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Ii - para Que Sirven Mis Derechos Humanos

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II

Creando lazos
con tus derechos
¿Para qué sirven mis
derechos humanos?
Sistema Bibliotecario de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
Catalogación

PO
Q010.113 ¿Para qué sirven mis derechos humanos? / coordinador Luis Daniel Vázquez
C732c Valencia ; personas coautoras Luis Daniel Vázquez Valencia [y otros
V.2 tres] ; ilustradora Carolina Rodríguez Monterrubio ; esta obra estuvo a
cargo de la Dirección General de Derechos Humanos de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación ; presentación Regina Castro Traulsen.
– Primera edición. – Ciudad de México, México : Suprema Corte de
Justicia de la Nación, 2021.
1 recurso en línea (xviii, 50 páginas ; ilustraciones a color ; 22 cm.). --
(Creando lazos con tus derechos ; 2)

ISBN 978-607-552-183-1 (Obra Completa)


ISBN 978-607-552-185-5 (Volumen II)

Material disponible en PDF.

1. Derechos humanos – Reforma constitucional – Análisis – México


2. Protección de los derechos humanos – Instrumentos internacionales –
Evolución 3. México. Suprema Corte de Justicia de la Nación – Decisiones
judiciales 4. Democracia 5. Corrupción 6. Convivencia humana I. Vázquez
Valencia, Luis Daniel, coordinador, autor II. Rodríguez Monterrubio, Carolina,
ilustrador III. Castro Traulsen, Regina, escritor de prólogo IV. México. Suprema
Corte de Justicia de la Nación. Dirección General de Derechos Humanos V. ser.
LC KGF3003

Primera edición: marzo de 2021


D.R. © Suprema Corte de Justicia de la Nación
Avenida José María Pino Suárez núm. 2
Colonia Centro, Alcaldía Cuauhtémoc
C.P. 06060, Ciudad de México, México.
Prohibida su reproducción total o parcial por cualquier medio, sin autorización
escrita de los titulares de los derechos.
El contenido de los documentos que conforman esta obra es responsabilidad
exclusiva de las personas autoras y no representa en forma alguna la opinión
institucional de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Esta obra estuvo a cargo de la Dirección General de Derechos Humanos de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Ilustraciones: Carolina Rodríguez Monterrubio.
La edición y el diseño de esta obra estuvieron a cargo de la Dirección General de la
Coordinación de Compilación y Sistematización de Tesis de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación.
II

Creando lazos
con tus derechos
¿Para qué sirven mis
derechos humanos?

Coordinador
Luis Daniel Vázquez Valencia

Personas coautoras
Luis Daniel Vázquez Valencia
Claudia Ileana Espinoza Díaz
Sandra Liliana Serrano García
Laura Georgina Flores Ivich

Ilustradora
Carolina Rodríguez Monterrubio
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN

Ministro Arturo Zaldívar­


Presidente

Primera Sala
Ministra Ana Margarita Ríos-Farjat
Presidenta

Ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá


Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena
Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo
Ministra Norma Lucía Piña Hernández

Segunda Sala
Ministra Yasmín Esquivel Mossa
Presidenta

Ministro Luis María Aguilar Morales


Ministro José Fernando Franco González Salas
Ministro Javier Laynez Potisek
Ministro Alberto Pérez Dayán

Dirección General de Derechos Humanos


Mtra. Regina Castro Traulsen
Directora General
CONTENIDO

Presentación............................................................................ VII

Introducción............................................................................. XI

1. ¿Democracia y derechos humanos son sinónimos?


La relación entre el gobierno, las personas
y los derechos humanos..................................................... 1

2. ¿Cuál es la relación entre la corrupción


y los derechos humanos?................................................... 13

3. ¿Para qué sirven los derechos humanos en las relaciones


entre personas?.................................................................. 23

4. ¿Por qué es importante tener una cultura


de derechos humanos?...................................................... 35

Conclusiones........................................................................... 41

Fuentes de información........................................................... 43

V
PRESENTACIÓN

Es de dominio público que la reforma constitucional de derechos


humanos del 10 de junio de 2011 cambió la historia del sistema
jurídico mexicano. Su contenido ha tenido profundos efectos trans­
formadores no sólo en la forma de entender y aprender el derecho
desde las aulas y la doctrina, sino en la manera de exigir su apli­
cación desde el foro jurídico y en la interpretación realizada dentro
de las resoluciones dictadas por los órganos jurisdiccionales de
todas las instancias.

El cambio ha sido integral: desde las implicaciones que pudieran


parecer más sencillas, como la modificación nominal del Capítulo I
del Título Primero constitucional —aunque no lo sean, pues no hay
que subestimar el poder que tiene el uso del lenguaje—, hasta sus
más complejas consecuencias, como hacer realidad el principio pro
personae, el control difuso de constitucionalidad y convenciona­
lidad o el reconocimiento del interés legítimo para una correcta
protección y garantía de los derechos humanos.

Además, la construcción de este nuevo paradigma que coloca


a las personas como el centro del andamiaje jurídico hubiera sido
inconcebible sin la disposición expresa de las obligaciones de todas

VII
las autoridades, en el ámbito de sus competencias, de promover,
respetar, proteger y garantizar los derechos humanos reconocidos
en el mismo texto constitucional y en los tratados internacionales
de los que el Estado mexicano es parte.

Es fundamental también el hecho de que dichas obligaciones


comprenden a su vez las de prevenir, investigar, sancionar y reparar
las violaciones a los derechos humanos, pues su cumplimiento es
clave para el reconocimiento de la dignidad, memoria, verdad y jus­
ticia que merecen todas las personas, entre ellas, aquellas que se
encuentren dentro del territorio mexicano.

Han transcurrido diez años desde la publicación de la reforma.


El tiempo de transición no ha sido sencillo ni terso, sin embargo, los
pasos dados desde todos los ámbitos han sido firmes y hoy po­
demos decir que hemos alcanzado metas y objetivos que antes
resultaban inimaginables, lo que es motivo de reconocimiento,
conmemoración y celebración.

No cabe duda que el papel de la Suprema Corte de Justicia


de la Nación (SCJN) en la implementación de esta reforma ha sido
esencial pues, a través de diversos precedentes, ha fijado los alcan­
ces de las interpretaciones y el contenido de múltiples derechos
humanos, lo que ha permitido aterrizar este gran cambio no sólo en
las resoluciones jurisdiccionales, sino en el día a día de las per­
sonas que atraviesan realidades y situaciones de vulnerabilidad
o que han sido víctimas de alguna situación de injusticia en nues­
tro país.

En la Dirección General de Derechos Humanos de la SCJN


tenemos como prioridad visibilizar el hecho de que detrás de
cada ley, reforma, tratado internacional, estudio, investigación jurí­
dica y expediente judicial, están cientos de miles de personas
que experimentan en carne propia las consecuencias de la aplica­
ción del derecho, las cuales, a partir de la referida reforma cons­

VIII
Creando lazos con tus derechos
titucional, deben ser siempre respetuosas y protectoras de los
derechos humanos.

Retomando las líneas generales de trabajo 2019-2022 pre­


sentadas por el Ministro Presidente Arturo Zaldívar, nos hemos
impuesto la tarea de fortalecer el vínculo entre la justicia federal y
la ciudadanía. Para ello, consideramos de vital importancia comu­
nicar a toda la sociedad, en una forma clara y comprensible, sobre
el contenido y alcance de los derechos humanos, pues el len­
guaje jurídico, muchas veces cargado de tecnicismos, ha creado
una brecha con la sociedad que es indispensable eliminar.

Esta obra es una de las múltiples acciones concretas que hemos


realizado en cumplimiento de nuestra obligación general de pro­
mover los derechos humanos con el compromiso particular de ciuda­
danizar la información y hacerla accesible a todas las personas.
En esta ocasión, se pretende satisfacer este objetivo a través de
responder y analizar las siguientes cuestiones: (i) ¿Qué son los
derechos humanos?; (ii) ¿Para qué sirven mis derechos huma­
nos?; (iii) ¿Qué pasa si no se respetan mis derechos humanos?, y
(iv) Grandes mitos sobre los derechos humanos.

Los cuatro cuadernillos comprendidos en esta serie, como lo


dice su nombre, tienen la finalidad particular de crear lazos entre
las personas y sus derechos humanos. Las interrogantes que pre­
sentan los tres primeros cuadernillos resuelven dudas genuinas
que se presentan en el cotidiano social sobre los derechos huma­
nos y permitirán tener una mayor claridad de su contenido y alcance.
Por otro lado, el último cuadernillo resultará de gran utilidad para
entender lo que no son los derechos humanos y las afectaciones que
tiene para la sociedad el malinterpretar su función y su naturaleza.

Sin duda, la mayor intención de esta publicación conmemora­


tiva de los 10 años de la reforma constitucional es que, quienes se
acerquen a ella, interioricen que los derechos humanos son parte

IX
¿Para qué sirven mis derechos humanos?
de nuestra vida diaria, que están presentes en casi todas las
acciones que realizamos y que, a partir de su lectura, puedan tener
más y mejores herramientas para saber cuáles son y qué hacer en
caso de que se violen, para así poder ejercer con plenitud su dig­
nidad humana, su libertad y su vida misma.

