Ropa Textil
Ropa Textil
Ropa Textil
La industria textil es la segunda más contaminante del mundo. Resulta difícil aceptarlo, porque en
general cuando pensamos en contaminación imaginamos plantas de carbón, aguas residuales, etc y no
en las prendas que usamos cada día. Sin embargo el impacto general que esta industria tiene en
nuestro planeta es de suma preocupación y un tema para abordar con urgencia.
La industria textil implica una larga cadena de producción y consumo de suministros que van desde la
extracción de la materia prima, fabricación de textiles, tintorería hasta la construcción de prendas de
vestir. A esto debemos sumarle la logística de cada etapa hasta el último punto venta al por menor, el
uso del consumidor y finalmente llegar a la eliminación de la prenda.
En cada uno de estas etapas, diversos procesos generan agresiones al medio ambiente, dentro de los
cuales se destacan:
Elle – Pile of Clothes / Getty Images
la contaminación de los pesticidas utilizados en el cultivo de algodón, los tintes tóxicos utilizados en la
fabricación de telas, la extravagante cantidad de recursos naturales y artificiales utilizados en esta
industria y la gran cantidad de residuos textiles que se generan durante la fabricación de prendas.
Un estudio de la Fundación Ellen MacArthur, en el marco de la Iniciativa de Fibras Circulares,
presentó el ciclo de vida de la industria textil y sus principales impactos negativos. El sistema de textiles
opera de forma lineal, indica el informe “Una nueva Economía Textil: Rediseñar la moda del futuro”.
Grandes cantidades de energía fósil y materia prima virgen se extraen para producir prendas que a
menudo se usan solo por poco tiempo, y luego los materiales se envían principalmente a vertederos o
se incineran. Para tener en cuenta: la industria textil utiliza el 97% de sus materias primas de
fuentes vírgenes y sólo el 2% de fuentes de reciclaje y de las 53 millones de toneladas de fibra
producida para la industria, el 12% se desperdicia durante la producción de las prendas. Según el
estudio, se pierden más de USD 500 mil millones de valor cada año debido a la falta de reciclaje en
esta industria. Además se liberan más de 1.200 millones de toneladas anuales de emisiones de carbono
por esta mala gestión, que supera las emisiones de los vuelos internacionales y marítimos combinados.
El algodón es la fibra natural más utilizada en el mundo y se encuentra por lo menos en el 40% de
nuestra ropa. Por lo general tiene una imagen limpia y sana, pero la verdad es una planta que consume
más agua de lo convencional. También es uno de los cultivos que más depende de sustancias químicas
en el mundo para su prospección.
Si bien el algodón representa sólo el 2,4% de los cultivo del mundo, consume el 10 % de todos los
productos químicos agrícolas y el 25 % de los insecticidas.
Los desafío que plantea esta industria se complican aún mucho más si consideramos que por ejemplo el
algodón orgánico, una posible alternativa sustentable, consume más de 19000 Lts. de agua para
fabricar una remera y un par de jeans. El algodón orgánico es una alternativa más sostenible, pero hoy
en día representa el 1 % de todo el algodón cultivado en el mundo y es más costoso de cultivar en
comparación con el algodón convencional.
Para sumar a esta problemática de los cultivos existe otro gran inconveniente, que es el uso de
grandes cantidades de agua dulce para el teñido de los textiles. Esta etapa de la producción textil
genera líquidos residuales que a menudo se descargan sin tratar, en los ríos o al mar. En China, según
Yale Environment 360 (Revista medioambientalista Estadounidense) descarga aproximadamente el
40% de estos productos químicos.
Se han desarrollado nuevas tecnologías, como las tecnologías de colorantes sin agua, pero aún no se
han implementado en la mayoría de los sitios de fabricación. La industria textil, que ha estado usando
cantidades copiosas de agua para teñir prendas durante cientos de años, puede ser reacia a aceptar
este cambio. Después de todo, esta nueva tecnología es costosa de instalar y solo funciona en ciertas
telas.
También debemos tener en cuenta que en esta industria, se utilizan muchos derivados petroquímicos,
como el poliéster y nylon entre otros que NO son biodegradables, por lo que son insostenibles por su
propia naturaleza. Se estima que se necesita unos 70 millones de barriles de petróleo para producir el
poliéster virgen que se usa en las telas cada año.
El residuo textil del sector doméstico mayoritariamente son prendas que la población deja de utilizar,
porque se han estropeado por el uso, han quedado pequeñas o pasado de moda. Su recogida selectiva
permite reaprovecharlas con un proceso de preparación previo. Si bien la generación de este tipo de
residuo tiene en la actualidad varias alternativas y no implica un número alarmante es necesario no
perderlo de vista ya que por la tendencia de nuestra sociedad y los estándares de moda y de consumo,
el período de reposición de la ropa es cada vez más corto y, por lo tanto, el residuo generado es mayor.
Por otra parte encontramos los residuo del sector industrial textil propiamente dichos, generados
durante el proceso de hilatura y confección, pero también hay industria de otros sectores como la
automoción, mobiliario, construcción, que añaden tejido a su producción, y por lo tanto, también es
considerado como residuo textil.
