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Resumen de Fallos de Garantias

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*-RESUMEN DE FALLOS DE GARANTÍAS

ASOCIACIÓN CIVIL MACAME Y OTROS C/ ESTADO NACIONAL


ARGENTINO – P.E.N. S/ AMPARO LEY 16.986. FRO 68152/2018/CS1-CA1.
Dictamen del Procurador. -
I. Relato de los hechos. -
La Asociación Civil MACAME, quien se encontraba representada por su
presidenta y por su secretaria, por derecho propio y en representación de sus hijos
menores, junto a otras personas, también por derecho propio y en representación de sus

OM
hijos menores, interpusieron acción de amparo en los términos del art. 43 CN y de la Ley
N° 16.986, contra el Estado Nacional con la finalidad de obtener la declaración de
inconstitucionalidad del art. 7 de la Ley 27.350, debido a que consideraban que en la
mencionada ley se efectuaba una distinción completamente arbitraria para acceder al
aceite de cannabis y sus derivados de forma gratuita, según las personas se sometan o no
a un programa estatal de investigación experimental. En consecuencia, solicitaron que se
ordene otorgar de forma gratuita a sus hijos dicha sustancia cuando la misma se encuentre

.C
disponible sin forzarlos a someterse a experimentación clínica alguna. En este sentido,
también pidieron que se declarara la inconstitucionalidad de los artículos 5, incisos a, e,
penúltimo y últimos párrafos y 14 de la Ley N°23.737, así como de toda normativa que
DD
prohíba el auto-cultivo para consumo medicinal de los menores a su cargo.
¿En qué fundan el pedido? Al pedido lo fundan en la imposibilidad que tenían
de pagar el tratamiento con aceite de cannabis y sus derivados y en la dificultad
burocrática de importar tal producto, a lo cual sumaron la imposibilidad de auto
procurarse los elementos para su elaboración ante la prohibición legal de realizar auto-
LA

cultivo, lo cual significaría claramente una disminución drástica en los costos y, por lo
tanto, facilitaría el mayor acceso.
Advirtieron que la legislación omitió garantizar el acceso al tratamiento con aceite
de cannabis y sus derivados a todas aquellas personas que, por su condición, lo requirieran
FI

para mejorar su calidad de vida, salud y bienestar. Además, aducen que no se había creado
un programa que avalara su acceso con la sola condición de necesitarlo y que obligara a,
por ejemplo, las obras sociales a brindarlo dentro del Programa Médico Obligatorio, o a
la salud pública a garantizar su provisión.


II. ¿Qué resolvió la Cámara Federal de Apelaciones de Rosario?


La Cámara Federal de Apelaciones de Rosario, Sala A, confirmó la
sentencia de primera instancia, desestimó la acción de amparo planteada.
¿En qué se basaron los magistrados? Recordaron que los agravios de las actoras
se referían al carácter experimental del “Programa Nacional para el Estudio y la
Investigación del Uso Medicinal del Cannabis, sus Derivados y Tratamientos no
Convencionales” y al hecho de que el Estado resultaba ser el único autorizado para
proveer el aceite de forma gratuita, por lo cual solicitabas que se previera la posibilidad
de procurárselo por otros medios. Esto debido a que afirmaban que la normativa en
cuestión sólo garantizaba el acceso gratuito a quienes se inscribieran en el programa, lo
cual resultaba una manera de coaccionar la libertad de elección del tratamiento, ante

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la imposibilidad de su obtención, por su burocratización y su onerosidad, pero
principalmente por su penalización.
En base a ello, los jueces entendieron que la pretensión de las actoras se
encuadraba en el modo en que se proveería el producto y a la imposibilidad del
autocultivo, antes que a la provisión del producto en sí.
En lo que respecta a la decisión sobre la pretensión de la obtención de la
habilitación para auto-cultivo con fines medicinales, los jueces ponderaron que en el
debate parlamentario que había precedió a la Ley N°27.350 esa posibilidad había sido
excluida luego de ser analizada de forma pormenorizada por el Congreso. En ese

OM
entendimiento, estimaron que las pretensiones referidas a la creación de derechos o la
habilitación de autorizaciones como las solicitadas, debían ser desestimadas, ya que en
todo caso ello debía ser debatido en el ámbito de los otros dos poderes del Estado y
no por vía judicial, salvo que se encontraran en crisis garantías constitucionales.
Luego de examinar la Ley 27.30 y su Decreto reglamentario N° 738/17, que
reglaban la adquisición y provisión del aceite de cannabis y sus derivados, concluyeron

.C
que la extensa regulación y la rigurosidad con la cual se lleva a cabo el plan de cultivo
de marihuana por parte del Estado, velan por la seguridad del producto. El
incumplimiento o la transgresión de las buenas prácticas de cultivo y estándares de
calidad medicinal exigidos, podría tener impactos negativos para la salud.” Tales
DD
aspectos ponían en crisis la petición del auto-cultivo.
¿Qué sostuvieron sobre la autonomía personal? Que el ámbito de reserva del
art. 19 de la CN y los precedentes de la Corte que restringen la criminalización de la
tenencia y consumo personal de estupefacientes, aunque consideraron que tales principios
LA

no resultaban aplicables en este caso, al tratarse de producción de medicamentes para


proveerlo a terceras personas distintas a las actoras, el interés debe resguardarse sin que
pudiera avalarse ese suministro con prescindencia de la intervención del Estado.
En definitiva, se pronunciaron, sobre la base de examinar información científica
FI

a su respecto, de modo desfavorable sobre las prácticas del autocultivo al ponderar que
los resultados positivos se habían verificado en algunas patologías y no en todas, como
también que podían provocar efectos adversos.
III. Interponen recurso extraordinario contra la sentencia.


El recurso fue concedido sólo en lo referente al cuestionamiento de la Ley N°


27.350.
¿Qué expresaron en el recurso? Que lo decidido les ocasiona un gravamen no
susceptible de reparación ulterior, habida cuenta del daño que la desestimación de su
petición les provoca, lo cual afecta de modo directa la salud y calidad de vida de los niños
involucrados en el caso.
Sostienen que las normas cuestionadas obstaculizan el ejercicio del derecho a la
libertad que no perjudica a terceros y se inscribe dentro del ámbito de privacidad
de las personas (art. 19 de la CN) lo que, a su vez, entorpece el acceso a derechos básicos
de sus hijos como los derechos a la vida, a la salud y al bienestar físico y psíquico.

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Además, añaden que, además de haberse vulnerado derechos constitucionales y
convencionales de los niños, no se ha advertido que éstos revisten la condición de
personas con discapacidad, que no cuentan más que con esta vía judicial para hacer
valer sus derechos fundamentales.
¿Por qué consideran que es errónea la sentencia? Porque se afirma que la
pretensión principal consiste en que se les otorgue habilitación para autocultivar el
cannabis con fines medicinales cuando en rigor de verdad lo planteado resulta ser el
pedido de declaración de inconstitucionalidad de las normas que prohíben el auto-cultivo.
Se quejan, además, de que la Cámara omitió pronunciarse respecto de la

OM
inconstitucionalidad de la norma que obliga a los niños a que se sometan a un programa
experimental para que se les provea el producto gratuitamente.
Con respecto al suministro a cargo del paciente, manifestaron que -hasta el
momento de la interposición del recurso- el Estado Nacional sólo permitía el uso de un
aceite importado para las personas con epilepsia pero que, sin embargo, no todos los casos
habían encontrado solución con tal producto, por tal motivo resultaba necesario que se

.C
testearan distintos preparados elaborados a base de diferentes platas de cannabis
autocultivadas.
IV. Análisis liminar del Procurador.
DD
Señala que las actoras centraron sus agravios en la inconstitucionalidad de
disposiciones de las Leyes N° 27.350 y 23.737 por considerarlas contrarias a los derechos
y garantías reconocidos por la CN y la Convenciones Internacionales de Derechos
Humanos que gozan de jerarquía constitucional, mencionando, entre otras, la lesión de
derechos fundamentales a la vida, a la salud, al bienestar físico y mental, a la
LA

determinación y a la igualdad ante la ley.


¿Qué dice respecto a la forma en la que resolvió el a quo el recurso
extraordinario interpuesto? Que el a quo lo concedió con sustento en que se hallaba
controvertida la interpretación de la Ley 27.350, a la que asignó cuestión federal simple,
FI

en tanto que lo desestimó por la causal de arbitrariedad y por los planteos fundados en la
vulneración de preceptos constitucionales y convencionales que resguardan los derechos
a la vida, a la salud y la bienestar físico y psíquico.
Sostiene que el auto de concesión del recurso extraordinario resulta ambiguo


y la extensión con la cual se ha otorgado resulta de difícil comprensión dada la íntima


vinculación que existe entre todos los cuestionamientos de las amparistas. Es por ello
que estima que debe aplicarse la jurisprudencia de la Corte que declara que el
debido resguardo del derecho de la parte no puede considerarse restringido por la
situación motivada por el a quo, lo cual impone la necesidad de atender los agravios
del recurso con la amplitud que exige la garantía de la defensa en juicio, aún no
habiéndose interpuesto queja.
V. Desarrollo del Procurador.
Recuerda que las actoras se agravian de la decisión adoptada por el a quo, al
desestimar su pedido de inconstitucionalidad a las normas cuestionadas, que les impide

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el auto cultivo de aceite de cannabis con fines medicinales destinado a proveerlo a sus
hijos.
Para el caso, sostiene que debe recordarse que el Poder Ejecutivo, mediante el
Decreto N°883/2020 del 11 de noviembre del 2020 había derogado el decreto
N°738/2017, ambos reglamentarios de la Ley N°27.350.
¿Qué nos dice el nuevo decreto? Prevé la necesidad de proporcionar una
respuesta equilibrada entre el derecho a la salud y la seguridad sanitaria, para lo cual
estableció un registro de usuarios que cultiven cannabis, y promueve la creación de
una red de laboratorios públicos y privados asociados a los fines de que se garantice

OM
el control de los derivados producidos, señala además que el marco de seguridad y
calidad, junto al acompañamiento médico reduce los daños potenciales que el uso del
cannabis de un mercado no controlado puede producir.
De esta forma, el art. 8 de la nueva reglamentación estableció que toda persona
puede obtener autorización de cultivo para sí, o a través de familiares, o de terceros
o de organizaciones civiles, siempre que cuente con indicación médica y haya

.C
brindado consentimiento informado, en las condiciones prescriptas por el programa.
Es decir, la norma prevé un mecanismo que autoriza el autocultivo de cannabis con fines
medicinales y destaca el carácter controlado del cultivo domiciliarlo, conforme a la
modalidad que estableciere la autoridad de aplicación.
DD
A tal efecto, se estableció que el REPROCANN registraría, a los fines de emitir
la autorización, a los pacientes que acceden mediante el cultivo controlado de la planta
de cannabis y sus derivados como tratamiento medicinal, terapéutico o paliativo del dolor.
Por lo tanto, señala el Procurador, esta nueva reglamentación podría ser eficaz a los
LA

fines de resolver favorablemente la cuestión planteada en lo que respecta al punto


del autocultivo que las familias reclaman, ya que el art. 8 del decreto reglamentario
vigente se expide sobre tal práctica, cambiando el paradigma hacia el eje planteado
respecto a que el Estado debe estar presente para asumir medidas proactivas en punto al
cultivo público, a través del INTA y el CONICE, o bajo monitoreos o controles razonables
FI

el autocultivo.
Además, sostiene que el nuevo decreto también amplía el campo de aplicación
de sus normas a otras patologías, al derogar el Decreto N° 738/2017 por considerarlo
restrictivo en cuanto limitaba el uso de derivados sólo a quienes padecían de epilepsia


refractaria prescriptas por médicos especialistas en neurología.


¿Qué nos dice sobre el agravio de las apelantes contra loa decisión que
desestimó su pedido para que se declarara la inconstitucionalidad de las normas, las
cuales – al entender de ellas- obligarían a inscribirse en el Programa Nacional para
el Estudio y la Investigación del Uso Medicinal de la Planta de Cannabis, sus
Derivados y Tratamientos no Convencionales, con el objeto de acceder
gratuitamente al aceite de cannabis medicinal?
El Procurador entiende que el nuevo decreto, al habilitar el auto cultivo
controlado, remueve tal obligatoriedad de incorporación al programa como la única vía
para acceder gratuitamente al aceite de cannabis medicinal para los pacientes con
cobertura pública exclusiva. Por otro lado, en lo que respecto a la inscripción en el

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REPROCANN, señala que es voluntaria y fue establecida únicamente a los fines de la
autorización mencionada en el art. 5 de la Ley N°23.737, con el debido resguardo de
protección de confidencialidad de datos personales.
Más allá de eso, señala que corresponde destacar que la incorporación al Programa
Nacional para el Estudio y la Investigación del Uso Medicinal de la Planta de Cannabis,
sus Derivados y Tratamientos no Convencionales” creado por la Ley N° 27.350 (arts. 2 y
3) obedece a que el uso medicinal, terapéutico o paliativo del cannabis y sus derivados se
encuentra en pleno desarrollo en el mundo, sin que pueda interpretarse que quien tome
parte de él se encuentre obligado a someterse a experimentación alguna. Es más, en el
nuevo decreto reglamentario se remarca que el Programa se encuentra destinado a crear

OM
un marco que permita el acceso oportuno, seguro, inclusivo y protector de quienes
requieran utilizar el cannabis como herramienta terapéutica, los cuales constituyen uno
de los objetivos del Programa. Por lo tanto, el Procurador nos dice que, de la lectura de
los objetivos del decreto, lejos de contemplar la obligatoriedad de someterse a
experimentación alguna a aquellos que forman parte del programa, se establece más bien
una participación voluntaria de los actores involucrados en la temática para el diseño de

decreto).

.C
estrategias de capacitación y promoción del cuidado integral de la salud (art. 3 del

¿Qué nos dice respecto a la queja de las apelantes sobre la onerosidad en la


DD
provisión del producto? Que la nueva reglamentación previó como objetivo la
implementación de medidas con el fin de proveer en forma gratuita, derivados de la planta
de cannabis para aquellos pacientes que tengan indicación médica con cobertura pública
exclusiva y estableció que, en su defecto, la cobertura sería brindada por las Obras
Sociales y Agentes de Seguro de la Salud del Sistema Nacional , las demás obras sociales
LA

y organismos que hagan sus veces creados o regidos por leyes nacionales, y las empresas
que presten servicios de medicina prepaga, todo conforme a la normativa vigente (art. 3,
inciso d, anexo del decreto citado).
Agrega que el nuevo art. 7, en concordancia con el art. 3, inciso d, del anexo del
Decreto Reglamentario N°883/2020 aludido, estableció que los pacientes que tuvieran
FI

indicación médica para el uso de plantas de cannabis y sus derivados podrían adquirir
especialidades medicinales elaboradas en el país o importarlas o adquirir formulaciones
elaboradas por farmacias autorizadas u otras presentaciones, aclarando que aquellas
personas que además, no posean cobertura de salud y obra social, tienen derecho a


acceder en forma gratuita, conforme la presente reglamentación (art. 7 del anexo).-


VI.- Principio de accesoriedad administrativo.
Sostiene el Procurador que resulta importante recordar que el artículo 5, incisos
«a» y «e», de la Ley n° 23.737 reprimen a quien sin autorización o con destino ilegítimo,
siembre o cultive plantas o guarde semillas, precursores químicos o cualquier otra materia
prima para producir o fabricar estupefacientes, o elementos destinados a tales fines, y,
asimismo, a quien entregue, suministre, aplique o facilite a otros estupefacientes, sea a
título gratuito u oneroso. En base a ello, nos dice que la letra de la ley es inequívoca
cuando determina que las conductas prohibidas son sólo aquellas realizadas “sin
autorización” o, existiendo ésta, “con destino ilegítimo”, es decir, con uno distinto de
aquél para el cual la autorización fue otorgada. Se trata, por lo tanto, de prohibiciones

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“con reserva de autorización”, al igual que se postula en otros ámbitos del derecho penal;
además impera también, en la formulación de los tipos penales, el principio de
accesoriedad administrativa, al condicionar el legislador la punibilidad de las
conductas a la falta de una autorización emitida por la administración pública con
arreglo a los procedimientos establecidos en las normas pertinentes.
A su vez, menciona a modo de ejemplo la Ley N° 27.350, inc. 7, el Decreto N°
883/20 y las resoluciones que los complementan, particularmente, la Resolución N°
800/21 del Ministerio de Salud.
Por lo tanto, concluye el Procurador, no existiría conflicto constitucional

OM
alguno, ya que el cumplimiento de las condiciones establecidas en la normativa
vigente, tendría el efecto de excluir la conducta de auto-cultivo de cannabis con fines
medicinales ya directamente del ámbito de las figuras previstas en los incisos “a” y
“e” del art. 5 de la Ley N°23.737.
En este sentido, señaló que si bien por lógicas razones las apelantes no pudieron
expresase respecto de la reglamentación contenida en la Resolución N°800/21 del

.C
Ministerio de Salud, al haberse dictado con posterioridad a su presentación, el Procurador
sostiene que no se apreciaría tampoco que el régimen de la 23.737 resulte irrazonable ni
incluya ninguna condición que pudiera considerarse alcanzada por alguno de los agravios
que formularon, por lo tanto, la normativa vigente reglamenta de manera adecuada las
DD
previsiones del art. 19 de la CN.
VII.- Conclusión.
El Procurador considera que la nueva reglamentación ha integrado el marco
jurídico en debate y traduce la superación del conflicto que suscitaba la interpretación de
LA

las normas, cuya declaración de inconstitucionalidad solicitaban las actoras, y según los
términos en que ha sido sometido al Tribunal.
Tal como lo destaca la Defensora General, a través del nuevo marco regulatorio,
el Estado asume una postura proactiva fomentando investigaciones propias, la
FI

elaboración y suministro con fines medicinales y, en ese avance, admite el cultivo por
parte de las familias con controles públicos para realizar el derecho a la salud de forma
ordenada y no lesiva al derecho de terceros.
En base a ello y atendiendo a la doctrina de la Corte por medio de la cual se


establece que, si lo demandado carece de objeto actual, la decisión resulta ser inoficiosa,
en el caso no corresponde pronunciamiento algún ya que las circunstancias sobrevinientes
han tornado inútil la resolución pertinente, habida cuenta de que el gravamen ha
desaparecido de hecho.

