Resumen de Fallos de Garantias
Resumen de Fallos de Garantias
Resumen de Fallos de Garantias
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hijos menores, interpusieron acción de amparo en los términos del art. 43 CN y de la Ley
N° 16.986, contra el Estado Nacional con la finalidad de obtener la declaración de
inconstitucionalidad del art. 7 de la Ley 27.350, debido a que consideraban que en la
mencionada ley se efectuaba una distinción completamente arbitraria para acceder al
aceite de cannabis y sus derivados de forma gratuita, según las personas se sometan o no
a un programa estatal de investigación experimental. En consecuencia, solicitaron que se
ordene otorgar de forma gratuita a sus hijos dicha sustancia cuando la misma se encuentre
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disponible sin forzarlos a someterse a experimentación clínica alguna. En este sentido,
también pidieron que se declarara la inconstitucionalidad de los artículos 5, incisos a, e,
penúltimo y últimos párrafos y 14 de la Ley N°23.737, así como de toda normativa que
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prohíba el auto-cultivo para consumo medicinal de los menores a su cargo.
¿En qué fundan el pedido? Al pedido lo fundan en la imposibilidad que tenían
de pagar el tratamiento con aceite de cannabis y sus derivados y en la dificultad
burocrática de importar tal producto, a lo cual sumaron la imposibilidad de auto
procurarse los elementos para su elaboración ante la prohibición legal de realizar auto-
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cultivo, lo cual significaría claramente una disminución drástica en los costos y, por lo
tanto, facilitaría el mayor acceso.
Advirtieron que la legislación omitió garantizar el acceso al tratamiento con aceite
de cannabis y sus derivados a todas aquellas personas que, por su condición, lo requirieran
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para mejorar su calidad de vida, salud y bienestar. Además, aducen que no se había creado
un programa que avalara su acceso con la sola condición de necesitarlo y que obligara a,
por ejemplo, las obras sociales a brindarlo dentro del Programa Médico Obligatorio, o a
la salud pública a garantizar su provisión.
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entendimiento, estimaron que las pretensiones referidas a la creación de derechos o la
habilitación de autorizaciones como las solicitadas, debían ser desestimadas, ya que en
todo caso ello debía ser debatido en el ámbito de los otros dos poderes del Estado y
no por vía judicial, salvo que se encontraran en crisis garantías constitucionales.
Luego de examinar la Ley 27.30 y su Decreto reglamentario N° 738/17, que
reglaban la adquisición y provisión del aceite de cannabis y sus derivados, concluyeron
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que la extensa regulación y la rigurosidad con la cual se lleva a cabo el plan de cultivo
de marihuana por parte del Estado, velan por la seguridad del producto. El
incumplimiento o la transgresión de las buenas prácticas de cultivo y estándares de
calidad medicinal exigidos, podría tener impactos negativos para la salud.” Tales
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aspectos ponían en crisis la petición del auto-cultivo.
¿Qué sostuvieron sobre la autonomía personal? Que el ámbito de reserva del
art. 19 de la CN y los precedentes de la Corte que restringen la criminalización de la
tenencia y consumo personal de estupefacientes, aunque consideraron que tales principios
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a su respecto, de modo desfavorable sobre las prácticas del autocultivo al ponderar que
los resultados positivos se habían verificado en algunas patologías y no en todas, como
también que podían provocar efectos adversos.
III. Interponen recurso extraordinario contra la sentencia.
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inconstitucionalidad de la norma que obliga a los niños a que se sometan a un programa
experimental para que se les provea el producto gratuitamente.
Con respecto al suministro a cargo del paciente, manifestaron que -hasta el
momento de la interposición del recurso- el Estado Nacional sólo permitía el uso de un
aceite importado para las personas con epilepsia pero que, sin embargo, no todos los casos
habían encontrado solución con tal producto, por tal motivo resultaba necesario que se
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testearan distintos preparados elaborados a base de diferentes platas de cannabis
autocultivadas.
IV. Análisis liminar del Procurador.
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Señala que las actoras centraron sus agravios en la inconstitucionalidad de
disposiciones de las Leyes N° 27.350 y 23.737 por considerarlas contrarias a los derechos
y garantías reconocidos por la CN y la Convenciones Internacionales de Derechos
Humanos que gozan de jerarquía constitucional, mencionando, entre otras, la lesión de
derechos fundamentales a la vida, a la salud, al bienestar físico y mental, a la
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en tanto que lo desestimó por la causal de arbitrariedad y por los planteos fundados en la
vulneración de preceptos constitucionales y convencionales que resguardan los derechos
a la vida, a la salud y la bienestar físico y psíquico.
Sostiene que el auto de concesión del recurso extraordinario resulta ambiguo
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el control de los derivados producidos, señala además que el marco de seguridad y
calidad, junto al acompañamiento médico reduce los daños potenciales que el uso del
cannabis de un mercado no controlado puede producir.
De esta forma, el art. 8 de la nueva reglamentación estableció que toda persona
puede obtener autorización de cultivo para sí, o a través de familiares, o de terceros
o de organizaciones civiles, siempre que cuente con indicación médica y haya
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brindado consentimiento informado, en las condiciones prescriptas por el programa.
Es decir, la norma prevé un mecanismo que autoriza el autocultivo de cannabis con fines
medicinales y destaca el carácter controlado del cultivo domiciliarlo, conforme a la
modalidad que estableciere la autoridad de aplicación.
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A tal efecto, se estableció que el REPROCANN registraría, a los fines de emitir
la autorización, a los pacientes que acceden mediante el cultivo controlado de la planta
de cannabis y sus derivados como tratamiento medicinal, terapéutico o paliativo del dolor.
Por lo tanto, señala el Procurador, esta nueva reglamentación podría ser eficaz a los
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el autocultivo.
Además, sostiene que el nuevo decreto también amplía el campo de aplicación
de sus normas a otras patologías, al derogar el Decreto N° 738/2017 por considerarlo
restrictivo en cuanto limitaba el uso de derivados sólo a quienes padecían de epilepsia
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un marco que permita el acceso oportuno, seguro, inclusivo y protector de quienes
requieran utilizar el cannabis como herramienta terapéutica, los cuales constituyen uno
de los objetivos del Programa. Por lo tanto, el Procurador nos dice que, de la lectura de
los objetivos del decreto, lejos de contemplar la obligatoriedad de someterse a
experimentación alguna a aquellos que forman parte del programa, se establece más bien
una participación voluntaria de los actores involucrados en la temática para el diseño de
decreto).
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estrategias de capacitación y promoción del cuidado integral de la salud (art. 3 del
y organismos que hagan sus veces creados o regidos por leyes nacionales, y las empresas
que presten servicios de medicina prepaga, todo conforme a la normativa vigente (art. 3,
inciso d, anexo del decreto citado).
Agrega que el nuevo art. 7, en concordancia con el art. 3, inciso d, del anexo del
Decreto Reglamentario N°883/2020 aludido, estableció que los pacientes que tuvieran
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indicación médica para el uso de plantas de cannabis y sus derivados podrían adquirir
especialidades medicinales elaboradas en el país o importarlas o adquirir formulaciones
elaboradas por farmacias autorizadas u otras presentaciones, aclarando que aquellas
personas que además, no posean cobertura de salud y obra social, tienen derecho a
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alguno, ya que el cumplimiento de las condiciones establecidas en la normativa
vigente, tendría el efecto de excluir la conducta de auto-cultivo de cannabis con fines
medicinales ya directamente del ámbito de las figuras previstas en los incisos “a” y
“e” del art. 5 de la Ley N°23.737.
En este sentido, señaló que si bien por lógicas razones las apelantes no pudieron
expresase respecto de la reglamentación contenida en la Resolución N°800/21 del
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Ministerio de Salud, al haberse dictado con posterioridad a su presentación, el Procurador
sostiene que no se apreciaría tampoco que el régimen de la 23.737 resulte irrazonable ni
incluya ninguna condición que pudiera considerarse alcanzada por alguno de los agravios
que formularon, por lo tanto, la normativa vigente reglamenta de manera adecuada las
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previsiones del art. 19 de la CN.
VII.- Conclusión.
