Teologia 35
Teologia 35
Teologia 35
SUMARIO
MONS.ANDRESSAPELAK
OBISPO EPARCA DE LOS UCRANIOS
BUENOS AIRES. ARGENTINA
"VUESTRA HERMANDAD QUE
ESTÁ EN EL MUNDO" (1 Pe 5, 9)
Apuntes bíblicos para una eclesiología
Ese es, sin duda, Jesús, a quien Pablo va a l1amar "el primogéni-
to entre muchos hermanos": Rm 8,29. El autor de la carta a los
Hebreos será, en ese sentido, mucho más enfático:
"VUESTRA HERMANDAD QUE ESTA EN EL MUNDO" (I Pe 5,9) 15
"Y el rey les dirá: "En verdad les digo que cuanto hicieron a uno de estos
hermanos míos más pequeños (toon adelfoon moíi toon elachístoon),
a mí me lo hicieron": Mt 25,40.
" ... que se apareció a Cefas y luego a los Doce. Después se apareció a más
de quinientos hermanos a la vez (epánoo pentakosíois adelfofs efápax),
de los cuales todavía la mayor parte viven y otros murieron.
"Yo les digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano (too adelfoo
autou) será reo ante el tribunal, pero el que llame a su hermano (too adel-
fóo autou) "imbécil", será reo del sanedrín, y el que 10 llame "renegado"
será reo de la gehenna de fuego. Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar
te acuerdas entonces de que un hermano tuyo (ho adelfós sou) tiene algo
contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconci-
liarte con tu hermano (too adelfóo sou), luego vuelves y presentas tu
ofrenda": Mt 5,22-24.
"¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano (too adel-
fóo sou), y no reparas en la viga que hay en tu ojo? ¿O cómo vas a decir
a tu hermano (too adelfóo sou): "Deja que te saque la brizna de tu ojo,
teniendo la viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo,
y entonces podrás ver para sacar la brizna del ojo de tu hermano (tol1
adelfou sou)": Mt 7,1-5. Le 6,41-42.
"Si tu hermano (ho adelfós sou) llega a pecar, vete y repréndele, a solas
con él. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano (ton adelfón sou). Si
no te escucha, toma todavía contigo uno o dos, para que todo asunto
quede zanjado por la palabra de dos o tres testigos. Si los desoye, díselo
a la comunidad. Y si hasta a la comunidad desoye, sea para ti como el
gentil y el publicano": Mt 18,15-17. Le 17,3.
"Pedro se acercó entonces y le dijo: "Señor ¿cuántas veces tengo que
perdonar las ofensas que me haga mi hermano (ho adelfós mou)? ¿Hasta
siete veces?" DÍcele Jesús: "No te digo hasta siete veces, sino hasta se-
tenta veces siete": Mt 18,21-22. Le 17,4.
"y encolerizado su señor, le entregó a los verdugos hasta que pagase todo
10 que debía. Eso mismo hará con ustedes mi Padre celestial, si no perdonan
de corazón cada uno a su hermano (too adelfoo autou)": Mt 18,34-35.
"VUESTRA HERMANDAD QUE ESTA EN EL MUNDO" (1 Pe 5,9) 17
"Elle dijo: ''Ha vuelto tu hermano (ho adelfós sou) y tu padre ha matado
el novillo cebado, porque le ha recobrado sano. El se irritó y no quería
entrar. Salió su padre, y le suplicaba ... Hijo, tú siempre estás conmigo,
y todo lo mío es tuyo. Pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse, por-
que este hermano tuyo (ho adelfós sou houtos) estaba muerto, y ha vuel-
to a la vida, estaba perdido y ha sido hallado": Lc 15,27-28,31-32.
Pospuestas todas las cosas, aun las más queridas, para abrazar
esta fraternidad, en la que se proclama el común origen de un solo
Padre y campea Jesucristo como único Jefe, no tiene sentido or-
ganizarla enfatizando 10 que cada uno es dentro de ella, es decir
los derechos, sino más bien el servicio, es decir los deberes:
"Ustedes, en cambio, no se dejen llamar "Rabbí", porque uno solo es vues-
tro Maestro, y ustedes son todos hermanos (pántes de hymefs adelfoÍ este).
Ni llamen a nadie "Padre" vuestro en la tierra, porque uno solo es vues-
tro Padre: el del cielo. Ni tampoco se dejen llamar "Directores", porque
uno solo es vuestro Director: el Cristo. El mayor entre ustedes será vuestro
servidor. Pues el que se ensalce, será humillado, y el que se humilla será
ensalzado": Mt 23,8-12.
18 CARMELO GIAQUINTA
3. La hermandad en el mundo
de su amo, "no como esclavo, sino como algo mejor que un escla-
vo, como un hermano querido": v.16.
Los romanos son hermanos que Pablo no conoce, y, sin embar-
go, tan unido se siente a ellos. ¡Cuántas veces se propuso ir a visi-
tarlos, sin haber podido todavía realizar ese deseo!: Rm 1,13. Re-
flexiona con ellos en alta voz cómo por la muerte de Jesucristo
han sido liberados de la ley mosaica y han pasado a pertenecer
a otro, al resucitado: 7,1.4 : No tiene sentido, por tanto, vivir
según las apetencias de los sentidos: 8,12. Les confiesa que le due-
le en el alma que los judíos -"mis hermanos, los de mi raza según
la carne" (hyper toon adelfoon mou toon syggenoon mou kata
sárka): 9,3- no hayan aceptad o a Jesucristo, pero ora para que crean:
10,1, y está cierto que Israel será salvo: 11,25. Toda la existencia
de un cristiano ha de ser cual una liturgia viviente: 12,1, y no han
de olvidar de orar por él: 15,30. Evítese el juzgar o despreciar al
hermano: 14,10, y el ponerle tropiezo o motivo de escándalo:
14,13.21. Pablo aquí es taxativo, como lo había sido antes con
los corintios: 1 Co 8,13. No hay derecho propio, por sólido que
sea, que prevalga sobre el bien del hermano: "si por un alimento
tu hermano se entristece, tú no procedes según la caridad. Que
por tu comida no destruyas a aquél por quien murió Cristo":
Rm 14,15. Los hermanos deben amonestarse mutuamente: 15,14,
y han de guardarse de los que suscitan divisiones y escándalos
contra la doctrina recibida: 16,17.