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACIÓN.


Buenos Aires, 5 de Julio de 2022.
ASOCIACIÓN CIVIL MACAME Y OTROS C/ ESTADO NACIONAL
ARGENTINO – P.E.N. S/ AMPARO LEY 16.986.

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Análisis de los considerandos.
I. Relato de los hechos.
La Asociación Civil Macame y sus representantes María Laura Acosta y Yanina
Viviana Bustos junto a Jorgelina María Mercedes Mosconi, todas ellas por derecho propio
y en representación de sus hijos menores de edad, iniciaron una acción de amparo contra
el Estado Nacional a los fines de que se declare la inconstitucionalidad del art. 7° de la
ley 27.350, ya que a su entender condicionaba el acceso gratuito al aceite de cannabis y
sus derivados a la inscripción en un programa estatal de investigación experimental. A su
vez, solicitaron la declaración de inconstitucionalidad del artículo 5°, incisos a, e y los

OM
dos últimos párrafos, y del art. 14° segundo párrafo de la ley 23.737, así como de toda
otra norma que prohibiera el autocultivo para consumo medicinal de los menores de edad
a su cargo.
Luego de que el Estado Nacional contestara el informe del art. 8° de la ley 16.986
y de que se presentara la Provincia de Santa Fe citada como tercera, el juez de primera
instancia rechazó la acción.

.C
II. Se interpone recurso de apelación. Confirmación de la Cámara.
Ante la apelación interpuesta por las actoras, la Sala A de la Cámara Federal de
DD
Apelaciones de Rosario confirmó el pronunciamiento.
Si bien la Cámara entendía que el autocultivo de cannabis para consumo personal
y la tenencia de un mínimo de plantas se encontraban amparados por el art. 19 CN a partir
de los fallos Arriola y Bazterrica, ya que la conducta no traía aparejada un peligro
concreto o un daño a terceros. Sin embargo, consideró que en este caso el objeto del
LA

amparo excedía el cultivo de marihuana con fines de consumo personal y abarcaba


una cuestión más amplía y distinta como la autorización para producir
medicamentos. Además, señaló que el art. 19 y los precedentes de la Corte en materia de
autonomía no resultaban de aplicación automática al caso ya que en este caso se trata de
la salud de niños, terceras personas distintas de las actoras, por lo que no podía
FI

confirmarse que la cuestión se vinculara al derecho a decidir “por sí mismo” tutelado en


aquella norma.
Finalmente, entendió que el art. 7° de la 27.350 no resultaba inconstitucional en
tanto las actoras podían acceder al aceite de cannabis industrializado.


III. Interposición de recurso extraordinario. Concedido parcialmente.


Contra el pronunciamiento de la Cámara las actoras dedujeron un recurso
extraordinario que fue concedido parcialmente por hallarse en juego la interpretación de
normas de carácter federal, sin que se interpusiera la correspondiente queja por el aspecto
denegado relativo a la causal de arbitrariedad. Allí las recurrentes mantuvieron sus dos
pretensiones originales.
¿Qué pidieron?
a.- Que se le garantizara el acceso gratuito al aceite de cannabis sin forzar a los
niños a someterse a un programa experimental y, por ende, requirieron que se declarase
la inconstitucionalidad del art. 7° de la ley 27.350.

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b.- Pidieron que se declarase inconstitucional la criminalización del autocultivo
para consumo medicinal de los menores de edad (artículo 5° –incisos a, e y dos últimos
párrafos– y artículo 14 –segundo párrafo– de la ley 23.737 y de toda otra norma que
penalizara el autocultivo para el consumo con fines terapéuticos).
Sostuvieron que ambas cuestiones se hallaban relacionadas con el derecho a la
salud y a la integridad de los niños y que no se trataba de una simple autorización en el
marco tutelado por el artículo 19 de la Constitución Nacional sino de la
inconstitucionalidad de las normas que prohibían el autocultivo de cannabis. Aseveraron
que se hallaban demostrados los beneficios que el aceite de cannabis aporta para la salud
y que no resultaba peligroso. Consideraron, además, que el medicamento que podía

OM
importarse era inadecuado porque no permitía la rotación de cepas que la salud de los
menores de edad requería.
IV. El P.E.N dicta D.R. 883/2020 y el Ministerio de Salud de la Nación las
resoluciones 800/2021, 673/2022 y 782/2022, se da traslado a las partes.
Que, encontrándose la causa en trámite ante esta Corte, el Poder Ejecutivo

.C
Nacional dictó el decreto reglamentario 883/2020 y el Ministerio de Salud de la Nación
las resoluciones 800/2021, 673/2022 y 782/2022, de los que se dio oportuno traslado a
las partes y cuyas contestaciones fueron agregadas al expediente digital.
DD
¿Qué reguló el D.R. 883/2020? reguló la posibilidad de obtener autorizaciones
estatales para el cultivo de la planta de cannabis con fines terapéuticos y creó, en su
artículo 8°, el Registro del Programa de Cannabis (“REPROCANN”) de pacientes que
cultivan dicha planta con fines medicinales para sí, a través de una tercera persona o de
una organización civil.
LA

¿La resolución 800/2021 del Ministerio de Salud de la Nación (B.O.


12/3/2021)? Aprobó el “Sistema de Registro del Programa de Cannabis” y los “Rangos
Permitidos de Cultivo”, reguló algunos aspectos vinculados a ambas cuestiones
(registración y actualización de los límites máximos de cultivo) y se integró con el texto
FI

del “Consentimiento Informado Bilateral”.


¿La resolución 673/2022? ¿y la 782/2022? Que sustituyó los anexos II y III de
la resolución 800/2021 y aprobó como anexo IV los “Rangos Permitidos de Cultivo para
Organizaciones No Gubernamentales”. Esta resolución 673/2022 fue luego reemplazada


por la resolución 782/2022 que estableció –al sustituir los anexos de la resolución
800/2021– nuevas directivas vinculadas con los rangos máximos para el autocultivo de
cannabis tanto por personas físicas como por ONG y con el consentimiento informado
para los tratamientos con aceite de cannabis.
¿Qué sostuvieron las actoras luego de que se les dio traslado de tales
resoluciones? Afirmaron que subsistía una cuestión federal a decidir por parte de la Corte
en tanto su planteo cuestionaba la constitucionalidad de la punición del autocultivo con
fines medicinales. Entendieron que la circunstancia de que ese autocultivo fuera una
acción privada en los términos del artículo 19 de la Constitución Nacional “se contradice
con la posibilidad de que el Estado autorice y con límite temporal la conducta. Porque las
conductas exentas de la autoridad estatal no necesitan ser declaradas, autorizadas,
revocada su autorización, etc.”

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Sobre el registro. Cuestionaron la constitucionalidad del registro y control del
cultivo pues “ningún habitante de la Nación Argentina debería pedir ‘autorización’, a
través del REPROCANN para realizar una acción privada que no perjudica a terceros,
esto es: para autocultivar cannabis con fines medicinales, terapéuticos y/o paliativos”.
Explicitaron que pedía “un autocultivo sin punición y sin requerimientos que impliquen
una limitación desproporcionada, siendo la única posible la del control médico: un
médico tratante elegido libremente”. En este sentido, señalaron que el REPROCANN no
resultaba una vigilancia sanitaria pues no “realiza un control cromatográfico de los
aceites, por el cual se controle la concentración de cannabinoides y su calidad, ni los
procesos de elaboración”. Por el contrario, sostuvieron que tal registro únicamente
buscaba individualizar a quienes cultiven para controlar que “no se encuentren

OM
involucradas en el narcotráfico”.
A tal planteo constitucional, las actoras agregaron agravios vinculados con la
razonabilidad de la reglamentación. Sostuvieron que:
(a) El límite de nueve plantas autorizadas “implica un obstáculo injustificado
respecto de poder encontrar, más allá de fórmulas genéricas, el compuesto necesario que

.C
responda a la patología particular, e impide las necesarias variaciones que hacen las
madres buscando nuevos balances de CBD [cannabidiol] y THC [tetrahidrocannabinol]
para que sus niños no se acostumbren y generen resistencia”.
DD
(b) Era inadmisible que el consentimiento debiera prestarse por escrito porque la
ley 26.529 (artículo 7°) admitía el modo verbal.
(c) El consentimiento contenía datos sensibles y por lo tanto su registración en el
REPROCANN afectaba el derecho a la privacidad de los pacientes.
LA

Finalmente, solicitaron que se despenalizara el autocultivo con fines terapéuticos


“y demás conductas tipificadas como delito por la ley 23.737” vinculadas al cultivo
cuando se verificasen estos cinco requisitos: “el cultivo de cannabis para fines
medicinales, cuando el cultivo es domiciliario, el preparado es casero, para uso de la
FI

misma familia, y con indicación del médico particular”.


V. Se realiza la audiencia pública de carácter informativa (acordada 30/2007).
La Corte llamó a audiencia pública de carácter informativo, la que tuvo lugar el
27 de abril de 2022. En ese acto, tras las exposiciones efectuadas por diversos Amigos


del Tribunal, la representación del Ministerio Público de la Defensa y el señor Procurador


General de la Nación interino, los representantes letrados de cada una de las partes y de
la tercera citada formularon sus informes y fueron interrogados sobre varios aspectos de
la controversia, conforme dan cuenta el acta respectiva y la versión taquigráfica
incorporadas al expediente digital. En atención a que con posterioridad entró en vigencia
la ley 27.669, se corrió traslado a las partes y sus contestaciones fueron agregadas a las
actuaciones digitales.
VI. El recurso extraordinario es admisible. ¿Por qué?
Resulta admisible en la medida en que se ha cuestionado la validez del artículo 7°
de la ley 27.350, de la reglamentación de dicha ley y de los artículos 5° –incisos a, e y
dos últimos párrafos– y 14 –segundo párrafo– de la ley 23.737 por afectar el derecho a la

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salud, el derecho a la autonomía personal y el principio de razonabilidad consagrados en
la Constitución Nacional, y la decisión adoptada fue adversa a los derechos que las
recurrentes fundaron directamente en la Carta Magna (artículo 14, inciso 1°, de la ley 48).
VII. La sentencia debe ceñirse a las circunstancias existentes al momento de
la decisión.
Según la jurisprudencia de la Corte, las sentencias deben ceñirse a las
circunstancias existentes al momento de la decisión, aunque ellas sean sobrevinientes a
la interposición del remedio federal y, si en el transcurso del proceso han sido dictadas
nuevas normas sobre la materia objeto de la litis, la decisión deberá atender también a las

OM
modificaciones introducidas por esos preceptos en tanto configuren circunstancias de las
que no es posible prescindir.
¿Por qué resalta esta pauta jurisprudencial la Corte? Porque el decreto
883/2020 tornó inoficioso un pronunciamiento del Tribunal respecto de la primera
pretensión de las actoras sobre el acceso gratuito al aceite de cannabis.
Que si bien las recurrentes plantearon la inconstitucionalidad del art. 7° de la ley

.C
27.350 por entender que esa norma condicionaba el acceso gratuito a la previa
incorporación de los pacientes a un programa estatal de investigación médica y científica,
tal obstáculo surgía del decreto reglamentario 738/2017 y de la resolución 1537-E/2017,
DD
que fueron dejados sin efecto por el aludido decreto 883/2020. Teniendo en cuenta ese
cambio normativo, en el caso “B., C. B. y otro c/ I.O.S.P.E.R. y otros” (Fallos: 344:2868),
el Tribunal ordenó que se garantizara el acceso gratuito al aceite de cannabis al actor sin
necesidad de inscribirse en ningún programa de estudio experimental.
VIII. Subsistencia de la segunda cuestión.
LA

La Corte señala que más allá de que la primera cuestión no pueda tratarse, en lo
que respecta a la segunda cuestión federal articulada por las recurrentes (que el
autocultivo de cannabis con fines medicinales constituye una acción privada que debería
quedar exenta de toda autorización estatal y de todo castigo penal) subsiste. Esto es así
FI

porque en las presentaciones articuladas en oportunidad de contestar los traslados


conferidos, las actoras mantuvieron su planteo de que tales conductas se encuentran
amparadas por el art. 19 CN y sobre la invalidez del art. 5° –incisos a, e y dos últimos
párrafos– y del artículo 14 –segundo párrafo– de la ley 23.737, a la par que se agraviaron


de la reglamentación dictada al amparo de la ley 27.350.


IX. Tres cuestiones a decidir por el Tribunal.
Por consiguiente, son tres las cuestiones a decidir por el Tribunal:
a. Si el ámbito de autonomía individual que protege el art. 19 CN impide al Estado
Nacional controlar y autorizar el autocultivo de cannabis con fines medicinales.
b. Si la respuesta fuera negativa corresponderá en segundo lugar la razonabilidad de la
regulación en atención a los agravios que la parte actora planteó en los términos del art.
28 CN.

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c. Deberá considerarse si resulta necesario un pronunciamiento de la Corte sobre el
planteo de inconstitucionalidad de las normas que penalizan las conductas involucradas
en el autocultivo y elaboración de aceites caseros de cannabis con fines medicinales.
Cabe recordar que, al establecer la inteligencia de normas de derecho federal, esta
Corte no se encuentra limitada en su decisión por los argumentos de las partes o del
tribunal a quo, sino que le incumbe realizar una declaratoria sobre el punto disputado
según la interpretación que rectamente le otorgue.
X.- Análisis de la primera cuestión. Agravio sobre una posible afectación al
art. 19 CN.

OM
En este caso, la Corte tiene dicho que el art. 19 CN reconoce al individuo un
ámbito de libertad en el cual este puede adoptar libremente las decisiones fundamentales
acerca de su persona, sin intervención alguna por parte del Estado o de los particulares,
siempre que esas decisiones no violen el orden, la moral pública o los derechos de terceros
(“Bazterrica”, Fallos: 308:1392; “Asociación Lucha por la Identidad Travesti-
Transexual”, Fallos: 329:5266; “Arriola”, Fallos: 332:1963; “Albarracini Nieves”, Fallos:

.C
335:799; “N.N. o U., V.”, Fallos: 335:888; y “D., M.A.”, Fallos: 338:556).
Se trataría de un ámbito de libertad personal ligado a la autodeterminación que
debe estar fuera del alcance de la intervención estatal. El núcleo central de protección de
DD
este derecho es la autonomía cuya caracterización más perspicua aparece en las palabras
del juez Petracchi en “Bazterrica”: toda “persona goza del derecho de ser dejada a solas
por el Estado (…) para asegurar la determinación autónoma de su conciencia cuando
toma las decisiones requeridas para la formación de su plan de vida en todas las
dimensiones fundamentales”.
LA

Además, la Corte ha precisado que este derecho no es solo individual, sino que se
extiende a situaciones que alcanzan a dos o más personas que integran una familia,
erigiéndose así en el derecho de ese grupo a elegir su proyecto de vida (artículo 11, inciso
2°, de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, aprobada por ley 23.054 y
FI

ratificada el 5 de septiembre de 1984).


