Cerebro Xxi
Cerebro Xxi
Cerebro Xxi
Los primeros indicios del estudio del cerebro los hallamos en la prehistoria, pues gracias a
osamentas encontradas se sabe que desde entonces ya se practicaban trepanaciones. En lo
tocante a la neurociencia, sus primeras etapas comprenden desde la antigüedad clásica y la época
medieval, hasta el renacimiento, teniendo como principal interrogante el origen de las funciones
sensoriales, motoras y mentales, es decir, quién se encargaba de éstas.
A mediados del XIX fueron localizados los sitios en el cerebro donde se llevan a cabo las diversas
funciones y procesos psicológicos. En la misma centuria, hacia el final, ocurrió el descubrimiento
del mecanismo mediante el cual se comunican las neuronas (transmisión sináptica). En los años 60
del siglo XX nace la neurociencia como un estudio interdisciplinar.
A partir de la década de los 60 del siglo pasado se dieron pasos agigantados en el estudio del
cerebro, debido en gran medida a los avances tecnológicos. Por ejemplo, se desarrollaron
escáneres que permitieron saber cómo es y cómo funciona este órgano. En años posteriores las
investigaciones sobre él fueron enfocadas a la cognición humana (aprendizaje, memoria,
percepción, etc.).
Como parte de este recorrido es posible establecer tres etapas: en la primera, que comprende
hasta mediados de los 80, domina la metáfora del cerebro como un ordenador computacional; la
segunda es la del conexionismo (modelos de redes neurales), en los años 80; y la tercera se ubica
en los 90, época conocida como la década del cerebro.
La década del cerebro se caracterizó por la mezcla de diversas ramas del conocimiento, cada una
con un interés en particular respecto a alteraciones neurológicas como Parkinson, Alzheimer,
neurofibromatosis, entre otras. Así, fue posible implicar al sector político y social en la
investigación neurocientífica, desarrollar sistemas de inversión federales y concienciar a la opinión
pública sobre la importancia de las enfermedades neurológicas.
Este órgano despierta una fascinante curiosidad y los científicos avanzan cada vez más en su
conocimiento. Una comprensión más profunda de su genética, estructura y funcionamiento es
fundamental para abordar los trastornos mentales. Cómo favorecer así la salud y la longevidad.
El primer gran enigma del cerebro es que se trata del único órgano que intenta explicarse a sí
mismo. Aunque se ha avanzado mucho en el conocimiento de su anatomía y funcionamiento, los
científicos siguen buscando desentrañar todos sus misterios.
En un sentido más amplio, dijeron los investigadores, el atlas celular del cerebro abrirá nuevas
puertas para entender cómo millones de neuronas trabajan de forma conjunta para formar una
red que es la base de lo que constituye un ser humano: sus pensamientos, emociones y
comportamientos.
2. Produce 6.000 pensamientos por día, según una investigación hecha por la Universidad
de Queen en Canadá. Los avances tecnológicos en imágenes cerebrales han permitido a
los investigadores descubrir los contenidos del pensamiento directamente de señales
neuronales. A partir de esto han intentado investigar cuando termina un pensamiento y
comienza otro.
Además, el cerebro realiza múltiples acciones sin darnos cuenta: “es capaz de diferenciar
sujeto de objeto; construye la idea del Yo y del universo; entiende el pasado, presente y
futuro. Controla cómo percibimos el mundo y cómo reaccionamos emocionalmente a
diferentes estímulos”, describió el doctor Andersson.
A modo de ejemplo, explicó cuando sucede que se desea decir una palabra y no la
encontramos. “Al rato estamos pensando en otra cosa y como un sistema mágico aparece
el recuerdo y surge la palabra, sin saber qué sucedió para que nuestro cerebro en forma
inconsciente continuara buscando. Muchos más son los enigmas del cerebro que todo lo
que conocemos”, afirmó el médico.
Y añadió: “Desde los primates primarios hasta el Homo sapiens el cerebro es cada vez más
grande y desde un volumen de 600 cm3 en el Homo habilis, hasta 1680 cm3 en los
neandertales, hubo un crecimiento importante. Si bien algunos estudios han mostrado
una correlación entre el tamaño cerebral y la inteligencia, esto no está claro y, un
fenómeno tan complejo como la inteligencia, debe necesariamente ser multifactorial con
otros elementos jugando un rol muy importante”, indicó.
6. Una casa limpia y ordenada le da calma y bienestar. Desde el año 2003, la Academia de
Neurociencias para la Arquitectura (ANFA), creada en San Diego, EEUU, reúne
investigaciones sobre cómo los espacios impactan en el cerebro e incluso pueden llegar a
beneficiarlo favoreciendo el bienestar, la creatividad o reducir el estrés. La luz, alturas,
colores, texturas, formas, sonidos, perfumes, temperatura, paisajes, todo en las viviendas,
habla a las neuronas.
“Uno de los estudios más fuertes, es que se pudo demostrar que cuando escuchamos
música personal y de preferencia se está liberando nada más y nada menos que dopamina
en nuestro sistema límbico. Esta es la sustancia que está asociada al placer, por eso
sentimos satisfacción al escuchar nuestra música de preferencia”. Además, si se suma el
canto “se van a estar liberando las hormonas de la felicidad, como son la oxitocina y las
endorfinas”.
Según la Alianza de Psiquiatría Climática el cambio climático es una de los riesgos más
importantes para la salud en todo el mundo, y los efectos actuales y futuros en la salud
mental se estudian poco.
Las consecuencias del cambio climático, que implican tormentas severas, incendios e
inundaciones pueden producir respuestas que van desde angustia limitada en el tiempo
hasta ansiedad severa, trastorno de estrés postraumático (TEPT), depresión y tendencias
suicidas. También generan un aumento de la violencia interpersonal tras el trauma de los
fenómenos meteorológicos extremos, con más riesgo para las mujeres, y causan mayor
abuso de alcohol y drogas.