El Procurador considera que la nueva reglamentación ha integrado el marco
jurídico en debate y traduce la superación del conflicto que suscitaba la interpretación de
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las normas, cuya declaración de inconstitucionalidad solicitaban las actoras, y según los
términos en que ha sido sometido al Tribunal.
Tal como lo destaca la Defensora General, a través del nuevo marco regulatorio,
el Estado asume una postura proactiva fomentando investigaciones propias, la
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elaboración y suministro con fines medicinales y, en ese avance, admite el cultivo por
parte de las familias con controles públicos para realizar el derecho a la salud de forma
ordenada y no lesiva al derecho de terceros.
En base a ello y atendiendo a la doctrina de la Corte por medio de la cual se
establece que, si lo demandado carece de objeto actual, la decisión resulta ser inoficiosa,
en el caso no corresponde pronunciamiento algún ya que las circunstancias sobrevinientes
han tornado inútil la resolución pertinente, habida cuenta de que el gravamen ha
desaparecido de hecho.
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dos últimos párrafos, y del art. 14° segundo párrafo de la ley 23.737, así como de toda
otra norma que prohibiera el autocultivo para consumo medicinal de los menores de edad
a su cargo.
Luego de que el Estado Nacional contestara el informe del art. 8° de la ley 16.986
y de que se presentara la Provincia de Santa Fe citada como tercera, el juez de primera
instancia rechazó la acción.
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II. Se interpone recurso de apelación. Confirmación de la Cámara.
Ante la apelación interpuesta por las actoras, la Sala A de la Cámara Federal de
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Apelaciones de Rosario confirmó el pronunciamiento.
Si bien la Cámara entendía que el autocultivo de cannabis para consumo personal
y la tenencia de un mínimo de plantas se encontraban amparados por el art. 19 CN a partir
de los fallos Arriola y Bazterrica, ya que la conducta no traía aparejada un peligro
concreto o un daño a terceros. Sin embargo, consideró que en este caso el objeto del
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importarse era inadecuado porque no permitía la rotación de cepas que la salud de los
menores de edad requería.
IV. El P.E.N dicta D.R. 883/2020 y el Ministerio de Salud de la Nación las
resoluciones 800/2021, 673/2022 y 782/2022, se da traslado a las partes.
Que, encontrándose la causa en trámite ante esta Corte, el Poder Ejecutivo
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Nacional dictó el decreto reglamentario 883/2020 y el Ministerio de Salud de la Nación
las resoluciones 800/2021, 673/2022 y 782/2022, de los que se dio oportuno traslado a
las partes y cuyas contestaciones fueron agregadas al expediente digital.
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¿Qué reguló el D.R. 883/2020? reguló la posibilidad de obtener autorizaciones
estatales para el cultivo de la planta de cannabis con fines terapéuticos y creó, en su
artículo 8°, el Registro del Programa de Cannabis (“REPROCANN”) de pacientes que
cultivan dicha planta con fines medicinales para sí, a través de una tercera persona o de
una organización civil.
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por la resolución 782/2022 que estableció –al sustituir los anexos de la resolución
800/2021– nuevas directivas vinculadas con los rangos máximos para el autocultivo de
cannabis tanto por personas físicas como por ONG y con el consentimiento informado
para los tratamientos con aceite de cannabis.
¿Qué sostuvieron las actoras luego de que se les dio traslado de tales
resoluciones? Afirmaron que subsistía una cuestión federal a decidir por parte de la Corte
en tanto su planteo cuestionaba la constitucionalidad de la punición del autocultivo con
fines medicinales. Entendieron que la circunstancia de que ese autocultivo fuera una
acción privada en los términos del artículo 19 de la Constitución Nacional “se contradice
con la posibilidad de que el Estado autorice y con límite temporal la conducta. Porque las
conductas exentas de la autoridad estatal no necesitan ser declaradas, autorizadas,
revocada su autorización, etc.”
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involucradas en el narcotráfico”.
A tal planteo constitucional, las actoras agregaron agravios vinculados con la
razonabilidad de la reglamentación. Sostuvieron que:
(a) El límite de nueve plantas autorizadas “implica un obstáculo injustificado
respecto de poder encontrar, más allá de fórmulas genéricas, el compuesto necesario que
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responda a la patología particular, e impide las necesarias variaciones que hacen las
madres buscando nuevos balances de CBD [cannabidiol] y THC [tetrahidrocannabinol]
para que sus niños no se acostumbren y generen resistencia”.
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(b) Era inadmisible que el consentimiento debiera prestarse por escrito porque la
ley 26.529 (artículo 7°) admitía el modo verbal.
(c) El consentimiento contenía datos sensibles y por lo tanto su registración en el
REPROCANN afectaba el derecho a la privacidad de los pacientes.
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modificaciones introducidas por esos preceptos en tanto configuren circunstancias de las
que no es posible prescindir.
¿Por qué resalta esta pauta jurisprudencial la Corte? Porque el decreto
883/2020 tornó inoficioso un pronunciamiento del Tribunal respecto de la primera
pretensión de las actoras sobre el acceso gratuito al aceite de cannabis.
Que si bien las recurrentes plantearon la inconstitucionalidad del art. 7° de la ley
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27.350 por entender que esa norma condicionaba el acceso gratuito a la previa
incorporación de los pacientes a un programa estatal de investigación médica y científica,
tal obstáculo surgía del decreto reglamentario 738/2017 y de la resolución 1537-E/2017,
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que fueron dejados sin efecto por el aludido decreto 883/2020. Teniendo en cuenta ese
cambio normativo, en el caso “B., C. B. y otro c/ I.O.S.P.E.R. y otros” (Fallos: 344:2868),
el Tribunal ordenó que se garantizara el acceso gratuito al aceite de cannabis al actor sin
necesidad de inscribirse en ningún programa de estudio experimental.
VIII. Subsistencia de la segunda cuestión.
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La Corte señala que más allá de que la primera cuestión no pueda tratarse, en lo
que respecta a la segunda cuestión federal articulada por las recurrentes (que el
autocultivo de cannabis con fines medicinales constituye una acción privada que debería
quedar exenta de toda autorización estatal y de todo castigo penal) subsiste. Esto es así
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En este caso, la Corte tiene dicho que el art. 19 CN reconoce al individuo un
ámbito de libertad en el cual este puede adoptar libremente las decisiones fundamentales
acerca de su persona, sin intervención alguna por parte del Estado o de los particulares,
siempre que esas decisiones no violen el orden, la moral pública o los derechos de terceros
(“Bazterrica”, Fallos: 308:1392; “Asociación Lucha por la Identidad Travesti-
Transexual”, Fallos: 329:5266; “Arriola”, Fallos: 332:1963; “Albarracini Nieves”, Fallos:
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335:799; “N.N. o U., V.”, Fallos: 335:888; y “D., M.A.”, Fallos: 338:556).
Se trataría de un ámbito de libertad personal ligado a la autodeterminación que
debe estar fuera del alcance de la intervención estatal. El núcleo central de protección de
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este derecho es la autonomía cuya caracterización más perspicua aparece en las palabras
del juez Petracchi en “Bazterrica”: toda “persona goza del derecho de ser dejada a solas
por el Estado (…) para asegurar la determinación autónoma de su conciencia cuando
toma las decisiones requeridas para la formación de su plan de vida en todas las
dimensiones fundamentales”.
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Además, la Corte ha precisado que este derecho no es solo individual, sino que se
extiende a situaciones que alcanzan a dos o más personas que integran una familia,
erigiéndose así en el derecho de ese grupo a elegir su proyecto de vida (artículo 11, inciso
2°, de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, aprobada por ley 23.054 y
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en el art. 19?
Comienza señalando que la autoridad del Estado para controlar en general a los
productos usados con fines medicinales se justifica, entre otras razones, en el propósito
de asegurar que ellos, en especial los psicotrópicos sean efectivamente administrados en
un tratamiento médico en el que se evalúe el riesgo o consecuencias adversas que pueden
generar para la salud, así como en la necesidad de asegurar la eficacia de los fines
benéficos de quienes buscan proteger su salud.
Además, resalta que la Corte ya ha sostenido que la tutela del derecho a la salud
es una manda consagrada por la CN y por los tratados internacionales que tienen tal
jerarquía, lo que implica la obligación impostergable del Estado Nacional para
garantizarlo con acciones positivas, sin perjuicio de las obligaciones que deban asumir en
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Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) y regula su
competencia. Esas normas, dada la trascendencia del ámbito que están destinadas a
regular, han habilitado históricamente una amplia e intensa intervención por parte
del Estado Nacional.