XI.- La Corte se pregunta: ¿El requerimiento de una autorización
administrativa para el autocultivo de cannabis con fines medicinales se encuentra
justificado en razones habilitadas por la CN como límite a la autonomía protegida


en el art. 19?
Comienza señalando que la autoridad del Estado para controlar en general a los
productos usados con fines medicinales se justifica, entre otras razones, en el propósito
de asegurar que ellos, en especial los psicotrópicos sean efectivamente administrados en
un tratamiento médico en el que se evalúe el riesgo o consecuencias adversas que pueden
generar para la salud, así como en la necesidad de asegurar la eficacia de los fines
benéficos de quienes buscan proteger su salud.
Además, resalta que la Corte ya ha sostenido que la tutela del derecho a la salud
es una manda consagrada por la CN y por los tratados internacionales que tienen tal
jerarquía, lo que implica la obligación impostergable del Estado Nacional para
garantizarlo con acciones positivas, sin perjuicio de las obligaciones que deban asumir en

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su cumplimiento las jurisdicciones locales, las obras sociales o las entidades de la llamada
medicina prepaga.
En conclusión, la CN no solo permite, sino que obliga a las autoridades públicas
a adoptar medidas y políticas tendientes a proteger la salud de la población.
Explica la política nacional en materia de salud pública. La política nacional
en materia de salud pública está conformada por normas de antigua vigencia como son,
entre otras, la ley 16.463 de “Medicamentos” (1964), la ley 17.132 del “Arte de curar”
(1967), la ley 17.565 de “Farmacias” (1967), la ley 17.818 de “Estupefacientes” (1968),
la ley 19.303 de “Drogas” (1971), el decreto 1490/1992 que crea la Administración

OM
Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) y regula su
competencia. Esas normas, dada la trascendencia del ámbito que están destinadas a
regular, han habilitado históricamente una amplia e intensa intervención por parte
del Estado Nacional.
Luego explica sintéticamente algunas cuestiones de las leyes mencionadas a los
fines de dejar en claro que el objetivo de todas estas normas es evitar el uso indebido de

.C
medicamentos, así como determinar la peligrosidad de estos, su comprobada y
comprobable acción y finalidades terapéuticas y sus ventajas científicas, técnicas o
económicas, de acuerdo con los adelantos científicos.
DD
XII. Exigencias de fiscalización.
La regulación de cada estupefaciente resulta sensible a sus diferentes tipos de
efectos y a sus posibles usos. En lo que respecta al cannabis, en enero de 2019 los expertos
del Comité de Droga Dependencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dieron
a conocer seis recomendaciones. En especial, sugirieron “eliminar el cannabis y el
LA

aceite de cannabis de la Lista IV”, es decir, de la categoría más estrictamente


controlada en la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes aprobada en
nuestro país por el decreto ley 7672/1963 y ratificada el 10 de octubre de 1963. Como
consecuencia de dichas recomendaciones, la Comisión de Estupefacientes de la
FI

Organización de las Naciones Unidas eliminó el cannabis de la Lista IV de la citada


Convención –reservada para drogas con propiedades particularmente peligrosas y con un
valor terapéutico mínimo o nulo. De este modo, la Comisión allanó la posibilidad al
reconocimiento del potencial medicinal y terapéutico del cannabis y del aceite de
cannabis, aunque determinó que su uso con fines no médicos y científicos seguirá


siendo ilegal.
En efecto, estas sustancias no fueron eliminadas de todas las categorías de
sustancias sujetas a control estatal, sino que se mantuvieron en la Lista I, lo que
implica que están sometidas a varias medidas de fiscalización de parte de los
Estados. Los referidos cambios fueron tenidos en cuenta por las autoridades
argentinas al momento de permitir el autocultivo de cannabis con fines medicinales
(cfr. considerandos del decreto 883/2020). En virtud de la citada Convención, el Estado
argentino debe adoptar todas las medidas legislativas y administrativas que puedan ser
necesarias “para limitar exclusivamente la producción, la fabricación, la exportación, la
importación, la distribución, el comercio, el uso y la posesión de estupefacientes a los
fines médicos y científicos” (cfr. artículo 4°, inciso c). Asimismo, esta Convención

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estipula que cuando un Estado permite el cultivo de cannabis debe aplicar un
sistema de fiscalización que implica que un organismo oficial otorgue licencia para
tal cultivo y que solo podrán dedicarse a él aquellos que poseen una licencia expedida
por este organismo, a la par que consagra el deber de adoptar las medidas necesarias
para impedir el uso indebido o tráfico ilícito de las hojas de la planta de cannabis
(artículo 28 y su remisión en lo pertinente al artículo 23). En esta línea, se establece
también que los Estados partes deben informar anualmente a la Junta Internacional de
Fiscalización de Estupefacientes –órgano de fiscalización de la Convención–, entre otros
datos, la cantidad de cada estupefaciente que autorizó a producir y la que será consumida
con fines médicos y científicos, así como datos estadísticos sobre su producción y
fabricación (artículos 19 y 20). Por lo demás, el Convenio sobre Sustancias Sicotrópicas

OM
de 1971 contempla similares previsiones en cuanto a la limitación del uso a los fines
médicos y científicos, a la exigencia de un sistema de autorizaciones previas a la
producción o fabricación, a la fiscalización de estas actividades y al deber de informar las
cantidades producidas o fabricadas (artículos 1°, 5°, 7°, 8° y 16).
XIII. Por otra parte, los beneficios y la eficacia del tratamiento cannábico –no

.C
significan que esté exento de riesgos o de efectos adversos. Señala la Corte que 9las
propias actoras aportaron prueba que da cuenta de que podrían existir perjuicios para la
salud en la administración medicinal de cannabis y sus derivados sin ningún tipo de
control. En efecto, con la documental acompañada a la demanda se incorporó el trabajo
DD
titulado “Utilidad terapéutica del cannabis y derivados” realizado por Lorenzo-Leza, del
Departamento de Farmacología de la Universidad Complutense de Madrid, en el que se
indicó que “se necesitan más estudios clínicos con el fin de establecer qué dosis, vías de
administración son las más adecuadas en cada caso, así como el balance entre beneficio
y riesgo comparando los cannabinoides con otras estrategias terapéuticas”. Asimismo, se
LA

advirtió que “si bien la toxicidad aguda en la mayoría de ellos es extremadamente baja,
son muy frecuentes los efectos adversos sobre distintos órganos y sistemas con el uso
crónico”. En otro de los artículos acompañados como prueba documental por las actoras,
titulado “Cannabis medicinal” de Alfredo Jácome Roca, se indicó que los riesgos y
beneficios de la marihuana medicinal deben sopesarse cuidadosamente y el riesgo de
FI

efectos adversos graves fue del 1%. De manera que la intervención estatal para
asegurar la existencia de algún tipo de control directo o indirecto que evalúe los
beneficios y administre los riesgos adversos persigue una finalidad de salud pública.


XIV. Razones de seguridad pública.


De algún modo vinculadas con la salud pública, existen razones de seguridad
pública que justifican el control estatal respecto del cultivo de cannabis: la prevención
del tráfico ilícito. Señala la Corte que una autoridad estatal no puede soslayar la
posibilidad de que el cultivo persiga fines distintos que se encuentras prohibidos.
En tal sentido, el Estado argentino comprometió internacionalmente sus
instituciones, a reserva de lo dispuesto en su CN, a prevenir el narcotráfico y reprimir los
delitos graves a él asociados con penas adecuadas, especialmente con penas de prisión u
otras de privación de la libertad. Tal como se sostuvo en “Arriola”, los compromisos
internacionales asumidos por el Estado Nacional “obligan a la Argentina a limitar
exclusivamente la producción, fabricación, exportación, importación, distribución y

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comercio de los estupefacientes a fines médicos y científicos. Asimismo a asegurar, en el
plano nacional, una coordinación de la acción preventiva y represiva contra el tráfico
ilícito, adoptando las medidas necesarias para que el cultivo, la producción, fabricación,
extracción, preparación, oferta de venta, distribución, despacho, expedición de tránsito,
transporte, importación y exportación de estupefacientes sean consideradas como delitos
que se cometen intencionalmente, y que los delitos graves sean castigados en forma
adecuada, especialmente con penas de prisión y otras penas privativas de la libertad”
(voto conjunto de la jueza Highton de Nolasco y del juez Maqueda, considerando 28).
Asimismo, la Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de
Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas, aprobada por ley 24.072 y ratificada el 28 de

OM
junio de 1993, estipula el deber de tipificar como delito el cultivo de la planta de cannabis
con el objeto de producir estupefacientes en contra de lo dispuesto en la Convención de
1961 en su forma enmendada o en el Convenio de 1971 (artículo 3°) y prevé que cada
Estado parte, salvaguardando los derechos fundamentales, debe adoptar las medidas
adecuadas para evitar el cultivo ilícito de las plantas que contengan estupefacientes o
sustancias sicotrópicas, tales como las plantas de cannabis, así como para erradicar

.C
aquellas que se cultiven ilícitamente en su territorio (artículo 14.2).
De las normas internacionales antes reseñadas se desprende en forma
incontestable el deber estatal de tipificar como delito el cultivo de la planta de
DD
cannabis con el objeto de producir estupefacientes en forma contraria a lo dispuesto
en la Convención de 1961, la que, a su vez, establece que el Estado puede autorizar
dicho cultivo con fines médicos o científicos mediante la intervención previa de un
organismo oficial pertinente que fije los concretos términos y alcances de esta
autorización. La necesidad del Estado de articular ambas potestades –permitir el
LA

uso medicinal del cannabis y perseguir el tráfico ilícito de estupefacientes– justifica


el control estatal del autocultivo medicinal.
XV.- EN CONSECUENCIA, LAS RAZONES DE SALUD Y SEGURIDAD
PÚBLICA INVOLUCRADAS RESULTAN SUFICIENTES PARA JUSTIFICAR QUE
EL ESTADO EXPIDA AUTORIZACIONES ADMINISTRATIVAS EN EL MARCO DE
FI

LA LEY 27.350 PARA EL AUTOCULTIVO Y LA ELABORACIÓN DE PRODUCTOS


DERIVADOS DEL CANNABIS CON FINES MEDICINALES. ELLO DETERMINA
QUE LA INTERVENCIÓN ESTATAL EN ESTA ÁREA NO IMPLICA UNA
INTERFERENCIA INJUSTIFICADA EN LA AUTONOMÍA PERSONAL


CONSAGRADA EN EL ART. 19 CN.


XVI.- Las consideraciones anteriores son compatibles con los precedentes de esta
Corte “Albarracini Nieves” (Fallos: 335:799) y “D., M.A.” (Fallos: 338:556). En efecto,
la normativa aplicable al cannabis con fines medicinales no impide al paciente acceder o
rechazar un tratamiento médico. Por el contrario, en un amplio respeto por esa libre
elección, el nuevo marco regulatorio de la ley 27.350 admite el uso medicinal del cannabis
y habilita nuevas formas para acceder a él, sea adquiriéndolo como producto farmacéutico
–con los controles del Ministerio de Salud y de la ANMAT (conf. resolución 781/2022)–
o produciéndolo de forma casera registrándose en el REPROCANN que expide la
autorización. Por otro lado, si bien es cierto que dicha registración limita de algún modo
la elección, su exigencia está justificada por razones de salud y seguridad públicas. Lo

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que aquí se decide también resulta compatible con lo decidido en “Arriola” (Fallos:
332:1963). Ello es así pues la primera cuestión que se trata en el presente caso radica en
analizar la validez de una autorización administrativa para autocultivar cannabis con fines
medicinales y no del castigo penal de una conducta privada. De manera que ese
precedente no inhibe la posibilidad de que el Estado ejerza un control administrativo sobre
el cultivo de cannabis, control cuya razonabilidad será analizada más adelante.
XVII.- Desarrollo sobre “el interés superior del niño”.
La Corte señala que la pretensión de las actoras de decidir sin ninguna clase de
intervención estatal sobre el tratamiento con cannabis autocultivado con fines medicinales

OM
para los menores de edad tampoco encuentras justificación si se atiende al interés superior
del niño.
Señala que en el ámbito de autonomía en ejercicio de este derecho los progenitores
pueden elegir sin interferencias del Estado el proyecto de vida que deseen para su familia.
En el citado precedente “N.N. o U., V.” la Corte aclaró también que este derecho
amparaba, entre otras cosas, las decisiones relativas a cómo proteger la salud de los

.C
hijos menores de edad, pero como no podía ser de otro modo, siempre dentro de los
límites previstos en el artículo 19 de la Constitución Nacional. En ese sentido, esta
Corte sostuvo que uno de dichos límites venía determinado por consideraciones de
salud pública, en tanto involucra derechos de terceros y, en la medida en que
DD
estuvieran afectados menores de edad, por el interés superior del niño (artículo 3°,
inciso 1°, de la Convención sobre los Derechos del Niño aprobada por ley 23.849 y
ratificada el 4 de diciembre de 1990). En esa línea entendió que “el derecho a la
privacidad familiar […] resulta permeable a la intervención del Estado en pos del
interés superior del niño como sujeto vulnerable y necesitado de protección (art. 75
LA

inc. 23 de la Constitución Nacional) tutelado por un régimen cuya nota característica


es hacer prevalecer su interés sobre todos los intereses en juego (Fallos: 331:147)”
(Fallos: 335:888, considerando 15). Esta Corte ha destacado que la Convención sobre
los Derechos del Niño, contempla al niño como sujeto pleno de derecho y señala como
objetivo primordial proporcionarle una protección especial en términos de
FI

concretos derechos, libertades y garantías, a los que los Estados deben dar
“efectividad”, adoptando todas las medidas administrativas, legislativas y de otra
índole requeridas a tal fin. Dentro de dicho marco se ha sostenido que la atención
principal al interés superior del niño apunta a dos finalidades básicas: constituirse en pauta


de decisión ante un conflicto de intereses y ser un criterio para la intervención


institucional destinada a proteger al niño (Fallos: 328:2870; 331:2047; 335:888). Además,
los Estados partes se comprometieron a adoptar todas las medidas eficaces y apropiadas
posibles para abolir las prácticas tradicionales que sean perjudiciales para la salud de los
niños (inciso 3°).
A nivel nacional, el artículo 14 de la ley 26.061 de Protección Integral de los
Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes establece, por un lado, que los organismos
del Estado deben garantizar “el acceso a servicios de salud, respetando las pautas
familiares y culturales reconocidas por la familia y la comunidad a la que pertenecen
siempre que no constituyan peligro para su vida e integridad” (inciso a) y, por el otro, que
“las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a la atención integral de su salud, a recibir

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la asistencia médica necesaria y a acceder en igualdad de oportunidades a los servicios y
acciones de prevención, promoción, información, protección, diagnóstico precoz,
tratamiento oportuno y recuperación de la salud”.
Por lo demás, en Fallos: 335:888 se indicó que la interpretación de la patria
potestad –hoy responsabilidad parental– no puede efectuarse, en la actualidad, dejando
de lado los paradigmas consagrados por la Convención sobre los Derechos del Niño ni
por la ley 26.061 normas que, además de reconocer la responsabilidad que le cabe a los
progenitores y a la familia de asegurar el disfrute pleno y el efectivo ejercicio de los
derechos y garantías del niño, otorgan a la autoridad estatal facultades para adoptar
las medidas que considere necesarias para proteger y restablecer tales derechos ante

OM
situaciones en que se vean vulnerados. Se trata de alcanzar la máxima certidumbre
respecto del modo como mejor se satisface el interés superior del niño, lo que sin duda se
traduce en optar por la mejor alternativa posible con el fin de asegurar al niño, niña o
adolescente un presente cierto y contenedor que disminuya daños futuros irreversibles en
lo que respecta a su salud (considerandos 21 y 22). Por consiguiente, sin ignorar los
beneficios del tratamiento con cannabis autocultivado, la intervención estatal se

.C
encuentra justificada en la ya aludida existencia de riesgos de efectos adversos para
los niños pues, como se ha indicado, los Estados tienen el deber de elegir las
alternativas que consideran más apropiadas a los fines de evitar daños en la salud
de aquellos.
DD
XVIII.- Análisis de la razonabilidad del régimen dictado en el marco de la ley
27.350 para obtener tal autorización (decreto reglamentario 883/2020 y resoluciones
ministeriales 800/2021 y 782/2022).
Que una vez establecido que la exigencia de autorización estatal para autocultivar
LA

cannabis y elaborar y suministrar aceites caseros con fines medicinales no constituye una
interferencia indebida en las acciones privadas en los términos del artículo 19 de la
Constitución Nacional, corresponde analizar la razonabilidad del régimen concreto
dictado en el marco de la ley 27.350 para obtener tal autorización (decreto reglamentario
883/2020 y resoluciones ministeriales 800/2021 y 782/2022).
FI

