Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

566-2015 DGDH

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 12

Este resumen contiene la carátula, la síntesis y el extracto de una sentencia de la Suprema Corte de Justicia

de la Nación. Para facilitar la lectura del extracto, se realizaron modificaciones al texto original de la misma.
Este documento tiene fines informativos, por lo que carece de efectos vinculantes.
o tiene fines informativos, por lo que carece de efectos vinculantes.

CIUDAD DE LAS ARTES

CASO: Amparo en Revisión 566/2015

MINISTRO PONENTE: Arturo Zaldivar Lelo de Larrea

SENTENCIA EMITIDA POR: Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación

FECHA: 15 de febrero de 2017

TEMAS: derecho a la cultura, derechos económicos, sociales y culturales, núcleo esencial,


principio de progresividad, progresividad, principio de no regresividad, interés legítimo.

CITA DE LA SENTENCIA: Suprema Corte de Justicia de la Nación, Amparo en Revisión


566/2015, Primera Sala, Min. Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, sentencia de 15 de febrero de
2017, México.

El texto íntegro de la sentencia puede consultarse en el siguiente enlace:


https://www.scjn.gob.mx/derechos-humanos/sites/default/files/sentencias-
emblematicas/sentencia/2022-02/AR%20566-2015.pdf

CITA SUGERIDA PARA ESTE DOCUMENTO: Suprema Corte de Justicia de la Nación,


Extracto del Amparo en Revisión 566/2015, Centro de Estudios Constitucionales, México.
SÍNTESIS DEL AMPARO EN REVISIÓN 566/2015

ANTECEDENTES: En junio de 2011, el Gobierno del Estado de Nayarit y una empresa


celebraron un contrato de obra pública para la construcción de la primera etapa de la “Ciudad
de las Artes”, en Tepic, Nayarit. Posteriormente, el Congreso del Estado de Nayarit aprobó la
solicitud del Gobierno del Estado para la obtención de un crédito a fin de realizar la construcción
de la segunda parte de la “Ciudad de las Artes”. No obstante, en junio de 2013, se publicó en el
Periódico Oficial del estado el Decreto que autorizaba al Ejecutivo desincorporar y enajenar el
bien inmueble donde se tenía contemplada la construcción de la segunda etapa de la “Ciudad
de las Artes”. En julio de 2013, LABM, OCH, LCPLG, MSVH, MAAC, LDG, RGB, GMQR, CRLS,
ADSA, AME, CCS, JOCA, RAAM y JAHG demandaron el amparo por la omisión de finalizar el
proyecto denominado “Ciudad de las Artes”. De acuerdo con los afectados, esta omisión
transgrede sus derechos culturales, ya que se creó la expectativa de derecho en cuanto al
desarrollo que tendría la población del estado en sus derechos culturales. El juzgado de distrito
en el estado de Nayarit, que conoció del asunto, argumentó que los afectados no acreditaron
tener interés legítimo, por lo que resolvió sobreseer el juicio de amparo. Inconformes, los
afectados interpusieron recurso de revisión, el cual fue admitido por el tribunal colegiado.
Asimismo, los afectados presentaron ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (esta
Corte) una petición para la atracción del amparo de revisión, pero ante la falta de legitimación
de los afectados. Esta Corte decidió ejercer su facultad de atracción respecto al amparo en
revisión.

CUESTIÓN A RESOLVER: Determinar 1) si los afectados contaban con interés legítimo para
combatir la omisión de finalizar el proyecto denominado “Ciudad de la Artes” y 2) si la omisión
de terminar el proyecto viola el derecho a la cultura de los afectados.

RESOLUCIÓN DEL CASO: En relación a los afectados MAAC, LDG, RGB, GMQR, CRLS,
ADSA, AME, CCS, JOCA, RAAM y JAHG, se sobreseyó el amparo pues no demostraron tener
interés legítimo. Respecto a LABM, OCH, LCPLG y MSVH, se modificó la sentencia de amparo
del juzgado de distrito y se negó el amparo, esencialmente, por las siguientes razones. El

1
derecho a la cultura es un derecho social y estos derechos generan tres tipos de deberes hacia
el Estado: proteger el núcleo esencial del derecho; realizar progresivamente el alcance del
derecho; y no adoptar injustificadamente medidas regresivas. En ese orden de ideas, esta Corte
señaló que la omisión de terminar el proyecto de la “Ciudad de las Artes” (a) no afecta el núcleo
esencial del derecho a la cultura, pues no se está afectando la dignidad de las personas; (b) se
inscribe dentro de una política pública que razonablemente busca el pleno goce del derecho a
la cultura y, (c) no es una medida regresiva. Por tanto, esta omisión no viola ninguna de las
obligaciones derivadas del derecho fundamental a la cultura.