En la cultura de derechos humanos que se vio particularmente


exacerbada a partir de la reforma constitucional de hace diez años,
sería contradictorio e incluso irracional excluir a la ciudadanía de
sus grandes beneficios, por ello tenemos la convicción de que este
material que presentamos es un esfuerzo más para multiplicar sus
logros y que, así, con la participación de la sociedad entera, cami­
nemos hacia un país más justo e igualitario.

Regina Castro Traulsen


Directora General de Derechos Humanos
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación

X
Creando lazos con tus derechos
INTRODUCCIÓN

¿Cómo comienza tu día cada mañana? Suena el despertador,


abres los ojos, lo apagas y miras el techo, ¿cierto? Ni hablar, es
hora de levantarse. Te sacudes de las sábanas y abres la llave
de la ducha para que llegue el agua caliente mientras te cepillas
los dientes. Te apresuras a llegar a la cocina, prendes la radio para
escuchar el noticiero mientras preparas el desayuno. Te alistas
para salir de casa ya sea rumbo a la escuela de las y los hijos, a
tu propia escuela o a tu trabajo. ¿Te das cuenta? ¡Apenas han pa­
sado un par de horas del día y ya hiciste uso de nueve derechos
humanos!

Despertar bajo un techo es el derecho a la vivienda. Al abrir la


llave de la ducha y cepillarse los dientes estás haciendo uso del
derecho de acceso al agua. Al prender la radio hay dos derechos:
la libertad de expresión de la persona que habla desde el noti­
ciero, y tu derecho a la información. Preparar el desayuno es el
ejercicio del derecho a la alimentación. Salir de la casa con o sin
rumbo es la libertad de tránsito. Llevar a las y los hijos al colegio
o dirigirse a la escuela supone el derecho a la educación. Si en
realidad te diriges al trabajo, estás ejerciendo un derecho humano
laboral, precisamente el derecho al trabajo. Si te dedicas al trabajo

XI
en el campo, resulta muy interesante porque además de ejercer el
derecho al trabajo, ¡los productos que cultivas y después comer­
cializas son parte del derecho a la alimentación de otras personas!

Que puedas ejercer todos estos derechos a partir de lo que has


decidido como lo mejor para tu vida es parte de tus derechos a la
vida digna y al libre desarrollo de la personalidad. Los derechos
humanos nos acompañan todo el tiempo, están ahí. Los ejerce­
mos sin apenas darnos cuenta.

Los derechos humanos parecen irrelevantes cuando los ejer­


cemos cotidianamente, como en esas dos primeras horas del día
en que casi ni nos damos cuenta de que los derechos nos están
acompañando y habilitando. En cambio, nuestros derechos to­
man mucha más importancia justo cuando nos los violan, cuando
alguien transgrede nuestra esfera de derechos. Por ejemplo, ima­
gina que en lugar del despertador, quien te despierta es un noti­
ficador para avisarte que tu casa será expropiada. ¡Vaya forma
de despertar! Dependiendo de cómo se realizó el proceso de
expropiación, podría ser que tu derecho a la vivienda esté siendo
vulnerado.

Supongamos que eres parte de una comunidad campesina.


Quitemos el despertador, pongamos un gallo y comencemos la
siembra a las 5 de mañana. A las puertas de tu casa llega el mis­
mo notificador, pero en vez de expropiar tu casa, sucede que tus
tierras serán utilizadas para un proyecto de energía hídrica, en
ellas se va a construir una presa, y tú y tu familia deben desalojar­
las. De nuevo, si no hay un proceso con información previa debida­
mente apegado a derecho, no sólo se estaría violando tu derecho
a la vivienda, también tu derecho al trabajo porque de esas tierras
vives. De igual manera el derecho a la alimentación, si es que parte
del cultivo es para el autoconsumo. Si además se trata de una
comunidad indígena, se violenta también tu derecho a la consulta
previa, libre e informada a la propiedad sobre tu territorio, e incluso,

XII
Creando lazos con tus derechos
si la cultura de tu comunidad indígena corre el riesgo de desapa­
recer debido al desalojo, pues también se violentan tus derechos
culturales.

En otro escenario, imagina que quieres salir a la calle y por el


noticiero te avisan que hay un toque de queda, por lo que todas
las personas que estén en la calle serán detenidas. Si la restricción
no se fundamenta en una norma y si además no es adecuada para
conseguir un fin legal, puede ser violatoria de tu libertad de trán­
sito. Peor aún, si en alguna detención se dan excesos policiacos,
también podemos estar frente a violaciones al derecho a la integri­
dad personal, debido proceso y, en el mayor de los excesos, hasta
a tu derecho a la prohibición de desaparición forzada y a la vida.
Como te podrás imaginar, es en estos casos cuando nuestros de­
rechos se tornan más relevantes.

Los derechos humanos fueron concebidos para proteger lo que


las personas consideramos más importante: nuestra vida, nuestra
libertad, nuestro sustento diario, nuestra posibilidad de decidir y
de vivir bien. Los derechos humanos y los valores que se con­
cretan por medio de ellos constituyen lo que podemos llamar digni­
dad humana. Este concepto puede parecer muy complejo: dignidad
humana. La realidad es que se concreta en cosas muy especí­
ficas: que nadie sea detenido en forma arbitraria, ni torturado, ni
desaparecido. La vida es digna cuando se cuenta con empleo y con
un salario suficiente. La vida es digna si hay pan y agua limpia en
la mesa. La vida es digna cuando el aire es fresco y se puede respi­
rar, ese también es un derecho humano, se llama derecho al medio
ambiente sano. Los derechos humanos, nuestros derechos, están
ahí para lograr que la vida sea digna, para concretar la dignidad
humana.

La apuesta por los derechos humanos es tanto social como


política. La apuesta por los derechos humanos debe ser apro­
piada por el gobierno, pero también por la oposición. Por todos

XIII
¿Para qué sirven mis derechos humanos?
los Poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, en todos los niveles
(federal, estatal y municipal). Pero esa apuesta por los derechos
debe también ser tu apuesta y la nuestra. Por ejemplo, si miras un
acto que consideras injusto, siempre puedes acercarte a la víc­
tima y preguntarle: ¿estás bien?, ¿necesitas ayuda? Cuando co­
mienzas con cosas tan sencillas como ésas, cambiamos, cambia
también la realidad que en ese momento vive la víctima, y a largo
plazo, cambiará también la sociedad. A esto le llamamos empatía.

La apuesta por los derechos humanos no sólo recae en la socie­


dad, es también parte de las obligaciones del gobierno. Un país
que se considera democrático, como México, debe tener en el
centro de todos sus actos a las personas y sus derechos. Por
ejemplo, uno de los principales objetivos de una política pública, la
que sea, debe ser proteger, promover, respetar o garantizar algún
derecho humano de las personas. Aquí los ejemplos sobran: las
políticas públicas de salud, de educación, de vivienda o de alimen­
tación se refieren todas a los derechos económicos, sociales y
culturales. Pero no sólo ese tipo de políticas públicas, también
aquellas sobre seguridad pública como la Estrategia Nacional de
Seguridad Pública o el Plan de Persecución Penal. Esos documen­
tos establecen la política pública de seguridad, y en el centro de
esos documentos deben estar las personas y sus derechos. Ya sea
para evitar que se cometan delitos que afecten los derechos hu­
manos de las personas, como la integridad y libertad personales
por medio del secuestro, o directamente el derecho a la vida por
medio de los homicidios; o que se violenten los derechos al debido
proceso y a la integridad personal de quienes son detenidos y
que, bajo ningún pretexto, pueden ser torturadas o torturados.

El Estado mexicano no sólo realiza actividades por medio de


políticas públicas, lo hace también mediante presupuestos, leyes
y reglamentos, y sentencias. Cualquiera de esos actos, como vimos
con las políticas públicas, debe tener en cuenta los derechos y a
las personas. Así de grande, así de potente es la apuesta por los
derechos. ¿Te imaginas cómo sería México si logramos que todas

XIV
Creando lazos con tus derechos
y todos pensaran y actuaran con esta lógica? ¿Que se apropia­
ran de los derechos y buscaran que cada acto tuviera como obje­
tivo el ejercicio de los derechos de las personas? Más aún, ¿te
imaginas cómo sería nuestra cotidianidad si nosotros, todas y todos,
viviéramos para facilitar el ejercicio de los derechos de los demás
por medio de nuestra tolerancia, participación, vigilancia y respon­
sabilidad? ¿Te parece utópico e imposible? Pues bien, a eso te
invito, a construir esta utopía, a hacer posible lo que otros pueden
creer imposible.

Toda apuesta requiere un punto de partida. La apuesta por los


derechos humanos comienza con un marco constitucional ade­
cuado para el respeto, protección, garantía y promoción de nues­
tros derechos. Claro, esto es apenas el inicio. No basta con un buen
andamiaje normativo, si éste no se encuentra acompañado de polí­
ticas públicas, organizaciones institucionales, servidores públicos
capaces y comprometidos, y algunos otros elementos, pero el punto
de partida es siempre un buen marco jurídico.