La carta a los Colosenses, "los hermanos fieles en Cristo": Col
1,2, nos hace conocer la existencia de los "hermanos de Lao-
dicea": 4,15, tal vez los mismos a quienes en la carta a los Efesios
les desea "paz y caridad con fe de parte de Dios Padre y del Señor
Jesucristo": Ef 6,23.
Timoteo, que tantas veces en las cartas aparece mencionado
como el "hermano", recibe una carta inculcando cuanto ha de
enseñar a los hermanos: 1 Tm 4,1, incluso a los esclavos, los cua-
les no han de abusar de su situación frente a los amos creyentes:
6,2.
La carta a los Hebreos, escrita como una exhortación: Hb 13,22,
aporta algunos rasgos más. Los hermanos, santos, partícipes de
una vocación celestial: 3,1, pueden sufrir la tentación de la incre-
dulidad: 3,12. Y, de hecho, algunos inciden en ella. Pero los her-
manos pueden tener la plena seguridad de que alcanzarán la meta
en virtud de la sangre de Jesús: 10,19.
Entre los numerosísimos textos en los cuales San Pablo alude o
trabaja la noción de "hermanos", algunos merecen ser especial-
mente destacados por su peculiar connotación eclesiológica y
moral, como se verá luego.
"Porque, hennanos, han sido llamados a la hbertad. Sólo que no tomen
de esa libertad pretexto para la carne, antes al contrario, sírvanse por
"VUESTRA HERMANDAD QUE ESTA EN EL MUNDO" (1 Pe 5,9) 23
amor los unos a los otros". Pues toda la ley alcanza su plenitud en este
solo precepto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Pero si se muerden
y devoran mutuamente, ¡miren no vayan mutuamente a destruirse!": Ga
5,13-15.
"Respecto a lo inmolado a los ídolos, es cosa sabida, pues todos tenemos
ciencia. Pero la ciencia hincha, el amor en cambio edifica. Si alguien cree
conocer algo, aún no lo conoce como se debe conocer. Mas si uno ama a
Dios, ése es conocido por él. Ahora bien, respecto del comer lo sacrificado
a los ídolos, sabemos que el ídolo no es nada en el mundo y no hay más
que un único Dios. Pues aun cuando se les dé el nombre de dioses, bien en
el cielo, bien en la tierra, de forma que hay multitud de dioses y de señores,
para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, del cual proceden
todas las cosas y para el cual somos. Y solo Señor, Jesucristo, por quien son
todas las cosas y por el cual somos nosotros. Mas no todos tienen este
conocimiento. Pues algunos, acostumbrados hasta ahora al ídolo, comen la
carne como sacrificada a los ídolos, y su conciencia, que es débil, se man-
cha. No es ciertamente la comida lo que nos acercará a Dios. Ni somos
menos porque no comamos, ni somos más porque comamos. Pero tengan
cuidado que ésta, vuestra libertad no sirva de tropiezo a los débiles. En
efecto, si alguien te ve a ti, que tienes conocimiento, sentado a la mesa en
un templo de ídolos, ¿no se creerá autorizado por su conciencia, que es
débil, a comer lo sacrificado a los ídolos? Y por tu conocimiento se pierde
el débil: ¡el hermano por quien Cristo murió! (ho adelfas di'han Christos
apéthanen). Y pecando así contra vuestros hermanos (eis tous adelfous),
hiriendo su conciencia, que es débil, pecan contra Cristo. Por tanto, si un
alimento causa escándalo a mi hermano (ton adelfón mou), nunca comeré
carne para no dar escándalo a mi hennano (ton adelfón mou)": 1 Co 8,
1-13; Rm 14,1-23.
"¿De qué sirve, hennanos míos (adelfoí mou), que alguien diga: "Tengo
fe", si no tiene obras? ¿Acaso podrá salvarle la fe? Si un hermano o una
hennana (adelfos ee adelfee) están desnudos y carecen de sustento diario,
y alguno de ustedes le dice: "Vayan en paz, caliéntense y hártense", pero no
le dan lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve? Así también la fe, si no
tiene obras, está realmente muerta": St 2,14-17.
l. La noción de amistad
"Ahora podríamos hablar sobre la amistad ... " 1 Los libros VIII
y IX de la Etica de Aristóteles presentan una serie bien nutrida de
significados analógicos del término "amistad". Philía designa tanto
la íntima relación entre dos personas que se conocen y se aman,
coino la vinculación más o menos lejana que existe entre gober-
nantes y súbditos, En algunos pasajes el vocablo aparece con una
concentración temática que incluye circunstancias muy concretas;
otras veces, más diluido, significando cualquier "asociación",
siquiera ocasional, como entre comerciantes y viajeros, y más
universalmente, la raíz de todos estos movimientos anímicos: el
movimiento fundamental, de un ser humario hacia otro. Se podrían
leer estos libros con el designio de construir un catálogo de tales
acepciones y ordenarlas jerárquicamente, "per prius et posterius" ,
según realicen con mayor o menor plenitud el concepto de amis-
tad, la "ratio amicitiae".
Para hablar de la amistad es ineludible referirse antes al amor,
"La amistad es amor de mutua benevolencia, fundado en una
cierta comunicación", Así introduce Pedro de Bérgamo en su
"Tabula Aurea"2 un texto de Santo Tomás de Aquino, que
afirma: "La amistad añade al amor la reciprocidad (mutuam
redamationem) y la mutua comunicación" 3,
• Estas notas de estudio, redactadas hace más de una década y apenas retocadas ahora
para su publicación, no pretenden originalidad ni rigor científico. Se trata, simplemente
de una meditación sobre algunos textos-fuente. Por eso, se omite toda referencia a ~
inmensa bibliografía que existe sobre un tema que, como lo demuestra la historia de las
doctrinas, se revela inagotable.
1 Ethica Nicomachea VIII c.I 1155 a 3. Ed. L. Bywater, Oxford University Press,
1957 (= Scriptorum Classicorum Bibliotheca Oxoniensis).