VOTACIÓN: La Primera Sala resolvió el presente asunto por mayoría de tres votos de la
ministra Norma Lucía Piña Hernández y los ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea y Jorge
Mario Pardo Rebolledo (formuló voto concurrente). El ministro José Ramón Cossío Díaz votó
en contra (formuló voto particular). El ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena estuvo ausente.

Los votos formulados pueden consultarse en el siguiente enlace:


https://www2.scjn.gob.mx/ConsultaTematica/PaginasPub/DetallePub.aspx?AsuntoID=181069

2
EXTRACTO DEL AMPARO EN REVISIÓN 566/2015
p.1 Ciudad de México. La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (esta
Corte), en sesión del 15 de febrero de 2017, emite la siguiente sentencia.
ANTECEDENTES
p.1-2 En junio de 2011, el Gobierno del Estado de Nayarit y una empresa celebraron un contrato
de obra pública para la construcción de la primera etapa de la “Ciudad de las Artes”, en
Tepic, Nayarit. Posteriormente, el Congreso del Estado de Nayarit aprobó la solicitud del
Gobierno del Estado para la obtención de un crédito a fin de realizar la construcción de
la segunda parte de la “Ciudad de las Artes”. No obstante, en junio de 2013, se publicó
en el Periódico Oficial del estado el Decreto que autorizaba al Ejecutivo desincorporar y
enajenar el bien inmueble donde se tenía contemplada la construcción de la segunda
etapa de la “Ciudad de las Artes”.

p. 2-5 y 8 En julio de 2013, LABM, OCH, LCPLG, MSVH, MAAC, LDG, RGB, GMQR, CRLS, ADSA,
AME, CCS, JOCA, RAAM y JAHG demandaron el amparo por la omisión de finalizar el
proyecto denominado “Ciudad de las Artes”. De acuerdo con los afectados, esta omisión
transgrede sus derechos culturales, ya que se creó la expectativa de derecho en cuanto
al desarrollo que tendría la población del estado en sus derechos culturales. El juzgado
de distrito en materia de amparo civil, administrativo y de trabajo y de juicios federales en
el estado de Nayarit, que conoció del asunto, argumentó que los afectados no acreditaron
tener interés legítimo, por lo que resolvió sobreseer el juicio de amparo.

p.5-6 Inconformes, los afectados interpusieron recurso de revisión, el cual fue admitido por el
tribunal colegiado. Asimismo, los afectados presentaron ante esta Corte una petición para
la atracción del amparo de revisión. Finalmente, en marzo de 2015, esta Corte resolvió
ejercer su facultad de atracción.

ESTUDIO DE FONDO

I. Estudio de interés legítimo


p.14 Esta Corte ha sido consistente en entender que para que exista interés legítimo se
requiere: (i) que dicho interés esté garantizado por un derecho objetivo; (ii) que el acto