La Corte analiza los recaudos exigidos a los fines de determinar si los medios
elegidos en la reglamentación cuestionada –es decir, los requisitos exigidos para obtener
la autorización– resultan adecuados a los fines de salud y seguridad públicas que se


persiguen.
la persona que quiera autocultivar con fines medicinales debe contar con
indicación médica y haber suscripto el consentimiento informado correspondiente en las
condiciones establecidas en la reglamentación (artículo 8°, Anexo I, del decreto
883/2020). En ese documento, el profesional de salud deberá consignar en qué consiste
el procedimiento propuesto y cómo se llevará a cabo, detallando la cantidad de plantas,
dosis, concentración de THC, tipo y frecuencia de analítica requerida, etc.; deberá indicar
además los beneficios razonables y riesgos del tratamiento y las consecuencias de la
denegación por parte del paciente. Además, el área a cultivar debe cumplir con los
requisitos del Anexo II de la resolución 800/2021 en cuanto a cantidad de plantas
florecidas, metros cuadrados cultivados, condición de cultivo y transporte. Una vez
cumplidas esas condiciones, la persona debe inscribirse en el REPROCANN y obtener el

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certificado de autorización conforme a las normas reglamentarias aplicables (artículos 3°
y 10). Dicho certificado, una vez obtenido, es prueba fehaciente y autosuficiente del
cumplimiento de los requerimientos establecidos en la reglamentación y tiene un plazo
de vigencia de un año desde la fecha de emisión (artículo 10). En cuanto a los
fundamentos, el Estado consideró que la regulación bajo análisis busca “proporcionar una
respuesta equilibrada entre el derecho de acceso a la salud y la seguridad sanitaria” y que
“un Estado presente, en el que la Salud Pública es un eje prioritario, demanda establecer
las condiciones necesarias para que la accesibilidad de sustancias para su uso medicinal
responda a estándares de calidad y seguridad sanitarios” (considerandos del decreto
883/2020). Por ello, se tuvo presente que “reglamentar adecuadamente el acceso al cultivo
controlado de la planta de Cannabis, así como a sus derivados, para fines de tratamiento

OM
medicinal, terapéutico y/o paliativo del dolor, implica cumplir el objeto de la Ley N°
27.350, de garantizar y promover el cuidado integral de la salud”. En ese contexto, se
establece “un registro específico para usuarias y usuarios que cultivan Cannabis para fines
medicinales, terapéuticos y/o paliativos, como así también promueve la creación de una
red de laboratorios públicos y privados asociados que garanticen el control de los
derivados producidos”. A los fines de tomar dicha decisión, el Estado hizo mérito de que

.C
“existen experiencias a nivel internacional que indican que, en un marco de seguridad y
calidad, junto con el acompañamiento médico, se reducen los daños potenciales que el
uso del Cannabis de un mercado no controlado puede producir”. En este marco, en los
DD
considerandos de la resolución 800/2021 se subrayó que “la indicación y el
acompañamiento médico es determinante para hacerlo efectivo”. Es evidente que la
reglamentación analizada tiende a preservar un interés estatal relevante como el cuidado
integral de la salud pública, basándose en que el suministro del cannabis y sus derivados
puede originar efectos secundarios o adversos de distinta intensidad.
LA

XIX. La Corte concluye que los requisitos exigidos para obtener la


autorización no resultan irrazonables. Por el contrario, tales medidas de control estatal
constituyen una injerencia mínima que, lejos de proscribir el autocultivo con fines
medicinales, lo someten a una regulación que se limita a asegurar cierta supervisión por
parte del Estado, registrar el consentimiento del paciente y garantizar la intervención
FI

médica indispensable. Los agravios de las recurrentes sobre el punto denotan una
ostensible ausencia de fundamentación en cuanto a la razonabilidad de los requisitos que
impone la norma cuestionada. En efecto, con relación a la cantidad de plantas, no
aportaron argumento técnico alguno tendiente a demostrar que el número máximo


autorizado de nueve plantas florecidas impida o dificulte elaborar los compuestos


necesarios y sus variantes para las distintas patologías. Además, en la audiencia celebrada
el 10 de abril de 2019 ante el juzgado de primera instancia, una de las actoras manifestó
que necesitaba entre ocho y diez plantas para lograr la finalidad pretendida.
Con respecto al consentimiento informado, las apelantes cuestionan que deba
ser prestado por escrito cuando, según dicen, el artículo 7° de la ley 26.529 admite
que sea de modo verbal. Dicha norma dispone que el consentimiento será verbal, pero
prevé cinco excepciones, entre las cuales se incluye a “los procedimientos que implican
riesgos según lo determine la reglamentación de la presente ley” (inciso d). A su vez, el
artículo 7°, cuarto párrafo, del decreto reglamentario 1089/2012 expresa: “Considéranse
dentro del inciso d) del artículo 7° de la Ley N° 26.529, modificada por la Ley N° 26.742,
a la investigación de métodos preventivos y terapéuticos con seres humanos”. En esas

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condiciones, las recurrentes nada han manifestado sobre la eventual posibilidad de que el
supuesto que aquí se trata pueda considerarse incluido en esa excepción o, en su caso, por
qué razón sería irrazonable que la norma cuestionada prevea el consentimiento escrito
para un supuesto no previsto en aquella ley ni en su decreto reglamentario.
El argumento de la afectación del derecho a la privacidad de los pacientes
como consecuencia de la necesidad de inscripción del consentimiento informado
omite toda consideración sobre la previsión contenida en el último párrafo del artículo 8°
del decreto reglamentario 883/2020, en cuanto dispone que “[l]a protección de la
confidencialidad de los datos personales será contemplada conforme las disposiciones de
la Ley N° 25.326, sus modificatorias y complementarias, utilizando todas las instancias

OM
regulatorias aplicables vigentes”.
XX.- Descartada la alegada inconstitucionalidad de la exigencia de una
autorización estatal para el autocultivo de cannabis con fines medicinales, tanto en los
términos del artículo 19 como del 28 de la Constitución Nacional, corresponde
considerar el planteo de la parte actora con respecto a la validez del castigo penal de
esas conductas previsto en el artículo 5° –incisos a, e y dos últimos párrafos– y en el

.C
artículo 14 –segundo párrafo– de la ley 23.737. De la ley 23.737 y del nuevo régimen
instituido por la ley 27.350 se desprende que, en la actualidad, los pacientes pueden usar
legalmente los derivados del cannabis para fines medicinales adquiriéndolos como
DD
producto medicinal farmacéutico o mediante el autocultivo de la planta de cannabis con
autorización administrativa del REPROCANN. Bajo esas condiciones, las conductas
que las actoras pretenden resguardar con esta acción de amparo ya se encuentran
excluidas de la persecución penal que impugnan.
Repárese en que, desde 1989, la ley 23.737 sanciona penalmente el cultivo de la
LA

planta de cannabis y determinadas conductas vinculadas a algunos de sus derivados. En


lo que aquí importa, en su artículo 5°, la ley castiga con pena de prisión a quien “sin
autorización o con destino ilegítimo” siembre o cultive plantas de cannabis o guarde
cualquier otra materia prima para producir o fabricar estupefacientes incluso cuando, por
su escasa cantidad y demás circunstancias, surja inequívocamente que ella está destinada
FI

a obtener estupefacientes para consumo personal (inciso a y penúltimo párrafo). Además,


castiga a quien “sin autorización o con destino ilegítimo” entregue, suministre, aplique o
facilite a otros estupefacientes aun si tal suministro fuere ocasional y a título gratuito y,
por su escasa cantidad y demás circunstancias, surja inequívocamente que es para uso


personal de quien lo recepta (inciso e y último párrafo). A su vez, el artículo 14, segundo
párrafo, castiga la tenencia de estupefacientes inclusive cuando su escasa cantidad y
demás circunstancias surgieran inequívocamente que la tenencia es para uso personal. No
obstante, como ya ha sido expuesto, a partir de la ley 27.350 sobre “Uso medicinal de la
planta de cannabis” de 2017 y sus sucesivas reglamentaciones (decreto reglamentario
883/2020 y las resoluciones ministeriales 800/2021 y 782/2022, entre otras) se
reconfiguró aquel alcance punitivo de la ley 23.737. En efecto, la ley 27.350 excluye de
la persecución penal el uso del aceite de cannabis con fines medicinales. Ello ocurre -
como también se ha examinado en este pronunciamientopues la norma crea un registro
nacional “a los fines de autorizar en virtud de lo dispuesto por el artículo 5° de la ley
23.737 la inscripción de los pacientes y familiares de pacientes que, presentando las
patologías incluidas en la reglamentación y/o prescriptas por médicos de hospitales

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públicos, sean usuarios de aceite de cáñamo y otros derivados de la planta de cannabis”
(artículo 8°). Más allá de los términos en que la ley 27.350 se refiere a la ley 23.737, no
hay duda de que la primera ley excluye de toda punibilidad las conductas comprendidas
en el uso medicinal de los derivados del cannabis cuando sean realizadas de conformidad
con ese marco legal (artículos 1° y 3° de la ley 27.350). A su vez, respecto del autocultivo,
el decreto reglamentario 883/2020 establece que el objetivo del registro es otorgar a los
pacientes una autorización administrativa para cultivar y elaborar aceites caseros con el
objeto de facilitar el acceso al uso medicinal de los derivados del cannabis que garantiza
la ley 27.350 (considerandos y artículo 8°, en similar sentido artículo 3° de la resolución
800/2021). Entre sus considerandos se señala que se busca remediar la situación que
atraviesan las personas enfermas y sus familias “asumiendo el riesgo de ser condenadas

OM
por la normativa penal vigente”. Bajo esa directiva, la resolución 800/2021 explicita la
cantidad de plantas florecidas habilitadas para el cultivo controlado como también la
cantidad de mililitros de aceite o gramos de flores secas que se pueden transportar (Anexo
II según resolución 782/2022). Por consiguiente, el régimen dictado en el marco de la ley
27.350 desplaza las conductas vinculadas al uso medicinal del cannabis del alcance del
régimen penal de la ley 23.737, tornándolo inaplicable para tales supuestos. En sentido

.C
coincidente se expresó el señor Procurador General de la Nación interino en la audiencia
pública celebrada en el marco de esta causa, al señalar que de acuerdo con el régimen
legal en su conjunto “el beneficiario al pasar a estar autorizado ya no realiza el tipo penal
DD
del artículo 5° ni del artículo 14”.
En conclusión, toda vez que las conductas desarrolladas en el marco del régimen
del uso medicinal del cannabis no resultan punibles, deviene innecesario examinar la
validez constitucional de las normas penales cuestionadas.
LA

XXI.- Precisiones sobre el pronunciamiento.


En primer lugar, dado que las recurrentes cuestionaron la validez del artículo 5°,
inciso a, de la ley 23.737 en cuanto consagra la exigencia legal de la autorización previa
para el cultivo –como línea divisora entre lo punible y lo no punible–, resulta necesario
aclarar que lo aquí resuelto no implica adoptar posición con respecto al supuesto de quien
FI

ha sido imputado penalmente por cultivar cannabis con fines medicinales sin contar con
esa previa autorización. Ello con más razón, aun cuando el invocado estándar
jurisprudencial del precedente “Arriola” depende en su razonamiento de las
circunstancias fácticas de cada caso en concreto. En segundo lugar, cabe recordar que en


la audiencia pública celebrada en autos se hizo referencia a demoras del organismo


pertinente –en el caso, el REPROCANN– en expedir autorizaciones (confr. versión
taquigráfica agregada el 4 de mayo de 2020). Sin perjuicio de que en el presente caso no
se ha acreditado la configuración de dicho retardo o la existencia de algún reclamo al
respecto, corresponde remarcar la necesidad de que, atendiendo a los valores en juego,
las solicitudes de autorización sean tramitadas y resueltas de manera rápida a fin de evitar
que una deficiente implementación del régimen normativo previsto en la ley 27.350 torne
ilusorio el derecho a la salud que se busca asegurar. Por ello, habiendo dictaminado el
señor Procurador General de la Nación interino, se declara admisible el recurso
extraordinario y se confirma la sentencia apelada con el alcance que surge del presente
pronunciamiento.

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D.M.A s/ declaración de incapacidad.
S.C.D. 376, L. XLIX.
DICTAMEN DEL PROCURADOR GENERAL DE LA NACIÓN – BUENOS
AIRES, 9 DE ABRIL DEL 2014
1. Relato de lo decidido por el Tribunal Superior de Justicia de la Provincia
de Neuquén.
El Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Neuquén dejó sin efecto la
sentencia que había rechazado la pretensión de los representantes de M.A.D. para que se

OM
ordene la supresión de la hidratación y la alimentación enteral, así como de todas las
medidas terapéuticas que lo mantienen con vida en forma artificial. El tribunal declaró
que tal petición se encuentra comprendida en la Ley de Derechos del Paciente en su
Relación con los Profesionales e Instituciones de la Salud (Ley 26.529, modificada por
ley 26.742) y, por lo tanto, no requiere autorización judicial.
El a quo sostuvo que existe un conflicto entre derechos constitucionales, el

.C
derecho a la vida y el derecho a la autonomía personal. En su entender, un sujeto
puede en determinadas circunstancias adoptar decisiones que tengan como fin
previsible la culminación de su vida en tanto se trata de cuestiones que se encuentran
dentro de la zona de reserva que asegura el derecho a la autonomía personal Señaló
DD
que en esa zona de reserva el individuo es dueño de hacer elecciones sobre su propia vida
sin intromisión del Estado en tanto no afecten la moral, el orden público ni a terceros.
Aseguró que esas decisiones libres hacen a la dignidad de la persona y al pleno ejercicio
de la libertad. Luego, destacó que actualmente la ley 26.529, modificada por la ley 26.742,
procura asegurar el goce del derecho a la autonomía personal en la etapa final de la vida.
LA

Puntualizó que ese derecho se plasma en la posibilidad de aceptar o rechazar


determinadas terapias o procedimientos médicos o biológicos. Agregó que la ley
garantiza la formación de un consentimiento informado por parte del paciente, y prevé la
posibilidad de que éste sea otorgado por los representantes legales. Apuntó que la norma
FI

pretende que estos asuntos no se desplacen desde el ámbito íntimo del paciente, su
familia y el médico a la esfera judicial. Aclaró que, en el ámbito local, la ley 2611
persigue la misma finalidad.
Así, consideró que la petición de las hermanas y curadoras de MAD. está


comprendida por la ley citada. En este sentido, sostuvo que las accionantes tienen
legitimación para dar consentimiento informado en representación de su hermano, MAD.,
quien se encuentra desde 1994 en estado vegetativo persistente e irreversible. Agregó que
el pedido del retiro, cese y abstención de la hidratación y la alimentación enteral, así como
de todas las medidas de sostén vital que mantienen a MAD. con vida en forma artificial
está contemplado en la nueva normativa. Enfatizó que esa norma establece un
procedimiento que no requiere intervención judicial, por lo que dejó sin efecto la
sentencia apelada y declaró que la petición debe tramitar conforme a ese procedimiento.
2. Recurso extraordinario interpuesto por el curador ad litem y el
representante del Ministerio Público de Incapaces.
Interpusieron recurso extraordinario que fue concedido por el Tribunal a quo.

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¿Qué sostuvo el curador ad litem? Que la sentencia es arbitraria en tanto prescinde de
pruebas conducentes y aplica erróneamente el derecho vigente y se aparta de las normas
constitucionales y de los instrumentos internacionales que consagran el derecho a la
vida y a la integridad física, psíquica y moral.
Sostiene que:
a. El a quo no valoró las pericias médicas de las que surge que el paciente no
padece una enfermedad terminal, sino que se encuentra en estado vegetativo permanente,
y tiene une estado de salud estable. Se agravia de que las representantes de M.A.D
pretendan la supresión de la hidratación y la alimentación, pese a que no enfrenta una

OM
situación de muerte inminente.
b. Sostiene que la ley 26.529, modificada por la ley 26.742, resulta inaplicable al
caso en tanto exige que el paciente se encuentre en estado terminal para autorizar el retiro
de la hidratación y la alimentación. Para poder realizarlo la norma exige que tanto la
hidratación como la alimentación no satisfagan su finalidad específica, es decir, hidratar
y alimentar al paciente. Manifiesta que una interpretación diversa autorizaría prácticas

.C
eutanásicas, que se encuentran prohibidas por el artículo 11 de la ley en cuestión. Enfatiza
que en este caso el retiro peticionado habilitaría una muerte por deshidratación e
inanición, que dista de un final en paz.
DD
¿Qué sostiene el representante del Ministerio Público de Incapaces? Alega, en primer
lugar, que la ley 26.529 modificada por la ley 26.742, fue aplicada en forma retroactiva.
Afirma que los jueces han incurrido en un exceso de jurisdicción ignorando el límite
impuesto por el art. 3 del Código Civil (Art. 3° A partir de su entrada en vigencia, las
leyes se aplicarán aún a las consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas
LA

existentes. No tienen efecto retroactivo, sean o no de orden público, salvo disposición en


contrario. La retroactividad establecida por la ley en ningún caso podrá afectar derechos
amparados por garantías constitucionales.)
Además, manifiesta que esa ley resulta inaplicable al caso ya que el paciente no
FI

se encuentra en una situación terminal y que sólo necesita para vivir hidratación y
alimentación, sin requerir algún mecanismo artificial respiratorio o de otra índole. Agrega
que la hidratación y la alimentación no configuran procedimientos extraordinarios o
desproporcionados, sino necesidades básicas de todo ser viviente.


