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Galaviz H. Tesis Maestria

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UNIVERSIDAD DE SONORA

División de Ciencias Sociales


Posgrado Integral de Ciencias Sociales

“En primavera florecen los murales”. El arte activista en el movimiento


estudiantil de la Universidad de Sonora, 1991-1992.
Prácticas y Estrategias

TESIS
Que para obtener el grado de Maestra en
CIENCIAS SOCIALES

Presenta:
BEATRIZ GALAVIZ HERNÁNDEZ

Director de tesis:
Dr. Aarón Grageda Bustamante

Lectores
Dra. Manuela Guillén Lúgigo
Dr. Juan Manuel Romero Gil

Lector Externo
Dr. Joel Verdugo Córdoba
Lector Externo
Mtro. Tonatiuh Castro Silva

Hermosillo, Sonora, México. Agosto de 2016

1
ÍNDICE
Introducción 6
Notas a la definición de arte activista 16
Antecedentes al arte activista emergente 20
Activismo artístico en México 22
Arte y resistencia social. 25
CAPÍTULO I Posibilidades metodológicas de marcos de significación en la acción colectiva
para el arte activista en el movimiento estudiantil de la Universidad de Sonora, 1991-1992. 28
1.1.- Antecedentes de investigación para el estudio de la acción colectiva. 28
1.2- Teoría de marcos de acción colectiva. 30
1.3.- Marcos de significación; la interpretación del problema. Función de la metodología. 35
CAPÍTULO II El proceso de enmarcado de los actores colectivos. 39
2.1.-Políticas de educación superior en México 1991-1992. 39
2.2.-Movimiento Estudiantil de la Universidad de Sonora 1991-1992. El proceso de
enmarcado de los actores sociales. 44
2.3.- Movimientos estudiantiles en la Universidad de Sonora, fuego político. 46
2.4.- ¿Qué sucede aquí? Los acontecimientos en la Universidad de Sonora que el CEUS
interpretó como problema. 49
2.4.1.- Imposición y reticencia. 52
2.4.2.- La campaña de desprestigio de los medios impresos contra el movimiento estudiantil
60
CAPÍTULO III Arte activista en el movimiento estudiantil de la Universidad de Sonora, 1991-
1992. Prácticas y Estrategias 74
3.1.- Los aportes del concepto de arte activista de Lucy R. Lippard 74
3.2.- Arte activista y marcos de significación en la acción colectiva 77
3.3.- Arte activista en el movimiento estudiantil de la Universidad de Sonora, 1991-1992. 79
3.4.- Estrategias del arte activista y el proceso de enmarcado. Una mirada al proceso de
interacción de los actores colectivos. 84
3.5.- “En primavera florecen los murales”. Espacio, mensaje e identidad. 91
Conclusiones 107
Anexos 111
Fuentes 115
Bibliografía 115
Audiovisuales 120
Entrevistas 120

2
Agradecimientos

Mis agradecimientos van extendidos a hacia muchas personas que compartieron

conmigo parte de su tiempo y su trabajo. A los profesores en conjunto del posgrado que

siempre fueron apoyo para superar cualquier duda surgida. Profundamente agradezco el

apoyo de mi director, el Doctor Aarón Grageda, por brindar las herramientas necesarias para

la realización de la investigación, su disposición al diálogo para la construcción del proyecto

de Tesis, la paciencia dedicada a escuchar ideas; por compartir el conocimiento y las valiosas

correcciones. Así también, por los consejos; pero sobre todo, la libertad y respeto a mi tema:

el arte en movimientos sociales.

Dejo también, especialmente a la Dra. Manuela Guillén, por el apoyo y fe depositada

en un proyecto tan poético como racional. Por sus observaciones, que fueron consistentes

para mejorar el documento. Le agradezco por compartir su conocimiento y mostrarme que

siempre habrá universos metafóricos tangibles por examinar.

Al Doctor Juan Manuel Romero Gil, quien, a pesar del corto tiempo-espacio

compartido fue un excelente interlocutor, su nivel de discusión me dio luz para concluir con

el documento de Tesis. Gracias por su interés, su lectura y la motivación para continuar mi

labor de investigación.

Aprecio también el intercambio de ideas del Doctor Joel Verdugo Córdova; por crear

un espacio de sugerencias para construir nuevos análisis posibles. Gracias por la empatía y

apoyo por desenredar dudas de último momento; dudas que luego crecen para dar forma en

otros proyectos.

3
Merece también un reconocimiento a la Maestra Denisse Cejudo Ramos, el

acercamiento a los materiales bibliográficos, la disposición invaluable en las asesorías vía

electrónica y presenciales en la Ciudad de México. Y por supuesto, además de sus atenciones

en la estancia académica en el Instituto Mora.

No dejaré de mencionar el apoyo brindado por la Universidad de Sonora, para la

realización de estancia académica en el Instituto Mora. Así mismo, al asesor Doctor Martín

Paladino por compartir de su tiempo y conocimiento. Aprovecho también para agradecer las

atenciones brindadas en las bibliotecas de La Escuela Nacional de Antropología e Historia,

a La Universidad Autónoma de México y El Centro Nacional de las Artes.

También especialmente, al Doctor Gustavo León Duarte por el apoyo y motivación

constante para sobresalir en todos los aspectos. Quiero agradecer igualmente, al Doctor Jesús

Enriquez que acompaño casi hasta el final del proyecto. Sus propuestas siempre me abrieron

el camino para continuar con la investigación.

Como lector, al Maestro Tonatiuh Castro por el gran esfuerzo de separar el ojo

objetivo y la mirada como actor participante.

A los entrevistados que prestaron sus experiencias: a Leonel López, a Magda Rivera

Carrillo, a Ernesto Bolado y Juan de Dios Cáñez. Su aportación deja constancia en la

construcción de un documento académico.

Enormemente debo las gracias a Alma Nereyda, por el apoyo a las gestiones de

posgrado. A Rosalina del Archivo Histórico de la Universidad de Sonora y Eleazar

bibliotecario de la Biblioteca de Ciencias Sociales en la Universidad de Sonora.

4
Finalmente quiero expresar que esta Tesis está dedicada a mi familia entera, la que

tengo cerca: mis hijas Carmina y Adeline, fuente de mi inspiración diaria. A Carlos, por su

cariño y apoyo siempre; sobre todo en momentos de saturación. A mi familia extendida: mis

suegros Ana y Romualdo por mostrar su apoyo de muchas formas, tanto logísticas, materiales

y afectivas; también a mis cuñados: Ian, especialmente a Mariana y a Jonatan. A Tata y Nana

por recordarme del significado que este trabajo tiene para la familia y para mí.

A mi familia que se encuentra lejos, raíz de mi interés por el estudio de las Ciencias

Sociales. Infinitamente a Rosy mi madre, por enseñarme con amor, a nunca renunciar a mis

metas. A mis hermanos José, Rocío, Mariano y Claudia por el apoyo incalculable a todos mis

proyectos. A mis cuñados Chris y Will por sus lealtades y ejemplo de luchas sociales. Y a

todos mis sobrinos, por la motivación y apoyo incondicional para que este sueño académico

se materializara.

5
Introducción

Los tres capítulos que conforman la presente Tesis tienen como objetivo acercarnos

a un aspecto simbólico para interpretarlo en el marco de la acción colectiva, dentro del

movimiento estudiantil durante noviembre de 1991 y 1992 en la Universidad de Sonora. En

este aspecto simbólico, se reconoce a las manifestaciones artísticas que suscitaron nuestros

actores sociales en torno al conflicto que se vivía en el cambio estructural de la institución.

El ámbito simbólico nos permite describir un arte activista que fijamos como práctica y

estrategia de la acción colectiva.

De igual manera, nuestra investigación refiere conflictos específicos entre 1991-

1992, que constituyen un proceso de cambio en la estructura económica global, trascendiendo

la magnitud educativa a nivel superior en el plano nacional, concerniente en nuestro caso, a

Sonora. Nos interesa también, examinar los noticiarios impresos con carácter local, como

parte del factor de conflicto para el movimiento estudiantil.

Determinar de elementos significativos-simbólicos del movimiento estudiantil, nos

llevó a la exploración exhaustiva de los acervos en imagen audiovisual y los archivos

históricos de la Universidad. Sin embargo, la memoria oral, que rescatamos de las entrevistas

a sujetos participantes en el movimiento, concretó lo fundamental del análisis de los

mecanismos significativos. Es decir, que de las experiencias compartidas, se recogieron los

anhelos, los ideales y las metas en colectividad que se planteaban por lograr, internamente

en el movimiento estudiantil; y externamente a que el mundo posible fuera el que soñaban.

Esto muestra que el trabajo documental no era suficiente sin la reconstrucción de las

experiencias.

6
En ese sentido, hemos decidido nombrar la Tesis En primavera florecen los murales

dado que, como una metáfora, funcionó como estrategia de los actores participantes, (por un

lenguaje distinto; llamar la atención), para la acción del arte activista. Por otro lado, con el

título, hacemos referencia a la dimensión descriptiva de la investigación; así mismo, refiere

al trabajo de interpretación de los marcos de significación, sujeta a la acción colectiva.

El arte activista en el movimiento estudiantil de la Universidad de Sonora, es

vinculado a los procesos de cambio socio-económicos globales. En este sentido, presentamos

a la interpretación de lo simbólico del arte activista como una propuesta novedosa de

investigación, concerniente al estudio de los movimientos sociales.

Dado que los marcos de acción colectiva no son eventos aislados, sino una red de

situaciones, determinamos al problema de investigación conectado con otros problemas.

Como elemento central del problema de investigación tenemos a la confrontación del

movimiento estudiantil con la institución educativa que representa una estructura dominante

que contraviene al artículo tercero de la constitución mexicana1. Ahora bien, las propiedades

de este problema son: La afrenta contra la comunidad estudiantil; la reticencia establecida de

las instancias educativas y de gobierno, la imposición de una colegiatura obligatoria en una

Universidad pública; sumado a esto, una campaña de agravio hacia los estudiantes, conducida

por los medios informativos. De ello se desprende que, el objeto de estudio El arte activista

1
Artículo 3o. Toda persona tiene derecho a recibir educación. El Estado -Federación, Estados, Ciudad
de México y Municipios-, impartirá educación preescolar, primaria, secundaria y media superior. La educación
preescolar, primaria y secundaria conforman la educación básica; ésta y la media superior serán obligatorias.
La educación que imparta el Estado tenderá a desarrollar armónicamente, todas las facultades del ser humano
y fomentará en él, a la vez, el amor a la Patria, el respeto a los derechos humanos y la conciencia de la solidaridad
internacional, en la independencia y en la justicia. (Para la consulta del artículo completo se agrega a los
anexos).

7
en el movimiento estudiantil de la Universidad de Sonora, 1991-1992, es la partícula del

síntoma de un problema social.

La importancia de estudio del movimiento estudiantil de la Universidad de Sonora

1991-1992, tal y como se propone este diseño de la investigación de Tesis, es necesario para

desentrañar procesos colectivos, tanto internos como externos; significativos para el

movimiento estudiantil. Las interacciones sociales y los lazos de solidaridad que se crean en

la acción, develan conexiones con otros procesos sociales y culturales donde las afectaciones

de la globalización resaltan en grupos sociales, estudiantiles o vulnerables. Por consiguiente,

nuestro tema de estudio, determina condiciones para explicar otros conflictos sociales; y

expresa categorías de análisis para contrastar o sujetar a la observación de fases semejantes

con otros movimientos sociales.

Objeto de estudio

El arte activista en el movimiento estudiantil de la Universidad de Sonora, 1991-1992.

Objetivo General

Describir el marco de significación de arte activista capaz de contribuir con una

interpretación específica de la realidad social en la cual emergen, mediante la explicación de

prácticas y estrategias artísticas, surgidas desde la interacción de una identidad en resistencia.

Objetivos específicos

 Mostrar la práctica de arte activista al interior del movimiento estudiantil de

la Universidad de Sonora 1991-1992.

8
 Describir cómo actores sociales, en el proceso de interacción, crean estrategias

específicas en función de reforzar una identidad colectiva en resistencia.

 Describir el proceso de enmarcamiento de actores colectivos, como producen

significados mediante arte activista respecto al movimiento estudiantil de la

Universidad de Sonora 91-92.

Preguntas de investigación:

1.- ¿Qué elementos específicos comprende el repertorio de arte activista en el

movimiento estudiantil?

2.- ¿Cómo operan los actores su participación, con un repertorio artístico

específicamente activista, en el ánimo de reforzar su identidad en resistencia?

3.- ¿Cómo los actores colectivos legitiman el sentido de la acción con un repertorio

artístico?

Nuestro caso, el movimiento estudiantil se concibe entre diciembre 1991 y termina

en julio de 1992 cuando degrada su fuerza y la identidad colectiva se desvanece. La protesta

estudiantil se produce en el marco del desacuerdo de una buena parte del área académica

sobre la modificación de la ley orgánica de la Universidad de Sonora y aplicación de la nueva

ley 4 que, entre otras cosas, anulaba la participación de los estudiantes y académicos en la

toma de decisiones dentro de la Universidad e incluía la aplicación de cuotas estudiantiles2.

En este movimiento se señaló principalmente al entonces Rector de la Universidad Marco

2
Cortez Román , Nolvia, (1998) Del desierto al Zócalo… Crónica del movimiento estudiantil de la
Universidad de Sonora, 1991-1992, en “Memoria del XXII del Simposio de Historia y Antropología de
Sonora”, Hermosillo, Sonora, México

9
Antonio Valencia Arvizu, figura principal del grupo dominante de la institución, como agente

negociador con instancias de gobierno a nivel ejecutivo y legislativo estatal.

La universidad de Sonora se ubica en el centro de la ciudad de Hermosillo, Sonora.

Ocupando un espacio importante dentro del centro la ciudad y rodeada de las avenidas

principales. Frente a su entrada principal se encuentra la Plaza Emiliana de Zubeldía y un

edificio que alberga el Museo de Historia Regional, el Auditorio Emiliana de Zubeldía y la

biblioteca Ignacio Pesqueira, el Archivo histórico de la Universidad, entre otras oficinas.

Este edificio tiene un pórtico y escalinatas amplios que ha servido para diversos eventos.

Tanto la plaza como el edifico han sido espacios donde se generan manifestaciones civiles.

Hemos de dedicar una sección dedicado al diseño metodológico; luego a la definición

de los conceptos tales son Identidad en resistencia, nuevos movimientos sociales, arte

activista y lo subsecuente a estos. Del rigor naciente de los campos disciplinares quisiera que

naciera una lectura más clara; más no diluida. De manera que no esperaremos hasta el tercer

capítulo para la descripción de los actores principales del movimiento y sus opuestos,

dejaremos a continuación las primeras delimitaciones con la intención de introducir a la

lectura.

En primer lugar, abordaremos la selección de nuestros sujetos, que se dio a partir de

una exploración en cuanto al interés por participar en una entrevista donde ellos debían

exponer su experiencia significativa; a partir de ahí reunimos la información y el modo en

que se transforman en un colectivo. Se presentan como aporte, como parte del primer

capítulo, unas categorías analíticas, como instrumento de análisis, para observar la función

de arte activista y que componen el enmarcado que iremos encajando respecto a la manera

10
que lo hace la metodología de marcos; dando cuenta que cumplen tres funciones: señalan e

interpretan eventos o problemas de la realidad; forman la atribución de las causas de lucha y

proponen soluciones un problema, tal como propone Ron Eyerman (1998), en la aplicación

de marcos de significación en la Praxis Cultural.

En el segundo capítulo, donde se plantea la Teoría de Marcos de Significación para

la acción colectiva, donde se ofrece un esquema interpretativo a partir del entorno socio-

económico y cultural, hubiera resultado complicado mostrar que el arte emergido de un

movimiento estudiantil cumplía una función social de resonancia contemporánea.

En conjunto con las disciplinas y la funcionalidad del método, concertado con las

herramientas de las categorías de análisis de la entrevista semi-estructurada (Marradi,

Archenti, & Piovani, 2011); el marco teórico de la Sociología desde la perspectiva cultural y

como fondo, las herramientas de consulta y registro de los archivos reservados en los espacios

del Archivo Histórico de la Universidad de Sonora; no tendríamos la posibilidad de mostrar

un acontecimiento suscitado en el contexto social, político y cultural de nuestra problemática

actual en un entorno local.

El marco teórico pretende explicar en el siguiente apartado, antes mencionaré el

enlace entre Sociología e Historia fueron sujetándose a las Humanidades constantemente, de

manera que la dimensión cultural de nuestro proyecto de investigación abrió un camino

natural a la investigación cualitativa.

11
Para atender el concepto de identidad en resistencia de Manuel Castells (2011), que

por identidad se refiere a la fuente que dota de sentido y experiencia3. Castells denomina,

desde la sociedad red, tres formas de construcción de identidades: Identidad legitimadora,

identidad en resistencia e identidad proyecto. De la acepción de identidad en resistencia nos

es valioso atraer a la definición para explicar a un colectivo:

…generada por aquellos actores que se encuentran en posiciones/condiciones devaluadas o

estigmatizadas por la lógica de la dominación, por lo que construyen trincheras de resistencia y

supervivencia basándose en principios diferentes u opuestos a los que impregnan las instituciones de

la sociedad… (Castells, 1997, pág. 30)

Párrafos más adelante, nos orientaremos de la magnitud de cultura de Nestor García

Canclini para unir estos dos conceptos. De manera que, para ser precisa en la extensión

narrativa de tesis incluimos como complemento, la nominación sobre movimientos sociales

que el mismo Castells (1997) da sobre el tema, aunque daremos atención detallada de la

noción de movimientos sociales más adelante. Para él, las acciones colectivas deben un

impacto a los valores; sea el caso de victoria o derrota, en las instituciones recaen. Los

movimientos sociales, todos son síntomas de quienes somos y caminos de nuestra

transformación.

En correspondencia con el diseño metodológico de investigación, respaldamos de

secciones de entrevistas de los actores participantes, elegidos por su intervención

3
Para dar más forma a la definición, Castells cita a Calhoun: “No conocemos gente sin nombre, ni
lenguas o culturas en las que no se establezcan de alguna manera distinciones entre yo y el otro, nosotros y
ellos. […] El conocimiento de uno mismo –siempre una construcción pese a que se considere un
descubrimiento- nunca es completamente separable de las exigencias de ser conocido por los otros de modos
específicos. (Castells, La era de la información, Economía Sociedad y Cultura, El poder de la identidad., 1997,
pág. 28)

12
significativa como artistas y su contribución con elementos simbólicos. Como decíamos

arriba, destacamos también el diseño de entrevista dispuesta para el aporte significativo y la

codificación ordenada4, que contribuye para narrar y hacer constar en este documento la

manera en que los actores producen significados, en tanto que son portadores de experiencias

e ideas que son configuradas para la acción. Esto lo subrayamos en nuestro apartado “La

censura de los murales”, como parte final del tercer capítulo. Para comprobar lo puesto en la

teoría, se diseñó otro instrumento; la entrevista semi-estructurada. El levantamiento de su

información vuelve operante las distintas propiedades del análisis teórico, así crea las

condiciones determinadas la para la precisión de los resultados.

Las disciplinas que estuvieron intrínsecamente conectadas en el presente proyecto de

estudio se dividen en sub-campos como es el caso de la sociología que se desprenden los

movimientos sociales y de acción colectiva a identidades colectivas, tenemos así mismo las

ciencias de la comunicación hacia el campo del periodismo por el análisis de sus contenidos

correspondientes al periodo del movimiento (1991-1992). Al mismo tiempo, los recursos de

la construcción histórica por la consulta de documentos en el archivo histórico, resaltando lo

útil que fue la invitación a la narración oral de los informantes. De ahí que a partir de la

metodología y la teoría creamos este camino donde se conectan distintas disciplinas, sin

embargo, es difícil organizarlos en un nivel jerárquico, por el contrario, el presente

planteamiento sugiere que las disciplinas se integren.

En el siguiente diseño interdisciplinar, los campos de estudio se unen en un terreno

común que en nuestro caso es el arte activista. Siguiendo a Soztak (2007), teórico de los

4
Se agrega a la sección de anexos.

13
modelos interdisciplinares, para suscitar la verdadera noción de inter y transdisciplina, los

campos de conocimiento han de encontrarse en un terreno en común. Para nosotros, la

integración se presenta y enlaza con la sociología de los movimientos sociales, las ciencias

de la comunicación, la historia y por último el ámbito del arte y las humanidades.

Sociología de
los
movimientos
sociales

Ciencias de la Arte Arte y


Comunicación Humanidades
Activista

Historia

Ilustración 1.- (Galaviz Hernández, 2014)

Así mismo, mi aportación a este diseño transdisciplinar incluye la perspectiva

cultural. Derivado de las contribuciones de García Canclini al estudio de cultura, sujetamos

a esta no sólo para hablar de los eventos de intelectuales como lo relacionado a los libros, o

de bellas artes, tales como conciertos o exhibiciones en museos; sino del modo en que la

gente come y piensa, se viste e imagina, arregla su casa y hace política, habla y se calla; en

suma, lo que hace a un pueblo vivir de una forma que le da identidad y lo distingue (García

14
Canclini, 1983). Como muestra, este panorama de identidad en resistencia de Castells y

cultura en Canclini, encuentra el terreno común en la dimensión cultural5.

