscabar su integridad sexual.

La pena será de seis meses a dos años, si se tratare de una persona menor de dieciséis años,
con su consentimiento.

La pena será de dos a seis años si se sustrajere o retuviere mediante fuerza, intimidación o
fraude a una persona menor de trece años, con el mismo fin.

El precepto regula varias modalidades de rapto:

1) Rapto propio. Consiste en sustraer o retener a una persona, por medio de fuerza,
intimidación o fraude con la intención de menoscabar su integridad sexual. Sustraer, equivale a
sacar, tomar, apoderar o arrebatar a la persona La sustracción exige siempre el desplazamiento
de la víctima de un lugar a otro. Retener significa impedir que la persona se desplace de un
determinado lugar, que se aparte de él. La retención exige el mantenimiento de la víctima en el
lugar, lo cual implica, en sí mismo, privarla de su libertad personal. Sin privación de libertad, en
esta hipótesis, no hay rapto. Para que el rapto sea punible debe haberse realizado por medio
de fuerza, intimidación o fraude (ardid o engaño). Por ende, el consentimiento del sujeto
pasivo excluye la tipicidad de la conducta.

Sujeto activo puede ser cualquier persona, hombre o mujer, pero sujeto pasivo, debe ser una
persona mayor de dieciséis años. Es un delito subjetivamente configurado que no se satisface
con el dolo común (voluntad de realizar el tipo objetivo), sino que exige UD elemento subjetivo
especifico cuya presencia fundamenta el injusto típico: la intención de menoscabar la
integridad sexual de la víctima, que constituye el propósito sexual del autor, ya sea para
cometer algunos de los delitos sexuales previstos en el Título II o realizar cualquier género de
actos lúbricos, aunque fueran penalmente atípicos. Se trata de un delito instantáneo de
eventual efecto permanente, si persiste temporalmente la retención de la persona Es un delito
de tendencia interna trascendente, que se consuma con la realización de las acciones típicas.
La tentativa es admisible. El ejercicio de la acción penal, al igual que en las demás modalidades
típicas previstas en el art. 130, es dependiente de instancia privada (art. 72, Cód. Penal).

2) Rapto impropio. Está previsto en el art. 130, párr. 2º, y consiste en el rapto de una persona
menor de dieciséis años, con su consentimiento, con la intención de menoscabar su integridad
sexual. Sujeto activo puede ser cualquier persona, sin distinción de sexo, al igual que el sujeto
pasivo, con la sola salvedad de que debe tratarse de una persona menor de dieciséis años de
edad pero mayor de trece. Esta especie delictiva requiere de los mismos elementos que el
rapto propio. Esta modalidad de rapto exige que el autor le haya ocultado sus intenciones al
sujeto pasivo, o que se haya aprovechado de él prevaliéndose de alguna condición de
superioridad o poder, para así obtener un consentimiento que no hubiera sido prestado
libremente de haberse conocido sus verdaderas intenciones; de lo contrario, la conducta sería
atípica, precisamente por la prestación del consentimiento. Pero, si éste fue obtenido por
medio de fuerza, intimidación o fraude, el hecho se desplaza al rapto propio del primer párrafo.
Lo que no parece aceptable es sostener que la víctima sea una persona inexperta o inmadura
sexualmente (Gavier, Pandolfi), pues no debe olvidarse que estamos dentro de la esfera de los
delitos contra la libertad sexual, de modo que, aun para aquellas personas con experiencia
sexual, el consentimiento para involucrarlas en una acción de contenido sexual debe ser
prestado voluntariamente, en plena libertad. De otro modo, nunca podría cometerse el delito
en perjuicio de un sujeto pasivo maduro sexualmente. Se trata en suma, de una figura penal
incongruente en el marco de la reforma actual de los delitos sexuales, pues representa-y en
esto sí, corno el viejo delito de estupro-- una anticipada incriminación de una relación sexual
consentida entre sus protagonistas. De lege ferenda, sería aconsejable su derogación como tipo
delictivo autónomo.

3) Rapto de menor de trece años. Constituye una circunstancia agravante del tipo genérico del
párr. 1 ° del art. 130. El delito se especializa por la edad del sujeto pasivo, esto es, menor de
trece años, y para su configuración deben concurrir, no sólo las mismas conductas y medios
típicos del rapto propio sino también la intención por parte del autor de menoscabar la
integridad sexual de la víctima. El consentimiento del menor carece de total relevancia. Esta
especie delictiva, de lege ferenda, debe ser derogada como delito sexual y reubicada entre los
delitos contra la libertad individual.

GROOMING

ARTICULO 131. - Será penado con prisión de seis (6) meses a cuatro (4) años el que, por
medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de
transmisión de datos, contactare a una persona menor de edad, con el propósito de cometer
cualquier delito contra la integridad sexual de la misma.

Este delito es una consecuencia de uso de la Internet o de cualquier otros sistema electrónico
de transmisión de datos, para la comisión de delitos sexuales, en los que se encuentran
involucrados menores de edad. No se trata de un delito informático sino de un delito sexual,
que se caracteriza por la utilización de un medio informático o telemático para finalidades
ilícitas de naturaleza sexual. El bien jurídico protegido por esta figura es la libertad sexual del
menor.

Con arreglo al texto legal, son elementos del delito:

1) Contactar ( comunicarse, relacionarse, conectarse, etc.) a un menor de edad, que es la


acción que nuclea el tipo penal.

2) Recepción (tomar conocimiento) de la comunicación por parte del menor.

3) Uso de Internet, teléfono o de cualquier otra tecnología de información y la comunicación.

4) Finalidad de cometer un delito sexual, de los previstos en los arts. 119 a 130 CP.

En cuanto a los sujetos del delito, se infiere del texto del art. 131 que se trata de un delito de
titularidad indiferenciada, que puede ser cometido por cualquier persona (adulta o no), sin que
se requiera en el autor de cualidades o condiciones especiales. Sujeto pasivo debe ser un
menor de edad (menor de 18 años).
Subjetivamente el grooming es un delito doloso, de dolo directo, pero -por tratarse de un
delito de tendencia, mutilado de dos actos- demanda para su perfección la concurrencia de un
elemento subjetivo del tipo, ultraintencional, que acompaña al dolo: la finalidad de cometer un
delito sexual en perjuicio del menor de edad. No obstante tratarse de un acto preparatorio de
un delito sexual convertido en delito, se consuma con el logro del contacto con el menor. Es
necesario el contacto, esto es, su recepción por parte del sujeto pasivo para la perfección del
tipo delictivo. Por tratarse de un delito de pura actividad y de peligro abstracto, la tentativa no
parece admisible.

El ejercicio de la acción penal es pública C art. 71 CP), pudiendo ser promovida de oficio por el
Ministerio Público Fiscal.

La prescripción de la acción penal se produce a los cuatro años, en los términos establecidos en
el art. 62.2 CP, no siendo aplicable el párrafo incorporado por la Ley Nº 26705 al art. 63 CP, por
cuanto es anterior a la incorporación del grooming al Código Penal.

DISPOSICIONES COMUNES

ARTICULO 132. - En los delitos previstos en los artículos 119: 1°, 2°, 3° párrafos, 120: 1°
párrafo, y 130 la víctima podrá instar el ejercicio de la acción penal pública con el
asesoramiento o representación de instituciones oficiales o privadas sin fines de lucro de
protección o ayuda a las víctimas.

Se da la posibilidad de que la víctima tenga la facultad de instar el ejercicio de la acción penal


con el asesoramiento o representación (promiscua) de instituciones oficiales o privadas sin
fines de lucro, pero cuyos fines están orientados a la protección o ayuda a las víctimas.

REGLAS SOBRE PARTICIPACIÓN CRIMINAL

ARTICULO 133. - Los ascendientes, descendientes, cónyuges, convivientes, afines en línea


recta, hermanos, tutores, curadores y cualesquiera persona que, con abuso de una relación
de dependencia, de autoridad, de poder, de confianza o encargo, cooperaren a la
perpetración de los delitos comprendidos en este título serán reprimidos con la pena de los
autores.

La norma consagra una regla de alteración de los principios en materia de participación


criminal (arts. 45 y 46), sometiendo a todos los que cooperan en la perpetración de estos
ilícitos a la misma escala penal correspondiente al autor del delito de que se trata. Se trata de
una agravante genérica para los supuestos de participación secundaria, equiparando la pena en
estos casos con la que corresponderla al autor del delito.
DELITOS CONTRA LA ESTADO CIVIL

MATRIMONIOS ILEGALES

ARTICULO 134. - Serán reprimidos con prisión de uno a cuatro años, los que contrajeren
matrimonio sabiendo ambos que existe impedimento que cause su nulidad absoluta.

El bien jurídico protegido con estos delitos es la "legalidad del matrimonio civil". Los tipos
penales de matrimonios ilegales, bilateral (art. 134) o unilateral (art. 135) tienen en común los
siguientes elementos: a) celebración de un matrimonio formalmente válido, y b) existencia de
un impedimento que causa la nulidad absoluta del matrimonio. Los delitos enmarcados en este
Capítulo, son delitos de pura actividad, instantáneos, de participación plural activa y dolosa.

El delito consiste en contraer un matrimonio, con el cumplimiento de todas las formalidades


legales para su celebración, sabiendo los contrayentes de la existencia de un impedimento que
cause la nulidad absoluta del mismo. Los impedimentos que hace referencias son los que
menciona el art. 403 del CCyC (por ejemplo, el parentesco entre hermanos bilaterales y
unilaterales, cualquiera sea el origen del vínculo).

La figura es dolosa de dolo directo, pues exige el conocimiento asertivo por parte de ambos
contrayentes ("sabiendo ambos", dice la ley) de la existencia del impedimento que causa la
nulidad absoluta del matrimonio, circunstancia que impide el reconocimiento de otro dolo que
no sea el directo. Por lo tanto, quedan fueran del tipo subjetivo las formas eventuales y las
culposas. El delito es de mera acción o de pura actividad y de carácter instantáneo. Se consuma
en el momento en que los sujetos son declarados unidos en matrimonio por el oficial público y
suscriben el acta matrimonial. No es necesaria la consumación del matrimonio ni la
convivencia. La tentativa es posible.

MATRIMONIO ILEGAL UNILATERAL

ARTICULO 135. - Serán reprimidos con prisión de dos a seis años:

1º. El que contrajere matrimonio cuando, sabiendo que existe impedimento que cause su
nulidad absoluta, ocultare esta circunstancia al otro contrayente;

2º. El que engañando a una persona, simulare matrimonio con ella.

Sobre el inciso 1, se remite a la figura del art. 134. Los principios allí explicados son aquí de
aplicación. Se trata de un tipo agravado del delito de matrimonio ilegal bilateral. Solo que acá
hay un ocultamiento. El ocultamiento se produce en el preciso instante en que el autor
esconde o calla la existencia del impedimento a la otra persona. Carece de relevancia que dicho
ocultamiento se concrete mediante ardid o engaño; lo que importa es que el otro sujeto ignore
la existencia del impedimento por la actitud activa u omisiva del agente. La existencia del
impedimento debe ser ocultada "al otro" contrayente Y no a terceros ajenos al acto (por ej. el
oficial público o testigos).

En cuanto a los sujetos, son indiferenciados, cualquier persona puede ser sujeto activo y
pasivo. Es un delito doloso compatible sólo con dolo directo. El delito es de acción, aunque
algunas veces puede cometerse por om1s1on (impropia) y se consuma con la celebración del
matrimonio, del mismo modo como explicamos en el art. 134. La tentativa es admisible.

El inc. 2 contempla el delito de "simulación de matrimonio". Este delito implica la apariencia de


un matrimonio válido, el cual se celebra supuestamente en cumplimiento de los requisitos
legales, cuando en realidad no se celebra ningún matrimonio válido, nulo o anulable. Se trata
de un caso de apariencia de matrimonio, ya que no existe matrimonio legal ni ilegal, es por ello
que resulta difícil de entender que el bien jurídico lesionado fuera el estado civil, por cuanto,
en realidad, ~e trata de un acto inexistente que nunca podría generar una lesión o puesta en
peligro de bien jurídico alguno relacionado con el estado civil de las personas.

Es un delito de sujetos indiferenciados, pudiendo ser sujetos activo Y pasivo tanto un hombre
como una mujer. Sujeto pasivo es el contrayente que resulta engañado por la simulación del
matrimonio. La acción típica consiste en simular un matrimonio mediando engaño de la otra
persona, vale decir, haciéndole creer como verdadero -"al otro contrayente"-un acto
matrimonial que es falso. La víctima debe padecer el error determinante causado por la
maniobra ardidosa desplegada por el autor y creer que en realidad está contrayendo un
matrimonio válido.

Vale decir, que este delito se perfecciona como una suerte de estafa, en la que existe un agente
que engaña y una víctima engañada, pero sin que requiera de resultado alguno (por ej. el logro
del acceso carnal, la producción de algún perjuicio patrimonial, etc.). Ahora bien, si por ej. el
hecho se llevara a cabo -entre ambos falsos contrayentes- para engañar a un tercero con la
finalidad de obtener un beneficio de tipo patrimonial, por ej. para hacerle creer la existencia de
un matrimonio del cual depende el otorgamiento de un patrimonio hereditario, estaríamos en
presencia de una estafa. La infracción es dolosa, de dolo directo. Tratándose de un delito de
peligro, de pura actividad, instantáneo y de consumación anticipada, se consuma con la
realización del matrimonio simulado, no siendo necesario otro resultado. La tentativa es
admisible al igual que la participación criminal en todos sus grados.

RESPONSABILIDAD DEL OFICIAL PÚBLICO

ARTICULO 136. - El oficial público que a sabiendas autorizare un matrimonio de los


comprendidos en los artículos anteriores, sufrirá, en su caso, la pena que en ellos se
determina.

Si lo autorizare sin saberlo, cuando su ignorancia provenga de no haber llenado los requisitos
que la ley prescribe para la celebración del matrimonio, la pena será de multa de setecientos
cincuenta a pesos doce mil quinientos e inhabilitación especial por seis meses a dos años.

Sufrirá multa de pesos setecientos cincuenta a pesos doce mil quinientos el oficial público
que, fuera de los demás casos de este artículo, procediere a la celebración de un matrimonio
sin haber observado todas las formalidades exigidas por la ley.

El artículo regula tres figuras distintas, según que la responsabilidad del oficial público sea
dolosa o culposa:

1) Autorización dolosa de matrimonio ilegal (párr. 1 º);

La conducta incriminada consiste en autorizar un matrimonio nulo. El oficial público debe


conocer en forma "asertiva" ( dolo directo) la existencia de un impedimento que causa la
nulidad absoluta del matrimonio que celebra ("a sabiendas", dice la ley) y que los contrayentes,
o sólo uno de ellos, tienen noticias de él; ese conocimiento asertivo descartarla la aplicación
del dolo eventual.

2) Autorización culposa del matrimonio ilegal ignorando el impedimento (párr. 2º);

La acción típica consiste en autorizar (celebrar) un matrimonio, pero ignorando la existencia de


impedimentos que causan su nulidad absoluta. Se trata de un delito culposo, en el que el
sujeto activo actúa en la ignorancia (atribuible a él mismo) de no tomar los recaudos para
comprobar la legalidad del acto que está celebrando. El delito se consuma con la autorización
del matrimonio, sin haber observado las formalidades prescriptas por la ley para la celebración
del mismo. Dada la estructura subjetiva del tipo, la tentativa no resulta admisible.
3) Celebración dolosa del matrimonio por inobservancia de las formalidades prescriptas por la
ley (párr. 3°).

El delito consiste en celebrar un matrimonio '"omitiendo" la observancia de las formalidades


prescriptas por la ley para la celebración de los mismos. La acción típica por tanto, es "celebrar
un matrimonio” pero en este caso, el autor no observa, dolosamente, las formalidades
prescriptas por la ley. Debe tratarse de un matrimonio legal --no de los ilegales a que hacen
referencia los artículos 134 y 135-, pero que ha sido celebrado sin las formalidades establecidas
en la ley. La figura admite tanto el dolo directo como el eventual. Se consuma con la
celebración del matrimonio sin haberse observado las formalidades legales. Se trata, por ende,
de un tipo de mera conducta, que impide la realización de la tentativa.

Las tres hipótesis tienen en común que el autor del delito sólo puede un oficial público con
competencia para celebrar matrimonios. Se trata, por lo tanto, de delitos especiales propios.

Responsabilidad del representante de un menor

ARTICULO 137. - En la misma pena incurrirá el representante legítimo de un menor impúber


que diere el consentimiento para el matrimonio del mismo.

Se trata de un tipo especial propio de autor cualificado, de acción, de mera conducta, de


peligro concreto y de consumación anticipada. Sujeto activo sólo puede ser el representante
legítimo del menor impúber, esto es, los padres, matrimoniales o extramatrimoniales, los
padres adoptivos, el tutor o el curador. Sujeto pasivo es el menor impúber. La acción típica
consiste en autorizar (prestar el consentimiento) el casamiento de un menor impúber. Se trata
del delito del representante y no del menor, vale decir, que la conducta de los contrayentes
(menores ambos o uno sólo de ellos) es atípica. El delito es doloso, de dolo directo, compatible
con la forma menor, Y se consuma cuando el representante de menor presta el consentimiento
para la celebración del matrimonio. La tentativa es admisible.

Supresión y suposición del estado civil y de la Identidad

ARTICULO 138.- Se aplicará prisión de 1 a 4 años al que, por un acto cualquiera, hiciere
incierto, alterare o suprimiere el estado civil de otro.

El delito consiste, en hacer incierto (crear inseguridad, duda, incertidumbre o zozobra respecto
del estado civil de una persona), de modo que resulte difícil su determinación o comprobación;
alterar (modificarlo, total o parcialmente, cambiándolo por otro). Se atribuye a un sujeto un
estado distinto al que posee realmente. Se origina un esta.do civil falso, por ej., cambiando
algunos datos o condiciones que presentan a la víctima con otra filiación, otro estado
matrimonial, otra nacionalidad, etc.; suprimir (hacerlo desaparecer, sin atribuir otro). Se quita
o despoja a la persona su verdadero estado, sin asignarle otro, de forma tal que se desconozca
cuál es su estado, a qué familia pertenece, etc. (por ej. destruyendo la partida de nacimiento).
En este supuesto, desaparece la posibilidad de acreditar o demostrar el estado civil.

El delito puede cometerse, según la prescripción legal, por un acto cualquiera, de manera que
cualquier medio es admisible, como ser: la falsedad documental, sea material o ideológica, la
suplantación material, etc.

Sujetos activo y pasivo pueden ser cualquier persona, sin distinción alguna de condiciones o
cualidades personales. Subjetivamente, el tipo se satisface con el dolo común.

Supresión y suposición del estado civil y la identidad

ARTICULO 139.- Se impondrá prisión de 2 a 6 años:

1. A la mujer que fingiere preñez o parto para dar a su supuesto hijo derechos que no le
correspondan.

2. Al que, por un acto cualquiera, hiciere incierto, alterare o suprimiere la identidad de un


menor de 10 años, y el que lo retuviere u ocultare.

Caso del inc. 1 – supresión de estado civil fingiendo preñez o parto –> El sujeto activo es la
mujer que finge ser madre. El sujeto pasivo es el niño cuyo estado civil se altera y a quién se le
confieren los derechos que no le corresponden. La conducta delictiva consiste en que la mujer
finja preñez o parto, de modo tal que haga aparecer como suyo un hijo dado a luz por otra
mujer. El elemento subjetivo es el dolo directo, pues consiste en el propósito de dar a su
supuesto hijo, derechos que no le corresponden. Este fin es requisito para que se configure
delito pero no es necesario que el fin realmente se logre. Es suficiente con la mera
intencionalidad (de allí que se trata de un delito doloso directo).

Caso del inc. 2 – supresión de la identidad de un menor de 10 años –> El bien jurídico tutelado
es la identidad. Toda persona humana tiene derecho a que se respete su primaria identidad, a
que se la mantenga inalterable durante toda su vida, sin que circunstancias externas
contribuyan a su manipulación. Aquí la identidad de la persona forma parte de su propia
integridad como ser humano. Ya no se trata de un simple aspecto o dato del estado civil, sino
que se equipara a él en una misma categoría axiológica. La identidad de la persona adquiere
aquí plena autonomía conceptual y jurídica al erigirse como bien jurídico fundamental, esto es,
como un derecho con jerarquía constitucional. Se agrava la pena por la edad de la víctima, que
es un menor de 10 años. El delito puede cometerse por un acto cualquiera. Las conductas
típicas son las mismas que el inc. 1, con la particularidad de que la figura contempla dos nuevas
acciones típicas: retener u ocultar a un menor de 10 años. La materialidad del delito consiste
en retener u ocultar a un menor de diez años, esto es, mantener al menor dentro de un
espacio físico determinado o substraerlo .del conocimiento de terceras personas. . La retención
implica no sólo la tenencia del menor dentro de la esfera del propio poder, sino el hecho de no
entregarlo a quien se debe cuando se lo tiene que hacer. Ocultar quiere decir esconder al
menor, conducta que puede, en ciertos casos, superponerse con la retención.
INTERMEDIACIÓN ILÍCITA

ARTICULO 139 bis - Será reprimido con reclusión o prisión de 3 a 10 años, el que facilitare,
promoviere o de cualquier modo intermediare en la perpetración de los delitos
comprendidos en este Capítulo, haya mediado o no precio o promesa remuneratoria o
ejercido amenaza o abuso de autoridad.

Incurrirán en las penas establecidas en el párrafo anterior y sufrirán, además, inhabilitación


especial por doble tiempo que el de la condena, el funcionario público o profesional de la
salud que cometa alguna de las conductas previstas en este Capítulo.

En el primer párrafo, la acción consiste en facilitar o promover o de cualquier modo


intermediar en la perpetración de delitos comprendidos en este capítulo. No importa si la
persona que realizo algunas de esas conductas, actuó por precio o promesa remuneratoria, o
con amenazas o con abuso de autoridad. Para que el delito se consume no se necesita que
concurran alguno de estos elementos, sino que basta simplemente con realizar algunas de las
conductas que mencionamos (facilitar, promover o intermediar).

En el segundo párrafo, se castiga al funcionario público o profesional de la salud que cometa


alguna de las conductas previstas en el capítulo que estamos analizando. La pena es de prisión
o reclusión de tres a diez años y se le agrega inhabilitación especial por doble tiempo que el de
la condena establecida. (se agrava cuando es funcionario público o profesional de la salud).

En el caso del primer párrafo del artículo, sujetos del delito pueden ser cualquier persona;
pero, en el segundo párrafo, únicamente pueden ser autores los funcionarios y profesionales
de la salud que cometan alguna de las infracciones previstas en el Capítulo. Se trata, en este
último supuesto, de un tipo especial impropio, que requiere una cierta y determinada
cualificación de autoría. El delito se cumple subjetivamente con dolo directo-

El delito es doloso, de dolo directo, y se consuma cuando se produce el contacto entre el sujeto
activo y la o las personas que intervienen en el tráfico, sea como compradores, receptores, etc.,
del niño cuyo estado será alterado ulteriorment
DELITOS CONTRA LA LIBERTAD

Nuestra Constitución Nacional, en su preámbulo tiene como objetivo “asegurar los beneficios
de la libertad…para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino”.
Consecuentemente, el CP no podía omitir la libertad entre los bienes que tutela, y es así que en
el Titulo 5 se tipifican y sancionan los delitos contra la libertad.

Su reconocimiento como derecho humano fundamental proviene no sólo del texto expreso del
art. 19 de la Const. Nacional, sino de los propios tratados internacionales que han sido
incorporados a su plexo normativo (art. 75, inc. 22, Const. Nacional), entre los que puede
destacarse la ya citada Declaración Universal de Derechos Humanos, cuyo art. 3° prescribe:
"Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona".
reconocimiento que ha sido consagrado por la generalidad de los instrumento~ internacionales
enumerados en el texto constitucional. Resumiendo; entonces podemos concebir la libertad
personal -en el amplio sentido en que debe ser entendida como bien jurídico penal- como la
facultad de todo individuo de poder conducirse de un modo o de otro, o de abstenerse de
hacerlo, conforme con sus propias determinaciones, así como el derecho a que nadie (persona
o Estado) interfiera arbitraria o ilegítimamente en la esfera de reserva o de intimidad personal,
con la sola limitación que imponen el ejercicio de la libertad del otro y el imperio de la ley.
Reducción a esclavitud o servidumbre

ARTICULO 140. - Serán reprimidos con reclusión o prisión de cuatro (4) a quince (15) años el
que redujere a una persona a esclavitud o servidumbre, bajo cualquier modalidad, y el que la
recibiere en tal condición para mantenerla en ella. En la misma pena incurrirá el que obligare
a una persona a realizar trabajos o servicios forzados o a contraer matrimonio servil.

El art. 140 recoge dos formas de conductas: reducir a una persona a esclavitud o servidumbre o
recibirla para mantenerla en idéntica condición.

1) Reducir a esclavitud o servidumbre. La conducta punible es reducir (sujetar, someter,


constreñir, adaptar, etc.) a un individuo a alguna de estas condiciones o a otras semejantes que
les son equivalentes. A estas situaciones el autor puede llegar por cualquier medio (p. ej., por
violencia, engaño, persuasión), siendo indiferente el propósito perseguido. Lo que importa es
que, valiéndose de cualquier medio, el autor logre un estado de subordinación o sometimiento
de la víctima. El consentimiento libremente prestado excluye el delito. En esta modalidad, el
delito es material y de carácter permanente. Se consuma cuando se logra la situación de
dominio o sometimiento de la persona, manteniéndose la consumación mientras dicho estado
continúa. La infracción es dolosa, de dolo directo y resultan admisibles las formas imperfectas
de comisión

2) Recibir en tales condiciones. Esta modalidad consiste en recibir a: una persona que ya se
encuentra en una de estas situaciones, con la finalidad de mantenerla en tal condición. La
figura requiere, entonces, la concurrencia de un particular elemento subjetivo que especializa
el tipo: la intención del autor de mantener al sujeto en la misma condición en que lo recibió.
De modo que cualquier otra finalidad (p. ej., liberar a la víctima) toma atípica la conducta, por
ausencia del elemento subjetivo. El delito, a diferencia del tipo anterior, es de carácter
instantáneo y se consuma en el momento en que ' el agente recepta a la víctima. La tentativa
es admisible. La infracción es dolosa, siendo compatible únicamente con el-dolo directo.

3) Bajo cualquier modalidad. Se debe entender que estas prácticas admiten cualquier medio de
comisión, no sólo las que presuponen el uso de violencia o amenaza (engaño, persuasión,
abuso de autoridad o de poder, etc.).

4) Obligar a otro a trabajar o contraer matrimonio. El matrimonio servil, por su parte, implica
un matrimonio precoz y forzado, sin que se permita ningún tipo de elección de la pareja
situación que supone-según la Organización Internacional para las Migraciones, OIM-, una
forma de explotación laboral y/o sexual de un miembro de la pareja, implicando situaciones de
esclavitud, asilamiento, control, violencia física sexual y reproductiva. Pero lo que importa para
la interpretación del precepto legal es que, cualquiera sea la expresión que utilicemos para
caracterizar la explotación de un ser humano por otro, siempre habrá de suponer una situación
de dominio o sometimiento que afecta gravemente su voluntad de elección y decisión.

ATENTADOS CONTRA LA LIBERTAD PERSONAL

PRIVACIÓN ILEGAL DE LA LIBERTAD PERSONAL

ARTICULO 141. - Será reprimido con prisión o reclusión de seis meses a tres años; el que
ilegalmente privare a otro de su libertad personal.
En este tipo de infracciones se tiene en cuenta la libertad en un sentido físico o corporal, como
libertad de movimientos, que abarca no sólo la facultad de moverse o disponer del propio
cuerpo según la propia voluntad, sino también el derecho de trasladarse de un lugar a otro sin
ningún tipo de interferencias o impedimentos. El delito consiste en privar ilegítimamente a otro
de su libertad personal.

El delito, que generalmente requiere una actividad, puede cometerse por omisión (impropia),
cuando el agente está obligado a hacer cesar una situación de privación de libertad
preexistente y no lo hace, por ej. el caso del usuario del transporte público que no puede
abandonar el medio de transporte por negarse el conductor a parar y abrir la puerta.

Sujeto activo puede ser cualquier persona, incluso un funcionario público, siempre que no
actúe en el ámbito propio de su actividad funcional, pues, siendo así, la conducta se
desplazaría hacia el art. 144 bis, inc. 1 º, del Cód. Penal. Sujeto pasivo puede ser cualquier
persona, siempre que en el momento del hecho pueda expresar su voluntad. Debe tratarse de
una persona con capacidad para determinarse con libertad, es decir, con posibilidades de
formar y expresar su voluntad. Subjetivamente el delito es doloso, siendo suficiente el dolo
común. Es de carácter material e instantáneo y se consuma en el momento mismo en que se
produce la privación de libertad de la víctima, por muy breve que ésta haya sido (p. ej., cuando
se la encierra en algún lugar, se le impide todo tipo de desplazamiento o se le impone un obrar
determinado). En estas hipótesis, el delito queda perfeccionado. Como esta situación puede
prolongarse en el tiempo, el delito adquiere la particularidad de ser, en ciertos momentos un
delito de carácter permanente. Son admisibles las formas imperfectas de ejecución.

Agravantes

ARTICULO 142. - Se aplicará prisión o reclusión de dos a seis años, al que privare a otro de su
libertad personal, cuando concurra alguna de las circunstancias siguientes:

1. Si el hecho se cometiere con violencias o amenazas o con fines religiosos o de venganza;

2. Si el hecho se cometiere en la persona de un ascendiente, de un hermano, del cónyuge o


de otro individuo a quien se deba respeto particular;

3. Si resultare grave daño a la persona, a la salud o a los negocios del ofendido, siempre que
el hecho no importare otro delito por el cual la ley imponga pena mayor;

4. Si el hecho se cometiere simulando autoridad pública u orden de autoridad pública;

5. Si la privación de la libertad durare más de un mes.

Secuestro coactivo

ARTICULO 142 bis. - Se impondrá prisión o reclusión de cinco (5) a quince (15) años, al que
sustrajere, retuviere u ocultare a una persona con el fin de obligar a la víctima o a un tercero,
a hacer, no hacer, o tolerar algo contra su voluntad. Si el autor lograre su propósito, el
mínimo de la pena se elevará a ocho (8) años.
La pena será de diez (10) a veinticinco (25) años de prisión o reclusión:

1. Si la víctima fuese una mujer embarazada; un menor de dieciocho (18) años de edad; o un
mayor de setenta (70) años de edad.

2. Si el hecho se cometiere en la persona de un ascendiente; de un hermano; del cónyuge o


conviviente; o de otro individuo a quien se deba respeto particular.

3. Si se causare a la víctima lesiones graves o gravísimas.

4. Cuando la víctima sea una persona discapacitada, enferma o que no pueda valerse por sí
misma.

5. Cuando el agente sea funcionario o empleado público o pertenezca o haya pertenecido al


momento de comisión del hecho a una fuerza armada, de seguridad u organismo de
inteligencia del Estado.

6. Cuando participaran en el hecho tres (3) o más personas.

La pena será de quince (15) a veinticinco (25) años de prisión a reclusión si del hecho
resultara la muerte de la persona ofendida, como consecuencia no querida por el autor.

La pena será de prisión o reclusión perpetua si se causare intencionalmente la muerte de la


persona ofendida.

La pena del partícipe que, desvinculándose de los otros, se esforzare de modo que la víctima
recupere la libertad, sin que tal resultado fuese la consecuencia del logro del propósito del
autor, se reducirá de un tercio a la mitad.

Se trata de una modalidad especial de privación de libertad que se caracteriza, desde un plano
objetivo, por las formas tradicionales del secuestro, como son ciertamente la sustracción, la
retención y la ocultación de la persona, y desde un plano subjetivo, por la finalidad del autor,
esto es, obligar a la víctima o a un tercero a hacer, no hacer o tolerar algo contra su voluntad.
Las acciones típicas son las de sustraer (tomar a la persona, apoderarse de ella, quitándola de
una determinada esfera de poder), retener (tener, mantener, guardar, conservar a la persona
en un sitio determinado y por un lapso más o menos prolongado) u ocultar (esconder al
retenido de la vista o vigilancia de los demás de manera que se impida o dificulte su reintegro
al ámbito del que ha sido sustraído).

Sujeto activo puede ser cualquier persona, incluso un funcionario público. Sujeto pasivo
también puede ser cualquiera El delito exige la concurrencia de un propósito definido: obligar a
la víctima a una determinada acción u omisión: hacer, no hacer o tolerar algo contra su
voluntad, y se configura aun cuando el autor no logre el fin propuesto. Esta exigencia subjetiva
implica un elemento subjetivo del tipo que se añade al dolo. Por lo !auto, sólo es compatible
con el dolo directo. La finalidad perseguida por el agente puede comprender tanto acciones u
omisiones que el sujeto pasivo no está obligado a realizar o soportar, cuanto también algo que
está obligado a hacer, no hacer o tolera.

Agravantes en el segundo párrafo del artículo.

RE agravante en caso de muerte de la víctima, culposa o dolosa (párrafo 3 y 4).


Desaparición forzada de personas

ARTICULO 142 ter. - Se impondrá prisión de DIEZ (10) a VEINTICINCO (25) años e
inhabilitación absoluta y perpetua para el ejercicio de cualquier función pública y para tareas
de seguridad privada, al funcionario público o a la persona o miembro de un grupo de
personas que, actuando con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, de
cualquier forma, privare de la libertad a una o más personas, cuando este accionar fuera
seguido de la falta de información o de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o
de informar sobre el paradero de la persona.

La pena será de prisión perpetua si resultare la muerte o si la víctima fuere una mujer
embarazada, una persona menor de DIECIOCHO (18) años, una persona mayor de SETENTA
(70) años o una persona con discapacidad. La misma pena se impondrá cuando la víctima sea
una persona nacida durante la desaparición forzada de su madre.

La escala penal prevista en el presente artículo podrá reducirse en un tercio del máximo y en
la mitad del mínimo respecto de los autores o partícipes que liberen con vida a la víctima o
proporcionen información que permita su efectiva aparición con vida.

El bien jurídico protegido es la libertad física de la víctima, en sus aspectos de libertad


ambulatoria y de movimientos, aunque también implica un grave peligro para la vida de la
persona secuestrada. El delito implica la realización de una conducta activa (privación de la
libertad) integrada por otros varios actos que se acumulan a la acción originaria (falta de
información, negativa de reconocer la privación de la libertad o negativa a brindar información
sobre el paradero de la persona detenida). Se trata de un delito complejo de acciones
acumulativas, cuya conducta central está dada por la privación de la libertad de la víctima. El
delito presupone una situación de secuestro o sustracción (clandestina o manifiesta) de la
víctima, haciéndola "desaparecer" del ámbito social y familiar. La fórmula legal castiga
"cualquier forma" de la detención, vale decir, cualquiera sea la modalidad de su comisión, vale
decir, que la privación de la libertad no necesariamente debe ser ilegítima ab-initio. Lo que
caracteriza a esta figura es la/alta de información acerca del paradero de la víctima, omisión o
negativa que implica sustraer a la persona de la posibilidad de controlar su detención a través
de los mecanismos previstos en la ley. Sobre esta cuestión tiene dicho la CTDH: "un elemento
esencial de la desaparición forzada es la negativa a reconocerla privación de libertad" " (CIDH,
caso Heliodoro Portugal vs. Panamá, párr. l 98, 2008).

Sujeto activo puede ser un funcionario público o agente estatal o una persona que actúe en
complicidad con el Estado, es decir, con su apoyo, autorización o aquiescencia, para cometer el
delito. Por lo tanto, se trata de un delito especial. Sujeto pasivo es la persona privada de su
libertad individual, aunque el tipo penal también asimila a la categoría de víctima a la persona
nacida durante la desaparición forzada de su madre (art. 142 ter, 3er. párr.). Se trata de un
delito doloso, de dolo directo. Tratándose de un delito complejo y de carácter permanente, la
consumación se produce cuando se omite brindar información respecto del paradero de la
víctima o sobre el reconocrm1ento de su detención. Si, por el contrario, el o los autores
suministran esta información o reconocen la detención de la víctima, la figura aplicable es, en
principio, la del art. 141 del Código Penal. La tentativa no se muestra como posible.
Agravantes

El delito se agrava: 1) por la muerte de la víctima, que debe ser la consecuencia de la privación
de libertad (resultado preterintencional) o producirse en cualquier momento del cautiverio,
por lo que está comprendida la muerte producida dolosamente, y 2) por la especial situación
de la víctima (mujer embarazada, menor de 18 uñas, mayor de 70 años y víctima con
discapacidad), situación que debe concurrir en el momento en que se ejecuta 1a privación de
libertad.

Atenuantes

El último párr. del art. 142 ter establece una escala reductora de la pena (un tercio del máximo
y la mitad del mínimo) para "los autores o participes que liberen con vida a la víctima o
proporcionen información que permita su efectiva aparición con vida". Se trata de un beneficio
en la reducción de la pena, específicamente para los "autores o partícipes" (en cualquier
grado), que liberen por sí mismos a la víctima o suministren información conducente a obtener
su libertad. Con arreglo al texto legal, es necesario para que concurra la atenuante, que la
víctima '"aparezca" con vida, no que se demuestre por medio de informes u otros elementos
(por ej. fotografías) que está con vida, que se la liberará con vida o que se la muestre en tal
situación. Debe ser liberada "viva', en cuyo caso la escala penal será de 5 a 8 años y 3 meses de
prisión.

Atentados contra la libertad personal cometidos por funcionarios públicos

ARTICULO 143. - Será reprimido con reclusión o prisión de uno a tres años e inhabilitación
especial por doble tiempo:

1º. El funcionario que retuviera a un detenido o preso, cuya soltura haya debido decretar o
ejecutar;

2º. El funcionario que prolongare indebidamente la detención de una persona, sin ponerla a
disposición del juez competente;

3º. El funcionario que incomunicare indebidamente a un detenido;

4º. El jefe de prisión u otro establecimiento penal, o el que lo reemplace, que recibiera algún
reo sin testimonio de la sentencia firme en que se le hubiere impuesto la pena o lo colocare
en lugares del establecimiento que no sean los señalados al efecto;

5º. El alcaide o empleado de las cárceles de detenidos y seguridad que recibiere un preso sin
orden de autoridad competente, salvo el caso de flagrante delito;

6º. El funcionario competente que teniendo noticias de una detención ilegal omitiere,
retardare o rehusare hacerla cesar o dar cuenta a la autoridad que deba resolver.
El esquema de la ley se puede sintetizar en dos categorías de delitos:

Primera categoría de delitos (arts. 143 y 144)

a) Retención ilegal de detenido o preso. El delito presupone una persona legalmente privada de
su libertad, sea bajo I a calidad de "detenido" ( arrestado, detenido, aprehendido, demorado,
etc.) o "preso"' (condenado). Se trata de un caso de detención legítima por su origen, pero que
se toma ilegítima por la posterior retención que realiza el autor.

La materialidad del delito consiste en retener {mantener bajo la esfera de poder o guarda) al
sujeto en un estado de detención, no obstante concurrir la obligación legal de disponer su
libertad, sea por propia decisión o por incumplimiento de una orden recibida de otro
funcionario. Decreta o decide la libertad de una persona sólo el juez. Ejecuta la soltura el
funcionario (generalmente, la autoridad policial) encargado de dar cumplimiento a la orden de
libertad emanada del juez. El delito es doloso, siendo suficiente el dolo eventual. El error, aun
imputable, excluye la culpabilidad, pues no están comprendidas las formas culposas. Se trata
de un delito de omisión impropia que se consuma con la retención del detenido o preso, y es
de carácter permanente, por cuanto la consumación perdura mientras se prolonga en el
tiempo la privación de libertad. La tentativa no parece admisible, dado el carácter del delito.

b) Prolongación indebida de la detención. Se trata, como en el supuesto anterior, de un delito


que requiere como presupuesto una persona legalmente detenida, detención que se vuelve
ilegítima por su continuación al margen de una disposición legal que obliga a ponerla a
disposición del juez competente. También aquí estamos en presencia de un delito de comisión
por omisión, debido que, si la acción se describe como la prolongación indebida de la
detención, la ilegalidad de ella surge de no haber puesto al detenido a disposición del juez
competente. Las leyes procesales son las que establecen los límites temporales para poner a
una persona privada de su libertad a disposición del juez competente. El delito consiste,
precisamente, en prolongar (mantener, continuar, etc.) el estado de detención de un sujeto sin
ponerlo a disposición (bajo la guarda, conocimiento o autoridad) del juez competente (juez de
instrucción). Juez competente es aquel que tiene a su cargo, por imperio de la ley, la
investigación de los delitos de acción pública. El delito es doloso y participa de las mismas
características que el que analizamos en el apartado anterior. Se consuma cuando, vencido el
plazo para poner al detenido a disposición del juez competente, el funcionario no ha cumplido
con esa obligación. No admite tentativa.

c) Incomunicación indebida. La incomunicación, según nuestra doctrina procesal, es una


medida de coerción personal por la que se le impide al imputado encarcelado mantener todo
contacto (verbal o escrito) con terceros, para evitar que estorbe la investigación.
Generalmente, en todo proceso penal, la regla es que la persona detenida tiene derecho a
comunicarse con terceros las veces que estime necesario y en cualquier momento del proceso.
Sin embargo, este derecho es sólo relativo, pues su incomunicación puede ser decretada de
manera legítima cuando concurran ciertas causas que expresa y taxativamente se encuentran
establecidas en la ley, a saber: cuando haya motivos para temer que el detenido se pondrá de
acuerdo con sus cómplices o cuando pueda obstaculizar de otro modo la investigación (art.
205, Cód. Proc. Penal de la Nación).

El límite temporal de la incomunicación es una cuestión también regulada por las leyes
procesales locales. El Cód. Proc. Penal de la Nación prescribe cuarenta y ocho horas, más
veinticuatro horas (art. 205). La autoridad competente para decretar una incomunicación es el
juez de instrucción. En el orden nacional, cuando concurren los requisitos establecidos en el
art. 205 del Cód. Proc. Penal de la Nación (peligro de que el reo se ponga de acuerdo con sus
cómplices o terceros o de que obstaculice la investigación), la policía está facultada para
disponer la incomunicación por un término máximo de diez horas, que no puede prolongarse
sin orden judicial. Si existiera orden judicial en tal sentido, la incomunicación puede
prolongarse hasta completar las setenta y dos horas.

El delito consiste en incomunicar indebidamente a un detenido, vale decir, privarlo de


comunicación en forma ilegítima. La incomunicación es indebida cuando se la decreta sin
motivos o causa bastante (no existen motivos suficientes que la justifiquen), o por quien carece
de competencia para ordenarla (p. ej., un funcionario policial sin conocimiento del juez), o por
quien, teniendo competencia para ordenarla~ se excede en los plazos máximos de duración
establecidos por la ley, o bien, cuando no resulta procedente en el caso concreto (p. ej., por
delitos que no admiten la prisión preventiva). Pero no comete este delito, sino abuso de
autoridad (art. 248, Cód. Penal), el funcionario que dispone de manera indebida la
incomunicación (por ejemplo el secretario que la dispone).

Sujeto activo, es en principio, el juez. Excepcionalmente puede ser la autoridad policial, si


concurrieran las circunstancias analizadas anteriormente. Sujeto pasivo es la persona retenida,
entendiéndose por tal solo el imputado detenido, es decir, la persona que se encuentra
indiciada como participe de u hecho delictivo. El delito es doloso, admite dolo eventual y se
consuma cuando se incomunica indebidamente al detenido, vale decir, cuando se materializa
(no cuando se decreta) el estado de incomunicación decretado por la autoridad pública. Se
trata, por ende, de un delito de resultado que admite la tentativa.

d) Recepción y colocación indebida de reos. La disposición prescribe dos tipos de delito: la


recepción indebida de reos y la colocación indebida de reos. Ambas modalidades tienen en
común al sujeto activo del delito, que debe tratarse de un jefe de prisión ( director de la cárcel
penitenciaria, jefe del penal, etc.) o de un establecimiento penal semejante (alcaldía policial, de
tribunales, etc.), o de quien fuese el reemplazante, aunque lo sea sólo transitoriamente. Por
tanto, son delitos especiales propios.

1) Recepción indebida. El delito consiste en recibir a un reo (condenado, privado de su


libertad), sin el testimonio (copia autenticada) de la sentencia condenatoria (Cód. Proc. Penal
de la Nación). Subjetivamente, la infracción es dolosa y se consuma en el momento en que se
recibe al reo sin el testimonio de la sentencia fi1me, sin que sea necesario típicamente su
alojamiento en el establecimiento.

2) Colocación indebida. El delito consiste en colocar (alojar, poner, internar, etc.) al reo en un
lugar del establecimiento (cárcel, alcaidía) que no sea el que corresponde en razón de la
naturaleza de la pena impuesta o la infracción administrativa cometida durante el
cumplimiento de la condena, en la medida en que ello suponga un empeoramiento de su
situación carcelaria. La medida no consiste en una mera desobediencia a una regla
administrativa, sino que debe haberse afectado la libertad individual del reo produciendo una
mayor ofensa al bien jurídico. La infracción es dolosa e instantánea, y se consuma en el
momento en que se coloca (aloja) al reo en el sitio no señalado al efecto. El tipo, a diferencia
del supuesto anterior, requiere la internación o alojamiento del reo.

e) Recepción ilegal de presos. En esta hipótesis, análoga a la anterior, la materialidad del delito
consiste en recibir un preso, cualquiera que sea la calidad que revista en el proceso (imputado,
procesado,· arrestado, detenido, condenado, etc.), sin la correspondiente orden escrita
expedida por la autoridad competente y de acuerdo con las formalidades legales. La excepción
(recepción sin orden escrita) está dada sólo en los casos de flagrancia delictiva, en cuyo caso el
hecho es impune. Autor del delito pueden ser el alcaide jefe de la alcaldía o cárcel de
encausados) o un empleado de la cárcel de detenidos y seguridad, y debe tratarse de un
empleado con facultades para recibir presos. Es un delito especial propio. El delito es doloso,
de carácter instantáneo y se consuma en el momento en que se produce la recepción del
detenido en el establecimiento penal.

t) Omisión, retardo o negativa de hacer cesar una detención ilegal o de denunciarla. El


precepto contempla una hipótesis delictiva que se caracteriza por conductas alternativas. Se
trata de un tipo mixto alternativo. En todos los casos, el funcionario debe ser competente para
hacer cesar la detención ilegal y, en el marco de esta competencia llevar a cabo los
comportamientos previstos c01no típicos. Si no fuera competente o no estuviera obligado
legalmente a comunicar a otro funcionario para que resuelva sobre la privación ilegal de la
persona, su conducta encuadraría en el encubrimiento del art. 277 del Cód. Penal. La infracción
es dolosa de dolo directo. Se consuma cuando se llevan a cabo las acciones descriptas en la ley.

Agravantes

ARTICULO 144. - Cuando en los casos del artículo anterior concurriere alguna de las
circunstancias enumeradas en los incisos 1, 2, 3 y 5 del artículo 142, el máximo de la pena
privativa de la libertad se elevará a cinco años.

Segunda categoría de delitos (art. 144 bis)

ARTICULO 144 bis. - Será reprimido con prisión o reclusión de uno a cinco años e
inhabilitación especial por doble tiempo:

1. El funcionario público que, con abuso de sus funciones o sin las formalidades prescriptas
por la ley, privase a alguno de su libertad personal;

2. El funcionario que desempeñando un acto de servicio cometiera cualquier vejación contra


las personas o les aplicare apremios ilegales;

3. El funcionario público que impusiere a los presos que guarde, severidades, vejaciones, o
apremios ilegales.

Si concurriere alguna de las circunstancias enumeradas en los incisos 1, 2, 3 y 5 del artículo


142, la pena privativa de la libertad será de reclusión o prisión de dos a seis años.

La disposición penal comprende distintos tipos de delitos, los cuales tienen en común que el
autor sólo puede ser un funcionario público con competencia funcional ( delito especial) y que
la privación de libertad tiene que realizarse en ejercicio del acto funcional. Uno de estos delitos
consiste en privar a alguien de su libertad personal con abuso de la función pública. El otro, en
privar a alguien de su libertad personal sin abuso de la función pública, pero al margen de las
formalidades prescriptas por la ley. (estas modalidad son del inc. A). Se trata de conductas
dolosas, de dolo directo, que se consuman cuando se produce la privación ilegal de la libertad
personal.

Inc. 2  El delito consiste en cometer (aplicar, imponer) cualquier vejación o apremios ilegales
a una persona. Autor de este delito sólo puede ser un funcionario público (delito especial), de
cualquier rango en el escalafón administrativo; la ley sólo exige que el funcionario cometa el
hecho en un "acto de servicio" (contenido funcional del acto). vale decir que debe obrar en el
marco de ejercicio de su actividad funcional administrativa. Sujeto pasivo puede ser cualquier
persona, se encuentre o no detenida en el momento en que se produce el hecho. Las
vejaciones son los tratamientos humillantes para la dignidad del ser humano y que afectan su
decoro como persona. Los apremios ilegales son también procedimientos mortificantes para el
ser humano.

Inc. 3 La diferencia con la disposición anterior reside en que aquí los malos tratos son
aplicados a un preso, vale decir, a una persona que se encuentra privada de su libertad
personal, cualquiera sea su situación en el proceso (v. gr., arrestado, detenido, preso,
condenado). Sujeto actl11 0 es el funcionario público que, directa o indirectamente, tiene
<<bajo su guarda o custodia al detenido>>. Sujeto pasivo es quien se encuentra privado de su
libertad personal. Las severidades son los tratamientos rigurosos y ásperos que se aplican al
preso. Estos actos implican un exceso, una desviación o una extralimitación de lo que permiten
los reglamentos penitenciarios en materia de tratamiento de presos (p. ej., castigos corporales,
el cepo, aislamiento indebido, privación de alimentos).

Último párrafo  agravantes.

Si concurriere alguna de las circunstancias enumeradas en los incisos 1 º, 2°, 3° y 5° del art. I
42, la pena privativa de la libertad será de reclusión o prisión de dos a seis años. Son las
mismas circunstancias de agravación previstas para el delito de privación de la libertad que ya
estudiamos al analizar el art. 144.

IMPOSICIÓN DE TORTURA

ARTICULO 144 ter.- 1. Será reprimido con reclusión o prisión de ocho a veinticinco años e
inhabilitación absoluta y perpetua el funcionario público que impusiere a personas, legítima
o ilegítimamente privadas de su libertad, cualquier clase de tortura.

Es indiferente que la víctima se encuentre jurídicamente a cargo del funcionario, bastando


que éste tenga sobre aquélla poder de hecho.

Igual pena se impondrá a particulares que ejecutaren los hechos descritos.

2. Si con motivo u ocasión de la tortura resultare la muerte de la víctima, la pena privativa de


libertad será de reclusión o prisión perpetua. Si se causare alguna de las lesiones previstas en
el artículo 91, la pena privativa de libertad será de reclusión o prisión de diez a veinticinco
años.

3. Por tortura se entenderá no solamente los tormentos físicos, sino también la imposición
de sufrimientos psíquicos, cuando éstos tengan gravedad suficiente.
El tercer inciso define a la tortura. Pero con la reforma constitucional del 94` y la consiguiente
incorporación en el art. 72 inc. 22 de la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas
Crueles, Inhumanas o Degradantes, cuyo art. 1 define a la tortura:

Todo acto por el cual se inflija intencionalmente a una persona dolores o sufrimientos graves,
ya sean físicos o mentales. con e/fin de obtener de ella o de un tercero información o una
confesión, de castigarla por un acto que haya cometido, o se sospeche que ha cometido, o de
intimidar o coaccionar a esa persona o a otras, o por cualquier razón basada en cualquier tipo
de discriminación, cuando dichos dolores o sufrimientos sean infligidos por un funcionario
público u. otra persona en el ejercicio de funciones públicas, a instigación suya, o con su
consentimiento o aquiescencia. No se considerarán torturas los dolores o sufrimientos que sean
consecuencia únicamente de sanciones legitimas, o que sean inherentes o incidentales a éstas.

De modo que, en la actualidad, el concepto de tortura se encuentra definido en la Constitución


Nacional, concepto que debe prevalecer por sobre cualquier otro del ordenamiento jurídico,
inclusive por sobre el concepto establecido en el inc. 3) del art. 144 tercero del Código Penal.

Dentro de este contexto, entonces o el apremio ilegal ha pasado a configurar un concepto


residual, que es al que se hace referencia en el art. 16, inc. 1, de la misma Convención, cuando
se refiere a "todo acto cruel, inhumano o degradante, que no llegue a ser la tortura definida en
el art. 1 º"

Todo Estado parte se comprometerá a prohibir en cualquier territorio bajo su jurisdicción otros
actos que constituyan tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes y que no lleguen a ser
tortura tal como se define en el art. J ", cuando esos actos sean cometidos por un funcionario
público u otra persona que actúe en el ejercicio de funciones oficiales, o por instigación o con el
consentimiento o la aquiescencia de tal funcionario o persona.

Estos tratamientos crueles, inhumanos o degradantes, cuando adquieren una particular


intensidad y persiguen otras finalidades distintas a las previstas para la tortura, configuran en
nuestro derecho el apremio ilegal.

El delito previsto en el art. 144 tercereo consiste en imponer ( aplicar, infligir, ocasionar,
producir, etc.) a una persona privada de su libertad ambulatoria cualquier especie de tortura.
Sujeto activo del delito puede ser un funcionario público u otra persona '"en el ejercicio de
funciones públicas", quedando alcanzado también el particular, según el párrafo tercero del
art. ] 44, en el que se hace expresa referencia a particulares que ejecutaren los hechos
descriptos ( estamos, por lo tanto, ante un delito de naturaleza común). Autor del delito,
entonces, puede ser cualquier funcionario público, tenga o no competencia para privar de la
libertad. Lo importante es que actúe como tal (p. ej., el médico forense que interviene en una
sesión de tortura). Sujeto pasivo puede ser cualquier persona que se encuentre privada,
legitima o ilegítimamente, de su libertad.

El delito es doloso, compatible sólo con el dolo directo (infligir intencionalmente, dice el art. 1 °
de la Convención) y de resultado, debido, precisamente, a la exigencia del concepto
internacional de la causación de dolores o sufrimientos graves (desvalor de resultado). Puede
cometerse por acción u omisión (impropia) y se consuma con la producción de los graves
sufrimientos padecidos por la víctima, independientemente de que se logre o no el fin
propuesto. La tentativa resulta admisible.

Agravante

La figura se agrava si, como consecuencia de la tortura (con motivo u ocasión, dice la norma),
se produce la muerte de la víctima o se le causan lesiones gravísimas. Se trata de un resultado
preterintencional que no queda abarcado por el dolo del agente. Las lesiones leves y graves
que derivan de la aplicación del tormento no quedan comprendidas en la agravante. La mayor
penalidad alcanza al particular que tortura.

Omisiones funcionales relacionadas con la tortura

La ley agrupa, en los arts. 144 cuarto y 144 quinto. un conjunto de omisiones en las que
pueden incurrir los funcionarios públicos cuando, de algún modo, toman conocimiento de una
práctica de tortura. La punibilidad de estas omisiones funcionales alcanza a conductas dolosas
y culposas.

ARTICULO 144 quater. - 1º. Se impondrá prisión de tres a diez años al funcionario que
omitiese evitar la comisión de alguno de los hechos del artículo anterior, cuando tuviese
competencia para ello.

2º. La pena será de uno a cinco años de prisión para el funcionario que en razón de sus
funciones tomase conocimiento de la comisión de alguno de los hechos del artículo anterior
y, careciendo de la competencia a que alude el inciso precedente, omitiese denunciar dentro
de las veinticuatro horas el hecho ante el funcionario, ministerio público o juez competente.
Si el funcionario fuera médico se le impondrá, además, inhabilitación especial para el
ejercicio de su profesión por doble tiempo de la pena de prisión.

3º. Sufrirá la pena prevista en el inciso 1º de este artículo el juez que, tomando conocimiento
en razón de su función de alguno de los hechos a que se refiere el artículo anterior, no
instruyere sumario o no denunciare el hecho al juez competente dentro de las veinticuatro
horas.

4º. En los casos previstos en este artículo, se impondrá, además, inhabilitación especial
perpetua para desempeñarse en cargos públicos. La inhabilitación comprenderá la de tener o
portar armas de todo tipo.

En estas figuras, se reprime no al funcionario que tortura, sino al funcionario que tomando
conocimiento de que otros torturan, no hace lo que corresponde, es decir, no lo evita o no lo
denuncia, según el caso. Se trata de delitos de omisión. En el inc. 2 el delito se agrava si el
autor de la omisión fuera médico, para quien, además de la pena de prisión, la disposición
prevé una pena accesoria de inhabilitación especial para el ejercicio de la profesión por doble
tiempo del que corresponde a aquella especie de pena. Debe tratarse de "médico funcionario
público"

ARTICULO 144 quinto.- Si se ejecutase el hecho previsto en el artículo 144 tercero, se


impondrá prisión de seis meses a dos años e inhabilitación especial de tres a seis años al
funcionario a cargo de la repartición, establecimiento, departamento, dependencia o
cualquier otro organismo, si las circunstancias del caso permiten establecer que el hecho no
se hubiese cometido de haber mediado la debida vigilancia o adoptado los recaudos
necesarios por dicho funcionario.

Llamada la OMISIÓN FUNCIONAL CULPOSA, este articulo contempla un caso culposo,


sancionando al funcionario (sujeto activo) que está a cargo de la repartición, establecimiento,
departamento, dependencia, etc., en la cual se llevaron a cabo las torturas, si las circunstancias
del caso demuestran que las torturas no se hubiesen cometido si hubiese mediado la debida
vigilancia o se hubiesen adoptado los recaudos necesarios. Es una inobservancia de una deber
de control o vigilancia sobre el o los hechos de otra persona (negligencia). Es un tipo culposo,
de omisión impropia, que se funda en la posición de garante que asume el funcionario frente a
sus subordinados, sobre quienes tiene la responsabilidad de ejercer el debido control para que
no se cometan estos hechos. Lo que importa es que, en el momento del hecho, se encuentre a
cargo de la repartición.

Se consuma con la ejecución de Ja tortura por parte del otro funcionario, pues, en esta-especie
de delitos (impropios de omisión), siempre debe concurrir un resultado externo que habría
sido evitado si el autor hubiese realizado la acción debida. La tentativa no resulta admisible.

Conducción fuera de las fronteras de la República

ARTICULO 145. - Será reprimido con prisión de dos a seis años, el que condujere a una
persona fuera de las fronteras de la República, con el propósito de someterla ilegalmente al
poder de otro o de alistarla en un ejército extranjero.

La acción material del delito consiste en conducir (llevar, dirigir su desplazamiento) a una
persona hacia fuera de las fronteras de la República, vale decir, fuera de los límites territoriales
de la Nación o hacia otro lugar no sometido a la jurisdicción del país. El medio de que se vale el
autor para trasladar a la persona carece de relevancia. El tipo subjetivo no se satisface con el
dolo propio de la privación de libertad, sino que requiere algo más: un elemento subjetivo del
injusto típico que se traduce en el propósito perseguido por el autor, esto es, someter
ilegalmente a la víctima al poder de otro o alistarla en un ejército extranjero. El poder a que
hace referencia la norma es el dominio material de otra persona o institución y la sujeción o
sometimiento a ese poder debe ser ilegal, vale decir, contrario a las formalidades exigidas por
la ley para imponer ese poder (p. ej., conducir a un detenido hacia la frontera sin observar el
procedimiento de extradición), o bien por la prohibición del acto en sí mismo. La ilegalidad no
versa sobre la conducción, lo que resultará ilegal (y ello fundamenta la punibilidad) será
pretender un sometimiento cuando el agente carece de potestad para imponerlo o cuando lo
hace sin observar las formalidades que para ese acto exigen las leyes nacionales.

La otra modalidad subjetiva consiste en alistar a la víctima en un ejército extranjero, vale decir,
en entregarla a una agrupación militar de cualquier arma, regular o no, ajenos a la soberanía
de la República, El delito es de pura actividad y se consuma con la mera conducción de la
persona hacia los límites del país, con la finalidad de lograr alguno de los objetivos descriptos
en la norma. Carece de relevancia que estos fines se logren. La infracción puede concurrir con
la privación ilegal de la libertad.

TRATA DE PERSONAS
ARTICULO 145 bis. - Será reprimido con prisión de cuatro (4) a ocho (8) años, el que ofreciere,
captare, trasladare, recibiere o acogiere personas con fines de explotación, ya sea dentro del
territorio nacional, como desde o hacia otros países, aunque mediare el consentimiento de la
víctima.

La trata de personas puede implicar a un solo individuo o a una cadena de personas,


comenzando por aquella que realiza el reclutamiento y terminando por la última que compra o
recibe a la víctima (p. ej., el dueño de la fábrica o del prostíbulo) o aquella que retiene a otra en
condiciones de esc1avitud o que la emplea en prácticas esclavistas, trabajos forzados u otro
tipo de servidumbre, mediante el empleo de multitud de situaciones de explotación o abuso
en actividades tales como la confección de ropa, la agricultura, la pesca, la mendicidad, el sexo
y otras industrias, trabajos domésticos como empleadas de hogar o a través de matrimonios
se.rvi1es, etcétera. La trata de personas no sugiere como condición previa el cruce de una
frontera. Gran parte de ella en la actualidad supone el desplazamiento de personas de una
región a otra dentro de un mismo país.

Con arreglo al precepto legal, la trata de personas presupone: 1) una actividad (ofrecimiento, el
traslado, la recepción, captación, etc., de la víctima), y 2) la finalidad (la explotación de la
persona humana). El bien jurídico específicamente protegido es la libertad de
autodeterminación del individuo en la torna de decisiones sobre sus propias preferencias
personales.

Las acciones típicas son las de ofrecer, trasladar, recibir o acoger personas mayores de 18 años
con fines de explotación, es decir con la finalidad de: a) someterlas (reducirlas o mantenerlas) a
la condición de esclavitud o servidumbre, bajo cualquier modalidad; b) obligarlas a realizar
trabajos o servicios forzados; c) promover, facilitar o comercializar la prostitución ajena o
cualquier otra forma de oferta de servicios sexuales ajenos; d) promover, facilitar o
comercializar la pornografía infantil o la realización de cualquier tipo de representación o
espectáculo con dicho contenido; e) cuando se forzare a una persona al matrimonio o a
cualquier tipo de unión de hecho; f) promover, facilitar o con1ercializar la extracción forzosa o
ilegítima de órganos, fluidos o tejidos humanos.

Agravantes

ARTICULO 145 ter. - En los supuestos del artículo 145 bis la pena será de cinco (5) a diez (10)
años de prisión, cuando:

1. Mediare engaño, fraude, violencia, amenaza o cualquier otro medio de intimidación o


coerción, abuso de autoridad o de una situación de vulnerabilidad, o concesión o recepción
de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad
sobre la víctima.

2. La víctima estuviere embarazada, o fuere mayor de setenta (70) años.

3. La víctima fuera una persona discapacitada, enferma o que no pueda valerse por sí misma.

4. Las víctimas fueren tres (3) o más.

5. En la comisión del delito participaren tres (3) o más personas.


6. El autor fuere ascendiente, descendiente, cónyuge, afín en línea recta, colateral o
conviviente, tutor, curador, autoridad o ministro de cualquier
culto reconocido o no, o encargado de la educación o de la guarda de la víctima.

7. El autor fuere funcionario público o miembro de una fuerza de seguridad, policial o


penitenciaria.

Cuando se lograra consumar la explotación de la víctima objeto del delito de trata de


personas la pena será de ocho (8) a doce (12) años de prisión.

Cuando la víctima fuere menor de dieciocho (18) años la pena será de diez (10) a quince (15)
años de prisión.

Los medios previstos en el inciso primero del artículo, ya fueron analizados en oportunidad de
estudiar los delitos sexuales, por lo que hacernos allí la remisión. Cuando se hace referencia a
la concesión o recepción de pagos o beneficios a terceros, se debe entender que esta
modalidad típica se concreta con dar, entregar, otorgar, etc., o recibir, recepcionar, tomar, etc.,
pagos (dinero efectivo o cosas con valor económico) o beneficios (otras promesas -p. ej.,
ofertas de trabajo, de negocios-), que se realizan sobre una persona (un tercero) para que éste
preste el consentimiento (acceda, acepte) para hacer valer su autoridad sobre la persona
(víctima) que el tratante pretende introducirla al tráfico de seres humanos. Las hipótesis
previstas en los incisos segundo y tercero, también ya han sido objeto de tratamiento. El inciso
cuarto se refiere a una situación de pluralidad de víctimas, cuyo mínimo el legislador ha
establecido en tres. Debe tratarse de víctimas mayores de dieciocho años de edad, pues si
fueran menores, la figura se desplazaría al último párrafo del artículo. El inciso quinto reprime
la participación plural de personas en el delito, en cualquier grado de participación, agravante
para la cual también se ha establecido un número mínimo de tres. El inciso sexto prevé la
mayor penalidad para aquellos casos en los que entre autor y víctima existe un cierto y
determinado parentesco, una unión de hecho (conviviente), etc., que ya han sido analizados
oportunamente al estudiar los delitos sexuales, al igual que los supuestos del inciso séptimo.
También el precepto contempla una híper agravante para aquellos casos en los que se
produjere la consumación de la explotación de la víctima y, finalmente, la mayor penalidad
(diez a quince años de prisión) se ha establecido para aquellos casos en los que la víctima es
una persona menor de dieciocho años de edad.

Sustracción de menores

ARTICULO 146.- Será reprimido con prisión o reclusión de 5 a 15 años, el que sustrajere a un
menor de 10 años del poder de sus padres, tutor o persona encargada de él, y el que lo
retuviere u ocultare.

El delito consiste en sustraer, retener u ocultar al menor. La sustracción presupone un despojo


intencionalmente dmg1do a la apropiación del menor, sea en forma temporaria, momentánea
o definitiva. El autor debe perseguir con la apropiación el ejercicio de actos de poder sobre la
persona del menor. La retención implica tener, mantener o guardar al menor dentro de un
espacio físico determinado. El ocultamiento consiste en esconderlo de la vista de quien tiene la
titularidad de su tenencia. Estas conductas suponen, como tenemos dicho, la previa
sustracción del menor por la acción de otra persona. Carece de relevancia que de donde la
sustracción se produzca, ni el medio del que el autor se valga. También carece de relevancia
para excluir al delito el consentimiento del menor. Sujeto activo puede ser, en principio,
cualquier persona.

Ofendidos por el delito sólo pueden ser los padres, tutores o personas encargadas del menor,
sea que la tenencia se posea por imperio de la ley, por resolución judicial o por una situación
de hecho. Sujeto pasivo es el menor de diez años de edad. La infracción es dolosa, aun cuando
no es suficiente para su perfección el dolo común; se requiere que el autor dirija su acción
hacia un propósito determinado: la apropiación o el despojo del menor. Cualquier otra
finalidad, como tenemos dicho, excluye el delito. Por ende, el dolo es directo, sin que quepa
posibilidad para el dolo eventual.

No presentación de menores

ARTICULO 147. - En la misma pena incurrirá el que, hallándose encargado de la persona de


un menor de diez años, no lo presentara a los padres o guardadores que lo solicitaren o no
diere razón satisfactoria de su desaparición.

El sujeto activo del delito solo puede ser el encargado de la persona del menor; sujeto pasivo
es el menor de diez años.

La conducta es NO presentar al menor a los padres o guardadores, esto es, en no mostrarlo o


exhibirlo, o en no brindar un informe de donde se encuentra. El tipo exige la entrega voluntaria
del niño a otra persona para que ejerza su tenencia o custodia y su consiguiente desaparición.

Para que nazca el deber de presentar al menor o de dar explicaciones razonables o coherentes
sobre su desaparición, quien lo tiene a cargo debe haber sido requerido o intimado por los
padres o guardadores a presentarlo o a brindar la información respectiva. Sin este previo
reclamo , el delito no se configura. Se trata de un elemento de tipo objetivo previo a la
conducta típica. La infracción es dolosa, de dolo directo, de carácter permanente, de omisión
propia y se consuma cuando no se entrega o no se presenta al niño o no se dan las razones
sobre su desaparición, una vez vencido el término acordado en el requerimiento

Inducción a la fuga

ARTICULO 148. - Será reprimido con prisión de un mes a un año, el que indujere a un mayor
de diez años y menor de quince, a fugar de casa de sus padres, guardadores o encargados de
su persona.

El delito consiste en inducir (aconsejar, instigar, incitar, ejercer influencias, etc.) a una persona
mayor de diez años de edad y menor de quince, a fugarse (huir, abandonar, sustraerse a un
determinado poder o custodia, etc.) de la casa de sus progenitores, guardadores o encargados.

Sujeto activo puede ser cualquier persona. Sujeto pasivo, en cambio, sólo puede ser una
persona mayor de diez años y menor de quince, sin ninguna otra condición. El delito es de pura
actividad y se consuma con la acción de inducir al menor a que se fugue de la casa de sus
padres, guardadores o encargados, sin que sea necesario resultado material alguno o que
realmente se produzca la fuga. Con otros términos, el delito consiste en inducir a la fuga, no en
fugarse. Lo que se pune es, en realidad, el peligro que constituye la inducción con respecto a la
concreción de la fuga. Se trata de un delito de comisión, doloso y de peligro concreto. La
tentativa no resulta admisible.

Explotación del trabajo infantil

ARTICULO 148: bis: Será reprimido con prisión de 1 (uno) a (cuatro) años el que aprovechare
económicamente el trabajo de un niño o niña en violación de las normas nacionales que
prohíben el trabajo infantil, siempre que el hecho no importare un delito más grave.

Quedan exceptuadas las tareas que tuvieren fines pedagógicos o de capacitación


exclusivamente.

No será punible el padre, madre, tutor o guardador del niño o niña que incurriere en la
conducta descripta.

La explotación de la infancia no sólo se realiza en la modalidad de tráfico de personas, de


prostitución o de pornografía infantil. También el abuso y la manipulación de la niñez en el
ámbito laboral implican una de las tantas formas de explotación del ser humano.

Diversas son las normas que regulan la problemática del trabajo infantil en Argentina. Así por
mencionar algunas, la Convención de los Derechos del Niño, la Prohibición de las Peores
Formas de Trabajo Infantil, la LCT, etc.

En cuanto al bien jurídico que se protege, creemos que-por tratarse de un delito


pluriofensivo--, se vulnera varios bienes jurídicos, que son prevalentes o principales respecto
de la libertad individual del sujeto pasivo: la formación y desarrollo físico, mental, espiritual,
moral y social del niño ( art. 27 .1, CDN), el derecho a su educación integral (art. 28.1, CDN) y el
derecho a que se respete su dignidad personal (art. 23.1, CDN).

El delito consiste en aprovecharse económicamente del trabajo de un niño, siempre que la


conducta sea violatoria de las normas nacionales que prohíben el trabajo infantil. La conducta
de aprovechamiento implica el disfrute o goce de los resultados económicos que provienen de
la actividad laboral del menor, en beneficio propio, pero no necesariamente requiere que, al
mismo tiempo, se persiga o logre su explotación.

En principio cualquier persona puede ser sujeto activo del delito, con la excepción de los
padres, tutores y guardadores, que han sido excluidos expresamente del círculo de sujetos
posibles. Sujeto pasivo sólo puede ser una "persona menor de 16 años de edad". El delito es
doloso, de dolo directo. El error vencible acerca de la edad del niño, excluye la tipicidad y, por
tratarse de un delito de resultado, de naturaleza subsidiaria, se consuma con el efectivo
"aprovechamiento" económico del trabajo infantil; no es suficiente con el propósito del agente
de lograrlo. Los beneficios económicos deben haber ingresado al patrimonio del sujeto activo
del delito. Por lo tanto, la tentativa resulta admisible.

Ocultación de menor. Agravante


ARTICULO 149. - Será reprimido con prisión de un mes a un año, el que ocultare a las
investigaciones de la justicia o de la policía, a un menor de quince años que se hubiere
substraído a la potestad o guarda a que estaba legalmente sometido.

La pena será de seis meses a dos años, si el menor no tuviera diez años.

El delito, en su figura básica, consiste en ocultar ( esconder, tapar, cubrir a la vista de terceros) a
un menor de quince años (pero mayor de diez) que se ha sustraído (fugado por propia
decisión) de la esfera de poder o custodia a la que estaba legalmente sometido (v. gr., patria
potestad, tutoría, adopción, internación). Es preciso, además, que dicha acción se lleve a cabo
con un propósito determinado: para frustrar las investigaciones de la justicia o de la policía,
vale decir, las diligencias que estos organismos están realizando para lograr el paradero del
menor. El mero ocultamiento sin esta finalidad no configura el delito. Es un delito doloso,
compatible con el dolo eventual, y se agrava si el menor no tiene los diez años cumplidos.

Amenazas y coacciones

ARTICULO 149 bis. - Será reprimido con prisión de seis meses a dos años el que hiciere uso de
amenazas para alarmar o amedrentar a una o más personas. En este caso la pena será de uno
a tres años de prisión si se emplearen armas o si las amenazas fueren anónimas.

Será reprimido con prisión o reclusión de dos a cuatro años el que hiciere uso de amenazas
con el propósito de obligar a otro a hacer, no hacer o tolerar algo contra su voluntad.

ARTICULO 149 ter. - En el caso del último apartado del artículo anterior, la pena será:

1) De tres a seis años de prisión o reclusión si se emplearen armas o si las amenazas fueren
anónimas; 2) De cinco a diez años de prisión o reclusión en los siguientes casos:

a) Si las amenazas tuvieren como propósito la obtención de alguna medida o concesión por
parte de cualquier miembro de los poderes públicos;

b) Si las amenazas tuvieren como propósito el de compeler a una persona a hacer abandono
del país, de una provincia o de los lugares de su residencia habitual o de trabajo.

El art. 149 bis tipifica, en la primera parte del primer párrafo, el delito de amenazas, mientras
que en la segunda contiene los tipos agravados. El segundo párrafo de la norma contempla el
delito de coacciones, mientras que el art. 149 ter prevé las circunstancias agravantes de estas
últimas.

Amenazas

El delito no consiste en amenazar a otro, vale decir, en anunciarle que algún daño, mal o
desgracia le va a suceder en el futuro, sino en hacer uso de esa amenaza para infundirle miedo
o temor. Emplear la amenaza con el fin de producir en el sujeto pasivo un estado de temor,
intranquilidad o desazón espiritual. Sin esta dirección final de la acción, el hecho no resulta
punible a este título. La amenaza debe ser empleada para alarmar o amedrentar a otro, es
decir, para infundirle miedo o temor relacionado con un daño que le sucederá en el futuro,
pero para concretar su tipicidad, debe reunir ciertas características: debe ser grave, futura
(referirse a un hecho o circunstancia futura).

La ley no selecciona medios de comisión: puede cometerse a través del lenguaje oral, escrito o
mímico, en forma :manifiesta o encubierta, así como también en forma explícita o implícita.
Sujeto activo puede ser cualquier persona. Sujeto pasivo también puede ser cualquiera,
siempre que pueda comprender el significado y alcance de la amenaza que se le profiere (no
así entonces los dementes, el recién nacido, etc.)

Son admisibles las formas activas y omisivas (enferma que amenaza en no cuidar o alimentar al
enfermo). Subjetivamente, la infracción es dolosa, de dolo directo, con la concurrencia de un
elemento subjetivo específico, consistente en usar la amenaza con la finalidad de infundir
temor en la víctima (para alarmar o amedrentar, dice la ley). Sin esta dirección final de la
acción, queda excluida la culpabilidad típica. No resultan admisibles, por tanto, ni el dolo
eventual ni las formas imprudentes. Tratándose de una infracción de pura actividad y de
peligro concreto, se consuma cuando la amenaza llega a conocimiento del sujeto pasivo,
independientemente de su real y efectiva atemorización. La tentativa resulta admisible. El
ejercicio de la acción penal es público.

Agravantes

La agravante se da con dos supuestos: si se emplean armas o si fueran anónimas.

Coacciones

La coacción es un delito que atenta contra el libre desenvolvimiento de la voluntad a través de


la libre elección de una conducta entre varias posibles. La acción material del delito consiste en
hacer uso de amenazas para obligar al sujeto pasivo a hacer, no hacer o tolerar algo en contra
de su voluntad. En el plano de la culpabilidad, el tipo exige un elemento subjetivo especial: que
el autor obre con el propósito de obligar al sujeto pasivo a hacer, no hacer o tolerar algo. Por lo
tanto, la conducta sólo es compatible con el dolo directo. La ausencia de este particular
elemento subjetivo desplaza la figura al delito de amenazas. Se consuma, al ser un delito de
pura actividad, cuando la amenaza llega a conocimiento de la víctima, independientemente de
que ésta realice o no un determinado obrar. Aun cuando se trata de un delito de mera acción,
la tentativa es posible.

Agravantes

Dispuestas por el art. 149 ter. De acuerdo al texto legal, la coacción se agrava por el empleo de
armas o cuando fueran las amenazas anónimas (mismas agravantes para el delito de
amenazas). También se agrava la coacción por la especifica finalidad del autor: obtener alguna
medida ( disposición, resolución, etc.) o concesión ( otorgamiento de algo) por parte de
cualquier miembro de los poderes públicos (nacional, provincial o municipal). Por último, el
precepto prevé una agravante que se caracteriza subjetivamente: el autor debe haberse
propuesto, a través de la amenaza, compeler (obligar) a la víctima a hacer abandono
(alejamiento definitivo) del país (de la República), de una provincia o de los lugares de su
residencia habitual o de trabajo. La ausencia de este propósito específico mantiene el hecho en
el terreno de la figura simple.
VIOLACIÓN DE DOMICILIO
ARTICULO 150. – Será reprimido con prisión de seis meses a dos años, si no resultare otro
delito más severamente penado, el que entrare en morada o casa de negocio ajena, en sus
dependencias o en el recinto habitado por otro, contra la voluntad expresa o presunta de
quien tenga derecho de excluirlo.

El bien jurídico protegido en el delito de violación de domicilio es el ámbito material de


intimidad personal. Para que el lugar sea susceptible de protección penal, debe poner de
manifiesto la existencia de una ocupación efectiva y real del titular, aunque éste no se
encuentre presente en el momento del hecho. El concepto abarca no sólo los lugares de
asiento permanente de la persona, sino también la residencia accidental o temporaria ( v. gr., el
cuarto de un hotel o el camarote de un barco o de un tren). Las oficinas públicas, los
automóviles y los templos, por el contrario, no constituyen domicilio.

Los objetos del delito son la morada, la casa de negocio ajena, sus dependencias y el recinto
habitado por otro.

1) Morada: Es el hogar o residencia en donde el hombre desarrolla su vida privada o familiar. Lo


que caracteriza un lugar como morada es su efectiva ocupación, aunque no esté habitada en el
momento de la infracción, y que esa habitación revele una situación de continuidad o relativa
permanencia. Domicilio habitado no quiere decir "con personas dentro", sino con un dueño, un
titular, una familia, etc., que vive allí, aunque se encuentre temporalmente deshabitado (sino la
casa de veraneo por ejemplo estaría sin protección jurídica).

2) Casa de negocios: Es todo lugar en el que la persona realiza, temporaria o definitivamente,


una actividad comercial, científica, artística, profesional, etc., lucrativa o no, al que tiene acceso
el público en forma indeterminada (por ejemplo, estudio jurídico).

3) Dependencias: Son aquellos ámbitos o espacios que, sin constituir morada o casa de
negocio, se encuentran materialmente unidos con aquéllos y responden a las necesidades de la
actividad allí desplegada en el local principal, o bien se emplean para servicio o complemento
de la habitación, o del lugar de permanencia privada, por ej. los establos, depósitos, corrales,
cocheras, lavaderos, sótanos, patios abiertos, terrazas accesibles, porche o galería de la casa,
jardines, azoteas, el balcón de un departamento, etc.

4) Recinto habitado: La doctrina entiende que ]a diferencia con la morada estaría dada por la
accidentalidad o relativa permanencia de la vivienda (p. ej., el cuarto de un hotel, el camarote
de un barco, una carpa en la que se pasa la noche).

El delito consiste en entrar, contra la voluntad expresa o presunta del morador, en alguno de
los sitios protegidos por la ley. La acción presupone la introducción del cuerpo entero en esos
sitios. La entrada, para que resulte punible, debe ser a un domicilio ajeno, vale decir, a un lugar
sobre el cual el autor no tiene ningún derecho, principal, accesorio o por convención, a morar,
negociar o habitar.

La entrada al domicilio ajeno sólo es típica cuando se lleva a cabo contra la voluntad expresa o
presunta de quien tenga derecho de excluirlo. Este derecho lo tiene, en forma principal, el
titular del domicilio (se entiende que no necesariamente siempre será el titular, porque tal vez
están los hijos en ausencia del titular, la titularidad del derecho a excluir puede recaer en quien
mora en la casa al momento que se produce el hecho).

Sujeto activo puede ser cualquier persona. Sujeto pasivo sólo puede ser quien tiene el derecho
de exclusión. El delito es de carácter subsidiario esto es, que sólo resulta aplicable en tanto y
en cuanto no resultare otro delito más severamente penado, vale decir que el desplazamiento
se produce cuando la violación del domicilio es un elemento que ha integrado la tipicidad de la
acción del otro delito (p. ej., penetración con escalamiento para hurtar). Se trata de un delito
doloso, compatible sólo con el dolo directo y se consuma con la entrada al domicilio ajeno (la
persona de cuerpo entero), resultando admisible la tentativa. El ejercicio de la acción penal es
público.

Allanamiento ilegal del domicilio

ARTICULO 151. - Se impondrá la misma pena e inhabilitación especial de seis meses a dos
años, al funcionario público o agente de la autoridad que allanare un domicilio sin las
formalidades prescriptas por la ley o fuera de los casos que ella determina.

El delito consiste en allanar (entrar, ingresar, penetrar) un domicilio sin observar las
formalidades legales o fuera de los casos expresamente establecidos por la ley. El allanamiento
implica la penetración a un recinto determinado, contra o sin la voluntad del titular, por lo que
sólo es legítimo cuando lo practica la autoridad en los casos determinados por la ley y con las
formalidades requeridas por ella (por ejemplo, se debe mencionar día y hora, nombre de la
persona, notificarse, etc.). Son los códigos de procedimiento penal de las provincias y las
constituciones locales las normas que prescriben las formalidades que deben observarse. La
orden de allanamiento de un domicilio sólo puede ser emitida, salvo situaciones excepcionales,
por un juez.

Autores de este delito sólo pueden ser un funcionario público o un agente de la autoridad
( que actúa en nombre o por mandato de la autoridad), en ejercicio de sus funciones. Sujeto
pasivo es quien, en el momento del allanamiento, ejerce e1 derecho de exclusión. Se trata de
un delito doloso, de dolo directo. Y se consuma con el ingreso del funcionario al interior del
domicilio. La tentativa resulta admisible.

Casos de justificación

ARTICULO 152. - Las disposiciones de los artículos anteriores no se aplicarán al que entrare
en los sitios expresados, para evitar un mal grave a sí mismo, a los moradores o a un tercero,
ni al que lo hiciere para cumplir un deber de humanidad o prestar auxilio a la justicia.
La disposición prescribe una causa de justificación referida sólo a la violación de domicilio. Se
caracteriza subjetivamente, pues el agente debe actuar con el propósito (la ley emplea la
preposición "para") específico indicado en la disposición. Dadas estas condiciones, el precepto
resulta de aplicación obligatoria.

VIOLACIÓN DE SECRETOS Y DE LA PRIVACIDAD

Atentados contra la correspondencia

ARTICULO 153. - Será reprimido con prisión de quince (15) días a seis (6) meses el que abriere
o accediere indebidamente a una comunicación electrónica, una carta, un pliego cerrado, un
despacho telegráfico, telefónico o de otra naturaleza, que no le esté dirigido; o se apoderare
indebidamente de una comunicación electrónica, una carta, un pliego, un despacho u otro
papel privado, aunque no esté cerrado; o indebidamente suprimiere o desviare de su destino
una correspondencia o una comunicación electrónica que no le esté dirigida.

En la misma pena incurrirá el que indebidamente interceptare o captare comunicaciones


electrónicas o telecomunicaciones provenientes de cualquier sistema de carácter privado o
de acceso restringido.

La pena será de prisión de un (1) mes a un (1) año, si el autor además comunicare a otro o
publicare el contenido de la carta, escrito, despacho o comunicación electrónica.

Si el hecho lo cometiere un funcionario público que abusare de sus funciones, sufrirá


además, inhabilitación especial por el doble del tiempo de la condena.

a) Apertura indebida de correspondencia y acceso indebido a una comunicación electrónica. El


delito, que se encuentra previsto en la primera parte del art. 153,consiste en abrir
indebidamente (romper, cortar, despegar la correspondencia) una carta (papel escrito
introducido en un sobre destinado a la comunicación con otra persona), un pliego cerrado
(papel escrito doblado sobre sí mismo y cerrado), un despacho telegráfico (telegrama), un
despacho telefónico (pieza escrita en la que se asienta una comunicación telefónica), o de otra
naturaleza (p. ej., grabación fonográfica), que no ha sido dirigida al autor.

