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Tarea Unidad Vii. Anatomia

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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DEL CIBAO

ORIENTAL (UTECO)

SUSTENTANTES
Rosmairy Moscoso Jerez 2022-0420
María Antonia Ventura Bautista 2021-1410
Pamela Gonzales Reyes 2021-1410
Yamilka Esther Vásquez Rondón 2021-0218

TEMA
Aparato Urinario
Docente
JOSUE GONZALEZ LIRIANO
Introducción:

El aparato urinario es un sistema vital que desempeña un papel fundamental en la


eliminación de desechos y en el mantenimiento del equilibrio hídrico del
organismo. Está compuesto por varios órganos, entre ellos los riñones, los
uréteres, la vejiga y la uretra. Cada uno de estos componentes tiene funciones
específicas y trabaja en conjunto para garantizar el adecuado funcionamiento del
sistema urinario. En este ensayo expositivo, exploraremos en detalle los órganos
que componen el aparato urinario, sus partes, inervación, irrigación y su relación y
función dentro del organismo.

Sus riñones producen orina al filtrar desechos y exceso de agua de la sangre. Al


desecho se le llama urea. La sangre la transporta hasta los riñones. Desde los
riñones, la orina llega a la vejiga por dos tubos delgados llamados uréteres. La
vejiga almacena la orina hasta que usted siente ganas de ir al baño. La vejiga se
expande cuando está llena y se hace más pequeña cuando está vacía. Si su
sistema urinario funciona normalmente, su vejiga puede almacenar hasta 16 onzas
(177cc o dos tazas) de orina cómodamente por entre dos a cinco horas.
Los riñones

Los riñones son unos órganos en forma de alubia que ocupan un lugar prominente
en el sistema urinario. Cada uno mide unos 12 cm de largo y pesa alrededor de
unos 150 g. Están localizados a cada lado de la columna vertebral, justo detrás de
la cavidad abdominal, que contiene algunos de los órganos digestivos.

Los riñones están inervados por fibras nerviosas simpáticas y parasimpáticas, que
controlan la regulación del flujo sanguíneo y la función renal. Los nervios
simpáticos ayudan a regular la vasoconstricción y la liberación de renina, mientras
que los nervios parasimpáticos están involucrados en la regulación de la excreción
de orina.

Cada uno de los riñones recibe sangre de una ramificación de la arteria aorta,
denominada arteria renal. La sangre fluye desde la arteria renal hacia arterias
cada vez más pequeñas, denominadas arteriolas. De las arteriolas, la sangre fluye
al interior de los glomérulos, que son haces de vasos microscópicos denominados
capilares. La sangre sale de cada glomérulo por una arteriola que conecta con una
pequeña vena. Las venas pequeñas se unen para formar una sola vena renal
grande que extrae la sangre de cada riñón.

Los riñones constan de una parte externa (corteza) y una parte interna (médula).
Todos los glomérulos están localizados en la corteza, mientras que los túbulos
están localizados tanto en la corteza como en la médula. La orina se vacía desde
los conductos colectores de miles de nefronas al interior de una estructura en
forma de copa (cáliz). Cada riñón tiene varios cálices, que desaguan en una sola
cámara central (pelvis renal). La orina se evacua desde la pelvis renal de cada
riñón hacia el interior de un uréter.

Todas las funciones realizadas normalmente por los dos riñones las puede llevar a
cabo un solo riñón sano. Algunas personas nacen con un solo riñón y otras, optan
por donar un riñón para trasplante a otra persona con insuficiencia renal. En otros
casos, un riñón puede quedar gravemente lesionado a causa de una enfermedad
o por una lesión.
La función principal de los riñones es

 Mantener el equilibrio de agua y minerales (incluidos los electrólitos) en el


organismo
 Las funciones renales adicionales son
 La filtración y la eliminación de los desechos producidos durante la
transformación de los alimentos, los medicamentos y las sustancias
perjudiciales (toxinas).
 Regulación de la presión arterial
 Secreción de ciertas hormonas
 Equilibrio hidroelectrolítico

Para conservar la vida, las personas consumen agua regularmente. La mayoría


del agua es producida por la transformación (metabolismo) de los alimentos. Si la
cantidad de agua añadida al organismo no es compensada por una cantidad igual
de agua eliminada, el líquido se acumula rápidamente, la persona se pone
enferma e incluso puede morir. El exceso de agua diluye los electrólitos del
organismo, mientras que la restricción de agua los concentra. Los electrólitos del
organismo deben mantenerse en concentraciones muy precisas. Los riñones
regulan el equilibrio entre agua y electrólitos y ayudan a mantenerlo en el nivel
correcto.