Este enfoque abraza a los conceptos de arte activista, (más detallado posteriormente)

y movimientos sociales, es decir que ninguno de los dos conceptos que se desprenden del

mundo del arte y la sociología de los movimientos sociales pertenecen totalmente a las

disciplinas de la sociología, ciencias de la comunicación y humanidades, por el contrario

persisten entre las tres sin abandonar una de la otra. La cultura, de acuerdo con Jasper (2010)

quien introduce esta perspectiva al estudio de los movimientos, también incluye la

comprensión de cómo es el mundo, los principios morales y las instituciones acerca de cómo

debería ser el mundo, y las emociones.

La sociología se considera el campo de estudio que más ha volteado a observar y

estudiar a los estudios de los movimientos sociales; sin embargo, los movimientos necesitan

de traspasar las fronteras disciplinarias para nuevos enfoques y aportaciones. Los

movimientos sociales son fenómenos que no se preocupan por los límites disciplinarios. El

estudio de los movimientos sociales es, por definición, interdisciplinario, ya que muchos

estudiosos de los movimientos sociales no se cansan de hacer valer. (Roggerband y

Klandermans, 2010). Es en esta dirección el abono de las disciplinas en nuestra tesis es por

principio interdisciplinar en cuanto a los conceptos, la metodología y el cruce de disciplinas.

En lo dicho, subrayamos lo que el maestro Alberto Melucci venía proponiendo ante

la nueva ola de investigaciones sobre movimientos sociales, “la posibilidad de determinar

5
Para dar mayor luz al respecto, García Canclini dice: Hablamos de cultura como el conjunto de
fenómenos que contribuyen, mediante la representación o reelaboración simbólica de las estructuras materiales,
a comprender, reproducir o transformar el sistema social. (García Canclini, 1983, pág. 19)

15
específicamente lo que es “nuevo” en los movimientos contemporáneos depende de la

capacidad del análisis para traspasar la globalidad del fenómeno observado” (Melucci, 1999).

Bajo esta tesitura, siembra lo que los nuevos movimientos sociales han venido a proponer a

la tarea empírica, como parte de ello son las dimensiones significativas, creación de modelos

culturales y retos simbólicos. Esto para explicar cómo se produce una realidad colectiva

mediante la integración de distintos elementos que la componen, destaca Melucci (1999).

Con el conjunto de conceptos anteriormente mencionados, promovemos la lectura crítica de

apertura a otros infinitos para, como dice Castells, observar la forma de nuestro mundo y

nuestras vidas.

Por otro lado, el arte activista aproximado a los términos en los que refiere Goffman

(1998) en la teoría de marcos, resaltan un trasfondo social dado en determinadas condiciones.

En nuestro caso estudiado: un movimiento estudiantil en 1991, que se suscita dentro un

contexto socio-económico y cultural con alto grado de complejidad. A continuación

ampliaremos el concepto de arte activista.

Notas a la definición de arte activista

Al ubicar arte activista en el campo de nuestro objeto de estudio sobre los

movimientos sociales, podemos incluir expresiones metafóricas en frases y consignas, casi

cualquier tipo de imagen, desde un logotipo hasta una fotografía. Así mismo, surgen en el

tiempo que dura el acto de resistencia, himnos o canciones que hablan e identifican a la causa.

A manera de empeño por precisar nuestra delimitación en el objeto de estudio, y

procurar que no se inclinara la balanza por definir expresiones artísticas sin el sustento de

conceptos, se tomó por caminos próximos a los temas en Ciencias Sociales. Hacemos alusión

16
a “expresiones artísticas” señalando que fue nuestro preludio para hablar de una

manifestación emergente en el repertorio de los movimientos sociales.

Fue así que se encontraron coincidencias similares con el análisis fotográfico, el

discurso metafórico, muralismo, arte y poder, entre otros de semejante importancia y

contenido. En nuestro caso particular de estudio, el punto de encuentro para la definición del

concepto, nos lo permitió la dimensión metodológica.

La noción de arte activista fue recuperada del artículo perteneciente al libro

Fotografía y activismo de José Luis Marzo (2006), intitulado: Caballos de Troya: arte

activista y poder de Lucy Lippard. Sin embargo, había que buscar encajar el concepto para

ser aplicado con las orientaciones plenas para utilizarlo y desplegarlo en nuestro objeto de

estudio: Expresiones artísticas en el movimiento estudiantil de la Universidad de Sonora 91-

92. Como fue requerido en un principio de manera exploratoria.

Queremos mencionar también, el rose con otras disciplinas que, sin su oportuna

exploración, no podríamos complementar la presente propuesta de tesis. Notoriamente

daremos mención a los aportes que el “arte”, en su más abierta consideración, nos fue

llevando a una definición. Por su particularidad, nuestro camino emprendió en las Ciencias

Sociales y culminó en las funciones del arte. Por último, anotamos a las Ciencias de la

Comunicación en la revisión del contenido de la prensa en el periodo comprendido de

nuestros eventos: 1991-1992 y la observación de imágenes plenas de mensajes; y

relacionados a eso, el sustento visual de los siguientes capítulos.

Para emprender la aproximación a la definición de arte activista, como acatamos,

debimos posicionarnos detrás de una lente interdisciplinar, durante la construcción del

concepto que a continuación expone la autora. Advertimos también, que éste enlaza

disciplinas, todas concernientes a las Ciencias Sociales: Ciencias Políticas, Sociología y el


17
mundo del arte. No es nuestra tarea colocar en qué campo del conocimiento aterriza el arte,

aunque siguiendo a Lucy Lippard (2006) nos arriesgamos a decir que el arte se encuentra

enlazado a los temas sociales.

Desde nuestro panorama, recurriremos casi permisivamente a señalar al arte que no

pertenece a los parámetros de las Bellas Artes, a ese perfeccionamiento de lo sublime. No

deseamos polemizar con ello, sólo aclarar que no procuramos un discurso negativo a nuestra

ligera explicación sobre las Bellas Artes, simplemente que no podemos limitar los géneros

de las Bellas Artes solo por el sentido de creación. Es decir, debiera ser exhaustivo el recurso

de la Estética para construir un concepto atraído desde ese campo. Lo que en tentativa

planteamos aquí, es observar el sentido emergente de lo social-cultural y desprendernos de

una tradición poco flexible para nuestro objeto de estudio.

En ese sentido nos reservamos la discusión, ya que nuestro estudio no encaja en las

máximas de la tradición de las Bellas Artes, nuestra dirección apunta al resultado de las

interacciones sociales dentro de un proceso social determinado. Nuestra partícula de

aportación que podamos atinar es, además de pararnos desde lo interdisciplinar, es analizar

bajo el lente de lo social, más que el resultado de la creación del individuo; sin embargo,

tengo la creciente convicción, a partir de la lectura de Sholette (2006) y Lippard (2006) que

el arte pueden incluir este género como una manifestación emergente como parte de las

vanguardias. Como mencionan dentro de sus artículos: “Dos críticas frecuentes al arte

activista es que “El arte no puede cambiar nada, de modo que si te preocupa la política debes

hacerte político en vez de artista”. (Que va acompañada de otra que afirma; “Esto no es arte,

es sociología”.) (Lippard Lucy R., 2006).

Podemos ver que no es sólo nuestra la preocupación por decidir si es arte o no

determinada práctica social, pero con ello damos pie a resolver trabajar desde lo social,
18
permitiéndonos entonces plegar la siguiente página y sostenernos en lo que la autora activista

nos dice; a saber, que los artistas por sí solos no pueden cambiar el mundo. Pero tampoco

puede hacerlo nadie más, sólo. Lo que sí podemos hacer es decidir formar parte del mundo

que está cambiando. (Lippard Lucy R., 2006). Con este argumento extendemos la manera en

que operamos nuestras disciplinas, articular con los conceptos de otros campos y plantearnos

que nuestra perspectiva puede crecer en complemento de nuevas propuestas de investigación,

o en su caso, ser rebatida.

Respecto a la descripción de nuestro grupo focal tenemos predominantemente a

jóvenes estudiantes que son comprendidos en el corte generacional de 1991 a 1992, teniendo

presente a los alumnos de bachillerato pero fundamentalmente a los estudiantes de la

Universidad de Sonora. Una vez más, por consecuencia de la progresión del movimiento, no

negaremos la participación de la sociedad civil; los padres de familia o cualquier miembro,

los ex alumnos, los estudiantes de otras universidades, contando con los estudiantes de las

unidades foráneas de la Universidad, sin embargo éstos orbitarán en la importancia que para

el estudio revista los puntos de vista del primer grupo.

También incluimos en este estudio, si bien en menor medida, a los artistas que se

identificaban con las causas del movimiento, interviniendo en la búsqueda de nuevos

lenguajes, nuevas figuras en contextos sociales que permiten plasmar un contenido de interés

sensible para todo el mundo. Nuestros parámetros descriptivos nos permiten ser incluyentes,

para acodar en el ejemplo citamos a la artista:

En cuanto al ingreso en el mismo circuito expositivo, cuanto más sofisticados se vuelven los
artistas activistas, mayor es su capacidad de hacer arte que funcione en distintos niveles. Pueden
realizar obras de arte específicas para audiencias y situaciones específicas, o pueden intentar cosas
distintas aun mismo tiempo, de modo que una obra afecte de una manera a los públicos de arte y de
otra manera distinta al público en general. (Lippard Lucy R., 2006)

19
Y luego, dejamos aquí la línea que nos abrió el camino de contacto entre el arte y lo

social, entre el mundo de vanguardia artística y nuevos actores emergentes y creativos con

tópicos sociales que pueden tener raíces marginales o insertados en las instituciones

educativas. Hablando sobre la inspiración artística se dice: Tratarán de hacerlo sin sacrificar

la complejidad y la integridad estética, y sin ser asimilados ni manipulados por la cultura

dominante. (Lippard Lucy R., 2006). Esta afirmación está dedicada a los artistas de cualquier

género, pero es pertinente a nuestros sujetos, pues su acción radica en elementos

reivindicativos.

Por otra parte, el concepto de cultura es a menudo un término al cual los discursos

oficiales acuden como un atajo para sintetizar de una vez por todas la suma de las expresiones

de arte. En la presente tesis, el tópico cultura (García, s.f.) es un enfoque que ha de funcionar

con estrategias de la metodología cualitativa y el cruce entre disciplinas, las cuales aportan

herramientas de investigación, conceptos y teorías para describir la función de las técnicas y

las prácticas artísticas de un suceso social determinado.

Aunque el estudio pueda ser amplio en el sentido de ser parcialmente un análisis de

contenido discursivo, de la imagen y/o las emociones, nos interesa reconocer esas

personificaciones que surgen a partir del intercambio social, la organización de los sujetos y

el sentido que dan al movimiento. A continuación se presenta, de modo abreviado, el espacio

y momento en que el arte activista emerge, por lo menos, en recintos occidentales.

Antecedentes al arte activista emergente

Como punto referencial, a partir de los años sesenta, en México como en otras

ciudades latinoamericanas, se lidiaban batallas en un entorno de protestas estudiantiles y

civiles contra el autoritarismo (protagonizadas particularmente por la juventud), suceso que

20
fue superlativo en ese momento. Indicando a los Estados Unidos, en la década de los ochenta,

Nueva York fue cede de un movimiento fuerte de prácticas artísticas, el movimiento cultural

apuntaba hacia un arte de contenido político fuera del museo. Para entonces en Nueva York

los sujetos que participaban en rompimientos políticos y culturales, contaban con experiencia

en organizaciones civiles a partir de las movilizaciones de los años sesenta y setenta; para

ellos las preocupaciones se ramificaron hacia una participación democrática de la cultura.

Por ejemplo, refiriéndonos en todo momento a la publicación de Lippard (Caballos de Troya:

arte activista y poder., 2006), se suma a la protesta la demanda de espacios para el arte en

contraposición con el mundo de las enormes galerías y museos de arte al cual señalaban de

elitistas.

Aquí, los grupos de descontento eran organizaciones artísticas casi todas con

experiencia que se unieron y reivindicaron luchas con rutinas que no tenían que ver con el

proceso creativo; sino con problemas sociales como el aborto, abusos en impuestos para la

guerra, la lucha sindical, entre otros. En un momento coyuntural, donde lo comercial imperó

en los aparadores de arte, la tecnología; y la política se aliaban en monopolios, se fundaron

colectivos como Political Art Documentation and Distribution (PAD / D), Group material, el

Colectivo Artístico Feminista Heresies, Artists for Nuclear Disarmament (AND), Art

Workers Coalition, etc. Esos contenidos se materializaron en medios impresos especializados

y foros de análisis a partir del contraste entre lo que ellos nombran “arte oficial” y “arte

colectivo”, o también “arte culto” y “popular”. Estos grupos, entre una gama muy variada de

participación; dejaron como resultado una vanguardia artística de contenido social que

actualmente es reconocida en Nueva York. Fue justo el contexto de cambio económico y

social en el cual se puso atención, y gracias a esto, surgieron conceptos que el arte no había

reconocido con meras intenciones sociales.


21
De esta reflexión temática emerge el concepto de arte activista, que es específico

principalmente de los noventa, pero que atiende a los antecedentes de las décadas anteriores.

Las características del cambio en el contexto económico y social, conjugado con las políticas

conservadoras hicieron emerger movilizaciones de protesta en todo el mundo.

Principalmente en París, aunque también en Nueva York, que fue el lugar y momento para

que la vanguardia artística cuestionara sus espacios (Sholette, Gregory;, 2006).

Activismo artístico en México

En la Ciudad de México, el marco social y económico no era del todo distinto,

protestas ciudadanas, organizaciones sindicales y estudiantiles emergieron con fuerza y el

argumento dominante de los años 60 y 70 se extendía casi por toda la República Mexicana.

En estas movilizaciones una parte de la sociedad civil depositó sus causas en la creación

artística, se fundaron grupos de estudiantes, artistas e individuos que impartían talleres. La

contra cultura, fue una expresión que no estuvo alejado de ello.

Tenemos constancia sobre la actividad artística que tomó relevancia sobre todo en la

Universidad Nacional Autónoma de México. En la Facultad de Filosofía y Letras, se organizó

una exhibición titulada: “Arte, Luchas populares en México” en el marco del Congreso:

Luchas Populares en América Latina y México (UNAM, 1979). En las páginas del catálogo

hecho para ello, se ponen de muestra las ilustraciones que conformaron la exposición.

Citando el folleto: “La gráfica tenía un papel importante para la circulación de la propaganda;

la fotografía buscaba expresar los problemas sociales, además de proporcionar evidencia de

las luchas” (UNAM, 1979).

22
Ilustración 2. Fotografía, 1968, Héctor García, Grupo Mira. Esta imagen impresa en lateral de un camión
colectivo de la Ciudad de México.

Se muestra a su vez en el catálogo a organizaciones como Grupo Mira, El Colectivo,

Grupo Germinal, Taller de Arte e Ideología, Taller de Investigación Artística, Taller

Independiente de Comunicación y gráficos de periódicos hechos por obreros. Este

documento permite, para los interesados en el arte activista, ampliar el umbral tanto de los

movimientos estudiantiles y sindicales, replanteando el análisis social mediante expresiones

de arte.

Finalmente, el catálogo, diseñado a manera de revista, consta de una sinopsis de cada

agrupación. Menciona constantemente la exploración de nuevos lenguajes y un medio de

comunicación sobre la lucha social. También se remarca la importancia de la participación

en la creación gráfica con públicos sin experiencia como trabajadores o estudiantes.

23
Ilustración 3 Grupo Germinal, 1979, Ciudad de México.

Acerca de la producción gráfica y de las mantas el Grupo Germinal expresa:

La manta no cuelga, se despliega y se carga, sus posibilidades y desarrollo son los del devenir
histórico, el grupo sintetizó en ella una serie de inquietudes ideológicas y estéticas, y ve en la manta
una herramienta sencilla y eficaz por lo que no pretendemos formular a partir de este trabajo una nueva
corriente estética: “el mantismo”, que reduciría las posibilidades de comunicación y la creación
cultural popular al servicio de las luchas sociales, en el estrecho marco de las tendencias artísticas.
(UNAM, 1979, pág. 17)

Está organización de la sociedad civil cuyo resultado fue más lejos que la mera

producción artística, tenía no sólo una función, encontró en el arte un medio para educar;

dejar testimonio histórico, sensibilizar y hacer visible las agresiones6.

6
El catálogo se encuentra en la biblioteca del Centro Nacional de las Artes de la Ciudad de México,
no especifica el año, aun así su cédula de registro aparece el año 1979.

24
Ilustración 4El mundial de futbol 78, Ambiente presentado en el II festival de la revista Oposición.

Arte y resistencia social.

No es extraño que prácticas artísticas acompañen en diversas ocasiones a la protesta

para llamar la atención o dar, en más de un sentido, color y forma a movimientos

estudiantiles. Gracias a que el registro fotográfico lega en testimonio, se mantienen imágenes

de algunos de los movimientos que cobran notoriedad, en parte, por el impacto de la imagen.

En perspectiva, el análisis de la imagen fotográfica no corresponde concretamente a nuestro

25
método de estudio, sin embargo, se complementará al texto como una muestra del resultado

de nuestro trabajo.

A partir de la década de los noventa surgió un interés por estudios que hablan del arte

en movimientos sociales como estrategias que dan fuerza y visibilidad a la protesta, se haya

por ejemplo, en abordajes como apoyo a la resistencia en momentos de fractura. Beatriz

Moreno Rodríguez, en su investigación de tesis intitulada: “El canto nuevo como forma de

resistencia”7, (2008) hace una investigación cuyo objetivo es describir un acontecimiento que

subraya la producción musical como apoyo y solidaridad a los movimientos populares,

mediante la creación de un movimiento musical alternativo.

De nuevo, como en la participación gráfica de la exhibición anteriormente mostrada,

encontramos la participación de músicos, artistas e intelectuales, que fueron parte del sector

popular y correspondían a las urgencias sociales. Exploramos también al profesor

investigador Ron Eyerman (1998), quien en su contribución propone un análisis de la música

como ritual en el movimiento social, sumamos también al fotógrafo investigador Alberto del

Castillo Troncoso (2012) en Fotografía y la Construcción de un imaginario. De igual forma

contribuye creando un panorama cultural en lo regional, el ensayista Rubén Duarte (2003) y

el Dr. Joel Verdugo (2013), quien hace mención de las expresiones culturales como la música

rock, el performance y los suplementos periodísticos con producciones de poesía y gráficos.

A continuación pasaremos en resumen el orden de Tesis.

La presente contribución consta de tres capítulos organizados de manera que en el

primer capítulo se explique la teoría desdoblando de los conceptos referidos sobre Marcos de

Significación para la Acción Colectiva; algunos aspectos sobre el origen y su relevancia en

7
(Rodríguez, 2008)

26
la sociología de los movimientos sociales. En segundo lugar el capítulo dos expone el

contexto histórico, aquí ponemos en plano solo los eventos significativos que hemos

enmarcado a partir del resultado de registro en archivo histórico, bibliográfico; y lo señalado

en las entrevistas realizadas a los informantes, lo que representa fenómenos sociales que son

determinantes para el comportamiento colectivo y las decisiones al interior del movimiento

estudiantil. En la lista de enmarcado se mantiene la reforma en las políticas de la educación

superior, la reticencia de las autoridades del estado, entrando a la discusión tanto el

gobernador Manlio Fabio Beltrones y el rector Marco Antonio Valencia; por último, la

campaña negra de los periódicos locales.

En el tercer apartado se repasa la función del arte activista para luego, componer

resultado de la aplicación de nuestras categorías de análisis que se construyó a raíz de la

metodología descriptiva, el objetivo general y la pregunta de investigación. Concerniente a

esta investigación se siguió rigurosamente la metodología de marcos de significación, lo cual

se encuentra reflejado en los sujetos informantes que dieron el sentido y la identidad colectiva

con prácticas y estrategias en cuanto al arte en el movimiento estudiantil.

Finalmente, se abordará de manera reflexiva, la discusión de nuestros resultados de

investigación sobre arte y el contexto social-cultural en que emerge, añadiendo nuestra

metodología con las claves que se descubrieron que subrayan al antagonista y los actores

colectivos que dan significado e identidad a la movilización estudiantil.

27
CAPÍTULO I Posibilidades metodológicas de marcos de significación en la
acción colectiva para el arte activista en el movimiento estudiantil de la Universidad de
Sonora, 1991-1992.

1.1.- Antecedentes de investigación para el estudio de la acción colectiva.

A continuación se pretende dar un breve repaso a los antecedentes que dieron una

base al estudio de los movimientos sociales contemporáneos. Se mencionará aquí a Alberto

Melucci, tomando en cuenta las consideraciones que desarrolla en “Acción colectiva, vida

cotidiana y democracia” acerca del marxismo, para posteriormente, indicar como el concepto

sobre movimientos sociales fue acercándose a otros campos.

Observando el comportamiento colectivo a partir del marxismo, surgieron después

teorías definiendo una multitud ocasional, con propósitos de reforzar una revolución política;

ésta perspectiva se desarrolla con la idea de que la acción colectiva es producto de una

tensión, debido al mal funcionamiento de la integración social. No obstante, “en la escuela

estadunidense se prefiere conservar la idea de que los tumultos que se manifiestan son una

amenaza a la burguesía” (Melucci, 1999).

En la composición de las descripciones entre agitación, alboroto, protesta o

multitudes ligadas al orden social, Alberto Melucci hace mención sobre la carencia de una

integración de teorías de la acción colectiva. El problema fundamental de una sociología de

la acción colectiva es el de ligar las conductas conflictivas a la estructura de la sociedad, el

estudio empírico no debe renunciar a explicar cómo se forman y cómo se manifiestan en

concreto nuevas creencias y nuevas identidades colectivas.

Ampliando su lectura, se ha visto cómo Melucci (1999) retoma a Robert E. Park,

quien propuso que el comportamiento colectivo no es una realidad patológica sino un

28
componente fundamental del normal funcionamiento de la sociedad, además de un factor

decisivo para el cambio.