1
reclamando produzca una afectación en la esfera jurídica entendida en sentido amplio,
ya sea directa o indirecta por la situación especial del afectado frente al ordenamiento;
(iii) la existencia de un vínculo entre una persona y la pretensión, de tal forma que la
anulación del acto produzca un beneficio actual o futuro pero cierto; (iv) que la afectación
sea apreciada bajo un parámetro de razonabilidad; y (v) que dicho interés resulte
armónico con la dinámica y alcances del juicio de amparo.
p.14-15 En el caso, los afectados alegan que la omisión de culminar la “Ciudad de las Artes” afecta
su derecho a la cultura porque se creó una expectativa de acceder a una extensión de la
cineteca nacional, una ludoteca, una biblioteca, el área de la escuela de música y la
escuela de Bellas Artes del Estado de Nayarit. Los afectados demostraron que dentro del
predio denominado “Ciudad de las Artes” se tienen contemplados diversos proyectos que
en su conjunto constituyen la expectativa de derecho de los quejosos.
p.15-16 LABM, OCH, LCPLG y MSVH acreditaron tener un especial interés en la cultura y haber
participado en distintos proyectos de estudio, promoción, difusión o realización de
actividades artísticas y culturales en Tepic. La culminación del proyecto les reportaría un
beneficio determinado, actual y cierto: el acceso a nuevos espacios culturales que les
permita continuar la promoción y difusión de la cultura y las artes. Por tanto, estas
personas tienen un interés especial para que se culmine la obra. Su posición especial
frente al orden jurídico se presenta por su interés en actividades culturales y por realizar
dichas actividades en Tepic. No podría considerarse que estos afectados obtendrían un
beneficio actual y cierto si no hubieran probado que podrían tener acceso a dicho
complejo cultural.
p.16-17 Sin embargo, MAAC, LDG, RGB, GMQR, CRLS, ADSA, AME, CCS, JOCA, RAAM y
JAHG no acreditaron tener relación alguna con la promoción de la cultura o su ejercicio,
en consecuencia únicamente tienen interés simple, al no haber acreditado su posición
especial frente al orden jurídico, ni como la culminación de la obra les reportaría un
beneficio cierto. Por tanto, se confirma la sentencia del juez de distrito en la que se
sobresee el amparo respecto a ellos.
ESTUDIO DE FONDO

2
p.17 LABM, OCH, LCPLG y MSVH alegan que la omisión de terminar el proyecto de la Ciudad
de las Artes: (a) viola su derecho a la cultura, ya que les impide acceder a bienes
culturales del proyecto y, (b) que es regresiva, pues en el estado de Nayarit hay menos
bienes culturales.
II. El derecho fundamental a la cultura
p.17-18 El derecho al acceso a la cultura se encuentra protegido en los artículos 4° de la
Constitución; 27 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos; 15.1 del Pacto
Internacional de DESC; 26 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos
(CADH); y 14.1 del Protocolo Adicional a la CADH en Materia de DESC (Protocolo de
San Salvador).
p.18 En el Amparo Directo 11/2011, la Primera Sala de esta Corte sostuvo que el derecho a
la cultura es un derecho que contiene tres vertientes: 1) como un derecho que tutela el
acceso a los bienes y servicios culturales; 2) como un derecho que protege el uso y
disfrute de los mismos; y 3) como un derecho que protege la producción intelectual, por
lo que es un derecho universal, indivisible e interdependiente.
p.18-19 El Comité de DESC, en la Observación General No. 21 sostuvo que la cultura tiene tres
componentes: la participación, el acceso y la contribución a la vida cultural. El Comité
sostuvo que para la realización del derecho a participar en la vida cultural se requiere la
presencia de bienes y servicios culturales que toda persona pueda disfrutar y aprovechar.
La Relatora Especial sobre los Derechos Culturales entiende que los derechos culturales
protegen el derecho a disfrutar y acceder a las artes y al conocimiento, incluido el
conocimiento científico.
p.19-20 Todas esas fuentes consideran que del derecho a la cultura se desprende un derecho
prestacional a tener acceso a bienes y servicios culturales. Por tanto, es cierto que los
afectados tienen un derecho a que el Estado genere bienes y servicios culturales a los
cuales puedan acceder, derecho que se pudo haber vulnerado con la omisión de concluir
el proyecto de la “Ciudad de las Artes”. Para analizar si se violó dicho derecho, esta Corte
procederá a determinar los deberes que los derechos sociales imponen al Estado, y en
particular los que se desprenden de esta vertiente del derecho a la cultura, así como a
verificar si en el caso concreto el Estado cumplió con esos deberes. Los derechos