La sangre entra en un glomérulo con una presión elevada. La mayoría de la


porción líquida de la sangre se filtra a través de unos pequeños poros en el
glomérulo, dejando atrás las células sanguíneas y las moléculas más grandes,
como las proteínas. El líquido claro, filtrado, entra en el espacio de Bowman y
pasa al túbulo que sale de la cápsula de Bowman. En los adultos sanos, se filtran
cada día alrededor de 180 L de líquido en los túbulos renales. Casi todo este
líquido (y los electrólitos que contiene) queda reabsorbido por el riñón. Solo
alrededor del 1,5 al 2% de este se elimina en forma de orina. Para que sea posible
la reabsorción, distintas partes de la nefrona secretan y reabsorben activamente
diferentes electrólitos, que arrastran el agua y, otras partes de la nefrona varían su
permeabilidad al agua, permitiendo que más o menos líquido vuelva a la
circulación. Los detalles de estos procesos son algo complejos.

En cuanto a la irrigación sanguínea, los riñones reciben una gran cantidad de


sangre a través de las arterias renales, las cuales se ramifican en arteriolas
aferentes que llevan la sangre al glomérulo. Allí, se produce la filtración y el
intercambio de sustancias entre la sangre y el filtrado glomerular. La sangre luego
es recolectada a través de las arteriolas eferentes y fluye hacia las venas renales,
que transportan la sangre filtrada de vuelta al torrente sanguíneo.

La vejiga y la uretra también cuentan con su propia inervación y suministro de


sangre. Los nervios sensoriales proporcionan información al sistema nervioso
central sobre la distensión de la vejiga, lo que desencadena la sensación de
necesidad de orinar. Los nervios motores permiten el control voluntario de la
micción a través de la relajación o contracción de los músculos de la vejiga y la
uretra. En cuanto a la irrigación sanguínea, la vejiga y la uretra reciben sangre a
través de pequeñas arterias y venas que se ramifican desde la arteria ilíaca
interna y la arteria pudenda interna.

En la primera parte del conducto (túbulo contorneado proximal) se reabsorbe la


mayor parte de sodio, agua, glucosa y otras sustancias filtradas, que
posteriormente se reincorporan a la sangre. En la siguiente parte del conducto (el
asa de Henle) se bombea sodio, potasio y cloro hacia el exterior del conducto
(reabsorbido). De este modo, el líquido restante se diluye progresivamente. El
líquido diluido pasa por la parte siguiente del conducto (el túbulo contorneado
distal), donde se bombea hacia el exterior la mayor parte del sodio restante, a
cambio de potasio y ácido, que son bombeados hacia el interior.

El líquido de los túbulos de varias nefronas entra en un conducto colector. En los


conductos colectores, el líquido permanece diluido, o bien el agua es absorbida y
devuelta a la sangre, lo que aumenta la concentración de la orina. La reabsorción
del agua queda regulada por la hormona antidiurética (producida por la hipófisis) y
otras hormonas. Estas hormonas ayudan a regular la función renal y a controlar la
composición urinaria para mantener el equilibro hidroelectrolítico en el organismo.

Filtración y eliminación

A medida que el cuerpo metaboliza los alimentos, se forman ciertos productos de


desecho, que deben ser eliminados del organismo. Uno de los principales
productos de desecho es la urea, que procede del metabolismo de las proteínas.
La urea pasa libremente a través del glomérulo hacia el interior del líquido tubular
y, como no es reabsorbida, pasa a la orina.

Otras sustancias indeseables, tales como los ácidos y otros residuos metabólicos,
muchas toxinas y los fármacos, se secretan activamente en la orina a través de las
células del túbulo renal (y proporcionan a la orina su olor característico).

Regulación de la presión arterial

Otra función de los riñones es ayudar a regular la presión arterial del organismo
mediante la excreción del exceso de sodio. Si se elimina muy poco sodio, es
probable que la presión arterial aumente. Los riñones también ayudan a regular la
presión arterial mediante la producción de una enzima denominada renina.
Cuando la presión arterial disminuye por debajo de los niveles normales, los
riñones liberan renina a la sangre y, de este modo, activan el sistema renina-
angiotensina-aldosterona, que a su vez eleva la presión arterial. Los riñones
también producen urotensina, que provoca una constricción de los vasos
sanguíneos y ayuda a elevar la presión arterial. Una persona afectada por
insuficiencia renal tiene una menor capacidad para regular la presión arterial y, por
consiguiente, tiende a tener una presión arterial elevada.