Luego explica sintéticamente algunas cuestiones de las leyes mencionadas a los
fines de dejar en claro que el objetivo de todas estas normas es evitar el uso indebido de
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medicamentos, así como determinar la peligrosidad de estos, su comprobada y
comprobable acción y finalidades terapéuticas y sus ventajas científicas, técnicas o
económicas, de acuerdo con los adelantos científicos.
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XII. Exigencias de fiscalización.
La regulación de cada estupefaciente resulta sensible a sus diferentes tipos de
efectos y a sus posibles usos. En lo que respecta al cannabis, en enero de 2019 los expertos
del Comité de Droga Dependencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dieron
a conocer seis recomendaciones. En especial, sugirieron “eliminar el cannabis y el
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siendo ilegal.
En efecto, estas sustancias no fueron eliminadas de todas las categorías de
sustancias sujetas a control estatal, sino que se mantuvieron en la Lista I, lo que
implica que están sometidas a varias medidas de fiscalización de parte de los
Estados. Los referidos cambios fueron tenidos en cuenta por las autoridades
argentinas al momento de permitir el autocultivo de cannabis con fines medicinales
(cfr. considerandos del decreto 883/2020). En virtud de la citada Convención, el Estado
argentino debe adoptar todas las medidas legislativas y administrativas que puedan ser
necesarias “para limitar exclusivamente la producción, la fabricación, la exportación, la
importación, la distribución, el comercio, el uso y la posesión de estupefacientes a los
fines médicos y científicos” (cfr. artículo 4°, inciso c). Asimismo, esta Convención
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de 1971 contempla similares previsiones en cuanto a la limitación del uso a los fines
médicos y científicos, a la exigencia de un sistema de autorizaciones previas a la
producción o fabricación, a la fiscalización de estas actividades y al deber de informar las
cantidades producidas o fabricadas (artículos 1°, 5°, 7°, 8° y 16).
XIII. Por otra parte, los beneficios y la eficacia del tratamiento cannábico –no
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significan que esté exento de riesgos o de efectos adversos. Señala la Corte que 9las
propias actoras aportaron prueba que da cuenta de que podrían existir perjuicios para la
salud en la administración medicinal de cannabis y sus derivados sin ningún tipo de
control. En efecto, con la documental acompañada a la demanda se incorporó el trabajo
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titulado “Utilidad terapéutica del cannabis y derivados” realizado por Lorenzo-Leza, del
Departamento de Farmacología de la Universidad Complutense de Madrid, en el que se
indicó que “se necesitan más estudios clínicos con el fin de establecer qué dosis, vías de
administración son las más adecuadas en cada caso, así como el balance entre beneficio
y riesgo comparando los cannabinoides con otras estrategias terapéuticas”. Asimismo, se
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advirtió que “si bien la toxicidad aguda en la mayoría de ellos es extremadamente baja,
son muy frecuentes los efectos adversos sobre distintos órganos y sistemas con el uso
crónico”. En otro de los artículos acompañados como prueba documental por las actoras,
titulado “Cannabis medicinal” de Alfredo Jácome Roca, se indicó que los riesgos y
beneficios de la marihuana medicinal deben sopesarse cuidadosamente y el riesgo de
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efectos adversos graves fue del 1%. De manera que la intervención estatal para
asegurar la existencia de algún tipo de control directo o indirecto que evalúe los
beneficios y administre los riesgos adversos persigue una finalidad de salud pública.
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junio de 1993, estipula el deber de tipificar como delito el cultivo de la planta de cannabis
con el objeto de producir estupefacientes en contra de lo dispuesto en la Convención de
1961 en su forma enmendada o en el Convenio de 1971 (artículo 3°) y prevé que cada
Estado parte, salvaguardando los derechos fundamentales, debe adoptar las medidas
adecuadas para evitar el cultivo ilícito de las plantas que contengan estupefacientes o
sustancias sicotrópicas, tales como las plantas de cannabis, así como para erradicar
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aquellas que se cultiven ilícitamente en su territorio (artículo 14.2).
De las normas internacionales antes reseñadas se desprende en forma
incontestable el deber estatal de tipificar como delito el cultivo de la planta de
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cannabis con el objeto de producir estupefacientes en forma contraria a lo dispuesto
en la Convención de 1961, la que, a su vez, establece que el Estado puede autorizar
dicho cultivo con fines médicos o científicos mediante la intervención previa de un
organismo oficial pertinente que fije los concretos términos y alcances de esta
autorización. La necesidad del Estado de articular ambas potestades –permitir el
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para los menores de edad tampoco encuentras justificación si se atiende al interés superior
del niño.
Señala que en el ámbito de autonomía en ejercicio de este derecho los progenitores
pueden elegir sin interferencias del Estado el proyecto de vida que deseen para su familia.
En el citado precedente “N.N. o U., V.” la Corte aclaró también que este derecho
amparaba, entre otras cosas, las decisiones relativas a cómo proteger la salud de los
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hijos menores de edad, pero como no podía ser de otro modo, siempre dentro de los
límites previstos en el artículo 19 de la Constitución Nacional. En ese sentido, esta
Corte sostuvo que uno de dichos límites venía determinado por consideraciones de
salud pública, en tanto involucra derechos de terceros y, en la medida en que
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estuvieran afectados menores de edad, por el interés superior del niño (artículo 3°,
inciso 1°, de la Convención sobre los Derechos del Niño aprobada por ley 23.849 y
ratificada el 4 de diciembre de 1990). En esa línea entendió que “el derecho a la
privacidad familiar […] resulta permeable a la intervención del Estado en pos del
interés superior del niño como sujeto vulnerable y necesitado de protección (art. 75
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concretos derechos, libertades y garantías, a los que los Estados deben dar
“efectividad”, adoptando todas las medidas administrativas, legislativas y de otra
índole requeridas a tal fin. Dentro de dicho marco se ha sostenido que la atención
principal al interés superior del niño apunta a dos finalidades básicas: constituirse en pauta
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situaciones en que se vean vulnerados. Se trata de alcanzar la máxima certidumbre
respecto del modo como mejor se satisface el interés superior del niño, lo que sin duda se
traduce en optar por la mejor alternativa posible con el fin de asegurar al niño, niña o
adolescente un presente cierto y contenedor que disminuya daños futuros irreversibles en
lo que respecta a su salud (considerandos 21 y 22). Por consiguiente, sin ignorar los
beneficios del tratamiento con cannabis autocultivado, la intervención estatal se
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encuentra justificada en la ya aludida existencia de riesgos de efectos adversos para
los niños pues, como se ha indicado, los Estados tienen el deber de elegir las
alternativas que consideran más apropiadas a los fines de evitar daños en la salud
de aquellos.
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XVIII.- Análisis de la razonabilidad del régimen dictado en el marco de la ley
27.350 para obtener tal autorización (decreto reglamentario 883/2020 y resoluciones
ministeriales 800/2021 y 782/2022).
Que una vez establecido que la exigencia de autorización estatal para autocultivar
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cannabis y elaborar y suministrar aceites caseros con fines medicinales no constituye una
interferencia indebida en las acciones privadas en los términos del artículo 19 de la
Constitución Nacional, corresponde analizar la razonabilidad del régimen concreto
dictado en el marco de la ley 27.350 para obtener tal autorización (decreto reglamentario
883/2020 y resoluciones ministeriales 800/2021 y 782/2022).