2 In opera S. Thomae Aquinatis Index seu Tabula Aurea... Ed. fototypica. Roma,
Paulinae, 1960, p. 68.
3 Summa Theologiae HI 65 5.
DEL AMOR Y LA AMISTAD 29
29 HI 273 "Ex hoe enim quod aliqui duo sunt similes quasi habentes unam formam,
sunt quodammodo unum in forma illa".
30 Eth. Nie. IX e.4 1166 a 1.
31 lb. 1166 a 31.
32 lb. e8 1168 b 9.
33 CL In IX Ethie. Ieetíones 8 et 9.
34 IHI 254.
DEL AMOR Y LA AMISTAD 35
4. El amor es unión
Pero el amor mismo es esencialmente umon: "fuerza unitiva
y sincrética" (hen6tikén tina kai synkratiken dynamin)4 2. Es una
fuerza unitiva, dynamis en el sentido generico de "todo aquello
que tiene eficacia para producir algo", como observa Santo To-
más, aunque mejor podría llamarse al amor "unión y concreción
dinámica ("unitio et concretio virtuosa"), para precisar con mayor
exactitud su carácter formal de nexo o unión, pues el que ama y
el ser amado coinciden en un0 43 . Al descubrir un vestigio de la
Trinidad en la caridad, San Agustín decía: "El amor es de al-
guien que ama, y con amor alguien es amado. Hay aquí tres rea-
lidades: el que ama, el que es amad~, y el amor. ¿Qué es enton-
ces el amQf sino una vida que une, o ansía unir, otras dos vidas,
a saber, al amante y al amado?" 44. Se trata de una unión afectiva,
una transformación de la afectividad en la realidad amada que for-
ma, informa, colma con su bondad al sujeto amante, según la
terminología que utiliza Santo Tomás en su comentario a las Sen-
tencias: "cuando el afecto o el apetito está plenamente imbuido
de la forma del bien que es, para él, objeto, se' complace en éste,
se adhiere a él y queda en él como fijo; y entonces se dice que lo
ama ... el amor no es más que una especie de transformación del
afecto en la realidad amada"46. Es difícil encontrar términos su-
ficientemente dúctiles y a la vez exactos para expresar esta unión
inefable que constituye formalmente al amor, pues no se trata
41 ef. I-H 26 4.
42 In librum de Div. Nominibus c. 4 lect. 12 n. 455: "quamdam virtutem unitivam
et concretivam". Ce. Textus Dionysii, n. 180.
43 lb.: "secundum quod amans et amatum conveniunt in aliquo uno".
44 De Trinitate VIII 10 PL 42 960: "Amor alicuius amantis, est, et amore aliquid
amatur. Eece tria sunt: amanso et quod amatur, et amor. Quid est ergo amor, nisi quae-
dam vitaduo aliqua copulans, ve! copulare appetens. amantem scilicet et quod amatur? ...
Et iIIie igitur tria sunt: amans, et quod amatur, et amor".
46 Scriptum super Sententiis, L IIl, d.27 q.1 a.1: "quando affectus ve! appetitus
omnino imbuitur forma boni quod est sibi obiectum, complacet sibi in iIlo et adhaeret
ei quasi fixum in ipso; et tunc dicitur amare ipsum ... amor nihil aliud est quam quaedam
transformatio affectus in rem amatam".
DEL AMOR Y LA AMISTAD 37
54 11-11 25 7.
55 Cf. In IX Ethic. lectio 4 n. 1799.
56 San Juan de la Cruz, Subida del Monte Carmelo 1,4.
57 HI 281 ad 2: "unío quae convenít et decet".
58 1-11 28 3: "quando appetitus alicuius in alterum fertur, exiens quodammodo
extra ipsum ... " Cf. In librum de Div.Nominibus c.4 lect. 10; textus n. 168; "ésti de kai
ekstatikós ho theios érils". El eros divino es extático.
59 Cf. 1-11 28 2.
60 lb.
61 C0nfessiones IV 6. Ed. Labriolle T.l p. 74: "Bene quidam dixit de amico suo:
"dimidium animae suae". Nam ego sensi animam meam et animam illius unam fuisse
animam in duobus corporibus ... " Una expresión semejante en S. Gregorio Nacianceno,
hablando de su amistad con S. Basilio: "como si una sola alma llevara dos cuerpos"
(Orat. 43,16-21, in Iaudem Basilii M. PG 36514 ss.).
62 Eth. Nic. VIII c.5 1157 b 19; Santo Tomás in h.l. lectio S n.1600: " ... nihil est
proprium amicorum sicut convivere".
40 HECTOR AGUER
66 U-U 25 7: "Unusquisque enim atnicus primo quidem vult suum amicum esse et
vivere; secundo, vult ei bona; tertio, operatur bona ad ipsum; quarto, convivit ei delec-
tabiliter; quinto, concordat cum ipso, quasi in iisdem delectatus et contristatus". Cf.
Eth. Nic. IX c.4 1166 a 1 ss.
67 Tómese esta sugerencia más bien como una impresión suscitada por la lectura que
como un juicio fundado en razones histórico-críticas. Aquí se halla implicado todo un
problema de hermenéutica aristotélica, que de ningún modo intentamos abordar. er.
R. A. Gauthier et J. Y. Jolif: L'éthique a Nicomaque. Introd., trad. et comment. Lou-
vain, Public. Universit.; Paris, Nauwelaerts, 1958-1959, T.2, 2e partie, p. 655 ss.
DEL AMOR Y LA AMISTAD 41
HECTOR AGUER
72 lb.: "dilectio caritatis sub se comprehendit omnes dilectiones humanas, nisi tan-
tum illas quae fundantur super peccaturn, quod non est ordinabile in beatitudinem".
73 Cf. 1-11 4 8.
EN TORNO A LOS ORÍGENES
DEL MONACATO
EN IBEROAMÉRICA
guirre, pza. 22 a); la carta escrita desde la Trapa de Santa Susana a D. Manuel Ortiz de
Basualdo 8-VIII-1825 (Ibídem, Vol. 34, pza. 7a ), y la cita consignada en el Diario de' Pío
IX, de que en 27-11-1824 -en que la misión Muzzí lo encuentra en la cordillera-, está
de viaje a Buenos Aires, para embarcarse a España e ingresar a la citada Trapa (Cfr.:
Historia 1, Santiago 1961.