La regulación de los derechos humanos comienza en la esfera


internacional. ¿Has escuchado hablar de las Naciones Unidas? Es la
organización que nace después de la Segunda Guerra Mundial con
el objetivo de evitar que volviera a suceder una guerra como ésa,
acompañada de campos de concentración, asesinato y extinción
de pueblos enteros. Actualmente, Naciones Unidas está confor­
mada por más de 190 países y una de sus principales actividades
es el respeto de los derechos humanos a partir de diversos me­
canismos e instrumentos. Ejemplos de estos últimos son la Decla­
ración Universal de los Derechos Humanos, adoptada en 1948, así
como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el
Pacto Internacional de Derechos Económicos y Sociales de 1966.
Otra fuente internacional de los derechos humanos proviene de
la Organización de los Estados Americanos (OEA), ¿has escuchado
acerca de ella? La OEA fue creada en 1948. Actualmente está
conformada por 35 países. Una de las tareas de esta organización
también es la defensa de los derechos humanos, para lo cual se

XV
¿Para qué sirven mis derechos humanos?
han redactado diversos instrumentos internacionales como la
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre y
la Convención Americana sobre Derechos Humanos.

Al conjunto de instrumentos y mecanismos generados en el


marco de las Naciones Unidas se le conoce como Sistema Uni­
versal de Derechos Humanos, al desarrollado por la OEA se le llama
Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Todos estos ins­
trumentos y mecanismos internacionales conforman lo que se
conoce como Derecho Internacional de los Derechos Humanos que
desarrolla los estándares internacionales de derechos humanos.

En 2011, el Congreso de la Unión llevó a cabo una reforma cons­


titucional en materia de derechos humanos. Con ella, la Constitu­
ción Política de los Estados Unidos Mexicanos se puso al día en
relación con las normas provenientes del Derecho Internacional
de los Derechos Humanos. Es decir, nuestra Constitución recuperó
el contenido y las obligaciones establecidos en los tratados inter­
nacionales que antes mencionamos. La modificación más rele­
vante se encuentra en los primeros tres párrafos del artículo primero
constitucional, que dice:

Artículo 1o. En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas


gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución
y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea
parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio
no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las
condiciones que esta Constitución establece.

Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de


conformidad con esta Constitución y con los tratados internacio­
nales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las personas la
protección más amplia.

Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la


obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los dere­
chos humanos de conformidad con los principios de universalidad,

XVI
Creando lazos con tus derechos
interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En consecuen­
cia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las
violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca
la ley.

En 2021 se cumplen 10 años de la Reforma, por lo que la


Dirección General de Derechos Humanos de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación (SCJN) decidió recordar la fecha con cuatro
cuadernillos de divulgación en materia de derechos humanos:

I. ¿Qué son los derechos humanos?


II. ¿Para qué sirven mis derechos humanos?
III. ¿Qué pasa si no se respetan mis derechos humanos?
IV. Grandes mitos sobre los derechos humanos

Tienes en tus manos el segundo cuadernillo, ¿Para qué sirven


mis derechos humanos? Como ya mencionamos, los derechos
humanos se encuentran en el ámbito social y también en el ámbito
político. Se busca que las personas respeten los derechos huma­
nos de otras personas; a la par que se intenta que los gobiernos
pro­tejan, promuevan, respeten y garanticen los derechos huma­
nos de todas las personas. A lo largo de este cuadernillo analizamos
esas relaciones de derechos humanos que se construyen entre el
gobierno y las personas, y entre las personas. Por ejemplo, cuando
pensamos la relevancia de los derechos humanos en las relacio­
nes entre el gobierno y las personas aparecen temas como la de­
mocracia, los límites gubernamentales o los mecanismos de con­
trol sobre las decisiones políticas; pero también pueden aparecer
graves problemas como la corrupción. En cambio, cuando reflexio­
namos sobre la importancia de los derechos humanos entre las
personas pensamos en la pluralidad, en la tolerancia y en la nece­
sidad de promover los derechos humanos tanto para que las per­
sonas conozcan sus derechos como para que se apropien de ellos
y vivan conforme a esos derechos.

XVII
¿Para qué sirven mis derechos humanos?
En las siguientes páginas de este cuadernillo descubrirás si la
democracia y los derechos humanos son sinónimos. En específico,
¿cuál es la relación entre el gobierno, las personas y los derechos
humanos?, ¿cuál es la relación entre la corrupción y los derechos hu­
manos?, ¿para qué sirven los derechos humanos en las relacio­
nes entre personas? y ¿por qué es importante tener una cultura de
derechos humanos?

¡Arranquemos!

XVIII
Creando lazos con tus derechos
1
¿DEMOCRACIA Y DERECHOS HUMANOS
SON SINÓNIMOS?
LA RELACIÓN ENTRE EL GOBIERNO,
LAS PERSONAS Y LOS DERECHOS HUMANOS

Como vimos en el primer cuadernillo de esta colección, tenemos


múltiples derechos humanos que pueden ser catalogados como
civiles, políticos, económicos, sociales, culturales o ambientales.
Los derechos políticos incluyen los siguientes derechos: votar, ser
votado, participar en asuntos públicos y tener acceso a las funcio­
nes públicas del país. Si los miramos en su conjunto, en automático
sabemos que los derechos humanos apuestan por una forma de
gobierno en específico: la democracia.

En México tenemos el derecho a votar y ser votados. Cada seis


años elegimos a la persona que fungirá como presidente o presi­
denta y a los senadores y senadoras. Cada tres, cambiamos a las
personas que integran la Cámara de Diputados. A este proceso se
le conoce como democracia representativa. La democracia repre­
sentativa supone una división política del trabajo entre personas
gobernadas y personas gobernantes, en donde las primeras elegi­
mos quiénes tomarán las decisiones políticas; y las segundas deben
tomar las decisiones que generen el mayor nivel de bienestar para
garantizar ser reelegidas. O, al menos, eso es lo que se espera.

Con todas las limitaciones que la democracia podría tener, ésta


es la mejor forma de gobierno por dos razones: 1) porque conlleva

1
una serie de mecanismos de control sobre los gobiernos; y 2) por­
que requiere un conjunto de derechos humanos como condiciones
previas para existir.

Ya mencionamos que la democracia representativa significa


una división política del trabajo entre personas gobernantes y
perso­nas gobernadas. Pero significa muchas otras cosas. De inicio,
son las ciudadanas y los ciudadanos quienes eligen a sus repre­
sentantes por medio del voto libre, individual y secreto a partir de
elecciones limpias. Otro momento de vital importancia para la demo­
cracia se da en la siguiente elección, después de que el gobierno
se instaló, ejerció durante 6 años y rindió cuentas. Es ahora cuan­
do las ciudadanas y los ciudadanos podemos realizar nuestras
propias valoraciones del trabajo realizado en el sexenio y otorgar
nuestro voto a quien consideremos la persona más apta para go­
bernar. Éste es el mecanismo de control democrático que las
personas ciudadanas tenemos sobre las y los gobernantes. La ex­
pectativa es que los partidos políticos y personas que tienen pues­
tos en el gobierno estén interesadas en permanecer en él, ya sea
en forma personal, como actualmente sucede con las legisladoras
y los legisladores y miembros de las alcaldías; o por medio de la
reelección del partido en el gobierno. Para lograrlo, el gobierno
federal, local o municipal tomará las mejores decisiones que redun­
den en el mayor bienestar de la gente; de lo contrario, lo congruente
sería que perdieran la próxima elección.

2
Creando lazos con tus derechos
3
¿Para qué sirven mis derechos humanos?
A diferencia de lo que sucedía con las monarquías absolutas,
donde el rey era la única autoridad y su palabra era la ley, actual­
mente los gobiernos de prácticamente todos los países están
conformados por tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Ade­
más, cuando se trata de organizaciones estatales federales, como
en el caso de México, también se cuenta con poderes en los ámbi­
tos federal, estatal o provincial, y municipal. Cada uno de estos po­
deres tiene ciertas competencias que no pueden ser invadidas
por otros. Por ejemplo, el Poder Legislativo no puede emitir senten­
cias; el Poder Judicial no puede dictar el presupuesto; y el Poder
Ejecutivo no puede emitir leyes. La asignación de competencias a
cada uno de esos órganos tiene como consecuencia el estable­
cimiento de límites a los poderes. No existe un poder único y unifica­
do como sucedía con el rey. A estos límites se les conoce como
pesos y contrapesos o como Estado de Derecho. Ésta también es
una característica de la democracia representativa.

Por si fuera poco, además de los pesos y contrapesos propios


del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, contamos con una se­
rie de órganos autónomos con carácter técnico para temáticas
espe­cíficas. Por ejemplo, para la defensa de nuestros derechos hu­
manos tenemos a la Comisión Nacional de Derechos Humanos y a
las treinta y dos comisiones locales. Asimismo, para los derechos
políticos como votar y ser votado, contamos con el Instituto Nacio­
nal Electoral y los órganos locales. Un ejemplo más, para hacer
exigible nuestro derecho a la información, contamos con el Instituto
Nacional de Acceso a la Información y los treinta y dos institutos
locales.