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La Corte analiza los recaudos exigidos a los fines de determinar si los medios
elegidos en la reglamentación cuestionada –es decir, los requisitos exigidos para obtener
la autorización– resultan adecuados a los fines de salud y seguridad públicas que se
persiguen.
la persona que quiera autocultivar con fines medicinales debe contar con
indicación médica y haber suscripto el consentimiento informado correspondiente en las
condiciones establecidas en la reglamentación (artículo 8°, Anexo I, del decreto
883/2020). En ese documento, el profesional de salud deberá consignar en qué consiste
el procedimiento propuesto y cómo se llevará a cabo, detallando la cantidad de plantas,
dosis, concentración de THC, tipo y frecuencia de analítica requerida, etc.; deberá indicar
además los beneficios razonables y riesgos del tratamiento y las consecuencias de la
denegación por parte del paciente. Además, el área a cultivar debe cumplir con los
requisitos del Anexo II de la resolución 800/2021 en cuanto a cantidad de plantas
florecidas, metros cuadrados cultivados, condición de cultivo y transporte. Una vez
cumplidas esas condiciones, la persona debe inscribirse en el REPROCANN y obtener el
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medicinal, terapéutico y/o paliativo del dolor, implica cumplir el objeto de la Ley N°
27.350, de garantizar y promover el cuidado integral de la salud”. En ese contexto, se
establece “un registro específico para usuarias y usuarios que cultivan Cannabis para fines
medicinales, terapéuticos y/o paliativos, como así también promueve la creación de una
red de laboratorios públicos y privados asociados que garanticen el control de los
derivados producidos”. A los fines de tomar dicha decisión, el Estado hizo mérito de que
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“existen experiencias a nivel internacional que indican que, en un marco de seguridad y
calidad, junto con el acompañamiento médico, se reducen los daños potenciales que el
uso del Cannabis de un mercado no controlado puede producir”. En este marco, en los
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considerandos de la resolución 800/2021 se subrayó que “la indicación y el
acompañamiento médico es determinante para hacerlo efectivo”. Es evidente que la
reglamentación analizada tiende a preservar un interés estatal relevante como el cuidado
integral de la salud pública, basándose en que el suministro del cannabis y sus derivados
puede originar efectos secundarios o adversos de distinta intensidad.
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médica indispensable. Los agravios de las recurrentes sobre el punto denotan una
ostensible ausencia de fundamentación en cuanto a la razonabilidad de los requisitos que
impone la norma cuestionada. En efecto, con relación a la cantidad de plantas, no
aportaron argumento técnico alguno tendiente a demostrar que el número máximo
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regulatorias aplicables vigentes”.
XX.- Descartada la alegada inconstitucionalidad de la exigencia de una
autorización estatal para el autocultivo de cannabis con fines medicinales, tanto en los
términos del artículo 19 como del 28 de la Constitución Nacional, corresponde
considerar el planteo de la parte actora con respecto a la validez del castigo penal de
esas conductas previsto en el artículo 5° –incisos a, e y dos últimos párrafos– y en el
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artículo 14 –segundo párrafo– de la ley 23.737. De la ley 23.737 y del nuevo régimen
instituido por la ley 27.350 se desprende que, en la actualidad, los pacientes pueden usar
legalmente los derivados del cannabis para fines medicinales adquiriéndolos como
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producto medicinal farmacéutico o mediante el autocultivo de la planta de cannabis con
autorización administrativa del REPROCANN. Bajo esas condiciones, las conductas
que las actoras pretenden resguardar con esta acción de amparo ya se encuentran
excluidas de la persecución penal que impugnan.
Repárese en que, desde 1989, la ley 23.737 sanciona penalmente el cultivo de la
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personal de quien lo recepta (inciso e y último párrafo). A su vez, el artículo 14, segundo
párrafo, castiga la tenencia de estupefacientes inclusive cuando su escasa cantidad y
demás circunstancias surgieran inequívocamente que la tenencia es para uso personal. No
obstante, como ya ha sido expuesto, a partir de la ley 27.350 sobre “Uso medicinal de la
planta de cannabis” de 2017 y sus sucesivas reglamentaciones (decreto reglamentario
883/2020 y las resoluciones ministeriales 800/2021 y 782/2022, entre otras) se
reconfiguró aquel alcance punitivo de la ley 23.737. En efecto, la ley 27.350 excluye de
la persecución penal el uso del aceite de cannabis con fines medicinales. Ello ocurre -
como también se ha examinado en este pronunciamientopues la norma crea un registro
nacional “a los fines de autorizar en virtud de lo dispuesto por el artículo 5° de la ley
23.737 la inscripción de los pacientes y familiares de pacientes que, presentando las
patologías incluidas en la reglamentación y/o prescriptas por médicos de hospitales
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por la normativa penal vigente”. Bajo esa directiva, la resolución 800/2021 explicita la
cantidad de plantas florecidas habilitadas para el cultivo controlado como también la
cantidad de mililitros de aceite o gramos de flores secas que se pueden transportar (Anexo
II según resolución 782/2022). Por consiguiente, el régimen dictado en el marco de la ley
27.350 desplaza las conductas vinculadas al uso medicinal del cannabis del alcance del
régimen penal de la ley 23.737, tornándolo inaplicable para tales supuestos. En sentido
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coincidente se expresó el señor Procurador General de la Nación interino en la audiencia
pública celebrada en el marco de esta causa, al señalar que de acuerdo con el régimen
legal en su conjunto “el beneficiario al pasar a estar autorizado ya no realiza el tipo penal
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del artículo 5° ni del artículo 14”.
En conclusión, toda vez que las conductas desarrolladas en el marco del régimen
del uso medicinal del cannabis no resultan punibles, deviene innecesario examinar la
validez constitucional de las normas penales cuestionadas.
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ha sido imputado penalmente por cultivar cannabis con fines medicinales sin contar con
esa previa autorización. Ello con más razón, aun cuando el invocado estándar
jurisprudencial del precedente “Arriola” depende en su razonamiento de las
circunstancias fácticas de cada caso en concreto. En segundo lugar, cabe recordar que en
OM
ordene la supresión de la hidratación y la alimentación enteral, así como de todas las
medidas terapéuticas que lo mantienen con vida en forma artificial. El tribunal declaró
que tal petición se encuentra comprendida en la Ley de Derechos del Paciente en su
Relación con los Profesionales e Instituciones de la Salud (Ley 26.529, modificada por
ley 26.742) y, por lo tanto, no requiere autorización judicial.
El a quo sostuvo que existe un conflicto entre derechos constitucionales, el
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derecho a la vida y el derecho a la autonomía personal. En su entender, un sujeto
puede en determinadas circunstancias adoptar decisiones que tengan como fin
previsible la culminación de su vida en tanto se trata de cuestiones que se encuentran
dentro de la zona de reserva que asegura el derecho a la autonomía personal Señaló
DD
que en esa zona de reserva el individuo es dueño de hacer elecciones sobre su propia vida
sin intromisión del Estado en tanto no afecten la moral, el orden público ni a terceros.
Aseguró que esas decisiones libres hacen a la dignidad de la persona y al pleno ejercicio
de la libertad. Luego, destacó que actualmente la ley 26.529, modificada por la ley 26.742,
procura asegurar el goce del derecho a la autonomía personal en la etapa final de la vida.
LA
pretende que estos asuntos no se desplacen desde el ámbito íntimo del paciente, su
familia y el médico a la esfera judicial. Aclaró que, en el ámbito local, la ley 2611
persigue la misma finalidad.
Así, consideró que la petición de las hermanas y curadoras de MAD. está
comprendida por la ley citada. En este sentido, sostuvo que las accionantes tienen
legitimación para dar consentimiento informado en representación de su hermano, MAD.,
quien se encuentra desde 1994 en estado vegetativo persistente e irreversible. Agregó que
el pedido del retiro, cese y abstención de la hidratación y la alimentación enteral, así como
de todas las medidas de sostén vital que mantienen a MAD. con vida en forma artificial
está contemplado en la nueva normativa. Enfatizó que esa norma establece un
procedimiento que no requiere intervención judicial, por lo que dejó sin efecto la
sentencia apelada y declaró que la petición debe tramitar conforme a ese procedimiento.
2. Recurso extraordinario interpuesto por el curador ad litem y el
representante del Ministerio Público de Incapaces.
Interpusieron recurso extraordinario que fue concedido por el Tribunal a quo.
OM
situación de muerte inminente.
b. Sostiene que la ley 26.529, modificada por la ley 26.742, resulta inaplicable al
caso en tanto exige que el paciente se encuentre en estado terminal para autorizar el retiro
de la hidratación y la alimentación. Para poder realizarlo la norma exige que tanto la
hidratación como la alimentación no satisfagan su finalidad específica, es decir, hidratar
y alimentar al paciente. Manifiesta que una interpretación diversa autorizaría prácticas
.C
eutanásicas, que se encuentran prohibidas por el artículo 11 de la ley en cuestión. Enfatiza
que en este caso el retiro peticionado habilitaría una muerte por deshidratación e
inanición, que dista de un final en paz.