Todos los objetos mencionados en la norma son objetos materiales, a excepción de la


correspondencia digital o electrónica, que se compone de datos intangibles, pero todos
pueden quedar abarcados por la expresión correspondencia. debiéndose entender por tal toda
comunicación escrita entre dos interlocutores, que uno de ellos envía, hace enviar, deja o hace
dejar en poder de otro y que contiene la expresión de su pensamiento, cualquiera sea el
procedimiento de escritura de que se valga (v. gr., palabras, símbolos, caracteres ideográficos).
Por su parte. la comunicación electrónica abarca diversos medios tecnológicos, e-mail, chat,
mensajes de texto en teléfonos móviles, así como cualquier otro siste1na o programa
electrónico o informático, actual o que pueda inventarse en el futuro, que implique
interlocución, diálogo o comunicación entre personas.
Presupuesto del delito es que la correspondencia esté ''cerrada", por cuanto sólo puede abrirse
lo que está cerrado. Consecuencia de ello es que resulta típicamente indiferente que estos
objetos contengan o no un secreto. El delito se comete, entonces, aunque la comunicación
resulte ininteligible para terceros; por ejemplo, por estar redactada en lenguaje cifrado. La
apertura de la correspondencia, sin embargo, para que sea típica, debe haber sido realizada
indebidamente, esto es, sin derecho a hacerlo. La inviolabilidad de la correspondencia epistolar
y de los papeles privados es un derecho garantizado por la Constitución Nacional (art. I 8), que
sólo puede abrirse y conocerse su contenido cuando la ley autoriza.

Sujeto activo del delito puede ser cualquier persona, siempre que no sea el destinatario de la
comunicación (que no le esté dirigido, dice la ley). El delito es doloso, de dolo directo. Sin
embargo, el error sobre el destinatario puede excluir la culpabilidad. Se consuma al abrir la
correspondencia o acceder indebidamente a la comunicación electrónica. La tentativa parece
admisible en ambas hipótesis.

b) Apoderamiento indebido de correspondencia o de comunicación electrónica. La figura está


prevista en la segunda parte, del art. 153, que incrimina a quien se apodere indebidamente de
una carta, pliego, despacho o de otro papel privado, aunque no esté cerrado.

La noción de apoderamiento exige que el autor tome la cosa. no siendo suficiente la mera
imposición del contenido de la correspondencia. Sobre la comunicación electrónica, el autor
debe haberse impuesto del contenido de la comunicación, que vendría a constituir un modo de
apoderamiento de ésta.

Sólo puede ser autor del delito cualquiera que no sea destinatario de la correspondencia o de
la comunicación electrónica, o quien no haya expuesto el pensamiento o la referencia
particular en el papel privado o en la correspondencia digital. El delito es doloso, compatible
sólo con el dolo directo.

c) Supresión y desvío de correspondencia o de comunicación electrónica. La figura está


descripta en la última parte del art. 153. El delito es doloso y se admite el dolo eventual. Se
consuma en el momento en que se suprime o desvía la correspondencia, independientemente
de que, por cuestiones ajenas al autor, la pieza retome su curso, por ejemplo, por la acción de
un tercero.

d) Interceptación o captación. de comunicaciones electrónicas. La figura está prevista en el


segundo párrafo del art 153. El delito consiste en interceptar (tomar conocimiento, acceder,
descubrir, interrumpir, obstruir, perturbar, etc.) o captar (atraer, escuchar, aprehender
intelectualmente, etc.), comunicaciones electrónicas o telecomunicaciones privadas o de
acceso restringido. No quedan alcanzadas por la disposición las comunicaciones electrónicas o
telecomunicaciones de carácter público, esto es, aquellas a la que tiene acceso un número
indeterminado de personas. Se trata de un delito doloso, de dolo directo, de pura actividad,
que se consuma con la realización de las conductas típicas.

Agravantes

Las agravantes están previstas en el art. 153, párr. 3º, y alcanza a los tipos previstos en los
párrafos 1 ° y 2° de la misma disposición. La apertura, el apoderamiento, la supresión o el
desvío de una correspondencia se agravan si el agente comunicare a otro (hacer saber a un
tercero o a un número determinado de personas), o publicare el contenido (hacer saber al
público en general) de la carta, el escrito, el despacho o la con1unicación electrónica. La
agravante es dolosa, siendo suficiente el dolo eventual. Si el autor fuere un funcionario público
y realizare el hecho con abuso de sus funciones, entonces a la pena de prisión se le agrega una
pena de inhabilitación especial por el doble del tiempo de la condena.

Acceso no autorizado a un sistema informático

ARTICULO 153 BIS. - Será reprimido con prisión de quince (15) días a seis (6) meses, si no
resultare un delito más severamente penado, el que a sabiendas accediere por cualquier
medio, sin la debida autorización o excediendo la que posea, a un sistema o dato informático
de acceso restringido.

La pena será de un (1) mes a un (1) año de prisión cuando el acceso fuese en perjuicio de un
sistema o dato informático de un organismo público estatal o de un proveedor de servicios
públicos o de servicios financieros.

Se trata de la figura conocida en doctrina con10 hacking. La frecuencia con que en 1a


actualidad se cometen este tipo de intromisiones a la privacidad de los individuos.

El delito consiste en acceder (ingresar, penetrar, entrar) en forma indebida o no autorizada, o


excediendo una autorización concedida, a un sistema de tratan1iento automatizado de la
información de acceso restringido. Debe tratarse de un sistema o dato informático de acceso
restringido, vale decir, privado, no abierto al público en general, como lo son algunas redes o
sitios de Internet. Si el acceso se produce con el consentimiento o permiso del titular de la red,
sitio, correo electrónico, etc., la conducta es atípica. Se trata de una figura subsidiaria, es decir,
una figura que se encuentra condicionada a que no resulte un delito más severamente penado.

Sujeto activo puede ser cualquier persona, sin importar el sexo ni la edad, ni el nivel de
conocimiento informático que posea. Sujeto pasivo es el titular del sistema o dato informático
violado.

El delito es doloso, de dolo directo. La motivación que pueda tener el autor del delito para
ingresar indebidamente a un sistema informático es indiferente. Es un delito de pura actividad,
de peligro abstracto, que se consuma con el mero acceso indebido al sistema informático. La
tentativa no parece posible.

Agravantes

El delito se agrava si el acceso no autorizado se realiza a un sistema o dato informático de un


organismo público estatal o de un proveedor de servicios públicos o de servicios financieros. El
fundamento de la mayor penalidad reside en la naturaleza de los organismos protegidos, que
deben ser públicos (organismos del Estado, nacional, provincial o municipal, y sus entes
descentralizados o autárquicos), o en el servicio público que prestan.

Violación de correspondencia calificada por la calidad del autor

ARTICULO 154. - Será reprimido con prisión de uno a cuatro años, el empleado de correos o
telégrafos que, abusando de su empleo, se apoderare de una carta, de un pliego, de un
telegrama o de otra pieza de correspondencia, se impusiere de su contenido, la entregare o
comunicare a otro que no sea el destinatario, la suprimiere, la ocultare o cambiare su texto.
Se trata de un delito especial propio, por cuanto sólo puede ser cometido por una limitada
clase de autores: empleados de correos o telégrafos. La norma alcanza a los particulares que
trabajan en el servicio postal de una empresa privada que ha sido concesionada por el Estado,
por cuanto el servicio sigue siendo público. La perfección típica requiere que el sujeto activo
obre abusando de su empleo, vale decir, aprovechándose del cargo que ocupa o de las
facilidades que le brinda la función que desempeña.

El autor se impone del contenido cuando lee y se entera del texto de la correspondencia. No
basta con abrir la carta o el pliego; debe leer su contenido. Incluso, la conducta abarca el leer a
través del sobre, aunque esté cerrado. La entrega se produce cuando la correspondencia se
pone en manos de una persona distinta de aquella a quien estaba dirigida. Se comunica el
contenido cuando se hace saber o conocer la correspondencia a una persona distinta del
destinatario. Se oculta cuando se esconde o se impide que la correspondencia sea vista por
terceros. Se cambia el texto cuando se modifica, total o parcialmente, la escritura contenida en
la correspondencia. Subjetivamente, el delito es doloso compatible sólo con el dolo directo.

Publicación indebida de correspondencia

ARTICULO 155. - Será reprimido con multa de pesos un mil quinientos ($ 1.500) a pesos cien
mil ($ 100.000), el que hallándose en posesión de una correspondencia, una comunicación
electrónica, un pliego cerrado, un despacho telegráfico, telefónico o de otra naturaleza, no
destinados a la publicidad, los hiciere publicar indebidamente, si el hecho causare o pudiere
causar perjuicios a terceros.

Está exento de responsabilidad penal el que hubiere obrado con el propósito inequívoco de
proteger un interés público.

La materialidad del delito consiste en hacer publicar alguno de los objetos protegidos por la
norma, no estando destinados a la publicidad. "'Hacer publicar" quiere decir dar a conocer,
difundir, etc., el contenido de la correspondencia, de la comunicación electrónica, del pliego
cerrado, etc., a un número indeterminado de personas, de modo que éstas puedan llegar a
tomar conocimiento real de ellos. La publicación debe ser indebida,-vale decir, sin derecho a
que el contenido de los objetos protegidos sea divulgado. El consentimiento del remitente
elimina la tipicidad del hecho.

Autor del delito puede ser cualquier persona, sea el destinatario o quien tenga en su poder
alguno de estos objetos, pero vale decir que la conducta sólo es típica en la medida en que el
autor se halle en posesión de éstos (de la correspondencia u otros objetos), que no están
destinados a la publicidad. Sobre el sujeto pasivo hay controversias, algunos autores dicen que
solo puede serlo el remitente (Soler, Nuñez), otros sostienen que puede ser el remitente, el
destinatario o un tercero (Fontán Balestra, Díaz).

El delito es doloso y se consuma en el momento de producirse la publicación de los objetos


protegidos. El precepto establece una excusa absolutoria a favor del agente, mediante la cual
se lo exime de responsabilidad penal si hubiere obrado con el propósito inequívoco de
proteger un interés público, común_. vale decir, un interés que tenga relevancia para toda la
comunidad en general.
Violación del secreto particular

ARTICULO 156. - Será reprimido con multa de pesos mil quinientos a pesos noventa mil e
inhabilitación especial, en su caso, por seis meses a tres años, el que teniendo noticia, por
razón de su estado, oficio, empleo, profesión o arte, de un secreto cuya divulgación pueda
causar daño, lo revelare sin justa causa.

El bien jurídico es la libertad del individuo en su manifestación relativa a su esfera de reserva o


intimidad. La acción consiste en revelar un secreto, vale decir, descubrirlo, ponerlo de
manifiesto, darlo a conocer a una o a varias personas, quedando comprendida la divulgación
de lo reservado. Lo que importa es que la comunicación del secreto se haga a otra persona que
no se encuentre dentro de un círculo de personas que están obligadas a mantener su reserva.
El delito admite Cualquier medio de comisión.

El objeto del delito es un secreto, esto es, lo que está oculto y reservado y limitado a un
número determinado de personas. La revelación del secreto sólo es punible si su divulgación
puede causar daño, o sea, que de la conducta derive la posibilidad de un perjuicio para un
tercero. El detrimento puede ser de cualquier naturaleza, físico, moral, patrimonial, social,
etcétera. Además, el tipo se completa cuando la revelación ha sido hecha sin justa causa, vale
decir, en forma ilegítima.

Estado: es la especial condición social, de hecho o de derecho en que se halla un individuo,


aunque no ejerza una profesión en sentido estricto, para poder ser elegido como depositario
del secreto (por ejemplo, sacerdote que conoce con motivo de la confesión); oficio es la
ocupación habitual de quien no es empleado ni profesional ni práctica un arte (por ejemplo
masajista); empleo es la actividad, remunerada o no, que se ejerce en relación de
dependencia; profesión es la actividad para cuyo ejercicio se requiere título habilitante o
autorización del Estado y matrícula oficial; arte es aquella actividad que supone posesión de
conocimientos o técnicas especiales y superiores (por ejemplo, las bellas artes).

Sujeto activo del delito sólo puede ser quien reúne una determinada condición o ejerce una
específica actividad o función. Se trata de un delito especial propio, de autor calificado. Sujeto
pasivo es el titular del secreto. Subjetivamente. el delito es doloso, siendo suficiente el dolo
eventual. Por tratarse de un delito de mera actividad y de peligro concreto, la consumación
coincide con la acción de revelar el secreto a un tercero, sin que sea necesario que lo reservado
alcance divulgación ni que haya producido efectivamente un daño. La tentativa resulta
admisible. La acción penal por el delito es de naturaleza privada (art. 73, inc. 2°, Cód. Penal).

Revelación de hechos, actuaciones o documentos secretos

ARTICULO 157. - Será reprimido con prisión de un (1) mes a dos (2) años e inhabilitación
especial de un (1) a cuatro (4) años, el funcionario público que revelare hechos, actuaciones,
documentos o datos, que por ley deben ser secretos.

El delito consiste en revelar ( descubrir, poner de manifiesto, etc.) hechos (acontecimientos de


cualquier naturaleza, humanos o naturales), actuaciones (trámites, expedientes, resoluciones,
diligencias, procedimientos, etc., emitidos por una autoridad y correspondientes a cualquier
fuero, judicial o administrativo), documentos (informes escritos, despachos, comunicaciones,
esquemas o planes de organización, aunque no lleven fecha ni firma), o datos (información
contenida en un sistema informático). La acción típica se satisface con que el secreto sea
comunicado a cualquier persona que no sea una de las que como el agente, están obligadas a
guardarlo. Los datos, hechos, actuaciones o documentos deben contener secretos cuya
revelación ha sido prohibida por una ley. Se trata de secretos de la Administración, que no
abarcan los políticos ni los militares.

Sujeto activo sólo puede ser un funcionario público (delito especial propio), sea que haya
conocido el secreto con motivo de sus funciones o fuera de ellas (p. ej., accede, al secreto
leyéndolo en el despacho del colega que lo redactó). Subjetivamente, el delito es doloso, de
pura actividad y se consuma con la sola revelación del secreto, sin que se requiera la
producción de daño alguno. La acción penal para su persecución es pública.

Acceso ilegítimo a banco de datos personales. Revelación de datos personales

ARTICULO 157 bis. -Será reprimido con la pena de prisión de un (1) mes a dos (2) años el que:

1. A sabiendas e ilegítimamente, o violando sistemas de confidencialidad y seguridad de


datos, accediere, de cualquier forma, a un banco de datos personales;

2. Ilegítimamente proporcionare o revelare a otro información registrada en un archivo o en


un banco de datos personales cuyo secreto estuviere obligado a preservar por disposición de
la ley.

3. Ilegítimamente insertare o hiciere insertar datos en un archivo de datos personales.

Cuando el autor sea funcionario público sufrirá, además, pena de inhabilitación especial de
un (1) a cuatro (4) años.

Estos delitos protegen la intimidad personal como bien jurídico penal.

1) Acceso ilegítimo a banco de datos personales (inc. 1). La acción típica consiste en acceder,
ingresar o introducirse, en forma ilegítima o violando un sistema de confidencialidad y
seguridad, a un banco de datos que contiene información referida a una persona física. El
acceso implica, la toma de conocimiento de esos datos.

Sujeto activo puede ser cualquier persona; Sujeto pasivo es la persona física o jurídica titular
del dato contenido en el banco de datos personales. Subjetivamente, el delito exige dolo
directo. La expresión “a sabiendas” descarta el dolo eventual. Por tratarse de un delito de
peligro concreto, se consuma con la realización de la acción típica y la puesta en peligro
efectivo del bien jurídico tutelado. La tentativa puede resultar admisible en ciertos supuestos
(p. ej., sorprender al autor en el ordenador al ingresar al sistema). La cuestión, sin embargo,
aun posible, puede ser de difícil constatación probatoria.

2) Revelación de información registrada en un archivo o en un Banco de datos personales (inc.


2). Consiste en proporcionar o revelar, que equivale tanto a descubrir, poner en conocimiento
de un tercero, informar, comunicar, transmitir, suministrar, poner a disposición, etc., por
cualquier medio (sea informático o no, oral o escrito, etc.), una información (conjunto asociado
de datos) referente a una persona, que se halla almacenada en un archivo o en un banco de
datos personales y cuyo secreto el autor está obligado a preservar por disposición de la ley. El
suministro de la información o la revelación deben ser ilegítimos. Sujeto activo puede ser sólo
quien tiene la obligación de guardar el secreto profesional de los datos personales. Sujeto
pasivo es la persona titular de la información que no desea sea conocida por terceros.
Subjetivamente, el tipo penal es doloso, de dolo directo. Por tratarse de un delito de peligro
concreto, la consumación típica coincide con la revelación del dato personal a un tercero ajeno
al ámbito situacional de reserva. La tentativa puede resultar admisible.

3) Introducción ilegitima de datos en un archivo de datos personales (inc. 3). Inserta quien
incluye los datos en el archivo de datos personales. Hace insertar quien logra que otra persona
introduzca los datos en un archivo de datos personales. El dato introducido al sistema debe ser
de carácter "'personal", es decir, que debe hacer referencia a ciertos aspectos de la vida de la
persona, no a otros (p. ej., datos de carácter económico, científico). Lo que importa es que se
trate de una introducción ilegítima, esto es, sin permiso, no autorizada o contraria a lo
dispuesto en una normativa legal. El consentimiento del titular del dato en la introducción de
aquél elimina la tipicidad de la conducta. No quedan alcanzadas por el tipo penal aquellas
conductas que consisten en introducir datos inexactos o incorrectos, que se realizan más por
ligereza o imprudencia del agente que por acciones ilegales.

Sujeto activo del delito puede ser cualquiera el que inserta o hace insertar el dato en un
archivo de datos personales. Sujeto pasivo es la persona física o jurídica titular del dato
personal. Subjetivamente, la figura requiere un actuar doloso compatible sólo con el dolo
directo. El obrar "ilegítimamente" conduce a esta conclusión. Por tratarse de un delito de pura
actividad y de peligro concreto, se consuma con la introducción del dato en el archivo de datos
personales, pues es en ese momento en que se coloca en peligro de lesión al bien jurídico
protegido. La tentativa no parece admisible.

4) Agravante por la condición del autor (último párrafo). El último párrafo del artículo
establece una pena accesoria de inhabilitación especial de uno a cuatro años para el autor que
revista la calidad de funcionario público. sin que se requiera además, que se encuentre en el
ejercicio de su actividad funcional. La agravante se extiende a todas las formas típicas previstas
en la disposición penal.

DELITOS CONTRA LA LIBERTAD DE TRABAJO Y ASOCIACIÓN

ARTICULO 158. - Será reprimido con prisión de un mes a un año; el obrero que ejerciere
violencia sobre otro para compelerlo a tomar parte en una huelga o boycott. La misma pena
sufrirá el patrón, empresario o empleado que, por sí o por cuenta de alguien, ejerciere
coacción para obligar a otro a tomar parte en un lock-out y a abandonar o ingresar a una
sociedad obrera o patronal determinada.

1) Compulsión a la huelga o boicot. El delito está previsto en la primera parte del art. 158, cuyo
texto reprime al obrero que ejerza violencia sobre otro para compelerlo a tomar parte de una
huelga o boicot. Sujetos activo y pasivo, solo pueden ser un obrero, que es aquella persona que
realiza una actividad en relación de dependencia con otra persona, física o jurídica. La violencia
debe ser física, quedando excluido todo otro medio de coacción que no represente el ejercicio
de vis física. La huelga es un movimiento colectivo de fuerza dispuesto por un gremio obrero a
raíz de un conflicto laboral, consistente en la suspensión de las tareas. El boicot es la
abstención voluntaria de los obreros, en razón de un conflicto laboral, de trabajar para
determinado o determinados empleadores, o bien de no utilizar los servicios que éstos
prestan, o de no adquirir ciertos productos que éstos fabrican o venden.

El delito es doloso, de dolo directo. Requiere, además, la concurrencia de un elemento


subjetivo añadido al dolo: compeler a un obrero a tomar parte en una huelga o boicot. El tipo
se consuma en el momento en que se ejerce la violencia sobre el sujeto pasivo,
independientemente de que se logre o no el fin propuesto.

2) Compulsión al "Lock-Out". La segunda parte del art. 158 reprime al patrón, empresario o
empleado que, por sí o por cuenta de alguien, ejerciere coacción para obligar a otro a tomar
parte en un lock-out (huelga patronal). El concepto abarca tanto el ejercicio de violencia física
como de intimidación. Sujetos activo y pasivo del delito pueden ser el patrón (empleador,
según el art. 28 de la Ley Nº 20744), el empresario (que es quien tiene a su cargo la dirección
de la empresa o es el propietario del establecimiento) o el empleado de éstos. Como la
finalidad del autor debe ser la de obligar a otro a tomar parte en un lock-out, parece evidente
que el sujeto pasivo debe tener facultades para cerrar un establecimiento, pues en esto
consiste, precisamente, el lock-out, es decir, en el cierre concertado de establecimientos
industriales o comerciales como medio de lucha laboral frente a los obreros (Núñez). En el
plano de la culpabilidad, el tipo exige un elemento subjetivo específico (para obligar a otro)
que --como en la figura anterior- excluye el dolo eventual. Se consuma en el momento de
ejercerse la coacción contra el sujeto pasivo.

Concurrencia o propaganda desleal

ARTICULO 159. - Será reprimido con multa de pesos dos mil quinientos a pesos treinta mil, el
que, por maquinaciones fraudulentas, sospechas malévolas o cualquier medio de
propaganda desleal, tratare de desviar, en su provecho, la clientela de un establecimiento
comercial o industrial.

La conducta típica consiste en tratar de desviar, por los n1edios que la propia ley establece, la
clientela de un establecimiento comercial o industrial, en provecho propio. Sujeto activo puede
ser cualquier persona, aunque no posea un comercio. Sujeto pasivo, en cambio, debe ser
necesariamente un comerciante o un industrial en actividad, puesto que sólo así puede tener
clientela. Los medios de comisión están descriptos, son las maquinaciones fraudulentas, es
decir, ardides, artificios, engaños o cualquier tipo de fraude para lograr los fines propuestos (p.
ej., el uso de envases o envoltorios de una marca ajena o del nombre comercial ajeno); ]as
sospechas malévolas están constituidas por afirmaciones, sugerencias o inexactitudes,
deslizadas por el autor y tendientes a desacreditar al establecimiento ajeno; la propaganda
desleal es aquella que se realiza al margen de las reglas de la buena fe y rectitud que deben
imperar en el mundo del comercio o la industria en general. Propaganda desleal no es igual a
propaganda excesiva. Esta última, por más exagerada que sea, no constituye delito.

El tipo subjetivo sólo es compatible con el dolo directo, al que se añade la concurrencia de un
elemento subjetivo específico: la finalidad del autor de tratar de desviar la clientela en su
propio provecho. El delito se consuma con la realización de la conducta típica, sin que importe
el logro del fin propuesto La tentativa resulta admisible. El ejercicio de la acción penal es
privado (art. 73, inc. 3°, Cód. Penal).

Delitos contra la libertad de asociación

La figura está prevista en la segunda parte del art. 158, que reprime al "patrón, empresario o
empleado que, por sí o por cuenta de alguien, ejerza coacción para obligar a otro a abandonar
o ingresar a una sociedad obrera o patronal". El tipo penal persigue la tutela de la libre
asociación gremial. La acción material del delito consiste en ejercer coacción (violencia física o
moral) para lograr un fin determinado: la afiliación o desafiliación de la víctima de una
sociedad obrera o patronal. El delito es doloso, compatible sólo con el dolo directo. El tipo
exige, no obstante, la concurrencia de un elemento subjetivo especial: para obligar a otro, que
excluye el dolo eventual. La infracción se consuma cuando se ejerce la violencia típica, con la
finalidad señalada en la norma, independientemente de que se logre o no dicho objetivo.

DELITOS CONTRA LA LIBERTAD DE REUNIÓN


ARTICULO 160. - Será reprimido con prisión de quince días a tres meses, el que impidiere
materialmente o turbare una reunión lícita, con insultos o amenazas al orador o a la
institución organizadora del acto.

El tipo penal protege el derecho a reunirse, en forma pacífica y con fines lícitos. El precepto
describe dos formas de conductas: impedir materialmente (imposibilitar físicamente) o turbar
(alterar el curso normal) una reunión lícita, mediante insultos o amenazas al orador o a la
institución organizadora del acto. Cualquier otro medio o modalidad empleada por el autor, p.
ej., una silbatina, gritos, manifestaciones generales al público, etc., quedan fuera de la
tipicidad. Las dos modalidades típicas del art. 160 son dolosas ( el dolo eventual sólo resulta
admisible en la hipótesis de turbación de la reunión, de resultado material, y se consuman
cuando efectivamente se ha impedido o turbado el acto).

DELITOS CONTRA LA LIBERTAD DE PRENSA


ARTICULO 161. - Sufrirá prisión de uno a seis meses, el que impidiere o estorbare la libre
circulación de un libro o periódico.

El bien jurídico protegido es la libre circulación de la prensa. El delito consiste en impedir


(hacer imposible la circulación o distribución) o estorbar (dificultar, hacer difícil, poner
obstáculos) la libre circulación de un libro o periódico. Puede tratarse de uno o varios
ejemplares o de toda una edición. Un "libro" es una publicación impresa, de varias páginas. El
''periódico" es también una obra impresa, pero que se publica regularmente, en períodos de
tiempo predeterminados (p. ej., diariamente, semanalmente, quincenalmente ). Es un delito de
resultado material, doloso, que admite el dolo eventual, y se consuma cuando se ha afectado
realmente (sea impidiendo o estorbando) la circulación del libro o del periódico.
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD
ARTICULO 162. - Será reprimido con prisión de un mes a dos años, el que se apoderare
ilegítimamente de una cosa mueble, total o parcialmente ajena.-

El bien protegido por este delito es la tenencia de las cosas muebles.

El delito requiere el actual mantenimiento corporal de la cosa, que constituye la tenencia, por
parte de alguien: si no existe una cosa tenida por otro, el agente no puede cometer el delito.
Tenencia quiere decir "tener la cosa bajo poder", lo cual implica que, para la perfección del
delito, debe haberse operado la transferencia de la cosa del "poder" del tenedor al "poder" del
ladrón. Esta situación de poder se manifiesta en el preciso instante en que el agente tiene la
"posibilidad inmediata de realizar materialmente sobre la cosa actos dispositivos, posibilidad
de la que se carecía antes de la acción, porque la cosa estaba en poder de otra persona, fuese
poseedor o simple tenedor" (Soler). La tenencia que la ley tutela prescinde de cuál sea el título
o su causa. Abarca tanto a la tenencia legítima como a la ilegítima. Hurtar una cosa a quien a su
vez hurtó, es también hurto. Al ladrón se le puede hurtar la cosa que él, a su vez, hurtó, cuando
el que se la quita no es el legítimo tenedor anterior de ella.

El núcleo central del tipo está dado por el apoderamiento de la cosa. Realizar objetivamente la
acción de hurtar exige, en nuestro derecho, apoderarse de la cosa (Frías Caballero). Para
determinar el exacto sentido jurídico de la acción material del hurto se han propuesto entre
nuestros autores dos posiciones radicalmente antagónicas: una, que podría denominarse de la
"disponibilidad o apoderamiento", sustentada, entre otros, por Soler, Jiménez de Asúa, Frías
Caballero, Creus, Aboso, y la otra que podría llamarse del "desapoderamiento", defendida
fundamentalmente por Núñez y seguida, entre otros, por Laje Anaya, Carrera y Villada.

Para la que denominamos teoría de la disponibilidad, el apoderamiento exige que el autor haya
tenido la posibilidad de "disponer" de la cosa, aunque sea por breve tiempo. La conducta
importa la posibilidad inmediata de realizar materialmente sobre la cosa actos dispositivos. En
consecuencia, el desplazamiento de la cosa en el-espacio no es el criterio del hurto, sino el
desplazamiento del sujeto que puede realizar actos de disposición. El apoderarse, nos dice
Soler, exige no solamente la pérdida de poder de parte de la víctima, sino la adquisición de
poder de parte del autor. El apoderamiento requiere que el agente haya obtenido real y
efectivamente la disponibilidad material del objeto sustraído, bloqueando a la vez la
posibilidad por parte del sujeto pasivo. El hurto exige, por consiguiente, el desplazamiento o
traspaso material de éste a aquél, no ya de la cosa sino de su disponibilidad física, esto es, de la
posibilidad de ejercer sobre ella actos dispositivos o de disposición material. Todo lo que no
alcance este resultado podrá o no ser tentativa, pero seguro no es delito consumado de hurto.

La teoría del desapoderamiento, por su parte, considera que es suficiente para que se
perfeccione el delito que el ladrón haya privado a otro de la posesión corporal de la cosa, con
la intención de apoderarse de ella. Con el apoderamiento de la cosa, la propiedad ajena ya está
lesionada. En resumen, para esta teoría el delito consiste en quitar la cosa de quien la poseía,
con la intención de disponer de ella (desapoderar o poner la cosa bajo el propio poder).

En nuestra opinión (Buompadre) creemos que la teoría de la disponibilidad consulta con mayor
precisión las exigencias del tipo delictivo. El apoderamiento se caracteriza por la posibilidad de
que el agente pueda realizar sobre Ja cosa actos materiales de disposición, posibilidad que no
nace mientras pueda ser impedida por la víctima, la autoridad u otra persona que acuda en su
auxilio. Pero, una vez transcurrido ese momento, el delito está irrevocablemente consumado.
El criterio de la disponibilidad, cuya aplicación al caso concreto puede conducir al delito
consumado o a su tentativa, pred01nina actualmente tanto en doctrina corno en la
jurisprudencia.

Para determinar el momento consumativo de estos delitos de apoderamiento, históricamente


se han formulado numerosas teoría: attrectatio, apprehensio, amatio y ablatio. De todas estas
teorías, las de la attrectatio y apprehensio sólo tienen un mero valor histórico, de manera que
el debate se ha centrado entre las teorías de la amotio y de la ablatio. La doctrina y la
jurisprudencia se inclinaron por la teoría de la ablatio.

La teoría de la amatio exige la remoción de la cosa del lugar en donde se encontraba. La teoría
de la ablatio, según la cual el apoderamiento se consuma cuando la cosa es transportada o
trasladada de un lugar a otro.

El objeto material en el delito de hurto son las cosas muebles. 1) Cosa según art. 16 CCyN: Los
derechos referidos en el primer párrafo del art. 15 pueden recaer sobre Menes susceptibles de
valor económico. Los bienes materiales se llaman cosas. Las disposiciones referentes a las cosas
son aplicables a la energía y a las fuerzas naturales susceptibles de ser puestas al servicio del
hombre.

A su vez, el art. 15 establece que: "Las personas son titulares de Jos derechos individuales
sobre los bienes que integran su patrimonio conforme con lo que se establece en este Código".

Las cosas, entonces, se caracterizan por dos notas esenciales: la materialidad y el valor
económico.

Un objeto es material cuando es corporal, esto es, cuando posee extensión y, por ende, ocupa
un lugar en el espacio. Lo que importa a los efectos del tipo penal es que la cosa, además de
ser material, sea susceptible de valor y de apoderamiento. Los objetos inmateriales no son
susceptibles de hurto, tampoco así las ideas.

La cosa debe tener un valor, pero no un valor económico exclusivamente. El objeto sustraído
puede representar un interés para la víctima· o para el ladrón, que les sirve para satisfacer sus
necesidades, usos o placeres, o bien representar un valor puramente afectivo para la víctima. .
En todos estos casos, la sustracción del objeto constituye el delito de hurto, por cuanto, aun
cuando puedan estas cosas carecer de valor económico para quien no sea su propietario o
dueño, están incorporadas a su patrimonio, por lo tanto tienen un valor patrimonial. Valor
patrimonial no siempre equivale a valor económico, que es lo que sucede con aquellas cosas
que no poseen un valor económico en sí mismas ni para terceros pero tienen un valor de uso o
de cambio y, por lo tanto, un valor patrimonial que integra el patrimonio del sujeto.

2) Cosa mueble. La cosa, además de ser material y susceptible de tener un valor, debe ser
mueble. Para el derecho penal, el concepto de cosa mueble es más amplio que en el derecho
civil, importando sólo que la cosa sea aprehensible y trasladable. La noción abarca como cosas
muebles Jo que para el Código Civil son inmuebles, por su carácter representativo
(instrumentos públicos, art. 289) o por su accesión a los inmuebles (art. :226). Para el Código
Penal sólo tiene importancia el criterio de la transportabilidad de la cosa, según el cual cosa
mueble es aquella que es susceptible de ser Irasladada de un lugar a otro, incluidos los
animales o semovientes (art. 227).

3) La cosa mueble, además, debe ser "ajena". Cosa ajena es aquella que no es propia ni es
susceptible de apropiación u ocupación. La cosa, para que sea hurtable, debe pertenecer a
alguien, a otra persona, sea en forma total o parcial. No es hurto, sino un tipo de defraudación
(art. 173, inc. 5º, Cód. Penal), el apoderamiento de la cosa totalmente propia estando
legítimamente en poder de un tercero. Las cosas que carecen de dueño, también quedan fuera
del marco del hurto, también las cosas abandonadas por su dueño, y también las cosas que
están perdidas para su dueño, pero cuya propiedad, posesión o tenencia no ha sido
abandonada, ni objetiva ni subjetivamente (art. 1947.4, CCyCN). En este caso, la apropiación
del objeto configura un supuesto de defraudación atenuada del art. 175, inc. 1 º Cod. Penal.
Teniendo en cuenta que la propiedad es un bien jurídico disponible por su titular, el
consentimiento del sujeto pasivo con aptitud para autorizar y prestado sin vicio alguno, elimina
la tipicidad del hecho.

4) Ilegitimidad. El autor, para cometer el hurto, debe haberse apoderado ilegítimamente de la


cosa. Se trata de un elemento normativo del tipo, que debe quedar abarcado por el dolo del
autor. El hurto es un delito doloso, de dolo directo, no siendo necesario la concurrencia de
algún especial elemento subjetivo adicional para su configuración; por ejemplo, el "ánimo de
apropiarse" (animus rem sibi habendi) o el "ánimo de lucro".

Hurtos agravados

ARTICULO 163. - Se aplicará prisión de uno a seis años en los casos siguientes:

1º Cuando el hurto fuere de productos separados del suelo o de máquinas, instrumentos de


trabajo o de productos agroquímicos, fertilizantes u otros insumos similares, dejados en el
campo, o de alambres u otros elementos de los cercos.

2º Cuando el hurto se cometiere con ocasión de un incendio, explosión, inundación,


naufragio, accidente de ferrocarril, asonada o motín o aprovechando las facilidades
provenientes de cualquier otro desastre o conmoción pública o de un infortunio particular
del damnificado;

3º Cuando se hiciere uso de ganzúa, llave falsa u otro instrumento semejante o de llave
verdadera que hubiere sido substraída, hallada o retenida;

4º Cuando se perpetrare con escalamiento.

5º Cuando el hurto fuese de mercaderías u otras cosas muebles transportadas por cualquier
medio y se cometiere entre el momento de su carga y el de su destino o entrega, o durante
las escalas que se realizaren.

6º Cuando el hurto fuere de vehículos dejados en la vía pública o en lugares de acceso


público.

 Inc. 1 es el llamado hurto campestre. Tanto da que se trate de un producto que la tierra
produce como que se lo saque o extraiga del suelo, como sucede con los minerales.
Para la ley es suficiente con que estén "separados" del suelo. Queda fuera de la
disposición todo aquello que no sea un producto del suelo (miel de abejas por
ejemplo). La separación debe ser obra humana y no de la naturaleza.
Para que concurra la agravante, los productos separados del suelo deben haber sido
dejados en el campo, es decir, en situación en la que el tenedor no pueda ejercer la
vigilancia inmediata sobre él. Por "campo" debe entenderse todo lugar fuera del radio
poblado y alejado de sitio habitado, o de sus dependencias (patios, adyacencias,
jardines, huertos, etc.) y recintos habitados: corrales, establos, galpones, pequeños
cercados inmediatos a la casa. La expresión presupone que la cosa ha sido dejada sin la
debida protección, resguardo o custodia, razón que fundamenta la mayor tutela de la
ley penal y justifica el mayor reproche, de estas cosas dejadas en una situación de
indefensión frente a la acción del ladrón
También incluye el hurto que recae en maquinarias o instrumentos de trabajo. Al igual
que en el supuesto anterior, para la aplicación de la mayor penalidad, al momento del
apoderamiento la cosa debe haberse encontrado en el campo por haber sido dejada
en tal lugar.
También incluye el hurto de productos agroquímicos, fertilizantes u otros insumos
similares. Son todos aquellos que se utilizan frecuentemente en las labores agrícolas
con el fin de potenciar el rendimiento de la tierra (p. ej. insecticidas). Para que opere la
calificante, al igual que en los supuestos anteriores, los productos deben haber sido
dejados en el campo.
También incluye el hurto de elementos de los cercos. La agravante sólo concurre
cuando el cerco está cumpliendo esa función y no otra. La sustracción debe recaer
sobre "alambres u otros elementos de los cercos" (postes, varillas, tranqueras. etc.),
siempre -claro está- que el cerco exista al 1nomento de la acción furtiva. Comprende
todo tipo de cercos.
 Inc. 2. Hurto Calamitoso. La ley prevé dos hipótesis distintas: el hurto cometido con
ocasión y aprovechando las facilidades provenientes de un desastre o conmoción
pública, y el hurto cometido con ocasión y aprovechando las facilidades provenientes
de un infortunio particular. Objetivamente, la calificante exige que la sustracción se
cometa con ocasión de, vale decir, en la misma oportunidad en que ocurren los
sucesos descriptos en la ley; ni antes ni después, sino mientras se está produciendo el
desastre o la conmoción pública.
 Inc. 3.Huerto con ganzúa o llave falsa. La razón de la agravante reside en el hecho del
empleo de ciertos medios por parte del ladrón~ que requieren astucia o habilidad para
vencer las defensas preconstituidas de la cosa y que revelan su mayor peligrosidad. El
tipo excluye el uso de violencia. La cosa objeto del delito debe encontrarse en un lugar
cerrado o unida a otros elementos que impidan o dificulten su apoderamiento. Es un
presupuesto de la agravante que la cosa esté protegida por una cerradura, o sea, por
un mecanismo que funcione mediante llave-, con la llave echada. La ley hace referencia
a ganzúa, que es todo objeto o instn1mento que, sin ser llave, permite, mediante maña
o destreza abrir las cerraduras. Generalmente, se trata de un alambre doblado en la
punta o bien de otros objetos que cumplen la misma función de abrir la cerradura (p.
ej., un clavo, una chapita). Cualquier instrumento que se utilice, sea o no una llave~ es
apto para configurar el hurto agravado. Llave falsa es aquella que no está
específicamente destinada por su dueño para abrir la cerradura (no es la verdadera),
pero también es falsa la "llave verdadera" sustraída, hallada o retenida. En estos casos,
para que funcione la agravante, la llave verdadera debe haber sido utilizada
ilegítima1nente, es decir, en contra de la voluntad de su dueño. La llave verdadera se
vuelve falsa cuando ha sido sustraída, hallada o retenida. Llave sustraída es aquella que
ha sido quitada -invito domine- a su dueño o tenedor, o sea, sin su consentimiento.
Llave hallada es aquella que, no tenida por su titular, es encontrada por el ladrón, o por
un tercero que se Jada a aquél. La llave retenida es aquella · que el ladrón o un tercero,
con su consentimiento, ha conservado en su poder contra la voluntad de quien se la
entregó, o por cuya orden le fue entregada.
 Inc. 4. Hurto con escalamiento. El Código no define el escalamiento. No obstante, ha
prevalecido la idea de que la expresión abarca a “toda penetración por una vía que no
está destinada a servir de entrada", que implique la superación de una defensa real
consistente en obstáculos de altura o descensos que exigen esfuerzo, actividad o
artificio (Núñez). Para que concurra esta calificante, no es la sola circunstancia de
ingresar a un lugar por una vía no permitida o no destinada a ese fin, sino en «vencer"
una defensa, un obstáculo, que ha sido predispuesto como resgm1rdo de la cosa y para
lo cual el ladrón debe realizar un considerable esfuerzo, habilidad o maniobra. La
exigencia del escalamiento queda satisfecha cuando se superan defensas por ascenso
o descenso (por alturas o vías subterráneas), interiores o exteriores. Subjetivamente, el
escalamiento debe haberse realizado "para hurtar"; si el autor ha escalado por otras
razones y, en el lugar aprovecha y comete un hurto, no se daría la agravante, por más
que escale para salir. La defensa de la cosa debe ser real, efectiva, no meramente
simbólica o decorativa (p. ej., una verja muy baja en el frente de la casa no implica una
defensa real de la cosa), pero sí lo son aquellas que tienen una considerable altura y
que son difíciles de escalar, o por lo menos que exigen del autor un esfuerzo superior al
normal. Determinar cuál es la altura o la profundidad apropiadas, así como el esfuerzo
realizado o la maña empleada para vencer los obstáculos, constituyen cuestiones de
hecho que deben ser apreciadas en cada caso en particular.
 Inc. 5. Hurto de cosas transportadas. El delito requiere la concurrencia de distintos
elementos: uno, que la sustracción recaiga sobre "mercaderías" (art. 77, Cód. Penal), o
bien sobre otras cosas muebles transportadas y el otro elemento reside en que el
hurto se cometa entre el momento de la carga de las cosas y el de su destino o entrega,
0 durante las escalas que se realicen. Al referir la ley que se trate de mercaderías o
cosas muebles transportadas, está supeditando la imputación a objetos que se
encuentran en ''situación de transporte", vale decir, en proceso de traslado entre los
momentos y lugares señalados en la norma. Por consiguiente, no califica el hurto la
sustracción de las mercaderías que aún se encuentren en el depósito, mientras no haya
dado comienzo el proceso de carga. La agravante comprende transporte aéreo,
terrestre, marítimo o fluvial, urbano o interurbano. Por momento de su carga debe
entenderse: el "proceso de carga" propiamente dicho, que es aquel que se efectúa
durante el período que va desde que comienzan las operaciones tendientes a concretar
o poner en marcha dicho proceso, hasta que la mercadería está depositada en el
medio de transporte. El destino es el lugar de arribo preestablecido como finalización
del transporte. La entrega hace referencia al momento en que el producto es puesto en
manos del recepcionista. Durante las escalas debe entenderse como durante los
momentos de detención del vehículo que transporta la carga, que son aquellos lugares
(escalas) destinados generalmente por las empresas de transporte para reabastecer los
vehículos y permitir el descanso de los pasajeros y del personal.
 Inc. 6. Hurto de vehículos dejados en la vía pública o en lugares de acceso público. El
delito consiste en el apoderamiento ilegítimo de un vehículo que ha sido dejado en la
vía pública o en un lugar de acceso público. Vehículo es todo artefacto o medio de
traslación que se utiliza, precisamente, para el transporte de personas o cosas y que se
desplaza por tierra, aire o agua. El tém1ino abarca a toda clase de vehículos, aunque
no sean de los propulsados a motor, por ejemplo, la bicicleta o el triciclo, siempre que
sirvan para el transporte de objetos o de personas. El hurto se agrava sólo si el vehículo
fue dejado (colocado, estacionado, aparcado), por su dueño o tenedor, en la vía pública
o en un lugar de acceso público, sin ningún tipo de custodia que implique una defensa
de la cosa. Por vía pública debe entenderse todo lugar que se encuentre afectado al
uso directo del público, por ej. calles, plazas, etc. Por lugar de acceso público debe
entenderse aquel en el que, no siendo una vía pública, se permite el ingreso y uso del
público en general, por ej. playas de estacionamiento, aunque sean privadas, pues lo
que importa es que el público pueda transitar libremente.

Agravante por la condición del sujeto activo

ARTICULO 163 bis — En los casos enunciados en el presente Capítulo, la pena se aumentará
en un tercio en su mínimo y en su máximo, cuando quien ejecutare el delito fuere miembro
integrante de las fuerzas de seguridad, policiales o del servicio penitenciario.

Se trata de un delito especial impropio, que requiere para su realización que el agente ostente,
al momento del hecho, la condición de miembro de alguna de las fuerzas mencionadas en el
precepto. La razón de la agravante no reside únicamente en la calidad del autor, sino en la
circunstancia de que dicha investidura facilita la perpetración del delito y dificulta las tareas de
investigación. Sujeto activo puede ser cualquier miembro integrante de la Policía Federal
Argentina, policías provinciales, Gendam1ería Nacional, Prefectura Naval Argentina. Policía de
Seguridad Aeroportuaria, Servicio Penitenciario Federal, servicios penitenciarios provinciales y
del cuerpo de bomberos, cualquiera sea el grado, función o actividad que desempeñe al
momento del hecho. De aquí que puedan ser autores quienes se encuentren fuera de servicio,
de licencia o sometidos a algún procedimiento administrativo o judicial.

El tipo exige que el autor haya "ejecutado" el delito, es decir, que lo haya cometido en calidad
de autor o coautor, no quedando alcanzados por la agravante los meros partícipes, los
instigadores y los encubridores, porque éstos no ejecutan el hecho sino que sólo intervienen,
en algún grado o tiempo, en su comisión o con posterioridad a él.

ROBO
El robo es un delito que responde típicamente a la estructura básica del hurto (apoderamiento,
ilegitimidad, cosa mueble ajena), y a cuya textura se agregan, como modalidades comisivas, la
fuerza en las cosas y la violencia física en las personas. De aquí puede inferirse, sin más, que el
hurto es el género y el robo una especie, circunstancia que conduce a afirmar que no puede
existir robo si no concurren todos y cada uno de los elementos constitutivos ·del hurto. Entre
ambas figuras se da una hipótesis de concurso aparente de leyes. Por lo tanto, todos los
elementos estudiados para el hurto, son de aplicación en esta figura.

Figura básica

ARTICULO 164. - Será reprimido con prisión de un mes a seis años, el que se apoderare
ilegítimamente de una cosa mueble, total o parcialmente ajena, con fuerza en las cosas o con
violencia física en las personas, sea que la violencia tenga lugar antes del robo para
facilitarlo, en el acto de cometerlo o después de cometido para procurar su impunidad.

La acción típica en el robo consiste en apoderarse ilegítimamente de una cosa mueble, total o
parcialmente ajena, con fuerza en las cosas o violencia física en las personas. La fuerza, según
lo pone de relieve la doctrina~ no se ejerce en la cosa sino "en razón de la cosa'' (Núñez, Soler,
Fontán Balestra). La fuerza es una energía física, que puede ser humana o artificial, y que
produce en la cosa un cambio, un daño o un movimiento. Con arreglo al texto legal, la fuerza
en las cosas sólo convierte el hurto en robo cuando se ejerce durante los actos de
apoderamiento. quedando excluida aquella que es desplegada después del apoderamiento
para lograr la impunidad o para obtener la cosa. La violencia consiste en el despliegue, por
parte del ladrón, de una energía física, animal o mecánica, fluida o química, real o simulada,
que se ejerce sobre la persona (sobre el cuerpo de la víctima, p. ej., arrebato, golpes, empujón)
o contra ella (dirigida hacia la persona, p. ej., disparo de arma o amenaza con arma). La
violencia implica siempre un despliegue de energía para vencer materialmente la resistencia
opuesta por el sujeto pasivo. La resistencia que hay que vencer, por consiguiente, puede ser
real, presunta o imaginada como posible por el agente, circunstancia que demuestra que la
energía desplegada por el autor no requiere una determinada intensidad, sino que basta su
relación con el apoderamiento, cualquiera que sea aquélla, así como tampoco requiere
imprescindiblemente un contacto físico del cuerpo del agente con el de la víctima (será robo el
apoderamiento de la cartera arrebatada de un tirón).

Agravantes. Robo con homicidio.

ARTICULO 165. - Se impondrá reclusión o prisión de diez a veinticinco años, si con motivo u
ocasión del robo resultare un homicidio.

El art. 165, como dice Núñez, es compatible con el dolo de homicidio simple. El autor debía
prever que de su accionar (violencia física, disparo de arma, etc.) "podía resultar" un homicidio
(dolo eventual). Si frente a esa Previsión, el autor continuó con su obrar ignorando la posible
consecuencia, el homicidio resultante encaja en los límites de la agravante que estamos
estudiando, por aplicación del dolo eventual. Las diferencias entre las figuras de los arts. 165 y
80 inc. 7', sólo pueden establecerse desde un plano subjetivo. En ambas hipótesis, el agente
mata. Pero, si ha matado "para" robar, el hecho encuadra en la figura del homicidio agravado
por conexidad con otro delito; si, en cambio, "al robar" ha matado, la figura aplicable es la del
robo agravado del art. 165. El homicidio del art. 80, inc. 7°, presenta un elemento subjetivo
especial (para o por) del que carece el delito contra la propiedad. En la figura del robo
agravado, la muerte, aunque previsible, representa un suceso que no ha estado
anticipadamente en los planes del autor. Se trata de una consecuencia eventual. El robo con
homicidio es un delito complejo, que exige la consumación de los dos hechos que lo componen
(el apoderamiento violento y la muerte). La participación criminal es posible y se rige por las
reglas comunes. La tentativa, en cambio, parece difícil de imaginar, ya que ocurrido el
homicidio, el tipo penal está ya consumado.

Robo con lesiones

ARTICULO 166. -Se aplicará reclusión o prisión de CINCO a QUINCE años:


1. Si por las violencias ejercidas para realizar el robo, se causare alguna de las lesiones
previstas en los artículos 90 y 91.

2. Si el robo se cometiere con armas, o en despoblado y en banda.

Si el arma utilizada fuera de fuego, la escala penal prevista se elevará en un tercio en su


mínimo y en su máximo.

Si se cometiere el robo con un arma de fuego cuya aptitud para el disparo no pudiera tenerse
de ningún modo por acreditada, o con un arma de utilería, la pena será de TRES a DIEZ años
de reclusión o prisión.

Con arreglo al texto legal, sólo las lesiones graves (art. 90) y las gravísimas (art. 91) califican el
robo. Las lesiones leves quedan absorbidas por la violencia propia que importa la comisión del
delito contra la propiedad. El tipo abarca tanto las lesiones dolosas como culposas, incluso las
preordenadas al robo y los resultados preterintencionales. Producida la lesión, el delito queda
consumado. aunque el robo haya quedado en grado de tentativa Por lo tanto, resulta
inadmisible la tentativa del delito agravado. La participación criminal se rige por las reglas
comunes.

La diferencia con las lesiones agravadas del art. 92 reside en el tipo subjetivo_ En el delito
contra la integridad personal, el autor lesiona "para" preparar, facilitar, consumar u ocultar otro
delito, asegurar sus resultados o procurar impunidad, o "por" no haber logrado el fin propuesto
(art. 80, inc. 7º). En esta modalidad, el autor lesiona para consumar el robo (quiere la acción y
el resultado); en el delito contra la propiedad, el autor quiere el robo (la cosa), pero pueden no
figurar en su previsión los resultados más graves (p. ej., el caso de las lesiones accidentales).
Precisamente porque las diferencias residen en el dolo, los límites entre una y otra figura se
toman harto confusos, razón por la cual tal vez resulte aconsejable la supresión de una de las
dos agravantes.

Robo con armas. Inc. 2 (párrafo 2 y 3 incluido) art. 166.

Fundamento de la agravante. Para nosotros (Buompadre), las razones que se conjugan para
intensificar la pena son, por un lado, el mayor poder intimidante del arma y, por el otro, el
peligro que constituye para el agraviado la utilización del arma por parte del agente. La ley
reprime el robo cometido con armas, vale decir, que no resulta suficiente para configurar la
agravante la sola portación del arma, salvo que ella sea significativa o se encuentre exhibida de
modo ostensible que demuestre que va a ser usada. La comisión del robo con armas exige la
utilización del arma, esto es, su empleo para doblegar o evitar la resistencia de la víctima en el
contexto de la acción violenta, y en los momentos ejecutivos del apoderamiento hasta su
consumación. La utilización del arma con anterioridad a esos actos ejecutivos (para preparar o
facilitar) o con posterioridad (para lograr el fin propuesto o la impunidad), no sirven para
calificar, sino que dejan vigente la figura del art. 164.

El Código no define ni dice qué debe entenderse por "'armas", por lo que el concepto ha
quedado librado a la doctrina y jurisprudencia. Con arreglo al nuevo texto legal; es necesario
hacer una distinción: en el concepto de arma del art. 166, párr. 1 º, del inc. 2º, quedan
comprendidas las armas propias ( específicamente destinadas al ¡:1taque o la defensa) como
las impropias equiparadas a las propias (armas fabricadas con otro destino, pero que pueden
ser utilizadas para ocasionar un daño-p. ~i ., armas blancas-), y las verdaderamente impropias
que, por sus características, se adecuen a las razones de ser de la agravante, como serian
ciertas herramientas de punta o filo.

Dentro del párr. 2º, inc. 2º, del artículo, por el contrario, quedan comprendidas únicamente las
armas de fuego en sentido propio, vale decir, aquellas armas verdaderas operativamente aptos
para el disparo, y en sentido impropio, esto es, cuando son usadas como objetos contundentes

En el art. 166, párr. 3°. primera parte, inc. 2º, que hace referencia al arma de fuego cuya
aptitud para el disparo no pudiera tenerse de ningún modo por acreditada, por último, quedan
comprendidas las armas de fuego no aptas para el disparo (no operativas), sea por defectos en
el mecanismo (p. ej., falta de percutor), por carecer de idoneidad para hacer correr peligro a la
persona de la víctima, por estar descargadas o por otras insuficiencias en su funcionamiento.
Se trata de supuestos de "arma simulada" o "falsa arma" que, aunque pueda resultar apta para
aumentar la intimidación de la víctima, no tienen --como dijimos- capacidad funcional para
poner en peligro su vida o integridad física. Pero, en cualquier caso, tiene que tratarse de un
arma de fuego. El párr. 3º, última parte, del inc. 2°, de la mencionada disposición penal. abarca
la llamada arma de utilería, vale decir, todo objeto que represente un¡ réplica, reproducción,
símil o imitación de un arma, sea o no de fuego (p. ej., un revólver o un cuchillo de juguete).

Robo en despoblado o en banda. Inc. 2, art. 166.

La agravante exige la concurrencia simultánea de ambas circunstancias: despoblado "y" en


banda.

En despoblado: es un concepto relativo, con lo que se quiere significar que el lugar de comisión
del delito, además de estar fuera del radio poblado. debe revelar una carencia de posibilidades
de asistencia o apoyo a la víctima o a las cosas por parte de otras personas. Despoblado no
equivale a "descampado", a campo abierto o a cielo descubierto, sino a lugar solitario en el
cual la concurrencia de auxilio es claramente dificultosa, sino imposible. Para la aplicación de la
agravante carece de relevancia que la víctima esté o no presente en el momento de cometerse
el hecho. Basta con las características del lugar en donde se ha llevado a cabo.

En banda: debe entenderse el conjunto de tres o más individuos que integran una asociación
criminal, con objetivos preconcebidos para cometer toda clase de delitos en forma
indeterminada. El término banda, en nuestro ordenamiento penal, es sinónimo de asociación
ilícita y en este sentido debe ser interpretado. El grupo de personas que constituye la banda,
debe participar en los actos ejecutivos del robo para que resulte aplicable la agravante. El robo
tiene que haber sido "cometido" en banda.

ARTICULO 167. - Se aplicará reclusión o prisión de tres a diez años:

1º. Si se cometiere el robo en despoblado;

2º. Si se cometiere en lugares poblados y en banda;


3º. Si se perpetrare el robo con perforación o fractura de pared, cerco, techo o piso, puerta o
ventana de un lugar habitado o sus dependencias inmediatas;

4º. Si concurriere alguna de las circunstancias enumeradas en el artículo 163.

 Inc. 1. robo en despoblado. Remisión a lo anterior.


 Inc. 2. En lugares poblados y en banda: Se trata de un tipo complejo que exige, para su
configuración, la concurrencia simultánea de las dos circunstancias cualificantes: lugar
poblado y en banda. La concurrencia de solo una de ellas desplaza. el encuadre a la
figura simple. a) Lugar Poblado. Por oposición a despoblado, lugar poblado es todo sitio
dentro del radio urbano. comprensivo de ciudades, villas, pueblos, sus calles, plazas y
baldíos inmediatos, en los cuales la víctima o sus bienes pueden contar con el auxilio o
el apoyo de otras personas. b) En Banda. La agravante ya ha sido analizada
anteriormente y allí hacemos la remisión.
 Inc. 3. Robo con perforación o fractura: La fractura o efracción sólo califica el robo si se
lo comete en un lugar habitado o en sus dependencias inmediatas. La fractura exige el
quebrantamiento, corte, destn1eción con daño de características especiales (romper a
hachazos una puerta, hacer volar con explosivos los barrotes de una reja). No hay
fractura cuando a la defensa no se la ha quebrantado destructivamente (p. ej., cuando
se han separado los barrotes sin quebrarlos). Lugar habitado es aquel que, en el
momento del hecho, está destinado o sirve efectivamente de morada, permanente o
transitoria, a una persona, aunque ésta esté ausente al momento de producirse el
robo. El abandono del lugar, sea temporario o definitivo, excluye la agravante. Las
dependencias inmediatas son aquellos espacios accesorios a la vivienda, que forman
parte integrante de ella. Son los sitios contiguos, próximos o cercanos a la vivienda (p.
ej., el garaje, la bodega, el patio, el altillo y el galpón). Lo importante es que conformen
un todo, una sola unidad, con el lugar. El tipo objetivo exige la perforación o la fractura.
Por perforación debe entenderse la acción de agujerear (horadar) una cosa,
atravesándola totalmente, de lado a lado. Por fractura, la acción y efecto de romper o
quebrar con esfuerzo una cosa En ambas hipótesis, los actos de fuerza deben recaer
sobre cosas u objetos que hayan sido colocados o predispuestos como medios de
defensa, cercamiento o protección. Los objetos sobre los que debe recaer la efracción
están expresamente enumerados en la ley: pared, cerco, techo, piso, puerta o ventana.
La acción destructora del ladrón puede producirse sobre la totalidad de estos
elementos· o sólo sobre alguna de sus partes. Pero, recordamos, la figura exige como
acto consumativo, cualquiera sea la entidad del daño, el apoderamiento de la cosa.
Tanto el tipo consumado como la tentativa de robo calificado absorben el daño
causado en las cosas. El daño queda consumado típicamente cuando se independiza de
los actos de apoderamiento.
 Inc. 4. Robo agravado por circunstancias calificativas del hurto: Como lo que califica el
art. 163 es el robo, y éste encuentra su configuración típica en la fuerza o en la
violencia anterior, concomitante o posterior al apoderamiento en cuanto estén
preordenadas a él, si bien es cierto que aquellas circunstancias del art. 163 tienen que
estar presentes en el momento del apoderamiento, los medios violentos no tienen
razón para coincidir de modo temporal con éste y aquéllas: será robo calificado el de
quien durante la noche inmovilizó al guía del ciego, para sorprenderlo al otro día,
cuando sabe que acostumbraba a contar su dinero y, allegándose calladamente a él,
quitárselo.

Agravante por la condición del sujeto pasivo.

ARTICULO 167 bis — En los casos enunciados en el presente Capítulo, la pena se aumentará
en un tercio en su mínimo y en su máximo, cuando quien ejecutare el delito fuere miembro
integrante de las fuerzas de seguridad, policiales o del servicio penitenciario.

Se trata de un tipo especial impropio, que justifica el mayor reproche penal teniendo en cuenta
no só1o la cualificación del sujeto pasivo, sino la circunstancia de que dicha investidura facilita
la perpetración del delito y dificulta las tareas de investigación. La disposición es exactamente
igual a la del art. 163 bis, motivo por el cual para su estudio hacemos la remisión a dicho lugar.

ABIGEATO

ARTICULO 167 ter.- Será reprimido con prisión de DOS (2) a SEIS (6) años el que se apoderare
ilegítimamente de UNA (1) o más cabezas de ganado mayor o menor, total o parcialmente
ajeno, que se encontrare en establecimientos rurales o, en ocasión de su transporte, desde el
momento de su carga hasta el de su destino o entrega, incluyendo las escalas que se realicen
durante el trayecto.

La pena será de TRES (3) a OCHO (8) años de prisión si el abigeato fuere de CINCO (5) o más
cabezas de ganado mayor o menor y se utilizare un medio motorizado para su transporte.

La acción típica consiste en apoderarse ilegítimamente del animal ajeno. Se trata de un tipo
penal común de sujetos indiferenciados; por lo tanto, cualquier persona puede ser sujeto
activo o pasivo. El objeto del delito es el ganado, esto es, aquellos cuadrúpedos de cierta
alzada, que por lo general forman grey o rebaño y son de especie doméstica, de carga o para
carne. Con arreglo al texto legal, e] apoderamiento debe ser de ganado mayor o menor, no de
cualquier clase de animales, vale decir, que debe tratarse-como se dijo de aquellas bestias que
forman grey o rebaño y apacientan en los campos. La figura requiere que la sustracción del
animal debe haberse materializado dentro de un establecimiento rural o en ocasión de su
transporte (en viaje o en sus distintos tramos). El concepto de establecimiento rural ha sido
incorporado por la Ley Nº 25890 al art. 77 del Cód. Penal, con el siguiente texto: "todo
inmueble que se destine a la cría, mejora o engorde del ganado, actividades de tambo, granja o
cultivo de la tierra, a la avicultura u otras crianzas, fomento o aprovechamiento semejante". La
ubicación del establecimiento rural es indiferente.

El art. 167 ter también castiga el apoderamiento ilegítimo de una o más cabezas de ganado
cuando se perpetrare '"en ocasión de su transporte, desde el momento de su carga hasta el de
su destino o entrega, incluyendo las escalas que se realicen durante el trayecto", lo cual se
concreta desde el preciso momento en que los animales son cargados en algo que los recibe
(que los carga) y los conduce de un lugar a otro, de manera que, si se llevan en tropilla, se
arrean, pero no son "'cargados" al medio de transporte, la sustracción sólo quedará en los
límites de la figura básica, siempre que la acción haya sido desplegada dentro del
establecimiento rural.
Agravante. Párrafo 2 art. 167 ter.

'"Si el abigeato fuere de cinco o más cabezas de ganado mayor o menor y se utilizare un medio
motorizado para su transporte". Para que opere la agravante el apoderamiento debe recaer
sobre cinco o más cabezas de ganado, en el mismo contexto de la acción típica, y que se utilice
para su transporte un medio motorizado. Se trata, como puede apreciarse, de un tipo mixto
complejo, de varios actos~ que requiere para su consumación una pluralidad de acciones
(apoderamiento y transporte motorizado). Apoderamiento sin transporte conduce a la figura
simple (p. ej., el arreo de los animales). El transporte, en este supuesto, perfecciona la
consumación del tipo agravado. El medio motorizado no es el "medio" para consumar el
apoderamiento sino, simplemente, el medio de transporte.

Hiper agravantes

ARTICULO 167 quater.- Se aplicará reclusión o prisión de CUATRO (4) a DIEZ (10) años cuando
en el abigeato concurriere alguna de las siguientes circunstancias:

1.- El apoderamiento se realizare en las condiciones previstas en el artículo 164.

2.- Se alteraren, suprimieren o falsificaren marcas o señales utilizadas para la identificación


del animal.

3.- Se falsificaren o se utilizaren certificados de adquisición, guías de tránsito, boletos de


marca o señal, o documentación equivalente, falsos.

4.- Participare en el hecho una persona que se dedique a la crianza, cuidado, faena,
elaboración, comercialización o transporte de ganado o de productos o subproductos de
origen animal.

5.- Participare en el hecho un funcionario público quien, violando los deberes a su cargo o
abusando de sus funciones, facilitare directa o indirectamente su comisión.

6.- Participaren en el hecho TRES (3) o más personas.

 Inc. 1: el abigeato se agrava si se lo comete con fuerza en las cosas o con violencia física
en las personas, sea que la violencia tenga lugar antes del abigeato para facilitarlo, en
el acto de cometerlo o después de cometido, para procurar su impunidad. Sólo queda
por destacar que, si el abigeato se cometiere empleando un arma de fuego, es de
aplicación la agravante genérica prevista en el art. 41 bis del Cód. Penal y no la
agravante específica del robo con armas del art. 166, inc. 2º, por cuanto-como antes se
dijo---no son aplicables al abigeato las agravantes del hurto ni del robo.
 Inc. 2: La marca y la señal en el ganado sirven no solamente para identificar al animal
sino también a su propietari.9, que las tiene registradas en los organismos respectivos.
 Inc. 3: Se trata de una hipótesis de mayor penalidad fundada en la mayor gravedad del
injusto al violarse dos bienes jurídicos: la propiedad del ganado y la fe pública que
merecen los documentos falsificados o usados en el proceso de transporte y
comercialización del ganado. estas conductas deben cometerse para consumar el
abigeato. Ello implica que el autor de la falsificación no necesariamente debe ser el
autor del abigeato, pues bien puede tratarse de un tercero ajeno a los actos de
apoderamiento~ circunstancia que podría conducir, cuando es la misma persona el
sujeto activo de ambas conductas ilícitas, a la existencia de un concurso real de delitos.
El autor del delito debe falsificar o utilizar ciertos y determinados documentos que son
material o ideológicamente falsos y que tienen relación con el proceso de
comercialización o tránsito del ganado.
 Inc. 4: Se trata de una figura especial que exige una determinada condición o cualidad
de la persona participante en el abigeato, pues la mayor penalidad no alcanza a
cualquiera que haya i11tervenido en el hecho delictivo, sino a una determinada
categoría de sujetos, como son los que se dedican a la crianza cuidado, faena,
elaboración, comercialización o transporte de ganado o de productos o subproductos
de origen animal. La agravante comprende cualquier grado de participación en el
abigeato (autoría, complicidad primaria o secundaria e instigadores)., es decir, abarca
tanto a quienes, en sentido general, han tomado parte en la ejecución del hecho como
a aquellos que han prestado una contribución, cooperación o ayuda a éste. Quedan
fuera de la tipicidad agravada los encubridores, porgue no participan del delito.
Tratándose la cua1ificación normativa en un elemento del tipo agravado, la condición
de autoría deberá ser objeto de comprobación en el caso judicial.
 Inc. 5: La agravante exige la concurrencia de varias condiciones: la participación de un
sujeto que reúna la calidad de funcionario público, que al momento de la realización
del hecho delictivo se encuentre en el ejercicio de su actividad funcional (sólo puede
violar los deberes atinentes al cargo o abusar de sus funciones quien se encuentra en
el ejercicio activo de la función pública) y que con su participación, haya facilitado de
manera directa o indirecta la comisión del hecho. De no reunirse cualquiera de estas
condiciones, el tipo se desplaza a la figura básica.
 Inc. 6: El tipo exige la participación en el hecho de tres o más personas. La
inimputabilidad de alguno de los participantes no excluye la agravante, siempre que
uno de ellos tenga capacidad de culpabilidad. Si en el abigeato interviniere un menor
de dieciocho años, resultará de aplicación el art. 41 quáter del Cód. Penal, cuyo texto
incrementa la escala penal del delito en un tercio del mínimo y del máximo para los
mayores que hubieren participado en él.

Incremento de penas por la calidad del autor

ARTICULO 167 quinque.- En caso de condena por un delito previsto en este Capítulo, el
culpable, si fuere funcionario público o reuniere las condiciones personales descriptas en el
artículo 167 quater inciso 4, sufrirá, además, inhabilitación especial por el doble del tiempo
de la condena.

En todos los casos antes previstos también se impondrá conjuntamente una multa
equivalente de DOS (2) a DIEZ (10) veces del valor del ganado sustraído".

El art. 167 quinque establece, juntamente con la pena privativa de libertad, la aplicación de 1a
pena de inhabilitación especial por el doble del tiempo de la condena, si el culpable fuere
"'funcionario público o reuniere las condiciones personales descriptas en el art. 167 quáter, inc.
4º". Esta especie de pena conjunta sólo es aplicable para el autor que, reuniendo alguna de las
calidades establecidas en la norma (funcionario público o persona dedicada a la crianza,
cuidado, faena,. elaboración, comercialización, transporte de ganado, de productos o de
subproductos de origen animal), fuere condenado por un delito de los que están previstos en
el Capítulo II bis del Título VI del Código Penal. El último párrafo del artículo establece que,
además de la pena de inhabilitación especial, se aplicará una pena de multa al culpable
equivalente de dos a diez veces del valor del ganado sustraído. Esta especie de pena abarca
únicamente los delitos previstos en el Capítulo II bis (en todos los casos "antes previstos", dice
la ley), no así a los otros delitos. incorporados por la nueva legislación que también tienen
relación con el abigeato, por ejemplo, los supuestos comprendidos en los arts. 248 bis, 277 bis,
277 ter y 293 bis.

Extorsión

ARTICULO 168. - Será reprimido con reclusión o prisión de cinco a diez años, el que con
intimidación o simulando autoridad pública o falsa orden de la misma, obligue a otro a
entregar, enviar, depositar o poner a su disposición o a la de un tercero, cosas, dinero o
documentos que produzcan efectos jurídicos.

Incurrirá en la misma pena el que por los mismos medios o con violencia, obligue a otro a
suscribir o destruir documentos de obligación o de crédito.
La acción típica consiste en obligar a otro, esto es, compeler, exigir, hacer cumplir una cosa o un
mandato. La conducta no consiste en intimidar a la víctima sino en ~'obligar" a ésta, a través de
los medios típicos, a realizar una prestación con significado patrimonial.

La intimidación, la simulación de autoridad pública o la simulación de falsa orden de autoridad


pública son los "medios~' de que se vale el autor para compeler a la víctima y lograr, de esa
manera, la prestación deseada. La intimidación consiste en infundir temor en la víctima. Esa
intimidación debe ser idónea para atemorizar, que tenga aptitud suficiente para crear en la
víctima ese estado de miedo que la obliga a realizar la prestación exigida por el autor. Y
además, debe ser ilegítima. Lo característico de la intimidación es que coloca a la víctima ante
un dilema: se somete a las exigencias del autor o afronta el riesgo de que se produzca el daño
anunciado. Cualquiera que sea la opción que en el caso se elija, siempre lo será mediante una
voluntad viciada por la coerción, pues no habrá podido elegirse libremente. En cualquier
hipótesis, el daño amenazado tiene que ser "futuro. La simulación de autoridad pública
consiste en fingir o aparentar un8. calidad funcional que no se posee. En la simulación de falsa
orden de autoridad pública, el autor finge la existencia de una orden (mandato o prohibición)
que proviene de una autoridad pública. A diferencia del supuesto anterior, en el cual la
autoridad pública no debe existir, en éste la autoridad pública puede existir pero, no obstante
ello, la orden debe ser falsa, ya sea porque la autoridad pública no es verdadera (no existe), o
bien porque, existiendo, la orden invocada no corresponde a su competencia funcional.

Todo acto extorsivo presupone una víctima a quien se le impone una serie de actos que son
realizados, precisamente, por la influencia de aquella actitud compulsiva y que, según la ley,
pueden consistir en entregar, enviar, depositar o poner a su disposición o la de un tercero.

Los objetos sobre los que recae la extorsión son las cosas, el dinero y los documentos que
produzcan efectos jurídicos.

Sujeto activo del delito puede ser cualquier persona, incluso un funcionario público_ Sujeto
pasivo también puede ser cualquier persona. Es un delito doloso, reclamando únicamente el
dolo directo, y -por tratarse de un delito de resultado-, se consuma con el perjuicio
patrimonial .causado a la víctima. La consumación no implica necesariamente el logro de
provecho alguno por parte del autor o de un tercero, ni que la cosa haya llegado a su poder. La
tentativa es admisible.

Extorsión de documentos. Mismo artículo párrafo segundo.

La diferencia con el tipo básico reside en dos circunstancias: en el empleo de violencia como
medio para cometer el ilícito (además de los medios comunes exigidos por el tipo básico) y en
los actos exigidos a la víctima, esto es, la suscripción o la destrucción de documentos de oh
ligación o de crédito.

La violencia exigida es la violencia física. La misma que estudiamos en el robo. En esta


hipótesis, el autor obliga a la víctima a suscribir o destruir un documento de obligación o de
crédito. Se "suscribe' un documento cuando se lo firma, de modo que puede ser jurídicamente
exigible. Se "destruye" un docun1ento cuando se lo hace cesar en su existencia material,
rompiéndolo, quemándolo, borrando sus partes esenciales, haciéndolo desaparecer, etcétera.
El documento de obligación o de crédito es el objeto del delito. Ese mismo puede ser público o
privado.
Respecto del momento consumativo, hay que hacer una distinción: si se trata de la acción de
destruir un documento, el delito se consuma cuando la destrucción se ha producido. Si se trata,
en cambio, de la acción de suscribir un documento, la consumación se realiza cuando el
documento ha salido del poder del firmante, ya que sólo entonces surge el peligro de
vulneración del bien jurídico protegido. En ambos casos, la tentativa es posible.

Extorsión mediante amenazas al honor o de violación de secretos

ARTICULO 169. - Será reprimido con prisión o reclusión de tres a ocho años, el que, por
amenaza de imputaciones contra el honor o de violación de secretos, cometiere alguno de
los hechos expresados en el artículo precedente.

El precepto tipifica la clásica figura conocida como “chantaje”. La diferencia con la figura básica
de extorsión reside sólo en el medio empleado por el autor: en este caso se emplean amenazas
de imputaciones contra el honor o de revelación de secretos. Lo que importa es que exista una
"imputación (poner a cargo o en cabeza de alguien una cosa), aunque no precisa que sea
circunstanciada. La amenaza puede asumir variadas formas, a saber, verbal, escrita, etc.

Secuestro extorsivo

ARTICULO 170. - Se impondrá reclusión o prisión de cinco (5) a quince (15) años, al que
sustrajere, retuviere u ocultare a una persona para sacar rescate. Si el autor lograre su
propósito, el mínimo de la pena se elevará a ocho (8) años.

La pena será de diez (10) a veinticinco (25) años de prisión o reclusión:

1. Si la víctima fuese una mujer embarazada; un menor de dieciocho (18) años de edad o un
mayor de setenta (70) años de edad.

2. Si el hecho se cometiere en la persona de un ascendiente; de un hermano; del cónyuge o


conviviente; o de otro individuo a quien se deba respeto particular.

3. Si se causare a la víctima lesiones graves o gravísimas.

4. Cuando la víctima sea una persona discapacitada; enferma; o que no pueda valerse por sí
misma.

5. Cuando el agente sea funcionario o empleado público; o pertenezca o haya pertenecido a


alguna fuerza de seguridad u organismo de inteligencia del Estado.

6. Cuando participaran en el hecho tres (3) o más personas.

La pena será de quince (15) a veinticinco (25) años de prisión o reclusión si del hecho
resultare la muerte de la persona ofendida, como consecuencia no querida por el autor.

La pena será de prisión o reclusión perpetua si se causara intencionalmente la muerte de la


persona ofendida.
La pena del partícipe que, desvinculándose de los otros, se esforzare de modo que la víctima
recupere la libertad, sin que tal resultado fuese la consecuencia del pago del precio de la
libertad, se reducirá de un tercio a la mitad.

El secuestro extorsivo es un delito pJuriofensivo que se caracteriza, precisamente, por- una


ofensa al patrimonio a través de un atentado a la libertad individual. Se trata de una figura de
peligro para el derecho de propiedad, de carácter permanente, cuya materialidad perdura en el
tiempo, mientras se mantiene la situación de privación de libertad del sujeto pasivo. Puede ser
sujeto activo o pasivo cualquier persona.

La "acción" material del delito consiste en sustraer, retener u ocultar a una persona para
obtener un rescate. Sustraer quiere decir tanto apartar a Ja persona del sitio en donde se
hallaba como sacarla o separar1a de la esfera de custodia en la que se encontraba. Retener
significa mantener a la persona fuera de esa esfera de custodia. La retención presupone la
sustracción del sujeto por parte de otra persona y su retención por parte de quien la ha
recibido. Ocultar significa esconder a la víctima. El ocultamiento presupone siempre la
retención, pero no necesariamente es así a la inversa. Pero, en todos los casos concurre una
privación ilegítima de la libertad. Subjetivamente, el precepto exige que el secuestro se
materialice para sacar rescate~ esto es, obtener un precio (dinero u otra prestación económica)
por la libertad del secuestrado. El tipo se satisface con la sola finalidad del agente de lograr el
rescate esperado, aunque esté destinado a un tercero. Por lo tanto, se trata de un tipo
subjetivamente configurado que requiere, independientemente del dolo propio del delito, de
un elemento subjetivo específico de índole tendencial o finalista (que se añade a aquél),
habiéndose reconocido doctrinalmente que, según cuál sea el actuar del agente que persigue
la finalidad típica, se tratará de un tipo mutilado de dos actos (si es el propio sujeto activo
quien pretende obtener el rescate) o de un delito de resultado cortado (si es un tercero el que
persigue dicha finalidad) (Polaina Navarrete). Por lo tanto, el delito es compatible sólo con el
dolo directo, y se consuma con el secuestro de la persona, independientemente de que se
logre o no el rescate. La obtención del rescate~ desplaza la figura básica al tipo agravado
previsto en la segunda parte del art. 170. La tentativa resulta admisible en todas las formas
típicas.

Agravantes

La pena se eleva a ocho años si el autor lograre su propósito, vale decir, el rescate, el "precio de
la libertad" del secuestrado. Repite el texto del art. 142 bis, salvo que este último artículo
incluyo en la agravante a los miembros de las fuerzas armadas, cosa que no sucede en el art.
170.

Atenuante

El párr. 6º del art. 170 reduce la pena del participe de un tercio a la mitad cuando,
"desvinculándose de los otros, se esforzare de modo que la víctima recupere la libertad, sin
que tal resultado fuese la consecuencia del pago del precio de la libertad". Se trata de buscar
con ello una solución "normativa" para aquellos que tienen cierta intervención en el secuestro
(sólo los partícipes), instándolos-precio mediante de una mejora en su situación penal- a
prestar una colaboración activa en la liberación de la persona secuestrada.

Con arreglo al texto legal, la norma solo beneficia a PARTÍCIPES del delito. Dicho beneficio se
encuentra condicionado a que las personas “delatadas” tengan una responsabilidad mayor en
el hecho que la del aportante de la información. El informante se debe “desvincular de otros”.
En conclusión, la reducción de la pena sólo tiene operatividad si la víctima ha recuperado su
libertad como consecuencia del accionar del arrepentido. De otro modo, aun cuando el
informante se haya "esforzado" en brindar la información precisa requerida por la autoridad,
pero no se lograse la liberación de la persona secuestrada, la acción de aquél carecería de todo
efecto beneficiante.

Sustracción de cadáveres

ARTICULO 171. - Sufrirá prisión de dos a seis años, el que substrajere un cadáver para hacerse
pagar su devolución.

La acción material del delito está dadc1 por el verbo ~'sustraer'', que quiere decir tanto como
apoderarse, apropiarse~ quitar, tomar el cadáver del lugar en que se encuentre, etcétera. No es
indispensable que el agente conserve el cadáver de modo que pueda devolverlo; igualmente
incurre en el delito quien lo sustrajo con la finalidad típica y se deshizo de él por cualquier
motivo (p. ej., por las dificultades para guardarlo). El objeto de la sustracción obviamente tiene
que ser un cadáver, es decir, los restos de un cuerpo muerto de lo que en vida fue una persona
humana. Sujeto activo como pasivo puede ser cualquier persona. Se trata de una figura
especializada subjetivamente, teniendo en cuenta que la disposición de manera expresa exige
que la sustracción del cadáver lo sea para hacerse pagar su devolución. Cualquier otra finalidad
que no sea esa, excluye el delito. Por ende, es un tipo subjetivamente configurado, de los
llamados “intencionales de resultado cortado", sólo compatible con el dolo directo. Se
consuma con la mera sustracción del cadáver, siempre que el autor persiga el propósito de
hacerse pagar por su devolución. La sola sustracción sin que concurra el móvil subjetivo
previsto en la norma es atípica. La tentativa resulta admisible.

ESTAFA Y OTRAS DEFRAUDACIONES


ARTICULO 172. - Será reprimido con prisión de un mes a seis años, el que defraudare a otro
con nombre supuesto, calidad simulada, falsos títulos, influencia mentida, abuso de
confianza o aparentando bienes, crédito, comisión, empresa o negociación o valiéndose de
cualquier otro ardid o engaño.

La estafa es la acción de defraudar a otro mediante cualquier ardid o engaño, definición que
nos permite deducir que la ”acción" material del delito consiste en defraudar a otro, vale decir,
en emplear un fraude con una finalidad concreta y determinada: lograr de un tercero una
disposición patrimonial que se traduce, por lo general, en la obtención de un beneficio
indebido para el autor y en un perjuicio económico para la víctima o para un tercero. La
defraudación en suma, no es más que la causa de un perjuicio patrimonial injusto y el fraude es
el medio de que se vale el autor para conseguir ese resultado. La "defraudación" es la ofensa a
la propiedad que se traduce en una frustración de contenido pecuniario, vale decir, una
disposición de propiedad pecuniariamente perjudicial para la víctima o para un tercero.

Los elementos que deben concurrir para la configuración de la estafa, son: a) una conducta
engañosa, que constituye el elemento central del delito; b) el error de otra persona, causado
por el comportamiento engañoso; c) una disposición patrimonial que tiene su causa en el
error; d) un perjuicio económico para el sujeto pasivo o para un tercero, que es consecuencia
del acto de disposición.

El ardid y engaño
Estas son las únicas dos modalidades previstas en la ley para caracterizar la estafa. Los otros
medios que enuncia (enumeración meramente ejemplificativa) no son más que otros de los
tantos ardides o engaños de que puede valerse el autor para defraudar.

El engaño-al igual que el ardid-, es un elemento intelectual o inmaterial, cuya génesis se


produce en la psiquis del individuo. El "ardid" es un artificio empleado hábil y mañosamente
para el logro de alguna cosa; el «engaño", en cambio, es la falta de verdad en lo que se dice,
piensa o hace. Son dos formas distintas de suscitar un error mediante la modificación de la
verdad objetiva en forma parcial o total (Spolansky).

El fraude debe ser siempre mentiroso. El concepto de engaño ha dado lugar a dos
concepciones doctrinales: una restringida y otra abierta o amplia. Para la concepción amplia
habrá estafa cuando el en gaño sea lo suficientemente apto para producir el error y bel
perjuicio patrimonial en la víctima, aunque no vaya rodeado de maniobras objetivas o
maquinaciones exteriores. El Cód. Penal se ha decantado en el art. 172 por la tesis amplia,
adoptando una fórmula lo suficientemente abierta como para abarcar a todo tipo de fraude
"engañoso'' que pudiere quedar comprendido en la enumeración del art. 172.

La estafa es un delito de doble voluntad, en donde uno engaña y otro es engañado. No interesa
si el ardid es idóneo o no para defraudar, lo que importa para el delito es que el medio
empleado configure un medio engañoso y que ese medio engañoso haya causado los
resultados esperados por el autor. Si esta secuencia se ha logrado (ardid+ error+ disposición
patrimonial+ perjuicio), es porque el medio engañoso ha sido idóneo, y no sólo idóneo sino
efectivo. Una conducta puede ser una simple mentira respecto de un sujeto y puede ser
considerada como un ardid idóneo frente a otro. Para ello es preciso -como dijimos-observar
las circunstancias de] caso particular, comprendida la personalidad del sujeto pasivo. En cada
caso debe establecerse aquella idoneidad en relación a la mentalidad y condiciones personales
de las víctimas, pues lo que para una persona de cultura superior y de despierta mentalidad
puede resultar una burda mentira, para otros sin esas cualidades resulta un ardid eficiente e
idóneo (Spolansky).

La simple mentira

Poco importa -hemos dicho-- si el medio empleado por el autor ha consistido en ]a sola
afirmación de un hecho incierto -simple mentira- si fue acompañado o respaldado por actos o
hechos de cierta entidad objetiva, tendientes a crear un error en la víctima. Si la mentira ha
engañado al sujeto y éste ha dispuesto patrimonialmente en su perjuicio o en el de un tercero,
como consecuencia del obrar mentiroso del autor, entonces debemos concluir que la mentira
ha configurado un medio engañoso y, por lo tanto, ha sido idónea para perfeccionar la estafa.
No existen mentiras ardidosas en sí, sino con relación a quién se presenten. Si hay engaño, hay
estafa, cualquiera haya sido la entidad del fraude.

El error

El error es el conocimiento falso sobre algo. Se trata de un requisito no escrito en el tipo, pero
que es necesario al tipo. Es el elemento nuclear de la estafa. Si la conducta engañosa no
suscita( crea o refuerza) un error en la víctima, no es posible hablar de estafa. El error
representa, siempre, una representación equivocada de ]a realidad. El error es el eslabón o
nexo que une el ardid o el engaño con el perjuicio patrimonial. Es el componente que permite
caracterizar la estafa como un delito de doble tramo: el engaño debe suscitar el error y éste, a
su vez, producir como consecuencia un perjuicio económico a la víctima como derivación de un
acto dispositivo de propiedad. Sólo pueden padecer el error las personas que tengan el
discernimiento necesario para realizar un juicio crítico acerca de la verdad o falsedad de un
hecho. Carecen de esta aptitud los incapaces ( dementes, inconscientes, etc.) porque, al no
tener capacidad de discernimiento, no pueden ser engañados. El error debe ser "causado" en.
el otro por el autor. Tanto el sujeto activo como el pasivo deben ser personas físicas.