6 Cfr. AGI, Sevilla, Bulas y Breves, 261 y 262.
7 Eyzaguirre, Vol. 7, pza. za.
s Información proporcionada por la Sra. Josefina Martínez de Mekis.
46 GABRIEL GUARDA O.S.B.
17 Agradecemos las facilidades otorgadas por el R. Sr. Cura Párroco de la citada iglesia,
como la colal:¡oración de Teresa Gisbert de Mesa, quien tomó, con serias dificultades
técnicas, las rcproducciones que publicamos.
DOS NOTAS SOBRE
ANSELMO DE CANTERBURY
1. DOCTRINA MORAL:
CA TEGORIAS AGUSTINIANAS y ESTRUCTURA ANSELMIANA *
1 Observaciones generales
1. Estas reflexiones suponen un largo examen de las tres obras que confi-
guran la trilogía moral de Anselmo: De veritate (DV), De libertate arbitrii
(DLA) y De casu diaboli (DCD). Su fruto fue la toma de conciencia de que
la doctrina del Doctor benedictino gira en tomo a las cuatro grandes cate-
gorías que circunscriben la moral agustiniana: signum-res-uti-frni (De doc-
trina christiana, en especial).
2. Anselmo logra una verdadera reinterpretación de las mismas, sobre todo
de las dos últimas (uti-frni), las más importantes desde el ángulo ético. El
acento original es introducido fundamentalmente gracias a la categoría de
causa.
3. En esta perspectiva resalta la importancia considerable de De casu dia-
boli para captar la ética anselmiana. Ahí, gracias a una íntima conexión entre
el uti y el frni, nuestro autor logra expresar nítidamente su ideal de vida
moral (iusta vo/untas beatitudinis: caps. 14,16), y permite entender, por lo
mismo, el sentido auténtico de la expresión propter se, incluida tanto en su
definición de la iustitia (DV, c.12) como de la libertas (DLA, c.2). La cate-
goría de causa, en tal perspectiva, se abre en dirección de lo que nosotros
consideraríamos como la finalidad.
4. El método seguido se reduce a examinar, primero, cada una de las tres
obras de Anselmo en diversos y sucesivos niveles de lectura, y luego, en in-
terrelación. Resalta así el vigor estructural del proceso anselmiano de inves-
tigación. Es casi posible acabar diseñando una especie de tríptico que per-
mite conectar las tres obras entre sí.
5. El contenido ético presenta varios aspectos: propiamente moral, meta-
físico, teológico y lingüístico. Por su fonna la reflexión se ofrece como
una especie de construcción de la idea de Dios que prolonga al Pros/ogion.
Dan singular testimonio de ello tanto el c.13 de DV como el cJ 2 de DCD,
al mostrar este último la íntima trabazón de omnipotentia-iustitia-beatitudo.
Esto se precisa a la luz trinitaria de la procesión del Hijo (cc.4,19): ex Patre y
per se (cf. Mon%gion, c.44), el Hijo muestra en el seno del a se divino cómo
es posible hablar analógicamente de una especie de juego "causal" que sólo
será imitado desde lejos y precariamente por la creatura a través del propter se
mando su esse objetivo, su naturaleza (res). No hay ni puede haber más que
un Hijo divino que es al mismo tiempo ex altero (del Padre) y per se (Dios);
todas las creaturas son ab alio = sub Deo. Es la manera propia que tienen de
ser ex se, es decir autónomas (libre albedrío). Pero sólo respetando ese dato
objetivo permanecen in se, en su propia naturaleza, y aman lo que debe ser
amado y cómo debe ser amado (rectitudo propter se =el libre albedrío in-
trínsecamente ordenado a la libertas). Al hacerlo practican el verdadero
amor del bien, es decir el amor del verdadero bien, y se constituyen en cier-
to modo en causa de su propia felicidad (mérito).
En efecto, el bien pide ser amado por sí mismo (propter se), pero no pue-
de serlo si la creatura no causa espontáneamente en si ese amor del bien. Al
hacerlo, el libre albedrío se hace causa de su propia justicia, se hace justo
por si mismo, no sólo ex se (como facultad autónoma), sino a se, en la me-
dida en que, además de pasar a la acción sin ninguna violencia, se decide a
querer el bien por el puro amor del bien. Esta es la finalidad propiamente
moral de la rectitudo propter se servata que, al verificar la triple causalidad,
implica la participación de la creatura en la aseidad. Le., en esa perfección
divina que unifica potencia, justicia y beatitud. Por lo mismo, merece tam-
bién, a título de recompensa, participar en ella de manera plena y perfecta:
es la impotentia peccandi. noción donde culmina DCD, y que pese a su nom-
bre indica una sobreabundancia de actividad, de poder y de energía. La
dignitas naturae humanae fmal supera así con mucho la del primer original.
1 Para mayores explicaciones ver nuestros artículos: La doctrina moral de San Ansel-
mo, en Ethos (Revista de Filosofía práctica) 45 (1976-77) 199-212; ¿Cómo interpretar
la moral de San Anselmo? Revista Latinoamericana de Filosofía (1978) 119-140 y Jus-
ticia y Verdad en San Anselmo: el capítulo 12 de "De Veritate", en Patristica et Maedie·
valía (en vías de publicación).
52 EDUARDO BRIANCESCO
De veritate
c. 2-9 • significatiol signum signum
(2-7) res
.usus res:
seco usum (2)
actio (2-5)
seco rem { essentia (7-10)
dO • debitum - causa/effectus
I:! efficiens-formalis-
....:o
u finalis creata
~
Qj
"tj
c.12 • iustitia (propter se: uti
'"
..