Secreción de hormonas

Mediante la secreción de hormonas, los riñones ayudan a regular otras funciones


importantes, como la producción de glóbulos rojos (eritrocitos) y el crecimiento y
mantenimiento de los huesos.
Los riñones producen una hormona denominada eritropoyetina, que estimula la
producción de glóbulos rojos en la médula ósea. Luego, la médula ósea libera los
glóbulos rojos al torrente sanguíneo.

El crecimiento y mantenimiento de unos huesos sanos es un proceso complejo


que depende de varios sistemas orgánicos, incluidos los riñones. Los riñones
ayudan a regular las concentraciones de calcio y fósforo, minerales fundamentales
para la buena salud de los huesos. Realizan este proceso mediante la conversión
de una forma inactiva de vitamina D (producida en la piel y también presente en
muchos alimentos) en una forma activa de vitamina D (calcitriol), que actúa de
modo similar a una hormona que estimula la absorción de calcio y fósforo en el
intestino delgado.

Uréteres
Las vías urinarias son el sistema de drenaje del organismo para eliminar la orina,
que está compuesta de toxinas y exceso de líquido. Para que se produzca la
micción normal, todas las partes del organismo en las vías urinarias deben trabajar
juntas en el orden correcto.
Las vías urinarias incluyen dos riñones, dos uréteres, una vejiga y una uretra.
Los riñones son dos órganos con forma de frijol, cada uno del tamaño del puño de
la mano. Se encuentran justo debajo de la caja torácica, uno a cada lado de la
columna vertebral. Los riñones filtran diariamente alrededor de 120 a 150 litros de
sangre para eliminar las toxinas y equilibrar los líquidos. Este proceso produce
alrededor de 1 a 2 litros de orina por día.
Los uréteres son tubos delgados de músculo que conectan los riñones con la
vejiga y transportan la orina a la vejiga.
La vejiga es un órgano hueco, musculoso y con forma de globo que se expande a
medida que se llena de orina. La vejiga se encuentra en la pelvis entre los huesos
de la cadera. Una vejiga normal actúa como un reservorio. Puede contener de 1.5
a 2 tazas de orina. Aunque no podemos controlar cómo funcionan los riñones,
podemos controlar cuándo vaciar la vejiga. El vaciado de la vejiga se conoce como
micción.
La uretra es un tubo ubicado en la parte inferior de la vejiga que permite que la
orina salga del cuerpo durante la micción.
Las vías urinarias incluyen dos conjuntos de músculos que trabajan juntos como
un esfínter, cerrando la uretra para mantener la orina en la vejiga entre micciones.
Los músculos del esfínter interno del cuello de la vejiga y la uretra permanecen
cerrados hasta que el cerebro envía señales para orinar.
Los músculos del esfínter externo rodean el esfínter interno y proporcionan una
presión adicional para mantener la uretra cerrada. Podemos apretar
conscientemente el esfínter externo y los músculos del piso pélvico para evitar que
la orina se escape.
Vejiga urinaria:
La vejiga urinaria es un órgano hueco en forma de bolsa que almacena la orina
antes de su eliminación. Está compuesta por tejido muscular y tiene la capacidad
de expandirse a medida que se llena de orina. La vejiga está revestida por un
tejido epitelial que permite un almacenamiento adecuado y evita la filtración de
orina hacia los tejidos circundantes. La micción, o acto de orinar, es controlada por
el sistema nervioso y los músculos de la vejiga.

Uretra:
La uretra es un conducto que transporta la orina desde la vejiga hacia el exterior
del cuerpo. En los hombres, la uretra también cumple la función de transportar el
semen durante la eyaculación. La longitud y la estructura de la uretra varían según
el sexo. En las mujeres, es más corta, mientras que en los hombres, pasa a través
de la próstata y el pene.
Conclusión:

El aparato urinario desempeña un papel esencial en el mantenimiento del


equilibrio interno del organismo. Los riñones son los órganos principales
encargados de la filtración y eliminación de desechos, la regulación del equilibrio
hídrico y electrolítico, y la producción de hormonas vitales. Los uréteres, la vejiga y
la uretra trabajan en conjunto para transportar la orina desde los riñones hacia el
exterior del cuerpo. La inervación y la irrigación sanguínea adecuadas son
cruciales para el funcionamiento eficiente de todo el sistema urinario.

Es fundamental comprender la importancia de mantener un aparato urinario


saludable a través de una hidratación adecuada, una dieta equilibrada y el
seguimiento regular de la salud renal. El cuidado adecuado de estos órganos
vitales contribuye al bienestar general y ayuda a prevenir trastornos y
enfermedades relacionadas con el sistema urinario. Al valorar y comprender la
estructura, función y relación del aparato urinario con el organismo, podemos
tomar medidas para preservar y promover la salud renal a lo largo de nuestras
vidas.

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