Por otro lado, en la teoría de la acción racional; enfoque funcional y político, se

explican las reacciones a partir de un valor razonado, advirtiendo los beneficios de ganar o

perder elementos clave de las peticiones en un movimiento. Esto expresa que la decisión de

los líderes se basa en un escenario en el cual sujetos opositores tienen entero conocimiento

de sus costos y ganancias, esto se establece dentro de las negociaciones meditadas en la teoría

de juegos. Sin embargo, se ha complementado esta teoría con análisis sobre las decisiones

que son tomadas a partir de los intereses materiales. Melucci, como otros teóricos de los

nuevos movimientos sociales, toman en cuenta el sentimiento de injusticia y el grado de

identificación con las exigencias del movimiento para tomar decisiones colectivas.

En cuanto a la estructura de las oportunidades políticas, dicha teoría debe su estudio

a coyunturas entre la definición de sus actores organizados como individuos y/o como actores

colectivos; o mejor dicho, puede ser abordada como una línea de investigación que pueda ser

complementada por la acción colectiva, dado que esencialmente está basada en la lucha por

el poder.

Para determinados movimientos sociales no conseguiríamos generalizar a la

colectividad caracterizada en establecer lazos políticos o visibilidad como tal, y estar

inmersos en jerarquías organizativas; sino necesariamente, sólo a ciertos movimientos en los

que su repertorio es parte de una estrategia de confrontación, distinto a movimientos que son

parte de una organización donde ganen sobre todo identidad colectiva o resistencia, más

cercano a ser parte de una sociedad civil en cambio.

En la tarea de la teoría de las motivaciones se muestra cómo las negociaciones de los

antagonistas se ponen en un enfoque conductista donde los actores son estudiados a partir de
29
los estímulos (recompensas), que el líder del movimiento está sujeto a gestionar con el

antagonista, o incluso al interior del movimiento, en esto toma partido el nivel de tensión y

la incertidumbre en la protesta.

Lo que podemos reconocer de esta última teoría, es que toma en cuenta otros actores,

incluso se voltean a ver a sujetos que simpatizan con un movimiento pero no participan dentro

del grupo; porqué algunos actores se retiran y otros toman fuerza. Al mismo tiempo de las

recompensas, también son observables los valores que toman en cuenta los sujetos para

actuar, principios como la familia, temor a perder el trabajo, o la motivación del

reconocimiento colectivo.

1.2- Teoría de marcos de acción colectiva.

En el desarrollo de este breve apartado describiremos cómo fue evolucionando la

noción de la teoría de marcos, narrando los antecedentes de investigación, vamos

distinguiendo notoriamente, el cambio de dirección en cuanto al objeto de estudio en el

desarrollo de las teorías sobre movimientos sociales.

Es claro para nuestra consulta, que el protagonismo que se concentraba más en el

individuo y sus intereses dio un giro para comprender la proporción de un comportamiento

colectivo, las preguntas de investigación fueron cambiando junto con la intervención de

disciplinas científicas, esto sugiere replantear continuamente la pregunta: ¿qué se quiere

indagar sobre un movimiento social?, de tal manera que los conceptos y las disciplinas

continuamente aportan a la delimitación de objetos de estudio en combinación con estrategias

metodológicas.

En éste sentido, la teoría de marcos fue sobresaliendo entre el enfoque materialista y

el racional, así mismo, actualmente la noción de marcos ha sido complementada con los

30
esquemas de oportunidades políticas y movilización de los recursos, pero no nos detendremos

a enunciar estas definiciones, por el contrario, nuestro propósito es apuntar una definición en

cuanto a lo que sucede dentro o alrededor de la acción colectiva, al contrario de señalar a un

movimiento sólo por sus líderes o medir el grado de éxito y permanencia de una protesta.

Por marcos de acción colectiva entendemos el conjunto de creencias y significados

orientados a la acción que inspiran y legitiman las actividades y campañas de los mismos

movimientos sociales, dan sentido al mundo social de los participantes en ellos y les ayudan

a conformar sus propias identidades personales (Rivas, 1998).

Daniel Cefaï (2008), sociólogo de la escuela francesa, en su artículo, Los Marcos de

la Acción Colectiva. Definiciones y Problemas, acentúa de una manera clara mientras

desglosa minuciosamente los capítulos por los que ha pasado esta teoría desde su origen con

Bates y Goffman. Para la sociología de movimientos sociales, la función de enmarcamiento

fue constituida como un recurso para atraer a la cultura al horizonte de estudio.

Antes de la publicación de Cefaï se editaron dos libros en España, los cuales se

mencionan por la relevancia que dan al rumbo de análisis en la presente contribución. En este

aporte se plantean nuevas formas de investigación en las ciencias sociales: Los movimientos

sociales. Transformaciones políticas y cambio cultural, (1998) y Perspectivas comparadas

en Movimientos Sociales (1999). Ambas ediciones contienen capítulos dedicados al análisis

de marcos y es notorio que se repiten algunos de los profesores Zald, McAdam, Della Porta,

Klandermans, y otros como Tejerina, Ibarra, Rivas, que remiten sus perspectivas. Maestros

como Tilly, Diani, Tarrow, Gamson y McCarthy, aparecen sus teorías sobre conflicto

político, participación individual, Estado y oportunidades; así como ideología y estructuras

organizacionales, estas teorías que ya mencionamos como parte de los antecedentes, ahora

31
se complementan con las estrategias comunicativas, la arena pública, los espacios que ganan

visibilidad, el discurso, entre otros.

Dentro del libro se incluye un capítulo sobre la conceptualización de nuevos

movimientos sociales, el reconocido investigador Alberto Melluci (1999) hace una crítica

sobre la revaloración de la posición del individuo y su lugar ante el mundo global y abre la

ventana hacia otras teorías que en su cruce respondan preguntas desde otras disciplinas.

Justo en ese capítulo, Melluci (1999) contribuye a los enfoques culturales haciendo

mención de una identidad colectiva y el error de llamar a toda lucha movimiento social,

cuando por el contrario dice el autor, estamos en deuda cuando no existe una distinción entre

la confrontación con el opositor y la diversidad de identidades; y por tanto, generalizar las

movilizaciones.

Publica en este libro, Ron Eyerman, teórico de los movimientos sociales que forma

parte de un grupo de investigadores que colabora recíprocamente entre la escuela

norteamericana y holandesa, quienes promueven la intervención de diferentes disciplinas

para la explicación de procesos sociales tales como Klandermans, Snow, Benford, Zald,

Roggeband entre otros.

Este equipo de Eyerman (1998) incluye en sus disciplinas la perspectiva cultural,

(antes no contemplada), como línea de investigación; así es claro que desde las ciencias

políticas a la sociología y antropología, se ha argumentado la importancia de adicionar la

particularidad de las alianzas internas y los actores sociales, tanto como la identidad, las

emociones, las motivaciones y el sentido de la acción de los actores sociales.

En el estudio “La praxis cultural de los movimientos sociales” se retoma la

importancia de un marco de referencia cultural para hablar sobre los recursos de lucha y las

emociones que refuerzan la unidad que acompañan a la resistencia del grupo. Este trabajo
32
empírico es tomado en cuenta como el punto más cercano hacia el trayecto de nuestro objeto

de estudio, no solo porque emergen categorías de análisis para la práctica del arte de sujetos

participantes, sino porque sienta las bases científicas para el abordaje desde el enfoque

cultural en movimientos sociales como campo de investigación de las ciencias sociales.

Eyerman (1998) alude a la relevancia del interaccionismo simbólico de Blumer en el

estudio de los movimientos sociales. Para Blumer el interaccionismo simbólico descansa

sobre tres premisas: 1) Que los seres humanos actúan sobre las cosas en función del

significado que esas cosas tienen para ellos. 2) Que el significado de esas cosas deriva de, o

nace en, la interacción social que uno tiene con sus iguales. 3) Que la persona se apropia de

esos significados y los modifica en el curso del proceso interpretativo que desarrolla para

poder entender las cosas con las que se encuentra.

En esa dirección, Eyerman agrega el enfoque cultural para dar sentido a la experiencia

de los actores sociales. Esto entonces nos permite acercarnos al concepto de arte activista, en

tanto que funciona como enmarcador de significado de actores colectivos para interpretar y

re-definir problemas sociales.

En el desarrollo de nuestras categorías, el arte activista será por lo tanto analizado

como parte del repertorio de estrategias del cual se valen los movimientos sociales para

enmarcar la realidad. Como mensajeros o como vehículos de tradición, la música y el arte

transmiten imágenes y símbolos que provocan emoción, alientan la interpretación y pueden

convertirse en el soporte que hagan posible la acción (Eyerman, 1998, pág. 143).

Para determinar la teoría de marcos de significación como parte del primer capítulo

de nuestra tarea metodológica, comenzaremos por referirnos a Erving Goffman, sugerido por

Cefaï (Los Marcos de la Acción Colectiva. Definiciones y Problemas., 2008). Goffman fue

un sociólogo, quien trabajó de cerca con los procesos de interacción en grupos pequeños y
33
desarrolló el concepto de Frame analysis (1974). Por otro lado, el antropólogo Gregory

Bateson (1972); quien se enfocó en el elemento comunicativo y dio cuenta de que para

analizarlo a profundidad debe integrarse el nivel de referencia a partir de la situación, es

decir; depende de un marco de significación del acto comunicativo. Fue así que, el acto

comunicativo de Bateson, en conjunto con el nivel interpretativo de Goffman, fue aplicado

posteriormente por el sociólogo David Snow, actual investigador de los procesos colectivos

y movilización.

Para el creador de los marcos, Irving Goffman, la pregunta que en su opinión las

personas se plantean siempre al hacer frente a una situación es la siguiente: “¿Qué sucede

aquí?”. A lo largo de su investigación, trata de esbozar los “marcos” que se pueden considerar

como respuesta (Rivas, 1998). Así mismo, Goffman, apoyado en las teorías de Schutz,

desarrolló la idea para estudiar la construcción social de la realidad y le dio la premisa al

sentido de la experiencia del individuo. A partir de la complementación del concepto de

marcos junto al acto comunicativo, y la complejidad de la construcción social de la realidad,

los profesores que se enfocan al estudio de la acción colectiva reconocen una metodología

que aporta elementos para un análisis que puede abrir ideas a nuevas preguntas y poner en el

horizonte otras estrategias para comprender los movimientos sociales.

A lo largo de nuestras lecturas, encontramos que el concepto de marcos de

significación para la acción colectiva alude a un esquema interpretativo que simplifica y

condensa la realidad a través de la selección, el señalamiento y la codificación de situaciones,

eventos, experiencias y secuencias de acciones relacionadas con el presente o el pasado del

movimiento social (Snow y Benford, citado en Chihu Amparán, Aquiles., 2002, pág. 370)

Tomando en cuenta que enmarcar (framing), significa poner rasgos dentro de un

marco, esta teoría trata sobre el hecho de seleccionar esas manifestaciones o fenómenos como
34
dispositivos de la realidad para una interpretación, señalar y resaltar una injusticia social en

un tiempo y un espacio determinado: “Los actores deben plantear descripciones e

interpretaciones de la situación, formular causas y principios, señalar víctimas y culpables,

proponer soluciones realizables, imaginar escenarios de intervención, evaluar recursos,

encontrar aliados y proyectar objetivos”. (Cefaï Daniel, 2008, pág. 11).

En este sentido, los individuos interactuando en un acto colectivo tal como en un

movimiento social, son agentes capaces de interpretar una situación específica; a la vez que

son productores de significado en tanto que son portadores de experiencias e ideas que son

configuradas para dar sentido a la acción.

1.3.- Marcos de significación; la interpretación del problema. Función de la

metodología.

Para hacer apropiada la metodología respecto a nuestro planteamiento teórico, se

observa primeramente el diseño a partir de la pertinencia de distintas disciplinas de las

Ciencias Sociales, seguida de las estrategias de revisión y recogida de información para la

construcción del marco histórico, la selección de los informantes y las categorías de análisis,

basado todo ello en esquemas de interpretación y encuadre en relación con los objetivos y

preguntas de investigación.

La metodología cualitativa, que muestra resultados en una dimensión descriptiva e

intersubjetiva, enlaza horizontalmente las disciplinas que intervienen en el proyecto de

investigación; la pertinencia interdisciplinaria tiene un objeto en común y es conformado por

herramientas y conceptos de la sociología, historia y humanidades, las cuales interactúan

recíprocamente para conformar los conceptos.

35
Otro de los pilares metodológicos de nuestra ruta de investigación, es el

interaccionismo simbólico, desde el cual se observa el sentido que los actores van

conformando en una situación social. Esto se rescata mediante la entrevista aplicada a sujetos

significativos que siendo protagonistas o no, participan con arte activista dentro del

movimiento. (Marradi, Archenti, & Piovani, 2011)

Un pilar más de nuestra investigación es la herramienta histórica, a la que se recurre

justamente para construir y narrar esa situación social de la que habla Blumer, que en nuestro

caso es delimitado en tiempo y espacio por el movimiento estudiantil. Con ello en mente se

intervino en la consulta de archivos, la investigación hemerográfica y la tradición oral, lo

cual refiere a condiciones socioculturales y económicas en las que se suscitó el

acontecimiento estudiado.

En la construcción de categorías analíticas para describir el proceso de interacción y

las interpretaciones de los sujetos dentro del movimiento, tomamos en cuenta

simultáneamente la teoría del enmarcamiento y los aportes de Blumer, siguiendo la línea de

pensamiento de Mead, el cual se orienta a comprender toda situación social desde la visión e

interpretación del propio actor en interacción (Marradi, Archenti, & Piovani, 2011). En la

tradición interpretativa, Marradi (2011) sugiere que la construcción de sentido no se

conforma con un paradigma metodológico único, sino la intervención de distintas disciplinas;

en nuestro caso, que se enlaza con otras Ciencias Sociales, la metodología resultante no se

conforma en consecuencia con un compartimiento disciplinario único y monolítico.

A continuación se expone el siguiente esquema que permitió llevar a cabo las

estrategias para la construcción del método investigativo.

Tabla 1Galaviz Hernández, Beatriz; 2016

36
1.- Objetivo específico: Categoría analítica: Pregunta de investigación:

Documentar la práctica de arte Exhibir la presencia manifiesta ¿Qué elementos específicos


activista al interior del de arte activista. comprende el repertorio de arte
movimiento estudiantil de la activista en el movimiento
Universidad de Sonora 91-92. estudiantil?

2.- Objetivo específico: Categoría analítica: Pregunta de investigación:

Describir cómo actores Descripción de cómo funciona ¿Cómo operan los actores su
sociales, en el proceso de el arte activista, su estrategia y participación, con un repertorio
interacción, crean estrategias proceso de interacción. artístico específicamente
específicas con el objeto de activista, en el ánimo de
reforzar una identidad colectiva reforzar su identidad en
en resistencia. resistencia?

3.- Objetivo específico: Categoría analítica: Pregunta de investigación:

Mostrar el proceso de Describir formas particulares en ¿Cómo los actores colectivos


enmarcamiento de actores que los actores producen legitiman el sentido de la acción
colectivos, mediante arte significados, en tanto son con un repertorio artístico?
activista respecto al portadores de experiencias e
movimiento estudiantil de la ideas configuradas para la
Universidad de Sonora 91-92. acción.

Para cerrar el presente capítulo teórico – metodológico podemos poner en el plano de

nuestro trabajo de investigación el modelo de investigación de los marcos de acción

colectiva, acotando a los marcos de significación que en su función: señalan, interpretan y

dan sentido a la acción, de igual forma que proponen formas para la solución de los

problemas. (Snow y Benford, citado en Chihu Amparán, Aquiles., 2002). En coordinación

paralela con la función del arte activista (Lippard Lucy R., 2006), quienes articulan la

dinámica organizativa que surge de la interacción colectiva de los actores. En nuestro sentido

37
descriptivo, se pretende mostrar el elenco de arte que participó en el movimiento, observando

así su interacción social para lograr que ellos mismos materialicen el sentido de su causa; es

decir, producir mensajes para comunicar lo que ellos interpretan un problema social y en la

dirección de la acción colectiva proponer soluciones al conflicto.

Existen opiniones expertas como las de Mario Velázquez (2012), que sugieren sobre

un movimiento social del pasado, la distancia en el tiempo es un aliado para observar

movimientos sociales. De aquí en adelante emprendemos el examen sociocultural a 25 años

del contexto en que emergió, espacio donde intervienen factores de cambio que son

impuestos y donde los sujetos sociales no se identifican predominantemente con lo que

propuso el gobierno como reforma educativa en el nivel superior.

38
CAPÍTULO II El proceso de enmarcado de los actores colectivos.

2.1.-Políticas de educación superior en México 1991-1992.

En este apartado mencionaremos brevemente, el paquete en materia de políticas de

educación superior introducidas al inicio de la década de los noventa, lo que con ello viene

a abrirse en el contexto de Sonora, así como algunas adversidades en su recibimiento y la

resultante movilización que suscitó. Desde la imagen general de las políticas públicas en

materia de educación superior a finales de los años ochenta, este puede considerarse un

momento de transición, donde en el punto de encuentro se unirían el Estado, las

Universidades y los nuevos sistemas de financiamiento.

Por supuesto, detrás de esta transición se encuentra el plato fuerte de otras

discusiones más en políticas públicas que iniciarían en el sexenio de Carlos Salinas de

Gortari; tal fue la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio (de América del Norte),

que vino a repercutir igualmente en el resto de las instituciones paraestatales y sobretodo en

el nuevo orden de ideas políticas en contacto con la sociedad civil en toda América Latina.

Para el caso de México, el TLC llegó envuelto en un celofán de oportunidades, progreso y

modernización.

Sin embargo, para que los cambios y la transición se configuraran en la educación

superior tuvieron que ajustarse varias aristas. La lógica de cambios en Sonora, que quizá

corone la creciente dinámica del neoinstitucionalismo a nivel nacional, tuvo que ver con la

particularidad regional; la coincidencia de intereses entre asociaciones comerciales-

ganaderas y perfiles político-partidistas en un tono de incertidumbre y tensiones en el

ambiente universitario a principios de los noventa.

39
En nuestro caso de estudio, ello dio lugar a una enmienda política que actuó de

manera peculiar, entre promesas de cambio, apareciendo lemas sobre el progreso que se veía

venir para la máxima casa de estudios: “Debemos rescatar la excelencia educativa”, ese fue

el lema en la campaña política de quien fungiera como candidato a gobernador por el Partido

Revolucionario Institucional, licenciado Manlio Fabio Beltrones Rivera, en 1991. Esto

generó incertidumbre respecto a la Universidad. De entrada, se presentía con su

pronunciamiento una nueva tensión en todos los medios de comunicación, sobre todo en

cuanto al desconcierto, una universidad con capital insuficiente y aparentemente mal

administrada; ello frente a la poca habilidad del rector en turno, matemático Marco Antonio

Valencia Arvizu, de conseguir la “armonía” interna; lo cual transparentaba constantemente

desacuerdos entre el Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Sonora,

Sindicato de Trabajadores y Empleados de la Universidad y el Estado.

En la marcha de la investigación para recabar información archivística y

hemerográfica requerida para construir el contexto, fue imperando en la doxa el término de

“ingobernabilidad” en referentes bibliográficos y periodísticos desde principios de 1991;

ésta se convertiría en la palabra conveniente para que el discurso funcionara caracterizando

la desorganización administrativa y académica al interior de la Universidad de Sonora y la

dilapidación de sus recursos económicos. Ello encajaba en el marco de las nuevas iniciativas

y mecanismos que justificaban implementar la supervisión gubernamental y la

transformación del modelo de la educación superior.

Sumado a lo anterior, el resultado de la crisis económica de la década de los ochenta,

en octubre de 1991, anunciaba la creación de un nuevo programa, que el entonces Secretario

de Educación Pública, licenciado Manuel Bartlett llamaría “un nuevo sistema de

40
universidades acorde a los tiempos”. Esto representa no sólo el cambio al cual se refería

Beltrones en su promesa de campaña respecto a la universidad, sino a la inminente reforma

que impondría desde una política vertical congruente con los intereses del mercado nacional

y las políticas internacionales dictadas por organismos financiadores del desarrollo.

Adrián Acosta Silva, profesor investigador de la Universidad de Guadalajara

describe en su ensayo intitulado: Cambios en la transición. Análisis de tres procesos de

reforma universitaria en México, los ajustes se planeaban para la educación superior. Ese

nuevo sistema acorde a los tiempos que se promocionaba planteaba:

Del paradigma desarrollista que caracterizó la acción estatal en el periodo 1950-1980, se


transitó a lo largo de la década de los ochentas y hasta la primera mitad de los noventa hacia un
esquema económicamente neoliberal y socialmente modernizador en campos de la educación superior
(Acosta Silva, 98).

Acosta Silva explica que en el terreno de la educación superior estaría incluido un

cambio que satisfacía los pactos globales y detalla el significado de las medidas tomadas en

materia política:

El concepto de cambio institucional es un término que se presta frecuentemente y fácilmente


a una multiplicidad de significados específicos. Utilizando indistintamente para referirse a acciones
particulares o a procesos generales, la palabra indica lo mismo una adaptación que un ajuste de rutinas
y comportamientos o en las reglas y estructuras, la reforma parcial o la transformación global de cierto
orden institucional, la ruptura de algún patrón de relaciones o su continuidad modificada (Acosta
Silva, 98).