DD
¿Qué sostiene el representante del Ministerio Público de Incapaces? Alega, en primer
lugar, que la ley 26.529 modificada por la ley 26.742, fue aplicada en forma retroactiva.
Afirma que los jueces han incurrido en un exceso de jurisdicción ignorando el límite
impuesto por el art. 3 del Código Civil (Art. 3° A partir de su entrada en vigencia, las
leyes se aplicarán aún a las consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas
LA
se encuentra en una situación terminal y que sólo necesita para vivir hidratación y
alimentación, sin requerir algún mecanismo artificial respiratorio o de otra índole. Agrega
que la hidratación y la alimentación no configuran procedimientos extraordinarios o
desproporcionados, sino necesidades básicas de todo ser viviente.
Por otro lado, sostiene que el paciente no expresó su voluntad respecto al retiro
del soporte vital, lo que debe guiar el análisis de las garantías constitucionales en juego.
Sostuvo que morir con dignidad es un derecho inherente a la persona y que, como tal,
sólo puede ser ejercido por el titular.
Por otro lado, sostiene que la decisión apelada viola la garantía de la doble
instancia. Afirma que ella implica dejar en manos de los familiares la decisión de proceder
al retiro de las medidas de sopone vital, lo que no podrá ser revisado en forma amplia por
otro tribunal. Por último, postula que el tribunal no se integró correctamente, lo que afecta
el principio del juez natural
3. Los recursos extraordinarios resultan admisibles.
OM
tribunal superior de la causa.
4. Señala el procurador que en el caso no se encuentra controvertido que M.A.D
se encuentra en estado vegetativo permanente desde hace casi 20 años y, según los
informes médicos, no tiene posibilidad de recuperación neurológica. El mismo se
encuentra en tal situación debido a un accidente automovilístico ocurrido el 23/10/1994,
en el cual sufrió un traumatismo encéfalo craneano severo, politraumatismos graves y
.C
epilepsia postraumática. En 1995, luego de diversas intervenciones quirúrgica y
tratamientos médicos, se le diagnóstico estado vegetativo persistente.
Los primeros 9 años M.A.D fue cuidado en su casa por su familia. Su hermana
DD
A.I.D tuvo un rol protagónico en el acompañamiento y en los cuidados de su hermano.
De hecho, en el año 1995 y ante la declaración judicial de incapacidad de M.A.D, A.I.D
fue designada como su curadora, aun cuando sus progenitores se encontraban vivos.
Luego, su otra hermana, A.S.D, también fue designada como curadora para actuar en
forma conjunta o alternativa.
LA
En el año 2003, M.A.D fue internado en una institución de salud donde permanece
hasta la actualidad. Allí es alimentado e hidratado en forma artificial y se le proveen
cuidados terapéuticos propios del estado vegetativo. Su estado de salud es relativamente
estable, aunque padece complicaciones en forma reiterada que demandan tratamientos
FI
específicos, los cuales deben ser provistos por centros de salud de mayor complejidad.
De las constancias de la causa surge que desde 1994 no hubo progresos en la salud
de M.A.D, que continúa sin mostrar signos de conciencia de sí mismo del mundo exterior,
lo cual caracteriza al estado vegetativo. La pericia realizada por el Cuerpo Médico
Forense informa que, de acuerdo con los estudios de resonancia nuclear magnética, el
daño cerebral que padece es irreversible.
En este escenario, las hermanas de MAD., en su representación, peticionaron a los
médicos y al instituto de la salud el retiro, cese y abstención de todas las medidas de
sopone vital que lo mantienen con vida en forma artificial: tanto los tratamientos
terapéuticos que se le proveen ante sus complicaciones de salud como la alimentación e
hidratación enteral. Ante su negativa, iniciaron la petición judicial bajo análisis.
En el marco de las actuaciones, diversos comités de bioética apoyaron la
decisión de la familia de MAD. de solicitar, en su representación, la supresión de las
medidas de sopone vital, teniendo en cuenta su estado de salud y la imposibilidad de
mejoría o reversión del cuadro.
OM
y de soporte vital que impiden la progresión de su inevitable muerte". Agregó que el caso
de MAD. se encuentra expresamente previsto en el punto 8.2 de las "Pautas y
recomendaciones para la abstención y/o retiro de los métodos de soporte vital en el
paciente crítico" elaboradas por ese comité de bioética. Ese organismo explicó que "[e]l
suministro de alimentación enteral o hidratación son medidas que conducen a preservar
el metabolismo energético celular por lo que en los casos de EVP [estado vegetativo
.C
permanente], pacientes en los cuales no hay sensaciones de hambre y sed, son
consideradas como meras medidas de soporte vital".
Finalmente, el Comité de Bioética del Instituto Nacional Central Único
DD
Coordinador de Ablación e Implante del Ministerio de Salud de la Nación (en adelante
"INCUCAI") opinó en igual sentido (fs. 543/53 y 781/92) Y concluyó que "no se trata de
ponerle fin a la vida de [M.AD.]. Sólo se trata de legitimar moralmente el permitir que la
muerte acontezca sin interferencia tecnológica, que en este caso se interpone como
obstáculo empecinado en claro perjuicio de la dignidad humana". Precisó que "la
LA
empecinamiento de sostener con vida sólo a un cuerpo, aún a costa de la persona moral
competente que [M.AD] fue".
V. La cuestión controvertida que se plantea ante la Corte Suprema consiste
en determinar si la petición efectuada por las representantes de M.A.D se encuentra
OM
para el adecuado control y alivio del sufrimiento del paciente.
Además, la ley prevé en su artículo 5 diversos recaudos para asegurar que el
consentimiento del paciente sea informado, esto es, que el paciente cuente con
información clara, precisa y adecuada en cuanto a su estado de salud, el procedimiento
propuesto, los beneficios esperados, los riesgos, molestias y efectos adversos, la
.C
existencia de procedimientos alternativos, las consecuencias previsibles, el derecho que
le asiste a rechazar los procedimientos en caso de padecer una enfermedad irreversible,
incurable o terminal, y el derecho a recibir cuidados paliativos.
DD
Finalmente, la norma establece la posibilidad de que, ante la incapacidad del
paciente para prestar el consentimiento informado a causa de su estado físico o psíquico,
éste puede ser prestado por las personas mencionadas en el artículo 21 de la Ley de
Trasplantes de Órganos y Materiales Anatómicos. Tal como surge de los debates
parlamentarios de la ley 26.742, la finalidad de la normaa es respetar y garantizar el
LA
OM
definida es un derecho humano básico, propio de los atributos de la persona, que se
proyecta en toda la Convención Americana. Asimismo, la Corte ha resaltado el concepto
de libertad y la posibilidad de todo ser humano de auto-determinarse y escoger libremente
las opciones y circunstancias que le dan sentido a su existencia, conforme a sus propias
opciones y convicciones" (Corte Interamericana de Derechos Humanos, "Caso Artavia
Murillo y otros ("Fecundación In Vitro") vs. Costa Rica", sentencia del 28 de noviembre
.C
de 2012, parágrafo 142; "Ximenes Lopes vs. Brasil", sentencia del 4 de julio de 2006,
parágrafo 10 del voto del Juez Sergio García Ramírez; y Comisión Interamericana de
Derechos Humanos, Informe 85/10). Más específicamente, en el ámbito internacional, el
consentimiento del paciente es requerido para la realización de tratamientos e
DD
intervenciones médicas como un modo de proteger su autonomía, dignidad e intimidad.
En el sistema internacional de protección de derechos humanos se reconoció que
el derecho a la salud comprende el derecho al consentimiento informado; esto es, el
derecho del paciente a participar; en forma informada, en la adopción de decisiones sobre
LA
física y mental precisó que "[e]l derecho a consentir un tratamiento incluye también el
derecho a denegarlo, por aconsejable que parezca" (ONU, Asamblea General, 10 de
agosto de 2009, Doc. AJ64/272, párrafo 28).
VI. Sentada el marco normativo en el cual debe realizarse el análisis,
comienza a desarrollar el PGN.