En resumen, además del mecanismo de control democrático


sobre las decisiones gubernamentales, contamos con el Estado
de­mocrático y social de derecho y los pesos y contrapesos que
tam­bién establecen límites a las distintas instituciones guberna­
men­tales en las decisiones que toman, en especial cuando dichas

4
Creando lazos con tus derechos
deci­siones repercuten en nuestra vida. ¿Cuál es una de las princi­
pales obligaciones que tienen las autoridades al momento de tomar
decisiones? Precisamente el respeto, garantía, protección y pro­
moción de nuestros derechos humanos. El cumplimiento de estas
cuatro obligaciones debe estar presente en la toma de todas las
de­ci­siones gubernamentales.

Un tercer aspecto que es constitutivo de cualquier idea de demo­


cracia es la pluralidad y la tolerancia. Por ejemplo, aprovecha cual­
quier día de éstos que te encuentres en las calles o en el transporte
público. Observa a tu alrededor, ¿qué encuentras? De entrada, se­
guro hay hombres y mujeres. También, seguro, encontrarás que
hay niños y niñas, jóvenes, personas adultas y perso­nas adultas
mayores. ¿Qué otras formas de pluralidad se te ocurren? Por ejem­
plo, seguro que has participado en alguna reflexión política, proba­
blemente alguna que subió un poco de tono, pero no llegó a mayo­
res. Las distintas formas de pensamiento político también son parte
de la pluralidad. También seguro que en alguna vacación en Oaxaca,
Guerrero o Veracruz te has dado cuenta de que parte de nuestra
historia incluye a la población afromexicana, es más, es probable
que tú seas una persona afromexicana, o indígena o que al menos
una partecita de tu ADN tenga algo de estos pueblos y comunida­
des. Y bueno, además de todos estos elementos que nos hablan de
pluralidad, también tenemos a todos los grupos sexo­genéricos como
el lésbico, gay, bisexual, transexual, transgénero, trasvesti, intersex,
asexual, queer, pansexual o algún otro.

En fin, la democracia supone pluralidad. La pluralidad supone


respeto y tolerancia, no a quien piensa como nosotros, no tendría
ningún sentido, a ellos o ellas los podemos tolerar sin problema.
Supone respeto y tolerancia para quien piensa, viste, vive y quiere
en forma diferente a nosotras y nosotros. Para el que más nos inter­
pela. Así de difícil es vivir en democracia.

5
¿Para qué sirven mis derechos humanos?
ACTIVIDAD DE REFLEXIÓN

Para un minuto la lectura. Respira profundo. Sé honesta u honesto


contigo mismo. Responde: ¿Te consideras una persona tolerante?

No es fácil, ¿verdad? ¿Cómo saber si somos tolerantes? Haz me­


moria y recuerda, ¿cuándo fue la última vez que tuviste una discu­
sión con alguien por una diferencia de ideas? Hay temas que son
muy controvertidos, por ejemplo: la interrupción legal del embarazo
o que una pareja de personas del mismo sexo pueda adoptar
niños o niñas. Independientemente de tu postura sobre este tipo de
temas: ¿has participado en alguna charla sobre ellos? En caso posi­
tivo, ¿cómo fue tu reacción? ¿Escuchaste con atención a la persona
que opinaba distinto a ti? ¿Iniciaste la charla en forma abierta,
aceptando que en el camino podrías cambiar de opinión, o simple­
mente escuchabas para poder contraargumentar y oponerte?

Piensa de nuevo, en esa ocasión, ¿dirías que te comportaste de


manera tolerante? ¿Qué harías diferente?

¡Recuerda! La tolerancia no se pone en juego cuando charlamos


con las personas que piensan como nosotros, sino precisamente
cuando deliberamos con las personas que piensan completa­
mente distinto.

7
Una de las condiciones que necesita cualquier democracia y el
ejercicio efectivo de los derechos humanos es que las personas
reconozcan la relevancia de los derechos en la vida propia, y en la
de las demás personas y grupos. Se requieren de sujetos de dere­
chos que asuman que la vida de los otros y otras importa, que NO
hay seres humanos de segunda, tercera o cuarta clase.

Los derechos humanos también requieren personas abiertas a


vivir y convivir en la diversidad y la diferencia. La Encuesta Nacio­
nal sobre Discriminación (ENADIS) de 2017 demostró que los pre­
juicios hacia ciertos grupos —como las personas con discapaci­
dad— tienden a disminuir cuando tenemos mayor contacto con
personas que pertenecen a ellos. Es decir, si bien los derechos no
se atan directamente a deberes; sí implican compromisos que de­
bemos asumir para poder generar ambientes acordes con los prin­
cipios de la dignidad humana y los derechos humanos. Sin ello, es
prácticamente imposible ejercerlos.

¿SABIAS QUÉ…?

En México, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación


(CONAPRED) realiza la ENADIS, donde entrevistan a personas de
todo el país para tener información respecto a las distintas viven­
cias en torno a la discriminación. En la encuesta de 2017, detectaron
que 2 de cada 10 personas entrevistadas de 18 años y más, decla­
raron haber sido discriminadas en el último año. Los principales
motivos de discriminación fueron: la forma de vestir o arreglo per­
sonal, el peso o la estatura, la edad y las creencias religiosas.

Además, la ENADIS demostró que vivimos en ambientes sociales


cargados de prejuicios que predisponen a las personas a adoptar
comportamientos negativos hacia un grupo y sus miembros. Por
ejemplo, 63% de los hombres encuestados están de acuerdo con
la frase "la mayoría de las y los jóvenes son irresponsables"; 36%
de los hombres también estaría de acuerdo con que "convivir con

8
Creando lazos con tus derechos
personas con SIDA o VIH siempre es un riesgo" y "que la pobreza
de las personas indígenas se debe a su cultura".

Estas consideraciones nos hacen reflexionar sobre nuestros pro­


pios prejuicios hacia otros grupos y la forma en que podemos re­
pensarnos de una manera más incluyente, y enactividades que
caen en nuestro ámbito de responsabilidad.

Fuente: (Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 2017)

En una democracia, el gobierno no les puede decir a las per­


sonas la forma en que deben vivir sus vidas; cada una de nosotras
y cada uno de nosotros puede decidir qué es la vida buena, qué
es lo que queremos hacer o estudiar, dónde trabajar, cómo vestir,
qué comer o cómo gozar de la vida. Si queremos o no tener una
religión, qué queremos estudiar o dónde queremos trabajar. Lo que
la democracia nos da es una serie de reglas políticas y jurídicas
mínimas que garantizan ese libre albedrío. El Estado democrático
y social de derecho y los mecanismos democráticos de control
sirven como procesos de protección de ese libre albedrío. Lo que
nos otorgan los derechos humanos es un conjunto de herramien­
tas mínimas para que estemos en condiciones de decidir qué es
para cada una de nosotras, para cada uno de nosotros —qué
es para ti— la vida buena. Entre esas herramientas está la libertad
de tránsito, el derecho al trabajo, a la educación, a la alimentación,
a la vivienda, la integridad personal… en resumen, la vida digna.

La democracia tiene una última relación con los derechos huma­


nos. Toda democracia requiere un conjunto de derechos que sirvan
como condiciones previas. Si esos derechos no existen, la demo­
cracia es imposible. De inicio, se requieren los cuatro derechos
políticos: votar, ser votado, participar en cargos públicos y en la
dirección de las decisiones políticas. Toda democracia requiere
también un conjunto de derechos civiles de uso político como la

9
¿Para qué sirven mis derechos humanos?
libertad de expresión, el derecho a la información, el derecho de
reunión, de asociación, de manifestación y el derecho a la protesta.
Si estos derechos se encuentran completamente negados en un
determinado país, claramente ese país no es democrático. Si es
que en ese país hay elecciones, no se trata de elecciones libres.

En resumen, la democracia y los derechos humanos guardan


una relación intrínseca, porque:

• La pluralidad y tolerancia propia de la democracia es el


marco en el cual cada uno de nosotros y nosotras puede
realizar la idea de vida buena que mejor le parezca.

• Establece mecanismos de control sobre las decisiones po­


líticas que protegen tanto nuestro libre albedrío como nues­
tros derechos.

• Supone un conjunto básico de derechos humanos que fun­


ciona como precondición de existencia de la democracia
misma.

Debido a todos estos elementos, en e 2001 la OEA emitió la


Carta Democrática Interamericana. En su artículo primero se esta­
bleció que los pueblos de América tienen derecho a la democracia
y sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla. A la par
que la democracia es esencial para el desarrollo social, político y
económico de los pueblos de las Américas.

10
Creando lazos con tus derechos
ACTIVIDAD DE REFLEXIÓN

México es considerado un país democrático. Hay elecciones perió­


dicas y, aunque son mejorables, se consideran lo suficientemente
limpias, por lo que los partidos compiten con cierto grado de
igualdad.

Reflexiona:

• ¿Cuál fue la última relación que tuviste con la democracia


mexicana? ¿Fuiste a votar, has sido representante de algún
partido o funcionario de casilla?

• ¿Reflexionas tu voto antes de emitirlo? ¿Qué es lo que conside­


ras? ¿Cómo determinas el trabajo que realiza tanto el gobierno
en turno como a los partidos políticos de oposición?