El acto de disposición

La dinámica de la estafa requiere, para su perfección, que a consecuencia del engaño y eJ


consiguiente error del sujeto pasivo, derive causalmente un acto de disposición patrimonial
(que es un acto positivo, omisivo o de tolerancia que produce, en forma directa e inmediata,
una disminución del patrimonio) lesivo para la víctima o para un tercero. El acto de disposición
-como tercer elemento de la estafa- debe ser la '"consecuencia" del error padecido por la
víctima y la "causa" del perjuicio patrimonial.

El perjuicio patrimonial

El perjuicio patrimonial es un elemento esencial del delito. Sin él, no existe defraudación. El
perjuicio siempre debe ser patrimonial (de significado económico), que implica la disminución
de un patrimonio. Como delito patrimonial que es, la estafa es un delito de daño efectivo y
como tal requiere, para su consumación, la producción de un perjuicio económico cierto y real,
no meramente hipotético o de posible concreción. Para su perfección no es necesario que el
autor se beneficie con la defraudación, ni que la lesión patrimonial vaya precedida de un ánimo
de lucro. Lo que interesa es el perjuicio o disminución del patrimonio ajeno y no el efectivo
aumento del propio. El monto de lo defraudado carece de relevancia a los fines de la
consumación del delito. Sólo puede tenerse en cuenta como dato relevante· a los fines de la
cuantificación de la pena. El perjuicio puede recaer sobre todo tipo de cosas y derechos, bienes
y créditos, incluso sobre las expectativas (o ganancias esperadas).

La estafa procesal

Se trata de una de las tantas modalidades de fraude previstas en la enunciación genérica del
art. 172, de manera que los principios generales allí explicados son aquí de aplicación.

Es una forma de fraude que se desarrolla en un proceso y quien padece el engaño es el juez
con competencia para dictar la resolución de la que deriva el perjuicio patrimonial para la parte
contraria o un tercero. Configura un caso de desdoblamiento entre la víctima del fraude y el
ofendido por el delito,-- en el que la víctima es el juez y el ofendido es la parte o el tercero
sobre quien recaen las consecuencias económicamente perjudiciales del fallo judicial EI sujeto
activo del delito, en principio, es el demandante. Sujeto pasivo pueden ser, el demandado o un
tercero. Sin embargo, en algunos supuestos también, el demandante puede ser sujeto pasivo,
por ej. cuando el ejecutado; el tercerista se pone de acuerdo para perjudicarlo. Toda estafa
procesal existe sólo cuando la parte se vale de elementos de prueba fraudulentos. No basta
afirmar con decir mentiras o falsedades en un escrito judicial, por más maliciosas o temerarias
que sean, sino que se requiere de elementos que tengan aptitud para engañar al juez y se los
introduzca en el proceso con esa finalidad. Negar el pago no es estafa~ pero sí lo es presentar
un falso recibo para que el juez, engañado, emita un fallo contrario a los intereses económicos
de la otra parte o de un tercero. La estafa procesal -como toda estafa- necesita del engaño, el
cual puede manifestarse de infinitas maneras, por e; - el uso de prueba documental falsificada,
el uso de documentos verdaderos pero fraudulenta y artificiosamente empleados, etc.

Los tipos de fraude del 172

1)Nombre simulado: Es el nombre fingido, el que no es el propio del autor; vale decir, aquella
simulación relativa a la identidad de la persona

2) Calidad simulada: La calidad es la condición o conjunto de condiciones que distinguen a una


persona, sea en cuanto a su estado, situación personal o familiar, condiciones jurídicas o
sociales, etc., por ej. simular el estado civil, la nacionalidad, alguna posición familiar, un cargo,
una función. En el caso que examinamos, el autor invoca como propia alguna de esas
condiciones, sabiendo que no las posee

3) Falsos títulos: Se trata de una variante del supuesto anterior. El título es una calidad que
habilita para determinadas funciones y que contiene ciertos honores. En este caso, el autor se
otorga un título o capacidad profesional que no posee.

4) Apariencia de comisión: La palabra '~comisión" hace referencia a un mandato, encargo o


representación, que el- autor da a un tercero.

5) Influencia mentida: La "influencia mentida" --entendida como el predominio moral,


ascendencia o poder, que una persona tiene respecto de otra-, en este caso es una influencia
inexistente, que se hace creer a la víctima para defraudarla.

6) Abuso de confianza: La "confianza"' es la seguridad que se tiene en una persona con


respecto a la cual se omiten los cuidados o precauciones habituales. Se trata de una confianza
que pudo haber sido creada por el autor o simplemente aprovechada la ya existente para
perfeccionar el delito.

7) Apariencia de bienes, crédito o empresa o negociación: La llamada "estafa de crédito",


entendida como toda alegación de datos o hechos falsos o la utilización de documentos
incompletos o inexactos que permitan a su autor aparentar solvencia suficiente para la
obtención, prórroga o modificación de un crédito, configura un supuesto de estafa en }a
modalidad de apariencia de bienes. Puede llevarse a cabo mediante bienes (a todas las cosas y
derechos que, en su conjunto, constituyen el patrimonio de una persona), crédito (es el
respaldo económico que el autor invoca o aparenta (finge) para obtener la prestación o el que
simula la obtención de un respaldo económico de terceros), empresa (está empleado en la
norma como sinónimo de organización económica) y negociación (debe ser entendida como
una operación de contenido económico, acá el autor finge la existencia de una operación de
carácter económico, por medio de la cual obtiene una ventaja indebida de otra persona
perjudicándola en su patrimonio, o aparenta negociación el que simula la existencia de una
transacción que se realiza o se va a realizar, o muestra características distintas de una
transacción que está en curso o se llevó a cabo.)

La estafa es un delito doloso, dedolo directo. No son admisibles las formas culposas ni el dolo
eventual. Es un delito material y de resultado, requiriendo para su consumación la producción
de un perjuicio en el patrimonio de la víctima o de un tercero.

Tipos especiales de estafa. Art. 173


ARTICULO 173.- Sin perjuicio de la disposición general del artículo precedente, se
considerarán casos especiales de defraudación y sufrirán la pena que él establece:

1. El que defraudare a otro en la substancia, calidad o cantidad de las cosas que le entregue
en virtud de contrato o de un título obligatorio;

Estafa en la sustancia, calidad o cantidad de las cosas: la acción típica consiste en defraudar a
otro en la entrega de una cosa en virtud de un contrato o un título obligatorio. La figura supone
siempre un autor que se encuentra obligado a dar en virtud de un contrato (arts. 957 y ss.
CCyCN) u Otro título obligatorio jurídicamente válido y entrega una cosa inferior en sustancia,
calidad o cantidad respecto de la que debió entregar. El ardid que despliega el autor debe
recaer sobre la sustancia de una cosa. a. Debe tratarse de un negocio jurídico válido, que
obligue a entregar la cosa, y de carácter oneroso. La cosa sobre la que recae el delito puede ser
mueble o inmueble (arts. 225 y ss. CCyCN). Se trata de un delito doloso, de dolo directo, que se
consuma con la entrega de la cosa y el pago del precio, siempre que dicha entrega haya
causado un perjuicio económico cierto y determinable en el patrimonio del sujeto pasivo. La
tentativa es admisible.

2. El que con perjuicio de otro se negare a restituir o no restituyere a su debido tiempo,


dinero, efectos o cualquier otra cosa mueble que se le haya dado en depósito, comisión,
administración u otro título que produzca obligación de entregar o devolver;

La materialidad del delito no reside en la negativa ni en la demora, sino en la apropiación de la


cosa, como si ésta fuese propia (animus rem sibi habendi). Apropiarse de una cosa afirma Ure
es establecer sobre ella relaciones equivalentes o análogas a las del propietario ( conducirse
como si fuese propietario), sin la intención de devolverla. En efecto, si el autor ha realizado
actos de dueño sobre la cosa que debía restituir, habrá cometido ciertamente el delito piles,
como bien dice Núñez, por regla la negativa a restituir la cosa significa apropiársela~ pero para
que el tipo se perfeccione es suficiente con la negativa o la demora, nada más. La expresión “el
que con perjuicio de otro”, no implica un elemento subjetivo del tipo, especial, distinto del
dolo, sino una frase sólo indicativa de que el delito es un tipo de defraudación, vale decir, que
requiere del perjuicio a la propiedad ajena para su consumación. El delito exige como
"presupuesto" la existencia de una relación, jurídica o de hecho, entre el autor de la retención
y el titular de la cosa. Para que pueda cometerse el delito, el autor debe haber "recibido" la
cosa de otra persona (es necesario que al autor se le haya dado la cosa, dice Núñez). La
transferencia de la cosa debe producirse a título de tenencia, no de dominio o propiedad, por
ejemplo, venta, permuta, donación, etc., ya que siempre debe generar la obligación de
entregarla o devolverla. Los objetos del delito, son las cosas muebles, el dinero y los efectos.
Sujeto activo sólo puede ser quien recibió la cosa 1nueble ajena, en virtud de un título que
produzca la obligación de entregar o devolver. Sujeto pasivo sólo puede ser el propietario de la
cosa indebidamente retenida. Se trata de un tipo doloso, de dolo directo. No se requiere de
ningún elemento subjetivo del injusto adicional distinto del dolo, y se consuma al producirse el
perjuicio ajeno (de otro, dice la ley), sea en el patrimonio de la víctima o de un tercero. El daño
debe ser efectivo (no meramente potencial) y de contenido patrimonial. La tentativa no parece
admisible.

3. El que defraudare, haciendo suscribir con engaño algún documento;

El delito no consiste en el mero hecho de hacerse suscribir por otro, mediante engaño, algún
documento, sino en defraudar a otro a través de ese engallo, vale decir, en causarle un daño
real, de naturaleza patrimonial. Vale decir, que el tipo requiere una conducta engañosa que
induce a otra persona a suscribir (firmar) un documento, de lo cual deriva un perjuicio
patrimonial para el sujeto pasivo. Debe darse una relación causal entre la conducta del sujeto
activo (que debe emplear engaño) y el perjuicio provocado a la víctima (que es quien suscribe
el documento). El error se vincula· directamente con la esencia del documento, que debe ser
de naturaleza tal que pueda producir efectos jurídicos en el orden patrimonial. El objeto del
delito es un documento, que puede ser de cualquier naturaleza. Se trata de un delito doloso,
resultando admisible sólo el dolo directo. Se consuma con e1 perjuicio para el patrimonio del
sujeto pasivo. La tentativa es admisible.

4. El que cometiere alguna defraudación abusando de firma en blanco, extendiendo con ella
algún documento en perjuicio del mismo que la dio o de tercero;

La particularidad reside en el abuso de una firma otorgada en blanco. El abuso implica el uso
indebido del mandato dado por el otorgante para extender sobre el documento un texto
escrito según sus propias instrucciones. Si el autor excede este marco, escribiendo sobre el
papel un texto distinto en perjuicio del otorgante, el abuso es delictivo. No se trata. entonces,
de una mera discrepancia entre lo que se encomendó hacer y lo que realmente se hizo sino en
lo que se hizo más allá de los límites del mandato. El documento debe haberse entregado
voluntariamente para extender sobre él la escritura. Un documento es otorgado en blanco si se
lo entrega sin escritura alguna o con espacios en blanco para ser llenados, con la sola firma del
signatario y para que sobre él se extienda un texto. El deli.to en examen configura un tipo
doloso, que sólo ·puede cometerse por dolo directo. Por tratarse de un caso de estafa, el
momento consumativo debe coincidir con el momento del perjuicio patrimonial efectivo y real
producido en la propiedad del firmante o de un tercero.

5. El dueño de una cosa mueble que la sustrajere de quien la tenga legítimamente en su


poder, con perjuicio del mismo o de tercero;

El tipo penal no representa, propiamente, ni un caso de hurto ni un caso de estafa. En realidad,


como dice Núñez, se podría tratar de una especie de defraudación, ya que su esencia radica en
que el propietario de la cosa, al sustraerla del poder de su legítimo tenedor, frustra la
efectividad de la seguridad o garantía que éste espera en virtud de la tenencia de la cosa. Con
arreglo al texto legal, es presupuesto del delito que la cosa sea tenida por un tercero por un
título legítimo y el propietario o dueño sea el autor de la sustracción. Sujeto activo sólo puede
ser el dueño de la totalidad de la cosa (delito especial propio). Sujeto pasivo es quien tiene
legítimamente en su poder la cosa sustraída. El objeto del delito es una cosa mueble, en el
sentido de cosa susceptible de ser trasladada de un lugar a otro, sea que se mueva por sí
misma o por una fuerza externa, sea que pueda ser separada de otra cosa a la que está unida.
Se trata de un delito doloso que admite únicamente el -dolo directo, y se consuma con el
perjuicio efectivo en el acervo patrimonial del sujeto pasivo (con perjuicio del mismo o de un
tercero, dice el texto legal). El perjuicio se determina por el desplazamiento
(desapoderamiento) de la cosa del poder del legítimo tenedor al del autor. El delito es de daño
efectivo, por tanto resulta admisible la tentativa.

6. El que otorgare en perjuicio de otro, un contrato simulado o falsos recibidos;

El delito consiste en otorgar (suscribir) un contrato simulado o un falso recibo, en perjuicio de


otro. Se trata de un caso de codelincuencia, en el que dos personas fingen un acto ( el contrato
o el recibo) para perjudicar a otra. . La simulación es el medio engañoso empleado para
perjudicar económicamente a otra persona. Un contrato es simulado cuando aparenta un acto
jurídico que no es real o no es el verdadero. El recibo es falso cuando contiene una constancia
de la entrega de algo ( cosas, valores o dinero) que no responde a la realidad. Subjetivamente
sólo resulta admisible el dolo directo, y se consuma con la producción del perjuicio. El
momento consumativo coincide con el otorgamiento del contrato o falso recibo, siempre y
cuando éstos tengan carácter dispositivo (p. ej., el otorgamiento de una escritura traslativa del
dominio, la entrega del recibo liberador de una deuda). Si no tienen este carácter (sólo crean
una obligación), la consumación requiere el uso exitoso de ellos. La tentativa aparece como
admisible.

7. El que, por disposición de la ley, de la autoridad o por un acto jurídico, tuviera a su cargo el
manejo, la administración o el cuidado de bienes o intereses pecuniarios ajenos, y con el fin
de procurar para sí o para un tercero un lucro indebido o para causar daño, violando sus
deberes perjudicare los intereses confiados u obligare abusivamente al titular de éstos;

El precepto legal describe las clases de acciones punibles, denominadas respectivamente "tipo
de abuso" y "tipo de infidelidad''.· Ambas modalidades requieren que el autor haya violado los
deberes de fidelidad puestos por las obligaciones asumidas.

1) Tipo de abuso: El abuso defraudatorio exige que el autor se exceda, se extralimite, en el


ejercicio del cargo encomendado, de modo que comprometa los intereses confiados más allá
de lo normal, necesario y tolerable en relación con el movimiento económico-financiero de su
gestión. El autor, en el ~nodo abusivo, obra 'violando sus deberes", es decir, apartándose
intencionalmente de ellos para obtener un lucro indebido o para causar daño. Ejemplo: el
abuso del mandato al reconocer una deuda inexistente.

2) Tipo de infidelidad: El deber de fidelidad constituye una obligación que se manifiesta en el


marco de la relación interna entre quien tiene a su cargo la tutela de los bienes ajenos y el
titular del patrimonio. La acción de quebrantamiento de la fidelidad se define por el verbo
"perjudicar". que significa ,provocar un deterioro patrimonial, efectivo, en los bienes o
intereses pecuniarios manejados, administrados o cuidados, por el sujeto activo. Ejemplos: la
destrucción o abandono de los bienes que deben protegerse.

Sujeto activo sólo puede ser la persona a quien se le ha confiado el manejo, la administración o
el cuidado de bienes e intereses pecuniarios ajenos, sea por disposición de la ley, de la
autoridad o por un acto jurídico. Sujeto pasivo es el titular del patrimonio cuya administración
tiene a su cargo el autor. El tipo penal requiere la causación de un perjuicio a los intereses
patrimoniales confiados, que debe ser real, concreto y efectivo y de contenido económico. Se
trata de un delito doloso, que admite sólo el dolo directo, exigiendo que el agente actúe con fin
de lucro o con el propósito de causar un daño. El “fin de lucro" reside en el propósito de lograr
una ventaja o provecho de contenido económico. Basta con la finalidad, sin que sea necesario
que el logro se concrete. La "finalidad de causar daño" debe circunscribirse a los bienes o
intereses confiados, no a otros. Por tratarse de un delito de resultado material, se consuma con
la producción del perjuicio para el patrimonio del sujeto pasivo. La tentativa es admisible.

8. El que cometiere defraudación, substituyendo, ocultando o mutilando algún proceso,


expediente, documento u otro papel importante;

El acto de disposición perjudicial para la propiedad ajena se produce como directa derivación
de la sustitución, supresión o mutilación de los documentos mencionados en el precepto legal,
y deben conducir hacia un acto dispositivo consecuente que realiza el sujeto pasivo en
perjuicio de un tercero. Se puede cometer por acción o por omisión (impropia). Sustituye el
que cambia o reemplaza una cosa por otra de distinto significado; oculta el que la esconde o
hace desaparecer, y mutila el que quita, arranca, separa, altera o destruye, total o
parcialmente, esa cosa. En todos los casos debe tratarse de un elemento de valor probatorio y
con significado patrimonial. El delito tiene la estructura propia de los tipos penales abiertos.
Los medios empleados por el autor de la defraudación deben tener por destino un PROCESO
(conjunto de actuaciones de naturaleza judicial), un EXPEDIENTE (también conjunto de
actuaciones concernientes a un asunto que tramita en la misma sede en que se desarrolla un
proceso), un DOCUMENTO (pieza escrita y firmada por una o varias personas) y OTRO PAPEL
IMPORTANTE (hace referencia a cualquier otro papel productivo de efectos jurídicos
patrimoniales). El delito requiere sólo dolo directo, sin que deba necesariamente concurrir
algún elemento subjetivo especial. Se consuma con la producción del perjuicio que deriva de
las conductas típicas lesivas para la propiedad ajena. No es suficiente la mera supresión de la
prueba; es necesario el perjuicio patrimonial El delito es material, de resultado y admite la
tentativa.

9. El que vendiere o gravare como bienes libres, los que fueren litigiosos o estuvieren
embargados o gravados; y el que vendiere, gravare o arrendare como propios, bienes ajenos;

El llamado estelionato. El delito -que es una forma de estafa- puede cometerse de dos maneras
posibles: vendiendo o gravando como bienes libres los que fueren litigiosos o estuvieran
gravados o embargados, y vendiendo, gravando o arrendando como propios bienes ajenos.
Precisamente, e] engaño en esta forma de estafa reside en invocar una condición relativa al
bien ( como «libre" o como "propio") que no la posee.

VENTA: cuando "un~ de las partes se obligue a transferir ]a propiedad de una cosa, y la otra a
pagar un precio en dinero", y puede ser de muebles o de inmuebles (ART. 1123 CCyC).

GRAVAMEN: constitución de un derecho real de garantía sobre un bien, al cual afecta


(hipoteca, prenda, anticresis).

ARRIENDO: se formaliza cuando una persona se obliga a conceder a otra el uso o goce de un
bien por un precio determinado en dinero.

EL BIEN LITIGIOSO: es cuando esta sometido a una contienda judicial de cualquier naturaleza.

En cualquier caso, lo que la ley exige es que el bien sea litigioso, que esté embargado o
gravado, o que sea ajeno; el bien esta EMBARGADO cuando se encuentra afectado al pago de
un crédito. Esta GRAVADO cuando pesa sobre el un derecho real de garantía; es AJENO cuando
no pertenece, total o parcialmente, al autor.

El perjuicio defraudatorio se concreta en el momento en que el sujeto pasivo efectúa su


prestación: si se trata de venta, en el momento del pago del precio o de la transferencia de la
cosa; en el caso de arriendo, cuando se paga el precio pactado y, en el caso de gravamen,
cuando se realizó la prestación patrimonial que aquél aseguraba o, si ya estaba realizada,
cuando se lo constituyó. El estelionato es un delito doloso, que se comete con dolo directo, y
por tratarse de un delito de resultado material, se perfecciona con el perjuicio patrimonial para
la propiedad ajena; coincide el momento consumativo con la recepción de la prestación por
parte del autor, que le causa un perjuicio patrimonial al sujeto pasivo (p. ej., en la
compraventa, con el pago del precio). La tentativa resulta admisible.
10. El que defraudare, con pretexto de supuesta remuneración a los jueces u otros
empleados públicos;

En el contexto que demanda la acción típica, el engaño aparece, precisamente, en el momento


en que el autor alega fingidamente que debe efectuar una remuneración al juez o al empleado
público para obtener el acto esperado. La remuneración es el pago, recompensa, gratificación,
retribución o beneficio, de carácter patrimonial que el autor promete. Puede tratarse de dinero
o de otros bienes apreciables económicamente. Sujeto activo del delito puede ser cualquier
persona, incluso un funcionario público (ya que el funcionario también puede estafar en los
términos del art. 172); sujeto pasivo también puede ser cualquiera. Los destinatarios de la
supuesta remuneración deben ser un juez o un empleado público (juez entendido en sentido
amplio, por ejemplo los de jurisdicciones administrativas; por empleado público remitimos al
art. 77 del Cód. Penal, es decir, todo el que participa accidental o permanentemente del
ejercicio de funciones públicas, sea por elección popular o por nombramiento de autoridad
competente). Se trata de un delito doloso, que se consuma con la producción de un perjuicio
patrimonial, que se concreta con el acto de entrega de la remuneración al autor por parte del
sujeto pasivo. Por tratarse de un delito de resultado material, la tentativa es perfectamente
posible.

11. El que tornare imposible, incierto o litigioso el derecho sobre un bien o el cumplimiento,
en las condiciones pactadas, de una obligación referente al mismo, sea mediante cualquier
acto jurídico relativo al mismo bien, aunque no importe enajenación, sea removiéndolo,
reteniéndolo, ocultándolo o dañándolo, siempre que el derecho o la obligación hubieran sido
acordados a otro por un precio o como garantía;

El tipo penal exige, como presupuesto, la existencia de una relación jurídica entre el autor v la
víctima, a través de la cual se haya acordado un derecho sobre un bien, o la afectación del bien
a la garantía de una obligación en favor de ella, de carácter oneroso ( el autor debe recibir un
precio en dinero o su equivalente económico) y legítima ( que excluye todo ardid o engaño
inicial). Sujeto activo puede ser cualquier persona. Generalmente habrá de ser el deudor de la
obligación. Sujeto pasivo es el acreedor de la obligación, es decir, la persona beneficiaria del
acuerdo incumplido. El delito supone dos tiempos, dos etapas que necesariamente deben
concurrir: una~ constituye una relación jurídica lícita en la que se acuerda el derecho o la
obligación referente al bien; la otra-que es ilícita- se da con el acto desbaratador, mediante el
cual se otorga a otro un derecho mejor que el que tenía originariamente sobre el mismo bien.
Los dos pasos son necesarios para perfeccionar el delito. El carácter delictivo de la conducta se
pone de manifiesto a través del núcleo “tornar”, que significa mudar o transformar un derecho
de situación, estado o relación, vale decir, convertir en imposible, incierto o litigioso lo que en
un momento no lo era. El delito es doloso y no admite la forma culposa ni el dolo eventual. Se
consuma cuando el derecho acordado se ha tomado imposible, incierto o litigioso a través de
cualquiera de los medios enunciados en la norma. Por tratarse de un delito de resultado, la
tentativa es admisible.

12. El titular fiduciario, el administrador de fondos comunes de inversión o el dador de un


contrato de leasing, que en beneficio propio o de un tercero dispusiere, gravare o perjudicare
los bienes y de esta manera defraudare los derechos de los cocontratantes;

1) El delito del titular fiduciario: El delito exige como presupuesto la existencia de un contrato
de fideicomiso. Autor del delito sólo puede ser el titular fiduciario, que es la persona - física o
jurídica-- que recibe los bienes fideicomitidos. La materialidad del delito consiste en disponer
(vender, ceder, donar, etc.), gravar (por ej., someter el bien a un embargo, prenda, hipoteca,
etc.) o perjudicar ( dañar, ocultar, hacer desaparecer, destruir, etc.) los bienes recibidos en
fideicomiso. Los bienes pueden ser muebles (fungibles o no) o inmuebles. En el plano de la
culpabilidad, el tipo requiere un elemento subjetivo especial: que el titular fiduciario obre en
provecho propio o de un tercero. El beneficio perseguido debe ser de contenido económico. La
conducta sólo es compatible con el dolo directo, quedando excluidos el dolo eventual y
cualquier especie de culpa. Se trata de un delito de resultado material que se consuma cuando
se causa el perjuicio patrimonial a los cocontratantes.

2) El delito del administrador del fondo común de inversión: es un patrimonio integrado por
valores mobiliarios con oferta pública, materiales preciosos, divisas, instrumentos emitidos por
entidades financieras, dinero, etc., pertenecientes a diversas persona a las cuales se les
reconocen derechos de copropiedad representados por cuotas partes cartulares o escriturales.
Estos FCI carecen de personería jurídica. Sujeto activo es el administrador del FCI. Sujetos
pasivos son los "beneficiarios" o "copropietarios indivisos" (cuotapartistas). La conducta
prohibida por el tipo es la misma que la descripta para el delito del titular fiduciario.

3) El delito del dador de un contrato de leasing: El art. 1227 del CCyCN define el contrato de
leasing como aquel en que "'el dador conviene transferir al tomador la tenencia de un bien
cierto y determinado para su uso y goce, contra el pago de un canon y le confiere una opción
de compra por un precio". Sujeto activo es el dador del contrato. que es quien transfiere la
tenencia del bien para su uso y goce, mientras que sujeto pasivo es el tomador del contrato,
que es la persona que usa y goza de del bien determinado, paga el canon y ejerce la opción de
compra. El objeto del delito pueden serlas cosas muebles o inmuebles, marcas, patentes o
modelos industriales y software de propiedad del dador (art. 1228 CCyCN).

13. El que encontrándose autorizado para ejecutar extrajudicialmente un inmueble lo


ejecutara en perjuicio del deudor, a sabiendas de que el mismo no se encuentra en mora, o
maliciosamente omitiera cumplimentar los recaudos establecidos para la subasta mediante
dicho procedimiento especial;

El autor del delito es quien está autorizado a ejecutar extrajudicialmente el inmueble, por ej.:
el caso del acreedor hipotecario.
El delito presupone una ejecución hipotecaria extrajudicial en curso siendo suficiente para su
perfección que no se haya cumplido, a la hora de realizar la subasta pública del inmueble con
algunos de los recaudos legales antes mencionados. Se trata de un delito de simple omisión
(delito propio de omisión), de peligro, que se consuma con el incumplimiento de los recaudos
exigidos por la ley para la realización de la subasta. El tipo subjetivo no se agota con el dolo, la
norma exige que el autor haya obrado maliciosamente esto es, que haya tenido mala fe en su
accionar, mala fe que se traduce en un accionar dirigido a perjudicar económicamente al
deudor u obtener algún provecho patrimonial injusto. Es un delito de consumación anticipada,
pues lo que se trata de evitar es, precisamente, que se lleve a cabo el remate del inmueble
hipotecado al margen de las exigencias legales. Por lo tanto, se trata de un tipo de peligro, de
pura actividad, en que la subasta del inmueble es una consecuencia extratípica que deberá ser
tenida en cuenta sólo a los fines de la mensuración de la pena.

14. El tenedor de letras hipotecarias que en perjuicio del deudor o de terceros omitiera
consignar en el título los pagos recibidos.

El delito consiste, precisamente, en omitir consignar en el título los pagos recibidos. De manera
que la infracción sólo es concebible en los casos de letras hipotecarias sin cupones, ya que es
sólo en estos casos cuando el acreedor tiene la obligación de inscribir los pagos en el cuerpo de
la letra, así como el deudor tiene el derecho a reclamar que estos pagos sean consignados de
ese modo. Sujeto activo es el tenedor de la letra (acreedor hipotecario). Sujeto pasivo es el
deudor de la obligación~ que puede ser el propio emisor de la letra o el endosatario si fue
transmitida por endoso nominativo (art. 40). La infracción es dolosa de dolo directo, de
omisión propia y de resultado material que exige el perjuicio económico del sujeto pasivo.

15. El que defraudare mediante el uso de una tarjeta de compra, crédito o débito, cuando la
misma hubiere sido falsificada, adulterada, hurtada, robada, perdida u obtenida del legítimo
emisor mediante ardid o engaño, o mediante el uso no autorizado de sus datos, aunque lo
hiciere por medio de una operación automática.

El tipo objetivo en estas infracciones está construido -como en cualquier forma de estafa-sobre
la base de una misma acción típica: defraudar. En uno de los supuestos típicos, la acción
consiste en defraudar mediante el uso de una tarjeta cuando hubiese sido FALSIFICADA, en el
otro, defraudar mediante el uso no autorizado de los datos contenidos en la tarjeta

Con arreglo al texto legal, el autor del delito debe emplear en el proceso defraudatorio una
tarjeta de crédito, de compra o de débito. Sujetos. Estas modalidades de estafa son delitos de
titularidad indiferenciada; por lo tanto, sujeto activo puede ser cualquier persona; sujeto
pasivo, en cambio, puede ser el titular de la tarjeta, que es el portador del interés perjudicado
por el delito. El delito es doloso y no requiere de ningún elemento subjetivo adicional distinto
del dolo. Tratándose de un delito de resultado material, la consumación coincide con el
perjuicio patrimonial. La tentativa es perfectamente admisible.

16. El que defraudare a otro mediante cualquier técnica de manipulación informática que
altere el normal funcionamiento de un sistema informático o la transmisión de datos.

Al igual que en todas las formas de estafa, la acción típica consiste en "defraudar'' a otro, esto
es, causar en perjuicio de contenido patrimonial a otra persona. La diferencia con la estafa
tradicional reside en que el engaño y el error son reemplazados por el empleo de cualquier
técnica de manipulación informática, esto es, cualquier modificación del resultado de un
proceso automatizado de datos, sea que se produzca a través de la introducción de nuevos
datos o de la alteración de los existentes en el computador, en cualquier de las fases de su
procesamiento o tratamiento informático. Se trata de un tipo de acción, por lo que la acción
por omisión no parece posible.

Básicamente, la defraudación se produce por la sola circunstancia de usar el sujeto activo una
técnica de manipulación informática en perjuicio patrimonial de un tercero.

Al tratarse de una estafa, es necesario el perjuicio patrimonial del patrimonio del sujeto pasivo,
lo cual se producirá cuando se vea privado de un elemento integrante de su patrimonio por
obra de la acción delictiva, cuya disminución resulta evaluable económicamente.

Se trata de un delito doloso, que admite únicamente el dolo directo, y se consuma con el
perjuicio patrimonial- que resulta de la maniobra informática. Todo indica que, como en los
supuestos de estafas propias aquí también caben las formas imperfectas de ejecución.

ESTAFAS AGRAVADAS.
ARTICULO 174. - Sufrirá prisión de dos a seis años:

1º. El que para procurarse a sí mismo o procurar a otro un provecho ilegal en perjuicio de un
asegurador o de un dador de préstamo a la gruesa, incendiare o destruyere una cosa
asegurada o una nave asegurada o cuya carga o flete estén asegurados o sobre la cual se
haya efectuado un préstamo a la gruesa;

ESTAFA DE SEGURO: La ley describe un tipo de estafa, en la que el engaño inicial reside en la
propia destrucción de la cosa asegurada, pues con ello se provoca el error del asegurador quien
cree en la causación fortuita (siniestro) del hecho. Se trata de una hipótesis en la cual la acción
material (incendio o destrucción) coincide con la consumación típica, sin que sea necesario que
el autor intente el cobro del seguro. El "provecho" a que hace referencia la norma es el cobro
de la indemnización o prima por parte del asegurado, o la pérdida de la suma prestada por el
dador. El provecho es "ilegal" porque tiene su origen en un obrar doloso sobre una cosa cuyo
menoscabo sólo es imaginbable de manera incierta o fortuita. El "contrato de seguro" es el que
regula el art. 1 º de la Ley Nº 17418, mientras que el contrato de «préstamo a la gruesa" o a
riesgo marítimo, se concreta cuando "'una persona presta a otra, cierta cantidad sobre objetos
expuestos a riesgos marítimos, bajo la condición de que, pereciendo esos objetos, pierda el
dador la suma prestada, y llegando a buen puerto los objetos, devuelva el tomador la suma con
un premio estipulado". El artículo describe un delito de daño potencial (de peligro concreto) a
la propiedad ajena, configurando el perjuicio patrimonial del sujeto pasivo una secuela
extratípica que en nada influye en el tipo, salvo en las posibilidades de aumentar la pena de
acuerdo con los principios comunes (arts. 40 y 41, Cód. Penal). La tentativa resulta posible.

2º El que abusare de las necesidades, pasiones o inexperiencia de un menor o de un incapaz,


declarado o no declarado tal, para hacerle firmar un documento que importe cualquier
efecto jurídico, en daño de él o de otro, aunque el acto sea civilmente nulo;

EXPLOTACIÓN DE INCAPACES: La acción material del delito consiste en abusar ( explotar,


aprovechar, obtener una ventaja, etc.) de las necesidades, pasiones o inexperiencia del menor
o incapaz. El delito exige que el autor explote la situación de la víctima para hacerle firmar un
documento que importe cualquier efecto jurídico. Esto importa que el abuso tenga un
resultado: la firma del documento. El efecto jurídico del documento es un efecto de carácter
económico. Esto es así, por cuanto la ley exige que la firma del documento lo sea "en daño" de
la propia víctima o de un tercero. El daño debe ser de contenido patrimonial, pues sólo así
podría quedar afectada la propiedad. El delito se configura aunque el acto sea civilmente nulo.
Sujeto activo puede ser cualquier persona. Sujetos pasivos sólo pueden ser un '"menor" o un
"incapaz". El delito es doloso, de dolo directo, el cual abarca no sólo el conocimiento de la
situación de la víctima sino la finalidad de explotar esa situación ("para" hacerle firmar), aun
cuando la incapacidad no sea notoria o manifiesta. El tipo requiere un elemento subjetivo
especial, el "abuso" o explotación de la situación por la que atraviesa la víctima. La figura no
exige ánimo de lucro en el autor, aunque puede ser la finalidad perseguida. Es un delito de
peligro concreto que se consuma con la firma del documento, sin importar si el perjuicio se
produjo o no, aun cuando la destrucción del documento impida que el daño ocurra.

3º. El que defraudare usando de pesas o medidas falsas;

El delito importa la causación de un perjuicio patrimonial mediante fraude. El tipo exige una
"defraudación", vale decir, un obrar engañoso, que reside en el uso de las pesas o medidas
falsas, tendiente a suscitar un error en la víctima y del cual deriva un perjuicio de contenido
económico. Las pesas o medidas falsas son aquellas que no se corresponden con su exacto
peso o medida y que están destinadas a ser usadas en las operaciones normales de entrega de
cosas. El delito es doloso y el dolo abarca el conocimiento de la falsedad de las pesas o
medidas y la voluntad de usarlas en perjuicio ajeno. El delito se consuma con la producción del
perjuicio.

4º. El empresario o constructor de una obra cualquiera o el vendedor de materiales de


construcción que cometiere, en la ejecución de la obra o en la entrega de los materiales, un
acto fraudulento capaz de poner en peligro la seguridad de las personas, de los bienes o del
Estado;

El delito es una forma de estafa porque requiere la concurrencia de un actuar engañoso y de


un perjuicio econó1nico a la víctima. La acción material consiste en cometer un acto
fraudulento (usar fraude en los materiales de construcción) capaz de poner en peligro la
seguridad de las personas, de los bienes, o del Estado. El fraude se manifiesta como hemos
dicho, en la sustancia calidad o cantidad de los materiales empleados en la construcción de la
obra o en los que se han vendido para ser utilizados en la ejecución de ella. Sujeto activo sólo
pueden ser el empresario o el constructor de una obra o el vendedor de los materiales de
construcción. Sujeto pasivo, cuando el autor del delito es el empresario o constructor, es el
propietario de la obra; cuando es el vendedor de los materiales de construcción, sujetos
pasivos pueden ser el empresario o el propietario, según sobre quien haya recaído el perjuicio
económico. El acto fraudulento del autor, además de causar un daño patrimonial a la víctima,
debe poner en peligro la seguridad de personas y bienes en general. Se trata de un peligro
abstracto. Con respecto al Estado, el peligro es para su seguridad en su expansión territorial o
soberana, pero, a estar a las características de los tipos de defraudación, el daño patrimonial es
esencial al delito. Se consuma con la producción del perjuicio económico para la víctima.

5º. El que cometiere fraude en perjuicio de alguna administración pública.-

El delito se caracteriza porque-el fraude empleado por el autor se dirige a perjudicar el


patrimonio de una administración pública, siendo motivo razonable para agravar la pena la
calidad del sujeto pasivo. El delito consiste en cometer fraude, esto es, mediante una estafa o
un abuso de confianza, vale decir, valiéndose de la conducta descripta en el art. 172 o bien de
alguna de las defraudaciones previstas como abusos de confianza en el art. 173. Sujeto activo
puede ser cualquier persona, inclusive un empleado o un funcionario públicos. Sujeto pasivo es
la Administración Pública, expresión que abarca tanto al Estado nacional como al provincial y
municipal, y dentro de él a las entidades autónomas o autárquicas, en suma, a toda entidad
dotada de personalidad de derecho público. El objeto del delito son los bienes de pertenencia
de la Administración Pública. El perjuicio a estos debe ser de naturaleza patrimonial, quedando
excluida la infracción cuando el daño recae sobre otros intereses del Estado, por ejemplo, su
reputación o prestigio. El delito se consuma con la lesión al patrimonio del Estado

6°.- El que maliciosamente afectare el normal desenvolvimiento de un establecimiento o


explotación comercial, industrial, agropecuaria, minera o destinado a la prestación de
servicios; destruyere, dañare, hiciere desaparecer, ocultare o fraudulentamente disminuyere
el valor de materias primas, productos de cualquier naturaleza, máquinas, equipos u otros
bienes de capital.

En los casos de los tres incisos precedentes, el culpable, si fuere funcionario o empleado
público, sufrirá además inhabilitación especial perpetua.
El bien jurídico es la "propiedad", cuya devaluación en sentido económico se produce como
consecuencia de las conductas defraudatorias propias del vaciamiento empresarial. El delito de
vaciamiento de empresa es un tipo de abuso de confianza, que requiere como presupuesto la
existencia de una "empresa" cuyo "normal desenvolvimiento se afecta con posterioridad a su
constitución, mediante las conductas previstas en el tipo legal. La dinámica del delito requiere
la concurrencia de ciertos presupuestos que son previos a la acción: 1) la existencia de una
""empresa u organización empresarial"; 2) que esa unidad organizativa se encuentre
funcionando "normalmente", vale decir, que al momento de la realización de la acción típica se
encuentre desarrollando sus actividades en forma normal, de acuerdo al giro habitual de sus
negocios; y 3) la existencia de una "relación jurídica crediticia'' válidamente constituida entre el
deudor y el acreedor.

Las conductas que afectan materialmente los objetos protegidos o disminuyen su valor, se
pueden llevar a cabo a través de diversos medios: «destruir", “dañar", ''hacer desaparecer',
"ocultar'' o "fraudulentamente disminuir el valor" de n1aterias primas, productos de cualquier
naturaleza, máquinas, equipos u otros bienes de capital. Se trata de medíos materiales o físicos
(por ej. destruir o esconder la cosa) y jurídicos (transferencia dolosa a un tercero del derecho
sobre la cosa) que producen la disminución del valor del activo de la empresa, en suma de su
patrimonio como prenda común de los acreedores. El objeto del delito está constituido por la
empresa misma y por los bienes que integran el activo de la organización, pudiendo consistir
en bienes muebles o inmuebles, créditos, derechos o valores (bienes materiales e inmateriales)

Sujeto activo sólo puede ser quien represente algún nivel jerárquico en el ámbito de decisión o
disposición de la empresa (director, gerente, integrante del consejo de administración, etc.).
Sujeto pasivo es el acreedor de la empresa, quien es el titular del bien jurídico protegido. El
delito es doloso, de dolo directo, pero el tipo requiere, además, un obrar "malicioso" del autor.
Esto significa que el tipo exige un elemento subjetivo específico distinto del dolo, que
trasciende a él, y se concreta en la finalidad que el autor persigue con la acción: lograr el
resultado típico, esto es, la afectación del patrimonio de la empresa a través de los actos
descriptos en la norma. Su consumación coincide con el perjuicio económicamente evaluable
del patrimonio del acreedor, que se verifica en el preciso momento en que quedan frustradas
las expectativas patrimoniales frente al vaciamiento empresarial provocado por el autor. En
consecuencia, la tentativa resulta admisible, así como todas las formas de participación
criminal. El delito se agrava si el culpable fuera empleado o funcionario público, acumulando la
pena de inhabilitación especial perpetua a la de prisión que correspondiere.

ESTAFAS ATENUADAS

ARTICULO 175. - Será reprimido con multa de mil pesos a quince mil pesos:

1º. El que encontrare perdida una cosa que no le pertenezca o un tesoro y se apropiare la
cosa o la parte del tesoro correspondiente al propietario del suelo, sin observar las
prescripciones del Código Civil;

APROPIACIÓN DE COSA PERDIDA O TESORO: La acción delictiva consiste en la apropiación de la


cosa, que el autor ha encontrado perdida o a la parte de un tesoro que pertenece al
propietario del fundo, en ambos casos sin observar las prescripciones del CCyC. Objetos del
delito son: la cosa perdida y un tesoro. Cosa perdida es toda cosa mueble, con valor
económico, que ha salido involuntariamente de la tenencia del propietario o de quien la tenía,
sin que sepa dónde está o, sabiéndolo, no pueda llegar a ella (p. ej., si se encuentra en el fondo
del mar) y sin que otro se haya apoderado de ella. El "tesoro" está definido en el art. 1951 del
CCyC, como "toda cosa mueble de valor, sin dueño conocido, oculta en otra cosa-mueble o
inmueble". Lo punible es la acción de apropiarse de la parte del tesoro que corresponde al
propietario o poseedor del fundo. El descubrimiento debe ser, entonces, en un predio total o
parcialmente ajeno. El hallazgo de un tesoro en fundo propio es una forma de adquisición del
dominio (art. 1953, CCyCN).

El incumplimiento de las normas civiles no convierte, por sí, en autor del delito a quien ha
tomado Ja cosa. Lo que la ley castiga es el acto de "apropiación" de la cosa, vale decir, la actitud
inequívoca de conducirse como dueño de ella (animus rem sibi habendz} El sujeto, para ser
autor del delito, debe haber intervertido el título de su tenencia. La mera inobservancia de las
disposiciones del Código Civil sólo implica una sanción de tipo civil (p. ej., la pérdida de la
recompensa o de la compensación por los gastos). Pero, se comete el delito si el autor no
observa las prescripciones del Código civil. Sujeto activo del delito sólo puede ser el que se
"apropia" de la cosa perdida o del tesoro, no el que la encuentra o descubre. Sujeto pasivo es
el dueño de la cosa perdida o el propietario o poseedor, total o parcial, del fundo en donde fue
descubierto el tesoro. El delito es doloso y se consuma con la apropiación de la cosa perdida o
de la parte correspondiente del tesoro o con la retención de la cosa o el tesoro más allá del
tiempo en que normalmente se ha tenido oportunidad de proceder de acuerdo con las
prescripciones civiles, sin haber cumplido con las respectivas obligaciones. Tratándose de un
delito de resultado material, es posible la tentativa.

2º. El que se apropiare una cosa ajena, en cuya tenencia hubiere entrado a consecuencia de
un error o de un caso fortuito;

APROPIACIÓN DE UNA COSA HABIDA POR ERROR O CASO FORTUITO: El delito consiste, en la
"apropiación" de una cosa mueble ajena que previamente ya entró en el propio ámbito de
tenencia del autor. Aquí, el sujeto no va hacia la cosa y la toma, lo cual podría configurar un
hurto, sino que Ja cosa va hacia el sujeto e ingresa dentro del ámbito de su posesión. La causa
de la tenencia en este delito debe provenir de un error o de un caso fortuito. El delito es
doloso, siendo suficiente con el dolo eventual. Se consuma con ]a apropiación de la cosa. La
doctrina admite la posibilidad de la tentativa.

3º. El que vendiere la prenda sobre que prestó dinero o se la apropiare o dispusiere de ella,
sin las formalidades legales;

APROPIACIÓN DE PRENDA: El delito presupone, entre el sujeto activo y el pasivo, la existencia


de un contrato de prenda válido. El contrato de prenda implica una relación jurídica entre el
acreedor, q le hace el préstamo del dinero, y el deudor, que es el que entrega la cosa a aquél
como garantía de pago, con el compromiso de que, cumplida la obligación, la cosa le será
devuelta. El deudor sigue siendo siempre el propietario de la cosa. Si el deudor no cumple con
el pago de la deuda, el acreedor puede pedir la venta de la prenda en remate público con
citación del deudor. Vale decir que, el acreedor no puede apropiarse de la prenda ni disponer
de ella al margen de los procedimientos legales, y toda cláusula contractual que autorice tales
procedimientos es nula. Si el acreedor no sigue el procedimiento estatuido por la ley para
obtener su crédito y vende, se apropia o dispone de la prenda, comete el delito que estamos
analizando. La disposición se refiere a la prenda con desplazamiento. Con arreglo al texto legal,
entonces, las acciones típicas son: 1) vender la prenda, vale decir, transferirla a un tercero por
un precio; 2) apropiarse de la prenda, esto es, realizar actos de disposición a título de dueño; y
3) disponer de la prenda, es decir, darle un destino que le impide al deudor recuperarla. Estas
conductas son punibles en la medida en que se hubieran realizado sin observar las
disposiciones legales, es decir, sin que el acreedor hubiera recurrido a los medios y
procedimientos estatuidos por el derecho privado para hacer efectiva la garantía constituida en
el contrato de prenda. Sujeto activo ·del delito sólo puede ser el acreedor prendario. Sujeto
pasivo es el deudor de la obligación. El delito es doloso y se consuma con la realización de las
acciones previstas en el tipo, vale decir, con la venta de la prenda, su apropiación o la
disposición de ella. Tratándose de un delito de resultado material, la tentativa es posible

4º. El acreedor que a sabiendas exija o acepte de su deudor, a título de documento, crédito o
garantía por una obligación no vencida, un cheque o giro de fecha posterior o en blanco.-

DESNATURALIZACIÓN DEL CHEQUE:

El delito importa, en rigor, un abuso de carácter extorsivo, en el que el acreedor, prevaliéndose


de la situación de la víctima (deudor de la obligación), procura asegurarse su crédito con la
amenaza que constituye, para su libertad, la no atención del cheque cuando éste sea
presentado al cobro. Las acciones penadas por el tipo son las de exigir (demandar, ordenar,
requerir), o aceptar (recibir, tomar sin condiciones, etc.), del sujeto pasivo, a titulo de
documento, crédito o garantía, un cheque o giro de fecha posterior o en blanco por una
obligación no vencida.

Debe tratarse de un cheque válido y sólo es tal aquel que reúne las exigencias previstas en el
art. 2º de la Ley Nº 24452, esto es: 1) la denominación "cheque" inserta en su texto, en el
idioma empleado para su redacción; 2) un número de orden impreso en el cuerpo del cheque;
3) la indicación del lugar y de la fecha de creación; 4) el nombre de la entidad financiera girada
y el domicilio de pago; 5) la orden pura y simple de pagar una suma determinada de dinero,
expresada en letras y números, especificando la clase de moneda; cuando la cantidad escrita
en letras difiriese de la expresada en número, se estará por la primera; y 6) la firma del
librador; sólo podrán utilizarse sistemas electrónicos o de reproducción cuando expresamente
lo autorice el Banco Central de la República Argentina

Sujeto activo del delito es el acreedor, pues él es el titular del crédito. Sujeto pasivo es el
deudor de la obligación. Se trata de un delito doloso, de dolo directo. Se consuma con la -
recepción del documento por parte del acreedor. Tratándose de un delito instantáneo y de
peligro para la integridad del patrimonio del deudor, Ja tentativa no parece admisible.
USURA

ARTICULO 175 bis. - El que, aprovechando la necesidad, la ligereza o la inexperiencia de una


persona le hiciere dar o prometer, en cualquier forma, para sí o para otro, intereses u otras
ventajas pecuniarias evidentemente desproporcionadas con su prestación, u otorgar
recaudos o garantías de carácter extorsivo, será reprimido con prisión de uno a tres años y
con multa de pesos tres mil a pesos treinta mil.

La misma pena será aplicable al que a sabiendas adquiriere, transfiriere o hiciere valer un
crédito usurario.

La pena de prisión será de tres a seis años, y la multa de pesos quince mil a pesos ciento
cincuenta mil, si el autor fuere prestamista o comisionista usurario profesional o habitual.

Existen varias clases de usura: crediticia, real y socia1. Usura crediticia es aquella relacionada
únicamente con el préstamo de dinero ( contrato de mutuo). La usura real es aquella que se
vincula con cualquier negocio jurídico bilateral (compraventa, permuta, etc.). Comprende
cualquier finalidad económica y todo tipo de transacción, por ejemplo, sobre inmuebles o
salarios. La usura social es aquella que tiene en cuenta un interés de tipo colectivo,
macrosocial. El art. 175 bis sólo abarca la usura crediticia y la real.

El art. 175 bis, párr. 1 º contempla dos tipos distintos de usura: 1) El aprovechamiento de la
necesidad, ligereza o inexperiencia de otra persona. Acá la "acción" consiste en hacerse dar o
prometer, en cualquier forma para sí o para un tercero, intereses u otras ventajas pecuniarias
exorbitantes o desproporcionadas con la prestación. La figura exige un hacer por parte de
ambos sujetos. La expresión aprovechándose se integra a la acción típica, en el sentido de que
el sujeto activo debe conocer la situación en que se halla el sujeto pasivo y valerse de esa
situación para obtener una ganancia desmedida. En estos casos, el autor se aprovecha de
situaciones que ya existen; no las crea. Sin aprovechamiento, no hay delito. Por necesidad debe
entenderse toda situación de apremio, forzosa, que limita la libertad de elegir. Debe configurar
un verdadero infortunio, pero tampoco puede ser identificada con indigencia o pobreza. La
necesidad debe ser real y no imaginada por la víctima; de lo contrario, no se perfecciona el
delito. Quedan también fuera del tipo las operaciones especulativas o tendientes a lograr
buenos negocios, del mismo modo que el préstamo de dinero destinado a juegos de azar. Por
ligereza debe entenderse aquel obrar precipitado. La inexperiencia es la ignorancia o falta de
saber o advertimiento en materia de negocios o transacciones. Finalmente, el tipo exige que el
sujeto pasivo dé o prometa intereses u otras ventajas pecuniarias evidentemente
desproporcionadas con la prestación. La desproporción debe ser notoria, manifiesta, no
simplemente una falta de equivalencia entre lo que el usurero exige y lo que el deudor da o
promete. Debe además, ser exorbitante, carente de causa. Esta clase de usura se consuma con
el hacerse dar o prometer, aunque basta la simple promesa para que el delito quede
perfeccionado. El delito es instantáneo y de efectos permanentes.

2) La otra clase de usura contemplada en el art. 175 bis, párr. 1 º, consiste en el otorgamiento
de recaudos o garantías de carácter extorsivos. La '"acción" aquí es la misma que en el párrafo
anterior, sólo que en esta modalidad la diferencia reside en el carácter extorsivo de los
recaudos o garantías exigidos por el autor. Los "recaudos" o "garantías" son resguardos o
aseguramientos que toma el acreedor para, en caso de incumplimiento del deudor, contar con
una herramienta eficaz para coaccionarlo a que cumpla con la prestación (p. ej., la exigencia de
cheques en blanco). Lo que importa destacar en esta modalidad usuraria es que el tipo no
exige la desproporción en las prestaciones. Debe tratarse de un débito con ventajas pecuniarias
normales, pues lo que fundamenta el injusto típico es el carácter extorsivo que rodea a la
conducta y no la desproporción o exorbitancia de la prestación. El delito es doloso y se
consuma cuando el autor se hace otorgar los recaudos o garantías de carácter extorsivo

La usura excesiva

Está prevista en el art. 175 bis, párr. 2°, y consiste en la adquisición, transferencia o utilización
de un crédito usurario. Debe tratarse de un crédito usurario obtenido en la forma descripta en
el párr. 1 ° de la disposición, vale decir, a través de una usura de crédito o de una usura
extorsiva. Lo que hace el autor en esta modalidad es simplemente hacer circular (negociar) el
crédito obtenido en ]as condiciones originales. Sujeto activo puede ser cualquier persona, pero
debe ser una persona distinta al autor de la usura originaria. El delito se comete con la
adquisición (p. ej., compra), transferencia (p. ej., cesión, venta) o utilización (p. ej., hacer valer
el crédito judicialmente) del crédito, sea en forma onerosa o gratuita. Lo que importa es Ja
negociación de la usura principal. Subjetivamente, el tipo exige que el autor obre a sabiendas
acerca de la naturaleza usuraria del crédito originario y la voluntad "deliberada" de procurar su
negociación; por lo tanto, sólo resulta posible el dolo directo. Se consuma con la realización de
las acciones típicas.

Agravante

El art. 175 bis, párr. 3°, contempla un tipo agravado de usura, denominado usura habitual.

La agravante funciona para el "prestamista" o '"comisionista" usurarios cuando desarrollan su


actividad de manera profesional o habitual. Se trata d; sujetos que intervienen en la gestión o
negociación de operaciones usurarias. El prestamista es quien presta o entrega el dinero,
mientras que el comisionista es el que actúa de intermediador para la obtención del crédito
usurario. En ambos casos, el agente debe actuar "'profesionalmente", esto es, haciendo de su
actividad un medio de vida (Núñez: fuente permanente de ingreso) o “habitualmente", vale
decir, acostumbrado a este tipo de actividad, manifestando una tendencia a la usura. No es
necesaria la reiteración de actos, es suficiente con un solo acto que manifieste una tendencia a
la actividad usuraria.
QUEBRADOS Y OTROS DEUDORES PUNIBLES

QUIEBRA FRAUDULENTA

ARTICULO 176. - Será reprimido, como quebrado fraudulento, con prisión de dos a seis años
e inhabilitación especial de tres a diez años, el comerciante declarado en quiebra que, en
fraude de sus acreedores, hubiere incurrido en algunos de los hechos siguientes:

1º Simular o suponer deudas, enajenaciones, gastos o pérdidas;

2º No justificar la salida o existencia de bienes que debiera tener; substraer u ocultar alguna
cosa que correspondiere a la masa;

3º Conceder ventajas indebidas a cualquier acreedor.

Sujeto activo del delito es el comerciante declarado en quiebra (delito especial propio). El tipo
legal exige un autor que tenga o haya tenido la calidad de comerciante. No interesa que haya
perdido esa calidad al momento de los hechos, pues igualmente la norma lo alcanza por los
actos de comercio realizados cuando ostentaba dicha condición. La condición de comerciante
debe ser declarada por el juez de comercio y su decisión no puede ser revisada por el juez
penal.

Dijimos que el comerciante debe ser declarado en quiebra. Es decir, declarado así por una
sentencia judicial que haya adquirido firmeza.

Hay quiebra cuando un deudor cae en un estado de insolvencia patrimonial, de modo tal, que
con los bienes que tiene no puede cumplir con sus obligaciones. En estos casos a pedido del
propio deudor insolvente o de sus acreedores, corresponde que un juez lo declare en quiebra,
luego se liquidan los bienes existentes del deudor y lo obtenido se distribuye entre los distintos
acreedores. Ni la quiebra, ni el concurso, en sí mismos, constituyen delitos. Lo que la ley penal
reprime son ciertas maniobras ilícitas, fraudulentas o culposas, en que pueden haber incurrido
los quebrados o concursados.

Las acciones típicas son:


1) Simular o suponer deudas, enajenaciones pérdidas: "Simular" significa fingir o imitar,
aparentar falsamente una cosa o situación; "'suponer" quiere decir dar por existente o real algo
que no lo es, presentar algo falso como verdadero; "deudas" se refiere a la obligación de dar
sumas de dinero o bienes; "enajenación" es la transferencia o transmisión del dominio de una
cosa o de un derecho; "gastos" son los pagos o empleo de dinero en alguna cosa; "pérdidas"
implica el daño o disminución de los bienes patrimoniales Básicamente todo esto consiste en
presentar como existentes deudas que en realidad no existen;

2) No justificar la salida o existencia de bienes que deberla tener, esto es, no demostrar o
explicar debidamente el destino dado a bienes que debieron estar a disposición de la masa, por
ser componentes del patrimonio del deudor;

3) Sustraer u ocultar alguna cosa que correspondiere a la masa. Ésta es una conducta que debe
entenderse como sacar, remover, retirar, etc. ), o bien esconder, encubrir, etc. cosas o bienes
materiales con el fin de impedir que pasen a integrar la masa de acreedores y puedan ser
captados por los procedimientos concursales;

4) Conceder ventajas indebidas a cualquier acreedor importa un quebrantamiento del principio


par conditio creditorum (igualdad de tratamiento de los acreedores), por cuanto se otorgan
ventajas o mejoras a alguno de ellos en detrimento de otros. La ventaja es indebida (sin
derecho), porque coloca al acreedor beneficiado en mejor situación que los demás, y puede
recaer sobre la totalidad del activo, sobre parte de él, sobre determinados bienes muebles o
inmuebles o sobre ciertos actos jurídicos aunque sean nulos.

Subjetivamente, el tipo requiere que los hechos punibles sean cometidos por el comerciante
en fraude de sus acreedores. Se trata de un elemento subjetivo especial incorporado al tipo,
dirigido a defraudar (perjudicar, dañar, causar un detrimento económico, etc.) a cualquiera de
los acreedores. Exige dolo directo y demanda para su perfección típica un resultado dañoso
para el patrimonio que es la prenda común de los acreedores, que se traduce en una
disminución de éste, aunque no alcance a repercutir en perjuicio del patrimonio particular de
ellos. Con respecto a la consumación, hay que distinguir: si los hechos se llevaron a cabo con
anterioridad a la declaración de quiebra, ésta marca el momento consumativo y,
consecuentemente, el comienzo del término de la prescripción de la acción penal; si, en
cambio, estos hechos fueron realizados con posterioridad a la declaración judicial de la quiebra
el momento consumativo deberá coincidir con las maniobras fraudulentas ( conductas típicas)
y, a partir de aquí, comenzara a correr el plazo de la prescripción penal.

QUIEBRA CULPOSA

ARTICULO 177. - Será reprimido, como quebrado culpable, con prisión de un mes a un año e
inhabilitación especial de dos a cinco años, el comerciante que hubiere causado su propia
quiebra y perjudicado a sus acreedores, por sus gastos excesivos con relación al capital y al
número de personas de su familia, especulaciones ruinosas, juego, abandono de sus negocios
o cualquier otro acto de negligencia o imprudencia manifiesta.

La acción punible está definida por la expresión “causar su propia quiebra", lo cual debe
suceder a través de actos de negligencia o imprudencia manifiestas, pero deben haberse
llevado a cabo con anterioridad a la declaración de la quiebra, ya que deben ser su causa. La
ley presupone un estado de insolvencia verdadero, que deriva, precisamente, del obrar
negligente o imprudente del autor. Se trata de un delito de daño efectivo, pues requiere para
su consumación un perjuicio real, de contenido patrimonial, a los acreedores.

Tiene que haber una relación causa – efecto entre los actos culposos que describe la ley y la
quiebra; pero si la quiebra no se produce por ellos, sino por otras circunstancias causales, no
habría quiebra culposa, en todo caso sería una simple quiebra y ello no constituye delito.

El delito se consuma con el acto de declaración de quiebra del comerciante pasada en


autoridad de cosa juzgada. Es desde este momento, entonces, que debe computarse el
comienzo del término de la prescripción de la acción penal. La tentativa no es posible.

Quiebra de una sociedad comercial o de una persona jurídica

ARTICULO 178. - Cuando se tratare de la quiebra de una sociedad comercial o de una persona
jurídica que ejerza el comercio, o se hubiere abierto el procedimiento de liquidación sin
quiebra de un banco u otra entidad financiera, todo director, síndico, administrador,
miembro de la comisión fiscalizadora o gerente de la sociedad o establecimiento fallido o del
banco o entidad financiera en liquidación sin quiebra, o contador o tenedor de libros de los
mismos, que hubiere cooperado a la ejecución de alguno de los actos a que se refieren los
artículos anteriores, será reprimido con la pena de la quiebra fraudulenta o culpable, en su
caso. Con la misma pena será reprimido el miembro del consejo de administración o
directivo, síndico, miembro de la junta fiscalizadora o de vigilancia, o gerente, tratándose de
una sociedad cooperativa o mutual.

El art. 178 implica la ratificación del principio universalmente consagrado societas delincuere
non potest (las sociedades no pueden cometer delitos), que declara la irresponsabilidad penal
de las personas jurídicas. La acción punible consiste en haber cooperado en la ejecución de
alguno de los actos de quiebra fraudulenta o culposa a que hacen referencia los arts. 176 y 177
del Cód. Penal. El precepto importa una excepción a los principios generales de la participación
criminal, ya que prevé la pena del autor tanto para el cómplice primario como para el
secundario. Con esta disposición se castiga a las personas que representan a la persona jurídica
Sujetos activos son “aquellos que ejercen funciones de dirección, control o representación de
la sociedad" (director, síndico, administrador, miembros de la comisión fiscalizadora y gerentes)
y "sujetos que ejercen en el ente colectivo una tarea de asesoramiento y cumplen funciones
auxiliares relacionadas con la contabilidad de la empresa" (contadores y tenedores de libros).
Por ende es un delito especial propio.

CONCURSO CIVIL FRAUDULENTO (párrafo 1º)

INSOLVENCIA FRAUDULENTA (párrafo 2º)

ARTICULO 179. - Será reprimido con prisión de uno a cuatro años, el deudor no comerciante
concursado civilmente que, para defraudar a sus acreedores, hubiere cometido o cometiere
alguno de los actos mencionados en el artículo 176.

El delito presupone la comisión de alguna de las conductas reprimidas a título de quiebra


fraudulenta. Sujeto activo debe ser un deudor no comerciante concursado civilmente. Como la
declaración de concurso civil es un elemento del tipo, su inexistencia lleva a la impunidad de
los actos del deudor.

Será reprimido con prisión de seis meses a tres años, el que durante el curso de un proceso o
después de una sentencia condenatoria, maliciosamente destruyere, inutilizare, dañare,
ocultare o hiciere desaparecer bienes de su patrimonio o fraudulentamente disminuyere su
valor, y de esta manera frustrare, en todo o en parte, el cumplimiento de las
correspondientes obligaciones civiles.

El delito requiere la promoción, por parte del acreedor, de una acción judicial tendiente a
obtener el cumplimiento de la obligación civil que aquél ha contraído (es decir, “el curso de un
proceso”). Sin proceso judicial en marcha no puede haber delito. La frustración del
cumplimiento de la obligación se produce cuando queda cercenada la posibilidad de lograr la
satisfacción del crédito demandado, independientemente de la existencia de una sentencia
condenatoria civil. Sujeto activo sólo puede ser el demandado (delito especial propio). Sujeto
pasivo es el acreedor titular de la obligación civil demandada judicialmente. Los actos que
frustran el cumplimiento de la obligación y que funcionan como '"medios" de comisión del
delito, se encuentran taxativamente enunciados en la norma: destruir, inutilizar, dañar, ocultar.
hacer desaparecer o disminuir el valor de los bienes del patrimonio del deudor demandado. Se
trata de actos materiales --no de relaciones jurídicas--que toman imposible, en todo o en
parte, el cumplimiento de la sentencia condenatoria.

Cabe destacar que la norma, además de disponer “en el curso de un proceso”, también
establece “después de una sentencia condenatoria”. Debe tratarse de una sentencia que
condene al deudor al cumplimiento de una obligación civil, de dar cosas o sumas de dinero. La
sentencia civil, para que dé lugar al delito, debe haber pasado en autoridad de cosa juzgada,
pues es sólo a partir de este momento en que queda expedita la vía para su ejecución. Los
actos delictivos pueden ser cometidos antes o después de la sentencia condenatoria.
Importante mencionar que el texto de la ley es claro: el estado de insolvencia debe producirse
durante el curso de un proceso "o" después de una sentencia condenatoria. Son dos
alternativas temporales claramente delimitadas. La sentencia no es presupuesto propiamente
dicho del delito, solo un elemento alternativo del tipo.

El estado de insolvencia debe ser buscado por el autor a través de los medios enumerados en
la norma, ya sea mientras está en curso un proceso judicial o después de una sentencia judicial
condenatoria. Toda insolvencia anterior al proceso judicial no queda atrapada por el tipo penal,
aun cuando ella haya sido maliciosamente lograda. La satisfacción (pago) de la obligación por
parte del deudor o el logro de medidas cautelares que garantizan el crédito, excluyen la
posibilidad del delito.

Subjetivamente, el delito es doloso, de dolo directo. Tratándose de un delito material e


instantáneo, de daño efectivo, Se consuma con el perjuicio patrimonial que importa para el
actor la insatisfacción del crédito por la frustrada ejecución judicial. Es a partir de este
momento que el patrimonio del acreedor queda lesionado; por lo tanto, es desde este mismo
momento que comienza a correr el término para la prescripción de la acción penal. La tentativa
es posible y la participación criminal se rige por las reglas comunes.

COLUSIÓN
ARTICULO 180. - Será reprimido con prisión de un mes a un año, el acreedor que consintiere
en un concordato, convenio o transacción judicial, en virtud de una connivencia con el
deudor o con un tercero, por la cual hubiere estipulado ventajas especiales para el caso de
aceptación del concordato, convenio o transacción.

La misma pena sufrirá, en su caso, todo deudor o director, gerente o administrador de una
sociedad anónima o cooperativa o de una persona jurídica de otra índole, en estado de
quiebra o de concurso judicial de bienes, que concluyere un convenio de este género.

La acción típica es consentir y se comete el delito cuando el acreedor '”consiente" un


concordato, convenio o transacción judicial, que previamente ha pactado o convenido con el
deudor y por los que se han estipu1ado ventajas especiales (beneficios, mejor posición, etc.),
para el caso de aceptarse el acuerdo, convenio o transacción. En síntesis, el acreedor y el
deudor convienen que aquél consienta votar el acuerdo a cambio de ventajas especiales. La
connivencia es un acuerdo fraudulento dirigido a impedir -a espaldas de los demás acreedores-
la continuación del juicio concursal o a extinguir sus efectos ejecutivos. Sujetos activos del
delito pueden ser el acreedor ( comerciante o no), el deudor ( comerciante o no), el director,
gerente o administrador de una sociedad anónima o cooperativa o de una persona jurídica de
otra naturaleza, en estado de quiebra o de concurso judicial de bienes. Se trata de un delito
doloso y admite dolo el dolo directo. Se consuma -de acuerdo a la doctrina mayoritaria-
cuando el acreedor consiente el concordato, convenio o transacción judicial, lo cual ocurre
cuando el acreedor vota de modo favorable por ellos en el correspondiente acto procesal.

Connivencia del deudor y representante de una persona jurídica

El delito del deudor consiste en concluir el convenio en el cual se pacta la emisión del voto por
parte del acreedor favorable al acuerdo, convenio o transacción judicial. Pueden ser autores
del delito tanto el deudor como los representantes de la persona jurídica enunciados en el
precepto legal. La conclusión ( celebración) del convenio marca el momento consumativo del
delito.
USURPACIÓN

ARTICULO 181.- Será reprimido con prisión de seis meses a tres años:

1º el que por violencia, amenazas, engaños, abusos de confianza o clandestinidad despojare


a otro, total o parcialmente, de la posesión o tenencia de un inmueble o del ejercicio de un
derecho real constituido sobre él, sea que el despojo se produzca invadiendo el inmueble,
manteniéndose en él o expulsando a los ocupantes;

2º el que, para apoderarse de todo o parte de un inmueble, destruyere o alterare los


términos o límites del mismo;

3º el que, con violencias o amenazas, turbare la posesión o tenencia de un inmueble.

USURPACIÓN POR DESPOJO, INC. 1

El bien jurídico protegido en estos delitos no es el inmueble, sino ciertos derechos que se
ejercen sobre el mismo, o bien ciertas situaciones de hecho vinculadas con el inmueble, que se
traducen en la tenencia o posesión efectivamente ejercidas como tales. Los derechos reales
susceptibles de protección penal son los derechos de uso (art. 2154), usufructo (art. 2129),
habitación (art. 2158), servidumbre (arts. 2162) y anticresis (art. 2212), del CCyCN.

La acción típica consiste en despojar a otro del inmueble que posee o tiene. El despojo se
traduce en la privación del goce material y efectivo del bien al anterior ocupante. La conducta
importa el desplazamiento o exclusión de una ocupación, materializada por un sujeto que
ocupaba el inmueble personalmente o por medio de un representante. La acción debe ser
traducida como quitar, sacar de la ocupación o impedir la ocupación del inmueble total o
parcialmente, por parte del sujeto pasivo; puede darse, por consiguiente, desplazando al
tenedor, poseedor o ejercitador del derecho real de que se trate, del lugar (terreno) que
constituye el inmueble u oponiéndose a que aquél continúe realizadnos los actos propios de su
ocupación tal como los venía ejecutando. Pero, para ser típico, el despojo debe estar signado
por la finalidad de permanecer en el inmueble ocupándolo; el que priva de la tenencia al sujeto
pasivo fugazmente, con voluntad de no permanecer en él, podrá quedar comprendido en otros
tipos (p. ej., el que sólo lo hace para turbar la posesión), pero no en el que estudiamos. Si el
despojo ha privado al sujeto de la tenencia, posesión, o del ejercicio de un derecho real sobre
el inmueble, la infracción ha quedado perfeccionada.

El despojo puede ser total o parcial, vale decir, cuando se priva al sujeto pasivo de la tenencia
de todo el inmueble o sólo de una parte de él.

El despojo puede realizarse invadiendo el inmueble (penetración en el inmueble, aun sin


expulsión de sus ocupantes), manteniéndose en el (permanecer en el inmueble impidiendo que
el ocupante continue ejerciendo los derechos sobre aquel) o expulsando a los ocupantes
(echando o desalojando del inmueble a los ocupantes para hacerse del mismo). Sujeto activo
puede ser cualquier persona. Sujetos pasivos pueden ser el tenedor (art. 1910 CCyCN), el
poseedor (art. 1909) o el cuasi poseedor de un inmueble.

1) Tenedor: El tenedor que interesa a los fines de la ley penal es quien, por sí o por medio de
representante, tiene efectivamente la cosa (poder de hecho sobre ella), pero reconociendo en
otro la propiedad ("se comporta como representante del poseedor", dice el art. 1910, CCyCN).
El uso y goce debe ser ejercido a título propio y autónomo, no debiendo tratarse de una mera
ocupación material o accidental.

2) Poseedor: Es aquel que, por sí o por otro, tiene el inmueble bajo su poder (poder de hecho
sobre la cosa) con la intención de someterlo al ejercicio de un derecho de propiedad
("comportándose como titular de un derecho real, lo sea o no", dice el art. 1909, CCyCN). La
posesión exige, entonces, la coexistencia de dos elementos: el corpus (detentamiento de la
cosa puesta bajo el propio poder) y el animus (intención de comportarse como dueño o
propietario).

3) Cuasi poseedor: Es aquel que ejerce un derecho real de uso, usufructo, habitación,
servidumbre o anticresis sobre un inmueble. En la cuasi posesión, a diferencia de la posesión,
falta el animus domini o animus rem sibi habendi (intención de someter la cosa al derecho de
propiedad).

La legitimidad del título que funda la tenencia no es un presupuesto del delito. Sólo basta la
existencia de un poder de hecho y consolidado sobre la cosa. Para determinar la existencia del
delito, carece de importancia la legitimidad o ilegitimidad del título que invoca quien reclama
la ocupación.

El objeto del delito será siempre un inmueble. Los medios comisivos previstos por la ley son:

La violencia  ejercicio de fuerza física sobre cosas o personas, por ejemplo sacar a empujones
al ocupante, o colocar un candado en la puerta del inmueble para que el ocupante no entre;

La amenaza  consisten en anunciar a otro un mal futuro, con el objeto de infundirle temor y
poder desapoderarlo del inmueble;

El engaño  consiste en el despliegue de medios engañosos que tiene por objeto lograr la
entrega u ocupación del inmueble. Ej.: una persona se hace pasar falsamente por inspector
municipal y luego de inspeccionar se queda en la casa
El abuso de la confianza  consiste en un aprovechamiento de la fe o confianza dispensada
por la víctima, al permitírsele el acceso o el uso del inmueble, para ocuparlo y consumar el
despojo, ya sea manteniéndose en él o mejorando la posición anterior. Por ejemplo, quien
siendo mero detentador se convierte en poseedor; el tenedor precario -encargado de un
edificio de departamentos- se constituye en tenedor; la doméstica que se niega a desocupar la
habitación invocando el derecho de inquilina);

y la clandestinidad  es un concepto que está comprendido en el art. 1921 del CCyCN como
una situación de "posesión viciosa" (de mala fe), que es aquella que se adquiere en forma
disimulada u oculta, aprovechando la ausencia del poseedor o titular, o adoptando los
recaudos necesarios para evitar que éstos tomen conocimiento de la situación.

Subjetivamente, la usurpación es un delito doloso compatible sólo con el dolo directo, sin que
se requiera la concurrencia de ningún elemento subjetivo especial. El delito es instantáneo y se
consuma con el despojo, vale decir, en el momento en que se priva a otro del goce efectivo del
inmueble. La tentativa resulta admisible y la participación criminal se rige por las reglas
comunes.

DESTRUCCIÓN O ALTERACIÓN DE TÉRMINOS O LÍMITES, INC. 2

El art. 181, inc. 2°, castiga al que “para apoderarse de todo o parte de un inmueble, destruyere
o alterare los términos o límites del mismo".

La materialidad del delito consiste en destruir (eliminar) o alterar (cambiar de lugar, correr) los
términos o límites de un inmueble, es decir, implica la variación de la extensión del terreno
lindero (la alteración sin ninguna finalidad, es atípica). Los objetos del delito son los términos o
límites, es decir, aquellas señales o signos de distintas características que sirven para delimitar
los inmuebles continuos (p. ej., cercos). Específicamente, los términos son los mojones o hitos
que se co1ocan para fijar linderos. Los limites son los signos físicos, naturales o artificiales, fijos
o permanentes que, con o sin solución de continuidad, constituyen la línea divisoria de dos
inmuebles.

Sujeto activo del delito sólo puede ser el ocupante del fundo vecino o colindante, cualquiera
sea la calidad que tenga con respecto a aquél. Subjetivamente, el delito exige la concurrencia
de un elemento subjetivo típico (para apoderarse de todo o parte de un inmueble), que se
agrega al dolo común de querer alterar o destruir los términos o límites. El delito es
instantáneo y se consuma con la destrucción o alteración de los términos o límites, al margen
de que se hayan logrado o no los designios del autor. La tentativa es posible.

TURBACIÓN DE LA POSESIÓN O TENENCIA, INC. 3

El art. 181, inc. 3 reprime al que "con violencias o amenazas, turbare la posesión o tenencia de
un inmueble"

El delito consiste en turbar la posesión o tenencia de un inmueble mediante violencia o


amenazas. Con la turbación se concreta la acción típica. La turbación se produce cuando, por la
acción del autor, se altera o modifica la situación pacífica y plena de uso y goce de la posesión o
tenencia de un inmueble. Los actos turbatorios deben ser materiales, vale decir que deben
recaer sobre el corpus posesorio, restringiendo el uso y goce del inmueble. Por ejemplo un
acto turbatorio seria el corte de energía eléctrica de un puesto del mercado por parte del
administrador. Los medios que debe emplear el autor son la violencia o la amenaza. Sobre ellos
ya nos hemos referido al analizar el delito de despojo. El delito es doloso, de dolo directo. La
infracción es instantánea de efectos permanentes y se consuma con la realización de los actos
turbatorios, produciendo la limitación del ejercicio de la posesión o la tenencia. Es posible la
tentativa.

USURPACIÓN DE AGUAS

ARTICULO 182. - Será reprimido con prisión de quince días a un año:

1º El que ilícitamente y con el propósito de causar perjuicio a otro sacare aguas de represas,
estanques u otros depósitos, ríos, arroyos, fuentes, canales o acueductos o las sacare en
mayor cantidad que aquella a que tenga derecho;

2º El que estorbare el ejercicio de los derechos que un tercero tuviere sobre dichas aguas;

3º El que ilícitamente y con el propósito de causar perjuicio a otro represare, desviare o


detuviere las aguas de los ríos, arroyos, canales o fuentes o usurpare un derecho cualquiera
referente al curso de ellas.

La pena se aumentará hasta dos años, si para cometer los delitos expresados en los números
anteriores, se rompieren o alteraren diques, esclusas, compuertas u otras obras semejantes
hechas en los ríos, arroyos, fuentes, depósitos, canales o acueductos.

Sustracción de agua, inc. 1

El delito consiste en "sacar ilícitamente agua de un depósito o de un curso de agua, con el


propósito de causar perjuicio a otro". Se trata de una hipótesis de despojo de agua ajena. La
acción de "sacar" debe ser entendido como sinónimo de sustraer, tomar, llevar, apoderarse,
etc., esto es, privar a otro de lo que es de su dominio, posesión o tenencia aun cuando dicha
privación comprenda el uso y goce del agua La sustracción del agua ajena debe efectuarse
mediante la modificación del curso del agua. El término ilícitamente pone de manifiesto un
accionar antijurídico por parte del autor, vale decir, que carezca de derecho al agua sustraída o
bien que cuente con un derecho menor que el invocado (ver art 239 CCyCN). Subjetivamente el
delito es doloso, de dolo directo, pero el precepto exige algo más, el propósito de causar
perjuicio, que es un elemento subjetivo del tipo cuya inexistencia excluye el delito.

Estorbo del ejercicio de derechos sobre aguas, inc. 2

El delito consiste, no en un despojo-como en el caso anterior-, sino en poner obstáculos o


trabas que dificultan el ejercicio del derecho que un tercero tiene sobre las aguas que están
enunciadas en el inciso anterior. En esta hipótesis, el autor no toca el agua, no la saca de los
lugares en que se encuentra (depósitos, cauces, fuentes, represas, estanques, etc.), sino que
estorba u obstaculiza el ejercicio del derecho que otro tiene sobre esas aguas. El tipo subjetivo
se satisface con el dolo común, incluso el eventual. No obstante, nada impide que el autor
persiga una finalidad, económica o de otra índole. El delito se consuma cuando los derechos
del tercero se ven afectados por la conducta del autor.

Interrupción de un curso de agua, inc. 3


El tipo penal está previsto en el art. 182, inc. 3°, parte 1, y consiste en "interrumpir ilícitamente
un curso de agua, con el propósito de causar perjuicio".

La interrupción ilegítima del curso de agua se produce mediante las acciones de "represar"
(estancar, encerrar, impedir que el agua corra), "desviar" (modificar su curso o cauce normal) o
"detener" (v. gr., obstaculizar el curso de agua para que pare de correr, impedir su cauce, anular
totalmente su corriente). El curso de agua puede ser un rio, un arroyo, un canal o una fuente;
la enumeración es taxativa y no abarca otros medios de circulación del agua (p. ej.,
acueductos). Es un delito doloso, de dolo directo, subjetivamente configurado (requiere el
propósito de causar un perjuicio).

Usurpación de un derecho sobre un curso de agua, inc. 3

El delito está previsto en el art. 182, inc. 3°, parte 2 y consiste en "despojar a otro de un
derecho al uso y goce sobre alguno de los cursos de agua" mencionados en el supuesto
anterior. Se trata de una clase de usurpación que se configura a través de un despojo del
ejercicio de un derecho real que pertenece a otro y que implica, en todo caso, el goce del agua.
En opinión de Núñez, el delito puede cometerse mediante cualquier medio que implique
apropiación total o parcial de un derecho de uso y goce de un curso de agua (p. ej., la
inscripción a favor del autor del derecho respectivo, o su transferencia o cesión en uso a un
tercero). El tipo exige que el autor obre ilícitamente y con el propósito de causar un perjuicio a
otra persona, aspectos sobre los cuales ya nos hemos referido anteriormente.

Agravante, último párrafo

La agravante es común para todas las figuras del art. 182 del Cód. Penal y resulta aplicable
cuando se "rompen o alteran diques, esclusas, compuertas u otras obras semejantes hechas en
los cursos de agua" mencionados en la norma.

Lo que distingue a la calificante es que, subjetivamente, el autor debe obrar "para" cometer los
delitos expresados en los números anteriores. Si ésta no fuera la finalidad, el delito queda
desplazado hacia otra figura penal (p. ej., daño). Las obras se "rompen" cuando son destruidas
o dañadas seriamente en sus estructuras, sea en forma total o parcial, y son "alteradas"
cuando son modificadas o cambiadas. Las obras protegidas son sólo aquellas cuya función
tiende a posibilitar o facilitar el uso y goce del agua, en su fuente o depósito o a través de su
propio curso.
DAÑOS

ARTICULO 183. - Será reprimido con prisión de quince días a un año, el que destruyere,
inutilizare, hiciere desaparecer o de cualquier modo dañare una cosa mueble o inmueble o
un animal, total o parcialmente ajeno, siempre que el hecho no constituya otro delito más
severamente penado.

En la misma pena incurrirá el que alterare, destruyere o inutilizare datos, documentos,


programas o sistemas informáticos; o vendiere, distribuyere, hiciere circular o introdujere en
un sistema informático, cualquier programa destinado a causar daños.

Daño simple

Tratándose de un delito patrimonial, el bien jurídico tiene relación directamente con la


integridad de la cosa objeto de protección. Por lo tanto, es el dominio sobre la cosa el aspecto
protegido por la norma penal en estos casos.

El delito consiste en un ataque a la materialidad, utilidad o disponibilidad de las cosas, que


elimina o disminuye su valor de uso o de cambio. Específicamente, la "'acción" material está
dada por los verbos destruir, inutilizar y hacer desaparecer.

EI objeto del delito puede ser una cosa mueble~ un inmueble o un animal, total o parcialmente
ajenos, siempre que no sea ni propiedad del autor, ni res nullius (de nadie) o res derelictae.
(cosas abandonadas). El daño de la cosa propia o de aquellas que no tienen dueño, o han sido
abandonadas por su dueño, es atípico.

Sujeto activo puede ser cualquier persona; siempre que no sea el dueño de la totalidad de la
cosa. A diferencia del hurto, no es necesario que la cosa esté en poder de un tercero, ya que
puede cometerse daño sobre una cosa perdida o sobre la que el autor tiene en su poder. Sujeto
pasivo es el propietario o titular de la cosa. Subjetivamente, el delito es doloso, de dolo directo.
El tipo subjetivo se satisface con el conocimiento de la ilicitud de la acción que recae sobre la
cosa y la voluntad de querer causar el daño, sin que sean necesarias finalidades trascendentes
(como la de querer perjudicar patrimonialmente al propietario) o motivaciones especiales
(odio, venganza, etcétera). El daño culposo es atípico. El delito es instantáneo y de resultado
material, que se consuma con la realización de las acciones típicas, es decir, con la producción
del daño en la cosa. La tentativa es posible. Se trata de un delito subsidiario, vale decir que la
pena se aplica siempre que el hecho no constituya otro delito más severamente penado. Es,
pues, una cuestión regulada por el concurso aparente de tipos penales. Si el daño está
contenido en otro delito más grave, se aplica este último (p. ej., robo). Si, por el contrario, el
delito está penado menos severamente, ambos concurren idealmente.

Agravantes

ARTICULO 184. - La pena será de tres (3) meses a cuatro (4) años de prisión, si mediare
cualquiera de las circunstancias siguientes:

1. Ejecutar el hecho con el fin de impedir el libre ejercicio de la autoridad o en venganza de


sus determinaciones;

2. Producir infección o contagio en aves u otros animales domésticos;

3. Emplear substancias venenosas o corrosivas;

4. Cometer el delito en despoblado y en banda;

5. Ejecutarlo en archivos, registros, bibliotecas, museos o en puentes, caminos, paseos u


otros bienes de uso público; o en tumbas, signos conmemorativos, monumentos, estatuas,
cuadros u otros objetos de arte colocados en edificios o lugares públicos; o en datos,
documentos, programas o sistemas informáticos públicos;

6. Ejecutarlo en sistemas informáticos destinados a la prestación de servicios de salud, de


comunicaciones, de provisión o transporte de energía, de medios de transporte u otro
servicio público.

Inc. 1  La agravante es el fin que persigue el autor: ejecutar el daño con el fin de impedir el
libre ejercicio de la autoridad o en venganza de sus terminaciones. Ej.: una persona es
demorada por averiguación de antecedentes, y cuando sale de la comisaría rompe los cristales
de un patrullero.