Sostiene que el representante del Ministerio de Incapaces sostiene que el fallo
apelado resulta ser arbitrario dado que la ley 26.529, modificada por la 26.742, no puede
ser aplicada en forma retroactiva. Además, sostuvo que tal cuestión no había sido tratada
en las instancias anteriores, por lo que la decisión recurrida vulnera la garantía de la doble
instancia.
OM
VII. Analiza los planteos sustanciales realizados por ambos apelantes sobre
la interpretación y aplicación de la ley 26.529, modificada por la ley 26.742.
En primer lugar, observa que los recurrentes alegan que la norma requiere que el
paciente se encuentre en estado terminal para poder ejercer su derecho a rechazar
tratamientos médicos y aclaran que M.A.D no se encuentra en esa situación. Sin embargo,
.C
la letra del art. 2, inciso e, de la ley en cuestión indica que el paciente que padece “una
enfermedad irreversible, incurable o se encuentre en estadio terminal, o haya sufrido
lesiones que lo coloquen en igual situación" (sin destacar en el original) pueden ejercer
el derecho a rechazar ciertos tratamientos médicos o biológicos.”
DD
Además, de los antecedentes surge que los legisladores entendieron que el caso
del paciente en estado vegetativo se encuentra comprendido por la norma, aun cuando el
estado vegetativo permanente puede ser calificado como irreversible, pero no
necesariamente sea terminal, al menos en el sentido de una muerte inminente.
LA
Tanto en el caso en el que el paciente decide por sí mismo, como en el que decide a través
de sus representantes, lo determinante es que sus propias preferencias guían la adopción
de decisiones acerca de su salud. A su vez, ello coadyuva a la protección de los derechos
consagrados en los instrumentos internacionales que fueron citados en la sección anterior
y a la interpretación que han adoptado los organismos internacionales de protección de
derechos humanos, según la cual la libertad del paciente para aceptar o rechazar
tratamientos médicos forma parte de su derecho a la autonomía personal, a la dignidad, a
la intimidad e, incluso, a la salud.
De este modo, la interpretación de la ley 26.529, modificada por la ley 26.742,
en consonancia con su letra, su formalidad y las garantías constitucionales
implicadas, indica que MAD., que se encuentra en estado vegetativo permanente
desde hace veinte años y que no tiene posibilidades de revertir esa situación, puede
decidir, por sí o a través de sus representantes, aceptar o rechazar determinados
tratamientos, sin injerencia del Estado ni de terceros. Al respecto, el artículo 2, inciso
e, informe de la citada ley precisa que en todos los casos corresponde adoptar las
medidas y acciones para el adecuado control y alivio del sufrimiento del paciente.
OM
fue especialmente debatido por los diputados y senadores en el marco de las sesiones
parlamentarias. Justamente, allí se considera que, si bien la hidrataci6n y la alimentaci6n
no pueden ser consideradas extraordinarias o desmesuradas, su rechazo puede ser
decidido por el paciente en un estado irreversible, incurable o terminal en atenci6n a que
en muchas situaciones son fútiles, esto es, no tienen aptitud para lograr una mejora de la
salud del paciente, sino que su único efecto es prolongar el estadio terminal, irreversible
o incurable.
.C
Además, la solución que sugiero es la que mejor satisface la finalidad de la ley
26.742. En efecto, robustece la libertad personal al precisar que lo que genera el derecho
DD
a decidir libremente es la situación crítica de una enfermedad irreversible, incurable o
terminal, y la inutilidad, desproporción, o carácter extraordinario de diversos
tratamientos, sin efectuar una distinción en razón de la naturaleza del tratamiento en
cuestión, que resultaría en desmedro de los derechos que la norma busca tutelar.
LA
IX. Respecto a que el paciente no expresó su voluntad respecto del retiro del
soporte vital (agravio expuesto por el Ministerio Público de Incapaces).
Al respecto, cabe señalar que una de las incorporaciones introducidas por la ley
FI
OM
Todos los comités intervinientes coinciden en su apoyo a la decisión de la familia de
MAD., teniendo en cuenta su estado de salud y la imposibilidad de mejoría o reversión
del cuadro. En particular, el Comité de Bioética del INCUCAI concluyó que "no se trata
de ponerle fin a la vida de [MAD.]. Sólo se trata de legitimar moralmente el permitir que
la muerte acontezca sin interferencia tecnológica, que en este caso se interpone como
obstáculo empecinado en claro perjuicio de la dignidad humana" (fs. 553).
.C
X. Respecto a que los apelantes aducen que la decisión recurrida aduce contra
el derecho a la vida de M.A.D, que se encuentra tutelado en nuestra CN y en los
instrumentos internacionales. Sin embargo, las leyes en cuestión acogen el derecho a la
DD
vida y reconocen que comprende el derecho del titular a decidir sobre ella en el caso de
una enfermedad incurable, irreversible o terminal, y ante la existencia de tratamientos
médicos y biológicos extraordinarios, desproporcionados o fútiles. Las normas
armonizan el derecho a la vida con la autonomía personal, la dignidad humana y la
intimidad.
LA
OM
atienden a MAD.; se solicita a esa Corte Suprema que arbitre las medidas que estime
pertinentes a fin de asegurar la protección efectiva a los derechos constitucionales
invocados.
XI. Por todo lo expuesto, opino que cabe declarar formalmente admisibles los
recursos extraordinarios interpuestos y confirmar la sentencia apelada con el
.C
alcance indicado en la sección anterior.
OM
de todas las medidas de sostén vital que mantienen a M.A.D. con vida en forma artificial,
está contemplado en la nueva normativa.
Finalmente, sostuvo que la ley establece un mecanismo que no requiere
intervención judicial, por lo que dejó sin efecto la sentencia apelada y declaró que la
petición debe tramitar conforme a ese procedimiento.
.C
2. Contra el pronunciamiento, el curador ad litem y el representante del MPI
interponen recursos extraordinarios, que fueron concedidos por el tribunal a quo.
¿Qué sostuvo el curador ad litem? Que la sentencia es arbitraria ya que prescinde
DD
de pruebas conducentes y aplica erróneamente el derecho vigente, así como que se aparta
de las normas constitucionales y de los instrumentos internacionales que consagran el
derecho a la vida y a la integridad física, psíquica y moral. Además, sostiene que el TSJ
no valoró las pericias médicas de las que surge que el paciente no padece una enfermedad
terminal, sino que se encuentra en estado vegetativo permanente y tiene un estado de
LA
un final en paz.
¿Qué sostuvo el representante del MPI? Alega, en primer lugar, que la ley
26.529, modificada por la ley 26.742, fue aplicada en forma retroactiva, por lo que los
jueces han incurrido en un exceso de jurisdicción ignorando el valladar impuesto por el
artículo 3° del Código Civil. Además, manifiesta que esa ley es inaplicable al caso.
Destaca que el paciente no se encuentra en una situación terminal y que solo necesita para
vivir hidratación y alimentación, sin requerir algún mecanismo artificial respiratorio o de
otra índole. Agrega que la hidratación y la alimentación no configuran en este caso
procedimientos extraordinarios o desproporcionados, sino necesidades básicas de todo
ser viviente. A su vez, enfatiza que el paciente no expresó su voluntad respecto al retiro
del soporte vital, lo que debe guiar el análisis de las garantías constitucionales en juego.
Aduce que morir con dignidad es un derecho inherente a la persona y que, como tal, solo
OM
2014, como medida para mejor proveer, la Corte efectuó una consulta científica al
Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro respecto de la situación del paciente
M.A.D., que fue respondida el 18 de febrero de 2015. El curador ad litem, las
peticionantes y la Defensora General de la Nación, en su carácter de representante del
Ministerio Público Pupilar ante esta instancia, se expidieron respecto de esos estudios los
días 6, 7 Y 8 de abril de 2015. Finalmente, el 15 de junio del corriente la Defensora
General de la Nación presentó su dictamen en el que también propone que se confirme la
.C
resolución impugnada, quedando de esta forma la causa en condiciones de ser fallada.
4. Los recursos extraordinarios son admisibles, ya que los agravios
formulados suscitan cuestión federal suficiente pues los planteos conducen a
DD
determinar el alcance de los derechos constitucionales en juego: el derecho a la vida,
la autonomía personal, a la dignidad humana y a la intimidad. Y la resolución apelada
ha sido contraria al derecho invocado por los recurrentes.