• En la reflexión anterior, ¿qué papel cumplen tus derechos hu­


manos? ¿Evalúas si mejoraron o empeoraron tus derechos?
Sería imposible que tomaras en cuenta todos tus derechos para
esta decisión. ¿Cuáles son los que consideras, si es que consi­
deras alguno? Por ejemplo, si tienes o no trabajo, si mejoró tu
salario, si recibiste mejores servicios de educación o de salud,
¿consideras alguno de estos derechos o algún otro?

11
2
¿CUÁL ES LA RELACIÓN ENTRE LA CORRUPCIÓN
Y LOS DERECHOS HUMANOS?

En la sección anterior vimos que la democracia es el régimen polí­


tico que tiene la mejor conexión e interacción con los derechos
humanos. Sin embargo, hay democracias en las que el ejercicio de
estos derechos es todavía una promesa. Esto se debe a la interfe­
rencia de varios factores, uno de ellos puede ser la corrupción.

Uno de los principales problemas que ha aquejado a toda socie­


dad democrática es la corrupción. El concepto más conocido de
corrupción es la apropiación del poder público para fines privados.
Cuando hablamos de corrupción, una de las cosas que podría­
mos mirar es a una persona que se aprovecha de la posición que
tiene para obtener una ventaja ilícita. Por ejemplo, cuando:

1. Una persona servidora pública extorsiona a una persona para


permitirle presentar una denuncia ante una fiscalía.

2. Una persona soborna a una persona servidora para obtener


una licencia de construcción de vivienda en una zona de
riesgo.

3. Una red de personas servidoras públicas y empresarias


realizan licitaciones amañadas para ganar concesiones de

13
construcción aumentando el costo de la obra por el pago
de los sobornos.

4. Una persona captura un órgano público que debería ser autó­


nomo a fin de que las decisiones que dicho órgano tome
beneficien sus intereses particulares.

Como se observa en los ejemplos, en realidad no hay una, sino


múltiples formas de corrupción: captura o cooptación estatal, tráfico
de influencias, conflicto de intereses, negociaciones incompati­
bles, parcialidad, donaciones en campañas electorales, malversa­
ción de fondos, partidas presupuestarias secretas, fraudes, uso
de información privilegiada, enriquecimiento ilícito, soborno, extor­
sión, arreglos, colusión privada, alteraciones fraudulentas del
mercado, especulación financiera con fondos públicos, puerta
giratoria, clientelismo, nepotismo, compra de votos, todas éstas
son expresiones de la corrupción (Vázquez, 2018a).

Es relevante saber que hay múltiples expresiones de la corrup­


ción. Por ende, no hay una sola relación entre la corrupción y los
derechos humanos, sino diversas. De la misma manera, será difícil
pensar en una única solución frente a la corrupción, sino varias,
tantas como distintas formas de corrupción haya. Por ejemplo, si lo
que nos interesa es combatir los sobornos —lo que comúnmente
se conoce como mordida— que se pagan a los policías adminis­
trativos, la política pública para hacerlo deberá tener ciertas carac­
terísticas e ir dirigida a ese grupo y a las condiciones en las que se
genera ese acto de corrupción. En cambio, si lo que nos interesa
es combatir las licitaciones amañadas, como las que se dan por
medio de las denominadas "empresas fantasmas", la política pública
para hacerlo tendrá otros objetivos, estará aplicada a otros cargos
y con una lógica diferente.

Hasta ahora creo que ya tenemos claras algunas de las múltiples


formas de corrupción. Pero seguramente te estarás preguntando

14
Creando lazos con tus derechos
¿qué tiene que ver esto con los derechos humanos? Recuperemos
los ejemplos que mencionamos líneas arriba y miremos cómo es
que cada uno de ellos se relaciona con estos derechos.

Comencemos por la corrupción que se da cuando una servidora


pública extorsiona a una persona para permitirle presentar una
denun­cia ante una fiscalía. Supongamos que eres víctima de un
delito y, luego de pensarlo un poco, decides presentar la denuncia
correspondiente. Ya ahí, la persona que te atiende te dice que levan­
tar una denuncia te puede tomar entre 6 y 8 horas, pero que, por
una módica cantidad, las cosas se pueden agilizar. Ésa es una
ex­torsión, y lo grave es que ese acto de corrupción se convierte en
un obstáculo para ejercer tu derecho de acceso a la justicia. Ésta
es una de las relaciones entre la corrupción y los derechos huma­
nos, cuando se te pide dinero en forma indebida para acceder a
un derecho, la corrupción obstaculiza el acceso a ese derecho.
Pusimos un ejemplo con el derecho de acceso a la justicia, pero
sucede exactamente lo mismo con cualquier derecho, por ejemplo,
para recibir un servicio público de salud, de educación, para acce­
der a un programa social de vivienda o de alimentación.

15
¿Para qué sirven mis derechos humanos?
16
Creando lazos con tus derechos
Vayamos al segundo ejemplo que pusimos líneas arriba, cuando
una persona o empresa soborna a un servidor público para obte­
ner una licencia de construcción en una zona de riesgo, lo que
puede traducirse en un derrumbe que provoque lamentables pérdi­
das de vidas humanas. En este tipo de casos, la corrupción permite
que se realicen actos prohibidos, y que tienen consecuencias vio­
latorias de derechos humanos. En este ejemplo, la construcción
de edificaciones riesgosas puede generar violaciones a los dere­
chos a la vida, a la integridad personal y a la vivienda de las per­
sonas que sufrieron los derrumbes.

Podemos pensar esta interacción en muchos otros deberes de


inspección a cargo del Estado, los cuales son incumplidos por el
pago de sobornos. Por ejemplo, las inspecciones laborales en
donde se recibe un soborno para permitir que la empresa siga fun­
cionando sin cumplir con las condiciones de seguridad y sanita­
rias correspondientes. En estos casos se podrían violar los derechos
a la vida, si es que hay un accidente laboral con costos humanos, a
la integridad personal, a la salud y al trabajo en condiciones de
seguridad y salubridad. Así como con los inspectores laborales, lo
podemos pensar para inspectores de los colegios, de los hospita­
les, o para la evaluación de proyectos y megaproyectos hídricos,
eólicos, minas que son sobornados y que permiten la realización
de explotación de los recursos naturales que es contraria a los dere­
chos humanos de comunidades indígenas y campesinas.

Vayamos al tercer ejemplo mencionado arriba. En este caso lo


que tenemos es una red de personas servidoras públicas y empresa­
rias que se confabulan para realizar licitaciones amañadas con el
objetivo de ganar concesiones de construcción aumentando el costo
de la obra por el pago de los sobornos. ¿Cuál es la relación de este
tipo de actos de corrupción con los derechos humanos? Se ha
docu­mentado que en algunos casos las licitaciones amañadas
tienen como consecuencia un aumento en el costo de los bienes o
servicios licitados; o un empeoramiento en la calidad de estos

17
¿Para qué sirven mis derechos humanos?
(Vázquez, 2019). Ello porque este tipo de licitaciones están acom­
pañadas del pago de sobornos y el costo de esos sobornos se
aplica al precio del bien o servicio licitado. Cuando estos bienes o
servicios finalmente se entregan, podríamos tener bienes o servi­
cios mucho más caros. En la medida en que el presupuesto público
siempre es limitado, si los bienes y servicios públicos se encare­
cen por el pago de sobornos, el Estado podría tener menos dinero
y menos capacidades para garantizar, proteger y promover nues­
tros derechos. En otras palabras, se podría tener menos dinero para
contratar profesores, médicos y médicas, enfermeros y enferme­
ras, para comprar medicinas, para construir escuelas y hospitales,
o para generar programas sociales que apoyen a las personas que
sufren de carencias alimentarias o de vivienda. (Vázquez 2018a;
Vázquez, 2019; Vázquez, Cardona y Ortiz, 2018a, 2018b, 2018c; Váz­
quez, Cardona, Peña y Vallejo, 2020) En resumen, las licitaciones
amañadas pueden repercutir en el sobreprecio de los bienes y ser­
vicios licitados, lo que podría disminuir el presupuesto público y
limitar las capacidades estatales para hacer efectivos nuestros
derechos.

Puede suceder que los bienes y servicios contratados por me­


dio de licitaciones amañadas se entreguen con sobreprecio, o con
una menor calidad de la esperada. Pero también ha pasado que
dichos bienes y servicios ni siquiera se realicen. Este escenario es
mucho peor que el anterior, el impacto tanto en las capacida­
des estatales como en la vulneración de los derechos humanos es
más profunda.

¿Quién es la víctima de violación a los derechos humanos en el


caso de actos de corrupción cometidos por medio de licitaciones
amañadas? Habrá casos en donde la víctima sea claramente iden­
tificable. Por ejemplo, en un programa de dotación de bienes para
la construcción de vivienda, en donde se haya realizado una licita­
ción amañada para la compra y entrega de dichos bienes y éstos
no se hayan entregado, o sean de peor calidad. Si el programa

18
Creando lazos con tus derechos
tiene un padrón de beneficiarios, se puede detectar quiénes son
las personas afectadas por la licitación amañada y el impacto se
puede dar sobre su derecho a la vivienda.