Qj
-.; causa finalis
Z perfecta)
c.U • Summa Veritas (a se) (uti-frui)
De Iibertate arbitrü
De casu diaboli
• natura (rationalis)
ud
• moralitas
• Deus frui
• rationalitas (scientia)
2. FE Y RAZON
EN EL "CUR DEUS HOMO"*
I - Introducción
5. Así, por paradójico que parezca, sólo la fe cristiana capacita para mar-
char sola ratione de manera correcta (recte) y eficaz hasta el fm (que no es
tal porque el pensar del Misterio es sin fm). Posibilidad y realidad de un pen-
sar salvífico en la medida en que, al practicarlo, se salda racionalmente el
debitum de la satisfacción humana requerida por el pecado. Más allá de la
exigencia de creer (credendum: término del libro 1), el ejercicio racional de
la fe (credere en Christum) muestra que el debitum, lejos de desmentir
la capacidad racional del hombre, la fecunda infmitamente. La lógica plena-
mente racional de la redención cristiana, practicada por cristianos, ilustra
bien lo que es, a los ojos de Anselmo de Canterbury, una lides quaerens
intellectum. Y, por añadidura, permite percibir otro aspecto de la fe. Al tér-
mino del recorrido, ésta no es sólo obediencia y mandato sino invitación amo-
rosa divina a acoger libre y racionalmente el mensaje salvífico de Cristo. En
eso culmina el libro II (cc. 20-22) y así todo el CDH3.
6. Importa profundizar más este aspecto capital de la relación entre fe
y razón en el CDH. En efecto, la exigencia de ese plus de la satisfacción que
no puede ser llenada por el hombre solo (per se) -objeto del libro 1- supone
y manifiesta la posibilidad y la necesidad en la naturaleza humana de una
superación (un plus) del dinamismo racional del ser humano, y por lo tanto
del poder de la razón en ~u acceso a la Verdad. Doble potenciación óntica
y noética que se pone de relieve, primero, en el hombre-Dios donde se acen-
túa el aspecto óntico gracias a su constitución singular, y segundo en la huma-
nidad toda que, por lo que concierne a la fe en Cristo, destaca sobre todo el
aspecto noético de su superación. Es decir, la fe aparece como la restauración
de la energía pensante del hombre, en términos anselmianos, del per se hu-
mano a nivel de su racionalidad (raíz y parte de su libertad). Es impres-
cindible ilustrar mejor este aspecto gracias a elementos tomados de la misma
doctrina expuesta en el libro 11.
3 La relación entre los dos libros del CDH podría ser propuesta, a la luz de la dia-
léctica debet- (non) potest, de la manera siguiente: el libro 1 muestra racionalmente
la exigencia irrevocable de un debitum que no puede ser cumplido naturalmente pero
que la fe cristiana anuncia como posible, ie que puede ser saldado a través de la fe, si
se cree en el mensaje cristiano. A su vez, el libro JI, al mostrar en los hechos la posibi-
lidad de satisfacer racionalmente, ie que se puede rectamente pensar en lo que la fe cris·
tiana enseña como verdad salvífica humana, muestra "ipso facto" que se debe pensar
de acuerdo a la fe. Lo que implica que no se puede pensar racional y sensatamente de
manera contraria a lo que enseña la fe.
56 EDUARDO BRIANCESCO
4 Sobre la Fldes mundans cor, terna anseIrniano por excelencia, vernos en el contexto
del CDH, la Commendatio operis ad Urbanum Papam //, y la Epístola de lncamatione
Verbi, en especial párrafo 1.
5 "La vía por la que me conduces aparece tan sólida racionalmente que no puedo
apartarme de ella ni a derecha ni a izquierda. No soy yo quien te conduce sino Aquel
de quien hablarnos. El es quien nos lleva por doquiera en el camino de la verdad".
DOS NOTAS SOBRE ANSELMO DE CANTERBURY 57
todo lo imaginable para un horizonte infiel, le propio del primer Adán peca~
dor 6 .
En efecto, lo que el infiel sólo puede contemplar desde fuera como espec-
tador, luego de haberse hundido en el pozo de la desesperación al que lo
condujo, válidamente en. su orden, la propia lógica de la infidelidad, el cris-
tiano 10 cree, ie lo experimenta en la fe. No sólo como una existencia impues-
ta de afuera que debe ser cumplida oscura, difícil y arbitrariamente, sino des-
de dentro como una plenitud de riqueza humana que, sin quitar nada de las
dificultades del mundo infiel, es susceptible de manifestarse a través de las
energías del hombre. En primer término las racionales, como lo atestigua el
discurso cristológico del CDH, capaz de "satisfacer" precisamente las exi-
gencias de la razón (1,1; 11,17,22 ...) que busca no sólo probar sino
también gozarse con la verdad encontrada (1,1,3,4; II,15 ...). Razón, se dijo;
habría más bien que decir cor ratioruzle, expresión sapiencial de uso frecuente
en el transcurso del libro II (8,14,18,19; cfI,21).
9. El recurso a estas analogías tomadas del CDH permite comprender
mejor un famoso texto de Anselmo, citado a menudo para esclarecer las
relaciones entre fe y razón:
"Nimirum hoc ipsum quod dico: qui non crediderit, non intelliget. Nam qui non cre-
diderit. non experietur; et qui expertus non fuerít non cognoscet. Quantum enim reí
audítum superat experíentia, tantum vincit audientis cognitionem experientis scien-
tia" 7.
l/I - Conclusiones
aportes de cada uno. Por otra parte, los tres libros y sus respectivos
comentarios se ordenarán también así de mayor a menor convergencia (o
también a abierta divergencia) con la propia opinión del presente autor. No
es necesario decir que éstas son y quedan estrictamente personales.
1 Eugene Fisher. Faith l1'ithout Pre;udice. Rebuildinf( Christian AIIÍlude.f TOl1'ard Ju-
daism. Paulisl Press. New York/RamseY/Toronto 1977. 179 pp.
John T. Pawlikowski. Sinai and Calvary. A Meeting of tillO Peoples. Benziger. Beverly
HiIIs. 1976 Ca. 229 pp.
Rosemary Ruether. Faith and Fratricide. The Theological Roots of Antisemitism. A
Crossroad Book. The Seabury Press. New York. 1974.294 pp.
PROBLEMATICA TEOLOGICA DE LAS RELACIONES JUDEO-CRISTIANAS 63
2 El título alude claramente al del libro de Bernhard 0150n: Faith and Prejudice. Ya le
University Press 1963.
3 Fi,her no se ocupa del problema de Pablo. hoy puesto sobre nuevas bases por el libro de
E.P. Sanders. Pau/ and Rabbinic Judaism, A Comparison o[Patterns o[ Religion, SCM Press LId.