5. El recurso del representante del Ministerio de Incapaces es inadmisible en
LA
fundamentos suficientes que bastan para descartar la tacha de arbitrariedad. Por otra parte,
resulta inadmisible el agravio vinculado a la doble instancia en atención a lo decidido por
el Tribunal en Fallos: 320:2145 y 329:5994.
6. Relata lo sucedido a M.A.D. El 23 de octubre de 1994 M.A.D. sufrió un
OM
exterior y presentaba una grave secuela con desconexión entre ambos cerebros,
destrucción del lóbulo frontal y severas lesiones en los lóbulos temporales y occipitales,
con participación del tronco encefálico, el que mostraba atrofia.
8. Atento a la complejidad científica, ética y deontológica que presenta la
cuestión planteada y, teniendo en cuenta que se encuentra involucrado el derecho a
la vida, a la salud, a la autodeterminación y a la dignidad de M.A.D, la Corte
.C
consideró necesario requerir la opinión técnica del Cuerpo Médico Forense de la
CSJN y del Instituto Nacional de Neurociencias de la Fundación Favaloro a los
efectos de contar con mayor cantidad de información científica posible y actualizada
DD
para decidir en el caso. Los informes producidos por el Cuerpo Médico Forense destacan
que el paciente sufre un evidente trastorno de conciencia grave y que los resultados del
examen efectuado a M.A.D son prácticamente idénticos a los arrojados por el estudio
neurológico realizado por el Instituto de Neurología y Neurocirugía de Neuquén en el año
2006. Agregan que el paciente no habla, no muestra respuestas gestuales o verbales
LA
OM
son extremadamente bajas, que los casos de recuperación de personas que han estado en
el estado de M.A.D iban desde los 10 a 15 años y son casos sumamente excepcionales,
por lo cual MAD, al pasar los 20 era más excepcional aún.
11. La Corte comienza a analizar los planteos formulados por las recurrentes
- En el primer lugar señalar que no pueden prosperar las impugnaciones formuladas por
.C
el Ministerio de Incapaces en el sentido de que el fallo apelado es arbitrario dado que la
ley 26.529, modificada por la ley 26.742, no puede ser aplicada en forma retroactiva. Ello
es así en tanto, como se sostiene en el dictamen de la señora Procuradora General, no se
demostró la arbitrariedad de la decisión del a quo de aplicar en forma inmediata la referida
DD
normativa a la situación del paciente.
12. Aclarado ellos, resulta importante destacar que la ley 26.529 reconoce el
derecho del paciente a aceptar o rechazar determinadas terapias o procedimientos
médicos o biológicos, con o sin expresión de causa, como así también a revocar
LA
OM
pacientes aquejados por enfermedades irreversibles, incurables o que se encuentren
en estado terminal o que hayan sufrido lesiones que los coloquen en igual situación.
De esta manera, se reconoció a las personas que se hallan en esas situaciones límite,
como forma de ejercer la autodeterminación, la posibilidad de rechazar
tratamientos médicos o biológicos. No fue intención del legislador autorizar las
prácticas eutanásicas, expresamente vedadas en el artículo 11 del precepto, sino
.C
admitir en el marco de ciertas situaciones específicas la “abstención” terapéutica
ante la solicitud del paciente.
14. Si bien MAD no padece una enfermedad, lo cierto es que, como consecuencia
DD
de su accidente, ha sufrido lesiones que lo colocan en un estado irreversible e incurable.
En efecto, tal como se ha señalado anteriormente, hay coincidencia entre los profesionales
que lo han examinado en cuanto a la irreversibilidad o incurabilidad de su situación, sin
que se hayan expresado fundamentos médicos -según los estándares científicos
reconocidos a nivel internacional- o acompañado antecedentes que permitan suponer que
LA
de los arts. 2°, inciso e, y 5°, inciso g, de la ley 26.529. En tal oportunidad, al exponer los
motivos por los que se entendía necesaria la modificación de la Ley de Derechos del
Paciente, se hizo expresa referencia a la necesidad de atender a situaciones como la que
atraviesa MAD.
Asimismo, al regular lo atinente a los procedimientos de alimentación e
hidratación artificial en los términos ya reseñados, se consideró que estos también pueden
ser rechazados cuando "...produzcan, como único efecto, la prolongación, en el tiempo,
del estadio terminal irreversible o incurable. De esta forma, abarcamos todos los tipos de
procedimientos mencionados, a los efectos de que claramente rija la autonomía de la
voluntad para rechazarlos y que la muerte se produzca naturalmente sin necesidad de
prolongarla de manera artificial, dando lugar así al encarnizamiento médico o al
alargamiento de situaciones de vida vegetativo."
OM
pacientes que carecían de conciencia de sí mismo y del mundo exterior y cuyos estados
resultaban también irreversibles.
Este encuadre fue admitido, con sustento en las disposiciones de la Guía del
Consejo de Europa para el Proceso de Toma de Decisiones relativas al Tratamiento
Médico en Situaciones del Final de la Vida, por el Tribunal Europeo de Derechos
Humanos al convalidar, en fecha reciente, una decisión del Consejo de Estado Francés
.C
que autorizó el retiro de la nutrición y la reducción de la hidratación de una persona que
se encontraba en un estado similar al de M.A.D.
18. Que la situación concreta en la que se halla M.A. D. permite aseverar que,
DD
en el presente caso, se está en presencia de un paciente mayor de edad que hace más
de 20 años que se encuentra internado sin conciencia de sí mismo ni del mundo que
lo rodea, alimentado por yeyunostomía, con las complicaciones médicas que
naturalmente se derivan de la circunstancia de que esté postrado y con una apertura
permanente en su intestino delgado para recibir, a través de una sonda, los
LA
OM
rechaza su consideración en cualquier otra forma que no sea como persona, lo que
presupone su condición de ente capaz de autodeterminación. Es en este marco que la ley
26.529 reconoce este derecho a toda persona y dispone lo necesario para asegurar su pleno
ejercicio, incluso para casos como el que aquí se examina.
20. Que en este punto resulta oportuno recordar que, como fuera sentado en
el ya citado precedente de Fallos: 335:799 y sus citas, "...el arto 19 de la Ley
.C
Fundamental [...] protege jurídicamente un ámbito de autonomía individual constituida
por los sentimientos, hábitos y costumbres, las relaciones familiares, la situación
económica, las creencias religiosas, la salud mental y física y, en suma, las acciones,
DD
hechos o datos que, teniendo en cuenta las formas de vida aceptadas por la comunidad
están reservadas al propio individuo [...]. En rigor, el derecho a la privacidad comprende
no sólo la esfera doméstica, el círculo familiar y de amistad, sino a otros aspectos de la
personalidad espiritual o física de las personas tales como la integridad corporal o la
imagen y nadie puede inmiscuirse en la vida privada de una persona ni violar áreas de
LA
establece que en estos supuestos el consentimiento del paciente " podrá ser dado por las
personas mencionadas en el artículo 21 de la ley 24.193 [Trasplante de Órganos], con los
requisitos y con el orden de prelación allí establecido. Sin perjuicio de la aplicación del
párrafo anterior, deberá garantizarse que el paciente, en la medida de sus posibilidades,
OM
del artículo 21 de la ley 24.193 al que remite el artículo 6° de la ley 26.529, ellas solo
pueden testimoniar, bajo declaración jurada, en qué consiste la voluntad de aquel a
este respecto.
Los términos del artículo 21 de la ley son claros en cuanto a que, quienes
pueden trasmitir el consentimiento informado del paciente no actúan a partir de sus
convicciones propias sino dando testimonio de la voluntad de este. Es decir que no
.C
deciden ni "en el lugar" del paciente ni "por" el paciente sino comunicando su
voluntad. Ello, a diferencia de diversas soluciones adoptadas en el derecho comparado
que permiten reconstruir la presunta voluntad del paciente teniendo en cuenta para ello
DD
tanto los deseos expresados antes de caer en estado de inconsciencia como su
personalidad, su estilo de vida, sus valores y sus convicciones' éticas, religiosas,
filosóficas o culturales.