En otro supuesto hipotético, puede suceder que haya una licita­


ción amañada para la construcción de carreteras y puentes, y la
obra se haya realizado con un sobreprecio. Aquí puede no identi­
ficarse a una víctima directa de violación a los derechos humanos.
Pero debido al sobreprecio de la contratación (que en casos de
construcción de carreteras y puentes suele ser millonarias), los
derechos humanos de la sociedad en general podrían verse afec­
tados debido al impacto que el sobreprecio para el pago de sobor­
nos tiene sobre el erario.

Finalmente, miremos el cuarto ejemplo mencionado líneas arriba:


una empresa captura un órgano público que debería ser autó­
nomo a fin de que las decisiones de dicho órgano beneficien los
intereses de la empresa. En este caso, el principal problema es
que la política pública deja de tener como principal objetivo el
bienestar general. Por el contrario, el objetivo de la política es el bie­
nestar particular de la empresa que logró capturar al órgano deci­
sor. Lo podemos mirar con un ejemplo extremo. Supongamos que
un conjunto de empresas farmacéuticas logra capturar al total de
diputados y senadores necesario para modificar la Ley de Patentes
a fin de lograr que las patentes farmacéuticas tengan una duración
de 100 años, en lugar de 20 como lo establece en este momento la
legislación. La consecuencia de una reforma como ésta es que los
laboratorios que son parte de la competencia económica no podrán
producir medicamentos genéricos en 100 años, lo que conlleva el
aumento del precio de los medicamentos y, por ende, en las ganan­
cias de esas empresas farmacéuticas. En este caso, el encare­
cimiento de los medicamentos repercutirá en forma directa sobre
el derecho a la salud de las personas. Lo grave de la corrupción
—cuando toma la forma de captura estatal— es que las políticas

19
¿Para qué sirven mis derechos humanos?
públicas se desvían, pierden el sentido público y dejan de ser orien­
tadas a un ideal general de bienestar.

Como hemos visto con estos ejemplos, la corrupción puede ser


mucho más grave de lo que parece. No sólo es mala en sí misma
porque desvía las acciones de las personas y vulnera las capaci­
dades estatales, la corrupción es un fenómeno que debemos erra­
dicar de la sociedad porque es contraria a la construcción del régi­
men democrático y tiene como consecuencia la vulneración de
nuestros derechos humanos.

20
Creando lazos con tus derechos
ACTIVIDAD DE REFLEXIÓN

Haz memoria, ¿has sido víctima de algún acto de corrupción?, ¿qué


tipo de acto de corrupción fue? Seguramente en ese momento sim­
plemente pensaste que estabas frente a personas corruptas, pero
no te imaginaste que ese acto de corrupción también impli­caba
violaciones a tus derechos humanos. Ahora que lo sabes, piensa:

1. ¿Qué derecho humano te fue violentado por ese acto de corrup­


ción? Recuerda que puede ser el acceso a la justicia, el debi­
do proceso, incluso la libertad de tránsito si te amenazaron
con arrestarte por algo que no habías cometido. O si te pidie­
ron dinero para entrar en algún programa social, dependiendo
del programa se puede tratar del derecho a la salud, a la edu­
cación, a la vivienda, acceso al agua, o algún otro.

2. Suponemos que en ese momento te enojaste mucho, pero al


mismo tiempo sentiste la frustración de que no había nada que
pudieras hacer. Si tuvieras la oportunidad de regresar el tiem­
po, y mirando lo grave de la corrupción y el impacto sobre tus
derechos humanos, ¿qué harías distinto?, ¿cómo consideras
que podrías resistirte al acto de corrupción que sufriste? En los
siguientes cuadernillos de esta colección encontrarás algunas
estrategias de organización y protección de tus derechos.

21
3
¿PARA QUÉ SIRVEN LOS DERECHOS HUMANOS
EN LAS RELACIONES ENTRE PERSONAS?

Hasta aquí hemos analizado la relevancia de los derechos huma­


nos en la conformación del régimen democrático, como límites de
la toma de decisiones gubernamentales y a partir de las afectacio­
nes provenientes de los actos de corrupción. En todos estos ca­
sos, involucramos a nuestros derechos humanos en algún tipo de
relación con el gobierno. Pero, ¿los derechos humanos también
sirven para mediar las relaciones entre particulares? Depende, va­
mos platicándolo más despacio.

El punto de partida es que los derechos humanos regulan la


relaciones entre el gobierno y las personas. El Derecho Internacio­
nal de los Derechos Humanos es la rama del derecho internacional
público que se caracteriza por establecer obligaciones a cargo de
los Estados y reconocer derechos a favor de las personas. Así, los
derechos humanos deben entenderse como directrices en la
toma de decisiones gubernamentales; y como obligaciones de res­
peto, garantía, protección y promoción a cargo de los gobiernos.
Por ende, inicialmente los derechos humanos sólo pueden ser
violentados por el gobierno, es decir, por algún ente representante
del Estado que puede ser desde el presidente de la nación hasta
algún policía municipal.

23
Sin embargo, hay algunas perspectivas cercanas a los dere­
chos humanos que proponen regular las relaciones entre personas,
entre particulares. Un ejemplo es el principio de igualdad y no
discriminación que desarrollaremos en los siguientes párrafos. Si bien
esta perspectiva está fundada en el derecho del mismo nombre,
va más allá de dicho derecho y nos permite mirar las relaciones
entre personas.

La igualdad y no discriminación se estableció en los primeros


dos artículos de la Declaración Universal de los Derechos Huma­
nos, esa de 1948 que fue la respuesta ante el terror de la Segunda
Guerra Mundial. En el artículo primero se establece que: "Todos los
seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, y
dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse
fraternalmente los unos con los otros". Por su parte, el artículo segun­
do establece que "todas las personas gozan de todos los derechos
y libertades sin distinción de raza, color, sexo, idioma, religión, opi­
nión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social,
posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Por lo
que no se debe realizar ninguna distinción fundada en cualquiera
de esas condiciones que tenga como consecuencia una disminu­
ción en los derechos de las personas". Por ejemplo, si en una legis­
lación se estableciera que las personas indígenas no pueden
acceder a la educación universitaria, esa legislación sería discri­
minatoria por etnia, y debe ser derogada.

Sin embargo, la perspectiva de igualdad y no discriminación


va más allá. Como lo menciona el artículo primero de la Decla­
ración, lo esperable es que las personas nos comportemos de
manera fraterna las unas con las otras. Por ende, no sólo se espera
que el gobierno no discrimine a persona alguna, también se es­
pera que las personas tampoco discriminen. Mientras que el Estado
no puede discriminar a persona alguna al momento de elaborar
políticas públicas, prestar servicios públicos, emitir leyes o dictar sen­
tencias; las personas tampoco deben discriminar a persona alguna

24
Creando lazos con tus derechos
en sus actividades cotidianas. Por ejemplo, la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido que las
escuelas privadas tienen la obligación de proteger los derechos
de los niños y las niñas a la dignidad, integridad, educación y no
discriminación. En este marco, también se combate la construc­
ción de estereotipos, es decir, de caracterizaciones de personas a
partir de rasgos provenientes de las distinciones mencionadas.
Por ejemplo, el estereotipo de que todas las mujeres se deben
dedicar a las tareas del hogar es evidentemente falso, y puede
generar un daño contra las mujeres.

Lo que se busca es fomentar la tolerancia a fin de lograr vivir en


pluralidad. Para ello, el derecho humano a la igualdad y no discri­
minación nos ayuda a construir relaciones entre particulares.

25
¿Para qué sirven mis derechos humanos?
26
Creando lazos con tus derechos
Además de la perspectiva de la igualdad y la no discrimina­
ción, hay otros conjuntos de derechos humanos cuya relevancia
para regular la relación entre particulares se ha hecho evidente.
Un caso claro es el derecho de las mujeres a una vida libre de vio­
lencia. Se podría considerar que este derecho es una derivación
de los derechos a la vida y a la integridad personal que tenemos
todas las personas. La diferencia radica en la especificidad que
estos dos derechos tienen cuando miramos la violencia con pers­
pectiva de género. Así, el derecho a una vida libre de violencia
nos permite observar y enfatizar las violaciones a los derechos a
la vida y a la integridad personal de las mujeres provenientes de la
violencia de género y por su condición de mujeres. Sabemos que
las mujeres sufren de diversos tipos de violencia, como la psico­
lógica, física, patrimonial, económica y sexual, en el peor de los
casos este tipo de violencia de género puede desembocar en un
feminicidio.

El derecho a una vida libre de violencia busca que ninguna


mujer sufra ninguno de estos tipos de violencia. También sabemos
que los distintos tipos de violencia que suelen sufrir las mujeres pro­
vienen no sólo del ámbito público, sino que muchas veces los
generadores de este tipo de violencia están en el ámbito privado,
incluso entre sus familiares. Por ello es que la vida libre de violen­
cia es un derecho humano de las mujeres que claramente tiene un
impacto tanto en el ámbito público como en el privado, incluso
al interior de la propia familia.