Adaptando el ensayo de Acosta Silva a nuestro caso de estudio, esta política vino a

dar a Sonora como una máscara, en primer lugar porque disimulaba el interés del sector

político-empresarial, quienes por un lado, ya tenían su lista hecha de peticiones, con un

acuerdo para “recuperar a la Universidad de Sonora; por otro lado, ampliar el discurso del

41
Estado, referente a modernizar la institución pero sin dejar de tomar en cuenta la opinión y

las repercusiones de los estudiantes y académicos (según las intenciones del candidato del

Partido Revolucionario Institucional).

Finalmente, en el panorama mostrado a distancia, es claro visualizar que la opinión

de los estudiantes, al igual que de la sociedad civil no tuvo mayor influencia para una nueva

reforma a la ley orgánica de la universidad. El descontento ante la ausencia de una arena de

negociaciones entre la academia y Estado fue como una semilla para el disgusto generalizado

en la institución.

La manera que se realizó la consulta en la Cámara de Diputados, tendiente a

modernizar con una nueva ley orgánica la vida de la Universidad de Sonora, habiendo sido

hecha bajo una estrategia de simulación según la opinión de muchos, fue la primera acción

irregular encaminada a legitimar al nuevo gobernador, quien casi siempre tuvo en sus

declaraciones una indulgente manera de incluir al entorno universitario. El periódico El

Imparcial, el 7 de junio de 1991, cubre la nota completa en primera plana. En su toma de

protesta, Beltrones admitió “Expreso mi respeto a la autonomía universitaria. Me preocupa

en lo más hondo el presente y el futuro de la Universidad de Sonora. La vamos a apoyar,

porque estamos orgullosos de ella y porque tiene ante sí los mejores momentos de su historia

[…]”. Observamos una disposición precisa en su discurso:

Una fuerte corriente de opinión se inclina porque debe comenzarse por reformar la Ley
Orgánica de la Universidad de Sonora y, si es necesario crear una totalmente nueva, que elimine vacíos
legales y tome en cuenta el marco cambiante de nuestra realidad educativa y socioeconómica; la
ubicación de nuestra Entidad en el ámbito nacional, y la de México en sus relaciones internaciones.

42
En el comunicado expone respeto de la autonomía: “Si eso demandan los sonorenses,

exhorto al Honorable Congreso del Estado a que se revise la ley universitaria para, en su

caso, reformarla o substituirla […]” Luego, vuelve al discurso en tono formal e incluyente,

para señalar:

Convoco a quienes actualmente están integrados a la comunidad universitaria y a los que ya


egresaron pero siguen siendo universitarios a un acto de dignidad y valor; a que dejen por un lado sus
intereses exclusivamente personales y sindicales, para que prevalezcan el desarrollo académico y
científico, que son la verdadera esencia de la Universidad.

Propiamente, la participación de la comunidad universitaria no ocurriría, pero sí

desprende de aquí en adelante las acciones en materia de políticas públicas de educación

superior que dieron lugar a la injerencia del Gobernador-Congreso del Estado; pero también

las de sociedades de comercio, ganaderas y asociación de padres de familia, entre otros

grupos, como si fuesen un complejo escenario para contrarrestar la movilización sindical y

estudiantil que iniciaba su etapa más ardua entre 1989 y 1992.

Retomando la cuadrícula anterior, donde enmarcábamos lo que Acosta Silva expresa,

las políticas de las reformas educativas preparaban una creciente diferenciación institucional,

la incorporación de nuevas generaciones de académicos, el debilitamiento de los

movimientos estudiantiles y sindicales, junto a una nueva actitud estatal y nuevos

instrumentos de control, vigilancia o supervisión de los gobiernos de la región (Acosta Silva,

98). La oportunidad de anclar a la Universidad de Sonora a este nuevo paradigma significó

acuerdos trans-institucionales y sistémicos. Como analiza Acosta, confeccionar un escenario

donde los cambios parecen estar crecientemente vinculados con los “paquetes” de políticas

43
estatales creados durante este periodo de 1982 a 1994, ligado ello a la evaluación, al

financiamiento público y la confluencia de políticas sectoriales (Acosta Silva, 98).

Las soluciones vertidas con las propuestas sindicales y estudiantiles no alcanzarían a

detener esta política educativa; sin embargo, nuestra tesis consiste en observar las estrategias

de una identidad colectiva en resistencia, en el marco de la imposición del nuevo orden de

ideas durante el sexenio de Manlio Fabio Beltrones Rivera, haciendo especial énfasis en las

funciones, metas y alcances del arte activista que por entonces tuvo visibilidad en el

movimiento estudiantil.

2.2.-Movimiento Estudiantil de la Universidad de Sonora 1991-1992. El proceso

de enmarcado de los actores sociales.

Para el movimiento estudiantil de 1991, el sentimiento de incertidumbre venía como

augurio frente a las reformas manifestadas por las políticas en la educación superior del

presidente Carlos Salinas de Gortari. Y ello se manifestaría no ser un errado presentimiento,

ya que los desafíos que debía superar la universidad eran rebasados ante fallas estructurales

en la universidad por administraciones anteriores.

En el cuerpo de este apartado se mencionarán las discrepancias que enmarcaron a las

estrategias desarrolladas por el movimiento estudiantil, posteriormente acuerpado en el

Comité Estudiantil de la Universidad de Sonora (CEUS)8. Se describirá la composición de

los ajustes que suscitaron en la Universidad, en ellas se observará como la estrategia del

Estado, en su intención apresurada de coronar las políticas de educación, fueron cerrando

8
La marcha que marcaría el inicio de un movimiento estudiantil más consolidado saldría a protestar
a las calles a raíz del corte de electricidad el 4 de noviembre, más adelante, el CEUS tendría claro a sus líderes
y se llegaría al acuerdo de nombrarlo en la reunión posterior al conflicto de la entrada de los auditores.

44
espacios para la interlocución entre los jóvenes y la Rectoría, en su lugar confluyen los

conflictos al interior, sumándose a la confusión la sociedad civil. En el plano de lo que se

diseñaría como una nueva administración de universidad, se nublaría el paisaje en los

primeros pasos por modificar la estructura de la institución.

El color intenso de los problemas organizativos y financieros de la Universidad de

Sonora indican, en nuestra tesis, un tejido de interacción constante de las movilizaciones de

estudiantes como consecuencia de las decisiones tomadas a la sombra de un proceso de

cambio indefinido para la vida universitaria. Ante esto, como referente importante tenemos

el trabajo de tesis de Cuitlahuac Alfonso Galaviz (2014), quien remarca la “crisis” financiera

como uno de los puntos coadyuvantes para la fase más conflictiva de la historia de la Alma

Mater. A la luz de la teoría de marcos de significación, resaltaremos en este contexto, las

estrategias tomadas por los estudiantes para confrontar ese oscurantismo de las figuras

políticas.

La importancia de la acción colectiva que es unificada, la cual llamamos identidad en

resistencia (Castells, 2011), la observaremos a partir de las acciones y estrategias que

provocan que la comunidad se asome a lo que no sólo inquieta al interior del círculo juvenil,

ni a intereses particulares de un grupo pequeño, sino que destacamos el apoyo externo para

la resistencia del movimiento9. Es decir; la maximización de los intereses de los líderes que

pudieran diferir dentro del movimiento no serán aplicadas aquí, sino por el contrario, el

intercambio comunicativo que propicia la solidaridad y un sentido que cobra fuerza contra,

9
Al ciclo de protestas se fueron uniendo pequeños empresarios, familiares de los estudiantes y otras
organizaciones externas para la resistencia del movimiento, apoyando con despensas, agua, objetos para las
contingencias trastes, colchas, radio de baterías.

45
lo que para los actores puede ser interpretado como amenazas a sus circunstancias como

estudiantes. Por otro lado, también se mencionan las reacciones de los antagonistas,

identificados aquí como una estructura de poder compleja que no representa un solo

personaje10. Esta configuración general da su interpretación con el proceder de las tentativas

por acaparar la atención y la tambaleante disposición para la solución del conflicto.

2.3.- Movimientos estudiantiles en la Universidad de Sonora, fuego político.

Si el tejido de los movimientos estudiantiles de 1968 se entrelazaba en todo el mundo

como resultado de un control político que apuntaba directamente a las juventudes y en

específico a las universidades, el lienzo completo descubierto años después, mostró una

fuerza social generalizada que continuaría hacia la década de los setenta, ochenta, hasta los

noventa, como punto final de una degradación por las rebeldías del impulso estudiantil y la

caída del estado benefactor. En el actual apartado indicaremos las características particulares

que permearon el contexto de los movimientos estudiantiles que han surgido de la

Universidad de Sonora.

La descarga violenta en el procedimiento político y los grupos radicales son en grado

intenso la bola de fuego que se arroja durante los episodios de los movimientos estudiantiles

en la Universidad de Sonora, aunque con la participación de otros grupos de estudiantiles,

empleados y de maestros. Se puede observar que la batalla nodal en movimientos anteriores

al 91 es contra el poder del PRI (partido que continúa de sexenio a sexenio), contra el estado

10
Detrás de los conflictos de la Universidad de Sonora se encontraba el eje empresarial, el Estado
Federal - Estatal que fue fuertemente identificado con el Partido Revolucionario Institucional; se agregan a la
discusión sin tener mayor cabida en el conflicto una Sociedad de Padres de Familia, el Arzobispo Carlos
Quintero Arce y los medios de comunicación como plataforma parcial del Poder.

46
de inmovilidad en la Universidad, lo cual no excluye desde luego una conciencia, no

manifiesta del todo en los estudiantes, por enfrentar al agente dominante en turno.

Atendiendo a su relevancia, vemos coincidir en las obras revisadas para la

construcción de nuestro contexto, las contribuciones de Nolvia Cortéz, Joel Verdugo

Córdoba, Rubén Duarte y Armando Moreno Soto; quienes han dedicado parte de su interés

al estudio de los movimientos en la Universidad, en distintos momentos. En todos ellos, la

ciudad de Hermosillo ha sido un escenario de movimientos sociales, con un telón de fondo

violento donde, como en otros movimientos nacionales, se han cobrado vidas, desapariciones

y represiones con lujo de violencia.

En las páginas del libro Los Aguiluchos de Armando Moreno Soto se narran las

movilizaciones estudiantiles del 67, y subraya a éste como antecedente de la desafortunada

emboscada de octubre del 68. En este sentido, el movimiento de 1967 es importante, porque

se inscribe en una serie de movilizaciones de aquella época que culminarían un año después,

reprimiendo un movimiento que con mayor o menor grado de claridad buscaba democratizar

la vida política del país (Moreno, 1985).

Detrás de esta contingencia política que atravesó como noticia al país, el mundo

entero parecía encaminado a seguir ideas sociopolíticas semejantes. El periodista Rubén

Duarte relata el transcurrir entre las dos décadas. Por la característica encendida en revueltas

nombra a su libro Días de Fuego y expresa:

En Sonora, la radicalización juvenil de los años 60, se vivió intensamente en un contexto

nacional e internacional muy complejo, que se había combinado de muchas formas con los procesos

revolucionarios en ascenso después de la Segunda Guerra mundial: la revolución China, la guerra de

47
Corea, la liberación nacional de Argelia, el triunfo del Movimiento 26 de julio en Cuba […] Todos

esos procesos que ocurrían en el mundo y en el país, tenían un gran impacto sobre la conciencia de una

amplia capa de estudiantes universitarios que se identificaban con las causas más radicales, más

progresistas y antiimperialistas. (Duarte Rodríguez, 2003).

Como en otros movimientos, en este momento el ambiente musical acompañaba en

buena medida los imaginarios de la juventud, la explosión del rock tuvo un efecto

efervescente en el contexto internacional. Duarte comenta la música del grupo The Doors,

enmarcando los anhelos que movían a la masa de estudiantes:

No se sentían aislados, eran parte integrante de un fenómeno mundial protagonizado por los

jóvenes que hicieron suyo el lema de Jim Morrison (el líder, poeta y cantante de los Doors) en su

canción The end: “Queremos el mundo y lo queremos ahora”. Esa frase maximalista resumía el espíritu

de los sesenta, era un símbolo de identidad para miles de jóvenes que saltaban la barrera de cultural

del idioma. (Duarte Rodríguez, 2003)

En la siguiente década, el contexto sociopolítico no sería del todo distinto, el sentir

de las masas persistía en la desaprobación del stablishment. La acción política activista del

movimiento estudiantil en los setenta, por lo menos en Sonora, proponía la crítica hacia los

planes de estudio, considerados obsoletos y se manifestaban contra los malos maestros, al

rancio academicismo, pero también se oponían al gobierno y a sus instituciones; a las formas

tradicionales de concebir el mundo y la vida. (Verdugo Córdova, 2013) Es claro registrar que

en el transcurso del tiempo, este modelo de crítica al poder permea en las universidades hasta

llegados los noventa, cuando se sigue criticando, entre otras cosas, a la penetración

imperialista en la educación superior.

48
Para cerrar este breve apartado mencionaré que en la bibliografía consultada, para

conocer el contexto de los movimientos anteriores al del 91-92, se resalta el rol de los grupos

antagonistas y la crónica de confrontación, por tanto, la práctica enérgica gubernativa la

encontramos de manera esencial para conocer el porqué de los mecanismos ejercidos para

contener al movimiento del CEUS.

2.4.- ¿Qué sucede aquí? Los acontecimientos en la Universidad de Sonora que

el CEUS interpretó como problema.

Embonando nuestra teoría tenemos en el panorama de la vida universitaria a inicios

de los noventa, una serie de preocupaciones que en los estudiantes formaba un efecto de

constantes cuestionamientos. Problemas internos de gobernabilidad, imposición de

coordinadores, denuncias por faltas de transparencia, críticas al “asambleismo” universitario

y demás críticas venidas del exterior, fueron la tónica. Para llegar a conformarse el CEUS 11

se pasó por una serie de tribulaciones donde primeramente la imposición de la nueva ley

orgánica (número 4) y el papel del rector electo, Marco Antonio Valencia Arvizu, fueron

para los estudiantes el blanco de las quejas. Al arribar a la rectoría con un sufragio

participativo de la comunidad académica, pero en una elección comprometida entre grupos

de poder, Valencia Arvizu traía en su plan de trabajo reorganizar la crisis económica y de

estructura por la que pasaba la Universidad (Moncada, 2009).

Éste fue el punto de quiebre que iniciaría la tormenta en el ambiente estudiantil. Si la

Universidad de Sonora tenía un historial de inestabilidad en la percepción de los medios de

comunicación, marcada por disturbios y huelgas, de aquí en adelante, el rector aparecería

11
Para la revisión completa de la conformación del Comité Estudiantil Universitario consultar Tesis:
(Galaviz Miranda, 2014)

49
continuamente bajo cuestionamiento en el interior, vaticinando una nube gris que se

acumularía para decantarse; una serie de opiniones encontradas, pero coincidentes a través

de distintos órganos de gobierno e iniciativa privada, denunciaron el legado de agitaciones

que el FEUS (Federación de Estudiantes de la Universidad de Sonora) había heredado a la

institución y a sus estudiantes desde la década de los setentas.

En la ponencia Del desierto al Zócalo… Crónica del movimiento estudiantil de la

Universidad de Sonora 1991-1992, se expone el apremio en el cual el rector no tuvo

capacidad para resolver entre los grupos. Valencia prácticamente estaba solo al interior y lo

que le quedaba era un acercamiento con el exterior de la Universidad (Cortez Román, 1997),

(aludiendo a las asociaciones de comercio y los diferentes niveles de gobierno).

Como señala la lectura de Acosta Silva (1998), en la aplicación de las reformas en la

educación superior, ciertamente los ajustes en el nuevo modelo de Universidad, tendrían que

ser estribados por el Estado. De manera que el rector no actuaría solo, inmediatamente contó

con el apoyo exactamente como se manifestó en la campaña, del recién electo gobernador

Manlio Fabio Beltrones, lo mismo sucedió con la presión de la iniciativa privada y la banca

nacional.

En los documentos analizados para la construcción del contexto del movimiento

estudiantil del 91-92, se observó otro fenómeno que irrumpía en la vida de los estudiantes;

esto fue la consecuente toma de decisiones consideradas arbitrarias. En el escaso orden que

imperaba en la Universidad, se llegaban a acuerdos para elegir a las Coordinaciones

escolares, sin que la Ley 103 vigente aún a inicios el 91 limitara las negociaciones. Para

entonces el rector electo (en conjunto con la participación académica y de los estudiantes),

50
determinó hacer lectura y aplicar la ley, saltando los mecanismos de gobernabilidad que

pactaron entre universitarios elecciones democráticas. Sin embargo, en un largo estado de

tensión entre el Consejo Universitario y el rector Valencia Arvizu, se renovó la Coordinación

de la escuela de ingeniería el 3 de octubre, sin contar con la venia del rector, quien prefería

hacer uso de la Ley y no seguir los acuerdos pactados. Fue a partir de aquí que los estudiantes

de diferentes escuelas empezaron a reunirse para discutir lo que se conoció como la

imposición de coordinadores, algo que implementó el rector a todas las demás escuelas

(Cortez Román, 1997).

En el universo de incidentes que ocurrieron entre 1991 y 1992, enmarcamos las

discusiones que se suscitaron a partir del corte de energía, con una marcha que se desplazó

del campus hacia Palacio de Gobierno, dirigiéndose posteriormente a las instalaciones del

periódico El Imparcial; hasta el mes de junio, donde el movimiento degrada su fuerza con

acuerdos sostenidos en la Ciudad de México, protagonizados entre líderes estudiantiles y la

máxima representación del Gobierno del Estado.

El argumento aquí es enfatizar la preocupación de los actores frente el rol que los

medios de comunicación jugaron, la manipulación que permeaba a diario en los titulares; y

la imposibilidad de encontrar un espacio donde se instalara una mesa de discusión bilateral

para discutir soluciones a los problemas de la Universidad. Esta discordancia muestra el

sentido que enmarca el arte activista y que observamos como estrategia para llevar el mensaje

y los principios latentes del movimiento estudiantil al interior y exterior de los límites de la

Universidad de Sonora.

51
Ilustración 5. Primera Plana, noviembre 22 de 1991

2.4.1.- Imposición y reticencia.

En la bitácora de trabajo se agregó a la lista de etiquetas que enmarcaban la contienda

del movimiento estudiantil una serie de divergencias resultantes entre el rector, los sindicatos,

los representantes de la política estatal, ex maestros y alumnos, empresariado, entre otros.

Algunos representantes de grupos, tendían a pensar y expresar en torno a intereses más

conservadores u oficiales, intentaban construir una imagen sobre la prosperidad que

rescataría con una nueva ley orgánica a la Máxima Casa de Estudios del estado.

Si bien es interesante analizar las posiciones asumidas por cada perfil, preferimos en

nuestro estudio emplear un método que dé relevancia a lo que para los estudiantes significó

ir en contrapelo, cuestionando los ideales de un ambiente académico y posicionándose ante


52
un inminente riesgo de irrumpir con sus estudios de carrera por participar en el movimiento.

Es decir, como lo explica Manuel Castells (2011), la identidad en resistencia de actores

colectivos no siente afinidad con determinadas medidas impuestas, ni con la ejecución de la

fuerza. Tales aspectos y actitudes de quienes participaron en el movimiento se identifican

claramente en sus posiciones como informantes, de manera que no coinciden con la conducta

lógica de la representación de quien, en su caso, debía gestionar y ordenar los recursos de la

Universidad.

En la contribución y publicación antes mencionada (Cortez Román, 1997), se señala

una sucesión de eventos en la que transparenta la preocupación del alumnado, este

comentario puede ubicarse dentro del marco del sentimiento de urgencia que dio sentido a la

movilización (Rivas, 1998, pág. 73):

Los eventos que siguieron dieron lugar a otro fenómeno: que el movimiento estudiantil,
generado inicialmente por algunos alumnos preocupados ante la imposición de coordinadores de
carreras, se multiplicara; ante las irregularidades que se presentan en el Alma Mater, más estudiantes
inconformes se unieron al movimiento. (Cortez Román, 1997).

A continuación, colocaremos sobre el marco de significación los subsecuentes hechos

que Cortez Román enlista, considerando lo revisado en los documentos del fondo reservado

del Movimiento 91-92 y registro hemerográfico del archivo histórico de la Universidad de

Sonora.

Simultáneamente emplearemos la dimensión metodológica de marcos de

significación en la categoría de proceso de enmarcamiento de los actores colectivos, que

refiere al esquema interpretativo a través del señalamiento de situaciones o eventos del

presente o pasado del movimiento social. (Snow y Benford, citado en Chihu Amparán,

53
Aquiles., 2002) Con base a la consulta documental, desde principios del 91 ya se iba

perfilando la idea de un inminente cambio estructural en la Universidad. En la prensa se

planteaba sobre actualización de cuotas, la ausencia de maestros, crisis financiera y necesidad

de cambios de la ley orgánica.

Un reportaje de El Imparcial fue un importante precedente12. Éste es resultado de una

encuesta que arroja, según el Departamento de Investigación y Estadística del diario la

opinión de los estudiantes de diferentes carreras en torno a la actualización del pago de

colegiaturas. El artículo informaba que el 50% de los estudiantes, de 400 encuestas aplicadas,

estaban de acuerdo en pagar cuotas. El tono del encabezado y su contenido advierten sobre

el inminente aumento de cuotas que estaba por instrumentarse.

Por otro lado, para reforzar esta idea de que es necesario el financiamiento individual

por parte del alumno, para el 30 de octubre de 91, la Universidad da a conocer la existencia

de un adeudo por dos mil cuatrocientos millones de pesos a BANAMEX (en viejos pesos).