Inc. 2  La agravante se debe a las cosas dañadas. Y los objetos protegidos son los animales
domésticos de cualquier clase. El delito requiere “contagio o infección”. No basta la mera
posibilidad de que ello ocurra pero es suficiente con el daño a un solo animal.

Inc. 3  El delito se agrava por el medio empleado: veneno o sustancias corrosivas, los cuales
demuestran una mayor peligrosidad en el delincuente.

Inc. 4  La agravante se debe al LUGAR Y AL MODO DE COMISIÓN. Ej.: en despoblado y en


banda. Ambas circunstancias deben concurrir para que se configure la agravante.

Inc. 5  El delito se agrava por los OBJETOS DAÑADOS. Ej.: archivos, registros, museos,
puentes, caminos, estatuas, etc. Sobre los cuales existe un interés general en que se conserven
sea por ser de uso público. Están comprendidos los bienes públicos y privados, así como los
bienes de uso público y diferentes objetos de arte colocados en edificios o lugares públicos.

Inc. 6  Haciendo referencia a los daños causados en sistemas informáticos, el delito se agrava
porque los SISTEMAS INFORMÁTICOS dañados están DESTINADOS A EMPRESAS DE SERVICIO
PÚBLICO, como servicios de salud, comunicaciones, energía, transporte.
Daño informático, párrafo 2do art. 183

En la misma pena incurrirá el que alterare, destruyere o inutilizare datos, documentos,


programas o sistemas informáticos; o vendiere, distribuyere, hiciere circular o introdujere en
un sistema informático, cualquier programa destinado a causar daños.

El delito consiste en alterar, destruir o inutilizar datos, documentos, programas o sistemas


informáticos. Esta clase de delincuencia se conoce como "sabotaje informático” o cyberpunkt,
esto es, la conducta de un cracker cuyo único fin es la entrada inconsentida en sistemas
informáticos (conducta típica de hack), mediando la corrupción de un password (conducta
típica de crack) para destruir datos o implementar en el sistema informático un virus, o una
bomba lógica, que los destruya (Riquert). El sabotaje informático implica siempre la
destrucción o inutilización de los elementos lógicos del sistema, imposibilitando el
procesamiento regular de la información.

Estas conductas deben afectar los elementos lógicos del sistema (software), no los elementos
físicos (hardware) ni los soportes magnéticos u ópticos en los que esté contenida la
información (disquete, CD, DVD, pendrive, etc.)

El objeto material del delito son los "datos, documentos, programas o sistemas informáticos",
que son los elementos lógicos del sistema. Los datos son las unidades lógicas de información,
que se suministran a la computadora para la resolución de una aplicación; los documentos
comprenden toda representación de actos o hechos almacenados en un soporte (magnético,
computadora, etc.); programas- son un conjunto de afirmaciones o instrucciones para ser
usadas, directa o indirectamente, en un ordenador, a fin de obtener un resultado determinado.

Sujeto activo puede ser cualquier persona (hay titularidad indiferenciada), salvo el propietario
de la cosa protegida; sujeto pasivo, en cambio, es el titular del dato, programa, documentos o
sistema informático afectados, que puede ser una persona física, un conjunto de ellas o una
persona jurídica Se trata de un delito doloso, en el que sólo es posible el dolo directo. Se
consuma al producirse el daño al sistema informático. Tratándose de un delito de resultado
material, la tentativa es perfectamente posible.

Venta, distribución, circulación e introducción de programas dañinos

E] precepto penal también pune la venta, distribución, circulación y la introducción a un


sistema informático de programas que están destinados a causar daños, por ej. programas
virus.

La puesta en circulación de estos programas puede ser onerosa o gratuita, salvo el caso de
venta, que debe tratarse de una transferencia onerosa del programa, no se trata de poner a la
venta el programa, sino de venderlo, esto es, transmitirlo en forma onerosa a otra persona. La
introducción del programa dañino al sistema informático presupone una manipulación del
sistema por parte del sujeto activo (incorporar, agregar, suministrar, etc.), acción que es
suficiente para la consumación típica.

El daño del sistema es una consecuencia extra típica que deberá ser tenida en cuenta sólo a los
fines de la ponderación de la pena. Por lo tanto, estamos frente a un delito de peligro
abstracto, doloso, de dolo directo, que se consuma con la realización de los verbos típicos. La
tentativa no parece posible.
Agravantes

ARTICULO 184. - La pena será de tres (3) meses a cuatro (4) años de prisión, si mediare
cualquiera de las circunstancias siguientes:

1. Ejecutar el hecho con el fin de impedir el libre ejercicio de la autoridad o en venganza de


sus determinaciones;

2. Producir infección o contagio en aves u otros animales domésticos;

3. Emplear substancias venenosas o corrosivas;

4. Cometer el delito en despoblado y en banda;

5. Ejecutarlo en archivos, registros, bibliotecas, museos o en puentes, caminos, paseos u


otros bienes de uso público; o en tumbas, signos conmemorativos, monumentos, estatuas,
cuadros u otros objetos de arte colocados en edificios o lugares públicos; o en datos,
documentos, programas o sistemas informáticos públicos;

6. Ejecutarlo en sistemas informáticos destinados a la prestación de servicios de salud, de


comunicaciones, de provisión o transporte de energía, de medios de transporte u otro
servicio público.

Las nuevas figuras agravadas importan una protección más intensa a datos, documentos,
programas o sistemas informáticos de carácter públicos, de interés general y que interesa al
Estado preservar de toda interrupción o daño, precisamente por los graves perjuicios que ello
causaría a la comunidad social al propio funcionamiento del Estado. De aquí la justificación de
la mayor penalidad para esta clase de hechos.

Excusa absolutoria

ARTICULO 185. - Están exentos de responsabilidad criminal, sin perjuicio de la civil, por los
hurtos, defraudaciones o daños que recíprocamente se causaren:

1. Los cónyuges, ascendientes, descendientes y afines en la línea recta;

2. El consorte viudo, respecto de las cosas de la pertenencia de su difunto cónyuge, mientras


no hayan pasado a poder de otro;

3. Los hermanos y cuñados, si viviesen juntos.

La excepción establecida en el párrafo anterior, no es aplicable a los extraños que participen


del delito.

El artículo regula una "excusa absolutoria' que no excluye el delito sino la pena, dejando
indem.ne la responsabilidad civil. La norma es taxativa, de manera que sólo es aplicable a los
delitos de hurto (simple y agravados), defraudaciones (estafas y abusos de confianza) y daños
(simple y agravados). La eximente es personal y, por consiguiente, restrictiva. Sólo puede
aplicarse al autor y a los partícipes que reúnan las condiciones exigidas por la ley y siempre que
medien las relaciones que señala" el propio artículo.

DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA

La "seguridad pública", como bien jurídico penal, presupone un estado exento de riesgos, que
debe ser entendido como una situación objetiva de seguridad general para las personas,
puesta a resguardo de ese peligro común provocado por ciertos hechos delictivos
(denominados "delitos de peligro") que se caracterizan por afectar a un número indeterminado
de víctimas. Los delitos comprendidos en este Título afectan a bienes jurídicos de tipo
colectivo, macrosociales, vale decir, abarcan a un conjunto generalizado, masivo y universal, de
bienes y personas.
Concepto de peligro común

Los delitos de peligro, son aquellos en los que el sujeto no requiere la lesión del bien jurídico,
sino que basta con que la conducta del agente, sea la puesta en peligro del mismo, es decir la
amenaza a éste. En estos tipos de delitos , el peligro que generan las acciones típicas es un
peligro común, es decir, aquel en el que las posibilidades de dañar bienes jurídicos se
extienden a un número indeterminado de personas que son titulares de ellos, implica una
amenaza a los de toda una comunidad o colectividad.

Este peligro puede ser CONCRETO  en los que la comprobación de que la acción ha puesto en
una situación de peligro real a un bien jurídico;

ABSTRACTO  Su consumación es suficiente con un peligro virtual (la pura acción peligrosa)
para el bien jurídico sin necesidad de un peligro efectivo.

INCENDIO Y OTROS ESTRAGOS


ARTICULO 186. - El que causare incendio, explosión o inundación, será reprimido:

1º Con reclusión o prisión de tres a diez años, si hubiere peligro común para los bienes;

2º Con reclusión o prisión de tres a diez años el que causare incendio o destrucción por
cualquier otro medio:

a) De cereales en parva, gavillas o bolsas, o de los mismos todavía no cosechados;

b) De bosques, viñas, olivares, cañaverales, algodonales, yerbatales o cualquiera otra


plantación de árboles o arbustos en explotación, ya sea con sus frutos en pie o cosechados;

c) De ganado en los campos o de sus productos amontonados en el campo o depositados;

d) De la leña o carbón de leña, apilados o amontonados en los campos de su explotación y


destinados al comercio;

e) De alfalfares o cualquier otro cultivo de forrajes, ya sea en pie o emparvados, engavillados,


ensilados o enfardados;

f) De los mismos productos mencionados en los párrafos anteriores, cargados, parados o en


movimiento;

3º Con reclusión o prisión de tres a quince años, si hubiere peligro para un archivo público,
biblioteca, museo, arsenal, astillero, fábrica de pólvora o de pirotecnia militar o parque de
artillería;

4º Con reclusión o prisión de tres a quince años, si hubiere peligro de muerte para alguna
persona;

5º Con reclusión o prisión de ocho a veinte años, si el hecho fuere causa inmediata de la
muerte de alguna persona.

El delito de incendio es una forma especial de estrago, característica que nos permite inferir
que el estrago sería el género y el incendio la especie. En sentido jurídico incendio quiere decir
<<fuego peligroso>>, es decir, un fuego con poder autónomo que escapa al contralor de quien
lo encendió (Soler, Núñez), y que se caracteriza por su expansibilidad, esto es, por su
potencialidad comunicante, incontrolable o, al menos, de difícil control, aunque pueda ser
controlado por el hombre, mediante tareas de apagamiento o neutralizado por
acontecimientos naturales (lluvia, vientos contrarios, etc.). Una cosa es el fuego y otra muy
distinta el incendio, que siempre requiere, además del fuego, que produzca una situación de
peligro común para bienes o personas.

La materialidad del delito consiste en causar (crear, producir, generar, dar origen, etc.) un
incendio, una explosión o una inundación, siempre que de la acción derive una situación de
peligro para bienes o personas. Si no se produce esta consecuencia (por ej. fuego sin peligro),
la conducta no sale de los límites del daño. Se trata de delitos de peligro concreto, cuya
consumación se produce con la creación del peligro común para bienes indeterminados.

La excepción está dada en el inc. 2º, en el que se describe un delito de daño efectivo, que se
perfecciona en la medida en que el accionar del agente haya destruido algunos de los objetos
allí protegidos. En estas hipótesis, no se protege la seguridad común sino la riqueza rural.

El inc. 3° brinda una especial protección a determinados lugares que están expresamente
enunciados en el precepto, extendiéndose la tutela también a lugares privados (p. ej.,
bibliotecas, museos y astilleros), no así a aquellos lugares de venta de artículos de pirotecnia
para juegos de artificio. En estos casos, sólo están comprendidas las fábricas de pólvora o de
pirotecnia militar como organismos del Estado.

El inc. 4° prevé un supuesto de mayor penalidad para cuándo del incendio, la explosión o la
inundación derive un peligro de muerte para alguna persona. Se trata de una hipótesis de
peligro concreto para un individuo determinado, del cual resulta la probabilidad de su muerte.
El peligro de muerte configura un supuesto de resultado preterintencional.

La pena más grave está prescripta para aquellos supuestos en los que el incendio, la explosión
o la inundación son la causa inmediata de la muerte de alguna persona. La muerte, en la
medida en que sea el efecto directo del incendio, puede provenir del hecho mismo o de alguna
consecuencia del desastre (p. ej., de un derrumbe, de un caso de asfixia por el humo). La
pluralidad de resultados no multiplica el delito. Se trata de una figura preterintencional.
Subjetivamente, estos delitos son dolosos, siendo suficiente el dolo eventual

ESTRAGO

ARTICULO 187. - Incurrirá, según los casos, en las penas señaladas en el artículo precedente,
el que causare estrago por medio de sumersión o varamiento de nave, derrumbe de un
edificio, inundación, de una mina o cualquier otro medio poderoso de destrucción.

Idiomáticamente la voz ~'estrago" significa daño, ruina, destrozo, asolamiento. Sin embargo, no
cualquier daño es un estrago en los términos del art. 187. Estrago únicamente es el daño
grande, de extraordinaria magnitud e importancia, de enormes proporciones, y que produce
un peligro real para un número indeterminado de personas.

El delito consiste en causar estrago, vale decir, producir un daño de gran magnitud, con grave
peligro para un colectivo de personas, a través de alguno de los medios expresamente
previstos en la norma. La ley regula un tipo abierto, abarcando en una fórmula amplia a
"cualquier otro medio poderoso de destrucción". Se trata de un delito de resultado material,
que se consuma con la destrucción del objeto y la creación del peligro común para bienes o
personas. Si falta el daño no hay estrago; sin peligro común hay sólo daño.

Los medios típicos son la ''sumersión" (naufragio o hundimiento) o "varamiento" (encallar) de


una nave; el "derrumbe de un edificio", vale decir, la caída, precipitación o hundimiento de una
obra construida o en construcción, sea en su totalidad o sólo en parte; lo que importa es que el
derrumbe, por sus propias características, configure un estrago. Con respecto a la ''mina", debe
entenderse como medio explosivo. La fórmula cualquier otro medio poderoso de destrucción
abarca a cualquier medio cuyas particularidades sean de las que caracterizan al estrago, con un
poder dañoso que se desarrolla instantáneamente y de manera irrefragable, por ej. la
utilización de gases tóxicos en gran escala.

DESTRUCCIÓN O INUTILIZACIÓN DE OBRAS

ARTICULO 188. - Será reprimido con prisión de uno a seis años el que, destruyendo o
inutilizando diques u otras obras destinadas a la defensa común contra las inundaciones u
otros desastres, hiciere surgir el peligro de que éstos se produzcan.

La misma pena se aplicará al que, para impedir la extinción de un incendio o las obras de
defensa contra una inundación, sumersión, naufragio u otro desastre, substrajere, ocultare o
hiciere inservibles, materiales, instrumentos u otros medios destinados a la extinción o a la
defensa referida.

El articulo describe delitos de peligro concreto en los que la sola realización de las conductas
típicas implica la amenaza efectiva del desencadenamiento de un desastre.

1) Rotura de diques. El delito consiste en destruir (dañar) o inutilizar (volver inepta una cosa)
diques u obras que han sido construidas para la defensa (común) de grandes fuerzas de la
naturaleza. Es necesario que la acción cause un peligro efectivo, real, de que se produzca un
desastre. Si ese peligro no concurre, el hecho no sale de los límites del daño. La disposición
alcanza a cualquier obra humana, no así las que han sido creadas por la naturaleza. El delito es
doloso y se consuma cuando, mediando la destrucción o inutilización de la obra, se hace nacer
el peligro real de un desastre.

2) Entorpecimiento de defensa contra desastres. El segundo párrafo del artículo reprime a


quien sustrae (apoderarse de la cosa), oculta (esconderla, colocarla fuera de la vista de
terceros) o hace inservible (la toma inútil o inepta para su destino) materiales, instrumentos u
otros medios destinados a la extinción de incendios o a las obras de defensa común contra
desastres. El tipo presupone no sólo la existencia de un incendio o de una obra de defensa
común sino que el desastre se encuentre en curso. Subjetivamente el delito no se satisface con
el dolo común, sino que requiere la concurrencia de un elemento subjetivo especial que
integra el tipo: el sujeto debe actuar para impedir la extinción de un incendio o las obras de
defensa contra un desastre (inundación, sumersión, naufragio, etcétera).

ESTRAGO CULPOSO
ARTICULO 189. - Será reprimido con prisión de un mes a un año, el que, por imprudencia o
negligencia, por impericia en su arte o profesión o por inobservancia de los reglamentos u
ordenanzas, causare un incendio u otros estragos.

Si el hecho u omisión culpable pusiere en peligro de muerte a alguna persona o causare la


muerte de alguna persona, el máximo de la pena podrá elevarse hasta cinco años.

El delito consiste, como en los casos ya analizados, en causar un incendio o alguno de los
estragos enumerados en el art. 187, de manera que todo lo explicado para estas figuras es de
aplicación aquí. El precepto describe conductas culposas que pueden cometerse por acción o
por omisión, pero, cualquiera sea el tipo de estrago producido por el accionar del agente, sólo
quedan abarcadas por el tipo las figuras descriptas en los arts. 186 y 187, no así la del art. 188,
pues no define un desastre sino conductas vinculadas a él. Si de la producción culpable del
estrago deriva un peligro de muerte o la muerte de alguna persona, el máximo de la pena
puede elevarse hasta los cinco años de prisión.

FABRICACIÓN O TENENCIA DE MATERIALES EXPLOSIVOS

ARTICULO 189 bis . - (1) El que, con el fin de contribuir a la comisión de delitos contra la
seguridad común o causar daños en las máquinas o en la elaboración de productos,
adquiriere, fabricare, suministrare, sustrajere o tuviere en su poder bombas, materiales o
aparatos capaces de liberar energía nuclear, materiales radiactivos o sustancias nucleares, o
sus desechos, isótopos radiactivos, materiales explosivos, inflamables, asfixiantes, tóxicos o
biológicamente peligrosos, o sustancias o materiales destinados a su preparación, será
reprimido con reclusión o prisión de CINCO (5) a QUINCE (15) años.

La misma pena se impondrá al que, sabiendo o debiendo saber que contribuye a la comisión
de delitos contra la seguridad común o destinados a causar daños en las máquinas o en la
elaboración de productos, diere instrucciones para la preparación de sustancias o materiales
mencionados en el párrafo anterior.

La simple tenencia de los materiales a los que se refiere el párrafo que antecede, sin la
debida autorización legal, o que no pudiere justificarse por razones de su uso doméstico o
industrial, será reprimida con prisión de TRES (3) a SEIS (6) años.

(2) La simple tenencia de armas de fuego de uso civil, sin la debida autorización legal, será
reprimida con prisión de 6 (SEIS) meses a 2 (DOS) años y multa de MIL PESOS ($ 1.000.-) a
DIEZ MIL PESOS ($ 10.000.-).

Si las armas fueren de guerra, la pena será de DOS (2) a SEIS (6) años de prisión.

La portación de armas de fuego de uso civil, sin la debida autorización legal, será reprimida
con prisión de UN (1) año a CUATRO (4) años.

Si las armas fueren de guerra, la pena será de TRES (3) años y SEIS (6) meses a OCHO (8) años
y SEIS (6) meses de reclusión o prisión.

Si el portador de las armas a las cuales se refieren los dos párrafos que anteceden, fuere
tenedor autorizado del arma de que se trate, la escala penal correspondiente se reducirá en
un tercio del mínimo y del máximo.
La misma reducción prevista en el párrafo anterior podrá practicarse cuando, por las
circunstancias del hecho y las condiciones personales del autor, resultare evidente la falta de
intención de utilizar las armas portadas con fines ilícitos.

En los dos casos precedentes, se impondrá, además, inhabilitación especial por el doble del
tiempo de la condena.

El que registrare antecedentes penales por delito doloso contra las personas o con el uso de
armas, o se encontrare gozando de una excarcelación o exención de prisión anterior y
portare un arma de fuego de cualquier calibre, será reprimido con prisión de CUATRO (4) a
DIEZ (10) años.

Fabricación, suministro, adquisición, sustracción o tenencia de materiales peligrosos

El delito del art. 189 bis, párrafo 1º, consiste en fabricar (hacer una cosa, elaborarla,
construirla, transformar lo ya existente, etc.); la fabricación puede realizarse por medios
mecánicos o químicos, transformando, componiendo, etc., sustancias, aparatos o instrumentos
para hacerlos aptos para el logro de los objetivos típicos), suministrar (dar, proveer,
aprovisionar, algo a otro por cualquier título), adquirir (comprar, obtener el objeto en
propiedad), sustraer (sacar, tomar, apartar la cosa del poder o tenencia de otro), o tener
(mantener la cosa corporalmente bajo el propio poder, pudiendo disponer de ella; debe
tratarse de una tenencia actual, no pasada; propia o en representación de terceros) los
materiales a que hace referencia el precepto. Los objetos del delito son las bombas (continente
de explosivos o gases, que estalla por detonación), las materias o aparatos capaces de liberar
energía nuclear, materiales radiactivos (que emiten radiación) o sustancias nucleares, sus
desechos, isótopos radiactivos, materiales explosivos, inflamables, asfixiantes, tóxicos o
biológicamente peligrosos o las sustancias o materiales destinados a la preparación de esas
materias. Las materias explosivas son aquellas que, sin ser una bomba, poseen aptitud para
detonar (p. ej., dinamita); las materias inflamables comprende aquellas sustancias que pueden
generar combustión, arder en llamas, en forma rápida y violenta, y que son utilizables para la
lucha o el daño; asfixiantes son las que actúan sobre las vías respiratorias; tóxicas son las que
actúan sobre el organismo humano o animal envenenándolo; biológicamente peligrosos son
los que se componen de elementos biológicos (p. ej., bacterias, virus ), naturales o artificiales,
potencialmente aptos para poner en peligro la existencia humana. Las sustancias o materiales
destinados a su preparación son las utilizables en la preparación, construcción, elaboración,
etc., de alguno de los aparatos o mecanismos enunciados en la disposición

Es un delito doloso, pero el tipo requiere algo más: "el fin de contribuir a la comisión de delitos
contra la seguridad común o causar daños en las máquinas o en la elaboración de productos".
Se trata de un elemento subjetivo del injusto, cuya ausencia desplaza el hecho hacia la figura
descripta en el párr. 3° del artículo, siempre que la tenencia de estos materiales fuese realizada
sin la debida autorización legal. En caso de existencia de autorización legal, la conducta sería
atípica.

Instrucciones para preparar materiales explosivos

El segundo párrafo del artículo 189 bis castiga a quien, sabiendo o debiendo saber que
contribuye a la comisión de delitos contra la seguridad común o destinados a causar daño en
las máquinas o en la elaboración de productos, diere instrucciones (transmitir conocimientos,
enseñar, adoctrinar, etc.) para la preparación de sustancias o materiales susceptibles de ser
empleados en hechos contra la seguridad común. Es un delito doloso, de peligro abstracto, de
los denominados "de intención” de "resultado cortado", vale decir, aquellos en los que el
injusto se fundamenta en una finalidad o meta a alcanzar por el sujeto. Se consuma cuando se
imparte la instrucción, sin importar que la sustancia llegue o no a ser preparada o utilizada en
algún hecho contra la seguridad común. Pero, para que se complete el tipo es necesario que
alguien reciba las instrucciones, aunque actúe inculpablemente; de lo contrario, la mera
preparación de las instrucciones para darlas puede configurar tentativa.

Tenencia ilegítima de materiales

El delito consiste en tener algunos de los materiales enunciados en el párr. 1 del artículo. La
tenencia implica la posibilidad de disponer del objeto físicamente en cualquier momento, sea
manteniéndolo de manera corporal en el propio poder o en un lugar donde se encuentra a
disposición del agente (por ej., escondido en lugares de difícil acceso). La tenencia se la puede
ejercer a nombre propio o a nombre de un tercero. Los objetos del delito son algunos de los
materiales enunciados en el art. 189 bis, inc. 1°, párr. 1°. Para que la conducta sea típica, el
agente debe tener los objetos sin la debida autorización legal o por razones de uso doméstico o
industrial. No es autorización debida la dada por autoridad incompetente o por una autoridad
competente fuera de los casos predeterminados legalmente para otorgarla (por ej., supuestos
en que la ley prohíbe en absoluto el uso de estos materiales por los particulares). La existencia
de estos elementos normativos elimina la tipicidad de la conducta. Se trata de un delito doloso,
de peligro abstracto, que se consuma con la sola acción de tener el objeto sin autorización; o
teniéndolo sin poder justificar un uso doméstico o industrial. No es admisible la tentativa.

Simple tenencia ilegítima de armas de fuego

El delito consiste en tener un arma de fuego de uso civil, sin la debida autorización legal
(elemento normativo). La acción aquí es la misma que para el delito previsto en el inc. 1 º, párr.
3°, del mismo artículo. En general se sostiene que la figura comprende tanto al tenedor que se
comporta como dueño de la cosa cuanto al que reconoce en otro la propiedad. El animus rem
sibi habendi no es exigible como requisito subjetivo del tipo (se puede tener para otro). La
tenencia debe ser actual. El tipo legal sanciona la "simple tenencia", vale decir, algo que se
tiene en ese momento; del giro idiomático empleado por el precepto se infiere la actualidad
del verbo. No se pena a quien “tuvo” sino a quien "'tiene" la cosa bajo el propio poder.
Además, la infracción es de carácter permanente, lo cual importa que la consumación perdure
en el tiempo mientras dure la tenencia; si ésta cesó, cesó la consumación típica y el delito no
puede serle reprochado a su autor. Quien se desprendió del arma (p. ej., por haberla destruido
o hecho desaparecer) ya no "tiene" en los términos de la ley. Para que el delito quede
configurado es suficiente con la llamada '"tenencia precaria", de corta duración, resultando
irrelevante el mayor o menor tiempo de la detentación. Sin embargo, ha prevalecido un criterio
desincriminante para casos de tenencias efímeras, fugaces, conocida como "de yuxtaposición
local". La "tenencia compartida", esto es, la que se lleva a cabo entre dos o más personas que
tienen en su poder o bajo un mismo dominio la cosa, también queda abarcada por el tipo. La
materialidad del delito exige que la tenencia sea de armas de fuego de uso civil, que son
aquellas que están clasificadas en el art. 5° del decr. 395/75. Los agresivos químicos y las armas
electrónicas quedan fuera del concepto de arma de fuego de uso civil, por cuanto no son
"armas de fuego”. Las armas tienen que ser aptas o idóneas para poner en peligro la seguridad
común (deben ser utilizables, aptas para el disparo); por lo tanto, si el objeto no resulta
potencialmente apto para poner en peligro el bien jurídico protegido, su mera tenencia debe
quedar al margen de la intervención del derecho penal. Se trata de un delito doloso, que se
consuma con la simple tenencia del arma de fuego. La tentativa no es admisible. El delito se
agrava si las armas fueren de guerra (art. 4°, inc.1°, Dec. 395/75).

Portación de arma de fuego sin la debida autorización

El delito consiste en portar (llevar consigo, blandirla, cargada para ser utilizada, etc.) un arma
de fuego de uso civil, sin la debida autorización. La portación presupone la posibilidad real de
disposición del arma de fuego, que permite su uso inmediato. Además, esa arma tiene que ser
de uso civil, es decir, de aquellas enumeradas en el art. 5° del Decr. 395/75. El tipo exige que el
autor "porte el arma" sin la autorización debida. Se trata de un elemento normativo del tipo,
cuya existencia elimina la tipicidad de la conducta. La autorización caducada o vencida no es
autorización debida (arts. 88 y 112, Decr. 395/75). Se trata de un delito doloso, de peligro
abstracto y de pura actividad, que se consuma con la sola portación del arma de fuego sin la
debida autorización de la autoridad pública competente. No parece admisible la tentativa. El
art. 189 bis, inc. 2°, párr. 4°, reprime con mayor penalidad el hecho, si las armas fueren de
guerra, cuya definición sólo puede provenir de la ley. Si el autor de la portación es tenedor
autorizado (legítimo usuario) del arma, la ley ha previsto una reducción considerable de la
pena, que se reduce en un tercio del mínimo y del máximo. La menor punibilidad comprende
tanto a la portación de armas de uso civil como a las de guerra; lo que importa es que el agente
sea legítimo usuario de algunas de las armas referidas.

Atenuante por ausencia de intención delictiva

Otra causal de atenuación de la pena tiene relación con la portación sin fines delictivos. Vale
decir que, si por las circunstancias del hecho y las condiciones personales del autor, resultare
evidente la falta de intención de utilizar las armas portadas con fines ilícitos, se podrá aplicar la
misma reducción punitiva que la prevista para el supuesto anterior.

Se trata de un caso de portación ilegítima (no autorizada) de un anua de fuego, cuya escala
penal se gradúa en atención a la clase de arma que porta el agente, de uso civil o de guerra. El
inc. 2°, párr. 7º, establece que se impondrá, "para los dos casos precedentes, la pena de
inhabilitación especial por el doble del tiempo de la condena". Se trata de la imposición de una
pena conjunta a la pena privativa de libertad, cuya consecuencia se relaciona,
fundamentalmente, con la prohibición del uso de un arma de fuego por el doble del tiempo de
la condena.

El párr. 8º del mismo inciso 2) pune al portador de un arma de fuego, de cualquier calibre, que
registrare antecedentes penales por delito doloso contra las personas o con el uso de armas
(condena fume), o que se encontrare gozando de una excarcelación o exención de prisión
anterior. La figura, con acierto, ha sido criticada por inconstitucional (Aboso, De la Fuente,
Salduna, Martín).

Acopio de armas, piezas y municiones

El art. 189 bis, en el inc. 3°, tipifica el delito de "acopio de armas, piezas o municiones de éstas,
sin la debida autorización". Están comprendidas tanto las armas de fuego de uso civil como a
las de guerra, conminando ambos supuestos con la misma penalidad.

La acción típica es la de acopiar, esto es, reunir una cantidad anormal de armas, o sea superior
a la que el uso común o deportivo puedan justificar. Los objetos son las armas de fuego. de uso
civil o de guerra, no así las armas blancas, de lanzamiento, etc. El número mínimo ( o cantidad)
de armas para que el conjunto constituya acopio, es una cuestión que ha quedado librada al
prudente arbitrio judicial y a las propias circunstancias del caso particular.

El tipo requiere la ausencia de una "debida autorización legal", cuya inexistencia completa el
injusto. Se trata de un delito doloso, de peligro abstracto y de carácter permanente, y se
consuma cuando el número de armas de que dispone el agente alcanza magnitud suficiente
para que se lo considere acopio. La tentativa es admisible.

Acopio de piezas o municiones

El mismo precepto castiga, también e] acopio de piezas o municiones de armas de juego. Las
“piezas'' son aquellos elementos que sirven para la fabricación del armas. Las “municiones" son
los cartuchos o tiros (proyectiles) que dispara el arma de fuego. La simple tenencia de
municiones de armas de fuego es una conducta atípica.

Tenencia de instrumentos para producir armas de fuego, piezas o municiones

El art. 189 bis, inc. 3°, castiga la "tenencia de instrumental para producir armas de fuego, sus
piezas o municiones, sin la debida autorización legal".

Se trata de un tipo subjetivamente configurado, que requiere la concurrencia de un elemento


subjetivo específico del injusto que acompaña al dolo: "para" producir armas de fuego. sus
piezas o municiones. Es un delito de intención, mutilados de dos actos. que se consuma con la
mera tenencia de los instrumentos para producir los elementos enunciados por la norma, aun
cuando el agente no haya logrado el fin propuesto.

Fabricación ilegal de armas

Se trata de un delito autónomo por el que se castiga la fabricación ilegal de armas de fuego (no
de cualquier arma), cuando de ello se hiciere una "actividad habitual", no cuando la fabricación
es aislada o circunstancial.

Entrega indebida de armas de fuego

El art. 189 bis, inc. 4°, castiga al que "entregare un arma de fuego, por cualquier título, a quien
no acreditare su condición de legitimo usuario". La entrega puede ser por cualquier título, de
modo que quedan comprendidos, entre otros actos jurídicos, la compraventa, donación,
alquiler, etc., sea a título oneroso o gratuito. La simple promesa de entregar la cosa, aunque se
haya pactado o pagado un precio por ella, no es suficiente para perfeccionar el tipo. El sujeto
que recibe la cosa no debe ser legítimo usuario, vale decir, no debe poseer autorización para
tener o portar la cosa. Se trata de un delito doloso que se consuma con la entrega del arma. La
tentativa es admisible. El precepto prevé una mayor penalidad para aquellos casos en que la
entrega del arma de fuego se hiciere a una persona menor de dieciocho años. Si el arma fuere
provista a una persona mayor de dieciocho años, el hecho no queda alcanzado por la
agravante. Con arreglo al inc. 4º, párr. 3º, se pune al "autor'', con la pena de inhabilitación, que
"hiciere de la provisión ilegal de armas de fuego una actividad habitual".

Omisiones punibles

El art. 189 bis, inc. 5°, pune con prisión e inhabilitación especial por el doble del tiempo de la
condena al que, "contando con la debida autorización legal para fabricar armas, omitiere su
número o grabado conforme a la normativa vigente".
Se trata de un tipo de omisión impropia, de sujeto activo cualificado ( el fabricante de armas de
fuego), a quien la ley le exige que lleve un libro de producción rubricado por la Dirección de
Fabricaciones Militares, en el que se asentarán la producción diaria, especificando tipo,
cantidad y número de serie de las armas, repuestos o accesorios y cantidad, tipo y número de
lote de munición, según el caso (art 15, decr. 395/75). Es, por tanto, un delito especial propio,
de conductas alternativas.

El precepto prevé dos formas típicas: una, consistente en omitir consignar el número o grabado
del arma de fuego, requeridas legalmente para su identificación, y la otra consistente en
asignar a dos o más armas idénticos números o grabados.

En ambos casos los delitos son dolosos, de dolo directo.

Una tercera conducta está prevista en el inc. 5°, párr. 2°, consistente en "adulterar o suprimir el
número o grabado de un arma de fuego". Se trata de un tipo activo, mixto alternativo, de
autoría indiferenciada, cuya acción consiste en "adulterar" (insertar, sobremarcar, etc.) o
"suprimir"' (eliminar, borrar, hacer desaparecer, tomar imposible la identificación, etc.), total o
parcialmente, el número o grabado de un arma de fuego. Puede tratarse de cualquier tipo de
arma de fuego, de uso civil o de guerra.

Se trata de un delito doloso, de dolo directo, de pura actividad, que se consuma con la sola
realización de las acciones típicas, sin que se requiera resultado adicional alguno.

DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD DEL TRÁNSITO Y DE LOS MEDIOS DE


TRANSPORTE Y COMUNICACIÓN
Naufragio, varamiento o desastre aéreo

ARTICULO 190. - Será reprimido con prisión de dos a ocho años, el que a sabiendas ejecutare
cualquier acto que ponga en peligro la seguridad de una nave, construcción flotante o
aeronave.

Si el hecho produjere naufragio, varamiento o desastre aéreo, la pena será de seis a quince
años de reclusión o prisión.

Si el hecho causare lesión a alguna persona, la pena será de seis a quince años de reclusión o
prisión, y si ocasionare la muerte, de diez a veinticinco años de reclusión o prisión.

Las disposiciones precedentes se aplicarán aunque la acción recaiga sobre una cosa propia, si
del hecho deriva peligro para la seguridad común.

El delito consiste en ejecutar (llevar a cabo, producir, realizar) cualquier acto, positivo o
negativo, que ponga en peligro la seguridad de una nave, construcción flotante o aeronave, de
lo cual derive un peligro para la seguridad común, por ej., daños en la estructura de la nave, en
sus dispositivos de seguridad, de señales, en la pista de aterrizaje para provocar el desastre.
etc. El articulo sólo comprende a la navegación acuática y aérea. El transporte terrestre tiene
protección en el art. 191. Los objetos protegidos son ]a nave, que es la embarcación de
desplazamiento acuático, cualquiera sea su medio de propulsión y que está destinada al
transporte o comunicación de personas o cosas; la construcción flotante, que son todos
aquellos objetos que, sin ser propiamente la nave, tienen la aptitud para sostenerse en la
superficie de las aguas (p. ej., balsas, embarcaderos, grúas, dragas), y la aeronave, que es
aquella embarcación, aparato o mecanismo capaz de circular por el aire, cualquiera sea su
forma de propulsión (p. ej., aviones, helicópteros, hidroaviones). En todas estas hipótesis, los
medios de transporte comprendidos deben estar en servicio.

El delito es doloso, de dolo directo, y se consuma con la realización de las conductas que ponen
en peligro real la seguridad de los objetos protegidos. La figura se agrava si, como consecuencia
del hecho deriva el naufragio, varamiento o desastre aéreo del medio de transporte. El
naufragio, cuya materialidad presupone una nave en curso de navegación, consiste en la
pérdida o ruina de la embarcación en el mar o en el río o lago navegables. El concepto abarca la
sumersión o hundimiento de la nave, ya sea en aguas libres como en puertos o dársenas. El
varamiento se produce cuando la nave encalla, vale decir, cuando deja de flotar debido a que
se apoya en partes sólidas, como ajena, hielo, rocas, etcétera. El desastre aéreo, por último, es
el daño de grandes proporciones que afecta a personas o cosas vinculadas con la utilización de
la aeronave. Comprende los casos de precipitación de la naye (en vuelo), como los daños
producidos durante las operaciones inmediatamente anteriores o posteriores al vuelo. La
escala penal se incrementa si el hecho produjere lesión o la muerte de alguna persona. En
ambas hipótesis, se trata de resultados preterintericionales conectados causalmente con el
desastre. El último párrafo del artículo declara aplicables las disposiciones precedentes aun
cuando la acción recaiga sobre la cosa propia, siempre que del hecho derive un peligro para la
seguridad común.

Peligro para transportes terrestres


ARTICULO 191. - El que empleare cualquier medio para detener o entorpecer la marcha de un
tren o para hacerle descarrilar, será reprimido:

1º Con prisión de seis meses a tres años, si no se produjere descarrilamiento u otro


accidente;

2º Con prisión de dos a seis años, si se produjere descarrilamiento u otro accidente;

3º Con reclusión o prisión de tres a diez años, si a consecuencia del accidente, resultare
lesionada alguna persona;

4º Con reclusión o prisión de diez a veinticinco años, si resultare la muerte de alguna


persona.

El delito consiste en ejecutar un acto tendiente a detener (parar, frenar. etc.) o entorpecer
(perturbar, poner obstáculos) la marcha de un tren o para hacerlo descarrilar. Por tren debe
entenderse a un conjunto de elementos rodantes (convoy), arrastrado por una máquina o
locomotora que circula exclusivamente por vía férrea y que está destinado al tránsito
ferroviario, por cualquier vía (superficial o subterránea). El concepto no abarca a la locomotora
sin convoy, automóviles guía y vagonetas, ni a las llamadas "zorras" u otros aparatos mecánicos
o eléctricos (p. ej., grúas), que poseen autodesplazamiento o desplazamiento manual.

Subjetivamente, la acción debe estar enderezada a lograr la finalidad perseguida (para detener,
entorpecer o lograr el descarrilamiento), contemplando sólo el dolo directo. Es de peligro
concreto y se consuma cuando se ponen en ejecución los medios destinados a detener o
entorpecer la marcha del tren o a producir su descarrilamiento. La tentativa se presenta como
posible. Si se produce el descarrilamiento u otro accidente, el delito se agrava, al igual que si,
como consecuencia del accidente, derivara una lesión o la muerte de alguna a persona. En
todas estas hipótesis de mayor penalidad, se trata de resultados preterintencionales no
abarcados por el dolo del autor.

Atentados contra medios de comunicación del servicio ferroviario

ARTICULO 192. - Será reprimido con las penas establecidas en el artículo anterior en sus
casos respectivos, el que ejecutare cualquier acto tendiente a interrumpir el funcionamiento
de un telégrafo o teléfono destinado al servicio de un ferrocarril.

El delito consiste en ejecutar cualquier acto dirigido a "interrumpir" el funcionamiento de un


telégrafo o teléfono que están destinados al servicio ferroviario, en tanto tales servicios son
indispensables para la seguridad del tránsito ferroviario. No están comprendidos en la
disposición aquellos artefactos que, como los teléfonos públicos instalados en las estaciones,
están destinados al uso del público en general. Es suficiente con la ejecución del acto tendiente
a lograr la interrupción del servicio. El precepto no abarca los medios electrónicos o
informáticos de comunicación, circunstancia que permite inferir el anacronismo que padece
nuestro Código Penal en muchos aspectos. El delito es de peligro concreto, instantáneo y
doloso.

Atentado contra un tren o tranvía en marcha


ARTICULO 193. - Será reprimido con prisión de un mes a un año, si el hecho no importare un
delito más severamente penado, el que arrojare cuerpos contundentes o proyectiles contra
un tren o tranvía en marcha.

La figura, en gran medida, ha perdido actualidad, pues los tranvías dejaron de funcionar en la
Argentina a comienzos de la década de los sesenta. Por tanto, el hecho sólo podría cometerse
contra un tren en marcha, aun cuando los trenes también han dejado de circular en gran parte
del país. El delito consiste en "arrojar" (tirar, lanzar, despedir) un cuerpo contundente (objeto
capaz de producir un daño, una contusión) o proyectiles (cuerpo u objeto lanzado en una
dirección cualquiera y que puede ser arrojado a distancia) contra un tren en marcha. Por
tratarse de una figura subsidiaria, la pena por el delito sólo resulta aplicable siempre que el
hecho no importare un delito más severamente penado. La consecuencia más grave, por ej.
muerte de un pasajero, implica la exclusión de esta figura por la que corresponda a este
resultado. La infracción es de peligro y se consuma al arrojarse los objetos contra los vehículos
protegidos, aun cuando no se den en el blanco.

Delitos vinculados al tránsito automotor

ARTICULO 193 bis. - Será reprimido con prisión de seis (6) meses a tres (3) años e
inhabilitación especial para conducir por el doble del tiempo de la condena, el conductor que
creare una situación de peligro para la vida o la integridad física de las personas, mediante la
participación en una prueba de velocidad o de destreza con un vehículo con motor, realizada
sin la debida autorización de la autoridad competente.

La misma pena se aplicará a quien organizare o promocionare la conducta prevista en el


presente artículo, y a quien posibilitare su realización por un tercero mediante la entrega de
un vehículo con motor de su propiedad o confiado a su custodia, sabiendo que será utilizado
para ese fin.

Conducción peligrosa de un vehículo automotor

El delito consiste en crear una situación de peligro para la vida o la integridad física de las
personas, a través de la participación en una prueba de velocidad o de destreza con un
vehículo automotor. En principio no es punible la conducción peligrosa de un automotor, por
ejemplo, por encima de los límites legales de velocidad o bajo la influencia de bebidas
alcohólicas o de drogas tóxicas, sino que el tipo penal requiere que la conducción del
automotor haya puesto en peligro concreto la vida o la integridad física de las personas, “a
través” de una prueba de velocidad o de destreza, vale decir, de una competencia o concurso
con otros individuos, o también de una demostración solitaria de las habilidades personales (p.
ej., una "picada"). La mera conducción peligrosa del automotor en una vía de circulación
general, el hecho configura una infracción administrativa regulada en el código de faltas
respectivo. Aun así, el precepto condiciona la punibilidad a que la prueba de velocidad o de
destreza se haya realizado sin la debida autorización de la autoridad competente, la cual, de
existir, eliminaría la tipicidad penal. Ahora bien, la puesta en peligro de la vida o integridad
física debe ser de las personas en general, esto es, en forma indeterminada, lo cual no obsta a
que se trate de una sola p. ej., un transeúnte que ocasionalmente circula por el lugar. El
acompañante del conductor así como los demás intervinientes en la competencia de velocidad
o de destreza, que hayan asumido voluntariamente el riesgo derivado de tal forma de conducir
(inclusive, el propio conductor) no quedan abarcados por el tipo. El peligro concreto para el
bien jurídico debe ser evaluado ex post, el cual debe ser real, no meramente potencial.

La prueba de velocidad o de destreza puede llevarse a cabo en un lugar público o en un lugar


privado, se trate o no de una vía de circulación de las establecidas en las leyes respectivas;
puede tratarse de una calle pública, de circulación automotriz abierta o cerrada al tránsito
automotor (p. ej., en ciertas horas del día para ser utilizada exclusivamente por peatones), una
senda peatonal, una vereda, una plaza pública, etcétera. En consecuencia, una prueba de
velocidad realizada en un lugar solitario, sin riesgo para los señalados bienes jurídicos
fundamentales, es una conducta atípica. La cuestión deja de presentarse tan sencilla en
aquellos supuestos de asunción del riesgo por parte de los espectadores de una prueba de
velocidad (p. ej., una picada que es observada por personas que han asentido su realización).
Seguramente, hechos de estas características habrán de plantear dudas en el ámbito del
consentimiento y de la auto puesta en peligro por parte de la víctima. Se trata de un tipo de los
denominados "'de propia mano". Sólo puede ser cometido por el conductor, en forma
personal, sin intermediarios.

Sobre el concepto de "vehículo automotor", el texto legal nada dice al respecto; por lo tanto,
quedan abarcados por el tipo penal los vehículos propulsados a motor de dos o más ruedas,
con tracción propia (v. gr., los automóviles, las motocicletas y los ciclomotores, embarcaciones
a motor, etc.), no así otros vehículos que carecen de tales características (p. ej., los de tracción
a sangre).

El delito es doloso, de dolo directo y se consuma cuando se crea el peligro concreto para la vida
o la integridad física de otras personas. La tentativa -aunque teóricamente resulte imaginable-
aparece como de difícil realización en la práctica. La pena de inhabilitación significa "para
conducir automotores".

Organización o promoción de una prueba de velocidad o de destreza con un vehículo


automotor

El delito consiste en la organización o promoción de una prueba de velocidad o de destreza con


un vehículo automotor, sin la debida autorización legal. Organiza el que se ocupa de todos los
aprestos para la realización de la prueba; promociona el que tiene a su cargo la difusión de la
competencia. Se trata de un tipo mixto alternativo, para cuya concreción es suficiente con la
realización de una sola de las conductas previstas, pero la multiplicación de las acciones no
multiplica el delito. Tratándose doloso y de delito de peligro abstracto, la tentativa no parece
posible.

Facilitación de la prueba de velocidad o de destreza por un tercero

El párr. 2° del artículo reprime un delito consistente en hacer posible una prueba de velocidad
o de destreza, mediante la entrega de, un vehículo con motor a otra persona, para que ésta (u
otra, a quien en definitiva le sea entregado el vehículo) participe o intervenga en una de las
pruebas indicadas. Debe tratarse de la entrega de un vehículo con motor y no de otro
elemento o cosa que permita o haga posible la realización de la prueba (p. ej., proveer el
combustible para que funcione el automotor). El vehículo con motor debe ser de propiedad del
sujeto activo, es decir, inscripto a su nombre ante los registros respectivos (la duda se
presentará con la mera tenencia del vehículo aún no inscripto), o que haya sido confiado a su
custodia (p. ej., por amistad, confianza, disposición de autoridad competente); por lo tanto, si
se tratare de un vehículo robado o de propiedad de un tercero que no lo ha confiado a la
custodia del autor, el hecho es atípico a este título. Se trata de un delito doloso, que admite
sólo el dolo directo. La expresión sabiendo que será utilizado para ese fin no permite otra
interpretación. Se consuma con la entrega del vehículo al tercero; por tratarse de un delito de
peligro abstracto, la tentativa no parece imaginable.

Entorpecimiento de medios de transporte y de servicios públicos

ARTICULO 194. - El que, sin crear una situación de peligro común, impidiere, estorbare o
entorpeciere el normal funcionamiento de los transportes por tierra, agua o aire o los
servicios públicos de comunicación, de provisión de agua, de electricidad o de sustancias
energéticas, será reprimido con prisión de tres meses a dos años.

El precepto no tutela el funcionamiento del medio de transporte en sí mismo, sino el del


transporte en general, es decir, su desenvolvimiento o circulación por la vía pública, aun
cuando, para impedir o perturbar esta actividad, la acción recaiga sobre la cosa misma; de
manera que quedan comprendidos tanto aquellos que están destinados al uso público como
los de uso particular, estén o no afectados al transporte de pasajeros. Los servicios son los
públicos, ya sea que la prestación esté a cargo del Estado o de concesionarios autorizados.

El delito consiste en impedir (imposibilitar), estorbar (molestar, poner obstáculos) o entorpecer


(turbar, incomodar) el normal funcionamiento de los transportes o servicios enunciados en la
norma Sujeto activo puede ser cualquier persona. La infracción es material y de resultado,
dolosa y se consuma al impedirse o frustrarse el normal funcionamiento del transporte o del
servicio.

Abandono del puesto de trabajo

ARTICULO 195. - Serán reprimidos con prisión de un mes a un año, si el hecho no importare
un delito más severamente penado, los conductores, capitanes, pilotos, mecánicos y demás
empleados de un tren o de un buque, que abandonaren sus puestos durante sus servicios
respectivos antes de llegar a puerto o al término del viaje ferroviario.

El delito consiste en abandonar el puesto de trabajo durante la realización del servicio


respectivo. El abandono punible se produce cuando el agente omite, en forma definitiva o
temporaria, desempeñar la función o la tarea que le corresponde, ya sea desertando o
permaneciendo a bordo sin desempeñar la función o la tarea en el momento en que lo debe
hacer. La infracción sólo puede cometerse antes de llegar a puerto (el buque) o al término del
viaje ferroviario ( el tren). Vale decir que el abandono penalmente reprochable exige que el
autor se encuentre en servicio y que el medio de transporte se halle en curso de navegación o
de circulación. Autores del delito sólo pueden ser los conductores, capitanes, pilotos,
mecánicos y demás empleados de un tren o de un buque. La figura es de carácter subsidiario,
resultando de aplicación sólo cuando el hecho no importe un delito más severamente penado.
Se trata de un tipo doloso, de peligro abstracto, que se consuma con el propio abandono,
independientemente de cualquier daño que pueda derivar para el transporte.
Accidente culposo

ARTICULO 196. - Será reprimido con prisión de seis meses a tres años el que por imprudencia
o negligencia o por impericia en su arte o profesión o por inobservancia de los reglamentos u
ordenanzas, causare un descarrilamiento, naufragio u otro accidente previsto en este
capítulo.

Si del hecho resultare lesionada o muerta alguna persona, se impondrá prisión de uno a
cinco años.

El articulo regula, en su parte primera, la figura simple del accidente culposo, consistente en
causar un descarrilamiento, un naufragio u otro accidente de los previstos en el Capítulo (arts.
190 y 191). La segunda parte de la disposición contempla una figura agravada para aquellos
casos en los que del hecho derive una lesión o la muerte de alguna persona.

Entorpecimiento de comunicación y resistencia al restablecimiento

ARTICULO 197. - Será reprimido con prisión de seis (6) meses a dos (2) años, el que
interrumpiere o entorpeciere la comunicación telegráfica, telefónica o de otra naturaleza o
resistiere violentamente el restablecimiento de la comunicación interrumpida.

La reforma de la Ley Nº 263 88 se limitó únicamente a agregar las palabras o de otra naturaleza
a la redacción vigente hasta entonces. con lo cual se amplió el campo de aplicación del delito a
otras formas de comunicación no previstas por el texto original, por ej. las comunicaciones a
través de sistemas informáticos. El delito debe producir una verdadera incomunicación que
afecte al servicio público normal correspondiente. La disposición contempla dos hipótesis bien
diferenciadas: la interrupción o entorpecimiento de la comunicación Y la resistencia violenta al
restablecimiento de una comunicación ya interrumpida. En ambos supuestos, la acción del
agente puede recaer sobre comunicaciones telegráficas, telefónicas o de otra naturaleza (p. ej.,
informática).

PIRATERÍA
ARTICULO 198. - Será reprimido con reclusión o prisión de tres a quince años:

1º El que practicare en el mar o en ríos navegables, algún acto de depredación o violencia


contra un buque o contra personas o cosas que en él se encuentren, sin estar autorizado por
alguna potencia beligerante o excediendo los límites de una autorización legítimamente
concedida;

2º El que practicare algún acto de depredación o violencia contra una aeronave en vuelo o
mientras realiza las operaciones inmediatamente anteriores al vuelo, o contra personas o
cosas que en ellas se encuentren, sin estar autorizado por alguna potencia beligerante o
excediendo los límites de una autorización legítimamente concedida;
3º El que mediante violencia, intimidación o engaño, usurpare la autoridad de un buque o
aeronave, con el fin de apoderarse de él o de disponer de las cosas o de las personas que
lleva;

4º El que, en connivencia con piratas, les entregare un buque o aeronave, su carga o lo que
perteneciere a su pasaje o tripulación;

5º El que, con amenazas o violencia, se opusiere a que el comandante o la tripulación


defiendan el buque o aeronave atacado por piratas;

6º El que, por cuenta propia o ajena, equipare un buque o aeronave destinados a la piratería;

7º El que, desde el territorio de la República, a sabiendas traficare con piratas o les


suministrare auxilio.

Por su parte, el 199 dispone:

ARTICULO 199. - Si los actos de violencia u hostilidad mencionados en el artículo anterior,


fueren seguidos de la muerte de alguna persona que se encontrare en el buque o aeronave
atacados, la pena será de diez a veinticinco años de reclusión o prisión.

La piratería ha sido considerada una infracción criminal que atenta contra la comunidad
internacional. Pero, entre nosotros, la piratería interna, esto es, la que se practica en el mar y
ríos del interior del país, configura un atentado contra la seguridad pública, en tanto implica un
peligro para el tránsito marítimo o fluvial.

Piratería marítima o propiamente dicha

El delito consiste en practicar (ejecutar) algún acto de violencia (física o psíquica) o


depredación (acto de pillaje o de apoderamiento violento) contra un buque o contra personas
o cosas que se encuentran a bordo. Los actos de pillaje deben ejecutarse en el mar o en ríos
navegables, es decir, mientras el buque está navegando; por lo tanto, la infracción no se
concibe en tierra ni desde tierra, ni en los lagos interiores.

Desde siempre se ha entendido que esta clase de piratería demanda que las conductas típicas
se lleven a cabo empleando un buque contra otro buque (abordaje), que está en curso de
navegación. Sin embargo, creemos que en la actualidad esta interpretación ha perdido vigencia
La moderna piratería no sólo se realiza mediante una situación de abordaje sino que también
puede llevarse a cabo empleando medios muy sofisticados, distintos y seguramente más
efectivos que los métodos clásicos de abordaje, como pueden ser, por ejemplo, el ataque a
través de submarinos, por medio de colocación de explosivos por buzos especializados,
cañoneos desde tierra o aire, entre otros. La disposición no alcanza a buques de guerra de
alguna potencia beligerante y mucho menos si se trata de actos de piratería autorizados por
países que se encuentran involucrados en un conflicto bélico.

Sujeto activo es el pirata, es decir, aquel que actúa por cuenta propia, que no pertenece a
ninguna nación y no distingue entre la guerra y la paz. No es pirata quien actúa bajo la
autorización de alguna potencia beligerante. Los actos de pillaje son piráticos sólo cuando son
ejecutados ''sin mediar autorización de alguna potencia beligerante", o cuando “se excedieran
los límites de una autorización concedida legítimamente". La llamada "patente de corso” que
consistía en una autorización que concedía el Congreso o el presidente de la Nación para
actuar en una guerra naval hostilizando al enemigo, fue eliminada (por desuso) por la reforma
constitucional de 1994. El delito es doloso, de peligro concreto y se consuma cuando se llevan
a cabo los actos de depredación o violencia contra el buque o las personas o cosas que en él se
encuentran. La tentativa no parece admisible.

Piratería aérea

Está contemplada en el art. 198, inc. 2°. La diferencia con la figura anterior reside en que, en
este delito, las conductas típicas deben recaer sobre una aeronave en vuelo, o mientras realiza
las operaciones inmediatamente anteriores al vuelo. El hecho alcanza a acciones desde otra
nave o desde tierra o agua, pudiendo ser practicados por individuos que se encuentran en el
interior de la aeronave en vuelo o mientras permanece en tierra, ya sea durante los momentos
en que se realizan las operaciones anteriores al vuelo (p. ej., el momento del ascenso o
descenso de pasajeros) o bien durante el carreteo o despegue del avión. El delito es doloso, de
peligro concreto y la consumación coincide con la ejecución de los actos de violencia o
depredación

Piratería impropia o usurpación de comando

La figura está prevista en el art. 198, inc. 3°, y consiste en usurpar 1a autoridad de un buque o
aeronave, con la finalidad de apoderarse de ellos o de las cosas o personas que transportan. El
hecho puede llevarse a cabo mediante violencia (actos de fuerza física), intimidación
(amenazas) o engaño (fraude), pudiendo recaer sobre cualquier persona que se encuentre en
el buque o en la aeronave y cometerse en el interior de la nave o directamente desde el
exterior. La ley no hace ninguna distinción sobre el particular. Autor del delito puede ser
cualquier persona, incluso alguien que pertenezca a la misma tripulación. Subjetivamente, el
tipo exige un móvil específico: el propósito de apoderarse del buque o de la aeronave o de
disponer de las cosas o personas que se encuentran a bordo. Tratándose de un tipo
subjetivamente configurado (delito de tendencia~ en la categoría de especial motivación
subjetiva), la ausencia de este particular elemento motivacional elimina el delito. La infracción
es instantánea, de efectos permanentes y se consuma con la usurpación de la autoridad de la
nave, independientemente de que se haya o no logrado la finalidad propuesta.

Connivencia con piratas

La materialidad del delito consiste en entregar a un pirata un buque o una aeronave, la carga
transportada o las pertenencias de los pasajeros o de la tripulación. Se trata de una entrega
voluntariamente acordada entre el entregador (que puede ser un tercero ajeno a la tripulación
del buque o de la aeronave, un tripulante o un pasajero, o bien una persona a cuyo cargo se
encuentre el gobierno o dirección de la nave, vale decir, que tenga poder de decisión) y el
pirata. Ésta es la connivencia (confabulación, acuerdo, etc.) exigida por la norma. La entrega
que obedece a otras razones (p. ej., por estar en la creencia de la inutilidad de una defensa, por
miedo o por cobardía) no queda abarcada por el tipo. El delito es doloso, de dolo directo,
instantáneo y se consuma con la entregade los objetos protegidos al pirata. Se trata de un tipo
penal susceptible indistintamente de autoría directa o mediata.
Oposición a la defensa contra piratas

La acción material en este delito consiste en oponerse a que el buque o aeronave, que se
encuentra siendo atacado por piratas, sea defendido por el comandante o la tripulación. La
oposición debe realizarse mediante violencia o amenaza, sea que se la ejerza contra el
comandante o contra algún miembro de Ja tripulación. No están abarcados por el tipo otros
medios como, por ejemplo, el engaño o la persuasión. El delito es doloso, de dolo directo y se
consuma con el ejercicio de los actos de violencia o intimidación que se emplean como medios
para ejecutar la oposición, independientemente de que se haya impedido o no la defensa del
buque o de la aeronave.

Equipamiento pirata

La figura está prevista en el art. 198, inc. 6°, reprime un acto preparatorio del delito ·de
piratería. La acción consiste en equipar un buque o una aeronave para practicar actos de
piratería, comprendiendo el acondicionamiento de la nave, proveyendo tripulación,
armamento, alimentos, instrumentos de navegación, etc., para destinarla a la piratería. La
actividad del agente puede ser ejecutada por cuenta propia (para uno mismo) o por cuenta
ajena (para un tercero; generalmente, un armador). El delito es doloso y el dolo abarca el
conocimiento del destino de la nave. Debe tratarse del equipamiento de una nave pirata y no
de una nave cualquiera para que realice actos de piratería, aunque luego efectivamente los
realice. Se consuma con el equipamiento.

Tráfico con piratas

El delito está previsto en el art. 198, inc. 7°, y consiste en traficar (compraventa de mercaderías,
armas, dinero, etc.) o suministrar auxilio (ayuda o socorro, por ej. proveer un lugar para el
descanso, reabastecerse, etc.) a un pirata. Las conductas deben llevarse a cabo desde el
territorio de la República, en cualquier jurisdicción del país. Subjetivamente, es necesario que
el autor realice las acciones típicas a sabiendas, es decir, con el conocimiento asertivo de que
trafica o presta auxilio a piratas. Por lo tanto, sólo cabe el dolo directo.

Agravante

La única circunstancia agravante de la piratería está prevista en el art. 199, cuya mayor
penalidad se aplica cuando de los actos hostiles o de violencia a que se alude en el precepto
anterior, deriva la muerte de alguna persona que se encontrare en el buque o aeronave
atacados. La pluralidad de muertes no multiplica el delito. Se trata de un resultado
preterintencional no abarcado por el dolo del agente.
DELITOS CONTRA LA SALUD PÚBLICA

La salud pública puede ser definida como el conjunto de condiciones que positiva o
negativamente garantizan y fomentan la salud de los ciudadanos (Rodríguez Ramos). En este
Capítulo, lo tenido en cuenta como fundamento de la incriminación es tanto el estado sanitario
de la comunidad como el de otros seres vivos, como las plantas y los animales, en la medida
que tengan alguna incidencia en la salud de los individuos en general.

Envenenamiento o adulteración de aguas potables, alimentos o medicinas

ARTICULO 200. - Será reprimido con reclusión o prisión de TRES (3) a DIEZ (10) años y multa
de PESOS DIEZ MIL ($ 10.000) a PESOS DOSCIENTOS MIL ($ 200.000), el que envenenare,
adulterare o falsificare de un modo peligroso para la salud, aguas potables o sustancias
alimenticias o medicinales destinadas al uso público o al consumo de una colectividad de
personas.

El delito consiste en envenenar, o sea, agregar o mezclar alguna sustancia tóxica, en adulterar,
vale decir, alterar la sustancia de una materia agregándole otras, quitándole alguno de sus
elementos o sometiéndola a algún proceso de descomposición, o en falsificar, esto es, otorgar
una apariencia engañosa al producto o relativo a sus componentes o presentación, aguas
Potables o sustancias alimenticias o medicinales. Los objetos del delito son, el agua potable,
que es aquella que sirve para el consumo humano (p. ej., para beber, cocinar), aunque no sea
químicamente pura; sustancia alimenticia es aquel producto o fruto, sólido o líquido, que
habitualmente se ingiere como alimento; sustancias medicinales son aquellos productos que se
usan en la medicina humana, con fines directamente curativos, antisépticos, anestésicos, etc.
(p. ej., medicamentos, drogas, productos químicos). No están comprendidos los medicamentos
que se utilizan para animales o de uso veterinario, ni el instrumental que se emplea en la
medicina.

No cualquier envenenamiento o adulteración es punible por ese único hecho, sino sólo aquel
que se realice de un modo peligroso para la salud, es decir, que la salud de las personas haya
padecido el riesgo concreto de una alteración o transformación, corporal o fisiológica, de
carácter perjudicial (p. ej., el peligro de alguna enfermedad). Estas acciones sólo son punibles
en la medida en que recaigan sobre aguas potables o sustancias alimenticias o medicinales que
están "destinadas al uso público (o de la población en general) o al consumo de una
colectividad de personas", por ej., de un colegio, un barco, un regimiento, una cárcel, etc. El
delito es doloso y admite, incluso, la forma eventual. Se trata de un tipo de peligro concreto,
que se consuma cuando las acciones típicas han puesto en peligro la salud del público en
general.

Tráfico de productos peligrosos para la salud

ARTICULO 201. - Las penas del artículo precedente se aplicarán al que vendiere, pusiere en
venta, suministrare, distribuyere o almacenare con fines de comercialización aguas potables,
sustancias alimenticias o medicinales o mercaderías peligrosas para la salud, disimulando su
carácter nocivo.

El delito consiste en vender (entregarla cosa por un precio ),poner en venta ( ofrecimiento del
producto para la venta, p. ej., exhibiéndolo), suministrar (ponerlo en manos de un tercero,
entregarlo, por cualquier concepto a título gratuito u oneroso), distribuir (repartir las
mercaderías entre las personas, por cuenta propia o de terceros) o almacenar (acopiadas,
tenerlas en depósito), sustancias peligrosas para la salud general, disimulando su carácter
nocivo. Los objetos del delito son las aguas potables, sustancias alimenticias, medicamentos y
las mercaderías (art. 77, Cód. Penal: "toda clase de efectos susceptibles de expendio"). En estos
supuestos debe tratarse de productos peligrosos para la salud, vale decir, con aptitud para
dañar la salud colectiva. El tráfico o comercialización de estos productos sólo es punible si el
autor ejecuta las acciones típicas disimulando su carácter nocivo, esto es, "engañar", mediante
un acto positivo, al receptor sobre las verdaderas cualidades de la sustancia, p. ej., borrar la
leyenda que advierte acerca de la nocividad del producto. Se trata, en suma, de una conducta
fraudulenta en perjuicio del comprador. El delito es doloso y de peligro abstracto, razón por la
cual la consumación coincide con el mismo acto de tráfico, pues la propia peligrosidad de la
sustancia implica, en sí misma, un peligro para la salud general. Las acciones de vender,
suministrar, almacenar o distribuir admiten tentativa; no así la de poner en venta.

Agravantes

ARTICULO 201 bis. - Si como consecuencia del envenenamiento, adulteración o falsificación


de aguas potables o sustancias alimenticias o medicinales, resultare la muerte de alguna
persona, la pena será de DIEZ (10) a VEINTICINCO (25) años de reclusión o prisión; si
resultaren lesiones gravísimas, la pena será de TRES (3) a QUINCE (15) años de reclusión o
prisión; si resultaren lesiones graves, la pena será de TRES (3) a DIEZ (10) años de reclusión o
prisión.

En todos los casos se aplicará además multa de PESOS DIEZ MIL ($ 10.000) a PESOS
DOSCIENTOS MIL ($ 200.000).
Se trata de una figura preterintenciona1. La multiplicidad de resultados no multiplica la
agravante. La tentativa es posible.

Propagación de enfermedad peligrosa y contagiosa

ARTICULO 202. - Será reprimido con reclusión o prisión de tres a quince años, el que
propagare una enfermedad peligrosa y contagiosa para las personas.

El delito consiste en propagar una enfermedad peligrosa y contagiosa para las personas. Esto
sucede cuando la enfermedad se difunde, se multiplica o se transmite entre los individuos en
general. La conducta punible no consiste en contagiar o enfermar a alguien, sino en propagar
(difundir) una enfermedad que es contagiosa y peligrosa para las personas. La propagación de
la enfermedad puede realizarse a través de la transmisión directa del germen, de persona a
persona, de animales o vegetales, o bien en forma indirecta a través de objetos o liberando
gérmenes patógenos puros. La enfermedad (proceso patológico en desarrollo) debe ser
"peligrosa y contagiosa" para las personas. Es peligrosa cuando es susceptible de producir un
grave daño para la vida o la salud de las personas, y es contagiosa si puede trasmitirse a otro,
de cualquier forma y por cualquier medio (p. ej., rabia, tuberculosis, sífilis, sida). Sujetos activo
y pasivo puede ser cualquiera. El delito es doloso, de pura actividad y de peligro concreto, y se
consuma con la acción de propagar, con prescindencia de todo resultado, es decir, de que se
produzca el contagio de alguna persona. La tentativa no parece imaginable.

Tipo culposo

ARTICULO 203. - Cuando alguno de los hechos previstos en los artículos anteriores fuere
cometido por imprudencia, negligencia, impericia en su arte o profesión o por inobservancia
de los deberes a su cargo, se impondrá multa de PESOS CINCO MIL ($ 5.000) a PESOS CIEN
MIL ($ 100.000); si tuviere como resultado enfermedad o muerte se aplicará prisión de SEIS
(6) meses a CINCO (5) años.

El precepto regula un tipo culposo que sólo alcanza a los arts. 200 y 202. El tipo del art. 201, al
requerir como elemento subjetivo que el autor disimule el carácter nocivo del objeto que
tráfico está revelando una conducta activa engañosa respecto de la calidad de la cosa en
perjuicio del receptor, actividad que nos parece-sólo compatible con un obrar doloso. No nos
parece posible "disimular" culposamente. Nuevamente se ha perdido otra oportunidad ( como
ya ocurriera con la Ley Nº 25089) de dar una solución normativa a esta cuestión. La mayor
penalidad está prevista para resultados derivados de los hechos previstos en los artículos
anteriores: enfermedad o muerte de alguna persona.

Suministro infiel de medicamentos

ARTICULO 204.- Será reprimido con prisión de SEIS (6) meses a TRES (3) años el que estando
autorizado para la venta de sustancias medicinales, las suministrare en especie, calidad o
cantidad no correspondiente a la receta médica, o diversa de la declarada o convenida, o
excediendo las reglamentaciones para el reemplazo de sustancias medicinales, o sin la
presentación y archivo de la receta de aquellos productos que, según las reglamentaciones
vigentes, no pueden ser comercializados sin ese requisito.

EJ delito consiste en suministrar, esto es, expender o despachar una sustancia medicinal a otra
persona, en especie (conjunto de cualidades de la propia sustancia), calidad (propiedad natural
de la cosa; el término hace referencia a la efectividad terapéutica de la sustancia) o cantidad
(medida, dosis o proporción) distinta de la prescripta en la receta médica o de lo convenido o
declarado. Se trata de un delito especial propio, porque sólo puede ser cometido por quien
está autorizado legalmente para la venta de sustancias medicinales (farmacéutico, director de
laboratorio, etcétera).

Si bien la disposición no lo dice, la expresión "sustancia medicinal" sólo es referible a


medicamentos destinados al tratamiento de ·enfermedades humanas, aun cuando
eventualmente sirvan para tratar animales. El tipo recoge una suerte de fraude en perjuicio de
otra persona (el suministro debe ser infiel), pero sin que tenga alguna relevancia el valor
económico del medicamento o el perjuicio o beneficio que la operación pueda entrañar para el
sujeto pasivo; para que se perfeccione el delito, con la falta de correspondencia entre lo
recetado, declarado o convenido y lo que se expende a las personas. Se trata de un delito de
peligro abstracto, de pura actividad, doloso y se consuma con el mero suministro del
medicamento.

El precepto legal prevé, asimismo, el suministro excediendo las reglamentaciones en el


reemplazo de sustancias medicinales, esto es, en aquellos casos en los que se despacha un
medicamento -que reemplaza al pedido por el consumidor- sin el conocimiento y
consentimiento de éste, y cuando el suministro se lleva a cabo sin la presentación y archivo de
la receta de aquellos productos que según las reglamentaciones vigentes no pueden ser
comercializados sin ese requisito. La disposición abarca no sólo la omisión de la presentación
de la receta médica sino también, y en forma separada, su archivo. De forma que el sujeto
activo podrá cometer el delito en cualquiera de sus modalidades: suministrando el
medicamento sin receta médica o si, existiendo esta receta, no la archivare. El delito es doloso,
de dolo directo.

Suministro culposo

ARTICULO 204 bis.- Cuando el delito previsto en el artículo anterior se cometiere por
negligencia, la pena será de multa de PESOS CINCO MIL ($ 5.000) a PESOS CIEN MIL ($
100.000).

Se trata de una hipótesis culposa de los delitos previstos en el art. 204, es decir que, pese a la
defectuosa técnica legislativa que presenta la disposición, al expresar cuando el delito previsto,
debe entenderse que quedan abarcadas las figuras tipificadas en dicho artículo, pues ambas
modalidades son susceptibles de cometerse por culpa.

Producción o fabricación de productos medicinales en establecimientos no autorizados

ARTICULO 204 ter.- Será reprimido con prisión de UNO (1) a CUATRO (4) años y multa de
PESOS DIEZ MIL ($ 10.000) a PESOS DOSCIENTOS MIL ($ 200.000), el que produjere o
fabricare sustancias medicinales en establecimientos no autorizados.

Con esta normativa se ha tenido por finalidad combatir la industria clandestina de


medicamentos. Se trata de un tipo penal mixto alternativo, cuya comisión abarca tanto 1la
producción como 1a fabricación de sustancias medicinales, aun cuando éstas no sean
peligrosas para la salud de las personas. Se reprime el hecho objetivo de la elaboración, en
todas sus formas, de estos productos. El tipo penal se perfecciona sólo si los productos son
producidos o fabricados en establecimientos no autorizados. El delito, que es de resultado y
doloso, se consuma con la producción o fabricación de la sustancia medicinal. La tentativa es
posible.

Omisión de los deberes de control y vigilancia


ARTICULO 204 quater.- Será reprimido con multa de PESOS DIEZ MIL ($ 10.000) a PESOS
DOSCIENTOS MIL ($ 200.000), el que teniendo a su cargo la dirección, administración, control
o vigilancia de un establecimiento destinado al expendio, almacenamiento, distribución,
producción o fabricación de sustancias medicinales, a sabiendas, incumpliere con los deberes
a su cargo posibilitando la comisión de alguno de los hechos previstos en el artículo 204.

Se trata de un tipo omisivo que castiga la simple infracción de la obligación que incumbe al que
tiene a su cargo la dirección, administración, control o vigilancia de un establecimiento
destinado al expendio, almacenamiento, distribución, producción o fabricación de
medicamentos, en la medida en que dicha omisión haya posibilitado en concreto la comisión
de algunos de los delitos previstos en el art. 204. Es un delito especial que requiere la conducta
de un autor cualificado (p. ej., el farmacéutico, el director técnico de la farmacia o del
laboratorio, el administrador, el gerente). Está prevista únicamente la forma dolosa de dolo
directo, (la expresión “a sabiendas" en el texto, no permite otra interpretación) y se consuma
con la simple omisión de cumplimiento de los deberes asumidos, sin que resulte necesario
para la perfección típica que "realmente" se haya cometido alguno de los delitos previstos en el
art. 204.

Venta de sustancias medicinales sin autorización

ARTICULO 204 quinquies: Será reprimido con prisión de SEIS (6) meses a TRES (3) años el que
sin autorización vendiere sustancias medicinales que requieran receta médica para su
comercialización.

La conducta típica consiste en vender, sin autorización, medicamentos que sólo pueden ser
comercializados bajo receta médica Por lo tanto, quedan al margen del tipo el expendio de
medicamentos que se comercializan en forma libre o bajo cualquier título que no constituya
venta. La venta, para que resulte punible, debe haberse realizado sin la autorización prevista en
las leyes que regulan la actividad farmacéutica. El delito es doloso y se consuma con la venta
del producto medicinal, de manera que la tentativa es posible.

Violación de medidas anti epidémicas

ARTICULO 205. - Será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que violare las
medidas adoptadas por las autoridades competentes, para impedir la introducción o
propagación de una epidemia.

El delito consiste en violar (quebrantar) las medidas (mandatos o prohibiciones) adoptadas por
la autoridad competente, tendientes a impedir la introducción o propagación de una epidemia.
La acción puede llevarse a cabo a través de una conducta activa u omisiva, es decir, ejecutando
un acto prohibido o no realizando el acto mandado por autoridad. Estas medidas deben estar
dirigidas a impedir la introducción o propagación de una epidemia, vale decir, una enfermedad
que ataca a un gran número de personas, que se propaga por contagio directo, de persona a
persona, o bien por contagio indirecto, por medio de vehículos portadores como el agua, los
animales, los insectos, las ropas, etcétera. La epidemia puede tener su origen en enfermedades
de los animales o de las plantas. Sujeto activo del delito puede ser cualquiera, incluso quien
padece la enfermedad. Se trata de una norma penal en blanco, en la que se determina la
sanción, pero que requiere de una comp1ementación proveniente de otra ley o instancia. La
infracción es dolosa, de peligro abstracto, y se consuma cuando se ha violado la prohibición o
se ha omitido realizar lo que el mandato ordenaba hacer, con prescindencia de que se haya
efectivamente infestado a alguna persona o de que se haya corrido realmente el peligro de
introducción o propagación de la epidemia.

Violación de leyes de policía sanitaria animal

ARTICULO 206. - Será reprimido con prisión de UNO (1) a SEIS (6) meses el que violare las
reglas establecidas por las leyes de policía sanitaria animal.

Como en el caso anterior, se trata de una ley penal en blanco cuya materialidad consiste en
violar las reglas (medidas) establecidas por las leyes de policía sanitaria animal.

Estas disposiciones generalmente establecen prescripciones obligatorias para los propietarios


de animales afectados por alguna enfermedad contagiosa, determinándolos en tales casos, a
denunciar el hecho a las autoridades pertinentes (p. ej., aislamiento del animal enfermo,
separándolo de los sanos o enterrándolo, si estuviese muerto). También se establecen reglas
relacionadas con la introducción al país de animales enfermos o que hayan estado expuestos al
contagio; la conducción de animales en pie, etc. (ver Ley Nº 4155). Se trata de un tipo de
peligro abstracto, de mera actividad y de carácter doloso. Se :consuma con la violación de las
medidas dispuestas por las leyes de policía sanitaria animal.

Sanción complementaria

ARTICULO 207. - En el caso de condenación por un delito previsto en este Capítulo, el


culpable, si fuere funcionario público o ejerciere alguna profesión o arte, sufrirá, además,
inhabilitación especial por doble tiempo del de la condena. Si la pena impuesta fuere la de
multa, la inhabilitación especial durará de un mes a un año.

El precepto establece una sanción de inhabilitación especial accesoria a la condena, que se


suma a las penas de prisión o a la de multa que corresponde a cada delito en particular de los
que están tipificados en este Capítulo, inclusive a la figura del art. 208, por cuanto se trata de
un "delito previsto en el Capítulo".

Ejercicio ilegal de un arte de curar

ARTICULO 208. - Será reprimido con prisión de quince días a un año:

1º El que, sin título ni autorización para el ejercicio de un arte de curar o excediendo los
límites de su autorización, anunciare, prescribiere, administrare o aplicare habitualmente
medicamentos, aguas, electricidad, hipnotismo o cualquier medio destinado al tratamiento
de las enfermedades de las personas, aun a título gratuito;

2º El que, con título o autorización para el ejercicio de un arte de curar, anunciare o


prometiere la curación de enfermedades a término fijo o por medios secretos o infalibles;

3º El que, con título o autorización para el ejercicio de un arte de curar, prestare su nombre a
otro que no tuviere título o autorización, para que ejerza los actos a que se refiere el inciso
1º de este artículo.

Curanderismo (inc. 1°)


El bien jurídico protegido es la salud pública. El delito consiste en anunciar (publicar o
proclamar el medio curativo, hacer propaganda, etc.), prescribir (ordenar, indicar, un
tratamiento), administrar (suministrar, hacer tomar un medicamento) o aplicar ( emplear,
utilizar, introducir en el cuerpo -p. ej., inyectable-), de manera habitual, cualquier medio
(medicamentos, aguas, electricidad, hipnotismo, etc.) destinado al tratamiento de las
enfermedades humanas. Debe tratarse de un tratamiento curativo de una enfermedad, física o
psíquica, que afecta a una persona humana, no a los animales, las plantas o a procedimientos
que no configuren el tratamiento curativo de una enfermedad (p. ej., aplicar masajes para
mejorar el aspecto físico; invocaciones de tipo religioso; realizar análisis químicos; venta de
yerbas supuestamente medicinales; despachar recetas en una farmacia; la práctica de la
circuncisión; la asistencia a un parto, etc.). Sin este requisito (tratamiento curativo), el delito no
puede configurarse. Sujeto activo es el curandero, y curandero puede ser cualquier persona,
pudiendo realizar su actividad en forma manifiesta, encubierta o clandestina.

Pueden cometer el delito quienes carecen de título para el ejercicio de curar, quienes carecen
de autorización para ejercerlo y quienes, contando con autorización para ejercer el arte, lo
hacen excediendo sus límites. El "título" es la certificación de la capacitación profesional
expedida por una entidad oficial o privada. La ley hace referencia al título, no a la matrícula
profesional, de manera que no delinque quien, poseyendo título profesional, ejerce el arte de
curar no estando aún matriculado. La "autorización" es un acto de naturaleza administrativa
del Estado, que se traduce en un permiso otorgado a una persona determinada, que carece de
título profesional, para que ejerza el arte de curar, en determinadas circunstancias, p. ej.,
estudiantes aventajados, idóneos por la práctica, ex estudiantes de medicina, médicos
extranjeros, etc., en lugares o zonas en las que se carece de profesionales. Comete el delito
también quien, estando autorizado para ejercer el arte de curar, excede los límites de la
autorización (por ejemplo el enfermero que diagnostica enfermedades).

La ley reprime el ejercicio del '"arte de curar", expresión que abarca no sólo el ejercicio de la
medicina, sino también el de todas aquellas profesiones que están comprendidas en el
concepto (art. 14, Ley Nº 17132), como obstetras, kinesiólogos y terapistas físicos, enfermeros,
ópticos técnicos, mecánicos dentales, dietistas, fonoaudiólogos, pedicuros, técnicos en
calzados ortopédicos, etc.

Los medios de comisión pueden ser cualquiera que esté destinado al tratamiento de las
enfermedades de las personas, aun cuando carezcan en sí mismos de toda propiedad curativa,
p.ej. la entrega de reliquias con fines curativos. El curanderismo sólo es punible en la medida
en que su práctica se lleve a cabo habitualmente, vale decir, como la manifestación de una
singular inclinación psíquica del sujeto, conectado a un determinado comportamiento de éste,
que lleve a una práctica repetida de una misma conducta criminal. El delito puede cometerse a
título oneroso o gratuito, con o sin ánimo de lucro. El tipo es doloso y el dolo se integra con la
finalidad de "curar" la enfermedad, sin la cual la figura desaparece. Si el curandero cree que
cura la enfermedad mediante el tratamiento que prescribe, estaremos siempre en el terreno
del curanderismo, sin perjuicio de los eventuales daños que se causen a la persona. Si, en
cambio, Ja actividad es simulada y el autor sabe que el tratamiento no es curativo, o no
persigue dicho propósito (puede aspirar, p. ej., a lograr sólo un beneficio económico),
percibiendo un precio por ello, estaremos en el ámbito de la estafa. La infracción es de pura
actividad, de peligro abstracto y se consuma cuando se realizan las acciones típicas. La
tentativa no parece admisible. Puede darse el concurso de delitos en los casos de muerte o
lesiones del paciente, o bien con la usurpación de títulos del art. 247 del Cód. Penal.
Charlatanismo (inc. 2°}

El delito consiste en anunciar (publicar, dar a conocer, anoticiar) o prometer (asegurar un


resultado, dar la palabra de que se va a realizar) la cura de una enfermedad a término fijo, vale
decir, en fecha determinada o cierta de curación, o bien por medios secretos, esto es, a través
de procedimientos sobre los que el autor mantiene reserva, que son conocidos sólo por él, o
infalibles, es decir, de éxito seguro, que no pueden fallar, sea en forma gratuita u onerosa (art.
20, Ley Nº 17132). Autor de la infracción sólo puede ser quien tenga título o autorización para
ejercer el arte de curar, o el que esté habilitado oficialmente para ello. Por lo tanto, se trata de
un delito especial propio, de carácter doloso, sin que sea necesaria la concurrencia de algún
elemento subjetivo específico. La ley exige que el anuncio o promesa persigan la cura de una
enfermedad. La promesa de curación a término fijo existirá aunque el profesional crea que ello
es posible. La infracción, tratándose de un tipo de peligro abstracto y de pura actividad, se
consuma con la sola realización de las acciones típicas, independientemente de que la salud
general haya corrido peligro o de que se haya prescripto tratamiento alguno. La tentativa no
parece admisible.

Prestación de nombre (inc. 3°}

El delito consiste en prestar el “nombre a otro, que carece de título o autorización para ejercer
el arte de curar, para que realice los actos previstos en el inc. 1”, vale decir, para que ejerza
actos de curanderismo.

Sujeto activo sólo puede ser quien tiene título o autorización para ejercer el arte de curar
(delito especial propio). El delito supone un obrar por otro, es decir, que un individuo actúe
como si fuera otro. La concurrencia de ambos sujetos es necesaria; uno de ellos, que es la
persona que no posee título ni autorización, debe ejercer el arte de curar utilizando el nombre
de la otra, que si debe reunir tal condición. Si no se produce esta sustitución de personas, es
decir, el actuar en nombre de otro, el profesional o autorizado no es punible por esta figura. De
aquí que la doctrina subordine la consumación al momento en que el tercero usa el nombre
ajeno para llevar a cabo los actos de curanderismo. El delito es doloso, de pura actividad y de
peligro abstracto. Como tenemos dicho, la consumación coincide con el uso del nombre ajeno
y el ejercicio de los actos de curanderismo. Por lo tanto, la sola prestación del nombre con la
finalidad exigida por la ley, sin que se utilice el nombre ajeno, constituiría un mero acto
preparatorio no punible.
DELITOS CONTRA EL ORDEN PÚBLICO

Las conductas definidas en este título configuran hechos criminales perturbadores de la vida
colectiva, por los efectos (miedo, temor, intranquilidad) que producen en el sentimiento de los
individuos en general, frente a la incertidumbre de que tales hechos se llevarán a cabo. De aquí
que se puede afirmar con cierto grado de precisión que el bien jurídico es la tranquilidad
pública.

Instigación a cometer delitos

ARTICULO 209. - El que públicamente instigare a cometer un delito determinado contra una
persona o institución, será reprimido, por la sola instigación, con prisión de dos a seis años,
según la gravedad del delito y las demás circunstancias establecidas en el artículo 41.

El delito consiste en instigar (determinar) públicamente a otros a cometer un delito


determinado contra una persona o institución. La instigación significa hacer surgir en el autor la
decisión al hecho, provocar que el autor se decida; supone siempre un estímulo directo al
crimen, que implica la exclusión de otros medios indirectos, p. ej., el consejo, la simple
propaganda de ideas.