Por otro lado, sostiene que el paciente no expresó su voluntad respecto al retiro
del soporte vital, lo que debe guiar el análisis de las garantías constitucionales en juego.
Sostuvo que morir con dignidad es un derecho inherente a la persona y que, como tal,
sólo puede ser ejercido por el titular.
Por otro lado, sostiene que la decisión apelada viola la garantía de la doble
instancia. Afirma que ella implica dejar en manos de los familiares la decisión de proceder
al retiro de las medidas de sopone vital, lo que no podrá ser revisado en forma amplia por
otro tribunal. Por último, postula que el tribunal no se integró correctamente, lo que afecta
el principio del juez natural
3. Los recursos extraordinarios resultan admisibles.

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Los agravios formulados suscitan cuestión federal suficiente ya que el eje del
planteo conduce a determinar el alcance de los derechos constitucionales en juego:
derecho a la vida, a la autonomía personal, a la dignidad humana y a la intimidad; a la vez
que está controvertida la aplicación de la ley 26.529, modificada por la ley 26.742,
reglamentaria de esos derechos consagrados en la CN y en instrumentos internacionales
con jerarquía constitucional.
Por otro lado, la decisión apelada es equiparable a una sentencia definitiva en tanto
conlleva consecuencias de imposible reparación ulterior. Sin embargo, entiende el PGN
que el recurso del representante del Ministerio de Incapaces es inadmisible en la medida
en que cuestiona la aplicación de normas locales en relación con la conformación del

OM
tribunal superior de la causa.
4. Señala el procurador que en el caso no se encuentra controvertido que M.A.D
se encuentra en estado vegetativo permanente desde hace casi 20 años y, según los
informes médicos, no tiene posibilidad de recuperación neurológica. El mismo se
encuentra en tal situación debido a un accidente automovilístico ocurrido el 23/10/1994,
en el cual sufrió un traumatismo encéfalo craneano severo, politraumatismos graves y

.C
epilepsia postraumática. En 1995, luego de diversas intervenciones quirúrgica y
tratamientos médicos, se le diagnóstico estado vegetativo persistente.
Los primeros 9 años M.A.D fue cuidado en su casa por su familia. Su hermana
DD
A.I.D tuvo un rol protagónico en el acompañamiento y en los cuidados de su hermano.
De hecho, en el año 1995 y ante la declaración judicial de incapacidad de M.A.D, A.I.D
fue designada como su curadora, aun cuando sus progenitores se encontraban vivos.
Luego, su otra hermana, A.S.D, también fue designada como curadora para actuar en
forma conjunta o alternativa.
LA

En el año 2003, M.A.D fue internado en una institución de salud donde permanece
hasta la actualidad. Allí es alimentado e hidratado en forma artificial y se le proveen
cuidados terapéuticos propios del estado vegetativo. Su estado de salud es relativamente
estable, aunque padece complicaciones en forma reiterada que demandan tratamientos
FI

específicos, los cuales deben ser provistos por centros de salud de mayor complejidad.
De las constancias de la causa surge que desde 1994 no hubo progresos en la salud
de M.A.D, que continúa sin mostrar signos de conciencia de sí mismo del mundo exterior,
lo cual caracteriza al estado vegetativo. La pericia realizada por el Cuerpo Médico


Forense informa que, de acuerdo con los estudios de resonancia nuclear magnética, el
daño cerebral que padece es irreversible.
En este escenario, las hermanas de MAD., en su representación, peticionaron a los
médicos y al instituto de la salud el retiro, cese y abstención de todas las medidas de
sopone vital que lo mantienen con vida en forma artificial: tanto los tratamientos
terapéuticos que se le proveen ante sus complicaciones de salud como la alimentación e
hidratación enteral. Ante su negativa, iniciaron la petición judicial bajo análisis.
En el marco de las actuaciones, diversos comités de bioética apoyaron la
decisión de la familia de MAD. de solicitar, en su representación, la supresión de las
medidas de sopone vital, teniendo en cuenta su estado de salud y la imposibilidad de
mejoría o reversión del cuadro.

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En este sentido, el Comité de Bioética de la Dirección Provincial de Calidad de la
Gestión de la Subsecretaría de Salud de la Provincia de Neuquén consideró que no existe
conflicto ético entre la indicación médica de suprimir las medidas de soporte vital, la
voluntad de la familia del paciente, y las recomendaciones de las sociedades científicas
pertinentes.
Por su parte, el Comité de Bioética de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva
(fs. 381/3 y 797/9) expresó que "[r]espalda la determinación de la familia quien expresa
la voluntad de [M.A.D] respetando su autonomía como principio bioético y ejerciendo el
derecho que su hermana ha expresado como curadora legal del mismo, de interrumpir
todo tipo de tratamiento que prolongue la vida de [M.AD] utilizando métodos artificiales

OM
y de soporte vital que impiden la progresión de su inevitable muerte". Agregó que el caso
de MAD. se encuentra expresamente previsto en el punto 8.2 de las "Pautas y
recomendaciones para la abstención y/o retiro de los métodos de soporte vital en el
paciente crítico" elaboradas por ese comité de bioética. Ese organismo explicó que "[e]l
suministro de alimentación enteral o hidratación son medidas que conducen a preservar
el metabolismo energético celular por lo que en los casos de EVP [estado vegetativo

.C
permanente], pacientes en los cuales no hay sensaciones de hambre y sed, son
consideradas como meras medidas de soporte vital".
Finalmente, el Comité de Bioética del Instituto Nacional Central Único
DD
Coordinador de Ablación e Implante del Ministerio de Salud de la Nación (en adelante
"INCUCAI") opinó en igual sentido (fs. 543/53 y 781/92) Y concluyó que "no se trata de
ponerle fin a la vida de [M.AD.]. Sólo se trata de legitimar moralmente el permitir que la
muerte acontezca sin interferencia tecnológica, que en este caso se interpone como
obstáculo empecinado en claro perjuicio de la dignidad humana". Precisó que "la
LA

administración de agua y nutrientes por gastrostomía, en un EVP [estado vegetativo


permanente] es un ejemplo paradigmático de utilidad terapéutica y que la hidratación y
la nutrición es un tratamiento ordinario proporcionado para cualquier circunstancia
médica que no sea absolutamente irreversible, como en este caso, donde se transforma en
extraordinario y desproporcionado. La desproporcionalidad se evidencia en el
FI

empecinamiento de sostener con vida sólo a un cuerpo, aún a costa de la persona moral
competente que [M.AD] fue".
V. La cuestión controvertida que se plantea ante la Corte Suprema consiste
en determinar si la petición efectuada por las representantes de M.A.D se encuentra


comprendida en el derecho a la autonomía personal, la dignidad y la intimidad, tal como


son regulados por la CN, instrumentos internacionales y las leyes 26.529 y 26.742.
Procede a detallar el marco normativo en el cual corresponde tratar los
agravios.
La ley 26.529 fue sancionada en 2009 y modificada en 2012 por la ley 26.742.
Esa norma consagra los derechos del paciente en su relaci6n con los profesionales e
instituciones de la salud. Luego de garantizar el derecho del paciente a la asistencia, al
trato digno y respetuoso, a la intimidad, a la confidencialidad ya la informaci6n, regula el
derecho a la autonomía de la voluntad en su artículo 2, inciso e. Allí, recepta el derecho
del paciente a aceptar o rechazar determinadas terapias o procedimientos médicos o
bio16gicos, con o sin expresi6n de causa, como así también a revocar posteriormente su

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manifestación de voluntad. Más específicamente dispone que "[e]n el marco de esta
potestad, el paciente que presente una enfermedad irreversible, incurable o se encuentre
en estadio terminal, o haya sufrido lesiones que lo coloquen en igual situación, informado
en forma fehaciente, tiene el derecho a manifestar su voluntad en cuanto al rechazo de
procedimientos quirúrgicos, de reanimaci6n artificial o al retiro de medidas de soporte
vital cuando sean extraordinarias o desproporcionadas en relaci6n con la perspectiva de
mejoría, o produzcan un sufrimiento desmesurado. También podrá rechazar
procedimientos de hidrataci6n o alimentaci6n cuando los mismos produzcan como único
efecto la prolongación en el tiempo de ese estadio terminal irreversible o incurable" (an.
2, inc. €; ley citada). La norma aclara que en todos los casos la negativa o el rechazo de
los procedimientos mencionados no significa la interrupción de las medidas y acciones

OM
para el adecuado control y alivio del sufrimiento del paciente.
Además, la ley prevé en su artículo 5 diversos recaudos para asegurar que el
consentimiento del paciente sea informado, esto es, que el paciente cuente con
información clara, precisa y adecuada en cuanto a su estado de salud, el procedimiento
propuesto, los beneficios esperados, los riesgos, molestias y efectos adversos, la

.C
existencia de procedimientos alternativos, las consecuencias previsibles, el derecho que
le asiste a rechazar los procedimientos en caso de padecer una enfermedad irreversible,
incurable o terminal, y el derecho a recibir cuidados paliativos.
DD
Finalmente, la norma establece la posibilidad de que, ante la incapacidad del
paciente para prestar el consentimiento informado a causa de su estado físico o psíquico,
éste puede ser prestado por las personas mencionadas en el artículo 21 de la Ley de
Trasplantes de Órganos y Materiales Anatómicos. Tal como surge de los debates
parlamentarios de la ley 26.742, la finalidad de la normaa es respetar y garantizar el
LA

derecho a la libertad personal, que se encuentra estrechamente vinculado a la


autonomía, la dignidad y la intimidad de los. En especial, numerosos legisladores
expusieron que el propósito es garantizar el derecho a una vida digna, que comprende el
derecho a una muerte digna.
Mas concretamente, la ley 26.742 respeta y garantiza que en determinadas
FI

circunstancias las decisiones sobre la aceptación o el rechazo de ciertos tratamientos


médicos o biológicos están reservadas al propio individuo y se encuentran libres de la
injerencia del Estado o de terceros. Los derechos a la autonomía personal, a la dignidad
y a la intimidad están ampliamente reconocidos en la Constitución Nacional y en diversos


instrumentos internacionales con jerarquía constitucional (arts. 19 y 75, inc. 22,


Constitución Nacional; art. 11, Convención Americana sobre Derechos Humanos;
Preámbulo y art. 17, Pacto Internacional de Derechos Civiles y PolÍticos; art. V,
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; y Preámbulo yart. 12,
Declaración Universal de los Derechos del Hombre).
Por un lado, el artículo 19 CN consagra que "las acciones privadas de los hombres
que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni a un tercero, están sólo
reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados". La Corte Suprema de
Justicia ha invocado ese derecho en diversos precedentes (Fallos: 306:1892; 332:1963) y,
en particular, en casos vinculados al derecho de un paciente a rechazar tratamientos

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médicos (Fallos: 335:799), donde resolvió que se trata de decisiones que están
comprendidas dentro de la libertad personal que consagra la Constitución Nacional.
Por otro lado, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha expuesto que "[e]l
artículo 11 de la Convención Americana requiere la protección estatal de los individuos
frente a las acciones arbitrarias de las instituciones estatales que afectan la vida privada y
familiar [ ... ] Además, esta Corte ha interpretado en forma amplia el artículo 7 de la
Convención Americana al señalar que éste incluye un concepto de libertad en un sentido
extenso como la capacidad de hacer y no hacer todo lo que esté lícitamente permitido. En
otras palabras, constituye el derecho de toda persona de organizar, con arreglo a la ley, su
vida individual y social conforme a sus propias opciones y convicciones. La libertad,

OM
definida es un derecho humano básico, propio de los atributos de la persona, que se
proyecta en toda la Convención Americana. Asimismo, la Corte ha resaltado el concepto
de libertad y la posibilidad de todo ser humano de auto-determinarse y escoger libremente
las opciones y circunstancias que le dan sentido a su existencia, conforme a sus propias
opciones y convicciones" (Corte Interamericana de Derechos Humanos, "Caso Artavia
Murillo y otros ("Fecundación In Vitro") vs. Costa Rica", sentencia del 28 de noviembre

.C
de 2012, parágrafo 142; "Ximenes Lopes vs. Brasil", sentencia del 4 de julio de 2006,
parágrafo 10 del voto del Juez Sergio García Ramírez; y Comisión Interamericana de
Derechos Humanos, Informe 85/10). Más específicamente, en el ámbito internacional, el
consentimiento del paciente es requerido para la realización de tratamientos e
DD
intervenciones médicas como un modo de proteger su autonomía, dignidad e intimidad.
En el sistema internacional de protección de derechos humanos se reconoció que
el derecho a la salud comprende el derecho al consentimiento informado; esto es, el
derecho del paciente a participar; en forma informada, en la adopción de decisiones sobre
LA

su salud. En este sentido, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales dictó


la Observación General N° 14 sobre el derecho al disfrute del más alto nivel posible de
salud (220 período de sesiones, 2000). Allí el Cómité de Naciones Unidas precisa que "el
derecho a la salud no debe entenderse como un derecho a estar sano. El derecho a la salud
entraña libertades y derechos. Entre las libertades figura el derecho a controlar su salud y
FI

su cuerpo, con inclusión de la libertad sexual y genésica, y el derecho a no padecer


injerencias, como el derecho a no ser sometido a torturas ni a tratamientos y experimentos
médicos no consensuales" (párrafo 8). Por su parte, el Relator Especial de las Naciones
Unidas sobre el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud


física y mental precisó que "[e]l derecho a consentir un tratamiento incluye también el
derecho a denegarlo, por aconsejable que parezca" (ONU, Asamblea General, 10 de
agosto de 2009, Doc. AJ64/272, párrafo 28).
VI. Sentada el marco normativo en el cual debe realizarse el análisis,
comienza a desarrollar el PGN.
Sostiene que el representante del Ministerio de Incapaces sostiene que el fallo
apelado resulta ser arbitrario dado que la ley 26.529, modificada por la 26.742, no puede
ser aplicada en forma retroactiva. Además, sostuvo que tal cuestión no había sido tratada
en las instancias anteriores, por lo que la decisión recurrida vulnera la garantía de la doble
instancia.

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El Procurador señala que tales planteos no deben prosperar ya que el apelante no
demostró la arbitrariedad de la decisión del tribunal de aplicar en forma inmediata las
leyes 26.529 y 26.742 a las relaciones y situaciones jurídicas existentes. Además, no
probó la existencia de derechos definitivamente consolidados que fueran vulnerados por
esa aplicación en violación del art. 3 del Código Civil.
Sostiene que la decisión del tribunal a quo de resolver la petición efectuada por
las representantes de M.A.D resulta coherente con la doctrina de la Corte Suprema de
acuerdo con la cual las decisiones judiciales deben atender a la situación existente al
momento de decidir, aun cuando éstas sean sobrevinientes a la interposición del recurso
y al marco normativo vigente en ese entonces.

OM
VII. Analiza los planteos sustanciales realizados por ambos apelantes sobre
la interpretación y aplicación de la ley 26.529, modificada por la ley 26.742.
En primer lugar, observa que los recurrentes alegan que la norma requiere que el
paciente se encuentre en estado terminal para poder ejercer su derecho a rechazar
tratamientos médicos y aclaran que M.A.D no se encuentra en esa situación. Sin embargo,

.C
la letra del art. 2, inciso e, de la ley en cuestión indica que el paciente que padece “una
enfermedad irreversible, incurable o se encuentre en estadio terminal, o haya sufrido
lesiones que lo coloquen en igual situación" (sin destacar en el original) pueden ejercer
el derecho a rechazar ciertos tratamientos médicos o biológicos.”
DD
Además, de los antecedentes surge que los legisladores entendieron que el caso
del paciente en estado vegetativo se encuentra comprendido por la norma, aun cuando el
estado vegetativo permanente puede ser calificado como irreversible, pero no
necesariamente sea terminal, al menos en el sentido de una muerte inminente.
LA

Más importante aún, la interpretación de la normaa de acuerdo con su texto es la


que mejor satisface la finalidad de la ley 26.742, esto es, respetar y garantizar la libertad
personal permitiendo que el paciente decida, a partir de sus propias convicciones
personales, la aceptación o el rechazo de determinados tratamientos médicos y biológicos.
FI

Tanto en el caso en el que el paciente decide por sí mismo, como en el que decide a través
de sus representantes, lo determinante es que sus propias preferencias guían la adopción
de decisiones acerca de su salud. A su vez, ello coadyuva a la protección de los derechos
consagrados en los instrumentos internacionales que fueron citados en la sección anterior
y a la interpretación que han adoptado los organismos internacionales de protección de


derechos humanos, según la cual la libertad del paciente para aceptar o rechazar
tratamientos médicos forma parte de su derecho a la autonomía personal, a la dignidad, a
la intimidad e, incluso, a la salud.
De este modo, la interpretación de la ley 26.529, modificada por la ley 26.742,
en consonancia con su letra, su formalidad y las garantías constitucionales
implicadas, indica que MAD., que se encuentra en estado vegetativo permanente
desde hace veinte años y que no tiene posibilidades de revertir esa situación, puede
decidir, por sí o a través de sus representantes, aceptar o rechazar determinados
tratamientos, sin injerencia del Estado ni de terceros. Al respecto, el artículo 2, inciso
e, informe de la citada ley precisa que en todos los casos corresponde adoptar las
medidas y acciones para el adecuado control y alivio del sufrimiento del paciente.