27
¿Para qué sirven mis derechos humanos?
ACTIVIDAD DE REFLEXIÓN

La violencia contra las mujeres puede ser psicológica, física, patri­


monial, económica, sexual, entre otras. Tanto los hombres como las
mujeres pueden infligir este tipo de violencia contra una mujer.

Haz memoria, ¿has testimoniado alguna forma de violencia contra


alguna mujer?, ¿túhas ejercido violencia en contra de alguna mu­
jer?, ¿qué tipo de violencia fue?

Ahora que sabes que esa violencia genera violaciones a los dere­
chos humanos de las mujeres, si pudieras regresar el tiempo, ¿qué
harías distinto para que la violencia no sucediera?

Considera que hay espacios públicos a los cuales puedes acudir


en caso de necesitar ayuda para evitar escenarios de violencia,
como a la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia
contra las Mujeres. Ha construido una red de ciudadanas y de ins­
tituciones que podrían apoyarle, visita este link: «https://www.gob.
mx/conavim/acciones-y-programas/redes-ciudadanas-y-redes-
institucionales».

29
En el mismo sentido que con el derecho a una vida libre de
violencia, tenemos a un conjunto de derechos reconocidos para los
niños y las niñas que podemos encontrar en la Convención sobre
los Derechos del Niño adoptada el 20 de noviembre de 1989. A lo
largo de los 54 artículos que integran la Convención se reconocen
diversos derechos humanos, los cuales son adecuados a las ne­
cesidades y particularidades de los niños y niñas. Por ejemplo, el
artículo 7 recupera el derecho a la identidad y lo desarrolla para
el niño y la niña. En este artículo se establece que los niños y niñas
tienen derecho a ser inscritos en un registro civil inmediatamente
después de su nacimiento, de contar con un nombre, de adquirir
una nacionalidad, de conocer a sus padres y de ser cuidado por
ellos. A lo largo de esta Convención se establecen obligaciones a
cargo del Estado, pero también a cargo del padre y la madre de
los niños y niñas, por lo que es fácil considerar que el conjunto de
derechos de los niños y las niñas también se relacionan con los
particulares.

Finalmente, tenemos todo un conjunto de derechos humanos


que claramente regulan la relación entre los gobiernos y las perso­
nas. Por ejemplo, la prohibición de tortura, o la prohibición de desa­
parición forzada. Lo que estos derechos establecen es la prohibi­
ción de torturar o de desaparecer personas a cargo de cualquier
ente gubernamental (policías de nivel municipal, estatal, federal,
militares o marina). Lo cierto es que incluso este conjunto de dere­
chos, como el derecho a la vida, a la libertad y a la integridad
personales, que inicialmente pueden estar dirigidos a los entes
gubernamentales, también funcionan como derechos que son recu­
perados por diferentes ramas del derecho. Mantengamos en mente
esos mismos tres derechos: a la vida, a la libertad y a la integridad
personales. ¿Cómo es que estos tres derechos humanos serían
recuperados por una rama del derecho? En materia penal es a
partir de ciertos delitos establecidos en el código correspondiente.
Por ejemplo, el derecho a la vida es tutelado en el tipo penal de
homicidio. El bien jurídico tutelado del delito de homicidio es el

30
Creando lazos con tus derechos
derecho a la vida de las personas y regula las relaciones entre par­
ticulares. Sucede exactamente lo mismo cuando pensamos en el
femicidio, es un tipo penal que protege los derechos humanos a
la vida y a la vida libre de violencia de las mujeres y regula relacio­
nes entre particulares. ¿Qué tipo penal se te ocurre que protege el
derecho a la libertad? Claro, el secuestro. El artículo 163 del Código
Penal de la Ciudad de México establece que al que prive de su liber­
tad a otro con el propósito de obtener un rescate se le impondrán
de 40 a 60 años de prisión. Lo mismo sucede con la integridad
personal, derecho humano que se protege por medio del tipo penal
de lesiones, lo que regula las relaciones entre particulares.

Es muy sencillo identificar cómo algunos derechos humanos de


corte civil —como el derecho a la vida, la libertad y la integridad
personales— son recuperados por la rama del derecho penal. Pero
esto no sólo sucede con estos derechos. Podemos mirar lo mis­
mo en torno al derecho humano al medio ambiente sano, y mirar
cómo ese derecho dota de contenido a la regulación administrativa
en torno al medio ambiente y la generación de proyectos eólicos,
hídricos como presas, o la minería. En el mismo sentido, los princi­
pios regulatorios establecidos por ciertos derechos humanos eco­
nómicos y sociales son recuperados por las ramas del derecho
administrativo correspondiente. Lo vemos, por ejemplo, con todas
las regulaciones relacionadas con el derecho a la salud o a la vivien­
da. En todos estos casos con lo que nos encontramos es que los
principios, extremos, obligaciones, particularidades y desarrollos de
los derechos humanos son recuperados y aplicados por algunas
ramas del derecho para regular las relaciones entre particulares.

Hasta aquí, algunos ejemplos de perspectivas y ciertos dere­


chos humanos en donde es cada vez más aceptado que en esos
casos se trata de derechos que pueden resultar afectados por
particulares. ¿Será que en todos los demás casos los derechos
humanos sólo regulan relaciones entre el Estado y las personas?
Hoy hay muchas dudas sobre esto. En buena medida tiene que ver

31
¿Para qué sirven mis derechos humanos?
con el cambio de los patrones en las violaciones a los derechos
humanos.

La democracia mexicana se fue construyendo en lo que se co­


noce como la tercera ola democrática. Después de la derrota a los
regímenes nazi en Alemania y fascista en Italia, tuvimos unos po­
cos años de conversión de países a la democracia, Alemania e
Italia de entrada. Este proceso se conoció como la segunda ola de
transiciones a la democracia. Lamentablemente muchos otros
países mantuvieron gobiernos autoritarios o dictatoriales. La tercera
ola de la democracia arrancó en 1973, con la transición a la demo­
cracia en Portugal. Le siguió la transición a la democracia españo­
la de 1976 y posteriormente varios países en América Latina se
democratizaron: República Dominicana y Ecuador en 1978; le siguie­
ron Perú (1980), Honduras (1981), Bolivia (1982), Argentina (1983),
El Salvador (1984), Guatemala, Brasil y Uruguay en 1985, Paraguay
y Panamá en 1989, y Chile (1990). Conforme avanzaba la demo­
cracia en América Latina, se esperaba que disminuyeran las viola­
ciones a los derechos humanos. La expectativa estaba fundada
—como vimos líneas arriba— tanto en los mecanismos de control
democrático sobre los gobiernos como en la consolidación de un
Estado de Derecho y en el conjunto de derechos humanos que, de
inicio, son necesarios para institucionalizar cualquier democracia.
Infortunadamente esto no fue así (Ansolabehere, Valdés y Vázquez,
2015; Vázquez, 2010).

Las violaciones a derechos humanos no disminuyeron con la


llegada de las democracias en América Latina, pero sí cambia­ron
los patrones que generan o detonan dichas violaciones. Uno de los
más claros ejemplos es ¿quién viola los derechos humanos de
las personas? Durante los años de gobiernos autoritarios o dicta­
to­
riales en América Latina, las detenciones arbitrarias, las de­
sapari­cio­nes y las ejecuciones extrajudiciales eran realizadas
directamente por el Estado. Pero lo que comenzamos a mirar du­
rante las nuevas democracias es que actores particulares cobran

32
Creando lazos con tus derechos
mucha relevancia en estas violaciones a derechos humanos. Por
ejemplo, las mencionadas detenciones, desapariciones y ejecucio­
nes ya son también prácticas realizadas por el crimen organizado
y, en ocasiones incluso con el apoyo o tolerancia de las autorida­
des; ejemplos de ello se han dado con las pandillas de maras en
Centroamérica, la guerrilla y los paramilitares en Colombia, las mi­
li­cias en las favelas de Brasil, y las redes de macrocriminalidad
en México (Vázquez, 2019a). De la misma manera , cuando se vio­lan
derechos humanos como los laborales, los derechos medioam­
bientales y los derechos de los pueblos indígenas pudieran estar
involucrados algunos actores empresariales. En el peor de los ca­
sos, algunos proyectos de explotación minera que son contrarios
a los derechos de los pueblos indígenas se realizan por actores
gubernamentales, y pudiera haber una responsabilidad compar­
tida por empresas y por el crimen organizado.

En este tenor, en los "Principios Rectores sobre las empresas y


los derechos humanos: puesta en práctica del marco de las Nacio­
nes Unidas para ‘proteger, respetar y remediar", elaborados por el
Representante Especial del Secretario General para la cuestión
de los derechos humanos y las empresas transnacionales y otras
empresas, se establece la obligación de los Estados de "hacer
cumplir las leyes que tengan por objeto o por efecto hacer respetar
los derechos humanos a las empresas, así como evaluar perió­
dicamente si tales leyes resultan adecuadas y remediar eventuales
carencias".

Lo que sucede en estos casos es que nos encontramos con


actores privados muy poderosos. La sensación inicial es que, en
estos casos también estamos frente a una relación de derechos
humanos entre particulares, que es caracterizada por la asimetría
de poder y, en algunos casos, por un contexto de opresión. Sin em­
bargo, esta relación de derechos humanos entre particulares se
encuentra aún en discusión.