3
sociales generan tres tipos de deberes hacia el Estado: (1) proteger el núcleo esencial
del derecho; (2) realizar progresivamente el alcance del derecho; y (3) no adoptar
injustificadamente medidas regresivas.
III. El deber de proteger el núcleo esencial del derecho
p.20-21 En la Observación General No. 3, el Comité DESC se ha reconocido por el deber de
proteger el núcleo esencial de los derechos sociales. En la misma línea, en la
Observación General No. 21 sobre el derecho a la cultura, el Comité DESC también
argumentó que existe un núcleo esencial del derecho a la cultura.
p.21-22 En el Amparo en Revisión 323/2014, la Primera Sala de esta Corte sostuvo que los
derechos sociales (en el caso, el derecho a la educación) tienen un núcleo esencial que
debe ser protegido por el Estado. Asimismo, en el Amparo en Revisión 750/2015 la
Primera Sala de esta Corte estableció que el derecho a la educación tiene un contenido
mínimo que debe ser protegido absolutamente, aunque ese mínimo puede ser ampliado.
Por otro lado, en el amparo en revisión 378/2014, la Segunda Sala de esta Corte
reconoció la noción de un núcleo esencial de los derechos sociales y determinó que
corresponde al Estado una obligación mínima de asegurar por lo menos, la satisfacción
de niveles esenciales de cada uno de los derechos contenidos en el Pacto Internacional
de DESC. De igual manera, en el Amparo en Revisión 1219/2015, la Segunda Sala de
esta Corte señaló que el gobierno debe cumplir con ciertos elementos mínimos que
permitan, en la medida de lo posible, que las personas puedan ejercer los derechos
humanos y para poder determinar estos elementos mínimos es necesario buscar e
identificar el núcleo o contenido esencial de los derechos fundamentales: aquella parte
del contenido del derecho que es absolutamente necesaria para que los intereses
jurídicamente protegidos que dan vida al derecho, resulten real, concreta y efectivamente
protegidos.
p.22-23 Por tanto, los derechos sociales imponen un deber de resultado: el Estado mexicano tiene
un deber de garantizar de manera inmediata la protección del núcleo esencial de los
derechos sociales. Esta obligación se justifica porque existen violaciones tan graves a los
derechos sociales que no sólo impiden que las personas puedan gozar de otros derechos
sino que atacan directamente su dignidad.

4
p.23-24 Cabe destacar que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH) (en los casos
Comunidad indígena Yakye Axa vs. Paraguay , Comunidad indígena Xákmok Kásek vs.
Paraguay y Villagrán Morales y otros vs. Guatemala ) y varios tribunales constitucionales
han reconocido que en materia de derechos sociales se debe garantizar un mínimo vital
que impida que una vulneración a esos derechos afecte la dignidad de las personas.
p.24-25 Por tanto, se viola el núcleo esencial de los derechos sociales cuando una afectación a
éstos afecta la dignidad de las personas. De esta manera, los tribunales caso por caso
deberán valorar si una afectación a un derecho social es tan grave que puede afectar la
dignidad de las personas y si ese fuera el caso, deberán declarar que se viola el núcleo
esencial del derecho y ordenar la inmediata protección del mismo.
p.25 En el caso del derecho a la cultura, el Comité de DESC, en la Observación General No.
21 sostuvo que le corresponde a los Estados la obligación mínima de asegurar la
satisfacción de, por lo menos, los niveles mínimos esenciales de cada uno de los
derechos en el Pacto aclarando que el párrafo 1 a) del artículo 15 del Pacto conlleva, por
lo menos, la obligación de crear y promover un entorno en el que las personas puedan
participar en la cultura de su elección.
p.26 En este asunto se observa que la omisión reclamada no viola el núcleo del derecho de
los afectados al acceso a la cultura. Esta Corte advierte que la omisión de construir una
extensión de la cineteca nacional, una ludoteca, una biblioteca, el área de la escuela de
música y la escuela de Bellas Artes del Estado de Nayarit, no genera una afectación tan
grave en la esfera de los afectados que pueda calificarse como una vulneración a su
dignidad.
IV. El deber de alcanzar progresivamente la protección del derecho
p.26-27 El artículo 1° constitucional dispone que todas las autoridades, en el ámbito de sus
competencias, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los
derechos humanos de conformidad con el principio de progresividad. Por su parte, la
CADH, en su artículo 26, señala que los Estados Partes están comprometidos a lograr
progresivamente la plena efectividad de los derechos que se derivan de las normas
económicas, sociales y sobre educación, ciencia y cultura, contenidas en la Carta de la
Organización de los Estados Americanos, reformada por el Protocolo de Buenos Aires,