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VIII. Por otro lado, los apelantes enfatizan que el retiro de la hidratación y la
alimentación no está previsto por la ley 26.529, modificada por la ley 26.742, en tanto no
se trata de un tratamiento médico extraordinario, sino de la provisión de necesidades
básicas de todo ser viviente. Sin embargo, la interpretación de la letra y de la finalidad
del artículo 2, inciso e, de la ley muestra que el agravio no puede prosperar. Esa norma
menciona los tratamientos que pueden ser rechazados siempre que sean extraordinarios o
desproporcionados en relación con la perspectiva de mejoría, o que produzcan un
sufrimiento desmesurado. Luego, agrega expresamente que el paciente "[t]también podrá
rechazar procedimientos de hidratación o alimentación cuando los mismos produzcan
como único efecto la prolongaci6n en el tiempo de ese estadio terminal irreversible o
incurable" (art. 2, inc. e, ley citada). El caso del retiro de la hidrataci6n y la alimentaci6n

OM
fue especialmente debatido por los diputados y senadores en el marco de las sesiones
parlamentarias. Justamente, allí se considera que, si bien la hidrataci6n y la alimentaci6n
no pueden ser consideradas extraordinarias o desmesuradas, su rechazo puede ser
decidido por el paciente en un estado irreversible, incurable o terminal en atenci6n a que
en muchas situaciones son fútiles, esto es, no tienen aptitud para lograr una mejora de la
salud del paciente, sino que su único efecto es prolongar el estadio terminal, irreversible
o incurable.

.C
Además, la solución que sugiero es la que mejor satisface la finalidad de la ley
26.742. En efecto, robustece la libertad personal al precisar que lo que genera el derecho
DD
a decidir libremente es la situación crítica de una enfermedad irreversible, incurable o
terminal, y la inutilidad, desproporción, o carácter extraordinario de diversos
tratamientos, sin efectuar una distinción en razón de la naturaleza del tratamiento en
cuestión, que resultaría en desmedro de los derechos que la norma busca tutelar.
LA

IX. Respecto a que el paciente no expresó su voluntad respecto del retiro del
soporte vital (agravio expuesto por el Ministerio Público de Incapaces).
Al respecto, cabe señalar que una de las incorporaciones introducidas por la ley
FI

26.742 es la posibilidad de que, ante la incapacidad del paciente para prestar el


consentimiento informado a causa de su estado físico o psíquico, éste pueda ser prestado
por las personas mencionadas en el artículo 21 de la Ley de Trasplantes de Órganos y
Materiales Anatómicos (art. 6, ley26.742).


De este modo, la norma viene a establecer un mecanismo para garantizar la


vigencia efectiva del derecho a la libertad personal previsto en la Constitución Nacional
y en los instrumentos internacionales, y regulado por el artículo 2, inciso e, de la ley
26.529, modificada por la ley 26.742. Así, la norma deja la decisión sobre la aceptación
y el rechazo de tratamientos médicos y biológicos en el paciente y, en el supuesto de que
sea necesario reconstruir cuál es su voluntad, en su ámbito familiar, libre de intromisiones
del Estado o de terceros. La ley entiende que los familiares son quienes están en mejor
posición para saber cuál sería la voluntad del paciente. En efecto, ellos son quienes
conocen sus preferencias y creencias, y con quienes es probable que él haya discutido
acerca de estos temas y expresado sus opiniones al respecto.

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En este caso, las hermanas de MAD. tienen legitimación para dar consentimiento
en su representación en tanto se encuentran en primer lugar de acuerdo con el orden de
prelación dispuesto por la ley 24.193 ya las circunstancias de la causa - MAD. no tiene
cónyuge ni hijos y sus progenitores han fallecido-. A su vez, no hay divergencias entre
ellas acerca de cuál sería la voluntad de su hermano.
Asimismo, la petición de las representantes de MAD. se encuentra respaldada en
la causa por las opiniones vertidas por diversos comités de bioética (informe del Comité
de Bioética de la Dirección Provincial de Calidad de la Gestión - Subsecretaría de Salud
de la Provincia de Neuquén a fs. 378/80; del Comité de Bioética de la Sociedad Argentina
de Terapia Intensiva a fs. 381/3; y del Comité de Bioética del INCUCAI a fs. 543/53).

OM
Todos los comités intervinientes coinciden en su apoyo a la decisión de la familia de
MAD., teniendo en cuenta su estado de salud y la imposibilidad de mejoría o reversión
del cuadro. En particular, el Comité de Bioética del INCUCAI concluyó que "no se trata
de ponerle fin a la vida de [MAD.]. Sólo se trata de legitimar moralmente el permitir que
la muerte acontezca sin interferencia tecnológica, que en este caso se interpone como
obstáculo empecinado en claro perjuicio de la dignidad humana" (fs. 553).

.C
X. Respecto a que los apelantes aducen que la decisión recurrida aduce contra
el derecho a la vida de M.A.D, que se encuentra tutelado en nuestra CN y en los
instrumentos internacionales. Sin embargo, las leyes en cuestión acogen el derecho a la
DD
vida y reconocen que comprende el derecho del titular a decidir sobre ella en el caso de
una enfermedad incurable, irreversible o terminal, y ante la existencia de tratamientos
médicos y biológicos extraordinarios, desproporcionados o fútiles. Las normas
armonizan el derecho a la vida con la autonomía personal, la dignidad humana y la
intimidad.
LA

Al respecto, cabe recordar que la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha


afirmado que el derecho fundamental a la vida comprende el derecho de todo ser humano
a no ser privado de la vida arbitrariamente y el derecho a que no se le impida el acceso a
las condiciones que le garanticen una existencia digna (wrte Interamericana de Derechos
Humanos, "Caso de los "NIños de la Calle" (Villagrán Morales y Otros) vs. Guatemala",
FI

sentencia del 19 de noviembre 1999, parágrafo 144). En este marco, la pretensión de


MAD., a través de sus representantes, no implica una privación arbitraria, sino una
petición fundada en la vigencia del derecho a la vida y autónoma.


En conclusión, entiendo que la decisión de MAD., a través de sus hermanas


sobre el retiro, cese y abstención de todas las medidas de soporte vital que lo
mantienen con vida en fomJ.a artificial pertenece a su zona de reserva, garantizada
por el derecho a la autonomía personal (am. 19 y 75, inc. 22, Constitución Nacional;
art. 11, Convención Americana sobre Derechos Humanos; Preámbulo y art. 17,
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; arto V, Declaración Americana
de los Derechos y Deberes del Hombre; y Preámbulo y art. 12, Declaración Universal
de los Derechos del Hombre), y regulado en las leyes 26529 y26.742, y, por lo tanto,
se encuentra libre de las injerencias del Estado y de terceros.
Como acertadamente lo ha destacado el tribunal a quo, las peticiones
comprendidas en las citadas leyes no requieren autorización judicial dado que
precisamente uno de los propósitos de la norma es evitar que estas decisiones se

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judicialicen y trasciendan de la esfera privada del paciente, su familia y el médico, No
obstante, a pesar de la falta de necesidad de la autorización judicial, en atención a las
circunstancias del caso - especialmente, el tiempo transcurrido desde que MAD. padece
un estado vegetativo irreversible, y desde que sus hermanas han instado la presente
petición, que recorrió cuatro instancias judiciales- corresponde hacer lugar a la pretensión
deducida a fin de garantizar la vigencia efectiva de los derechos del paciente, en las
condiciones establecidas por la ley 26.529, modificada por la ley 26.742. En particular,
el artículo 2, inciso e, in fine precisa que, en los casos en que corresponde proceder al
retiro de las medidas que lo mantienen con vida en forma artificial, es menester adoptar
las providencias y acciones para el adecuado control y alivio del sufrimiento del paciente.
Además, ante la posición asumida por los profesionales y la institución de la salud que

OM
atienden a MAD.; se solicita a esa Corte Suprema que arbitre las medidas que estime
pertinentes a fin de asegurar la protección efectiva a los derechos constitucionales
invocados.
XI. Por todo lo expuesto, opino que cabe declarar formalmente admisibles los
recursos extraordinarios interpuestos y confirmar la sentencia apelada con el

.C
alcance indicado en la sección anterior.

FALLO DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACIÓN- 07/07/2015 -


DD
"D., M. A. s/ declaración de incapacidad".
Análisis de los considerandos.
1. Relata la decisión del TSJ de la Pcia. De Neuquén. El TSJ de la Provincia de
Neuquén dejó sin efecto la sentencia que, al confirmar la de primera instancia, había
LA

rechazado la pretensión de las representantes de M.A.D, para que se ordenara la supresión


de su hidratación y la alimentación enteral, así como de todas las medidas terapéuticas
que lo mantienen con vida en forma artificial.
¿En qué se basó para decidir así? El TSJ señaló que tal petición se encuentra
FI

comprendida en la Ley de Derechos del Paciente en su Relación con los Profesionales e


Instituciones de la Salud (Ley 26.529, modificada por la ley 26.742), por lo que no resulta
necesario que las representantes de M.A.D. requieran autorización judicial alguna.
¿Qué derechos constitucionales se encuentran en conflicto según el Tribunal?


El derecho a la vida y el derecho a la autonomía personal. En este sentido, el TSJ sostuvo


que un sujeto puede en determinadas circunstancias adoptar decisiones que tengan como
fin previsible la culminación de su vida, ya que se trata de cuestiones que se encuentran
dentro de la zona de reserva que asegura el derecho a la autonomía personal. Dentro de
esa zona de reserva, el individuo es dueño de hacer elecciones sobre su propia vida sin
intromisión del Estado, siempre que no afecte la moral, el orden público ni a terceros.
Aseguró que esas decisiones libres hacen a la dignidad de la persona y al pleno ejercicio
de la libertad.
Por otro lado, sostuvo que la Ley 26.529, modificada por la ley 26.742, procura
asegurar el goce del derecho a la autonomía personal en la etapa final de la vida y que ese
derecho se plasma en la posibilidad de aceptar o rechazar determinadas terapias o

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procedimientos médicos o biológicos. Además, la ley prevé un consentimiento informado
por parte del paciente, y prevé la posibilidad de que, en determinados supuestos, este sea
otorgado por los representantes legales. Apuntó que la norma pretende que estos asuntos
no se desplacen desde el ámbito íntimo del paciente, su familia y el médico a la esfera
judicial.
Por estos motivos, consideró que la petición de las hermanas y curadoras de
M.A.D se halla comprendida en las disposiciones de la ley citada. Por lo tanto, tendrían
legitimación para dar consentimiento informado en representación de su hermano,
M.A.D, quien se encuentra desde 1994 en estado vegetativo persistente e irreversible. El
pedido del retiro, cese y abstención de la hidratación y la alimentación enteral, así como

OM
de todas las medidas de sostén vital que mantienen a M.A.D. con vida en forma artificial,
está contemplado en la nueva normativa.
Finalmente, sostuvo que la ley establece un mecanismo que no requiere
intervención judicial, por lo que dejó sin efecto la sentencia apelada y declaró que la
petición debe tramitar conforme a ese procedimiento.

.C
2. Contra el pronunciamiento, el curador ad litem y el representante del MPI
interponen recursos extraordinarios, que fueron concedidos por el tribunal a quo.
¿Qué sostuvo el curador ad litem? Que la sentencia es arbitraria ya que prescinde
DD
de pruebas conducentes y aplica erróneamente el derecho vigente, así como que se aparta
de las normas constitucionales y de los instrumentos internacionales que consagran el
derecho a la vida y a la integridad física, psíquica y moral. Además, sostiene que el TSJ
no valoró las pericias médicas de las que surge que el paciente no padece una enfermedad
terminal, sino que se encuentra en estado vegetativo permanente y tiene un estado de
LA

salud estable. Se agravia de que las representantes de M.A.D. pretendan la supresión de


la hidratación y la alimentación, pese a que no enfrenta una situación de muerte
inminente. Menciona que la ley 26.529, modificada por la ley 26.742, es inaplicable al
caso, ya que exige que el paciente se encuentre en estado terminal para autorizar el retiro
de la hidratación y la alimentación. Sostiene que para esta medida el precepto exige que
FI

ellas no satisfagan su finalidad específica, esto es, hidratar y alimentar al paciente.


Manifiesta que una interpretación diversa autorizaría prácticas eutanásicas, que se
encuentran prohibidas por el artículo 11 de la ley en cuestión. Enfatiza que en este caso
el retiro peticionado habilitaría una muerte por deshidratación e inanición, que dista de


un final en paz.
¿Qué sostuvo el representante del MPI? Alega, en primer lugar, que la ley
26.529, modificada por la ley 26.742, fue aplicada en forma retroactiva, por lo que los
jueces han incurrido en un exceso de jurisdicción ignorando el valladar impuesto por el
artículo 3° del Código Civil. Además, manifiesta que esa ley es inaplicable al caso.
Destaca que el paciente no se encuentra en una situación terminal y que solo necesita para
vivir hidratación y alimentación, sin requerir algún mecanismo artificial respiratorio o de
otra índole. Agrega que la hidratación y la alimentación no configuran en este caso
procedimientos extraordinarios o desproporcionados, sino necesidades básicas de todo
ser viviente. A su vez, enfatiza que el paciente no expresó su voluntad respecto al retiro
del soporte vital, lo que debe guiar el análisis de las garantías constitucionales en juego.
Aduce que morir con dignidad es un derecho inherente a la persona y que, como tal, solo

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puede ser ejercido por su titular. Por otro lado, sostiene que la decisión apelada viola la
garantía de la doble instancia pues lo decidido no podrá ser revisado en forma amplia por
otro tribunal. Por último, postula que el tribunal no se integró correctamente, lo que afecta
el principio del juez natural.
3. El 9/04/2014 se expide la Procuradora General de la Nación proponiendo
confirmar la sentencia impugnada.
El 30/04/2014, 26/08/2014 y 30/09/2014, el Tribunal ordenó al Cuerpo Médico
Forense la realización de estudios científicos al paciente, los cuales fueron concretados el
2 de junio, 12 de septiembre y 15 de octubre de 2014. Asimismo, el 28 de octubre de

OM
2014, como medida para mejor proveer, la Corte efectuó una consulta científica al
Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro respecto de la situación del paciente
M.A.D., que fue respondida el 18 de febrero de 2015. El curador ad litem, las
peticionantes y la Defensora General de la Nación, en su carácter de representante del
Ministerio Público Pupilar ante esta instancia, se expidieron respecto de esos estudios los
días 6, 7 Y 8 de abril de 2015. Finalmente, el 15 de junio del corriente la Defensora
General de la Nación presentó su dictamen en el que también propone que se confirme la

.C
resolución impugnada, quedando de esta forma la causa en condiciones de ser fallada.
4. Los recursos extraordinarios son admisibles, ya que los agravios
formulados suscitan cuestión federal suficiente pues los planteos conducen a
DD
determinar el alcance de los derechos constitucionales en juego: el derecho a la vida,
la autonomía personal, a la dignidad humana y a la intimidad. Y la resolución apelada
ha sido contraria al derecho invocado por los recurrentes.
5. El recurso del representante del Ministerio de Incapaces es inadmisible en
LA

tanto pone en tela de juicio la aplicación de normas locales en relación con la


conformación del tribunal superior de la causa pues, como ha sostenido esta Corte, las
cuestiones sobre la aplicación de las normas provinciales que organizan el
funcionamiento de la justicia son de derecho público local y se encuentran reservadas, en
principio, a los jueces de la causa, máxime cuando la decisión en recurso cuenta con
FI

fundamentos suficientes que bastan para descartar la tacha de arbitrariedad. Por otra parte,
resulta inadmisible el agravio vinculado a la doble instancia en atención a lo decidido por
el Tribunal en Fallos: 320:2145 y 329:5994.
6. Relata lo sucedido a M.A.D. El 23 de octubre de 1994 M.A.D. sufrió un


accidente automovilístico que le ocasionó un traumatismo encéfalo craneano severo con


pérdida del conocimiento, politraumatismos graves y epilepsia ática. Fue internado en el
Hospital Castro Rendón de la Provincia del Neuquén y luego derivado a la Clínica
Bazterrica de la Ciudad de Buenos Aires. Allí fue sometido a varias intervenciones
quirúrgicas y tratamientos médicos. En el resumen de su historia clínica elaborada en este
último nosocomio -fechada 5 de febrero de 1995- en la que se establece que "durante la
internación el paciente evoluciona con estado vegetativo persistente". Posteriormente, en
el año 2003, fue ingresado en el Instituto Luncec de la Provincia del Neuquén,
destacándose en la historia clínica de esa institución que M.A.D. presenta estado
vegetativo permanente. También en el informe de estado neurológico del Instituto de
Neurología y Neurocirugía de Neuquén, del 30 de junio de 2006, se señaló que el paciente
se encuentra en estado vegetativo persistente, diagnóstico que fue ratificado en el año