La diferencia entre la instigación del art. 209 y la que se encuentra prevista en el art. 45 del
Cód. Penal como una forma de participación criminal reside, en primer lugar. en que aquélla
siempre debe realizarse públicamente, es decir. en un lugar público o en el marco de un
número indeterminado de personas y, en segundo lugar, en la circunstancia de que la inducción
a la comisión del hecho punible debe estar dirigida a una generalidad de individuos. La
instigación del art. 45, por el contrario, debe dirigirse a uno o a varios sujetos. pero siempre
determinados.

Ambas formas de instigación se identifican sólo en el plano subjetivo: en los dos casos el
instigador determina dolosamente al instigado para que cometa el delito de que se trata. La
instigación a cometer delitos admite cualquier medio de comisión (v. gr., verbales, escritos, por
medio de la prensa). Su objeto debe ser la comisión de un delito, esto es, a que el "delito se
consume'', sea como autor o en cualquier otro grado de participación. Debe tratarse de un
delito determinado (concreto), vale decir, circunstanciado, individualizado en sus circunstancias
de persona, tiempo, modo o lugar. Los destinatarios del hecho instigado deben ser una persona
o una institución, incluido el Estado. La infracción es de pura actividad y dolosa, de dolo
directo. El delito se consuma con la sola instigación, con prescindencia de la ejecución del
hecho instigado. La perfección del delito exige que la instigación haya sido percibida por el
público en general, no siendo suficiente la mera posibilidad de que ocurra ello. Es
imprescindible que alguien reciba la instigación, lo cual quiere decir que, si se ha utilizado un
medio idóneo para que la instigación llegue a los destinatarios, el hecho puede quedar en
tentativa.

Incitación pública a la sustracción del servicio militar

ARTICULO 209 bis - En igual pena incurrirá quien en tiempo de conflicto armado incite
públicamente a la sustracción al servicio militar legalmente impuesto o asumido. Si el autor
fuese un militar, el máximo de la pena se elevará a diez (10) años.

El delito consiste en incitar públicamente a la sustracción del servicio militar impuesto por la
ley o voluntariamente asumido. Tiene que tratarse de una incitación "pública", vale decir,
hecha de un modo que posibilite su captación por un número indeterminado de individuos,
aunque, en concreto, no se haya alcanzado lograr ese conocimiento masivo. La acción se debe
desarrollar en el marco de un conflicto armado, esto es, durante, con ocasión o mientras se
está produciendo un conflicto, nacional o internacional, entre fuerzas beligerantes, en el que
interviene nuestro país y se utilizan armas. Puede tratarse de una contienda o refriega de
grupos u organizaciones militares, entre sí o contra el Estado nacional, en el que éste se vea
obligado a intervenir empleando las fuerzas armadas de la Nación. La inexistencia de un
conflicto armado conduce a la atipicidad de la conducta.

Sujeto activo del delito puede ser cualquier persona, incluso un funcionario público,
admitiendo el tipo cualquier medio de comisión, ya sea oral, escrito, por medio de la prensa u
otros medios de comunicación (p. ej., Internet). Se trata de un delito de peligro,
subjetivamente configurado, de tendencia, de resultado cortado, de pura actividad, sólo
compatible con el dolo directo, y se consuma con la sola realización de la acción típica, pero es
necesario que la incitación haya llegado a conocimiento de una persona. Si esto no ocurriera,
pero el medio utilizado ha sido idóneo parar lograr los fines perseguidos, el hecho puede
quedar en grado de tentativa. El delito se agrava si el autor de la incitación es un militar, vale
decir, un individuo que, al momento del hecho, revista estado militar, en los términos del art.
77 del Cód. Penal.

Asociación ilícita
ARTICULO 210. - Será reprimido con prisión o reclusión de tres a diez años, el que tomare
parte en una asociación o banda de tres o más personas destinada a cometer delitos por el
solo hecho de ser miembro de la asociación. Para los jefes u organizadores de la asociación el
mínimo de la pena será de cinco años de prisión o reclusión.

La figura básica se integra con los siguientes elementos: 1) la acción de formar parte o
conformar una asociación criminal; 2) un número mínimo de autores; y 3) un fin delictivo.

La materialidad del delito consiste en tomar parte (ser miembro o constituir) una asociación
destinada a cometer delitos. La existencia de la asociación exige como presupuesto un acuerdo
o concierto previo ·entre sus miembros para constituirla o, si ya estuviere formada, la voluntad
de asociarse a ella para prestarse mutuamente colaboración en la empresa delictiva. Siempre
implica una unión de tipo intelectual en el concierto delictivo. La organización debe tener
cierta permanencia, vale decir, una relativa estabilidad que revele la existencia de un contexto
delictivo plural dedicado a un fin criminoso. Por ello, no cualquier actividad delictiva llevada a
cabo por un grupo de individuos debe ser considerada una asociación en los términos del art.
210. La permanencia en la asociación es lo que distingue la asociación ilícita de la convergencia
transitoria propia de la participación criminal. Se trata de un elemento de apreciación relativa,
no absoluta. La permanencia no quiere decir "para siempre'', no se trata de una mera cuestión
de tiempo. Lo que importa en una asociación de estas características, es que exista un pacto de
voluntades comunes en relación con una organización cuya actividad principal sea la de
perpetrar hechos ilícitos en forma indeterminada. El requisito de la organización se cumple con
una mínima existencia grupal que revele una acción común en procura de objetivos criminales
comunes.

Con arreglo al texto legal, debe tratarse de la constitución de una asociación o banda. Los
términos son sinónimos, tienen un mismo sentido técnico, conclusión que se infiere no sólo de
la interpretación literal del artículo, sino de sus propios antecedentes legislativos. La asociación
ilícita es un delito que se reprime per se, vale decir, por el solo hecho de formar parte de ella,
con prescindencia de la ejecución de los delitos que constituyen el objeto del acuerdo. En estos
casos, los delitos ejecutados deben ser juzgados con las reglas del concurso real. Es una
infracción de pura actividad, de peligro abstracto y se consuma -insistimos- por el simple hecho
de formar parte de la asociación criminal. Tratándose de un delito permanente, la consumación
se prolonga mientras perdure la asociación, la cual cesa cuando la asociación concluye o
termina, sea por la detención de alguno de sus miembros que implique la reducción del
número mínimo exigido por la ley, sea por la disolución o por cualquier otra causa que
presuponga la desaparición del grupo (p. ej., el retiro de un miembro). La tentativa no es
admisible.

El art. 210 exige un número mínimo de tres personas, sin límites en el máximo, para la
configuración del tipo, pudiendo tratarse de personas imputables o no, ya que a la ley le
importa el número de miembros y no la capacidad que pudieren tener los mismos pues; de lo
contrario, bastaría con integrar la asociación con un inimputable para escapar al delito,
solución que no parece la más adecuada en la interpretación del tipo penal. Si la organización
delictiva está compuesta por tres miembros, en la que uno de ellos es inimputable, los sujetos
capaces penalmente serán responsables del delito del art. 210 y para el otro serán de
aplicación las reglas relativas a la inimputabilidad. Un criterio similar debe adoptarse con
respecto al sujeto que se encuentra prófugo o que no ha sido oído en el proceso, o con quien
obre en su favor una excusa absolutoria o la prescripción de la acción. Subjetivamente, el fin de
la asociación debe ser el de cometer delitos indeterminados (previstos en el Código Penal o en
leyes complementarias), pues lo que tipifica a la asociación delictiva es el peligro de la variedad
y de la repetición de los atentados criminales, es decir, el peligro de la divulgación del crimen
(Núñez). Por lo tanto, el delito es doloso, de dolo directo. El conocimiento del propósito de
delinquir es individual de cada uno de los miembros de la organización; por lo tanto, la
demostración de este elemento subjetivo es esencial en el caso judicial para probar la
existencia del delito. La asociación ilícita es un delito de intención que se caracteriza por la
orientación subjetiva dada a la acción inicial o básica de formar parte del grupo criminal, esto
es, una acción dirigida a una finalidad concreta: cometer delitos.

El último párrafo del art. 210 eleva el mínimo de la escala penal de la figura básica a cinco años
de prisión o reclusión para los jefes u organizadores de la asociación. El jefe es el que comanda
o dirige la asociación, cualquiera sea el grado de participación en el ejercicio del mando. El
organizador es aquel que ha intervenido en las tareas de organización, establecimiento o
constitución de la sociedad criminal. Es la persona que tiene a su cargo los programas o planes
de acción, fines y medios de la empresa delictiva, recluta a los miembros y distribuye entre
ellos las tareas y los roles.

La asociación ilícita del 210 bis

ARTICULO 210 bis. - Se impondrá reclusión o prisión de cinco a veinte años al que tomare
parte, cooperare o ayudare a la formación o al mantenimiento de una asociación ilícita
destinada a cometer delitos cuando la acción contribuya a poner en peligro la vigencia de la
Constitución Nacional, siempre que ella reúna por lo menos dos de las siguientes
características:

a) Estar integrada por diez o más individuos;

b) Poseer una organización militar o de tipo militar;

c) Tener estructura celular;

d) Disponer de armas de guerra o explosivos de gran poder ofensivo;

e) Operar en más de una de las jurisdicciones políticas del país;

f) Estar compuesta por uno o más oficiales o suboficiales de las fuerzas armadas o de
seguridad;

g) Tener notorias conexiones con otras organizaciones similares existentes en el país o en el


exterior;

h) Recibir algún apoyo, ayuda o dirección de funcionarios públicos.

Se trata de un tipo de asociación ilícita calificada que requiere que la acción material
contribuya a poner en peligro la vigencia de la Constitución Nacional y que reúna por lo menos
dos de las condiciones enunciadas en la norma.

El delito presupone, para su perfección, un triple encuadramiento: una asociación ilícita simple
destinada a cometer delitos (art. 210), la agravante genérica de contribuir a poner en peligro la
vigencia de la Constitución nacional (art. 227 ter) y la reunión de dos o más de las condiciones
de calificación enumeradas en el tipo ( art. 210 bis).
1) Asociación integrada por diez o más individuos. El límite de diez integrantes está previsto
sólo para el mínimo, no para el máximo.

2) Organización militar o de tipo militar. Se trata de una organización de tipo castrense,


diseñada como milicias, armadas o no.

3) Estructura celular. Cuando se caracteriza, fundamentalmente, por el anonimato de sus


miembros.

4) Disposición de armas de guerra o de explosivos de gran poder ofensivo. Son elementos o


materiales cuyas características se encuentran establecidas en la Ley nacional de armas y
explosivos Nº 20429 y su decreto reglamentario 395/175.

5) Operación en más de una de las jurisdicciones políticas del país. Las jurisdicciones políticas
del país son la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y los territorios provinciales.

6) Compuesta por uno o más oficiales o suboficiales de las fuerzas armadas o de seguridad. El
texto abarca a los miembros de las fuerzas armadas argentinas en el rango de oficiales o
suboficiales (Ejército, Marina y Aeronáutica) o a los integrantes de las fuerzas de seguridad
(Policía Federal Argentina, Prefectura Naval Argentina, Gendarmería Nacional).

7) Conexiones notorias con otras organizaciones similares existentes en el país o en el exterior.


Se trata de contactos, ramificaciones, apoyo, informaciones, etc., "notorios", vale decir, reales,
existentes, de conocimiento público, con organizaciones '"similares", es decir, parecidas en
cuanto a número de miembros, estructura jerárquica, potencial operativo, fines, etc.

8) Apoyo, ayuda o dirección de funcionarios públicos. Puede tratarse de una ayuda de carácter
económico o de cualquier naturaleza (p. ej., armas. materiales explosivos, lugares para
reuniones, apoyo logístico).

Intimidación pública

ARTICULO 211. - Será reprimido con prisión de dos a seis años, el que, para infundir un temor
público o suscitar tumultos o desórdenes, hiciere señales, diere voces de alarma, amenazare
con la comisión de un delito de peligro común, o empleare otros medios materiales
normalmente idóneos para producir tales efectos.

Cuando para ello se empleare explosivos, agresivos químicos o materias afines, siempre que
el hecho no constituya delito contra la seguridad pública, la pena será de prisión de tres a
diez años.

El delito consiste en "hacer señales" (gestos, movimientos, etc.) "dar voces de alarma"
(emplear el lenguaje oral exageradamente, elevando considerablemente la voz), "amenazar
con la comisión de un delito de peligro común" (anunciar o prometer la ejecución de un delito)
o "emplear cualquier medio material normalmente idóneo para producir los efectos
enunciados en la norma" ( es una expresión genérica, enunciativa, abierta, que indica que los
medios empleados deben ser "materiales" y "capaces" para producir los efectos enunciados en
la norma). La infracción es dolosa, de dolo directo, y exige la concurrencia de un elemento
subjetivo típico que acompaña al dolo: la finalidad de infundir un temor público o suscitar
tumultos o desórdenes. Tratándose de un delito de pura actividad, de peligro concreto y de
resultado cortado, se consuma con la utilización de los medios tendientes a lograr las
finalidades típicas, aun cuando ellas no se concreten. La tentativa no parece admisible. Con
arreglo al segundo párrafo del artículo, el delito se agrava si, con idéntica finalidad que la
prevista para el párr. 1 º, el autor empleare explosivos, agresivos químicos o materias afines.

Incitación pública a la violencia colectiva

ARTICULO 212. - Será reprimido con prisión de tres a seis años el que públicamente incitare a
la violencia colectiva contra grupos de personas o instituciones, por la sola incitación.

El delito consiste en incitar públicamente, vale decir, estimular, dar confianza, aconsejar, por
cualquier medio pero ante un número indeterminado de personas, a la violencia colectiva
contra grupos de personas o instituciones. La fórmula abarca el empleo de la fuerza física. Son
acciones que recaen sobre víctimas indeterminadas, por ej., cuando se incita a matar en
general, a incendiar o a destruir. La incitación, para ser típica, debe ser pública: tiene que haber
sido captada por un conjunto indeterminado de individuos, aunque no se logren los fines
perseguidos por el autor. La infracción es dolosa, de peligro abstracto y de pura actividad. Se
consuma "por la sola incitación", con prescindencia de que efectivamente se hayan producido
actos de violencia colectiva. La tentativa no parece posible.

Apología del crimen

ARTICULO 213. - Será reprimido con prisión de un mes a un año, el que hiciere públicamente
y por cualquier medio la apología de un delito o de un condenado por delito.

La apología se caracteriza por constituir una suerte de instigación indirecta a cometer un delito,
por cuanto se elogia un hecho considerado como tal, o a la persona de su autor. El delito
consiste en hacer públicamente y por cualquier medio la apología de un delito o de un
condenado por delito. La exaltación o el elogio deben estar referidos a un delito,
"efectivamente ocurrido", tentado o consumado (apología de un hecho punible) o de un
condenado por delito, es decir, una persona sobre quien ha recaído una sentencia
condenatoria firme, que declara su culpabilidad (como autor, partícipe, instigador, etc.)
respecto a un delito concreto y determinado (apología de un autor punible). El tipo no
comprende la apología de un procesado por delito. La conducta puede llevarse a cabo por
cualquier medio de comisión ( oral, escrito, imágenes, gráficos, a través de la informática, etc.),
"públicamente", vale decir, dirigida a un número indeterminado de personas y en lugares
públicos (p. ej., en plazas, calles, en general en lugares públicos. La apología en privado o
dirigida a una persona o personas determinadas no es punible. La infracción es dolosa, siendo
suficiente el dolo eventual, de peligro, de pura actividad y se consuma en el mismo momento
en que se hace pública la apología. La tentativa no parece admisible.

Otros atentados contra el orden público

ARTICULO 213 bis. - Será reprimido con reclusión o prisión de tres a ocho años el que
organizare o tomare parte en agrupaciones permanentes o transitorias que, sin estar
comprendidas en el artículo 210 de este código, tuvieren por objeto principal o accesorios
imponer sus ideas o combatir las ajenas por la fuerza o el temor, por el solo hecho de ser
miembro de la asociación.

El delito consiste en organizar o tomar parte en una agrupación cuyo objetivo principal o
accesorio reside en imponer sus ideas o combatir las ajenas por la fuerza o el temor. El delito
podría explicarse como un atentado de coerción ideológica. Por agrupación debe entenderse a
toda reunión de personas enlazadas por fines e intereses comunes, con carácter más amplio
que la simple asociación, ya que por imperio de la misma ley puede tener vocación de
permanencia o, contrariamente, constituirse con carácter transitorio. Los medios aptos para
lograr los objetivos propuestos son la "fuerza" (física) o el "temor" (intimidación). El delito es
doloso, de dolo directo y se consuma por el solo hecho de ser miembro de la asociación.

DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD DE LA NACIÓN

Los delitos agrupados en este Título tienden a la protección de la seguridad exterior del Estado,
vale decir, en el marco de sus relaciones internacionales, en cuanto miembro de la comunidad
de las naciones.
Traición a la Nación

ARTICULO 214. - Será reprimido con reclusión o prisión de diez a veinticinco años o reclusión
o prisión perpetua y en uno u otro caso, inhabilitación absoluta perpetua, siempre que el
hecho no se halle comprendido en otra disposición de este código, todo argentino o toda
persona que deba obediencia a la Nación por razón de su empleo o función pública, que
tomare las armas contra ésta, se uniere a sus enemigos o les prestare cualquier ayuda o
socorro.

La traición a la Nación es un delito que se encuentra definido en el art. 119 (ex 103) de la
Const. Nacional, en estos términos:

La traición contra la Nación consistirá únicamente en tomar las armas contra ella, o en unirse a
sus enemigos prestándoles ayuda y socorro. El Congreso fijará por una ley especial la pena de
este delito; pero ella no pasará de la persona del delincuente, ni la infamia del reo se
transmitirá a sus parientes de cualquier grado.

La diferencia entre el texto constitucional y el Código Penal es la siguiente:

Aquél define sólo dos conductas: tomar las armas contra la Nación o unirse a los enemigos,
prestándole ayuda y socorro (art. 119), mientras que el art. 214 del Cód. Penal define tres: 1)
tomar las armas contra la Nación; 2) unirse a los enemigos; y 3) prestarle cualquier ayuda o
socorro. Frente a esta colisión normativa, por imperio de lo dispuesto en el art. 31 de la misma
Const. Nacional debe prevalecer el precepto constitucional, de manera que las acciones típicas
del delito son "tomar las armas contra la Nación" o "unirse al enemigo prestándole ayuda y
socorro".

El delito exige como presupuesto la existencia de una situación o estado de guerra exterior, una
acción de guerra contra el Estado (Soler), la cual comienza con la declaración formal de la
guerra o con la iniciación de las acciones bélicas de hecho y termina con la celebración de un
tratado de paz o bien con otras formas de poner fin al conflicto (p. ej., la subyugación del
enemigo vencido o por cesación de las hostilidades). El delito sólo se puede cometer entre el
comienzo y el final de la guerra. Las acciones punibles son dos: una consiste en tomar las
armas, que quiere decir participar en acciones bélicas ofensivas v defensivas, en el frente de
batalla o en la retaguardia, junto a las filas enemiga de la Nación, en un ejército regular o
irregular, siendo suficiente que el autor se aliste en él para luchar contra nuestro país, sin que
sea preciso el combate o que el agente se encuentre armado, ni bien desarrolle otras
actividades, por ejemplo, planificación, estrategias, actividades de ingeniería militar, etc. La
otra conducta consiste en unirse al enemigo prestándole ayuda y socorro, o sea, incorporarse a
la fuerza enemiga efectivamente y contribuir o cooperar (ayudar) materialmente a su actividad
bélica, por ejemplo, proporcionando armas, hombres, dinero, informaciones estratégicas,
suministros, planes de combate, de inteligencia.

Sujetos activos del delito pueden ser tanto un argentino como toda persona (por ej. un
extranjero) que deba obediencia a la Nación por razón de su empleo o función pública;
también pueden serlo quienes han sido inhabilitados para el ejercicio de ciertos derechos
políticos inherentes a la ciudadanía, pues, no obstante la restricción legal, siguen siendo
argentinos, al igual que aquellos que poseen doble nacionalidad. Con arreglo al art. 218, el
círculo de autores se amplía a los "extranjeros residentes" en el territorio argentino, con
excepción de los funcionarios diplomáticos y de los nacionales de ]os países en conflicto, según
las reglas de los tratados internacionales o del derecho de gentes. En estos supuestos, la pena
aplicable es la que corresponde a la de la tentativa (art. 44, Cód. Penal). El delito es doloso, de
dolo directo, de pura actividad y de peligro abstracto, que se consuma con la realización de las
acciones típicas independientemente de que se hayan logrado los fines esperados por el autor
o de que se haya efectivamente entrado en combate contra la Nación. La doctrina admite la
posibilidad de la tentativa.

Agravante

ARTICULO 215. - Será reprimido con reclusión o prisión perpetua, el que cometiere el delito
previsto en el artículo precedente, en los casos siguientes:

1º Si ejecutare un hecho dirigido a someter total o parcialmente la Nación al dominio


extranjero o a menoscabar su independencia o integridad;

2º Si indujere o decidiere a una potencia extranjera a hacer la guerra contra la República.

3° Si perteneciere a las fuerzas armadas.

Con arreglo al texto legal, la agravante presupone la comisión del delito de traición del art. 214,
con el fin de someter total o parcialmente a la Nación al dominio extranjero, a menoscabar su
independencia o integridad, o a inducir 0 decidir a una potencia extranjera a hacer la guerra
contra nuestro país; sin que se configure 1a traición del art. 214 no puede haber traición
agravada. La agravante prevista en el inc. 3º fue introducida por la Ley Nº 26394 y requiere que
el agente, al momento de los hechos descriptos en la norma pertenezca al cuadro permanente
de las fuerzas armadas de la Nación (Ejército, Armada o Fuerza Aérea). Se trata de un delito de
intención, de resultado cortado y se consuma cuando se comete la traición con la finalidad de
lograr los objetivos establecidos en la norma.

Conspiración para la traición

ARTICULO 216. - Será reprimido con reclusión o prisión de uno a ocho años, el que tomare
parte en una conspiración de dos o más personas, para cometer el delito de traición, en
cualquiera de los casos comprendidos en los artículos precedentes, si la conspiración fuere
descubierta antes de empezar su ejecución.

El precepto regula un acto preparatorio con respecto al delito de traición, condicionando el


castigo de la conspiración a su descubrimiento "antes de empezar su ejecución", circunstancia
que impide, desde luego, los actos de tentativa pues, una vez llevado a cabo el acuerdo para
cometer la traición, el delito ya está consumado. La disposición alcanza sólo a "los artículos
precedentes", vale decir, a los arts. 214 y 215. La acción típica consiste en "tomar parte" en una
conspiración de dos o más personas cuyo propósito es el de cometer el delito de traición. La
conspiración implica la existencia de un concierto de individuos que ejecutan un plan
previamente determinado para consumar un delito de traición también determinado. El
número mínimo de intervinientes en el hecho deben ser dos, sin límites en el máximo, pero
siempre uno de ellos debe reunir la condición exigida para la traición. Se trata de un delito
doloso, de dolo directo, de peligro abstracto y se consuma con el mero acuerdo de voluntades
para concretar el plan trazado.
Excusa absolutoria

ARTICULO 217. - Quedará eximido de pena el que revelare la conspiración a la autoridad,


antes de haberse comenzado el procedimiento.

La disposición regula un supuesto de exención de pena sólo en favor del autor que ha revelado
la existencia de una conspiración para cometer el delito de traición a la Nación, con lo cual se
impide o desbarata, naturalmente, el plan acordado para cometer este delito, siempre que la
revelación haya sido hecha antes de haberse comenzado el procedimiento, vale decir, antes de
que la autoridad con competencia para investigar delitos (policía o Poder Judicial) haya iniciado
formalmente las actuaciones sumariales tendientes a la averiguación de la conspiración.

Traición contra una potencia aliada

ARTICULO 218. - Las penas establecidas en los artículos anteriores se aplicarán, también,
cuando los hechos previstos en ellos fueren cometidos contra una potencia aliada de la
República, en guerra contra un enemigo común.

Se aplicarán asimismo a los extranjeros residentes en territorio argentino, salvo lo


establecido por los tratados o por el derecho de gentes, acerca de los funcionarios
diplomáticos y de los nacionales de los países en conflicto. En este caso se aplicará la pena
disminuida conforme a lo dispuesto por el artículo 44.

El delito requiere los mismos elementos que los delitos de traición a la Nación y Ja
conspiración, de manera que todo lo dicho sobre estos delitos son aquí de aplicación. De modo
que será autor del delito de traición el en el marco de ese conflicto bélico, quien tome las
armas contra la potencia aliada o se una al enemigo común prestándole ayuda y socorro.

La segunda parte del articulo extiende la punibilidad a los extranjeros residentes en el territorio
argentino, es decir, a aquellas personas que~ siendo nacionales de un Estado extranjero y no
habiendo adquirido la ciudadanía argentina, viven en el territorio del país, en forma
permanente o transitoria, no así aquellos extranjeros que sólo se encuentran en el territorio de
la Nación de visita en calidad de turistas o en tránsito, como también los funcionarios
diplomáticos y los nacionales de los países en conflicto, según lo establezcan los principios que
rigen las relaciones entre los Estados o las convenciones internacionales, en cuyo se aplicará la
pena disminuida según lo dispuesto por el art. 44.

Delitos que comprometen la paz y la dignidad de la nación

Las figuras trazadas en este Capítulo atentan, desde un punto de vista general, contra la
integridad de la Nación en cuanto se refiere a su seguridad exterior y a su soberanía, pero,
específicamente, la tutela apunta a las relaciones que existen entre la Nación y los demás
Estados en tiempos de paz, las que podrían verse comprometidas o envueltas en un conflicto
armado como consecuencia de los delitos que en él están previstos.

Actos materiales hostiles


ARTICULO 219. - Será reprimido con prisión de uno a seis años, el que por actos materiales
hostiles no aprobados por el gobierno nacional, diere motivos al peligro de una declaración
de guerra contra la Nación, expusiere a sus habitantes a experimentar vejaciones o
represalias en sus personas o en sus bienes o alterare las relaciones amistosas del gobierno
argentino con un gobierno extranjero. Si de dichos actos resultaren hostilidades o la guerra,
la pena será de tres a quince años de reclusión o prisión.

Cuando los actos precedentes fuesen cometidos por un militar, los mínimos de las penas
previstas en este artículo se elevarán a tres (3) y diez (10) años respectivamente. Asimismo,
los máximos de las penas previstas en este artículo se elevarán respectivamente a diez (10) y
veinte (20) años.

El delito consiste en ejecutar actos materiales hostiles ( acciones o vías de hecho propias de un
conflicto armado, de tipo militar, actos de guerra, por ej. convocatoria a las armas, agresión
armada, concentración de tropas en la :frontera, etc.), no aprobados por el Gobierno nacional
(ver arts. 99.5 y 75, 25, 26, 28, CN) de los cuales derive la probabilidad (peligro) de una
declaración de guerra contra la Nación, que se exponga a los habitantes a experimentar
vejaciones y represalias en sus personas o bienes o que se alteraren las relaciones amistosas
del gobierno argentino con un gobierno extranjero.

Sujeto activo puede ser cualquier persona, nacional o extranjera; sujetos pasivos son los
nacionales de nuestro país y los extranjeros residentes. Se trata de un delito doloso que se
consuma cuando, como consecuencia del acto hostil, se produce la situación de peligro ( o el
resultado) que la norma describe. Cuando la acción produce el "peligro de una declaración de
guerra" o que "los habitantes experimenten vejaciones o represalias", estamos frente a un tipo
de peligro concreto; en la tercera modalidad (haber producido la "'alteración de las relaciones
amistosas del Gobierno argentino con uno extranjero"), estamos ante un delito de resultado.
La tentativa resulta admisible. La mayor penalidad se aplica si de los actos hostiles resultan las
hostilidades o la guerra. La agravante comprende un tipo de resultado preterintencional no
abarcado por el dolo del autor. La Ley Nº 26394 introdujo otra agravante para aquellos casos en
los que el autor revista la condición de "militar (art. 77, Cód. Penal).

Violación de compromisos internacionales

ARTICULO 220. Se impondrá prisión de seis (6) meses a dos (2) años, al que violare los
tratados concluidos con naciones extranjeras, las treguas y armisticios acordados entre la
República y una potencia enemiga o entre sus fuerzas beligerantes o los salvoconductos
debidamente expedidos.

Si el hecho fuese cometido por un militar el mínimo de la pena se elevará a un (1) año y el
máximo de la pena se elevará a cinco (5) años.

El delito presupone un estado de guerra entre la Nación y una potencia extranjera y la


existencia de ciertos y determinados compromisos concluidos entre las partes. El delito,
precisamente consiste en violar (romper, quebrantar, desconocer, etc.), dichos compromisos,
esto es, un tratado concluido con una potencia extranjera, una tregua o un armisticio
convenido o suscripto entre la Argentina y una potencia enemiga, o entre sus fuerzas
beligerantes de mar o tierra, o los salvoconductos debidamente expedidos. Pero, sólo puede
cometerse cuando las hostilidades han cesado, precisamente corno derivación de la existencia
del acuerdo de paz entre los Estados beligerantes. La tregua es la suspensión de las actividades
bélicas por un tiempo determinado y por razones circunstanciales (p. ej., la conmemoración de
ciertas fechas reconocidas internacionalmente: Navidad, Año Nuevo, etc.). El armisticio, cuyo
objetivo persigue la finalización de la guerra, comprende también la suspensión de las
operaciones armadas, ya que implica un acuerdo de suspensión de toda actividad bélica. El
salvoconducto es un documento que se expide en favor de determinada persona para que
pueda circular por una zona de guerra. El delito es doloso, de peligro abstracto y de pura
actividad, que se consuma cuando se produce la violación de los tratados, de los espacios de
paz conseguidos mediante los acuerdos entre las potencias beligerantes o de los permisos
concedidos para atravesar las zonas de conflicto. Se agrava por la condición del sujeto activo,
vale decir, si el autor fuere un militar (art. 77, Cód. Penal).

Violación de inmunidades

ARTICULO 221. - Será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que violare las
inmunidades del jefe de un Estado o del representante de una potencia extranjera.

El precepto reprime !amera violación de las inmunidades del jefe del Estado o del
representante extranjero, aun cuando el hecho no haya realmente afectado las relaciones
entre ambas naciones. Sujeto activo puede ser, en principio, cualquier persona, siempre que se
encuentre dentro del territorio nacional. Sujetos pasivos sólo pueden ser, en cambio, el jefe de
un Estado (presidente, rey, primer ministro, etc.) o el representante de una potencia extranjera
(ministro, nuncios, enviado papal, etc.), mientras se encuentren en la República. No están
comprendidos los cónsules, sus agentes ni los enviados comerciales, porque carecen de
representación política.

El delito consiste en violar las inmunidades del jefe de Estado o del representante de la
potencia extranjera, es decir, en quebrantar, desconocer, etc., dichos privilegios de un
dignatario extranjero (en virtud de las cuales adquieren inviolabilidad personal estando
exentos de la aplicación de la legislación local), siempre que la acción se realice dentro del
territorio nacional o en los lugares sometidos a su jurisdicción, pues es sólo bajo tal condición
que el Estado nacional les otorga las inmunidades. La inmunidad puede ser originaria o
derivada. Es originaria cuando se limita sólo a la persona del jefe de Estado o del representante
extranjero, y derivada cuando se extiende a otra categoría de personas (p. ej., el personal
administrativo y técnico, la familia del agente diplomático --esposa, hijos, personal de servicio,
etc.-, el automóvil de la misión). El privilegio es personal cuando hace referencia a las cosas
relacionadas con la misión (p. ej., la residencia particular del embajador, el local de la misión,
los muebles), sobre las que ciertas medidas de coerción están vedadas (por ej., registro,
requisa, embargos).

La infracción es dolosa, de peligro abstracto y de pura actividad. Se consuma en el momento en


que se quebranta el privilegio diplomático.

Revelación de secretos políticos o militares

Toda la materia atinente a estos delitos comprende: la revelación dolosa de secretos políticos,
industriales, tecnológicos o militares (art. 222, párr. 1°), el espionaje por obtención (art. 222,
párr. 2°), la agravante por la condición de militar del autor (art. 222, párr. 3º) y la revelación
culposa (art. 223).

Revelación dolosa
ARTICULO 222. - Será reprimido con reclusión o prisión de uno (1) a seis (6) años, el que
revelare secretos políticos, industriales, tecnológicos o militares concernientes a la
seguridad, a los medios de defensa o a las relaciones exteriores de la Nación.

En la misma pena incurrirá el que obtuviere la revelación del secreto. Será reprimido con
prisión de uno a cuatro años el que públicamente ultrajare la bandera, el escudo o el himno
de la Nación o los emblemas de una provincia argentina.

Si la revelación u obtención fuese cometida por un militar, en el ejercicio de sus funciones el


mínimo de la pena se elevará a tres (3) años y el máximo de la pena se elevará a diez (10)
años.

El delito, que presupone una situación de paz, consiste en revelar secretos de naturaleza
política, industrial, tecnológicos o militares, concernientes a la seguridad, a los medios de
defensa o a las relaciones exteriores de la Nación, lo cual sucede cuando el secreto se pone de
manifiesto o en el conocimiento de alguien que no pertenece al círculo de personas obligadas a
mantenerlo. Debe tratarse de algo oculto o ignorado por el público en general, y desaparece
cuando ha tomado estado público, por cualquier forma (revelación por otro, infidencia,
divulgación, etcétera). En general, hay acuerdo en que sujeto activo puede ser cualquier
persona, incluso un funcionario público. La infracción es dolosa, de peligro abstracto y se
consuma con la sola revelación del secreto, aun cuando no se comprometa la seguridad
exterior de Ja Nación. El delito se agrava si el autor de la revelación u obtención del secreto es
un "militar" (art. 77, Cód. Penal) que haya cometido el hecho en el "ejercicio de su actividad
funcional".

Espionaje por obtención

El art. 222, en su párr. 2°, establece: “En la misma pena incurrirá el que obtuviere la revelación
del secreto”.

Se trata de una figura de espionaje propiamente dicha. El delito consiste en obtener (lograr,
conseguir, tomar conocimiento) la revelación de un secreto de tipo político o militar
relacionado con la seguridad, la defensa o las relaciones exteriores de la Nación.

La infracción es dolosa, de peligro abstracto y se consuma en el momento que se obtiene la


información buscada. Las distintas figuras de espionaje se encuentran reguladas en la Ley Nº
13985/50.

Revelación culposa

ARTICULO 223. - Será reprimido con prisión de un mes a un año e inhabilitación especial por
doble tiempo, el que por imprudencia o negligencia diere a conocer los secretos
mencionados en el artículo precedente, de los que se hallare en posesión en virtud de su
empleo u oficio.

La conducta punible consiste en dar a conocer (revelar, poner en conocimiento de otra


persona, etc.) -por alguna forma de infracción de un deber objetivo de cuidado- un secreto de
los mencionados en el art. 222, a cuyo conocimiento el agente ha llegado en virtud de su oficio
o empleo. Es una infracción especial propia, por cuanto sólo un determinado círculo de
personas puede cometerlo y se consuma en el momento en que se da a conocer el secreto a
otro.
Ultraje a los símbolos nacionales o emblemas de una provincia argentina

El art. 222, párr. 4°, establece: “Será reprimido con prisión de uno a cuatro años el que
públicamente ultrajare la Bandera, el Escudo o el Himno de la Nación o los emblemas de una
provincia argentina”.

El bien jurídico tutelado reside en la dignidad y el prestigio de los símbolos patrios. El delito
consiste en ultrajar públicamente los símbolos nacionales o provinciales, vale decir, humillarlos,
agraviarlos, ridiculizados, etc., por cualquier medio, como ser, materiales (destruirlos,
quemarlos, pisotearlos, escupidos, etc.), por escrito (leyendas injuriosas) o de palabra
(expresiones ofensivas, una silbatina, gritos, abucheos, etcétera). No están comprendido el
simple menosprecio, vale decir, tener de menos o ningún aprecio por el símbolo patrio; los
actos de irreverencia (p. ej., no rendir homenaje o veneración a la bandera, no saludarla o no
permanecer de pie cuando es izada), o las conductas indiferentes o neutras. Excepcionalmente
puede cometerse por omisión cuando el omitente se encuentra obligado a rendir homenaje al
símbolo oficial (posición de garante), como sucedería , por ejemplo, con los funcionarios
policiales, el abanderado de una ceremonia, el maestro, el diplomático o los funcionarios
públicos en los actos oficiales, entre otros. Los objetos del delito son la Bandera, el Escudo y el
Himno nacionales y los emblemas provinciales, vale decir, aquellos símbolos, como el escudo
de una provincia, que patentizan o representan al Estado provincial, no así los símbolos o
emblemas municipales.

El delito es doloso, de pura actividad, cuya consumación coincide con el momento en que se
realizan los actos de ultraje. La tentativa es de difícil concreción.

Espionaje por intrusión

ARTICULO 224. - Será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que indebidamente
levantare planos de fortificaciones, buques, establecimientos, vías u otras obras militares o
se introdujere con tal fin, clandestina o engañosamente en dichos lugares, cuando su acceso
estuviere prohibido al público.

La disposición contempla dos tipos de espionaje claramente delimitados: el espionaje real o


verdadero (art. 224, parte 1º) y el espionaje por intrusión propiamente dicho (parte 2º) El
espionaje real o verdadero consiste en levantar indebidamente planos de fortificaciones,
buques, establecimientos, vías u otras obras militares. Se trata de un delito doloso, de pura
actividad, que se consuma con la realización de la conducta típica. La tentativa es posible. El
espionaje por intrusión consiste en introducirse en lugares o zonas militares, en las que el
acceso está vedado al público en general. La prohibición debe referirse a causas concernientes
a la seguridad, a la defensa o a las relaciones exteriores de la Nación. Pero, el hecho sólo es
punible en la medida en que se lo realice en forma '"clandestina" o "engañosamente", vale
decir, en forma oculta o mediante fraude. Subjetivamente, el delito es doloso exigiendo el tipo
la concurrencia de un elemento subjetivo específico: el "fin de levantar indebidamente".

Infidelidad diplomática

ARTICULO 225. - Será reprimido con reclusión o prisión de tres a diez años, el que, encargado
por el gobierno argentino de una negociación con un estado extranjero, la condujere de un
modo perjudicial a la Nación, apartándose de sus instrucciones.

El delito consiste en conducir, de un modo perjudicial para la Nación, una negociación con un
Estado extranjero, apartándose de las instrucciones recibidas. Sujeto activo sólo puede ser un
funcionario público, calidad que puede ser adquirida, cuando, por ejemplo, se trata de un
particular a quien se le ha encomendado una misión gubernamental para conducir una
negociación internacional, o bien poseerla si participa de una función pública. Por lo tanto, es
un delito especial propio. El autor debe haber sido encargado para conducir una negociación
de esta clase, es decir que es presupuesto de la figura una designación oficial en tal sentido. La
conducta típica debe realizarse en el marco de una "negociación" internacional, esto es, con un
Estado extranjero en forma individual o bien con una comunidad de Estados (p. ej., la Unión
Europea). El delito requiere que el agente "se aparte de las instrucciones recibidas” y de ello
derive un perjuicio para el interés de la Nación. El perjuicio es el resultado de una mala
negociación que se frustra precisamente por el apartamiento o desobediencia de las
instrucciones recibidas y debe· traducirse como un detrimento o daño concerniente al interés
público de la Nación.

Se trata de un tipo doloso que se consuma con la producción de perjuicio. Al tratarse de un


delito de resultado, puede cometerse tanto por acción como por omisión (p. ej., inobservar las
instrucciones recibidas); por lo tanto, la tentativa resulta admisible.

DELITOS CONTRA LOS PODERES PÚBLICOS Y EL ORDEN CONSTITUCIONAL


El bien jurídico protegido en estos delitos es la "organización política de la Nación".
Atentados al orden constitucional y a la vida democrática

ARTICULO 226. - Serán reprimidos con prisión de cinco a quince años los que se alzaren en
armas para cambiar la Constitución, deponer alguno de los poderes públicos del gobierno
nacional, arrancarle alguna medida o concesión o impedir, aunque sea temporariamente, el
libre ejercicio de sus facultades constitucionales o su formación o renovación en los términos
y formas legales. Si el hecho descripto en el párrafo anterior fuese perpetrado con el fin de
cambiar de modo permanente el sistema democrático de gobierno, suprimir la organización
federal, eliminar la división de poderes, abrogar los derechos fundamentales de la persona
humana o suprimir o menoscabar, aunque sea temporariamente, la independencia
económica de la Nación, la pena será de ocho a veinticinco años de prisión. Cuando el hecho
fuere perpetrado por personas que tuvieren estado, empleo o asimilación militar, el mínimo
de las penas se incrementará en un tercio.

El delito consiste en alzarse en armas contra el gobierno nacional, lo cual supone un


movimiento público, numeroso, de personas armadas, que emplea la fuerza y la violencia
contra el gobierno nacional o alguno de sus poderes públicos, por ej., ocupación de lugares
públicos, luchas armadas en las calles de la ciudad, movimiento de tropas con propósitos
políticos, destrucción de edificios u obras públicas, etc. No es necesaria la lucha ni el
enfrentamiento armado, aunque tampoco es excluyente; lo que sí resulta indispensable es que
las personas que integran el grupo dispongan de armas, aunque no hayan sido utilizadas en el
levantamiento. El alzamiento armado comprende tanto el uso de las armas como la mera
tenencia de ellas. El alzamiento del art. 226 constituye un tipo subjetivamente configurado,
intencional, mutilado de dos actos, portador de un elemento subjetivo del injusto que debe
acompañar a la acción del sujeto: la concurrencia de una finalidad específica, consistente en
cambiar la Constitución nacional (cambiarla, alterarla, total o parcialmente), deponer alguno
de los poderes públicos del gobierno nacional ( destituir a funcionarios del Estado, por ej. el
Presidente, diputados, juez de la Corte Suprema, etc.), arrancarle alguna medida o concesión
(conseguir el dictado de una resolución, una ley, un decreto, una sentencia,. un beneficio
impositivo, la libertad de un detenido, etc.) o impedir el libre ejercicio de sus facultades
constitucionales ( de funcionarios públicos, por ej. de una Cámara legislativa, de una sesión de
la Corte Suprema, etc.) o su formación o renovación en los términos y formas legales, por ej.
impedir el nombramiento de un funcionario público, que un legislador se haga cargo de su
banca, la prestación de acuerdo a jueces, etc. Cualquier persona puede ser autor del delito, sin
que sea necesaria la concurrencia de alguna cualificación especial.

El delito es doloso, compatible sólo con el dolo directo. La figura requiere, no obstante, la
concurrencia de un elemento subjetivo del injusto que debe agregarse al dolo y que reside,
precisamente, en el logro de las finalidades expresamente consignadas en la norma; se
consuma con el alzamiento, independientemente de que se logren los objetivos propuestos.
Tratándose de un delito de pura actividad y de peligro concreto, la tentativa se presenta de
difícil concreción.

El delito admite dos tipos de agravantes, que están previstas en los párr. 2º y 3° del art. 226. La
primera consiste en alzarse en armas:
“con el fin de cambiar de modo permanente el sistema democrático de gobierno, suprimir la
organización federal, eliminar la división de poderes, abrogar los derechos fundamentales de la
persona humana o suprimir o menoscabar, aunque sea temporariamente, la independencia
económica de la Nación, en cuyo caso, la pena será de ocho a veinticinco años de prisión. La
segunda agravante incrementa las penas en un tercio si el alzamiento armado fuere
perpetrado por personas que tuvieren estado, empleo o asimilación militar”

Amenaza de cometer un atentado al orden constitucional y a la vida democrática

ARTICULO 226 bis. - El que amenazare pública e idóneamente con la comisión de alguna de
las conductas previstas en el artículo 226, será reprimido con prisión de uno a cuatro años.

El delito consiste en amenazar (intimidar, anunciar un mal, infundir temor, etc.) con la comisión
de algunas de las conductas previstas en el art. 226 del Cód. Penal. Es menester que el agente
se encuentre en una real situación de perpetrar los hechos que anuncia. La amenaza debe ser
pública e idónea, vale decir, que debe tratarse de un anuncio dirigido a un número
indeterminado de personas o al público en general y poseer aptitud o potencialidad suficiente
como para causar un temor general de que se cometerán los hechos que se anuncian. Los
medios de comisión pueden ser amplios y variados, en forma oral o escrita, o por cualquier
medio de difusión (v. gr., televisión, radio, prensa escrita, una red informática). Lo que importa
es que la conducta haya sido dirigida al público en general. El delito es doloso, de dolo directo.
Por tratarse de un delito de pura actividad y de peligro concreto, la consumación coincide con
la acción de amenazar públicamente con la comisión de alguno de los hechos previstos en el
art. 226. La tentativa no resulta admisible.

Concesión de poderes tiránicos

ARTICULO 227. - Serán reprimidos con las penas establecidas en el artículo 215 para los
traidores a la patria, los miembros del Congreso que concedieren al Poder Ejecutivo Nacional
y los miembros de las legislaturas provinciales que concedieren a los Gobernadores de
provincia, facultades extraordinarias, la suma del poder público o sumisiones o supremacías,
por las que la vida, el honor o la fortuna de los argentinos queden a merced de algún
gobierno o de alguna persona (artículo 29 de la Constitución Nacional).

La disposición reconoce su fuente inmediata en el art. 29 de la Constitución Nacional, cuyo


texto dice:

El Congreso no puede conceder al Ejecutivo nacional, ni las legislaturas provinciales a los


gobernadores de provincia, facultades extraordinarias, ni la suma del poder público, ni
otorgarles sumisiones o supremacías por las que la vida, el honor o las fortunas de los
argentinos queden a merced de gobiernos o persona alguna. Actos de esta naturaleza llevan
consigo una nulidad insanable, y sujetarán a los que los formulen, consientan o firmen, a la
responsabilidad y pena de los infames traidores a la Patria.

El delito -que no reconoce antecedentes en el derecho comparado-- consiste en conceder


(conferir, acordar, otorgar, etc.) al Poder Ejecutivo nacional o a los gobiernos de provincia
facultades extraordinarias, que son aquellas que se acuerdan al margen de los procedimientos
reglados por la Constitución nacional y carecen de la intervención o control de otro poder, por
ej. la supresión de la garantía de la defensa en juicio, del derecho de propiedad, la potestad de
establecer delitos y penas, etc.; la suma del poder público, que significa la supresión de la
división de poderes y la concentración del poder en cabeza del PE; y sumisiones (sometimiento
al PE, se pierde la independencia) o supremacías extraordinarias (predominio del PE por sobre
los otros poderes respecto de materias que constitucionalmente corresponden a estos), por las
que la vida, el honor o la fortuna de los argentinos queden a merced de gobiernos o persona
alguna.

El delito puede ser cometido tanto por los miembros del Congreso nacional como por los de las
legislaturas provinciales, aunque de acuerdo con el art. 29 de la Const. Nacional, también
pueden ser autores quienes formulen, consientan o firmen actos de esta naturaleza, por ej. los
legisladores, nacionales o provinciales, al sancionar la ley que otorga los poderes
extraordinarios; el secretario de la Cámara legislativa, al firmar el pase del proyecto de ley con
media sanción a la otra Cámara; el presidente de la Nación, al no vetar la ley o, no pudiendo
hacerlo --frente a la insistencia del Poder Legislativo--, al ordenar su publicación, y los jueces, al
no declarar la nulidad absoluta de la ley que otorgó los poderes tiránicos. Es un delito especial
propio, doloso, de dolo directo, de pura actividad y de peligro concreto, que se consuma
cuando se conceden los poderes tiránicos y la vida, el honor o la fortuna de los argentinos
quedan a merced de gobiernos o persona alguna. La tentativa es posible. La pena es la
correspondiente al delito de traición agravada (art. 215, Cód. Penal), esto es, reclusión o prisión
perpetua.

Continuación en la función pública

ARTICULO 227 bis. - Serán reprimidos con las penas establecidas en el artículo 215 para los
traidores a la patria, con la disminución del artículo 46, los miembros de alguno de los tres
poderes del Estado nacional o de las provincias que consintieran la consumación de los
hechos descriptos en el artículo 226, continuando en sus funciones o asumiéndolas luego de
modificada por la fuerza la Constitución o depuesto alguno de los poderes públicos, o
haciendo cumplir las medidas dispuestas por quienes usurpen tales poderes. Se aplicará de
uno a ocho años de prisión o reclusión e inhabilitación absoluta por el doble de la condena, a
quienes, en los casos previstos en el párrafo anterior, aceptaren colaborar continuando en
funciones o asumiéndolas, con las autoridades de facto, en algunos de los siguientes cargos:
ministros, secretarios de Estado, subsecretarios, directores generales o nacionales o de
jerarquía equivalente en el orden nacional, provincial o municipal, presidente,
vicepresidente, vocales o miembros de directorios de organismos descentralizados o
autárquicos o de bancos oficiales o de empresas del Estado; sociedades del Estado,
sociedades de economía mixta, o de sociedades anónimas con participación estatal
mayoritaria, o de entes públicos equivalentes a los enumerados en el orden nacional,
provincial o municipal, embajadores, rectores o decanos de universidades nacionales o
provinciales, miembros de las fuerzas armadas o de policía o de organismos de seguridad en
grados de jefes o equivalentes, intendentes municipales, o miembros del ministerio público
fiscal de cualquier jerarquía o fuero, personal jerárquico del Parlamento Nacional y de las
legislaturas provinciales. Si las autoridades de facto crearen diferentes jerarquías
administrativas o cambiaren las denominaciones de las funciones señaladas en el párrafo
anterior, la pena se aplicará a quienes las desempeñen, atendiendo a la análoga naturaleza y
contenido de los cargos con relación a los actuales.
Se aplicará de uno a ocho años de prisión o reclusión e inhabilitación absoluta por el doble de
la condena, a quienes, en los casos previstos en el párrafo anterior, aceptaren colaborar
continuando en funciones o asumiéndolas, con las autoridades de facto, en alguno de los
siguientes cargos: ministros, secretarios de Estado, subsecretarios, directores generales o
nacionales o de jerarquía equivalente en el orden nacional, provincial o municipal, presidente,
vicepresidente, vocales o miembros de directorios de organismos descentralizados o
autárquicos o de bancos oficiales o de empresas del Estado, sociedades del Estado, sociedades
de economía mixta, o de sociedades anónimas con participación estatal mayoritaria, o de entes
públicos equivalentes a los enumerados en el orden nacional, provincial o municipal,
embajadores, rectores o decanos de universidades nacionales o provinciales, miembros de las
fuerzas armadas o de policía o de organismos de seguridad en grados de jefes o equivalentes.
intendentes municipales, o miembros del Ministerio Público Fiscal de cualquier jerarquía o
fuero, personal jerárquico del parlamento nacional y de las legislaturas provinciales.

Si las autoridades de facto crearen diferentes jerarquías administrativas o cambiaren las


denominaciones de las funciones señaladas en el párrafo anterior, la pena se aplicará a quienes
las desempeñen, atendiendo a la análoga naturaleza y contenido de los cargos con relación a
los actuales.

Agravante común

ARTICULO 227 ter. - El máximo de la pena establecida para cualquier delito será aumentado
en un medio, cuando la acción contribuya a poner en peligro la vigencia de la Constitución
Nacional. Esta disposición no será aplicable cuando las circunstancias mencionadas en ella se
encuentren contempladas como elemento constitutivo o calificante del delito de que se
trate.

El precepto regula una circunstancia agravante genérica, aplicable a cualquier delito del Código
Penal, siempre que la acción contribuya a poner en peligro la vigencia de la Constitución
nacional, y no forme parte integrante o una circunstancia calificante del tipo objetivo del delito
de que se trate (p. ej., el alzamiento armado del art. 226 o la asociación terrorista del art. 210
bis). El artículo -por su ambigüedad e imprecisión- no ha sido satisfactoriamente recibido por la
doctrina, siendo aconsejable su derogación.

Violación de Patronato

ARTICULO 228. - Se impondrá prisión de seis meses a dos años al que ejecutare o mandare
ejecutar decretos de los concilios, bulas, breves y rescriptos del Papa que, para su
cumplimiento, necesiten del pase del gobierno, sin haberlo obtenido; y de uno a seis años de
la misma pena, al que los ejecutare o mandare ejecutar, a pesar de haber sido denegado
dicho pase.

El precepto ha sido fuertemente criticado en el ámbito doctrinal, por cuanto no sólo resulta
prácticamente inaplicable (Núñez) sino que se encuentra implícitamente derogado por la
eliminación del art. 86, inc. 9°, de la Const. Nacional luego de la reforma de 1994, que implica
la desaparición del ejercicio del patronato en nuestro ordenamiento jurídico.
SEDICIÓN

ARTICULO 229. - Serán reprimidos con prisión de uno a seis años, los que, sin rebelarse
contra el gobierno nacional, armaren una provincia contra otra, se alzaren en armas para
cambiar la Constitución local, deponer alguno de los poderes públicos de una provincia o
territorio federal, arrancarle alguna medida o concesión o impedir, aunque sea
temporalmente, el libre ejercicio de sus facultades legales o su formación o renovación en los
términos y formas establecidas en la ley.

Se trata de un tipo mixto alternativo, de dolo directo, subjetivamente configurado, pues exige
un fin determinado: cambiar la Constitución local o lograr alguno de los objetivos descriptos en
la norma, para cuya consumación es suficiente con la realización de las conductas previstas en
el tipo ( armar una provincia contra otra o alzarse en armas). Para el análisis de la figura,
remitimos a cuanto se dijo respecto del delito previsto en el art. 226 CP.

Motín

ARTICULO 230. - Serán reprimidos con prisión de uno a cuatro años:

1. Los individuos de una fuerza armada o reunión de personas, que se atribuyeren los
derechos del pueblo y peticionaren a nombre de éste (art. 22 de la Constitución Nacional);

2. Los que se alzaren públicamente para impedir la ejecución de las leyes nacionales o
provinciales o de las resoluciones de los funcionarios públicos nacionales o provinciales,
cuando el hecho no constituya delito más severamente penado por este código.

El "motín" es un levantamiento colectivo, de un número indeterminado de personas, cuya


ejecución pone en riesgo el orden constitucional. La primera conducta consiste en atribuirse los
derechos del pueblo y peticionar a nombre de este. Es un delito de pura actividad que se
consuma con la simple realización de la acción típica La segunda parte del articulo describe una
suerte de alzamiento público orientado a lograr alguna de las finalidades previstas en la norma
Es de peligro concreto y se consuma al llevarse a cabo el alzamiento. Ambos tipos penales son
dolosos.

Disposición comunes a los capítulos precedentes

Este capítulo está compuesto por un grupo de artículos en los que se implementan, por un
lado, ciertas reglas de procedimiento que deben seguirse en los casos en que se cometan los
delitos de rebelión, sedición y motín y, por otro, se tipifican diversas figuras relacionadas con
tales delitos.

ARTICULO 231. - Luego que se manifieste la rebelión o sedición, la autoridad nacional más
próxima intimará hasta dos veces a los sublevados que inmediatamente se disuelvan o
retiren, dejando pasar entre una y otra intimación el tiempo necesario para ello. Si los
sublevados no se retiraren inmediatamente después de la segunda intimación, la autoridad
hará uso de la fuerza para disolverlos. No serán necesarias, respectivamente, la primera y
segunda intimación, desde que los sublevados hicieren uso de las armas.

ARTICULO 232. - En caso de disolverse el tumulto sin haber causado otro mal que la
perturbación momentánea del orden, sólo serán enjuiciados los promotores o directores, a
quienes se reprimirá con la mitad de la pena señalada para el delito.
Conspiración

ARTICULO 233. - El que tomare parte como promotor o director, en una conspiración de dos o
más personas para cometer los delitos de rebelión o sedición, será reprimido, si la
conspiración fuere descubierta antes de ponerse en ejecución, con la cuarta parte de la pena
correspondiente al delito que se trataba de perpetrar.

Se trata de un acto preparatorio, autónomo, que consiste en tomar parte como promotor o
director, en una conspiración, para cometer los delitos de rebelión y sedición. El tipo exige,
como mínimo, dos personas. Sujetos activos del delito son quienes asumen el rol de directores
o promotores de la sublevación. Se trata de un delito doloso, de dolo directo, que se consuma
con el concierto o actividad conspirativa; la tentativa no parece admisible.

Seducción de tropas y usurpación de mando

ARTICULO 234. - El que sedujere tropas o usurpare el mando de ellas, de un buque de guerra,
de una plaza fuerte o de un puesto de guardia o retuviere ilegalmente un mando político o
militar para cometer una rebelión o una sedición, será reprimido con la mitad de la pena
correspondiente al delito que trataba de perpetrar. Si llegare a tener efecto la rebelión o la
sedición, la pena será la establecida para los autores de la rebelión o de la sedición en los
casos respectivos.

El delito consiste en seducir tropas, usurpar el mando y retener ilegalmente el mando. Es


doloso, de dolo directo, pero se le tiene qué añadir un elemento subjetivo del tipo, que debe
concurrir indispensablemente: la finalidad de cometer una rebelión, una sedición o un motín.
Se consuma cuando se ha logrado la seducción de la tropa, la usurpación o retención del
mando, sin que se requiera de algún otro resultado ulterior, salvo si la rebelión, la sedición o el
motín "han tenido efecto” es decir, si se han concretado como tales, en cuyo caso la penalidad
se agrava y se amplía la escala prevista para dichos delitos. Al tratarse de un delito de
resultado, la figura admite tentativa.

Infracción al deber de resistencia

ARTICULO 235. - Los funcionarios públicos que hubieren promovido o ejecutado alguno de
los delitos previstos en este Título, sufrirán además inhabilitación especial por un tiempo
doble del de la condena.- Los funcionarios que no hubieren resistido una rebelión o sedición
por todos los medios a su alcance, sufrirán inhabilitación especial de uno a seis años.

Auméntese al doble el máximo de la pena establecida para los delitos previstos en este
Título, para los jefes y agentes de la fuerza pública que incurran en ellos usando u ostentando
las armas y demás materiales ofensivos que se les hayan confiado en tal calidad.

El artículo consagra esta figura al disponer “los funcionarios que no hubieren resistido…”

Se trata de un tipo impropio de omisión, que indica la existencia de un deber por parte del
funcionario: oponerse al alzamiento. De aquí que la acción típica consista en no resistir la
rebelión o la sedición "por todos los medios a su alcance”. Se trata de un delito doloso, de dolo
directo, y se consuma con la omisión típica.
El mismo art. 235 regula en los otros párrafos, un sistema especial de punibilidad
(inhabilitación especial, párr. 1, y pena agravada en otros casos, párr. 3) para los funcionarios
que hubiesen participado en los delitos de rebelión, sedición o motín.

Por último, el Capítulo contiene una regla concursal en el art. 236 en los siguientes términos:

ARTICULO 236. - Cuando al ejecutar los delitos previstos en este Título, el culpable cometiere
algún otro, se observarán las reglas establecidas para el concurso de hechos punibles.

El precepto es innecesario, por cuanto, de darse una situación de las que en él se describe,
deben ser de aplicación los principios generales (Gómez). La disposición -según nuestro
parecer-, si bien no tan clara en precisión, es indicativa de que está haciendo referencia a dos
hechos distintos: el que corresponde al Título X y "algún otro", es decir, un hecho previsto en
un Título distinto de él; por lo tanto, la regla aplicable es la del concurso real (p. ej., rebelión y
lesión). Si esta interpretación es correcta, entonces no es necesario repetir la norma, pues la
situación ya está regulada en el Título IX (Concurso de delitos) del Libro I del Código Penal.

DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA


La determinación del bien jurídico tutelado en estos delitos no es una cuestión que, desde
luego, esté exenta de dificultades, pero aun así se puede afirmar que la objetividad jurídica de
estas infracciones está dada por el normal, ordenado, regular y legal desenvolvimiento de la
función de los órganos del Estado, en todas las ramas de sus tres poderes. La preservación de
la función pública, entendida como la total actividad, temporal o permanente, remunerada u
honoraria, realizada por la persona natural en nombre del Estado o al servicio del Estado o de
sus entidades, en cualquiera de sus niveles jerárquicos ( art. 1 º, Convención Interamericana
contra la Corrupción), se convierte así en el bien jurídico protegido en el Título XI del Código
Penal.

Por lo general, el sujeto activo de un delito contra la Administración pública es el “funcionario


público" en el ejercicio de su cargo o en uso de su competencia funcional (delitos especiales
propios), pero, en ciertas ocasiones, también pueden ser cometidos por particulares o por
terceros que en circunstancias especiales asumen la calidad de funcionario público ministerio
Legis, por ejemplo, en los casos de los arts. 239, 240 o 263. Por funcionario público debe
entenderse a quien, por delegación estatal, "participa ... del ejercicio de funciones públicas". El
párr. 4° del art. 77 del Cód. Penal --si bien hace referencia también al empleado público, no ha
equiparado los conceptos--, sólo describe al funcionario público, pues únicamente quien
reviste esta calidad está facultado para cumplir funciones públicas (Creus). Se trata de un
concepto normativo. La norma contenida en el párr. 4° del art. 77 implica una regla general
aplicable a todo el Código Penal y a las leyes complementarias.
Atentado y resistencia contra la autoridad

La diferencia entre el atentado y la resistencia reside en que, en el primero, la acción del autor
se dirige contra un funcionario que aún no ha resuelto la ejecución u omisión de un acto propio
de su actividad funcional (no existe acto funcional en marcha. en ejecución). En la resistencia,
en cambio, el accionar del agente se opone a una resolución del :funcionario que ya ha sido
decidida y puesta en marcha, en ejecución (acto funcional destinado a alguien). La
desobediencia a la autoridad, por el contrario, requiere que medie una orden concreta y
legítima de la autoridad pública, dirigida a una o a varias personas, que se oponen a cumplirla.

Atentado a la autoridad

ARTICULO 237. - Será reprimido con prisión de un mes a un año, el que empleare
intimidación o fuerza contra un funcionario público o contra la persona que le prestare
asistencia a requerimiento de aquél o en virtud de un deber legal, para exigirle la ejecución u
omisión de un acto propio de sus funciones.

El bien jurídico protegido es la libertad de determinación del oficial público, su libertad de


decisión en el ejercicio de la función. El delito consiste en emplear intimidación o fuerza contra
un funcionario público o contra la persona que le presta asistencia, sea que dicha asistencia se
concrete a requerimiento del propio funcionario o en virtud de una obligación legal, con el
propósito dirigido a exigir al sujeto pasivo la ejecución o no de un acto propio de sus funciones.
Los medios comprenden tanto la violencia moral (vis relativa) como la violencia física (vis
absoluta), pero deben ser empleados para imponer al funcionario público la ejecución u
omisión de un acto propio de sus funciones, aun cuando no se logren los objetivos propuestos.
Estos delitos suponen un ataque que se lleva a cabo mientras el funcionario todavía no ha
puesto en marcha ( en ejecución) su decisión de realizar u omitir el acto funcional.

Sujeto activo puede ser cualquier persona. incluso un funcionario público; sujeto pasivo, en
cambio, sólo puede ser un funcionario público, en ejercicio de sus funciones, o la persona que
le preste asistencia a su propio requerimiento o por estar obligada legalmente. El delito es
doloso, de dolo directo, al que se le suma un elemento subjetivo del injusto consistente en
dirigir la acción al funcionario para exigirle la ejecución u omisión de un acto propio de sus
funciones. Se trata de un tipo subjetivamente configurado, mutilado en dos actos, de peligro
concreto e instantáneo, que se consuma con el empleo de la fuerza o la intimidación contra el
funcionario público, para el logro de la finalidad prevista en la ley. La tentativa no parece
admisible.

Agravantes

ARTICULO 238. - La prisión será de seis meses a dos años:

1 Si el hecho se cometiere a mano armada;

2 Si el hecho se cometiere por una reunión de más de tres personas;

3 Si el culpable fuere funcionario público;

4 Si el delincuente pusiere manos en la autoridad.


En el caso de ser funcionario público, el reo sufrirá además inhabilitación especial por doble
tiempo del de la condena.

Estas agravantes están vinculadas exclusivamente con el atentado a la autoridad.

1) Comisión del hecho a mano armada. Quiere decir, empleando el arma como medio
intimidatorio, no es suficiente tenerla consigo o portarla en lugar no visible, al menos debe
haber sido exhibida o puesta a la vista, de modo que la víctima advierta la existencia real de un
peligro adicional. El uso de un arma simulada o de juguete, no es suficiente para la
concurrencia de la agravante, pues no son un arma. Pero, la agravante alcanza a cualquier
especie de arma, propia o impropia.

2) Concurrencia de más de tres personas. La agravante exige una concurrencia mínima de


cuatro personas (aun con alguien inimputable ), sin límites en el máximo, que, actuando en
grupo (en conjunto) y en calidad de autores, empleen fuerza o intimidación contra un
funcionario público o su asistente. La pluralidad tiene, pues, que obrar con el objetivo común
de atentar o resistirse.

3) Calidad de funcionario público del autor. Concurre esta agravante cuando el autor del
atentado es un funcionario público de cualquier jerarquía, .sin que sea necesario que actúe en
el ejercicio de sus funciones públicas o abusando de ellas.

4) Poner manos en la autoridad. Esta agravante debe entenderse, por lo general, como
acometimiento físico, castigo o ataque (actos de agresión), dirigidos, directa o indirectamente,
contra el funcionario público. Pero, el límite entre el tipo básico y el agravado no puede residir
sólo en el contacto físico entre el autor y la víctima. La diferencia estriba -a nuestro entender-
en la intensidad del acto de fuerza, independientemente de que haya habido o no contacto
físico entre el agresor y el sujeto pasivo. La fuerza es un elemento integrador de tanto de la
figura básica como de la agravada, pero si se trata de un contacto físico poco intenso, de escasa
graduación (p. ej., simples forcejeos, empujones o, como en el ejemplo de Creus, dejar caer
una red sobre el sujeto pasivo), el hecho no sale de los límites del tipo básico. En cambio, el
ejercicio de una fuerza intensa., grave, de gran energía, aunque no se traduzca en un contacto
físico, desplaza el hecho a la figura agravada (v. gr., el disparo de arma de fuego).

Atentado a la autoridad militar

ARTICULO 238 bis - El militar que pusiere manos en el superior, sin lesionarlo o causándole
lesiones leves, será penado con prisión de uno (1) a tres (3) años.

Si el hecho tuviere lugar frente al enemigo o a tropa formada con armas, o si se cometiere en
número de seis (6) o más, el máximo de la pena será de seis (6) años.

El delito consiste en poner manos en el superior, vale decir7 agredirlo, ejercer actos de
violencia física contra él, atacarlo físicamente, sin consecuencias lesivas (sin resultados) o
causándole lesiones de las descriptas en el art. 89 del Cód. Penal. Sujetos activo y pasivo tienen
que ser militares (art. 77, Cód. Penal), pero la víctima, además debe ser superior con respecto
al autor, es decir, debe tener superioridad militar por razón del cargo, de la jerarquía o de la
antigüedad (art. 12. Ley Nº 19101). Se trata de un delito especial propio, doloso, de dolo
directo, de pura actividad y de peligro concreto, que se consuma con la realización de la acción
típica (poner manos en el superior). La tentativa, aunque de difícil imaginación, se presenta
como posible (p. ej., si el atacante es detenido momentos previos a que alcance a poner manos
sobre el cuerpo de la víctima). El hecho se agrava cuando se lo realiza frente al enemigo
(ejército o fuerza extranjeras, en estad de beligerancia) o a tropa formada con armas (en
formación militar), o si se lo comete en grupo de seis o más personas (motín, formación
grupal).

Insubordinación militar

ARTICULO 238 ter - El militar que resistiere o desobedeciere una orden de servicio
legalmente impartida por el superior, frente al enemigo o en situación de peligro inminente
de naufragio, incendio u otro estrago, será penado con prisión de uno (1) a cinco (5) años. La
misma pena se impondrá si resistiere a una patrulla que proceda en cumplimiento de una
consigna en zona de conflicto armado u operaciones o de catástrofe. Si en razón de la
resistencia o de la desobediencia se sufrieren pérdidas militares o se impidiese o dificultase
la salvación de vidas en supuesto de catástrofe el mínimo de la pena se elevará a cuatro (4)
años y el máximo de la pena se elevará a doce (12) años. En cualquier caso se impondrán las
penas aquí previstas siempre que no resultare un delito más severamente penado.

El delito consiste en negarse o resistirse al cumplimiento de una orden de servicio impartida


por un superior. que se encuentra activa, en ejecución. El tipo exige una orden de servicio
legalmente impartida, vale decir, de acuerdo con los requerimientos de las leyes y reglamentos
militares. Si se tratara de una orden ilegítima. la resistencia o desobediencia a su cumplimiento
conducirían a la atipicidad de la conducta. El tipo penal exige además, que la oposición, el
rechazo o la negativa al cumplimiento de la orden, se lleven a cabo frente al enemigo o en
situación de peligro inminente de naufragio, incendio u otro estrago.

Sujetos activo y pasivo deben ser un militar. El delito es de dolo directo, de pura actividad y de
peligro concreto, que se consuma con la realización de las acciones típicas. La tentativa resulta
muy difícil de admitir.

Resistencia a patrulla en zona de conflicto armado

La parte 2' del art. 238 ter reprime con la misma pena al militar que se “resistiere a una
patrulla que proceda en cumplimiento de una consigna en zona de conflicto armado u
operaciones o de catástrofe".

El delito consiste en un rechazo u oposición al procedimiento que está llevando a cabo una
patrulla militar en una de las zonas específicamente determinadas en el texto legal (zona de
conflicto armado, de operaciones o de despliegue de fuerzas militares, zona de catástrofe,
ruina o desastre). Puede cometerse por cualquier medio, incluso empleando fuerza, violencia o
intimidación. Es un delito doloso, de dolo directo, de pura actividad, que se consuma con la
mera resistencia o rechazo a la acción de la patrulla militar. La tentativa no parece posible.

El delito se agrava si en razón de la resistencia o de la desobediencia se sufrieren pérdidas


militares (muerte) o se impidiese o dificultase la salvación de vidas en supuesto de catástrofe el
mínimo de la pena se elevará a cuatro años y el máximo de la pena se elevará a 'doce años
(art. 238, 2).

Se trata de resultados preterintencionales. Con arreglo a la parte última del art. 23 8 ter, se
impondrán las penas previstas en el artículo siempre que no resultare un delito más
severamente penado (regla de subsidiariedad).
Resistencia y desobediencia a la autoridad

ARTICULO 239. - Será reprimido con prisión de quince días a un año, el que resistiere o
desobedeciere a un funcionario público en el ejercicio legítimo de sus funciones o a la
persona que le prestare asistencia a requerimiento de aquél o en virtud de una obligación
legal.

Resistencia a la autoridad: El bien jurídico es la libertad de acción del funcionario durante el


ejercicio de su cometido legal.

El delito se caracteriza por la existencia de una orden o resolución funcionarial que se


encuentra en curso de ejecución (en marcha) contra una persona, y a cuya ejecutoriedad se
opone activamente el agente. De aquí que, una vez dada la orden por el funcionario público,
sólo es posible el delito de resistencia a la autoridad. Sujeto activo puede ser cualquier
persona, mientras que sujeto pasivo, en cambio, puede ser tanto el funcionario público que
actúa en el marco de su actividad funcional como el particular equiparado legalmente a que
hace referencia el art. 240, o un tercero que presta ayuda al funcionario a su requerimiento. El
delito es doloso, de dolo directo, con más un elemento subjetivo del injusto constituido por la
finalidad de impedir o trabar la ejecución de un acto propio del legítimo ejercicio de la función
pública. Por tratarse de un delito de pura actividad e instantáneo, se consuma con el empleo
de la fuerza o intimidación contra la autoridad pública. No parece posible la tentativa.

Desobediencia a la autoridad

La conducta típica consiste en desobedecer una orden impartida por un funcionario público. El
delito puede cometerse por acción o por omisión, no obstante tratarse de un tipo omisivo en
sentido estricto. La desobediencia a la autoridad presupone la existencia de una orden
concreta y dirigida a una persona determinada. Puede desobedecer no sólo quien se encuentra
en condiciones de hacerlo sino también quien debe hacerlo. Una orden sin destinatario carece
de relevancia penal. La orden debe reunir ciertas condiciones de legitimidad: debe emanar de
un funcionario público en el legítimo ejercicio de su actividad funcional, debe reunir las
formalidades establecidas en la ley y, por último, debe ser ejecutada de conformidad a las
formas legales establecidas. Aun cuando la orden reúna las formalidades antes mencionadas,
su incumplimiento no dará lugar al delito cuando esté referida a cuestiones relacionadas con
intereses personales de cualquier naturaleza, patrimonial, afectiva, familiar, o cuando se
vincule con garantías constitucionales. Sujeto activo de desobediencia puede ser cualquier
persona; sujeto pasivo, en cambio, sólo puede ser un funcionario público en el legítimo
ejercicio de su actividad funcional, o la persona que le presta asistencia a su requerimiento o
en virtud de una obligación legal. El delito es doloso, de dolo directo, y se consuma con el no
acatamiento de la orden. Por tratarse de un delito de mera actividad e instantáneo, no parece
posible la tentativa.

Por el art. 240, cuyo texto dice:

ARTICULO 240. - Para los efectos de los dos artículos precedentes, se reputará funcionario
público al particular que tratare de aprehender o hubiere aprehendido a un delincuente en
flagrante delito.

El precepto contempla un supuesto de equiparación del particular a la condición de funcionario


público por imperio de la ley, que opera sólo en aquellos casos en los que el particular
aprehende o trata de aprehender a un delincuente en flagrancia delictiva ( cuando ha sido
sorprendido en el momento o inmediatamente después de perpetrado el delito). La remisión
que hace el precepto a los dos artículos precedentes debe entenderse como una remisión
genérica a los arts. 237,238 y 239 del Cód. Penal, en cuanto se relacionan con las figuras de
atentado y resistencia.

Violación de normas instrucción es en tiempo de conflicto armado

ARTICULO 240 bis - El que violare las normas instrucciones a la población emitidas por la
autoridad militar competente en tiempo de conflicto armado para las zonas de combate, será
penado con prisión de uno (1) a cuatro (4) años si no resultare un delito más severamente
penado.

El delito consiste en violar (no cumplir, transgredir, etc.) las normas instrucciones ( directivas u
órdenes escritas, de carácter obligatorio. para todas las personas que se encuentren en las
zonas de operaciones o de combate), emitidas por la autoridad militar a la población, en las
zonas de combate en tiempo de conflicto armado. Es un delito subsidiario, doloso, de dolo
directo, que se consuma con el incumplimiento de las instrucciones dictadas por la autoridad
militar. No admite tentativa.

Atentados Leves

Perturbación del ejercicio de funciones públicas

ARTICULO 241. - Será reprimido con prisión de quince días a seis meses:

1 El que perturbare el orden en las sesiones de los cuerpos legislativos nacionales o


provinciales, en las audiencias de los tribunales de justicia o dondequiera que una autoridad
esté ejerciendo sus funciones;

2 El que sin estar comprendido en el artículo 237, impidiere o estorbare a un funcionario


público cumplir un acto propio de sus funciones.

El art. 241, inc. 1º: El delito consiste en perturbar el orden (provocar disturbios, molestias,
desórdenes, alterar o entorpecer el normal desenvolvimiento de una actividad, etc., por
cualquier medio -violento o no-), dirigido a la autoridad o a la concurrencia, en oportunidad de
estar llevándose a: cabo la sesión de un cuerpo legislativo, una audiencia en un tribunal de
justicia o cualquier actividad de una autoridad pública, nacional, provincial o municipal.

Sujeto activo puede ser cualquier persona; sujeto pasivo es el cuerpo legislativo, el tribunal de
justicia o la autoridad actuante. Es un delito doloso, de do1o directo, de resultado instantáneo,
y se consuma cuando se produce la efectiva perturbación del acto funcional. La tentativa es
admisible.

Impedimento o estorbo de un acto funcional

Inc. 2º: El delito consiste en impedir o estorbar un acto funcional que está ejecutando o va a
poner en ejecución un funcionario público, en el marco de su propia competencia funcional. Se
trata de un delito subsidiario del de atentado. Sujeto activo puede ser cualquier persona;
sujeto pasivo, en cambio, es el funcionario público. La infracción es dolosa, sólo compatible con
el dolo directo, que se consuma cuando efectivamente se ha impedido o perturbado el acto
funcional que se está ejecutando o que se va a ejecutar. Por ende, es perfectamente posible la
tentativa.

Delitos relacionados con la disciplina militar

ARTICULO 241 bis - Se impondrá prisión de tres (3) a diez (10) años a los militares que:

1. Tumultuosamente peticionaren o se atribuyeren la representación de una fuerza armada.

2. Tomaren armas o hicieren uso de éstas, de naves o aeronaves o extrajeren fuerzas


armadas de sus asientos naturales, contra las órdenes de sus superiores.

3. Hicieren uso del personal de la fuerza, de la nave o de la aeronave bajo su mando contra
sus superiores u omitieren resistir o contener a éstas, estando en condiciones de hacerlo.

4. Será penado con prisión de uno (1) a cinco (5) años la conspiración para cometer los
delitos de este artículo. No será penado por conspiración quien la denunciare en tiempo para
evitar la comisión del hecho.

5. Si en razón de los hechos previstos en este artículo resultare la muerte de una o más
personas, se sufrieren pérdidas militares o se impidiere o dificultare la salvación de vidas en
supuesto de catástrofe, el máximo de la pena se elevará a veinticinco (25) años. En cualquier
caso se impondrán las penas aquí previstas siempre que no resultare un delito más
severamente penado.

1) Atribuirse la representación de una fuerza armada. El delito consiste en peticionar o


atribuirse, en forma tumultuosa (mediante un alboroto, desorden, etc.), la representación de
una fuerza armada (Ejército, Marina, Fuerza Aérea). Se trata de una conducta abusiva del
derecho constitucional de peticionar establecido en el art. 14 de la Const. Nacional. Sujeto
activo del delito sólo puede ser un militar (art. 77, Cód. Penal). El delito es doloso, de dolo
directo y se consuma con la realización de algunas de las acciones típicas.

2) Levantamiento armado contra el superior. El delito consiste en tomar armas (proveerse,


tomar posesión, sustraer, etc.) o hacer uso de ellas (emplearlas, utilizarlas), de naves o
aeronaves o extraer fuerzas armadas de sus asientos naturales ( de sus plazas, destacamento,
cuartel, regimiento, etc.), contra las órdenes de sus superiores (impartidas por la superioridad
militar). Es un delito doloso, de dolo directo, de pura actividad y de peligro abstracto, que se
consuma con la realización de las acciones típicas. La tentativa no parece admisible.

3) Motín por insubordinación e infracción al deber de resistencia. El precepto castiga a los


militares que “hicieren uso del personal de la fuerza, de la nave o de la aeronave bajo su
mando contra sus superiores u omitieren resistir o contener a éstas, estando en condiciones de
hacerlo". La primera modalidad es una forma activa, mientras que la segunda es una
modalidad omisiva (propia). Ambas son formas dolosas de dolo directo, y se consuman con la
realización de la acción prohibida o con la mera infracción del deber de actuar.

4) Conspiración para la comisión del delito de motín. El inc. 4° del art. 241 bis establece que:
será penado con prisión de uno a cinco años la conspiración para cometer los delitos de este
artículo.

No será penado por conspiración quien la denunciare en tiempo para evitar la comisión del
hecho. El delito consiste en conspirar (deliberar un acuerdo) para cometer alguno de los delitos
previstos en el art. 241 bis. Se trata de un delito doloso, de dolo directo, que se consuma con la
propia deliberación conspirativa. La tentativa no resulta posible. La ley establece una excusa
absolutoria (exención de pena) para quien denunciare la conspiración en tiempo para evitar la
comisión del hecho.

5) Agravantes. Con arreglo al inc. 5° del art. 241 bis, el máximo de la pena se elevará a
veinticinco años si, en razón de los hechos previstos en el artículo, resultare la muerte de una o
más personas ( civil o militar), se sufrieren pérdidas militares o se impidiere o dificultare la
salvación de vidas (humanas) en supuesto de catástrofe. Agregándose: En cualquier caso se
impondrán las penas aquí previstas siempre que no resultare un delito más severamente
penado. Son resultados preterintencionales de aplicación subsidiaria, esto es, siempre que no
resulte un delito más severamente penado.

Violación de fueros

ARTICULO 242. - Será reprimido con multa de pesos setecientos cincuenta a pesos diez mil e
inhabilitación especial de uno a cinco años, el funcionario público que, en el arresto o
formación de causa contra un miembro de los poderes públicos nacionales o provinciales, de
una convención constituyente o de un colegio electoral, no guardare la forma prescripta en
las constituciones o leyes respectivas.

El delito consiste en arrestar (privarlo de libertad) o en formar causa (iniciar un proceso penal)
contra un funcionario público que se encuentra cubierto por alguna inmunidad o privilegio
establecidos en la Constitución o en las leyes, sin observar las formas y procedimientos
prescriptos por la ley para el arresto o formación de causa de estos funcionarios. La Ley de
fueros Nº 25320--que autoriza una formación de causa contra el funcionario sujeto a
desafuero, remoción o juicio político-, ha implicado una derogación parcial del art. 242 del Cód.
Penal, por cuanto impone a un Juez proseguir actuaciones contra un funcionario sujeto a juicio
político, desafuero o remoción, contra quien se ha promovido una acción penal. Sujeto activo
del delito sólo puede ser el funcionario público con competencia para arrestar (privar de
libertad) o formar causa (instruir un proceso). Se trata de un delito especial propio. Sujeto
pasivo es el funcionario público que, por imperio de la Constitución o de las leyes, goza de
fueros, privilegios, inmunidades o prerrogativas.

La Constitución nacional (arts. 69 y 70) y las leyes nacionales y provinciales (Códigos Procesales
Penales, por ej. Corrientes, arts. 196y 197), establecen las formalidades que deben observarse
en estos casos. La infracción es dolosa, de dolo directo, de pura actividad, que se consuma con
la realización de las conductas típicas. La tentativa no parece admisible.

Incumplimiento de deberes procesales

ARTICULO 243. - Será reprimido con prisión de quince días a un mes, el que siendo
legalmente citado como testigo, perito o intérprete, se abstuviere de comparecer o de
prestar la declaración o exposición respectiva. En el caso del perito o intérprete, se
impondrá, además, al reo, inhabilitación especial de un mes a un año.

Se trata de un tipo de acciones alternativas, consistente en no comparecer a la audiencia fijada


(habiendo sido citado formalmente, sin justificación alguna) o en comparecer, pero
absteniéndose de prestar la declaración o exposición respectiva (negarse a prestarse al acto o a
declarar). Quienes están eximidos de comparecer por merecer un tratamiento especial, tienen
la obligación de declarar en su residencia o por informe escrito, es decir, por oficio. Aquellas
personas que pueden abstenerse de declarar, invocando el secreto profesional, también están
obligados a comparecer; el secreto sólo puede invocarse en el acto de la declaración. Sujeto
activo sólo puede ser la persona legalmente citada como testigo, perito o intérprete. La
enumeración legal es taxativa. El delito es doloso, siendo posible el dolo eventual y se consuma
con la abstención. No parece posible la tentativa.

FALSA DENUNCIA

ARTICULO 245. - Se impondrá prisión de dos meses a un año o multa de pesos setecientos
cincuenta a pesos doce mil quinientos al que denunciare falsamente un delito ante la
autoridad.

La falsa denuncia implica la simulación de un delito sin imputación. Si la denuncia contuviese


una imputación a persona determinada. la figura aplicable sería la de calumnia del art. 109 del
Cód. Penal. El tipo no alcanza a las faltas o contravenciones ni a las infracciones administrativas
y las disciplinarias, pero el delito deber ser de acción pública, pues debe tratarse de un delito
denunciable (art. 72 CP), no así a los delitos de acción privada (art.73 CP). El delito denunciado
puede ser doloso o culposo, de cualquier especie o gravedad, consumado, tentado o imposible,
aun cuando la acción penal hubiera prescripto. El delito denunciado debe ser falso, es decir,
inexistente o que, de existir, no se haya cometido en la forma denunciada, o cuando se
modifican o deforman sus circunstancias de tal modo que implique un mudamiento de su
especie, cualificación o gravedad (p. ej., describir el hecho como robo agravado cuando en
realidad se trató de un hurto simple). Hay acuerdo en que la auto calumnia (auto imputación
falsa de un delito de acción pública) es una falsa denuncia.

"Denuncia falsa" no es lo mismo que "denuncia incompleta o inexacta"; si lo denunciado


contiene circunstancias que modifican esencialmente el hecho acaecido en la realidad, el tipo
penal queda configurado. La denuncia falsa debe realizarse ante la autoridad, que es aquella
que tiene competencia para promover la investigación de un delito, que en nuestro
ordenamiento vigente se limita a la autoridad policial, al agente fiscal y al magistrado judicial.
Sujeto activo puede ser cualquier persona. Sujeto pasivo es la administración de justicia, cuyo
interés se ve afectado por la ofensa que caracteriza al delito. El delito es doloso, compatible
sólo con el dolo directo. Es un delito de simple actividad y de peligro abstracto, que se
consuma con la sola formulación (si es verbal) o presentación (si es escrita) de la denuncia
mendaz ante la autoridad competente.