Londres 1977,
4 Notar los paralelos parciales en Me 12,38-40; Le 11,37-52; 20, 45-47.
5 Es quizá interesante para los lectores de lengua española traducir aquí del inglés la lista en
cuestión:
- el fariseo "del hombro", porque lleva sus buenas obras al hombro para que sean
vistas por todos,
e! fariseo "de la breve espera" que dice a quien lo necesita para algo: "espere hasta que
haya hecho esta buena acción".
- el fariseo "del cálculo" o la "tenencia de libros" que calcula las virtudes y vicios.
e! fariseo ~Iastimado~ que hiere su cabeza contra el muro delante por no mirar una
mujer o mueve los pies por humildad hasta herirlos,
el fariseo "de pilón" que lleva la cabeza inclinada también por humildad como un
pilón en el mortero,
- el fariseo "temeroso de Dios" como Job.
- el fariseo "amante" como Abraham.
La lista ha sido evidentemente puesta en lenguaje moderno por Fisher y adaptada a la
expresión castellana por mÍ.
Es sabido que la palabra aramea perisín en este texto puede no significar exactamente
"fariseos" ,
64 JORGE MEJIA
añade, desde el descubrimiento de los manuscritos del Mar Muerto, una ter-
cera parte, los esenios, es utilizado por Fisher como principio explicativo
para ciertos textos evangélicos, duros contra los judíos contemporáneos. En
su tenor original, tales textos se referirían precisamente a los saduceos,
adoptando respecto de ellos, más bien infieles a la gran tradición del
judaísmo bíblico, una actitud semejante a la de los mismos fariseos. Esta
hipótesis, propuesta también por otros autores, reviste indudable interés, en
cuanto tiende por lo menos a exorcizar los fariseos de una imagen peyorati-
va, ciertamente falsa en cuanto generalizada que ha pasado incluso al
lenguaje usual en varios idiomas modernos. Las "Orientaciones y Sugeren-
cias" de 1975 tenían ya algo que decir al respect06 . Este texto representa sin
duda una orientación oficial de la Iglesia al respecto.
No obstante, me parece que tal hipótesis requiere todavía más profun-
dizado estudio. En este sentido, alguna explicación particular que Fisher
hace del tema (pp. 47-48), a título de contexto original de la parábola de los
talentos (Mt 25, 14-30; cf. Lc 19, 11-27), no resulta del todo convincente, si
bien el paralelo del Seder Eliyahu Zutta es valioso y digno de cuidadosa
atención. Pero queda en suspenso si los dos siervos allí representados
encarnan respectivamente a fariseos y saduceos.
Estaría menos de acuerdo con Fisher en su capítulo (IV) sobre la
responsabilidad por la muerte de Jesús. Aquí las líneas fundamentales del
tema, en cuanto expuestas porel mismo Segundo Concilio Vaticano (Decla-
ración "Nostra aeta te" n. 4) son indiscutibles. Tal muerte no se puede
atribuir ni a todos los judíos que vivían en aquel tiempo, ni mucho menos a
los actuales. Pero la Declaración menciona expresamente las "autoridades
de los judíos con sus secuaces"7 y cita en nota J n 19,6, que dice (en la versión
de la Biblia de Jerusalén, fiel al texto griego): "Cuando lo vieron los sumos
sacerdotes y los guardias, gritaron ..:". Fisher está obviamente de acuerdo
con esto, notando por su parte que tales "autoridades" judías eran solamen-
te los saduceos, con lo cual su principio genera:l de explicación de la presen-
tación evangélica recibe aquí una nueva y muy importante explicación.
Según esto, si hay alguna participación judía en el proceso (histórico y jurí-
dico) que conduce a la muerte de Jesús, ella queda limitada a estos miembros
degradados y prácticamente apóstatas del pueblo electo. Posición tanto más
digna de nota, cuanto que hoy no es infrecuente en ambientes judíos y
cristianos, por razones exegéticas y otras, negar toda historicidad a la parti-
cipación judía y particularmente a la escena del juicio ante el Sanhedrín.
Sea de esto lo que fuere (pero yo creo que se va demasiado lejos, aún
desde el solo punto de vista exegético), Fisher completa su explicación
propia, con aparente lógica, argumentando a partir de la conlJivencia con
Roma del partido saduceo, para concluir (p. 82) que la motivación del
proceso y la sentencia fueron exclusivamente políticas y no religiosas.
6 Cf. nota 1: "Otro ejemplo (de la conveniencia de "hacer explícito el significado del texto,
teniendo en cuenta los. estudios de los exégetas) es el empleo de las palabras 'fariseo' y
'fariseísmo' que han adquirido un matiz prevalentemente peyorativo". Vale la pena recordar
que las "Orientaciones" citadas fueron publicadas por la Comisión para, las relaciones
religiosas con el judaísmo en la Santa Sede, con la firma de su presidente y secretario.
7 El texto latino original dice así: "Etsi auctoritates Iudaeorum cum suis asseclis mortem
Christi urserunt...".
PROBLEMATICA TEOLOGICA DE LAS RELACIONES JUDEO-CRISTlANAS 65
10 Cf. Lumen genllUm n. 16: "Por último, quienes todavía no recibieron el Evangelio, se
ordenan al Pueblo de Dios de diferentes maneras. En primer lugar aquel pueblo que recibió los
testamentos y las promesas y del que Cristo nació según la carne (cL Rom 9, 4-5). Por causa de
los padres es un pueblo amadísimo en razón de la elección, pues. Dios no se arrepiente de sus
dones y de su vocación (cf. Rom 11.28-29)". .
Noslra aelafe n. 4: "La Iglesia siempre tiene ante sus ojos las palabras del apóstol Pablo
sobre sus hermanos de sangre. a quienes pertenecen la adopción y la gloria, la alianza, la ley, el
culto y las promesas, y también los patriarcas, y de quienes procede Cristo según la carne (Rom
9,4-5). (El texto bíblico está en bastardilla en el original latino).
ib.: " ... los judíos son todavía muy amados de Dios a causa de sus padres, porque Dios no
se arrepiente de sus dones y su vocación". La nota lIcita aquí Rom n, 28-29 y remite al texto
recién transcrito de Lumen ¡;enlium.