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2009, por el Jefe del Servicio de Terapia Intensiva del Hospital Castro Rendón de la
Provincia del Neuquén, profesional que atendió al paciente durante la primera etapa
posterior al trauma.
7. Que, de acuerdo con lo señalado por el médico citado en último término, desde
la fecha del accidente, M.A.D. carece de conciencia de sí mismo o del medio que lo rodea,
de capacidad de elaborar una comunicación, comprensión o expresión a través de lenguaje
alguno y no presenta evidencia de actividad cognitiva residual. También en el informe
producido por el Jefe del Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial de Neuquén, que
considerara la jueza de primera instancia en la sentencia, se señaló que, a esa fecha, el
paciente se hallaba en estado vegetativo desde hacía 15 años sin conexión con el mundo

OM
exterior y presentaba una grave secuela con desconexión entre ambos cerebros,
destrucción del lóbulo frontal y severas lesiones en los lóbulos temporales y occipitales,
con participación del tronco encefálico, el que mostraba atrofia.
8. Atento a la complejidad científica, ética y deontológica que presenta la
cuestión planteada y, teniendo en cuenta que se encuentra involucrado el derecho a
la vida, a la salud, a la autodeterminación y a la dignidad de M.A.D, la Corte

.C
consideró necesario requerir la opinión técnica del Cuerpo Médico Forense de la
CSJN y del Instituto Nacional de Neurociencias de la Fundación Favaloro a los
efectos de contar con mayor cantidad de información científica posible y actualizada
DD
para decidir en el caso. Los informes producidos por el Cuerpo Médico Forense destacan
que el paciente sufre un evidente trastorno de conciencia grave y que los resultados del
examen efectuado a M.A.D son prácticamente idénticos a los arrojados por el estudio
neurológico realizado por el Instituto de Neurología y Neurocirugía de Neuquén en el año
2006. Agregan que el paciente no habla, no muestra respuestas gestuales o verbales
LA

simples, risa, sonrisa o llanto. No vocaliza ni gesticula ante estímulos verbales.


Tampoco muestra respuestas ante estímulos visuales. En este mismo sentido, el
Instituto de Neurociencias .de la Fundación Favaloro afirma que M.A.D. permanece
desde su accidente con un profundo trastorno de conciencia, no comprende órdenes
simples, no emite ningún tipo de vocalización y, al estímulo auditivo, no localiza ni
FI

presenta respuesta de sobresalto.


9. Que, desde que se lo hospitalizó M.A.D sufrió varias dolencias como epilepsia
postraumática, esofagitis por reflujo y hemorragia digestiva alta, neumonitis, entre otras.
Para atender tales afecciones se le suministra de forma diaria medicación anti


convulsionante, antieméticos, antirreflejos y un gastroprotector. Además, requiere


atención permanente para satisfacer sus necesidades básicas, es por ello que M.A.D es
alimentado por yeyunostomía, procedimiento por el cual se realiza una apertura
permanente en el intestino delgado para administrar nutrientes a través de una sonda.
También se le había colocado una sonda vesical permanente y pañales por incontinencia
vesical y rectal.
10. La condición descripta había perdurado por un lapso que supera a los 20
años. El cuadro clínico de M.A.D no había sufrido cambios y los profesionales que se
pronunciaron en las instancias anteriores coinciden en que no tiene posibilidad alguna de
recuperación neurológica o de revertir su actual estado. Si bien las evaluaciones médicas
solicitadas por esta Corte difieren respecto al diagnóstico de estado vegetativo

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permanente que efectuaran los profesionales que han intervenido en la causa, resultan
coincidentes en cuanto al pronóstico del cuadro que presenta el paciente. En efecto, el
CMF afirma que M.A.D padece de un estado de conciencia mínima, no obstante lo cual,
en todos los informes que realizara a requerimiento del Tribunal expresamente destaca
que, a los fines de valorar la reversibilidad del cuadro, la diferencia de diagnóstico resulta
irrelevante pues, a casi dos décadas del hecho generador, sin cambios de mejoría
manifiesta y sostenida, las probabilidades son estadísticamente las mismas.
Tanto el CMF como el Instituto de Neurociencias de la Fundación Favalora
concluyen que M.A.D se encuentra en un estado de mínima conciencia al que califican
como permanente y que, en los que respecta a las chances de recuperación, las mismas

OM
son extremadamente bajas, que los casos de recuperación de personas que han estado en
el estado de M.A.D iban desde los 10 a 15 años y son casos sumamente excepcionales,
por lo cual MAD, al pasar los 20 era más excepcional aún.
11. La Corte comienza a analizar los planteos formulados por las recurrentes
- En el primer lugar señalar que no pueden prosperar las impugnaciones formuladas por

.C
el Ministerio de Incapaces en el sentido de que el fallo apelado es arbitrario dado que la
ley 26.529, modificada por la ley 26.742, no puede ser aplicada en forma retroactiva. Ello
es así en tanto, como se sostiene en el dictamen de la señora Procuradora General, no se
demostró la arbitrariedad de la decisión del a quo de aplicar en forma inmediata la referida
DD
normativa a la situación del paciente.
12. Aclarado ellos, resulta importante destacar que la ley 26.529 reconoce el
derecho del paciente a aceptar o rechazar determinadas terapias o procedimientos
médicos o biológicos, con o sin expresión de causa, como así también a revocar
LA

posteriormente su manifestación de voluntad.


El art. 2°, inciso e, prevé que “el paciente tiene derecho a aceptar o rechazar
determinadas terapias o procedimientos médicos o biológicos, con o sin expresión de
causa, como así también a revocar posteriormente su manifestación de la voluntad. En
FI

el marco de esta potestad, el paciente que presente una enfermedad irreversible,


incurable o se encuentre en estadio terminal, o haya sufrido lesiones que lo coloquen en
igual situación, informado en forma fehaciente, tiene el derecho a manifestar su voluntad
en cuanto al rechazo de procedimientos quirúrgicos, de reanimación artificial o al retiro
de -medidas de soporte vi tal cuando sean extraordinarias o desproporcionadas en


relación con la perspectiva de mejoría, o produzcan un sufrimiento desmesurado.


También podrá rechazar procedimientos de hidratación o alimentación cuando los
mismos produzcan como único efecto la prolongación en el tiempo de ese estadio terminal
irreversible o incurable. En todos los casos la negativa o el rechazo de los procedimientos
mencionados no significará la interrupción de aquellas medidas y acciones para el
adecuado control y alivio del sufrimiento del paciente".
Por su parte, el artículo 5° establece que debe entenderse "por consentimiento
informado la declaración de voluntad suficiente efectuada por el paciente, o por sus
representantes legales, en su caso, emitida luego de recibir, por parte del profesional
interviniente, información clara, precisa y adecuada con respecto a: (...) g) El derecho
que le asiste en caso de padecer una enfermedad irreversible, incurable, o cuando se

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encuentre en estadio terminal, o haya sufrido lesiones que lo coloquen en igual situación,
en cuanto al rechazo de procedimientos quirúrgicos, de hidratación, alimentación, de
reanimación artificial o al retiro de medidas de soporte vital, cuando sean
extraordinarios o desproporcionados en relación con las perspectivas de mejoría, o que
produzcan sufrimiento desmesurado, también del derecho de rechazar procedimientos de
hidratación y alimentación cuando los mismos produzcan como único efecto la
prolongación en el tiempo de ese estadio terminal irreversible e incurable".
13. Que el texto legal transcripto es el resultado de la modificación
introducida a la Ley de Derechos del Paciente por la ley 26.742 luego de un amplio
debate parlamentario y que tuvo por principal objetivo atender a los casos de los

OM
pacientes aquejados por enfermedades irreversibles, incurables o que se encuentren
en estado terminal o que hayan sufrido lesiones que los coloquen en igual situación.
De esta manera, se reconoció a las personas que se hallan en esas situaciones límite,
como forma de ejercer la autodeterminación, la posibilidad de rechazar
tratamientos médicos o biológicos. No fue intención del legislador autorizar las
prácticas eutanásicas, expresamente vedadas en el artículo 11 del precepto, sino

.C
admitir en el marco de ciertas situaciones específicas la “abstención” terapéutica
ante la solicitud del paciente.
14. Si bien MAD no padece una enfermedad, lo cierto es que, como consecuencia
DD
de su accidente, ha sufrido lesiones que lo colocan en un estado irreversible e incurable.
En efecto, tal como se ha señalado anteriormente, hay coincidencia entre los profesionales
que lo han examinado en cuanto a la irreversibilidad o incurabilidad de su situación, sin
que se hayan expresado fundamentos médicos -según los estándares científicos
reconocidos a nivel internacional- o acompañado antecedentes que permitan suponer que
LA

tenga posibilidades de recuperarse de su actual estado. Esta circunstancia llevó a uno de


los profesionales médicos que relevó su situación a manifestar que se trata de un paciente
desahuciado en estado terminal.
Es por ello que resulta posible encuadrar su estado, así como la petición
formulada de retiro de medidas de soporte vital, dentro de lo contemplado en los
FI

arts. 2°, inciso e, y 5°, inciso g, de la ley 26.529.


15. Que a esta conclusión llegaron los legisladores que participaron del debate
parlamentario que precedió a la sanción de la ley 26.742, que introdujo la actual redacción


de los arts. 2°, inciso e, y 5°, inciso g, de la ley 26.529. En tal oportunidad, al exponer los
motivos por los que se entendía necesaria la modificación de la Ley de Derechos del
Paciente, se hizo expresa referencia a la necesidad de atender a situaciones como la que
atraviesa MAD.
Asimismo, al regular lo atinente a los procedimientos de alimentación e
hidratación artificial en los términos ya reseñados, se consideró que estos también pueden
ser rechazados cuando "...produzcan, como único efecto, la prolongación, en el tiempo,
del estadio terminal irreversible o incurable. De esta forma, abarcamos todos los tipos de
procedimientos mencionados, a los efectos de que claramente rija la autonomía de la
voluntad para rechazarlos y que la muerte se produzca naturalmente sin necesidad de
prolongarla de manera artificial, dando lugar así al encarnizamiento médico o al
alargamiento de situaciones de vida vegetativo."

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16. La Corte entiende que la solicitud para que cesen los procedimientos de
hidratación y alimentación artificial que recibe M.A.D puede ser encuadrada en los
distintos supuestos previstos en forma alternativa por los arts. 2°, inciso e, y 5°, inciso g.
Señala que en el marco de una situación como la que se encuentra M.A.D. existe consenso
en la ciencia médica en cuanto a que estos, en tanto brindan al paciente soporte vital,
constituyen en sí mismos una forma de tratamiento médico.
17. La jurisprudencia comparada demuestra que la hidratación y la alimentación
han sido reconocidos como tratamientos médicos, aun que ausencia de previsiones
normativas expresas, en distintos precedentes dictados por los tribunales extranjeros de
máxima instancia al decidir peticiones similares a las planteadas en autos respecto a

OM
pacientes que carecían de conciencia de sí mismo y del mundo exterior y cuyos estados
resultaban también irreversibles.
Este encuadre fue admitido, con sustento en las disposiciones de la Guía del
Consejo de Europa para el Proceso de Toma de Decisiones relativas al Tratamiento
Médico en Situaciones del Final de la Vida, por el Tribunal Europeo de Derechos
Humanos al convalidar, en fecha reciente, una decisión del Consejo de Estado Francés

.C
que autorizó el retiro de la nutrición y la reducción de la hidratación de una persona que
se encontraba en un estado similar al de M.A.D.
18. Que la situación concreta en la que se halla M.A. D. permite aseverar que,
DD
en el presente caso, se está en presencia de un paciente mayor de edad que hace más
de 20 años que se encuentra internado sin conciencia de sí mismo ni del mundo que
lo rodea, alimentado por yeyunostomía, con las complicaciones médicas que
naturalmente se derivan de la circunstancia de que esté postrado y con una apertura
permanente en su intestino delgado para recibir, a través de una sonda, los
LA

nutrientes que prolongan su vida.


Asimismo, de las constancias de la causa surge que M. A. D. no ha brindado
ninguna directiva anticipada formalizada por escrito respecto a qué conducta
médica debe adoptarse con relación a la situación en la que se halla actualmente. Tal
FI

omisión no puede entenderse indicativa de voluntad alguna si se tiene en


consideración que al momento del accidente no solo no se encontraban vigentes las
normas que aquí se examinan, sino que esa práctica no era habitual ni se hallaba tan
difundida socialmente la posibilidad de hacerlo como ocurre en la actualidad.


Asimismo, atento a su condición médica, no puede ahora ni podrá en el futuro


declarar por sí mismo la decisión relativa a la continuidad del tratamiento médico y
del soporte vital que viene recibiendo desde el año 1994.
Es decir, en el sub lite lo que corresponde examinar es si pese a estas
circunstancias es posible conocer cuál es la voluntad de M.A.D. respecto de esta
cuestión.
19. La decisión de aceptar o rechazar un tratamiento médico constituye un
ejercicio de la autodeterminación que asiste a toda persona por imperio constitucional.
En efecto, esta Corte, en innumerables precedentes ha resaltado el valor de
la autodeterminación de la persona humana con fundamento en el artículo 19 de la

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Constitución Nacional, no solo como límite a la injerencia del Estado en las
decisiones del individuo concernientes a su plan de vida, sino también como ámbito
soberano de este para la toma de decisiones libres vinculadas a sí mismo. En este
orden, ha dejado claramente establecido que el artículo 19 de la Constitución
Nacional otorga al individuo un ámbito de libertad en el cual puede adoptar
libremente las decisiones fundamentales acerca de su persona, sin interferencia
alguna por parte del Estado o de los particulares, en tanto dichas decisiones no violen
derechos de terceros.
En la misma línea, ha recordado que nuestro sistema jurídico recoge una
concepción antropológica que no admite la cosificación del ser humano y, por ende,

OM
rechaza su consideración en cualquier otra forma que no sea como persona, lo que
presupone su condición de ente capaz de autodeterminación. Es en este marco que la ley
26.529 reconoce este derecho a toda persona y dispone lo necesario para asegurar su pleno
ejercicio, incluso para casos como el que aquí se examina.
20. Que en este punto resulta oportuno recordar que, como fuera sentado en
el ya citado precedente de Fallos: 335:799 y sus citas, "...el arto 19 de la Ley

.C
Fundamental [...] protege jurídicamente un ámbito de autonomía individual constituida
por los sentimientos, hábitos y costumbres, las relaciones familiares, la situación
económica, las creencias religiosas, la salud mental y física y, en suma, las acciones,
DD
hechos o datos que, teniendo en cuenta las formas de vida aceptadas por la comunidad
están reservadas al propio individuo [...]. En rigor, el derecho a la privacidad comprende
no sólo la esfera doméstica, el círculo familiar y de amistad, sino a otros aspectos de la
personalidad espiritual o física de las personas tales como la integridad corporal o la
imagen y nadie puede inmiscuirse en la vida privada de una persona ni violar áreas de
LA

su actividad no destinadas a ser difundidas, sin su consentimiento o el de sus familiares


autorizados para ello".
21. Que en la ley 26.529 se prevé la situación de los pacientes que, como en el
caso de M.A.D., se encuentran incapacitados o imposibilitados de expresar su
consentimiento informado a causa de su estado físico o psíquico. Así, en el artículo 6° se
FI

establece que en estos supuestos el consentimiento del paciente " podrá ser dado por las
personas mencionadas en el artículo 21 de la ley 24.193 [Trasplante de Órganos], con los
requisitos y con el orden de prelación allí establecido. Sin perjuicio de la aplicación del
párrafo anterior, deberá garantizarse que el paciente, en la medida de sus posibilidades,


participe en la toma de decisiones a lo largo del proceso sanitario”.