Usurpación de autoridad, títulos u honores

ARTICULO 246. - Será reprimido con prisión de un mes a un año e inhabilitación especial por
doble tiempo:

1 El que asumiere o ejerciere funciones públicas, sin título o nombramiento expedido por
autoridad competente;

2 El que después de haber cesado por ministerio de la ley en el desempeño de un cargo


público o después de haber recibido de la autoridad competente comunicación oficial de la
resolución que ordenó la cesantía o suspensión de sus funciones, continuare ejerciéndolas;

3 El funcionario público que ejerciere funciones correspondientes a otro cargo.


El militar que ejerciere o retuviere un mando sin autorización será penado con prisión de uno
(1) a cuatro (4) años y, en tiempo de conflicto armado de dos (2) a seis (6) años, siempre que
no resultare un delito más severamente penado.

El precepto legal prevé los siguientes delitos:

1) Asunción y ejercicio arbitrario de la función pública. La acción típica consiste en asumir


(tomar posesión del Cargo) o ejercer (desempeñar efectivamente el cargo o comisión)
arbitrariamente funciones públicas, vale decir, sin título o nombramiento expedido por la
autoridad competente. El tipo penal exige que el ejercicio se traduzca en actos que impliquen
una actividad funcional ( que rea]mente constituya función pública). La asunción o el ejercicio
deben ser arbitrarios y esta cualificación surge de la falta de título (cualificación que otorga un
acto eleccionario, por ej.) que habilite la ocupación del cargo o el desempeño de la función, o
de la falta de nombramiento (designación) expedido por la autoridad competente para el cargo
de que se trata. El delito es doloso, de dolo directo. Por tratarse de un delito de mera actividad
y de peligro abstracto, se consuma con el acto de asumir o ejercer la función pública, sin que
deba producirse algún resultado adicional para la Administración pública. La tentativa no nos
parece admisible. La participación se rige por las reglas comunes.

2) Continuación arbitraria en el desempeño de la función pública. El tipo penal requiere como


presupuesto que el funcionario haya estado ejerciendo una función pública o haya ocupado un
cargo oficial del Estado en forma legal y, habiendo cesado en su actividad por ministerio de la
ley o por causa de cesantía o suspensión impuestas de acuerdo con las prescripciones legales,
continúe o persista en el ejercicio del cargo de modo arbitrario, esto es, sin solución de
continuidad con el anterior ejercicio legítimo; pues, si lo hubiere abandonado. el hecho se
desplazaría al inc. 1 ° del art. 246. La ilegitimidad de la continuación en el ejercicio de la función
pública puede provenir por finalización del mandato ministerio Legis o por cesantía
(finalización del cargo) o suspensión (retiro temporal del cargo), abarcando a los agentes que
pertenecen a la denominada "planta permanente" de la Administración, como a los
contratados, cuando así esté previsto en los respectivos ordenamientos administrativos. La ley
exige que tales medidas hayan sido comunicadas oficialmente (notificadas) por la autoridad
competente. Es un delito especial propio, doloso, compatible únicamente con el dolo directo.
Tratándose de un delito de pura actividad y de peligro abstracto, se consuma con la sola
continuación en el ejercicio del cargo. La tentativa no nos parece admisible.

3) Ejercicio defunciones correspondientes a otro cargo

El delito consiste en ejercer funciones públicas (actos propios de una función pública)
correspondientes a otro cargo, distinto del que ocupa. El delito es doloso, admitiendo sólo el
dolo directo. Es de pura actividad y de peligro abstracto, y se consuma con la realización de .la
actividad correspondiente a otro cargo; la tentativa no resulta posible.

Usurpación de mando

El delito está previsto en el último párrafo del art. 246, y reprime al militar que ejerciere
(asumir, hacerse cargo, etc.) o retuviere (mantener, conservar) un mando sin autorización.
Puede tratarse de la asunción de un mando por vacancia de su titular o por otras circunstancias
(p. ej., traslado, ausencia temporaria del titular), pero siempre en tiempo de paz. Sujeto activo
sólo puede ser un militar (art. 77 CP). Es un delito doloso, compatible sólo con el dolo directo y
se consuma con la realización de las acciones típicas. Tratándose de un delito de pura actividad
y de peligro abstracto, la tentativa no parece posible. El delito se agrava si el ejercicio o la
retención del mando no autorizados se cometieren en tiempo de conflicto armado y no
resultare un delito más severamente penado.

Usurpación de grados, títulos y honores

ARTICULO 247. - Será reprimido con prisión de quince días a un año el que ejerciere actos
propios de una profesión para la que se requiere una habilitación especial, sin poseer el
título o la autorización correspondiente.

Será reprimido con multa de setecientos cincuenta a doce mil quinientos pesos, el que
públicamente llevare insignias o distintivos de un cargo que no ejerciere o se arrogare grados
académicos, títulos profesionales u honores que no le correspondieren

El precepto contempla dos tipos delictivos:

1) Ejercicio ilegítimo de una profesión. El delito consiste en ejercer actos propios de una
profesión para la cual se requiere una habilitación especial, sin poseer el título o la autorización
correspondiente (ilegítimamente). El precepto, sin embargo, delimita la conducta típica a los
actos propios de una profesión, es decir, sólo aquellas que se realizan en el marco propio de la
profesión de que se trate y que correspondan a ella, por ejemplo, un abogado que evacua
consultas. El título es el reconocimiento de una capacitación profesional extendida por una
universidad, nacional o extranjera, pública o privada, mientras que la autorización (matrícula o
registro) es el permiso que otorga la autoridad administrativa (Superior Tribunal de Justicia,
colegios profesionales, etc.) para el ejercicio de la profesión respectiva. Quedan comprendidas
aquellas profesiones entonces en lo que se requiere de una habilitación especial para el
ejercicio. Sujeto activo puede ser cualquier persona, incluso un funcionario público. El delito es
doloso, compatible sólo con el dolo directo, de pura actividad, de peligro abstracto,
eventualmente de carácter permanente, que se consuma con la realización de los actos propios
de la profesión, sin que se requiera de ningún resultado ulterior alguno. La tentativa no parece
admisible.

Usurpación de grados, títulos y honores propiamente dicho  Con arreglo al precepto legal,
están previstos dos tipos de delito:

1) Llevar públicamente insignias o distintivos de un cargo que no se ejerce. La acción típica es


llevar, esto es, ponerse encima, usar, portar, de manera pública o manifiesta las insignias
( divisas correspondientes a un cargo honorífico, por ej. anillos, chapas, etc. o distintivos objeto
simbólico, por ej. un uniforme) de un cargo que no se ejerce. La conducta no sólo implica la
ostentación pública de tales objetos, sino que deben tener carácter oficial, de cualquier
estamento de la administración nacional, provincial o municipal. Se trata de un delito de propia
mano, pues reclama la realización directa del tipo por parte del autor. El delito es doloso, de
dolo directo. Por tratarse de un delito de pura actividad y de peligro abstracto, se consuma con
la mera realización de la acción típica (llevar la insignia o el distintivo). Es un delito de acción
instantánea y, eventualmente, de carácter permanente. La tentativa no resulta admisible.

2) Arrogarse grados académicos, titulas profesionales u honores que no corresponden. La


acción típica consiste en arrogarse, esto es, atribuirse el título, el grado o el honor. En cualquier
caso, debe tratarse de una conducta pública. Se trata de una usurpación de un grado
académico (título de posgrado, por ej. magister, doctor), título profesional (habilitación para
ejercer o enseñar tina ciencia, arte, oficio o actividad) u honores ( distinción oficial por
reconocimiento o méritos) que no le corresponden al agente y deben tener carácter oficial. No
quedan comprendidos los de origen extranjero no reconocidos en el país, los inventados por el
autor, ni aquellos cuya concesión u otorgamiento se encuentran prohibidos por las leyes del
país (p. ej., títulos de nobleza -art. 16, Const. Nacional-). Los medios comisivos son variados,
por ej. anuncios verbales~ uso de membretes, placas, anuncios periodísticos por cualquier
medio de comunicación. Autor del delito puede ser cualquier persona. La figura es dolosa, de
dolo directo. Es de pura actividad, de peligro abstracto, instantánea y eventualmente
permanente, que se consuma con la mera realización de la conducta típica. La tentativa no
resulta admisible.

ABUSO DE AUTORIDAD Y VIOLACIÓN DE LOS DEBERES DE FUNCIONARIO PÚBLICO

ARTICULO 248. - Será reprimido con prisión de un mes a dos años e inhabilitación especial
por doble tiempo, el funcionario público que dictare resoluciones u órdenes contrarias a las
constituciones o leyes nacionales o provinciales o ejecutare las órdenes o resoluciones de
esta clase existentes o no ejecutare las leyes cuyo cumplimiento le incumbiere.

La norma describe tres conductas típicas distintas, cuyo elemento central es el abuso funcional,
es decir, el empleo de la autoridad recibida para violar la Constitución o las leyes.

1) Con arreglo al texto legal, se comete el delito cuando el funcionario dicta una resolución
( disposición que decide un asunto) o imparte una orden (mandato para que se actúe de una
determinada manera) contrarias a la Constitución de la Nación o. de las provincias o a las leyes
nacionales, provinciales o municipales. Es un delito doloso, de dolo directo. Por tratarse de un
delito de comisión, de pura actividad, se consuma cuando se dicta la resolución o cuando se
imparte la orden, contrarias a las leyes, independientemente de su acatamiento por su
destinatario.

2) La segunda forma típica consiste en ejecutar (realizar, llevar a cabo) las resoluciones u
órdenes contrarias a la Constitución o las leyes. Se trata de un delito doloso, compatible sólo
con el dolo directo. Es un tipo activo autónomo con respecto a la figura anterior, de mera
actividad, que se consuma con la ejecución de la orden o resolución.

3) La tercera forma típica describe un tipo omisivo que consiste en no ejecutar (no aplicar en el
caso concreto) las leyes cuyo cumplimiento incumbe al funcionario. El funcionario no aplica la
ley porque directamente ignora su existencia La ley existe, pero el agente actúa como si no
existiera. Es un delito doloso, de dolo directo, de omisión impropia y de pum actividad, que se
consuma con la no ejecución de la ley en el caso concreto.
Omisión de inspección

ARTICULO 248 bis.- Será reprimido con inhabilitación absoluta de SEIS (6) meses a DOS (2)
años el funcionario público que, debiendo fiscalizar el cumplimiento de las normas de
comercialización de ganado, productos y subproductos de origen animal, omitiere
inspeccionar conforme los reglamentos a su cargo, establecimientos tales como mercados de
hacienda, ferias y remates de animales, mataderos, frigoríficos, saladeros, barracas,
graserías, tambos u otros establecimientos o locales afines con la elaboración, manipulación,
transformación o comercialización de productos de origen animal y vehículos de transporte
de hacienda, productos o subproductos de ese origen.

Se trata de un delito de omisión propia (Arocena, Piña). que se concreta omitiendo


inspeccionar los establecimientos enunciados en la norma (enunciación ejemplificativa) y
aquellos otros que tienen relación con la elaboración, manipulación, transformación o
comercialización de productos de origen animal y vehículos de transporte de hacienda,
productos o subproductos de ese origen. La norma exige que la omisión de inspeccionar lo sea
conforme a los reglamentos del cargo, que son los que regulan las obligaciones impuestas a
ciertos funcionarios encargados de la fiscalización y control de las normas relativas a la
comercialización del ganado, productos o subproductos afines. Sujeto activo sólo puede ser tal
un funcionario público a cuyo cargo está el control y fiscalización de las actividades descriptas
en el tipo. Es un delito doloso, de dolo directo, de simple actividad y de peligro abstracto, que
se consuma con la simple omisión de inspeccionar los establecimientos o vehículos de
transporte enunciados en el precepto legal. La tentativa no es admisible.

Omisión de deberes del oficio

ARTICULO 249. - Será reprimido con multa de pesos setecientos cincuenta a pesos doce mil
quinientos e inhabilitación especial de un mes a un año, el funcionario público que
ilegalmente omitiere, rehusare hacer o retardare algún acto de su oficio.

El delito se configura 1nediante tres formas de conductas omisivas (propias) alternativas:


omitir (no realizar el acto), rehusar hacer (negarse a realizar el acto) o retardar (no realizar el
acto en el tém1jno fijado). por parte de un funcionario público, un acto propio de sus
funciones. El llamado “obstruccionismo" (cuando es pretexto para la negativa u omisión del
acto del cargo o del servicio), es un caso de negativa implícita dolosa. La conducta del
funcionario debe ser ilegal y referida a un acto de su oficio, elemento normativo que integra el
tipo objetivo e incide sobre el dolo del autor. El delito es doloso, de dolo directo, de pura
actividad, que se consuma con la omisión, el rehusar hacer o el retardo, sin que se requiera de
ulteriores resultados para el bien jurídico. La tentativa no resulta admisible.

Maltrato a un inferior

ARTICULO 249 bis - El militar que en sus funciones y prevalido de su autoridad,


arbitrariamente perjudicare o maltratare de cualquier forma a un inferior, será penado con
prisión de seis (6) meses a dos (2) años, si no resultare un delito más severamente penado.

Se trata de una infracción típicamente militar, consistente en perjudicar o maltratar de


cualquier modo a un inferior, esto es, a Otro militar de rango inferior al autor por razones de
cargo, jerarquía o antigüedad (art. 12, Ley Nº 19101), en funciones y prevalido de su autoridad,
esto es, encontrándose desempeñando un acto de] servicio y aprovechándose de su rango o
jerarquía militar, y que actúe de manera arbitraria, vale decir, en forma excesiva, abusiva.
Sujetos activo y pasivo sólo pueden ser un militar. El delito puede cometerse de cualquier
forma, vale decir, por cualquier medio, p.ej., golpes de puño, puntapiés, intimidaciones,
insultos, gritos, etc. Es un delito doloso, compatible sólo con el dolo directo. Sobre su
consumación, hay que distinguir: si se trata de la acción de perjudicar, el delito es de resultado
material; la consumación coincide con el resultado producido (p. ej., pequeñas lesiones en el
cuerpo de la víctima, cansancio físico extremo, agotamiento). Si se trata de la acción de
maltratar-la que puede concretarse mediante intimidación, insultos, etc.-, el delito es de pura
actividad; la consumación coincide con el propio obrar del agente, sin que se requiera de
ningún resultado material ulterior. La tentativa resultará admisible según cuál haya sido la
acción desplegada por el agente.

Denegación de auxilio

ARTICULO 250. - Será reprimido con prisión de un mes a dos años e inhabilitación especial
por doble tiempo, el jefe o agente de la fuerza pública, que rehusare, omitiere o retardare,
sin causa justificada, la prestación de un auxilio legalmente requerido por la autoridad civil
competente.

Las acciones típicas son las mismas que hemos visto en el delito del art. 249, por lo que
remitimos a cuanto se dijo en dicho lugar, a lo cual habría que agregar que la conducta
incriminada debe haber sido ejecutada sin causa justificada, es decir, sin que exista ninguna
causa o motivo que justifique su realización, p. ej., la falta de elementos para prestare! auxilio,
la imposibilidad de prestarlo en las condiciones exigidas, etc. El delito presupone la existencia
de un requerimiento formalmente realizado por la autoridad civil competente, el que puede
ser hecho en forma verbal o escrita, directa o indirecta, etc. Lo que interesa es que el auxilio
haya sido requerido legalmente y proveniente de una autoridad civil competente, esto es, de
acuerdo con las disposiciones legales o reglamentarias y que responda a una motivación
jurídicamente posible. Sujeto activo sólo puede ser un jefe (máxima autoridad de la institución)
o un agente de la fuerza pública (integrante de la fuerza sin potestad de mando). Por "fuerza
pública" debe entenderse a las fuerzas de seguridad o policiales, encargadas de preservar el
orden público y la seguridad de las personas o cosas. Se trata de un delito doloso, de dolo
directo, que se consuma con la omisión, el rehusarse o el retardo en la prestación del auxilio
legalmente requerido, sin que se precise de daño o resultado alguno, p. ej.,- al servicio público
o la frustración del acto para el cual se requirió el auxilio. Se trata de un tipo omisivo, de pura
actividad, que no admite la posibilidad de la tentativa.

Infracciones militares en tiempo de guerra

ARTICULO 250 bis - Será penado con prisión de cuatro (4) a diez (10) años, siempre que no
resultare otro delito más severamente penado, el militar que en tiempo de conflicto armado:

1. Abandonare sus funciones de control, vigilancia, comunicaciones o la atención de los


instrumentos que tuviese a su cargo para esos fines, las descuidase o se incapacitase para su
cumplimiento.

2. Observare cualquier dato significativo para la defensa y no lo informase o tomase las


medidas del caso.

El precepto legal contempla dos formas típicas, que presuponen un agente activo militar y que
los hechos se cometan durante el desarrollo de un conflicto armado ( en tiempo de guerra).

La primera forma típica comprende tres modalidades:


1)) Abandono doloso de funciones. El delito consiste en abandonar alguna de las funciones que
tienen relación las actividades de control. vigilancia y de comunicaciones y la atención de
instrumentos que el agente tiene a su cargo a los fines de la guerra. Es un delito doloso, de
dolo directo, de pura actividad y de peligro abstracto, que se consuma con el abandono de las
funciones militares.

2) Abandono culposo de funciones. El tipo penal describe una forma culposa, de peligro
abstracto, que implica el (descuido) abandono funcional.

3) Auto incapacitación dolosa. El delito consiste en auto incapacitarse para no cumplir las
funciones militares a su cargo (p. ej., automutilarse). Se trata de un tipo penal de resultado
material, que requiere la producción de un daño físico o psíquico que le impide al agente
desempeñar sus funciones de control, vigilancia, comunicaciones o de atención de
instrumentos a su cargo. El tipo penal en cuestión puede cometerse por cualquier medio.

Se trata de un delito doloso, que se consuma cuando se produce la incapacidad. La tentativa se


presenta como posible.

La segunda modalidad: Omisión de información de datos sobre la defensa. El delito consiste en


no informar o tomar las medidas del caso, ante la observación de datos significativos para la
defensa. El texto de este artículo no describe de forma clara y precisa la conducta prohibida,
circunstancia que implica una violación del principio de legalidad (taxatividad legal).

Requerimiento indebido de la fuerza pública

ARTICULO 251. - Será reprimido con prisión de un mes a cuatro años e inhabilitación especial
por doble tiempo, el funcionario público que requiriere la asistencia de la fuerza pública
contra la ejecución de disposiciones u órdenes legales de la autoridad o de sentencias o de
mandatos judiciales.

El delito consiste en requerir el auxilio o asistencia de la fuerza pública, que se concreta con
una solicitud legalmente formalizada, es decir, de acuerdo con los requisitos formales
establecidos en las leyes. El tipo penal presupone la existencia de una orden, de una
disposición, de una sentencia o de un mandato judicial, cuya ejecución se debe frustrar. Sujeto
activo del delito sólo puede ser un funcionario público con competencia para requerir el auxilio
de la fuerza pública. Es un delito doloso, de dolo directo. Tratándose de un tipo de tendencia
subjetivamente configurado, resulta necesaria la concurrencia de un elemento subjetivo del
tipo ("para oponerse a"). Por lo tanto, no resulta posible su comisión a título de dolo eventual.
Es de pura actividad y que se consuma con la realización del requerimiento legalmente
formulado. La tentativa no resulta admisible.

Abandono de destino (primer párrafo)

ARTICULO 252. - Será reprimido con multa de pesos setecientos cincuenta ($ 750) a pesos
doce mil quinientos ($ 12.500) e inhabilitación especial de un (1) mes a un (1) año, el
funcionario público que, sin habérsele admitido la renuncia de su destino, lo abandonare con
daño del servicio público.

El miembro de una fuerza de seguridad nacional, provincial o de la Ciudad Autónoma de


Buenos Aires, o agencia estatal armada que por su naturaleza tenga a cargo el cuidado de
personas, que a sabiendas abandonare injustificadamente actos de servicio o
maliciosamente omitiere la prestación regular de la función o misión a la que
reglamentariamente se encuentra obligado, será reprimido con pena de prisión de uno (1) a
tres (3) años e inhabilitación especial para ejercer cargos públicos por el doble tiempo de la
condena.

Si, como consecuencia del abandono u omisión tipificado en el párrafo precedente, se


produjeren daños a bienes de la fuerza, bienes de terceros, lesiones o muerte de sus
camaradas o terceros, se aplicará una pena de prisión de dos (2) a ocho (8) años e
inhabilitación absoluta para desempeñar cargos públicos.

El militar que abandonare su servicio, su destino o que desertare en tiempo de conflicto


armado o zona de catástrofe, será penado con prisión de uno (1) a seis (6) años. Si como
consecuencia de su conducta resultare la muerte de una o más personas, se sufrieren
pérdidas militares o se impidiese, o dificultase la salvación de vidas en supuesto de
catástrofe, el máximo de la pena se elevará a doce (12) años. En cualquier caso se impondrán
las penas aquí previstas siempre que no resultare un delito con pena más grave.

La acción típica consiste en abandonar el cargo, pero no en abandonarlo por motivos


circunstanciales, transitorios, por ej. desempeño descuidado, negligente; inasistencias
frecuentes; desidia funcional, licencias, etc., sino en el abandono de las funciones con la
finalidad de no continuar con ellas, no volver a ejercer el cargo que se dejó. La infracción exige
que el abandono del cargo sea con daño del servicio público (real, no hipotético), esto es, en
detrimento o menoscabo material o moral del servicio público como consecuencia del
abandono. El delito es doloso, de tendencia subjetivamente configurado, en el que la conducta
se proyecta finalísticamente: se abandona el cargo para no volver a ejercerlo. Es de peligro
concreto, de pura actividad y que se consuma cuando se produce el abandono del cargo. El
resultado dañoso para el servicio público configura un resultado preterintencional no abarcado
por el dolo del autor. La tentativa no es posible.

Infracciones militares al servicio (segundo párrafo art. 252)

El precepto legal distingue tres clases de delito: 1) el abandono del servicio, 2) el abandono del
destino, y 3) la deserción. En todos los casos, los ilícitos requieren como presupuesto que las
conductas sean cometidas por un militar durante el desarrollo de un conflicto armado o en una
zona en donde se está produciendo una catástrofe. Todas estas modalidades presuponen el
alejamiento definitivo del servicio o del destino (cargo), sin voluntad de regresar a él. En el caso
de la deserción, el agente, no se presentar a tiempo a la fuerza que parte hacia la zona de
conflicto o se fuga de las filas, etc. El delito es doloso, de dolo directo, de peligro abstracto, que
se consuma con el abandono. La tentativa no parece admisible.

El delito se agrava si, corno consecuencia del abandono del servicio, del destino o de la
deserción, resulta la muerte de una o más personas, se sufrieren pérdidas militares o se
impidiese o dificultase la salvación de vidas humanas en supuesto de catástrofe. Se trata de un
delito subsidiario, de resultados preterintencionales no abarcados por el dolo del autor.

Nombramientos ilegales

ARTICULO 253. - Será reprimido con multa de pesos setecientos cincuenta a pesos doce mil
quinientos e inhabilitación especial de seis meses a dos años, el funcionario público que
propusiere o nombrare para cargo público, a persona en quien no concurrieren los requisitos
legales. En la misma pena incurrirá el que aceptare un cargo para el cual no tenga los
requisitos legales.
La norma prevé dos tipos de delito:

1) Proposición o nombramiento ilegal. El delito consiste en proponer (presentar a la persona


para que ocupe el cargo) o nombrar (designarla), para ocupar un cargo público, a una persona
en quien no concurren los requisitos legales. El tipo se configura cuando el agente no reúne los
requisitos legales, que pueden ser formales (como la edad, el sexo, la nacionalidad, la
residencia, etc.) o sustanciales (como el conocimiento de una materia, de un idioma, un grado
de instrucción determinado, título habilitante, etc.). Es un delito doloso, de dolo directo,
especial propio, de pura actividad, que se consuma con la sola proposición o el nombramiento.
La tentativa no resulta admisible.

2) Aceptación ilegal de un cargo público. El delito consiste en aceptar un cargo para el cual no
se posee los requisitos legales. La infracción es dolosa, de dolo directo y de pura actividad, que
se consuma con la aceptación del cargo, aunque no se lo asuma realmente. La tentativa no
resulta admisible.

Infracciones militares en el desempeño de cargos

1) Figuras dolosas: El 253 bis, pune con prisión dé uno a cuatro años, sino resultare un delito
más severamente penado, al militar que:

ARTICULO 253 bis - El militar que sin orden ni necesidad emprendiere una operación militar,
o en sus funciones usare armas sin las formalidades y requerimientos del caso, sometiere a la
población civil a restricciones arbitrarias u ordenare o ejerciere cualquier tipo de violencia
innecesaria contra cualquier persona, será penado con prisión de uno (1) a cuatro (4) años si
no resultare un delito más severamente penado.

Se trata de infracciones que pueden cometerse en tiempos de guerra o de cualquier otro tipo
de conflicto armado, o en tiempos de paz, y prevé distintas acciones típicas: emprender (tomar
la iniciativa, iniciar, comenzar) una operación militar sin orden ni necesidad (sin una orden
expresa de autoridad militar b por propia iniciativa; o sin motivo ni causa que lo justifique),
usar armas sin las formalidades o requerimientos del caso (emplearlas sin observar las
formalidades legales), someter a una población civil a restricciones arbitrarias (acciones que
reducen o limitan los derechos y libertades de un número indeterminado de personas) u
ordenar o ejercer cualquier tipo de violencia innecesaria contra cualquier persona ( disponer,
mandar, decidir, etc., o emplear o utilizar cualquier género de violencia, física o psíquica, contra
alguien, en la órbita de su actividad funcional). Las conductas incriminadas son dolosas,
compatibles sólo con el dolo directo y se consuman de acuerdo con las acciones previstas en el
tipo penal.

2) Figura culposa: El art. 253 ter pune con prisión de dos a ocho años al militar que:

ARTICULO 253 ter - Será penado con prisión de dos (2) a ocho (8) años el militar que por
imprudencia o negligencia, impericia en el arte militar o inobservancia de los reglamentos o
deberes a su cargo, en el curso de conflicto armado o de asistencia o salvación en situación
de catástrofe, causare o no impidiere, la muerte de una o más personas o pérdidas militares,
si no resultare un delito más severamente penado.

Se trata de una infracción militar culposa, relacionada con el resultado producido: la muerte de
una o más personas o pérdidas militares. Las acciones típicas son causar (forma activa) o no
impedir (omisión impropia) los resultados previstos en la norma El delito se perfecciona en la
medida que tales resultados se produzcan en el curso de conflicto armado o en el de una
asistencia o salvación en situación de catástrofe. Estos resultados consisten en la muerte de
una o más personas (civiles) o en pérdidas militares, debiendo entenderse por tal la muerte de
miembros de las Fuerzas Armadas. Es suficiente con la muerte de un militar, El delito se
consuma con la producción del resultado, por lo que la tentativa es posible.

VIOLACIÓN DE SELLOS Y DOCUMENTOS

Violación de sellos

ARTICULO 254. - Será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que violare los sellos
puestos por la autoridad para asegurar la conservación o la identidad de una cosa. Si el
culpable fuere funcionario público y hubiere cometido el hecho con abuso de su cargo,
sufrirá además inhabilitación especial por doble tiempo. Si el hecho se hubiere cometido por
imprudencia o negligencia del funcionario público, la pena será de multa de pesos
setecientos cincuenta a pesos doce mil quinientos.

El delito consiste en violar los sellos (quebrantar la seguridad material expresada en el sello)
impuestos por la autoridad competente para asegurar la conservación o la identidad de una
cosa. El sello es el símbolo de la voluntad del Estado, es la impresión practicada con un
instrumento estampador sobre la cosa misma o sobre los objetos que la contienen (bolsas,
cajas) o sobre fajas, papeles, hilos o cualquier otro sistema de cierre o preservación (p. ej.,
sobre los hilos con que se ata la cosa), cualquiera que sea el contenido estampado (palabras,
signos, dibujos, etc.) y la materia con que se lo imprima (v. gr., tinta, lacre, plomo). Debe
tratarse de un sello puesto por la autoridad pública (oficialmente impuesto, y competente para
imponer dicho sello). El delito es doloso, siendo admisible el dolo eventual. Se trata de un
delito de pura actividad y de peligro, que se consuma con la violación del sello,
independientemente de que de la acción derive un perjuicio para la cosa asegurada o para la
Administración pública. El delito admite la tentativa.

La agravante se encuentra prevista en el párr. 2º del art. 254 del Cód. Penal, que requiere que
el autor sea un funcionario público y que haya realizado el hecho con abuso de su cargo, vale
decir, cuando se ha servido de la función para violar el sello.

La figura culposa. El tipo culposo se encuentra previsto en el párr. 3° del art 254, que sanciona
la conducta imprudente o negligente del funcionario público que facilita la acción dolosa de un
tercero. El tipo exige una conexidad objetiva entre el hecho cu1poso del funcionario y el hecho
doloso del tercero.

Violación de medios de prueba, registros o documentos

ARTICULO 255. - Será reprimido con prisión de un (1) mes a cuatro (4) años, el que sustrajere,
alterare, ocultare, destruyere o inutilizare en todo o en parte objetos destinados a servir de
prueba ante la autoridad competente, registros o documentos confiados a la custodia de un
funcionario público o de otra persona en el interés del servicio público. Si el autor fuere el
mismo depositario, sufrirá además inhabilitación especial por doble tiempo.

Si el hecho se cometiere por imprudencia o negligencia del depositario, éste será reprimido
con multa de pesos setecientos cincuenta ($ 750) a pesos doce mil quinientos ($ 12.500).

1) Figura dolosa. El delito consiste en sustraer, alterar, ocultar, destruir o inutilizar objetos
destinados a servir de prueba ante la autoridad competente (administrativa, legislativa o
judicial), o registros o docu1nentos confiados a la custodia de un funcionario o de otra persona,
en el interés del servicio público. Los objetos del delito deben estar destinados a servir de
prueba ante la autoridad competente y confiados a la custodia de un funcionario público u otra
persona en el interés del servicio público· (interés o provecho del Estado para satisfacer
necesidades colectivas).

Los objetos son los elementos de prueba, que comprende cualquier cosa o elemento con
destino probatorio y que pueden ser evaluados en el litigio judicial o actuación administrativa
como elementos de convicción por parte de la autoridad competente (p. ej., objetos
secuestrados en un expediente judicial, otras piezas de convicción, el propio expediente judicial
o administrativo). Los registros son los asientos y anotaciones de la constancia de bienes
(inventarios), de objetos o documentos, públicos o privados, en libros, protocolos, planillas,
etcétera. El concepto de documentos abarca tanto a los documentos públicos como a los
privados, verdaderos o falsos.

Sujeto activo puede ser cualquier persona, incluso un funcionario público. Subjetivamente, es
un delito doloso, que admite la posibilidad del dolo eventual. Se trata de un tipo de pura
actividad y de peligro, que se consuma con el quebrantamiento de la custodia que implica la
realización de las acciones típicas. La doctrina estima admisible la tentativa.

2) Figura culposa. La figura culposa se corresponde con el tipo previsto en el art. 254, al cual
hacemos la remisión. Una particularidad de esta forma típica reside en que el sujeto activo del
delito puede ser únicamente el depositario de la cosa, se trate de un funcionario o un
particular. Cuando se trata de objetos destinados a servir de prueba, autor del delito sólo
puede ser el funcionario depositario de ellos; si se trata, en cambio, de registros o documentos,
autor del delito podrá ser tanto un funcionario como un particular, en tanto sean sus
depositarios.

COHECHO Y TRÁFICO DE INFLUENCIAS

Cohecho pasivo simple

ARTICULO 256. - Será reprimido con reclusión o prisión de uno a seis años e inhabilitación
especial perpetua, el funcionario público que por sí o por persona interpuesta, recibiere
dinero o cualquier otra dádiva o aceptare una promesa directa o indirecta, para hacer,
retardar o dejar de hacer algo relativo a sus funciones

El cohecho pasivo es un delito de acción bilateral o de codelincuencia necesaria. Es necesario


que alguien dé u ofrezca para que el funcionario reciba o acepte. Es un delito especial propio,
ya que únicamente puede ser cometido por un funcionario público nacional, provincial o
municipal. Cuando el funcionario actúa por interpósita persona, el personero que actúa en
nombre e interés del funcionario corrupto, es un partícipe necesario en el ilícito.

La dinámica del delito admite dos modalidades: Recibir dinero o cualquier otra dádiva, quiere
decir entrar en la tenencia material del dinero o la dádiva, aceptar una promesa, directa o
indirecta (quien admite, consiente o presta acuerdo), respecto de una propuesta o promesa de
recibir en el futuro dinero o dádivas con miras a hacer, retardar u omitir algo relativo a sus
funciones.
Es un delito doloso, de dolo directo, de pura actividad, que se consuma con la aceptación de la
promesa o la recepción del soborno. Lo que pune el art. 256 es el pacto venal. La tentativa es
de difícil concreción.

Cohecho pasivo agravado

ARTICULO 257. - Será reprimido con prisión o reclusión de cuatro a doce años e inhabilitación
especial perpetua, el magistrado del Poder Judicial o del Ministerio Público que por sí o por
persona interpuesta, recibiere dinero o cualquier otra dádiva o aceptare una promesa directa
o indirecta para emitir, dictar, retardar u omitir dictar una resolución, fallo o dictamen, en
asuntos sometidos a su competencia

El cohecho pasivo se agrava por la concurrencia de dos circunstancias: una, por la condición del
sujeto activo, es decir, en aquellos casos en que el autor es un magistrado del Poder Judicial
(Jueces y conjueces, de cualquier fuero, instancia y jurisdicción, no así los árbitros y los
arbitradores amigables componedores) o del Ministerio Público y, otra, por la naturaleza de los
actos, retardos u omisiones funcionales tenidos en mira por los agentes al momento de
consumar el ilícito (jueces: resoluciones o fallos; Ministerio Público: dictamen ). Las acciones
típicas previstas en el art. 257 son las mismas que las del cohecho pasivo básico.

Cohecho activo

ARTICULO 258. - Será reprimido con prisión de uno a seis años, el que directa o
indirectamente diere u ofreciere dádivas en procura de alguna de las conductas reprimidas
por los artículos 256 y 256 bis, primer párrafo. Si la dádiva se hiciere u ofreciere con el fin de
obtener alguna de las conductas tipificadas en los artículos 256 bis, segundo párrafo y 257, la
pena será de reclusión o prisión de dos a seis años. Si el culpable fuere funcionario público,
sufrirá además inhabilitación especial de dos a seis años en el primer caso y de tres a diez
años en el segundo.

El cohecho activo hace referencia a la conducta de los corruptores, vale decir, de los terceros
que inducen a funcionarios, mediante la oferta (Promesa) o entrega (dar) de dádivas, a la
realización de algunas de las conductas tipificadas en los arts. 256, 256 bis y 257. A diferencia
del pasivo, el cohecho activo es un delito unilateral, cuya configuración no depende de la
concurrencia de otra conducta complementaria. Es un delito doloso, subjetivamente
configurado, vale decir, que el autor debe actuar con una finalidad concreta: lograr (procurar)
de que el funcionario haga, retarde o deje de hacer algo relativo a sus funciones (art. 256), o la
emisión, dictado, demora u omisión de las resoluciones o dictámenes pertinentes en las causas
de su competencia (art. 257). Es de pura actividad y se consuma con la acción de dar la dádiva
y, si se trata de una promesa (ofrecimiento), cuando la propuesta se ha formulado al
funcionario, es decir, cuando ha llegado a su conocimiento. No admite tentativa.

Cohecho activo agravado

El cohecho activo se agrava si la dádiva se da u ofrece a un juez o a un magistrado del


Ministerio Público, para que emita, dicte, retarde u omita dictar una resolución, fallo o
dictamen en asuntos sometidos a su competencia.
Tráfico de influencias

1) Tráfico de influencias pasivo (párrafo 1)

ARTICULO 256 bis — Será reprimido con reclusión o prisión de uno a seis años e
inhabilitación especial perpetua para ejercer la función pública, el que por sí o por persona
interpuesta solicitare o recibiere dinero o cualquier otra dádiva o aceptare una promesa
directa o indirecta, para hacer valer indebidamente su influencia ante un funcionario público,
a fin de que éste haga, retarde o deje de hacer algo relativo a sus funciones.

Si aquella conducta estuviera destinada a hacer valer indebidamente una influencia ante un
magistrado del Poder Judicial o del Ministerio Público, a fin de obtener la emisión, dictado,
demora u omisión de un dictamen, resolución o fallo en asuntos sometidos a su
competencia, el máximo de la pena de prisión o reclusión se elevará a doce años.

Es un delito autónomo que consiste en solicitar o recibir (pedir, requerir una cosa) dinero o
dádivas o en aceptar una promesa directa o indirecta "para" hacer valer indebidamente su
influencia ante un funcionario público (la influencia debe ser "real", existente), "a fin" de que
éste haga, retarde o deje de hacer algo relativo a sus funciones. El tipo presupone la realización
de un acuerdo entre alguien que da o promete dinero o dádivas, para que otro (quien es el que
recibe o acepta la promesa), haga valer indebidamente su influencia ante un funcionario
público, a fin de que éste haga, deje de hacer o retarde algo relativo a sus :funciones. En estos
supuestos, el delito es de carácter bilateral o de codelincuencia necesaria. La influencia es el
predominio moral que se ejerce sobre otra persona que posibilita que ésta actúe de
determinada manera y debe hacerse valer indebidamente (ilegítima), esto es, al margen de lo
establecido por las leyes y reglamentos, lo cual significa que la actividad conocida como lobby
no se encuentra comprendida por la normativa penal. El tráfico de influencias pasivo, en todas
sus manifestaciones, se proyecta siempre hacia actividades futuras y puede ser cometido por
cualquiera, por sí o por interpósita persona (testaferro o prestanombre) incluso un funcionario
público. Es un delito doloso, subjetivamente configurado, de resultado cortado, en el que el
tipo subjetivo se integra con el dolo directo propio del tipo y la dirección de la voluntad
orientada hacia el logro de un fin determinado. Es de mera actividad y se consuma con la
solicitud, unilateralmente, o bien cuando se recibe la dádiva o se acepta la promesa directa o
indirecta en el marco de un acuerdo ilícito. La tentativa no resulta admisible.

2) Tráfico de influencias pasivo agravado. El art. 256 bis, párr. 2º, agrava la escala punitiva para
el agente que solicita o recibe dinero o dádivas, o acepta una promesa directa o indirecta para
hacer valer indebidamente una influencia ante un magistrado del Poder Judicial o del
Ministerio Público, a fin de obtener la emisión, dictado, demora u omisión de un dictamen,
resolución o fallo en asuntos sometidos a su competencia. El prevalimiento de la influencia
debe tender hacia la concreción de actividades funcionariales específicas: emitir, dictar,
retardar u omitir dictar una resolución, fallo o dictamen, en asuntos sometidos a la
competencia del magistrado influenciable.

3) Tráfico de influencias activo. El tráfico de influencias activo básico se encuentra previsto en


el art. 258, segundo y tercer supuestos; que establece: "el que directa o indirectamente diere u
ofreciere dádivas en procura de alguna de las conductas reprimidas por el art. 256 bis, primer
párrafo”.

La ley pune también al que da u ofrece dádivas a una persona para -que haga valer
indebidamente su influencia ante un funcionario público, a fin de que éste haga, retarde o deje
de hacer algo relativo a sus funciones. Es un delito doloso, de dolo directo y puede ser
cometido por cualquier persona Si es un funcionario público, el culpable sufrirá, además, la
pena de inhabilitación especial de dos a seis años.

IV)Tráfico de influencias activo agravado. El art. 258 , tercer supuesto, establece:

Si la dádiva se hiciere u ofreciere con el fin de obtener alguna de las conductas tipificadas en los
arts. 256 bis, segundo párrafo ... la pena será de reclusión o prisión de dos a seis años. Si el
culpable fuere funcionario público, sufrirá además inhabilitación especial ... de tres a diez años.

El tráfico de influencias activo se agrava cuando el agente da u ofrece una dádiva a una
persona, en procura o con la finalidad de que ésta haga valer indebidamente su influencia ante
un magistrado del Poder Judicial o del Ministerio Público, a fin de obtener la emisión, dictado,
demora u omisión de un dictamen, resolución o fallo en asuntos sometidos a su competencia.

Admisión de dádivas

ARTICULO 259. - Será reprimido con prisión de un mes a dos años e inhabilitación absoluta
de uno a seis años, el funcionario público que admitiere dádivas, que fueran entregadas en
consideración a su oficio, mientras permanezca en el ejercicio del cargo. El que presentare u
ofreciere la dádiva será reprimido con prisión de un mes a un año.

El párrafo primero del artículo tipifica una forma impropia y leve de cohecho que, si bien pone
en crisis la insospechabilidad e imparcialidad en la función pública, no llega a asumir ]a
gravedad del acuerdo venal que constituye el núcleo delictivo en la práctica de actos de
corrupción en el ámbito de la gestión pública. La conducta típica del funcionario es la de
admitir dádivas, lo que equivale a "recibirlas", personalmente o por medio de otro que actúe
en connivencia con él. Es también una hipótesis de codelincuencia: para que el agente admita
la dádiva, es necesario que alguien se la presente. El delito importa una dádiva al funcionario
sólo porque es tal; o por una razón extraña a la realización u omisión de un acto relativo a sus
funciones, pero vinculada a otros actos realizados por el funcionario como tal, pero extra
funcionales; no tiene que aparecer vinculada al cumplimiento por parte del funcionario de un
acto o actos futuros. Sujeto activo sólo puede ser un :funcionario público. mientras
permanezca en funciones. Se trata de un delito doloso, de dolo directo, de pura actividad que
se consuma con la recepción de la dádiva; la tentativa no resulta admisible.

Presentación u ofrecimiento de dádivas

La Ley Nº 16648 incorporó, como tipo autónomo, la presentación ( dar, entregar, hacer llegar) u
ofrecimiento (proponer, ofertar, prometer) de dádivas, incriminando la conducta del que las
presentara u ofreciera al funcionario, poniendo fin a la impunidad del tercero que lo hacía (art.
259, párr. 2°). Es un delito doloso, de dolo directo y se consuma unilateralmente, con la
presentación u ofrecimiento, sin que interese la actitud del funcionario, que puede aceptar,
admitir o rechazar la dádiva. Por lo general, no se admite la tentativa.

Soborno transnacional

ARTICULO 258 bis — Será reprimido con prisión de un (1) a seis (6) años e inhabilitación
especial perpetua para ejercer la función pública el que, directa o indirectamente, ofreciere,
prometiere u otorgare, indebidamente, a un funcionario público de otro Estado o de una
organización pública internacional, ya sea en su beneficio o de un tercero, sumas de dinero o
cualquier otro objeto de valor pecuniario u otras compensaciones tales como dádivas,
favores, promesas o ventajas, a cambio de que dicho funcionario realice u omita realizar un
acto relacionado con el ejercicio de sus funciones públicas, o para que haga valer la
influencia derivada de su cargo en un asunto vinculado a una transacción de naturaleza
económica, financiera o comercial.

Se entenderá por funcionario público de otro Estado, o de cualquier entidad territorial


reconocida por la Nación Argentina, a toda persona que haya sido designada o electa para
cumplir una función pública, en cualquiera de sus niveles o divisiones territoriales de
gobierno, o en toda clase de organismo, agencia o empresa pública en donde dicho Estado
ejerza una influencia directa o indirecta.

El delito consiste en ofrecer, prometer u otorgar, indebidamente a un funcionario público de


otro Estado o de una organización pública internacional, directa o indirectamente, cualquier
objeto de valor pecuniario u otros beneficios, como dinero, dádivas, fa,,.-ores, promesas o
ventajas, a cambio de que dicho funcionario realice u omita realizar un acto en el ejercicio de
sus funciones públicas, o para que haga valer la influencia derivada de su cargo, en un asunto
relacionado con una transacción de naturaleza económica, financiera o comercial. El delito
presupone un acuerdo de voluntades en ciernes, cuyo objetivo debe estar referido a una
transacción de naturaleza económica o comercial, y constituye la motivación criminal propia de
estos delitos vinculados al poder económico y político.

Sujeto activo puede ser cualquier persona, incluso un funcionario público, eventualmente de
sujeto pasivo calificado (funcionario público de otro Estado o de una organización pública
internacional). Los objetos del soborno pueden ser cualquier objeto de valor pecuniario
(incluido el dinero -nacional o extranjero-, valores, títulos de deuda, etc.) u otras
compensaciones, tales corno dádivas, favores, promesas o ventajas de cualquier naturaleza (p.
ej., las de tipo personal o sexual). La enumeración en el tipo es meramente enunciativa de
"otras compensaciones o beneficios” que pudieran ofrecerse u otorgarse al sujeto pasivo para
que lleve a cabo la acción u omisión requeridas. Se trata de un delito doloso, de dolo directo,
subjetivamente configurado, en el que el autor debe obrar con una finalidad concreta (ofrece o
da "a cambio de ... "). Se consuma en el instante en que el sujeto activo realiza la conducta
típica: si la conducta consiste en un ofrecimiento, éste consuma el tipo; delito de pura
actividad. Si, en cambio, la acción es la de otorgar cualquier objeto de valor pecuniario u otros
beneficios, la consumación coincide con la entrega de la cosa; delito de resultado. La tentativa,
en el primer caso, no parece admisible.

Agravante. Por Ley Nº 27401, de introdujo el art. 259 bis, cuyo texto establece: Respecto de los
delitos previstos en este Capítulo, se impondrá conjuntamente una multa de dos a cinco veces
el monto o valor del dinero, dádiva, beneficio indebido o ventaja pecuniaria ofrecida o
entregada.

MALVERSACIÓN DE CAUDALES PÚBLICOS

Aplicación indebida de fondos

ARTICULO 260. - Será reprimido con inhabilitación especial de un mes a tres años, el
funcionario público que diere a los caudales o efectos que administrare una aplicación
diferente de aquella a que estuvieren destinados. Si de ello resultare daño o entorpecimiento
del servicio a que estuvieren destinados, se impondrá además al culpable, multa del veinte al
cincuenta por ciento de la cantidad distraída.

1) Figura básica. El delito consiste en dar a los caudales o efectos administrados por el autor
una aplicación diferente (distinto al asignado legalmente) de aquella a la que estuvieran
destinados. Sin la existencia de un destino predeterminado no puede haber malversación.
Existe un cambio de destino de los fondos públicos, aunque siempre dentro de la esfera de la
Administración pública, pues si el nuevo destino no fuera público, vale decir, si se saliera. de la
esfera administrativa, el hecho se desplazaría hacia el tipo de peculado por sustracción previsto
en el art. 261 del Cód. Penal. Sujetó activo del delito debe ser un funcionario público
administrador (o coadministrador, director, etc.) de los caudales o efectos públicos mal
aplicados.

Los términos caudales y efectos, comprenden toda clase de bienes, incluido el dinero, y
pueden ser de cualquier naturaleza, no sólo económico. El concepto '"caudales" abarca a los
muebles y útiles de oficina, mientras que "efectos", comprende los valores de papel (títulos,
sellos, estampillas) emanados del Estado (efectos públicos), que representan un valor
económico y tienen el carácter de negociables. Los caudales y efectos deben ser públicos.

El delito es doloso, compatible sólo con el dolo directo, y se consuma con la aplicación indebida
de los caudales o efectos, es decir, con el cambio de destino distinto al originalmente asignado
por la ley, el reglamento o la orden de autoridad competente. Por lo general, se admite la
tentativa.

2) Figura Agravada. La agravante se configura cuando la conducta ha producido un daño o un


entorpecimiento en el servicio (público) a cuya realización estaban legalmente destinados los
caudales y efectos públicos.

Peculado

El párr. 1 ° del art. 261 establece:

Será reprimido con reclusión o prisión de dos a diez años e inhabilitación absoluta perpetua, el
funcionario público que sustrajere caudales o efectos cuya administración, percepción o
custodia le haya sido confiada por razón de su cargo.

El delito consiste en sustraer (separar, apartar, quitar los bienes de la esfera de actividad
patrimonial de la Administración pública) caudales o efectos públicos cuya administración,
percepción o custodia le ha sido confiada a un funcionario público por razón de su cargo. La
conducta típica no implica apropiación de los caudales o efectos públicos (animus rem sibi
abendi), pero la comprende. Tanto comete peculado el que sustrae el dinero del Estado para
acrecentar su propio patrimonio o darse algunos gustos caros, cuanto el que lo hace con la
finalidad de probarse a sí mismo o a un tercero que puede concretar la sustracción sin que sea
descubierta. El bien debe ser separado de la esfera de custodia ( del funcionario) en la que se
encontraba. Por ello, no comete el delito el funcionario que saca el bien que custodia o
administra otro funcionario. El objeto del peculado está constituido por los caudales y efectos
públicos, cuya administración (facultad de disposición de los bienes), percepción (facultad para
recibir bienes) o custodia ( cuidado y vigilancia de los bienes) le ha sido confiada al funcionario
por razón de su cargo. Los caudales o efectos públicos deben haber sido confiados al
funcionario por razón de su cargo, para que los administre, perciba o custodie, es decir que
deben haberle sido entregados con dicha finalidad. La relación de confianza debe estar
determinada en razón del cargo que inviste el funcionario; se trata, por lo tanto, de una
relación objetiva y no en razón de la persona del funcionario.

Sujeto activo sólo puede ser un funcionario público a quien se le ha confiado la administración,
percepción o custodia de caudales o efectos públicos. El delito es doloso, que admite el dolo
eventual Es de pura actividad y se consuma con la realización de la acción típica, en cualquiera
de las modalidades en las que los bienes se relacionan con la competencia funcional del autor
(administración, percepción o custodia). La tentativa resulta de difícil constatación en la
práctica.

Peculado de trabajos o servicios

El art. 261, párr. 2°, establece:

Será reprimido con la misma pena el funcionario que empleare en provecho propio o de un
tercero, trabajos o servicios pagados por una administración pública.

El delito consiste en emplear ( ocupar, encargar, utilizar, etc.), en provecho propio o de un


tercero, trabajos o servicios pagados por la Administración pública. No está comprendido el
llamado "peculado de uso", que consiste en el empleo abusivo de cosas pertenecientes a una
Administración pública (p. ej., el uso de maquinarias del Estado en beneficio particular del
funcionario, el empleo de vehículos oficiales para uso privado con nafta propia). El objeto
material son los trabajos (obras) o servicios (actividad personal) pagados por una
administración pública (por cuenta del Estado, no del funcionario).

Sujeto activo sólo puede ser un funcionario púbico que tenga facultades para disponer
legalmente sobre los trabajos o servicios de la Administración pública que tiene a su cargo. La
persona en cuyo beneficio se emplea el trabajo o servicio (en provecho propio o de un tercero,
dice el precepto legal) puede participar del delito en calidad de cómplice primario, igual que
para la persona que presta el trabajo o el servicio. Juegan aquí las reglas generales de la
participación criminal. Se trata de un delito doloso, subjetivamente configurado, de resultado
cortado, ya que exige la concurrencia de un particular elemento subjetivo del injusto, de
orientación finalista, consistente en el ánimo de provecho propio o de un tercero (ventaja o
beneficio de cualquier naturaleza). Es de pura actividad y se consuma con el empleo de los
trabajos o servicios en beneficio del autor o de un tercero. La tentativa resulta difícilmente
constatable.

Malversación culposa

ARTICULO 262. - Será reprimido con multa del veinte al sesenta por ciento del valor
substraído, el funcionario público que, por imprudencia o negligencia o por inobservancia de
los reglamentos o deberes de su cargo, diere ocasión a que se efectuare por otra persona la
substracción de caudales o efectos de que se trata en el artículo anterior.

El delito consiste en dar ocasión (facilitar, posibilitar) a que una persona (dolosamente)
sustraiga caudales o efectos que han sido confiados a un funcionario público por razón de su
cargo. El tipo requiere una conducta culposa del funcionario y otra dolosa del tercero
(extraneus), puede ser tanto un particular como un funcionario público. Por tratarse de un
delito de resultado, la consumación coincide con la sustracción dolosa de los bienes por parte
del tercero. La tentativa no es admisible.
Malversación de bienes equiparados

ARTICULO 263. - Quedan sujetos a las disposiciones anteriores los que administraren o
custodiaren bienes pertenecientes a establecimientos de instrucción pública o de
beneficencia, así como los administradores y depositarios de caudales embargados,
secuestrados o depositados por autoridad competente, aunque pertenezcan a particulares.

El artículo -como señala Creus- contiene una doble equiparación: por un lado, se equipara al
autor del delito (un particular) con el funcionario público que tiene a su cargo la administración
o custodia de bienes; por el otro, se equiparan los bienes privados a los públicos.

Con arreglo al texto legal, las acciones típicas son las previstas en los arts. 260,261, párr. 1°, y
262. Los objetos materiales del delito son los bienes pertenecientes tanto a establecimientos
de instrucción pública como a establecimientos de beneficencia (instituciones privadas) y
caudales embargados, secuestrados o depositados ( determinados por autoridad competente,
judicial o administrativa), respecto de bienes que pertenecen a estas entidades, a cualquier
título, ya sea en carácter de propiedad o en virtud de cualquier otro derecho real (p. ej.,
comodato, locación).

Sujeto activo del delito pueden ser el administrador o el custodio (guardador) de los bienes
pertenecientes a establecimientos de instrucción pública o de beneficencia, y el administrador
o depositario de caudales embargados, secuestrados o depositados por autoridad competente.
El delito es doloso y su consumación coincide con los respectivos momentos consumativos de
las figuras previstas en los arts. 260,261, párr. 1º, y 262, por lo que hacemos allí la remisión.

Demora injustificada de pago

El art. 264, párr. 1°, establece:

Será reprimido con inhabilitación especial por uno a seis meses, el funcionario público que,
teniendo fondos expeditos, demorare injustificadamente un pago ordinario o decretado por
autoridad competente.

El delito previsto consiste en demorar injustificadamente un pago ordinario o decretado por


autoridad competente, vale decir, que la acción típica no consiste en no realizar un pago que
debería hacerse, sino en no pagar en el tiempo oportuno, sin ninguna causa que lo justifique,
sea por el propio funcionario que está obligado a hacerlo, o cuando no se libra la orden de
pagar para que otro funcionario o un tercero lo haga. Los pagos ordinarios son los que el
Estado efectúa habitual y periódicamente, y que no son motivo de una decisión especial en
cada caso (p. ej., los sueldos). Los pagos decretados, por el contrario, son los que se disponen
por una resolución específica de la autoridad administrativa (p. ej., el pago a un proveedor del
Estado, el destinado a satisfacer una orden judicial). La omisión de pagar en el tiempo
oportuno (que es el establecido legalmente o por resolución administrativa) sólo es punible en
la medida en que existan fondos expeditos, vale decir, fondos suficientes, disponibles y
destinados a los pagos que el autor demora. Sujeto activo sólo puede ser el funcionario público
que tiene a su cargo efectuar los pagos o dar la orden para hacerlo. Se trata de un delito doloso
y la consumación coincide con la demora en pagar en el tiempo oportuno.
Negativa a entregar bienes

El art. 264, párr. 2º, establece:

En la misma pena incurrirá el funcionario público que, requerido por la autoridad competente,
rehusare entregar una cantidad o efecto depositado o puesto bajo su custodia o
administración.

El delito consiste en rehusarse a entregar una cantidad (bienes o cosas que se determinan por
su conjunto, no por unidad) o efecto depositado o puesto bajo custodia o administración del
autor, vale decir, en negarse o no querer entregar la cosa cuando ha sido requerida por la
autoridad competente. La conducta sólo es típica en la medida en que constituya una
respuesta a un previo requerimiento de la autoridad competente. Sujeto activo sólo puede
autor un funcionario público que tenga a su cargo la custodia o administración de los bienes. Es
un delito doloso, de dolo directo, de pura actividad y de peligro abstracto, que se consuma con
la negativa a entregar la cosa con posterioridad al requerimiento administrativo. La tentativa no
resulta admisible.

NEGOCIACIONES INCOMPATIBLES CON EL EJERCICIO DE FUNCIONES PÚBLICAS

ARTICULO 265. - Será reprimido con reclusión o prisión de uno (1) a seis (6) años e
inhabilitación especial perpetua, el funcionario público que, directamente, por persona
interpuesta o por acto simulado, se interesare en miras de un beneficio propio o de un
tercero, en cualquier contrato u operación en que intervenga en razón de su cargo.

Se aplicará también multa de dos (2) a cinco (5) veces del valor del beneficio indebido
pretendido u obtenido.

Esta disposición será aplicable a los árbitros, amigables componedores, peritos, contadores,
tutores, curadores, albaceas, síndicos y liquidadores, con respecto a las funciones cumplidas
en el carácter de tales.

La acción típica es la de interesarse (interés de carácter económico) con miras de un beneficio


propio o de un tercero, en cualquier contrato u operación en que el funcionario intervenga en
razón de su cargo. Aquí el agente actúa como interesado y a su vez como funcionario público,
es parte de la negociación que se realiza. La intervención personal del funcionario público en el
contrato (art. 957 CCyCN) u operación (actuación de la Administración) en cuestión puede ser,
directamente respecto del negocio en el que interviene en su carácter de funcionario o
acudiendo a la participación de otra persona como interesada. Otro medio de comisión es el
acto simulado, que es aquel representa una simple apariencia de un negocio jurídico o se
oculta mediante el negocio aparente aquel efectivamente querido (Fontán Balestra). Además,
el contrato u operación tiene que pertenecer a la competencia funcional del autor (“por razón
de su cargo”, dice le tipo).

Es un delito especial propio; autor sólo puede ser el funcionario o empleado público que tiene
competencia necesaria para intervenir en ]a <'negociación". Es un delito doloso, de dolo
directo, que se consuma con la acción de interesarse, como parte privada. La tentativa es
posible.
Autores de negociaciones incompatibles por equiparación

El art. 265, párr. 2°, expresa:

Esta disposición será aplicable a los árbitros, amigables componedores, peritos, contadores,
tutores, curadores, albaceas, síndicos y liquidadores, con respecto a las funciones cumplidas en
el carácter de tales.

Se trata de una equiparación de ciertos sujetos a funcionarios públicos. quienes, sin revestir tal
carácter, desempeñan "'oficios” de naturaleza pública respecto de bienes de terceros (ver
comentario art. 269). El precepto se refiere a funciones cumplidas, que serían funciones ya
realizadas por el agente de modo genérico y no de manera circunstanciada.

EXACCIONES ILEGALES

Figura básica

ARTICULO 266. - Será reprimido con prisión de un (1) a cuatro (4) años e inhabilitación
especial de uno (1) a (5) cinco años, el funcionario público que, abusando de su cargo,
solicitare, exigiere o hiciere pagar o entregar indebidamente, por sí o por interpuesta
persona, una contribución, un derecho o una dádiva o cobrase mayores derechos que los que
corresponden.
Se aplicará también multa de dos (2) a cinco (5) veces del monto de la exacción.

Toda exacción hace referencia a una exigencia arbitraria e indebida, realizada en beneficio del
Estado o transformada en beneficio para el autor, de una contribución, un derecho o una
dádiva, cuando su percepción no está autorizada. El delito, precisamente, se estructura sobre
la base dé las siguientes conductas típicas: solicitar (pedir, requerir), exigir (demandar
imperiosamente, en forma violenta), hacer pagar o hacer entregar ( en forma fraudulenta o
engañosa) o cobrar mayores derechos que los que corresponden ( aprovechamiento del error
del contribuyente). Se trata de un tipo penal compuesto con pluralidad de hipótesis, tipo mixto
alternativo, en el que resulta indiferente, a los fines de la concreción del delito, que se realice
una u otra acción o todas ellas. La exigencia típica se traduce en un "prevalimiento del propio
poder" que representa el cargo público. La voluntad de la víctima es vencida por el temor a la
autoridad que el funcionario representa, metu publicce potestatis (por miedo al poder público).
Las conductas son punibles en la medida que ellas se realicen indebidamente, esto es, al
margen de lo que estatuyen las leyes o reglamentos; se trata de un elemento normativo del
tipo objetivo. Como así que el funcionario actúe abusando de su cargo, esto es, que se
prevalezca o aproveche de la autoridad o poder que representa el cargo público.

Los objetos del delito son las contribuciones, los derechos o las dádivas. La contribución se
refiere a los impuestos (aportes obligatorios del tesoro fiscal), y el derecho a las tasas por
servicios que presta el Estado en beneficio.

Concepto y naturaleza de la dádiva. La discusión gira alrededor de si el concepto de "dádiva"


debe tener un contenido exclusivamente patrimonial o si, por el contrario, debe admitirse uno
más amplio .y _no reducido al ámbito estrictamente económico. Algunos entienden que el
contenido de la dádiva debe ser de estricto carácter económico. La dádiva es todo aporte
gracioso de un valor económico, quedan al margen del concepto todo lo que sólo-constituye
una satisfacción estética sentimental, sensual o puramente honorifica o una complacencia de la
vanidad (Núñez, Soler, González Roura, Moreno y Laje Anaya). Otro sector, en cambio,
sosteniendo un criterio amplio o extensivo afirma que la noción debe ser entendida como
cualquier beneficio, provecho o utilidad, con o sin valor económico (regalo de cosas o de
dinero, préstamo de cosas o de dinero. descuentos, concesión de créditos, nombramientos,
licencias, ascensos, honores, entradas gratuitas a espectáculos públicos, el comercio sexual),
no así las meras relaciones de amistosas, los placeres puramente estéticos y las alabanzas que
sólo satisfacen la vanidad personal (Ramos Mejia, Fontán Balestra, Ure, Orgeira, Ledesma). En
nuestra opinión, el concepto de dádiva debe ser entendido en sentido amplio.

Sujeto activo del delito sólo puede ser un funcionario público que actúa abusando de su cargo,
es decir, aquel funcionario -que desempeña una función pública y actúa en calidad de tal, no
como simple particular. Sujeto pasivo puede ser tanto la propia Administración como un
particular, en cuanto titular del bien jurídico patrimonio, que también se lesiona por la
conducta delictiva. El delito es doloso, de dolo directo. Si la acción consiste en "solicitar" o
“exigir”. la consumación coincide con la mera conducta, sin que sea necesario el pago del
aporte exigido ni la entrega de la dádiva por parte del contribuyente. La tentativa no parece
admisible. En la modalidad de "hacer pagar" o "entregar", o "cobrar mayores derechos que los
que corresponden", el delito se consuma con la recepción del objeto transferido ( el pago del
aporte, la entrega efectiva de la dádiva o la percepción del derecho excesivo). En estos casos,
estamos frente a un delito de resultado material que admite la posibilidad de la tentativa.

Agravante

ARTICULO 267. - Si se empleare intimidación o se invocare orden superior, comisión,


mandamiento judicial u otra autorización legítima, podrá elevarse la prisión hasta cuatro
años y la inhabilitación hasta seis años.

La figura constituye un tipo agravado del art. 266, que se caracteriza por los medios empleados
por el autor para lograr la exacción: la intimidación (amenaza de un mal) y el engaño
(invocación falsa de orden superior).

Concusión

ARTICULO 268. - Será reprimido con prisión de dos (2) a seis (6) años e inhabilitación
absoluta perpetua, el funcionario público que convirtiere en provecho propio o de tercero las
exacciones expresadas en los artículos anteriores.
Se aplicará también multa de dos (2) a cinco (5) veces del monto de la exacción.

Se cómete este delito cuando el funcionario público, abusando de su cargo y empleando


alguno de los medios previstos en los arts. 266 o 267 del Cód. Penal, solicita, exige, se hace
pagar o entregar un derecho, una contribución o una dádiva, o cobra mayores derechos que los
que corresponden, destinando dichos objetos a la Administración, pero convirtiéndolos,
posteriormente, en provecho propio o de un tercero. La esencia del delito exige que el dinero
haya sido pedido para el Estado, pero sin que haya ingresado a las arcas fiscales. Si la
prestación, por el contrario, ingresa a la Administración, y luego el funcionario se apropia de
ella, se estará frente al delito de peculado previsto en el art. 261 del Cód. Penal. Si, en cambio,
el agente exige el dinero para sí y así se lo manifiesta al contribuyente, se estará frente a un
delito contra la propiedad. Lo decisivo es que lo exigido no ingrese al fisco. Es un delito doloso,
de dolo directo y se consuma con la conversión de las exacciones de los arts. 266 o 267. Es
necesaria la conversión, vale decir, el cambio de destino de la prestación, lo que sucede cuando
el funcionario, en vez de ingresar lo recaudado a las arcas fiscales, le da un destino personal. La
tentativa no es posible.

ENRIQUECIMIENTO ILÍCITO DE FUNCIONARIOS Y EMPLEADOS

El Capítulo prevé cuatro modalidades delictivas: la utilización de información y datos de


carácter reservado (art. 268.1), el enriquecimiento ilícito propiamente dicho (art. 268.2), la
omisión maliciosa de presentar la declaración jurada patrimonial (art. 268.3) y la falsedad u
omisión maliciosa en la inserción de datos en la declaración jurada (art. 268.3).

El bien jurídico en los delitos previstos en los arts. 268 (1) y (2) protege la administración
pública frente a hechos guiados por el “espíritu de lucro, que corrompen la actuación funcional
pública", mientras que en las figura$ contempladas en el art. 268 (3) el interés protegido es la
"transparencia en el ejercicio de la función pública".

En todos los casos, el sujeto activo de estos delitos debe ser un funcionario público, salvo si se
tratare de las infracciones previstas en los articulas 268 (1) y (2), en las que también el agente
puede actuar en nombre, interés o beneficio de una "persona jurídica privada", o un tercero
que, careciendo de atribuciones para obrar en su representación, haya actuado en beneficio
propio y el ente colectivo hubiere ratificado su gestión, aunque fuera tácitamente, conforme lo
establecido por los artículos 1 y 2 de Ley Nº 27401/17, en cuyo caso podrían recibir las penas
previstas en el artículo 7 de la misma normativa, esto es, multa, suspensión de actividades o de
participación en concursos y/o licitaciones estatales, disolución y liquidación de la personería,
pérdida o suspensión de beneficios estatales y publicación de un extracto de la sentencia
condenatoria.

Utilización de información y datos de carácter reservado con fines de lucro

ARTICULO 268 (1). - Será reprimido con la pena del artículo 256, el funcionario público que
con fines de lucro utilizare para sí o para un tercero informaciones o datos de carácter
reservado de los que haya tomado conocimiento en razón de su cargo.

Se aplicará también multa de dos (2) a cinco (5) veces del lucro obtenido

El delito consiste en utilizar (valerse de) informaciones o datos de carácter reservado,


adquiridos por el funcionario público en razón de su cargo. La información o dato puede ser
utilizado tanto por el funcionario que lo hace de propia mano corno por el que lo hace a través
de un tercero, entregándolo y obteniendo un beneficio económico por ello.

La acción delictiva debe recaer sobre "informaciones (noticia) o datos (antecedentes), de


carácter reservado y referidos a actos, decisiones, hechos o circunstancias relacionados con el
ejercicio de la función pública" (Núñez). La información o el dato pueden ser o no de naturaleza
económica, pero sí deben ser aptos para utilizarlos con finalidades lucrativas. Las
informaciones o datos deben además ser “de carácter reservado", sea por disposición expresa
o implícita de la ley o de autoridad competente, que son aquellos no comunicados o conocidos
por terceros que no hayan tomado conocimiento de ellos en razón de sus cargos. Debe tratarse
de "informaciones o datos" que el autor haya conocido en razón de su cargo, es decir, que
recepcione o maneje o haya tomado conocimiento en virtud de su competencia funcional, esto
es, en el desempeño de la función.

Sujeto activo de la figura es el funcionario público que utiliza (hace uso) de las informaciones o
datos reservados. Es un delito especial propio, doloso, Subjetivamente configurado, de
intención de resultado cortado, pues se requiere un elemento subjetivo para perfeccionar el
tipo subjetivo, tal es el ánimo de lucro, que beneficie al mismo funcionario o a un tercero.
Cualquier otra finalidad (política, racial, religiosa, etc.) colocará la conducta fuera del tipo,
salvo, por supuesto, que coexista con ella la finalidad lucrativa. El tipo penal no admite la forma
culposa. Se trata de un delito de pura actividad que se consuma con la utilización del dato o la
información, sin que sea necesario algún perjuicio para la Administración. Si bien resulta difícil
la forma imperfecta de ejecución del delito, la tentativa es admisible.

Enriquecimiento ilícito de funcionario o empleado público

ARTICULO 268 (2) — Será reprimido con prisión de dos (2) a seis (6) años, multa de dos (2) a
cinco (5) veces del valor del enriquecimiento, e inhabilitación absoluta perpetua, el que al ser
debidamente requerido, no justificare la procedencia de un enriquecimiento patrimonial
apreciable suyo o de persona interpuesta para disimularlo, ocurrido con posterioridad a la
asunción de un cargo o empleo público y hasta dos (2) años después de haber cesado en su
desempeño. (Párrafo sustituido por art. 36 de la Ley N° 27.401 B.O. 1/12/2017. Vigencia: a
los noventa (90) días de su publicación en el Boletín Oficial de la República Argentina)

Se entenderá que hubo enriquecimiento no sólo cuando el patrimonio se hubiese


incrementado con dinero, cosas o bienes, sino también cuando se hubiesen cancelado
deudas o extinguido obligaciones que lo afectaban.

La persona interpuesta para disimular el enriquecimiento será reprimida con la misma pena
que el autor del hecho.

La determinación de la acción típica en este delito ha suscitado muchas dudas en la doctrina.


Un sector considera que la conducta consiste en “enriquecerse ilegítimamente" con fondos
públicos prevaliéndose el agente de su cargo, de manera que la "no justificación" del
enriquecimiento se convertirla en una condición objetiva de punibilidad (Fontán Balestra). Para
otros, se trata de un delito complejo, de dos actos, que exige un "enriquecimiento patrimonial
apreciable" del autor ( acto positivo) y la "no justificación de su procedencia" al ser
debidamente requerido para que lo haga (acto negativo u omisión) (Núñez, Estrella y Godoy
Lemos). En nuestra opinión, la conducta castigada es la de no justificar la procedencia del
enriquecimiento patrimonial apreciable, producido después de la asunción del agente en un
cargo púb1ico. La figura hace referencia a la expresión no justificare, que implica la falta de
acreditación por parte del funcionario de la procedencia de] enriquecimiento, provenga de una
negativa expresa o implícita (no contestar el requerimiento) o de lo insuficiente de la prueba de
esa procedencia. Lo que la ley de ningún modo exige es que se pruebe "el origen lícito del
incremento"; lo único que se requiere es la acreditación de una causa de enriquecimiento
extraña al desempeño de la función.

El tipo exige un enriquecimieto patrimonial apreciable, esto es, un "'acrecentamiento del activo
patrimonial o una disminución del pasivo patrimonial que, en razón de la capacidad económica
de la persona en el momento de asumir el cargo o empleo y de sus posibilidades económicas
ulteriores, exige una justificación particular" (Núñez). Será "apreciable" cuando resulte
considerable con relación a la situación económica del agente al momento de asumir el cargo y
que no esté de acuerdo con las posibilidades de evolución normal de aquélla durante el tiempo
de desempeño de la función o en el período ulterior a su cese que, según el precepto legal, se
prolonga "'hasta dos años después de haber cesado en sus funciones", marcando el término
ad-quen de la temporalidad del enriquecimiento. El enriquecimiento por parte del funcionario
debe haberse producido con posterioridad a la asunción del cargo.

La figura pena al funcionario público que, al ser debidamente requerido, no justifica la


procedencia del enriquecimiento patrimonial apreciable suyo o de persona interpuesta para
disimularlo, posterior a la asunción de un cargo o empleo público. Vale decir, que la omisión de
justificar sólo es típica si ha mediado un debido requerimiento para que se justifique el
enriquecimiento. Debe tratarse de un requerimiento específico, no global o general sobre todo
el patrimonio del funcionario y puede realizárselo mientras el funcionario ocupa cargos
públicos o en cualquier momento posterior al de haber cesado en la función. El requerimiento
debe ser realizado debidamente, o sea, por una autoridad competente para investigar la
comisión del delito, en virtud de que se trata de un delito de acción pública, estando
comprendidas dentro del término de "autoridad competente” la policial o judicial en el caso
concreto. El secreto de la prueba del enriquecimiento --Otrora establecido por la Ley Nº 16648-
fue eliminado por la Ley Nº 25188.

Sujeto activo del delito es el funcionario público en el sentido dado en el art. 77 del Cód. Penal,
pudiendo actuar por sí mismo o por persona interpuesta (personero, testaferro, etc.), a quien
le cabe la misma pena que al autor. Se trata de un delito de omisión que se consuma cuando,
una vez vencidos los plazos fijados para contestar el requerimiento, o, en su defecto,
transcurridos los plazos procesales pertinentes para ejercer el derecho de defensa, el
funcionario no justificó o no justificó suficientemente la procedencia extra funcional de su
enriquecimiento. No resulta admisible la tentativa.

La omisión maliciosa de presentar la declaración jurada patrimonial. Falsedad u omisión


maliciosa en la inserción 'de datos en la declaración jurada

ARTICULO 268 (3) — Será reprimido con prisión de quince días a dos años e inhabilitación
especial perpetua el que, en razón de su cargo, estuviere obligado por ley a presentar una
declaración jurada patrimonial y omitiere maliciosamente hacerlo.

El delito se configurará cuando mediando notificación fehaciente de la intimación respectiva,


el sujeto obligado no hubiere dado cumplimiento a los deberes aludidos dentro de los plazos
que fije la ley cuya aplicación corresponda.

En la misma pena incurrirá el que maliciosamente, falseare u omitiere insertar los datos que
las referidas declaraciones juradas deban contener de conformidad con las leyes y
reglamentos aplicables.

La circunstancia de que el funcionario público tenga la obligación legal de presentar


declaraciones juradas patrimoniales trasmite una buena señal, en virtud de tratarse de un acto
material objetivo para establecer o intentar establecer si el funcionario ha variado en más su
patrimonio, una vez ingresado a la función púbicas. En definitiva, es un aporte positivo para
tratar de evitar -siquiera en parte- los lamentables actos de corrupción de la clase política,
sindical y empresaria, de los que hemos sido espectadores en nuestro país en los últimos años.
El precepto contempla dos tipos de delito:

1) Omisión maliciosa de presentar la declaración jurada patrimonial: La acción típica de esta


figura consiste en omitir, maliciosamente, la presentación de la declaración jurada patrimonial
cuando, en razón de su cargo, el agente estuviere obligado por ley a hacerlo.

Se trata de un delito de omisión propia, de mera conducta y de peligro abstracto, consistente


en la abstención de cumplir con la obligación que impone la ley en lo referente a la
manifestación patrimonial del funcionario público, que se consuma con la no realización de la
conducta debida, una vez vencido el plazo fijado por la ley. Para determinar el plazo de
presentación, hay que recurrir a la Ley Nº 25188 (Ley de Ética en el Ejercicio de la Función
Pública), cuyo art. 4 expresa que las personas, que establece el art. 5 de la mencionada
normativa, deberán presentar:

declaración jurada patrimonial integral dentro de los treinta días hábiles desde la asunción de
sus cargos; asimismo, deberán actualizar la información contenida en esa declaración jurada
anualmente y presentar una última declaración, dentro de los treinta días hábiles desde la
fecha de cesación en el cargo.

La omisión de esta obligación, sin embargo, no hace incurrir en el delito al agente obligado;
previamente se debe practicar una intimación fehaciente (arts. 8 y 9, Ley Nº 25188) de las
personas que no hayan presentado la declaración jurada para que en el plazo de quince días la
hagan efectiva a dicha presentación. Vencido este plazo, el delito queda perfeccionado.
Tratándose de un delito de omisión propia, la tentativa no resulta admisible.

2) Falsedad u omisión maliciosa en la inserción de datos en la declaración jurada. El delito


consiste en falsear (insertar datos falsos o no verdaderos, distintos a la realidad), u omitir (no
incluyendo los datos necesarios) insertar los datos que deben contener las declaraciones
juradas de acuerdo a las exigencias impuestas por la ley o por los reglamentos. La falsedad
puede ser total o parcial, es decir, que puede estar referida a la totalidad de los datos
requeridos por el instrumento o sólo a una parte de ellos.

Sujeto activo es el funcionario público o el que ha dejado de serlo (ex funcionario público) que
en razón de su cargo debe presentar, obligatoriamente la declaración jurada patrimonial (art. 5,
Ley Nº 25188).

Las dos formas delictivas implican delitos dolosos, de dolo directo. Pero, además, exigen un
obrar malicioso, vale decir, a sabiendas de la contrariedad legal de omitir un determinado acto,
o cuando el obrar (falsear) también es intencionado a un fin. Respecto del momento
consumativo, en el primer caso la omisión se consuma una vez expirado el plazo de quince días
otorgado por los arts. 8 y 9 de la Ley Nº 25188. En el segundo caso, el delito de consuma con la
presentación misma de la declaración jurada ante la autoridad competente que corresponda.
No resulta admisible la tentativa.
PREVARICATO

ARTICULO 269. - Sufrirá multa de pesos tres mil a pesos setenta y cinco mil e inhabilitación
absoluta perpetua el juez que dictare resoluciones contrarias a la ley expresa invocada por
las partes o por el mismo o citare, para fundarlas, hechos o resoluciones falsas.

Si la sentencia fuere condenatoria en causa criminal, la pena será de tres a quince años de
reclusión o prisión e inhabilitación absoluta perpetua.

Lo dispuesto en el párrafo primero de este artículo, será aplicable, en su caso, a los árbitros y
arbitradores amigables componedores.

El delito consiste en dictar una resolución (pronunciamiento de carácter jurisdiccional,


sentencia, auto, decreto, etc.) que debe reunir las siguientes características: ser contraria a la
ley expresamente invocada por las partes y encontrarse fundada en hechos o resoluciones
falsas. El delito presupone la existencia de un proceso jurisdiccional en curso, de cualquier
naturaleza o carácter (por. ej. civil, penal, laboral, contencioso administrativo, voluntario o
contradictorio), el que se dicte una resolución que tenga carácter decisorio o dispositivo,
acerca de un conflicto suscitado en un proceso según las reglas prescriptas en el ordenamiento
jurídico. La resolución debe "'decidir" la suerte de un litigio.

Existen dos clases de prevaricación judicial:

1) Prevaricato de derecho. Consiste en dictar una resolución contraria a la ley (ley y su


reglamentación) expresa invocada por las partes o por el mismo juez (alegada, citada, por
quien pretende su aplicación), lo que sucede cuando manda o prohíbe lo contrario de lo que
de modo claro prohíbe o manda la ley aplicable al caso. La "invocación" de la ley es un
presupuesto esencial del prevaricato. El delito exige una abierta y efectiva oposición entre lo
que se resuelve y la ley aplicable al caso. No puede haber prevaricato sin una efectiva
"contradicción" (decirlo opuesto a lo legislado) con el orden jurídico, por ej. invocar en el fallo
una ley que ha sido derogada, o fundamentar su contenido alegando una norma que regula
una situación distinta.

2) Prevaricato de hecho. El pronunciamiento judicial también puede ser prevaricador cuando


contiene en sus fundamentos citas de hechos o resoluciones falsas, situación que se da cuando
el magistrado, en los fundamentos del fallo, invoca hechos o resoluciones falsas que tienen la
virtualidad de decidir acerca de la cuestión planteada. Los hechos y las resoluciones son falsos
cuando no existen, cuando se les da una interpretación que realmente no tienen o cuando
existen pero no constan en los autos en los que se resuelve y deben se invocados (citados) para
fundar el fallo, toda vez que deben tener incidencia en el decisorio de la nueva resolución, por
ej. la invocación de que una excepción ha sido rechazada cuando, en realidad, no había sido
resuelta, o de que existe cosa juzgada sin que haya sentencia anterior alguna, afirmar que un
testigo ha sido citado en forma cuando, en realidad, no hubo citación o invocar el pago fuera
de término en juicio civil o comercial para decidir la existencia de una retención indebida, etc.

Sujeto activo sólo puede ser un juez ( del Poder Judicial), no así los llamados "Jueces
municipales·' o "de faltas", por cuanto son funcionarios administrativos. Se trata de un delito
especial y de propia mano. Es un delito doloso que se satisface únicamente con el dolo directo.
Por tratarse de un delito de pura actividad, se consuma. en cualquiera de sus 1nodalidades
típicas (prevaricato de hecho o de derecho), con el dictado de la resolución. Hay acuerdo en
rechazar la posibilidad de la tentativa.
Agravante. Con arreglo al párr. 2° del art. 269 el prevaricato se agrava cuando el juez dicta una
sentencia condenatoria en causa criminal, vale decir, un proceso en el que se persigue la
comprobación de un delito previsto en el Código Penal y en sus leyes complementarias.

Prevaricato de personas equiparadas. El último párrafo del art. 269 equipara los árbitros y
arbitradores amigables componedores a los jueces (pero no son jueces, sino particulares
designados convencionalmente por las partes de un juicio para resolver las controversias que
en él se planteen), razón por la cual estos sujetos pueden ser autores de prevaricato en los
términos del párr. 1 ° de la disposición, no así de la figura agravada por cuanto no pueden
dictar sentencia en causa criminal.

Prisión preventiva ilegal

ARTICULO 270. - Será reprimido con multa de pesos dos mil quinientos a pesos treinta mil e
inhabilitación absoluta de uno a seis años, el juez que decretare prisión preventiva por delito
en virtud del cual no proceda o que prolongare la prisión preventiva que, computada en la
forma establecida en el artículo 24, hubiere agotado la pena máxima que podría
corresponder al procesado por el delito imputado.

El precepto regula dos modalidades delictivas: 1) Decretar una prisión preventiva (dictarla,
disponerla, ordenarla, etc.), con arreglo a las formalidades establecidas en la ley procesal penal
de cada provincia e implica una forma de prevaricato cuando el juez la decreta por un delito en
virtud del cual tal medida no procede, por ej. por un delito conminado con pena de multa. En
este supuesto, el delito queda perfeccionado con el dictado de la prisión preventiva Ilegal aun
cuando no se haya ejecutado la detención cautelar de la persona. La tentativa no resulta
admisible. 2) Prolongar la prisión preventiva ( extenderla, hacerla continuar, etc.) ya decretada,
más allá del tiempo máximo de pena previsto para el delito imputado, según el sistema de
cómputo de pena establecido por el art. 24 del Cód. Penal. En este caso, el delito se consuma
cuando, transcurrido el tiempo máximo de prisión preventiva, en relación con el máximo de la
pena prevista para el delito imputado, el juez no dispone de inmediato el cese de tal situación.

En ambas hipótesis, la figura presupone el dictado de una prisión preventiva y una persona
privada de su libertad. Sujeto activo únicamente puede ser un Juez con competencia penal
para juzgar delitos. Se trata de un delito doloso, de propia mano, que admite toda forma de
participación criminal.

Prevaricato de los abogados y de otros profesionales

ARTICULO 271. - Será reprimido con multa de pesos dos mil quinientos a pesos treinta mil, e
inhabilitación especial de uno a seis años, el abogado o mandatario judicial que defendiere o
representare partes contrarias en el mismo juicio, simultánea o sucesivamente o que de
cualquier otro modo, perjudicare deliberadamente la causa que le estuviere confiada.

Si bien el tenor literal del precepto no se destaca, ciertamente, por su claridad y precisión, pues
su lectura parecería indicar la coexistencia de dos tipos de delito, en realidad la locución o que
de cualquier otro modo contenida en él despeja toda duda al respecto, en el sentido de que
estamos frente a un tipo de formulación abierta, de mera ejemplificación, y que orienta la
tipicidad hacia una finalidad: la producción de un perjuicio a la parte que se representa o se
defiende enjuicio. Esta interpretación permite inferir que estamos ante una estructura típica
que describe una sola conducta delictiva: perjudicar deliberadamente la causa que le estuviere
confiada, resultado al que se puede arribar, entre otras modalidades posibles, defendiendo o
representando partes contrarias en un mismo juicio.

1) Defender o representar partes contrarias. El tipo exige la doble representación en el mismo


juicio, en forma simultánea o sucesiva, lo cual no debe entenderse necesariamente como el
mismo proceso, expediente o sede. Lo que importa al delito es el mantenimiento de los
intereses contrarios (antagónicos, opuestos, incompatibles) entre las partes en conflicto -
aunque ello ocurra en actuaciones distintas ante tribunales distintos- y que exista un
enfrentamiento contencioso, controvertido. La doble representación requiere que el sujeto
activo represente o defienda a un cliente y, posteriormente, pase a representar a otro que
tiene intereses contrarios con el primero en el mismo asunto judicial. La conducta típica puede
llevarse a cabo en forma simultáneo o sucesiva de manera directa y manifiesta o de modo
encubierto, mediante persona interpuesta.

2) Perjudicar de cualquier modo la causa. Esta modalidad se configura cuando se pierde o


disminuye la posibilidad procesal o de fondo de la acción ejercida sea por medio de una
conducta activa u omisiva y en detrimento de la parte que el autor representa o defiende,
aunque también la acción haya perjudicado los intereses de las demás partes del juicio. El
perjuicio, que no necesariamente debe tener carácter económico, puede traducirse en la
pérdida de la causa (sentencia contraria) o de otras alternativas procesales (p. ej., el
vencimiento de un término, la omisión de pruebas, no utilizando recursos legítimos, dejando
prescribir la acción, provocando con la inactividad procesal la perención de la instancia).