Para enfatizar la aquejada administración, en fechas previas a la toma de posesión del

candidato electo a la gubernatura, Manlio Fabio Beltrones, se evidenció en los medios sobre

el embargo a la Universidad por ese motivo. Este advenimiento afectaría directamente a los

dos sindicatos universitarios, la reacción sería inmediata13.

El primer día de noviembre, el rector denunció la situación desordenada del Comisión

de Asuntos Hacendarios y requirió auditoría para que fuera intervenida la institución por el

12
¿Cobrara cuotas la unison? El Imparcial. Aparece el día 20 de marzo de 91 en la página
principal.
13
Soluciona Gobierno el Embargo Contra la Unison. Olga González Herrera. 1ro de noviembre de
91. El Financiero.

54
Congreso del Estado. El movimiento de sindicatos se organizó, al percatarse de una intrusión

externa, maestros, alumnos y trabajadores impidieron que se realizara14.

Como medida de presión y exposición de la fractura financiera, el 4 de noviembre se

realizó un corte de electricidad en el campus universitario, área deportiva y departamento de

maestría, debido al adeudo vencido de 117 millones de pesos con la Comisión Federal de

Electricidad15.

Marco Antonio Valencia Arvizu insistió con la ejecución de la auditoría. Para

impedirlo, más de 400 personas formaron una valla. Esta sería la segunda vez que los

auditores intentaran ingresar a la institución y revisar los expedientes de la Comisión de

Asuntos Hacendarios.

La noticia sobre el cierre del comedor por problemas de pago a los proveedores y

empleados, tomó por sorpresa a los inscritos en el semestre, que sin razón clara, hacía a El

Imparcial declarar: “Suspenden comedor de la Unison” el 5 noviembre de 1991. Para

alumnos foráneos fue confuso e injusto pues no existían muchas alternativas para alimentarse

a bajo precio, al tiempo que se especula que el comedor universitario estaría accesible para

concesión.16

Se añaden además adeudos similares a 120 millones de pesos con agua potable y

teléfonos de México. Destapándose el agotamiento de recursos y la urgencia de la

implementación de cobros, lo cual se repite en los consiguientes conflictos, para entonces

14
Ordenan una auditoría en la Unison. Cornelio Montaño. 6 de noviembre de 91. El imparcial.
15
“Cortan” la energía a Unison. Luz Elena Flores y Cornelio Montaño. 5 de Noviembre de 91. El
Imparcial.
16
“Suspenden comedor de la Unison”, Luz Elena Flores. 5 de noviembre de 1991. El Imparcial.

55
periódicos como El Sonorense, Tribuna del Yaqui y Primera Plana eran hojas dispuestas al

apoyo de la reforma de la ley orgánica 103.

La amenaza al cambio de ley orgánica crecía, la reticencia del rector e injerencia del

gobernador propician otras marchas y manifestaciones de padres de familias intranquilos por

el cobro que implicaba. Por otro lado se reitera la necesidad que los diputados reformen la

ley 103 universitaria.

Ante la instauración de la nueva ley, los periódicos reforzaban la voz del Congreso,

las notas periodísticas se volvían más como amenazas que reportes. “Suspensión del subsidio

a la UdeS podrían pedir al Congreso” y bajo el encabezado el lema apunta, “Se hará si persiste

ante la negativa para la auditoría, cambios a la ley, ya se elaboran: VRA”. (Virgilio Ríos

Aguilera, representante de la legislatura), quien también declara que ya una comisión se

encuentra trabajando en la elaboración de la ley orgánica.

La inmediata modificación a ley con las cámaras de comercio convocadas, tomó por

sorpresa a la comunidad universitaria, sin la mínima consulta, a pesar de que el gobernador

presumía que la nueva ley contaba de la participación popular, de manera que las marchas y

protestas ya no se detuvieron. Lo que él llamaba participación se pasaba por encima del

Consejo Universitario. La nota informativa del Sonorense: “Estos cambios piden a la ley

103” del día 14 de noviembre, resume las peticiones de agrupaciones como CANACO y

COPARMEX; muestra propuestas de los grupos que estaban tomados en cuenta para la

construcción de la ley.

CANACO: Que el rector tenga voz y voto, cuotas a estudiantes y becas y estímulos para
buenos alumnos de escasos recursos. Claridad en el manejo financiero, definición de la autonomía
universitaria. COPARMEX: Definió el perfil que deben llenar las autoridades universitarias. Examen

56
de admisión para estudiantes y regular su asistencia a clases. Una buena selección del personal
académico. URGS: Un manejo jurídico que garantice la cátedra de calidad y la paz. ALDES:
Garantizar la vinculación de la UNISON con los sectores productivos y la sociedad sonorense en
general. SNTE: Debe elevarse la eficiencia terminal de los egresados de la universidad. Urge una
definición de las facultades y las competencias de los órganos de gobierno. PDM: disciplina y rigor en
la selección del personal académico, meter orden en el caos actual en la máxima libertad, en el máximo
orden. Cuotas de acuerdo a la capacidad económica del estudiante. SUTSPES: No a la restricción de
ingreso a la universidad, pero que se establezcan cuotas. MEDICOS: No al ingreso indiscriminado de
estudiantes. Exámenes de admisión17.

En nuestra perspectiva, la publicación de esta nota, en las peticiones de los

organismos, se acercan a la discriminación e intereses muy particulares de sectores que

notamos no tienen que ver con la educación, ni con una representación plural que cuente con

un criterio humano; por el contrario las peticiones son conservadoras, discriminadoras y

excluyentes.

En tanto que, las protestas de los estudiantes y sindicatos se mantenían en un plantón

permanente en las afueras del Congreso, incluyendo diversas quemas de siluetas que

representaban al rector, banderas y consignas. Mientras en los diarios denominaban a las

identidades en resistencia como: grillos, los rojos, los izquierdistas, fósiles y lacras,

agitadores profesionales, entre otros calificativos que se ponían de manifiesto, molestaban

al movimiento18.

Sin embargo, se aprueba la Ley 4 el 25 de noviembre de 1991, mientras los estudiantes

esperan fuera del recinto legislativo. Cito a Nolvia Cortéz, quien afirma que los

universitarios, por otro lado, defendían su derecho a una educación gratuita tal como lo

establece el Artículo Tercero Constitucional y el respeto a la autonomía universitaria, tal y

17
Estos Cambios piden a la ley. 14 de noviembre de 91. El Sonorense.
18
Proponen eliminar los fósiles estudiantiles. Alfredo Vejar. 2 de julio de 91. El Imparcial.

57
como lo expresaron en un desplegado los dos sindicatos universitarios. A continuación se da

sólo una muestra como inventario de los hechos relevantes para el ciclo de protestas

movimiento estudiantil.

 El 26 de noviembre, frente a la aprobación de la Ley 4, el movimiento del

CEUS toma de rectoría y cierra el acceso automovilístico.

 El 12 de diciembre inicia una huelga de hambre como recurso pues se iniciaba

el periodo vacacional. El movimiento tomó fuerza pues logró llamar la

atención de la sociedad en general. El 20 de diciembre se levantó, pues se

acordó un debate televisivo estatal.

 El debate se llevó a cabo por TELEMAX a partir del 12 de enero, como se

muestra en el presente documento, la prensa se endurecía en sus titulares para

que la réplica estudiantil no lograra sus objetivos sobre la opinión pública.

 Se giraron órdenes de suspensión a los líderes que tenían tomada la rectoría y

que habían participado en el debate, aunque intentaron defenderse bajo el

argumento de que se les había concedido garantía de audiencia.

 El 8 de abril, Valencia Arvizu intenta recuperar las instalaciones de rectoría

en medio de un tumulto, pero no logra regresar al recinto, asistentes que no

eran activistas, se sumaron a la confrontación para sacar al rector y policías

que lo acompañaban.

 Después del incidente se conformó una marcha de protesta hacia el Gobierno

del Estado, aunque por sorpresa hubo detención de alumnos. Ahora en las

negociaciones se condicionaba la entrega de rectoría por el regreso de los

universitarios aprendidos.

58
 Se giraron cuarenta órdenes de aprehensión contra jóvenes que ocupaban el

plantón en rectoría.

 A la luz del ejemplo de Salvador Nava en San Luis Potosí, se emprendió la

marcha del Desierto al Zócalo, como recurso radical para revertir la

imposición de la ley, la abolición del pago de cuotas y exigir la renuncia del

rector Valencia. Entre amenazas de que los alumnos serían dados de baja y la

posibilidad de que la policía judicial obligaría a los citados a presentarse, la

marcha continuó.

 Mientras tanto en Hermosillo se negaba el amparo contra la ley orgánica que

habían promovido 12 mil estudiantes.

 En lo sucesivo, la fuerza se fue dispersando entre marchistas y retaguardia. En

Nayarit hubo poca promoción y concurrencia, en Jalisco se dividieron y

cambiaron los intereses del FEU y CEUS.

La conclusión del texto completo subraya más de nuestra lista, sobre la travesía del

desierto al zócalo, que tuvo puntos de presión política en diversos estados de la república,

culminando con la reunión del Gobernador del Estado y Manuel Ávila Camacho, Jefe del

Distrito Federal. Una vez llegado a cinco acuerdos, que presuponían proceder a la derogación

de las cuotas, organizar un congreso universitario resolutivo, la salida de Valencia; además

de declarar no existir represalias, se levantó el plantón que se mantenía en el Zócalo. Sin

embargo, el movimiento perdió fuerza para hacer cumplir los puntos acordados con el

gobierno federal en la Ciudad de México.

El ambiente administrativo que imperaba en la Universidad de Sonora después del

regreso de la marcha, fue tenso y con una desolada claridad, pues aunque se tenían los

59
acuerdos, no existía tras el cansancio del activismo, fuerza para exigir que se llevaran a cabo.

La imposición de la ley se dio en un contexto en que se privilegiaron las urgencias de control

y mantenimiento de la autoridad, medidas que se venían dando de treinta años atrás, y aunque

parecieran anquilosadas, seguían en el mismo mecanismo para intervenir en la Universidad

de Sonora.

2.4.2.- La campaña de desprestigio de los medios impresos contra el

movimiento estudiantil

Como en muchos movimientos sociales, los medios de comunicación tienen un rol

importante. Consideramos por ello imprescindible hacer mención de los medios y emisores

del discurso en tanto que ellos fueron uno de los tres antagonistas dentro de lo que

enmarcamos como parte de las atribuciones que los activistas hacen y aluden como

promotores.

Antes de iniciar con la descripción del contenido, dedicaremos las siguientes líneas

para hacer mención sobre algunos puntos de interés acerca de los medios de comunicación.

Los medios masivos son la mayoría de los casos un recurso de acercamiento, en ocasiones

los medios de comunicación son determinantes para las resoluciones, la presión que sugieren

en el ambiente público es tal que han dado lugar para que las partes lleguen a acuerdos

(Gracia, 2010).

En el amplio panorama de los movimientos sociales, al antagonista se le representa

como quien funge poder dominante y casi siempre es el Estado o quien representa una

autoridad. Es necesario subrayar que en la exploración documental percibimos que los

medios no siempre están del lado de la parte oficial, es decir, no se acciona automáticamente

60
un espacio para la figura oficial; sin embargo en nuestro caso de estudio, vemos en la prensa

un aparato que se convierte en un elemento antagonista.

Al mismo tiempo, encontramos que los periódicos instrumentalizan determinados

grupos que llaman rojos o de izquierda, lo cual generaliza la identidad de la comunidad

universitaria. Es decir, en la bibliografía consultada estimamos que entre los meses de octubre

y noviembre de 1991, se comienzan a reunir ciertos estudiantes con inquietudes sobre lo que

sucede en la conducción de la Universidad y notamos también otro grupo de estudiantes que

demuestra desgaste por las huelgas y paros sindicales, que pertenecen a las escuelas de

ingeniería o contabilidad, como se lee en los periódicos. De manera que, en nuestra lectura,

el momento que se conforma el CEUS con la simpatía de algunos activistas anteriores, nace

paralelamente una imagen ya descalificada de la identidad colectiva de los estudiantes.

Podemos resaltar aquí, como el caso del movimiento del 68, los movimientos

sociales en ocasiones generan sus propios medios de comunicación, aunque no son masivos,

sino que resultan alternativos en términos creativos (Gracia, 2010). Por ejemplo, en

dimensiones analíticas cuantitativas o cualitativas en la protesta, son más efectivos para

llamar la atención e influir en la opinión pública, o hacer un llamado a la participación. Los

pasquines, periódicos, estaciones de radio comunitarias, entre otras redes comunicativas, son

herramientas importantes para la protesta. En nuestro caso, emergieron diversos espacios de

información, que aunque fueron efímeros, cumplieron los objetivos de la estrategia.

Tenemos la presencia de algunos medios impresos que surgieron para dar acontecer

la problemática nacional y universitaria. Sin embargo, no es extensiva esta lista y mucho

menos regular, algunos son externos a la Universidad. Aquí plasmamos las menciones de

61
algunos medios que Galaviz Miranda (2014, pág. 52), aborda desde otra tesis, el surgimiento

de materiales informativos. Por nombrar solo algunos se encuentran: Los Aguiluchos, El

Machete, Ceudónimo, LAP-SO, ConCiencia Cierta. En la Historia de la Universidad de

Sonora, se menciona a uno de los medios comunicativos quincenales que fue concluido en el

calor del movimiento, el periódico institucional: Unísono, que exponía, entre otros temas, las

preocupaciones nacientes de todas las voces, incluso las disidentes. Aunque fue un medio

oficial de la Universidad de Sonora, esta ejecución fue interpretada como parte de la

reprobación de las opiniones del ambiente estudiantil. (Moncada, 2009)

De esta manera, encontramos entre los noticieros impresos como antagonistas y los

estudiantes, continuas discusiones, ante ello, uno de los participantes por entonces, Tonatiuh

Castro Silva expresa:

El CEUS aparece, no de manera organizada; sino de forma espontánea en la explanada del

área departamental. Ahí una tarde de noviembre, ahí nos manifestamos, sin equipo de sonido, por

supuesto, porque fue espontáneo. Nos dirigimos al periódico El Imparcial, para protestar por la

cobertura que se estaba dando a esta problemática, que estaba muy sesgada a favor del Gobierno Estatal

y a favor del rector Valencia.19 (Castro Silva, 2016)

Al tratar de equilibrar el manejo de la información hacia el exterior, en los

documentos consultados destaca uno de los puntos propuestos del CEUS en las peticiones a

la administración de la Universidad, y esto era que se devolviera el programa de radio Rock

en las rocas a sus productores; programa que funcionaba como un espacio de debate y daba

voz a las preocupaciones de la fila académica y estudiantil.

19
Tonatiuh Castro Silva, estudiante de Sociología y activista en el Movimiento Estudiantil 91-92 de
la Universidad de Sonora.

62
Para recurrir a la función de la teoría en este capítulo, debemos recordar que los

movimientos sociales frecuentemente emplean ideas y símbolos que funcionan como marcos

de significación inspiradores y legitimadores de las actividades del movimiento. Éstos

evidencian la existencia de una injusticia o la omisión de una norma social y recriminan a los

presuntos responsables identificándolos como la oposición. (Snow y Benford, citado en

Chihu Amparán, Aquiles., 2002)

Magda Rivera (2002), activista del 91 escribe en un artículo del libro Las mujeres

protagonistas de la historia en Sonora. Menciona cómo la voz de los estudiantes resonaba

en las marchas, resaltando la censura a la que estaba sujeto el movimiento.

Varias marchas reivindicaban el movimiento estudiantil: como aquella donde el contingente

se detuvo frente a la XEDL para reclamarle, “voz en cuello”, al locutor Fausto Soto Silva la forma en

que tergiversaba la situación sobre la Universidad. En otra ocasión, un grupo de compañeros tuvo la

osadía de “pintar” con spray el edificio del periódico El Imparcial, por su cobertura “tendenciosa”

(Rivera Carrillo, Magda, 2002, pág. 298)

Conjuntamente, a partir de este argumento, es que se encuentra la justificación final

para que las estrategias de arte se propiciaran como complemento de las marchas, los

inmensos mensajes en las mantas y las asambleas de concientización por escuelas, entre otras,

como una estrategia de sensibilizar y llevar el mensaje de causa, en tanto que también

unificaban al movimiento estudiantil signos y significados mostrando sus ideales. Tal como

lo sustentan las categorías creadas para analizar los eventos estudiantiles en la teoría de

marcos de significación, se nos exige describir la interpretación del opositor y la función de

las estrategias del arte activista.

63
A continuación se describen y se exponen los testimonios hemerográficos recabados

en el Archivo Histórico de la Universidad de Sonora, que resaltan por el nivel de intensidad

de las declaraciones o encabezados, con varias formas y plumas que intentaban, según la

interpretación de los estudiantes, manipular la opinión pública, transfigurando la información

o reduciendo el número de personas que participaban en los contingentes, omitiendo eventos

que consideramos destacaron en la comunidad estudiantil.

Se conformará un breve repaso, que de manera particular esquematice el tono

utilizado en los encabezados de los principales periódicos, entre los cuales se incluyen El

Imparcial (de circulación en todo el estado de Sonora); El Sonorense, que en ese momento

era también una lectura diaria para la comunidad, Tribuna del Yaqui y Primera Plana, ambos

resaltan adjetivos convencionales respaldados con fuertes declaraciones contra los

estudiantes. Actualmente éstos ya no se editan o lo hacen de manera digital, con excepción

de El Imparcial.

También dentro de la campaña de desprestigio atendemos a los desplegados de las

distintas organizaciones que representan grupos de intereses, constituidas por las sociedades

de alta jerarquía financiera, presentes en el Estado de Sonora. Se cuentan entre ellas

ganaderos, comerciantes, asociación de padres o igualmente la sociedad de masones.

Publican también columnas de periodistas reconocidos en la comunidad, opinando con

adjetivos que aluden a la moral o la parcialidad de su contenido.

64
Ilustración 6. Fósiles y lacras hunden a la Unison, Fuente: El Sonorense, 12 de noviembre de 1991.

En esta nota periodística de El Sonorense fechada el 12 de noviembre de 1991, se

imprime la opinión de Andrés Espinoza Mendoza, quien se identifica como catedrático de la

Universidad de Sonora; culpa al ex rector Rivera Zamudio por la situación en la que está la

universidad, porque permitió el regreso de los “fósiles”, al referirse, de forma despectiva, al

grupo que se revela contra la Ley 4. Asegura Espinoza, que se debe derogar la ley 103 por

ser anacrónica. Por otra parte, menciona que si la universidad es subsidiada por la federación

esta tiene todo el derecho de hacerle una auditoria.

65
Ilustración 7.- A la opinión publica. Fuente: El Imparcial, 16 de noviembre de 1991.

En el periódico El Imparcial del 16 de noviembre de 1991, la Gran Logia Masónica

de Sonora se manifiesta a favor de la Ley Orgánica, argumentando que la universidad debe

ser coherente con su autonomía. Consideran cuatro puntos antes de manifestarse en los que

afirman que la misión de la universidad debe cumplirse para el desarrollo de la ciencia. El

mensaje se dirige a la opinión pública y a la comunidad universitaria.

66
Ilustración 8.-Intentan chantajear a la Unison. Fuente: El Sonorense, 18 de noviembre de 1991.

Nota de “El Sonorense” 18 de diciembre de 1991, en la que se imprime la opinión del

rector sobre la huelga de hambre de cinco estudiantes, califica este acto como un chantaje a

la universidad y a la sociedad sonorense; ademas menciona que uno de los huelguistas es

egresado. Se imprime que la huelga no tiene mucho sentido ya que se inició en periodo

vacional, además que se asevera que es un acto contra la naturaleza. En la misma nota se

señalan los nombramientos que ha hecho el rector en diferentes Departamentos y Divisiones

así como en la Vicerectoría.

67
Ilustración 9. Agitadores profesionales trastocan la Uni-Son; Moreno Soto es la prueba. Fuente: Primera Plana, 15 de
noviembre de 1991.

Nota del periódico “Primera Plana” 15 de noviembre de 1991, se refiere a Moreno Soto como

prueba de que en el movimiento estudiantil existen “agitadores profesionales”, afirman que

fue expulsado en 1973 por varias razones entre las cuales está el tráfico de drogas dentro de

la universidad, además de robar mobiliario y golpear alumnos, entre otros, también se

publican los nombres de otras personas acusadas de lo mismo. Tenemos en este recorte la

posibilidad de ver que el movimiento del CEUS aún no se consolidaba, de manera que fue

una constante en los medios mezclar el movimiento estudiantil con movimientos anteriores

o propiamente sindicales.

68
Ilustración 10 Pásele a lo barrido. Fuente: El Imparcial, 27 de noviembre de 1991.

Caricatura de El Imparcial, de el 27 de noviembre de 1991, en la que simbólicamente

sacan a las ratas de la Universidad. Esta caricatura es firmada por Miguel Angel quien fue un

colaborador que mantenía especialmente en sus dibujos el tema universitario, en recurrencia

mantiene en su discurso la figura del estudiante como un personaje improductivo.

Presentamos de esta imagen, el impacto que resalta a nuestra vista, la limpia y los ratones

muertos como un hecho necesario consumado.

69
Ilustración 11 El Sonorense. Fuente:El Sonorense, 20 de noviembre de 1991.

Foto de El Sonorense del 20 de noviembre de 1991, marchan los estudiantes hacia el

Congreso del Estado, en la nota al pie de la imagen se les acusa de insultar a los diputados y

a la prensa. Con la manta como recurso comunicativo, los estudiantes se manifestaron con

diferentes imágenes, en esta aparece el rostro ya popularizado entre ellos del Ché Guevara,

que representa uno de los pensadores de las políticas impuestas en América Latina, crítico

del estado capitalista. Brinda entonces, esta representación el contenido de la búsqueda de

justicia, aunque en esta ocasión el periosíta del El Imparcial mostró como un mecanismo

para elevar insultos hacia los diputados que se encontraban en el Congreso del Estado.