11 Calific'ación que Fisher (como otros) evita. En cuanto al Antiguo Testamento, Fisher
prefiere llamarlo (con muchos): "Hebrew Scriptures", denominación ambigua, no sólo porque
la clásica está en la Biblia. sino también porque deja de lado los libros (o textos) arameos y
griegos.
12 Fisher mismo no lo cita. si no me equivoco.
13 Se podrían notar otros puntos menores, en el libro de Fisher. que resultan discutibles. CL
vgr. pp. 22-23 sobre la relación del antisemitismo cristiano con el pagano; p. 31 Marción debe
ser explicado a partir de la Gnosis"etc, La cita de "populus secundum eleclÍonem carissimus".
PROBLEMATICA TEOLOGICA DE LAS RELACIONES JUDEO-CRISTIANAS 67
17 Cf. la fórmula lapidaria de 3, 27: "Todos los bautizados en Cristo os habéis revestido de
Cristo"; también 2, 20: "y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí".
18 cr. vgr. la fórmula "en Cristo Jesús", "en el Señor Jesucristo", frecuente en esta carta.
19 Pawlikowski es muy severo con la Iglesia, a quien considera culpable de haber endurecido
todavía más las posiciones de Pablo (cL pp. 105 a,). Pienso, como diré al final de este articulo,
que una cristología y una eclesiologia sanas son indispensables para construir una adecuada
teología cristiana del judaísmo.
20 Este punto me parece particularmente dudoso.
70 JORGEMEJIA
sentido histórico, me parece cada vez más necesari0 23 • El libro que comenta-
remos en seguida es de ello una prueba palmaria 24 •
Finalmente, el autor trata, en su último capítulo, de lo que llama "The
contemporary re-judaization of Christianity" (p. 222) y, en un apartado
incluido en él, de los "Jewish benefits from Christianity" (pp. 226-229). En
principio, cuando se entabla un diálogo interreligioso ambas partes se enri-
quecen. Pero no estoy seguro de que la "rejudaización" del cristianismo
propuesta por Pawlikowski, supuesta su oportunidad, se realizara mediante
las adquisiciones que él sugiere, correspondientes a otras tantas carencias.
Es aventurado decir que el cristianismo debe todavía adquirir la virtud de la
esperanza, o aprender la importancia de la historia, la responsabilidad por
la creación, la salvación en comunidad y la bondad básica del hombre 25 • En
cuanto al humor como elemento religioso esencial, tal cosa no parece
guardar relación ni con la' seriedad del tema ni con el tema en sí, cualquiera
sea el valor de la eutrape/ia. reconocido, como se sabe, por la tradición
medieval. De los otros puntos diría yo que pertenecen netamente a la común
herencia bíblica de judíos y cristianos y son por tanto característicos de
ambas religiones, si bien es admisible que una u otra época ha acentuado
alguno y dejado otros en la sombra. Pero esto ha ocurrido y ocurre tanto en
el cristianismo como en el judaísmo.
Digamos, a manera de conclusión, que hay que apreciar el valor de este
libro, aún reconociendo sus límites (que son, en mi opinión, sobre todo teo-
lógicos). Tiene el mérito de haber planteado varios temas agudos de nuestras
relaciones mutuas, que es preciso encarar con lealtad y seriedad, si se ha de
avanzar en ellas segura y provechosamente, en bien de ambas religiones.
Mientras sean lo que son, todo esfuerzo, por sincero y auténtico, es inútil.
Es, en este sentido, revelador el poco caso, si alguno, que la autora hace del
Segundo Concilio Vaticano. Por lo que toca a su tesis y a su libro, lo mismo
podría no haber existido. Si no me equivoco, sólo es citado por el prologuis~
ta, y entonces de una manera abiertamente negativa (pp. 5-6).
La refutación de una posición tan extrema se debe apoyar, me parece, en
dos pilares. El primero es el de una correcta hermenéutica católica. La Sra.
Ruether, en lugar de partir de la enseñanza del Nuevo Testamento, leído a la
luz del magisterio de la Iglesia e interpretado sanamente, hace, se podría de-
cir, todo lo contrario. Comienza por usar como clave de tal interpretación,
una dudosa teoría de un doble (o triple) tipo de midras, rabínico, helenístico
y "mesiánico" o sectario (combinado con el anterior)29. Los cristianos
habrían asumido el segundo (contaminado por el tercero), y con la ayuda del
gnosticismo lo habrían llevado a sus últimas consecuencias. Por ejemplo,
según San Pablo (cf. las citas en la nota 62, p. 266), al aceptar la fe "en un
Cristo trascendente", cree él que tiene "una revelación superior a cuya luz la
Tora judía es reducida a una revelacíón demoníaca (demonized) y a un poder
negativo a la altura de los poderes y principados perversos (evíl) que reinan
sobre el cosmos prisionero" (p. 52). La centralidad real del hecho de Jesús,
como revelación del Padre, primero experimentada oscuramente por los
discípulos durante la vida terrena y luego recibida en la fe luminosa de la re-
surrección por la gracia del Espíritu Santo, como explicación suficiente de la
afirmación mesiánica, no juega absolutamente ningún papel en Ruether. Si
alguna vez hubo una lectura reductiva del Nuevo Testamento, punto de
confluencia de muchas otras, es ciertamente ésta. Porque las distintas
formas de midras pueden haber servido, y de hecho sirvieron. para presentar
a las diferentes comunidades tal afirmación central. Pero ella como tal es
independiente de los medios que sirven a su presentación y se funda en otra
realidad, la del Dios amante y providente, volcado (si así se puede decir) al
diálogo salvífico con su criatura en el pueblo de Israel. Esta concepción, que
es el alma del Antiguo Testamento. primero, y luego de la Biblia entera, de la
cual el judaísmo rabínico tiene tan viva conciencia, parece extrañamente ig-
norada por la autora. Con semejante laguna, ninguna hermenéutica cuenta.