Sólo pueden ser sujetos activos del delito los abogados y los mandatarios judiciales. El abogado
es aquel que defiende los intereses de la parte, ya sea actuando como patrocinante o como
defensor en causa penal. El mandatario judicial es la persona que representa a otro enjuicio,
mediante el otorgamiento de un mandato (poder), que lo faculta a estar enjuicio e, incluso, a
abogar por el otorgante. Se trata de un delito doloso, de dolo directo (de manera deliberada,
dice la ley), cuya conducta debe estar orientada a causar un perjuicio. Se consuma con la
producción del perjuicio a los intereses de la parte que el autor defiende o representa. Se trata
de un tipo especial propio, de propia mano y de resultado material. La tentativa es admisible.

Prevaricato de otros auxiliares de la justicia

ARTICULO 272. - La disposición del artículo anterior será aplicable a los fiscales, asesores y
demás funcionarios encargados de emitir su dictamen ante las autoridades.

La conducta típica en esta hipótesis es la misma que hemos visto en el art. 271: perjudicar
deliberadamente la causa confiada, con la diferencia de que sujetos activos del delito son los
fiscales, asesores y demás funcionarios encargados de emitir dictamen ante las autoridades.
Los peritos están excluidos del tipo penal, por cuanto se considera que sólo pueden cometer
falso testimonio.

DENEGACIÓN Y RETARDO DE JUSTICIA

DENEGACIÓN DE JUSTICIA (párr. 1)

ARTICULO 273. - Será reprimido con inhabilitación absoluta de uno a cuatro años, el juez que
se negare a juzgar so pretexto de obscuridad, insuficiencia o silencio de la ley.
En la misma pena incurrirá el juez que retardare maliciosamente la administración de justicia
después de requerido por las partes y de vencidos los términos legales.

El delito lesiona el derecho a la "tutela judicial efectiva", el cual se menoscaba cuando quien se
dirige a los órganos jurisdiccionales no ve atendida su pretensión de que se pronuncien sobre
ella (González Rus).

El delito consiste en negarse a juzgar so pretexto de oscuridad, insuficiencia o silencio de la ley,


esto es, rechazar el ejercicio de la actividad jurisdiccional. La negativa a juzgar no se reduce a
un simple "no juzgar". No se trata de un delito de pura omisión, sino que equivale a una
omisión que se traduce en una acción positiva, que debe estar expresada en una resolución
que contenga los motivos enunciados por la norma, vale decir, en un pronunciamiento
concreto en el que conste la negativa. El delito se perfecciona cuando el juez se niega a juzgar
invocando expresamente, en la resolución jurisdiccional, que no puede decidir o dirimir el
conflicto por mediar algunos de los motivos expresados en la norma: oscuridad, insuficiencia o
silencio de la ley. Los motivos deben ser invocados por el autor para incurrir en delito son: la
oscuridad, insuficiencia o silencio de la ley. Una ley es oscura cuando no es clara, insuficiente
cuando no abarca el caso en su totalidad y muda (silencio) cuando no tiene previsto el caso a
resolver. Frente a esta situación, el derecho instrumenta un sistema de soluciones en el art. 2º
del CCyC, pero no tiene aplicación en el derecho penal.

El criterio para resolver un asunto varía según cuál sea el tipo de procedimiento (p. ej., civil o
penal) y el sistema de fuentes que rija en el campo jurídico de que se trate. Así, en el marco del
derecho civil, el juez podrá (y deberá) resolver la cuestión aun recurriendo a los principios
generales del derecho e incluso, a la analogía. Pero en el derecho penal la cuestión no es la
misma. Si el caso no está previsto en la ley o la norma es insuficiente o poco clara para
resolverlo, por imperio del principio de legalidad, el juez debe resolver siempre en la forma
más favorable al imputado. A falta de ley expresa, lo que corresponde es sobreseer o absolver,
según sea el estado del juicio.

Sujeto activo sólo puede ser un juez, sin que la norma alcance a los llamados ''jueces de faltas
municipales", porque no integran el poder judicial. Tampoco quedan abarcados los integrantes
del Ministerio Público ni los arbitradores amigables componedores. Pero, según nos parece, los
árbitros quedan comprendidos en el art. 273, pues-cuando son designados convencionalmente
por las partes-pasan a integrar el Poder Judicial como miembros, aunque transitorios, de la
judicatura y asumen todas las obligaciones y responsabilidades del juez, debiendo resolver las
cuestiones conforme a derecho. Los árbitros ejercen la jurisdicción y administran justicia; por lo
tanto, pueden ser autores del delito, siempre que se trate de un proceso civil, pues en el penal
no pueden actuar. El delito es doloso, de dolo directo, de pura actividad y de propia mano, que
se consuma con la negativa, expresa o implícita, a juzgar el caso sometido a la jurisdicción,
puesta de manifiesto formalmente en la resolución o contenida necesariamente en ella. No es
posible la tentativa.

Retardo de justicia (párr. 2, art. 273)

El delito consiste en retardar maliciosamente (dilatarla actividad jurisdiccional de manera que


implique la paralización del proceso) la administración de justicia después de requerido por las
partes y de vencidos los términos legales. La dinámica del delito impone este orden secuencial:
morosidad judicial, vencimiento de los términos legales y requerimiento de parte. Si el juez no
toma decisiones en la causa o no responde a los pedidos de las partes y el término legal para
resolver no se encuentra vencido, no puede caber el delito. Para estas hipótesis, la ley procesal
tiene previstos remedios para paliar el mal (p. ej., el recurso de queja por retardada justicia
ante el Superior Tribunal de Justicia). Pero, si existió requerimiento de parte (generalmente
mediante un pedido de pronto despacho o de urgimiento ), y los términos legales están
vencidos, el retardo es delictivo. El requerimiento debe ser formulado por la persona
constituida en parte en el proceso, cualquiera que sea la naturaleza de éste ( civil, penal,
laboral, contencioso administrativo~ etc.), en la forma y oportunidad establecidas en la ley,
pero no demanda de formalidades sacramentales ni de advertencias al juez. Los términos son
los términos legales. No puede haber vencimiento sin tiempo establecido.

Los términos legales son, por lo general, de carácter ordenatorio (salvo para el Ministerio
Público y las partes, que son perentorios e improrrogables), pero se convierten en perentorios
como consecuencia del requerimiento. El plazo también puede provenir de una decisión
jurisdiccional superior (p. ej., cuando el Superior Tribunal de Justicia fija el término dentro del
cual el juez inferior deberá expedirse acerca de la cuestión planteada). Autor de este delito sólo
puede ser un juez. Es un delito doloso que requiere un elemento subjetivo del tipo, consistente
en un obrar malicioso por parte del juez. Por lo tanto, sólo es posible el dolo directo, al que hay
que añadir la intención deliberada de demorar o dilatar injustificadamente la tramitación del
proceso, con independencia de que el retardo pueda causar, objetivamente, un perjuicio a los
intereses de la parte damnificada. Retardo malicioso equivale a retardo malintencionado, de
mala fe. El delito se consuma con la omisión de resolver o decidir cuando han vencido los
términos legales y ha mediado el requerimiento de las partes.-Se trata de un delito especial, de
omisión propia, que no admite la tentativa.

Incumplimiento de la obligación de promover la represión

ARTICULO 274. - El funcionario público que, faltando a la obligación de su cargo, dejare de


promover la persecución y represión de los delincuentes, será reprimido con inhabilitación
absoluta de seis meses a dos años, a menos que pruebe que su omisión provino de un
inconveniente insuperable.

El delito se concreta por una omisión (dejar de promover la persecución y represión de los
delincuentes), a menos que el autor demuestre que ella provino de un inconveniente
insuperable. La obligación a cargo del funcionario tiene su fuente en la ley, y ella nace cuando
toma conocimiento (tiene noticia), por cualquier medio, de la comisión de un delito.

La acción típica presupone la existencia de un delito ya cometido. El delito, sin embargo, abarca
tanto la omisión de iniciar una acción penal tendiente a investigar el hecho delictivo ( que
incluye la persecución del delincuente y su castigo), como de continuar la ya iniciada. La
doctrina ha puesto de relieve que la figura abarca todo incumplimiento de deberes procesales
que pueda refluir sobre el resultado de un proceso (Soler, Creus). El vocablo delincuentes se
refiere a toda persona que ha intervenido en la comisión de un delito, abarcando tanto a la
persona imputada (o procesada) como a la que ha sido condenada por un delito. Sin embargo,
la ley condiciona la punibilidad del delito a la inexistencia de un inconveniente insuperable que
le haya impedido al autor el cumplimiento de su deber funcional relativo a la persecución y
represión del delincuente. El agente debe demostrar la existencia de tal inconveniente para
evitar el delito.

Sujeto activo sólo puede ser el funcionario público que tenga competencia legal para la
persecución y represión de los delincuentes (jueces, funcionarios del Ministerio Público,
fuerzas de seguridad, etc.).El delito es doloso, de dolo directo, de omisión y de pura actividad,
que se consuma con la omisión de promover la persecución o represión del delincuente, sin
que sea necesaria la causación de ningún resultado, como ser la impunidad del autor del delito.
La tentativa no es admisible.

FALSO TESTIMONIO

ARTICULO 275. - Será reprimido con prisión de un mes a cuatro años, el testigo, perito o
intérprete que afirmare una falsedad o negare o callare la verdad, en todo o en parte, en su
deposición, informe, traducción o interpretación, hecha ante la autoridad competente.

Si el falso testimonio se cometiere en una causa criminal, en perjuicio del inculpado, la pena
será de uno a diez años de reclusión o prisión.

En todos los casos se impondrá al reo, además, inhabilitación absoluta por doble tiempo del
de la condena.

El delito consiste en afirmar una falsedad, negar una verdad o callar una verdad, ante la
autoridad competente. Afirmar una falsedad quiere decir asentir, confirmar, asegurar, una
situación, un hecho o una circunstancia como verdadera, cuando se sabe o se conoce que es
falsa. En estos casos, el autor afirma como verdad algo que se sabe que es mentira, por ej. el
testigo que expone una versión imaginaria o diferente de la realidad. La falsedad puede ser
total o parcial. pues las alteraciones que hace un testigo en su declaración no siempre son
índices de falsedad; puede ir asociando recuerdos y sentir la necesidad de rectificar sus
afirmaciones. Lo que importa, en definitiva, es la incidencia que esa deformación de la verdad
ha tenido en la resolución de la causa. El delito se concreta sólo si la declaración mendaz puede
influir en el pronunciamiento del juez, con prescindencia de las consecuencias ulteriores del
juicio. Negar la verdad es una conducta activa, que consiste en afirmar o asegurar que un
hecho o una circunstancia no es verdadera sabiendo o conociendo que en realidad lo es. El
testigo niega la verdad cuando dice que no sabe sobre una cosa, es decir, cuando niega saber lo
que se conoce. Callar la verdad es la ocultación de la verdad. conocida también como
reticencia, y equivale a silencio u omisión acerca de una circunstancia significativa para el
resultado de la causa. Calla la verdad aquel que, por silencio, oculta la verdad de lo que sabe
verdadero. Esta modalidad omisiva se caracteriza por la falta de respuesta al interrogatorio ( el
testigo no contesta la pregunta, se queda en silencio) o por expresar "no sé", cuando en
realidad sabe.

En nuestra opinión, la declaración falsa sobre las generales de la ley no configura el delito de
falso testimonio. Si, como antes se dijo, la falsedad debe ser idónea para incidir en el resultado
de la causa, es decir, tener aptitud probatoria, resulta forzoso concluir que la mendaz
información sobre los datos de identidad del testigo (actualmente suplida por la presentación
del documento de identidad personal), o sobre la relación con las partes o el interés personal
en el proceso, carecen de significación como para alterar la suerte de un proceso.

Sujetos activos sólo pueden el testigo, el perito y el intérprete. El traductor sólo podrá ser autor
del delito si reúne Ja condición de testigo en su declaración ante la autoridad.

Testigo. Es "toda persona física que, en un juicio o procedimiento~ declara sobre los hechos
que han caído bajo la acción de sus sentidos. Lo esencial es que debe prestar declaración sobre
los hechos que son materia de investigación, que estén relacionados, directa o indirectamente,
con la causa. La condición de testigo se cumple siempre que no participe en el mismo proceso
con otro título que resulte incompatible con el de testigo (p. ej., defensor, coprocesado).

Perito. Los peritos son aquellas personas que poseen determinados conocimientos especiales
relacionados con una práctica, una ciencia, una técnica, una industria o un arte, y que son
llamadas por la autoridad competente para emitir un dictamen o dar su opinión sobre un
punto o cuestión que se pretende dilucidar en el proceso.

Intérpretes y traductores. El intérprete es aquella persona que interpreta, explica o busca el


sentido de una palabra, un texto o un documento que está expresado en un idioma extranjero,
en clave o en signos, mientras que el traductor es aquel que vierte una declaración o un texto
redactado en un idioma a otro distinto (p. ej., volcar al castellano documentos escritos en otros
idiomas).

Autoridad competente. La autoridad competente es aquella que, de conformidad con las leyes
y reglamentos, está facultada para recibir declaraciones testimoniales, informes,
interpretaciones o traducciones, a fin de resolver un conflicto de carácter jurídico. Comprende
no sólo a la autoridad judicial sino a toda aquella que posea competencia para recibir un
testimonio, por ej. la policía judicial o administrativa.

El falso testimonio es un delito doloso, compatible sólo con el dolo directo. Es un delito
especial y de propia mano, de pura actividad y de peligro abstracto, que se consuma con la
realización de la deposición, el informe, la traducción o la interpretación falsos, sin que se
requiera la producción de perjuicio alguno, ni a las partes del juicio ni a la administración de
justicia. Sin embargo, se debe distinguir: 1) Si se trata de documentos o piezas escritas que se
entregan a la autoridad competente, la consumación se determina por la fecha y hora del cargo
impuesto por la mesa de entradas o por la secretaría del tribunal; 2) Si el testimonio es
prestado en una audiencia celebrada durante la etapa de instrucción (o en la etapa escrita, si
se tratase de procedimientos de esta naturaleza -p. ej., civiles, administrativos-), la
consumación se produce cuando el testigo concluye de manera definitiva con su declaración,
se cierra formalmente el acto y se estampa la firma del deponente y de la autoridad receptora
del testimonio; 3) Cuando el testimonio se presta durante una audiencia en el curso de un
debate en la etapa de juicio (proceso oral), el delito se consuma cuando se da por concluida la
declaración del testigo en la respectiva audiencia. La tentativa ha sido rechazada en forma
unánime por la doctrina.

Agravante en causa criminal. El art. 275 párr. 2º establece:

Si el falso testimonio se cometiere en una causa criminal, en perjuicio del inculpado, la pena
será de uno a diez años de reclusión o prisión.

El delito consiste en cometer un falso testimonio en una causa criminal y en perjuicio del
inculpado. El concepto de causa criminal comprende sólo los procesos tramitados
exclusivamente por delitos, quedando excluidos del tipo agravado, por ende, las causas
contravencionales o de faltas. Además, la agravante exige que el falso testimonio haya sido en
perjuicio del inculpado, esto es, de la persona imputada de la comisión de un delito y que es
objeto de una persecución penal. Subjetivamente, es un tipo doloso, de dolo directo.
Falso testimonio mediante cohecho

ARTICULO 276. - La pena del testigo, perito o intérprete falso, cuya declaración fuere
prestada mediante cohecho, se agravará con una multa igual al duplo de la cantidad ofrecida
o recibida.

El sobornante sufrirá la pena del simple testigo falso.

El delito consiste en declarar falsamente en un proceso, mediante cohecho, esto es, por haber
recibido dinero o cualquier otra dádiva, o por haber aceptado una promesa directa o indirecta
para actuar del modo en que se hizo. Con respecto al concepto de dinero, dádiva y promesa,
remitimos a cuanto se dijo al analizar los delitos de cohecho (art. 256) y exacciones ilegales
(art. 266). La entrega o la promesa deben ser hechas con anterioridad a la consumación del
falso testimonio. La recompensa posterior sin ofrecimiento o promesa anterior no es típica.

El delito del arrepentido: suministro de información falsa o datos inexactos

ARTICULO 276 bis. - Será reprimido con prisión de cuatro (4) a diez (10) años y con la pérdida
del beneficio concedido el que, acogiéndose al beneficio del artículo 41 ter, proporcionare
maliciosamente información falsa o datos inexactos.

La figura fue introducida al Código penal por la Ley 27.304/16 -conocida como “Ley del
Arrepentido”.

La acción típica consiste en proporcionar (suministrar, aportar, proveer, facilitar, etc.)


información falsa o datos inexactos, que se vinculan directamente con la investigación penal en
la que está involucrado el sujeto que se ha acogido al beneficio del arrepentido o colaborador,
establecido en el art. 41 ter de la Ley, esto es, brindar información verosímil, exacta,
comprobable, etc., que contribuya a evitar o impedir el comienzo, la permanencia o
consumación de un delito; esclarecer el hecho objeto de investigación u otros conexos; revelar
la identidad o el paradero de autores, coautores, instigadores o partícipes de estos hechos
investigados o de otros conexos; proporcionar datos suficientes que permitan un significativo
avance de la investigación o el paradero de víctimas privadas de su libertad; averiguar el
destino de'. los instrumentos, bienes, efectos, productos o ganancias del delito; o indicar las
fuentes de financiamiento de organizaciones criminales involucradas en la comisión de los
delitos previstos en el presente artículo (art. 1).

El beneficio al que puede acogerse el arrepentido consiste en una reducción de la pena que le
podría corresponder, con arreglo a la escala de la tentativa (art. 44 CP), con excepción de
aquellos delitos con penas de prisión o reclusión perpetua, en cuyo caso la reducción podrá
llegar hasta los quince años de prisión y los delitos cuya pena sea de multa o inhabilitación, en
los que no procede la reducción.

A partir de la celebración del acuerdo de colaboración, el juez y el Fiscal tienen un plazo de un


año para verificar la verosimilitud o exactitud de la información suministrada por el imputado
arrepentido. Si la información y/o datos son verdaderos y útiles para la investigación, el
acuerdo será homologado judicialmente e incorporado al proceso, mientras que la reducción
de la pena será de aplicación al momento de dictarse la sentencia respectiva por el tribunal de
juicio. En caso contrario, se perderá el beneficio y el sujeto cometerá el delito que estamos
estudiando.
En síntesis, la Ley regula una forma de negociación entre el imputado y el Ministerio Público, a
través de la cual aquél persigue un interés propio (morigerar las consecuencias de una eventual
condena) y éste la obtención de información genuina (verdadera, fidedigna) que le permita
garantizar el éxito de la investigación en curso o iniciar otras relacionadas con los delitos
previstos en el artículo 1º de la Ley.

Pero, la sola materialidad del delito no es suficiente para perfeccionarlo. El precepto penal
exige que el suministro de la información sea malicioso, expresión que nos parece ha sido
introducida por el legislador para caracterizar al delito como un tipo doloso de dolo directo,
con lo cual quedarían fuera del radio de acción subjetivo las conductas imprudentes y con dolo
eventual. Si el legislador introdujo una expresión tan significativa subjetivamente,
innecesariamente -pues su inexistencia no quitaría al tipo de injusto su carácter doloso-, nos
hace pensar que se ha pretendido con dicha expresión remarcar que sólo puede ser cometido
con dolo directo.

El delito es de peligro concreto y se consuma con el suministro de información falsa o de datos


inexactos en el contenido del acuerdo celebrado con el Ministerio Público, sin que requiera de
otros efectos o resultados adicionales, como por ejemplo el desvío de la investigación que se
podría producir como consecuencia de la conducta dolosa del arrepentido, situación que pone
relieve que -más allá de la incorrecta ubicación sistemática que el legislador hizo del tipo, pues
lo situó en el Capítulo del falso testimonio (cuando el imputado ni es testigo ni declara bajo
juramento) y los reparos de índole constitucional que pudieren hacerse contra la figura-, lo
cierto es que la falsa información proporcionada por el arrepentido en un acuerdo celebrado
en el ámbito de un proceso judicial afecta, sin ninguna duda, el normal funcionamiento de la
administración de justicia, por el dispendio jurisdiccional que ello implica. Por lo tanto,
parecería ser que una sanción para quienes colaboren con falsedades en una investigación
judicial es una medida constitucionalmente correcta, lo cual no quiere decir que la escala penal
seleccionada por el legislador haya sido Ja adecuada conforme las exigencias del principio de
proporcionalidad.

ENCUBRIMIENTO

ARTICULO 277.-

1.- Será reprimido con prisión de seis (6) meses a tres (3) años el que, tras la comisión de un
delito ejecutado por otro, en el que no hubiera participado:

a) Ayudare a alguien a eludir las investigaciones de la autoridad o a sustraerse a la acción de


ésta.

b) Ocultare, alterare o hiciere desaparecer los rastros, pruebas o instrumentos del delito, o
ayudare al autor o partícipe a ocultarlos, alterarlos o hacerlos desaparecer.

c) Adquiriere, recibiere u ocultare dinero, cosas o efectos provenientes de un delito.


d) No denunciare la perpetración de un delito o no individualizare al autor o partícipe de un
delito ya conocido, cuando estuviere obligado a promover la persecución penal de un delito
de esa índole.

e) Asegurare o ayudare al autor o partícipe a asegurar el producto o provecho del delito.

2.- En el caso del inciso 1, c), precedente, la pena mínima será de un (1) mes de prisión, si, de
acuerdo con las circunstancias, el autor podía sospechar que provenían de un delito.

3.- La escala penal será aumentada al doble de su mínimo y máximo, cuando:

a) El hecho precedente fuera un delito especialmente grave, siendo tal aquel cuya pena
mínima fuera superior a tres (3) años de prisión.

b) El autor actuare con ánimo de lucro.

c) El autor se dedicare con habitualidad a la comisión de hechos de encubrimiento.

d) El autor fuere funcionario público.

La agravación de la escala penal, prevista en este inciso sólo operará una vez, aun cuando
concurrieren más de una de sus circunstancias calificantes. En este caso, el tribunal podrá
tomar en cuenta la pluralidad de causales al individualizar la pena.

4.- Están exentos de responsabilidad criminal los que hubieren obrado en favor del cónyuge,
de un pariente cuyo vínculo no excediere del cuarto grado de consanguinidad o segundo de
afinidad o de un amigo íntimo o persona a la que se debiese especial gratitud. La exención no
rige respecto de los casos del inciso 1, e) y del inciso 3, b) y c).

Presupuestos y condiciones del encubrimiento

El encubridor se caracteriza por actuar "después" de la consumación del hecho principal. Ei


encubrimiento tiene una relación directa con el delito previo, tanto que no puede imaginarse
una conducta encubridora sin que exista un delito principal que resulte encubierto. El
encubridor en modo alguno toma parte o presta algún grado de colaboración en la ejecución
del hecho, sino que actúa con posterioridad al delito cometido por otro. El encubrimiento es
una categoría autónoma, que sólo es posible tras la comisión de un delito ejecutado por otro,
en el que no hubiera participado (art. 277), esto es, la ejecución de un delito anterior y su no
participación en él.

Delito anterior

Debe existir un delito anterior -efectivamente cometido-- que puede ser doloso o culposo,
tentado o consumado, común o especial o de propia mano, cometido en grado de autoría o
participación, ya sea que esté previsto en el Código Penal o en alguna de sus leyes
complementarias y reprimido con cualquier especie o monto de pena. Concurriendo una causa
de justificación vinculada al delito precedente, no resulta posible la tipicidad del
encubrimiento, pues no parece razonable ni coherente -independientemente de la autonomía
de la figura- que no se castigue al autor del delito principal (porque el hecho está permitido por
el orden jurídico) y sí al encubridor del hecho justificado. Es indiferente el lugar de comisión del
delito encubierto: puede tratarse de delitos cometidos en el territorio del país o en el
extranjero, siempre que resulten aplicables las leyes argentinas (art. 1 º, Cód. Penal).
Ausencia de participación

El encubrimiento exige que el autor no haya participado del delito precedente. La propia
fórmula del art. 277 hace expresa mención de este presupuesto mediante la frase tras la
comisión de un delito ejecutado por otro, en el que no hubiera participado. Nadie puede ser
imputado de encubrimiento respecto del hecho en el cual ha participado; el
autoencubrimiento no es delito (Soler).

Los tipos delictivos:

1) Favorecimiento Personal. El delito está previsto en el inc. 1 º, a, del art. 277, y consiste en
ayudar (auxiliar, contribuir, colaborar, facilitar, proporcionar medios, realizar tareas de
confusión de la autoridad, etc.) a alguien (imputado, condenado) a eludir las investigaciones de
la autoridad o a sustraerse a la acción de ésta; la conducta está dirigida a colaborar con el autor
o partícipe del delito principal. Eludir las investigaciones de la autoridad, significa "desviar al
favorecido de la investigación'' que la autoridad está llevando a cabo, o que se propone
realizar; impedir que sea descubierto y responsabilizado por el hecho (p. ej., escondiendo al
delincuente, disfrazando su apariencia o aspecto físico, albergándolo en un sitio, convencerlo
de que no se entregue, modificando su rostro, proporcionando datos falsos a la autoridad,
etc.). Sustraer al sujeto de la acción de la autoridad, quiere decir, ayudar a evitar la detención
del sujeto, háyase o no ordenado su arresto, facilitar la fuga del delincuente, etc. Sujeto activo
puede ser cualquier persona. El delito es doloso, compatible sólo con el dolo directo, de pura
actividad, de peligro concreto, instantáneo y de efectos permanentes, de manera que su
consumación coincide con la realización de la acción típica ( con la prestación de la ayuda). La
tentativa aparece como de difícil concreción.

2) Favorecimiento real. El delito está previsto en el inc. 1 º, b y e, con el siguiente texto:


ocultare, alterare o hiciere desaparecer los rastros, pruebas o instrumentos del delito, o
ayudare al autor o participe a ocultarlos, alterarlos o hacerlos desaparecer, y asegurare o
ayudare al autor o partícipe a asegurar el producto o provecho del delito (esta forma de
favorecimiento se estudia más adelante).

Ocultar quiere decir esconder, tapar, guardar e incluso trasladar el objeto para que se
desconozca su paradero. Alterar es cambiar, modificar, transformar la cosa en otra distinta,
hacerla irreconocible, modificar su esencia, forma, color, apariencia, tamaño, de tal manera
que no sea o no parezca la misma o no sirva para lo que servía Hacer desaparecer significa
suprimir, destruir, aunque también equivale a quitar la cosa, sin destruirla, del lugar en donde
se encontraba, para impedir que la autoridad la utilice (p. ej., quemar, lavar, borrar, evaporar,
diluir, embadurnar, pintar, arrancar o engullir). En cualquiera de las formas típicas, las
conductas deben estar orientadas a desdibujar o hacer desaparecer ciertos objetos que
interesan a la investigación, como son los rastros (huellas, vestigios o señales, por ej. limpiar el
arma de fuego, lavar la ropa manchada con sangre), pruebas (medios de comprobación del
delito) o instrumentos del delito (herramientas o elementos empleados por el autor en la
comisión del delito, por ej. el arma, el automóvil, el celular, etc.).

3) Receptación. Con arreglo al texto legal, la receptación consiste en adquirir (comprar,


conseguir, obtener el objeto en propiedad), recibir (tomar, admitir, aceptar, percibir, etc., la
cosa objeto del delito, a título gratuito) u ocultar (esconderla cosa, hacerla desaparecer para
que no pueda ser vista ni encontrada por terceros) dinero, cosas o efectos provenientes de un
delito. Cabe también en esta modalidad, la receptación en cadena, siempre que sea el mismo
objeto material del delito originario. El delito admite sólo Ja comisión por dolo directo. Si
concurre el ánimo de lucro, la conducta se desplaza al tipo agravado previsto expresamente en
el inc. 3°, b, del art. 277. Se consun1a con la realización de las acciones típicas. Se trata de un
delito de resultado que admite todas las formas de participación, así como la tentativa.

4) Receptación de cosas de procedencia sospechosa. El art. 277, inc. 2º, castiga con una pena
de un mes de prisión para los casos previstos en el inc.1 º, c, "si, de acuerdo con las
circunstancias, el autor podía sospechar que provenían de un delito". Las acciones típicas, son
las de adquirir, recibir u ocultar dinero, cosas o efectos, conceptos que ya han sido explicados
con anterioridad. Subjetivamente, la figura exige la "posibilidad" del agente de sospechar, de
acuerdo con las circunstancias, que las cosas provenían de un delito, elemento que ha
generado difíciles problemas de interpretación por cuanto permite que se siga entendiendo
que admite tanto el dolo como la culpa. Se consuma con la adquisición, recepción u ocultación
de las cosas, pero, a diferencia del tipo de receptación dolosa, no parece posible la tentativa.

5) Omisión de denuncia. El art. 277 dice:

Será reprimido con prisión de seis meses a tres años el que ... d) No denunciare la perpetración
de un delito o no individualizare al autor o partícipe de un delito ya conocido, cuando estuviere
obligado a promover la persecución penal de un delito de esa índole.

El texto castiga, no sólo la mera omisión de denunciar el delito sino también la no


individualización del autor o participe de un delito ya conocido, pero sólo impone el deber de
formular la denuncia a quienes están obligados jurídicamente a promover la persecución penal
de un delito de esa índole, es decir, a quienes están obligados a promover la persecución penal
por el delito de acción pública (por ej. el Ministerio Público, las fuerzas de seguridad o
policiales y los jueces de instrucción).

Se trata de un tipo penal de acciones alternativas: no denunciar el delito, esto es, sólo el hecho
típico, sin la comunicación de quiénes son sus autores o cómplices, o no individualizar a su
autor o partícipe, no comunicando o informando los que sabe del autor del delito. En
cualquiera de los dos casos, la omisión es típica.

Autores de este delito sólo pueden ser quienes estén obligados jurídicamente a promover la
persecución penal de un delito de acción pública, que son el Ministerio Público, el juez de
instrucción y los funcionarios que integran las fuerzas policiales o de seguridad (por ej. Policía
Federal Argentina, policías provinciales, Prefectura Naval Argentina, Gendarmería Nacional).

Es un delito doloso, que admite sólo el dolo directo, de pura actividad, que se consuma con la
omisión de la conducta debida, sin que se requiera resultado alguno. El retardo injustificado en
denunciar determina la consumación típica. No parece posible la tentativa.

6) La ayuda a asegurar el producto o provecho del delito. El art. 277 pune a quien: tras la
comisión de un delito ejecutado por otro, en el que no hubiera participado ... e) asegurare o
ayudare al autor o participe a asegurar el producto o provecho del delito.

La acción típica de asegurar o ayudar se refiere al hecho de prestar asistencia de cualquier


forma auxiliar, conceder, suministrar seguridades para el resguardo o conservación de la cosa,
etc., siempre en beneficio del autor o partícipe del delito principal, por ej. brindando
seguridades al botín, de cualquier manera, ayudando a esconderlo de las autoridades,
preservarlo en lugar seguro, asegurando a los delincuentes la utilización o el disfrute de la cosa,
ayudando a su transporte, etc. El autor debe ayudar al delincuente a asegurar el producto o
provecho del delito, esto es, los efectos que provienen directamente del delito (p. ej., la
moneda falsa, la joya hurtada), y las ventajas o los frutos obtenidos por la comercialización o
transformación del producto del delito (p. ej., el producido de la venta de la joya robada). El
delito es doloso, de dolo directo, y se consuma con la realización de la acción típica.

Agravantes

Se aplica la mayor penalidad, en los siguientes casos (art. 277, inc.3):

1) Gravedad del delito precedente. Cuando el hecho precedente fuera un delito especialmente
grave, siendo tal aquel cuya pena mínima fuera superior a tres años de prisión. Con arreglo a
esta disposición, los delitos se clasifican en graves y menos graves. Los primeros son los que
tienen previsto una pena mínima superior a tres años de prisión, mientras que los segundos
comprenden aquellos delitos cuya pena mínima es inferior a tres años de prisión. El precepto
alcanza tanto a delitos previstos en el Código Penal como en las leyes complementarias.

2) Ánimo de lucro. También se agrava la penalidad cuando el autor actuare con ánimo de lucro,
esto es, con la finalidad tendiente a lograr una ventaja patrimonial apreciable
económicamente, que no necesariamente debe traducirse en dinero, sino que puede tener
referencia al valor de la cosa, a su uso, etc., en tanto ello reporte un beneficio al autor. Se trata
de una circunstancia agravante común a cualquiera de las modalidades de encubrimiento
previstas en el art. 277. Se trata de un tipo delictivo portador de un elemento subjetivo del
injusto, de carácter intencional de resultado cortado, que resulta aplicable aun cuando no se
logre el propósito perseguido.

3) Habitualidad. El inc. 3°, c., del art. 277, incrementa la pena cuando "el autor se dedicare con
habitualidad a la comisión de hechos de encubrimiento". Se trata de una circunstancia genérica
de agravación, que alcanza a todos los tipos de encubrimiento previstos en el art. 277. La
agravante es objetiva y requiere la repetición de conductas encubridoras.

4) Agravante por la condición del autor. El apartado d del inc. 3º del art. 277 incrementa la
escala punitiva si el autor fuere funcionario público; es decir, la sola la condición del autor, con
independencia de que al momento del hecho se encuentre en el ejercicio de su actividad
funcional. El último párr. del inc. 3° establece, finalmente, que

la agravación de la escala penal, prevista en este inciso sólo operará una vez, aun cuando
concurrieren más de una de sus circunstancias calificantes. En este caso, el tribunal podrá
tomar en cuenta la pluralidad de causales al individualizar la pena.

La disposición trata un supuesto regulador de la aplicación de las agravantes generales


previstas en el inc. 3° del art. 277, cuyo mecanismo impide un hiper aumento de la escala penal
cuando concurran varias agravantes. De esta manera, la escala punitiva se mantendrá dentro
de los límites establecidos en el inciso, aun cuando la conducta encaje en varias agravantes (p.
ej., dedicarse con habitualidad a la comisión de delitos especialmente graves).

Exención de pena

El inc. 4' del art. 277 establece:

Están exentos de responsabilidad criminal los que hubieren obrado en favor del cónyuge, de un
pariente cuyo vinculo no excediere del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad o
de un amigo íntimo o persona a la que se debiese especial gratitud. La exención no rige
respecto de los casos del inc. 1 º, e, y del inc. 3 , b y c.
Se trata de una excusa absolutoria, que comprende al cónyuge (vínculo matrimonial), los
parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad (ascendientes y descendientes hasta el
cuarto grado) o segundo de afinidad (entenados, padrastros, madrastras, suegros, abuelos del
otro cónyuge, yerno y nuera, y los cuñados entre sí), los amigos íntimos (vínculo afectivo, de
trato familiar y constante) o las personas a las que se debe una especial gratitud
(reconocimiento de ciertas situaciones o momentos atravesados por el autor durante su vida).

Encubrimientos de abigeato

Están previstas dos formas típicas: una dolosa y la otra culposa.

1) Figura dolosa:

ARTICULO 277 bis.- Se aplicará prisión de TRES (3) a SEIS (6) años e inhabilitación especial de
TRES (3) a DIEZ (10) años al funcionario público que, tras la comisión del delito de abigeato
en el que no hubiera participado, violando los deberes a su cargo o abusando de sus
funciones, intervenga o facilite el transporte, faena, comercialización o mantenimiento de
ganado, sus despojos o los productos obtenidos, conociendo su origen ilícito.

La disposición no era necesaria, pues el hecho debe reunir las características del encubrimiento
regulado en el art. 277, según las cuales el agente debe permanecer al margen del delito
principal, el cual debe ser ejecutado por una persona distinta del encubridor. La acción de
"'intervenir", cuya amplitud conceptual ha merecido las críticas de la doctrina (Villada,
Arocena, Ffgari), debe entenderse como tomar parte en la ejecución de las actividades
descriptas en la norma, vale decir que el agente debe intervenir en el "transporte" (traslado del
ganado de un lugar a otro, por cualquier medio, motorizado o no), "'faena" (trabajos realizados
sobre el cuerpo del animal, con miras a su consumo), "comercialización" (actividades de puesta
en el comercio del ganado, incluida la compraventa) o "mantenimiento" (p. ej., conservación
del animal, sus partes o productos, en corrales, depósitos, frigoríficos)."Facilita" el que allana
los obstáculos o hace más fácil la consecución de aque1las actividades. Los objetos son el
ganado, sus despojos o los productos obtenidos del animal. El "ganado" (ver 167 ter); los
"despojos" son los restos o partes del ganado (p. ej., el cuero, los cuernos, las pezuñas), y los
"productos" (o subproductos) son las partes del animal que se utilizan, elaborados o no, para el
consumo humano (p. ej., la carne vacuna y sus derivados). El delito requiere no sólo que el
autor obre violando los deberes a su cargo o abusando de sus funciones, sino que lo haga
conociendo el origen i/[cito del delito principal (abigeato), lo cual nos indica que la figura
admite sólo el dolo directo. Sujeto activo es el funcionario público, cuyas funciones se vinculan
con la actividad ganadera. Se trata de un tipo de mera actividad, de peligro concreto, que se
consuma con la intervención o el facilitamiento en los actos típicos de encubrimiento
relacionados con el abigeato.

2) Figura culposa:

ARTICULO 277 ter.- Se impondrá prisión de SEIS (6) meses a TRES (3) años al que reuniendo
las condiciones personales descriptas en el artículo 167 quater inciso 4, por imprudencia o
negligencia, intervenga en algunas de las acciones prevista en el artículo precedente,
omitiendo adoptar las medidas necesarias para cerciorarse de la procedencia legítima del
ganado.
La remisión que la disposición hace al art. 277 bis (intervenga en alguna de las acciones
previstas en el artículo precedente) permite deducir que sólo pueden ser cometidas
culposamente las actividades de encubrimiento relacionadas con el delito de abigeato. Las
acciones típicas son las mismas que se han previsto para el encubrimiento doloso de abigeato,
pero omitiendo adoptar las medidas necesarias para cerciorarse de la procedencia legítima del
ganado. Sólo pueden ser autores del delito aquellas personas que se dediquen a la crianza,
cuidado, faena, elaboración, comercialización o transporte de ·ganado o de productos o
subproductos de origen animal y se consuma cuando se interviene o facilita el transporte, la
faena, la comercialización o mantenimiento del ganado, sus despojos o productos, infringiendo
los deberes de cuidado (omitiendo adoptar las medidas necesarias) que se exige a toda
persona que se halle relacionada con la actividad ganadera.

Disposiciones relativas a la pena

ARTICULO 279.-

1) Si la escala penal prevista para el delito precedente fuera menor que la establecida en las
disposiciones de este capítulo, será aplicable al caso la escala penal del delito precedente.

2) Si el delito precedente no estuviera amenazado con pena privativa de libertad, se aplicará


a su encubrimiento multa de un mil (1.000) pesos a veinte mil (20.000) pesos o la escala
penal del delito precedente, si ésta fuera menor.

3) Cuando el autor de los hechos descriptos en los incisos 1 o 3 del artículo 277 fuera un
funcionario público que hubiera cometido el hecho en ejercicio u ocasión de sus funciones,
sufrirá además pena de inhabilitación especial de tres (3) a diez (10) años. La misma pena
sufrirá el que hubiere actuado en ejercicio de una profesión u oficio que requieran
habilitación especial.

4) Las disposiciones de este capítulo regirán aun cuando el delito precedente hubiera sido
cometido fuera del ámbito de aplicación espacial de este Código, en tanto el hecho que lo
tipificara también hubiera estado sancionado con pena en el lugar de su comisión.

El artículo introduce un sistema de atenuación de la pena del delito principal (encubrimiento),


cuando el delito precedente estuviera conminado con pena menor.

Se prevé dos hipótesis: a) si el delito precedente estuviera conminado con pena privativa de
libertad, ésta resultará aplicable si fuera menor que la prevista para el delito principal; b) si no
estuviera conminado con pena privativa de libertad, se aplicará una pena de multa entre un
mínimo de mil pesos y un máximo de veinte mil pesos.

1) Agravante por la calidad del autor. La mayor penalidad resulta aplicable cuando el autor del
encubrimiento previsto en los incs. 1 º y 3º del art. 277, fuera un funcionario y hubiera
cometido el hecho en ejercicio u ocasión de sus funciones, en cuyo caso se le suma una pena
de inhabilitación especial de tres a diez años. La misma pena agravada se hace extensiva a todo
aquel que hubiera actuado en ejercicio u ocasión de una profesión u oficio que requieran
habilitación especial.

2) Extraterritorialidad de la ley penal. Se trata de una extensión del principio de territorialidad


de la ley penal (art. 1 º, CP), que importa la aplicación de las reglas del código penal al culpable
de un delito de los previstos en este capítulo, aun cuando el delito precedente hubiera sido
cometido en el extranjero, siempre que este último estuviera también conminado con pena en
el lugar de su comisión.

EVASIÓN Y QUEBRANTAMIENTO DE PENA

EVASIÓN

ARTICULO 280. - Será reprimido con prisión de un mes a un año, el que hallándose
legalmente detenido se evadiere por medio de violencia en las personas o fuerza en las
cosas.

El delito consiste en evadirse (fugarse, escaparse, sustraerse al estado de privado de libertad)


por medio de violencia en las personas o fuerza en las cosas (ver art. 164). De aquí que, la
evasión en sí misma, sin el empleo de fuerza en las cosas o violencia en las personas, no es
punible. Respecto del concepto de fuerza en las cosas, debe tratarse de cosas que restringen la
libertad ambulatoria del agente, por ej. el muro de la prisión o los barrotes de la celda Los
medios deben ser usados por el autor para evadirse, no para otra finalidad distinta, aunque
posteriormente se aproveche de la ocasión para concretar la fuga. Sujeto activo sólo puede ser
alguien legalmente detenido. La evasión de una persona que se encuentra ilegal o
arbitrariamente privada de su libertad ambulatoria no configura el delito. Sujeto pasivo es el
Estado, pero ofendido puede ser el agente penitenciario que sufrió la violencia. Persona
detenida no quiere decir "persona encerrada", pues también pueden cometer el delito
aquellas que están siendo conducidas por la vía pública (por ej., en un móvil policial). El delito
es doloso, de dolo directo, y se consuma en el momento en que el autor ha logrado recuperar
su libertad ambulatoria~ aunque posteriormente se logre su captura. Siendo un delito de
resultado, admite las formas imperfectas de ejecución.

Favorecimiento de evasión

ARTICULO 281. - Será reprimido con prisión de un mes a cuatro años, el que favoreciere la
evasión de algún detenido o condenado, y si fuere funcionario público, sufrirá, además,
inhabilitación absoluta por triple tiempo.

Si la evasión se produjere por negligencia de un funcionario público, éste será reprimido con
multa de pesos argentinos mil a pesos argentinos quince mil.

El precepto contempla dos hipótesis: el favorecimiento doloso de evasión (párr. 1°) y la


causación culposa de la evasión (párr. 2º). Además, prevé una circunstancia agravante de la
pena (inhabilitación absoluta por triple tiempo), aplicable únicamente a la modalidad dolosa y
cuando el autor fuera un funcionario público.

1) Favorecimiento doloso. El delito consiste en favorecer (ayudar, colaborar, proporcionar un


aporte, contribuir a la fuga) la evasión de algún detenido o condenado. Cualquier modalidad de
evasión, llevada a cabo por cualquier medio puede ser favorecida. El tipo presupone una fuga
voluntaria. Sujeto activo del delito puede ser cualquier persona. Es un delito doloso, de dolo
directo (Creus ). Por tratarse de un delito de resultado, la consumación coincide con la fuga del
detenido o condenado. La tentativa es posible.
2) Causación culposa de evasión. El delito consiste en causar (producir, generar, ocasionar, etc.),
por negligencia, la evasión de un detenido o condenado. El tipo presupone una negligencia tal
que, sin ella, la evasión no se hubiera producido. Sujeto activo sólo puede ser un funcionario
público que tenga a su cargo, la obligación de custodiar o mantener los resguardos de
seguridad que impidan la libertad ambulatoria del detenido o condenado. El delito se
consuma, como en cualquier figura culposa, con la producción del resultado, esto es, con la
evasión de la persona.

Quebrantamiento de inhabilitación

ARTICULO 281 bis. El que quebrantare una inhabilitación judicialmente impuesta será
reprimido con prisión de dos meses a dos años.

El delito consiste en quebrantar (violar, infringir, transgredir, inobservar, conculcar., etc.) una
inhabilitación impuesta por un órgano judicial, vale decir, no respetar la obligación de sujeción,
privación o restricción de derechos que pesa sobre el sujeto (González Rus).

La inhabilitación (art. 5° CP), en nuestro derecho, es una pena, que consiste en la pérdida o
suspensión de uno o más derechos, comporta la restricción de la capacidad jurídica, impuesta
judicialmente, y puede ser de carácter temporario o perpetuo, especial o absoluto, para el
ejercicio de ciertas actividades o de un arte, profesión, empleo u oficio.

Puede ser aplicada, igualmente, como pena principal o como pena accesoria, de manera
exclusiva o conjunta (arts. 19 y 20 CP). La pena de inhabilitación debe haber sido impuesta por
un órgano jurisdiccional y en función jurisdiccional No quedan comprendidas, por lo tanto, las
inhabilitaciones de naturaleza administrativa o disciplinaria, ni las impuestas por órganos
jurisdiccionales en función de superintendencia. Sujeto activo sólo puede ser la persona que ha
sido condenada judicialmente, por sentencia firme, a la pena de inhabilitación. Es un delito de
propia mano, de carácter doloso, de dolo directo, de pura actividad, que se consuma con la
realización de la conducta prohibida por la inhabilitación.

Dada las características del delito, nos parece muy difícil imaginar formas imperfectas de
ejecución.
DELITOS CONTRA LA FE PÚBLICA
Bien jurídico

La noción de fe pública no implica nada más que un mero concepto formalizado destinado a
funcionar en el ámbito procesal, independientemente de la incidencia que pueda tener en el
marco de la prueba. es decir, como prueba de la verdad representada en ciertos objetos, signos
o instrumentos. Fe pública es igual a confianza pública y ésta se identifica con el tráfico jurídico
o fiduciario. Entonces, en el ámbito de la fe pública sólo pueden tener importancia aquellos
instrumentos que, al margen de su aptitud probatoria, posean “destino circulatorio", esto es,
que estén destinados a entrar en el tráfico jurídico fiduciario. La fe pública es aquella que las
personas tienen frente a ciertos instrumentos que se consideran necesarios para el desarrollo
de la vida social, precisamente por reunir las formas descriptas por la ley y que sirven -al
mismo tiempo- como medios probatorios de la realidad que contienen. De este modo, fe
pública se identificaría con los dos elementos que conforman su categoría: confianza y pn1eba.
La "confianza", constituida por la creencia o crédito público hacia los signos, objetos o
instrumentos estatuidos por la ley; y la "prueba", porque también estos objetos, signos o
instrumentos son medios probatorios de la realidad que representa. De esta manera, creencia
pública y prueba se convierten en .elementos indispensables del concepto de fe pública.

Falsificación y falsedad

La falsificación hace referencia a conductas materiales, es decir que recaen sobre la integridad
de una cosa o de un objeto (tiene relación con acciones), mientras que la falsedad más bien
hace referencia a una actitud intelectual que se representa por declaraciones o invocaciones de
algo falso o mentiroso en lugar de lo verdadero (tiene relación con las personas). Estos dos
modos de atentar contra la fe pública se vinculan estrechamente con las dos formas históricas
de las conductas falsarias: la imitatio y la inmutatio. La primera, en cuanto configura un modo
de alterar la autenticidad, genuinidad o legitimidad de un instrumento, signo u objeto; la
segunda es también una manera de alterar, pero la veracidad del contenido del instrumento, es
decir, la falta de correspondencia entre lo que el instrumento dice y lo que dice la realidad. Se
trataría de una contradicción entre el contenido (mentiroso) del documento y la realidad que
pretende representar.

FALSIFICACIÓN DE MONEDA, BILLETES DE BANCO, TÍTULOS AL PORTADOR Y DOCUMENTOS


DE CRÉDITO

FALSIFICACIÓN DE MONEDA

ARTICULO 282. - Serán reprimidos con reclusión o prisión de tres a quince años, el que
falsificare moneda que tenga curso legal en la República y el que la introdujere, expendiere o
pusiere en circulación.-

El delito, que está construido sobre la base de acciones alternativas, consiste en falsificar
moneda de curso legal en la República (imitar la moneda verdadera), introducirla (ingresar al
país la moneda falsificada y que haya sido recibida de mala fe), expenderla (hacer entrega de la
moneda falsa a otra persona, que ]a acepta creyéndola verdadera) o ponerla en circulación
(distribución de la moneda falsa en el tráfico jurídico, al por mayor) (Aboso).

La falsificación debe producir lo que se conoce como "expendibilidad" (de la moneda), esto es,
que posea un grado tal de imitación que pase como verdadera entre el común del público. Si la
imitación no alcanza un grado de «idoneidad imitativa" o "apariencia de legitimidad”, no se
concreta el delito o por imposibilidad de afectación del bien jurídico. Así como la introducción
constituye una fase posterior a la fabricación, la expendición es su fase final. El objeto del
delito es la moneda que tenga curso legal en la República. Se trata de un elemento normativo
del tipo penal. La "'moneda" es todo signo de valor que, emitido por el Estado nacional, tiene
poder liberatorio como medio de pago. Es la moneda nacional, es decir, la que tiene curso legal
obligatorio en todo el territorio de la Nación. Las monedas que han dejado de tener curso legal
en la República, o en sus lugares de emisión, aun cuando puedan conservar un valor
económico, artístico, metálico o numismático, no pueden ser objeto de falsedad, sin perjuicio·
de que con ellas puedan cometerse otros delitos (p. ej., el de estafa). El precepto abarca tanto
a la moneda metálica como al papel moneda.

Se trata de un delito común de sujetos indiferenciados. El sujeto pasivo es el Estado nacional,


por cuanto es el único autorizado por la ley, mediante sus organismos específicos, a emitir
moneda de curso legal. El delito, en cualquiera de sus formas, es doloso~ siendo admisible
únicamente el dolo directo. Por tratarse de un tipo complejo alternativo y de peligro concreto,
el momento consumativo debe distinguirse en cada caso en particular. La acción de falsificar
consuma el delito cuando se crea o fabrica la pieza imitada, en condiciones de expendibilidad.
En el caso de introducción de !amoneda falsa al país, el delito se consuma cuando se logra la
introducción. es decir, cuando se transponen las fronteras del territorio nacional. Si la acción
típica ha sido la de expender, el delito queda consumado cuando la moneda falsa es aceptada
por el tercero creyéndola verdadera. Por último, la puesta en circulación se consuma cuando se
introduce la moneda falsa en el tráfico jurídico.

Cercenamiento o alteración de moneda

ARTICULO 283. - Será reprimido con reclusión o prisión de uno a cinco años, el que cercenare
o alterare moneda de curso legal y el que introdujere, expendiere o pusiere en circulación
moneda cercenada o alterada.

Si la alteración consistiere en cambiar el color de la moneda, la pena será de seis meses a tres
años de prisión.

El cercenamiento consiste en disminuir el valor real de la moneda -de curso legal-mediante


cualquier procedimiento dirigido a ese fin (p. ej., limarla, cortarla, rasparla), pero siempre
manteniendo su expendibilidad y destino circulatorio. La opinión más extendida sostiene que
este artículo se refiere exclusivamente a la moneda metálica, porque es la única que puede ser
cercenada o alterada. La alteración consiste en cambiar o modificar el valor real de la moneda
mediante cualquier procedimiento distinto del cercenamiento (p. ej., cambiar el color del
billete para hacerlo aparecer como uno de mayor valor). La doctrina sostiene que es requisito
indispensable que la alteración se efectúe sobre moneda legítima, porque sólo ésta tiene valor
propio (Núñez).

Las conductas de introducir, expender o poner en circulación (moneda cercenada o alterada)


han sido explicadas anteriormente y allí hacemos la remisión.

El párr. 2° del artículo contempla una figura (autónoma) con una escala penal de menor
gravedad-de seis meses a tres años de prisión-, consistente en cambiar el color de la moneda,
no otra cosa. Vale decir, que lo que se modifica de la moneda es su color, pero no su grabado
original (p. ej., hacer pasar por moneda de oro una de plata o de cobre). En ambas figuras se
tipifica un delito de pura actividad, que se consuma cuando se realizan las acciones típicas: el
cercenamiento o la alteración. En ambos supuestos, la tentativa resulta admisible. En
cualquiera de los casos, el delito es doloso, siendo admisible sólo el dolo directo.

Expendio o circulación de moneda falsa, cercenada o alterada recibida de buena fe

ARTICULO 284. - Si la moneda falsa, cercenada o alterada se hubiere recibido de buena fe y


se expendiere o circulare con conocimiento de la falsedad, cercenamiento o alteración, la
pena será de pesos argentinos mil a pesos argentinos quince mil.

El delito consiste en expender o circular moneda falsa, cercenada o alterada, con conocimiento
de la falsedad, cercenamiento o alteración. Las acciones típicas ya han sido explicadas
anteriormente. El delito requiere como presupuesto la realización de una acción inocua: que el
autor haya recibido la moneda falsa de buena fe. Esta conducta no es delictiva, pues sólo
implica la recepción de la moneda en la creencia de que es auténtica. La tipicidad y la
culpabilidad sólo aparecen después, cuando -habiendo tomado conocimiento de que lo que ha
recibido es una moneda falsa, cercenada o alterada- la pone en circulación. Se trata de un
delito doloso, siendo admisible sólo el dolo directo ("con conocimiento de la falsedad", dice la
ley), y se consuma cuando se expende o pone en circulación la moneda falsa, cercenada o
alterada.

Falsificación de valores equiparados a la moneda

ARTICULO 285. - Para los efectos de los artículos anteriores quedan equiparados a la moneda
nacional, la moneda extranjera, los títulos de la deuda nacional, provincial o municipal y sus
cupones, los bonos o libranzas de los tesoros nacional, provinciales y municipales, los billetes
de banco, títulos, cédulas, acciones, valores negociables y tarjetas de compra, crédito o
débito, legalmente emitidos por entidades nacionales o extranjeras autorizadas para ello, y
los cheques de todo tipo, incluidos los de viajero, cualquiera que fuere la sede del banco
girado.

El texto ha terminado con una larga e infructuosa polémica doctrinal y jurisprudencial acerca
de si ciertos instrumentos se encontraban o no alcanzados por la equiparación, en particular
algunos privados (p. ej., los cheques, a los que actualmente se agregan las tarjetas magnéticas).
Se trata de una equiparación a los efectos del tipo en su totalidad, no sólo en cuanto a la pena,
de manera que el texto legal, al remitir a los artículos anteriores, permite inferir que la
falsificación de tales valores es susceptible de ser realizada por cualquiera de las acciones
previstas en dichas disposiciones, salvo por cercenamiento, por no resultar compatible con la
materialidad de ellas.

Fabricación y emisión ilegal de moneda y otros valores

ARTICULO 287. - Serán reprimidos con reclusión o prisión de uno a seis años e inhabilitación
absoluta por doble tiempo, el funcionario público y el director o administrador de un banco o
de una compañía que fabricare o emitiere o autorizare la fabricación o emisión de moneda,
con título o peso inferiores al de la ley, billetes de banco o cualesquiera títulos, cédulas o
acciones al portador, en cantidad superior a la autorizada.

Las conductas incriminadas en la disposición son las de fabricar, emitir o autorizar la fabricación
o emisión de moneda, billetes de banco o cualquier otro valor de los indicados y con las
características requeridas en el texto legal. Fabrica el que crea o confecciona la moneda, con
título o peso inferiores a lo prescripto por la ley, o el valor en cantidad superior a la autorizada.
Emite el que dispone la puesta en circulación de la moneda y de los valores establecidos en el
artículo. Autoriza quien otorga el permiso para que se lleve a cabo algunas de estas acciones.
La emisión ilegal puede realizarse respecto de moneda metálica o de papel moneda. En el
primer caso, cuando se acuña con título o pesos inferiores al que marca la ley o cuando se
acuña en cantidad mayor a la autorizada. En el segundo caso, cuando se emite en mayor
cantidad que la autorizada. La moneda así emitida no es falsa sino verdadera, realizada con los
medios y mecanismos previstos para su impresión, pero, como no se ha seguido el proceso que
la ley fija para su emisión, no tiene ningún tipo de respaldo en oro o divisas convertibles.

Sólo pueden ser sujeto activo del delito los funcionarios públicos que están facultados por la
ley para autorizar la fabricación o emisión de moneda y otros valores previstos en la norma. El
delito es doloso, de dolo directo. Tratándose de un delito especial propio, de pura actividad y
de peligro concreto, se consuma con la fabricación, emisión o autorización para fabricar o
emitir moneda u otros valores, sin que resulte necesaria la efectiva circulación de la moneda
ilegalmente fabricada o emitida. La tentativa resulta admisible, aunque limitada sólo a la
fabricación, no a las demás conductas.

FALSIFICACIÓN DE SELLOS, TIMBRES Y MARCAS

ARTICULO 288. - Será reprimido con reclusión o prisión de uno a seis años:

1º. El que falsificare sellos oficiales;

2º. El que falsificare papel sellado, sellos de correos o telégrafos o cualquiera otra clase de
efectos timbrados cuya emisión esté reservada a la autoridad o tenga por objeto el cobro de
impuestos.

En estos casos, así como en los de los artículos siguientes, se considerará falsificación la
impresión fraudulenta del sello verdadero.

Falsificación de sellos oficiales

El delito consiste en falsificar sellos oficiales, esto es, confeccionar o crear un objeto (sello
oficial) que utiliza la autoridad pública para otorgar autenticidad a ciertos documentos
mediante la impresión o grabado en relieve de la imagen que se representa en el instrumento.
Lo falsificado debe ser el instrumento sellador, no la imagen estampada en él. El delito es
doloso y, por tratarse de un delito de pura actividad y de peligro abstracto, se consuma cuando
se concluye la creación del instrumento sellador, aunque no se haya llegado a estampar su
imagen en documento alguno. La tentativa resulta admisible.

Falsificación de papel sellado, sellos de correos y efectos timbrados

La acción típica es la misma que en el inciso anterior, pero los objetos sobre los que recae la
conducta son distintos. El papel sellado es aquel que lleva impreso un valor determinado,
independiente de su valor material, que se utiliza para ser presentado ante la autoridad pública
(p. ej., judicial o administrativa), y cuya función consiste en facilitar el pago de las
correspondientes tasas de actuación. Actualmente, este tipo de papeles se encuentra en franco
desuso. Los sellos de correos o telégrafos son los que conocemos como "estampillas" de correo
o de franqueo postal, y que sirven como medio de cobro de un impuesto por la prestación de
un servicio. Quedan comprendidas las estampillas u obleas emitidas por el Estado que
acreditan el pago de un impuesto y sin las cuales el documento carece de valor (p. ej., el
impuesto de incentivo docente). Las otras clases de efectos timbrados comprenden los papeles
o boletas emitidos por el Estado nacional, provincial o municipal, o sus reparticiones, que
tienen acreditado un valor determinado diferente al valor material que representan (p. ej.,
certificados de derechos aduaneros, de propiedad del ganado, etc.). El delito sólo es posible en
tanto las conductas típicas sean cometidas sobre papeles u otros valores cuya emisión esté
reservada a la autoridad o tenga por objeto el cobro de impuestos, vale decir, cuando dichos
efectos sean de aquellos que sólo la autoridad pública, por expresa disposición de la ley, está
facultada a emitir, o bien se trate de efectos o valores que acreditan el pago de derechos que el
Estado impone como carga (p. ej., los impuestos sobre derechos de importación, cigarrillos,
bebidas). Subjetivamente la infracción es dolosa. Se trata, al igual que en la figura anterior, de
un delito de pura actividad y de peligro abstracto, de consumación anticipada, que se concreta
con la realización de la acción falsificadora, sin que sea necesario resultados ulteriores (p. ej.,
que el papel o el efecto timbrado sean efectivamente utilizados). La doctrina admite la
posibilidad de tentativa.

Impresión fraudulenta de sello verdadero

Se trata de una impresión ilegal del sello auténtico, que puede realizarse por vía de la persona
autorizada (funcionario) para estampar el sello verdadero, pero que lo emplea más allá de la
autorización legal (es decir, fuera de los casos establecidos por la ley), o bien por vía de una
persona (funcionario o tercero) que no está facultada para emplear el sello y lo emplea,
aunque legalmente corresponda la aplicación del sello. Subjetivamente, sólo resulta admisible
el dolo directo. El delito se consuma con la realización de la acción típica, esto es, con la
impresión del sello verdadero.

Falsificación de marcas y contraseñas

ARTICULO 289. - Será reprimido con prisión de seis meses a tres años:

1. El que falsificare marcas, contraseñas o firmas oficialmente usadas o legalmente


requeridas para contrastar pesas o medidas, identificar cualquier objeto o certificar su
calidad, cantidad o contenido, y el que las aplicare a objetos distintos de aquellos a que
debían ser aplicados.

2. El que falsificare billetes de empresas públicas de transporte.

3. El que falsificare, alterare o suprimiere la numeración de un objeto registrada de acuerdo


con la ley.

En los tres incisos del artículo se reprime la acción de falsificar los objetos protegidos en la
norma, incluyéndose en el inc. 3º las de alterar o suprimir la numeración individualizadora de
un objeto registrada de acuerdo con la ley. La falsificación se refiere a la imitación de los signos
verdaderos (marcas, contraseñas o firmas) que son aplicables a determinados objetos para
contrastar su peso o medida, identificarlos o certificar su calidad. La alteración significa un
cambio o modificación del signo correspondiente. La supresión importa la desaparición del
símbolo o signo identificador o certificador. El articulo también hace referencia a la acción de
aplicar la marca, firma o contraseña, esto es, poner el signo o medio de identificación a objetos
que no deben llevarlos. Los objetos protegidos son: las marcas, que son las señales, signos,
dibujos, caracteres gráficos o sellos identificatorios, que se imprimen o colocan en una cosa
para distinguirla de otra; las contraseñas, que son también símbolos o signos identificatorios de
una cosa, que suelen usarse para indicar que se ha realizado cierto trámite o procedimiento
respecto de determinado artículo; la firma, que es la rúbrica de una persona estampada sobre
una cosa o un docun1ento; los billetes de empresas públicas de transporte, que son las
constancias gráficas (boletos, contrasellas, bonos, etc.) que permiten viajar de un punto a otro
-o transportar equipaje-, a las personas en general. Se trata de empresas públicas de
transporte, esto es, de empresas que pertenecen al Estado o a sus entes descentralizados, ya
sea en propiedad o por administración, y no a empresas de transporte público de pasajeros.

Las conductas típicas descriptas en el inc. 3° han sido explicadas anteriormente, por lo que
remitimos a su lugar. En el caso, debe tratarse de objetos que posean una-individualización
numérica ( o alfanumérica) cuya registración esté requerida por la ley, que permite
identificarlos y distinguirlos de otros objetos.

La Ley Nº 24721 derogó las disposiciones del decreto ley 6582/58 sobre automotores, de
manera que. en la actualidad, la falsificación, alteración o supresión de la numeración
individualizadora de automotores, en cualquiera de las modalidades que estaban previstas en
la norma derogada, quedan comprendidas en el artículo que comentamos. Subjetivamente,
son delitos dolosos de dolo directo, que se consuman cuando se realizan las acciones típicas,
sin que sea necesaria la concurrencia de algún resultado ulterior. La tentativa resulta admisible
en todos los casos.

Restauración de sellos, timbres, marcas y contraseñas inutilizados

ARTICULO 290. - Será reprimido con prisión de quince días a un año, el que hiciere
desaparecer de cualquiera de los sellos, timbres, marcas o contraseñas, a que se refieren los
artículos anteriores, el signo que indique haber ya servido o sido inutilizado para el objeto de
su expedición.-

El que a sabiendas usare, hiciere usar o pusiere en venta estos sellos, timbres, etc.,
inutilizados, será reprimido con multa de pesos setecientos cincuenta a pesos doce mil
quinientos.

El delito consiste, en la primera de sus modalidades, en hacer desaparecer de los sellos,


timbres, marcas y contraseñas a que hacen referencia los artículos anteriores los signos que
indiquen haber sido ya utilizados para el objeto de su expedición. La conducta supone el
borrado de los signos prescriptos, eliminarlos con lavados o recomponer el símbolo que se
empleó para su inutilización, entre otros supuestos (p. ej., borrar el matasellos impreso sobre
una estampilla de correo o de un papel sellado). Los signos son los sellos, firmas o
perforaciones que se emplean para anular estampillas, timbres y billetes. El delito del párr. 2º
se comete cuando se usa el sello, timbre, etc., restaurado (inutilizado), cuando se lo hace usar
por un tercero o cuando se pone en venta el objeto inutilizado. En esta última hipótesis no es
necesario que se produzca efectivamente la venta del objeto; basta el solo ofrecimiento. Los
objetos son los sellos, timbres, marcas y contraseñas a que se refieren los artículos anteriores,
a los que hacemos remisión.

Son delitos dolosos que. por sus propias características subjetivas, requieren dolo directo. La
expresión a sabiendas en1pleada en el 2do. párr. no cambia esta interpretación.

La figura prevista en el párr. 1 se consuma cuando ha quedado concluida la tarea de


restauración del objeto, siendo indiferente que se lo use o no posteriormente. La tentativa
aparece como admisible. El delito del párr. 2° se consuma cuando se usa el sello, timbre, etc.,
restaurado (inutilizado), cuando se lo hace usar por un tercero o cuando se pone en venta el
objeto inutilizado. La doctrina entiende como muy difícil la posibilidad de tentativa.

Agravante

ARTICULO 291. - Cuando el culpable de alguno de los delitos comprendidos en los artículos
anteriores, fuere funcionario público y cometiere el hecho abusando de su cargo, sufrirá,
además, inhabilitación absoluta por doble tiempo del de la condena.-

Se trata de una agravante compleja que requiere la concurrencia de dos circunstancias: que el
autor sea un funcionario público y que actúe abusando del cargo que desempeña (servirse del
cargo para cometer el delito). En estos casos, se aplica la pena adicional de inhabilitación
absoluta por doble tiempo del de la condena impuesta.

FALSIFICACIÓN DE DOCUMENTOS EN GENERAL

Concepto  Art. 77 CP: Para la inteligencia del texto de este Código se tendrán presente las
siguientes reglas: … El término “documento” comprende toda representación de actos o
hechos, con independencia del soporte utilizado para su fijación, almacenamiento, archivo o
transmisión.

Documentos equiparados

ARTICULO 297.- Para los efectos de este Capítulo, quedan equiparados a los instrumentos
públicos los testamentos ológrafos o cerrados, los certificados de parto o de nacimiento, las
letras de cambio y los títulos de crédito transmisibles por endoso o al portador, no
comprendidos en el artículo 285.

Se trata de una equiparación sólo a los fines de la pena, no del delito, circunstancia que tiene
efectos en el ámbito de ]a consumación típica, pues -al no perder su condición de instrumentos
privados- la falsificación de estos documentos podrá dar lugar únicamente a los delitos de
falsificación material y falsificación por supresión, pero no respecto de la falsedad ideológica,
que sólo puede concretarse, en general, con relación a instrumentos públicos. En
consecuencia, será el uso del documento la conducta que tipifique el delito.

La enumeración del artículo es taxativa. Los documentos comprendidos son los testamentos
ológrafos, es decir, los escritos a mano por el testador ( art. 2477 y ss. , CCyCN), y cerrados; los
certificados de parto o de nacimiento, que son documentos incorporados por la Ley Nº 24410,
de 1995; las letras de cambio, que son títulos de crédito formales y completos que contienen
una promesa incondicionada)' abstracta de hacer pagar a su vencimiento al tomador o a su
orden una sum:1 de dinero en lugar determinado, vinculando solidariamente a todos los que
en ella intervienen (decr. ley 5965/63, ratificado por Ley Nº 16478); los títulos de crédito
transmisibles por endoso o al portador, no comprendidos en el art. 285, que engloba a otros
documentos que no están incluidos en éste~ entre los que puede mencionarse a los vales o
pagarés, giros bancarios, postales o telegráficos, debentures, warrants, boletas de empeño,
acciones de compañías mercantiles, facturas de crédito, certificados transferibles de depósito a
plazo fijo y certificados de embarque, y los cheques de particulares.
Característica común a los tipos de falsedad documental. Excepción

Todas las formas de falsedad previstas en el Capítulo III del Título XII del Código Penal
contienen como exigencia típica el requisito de que de la falsedad pueda resultar perjuicio
(posibilidad de afectación de otros bienes jurídicos distintos de la fe pública.). Esta condición
del tipo objetivo se aprecia en los delitos de los arts. 292, 293 y 294, esto es, en la falsedad
material, en la falsedad ideológica y en la falsedad impropia. La excepción está dada en el
delito de falso certificado médico, previsto en el art. 295, cuya dinámica comisiva exige la
producción de un perjuicio efectivo. Con otros términos, la consumación típica exige un
desdoblamiento de la figura: acción falsificadora más posibilidad de perjuicio. De lo expuesto
puede afirmarse que, en la generalidad de los casos, estamos frente a infracciones de pura
actividad y de peligro concreto, que exigen la posibilidad de afectación de un bien jurídico
distinto de la fe pública. Este perjuicio potencial al bien jurídico se constituye, por tal
circunstancia, en el límite mínimo de la tipicidad.

Falsedad material

ARTICULO 292.- El que hiciere en todo o en parte un documento falso o adultere uno
verdadero, de modo que pueda resultar perjuicio, será reprimido con reclusión o prisión de
uno a seis años, si se tratare de un instrumento público y con prisión de seis meses a dos
años, si se tratare de un instrumento privado.

Si el documento falsificado o adulterado fuere de los destinados a acreditar la identidad de


las personas o la titularidad del dominio o habilitación para circular de vehículos
automotores, la pena será de tres a ocho años.

Para los efectos del párrafo anterior están equiparados a los documentos destinados a
acreditar la identidad de las personas, aquellos que a tal fin se dieren a los integrantes de las
fuerzas armadas, de seguridad, policiales o penitenciarias, las cédulas de identidad
expedidas por autoridad pública competente, las libretas cívicas o de enrolamiento, y los
pasaportes, así como también los certificados de parto y de nacimiento.

El delito consiste en hacer, en todo o en parte, un documento falso o en adulterar uno


verdadero. Hacer en todo un documento falso consiste en crear, fabricar, confeccionar, etc., un
documento y atribuírselo a una persona distinta del otorgante. La creación total de un
documento falso implica la falsificación de sus signos de autenticidad. El documento
totalmente falso es aquel en el que se falsifica la autenticidad o autoría y con ello la genuinidad
de un documento, lo cual se puede realizar atribuyendo la manifestación a alguien que no es su
autor, o atribuyendo la manifestación propia a una persona supuesta (nombre ideal o
inventado). La falsificación total de un documento requiere una tarea de imitación "completa"
de los signos de autenticidad del modelo (escritura, firma, sellos, etc.), es decir que deben
crearse no sólo su tenor y otorgársele una identidad al sujeto a quien se le atribuye, sino
también los demás elementos que hacen que el documento sea tal. El documento es
verdadero, pero sus agregados son falsos. Hacer parcialmente un documento falso admite,
como conducta falsaria, que sea tanto el propio autor del acto genuino el que produzca el acto
falso (p. ej., agregando textos, circunstancias falsas) como un tercero (v. gr., llenando espacios
en blanco, completando un documento). En cualquier caso, el documento debe ser genuino o
legítimo y tanto en la creación total o parcial de un documento falso, se requiere de una tarea
imitativa (falsificación imitando los signos de autenticidad). La adulteración de un documento
verdadero implica la existencia de un documento auténtico o genuino, pero falso en su
significación. El autor trabaja sobre un documento existente y verdadero, introduciéndole
modificaciones a su tenor. La alteración debe dejar subsistente el documento originario, no
obstante la adulteración y cambio de su tenor. La hipótesis de adulteración admite, a diferencia
de la falsificación, que la conducta pueda ser realizada por el otorgante.

Por regla general, puede ser autor de falsedad material cualquier persona, incluso un
funcionario público. Pero, hay que distinguir. Si se trata de la creación total de un documento
falso, autor sólo puede ser un tercero distinto del otorgante, puesto que si el autor de la
falsedad fuera el otorgante, el documento será siempre genuino, es decir, representará lo que
él ha manifestado, independientemente de que sea o no verdad lo que dijo. Por el contrario, si
la falsedad es parcial, autor puede ser cualquiera, incluso el propio otorgante. Si se trata de
instrumento público, sujeto activo puede ser aun el fedatario que ha intervenido en él. Sujeto
pasivo, en cambio, puede ser cualquier persona.

Subjetivamente, el delito es doloso, de dolo directo. Con respecto al momento consumativo,


hay que distinguir. Si se trata de documentos públicos, la consumación típica coincidirá con la
acción material, esto es, hacer en todo o en parte el instrumento público, pues es en dicho
momento en que surge la posibilidad del perjuicio al bien jurídico. Si se trata, por el contrario,
de un instrumento privado, la falsedad se consumará cuando se utilice o emplee el documento
falsificado. De ello surge que la falsificación de un instrumento privado sin su uso posterior no
concreta el delito del art 292, ni ningún otro. La tentativa, en general, no ha sido admitida.

Figuras específicas de falsificación material

Las Leyes Nº 20642 y 21766 han introducido los párr. 2ºy 3º, respectivamente, del art. 292,
incorporando ciertos objetos de protección y la Ley Nº 24410, de 1995, por su parte, incluyó en
el párr. 3° los certificados de parto y de nacimiento. Con este mecanismo quedaron
equiparados a los instrumentos públicos los documentos destinados a acreditar la identidad de
las personas o la titularidad del dominio o habilitación para circular de vehículos automotores y
los certificados de parto y de nacimiento.

Falsedad ideológica

ARTICULO 293.- Será reprimido con reclusión o prisión de uno a seis años, el que insertare o
hiciere insertar en un instrumento público declaraciones falsas, concernientes a un hecho
que el documento deba probar, de modo que pueda resultar perjuicio.

Si se tratase de los documentos o certificados mencionados en el último párrafo del artículo


anterior, la pena será de 3 a 8 años.

La falsedad ideológica puede ser definida como aquella declaración falsa contenida en un
instrumento auténtico. En esta clase de falsedades, no se afectan los signos de autenticidad del
documento, que siguen siendo genuinos, sino su veracidad, es decir, la propia realidad que
materializa el instrumento. Se trata, en suma, de un documento que en sus formas es auténtico
pero que en su contenido es falso.

El delito consiste en insertar o hacer insertar declaraciones falsas relativas a un hecho que el
instrumento debe probar. Insertar quiere decir incluir en el documento declaraciones que no
son verdaderas, conducta que puede llevarse a cabo únicamente por quien extiende el
documento. Sólo inserta el oficial público que está cumpliendo su función de autenticar el
documento. En este supuesto, e] autor (el fedatario) da fe de un hecho que no ocurrió en su
presencia o que, si ocurrió, lo ha sido de un modo diferente al que se materializa en el
documento. Hacer insertar implica orientar la conducta a que una persona (el otorgante del
acto) logre (haga insertar) que otra persona (el fedatario) introduzca en el documento
declaraciones falsas. Esta modalidad de la acción no puede ser cometida por el particular solo,
dado que se trata de una conducta compuesta, que requiere la contribución de otra persona
(en el caso, el funcionario público que da fe del acto pasado en su presencia). Se trata,
entonces, de una infracción con muchas semejanzas con los delitos de acción doble, una de
ellas realizada por quien hace insertar y la otra realizada por quien inserta. La conducta, sin
embargo, sólo será punible en la medida en que exista un "deber de decir verdad" por parte
del otorgante. Si tal deber no existe, no hay el delito. No se trata de castigar la mentira en sí
misma, ni siquiera -como se tiene dicho- la mentira por escrito (Bacigalupo ), por cuanto el
legislador no ha creado ni impuesto un deber genérico de veracidad o de declarar verazmente.
En el caso de los funcionarios públicos, esta obligación está ínsita en la propia función que
desempeñan, pero en el caso de los particulares sólo podrá tratarse de una obligación jurídica,
esto es, que tenga su fuente en la ley. De lo contrario, el delito no podrá ·concretarse.

Los medios de comisión del delito en esta modalidad pueden ser de los más variados, por
simples mentiras, engaños fraudulentos, empleo de coacción u otro medio intimidatorio, entre
otras hipótesis. Por supuesto que el fedatario no cometerá el delito si actúa bajo el influjo de
un medio intimidatorio, así como tampoco cuando lo hace por error o ignorancia. En síntesis, la
punibilidad de estas acciones depende de la concurrencia de las siguientes condiciones: que
dichas declaraciones sean concernientes a un hecho que el instrumento deba probar, y que de
la conducta falsaria surja la posibilidad de perjuicio. Son objetos del delito, únicamente, los
instrumentos públicos, dado que son los únicos dotados de la garantía de la fe pública y con
respecto a hechos que esta clase de documentos deben probar erga omnes, esto es, oponibles
a terceros. Excepcionalmente, la ley .incluye en la categoría de la falsedad ideológica la
falsificación de ciertos instrumentos privados, como son, por ejemplo, el falso certificado (art.
295) y las facturas de crédito (art. 298 bis).

Con respecto al sujeto activo, hay que distinguir. Si la acción consiste en "insertar", sólo puede
ser sujeto activo el oficial público, por cuanto sólo él posee competencia para garantizar la
expedición de documentos que gozan de fe pública. Si la acción consiste en "hacer insertar",
por el contrario, sujeto activo puede ser cualquier persona, pero no toda persona en general,
sino sólo aquella en quien la ley pone a cargo la obligación de veracidad. Se trata de un deber
jurídico de realizar una declaración veraz, es decir, de una declaración impuesta
normativamente. La declaración falsa hecha por un particular ante un oficial público encargado
de constatarla documentalmente, por regla general, es impune. El otorgante y los testigos
responden, como tenemos dicho, cuando concurre en ellos la obligación jurídica de decir la
verdad ante el oficial público. El delito es doloso, compatible sólo con el dolo directo, que se
consuma cuando ha quedado perfeccionado el instrumento público con todos sus signos de
autenticidad. La tentativa no parece admisible.

Omisión funcional culposa relativa al abigeato

ARTICULO 293 bis.- Se impondrá prisión de UNO (1) a TRES (3) años al funcionario público
que, por imprudencia o negligencia, intervenga en la expedición de guías de tránsito de
ganado o en el visado o legalización de certificados de adquisición u otros documentos que
acrediten la propiedad del semoviente, omitiendo adoptar las medidas necesarias para
cerciorarse de su procedencia legítima.

El delito es complejo y no consiste en no adoptar las medidas necesarias tendientes a verificar


la procedencia legítima del ganado (que podría configurar una infracción de naturaleza
administrativa), sino en intervenir en la expedición de ciertos documentos (guías de tránsito,
documentos acreditadores de la propiedad del semoviente, etc.). omitiendo adoptar las
medidas necesarias para determinar la procedencia lícita del ganado que están impuestas por
una legislación extrapenal. Se trata -como se puede apreciar- de un tipo de omisión impropia
que pune al agente por haber infringido el deber de evitar el resultado lesivo al bien jurídico
tutelado y cuya preservación le ha sido confiada por el Estado.

Sujeto activo sólo puede ser cometido por un funcionario público con competencia para
intervenir en la expedición de documentos relacionados con el tráfico ganadero. El delito es
culposo que admite todas las formas de culpa (ver art. 84). Por tratarse de un delito de peligro
abstracto, la consumación con la omisión de verificación sobre la procedencia legítima del
ganado. La tentativa no resulta admisible.

Falsedad por supresión

ARTICULO 294. - El que suprimiere o destruyere, en todo o en parte, un documento de modo


que pueda resultar perjuicio, incurrirá en las penas señaladas en los artículos anteriores, en
los casos respectivos.

Si en los delitos que hasta aquí hemos estudiado lo falso provenía de la presentación de lo no
verdadero corno verdadero, en el que ahora comenzamos a estudiar lo falso se constituye por
la "ocultación de lo verdadero", mediante la desaparición de la fuente de verdad conformada
por el documento que se suprime. El delito consiste en destruir (hacer desaparecer el
documento, rompiéndolo, borrando su contenido, etc.) o suprimir (tornar imposible su
utilización, ya sea porque lo oculta, no lo exhibe o no lo entrega en el momento oportuno,
impide su localización, etc.) total o parcialmente, un documento de modo que pueda resultar
perjuicio. Lo que realmente importa es que la conducta haya afectado lo '"esencial" del
documento, esto es, lo que éste representa jurídicamente. La destrucción o supresión puede
recaer sobre documentos públicos o privados. Pero, es requisito de la tipicidad que las acciones
recaigan sobre un documento genuinamente verdadero. La supresión o destrucción de un
documento falso sólo puede constituir un delito contra la Administración (art. 255, Cód. Penal).

Es un delito doloso que puede ser cometido por cualquier persona. El objeto puede ser un
documento, público o privado. En cualquier caso, resulta exige la posibilidad de perjuicio
(potencial). Por tratarse de un delito de peligro y de pura actividad, la consumación coincide
con la realización de las acciones típicas. La opinión más extendida rechaza la posibilidad de la
tentativa.

Certificado médico falso

ARTICULO 295. - Sufrirá prisión de un mes a un año, el médico que diere por escrito un
certificado falso, concerniente a la existencia o inexistencia, presente o pasada, de alguna
enfermedad o lesión cuando de ello resulte perjuicio.

La pena será de uno a cuatro años, si el falso certificado debiera tener por consecuencia que
una persona sana fuera detenida en un manicomio, lazareto u otro hospital.
El precepto contempla, como excepción a la regla general, dos formas de falsedad ideológica
en instrumento privado, pero que, en cualquier caso, ]a falsedad debe recaer sobre un
documento genuino o auténtico. Lo falso del certificado es su contenido; por ello la falsedad es
ideológica.

El delito consiste en dar (otorgar) por escrito un certificado médico falso, esto es, una
constancia escrita, extendida por un médico diplomado, en el que se hace constar la existencia
o inexistencia de una enfermedad o lesión de cualquier clase, su tiempo de curación o
tratamiento, o cualquier otra circunstancia relacionada con el suceso que se afirma. Debe
tratarse de una constancia "escrita” que no debe confundirse con la historia clínica que
redactan y suscriben los médicos, la cual es un documento pero no un certificado médico. Se
trata de una figura que exige la concurrencia de un daño efectivo (real, de cualquier clase,
patrimonial o no), en la propia persona que se indica en el falso ·certificado o en un tercero. El
certificado médico debe hacer referencia a la existencia o inexistencia, presente o pasada, de
una enfermedad o lesión padecida por una persona determinada. Sujeto activo sólo puede ser
un médico diplomado y habilitado para el ejercicio de la profesión. La infracción es dolosa, que
admite el dolo eventual y se consuma con la producción del perjuicio. La tentativa, aunque
difícilmente imaginable, puede resultar admisible.

El delito se agrava si se extiende un certificado médico, concerniente a la existencia o


inexistencia, presente o pasada, de una enfermedad o lesión, que debiera tener como
consecuencia que una persona sana fuera detenida en un manicomio (instituto de salud
mental), lazareto (lugar de internación ~e personas que han contraído enfermedades
contagiosas y peligrosas, por ej. casa de cuarentena) u otro hospital ( destinado a la curación
de personas). El delito es doloso, de dolo directo. Tratándose de un delito de peligro, no
requiere para su consumación la efectiva causación de un perjuicio, sino que es suficiente con
que concurra concreta posibilidad de que una persona sea internada en alguno de los
establecimientos enunciados en la norma. Si la internación efectivamente se produce, la figura
concurrirá idealmente con el delito de privación ilegal de la libertad personal. La tentativa no
parece admisible.

Uso de documento falso

ARTICULO 296. - El que hiciere uso de un documento o certificado falso o adulterado, será
reprimido como si fuere autor de la falsedad.

El delito consiste en hacer uso de un documento falso en el tráfico jurídico, sea público o
privado, nacional o extranjero, y de acuerdo con su destino probatorio. No se castiga el mero
uso, sino el empleo del documento en el tráfico jurídico. De aquí que queda excluido como
acto de uso el empleo impropio del documento, p.ej., su exhibición privada a un tercero por
puro fin de vanagloria.

Es una figura autónoma, en la que sujeto activo puede ser cualquier persona, siempre que no
se trate del propio falsificador. El uso del documento o certificado falso adulterado por el
mismo autor de la falsificación o adulteración es un acto posterior impune. El delito es doloso,
de dolo directo, y se consuma con el uso del documento o certificado falso o adulterado, de
modo que pueda resultar perjuicio, el cual debe derivar de la forma en que el documento falso
fue utilizado, es decir, de su empleo en el tráfico jurídico y no del que es propio de la conducta
falsaria. La tentativa es generalmente rechazada por la doctrina.
Documentos equiparados

ARTICULO 297.- Para los efectos de este Capítulo, quedan equiparados a los instrumentos
públicos los testamentos ológrafos o cerrados, los certificados de parto o de nacimiento, las
letras de cambio y los títulos de crédito transmisibles por endoso o al portador, no
comprendidos en el artículo 285.