De acuerdo con los términos del citado artículo 21, y al orden de prelación allí
establecido, los hermanos se encuentran autorizados a dar testimonio de la voluntad
del paciente.
22. Teniendo en cuenta el principio de autodeterminación del paciente que posee
raigambre constitucional y la aplicación que efectuó el a quo a la norma señalada, la Corte
formula algunas precisiones.
Por aplicación del sistema establecido por el legislador, son determinadas
personas vinculadas al paciente -impedido para expresar por sí y en forma plena esta clase
de decisión-'-,los que hacen operativa la voluntad de este y resultan sus interlocutores

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ante los médicos a la hora de decidir la continuidad del tratamiento o el cese del soporte
vital. En este sentido, debe aclararse y resaltarse que, por tratarse la vida y la salud de
derechos personalísimos, de ningún modo puede considerarse que el legislador haya
transferido a las personas indicadas un poder incondicionado para disponer la suerte del
paciente mayor de edad que se encuentra en un estado total y permanente de
inconsciencia.
En efecto, no se trata de que las personas autorizadas por la ley ~en el caso,
las hermanas de M.A.D.-, decidan la cuestión relativa a la continuidad del
tratamiento médico o de la provisión de~ soporte vital de su hermano en función de
sus propios valores,' principios o preferencias sino que, como resulta claro del texto

OM
del artículo 21 de la ley 24.193 al que remite el artículo 6° de la ley 26.529, ellas solo
pueden testimoniar, bajo declaración jurada, en qué consiste la voluntad de aquel a
este respecto.
Los términos del artículo 21 de la ley son claros en cuanto a que, quienes
pueden trasmitir el consentimiento informado del paciente no actúan a partir de sus
convicciones propias sino dando testimonio de la voluntad de este. Es decir que no

.C
deciden ni "en el lugar" del paciente ni "por" el paciente sino comunicando su
voluntad. Ello, a diferencia de diversas soluciones adoptadas en el derecho comparado
que permiten reconstruir la presunta voluntad del paciente teniendo en cuenta para ello
DD
tanto los deseos expresados antes de caer en estado de inconsciencia como su
personalidad, su estilo de vida, sus valores y sus convicciones' éticas, religiosas,
filosóficas o culturales.
De este modo, la decisión respecto de la continuidad del tratamiento no puede ni
debe responder a meros sentimientos de compasión hacia el enfermo, ni al juicio que la
LA

persona designada por la ley se forme sobre la calidad de vida del paciente, aunque esta
sea parte de su círculo familiar íntimo. Tampoco debe basarse en criterios utilitaristas que
desatiendan que toda persona es un fin en sí mismo. Lo que la manifestación de la persona
designada por ley debe reflejar es la voluntad de quien se encuentra privado de
consciencia y su modo personal de concebir para sí, antes de caer en este estado de
FI

inconsciencia permanente e irreversible, su personal e intransferible idea de dignidad


humana.
Esta premisa, por otra parte, encuentra plena correspondencia con los principios


del artículo 12 de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad, aprobada por la ley 26.378, que integra el bloque de constitucionalidad en
virtud de lo dispuesto en la ley 27.044.
23. Que, en igual sentido, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en el
ya citado caso "Lambert", destacó que el paciente es la parte principal en el proceso
de toma de decisiones y que su consentimiento debe permanecer en el centro de este
último; esto es cierto incluso cuando el paciente es incapaz de expresar sus deseos.
Recordó ese tribunal que la Guía del Consejo de Europa para el Proceso de Toma
de Decisiones relativas al Tratamiento Médico en Situaciones del Final de la Vida
recomienda que el paciente debe participar en el proceso de toma de decisiones a
través de cualquier deseo expresado anteriormente que pueda haber sido confiado
por vía oral a un miembro de la familia.

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24. Que en razón de los valores en juego y con el objeto de evitar cualquier
equivoco relativo al alcance de este pronunciamiento, corresponde remarcar que no
está en discusión que M.A.D., es una persona en sentido pleno que debe ser tutelada
en sus derechos fundamentales, sin discriminación alguna (artículos 16 y,19 de la
Constitución Nacional). Asimismo, debe mencionarse que de la dignidad que le asiste
por el simple hecho de ser humano, reconocida en distintas normas convencionales,
se desprende el principio de inviolabilidad de las personas que proscribe tratarlo
con base en consideraciones utilitarias. Es justamente por ello que goza tanto del
derecho a la autodeterminación de decidir cesar un tratamiento médico como
también, en sentido opuesto, a recibir las necesarias prestaciones de salud y a que se
respete su vida, en tanto primer derecho de la persona humana que resulta

OM
reconocido y garantizado por la Constitución Nacional.
25. Que es en razón de estas esenciales premisas que se impone aclarar que la
solución que aquí se adopta respecto de la solicitud formulada por las hermanas de
M.A.D. de ninguna manera avala o permite establecer una discriminación entre vidas
dignas e indignas de ser vividas ni tampoco admite que, con base en la severidad o,

.C
profundidad de una patología física o mental, se restrinja el derecho a la vida o se
consienta idea alguna que implique cercenar el derecho a acceder a las prestaciones
médicas o sociales destinadas a garantizar su calidad de vida.
DD
Lo que este pronunciamiento procura es garantizar el máximo respeto a su
autonomía y asegurar que esta sea respetada, en los términos dispuestos por la ley, en una
situación en la que él no puede manifestar por sí mismo su voluntad a causa del estado en
que se encuentra. Es decir, no se trata de valorar si la vida de M.A.D., tal como hoy
transcurre, merece ser vivida pues ese es un juicio que, de acuerdo con el sistema de
LA

valores y principios consagrado en nuestra Constitución Nacional, a ningún poder del


Estado, institución o particular corresponde realizar. Como esta Corte ha señalado "en un
Estado, que se proclama de derecho y tiene como premisa el principio republicano de
gobierno, la Constitución no puede admitir que el propio Estado se arrogue la potestad
sobrehumana de juzgar la existencia misma de la persona, su proyecto de vida y la
FI

realización del mismo, sin que importe a través de qué mecanismo pretenda hacerlo.
26. Que resulta claro, entonces, que el artículo 6° de la ley 26.529 no autoriza
a las personas allí designadas a decidir por sí, y a partir de sus propias valoraciones
subjetivas y personales, con relación del tratamiento médico de quien se encuentra


impedido de expresarse en forma absoluta y permanente a su respecto. De este


modo, lo que la norma exclusivamente les permite es intervenir dando testimonio
juramentado de la voluntad del paciente con el objeto de hacerla efectiva y
garantizar la autodeterminación de este.
27. Que, en este contexto y a partir de todo lo afirmado precedentemente, resulta
indispensable valorar que las hermanas de M.A.D., que son mayores de edad y, a su vez,
fueron designadas como sus curadoras, solicitaron el cese de la provisión de tratamiento
médico y de medidas de soporte vital manifestando con carácter de declaración jurada
que esta solicitud responde a la voluntad de su hermano.

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28. Que, en este contexto, es insoslayable señalar que este Tribunal advierte la
situación de extrema vulnerabilidad en la que se encuentra M.A.D., así como las
derivaciones en el plano de sus derechos humanos que plantea la cuestión debatida.
29. Que, por ello, debe descartarse el agravio de arbitrariedad invocado, pues
cabe concluir que la petición efectuada por las hermanas de M.A.D. -en el sentido
de que los profesionales de la salud se abstengan de proveerle a este todo tratamiento
médico- se enmarca dentro de los supuestos previstos en la ley, al ser efectuada por
los familiares legitimados, sin que los testimonios por ellos brindados fueran
contrarrestados.

OM
Por lo tanto, y atento a que se ha dado cumplimiento con los requisitos
exigidos, la petición debe aparejar todos los efectos previstos en el citado marco
normativo. En tales términos, y teniendo; en cuenta las circunstancias ya descriptas,
corresponde admitir la pretensión deducida a fin de garantizar la vigencia efectiva
de los derechos del paciente en las condiciones establecidas por la ley 26.529. En
especial, deberá darse cumplimiento con el artículo 2, inciso e, in fine, en cuanto
precisa que en los casos en que corresponde proceder al retiro de las medidas de

.C
soporte vital es menester adoptar las providencias y acciones para el adecuado
control y alivio de un eventual sufrimiento del paciente.
30. Que si bien en este caso particular no corresponde realizar juicio alguno
DD
relativo a la circunstancia de que la solicitud efectuada por las hermanas de M.A.D. fue
judicializada, el Tribunal estima conveniente formular algunas precisiones respecto de
cómo deberán tratarse, en el futuro, situaciones en las que se pretenda hacer efectivo el
derecho a la autodeterminación en materia de tratamientos médicos.
LA

32. Que, por lo tanto, aquí resultan aplicables las consideraciones expuestas por
el Tribunal en el precedente "F.A.L." (Fallos: 335:197) en cuanto a que "por imperio del
artículo 19 in fine de la Constitución Nacional, que consagra el principio de reserva como
complemento de la legalidad penal, ha quedado expresamente dicho por voluntad del
constituyente que ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda
FI

la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe" (considerando 20). Por tal razón, no debe
exigirse una autorización judicial para convalidar las decisiones tomadas por los pacientes
respecto de la continuidad de los tratamientos médicos, en la medida en que estas se
ajusten a los supuestos y requisitos establecidos en la ley 26.529, se satisfagan las


garantías y resguardos consagrados en las leyes 26.061, 26.378 Y 26.657 Y no surjan


controversias respecto de la expresión de voluntad en el proceso de toma de decisión.
33. Objeción de conciencia. Que, por otra parte, la particular situación que se
suscitó en la institución en la que se atendió a M.A.D. pone de manifiesto la necesidad de
que, las autoridades correspondientes, contemplen mediante un protocolo las vías por las
que el personal sanitario pueda ejercer su derecho de objeción de conciencia sin que el se
traduzca en derivaciones o demoras que comprometan la atención del paciente. A tales
efectos, deberá exigirse que la objeción sea manifestada en: el momento de la
implementación del protocolo o al inicio de las actividades en el establecimiento de salud
correspondiente, de forma tal que toda institución que atienda a las situaciones aquí
examinadas cuente con recursos humanos suficientes para garantizar, en forma

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permanente, el ejercicio de los derechos que la ley les confiere a los pacientes que se
encuentren en la situación contemplada en la ley 26.529.
Por ello, habiendo dictaminado la señora Procuradora General de la Nación, se
declaran parcialmente admisibles los recursos extraordinarios interpuestos y se confirma
la sentencia apelada en los términos y con los alcances indicados en el considerando 29,
segundo párrafo.
LORENZETTI – NOLASCO - MAQUEDA

OM
Poder Judicial de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
“FREYRE ALEJANDRO CONTRA GCBA SOBRE AMPARO (ART. 14
CCABA)” EXPTE: EXP 34292/0.
Ciudad de Buenos Aires, 10 de noviembre de 2009.
1. Luego de 4 años de vivir en pareja, los actores decidieron contraer matrimonio.

.C
Se conocieron en Mar del Plata, en 2005. El 22 de abril de 2009 se presentan ante el
Registro Nacional de Estado Civil y Capacidad de las Personas con la finalidad de pedir
una fecha para casarse. El Registro denegó su petición debido a que había un
DD
impedimento, ambos eran hombres. Es por ello que Alejandro Freyre y José María Di
Bello promovieron acción de amparo contra el GCBA con el objeto de que se ordene
a las autoridades correspondientes que se le permita contraer matrimonio y que se
declare la inconstitucionalidad de los arts. 172, 188 y concordantes del Código Civil.
¿Qué argumentaron? Que sólo puede alegarse como motivos de oposición los
LA

establecidos en la ley y que el art. 176 no establecía como impedimento que un hombre
pueda contraer matrimonio con otro. La única norma que exige en forma manifiesta la
diversidad de sexo de los contrayentes era el art. 188 del Código Civil.
En síntesis, solicitaron que se declare la inconstitucionalidad toda norma que les prohíba
FI

contraer matrimonio.
2. El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires contestó la demanda. Sostuvo que
la acción de amparo no era la vía apropiada, no era el medio judicial más idóneo para
dilucidar la cuestión. Señalaron que los actores no habían identificado cuáles eran las


concretas conductas u omisiones arbitrarias o ilegítimas del Gobierno que supuestamente


lesionaban sus derechos constitucionales. Sostuvieron que la demanda resultaba genérica,
imprecisa y no ajustada a la realidad, que, debida a la alta complejidad, el tema traído a
juicio requería mayor amplitud de debate y prueba y que la presentación de los actores
carecía de sustento probatorio. Manifestó que la denegatoria a otorgan un turno para
contraer matrimonio se basa en la imposibilidad jurídica generada por las normas
que regulan el instituto. Justificaron la actuación de las autoridades del Registro
afirmando que “el cumplimiento de una obligación legal por parte de la autoridad
administrativa, no puede constituir como ilícito ningún acto.
En base a ello sostuvo que la pretensión amparista parece desconocer que para
emitir un acto administrativo de cognición que constate o certifique un matrimonio entre
personas del mismo sexo es menester que, previamente, la Administración decida la

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inaplicación de normas legales: los arts. 172 y 188 del C.C. Al respecto, afirmó que la
Administración local carece de competencia para ejercer funciones judiciales a los fines
de declarar la inconstitucionalidad de los artículos y que tampoco puede decidir sobre
materias que son de competencia exclusiva del Estado Nacional (Art. 75. Inc. 12).
Además, si el Gobierno hubiere otorgado el turno solicitado, la falta de uno de los
elementos formales -la diversidad de sexos- habría concluido en la inexistencia del
matrimonio.
En su criterio, resulta notorio que la acción interpuesta busca utilizar al Poder
Judicial para interferir en las potestades conferidas al Congreso Nacional y que la decisión

OM
de modificar el Código Civil es privativa y exclusiva del Poder Legislativo. De lo
contrario se afectaría el principio de división de poderes. Indicó que la pretensión de los
actores se dirige a que el Poder Judicial fiscalice la oportunidad, merito y conveniencia
de una decisión adoptada por el Congreso, en el marco de su competencia constitucional.
Además, informó que la oficial pública a cargo del Registro Civil les había
ofrecido a los actores la alternativa de la unión civil, régimen jurídico que les permitiría

.C
concretar la aspiración de formar una familia.
Señaló que para fundamentar la inconstitucionalidad de las normas cuestionadas
es preciso que se acredite con veracidad comprobada el derecho o garantía constitucional
DD
cercenado. En su criterio, los actores no demostraron que las normas cuestionadas
ocasionen lesión o daño a alguna garantía constitucional.
Manifestó que no existe ninguna discriminación ya que los actores no habían
acreditado hallarse en la misma situación fáctica y jurídica que el resto de las personas
que han decidido contraer matrimonio conforme a la legislación vigente. En su criterio,
LA

el principio de igualdad no requiere tratar a todos los individuos de igual manera, sino
sólo a los iguales. Agregó que la igualdad garantizada por la Constitución es la igualdad
ante la ley, por lo que la diversidad de circunstancias justifica los diversos tratamientos
legales. Por lo tanto, la discriminación alegada no resiste el menor análisis.
FI

Además, acusó a la parte actora de deformar la regulación normativa prevista en


los pactos internacionales ya que si bien el Pacto de Derechos Civiles y Políticos garantiza
la eliminación de todo tipo de discriminación y el derecho de hombres y mujeres a
contraer matrimonio y formar una familia, ello no implica facultar a personas del mismo


sexo a hacerlo.
Concluyó que el planteo de inconstitucionalidad debía ser rechazado atento
a que los actores no probaron que las disposiciones del Código Civil afectasen el
derecho a la igualdad o fueran discriminatorias.
3. En principio resuelve una cuestión de competencia para decidir en el caso.
Luego sigue abordando el caso, sostuvo que, tratándose de una acción de amparo
interpuesta para cuestionar una decisión del Registro Civil de la Ciudad, de acuerdo al
marco constitucional y legal, resulta competente el tribunal para resolver.
IV. Respecto a la procedencia de la vía, si bien la acción de amparo no está
destinada a reemplazar los medios ordinarios para la solución de controversias, su
exclusión por la existencia de otros recursos no puede fundarse en una apreciación

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meramente ritual e insuficiente, ya que la institución tiene por objeto una efectiva
protección de derechos más que una ordenación o resguardo de competencias.
La acción de amparo resulta admisible ya que su empleo no reduce las posibilidades de
defensa de las partes en cuanto a la extensión de la discusión y de la prueba. En
conclusión, los argumentos de orden fáctico y procesal esgrimidos no tienen entidad
suficiente para dilatar el control de constitucionalidad que constituye la primera y
principal misión de los tribunales.
5.
6. Cabe examinar si la restricción al derecho a contraer matrimonio

OM
protegido por la legislación nacional y los pactos internacionales reconocidos por el
art. 75, inc. 22, de la CN, a la luz de una hermenéutica constitucional de los textos
normativos en juego, resulta legítima.

.C
DD
LA
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