5
en la medida de los recursos disponibles. Asimismo, los artículos 2.1 del Pacto
Internacional de DESC y 1 del Protocolo de San Salvador, establecen que los Estados
deben adoptar las medidas necesarias, hasta el máximo de los recursos disponibles y
tomando en cuenta su grado de desarrollo, a fin de lograr progresivamente, la plena
efectividad de los derechos.
p.27-28 La Observación General No. 3 del Comité de DESC dispone que la expresión
“progresividad efectiva” se refiere al reconocimiento de que la plena efectividad de todos
los DESC no podrá lograrse en un breve período de tiempo. Para el Comité, la
“progresividad efectiva” se refiere a una obligación inmediata de respetar y garantizar
todos los derechos pertinentes, pero tomando en consideración las dificultades que
pueden presentarse.
p.28 Una vez satisfecho el núcleo esencial, los DESC imponen al Estado una obligación de
fin, toda vez que dichas normas establecen un objetivo que el Estado debe alcanzar
mediante los medios que considere más adecuados, partiendo de la premisa de que el
pleno goce de los derechos sociales no se puede alcanzar inmediatamente, sino de
manera progresiva. Los órganos de los Poderes Ejecutivo y Legislativo deben diseñar
una política pública mediante la cual se garantice el pleno goce de los DESC, entendiendo
que no le es exigible al Estado la satisfacción plena del derecho de manera inmediata.
p.28-29 El deber de progresividad en relación con la satisfacción del contenido de los derechos
sociales implica que tiene que existir una política pública razonable para alcanzar el
objetivo impuesto por el derecho en cuestión. Los tribunales deben analizar si la medida
impugnada se inscribe dentro de una política pública que razonablemente busque
alcanzar la plena realización del derecho social. La evaluación de la razonabilidad de la
medida a la luz del principio de progresividad sólo se debe hacer una vez que el Estado
haya satisfecho el núcleo esencial del derecho social. También hay que tener en cuenta
que si bien los jueces pueden evaluar la razonabilidad de una medida, son las autoridades
administrativas y legislativas quienes en principio están en una mejor posición para
determinar cuáles son las medidas adecuadas para alcanzar la plena realización de los
derechos sociales. Por tanto, al analizar la razonabilidad de la medida los tribunales
deben ser deferentes con dichas autoridades.

6
p.29-30 Esta Corte considera que la omisión de concluir el proyecto de la “Ciudad de las Artes”
no vulnera la obligación de progresividad en la satisfacción del derecho porque en el caso
concreto existe una política pública razonable sobre el acceso de las personas a distintos
bienes e infraestructuras culturales. El Gobierno del Estado de Nayarit concluyó la
primera etapa de dicho proyecto, en la que se construyó diversos espacios adecuados
para que los vecinos de Tepic tuvieran acceso a bienes y servicios culturales. Por lo que,
el Estado sí tiene una política pública mediante la cual razonablemente se busca alcanzar
progresivamente la plena realización del derecho a la cultura.
p.30 Además, en el decreto mediante el cual se autorizó al Ejecutivo a vender el terreno donde
se realizaría la segunda etapa del proyecto, se manifestó que con el producto de la venta,
se destinará recurso económico a la Universidad Autónoma de Nayarit. Por tanto, se
puede inferir que la decisión de las autoridades de omitir finalizar el proyecto también es
razonable, ya que destinar los recursos de la venta a una universidad pública, abonará a
satisfacer al derecho a la educación, lo cual es una decisión de política pública razonable.
V. El deber de no regresividad
p.30-31 Los DESC también imponen un deber de no regresividad, que se puede desprender del
mandato de progresividad protegido en los artículos 1° constitucional, 2.1 del Pacto
Internacional de DESC y 26 de la CADH. El mandato de no regresividad supone que una
vez alcanzado un determinado nivel de satisfacción de los DESC, el Estado está obligado
a no dar marcha atrás, de modo que las prestaciones concretas otorgadas en un
momento determinado constituyen el nuevo estándar mínimo a partir del cual debe
seguirse avanzando hacia la satisfacción plena de tales derechos.
p.31 Este deber de no retroceso tampoco es absoluto. El Comité de DESC ha señalado que
las medidas retroactivas requerirán la consideración más cuidadosa y deberán justificarse
plenamente. De igual modo, la CoIDH ha señalado que del artículo 26 de la CADH se
desprende un deber de no regresividad, el cual no siempre se entenderá como una
prohibición de medidas que restrinjan el ejercicio de un derecho.
p.31-32 En la Contradicción de Tesis 366/2013, el Pleno de esta Corte estableció que el principio
de no regresividad impone como regla general que el grado de tutela conferido por el
legislador para el ejercicio de un derecho fundamental no debe disminuirse. No obstante,