Los documentos enunciados en la norma no son instrumentos públicos, sino instrumentos


privados equiparados a aquéllos por disposición de la ley. Por consiguiente, la falsedad que
sobre ellos puede cometerse es únicamente la falsedad material del art. 292, puesto que la
falsedad ideológica prevista en el art. 293, - con la salvedad hecha en el art. 295 respecto del
falso certificado médico -, atañe solamente a los instrumentos públicos. La equiparación es a
los efectos de la pena, no del delito. Se trata de una enumeración taxativa, que elimina la
posibilidad de que otros documentos, aunque similares, puedan incluirse en la equiparación.
Los documentos privados a que hace referencia el precepto son los testamentos ológrafos o
cerrados, los certificados de parto o de nacimiento, las letras de cambio y los títulos de crédito
trasmisibles por endoso o al portador, no comprendidos en el art. 285. La cuestión relativa a los
“cheques” quedó resuelta por la reforma de la Ley Nº 25.930, en el sentido de que los cheques
“de todo tipo” (públicos o privados, incluidos los de viajero) se deben considerar actualmente
comprendidos en el art. 285 y no en el art. 297.

Penalidad para los funcionarios públicos

ARTICULO 298. - Cuando alguno de los delitos previstos en este Capítulo, fuere ejecutado por
un funcionario público con abuso de sus funciones, el culpable sufrirá, además, inhabilitación
absoluta por doble tiempo del de la condena.

La disposición contempla una situación de mayor penalidad para los funcionarios públicos que,
con abuso de sus funciones, cometan los delitos previstos en este Capítulo.

Falsedad en facturas de crédito

ARTICULO 298 bis. - Quienes emitan o acepten facturas de crédito que no correspondan a
compraventa, locación de cosas muebles, locación de servicios o locación de obra realmente
contratadas, serán sancionados con la pena prevista en el artículo 293 de este Código. Igual
pena les corresponderá a quienes injustificadamente rechacen o eludan la aceptación de
factura de crédito, cuando el servicio ya hubiese sido prestado en forma debida, o
reteniendo la mercadería que se le hubiere entregado.

La factura de crédito es un instrumento privado ( equiparado a los instrumentos públicos) y


escrito; un título valor o de crédito, también denominado "título circulatorio~', por medio del
cual se ejerce el derecho literal y autónomo que en él se menciona.

El tipo penal describe dos formas delictivas: la emisión o aceptación de facturas de crédito que
no correspondan a las operaciones previstas en la ley, y el rechazo o negativa injustificada de
aceptación de una factura de crédito cuando el servicio ya se hubiese realizado o retenido la
mercadería entregada.

1) La primera modalidad delictiva consiste, entonces, en emitir o aceptar una factura de crédito
sobre operaciones distintas de las previstas expresamente en la ley. Debe tratarse de una
operación "ficticia", esto es, en la que la finalidad perseguida por ambos contratantes sea la de
beneficiar a una de las partes ( el vendedor o locador -acreedor-), generando un derecho
creditorio que nace de una operación simulada o fraudulentamente concertada. Se trata de un
tipo especial, que sólo puede ser cometido por el vendedor o locador denominado emisor o
librador (es el acreedor de la operación), y el comprador o locatario, que es el deudor obligado
al pago y el creador jurídico-o cambiarlo del documento, que debe aceptarlo. La infracción es
dolosa y de pura actividad, que se consuma con la realización de las acciones típicas, sin
requerir daño patrimonial alguno. La tentativa no parece admisible.

2) La segunda modalidad consiste en rechazar o eludir, "injustificadamente", la aceptación de


una factura de crédito, cuando ya se hubiera recibido la mercadería objeto de la compraventa y
se la retuviera, o cuando el servicio ya se hubiese prestado en la manera debida, o entregado la
obra o la cosa objeto de la locación. El tipo penal presupone la concurrencia de una operación
"real", es decir, de una factura de crédito emitida conforme a la ley y que represente una
compraventa o una locación existente, no simulada. y el deudor no la acepte o eluda su
aceptación sin motivo alguno, cuando ya ha recibido el servicio o retiene la mercadería. Es un
delito especial, pero su autor sólo puede ser el comprador o locatario de la operación, que es
quien debe aceptar la factura de crédito correctamente emitida por el vendedor o locador. Si
no lo hace, comete el delito que estamos analizando. Se trata, como en el supuesto anterior, de
una infracción dolosa, de pura actividad, que se consuma con el rechazo de la aceptación de la
cambial o la actividad enderezada a eludir el rechazo. La tentativa no resulta admisible.

DISPOSICIONES COMUNES A LOS CAPÍTULOS PRECEDENTES

ARTICULO 299. - Sufrirá prisión de un mes a un año, el que fabricare, introdujere en el país o
conservare en su poder, materias o instrumentos conocidamente destinados a cometer
alguna de las falsificaciones legisladas en este Título.-

Se trata de una excepción a la regla general de no punibilidad de los actos preparatorios. Por la
técnica de configuración de estos delitos, modernamente se los reconoce como "delitos de
posesión o de tenencia", que se caracterizan -en general- por el mero hecho de tener un objeto
peligroso o de objetos idóneos o que sólo sirven para cometer delitos.

El delito consiste en fabricar ( construir, crear, confeccionar, modificar el objeto ya construido,


etc.), introducir en el país (desde afuera hacia adentro de las fronteras nacionales) o conservar
en el propio poder (tener, mantener la cosa en el propio ámbito de disponibilidad), "materias"
(sustancias que se utilizan en la tarea falsificadora (p. ej., papel, tinta, metales), o
"instrumentos" (piezas, máquinas, aparatos o elementos que se aplican en la actividad
falsaria). Sin embargo, no es suficiente con que se empleen estos elementos en la actividad
delictiva, sino que debe tratarse -como exigencia típica- de objetos conocidamente destinados
a cometer alguna de las falsificaciones, esto es, notoriamente conocido para el común de la
gente como objeto destinado a esa finalidad. De lo contrario, el hecho escaparía a la tipicidad.
La infracción es dolosa, de dolo directo, pudiendo cometerla cualquier persona. Se trata de un
delito de peligro abstracto y de pura actividad, que se consuma con la realización de las
acciones típicas de fabricar, introducir o tener el objeto destinado a la falsificación.
DE LOS FRAUDES AL COMERCIO Y A LA INDUSTRIA

Agiotaje (inc. 1)

ARTICULO 300. - Serán reprimidos con prisión de seis (6) meses a dos (2) años:

1º. El que hiciere alzar o bajar el precio de las mercaderías por medio de noticias falsas,
negociaciones fingidas o por reunión o coalición entre los principales tenedores de una
mercancía o género, con el fin de no venderla o de no venderla sino a un precio
determinado.

2º. El fundador, director, administrador, liquidador o síndico de una sociedad anónima o


cooperativa o de otra persona colectiva, que a sabiendas publicare, certificare o autorizare
un inventario, un balance, una cuenta de ganancias y pérdidas o los correspondientes
informes, actas o memorias, falsos o incompletos o informare a la asamblea o reunión de
socios, con falsedad, sobre hechos importantes para apreciar la situación económica de la
empresa, cualquiera que hubiere sido el propósito perseguido al verificarlo.

El delito consiste en hacer alzar o hacer bajar el precio de las mercaderías, fondos o valores,
por los medios expresamente previstos en la disposición y con la finalidad de no venderlas o de
no venderlas sino a un precio determinado. No se trata de castigar la simple acción de no
vender una mercadería o de venderla a un precio determinado. Esta conducta, en la medida en
que allí se detenga, es lícita. El delito reside en realizar la acción por los medios expresamente
establecidos en la norma ("noticias falsas", "negociaciones fingidas" o "coalición entre los
principales tenedores").

Noticias falsas son aquellos hechos, sucesos o acontecimientos falsos (no ocurridos u ocurridos
de manera diferente) cuya difusión tiene incidencia en el valor de las cosas, o sea, que las
noticias falsas deben haber sido difundidas con la finalidad de producir una alteración en los
precios corrientes en el mercado. Son ejemplos de noticias falsas las referidas a la pérdida de
una cosecha, al cierre de la importación o exportación, al cierre de bancos, a la quiebra de
empresas, o a la factibilidad de disturbios militares, entre otras, cuando no son ciertas.
Negociaciones fingidas son aquellas operaciones inexistentes o simuladas que tienen influencia
decisiva en las variables de la oferta y la demanda. Son maniobras enderezadas a producir el
aumento del valor de un producto y que, por sus características, resultan peligrosas para el
mundo de los negocios. La reunión o coalición entre los principales tenedores de una
mercadería o género es la fusión, pacto o acuerdo entre los comerciantes, fabricantes. o
productores más importantes de una comunidad para controlar los precios de los productos.
Se trata de una maniobra agiotista dirigida a alterar los precios de las mercaderías o géneros de
que se trate. Es la especulación de los grandes capitalistas en perjuicio de los comerciantes más
débiles. El delito se comete tanto por el empleo de uno solo o de todos los medios enunciados
por el precepto. Lo que importa es que la utilización de estos medios produzca la alteración de
los precios de las mercaderías, fondos o valores. El tipo no exige una variación de los precios de
los productos en todo el territorio nacional; es suficiente con que se produzca en regiones o
lugares determinados.

Los objetos sobre los que puede recaer el delito son las mercaderías, los fondos públicos o
valores. Las mercaderías son toda clase de efectos susceptibles de expendio; los fondos
públicos son los títulos de la deuda pública nacional, provincial o municipal; los valores son los
títulos valores que -no siendo emitidos por la Nación, las provincias o las municipalidades, los
entes autárquicos o las empresas del Estado- pueden ser objeto de oferta pública y de
operaciones en las bolsas o mercados de comercio. La amplitud del artículo parecería abarcar
toda clase de efectos que estén a la venta.

La doctrina discute sobre quién puede ser autor de este delito. Para algunos autores, sólo
puede serlo el tenedor de mercaderías, fondos públicos o valores; para otros, por el contrario,
cualquiera puede ser autor en los supuestos de difusión de noticias falsas y negociaciones
fingidas. Si bien la ley no hace distinción al respecto para ningún supuesto, parecen tener razón
quienes piensan que en las dos primeras modalidades delictivas previstas en el art. 300, inc. 1 ,
estamos frente a un delito común, cuya autoría puede ser atribuida a cualquier persona,
incluso a quienes no fueran a beneficiarse por el alza o baja de los precios. El tercer supuesto,
en cambio, se trata de un tipo especial de autor cualificado, dado que sólo puede serlo quien
sea tenedor principal de mercaderías, fondos o valores.

Se trata de un delito doloso, compatible sólo con el dolo directo. El motivo es indiferente: tanto
puede ser el fin de lucro como otro cualquiera. Pero el dolo no es suficiente, el tipo exige la
concurrencia de un particular elemento subjetivo: la finalidad de no vender el producto, fondo
o valor o de venderlos a un precio determinado. La ausencia de este elemento subjetivo
determina la desaparición del delito. Es un delito de resultado que exige el alza o baja de los
precios. Cuando se concreta este resultado, el delito está consumado La ·tentativa es
admisible.

Ofrecimiento fraudulento de efectos (no sé de donde sale este inc.2, no esta dispuesto en el
código).

El delito está previsto en el inc. 2° del art. 300 del Cód. Penal que dice:

“ al que ofreciere fondos públicos o acciones u obligaciones de alguna sociedad o persona


jurídica, disimulando u ocultando hechos o circunstancias verdaderas o afirmando o haciendo
entrever hechos o circunstancias falsas”.

En este delito la acción típica es la de ofrecer -esto es, proponer, sugerir, invitar-, públicamente,
la realización de un acto jurídico (p. ej., una venta o una suscripción) respecto de los objetos
enunciados en el texto legal. El ofrecimiento no es a persona determinada, sino que debe ser
hecho al público en general. Se trata de una oferta con destinatario indeterminado. Sin
embargo, la conducta es delictiva sólo en la medida en que la oferta vaya acompañada de una
actividad disimuladora o de ocultamiento de hechos o circunstancias verdaderas, o cuando el
autor afirma o da a entender hechos o circunstancias falsas que inciden en el valor de los
títulos.

La oferta puede realizarse por cualquier medio de difusión, en centros bursátiles o fuera de
ellos, pero lo que realmente importa es que llegue a un número indeterminado de personas. La
oferta privada no tipifica este delito. sin perjuicio de que con ella pueda llegar a cometerse
alguno contra la propiedad (por ej., estafa).

Los objetos son los fondos públicos, acciones de capital de una persona jurídica (SA, SRL, etc.) u
obligaciones de alguna sociedad ( están comprendidos los debentures y las obligaciones
negociables). Sujeto activo del delito puede ser cualquier persona Se trata de un delito común
de autoría indiferenciada Por lo tanto, son posibles todas las formas de autoría y participación.
La infracción es dolosa, compatible únicamente con el dolo directo, y se consuma con el
ofrecimiento mentiroso de los efectos descriptos en el precepto legal, sin que resulte necesario
que se haya logrado la colocación o venta de tales objetos, o que el acto jurídico de que se
trate quede perfecto. Se trata, por lo tanto, de un tipo de pura actividad y de peligro, que no
admite la tentativa.

Balance o informe falso (acá el inc. 3 que se refiere el libro, en realidad es el inc.2, ya que no
hay tal INC. 3)

El delito está previsto en el inc. 3º del art. 300 del Cód. Penal. La norma persigue garantizar el
derecho a una correcta información de los socios, acreedores y terceros, que deben reflejarse
en documentos claros y exactos, derecho que se corresponde con el deber de los empresarios
de llevar una contabilidad ordenada y fiel, pues las leyes comerciales establecen normas
específicas que regulan cómo es la forma para llevar la contabilidad, Y su observancia permite
conocer a ciencia cierta la marcha de las operaciones, la situación de los negocios y su
rendimiento en interés de los socios, los acreedores y el propio Estado (Romero Villanueva).

Las conductas típicas son de diverso signo: publicar, certificar o autorizar un inventario, un
balance, una cuenta de ganancias y pérdidas, o los correspondientes informes, actas o
memorias, falsos o incompletos, o informar a la asamblea o reunión de socios sobre hechos
importantes para apreciar la situación económica de la empresa. La publicación se concreta
cuando el balance el inventario, la cuenta de ganancias y pérdidas, los informes, etc., falsos,
incompletos, llegan a un número indeterminado de personas que son sus destinatarios, de
acuerdo con las formalidades previstas en la ley o en los estatutos sociales; la certificación
consiste en dar fe, otorgar veracidad, al contenido de estos objetos, sabiendo de su falsedad; la
autorización consiste en aprobar el acto realizado, en la forma establecida por la ley o por los
estatutos sociales.

El informe a la asamblea o reunión de socios se traduce en una puesta en conocimiento, en


forma oral o escrita, de datos o circunstancias importantes relacionados con la situación
económica de la empresa. En esta última modalidad (informe falso o reticente), la figura
admite no sólo la inserción inexacta de un dato en el balance, sino también el ocultamiento de
la información como una forma de cometer el delito. Pero no toda información u ocultamiento
de ella sea en forma total o parcial, implica de por sí el delito. Para ello, es necesario que la
falsedad o reticencia recaigan sobre hechos importantes para apreciar la situación económica
de la empresa; de lo contrario, la falsedad escapará a la tipicidad. De igual modo, el informe
debe haber sido brindado a la asamblea o reunión de socios y no a cualquier otro órgano de la
empresa. La pluralidad de conductas delictivas por parte del mismo sujeto no multiplica el
delito. La infracción sigue siendo única cuando se trate del mismo ejercicio financiero.

La acción típica debe recaer sobre alguno de los objetos descriptos en la norma penal: un
inventario, un balance, una cuenta de ganancias y pérdidas, o bien informes, actas o memorias.
Estos objetos son elementos normativos del tipo penal, cuyas características y definición están
suministrados por la ley extrapenal. Sujeto activo sólo puede ser el fundado, director,
administrador, liquidador o sindico de una sociedad anónima o cooperativa o de otra persona
colectiva. Se trata de un delito especial propio, que sólo puede ser cometido por un autor que
reúna la cualidad exigida por la norma penal.
En cualquiera de las modalidades típicas previstas en el art. 300, inc. 3º, del Cód. Penal, se trata
de figuras dolosas que admiten, únicamente, el dolo directo. La expresión "a sabiendas" no
admite otra interpretación. El delito admite cualquier finalidad distinta del dolo: puede ser una
finalidad patrimonial como de cualquier otra naturaleza. La frase final del artículo ( cualquiera
que hubiere sido el propósito perseguido al verificarlo) no presenta duda alguna en este
aspecto. Por tratarse de un delito de pura actividad, la consumación coincide con la realización
de las respectivas acciones típicas, esto es, con la publicación, la autorización, la certificación o
el informe del balance, las cuentas de ganancias y pérdidas, las memorias, entre otras. No se
requiere la producción de ningún perjuicio patrimonial. Es un delito de acción por comisión,
que no admite la tentativa.

Autorización de actos indebidos

ARTICULO 301. - Será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el director, gerente,
administrador o liquidador de una sociedad anónima, o cooperativa o de otra persona
colectiva que a sabiendas prestare su concurso o consentimiento a actos contrarios a la ley o
a los estatutos, de los cuales pueda derivar algún perjuicio. Si el acto importare emisión de
acciones o de cuotas de capital, el máximo de la pena se elevará a tres años de prisión,
siempre que el hecho no importare un delito más gravemente penado.

El delito consiste en prestar el concurso o el consentimiento para la realización de actos


contrarios a la ley o a los estatutos, en el marco de una persona jurídica de las que se
encuentran enunciadas en la norma. Se trata de acciones alternativas que convergen en una
misma conducta: prestar la colaboración para llevar a cabo los actos ilegales o contrarios al
estatuto societario, de los cuales pueda derivar algún perjuicio.

Para un sector doctrinal, el tipo no se satisface con la simple inactividad, aun en la forma del
consentimiento (Núñez, Fontán Balestra); para otros, por el contrario, es admisible el
consentimiento omisivo, puesto que la acción (positiva u omisiva) tiene que versar sobre un
acto que se oponga a las reglamentaciones (Creus, Navarro). El tipo requiere la concurrencia de
un elemento normativo: que el acto sea contrario a la ley o a los estatutos de la sociedad.
Incluso, las conductas no son típicas en sí mismas sino que la tipicidad se verá concretada
cuando, además de ser contrarias a la ley o a los estatutos, de ellas pueda derivar algún
perjuicio, el cual -según lo pone de relieve la doctrina más extendida-puede ser de cualquier
naturaleza, no sólo de contenido patrimonial (Creus, Breglia Arias).

Autores de este delito sólo pueden ser el director, gerente, administrador o liquidador de una
sociedad anónima, o cooperativa o de otra persona colectiva, sea que ejerzan una función
permanente o transitoria en el ente colectivo, es decir, que comprende tanto a los titulares de
la función como a sus ocasionales reemplazantes. En opinión de Creus -cuyo criterio
compartimos- el precepto debe ser entendido como limitado a las personas colectivas que
realizan actos que son negocios jurídicos regidos por la ley comercial, pues sólo si las personas
jurídicas son de naturaleza comercial los actos ilegales de sus representantes, según lo exige el
epígrafe del Capítulo V, pueden lesionar el desenvolvimiento del comercio o de la industria. Se
trata de un delito doloso, que admite únicamente el dolo directo. La expresión a sabiendas no
modifica esta interpretación.

La modalidad agravada está prevista en la parte final de la disposición, cuando dice que "si el
acto importare la emisión de acciones o de cuotas de capital, el máximo de la pena se elevará a
tres años de prisión". El tipo agravado es, sin embargo, subsidiario, pues la propia ley expresa
que se aplicará la mayor penalidad, "siempre que el hecho no importare un delito más
gravemente penado". Por lo tanto, si el hecho que describe la norma configura el modo
comisivo de un delito más grave, éste será de aplicación.

Organización y explotación de juegos de azar

ARTICULO 301 bis.- Será reprimido con prisión de tres (3) a seis (6) años el que explotare,
administrare, operare o de cualquier manera organizare, por sí o a través de terceros,
cualquier modalidad o sistema de captación de juegos de azar sin contar con la autorización
pertinente emanada de la autoridad jurisdiccional competente.

El delito fue introducido por la Ley 27.346 de 2016 en el marco de una reforma de gran calado
al régimen de impuesto a las ganancias y otros tributos, pero, sorprendentemente, fue ubicado
entre los delitos contra la fe pública cuando, en rigor de verdad, el bien jurídico protegido poco
y nada tiene que ver con las falsedades y falsificaciones de documentos o cosas, sino más bien
con el flujo de dinero público que es escamoteado al Estado (desvío de fondos públicos:
Aboso), al margen de la ley, en el ámbito de sus facultades recaudatorias (se protege el normal
desenvolvimiento del sector del tráfico negocial relacionado con los juegos de azar que se ve
opacado cuando se desarrollan actividades de este tipo al margen de las autorizaciones
estatales correspondientes, lo que los convierte en ilegales: Vezzaro-Vairoletti).

El delito consiste en explotar (obtener alguna utilidad o provecho de carácter económico),


administrar (gobernar, dirigir, manejar, cuidar, etc., la actividad ilegal), operar ( comprende
todo tipo de negociaciones o actividades (por ej. compra de cosas) relacionas o vinculadas con
el juego, aunque también e] concepto podría quedar abarcado por la voz "administración") o
en organizar la actividad ilegal (implica siempre un acto preparatorio a la instalación y
funcionamiento del juego de azar). Lo que debe organizarse y/o explotarse es un juego de azar,
esto es ''todo aquél en el cual concurra un fin de lucro y en cuyo resultado predomine la suerte
sobre la inteligencia o habilidad del jugador" (Ley 6393, Córdoba). El tipo comprende cualquier
modalidad o sistema de captación de juegos de azar, por lo que quedan incluidas no solo las
modalidades clásicas de apuestas, lotería, tragamonedas, etc., sino también las modernas
modalidades de apuestas online a través de intemet y medios temáticos, las realizadas en
casinos (ruleta, punto y banca, blackjack, póker), tanto sus versiones físicas como electrónicas
y por intemet (casino online ); la realización de apuestas a través de máquinas electrónicas de
juegos de az.ar y/o de apuestas automatizadas (de resolución inmediata o no) y/o a través de
cualquier tipo de plataforma digital -mediante la utilización de la red de Internet-, con
prescindencia de Ja localización del servidor utilizado para la prestación del servicio de
entretenimiento (Vezzaro y Vairoletti). La actividad debe ser ilegal, esto es, sin autorización de
la autoridad jurisdiccional competente ( elemento normativo), vale decir, la autoridad nacional
o provincial con competencia para regular el marco normativo de los juegos de azar. En la
actualidad, tanto la doctrina como la jurisprudencia han establecido que la jurisdicción en
materia de juegos de azar es provincial, no municipal (Aboso, SCJN-Fallos 327:4103, in re
"Cadegua SA").

Se trata de un delito común, de titularidad indiferenciada, doloso, de dolo directo, de pura


actividad y de acciones alternativas, que se consuma con la realización de una o más de las
acciones típicas (sin que ello signifique incremento alguno de la penalidad), sin que ello
presupone alguna finalidad o motivación específica, aun cuando el fin de lucro pudiere estar
ínsito en su realización, elemento subjetivo no requerido por el tipo penal. La tentativa no
parece posible.
DEL PAGO DE CHEQUES SIN PROVISIÓN DE FONDOS

El delito, en sus cuatro modalidades, lesiona la fe pública al atentar contra la confianza general
que debe existir respecto de la veracidad sustancial de la orden de pago sustitutiva de la
moneda que constituye el cheque.

El Código Penal no define el cheque ni suministra ninguna idea acerca de qué debemos
entender por él. Tratándose la palabra "cheque" de un elemento normativo del tipo penal, su
concepto está dado por la ley comercial, que es la ley extrapenal que nos proporciona su
contenido y sus exigencias. El régimen legal aplicable en materia de cheques es el de la Ley Nº
24452, con las reformas introducidas por la Ley Nº 24760, cuyo art. 1 ° establece dos clases de
cheques: los comunes y los de pago diferido. El Decr. Ley Nº 4776/63 que traía una definición
de cheque, fue derogado. Por lo tanto, su concepto ha quedado a cargo de la doctrina.

El cheque común es una orden de pago incondicional, librada contra un banco en el cual el
librador tiene crédito suficiente, pagadera a la vista, que le confiere al tenedor legitimado un
derecho literal, abstracto y autónomo (Villegas). En cuanto a su funcionalidad, es un
instrumento de pago a la vista, que se utiliza en la vida negocial para agilizar el tráfico
monetario o el crédito y que se emite contra un banco en el cual el librador tiene fondos
suficientes acreditados en cuenta o autorización para girar en descubierto (disponibilidad), que
determina una relación interna entre librador y girado (pacto o convención de cheque) que
genera para el primero el derecho de utilizar a voluntad la provisión y para el segundo la
obligación de mantener los fondos a disposición del acreedor librador a los fines convenidos,
esto es; la libranza de órdenes de pago (cheques).

La subsidiariedad del artículo 302 y el delito de estafa

El art. 302 establece una hipótesis de subsidiariedad expresa con relación al delito de estafa del
art. 172, al establecer que "Será reprimido ... siempre que no concurran las circunstancias del
art. 172".

Esta relación de subsidiariedad importa determinar, frente a un hecho concreto, qué figura
resulta aplicable: cheque sin provisión de fondos o estafa. Resumiendo, siempre que se utilice
un cheque (auténtico o falsificado) como medio ardidoso (apariencia de bienes) para provocar
un perjuicio patrimonial a un tercero, estaremos en el ámbito de la estafa. En cambio, si se
entrega un cheque en concepto de pago de una -deuda preexistente, o para el pago en cuotas,
o como garantía de una operación, estaremos en el ámbito de los libramientos indebidos.

Libramiento de cheques sin provisión de fondos (inc. 1)

ARTICULO 302. - Será reprimido con prisión de seis meses a cuatro años e inhabilitación
especial de uno a cinco años, siempre que no concurran las circunstancias del artículo 172:

1º. El que dé en pago o entregue por cualquier concepto a un tercero un cheque sin tener
provisión de fondos o autorización expresa para girar en descubierto, y no lo abonare en
moneda nacional dentro de las veinticuatro horas de habérsele comunicado la falta de pago
mediante aviso bancario, comunicación del tenedor o cualquier otra forma documentada de
interpelación;

2º. El que dé en pago o entregue, por cualquier concepto a un tercero un cheque, a


sabiendas de que al tiempo de su presentación no podrá legalmente ser pagado;
3º. El que librare un cheque y diera contraorden para el pago, fuera de los casos en que la ley
autoriza a hacerlo, o frustrare maliciosamente su pago;

4º. El que librare un cheque en formulario ajeno sin autorización.

Para algunos autores, estamos frente a un delito plurisubsistente, esto es, una infracción
constituida por una acción y una omisión, consistente en dar en pago o entregar por cualquier
concepto un cheque sin tener provisión de fondos o autorización de girar en descubierto
(acción), y no pagarlo dentro de las veinticuatro horas de comunicada la falta de pago
mediante alguna de las formas documentadas enunciadas en el precepto legal (omisión). Esta
tesis, que domina en nuestra doctrina, ha sido seguida -entre otros- por Soler, Fontán Balestra,
Creus, Núñez, Oderigo, De la Rúa, Millán, Rubianes, Silveyra, Beiderman y Terán Lomas. Otra
opinión fue desarrollada en el plenario "Gerlero", en el cual se defendió la idea de que se trata
de un delito de predominante actividad, cuyo injusto se perfecciona con la entrega del cheque,
es decir, con la acción de entregar o dar en pago el cheque, momento en el que el injusto
queda firme, plasmado en el inicial obrar del agente, habiendo desaparecido con el transcurso
de las veinticuatro horas la única posibilidad justificable para el librador, que hubiera podido
hacer no punible aquel obrar (voto del doctor Giaccio Nóbrega). El término de veinticuatro
horas debe ser interpretado como un simple plazo de gracia que permite salvar la siempre
posible existencia de un error o confusiones de buena fe por parte del librador del cheque; no
es dudoso que el delito queda configurado y se consuma en el exacto momento de la entrega
del cheque, puesto que es en dicho preciso instante que queda irremediablemente lesionado
el único bien jurídico que el art. 302 del Cód. Penal se ha propuesto tutelar, o sea, la absoluta
confianza que el cheque debe inspirar erga omnes (voto del doctor Ramírez García). La tesis ha
sido seguida en la doctrina por Mignone de Kees, Jiménez De Asúa, Contreras Gómez, Borinsky.
Otra solución, desarrollada por Bacigalupo, entiende que el tipo del art. 302 es un delito propio
de omisión. Según esta teoría, lo básico reside en que, para poder estructurar el delito
compuesto por una acción más una omisión, sería necesario poder establecer que el tipo del
art. 302 tiene tras de sí una norma prohibitiva, es decir, que prohíbe "librar un cheque" sin
tener fondos para que sea pagado en el momento de su presentación al cobro. Esta misma
exigencia rige para la consideración del delito como agotado en el libramiento mismo del
cheque. En efecto, como punto de partida debe entenderse que ninguna norma del
ordenamiento jurídico exige que el cheque tenga provisión de fondos total desde el momento
del libramiento, y en consecuencia, no habiendo una norma que se oponga a dicha conducta,
el acto de librar o de dar un cheque no es antijurídico, aunque no existan fondos suficientes en
ese momento. No puede haber tipo prohibitivo -añade este autor- sin una norma prohibitiva
que lo respalde. Por lo tanto, en el art. 302 la acción de librar un cheque o entregarlo por
cualquier concepto no define la acción típica. Luego, el tipo del art. 302, no siendo prohibitivo,
solamente puede ser impositivo, es decir, uno de aquellos tipos que se componen de un
determinado mandato de acción. En este caso, él está constituido por 1a imposición del deber
de pagar un cheque que se ha librado en un plazo y en circunstancias determinadas. Es decir
que el delito del inc. 1 del art. 302 es de pura omisión, pues detrás de éste se encuentra una
norma impositiva.

Con arreglo al precepto legal, las acciones típicas son las de dar en pago o entregar por
cualquier concepto un cheque sin tener provisión de fondos o autorización para girar en
descubierto. La mera acción de "librar" un cheque, sin darlo en pago o entregarlo a un tercero
por cualquier concepto, no es típica (p. ej., el título creado con fines docentes). Tampoco
constituye delito el auto libramiento, es decir, cuando el cheque es emitido a la orden del
propio librador. En estos casos, no sólo no hay lesión de la fe pública ni del patrimonio de
ninguna persona, sino que, para que sea punible, el cheque debe haber sido dado o entregado
en pago a un tercero. Dar en pago significa cancelar una deuda o una obligación con un
cheque. La conducta típica implica una entrega del cartular como medio de pago, en
cumplimiento de una obligación y no con otra finalidad. Entregar, por el contrario, significa
poner el cheque en poder de un tercero, insertarlo en el tráfico jurídico. En esta hipótesis, sí
cabe la tipicidad del uso del cheque con cualquier finalidad, siempre que no lo sea en función
de pago. La entrega debe ser por cualquier concepto, con lo que se está admitiendo la entrega
del cheque -según dijimos- con una finalidad distinta a la propia del título (que es la de ser un
instrumento de pago; o de pago y de crédito, para quienes sostienen su naturaleza dual); por
ejemplo, una donación, un mutuo, una permuta un depósito, entre otros supuestos. Esta
amplitud del texto legal plantea serias consecuencias, pues convierte en típicos
comportamientos que no deberían serlo (p. ej., la obtención del cheque por medio de
amenazas u otro tipo de presiones --chantaje-, para evitar el pago de una deuda ilícita o sin
causa, o la entrega del cheque a título gratuito o por mera liberalidad, o cuando el acreedor
que recibe el cheque sabe de antemano que no tiene fondos o que no los tendrá al ser
presentado al cobro).

Las conductas son punibles sólo cuando el cheque que ha sido dado en pago o entregado al
tercero carece de fondos suficientes en la cuenta corriente o de autorización para girar en
descubierto. La doctrina mayoritaria entiende que la provisión de fondos debe faltar al
momento de la presentación del cheque al banco girado, sea para su cobro directo en
ventanilla de la institución o por su depósito en la cuenta corriente sobre la cual fue librado,
resultando indiferente que hayan existido o no los fondos al ser dado en pago o entregado el
instrumento, vale decir, al momento del libramiento. El cuentacorrentista (librador) debe
mantener la provisión de fondos suficientes durante todo el plazo de vida útil del cheque, es
decir, durante el término de validez fijado por el art. 25 de la Ley Nº 24452, esto es, treinta días
para cheques emitidos en el país y sesenta días para cheques emitidos en el extranjero. El
cómputo del plazo para la presentación del instrumento al cobro se cuenta, con arreglo a la
misma disposición legal, a partir de su fecha de creación.

La autorización expresa para girar en descubierto implica un “salvoconducto" para el


cuentacorrentista, es decir, que aun careciendo totalmente de fondos (sin fondos) o
teniéndolos, pero en modo insuficiente para cubrir el importe del cheque (sin fondos
suficientes), no comete el delito si hay una autorización expresa del banco para girar en tales
condiciones. Con arreglo al texto legal, la autorización para girar en descubierto debe ser
"expresa”, es decir, concedida por el banco en forma directa al titular de la cuenta corriente o a
su representante; puede ser oral o escrita, permanente o temporaria y puede ser otorgada con
posterioridad al libramiento de un cheque que aún no ha sido rechazado por el banco. La
autorización no exige fórmulas sacramentales, pero siempre debe provenir de un funcionario
competente del banco.

El inc. 1 ° del art. 302 exige que el cheque no sea pagado dentro de las veinticuatro horas de
haberse comunicado al librador la falta de pago "mediante aviso bancario, comunicación del
tenedor o cualquier otra forma documentada de interpelación". Se trata de una comunicación
"documentada”, vale decir, escrita, que debe contener mínimamente los datos de
individualización del cheque (banco, número de cuenta corriente, importe, fecha de
libramiento), motivos del rechazo, datos identificatorios del tenedor y el domicilio en donde
debe ser abonado. La exigencia del a escritura es razonable, en tanto permite comprobar no
sólo la existencia de la comunicación o interpelación, sino el comienzo del plazo para el pago.
Lo que la disposición requiere es que el librador tome conocimiento del rechazo del cheque y
tenga la oportunidad de pagarlo dentro del término legal, esto es, que haya sido comunicado
del rechazo del título para que esté en condiciones de utilizar el medio liberador establecido en
la norma, que es el pago del cheque. Por ese motivo, la interpelación o comunicación debe ser
real, no fleta, de manera que el girante tome conocimiento fehaciente del rechazo. No es
suficiente, ni podría serlo, entonces, el aviso bancario, pues de él no surge a quién se debe
abonar el importe del cheque ni el domicilio en donde se debe hacer efectivo el pago, requisito
indispensable para satisfacer, jurídicamente, el deber que emerge de la norma penal. Sin
embargo, debe subrayarse que conocimiento real no quiere decir "en presencia de, o
notificado personalmente", pues bien puede ocurrir que el librador se haya fugado o haya
abandonado el domicilio especial constituido en el banco al abrir la cuenta corriente, sin
comunicar ningún cambio de domicilio, en cuyo caso es suficiente, a los fines del tipo penal, la
notificación practicada en tal domicilio constituido. De otro modo, se podría burlar fácilmente
la aplicación de la ley. Son formas documentadas de interpelación las que se realizan mediante
telegrama colacionado o con copia, carta documento, carta cédula con aviso de recepción, acta
notarial, notificación personal por vía judicial o policial (exposición policial), notificación
bancaria en duplicado firmado por el librador, el mandamiento de intimación de pago y el
protesto ante el protocolo de un escribano público. No lo son, en cambio, el telegrama simple
(se emite sin copia), la carta certificada con aviso de retorno (sólo acredita la recepción de un
sobre, pero no su contenido), la carta simple (carece de copia), los avisos verbales (incluso ante
testigos) o por otros medios no documentados (p. ej., telefónicos, informáticos, por medio de
la prensa). La comunicación o interpelación documentada puede ser realizada tanto por el
tenedor del cheque como por su representante o un tercero

Una cuestión que ha debatido la doctrina es la relativa al plazo para la interpelación, que ha
dado lugar a las más dispares interpretaciones. Con arreglo al texto legal y al criterio
dominante, el tipo penal se perfecciona con la omisión de pagar el cheque dentro del plazo de
veinticuatro horas de haberse comunicado al librador el rechazo del cheque. Es decir, que el
establecido por el inc. 1 ° del art. 302 configura un plazo de gracia ("puente de plata”, en feliz
expresión de Jiménez de Asúa) que la ley le otorga al librador del cheque perjudicado para que
evite la aplicación del castigo, abonando el importe de éste, en moneda nacional, a su tenedor
legitimo. Se trata de una excusa absolutoria que beneficia al librador que ha delinquido con la
emisión del cheque sin provisión de fondos o autorización para girar en descubierto.

El importe del cheque debe ser abonado en moneda nacional y en su totalidad (no es
liberatorio el pago parcial), no siendo indispensable que el librador abone, al mismo tiempo,
otros importes que no correspondan al monto del libramiento (p. ej., intereses, gastos,
honorarios).

Autor de este delito únicamente puede ser el librador, es decir, el titular de la cuenta corriente
bancaria, que es la persona sobre quien recae no sólo el deber de tener fondos suficientes o
autorización para girar en descubierto, sino también la obligación de abonar el importe
expresado en el documento. Los endosantes o el simple tenedor del cheque, en principio,
están exentos de responsabilidad penal pero pueden ser imputados en calidad de instigadores
o partícipes (primarios o secundarios) del autor principal. La coautoría se funda en las mismas
reglas que la autoría en los delitos especiales propios (p. ej., cuentas conjuntas que requieren
la firma de ambos libradores). En supuestos de titularidad de cuentas corrientes a nombre de
una persona jurídica, serán responsables penalmente los representantes que estén autorizados
a operar en dichas cuentas.

Sobre la posibilidad de la tentativa los criterios no son uniformes. Para un sector doctrinal, el
delito-al ser de carácter formal- no admite tentativa. Otros, en cambio, entienden que ella es
posible en todas las figuras previstas en el art. 302. El delito es doloso, siendo admisibles tanto
el dolo directo como el eventual.

Libramiento de cheques que legalmente no pueden ser pagados (inc. 2)

El inc. 2° del art. 302 reprime al que "dé en pago o entregue, por cualquier concepto a un
tercero un cheque, a sabiendas de que at tiempo de su presentación no podrá legamente ser
pagado".

La acción típica es la misma que la descripta en la figura prevista en el inc. 1 que se acaba de
analizar, esto es, dar en pago o entregar por cualquier concepto a un tercero un cheque, de
manera que todo cuanto se ha expresado en dicho lugar es aplicable aquí. A los fines de la
tipicidad no es suficiente con el mero libramiento del cheque; es preciso ponerlo en circulación
en el tráfico jurídico. El delito no sólo requiere para su perfeccionamiento la entrega del
cheque, sino que dicha entrega debe ir acompañada de un elemento subjetivo que tiñe la
conducta del autor: obrar a sabiendas de que el cheque no podrá ser cobrado.

La provisión de fondos al momento de la entrega del título o al de su presentación al cobro al


banco girado, así como la autorización para girar en descubierto otorgada en beneficio del
librador, no son elementos del tipo penal ni condicionan su existencia, sino que lo relevante
son las razones que se invocan para no pagar el cheque.

No se trata .de un cheque que ha sido rechazado por falta de fondos en la cuenta corriente,
sino de uno que -al momento de su entrega al tercero- el librador sabía ( de antemano) que no
iba a ser cobrado por el tenedor, por existir una causa que determinaba su imposibilidad. La
imposibilidad de pagar el importe del cheque debe provenir de la ley (no podrá legalmente ser
pagado, dice el texto del artículo), debiendo entenderse por "'ley'" toda norma jurídica en
sentido formal, el decreto y los reglamentos (p. ej., los emitidos por la autoridad de aplicación,
esto es, el Banco Central de la República Argentina). Las causas que imposibilitan el pago del
cheque pueden ser de diverso signo, pudiendo citarse a modo de ejemplo las siguientes:
embargo la cuenta corriente del librador; la inhibición general de bienes en la persona del
librador; el cheque suscripto con una sola firma cuando la cuenta es de orden conjunta; firma
diferente de la registrada en el banco; cheque con raspaduras, interlineados, borrados,
testados o alteraciones que afecten sus enunciados; la declaración de quiebra o concurso del
librador; libramientos de cheques sobre cuenta cerrada; etc. Sujeto activo del delito es aquí
también el librador del cheque, es decir, el titular de la cuenta corriente bancaria Son
aplicables, entonces, los mismos conceptos esgrimidos con motivo del inc. 1 en materia de
autoría y participación criminal.

La doctrina dominante considera que estamos frente a un delito de predominante actividad, en


el que es suficiente, para la consumación típica, la entrega del cheque a un tercero, sabiendo
que no podrá legalmente ser pagado al tiempo de su presentación al banco. El delito se
consuma aun cuando no se lo llegue a presentar al banco para su cobro. La tentativa no resulta
admisible, pues el delito está consumado con la sola entrega del cheque. La mera acción de
librarlo ( crear el cheque) sin ponerlo en circulación, es decir, introducirlo al tráfico jurídico, es
un hecho impune. El delito es doloso, compatible sólo con el dolo directo. La expresión a
sabiendas, remarca la concurrencia de esta clase de dolo.

Bloqueo y frustración de cheque (inc. 3)

El inc. 3° del art. 302 reprime al que "librare un cheque y diera contraorden para el pago, fuera
de los casos en que la ley autoriza a hacerlo, o frustrare maliciosamente su pago".

El precepto regula dos tipos de delito diferentes: el bloqueo del cheque y la frustración del
cheque.

a) El delito de bloqueo de cheque consiste en librar un cheque y dar contraorden para el pago.
De aquí que la doctrina reconozca la existencia de dos acciones típicas: el libramiento y la
contraorden. No obstante, el delito exige la entrega del cartular, esto es, ponerlo en circulación,
hacerlo ingresar al tráfico jurídico y esto sólo es posible si se entrega el cheque a un tercero. Si
no fuera así, carecería de sentido la expresión legal diera contraorden para el pago. El
"libramiento" sólo implica el hecho de construir literalmente el cheque, crearlo o fabricarlo con
todas sus formalidades ( que es un acto impune ).

"Dar contraorden para el pago" es la acción de solicitar al banco girado que no abone el
cheque. Se trata de una notificación o aviso que se le formula al banco, por parte del titular de
la cuenta corriente o por el tenedor legitimado desposeído o víctima de un acto de violencia,
para que no se pague el cheque. La contraorden es legítima sólo si concurren los supuestos que
expresamente se encuentran previstos en el art. 5° de la Ley Nº 24452, esto es, hurto, robo,
extravío o adulteración. Fuera de ·estos supuestos, la contraorden es ilegítima y da lugar al
delito. La doctrina, sin embargo, ha puesto de relieve que cuando el precepto penal dice fuera
de los casos en que la ley autoriza a hacerlo, está haciendo referencia a todo el ordenamiento
jurídico y no sólo a la norma comercial, de manera que, de concurrir alguna causal de
justificación o de inculpabilidad prevista en la ley, la contraorden será legítima y, en
consecuencia, el librador no habrá cometido el delito del inc. 3° (p. ej., si se dieran algunos de
los supuestos del art. 34, Cód. Penal) (Creus, Millán). La contraorden tiene que ser dada por
escrito y debe contener las causas o motivos de la oposición al pago. Ésta es la regla impuesta
en el art. 5° de la Ley Nº 24452. Sin embargo, la doctrina ha hecho notar que la comunicación
también puede ser hecha telefónicamente o por otro medio apropiado, aunque en el mismo
día, debiendo la denuncia ser ratificada por nota (reglas OPASI-2, punto 7.2.2).

Sujeto activo únicamente pueden ser el librador o titular de la cuenta corriente y el tenedor del
cheque, dado que sólo estas personas pueden emitir la contraorden para el pago. El delito se
consuma al recibir el banco la contraorden para el pago. La doctrina ha admitido la tentativa (p.
ej., cuando se envía la orden, pero no llega al banco). Se trata de un delito doloso, de dolo
directo.

b) La frustración de cheque consiste en librar un cheque y, posteriormente, frustrar su pago. Se


trata, por ende, de un tipo complejo o de acción doble. Sobre las características de la acción
típica, remitimos a cuanto hemos dicho sobre la figura anterior. A la acción de librar debe
seguir -para que el tipo se complete- la frustración del pago del cheque, es decir, el
impedimento para que sea cobrado por el beneficiario. La entrega del título sólo es punible en
la medida en que el librador realice ciertas maniobras que malogren el cobro del cheque (p. ej.,
cerrar la cuenta corriente antes de la presentación del cheque, el auto embargo de los fondos,
la presentación maliciosa en quiebra o concurso civil, la entrega posterior de un cheque a un
cómplice para que lo cobre antes que el tenedor originario). Subjetivamente, la frustración
tiene que ser maliciosa, obrar que sólo puede ser compatible con el dolo directo. El delito se
consuma cuando se produce la frustración del pago, es decir, cuando el banco no paga como
consecuencia del obrar malicioso del librador. La tentativa es admisible en todos los casos.

Libramiento de cheque en formulario ajeno

El inc. 4° del art. 302 castiga al que "librare un cheque en formulario ajeno sin autorización"

El delito consiste en librar un cheque en un formulario que no pertenece al firmante. La acción


típica, entonces, es la de librar el cheque, debiéndose entender la conducta como en los
supuestos anteriores; esto es, entregar el cheque o darlo en pago, ingresarlo al tráfico jurídico.
La acción debe concretarse en un formulario ajeno, es decir, en un formulario u hoja de cheque
que no pertenece a la cuenta corriente del firmante. El delito, sin embargo, no se perfecciona
con la acción de librar el cheque en un formulario ajeno, sino que debe hacérselo sin
autorización de quien debe otorgarla, esto es, el titular de la cuenta corriente. Si el libramiento
se produce conforme con la autorización extendida, el delito no se concreta.

Sujeto activo del delito sólo puede ser una persona distinta al titular de la cuenta corriente.
Éste nunca podría ser autor del delito, pues el tipo requiere el libramiento de un cheque en un
formulario ajeno. El delito se consuma con el libramiento del cheque, en el sentido que le
hemos dado a esta acción anteriormente (esto es, como introducción del título en el tráfico
jurídico). Se trata de un delito de predominante actividad, que se perfecciona con la puesta en
circulación del documento. No se requiere de perjuicio alguno, ni para un tercero ni para el
bien jurídico tutelado. La tentativa parece difícil de imaginar. Subjetivamente, la infracción es
dolosa, de dolo directo. Si bien tanto la doctrina predominante como la jurisprudencia lo
admiten, no parece que el tipo subjetivo se satisfaga con el dolo eventual.
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONÓMICO Y FINANCIERO

Lavado de dinero
ARTICULO 303. - ...

1) Será reprimido con prisión de tres (3) a diez (10) años y multa de dos (2) a diez (10) veces
del monto de la operación, el que convirtiere, transfiriere, administrare, vendiere, gravare,
disimulare o de cualquier otro modo pusiere en circulación en el mercado, bienes
provenientes de un ilícito penal, con la consecuencia posible de que el origen de los bienes
originarios o los subrogantes adquieran la apariencia de un origen lícito, y siempre que su
valor supere la suma de pesos trescientos mil ($ 300.000), sea en un solo acto o por la
reiteración de hechos diversos vinculados entre sí.

2) La pena prevista en el inciso 1 será aumentada en un tercio del máximo y en la mitad del
mínimo, en los siguientes casos:

a) Cuando el autor realizare el hecho con habitualidad o como miembro de una asociación o
banda formada para la comisión continuada de hechos de esta naturaleza;

b) Cuando el autor fuera funcionario público que hubiera cometido el hecho en ejercicio u
ocasión de sus funciones. En este caso, sufrirá además pena de inhabilitación especial de tres
(3) a diez (10) años. La misma pena sufrirá el que hubiere actuado en ejercicio de una
profesión u oficio que requirieran habilitación especial.

3) El que recibiere dinero u otros bienes provenientes de un ilícito penal, con el fin de
hacerlos aplicar en una operación de las previstas en el inciso 1, que les dé la apariencia
posible de un origen lícito, será reprimido con la pena de prisión de seis (6) meses a tres (3)
años.

4) Si el valor de los bienes no superare la suma indicada en el inciso 1, el autor será reprimido
con la pena de prisión de seis (6) meses a tres (3) años.

5) Las disposiciones de este artículo regirán aun cuando el ilícito penal precedente hubiera
sido cometido fuera del ámbito de aplicación espacial de este Código, en tanto el hecho que
lo tipificara también hubiera estado sancionado con pena en el lugar de su comisión.

Definición

Por lavado de dinero debe entenderse aquella operación mediante la cual el dinero de origen
siempre ilícito (procedente de delitos que revisten especial gravedad) es invertido, ocultado,
sustituido o transformado y restituido a los circuitos económico-financieros legales,
incorporándose a cualquier tipo de negocio como si se hubiera obtenido de forma lícita
(Gómez Iniesta).

La Convención de las Naciones Unidas Contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias


Psicotrópicas, reunida en Viena el 19 de diciembre de 1988 (conocida como "Convención de
Viena"), ha definido el lavado en sentido estricto en el art. 3°, 1, inc. B, i, como

la conversión o la transferencia de bienes a sabiendas de que tales bienes proceden de alguno


o algunos de los delitos tipificados o de conformidad con el inc. a del presente párrafo, o de un
acro de participación en tal delito o delitos, con objeto de ocultar o encubrir el origen ilícito de
los bienes o de ayudar a cualquier persona que participe en la comisión de tal delito o delitos a
eludir las consecuencias jurídicas de sus acciones.

Procedimiento del lavado de dinero


Con el proceso de lavado de dinero se da apariencia de legalidad al dinero o bienes
procedentes de la comisión de un delito.

Este proceso recorre varias etapas: desde una primera fase, que comienza con la obtención
ilícita del producto, hasta una fase final, que culmina con la reinserción del producto al circuito
económico-financiero legal, de manera que aparezca como un bien de procedencia lícita y que
circule de modo regular con otros bienes lícitamente adquiridos. Así pues, las etapas que
pueden distinguirse dentro de este proceso son las conocidas como: a) fase de colocación,
ocultación, inserción o sustitución; b) fase de control, cobertura u ocultación; y e) fase de
integración, reinversión o blanqueo propiamente dicho.

a) Fase de colocación u ocultación. En esta primera etapa se pretende hacer desaparecer o


transformar el dinero ilícitamente obtenido -por lo general, grandes masas de dinero en
efectivo- en otros bienes que faciliten su manejo, o que eviten despertar sospechas acerca de
su delictiva procedencia, por ej., instituciones :financieras tradicionales (bancos, empresas de
crédito, transferencias de dinero de unas cuentas a otras, etc.); intermediarios de metales
preciosos y obras de arte, casas de cambio de divisas, intermediarios financieros, compraventa
de premios, loterías o concursos; grandes almacenes, supermercados, centros de apuestas,
discotecas, etc.; adquisiciones de bienes inmuebles, obras de arte, artículos de lujo, agencias
de viaje; colocación del dinero fuera del país, p. ej., el transporte en efectivo por medio de
correos; la utilización de los llamados "paraísos fiscales", en los que se garantiza el secreto
bancario; la adquisición de propiedades en otros países; las prácticas :fraudulentas mediante
sistemas informáticos, etc.

b) Fase de control y cobertura. En esta etapa se persigue ocultar o encubrir la previa sustitución
de bienes ya producida; se pretende alejar el dinero de su origen mediante la superposición de
transacciones y operaciones más complejas, tendientes a dificultar el seguimiento de lo que se
conoce como '"huella o rastro del dinero", acudiéndose, en numerosos casos, a la creación de
"sociedades pantalla" o a la intervención de testaferros.

c) Fase de integración, reinversión o blanqueo. En esta última etapa, el capital ilícitamente


obtenido cuenta con la apariencia de legalidad que se le pretendía dar y puede ser utilizado en
el circuito económico-financiero como si fuera un capital lícitamente obtenido.

Con arreglo al texto del art. 303, el delito consiste en convertir (transformar, cambiar, mudar,
una cosa o un bien obtenido de la comisión de un delito por otro de naturaleza distinta),
transferir (ceder un bien a un tercero a cualquier título o trasladarlo de un lugar a otro),
administrar (importa el gobierno y dirección, cuidado o manejo del dinero o de los bienes
obtenidos ilícitamente), vender (significa la transmisión de la cosa a título oneroso),
gravar(afectación del bien a través de la constitución de un derecho real de garantía, por ej.
prenda, hipoteca, etc., disimular (disfrazar, encubrir, enmascarar, fingir, el origen ilícito de los
bienes) o de cualquier otro modo poner en circulación (en el mercado) bienes provenientes de
un delito, dándoles la apariencia de un origen lícito y siempre que su valor supere la suma de
trescientos mil pesos.

Las conductas típicas deben tener relación con un "delito" anterior, esto es, con una conducta
tipificada como tal en el Código Penal o en las leyes complementarias. Si el hecho precedente
no constituye delito, o no está previsto así en el ordenamiento penal del país, las conductas
posteriores de blanqueo serán atípicas.
Los objetos materiales del delito de lavado son los "bienes” provenientes de un delito en el que
el autor no ha participado, entre los que se incluye, desde luego, el '"dinero" previsto en la
fórmula anterior. Los términos dinero y bienes ya han sido explicados al ocupamos del
encubrimiento, por lo que hacemos allí la remisión; sólo cabe agregar que, por imperativo
legal, debe tratarse de bienes o cosas provenientes de un delito cuyo valor supere la suma de
trescientos mil pesos. En principio, toda operación que no pase de este monto, deberá regirse
por las normas relativas al encubrimiento, pero habría que tener en cuenta lo que establece el
inc. 3 del art. 303, según veremos más adelante.

Los bienes que se blanquean no tienen por qué ser los que constituyeron el objeto material de
tales delitos. El tipo penal sólo exige que los bienes provengan de un delito, no que ellos sean
su objeto material; piénsese, por ejemplo, en el tráfico de drogas, en el que las sustancias
tóxicas son el objeto material, pero lo que hay que blanquear son las ganancias que provienen
de operaciones relacionadas con tales sustancias (González Rus). Se trata de un tipo
subjetivamente configurado que requiere no sólo el conocimiento, por parte del autor, de que
los bienes tienen un origen delictivo y la voluntad de realizar la conducta típica, sino que tales
comportamientos deben estar guiados por una finalidad específica: que el dinero o los bienes
adquieran una apariencia de legalidad. No es suficiente, por lo tanto, el solo obrar doloso. Es
necesaria la concurrencia de este particular elemento subjetivo del injusto, que dota de
sustantividad propia al delito y lo delimita subjetivamente del encubrimiento. El delito de
lavado de dinero es un típico delito de intención, de resultado cortado, orientado
subjetivamente hacia un fin concreto: que los bienes y el dinero que provienen de un delito
adquieran la apariencia de que su origen es lícito (Vidales Rodríguez). Tratándose de un delito
de pura actividad, se consuma con la realización de las acciones típicas.

Agravantes

El inc. 2°.a), del art. 303, incrementa la pena para aquellos casos de blanqueo de dinero
realizados con habitualidad, esto es, en forma repetida o reiterada a lo largo del tiempo, o
como miembro de una organización o banda formada para la comisión continuada de hechos
de esta naturaleza, vale decir, cuando el autor del lavado de dinero pertenece a una asociación
o banda formada para la comisión de este tipo de delitos, alcanzando también alcanza a
aquellas organizaciones cuyas estructuras desarrollan, en forma paralela, actividades de todo
tipo -legales e ilegales- con relación a la conversión, transferencia, administración, venta,
gravamen o aplicación de bienes y capitales (Ferre Olive). Esta modalidad agravada no podría
concurrir con el delito de asociación ilícita del art. 210, por cuanto el agente, en estas hipótesis,
no es miembro de una asociación destinada a cometer delitos, en forma indeterminada,-sino
"el delito" de lavado de dinero en forma continuada. La agravante, desde luego, está dirigida,
ciertamente, a reprimir determinadas formas de criminalidad organizada, no a bandas de
delincuentes que se dedican a un tipo de criminalidad tradicional, p. ej., robos de autoestéreos
o de fincas de fin de semana y que, ocasionalmente, aprovechan la oportunidad para intervenir
en una operación de blanqueo, porque les puede augurar importantes beneficios económicos.

El concepto de organización comprende tanto las asociaciones sofisticadas y complejas, que


operan en el ámbito nacional o internacional (p. ej., asociaciones mafiosas), como aquellas de
estructuras más reducidas, clandestinas o no, y que suelen actuar indirecta o disfrazadamente
dentro del sistema legal mediante empresas o sociedades ficticias o de fachada, para
blanquear el dinero sucio o negro que proviene de cualquier actividad delictiva La defectuosa
redacción del artículo, al estrechar el marco de punibilidad sólo a los miembros de una
asociación formada para la comisión continuada de hechos de esta naturaleza, esto es, de
lavado de dinero, puede conducir a sostener la idea de que la agravante no alcanza a aquellas
asociaciones que se han constituido para cometer delitos en general (p. ej., robos, secuestros,
estafas) y, además, delitos de blanqueo de capitales, puesto que la ley exige que la
organización haya sido formada para cometer, exclusivamente, delitos de lavado de dinero y no
otros de diferente naturaleza.

Sin embargo, como dijimos con anterioridad, una interpretación coherente de la disposición
autoriza a incluir en la agravante a todas aquellas organizaciones, mínimamente estables y
estructuradas mediante programas comunes y reparto de poder y dirección, que han sido
constituidas u organizadas para delinquir de manera indeterminada, en la medida en que el
programa criminal incluya delitos de blanqueo de bienes y capitales. El tenor literal del artículo
no debe interpretarse con un criterio restrictivo que alcance sólo a aquellas corporaciones
criminales que se han conformado para realizar operaciones de lavado "exclusivamente", sino
que, por el contrario -y toda vez que la propia ley lo permite-, la agravante alcanza también a
organizaciones que se han formado para cometer hechos criminales de cualquier clase y
gravedad, entre ellos, el lavado de dinero. El precepto no exige que la organización se dedique
en forma exclusiva a operaciones de blanqueo, sino que también se orienta hacia asociaciones
que son utilizadas para fines prohibidos, aun cuando en su seno se desarrollen otras
actividades. Claro está que la disposición no será aplicable a aquellas organizaciones que se
han formado para cometer delitos en forma indeterminada (p. ej., robos, extorsiones,
falsificaciones) y, aislada u ocasionalmente, intervengan en una operación de lavado, por
cuanto es la propia disposición penal la que requiere, como elemento del tipo objetivo, una
"comisión continuada” de hechos de esta naturaleza.

El inc. 2.b) agrava también la pena en aquellos casos en los que el autor fuere un funcionario
público (art. 77 CP) y cometiere el hecho en ejercicio u ocasión de sus funciones, o fuere
cometido por un profesional en el ejercicio de su profesión u oficio que requieran habilitación
especial.

El inc. 3º pune, al "que recibiere dinero u otros bienes provenientes de un ilícito penal, con el
fin de hacerlos aplicar en una operación de las previstas en el inc. 1 º, que les dé la apariencia
posible de un origen lícito". Se trata de una hipótesis de actividad preparatoria del delito de
lavado punible a título de receptación. Es de aquellos delitos que la doctrina denomina ''delitos
de tendencia" y de consumación anticipada, por cuanto se caracterizan por la finalidad que
persigue el autor al concretar la conducta ilegal y se consuman-antes de que se logren los
resultados perseguidos. En cuanto a las características de la acción y del resultado, se trata de
un "delito de resultado cortado", por cuanto exige la concurrencia de un elemento subjetivo
adicional distinto del dolo, consistente en el propósito de dar a los bienes recibidos una
apariencia legítima.

El delito se consuma con la recepción de los bienes de origen delictivo, con la intención de
hacerlos aplicar en una operación qué les dé apariencia posible de un origen lícito. Aquí, el
autor persigue introducir las cosas o bienes obtenidos ilícitamente en el circuito financiero
legal. Sin esa intención no se perfecciona el tipo penal. La tentativa no parece admisible.

En este supuesto se puede presentar el problema de determinar si el abogado, escribano,


contador, etc., que percibe honorarios de su cliente acusado de lavado de dinero o de un delito
vinculado al narcotráfico, etc., es también responsable penalmente por el mismo delito
atendiendo a que el hecho no podía serle desconocido. Creemos que una cuestión como ésta
debe ser resuelta desde un plano subjetivo, esto es, si el profesional sabía o. conocía o no el
origen ilícito del dinero o de los bienes, en cuyo caso estaría obrando dolosamente y, en
consecuencia, podría ser perseguido penalmente.

El inc. 4º del art. 303 establece que, "si el valor de los bienes no superare la suma indicada en
el inc. 1 º, el autor será reprimido con la pena de prisión de seis meses a tres años". Se trata-
con una norma muy similar a la del texto anterior que remitía a las reglas del art. 277-de una
figura atenuada de lavado, con su propia escala punitiva.

El inc. 5°. del art. 303 establece que

Las disposiciones de este artículo regirán aun cuando el ilícito penal precedente hubiera sido
cometido fuera del ámbito de aplicación espacial de este Código, en tanto el hecho que lo
tipificara también hubiera estado sancionado con pena en el lugar de su comisión.

Esta normativa implica la consagración de] principio de extraterritorialidad de la ley penal, que
tiene su justificación en el carácter transnacional de estos delitos.

Régimen sancionatorio para las personas jurídicas

ARTICULO 304. - Cuando los hechos delictivos previstos en el artículo precedente hubieren
sido realizados en nombre, o con la intervención, o en beneficio de una persona de existencia
ideal, se impondrán a la entidad las siguientes sanciones conjunta o alternativamente:

1. Multa de dos (2) a diez (10) veces el valor de los bienes objeto del delito.

2. Suspensión total o parcial de actividades, que en ningún caso podrá exceder de diez (10)
años.

3. Suspensión para participar en concursos o licitaciones estatales de obras o servicios


públicos o en cualquier otra actividad vinculada con el Estado, que en ningún caso podrá
exceder de diez (10) años.

4. Cancelación de la personería cuando hubiese sido creada al solo efecto de la comisión del
delito, o esos actos constituyan la principal actividad de la entidad.

5. Pérdida o suspensión de los beneficios estatales que tuviere.

6. Publicación de un extracto de la sentencia condenatoria a costa de la persona jurídica.

Para graduar estas sanciones, los jueces tendrán en cuenta el incumplimiento de reglas y
procedimientos internos, la omisión de vigilancia sobre la actividad de los autores y
partícipes, la extensión del daño causado, el monto de dinero involucrado en la comisión del
delito, el tamaño, la naturaleza y la capacidad económica de la persona jurídica.

Cuando fuere indispensable mantener la continuidad operativa de la entidad, o de una obra,


o de un servicio en particular, no serán aplicables las sanciones previstas por el inciso 2 y el
inciso 4.

Cualquiera sea la postura que se sostenga respecto de la responsabilidad penal de la persona


jurídica, esto es, entre aquellos que entienden que el ente ideal no puede cometer delitos
(societas delinquere non potest) y quienes defienden la idea que sí pueden contraer
responsabilidad penal y pueden ser penadas a través del obrar de los sujetos vinculados a ella,
y, entre éstos últimos determinar si las sanciones previstas en la normativa sólo tienen
naturaleza administrativa (criterio al que adherimos, por cuanto este tipo de sanciones son las
únicas que pueden legitimar una imputación en el ámbito de la empresa) o, por el contrario,
tienen carácter punitivo, lo cierto es que la regulación impuesta por la Ley Nº 26683 se
encaminó por la primera de las soluciones propuestas, incluyendo un dispositivo sancionatorio,
de manera conjunta o alternativa para las personas jurídicas.

En este sentido, el art, 304 contempla penas de diversa naturaleza para los entes de existencia
ideal cuando los hechos de .lavado, en cualquiera de sus modalidades, hubieren sido realizados
en su nombre, o con su intervención, o en su beneficio, siendo las mismas las siguientes: 1)
multa de dos a diez veces el valor de los bienes objeto del delito; 2) suspensión total o parcial
de actividades; 3) suspensión para participar en concursos o licitaciones estatales de obras o
servicios públicos, o en cualquier otra actividad vinculada ·con el Estado; 4) cancelación de la
personería cuando hubiese sido creada para cometer estos delitos, o esos actos constituyan la
principal actividad del ente; 5) pérdida o suspensión de los beneficios estatales que tuviere; y
6) publicación de un extracto de la sentencia condenatoria a costa de la persona jurídica. A su
vez, la norma establece un procedimiento judicial de graduación de las sanciones y una
modalidad reductora de la pena (no aplicación de las sanciones previstas en los incs. 2º) y 4º)
para aquellos casos en los que fuere indispensable mantener la continuidad operativa de la
entidad, de una obra o de un servicio en particular.

Medidas cautelares y decomiso de bienes

ARTICULO 305. - El juez podrá adoptar desde el inicio de las actuaciones judiciales las
medidas cautelares suficientes para asegurar la custodia, administración, conservación,
ejecución y disposición del o de los bienes que sean instrumentos, producto, provecho o
efectos relacionados con los delitos previstos en los artículos precedentes.

En operaciones de lavado de activos, serán decomisados de modo definitivo, sin necesidad


de condena penal, cuando se hubiere podido comprobar la ilicitud de su origen, o del hecho
material al que estuvieren vinculados, y el imputado no pudiere ser enjuiciado por motivo de
fallecimiento, fuga, prescripción o cualquier otro motivo de suspensión o extinción de la
acción penal, o cuando el imputado hubiere reconocido la procedencia o uso ilícito de los
bienes.

Los activos que fueren decomisados serán destinados a reparar el daño causado a la
sociedad, a las víctimas en particular o al Estado. Sólo para cumplir con esas finalidades
podrá darse a los bienes un destino específico.

Todo reclamo o litigio sobre el origen, naturaleza o propiedad de los bienes se realizará a
través de una acción administrativa o civil de restitución. Cuando el bien hubiere sido
subastado sólo se podrá reclamar su valor monetario.

El sentido del decomiso de los bienes o capitales que tienen un origen ilícito reside en la
finalidad de privar a las grandes organizaciones criminales de las ganancias obtenidas por las
operaciones ilegales de lavado de dinero y, así, contribuir de una manera más efectiva en la
lucha por la erradicación de estas actividades. En nuestro derecho, el decomiso -que implica la
desposesión o privación de alguna cosa- sólo puede recaer sobre los bienes que sean
instrumentos, producto, provecho o efectos relacionados con los delitos previstos en los
artículos precedentes (arts. 303 y 304). Hasta la entrada en vigencia de la Ley Nº 26683, el
decomiso constituía una pena que se imponía como accesoria de una condena, con carácter
definitivo, e importaba la pérdida ele lo decomisado (art. 23, Cód. Penal). Sin embargo, lo
novedoso de la reforma del citado art. 23 (párr. 6to.) es la incorporación del "decomiso
anticipado" sin condena, esto es, la facultad judicial de proceder al decomiso de bienes,
instrumentos, efectos y ganancias provenientes del delito, con anterioridad a una sentencia
condenatoria, cuando se hubiere podido probar la ilicitud de su origen, o del hecho material al
que estuvieren vinculados y el imputado no pudiere ser enjuiciado por motivo de fallecimiento,
fuga, prescripción o cualquier otro motivo de suspensión o extinción de la acción penal, o
cuando el imputado hubiere reconocido la procedencia o uso ilícito de los bienes. Una medida
similar también está establecida en el art. 305, con lo cual se modificó el criterio tradicional de
que el decomiso sólo puede ser dispuesto como pena accesoria de una condena. No está
demás aclarar que este tipo de medidas sólo pueden ser dispuestas por un juez.

Financiación del terrorismo

ARTICULO 306.-

1. Será reprimido con prisión de cinco (5) a quince (15) años y multa de dos (2) a diez (10)
veces del monto de la operación, el que directa o indirectamente recolectare o proveyere
bienes o dinero, con la intención de que se utilicen, o a sabiendas de que serán utilizados, en
todo o en parte:

a) Para financiar la comisión de un delito con la finalidad establecida en el artículo 41


quinquies;

b) Por una organización que cometa o intente cometer delitos con la finalidad establecida en
el artículo 41 quinquies;

c) Por un individuo que cometa, intente cometer o participe de cualquier modo en la


comisión de delitos con la finalidad establecida en el artículo 41 quinquies.

2. Las penas establecidas se aplicarán independientemente del acaecimiento del delito al que
se destinara el financiamiento y, si éste se cometiere, aún si los bienes o el dinero no fueran
utilizados para su comisión.

3. Si la escala penal prevista para el delito que se financia o pretende financiar fuera menor
que la establecida en este artículo, se aplicará al caso la escala penal del delito que se trate.

4. Las disposiciones de este artículo regirán aún cuando el ilícito penal que se pretende
financiar tuviere lugar fuera del ámbito de aplicación espacial de este Código, o cuando en el
caso del inciso b) y c) la organización o el individuo se encontraren fuera del territorio
nacional, en tanto el hecho también hubiera estado sancionado con pena en la jurisdicción
competente para su juzgamiento.

El delito consiste en recolectar (recoger, reunir, recaudar, etc.) o proveer ( aportar, dar,
entregar, etc.) bienes o dinero, con la intención de que se utilicen, o a sabiendas de que serán
utilizados, para financiar algún delito con la finalidad prevista en el art. 41 quinquies del Código
Penal, esto es, aterrorizar a la población u obligar a las autoridades públicas nacionales o
gobiernos extranjeros o agentes de una organización internacional a realizar un acto o
abstenerse de hacerlo, en cuyo caso, la escala penal se incrementa en el doble del mínimo y el
máximo. La infracción no se perfecciona con '"solicitar'' bienes o dinero para financiar estas
actividades, sino en receptarlos o aportarlos con dicha finalidad, pero la recolección no alcanza
al reclutamiento de personas para integrar la organización, debe tratarse de bienes o dinero.
Los delitos terroristas tienen como característica central la de tener una estructura propia de
los delitos de organización, en los que, precisamente, el elemento organizativo es esencial. La
finalidad terrorista es un móvil de la organización, no de quienes la integran.

Tal vez el mayor problema en el marco de estos delitos es definir qué se entiende por
"terrorismo" o actividad terrorista, puesto que lo que más caracteriza al vocablo es su
interminación conceptual. Con arreglo al Convenio Internacional para la Represión de la
Financiación del Terrorismo,

son actos terroristas aquellos destinados a causar la muerte o lesiones corporales graves a un
civil o a cualquier otra persona que no participe directamente en las hostilidades en una
situación de conflicto armado, cuando el propósito de dicho acto, por su naturaleza o contexto,
sea intimidar a la población u obligar a un gobierno o a una organización internacional a
realizar un acto o abstenerse de hacerlo.

Se trata de un delito común, de titularidad indiferenciada, doloso de dolo directo, que se


caracteriza subjetivamente por la finalidad perseguida, realizar actividades terroristas. Por
tratarse de un delito intencional de resultado cortado, la consumación coincide con las
acciones típicas. La tentativa es posible.

Abuso de información privilegiada

ARTICULO 307.- Será reprimido con prisión de uno (1) a cuatro (4) años, multa equivalente al
monto de la operación, e inhabilitación especial de hasta cinco (5) años, el director, miembro
de órgano de fiscalización, accionista, representante de accionista y todo el que por su
trabajo, profesión o función dentro de una sociedad emisora, por sí o por persona
interpuesta, suministrare o utilizare información privilegiada a la que hubiera tenido acceso
en ocasión de su actividad, para la negociación, cotización, compra, venta o liquidación de
valores negociables.

El bien jurídico es el derecho de los inversionistas en el mercado de valores a que se les


garantice la igualdad de condiciones y oportunidades frente a quienes tienen acceso a cierta
información reservada o privilegiada.

El delito consiste en suministrar ( comunicar. entregar, dar, proveer, proporcionar, brindar, etc.)
o utilizar (hacer uso, valerse de, etc.) información privilegiada a la que se tuvo acceso en
ocasión de la actividad, posición, cargo o función desempeñada en una sociedad emisora. Es el
delito del insider trading. El fin que se persigue en estos casos consiste en aprovecharse de tal
información para obtener ventajas en el mercado de valores o de capitales. Las conductas
incriminadas implican acciones potencialmente perjudiciales no sólo para el mercado de
valores, sino también para los agentes económicos que desarrollan su actividad en él. La fuga
de información reservada produce una fuga de ahorristas e inversores hacia otros mercados
más seguros.

La información privilegiada es aquella información no disponible para el público en general,


cuya divulgación podría tener una influencia significativa en el mercado de valores. El concepto
implica un elemento normativo definido en el Código Penal (art. 77 CP). Se trata de un delito
especial propio, pues sólo puede ser cometido por los agentes y/o funcionarios enunciados en
el tipo penal, aunque también queda abarcada dentro del círculo de autores la "persona
interpuesta" (prestanombres o testaferros), quien es el agente que da la cara o figura en los
papeles, "reemplazando" al funcionario que lleva a cabo el negocio aprovechándose de la
información a la que tiene acceso. Es un delito doloso, de dolo directo, al que se le añade un
elemento subjetivo del injusto, consistente en usar o suministrar la información privilegiada
para obtener ventajas en el mercado de valores. Se trata de un delito de pura actividad, de
peligro abstracto, que se consuma con el uso o el suministro de la información privilegiada.

Agravantes

ARTICULO 308.- El mínimo de la pena prevista en el artículo anterior se elevará a dos (2) años
de prisión y el máximo a seis (6) años de prisión, cuando:

a) Los autores del delito utilizaren o suministraren información privilegiada de manera


habitual;

b) El uso o suministro de información privilegiada diera lugar a la obtención de un beneficio


o evitara un perjuicio económico, para sí o para terceros.

El máximo de la pena prevista se elevará a ocho (8) años de prisión cuando:

c) El uso o suministro de información privilegiada causare un grave perjuicio en el mercado


de valores;

d) El delito fuere cometido por un director, miembro del órgano de fiscalización,


funcionario o empleado de una entidad autorregulada o de sociedades calificadoras de
riesgo, o ejerciera profesión de las que requieren habilitación o matrícula, o un funcionario
público. En estos casos, se impondrá además pena de inhabilitación especial de hasta ocho
(8) años.

El delito se agrava por la concurrencia de dos situaciones: la habitualidad (repetición de actos)


y el logro de un beneficio o la evitación de un perjuicio económico, para el agente o para un
tercero. La mayor penalidad exige un incremento económico cierto y concreto y la evitación de
un perjuicio efectivo.

Se incrementa aún más la pena cuando el uso o suministro de información privilegiada causare
un grave perjuicio en el mercado de valores y cuando el delito fuere cometido por ciertos
sujetos que reúnen una determinada calidad funcional en el marco de una entidad
autorregulada o en una sociedad calificadora de riesgo, cuando se trate de un funcionario
público Y cuando el autor fuere ejerciere una actividad profesional de las que requieren
habilitación, en cuyo caso, corresponde la aplicación, además, la una pena de inhabilitación
especial.

Realización de operaciones para alterar los precios

ARTICULO 309.-

1. Será reprimido con prisión de uno (1) a cuatro (4) años, multa equivalente al monto de la
operación e inhabilitación de hasta cinco (5) años, el que:

a) Realizare transacciones u operaciones que hicieren subir, mantener o bajar el precio de


valores negociables u otros instrumentos financieros, valiéndose de noticias falsas,
negociaciones fingidas, reunión o coalición entre los principales tenedores de la especie, con
el fin de producir la apariencia de mayor liquidez o de negociarla a un determinado precio;

b) Ofreciere valores negociables o instrumentos financieros, disimulando u ocultando


hechos o circunstancias verdaderas o afirmando o haciendo entrever hechos o circunstancias
falsas.

2. Será reprimido con prisión de dos (2) a seis (6) años, cuando el representante,
administrador o fiscalizador de una sociedad comercial de las que tienen obligación de
establecer órganos de fiscalización privada, informare a los socios o accionistas ocultando o
falseando hechos importantes para apreciar la situación económica de la empresa o que en
los balances, memorias u otros documentos de contabilidad, consignare datos falsos o
incompletos.

El delito no consiste en el sólo hecho de alterar los precios de ciertos valores negociables, sino
en realizar transacciones u operaciones (por ej. compra y venta) que hicieren subir, mantener o
bajar el precio de valores negociables u otros instrun1entos financieros, valiéndose de los
medios previstos en la norma, con el fin de generar la apariencia de mayor liquidez o
negociarlos a un determinado precio. Como se ha puesto de relieve, la ley castiga el hecho de
forzar dolosamente la ley de la oferta y la demanda en perjuicio del comercio, de la industria,
de los consumidores o de los que han colocado sus capitales en valores o fondos públicos
(Aboso). Los medios de que puede valer el agente son las noticias falsas (hechos o sucesos no
ocurrido en la realidad u ocurridos de manera diferente a la realidad), las negociaciones
fingidas (operaciones inexistentes p simuladas) y la reunión o coalición entre los principales
tenedores de los valores negociables.

Se trata de un delito doloso, de dolo directo, subjetivamente configurado (de resultado


cortado), pues exige, además del dolo, el fin de producir la apariencia de mayor liquidez o de
negociar los instrumentos financieros a un determinado precio. Tratándose de un delito de
resultado (debe haber efectiva influencia en el alza y baja de los precios de los valores
negociables), se consuma cuando se produce esa variación en los pecios. La tentativa es
posible.

Ofrecimiento fraudulento de valores negociables

El delito está previsto en el inc. 1. b) del art. 309 y consiste en ofrecer (proponer, invitar,
sugerir, etc.) valores negociables o instrumentos financieros, disimulando u ocultando hechos o
circunstancias verdaderas o afirmando o haciendo entrever hechos o circunstancias falsas.

Es un delito doloso, de dolo directo, de pura actividad y de peligro abstracto, que se consuma
con el mero ofrecimiento del instrumento financiero. La tentativa no es posible.

El inc. 2° del mismo artículo, castiga dos tipos de injusto: uno, consistente en informar (hacer
conocer, en forma oral o escrita) a los socios o accionistas de una sociedad comercial,
ocultando o falseando hechos o circunstancias importantes para apreciar la situación
económica de la empresa, y el otro, consistente en consignar datos falsos o incompletos en sus
instrumentos contables (balances, memorias, etc.).

Se trata de un delito especial de autor cualificado, doloso, de dolo directo, de pura actividad y
de peligro abstracto, que se consuma con la realización de las conductas típicas. La tentativa no
parece posible.
Delitos que importan una infracción a un deber extra penal

ARTICULO 310.- Será reprimido con prisión de uno (1) a cuatro (4) años, multa de dos (2) a
ocho (8) veces el valor de las operaciones realizadas e inhabilitación especial hasta seis (6)
años, el que por cuenta propia o ajena, directa o indirectamente, realizare actividades de
intermediación financiera, bajo cualquiera de sus modalidades, sin contar con autorización
emitida por la autoridad de supervisión competente.
En igual pena incurrirá quien captare ahorros del público en el mercado de valores o prestare
servicios de intermediación para la adquisición de valores negociables, cuando no contare
con la correspondiente autorización emitida por la autoridad competente.

El monto mínimo de la pena se elevará a dos (2) años cuando se hubieran utilizado
publicaciones periodísticas, transmisiones radiales o de televisión, internet, proyecciones
cinematográficas, colocación de afiches, letreros o carteles, programas, circulares y
comunicaciones impresas o cualquier otro procedimiento de difusión masiva.

El artículo establece tres clases de infracciones que tienen en común la de configurar


modalidades delictivas consistentes en una violación a un deber extrapenal esto es, la
realización de una actividad con inobservancia de la legislación respectiva, Ley Nº 21526 de
Entidades financieras. En todos los casos, los tipos requieren de una acción negativa: no contar
con la autorización de la autoridad competente.

1) Intermediación financiera no autorizada. El delito consiste en realizar actividades de


intermediación financiera -que son las que se encuentran reguladas por la Ley Nº 21526 de
Entidades financieras-, sin contar con la autorización de la autoridad de supervisión
competente. La "intermediación financiera" implica un proceso en el cual se produce la
captación de recursos y su posterior transferencia a un tercero, vale decir, la incorporación de
recursos financieros a una determinada entidad para su ulterior colocación en el marcado. Ello
implica un circuito financiero en el cual los recursos provenientes del público, en forma de
depósito, posteriormente vuelven al público en forma de préstamo. Son sujetos activos de este
delito los intermediarios financieros, esto es, los bancos comerciales, de inversión,
hipotecarios, compañías financieras, sociedades de ahorro y préstamo para la vivienda y las
cajas de crédito (art. 2º, Ley Nº 21526), y cometen el delito sólo y cuando no cuenten con la
autorización de la autoridad competente, el Banco Central de la República Argentina (art. 7º,
Ley Nº 21526).

Se trata de un delito doloso, de dolo directo, de pura actividad y de peligro abstracto, que se
consuma cuando se realiza una repetición (habitualidad) de actos de intermediación en el
mercado financiero.

2) Captación de ahorros. La misma penalidad se prevé para quienes captaren ahorros del
público o prestaren algún servicio de intermediación para la adquisición de valores
negociables, cuando no cuentan con la correspondiente autorización de la autoridad de
supervisión competente.

3) Agravante. En ambos supuestos, la pena se incrementa en su monto mínimo, cuando se


haya utilizado algún medio de difusión masiva, como ser, publicaciones periodísticas, radio,
televisión, carteles, afiches, etc.

Falsedad en operaciones crediticias o en valores negociables


ARTICULO 311.- Serán reprimidos con prisión de uno (1) a cuatro (4) años, multa de dos (2) a
seis (6) veces el valor de las operaciones e inhabilitación de hasta seis (6) años, los
empleados y funcionarios de instituciones financieras y de aquellas que operen en el
mercado de valores que insertando datos falsos o mencionando hechos inexistentes,
documentaren contablemente una operación crediticia activa o pasiva o de negociación de
valores negociables, con la intención de obtener un beneficio o causar un perjuicio, para sí o
para terceros.

En la misma pena incurrirá quién omitiere asentar o dejar debida constancia de alguna de las
operaciones a las que alude el párrafo anterior.

El delito consiste en documentar contablemente (registrar, confeccionar) una operación


crediticia o de negociación de valores negociables, por medio de la inserción de datos falsos o
de hechos inexistentes, con lo cual se deteriora la confianza que se debiera tener de la
actividad del mercado financiero y de valores. Se trata de un delito de acción doble, que
requiere ambas conductas, documentar contablemente mediante una falsedad.

El segundo párrafo del precepto legal castiga la omisión de asentar o dejar debida constancia
de la realización de una operación crediticia o de una negociación de valores negociables. Es un
tipo de omisión propio.

Son delitos especiales propios, pues sólo puede ser cometido por agentes y funcionarios de
instituciones financieras (bancos comerciales, de inversión, cajas de crédito, etc.) o de
entidades que operen en el mercado de valores. Doloso, de dolo directo, de pura actividad, de
peligro abstracto y de resultado cortado, que se consuma, en el primer caso, con la registración
contable falsa y, en el segundo caso, con la omisión. La tentativa no resulta admisible.

Cohecho financiero

ARTICULO 312.- Serán reprimidos con prisión de uno (1) a seis (6) años e inhabilitación de
hasta seis (6) años, los empleados y funcionarios de instituciones financieras y de aquellas
que operen en el mercado de valores que directa o indirectamente, y con independencia de
los cargos e intereses fijados por la institución, reciban indebidamente dinero o algún otro
beneficio económico, como condición para celebrar operaciones crediticias, financieras o
bursátiles.

El delito consiste en recibir (tomar, recoger, etc.), directa (por el propio agente activo) o
indirectamente (a través de terceros, testaferros) y en forma indebida (al margen de lo
establecido en las leyes respectivas), dinero o algún otro beneficio económico para celebrar
operaciones crediticias. financieras o bursátiles. El delito es doloso, de dolo directo, que se
consuma con la recepción del dinero o de los beneficios económicos prometidos.

Responsabilidad de la persona jurídica

ARTICULO 313.- Cuando los hechos delictivos previstos en los artículos precedentes hubieren
sido realizados en nombre, o con la intervención, o en beneficio de una persona de existencia
ideal, se aplicarán las disposiciones previstas en el artículo 304 del Código Penal.

Cuando se trate de personas jurídicas que hagan oferta pública de valores negociables, las
sanciones deberán ser aplicadas cuidando de no perjudicar a los accionistas o titulares de los
títulos respectivos a quienes no quepa atribuir responsabilidad en el hecho delictivo. A ese
fin deberá escucharse al órgano de fiscalización de la sociedad.
Cuando la persona jurídica se encuentre concursada las sanciones no podrán aplicarse en
detrimento de los derechos y privilegios de los acreedores por causa o título anterior al
hecho delictivo. A ese fin deberá escucharse al síndico del concurso.

Se trata de una disposición que consagra la responsabilidad penal de la persona jurídica, que
haya intervenido, de cualquier forma en alguno de los delitos previstos entre los artículos 303 a
310 del Código Penal, en cuyo caso, se aplica el régimen sancionatorio establecido en el art.
304.

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