Se puede haber escrito un libro entero, igualmente se permanece al margen
del problema. O se habrá por ventura construido un interesante ejercicio
teórico carente de toda vigencia en el pensamiento y la vida real del pueblo
cristiano. N o dejemos, no obstante, de notar el peligro que entraña. con toda
su buena voluntad, porque mira a segar la base en que intenta sustentarse el
presente esfuerzo de reencuentro y reconciliación. Uno no puede evitar un
movimiento de inquietud cuando encuentra este libro citado en algunas
bibliografías, judías o cristianas, sobre las relaciones mutuas.
Esto muestra una vez más, como hemos dicho otras veces y en otros
contextos JO , la importancia capital de una hermenéutica correcta para
encarar los arduos problemas teológicos, que el propósito contemporáneo
de diálogo con el mundo circundante y las grandes religiones, en par~icular,
29 CL pp. 3355.
30 Cf. nuestro artículo "Una nueva cristología latinoamericana" publicado en Documenta-
ción-CELAM 1977. pp. 1383-1396, esp. pp. 1385-6.
74 JORGE MEJIA
Este triple análisis bibliográfico nos ha llevado lejos. Con eso, se muestra
no solamente la importancia que atribuimos a los libros en cuestión, y al
tema en sí mismo, sino también las implicaciones considerables de las rela-
ciones judeo-cristianas ahora entabladas y de la necesaria reflexión teológi-
ca sobre ellas.
Diría para concluir que lo que está en cuestión en esta reflexión es, por
una parte, la correcta interpretación del Nuevo Testamento, y en el fondo,
inevitablemente, de la Biblia entera, y por la otra, una nueva y dificil proble-
mática teológica, que toca a los centros neurálgicos de nuestras síntesis tra-
dicionales: la cristología, la eclesiología, la escatología, y desde luego, la his-
toria verdaderamente tal. Hay que aceptar el desafio, sin duda. Pero acep-
tarlo no significa vaciar la tradición de contenido, o entregarla al mejor
postor, y echar la casa por la ventana. Estoy, en efecto, profundamente
convencido de que lo que enriquecerá nuestras relaciones y las hará avanzar
provechosamente es, de parte cristiana, la fidelidad estr(cta a la identidad de
la fe. Porque a partir de ella se dialoga y en ella están, me parece, todas las
virtualidades requeridas para una nueva teología del judaísmo. Ojalá haya-
mos podido contribuir, con este escrito, a poner alguna piedra en orden a la
construcción de ese ansiado edificio.
JORGE MEJIA
nodo (A) Y las del no y lIla (B); San Elredo de Rieval, Opúsculos:
e indican la relación de las ver- Cuando Jesús tenía doce años
siones entre sí, y la de éstas con los Vida reclusa - Sobre el alma
impresos, del 1° Sínodo (C) y del Oración pastoral. Coedición: Mo-
no y IIIO (D). nasterio Trapense de Ntra. Sra.
Todo este trabajo de archivo se de los Angeles y Edit. Claretiana,
ordena naturabnente a la fijación Bs. As. 1980, 308 págs. (Col. "Pa-
de un nuevo texto crítico, el pro- dres cistercienses ", 4).
puesto en el Capítulo IW . He aquí
los criterios seguidos. Se parte de la
constatación de que, si bien las va- Nos encontramos ante un libro
riantes son numerosas, no todas muy heterogéneo. Son cuatro obras
tienen la misma importancia. "Al- del Abad San Elredo de Rieval,
gunas de ellas, y posiblemente las figura preponderante del monacato
menos, podrán dar origen a diver- inglés del siglo XII; y uno de los
sas interpretaciones" (p. 56). Para principales autores cistercienses de
la fijación del texto no se atiende só- los orígenes. No obstante las diver-
lo al criterio de antigüedad: "No sas características de estos trabajos,
hemos encontrado razón defmitiva tienen todos una misma excelencia
para preferir un manuscrito hasta an- espiritual.
teponerlo a todos los demás, a cual- Cuando Jesús tenía doce años
quier precio". De aquí que "lasvarian- es' una meditación bíblica y espiri-
tes han sido estudiadas singularmente, tual del pasaje de Lujas 2, 42-52,
analizando en cada caso el criterio escrita a pedido del monje Juan,
de la mayoría de los manuscritos. discípulo y amigo del autor. Una
En algunas ocasiones empero no he- simple lectura nos revela que este
mos seguido la versión de la mayoría breve comentario bíblico brota de un
sino que hemos tomado la de uno alma profundamente contemplativa.
o dos manuscritos, porque nos pare- Según sus palabras es fruto de las
ció importante dar allí al texto una "cosas gustadas en su corazón".
claridad que no tenía" (p. 59). También se advierte que el autor
Notar que para la fijación del nuevo sigue en su exposición el clásico pro-
texto se tienen en cuenta sólo los cedimiento medieval de los tres sen-
manuscritos no las publicaciones tidos: el literal, el alegórico y el
impresas. En fin, se adopta la grafía místico. Es una obra de una belle-
moderna, se pone puntuación, etc. za sencilla y de una rica compleji-
Completa la edición el aparato crí- dad que trasunta frescura espontá-
tico, donde se sefialan la mayoría nea, amor entrañable y "devoción"
de las diferencias existentes entre a la Humanidad de Cristo.
las versiones; y la enriquecen las no-
tas explicativas, que ayudan al lector Vida Reclusa es una regla redac-
a comprender mejor el texto sino- tada por el Abad para una hermana
suya, que está consagrada en una
dal suministrando referencias (vg.
bíblicas), detalles históricos, signifi- peculiar fOlma de vida solitaria. Al
fmal del tratado, y sin perder su
cado de expresiones y vocablos, etc. espontaneidad, presenta Elredo a su
Podemos concluir aftrmando, que hermana el plan del trabajo, como
se nos ha entregado una obra de im- si fuera realmente el índice del mis-
portancia y utilidad: un serio traba- mo: "Ahora ya tienes lo que me
jo de investigación, Hue ha dado pediste: el reglamento externo con el
como fruto una utilísima fuente his- que la reclusa podrá regular la con-
tórica. ducta . del hombre exterior; las nor-
RUBEN D. GARCIA mas ascéticas adecuadas para refor-
NOTAS BIBLIOGRAFICAS 81
ESTUDIOS Y DOCUMENTOS
Títulos publicados
4 Pablo SUDAR: El rostro del otro más allá del ser y del tiempo.
(De próxima aparición)