70
Ilustración 12.-Vándalos Pintarrajean Bardas y Paredes de la Universidad. Fuente: Diario del Yaqui, 11 de
diciembre de 1991.

Con frecuencia en la revisión hemerográfica se reconoce que de una manera u otra

los diarios competían por llamar la atención con sus encabezados, aunque en ocasiones, por

el carácter de desplegado de muchas notas, por ejemplo, en el caso de las cartas firmadas

donde las sociedades avalaban la modificación a la Ley 103, éstas aparecían en dos o tres

diarios simultáneamente. Cabe señalar también que frecuentan los estudios comunicativos o

productos de encuestas sobre percepción, que el periódico El Imparcial publica con gráficos

estadísticos para fortalecer en calidad de “consulta” sus posiciones confluyentes con las del

Gobierno del Estado de Sonora. En medio de todo esto, podemos decir que la intención del

discurso que se desplegó a la vista de los lectores fue el de formar una opinión negativa hacia

el estudiante de la Universidad de Sonora. Sólo aquí hemos visto calificativos que describen

personas que carecen de habilidades académicas, que se dedican a saquear o robar y que

debieran ser rechazados del merecimiento de ser parte de la vida universitaria.

71
Ilustración 13 Eliminar lacras de la Unison, demanda el arzobispo Quintero Arce. Fuente: El Sonorense, 22 de
noviembre de 1991.

Otra intervención que resalta a la vista, son las declaraciones del arzobispo Carlos

Quintero Arce, por los términos desdeñosos hacia el ambiente estudiantil y sus protagonistas.

Nota de El Sonorense, del 22 de noviembre de 1991, el arzobispo de Sonora hace

declaraciones sobre el conflicto universitario; afirma que se tiene que sacar de la Universidad

a las personas que obstaculizan el crecimiento de la misma, refiriéndose a ellos como

“lacras”. También menciona las bondades de cobrar cuotas para que se valore lo que se tiene.

72
A manera de conclusión de este apartado, mencionaremos el recurso de los

estudiantes por competir en el espacio, imponiendo su voz y sus ideas en la medida de lo

posible, correspondiendo ello a nuestro objeto de estudio. No pretendemos desconocer otros

medios por los cuales el movimiento alzó su voz, delimitaremos al arte que emergió con

determinadas características (activistas), definiéndolo como una herramienta para la acción

dentro de la metodología de enmarcado y que nuestros informantes señalan, expresando que

se manifestaron para competir por un lugar donde se diera el intercambio de ideas y se

materializara el sentido de sus causas. Dedicaremos un espacio específico dentro del capítulo

tres de esta contribución, a la campaña: “En Primavera Florecen los Murales”, como

resultado del convencimiento de: 1) la existencia de un cerco informativo estatal y 2) la

reticencia Rectoría y las autoridades de Gobierno, de buscar solución a través del diálogo.

Algo que prevaleció en la percepción de los estudiantes durante diciembre de 1991 y mayo

de 1992.

73
CAPÍTULO III Arte activista en el movimiento estudiantil de la Universidad

de Sonora, 1991-1992. Prácticas y Estrategias

3.1.- Los aportes del concepto de arte activista de Lucy R. Lippard

En este tercer capítulo de nuestro trabajo de tesis, se presenta una lista de

características que la función del arte activista posee. Frente a esta definición tenemos la cara

más visible de un movimiento, es decir, a los personajes, los objetos como utilería, las frases,

las canciones y los dibujos que hacen que las personas volteen a ver “algo”. Por otro lado,

existen también las entrelíneas de lo que estos objetos representan. En las próximas páginas

entregamos lo atendido en nuestro proyecto de investigación, a partir de la música, las

representaciones y la plástica que surgió, quizá efímeramente o al calor de la necesidad de

comunicar, sin embargo ello fue tan importante para el contexto actual y la trascendencia de

los movimientos estudiantiles, como se verá a continuación.

El carácter de esta práctica artística lo atraemos de la maestra Lucy R. Lippard (2006),

crítica de arte, escritora y activista desde 1966, quien sugiere que es sustancial reconocer al

arte activista de otras habilidades artísticas con carácter político; su estudio muestra una

descripción detallada de la función de la cultura activista y la distingue de otros conceptos.

De ella compartimos la noción de que el arte tiene un poder o una influencia en la

reformulación de las ideas políticas y el entorno social en el mundo moderno. Sin embargo,

no configura al arte político como esa acción de individuos con objetivos comunes; para ella,

la obra del arte político es imprimir una crítica en caricaturas insertadas en medios masivos

de información o en una campaña diseñada desde la oposición a un partido o una figura

pública.

74
Estas composiciones sugieren cargas ideológicas de izquierda o derecha para hacerse

notar e influir en la opinión pública, no precisamente tiene como objetivo iniciar

movilizaciones colectivas.

El alcance del arte político son comentarios, debates o discusiones en medios de


comunicación, no obstante el arte activista nace dentro de un contexto de protestas entre actores
colectivos. Aunque los artistas políticos y los activistas son a menudo las mismas personas, el arte
"político" tiende a estar socialmente interesado, mientras que el arte "activista" tiende a estar
socialmente comprometido (Lippard Lucy R., 2006).

Ahora bien, como menciona Romero Giordano (1996) sobre arte popular, entendemos

que se lleva a cabo dentro de comunidades específicas como producto de rituales, tradiciones

y de la convivencia entre los integrantes de un grupo comunitario o indígena. Las menciones

específicas aquí, tienen como propósito aclarar los objetivos de cada categoría del arte, a

menudo tendemos a utilizar los términos simplificando las manifestaciones culturales.

El concepto de arte comunitario o colectivo aparece en Lippard (2006) como

acompañamiento al arte activista, pero la organización de éste sucede en grupos vecinales en

barrios o en ciertas zonas de la ciudad que trascienden en cambios para una mayor seguridad,

logros en el reconocimiento de la diversidad cultural, frecuentemente buscan un espacio para

sus obras y éstas se hacen visibles en el arte urbano, no coinciden obligatoriamente con los

movimientos sindicales u organizaciones artísticas, aunque a menudo cuentan con su apoyo

o se unen a los movimientos civiles o estudiantiles, son artistas callejeros, informales o

prefieren el anonimato.

Gregory Sholette es otro artista crítico que acude a la construcción del concepto, de

hecho, en un tiempo de mayor movilización trabajó en colaboración con Lippard. Él aporta

a la descripción: “El arte activista se presenta en laterales de autobuses, arte en centros

75
comerciales y plazas atestadas de gente; así se hace uso de esa forma de difusión para hablar

sobre las injusticias sociales” (Sholette, Gregory;, 2006, pág. 315).

En consecuencia, el arte activista reúne características que estimamos justas para

nuestro objeto de estudio. Tomando en cuenta lo anterior, es indiscutible que existe una labor

recíproca entre arte y Ciencias Sociales, de esta idea rescato las aportaciones críticas que el

mundo del arte puede conceptualizar con la sociología de los movimientos sociales.

Retomando a Sholette (2006), ambos (arte y Ciencias Sociales) en este apartado descriptivo,

siguen intentando comunicar los temores internos, comunales y mundiales acerca del futuro

(por no mencionar el presente).

Estudioso de los movimientos sociales, Ramón Adell Argilés (2008) indica que en

un movimiento estudiantil participan en su mayoría jóvenes que en un momento determinado

coinciden en sus ideales, pero también participa la sociedad civil porque existen distintos

grados de interés. Tanto estudiantes y sociedad civil pueden llegar a consolidar lazos bajo

objetivos claros como hacer escuchar sus necesidades, ser tomados en cuenta para decisiones

sustanciales o proponer cambios.

Como es visible, en movimientos estudiantiles no solo intervienen intereses que

configuran el poder. La importancia de voltear a ver a los movimientos sociales desde la

Sociología con una perspectiva cultural en los elementos que predominan como los valores,

los ideales y los sentimientos de justicia reunidos forman parte de procesos sociales. “La

comunicación de esos temores nos hace comprender, a nosotros y a los demás, que no

estamos solos en nuestra búsqueda de unas imágenes que combinen los ingredientes de

análisis, resistencia y esperanza.” (Lippard Lucy R., 2006, pág. 79)

76
3.2.- Arte activista y marcos de significación en la acción colectiva

De acuerdo a los pasos seguidos en la metodología constitutiva de la tesis, en el

presente capítulo presentamos el desarrollo y noción extensivas de “arte activista” de Lucy

Lippard (2006), buscando aportar, además del concepto, la experiencia y participación en la

vanguardia del arte activista.

A continuación expondremos las características de lleno de la reflexión

correspondiente a Lippard, donde consideramos tener proximidades importantes con nuestras

prácticas de arte activista en el movimiento estudiantil de nuestra Universidad. El avance del

presente capítulo cuenta con el respaldando de secciones de entrevistas de los actores

participantes, elegidos por su intervención significativa como artistas y su contribución con

elementos simbólicos. Se destaca que la entrevista contribuye para narrar y hacer constar en

este documento la manera en que los actores producen significados, en tanto que son

portadores de experiencias e ideas que son configuradas para la acción.

La interacción social denota funciones que Lippard (2006) define como parte de la

estructura organizativa, comprendida como estrategias de las exhibiciones artísticas para su

final visualización. Se abordará aquí, de manera reflexiva, la forma que emergió la idea de

intervenir con arte en nuestro contexto local. Latentemente existe una justificación (además

de una inmanente creatividad humana), la razón clara de recurrir al arte en la acción colectiva;

lo comprenderemos como el resultado materializado de una identidad en resistencia, en el

sentido que Manuel Castells (2011) otorga al término; como definición ésta es restrictiva para

solo algunos movimientos donde una identidad colectiva ya no es afín o no está de acuerdo

con lo que la identidad del estado nación incluye.

Ligado al concepto de identidad en resistencia, se presentan como aporte, unas

categorías analíticas para observar la función de arte activista y que componen el enmarcado
77
que iremos encajando respecto a la manera que lo hace la metodología de marcos; dando

cuenta que cumplen tres funciones: señalan e interpretan eventos o problemas de la realidad;

forman la atribución de las causas de lucha y proponen soluciones un problema, tal como

propone Ron Eyerman (1998), en la aplicación de marcos de significación en la Praxis

Cultural. Esto lo subrayamos en nuestro escrito La censura de los murales como parte final

del tercer capítulo.

Los estudios que puedan entramarse con el concepto de arte activista, tienen la

posibilidad de servir, no sólo en los elementos que ilustran y dan color a la protesta, sino que,

en términos en los que refiere Goffman (1998) en la teoría de marcos, resaltan un trasfondo

social dado en determinadas condiciones. En nuestro caso estudiado: un movimiento

estudiantil en 1991, que se suscita dentro un contexto socio-económico y cultural con alto

grado de complejidad.

Tal como en un círculo, nuestro objeto de estudio concentra, una orilla trazada por

cambios institucionales a nivel global, pero encerrando también, factores concretos que

traslucen un conflicto social. De esta manera, el arte producto de una acción colectiva, es

encontrado como parte de la resistencia; un catalizador que avanza de la mano con el

sentimiento de injusticia y demandas percibidas por los actores. Es por eso importante

plantear en esta descripción, la base del conflicto que para Lucy Lippard (2006) es sustancial

señalar. En lo sucesivo, acudiremos constantemente al resultado de la revisión de categorías

analíticas que fueron diseñadas conforme a nuestros objetivos de investigación.

78
3.3.- Arte activista en el movimiento estudiantil de la Universidad de Sonora,

1991-1992.

Es nuestro propósito ahondar la definición del concepto de arte activista, como un

término pertinente para el reconocimiento de la interacción y conformación de estrategias

artísticas en torno del movimiento estudiantil de la Universidad de Sonora, en el periodo que

comprende de 1991 a 1992.

Aunque no tenemos la menor duda de que existen diversas reflexiones para el estudio

sobre arte y las prácticas artísticas en las luchas sociales, es justificable la necesidad de

incrementar la difusión de los resultados de investigaciones sobre este tema. Así mismo, este

trabajo descriptivo propone sólo colocar la mirada desde otras perspectivas hacia los

movimientos sociales o estudiantiles; y el producto de la comunicación interna materializada

en el arte activista como mensaje e identidad colectiva.

Dentro del elenco que conforma la producción de arte activista de nuestro objeto de

estudio constituye: pintas en las banquetas hechas de palabras, frases o metáforas aludiendo

a la parte opuesta: el rector de la Universidad, El gobernador Manlio Fabio Beltrones, los

medios de comunicación; grafitis en los edificios dentro y fuera de la universidad, con

consignas y en ocasiones acompañada de un dibujo. Lo mismo representa al arte activista la

subjetividad que resume el logo del Comité Estudiantil de la Universidad de Sonora, cuando

se crea y usa (véase en la siguiente Ilustración), como forma de reconocimiento e

identificación de un colectivo o identidad en resistencia.

79
Ilustración 14.- Festival informativo del Día de Madres, mayo 92. Acervo en video realizado por Ernesto
Bolado, Movimiento estudiantil de la Universidad de Sonora, 1991-1992.

Quizá uno de los elementos más visibles para unificar al movimiento lo constituyó el

hecho de que al terminar un mitin, los simpatizantes permanecían en las escaleras o en la

explanada para continuar con música, danza, sketch de teatro y lecturas de manifiestos de

poesía con cariz político. Las tocadas de rock también fueron una práctica para denunciar la

inconformidad y la reticencia del antagonista, que en este caso, se dirigían al rector Marco

Antonio Valencia Arvizu. Como parte de los testimonios tenemos el comentario de Juan de

Dios Cáñez, quien participó en el espacio de la organización musical.

Si se iba a hacer un mitin por ejemplo, se ponían ahí los instrumentos, se conectaban. Tocaban
un rato unas canciones, se echaba un rollo alguien, luego entraba otro grupo y tocaba […] En sociología
se hacían muchas, aquí en la placita se hicieron muchas, en la misma rectoría hubo algunas, en la Plaza
Zubeldía hubo bastantes, en el Museo hubo otras tantas (Cañez, 2016).20

20
Entrevista realizada por Beatriz Galaviz a Juan de Dios Cáñez, 19 de febrero de 2016 en
Hermosillo, Sonora.

80
La vinculación más clara del arte activista con la práctica del rock internacional se

dio en 1992, cuando en el 1er Festival de Rock Latino, Rola 92, los estudiantes del CEUS

dieron al vocalista de la agrupación española Negu Gorriak una camisa del movimiento,

misma que se puso para promocionar la causa estudiantil en el concierto celebrado en el

estadio Héroe de Nacozari (ver Imagen).

Ilustración 15. Primer festival de rock Rola 92, corte video: https://www.youtube.com/watch?v=5hlloHZL1vA

Del nivel internacional del evento dan cuenta grupos de rock como Paralamas, de

Brasil; Los Fabulosos Cadillac, de Argentina; entre otras bandas como Café Tacuba del país.

Sin embargo, con el paso del tiempo, las tocadas de rock que se organizarían cobraron un

matiz muy distinto a la primera idea, que era denunciar con letra y música las problemáticas

sociales, específicamente de la Universidad. Con el paso de los años, las tocadas dejaron de

ser eventos independientes y se comenzaron a organizar por las instituciones educativas y

culturales.

81
Como muestras gráficas existió por otro lado, una diversidad de carteles, volantes y

periódicos (panfletos), acompañados de dibujos y caricaturas. Como medios de

comunicación, los periódicos murales fueron un recurso colectivo apropiado por el

movimiento, cualquiera que tuviera la inquietud podía participar libremente. En entrevista

con Magda Rivera, estudiante de Ciencias de la Comunicación en ese momento, además de

participar como actriz en varios sketch de teatro, observó como la movilización fue creciendo

y tomando fuerza con arte:

Otra de las expresiones artísticas fue la participación de Truzca, de la maestra Beatriz Juvera
con su grupo de danza contemporánea. Por el lado de literatura también se dio la publicación de los
fanzines que fueron en su momento un medio de comunicación muy importante para los estudiantes y
bueno, dentro de la escuela de comunicación mucho comic, mucho periódico mural. (Rivera Carrillo ,
2015)21

Ilustración 16. Parece que hay un grupo radical. Fuente: El Sonorense, 22 de diciembre de 1991.

21
Entrevista realizada por Beatriz Galaviz a Magda Rivera Carrillo, 21 de noviembre de 2015 en
Hermosillo, Sonora.

82
Es significativo mencionar que, en el más dispuesto propósito de acudir a las causas

de la acción, no evaluaban como “arte” lo que estaban plasmando, en este sentido ganan

participación, logran adherir a un mayor número de participantes, incluso los que no tenían

tendencias ideológicas y que posteriormente se convierten en actores informados o

interesados. Leonel López Peraza, que por entonces estudiaba en la escuela de Derecho,

reconoce la unión de otros estudiantes menos involucrados con el movimiento:

Cuando yo llego aquí a Hermosillo, a la Universidad, no estaba muy involucrado en la lucha


porque a mí no me tocaron los primeros días, o si me tocaron yo no estaba muy relacionado con los
grupos activistas. Tenía relación con algunos músicos, el ala punk se podría decir, la cotorreábamos y
luego se solidarizaban tomando rectoría. En una de esas noches llegamos y los chavos no podían o no
sabían cómo; tenían un pedazo de manta y tenían pintura pero no sabían qué pintar. Yo ya había
trabajado con los chavos de Suciedad Discriminada, Putrefacción Juvenil y todos ellos, haciéndoles
unos carteles que se hacían a mano con recortes. No pues él sabe; y ahí empecé hacer una manta. Ahí
me empecé a involucrar un poco haciendo mantas y cosas de ese tipo. (López Peraza, 2016)22

Entorno a la pintura mural que plasmaron los estudiantes en una campaña de

participación colectiva, consideramos pertinente integrar un apartado especial. Como más

adelante describiremos, este evento resaltó por la representación que dio visibilidad y por

contener en esencia el espíritu de la causa. En una discusión acerca de la censura y sus modos

de contrarrestarla, se pensó en la ejecución de los murales con mensaje a la sociedad

sonorense, como estrategia por parte de los actores colectivos en el movimiento estudiantil,

lo cual tuvo fuertes repercusiones, pues implicó reacciones en los medios de comunicación

y divergencias con el Gobierno del Estado. Para ese momento ya comenzaban los umbrales

de culminación de las movilizaciones.

22
Entrevista realizada por Beatriz Galaviz a Leonel de Jesús López Peraza el 5 de marzo de 2016 en
Hermosillo, Sonora.

83
Recordemos que los estudiantes del movimiento, incluso con la capacidad e intuición

que entonces tuvo el arte activista de extender el mensaje, como más adelante describiremos,

no tenían una manera de medir el impacto de lo que estaban construyendo, sino hasta el

momento de poner a prueba su capacidad de convocatoria y movilizar, o conocer la reacción

que ello generaba en el opositor, en este caso las autoridades oficiales de gobierno. Para dar

pie al siguiente apartado proponemos, en adelante, que la función de arte activista, sea

observada como estrategias para la acción dentro del marco de significación en torno al

movimiento estudiantil. Para lo siguiente planteamos las acciones principales que constituye

el activismo a partir del lenguaje artístico que apareció durante la resistencia estudiantil.

Aparecen también, en el siguiente apartado los informantes en simultaneidad con los aspectos

de la estudiosa de activistmo Luccy Lippard con lo que concebimos sea operativa la

construcción del significado que los actores le brindan a sus acciones. Comprendemos con

esto una descripción puntual de las herramientas comunicativas del arte con el componente

contextual del espacio de la Alma Mater y analizando el contenido del mensaje de causa de

los estudiantes como el principal actor.

3.4.- Estrategias del arte activista y el proceso de enmarcado. Una mirada al

proceso de interacción de los actores colectivos.

Los recursos artísticos que los activistas eligieron en un primer momento no

comprendían una complejidad estética determinada, aunque todo pareciera indicar que tenían

conocimientos sobre técnicas avanzadas de arte en las últimas expresiones que se

manifestaron, inicialmente tienen elementos específicos muy básicos, sin embargo se

84
aprecia, en el transcurso de la resistencia, cómo evolucionó, pasando de una expresión directa

a un lenguaje inmerso en la metáfora y los repertorios plenos de significado.

Ilustración 17. Foto R. Soto, E. Velázquez. Mensajes de protesta, (1991) El Imparcial.

De una u otra manera, cada uno de los actores aquí consultados había tenido contacto

con la creación artística, o por lo menos se sentía afín a la experimentación dramática, la

ilustración o un conocimiento de la música rock and roll. Lo que lograron con su colaboración

fue, en ellos mismos, dar cuenta de las capacidades y de los componentes del arte que debían

confeccionar para llamar la atención a través de un tono distinto a como lo venían haciendo.