Si bien en la Argentina existe un déficit de información con respecto a los residuos textiles, no estamos
ajenos a las estadísticas mundiales, y para complicar aún más debemos tener en cuenta que cada
jurisdicción tienen su propio criterio a la hora de manejar sus desechos y su respectivo reciclado.
Por esto no existe un registro claro de las cantidades que se producen, pero si podemos establecer que
tipos de residuos generamos.
La mayoría de los textiles utilizados en la producción son sintéticos (Derivados del petróleo) o
“mezcla” como por ejemplo algodón / poliéster y por último en una menor instancia las residuos de telas
100 % naturales (Estas últimas son más costosas por esto se utilizan menos en el mercado). La
composición del producto es fundamental para su recuperación futura. La mezcla de diferentes
fibras en el producto, los tratamientos especiales del tejido deben ser analizados para evaluar su
reutilización y su preparación para el proceso de reciclaje.
En Córdoba casi el 7% de los residuos sólidos son derivados textil y la mayoría de los mismo
terminar enterrado. La Agencia de Protección Ambiental, asegura que el 85% de los textiles
producidos terminan en los vertederos cada año esto genera una alta contaminación de las napas
terrestres y ralentiza el proceso de degradación de la basura modificando el ciclo natural de los
desechos
En varios estudios se pueden encontrar datos generales que reflejan que la situación en otros países
del mundo es bastante más favorable que la que encontramos en nuestra ciudad.
> Reutilización de prendas: es la ropa en buen estado que se vende ya sea en las tiendas de segunda
mano (mercado nacional) o bien mediante su exportación a otros territorios (mercado internacional).
> Valorización material: No se pueden reutilizar directamente pero si luego de un proceso determinado,
de estos materiales reciclables se elaboran paños, borra o hilo nuevo, etc. En este último caso, el hilo
nuevo se obtiene del reciclaje de las fibras (algodón, lana y fibras sintéticas, etc.) y posteriormente se
transforma de nuevo en textil o en otros productos.
Recuperación de fibras textiles tiene amplias ventajas ambientales, ya que además de evitar su vertido,
permite ahorrar los recursos necesarios para la fabricación de este este tipo de materiales; para fabricar
un solo kilogramo de algodón, por ejemplo, se necesitan 30.000 litros de agua, y por producir una
camiseta se utilizan 150 g de pesticidas. Además, reciclar de esta manera una tonelada de camisetas
evita la emisión de una tonelada de CO2 a la atmósfera.
La circularidad se ha convertido en la palabra de moda de la industria esperando proteger el medio
ambiente de la industria del vestido, sin embargo, muchas compañías solo realizan esfuerzos a corto
plazo en lo que respecta particularmente a la gestión de residuos. Según un reciente informe de
Greenpeace, el “sobreconsumo” de textiles es el principal problema de la industria. La solución,
según el informe, es que las empresas disminuyan el flujo de materiales y que implementen al mismo
tiempo soluciones de prevención de residuos a largo plazo para minimizar el desperdicio.
Concentrarse en todo el ciclo de vida de la ropa y los textiles, en lugar de abordar problemas
particulares, podría ser una mejor estrategia para la industria, según Greenpeace.
Según la página recicladores, “El Mapa de Recicladores” fue impulsado en el 2016 por Conexión
Reciclado, Articulo 41, la Federación de Cartoneros y Recicladores y Compromiso empresarial para el
Reciclaje (CEMPRE), con el apoyo de la Universidad Nacional de Quilmes, la Universidad Nacional de
Lanús y la Universidad Jauretche. Actualmente según esta pagina hay en la Argentina sólo 6
empresas dedicadas a reciclar tejidos, 4 ubicadas en Buenos Aires, una en Mendoza y otra en
Santa Fé.
Lo cual nos da a entender que es un iniciativa que tiene mucho camino por recorrer, y dentro de la
ciudad de Córdoba es una cuenta pendiente. Si bien muchas empresas locales buscan alternativas para
paliar esta situación como la donando retazos y buscando proveedores que certifiquen el correcto
tratamiento de estos residuos, etc. Estas acciones no alcanzan para dar respuesta a las toneladas
diarias de residuos textiles, que desde las mesas de corte de la industria se producen al mes.
Se efectuó una estimación del contenido de materiales potencialmente reciclables para la Ciudad de
Córdoba y se estima que el 28.9% constituye el material potencialmente reciclable, que representa
aproximadamente 30 Toneladas por día, de las cuales 9 toneladas corresponden a los plásticos, 5
toneladas de papel, 4 de Cartón y 4 toneladas de vidrio, 3 toneladas de textiles, 3 toneladas de otros
residuos incombustibles reciclables ( madera y envases de productos alimentarios) y 1 tonelada de
metales.
A diferencia de otros desechos industriales, imposibles de ser recuperados, los restos de telas
pueden tener diferentes destinos para su reutilización, como en la producción de cuerdas, hilos,
mantas, nuevos artículos de vestir, e incluso para otros sectores industriales.
El gran desafío está en gestionar este proceso, buscar nuevas formas de reutilización y en
capacitar a diversos agentes para que puedan llevarlo adelante.
Por ello nos propusimos esta iniciativa, que supone una acción de investigación para la gestión y el
reciclaje de residuos textiles y propone un trabajo de cooperación e intercambio para buscar métodos,
tecnologías y formas de trabajo que permitan el reaprovechamiento y reciclaje de los desechos
textiles.