7
también sostuvo que dado que derechos humanos no son absolutos y dada su
interdependencia con diversas prerrogativas fundamentales, para determinar si una
norma general que conlleva una disminución al grado de tutela de un derecho humano
respeta el principio de no regresividad, resulta necesario tomar en cuenta si dicha
disminución tiene como finalidad esencial incrementar el grado de tutela de un derecho
humano del que son titulares personas diversas.
p. 32 Por tanto, corresponde al Estado justificar con información suficiente y argumentos
pertinentes la necesidad de dar un paso regresivo en el desarrollo de un derecho social.
La constitucionalidad de una medida regresiva en materia de DESC depende de que
supere un test de proporcionalidad, lo que significa que la medida debe perseguir un fin
constitucionalmente válido, además de idónea, necesaria y proporcional en sentido
estricto.
p.33 En este sentido, se puede distinguir entre dos tipos de regresividad: la de resultados y la
normativa. En el primer caso, existe regresividad cuando los resultados de una política
pública empeoran la satisfacción de un derecho social. En el segundo caso, existe
regresividad simplemente cuando una norma posterior suprime, limita o restringe los
derechos o beneficios que se habían otorgado anteriormente al amparo del derecho
social. Para acreditar una regresividad de resultados es necesario demostrar: (i) que en
efecto existe una menor satisfacción generalizada del derecho; (ii) que las personas que
solicitan el amparo se encuentran afectados por esa regresión generalizada; y (iii) que la
medida sea la causa de la regresión de la que se duelen los afectados. En cambio, para
acreditar la regresividad normativa sólo es necesario demostrar que algún DESC, o
alguna prestación de la que eran titulares los afectados les fue suprimida, limitada o
restringida de conformidad con el contenido de una disposición normativa.
p.33-34 En el caso concreto, no existe regresividad normativa porque no se reformó alguna norma
que les hubiera otorgado un derecho a los afectados fuera eliminado o restringido con la
medida impugnada. Contrario a lo manifestado en la demanda de amparo, la aprobación
de un proyecto no les genera ningún derecho en su esfera jurídica y, por tanto, la omisión
de concluir el proyecto no puede ser regresiva en ese sentido. Por otro lado, tampoco
existe regresividad de resultados, toda vez que ni siquiera se había comenzado a

8
construir la segunda etapa del proyecto, de tal manera que no se puede decir que los
afectados ya tuvieran acceso a bienes y servicios culturales que después les hayan
quitado.
p.34 Las omisiones como actos reclamados que afectan derechos sociales, por lo general, no
constituyen medidas regresivas. Éstas sólo existen cuando se revierten las prestaciones
ya alcanzadas en cumplimiento de un derecho, lo cual normalmente requiere de una
conducta de hacer. La medida aquí impugnada no es regresiva y, consecuentemente, no
es necesario analizar su justificación. Cabe aclarar que esto no significa que las
omisiones nunca puedan resultar violatorias de DESC, ya que el Estado puede violar esos
derechos cuando omita satisfacer el núcleo esencial del derecho o cuando no tenga una
política pública razonable que busque alcanzar progresivamente la plena realización del
derecho.
La omisión de terminar el proyecto de la “Ciudad de las Artes” (a) no afecta el núcleo
esencial del derecho a la cultura, (b) se inscribe dentro de una política pública que
razonablemente busca el pleno goce del derecho a la cultura y (c) no es una medida
regresiva. Por tanto, esta omisión no viola ninguna de las obligaciones derivadas del
derecho fundamental a la cultura.
RESOLUCIÓN

p.34-35 Se sobresee el juicio de amparo respecto MAAC, LDG, RGB, GMQR, CRLS, ADSA, AME,
CCS, JOCA, RAAM y JAHG. Respecto a LABM, OCH, LCPLG y MSVH, al ser infundado
el único concepto de violación expuesto, resulta procedente modificar la sentencia del
juzgado de distrito y negar el amparo solicitado contra la omisión de finalizar el proyecto
denominado “Ciudad de las Artes”.

También podría gustarte