33
¿Para qué sirven mis derechos humanos?
4
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE TENER UNA CULTURA
DE DERECHOS HUMANOS?

Los derechos humanos establecen pautas de acción y de decisión


que los gobiernos deben recuperar para respetar, garantizar, pro­
teger y promover nuestros derechos. En estos casos, nuestros de­
rechos humanos pueden ser violentados por cualquier persona
servidora pública, como mencionamos líneas arriba, desde el pre­
sidente de la República hasta un policía municipal o juez cívico.
Aquí estamos frente a relaciones de derechos humanos que se dan
entre el gobierno y las personas.

Pero, como vimos en la sección anterior, de las relaciones entre


particulares también pueden resultar afectaciones a derechos
huma­nos, ya sea en forma directa, como la obligación de no discri­
minar, o por medio de la creación de estereotipos; o en forma indi­
recta, como sucede cuando el marco jurídico puede recuperar los
contenidos de los derechos humanos para regular diversos tipos pe­
nales; pero también a partir de la prestación de servicios como
podría ser el trato que una escuela privada le debe dar a un niño o
una niña, o la forma en que un médico o médica que trabaja en un
hospital privado debe tratar a su paciente. En estos casos estamos
frente a relaciones de derechos humanos que se dan entre particu­
lares, entre privados.

35
En ambos casos, lo que necesitamos para que las cosas fun­
cionen es una cultura de derechos humanos. Si hay cultura de dere­
chos humanos, es más fácil que las cosas fluyan. La cultura de
derechos humanos es como el aceite que permite que los pisto­
nes se muevan. En la relación entre el gobierno y las personas, la
cultura y formación de derechos humanos se debe dar a las servi­
doras y los servidores públicos, a todas y todos ellos. En espe­
cial porque toda persona servidora pública es representante del
Estado, por lo que sus acciones u omisiones pueden ser violato­
rias de derechos humanos y pueden acarrear responsabilidad
internacional en materia de derechos humanos para el Estado.

El tipo de formación esperada para las personas servidoras pú­


blicos se puede pensar en dos niveles. Un primer nivel básico que
permita a la persona servidora pública reconocerse precisamente
como representante estatal, tener claro el tipo de responsabilidad
en materia de derechos humanos que puede generar, pero, en espe­
cial, que sepa que el objetivo principal de su trabajo es respetar,
garantizar, proteger y promover los derechos de las personas. Vaya,
resignificar el objetivo y acción de la persona servidora pública, en
especial a partir de la interacción con las personas. El segundo
nivel de la formación de personas servidoras públicas en materia
de derechos humanos puede ser mucho más especializado, a partir
de las necesidades específicas provenientes de las funciones que
realicen. Así, seguramente las necesidades de capacitación de
las servidoras y los servidores públicos que trabajan en la Fiscalía
serán diferentes de quienes trabajan en la Secretaría de Econo­
mía, por citar dos ejemplos.

En la relación de derechos humanos entre el gobierno y las


per­sonas hay una tercera pieza en torno a la cultura de derechos
humanos que debemos retomar. Cuando se diseña una política
pública con perspectiva de derechos humanos, uno de los elemen­
tos transversales de la política es que incluya un plan de cultura de
derechos humanos. Dicho plan debe incluir tanto a las personas

36
Creando lazos con tus derechos
servidoras públicas que implementan la política pública (tal como
lo mencionamos en los dos párrafos anteriores) como a la pobla­
ción objetivo de la política pública. En la construcción de una cultu­
ra de derechos humanos para la población objetivo de las políticas
públicas se espera que la persona sea empoderada, que se le
explique que el programa está diseñado para garantizar alguno de
sus derechos humanos, que el servicio público no es un favor, sino
un derecho; que la persona no es un cliente, sino un ciudadano o
ciudadana que está ejerciendo un derecho.

En cambio, cuando se trata de relaciones de derechos huma­


nos entre particulares, entre personas, la cultura de derechos hu­
manos va por otros rumbos. Comienza, sin duda, en los procesos
educativos formales. Esperamos que todos los niños y niñas de
México hoy crezcan con educación en y para los derechos huma­
nos. Las preposiciones en y para no son casualidad.

La educación en derechos humanos supone darles todos los


con­tenidos necesarios a los niños y niñas en materia de dere­
chos huma­nos: ¿qué son?, ¿dónde están?, ¿por qué son importan­
tes?, ¿cuáles son los mecanismos de protección en caso de que
se viole un derecho? En cambio, la educación para los derechos
humanos nos invita a otra cosa, a vivir de acuerdo con y conforme
a los derechos humanos. Esto involucra un mayor esfuerzo de las
y los docentes, porque supone que las prácticas que se realizan
en el salón de clases deben reforzar el empoderamiento del niño
y de la niña, conllevan la construcción de un sujeto de derechos,
de una persona tolerante a la diferencia, analítica y crítica. También
se espera que esos niños y niñas se vuelvan responsivas no sólo
con respecto a sus derechos, sino también a los derechos de los
demás. Esto supone la capacidad de reconocer una situación de
violación a los derechos, y de empatía con el otro o la otra, con
la víctima de una situación injusta.

37
¿Para qué sirven mis derechos humanos?
38
Creando lazos con tus derechos
La mejor forma de solventar una violación a los derechos hu­
manos es que ésta ni siquiera exista. La prevención de violaciones
a los derechos pasa por la capacitación adecuada a las personas
servidoras públicas para que no violen derechos. La prevención
también pasa por la cultura de derechos humanos de las personas
para que sean tolerantes frente a la pluralidad, y para que ellas y
ellos mismos no se conviertan en violadores de derechos.

Si pese a todo, tenemos violaciones a derechos humanos, la


cultura de derechos humanos de las personas cobra una especial
relevancia para que logren identificarla, vincularla con una situa­
ción de injusticia y comenzar los reclamos correspondientes. Para
echar a andar la difícil y burocrática maquinaria estatal. Para ser
solidarios con las víctimas de violaciones a derechos.

¿Será que estamos esperando demasiado de la cultura de dere­


chos humanos? Probablemente. Pero los derechos humanos tam­
bién sirven para esto, para construir la utopía, para diseñar los
horizontes por venir.

39
¿Para qué sirven mis derechos humanos?
CONCLUSIONES

Los derechos humanos pertenecen a todos y todas por el sólo


hecho de ser personas. Como atributos a todas las personas, sir­
ven como mecanismos de protección de lo que consideramos más
importante: nuestra vida, nuestra integridad personal, nuestro
bienestar. Vistos así, como derechos y como mecanismos de pro­
tección de lo más importante, los derechos humanos regulan tanto
las relaciones que las personas tenemos con el gobierno, como las
relaciones que tenemos entre las personas.

En las relaciones que tenemos las personas con el gobierno,


vimos que todas las personas tenemos un conjunto de derechos
humanos, entre los que se encuentran los derechos políticos: votar,
ser votado y participar en los asuntos públicos. Vistos así, los dere­
chos políticos son constitutivos de la democracia. Además, todo
gobierno democrático requiere garantizar otro conjunto de derechos
que le son inherentes, como la libertad de expresión, el acceso a
la información, la libertad de reunión y de asociación. Los dere­
chos humanos y la democracia se interrelacionan, se necesitan
mutuamente. Más aún, en la medida en que un gobierno democrá­
tico es elegido y requiere la aprobación del pueblo en la segunda
elección para mantenerse en el poder, el resultado esperado del

41
ejercicio democrático es el bienestar de la gente, para que ésta,
mediante su voto, vuelva a elegir al partido en el gobierno.

Lamentablemente la expectativa mencionada al final del párrafo


anterior no siempre funciona. Una de las razones es la existencia
de los actos de corrupción. Estamos obligados a combatir la corrup­
ción porque es mala en sí misma, porque disminuye la calidad de
nuestra democracia, pero especialmente porque la corrupción tam­
bién genera o detona violaciones a nuestros derechos humanos.

Entendidos como derechos y como mecanismos de protección


de lo más importante, los derechos humanos también están pre­
sentes en la relación entre los particulares, ya sea para proteger el
derecho a la igualdad y la no discriminación o para salvaguardar
la vida libre de violencia de las mujeres, y también los derechos de
los niños y de las niñas. Más aún, la pluralidad y la tolerancia de
toda la gente son dos cualidades que esperamos de cualquier so­
ciedad para que pueda ser democrática. Una vez más, los dere­
chos humanos se relacionan con la democracia.

Para construir sociedades plurales, tolerantes y democráticas,


requerimos un arduo trabajo de promoción de los derechos huma­
nos, todos los días, todo el tiempo. En la medida en que logremos
fomentar la cultura de los derechos humanos de los gobernantes,
de las y los servidores públicos y de todas y todos nosotros, man­
tendremos la esperanza de tener una sociedad más justa cada
día.

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Creando lazos con tus derechos
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La formación editorial de esta obra fue ela­
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de Tesis. Se utilizaron tipos IQE Hlv de 8 y
9 puntos, IQE Hlv Lt de 8 y 9 puntos y Avenir
LT Std de 10, 11 y 54 puntos. Marzo de 2021.

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