85
Precisamente, fue el tono o los matices que dan con los elementos artísticos con los

que presentaban el sentimiento de injusticia lo que iba creciendo, en tanto el conflicto. Optar

decir con un lenguaje distinto, en lugar de confrontar por las autoridades del Alma Mater, se

transformaba y daba oportunidades de responder por aquello que estaba pasando en los

espacios de la educación universitaria. Para este trabajo es un componente importante poder

identificar los factores y participantes que dieron visibilidad a la resistencia. Tonatiuh Castro

relata este desarrollo:

El CEUS primeramente se nutrió de esas experiencias anteriores, después procuró tener un


rostro propio, que recurriera también a actividades humanísticas, artísticas […] Hablando del CEUS,
para mí era importante porque nos permitiría informar y sensibilizar a la población, salirnos de los
muros de la universidad, más allá de la ideología de izquierda, creía yo que eso nos llevaría a que la
población en general, tuviera una idea más real que la que los medios le daban acerca de nuestros
problemas. Para mí era importante quitarle ese haz de luz oscura que habían envuelto a los
movimientos universitarios. […] Recurrir a la expresión visual, pues iba a ser un medio para acercarnos
a la población.
Narra más adelante, mencionando las particularidades que funcionaron como
elementos representativos de los contingentes, el uso de globos de colores, camisetas negras
o velas cuando las marchas se realizaban de tarde o de noche.

Otra expresión que también yo veo como de este tipo, […] fue el hecho que a veces
llevábamos globos de colores a las marchas, para alguien de izquierda del 67 o 68 hubiera sido como
banal e irrelevante. Pero a nosotros nos permitía, visibilizarnos ante la población. (Castro Silva, 2016)

Referente a esta propuesta artística vemos como la labor del arte activista intentó

mediar entre los alumnos y los antagonistas, buscando distintos matices del discurso para

llegar a los objetivos de la acción colectiva o lograr que fueran tomados en cuenta. Lippard

(2006), en este punto distingue las funciones del arte activista y el arte colectivo, en la

comparación da cuenta que el arte activista no tiene como fin llegar a la exclusiva producción

86
de una pieza artística con la participación de múltiples personas, sino que los participantes

suponen lograr unos objetivos planteados previamente y en consenso.

Sobre el producto del esfuerzo activista dice Lippard (2006, pág. 57) se materializa

mediante imágenes, metáforas e información de carácter alternativo elaboradas con humor,

ironía, indignación y compasión, con el objeto de lograr que se oigan y se vean esas voces y

esos rostros hasta entonces invisibles e impotentes. Como podemos leer en los siguientes

comentarios de nuestros informantes.

Era algo que tenía el movimiento, utilizábamos mucho el humor y utilizaba mucho la

irreverencia y la creatividad. Hubo unas marchas muy bonitas, en las que íbamos con globos, en lugar

de pancartas eran globos de colores, hubo otra de velas; una marcha nocturna y casi todas terminaban

en alguna tocada (López Peraza, 2016)

Referente a las interpretaciones de teatro, importantes para hacer extensivo el mensaje

de este movimiento, Magda Rivera argumenta al tiempo que identifica a los opositores.

Bueno pues lo que hicimos fue parodiar lo que estaba sucediendo en la universidad. Con

Lupita Rodríguez yo creo que hice dos o tres sketch donde se parodiaba la situación y cuál era el

mensaje que estaba dando el gobierno del estado con todo este asunto de la modificación de la ley y

también parodiando las posturas de las propias autoridades que en ese momento estaban gobernando

o liderando la Universidad de Sonora. (Carrillo, 2015)

Antes de continuar con el siguiente tópico sobre la descripción de nuestro arte,

debemos una mención al activista y actor Enrique Cisneros, “El llanero solitito” por la

influencia que durante ese período del movimiento tuvo entre los estudiantes. Este personaje

teatral es originario de la Ciudad de México, formaba parte del grupo de teatro CLETA.23 Se

dedicó en aquel contexto, a construir una crítica en el discurso de los jóvenes, tenía el

fehaciente propósito de hacer conciencia entre quienes aún consideraba que podían influir en

23
Centro Libre de Experimentación Teatral de la Universidad Autónoma de México.

87
la construcción del pensamiento crítico. Así mismo, para los estudiantes fue un actor con

quien aprovecharon estrategias de proyección hacia dentro y fuera, al tiempo que soltaban la

tensión que se generaba al interior del CEUS.

Tomando en cuenta el proceso interacción social al que alude Lippard (2006),

podemos decir que participaciones escénicas de improvisación, como las traídas por “El

Llanero solitito” difundían el mensaje de causa, relajaba la confrontación entre los integrantes

del movimiento y autoridades; acercaba a las audiencias, entre otras cosas. Su actuación

también competía con los medios de información y estrechaba lazos y redes de contacto

social sustanciales para el movimiento, por ejemplo entre el activismo sonorense y el del

centro del país. Durante la apertura de sus presentaciones Enrique Cisneros hacía un llamado

constante, como parte de su discurso incluía el ejercicio de las autoridades universitarias

querían mostrar en los medios. Integrando los hallazgos en video, se registró lo mencionado

como a continuación expone El Llanero solitito en las escalinatas del Museo de la Biblioteca

Fernando Pesqueira:

Si vas entendiendo esto que es lo que el gobierno no quiere que entiendas, que participar por

una causa justa es una buena razón para vivir, hasta para morir. […] El CEUS ha determinado dar una

respuesta a la campaña publicitaria del rector de entrar con guaruras a la Universidad a tomarse fotos.

Con actos artísticos culturales, usted dirá si la respuesta se está dando de una manera efectiva o no.

[…] Pasen la voz en la Universidad. ¡El CEUS sigue vivo y apenas estamos comenzando! (Movimiento

estudiantil de la Universidad de Sonora 1991-1992, 1992)

88
Ilustración 18. Momento en que El Llanero Solitito satiriza a un funcionario. Foto: Rafael Soto. Diciembre 12 de

1991. El Imparcial.

Como parte de la consulta de los documentos audiovisuales en el archivo histórico,

se encuentra registrado, además de la visita del Llanero solitito un grupo artístico llamado

“La Biznaga”, quienes al igual, eran estudiantes provenientes de la Ciudad de México. El

rechazo de estos personajes fue instantáneo en una ocasión que acudieron a presentarse en

un Colegio de Bachilleres. En ese evento se niega la entrada de los artistas al COBACH, sin

embargo pretenden continuar la representación en el patio de una tienda contigua al colegio,

donde después les suspenden la energía, quedando sin aparato de sonido y sin iluminación,

pues era de tarde. Posteriormente, y para sorpresa de la audiencia estudiantil, se fueron a la

calle tornando más llamativo el evento. A media representación arriban elementos de la

89
policía. En ese momento, los estudiantes del CEUS lograron intervenir y convencer sobre su

derecho de expresarse.

Por otro lado también, los estudiantes activos en esta estrategia artística, no

descuidaban la tarea de continuar la supervisión de las declaraciones en los medios de

información locales y nacionales, recolectar documentos que pudieran servir como evidencia

de las actividades políticas contra el movimiento, estar atentos a las actividades de Rectoría,

organizar reuniones y llegar a acuerdos sobre el siguiente objetivo dentro del movimiento.

La narración de Leonel López expresa en ese sentido:

Ya cuando se constituyó el CEUS y tomamos Rectoría y se empiezan hacer comisiones de


vigilancia en las noches, las enfermeras nos ayudaban en las cuestiones de llevar comida u otros, había
otra comisión de prensa y propaganda; ahí me metieron. En la cuestión de los carteles, de las actividades
y todo eso, que iba junto con las tocadas. (López Peraza, 2016)
En el centro del movimiento estudiantil, se debió contar con un nivel organizativo,

se planearon estrategias como sorpresa contra el antagonista, a esto se refiere Lippard (2006)

con la suma del proceso creativo, sortear las tareas del movimiento con las tareas artísticas:

trabajo en la comunidad, viajes, reuniones en otras escuelas, colocación de carteles, diseño

de volantes y composición de consignas. Tonatiuh Castro quien dibujaba agrega a la

reflexión:

En mi escuela coordinaba el grupo Árbol de ojos, también era Delegado Estatal de la Red de
Estudiantes de Sociología, por eso se me encomendaba, por lo general, que hiciera extensiva la
invitación de las actividades reuniones, marchas, etcétera a los estudiantes de Sociología y de
Administración Pública, era como un portavoz en cuanto a mí carrera. En cuanto a mi relación directa
con en el movimiento CEUS, mi labor consistía en pintar mantas, repartir volantes, asistir a las
marchas. (Castro Silva, 2016)

La participación de las mujeres fue una constante y los roles no eran muy distintos,
en suma se reconoce durante el transcurso del movimiento estudiantil una fuerza
representativa en igualdad con los varones. Magda Rivera describe:

90
Se dio de una manera espontánea haciendo una suma de esos talentos, un estudiante proponía:
vamos a poner el escudo del CEUS, otro decía vamos a conseguir las bocinas en el STAUS y del
STEUS, vamos a conseguir estas tarimas que forma parte de los recursos de la infraestructura de la
Universidad de Sonora y yo solamente formo parte de ese elenco de artistas que se está sumando a la
convocatoria.

Entre las características del concepto de arte activista de Sholette y Lippard hay una

reciprocidad entre las acciones del movimiento estudiantil en 1991 y 1992, al mismo tiempo

que se presentaban en festivales artísticos / informativos al término de un mitin, repartían

volantes, identificaban a informantes infiltrados, pasaban lista, entre otras acciones. Por citar

un ejemplo enunciado por Sholette (2006), de las dinámicas movilizadoras mencionados,

tenemos las actividades que incluían la recopilación de material para un archivo de arte

internacional de carácter social, la publicación de un boletín informativo, y la programación

de un foro público mensual sobre temas políticos, tareas todas ellas que no suelen asociarse

con la producción cultural.

3.5.- “En primavera florecen los murales”. Espacio, mensaje e identidad.

En el presente texto atenderemos el planteamiento que señala que los actores

legitiman el sentido de la acción con un repertorio artístico, pondremos especial atención a

la mención de la convocatoria plástica: “En Primavera Florecen los Murales”, por los

elementos que contiene este acontecimiento y que conjugan el componente espacial con el

mecanismo comunicativo del mensaje y el refuerzo de la identidad en resistencia.

La campaña de la creación de los murales en las bardas periféricas de la Universidad

de Sonora fue por parte de los activistas estudiantiles, un mecanismo para recobrar un espacio

que les pertenecía, y demostrar que ellos debían tener voz y voto en la consulta para la

modificación de la Ley Orgánica 103. El contenido de los bocetos demostraba el sentimiento

91
estudiantil de rechazo de las autoridades oficiales. Un poco en contraste con los mensajes

anteriores, este mural iluminaba la impotencia de una manera figurativa, no directa, sino

interpretativa.

En este breve escrito, que sirve a la vez para cerrar nuestro tercer capítulo,

expondremos una parte de la muestra artística que suscitó el movimiento, acompañado de

conflicto contextual llevado en la bitácora de recogida en el archivo periodístico de la

Universidad de Sonora.

Las imágenes que los murales extendían por la Universidad se basaron en el trasfondo

del momento, sin embargo, persistían las figuras humanas, los ojos y los árboles. Cabe

mencionar que las piezas fueron borradas en dos momentos, en el primero se llevaron la

imagen de un infinito humanizado, según comparte Ricardo Solís, caricaturista y estudiante

de Literatura. También se plasmaron elementos paisajistas, el desierto, los naranjos; y varios

rostros entre ellos de mujeres y venados que no permanecieron más de tres semanas.

92
Ilustración 19. Convocatoria "En Primavera Florecen los Murales". Fuente: El Imparcial, 24 de Marzo de

1992.

La convocatoria es lanzada meses antes de organizarse la marcha Del Desierto al

Zócalo, a tres meses de que fue aprobada la nueva ley por el Congreso del Estado, de haberse

acudido al recurso de huelga de hambre y de no tenerse respuesta después del debate

televisado en el Canal 6 (medio de comunicación oficial del Gobierno del Estado de Sonora).

Ante este conflicto, los actores interpretaron que los mensajes de televisión y prensa

sostenían una constante campaña de desprestigio sobre el movimiento, de manera que uno

de los objetivos era competir con los medios de comunicación y llamar la atención de la

ciudadanía. Tonatiuh Castro, quien por entonces pintó uno de los murales atestigua:

“Procuramos revitalizar el movimiento, mantener vivo el espíritu combativo, recurrir

también al apoyo, o al menos a la comprensión de la sociedad civil”.

93
Ilustración 20.- Tapizan Unison, Jorge Valdéz. Fuente: El Imparcial, 21 de Marzo de 1992.

Sirva este párrafo para recordar el proceso de enmarcado. Como Daniel Cefaï (2008)

explica, los movimientos sociales tratan de construir un discurso que les permita definir los

problemas por los que luchan, las causas que los originaron y las estrategias adecuadas para

enfrentarlos. En esa dirección, se hizo un llamado general a los estudiantes y artistas, con la

intención de transmitir que las causas de los estudiantes eran legítimas (a pesar de lo señalado

mayoritariamente por la prensa) y demostrar que no era lo que en los encabezados

insistentemente divulgaba. Se ha señalado al respecto: “[...] cuando empezamos hacer las

pintas y todo, sí hubo una especie de repulsa por bastante gente conservadora, pero teníamos

que llamar la atención de alguna manera. ¿No? O sea, teníamos que hacer que se enfocaran

los medios”. (López Peraza, 2016)

94
Ilustración 21. Semanario Opinión, 13 de Abril de 1992.

Tonatiuh Castro menciona en torno a la función de los murales y los medios de

comunicación:

Los medios tergiversaban la información, había una campaña negra en contra de nuestro
movimiento, pero sí llamó la atención, de hecho ese era uno de los objetivos de la campaña, sí se logró
el objetivo, al menos, primero con los medios, de que se diera una cobertura, buscábamos llamar la
atención, y mostrar que no éramos un grupo meramente político, y sí se logró creo el objetivo. Los
medios publicaban semanalmente, como avanzó la campaña, ponían fotos de un mural o de otro,
algunos acompañados de un pie de foto. (Castro Silva, 2016)
Lucy R. Lippard (2006) toma en cuenta las interacciones sociales para la producción

de arte, en donde casi nunca se piensa como acto individual. Podemos agregar que a este

95
nivel de expresión que había madurado el movimiento, tuvieron que reconocer que los

recursos como la toma de rectoría durante diciembre de 1991, la huelga de hambre de algunos

estudiantes y cerrar las puertas al acceso de automóviles, quizá les haya restado simpatía de

las audiencias internas, como algunos estudiantes que no tenían conocimiento a fondo sobre

lo que sucedía.

Ilustración 22.- Continúan simpatizantes del CEUS pintado murales en la Universidad de Sonora. Foto J.
Montoya.

Con los medios masivos de comunicación en contra, la Ley 4 aprobada y cuarenta

órdenes de aprensión contra integrantes del CEUS, el impulso por continuar en la discusión

en ocasiones menguaba y se buscaron otras herramientas para hacerse escuchar. Estudiante

y roquero participativo, Leonel López, cuenta acerca de lo anterior:

Empezamos con las pintas, las pintas eran algunas muy poéticas, otras muy rabiosas y todo
eso, tiempo después teníamos tomadas la Rectoría, hay una propuesta, como propuesta estudiantil sale.
Oye y si en lugar de hacer las pintas, hacemos los murales, pintamos pero con murales, y no
necesariamente políticos, sino más bien una manifestación artística, una simple manifestación de lo
que está pasando alrededor. Hicimos una convocatoria, con mamparas, hicimos una convocatoria al

96
interior y éramos estudiantes, bueno estaba abierta a la comunidad universitaria ¿No? (López Peraza,
2016)

Entendemos que en el proceso de interacción social y la unión de agentes creativos fue

creciendo un lenguaje más rico para hacer presencia dentro y fuera de la Universidad. En el

caso de la gráfica, sus orígenes fueron los volantes que llamaban la atención cuando no eran

panfletos plagados de texto, sino que se jugaba con la imagen, con el grabado o con la

serigrafía. Por su parte Tonatiuh Castro Silva comparte su lectura de cómo surgió la idea de

hacer los murales:

Hubo muchos volantes, llegó a haber volantes muy visuales, por ejemplo había uno que
convocaba a manifestarnos al congreso del Estado, no tenía nada de texto con excepción de una o dos
frases y la mayor parte de la hoja, era simplemente la planta de un pie, el dibujo de la planta de un pie,
no había texto, no era necesario dar explicaciones…[…] creo que ese simple volante también permite
ver lo importante que era la gráfica para estos alumnos que, la mayoría, no tenía tradición política.

Ilustración 23.- Volante proporcionado por Tonatiuh Castro Silva, estudiante y activista de Sociología. en 1991.

97
También, reconocían los integrantes del movimiento estudiantil que debían mantener

el humor cómico, así los simpatizantes reforzaban el sentido de pertenencia y el grado de

identidad. En este ejercicio creativo, vemos que probablemente ellos mismos no pensaban

tanto en la división de los grupos dentro del movimiento o la diferencia de ideas que podía

haber surgido en las asambleas. Cuando elementos gráfico-propagandísticos como los

volantes o los carteles circulaban, la resistencia estudiantil cobraba fuerza, se volvía a

reconocer con un grado de poder y continuaban en la lucha. López Peraza quien hasta el día

de hoy afirma mantener ese lenguaje es sus diseños, considera: “Me acuerdo de unas revistas

que sacamos, hice algún comic, un Súper Búho, teníamos una mascota que era el Súper Búho;

y era una pelea entre el buhito rebelde y el buhito institucional, donde se agarraban y le decía:

¡Toma pichi buhito privatizador!”.

Como portadores de experiencias, los activistas advertían que el aporte de ideas

diversas eran de una u otra manera fructífera, en contraparte de lo que estaban viviendo con

la censura y la reticencia del Rector, procuraban una organización en la medida de las

tensiones. “No es tanto una nueva forma de arte como una formación de energías, que sugiere

nuevas formas de conexión de los artistas con las fuentes de energía de su propia experiencia.

Uno de sus objetivos es pensar de qué modo llegará a su contexto y su público y por qué”.

(Lippard Lucy R., 2006, pág. 58) Con la ampliación de las funciones del arte como activismo,

vemos que se descubren nuevos mecanismos configurados para la acción, que en un

momento dado de visualización sobre la identidad misma del actor estudiantil ponen de

manifiesto la inspiración y la causa. López Peraza sostiene:

Las pintas al interior era para nuestros compañeros estudiantes y para los trabajadores, que
las vean: Nos están cobrando por esto […] Lo de los murales al exterior era para decirle a la gente:
Aquí estamos y estamos vivos. Y algunas veces se pararon algunos carros y nos decían: ¡Vamos! Y no
sabíamos quiénes eran. Algunas veces estábamos pintando y llegaban con agua fresca o con sodas.

98
Como no estábamos haciendo las cosas esperando algún reconocimiento y cuando llegan con un vaso
de agua fría, dices: no es en vano.

Una vez más, vemos en nuestra tarea de investigación que la actividad artística abonó

al ímpetu de resistencia. Por intentar llevar un mediano orden cronológico del surgimiento

del arte en el movimiento, mencionaremos en la siguiente página la presencia del rock

durante la marcha Del Desierto al Zócalo, que emprendió su partida el día 13 de mayo de 92,

para luego cerrar nuestro capitulado con la degradación del movimiento, ligado a este evento,

nos proponemos concluir plasmando la censura y destrucción de los murales de la

Universidad.

Además de las banderas con el logotipo y los volantes, para que el contingente que

viajaba hacia la Ciudad de México sobreviviera, se organizaron tocadas de rock en las

ciudades a las que arribaban. Durante el concierto se recababa cooperación entre los

asistentes. Juan de Dios Cañez rememora:

Santa Sabina tocó en la UNAM en apoyo al movimiento en Sonora; o La Lupita, que no

grababa discos todavía. Básicamente para dar información, porque en ese entonces eran grupos muy

marginales, no juntaban mucha gente. También se boteaba, andábamos nosotros, unos dos, tres, para

juntar dinero […] A mí me tocó ir a varias tocadas de grupos que después se hicieron muy famosos y

el movimiento vivió todo eso porque estuvo en el DF meses estacionado, habitando ahí en el Zócalo.

[…] Todo lo que fue la escena local rockera, casi sin excepción estuvo involucrada con el movimiento,

había una conexión muy directa del movimiento rockero local y el movimiento estudiantil, pero

también el nacional. Cuando se decidió hacer una marcha a México, vino mucha gente de la UNAM,

y se hicieron contactos, hubo muchos eventos de apoyo.

La escena roquera estuvo presente durante la marcha, pero también las dinámicas

organizativas, el rol de los activistas gráficos como Leonel quien platica entre las tareas que

se repartían y el orden de ideas que mantuvieron.

99
Ya en la marcha, a parte de las mantas, estaba en la comisión de control de tráfico, en la
marcha Del Desierto al Zócalo. También me tocaba ir en la avanzada, era un camión donde teníamos
los víveres y teníamos que ir diez o quince kilómetros antes y buscabas un lugar donde acampar. Y si
no había nadie que nos prestara una cocina, pues ahí nos poníamos de acuerdo como preparar los
alimentos. […] Aquí las chavas de teatro se aventaban pequeños performance, hubo mucha música en
todos lados, durante la marcha estudiantil en Guadalajara, en la Ciudad de México, tocaban grupos del
tamaño de Santa Sabina, La Lupita, La Cuca tocó en apoyo al aire libre, juntábamos en Guadalajara
diez mil, quince mil personas. Yo como estudiante sentí que estaba haciendo algo, que era una lucha
honesta, sí era ese compromiso social que te das a ti mismo. Yo lo veía como una lucha real, yo creí
que sí estaba haciendo algo. Sabía que no le estaba apostando al ganador, pero sabía que estaba
haciendo algo ¿no?

Poniendo en paralelo a la metodología de los marcos de significación en los

movimientos que Snow y Benford (1992) desarrollan, se hizo el registro y proponemos que

la estrategia de campaña de los murales funciona como enmarcado que condensa una realidad

conflictiva en la que los actores debían intervenir como una identidad colectiva. Con este

acto llamaron la atención de lo que ellos consideraban una injusticia social.