De este modo, la decisión respecto de la continuidad del tratamiento no puede ni
debe responder a meros sentimientos de compasión hacia el enfermo, ni al juicio que la
LA
persona designada por la ley se forme sobre la calidad de vida del paciente, aunque esta
sea parte de su círculo familiar íntimo. Tampoco debe basarse en criterios utilitaristas que
desatiendan que toda persona es un fin en sí mismo. Lo que la manifestación de la persona
designada por ley debe reflejar es la voluntad de quien se encuentra privado de
consciencia y su modo personal de concebir para sí, antes de caer en este estado de
FI
del artículo 12 de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad, aprobada por la ley 26.378, que integra el bloque de constitucionalidad en
virtud de lo dispuesto en la ley 27.044.
23. Que, en igual sentido, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en el
ya citado caso "Lambert", destacó que el paciente es la parte principal en el proceso
de toma de decisiones y que su consentimiento debe permanecer en el centro de este
último; esto es cierto incluso cuando el paciente es incapaz de expresar sus deseos.
Recordó ese tribunal que la Guía del Consejo de Europa para el Proceso de Toma
de Decisiones relativas al Tratamiento Médico en Situaciones del Final de la Vida
recomienda que el paciente debe participar en el proceso de toma de decisiones a
través de cualquier deseo expresado anteriormente que pueda haber sido confiado
por vía oral a un miembro de la familia.
OM
reconocido y garantizado por la Constitución Nacional.
25. Que es en razón de estas esenciales premisas que se impone aclarar que la
solución que aquí se adopta respecto de la solicitud formulada por las hermanas de
M.A.D. de ninguna manera avala o permite establecer una discriminación entre vidas
dignas e indignas de ser vividas ni tampoco admite que, con base en la severidad o,
.C
profundidad de una patología física o mental, se restrinja el derecho a la vida o se
consienta idea alguna que implique cercenar el derecho a acceder a las prestaciones
médicas o sociales destinadas a garantizar su calidad de vida.
DD
Lo que este pronunciamiento procura es garantizar el máximo respeto a su
autonomía y asegurar que esta sea respetada, en los términos dispuestos por la ley, en una
situación en la que él no puede manifestar por sí mismo su voluntad a causa del estado en
que se encuentra. Es decir, no se trata de valorar si la vida de M.A.D., tal como hoy
transcurre, merece ser vivida pues ese es un juicio que, de acuerdo con el sistema de
LA
realización del mismo, sin que importe a través de qué mecanismo pretenda hacerlo.
26. Que resulta claro, entonces, que el artículo 6° de la ley 26.529 no autoriza
a las personas allí designadas a decidir por sí, y a partir de sus propias valoraciones
subjetivas y personales, con relación del tratamiento médico de quien se encuentra
OM
Por lo tanto, y atento a que se ha dado cumplimiento con los requisitos
exigidos, la petición debe aparejar todos los efectos previstos en el citado marco
normativo. En tales términos, y teniendo; en cuenta las circunstancias ya descriptas,
corresponde admitir la pretensión deducida a fin de garantizar la vigencia efectiva
de los derechos del paciente en las condiciones establecidas por la ley 26.529. En
especial, deberá darse cumplimiento con el artículo 2, inciso e, in fine, en cuanto
precisa que en los casos en que corresponde proceder al retiro de las medidas de
.C
soporte vital es menester adoptar las providencias y acciones para el adecuado
control y alivio de un eventual sufrimiento del paciente.
30. Que si bien en este caso particular no corresponde realizar juicio alguno
DD
relativo a la circunstancia de que la solicitud efectuada por las hermanas de M.A.D. fue
judicializada, el Tribunal estima conveniente formular algunas precisiones respecto de
cómo deberán tratarse, en el futuro, situaciones en las que se pretenda hacer efectivo el
derecho a la autodeterminación en materia de tratamientos médicos.
LA
32. Que, por lo tanto, aquí resultan aplicables las consideraciones expuestas por
el Tribunal en el precedente "F.A.L." (Fallos: 335:197) en cuanto a que "por imperio del
artículo 19 in fine de la Constitución Nacional, que consagra el principio de reserva como
complemento de la legalidad penal, ha quedado expresamente dicho por voluntad del
constituyente que ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda
FI
la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe" (considerando 20). Por tal razón, no debe
exigirse una autorización judicial para convalidar las decisiones tomadas por los pacientes
respecto de la continuidad de los tratamientos médicos, en la medida en que estas se
ajusten a los supuestos y requisitos establecidos en la ley 26.529, se satisfagan las
OM
Poder Judicial de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
“FREYRE ALEJANDRO CONTRA GCBA SOBRE AMPARO (ART. 14
CCABA)” EXPTE: EXP 34292/0.
Ciudad de Buenos Aires, 10 de noviembre de 2009.
1. Luego de 4 años de vivir en pareja, los actores decidieron contraer matrimonio.
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Se conocieron en Mar del Plata, en 2005. El 22 de abril de 2009 se presentan ante el
Registro Nacional de Estado Civil y Capacidad de las Personas con la finalidad de pedir
una fecha para casarse. El Registro denegó su petición debido a que había un
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impedimento, ambos eran hombres. Es por ello que Alejandro Freyre y José María Di
Bello promovieron acción de amparo contra el GCBA con el objeto de que se ordene
a las autoridades correspondientes que se le permita contraer matrimonio y que se
declare la inconstitucionalidad de los arts. 172, 188 y concordantes del Código Civil.
¿Qué argumentaron? Que sólo puede alegarse como motivos de oposición los
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establecidos en la ley y que el art. 176 no establecía como impedimento que un hombre
pueda contraer matrimonio con otro. La única norma que exige en forma manifiesta la
diversidad de sexo de los contrayentes era el art. 188 del Código Civil.
En síntesis, solicitaron que se declare la inconstitucionalidad toda norma que les prohíba
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contraer matrimonio.
2. El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires contestó la demanda. Sostuvo que
la acción de amparo no era la vía apropiada, no era el medio judicial más idóneo para
dilucidar la cuestión. Señalaron que los actores no habían identificado cuáles eran las
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de modificar el Código Civil es privativa y exclusiva del Poder Legislativo. De lo
contrario se afectaría el principio de división de poderes. Indicó que la pretensión de los
actores se dirige a que el Poder Judicial fiscalice la oportunidad, merito y conveniencia
de una decisión adoptada por el Congreso, en el marco de su competencia constitucional.
Además, informó que la oficial pública a cargo del Registro Civil les había
ofrecido a los actores la alternativa de la unión civil, régimen jurídico que les permitiría
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concretar la aspiración de formar una familia.
Señaló que para fundamentar la inconstitucionalidad de las normas cuestionadas
es preciso que se acredite con veracidad comprobada el derecho o garantía constitucional
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cercenado. En su criterio, los actores no demostraron que las normas cuestionadas
ocasionen lesión o daño a alguna garantía constitucional.
Manifestó que no existe ninguna discriminación ya que los actores no habían
acreditado hallarse en la misma situación fáctica y jurídica que el resto de las personas
que han decidido contraer matrimonio conforme a la legislación vigente. En su criterio,
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el principio de igualdad no requiere tratar a todos los individuos de igual manera, sino
sólo a los iguales. Agregó que la igualdad garantizada por la Constitución es la igualdad
ante la ley, por lo que la diversidad de circunstancias justifica los diversos tratamientos
legales. Por lo tanto, la discriminación alegada no resiste el menor análisis.
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sexo a hacerlo.
Concluyó que el planteo de inconstitucionalidad debía ser rechazado atento
a que los actores no probaron que las disposiciones del Código Civil afectasen el
derecho a la igualdad o fueran discriminatorias.
3. En principio resuelve una cuestión de competencia para decidir en el caso.
Luego sigue abordando el caso, sostuvo que, tratándose de una acción de amparo
interpuesta para cuestionar una decisión del Registro Civil de la Ciudad, de acuerdo al
marco constitucional y legal, resulta competente el tribunal para resolver.
IV. Respecto a la procedencia de la vía, si bien la acción de amparo no está
destinada a reemplazar los medios ordinarios para la solución de controversias, su
exclusión por la existencia de otros recursos no puede fundarse en una apreciación
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protegido por la legislación nacional y los pactos internacionales reconocidos por el
art. 75, inc. 22, de la CN, a la luz de una hermenéutica constitucional de los textos
normativos en juego, resulta legítima.
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