100
Ilustración 24.- Afirma rector que él no fue quien ordenó borrar los murales. Marzo de 1992. Archivo El
Imparcial.

Podemos afirmar que fue más sencillo de lo que presuponíamos encontrar el sentido

de la acción. De una u otra forma, es un trabajo que tiene contacto directo con las sensaciones

internas del actor-estudiante y externas con el actor colectivo. Durante el estudio del arsenal

conceptual se recurría a la teoría, al objetivo y a la metodología e imperaba la pregunta acerca

de cómo vamos a describir el sentimiento, de cómo va a recogerse una idea que

probablemente haya cambiado, qué debe observarse para describir el sentido colectivo; etc.

En esta dirección nuestra lectura de la participación estudiantil y el concurso de las prácticas

artísticas confluía con la visión planteada desde la teoría, en el sentido que:

La mayoría de los artistas comprometidos con el activismo intentan hacer de sintetizadores a

la vez que de catalizadores; intentan combinar la acción y la teoría sociales con la tradición de las

bellas artes, en un espíritu de multiplicidad e integración, más que guiadas por un espíritu de opciones

restrictivas. (Lippard Lucy R., 2006)

101
Después de afrontar y compartir la interpretación de la acción social y el concurso de

las prácticas artísticas aquí analizadas, es decir, de confrontar nuestro entendimiento del

fenómeno con especialistas sociales, se coincide con lo señalado por Tonatiuh Castro, en el

sentido de que como participante:

Se siente bien de haber contribuido con cuanto a la sensibilización que pudimos lograr con
alumnos que no tenían formación política y ante la población civil porque ante las campañas negras de
los medios, el arte permite mover, incentivar esquemas mentales en los individuos que no pueden ser
manipulados por el texto, o por el sesgo de un medio.

Ilustración 25. Nuevas Pintas aparecen, Fuente: El Imparcial. Marzo de 1992,

Dentro de la sistematicidad del framming de Snow y Berford (2002); es decir, del

enmarcado de acciones significativas, primeramente dimos a la tarea de comprender la causa

del surgimiento de los murales. En cada una de las entrevistas, encontramos como hallazgo

el señalamiento de los periódicos como parte de las atribuciones de causa. En la perspectiva

de los actores estos medios debían jugar un rol claro y precisar a tiempo lo que sucedía en la

Universidad.

102
Cualquier medio, por ejemplo Telemax que sigue siendo el canal oficial, fue uno de los
medios que más nos atacó, creo que la imagen era más poderosa ante un televidente o ante un lector
que el sesgo editorial que esos medios le dieron, ya sea al cubrir una marcha o al presentar a los
murales, aunque haya había un sesgo, esa imagen permitió a cada una de esas personas o de los
estudiantes recibir el mensaje directamente entre ese estudiante universitario que estaba buscando
transmitir un mensaje y esa persona; aun cuando haya querido meterse un intermediario, un canal de
televisión o un funcionario, creo que el recurso del arte permite el establecimiento directo en una
relación, entre el artista o en este caso, el universitario, y el espectador. (Castro Silva, 2016)

Ilustración 26. Foto: José Vera. En Primavera Florecen los Murales.

En cuanto a los resultados de estudio del movimiento estudiantil, también

establecemos la atribución que los actores hacen acerca del culpable del borrado de sus

murales, éstos apuntaron al Rector y a los agentes del Gobierno del Estado. Interpretaron con

esto, de nuevo, un rechazo a sus propuestas para entablar diálogo y participación y lo

representaron de manera gráfica con figuras amordazadas, Leonel López describe:

103
Cuando nosotros estuvimos era abierto, que era lo que piensas tú, qué quieres expresar, qué

quieres decirle a la gente de allá fuera, ¿Qué está pasando a tu alrededor? El de nosotros era muy

poético: una planta de rosas y ojos y boca, pero eran bocas cocidas que no podían gritar. Tenían su

lado político todos, siempre había algo político atrás, no nos podíamos desapartar. (López Peraza,

2016)

Uno de los retos de nuestra tesis fue discriminar entre actores sociales. Aquí fue

necesario separar por participantes significativos, aclarando que este estudio se puede (y

debe) extender incorporando a otros actores; sin embargo las piezas de información fueron

cayendo con dificultad y el método de entrevista nos permitió ver a través de un sujeto a otros

artistas activistas participativos y que unificaron el sentido de lucha. Precisamente, el

colectivo sostenía continuamente las redes de interacción al interior y al exterior del

movimiento. Leonel López expresa:

Ahí estuve pintando yo, estuvo el Maguila, estuvo Noé, él tenía un mural con muchos ojos
estaba hermosísimo, estaba Solís, (Lisso). La maestra Juvera con el grupo Truzca también participó,
tuvo una barda y pintaron. Esa primera vez sí tuvo repercusiones a nivel prensa, yo recuerdo que salió
en el Primera Plana, y creo que Moncada hablaba sobre eso, pero no en un tono despectivo, decía: Qué
buena idea la de los chavos, es una iniciativa muy válida, esa vez los lo borró el ayuntamiento, teníamos
una semana y pasaron con una máquina que pinta la barda en dos minutos, después quisimos echarlos
andar otra vez y no se pudo, ya habíamos gastado más de la mitad de la mitad de la pintura y no se
pudo. (López Peraza, 2016)

Coincidiendo con la articulación, metodología que propone Aquiles Chihu (2002), la

articulación permite alinear acontecimientos y experiencias, en nuestra metodología

nombramos el sentido que los actores comprenden y materializan para la acción. Como en el

resultado y reacción del borrado de los murales López Peraza dice:

¿Alguna vez platicamos entre los pintores y entre los otros chavos, hasta dónde iba a llegar

esto? El objetivo ahí, a lo último, no era un objetivo de trascendencia, al final, en la cuestión de los

104
murales, no era de descubrir nada, ni el hilo negro, ni nada de eso, inclusive no era ni provocación, era

molestar a ellos, como cuando eres David y Goliat, bueno, nosotros no éramos David, o sea, no

queríamos derrocarlos, nosotros queríamos ser una piedra en el zapato de Goliat.

Por su parte Tonatiuh Castro afirma:

Duraron poco tiempo, nosotros teníamos claro que eran murales efímeros, pero la verdad es

que, al menos en mi caso, no estaba preparado para tan corto tiempo, para que fuera tan efímero. Para

mí sí fue un golpe duró ver que borraran mi mural. […] Fue puesto en los medios la desaparición de

los murales, digamos que hubo un sentimiento triste compartido y solidario también, entonces; yo sentí

la solidaridad de los compañeros.

Ilustración 27. Distintos edificios han constituido un medio para que los estudiantes expresen su descontento.
Fuente: El Imparcial 25 de Febrero de 1992..

En la etapa marcada por la represión, durante la primera mitad de 1992, espacio al

que reducimos los resultados de nuestra de investigación, se comenzó desde una espontánea

conformación del CEUS a partir del corte de luz y la subsiguiente marcha en protesta,

conteniendo desde ahí figuras que los estudiantes ya identificaban como el antagonista, que

105
en primera instancia señalaban al Rector de la Universidad. Nosotros, con fines estrictamente

explicativos, debimos establecer el corte temporal final en el momento en que se firman los

tratados en la Ciudad de México y se da con ello conclusión a la marcha Del Desierto al

Zócalo, cerrando una etapa, la más álgida, donde las prácticas artísticas en el activismo de

los estudiantes fue visible. La degradación posterior del movimiento dejó preocupaciones no

resueltas, de ahí en adelante, los estudiantes tuvieron que sortear de manera menos colectiva

sus inconvenientes con la Universidad. Dejamos entonces los presentes testimonios de

Magda Rivera y Leonel López, cada uno hablando sobre su colaboración artística, a manera

de cerrar un marco donde la actividad artística logro materializar esas inquietudes internas.

Ahí se hizo un acto representamos una parte de ese texto, y pues era una crítica de todo lo que
estaba sucediendo; lo que nos iba a pasar a los estudiantes que, pues éramos hijos, en mi caso, de
pescador; una familia de pescadores y cómo le íbamos hacer para continuar con nuestros estudios
universitarios que era lo que estaba en juego y nuestro futuro como estudiantes, (Carrillo, 2015)

Respecto a los murales se concluye:

Teníamos la esperanza de que se podía modificar algo, pero lo que queríamos era: ¡Ey
tómanos en cuenta! ¡Ey, nosotros somos parte! Era lo que queríamos, que nos tomaran en cuenta, que
nosotros también vivíamos en esta casa, que nos tomaran en cuanta a lo que estaban haciendo con
nuestra casa. Y ese era nuestro plan, decir: ¡Ey, aquí habitamos, Aquí vivimos! ¡Estamos vivos!
¡Tenemos colores! (López Peraza, 2016)

106
Conclusiones

A manera de reflexión de los resultados, me obligó a observar un poco atrás, en el

momento del diseño de investigación, cuando regresaba constantemente a la pregunta: ¿De

qué otra manera podía dar explicación al problema que dio origen al movimiento estudiantil

en 1991? En gran medida, luchaba por separar las preguntas ontológicas. Como era casi

obvio, la respuesta del porqué, era amplia; aunque una y otra vez regresaba al origen de la

investigación y objeto de estudio: las expresiones artísticas.

Mi objetivo personal giraba en torno a poder explicar la emergencia del arte activista

en el movimiento estudiantil, en un contexto de discusiones políticas (movimiento

estudiantil). En paralelo con la revisión de los documentos y la bibliografía, latentemente,

continué observando el ciclo de protestas, no solo en mi objeto de estudio, sino en el tejido

global, esto me fue dando luz, para operar la metodología de marcos. En mi esfuerzo, precisé

acontecimientos de la historia contemporánea, como el caso del movimiento por los cuarenta

y tres estudiantes normalistas desaparecidos en Ayotzinapa, Guerrero; observando la

circulación de las imágenes en las redes sociales de internet. Luego bien, regresaba a mi

estudio, para luego hacer conexiones racionales posibles de cada uno de los conocimientos

adquiridos; entre los antecedentes socio-políticos (la tensión de las promesas de campaña de

Beltrones en 1991), y vincularlos con las entidades simbólicas.

Por otro lado, gracias a diversas asesorías y al procedimiento empírico tuve la

convicción de que el trabajo se extendería por caminos intersubjetivos correspondiente de las

interacciones de los actores sociales, por lo tanto, a la creación artística. Es decir, había que

dar una explicación crítica y objetiva del arte surgido los estudiantes activistas, labor difícil.

107
Aunque la presencia ideológica y política impera en los movimientos sociales, el

motivo político era la respuesta a la emergencia del arte, confirmé que algunas de las

ideologías dominantes intentan vencer lazos de solidaridad, ya que estos lazos representan

un frente contra políticas existentes. Aun con esta claridad, debía seguir observando porqué

en unos movimientos sociales no aparecen elementos simbólicos, como canciones, imágenes,

sketch de teatro, entre otras; y quizá este ejercicio persista por más tiempo en la perseverancia

de mis análisis.

El estudio de las características expresivas de los movimientos sociales, que fue

posible por medio de la teoría de marcos de significación, esto me condujo a la afirmación

de una estigmatización de la protesta, propia de las ideologías dominantes. Este nuevo

modelo de investigación permite ampliar el estudio en los movimientos sociales, (nuevos

movimientos sociales), sobre identidades y las expresiones artísticas, (entre otros), los cuales

re-significan las políticas de identidad, los roles familiares y sociales establecidos; de ello

puedo concluir que, los conflictos sociales por las expresiones de nuevas identidades

continuarán a futuro, lo que comprueba un cambio social-cultural a nivel global.

A partir de construir una red de vínculos entre resistencias sociales, protestas; y

movimientos sociales en los antecedentes del primer capítulo, obtuve como resultado enlaces

de problemáticas complejas de otros movimientos, donde la realidad del efecto de la

globalización refleja sus contrasentidos. De esta forma, contrasté, modifiqué y ajusté, tanto

mi objeto de estudio arte activista en el movimiento estudiantil, como las propiedades socio-

políticas que colocaría en el contexto histórico en el segundo capítulo.

108
Lo que distingue nuestra Tesis, de entre otras con preguntas y definiciones políticas

y/o económicas, es incluir una dimensión cultural, lo que subrayamos como simbólico. Este

estudio contiene lo obtenido de las categorías de análisis sujetas al objetivo general y la teoría

de marcos de significación para la interpretación de lo simbólico. Esto fue creado para

describir una identidad colectiva en resistencia del movimiento estudiantil de 1991 y 1992;

y mostrar que a partir dentro de esta identidad, las interacciones sociales materializaron la

práctica de arte activista como estrategia de visualización y resistencia. Las interacciones

sociales dentro del movimiento estudiantil, se conforman de lo que los actores estudiantiles

piensan, hablan y callan; pero también crean una red de lazos solidarios, e imaginan

estrategias para organizar la acción. De ello se reflexiona, que la sociología de los

movimientos sociales puede articular nuevos modelos narrativos para acercarnos a la

comprensión de acontecimientos contemporáneos. Con lo que podemos concluir de esta

Tesis, que bajo la tarea empírica realizada se construye una partícula de conocimiento; así

una herramienta más para entender al mundo.

No pretendemos que la Tesis sea la culminación del estudio, por el contrario, para un

seguimiento del estudio se requiere dibujar el mapa cultural del mundo contemporáneo. Más

aún, el análisis iconográfico de imágenes de movimientos sociales; también, crear un registro

fotográfico del movimiento estudiantil. En este sentido, nuestra siguiente propuesta sería

abrir aún más la articulación de estudio, entre la matriz de las necesidades de las expresiones

de identidad; y vincularlo hacia la acción colectiva, la política y los estudios sociales.

Otras preguntas que surgen a partir de esta investigación que se pueden considerar

como vigentes y proyectarlas a futuro son: ¿Cuál es el impacto global de las imágenes de los

nuevos movimientos sociales?, ¿Cómo constituyen las redes sociales en internet las
109
identidades globlales?, ¿Cómo analizar las nuevas identidades, a partir de un análisis

iconográfico? ¿Cómo se crean estrategias de resistencia por medio de las redes sociales en

internet para las identidades? Así también crear la cartografía de nuevas expresiones de los

movimientos sociales.

110
Anexos

Arte activista en el Movimiento estudiantil de la Universidad de Sonora 91-92.


Prácticas y Estrategias.
Beatriz Galaviz Hernández
Objetivo específico: Mostrar la práctica de arte activista al interior del movimiento estudiantil de la
Universidad de Sonora 1991-1992.
Categoría analítica: Especificar la presencia de arte activista.

Pregunta de investigación:
1.- ¿Qué elementos específicos comprende el repertorio de arte activista en el movimiento estudiantil?
1. ¿Podrías narrar el contexto en torno al movimiento estudiantil y el momento en que
surgieron las primeras manifestaciones artísticas?
2. ¿Qué artes tuvieron presencia en el movimiento estudiantil en el periodo entre diciembre de
1991 y Junio de 1992?
3. ¿Con qué intención incluyeron al arte, en particular con lo que usted participó, en las
protestas del movimiento?
4. ¿Qué temas eran recurrentes?
5. ¿Qué acciones eran complementarias a la práctica artística?
6. ¿Qué audiencias tenían? ¿Quiénes acudían?

Objetivo específico: Describir cómo actores sociales, en el proceso de interacción, crean estrategias
específicas en función de reforzar una identidad colectiva en resistencia.
Categoría analítica: Describir el funcionamiento del arte activista, su estrategia y proceso de interacción.

Pregunta de investigación
2.- ¿Cómo operan los actores su participación, con un repertorio artístico específicamente activista, en
el ánimo de reforzar su identidad en resistencia?

1. ¿Qué objetivos se planteaban para la acción con la presencia de un repertorio artístico en los
mitines?
2. ¿Cómo se organizaron para hacer los murales en el movimiento estudiantil?
3. ¿Dónde se presentaron las tocadas, qué recursos tenían?
4. ¿Qué objetivos para la acción fueron logrados con prácticas artísticas?
5. ¿Cómo designaron los lugares para la práctica artística?
6. ¿Qué elementos significativos otorgaban los espacios?

111
Objetivo específico: Describir el proceso de enmarcamiento de actores colectivos, mediante arte
activista respecto al movimiento estudiantil de la Universidad de Sonora 91-92.
Categoría analítica: Describir cómo los actores producen significados, en tanto son portadores de
experiencias e ideas que son configuradas para la acción.
Pregunta de investigación
3.- ¿Cómo los actores colectivos legitiman el sentido de la acción con un repertorio artístico?

1. ¿Para el elenco artístico quién era el antagonista del problema al cual se enfrentaban?
2. ¿Cómo esa muestra artística ayudó a inspirar y legitimar su identidad en resistencia?
3. ¿Qué mensaje contenían los murales?
4. ¿Cuál era la propuesta artística para resolver los conflictos al interior de la Universidad?
5. ¿Qué aportó la participación artística al movimiento estudiantil, qué sentido especial tuvo haber
participado artísticamente?

112
Artículo 3o. Toda persona tiene derecho a recibir educación. El Estado -Federación,

Estados, Ciudad de México y Municipios-, impartirá educación preescolar, primaria,

secundaria y media superior. La educación preescolar, primaria y secundaria conforman la

educación básica; ésta y la media superior serán obligatorias. La educación que imparta el

Estado tenderá a desarrollar armónicamente, todas las facultades del ser humano y fomentará

en él, a la vez, el amor a la Patria, el respeto a los derechos humanos y la conciencia de la

solidaridad internacional, en la independencia y en la justicia. El Estado garantizará la calidad

en la educación obligatoria de manera que los materiales y métodos educativos, la

organización escolar, la infraestructura educativa y la idoneidad de los docentes y los

directivos garanticen el máximo logro de aprendizaje de los educandos. I. Garantizada por el

artículo 24 la libertad de creencias, dicha educación será laica y, por tanto, se mantendrá por

completo ajena a cualquier doctrina religiosa; II. El criterio que orientará a esa educación se

basará en los resultados del progreso científico, luchará contra la ignorancia y sus efectos,

las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios. Además: a) Será democrático, considerando

a la democracia no solamente como una estructura jurídica y un régimen político, sino como

un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del

pueblo; b) Será nacional, en cuanto –sin hostilidades ni exclusivismos– atenderá a la

comprensión de nuestros problemas, al aprovechamiento de nuestros recursos, a la defensa

de nuestra independencia política, al aseguramiento de nuestra independencia económica y a

la continuidad y acrecentamiento de nuestra cultura; c) Contribuirá a la mejor convivencia

humana, a fin de fortalecer el aprecio y respeto por la diversidad cultural, la dignidad de la

persona, la integridad de la familia, la convicción del interés general de la sociedad, los

ideales de fraternidad e igualdad de derechos de todos, evitando los privilegios de razas, de

religión, de grupos, de sexos o de individuos, y d) Será de calidad, con base en el


113
mejoramiento constante y el máximo logro académico de los educandos; III. Para dar pleno

cumplimiento a lo dispuesto en el segundo párrafo de la fracción II, el Ejecutivo Federal

determinará los planes y programas de estudio de la educación preescolar, primaria,

secundaria y normal para toda la República. Para tales efectos, el Ejecutivo Federal

considerará la opinión de los gobiernos de las entidades federativas, así como de los diversos

sectores sociales involucrados en la educación, los maestros y los padres de familia en los

términos que la ley señale. Adicionalmente, el ingreso al servicio docente y la promoción a

cargos con funciones de dirección o de supervisión en la educación básica y media superior

que imparta el Estado, se llevarán a cabo mediante concursos de oposición que garanticen la

idoneidad de los conocimientos y capacidades que correspondan. La ley reglamentaria fijará

los criterios, los términos y condiciones de la evaluación obligatoria para el ingreso, la

promoción, el reconocimiento y la permanencia en el servicio profesional con pleno respeto

a los derechos constitucionales de los trabajadores de la educación. Serán nulos todos los

ingresos y promociones que no sean otorgados conforme a la ley. Lo dispuesto en este párrafo

no será aplicable a las instituciones a las que se refiere la fracción VII de este artículo; IV.

Toda la educación que el Estado imparta será gratuita; V. Además de impartir la educación

preescolar, primaria, secundaria y media superior, señaladas en el primer párrafo, el Estado

promoverá y atenderá todos los tipos y modalidades educativos – incluyendo la educación

inicial y a la educación superior– necesarios para el desarrollo de la nación, apoyará la

investigación científica y tecnológica, y alentará el fortalecimiento y difusión de nuestra

cultura.

114
Fuentes

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Archivo Histórico de la Universidad de Sonora, fondo movimiento estudiantil 1991-

1992.

Fondo hemerográfico de la Universidad de Sonora.

Audiovisuales

Acervo en audiovisual digitalizado, Movimiento estudiantil de la Universidad de

Sonora 1991-1992.

Entrevistas

Entrevista realizada por Beatriz Galaviz a Magda Rivera Carrillo, 21 de noviembre

de 2015 en Hermosillo, Sonora.

Entrevista realizada por Beatriz Galaviz a Ernesto Bolado, 14 de diciembre de 2016

en Hermosillo, Sonora.

Entrevista realizada por Beatriz Galaviz a Juan de Dios Cáñez, 19 de febrero de

2016 en Hermosillo, Sonora.

Entrevista realizada por Beatriz Galaviz a José Tonatiuh Castro Silva, 3 de marzo de

2016 en Hermosillo, Sonora.

Entrevista realizada por Beatriz Galaviz a Leonel de Jesús López Peraza, 5 de

marzo de 2016 en Hermosillo, Sonora.

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